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24 de JUNIO: DIA DEL CAMPESINO:

Cada 24 de junio se conmemora en el Perú el Día del Campesino, en una jornada donde se le
rinde homenaje al hombre de campo que con su trabajo arduo, forja el carácter de nuestro
país.

El campesino, agricultor o ganadero, hace producir con su trabajo y esfuerzo la tierra y los
animales, recursos que nos fueron brindados y que son mundialmente conocidos, porque
representan una mayor fuente de riqueza.

Se reconoce la labor del campesino como propulsor y generador de la riqueza agrícola en el


país y sus esfuerzos por mantener alimentada a su población.

Esta celebración data de la época de los incas, cuando se consagró el 24 de junio como un día
especial para rendir homenaje y agradacer a la madre tierra por sus frutos que recibía el
hombre.

Todo lo hecho por los incas en materia de agricultura se perdió por completo en la època de la
Colonia, pues los campesinos fueron llevados a las minas como bestias de carga para
convertirse en esclavos, dejando sus ayllus y sus mètodos de trabajo por la ambición de los
españoles por el oro y la plata.

La Ley Nº 17776 ''Ley de la Reforma Agraria'', promulgada en el gobierno de Juan Velasco


Alvarado, le dio al agro la importancia que merecía y los términos como el ''Día del Indio''
fueron cambiados por ''Día del Campesino''.

El Perú es un país que cada 24 de junio rinde homenaje al campesino, quien es el que siembra
las semillas, abona la tierra y consecha sus frutos.
29 de Junio: DIA DE LA INMOLACION DE JOSE OLAYA BALANDRA

El 29 de junio de 1823, día de San Pedro, patrón de Chorrillos, a las 11 de la mañana, José
Olaya fue conducido a la Plaza de Armas para ser ejecutado.

La pena se cumplió a las once de la mañana del 29 de Junio de 1823 en el denominado Callejón
de Petateros, hoy pasaje Olaya, ubicado al costado de la Plaza de Armas de Lima.

Olaya es la persona que encama el patriotismo y la esperanza en ese año contradictorio,


pesimista, de 1823. Al lado de la crisis política, frente al quebranto en las batallas de Torata y
Moquegua, en enero de 1823, cerca del "Motín de Balconcillo" y de la anarquía naciente, el
pescador chorrillano muestra la invariable decisión de servir a la Independencia.

No solo debe considerársele como un símbolo del heroísmo patriótico de los humildes sino,
también la silenciosa inmolación por la promesa de una Patria.

Los españoles permanecieron en Lima del 13 de junio al 16 de julio de 1823. Al evacuar la


capital aumentaron su equipaje con un cuantioso botín. Extrajeron la plata labrada de la
Catedral, de Santo Domingo y de otras iglesias; se llevaron las máquinas y útiles de la Casa de
Moneda, quemando lo que no podían conducir; saquearon la Biblioteca Nacional; emplearon
como leña para sus ranchos las puertas y ventanas de una casa rural del presidente Tagle;
arrancaron al afligido vecindario grandes cantidades de dinero, paños, brin y otros artículos,
con amenazas de incendio y saqueo y cometieron no pocas tropelías más.

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