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ARBOR Ciencia, Pensamiento y Cultura

CLXXXVI 742   m arzo-abril (2010)   2 27-240   I SSN: 0210-1963
doi: 10.3989/arbor.2010.742n1103

CRISIS DE LA MODERNIDAD. CRISIS OF MODERNITY.


EL ESCENARIO DEL SIGLO XX THE SCENARIO OF THE
TWENTIETH CENTURY
José Lasaga
Fundación José Ortega y Gasset
Madrid

ABSTRACT: Hannah Arendt identifies the end of modernity with the RESUMEN: Hannah Arendt identifica el fin de la modernidad con
emergence of the totalitarian systems. They represent the failure of a el surgimiento de los sistemas totalitarios. Estos representan el
dangerous life style, that of the animal laborans, in which modernity fracaso de un estilo de vida peligroso, el del animal laborans, en el
crystallizes, and which leads to the ruin of the public sphere. Tota- que cristaliza la modernidad y que conduce a la ruina del espacio
litarianism is a consequence of the loss of meaning that fermented público. El totalitarismo es una consecuencia de la pérdida de sen-
in the forgetting of political action, during the transition from the tido que fermentó en el olvido de la acción política que se gestó en
17th to the 19th century, with the restoration of a metaphysical el tránsito del siglo XVII al XIX, con la restauración de un pensar
thinking interested in sacrificing the weakness of meaning that is metafísico interesado en sacrificar la debilidad del sentido que nace
born out of action to an interpretation of History as a totality well de la acción a una interpretación de la Historia como una totalidad
built by Reason. bien edificada por la Razón.

KEY WORDS: Arendt; modernity; totalitarianism; banality of evil; PALABRAS CLAVE: Arendt; modernidad; totalitarismo; banalidad
political action; mass. del mal; acción política; masa.

1 incluso bajo la especie de “fin de la historia”, es para


Arendt el surgimiento de los sistemas totalitarios.
La crisis de la modernidad, según Arendt, se ha resuelto.
Entendido el término en su sentido historiográfico, como el El libro que escribió para comprender lo que había sucedido
período temporal que arranca de otra crisis, la del mundo en Europa desde que la Unión Soviética cayó bajo el domi-
medieval que culmina con el surgimiento de la subjetividad nio de Stalin –cosa que sitúa en 1929– y Alemania bajo el
cartesiana y la objetividad de la ciencia físico-matemática, de Hitler, en 1933, lo redactó en EEUU entre 1945 y 1949.
habría llegado a su fin con el ciclo de grandes guerras Es importante para nuestro propósito1 recordar cómo vio
europeas de 1914 a 1945. Las formas culturales más ca- Arendt la experiencia totalitaria con una cierta distancia
racterísticas que nacieron con la nueva época, al filo del y con muchos más conocimientos sobre el funcionamiento
siglo XVII, se han agotado y perdido su razón de ser: la de los mecanismos totalitarios. En 1966, con motivo de
nación-estado y su estilo de hacer política (raison d’état); una nueva edición, añadió un prólogo específico para la
la visión del mundo burgués, cifrada en una filosofía de tercera parte, titulada precisamente “Totalitarismo”. Parecía
la historia que hace del progreso su ideal supremo y su que aquella experiencia “política” en absoluto semejante a
motor, y lo humano como “valor” alternativo a lo divino cualquiera de las formas de Estado que se conocían desde
trascendente, anclado en una concepción optimista de la los tiempos más antiguos, había concluido. Hitler había
naturaleza humana; finalmente, hasta la ciencia misma sido derrotado en 1945 y la muerte de Stalin en 1953 ha-
y su concepto de verdad se habrían convertido en “otra bía desbloqueado la evolución del régimen soviético hacia
cosa” que muy pocos habían intuido antes del final del una dictadura de partido único cualitativamente distinta,
siglo XX, y que ahora llamamos, entre otros, con el nombre como forma política, de la gestalt totalitaria. El recuerdo,
de “tecno-ciencia”. más de veinte años después, de lo que había pasado en su
Europa natal en el período que antecedió a la redacción de
Lo que demuestra de manera inequívoca el fin de la mo- Los orígenes del totalitarismo (OT), evocaba aún un paisaje
dernidad, bajo la especie de desastre o naufragio histórico, notablemente descorazonador de
“décadas de desorden, confusión y horror –las revolucio- el nazismo al proponerse la liquidación planificada de un
nes tras la primera guerra mundial, la ascensión de los pueblo? El problema era dar con conceptos capaces de
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movimientos totalitarios y el debilitamiento del Gobierno aprehender las no-cualidades de los hombres y situaciones
parlamentario, seguidos por toda clase de nuevas tiranías, que lo habían hecho posible7. Y eso fue lo que se le reveló a
fascistas y semifascistas, dictaduras de partido único y mili- Arendt escuchando y viendo gesticular a aquel hombrecillo
CRISIS DE LA MODERNIDAD. EL ESCENARIO DEL SIGLO XX

tares y, finalmente, el aparentemente firme establecimiento que había organizado la deportación de millones de seres
de Gobiernos totalitarios que descansaban en el apoyo de humanos desde las ciudades y pueblos de media Europa
las masas” (OT, 27) en dirección a sus confines del este. Eichmann podía ser
“culto” pero carecía de capacidad de juicio: era incapaz
Pero todo eso había pasado y la historia se había tomado de sopesar lo que estaba bien y lo que estaba mal. Y ahí
un respiro. El triunfo felizmente transitorio del totalitaris- residía el fatal origen de su capacidad para convertirse en
mo permitió comprender que la modernidad y sus aluci- agente de un mal, que, estando más cerca de la capacidad
naciones habían terminado. El éxito del animal laborans2 de propagarse como un hongo por cualquier superficie, que
–entiéndase como un estilo de vida– se había revelado de la gesticulación satánica de quien le planta cara al Bien,
como peligroso y su forma de hacer política inaceptable. convenía que fuera descrito como “banal”8.
El primer intento de convertir el mundo, y con él todas las
instituciones que dan estabilidad a la vida humana, en un Independientemente de la cantidad de malentendidos que
proceso sin fin en donde todo se consume había fracasa- provocara el uso del término “banalidad” y el general el
do al desaparecer los dos sistemas totalitarios. Y aunque tratamiento que Arendt dio al “Holocausto”, ella misma se
en el futuro podía regresar bajo otras configuraciones, la tomó su descubrimiento muy en serio. Tanto, que puede
evolución de los acontecimientos abría un espacio para decirse que orientó el resto de sus trabajos en una precisa
la reflexión o como Arendt prefiere decir, para la com- dirección que le empujaba de nuevo hacia las cuestiones
prensión. Pero la lección que ella sacaba de todo esto no que habían originado sus grandes libros. Si OT había aspi-
era ni mucho menos desoladora o nostálgica. Más bien rado a responder a las preguntas ¿qué pasó, por qué pasó;
acierta Ricoeur al calificarla como una “resistente”3. Y la cómo pudo pasar?, la CH partía de la tercera, que no había
prueba más clara de este carácter de resistente se halla sido respondida a satisfacción. Cuando el libro estuvo ter-
en el esfuerzo teórico que hizo a lo largo de toda su obra minado y el “cómo” respondido mediante la tesis de que la
por hallar una interpretación de la realidad acaecida que modernidad había puesto en marcha un conjunto de trans-
le permitiera sobrepasar las inevitables emociones tristes formaciones que había terminado en lo que llamó metafó-
que se seguían de tanto desastre y reconciliarse con el ricamente “el triunfo del animal laborans”9 y la destrucción
mundo4. del mundo, Arendt creyó que no había acertado con el
planteamiento. Había descrito los quehaceres de la “vita
Finalmente lo logró, cuando estuvo en condiciones de rein- activa” desde el punto de vista de “vita contemplativa”10. El
terpretar lo ocurrido a los judíos, el programa de la “solu- hiato abierto entre comprensión y acción por el problema
ción final”, la deportación en masa de los judíos europeos de cómo había surgido una figurada “política” que produ-
hacia las “fábricas de la muerte”5, no en términos de “mal cía el “mal radical”, le impedía, por un lado, articular, aun
radical” sino como mal “banal”. El giro conceptual, que tuvo en la diferencia, las dos cosas que más le habían impor-
enormes implicaciones biográficas y teóricas, se originó en tado, la filosofía y la política, y, por otra, explicar los dos
las reflexiones que llevó a cabo para redactar las crónicas supuestos antropológicos que operaban como puente entre
sobre el juicio de Eichmann ante un tribunal del Estado de la acción humana y el mundo: la voluntad y la capacidad
Israel en 1961. El mal radical es demoníaco y, en condición de juzgar. De ahí que proyectara y escribiera, La vida del
de tal, trasciende la responsabilidad humana6. O hay algo espíritu, dividida en tres partes, dedicadas respectivamente
corrompido en la “naturaleza” humana tal y como el actor al pensamiento, la voluntad y el juicio. Era un esfuerzo más
individual se encuentra encarnado en ella para decidir su por aclarar qué capacidades humanas enfermaban cuando
vida; o el mal es de factura humana y cae dentro del campo en una sociedad emergían hombres capaces de poner en
de sentido que abren las acciones libres de los nacidos. marcha actividades radicalmente perversas, pero de cuyo
En este caso, ¿cómo pensar el mal que había generado mal apenas eran conscientes porque la banalidad de su

