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Unidad 3. La filosofía hoy.

Lo que la idea de progreso


nos dejó…
Apunte de Cátedra

La finalidad de este texto es poner de relieve las consecuencias que ha traído para el siglo XX y
lo que va del nuestro esa idea de “progreso” desarrollada en el correr de la modernidad. Se
entiende el progreso de la humanidad como un avance hacia lo mejor, entendiendo que la historia
es lineal y que entre el siglo XVIII y XIX se había llegado al esplendor de la vida humana. Que
mejor que en ese momento no se había vivido, y que ampararse en el progreso implicaba que
todo en adelante sería aún mejor. Pero hacia fines del siglo XIX esa idea comenzó a tambalear y
el siglo XX no sólo fue un siglo de guerras, sino EL siglo de las guerras, entre estas, una de las
peores que ha sufrido la humanidad: la Segunda Guerra Mundial.

El progreso científico tecnológico que tenía como objetivo dominar la naturaleza en beneficio de
la humanidad culminó dominando al hombre en beneficio de otros hombres. Así, el concepto de
“progreso” se vincula con el dominio/poder en la historia. La Segunda Guerra Mundial nos muestra
la “fabricación”, en términos industriales, de la muerte. Toda una maquinaria ideada, creada y
construida para eliminar personas lo más eficientemente posible. La razón se vuelve un
“instrumento” para la muerte. Lo mismo ocurre con la fabricación de bombas atómicas. Pero no
sólo las guerras muestran esta crisis con la idea de razón y de progreso. Ocurre ya con las distintas
disciplinas: psiquiatría, medicina, educación, derecho, parece que tienen por función “normalizar”.
Hacer entrar al hombre dentro de un marco, de un canon, estandarizarlo, para ser una pieza más
de la maquinaria de producción: el/la locx, la histérica, el/la enfermx, el/la homosexual, el/la
trans, el/la petisx, el/la gordx, “el/la burrx”, el/la delincuente, son piezas disfuncionales de la
máquina que hay que encauzar. Son los anormales que hay que normalizar. Esa misma noción de
progreso recorre los cambios en las ciudades, el consumo e incluso las democracias actuales,
tendiendo hacia una uniformidad del pensamiento y de la vida, y como siempre al “normalizar”,
excluyendo a quienes no sienten ese modo de vida como propio.
UBA XXI – Filosofía – Apunte de Cátedra: Lo que la idea del progreso nos dejó

1. Filosofía, historia y dominio: sobre la noción de progreso

[…] Si la historia está dotada de este sentido progresivo es evidente que tendrá
más valor lo más «avanzado» en el camino hacia la conclusión, aquello que
Sólo si la
historia es esté más cerca del término del proceso.
entendida en
sentido lineal,
Ahora bien, la condición para concebir la historia como realización progresiva
se puede hablar de la humanidad autentica estriba en que pueda ser vista
de progreso como un proceso unitario. Solo si existe la historia se
La noción de
puede hablar de progreso1. progreso lleva
a establecer
Pues bien, la modernidad, de acuerdo con la hipótesis que propongo, se una diferencia
entre
acaba cuando —debido a múltiples razones— deja de ser posible hablar de “civilizados” y
la historia como de algo unitario. En efecto, tal visión de la historia implicaba “atrasados”

la existencia de un centro alrededor del cual se reunieran y ordenaran los


acontecimientos. Nosotros pensamos la historia ordenándola en torno al año cero del
nacimiento de Cristo, y, más concretamente, como el concatenarse de las vicisitudes
protagonizadas por los pueblos de la zona «central»: el Occidente, que representa el lugar de
la civilización, fuera del cual quedan los «primitivos», los pueblos «en vías de desarrollo».

La filosofía, a lo largo del XIX y el XX, ha sometido a una crítica radical la idea de
La “muerte una historia unitaria, justo viniendo a desvelar el carácter ideológico de tales
de Dios”
pone en representaciones. Así, Walter Benjamín, en un breve escrito de 1938 (Tesis sobre
tela de la filosofía de la historia), sostiene que la historia como curso
juicio el
sentido unitario es una representación del pasado construida por los
lineal de la grupos y clases sociales dominantes. ¿Qué es, en realidad, lo
historia La historia en su
que se transmite del pasado? No todo aquello que ha carácter unitario y
ocurrido, sino sólo lo que parece ser relevante. En la escuela, progresivo es la
historia escrita por
por ejemplo, hemos estudiado mil fechas de batallas, de tratados de paz,
los vencedores, los
o de revoluciones, pero nunca se nos ha hablado de las transformaciones colonizadores, los
relativas al modo de alimentarse, al modo de vivir la sexualidad, o a cosas opresores, que son
quienes
parecidas. Lo que narra la historia son los avatares de la gente que
establecieron las
cuenta, de los nobles, de los monarcas o de la burguesía cuando se diferencias entre
convierte en clase de poder: los pobres, sin embargo, o aquellos aspectos “civilizados” y
“bárbaros”, siendo
de la vida que se consideran «bajos» no «hacen historia».
ellos los civilizados.
En cuanto se desarrollan observaciones como estas (según
Los una vía iniciada, antes que por Benjamín, ya por Marx y
“vencedores”
también Nietzsche), se desemboca en la disolución de la idea de historia como
“redactan” los curso unitario; no hay una historia única, hay imágenes del pasado
programas
escolares. El propuestas desde diversos puntos de vista, y es ilusorio pensar que haya un
criterio es “lo punto de vista supremo, comprensivo, capaz de unificar todos los restantes
canónico”, lo
estatuido por (tal sería el de «la historia» que englobaría a la historia del arte, de la
ellos como “lo literatura, de las guerras, de la sexualidad, etc.).
mejor”

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La crisis de la idea de historia entraña la de la idea de progreso: si no hay un curso unitario de


las vicisitudes humanas no podrá sostenerse tampoco que estas avancen hacia un fin, que
efectúen un plan racional de mejoras, educación y emancipación. Por otro lado, el fin que
según la modernidad regía el curso de los acontecimientos, era representado, también él, a
partir del punto de vista de un determinado ideal del hombre. Los ilustrados, Hegel, Marx, los
positivistas, y los historicistas de todo tipo pensaban, más o menos de la misma
manera, que el sentido de la historia estaba en la realización de la El objetivo de la
civilización, esto es: de la figura del hombre europeo moderno. Igual que la historia: civilizar.
¿Por qué este es
historia se piensa unitariamente sólo desde un determinado punto de vista
el mejor fin?
que se coloca en el centro (sea éste la venida de Cristo o el Imperio Sacro Porque los
Romano) el progreso se concibe sólo asumiendo como criterio un “vencedores” lo
creían.
determinado ideal del hombre, que, en la modernidad, coincide siempre con
el del hombre moderno europeo —es algo así como decir: nosotros los europeos
somos la forma mejor de humanidad, todo el curso de la historia se ordena en
función de realizar, más o menos acabadamente, este ideal.
La “muerte de
Dios” revela que el
Si se tiene en cuenta todo esto, se entiende también que la crisis actual
progreso, la
verdad, la de la concepción unitaria de la historia, la consiguiente crisis de la idea del
progreso, y el fin de la modernidad, no son sólo eventos determinados por
civilización y la
racionalidad, eran
transformaciones teóricas —por las críticas de que ha sido objeto el
sólo unos valores,
entre otros muchoshistoricismo decimonónico (idealista, positivista, marxista, etc.) en el plano
de las ideas. Han ocurrido muchas más cosas y muy diferentes: los llamados
pueblos «primitivos», colonizados por los europeos en nombre del recto
derecho de la civilización «superior» y más evolucionada, se han rebelado, volviendo
problemática, de facto, una historia unitaria, centralizada. El ideal europeo de humanidad se
ha ido desvelando como un ideal más entre otros, no necesariamente peores, que no puede,
sin violencia, pretender erigirse en la verdadera esencia del hombre, de todo hombre.
(Vattimo, 1990, 74-77)

2. La ciencia: sus producciones y sus prácticas en el siglo XX y XXI

Crítica de la razón instrumental

Feimann, J.P., “La razón iluminista y Auschwitz”

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El supremo imperativo del día es definir las fronteras entre la razón y el simple
Racionalidad vs.
funcionalismo que conduce a la deshumanización. (Kokoschka, 1988, 245) Racionalidad
instrumental
(subjetiva)
Para la concepciónUrgido a dar una respuesta, el hombre medio dirá que,
instrumentalista:
lo útil es lo evidentemente, las cosas razonables son las cosas útiles y que todo
racional hombre razonable debe estar en condiciones de discernir lo que le es útil.
Desde luego, habría que tomar en consideración las circunstancias de
cualquier situación dada, como asimismo, leyes, costumbres y tradiciones. Pero el poder que,
en última instancia, posibilita los actos razonables, es la capacidad de clasificación, de
conclusión y deducción sin reparar en qué consiste en cada caso el contenido específico, o sea
el funcionamiento abstracto del mecanismo pensante. Esta especie de razón puede designarse
como razón subjetiva. Ella tiene que habérselas esencialmente con medios y fines, con la
adecuación de modos de procedimiento a fines que son más o menos aceptados y que
presuntamente se sobreentienden. […]

Por más ingenua o superficial que pueda parecer esta definición de la razón
[instrumental], ella constituye un importante síntoma de un cambio de Para la racionalidad
abarcadora, el
profundos alcances en el modo de concebir, que se produjo en el
énfasis está puesto
pensamiento occidental a lo largo de los últimos siglos. Durante mucho en los fines. Para la
tiempo predominó una visión de la razón diametralmente opuesta. […] instrumental, en los
medios.
Tal concepto de la razón no excluía jamás a la razón subjetiva, sino que la
consideraba una expresión limitada y parcial de una racionalidad abarcadora […]
El énfasis recaía más en los fines que en los medios. […]

Hay una diferencia fundamental entre esta teoría, […] y la enseñanza que nos
La razón
instrumental dice que [la razón] es una capacidad subjetiva del intelecto. Según esta última,
(subjetiva) es únicamente el sujeto puede poseer razón en un sentido genuino; […] En última
una razón instancia la razón subjetiva resulta ser la capacidad de calcular probabilidades y
calculadora
de adecuar así los medios correctos a un fin dado. (Horkheimer, 1969, 15 y 17)

Nosotros preguntamos por la técnica cuando preguntamos por lo que ella sea. Todo el mundo
ha oído las dos frases con las que se responde a nuestra pregunta. Una dice: la técnica es un
medio para un fin. La otra dice: técnica es un hacer del hombre.
Ambas determinaciones de la técnica se co pertenecen. Pues La técnica es
Técnica= un medio y
elabora poner fines, que utiliza y dispone medios para ellos, es un hacer es una
instrumentos,
del hombre. A lo que la técnica es pertenece el elaborar y utilizar producción
dispositivos
para realizar instrumentos, aparatos y máquinas, pertenece este elaborar y humana
fines
utilizar mismo, pertenecen las necesidades y fines a los que sirven.
El total de estos dispositivos es la técnica. Ella misma es un dispositivo; dicho en
latín: un instrumentum.

La concepción corriente de la técnica, según la cual la técnica es un medio y un hacer el hombre,


puede, por eso, llamarse la determinación instrumental y antropológica de la técnica.

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[…] La determinación instrumental de la técnica es tan desazonadoramente correcta, que


también es verdad para la técnica moderna, aunque se afirme además, con cierto
derecho, que frente a la vieja técnica artesana, ella es algo completamente
Tarea:
distinto y, por eso, nueva.
dominar la
técnica antes
[…] Es correcto: también la técnica moderna es un medio para un fin. Por eso,
que la técnica
termine la concepción instrumental de la técnica determina todos los esfuerzos para
dominando al llevar al hombre a la recta relación con la técnica. Todo estriba en manejar la
hombre técnica, en cuanto medio, de la manera adecuada. […] Se la quiere dominar. El
querer dominarla se hace tanto más urgente, cuanto más amenaza la técnica con
escapar al control del hombre. (Heidegger, 1997, 114-115)

[…] Jamás un instrumento ha sido un mero «instrumento» (cf. G. Seubold, Heideggers Analyse
der neuzeitlichen Technik; Friburgo/Munich 1986, 35-38). El instrumento «deja ver» el mundo
circundante, lo configura y canaliza. Y a su vez, ejerce un influjo retroactivo sobre los hábitos
sociales, creencias y actitudes, e incluso sobre los órganos sensoriales de quienes los utilizan,
o al menos experimentan las consecuencias de su uso. El instrumento no es algo externo al
hombre o al mundo, sino la frontera móvil de ambos: la relación que a ambos da sentido, de
consumo […]. (Duque, 1995, 38)

La noche del 9 al 10 de noviembre de [1938] quedó registrada para siempre, en la memoria de


la humanidad, como “la noche de los cristales rotos”. Fue, sin duda, una noche de las más
terribles desde que el hombre pudo llamarse tal y conocerse sobre la superficie del planeta.

Su carácter particularmente ominoso y repudiable deriva, precisamente, de


que mucho se había transitado ya por el camino de la civilización, el La irracionalidad
de la razón
conocimiento científico, la creación artística, el desarrollo económico y la
organización política de los seres humanos. Alemania, una de las sociedades
nacionales que más había contribuido a esa marcha, tuvo el terrible papel de ser escenario del
drama.

La casi totalidad de las sinagogas y miles de negocios, talleres y domicilios de los judíos del
país, […] fueron destruidos esa noche, en un macabro ritual de odio y fanatismo.
(Clarín, 1988)

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En el fascismo moderno la racionalidad ha alcanzado una etapa en la que ya no le basta oprimir


sencillamente a la naturaleza; la racionalidad explota ahora a la naturaleza, incorporando a su
propio sistema las potencialidades de rebelión de la naturaleza. Los nazis
Las víctimas de la manejaban los deseos reprimidos del pueblo alemán. Cuando los nazis y los
razón industriales y militares que los respaldaban lanzaron su movimiento tuvieron
instrumental que ganar para sí a las masas cuyos intereses materiales no eran los de
como instrumento
del fascismo ellos. Apelaron a las capas atrasadas, sentenciadas por el desarrollo
moderno industrial, es decir, los que eran explotados en grado sumo por las técnicas
de la producción en masa. Ahí, entre los campesinos, el arte de
clase media, los mercaderes sueltos, las amas de casa y los pequeños Auschwitz: la
empresarios, podían hallarse los pioneros de la naturaleza reprimida, las producción en
serie de la muerte
víctimas de la razón instrumental. Sin el apoyo activo de estos grupos los
(mediante la
nazis jamás hubiesen podido asumir el poder. (Horkheimer, 1969, 131) ciencia y la
técnica)

[…] Auschwitz demostró irrefutablemente el fracaso de la cultura. El hecho de que


Auschwitz haya podido ocurrir en medio de una tradición filosófica, artística y científico-
ilustradora encierra más contenido que el de que ella, el espíritu, no llegara a prender en los
hombres y cambiarlos. (Adorno, 1975, 366)

La técnica como factor del nihilismo

Entre los principales factores de aceleración del nihilismo, o bien entre


las causas que han contribuido mayormente a la consunción de los ¿Es posible
La técnica:
valores y los ordenamientos tradicionales, no pocos analistas controlar a
elemento la técnica?
dominante de ponen hoy la técnica. Juntamente con la difusa conciencia de que
nuestra época y ella se ha convertido en uno de los elementos dominantes de
factor principal
nuestra época, en el factor principal de globalización, ha emergido también la
de la
globalización preocupación en torno de su verdadera naturaleza, su desarrollo y la posibilidad
de controlar su dinámica.

[…]

En realidad, en muchos aspectos las consecuencias que iba a provocar la transformación


científico-tecnológica del mundo se habían anunciado ya con la primera y la segunda
Revolución Industrial. Sin embargo, más que una actitud vigilante, prevalece en
En un
principio, hay ese momento el optimismo del progreso, una filosofía confiada que asignaba sin
una actitud más a la ciencia y la técnica una función impulsora del desarrollo del hombre,
confiada ante
juntamente con la convicción de que gracias a ellas éste iba a poder resolver
la ciencia y la
técnica. Muy finalmente sus problemas presentes y futuros. La ciencia y la técnica fueron
optimista. saludadas como factores de progreso, [y] de emancipación […]

[…] De este modo, la ciencia y la técnica fueron entendidas desde siempre como
un componente esencial de la cultura humana, como instrumentos indispensables de los que
ésta se sirve en la lucha contra el oscurantismo y la alienación, en favor del progreso y la
emancipación. Ellas aseguran al hombre la buena vida o, cuando menos, una calidad de vida
superior. (Volpi, 2005, 145 y 147)

Las imágenes sobre la ciencia y sus producciones

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[…] Si hay algo que hace a nuestra época realmente distinta de las épocas
La ciencia y la anteriores, ese algo es la ciencia y las técnicas que ha sido producto
técnica como suyo. En ninguna otra civilización ha representado la ciencia un Hoy:
productos ciencia
papel constitutivo y tan fundamental como en la nuestra, hasta el =
propios de
nuestra punto de que se puede decir, como afirmaba Ortega y Gasset, que verdad
época los hombres de hoy día “viven de la fe en la ciencia”, por lo que viene
a ser considerada como la medida de la verdad. Ni siquiera los pensadores más
audaces y revolucionarios parecen atreverse a discutir su reinado. Y es que, como dice
Fayerabend, “la imagen de la ciencia del siglo XX en las mentes de legos y
científicos está determinada por milagros tecnológicos tales como la televisión
en color, las fotografías lunares, el horno de infrarrojos, así como por un rumor El éxito de la
ciencia está
o cuento de hadas, un tanto indefinido pero pese a ello muy influyente, que fuera de
concierne a la manera en la cual se han producido esos milagros.” discusión, pero
también ésta se
Sin entrar ahora en otras consideraciones, conviene reconocer que su éxito convirtió en un
está fuera de toda duda, hasta el punto de que el siglo XX es modo de vivir y
de pensar
inconcebible sin ella. La ciencia, y las invenciones mecánicas y
De la
esperanza técnicas que la acompañan, han dejado de ser algo
ingenua de la complementario en nuestras vidas, afectando no sólo a nuestra forma de vivir,
modernidad
al llamado a sino también a nuestra forma de ser y de pensar. Hoy no podemos prescindir
la cautela. de ellas hasta el punto de que parecen haberse convertido en el nuevo “dios” de
la actual existencia, pero, no está todavía muy claro si se trata de un dios benéfico
o maléfico.

