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ANÁLISIS JURISPRUDENCIAL

Expediente – Radicado: 73001-22-13-000-2017-00239-01


Fecha de la Sentencia: 10-07-2017(Aprobado en sesión de cinco de
julio de dos mil diecisiete)
Corporación/Juzgado: CORTE SUPREMA DE JUSTICIA SALA DE CASACION CIVIL

I.- PROCESO:

II.- SUJETOS PROCESALES:


DEMANDANTE (S):
DEMANDADO (S):

III.- HECHOS ANTECEDENTES-DEMANDA


El demandante declara que: Aduce en síntesis, que el referido
señor Guzmán con fundamento en los artículos 764 y 2512 del Código
Civil, instauró demanda de pertenencia contra «personas
indeterminadas», para que se le declarara propietario, por haber ganado
mediante usucapión extraordinaria, del predio rural denominado «Los
Almendros», situado en la «vereda Guamal» del Municipio de El Guamo
(Tolima).

Señala que agotado el trámite correspondiente, mediante sentencia


del 13 de octubre de 2016, el Juzgado Primero Civil del Circuito de
dicha localidad accedió a la anterior aspiración, ordenando a la
Oficina de Registro de Instrumentos Públicos de esa urbe la apertura de
un folio de matrícula inmobiliario, y el registro del fallo en el
mismo.

Sostiene que la autoridad judicial convocada incurrió en causal de


procedencia del amparo con lo resuelto, toda vez que, en su opinión,
a.) ignoró que el inmueble objeto de usucapión es baldío, si en cuenta
se tiene que «no presentaba inscripción de ninguna persona como titular
de derechos reales (…) o carecía de titulares inscritos»; b.)
interpretó de manera errada el artículo 4° de la Ley 200 de 1936,
pues sin más concluyó que la explotación realizada por el demandante
sobre el predio objeto del proceso hacía presumir que éste era
privado; y, c.) asumió una «competencia» que no le correspondía, ya
que según la «Ley de Desarrollo Rural», la titulación de las tierras
baldías se encuentra a su cargo a través de las «Unidades Agrícolas
Familiares señaladas para cada Región o Municipio», trámite en el que
«para poder ser adjudicatario de un predio baldío, es requisito,
demostrar la ocupación y la explotación económica del mismo» (fls. 1 a
10).
V.- CONTESTACIÓN DE LA DEMANDA / EXCEPCIONES FORMULADAS
a.) El Juzgado Primero Civil del Circuito de El Guamo alegó, que
pese a que se dispuso la vinculación del Instituto Colombiano de
Desarrollo Rural –Incoder, dentro del juicio de pertenencia
cuestionado, dicha entidad «por decisión propia o negligencia»,
omitió desvirtuar la «presunción contenida en el artículo 1° de la
Ley 200 de 1936» (fls. 36 a 40 ídem).

b.) La Superintendencia de Notariado y Registro concurrió al


presente trámite para «coadyuvar» el amparo, aduciendo que «en caso
de no existir un propietario inscrito, ni cadenas traslaticias del
derecho de dominio que den fe de dominio privado (en desmedro de la
presunción de propiedad privada) y que la sentencia se dirija además
contra personas indeterminadas, es prueba sumaria que puede indicar
la existencia de un baldío, y es deber del Juez, por medio de sus
poderes y facultades procesales decretar las pruebas necesarias para
constatar que no se trata de bienes imprescriptibles» (fls. 73 a 83,
ibídem).

7.1. Desarrollo de las Consideraciones de la Sala/Juez (problema


jurídico central):

Consideraciones de la corte: Al respecto, en un caso reciente de


contornos idénticos la Corte Constitucional consideró que:
Con el propósito de brindar solución a la presente controversia, para
la Corte resulta necesario verificar los documentos allegados al
presente trámite.

el juez debe llevar a cabo una interpretación armónica y sistemática


de las diferentes normas existentes en torno a tan específico asunto,
tales como los artículos 1º de la Ley 200 de 1936; 65 de la Ley 160
de 1994, 675 del Código Civil, y 63 de la Constitución Política, sin
desconocer que existe una presunción iuris tantumen relación con la
naturaleza de bien baldío, ante la ausencia de propietario privado
registrado, pues tal desconocimiento lo puede llevar a incurrir en un
defecto sustantivo por aplicar una regla de manera manifiestamente
errada, sacando la decisión del marco de la juridicidad y de la
hermenéutica jurídica aceptable» (Sentencia T-548 de 2016).

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