Documente Academic
Documente Profesional
Documente Cultură
Autoras:
Colaboradoras:
Indice
Introducción..........................................................................................................................3
Capítulo 1. Antecedentes......................................................................................................6
Conclusiones....................................................................................................................174
Bibliografía.......................................................................................................................175
Introducción
Penetrar la vida privada de las familias, de puertas adentro, para generar cambios, resulta
complicado y riesgoso. Si los miembros de la familia no sienten la necesidad del cambio,
no es ético, ni productivo, provocarlo desde afuera. En un micronivel se puede partir de
las propias necesidades y por asociaciones problematizar la vida cotidiana, pero no se
puede imponer un “deber ser” que la familia no siente que necesita.
El Proyecto está dirigido al estudio de las características que adoptan las diferentes
formas de violencia intrafamiliar en nuestro país, y a ensayar y evaluar formas de
orientación para el abordaje social del problema en nuestras condiciones.
También hemos elaborado un capítulo para explicar nuestras reflexiones en torno a las
concepciones teóricas de la Violencia Intrafamiliar y a su expresión en las formas de
afrontar estos problemas. No se pretende realizar un análisis crítico de lo existente ni
construir una verdadera concepción teórica y metodológica –propia- de la VIF. El
propósito de estas reflexiones es un primer acercamiento a un fenómeno social que se
ha combatido más en el mundo desde prácticas de apoyo social a las víctimas –donde
influyen, en muchos casos, políticas oportunistas desde el poder político y social- que
desde el pensamiento científico de los especialistas sociales.
1
En estos Consejos Populares de los municipios Mella y Contramaestre, en la provincia Santiago de Cuba, el
CIPS desarrolla el Proyecto “Recuperación ambiental, participación y desarrollo comunitario en la región del
río Cauto en Cuba”. Comenzamos el trabajo en esos municipios aplicando las técnicas de Diagnóstico a los
niños/as, e hicimos un estudio exploratorio entre un grupo de padres, madres y abuelos –no reflejado en este
informe- para hacer los ajustes necesarios a la metodología según los saberes y necesidades de los adultos
de esas zonas. No fue posible continuar el trabajo y culminarlo.
5
Capítulo 1
Durante todos estos años la familia cubana ha estado bajo los efectos de sustanciales y
acelerados cambios. Cada vez se tornan más apremiantes las necesidades de orientación
para el desempeño de la función educativa de la familia y la definición y ejercicio de los
roles familiares. Esta orientación requiere atender con fuerza los problemas de la vida
cotidiana, en los cuales ocupa un nivel central la interrelación interpersonal e intrafamiliar.
2
Ver, en la década de los noventa: La familia cubana. Cambios, actualidad y retos, 1994; Representaciones
de la familia en niños y adolescentes cubanos.1996; La tercera edad en Cuba. Un acercamiento
sociodemográfico y sociopsicológico, 1997; Programa Educativo dirigido a adolescentes y jóvenes.
Preparación para la relación de pareja y la convivencia, 1998; PRECOM, 1999 y Familia y Cambios
Socioeconómicos a las puertas del nuevo milenio, 2000
3
Programa educativo dirigido a adolescentes y jóvenes. Preparación para la relación de pareja y la
convivencia familiar, 1998; PRECOM, 1999.
4
Se puede consultar el informe de investigación "Programa educativo dirigido a adolescentes y jóvenes.
Preparación para la relación de pareja y la convivencia familiar", de M. Díaz y S. González, CIPS, La
Habana, 1998.
5
Se puede consultar el informe de investigación “Prepararnos para la comunicación. Programa educativo
dirigido a padres y madres. Preparación para la convivencia humana y las relaciones interpersonales”, de M.
Díaz y A. Durán. CIPS, La Habana, 1999.
7
Ya en el año 1990 se culminó una investigación sobre el modo de vida familiar en una
muestra representativa nacional de 1125 familias completas urbanas, con hijos entre 12 y
19 años, solteros, pertenecientes a dos de las clases sociales fundamentales de la
sociedad cubana en esos momentos, la clase obrera y la capa de trabajadores
intelectuales. Se consideró a la familia como unidad de análisis en la recolección de la
información y en el procesamiento de la misma, encuestándose a tres miembros de cada
familia (la pareja adulta y un hijo o hija, de ambos o de uno de ellos) y el procesamiento
se basó principalmente en la definición y construcción de variables complejas que
integran las respuestas de los padres y del hijo. Se exploraron los métodos educativos y
se encontró, como tendencia, la utilización de métodos no punitivos, pero también la
utilización del maltrato, en mayor medida con adolescentes varones.
Estos resultados pudieron ser analizados desde la perspectiva de género. Se observó que
los niños jerarquizan más como lo negativo, el maltrato que reciben y las conductas o
actitudes de violencia en sus familias. Las niñas, en cambio, se sienten receptoras de
eventos o acciones de victimización verbal. En ambos casos se manifiestan,
mayoritariamente, formas de violencia verbal o psicológica en las familias, pero los niños y
los adolescentes varones reportan, en mayor medida, ser víctimas de maltrato físico.
Entre las necesidades sentidas y expresadas se destacan: el interés por conocer cuándo,
cómo y por qué se puede castigar a un niño/a pequeño/a, y cuándo considerar el castigo
justo o no. Consideran el castigo cómo método educativo y reconocen la presencia de
agresividad en sus relaciones con los hijos/as.
temprano, ya sea por los contenidos que se transmiten a través del discurso verbal, como
por la propia forma de actuar de los adultos más cercanos, que se constituyen en modelos
a imitar y que orientan y regulan las conductas infantiles.
En una breve síntesis de los hallazgos de este extenso trabajo, pueden considerarse una
serie de condiciones “positivas” en estas familias que deben favorecer la socialización
adecuada de sus diferentes miembros. Se comprobó que la vida en familia es más que un
“refugio”; es una vivencia general de satisfacción con sus orígenes y una aspiración como
forma de vida deseable para cualquier edad, género, y procedencia socioclasista.
La mayoría de las parejas jóvenes se constituyen en los espacios físicos que les
brindan sus mayores, en general pequeños y no suficientes para garantizar su
privacidad. Pocos adultos muestran respeto por los espacios y por las decisiones de
las parejas jóvenes. Cuando, en la educación de la descendencia de la pareja, como
abuelos, asumen el papel de orientadores, suplantan fácilmente los roles paterno y
materno que deben desempeñar los hijos y los “consejos” pueden convertirse, con
frecuencia, en normas a acatar.
11
6
Constituye una regularidad, en la muestra, que padre y madre ejerzan diferentes formas de castigo físico
sobre los hijos/as pero las madres no aceptan que los padres sean los que las ejecuten, alegando en una buena
parte de los casos, que la fuerza bruta del hombre es mayor y ello puede producir un daño desmedido al
niño/a.
12
Reflexiones generales
brindado por los padres –y seguramente por los abuelos- muestra contradicciones entre el
“deber ser” verbal y su realidad, que reproduce valores tradicionales de género en la
mayoría de los grupos familiares. Los niños, las niñas y los adolescentes estudiados
muestran una clara interiorización de esas concepciones sexistas y parecen haberlas
incorporado como roles a desempeñar en sus relaciones sociales de toda naturaleza.
Cambiar estos patrones relacionales de género resulta una tarea difícil y compleja, pero
su reproducción en el futuro de nuestro país permitiría asegurar la legitimación de la
violencia de género en muchas familias, y serias dificultades para poder alcanzar las
relaciones de equidad y el respeto a las diferencias entre géneros que nuestra sociedad
se ha trazado como meta y que ha tratado de asegurar con serias transformaciones
sociales por diferentes vías.
Esta realidad de discusiones habituales, sin dudas, también puede estar asociada al
incremento de la democratización de las relaciones familiares, en términos de la expresión
de criterios y de valoraciones propias al interior del grupo familiar (Alvarez y otros; 1996).
Estos elementos se acompañan de la falta de precisión de límites en las relaciones, pero
no podría afirmarse la presencia de mayor o menor violencia intrafamiliar al comparar
ambos períodos de tiempo, por la falta de evidencias y estudios empíricos al respecto.
Cuando se observa el intercambio y las relaciones generales de los jóvenes con las
generaciones de sus padres y abuelos, la situación es equivalente pero el
empoderamiento parece estar determinado por otros elementos. Los padres pueden
tener un nivel de autoridad psicológica simplemente por ser los progenitores de uno de
los miembros de la pareja, tener poder económico desde sus ingresos y el privilegio de
ser los dueños de la vivienda en la que habitan, lo que constituye en Cuba un valor
patrimonial de supremacía absoluta; el “as” que permite “las jugadas” más
espectaculares. Con esos recursos, el poder está de su lado y los jóvenes pueden ser las
víctimas individuales –como hijo/a y seguramente como yerno o nuera- o como pareja
subordinada, por la desventaja de no tener a dónde ir a vivir.
Aunque se constituyan como el lazo más fuerte de unión para la pareja y el resultado
mejor del vínculo, los hijos/as muestran un nivel de victimización adicional al de la
transmisión de valores sexistas – y también ligada a ella- desde la falta de comunicación
con sus progenitores y de ellos con las figuras de los abuelos. En primer lugar, se les
habla y escucha poco, y predominan las órdenes y los reclamos; no se construyen las
normas con ellos, sino que se les imponen; se les grita, regaña y castiga fácilmente, y en
muchas ocasiones se les puede pegar para lograr dominarlos. En segundo lugar, las
figuras paternas no saben siempre ponerse de acuerdo en cómo y para qué educarlos, y
sus criterios pueden ser contradictorios. Por último, los abuelos pueden dar órdenes
distintas u opuestas a las de los padres y negarles su autoridad o su poder de decisión.
Los menores, como figuras más débiles de la familia, pueden convertirse fácilmente en
“chivos expiatorios” de las tensiones familiares, ser testigos de los desencuentros,
discusiones o peleas de los adultos -cuya influencia negativa ya hemos analizado- pero
siempre constituirán las víctimas actuales de todos los malos manejos educativos y las
“esponjas” que recogerán las herramientas de poder para aplicarlas –o no- en su
momento. Todos sabemos que la violencia es una conducta humana que se aprende y se
fortalece en la experiencia cotidiana; que se gesta en la desigualdad derivada de las
jerarquías de poder y que se nutre del ejercicio de ese poder.
Capítulo 2
Las pocas posibilidades de acceso a INTERNET han constituido una de las principales
barreras para nuestro trabajo. Las nuevas tecnologías de la información ofrecen niveles
de actualidad, conocimientos y potencialidades para el intercambio de inigualable valor
para la investigación.
El intercambio con especialistas de otros países, que trabajan de alguna manera el tema
de la violencia intrafamiliar, constituía una de las principales tareas a cumplimentar por el
equipo en esta etapa del proyecto. Se visitaron organizaciones, instituciones, centros de
investigación, fundaciones y universidades con sedes en Inglaterra, Nicaragua, México y
Colombia. La selección de los países se realizó considerando el nivel de experiencia en el
estudio y tratamiento del problema, los aportes realizados a las concepciones sobre
violencia intrafamiliar y la cercanía de los contextos socioculturales con nuestro país.
7
Ya analizado en el capítulo precedente.
18
población afectada y al mismo tiempo, son partícipes de realidades sociales que muestran
un incremento acelerado de indicadores de violencia.
El estudio de la bibliografía recopilada y las entrevistas con personas diversas desde sus
experiencias, concepciones de trabajo y profesión, nos han aportado un cúmulo
considerable de información en muy diferentes campos teóricos y prácticos de la VIF.
Una visión general permite asegurar que varios países tienen un camino de trabajo
recorrido y experiencias que les permiten caracterizar las magnitudes de la problemática
19
Entre los aspectos positivos encontrados, se destacan como los más importantes: el
grado de sensibilización alcanzado sobre el tema de la violencia, desde los especialistas y
en la sociedad en general, a partir de la difusión en medios de comunicación social; la
creación de estructuras sociales encargadas de la asistencia y tratamiento a víctimas de
la violencia y en algunos casos a victimarios; el activismo social, sobre todo lidereado por
mujeres, en la lucha por alcanzar conquistas sociales dirigidas al empoderamiento
femenino; y los ajustes alcanzados en términos de legislación y atención jurídica al
fenómeno en los últimos años.
Por otra parte, el análisis crítico de las concepciones y experiencias de trabajo existentes
nos revelan debilidades conceptuales y una serie de limitaciones metodológicas
importantes según nuestros criterios; entre las más significativas:
En nuestro país se han estimulado los estudios sobre las manifestaciones de la violencia
intrafamiliar y se alerta sobre la importancia de reconocer y estudiar este fenómeno en
nuestras condiciones sociales. Algunos especialistas se han aproximado al tema desde
un enfoque diagnóstico, planteando caracterizaciones de este fenómeno en la realidad
cubana. Las investigaciones apuntan la presencia de casi todas las formas de violencia
descritas por los estudiosos del tema -violencia física, psicológica y/o verbal-, aunque
predominan formas verbales de abuso o maltrato en las manifestaciones constatadas
(Artiles, 1996, 1998; Proveyer, 1999; Veitía, 1995).
Existen también otras realidades que nos parece importante destacar porque constituyen
el marco social y científico que encuadra nuestros propósitos investigativos:
En los últimos cinco años se comienzó a estructurar una política centralizada sobre
estos problemas a través del Grupo Nacional de Violencia lidereado por la FMC
Nacional. El trabajo de este Grupo es aún incipiente, y sus impactos no llegan a la
mayoría de los especialistas y sectores dirigentes del país, pero constituye un intento
por visibilizar el problema.
Aunque ha aumentado en los últimos tiempos la preocupación de algunas figuras
institucionales y científicas, por las manifestaciones de violencia en los diferentes
niveles de la sociedad, y específicamente en la familia, este fenómeno se encuentra
aún muy invisibilizado en las estadísticas sociodemográficas, médicas y jurídico-
penales, y en la conciencia individual de la población o de los que ejercen diferentes
formas de orientación y/o control social.
Los estudios realizados en el país se concentran en la caracterización del problema
y/o en ensayos de tratamiento en pequeños grupos poblacionales urbanos.
21
Nos parece importante destacar las premisas distintivas que nos han guiado en la
construcción conceptual de la Violencia Intrafamiliar:
Hemos trabajado en esta primera etapa con algunas definiciones que consideramos
preliminares y operativas. Para nosotros, la violencia intrafamiliar (VIF) es “todo acto u
omisión intencional de uno ó más miembros del grupo familiar capaz de producir un
daño físico, psicológico o patrimonial a otro(s) miembro(s) o a los propios
ejecutores del acto u omisión”. El “propósito de controlar y someter” y “el efecto de
transgresión de derechos” presentes en otras definiciones, los consideramos importantes,
pero hemos preferido estudiar más este fenómeno antes de aceptarlos como definitorios o
esenciales.
En la familia como sistema, cada miembro tiene un papel determinado, tareas específicas
y relaciones con los demás integrantes. Los cambios en la vida de cada miembro
repercuten en los otros de diferente forma e intensidad. La estudiosa Marta Torres refiere
que las experiencias, las actitudes, las palabras y en general el comportamiento de cada
individuo, tiene consecuencias en los demás, aunque no se dirijan expresamente a ellos.
(Ver M. Torres, 2002)
24
Los estudiosos del tema aseguran que las pautas de interacción cambian además en
diferentes momentos de la evolución familiar. En períodos de estabilidad hay
generalmente una repetición adaptativa de alianzas, formas de autoridad, fronteras
establecidas, etc. Cuando por eventos o por la evolución familiar hay cambios en el grupo,
estas pautas de interacción se perturban y pueden variar en diferente medida. La
capacidad del grupo –y de sus integrantes- para manejar los conflictos, y para adaptarse
a las circunstancias variables y a los cambios de un miembro, resultará importante para
evitar dinámicas autoritarias u otras formas de relación que pueden generar irrespeto
hacia los derechos de algún miembro de la familia.
Queda claro para nosotros que a los niños sólo les corresponde el papel de víctimas. Los
menores siempre están en relación de desigualdad con los adultos; su carácter
dependiente –en algunas familias se establecen dependencias también de los hermanos
mayores, cuando éstos existen- desde todos los aspectos, genera desigualdades de
poder a las que el niño “se rebela” por diferentes mecanismos conscientes o
inconscientes: desde una buena perreta hasta “enfermarse”, pero siempre tiene las “de
perder”. Los psicólogos saben que un niño malcriado es un niño mal criado.
Capítulo 3
Metodología de trabajo
Las concepciones del proceso de aprendizaje en este autor resultan diferentes de las
tradicionales. Se parte de cómo conocer (método), o sea, de una concepción del acto
como primer eslabón, para después considerar para qué (objetivos) y con quiénes, entre
otros aspectos. El principio medular se refiere al papel del educador en la dirección del
proceso: él debe respetar y estimular siempre la capacidad de pensar y la capacidad
crítica del educando, sin manipularlo en nombre de un contenido que el maestro domina.
