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Interciencia

ISSN: 0378-1844
interciencia@ivic.ve
Asociación Interciencia
Venezuela

Meli, Paula
Restauración ecológica de bosques tropicales. Veinte años de investigación académica
Interciencia, vol. 28, núm. 10, octubre, 2003, pp. 581-589
Asociación Interciencia
Caracas, Venezuela

Disponible en: http://www.redalyc.org/articulo.oa?id=33908504

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RESTAURACIÓN ECOLÓGICA
DE BOSQUES TROPICALES.
VEINTE AÑOS DE INVESTIGACIÓN ACADÉMICA

PAULA MELI

¿Por qué los Bosques Tropicales? como el crecimiento poblacional, las nece- tal, aumento de la diversidad específica y
sidades alimentarias, los patrones de uso el enriquecimiento ambiental. Finalmente,
os bosques tropicales son de los recursos, y los conflictos político- y en función de la revisión realizada, se
los más antiguos, diver- económicos relacionados con el manejo de describen algunos lineamientos generales
sos y ecológicamente estos últimos. Frente a esta situación ha para lograr la recuperación de los bos-
complejos (Whitmore, 1997). Sostienen surgido la idea de la restauración ecológi- ques tropicales.
probablemente más de la mitad de todas ca, como intención de la reversión de los
las formas de vida del planeta (Myers, efectos degradativos de las actividades hu- Los Factores Limitantes en
1984) y brindan servicios ambientales manas (p.e. contaminación, erosión, so- la Regeneración de Bosques Tropicales
como la captación de agua, el manteni- brexplotación y agotamiento de recursos).
miento del suelo, la fijación de CO2; ade- La práctica de la restau- La Sociedad para la
más de contener innumerables especies ración ecológica en bosques tropicales se Restauración Ecológica (SER, 2002) de-
con valor real o potencial. El aumento en inició hace varios años. Fundamentalmen- fine restauración ecológica como “el
la atención que han recibido se ha debido te se ha centrado en el análisis de la pro- proceso de asistencia a la recuperación
principalmente a las implicaciones de la blemática de la regeneración secundaria y de un ecosistema que ha sido degradado,
deforestación (Brown y Lugo, 1994). Ésta la reversión del proceso de degradación. dañado o destruído”. En este sentido, en
genera a nivel regional la pérdida del uso Pero, ¿cuáles son los factores que limitan la recuperación de un bosque deberían
forestal, deterioro físico y químico del la regeneración y, qué resultados se han asistirse su regeneración y otros proce-
suelo, alteración del balance hídrico y des- obtenido hasta ahora? sos funcionales que lo sostienen. Brad-
estabilización de cuencas; a nivel global En el presente trabajo se shaw (1987) ha propuesto que los princi-
altera el albedo y el balance de agua at- describen los factores que limitan la res- pios de la restauración de ecosistemas
mosférica, pudiendo afectar los patrones tauración de bosques tropicales y se ana- terrestres son los mismos que los de la
climáticos y contribuir al calentamiento liza el enfoque actual de la investigación sucesión ecológica. Bajo este supuesto,
global (Houghton, 1991; Lugo, 1992; académica en restauración ecológica en al analizar la potencial restauración de
Whitmore y Sayer, 1992; Whitmore, 1993, estos ecosistemas. Para ello se revisaron un bosque tropical, debemos remitirnos a
1997). Otra de sus importantes consecuen- revistas científicas que incluyeran en su su dinámica intrínseca, es decir: un mo-
cias es la reducción del hábitat y su frag- enfoque la investigación en restauración, saico de parches en distinto estado de
mentación (Meffe y Carroll, 1994; Murcia, ecología básica, biología de la conserva- sucesión y en constante cambio. En este
1995) con la consecuente pérdida de la ción, botánica, sistemas forestales, e inge- contexto, un sitio degradado (p.e. un
biodiversidad, y la eliminación de variabi- niería ambiental (Tabla I). Los períodos campo de pastura) podría considerarse
lidad genética, de poblaciones y hasta es- de revisión fueron variables, principal- como un gran parche potencialmente re-
pecies (Saunders et al., 1991; Whitmore y mente dependiendo del acceso a las fuen- colonizable. El proceso de regeneración
Sayer, 1992; Brooks et al., 2002). La de- tes. El criterio de selección de los estu- natural sobre sitios degradados ha sido
gradación suele comenzar con la sobrex- dios fue su orientación a la recuperación observado, pero éste resulta mucho más
plotación, y se origina a partir de una de ecosistemas, comunidades o paisajes lento que en claros naturales (Uhl et al.,
compleja interacción de factores ecológi- degradados, e incluye actividades como 1988; Nepstad et al., 1990, 1991) y no
cos y socioculturales (Bainbridge, 1990) restauración de suelos y/o cobertura vege- responde a la escala temporal a la que

