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POR:
VICTOR HUGO BARRERA
© Victor Hugo Barrera Arellano 2011
ASÍN: 1980967687
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En el Jardín trasero de la Casa; Fernando, Jorge,
Alfredo, Emiliano y Luciano seguían el paso a Higby, su
Asistente Robot que les ponía rutinas de ejercicio intensas
para poder trabajar: brazo, abdomen, pecho, espalda,
pierna, en los aspectos de fuerza y resistencia.
—No desfallezcan—decía Higby animándolos—
Aún pueden dar más todavía. ¿Piensan proteger a su
Estado?
—De hecho estoy pensando en renunciar—comentó
EmilianoprovocandolamolestiadelAsistenteRobot.
—Perfecto. Cincuenta repeticiones más para todos.
Fernando, Jorge, Alfredo y Luciano miraron molestos
a Emiliano.
—Gracias—expresó Jorge sarcásticamente.
—Tarado—agregó Alfredo.
DÍA 8.
10:00 a.m.
DÍA 10.
6:00 p.m.
DÍA 14.
9:00 p.m.
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—Creo que es más que evidente que el Biólogo
Fortuny está verdaderamente arrepentido. ¿No cree Usted
que merece ser perdonado, Sr. Gobernador?
—Y ¿No cree Usted que el próximo juicio que lo
puede enviar de por vida a las Islas Marías es lo que lo
está consumiendo, Licenciado Ugarte?
—Señor, esas lágrimas son auténticas ¿Acaso no vio
cómo rompió en llanto?
—El Biólogo Fortuny deberá enfrentar las
consecuencias de sus actos, ya sea que rompa en llanto o no.
La firmeza de la decisión del Gobernador molestó
mucho a Ugarte.
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—Alguien que llevará su talento a la máxima
potencia, Biólogo Fortuny—Cirujano Plástico le
disparó un dardo tranquilizante a Fortuny. El dardo
impactó el pecho del Biólogo durmiéndolo casi al
instante.
Cirujano Plástico sacó en una camilla a Fortuny,
cubierto con una sábana.
Al llegar al Estacionamiento del Hospital, Cirujano
Plástico y Físico subieron la camilla con Fortuny a la
parte trasera de una turbo—camioneta que era
conducida por Arquitecto. Éste arrancó de
inmediato, una vez que todos estuvieran en el interior
del vehículo.
Fortuny despertó asustado viendo frente a él una
pantalla con billones de logaritmos y ecuaciones que
se transmitían una y otra vez a velocidad ultra turbo.
Tanta información comenzaba a hacer estragos en el
comportamiento de Fortuny.
Afuera de la Cámara de Gesell donde Fortuny era
reprogramado; Físico, Contador y Cirujano Plástico
vigilaban que el programa de Control Mental
terminara su función satisfactoriamente.
— ¿Están seguros que funcionará?—preguntó
Cirujano Plástico.
—Ya verás los excelentes resultados que da mi
programa—respondió Físico.
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Erro Campanella interrumpía la programación
normal para dar un reporte de última hora
proveniente del Gobierno del Estado de Zacatecas.
—Interrumpimos sus programas favoritos para
informarles que hace un par de horas el Gobernador
Daayán ha hecho de carácter público la alta
peligrosidad de los miembros de un grupo radical
conocido como La Pandilla, cuyos retratos hablados
aquí les mostramos una vez más. Es importante que
guarde en su memoria estas imágenes, pues el
Gobernador acaba de ofrecer una recompensa de
$10,000 a quien le dé información sobre el paradero
de alguno o todos los miembros de La Pandilla.
En el Escondite, Linda y Gisela miraban muy
preocupadas la noticia en televisión.
— ¿Estás pensando lo mismo que yo?—dijo
Linda a Gisela.
—Claro.
Ambas dieron media vuelta viendo a la Señora
Guerrero detrás de ellas.
—No estarán pensando en dejarnos. ¿Cierto?
—Lo sentimos, Señora Jennifer—explicaba
Gisela—Pero… debemos dejar La Pandilla.
— ¿Qué hay de no dejar que los verdaderos
criminales ganen?