Para bien o para mal, la gran esperanza del hombre de nuestros días está en la ciencia y en la
tecnología. Sin embargo, hoy esta esperanza ya no puede ser tan ingenua como lo fue en los
albores de la Edad Moderna cuando los hombres que entrevieron sus posibilidades pensaron en
ellas como instrumentos de la gran liberación de la humanidad, que iban a permitirles ser
dueños y señores de su propio destino, abriéndose ante ellos una etapa de necesaria
prosperidad y bienestar para todos. (González, 1987, 234)

[…] De hecho la humanidad alcanzó de forma gradual un grado de libertad mucho mayor, pero
de la misma forma los problemas y los peligros fueron en aumento ante la mala administración
y la inmadurez que los hombres pusieron pronto de manifiesto. La degradación de la naturaleza,
y muy especialmente la posibilidad de una guerra nuclear, sacaron a la luz un problema
dramático: el de la supervivencia tanto de la naturaleza como de la propia humanidad.
(González, 1987, 236)

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Me niego a aceptar la moderna deificación de la técnica; no veo en ella más que


La técnica:
una parodia, un intento mefistofélico de sustituir por la máquina al homúnculo
una parodia
surgido de la retorta, en vista del fracaso de la alquimia. De la misma manera que
no tengo por un milagro el progreso al homúnculo de la moderna
experimentación biológica, tampoco me lo parecen la máquina ni los futuros
Idolatrar a la productos de la tecnología. El progreso puede enturbiarnos temporalmente la
ciencia, a la
técnica, al conciencia en la medida en que le atribuyamos un significado mágico, como
progreso, es tan hicieron en su tiempo los hombres de las cavernas con sus ídolos. Por más
perjudicial como que me esfuerzo, soy incapaz de quedarme pasmado, como
los ídolos que Visión
tenían los quien contempla un prodigio, antes los automóviles,
pesimista sobre
hombres de las modernos sustitutos, sobre las calles asfaltadas, de los mulos la ciencia
cavernas del pasado; además, las normas de circulación viaria me lo
impedirían. La vida, por desgracia, es demasiado corta, y no sobra tiempo para
nada, ni siquiera para quedarse pasmado. Nadie puede hacerse una imagen de lo que no existe:
lo invisible es asunto de la metafísica. Hacer visible lo que no existe no es tarea de las artes
plásticas. Pero no pretendo estar en posesión de la verdad absoluta; no soy el Zeitgeist, el
espíritu del tiempo al que Hegel atribuía una especie de divina omnipresencia.

La Ilustración planeó un experimento filosófico: liberar de conceptos irracionales a la razón


humana. Más tarde, el industrialismo reformó tan radicalmente el entorno social, que hasta los
dioses abdicaron. El comportamiento de la rata de laboratorio, a la que, sirviéndose de su
instinto animal, se atrae hacia el alimento a través de sinuosidades inteligentemente diseñadas,
tiene mucho en común con la huida del mundo del hombre moderno, habitante de un espacio
vital planificado, con las calorías contadas, unos determinados metros cúbicos de vivienda y
rendimiento laboral reglamentado: una existencia que poco a poco va convirtiéndose en una
jaula para el hombre moderno. (Kokoschka, 1988, 293)

La impotencia del espíritu se manifiesta muy principalmente en la atrofia del lenguaje. La


impotencia de la palabra, no quiere decir falta de palabra, sino más bien la transición a una
comunicación tan social que haga callar a los individuos singulares […]
La pérdida de
la palabra y […] Los hombres se han emancipado, pero del individuo depende demasiado poco
del contacto para que las palabras que él habla, en cuanta esta persona singular determinada,
“real” con el puedan valerle para expresarse: sirven como instrumento, contraseña, arma […]
mundo
[…] Es discutible si la pantalla de la televisión ejerce un efecto beneficioso, y es de
temer que pronto se requieran estimulantes más fuertes; lo que la caracteriza es el mutismo
de los individuos singulares. Fascinados ante aquella pantalla, los niños permanecen mudos, y
a fin de cuentas no llegar a tomar contacto con el mundo a través de ella. (Horkheimer, 1979,
35-38)

Si en un
principio la
ciencia se
encargó de
disipar nuestros
miedos, hoy es
el producto de
nuestros
mayores miedos

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A partir del Renacimiento, la ciencia se ha empeñado en persuadirnos de que vivimos en una


naturaleza indiferente, no hostil, ni favorable. Ella ha traído como consecuencia una disminución
de nuestras reservas de miedo. Considerable peligro, pues este miedo era uno de los datos y
una de las condiciones de nuestra existencia y de nuestro equilibrio. […] Nuestro siglo, más
lúcido, acabó por alarmarse: ¿cómo, se preguntaba, acudir a su socorro, volver a darle su
antiguo estatuto, reintegrarle en sus derechos? La ciencia misma se encargó de ello: se convirtió
en amenaza y fuente de espanto. Y esta cantidad de miedo, indispensable para nuestra
prosperidad, la tenemos ahora bien segura. (Cioran, 1973, 178)

En el imperialismo planetario del hombre técnicamente organizado, el


La técnica subjetivismo del hombre alcanza su cima más alta, desde la que descenderá a
uniformiza, y la instalarse en el llano de la uniformidad organizada. Esta uniformidad pasa a
uniformidad ser el instrumento más seguro para el total dominio técnico de la tierra.
asegura el
domino (ahora (Heidegger, 1996, 89)
somos
dominados por
la técnica) Una ausencia de libertad cómoda, suave, razonable y democrática, señal del
progreso técnico, prevalece en la civilización industrial avanzada. ¿Qué podría
ser, realmente más racional que la supresión de la individualidad en el proceso de
mecanización de actuaciones socialmente necesarias aunque dolorosas; que la
Este orden concentración de empresas individuales en corporaciones más eficaces y
tecnológico es productivas; que la regulación de la libre competencia entre sujetos económicos
también un desigualmente provistos; que la reducción de prerrogativas y soberanías
orden político
nacionales que impiden la organización internacional de los recursos? Que este
orden tecnológico implique también una coordinación política e intelectual puede
ser una evolución lamentable y, sin embargo, prometedora.

[…] La civilización industrial contemporánea demuestra que ha llegado a una etapa en la que
«la sociedad libre» no se puede ya definir adecuadamente en los términos
tradicionales de libertades económicas, políticas e intelectuales, no
porque estas libertades se hayan vuelto insignificantes, sino porque Hoy la “libertad
económica” significa
son demasiado significativas para ser confinadas dentro de las “libertad de la economía”,
formas tradicionales. Se necesitan nuevos modos de realización que pero debería significar
correspondan a las nuevas capacidades de la sociedad. “libertad de la economía”,
es decir, del control de la
Estos nuevos modos sólo se pueden indicar en términos negativos, economía. Y lo mismo
para las otras libertades.
porque equivaldrían a la negación de los modos predominantes. Así,
la libertad económica significaría libertad de la economía, de estar
controlados por fuerzas y relaciones económicas, liberación de la diaria lucha por la existencia,
de ganarse la vida. La libertad política significaría la liberación de los individuos de una política
sobre la que no ejercen ningún control efectivo. Del mismo modo, la libertad intelectual
significaría la restauración del pensamiento individual absorbido ahora por la comunicación y
adoctrinamiento de masas, la abolición de la «opinión pública» junto con sus creadores. El
timbre irreal de estas proposiciones indica, no su carácter utópico, sino el vigor de las fuerzas
que impiden su realización. La forma más efectiva y duradera de la guerra contra la liberación
es la implantación de necesidades intelectuales que perpetúan formas anticuadas de la lucha
por la existencia.

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[…] Se puede distinguir entre necesidades verdaderas y falsas. «Falsas» son aquellas que
intereses sociales particulares imponen al individuo para su represión: las necesidades que
perpetúan el esfuerzo, la agresividad, la miseria y la injusticia. Su satisfacción puede ser de lo
más grata para el individuo, pero esta felicidad no es una condición que deba ser
Falsas
necesidades mantenida y protegida si sirve para impedir el desarrollo de la
capacidad (la suya propia y la de otros) de reconocer la
Las necesidades
enfermedad del todo y de aprovechar las posibilidades de curarla. El resultado falsas son
es, en este caso, la euforia dentro de la infelicidad. La mayor parte de las productos
necesidades predominantes de descansar, divertirse, comportarse y consumir sociales que
constriñen al
de acuerdo con los anuncios, de amar y odiar lo que otros odian y aman, individuo para
pertenece a esta categoría de falsas necesidades. dominarlo

Estas necesidades tienen un contenido y una función sociales, determinadas por


poderes externos sobre los que el individuo no tiene ningún control; el desarrollo y la
satisfacción de estas necesidades es heterónomo. No importa hasta qué punto se hayan
convertido en algo propio del individuo, reproducidas y fortificadas por las condiciones de su
existencia; no importa que se identifique con ellas y se encuentre a sí mismo en su satisfacción.
Siguen siendo lo que fueron desde el principio; productos de una sociedad cuyos intereses
dominantes requieren la represión. (Marcuse, 1984, 31 y 34-35)

La sociedad disciplinaria: la normalización

[…] Una tecnología novedosa: el desarrollo, del siglo XVI al XIX, de un verdadero conjunto de
procedimientos para dividir en zonas, controlar, medir, encauzar a los individuos
Una tecnología
para y hacerlos a la vez "dóciles y útiles". Vigilancia, ejercicios, maniobras, puntajes,
“normalizar”: la rangos y lugares, clasificaciones, exámenes, registros; una manera de someter
disciplina los cuerpos, de dominar las multiplicidades humanas y de
La disciplina: un
manipular las fuerzas se ha desarrollado en el curso de los siglos
método de
clásicos, en los hospitales, en el ejército, las escuelas, los colegios o los sujeción para
talleres: la disciplina. El siglo XIX inventó, sin duda, las libertades, pero les dio hacernos
dóciles y útiles
un subsuelo profundo y sólido -la sociedad disciplinaría de la que aún
dependemos.

[…]

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A estos métodos que permiten el control minucioso de las operaciones del cuerpo, que
garantizan la sujeción constante de sus fuerzas y les imponen una relación de docilidad-utilidad,
es a lo que se puede llamar las "disciplinas". Muchos procedimientos disciplinarios existían
desde largo tiempo atrás, en los conventos, en los ejércitos, también en los talleres. Pero las
disciplinas han llegado a ser en el trascurso de los siglos XVII y XVIII unas fórmulas generales
de dominación. Distintas de la esclavitud, […] distintas también de la domesticidad, […]
distintas del vasallaje, […] distintas también del ascetismo […] El momento histórico de las
disciplina es el momento en que nace un arte del cuerpo humano, que no tiende únicamente al
aumento de sus habilidades, ni tampoco a hacer más pesada su sujeción, sino a
la formación de un vínculo que, en el mismo mecanismo, lo hace tanto más Una política
de las
obediente cuanto más útil, y al revés. Fórmese entonces una política de las
coerciones
coerciones que constituyen un trabajo sobre el cuerpo, una manipulación
calculada de sus elementos, de sus gestos, de sus comportamientos. El cuerpo humano entra
en un mecanismo de poder que lo explora, lo desarticula y lo recompone. Una "anatomía
política", que es igualmente una "mecánica del poder",2 está naciendo; define cómo se puede
hacer presa en el cuerpo de los demás, no simplemente para que ellos hagan lo que se desea,
sino para que operen como se quiere, con las técnicas, según la rapidez y la eficacia que se
determina. La disciplina fabrica así cuerpos sometidos y ejercitados, cuerpos
Una política
"dóciles". La disciplina aumenta las fuerzas del cuerpo (en términos económicos de y sobre
de utilidad) y disminuye esas mismas fuerzas (en términos políticos de los cuerpos
obediencia).

[…] La "invención" de esta nueva anatomía política3 no se debe entender como un repentino
descubrimiento, sino como una multiplicidad de procesos con frecuencia
menores, de origen diferente, de localización diseminada, que coinciden, se
Hay política de los
cuerpos, repiten, o se imitan, se apoyan unos sobre otros, se distinguen según su
tecnologías de
encauzamiento, dominio de aplicación, entran en convergencia y dibujan poco a poco el
diseño de un método general. Se los encuentra actuando en los colegios,
en las escuelas, los
hospitales y losdesde hora temprana más tarde en las escuelas elementales; han invadido
cuarteles
lentamente el espacio hospitalario, y en unas décadas han reestructurado la
organización militar. […] Siempre, o casi siempre, se han impuesto para
responder a exigencias de coyuntura: aquí una innovación industrial, allá la recrudescencia de
ciertas enfermedades epidémicas, en otro lugar la invención del fusil o las victorias de Prusia.

[…]

La disciplina procede ante todo a la distribución de los individuos en el espacio. Para


ello, emplea varias técnicas.
El encierro:
-el convento 1) La disciplina exige a veces la clausura, la especificación de Técnicas de
-el colegio un lugar heterogéneo a todos los demás y cerrado sobre sí las
pupilo disciplinas
-la prisión mismo. Lugar protegido de la monotonía disciplinaria. Ha
-el hospicio existido el gran "encierro" de los vagabundos y de los indigentes; ha habido
-el orfanato
-el cuartel otros más discretos, pero insidiosos y eficaces. Colegios: el modelo de convento
-la fábrica se impone poco a poco; el internado aparece como el régimen de educación si
etc.
no más frecuente, al menos el más perfecto; […]

Cuarteles: es preciso asentar el ejército, masa vagabunda; impedir el saqueo y las


violencias; aplacar a los habitantes que soportan mal la presencia de las tropas de paso; evitar
los conflictos con las autoridades civiles; detener las deserciones; controlar los gastos. […] Al

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UBA XXI – Filosofía – Apunte de Cátedra: Lo que la idea del progreso nos dejó

lado de los talleres diseminados se desarrollaban también grandes espacios manufactureros,


homogéneos y bien delimitados a la vez: las manufacturas reunidas primero, después las
fábricas en la segunda mitad del siglo XVIII […] La fábrica explícitamente se asemeja al
convento, a la fortaleza, a una ciudad cerrada; el guardián "no abrirá las puertas hasta la
entrada de los obreros, y luego que la campana que anuncia la reanudación de los trabajos
haya sonado"; un cuarto de hora después nadie tendrá derecho a entrar; al final de la jornada,
los jefes de taller tienen la obligación de entregar las llaves al portero de la manufactura que
abre entonces las puertas. Se trata, a medida que se concentran las fuerzas de producción, de
obtener de ellas el máximo de ventajas y de neutralizar sus inconvenientes (robos,
interrupciones del trabajo, agitaciones y "cábalas"); de proteger los materiales y útiles y de
dominar las fuerzas de trabajo […]

2) Pero el principio de "clausura" no es ni constante, ni indispensable, ni suficiente en los


aparatos disciplinarios. Éstos trabajan el espacio de una manera mucho más flexible y más fina.
Y en primer lugar según el principio de localización elemental o de la división en zonas. A cada
individuo su lugar; y en cada emplazamiento un individuo. Evitar las distribuciones por grupos;
descomponer las implantaciones colectivas; […] El espacio disciplinario tiende a dividirse en
tantas parcelas como cuerpos o elementos que repartir hay. Es preciso anular los efectos de
las distribuciones indecisas, la desaparición incontrolada de los individuos, su circulación difusa,
su coagulación inutilizable y peligrosa; táctica de anti deserción, de anti vagabundeo, de anti
aglomeración. Se trata de establecer las presencias y las ausencias, de saber dónde
y cómo encontrar a los individuos, instaurar las comunicaciones útiles, interrumpir La
las que no lo son, poder en cada instante vigilar la conducta de cada cual, disciplina
apreciarla, sancionarla, medir las cualidades o los méritos. Procedimiento, pues, permite
vigilar y
para conocer, para dominar y para utilizar. La disciplina organiza un espacio castigar
analítico. […] Pero ésta no es todavía sino una forma bastante aproximada.

3) La regla de los emplazamientos funcionales va poco a poco, en las instituciones disciplinarias,


a codificar un espacio que la arquitectura dejaba en general disponible y dispuesto para varios
usos. Se fijan unos lugares determinados para responder no sólo a la necesidad de vigilar, de
romper las comunicaciones peligrosas, sino también de crear un espacio útil. El
La vigilancia es proceso aparece claramente en los hospitales, sobre todo en los hospitales
útil para…
militares y navales. […] El hospital marítimo, debe, por lo tanto, curar, pero por
ello mismo, ha de ser un filtro, un dispositivo que localice y seleccione; es preciso que garantice
el dominio sobre toda esa movilidad y ese hormigueo, descomponiendo su confusión de la
ilegalidad y del mal. La vigilancia médica de las enfermedades y de los contagios es en él
solidaria de toda una serie de otros controles; militar sobre los desertores, fiscal sobre las
mercancías, administrativo sobre los remedios, las raciones, las desapariciones, las curaciones,
las muertes, las simulaciones. De donde la necesidad de distribuir y de compartimentar el
espacio con rigor. […] Poco a poco, un espacio administrativo y político se
articula en espacio terapéutico, tiende a individualizar los cuerpos, las Vigilar se
convierte en
enfermedades, los síntomas, las vidas y las muertes; constituye un cuadro una
real de singularidades yuxtapuestas y cuidadosamente distintas. herramienta
para optimizar
[…] En las fábricas que aparecen a fines del siglo XVIII, el principio de la la producción
división en zonas individualizantes se complica. Se trata a la vez de distribuir a
los individuos en un espacio en el que es posible aislarlos y localizarlos; pero también de
articular esta distribución sobre un aparato de producción que tiene sus exigencias propias.
Hay que ligar la distribución de los cuerpos, la disposición espacial del aparato de producción y

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las diferentes formas de actividad en la distribución de los "puestos". […] Bajo la división del
proceso de producción, al mismo tiempo que ella, se encuentra, en el nacimiento de la gran
industria, la descomposición individualizante de la fuerza de trabajo; las distribuciones del
espacio disciplinario han garantizado a menudo una y otra.

4) En la disciplina, los elementos son intercambiables puesto que cada uno se


El rango, el define por el lugar que ocupa en una serie, y por la distancia que lo separa de
cargo, es los otros. La unidad en ella no es, pues, ni el territorio (unidad de dominación),
también una
herramienta
ni el lugar (unidad de residencia), sino el rango: el lugar que se ocupa en una
de la disciplina clasificación, […]. La disciplina, arte del rango y técnica para la trasformación
de las combinaciones. Individualiza los cuerpos por una localización que no los
implanta, pero los distribuye y los hace circular en un sistema de relaciones.