PALABRAS CLAVE / Bosque Tropical / Restauración / Sucesión Secundaria /


Recibido: 10/06/2003. Modificado: 28/08/2003. Aceptado: 29/08/2003

Paula Meli. Bióloga, Universidad de Buenos Aires, Argentina. Alumna del programa de
Maestría en Restauración Ecológica, Universidad Nacional Autónoma de México. Dirección: Instituto de Ecología, UNAM.
Apartado Postal 70-275, 04510, México D.F., México. e-mail: pmeli@miranda.ecologia.unam.mx

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suelen plantearse objetivos de restaura- TABLA I
ción. Los factores que limitan el estable- PUBLICACIONES REVISADAS, PERÍODO DE REVISIÓN Y NÚMERO
cimiento se definen de acuerdo a su ac- DE TRABAJOS INCLUIDOS
ción sobre las distintas etapas de la re-
generación secundaria, y la importancia Revista Período Número de
relativa de cada uno es altamente varia- trabajos incluidos
ble con el clima, el tipo de suelo, la ve-
getación existente, y la historia y tipo de Acta Botánica Mexicana 1990-2002 1
manejo de la tierra, dando particularidad Agro. Ecosystems and Environment 1990-2002 1
a cada sitio de estudio. No obstante, Agroforestry Today 1990-2002 1
pueden identificarse una serie de facto- Ambio 1990-2002 3
res limitantes que operan a nivel general Biological Conservation 1990-2000 2
(Figura 1). Biotropica 1982-2001 7
El primer factor limi-
Conservation Biology 1990-2002 1
tante en la regeneración secundaria es
la inmigración de propágulos (Figura Ecological Applications 1990-2002 2
1a). A medida que aumenta la distancia Ecological Engineering 1995-2002 1
entre bosque y potrero, la lluvia de se- Ecology 1982-2002 3
millas sobre este último cambia en su Forest Ecology and Management 1995-2002 14
cantidad y/o calidad con respecto al Interciencia 1980-2002 5
bosque. Con la distancia, el número to- J. of Applied Ecology 1995-2000 2
tal de semillas puede disminuir hasta en J. of Ecology 1988-2002 3
90% (Aide y Cavelier, 1994; Holl, J. of Forestry 1990-2002 1
1999; Zimmerman et al., 2000) debido J. of Vegetation Science 1990-2002 3
en general a la dispersión ineficiente New Forest 1997-2003 4
por carencia de dispersores; por otra
Oecologia 1990-2000 1
parte, la composición específica de la
lluvia, de acuerdo a los síndromes de OIKOS 1990-2002 1
dispersión, no representa la riqueza y Plant Ecology 1995-2002 2
diversidad del bosque (Uhl, 1987; Álva- Restoration Ecology 1993-2003 16
rez-Buylla y Martínez-Ramos, 1990; Vegetatio 1990-2000 3
Aide y Cavelier, 1994; Holl y Lulow, Número total de trabajos revisados 77
1997; Wijdeven et al., 2000; Zimmer-
man et al., 2000; Cubiña y Aide, 2001).
La lluvia de semillas, y consecuente-
mente el banco, suelen contener una
mayor representación de especies de
pastos o de aquellas cuya dispersión es
del tipo anemócora, mientras que por
falta de dispersores (ya que estos no in-
gresan ni atraviesan el campo) las espe-
cies de la selva, que suelen ser zoo-
coras, se encuentran sub-representadas.
La matriz de pastos
puede actuar como barrera física e impe-
dir la incorporación de semillas al suelo.
Una vez en el banco, la viabilidad y
posterior germinación dependerá, por un
lado, del periodo de latencia y de las
condiciones edáficas, y por otro de la
depredación post dispersión y el ataque
de patógenos (Uhl, 1987; Nepstad et al.,
1990, 1991, 1996; Aide y Cavelier,
1994; Holl y Lulow, 1997; Figura 1b).
Los pastos pueden favorecer la germina-
ción al evitar la desecación: reducen la
temperatura absoluta del suelo y su va-
riación diaria (Aide y Cavelier, 1994;
González Montagut, 1996; Holl, 1999;
Zimmerman et al., 2000). La herbivoría
(Nepstad et al., 1990, 1991, 1996; Holl
y Quiros-Nietzen, 1999) y los pastos
pueden afectar la supervivencia y creci-
miento de las plántulas emergentes al
competir por nutrientes (Buschbacher et Figura 1. Factores que limitan el establecimiento de especies leñosas en pastizales o cam-
al., 1988; Uhl y Jordan, 1984; Uhl et pos de pastura. Izquierda: factores bióticos. Derecha: factores abióticos.