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carácter los convertía en seres incapaces de juicio y, por había sido destruido desde la ciencia que ellos criticaban15.
tanto, en agentes de propagación del mal. En otras pala- Eran ilustrados a su pesar porque la pulsión utópica, que
bras, Arendt buscó en la vida del espíritu el “fundamento” nunca abandonaron, les impedía abandonar el observatorio
para su teoría sobre el mal11. privilegiado que comparten con la ciencia aquellos que
siguen creyendo que la historia se hace como se hace un

josé lasaga
Forzando el alcance de algunas obras menores, se podría barco o una casa16. No obstante, su profunda veracidad
decir que todos sus libros estuvieron dedicados a profun- intelectual les llevó a reconocer las aporías en que se ha-
dizar en la tarea ya comenzada en el primero de su obra bían sumergido al extraer de sus críticas a la Ilustración la
madura, de comprender lo que desafía toda comprensión: identificación entre razón y dominio y postular como única
cómo había sido posible la matanza planificada técnica- “salvación” la reconciliación del hombre con la naturaleza,
mente de todo un pueblo, el judío, en una de las naciones sin que llegara a estar claro en términos prácticos que
europeas más cultas y desarrolladas y sus secuelas en significaba eso17. La prueba de que se mantuvieron en el
todos los órdenes de la vida, en el público, en el cultural orden de las viejas categorías de pensamiento reside en
y hasta en el íntimo. que fueron eficaces con la crítica pero no hallaron el ca-
mino hacia la reconciliación y el amor mundi, única señal
fiable de que se ha comprendido.

Arendt nunca prestó mucha atención a la cuestión del 3


método de conocimiento. Más bien despreció ese tipo de
cuestiones tan caras a la academia. Ocupó plaza de “out- Tal y como hemos dicho en el apartado primero, la moder-
sider” en las grandes instituciones universitarias que la nidad termina cuando la sociedad europea de los estados-
acogieron. Pero como pensadora conscientemente pers- nación ha puesto en marcha los procesos económicos,
pectivista, Arendt se cuida de decirle al lector dónde hinca políticos e históricos que destruirán el soporte material
su mirada: lo hace desde la cofa de un barco que se está y espiritual de la forma de vida europea. El éxito del to-
hundiendo. La metáfora es de Walter Benjamin12. Arendt talitarismo en Alemania y su contaminación al resto de
la asocia con otra de Kafka en la que éste observa que Europa es el acontecimiento que ilumina ese proceso de
mientras uno lucha contra la desesperación puede tomar destrucción que Arendt persigue hasta sus orígenes en la
notas sobre lo que pasa en medio de las ruinas. También nuova scienza, la sociedad ilustrada, el idealismo histori-
fue Kafka quien le proporcionó la idea de que la moder- cista, el utilitarismo, los fenómenos del imperialismo y la
nidad vivió de una perspectiva: la del punto de vista de revolución industrial.
Arquímedes que contemplaba el universo desde un enclave
imaginario exterior al mismo, lo que permitía al observador La metáfora adecuada al siglo XX es “tiempos de oscuri-
concebir la naturaleza como un todo y sus cambios como dad”. La manera en que lo describe en el primer artículo
partes de un proceso único13. de Hombres en tiempos de oscuridad nos pone en la pista
del alcance que da a la metáfora “tiempos de oscuridad”,
Arendt, instalada sobre el mástil del navío que se hunde, aquéllos en los que ha tenido lugar la destrucción del
fue una crítica no sé si más o menos radical que otros “ámbito de lo público”, la oclusión de la política. Para
contemporáneos cercanos. Heidegger miró la modernidad quien no esté familiarizado con el pensamiento de Arendt
desde una distancia tan confortable como la de Arquíme- hay que apresurarse a señalar que el ámbito de lo público
des, aunque el observatorio se llamó “diferencia ontoló- es el correlato de la acción, del mismo modo que la vida
gica”. Arendt lo critica encubiertamente cuando habla del lo es de la labor y el mundo de artefactos duraderos (co-
giro que tuvieron que dar algunos hacia el pensamiento sas e ingenios) lo es del trabajo18. Lo que da sentido a la
puro después de haberse llevado un fiasco al intervenir vida humana, más allá de su realidad biológica, es, por un
en el campo político14. Adorno y Horkheimer dependieron lado, el trabajo, pero sobre todo la experiencia de libertad
demasiado de la vieja metafísica hegeliana, cuyo sentido espontánea y creación que tiene lugar en el espacio de lo

