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CIRUGÍA ÓSEA

En el campo de la cirugía ósea y articular son dignas de mención, ante todo,


las invenciones instrumentales tocantes a la trepanación craneal. Varios
médicos renacentistas (Paré entre ellos) colaboraron en el empeño; pero acaso
fuese el español Andrés Alcázar (1575) quien más se distinguiera entre todos,
tanto en el orden instrumental del problema como en sus aspectos clínicos.

AMBROSIO PARÉ

Se considera a Ambrosio Paré (1510-


1590) como la principal figura
quirúrgica del siglo XVI, así como el
padre de la cirugía francesa. Nació en
Bourg Herent (Francia). Comenzó
como aprendiz de un barbero-cirujano
de París; después trabajó durante
cuatro años en el Hospital Dieu de
París. En 1541 se convirtió en maestro
barbero-cirujano y trabajó como
cirujano del ejército. En 1564, publicó
una monumental obra de cirugía, los
"Dix Livres de la Chirurgie". La primera
parte contenía anatomía y fisiología y la segunda, cirugía. En ésta se describían
muchas técnicas quirúrgicas, siendo una de las más significativas el uso de
ligaduras de grandes vasos en las amputaciones. También usaba un torniquete
en sus amputaciones, para mantener los músculos retraídos con la piel, evitar la
pérdida de sangre y embotar la sensibilidad. Definió los objetivos de la Cirugía
anatómica del siglo XVI: "La cirugía tiene cinco funciones: eliminar lo superfluo,
restaurar lo que se ha dislocado, separar lo que se ha unido, reunir lo que se ha
dividido y reparar los defectos de la naturaleza."

Las aportaciones de Paré a la Traumatología y Ortopedia son importantes. En


primer lugar, describe un nuevo método para el tratamiento de las heridas por
arma de fuego, el lavado, que difiere del método clásico (cauterización con aceite
hirviendo): "no puedo decir por qué razón, pero creo que uno de los principales
medios para curar las heridas es conservarlas bien limpias". También fue el
primero en describir la fractura de cuello femoral y los desprendimientos
epifisarios en niños. Además, describió un nuevo método para la reducción de la
luxación glenohumeral.

Paré fue el primero en describir una fractura abierta tratada con éxito sin
amputación. De hecho, fue el propio Paré el paciente, sufriendo una fractura
abierta de tibia y peroné tras recibir una coz de su caballo. En palabras de Paré,
citado por Colton: el caballo le coceó, fracturándole ambos huesos; al intentar
dar un paso atrás "caí súbitamente al suelo, y los huesos fracturados saltaron
hacia fuera, desgarrando la carne, la media y la bota". Por otra parte, diseñó una
gran variedad de fórceps, instrumentos y férulas de todas clases. Con la ayuda
de fabricantes de armaduras, diseñó miembros artificiales de hierro, perfeccionó
el banco hipocrático para la reducción de luxaciones y diseñó un corsé para
escoliosis y una bota para pies zambos. Además, en su obra "Monstruos y
Prodigios" se recogen de forma pionera imágenes de patología ortopédica.

La cirugía del Renacimiento se caracteriza en toda Europa por la división entre


cirujanos y barberos; los primeros, con instrucción teórica, conocimientos de
anatomía y de medicina; los segundos, poco más que curanderos ambulantes.
Sin embargo, tanto unos como otros vieron amenazada su profesión por los
médicos, cuya mejor posición social y preparación les proporcionaba una mayor
clientela. Durante el medievo, esta intromisión fue evitada por el poderío de los
gremios de cirujanos. Sin embargo, al debilitarse éstos, fue necesario el apoyo
de las instituciones para la supervivencia de la profesión.

En España, el Protomedicato, fundado por los Reyes Católicos en 1477, era el


responsable de la formación y protección de los cirujanos. En la misma época,
en Francia se regularon los estudios de los cirujanos barberos (de toga corta) y
los cirujanos de toga larga, que dependía de la Facultad de Medicina.
ANDRES ALCÁZAR

Fue Andrés Alcázar médico antes que nada, y cirujano de forma añadida,
inventor además de geniales instrumentos para realizar lo que sabemos que de
vez en cuando hacía: operaciones quirúrgicas para tratar de curar enfermedades
relacionadas con la cabeza, con el cráneo, especialmente las graves heridas
recibidas por accidente en esta parte del cuerpo.

SU OBRA

Andrés Alcázar, ya anciano, a petición de


sus discípulos preparó su famosa obra
impresa, el Libri Sex, llamado así porque
consta de seis libros de cirugía reunidos en
un volumen. Su título completo y exacto
era: Libri Sex en quibus multa antiquorum,
et recentiorum suboscura loca hactenus
non declarata interpretantur. Impreso en
Salamanca, en 1575, en la imprenta de
Domingo de Portonaris.

El libro de Andrés Alcázar sobre la Cirugía Craneal consta a su vez de 25


capítulos, que presentan desde la anatomía de la cabeza, a la clasificación de
las heridas cefálicas según la etiología y localización, y desde el diagnóstico
diferencial de las mismas hasta el pronóstico en general y en particular. Desde
el capítulo doce hasta el final, Alcázar ofrece soluciones terapéuticas, tanto
desde el punto de vista médico como quirúrgico, para cada uno de los tipos
principales de heridas.

Esos seis libros ofrecen lo más señalado de lo que Alcázar estudió y mejoró en
sus años de práctica y profesorado.
 El primero de esos seis libros es el titulado
De las heridas de la cabeza. El segundo está dedicado a los problemas
quirúrgicos del sistema nervioso periférico. El tercero se refiere a las heridas
torácicas, y el cuarto a las abdominales. El quinto libro trata de la sífilis como
enfermedad entonces en propagación, temida y extraña (una plaga bíblica se
pensaba que era) y el sexto estudia la clínica y prevención de la peste bubónica,
otro de los temas que mayor preocupación provocan entre la población del
mundo occidental, aunque no fuese un tema estrictamente quirúrgico.

Esta primera parte de las heridas del cráneo es sin duda la parte cumbre de su
obra, la más completa exposición sobre el tema publicada en el siglo XVI, muy
superior a las de los textos de Ambroise Paré y Andrea della Croce. De ahí el
interés, creciente hoy en día, por analizar con detenimiento lo escrito y estudiado
por el alcarreño Andrés Alcázar.

Se manifiesta Alcázar firme partidario de la trepanación craneal, pero afinando


en sus indicaciones y mejorando la técnica que hasta entonces se tenía. Para
ello ideó, propuso y finalmente construyó algunos trépanos con el fin de solventar
los inconvenientes que presentaban los hasta entonces existentes.

El tratamiento de los traumatismos craneales no mejorará gran cosa desde


entonces hasta que Jean Louis Petit y François Le Dran (1685-1770) distingan
clínicamente la conmoción y la contusión del cerebro y perfeccionen la técnica
de la evacuación de los derrames intracraneales.
JEAN LOUIS PETIT

En Francia surgió en 1731 la Académie


Royale de Chirurgie, siendo equiparada a las
Universidades como centro de enseñanza de
la cirugía. En su fase inicial fue dirigida por el
gran cirujano Jean Louis Petit (1674-
1750) que además de aportaciones
anatómicas destacó por el perfeccionamiento
del torniquete. También diseño una "caja de
fractura".

A su vez, la ortopedia, que ya había avanzado estimablemente en el siglo XVII


(Jean Bienaise y otros: sutura de tendones; Fabricio de Hilden y Laurent
Verduc: técnicas para el tratamiento de fracturas y luxaciones), alcanzará un
excelente nivel en el XVIII, gracias, sobre todo, a A. Louis, Percíval Pott (1714-
1788), P. J. Desault y Thomas Kirkland (1721-1798).

PERCIVAL POTT (1714-1788)

Nació en Londres y trabajó en el Hospital St.


Bartholomew. Describió la fractura de tobillo que
lleva su nombre. Curiosamente, la circunstancia
que le impulsó a escribir sus obras científicas fue
la inmovilización a la que se vio sometido cuando
sufrió una fractura abierta de tibia, que, en su
época, casi con seguridad hubiese necesitado
una amputación inmediata. Pott se negó a la
amputación y consiguió, mediante
inmovilización, salvar la pierna. La principal
aportación original de Pott fue relacionar la escrófula pulmonar con la lesión
vertebral con compresión de la médula espinal (paraplejia de Pott). Fuera de la
traumatología y ortopedia realizó otras aportaciones a la ciencia médica, como
el relacionar el cáncer escrotal de los deshollinadores con la exposición al hollín.
BIBLIOGRAFÍA

 P. Laín Entralgo. (1978). Historia de la medicina. Recuperado de:


file:///C:/Users/User/Downloads/historia-de-la-medicina.pdf
 http://www.herreracasado.com/2017/02/18/andres-alcazar-medico-
cirujano/
 http://ortopedicakonfort.tripod.com/id15.html
 http://www.ujaen.es/investiga/cts380/historia/siglo_xviii.htm

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