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al., 1988; Nepstad et al., 1990; Reiners TABLA II
et al., 1994; Holl, 1998, 1999), agua y/o ÁREA ESTIMADA* DE BOSQUES TROPICALES EN 1990
luz (Ashton et al., 1998; Figura 1c). Ja- Y SU REPRESENTACIÓN EN LA LITERATURA REVISADA
nos (1996) ha sugerido que la ausencia
de micorrizas en el suelo puede demorar Todos los bosques Selva Selva Selva Bosques
la regeneración en áreas degradadas; sin tropicales seca perennifolia subperrennifolia mesófilos
embargo, otros autores han reportado en
sitios degradados niveles de infección Asia 527 (30) 155 (63) 86,6 (12) 251 (42) 35,2 (17)
por micorrizas comparables a los del Africa 311 (18) 45 (18) 178 (25) 42 (7) 46,5 (23)
bosque (Fischer et al., 1994; Allen et al., América 918 (52) 48 (19) 451 (63) 298 (50) 122 (60)
1998). Por último, los brinzales estable- TOTAL 1756 248 (14) 715 (41) 591 (34) 203 (11)
cidos pueden llegar a modificar las con- Representación
diciones microambientales y edáficas de en la literatura (3) (62) (16) (14)
acuerdo a sus características ecológicas
(fijar nitrógeno, generar sombra, etc.; Fi- * Millones de hectáreas.
gura 1d). Los porcentajes (en paréntesis) no siempre suman 100 debido al redondeo en los números.
La estrategia más efec- Modificado a partir de Whitmore (1997)
tiva de restauración debería tener en
cuenta simultáneamente todos los obstá- comparación de las tasas de pérdida restante se distribuye en 10% en Puerto
culos posibles en la regeneración secun- (Sayer y Whitmore, 1991) y, consecuen- Rico, 7% en Indonesia, 6% en Australia
daria (Holl et al., 2000), ya que el efec- temente la utilización de este variable y Uganda, y 4% o menos para el resto
to de una sola sobre un factor puede ser como criterio de selección de ambiente. (India, Colombia, Venezuela, Ecuador,
neutralizado por la falta de control sobre Por otra parte, la situa- Argentina, Nigeria y República Domini-
otros factores. Al mismo tiempo, las va- ción política y económica es altamente cana). Como se indicó, la distribución
riaciones en el crecimiento de una mis- variable entre los distintos países, lo entre los países puede estar asociada con
ma especie de acuerdo al tipo de suelo, cual podría determinar la distribución re- sus recursos humanos y económicos dis-
clima, grado de degradación y vegeta- gional y política de los estudios. Si bien ponibles. Por ejemplo, los estudios en
ción existente, hacen recomendable la la mayoría de los ecosistemas tropicales Costa Rica y Puerto Rico son realizados
realización de proyectos a pequeña esca- existen en países en desarrollo (casi la en estaciones biológicas pertenecientes o
la (Holl et al., 2000), que permitan eva- mitad de los bosques se encuentra en el financiadas por instituciones estadouni-
luar y distribuir mejor los esfuerzos ne- neotrópico, y junto a la porción africana denses, en muchos casos propietarias de
cesarios para lograr una restauración contienen el 70% del total; Whitmore, los terrenos de estudio, lo que facilita la
más eficiente a escalas mayores. 1993) se detectan algunas ausencias, co- investigación. Sin embargo, esta distribu-
mo la del Amazonas Boliviano-Peruano, ción geográfica debe considerarse a la
El Enfoque de los Esfuerzos lo que podría deberse a carencia de re- luz de la presente revisión, que no inclu-
cursos para su estudio. Esto se evidencia ye la totalidad de las revistas científicas
Los trabajos revisados con la existencia de un sesgo geográfico existentes ni la investigación realizada
se distribuyen en 13 países y describen (Figura 3) ya que al sumar los trabajos fuera de este ámbito.
25 sitios de estudio, que representan dis- realizados en Costa Rica (29%) y Brasil En términos de la dura-
tintos tipos de vegetación. El 64% se en- (23%) tenemos el 52%, mientras el 48% ción de los estudios, se observa una ten-
foca al estudio de la selva alta perenni-
folia (selva húmeda); la selva alta sub-
perennifolia representa 14%, el bosque
mesófilo 13%, y los sistemas restantes
menos del 7% del total (Figura 2). La
atención observada en los distintos eco-
sistemas en la literatura no responde a su
representación geográfica (Tabla II). La
selva alta perennifolia se encuentra sobre-
representada en un 20%, mientras existe
una carencia de estudios en la selva alta
subperennifolia y en la selva baja cadu-
cifolia (selva seca), cuya representación
en la literatura es 1/2 y 1/4 de su repre-
sentación geográfica, respectivamente.
Cabe destacar el caso de la selva baja,
cuya extensión es comparable a la del
bosque mesófilo, pero el porcentaje de
trabajos que la estudian es casi 5 veces Figura 2. Distribución porcentual de los tra- Figura 3. Países de estudio de los trabajos
menor. Sin embargo, la extensión geo- bajos que estudian la restauración ecológica sobre restauración ecológica conocidos en
gráfica de estos bosques se encuentra en en diferentes bosques tropicales terrestres. la literatura.
constante cambio, y es difícil describir La clasificación corresponde a Rzedowski : Argentina; : Australia; : Brasil;
el proceso de deforestación por la incon- (1987). : Colombia; : Costa Rica; : Ecua-
sistencia en su definición y en los tipos : Selva Alta Perennifolia; : Selva Alta Sub- dor; : India; : Indonesia; : Nigeria;
de bosque que se incluye en su análisis perennifolia; : Bosque Mesófilo; : Selva : Puerto Rico; : Rep. Dominicana;
(Masera et al., 1997), lo que dificulta la Alta Caducifolia; : Otros Tipos. : Uganda; : Venezuela.