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público. Por lo demás, sólo en la acción política se genera que el hombre se veía de nuevo como mortal y finito.
sentido, de modo que el mundo como tal y las claves para Arendt deriva el concepto moderno de historia precisa-
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su comprensión depende de las acciones humanas en el mente de esta experiencia de recuperar la conciencia de
espacio de aparición y de las subsecuentes narraciones que la finitud en lo humano; de tener que vivir en el horizonte
dan cuenta de ellas. El homo faber y el animal laborans de la contingencia. Y propone un atractivo argumento. El
CRISIS DE LA MODERNIDAD. EL ESCENARIO DEL SIGLO XX

no entienden la acción política y argumentan que lo más hombre moderno necesitó, confrontado con el dato de su
decisivo son los valores que dominan sus respectivas esfe- propia contingencia, hallar alguna figura de inmortalidad
ras de existencia, pero no pueden “prescindir por completo cismundana. Así como la polis había sido ese escenario
de la esfera pública, ya que sin un espacio de aparición y de inmortalidad para el hombre antiguo, así la historia
sin confiar en la acción y el discurso como modo de estar se convirtió en el ámbito en que el hombre podía esperar
juntos, ni la realidad del yo de uno ni la realidad del mundo reconocimiento de sus semejantes:
circundante pueden establecerse fuera de toda duda” (CH,
274). A pesar de las dificultades de la traducción, es claro “la historia, al extenderse en la doble infinitud del pasado y
que Arendt afirma nítidamente que el mundo, en cuanto del futuro, puede garantizar la inmortalidad en la tierra de
realidad extramental, es una función de la esfera pública una manera muy similar a como la polis griega o la república
y de las actividades que en ella tienen lugar19. Discutir la romana habían garantizado que la vida y las gestas huma-
tesis a fondo nos llevaría muy lejos. De ella nos importa nas, en la medida en que revelaban algo esencial y grande,
ahora únicamente la implicación que contiene respecto del recibirían una permanencia estrictamente humana y terrenal
análisis de la crisis de la modernidad que propone Arendt. en este mundo” (HI, 58).
Pues, la pérdida –en el sentido de enajenación, incluso
de perversión– del espacio público es para Arendt, ya lo A este descubrimiento de la historia como el lugar propio
hemos dicho, la grieta que arruina la Modernidad. No la de los humanos –así como la naturaleza lo es para anima-
economía, no la decadencia de las formas culturales y la les y plantas20– debería haber correspondido una filosofía
“crisis de fundamentos” de la filosofía y de la ciencia, no de la acción, esto es, una filosofía política. Y Arendt ob-
las contradicciones de la civilización o su dejación moral, serva que se intentó. Fue la filosofía que desarrollaron los
sino la definitiva cerrazón de ese espacio público al que, empiristas ingleses de Hobbes a Hume21, quienes, deseosos
en algunas ocasiones históricas, los hombres concurren en de “orientarse a sí mismos de acuerdo con las exigencias
condiciones de igualdad para tomar decisiones. del ámbito público” (HI. 60), rechazaron el punto de vis-
ta contemplativo –esto es metafísico que predominaba
La posibilidad de que la crisis del Renacimiento, que po- aún– para la filosofía que se proponían hacer. Pero los
nía fin al mundo cristiano-medieval, permitiera hacer la empiristas ingleses no tuvieron suerte en el continente a
experiencia de un espacio público, tal y como lo habían pesar de haber sido muy leídos por la primera ilustración
conocido los antiguos –la polis griega y la civitas roma- francesa. Montesquieu recogerá su legado y dará forma a
na–, se dio cuando se produjo el repentino y sorprendente la experiencia política de la modernidad. Es posible que su
“surgimiento de lo secular” (HI, 53) que coincide con la influencia se desvaneciera cuando la revolución se radica-
aparición del nuevo modelo de racionalidad concebido por lizó. El significado político de Montesquieu22 reside para
Descartes y Galileo. La pérdida de prestigio del punto de Arendt en su compresión de la necesidad de someter la
vista de la contemplación y de la administración religiosa esfera del poder a la pluralidad de opiniones23.
de poder político, basada en el uso coercitivo del miedo al
infierno, permitió que poco a poco la política recuperara Podemos establecer casi con la precisión del año, el mo-
“para la existencia de los hombres la importancia decisiva mento en que la época moderna extravía su camino, al
y grave que, desde la antigüedad, estaba ausente” (HI, menos en el ámbito de sus teorías. Curiosamente es Kant
54). Maquiavelo, los teóricos ingleses de XVII como Locke quien, por influencia de Rousseau, da el giro desde una
y Hume y los ilustrados del XVIII, sobre todo Montesquieu, filosofía cuya tarea es pensar la historia desde la lógica de
recuperaron en sus reflexiones parte de las vivencias po- la acción, a la de una filosofía de la historia que vuelve a
líticas de la antigüedad grecorromana. El cambio se debió concebirse con criterios exclusivamente contemplativos. Y
a que la secularización del mundo significaba ante todo Hegel quien consagra el modelo de una filosofía de la his-

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toria en el que la acción –en el sentido arendtiano– pierde de los demagogos y la implantación del terror condicionara
su sentido y la política su propia sustancia, transformada que los filósofos dejaran de confiar en la política. Lo que
en el proyecto utópico que elabora la razón contemplativa se palpaba en la superficie de los sucesos era su fragilidad,
de espaldas al mundo, y la inmortalidad, cuya persecución contingencia y aparente falta de sentido. Con tales expe-
debía ser el contenido de la historia (las gestas heroicas), riencias no era posible hallar una “explicación” coherente

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deja de ser el atributo de sujetos individuales para ser la de la historia que fuera capaz de dar razones sobre los
especie –la Sociedad, la Humanidad–, a quien corresponde sucedidos, excepto remitiendo éstos a un sentido y un
disfrutar la perdurabilidad. La primera alternativa moderna cumplimiento en un final de proceso que tendría lugar en
a la metafísica tradicional de corte aristotélico-escolástico un futuro indeterminado, aunque lógicamente prefigurado.
no fue la filosofía de la historia idealista, sino la filosofía Por tanto la filosofía de la historia al concebirse desde un
política de los empiristas ingleses, extraviada en Francia punto de vista idealista, no podía por definición, compren-
por la “voluntad general” de Rousseau. der la acción humana más que recurriendo a expedientes
como el que acabamos de describir, llámese Providencia,
Da la impresión de que Arendt sugiere un cierto paralelis- Espíritu o Proletariado.
mo entre Kant y Platón. Éste fue incapaz de comprender
que la acción no puede aceptar más criterio de sentido que
la persuasión, la pluralidad de razones y argumentos que
los hombres libres intercambian entre sí. El orden político 4
no se construye como una casa o un barco. Si se hace,
entonces se introduce en la polis el elemento de la coac- Arendt sitúa el origen de su personal versión del estado
ción y la violencia, que destruye la espontaneidad del libre de nihilismo que se inicia en Europa a mediados del XIX y
actuar. El déficit de espacio público padecido por la historia que caracteriza las postrimerías de la época moderna en
europea y la mala prensa de que siempre ha disfrutado la filosofía de la historia romántica. No el agotamiento del
entre los filósofos –habría que decir, hasta que se hicieron platonismo como fuente de valor y la “muerte de Dios”
“revolucionarios” en el siglo XX– es responsabilidad de diagnosticados por Nietzsche, sino la oclusión de la histo-
Platón y de su esfuerzo por resolver la enemistad entre la ria como espacio para que los hombres hicieran política y
filosofía y la polis a raíz de la ejecución de Sócrates24. encontraran así una alternativa en el deseo de inmortali-
dad a la finitud y contingencia que el cristianismo había
Del mismo modo, Kant habría sido incapaz de comprender universalizado. El nihilismo no consiste tanto en la pérdida
la historia, esa insensata “mezcla de error y violencia” de valor, como en la destrucción de las fuentes de sentido.
(según palabras de Goethe - HI 65) en lo que ésta tenía Las dos mejores cabezas políticas de la segunda mitad del
de escenario de la acción, por tanto, algo inevitablemente XIX, Tocqueville y Marx, confirmaron con su obra el calle-
condenado a romper los dictámenes de la razón práctica. jón sin salida en el que iba a terminar la modernidad por
El espectáculo de la “falta de sentido del curso de los el regreso de la metafísica. El primero, reconociendo que
asuntos humanos” y de la absoluta contingencia en que ya no es posible comprender lo que estaba pasando en la
estos se desenvuelven, no parecía dejarle al filósofo más política26; y Marx interpretando la acción desde el modelo
que una salida: suponer que el sentido de esos aconteci- de la fabricación. Marx interpretó la acción, que hace la
mientos había que buscarlo más allá de ellos, en alguna historia, desde la fabricación, la experiencia mundana del
forma de trascendencia. Fue Kant, antes que Hegel, quien “homo faber”. Volvía así a Platón, aunque secularizado: los
recuperó la concepción platónico-agustiniana de la his- hombres que se daban a sí mismos los fines que habían
toria, basada en que un Dios es la medida y el Autor25 descubierto como valiosos y necesarios de acuerdo con
de los acontecimientos humanos, aunque la fórmula es las leyes económicas del materialismo histórico. Las filo-
del segundo: la historia está dirigida por la astucia de la sofías de la historia, la hegeliana o la marxiana, eran los
razón (cf. HI 65). relatos que intentaban la reconciliación con el mundo al
transformar la masa de fracasos, muerte y dolor en un pro-
Aunque Arendt no lo afirma expresamente pudiera ser que ceso que tuviera sentido por sí mismo27. Esta fórmula que
el relativo fracaso de la Revolución Francesa por el triunfo buscaba salvar los detalles por su remisión a la totalidad,

