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CONSEJERÍA CRISTIANA

ABUSO SEXUAL

Estudiante
Jose Edinson Amú Villegas

SEMINARIO BÍBLICO ALIANZA DE COLOMBIA


FACULTAD DE BIBLIA Y TEOLOGÍA
SANTANDER DE QUILICHAO
2019
CONSEJERÍA CRISTIANA
ABUSO SEXUAL

Estudiante
Jose Edinson Amú Villegas

Tutor
Ruberney Carabalí

SEMINARIO BÍBLICO ALIANZA DE COLOMBIA


FACULTAD DE BIBLIA Y TEOLOGÍA
SANTANDER DE QUILICHAO
2019
ABUSO SEXUAL

El abuso sexual es un problema muy común en nuestra cultura. Tal como los medios de
comunicación lo han revelado, muchos niños son víctimas de abuso en la iglesia por parte
de adultos que usan mal la confianza y la autoridad espiritual. El problema del abuso
sexual probablemente empeore a medida que las buenas costumbres continúen
deteriorándose y que el material sexual grafico se vuelva más disponible a través de la
internet y otras fuentes. La explosión temprana y frecuente a las imágenes pornográficas
distorsionan el modo de pensar hacia la sexualidad y la expresión sexual. A medida que
este problema continúe captando una mayor atención pública, indudablemente surgirán
más víctimas dispuestas a hablar sobre el dolor y a buscar ayuda. Aunque es difícil
estudiar este problema por la naturaleza a veces gráfica y horrible del material, quien
ministra debe enfrentar la dura realidad de que esas cosas suceden en un mundo caído, y
aprender a ayudar a las víctimas a encontrar sanidad en Cristo.
Debido a la naturaleza intensamente personal del abuso sexual, es difícil obtener datos
estadísticos objetivos sobre este problema. Los estudios han demostrado que
aproximadamente el 25% de las mujeres adultas en los estados unidos fueron víctimas de
abuso sexual cuando eran niñas; algunos sugieren que hasta el 50% ha experimentado un
toque sexual no deseado. En la mayoría de los casos de abuso sexual infantil, es alguien
a quien el niño conoce. Con frecuencia es alguien que vive en la casa del niño. Aunque
la mayoría de las víctimas son niñas, una cantidad considerable de niños también son
víctimas de abuso. Y si bien es cierto que la mayoría de los ofensores son hombres,
algunas son mujeres. Por último, debe observarse que el abuso sucede en todas las esferas
de la sociedad, incluso en la iglesia.

EFECTOS PSICOLOGÍCOS
Los efectos mentales y emocionales de abuso sexual tienden e ser de largo plazo y pueden
ser bastante graves, entre ellos intensos sentimientos de vergüenza, culpa, ansiedad,
problemas en las relaciones, disfunción sexual y dificultad con la confianza y la autoridad.
Por supuesto, los verdaderos efectos son únicos en cada persona y pueden incluir otros
problemas, como una mayor vulnerabilidad al abuso de sustancias y trastornos
alimentarios, los cuales dan a las victimas oportunidades de recuperar y ejercer “control”
sobre su cuerpo al menos de una forma. Algunos se cortan a sí mismos para ejercer control
y atreves del dolor dicen sentir alivio. Cuando los niños pequeños se sienten inútiles,
avergonzados y sin poder, comienzan a creer que son así y actúan en consecuencia.
Cuando la víctima tiene una relación continua con el ofensor, como suele ser el caso, la
sensación de vergüenza y la falta de virtud se infunden repetidamente sobre el niño. Esto
es particularmente cierto cuando el abusador demuestra amabilidad o favor a su víctima,
lo cual suele suceder. La vergüenza lleva a la negación o al silencio por parte de la víctima
en muchos casos, y esto a su vez produce años de sufrimiento secreto. Esta explotación
tiene a menudo un efecto devastador en las relaciones futuras, el matrimonio y la crianza
de los hijos. Los adolescentes que fueron víctimas de abuso cuando fueron niños suelen
sentirse marginados y empiezan a asociarse con otros adolescentes desconectados y
perturbados. Por eso, muchos terminan participando de conductas antisociales y
delictivas. Sea consciente de esto cuando los grupos de jóvenes tengan algún trastorno
que se centre en una persona en particular.

EFECTOS ESPIRITUALES
El abuso sexual tiene un efecto espiritual profundo en el niño y en el sobreviviente adulto.
Aunque muchos terapeutas seculares hagan caso omiso de este aspecto del abuso,
evidentemente tienen una importancia crucial cuando se tratan con estos asuntos desde
una perspectiva cristiana. En mi experiencia como líder he notado que las personas con
antecedentes de abuso les era difícil ver a DIOS como “un padre celestial”. A menudo
surgen problemas de fe y confianza si la iglesia participa del abuso o si hicieron caso
omiso de las suplías de ayuda. Existen varias razones para desilusionarse con DIOS y la
iglesia después de un abuso sexual. Una de ellas es la aparente contradicción que se
produce entre lo que se le enseño al niño respeto a DIOS que El ama a los niños, se
preocupa por ellos y los protege y la experiencia de vida real de este niño. Muchos
sobrevivientes cuestionan donde estaba DIOS cuando les sucedió estas terribles cosas. Si
El realmente es omnisciente y omnipotente, ¿Cómo pudo permitir que sufrieran de esa
forma? Con estos pensamientos, muchas víctimas se sienten traicionadas por DIOS y se
enojan con El, o se culpan a sí mismas y asumen la responsabilidad del delito. Como
resultado de ello, se sienten traicionadas, enojadas y no pueden confiar ni amar a ese
DIOS. Estas actitudes pueden incluso llevar a una sensación mayor de culpa en la víctima,
la cual, por consiguiente, se siente lejos de DIOS o no puede experimentarlo en
profundidad.

