Instituto Universitario de Tecnología del Oeste “Mariscal Sucre” (IUTOMS)
Sede Republica de Ecuador Sección: 10-23 Cátedra: Ética del Desarrollo Profesional
ACERVO MORAL DEL PUEBLO VENEZOLANO
Profesora: Integrantes:
Adayalis León Grupo 3
Gutiérrez Marling C.I. 13.067.777
Rodríguez Yocelyn C.I. 14.322.103
Solórzano Ribel C.I: 15.540.872
Salazar Jhonny C.I. 19.367.889
Caracas, 15 de Noviembre del 2017
INTRODUCCION
Por medio del presente trabajo se tiene la intención de que
reforcemos la manera de Preservar el ACERVO MORAL del pueblo Venezolano y fortaleciendo mediante estrategias de formación en valores del socialismo por medio de la promoción basada en la crítica y la auto-critica, la práctica de la solidaridad y el amor, la conciencia, el deber y la lucha contra la corrupción y el burocratismo.
Se tiene en cuenta que esta labor debe ser implementada en cada
individuo de la sociedad en la que vivimos, el cambio viene del interior de los ciudadanos en expresar ser mejores personas manteniendo el comportamiento y la conducta adecuada ante todo. ACERVO MORAL DEL PUEBLO VENEZOLANO
Se basa en reforzar mediante la promoción de los valores del
socialismo, la ética y moral socialista, la formación y autoformación socialista basada en la crítica y la auto-critica, la práctica de la solidaridad y el amor, la conciencia, el deber y la lucha contra la corrupción y el burocratismo.
Llamados a estudiar, a profundizar y a proponer para su mejora, la
Propuesta del candidato de la Patria Comandante Hugo Chávez para la gestión Bolivariana socialista 2013-2019 donde se establecen los cinco grandes objetivos históricos: como son:
I.- Defender, expandir y consolidar el bien más preciado que hemos
reconquistado después de 200 años: la Independencia Nacional.
II.- Continuar construyendo el socialismo bolivariano del siglo XXI,
en Venezuela, como alternativa al sistema destructivo y salvaje del capitalismo y con ello asegurar la “mayor suma de seguridad social, mayor suma de estabilidad política y la mayor suma de felicidad” para nuestro pueblo.
III.- Convertir a Venezuela en un país potencia en lo social, lo
económico y lo político dentro de la Gran Potencia Naciente de América Latina y el Caribe, que garanticen la conformación de una zona de paz en Nuestra América.
IV.- Contribuir al desarrollo de una nueva Geopolítica Internacional
en la cual tome cuerpo un mundo multicéntrico y pluripolar que permita lograr el equilibrio del Universo y garantizar la Paz planetaria.
V.- Preservar la vida en el planeta y salvar a la especie humana.
Quiero resaltar de estos el aspecto vinculado con la Contraloría Social.
En este sentido es necesario “Convocar y promover una nueva
orientación ética, moral y espiritual de la sociedad, basada en los valores liberadores del socialismo y preservando el acervo moral del Pueblo venezolano como honestidad, responsabilidad, vocación de trabajo, amor al prójimo, solidaridad, voluntad de superación, y de la lucha por la emancipación; al reforzarlo mediante estrategias de formación en valores y la promoción permanente y a través de todos los medios disponibles, como defensa contra los antivalores del modelo capitalista, que promueve la explotación, el consumismo, el individualismo y la corrupción, y que son el origen de la violencia criminal que agobia a la sociedad venezolana”. En contraposición a estos, debe reforzarse la ética y la moral socialista, la formación y autoformación socialista. ETICA Y MORAL SOCIALISTA
La ética del Socialismo es su filosofía, es la que le da dirección, son
los principios que guían para la formación de la nueva sociedad, el hombre nuevo. Como Filosofía requiere de una sólida base argumentativa producto del debate reflexivo permanente. A igual que el modelo socialista a construir esta ética sin bien tiene unos principios claro no es un modelo predeterminado está y estará en permanente construcción. Es el amor lo que está en el centro de la moral socialista y es el nutriente del accionar político. Sin este sustento el proyecto puede convertirse solo en mecanismo de distribución, pero no lograra la constitución de una verdadera sociedad socialista.
