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Estas dos observaciones están relacionados con las situaciones que más
frecuentemente estamos acostumbrados a observar en las investigaciones. Por
una parte, la pretensión que el perito médico debe realizar una variedad de tareas
que exceden sus conocimientos, y la falta de diálogo en el análisis general del
caso entre fiscales, médicos y criminalistas, por mencionar los tres componentes
más habituales.
Aquí también es importante mencionar que los peritos, cualquiera que sea su
especialidad, son asistentes técnicos del fiscal, siendo éste el que ordena las
medidas de investigación que crea pertinentes. Pero si ese fiscal desconoce lo
que puede realizarse, desde el punto de vista científico, con un cadáver o una
mancha de sangre en una sitio del hallazgo, difícilmente podrá saber si el examen
pericial presentado por el perito es completo o no.
I. TRABAJO DE CAMPO
Pero independientemente de ello, hay ciertos profesionales que tienen que estar
presentes siempre. Es decir, que ya sea la escena del crimen o una fosa, siempre
el fiscal debe contar con:
• Perito médico
• Arqueólogo/antropólogo forense (en el caso de cuerpos en avanzado estado de
descomposición, esqueletizados, restos óseos diseminados en superficie o
enterrados)
• Criminalista de campo
• Fotógrafo
• Planimetrista
• Personal de Seguridad
Una vez definidos los especialistas, las medidas y procedimientos básicos que
deben seguirse son los siguientes:
A estos cinco principios, por supuesto, se les pueden agregar otros, lo que se trata
de proponer son procedimientos que puedan ser aplicados independientemente si
se está investigando un caso.
Para evitar todas las dificultades y optimizar la investigación forense, existe una
subdisciplina en las ciencias forenses llamada Arqueología Forense, que
consiste en la aplicación de la Arqueología a problemas médicolegales.
Los restos forenses (restos óseos y evidencias asociadas) no deben ser vistos
como meras entidades con valor descriptivo inmanente, sino como elementos de
estudio científico-pericial y, más mediatamente, como medios que reflejan un
hecho histórico-social concreto y real.
2. LA PROSPECCIÓN
Cabe destacar, que desde hace algunos años se han comenzado a aplicar
métodos geofísicos de prospección en casos forenses. Habitualmente, la geofísica
ha sido aplicada en proyectos de ingeniería civil para detectar características del
subsuelo terrestre antes de la construcción de grandes obras.
para los casos de mujeres embarazadas, donde se debe trabajar con extremo
cuidado en la zona de la pelvis.
Una vez expuesto el esqueleto en su totalidad, los restos deben ser
ubicados bi o tridimensionalmente, luego debe describirse su localización dentro
del sitio, orientación (norte-sur/este-oeste) y posición del cuerpo, resaltando
cualquier detalle relevante (tipo de suelo, estructura de la fosa, la presencia de
cuevas de roedores, desplazamientos de los restos, etc).
Todos los pasos realizados durante la excavación deben ser descritos en
un cuaderno de campo, así como debe fotografiarse exhaustivamente cualquier
elemento de importancia. El valor de la fotografía, y del video en los casos en
que se pueda disponer de una cámara, radica en la posibilidad de poder elaborar
hipótesis sobre las circunstancias peri mortem y de reconstruir en el laboratorio
las asociaciones entre los restos y, por ejemplo, un proyectil, es decir, su
ubicación respecto a determinado hueso y su relación con una lesión observada.
Cada fotografía debe incluir un testigo métrico y un cartel con la fecha, sitio,
número de esqueleto y el Norte.
La recuperación del esqueleto: luego de realizados todos los pasos
descritos, comenzará la recuperación del esqueleto. La misma deberá ser
realizada por una sola persona que comenzará por la zona de los pies para
finalizar con el cráneo.
Cada hueso debe ser levantado en forma individual, librándolo de la
matriz de tierra que lo contenga y sin utilizar la fuerza. La persona que levanta le
dictará a otra persona que lleva el registro escrito, el nombre del hueso y su
estado. Para el registro se recomienda utilizar un formulario donde consten todos
los ítems descritos. Los restos deben ser embalados en orden anatómico (pie
derecho en una bolsa, izquierdo en otra, pierna derecha en otra bolsa, y así
sucesivamente).
Deben utilizarse bolsas de papel (las de plástico retienen la humedad y
perjudican al hueso)las cuales deberán tener escrito el material que contengan,
fecha, número de esqueleto y sitio; para ello debe utilizarse un marcador a
alcohol.
Los dientes y los proyectiles deben ser guardados con especial cuidado,
recomendando utilizar tubos vacíos de rollos fotográficos.
Una vez que han sido embalados todos los restos, se deben colocar en una
caja de madera o cartón (una por esqueleto) para su traslado al lugar de estudio,
evitando de ese modo cualquier daño en el material.