Consideremos el ejemplo de la "clase". En los colegios de los jesuitas, se encontraba todavía


una organización binaria y masiva a la vez: las clases, que podían contar hasta doscientos o
trescientos alumnos, y estaban divididas en grupos de diez. Cada uno de estos grupos con su
decurión, estaba colocado en un campo, […]; a cada decuria correspondía una decuria
contraria. La forma general era la de la guerra y la rivalidad; el trabajo, el aprendizaje, la
clasificación se efectuaba bajo la forma del torneo, […]; la prestación de cada alumno estaba
inscrita en ese duelo general; aseguraba, por su parte, la victoria o las derrotas de un campo
y a los alumnos se les asignaba un lugar que correspondía a la función de cada uno y a su valor
de combatiente en el grupo unitario de su decuria. […] Poco a poco —pero sobre todo después
de 1762— el espacio escolar se despliega; la clase se torna homogénea, ya no está
El rango compuesta sino de elementos individuales que vienen a disponerse los unos al
establece un
orden y un
lado de los otros bajo la mirada del maestro. El "rango", en el siglo XVIII,
valor. comienza a definir la gran forma de distribución de los individuos en el orden
escolar: hileras de alumnos en la clase, los pasillos y los estudios; rango atribuido
a cada uno con motivo de cada tarea y cada prueba, rango que obtiene de semana en semana,
de mes en mes, de año en año; alineamiento de los grupos de edad unos a continuación de los
otros; sucesión de las materias enseñadas, de las cuestiones tratadas según un orden de
dificultad creciente. Y en este conjunto de alineamientos obligatorios, cada alumno de acuerdo
con su edad, sus adelantos y su conducta, ocupa ya un orden ya otro; se desplaza sin cesar
por esas series de casillas, las unas, ideales, que marcan una jerarquía del saber o de la
capacidad, las otras que deben traducir materialmente en el espacio de la clase o del colegio la
distribución de los valores o de los méritos.

[…] La organización de un espacio serial fue una de las grandes mutaciones


técnicas de la enseñanza elemental […] Al asignar lugares individuales, ha La escuela como
hecho posible el control de cada cual y el trabajo simultáneo de todos. Ha máquina de
aprendizaje, pero
organizado una nueva economía del tiempo de aprendizaje. Ha hecho también de
funcionar el espacio escolar como una máquina de aprender, pero también vigilancia y
de vigilar, de jerarquizar, de recompensar. J.-B. de La Salle soñaba con una jerarquización
clase cuya distribución espacial pudiera asegurar a la vez toda
La escuela como una serie de distinciones: según el grado de adelanto de los alumnos,
sistema de
según el valor de cada uno, según la mayor o menor bondad de carácter,
clasificación (y de
discriminación) según su mayor o menor aplicación, según su limpieza y según la fortuna
de sus padres. Entonces, la sala de clase formaría un gran cuadro único, de
entradas múltiples, bajo la mirada cuidadosamente "clasificadora" del maestro: "Habrá en todas
las clases lugares asignados para todos los escolares de todas las lecciones, de suerte que todos

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los de la misma lección estén colocados en un mismo lugar y siempre fijo. Los escolares de las
lecciones más adelantadas estarán sentados en los bancos más cercanos al muro, y los otros a
continuación según el orden de las lecciones, avanzando hacia el centro de la clase... Cada uno
de los alumnos tendrá su lugar determinado y ninguno abandonará ni cambiará el suyo sino
por orden y con el consentimiento del inspector de las escuelas." Habrá de hacer de modo que
"aquellos cuyos padres son descuidados y tienen parásitos estén separados de los que van
limpios y no los tienen; que un escolar frívolo y disipado esté entre dos sensatos y sosegados,
un libertino o bien solo o entre dos piadosos".

[…] Al organizar las "celdas", los "lugares" y los "rangos", fabrican las disciplinas espacios
complejos: arquitectónicos, funcionales y jerárquicos a la vez. Son unos espacios que
establecen la fijación y permiten la circulación; recortan segmentos individuales e instauran
relaciones operatorias; marcan lugares e indican valores; garantizan la obediencia de los
individuos pero también una mejor economía del tiempo y de los gestos. […] La primera de las
grandes operaciones de la disciplina es, pues, la constitución de "cuadros vivos" que trasforman
las multitudes confusas, inútiles o peligrosas, en multiplicidades ordenadas. La constitución de
"cuadros" ha sido uno de los grandes problemas de la tecnología científica, política y económica
del siglo XVIII: disponer jardines de plantas y de animales, y hacer al mismo tiempo
clasificaciones racionales de los seres vivos; observar, controlar, regularizar la circulación de
las mercancías y de la moneda y construir así un cuadro económico que
pueda valer como principio de enriquecimiento; […] El cuadro, en el siglo La disciplina, un
principio de
XVIII, es a la vez una técnica de poder y un procedimiento de saber. Se enriquecimiento
trata de organizar lo múltiple, de procurarse un instrumento para
recorrerlo y dominarlo; se trata de imponerle un "orden".

[…] Pero el cuadro no desempeña la misma función en estos diferentes registros. […] En la
forma de la distribución disciplinaria, la ordenación en cuadro tiene como función, por el
contrario, tratar la multiplicidad por sí misma, distribuirla y obtener de ella el mayor número
de efectos posibles.

[…] Walhausen, en los albores del siglo XVII, hablaba de la "recta disciplina" como de un arte
del "buen encauzamiento de la conducta". El poder disciplinario, en efecto, es un poder que, en
lugar de sacar y de retirar, tiene como función principal la de "enderezar
Los medios del conductas"; o sin duda, de hacer esto para retirar mejor y sacar más. No
buen encadena las fuerzas para reducirlas; lo hace de manera que a la vez pueda
encauzamiento multiplicarlas y usarlas. En lugar de plegar uniformemente y en masa todo lo
que le está sometido, separa, analiza, diferencia, lleva sus procedimientos de descomposición
hasta las singularidades necesarias y suficientes. "Encauza" las multitudes móviles, confusas,
inútiles de cuerpos y de fuerzas en una multiplicidad de elementos individuales
—pequeñas células separadas, autonomías orgánicas, identidades y La disciplina como
continuidades genéticas, segmentos combinatorios. La disciplina "fabrica" “fábrica” de
individuos; es la técnica específica de un poder que se da los individuos a individuos,
produce
la vez como objetos y como instrumentos de su ejercicio. […] El éxito del subjetividades
poder disciplinario se debe sin duda al uso de instrumentos simples: la
inspección jerárquica, la sanción normalizadora y su combinación en un procedimiento que le
es específico: el examen. […]

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[…] Desarrollase entonces toda una problemática: la de una arquitectura que


Una
ya no está hecha simplemente para ser vista (fausto de los palacios), o para
arquitectura
vigilar el espacio exterior (geometría de las fortalezas), sino para permitir un
para el control
control interior, articulado y detallado —para hacer visibles a quienes se
encuentran dentro; más generalmente, la de una arquitectura que habría de ser un operador
para la trasformación de los individuos: obrar sobre aquellos a quienes abriga, permitir la presa
sobre su conducta, conducir hasta ellos los efectos del poder, ofrecerlos a un
El edificio
conocimiento, modificarlos. […] 4. Así es como se organiza poco a poco el hospital- hospital
edificio como instrumento de acción médica: debe permitir observar bien a los
enfermos, y así ajustar mejor los cuidados; la forma de las construcciones debe impedir los
contagios, por la cuidadosa separación de los enfermos: la ventilación y el aire que se hacen
circular en torno de cada lecho deben en fin evitar que los vapores deletéreos se estanquen en
torno del paciente, descomponiendo sus humores y multiplicando la enfermedad por sus efectos
inmediatos. El hospital —el que se quiere disponer en la segunda mitad del siglo, y para el cual
se han hecho tantos proyectos después del segundo incendio del Hôtel-Dieu— no es ya
simplemente el techo bajo el que se cobijaban la miseria y la muerte cercana; es, en su
materialidad misma, un operador terapéutico.

[…] Como la escuela-edificio debe ser un operador de encauzamiento de la


El edificio
escuela conducta. Es una máquina Pedagógica […] Educar cuerpos vigorosos, imperativo
militar
de salud; obtener oficiales competentes, imperativo de calidad; formar militares
obedientes, imperativo político; prevenir el libertinaje y la homosexualidad, imperativo
de moralidad. Cuádruple razón de establecer mamparos estancos entre los individuos, pero
también aberturas de vigilancia continua.

El edificio mismo de la Escuela debía ser un aparato para vigilar; los aposentos estaban
repartidos a lo largo de un pasillo como una serie de pequeñas celdas; a intervalos regulares,
se encontraba el alojamiento de un oficial, de manera que "cada decena de alumnos tiene un
oficial a derecha y a izquierda"; los alumnos estaban encerrados allí durante toda la noche.

[…] El aparato disciplinario perfecto permitiría a una sola mirada verlo todo permanentemente.
Un punto central sería a la vez fuente de luz que iluminara todo, y lugar de convergencia para
todo lo que debe ser sabido: ojo perfecto al cual nada se sustrae y centro hacia el cual están
vueltas todas las miradas.

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[…] El mismo movimiento en la organización de la enseñanza elemental: especificación de la


vigilancia, e integración al nexo pedagógico. El desarrollo de las escuelas parroquiales, el
aumento del número de sus alumnos, la inexistencia de métodos que permitieran reglamentar
simultáneamente la actividad de una clase entera, con el desorden y la confusión consiguientes,
hacían necesaria la instalación de controles. Para ayudar al maestro,
La disciplina en
Batencour elige entre los mejores alumnos a una serie de
las escuelas
parroquiales "oficiales", intendentes, observadores, instructores, Intendentes
repetidores, recitadores de oraciones, oficiales de
Observadores
escritura, habilitados de tinta, cuestores de pobres y visitadores. Los Admonitores
papeles así definidos son de dos órdenes: unos corresponden a cometidos Visitantes
Repetidores
materiales (distribuir la tinta y el papel, dar el sobrante del material a los Recitadores
pobres, leer textos espirituales los días de fiesta, etcétera); los otros son Instructores, etc.
del orden de la vigilancia: los "observadores" deben tener en cuenta quién Sistema de
ha abandonado su banco, quién charla, quién no tiene rosario ni libro de vigilancia mutua
horas, quién se comporta mal en misa, quién comete algún acto de
inmodestia, charla o griterío en la calle"; los "admonitores" se encargan de
"llevar la cuenta de los que hablan o estudian sus lecciones emitiendo un zumbido, de los que
no escriben o juguetean"; los "visitantes" investigan, en las familias, sobre los alumnos que no
han asistido algún día a clase o que han cometido faltas graves. En cuanto a los "intendentes",
vigilan a todos los demás oficiales. Tan sólo los "repetidores" desempeñan un papel pedagógico:
hacen leer a los alumnos de dos en dos en voz baja.

[…] Algunas décadas más tarde, […] las funciones de vigilancia llevan ahora aparejadas casi
todas un papel pedagógico: un auxiliar enseña a coger la pluma, guía la mano, corrige los
errores y a la vez "señala las faltas cuando se discute"; otro auxiliar desempeña las mismas
tareas en la clase de lectura; el intendente, que controla a los demás oficiales y vigila la actitud
general, está también encargado de "acostumbrar a los recién llegados al estilo de los ejercicios
de la escuela"; los decuriones hacen recitar las lecciones y “marcan” a aquellos que no las
saben. […] Inscríbase en el corazón de la práctica de enseñanza una relación de vigilancia,
definida y regulada; […] como un mecanismo que le es inherente, y que multiplica su eficacia.

La vigilancia jerarquizada, continua y funcional no es, sin duda, una de las grandes
"invenciones" técnicas del siglo XVIII, pero su insidiosa extensión debe su importancia a las
nuevas mecánicas de poder que lleva consigo. El poder disciplinario, gracias a ella, se convierte
en un sistema "integrado".

[…]

1) […] En el taller, en la escuela, en el ejército, reina una verdadera micro penalidad del tiempo
(retrasos, ausencias, interrupciones de tareas), de la actividad (falta de atención,
Micro penalidad descuido, falta de celo), de la manera de ser (descortesía, desobediencia), de
del tiempo la palabra (charla, insolencia), del cuerpo (actitudes "incorrectas", gestos
impertinentes, suciedad), de la sexualidad (falta de recato, indecencia). Al mismo
tiempo se utiliza, a título de castigos, una serie de procedimientos sutiles, que van
desde el castigo físico leve, a privaciones menores y a pequeñas humillaciones. El castigo y su
Se trata a la vez de hacer penables las fracciones más pequeñas de la conducta función
y de dar una función punitiva a los elementos en apariencia indiferentes del disciplinadora

aparato disciplinario: en el límite, que todo pueda servir para castigar la menor
cosa; que cada sujeto se encuentre prendido en una universalidad castigable-castigante. "Con
la palabra castigo, debe comprenderse todo lo que es capaz de hacer sentir a los niños la falta

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que han cometido, todo lo que es capaz de humillarlos, de causarles confusión: cierta frialdad,
cierta indiferencia, una pregunta, una humillación, una destitución de puesto."

2) Pero la disciplina lleva consigo una manera específica de castigar, […] Lo que compete a la
penalidad disciplinaria es la inobservancia, todo lo que no se ajusta a la regla, todo lo que se
aleja de ella, las desviaciones. Es punible el dominio indefinido de lo no conforme: el soldado
comete una "falta" siempre que no alcanza el nivel requerido; la "falta" del alumno, es, tanto
como un delito menor, una ineptitud para cumplir sus tareas. […]

3) El castigo disciplinario tiene por función reducir las desviaciones. Debe, por lo tanto, ser
esencialmente correctivo. […] Como decía, por su parte, J.-B. de La Salle, "Los trabajos
impuestos como castigo […] son, de todas las penitencias, lo más honesto para un maestro, lo
más ventajoso y lo más agradable para los padres"; permiten "obtener, de las faltas mismas
de los niños, medios para hacerlos progresar al corregir sus defectos"; a aquellos, por ejemplo,
"que no hayan escrito todo lo que debían escribir o no se hayan aplicado a hacerlo bien, se les
podrá dar como castigo algunas líneas que escribir o que aprender de memoria" […]

4) El castigo, en la disciplina, no es sino un elemento de un sistema doble: gratificación-sanción.


El castigo: Y es este sistema el que se vuelve operante en el proceso de encauzamiento de
gratificación la conducta y de corrección. El maestro "debe evitar, tanto como se pueda, usar
sanción
de castigos; por el contrario, debe tratar de hacer que las recompensas sean
más frecuentes que las penas, ya que los perezosos se sienten más incitados por el deseo de
ser recompensados como los diligentes que por el temor de los castigos; por lo cual se obtendrá
un fruto muy grande cuando el maestro, obligado a usar del castigo, conquiste si puede el
corazón del niño, antes que aplicarle aquél". […]

5) La distribución según los rangos o los grados tiene un doble papel: señalar las La función de
los rangos
desviaciones, jerarquizar las cualidades, las competencias y las aptitudes; pero
también castigar y recompensar. Funcionamiento penal de la ordenación y carácter
ordinal de la sanción. La disciplina recompensa por el único juego de los ascensos, permitiendo
ganar rangos y puestos; castiga haciendo retroceder y degradando. El rango por sí mismo
equivale a recompensa o a castigo. […]

En suma, el arte de castigar, en el régimen del poder disciplinario, no tiende ni a la expiación


ni aun exactamente a la represión. Utiliza cinco operaciones bien distintas: referir los actos, los
hechos extraordinarios, las conductas similares a un conjunto que es a la vez campo de
comparación, espacio de diferenciación y principio de una regla que seguir. Diferenciar a los
individuos unos respecto de otros y en función de esta regla de conjunto —ya se la haga
funcionar como umbral mínimo, como término medio que respetar o como grado óptimo al que
hay que acercarse. Medir en términos cuantitativos y jerarquizar en términos de valor las
capacidades, el nivel, la "naturaleza" de los individuos. Hacer que juegue, a través de esta
medida "valorizante", la coacción de una conformidad que realizar. En fin, trazar el límite que
Castigar habrá de definir la diferencia respecto de todas las diferencias, la frontera exterior
normaliza de lo anormal (la "clase vergonzosa" de la Escuela militar). La penalidad perfecta
que atraviesa todos los puntos, y controla todos los instantes de las instituciones
disciplinarias, compara, diferencia, jerarquiza, homogeiniza, excluye. En una palabra,
normaliza.

[…] Aparece, a través de las disciplinas, el poder de la Norma. ¿Nueva ley de la sociedad
moderna?

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[…]

El examen combina las técnicas de la jerarquía que vigile y las de la sanción que normaliza. Es
una mirada normalizadora, una vigilancia que permite calificar, clasificar y castigar.
(Foucault, 2002, 145-153 y 175-189)

¡La ciencia no es neutral!: ciencia y valores (o ciencia e ideología)

Desde el siglo XVII los científicos han proclamado y celebrado la neutralidad


¿Es posible una
del conocimiento científico como virtud que va asociada a su
ciencia neutral,
Desterrar los
objetividad y a su autoridad irrecusable en su esfera no valorativa?
prejuicios (criterio propia. Las filosofías tradicionales de la ciencia han
de evidencia seguido siempre los principios reguladores de la labor científica y han
cartesiano), era el
objetivo de la ciencia
insistido en que el mundo externo que la ciencia ha de explorar tendrá sin
para alcanzar la duda propiedades únicas que son independientes de la mente humana
neutralidad individual [realismo]. Emprender esta exploración con espíritu partidista,
ya sea por motivos religiosos o políticos [prejuicios y tradición], sería limitar
la propia visión y arriesgarse a fracasar en la búsqueda de la verdad. Así pues, arrastrar a la
ciencia organizada hacia el caldero de la política -por ejemplo, conseguir que la Royal Society
apoyase o atacara al gobierno en el poder- sería traicionar toda la empresa de investigación.

