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LOS DE ABAJO COMO REPRESENTACIÓN DE LA RUPTURA SOCIAL

Carolina Gómez Molina

«Nadie hace bien lo que no sabe; por consiguiente nunca se hará República con gente ignorante,
sea cual fuere el plan que se adopte» Pancho Villa

En “Los de Abajo“, nos encontramos con una novela que responde al caos y a la ruptura social,
representando el mundo tal y como es y por tanto, inscribiéndose en un estilo realista. De esta
forma, las voces de los personajes logran un alcance en el cual es posible verse representada la
visión individual del mundo, evidenciada a través del diálogo.

Dicha multiplicidad de voces facilitan entonces una visión panorámica del entorno en un momento
crítico de la historia, en el cual, la sociedad se encuentra en conflicto y en tanto avanza la novela,
avanza la revolución; se perciben cambios y una modificación en la estructura social como tal,
sustentándose que es por medio de la revuelta como se lograrán posteriormente beneficios,
aunque en el momento no se tenga clara la razón de la lucha:

“La revolución beneficia al pobre, al ignorante, al que toda su vida ha sido esclavo, a los infelices
que ni siquiera saben que si lo son es porque el rico convierte en oro las lágrimas, el sudor y la
sangre de los pobres.“

Es pertinente tener en cuenta que la idea del levantamiento en armas se encuentra de alguna
manera arraigada en la psique latinoamericana, en tanto se establece como una herencia cultural
en la cual, se manifiesta el deseo de independencia de los colonizadores a fin de ser arrebatado el
poder y de esta manera, buscar que la sociedad sea escuchada, haciendo uso incluso de la
violencia, el odio y el actuar impulsivo seguido por sus pasiones.

“La revolución socialista,…, se concibe como la erradicación de la burguesía del control del Estado
por la clase obrera, la clase trabajadora por excelencia, a la cabeza de una coalición de las clases
explotadas y dominadas, para imponer el control estatal de los medios de producción, y construir
desde el Estado la nueva sociedad “1, lo cual nos ubica en el sueño de triunfo descrito por Azuela,
en donde si bien no se ahonda en las motivaciones, es preciso unirse a la revolución, la cual directa
o indirectamente busca acabar con la desigualdad social:

“Somos elementos de un gran movimiento social que tiene que concluir por el engrandecimiento de
nuestra patria. Somos instrumentos del destino para la reivindicación de los sagrados derechos del

1
Quijano, Aníbal. Colonialidad del poder, eurocentrismo y América Latina. En libro: La colonialidad del
saber: eurocentrismo y ciencias sociales. Perspectivas Latinoamericanas. Edgardo Lander (comp.) CLACSO,
Consejo Latinoamericano de Ciencias Sociales, Buenos Aires, Argentina. Julio de 2000.
pueblo. No peleamos por derrocar a un asesino miserable, sino contra la tiranía misma. Eso es lo
que se llama luchar por principios, tener ideales. “

Teniendo en cuenta la obra, nos encontramos con sujetos revolucionarios que desconocen la
política, lo cual los encausa en un camino en el que han de morir sin lograr la consolidación de un
nuevo gobierno, pues la sociedad heredada de los tiempos de la colonia se encuentra dividida y
por tanto, oprimida por las clases sociales y así, los de abajo no se encuentran facultados para
establecer una nueva identidad y un nuevo orden social:

"Se trata, a lo que parece, de seguir peleando. Bueno, pos a darle; ya sabe, mi general, que por mi
lado no hay portillo. — Bien, ¿y de parte de quién se va a poner? Demetrio, muy perplejo, se llevó
las manos a los cabellos y se rascó breves instantes. — Mire, a mí no me haga preguntas, que no
soy escuelante... La aguilita que traigo en el sombrero usté me la dio... Bueno, pos ya sabe que
nomás me dice: "Demetrio, haces esto y esto... ¡y se acabó el cuento!"

De esta manera, nos encontramos con sujetos absorbidos por la revolución, como es el caso de
Demetrio, quien es por esta deshumanizado en cierta medida, aún cuando puede concebirse como
el líder de la transición que se fecunda en una sociedad en decadencia, asumiendo un papel de
héroe, en tanto representa a un grupo y manifiesta como vocero su deseo de justicia social.

El espíritu colectivo busca emanciparse y derrocar las leyes, normas y estructuras sociales que les
han sido impuestas. Se levantan con fuerza frente a sus opresores y buscan con ello una
reivindicación de su lugar en la sociedad. Sin embargo, la revolución planteada desde dichos
ideales es dejada a un lado en tanto imperan la venganza, el odio, la violencia o el simple deseo de
huir de las normas, sin contar con criterios y objetivos claros en cuanto al establecimiento de un
nuevo orden social y a la convicción frente la conciencia revolucionaria.

De tal forma, se conserva la premisa de que "una coalición de clases explotadas/dominadas, bajo
el liderazgo de la clase trabajadora, debe sustituir a la burguesía y emprender la nueva revolución
democrática"2; lo cual se percibe en la novela en tanto nos encontramos frente a la sublevación de
una clase ignorante que desconoce la ideología de la revolución, pero que quiere hacer oír su voz y
su desacuerdo ante la autoridad imperante.

Sin embargo, el fracaso de la actividad revolucionaria puede deberse entonces al hecho de que
existe un deseo de escape de la ley en curso, pero de manera individual y no en pro del beneficio
común del pueblo mexicano, tomándose la revolución como una vía de escape y un refugio ante
comportamientos indebidos y siendo esta la manera de plantear una venganza contra el sistema;
lo cual desencadena la ruptura social, en donde se desatan ataques igual o más crueles incluso que
los propiciados por las clases imperantes contra las cuales se lucha, todo por ir en busca del poder:

2
Ibídem.
"Soy viudo, señores; tengo nueve criaturas y no vivo más que de mi trabajo... ¡No sean ingratos con
los pobres!"

Azuela nos sitúa entonces frente a una novela social en la cual su desarrollo se ciñe a la lucha
entre clases sociales, permeada por la ingenuidad, la ignorancia, la violencia y la sed de
dominación. Más que la narración de la revolución mexicana como un hecho histórico, nos
muestra la realidad de América Latina, dado a que desde diferentes latitudes se responde de igual
forma al deseo de liberación de las ideas y el mandato europeo, a la vez que se busca la
reivindicación de los derechos de la comunidad y la valía de sus costumbres e ideologías:

"Haré la paz cueste lo que cueste'. Por tanto, revolucionarios, bandidos o como quisiera
llamárseles, ellos iban a derrocar al gobierno; el mañana les pertenecía; había que estar, pues, con
ellos, sólo con ellos."

El resquebrajamiento de la estructura social responde pues a la ausencia de un propósito definido


y alcanzable, por el cual el pueblo se inscribe en una actitud revolucionaria.

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