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Colegio Santa Francisca Romana

Presentado por: Maria Paula Caparroso


Presentado a: Mauricio Campuzano
Curso: 10°A
Fecha de entrega: 24.09.18
Tema: La Violencia como ideología

La Ideología de la Violencia

“La violencia es el último refugio del incompetente”


Isaac Asimov.

¿La violencia tendrá alguna relación con las ideologías? Muchas personas consideran
que la violencia es algo que surge de la nada, pero que, si esto no es verdad, que tal vez esta
violencia tipo de violencia tiene un trasfondo y algo que la hace salir a la luz. Antes de realizar
un planteamiento de los argumentos, se debe dar la explicación de violencia y de ideología.
La violencia es cualquier acto que tenga una relación con el uso de una fuerza física o verbal
sobre una persona, animal u objeto originando un daño sobre ellos. Por otro lado, la ideología
es el conjunto de ideas fundamentales que caracteriza el pensamiento de una persona o de
alguna época; también esta se puede tratar de alguna doctrina filosófica que se basa en el
estudio del origen de las ideas. Las ideologías usualmente tienden a transformar o conservar
el sistema que ya está impuesto como puede ser el político, el económico o el sistema social.
Considerando las definiciones sobre la violencia y la ideología podemos decir que estas
tienen una relación por la forma en la que esta puede ser impuesta, por las verdades que se
creen “absolutas” en el pensamiento de una persona y por la ambición del poder.

Primero que todo se debe plantear una diferencia entre una ideología y el liberalismo;
las ideologías siempre se basan en un sistema cerrado inexpugnable, esto quiere decir que es
muy difícil de hacerlo cambiar. En cambio, el liberalismo es un proceso que está abierto al
cambio constante pensando en la evolución. Muchas veces olvidamos que no todo el mundo
piensa de la misma manera, que hay personas que son más conservadoras u otras que son
completamente liberales y tratan de buscar un cambio para así poder evolucionar. Cuando
estas dos formas de pensar chocan, estas generan una manifestación o una huelga, pero
numerosas veces creemos que estas no están vinculadas con la forma de pensar o la ideología
de la persona o el grupo, pero estas tienen una relación magnánima. El ideólogo, la persona
que profesa el sistema, puede ser llevado de una manera muy fácil a que haga uso de la fuerza
para que su sistema de pensamiento sea impuesto a los hombres y así hacer el “bien” para la
humanidad; pero cuando se realiza el uso de la fuerza no se piensa en que la violencia puede
destrozar y robar las libertades del hombre.

Comúnmente las personas que quieren imponer una ideología, creen tener una verdad
absoluta, esto quiere decir que su pensamiento para ellos es una realidad inflexible que no
está abierta a un cambio. Cuando se cree tener una verdad absoluta en el pensamiento,
siempre hay una tentación a que esta verdad sea impuesta; pero cuando no se puede imponer
a partir del dialogo, se hace uso de la fuerza para que esta sea impuesta. Un ejemplo de la
imposición de las verdades absolutas se puede ver en el manifiesto comunista de Marx y
Engels’ donde “declaran abiertamente que no pueden alcanzar los objetivos más que
destruyendo por la violencia el antiguo orden social” aquí se puede ver claramente que hay
ideólogos que creen que la única manera de obligar a que las personas piensen de la misma
manera que ellos es haciendo uso de la violencia, haciéndoles daño emocional y físico.
Cuando se sabe que alguien posee la verdad absoluta y que esta persona tiene en sus manos
el poder, se crea una sensación de peligro para que esta ideología sea impuesta. Pero si esta
persona no tiene el poder siempre va a tener la ambición de tenerlo y de imponer su
pensamiento.

Cuando un ideólogo quiere imponer su forma de pensar, pero es ajeno al poder


siempre se va a sentir la necesidad de tenerlo en sus manos, va a tener ambición del poder.
La ambición es el deseo intenso de conseguir algo ya sea poder, riqueza o fama; la ambición
puede tener sus cosas buenas y sus cosas negativas. Las cosas buenas de la ambición son
cuando esta es para hacer un cambio positivo en la sociedad promoviendo una acción y
nuevos proyectos. Pero esta puede ser negativa cuando es buscada para otros fines. Cuando
un ideólogo tiene la ambición de ser imponente frente a lo que piensa, este buscara la forma
de que todos piensen como él lo hace, y tratara de imponer un pensamiento igualitario en su
totalidad. Si el ideólogo tiene ambición del poder y de imposición, esta persona tratara de
imponer su pensamiento y llegar al poder, pero para llegar al poder se necesita realizar un
proceso previo, como lo hizo Adolf Hitler, el ideólogo tendrá que convencer al pueblo y
luego defraudarlos literalmente para poder generar que estos piensen como el líder de la
ideología piensa. Cuando se mezclan estas dos ambiciones, poder e imposición, se genera un
sentimiento de temor en las personas que tendrán que vivir el cambio de pensamiento, así
como paso con los judíos alemanes. Sin embargo, aquel sentimiento de peligro y de miedo
no solo lo tendrá el pueblo por lo que, un gobernante pueda llegar a hacer, el miedo también
lo tendrá el estado, ya que es posible que haya una revolución o incluso un golpe de estado
al ideólogo, por imponer su forma de pensar y quitarle las libertades a los ciudadanos.

Para concluir se puede decir que las ideologías son procesos que paralizan la
posibilidad de avances en el conocimiento y que estas están completamente expuestas a la
tentación del uso de la fuerza, la violencia, para la concepción bienhechora del ideólogo,
sojuzgando las libertades de los ciudadanos y del pueblo, eternizando un temor en ellos. En
este escrito se demuestra que toda violencia está ligada a una ideología, y que toda ideología
está ligada a la violencia; por la ambición, la imposición y la verdad absoluta.

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