(Ziman, 1986, 227)

La distinción [La] perspectiva optimista derivaba del convencimiento de que la ciencia y la


entre “ciencia técnica pertenecen a dos órdenes diferentes de actividades: el teórico y el
pura” (teoría)
práctico. La primera consistiría en la ideación y la acumulación de teorías, es
y aplicación
(práctica) decir, en un saber puro. La segunda, en cambio, en la invención Una
y la realización de aplicaciones prácticas. La ciencia sería un bien ingenuidad
optimista…
en sí; la técnica, por su parte, un instrumento neutro, cuyo valor depende
únicamente del empleo que hagamos de él. En definitiva, ella plantearía como
tal sólo el problema de su uso correcto. (Volpi, 2005, 147)

[…] El papel fundamental de la tecnología en la sociedad actual aparece de


Esta distinción forma precisa y transparente cuando advertimos que no es No hay tal
posibilitó la
en absoluto neutra sino que demanda y exige ciertos neutralidad
afirmación de que
la “ciencia” no es conocimientos y valores, o sea, nuevas formas de concebir
buena ni mala, sino y valorar la realidad que terminan imponiendo determinados patrones
que buenas o
culturales que condicionan y configuran nuestra civilización actual y futura.
malas son las
aplicaciones que (González, 1987, 267)
los hombres
hacemos

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Un caso ejemplar: la eugenesia

La Historia de la Eugenesia en Argentina resulta un tema privilegiado para Un caso que


apreciar el complejo entramado entre ciencia, tecnología y política, y para muestra la
falta de
constatar hasta qué punto el discurso científico sirvió para legitimar la neutralidad de
implementación de políticas de Estado, en este caso sanitarias, destinadas a la ciencia.
“[…] favorecer la reproducción de los individuos o grupos humanos considerados Toda ciencia
es política
valiosos y en impedir la reproducción de los individuos o grupos humanos
considerados disvaliosos o indeseables” (Cecchetto, 2008, 14). […] [Es necesario]
volver la mirada sobre la influencia de esta corriente científica, de alto impacto político en la
primera mitad del siglo XX, cuando la eugenesia, como disciplina científica, resultó un
instrumento, un medio, una herramienta, un discurso que permitió dar respuesta a la necesidad
de “modernizar” la sociedad.

El término “eugenesia” como el de “herencia” o “raza” animó la formulación de teorías científicas


tanto en la biología, como en sus proyecciones sobre las ciencias sociales como la psicología, la
sociología o la antropología a fines del siglo XIX y principios del XX, y a ese movimiento se lo
conoce como “socio-biología”. Esta corriente de pensamiento también identificada como
“darwinismo social” admite la idea de que la sociedad es una prolongación de la naturaleza ya
que rigen las mismas leyes para ambas. El término “eugenesia” fue introducido en 1883 por sir
Francis Galton (antropólogo, psicólogo y eugenista inglés, 1822-1911), primo de Charles Darwin
y nieto de Erasmus Darwin. Galton, profundamente influenciado por la lectura de El origen de
las especies, se dedicó al estudio de la herencia mediante mediciones, lo que dio lugar al
desarrollo de estudios “biométricos”. En base a los nuevos conocimientos sobre la selección
natural, Galton se interesó por los estudios sobre la selección artificial pero guiada
científicamente. Se cuestionó si así cómo es posible aplicar un programa de mejora para
especies vegetales y animales, es aplicable también un programa para la especie humana para
favorecer la reproducción de los individuos más aptos y desalentar la reproducción de los menos
aptos. Este conocimiento luego podría ser aplicado para mejorar las condiciones de vida de las
personas, para prevenir enfermedades, disminuir la pobreza, la delincuencia y mejorar las
condiciones de salud física e intelectual con nuevas herramientas científicas. Para ello propuso
como tema de interés para el progreso social que las fuerzas ciegas de la selección natural
fueran sustituidas por acciones conscientes y planificadas. […] En 1884 establece en Londres su
primer Laboratorio Antropométrico en ocasión de la International Health Exhibition donde de la
medición de los cuerpos y de la inteligencia amplió el campo de estudio a la medición de las
sensaciones y fenómenos mentales. Galton abogó para que esos gabinetes antropométricos se
instalaran en las escuelas, en los cuarteles militares, en las cárceles, hospitales y otras
instituciones sociales para establecer una clave de correlación entre morfología y carácter, es
decir, entre caracteres físicos, intelectuales y morales. En 1886 se dedicó especialmente al
estudio de las huellas dactilares bajo la idea de identificar potenciales criminales o individuos
antisociales a partir de la clasificación de este rasgo físico. La siguiente obra publicada fue
Natural Inheritance (1889) dedicada al estudio estadístico de poblaciones. Los últimos años de
Galton estuvieron dedicados a otorgarle status científico a sus teorías, y para ello dispuso de
una Revista Biométrica (1901). Pero para posicionar este nuevo saber socialmente debía
conseguir un lugar en la Universidad de Londres por lo que ofreció, con fondos propios, al Rector
de esta casa de altos estudios un subsidio para instalar un laboratorio de análisis estadístico de
historias familiares y grupos poblacionales. La Eugenics Reccord Office comenzó su vida
académica en 1904 dando cursos sobre Eugenesia, y en 1906 se anexó al laboratorio de
Biométrica a cargo de Karl Pearson (científico inglés, 1857-1936) bajo la denominación de

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Galton Laboratory for National Eugenics. “Lo que la naturaleza hace ciega, lenta y burdamente
-decía Galton- el hombre debe hacerlo previsora, rápida y suavemente.” Esta prédica logró
atraer a un grupo de entusiastas dispuestos a llevar a la conciencia cívica este nuevo deber para
influir en los legisladores. Para ello formaron una sociedad denominada Eugenics Education
Society que comenzó sus actividades en Londres en 1908 formada por médicos, abogados y
personas influyentes con poca o ninguna capacitación científica en el tema pero con un alto
poder de penetración social. La Eugenics Society, como se la conoció, sirvió de modelo para
otras semejantes que se instalaron en al menos 40 países, entre los que se encontró Argentina.
Galton falleció en enero de 1911 y no llegó a ver las aplicaciones brutales de sus ideas en las
agendas políticas para el control social de los grupos desfavorecidos de la sociedad (Cecchetto,
2008, 125), para el exterminio racial de las consideradas “razas inferiores” y distintas políticas
destinadas a “higienizar” el cuerpo social bajo la excusa de combatir la homosexualidad, la
prostitución, el alcoholismo y otras conductas consideradas viciosas o anormales.

En Argentina, […] a diferencia de otros, en sus inicios las ideas eugenésicas tuvieron una
impronta progresista orientada a mejorar las condiciones de vida y reemplazar las normas
sociales heredadas de las costumbres coloniales por otras científicamente avaladas. Los
partidarios de la eugenesia en nuestro país fueron políticos, médicos, psiquiatras, escritores e
intelectuales de distinta orientación que se sumaron a un ideario apoyado en endebles bases
científicas pero de gran prestigio en el discurso de la época. La eugenesia, este nuevo saber,
precario desde el punto de vista teórico pero, en contraste, muy operativo desde el punto de
vista práctico, motorizó la adopción de muchas normativas sociales respecto a la profilaxis en
el cuidado de los niños, en estudios prenupciales, en la medición de coeficientes de inteligencia
en las escuelas y universidades, así como las medidas tendientes al control demográfico, como
la implementación de la educación sexual en las escuelas como medida profiláctica, y también
normas de alimentación e higiene personal.

En nuestro país, la educación pública fue un territorio de especial interés para los eugenistas
bajo la idea de que los maestros debían trabajar conjuntamente con los médicos en la formación
de las nuevas generaciones de ciudadanos. En 1932 se fundó la Asociación Argentina de
Biotipología, Eugenesia y Medicina Social (AABEMS) que fue absorbida por la Secretaría de Salud
Pública de la Nación en 1943 con el principal objetivo de conocer los biotipos étnicos de la
población argentina para diagnosticar, en base a este conocimiento, medidas de medicina social.
La aplicación de técnicas eugenésicas como la craneometría, la frenología, la antropología
criminal, los tests de Cociente Intelectual, la confección de fichas antropométricas en escuelas,
no sólo son expresión de determinismo biológico sino, sobre todo, de intentos de medir y
sancionar científicamente la desigualdad (una cuestión social y política) a partir de la diversidad
(una cuestión biológica). (Palma y Gómez, 2009). En 1933 la Dirección General de Escuelas de
la Provincia de Buenos Aires implementa de manera experimental la ficha biotipológica en la
Provincia de Buenos Aires. El decreto ordena la implementación de la ficha biotipológica escolar
experimental en dos escuelas de la provincia: la Nº 1 de San Isidro y la Nº 66 de La Plata.
Luego, la AABEMS funda, en mayo de 1934, la Escuela Politécnica de Biotipología, Eugenesia y
Medicina Social, con el objetivo de formar a los maestros que actuarían como asistentes
escolares en la confección y análisis de las fichas biotipológicas. Y en 1935, la Municipalidad de
la Capital Federal confió también a la AABEMS la confección de la ficha biotipológica de los 3000
niños que concurrían a la colonia de vacaciones de la Quinta Presidencial de Olivos. (Palma y
Gómez, 2009). Cierra el artículo con esta inquietante conclusión:

20
UBA XXI – Filosofía – Apunte de Cátedra: Lo que la idea del progreso nos dejó

La biotipología actualiza en nombre de la ciencia lo que los delantales blancos -señal


clara de igualdad- pretendían disimular: la indagación, control y medición de la
diversidad que justificara la desigualdad. (Palma y Gómez, 2009)

Como destaca Cecchetto, la eugenesia fue más una preocupación de gentlemans de buena cuna
que se dedicaban a estudios científicos entre otras ocupaciones que de científicos profesionales
formados académicamente, es decir, de personas de ascendencia social que desestimaban los
debates teóricos y buscaban la rápida utilización de estas ideas. Desde el punto de vista de los
estudios científicos en las Universidades Nacionales, los estudios sobre genética comenzaron en
nuestro país con 30 años de demora respecto a Europa. El Instituto Fitotécnico de Santa
Catalina, dependiente de la Universidad de La Plata fue fundado en 1929, en el mismo año en
que también se fundó la Facultad de Agronomía y Veterinaria de la U.B.A. En 1938 se dictaron
por primera vez los cursos de citología y genética en la Facultad de Ciencias Exactas y Naturales
(U.B.A.) (Ambrosini y Beraldi, 2015, 499-503)

A partir del S.XX ya no


La asociación entre la ciencia y el progreso humano ya
puede haber separación
entre ciencia y técnica no resulta más tan evidente e inmediata como antes. Ya no sólo hay
5
Se percibe que la tecnociencia esconde peligros, que cuidarse de
las aplicaciones,
puesto que se está haciendo cada vez más manipuladora […] La pureza y la sino también de
neutralidad cognitiva de la tecnociencia ya no son obvias ni se dan por las propias
descontadas: el peligro potencial se advierte no sólo en el plano de las teorías, porque
hay una
aplicaciones sino también en el nivel de la investigación de base. Y ello a tal interconexión
punto que se plantea la cuestión de si no será oportuno introducir moratorias o
directamente prohibir determinadas investigaciones y experimentaciones,
limitando así una de las conquistas fundamentales e imprescindibles de la modernidad: el
principio de libertad de investigación. (Volpi, 2005, 149-150)

Lo ideológico [La] absorción de la ideología por la realidad no significa, sin embargo, el «fin
está en la basede la ideología». Por el contrario, la cultura industrial avanzada es, en un sentido
de cualquier específico, más ideológica que su predecesora, en tanto que la
producción
científica ideología se encuentra hoy en el propio proceso de producción.
Se producen
Bajo una forma provocativa, esta proposición revela los aspectos teorías
políticos de la racionalidad tecnológica predominante. El aparato productivo, y científicas con
determinados
los bienes y servicios que produce, «venden» o imponen el sistema social como
fines que son
un todo. Los medios de transporte y comunicación de masas, los bienes de considerados
vivienda, alimentación y vestuario, el irresistible rendimiento de la industria de valores.
las diversiones y de la información, llevan consigo hábitos y actitudes prescritas,
ciertas reacciones emocionales e intelectuales que vinculan de forma más o menos agradable
los consumidores a los productores y, a través de éstos, a la totalidad. (Marcuse, 1984, 41-42)

Más duramente estamos entregados a la técnica cuando la consideramos como algo neutral;
pues, esta concepción, que tiene hoy día gran aceptación, nos vuelve
La idea de
completamente ciegos para la esencia de la técnica. (Heidegger, 1997, 113) neutralidad es
manipuladora

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UBA XXI – Filosofía – Apunte de Cátedra: Lo que la idea del progreso nos dejó

La creencia en la neutralidad de la técnica (no sólo de la moderna) es absolutamente


insostenible. […] Si es cierto que el desarrollo de la técnica occidental se ha hecho en base al
aumento de control y seguridad sobre lo imprevisto (lo «natural»), habría que preguntarse más
bien por las razones de esa necesidad de control y seguridad. […] La mentada necesidad de
control y seguridad no deja libre para la propuesta de fines: al contrario, los mata de raíz. ¿Qué
pretende ese control, sino cegar las fuentes mismas del hombre, obturar tanto el ansia de
identidad (y hablamos de las tradiciones de un pueblo como «señas de identidad»)
Un mundo
in-mundo como la entrega a las diferencias infinitas, a las «ofertas» de lo real? Un mundo
enteramente controlado, administrado, sería algo in-mundo, y no sólo en el sentido
vulgar, sino literalmente: nada habría que ordenar. (Duque, 1995, 37)

Siempre se ha registrado en el capitalismo una presión institucional a elevar la productividad


del trabajo por medio de la introducción de nuevas técnicas. Pero las innovaciones dependían
de inventos esporádicos, que, por su parte, podían ciertamente estar inducidos
económicamente, pero que no tenían un carácter organizado. Pero esto ha variado
La ciencia y la en la medida en que el progreso científico y el progreso técnico han quedado
técnica asociados y se alimentan mutuamente. Con la
reemplazan al
hombre en la investigación industrial a gran escala, la ciencia, la La investigación científica
producción; técnica y la revalorización del capital confluyen en un para la producción de
armamentos
aunque aún único sistema. Mientras tanto esa investigación
necesitan de él,
ya es en otra industrial ha quedado asociada además con la investigación nacida de los
relación encargos del Estado, que fomentan ante todo el progreso técnico y científico en
el ámbito de la producción de armamentos; y de ahí fluyen informaciones a los
ámbitos de la producción civil de bienes. De este modo, la ciencia y la técnica se
convierten en la primera fuerza productiva, y con ello, […] la fuerza de trabajo de los
productores inmediatos tiene cada vez menos importancia.

Mientras las fuerzas productivas dependían de manera intuitiva y evidente de las decisiones
racionales y de la acción instrumental de los hombres que producían en sociedad, podían ser
entendidas como un potencial de creciente disposición técnica, pero no podían ser confundidas
con el marco institucional en el que estaban insertas. Sin embargo, con el
Los intereses
progreso técnico y científico el potencial de las fuerzas productivas ha adoptado
están en la
una forma que hace que en la misma conciencia de los hombres el dualismo de base…
trabajo y de interacción pase a un segundo plano.

Ciertamente que lo mismo antes que ahora son los intereses sociales los que determinan la
dirección, las funciones y la velocidad del progreso técnico. Pero estos intereses definen al
sistema social tan como un todo, que vienen a coincidir con el interés por el mantenimiento del
sistema. […] (Habermas, 1984, 76-81)

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UBA XXI – Filosofía – Apunte de Cátedra: Lo que la idea del progreso nos dejó

Originalmente, la neutralidad de la ciencia tuvo que definirse sobre todo en relación con la
religión. La delineación de esta frontera fue escenificada en el proceso de Galileo por la
Inquisición y en los debates públicos que siguieron a la publicación de la teoría
darwiniana de la evolución. Fuera cual fuese el verdadero curso histórico de estos
acontecimientos, lo cierto es que han resultado ser mitos El Estado decide
Hoy la potentes en el establecimiento de la ideología de la ciencia sobre sus
investigación no “políticas
académica. […] científicas”. Así,
es individual, es
colectiva: o bien la ciencia
Hoy en día el desafío a la neutralidad de la ciencia procede
estatal o bien produce lo que
corporativa principalmente de la política. La colectivización de la ciencia el Estado
ha hecho que la investigación quedase bajo el control del necesita o
permite
Estado, de tal modo que en las decisiones sobre la política científica
influyen inevitablemente consideraciones políticas.

En el extremo tecnológico del espectro de investigación y desarrollo, fuerzas políticas y


comerciales penetran en los huecos que dejan la ignorancia y la incertidumbre científicas, por
lo que al experto científico le resulta casi imposible mantener una postura neutral. […] Como
más adelante comprenderían los científicos que concibieron y construyeron las primeras armas
nucleares, no hay frontera visible alguna entre medios científicos y fines políticos.
La neutralidad Quizá la neutralidad política de la ciencia fue siempre un mito, […] desde luego,
valorativa de la
hoy en día, suponer que la búsqueda de conocimiento científico puede
ciencia: un
mito (eficaz) desconectarse de sus consecuencias y causas políticas es pecar de falta de
realismo. (Ziman, 1986, 227-228)

Los compromisos valorativos y los intereses ligados a ellos dan forma a las prácticas científicas
en cualquier área de investigación, de muchas maneras. 6 Ellos intervienen
Imbricación
indudablemente en la generación de los motivos, las preguntas y los problemas; entre hechos
en la formulación y la argumentación de sus respuestas; en la adopción de y valores
métodos y teorías; en los usos, distribución y ejercicio del poder; en el
reconocimiento; en la dirección de la financiación; en la conformación del sistema educativo, y
hasta en la composición misma de los grupos científicos (en términos de clase, género, raza,
etnia, religión). (Gómez, 2014, 135)

En suma, si durante el siglo XIX y a comienzos del XX la ciencia y la técnica fueron consideradas
-con las excepciones mencionadas- como directamente funcionales y favorables al progreso
humano, hoy nacen dudas respecto de tal identificación inmediata entre el progreso científico-
tecnológico y la realización cultural y espiritual del hombre. La "epistemofilia" y la "tecnofilia" 7
ingenuas han dejado lugar a una actitud inspirada en la cautela y la vigilancia. (Volpi, 2005,
150)

Más sobre la no neutralidad de la ciencia: políticas científicas y poder

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UBA XXI – Filosofía – Apunte de Cátedra: Lo que la idea del progreso nos dejó

[…] La hegemonía actual de la ciencia no se debe a sus méritos, sino al tinglado que se ha
montado a su favor.

