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CAPÍTULO

Perspectiva teológica de la
mayordomía

David Asmat

Introducción

Los enfoque modernos de la mayordomía se caracterizan por


ser materialistas y desprovistos de identidad. Este artículo tiene como
propósito evaluar el uso de la palabra oikonomía en referencias del An-
tiguo y Nuevo Testamento, con la finalidad de extraer lecciones prácti-
cas y aspectos teológicos que acentúan el concepto de la mayordomía
como un estilo de vida del ser humano; también las consecuencias
que tiene un enfoque errático de la mayordomía en el cumplimiento de
la misión de la iglesia.

Verdades bíblicas: base teológica para la mayordomía

El énfasis moderno de la mayordomía, que coloca nuestra mira


sólo en las posesiones,1 puede oscurecer la verdadera perspectiva de
la mayordomía.2 Según Fisher, la verdadera mayordomía enfatiza el
evangelio, la vida entera (nuestro ser bio-psico-socio-eco-espiritual) y
también los tesoros. Desde esta perspectiva, la mayordomía se torna
1
Athena E. Gorospe, “Evangelicals and the Environment: Going Beyond Stewardship”, Evan-
gelical Review of Theology 37/3 (2013): 256-266.
2
F. L. Fisher, “Mayordomía”, en Diccionario de Teología, eds., E. F. Harrison, G. W. Bromiley, y
C. F. H. Henry (Grand Rapids, MI: Libros Desafío, 2006), 383.

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El señorío de Cristo y la mayordomía cristiana

en un estilo de vida, y nuestro tipo de mayordomía puede definir aun


nuestra identidad.3 En esta sección, evaluaremos algunos textos de la
Biblia con la finalidad de extraer aspectos teológicos que nos ayuden a
definir adecuadamente la mayordomía cristiana.

La terminología

Entre el Antiguo y Nuevo Testamento, son once4 las referencias


que emplean el sustantivo griego oikonomía para referirse a la mayor-
domía. El sustantivo oikonomía es una palabra compuesta que con-
nota la idea básica de mantener las normas dentro del hogar.5 Aunque
su concepto básico se encuentra en la administración encargada a un
esclavo, como en el caso de José, esta labor puede asociarse a la de
un alto funcionario o guardián. Desde esta perspectiva etimológica, es
posible comprender que hay dos actores y un objeto que se asocian y
dan forma al concepto de mayordomía cristiana. Los dos actores son:
Dios (quien concede), y el mayordomo (quien recibe) mientras que el
objeto es: los dones (riquezas, evangelio, posesiones, cargo/función,
salud, tiempo). A continuación, se revisarán textos donde el sustantivo
oikonomía está presente.

Oikonomía y el texto del Antiguo Testamento

En el Antiguo Testamento no encontramos un término o pala-


bra que defina lo que es mayordomía. Pero si podemos rastrear los
conceptos y actores que permean la práctica de la mayordomía. Por
ejemplo, la idea de administración o mayordomía, puede ser encon-
trada por primera vez en el huerto del Edén (Gén 2:15), donde se le
ordena al hombre labrarlo y cuidarlo;6 pero, también vemos a Dios re-

3
Fritschel, Ann, The Quest for Identity: Evolutionary Roots of Consumerism and Stewards-
hip, Currents In Theology And Mission 41/2 (April 2014): 96-101.
4
Véase, Michael S. Bushell, Michael D. Tan, y Glenn L. Weaver, Bible Works, CD-Rom (Norfolk,
VA: Bible Works, 2009). La raíz griega para mayordomía es οἰκονομία, la cual ocurre en tres casos
distintos: tres veces en genitivo (Isa 22:19; Luc 16:2, 4), siete en acusativo (Isa 22:21, Luc 16:3; 1 Cor
9:17; Efe. 1:10; 3:2; Col 1:25 y 1 Tim 1:4) y uno en nominativo (Efe 3:9).
5
Fisher, “Mayordomía”, 383.
6
La forma infinitiva de los verbos ‫“ ָע ַבד‬servir, trabajar” y ‫“ ָׁש ַמר‬guardar, proteger, cuidar”; con-
notan la idea propósito, de trabajo y también protección. Moisés Chávez, Diccionario de Hebreo Bíbli-
co (El Paso, TX: Editorial Mundo Hispano, 1992), 481, 726.

