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Quizá nunca escuchaste hablar del movimiento de “la iglesia emergente“, así como tampoco oíste
hablar del “hantavirus“; el caso es que ambos son virus que infectan, uno a personas ¡y el otro a
iglesias!
Si bien hay iglesias que se identifican directamente con la iglesia emergente, no obstante su tendencia
ha ido influyendo en muchas iglesias locales y denominaciones del siglo XX y el actual. Muchas
iglesias poseen la condición de “emergente” sin saberlo.
¿Qué propone el movimiento de la iglesia emergente?
Básicamente propone conectar con las personas y compartir el mensaje de Jesús a través de un impacto
cultural (ser culturalmente relevantes). Si bien no negamos que para compartir el Evangelio hay que
mezclarse con la gente como lo hizo Jesús (y no ser como los fariseos o escribas elitistas), advertimos
que de nada vale conectar con las personas si no tienes un mensaje claramente fundamentado en la
Biblia para compartirles.
La iglesia emergente rechaza por tendencia toda estructura de iglesia, no quiere “atarse” a confesiones
de fe y credos. Para ellos la iglesia organizada ha fracasado por no incursionar en el mundo, y la nueva
modalidad es llegar a la cultura actual con cosas que le interesen. Una vez que logras captar la atención
y mezclarte con ellos le compartes el mensaje (según dicen). Los locales de cultos son ahora
ambientados para hacer que la gente se sienta cómoda y el mensaje o predicación es sustituido por
una “comunicación conversacional”. Quizá no entiendas del todo esta tendencia, así que te pondré lo
que es la iglesia emergente en algunos ejemplos.
Tiene en claro que la iglesia se reúne para dar culto a un Dios santo, que merece reverencia para
amarlo de todo corazón, toda la mente y las fuerzas (Marcos 12.30).
Que entiende que Dios ha dejado explícito en su Palabra que la oración, el canto congregacional,
la lectura de la Biblia, la predicación y la Cena del Señor son elementos suficientes y necesarios
del culto bíblico.
Que el ministerio principal es la exposición de las Escrituras, que son suficiente para la salvación
de los pecadores y la edificación de los salvados (2 Timoteo 4:2)
Que insta a sus miembros a compartir el mensaje de Jesús a toda persona por lo que el Evangelio
es, sin cebos o carnadas artificiales. Que no se avergüence del Evangelio de Cristo tal como es
(Romanos 1:16).
Un iglesia que puede definir por escrito (confesión de fe) lo que cree, que no improvisa los
fundamentos de su fe.
Que tiene la estructura que la Palabra de Dios requiere de diáconos y pastores (1 Timoteo 3) y que
hay una membresía visible y comprometida con Cristo.
Una iglesia que discipula a las personas a través de la Biblia y que las actividades sociales son una
consecuencia natural de la vida en Cristo y no “la causa” para conectar unos con otros.
En definitiva una iglesia centrada en Cristo y su Evangelio, y no en la cultura de la época.
No sé cuánto has sido afectado/a por la tendencia de la iglesia emergente.
Pero notarás que cuando una iglesia se centra en la Palabra de Dios y no en la cultura, recién allí la
vida de sus miembros cobra una “santidad y madurez relevantes”.
¡Y una iglesia que priorice este Evangelio será relevante para Dios y para el mundo!
Pastor de la Iglesia Cristiana Bíblica de Rosario, Argentina. (Confesión de Fe Bautista Reformada de 1689). Representante hispano de
Sociedad Bíblica Trinitaria. Profesor de Bibliología en seminarios.