En este montaje está involucrado otro elemento que no debemos olvidar. Ya dije antes que las
ideologías pueden sucumbir aun en el caso de competencia leal. En los siglos XVI y XVII se dio
una competencia (más o menos) leal entre la ciencia y la filosofía occidentales antiguas y la
nueva filosofía científica; jamás hubo una competencia limpia entre este conjunto de ideas y los
mitos; las religiones y los procedimientos de las sociedades no occidentales. Estos mitos, estas
religiones y estos procedimientos desaparecieron o se deterioraron no porque la ciencia fuese
mejor, sino porque los apóstoles de la ciencia eran los conquistadores más
decididos y porque suprimieron materialmente a los portadores de las Una colonización
del conocimiento:
culturas alternativas. se sustituye una
visión por otra
No hubo ninguna investigación. No hubo ninguna comparación «objetiva» de
métodos y resultados. Hubo colonización y supresión de los puntos de vista de
las tribus y naciones colonizadas. Estos puntos de vista fueron sustituidos primero por la religión
del amor fraterno y después por la religión de la ciencia. Unos pocos científicos estudiaron las
ideologías tribales, pero -al estar llenos de prejuicios e insuficientemente preparados- fueron
incapaces de encontrar prueba alguna de superioridad o, cuanto menos, de igualdad (y, en caso
de haberla descubierto, no la habrían reconocido como tal). De nuevo vemos cómo la
superioridad de la ciencia no es el resultado de la investigación ni de los argumentos, sino de
presiones políticas, institucionales e incluso militares.

Para ver lo que sucede cuando se eliminan estas presiones o se utilizan contra la ciencia basta
con echar un vistazo a la historia de la medicina tradicional en China.

China fue uno de los pocos países que escapó al dominio intelectual ejercido por Occidente hasta
el siglo XIX. A comienzos del siglo XX una nueva generación, cansada de las viejas tradiciones
y de las restricciones que éstas conllevaban, a la vez que fascinada por la superioridad material
e intelectual de Occidente, importó la ciencia. La ciencia no tardó en dejar de lado todos los
elementos tradicionales. La medicina herbaria, la acupuntura, la moxibustión, la dualidad yin/
yang, la teoría de los chi, fueron ridiculizadas y eliminadas de las escuelas y los hospitales. Se
consideró a la medicina occidental como el único procedimiento sensato, actitud en la que se
persistió hasta aproximadamente 1954. Entonces el partido, advirtiendo la necesidad de una
supervisión política de los científicos, ordenó la vuelta de la medicina tradicional a los hospitales
y las universidades. Esta orden restauró la libre competencia entre la ciencia y la medicina
tradicional. Se descubrió entonces que ésta última disponía de métodos de diagnóstico y terapia
superiores a los de la medicina científica occidental. Quienes procedieron a comparar las
medicinas tribales con la ciencia hicieron descubrimientos similares. La lección que podemos
extraer es que las ideologías, prácticas, teorías y tradiciones no científicas pueden convertirse
en poderosos rivales de la ciencia y revelar las principales deficiencias de ésta si se les da la
posibilidad de entablar una competencia leal. Darles esta oportunidad es tarea de las
instituciones en una sociedad libre. (Fayerabend, 1982, 118-119)

Crítica a la modernidad: el lugar de la posmodernidad

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UBA XXI – Filosofía – Apunte de Cátedra: Lo que la idea del progreso nos dejó

[…] Ante la nueva situación surgieron las críticas contra la concepción “técnica” de la realidad y
del hombre, en la que los principios rectores serían el cálculo, la utilidad y el puro rendimiento,
y cuyo máximo peligro no estaría tan sólo en la destrucción final atómica, sino también en una
vida diaria en la que el hombre mismo estaría sometido al dominio de la técnica. De ahí que
muchos, dejando de lado estas y otras críticas que están dentro del ideal de mejoramiento de la
modernidad, hayan proclamado el final de ese ideal, su agotamiento y el comienzo de algo
radicalmente distinto que permita nuevas posibilidades de existencia. Esa sería la
postmodernidad, que sugiere la necesidad de una despedida de la modernidad, dadas las nuevas
condiciones de vida de la existencia actual que permiten mostrar a nuestra época como el lugar
en el que se anuncia para el hombre una diferente posibilidad de existencia. (González, 1987,
266)

3. La vida actual: de las grandes urbes a las ciudades globales,


industrialización y globalización

Adonde quiera que se dirigiese la mirada en aquellos primeros tiempos de la industrialización,


El progreso sólo se apreciaba la lucha por la existencia como fenómeno superficial: las
fábricas con sus chimeneas humeantes, las desoladas montañas de escombros de
la producción, los barrios miserables que, por efecto de la afluencia de la población rural a las
ciudades, se volvían cada vez más angostos. La meta que todos perseguían huía velozmente
en una espiral. Se perdía en la misma medida que se ganaba. El progreso, en su avance
unilateral, no podía detenerse. (Kokoschka, 1988, 36-37)

Los regionalistas como Bazin o Pereda, Bartels o Hugh Walpole, o los críticos de la
gran ciudad como Unamuno buscaban detener la rueda de la historia. No así los
Rechazo o
actitud que experimentaron la gran ciudad como un infierno, desde Baudelaire hasta Rilke
ambivalente y Azorín, entre otros. Su actitud ambivalente frente a la gran ciudad tiene, como
ante la Gran
todo lo que en el mundo de la modernidad parece a primera vista una
Ciudad
contradicción, su propia coherencia. Rilke y Azorín, para citar los más claros
ejemplos de esta problemática, no pretendieron refugiarse en la vida del campo o del pueblo.
Se diferenciaban de los regionalistas en el hecho de que mientras los primeros intentaban
restaurar o redescubrir el mundo íntegro y autónomo (es el caso de los modernismos
nacionalistas, como el brasileño y en parte el catalán, que comparten en sustancia metas
semejantes a las del indigenismo latinoamericano), los segundos, como Rilke, Azorín y tantos
otros, trataban de revalorar las cosas que habían perdido su propia significación en la sociedad
capitalista y burguesa. Es decir, intentaban ir más allá de la forma de vida abstracta,
impersonal, racional de la gran ciudad, de la sociedad (a diferencia de la
comunidad), sin volver por ello necesariamente a la vida simple, emotiva, íntegra
La mercancía:
del campo o del pueblo. Esa revaloración de las cosas fundaba su necesidad en todo tiene
la experiencia de la sociedad y de la vida urbana que precisamente había valor
enriquecido su horizonte y, con el "cosmopolitismo", su sensibilidad. Pues el económico, y
es el valor
revés -o si se quiere, más bien, la base- de este "cosmopolitismo" era el hecho supremo
de que, como apuntaba Marx, "la riqueza de las sociedades en las que domina
la forma capitalista de producción aparece como una 'monstruosa colección de
mercancías', y la mercancía singular como su forma elemental"

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UBA XXI – Filosofía – Apunte de Cátedra: Lo que la idea del progreso nos dejó

[…] Las cosas, convertidas en mercancías, pierden su individualidad, son cosas


Todo pasa a abstractas, impersonales, que han perdido su "aura", la nota personal del
ser efímero
productor, el "cuño individual" de que habla Simmel. Éste apuntó en su Filosofía
del dinero (1900) que la "facilidad con que se ganan y se pierden las [cosas]
poseídas, la fugacidad de su consistencia, de su gozo y de su cambio, Nostalgia por
lo perdido
brevemente: las consecuencias de la correlación del dinero, las han variado y
hecho indiferentes" y que la inseguridad frente a las cosas poseídas
específicamente crea el sentimiento "de que el núcleo y el sentido de la vida se nos escapan
de las manos".

A este sentimiento "corresponde una nostalgia profunda de dar a las cosas una nueva
significación, un más profundo sentido, un valor propio. Pero las vivaces excitaciones en el
arte, la búsqueda de nuevos estilos, de estilo en general, el simbolismo, y hasta la teosofía,
son síntomas de un anhelo de una nueva, más profundamente sensible significación de las
cosas -sea que cada una reciba un acento más valioso, más emotivo, sea que mediante la
fundación de un contexto, mediante la redención de su atomización la
Los objetos recupere-. Si el hombre moderno es libre -libre porque puede vender La búsqueda
de un nuevo
se vuelven todo, y libre porque puede comprar todo- entonces busca ahora, si sentido
un valor
fuerte bien frecuentemente en veleidades problemáticas, en los objetos
mismos, la fuerza, consistencia y unidad anímica que él ha perdido en las relaciones
con ellos, modificadas por el dinero"

[…] Esta revaloración de las cosas revela la dialéctica de la experiencia urbana. Tanto el lujo
como las cosas humildes (san Francisco de Asís inspira muchos poemas de los escritores de fin
de siglo, así en Darío o en Rilke, por ejemplo) eran objetos que habían creado la sensibilidad y
el horizonte para percibirlos como lujo y entorno. Pero esos mismos objetos, colocados en el
mundo de la experiencia diaria, multiplicados, accesibles a todos (al menos a la vista) en la
gran ciudad, perdieron lo que Walter Benjamín llamó "aura", el "aquí y el ahora del original",
su "autenticidad", y así la literatura de fin de siglo, al transponerlas en poesía y creación
literaria, al acentuar sus contornos y su valor, creyó recuperarlas, darles una nueva "aura" que
ya no descansaba en su pura originalidad, sino en el sentido profundo y trascendente que podía
encontrar en su simple humanidad o en su pasajero brillo. (Gutierrez Girardot, 2004, 115-118)

Hay una forma de experiencia vital —la experiencia del tiempo y el espacio, de uno mismo y
de los demás, de las posibilidades y los peligros de la vida— que comparten
La modernidad
como experiencia hoy los hombres y mujeres de todo el mundo de hoy. Llamaré a este
de vida conjunto de experiencias la «modernidad». Ser modernos es encontrarnos
en un entorno que nos promete aventuras, poder, alegría, crecimiento, transformación de
nosotros y del mundo y que, al mismo tiempo, amenaza con destruir todo lo que tenemos,
todo lo que sabemos, todo lo que somos. Los entornos y las experiencias modernos atraviesan
todas las fronteras de la geografía y la etnia, de la clase y la nacionalidad, de la religión y la
ideología: se puede decir que en este sentido la modernidad une a toda la
humanidad. Pero es una unidad paradójica, la unidad de la Modernidad:
En la desunión: nos arroja a todos en una vorágine de perpetua unidad de la
modernidad… desunión
todo lo sólido desintegración y renovación, de lucha y contradicción, de
se desvanece ambigüedad y angustia. Ser modernos es formar parte de un universo en el que,
en el aire como dijo Marx, “todo lo sólido se desvanece en el aire”. (Berman, 1989, 7)

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UBA XXI – Filosofía – Apunte de Cátedra: Lo que la idea del progreso nos dejó

El fundamento psicológico sobre el que se alza el tipo de individualidades urbanistas es el


acrecentamiento de la vida nerviosa, que tiene su origen en el rápido e ininterrumpido
intercambio de impresiones internas y externas. […] La gran urbe […] produce ya en los
fundamentos sensoriales de la vida anímica, en el quantum de la conciencia que ésta nos exige
a causa de nuestra organización como seres de la diferencia, una profunda oposición frente a
la pequeña ciudad y la vida del campo, con el ritmo de su imagen senso-espiritual de la vida
que fluye más lenta, más habitual y más regular.

A
partir de aquí se torna conceptuable el carácter La ciudad
El desarraigo
intelectualista de la vida anímica urbana, frente al de la (intelectualista) vs.
como
pequeña ciudad que se sitúan más bien en el sentimiento el campo (sensible)
problema:
hay que
y en las relaciones conforme a la sensibilidad. […] El tipo del
sublimarlo
urbanista (que, naturalmente, se ve afectado por cientos de modificaciones
individuales) se crea un órgano de defensa frente al desarraigo con el que la
amenazan las corrientes y discrepancias de su medio ambiente externo: en lugar de con el
sentimiento, reacciona frente a éstas en lo esencial con el entendimiento, para el cual, el
acrecentamiento de la consciencia, al igual que produjo la misma causa, procura la prerrogativa
anímica.

[…] Las grandes ciudades han sido desde tiempos inmemoriales la sede de la
economía monetaria, puesto que la multiplicidad y aglomeración del intercambio La gran
económico proporciona al medio de cambio una importancia a la que no hubiera ciudad, sede
del dinero
llegado en la escasez del trueque campesino. Pero economía monetaria y dominio
del entendimiento están en la más profunda conexión. Les es común la pura objetividad en el
trato con hombres y cosas, en el que se empareja a menudo una justicia formal con una dureza
despiadada. El hombre puramente racional es indiferente frente a todo lo auténticamente
individual, […] [Y] el dinero sólo pregunta por aquello que les es común a todos, por el valor
de cambio que nivela toda cualidad y toda peculiaridad sobre la base de la pregunta por el
mero cuánto. (Simmel, 1986, 247-249)

Erizada de torres, la ciudad proclama en la altura el vigor de un pueblo. Ya tiene Buenos


la corona gris de las grandes metrópolis, gris de humo –fundido con gris de Aires, una
nubes–, como Londres, como París, como las gigantescas urbes del mundo; ese gran ciudad
moderna
humo que se cierne hasta sobre las barriadas aristocráticas, hoy sacudidas
también por el dinamismo característico del pueblo porteño. (Caras y Caretas, 1930)

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UBA XXI – Filosofía – Apunte de Cátedra: Lo que la idea del progreso nos dejó

Buenos Aires ha crecido de manera espectacular en las dos primeras décadas del
La gran ciudad siglo XX. La ciudad nueva hace posible, literalmente verosímil y culturalmente
es el lugar del aceptable al flâneur que arroja la mirada anónima del que no será reconocido
anonimato
por quienes son observados, la mirada que no supone comunicación con el otro.
Observar el espectáculo: un flâneur es un mirón hundido en la escena urbana de la que, al
mismo tiempo, forma parte: en abismo, el flâneur es observado por otro flâneur
que a su vez es visto por un tercero, y… El circuito del paseante anónimo La gran ciudad es
sólo es posible en la gran ciudad que, más que un concepto demográfico o una categoría
ideológica, el
urbanístico, es una categoría ideológica y un mundo de valores. […] La
lugar del valor
ciudad se vive a una velocidad sin precedentes y estos desplazamientos modernidad,
rápidos no arrojan consecuencias solamente funcionales. La experiencia de progreso, cultura,
civilización…
la velocidad y la experiencia de la luz modulan un nuevo elenco de
La gran imágenes y percepciones: quien tenía algo más de veinticinco años
ciudad, con en 1925 podía recordar la ciudad de la vuelta del siglo y comprobar las
sus valores, diferencias. Sin duda, las cosas habían cambiado menos en Floresta que en el
se va
derramando,
centro. Pero la actividad del fomentismo, las uniones vecinales y cooperadoras,
del centro a el crecimiento de centros comerciales en los barrios relativamente alejados como
la periferia Villa Urquiza o Boedo, trasladaban hacia la periferia, atenuados, los rasgos del
centro.

Creo que el impacto de estas transformaciones tiene una dimensión subjetiva que se despliega
en un arco de tiempo relativamente breve: en efecto, hombres y mujeres pueden recordar una
ciudad diferente a aquella en la que están viviendo. Y además esa ciudad diferente fue el
escenario de la infancia o la adolescencia: el pasado biográfico subraya lo que se ha perdido (o
lo que se ha ganado) en el presente de la ciudad moderna. (Sarlo, 1988, 13 y 16-17)

Entre los muchos símbolos e imágenes con que Nueva York ha contribuido a la cultura
La Nueva moderna, en los últimos años uno de los más llamativos ha sido la imagen de la
York de los ruina y la devastación modernas. El Bronx, donde yo crecí, se ha convertido en la
años 80 contraseña internacional de las pesadillas urbanas de nuestra época: drogas,
pandillas, incendios premeditados, asesinatos, terror, miles de edificios
abandonados, bloques transformados en solares cubiertos de basuras y ladrillos. Diariamente,
cientos de miles de conductores, al utilizar la autopista del Bronx que pasa por el centro del
barrio, ven la horrible suerte corrida por el Bronx, aunque quizá no la comprendan.

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UBA XXI – Filosofía – Apunte de Cátedra: Lo que la idea del progreso nos dejó

Esta vía, aunque atascada noche y día por el tráfico pesado, es rápida, mortalmente rápida;
los límites de velocidad son transgredidos rutinariamente, incluso en las rampas de entrada y
salida, con pasos a nivel y peligrosas curvas; convoyes ininterrumpidos de enormes camiones,
con conductores ceñudamente agresivos, dominan el campo de visión; los coches zigzaguean
insensatamente entre los camiones: es como si en esta autopista se apoderara de todos una
prisa desesperada e incontrolable por salir del Bronx a la mayor velocidad que les permitan sus
ruedas. Una ojeada al paisaje urbano del norte o del sur —es difícil hacer algo más que echar
rápidas ojeadas, pues buena parte de la autopista está bajo el nivel del suelo, enmarcada por
muros de ladrillo de una altura de tres metros— sugerirá la causa: cientos de edificios
abandonados y tapiados y esqueletos de construcciones consumidas y carbonizadas; docenas
de manzanas donde no hay nada más que desperdicios y ladrillos rotos. Diez minutos por esta
ruta, dura prueba para cualquiera, es algo especialmente horrible para aquellos que recuerdan
el Bronx tal como era antes: que recuerdan estos barrios tales como en otros tiempos eran y
se desarrollaban, hasta que esta misma autopista atravesó su corazón, haciendo del Bronx,
por encima de todo, un lugar del que hay que salir. Para los hijos del Bronx, como yo, esta
autopista lleva una carga especial de ironía: mientras corremos a través del mundo de nuestra
infancia, apresurándonos por salir de él, aliviados a la vista del final, no somos meros
espectadores, sino también partícipes activos en el proceso de destrucción que nos rompe el
corazón. Dominamos las lágrimas y pisamos el acelerador.

[…]

Al ver cómo era derribado uno de los más encantadores de estos edificios para dejar paso a la
autopista, sentí una tristeza que, ahora puedo verlo, es endémica de la vida moderna. Pues a
menudo el precio de hacer avanzar y expandir la modernidad es la destrucción no sólo de
instituciones y ambientes «tradicionales» y «premodernos», sino también —y
El cambio de
aquí reside la verdadera tragedia— de todo lo más vital y hermoso del propio fisonomía de
mundo moderno. En el caso del Bronx, gracias a Robert Moses, la modernidad las ciudades
del bulevar urbano fue sentenciada por obsoleta y hecha pedazos por la
modernidad de la autopista interestatal. ¡Sic transit! Ser moderno resultaba mucho más
problemático y más peligroso de lo que yo había pensado. (Berman, 1989, 304-305 y 310)

Las
La arquitectura
demoliciones modernas son maravillosas,
NYC: la ciudad
moderna no espectacularmente semejantes a los lanzamientos de de los
cohetes. El edificio de veinte pisos cae por completo, a plomo,
tiene en cuenta “rascacielos”
la vida
hacia el centro de la tierra. Se hunde tieso como un maniquí y
sin perder de vista su compostura vertical, como si descendiera hacia una trampa,
y su propia superficie en el suelo absorbe sus escombros. He aquí un arte maravilloso de la
modernidad, que iguala al de los fuegos artificiales de nuestra infancia.