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Perspectiva teológica de la mayordomía

servándose el derecho del consumo del árbol de la ciencia del bien y


del mal. Otra referencia directa a la mayordomía se encuentra en la
persona de Eliezer, mayordomo de Abraham. Eliezer estaba sobre toda
la casa y aun tuvo un papel clave en la elección de la esposa de Isaac
(Gén 15:2; 24:2), a quien el narrador bíblico identifica como el hamošel,
“el que gobierna”; y a quien la Septuaginta identifica como arjonti, “el
señor, príncipe”. Finalmente, un ejemplo emblemático es José, quien
habría sido designado como mayordomo de Potifar, pues se le dio la
administración de toda su casa (Gén 39:4). Es notorio, sin embargo,
que la mayordomía en estos cuadros del Antiguo Testamento goza de
ciertos límites y quienes encarnaban la labor de mayordomos tenían
consciencia de estos límites.
Por otro lado, al considerar el término oikonomía del Nuevo Testa-
mento, se comprobó que es recurrente para señalar los deberes del ma-
yordomo (oikonomos)7 y que los traductores del texto griego del Antiguo
Testamento (Septuaginta), hicieron algunas importantes asociaciones
terminológicas. La Septuaginta emplea dos veces la raíz oikonomía para
traducir las expresiones hebreas mimmaṣṣāvekā “tu cargo”,8 y ûmemšeltekā,
“tu dominio/autoridad”, así hace alusión a una actividad administrativa.9
Examinemos el texto de Isaías 22:15-25 donde se encuentra este uso
de palabras.

Isaías 22:15-25: Mayordomía como puesto de oficio

Tanto mimmaṣṣāvekā en el v. 19 como ûmemšeltekā en el v. 21, son


usados dentro de un mismo contexto: la destitución de un alto oficial de
la corte llamado Sebna. Aunque no se sabe mucho respecto a este per-
sonaje, se especula que su posición de mayordomo de la corte lo ubica-
ba en el segundo lugar después del Rey Su estatus le permitía estar so-

7
El sustantivo, οἰκονόμος traducido como “mayordomía”, ocurre unas 25 veces tanto en el
Nuevo Testamento, como en la versión griega del Antiguo Testamento. Véase, S. Bushell, en Bible
Works 9.
8
Luis Alonso-Schökel, Diccionario bíblico hebreo-español, ed. Vicente Collado y Victor Morla
(Madrid: Trotta, 2008), 451. Aunque el texto sugiere que se traduzca como oficio o cargo, su mayor
connotación alude a un destacamento militar, que está asentado en cierto lugar para resguardarlo.
Se puede inquirir en que maṣṣāv conlleva la idea de un administrador o mayordomo como el protector
de ciertos intereses.
9
Ibíd., 434. Por otro lado, memshālāh implica la idea de alguien que posee la facultad o dere-
cho de gobernar un lugar o un grupo de personas.

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El señorío de Cristo y la mayordomía cristiana

