Documente Academic
Documente Profesional
Documente Cultură
RESUMEN
El Jazz, una expresión urbana que se mueve entre los cruces de la ciudad. Vivo y
en constante movimiento. Música que alberga todos los poemas de las vivencias
cotidianas en momentos ú-ni-cos de improvisación, -Sssssshhh- (En voz baja) o
de emancipación. ¡Que no nos escuchen los maestros de la U! cuando algún
músico solo quiera soltar de un soplido la última pena de amor en So What. U-na-
y-o-tra-vez y mojar con unas gotas baratas de licor, la angustia escondida de la
ciudad perdida y saltar en un solo de saxofón al abismo de la millonésima versión
de Caravan.
1
Entrada por salida. Así va el amor, la conversación, la bebida, las drogas, el
desamor y todo, menos la música. Esa entra y se queda en cada noche,
congelada en un gran silencio de cada escenario de Bogotá. No se acaba, ni se
calla. No puede ausentarse, ni un minuto... Suena en todo lo que suena hasta en
el silencio de la muerte. El jazz existe en los motores de todo, de una podadora,
en un ascensor, en la licuadora que puede evocarte un enérgico Be-Bop o el
frenesí de la hora pico que se llena con la inspiración en los pasos de algún
baterista, saxofonista o contrabajista que llega con su instrumento a cualquier
lugar a dejarse poseer por los fantasmas de Charlie Parker, Charles Mingus o Max
Roach, ¡Para encontrar algún Gillespie en la trompeta que los acompañe!
Estas hormigas del Shuffle, están buscando un “trabajo”, dirían las instancias
estadísticas del DANE, sin medir que se pierden en la noche tratando de encontrar
el solo perfecto de jazz, que ojalá se extienda en el beso de una hermosa dama o
de un sensual caballero sin afeitar, que conmueva por un instante las fibras del
sentido de la vida en resonancia con las cuerdas del piano o el contrabajo, que
justifique al pianista a tocar Waltz for Debby una vez más, o algo parecido al piano
del Hard Bop. ¡No importa si es Evans, Jarret o Ellington! Simplemente tiene que
existir un motivo, más que el de la melodía, un motivo que duela, que conmueva y
se sienta como un piano de jazz.
Qué temor hablar de los guitarristas. Los guitarristas siempre tenemos miedo.
¡Somos los miedosos del grupo! Los más aterrados con la vida, con la gente, con
todo. Bogotá está llena, el mundo también. Tal vez somos más los tímidos. Wes
Montgomery. Solo he visto su fantasma en una persona en Bogotá, tomó el mismo
rumbo de ser fantasma. Mmmmm. Los buenos guitarristas de jazz, suelen ser
sabios y fantasmas. Conocen los excesos. Normalmente sobreviven a ellos y son
los grandes maestros de composición y de descomposición. En Bogotá son
maravillosos. ¡Ja! Entran en mi como una acción clasificatoria, como si fueran
animalitos enjaulados, objetos de investigación. Me excuso con los guitarristas, tal
vez sucede porque es a quienes conozco mejor. Realmente no quiero parecer
como si estuviese escribiendo el álbum de chocolatinas jet de los músicos de
Jazz. Mmmm. Puedo retomar el tema o darle voz al trompetista.
2
lo menos en público no. Pero se sabe desde la puerta, quien es uno de esos
amantes de Miles Davis.
Hemos sido pequeños. Seguimos siendo niños desorbitados entre los acordes de
novena y treceava con séptima disminuida o aumentada, entre sensibles y
cromatismos, escobillas y platillos turcos, bombos de 18 pulgadas, trompetas,
saxos, clarinetes, contrabajos, guitarras y voces se siente el tren de la vida (y de la
muerte). Intentando desafiar el sistema que ya no se reconoce con un poco de
jazz, o mucho jazz. Que no duela tanto el hambre, que no duela tanto la soledad,
que no duela tanto el maltrato, el abandono, el conflicto y el post-conflicto. (En voz
baja) El que viene desde atrás. El que nos tocó a ca-da-u-no-de-no-so-tros. El que
nunca ha tenido estrato, el que no es una moda.
Este Jazz de Bogotá, el de los hijos de Coltrane, el que ha tenido que sentir las
crisis de la economía, aunque algunos lo nieguen en las esquinas; este jazz no
existe sin el dolor de la vida, si no se conoce el sacrificio no se puede tocar jazz,
no se puede sentir así lo hayas escuchado toda tu vida. No se puede escribir
sobre jazz si no se sabe improvisar. ¡Ups! Cruel reflexión para mi misma,
satisfactoria y sanadora. Muy jazzística. Muy urbana. Muy bogotana.
INFOGRAFÍA
3
Benjamin, W. (2005) Libro de los Pasajes. España: Editorial Akal.
Boeckman, C. (1979) Breve Historia del Jazz. Buenos Aires, Argentina. Editorial
Victor Leru.
[nina katsiashvili] (2010, Enero 24) Duke Ellington - Caravan [Archivo de video].
Recuperado de https://www.youtube.com/watch?v=YkLBSLxo5LE
[truerhymer] (2007, Noviembre 11) Louis Armstrong - Hello Dolly live [Archivo de
video]. Recuperado de https://www.youtube.com/watch?v=kmfeKUNDDYs
Dávila, F. [pachodavila] (2015, Marzo 10) Pacho Dávila Los Criollos Jazz Quartet
¡Montuno y deudas de tugurio! [Archivo de video] Recuperado de
https://www.youtube.com/watch?v=GLOtMuws814
[Oscar Andres] (2010, Febrero 4) Speak Low (Versión Flat Take) [Archivo de
video]. Recuperado de https://www.youtube.com/watch?v=sL938JumjMk
[Jazz’n Blues Experience] (2015, Agosto 24) Miles Davis - A day in Paris [Archivo
de video]. Recuperado de https://www.youtube.com/watch?v=0zLQw0UfnT8
4
[The Holy Filament] (2011, Junio 27) John Zorn - Between two worlds [Nova
Express 2011] [Archivo de video]. Recuperado de
https://www.youtube.com/watch?v=qnO_-3YY3G0
Compañeros de redes, les comparto este proceso delicioso de varios años, en este blog que estaré
alimentando con artículos, notas y experiencias del tiempo en el que estuve reconectándome con el
mundo para volver a nacer. Arrancaré con un artículo de 2015 que escribí sobre el jazz en Bogotá, como
contrapunto académico de una ponencia de mi amigo y compañero de Maestría, Luigi Marroquín