[…] No hay que humanizar la arquitectura. La anti-arquitectura, la auténtica […], la salvaje, la


inhumana, la que supera al hombre, se formó en Nueva York por sí sola, y sin tener en cuenta
la vida, el bienestar o la ecología ideal. Jugó a favor de las tecnologías duras, exageró las
dimensiones, apostó por el cielo y por el infierno. (Baudrillard, 1987, 27 y 30)

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UBA XXI – Filosofía – Apunte de Cátedra: Lo que la idea del progreso nos dejó

El número de sirenas aumenta, de día y de noche. Los coches son más rápidos, los anuncios
más violentos. La prostitución es total, la luz eléctrica también. Y el juego, todos los juegos, se
intensifican. Siempre ocurre cuando nos aproximamos al centro del mundo. Pero la gente
sonríe, sonríe incluso cada vez más, aunque nunca los unos con los otros, sino
siempre para sí mismos. Multitudes
solitarias
[…] Aquí el número de gente que piensa sola, que canta sola, que come y habla
sola por las calles es pavoroso. Sin embargo, no se aúnan. Por el contrario, se sustraen los
unos a los otros y su parecido es dudoso.

Pero hay cierta soledad que no se parece a ninguna. La del hombre que prepara públicamente
su almuerzo sobre un muro, sobre la capota de un coche o a lo largo de una verja, solo. Esto
se ve aquí por todas partes, es la escena más triste del mundo, más que la
Nueva York, the big
miseria. Más triste todavía que el mendigo es el que como a solas en
apple, es la ciudad
moderna por público.
antonomasia
[…] Nada tan intenso, tan electrizante, tan vital y animado como las calles
de Nueva York. Siempre lucen llenas de multitud, el tráfico, la publicidad, a veces con violencia
y otras con desenvoltura. Abarrotadas por millones de personas errantes, indolentes, violentas,
que parecen no tener nada qué hacer, y sin duda no lo tienen a no ser producir la trama
permanente de la ciudad. (Baudrillard, 1987, 26-27 y 31)

El espacio no es algo dado; no es un simple lugar en el que sucede la producción económica,


ni apenas el escenario en el que los actores sociales se relacionan. Como supo Una política del
ver el filósofo y geógrafo francés Henri Lefebvre ya en 1970, el modo de espacio
producción determina la producción del espacio: “El espacio y la política del
espacio expresan las relaciones sociales, al tiempo que inciden sobre ellas”. Esto es hoy mucho
más evidente que hace 40 años, y será por eso que cada vez más intelectuales
reivindican la obra de Lefebvre: en tiempos del capitalismo globalizado y de La “burbuja”
inmobiliaria
hegemonía del neoliberalismo, la financiarización de la economía global y los
avances tecnológicos que aceleran los procesos económicos han tenido una incidencia
determinante en la organización urbana.

La nueva base de acumulación del capital […] la globalización neoliberal, ha supuesto la


mercantilización y financiarización de la economía y de la vida, y eso tiene fuertes impactos en
la producción del espacio, tanto el urbano como el rural. En este último, este proceso se ha
reflejado en el terreno con “nuevos cercamientos”, esto es, el
Barrios de la alta
Privatización avance de la mercantilización y la privatización de bienes
burguesía
de los bienes comunales como el agua, la tierra y las semillas, en forma de (gentry), y
comunes y actividades extractivas que moldean los territorios de un exclusión de los
básicos barrios pobres
modo cada vez más acelerado y violento. En el espacio urbano,
fenómenos como la especulación inmobiliaria, la gentrificación de unos barrios
y la guetización de otros son algunos impactos. En síntesis, en la ciudad como
Impacto en las en el campo, la lógica financiera que impone la ley del valor
subjetividades.
de cambio es, cada vez más, la que decide el devenir de Por primera vez
Vemos el mundo en la historia, la
de otra manera. los territorios, de los lugares. Y eso no puede sino implicar
mayoría de la
profundas consecuencias para las subjetividades de la mujer población es
y el hombre del siglo XXI, en un mundo donde, por cierto, hay, por primera urbana
vez en la historia, una mayoría de población urbana. […]

30
UBA XXI – Filosofía – Apunte de Cátedra: Lo que la idea del progreso nos dejó

Uno de los efectos más visibles en las ciudades ha sido la creciente especulación urbanística,
que arrastra a fenómenos como la gentrificación […], un proceso de transformación urbana en
que la población original de un barrio deteriorado es progresivamente desplazada por otra de
un mayor nivel adquisitivo. Primero suben los precios, a menudo
La gentrificación
en Buenos Aires: simultáneamente a la apertura de modernos comercios y cafés; eso forzará
Palermo y San paulatinamente a los antiguos vecinos a desplazarse a zonas más periféricas.
Telmo Si bien se trata de un fenómeno mucho más avanzado en Europa
[…] avanza también sobre América Latina: ahí están, en Buenos Aires, los casos El capital
financiero
de Palermo y, más tímidamente, San Telmo. global
En un mundo en que la lógica financiera rige cada vez más ámbitos de la vida y decide sobre
los usos del
existen inversores globales cada vez más poderosos, el riesgo es espacio
La creación de que sea únicamente el capital financiero quien, con sus
valor se
inversiones selectivas, decida a su antojo sobre el uso del espacio, sin más
convierte en el
único valor de objetivos que la creación de valor. Frente a consideraciones de orden político,
un espacio, de social o medioambiental, manda quien paga, al tiempo que la producción del
una ciudad
espacio se torna un elemento clave para la acumulación de
capital en el siglo XXI. El resultado son “ciudades globales” […] Las nuevas formas
Son, cada vez más, núcleos urbanos de límites desdibujados, una especie de administrar el
espacio generan
de mancha urbana que tiñe todo el territorio y que crece mayores
desordenadamente, sin contemplaciones ambientales. El suelo reafirma su desigualdades
condición de mercancía […] Por supuesto, estos cambios producen ganadores
y perdedores y, a menudo, profundizan la brecha de la desigualdad que deja huellas evidentes
en la fisonomía de las grandes urbes […]

Ciudades Ciudades globales como Barcelona, Estambul, Nueva York o Río de Janeiro quedan
globales: marcadas como destinos turísticos o centros idóneos para las conferencias o los
Barcelona, negocios […]
Estambul,
Nueva York,Es fundamental en este proceso el papel del Estado, como ilustra el ejemplo de
etc.
los megaeventos deportivos, especialmente desde que los Juegos Olímpicos de
Barcelona en 1992 ofrecieron un modelo de cómo el capital podía rentabilizar al
máximo la celebración de un acontecimiento deportivo.
Los eventos
Aunque el relato que se difundió del proceso de reorganización del espacio deportivos, una
urbano en Barcelona fue triunfalista, hubo también perdedores, que oportunidad para
permanecieron invisibilizados […] Lo han vivido en sus cuerpos los la transformación
de las ciudades
habitantes de las favelas de San Pablo o Río de Janeiro, para quienes las
millonarias inversiones del Mundial de Fútbol de 2014 y los Juegos Olímpicos
cariocas de 2016 han sido la excusa para expulsarlos de aquellas zonas de la ciudad
ambicionadas por el sector turístico e inmobiliario.

Los megaeventos de Brasil han sido también el lamentable ejemplo de cómo, cuando las
medidas del Estado no gozan de legitimidad, se recurre sistemáticamente a la violencia. […]

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UBA XXI – Filosofía – Apunte de Cátedra: Lo que la idea del progreso nos dejó

[…] En los países del Sur global, el capital ha encontrado dos motores para activar esos grandes
proyectos: de un lado, los (mal llamados) desastres naturales, como sucedió en Haití tras el
terremoto de 2010; de otro, los megaeventos deportivos […] En el
Los desplazamientos
Creciente camino, las comunidades desplazadas, para las que su “forzosos” alteran
desigualdad territorio sí tenía un valor diferente del precio, pierden lazos los vínculos sociales
sociales y vínculos identitarios, además de precarizar su
acceso a las infraestructuras urbanas y los servicios públicos básicos.

Así, un desarrollo urbano abandonado a los caprichos del mercado produce y


El country: un
gueto burguésreproduce una creciente desigualdad que se plasma en el aumento de las villas
contra el
miseria en paralelo al de los condominios cerrados. La ciudad desigual,
miedo
guetizada, es también la ciudad del miedo. […] El fenómeno de los countries en
Buenos Aires, que se inició en los neoliberales años 90, es un ejemplo ilustrativo. […] (Castro,
2016, 34-35)

Lo que hasta no hace mucho (¿30 años?) no parecía posible ahora lo es: ver más allá del
horizonte físico que abarcan nuestros ojos. Para eso el ojo tecnológico mira por nosotros y nos
entrega imágenes, sonidos, información sin que nos movamos. A comienzos de este año, en
un breve ensayo que viene al caso, titulado Provincianos y cosmopolitas […], el filósofo,
novelista y poeta catalán Rafael Argullol rescató un relato de Xavier de Maistre […], que en su
momento tuvo bastante difusión: Viaje alrededor de mi cuarto (también se lo cita
como Expedición nocturna alrededor de mi habitación). De Maistre, francés, hermano del
filósofo Joseph de Maistre, [era un] acérrimo crítico de la Revolución, […].

Viaje alrededor de mi cuarto es producto de una enfermedad que durante más de 40 días le
impidió a su autor salir de su habitación. Valiéndose de su propio cosmopolitismo y
conocimiento del mundo, de las diferentes culturas y personas, De Maistre imaginó un largo
viaje durante el cual se sucedían escenarios, personajes, riquísimas y variadas ideas. Sin
Internet ni redes sociales, trajo el mundo entero, y más, a su pequeño entorno. Y desde allí
conservaba y celebraba la diversidad. Algo opuesto parece ocurrir hoy, cuando las herramientas
globalizadoras tienden a uniformar al planeta, a sus fenómenos, a las experiencias y a las
personas. Algo que es paradójico cuando dos palabras se multiplican por todos lados:
diversidad y personalizar.

El mundo real nos muestra, en cuanto nos paseamos por él, aeropuertos, museos, cines,
edificios, restaurantes, resorts, shoppings y hasta centros históricos de las ciudades, todos
similares entre sí, como diseñados en el mismo estudio por el mismo arquitecto.
Uniformizar:
el fin de la Salimos de nuestras fronteras para encontrarnos, cada vez más, con
El miedo a
diversidad la réplica de nuestros escenarios cotidianos. Temerosos de lo distinto, lo distinto
y clamando por seguridad, a pesar de la reiterada invocación de la
diversidad, cada vez nos atrevemos menos a explorarla más allá de declaraciones. Queremos
comer lo mismo que en casa, movernos como en nuestra ciudad, reconocer las mismas modas,
autos y arquitecturas y hablar el mismo idioma. Adoptamos entonces el inglés. De las seis mil
lenguas que quedan en el mundo, se calcula que desaparece un par cada dos semanas (con la
muerte de su último hablante), y que hacia fines de siglo se habrá extinguido el 95 por ciento
de ellas (según la Unesco y el Worldwatch Institute). Con cada lengua mueren culturas y
memorias. Lo realmente distinto va quedando arrinconado en zonas de penumbra mientras el
mundo se llena de turistas que pasan en masa por la superficie del planeta y cada vez hay
menos viajeros dispuestos a internarse en esa compleja riqueza que se alimenta de lo diverso.

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UBA XXI – Filosofía – Apunte de Cátedra: Lo que la idea del progreso nos dejó

Una cosa es la globalización, con sus herramientas que permiten acercamientos, mixturas,
intercambio de información y conocimiento, y otra es la uniformidad. Hay un peligro cierto de
que, con los instrumentos de aquella, esta última licúe y lime mucho de lo que hace tan
apasionante al universo que habitamos. Aquello que desde siempre convocó a la humanidad a
internarse en él.

De Maistre escribió Viaje alrededor de mi habitación porque era su manera de salir de su cuarto
y sondear el vasto mundo. Expandirlo. La uniformidad quita motivos para hacerlo. No habrá
allí nada nuevo, ningún misterio. Podremos quedarnos en nuestros cuartos, con nuestras
pantallas. Mientras afuera el mundo real seguirá su marcha, más ancho de lo que creemos. Y
más ajeno. (Sinay, 2016, 52)

4. La sociedad de consumo

Los productos adoctrinan y manipulan; promueven una falsa conciencia inmune a su falsedad.
Y a medida que estos productos útiles son asequibles a más individuos en más
clases sociales, el adoctrinamiento que llevan a cabo deja de ser publicidad; se El consumo
de productos
convierten en modo de vida. Es un buen modo de vida —mucho mejor que se torna un
antes—, y en cuanto tal se opone al cambio cualitativo. Así surge el modelo de modo de vida
pensamiento y conducta unidimensional en el que ideas, aspiraciones y objetivos,
que trascienden por su contenido el universo establecido del discurso y la acción, son
rechazados o reducidos a los términos de este universo. La racionalidad del sistema dado y de
su extensión cuantitativa da una nueva definición a estas ideas, aspiraciones y objetivos.
(Marcuse, 1984, 41-42)

La revolución del consumo que no llegará a su plenitud hasta pasada la Segunda


El consumo Guerra Mundial tiene, a nuestro modo de ver, un alcance mayor: reside
como esencialmente en la realización definitiva del objetivo secular de las
herramienta de
control sociedades modernas, es decir, el control total de la sociedad y, por otra
parte, la liberación cada vez mayor de la esfera privada en manos del
autoservicio generalizado, de la velocidad de la moda, de la flexibilidad de los principios, roles
y estatutos. Al absorber al individuo en la carrera por el nivel de vida, al legitimar la búsqueda
de la realización personal, al acosarlo de imágenes, de informaciones, de cultura, la sociedad
del bienestar ha generado una atomización o una desocialización radical, mucho mayor que la
que se puso en marcha con la escolarización en el siglo XIX. La era del consumo […] liquidó el
valor y existencia de las costumbres y tradiciones, produjo una cultura nacional y de hecho
internacional en base a la solicitación de necesidades e informaciones, arrancó al individuo de
su tierra natal y más aún de la estabilidad de la vida cotidiana, del estatismo inmemorial de las
relaciones con los objetos, los otros, el cuerpo y uno mismo. Es la revolución de lo cotidiano lo
que ahora toma cuerpo, después de las revoluciones económicas y políticas
En la sociedad de
consumo, las
de los siglos XVIII y XIX, después de la revolución artística a principios de
tradiciones siglo. El hombre moderno está abierto a las novedades, apto para cambiar
pierden valor sin resistencia de modo de vida […]

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UBA XXI – Filosofía – Apunte de Cátedra: Lo que la idea del progreso nos dejó

Con el universo de los objetos, de la publicidad, de los mass media, la vida cotidiana y el
individuo ya no tienen un peso propio, han sido incorporados al proceso de la moda y de la
obsolescencia acelerada: la realización definitiva del individuo coincide con su
desubstancialización, con la emergencia de individuos aislados y vacilantes, vacíos y reciclables
ante la continua variación de los modelos. Cae así el último reducto que escapaba a la
penetración burocrática, a la gestión científica y técnica de los comportamientos, al control de
los poderes modernos que en todas partes aniquilan las formas
tradicionales de sociabilidad y se dedican a producir-organizar El consumo no se
Una gran
impone por la
paradoja: lo que debe ser la vida de los grupos e individuos, hasta en fuerza, seduce,
libera y regula
sus deseos e intimidades. Control flexible, no mecánico o es mucho más
al mismo
totalitario; el consumo es un proceso que funciona por la sutil la
tiempo
imposición
seducción, los individuos adoptan sin dudarlo los objetos, las
modas, las fórmulas de ocio elaboradas por las organizaciones
especializadas pero a su aire, aceptando eso pero no eso otro, combinando libremente los
elementos programados. La administración generalizada de lo cotidiano no debe hacer olvidar
su correlato, la constitución de una esfera privada cada vez más personalizada e independiente;
la era del consumo se inscribe en el vasto dispositivo moderno de la emancipación del individuo
por una parte, y de la regulación total y microscópica de lo social por otra. (Lipovetsky, 1986,
106-107)

En efecto, se puede concebir el consumo como una modalidad característica de nuestra


civilización industrial, a condición de separarla de una vez por todas de su acepción común y
corriente: la de un proceso de satisfacción de las necesidades. […] Hay que afirmar claramente,
desde el principio, que el consumo es un modo activo de relación (no sólo con los objetos, sino
con la colectividad y el mundo), un modo de actividad sistemática y de respuesta global en el
cual se funda todo nuestro sistema cultural.

Hay que afirmar claramente que no son los objetos y los productos materiales los que
constituyen el objeto de consumo: solamente son el objeto de la necesidad y de la satisfacción.
Siempre se ha comprado, poseído, disfrutado, gastado y, sin embargo, no se “consumía”. Las
fiestas “primitivas”, la prodigalidad del señor feudal, el lujo del burgués del siglo XIX no son
consumo. Y si justificamos el uso de este término para la sociedad contemporánea, no es porque
comamos mejor y más, porque absorbamos más imágenes y mensajes, porque
dispongamos de más aparatos y gadgets. Ni el volumen de bienes ni la El consumo en
la sociedad
satisfacción de las necesidades bastan para definir el concepto de consumo: no actual
son sino una condición previa. El consumo no es ni una práctica material, ni una
fenomenología, de la “abundancia”, no se define ni por el alimento que se digiere, ni
por la ropa que se viste, ni por el automóvil de que uno se vale, ni por la sustancia
Consumimos oral y visual de las imágenes y de los mensajes, sino por la organización de todo
signos:
-de cultura esto en sustancia significante; es la totalidad virtual de todos los objetos y
-de moda mensajes constituidos desde ahora en un discurso más o menos coherente. En
-de clases cuanto que tiene un sentido, el consumo es una actividad de
-de poder Lo que
-de género manipulación sistemática de signos.
consumimos
-de política
etc.
El objeto–símbolo tradicional (las herramientas, los muebles, la unxs nos
diferencia de lo
casa misma), mediador de la relación real, o de una situación
que consumen
vivida, que lleva claramente impresa en su sustancia y en su forma otrxs
la dinámica consciente o inconsciente de esta relación, que por lo tanto no es

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UBA XXI – Filosofía – Apunte de Cátedra: Lo que la idea del progreso nos dejó

arbitrario, este objeto ligado, impregnado, cargado de connotaciones, pero viviente siempre por
su relación de interioridad, de transitividad hacia el hecho o el gesto humano (colectivo pero
individual), ese objeto no es consumido. Para volverse objeto de consumo es preciso que el
objeto se vuelva signo, es decir, exterior, de alguna manera, a una relación que no hace más
que significar. Por consiguiente, arbitrario y no coherente con esta relación concreta, pero que
cobra su coherencia, y por tanto su sentido, en una relación abstracta y sistemática con todos
los demás objetos–signo. Entonces se “personaliza”, forma parte de la serie, etc., es consumido,
nunca en su materialidad, sino en su diferencia.