El papel del educador resulta así diferente: parte del sentido común de los educandos y
no del rigor del educador, para ir avanzando paulatinamente y transformando esos
saberes, formados en la observación cotidiana de la realidad, en hechos científicos.
No se trata de negar el rol activo, crítico, decisivo del educador en el acto educativo, ni de
igualar a educador y a educando, sino de impedir el autoritarismo pedagógico que prima
en las visiones tradicionales del rol. Freire refuta las simplificaciones que limitan el papel
del educador al de coordinador de la discusión, a hacer preguntas o a estimular la
participación, y cuando más a dar su opinión o a hacer síntesis. Plantea que la educación
siempre es directiva, pero señala que las diferencias entre lo que él llamó un educador
autoritario y un educador radicalmente democrático se reflejan en que el primero toma
constantemente las decisiones, y siempre lo hace desde sus criterios, el proceso
comienza y termina inductivamente. El democrático comienza por el momento inductivo,
pero desafía a los educandos para que “piensen su práctica desde la práctica social y con
ellos, en busca de esta comprensión, estudia rigurosamente la teoría de la práctica”
(Freire, P. y otros, 1996, pág 26).
Con respecto al trabajo de grupo se advierte que es una modalidad de trabajo muy
generalizada que corre el riesgo de desvirtuarse y volverse rutinaria. El trabajo de grupo
exige saber incorporar el trabajo individual, hacer propuestas de trabajo muy claras a los
grupos y síntesis sucesivas a todo lo largo del proceso. Hay que explicitar los motivos por
los cuales se elige una determinada técnica o material educativo, para permitir que el
grupo se apropie de la totalidad del proceso metodológico. Es importante la variedad pero
también es necesario evitar el abuso y la repetición de técnicas, recordando siempre que
ellas no constituyen un fin en sí mismas, sino un medio para lograr los objetivos
estratégicos.
Esta metodología permite partir de los conocimientos acumulados por los adultos en su
práctica educativa, redimensionar sus experiencias particulares ante el grupo y elaborar
un conocimiento colectivo mejorado. Requiere un alto nivel participativo de los integrantes
del grupo, partiendo desde el inicio y durante todo el proceso, del diagnóstico de las
necesidades, del grado de conocimiento y vivencias de los participantes, de actividades
movilizadoras de su atención, de propiciar la autorreflexión y la seguridad en sus
potencialidades como padres o madres.
Exige además, desde los coordinadores, una preparación del trabajo a realizar, la ruptura
de patrones tradicionales de enseñar, experiencias teóricas y prácticas en la educación
infantil que le permitan analizar con sabiduría las diferentes situaciones familiares, y
brindar credibilidad y compromiso a los participantes.
27
Inspiradas por nuestro propósito final: educar a los miembros de la familia a convivir sin
violencia, en interrelaciones satisfactorias y aportadoras para todos y cada uno de ellos,
trazamos una estrategia educativa que parte de la lógica de:
Cada sesión constituye el punto de partida en ese proceso y exige, por ello, el diseño de
acciones -tareas- que permitan, a cada participante, reflexionar en sus criterios
educativos, en las formas en que se relacionan y comunican con los hijos/as, en sus
reacciones cotidianas a las conductas infantiles indeseables, etc. Todo ello desde el más
absoluto respeto a la confidencialidad como principio de participación y como resultado
del trabajo.
Esta concepción general de partida, que valora el proceso de cambio como tarea
ininterrumpida, se apoya además, en otra serie de presupuestos metodológicos para su
concepción, desarrollo y evaluación:
Plantear dos niveles de “aprendizaje” y convocar para el primer nivel a todos los
familiares posibles; al segundo –el Taller Aprendiendo a Educar/nos- convocar a los
que como consecuencia del primero, quedaran motivados y comprometidos.
Respetar el reconocimiento individual de ejercer la violencia sobre otros, pero no
propiciar que se hagan catarsis personales en el grupo de trabajo. Manejar las que se
produzcan como informaciones de alta confidencialidad, remitiendo y reorientando a
los necesitados a consultas especializadas para la atención individual a profundidad
cuando sea necesario.
Considerar la necesidad de trabajar la familia como grupo, intentando llegar a la mayor
cantidad posible de miembros y conectando el nivel individual y grupal en los Talleres.
Hacer de la metodología una guía que permita modificaciones por la inclusión de
nuevos contenidos, tanto por el surgimiento de exigencias grupales específicas como
por los resultados de la evaluación sistemática de las sesiones. Priorizar siempre los
intereses grupales sobre los individuales -de los participantes o de los coordinadores-
pero no desatender las necesidades personales de los padres y madres.
Se aplicaron tres técnicas diagnósticas a todos los niños/as del universo de trabajo, como
paso previo para lograr un conocimiento de las realidades familiares. La primera, un
Completamiento de Frases estaba integrado por trece ítems, cuatro de los cuales eran
frases “claves” (“Cuando hay discusiones en mi familia ...”; “Cuando mi papá se pone
bravo ...”; “Si me porto mal ...” y “Cuando mi mamá se pone brava ...”), cuatro resultaban
frases altamente aportadoras de información (“Siento miedo cuando ...”; “Me pongo triste
...”; “No me gusta de mi familia que ...” y “Lo que más me molesta ...”) y cinco aportaban
informaciones “neutrales” para completar la técnica (aunque también brindaron
información).
Todo el proceso de diagnóstico desde los niños/as se les enfocó a los menores
participantes –y a los familiares posteriormente- como un concurso de cuentos y dibujos.
Se cumplió con este enfoque entregando premios por aula en las dos categorías del
concurso. (Ver Diplomas en Anexo IV) Se hizo un pequeño pilotaje inicial de las técnicas y
se ajustaron también después de la primera aplicación masiva.
una escuela, un convento y teníamos previsto las instancias de dos Consejos Populares
en la provincia Santiago de Cuba). Si consideramos que en estas instituciones también se
pueden ejercer diferentes formas de maltrato sobre los niños, utilizarlas como agentes
mediatizadores de nuestra relación con los padres, madres y abuelos/as exige, al menos:
En este Taller nos planteamos también como propósitos indirectos –de enseñanza- desde
los coordinadores:
8
Los programas de todos los Talleres se describen en el capítulo 5
30
Cada actividad del Taller se concibió como una oportunidad de reflexión individual y
grupal, desde los saberes empíricos de los participantes, que podía ser enriquecida con
informaciones especializadas brindadas por los coordinadores. Se incorporaron así
acciones de aprendizaje que propiciaran y encaminaran estas reflexiones hacia los
objetivos previstos en la sesión.
Cada asistente se valoró además como un posible “multiplicador” de sus saberes al resto
de la familia, y como un potencial agente de cambio de las dinámicas familiares. En cada
9
Esta medida limitó las posibilidades de control de las respuestas para la evaluación del Taller
desde los coordinadores, pero la consideramos adecuada por la imposibilidad de lograr, en tan
breve tiempo, un desarrollo grupal que permita “desnudarse” a la mayoría de los participantes.
31
sesión se concibió una “tarea” final “para el hogar” que trataba de mantener el interés por
“lo aprendido” y lograr nuevos niveles de reflexión en los participantes. Así se previeron
tareas de contrastar los criterios individuales con los de otros miembros de la familia,
hacer observaciones dirigidas de realidades familiares, sacar conclusiones o hipotetizar
sobre el origen de los problemas, practicar técnicas aprendidas en el Taller, y otras
variantes de “trabajo individual”. También se ofrecieron, en cada sesión, materiales
teóricos que brindaban ampliación de los temas tratados y que podían ser estudiados
voluntariamente por los participantes o por otros miembros de la familia.
Los temas fundamentales abordados fueron: (Ver los programas y materiales utilizados en
las sesiones en el capítulo 5 y los materiales teóricos o Lecturas Complementarias en el
Anexo II)
Capítulo 4
10
Constituyó una intención del Proyecto aplicar la Metodología en un contexto rural, para lo cual se
seleccionó la cuenca del río Cauto en Santiago de Cuba. Por dificultades operativas del traslado del equipo
coordinador de la experiencia, no se pudo aplicar el programa en la zona oriental del país, pero se realizó,
entre otros pasos, el “diagnóstico” desde los niños/as.
33
Los datos de los municipios santiagueros se incluyen en esta parte del informe como una
posibilidad de conocer lo que sucede en alguna zona rural o semirrural de nuestro país.
Se han agrupado las dos submuestras de Palmarito de Cauto y de Bungo - La Venta por
ser pequeñas, priorizando la importancia de los datos obtenidos para este estudio
exploratorio.
Violencia física
Si consideramos las referencias directas (en primera persona) de ser víctimas de violencia
física (hechas por los sujetos en al menos una de las tres técnicas aplicadas), casi la
tercera parte del total señala que recibe golpes –con la mano o con instrumentos como
cintos, palos, escobas, mangueras o chancletas-, nalgadas, u otra forma de maltrato
físico. (Ver Tabla 1). Las niñas refieren una mayor victimización en Playa y en los
municipios santiagueros, pero los varones de Centro Habana se reconocen más como
depositarios del maltrato físico.
La diferencia notable entre ambos sexos en la región oriental requiere un estudio posterior
pues puede ser expresión de causas muy disímiles: desde subvaloración de la figura
femenina desde la niñez hasta independencia de las niñas para reconocerse “víctimas
de”; desde sobrevaloración y protección de la figura masculina, hasta interiorización de
códigos “machistas” que impiden a los niños reconocerse como víctimas del maltrato; por
poner dos ejemplos.
Tabla 1: Porcentaje de niños/as con referencias directas de ser víctimas de violencia física
en alguno de los instrumentos utilizados (sobre N de cada muestra)
Dos de cada tres niños/as que reportan maltrato físico, reitera estas conductas en dos y
hasta en las tres técnicas aplicadas, mostrando un alto grado de consistencia en sus
respuestas. Ello podría ser un claro indicador de presencia de esta forma de violencia en
los casos estudiados. Sin embargo, aunque parezca que este nivel de victimización física
es elevado, no se puede asegurar que todos los niños/as que hayan sido víctimas de
maltrato físico lo reflejen en las técnicas utilizadas. Ello podría dar lugar a una sublectura
de la presencia de esta forma, si sólo pensamos que ha afectado a los sujetos que la
especifican. En el caso de los que refieren ser víctimas de violencia, tampoco podría
asegurarse de manera absoluta que todos lo sean, pero existen altas probabilidades de
que así ocurra cuando son elementos que se muestran en el imaginario de los/as niños/as
y en no pocos casos la información se reitera en más de una de las técnicas aplicadas de
manera consistente.
Las historias redactadas en primera persona permiten conocer a quién identifica el niño/a
como figura maltratadora y cuál es el tipo de victimización que él/ella se adjudican. En la
primera historieta - con una figura masculina – los “cuentos” de algunos sujetos afirman:
“me dieron con un cinto muy grande” (niña, 8 años); “me da, me hala, me grita” (niña, 8
años); “me retuerce, me grita” (niño, 12 años), entre otras.
La segunda historieta, con la figura femenina, parece más sugerente de violencia física
desde lo gráfico, y en los cuentos elaborados se observan más referencias desde el “yo”.
Así varias niñas de primer grado afirman en su historia “mi mamá me dio” o “mi mamá me
pega”; un niño de 7 años precisa como conclusión de su cuento: “mi mamá por eso no
tiene que darme”. Otras historias matizan la agresión o hablan de la amenaza de golpear:
“sal si no quieres coger leña” (niño, 10 años); “me dio suavecito” (niña, 8 años), pero la
mayoría de los cuentos en primera persona que refieren maltrato físico son claros: “me
hala, me da” (niña, 8 años); “me da nalgadas” (niño, 9 años); “me entró a golpes” (niño, 11
años); “me empezó a dar golpes y golpes” (niño, 12 años); “me dio una pela” (niña, 12
años); “me grita, me golpea, descarga su molestia” (niño, 12 años)
En otro nivel de análisis, los niños/as reportan castigos de diferente naturaleza en sus
historias y dibujos, atribuyéndole a los protagonistas imaginados formas de victimización
que deben ser los referentes conocidos por los sujetos. El análisis de estas respuestas
(ver Tabla A en Anexo II) indica que el castigo físico resulta el más mencionado: cuatro de
cada cinco niñas y casi siete de cada diez niños del total, ilustran el castigo ejercido en las
historias como “pegar”11; una tercera parte de los sujetos “castiga” “sentando en un
mueble” al protagonista; alrededor de uno de cada diez atribuyen como sanción “no
11
Destaca la asignación de los niños y niñas santiagueros: el 86,5% de los niños evoca “pegar”
35
jugar” o “no salir”, y algo menos de esa cantidad “castiga” a sus personajes mandándolos
a la cama o impidiéndoles ver TV. Dos niños dejan sin comer a sus héroes, y otros dos
niños santiagueros se unen a dos niñas de esa región para mandarlos a trabajar como
castigo. También algún niño/a sancionó a los protagonistas a “quitarse la ropa”, a “no ver
los aviones cuando pasan”, a “no oír música” y hasta a “estudiar”.
En “Si me porto mal...”, frase clave para evocar los castigos que se imponen en la
familia, alrededor del 10% de la muestra total precisa “me pegan”, “me dan”, “me dan
golpes”, “mi mamá –o mi papá- me dan / me pegan”. Del análisis de las respuestas en
los diferentes grupos estudiados emanan algunas características interesantes: las
niñas de Santiago que refieren estas respuestas duplican a las de los municipios
habaneros, pero los varones santiagueros triplican –o más- a los habaneros.
Por otra parte, el peso relativo del castigo físico sobre otras formas de castigo12 o
sobre los regaños (que constituyen las tres categorías que permiten agrupar las
respuestas de los sujetos a esta frase)13 parece indicar que a todas las niñas se les
regaña en primer lugar, pero sólo a las de la provincia de Santiago de Cuba se les
castiga físicamente o por otro procedimiento en igual medida; en las niñas habaneras
se refleja mucho menos el castigo físico que otras formas de castigo. En los varones
parece resultar más abundante el uso de castigos “diversos”, pero los únicos que
señalan un peso mucho mayor de los castigos físicos sobre los regaños son los niños
orientales; en los municipios habaneros priman como segunda opción los regaños, a
buena distancia de “los golpes”. Parecería más habitual el castigo físico en los
municipios orientales cuando los niños/as “se portan mal”.
12
Hemos denominado “otras formas de castigo” a aquellas que no utilizan la vía física - mano o
instrumentos- y a las que no explicitan la vía y afirman simplemente ser castigados. Estas últimas
constituyen el grupo mayoritario de respuestas, lo que impide precisar la naturaleza del castigo
empleado.
13
En las respuestas a esta frase sólo 9 niñas y 11 niños del total, completan la idea con
afirmaciones que indican “formas positivas de educación”: “hablan conmigo”; “me aconsejan”; “mi
mamá / mamá y papá me aconseja(n)”; “me dicen que lo que hice no estuvo bien”; “hablan
conmigo para mejorar”; “mis padres y abuelos conversan conmigo”, entre otras frases. Sólo entre
las niñas de Bungo no se encontró ninguna afirmación en este sentido pero parecen excepcionales
las respuestas comunicativas o persuasivas desde los adultos de la familia, cuando los niños/as
“se portan mal”. (Para mayor detalle ver Tabla B en Anexo II)
36
Algunas especificaciones de los sujetos cuando refieren ser castigados –en general- y
no por medios físicos, también aportan elementos de daño o maltrato físico como
resultado: “no me dejan salir a ningún lado”; “me castigan para que no salga”; “no
puedo jugar”; “me dejan de castigo una semana”; “me acuestan en la cama / a dormir”;
“me suben para la casa y no me dejan jugar”; “no me dejan ver TV”; “no me llevan a
pasear”; “no puedo salir a jugar”. Estas respuestas directas desde el “yo” ratifican
mucho de lo “imaginado” en las historias infantiles –explicado con anterioridad- y
permiten asegurar la presencia de estas formas victimizadoras en lo físico del sujeto.
Por otra parte, dos tercios de los sujetos que evocan el castigo físico señalan como
victimarios a ambos padres, indistintamente o en conjunto; los niños/as restantes
adjudican ese papel sólo a una de las dos figuras: la mitad a la paterna y la otra mitad
a la materna.
Al completar “Siento miedo cuando...” los sujetos utilizan las más variadas respuestas,
pero el miedo cuando “me dan”, “me pegan”, “mi mamá / papá me dan” se observa en
algunas niñas14 y niños. El 10% de las más pequeñas en Playa concreta ahí sus
temores, pero el castigo físico no resulta generador de “miedo” para las mayores de
ese lugar ni para las niñas de Palmarito de Cauto. Los niños orientales tampoco
señalan estas respuestas, pero la cantidad que lo hace en Centro Habana triplica a los
de Playa.