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ha fracasado. Como fracasó la variante utilitarista, más que la ciencia, con ayuda de la técnica, ha alcanzado a
cercana a la realidad empírica, de construir la realidad y lo largo de la época moderna y gracias a haber adoptado
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su significado como el artesano fabrica sus objetos. el punto de vista de Arquímedes, tal y como comentamos
más arriba. La implicación epistemológica del uso cientí-
Pero el problema de comprender la historia como un pro- fico de la matemática para cuantificar y del experimento
CRISIS DE LA MODERNIDAD. EL ESCENARIO DEL SIGLO XX

ceso sin fin se podía complicar más aún al advertir que la para imponer modelos a la naturaleza, reside en que las
ciencia física había hecho lo mismo con la naturaleza. El hipótesis ya no se prueban recurriendo a procedimientos
ensayo sobre la concepción moderna de la historia arran- objetivos e independientes, sino que se puede intervenir en
caba de la constatación de que lo que diferencia lo moder- el proceso “a partir de ellas”, produciendo “una serie de re-
no de cualquier otra época es concebir la naturaleza y la sultados dentro de la realidad que tienen sentido y además,
historia como proceso. En CH, la obra en que Arendt reto- funcionan” (EPF, 97). Lo grave no se advierte hasta que se
mará estos análisis a otro nivel de profundidad, asociará el extrae una consecuencia lógica inserta en la afirmación:
proceso con la labor, que se caracteriza por ser la actividad si se puede tomar una hipótesis absurda, propia de la más
humana que responde a la necesidad biológica y corporal; ridícula e increíble propaganda de masas, por ejemplo que
en su carácter cíclico, está destinada a recomenzar siem- la salud espiritual y económica de la nación alemana me-
pre, sin fin, en el proceso de la vida que se reproduce a sí jorará cuando los judíos sean exterminados, nos podemos
misma. Pero el único sentido que tiene el proceso de la vida encontrar con que la falta de principios en el juego del
es el consumo de lo necesario que simplemente la sostiene razonamiento conduzca a que todo sea posible31.
y reproduce. Algo tiene que romper –y así ocurrió en la
antigüedad– ese ciclo para que surja un mundo estable y Pero que “todo es posible” es el principio que articula
con él las preguntas que los hombres se hacen acerca de la esencia del totalitarismo que, en última instancia, no
la razón de ser de su estancia sobre la tierra. Ese algo fue es sino el salto desde el nihilismo moral del “todo está
la libertad estructurada en espacio público28. permitido” –porque Dios ha muerto–, al “todo es posible”
porque la realidad mundana, bajo las formas de Naturaleza
Lo que Arendt parece sugerir es que al final de la moderni- e Historia, ha desaparecido transmutada en un proceso sin
dad estamos en el mismo punto del que surgió la historia fin carente de sentido. La naturaleza y la historia fueron,
europea: en la barbarie previa a la fundación de la polis29. Y algún día, entidades que se tenían por trascendentes, an-
en la medida en que identifiquemos lo que vino después del tes de que la ciencia galileana y la filosofía de la historia
nihilismo cultural (de la destrucción del sentido), con las hegeliano-marxiana las convirtieran respectivamente en
formaciones totalitarias en que se resolvió la intervención procesos ilimitados a la espera de una ley o de un final,
del hombre-masa en política, concluiremos que hace algo quedando así inutilizadas como soportes mundanos para
más que sugerirlo. las acciones de los hombres, horizontes de sentido desde
lo que fuera posible esperar alguna forma de verdad tras-
– ¿Es el totalitarismo una consecuencia de la pérdida de cendente.
sentido que fermentó en el olvido de la acción política
que se gestó en el tránsito del siglo XVIII al XIX, con Pero ese proceso que parecía pertenecer a la estructura
la restauración de un pensar metafísico interesado en interna de la naturaleza según la moderna ciencia físico-
sacrificar la debilidad del sentido que nace de la acción matemática o de la historia, según las filosofías de la his-
a una interpretación de la Historia como una totalidad toria, pertenece, según Arendt a un tipo humano, el animal
bien edificada por la Razón? laborans, que en un último giro de la historia universal
europea se ha convertido en su sujeto único.
– Sí, en la medida en que convengamos que esto es sólo
una parte de un fenómeno más profundo, que Arendt Después del fracaso de la vita activa y de su subsunción
llama de “alienación del mundo”30. bajo el punto de vista de la vita contemplativa; después
de que el homo faber recuperara cierta iniciativa y des-
El proceso de “explicación” de la historia comienza a pa- prestigiara la contemplación en los orígenes de la época
recerse peligrosamente al de explicación de la naturaleza moderna, gracias a la revalorización del trabajo manual,

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inseparable del lugar que el experimento pasó a ocupar en turados en movimientos totalitarios. Pero para que ello fuera
la ciencia natural, éste, sin embargo, perdió su ganancia posible tenían que surgir las masas, esto es, tenían que trans-
muy pronto. Y fue la técnica, incrustada en el corazón del formarse los hombres en individuos atomizados y empujados
método de la ciencia –la fase de la misma que Ortega ha unos contra otros hasta ignorar sus propios intereses y ser
caracterizado acertadamente como la “técnica del técni- incapaces de luchar por los mismos (Cf., EPF, 99-100).

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co”32–, una vez puesta en marcha la revolución industrial,
la que transformó a su vez el mundo de objetos duraderos Aunque Arendt no subraya el paralelismo es tentador es-
que es propio del hombre fabricante por cosas listas para tablecerlo. Así como una filosofía de la historia explica y
ser consumidas y lo que provocó su desprestigio. Además ordena los acontecimientos históricos, así una ideología
de los procesos económicos que socavaron el valor de uso reduce la multiplicidad del mundo y la complejidad de las
introduciendo el principio de intercambiabilidad, y la ruina experiencias a un único principio que lo hace todo trans-
de los demás valores,... “fue decisivo que el hombre comen- parente. Pues lo propio de una ideología, a diferencia de
zara a considerarse parte integrante de los dos procesos una opinión, señala Arendt, es que afirma poseer “o bien la
sobrehumanos que lo abarcan todo, de la naturaleza y de clave de la Historia o bien la solución de todos los ‘enig-
la historia, los cuales parecían destinados a un infinito pro- mas del Universo’ o el íntimo conocimiento de las leyes
greso”, por tanto sin que se dibujara en el horizonte el telos universales ocultas de las que se supone que gobiernan a
que prometía el sentido o la Idea que armonizaba y daba la Naturaleza y al hombre” (OT, 222).
coherencia a todas las certezas provisionales (CH, 401).
Para que las ideologías se transformaran en formas efec-
El mundo y con él la historia se convirtió en un proceso. tivas de intervención política tenía que surgir el sujeto
El industrialismo de la segunda mitad del XIX comenzó a adecuado a su mensaje:
producir mercancías superfluas, restándole al objeto fabri-
cado el carácter de firmeza y duración que había sido capaz “Los movimientos totalitarios son posibles allí donde existen
de poner, entre el hombre contingente y la naturaleza en masas que, por una u otra razón han adquirido el apetito de
devenir, la solidez de un mundo. Y con las mercancías des- la organización política” (OT, 392)
tinadas a ser consumidas en un proceso sin fin, surgieron
los hombres superfluos que hicieron posible el fenómeno En el siglo XIX las ideologías todavía no eran eficaces. Sólo
del imperialismo33 y su consecuencia: la destrucción de la llegarían a serlo cuando estallara, en forma de guerras y
moralidad burguesa y el sistema político que la moder- errores de gobierno, la crisis de la civilización europea,
nidad había inventado para organizar la convivencia: el cuando se objetivara en la Gran Guerra de 1914 y se
estado-nación. Así como la moralidad pública se disolvió hicieran sentir sus efectos devastadores en todos los ór-
en un nihilismo práctico cuando los “hombres superfluos” denes de la existencia. Fue su criatura el surgimiento de
volvieron de la colonia a la metrópoli habiendo hecho la una nueva forma de organización política que nadie había
experiencia de vivir sin principios morales, así las filosofías podido prever y a la que Arendt bautizó con el término
de la historia estaban preparadas para degenerar en ideolo- “totalitarismo”.
gías y el artefacto político inventado por la modernidad –el
Estado-nación– listo para ser sustituido por el Estado tota- El siglo XX es un nuevo escenario histórico porque en él se
litario, de tal modo que el principio constitucional, fuente cumple, por efecto de la irrupción de la forma de vida tota-
de estabilidad y seguridad, fue desplazado por el principio litaria, la ruptura entre el pasado y el presente. El europeo
legislativo supremo y único de la voluntad del Führer34. medio perdió su capacidad de orientarse desde los fondos
de su propia experiencia: “La crisis del mundo actual es en
Estaría reservado al siglo XX ver el triunfo de las ideologías primer término política y (...) la famosa ‘decadencia de Oc-
sobre el sentido común, al que, por suerte, aún hay que cidente’ consiste sobre todo en la declinación de la trinidad
persuadir de la verdad y oportunidad de una determinada romana religión, tradición y autoridad” (EPF, p. 151). Esto
propuesta. El darwinismo y el marxismo ofrecerían la mate- no había pasado desde el hundimiento del mundo antiguo
ria bruta para las dos únicas cosmovisiones que triunfaron y el nacimiento de Europa, forma de vida colectiva que
ocupando la conciencia de grandes sectores sociales estruc- ahora desaparecía de la superficie de la Historia.

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5 momento. Para que eso sea posible sólo hay que preser-
varse de los peligros que acechan al habitante del desierto:
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Escribimos al principio, siguiendo a Ricoeur, que Arendt era ajustarse al desierto, cosa que procuran los psicólogos
una “resistente”. Quizá donde mejor se advierta el coraje convenciéndonos de que seamos disciplinados trabaja-
intelectual que, a mi modo de ver, es su virtud fundamental dores/consumidores; sucumbir en una de las tormentas
CRISIS DE LA MODERNIDAD. EL ESCENARIO DEL SIGLO XX

es en un breve texto que acaba de ser traducido al cas- que se desatan en su espacio, es decir, que sobrevenga
tellano, “Del desierto y los oasis” (DO), y que podríamos un movimiento totalitario y que nos transformemos en
describir como una ventana de esperanza abierta sobre el hombre-masa, o ignorar que hay oasis en el desierto donde
paisaje nihilista. El texto advierte del error de que, pues- se puede descansar35.
to que vivimos en el desierto, somos de su hechura; por
contra, nuestro desajuste, observa Arendt, revelado por el Que esta idea de que el desierto no había cerrado la posi-
dolor, prueba que “bajo las condiciones del desierto somos bilidad de recuperar mundo no era un pío deseo lo intentó
humanos y estamos aún intactos” (DO, p. 100). En conse- probar mediante el análisis de la revolución húngara que
cuencia podemos transformarlo si evitamos las tentaciones añadió a la nueva edición de OT. Allí concluía, en 1957,
más frecuentes durante la travesía: acomodarse, rendirse que los húngaros se habían levantado, contra toda lógica
o desesperarse. Esto puede sonar a puro voluntarismo. histórica, por efecto de las palabras y del coraje de unos
Para Arendt el hombre no está inserto en una historia de pocos. De ese acontecimiento extraía Arendt la siguiente
necesidades. Esa fue la alucinación compartida, generada conclusión: “La voz del Este de Europa hablando tan clara
por el animal laborans, que finalmente condujo al totali- y llanamente de libertad y de verdad resonó como una últi-
tarismo y a la destrucción del mundo. Pero lo que destruye ma afirmación de que la naturaleza humana es inalterable,
el hombre se puede reconstruir, porque depende de una de que el nihilismo será vano, de que el anhelo de libertad
de las dimensiones específicas de la condición humana: la y verdad surgirán siempre del corazón y del espíritu del
acción espontánea asociada al discurso. La historia es una hombre, incluso en ausencia de toda enseñanza y en medio
trama de narraciones que se puede regenerar en cualquier de un adoctrinamiento abrumador” (R, 128).