bre toda la casa y tenía total autoridad y soberanía en la supervisión.10


Aunque tampoco se especifican las razones para la destitución de su
puesto de honor, el contexto más próximo sugiere una renuencia a oír
la exhortación del profeta Isaías, e inclinarse a compartir las mismas
actitudes de un pueblo sumido en el pecado (Isa 22:2, 11-13).
En Isaías, el sustantivo oikonomía aparece en el v. 19 con la de-
clinación genitiva τes oikonomias para sugerir a Sebna como poseedor
de un cargo administrativo. El profeta reafirma esto al emplear un pa-
ralelismo entre mimmaṣṣāvekā “de tu cargo”, y umimmaʽămādkā “y de tu
puesto”. Además, el verso emplea dos verbos que enmarcan una ac-
ción judicial directa de parte del mismo Dios. En suma, aunque el v. 19
no presenta positivamente la labor de Sebna, su labor es comprendida
como un acto de justicia, alta responsabilidad y fidelidad; la cual es
fiscalizada por Dios mismo.
Ya en el v. 21, la Septuaginta usa el acusativo ten oikonomiav
“tu autoridad”, como equivalente de umemšeltekā “tu dominio/auto-
ridad”, con el objeto de señalar que sería arrebatada dicha potestad.
El texto prosigue anunciado la profecía contra Sebna y describien-
do además su destitución, transferencia de poder y sustitución a
alguien más justo. El sentido principal en este texto es la autoridad
que se ve reflejada en su investidura. Las vestiduras y el talabarte,11
son elementos que simbolizan esta función o cargo, los cuales al ser
transferidos, transportan la esperanza de una sabia dirección en la ad-
ministración.
Es interesante notar que los traductores de la versión griega,
hayan comprendido la mayordomía como una responsabilidad o una
institución que se encarga de velar por los intereses divinos. En resu-
men estos versos en síntesis nos enseñan lo siguiente:

1. La mayordomía evoca un alto grado de responsabilidad y


coherencia espiritual por parte del mayordomo.
10
J. F. Walvoord and R. B. Zuck, “Isaías-Ezequiel”, en El conocimiento bíblico, un Comentario
Expositivo: Antiguo Testamento (Puebla, México: Ediciones Las Américas, 2000), 62; Carl Friedrich
Keil y Franz Delitzsch, Commentary on the Old Testament, vol. 7 (Grand Rapids, MI: Wm. B. Eerdmans
Publishing, 1975), 260.
11
Se le denomina talabarte a un cinturón de cuero del cual colgaba una espada o sable. Tan-
to la entrega de ropas, como del talabarte, el arco y la espada, eran símbolos de realeza y en este acto
Sebna estaba cediendo sus derechos. Un ejemplo de esto también es visto en la historia de David
y Jonatán, véase, R. Lloyd, Estudios Bíblicos ELA: El Rey Verdadero (1ra y 2da de Samuel) (Puebla,
México: Ediciones las Américas, 1993), 67.

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Perspectiva teológica de la mayordomía

2. La mayordomía es una función asignada, no por el poder


humano o comisión alguna sino por Dios mismo. Y que una
mala administración jamás prevalecerá.
3. La mayordomía comprende y afirma bíblicamente, que todo
cuanto hay, existe, está en nuestro entorno y en nuestras
manos, le pertenece a Dios.
4. Ser mayordomo del Señor es recibir la oportunidad y privile-
gio de mostrar alta fidelidad en nuestra administración.
5. La mayordomía involucra no solo aspectos económicos,
también incluye la administración de nuestra influencia so-
cial, espiritual/religiosa, ecológica y física.
6. La posición de mayordomos de Dios nos ubica en una lucha
contra las pretensiones de poder.
7. La mayordomía es tomada en cuenta por Dios en el juicio
final a cada ser humano.

Oikonomía y el texto del Nuevo Testamento

En el Nuevo Testamento, oikonomía ocurre nueve veces, tres en


el evangelio de Lucas y seis en las cartas paulinas. A continuación,
evaluaremos los textos para extraer sus aplicaciones.

