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UNIDAD II
Con la venida de la democracia, las practicas y los discursos del Estado, desplazaron a los
ocupantes no regulares de inmuebles a una progresiva invisibilidad e ilegalidad, a diferencia de
los habitantes de las villas.
Sectores de clase media urbana, parten del supuesto que los nuevos intrusos del espacio no
merecen vivir en la ciudad, ni mucho menos en sus barrios cotizados.
Cuando las casas tomadas se emplazan en mejores zonas que las villas (hábitat natural del
pobre) esto es vivido como una amenaza. Amenaza el status y la identidad de los “vecinos
nobles.”
Los pobres deben vivir de acuerdo a sus condiciones económicas, culturales y sociales.
Cuando un actor social actúa como se espera socialmente de él, no debe ofrecer explicaciones
al respecto. Cuando no actúa como se espera, le son requeridos los motivos de su conducta. Lo
mismo pasa con el espacio urbano: no hay carencia o exclusión que justifique el hecho de
usurpar tierras a pocos metros del centro del poder económico y político del país.
Las políticas habitacionales no existen. Siguen la lógica de la máxima intrusión. Son “pan para
hoy y hambre para mañana.”
La operatoria de villas, que tiene como objetivo la integración física y social de los barrios al
resto de la ciudad, solo está siendo implementada en la actualidad en algunas.
Las condiciones estigmatizadoras son invisibilizadas para el Estado por dos motivos:
INVISIBILIZACION (OCUPAS)
VISIBILIDAD (VILLAS)
FACTORES:
Histórico