En la frase “Me siento triste...” una niña de 7 años en Playa precisa: “y lloro mucho
cuando mi papá me da con el cinto y mi mamá con la mano”. Una docena de niñas y
niños más de los municipios capitalinos optan por responder “cuando me dan”,
“cuando me meten”, “cuando a mi hermano le dan”, “porque mi mamá me dio”,
“cuando me dan golpes”, “porque mi papá me dio”, aunque los “generadores”
primordiales de tristeza se plantean en otros aspectos de la vida hogareña o personal.
En todas las muestras, algún niño/a precisa en “Lo que más me molesta...”, ser
víctima de violencia física. Una niña de Bungo responde “que me meten con una tabla”
y otra de Centro Habana dice “que cuando me porto mal mi mamá me da con un
14
Una niña de 7 años en Playa no se refiere a “golpes” pero precisa “me dejan [a] oscura[s] en la
casa en el cuarto cerrado”
37
chucho”; pero diez hembras más afirman simplemente que les molesta “que me den /
me peguen”. Lo mismo sucede entre los niños: dos de Playa dicen que les molesta
“cuando me dan con un cinto; sólo una vez me dieron con una manguera” y “cuando
mi mamá me da con el cinto y me dice que vaya al psicólogo porque me porto muy
mal”, pero seis más, entre todos, completan la frase con lo general: “que me den”.
En las restantes frases, no se añaden ideas que indiquen presencia de maltrato físico
como contenido. Sólo un niño de Playa afirma en la primera frase “quisiera que mi
familia no me diera” como deseo.
Es necesario precisar en este análisis del Completamiento de Frases que pocos niños/as
repiten en más de una frase sus referencias al castigo o al maltrato físico. Aunque las
respuestas no sean numerosas, sí parecen mostrar la presencia de violencia física –por
los medios empleados y por la naturaleza del daño- en un grupo de sujetos y sus
consecuencias psicológicas para los/as menores: constituyen lo negativo de su familia, y
generan miedo, malestar o tristeza, como lo más evocado.
Queda claro que la violencia es ejercida individual o en pareja por ambos padres; sólo en
dos casos se habla de los hermanos como agresores y no afloran otras figuras familiares
ejerciéndolo, pero no se puede asegurar que la víctima sea solamente el sujeto estudiado;
algunos niños/as refieren tristeza o molestia porque le “pegan / dan a mi hermano/a”.
Si consideramos los referentes para otros protagonistas “imaginados” por los niños/as –
donde el sujeto puede y casi seguro “se proyecta”- y algunas especificaciones desde el
“yo” en el Completamiento de Frases, se vulneran espacios físicos que responden a la
necesidad de actividad y de movimiento, intelectuales o cognitivos, de la autoestima de
los sujetos y lúdicros, por citar los más significativos, con consecuencias directas para el
desarrollo físico y como personalidad de los sujetos. No resulta difícil asegurar irrespeto a
los derechos infantiles y una respuesta inadecuada, desde los procedimientos educativos
utilizados por los padres, por el uso bastante mayor de lo deseable y esperable del
castigo físico, en una buena cantidad de niños/as, sobre todo en las zonas orientales
estudiadas.
Violencia verbal
Las formas verbales de violencia resultan muy difíciles de valorar por el contenido
simbólico del lenguaje y porque en la comunicación humana no sólo “hablan” las palabras,
sino también todo lo que las acompaña –gestos, distancia física, tono, etc.- e incluso los
silencios. Se requeriría una verdadera observación participante de la realidad cotidiana de
las familias para “evaluar” esta forma de maltrato que puede resultar tan habitual para
víctimas y victimarios que llega a pasar inadvertida por lo “natural”.
15
Dos niños y cinco niñas habaneros más, completan la frase con una respuesta que puede
resultar ambigua pero reveladora: ... “me maltraten”.
38
Para nuestro análisis hemos considerado las referencias directas de gritos, humillaciones,
insultos y amenazas explicitados por los sujetos en las diferentes técnicas. También nos
detendremos en el regaño como forma de castigo, pues es vivenciada por los menores
como agresión o daño, aunque no siempre se pueda asegurar “desde afuera” que
constituya una acción de maltrato.
Los gritos resultan la forma de agresión verbal familiar que los menores reconocen
directamente con mayor facilidad, en al menos una de las técnicas aplicadas; le siguen las
amenazas, y a cierta distancia narran -ó califican- situaciones humillantes o que “los
insultan” y las mentiras.
El 12,6% de los sujetos de Centro Habana, el 10,1% de los de Santiago y el 5,4% de los
de Playa plantean ser receptores de “gritos” en su familia, predominando ligeramente
estas afirmaciones en las niñas. Cuando se trata de asignar estas respuestas a
protagonistas de historias, las cifras se elevan ligeramente y los referentes por municipios
pasan a ser 15,9%, 12,4% y 8,2% en igual orden; siguen siendo más las niñas las que
hablan de que “le gritan” a sus héroes. Cuando se precisa el victimario, la figura materna
se refiere en mayor medida que la paterna, pero un tío y una hermana aparecen como
maltratadores. Por otra parte, varios niños/as se refieren a los gritos cuando caracterizan
lo que los pone tristes (dos niñas), les genera miedo (dos niñas), lo que les molesta
(cuatro niñas y dos niños), o lo que no les gusta de sus familias (dos niñas). Esta mayoría
femenina debe estar relacionada con estereotipos de género que asignan delicadeza a las
mujeres y rudeza a los hombres, y por tanto diferente percepción del gritar.
Las mentiras son evocadas poco en los instrumentos utilizados. Alrededor de la mitad de
las afirmaciones se refieren a la familia: “no cumplen las promesas” –dicho por varios
niños- o “[me molesta] que mi mamá me mienta”. Otras caracterizan lo que les produce
tristeza o malestar: “me prometen algo que no cumplen”, “que no me digan la verdad”,
“que me mientan”, “me dicen mentiras”, sin asignarlas directamente a la familia.
Seguramente a la mayoría de los niños –a los más pequeños, sobre todo- les resulta
imposible denominar relaciones tan abstractas y complejas como humillar o insultar, pero
alguno logra explicarlas con cierta claridad: “me duele que me digan que yo no
comprendo”; “[quisiera] que no me digan bruta”; “no me gusta que digan que soy un niño
que no quiere a su mamá”; “cuando mi mamá ... me dice que vaya al psicólogo porque me
porto muy mal”; “se ponen bravos cuando yo no entiendo” y “me dicen cosas feas”
resultan afirmaciones que se refieren a la familia.
Otras, utilizadas al completar la frase “Lo que más me molesta...” no se pueden afirmar
privativas de este grupo, pero seguramente lo incluyen en una cantidad de sujetos. Niñas
39
y niños de todos los lugares “se molestan “ cuando se sienten discriminados, minimizados
o sometidos, pero los de Centro Habana resultan más fértiles al hacer especificaciones en
este sentido. Entre las respuestas de este tipo a la frase citada, parecen “gráficas”: “que
siempre me regañen a mí y no a mi hermano”; “que no me dejen expresarme”; “que
hablen por mí”; “que me critiquen y me digan cosas”; “que siempre me echan la culpa”;
“que me falten el respeto” dichas todas por niñas. Los varones también refieren estas
situaciones y algunos concretan más: “que hablen cuando yo esté hablando”; “que me
hagan burlas”; “que me humillen”; “que no me atiendan cuando lo necesito”; “que nunca
tengo la razón”; “que no me hagan caso”; “que me desprecien” y “que no me escuchen
cuando hablo”, son algunas de las repuestas a este enunciado.
Los regaños, que pueden tener una amplia gama de mensajes explícitos e implícitos
desde lo que se dice con las palabras, los gestos, la posición del cuerpo, etc. poseen los
más variados significados personales para los que los ponen en práctica o los reciben.
Esta práctica habitual en la educación familiar puede ser una simple advertencia desde la
educación positiva, pero puede alcanzar dimensiones apocalípticas si la persona que lo
ejerce ridiculiza, agrede verbalmente, pierde la compostura, etc. Ni qué hablar del que
recibe el regaño; puede “entrar por un oído y salir por el otro” o convertirse en una
profunda experiencia humillante, por señalar los dos extremos. Las consecuencias no
solo dependen de qué y cómo se regaña; también de quiénes participan, en qué momento
y lugar se ejerce el regaño, quiénes lo presencian, por qué se regaña y la valoración de
justeza o no del que lo recibe.
Muchos factores intervienen para poder asegurar que un regaño es un acto de violencia
sobre un menor, y en este estudio resulta imposible asegurarlo en la mayoría de los casos
que aflora. Su presencia constante en todas las técnicas y el hecho de que casi todos los
sujetos hablen de los regaños en alguna ocasión impide soslayarlo o minimizar su papel.
Vale además la desconfianza desde el investigador si sólo veintiún niños afirman formas
positivas de educación familiar cuando refieren lo que sucede cuando “se portan mal”.
Quede el análisis, entonces, como primera aproximación a algo muy poco abordado por
los estudiosos del tema.
Casi ningún niño caracteriza el contenido de los regaños a los que está sometido y pocos
distinguen el origen del acto –figura e institución socializadora que lo practica- pero el
8,8% de las niñas y el 6,8% de los niños dicen que los regaños son “lo que más les
molesta”; al 14,1% de las niñas y al 15,3% de los niños “los pone tristes”; al 15, 1% de
ellas y al 10,1% de ellos les genera miedo. Estos datos apuntan a las consecuencias del
hecho e indican un daño innegable desde lo psicológico que no debe ser subestimado al
valorar los regaños como elementos victimizadores.
Al referirse a la familia el 5,6% de las niñas y el 9,8% de los niños afirman “cuando están
bravos me regañan”, “me regañan tanto/mucho”, “me regañan por gusto”, “siempre me
regañan por todo/ por cualquier cosa”, o simplemente “que me regañen/an” para decir “lo
que no me gusta de mi familia”. Seis sujetos desean que no los regañen “mucho” o
40
“nunca” en “Quisiera que mi familia...”; dos más afirman que “lo que me gusta de mi
familia es “que no me regañan”, y para una niña de Playa “que mi familia no me regañe ni
me maltrate” constituye su “mayor deseo”16.
Los que ejercen el regaño en la familia se precisan poco por los niños/as o se atribuyen a
ambos padres, pero la figura materna parece ejecutarlo más, aunque padres y abuelas
también se incluyen como sujetos que lo practican. Esto puede ser observado en la Tabla
B del Anexo II que muestra además el peso relativo de las formas positivas de educación,
castigos, castigos físicos y regaños como respuestas familiares cuando los niños y niñas
“se portan mal”. Profundizando en el análisis realizado al abordar el castigo físico, resulta
evidente que los regaños resultan las reacciones más abundantes cuando las niñas se
portan mal en las zonas santiagueras y en Playa, pero no en Centro Habana donde casi
un 10% más se refiere a diversos castigos antes del regaño. Para los niños habaneros
los regaños siempre resultan una “segunda opción” pero para los de Santiago pasan a
ser la tercera.
Desde lo dicho por los/as menores, los padres los/las castigan o regañan por múltiples
causas. La razón que más aflora en las niñas y que ocupa el segundo lugar en los niños
resulta esencial para comprender la justeza percibida de estos métodos de educación:
“por gusto”. En un intento de jerarquizar las evocaciones de ambos sexos, se refieren
además: por irse sin permiso, portarse mal –ser indisciplinado/a-, por portarse mal en la
escuela, ser desobediente, por “molestar”, tirar piedras, romper objetos, no cumplir con
hábitos higiénicos, sacar malas notas, llegar tarde, por “jugar”, por correr, o por no hacer
las tareas. Con menos evocaciones, también plantean: por mentir, ensuciarse, decir
malas palabras, contestar en malas formas, por fajarse, gritar, jugar con la candela –
fuego-, no ir a la escuela, maltratar ancianos, ser “regado” –desordenado-, comer sin
permiso, golpear a adultos, cruzar la calle solo, faltar el respeto a las personas mayores,
no hacer las tareas domésticas, y por pedir dinero. Niños/as aislados/as plantean que las
causas del castigo o regaño fueron: no comer, no querer ir al médico y robar.
Esta forma de maltrato resulta muy difícil de caracterizar desde las técnicas utilizadas.
Ellas no aportan elementos confiables que permitan asegurar las variantes de abandono
desde las figuras paternas y la percepción de los menores de estas realidades. Su
estudio debe ser entonces priorizado en el futuro.
16
Otra niña y dos niños de ese municipio también expresan “que no me regañen” como mayor
deseo pero no lo acotan explícitamente a la familia.
41
Los datos de la Tabla D (Ver en anexo II) nos muestran que el padre constituye una figura
ausente en más de la mitad de las niñas de Playa y de los niños de Centro Habana. En
este municipio es también notable su ausencia entre las niñas (el 44,8% de ellas no lo
dibujan) y en el resto siempre es la figura más ausente de las dos. Los niños y niñas
santiagueros dibujan más que el resto al padre, pero una de cada cuatro niñas no lo
hace. Casi el 40% del total de los sujetos no lo incluye en los dibujos y ello parece afectar
más a las niñas, que dejan de representarlo en un 45,6%. La prevalencia de esta
ausencia puede estar relacionada con la irresponsabilidad paterna que se ha comprobado
por otros estudios, pero desde nuestra consigna también podría indicar que el padre
castiga o regaña menos. En cualquier caso, su presencia en la educación infantil se
muestra disminuida para una buena cantidad de niños.
La figura materna está ausente en menor cuantía, pero más de la tercera parte de los
niños y de la quinta parte de las niñas de Centro Habana no la dibujan; ello representa
que más de la cuarta parte del total de niños entrevistados en Centro Habana deja de
dibujar a la madre. Los santiagueros y las niñas de Playa son las que más la incluyen,
aunque por su peso relativo en la muestra no permitan disminuir la cifra de casi una
cuarta parte de niños y un 14% de niñas -del total- que no la dibujan. Este nivel de
ausencia de la figura materna, al igual que de la paterna, crea nuevas interrogantes para
futuras precisiones.
Considerar el clima familiar como elemento generador de maltrato en los menores resulta
complejo si consideramos el carácter activo del sujeto –en nuestro análisis, el/la menor-
que puede “tomar” o no de su medio determinadas influencias. Sabemos que “el impacto
mas inmediato y efectivo de las influencias educativas sobre la personalidad son las
vivencias y reflexiones que el sujeto del proceso educativo expresa ante las influencias
educativas actuantes” (González; F.,1991:117).
Podría parecer contradictorio a algún lector que nuestra definición de Violencia plantea el
carácter intencional del acto u omisión. Las discusiones o conflictos entre adultos de la
42
Casi dos de cada diez niños/as, en general, hacen referencias directas de presenciar
discusiones entre los padres y las vivencian de forma negativa. En Centro Habana las
cifras se elevan a 2,8 de cada diez en los niños, y en Playa disminuyen a uno y medio por
cada diez. Los niños santiagueros parecen presenciar menos discusiones o “las aceptan”
como naturales sin vivenciarlas como desagradables. (Ver Tabla 2)
El origen de las discusiones evocado por los/las menores en los instrumentos abarca una
amplia gama de problemas: por dinero, tomar bebidas alcohólicas, la distribución de las
tareas domésticas, la conducta de los hijos, la comida, los celos, el divorcio o separación,
por llegar tarde del trabajo, el nacimiento de otro hijo, por los programas de televisión y
porque uno de los padres le pega al hijo. Cuando se evocan las causas en el
Completamiento de Frases –donde muy pocas respuestas se refieren a ésto- aflora la
culpabilización directa por el niño/a del hecho: “es porque me porté mal”.
Resulta innegable que se producen muchas discusiones violentas entre los padres,
aunque algunos sujetos –muy puntualmente- también refieren estos actos entre otras
figuras de tíos/as y abuelos/as (Ver Tabla 3). Las diferencias por zonas parece ilustrativa:
en Playa abundan las ofensas verbales pero los padres se golpean menos –así y todo,
casi uno de cada diez niños reconoce peleas físicas-; en Centro Habana parecen irse más
a las manos, pero más de la cuarta parte de los niños reconoce insultos, gritos, etc. entre
los adultos. Entre los santiagueros vuelven a existir diferencias notables entre lo evocado
por niñas y niños: las niñas que “ven” discusiones violentas duplican a los niños y una
cuarta parte de ellas asigna violencia física a estos actos. Nada hace pensar que en esa
zona se proteja más de estos hechos a los niños, así que hipotetizamos una habituación
de ellos a estas realidades que permitiría “inmunizarlos” contra su percepción selectiva –
no seguramente contra sus consecuencias-, pero ello debe ser estudiado y comprobado
en el futuro.
