y los valientes de pavor transidos contemplen todo con horrible pena sus furores en miedo convertidos. La herrada puerta entre sus goznes gira y en el dintel don Lucas se abalanza bañado el rostro, que terror inspira, con la sonrisa cruel de la venganza. Con ojos de Satán la turba mira, cual tigre se apresta a la matanza, cual hambriento cóndor que ve delante rojo montón de carne palpitante. Disperso corre el engreído bando a la vista del jefe furibundo, con vergüenza y despecho deseando que se lo trague el ámbito profundo. ¡Esclavo sin razón!, ¿por qué combates? Humíllate al poder de los magnates.