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Separaciones individuales

Renuncias. El empleado puede optar por terminar su relación con la empresa de manera
más o menos espontánea, presentando una renuncia al puesto que ocupa. En muchas
ocasiones la renuncia puede deberse a la jubilación del empleado; en otras, a recibir
mejores ofertas externas, a una relación conflictiva con varios miembros de la empresa,
o puede originarse en consideraciones privadas, como motivos de salud, circunstancias
familiares, mudanza a otra ciudad, etcétera.
Dentro del marco legal que predomina en los países de habla hispana, en la mayoría
de los casos la renuncia voluntaria es un proceso sin dificultades para la organización.
En especial en los casos en que existe un contexto de conflicto, la renuncia voluntaria
permite que se reorganice el área y que se supriman los factores en que se originó el
problema, sin añadir un problema legal que puede resultar muy costoso en términos de
tiempo y recursos financieros.
La legislación de algunos países permite negociar la renuncia de un empleado actual.
Esta negociación suele llevarla a cabo el gerente del departamento afectado junto
con el gerente del área de administración de capital humano.
Ausencias temporales. La legislación laboral de la mayoría de los países de habla hispana
se basa en el supuesto de que el trabajador y el empleador contraen una relación
que se supone más o menos permanente, y que se prolongará de modo más o menos
indefinido.
Pese a este marco básico, la índole misma de ciertas industrias hace que sea difícil
mantener activo a todo el personal durante todo el tiempo. La industria de la construcción
ofrece un buen ejemplo de esto porque sus actividades no sólo dependen de que
existan determinadas condiciones climáticas, sino también de la situación económica
del país. De manera característica, los trabajadores de esta industria atraviesan etapas de
prosperidad y pleno empleo, que se alternan con las de recesión económica.
Cabe también la posibilidad de que un empleado no pueda laborar durante cierto
lapso, al término del cual es razonable suponer que podrá volver a vincularse con la
organización. Entre los factores que pueden provocar esta situación se cuentan circunstancias
como una crisis temporal de salud (por ejemplo, un empleado que sufre
una fractura seria); una dificultad grave en la vida familiar (como sería el caso de un
padre que enfrenta la enfermedad y muerte de su esposa, teniendo niños pequeños); un
viaje de estudios al exterior, una responsabilidad cívica, como el llamado a filas de los
reservistas del ejército nacional, y muchas situaciones más.
Despidos individuales. La organización puede decidir de forma unilateral finalizar
el vínculo laboral que mantiene con determinado empleado. Por lo general, esta grave
decisión obedece a razones de disciplina o productividad. Por ejemplo, cuando un empleado
constituye un foco de derroche sistemático la empresa puede de

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