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ALGUNAS VARIEDADES DE CACTUS Y SUS CARACTERÍSTICAS

Existen muchos tipos y variedades de cactus.

En general, el cuerpo viene conformado por un tallo, una estructura


de color verde y engrosada debido al desarrollo de tejidos
fundamentales que prevalecen.

Hay 3 formas principales de tallo:

1. Columnar: los cactus columnares destacan por tener uno o varios


tallos cilíndricos que crecen de forma erguida (erecta). Son los que
más llaman la atención y pueden o no dividirse (por la base, la mitad
o por arriba). Según su división, la planta se denomina basítona,
mesótona o acrótona (sub-tipos).

2. Cladodio: es el tallo aplanado, con forma de raqueta. El género que


los representan son los cactus Opuntia.

3. Globoso: redondeados, con forma de barril. Son uno de los más


populares, pues no ocupan demasiado espacio y, además, existen una
gran variedad de ellos. Los géneros más comunes son los
Echinocactus o las Mammillaria.

Estas plantas crasas presentan una areola, es decir, una estructura


vegetal que se encuentra sobre los podarios (la base foliar dilatada y
expandida en forma de pequeño tubérculo) y las costillas.
En la zona superior se producen las flores y en la inferior los
meristemos espinulíferos. Las areolas de los cactus desarrollan pelos o
espinas.

Las flores son solitarias y en su mayoría hermafroditas. Los periantos


están formados por numerosos tépalos colocados en espiral. Los
frutos suelen ser indehiscentes, en forma de baya y rara vez secos.

Los cactus son perfectos para decoración interior del hogar, sobre todo
aquellas variedades que por su origen no sobrevivirían a la
intemperie. Y no solo eso, además, pueden plantarse para formar
parte de la ornamentación exterior.

Los cactus son la familia de plantas suculentas más común y popular


de todas las que existen. En la actualidad, se desarrollan un gran
número de ellos, siendo diferentes entre sí en cuanto al tamaño, la
forma, el tallo o las flores.
A continuación, te mostraremos las especies de cactus más usadas en
decoración de jardines o en ornamentación interior. Seguro que habrá
un cactus perfecto para tu hogar o tu jardín.

LITHOPS, UN CACTUS CURIOSO


Vamos a despertar tu curiosidad empezando con un de los cactus más
peculiares que hay hoy en día.

Lithops, también conocido como planta piedra o planta viva, es el


claro ejemplo de cómo una especie es capaz de adaptarse al medio en
el que vive. Como podrás suponer por su nombre común, este cactus
ha adoptado la forma de piedra y la razón no es otra que su objetivo
de protegerse contra los animales.

Los Lithops se desarrollan formando grupos de dos hojas acopladas,


divididas en el medio por una fisura. De esta pequeña ranura crecen
las flores, que pueden ser de diferentes colores. Con superficie planta,
estos cactus pueden tener forma cónica o cilíndrica.
Florecen durante el otoño.

Las flores de las plantas piedra son de hábito nocturno, parecidas a


las margaritas (aunque más grandes) y desprenden una ligera
fragancia. De cada uno de los cactus sólo crece una única flor.
Se desarrollan muy bien en espacios de mucha luz solar directa.

No se deben regar en verano y no tolera los encharcamientos de


agua (un exceso puede provocar la pudrición). Deja que pasen varios
días entre riego y riego. A la hora de regar, guíate por la humedad de
la tierra y las condiciones meteorológicas.
Los Lithops pueden cultivarse en maceta, de hecho, fuera de su
entorno natural, se recomienda ubicarlos en maceta dentro del hogar.
ECHINOCACTUS GRUSONII, EL ASIENTO DE LA
SUEGRA
Uno de los cactus más populares es el Echinocactus grusonii, conocido
comúnmente como Cactus erizo o Asiendo de la suegra, es originario
de México. Aunque es una de las plantas suculentas más cultivadas
del mundo, está en peligro de extinción en su hábitat natural.
Es el fiel representante de los cactus de espina.

Tiene forma de barril y cuenta con unas areolas muy marcadas, una
tonalidad verde muy viva y unas costillas muy prominentes. Sus
espinas son fuertes, redondas y pueden presentar un color amarillo o
rojizo.

El cactus erizo florece en verano.

