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DIRECTOR
DANIEL GUILLERMO VALENCIA NIETO
BOGOTÁ
2012
Bogotá, D.C., 30 de noviembre de 2012
Profesor
JOSÉ VICENTE ARISMENDI
Decano académico
Facultad de Comunicación y Lenguaje
Ciudad
Respetado señor:
Cordialmente,
Profesor
JOSÉ VICENTE ARISMENDI
Decano académico
Facultad de Comunicación y Lenguaje
Ciudad
Respetado señor:
Atentamente,
Artículo 23
“La Universidad no se hace responsable por los conceptos emitidos por los
alumnos en sus trabajos de grado, solo velará porque no se publique nada
contrario al dogma y la moral católicos y porque el trabajo no contenga ataques
y polémicas puramente personales, antes bien, se vean en ellas el anhelo de
buscar la verdad y la justicia”.
TABLA DE CONTENIDO
PÁG.
INTRODUCCIÓN 1
Contextualización de la violencia en Santander 5
Violencia bipartidista 5
Los inicios de las FARC y el ELN 6
Las AUC 9
Actuación de los grupos armados ilegales en la Provincia de García
Rovira 11
Concepción sin voz, otra víctima de la violencia 14
Contextualización 14
Crónicas 17
El miedo alcanzó para todos, tras el asesinato de ‘Calca’ 17
CONCLUSIONES 37
BIBLIOGRAFÍA 42
INTRODUCCIÓN
1
Tanto la presencia de la insurgencia, como la de los grupos paramilitares, y la
confrontación de las fuerzas armadas con la guerrilla de la zona, desestabiliza
los asentamientos sociales que conllevan a que esta población encuentre como
solución desplazarse a otros territorios del país. Adicionalmente, contribuyen a
que el índice de violación a los Derechos Humanos aumente, tanto como la
pobreza y la marginación de los habitantes.
Por tantos años de conflicto que han cobrado la vida de muchos pobladores, es
preciso preguntarse ¿Por qué en Colombia, y en la Provincia de García Rovira,
el conflicto armado persiste en el tiempo? ¿A qué está atada nuestra guerra?
¿Sobre qué bases se podría poner fin a la guerra interna en la Provincia?
¿Cuáles, en fin, podrían ser las claves de una paz definitiva?
La violencia generada por grupos armados ilegales, no solo tocó las puertas de
mi casa, no solo la vi, no solo la oí, no solo traté de huirle por las calles de un
2
pueblo que, en algún momento, parecía fantasma; sino que arrasó con los
sueños y las esperanzas de muchos que allí habitan, e instauró la cultura de la
venganza y el terror.
Es por esto que los campesinos, al ver una cámara, no dudaron en depositar
en ella sus recuerdos y sus vivencias; pues son conscientes de lo que quieren:
salir del anonimato.
Las historias que se reconstruyen en este trabajo son las voces de sus
protagonistas, porque solo así se puede conocer cómo se vivió el conflicto en
esta región; desde los testimonios y los recuerdos de quienes lo vivieron.
Esas voces son el mejor recurso con el cual se puede conocer la vida de una
persona y de una región; pues solo caminando y escuchando los testimonios
de los protagonistas se puede conocer la verdadera historia que allí se
resguarda.
Estas narraciones intentan dar cuenta de cuáles eran las actuaciones de los
violentos y la evolución de su criminalidad. Asimismo, de cómo vivieron los
3
pobladores del municipio de Concepción esos años, en medio de fuego
cruzado, secuestros, extorciones y asesinatos.
4
1. Contextualización de la violencia en Santander
De esta manera se ilustra la lucha entre los dos partidos políticos, quienes se
disputaron el poder por gobernar en país, sin tener reparo en utilizar medios
violentos para lograr sus cometidos.
La búsqueda del poder político consistía en implantar las ideas de cada partido en el
gobierno del país, esto se conseguía cuando en el senado la mayoría de los personajes
eran de determinado partido, de esta forma las decisiones que se tomaban eran
aceptadas o denegadas por una mayoría. Esto ocurría durante toda la candidatura del
presidente electo, el partido perdedor mientras tanto se sometía a las leyes impuestas.
Debido a esto se empezó la lucha. (Lizarazo y Cueca, 2012)
Esta situación de violencia bipartidista evidenció más aún, con los choques
electorales, acción política y militar, la formación de guerrillas, bandolerismo
social y grandes temores.
5
Este tipo de disputas han hecho que el departamento de Santander se
caracterice por ser territorio donde se expresa la violencia, que ha hecho parte
de la historia del país.
Esta violencia se extendió por toda la geografía nacional con una velocidad
incalculable y justamente, con la guerra bipartidista se produjo una agresión
contra los campesinos y sus familias, entonces es cuando estos comenzaron a
armarse para defender a los suyos.
Y la segunda, desde 1954 hasta 1957, se desliga del conflicto entre liberales y
conservadores y responde a problemáticas socio económicas, en la cual se
inicia una lucha por el poder y el dominio del territorio. En este momento los
intereses de los guerrilleros se amplían y ya no se conforman con
autodefenderse sino que ahora pretender tener el dominio de sus pueblos a
través de las armas.
Por otro lado, como un factor adicional que permitió la existencia y evolución de
la insurgencia, es la geografía colombiana; la cual ha sido apropiada para la
existencia de la guerrilla, por lo propicio de su territorio y la exuberancia de sus
6
selvas y montañas, que hacen posible el asentamiento de grupos insurgentes.
(Alape, 1985, p. 263)
Esta forma de lucha política, cuyo origen está diversificado en muchas causas
conforma una tradición que por su continuidad, configura un proceso de
carácter histórico.
7
A lo largo del siglo XX, se destaca en el contexto nacional y regional, la
continuidad de la violencia partidista, hasta mediados del mismo, cuando
alcanza su máxima expresión; el surgimiento de nuevas dimensiones o
modalidades de la violencia, y la emergencia y consolidación del conflicto
armado interno, reconocido como el más antiguo del continente. (Hernández,
2003).
8
Desde finales de la década de los noventa, se registran expresiones del
conflicto armado en Santander, que evidencia una contención a la expansión
de la insurgencia reflejada en la pérdida del control de este grupo, en territorios
de tradicional influencia, como Barrancabermeja. Pues se presenta una
confrontación y disputa con las autodefensas, en algunos municipios de las
Provincias de Vélez y García Rovira.
De esta manera, las autodefensas inician su expansión por las zonas que
conforman el departamento.
9
narcotraficantes y esmeralderos, tal es el caso de Cimitarra. (Hernández, 2003,
p. 53)
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2. Actuación de los grupos armados ilegales en la Provincia de
García Rovira
Los grupos armados ilegales que han emergido buscan reproducir escenarios
de control represivo contra los pobladores, en especial contra comunidades
rurales y urbanas donde concentran su acción y contra determinados sectores
sociales y poblacionales.
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bombardeos hacia el casco urbano de los municipios y las sádicas masacres
colectivas.
Los ataques y las víctimas producidas por estos grupos no se limitan a los
llamados ‘ajustes de cuentas’ ocasionados por sus propias confrontaciones,
sino que la gran mayoría de las amenazas y muchos de los homicidios,
desapariciones, atentados y desplazamientos forzados se han producido contra
líderes comunitarios, campesinos, indígenas, sindicalistas, lideresas, opositores
políticos, defensores de derechos humanos, integrantes de ONG y dirigentes
sociales.
De otro lado, la población civil muchas veces termina siendo cómplice de los
crímenes ejecutados por las guerrillas y el paramilitarismo, pues estos al
ejercer control sobre el territorio obligan, directa o indirectamente, a los
habitantes a ser informantes o denunciantes de aquellas personas que señalan
como colaborador del grupo opositor al de turno.
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Dicho lo anterior, se puede determinar que el departamento de Santander se
destaca por registrar elevados nivel de intensidad del conflicto armado. Durante
1987 y 1995, Santander ocupó el segundo lugar, después de Antioquia, en
expresión de intensidad del conflicto armado; como consecuencia de su
escalamiento por la convergencia de movimientos insurgentes y grupos
paramilitares, según lo reportó la Oficina del Alto Comisionado para la Paz.
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Dicho lo anterior, es preciso apuntar que el conflicto que han soportado los
pobladores de la Provincia de García Rovira, ha sido prolongado y que hasta
hoy, se mantiene, en diferente escala y con la ausencia del ELN y las AUC,
pero aún así se mantiene.
Así pues, las pérdidas humanas, la ruptura del tejido social, las
transformaciones culturales y demás dinámicas que construye una sociedad se
ven afectadas por la cultura del terror y la venganza que estos grupos siembran
en el territorio al cual invaden.
3.1 Contextualización
14
Mapa de Concepción, Santander. Disponible en:
http://es.wikipedia.org/wiki/Concepci%C3%B3n_(Santander)
15
Área urbana. Segmentada por barrios:
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3.2 Crónicas
Era un jueves. Yo me acuerdo que la última vez que lo vi fue en el parque, ahí
donde ‘Piña’. Él siempre se levantaba, se bañaba, se vestía y se iba para la
calle; nunca se despedía de uno ni nada. Y ese día yo estaba durmiendo
cuando me dijo:
¡Levántese!
Mi papá iba para la finca, para el Cucharito, a castrar y a vacunas unos toros
con Willian ‘Mamarro’, don Hermes y su hijo. Yo bajé y me lo encontré en el
parque y le dije que me diera para la gaseosa. Sacó dos mil pesos y me los
regaló.
Fue raro porque él a uno no le decía nada del estudio, ni de lo que pensara. Él
decía: “ahí vera que hace con su vida… cada quien para su lado”. Y pasó así.
Me fui para el Instituto, era temprano, como las diez de la mañana. Yo estaba
en coordinación. No me acuerdo que diablura había hecho y me llevaron para
allá, cuando llegó Ramiro ‘Tachiboque’, que estaba estudiando todavía, y me
dijo:
‘Bitoja’
17
¿Qué pasó, ‘Miro’?
¡Vamos! Mandaron un taxi para irnos para pueblo
¡Uy! pero usted si esta botado. ¿Pagó un taxi?
Sí, vamos.
Y me insistió:
¡Vamos! ¡Vamos!.
Yo cuando eso estaba muy chino, por ahí pendejo. Tampoco analicé el porqué
me trajo y no me dejó recuperar.
Y repitió:
Ya vengo.
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Nada, nada, nada.
Ahí estaba doña Elvira Villarraga y doña Jenny, las empleadas de la alcaldía,
pasé por el lado de ellas y salí corriendo para la finca.
Salí ‘arriado’ de una vez porque mi papá había quedado en la finca. Iba que
corría frente al puesto de policía, cuando subía Manuel ‘Cutada’ y le gritaron
para que me atajara. Él se me atravesó, me agarró y me llevó otra vez para
adentro.
Sobre eso nunca se supo a ciencia cierta, qué fue lo que pasó. Cuando mi
mamá y mi hermano intentaron hablar con William, él solo se ponía a llorar y no
quiso contar.
Mi mamá, ese jueves, venía para el parque y se encontró con don Hermes,
cosa que se le hizo extraña.
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Ustedes ya bajaron y, ¿Gustavo?, preguntó.
Él se quedó.
¿Qué se quedó haciendo, si ese no se demora? Si acaso echa sal y ya,
él no pone ni un ‘tinal’ porque paga para que le hagan todo y se viene.
No, él se quedó allá, repitió Hermes.
Pero, ¿por qué se quedó?
Es que a Gustavo lo jodieron
Según cuentan, don Hermes fue el que soltó la boca, así medio, medio; porque
a William ‘Mamarro’, usted lo cogía y le preguntaba, y eso se le desgranaban
las lágrimas y no contaba, no contaba.
Él era muy amigo de mi papa, habían sido ‘cachas’ toda la vida. Entonces le
dije a mi mamá, como dice el dicho: “no lo torturemos más”.
Yo sí tengo la intriga por saber qué pasó; pero ya, ¿a quién le pregunto?
¡Gustavo! ¡Gustavo!
Mi papá respondió:
¿Qué fue?
Venga, lo necesitamos para una cosa.
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Lo apartaron de los otros, como unos 100 metros, pero no se sabe qué le
dijeron. Lo echaron por delante, y a los otros les tocó tirarse al piso.
A mi papá como que le iban a pedir plata, pero también querían que se
humillara, que se pusiera de rodillas y eso él no lo haría nunca; entonces, sacó
la mano y se la templó a uno de esos.
Los ‘paracos’ ya llevaban rato, pero por aquí casi no se sentían. Estaba en
Capitanejo y en Enciso, pero al poco tiempo ya eran los que reinaban en todo
esto, entonces eso es lo más seguro. ¡Eso es lo más seguro!
Aunque unos dicen también que era por envidia de la política, porque para ese
tiempo habían ganado Ciro las elecciones. Eso no se sabe.
Después de que mataron a mi papá, los manes dizque iban a coger la moto de
‘Mamarro’ para llevársela, pero encender esa moto era con gallo, y le dieron
pata pero no fueron capaces. Entonces, botaron ese tiesto para la mierda y se
desaparecieron. No se sabe qué se hicieron. Eso fue lo que don Hermes contó
porque de lo contrario, no sabríamos nada.
Después de esa muerte, habían dicho que iban a seguir con el resto de la
‘gallada’, y todo el mundo a volar, porque qué más.
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Mi papá nunca tuvo amenazas. Por ahí cuando era joven, como que le
gustaba mucho la pelea, pero imposible que tuviera enemigos desde entonces.
Él nos daba todo. Yo estudie un año más y me retiré. Me puse a hacer lo que
hago ahorita: ‘vaguiar’ porque qué más. -Éibar sonríe- Por ahí me pongo a
arriar ganado y eso.
Sin embargo, todo era un rollo completo porque a la finca no se podía ir. Pues
se podía ir, pero el miedo no dejaba, porque imagínese que lo pelen a uno. El
miedo alcanzó para todos. Nadie iba por allá. La finca duró abandonada como
ocho meses.
Mi mamá fue la que se echó la cruz al cuerpo y se fue. Iba a ver qué pasaba y
a recoger la poquita plata que había para pagar deudas. En ese momento, más
de uno brincó aludiendo que mi papá debía. Les tocó aguantar y poquito a poco
se fue pagando todo.
Desde esa vez, volvimos a ir a ver los tres animales que tenemos, pero eso ya
no es igual. Sin embargo, decidimos mantener la finca, mejor dicho, los dos
potreros que son lo único que nos queda.
Finalmente, nunca hubo investigación, todo quedó así y nunca se supo nada
con certeza. William nunca habló. Tampoco tuvimos sentimientos de venganza
y menos mi hermano, que es muy noble. Ese es más pendejo que yo.
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3.2.2 Una factura por otra
Después de varios años de violencia generada por el ELN y las FARC, llegaron
a Concepción los paramilitares con ansias de sangre y dinero. Mataron
cruelmente a quienes llamaban colaboradores de la guerrilla, extorsionaron y
amenazaron a los que consideraban ‘con billete’.
En el pueblo decían que esa gente era terrible, que eran muy malos. Yo los
imaginaba tal cual los veía en las noticias: mandones, malgeniados, pero sobre
todo, matones.
De esta manera, poco a poco, iban pagando los estudios de sus ‘chinos’, como
les dicen normalmente, que para entonces estaban próximos a entrar a la
universidad. Pero el panorama cambió con la incursión del paramilitarismo en
el alejado municipio de Concepción, y más aún, cuando tocó las puertas de su
casa, aquella época decembrina del 2002.
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-¡Ah, sí! El primero que llegó a buscarlo fue el bobo ese, el que trabajaba
sacando cal en Málaga. Me preguntaba por Alejandro, que necesitaba yo no sé
para qué, y yo le dije:
Cuando yo llegué, Marcela me contó que habían ido por mí y esa tarde volvió a
buscarme el mismo man, agrega Alejandro.
-Sí
-Y ¿para qué?
De una vez se fue. Pasadas las 3 me llamaron para que no fuera porque no
podían estar, pero me advirtieron que no me fuera a salir de la casa, que en el
transcurso de la semana venían a buscarme.
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Ya después fue cuando llegó el tal Flechas, como a los 8 días. Yo le di la mano
y me preguntó:
Y la miraba.
Y dice Marcela: “el tal vez traía en la cabeza otra cosa. Pensaría que nosotros
teníamos esto llenito de mercancía”. Y le dije:
Después supimos que la Peñaranda les había dicho que, mejor dicho, éramos
ricos.
Un día que fui a Málaga, un amigo mío, al que le decimos ‘Manga Floja’, sí me
dijo: “ojo que lo van a joder y la de eso fue Elvira Peñaranda”. Ella les había
dado la lista de todos los que le vendían a la alcaldía; entre esos yo, que
apenas estaba comenzando en ese negocio.
Cuando llegó el ‘Flechas’ a la casa estaba, mis hermanas, que había venido
de vacaciones a visitar a mi mamá, apenas lo vieron, se fueron. Yo pensé
¡cómo son de hijueputas! Lo ven y me dejan solo.
-¡Uy, sí! Nosotros dijimos ¡cómo son de hijueputas! Sabían de la situación y nos
dejaron ‘soliticos’, añade Marcela.
Después me dijo:
-Usted es un testaferro.
-¿Qué es un testaferro?
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-Que usted le saca plata la guerrilla
-Y eso ¿cuánto?
- Treinta millones.
Ahí fue cuando yo le dije a Alejandro, digámosle a Ciro, el alcalde, que nos
ayude. Y él fue el que habló con ese miserable, dice Marcela.
Todo pasó tan rápido. El tipo me volvió a citar y Ciro me dijo que él arreglaba
eso. El caso es que después de ese encuentro, entre ellos dos, supe que la
orden era grave y dura: si no daba la plata me mataban y mataban a los de mi
casa.
Sentí mucho miedo. Creí que me iban a matar. Empezamos a hablar pero el
comandante no se bajaba de los 30 millones. Duré como media hora tratando
de que me rebajara pero él insistía en que sobre mí había información grave.
Sacó un radio y llamó a un tal ‘Douglas’, el matón más duro que había, y
hablaban en cable. ‘Flechas’ le decía:
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-Pero el precio es el que ya se dijo y si no, hay que proceder, decía ‘Douglas’.
-Claro que sí
-Entonces yo le doy algo, pero bájele a la letra porque de verdad, toda esa
plata no la tengo. Nunca me he ganado eso, tampoco he cobrado un cheque
por 50 millones, como usted dice. Yo no puedo declarar toda esa cantidad.
Me recibió los 2 millones y me dejó claro que el resto se los tenía que dar en
una semana. Quedamos en que serían 15.
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A mí también me había alertado Tito, mi amigo. Él había escuchado muchos
comentarios en las oficinas de Cotrans, una empresa de transporte
intermunicipal.
Pero a ellos nos les bastó con sacarme la plata. También fui su mensajero.
Para ese entonces yo había comprado, en sociedad, un camión de carga con
mi primo y nos tocó, durante un mes, recoger las ‘vacunas’ por todo el pueblo.
Eso a todo el mundo le sacaron plata, hasta a un zapatero, como de a 10 mil
pesos. Eso era una ‘chichigua’. Duro me tocó a mí y todo por mala información.
-Espéreme aquí que voy para donde un ‘hijueputa’ que tiene billete, agregó.
Hoy, alias ‘El Chulo’ está trabajando en la mina de cal, tal cual lo hacía antes
de sentirse poderoso por cargar un arma en su pantalón y decir que era
miembro de las AUC.
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3.2.3 Primero conferencias, luego muertos y bombardeos
E inicia el recuento, de lo que para ellos, fue el infortunado inicio de los grupos
guerrilleros en la zona.
Las conferencias
La vez del paro estuvo ‘jodido’. Duró como una semana, sacaron a la gente del
campo y la echaron para Bucaramanga a pie. El Comandante de los elenos era
‘Santander’, no sé cómo se llamaba, pero así se presentaba. Entonces, nos
tocó llamar a la Gobernación de Bucaramanga para que vinieran porque no
entraba comercio, ni nada, y hasta Málaga llevó del bulto porque para allá
tampoco pasaba nada de comida, sobre todo. El caso es que de la
Gobernación nunca hubo presencia y fuimos nosotros quienes dialogamos con
Santander para que levantaran el paro, que en realidad, nunca entendí cuál era
el objetivo. Hacerse sentir y notar, supongo.
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Íbamos al páramo, a Piedra Azul o Cueva Grande. Allá nos atendían en alguna
casa o en las escuelas del páramo y nos daban unas conferencias. Me acuerdo
de las primeras, cuando nos explicaron el porqué mataron a unas ‘peladas’ del
pueblo.
Y en eso sí tenían razón, aunque no para matarlas, pero es que llegan esos
policías casados unas 3 o 4 veces y agarran de una vez a esas ‘tontas’, las
dejan embarazadas, se largaban y por aquí ni volvían.
Nos hablaban del petróleo y nos decían que acá venían los gringos y se lo
robaban. Que teníamos que defender eso. Y que por la misma razón era que
ellos se armaban, porque tenían que luchar por lo que le pertenecía al pueblo.
Que era necesario amparar las riquezas del país
-Vea, lo que pasa es que aquí en Colombia hay muchos ingenieros, pero esos
no saben coger ni una válvula. En cambio, los gringos llegan y esos sí saben.
A veces se ponían de mal genio porque uno les decía que no le parecía alguna
cosa y ellos de una vez mostraban el arma. Pero un día me tocó decirle al
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comandante que habláramos de hombre a hombre porque eso con armas, no.
Ya el diálogo no es igual cuando un hombre está con fusil.
Otro tema que siempre tocaban, era el de los proyectos. En cada reunión, lo
primero que preguntaban era sobre qué proyecto estábamos trabajando para
presentárselo al alcalde y como nosotros no sabíamos hacer eso, entonces nos
regañaban:
-¿Cómo así? Entonces, ¿qué diablos hacen ustedes? Esa es su labor, pasar
proyectos para que arreglen las carreteras de las veredas, las alcantarillas,
toda esa vaina que se necesita. La plata del pueblo es de ustedes, del pueblo.
Esas conferencias, como las llama Ciro, duraban un solo día e incluían las
meriendas respectivas. Alrededor de las cinco de la tarde, los guerrilleros se
encargaban de llevar nuevamente a los concejales hasta un punto donde
pudieran conseguir transporte hasta Concepción. Normalmente, los dejaban en
la entrada del municipio vecino, el Cerrito.
Pero la gente dice que cuando el Ejército llegó al rancho, Darío ya estaba
muerto. Supuestamente lo mató el mismo compañero, un tal ‘Jimmy’. Ellos
preferían un disparo de sus propios combatientes que de los otros. Es más,
más de uno se tiró del puente ‘Mataperros’, que separa a Concepción del
Cerrito, por donde pasa el río Servitá.
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Los primeros muertos que dejó el ELN fueron los cuidanderos de mi finca de
Mojicones, asegura Alberto.
-Pilas con ese chino. Dígale que deje la ‘compinchería’ con esos manes.
Pero cuando empezó a llegar la guerrilla de las FARC, esos sí llegaron hechos
unos arrechos y empezaron a desplazar a los elenos, rapiditico. Sin embargo,
el ELN alcanzó a bajarse al comandante de las FARC, a un tal Rozo.
Los grandes temerarios: ‘La Flaca’ del ELN y ‘Gumu’ de las FARC
Una vez hicimos un cabildo abierto y ahí llegó la nueva comandante del ELN,
Yaneth, le decían ‘La Flaca’. Ella duro unos 2 o 3 años y murió en combate con
el Ejército, en la vereda de Tabeta. Pero a esa vieja sí le tenían miedo, era muy
estricta, muy rígida, muy matona. Esa decía que aquel que la cagara, la
llevaba; recuerda ‘Mono Ciro’.
Esa comenzó a ordenar los hostigamientos. Esa era una ‘caca’. Era de las que
veía al Ejército y les peleaba, si le daban papaya les daba bala. Yo me la
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encontré en la finca y allá duraron como unos diez días, luego pasaron y se
instalaron en la de don Enrique Castellanos, agrega Alberto.
Pero esa nos ponía unas tareas medio jodonas, interviene Ciro. Una vez nos
mandó a llevar unas matas de aquí para sembrarlas por allá arriba, y yo si me
le arreché y le dije:
Ahí me atreví a rezongar, pero donde Yaneth hubiera estado con el tal
‘Bateman’, me hubiera quedado calladito.
-¡Uy, sí! A ese man lo mataron en Capitanejo, pero era de los que si pasaban 8
días sin matar a alguien, se volvía loco. Él fue quien mató a William Niño
Redondo, sobrino del ex contralor nacional, Rodolfo González. Dice Alberto. Y
continúa narrando cómo fue la muerte del loco de las armas.
Yo venía ese día del campo con Fabio Gallo y en el Cucharito, una vereda de
Concepción, cuando empezó una balacera entre el Ejército y ellos (las FARC).
Esa fue una balacera pero ‘arrecha’, como a las 3 de la tarde.
Una vez me tocó ir a una cita con la guerrilla y allá fue donde lo conocí, y me
pregunté ¿esta es la guerrilla? ¿Para qué le sirve un bobo de esos? Pero ¡ja!,
la gente oía ‘Gumu’ y salía a volar.
Por ejemplo, a mí me gustaba irme a tomar unas cervezas con Eliecer Bello y
con Arturo Peña, a la tienda de don Álvaro, y cuando eran por ahí las 7 de la
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noche, hora en la que estábamos medio entonados y contentos, empezaba
Álvaro a decir:
La vez que tuve que reunirme con ellos fue porque el hijo del cuidandero de la
finca me había robado un toro. Era el hijo de don Moisés, se llamaba Raúl.
Pero a él lo había mandado otro tipo y el chino vino y lo trajo al pueblo para
venderlo.
-Oiga, que allá en la plaza hay un toro, que ¿en cuánto lo da?
Yo nunca puse en conocimiento eso porque sabía que aquí no pasaba nada,
entonces yo esperé que viniera el viejo, el papa, y le hice el reclamo, pero él
estaba inocente de eso. Y lo volvieron a subir a la finca.
Me tocó ir al Cedro, una vereda. Había varios ‘guerrillos’, entre esos ‘Gumu’,
quien me dijo:
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Entonces me dijeron que los sacara de ahí. Y tuve que hacerlo porque si no el
problema iba a ser para mí.
Siempre era así. Nadie acudía acá a la policía, ni mucho menos al juzgado. La
ley era la del monte.
Por ahí robaban ganado, pero no era muy común y cuando empezó a llegar la
guerrilla, a los primeros que mataron era esos ‘pícaros’. Sobre todo en el
páramo, donde era tradición que entre vecinos se robaran.
Así fue como conocí al famoso ‘Gumu’. Ese hizo historia y más, cuando se robó
20 millones de pesos del Banco Agrario y salió como si nada de ahí, pasó por
la estación de policía, bajó por el río y salió a la loma llevando la plata en un
costal.
Lo contradictorio era que la guerrilla mataba a los ladrones, pero ellos después
empezaron a robarse las cargas de los camiones, entonces eso terminó
convirtiéndose en delincuencia.
Por esa razón, interviene Ciro, es que los que entendemos un poco, no les
creemos nada. Terminaron saqueando a lo loco, cuanto camión pasaba por el
páramo.
Los dos amigos, quedan en silencio durante un par de minutos. Alberto toma
nuevamente la palabra y comenta:
Al principio querían ser ideólogos (el ELN); con la llegada de las FARC
empezaron con las vacunas y ahí fue cuando mataron a Argemiro, el alcalde,
porque él sí era de izquierda, de los tiraba piedra en Bogotá y no les ‘comía’.
Es más, en varias oportunidades, cuando se lo llevaban, para el monte, él
terminaba dándoles cátedra, les abría la mente porque ese sí sabía lo que
significaba ser de izquierda.
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También, a matar a la gente en las calles, a cualquier hora y por chismes que
nunca confirmaban.
La primera balacera, a la que le dieron al pueblo con todas las ganas, fue a las
tres de la tarde, hace como unos 20 años.
Mis hijos estaba pequeñitos, tenían 3 y 4 años, y nos habíamos ido a caminar
hasta el puente, con mi mujer, Nelly, la que nos cuidaba a los ‘pelados’ y ellos.
En el trayecto, nos encontramos con unos siete tipos y más arriba, ya había
otros cuantos disfrazados. De una vez, nos devolvimos. Alcanzamos a llegar a
la casa cuando empezó la ‘fiesta’. Después le daban al pueblo cada 8 días.
-No.
-Vengo de Mojicones.
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-‘Mano’, déjeme llegar al pueblo
Yo que hijuemadre, eso fue en bombas que llegué y al único que le dije fue a
José ‘Chiquito’ que me lo encontré entrando al pueblo.
-“Guárdese, ‘Chiquito’”.
Ellos cortaban la luz y siempre tenían unos carros más arriba en las carreteras
para volarse, y ya.
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CONCLUSIONES
Esta problemática, que lleva más de 25 años, según las narraciones de sus
pobladores, tuvo varios matices.
El primer grupo guerrillero que hizo presencia en esta región fue el ELN, quien
pretendió desempeñar un rol de ideólogo. No obstante, esta faceta no perduró
ya que se dedicaron a delinquir y a cometer asesinatos. Por tal motivo, la
población que en algún momento simpatizó con ellos, perdió toda credibilidad
por sus actuaciones.
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No obstante, el desconocimiento de la figura estatal se debió a la incapacidad
de combatir la violencia y los actos terroristas que allí ocurrían. Pero, sobre
todo, los habitantes del municipio de Concepción culpan al Estado por su
abandono y desconocimiento.
Debido al impacto generado por los actos terroristas de este grupo guerrillero,
su nombre quedó grabado en la memoria de todos los habitantes. Asimismo, su
reconocimiento como ente de poder se difundió con rapidez por la región.
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Ese municipio presenta serios problemas sociales, que se agudizaron por la
presencia de los actores violentos. Su desarrollo y crecimiento es mínimo y las
posibilidades de tener una vida digna, con empleo, salud, educación de calidad,
como mínimo, son prácticamente nulas.
Más adelante, hacía el año 2001 la situación de orden público empeoró con la
aparición de las Autodefensas. El paramilitarismo, a diferencias de las guerrillas
que operaban y vivían refugiadas en zonas rurales, se instaló en el casco
urbano, de distintos municipios de la Provincia.
Asimismo, su modo de actuar distó mucho del de las guerrillas. Sus agresiones
contra la población civil fueron más silenciosas y macabras. Las AUC fueron
protagonistas de las torturas, las extorsiones y las amenazas.
Los grupos armados ilegales han tenido mayor poder de decisión sobre la
población de la región García Rovirense, que las figuras judiciales del Estado.
Ellos fueron ‘los jueces’ que ajusticia con o sin motivos, de maneras
sangrientas.
Del mismo modo, las dinámicas sociales y de interacción entre los pobladores
reflejan el terror y el miedo que estos grupos han sembrado; pues se perdieron
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las costumbres de hacer visitas, de charlar sobre temas políticos o de
pronunciarse ante alguna inconformidad, porque quien lo hiciese podría ser
denunciado con la organización delictiva de turno y víctima de sus métodos de
ajusticiar.
Con lo cual se impide que la historia del país cobre vida cuando a través de las
memorias de sus víctimas se reconstruya, para conocer la verdad, o lo más
cercano y fiel a ella, ese rompecabezas que conforma una historia de país,
dentro del cual cada ficha es una pieza clave para formar el conglomerado que
lo identifica como nación.
Es por esto que comprendí que la historia del país se conoce escuchando a
sus habitantes. (Molano, 2005)
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Bibliografía
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