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al., 2000; Aide et al., 2000; Parrotta y
Knowles, 2001); estos trabajos no mani-
pulan el sistema de estudio, más bien
suelen ser los que brindan la informa-
ción de base para posteriores experimen-
tos. Los trabajos de menos de 1 año de
duración (15%) analizan la lluvia y ban-
co de semillas (Chapman y Chapman,
1999; Slocum y Horwitz, 2000; Wijde-
ven et al., 2000; Zimmerman et al.,
2000; Cubiña y Aide, 2001), la germina-
ción (Ashton et al., 1997; Ganade y
Brown, 2002), la competencia (Sun et
al., 1995) y sólo un trabajo analiza las
tres variables en este período de tiempo
(Aide y Cavelier, 1994). Por último, un
Figura 4. Duración de estudios de restaura- 9% no define claramente la duración del Figura 6. Porcentaje de trabajos que estu-
ción en bosques tropicales terrestres. estudio en sus escritos, pero en algunos dian los distintos factores que limitan la re-
: Indefinido; : Puntual; : < 1 año; casos se trata de trabajos que describen generación de bosques tropicales sobre te-
: 1-3 años; : > 3 años. varios experimentos simultáneamente, y rrenos degradados. Semilla: incluye el estu-
éstos tienen diferentes extensiones de dio de la composición y densidad del banco
y la lluvia de semillas así como fenómenos
dencia a trabajar en plazos de tiempo de depredación postdispersión. Germina-
medianos a largos (Figura 4). Los traba- ción: se refiere a estudios de capacidad de
jos de más de 3 años alcanzan 22% y germinación de las distintas especies, tanto
estudian la regeneración natural o el es- en campo como en laboratorio. Plántula: in-
tablecimiento de nuevas especies (Uhl et cluye el monitoreo de la supervivencia y
al., 1982; Parrotta, 1993, 1995, 1999; crecimiento de plántulas o renovales así
Lamb et al., 1997; Parrotta et al., 1997; como fenómenos de herbivoría. Ambiente:
Parrotta y Knowles, 1999; Montagnini, estudio de las condiciones microclimáticas
2000; Hummell, 2000; Posada et al., y/o edáficas en el proceso de establecimien-
2000; Carnevale y Montagnini, 2002), to. Competencia: interacciones de las plán-
tulas leñosas del bosque con la vegetación
sea en sistemas naturales o bajo planta-
remanente (hierbas o pastos).
ciones comerciales. Los que duran entre
: Semillas; : Plántula; : Germina-
1 y 3 años comprenden 29% y en gene- ción; : Ambiente; : Competencia.
ral se enfocan al estudio del crecimiento Figura 5. Distribución proporcional en fun-
y supervivencia de plántulas (Montagni- ción del número de factores limitantes que
ni, 1992; Gerhardt, 1993; Parrotta, 1993; se han estudiado en la regeneración de bos-
Butterfield y Fischer, 1994; Guariguata ques tropicales terrestres. un tiempo dado (Uhl, 1987; Parrotta,
et al., 1995; Ashton et al., 1997, 1998; 1993, 1995, 1999; Kuusipalo et al.,
Lamb et al., 1997; Otsamo et al., 1997; 1995; Chapman y Chapman, 1996;
Viana et al., 1997; Slocum, 2001; Otsa- tiempo (Nepstad et al., 1990, 1991; Holl Ashton et al., 1997, 1998; Haggar et al.,
mo, 2002), pero muy pocos a la compe- et al., 1999). 1997; Murcia, 1997; Powers et al.,
tencia de éstas con pasturas o herbáceas Existe una tendencia al 1997; Otsamo, 2000a, 2000b, 2002; Po-
(Holl y Quiros-Nietzen, 1997; Otsamo, estudio de pocos factores limitantes; la sada et al., 2000; Rivera et al., 2000;
2000a; Peterson y Haines, 2000), al fe- cantidad de trabajos decrece conforme Carl Leopold et al., 2001; Zahawi y
nómeno de herbivoría (Nepstad et al., aumenta el número de factores incluidos Augspurger, 1999; Zanne y Chapman,
1996; Holl, 1998; Chapman et al., (Figura 5). Esto se relaciona con la du- 2001; Carnevale y Montagnini, 2002).
2002), o a las condiciones edáficas ración de los estudios, ya que el análi- Sin embargo, su característica descripti-
(Montagnini y Sancho, 1990). Los traba- sis del proceso de restablecimiento re- va no descalifica la información genera-
jos puntuales comprenden 25% y descri- quiere de un tiempo de seguimiento que da. Varios son los estudios sobre la rege-
ben situaciones instantáneas; en algunos pocos trabajos pueden completar. Los neración natural posterior a disturbio o
casos se compara el establecimiento bajo trabajos que incluyen mayor número de uso humano, cuya orientación no es ex-
distintos tipos de plantación o estados de factores son aquellos relacionados con plícitamente la restauración, pero brin-
sucesión (Kuusipalo et al., 1995; Chap- la supervivencia de las plántulas, y las dan información pertinente para su desa-
man y Chapman, 1996; Haggar et al., condiciones en que crecen, sean bióticas rrollo (Uhl, 1982, 1987; Uhl et al.,
1997; Murcia, 1997; Powers et al., como competencia (Aide y Cavelier, 1994; 1982). En otros casos se analiza la com-
1997; Otsamo, 2000b; Zanne y Chap- Zimmerman et al., 2000) o abióticas como posición y densidad de los bancos o la
man, 2001), en otros las condiciones microclima y suelo (Nepstad et al., 1996; lluvia de semillas (Toh et al., 1999; Holl
edáficas (Montagnini et al., 1995; Rhoa- Holl, 1999; Ganade y Brown, 2002). et al., 2000; Slocum y Horwitz, 2000;
des et al., 1998) o microambientales en Destaca que 55% no estudia experimen- Wijdeven et al., 2000; Cubiña y Aide,
las que éstas crecen (Slocum, 2000). talmente ningún factor; en algunos casos 2001), o las características edáficas o
También se observa el análisis de la es- describen la estructura y composición de microambientales de diferentes sitios
tructura de los sitios de acuerdo a varia- bosques en un estado de la regeneración (Montagnini y Sancho, 1990; Gichuru,
bles como riqueza y/o composición natural, o bajo distintas plantaciones (es- 1994; Haggar y Ewel, 1994; Montagnini
(Zahawi y Augspurger, 1999; Rivera et pecies nativas, exóticas, comerciales) en et al., 1994; 1995; Rhoades et al., 1998,