43
Tabla 3: Porcentaje de niños/as que refieren actos de violencia física o verbal entre los
padres u otros miembros adultos de la familia (sobre N del total de casos)
Las respuestas, en general, priorizan las vivencias afectivas negativas, pero las niñas
destacan más estas emociones y sentimientos que los niños, mientras ellos se refieren
más que ellas a sus intervenciones en los hechos. Se reproducen así, en alguna medida,
las asignaciones tradicionales desde el género, pero los varones muestran sus
sufrimientos y las niñas tercian también en los hechos. (Ver Tabla E en Anexo II)
De las vivencias referidas, más de la cuarta parte de las niñas y una quinta parte de los
niños refieren tristeza. Jerárquicamente, las otras vivencias que afloran son el llanto como
reacción, sentir miedo o asustarse ante las discusiones, sentirse mal /molesto(a)
/brava(o), y en menos cuantía ponerse nervioso(a) o asustarse. No se observan
diferencias generales interesantes entre ambos sexos, pero se destaca la tristeza como
estado emocional abundante en las niñas de la submuestra de Bungo, y en las niñas y los
niños mayores de Playa.
Las formas de intervención relatadas por los niños/as abarcan diferentes actitudes. Las
hemos agrupado, según lo que indican en: no intervenir o callarse –pasar inadvertidos-;
separarlos o parar la discusión; apartarse de la discusión o irse del lugar; hablarles; y no
hacerles caso o no oír. Desde el lenguaje infantil se encuentran muchos ejemplos que
muestran y matizan estas reacciones de los niños/as.
44
Para no intervenir o pasar inadvertidos expresan: “yo me callo”; “no me meto”; “me callo
la boca”; “no me debo meter”; “no me meto en problemas”; “voy y no me quejo”; “trato de
sobrellevarla”.
Cuando el propósito es separar a los padres o detener la discusión dicen: “no dejo que
discutan”; “los desaparto”; “me interpongo entre ellos”; “yo los separo”; “yo los separo para
que no se separen ellos”; “quiero pararla para que no se fajen”; “yo les digo que paren”;
“trato de arreglarlo”.
Si tratan de convencerlos hablándoles, especifican: “hablo con ellos”; “le digo a mi mamá
y a mi papá que no discutan más”; “les digo que no se fajen / discutan”; “les digo: ¡no
peleen más!”; “converso con los que se pelearon para que se reconcilien”; “trato de
pararlas de buena forma y conversando”.
Cuando se plantean abandonar la escena afirman: “me acuesto”; “me voy a jugar”; “me
aparto”; “me desaparezco”; “me voy para el cuarto”; “me separo para que no me lastimen”;
“me voy de la casa / para afuera / de ahí; “me pongo a jugar”; “me voy para la casa de mi
amiguita porque no me gusta verlos”; “me marcho y dejo que ellos sigan discutiendo”; me
acuesto para no oír”.
Si el problema es tratar de soslayar la situación imitando a los Tres Monos Sabios (no ver,
no oír y callar) plantean: “no hago caso de lo que dicen”; “me tapo los oídos y pienso en
cosas agradables”; “me escondo detrás de mi tío”; “trato de no oír”.
Una cantidad menor de respuestas a este ítem del Completamiento de Frases se refieren
a las reacciones de los miembros de la familia o describen los hechos que se producen
“cuando hay discusiones”. Ellas permiten ilustrar con riqueza mayor lo que sucede en
algunas –muchas- familias y hablan de “mi papá se pone bravo”; “mi hermano se mete”;
“mi hermano se pone a llorar”; “mi papá discute con mi mamá”; “se pueden hacer daño”;
“se forma la pelea”; “¡qué infierno se arma!” ; “no me dan”; “hay una bronca”; “mi familia se
pone pesada”; “mi papá me regaña”; “mi mamá se separa”; “todos nos ponemos
nerviosos”; “me regañan”; “hay conversaciones”; “están peleando”; “mi prima comienza a
discutir”; “mi mamá y mi papá pelean / se fajan”; “se pelean los papás”; “se quitan las
cosas”; “mi papá se estaba fajando con mi abuela”; “mi papá le pega a mi mamá y mi
mamá le pega también”; “todo se arregla”; “son muy graves”; “se separan”; “mis padres se
ponen bravos”; “discuten mis tíos con mi abuela”; “se arma mucha bulla”; y “se fajan en la
casa” son los ejemplos directos más ilustrativos de los hechos. Si consideramos las otras
técnicas –sobre todo las historias- podrían aumentarse estos ejemplos.
Hay dos ítems del Completamiento de Frases cuyas respuestas ya se han analizado -en
alguna medida- al abordar las diferentes formas de violencia estudiadas, pero que aportan
45
Las afirmaciones de los niños/as a ambas frases pueden agruparse en tres tipos de
respuestas, según su predominio general:
Reacciones de madres y padres cuando están bravos,
Vivencias afectivas negativas que provocan en los niños/as, y
Reacciones de los niños y niñas para enfrentar las conductas de los padres.
La cantidad de respuestas en cada grupo varía en alguna medida entre las diferentes
muestras, y entre ambos sexos (Para más información consultar las Tablas F, F1, F2 y
F3, G, G1, G2 y G3 en Anexo II). Haciendo un esfuerzo por jerarquizar lo expresado por
los sujetos, se puede resumir que:
Cuando los niños/as refieren las reacciones de ambas figuras –qué hacen los padres
cuando están bravos- caracterizan:
Regañar al sujeto
Castigar al sujeto (señalada más por los varones)
(Diversas reacciones de agresividad o rechazo)
Pegar al sujeto (señalada más por las hembras)
Abandonar la escena o al sujeto (asignada más a los padres)
“Neutras”; de indiferencia o evasivas (asignada más a las madres)
Positivas: conversar con el sujeto, buscar soluciones (asignada más a las madres)
Estados emocionales negativos: llorar, tristeza (asignada sólo a la madre)
“Enfermarse” (asignada más a la madre)
“Negociar” con el/la hijo(a) (asignada sólo a la madre)
Las vivencias afectivas negativas –qué sienten niñas y niños- hablan de:
Tristeza
Llanto/ deseos de llorar
Sentirse mal, bravo(a), molesto (a)
Miedo (vivenciado más con el padre)
Sentimiento de culpabilidad (vivenciado más con la madre)
Nervioso (a)
Rechazo (vivenciado sólo hacia el padre)
Vergüenza (vivenciado más hacia el padre)
Preocupación (vivenciada sólo hacia la madre)
Las reacciones de los sujetos –qué hacen los niños y las niñas- para enfrentar la “bravura”
paterna o materna se caracterizan por:
46
El análisis de las asignaciones a cada figura desde las niñas y los niños (Ver Tabla H en
anexo II) aporta elementos interesantes desde el género que deben ser estudiadas en el
futuro con mayor profundidad: a las madres se les enjuicia criticamente y se les trata de
consolar en mayor medida; con los padres hay un mayor sometimiento de hijos e hijas.
Se puede hipotetizar que detrás de estas conductas están las concepciones tradicionales
de género que asignan a la figura masculina el poder y ven en la mujer –y consagran en
la madre- el espíritu de sacrificio, la abnegación y el deber familiar de ocuparse con
alegría –nunca poniéndose brava- de la familia. Esta visión sexista se refuerza desde los
niños; ellos se permiten “ignorar” a la madre cuando ella está brava pero aconsejan al
padre, seguramente incorporando aquello de hablar de “hombre a hombre”.
Otro elemento interesante para un estudio posterior lo constituye el hecho de buscar las
causas de “la bravura” en el otro sexo (las niñas buscan las causas en los padres y los
niños en las madres). Ello debe estar relacionado con la identificación sexual desde lo
femenino o lo masculino: nuestro sexo creemos conocerlo en sus sentimientos y
reacciones; el otro siempre –y más a estas edades- puede resultar una incógnita.
A lo largo de este análisis hemos ilustrado con riqueza las palabras infantiles. En el
análisis de estos ítems, muchas imágenes y valoraciones se expresan con frases
similares a algunas ya analizadas y no creemos necesario reiterarlas. Aparecen aquí otras
conductas y sentimientos infantiles asignados a madres y padres, que nos parece
necesario conocer. Hemos seleccionado las expresiones más gráficas sin intentar agotar
todo lo expresado por los sujetos, y menos, al lector.
entre otras frases. Si hay que someterse al padre, ello se expresa en: “hay que hacer lo
que él me diga”; “no le puedo decir nada”; “yo tengo que aceptarlo así”; “yo agacho la
cabeza”; “yo lo respeto”; “no lo contradigo”; “hago silencio”; “no lo molesto”; “trato de
complacerlo”; “hay que hacerle caso”; “me estoy tranquilo”; “le digo que no lo volveré a
hacer más”; y “debo decirle que me perdone”. Evidentemente, rendirse ante el padre o
ante la madre tiene diferencias para los niños/as.
Las frases infantiles muestran también mucha ternura y cariño por los padres cuando
tratan de paliar la bravura o de invertir la situación. Algunas llegan a conmover, e ilustran
cómo los niños transfieren a su papá y a su mamá lo que ellos reciben -o quisieran
recibir- como atención o consuelo.
Así, si se trata de paliar la bravura materna, los sujetos expresan: “la aconsejo”; “la
acaricio y le doy un beso”; “la trato de ayudar”; “la consuelo”; “le digo que se acueste a
dormir /a ver televisión”; “le doy cariño”; “le digo cosas bonitas”; “le cuento un cuento y la
acaricio”; “quisiera ayudarla un poco más”; “trato de contemplarla y consolarla”; “le digo
que no se ponga brava”; “la trato bien”; “le doy un poco de agua”. Cuando hay que paliar
el enojo paterno aparecen hasta situaciones simpáticas; los niños/as dicen: “le digo que
se tranquilice”; “yo lo abrazo fuerte y lo consuelo”; “lo trato con mucho cariño”; “lo
acaricio”; “le doy un beso”; “yo me siento al lado de él”; “le digo que no se ponga bravo,
que yo voy a una fiesta y le traigo un pedazo de cake”; “le digo cosas agradables”; “me
gusta calmarlo”; “trato de contemplarlo y consolarlo”; “yo lo acaricio para que se olvide de
lo pasado”; “lo animo”; “trato de jugar con él”; “lo convenzo para que se ponga contento” y
“lo mimo”.
A modo de conclusiones del capítulo, quisiéramos afirmar que lo analizado hasta aquí
brinda múltiples ejemplos de cómo se producen relaciones de violencia en la
cotidianeidad hogareña, de cómo la vivencian y enfrentan mayores y menores, pero no
agota todos los datos obtenidos, ni permite una visión exhaustiva de las formas de
maltrato que se producen –o pueden originarse- en la familia. Este primer acercamiento
muestra que se pueden conocer diversas realidades familiares desde las voces infantiles,
pero hay que considerar estas “fuentes” en sus posibilidades y limitaciones; los niños
también aprenden –conscientemente o no- a “ocultar” información y a proteger a su
familia de miradas ajenas, y no siempre tienen una experiencia o desarrollo personal que
les permita hacer reflexiones con un nivel de madurez.
y proyectivas cuando los sujetos son niños y niñas; otras formas de estudio de la violencia
también pueden victimizarlos de manera abundante.
Capítulo 5: Concepción de los Talleres de Trabajo
Sesiones: 2
Tiempo: 4 horas
Objetivos generales:
Identificar conductas infantiles en la Escuela que pueden tener origen en malos manejos educativos en la familia
Analizar las formas que puede adoptar la Violencia Intrafamiliar y cómo ellas transgreden los derechos y necesidades de las
niñas y de los niños.
Argumentar la importancia de contribuir a la educación de los padres y madres, brindándole a éstos herramientas teóricas y
prácticas de las formas positivas de educación infantil.
(Propósitos indirectos:)
Promover la autorreflexión de los participantes en las realidades de victimización de los alumnos, tanto desde el ejercicio
inadecuado de su rol profesional como educadores, como desde la Escuela como institución.
Seleccionar educadores participantes con capacidades e intereses hacia esta problemática y captarlos para formarlos como
multiplicadores de la experiencia.
Sesión 1
Duración: 2 horas
c) Devolución al grupo
2.Entrar en “set” (Oral) a) Dar a los participantes los objetivos de la Pancarta No. 10 min.
reunión 1
b) Presentar en Pancarta No. 1 Las Reglas del -Pancarta
Trabajo Grupal
Leer con mínimos comentarios y pedir
aceptación –o no- de Reglas. Poner en lugar
visible la pancarta.
c) Pedirles que digan, individualmente, con una
frase, sus expectativas del Taller (participación
voluntaria).
3. ¿Qué hacen -Trabajo individual a) Entregar hojas de trabajo individual y pedirles -Hojas de 40 min .
los niños en la -Trabajo por subgrupos que las llenen con tres conductas negativas trabajo
escuela? -Debate grupal habituales de los niños. Pedirles que busquen individual
los posibles orígenes de esas conductas en -Pancarta(s)
problemas educativos de la familia. -Plumones
b) Dividir por conteo en subgrupos de no más -Lápices
de seis integrantes. Orientar el trabajo en
subgrupos:
Determinar los cinco comportamientos que
consideran más importantes por las
consecuencias futuras que les pueden generar
a los niños
Causas posibles en la familia
c) Devolución al grupo del trabajo de los
equipos.
d) Discusión y análisis de las conclusiones de
cada subgrupo(centrada en las causas; buscar
variedad de causas a diferentes conductas).
4. Nuestras Discusión grupal a) El coordinador propicia con todas las Pancartas de 15 min.
reflexiones pancartas de los equipos un nuevo nivel de cada equipo
análisis grupal: Pancartas
Cómo conductas similares pueden tener
51
4. Lo disfruté
Marque con una cruz en el lugar de la diana
que se corresponde con sus valoraciones en
cada caso.
b) Exhortarlos a asistir a la próxima sesión.
53
Sesión 2
Duración: 2 horas
3
58
C. Cuestionario
¿ Mitos o realidades?
Lea las siguientes afirmaciones y diga en cada caso si está de acuerdo con ellas,
parcialmente de acuerdo o en desacuerdo con lo que afirman. (Marque con una cruz en
su opción).
De Parcialmente En
Acuerdo de Acuerdo desacuerdo
D. “Mi Compromiso”
Mi compromiso
Yo _____________________________________________________________ después
de haber participado en el Taller “Cómo ayudar a la familia”, me comprometo a:
___ Respetar a la(s) familia(s) y sus puntos de vista para buscar soluciones de
conjunto.
___ Informarlos de los avances y problemas de los niños y niñas, haciendo
énfasis en las posibles soluciones.
___ Favorecer la participación de toda la familia en las actividades escolares.
___ Intentar establecer al menos un contacto con los padres que nunca asisten a
las actividades escolares.
___ Convertir el momento de la llegada y de la recogida de los niños en algo
más que un simple trámite.
___ Aprender más de la influencia de la familia en el desarrollo de los niños y
niñas.
___ Orientar a las familias recursos educativos que pueden utilizar para
potenciar el desarrollo infantil y para evitar el maltrato de los niños y niñas.
___ Otro ¿ Cuál?
Sesiones: 1
Tiempo: 1,5 horas
Objetivos:
Reflexionar en las conductas infantiles, en la reacción de los padres a ellas, y en los efectos de esas reacciones sobre la
socialización posterior de niños y niñas.
Analizar que hay diferentes formas de educar a nuestros hijos/as y que podemos aprender entre todos a evitar errores de
crianza.
- Si pienso en lo que hacen los niños/as de esta edad, creo que cinco conductas
habituales serían:
1 ______________________________________
2_______________________________________
3_______________________________________
4_______________________________________
5_______________________________________
C (Hoja de trabajo en subgrupos)
2-
D Pancarta No. 2
Equipo _____________
2-
- 1-
2-
El grupo de psicólogas que trabajan con sus hijos/as en la escuela, organiza el CURSO –
TALLER APRENDER A EDUCARNOS dirigido a la familia. El propósito fundamental del
curso, es el intercambio, análisis y reflexión de aspectos relacionados con la educación
familiar y con dificultades que suelen presentarse en las relaciones con niños y niñas.
F. Mi compromiso
_______ Reflexionar en las relaciones que establezco con el/la niño/a, mis reacciones
a su conducta y las consecuencias que mis actos pueden tener para el futuro.
_______ Buscar información con otras personas o en libros para encontrar formas
mejores de relacionarme con el/la niño/a.
_______ Buscar ayuda u orientación profesional para solucionar los problemas que
presento en la educación de mis hijos/as.
_______________________ _____________________
(Firma) (Testigo)
G ( PNI )
LO POSITIVO:
LO NEGATIVO:
LO INTERESANTE:
68
Sesiones: 8
Objetivos generales:
Conocer las características y las potencialidades de los /as niños /as en esa etapa
del desarrollo.
Aprehender formas de relación aportadoras entre los adultos y los /as niños /as de
esa edad que propicien la satisfacción de las necesidades infantiles y su
educación.
Valorar negativamente las conductas adultas que constituyen formas de maltrato a
los niños y a las niñas.