Lo más importante es poder establecer las diferencias diametrales
que la diferencia de la ética capitalista, es decir, que diferencia la igualdad, la libertad y la justicia capitalista de la solidaridad, igualdad, libertad y la justicia socialista, de lo contrario es bastante probable que valores propios del capitalismo nos sigan acompañando y hasta sean legitimados por un supuesto discurso socialista. Los valores éticos del capitalismo son en realidad manifestaciones de una anti ética, son verdaderos valores son el egoísmo, la explotación y el control sobre el otro. La ética socialista no puede ser una metafísica, decálogo de principios huecos sin ninguna base material y real. Asimismo la ética del socialismo debe epistemológicamente romper con los reductos ideológicos que se heredan inevitablemente del capitalismo. Esta debe ser una de las primeras tareas de la educación socialista: desconstruir la ideología capitalista que aún está infiltrada en los conceptos, categorías y teorías del discurso socialista. La ética socialista debe también alejarse de cualquier práctica populista que se hace cómplice de los vicios y del consumismo capitalista.
La ética socialista es una práctica de amor para sí mismo, el auto
respecto y la dignidad; es la moral en la familia que enfrenta el machismo, en la violación de los derechos de los niños y adolescentes; es la moral en el trabajo que ya no es un medio de explotación, sino de creación y de crecimiento humano, es la moral de la práctica política, de la honestidad, del compromiso para los otros, del trabajo voluntario y solidario. LA DISCIPLINA CONCIENTE BASADA EN LA CRITICA Y LA AUTOCRITICA
Uno de los principios organizativos orientadores de la práctica
revolucionaria, fundamentalmente dentro del movimiento obrero y comunista internacional, lo constituye la dupla crítica y autocrítica, debidamente engranada con los demás preceptos como: centralismo-democrático, planificación, disciplina consciente, entre otros. La praxis de la crítica y la autocrítica no deben verse como hechos aislados dentro del accionar revolucionario, y menos si pretendemos con ello corregir o ajustar algunos elementos del mismo.
En nuestro país mucho se ha señalado sobre la necesidad de
realizar la crítica y la autocrítica revolucionaria, en especial para “aplicar las tres R –revisión, rectificación y reimpulso”. Pero, en pocas ocasiones se indica la tarea organizativa que comprende el ejercicio de esta máxima: su carácter orgánico e individual, objetivos, materialización, los espacios propicios para ello, entre otros aspectos.
Realizamos una crítica a algo o alguien, y una autocrítica, cuando
una acción se realizó sin cumplir los objetivos o tiempos definidos, sin considerar aspectos logísticos, etc.; o sencillamente cuando una actividad no se realizó. Por tanto, un plan de trabajo colectivo, una planificación objetiva y estratégica constituye la primera condición que se debe cumplir para que la crítica y la autocrítica cumpla su objetivo: corregir y mejorar la acción revolucionaria.
LA PRÁCTICA DE LA SOLIDARIDAD Y EL AMOR
Podemos definir a la solidaridad como el acto mediante el cual una
persona realiza acciones en beneficio de otro sin recibir nada a cambio. La solidaridad es, realmente, la base de la sociedad humana si se tiene en cuenta que cuidándonos unos a otros es que podemos sobrevivir. Sin embargo, en los días actuales la solidaridad suele pasar desapercibida o no ocupar tanto espacio en nuestras vidas debido a todas las ocupaciones y temas a resolver que solemos tener.
Esto hace que el fenómeno de la solidaridad sea muy particular: hay
situaciones o circunstancias en las que los habitantes de una comunidad se activan y ponen en juego la solidaridad más elemental (por ejemplo, cuando se organizan para ayudar a los damnificados por una catástrofe climática) pero también hay situaciones en las que el individualismo prima y cuesta ver al otro que sufre, solo, en la calle, sin amparo de nadie.