NOTAS hoy desde el que escribe Arendt es


1958, fecha de redacción del prólo-
1 El siglo XX ha presenciado el fin de go a La condición humana. Nuestro
la época moderna y el comienzo propósito es describir el análisis que
de “otra” a la que la propia Arendt Arendt hace de la crisis de la moder-
bautiza con el nombre provisional de nidad como algo ya resuelto, como
“tiempos modernos”. Lo moderno no un tiempo histórico cerrado por un
es ya una promesa, una búsqueda, acontecimiento que al mismo tiem-
sino la realidad misma, en la medi- po que efectúa la clausura, lo ilu-
da en que el mundo se estructura mina y permite su comprensión. Ese
como un proceso de producción de acontecimiento es el surgimiento del
“lo nuevo”. “La Edad Moderna no es totalitarismo.
lo mismo que el Mundo Moderno. 2 Doy por sabida la distinción que ver-
Científicamente, la Edad Moderna, tebra la CH en las tres modalidades
que comenzó en el siglo XVII termi- del quehacer humano en labor, traba-
nó a comienzo del XX; políticamente, jo y acción. Cada una de ellas implica
el Mundo Moderno, en el que hoy un tipo de existencia; si se impone a
Recibido:  12 de enero 2008 día vivimos, nació con las primeras las otras, conlleva un modo unívoco
Aceptado:  13 de agosto de 2008 explosiones atómicas” (CH, p. 17). El de determinar la realidad. El “animal

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laborans” –Arendt lo llama así por- eso sí, en un mundo que apenas si men sobrepasaba la medida humana.
que se trata de una forma de vida se ajusta ya a las viejas categorías” Por muy monstruosa que una mente
no-humana, pues consumir para sa- (Habermas, 1984, p. 200). pudiera llegar a ser, no era posible
tisfacer nuestras necesidades vitales 4 La comprensión es definida por Arendt que hubiera deseado y dispuesto los
es lo que compartimos con los ani- como una forma especifica del pensar campos de exterminio. Por eso escri-

josé lasaga
males– ha ocupado la esfera pública, distinta del conocer (como adquirir bió hacia el final de OT, en un tono
lo que para Arendt significa precisa- información), explicar, juzgar o es- inequívocamente elegíaco: “Los regí-
mente la destrucción de la misma: pecular: “Es una actividad sin fin, menes totalitarios han descubierto
“El resultado es lo que llamamos con en constante cambio y variación, a sin saberlo que hay crímenes que los
un eufemismo cultura de masas, y través de la cual aceptamos la reali- hombres no pueden castigar ni per-
su enraizamiento es un infortunio dad y nos reconciliamos con ella, es donar. Cuando lo imposible es hecho
universal que se debe, por un lado decir, tratamos de estar en casa en el posible se torna en un mal absolu-
al perturbado equilibrio entre labor y mundo” (EC, p. 371). De la definición tamente incastigable e imperdonable
consumo y, por el otro, a las persis- se deriva que el término tiene para que ya no puede ser comprendido
tentes exigencias del animal laborans Arendt, además del alcance episte- ni explicado por los motivos malig-
para alcanzar una felicidad que sólo mológico tradicional, una dimensión nos del interés propio, la sordidez,
puede lograrse donde los procesos práctica que hace de la tarea de com- el resentimiento, el ansia de poder y
de agotamiento y regeneración de la prender una especie de acción teórica la cobardía. Por eso la ira no puede
vida, del dolor y de librarse de él, en- que tiene de suyo consecuencias po- vengar; el amor no puede soportar;
cuentren un perfecto equilibrio” (CH, líticas: “la comprensión se vuelve la la amistad no puede perdonar” (OT,
p. 180). Semejante demanda de feli- otra cara de la acción” (EC, p. 391). p. 556). A este análisis seguía un re-
cidad y placer mediante el consumo En una entrevista, a la pregunta de conocimiento de la extrema dificul-
está condenada al fracaso, pero para si escribe para influir en los demás, tad del concepto, que había escapado
Arendt el verdadero problema es que respondió: “Yo quiero comprender. al tratamiento de la teología cristia-
ocupó con sus asuntos el espacio de Y si otros comprenden en el mismo na y a la del mismo Kant, que había
lo público, y al hacerlo preparó el sentido en que yo he comprendido, reculado, después de darle nombre.
camino para la llegada de los movi- ello me produce una satisfacción Arendt terminaba sugiriendo que las
mientos totalitarios. personal, como un sentimiento de conclusiones que se seguían de este
3 Contra las interpretaciones de Arendt encontrarme en casa” [“¿Qué queda? enfoque eran paradójicas pero que
como “un pensamiento vuelto al pa- Queda la lengua alemana”. Entrevista en cualquier caso, hay que hablar de
sado”, Ricoeur subraya más bien que con Günther Gauss (1964) EC, p. 19]. mal absoluto cuando estamos ante
es el suyo un “pensamiento resistente La reconciliación con el mundo he- un sistema político para el que “todos
en un doble sentido: tanto filosófica redado del siglo XX, arrasado por el los hombres se han tornado igual-
como políticamente” (Ricoeur, 1991, totalitarismo, fue probablemente la mente superfluos” (OT, 557).
p. 5). Wollin le atribuye un “talante inspiración que guió la obra toda de 7 En las crónicas que mandaba al New
anticuarista-homérico” y escribe que Arendt, primero de manera espontá- Yorker la cuestión no era ya cómo fue
“Arendt revela una serie de tenden- nea y luego como un programa per- posible la solución final sino qué tipo
cias normativas antiguas que a me- fectamente definido. de humano sirvió al aparato burocrá-
nudo no hacen justicia a la naturale- 5 Véase Eichmann en Jerusalén (EJ, tico y estuvo en contacto con las víc-
za de la modernidad política” (Wollin, 1967), especialmente el capítulo 6 timas, una vez que se tomó la decisión
2003, pp. 117 y 115 respectivamen- “La solución final. Matar”. de exterminar a todo un pueblo. Al
te). También Habermas: Arendt ha- 6 La tesis del “mal radical” fue sosteni- observar a Eichmann descubrió que
bía “tratado de renovar a su manera da por Arendt, tomando la expresión no estaba ante un ser sanguinario –un
la pretensión de la política clásica... de un escrito tardío de Kant, La reli- Gilles de Rais– sino ante un hombre
rehabilitar la visión que aquella fi- gión dentro de los límites de la mera de una absoluta mediocridad. El único
losofía política [del derecho natural] razón, por el motivo fundamental de rasgo que destacaba era la ausencia
tenía de las cosas, con la vista puesta, que le parecía que el tamaño del cri- de pensar por sí mismo, la carencia de

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juicio: “Eichmann no era estúpido. sucedido dar una segunda oportu- 11 Arendt atribuye precisamente a la
Únicamente la pura y simple irre- nidad e iniciar otra historia, ahora exigencia teórica de justificar la hi-
flexión –que en modo alguno pode- que comenzábamos a saber que no pótesis de la “banalidad del mal” la
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mos equiparar con la estupidez– fue existe La Historia, sino muchas histo- redacción de La vida del espíritu: “...
lo que le predispuso a convertirse en rias, esto es, muchos comienzos, pero después de que me llamara la aten-
CRISIS DE LA MODERNIDAD. EL ESCENARIO DEL SIGLO XX