[…] Esto explica que el consumo no tenga límites. Si fuese aquello que uno cree ingenuamente
que es: una absorción, una devoración, se tendría que llegar a una saturación.
El consumo no Si fuese relativo al orden de las necesidades, se habría de llegar a una
satisface, no
satisfacción. Ahora bien, sabemos que no hay tal: se desea consumir cada vez
se consuma, es
ilimitado, no más. Esta compulsión de consumo no se debe a alguna fatalidad
tiene fin psicológica […], ni a un simple constreñimiento de prestigio. El consumo no
Si el consumo parece ser incontenible, es precisamente porque es satisfacción
de necesidades
es una práctica idealista total que no tiene nada que ver […] con la satisfacción
de necesidades, ni con el principio de realidad. Es porque está dinamitada por el
El consumo: proyecto perpetuamente decepcionado y sobreentendido en el objeto. El
un proyecto
de vida. Me
proyecto inmediatizado en el signo transfiere su dinámica existencial a la
voy a comprar posesión sistemática e indefinida de objetos-signo de consumo. Ésta, entonces,
esto, y lo otro, sólo puede rebasarse, o reiterarse continuamente para seguir siendo lo que es:
y lo otro…
una razón de vivir. El proyecto mismo de vivir, fragmentado, decepcionado,
significado, se reanuda y se aniquila en los objetos sucesivos. “Moderar”, el
consumo o pretender establecer una red de necesidades capaz de normalizarlo es propio de un
moralismo ingenuo o absurdo. (Baudrillard, 1969, 223-224 y 229)

5. La democracia, un producto del progreso: la democracia en crisis

La derrota del fascismo y del nacional-socialismo no ha detenido la tenencia hacia el


totalitarismo. La libertad está en retirada, tanto en el dominio del
La persistencia
pensamiento como en el de la sociedad. […]
del totalitarismo
Desde el comienzo, la idea y la realidad de la Razón en el período moderno político

contenían los elementos que ponían en peligro su promesa de una existencia libre
y plena: la esclavitud del hombre a través de su propia productividad, la glorificación de la
satisfacción propuesta, el dominio represivo de la naturaleza en el hombre y fuera de él, el
desarrollo de las potencialidades humanas dentro del cuadro de la dominación. (Marcuse, 1967,
401)

Uniformidad […] La clase política se transforma en un mismo grupo a escala mundial. […] Como
política resultado de las crisis, los regímenes políticos clásicos crean frustración,
malentendidos, ira y una oscura rebelión. Y todo se dirige contra el camino único
que hoy, con algunas diferencias, aunque pequeñas, proponen los miembros de la clase política.
Hoy el ejercicio de la política es el ejercicio de muy pequeñas diferencias en el marco del mismo
camino global.

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UBA XXI – Filosofía – Apunte de Cátedra: Lo que la idea del progreso nos dejó

Esto genera efectos en la sociedad: desorientación, ausencia total de dirección en la vida, falta
de visión estratégica sobre el futuro de la humanidad. Es una situación así, buena parte de la
gente busca en la oscuridad, en las falsas novedades, en las visiones irracionales, en el retorno
de las tradiciones muertas, una respuesta. Es así como, frente a la oligarquía
Trump, ¿un
nuevo política, aparece un nuevo tipo de activista y nuevos soportes de la demagogia
fascista? violenta y vulgar. […]

Esta nueva figura política [Trump] está cerca de los fascistas de los años treinta. Hay
similitudes, aunque faltan los grandes enemigos de aquella época: los partidos comunistas. Es
una especie de fascismo democrático –una determinación paradójica–, es decir, se trata de
políticos que se mueven en el plano democrático, dentro del aparato democrático, pero que
juegan un papel algo diferente. Tocan otra melodía: racista, machista, violenta y también –una
característica fascista– sin ninguna consideración por la lógica o la racionalidad. […] Porque el
discurso, […] es precisamente una dislocación del lenguaje, la posibilidad de decir algo y lo
contrario al mismo tiempo. El lenguaje no es el lenguaje de la explicación sino un lenguaje
orientado a crear efectos de sensibilidad, un lenguaje afectivo […]

Ya había ocurrido con Silvio Berlusconi, la primera figura de ese nuevo fascismo democrático
[…] Pero también en el caso de Viktor Orbán en Hungría y, según mi opinión, de Nicolás
Sarkozy. […] Y pienso que podemos llamarlos fascistas porque así era en los treinta: después
de todo, Hitler también triunfó en elecciones. Es una novedad, pero una novedad que se inscribe
en el contexto general del mundo de hoy. […] En algún sentido, el efecto de Trump es el efecto
de algo nuevo. Pero de hecho, en los detalles, no hay nada nuevo, porque no tiene nada de
nuevo ser racista o machista: son rasgos muy antiguos. Pero en el contexto de la oligarquía
global actual, esto que en realidad es tan antiguo parece nuevo. […] La conversión de lo viejo
en lo nuevo es otra de las características de este nuevo fascismo.

Esto describe el estado actual de la política atrapada en una dialéctica fatal de cuatro términos.

En primer lugar, la completa brutalidad y la violencia ciega del capitalismo. […]


La política
El segundo término es la descomposición de la oligarquía política clásica, la
actual:
descomposición de los partidos clásicos –demócrata, republicano, socialista– y la dialéctica
aparición de una suerte de nuevo fascismo. fatal de 4
términos
En tercer lugar, la frustración popular, el sentimiento de un desorden oscuro en la
opinión pública, y sobre todo en los sectores más pobres […]

El último término, el cuarto, es la falta absoluta de otra vía estratégica; la


Trump y H.
Clinton, son
ausencia, hoy, de una alternativa. […]
diferentes
Estos cuatro puntos –la dominación general y estratégica del capitalismo
pero lo
mismo. Misma globalizado, la descomposición de la oligarquía política clásica, la desorientación
visión del y frustración popular, y la falta de otra vía estratégica– configuran la crisis de
mundo
hoy.

[…] Hillary Clinton y Donald Trump son muy diferentes. […] Pero no podemos olvidar que en
algún punto esta diferencia existe dentro del mismo mundo. No es la expresión de dos
diferentes visiones estratégicas del mundo. […]

Por lo tanto, el resultado de la elección es puramente conservador: la continuación de la crisis


de los cuatro términos que expliqué antes. (Badiou, 2017, 13-14)

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UBA XXI – Filosofía – Apunte de Cátedra: Lo que la idea del progreso nos dejó

Hace veinticinco años, la expresión “movimiento antisistema” era usada con Movimientos
antisistema, de
frecuencia, […] para describir las diversas fuerzas de izquierda hostiles al ayer y de hoy
capitalismo. Hoy en día, sigue siendo pertinente en Occidente, pero su
significado cambió. Los movimientos contestatarios que se multiplicaron en el
El neoliberalismo transcurso de los últimos diez años ya no se rebelan contra el capitalismo,
como problema,
por pensarse sino contra el neoliberalismo8 –es decir, la desregulación de los flujos
como única
alternativa financieros, la privatización de los servicios públicos y la profundización de
las desigualdades sociales–, la variante del reinado del capital que se instauró
en Europa y Estados Unidos desde la década de 1980. El orden político y económico que deriva
de ella fue aceptado casi indistintamente por gobernantes de centroderecha y
Una
centroizquierda, consagrando el principio del pensamiento único ilustrado por estigmatización:
la máxima de Margaret Thatcher: “No hay alternativa”. Dos tipos de el populismo
movimiento se desarrollaron en reacción a ese sistema. Ya sean de derecha o
de izquierda, son estigmatizados por las clases dirigentes que los presentan como una amenaza
única: la del populismo.

No es casualidad que esos movimientos hayan aparecido antes en Europa que en Estados
Unidos. […] El Mercado Común de 1957 […] era el producto de un período de
El paso de un pleno empleo y de alza de los salarios medios, de afianzamiento la democracia
Estado fuerte e representativa y de desarrollo de los sistemas de redistribución. Los acuerdos
independiente a
un Estado comerciales derivados del Mercado Común invadían poco la soberanía de los
manejado por el Estados miembros, que salían más fortalecidos que debilitados. […]
poder financiero
[…] Desde mediados de la década de 1970, las sociedades capitalistas
desarrolladas entraron en una larga fase de declive […]: década tras década, una disminución
sostenida de las tasas de crecimiento y una desaceleración de la productividad, menos empleos
y más desigualdades, todo ello acompañado por fuertes recesiones. A partir de la década de
1980, en primer lugar en el Reino Unido y Estados Unidos y luego en el resto de Europa, la
estrategia se invirtió: reducción de las asignaciones sociales, privatización de las industrias y
de los servicios públicos, desregulación de los mercados financieros. El neoliberalismo hace su
entrada. […]

De la Unión Monetaria (1990) al Pacto de Estabilidad (1997), luego al Acta del Mercado Único
(2011) y al Pacto Presupuestario (2012), los Parlamentos nacionales fueron suplantados por
una estructura de autoridad burocrática protegida de la voluntad popular, como El “pacto” de
lo había predicho y reclamado el economista ultraneoliberal Friedrich Hayek. austeridad
Una vez que esa mecánica estuvo instalada, desde arriba pudo
Alineación
con Estados imponerse una austeridad draconiana a un electorado sin recursos, bajo la
Unidos dirección conjunta de la Comisión Europea y de […] Alemania […] convertida en el
Estado más poderoso de la Unión […] Durante el mismo período, la Unión y sus
miembros dejaron de desempeñar un rol en el mundo y de actuar a contracorriente de las
directivas estadounidenses. […]

Dado que la casta cada vez más oligárquica de la Unión Europea, ignorando Contra la “casta”:
los sucesivos referéndums, se burla de la voluntad popular e inscribe sus la derecha y la
izquierda
exigencias presupuestarias en la Constitución, no sorprende que provoque
tantos movimientos de protesta de todos los colores. ¿A qué se parecen estos? En el núcleo
duro de la Europa previa a la ampliación, en otras palabras, la Europa Occidental de la Guerra

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UBA XXI – Filosofía – Apunte de Cátedra: Lo que la idea del progreso nos dejó

Fría […], los movimientos de derecha dominan la oposición al sistema en Francia (Frente
Nacional, FN), Holanda (Partido por la libertad, PVV), Austria (Partido de la Libertad de Austria,
FPÖ), Suecia (Demócratas de Suecia), Dinamarca (Partido Popular Danés, DF), Finlandia
(Verdaderos Finlandeses), Alemania (Alternativa para Alemania, AfD) y Reino Unido (Partido
de la Independencia del Reino Unido, UKIP).

En cambio, en España, Grecia e Irlanda prevalecen los movimientos de izquierda,


respectivamente Podemos, Syriza y Sinn Féin. Italia constituye un caso aparte […] A este
conjunto se agrega Momentum, una organización que acaba de surgir en el Reino Unido al calor
de la inesperada elección de Jeremy Corbyn al frente del Laborismo. A excepción de la AfD,
todos los movimientos de derecha aparecieron antes de la crisis de 2008 […] En cambio, el
auge de Syriza y el nacimiento del M5S [en Italia], de Podemos y de Momentum derivan de la
crisis financiera mundial.

En este escenario general, el hecho central es que, en su La derecha:


Mayor peso contra la
conjunto, los movimientos de derecha tienen más peso que los
de la derecha inmigración
de izquierda, a juzgar por la cantidad de países en los que
dominan y por su fuerza electoral acumulada. […]

La razón más evidente del éxito de los movimientos de derecha es que de entrada se apropiaron
de la cuestión de la inmigración. Juegan con las reacciones xenófobas y racistas para ganar el
apoyo de las capas más vulnerables de la población. […]

La inmigración y la unión monetaria le plantean problemas a la izquierda por razones históricas.


[…]

Todo esto instigó la xenofobia, que los movimientos antisistema de derecha convirtieron en su
fondo de comercio y que la izquierda combate por fidelidad a la causa del internacionalismo
humanista. […] El rechazo de esta Europa por parte de los movimientos de derecha resulta
políticamente más coherente que el de la izquierda –otra razón del avance de los primeros
sobre la segunda–.

La llegada del M5S, de Syriza, Podemos y la AfD marcó un salto hacia adelante Los
en el descontento popular en Europa. Las encuestas actuales muestras niveles antisistema
récord de rechazo de la Unión. Pero tanto en la izquierda como en la derecha, siguen siendo
una minoría
el peso parlamentario de los movimientos antisistema sigue siendo limitado. […]
Un sexto del electorado no representa una amenaza seria para el sistema. […]

En realidad, existe una gran diferencia entre el grado de desilusión popular en contra de la
Unión Europea neoliberal de hoy y el apoyo a las fuerzas que pretenden
El sur europeo es oponérsele. Si bien la indignación o el fastidio se volvieron corrientes desde
quien más sufre hace ya algún tiempo, el voto de los europeos está (y sigue estando)
las consecuencias
del neoliberalismo determinado por el miedo. El statu quo socioeconómico es
detestado en gran medida. Lo que no le impide ser
La moneda única
reafirmado en forma regular en las urnas, con la confirmación de los partidos no solucionó los
que son responsables de la situación […] La moneda única no permitió problemas, pero
dejarla de lado
ninguna aceleración del crecimiento en Europa y puso en dificultades a los
horroriza
países más frágiles del Sur. Sin embargo, la perspectiva de una salida del euro
horroriza […] De allí la aceptación por parte de los votantes griegos de la capitulación de Syriza
frente a Bruselas, el retroceso de Podemos en España y las tergiversaciones del Partido de
Izquierda en Francia. […]

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UBA XXI – Filosofía – Apunte de Cátedra: Lo que la idea del progreso nos dejó

Entonces, ¿cómo explicar el “Brexit”? La inmigración masiva, un temor extendido en Europa,


fue estigmatizada sin descanso durante la campaña por la salida de la Unión por parte de Nigel
Farage, dirigente del UKIP, […] [Pero] otros tres factores determinaron el resultado de la
votación. Después de Maastricht, la clase política británica rechazó la camisa de
La crisis fuerza del euro para poder aplicar mejor su propia visión del neoliberalismo, más
bancaria de
2008 drástica aun que todas las del continente. Los excesos financieros del New Labour
precipitaron al Reino Unido en la crisis bancaria antes que a los demás países
europeos y la austeridad draconiana del gobierno conservador-liberal no tuvo equivalente […]
Económicamente, los resultados de esta política británica hablan por sí mismos. Ningún otro
país europeo sufre semejante fractura política entre una metrópolis adinerada autónoma,
Londres y el Sudeste, y una región desindustrializada y pauperizada al
Desindustrialización
Norte y al Nordeste. y empobrecimiento

Lo mismo ocurre políticamente. […]

Último factor, y no de los menores: la diferencia histórica que separa el Reino Unido del
continente. Culturalmente, no sólo Gran Bretaña fue un imperio mucho más poderoso que sus
rivales europeos durante siglos, sino que, por añadidura […] no sufrió derrota, ni invasión, ni
ocupación durante las dos guerras mundiales. En un contexto como este, la captación de los
poderes locales en beneficio de una burocracia establecida en Bélgica sólo
La inmigración:
un problema de podía ser rechazada con más fuerza que en otras partes: ¿por qué un Estado
identidad que en dos oportunidades había puesto en su lugar a Berlín “Razones”
tendría que someterse a Bruselas o a Luxemburgo? La cuestión para votar a
de la identidad podía, pues, suplantar a la del interés material con más facilidad Trump
que en el continente. Es por esto que la idea de que el temor a las consecuencias
económicas podía suplantar al de la inmigración no funcionó, debido a una mezcla de
desesperanza económica y orgullo nacional […]

En condiciones similares, en Estados Unidos, muchos obreros blancos de las regiones


industriales decadentes y abandonadas pudieron llevar a la Presidencia a un candidato
republicano de trayectoria y temperamento inéditos, execrado por los formadores de opinión
de los partidos y mal visto por una gran cantidad de sus propios votantes. Tanto allí como en
el Reino Unido, la desesperanza de las regiones desindustrializadas derrotó a la aprensión
[ante] lo desconocido. Aunque de una manera más cruda y explícita, debido a la larga historia
del racismo en Estados Unidos, la inmigración fue igualmente denunciada allí y se erigieron
barreras –físicas y legales– para refrenarla.

[…] La victoria de Trump suscitó la indignación de los dirigentes políticos


europeos, tanto de centroderecha como de centroizquierda. […] En realidad, ¿Colapso del
lo que realmente le preocupa [a Europa] no es tanto la neoliberalismo?
La solución a brutalidad de Trump en este tema [las trabas inmigratorias]
los problemas
europeos:
como su rechazo a la ideología del libre comercio, su aparente desprecio por la
salir de la UE o Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN) y su disposición a adoptar
destruirla una actitud menos belicosa con Rusia. Sólo el tiempo dirá si, en este caso, no se
trata más que de comentarios provocadores, condenados a caer en el olvido, como
ya ocurrió con gran cantidad de sus compromisos de política interna. En todo caso, su elección
volvió visible una diferencia significativa entre numerosos movimientos antisistema de derecha
(o vagamente centristas) y la izquierda tradicional […] El futuro de la Unión Europea depende
tanto de las decisiones que la modelaron que ya no es posible contentarse con reformarla: hay

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UBA XXI – Filosofía – Apunte de Cátedra: Lo que la idea del progreso nos dejó

que salir de ella o deshacerla a fin de poder construir en su lugar algo mejor, con otros
cimientos, […]

(Anderson, 2017, 22-24)

La elección de Donald Trump es una más de una serie de impactantes revueltas políticas que,
en conjunto, señalan un colapso de la hegemonía neoliberal. Estas revueltas incluyen el voto a
favor del Brexit en Reino Unido, el rechazo a las reformas de Matteo Renzi en
Rechazo a la
globalización, al Italia, la campaña para la nominación de Bernie Sanders por el Partido
neoliberalismo y Demócrata en Estados Unidos y el creciente apoyo al Frente Nacional en
al establishment Francia, entre otras. Aunque difieren en su ideología y en sus
metas, estos motines electorales tienen un blanco en común: ¡No! a la:
- austeridad
rechazan la globalización corporativa, el neoliberalismo y a los establishments
- libre comercio
políticos que los promovieron. En todos los casos, los votantes dicen “¡No!” a - deuda usurera
la combinación letal de austeridad, libre comercio, deuda usurera y trabajo - trabajo
precario y mal pago que caracteriza al capitalismo financiarizado de hoy. Sus precario y mal
pago
votos representan la contracara política subjetiva de la crisis estructural de
esta forma de capitalismo. Esta crisis estructural, que se manifiesta desde hace
algún tiempo en la “violencia lenta” asociada al calentamiento global y el asedio mundial a la
reproducción social, saltó a la vista de todos en 2007-2008 con el derrumbe casi total del orden
financiero mundial.

