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Informe Especial: La telaraña de

la contratación en Colombia
Tomado de https://www.semana.com/nacion/articulo/informe-especial-la-telarana-de-la-
contratacion-en-colombia/487687

Cómo 78 redes empresariales se apoderaron de los contratos en gran parte de


las alcaldías y gobernaciones del país. Los riesgos de nuevos carruseles de
corrupción son alarmantes.

Al finalizar una de sus maratónicas jornadas, el vicepresidente Germán Vargas


Lleras denunció la semana pasada que los corruptos se habían tomado la
contratación pública de buena parte de las regiones, y que en muchos casos el
concurso de méritos y las licitaciones públicas prácticamente son excepcionales.

Cada vez más funcionarios y líderes empresariales tienen esa misma


preocupación. Por ejemplo, el presidente de la Cámara Colombiana de la
Infraestructura, Juan Martín Caicedo Ferrer, desde hace más de un año viene
denunciando que las alcaldías y gobernaciones, con creciente frecuencia, están
contratando mediante pliegos amañados o direccionados para beneficiar a un
único proponente. Un estudio realizado por ese gremio en 12 departamentos
encontró que el 65 por ciento de los contratos se adjudicaron a un único
aspirante, prácticamente ‘a la medida’.

Esto, sin hablar de los carteles que se han enquistado o apoderado de la


alimentación que reciben los niños del ICBF o los estudiantes de cientos de
escuelas y colegios públicos a lo largo y ancho del país (ver recuadro). Sin
embargo, en muy pocos casos los organismos de control han logrado entender
y desenmarañar esas complejas redes de contratistas.

De ahí la importancia de la investigación que desde hace más de un año viene


realizando la Auditoría General de la República. Sus primeras conclusiones
dejan al descubierto no solo los mecanismos usados para evadir la Ley 80, sino
cómo detrás se han tejido complejas mallas empresariales que se han ido
apoderando de los recursos de los colombianos. Una especie de grupos Nule
capaces de contratar desde una autopista, un hospital o un colegio hasta proveer
el suministro de medicamentos, alimentos o capacitaciones.
Se encienden las alarmas

Tras revisar los 20 billones de pesos que las alcaldías y gobernaciones


contrataron entre 2014 y comienzos de 2016, los investigadores de la Auditoría
encontraron que 8,1 billones quedaron en 78 redes o, como las llamó la entidad,
mallas empresariales. Es decir, “la unión de varias empresas y/o personas
naturales que se pueden ‘camuflar’ a través de uniones temporales y consorcios
con el fin de ganar los procesos de selección de las diferentes contrataciones
que se realizan en el país y lo que puede generar una monopolización de los
negocios del Estado”. Cesar, Bolívar, Casanare, La Guajira, Huila y
Cundinamarca son los departamentos donde más se contrata mediante estas
‘mallas’.

De todos los grupos identificados por la Auditoría, uno llama particularmente la


atención pues recibió el 80 por ciento del dinero de los contratos, es decir, 6,3
billones de pesos. Bautizada por la entidad como la malla Castillo Baute-Vergara-
Ordosgoitia-Rojas-Valderrama-Solarte-OLT, esta red tiene más de 1.000 socios
y 800 consorcios, entre los cuales se relacionan desde bandas de música hasta
empresas de logística y constructoras (ver recuadro ‘La red más grande’).

Además, está presente en todos los departamentos, con excepción de


Putumayo, Chocó y San Andrés, y maneja contratos en 15 sectores:
infraestructura, vivienda, transporte, educación y alimentación, ciencia y
tecnología, gestión pública, agua, cultura y recreación, salud, minas y energía,
seguridad, agropecuario, social, ambiente y servicios públicos. “Las mallas
empresariales se especializan solo en contratar y no les importa nada más”, le
dijo a SEMANA el auditor general, Carlos Felipe Córdoba Larrarte.

Si bien esta y las demás redes de contratación halladas no son ilegales, la


Auditoría –que vigila a las contralorías territoriales excepto la de Bogotá– cree
que detrás de algunos grupos podrían surgir nuevos carruseles de contratación
o terminar en sonados casos de corruptela. De hecho, algunos ya fueron
remitidos a la Fiscalía.

Un caso llamativo del informe de la Auditoría es el de la Ferretería La Escuadra


Ltda., contratada para construir viviendas de interés social y prioritario por casi
26.000 millones de pesos en Caquetá. Según su Cámara de Comercio, la
ferretería solo cuenta con 20 millones de capital suscrito, 1.000 veces menos
que lo que le pagaron para ejecutar, y además tiene dos embargos, uno en 2013
y otro, 10 días después de que la contrataran para la construcción de las
viviendas.