—Estamos conscientes de eso—decía Linda—
Pero Gisela y yo somos madres solteras y no les
serviremos de nada a nuestros hijos en prisión.
— ¿Dan por hecho que nos encarcelarán a
todos?
—No…—Gisela comenzó a llorar—Por favor.
Entiéndanos.
—Yo las entiendo perfectamente. Sólo les pido
que piensen bien las cosas, chicas. El haber
pertenecido a La Pandilla ya marcó sus vidas. Para
bien o para mal, sólo el tiempo lo decidirá.
Linda y Gisela se miraron pensativas.
Momentos después, ambas salieron de la
Mansión Filio Guerrero procurando no llamar la
atención. Sin embargo, el jardinero de otra casa, cuyo
nombre era Trieste (se pronuncia Tristi) Vertvert, las
vigilaba sigilosamente.
Fernando, Jorge, Luciano, Emiliano y Alfredo
observaban un mapa virtual del Estado de Zacatecas.
—Primero debemos encontrar los lugares más
marginados del Estado—dijo Fernando.
—Y luego ver cuál es el más marginado de esos
para saber en dónde esparcirá el virus la Orden
Nihilista—comentó Luciano.
—No suena tan complicado…expresaba
sarcásticamente Emiliano.
—Mejor pensemos…—reflexionaba Alfredo—
Si fuéramos Nihilistas ¿Qué lugar de nuestro Estado
sería el más ofensivo para nosotros que haríamos lo
que fuera para borrarlo del Mapa?
Todos se pusieron a pensar en el posible lugar del
ataque.
Cerca de las vías del tren, muchas personas
dormían en las calles o en casas hechas de adobe.
Dos turbo—patrullas vigilaban la zona haciendo
cumplir el Toque de queda.
De repente, varios misiles impactaron las turbo—
patrullas destruyéndolas completamente. Un
turbo—camión blindado llegó al lugar. Algunas
personas salieron a ver lo sucedido y se asustaron
más al ver el vehículo.
Las puertas traseras del turbo—camión se
abrieron. Físico, Contador y Antropólogo
preparaban un misil, con el virus de la influenza en la
ojiva, para dispararlo a la zona donde estaban las casas
de adobe.
La gente comenzó a correr asustada, pues veían
que estaban a punto de ser atacados. Contador se
preparaba para disparar el misil, pero en ese
momento, un turbo—tren pasó retrasando el
disparo.
Un turbo—jeep militar llegó. Soldado preparó su
misil explosivo y apuntó hacia el turbo—camión.
—Disparo no hecho, disparo en contra.
Soldado disparó su misil explosivo impactando la
parte frontal del turbo—camión, el misil explotó
volcando el vehículo.
El turbo—tren pasó, la gente miró asombrada al
turbo—camión volcado y al Minero, Electricista y
Herrero bajar de su vehículo y acercarse al que estaba
volcado.
Al llegar al turbo—camión, los Pandilleros
observaron a Físico, Contador y Antropólogo
heridos y el mísil con el virus listo para ser disparado.
—Miren nada más. Pero si es La Pandilla—dijo
burlonamente Físico—Díganme ¿Cómo detendrán
este misil que aún está activo?
—Con esto—Electricista mostró su dispositivo y
lo activó quitando toda la electricidad del vehículo y
por ende, del lanzador del misil.
—Eso no te servirá, amigo—expresó riéndose
Contador. Después sacó un dispositivo portátil—
Este funciona con energía solar y lo recargué antes de
venir.
Contador activó su dispositivo portátil, el cual
inició el conteo en reversa del misil.
—Repito la pregunta ¿Cómo detendrán este
misil?—dijo Antropólogo.
—Panadero ¿Tienes lista tu tortilla?—preguntó
Minero comunicándose con su compañero por
medio de su casco.
—Más que lista, Minero.
Electricista activó de nuevo la electricidad del
vehículo, lo cual hizo que las puertas traseras se
cerraran automáticamente. Los Pandilleros corrieron
hacia su turbo—jeep, Panadero les arrojó su tortilla a
sus compañeros, la cual creció en el aire y cayó sobre
Minero, Herrero y Electricista protegiéndolos.