Sin embargo, hasta hace muy poco, la principal respuesta a la crisis era la protesta social,
dramática y bulliciosa, sin lugar a dudas, pero en gran medida efímera. Los sistemas políticos,
por el contrario, parecían seguir relativamente inmunes, aún bajo el control de funcionarios
partidarios y elites del establishment, al menos en los países más poderosos del núcleo
capitalista, como Estados Unidos, Reino Unido y Alemania. Pero ahora la onda expansiva que
produjo la elección repercute en todo el mundo, incluso en las ciudadelas de las finanzas
globales. Los que votaron por Trump, como los que votaron por el “Brexit” y contra las reformas
italianas, se han levantado contra sus amos políticos. En un gesto de burla hacia el
establishment de los partidos, repudiaron los acuerdos que han venido vaciando sus condiciones
de vida a lo largo de los últimos treinta años. La sorpresa no es que lo hayan hecho, sino que
hayan tardado tanto.
Rechazo al
neoliberalismoAun así, la victoria de Trump no es sólo una reacción contra las finanzas
progresista
globales. Lo que rechazaron sus votantes no es el neoliberalismo a secas sino
el neoliberalismo progresista. Para algunos esto podrá sonar como un oxímoron, pero es una
confluencia política real, por más perversa que parezca, que proporciona la clave para entender
los resultados electorales de Estados Unidos y tal vez también algunos acontecimientos
producidos en otros sitios. En su forma estadounidense, el neoliberalismo progresista es una
alianza entre, por un lado, corrientes dominantes de nuevos movimientos sociales (feminismo,
antirracismo, multiculturalismo y derechos LGBTQ) y, por otro, sectores “simbólicos” de lujo y
negocios con base de servicios (Wall Street, Silicon Valley y Hollywood). En esta alianza, las
fuerzas progresistas se unen eficazmente con las fuerzas del capitalismo cognitivo, en especial
con la financiarización.

Incluso sin darse cuenta, las primeras les confieren su carisma a las últimas. Ideales como la
diversidad y el empoderamiento, que en principio podrían estar al servicio de objetivos

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UBA XXI – Filosofía – Apunte de Cátedra: Lo que la idea del progreso nos dejó

diferentes, ahora dan lustre a políticas que devastaron la manufactura y los modos de vida de
clase media que en algún momento estaban al alcance de quienes trabajaban en ella.

El neoliberalismo progresista se desarrolló a grandes rasgos en Estados Unidos durante las


últimas tres décadas y fue ratificado por la elección de Bill Clinton en 1992.
Los Clinton, figuras Clinton fue el principal artífice y adalid de los “Nuevos Demócratas”, el
del neoliberalismo equivalente estadounidense del Nuevo Laborismo de Tony Blair. En lugar
progresista
de la coalición del New Deal entre los trabajadores industriales
sindicalizados, los afroamericanos y las clases medias urbanas, Clinton forjó una
nueva alianza de empresarios, habitantes de los suburbios, nuevos movimientos sociales y
jóvenes, que proclamaban su buena fe progresista y moderna abrazando la diversidad, el
multiculturalismo y los derechos de las mujeres. Al tiempo que suscribía
La financiarización de
a nociones tan progresistas, el gobierno de Clinton cortejaba a Wall
la economía generó
Street. Al entregarle la economía del país a Goldman Sachs, desreguló desindustrialización y
empobrecimiento
el sistema bancario y negoció los acuerdos de libre comercio que
aceleraron la desindustrialización. Lo que quedó a la vera del camino fue
el Rust Belt [Cinturón del Óxido], el cinturón industrial que fue alguna vez baluarte de la
democracia social del New Deal y que hoy es la región que le entregó el Colegio Electoral a
Trump. […] Las políticas de Clinton, continuadas por sus sucesores -incluso Barak Obama-
degradaron las condiciones de vida de todos los trabajadores, pero en especial de los empleados
en la producción industrial. […]

Además, a lo largo de los años en que la industria se derrumbó, Estados Unidos bullía en
discursos que hablaban de “diversidad”, “empoderamiento femenino” y “lucha contra la
discriminación”. Al identificar progreso con meritocracia y no con igualdad, estos términos
equipararon la emancipación con el ascenso de mujeres, minorías y gays “talentosos” en las
jerarquías exitistas de las empresas, en lugar de equipararla con la abolición de esas jerarquías.
Esa comprensión liberal e individualista del progreso reemplazó gradualmente a otras nociones
emancipadoras más expansivas, antijerárquicas, igualitarias, con conciencia de clase y
anticapitalistas que habían surgido en los años sesenta y setenta. Con el declive de la Nueva
Izquierda, se diluyó su crítica estructural de la sociedad capitalista y se reafirmó el pensamiento
liberal e individualista característico de Estados Unidos, y así se redujeron imperceptiblemente
las aspiraciones de los “progresistas” y de quienes se autoproclamaban de izquierda. Sin
embargo, el golpe final lo dio la coincidencia de esta evolución con el ascenso del
neoliberalismo. Un partido enfocado en la liberalización de la economía capitalista encontró su
aliado perfecto en un feminismo corporativo meritocrático, enfocado en “ir adelante” y “romper
el techo de cristal”.

Detrás de este desarrollo se encuentra una transformación histórica del


La transformación
del capitalismo
capitalismo que comenzó en 1970 y que hoy empieza a descifrarse […]:
mientras que el régimen previo del capitalismo manejado por el Estado
daba poder a los gobiernos para subordinar los intereses a corto plazo de las empresas privadas
a los objetivos a largo plazo de acumulación sostenida, el régimen actual autoriza a las finanzas
globales a disciplinar a los gobiernos y a los pueblos a favor de los intereses inmediatos de los
inversores privados.

[…] El neoliberalismo progresista mezcla ideales truncados de emancipación y formas letales


de financiarización. Precisamente esa mezcla es lo que fue rechazado in toto Los principales
por los votantes de Trump. Sin duda, los trabajadores industriales son los desplazados
principales desplazados en este nuevo mundo feliz cosmopolita, pero también

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los gerentes, los pequeños empresarios y todos los que dependían de la industria en el Rust
Belt y en el sur, así como las poblaciones rurales devastadas por el desempleo y las drogas.
Para estas poblaciones, al daño de la desindustrialización se suma el insulto del moralismo
progresista, que día tras día las retrata como culturalmente atrasadas. Al rechazar la
globalización, los votantes de Trump también repudiaron el cosmopolitismo liberal identificado
con ella. Para algunos (aunque desde luego no para todos), de ahí a culpar por el deterioro de
sus condiciones de vida a la corrección política, la gente de color y los musulmanes había un
solo paso. Para ellos, el feminismo y Wall Street son tal para cual y se unen perfectamente en
la figura de Hillary Clinton.

Lo que hizo posible esa fusión fue la ausencia de una izquierda genuina. […]

Fue así, al menos hasta la notable campaña de Bernie Sanders, quien se esforzó por unir estos
polos tras el empujón que recibió del movimiento Black Lives Matter [Las Vidas Negras
Cuentan], [h]aciendo estallar el sentido común neoliberal dominante […] La revuelta de
Sanders en el bando demócrata fue paralela a la de Trump. Mientras este último vencía al
establishment republicano, Bernie estuvo a un pelo de derrotar a la sucesora
La alternativa:
ungida de Obama, cuyos apparatchiks controlaban cada palanca de poder
neoliberalismo a
la Clinton o en el Partido Demócrata. Sanders y Trump movilizaron a una inmensa
neoliberalismo a mayoría de los votantes estadounidenses. Pero sólo el populismo de Trump
la Trump
sobrevivió […]

Lo que quedó fue […] una elección sin alternativa entre el populismo reaccionario y el
neoliberalismo progresista. […] (Fraser, 2017, 8-10)

Durante mucho tiempo la democracia fue considerada como un ideal, un


De la
progreso, una conquista. Actualmente, en el mejor de los casos, se la acusa democracia
¿El fin de la
de haber descarrilado; en el peor, de ser intrínsecamente una como una forma
imposibilidad. En cualquier caso, parece no haber mantenido de progreso a la
democracia?
crisis
sus promesas y correr el riesgo de reducirse a un simulacro, democrática
cuando no a una impostura. Una encuesta reciente lo sugiere: el 57% de los
franceses considerarían que la democracia funciona mal, el 77% que funciona cada vez peor y,
detalle impactante, el 32% estimaría que otros sistemas pueden ser igualmente buenos. Esto
no puede sino confirmar a los diversos comentaristas, ensayistas y políticos que temen la
extinción de las Luces. […]

Las numerosas obras que analizan esta pérdida de confianza de los ciudadanos articular lo
esencial de su reflexión en torno a la noción de soberanía: la de la nación y la del pueblo. Pero,
aunque globalmente comparten el mismo diagnóstico, dónde ponen el acento y las soluciones
propuestas muestran cierta pérdida de los puntos de referencia tradicionales: así, lecturas “de
izquierda” y lecturas “de derecha”, a veces pueden coincidir. De esta manera, ninguno de los
analistas pone en duda las grietas abiertas en la soberanía de la nación, por su subordinación
a poderes supranacionales como la Unión Europea o, en una perspectiva más amplia, porque
“el capitalismo global neutralizó a las democracias nacionales” […]

El escenario es conocido: después de décadas de bipartidismo amable, ¿Vaciamiento de


benévolo con el acuerdo y de una hostilidad inquebrantable por los la política y/o
nuevas posturas
“extremos”, suben tanto la abstención como precisamente los extremos,
extremas?
caracterizados particularmente por el rechazo de la reducción de lo político
al bipartidismo y una retórica que opone la casta y el pueblo, “ellos” y “nosotros”, los de arriba

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y los de abajo, una poder oligárquico y una democracia convertida en ficticia. Una buena parte
del pueblo ya no se reconoce en sus representantes habituales –los de la moderación– y elige
outsiders, algunos de los cuales parece peligrosamente “antidemocráticos”.

Entonces, ¿por qué se olvida de votar o vota tan mal? El fenómeno recibe explicaciones
diversas. Como lo recuerda Ivan Krastev, “el progreso de las libertades individuales y la difusión
de los derechos humanos estuvieron acompañados por un declive del poder del ciudadano de
cambiar, por medio del voto, no solamente de gobierno, sino también de orientación política.
La disolución de las oposiciones esenciales entre la izquierda y la derecha va a conducir a que
casi ya no se las pueda diferenciar […] ¿Cómo devolverle su soberanía [al pueblo]?
Ante la […]
uniformidad La uniformidad
La filósofa Chantal Mouffe, […] plantea la necesidad de conduce al
política, surge
la necesidad de “construir un ‘nosotros’ y un ‘ellos’ que permita llevar adelante totalitarismo
construir un un combate por la verdadera puesta en práctica de los
espacio donde
principios ético-políticos de la democracia […]; ya que, como le dice Iñigo
existan las
diferencias Errejón, cofundador y estratega de Podemos: “hoy, todo lo que tiene que ver
con la democracia entendida como igualdad y como soberanía
popular fue descartado por la hegemonía del liberalismo”. De esta La necesidad
manera, para subvertir las relaciones de poder y dar una representación de un
pluriverso
auténtica al “descontento huérfano” de los ciudadanos, sería
frente al
Radicalizar la importante trabajar en la creación de un espacio público universo
democracia agonístico, es decir, conflictivo, en el que se expresen los actual
diferendos, los antagonismos, el desacuerdo, en un marco compatible
con el pluralismo democrático. […] Se trata, pues, no de terminar con la democracia
representativa, sino de radicalizarla. […] (Pieiller, 2017, 216-217)

[…] El Consejo Europeo, que asumió enérgicamente la iniciativa durante la crisis financiera,
está compuesto por jefes de Gobierno o de Estado de los 28 países; su función, a los ojos de
los ciudadanos, es representar sus respectivos intereses nacionales en la distante Bruselas. Se
suponía que el Parlamento Europeo, elegido por voto directo de la población en los diferentes
países, tenía que constituir un puente entre el ámbito nacional y las decisiones tomadas en
Bruselas […]

Una El resultado es una brecha entre la opinión y voluntad de los ciudadanos, por una
brecha… parte, y las políticas efectivamente adoptadas para resolver los problemas más
acuciantes, por otra. Esto también explica por qué las concepciones sobre la UE y
las ideas sobre su futuro se han mantenido en general difusas para la población.

En este marco, los ciudadanos coinciden en una actitud euroescéptica, que se ha vuelto más
aguda durante la crisis […]

La unión económica y monetaria de la eurozona, formada durante la década de


1990 […], fue concebida como pilar de una constitución económica que busca El fracaso de
la eurozona
estimular la libre competencia en el mercado a través de las fronteras nacionales
[…] Pero el supuesto de que una competencia sin restricciones bajo reglas justas generaría
costos laborales similares y niveles semejantes de prosperidad, lo que evitaría la necesidad de
articular decisiones sobre las políticas financieras, económicas y sociales conjuntas, se reveló
falso. […] Los desequilibrios estructurales entre las diferentes economías nacionales [de los
distintos países que integran la UE] que existían desde el principio se han agudizado. […]

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UBA XXI – Filosofía – Apunte de Cátedra: Lo que la idea del progreso nos dejó

En resumen: Europa está atrapada en un dilema entre, por un lado, las políticas económicas
necesarias para preservar el euro y, por otro, los pasos políticos hacia una mayor
La impotencia integración, que son impopulares y despiertan una resistencia espontánea en
política ante el
poder los ciudadanos. La propuesta elaborada por las instituciones europeas intenta
financiero salvar de manera tecnocrática esta brecha entre lo que es económicamente
necesario y lo que parece ser políticamente posible, sólo que al margen de las
personas. […] Bajo la fuerza de esta dinámica tecnocrática, la UE se acercaría al dudoso ideal
de una democracia que quedaría aún más impotentemente expuesta a los imperativos de los
mercados. […]

¿Cuál es la alternativa a una mayor integración basada en el actual modelo de federalismo


ejecutivo? […]

[…] Por razones demográficas y económicas, el liderazgo corresponde hoy a Alemania. Esto no
sólo despierta fantasmas históricos; también tienta a elegir un curso nacional
unilateral o incluso a sucumbir a las fantasías de poder de una “Europa alemana” ¿Una
en lugar de una “Alemania para Europa”. Los alemanes deberíamos haber Europa
alemana o
aprendido de las catástrofes de la primera mitad del siglo XX la importancia de una
evitar el dilema de un estatus semihegemónico que a duras penas puede Alemania
para
mantenerse sin caer en conflictos. El logro de Helmut Kohl no fue la reunificación Europa?
alemana y el restablecimiento de la normalidad nacional, sino el hecho de que este
feliz acontecimiento se produjo en el marco de una política de integración con Europa.

Alemania no sólo tiene interés en desarrollar una política de solidaridad hacia Europa, tiene
incluso una obligación normativa. […]

La pregunta filosófica: ¿qué significa mostrar solidaridad y cuándo tenemos


Una solución derecho a apelar a la solidaridad? […] La solidaridad es un acto político y no una
posible: la
fraternidad, la
simple forma de altruismo moral. La solidaridad pierde esa falsa apariencia
solidaridad apolítica una vez que se aprende a distinguir las obligaciones demostrar
solidaridad de las obligaciones morales y legales. “Solidaridad” no es sinónimo de
“justicia”, ya sea en el sentido moral o en el sentido jurídico del término. […]

El concepto de solidaridad [política] surgió durante la Revolución Francesa, en un contexto en


que los revolucionarios demandaban una reconstrucción redentora de relaciones de apoyo
mutuo que eran familiares, pero habían sido vaciadas por los procesos más amplios de la
modernización. […] Aunque el término puede rastrearse hasta el derecho romano sobre deudas,
fue sólo a partir de la Revolución de 1789 cuando comenzó a adquirir poco a poco un significado
político, aunque inicialmente bajo el lema de “fraternidad”. […] Concepto que fue radicalizado
y fusionado con el de solidaridad durante la primera mitad del siglo XIX por el socialismo
temprano y las enseñanzas sociales católicas. […]

Hacia la mitad del siglo XIX, la profundización de la diferenciación funcional de la sociedad


generó fuertes interdependencias […] Bajo la presión de estas dependencias, las formas
antiguas de integración social colapsaron y llevaron a la aparición de nuevos antagonismos de
clase, que sólo fue posible contener en el marco de las formas extendidas de la integración del
Estado nación. Las apelaciones a la “solidaridad” tuvieron su origen histórico en la dinámica de
las nuevas luchas de clases. […] La oposición entre las clases sociales del capitalismo industrial
se institucionalizó en el marco de Estados nacionales democráticos.

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UBA XXI – Filosofía – Apunte de Cátedra: Lo que la idea del progreso nos dejó

Estos Estados asumieron su forma actual de Estados de bienestar sólo


Tener en cuenta
después de las catástrofes de las dos guerras mundiales. Y hoy, en un al otro, a aquél
contexto de globalización económica, se encuentran expuestos a la presión que sufre
explosiva de las interdependencias económicas, que traspasan tácitamente las
fronteras nacionales. Las tensiones sistémicas rompen de nuevo las relaciones de solidaridad
[…] Estas tensiones […] se transforman en tensiones entre los Estados europeos.
Es necesario Para preservar la unión monetaria ya no es suficiente, teniendo en cuenta los
redistribuir desequilibrios estructurales entre las economías nacionales, ofrecer préstamos a
=
ser solidarios los países sobreendeudados para que cada uno mejor su competitividad mediante
sus propios esfuerzos. Lo que se requiere es solidaridad: un esfuerzo cooperativo
desde una perspectiva política compartida para promover el crecimiento y la competitividad de
Europa en su conjunto.

Este esfuerzo exige que Alemania y otros países acepten efectos redistributivos negativos a
corto y mediano plazo en su propio interés de largo plazo, un clásico ejemplo de lo que, […]
llamamos solidaridad. (Habermas, 2015, 4-8)

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