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conciencia[editar]
https://es.wikipedia.org/wiki/Conciencia_(psicolog
%C3%ADa)#Primeros_estudios_sobre_la_conciencia
Primeros estudios sobre la conciencia[editar]
Durante varias décadas, la conciencia fue evitada como tema de investigación por la mayoría
de los científicos por una concepción generalizada de que un fenómeno definido en términos
subjetivos no podría ser estudiado con propiedad usando métodos experimentales objetivos.
Los Estados Unidos, donde el psicoanálisis no hizo escuela tan fuertemente como en otras
partes del mundo, fueron la cuna de estudios científicos sobre la conciencia. Incluso
predominaron posturas que desdeñaban la oposición conciencia-inconsciente y la idea
general de conciencia. En las primeras décadas del siglo XX, algunos psicólogos se volcaron
sobre la conducta como objeto de estudio. Para John B. Watson, lo cognoscible de la
psicología está en el comportamiento. De hecho escribió que se podría estudiar la psicología
humana sin hacer una sola mención a la conciencia. Watson creó la escuela de psicología
conocida como conductismo.
Hacia la década de 1950, el estudio científico del sueño descubrió que éste no implica la
desaparición de la conciencia, sino otro tipo de actividad cerebral cercana a aquella. Los
movimientos oculares rápidos (REM, por las siglas de las palabras inglesas Rapid Eye
Movement) se producen durante el sueño con intervalos de unos 90 minutos. El estudio de
esta fase reveló que en esos momentos las ondas registradas por un encefalograma son
similares a las de la vigilia. Esto sugirió la posibilidad de ampliar el concepto de conciencia. En
esos años, apareció la idea de "estados alterados" de conciencia, que se difundió rápidamente
en la cultura estadounidense.
En 1975, George Mandler publicó un estudio en psicología en el que distinguió procesos
conscientes lentos, seriales y limitados, y procesos inconscientes rápidos, paralelos y
extensivos. En la década de 1980, una comunidad creciente de neurocientíficos y psicólogos
se había asociado a un campo llamado "Estudios de la conciencia", dando lugar a una serie
de trabajos experimentales publicados tanto en libros como en periódicos como
"Consciousness and cognition" (conciencia y cognición) y trabajo metodológico publicado en
periódicos y conferencias.
Investigaciones médicas y psicológicas actuales sobre la conciencia se basan en
experimentos psicológicos (incluyendo, por ejemplo, el estudio de efectos de primadousando
estímulos subliminales) y en estudios de casos de alteraciones de la conciencia producidas
por traumas, enfermedades o drogas. A grandes rasgos, las aproximaciones científicas se
basan en dos conceptos centrales. El primero identifica las experiencias conscientes con el
contenido de lo que reporta el sujeto y el segundo hace uso del concepto de conciencia que
fue desarrollado por neurólogos y otros profesionales de la salud que tratan pacientes con
trastornos de la conducta. El fin de estos estudios es definir la conciencia y describir los
mecanismos que la subyacen.
Nota: Actualmente, esta área está en investigación por John Kounios y Mark Jung-
Beeman, neurólogos de la Universidad estadounidense de Drexden y Universidad
Northwestern respectivamente. Se la ha calificado como creativa, a este tipo de
inteligencia. De forma general, son catalogadas como artistas y genios las personas
capaces de usar la creatividad en sus métodos de resolución de problemas, dicha
capacidad creativa procede del lóbulo temporal derecho de nuestro cerebro.
Interrelación[editar]
Las tres primeras no son exclusivas del hombre, sólo la última. Como especie animal no nos
cuesta concienciarnos de las dos primeras, pues no depende de la educación o datos
externos, va con la propia naturaleza de la conservación de la especie. El ejercicio más o
menos acertado de la tercera dependerá de la educación recibida (los hay autodidactas),
también es innata a la supervivencia y la cuarta no todo humano logra concienciarse en su
mayor exponente (o sea, equipararla al uso que le damos a las otras tres), sino que son
dependientes de la educación, costumbres y moral local. No suele manifestarse de forma
consciente, sino como una imagen de lo que podríamos estar sintiendo nosotros en piel ajena.
Ello motiva a actuar pensando que eso es lo bueno y lo malo, sin cuestionarlo ni racionalizarlo;
las personas que lo han intentado han acabado convirtiéndose en líderes.
Estados alterados[editar]
Artículo principal: Estados alterados de conciencia
Se entiende como estado alterado de conciencia a los estados de conciencia distintos de:
La vigilia, activo.
El sueño, lento.
A estos estados alterados se les asocia a veces, cierta capacidad terapéutica para sanar
ciertos trastornos psicológicos y/o psiquiátricos.
La conciencia está además íntimamente relacionada con el lenguaje.