También sorprende el de Adiel Calderón Vaca, quien desde 2009 ha recibido


contratos por más de 45.000 millones de pesos para proveer alimentación y
suministros en Guaviare y Vichada y se encuentra en el top 30 de contratistas
del sector educación. No obstante, a finales de abril, los estudiantes de La
Primavera (Vichada) protestaron por la mala calidad de los alimentos que
recibían y denunciaron que, además de que llegaban podridos, se intoxicaron
con bebidas sin refrigerar. LaAuditoría encontró que la firma del contratista
también ha recibido adjudicaciones de suministro de combustibles y productos
de aseo.

Aquí la Ley 80 ‘no pegó’

Las empresas involucradas utilizan múltiples maniobras para no perder los


millonarios contratos. Los instrumentos más comunes son la intermediación de
terceros, la modificación de la razón social de la empresa o el intercambio de
representantes legales o juntas directivas. De este modo, sus licitaciones quedan
blindadas frente a las contralorías territoriales contra eventuales denuncias de
concentración contractual.

La Auditoría subraya que la ley colombiana no prohíbe concretamente la


posibilidad de que haya concurrencia de escenarios que llevarían a que unos
pocos concentren los contratos en diversos sectores. Pero no cabe duda de que
la administración pública debería evitar estos fenómenos para defender los
principios de selección objetiva y transparencia.

Sin embargo, en todos los rincones del país proliferan las formas de hacerle el
quite a la Ley 80. Uno de los mecanismos más utilizados en los últimos años
apunta a escoger entidades sin ánimo de lucro, como sindicatos, fundaciones,
corporaciones, arquidiócesis y universidades. Estas tienen ventajas tributarias y
contractuales que les permiten cotizar más barato que las sociedades
comerciales.
Con esta figura, los entes territoriales firman un convenio interadministrativo con
esas entidades, que pueden ejecutar directamente el trabajo o subcontratar otras
empresas en todo tipo de servicios. Así, le hacen zancadilla a la licitación pública
y, por lo general, terminan beneficiados personas o políticos cercanos. La
Auditoría encontró que hay contratos con entidades sin ánimo de lucro por más
de 10 billones de pesos, principalmente en Córdoba, Cauca, Atlántico, Sucre, La
Guajira, Bolívar y Cesar.

En definitiva, estos hallazgos se van a convertir en una valiosa herramienta que


va a permitir al gobierno y a los organismos de control entender las trampas que
algunos contratistas aplican para apoderarse de los recursos estatales. Ahora el
paso a seguir es terminar de desenmarañar las redes empresariales y descubrir
quiénes son los funcionarios o políticos detrás de muchos de estos grupos.
Personas que, según lo que se ha encontrado, son a la vez los promotores y los
beneficiarios finales de la telaraña de la contratación. n

La ‘platica’ de la alimentación escolar

Con múltiples cambios de nombre, los contratistas sancionados o inhabilitados


vuelven a participar en procesos licitatorios y contratande nuevo en otros
departamentos.

En marzo la indignación se tomó al país debido a los precarios refrigerios de


huevo, papa y mango que recibían los alumnos del Colegio Sagrado Corazón de
Aguachica (Cesar). Los suministraba la Fundación Acción Social Integral,
contratada por la Gobernación por más de 17.000 millones de pesos. Pero el
escándalo no se quedó ahí. Esa misma fundación funcionaba en 2015 con el
nombre Kábala, pero por presuntas irregularidades el Ministerio de Educación
en Bolívar no prorrogó su contrato de servicios de alimentación escolar. La
Auditoría descubrió que desde 2003 estos contratistas han cambiado cinco
veces su razón social, motivo por el cual a pesar de estar sancionados vuelven
a ganar las licitaciones para alimentar a los sufridos niños de la costa.

Sindicatos con ánimo de lucro

Diversas organizaciones sindicales contratan con las empresas, lo que pone en


duda su razón de ser.

La esencia filosófica de los sindicatos en varios departamentos del país se está


difuminando detrás del ánimo de lucro. Los artículos 355 y 365 de la Constitución
establecen explícitamente que estas organizaciones no pueden tener por objeto
actividades lucrativas, pues se desnaturalizarían sus funciones esenciales de
defender los derechos y el bienestar de sus afiliados. Sin embargo, en la
actualidad diversos sindicatos, particularmente en Cauca, Antioquia, Valle, Huila
y Cesar, han recibido contratos por 833.000 millones de pesos. Como si fuera
poco, se especializan sobre todo en el sector de la salud.

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