El contador en reversa del lanzador del misil llegó
a cero y éste explotó esparciendo el virus de la
influenza en toda la parte trasera del turbo—camión.
Físico, Contador y Antropólogo no pudieron
evitar ser impactados por la explosión y el virus…
ESTADO DE LA
SEGUNDA MISIÓN:
TERMINADA.
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H
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de cualquier residuo del virus. Lleven a estas personas al
Hospital inmediatamente.
— ¡Oigan! ¡Policías Robots!
Todos los Robots de la Policía voltearon viendo a
un hombre, de nombre Arjun Loeb, quien estaba
parado sobre el toldo de una de las turbo—camionetas.
—¡Señor, baje de ahí inmediatamente!—pidió
Taskmaster—¡Está enzona de cuarentena!
—Sí, lo que diga. Pero antes de aislarnos todavía más
de la Sociedad, debe saber que los Sujetos enmascarados
fueron quienes trajeron el virus a nuestra comunidad. Iban
a dispararnos un misil con el virus. ¡Querían matarnos!
—¿Cómo es que…?—Taskmaster fue interrumpido
por Arjun.
— ¡La Pandilla! ¡Sí! ¡Esos Pandilleros que el Gobierno
quiere encarcelar fueron quienes nos salvaron! ¡¿No es así,
gente?!
— ¡Sí!—gritaron al unísono miembros de la
Comunidad que se acercaron a apoyar a Arjun.
— ¡La Pandilla! ¡La Pandilla! ¡La Pandilla!—gritaba
Arjun mientras los demás lo apoyaban.
Taskmaster y Kerala miraron a su alrededor
buscando algún rastro de los Pandilleros, pero sólo
había pedazos de la tortilla gigante que protegió a
Electricista, Minero y Herrero.
La imagen de la gente apoyando a La Pandilla era
transmitida en el Noticiero de Erro Campanella.
—Ahí los tiene. Un grupo de personas como Usted
y como yo que apoyan a aquellos que los protegieron
como auténticos Patriotas… … …Me informan que
el Gobernador Daayán va a dar un aviso importante.
Vamos en vivo hasta el Palacio de Gobierno en
Zacatecas.
La imagen del Gobernador Daayán monopolizó
los canales de Televisión abierta de Zacatecas.
—Luego de lo sucedido hace un par de horas en
una de las Comunidades más marginadas de nuestro
Estado, la cual se vio amenazada de muerte por un
grupo de personas, que hasta donde sabemos forman
parte de una Sociedad Secreta; he tomado la decisión de
retirar las acusaciones en contra de La Pandilla. Ahora,
esos tres sujetos que capturamos serán estrictamente
vigilados en el Hospital de la Prisión. Ahí sabremos sus
identidades y cuál es el nombre de la Orden a la que
pertenecen.
Abogangster, Cirujano Plástico, Biólogo Molecular y Arquitecto
miraban muy molestos el aviso del Gobernador en la
Televisión.
—Así que La Pandilla es el nuevo grupo de héroes
en Zacatecas—comentó molesto Abogangster.
—De hecho los llaman Patriotas—dijo Arquitecto
provocando aún más la ira de Abogangster.
— ¡No me interesa cómo los llamen! ¿Acaso no se
dan cuenta que esos Patriotas arruinaron nuestro Plan de
Mejora?
—Aún nos quedan reservas del virus—expresó
Cirujano Plástico—Todavía podemos limpiar otra
Zona Marginada del Estado.
—E incluso podemos mejorar la forma de
propagar el virus—propuso Biólogo Molecular.
—Todo eso será llevado a cabo—decía Abogangster
aún molesto—Pero antes, debemos proteger nuestra
Orden y deshacernos de La Pandilla.
— ¿Cómo sugieres que lo hagamos, Abogangster?—
preguntó Cirujano Plástico.
El Líder de los Nihilistas miró a sus compañeros
denotando un plan malévolo que pasaba por su mente.