Lucas 16:1-9: Mayordomía y el uso del dinero

La traducción de oikonomía como mayordomía, parece ser ex-


clusiva de la versión Reina Valera del 60; mientras que otras prefieren
traducirla como administración.12 Lucas emplea tres veces la palabra
oikonomía en su evangelio, dos en genitivo y una en acusativo. Aunque
la forma genitiva contempla posesión o pertenencia, las dos veces que
aparece como “tes oikonomias” “tú mayordomía”, conlleva la idea de
rendir cuentas respecto al método de administración empleado; los
resultados logrados (v. 2), pero también para indicar la necesidad de
un replanteamiento de la estrategia administrativa (v. 4). Sin embargo,
la única vez que oikonomia es usada en acusativo,13 implica la pérdida
de su mayordomía.
12
Las versiones que traducen de esta manera son: La Biblia de las Américas y la Nueva
Versión Internacional.
13
El caso acusativo tiene por finalidad indicar el complemento de la oración o el objeto de la

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El señorío de Cristo y la mayordomía cristiana

La parábola del mayordomo sagaz es una parábola particular,


con una temática innegable; donde el mayordomo ha de mostrarse fiel,
justo y que en algún momento habrá de rendir cuentas de su gestión.14
Sin embargo, pese a que esta parábola ha resultado un poco intrinca-
da en su interpretación para algunos estudiosos del Nuevo Testamen-
to,15 para Lucas, la administración justa de los bienes económicos y su
uso, son factores que todo seguidor de Cristo debe tomar con mucho
cuidado. Así lo afirma Fricke, quien indica que hay cinco historias de
hombres ricos y su proceder frente a esta, que le dan a esta sección un
tono especial.16 Por otro lado, algunas lecciones prácticas pueden ser
extraídas de esta parábola, veamos:

1. El ejercicio de nuestra mayordomía nos previene frente al fu-


turo. Aunque el mayordomo actuó en ambas ocasiones de
forma egoísta y errática, existe una previsión para el futuro.
2. Esta parábola, aunque carece de un ejemplo de moral y éti-
ca, ilustra aquello que el cristiano debe practicar.17
3. La parábola contrasta implícitamente dos tipos de “bendi-
ción”: la de Dios (las bien ganadas) y la de mammón (mal
ganadas). Éstas como un producto o fruto de la experiencia
renovadora de la vida cristiana (v. 13).
4. El fin no justifica los medios. Aunque la parábola fue dirigida
a los discípulos, apuntaba directamente a los fariseos. Como
mayordomos de Dios, estos custodiaban la ley y juzgaban
a sus infractores, pero se sentían con derecho–por su posi-
ción–de negociar con los principios de la ley y las escrituras.
5. Como mayordomos de las riquezas de Dios, no debemos
administrar estos recursos con fines egoístas, pues hacerlo
perjudicará el cumplimiento de la misión.

oración. Es decir: sobre quién o que, recae dicha acción.


14
J. C. Cevallos y R. O Zorzoli, Comentario bíblico mundo hispano: Lucas, ed. 16 (El Paso, TX:
Editorial Mundo Hispano, 2007), 257.
15
Para un estudio preliminar de la discusión véase, S. R. Fricke, Los parabolas de Jesús: Una
aplicación para hoy (El Paso TX: Editorial Mundo Hispano, 2005), 178.
16
Ibíd., 177. Para comparar las diversas historias que fortalecen este tenor, véase: Luc
12:13–21; 16:1–13; 16:19–31; 18:18–31; 19:1–10.
17
William Hendriksen, Comentario al Nuevo Testamento: El Evangelio según san Lucas
(Grand Rapids, MI: Libros Desafío, 2002), 522.

22
Perspectiva teológica de la mayordomía

Oikonomía en las cartas paulinas


En las cartas paulinas son seis las veces que se emplea el voca-
blo oikonomía. Cinco de ellas se encuentran en forma acusativa (1 Cor
9:17; Efe 1:10; 3:2; Col 1:25 y 1 Tim 1:4), y una nominativa (Efe 3:9).18
En cada uno de estos versos, oikonomía no es traducido como ma-
yordomía, esto permite que su campo semántico se amplíe conside-
rablemente. Por ejemplo, 1 Corintios 9:17, se encuentra en el contexto
del ministerio apostólico y dice que el apóstol tiene derecho a vivir del
ministerio. Por lo tanto, oikonomía refiere a la administración de los re-
cursos para la predicación del evangelio, pero también a la actitud con
la que hacemos frente a esta comisión. Por su parte, la carta dirigida
a los efesios es completamente distinta; su elocuencia y orientación,
dan gala del objeto de su composición, que es la adoración a Cristo.19
Es importante notar, entonces, que el vocablo oikonomía en Efesios
1:10 se relaciona con el plan de salvación, organización del tiempo y de
la agenda divina a nuestro favor. A esto debe agregarse la aplicación
en Efe 3:2 y 9 donde oikonomía viene a ser un objeto para gracia, tal
como lo entiende la versión Reina Valera actualizada:

“Sin duda habéis oído de la administración (oikonomiav)20 de la gracia de


Dios que me ha sido conferida en vuestro beneficio… y para aclarar a todos
cuál es la administración (oikonomía)21 del misterio que desde la eternidad
había estado escondido en Dios, quien creó todas las cosas”.

Lo que vendría a formar parte de una oración (vv. 1-13),22 es a la


vez parte de la preocupación de Pablo; ser depositarios del mensaje de
salvación que nos llama también a pensar en la manera cómo se ha
venido administrando el don de la salvación en favor del crecimiento
de la iglesia. Pero sobre todo, la acción inclusiva y no exclusivista de
la gracia, con la finalidad de llamar a todos a la salvación, es el pen-
samiento que también es recurrente en Colosenses 1:25 (comparar,

18
Se utiliza principalmente con las funciones de sujeto y atributo.
19
D. Carro, J. T. Poe, y R. O Zorzoli, Comentario bíblico mundo hispano: Gálatas, Efesios,
Filipenses, Colosenses, y Filemón, vol. 21. (El Paso TX: Mundo Hispano, 1993), 98-99.
20
Forma acusativa.
21
Forma nominativa.
22
Ibíd.

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El señorío de Cristo y la mayordomía cristiana

Hechos 20:17-24).23 Finalmente, el contexto de 1 Timoteo 1:4, da una


oportuna recomendación: no sometáis el plan (oikonomía) de Dios a
disputas cargadas de incredulidad. De la reflexión de estos textos, po-
demos extraer las siguientes lecciones prácticas:

1. La mayordomía concentra dos aspectos necesarios e inne-


gables: Misión y recursos. Pablo es consciente de que no
todos tienen la disposición para apoyar esta noble labor, sin
embargo, esto no esgrime de ello nuestra responsabilidad.
2. La actitud de todo creyente en favor de la predicación del
evangelio se ajusta a su experiencia cristiana. La iglesia de
Corinto fue una Iglesia complicada con muchos problemas
de actitud y ética moral.24 Por ello, es notorio que nuestra
disposición y actitud al participar en la proclamación del
evangelio, diga mucho de nuestro crecimiento en la vida
cristiana.
3. La mayordomía evoca gratitud. Dios proveyó todo (incluye a
su hijo) e hizo todas las gestiones (tanto en el cielo como en
la tierra) llevar a cabo la salvación de la humanidad. Nues-
tros esfuerzos como mayordomos, deben orientarse al plan
de salvación.
4. Practicar la mayordomía también involucra adoración. La
verdadera adoración es una respuesta natural a la procla-
mación de la verdad bíblica, la cual estará acompañada de
arrepentimiento y pureza de corazón. Una actitud de esta
naturaleza se logra a partir de una renovación diaria en la
vida cristiana.
5. La mayordomía nos hace depositarios y administradores
del don de la salvación. Cristo dijo, “…de gracia recibisteis,
dad de gracia” (Mat 10:8). La administración de la salvación
en el ministerio de Cristo comprendía curación, salvación y
libertad del pecado.
6. La mayordomía también tienen que ver con la instrucción
y formación de la iglesia. Un apasionado por la fe en Cristo,

23
R. Jamieson, A. R. Fausset, and D. Brown, Comentario exegético y explicativo de la Biblia:
Nuevo Testamento, vol. 2 (El Paso, TX: Casa Bautista de Publicaciones, 2002), 476.
24
Gordon Fee, Primera Epístola a los Corintios (Grand Rapids, MI: Nueva Creación, 1994), 7.

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Perspectiva teológica de la mayordomía

no solo anhelará buscar cada día la verdad, sino también


educar y discipular a otros en la fe.
7. El bienestar de la iglesia, constituye la economía (oikono-
mía) de Dios en la tierra, mientras que las disputas y críticas
destructivas, sólo sirven para satisfacer la curiosidad inútil
de unos pocos.
8. La generosidad y las acciones de bondad son hechos que go-
biernan el cielo, y estos son frutos de un cristianismo genuino.

A manera de síntesis, el siguiente gráfico puede representar los


aspectos fundamentales de la mayordomía cristiana extraídos del aná-
lisis de los textos. Aquí, se puede observar a los dos actores constantes
de la mayordomía. Dios como el Señor y el hombre como su mayordomo.

Dios Mayordomo

Señor Siervo

Creador Criatura

Dueño Administrador

Donador Receptor

Redentor Redimido

La mayordomía como principio


Un principio es una verdad fundamental que se encuentra en la
palabra de Dios, la cual es infalible y de valor práctico para ser aplicada

25
El señorío de Cristo y la mayordomía cristiana

en la vida cotidiana y que determina el orden y coherencia de todo.25 A


todo esto, la mayordomía como principio declara que no hay nada que
pertenezca al hombre y que el hombre es solo un administrador y no
propietario (ver, 2 Cor 9:8 y 1 Cro 29:14). De este modo, la mayordomía
descansa sobre la acción benévola del cielo, y una respuesta a ello, es
un asunto de conciencia pero también de gran responsabilidad26 (Prov
3:9, 10; 11:24, 25; Isa 32:8). Ellen G. de White declara oportunamente:

La generosidad es el espíritu del cielo. El abnegado amor de Cristo se reveló


en la cruz. El dio todo lo que poseía y se dio a sí mismo para que el hombre
pudiese salvarse. La cruz de Cristo es un llamamiento a la generosidad de
todo discípulo del Salvador. El principio que proclama es de dar, dar siem-
pre. Su realización por la benevolencia y las buenas obras es el verdadero
fruto de la vida cristiana….27

También, señala:

…El principio de la gente del mundo es: ganar, ganar siempre; y así se ima-
gina alcanzar la felicidad; pero cuando este principio ha dado todos sus
frutos, se ve que sólo engendra la miseria y la muerte.28


La mayordomía, por lo tanto, evidencia que hemos pasado de
muerte a vida o que simplemente no lo hemos hecho. Así, este princi-
pio rige que, aquellos que son llamados a ser mayordomos, serán me-
didos por su grado de influencia, que será el producto de una mayor-
domía integral. Por ello, una redefinición de la mayordomía en nuestra
vida comienza reconociendo que Dios es Creador y dueño de todo, lo
recibido de su mano le damos.

25
Silvertsen E., “Mayordomía”, DT, 489.
26
Pablo identifica dos tipos de conciencia: una santa y pura, fundada en la fe e integridad;
la cual es guiada por el Espíritu Santo (1 Tim 1:5, 19, 20; Hch 24:16), pero también una conciencia
cauterizada por el pecado que no se inclina a la benevolencia (1 Tim 4:2).
27
Elena G. White, Joya de los testimonios (Buenos Aires, Argentina: Asociación Casa Editora
Sudamericana, 2004), 3:402.
28
Ibíd.

26
Perspectiva teológica de la mayordomía

Implicancias, aspectos y resultados de la mayordomía bíblica versus


la mayordomía secular

PERSPECTIVA BÍBLICA PERSPECTIVA SECULAR


DE LA MAYORDOMÍA DE LA MAYORDOMÍA

Aspecto Implicancia Implicancia Aspecto

Dios es Dios es dueño El dinero es La religión es


creador de todo y de mí mi objetivo mi creación

Estilo de Identidad Profesión Sugestión


vida Cristiana cristiana emotiva

Servicio Siervo Siervo de Servicio a una


a Dios de Dios hombres organización

Corazón Lleva grabado Dios es solo Corazón


regenerado la ley de Dios su amuleto inconverso

Amar el sacrificio Amar a nuestro Mi amor es Amo los dones


de Cristo prójimo condicionado de Cristo

Verdadera Resultado natural Forzada y Adoración


adoración y racional manipulada circunstancial

Convicción total Sensible para Limitación Convicción


del favor divino dar de si para dar de si parcial del
favor divino

Entrega sin Es una respuesta Es una respuesta


al razonamiento Entrega
reservas al todo de Dios condicionada
de los hombres

CUMPLIMIENTO DE LA MISIÓN COMO FRACASO EN EL CUMPLIMIENTO DE


FRUTO DE LA GENUINA VIDA CRISTIANA LA MISIÓN + MISERIA Y MUERTE

Visión amplia de la mayordomía

La evidencia bíblica respecto a la mayordomía nos desafía. La


Escritura expone una dimensión mayor de esta. Veamos: [1] los mayor-
domos de Dios son conscientes que son creación de Dios (Gén 1:27),
pero a su vez son una nueva criatura en Cristo por medio del bautismo
(Rom 6:1-4) y; por lo tanto, pertenecen a Dios (Isa 43:1; Efe 2:8-10). [2]
La mayordomía cristiana busca formar un estilo de vida motivado por
la persona de Cristo (Fil 2:5-8), donde se debe procurar el desarrollo

27
El señorío de Cristo y la mayordomía cristiana

bio-psico-eco-socio-espiritual y, de esta manera, llegar a definir nuestra


identidad cristiana, [3] La mayordomía se orienta también en el servi-
cio. Cristo constantemente instó a no practicar la autocomplacencia,
sino la benevolencia hacia los demás (Prov 3:9), [4] La mayordomía
busca también, que el corazón humano sea regenerado y que sean
esculpidos en los principios de la ley de Dios (Ezq 11:19, 36:26-27). [5]
La mayordomía busca que el amor que Dios demostró al dar a su único
hijo (Juan 3:16), nos capacite para amar a otros de la misma manera
en que Dios nos amó y ama hoy. [6] La mayordomía busca más que un
simple rito o culto vacío plagado de conductas superficiales (Isa 1:11)
como un fin en sí mismo (Mal 2:1-17), al contrario, busca que nues-
tra adoración sea un resultado natural que demuestre una profunda y
desinteresada gratitud. [7] La mayordomía bíblica no se fundamenta
en filosofías teológicas sociales como la teología de la prosperidad,
donde uno da esperando siempre recibir, sino donde uno esté dispues-
to a dar como lo hizo Cristo. Finalmente, [8] la mayordomía no está
supeditada a un porcentaje de nuestra entrega propia, sino que busca
que el creyente esté dispuesto a dar todo de sí en respuesta al todo de
Dios (2 Cor 8:1-5).

Conclusiones

El testimonio tanto del Antiguo como del Nuevo Testamento,


indica que ser mayordomo o practicar la mayordomía es una labor
de alta responsabilidad que nos vincula directamente con Dios como
nuestro proveedor. De esta manera, la mayordomía no se limita solo a
contemplar su función como un cargo eclesial, sino también involucra
a cada creyente, pues todos estamos llamados a administrar las dá-
divas dadas por el cielo. Esto marca un estilo de vida explícito. No de-
bemos olvidar, además, que la mayordomía fue instituida para proveer
un estilo de vida que tiene la capacidad de crear una identidad definida
en el Cristiano, capacitándolo para lograr el cumplimiento de la misión
del pueblo de Dios, que es la predicación del evangelio que también es
la razón de ser de la mayordomía. Esto implica que nuestro sistema
estratégico de mayordomía y nuestras intenciones serán puestas a
evaluación, auditoria y juicio, por ello es importante tener y practicar
una mayordomía coherente con el testimonio bíblico.

28

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