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IDENTIDAD DOCENTE, ÉTICA Y SABERES PROFESIONALES PARA LA MEJORA DE

LA PRACTICA DOCENTE
Mg. Walter Erickson Lizano Troncos

1. Introducción

El presente texto argumentativo, trata de plantear acciones de mejora de mi práctica


pedagógica como docente formador del Instituto Superior Pedagógico de Piura, a partir
del análisis de mi identidad docente, mi ética profesional docente y los saberes
pedagógicos.
El trabajo comprende cuatro aspectos, la introducción, la tesis y el planteamiento de
acciones a partir de la problemática de mi práctica pedagógica, priorizada; la
argumentación y las conclusiones.
La metodología para el desarrollo del texto fue: el análisis de mi práctica pedagógica,
identificando las fortalezas y debilidades, y establecer prospectivamente acciones de
mejora, considerando: las fortalezas y debilidades y la priorización de la problemática,
la explicación de la propuesta de acciones de mejora a partir de las reflexiones de sus
fortalezas y aspectos a mejorar; la justificación desde el punto de vista ético y cómo
eso fortalece mi identidad docente, y la fundamentación teórica de las acciones de
mejora, tomando en cuenta la pertinencia y viabilidad.

2. Tesis (planteamiento de acciones- a partir de problemática priorizada)

2.1. Tesis o idea principal

El fortalecimiento de la identidad docente, la ética profesional y el saber


pedagógico, como herramientas efectivas para la mejora de mi práctica pedagógica
como formador de educación superior.

2.2. Planteamiento de acciones

Cuadro N° 1: Planteamiento de acciones a partir de la identificación de fortalezas y


debilidades

Dimensión Fortaleza Debilidad Planteamiento de


acciones
Mi Identidad Me defino como un docente Poco manejo de  Participar en
Docente apasionado de la educación, amo lo herramientas jornadas de
(PERSONAL- que hago, me emociono cuando tecnológicas, formación y
SOCIAL) hago docencia, poseo habilidades pizarras autoformación en
comunicativas, utilizo un lenguaje interactivas, TICs, para el
claro, concreto y cercano. La plataformas aprendizaje.
experiencia de más de 30 años de virtuales, etc.).  Promover en
servicio me ha permitido poseer docentes y
equilibrio emocional; y habilidades Trabajo poco la estudiantes el
para organizar y planificar el proceso identidad docente. desarrollo de la
de E-A. identidad docente
Poseo mi autoconcepto y autoestima
alineado a la labor de una buena
docencia.
Mi Ética Me considero un docente con Poco Fortalecer y abordar
profesional principios éticos y morales sólidos, involucramiento en desde mi práctica
docente que procura tener y proyectar una la formación ética docente la relevancia
(ÉTICA) fuerte coherencia entre lo que se dice de los estudiantes que tiene la ética de la
y lo que se hace. Desanimo en docencia en todos los
labores formativas niveles de la ense-
debido a la crisis ñanza.
moral y ética del
país, paraliza y
genera

Mi Saber Soy docente de Educación Primaria, Débil manejo de Incorporar a mi


pedagógico II Especialización en Formación teorías práctica los saberes,
(COGNITIVA) Magisterial por la Pontificia pedagógicas y habilidades y
Universidad Católica del Perú, estrategias de competencias
Maestría en Gestión Educativa por la aprendizaje. pedagógicas
Universidad de Piura, estudios Escaso trabajo en necesarias para
concluidos de Doctorado en Ciencias fomentar el afrontar las demandas
de la Educación por la Universidad desarrollo del actuales y las del Siglo
Nacional de Piura; pensamiento crítico XXI, como formador
Procuró tener una permanente en los/as de educación superior
preocupación por incorporar en mi estudiantes. docente.
práctica docente lo que la teoría Poco uso de la
pedagógica ofrece y que se pueda evaluación
contrastar en mi practica y construir formativa de los
saber pedagógico. Me considero un aprendizajes, se
docente con competencia profesional privilegia
y con una permanente preparación evaluación
académica y apertura para la sumativa.
creatividad e innovación basada en la Realizo escaso
investigación. trabajo en la
retroalimentación
como herramienta
para asegurar
aprendizajes en
mis estudiantes.