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Montagnini, 2001), como comparación das independiente y/o conjuntamente
de la situación ecológica de sitios degra- para alcanzar los resultados deseados a
dados con el bosque primario, sin anali- partir de diferentes condiciones iniciales,
zar la importancia relativa de los facto- visión que es resumida por Wyant et al.
res. Estos trabajos determinan asociacio- (1995) como la generación de técnicas
nes entre factores o componentes del que favorezcan: i) la estabilidad física
sistema; por ejemplo, un mayor recluta- del sitio apropiada (flujo de nutrientes,
miento o germinación bajo árboles rema- régimen hídrico, etc.), ii) el desarrollo
nentes, donde la cobertura de pastos es de suelo, y, iii) la facilitación de la inva-
menor, permite suponer la existencia de sión de vegetación nativa.
competencia (Peterson y Haines, 2000; En algunos pastizales o
Posada et al., 2000; Chapman et al., campos ganaderos del trópico, se dejan
2002). árboles remanentes para la utilización de
Entre los trabajos que sombra por el ganado. En estos casos se
estudian los factores limitantes, en un ha propuesto su uso (Guevara et al.,
contexto temático, 38% monitorea la su- 1992, 1994; Guevara y Laborde, 1993),
pervivencia y crecimiento de plántulas, ya que pueden funcionar como “facilita-
pero sólo 29% estudia el microambiente Figura 7. Distribución porcentual de los ni- dores” o “catalizadores” que aceleran el
en que éstas crecen (Figura 6). El 13% veles de fertilidad del suelo en los distintos proceso de regeneración (Rhoades et al.,
estudia el banco, la lluvia o depredación sitios de estudio. 1998; Aide et al., 2000; Holl et al.,
de semillas, y apenas 10% estudia la : Baja; : Baja/Moderada; : Mode- 2000; Hummel, 2000; Otsamo, 2000a,
competencia con la vegetación remanen- rada; : Moderada/Alta 2000b; Zimmerman et al., 2000), pueden
te, y 10% el proceso de germinación. reducir la cobertura de pastos y su com-
De los 25 sitios de estu- petencia, afectar aspectos físicos (mayor
dio, sólo en 18 (72%) se brinda infor- tensión geográfica ni su grado de ame- estructura y porosidad) y químicos (re-
mación sobre las características del sue- naza, sino que se asocia al sesgo geo- tención de agua, transferencia de nu-
lo, lo que no se corresponde con el nú- gráfico, es decir, a cuestiones político- trientes y materia orgánica) del suelo y
mero de trabajos, siendo necesario leer económicas y a la atención histórica que favorecer una mayor infección por mico-
más de uno para conocer las condiciones ha recibido frente a otros tipos de bos- rrizas (Montagnini, 1992; Montagnini,
edáficas de los sitios estudiados. Ningu- que. Por otra parte, los trabajos tienden 2000; Montagnini y Sancho, 1990;
no de los sitios presenta suelos de alta a ser de plazo mediano a largo, con la Rhoades et al., 1998; Parrotta, 1999; Fi-
fertilidad (Figura 7). El nivel de fertili- ventaja de que permiten una mayor inte- gura 2d). Al mismo tiempo, pueden ser
dad es bajo a moderado en 67%, mode- gración de resultados, y la desventaja de capaces de modificar el microclima ate-
rado en 25% y moderado a alto en ape- no ajustarse siempre a la escala temporal nuando la insolación directa (Loik y
nas 8%. Esto implica que las condicio- de las prioridades de conservación. Sin Holl, 1999), las fluctuaciones diarias de