POSIBLES SOLUCIONES
Una de las tragedias del abuso sexual es que cuando la víctima cobra el valor para
decírselo a alguien, quien ellos conocen ya sea uno de sus padres o un trabajador de la
iglesia, muchas veces nadie le cree.
Muchas personas simplemente no quieren aceptar que alguien a quien ellos conocen, e
incluso puede que respeten o amen, podría ser capaz de hacer algo tan grave. Estas
personas están en negación. Como regla general, los niños no mienten acerca del abuso,
aunque a menudo mienten para proteger al abusador o a los miembros de la familia que
este ha amenazado.
Gran parte de la literatura sobre el tema apremia por igual a los consejeros y ministros,
después de escuchar la confesión de abuso de parte del niño, a creer al niño y a
reafirmarlo, antes que nada. La generación de los adultos es, en sí, abusiva, ya que no
respeta al niño e indirectamente apoya al abusador. La fe religiosa puede tener una
influencia positiva en el proceso de sanidad. Una vez que el evangelio se aplica
claramente a la situación, la victima puede experimentar la realidad de un padre de amor
e incluso perdonar al ofensor. Sin embargo, no debe haber una presión indebida
demasiado pronto para perdonar al autor.
De particular importancia para muchas víctimas es en apoyo emocional que viene de
establecer relaciones con otras mujeres (u otros hombres), y una relación con DIOS en la
cual puedan orar y encontrar verdadero amor y aceptación.
La capacidad de perdonar a menudo surge lentamente de esta comprensión de que ellos
fueron las víctimas, pero ahora son libres. Cuando pueden hablar, compartir el dolor, orar
y apoyarse el uno al otro espiritualmente, comienza la sanidad.
Por desdicha, algunos ministerios de la iglesia restan importancia a estos asuntos y
simplemente dicen a la víctima de abuso que perdone y olvide (este suele ser el caso
cuando el abuso ha sucedido dentro de la misma iglesia). Sin embargo, presionar a las
víctimas para que simplemente perdonen al abusador, en realidad les pone mayor presión
y puede reforzar los sentimientos de culpa cuando él o ella encuentran, naturalmente que
es difícil perdonar.
Los consejeros tienen que ser sensibles para ayudar a las víctimas a perdonar. El perdón
prematuro se puede ver como abusivo hacia la victima porque resta importancia a la
gravedad de lo que ha sucedido; los alienta a “desistir” sin siquiera participar de un
proceso verdadero de sanidad de estas profundas heridas.
Al luchar con el arrepentimiento y el perdón, sobre todo en términos de perdón de las
relaciones, es crucial identificar los limites apropiados puestos por la víctima, dentro de
los cuales puede tener lugar este proceso. Esto es importante tanto por la necesidad
practica de proteger la víctima de un mayor trauma (físico y psicológico), porque en el
abuso en sí mismo, los límites de la víctima fueron invadidos, y él o ella se sienten inútiles.
Con el tiempo, se puede luchar con los horrores del abuso infantil si se trata con
sensibilidad. Se puede encontrar sanidad, y esa sanidad se halla en Cristo porque, en
Cristo, DIOS demostró que valora tanto a los quebrantados y heridos que El mismo fue
herido y quebrantado para llevarlos a una relación con El.
El ministro puede ayudar a estas víctimas a encontrar la dignidad que les pertenece como
personas creadas a imagen de DIOS, quien los hizo, y que portan esa imagen. Pueden
encontrar esperanza en la promesa de que, un día, el pecado será juzgado y toda la
creación será renovada a través de Cristo. Con paciencia, oración y ayuda práctica, las
victimas pueden restaurarse.
Se sugieren algunos pasos para ministrar a las víctimas de abuso sexual:
 Escuche bien los sucesos cuando la víctima los describa.
 Permita que la conversación tome el tiempo suficiente como para llegar al final.
 Ore por la víctima durante estas visitas.
 Afirme a la víctima diciéndole que alguien se aprovechó de su poder o autoridad,
y comience a dibujar el sendero hacia la recuperación. Es probable que esto
implique citas individuales y trabajo en grupo.
 A medida que la víctima sane, se puede traer a colación el tema del perdón al
abusador. Sin embargo, hay cuestiones jurídicas que considerar. El abuso sexual
de un niño tiene que informarse al organismo local de protección de menores.
Todos los líderes de la iglesia deben saber a quién llamar en su comunidad. El
sistema judicial puede participar en diferentes grados, dependiendo de los deseos
de la víctima, y esto en si da poder.
 La disciplina de la iglesia bien puede ser apropiada si el autor es miembro o asiste
a la congregación.
BIBLIOGRAFÍA
William Curter, M.D. Guía para aconsejar a familias y personas en crisis. Editorial
Porta Voz. USA.

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