3.- Argumentación (de las acciones, por dimensión)

El cuadro anterior, muestra esquemáticamente, las fortalezas y debilidades de mi


práctica docente, y las probables acciones para la mejora. Sin embargo, debo priorizar
las acciones que a mi entender son herramientas claves para la mejora de mi ejercicio
docente, y es el fortalecimiento de la Identidad docente, el abordaje desde mi práctica
docente, la relevancia que tiene la ética de la docencia en todos los niveles de la ense-
ñanza y Incorporar a mi práctica los saberes, habilidades y competencias pedagógicas
necesarias para afrontar las demandas actuales y las del Siglo XXI, como formador de
educación superior docente.
El primer aspecto o dimensión para la mejora de la práctica pedagógica es la identidad
docente, es fundamental que la buena docencia esté iluminada por el autoconcepto,
autoestima e identidad docente. Zabalza, (2001) citado por Peñaherrera, M y otros
(2014), refiere que autoconcepto y autoestima, se asumen como conceptos similares.
El primero tiene un contenido más racional y cognitivo: es la imagen que uno se va
haciendo de sí mismo a partir de las propias experiencias y, sobre todo, de los
mensajes que los otros le van transmitiendo sobre él mismo y sus comportamientos.
De esta manera, el autoconcepto constituye el componente cognitivo e intelectual de
la visión que nos hacemos de nosotros mismos y de nuestras circunstancias
(personales, sociales, laborales, etc.). Pero obviamente, la imagen de sí mismo viene
saturada de componentes emocionales, de autoestima. Lo que uno sabe, piensa o
cree sobre sí mismo genera sentimientos de satisfacción o frustración. Estos aspectos
van configurando la identidad docente.
Ortega R. (2012) , define a la identidad docente como …” la emoción habitual que
mueve y dirige las intenciones y acciones de un docente y que surge de la imagen
más alta y virtuosa a la cual ese docente se ha permitido aspirar”1. Eso quiere
decir, que, si la emoción habitual no proviene de la imagen más alta y virtuosa,
entonces las intenciones y acciones docentes no serán tan altas ni virtuosas.
Pero la “pasión” es “un sentimiento muy intenso”. Es un motor, una fuerza motivadora
que emana de la emoción. La pasión y la emoción es esencial para la buena
docencia, para las buenas practicas pedagógicas
Coincido con, Day Christopher (2017: 19) que en su texto “Pasión por enseñar.
Identidad personal y profesional del docente y sus valores”, señala que “los buenos
maestros dedican gran parte de su yo emocional fundamental a su trabajo con los
alumnos. No sólo tienen que rendir cuentas de su trabajo ante los padres y los
directivos, sino que también son responsables ante los estudiantes a los que enseñan.
Estar apasionado por enseñar no consiste sólo en manifestar entusiasmo, sino
también en llevarlo a la práctica de manera inteligente, fundada en unos principios y
orientada por unos valores. Los docentes eficaces tienen pasión por su asignatura,
pasión por sus alumnos y la creencia apasionada en que su yo y su forma de enseñar
pueden influir positivamente en la vida de sus alumnos, tanto en el momento de la
enseñanza como en días, semanas, meses e, incluso, años más tarde. La pasión se
relaciona con el entusiasmo, la preocupación, el compromiso y la esperanza, que son
características clave de la eficacia en la enseñanza”. (Day C. , 2017)
Creo que la identidad docente, y la autoestima personal y profesional contribuyen a la
mejora de las interacciones docente, tanto a nivel de aula como de escuela. La
identidad docente es el motor de nuestra acción, de nuestra pasión y emoción, de
nuestro compromiso por lo que hacemos. Por ello debemos cultivar la mejor identidad
posible y la mejor versión posible de nuestra identidad docente en nosotros.
Debemos tener cuidado y contrapesar el accionar negativo, de las prácticas docente
que se van construyendo con visiones equivocadas y a veces mal intencionadas de la
docencia; porque inhiben la mejora, desalientan los cambios y contagian a los
maestros/as jóvenes para repetir patrones viciados, simular procesos y fingir procesos
académicos. Ese tipo de pseudocencia, actualmente es común en nuestras
instituciones educativas, es por ello que debemos fortalecer la identidad docente, para
mejorar las practicas docentes y la calidad de los docentes.
El segundo aspecto importante en la mejora de la práctica docente, es sin lugar a
dudas, la ética profesional docente, al respecto, cabe reflexionar, con rigor, acerca de
lo que significa ejercer dignamente la tarea de profesor. (Martínez Navarro, 2010),
señala que la ética de los profesores puede ser una interesante aportación a la mejora

1
Ortega Reyes Rafael; (2012): Identidad Docente. Una experiencia en si mismo
de la práctica docente, siempre y cuando logre estimular la reflexión, personal y
compartida, sobre la propia actitud vital, sobre las propias actitudes morales como
profesionales, sobre el contexto moral que rodea a la enseñanza y sobre las
posibilidades que tenemos de cambiar en positivo lo que nos parezca mejorable.
Pero no basta con el abordaje ético desde lo individual, es necesario involucrar a la
comunidad educativa, a los actores educativos para un ejercicio ético de la profesión,
lo que generaría una dinámica y movilización positiva para la mejora de la docencia en
todos los niveles educativos.
Siguiendo a (Martínez Navarro, 2010, pág. 9) diremos que la ética bien entendida no
pretende en absoluto dogmatizar sobre el bien y el mal del que los seres humanos
somos responsables, sino más bien elaborar y compartir algunas reflexiones
racionalmente fundamentadas, con la esperanza de que esas reflexiones tal vez
puedan ayudar a las personas a aclarar sus propios pensamientos y a orientar su
comportamiento de la mejor manera posible. Esto mismo es lo que hemos de hacer
los profesores en cuanto a la educación moral de nuestros alumnos, incluso de los
más pequeños: Evitar la moralina y procurar que aprendan a pensar por sí mismos
para que sean personas razonables, sensatas, capaces de hacerse responsables de
sus actos, de sus vidas personales y del cuidado de la comunidad, tanto de la
comunidad local como, en la medida de lo posible, de la comunidad global a la que
todos pertenecemos. Pero los profesores no podemos ofrecer una educación moral de
ese tipo si previamente no hemos interiorizado la actitud que haga de nosotros un
ejemplo vivo para el alumnado. Por eso es necesario que los profesores accedan a
una buena educación ética.
Finalmente, la tercera dimensión que nos ocupa para la mejora de la práctica docente
es determinar que saberes, habilidades y competencias pedagógicas, son necesarias
Incorporar a mi práctica pedagógica, para afrontar de manera exitosa las demandas
actuales y las del Siglo XXI, Como Formador De Educación Superior Docente.
Al Respecto, Pellegrino y Hilton (2012), en su Modelo de Competencias Siglo XXI, nos
Plantea tres dimensiones y 11 competencias o habilidades necesarias para el siglo
XXI, así tenemos el siguiente cuadro que nos ilustra las referidas competencias:
Tener estas competencias y habilidades contribuye a las dos dimensiones
anteriormente señaladas para mejorar mi práctica docente y aproximarla a una práctica
pedagógica de calidad. Coincidimos en precisar que la calidad de la educación se
construye con la participación efectiva del docente, buenos docentes, generan buenas
prácticas educativas, prácticas de calidad, así, para bien o para mal, los profesores
determinan la calidad de la educación, todas las influencias sobre la calidad de la
educación están mediadas por el docente y por su práctica pedagógica. Tienen la
posibilidad de aumentar la calidad de la educación dando vida al currículo e
infundiendo en los alumnos la curiosidad y el aprendizaje autodirigido. Y también
pueden degradar la calidad de la educación merced al error, la pereza, la crueldad o
la incompetencia. (Clark, 1995, p. 3).

4. Conclusiones
Por lo anteriormente señalado, me reafirmo en señalar que el “el fortalecimiento de la
identidad docente, la ética profesional y el saber pedagógico, se constituyen en
herramientas efectivas para la mejora de mi práctica pedagógica como formador de
educación superior.
Es en esa perspectiva que, me defino como un docente apasionado de la educación,
amo lo que hago, me emociono cuando hago docencia, me considero un docente con
principios éticos y morales sólidos, que procura tener y proyectar una fuerte coherencia
entre lo que se dice y lo se hace. Procuró tener una permanente preocupación por
incorporar en mi práctica docente lo que la teoría pedagógica ofrece y que se puede
contrastar en mi practica y construir saber pedagógico. Me considero un docente con
competencia profesional y con una permanente preparación académica y apertura
para la creatividad e innovación basada en la investigación.
Finalmente, en mi práctica docente tendré en cuenta lo que señala Haavio (1969),
citado por (Day C. , 2017) que identificó tres características clave del buen docente:
Discreción pedagógica: la capacidad de utilizar la enseñanza más adecuada para
cada persona. Amor pedagógico: el instinto de cuidar, es decir, el deseo de ayudar,
proteger y apoyar. Consciencia vocacional: se apodera de tal manera de la
personalidad del docente que está dispuesto a hacer todo lo posible en virtud de su
vocación y encuentra en ella gratificación interior y la finalidad de su vida.

Bibliografía
Day, C. (2017). Pasión por enseñar. Identidad personal y profesional del docente y sus valores.
Madrid: NARCEA, S. A. DE EDICIONES Madrid.

Day, C. (2017). Pasión por enseñar. La Identidad personal y profesional del docente y sus valores.
Madrid: NARCEA,S. A. DE EDICIONES.

Martínez Navarro, E. (2010). Ética profesional de los profesores . Bilbao: Universidad Jesuitas.

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