nes ecológicas del suelo serían limitan- embargo, suelen enfocarse al análisis de temperatura y humedad relativa (Gómez-
tes para la recolonización; sin embargo, la supervivencia y crecimiento de las Pompa y Del Amo, 1985; Guevara et al.,
los trabajos muestran que el estrés plántulas y, aunque soslayan los factores 1992, 1994), además de funcionar como
edáfico no suele ser el factor más im- limitantes iniciales (inmigración de pro- atractores de agentes de dispersión,
portante para este proceso (Nepstad et págulos, germinación), obtienen resulta- como aves y mamíferos (Guevara et al.,
al., 1990, 1991; Holl et al., 1999). dos concretos a corto plazo. El 54% de 1992, 1994; Guevara y Laborde, 1993;
Muchos autores han los trabajos realiza experimentos de ma- Estrada et al., 1993; Aide y Cavelier,
destacado la importancia de la integra- nipulación, lo que permite establecer 1994; Toh et al., 1999; Slocum y Hor-
ción de la comunidad local en las activi- causalidades. El número de este tipo de witz, 2000). Se ha observado que las se-
dades de recuperación o conservación de trabajos ha crecido exponencialmente en millas que llegan a las pasturas se con-
sistemas naturales (Lamb et al., 1997; los últimos años, con mayor velocidad centran bajo estos árboles (Nepstad et
Viana et al., 1997), así como la restaura- que los del tipo descriptivo. al., 1990; Guevara et al., 1992, Guevara
ción de sistemas hacia una condición y Laborde, 1993; Martínez-Ramos y So-
más productiva. Sin embargo, escasos Perspectivas a Futuro to-Castro, 1993; Vieira et al., 1994; Wij-
estudios incluyen la aproximación social. deven et al., 2000), lo que se traduce en
En general proponen la evaluación de El restablecimiento de un aumento en la densidad, superviven-
los costos y beneficios de los proyectos bosques tropicales es factible ecológica- cia y crecimiento de plántulas respecto a
(Mesquita, 2000; Carnevale y Montagni- mente ya que la recolonización natural los pastos (Uhl et al., 1982; Uhl, 1987;
ni, 2002) de forma tal que a su objetivo se ha observado en varios trabajos (Uhl Vieira et al., 1994; Holl et al., 2000;
de conservación se sumen otros, con fi- et al., 1988; Nepstad et al., 1990). Sin Guariguata et al., 1995). Como segunda
nes productivos para la comunidad embargo, las necesidades ecológicas, so- alternativa, se plantea el potencial de los
(Nepstad et al., 1991; Montagnini, 1992; cioeconómicas y a veces estéticas no se cultivos forestales como frentes de rege-
Gichuru, 1994). También se rescatan las satisfacen en la escala temporal en la neración (Parrotta, 1992, 1995, 1999;
ventajas del conocimiento local (Mon- que sucede tal recolonización. Nepstad et al., 1996; Ashton et al.,
tagnini et al., 1995; Rhoades et al., Existen distintas estrate- 1997, 1998; Murcia, 1997; Parrotta et
1998), y la participación de instituciones gias para superar las limitaciones en la al., 1997).
locales (Montagnini y Sancho, 1990; recolonización de bosques en sitios de- En cualquiera de los
Butterfield y Fisher, 1994). gradados. Dada la variedad de disturbios dos casos, la identidad de las especies
En resumen, existe una y sitios en que ello ocurren, es necesario elegidas es un factor determinante so-
sobre-representación de la selva alta pe- el desarrollo de técnicas físicas, quími- bre el ecosistema (Butterfield y Fisher,
rennifolia que no se relaciona con su ex- cas y biológicas que puedan ser utiliza- 1994; Cavelier, 1995; Montagnini et al.,