Desarrollar habilidades en la creación de un clima familiar positivo que desestime
formas violentas de educación.
69
Sesión 1
Tema: Introducción al Taller y Características etáreas de los niños/as (según grupos de padres: preescolares, escolares o
adolescentes).
Objetivos:
Crear un nivel de disposición positiva hacia la participación en el Taller mediante el conocimiento de las normas de trabajo, las
posibilidades de aprendizaje y las potencialidades del trabajo grupal.
Reflexionar en sus concepciones individuales y como grupo familiar sobre las peculiaridades de los niños/as al contrastarlas con
las de los demás.
Conocer peculiaridades etáreas generales para todos los niños de esa edad.
Duración: 2 horas
2- Encuadre Presentación del a) Destacar el propósito fundamental del Taller: Aprender 15 min
taller a relacionarnos con nuestros hijos/as de “nuevas”
maneras más positivas para ellos y para la
convivencia familiar.
Debate grupal b) Precisar como características del trabajo del Taller:
Carácter participativo - Sobre o caja
Trabajo grupal “Buzón”
Estilo democrático
Momentos de reflexión (en las sesiones y en tareas
post-taller)
Posibilidades de ampliación de conocimientos en
lecturas complementarias
Otras posibilidades de consulta: Buzón y Atención a
casos individuales.
c) Organización del Taller:
Debate grupal Número de sesiones; horario; duración de las sesiones y
“Reglas del Trabajo Grupal” utilizadas en la - Pancarta con
Sensibilización (que se colocarán de forma permanente en “Reglas del Trabajo
el local de trabajo y se aceptarán por consenso) Grupal”
3- Evaluación pre - Trabajo a) Los coordinadores repartirán los cuestionarios y - Cuestionario 10 min
-experiencia independiente pedirán colaboración para conocer los criterios de los “Pre -Taller”
con cuestionario participantes.
impreso b) Respuesta individual a cuestionario y recogida por
(Evaluación Pre- coordinador
Taller) Agradecimiento de colaboración y promesa de análisis
de intereses manifestados.
71
4- ¿Cómo es mi - Trabajo a) Pedir a los participantes que se imaginen que tienen - Material impreso 5 min
niño/niña? independiente que contarle a un desconocido cómo es su hijo/a.
con material Entregar hoja individual y pedir que la llenen
impreso b) Pedir que de lo que escribieron descarten los rasgos - Material impreso
físicos, y de los restantes valoren los que creen son
adecuados para la edad del niño y los que no lo son
(inadecuados) (marcar en la hoja “Ad e Inad”).
- Trabajo en c) Formar subgrupos por conteo al azar y pedirles que - Materiales 15 min
subgrupos confronten sus respuestas y busquen por consenso: impresos. Hojas de
Listado de conductas o reacciones propias de la edad. papelógrafo
Listado de conductas o reacciones no adecuadas
para la edad (típicas de niños/as menores o mayores).
5- Explicación de Exposición por a) Explicación general de concepción del desarrollo Pancarta 20 min
características coordinador psíquico enfatizando:
infantiles Relación entre lo biológico y lo social
Situación del desarrollo individual y “Zona de
desarrollo próximo”
Carácter activo de niño/a en su desarrollo como
personalidad (Padres no “escultores”; niños no
adultos en miniatura). Pancarta
b) Explicación características fundamentales de las
actividades cognoscitivas y afectivas de la
personalidad. Priorizar y destacar:
Carácter involuntario/voluntario de la actividad
cognoscitiva
Paso del pensamiento concreto al abstracto e
72
7- Nuestra labor Debate grupal a) El coordinador preguntará qué nos molesta de los niños Pancarta 15 min
como que son características propias de la edad.
padres/madres/ (Participación voluntaria y espontánea de los
abuelos participantes. El coordinador hará listado en pancarta).
b) El coordinador pregunta opiniones de cómo enfrentar
educación desde nuestro papel adulto. (Participación
voluntaria y espontánea de participantes) (Sistematización
de respuestas por el coordinador).
Exposición del c) Coordinador propone nueva forma de “poder” de los Pancarta
coordinador adultos: PODER + 4C
Discusión grupal P = paciencia
O = observación
D = diálogo y diversión
E = empatía
R = responsabilidad y respeto
4 C = cariño, constancia, confianza (en sí mismo y en
el niño/a) y coherencia.
El coordinador explicará suscintamente cada término,
pedirá opiniones de los participantes y preguntará si
73
Anexos
C ¿Cómo es mi niño/a?
1. __________________________________________________
2. __________________________________________________
3. __________________________________________________
4. __________________________________________________
5. __________________________________________________
Opinión Madre Opinión Padre Opinión de: Opinión de: Opinión de:
1.
2.
3.
4.
5.
1.
2.
3.
4.
5.
77
E CUESTIONARIO
Dentro de las tareas del Taller “Aprender a educar/nos” los organizadores quisieran
conocer sus criterios de una serie de aspectos sobre la educación de los niños. No
existen respuestas correctas o incorrectas; sólo le pedimos, de forma anónima, sus
opiniones diciéndonos si está de acuerdo, lo está sólo en parte, o no lo está, con las
siguientes afirmaciones.
De Parcialmente de En desacuerdo
acuerdo acuerdo
1. Los niños de hoy en día son más indisciplinados y
respetan menos a los adultos, que nosotros en nuestra
juventud.
2. Los niños se comportan mal cuando los padres son
demasiado jóvenes, inexpertos.
3. La disciplina en la escuela y en la casa se consigue
con mano firme y con el castigo si es necesario.
4. Muchos niños se comportan mal en la Escuela porque
no aprenden a ser disciplinados en su propia casa.
5. Demasiada disciplina hace daño a los niños porque les
quita la libertad que necesitan.
6. Muchos niños se comportan mal porque los adultos son
muy suaves con ellos.
7. Los niños aprenden en la Escuela a ser indisciplinados
por el ejemplo negativo de otros niños.
8. Los hijos deben obedecer a sus padres en todo.
Sesión 2
Tema: Derechos y necesidades de los niños/as. Desempeño de los roles de padres, madres y abuelos/as.
Objetivos:
Conocer los derechos que la sociedad le otorga a los niños y las necesidades que ellos manifiestan para desarrollarse como
personalidades.
Debatir el aprendizaje y ejecución de los roles paternos/maternos/de abuelos que se ejercen, y en las incongruencias entre
metas y métodos de educación.
Reflexionar en las concepciones familiares referidas a los derechos/deberes y necesidades de los niños/as como punto de
partida de su educación.
Duración: 2 horas
5- ¿ Qué necesitan los - Lluvia de ideas a) El coordinador pregunta al grupo ¿ qué - Hojas de 30 min
niños? - Trabajo y necesidades creen que tienen los niños? Y papelógrafo
debate grupal recoge respuestas en pancarta (o en pizarra)
b) El coordinador divide el listado de necesidades
y le adjudica a cada subgrupo hasta 2
necesidades para que valoren:
- Cómo se satisfacen esas necesidades en la
vida cotidiana del hogar
- Cómo se frustran (en iguales circunstancias)
c) Devolución oral del trabajo de los subgrupos - Oral
d) Comentarios del coordinador ( si es necesario) - Material
Recomendar estudiar el material de lectura impreso
opcional “Necesidades básicas” y valorar “Necesidades
cómo las necesidades allí descritas se Básicas”
expresan o no en nuestros hijos/as. ( Repartir
material)
6- Derechos y Deberes - Lluvia de ideas a) Preguntar al grupo: Pancartas 15 min
de los niños/as - Exposición ¿ Tienen los niños/as derechos o deberes?
oral del ¿ Cuáles?
coordinador ( Recoger respuestas en pancarta o en pizarra)
b) El coordinador centrará su explicación en:
Existencia de la Declaración Universal de los
Derechos Humanos desde 1948
En 1989: Convención de los Derechos del niño
que estableció Principios y Derechos. (Poner
ejemplos de ambos)
En Cuba regulación desde Constitución, en los
Códigos de la Familia y de la Niñez y la Juventud
y en las leyes
c) Orientará la posibilidad de leer el material
auxiliar para conocer con precisión los derechos Material impreso
que las sociedades le asignan a los niños/as “Convención de
los derechos del
niño”
81
7- Cierre y Evaluación Trabajo a) Volver a “Algo confidencial” llenado al inicio Material impreso 15 min
independiente de la sesión. Tachar los deseos, miedos e de apoyo
insatisfacciones con las que ya no estamos de
acuerdo y sustituirlas por nuevas ideas (si hay
cambios).
Expresión oral b) Orientar como Tarea Opcional, la valoración Oral
posterior en el hogar con los miembros que no
asisten al Taller, de las incongruencias
encontradas entre lo que queremos y lo que
hacemos y/o de las necesidades de nuestros
niños/as y cómo las satisfacemos.
c) Hacer una ronda oral para responder a la Oral
Lluvia de ideas pregunta: ¿ Qué sabíamos ya y qué hemos
aprendido nuevo?
83
Anexos
Si soy honesto/a conmigo mismo/a debo reconocer que en la educación de mi/s hijo/s
1.
2.
3.
1.
2.
3.
1.
2.
3.
84
C- QUÉ QUIERO
Darle premios
Darle órdenes
Reprocharle lo que hace mal
Halagarlo
Supervisar sus actividades
Explicarle consecuencias de sus acciones
Enseñarlo/a a hacer tratos o acuerdos con los demás.
Estimular sus iniciativas
Darle responsabilidades en el hogar
Analizar sus acciones y los resultados de las mismas
Amenazarlo/a
Castigarlo/a
Darle buena comida
Garantizar su descanso
Permitirle practicar algún deporte
Estimularlo/a a tener amigos
Alejarlo/a de las preocupaciones
Hacerle llevar una vida organizada y saludable
Darle libertad
No interferir, en general, en los problemas de los hijos/as
Dejar que tomen iniciativas
Evitarle fracasos.
86
Sesión 3
Objetivos:
Explicar las exigencias e importancia del proceso de comunicación intrafamiliar para la educación del niño.
Reflexionar en las particularidades de la comunicación que se desarrolla con los/as hijos/as en el hogar.
Desarrollar interés por el autodesarrollo de habilidades comunicativas.
Duración: 2 horas
Pareja 2
Hijo/a: Cuenta cómo su amigo/a estaba
besando a su amiga/o en el baño de la
escuela y lo que estaban haciendo.
Padre/madre: Debe moverse mucho en el
asiento, mostrar nerviosismo o enojo y
cambiar el tema de conversación.
Pareja 3
Hijo/a: Debe narrar cómo él/ ella con su
grupo de amigos/as ganaron en un juego a
otro grupo de niños/as
Padre/madre: Debe estar concentrado en su
propio arreglo físico; no hacer referencia a la
historia que le cuentan y hacerle preguntas
sobre el cumplimiento de sus tareas
escolares o domésticas.
8- Evaluación “Caritas” - Poner Pancarta No.4 con caritas (una Pancarta No.4 5 min
sonriente y una triste) en cada extremo de Plumones
una línea. Pedir a los participantes que
pongan una cruz en el lugar que crean más
cercano a la alegría o la tristeza por la
eficacia o no de la sesión (Se debe
garantizar que los participantes tengan
libertad para su evaluación y que no se
sientan “vigilados” por los coordinadores)
93
Anexos
A (“Algo confidencial”)
Los temas de conversación que recuerdo tuve con mi hijo/a el fin de semana fueron:
________________________________________________________________________
________________________________________________________________________
____________________________________________________________________
3- Le presto generalmente (mucha ___, alguna ___, poca___ ) atención a lo que el niño
(la niña) habla.
5- En mi familia:
a) ______Todos hablamos mucho con el/la niño/a.
b) ______ Alguna persona habla poco con el/la niño/a
c) ______ Todos escuchamos bien al niño/a
d) ______ Alguien le hace poco caso a lo que dice el/la niño/a
e) La persona de la familia con la que más habla el niño es________________________
Creo que ello se debe a: ________________________________________________
f) La persona de la familia con la que menos habla el niño es:____________________
Creo que ello se debe a: _______________________________________________
95
B Pancarta No.1
MENSAJES DESDE EL YO
(PARTES INTEGRANTES)
C Pancarta No.2
MENSAJES “YO”
DESDE EL QUE HABLA DESDE EL QUE ESCUCHA
O sea,
E (“Algo confidencial”)
Paso 1. Escoja un momento de la vida familiar en el que esté la familia completa (comida
o sobremesa, viendo un programa de TV, etc.)
Paso 4. Propicie un momento de análisis con toda la familia. Tenga en cuenta las reglas
para el intercambio que estamos considerando desde el primer día del Taller y las
habilidades de la “escucha activa” que estudiamos en esta sesión. NUNCA AGREDA AL
QUE NO TIENE SUS PROPIAS OPINIONES; TRATE DE CONVENCERLO CON
ARGUMENTOS.
(Si piensa que este intercambio entre los miembros de la familia es estéril trate de ser
optimista; un árbol frondoso fue primero una pequeña semilla). ¡¡ÉXITOS!!
99
E- Pancarta No. 3
Escucha activa
Herramientas
F- Pancarta No. 4
Escucha activa
PROPÓSITOS
G- Pancarta No. 5
101
Sesión 4
Tema: Barreras que impiden una buena comunicación. Técnicas para el desarrollo de conductas deseables.
Objetivos:
Reflexionar en las barreras personales que imponemos como adultos en la comunicación con nuestros hijos/as y en sus
consecuencias para la relación con ellos/as.
Valorar la aplicación a situaciones cotidianas, de diferentes procedimientos que permiten el desarrollo de hábitos y
habilidades en los niños/as.
Duración: 2 horas
“ Algo confidencial” reconozco en ...”. Dar tiempo para llenar y guardar reconozco
en...”
4- Animación - Situación de Crear una cadena de rumor con alguna situación absurda Oral 5min
para cambio de “rumor” donde se evidencie fácilmente las alteraciones en el
actividad mensaje. Puede servir:
“ Ayer un elefante rosado embistió de noche a una
pareja de ancianos que caminaban con un bastón por
la Rampa e iban hacia el malecón”.
5- No sólo - Exposición oral a) El coordinador recuerda que en la primera sesión Pancarta 35 min
decir, sino coordinador hablamos del papel de la comunicación y de la
hacer - Discusión grupal actividad en el desarrollo de la personalidad. Hasta
ahora nos hemos detenido en la comunicación pero si
recuerdan PODER +4 C (Pedir a los participantes el
significado de cada letra, para reforzar su aprendizaje)
hay que detenerse también en lo que hacemos.
Esta sesión nos ayudará a concretar ese nuevo poder.
Recordar a los participantes sus respuestas en 2da sesión Pancarta
a “Cómo crío a mis hijos” (Pancarta # 2: Tabulación de No. 2
respuestas del grupo en la 2ª sesión).
b) Presentar en Pancarta las 8 técnicas o procedimientos
que permiten orientar, organizar la ejecución y evaluar Pancarta
las conductas infantiles desde una “ educación No. 3
positiva”.
(Partir de que no están dirigidas a eliminar “malas”
conductas que estudiaremos más adelante – sino a formar
conductas (hábitos y habilidades).
Explicar los requisitos o características fundamentales de
cada una de las técnicas presentadas.
acusadores).
6- Un problema - Trabajo en Importancia de combinar y de cambiar técnicas. 15 min.
cotidiano subgrupos. a) Después de aclarar las dudas que puedan existir Papel y lápiz
para poner en práctica estos procedimientos se
divide el grupo en subgrupos (o se utilizan los que
ya existían al inicio). Se le pide a cada subgrupo
que escoja una conducta cotidiana que no hayan
logrado instaurar en sus hijos (bañarse a una hora;
hacer la tarea de la escuela; recoger su cuarto o los
juguetes; comer de forma correcta; etc). Pueden
también servir los que ellos señalaron en la sesión
1 como problemas más acuciantes o conductas
inadecuadas) y propondrán al menos dos “caminos”
para lograr crear estos hábitos en los niños.
- Discusión grupal b) Devolución al grupo del trabajo en subgrupos.
Discusión de resultados (centrado en la valoración
de esos y otros “caminos”)
7- Cierre -“ Algo Confidencial” a) Se les pedirá que vuelvan a “ Algo Confidencial” y Material 15 min
“ Me reconozco en” agreguen “ cosas” que hacen bien /bastante bien “Algo
- Explicación oral (fortalezas) para formar hábitos en sus hijos/as, cosas Confidencial”
que no hacen bien o no sabían, (debilidades), y cosas
que han aprendido hoy y que pueden poner en práctica
b) Se les exhorta por el coordinador a poner en práctica
las nuevas ideas y a transmitir y consensuar con el
resto de la familia no asistente el “plan” para organizar
la conducta infantil.
c) Repartir las lecturas optativas (“Enseñar paciencia a Lecturas
los niños” y “La alabanza y la crítica en la relación optativas
padre /hijo”) y tratar de motivar su lectura a partir de
que abordan aspectos importantes no tratados en la
sesión a profundidad.