En la obra de Freud[editar]
Johann Herbart fue el primero en plantear que algunas ideas pueden estar en estado latente,
mientras otras están activas. Esas ideas en estado larvario o de "tendencia" fueron estudiadas
a fondo por Sigmund Freud, que abrió el campo de lo que llamó "lo inconsciente" o el
inconsciente, a fines del siglo XIX y comienzos del siglo XX, lo que significó un viraje sobre el
discurso científico que se venía desarrollando. Freud llevó los estudios hacia el aspecto
menos conocido por el sujeto. Para Freud, la actividad inconsciente determina la conducta de
los individuos tanto o más que las ideas conscientes. Y las ideas inconscientes a su vez son
modeladas por las experiencias infantiles. Cuando estas producen trauma (herida), la
conciencia las sepulta en el inconsciente, desde donde siguen sin embargo influyendo en la
conducta. Para explorar el inconsciente, Freud desarrolló el método llamado psicoanálisis. Esa
exploración tenía al mismo tiempo dos objetivos: el autoconocimiento y el alivio o curación de
trastornos de conducta e incluso de patologías mentales severas.[cita requerida]
En Esquema del psicoanálisis (1940 [1938]), Freud sostiene que la cualidad de lo consciente
se encuentra íntimamente asociada a las percepciones que los órganos sensoriales derivan
del entorno. Si se quisiera exponer este hecho tópicamente, cabría decir que el devenir-
consciente “es un fenómeno que sucede en el estrato cortical más exterior del yo.” Lo anterior
no impide, por supuesto, que seamos puestos al corriente de lo que ocurre en el interior: los
sentimientos y sensaciones tales como el dolor. En el caso de estas dos experiencias, el
ambiente es sustituido por el propio cuerpo como fuente prodigadora de estímulos a ser
captados por los órganos terminales. Freud atribuye al lenguaje la capacidad del hombre de
tomar conciencia de los procesos interiores del yo. Para lograr tal propósito, el lenguaje
debería poner en relación los contenidos del yo con restos mnémicos principalmente de
percepciones acústicas, aunque también de las visuales. Es de esta manera que los decursos
representacionales y los procesos cognitivos podrían adquirir la cualidad de lo consciente. Se
establece el examen de realidad como medio para discriminar entre la realidad interna y el
mundo exterior. Los errores a los que este se ve expuesto y que con suma regularidad
sobrevienen durante el dormir son conocidos como alucinaciones.5
En la misma obra, Freud ubica el punto de partida para la investigación de lo propiamente
anímico en el hecho de la conciencia, que, a pesar de las obstáculoes que se encuentran al
intentar explicarlo, a nadie ofrece dificultades a la hora de representarse uno lo que tal
concepto designa por la sencilla razón de que no es ajeno a la experiencia cotidiana de nadie.
El autor critica al conductismo por haber pretendido construir una psicología sin tomar en
consideración a la conciencia. Para Freud, sin embargo, la conciencia tampoco comprendería
el campo íntegro de lo psíquico y, según su parecer, no sería acertado creer que la única tarea
de la psicología radicaría en la distinción entre percepciones, sentimientos, procesos
cognitivos y actos de la voluntad en calidad de diferentes especies de fenómenos psíquicos. 6
La psicología de la conciencia no era más idónea para entender la función anímica normal que para
comprender el sueño. Los datos de la percepción consciente de sí, los únicos de que ella disponía, se
han revelado dondequiera insuficientes para penetrar la plenitud y la maraña de los procesos anímicos,
poner de manifiesto sus nexos y, así, discernir las condiciones bajo las cuales son perturbados. 7
Freud sostiene que el psicoanálisis había descubierto “el recurso técnico para llenar las
lagunas de nuestros fenómenos de conciencia”, el cual haría posible la inferencia de
determinados procesos que se presentarían per se como indiscernibles. Estos serían
entonces interpolados entre aquellos que se nos revelan de manera consciente y “cuando
decimos, por ejemplo: «Aquí ha intervenido un recuerdo inconciente», nota 1 esto quiere decir:
«Aquí ha ocurrido algo por completo inaprehensible para nosotros, pero que si nos hubiera
llegado a la conciencia sólo habríamos podido describirlo así y así».” 8nota 2
Véase también[editar]
Conciencia
Conciencia (psiquiatría)
Notas[editar]
1. ↑ En la edición de Amorrortu de las obras completas de Freud, el término inconciente no
aparece escritos co -sc-, aunque el Diccionario de la Real Academia Española da por
válida inconsciente.
2. ↑ En la edición de Amorrortu de las obras completas de Freud, el adverbio sólo aparece
acentuado, conservando la vieja grafía.
Referencias[editar]
1. ↑ Koch, Christof; Tsuchiya, Naotsugu (16 de mayo de 2008). «Attention and
consciousness». Scholarpedia (en inglés) 3 (5): 4173. ISSN 1941-6016. doi:10.4249/scholarpedia.4173.
Consultado el 9 de marzo de 2019.
2. ↑ Lamme, Victor A. F.; Ambroziak, Klaudia B.; Fahrenfort, Johannes J.; Sligte, Ilja G.;
Vandenbroucke, Annelinde R. E. (27 de noviembre de 2012). «Non-Attended Representations
are Perceptual Rather than Unconscious in Nature». PLOS ONE(en inglés) 7 (11):
e50042. ISSN 1932-6203. doi:10.1371/journal.pone.0050042. Consultado el 9 de julio de 2019.
Bibliografía[editar]
Freud, Sigmund (2013). «Esquema del psicoanálisis». Obras completas (José Luis
Etcheverry, trad.). XXIII - Moisés y la religión monoteísta, Esquema del psicoanálisis y
otras obras (1937-1939). Buenos Aires: Amorrortu Editores. pp. 133-209. ISBN 978-950-518-599-
3.