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1995; Parrotta, 1995, 1999; Lugo, 1997; TABLA III
Powers et al., 1997; Montagnini, 2000; AREAS RECOMENDADAS PARA LA RESTAURACIÓN
Slocum, 2001), ya sea a nivel biótico DE BOSQUES TROPICALES
(cobertura de especies competidoras) o
abiótico (humedad relativa, temperatura, Ubicación Observaciones
luz, fertilidad del suelo, etc.). La intro-
ducción deliberada de especies leñosas Hábitats de especies particulares Donde las poblaciones de particulares especies han
podría ser entonces una herramienta con- sido reducidas o se encuentran en niveles críticos
veniente para favorecer la recolonización Riberas Frecuentemente centros de alta riqueza local de
en potreros (Vieira et al., 1994; Sun et especies e hábitats importantes para la vida
al., 1995; Holl et al., 2000; Zimmerman silvestre durante períodos de estrés
et al., 2000) principalmente porque éstas (e.g. sequía, invierno)
actuarían en la formación de microam-
bientes adecuados física y químicamente Tierras degradadas dentro de Para aumentar el valor de áreas de conservación
para el establecimiento de nuevas espe- reservas ya existentes existentes
cies (Bradshaw, 1987). Bordes de bosques remanentes Para consolidar límites y reducir cambios adversos
En los criterios de elec- en el borde o dentro de fragmentos de bosque
ción del sitio a restaurar influyen facto- Corredores que ligan islas Para facilitar el movimiento de especies entre
res que tienen que ver con su posición remanentes de bosque fragmentos aislados
geográfica y función ecológica (Tabla
III). Las riberas, por ejemplo, pueden Islas Frecuentemente son el único lugar donde
funcionar como corredores, así como las las pestes exóticas o predadores pueden ser excluidos
islas pueden actuar como posteriores Dentro de la matriz general Donde quiera que sea económica, social,
fuentes de propágulos hacia otras tierras. de tierra degradada entre o políticamente posible realizar la restauración
Por otro lado, existen limitaciones debi- fragmentos remanentes de bosques
das a los regímenes de propiedad de la
tierra, los recursos económicos para sol- Derivado de Lamb et al. (1997)
ventar rentas o el capital humano, las
condiciones legales o administrativas, y nica en el suelo por su gran producción que estén más disponibles (Harrington,
la disponibilidad de tiempo. En cada sis- de hojarasca, o las que favorecen al au- 1999).
tema de estudio, las condiciones ecológi- mento de la disponibilidad de cationes En muchos casos puede
cas y el nivel de degradación o amenaza (Harrington, 1999). Las especies de rá- resultar difícil establecer grandes áreas
tienen especial influencia en la elección pido crecimiento pueden reducir la co- con objetivos únicos de restauración, y
de la estrategia de restauración. Una es- bertura de pastos y disminuir los nive- se plantea el uso de plantaciones fores-
pecie animal de gran porte, por ejemplo, les de insolación, las zoocóricas atraen tales comerciales para alcanzar metas de
requerirá grandes extensiones de hábitat dispersores que acarrean nuevas semi- conservación (Parrotta, 1992, 1993,
en buen estado de conservación, mien- llas. Otros criterios de selección pueden 1995; Lugo et al., 1993; Chapman y
tras que determinados ecosistemas acuá- relacionarse con la producción de, por Chapman, 1996; Lamb et al., 1997; Par-
ticos pueden sostenerse con pequeñas ejemplo, frutos comestibles o alimento rotta et al., 1997; Parrotta and Knowles,
obras de ingeniería, como canales para para animales. También deben conside- 1999, 2001; Otsamo, 2000b, 2002) ya
regular y restablecer los flujos hídricos rarse especies que, aunque no mejoren que cumplen con tres importantes roles:
en un manglar. En los trópicos, la cerca- las condiciones ecológicas, presenten generan productos, mejoran el suelo y
nía de un potrero a fragmentos remanen- características que hacen necesaria su aceleran la sucesión secundaria del bos-
tes de selva puede determinar su interac- propagación (raras, amenazadas, pobres que (Parrotta, 1993) con el consecuente
ción con éstos, por lo que cualquier acti- dispersoras), o simplemente, aquellas aumento de la diversidad específica. El
vidad que aumente la conectividad será
beneficiosa.
Como se indicó, en TABLA IV
este tipo de situaciones se ha utilizado ESPECIES PRIORITARIAS A SEMBRAR EN PROGRAMAS
la siembra directa de leñosas, cuya ca- DE RESTAURACIÓN DE BOSQUES
pacidad “facilitadora” dependerá de sus
efectos sobre las condiciones del sitio Tipo de especie Observaciones
(Kuusipalo et al., 1995), de forma tal
Fijadoras de nitrógeno y aquellas Pueden reducir la necesidad de utilizar
que los criterios de selección deberán
capaces de mejorar la fertilidad fertilizantes costosos
definirse en función sus capacidades y
del suelo
de las necesidades de acuerdo al nivel
de deterioro (Tabla IV). También deben De crecimiento rápido e inhibitorias Ayudan a generar las condiciones
tenerse en cuenta su procedencia o raza del crecimiento de hierbas o pastos microclimáticas apropiadas
(Evans, 1999) de forma tal de utilizar Atractivas de frugívoros Favorecen la dispersión de semillas al sitio
la variedad genética adecuada (Harring-
ton, 1999). En sitios con suelos muy Mutualistas capaces de sostenerse Pueden ayudar a mantener poblaciones
degradados pueden sembrarse especies en condiciones de estrés silvestres
capaces de mejorar determinada condi- Dispersadoras pobres (frutos grandes) Pueden no ser capaces de colonizar otro sitio
ción, como las asociadas con organis- Especies raras o amenazadas Su siembra incrementará el tamaño poblacional
mos fijadores de nitrógeno, otras que
favorecen el aumento de materia orgá- Derivado de Lamb et al. (1997)