8- Evaluación - “Hacer diana” a) Poner cuatro carteles con dianas que lleven el título de: Carteles con
dianas 5 min
1- Me hizo pensar - Plumones
106
2- Fue informativo
3- Fue útil
4- Lo disfruté
Anexos
A. Pancarta No.1
Barreras en la Comunicación
Enfatiza en castigo.
B “Algo confidencial”
Después de haber asistido a las sesiones anteriores del Taller y haber reflexionado en
distintos momentos en lo que hago, creo que:
_______________________________________
_______________________________________
_______________________________________
_______________________________________
_______________________________________
C Pancarta No.2
Darle premios
Darle órdenes
Reprocharle lo que hace mal
Halagarlo
Supervisar sus actividades
Explicarle consecuencias de sus acciones
Enseñarlo/a a hacer tratos o acuerdos con los demás.
Estimular sus iniciativas
Darle responsabilidades en el hogar
Analizar sus acciones y los resultados de las mismas
Amenazarlo/a
Castigarlo/a
Darle buena comida
Garantizar su descanso
Permitirle practicar algún deporte
Estimularlo/a a tener amigos
Alejarlo/a de las preocupaciones
Hacerle llevar una vida organizada y saludable
Darle libertad
No interferir, en general, en los problemas de los hijos/as
Dejar que tomen iniciativas
Evitarle fracasos.
112
D PANCARTA No. 3
EDUCACIÓN POSITIVA
2- PETICIÓN SIMPLE
6- CONSECUENCIAS NATURALES.
Sesión 5
Objetivos:
Caracterizar las exigencias y riesgos del castigo como método de educación delos niños/as.
Autorreflexionar en las reacciones como padres / madres ante las conductas indeseables de nuestros hijos/as y en las
posibles consecuencias de esas reacciones.
Interesarse por aprender formas positivas de educación.
Duración: 2 horas
ANEXOS
Lea detenidamente las preguntas siguientes. Marque la columna que refleje con mayor
honestidad lo que realmente hace usted cotidianamente.
18. Para evitar que sus hijos se porten mal, usted: ( marque con una cruz)
Les aconseja_________________
Les ofrece algo que le gusta_________________
Les demuestra menos cariño_________________
119
C Pancarta No. 1
Sí No A veces
1- ¿Es necesario el castigo?
2- Si hacen algo incorrecto, ¿ los castiga?
3- ¿Les da nalgadas?
4- ¿Les ha dado pellizcos?
5- ¿Les ha dado trompones?
6- ¿Les ha pegado con algún objeto?
7- Para castigarlos, ¿les quita los dulces?
8- ¿Les suprime paseos?
9- ¿Les sienta tranquilos?
18- Para evitar que se porten mal:
Los aconseja____________
Les ofrece algo que les gusta___________
Les demuestra menos cariño___________
D Pancarta No. 2
Niños_______________
Niñas_______________
Gritos Amenazas
Niños
Niñas
Niños
Niñas
General
122
E “ Algo confidencial”
Para ello piense en algo por lo que tuvo que castigar al niño recientemente.
2. Ensaye con su niño/a estos procedimientos y valore los resultados que logra.
Sea paciente; el niño/a también tendrá que aprender a responder con los nuevos
métodos.
_____________________________________________________
A- “Las 8 reglas para ‘exigir’ a los niños/as”
F PNI
Sesión 6
Objetivos:
Valorar en los hijo/as el uso y/o instauración de mecanismos o tácticas para imponer sus deseos.
Reflexionar en la conductas adultas-propias y de otros miembros de la familia que contribuyen a reforzar las tácticas infantiles.
Aplicar técnicas de “Conteo y fuera de juego” a una situación real, modelada en el Taller.
Duración: 2 horas.
7- Una forma de - Debate grupal a) El coordinador pregunta cuántos de los participantes le Pancartas 2,3 y 25 min
“cortar por lo - Exposición oral han contado (1, 2,3) alguna vez a sus hijos/as para lograr 4
sano” que hagan o dejen de hacer algo.¿Qué resultados han
127
obtenido?
Explicar que algún psicólogo ha practicado y explicado
una “metodología” para que el conteo funcione y que no
es contar por contar.
Enfatizar que ésta técnica sirve solo para detener una
conducta indeseable; no para formar conductas
deseables. Consiste en dar tres oportunidades (1, 2, 3
en conteo) y pasar a una actividad de “mínino castigo”
(fuera de juego). Como “metodología” tiene exigencias.
b) Precisar con Pancarta No. 2 las “Exigencias generales”
de la técnica; en pancarta No. 3, las características del
“Conteo”, y en la pancarta 4, las exigencias de “Fuera de
juego”.
c) Repartir una copia individual de estas pancartas. Aclarar
las dudas que surjan y enfatizar que ésta es una técnica
con un propósito, pero educar al niño/a exige poner en
práctica otros recursos (en la comunicación y en la
actividad) que hemos ido tratando a lo largo del Taller.
8-“ Un ensayo en - Debate por - Volver a las situaciones confidenciales contadas al inicio y (Oral) 10 min
frío” parejas. valorar por parejas: Reproducciones
1. Si se podría haber utilizado esta técnica para “parar” al niño de pancartas
2. ¿Cuándo contar? ( momentos concretos)
3. ¿Cómo garantizar el “fuera de juego”?
- (Dar oportunidad de socializar las situaciones si alguien lo
requiere)
9- Evaluación y a) Proponerles empezar a aplicar en la casa el 1, 2, 3. (Oral) 10 min
cierre. Recordar la necesidad de preparar a toda la familia y al Lecturas
niño /a, y de cumplir las exigencias de la “metodología” opcionales:
b) Recomendar leer las lecturas opcionales (“Necesidad de “Necesidad
poner normas” y “ Cuando los niños hacen las cosas por de poner
sí mismos”) que abordan problemas generales muy normas”
importantes y que no hemos podido profundizar en el “Cuando los
Taller. niños hacen
c) Dar una tira de papel a cada participante y pedirles que las cosas...”
128
Anexos
B Pancarta No. 1
PERSISTIR Molestar
Cansar
Rogar
No hacer cosas
(no comer, no hablar)
HACERSE EL MÁRTIR
“Nadie me quiere”
FÍSICAS Irse
Romper cosas
Pegar
Enfermarse
130
C Pancarta No. 2
EXIGENCIAS GENERALES
D Pancarta No. 3
E Pancarta No. 4
1- Escoger un lugar o sitio aislado (su habitación; una silla al margen); nunca un lugar
tenebroso o donde el niño sienta miedo.
2- Establecer como tiempo “fuera de...” aproximadamente 1 minuto por cada año de
edad.
3- Posibilidad de aumentar hasta 15 min. Más por conducta muy negativa.
4- Puede leer o hacer algo simple; no jugar o ver TV.
5- Si hay “perreta”, esperar que termine para contar el tiempo.
6- Si hay negativa a cumplir, aumentar el “castigo”.
7- IGNORAR LLAMADAS DE ATENCIÓN mientras transcurre “castigo”.
131
Sesión 7
Objetivos:
Caracterizar las conductas que se caracterizan como violencia intrafamiliar y sus consecuencias para la educación de los
niños /as.
Valorar en terceros y en nuestra realidad social la ocurrencia de violencia intrafamiliar.
Reflexionar, a través de la identificación con terceros, en los roles que se asumen como victimarios o víctimas de la violencia
para contribuir a la concientización del papel que desempeñan en su familia.
Duración: 2 horas
5-“ Acuerdos, - Exposición oral a) El coordinador presentará una breve definición de qué Pancartas 25 min
dudas y - Discusión grupal se entiende por Violencia Intrafamiliar y describirá las Nos. 1 y 3
reflexiones” formas que adopta. (Pancarta No. 3)
b) Se presentarán los resultados del cuestionario (en
Pancarta No.1) con las afirmaciones del Cuestionario
c) La discusión (siguiendo las prioridades de b) se
centrará en:
Existencia de Violencia Intrafamiliar (Preg. 1,2,3,9 y
10) y necesidad de enfrentarla como Sociedad.
Causas de orígenes de conductas violentas (Preg.
6,7,8,11,12,13 y 15) con énfasis en relaciones de
poder aprendidas como origen de conductas que
victimizan.
Consecuencias del maltrato en los niños (Preg.
4,5,14) enfatizando su papel como víctima directa o
como observador de una situación familiar reiterada.
Se deberá destacar la violencia verbal-psicológica y
sus consecuencias a largo plazo para el niño y
retomar el castigo físico como forma de Violencia
Intrafamiliar.
(El coordinador deberá aclarar las dudas que surjan
pero no buscar la explicación de las opiniones
expresadas en el Cuestionario).
6- Algo - Trabajo individual. a) Repartir material impreso “Algo confidencial”: “Qué Material 30 min
confidencial - Discusión por recomendar a una familia donde hay violencia en “Algo
subgrupo. (Grupal o las relaciones” a cada participante. Confidencial”
espontánea) Pedirles que cumplan con el paso A y con el B. (¿Qué
Dar aproximadamente 15 min para el trabajo recomendar
individual. a una
familia...”)
b) Proponerles discutir las situaciones en subgrupos
pero alertar que pueden acogerse a la regla del
trabajo grupal (Decir “paso”; no intervenir) y no
134
7- Cierre y - Oral a) Repartir material impreso para lectura opcional Lectura 10 min
Evaluación - PNI “¿Qué es la violencia intrafamiliar”?. Exhortar su opcional
lectura para ampliar conocimientos sobre VIF ¿Qué es la
b) Exhortarlos a seguir poniendo en práctica todos VIF?
los métodos y procedimientos abordados en el
Taller para una educación desde lo positivo
(mensajes yoicos, escucha activa, procedimientos
para el desarrollo de habilidades, técnica “Conteo
y fuera de juego”, exigencias para aplicar un
castigo y evitar la VIF)
c) Entregar hojas con PNI individualmente. Llenar y - Hoja con
recoger PNI
135
ANEXOS
A Cuestionario
¿ Mitos o realidades?
Lea las siguientes afirmaciones y diga en cada caso si está de acuerdo con ellas,
parcialmente de acuerdo o en desacuerdo con lo que afirman. (Marque con una cruz en
su opción).
De Parcialmente de En desacuerdo
Acuerdo Acuerdo
1. La violencia familiar no es un problema tan serio
en Cuba.
2. Las probabilidades de experimentar violencia
familiar aumentan si uno proviene de una clase
social, raza o religión en particular.
3. En las familias con mejores recursos económicos
no hay violencia familiar.
4. Los niños y niñas que presencian episodios de
violencia familiar pueden ser seriamente
afectados.
5. Cuando un adulto de la familia sufre maltratos,
ello puede dejar daños permanentes en el niño/la
niña.
6. Los hombres son violentos por naturaleza.
B Pancarta No. 1
Acuerdo Parc. En
Acuerd. desac.
1- VIF no problema serio en Cuba
C Pancarta No. 2
D Pancarta No. 3
CONCEPTO DE VIF
E ALGO CONFIDENCIAL
En todas las familias pueden darse situaciones que implican maltrato o violencia de algún
(o algunos) miembro(s) sobre otro(s). Seguramente usted ha conocido algún caso. Si
conociera varios, pudiera resultarle útil y más simple analizar un caso donde la víctima
sea el niño.
F PNI
Fue positivo
_____________________________________________________________________
_____________________________________________________________________
__________________________________________
Fue negativo
_____________________________________________________________________
_____________________________________________________________________
__________________________________________
Fue interesante
_____________________________________________________________________
_____________________________________________________________________
___________________________________________________________
142
Sesión 8
Objetivos:
Caracterizar la naturaleza habitual de los conflictos familiares y sus potencialidades para el crecimiento del grupo.
Autorreflexionar en los conflictos ajenos, en los propios y en los comunes para la solución constructiva de cada caso.
Proponerse hacer transformaciones en las dinámicas intrafamiliares a partir del conocimiento técnico y práctico de las
exigencias para educar a los hijos /as.
Duración: 2 horas
B Pancarta No. 1
COMPETICIÓN COOPERACIÓN
CONFLICTO
EVASIÓN ACOMODACIÓN
C Pancarta No. 2
Agresividad (constructiva)
Resolución
D. Algo Confidencial
Ya conoces que los conflictos son inevitables y que su solución es una tarea compleja que
involucra, generalmente, a todos/as los/as integrantes de la familia o varios miembros de
ella.
Piensa en la vida cotidiana y en las situaciones conflictivas más frecuentes. Escoge una
de ellas y reflexiona en: (si quieres escríbelo, si no, anota sólo al final en la tarea 5).
1. Situación (o situaciones) en las que se expresa el conflicto.
2. Miembros de la familia que participan en la situación conflictiva. Personas ajenas a la
familia involucradas.
3. Mi posición ante el conflicto. Posición de los restantes miembros de la familia.
4. ¿Qué hemos hecho los miembros de la familia para solucionarlo? ¿Qué hemos hecho
bien? ¿Qué creo que hemos hecho mal?
5. ¿Qué creo que podríamos hacer todos y cada uno/a de nosotros/as a partir de ahora?
¿Qué pasos me propongo iniciar?
Paso 1
________________________________________________________________________
__________________________________
Paso 2
________________________________________________________________________
_________________________________
Paso 3
________________________________________________________________________
___________________________________
Paso 4
________________________________________________________________________
_________________________________
Paso 5
________________________________________________________________________
__________________________________
Paso 6
________________________________________________________________________
_________________________________
Paso 7
________________________________________________________________________
__________________________________
E CUESTIONARIO
Dentro de las tareas del Taller “Aprender a educar/nos” los organizadores quisieran
conocer sus criterios de una serie de aspectos sobre la educación de los niños. No
existen respuestas correctas o incorrectas; sólo le pedimos, de forma anónima, sus
opiniones diciéndonos si está de acuerdo, lo está sólo en parte, o no lo está, con las
siguientes afirmaciones.
De Parcialmente En
acuerdo de acuerdo desacuerdo
1. Los niños de hoy en día son más indisciplinados y
respetan menos a los adultos, que nosotros en
nuestra juventud.
2. Los niños se comportan mal cuando los padres
son demasiado jóvenes, inexpertos.
3. La disciplina en la escuela y en la casa se
consigue con mano firme y con el castigo si es
necesario.
4. Muchos niños se comportan mal en la Escuela
porque no aprenden a ser disciplinados en su
propia casa.
5. Demasiada disciplina hace daño a los niños
porque les quita la libertad que necesitan.
6. Muchos niños se comportan mal porque los
adultos son muy suaves con ellos.
7. Los niños aprenden en la Escuela a ser
indisciplinados por el ejemplo negativo de otros
niños.
8. Los hijos deben obedecer a sus padres en todo.
6. No me compares con otra persona. Si me haces pasar por mejor o más inteligente,
eso le dolerá a alguien. Si me haces pasar por peor o más torpe, entonces es a mí a
quien harás daño.
7. Deja que haga yo por mi cuenta todo lo que pueda. Así voy aprendiendo. Si tú me lo
haces todo, nunca podré hacer nada por mí mismo.
8. No me corrijas delante de los demás. Espera a que no haya nadie alrededor para
decirme cómo puedo mejorar.
10. No digas mentiras delante de mí ni me pidas que mienta para ayudarte. Eso rebaja
el concepto que tengo de ti y también rebaja mi propia estimación, aunque suponga
que yo te esté haciendo un favor.
11. Cuando haga una cosa mal, no me preguntes por qué lo hice. A veces no sé por
qué razón me porto mal.
12. No me prestes demasiada atención cuando digo que me duele el estómago. Fingir
estar malito puede ser una manera cómoda de librarme de hacer las cosas que no
quiero hacer o de evitar el tener que ir donde no quiero.
13. Cuando te equivoques en algo, admítelo. No estropeará mi opinión de ti. Así será
más fácil para mi reconocer cuando yo me equivoco.
14. Trátame como tratas a tus amigos. Así seremos amigos tú y yo. El hecho de ser
parientes no quiere decir que no podamos tratarnos con respeto los unos con los
otros.
150
Capítulo 6
Ha sido intención del Proyecto aplicar la metodología en un contexto rural, para lo cual se
seleccionó la cuenca del río Cauto en Santiago de Cuba. Por dificultades operativas del
traslado del equipo coordinador de la experiencia, no pudo aplicarse el programa en la
zona oriental del país. Sin embargo, se prevé el desarrollo de acciones relacionadas con
los objetivos propuestos en el futuro cercano a través de la asociación con el Proyecto
“Recuperación ambiental, participación y desarrollo comunitario en la región del Río Cauto
en Cuba”.
Las dos sesiones de trabajo contaron con alta participación de los docentes, no
solo desde la asistencia al taller sino también por los aportes al debate y las
reflexiones grupales.