El SER SOLIDARIO: es estar ahí emocionalmente cuando alguien
lo necesita; implica hacerle sentir que cuenta con nosotros así sea para pensar en una solución. El AMOR PROPIO: personifica que seamos capaces de pensarnos a nosotros mismos, que podamos incluirnos en nuestro presupuesto mental de la cotidianidad, y que cuando le estemos dando al otro, lo hagamos tanto porque al otro se va a ser bien, como por el hecho de que queremos.
LA CONCIENCIA DEL DEBER Y LA LUCHA CONTRA
LA CORRUPCION Y EL BUROCRATISMO
Las sociedades actuales que se han formado en la horma
capitalista tienen una serie de disfuncionalidades comunes que en última instancia son consecuencias lógicas de un sistema cuyas características definitorias son la explotación y la apropiación indebida del trabajo social por unos pocos. La corrupción y al burocratismo como anomalías que destruyen la confianza en el modelo democrático socialista.
La CORRUPCIÓN se ha distinguido por ser un monstruo de mil
cabezas que no solo degenera la condición humana reduciendo los valores morales a una simple mercancía con valor de uso y cambio, sino que amenaza la convivencia social, corroe la institucionalidad y la capacidad del estado para organizar y direccionar, así como un crecimiento exagerado del mismo.
Contradictoriamente en una sociedad donde la corrupción
lamentablemente pase a ser un patrón cultural los controles y regulaciones que se introduzcan con el fin de eliminarla serán focos de nuevos hechos corruptivos. Ataca el corazón político de una nación y como un cáncer se esparce por todo el entramado social, los sistemas económicos y de producción que se ven afectados, las condiciones intelectuales y culturales de sus ciudadanos.
Por otro lado la excesiva jerarquización de funciones, muchas veces
sin sentido que complican y retrasan hasta la directriz más simple, la sobre especialización y la apropiación de conocimientos y técnicas, apoyada en una racionalización de la autoridad y la legalidad, produce el alejamiento del ciudadano común de los canales naturales de expresión y articulación con el estado para la resolución de sus necesidades.
Pero este proceso conocido como “burocratización” de la función
pública también es el estadio propicio, el caldo de cultivo por excelencia para la descomposición moral y ética. Burocracia y corrupción van de la mano transitando y complicando todos los caminos de la administración pública. Se convierten en mecanismos de control social siempre y cuando haya gobernantes proclives a caer en sus redes. Sin hombres probos que establezcan limites fundamentados en una ética positiva, la lucha contra estos males será en vano.
Solo una ética sólida que constituya el componente esencial de la
acción política debe ser el hilo conductor en el proceso de su implantación, consolidación y desarrollo mediante la acción política colectiva, la transformación permanente en la búsqueda de la ampliación de la vida y la emancipación humana. Este ha sido el norte de la Revolución Bolivariana en su accionar político gubernamental, todos los esfuerzos realizados por estructurar un marco legal y normativo en el cual el correcto accionar de los funcionarios esté debidamente especificado. Este se puede condensar en el artículo 12 de la Ley de la Administración Pública diseñado para contrarrestar los dos males mencionados: La actividad de la administración pública se desarrollará con base en los principios de economía, celeridad, simplicidad administrativa, eficacia, objetividad, imparcialidad, honestidad, transparencia, buena fe y confianza. Asimismo, se efectuará dentro de parámetros de racionalidad técnica y jurídica. Solo queda al estado estimular su aplicabilidad y al funcionario interiorizar su contenido y su valor moral. CONCLUSION
Después de haber leído e interpretado el presente trabajo, nos
hemos percatado de cómo influye los principios que guían para la formación de la nueva sociedad, el hombre nuevo, la apropiación de conocimientos y técnicas, apoyada en una racionalización de la autoridad y la legalidad, la cual produce un efecto de alejamiento del ciudadano común de los canales naturales de expresión y articulación con el estado para la resolución de sus necesidades.