el mayor criminal de su tiempo” (EJ, ningún final necesario? ción un hecho que, por fuerza, ‘me
413). Por tanto, Arendt al plantearse Dejando de lado su función en la evo- puso en posesión de un concepto’
elegir entre atribuirle al oficial de las lución del pensamiento de Arendt, la (banalidad del mal), no pude evitar
SS una “diabólica profundidad” o una tesis de la banalidad del mal no des- suscitar la quaestio juris y pregun-
personalidad “vacía” incluso “cómica”, acreditaba el sufrimiento del pueblo tarme ‘con qué derecho lo poseía y
optó por lo segundo. La incapacidad judío o aliviaba la responsabilidad de lo utilizaba’” (VE, p. 16).
de juzgar por cuenta propia acerca de los verdugos. Como observa juiciosa- 12 Como entrada a la segunda parte de
las cosas se convertía ahora en la ver- mente Xavier Antich, la tesis de la su ensayo sobre Benjamin, “Walter
dadera causa del mal. banalidad del mal “alerta sobre los Benjamin 1882-1940”, “Los tiempos
8 La mejor descripción de lo que Arendt demonios que alimentan el fenómeno de oscuridad”, cita lo siguiente, co-
quiere decir exactamente con la nada del totalitarismo; sólo un análisis in- piado de una carta del propio Benja-
trasparente expresión “banalidad del genuo o apresurado podría interpre- min a Scholem: “Al igual que alguien
mal” la da en una de las cartas a Ger- tar esta corrección del diagnóstico que se mantiene encima de la nave
shom Scholem, quien había acusado [respecto del de OT] en términos de trepándose a lo más alto de un mástil
a Arendt de dejarse llevar por una relajación de la crítica o de olvido del que se está derrumbando. Pero desde
expresión ingeniosa: “me suena más sufrimiento de las víctimas” (Antich, allí, tiene la oportunidad de dar una
a un slogan” (C, 2002, p. 16). Pero 1994, p. 81). En el mismo sentido, señal para su rescate” (HTO, p. 180).
Arendt había reflexionado a fondo Agustín Serrano, en su nota de pre- La imagen proyecta dos de la virtudes
y estaba en condiciones de precisar sentación a su traducción de la corres- que Arendt tenía en más estima y que
que, a su juicio, “el mal nunca es pondencia Arendt/Scholem, invita a practicó durante toda su vida: el co-
‘radical’, que es sólo extremo, y que mantener separados los respectos ló- raje de resistir luchando y una cierta
no posee ni profundidad ni dimensión gicos en que se emplea el concepto confianza en que, a pesar de que el
demoníaca ninguna” (C, 2002, p. 19). de “banalidad” aplicado al mal, pues horizonte esté cerrado, siempre cabe
En realidad, Arendt estaba descon- una cosa es referirse a la consistencia esperar que se abra un resquicio. De
tenta con su propia conclusión de OT propia del mal, sea cual fuere su ori- hecho había escrito años antes en
respecto de que el mal totalitario es gen y forma de manifestarse, y otra un ensayo sobre Kafka: “Sólo la sal-
“radical” y “absoluto” porque senci- “no reparar por sistema, por banali- vación, no la ruina, llega de impro-
llamente significaba sacarlo de la es- dad, en la perpetración del mal y en viso, pues la salvación y no la ruina
fera de los asuntos humanos y com- el sufrimiento de los hombres, sea depende de la libertad y voluntad de
prometer la exigencia intelectual de cual fuere la consistencia última de los hombres” (EC, p. 96).
abrirse a la teología. Aunque parezca aquél” (Serrano s/f, p. 27). 13 El moto que Arendt pone al frente del
una ironía, el juicio contra Eichmann 9 Es el título del § 45 del capítulo VI y capítulo VI de la CH es de Kafka y dice:
en Jerusalén, puso en marcha el pro- último de la CH, “La vita activa y la “Encontró el punto de Arquímedes,
ceso de reconciliación de Arendt con Época moderna”. pero lo usó contra sí mismo; parece
el mundo, sobre el que venía reflexio- 10 En un coloquio celebrado en torno a que sólo se le permitió encontrarlo
nando desde que iniciara la serie de su obra, la propia autora reconocía con esta condición” (CH, p. 325). El
ejercicios de reflexión política que que el principal error de la CH fue apólogo remite a la ciencia moderna
fueron apareciendo entre 1954 y “examinar lo que, según las tradicio- que, según Arendt, ha podido llevar
1968. ¿Había destruido el totalitaris- nes, se denomina vita activa desde el a cabo el proceso de dominio de la
mo el futuro de Occidente, haciendo punto de vista de la vita contempla- naturaleza, sólo a partir del momento
imposible la recuperación del espacio tiva, sin decir nada acerca de la vita en que contempló todos los fenóme-
público? ¿Podía la comprensión de lo contemplativa” (AA, p. 142). nos naturales como parte de un pro-

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ceso único que los abarca y que, por cimientos políticos surgidos con el 18 “La acción, única actividad que se da
tanto, son contemplados desde un éxito de los sistemas totalitarios nazi entre los hombres sin el intermedio
ojo racional –el sujeto trascenden- y soviético. De hecho fue uno de los de cosas o materia, corresponde a la
tal– situado fuera del cosmos. Pero puntos de energía que movilizó su condición humana de la pluralidad”.
semejante proceso, al mismo tiempo pensamiento y que en una ocasión le Esta pluralidad funda por así decir

josé lasaga
que una riqueza inesperada ha traí- llevó a escribir: “La hostilidad entre la política, la acción más específica-
do consigo la destrucción del mundo política y filosofía (...) ha sido el azote mente humana: “puesto que la acción
humano en las dos esferas en que se del arte de gobierno de Occidente, así es la actividad política por excelen-
articula: la esfera de lo privado y la como de la tradición filosófica desde cia, la natalidad y no la mortalidad,
de lo público. El problema teórico de que los hombres de acción se separa- puede ser la categoría central del
Arendt estaba en sustituir el punto ron de los hombres de pensamiento, pensamiento político, diferenciado
de vista de Arquímedes por el punto es decir, desde la muerte de Sócrates” del metafísico” (CH, 19 y 21).
de vista del náufrago. (SR, p. 320, nota 1). 19 Se entiende mejor cuando recurre al
14 No hace al caso entrar en las re- 16 Es decir, seguían siendo ilustrados concepto “sentido común” para ex-
laciones personales entre Heidegger porque seguían siendo idealistas pla- plicar que es el que permite al yo
y Arendt, cosa que se va convir- tónicos, aunque hubieran vislumbra- encerrado en su subjetividad, tener
tiendo en una costumbre. Arendt do el fondo del callejón sin salida una experiencia común a la de los
fue muy perspicaz, gracias a que se en que había terminado la filosofía demás hombres. De ahí que el sen-
había convertido en una pensadora alemana ante la inesperada novedad tido común ocupe “un alto rango en
conscientemente perspectivista, al del totalitarismo: “No estaba claro en la jerarquía de las cualidades políti-
comprender que el genio metafísico absoluto qué tipo de praxis perseguir. cas” y que su desaparición, “cuando
de Heidegger lo convertía en poco Como había advertido Horkheimer en se corresponde con un notable in-
menos que un idiota en política. Así Eclipse of Reason, la racionalidad no cremento de la superstición y de la
lo expresó en la alegoría de “Hei- suministraba líneas de orientación charlatanería” constituya un indicio
degger el zorro” (EC, pp. 435-436) y para la actividad política” (Jay, 1974, “casi infalible de alienación de mun-
también en el ensayo que le dedicó p. 449). do” (CH, 275).
con motivo de su ochenta cumplea- 17 Durante su exilio en Estados Unidos, 20 Apud Droysen citado en HI 59.
ños. Allí y partiendo de una reflexión la Escuela de Frankfurt no superó 21 Hobbes vio con más claridad que
de Heidegger sobre cómo entien- la aporía en que cayeron al fundar nadie la nueva tarea que incumbía
de Platón la posición del pensador, su crítica a la Ilustración en la tesis a la filosofía “era regular propósitos
dice Arendt: “Cuando les afecta el de que el mal residía en el domi- y fines y establecer una teleología
asombro ante lo sencillo, cuando, nio que ejercía los usos de la razón razonable de la acción” (EPF, p. 86).
cediendo a este asombro, se aven- sobre la naturaleza, produciendo la 22 De la importancia de Montesquieu
turan en el pensamiento, saben que alienación del hombre respecto de para la evolución del pensamiento
están desarraigados de su situación ésta, y, mantener al mismo tiempo la de Arendt sobre lo político da fe
propia en el fluir de las ocupaciones exigencia de la utopía como eman- el papel que desempeñan sus ideas
y quehaceres en que se llevan a cabo cipación en el final de los tiempos. en dos decisivos ensayos de Arendt,
los asuntos humanos” (MH, p. 265). La praxis revolucionaria resultaba “Comprensión y política. (Las dificul-
Todo lo que tuvo que decir frente a ser una idea demasiado ilustrada. tades de la comprensión)” y “De la
la marea creciente del nacionalismo Jay tiene razón cuando, al discutir naturaleza del totalitarismo. Ensayo
centroeuropeo fue que era “el en- la posición final de los principales de comprensión”, ambos de 1953. En
cuentro del hombre moderno con la representantes de la escuela, obser- este segundo, la definición de go-
técnica definida a nivel planetario” va que su “objetivo obvio era la re- bierno constitucional que propone
(MH, p. 270, nota 1). conciliación con la naturaleza, pero el filósofo francés en El espíritu de
15 A Arendt siempre le sorprendió la nunca se aclaró del todo lo que esto las leyes (1748) le sirve a Arendt de
impotencia de la filosofía para en- podía significar precisamente” (Jay, modelo para captar per negationem
frentarse a y rechazar los aconte- 1974, p. 430). la esencia del gobierno totalitario.