La totalidad de los participantes respondió con una actitud positiva al compromiso
propuesto por las coordinadoras de la experiencia, en cuanto al perfeccionamiento
de su labor de orientadores familiares.
La composición del grupo incluyó maestros de gran experiencia y maestros
emergentes, lo cual benefició el intercambio para el trabajo futuro de la institución,
así como el debate y el enriquecimiento de experiencias. Los más jóvenes
recibieron experiencias y valoraciones de los mayores, y éstos a su vez el
dinamismo y la energía de los maestros emergentes.
Se cumplieron los objetivos propuestos en cuanto a la identificación de conductas
infantiles en la escuela que pueden tener origen en malos manejos educativos en
la familia; se analizaron las formas que puede adoptar la violencia intrafamiliar y
151
cómo ellas transgreden los derechos y necesidades de las niñas y de los niños. y
la importancia de contribuir a la educación de los padres y madres, brindándole a
éstos herramientas teóricas y prácticas de las formas positivas de educación
infantil. Se propició la autorreflexión sobre las realidades de victimización de los
alumnos, tanto desde el ejercicio inadecuado del rol profesional como
educadores, como desde la escuela como institución.
PARENTESCO PARTICIPANNTES
Madres 108
Padres 25
Abuelas 14
Abuelos 3
Tías 1
Tíos 1
Bisabuela 1
TOTAL 153
En Cayo Hueso, se lanzó la convocatoria a las familias (religiosas o no) de niños y niñas
incorporados a los distintos cursos que ofrece la Iglesia. Estos cursos son de pintura,
danza, ortografía, percusión, inglés, sexualidad y redacción. Aunque una parte de estas
familias son creyentes, no constituye éste un requisito para la incorporación de niños y
niñas desde edad preescolar hasta el nivel medio superior de escolaridad.
Los maestros de los cursos que se imparten son contratados por la institución religiosa,
tienen otras responsabilidades laborales y no responden a horarios homogéneos, por lo
que no fue posible organizar un grupo para trabajar la sensibilización.
En la valoración de los participantes los aspectos negativos se concentran en: “el horario”,
“la presión del tiempo”, “se acorta el tiempo para las tareas de la casa”, “el poco tiempo
154
para el intercambio”, “no poder asistir al taller por el horario”, “el lugar” (comedor de la
escuela), “el poco interés de padres y maestros; no están la mayoría de los padres”.
Desde los inicios del proyecto se elaboró un sistema de indicadores de cambio para
evaluar la efectividad de la metodología. No obstante, la aplicación práctica de cualquier
experiencia de transformación conlleva la modificación constante de sus etapas, y hasta
de los objetivos e indicadores. Cada grupo con el que se trabaja presenta una realidad
específica a la que se deben adaptar, de manera constante, las herramientas de trabajo.
Las razones aducidas por las personas que abandonaron la experiencia son: enfermedad
de un miembro de la familia, horas extra de trabajo, dificultades en la vivienda y
problemas personales.
El análisis de la participación se realizó a partir del tipo de intervención que hacían los
participantes: responder preguntas, hacer preguntas, plantear un criterio u opinión,
ofrecerse voluntariamente para realizar una actividad (representar a un grupo, actuar en
una dramatización, etc.)
Los temas planteados en la primera sesión como expectativas con el taller, no muestran
diferencias entre los dos municipios. Estos temas son:
Entre las expectativas, los participantes señalaron además: “no quiero imponerle las
cosas, quiero una buena comunicación entre nosotros”, “aclarar mis dudas sobre
cómo criar al pequeño y cómo crié al primero”, “es que estoy criando a mis nietos”,
“cómo educar yo sola a mis hijos”, “perfeccionarme como madre y mujer”, “soy
maestro y me gustaría retroalimentarme de lo que hago”, “unir más a mi familia”,
etcétera.
Todos los temas planteados fueron abordados en el Taller como puede apreciarse en
el diseño de las sesiones. Reflejan preocupaciones de las familias con relación a la
educación de sus hijos, aspecto que se ha mostrado en investigaciones anteriores.
“No sé cómo hablarle a la niña para que me haga caso y me dice que soy
mala. Vivió un tiempo con la abuela y yo fui a vivir con mi pareja. En la última
discusión con él nos fuimos a las manos; ya no quiero nada con él pero sigue
insistiendo. La niña se orina en la cama, duerme mal, se sienta en la cama y
habla dormida”.
“Tengo dos hijos, el de 10 años lo trato en la Clínica del Adolescente, dicen
que tiene una lesión cerebral y es extremadamente lento, desde chiquito en el
círculo me decían que no hablaba, no participaba con el resto de los niños. El
de 11 años hace cosas que no son propias de su edad como comer solo
vegetales, la comida la divide y que no se le salga ni un granito, no come nada
en la calle, su ropa no puede estar sucia ni arrugada. Éste maltrata a su
hermano; tengo muchos conflictos”.
“Quisiera rescatar el amor y la comunicación de mi hija y mi nieto. A ella no le
interesan los horarios del niño ni su alimentación; consume drogas y se
relaciona con personas indeseables. Yo estoy viviendo con mi exsuegra desde
hace 3 meses.”
V. Más del 50% de los participantes logra algún nivel de reflexión sobre la relación
entre aspiraciones en la educación de los/as niños/as y las características de las
prácticas educativas cotidianas.
El análisis de los resultados del cuestionario “Qué quiero” y “Qué hago” de la Sesión 2 es
muy ilustrativo para la evaluación del indicador.
En Playa el 62% de los participantes reconocieron incongruencias entre las metas más
importantes que se plantea en la educación de sus hijos/as y las prácticas cotidianas de
crianza. Por ejemplo una madre se plantea como metas más importantes que su hija
tenga autonomía e independencia, que se acepte a sí misma y que enfrente la vida; en
sus prácticas cotidianas sus acciones más frecuentes van dirigidas a “reprochar por lo mal
hecho” y “dar órdenes”. Para otra madre es importante “que tenga iniciativa” pero una de
sus acciones más frecuente es “dar órdenes”.
Las metas expresadas por las abuelas están más dirigidas a la función de
autodeterminación de la personalidad (reflexión, autonomía, independencia, logro en
proyección futura) y las madres pensaron más en la salud y cualidades de personalidad
(como estudioso, trabajadora, equilibrada).
Otras valoraciones son: “…hay cosas que cambiar…”. “…aspiro a que sea educado pero
hay otras cosas importantes…”, “…mis incoherencias no logran mis metas…”, “…lo
158
esencial es que nos hemos dado cuenta…”, “el camino que uno está llevando no es el
logro que espera recoger. Hay que buscar nuevas soluciones…”, “…nos vamos
pensando…”.
VI. Más del 50% de los participantes es capaz de transformar una frase al lenguaje
yoico.
En los dos municipios se apreció un proceso gradual de aprendizaje del lenguaje yoico.
Una primera fase de reconocimiento de sus ventajas y posteriormente sucesivos intentos
frustrados de elaboración de frases yoicas hasta llegar a la correcta formulación.
La mitad de los participantes logró elaborar correctamente, al menos una vez, una frase
yoica. Este objetivo no fue cumplido en la sesión de comunicación, sino que fue
arrastrado al resto de las sesiones, de modo que su ejercitación debió extenderse para
lograr resultados. Transformar la comunicación cotidiana en comunicación positiva implica
tiempo y ejercitación práctica de sus formulaciones.
Un ejemplo que ilustre el proceso puede encontrarse en las frases “me siento aturdida
porque no estás haciendo la tarea, no te voy a ayudar más”, “vamos a esperar a que
venga tu padre”, “siéntate a hacer la tarea que voy a fregar y si tienes dudas pregunta”;
hasta llegar a la frase “me siento mal porque no estudias y pienso que puedes salir mal en
las pruebas”.
159
Las expresiones anteriores reflejan temas de alta sensibilidad humana en las que se
relacionan características de la comunicación como apertura de los temas sobre los que
se conversa y confianza. También se aprecian mitos, prejuicios con relación a la
sexualidad y adopción de actitudes a partir de roles de género tradicionales. La práctica
160
de una comunicación positiva a través del lenguaje yoico y la escucha activa constituyen
herramientas prácticas que los seres humanos pueden utilizar para propiciar relaciones
interpersonales más armoniosas y basadas en el respeto al otro/a.
VII. Más del 50% de los participantes logra ejercitar, en los marcos del programa, la
escucha activa como habilidad comunicativa.
Otra madre señaló: “si en ese momento no tengo tiempo de escuchar atentamente es
preferible decirle que en otro momento se sentarán a hablar de eso, y en lenguaje yoico
sería: me gustaría posponer esta conversación para cuando termine lo que estoy
haciendo para poder escucharte o porque creo que será la mejor conversación”. Una
abuela dijo: “ésto de escuchar activamente es muy importante también con los
adolescentes porque uno debe transmitirles confianza para que nos cuenten sus
problemas, y si no se sabe escuchar no se logra, hay temas muy serios como los de la
sexualidad en esa edad”.
VIII. Reflexión en no menos del 50% de los participantes sobre el uso inadecuado
del castigo y la necesidad de utilizar mensajes positivos.
Los participantes evocaron recuerdos sobre los castigos utilizados por sus propios padres
durante su infancia. Todos los participantes que se expresaron hablaron de experiencias
personales de castigo físico asociados a vivencias negativas: “me dejaban desnudo en el
cuarto hasta que tuve 14 años”, “mi padre me pegó dos veces y nunca lo he olvidado”,
“me amarraban porque no quería ir al campo a arar con los bueyes y mi mamá cortaba la
soga con un cuchillo”, “me daban con una regla en la palma de la mano”, “en una escuela
católica en Londres nos daban por las piernas con una varillas como la caña brava”,
“pegarme por botar la leche”, etcétera.
161
El cuestionario sobre la utilización del castigo aportó información desde los propios
participantes. Su objetivo era propiciar la reflexión sobre prácticas cotidianas para orientar
el debate hacia la necesidad de utilizar mensajes positivos por diferentes canales; educar
con ejemplos, persuasión y sugestión, nunca golpear; construir con el niño las normas, los
“premios” (o elogios) y las “sanciones”; usar el castigo como “primer auxilio” y sopesar
consecuencias negativas; considerar las características de la edad y distinguir entre
formas de llamar la atención y conductas inaceptables; y sin pedir OBEDIENCIA a
ultranza a los adultos, si no a las normas justas y construirlas con y desde los niños /as.
El análisis de las respuestas a algunos ítems del cuestionario ayudan a comprender las
concepciones de partida con las que se inició el debate sobre el castigo en las sesiones.
SI NO A VECES
ITEMS
Cayo Playa Cayo Playa Cayo
Playa Hueso Hueso Hueso
SI NO A VECES
ITEMS
Cayo Playa Cayo Playa Cayo
Playa Hueso Hueso Hueso
SI NO A VECES
ITEMS
Playa Cayo Playa Cayo Playa Cayo
Hueso Hueso Hueso
SI NO A VECES
ITEMS
Playa Cayo Playa Cayo Playa Cayo
Hueso Hueso Hueso
Aunque en Playa no parece utilizarse la amenaza con el médico, el resto de las variantes
presentadas parece ser utilizada de modo generalizado en los dos grupos.
163
SI NO A VECES
ITEMS
Playa Cayo Playa Cayo Playa Cayo
Hueso Hueso Hueso
Impedir que otros familiares interrumpan el castigo constituye la respuesta más unánime
del cuestionario, como si se velara por mantener los límites de autoridad de quien pone el
castigo. Sin embargo el resto de las respuestas apuntan a una elevada inconsistencia en
la adopción de esta medida.
En síntesis, los resultados apuntan en general a un uso inadecuado del castigo, no solo
por la frecuencia con que parece adoptarse sino también porque en sus formas reflejan
diferentes formas de violencia intrafamiliar, desconocimiento de qué se castiga y cuáles
son los efectos del castigo y la variabilidad de los criterios para sancionar a los hijos.
IX. Al menos el 30% de los participantes refiere haber aplicado a sus hijos/as alguna
de las técnicas para detener conductas indeseables y formar hábitos.
Los participantes identificaron en sus situaciones familiares las tácticas utilizadas por
niños y niñas para probar fuerzas y lograr lo que quieren. El intercambio propició
comparar similitudes y diferencias entre las familias: “en mi caso tengo 4 tácticas,
lloriquear, intimidar, amenazar y hacerse el mártir”, “el mío llora, canta y también se
enferma”, “el chiquitico adula y dice que como lo regaño no lo quiero”, “un día me dijo que
tenía dolor de cabeza y que se iba a tirar por la escalera”, “rompió la olla de presión
acabada de comprar, lo castigué, lo mandé a acostar pero lo sentí hablar y le dije en qué
tú estás?, me dijo, con nada, con mi voz, con mis manos y con mi imaginación, ¿me los
vas a quitar?”, etcétera.
“Un joven de 18 años iba a jugar con mi nieto de 7 años, mi esposo me decía que
yo veía fantasmas. Un día lo vi encima de un niño de 3 años como si estuviera en
una relación sexual. Le caí a golpes, alerté a todos los padres de los niños que
jugaban con él. Después creó bandas y todo.”
“No sé si son los años; uno es joven, pero yo maltraté a mí hijo físicamente cuando
era más chiquito. Le daba y después me ponía a llorar y que no lo iba a hacer
166
más. Llegamos a una crisis total, me parecía que mi hijo me provocaba. A veces
llevo las cosas a extremos, parece que es mi temperamento.”
“Un día mi hija le dio una patada al plato de comida y el plato voló. La única
solución que vi, además que era inexperta, porque no tenía otros métodos y me
doy cuenta al cabo del tiempo, que si lo hubiera manejado distinto hubiera habido
un castigo como vi en la sesión pasada. Lo que hice aquella vez fue irle para
arriba y darle no sé cuántas nalgadas; me dolía la mano; le di al sillón y me dolió la
mano; pude haberle dado así a ella.”
“Hay otra violencia, el día que lloré en la clase de comunicación, porque todo tiene
relación. En mi familia hay violencia, yo vivo con una viejita loca. Responde me da
la gana y grita. Cómo trata a las niñas y a mí, se crea un ambiente desagradable,
las niñas también aprenden a maltratarse.”
“Le he tenido que pegar mucho al niño con el cinto, porque me va para arriba a
pegarme, y seguía y seguía. Me decía: no me dolió y me da la gana. Hasta que se
tranquilizó con el último cintazo. Ahora está tranquilo, tranquilo, no me quiere ni
mirar. La ha cogido con eso, como estoy con 6 meses de embarazo piensa que yo
no puedo. Es posible que sienta celos... se pone tan violento conmigo y yo le
respondo igual”.
“Mi mamá me decía que era una niña muy bruta y me botó de la casa… (llora).
Para comer ponía la chancleta encima de la mesa. Me dio mucho golpe, me partió
la boca. La galleta era que te cogía el cerebro y todo. Después venía y te decía:
vengan acá que a mí me duele más que a ustedes y lloraba. Por no aprenderme la
“e” me dio una entrada de golpes en la misma escuela delante de toda el aula y la
maestra dijo que nunca más le daba una queja”.
“mi padrastro era trabajador, me crió desde los 4 años, estudiaba, me enseño casi
todo lo que sé. Pero la bebida acabó con él. Yo era el réferi entre mi mamá y él, y
los más chiquitos. Eran escándalos, broncas, policías (me conocía a todos los de
la estación de Zanja), golpes, rompedera de cosas, tiradera. A mi mamá le encajó
167
Las referencias a casos de violencia intrafamiliar en terceros son más cruentas: “una
mujer con 27 puñaladas y él se dio a la fuga. Escobar y Animas es un lugar de mucha
violencia, hay mucha enajenación; es normal que veas a la gente en la casa con un
machete, es común y corriente”… “Mis vecinos, el hombre estaba dándole a la mujer y
empezó a darle a la niña de 18 años también con un bate… no había nadie que se
metiera porque era un problema de familia ¿no?”.
Las historias de Cayo Hueso recrean todas las formas de violencia, también de padres a
hijos y viceversa, y se conectan con la violencia social en voz de los propios participantes
al evidenciarse normas y costumbres en familias de la comunidad.
Resulta interesante apreciar las vivencias desde las víctimas y desde los victimarios que
en varios casos coinciden. Los procesos de culpabilización y vuelta a la violencia. La
reflexión sobre la variación de comportamientos atribuyendo el cambio al crecimiento del
niño y que ya “entiende” más, por lo que no es necesario pegar.
El análisis de los resultados del cuestionario ¿Mitos o realidades? permite conocer las
percepciones erróneas, los mitos y los prejuicios con relación al tema. En Playa, las
repuestas más frecuentes consideran que la violencia intrafamiliar no es un problema tan
grave en Cuba; se asocia a la raza, clase social, religión, situación económica y
enfermedad mental; se transmite por herencia intergeneracional; generalmente cometida
por extraños y los hombres son violentos por naturaleza, tanto como las mujeres.