Sus flores pueden ser de dos colores (rojas y amarillas), están


situadas en las areolas superiores de los ejemplares adultos y son
capaces de durar hasta 3 días.
Lo que debes saber es lo siguiente:
•Necesita estar ubicado en un espacio muy soleado (es una planta de
desierto). Lo habitual es colocarlo en terrazas, balcones y en el jardín.
•No sobrevive las heladas.
•Prefiere suelos formados por mantillo de hojas y arena gruesa.
•Puede plantarse en maceta o directamente en la tierra del
jardín (ubicación c o exterior).
•El riego dependerá del clima y de la estación del año. En verano será
suficiente con 1 o 2 veces por semana, el resto del año cada 15 días y
en invierno lo mejor es hacerlo una vez al mes.
•Se multiplica por semillas.

OPUNTIA FICUS-INDICA, LA CHUMBERA


La chumbera es un cactus en forma de matorral que puede llegar a
alcanzar los 4 metros de altura, ¡y lo mismo de ancho! Crece muy
rápidamente y produce segmentos caulinares planos, de color verde
azulado y sin espinar.
Como la mayoría de las variedades de este género, carece de hojas
nomófilas, es decir, no tiene las hojas normales de una planta. La
chumbera presenta dos clases de espinas. Unas son duras y largas y
las otras finas y con pelos.
Florece una vez al año y desarrolla flores en forma de corona.

Su fruto cuenta con una cáscara gruesa y espinosa y la pulpa tiene


numerosas semillas. Cuando madura, se convierte en una baya
ovalada que puede llegar a medir unos 10 centímetros.
Este cactus necesita pleno sol.
Su mejor sustrato es aquel que tenga condición de poroso y, sobre
todo, que presente un buen drenaje pues el exceso de agua puede
llegar a provocar la pudrición de esta planta. Si te interesa, puedes
multiplicarla por esquejes.

Puede plantarse en maceta o en directamente en el exterior de tu


hogar (el jardín).
SCHLUMBERGERA TRUNCATA, EL CACTUS
NAVIDEÑO

El cactus navideño, tal y como nos dice su nombre, es una de las


especies más comunes durante el invierno. Originario de las regiones
tropicales de Brasil, esta especie destaca por sus usos ornamentales.
Es una planta crasa, de hojas perennes, aplanadas y con flores que
pueden variar en colores entre el blanco, rosa, rojo o púrpura. Sus
tallos cuelgan por artículos planos que se bifurcan varias veces a
medida que el cactus va creciente.
Este follaje tiene un contorno dentado y no tiene espinas.

Esta planta suculenta se desarrolla en zonas de sombra o


semisombra, por lo que se considera una planta de sombra. Si se le
proporciona pocas horas de luz, su floración será más espectacular.

Necesita cierta humedad ambiental y crece mejor en lugares frescos.


A diferencia de otra vegetación, durante el invierno este cactus no
guarda periodo de reposo.
¿Y su riego? Al tratarse de un cactus de origen tropical, se debe regar
más que otros, pero siempre procurando que el sustrato no quede
encharcado. El sustrato ideal es aquel que se encuentre formado por
arena y turba.

Se multiplica por esquejes, injertos o semillas.

MAMMILLARIA FRAILEANA, EL CACTUS CON


FLORES ROSAS

Su particular apariencia la convierten en una planta de gran interés


ornamental, perfecta para decoración de jardines y espacios
interiores.
Se trata de una especie perenne y carnosa (acumula agua y
nutrientes en sus hojas/tallo). Tiene una forma cilíndrica, con
tonalidad púrpura tirando a rojizo y por lo general, forma pequeños
cojines.

Puede alcanzar unos 15 centímetros.

Sus areolas, a diferencia de otros cactus, no contienen látex. Miden


varios centímetros y tienen espinas. Las laterales son como agujas,
blandas y de color blanco, de unos 8 milímetros de longitud. Sin
embargo, las centrales son más largas y marrones.

La mamilaria florece en primavera.


Sus flores tienen forma de campana, son de color rosa y presentan
sépalos tintados. El fruto que producen es rojo y dentro, guarda una
semilla negra.
Este cactus necesita mucha luz para crecer, unas temperaturas que no
bajen de 10⁰ (recuerda, es originaria de México) y una ubicación
fresca.

El riego es necesario cuando el sustrato está seco. Durante las


estaciones de más calor se debe regar al menos una vez por semana.
Sin embargo, en invierno u otoño, con una vez al mes es suficiente.
Es importante señalar que, si las temperaturas disminuyen
considerablemente, es mejor tener la tierra totalmente seca.
No tolera los encharcamientos.

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