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Ambos ensayos representan, en el coherentemente con la inmortali- “todo es posible”: “La falacia trágica
conjunto de su obra, una especie de dad. de todas esas profecías, originadas
Nº 742 punto de no retorno en lo que res- 28 Aunque es muy difícil resumir la idea en el mundo que todavía era segu-
pecta a su esfuerzo por determinar central de Arendt sobre la acción ro, consistió en suponer que existía
no sólo la esencia del totalitarismo, (política), el siguiente texto alcan- algo semejante a una naturaleza
CRISIS DE LA MODERNIDAD. EL ESCENARIO DEL SIGLO XX

sino la posibilidad de luchar contra za un notable grado de precisión: establecida para siempre, en identi-
él y vencerlo (Ambos artículos en EC, “Para Arendt libertad y acción son lo ficar a esta naturaleza humana con
pp. 371 y ss y 395 y ss). mismo o dos aspectos de lo mismo: la Historia y en declarar así que la
23 Rousseau comete, frente a Montes- se es libre en tanto en cuanto se idea de dominación total era no sólo
quieu, el error de confundir la liber- actúa, ni antes ni después. El grado inhumana, sino también irrealista.
tad con la soberanía de la voluntad, de libertad política de los hombres Mientras tanto, hemos aprendido
desactivando así su visión del espa- se mide por la participación de los que el hombre es tan grande que
cio público como algo irreductible- mismos en el espacio público, por su realmente puede ser lo que quiera
mente plural, que hay que preservar actuación conjunta, mediante la cual ser” (OT, p. 553).
de la tentación de protegerlo de su se muestran mutuamente y llevan a 32 Esta remisión de la técnica a sí mis-
inherente contingencia y fragilidad. cabo acuerdos que establecen reglas ma es coincidente con el método de
Arendt, concluye, del lado de Mon- del juego que limitan la acción pero, la ciencia moderna que se pregunta
tesquieu, que “si los hombres quieren a cambio, otorgan a la comunidad por las condiciones de posibilidad
ser libres deben renunciar precisa- política una estabilidad relativa sin la universales que valgan para cual-
mente a la soberanía” (EPF, 177). So- que no puede mantenerse el espacio quier situación semejante. “La mara-
bre el error consistente en confundir de aparición” (Esteban, 2006, p. 76). villa máxima de la mente humana, la
la soberanía con la libertad, véase 29 Patocka ha ayudado a pensar esta ciencia física, nace de la técnica (...)
CH, p. 308. hipótesis arendtiana al describir la El nuevo tecnicismo, en efecto, pro-
24 “La causa por la que Platón quería vida sin libertad, en la rutina de la cede exactamente como va a proce-
que los filósofos se convirtieran en necesidad y la costumbre, de los hu- der la nuova scienza” (Ortega, 1983,
gobernantes de la ciudad está en el manos que habitaban en los grandes V, p. 372). Cf, CH, p. 387.
conflicto entre el filósofo y la polis, imperios de la antigüedad Cf. Patoc- 33 Recuérdese la importancia que con-
o en la hostilidad de la polis hacia ka 1988, “El principio de la historia”, cede Arendt al imperialismo como
la filosofía, que quizá se mantuvo pp. 47 y ss. uno de los factores clave en el
latente durante cierto tiempo, an- 30 El título del parágrafo 35 del capítulo proceso de destrucción del mundo
tes de mostrarse como una amenaza VI “La vita activa y la época moder- liberal-burgués porque entre otras
para la vida del filósofo en el juicio y na” es “La alienación del mundo” (CH cosas contribuyó a la gestación de
condena a muerte de Sócrates” (EPF, 325 y ss). los llamados “hombres superfluos”.
pp. 117-118). 31 El moto que pone Arendt al fren- Cf. especialmente el cap. VII “Raza y
25 Cf. OT 378: “No el hombre sino Dios te de la tercera parte de OT reza: burocracia” OT, pp. 251 y ss.
debe ser la medida de todas las co- “Los hombres normales no saben 34 Véase el recorrido por el concepto de
sas”. que todo es posible”. Es cita de David totalitarismo, desde sus orígenes en
26 Arendt cita a Tocqueville: “Como el Rousset, autor de Les jours de notre la Italia fascista hasta su decaden-
pasado ya no ilumina el porvenir, el mort (1947), uno de los primeros y cia después de la caída del muro de
espíritu humano camina entre tinie- más profundos libros sobre los cam- Berlín en 1989 que lleva a cabo Juan
blas” (HI 60). pos de exterminio que se publicaron Francisco Fuentes en “Totalitarismo:
27 Y para Arendt el sentido de la his- y en el que Arendt se apoyó para origen y evolución de un concepto
toria sólo puede acogerse en un describir la función que los campos clave” (Fuentes, 2006).
relato que transfiera la fugacidad de exterminio tenían en el proyecto 35 Aunque no hay espacio para co-
del acontecimiento a la duración totalitario de “dominación total” (Cf. mentarlos en detalle, los oasis son
de un relato bien contado. Sólo de OT pp. 533 y ss). Para precisar en la creación artística, la soledad del
esa manera puede el hombre soñar qué sentido hay que entender ese filósofo, el amor y la amistad.

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doi: 10.3989/arbor.2010.742n1103 ARBOR  CLXXXVI  742  marzo-abril [2010]  227-240  ISSN: 0210-1963
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