XI. Al menos el 50% de los participantes logra algún nivel de reflexión sobre el tema
de la violencia intrafamiliar.
Más que lo logrado en la sensibilización, en este taller los participantes transitaron por
diferentes fases. Desde el reconocimiento de la violencia en terceros y en sí mismos
hasta analizar el concepto, sus causas y llegar a cuestionarse el fenómeno a nivel social y
preguntarse por las vías para enfrentar el tema desde la familia y como sociedad.
XII. Más del 50% de los ítems del cuestionario post-experiencia muestra cambios
favorables en comparación con los resultados del cuestionario pre-experiencia.
En este caso, el análisis de los resultados grupales indican que de manera similar se
producen cambios favorables también en 11 items, pero con la diferencia notable de
mayor proporción de personas que ofrecen respuestas correctas en el post en
comparación con el pre.
hijos; sin embargo es notable el aumento de personas que aceptan la frase como verídica
y se reducen a cero las respuestas ambivalentes.
XIII. La mayoría de los participantes ofrece una valoración positiva del programa
educativo.
La evaluación del programa en los dos municipios ofrece un balance positivo del trabajo
realizado y la satisfacción de los participantes con las sesiones a las que asistieron.
“Lo mejor que han tenido estos encuentros es que hemos aprendido a vivir un
poco mejor, podemos enfrentar la vida de manera más certera y agradable, con
menos presiones”.
“Descubrí una cosa con este curso. Estaba loca buscando felicidad por fuera,
descubrí que la felicidad está por dentro, eso me llegó en este curso, aprendí a
conocerme, lo aprendí aquí”.
“Uno de los logros no es solo enseñarnos a educar a nuestros hijos, sino
enseñarnos a descubrir nuestros valores, porque en la medida en que nos
sentimos mejor, hacemos mejor las cosas con nuestros hijos, y repercute en el
trabajo, es una cadena”.
“Ha sido fantástico y muy educativo, no sólo para los hijos sino para toda la
familia”.
“Cada encuentro pasado ha sido feliz, ha sido muy profesional”.
“Ha servido para abrirnos los ojos”.
“Al programa no se le debería cambiar nada”.
“Se refleja un gran trabajo en la búsqueda de materiales para los padres”.
“Debería durar más tiempo”.
“Que se canalice, estas sesiones son muy buenas y deben llevarse a la TV, al
canal educativo; todos estamos interesados en estos temas. A la sociedad le falta
información, como cuando el caso de Elián, cuando hablaba la psicóloga todo el
pueblo la escuchaba”.
“Si se pudiera crear algo donde nos podamos reunir y decir nuestros criterios,
elevar nuestros problemas y nos ayuden a resolverlos. Quizás se puedan publicar
todas estas cosas, hacer folletos que se vendan en los estanquillos, hay muchas
cosas que se pueden hacer”.
“Ha sido interesante e instructivo, cada día aprendimos algo nuevo, me quedo con
ganas”.
“Para mí lo más importante ha sido la comunicación con los niños, la primera que
peleaba era yo porque estoy relacionada con ellos todo el día y aprendí el PNP”.
“Me ha ido bien con los métodos de las estrellitas, para que se bañara y comiera
sola. Creo que lo hacía como una forma de dependencia por celos con la más
pequeña. El premio fue por su cumpleaños y quiso una casa en la playa. Lo hice
con nubes y estrellas. Lo hice tan largo, con tanto período de tiempo que se
convirtió en hábito. Lo apliqué también con 10 días, si quería una mochila, no
podía meterse los dedos en la boca, los símbolos los puso ella misma.”
“También el método del conteo ha sido bueno. Todo con la edad escolar; con la
chiquitica tendré que esperar a que crezca. Yo estaba en crisis con ella en el
momento en que empecé el curso que me encantó. Hay cosas que uno sabe pero
refresca, lo pasaría de nuevo. “
“Faltaron cosas, como más tiempo para la sexualidad. Cuando hago el conteo en
la casa lo hago con los dos, el más chiquito también me dice dos y medio. Me
gustó el curso, me ayudó muchísimo. Somos pocos en la casa pero ayuda.”
“Es un espacio para reflexionar y pensar en las cosas de los muchachos. El más
grande lo matriculé en secundaria básica y me quedaron cosas de sexualidad y
cambios en el cuerpo que quien primero lo ve es el más chiquito. En sexto grado
ya saben las materias (primera eyaculación, menarquia). Los dos son muy
regados, con el chiquito he logrado bastante, es muy organizado en su cuarto,
pero no con el resto de la casa.”
“Si hubiera otro curso daría una sesión más de comunicación y de convivencia.”
“Me gustaría que volviera el curso porque hay muchas cosas para cambiar y con
37 años no se cambia de hoy para mañana. Hay veces que hay retrocesos. Si hay
tiempo me gustaría que se hiciera de nuevo el curso que viene”.
“Tengo una pila de amigas de otros lugares que me dicen que ojalá fuera un curso
en su escuela.”
173
“No han mejorado todo lo que yo quisiera, pero aplico lo de hablar mucho más.”
“Mi esposo ha mejorado muchísimo y la viejita está tan loca que pongo candados.
La chiquitica da unas perretas y los demás se aguantan pero no me dicen
abusadora. El sábado estuvo mucho tiempo y pude esperar a que terminara para
empezar a medir el tiempo.”
“Al mío con 2 años y 6 meses le hago el conteo, teniendo en cuenta las
característica de la edad, claro.”
“Yo creo que aunque las maestras no hayan querido montarse en la experiencia,
las madres podríamos ayudar a transmitirle a otras lo que hemos aprendido.
También las madres que quieran pueden convertirse en multiplicadoras.”
Debe destacarse que en los dos grupos se produjeron propuestas para reproducir la
experiencia a partir de las propias madres como multiplicadoras. Este elemento es de
gran importancia porque indica el potencial movilizador que dejaron los talleres en los
participantes y la viabilidad de alternativas comunitarias para el logro de los objetivos
Limitaciones:
La no aplicación de la metodología en una zona rural en esta etapa de ejecución
del proyecto.
Las dificultades prácticas para lograr la incorporación de los maestros al segundo
nivel de la metodología, sobre todo teniendo en cuenta la necesidad de insertar a
jóvenes maestros emergentes y los efectos positivos que puede provocar la
experiencia en su formación como docentes.
A pesar de lograr la incorporación de figuras masculinas, aún la participación de
hombres en este tipo de experiencia es baja. Este elemento limita visiones de
género desde el rol paterno en las dinámicas.
El poco tiempo disponible desde la percepción de las familias para el desarrollo de
experiencias que pretenden la transformación.
Dificultades prácticas relacionadas con las condiciones del local en Playa y la falta
de fluido eléctrico en Cayo Hueso.
Debilitamiento del equipo coordinador por la salida permanente de un compañera
por maternidad y salida temporal de otra por el desempeño de otras funciones, lo
que significó la sobrecarga de trabajo para el resto.
174
Logros:
La propia aplicación de una metodología para la transformación social, orientada
específicamente a la prevención de la violencia intrafamiliar, constituye el mayor logro
de la experiencia. Téngase en cuenta lo novedoso del tratamiento del tema en la
sociedad cubana y particularidad del énfasis en la prevención del maltrato hacia niños
y niñas. No encontramos antecedentes en nuestro contexto.
Reflexiones finales
BIBLIOGRAFÍA:
33. Colectivo de autores (1997) Plan de Acción contra la violencia doméstica. Ministerio de Trabajo y
Asuntos Sociales. Instituto de la Mujer, Madrid 1997.
34. Colectivo de autores (2000) Anuario de Hojas de Warmi. Investigación para el feminismo, la
cooperación y la solidaridad. Seminario Interdisciplinario Mujeres y Sociedad. SIMG, Universidad de
Barcelona. No. 11.
35. Corsi, J. (1995) Una mirada abarcativa sobre el problema de la violencia familiar. En: Violencia
Familiar: una mirada interdisciplinaria sobre un grave problema social. 1ra Edición. Editorial Paidós,
36. Corsi, J. y otros. (1995) Violencia masculina en la pareja. Una aproximación al diagnóstico y a los
modelos de intervención. Editorial PAIDOS. 1ra edición.
37. Chapman, N. J. Clapson. ( 1999). Pero eso no es amor. Materiales de entrenamiento para jóvenes en
violencia doméstica.
38. Díaz, M y A. Durán. (1999) PRECOM. Prepararnos para la comunicación. CIPS, La Habana.
39. Díaz, M. y otros. (2000) Familia y cambios socioeconómicos a las puertas del nuevo milenio. CIPS,
La Habana.
40. Díaz, M. y S. González (1998) Programa educativo dirigido a adolescentes y jóvenes. Preparación
para la relación de pareja y la convivencia. CIPS, La Habana.
41. Durán, A. (1996) Representaciones de la familia en niños y adolescentes cubanos. CIPS, La
Habana.
42. Durán, A. y E. Chávez. (1997) La tercera edad en Cuba. Un acercamiento sociodemográfico y
sociopsicológico. CIPS, La Habana.
43. Espina, E. L. (1998) Hombres que maltratan a su compañera. ¿Víctimas o victimarios? Trabajo de
Diploma, Facultad de Sociología, Universidad de la Habana.
44. Fernández, L. M. (s/f) Violencia doméstica en Cuba. Suceso interesante. Trabajo de Diploma, Facultad
de Psicología, Universidad de la Habana.
45. Flaquer, L. (1993) La familia como arena de contienda. En: Revista Claves de Razón Práctica.
Barcelona.
46. Freire, P.; C. Rodríguez Brandao y F. Bretto. (1996) “Palabras desde Brasil”. Colección Educación
Popular del Mundo. No. 2. Editorial Caminos. La Habana.
47. Freire, P. (1997) Pedagogía de autonomía. Sabores necesarios a práctica educativa. Tercera
Edición. Editora Paz e Terra, Brasil,
48. García, B. (1994) Violencia intrafamiliar. En: Antología de la sexualidad humana. Tomo III. Consejo
Nacional de Población, México.
49. González, F. (1982) Algunas cuestiones teóricas y metodológicas sobre el estudio de la
personalidad. Editorial Pueblo y Educación. La Habana.
50. González, G. Y otros. (1993). El maltrato y el abuso sexual a menores: una aproximación a estos
fenómenos en México. UAM – UNICEF - CONAC, México.
51. Kirkwood, C. (1999) ¿Cómo separarse de la pareja abusadora?. Desde las heridas de la
supervivencia a la sabiduría para el cambio. Editorial Granica, S. A, España.
52. Leis, R. (1990) El arco y la flecha. Apuntes sobre metodología y práctica transformadora. Ediciones
Guanuna, Caracas.
53. Liublinskaia A. A. (1997) La formación de la personalidad en la edad escolar. Selección de
Psicología infantil. Editorial Pueblo y Educación.
54. Luchini, R. (1996) Niño de la calle. Identidad, sociabilidad, droga. Editorial Barcelona.
55. Minuchin, P. J. Colapinto, S. Minuchin.(2000) Pobreza, institución , familia. Edit. Amorrortu. Buenos
Aires.
56. Minuchin, S. (1985) Familias y Terapia Familiar. Editorial Gedisa Mexicana, México, D.F.
57. Minuchin, S. y H. Ch. Fishman. (1990) Técnicas de Terapia Familiar. Editorial Paidós, México, D. F.
(5ta reimpresión).
58. Molinari, M. (1995) Trabajemos juntos para evitar el maltrato. Terre des hommes de Alemania.
Editorial Lima.
59. Morales, F. (1996) Violencia en el contexto familiar y agresión. En: Psicología Social y Trabajo Social.
Edit. Mc. Graw. Hill / Interamericana de España, S.A.U.
60. Parra, A. y R. Hernández. (2000) Violencia. Fundación Instituto para el Estudio de la Violencia,
Venezuela.
61. Pérez, F. G. M y J. González. (s/f) Violencia en el niño. Informe del Instituto de Medicina Legal, Ciudad
de la Habana.
62. Picard, Ch. Y F. Storie. (2002) Programa de Resolución de Conflictos para la Educación Primaria y
Media. Publicaciones Acuario. Centro F. Varela. La Habana
63. ____________________ (2002) Mediación de Condiscípulos para Escuelas. Publicaciones Acuario.
Centro F. Varela. La Habana
64. _____________________(2002) Mediación en conflictos interpersonales y de pequeños grupos.
Publicaciones Acuario, La Habana.
180
65. Pimentel, C. (1988) Familia y Violencia en la Barriada. Talleres Infantiles Proyecyados a la Comunidad.
Edit. TIPACOM. Lima, Perú.
66. Pous, M. y J. González. (s/f) Violencia en el anciano. Informe del Instituto de Medicina Legal, Ciudad de
la Habana.
67. Proveyer, C. (2000) Identidad Femenina y violencia Doméstica. En: Revista Sexología y Sociedad,
Nro. 15, La Habana.
68. _____________ (1999). La violencia ejercida sobre mujeres españolas y cubanas. Análisis
comparativo. En: Revista Sexología y Sociedad. Año 5, Nro. 12, enero – abril. La Habana.
69. Ramírez, F. A. (2000) Violencia masculina en el hogar. Edit. Pax. México.
70. Ramírez, Ma. A. y F. J. Rodríguez. (s/f) La comunicación en la familia (Tomado de:
http//wwwcrice.mecd.es/recursos2/e-padres).
71. Reca, I. y M. García.(1986) Proposiciones teórico – metodológicas para la investigación sobre el
modo de vida familiar en Cuba. CIPS, La Habana.
72. Reca, I. y otros. (1989) Caracterización del modo de vida de las familia obreras y de trabajadores
intelectuales y cumplimiento de su función formadora de hijos, adolescentes y jóvenes. CIPS, La
Habana.
73. Richman, N. (1993). Aprendiendo a comunicarnos con los niños. Manual de desarrollo 2. SCF
74. Riquer, F. I. Saucedo y P. Bedolla. (1996) Agresión y violencia contra el género femenino: un asunto
de salud pública. En : Mujer, sexualidad y salud reproductiva en México.EDAMEX. México. DF
75. Salazar, M. C y P. Oakley. (1993) Niños y Violencia. El caso de América Latina. Ed. T. M. – Save the
Children Fundation. Bogotá.
76. Sánchez, C. D. y M. Rivera. (1997) Mujeres de edad avanzada y sus actitudes y percepciones hacia
el abuso y maltrato. Presentación en el III Taller Mujeres en el Umbral del siglo XXI.
77. Sankin, D. y M. Durphy. (1997) Aprender a vivir sin violencia. Manual para hombres. Volcano Press.
78. Saul, F. (1999) El Quinto No Matar. Contexto explicativo de la violencia en Colombia. Editorial
Tercer Mundo, S.A. Santafé de Bogotá, Colombia.
79. Save the Children –UNICEF- CEAPA- CONCAPA (1982) Convención de los derechos del niño. En:
Educa, no pegues.
80. Save the Children. (1996) Una Alternativa de Intervención en Maltrato Infantil. Cusco, Perú
81. ______________ (s/f) Vamos a trabajar juntos. Dirección de la conducta infantil.
82. ______________ (1999) Podemos trabajar. Educando con confianza.
83. ______________ (2000) Educa, no pegues. Edit. SCF e INJUVE. Madrid, España.
84. Toro, O. L. (s/f) Violación. Ponencia presentada en la II Convención de Psicólogos Javerianos, Bogotá.
85. Torres Falcón, M. (2001) La violencia en casa. Edit. Paidós Mexicana S. A. México
86. UNICEF (1991) Los menores en Bolivia. ¿Sujetos sociales hoy o mañana?. La Paz, Bolivia
87. ______ (1994) El Maltrato Infantil. Biblioteca de los Derechos de los Niños y Adolescentes.
88. Valdés, J. y L. Turtós (1999) El divorcio: un proceso de transición. ¿Nuevas configuraciones
familiares o ruptura de una identidad familiar. Trabajo de Diploma. Facultad de Psicología,
Universidad de la Habana.
89. Veitía, I. (1995) Consideraciones sobre la violencia contra la mujer en las relaciones de pareja.
Trabajo de Diploma, Facultad de Sociología, Universidad de la Habana.
90. Walker, L. E. (1979) Descripción del Ciclo de Violencia Conyugal . En: The Battered Woman; Harper
and Low Publishiers, USA, (traducción CEPLAES)
91. Warrior, J. (2000) Prevención de la Violencia Familiar. Un Manual para la Acción. Edit. Save the
Children
92. _________(2002) Mediación de Condiscípulos para Escuelas Primarias. Publicaciones Acuario.
Centro F. Varela. La Habana.
93. ________ (2002) Resolución de Conflictos en Escuelas Secundarias. Publicaciones Acuario. Centro
F. Varela. La Habana.
Tomado de Internet: