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Hans Welsel en 1931, con tan solo 27 años, impulso su trabajo de ¨causalidad y
acción¨ y el tema que tomaremos hoy LA ACCION FINAL. En este punto nació la
nueva escuela finalista o el finalismo.
En esta se dice que hombre siempre persigue fines, es por esto que Welsen
postularía que ¨la acción en el causalismo es ciega, en el finalismo es evidente¨
Esta teoría es la oposición a la teoría causal, ya que esta afirma que la acción es un
comportamiento humano sometido a la voluntad orientada hacia un resultado
determinado.
Podemos decir que la finalidad de la acción resulta del hecho que el hombre,
consiente de su poder de hacer las cosas. Pueda darse cuenta de las
consecuencias de sus actividades.
Citando al jurista y filósofo del derecho alemán Hans Welzel, la finalidad de la acción
se cumple en dos fases. La primera fase se desarrolla en la parte del pensamiento,
esto en base a la selección del autor y del fin al cual quiere llegar, esto conlleva la
elección que involucra los medios por el cual se intenta llegar a un determinado
objetivo y los efectos provocados. La segunda etapa abarca todo un proceso causal,
en el cual es determinado por la elección del fin y medios del pensamiento
anteriormente hablado.
Es por eso que el legislador está obligado a responder a cada una de estas
estructuras lógicas lógicas-objetivo, que son previas y pertenecientes al mundo del
SER, en pocas palabras a la naturaleza de las cosas.
Es por eso que la finalidad se basa a que el hombre en base a su racionalidad,
pueda ver las consecuencias de su conducta, poner diversos fines y dirigir esa
actividad por medio de un plan.
El finalismo dejo una parte muy importante en el derecho, ya que podemos distinguir
el error de tipo y de prohibición. Entendiéndose así:
En el error de prohibición se niega toda conciencia de antijuridicidad, aquí
podemos hallar los conceptos de evitabilidad e inevitabilidad
Esta teoría dio a conocer que lo injusto del hecho no depende solamente de
elementos objetivos, sino también de una disposición del fin; el dolo del autor.
También impuso el limite a la expansión del injusto que hasta ese momento se
reducía a la causalidad, también reconoció que la culpabilidad no se puede
fundamentar en la relación psicológica entre el hecho y autor.
Debemos aclarar que para Welzel, la acción y la omisión, son subclases de una
conducta típica.