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La querella es la forma por la cual un particular ejerce la acción penal y se vuelve parte de un
proceso penal. Se distingue de la denuncia en que esta solo pone en conocimiento de las
autoridades la comisión de un delito, pero no hace al denunciante parte del proceso de
investigación y juzgamiento. Se encuentra regulada en los códigos y leyes de procedimiento
penal de cada país o entidad subnacional en el caso de las federaciones.
La denuncia es una obligación que, por regla general, impone el Estado para obtener la
cooperación ciudadana en la lucha contra el delito.
La querella, en cambio, constituye, por regla general, un derecho: todos los ciudadanos, hayan
sido o no ofendidos por el delito, pueden querellarse cuando se trate de un delito público,
utilizando la acción popular; y también pueden querellarse los extranjeros por los delitos
cometidos contra sus personas o bienes, o las personas o bienes de sus representados.
Respecto de los ciudadanos españoles, la Ley Orgánica del Poder judicial de España dispone que
"podrán ejercer la acción popular, en los casos y formas establecidos en la Ley". Por el contrario,
en los delitos privados (perseguibles a instancia de parte), solo pueden querellarse las personas
legitimadas, según los casos, para actuar en el proceso en calidad de acusador privado.
Forma de la querella
Se presentará siempre por medio del Procurador con poder bastante y suscrita por Letrado.
La relación circunstanciada del hecho, con expresión del lugar, año, mes, día y hora en que se
ejecutó, si se supieren;
Las diligencias que deban practicarse para la comprobación del hecho;
Requisitos de la admisibilidad
El querellante prestará fianza de la clase y cuantía que fije el órgano jurisdiccional, para
responder de las resultas del proceso.
Por otra parte, cuando se trata de determinados delitos privados (perseguibles a instancia de
parte), la admisibilidad de la querella viene determinada por ciertos requisitos previos o
presupuestos, a saber:
Si la querella tuviere por objeto un hecho que revista los caracteres de delito perseguible
solamente a instancia de parte, habrá de acompañarse ala misma la certificación que acredite
haberse celebrado o intentado el acto de conciliación entre querellante y querellado.
En las querellas relativas a delitos de calumnia o injuria causadas en juicio, habrá de presentarse,
además de la certificación referida, la licencia del Juez o Tribunal que hubiese conocido de aquel.
Por otra parte, no puede hablarse de desistimiento en la denuncia (puesto que, una vez
presentada, el denunciante ni está obligado ni tiene facultades para realizar actividad procesal
alguna, ya que no es parte);
Si la querella fuese delito que no pueda ser perseguido sino a instancia de parte, se entenderá
abandonada por el que la hubiese interpuesto cuando dejase de instar el procedimiento dentro
de los 10 días siguientes a la notificación del auto en que el Juez o el Tribunal así lo hubiese
acordado.
Se tendrá también por abandonada la querella cuando, por muerte o por haberse incapacitado
el querellante para continuar la acción, no compareciere ninguno de sus herederos o
representantes legales a sostenerla dentro de los 30 días siguientes a la citación que al efecto se
les hará, dándoles conocimiento de la querella.
En los delitos de asesinato o de homicidio, el cónyuge del difunto o persona vinculada a él por
una análoga relación de afectividad, los ascendientes y descendientes y sus parientes colaterales
hasta el segundo grado inclusive, los herederos de la víctima y los padres, madres e hijos del
delincuente.
Las asociaciones de víctimas y las personas jurídicas a las que la ley reconoce legitimación para
defender los derechos de las víctimas siempre que el ejercicio de la acción penal hubiera sido
expresamente autorizado por la propia víctima.
Querella en Latinoamérica
Argentina
Se denomina querellante a la persona que además del Ministerio público fiscal, está autorizada
por la ley a perseguir en un proceso penal.
En los delitos de acción pública (Art. 71, Código Penal de la Nación) , y también los que
dependen de una instancia privada para su persecución (Art.72, Código Penal de la Nación) se
denomina querellante a la persona de derecho público o privado, ofendido del hecho punible, o
a la víctima del hecho punible, objeto del proceso penal.233
En los delitos de acción de privada (Art. 73, Código Penal de la Nación) que son una excepción,
quien puede querellar es quien exclusivamente puede someter a otro en un proceso penal. Por
esta razón conduce como acusador el proceso hasta el dictado de la sentencia.33
En los delitos de acción pública el querellante se desempeña de manera conjunta con la fiscalía,
quien es el acusador nato del proceso penal . No posee facultades coercitivas ni ejecutivas (como
por ejemplo allanar un domicilio). El uso de la fuerza pública concierne sólo a la fiscalía y sus
auxiliares (como la policía o las fuerzas de seguridad). Tampoco le alcanzan al querellante ciertos
deberes o facultades de la fiscalía o de la policía, como lo son las obligaciones de obrar con
objetividad y lealtad en el proceso o en el deber respectivamente (Art. 71 y Art. 274, Código
Procesal Penal de la Nación); así como también la facultad de recurrir en favor del imputado en
los caso que corresponda.4
En nuestro proceso la querella puede acusar de manera autónoma, sin depender de la acción
que decida el Ministerio Público fiscal al finalizar la instrucción. En la etapa de debate oral el
principio es la igualdad para todos los intervinientes del proceso, aunque sin embargo la
incomparecencia del querellante o su representante no provoca la suspensión del mismo.
Tiene este derecho de constituirse en querella en el proceso toda persona con capacidad civil
que fuera ofendida por un delito de acción pública. Puede impulsarlo, ofrecer prueba y recurrir
las resoluciones conforme a lo establecido en el Código Procesal Penal de la Nación. 4En los
casos que se tratare de un incapaz, lo hará a través de su representante legal. Si resultare la
muerte o la desaparición de la persona podrá ejercer este derecho su cónyuge, conviviente, los
padres, los hijos y los hermanos; si se trata de un menor su padres o guardadores; y en el caso
de un incapaz, su representante legal.
En cuanto a los intereses colectivos, las asociaciones y fundaciones también podrán constituirse
en querella en los procesos de crímenes de lesa humanidad o graves violaciones a los Derechos
humanos, siempre y cuando estén debidamente conformadas y el objeto de su estatuto se
vincule con los derechos lesionados.
Quien quiera constituirse como querella en un proceso penal deberá hacerlo antes de la clausura
de la etapa de instrucción, el pedido será resuelto en el plazo de 3 días y esa resolución puede
ser apelada.
La pretensión debe formularse por escrito, en forma personal o por mandatario especial
(acompañando el poder correspondiente) y con asistencia letrada. Además se deben agregar la
identificación y domicilio del requirente, acreditar la representación o el mandato;la acreditación
de personería y en el caso de asociaciones o fundaciones acompañar sus instrumentos de
constitución. La descripción del hecho punible que denuncia y si los puede identificar a los
participes del hecho. Y la petición de ser tenido como querellante y la firma.4
Si hubiese varios con derecho a querellar y sus intereses fueran idénticos, deberán actuar bajo
una misma representación y si no estuvieran de acuerdo se dispondrá de oficio. Esta disposición
no aplica cuando sea entre particulares y asociaciones y/o fundaciones, salvo que así lo soliciten.
En nuestro sistema jurídico, el querellante solo pierde el derecho a participar del proceso cuando
renuncia de forma expresa o por abandono, por su muerte, y por la sentencia firme que
concluye con dicho proceso. Esto último es porque porque no esta habilitado de participar en el
proceso de ejecución penal.2
Evolución Jurisprudencial
En el fallo judicial "Tarifeño" del año 1989, la Corte entiende que la garantía consagrada en el
artículo 18 de la Constitución Nacional exige la formas del debido proceso penal, que debe
contener cuatro elementos: acusación, defensa, prueba y sentencia dictada por los jueces
naturales. 5 6 En este caso, el fiscal había solicitado la absolución del acusado durante el debate
y pese a ello el Tribunal lo condenó. La Corte a raíz de lo expuesto dijo que al faltar la acusación
del fiscal, no se habían respetado la forma del debido proceso y que la sentencia debía
declararse nula.
En el fallo judicial "Santillán" del año 1998, la Cámara Nacional de Casación Penal confirmó la
sentencia del Tribunal Oral que había absuelto a Francisico Santillán del delito por cual había
sido oportunamente elevado a juicio por la parte querellante y por el fiscal. 7 En el momento de
los alegatos el fiscal solicitó la absolución y la querella solicitó que se le condene por el delito. El
Tribunal entendiendo que el ejercicio de la acción pública lo tiene el fiscal y como éste postulaba
la absolución, el pedido de condena por parte de la querella no era suficiente para que el
Tribunal tenga el pronunciamiento de una condena. Fue por este motivo, la falta de acusación
del fiscal que absolvió al acusado, porque no cumplía con la forma sustancial del juicio como en
el precedente "Tarifeño". La Querella interpone recurso extraordinario, porque sostiene que este
caso es cuestión es diferente al mencionado, porque la parte querellante estaba legalmente
constituida y el Tribunal de la instancia inferior no dio respuesta a su pretensión. Estimó la parte
querellante que se basaba esta pretensión en los derechos a la igualdad y al debido proceso (Art.
16 y 18, Constitución Nacional).5 La Corte decide resolver el planteo, porque se pone en tela de
juicio el alcance de las garantías mencionadas, especialmente los efectos de del Art. 18. Se
reitera la exigencia de que para asegurar el debido proceso se debe respetar las formas
sustanciales del juicio: acusación, defensa, prueba y sentencia; que la ley le reconoce personería
para actuar en juicio al Querellante en defensa de sus derechos y que está amparado por esta
garantía del debido proceso legal y que asegura el derecho de obtener una sentencia fundada en
un juicio previo.
En el fallo "Del´Oleo", el Tribunal Oral resuelve condenar a Juan Carlos Del´Oleo a pesar de que
el fiscal había solicitado su absolución. Se basó en los alegatos de la Querella y su pedido de
condena.8 La defensa interpuso recurso de casación que fue desestimado, entonces acudió en
queja que tampoco prosperó. Finalmente se dedujo la apelación extraordinaria federal, la cual se
declaró inadmisible y derivó en presentación directa. Se agravió la parte al entender que se violó
la garantía de defensa en juicio y debido proceso dado que se dictó sin haber acusación del
fiscal. Como la querella no respondió la vista (art. 346 Código Procesal Penal de la Nación) y el
Juez de instrucción le dio por decaído el derecho, aunque no le imposibilitó que participe del
proceso si debió privarla de alegar al concluir el debate por tratarse de un acto que integra un
reproche. La Corte vuelve a reiterar que la acusación es sustancial para el debido proceso penal.
Si el querellante no concreto su pretensión en el momento que debió hacerlo, no podrá formular
una incriminación. En consecuencia deja si efecto la sentencia por no haber respetado la forma
sustancial del debido proceso.4
En el fallo "Storchi" del año 2004; en el proceso se investiga la posible comisión de un delito
culposo, la querella solicitó la elevación a juicio de los cinco imputados y el fiscal solo lo hizo
respecto de dos. El juez de instrucción al no compartir el criterio del fiscal, sobre el pedido de
sobreseimiento de los otros tres imputados elevó consulta a la Cámara (art. 348 parr. 2° del
Código Procesal Penal de la Nación).9 4La Cámara resuelve apartar el fiscal de primera instancia
y envía un sumario al Fiscal general, para que éste designara otro fiscal. El fiscal general solicita
la nulidad de la elevación en consulta, su motivos se fundan en la autonomía del Ministerio
Público fiscal reconocida en nuestra en el art. 120 de la Constitución Nacional y que se debe
declarar la inconstitucionalidad del artículo. 348 parr. 2° CPPN. 4 5En primer término la Cámara
resuelve frente al planteo de nulidad de fiscal general hacer lugar, porque entiende que ese
mecanismo de elevar a consulta resulta contraria a la independencia de Ministerio Público fiscal.
En segundo término, tomando como precedente el fallo "Santillán" en donde se le reconoció a la
querella la autonomía necesaria para impulsar el proceso hasta la sentencia, entiende que la
querella puede pedir la elevación a juicio a pesar de que el fiscal no lo haya hecho; y sin que esto
signifique ir en contra de vulnerar la independencia del mismo.
Ley de Víctimas
La rápida intervención: con respecto a las medidas de ayuda, atención, asistencia y protección de
la situación de la víctima.
Enfoque diferencial: con respecto a las medidas de ayuda, atención, asistencia y protección de la
situación de la víctima serán adoptadas teniendo en cuenta su vulnerabilidad. (en razón de su
edad, género, orientación sexual, etnia, condición de discapacidad u otras análogas).
No revictimización: Es decir que no será tratada como si fuera responsable del hecho sufrido y
las molestias que se le ocasionen serán las estrictamente necesarias.
La víctima tiene derecho: a recibir patrocinio jurídico gratuito, y en su caso a querellar; a que se
le tome de inmediato la denuncia y que sea informada de sus derechos; a recibir un trato digno y
respetuoso; a que se respete su intimidad mientras no obstruya la investigación; a ser asistida
para su recuperación; a requerir medidas de protección para sí, para sus familiares y testigos; a
intervenir como querellante o actor civil en el proceso penal amparada por la garantía del
debido proceso; a ser informada del estado del proceso y la situación del imputado; a aportar
información y pruebas; a ser notificada de las resoluciones que puedan afectar su derecho a ser
oída; entre otras. Si bien realiza realiza una enumeración detallada de los derechos que le
concierne, esta no es taxativa.
Se presumirá una situación de vulnerabilidad especial en los siguientes casos: si fuera menor de
edad o mayor de setenta años, o se tratare de una persona con discapacidad; si existiere una
relación de dependencia económica, afectiva, laboral o de subordinación entre ella y el supuesto
autor del delito.