I
Arquitecto entró a la Oficina de Abogangster
viéndolo conversar por video teléfono con alguien
que también usaba máscara, sólo que tenía forma de
cara de hombre blanco, ojos azules se cubría con una
capucha color azul marino.
—Lo siento. No sabía que estabas ocupado.
Abogangster miró molesto a Arquitecto e
inmediatamente apagó el video teléfono.
— ¿Qué quieres?
—Sólo te informo que ya puse anuncios en todos
los periódicos del Internet ofreciendo buen dinero a
cambio de información sobre La Pandilla.
—Espero que tu interrupción sea justificada con
prontas respuestas a esos anuncios y mejor aún,
información valiosa para nosotros.
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Arquitecto se mostró impaciente ante lo dicho
por Abogangster.
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Linda corrió de vuelta a la Sala-Comedor viendo
asustada a Cirujano Plástico sujetar por el cuello a
Mileva.
—Hola…Costurera—dijo burlonamente Cirujano
Plástico.
—¿Nos invitas a desayunar, Mami?—dijo
Arquitecto acercándose por detrás, con un arma en la
mano, a Linda.
—¿Qué quieren de mí? Yo ya no pertenezco a La
Pandilla.
—Pero estoy seguro que sabes dónde está
exactamente su escondite—dijo Cirujano Plástico.
—Me temo que olvide cómo llegar. Lo lamento.
—Nosotros también lamentamos hacer esto—
expresó Arquitecto asustando a Linda.
Cirujano Plástico sacó una ampolleta y se la
inyectó a Mileva en el cuello.
—¡Mileva!—gritó desesperada Linda, quiso correr
a ayudar a su hija, pero Arquitecto la sujetó por detrás
y del cuello.
—Escúchame bien, Costurera. Tu hija está
infectada con el virus de la influenza. Si quieres el
antídoto, deberás entregarme a La Pandilla en su
escondite. ¡¿Entendiste?! De lo contrario tu hija
morirá.
Arquitecto arrojó a Linda al piso, ésta se levantó lo
más rápido que pudo y corrió a abrazar a su hija.
Los dos Nihilistas ya se habían ido.
—¡Mami, ¿Voy a morir?!—preguntaba muy
asustada Mileva.
—No mi amor. No morirás. Debe haber una
solución a todo esto.
Linda abrazaba fuertemente a su hija mientras
lloraba.
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dos tiros, los cuales provocaron que el Nihilista se
alejara del niño.
—¡Perdóname por esto, niño! ¡Es sólo para
protegerte!
Panadero arrojó una tortilla, que aumentó su
tamaño en el aire, y cayó sobre Willet protegiéndolo.
Biólogo quiso sacar a Willet de debajo de la tortilla
gigante, pero Gisela llegó hiriéndolo en una pierna
con su bisturí, después, envió al Nihilista al suelo.
Gisela intentó herirlo de nuevo, pero Minero le
detuvo la mano.
—No lo mates. No eres igual que él.
—Sí, Enfermera—Electricista le puso el pie en el
cuello a Biólogo Molecular—Además necesitamos
que el Dr. Fortuny nos diga la hora exacta y el
método con que Abogangster piensa asesinar al
Gobernador.
Biólogo Molecular mostró asombro.
—Ya sabemos cuál es la intención principal de
Abogangster—Minero miró inquisitivamente a
Biólogo.
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—Bueno… Usted sabe muy bien que la muerte no
es opción para un miembro de la Orden.
—Bien dicho. Esos Profesionistas me fallaron
por última vez.
El Hombre quitó las imágenes virtuales y miró al
Sujeto Encapuchado, quien se acercaba para verlo de
cerca.
—¿Cuál es tu nombre?
—Vertvert, Señor. Trieste Vertvert.
—Muy bien, Señor Vertvert. Bienvenido a nuestra
Orden.
ESTADO DE LA
TERCERA MISIÓN:
TERMINADA, AL
IGUAL QUE EL
VOLUMEN UNO:
PARTE 1A.
Te agradezco infinitamente que te hayas
tomado el tiempo para leer mi novela. Y te
agradecería aún más si me contaras qué
opinión te merece esta historia.