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éxito de estos proyectos parece ser de- composición específica de la comunidad, administrativas suelen ser las más fre-
pendiente de factores relacionados, en ni el tamaño relativo de sus poblaciones, cuentes y determinantes. Sin políticas
primer lugar, con la selección de espe- ni los requerimientos de hábitat de todas públicas que apoyen una visión de con-
cies, su densidad de plantación (Otsamo, las especies. Además, la complejidad de servación del ambiente que incluya la
2002), y su disposición espacial; se las interacciones entre éstas es tal, que conservación y la restauración y recupe-
plantea que la disposición agrupada es puede resultar imposible predecir la evo- ración de sitios improductivos o muy de-
más eficiente que la disposición unifor- lución del sistema bajo la elección de gradados, cualquier meta ecológica se
me en la modificación del microclima y cierto número de especies. Por último, verá truncada por posteriores daños o
en la atracción de dispersores (Harring- los fragmentos remanentes de bosque abusos en el uso de los recursos. Según
ton, 1999). En segundo lugar, pueden ser frecuentemente se localizan en las zonas Young (2000) el futuro a largo plazo de
determinantes la ubicación con respecto menos productivas, por lo cual no son la biología de la conservación es la res-
a fuentes de propágulos, la disponibili- representativos del tipo original. Si a tauración ecológica.
dad de agentes dispersores, y las aproxi- todo esto se agrega la naturaleza esto-
maciones de manejo (Parrotta, 1993). cástica de la sucesión de los bosques AGRADECIMIENTOS
Por último, el componente social no (Lamb et al., 1997), ¿podemos entonces
puede ser despreciado. Es necesario con- lograr su restauración ecológica? ¿Y si La autora agradece a
siderar los beneficios biológicos poten- podemos, cómo lo hacemos? Vicente Arriaga por motivar este trabajo
ciales de las plantaciones en conjunto El grado de amenaza y a Rodolfo Dirzo por sus comentarios
con aspectos sociales, económicos y fi- que sufren los bosques tropicales es el re- sobre versiones previas. El trabajo se
nancieros. sultado de la interacción de varios com- realizó con el auspicio de la Red Lati-
ponentes: densidad poblacional, situación noamericana de Botánica, beca RLB-03-
Conclusiones socioeconómica de la comunidad, intere- M3, y el apoyo del Instituto de Ecología
ses políticos nacionales e internacionales de la UNAM.
Las tendencias observa- que determinan el uso y abuso de los re-
das en las investigaciones sobre restaura- cursos, y existencia de recursos financie- REFERENCIAS
ción de bosques tropicales son promete- ros o intelectuales para proyectos de con-
doras, aún más teniendo en cuenta las li- servación. Todos estos componentes for- Aide TM, Cavelier J (1994) Barriers to lowland
mitaciones del presente estudio, que no man el complejo escenario de la restaura- tropical forest restoration in the Sierra Ne-
vada de Santa Marta, Colombia. Restorat.
incluyó trabajos existentes fuera de re- ción, la cual, para ser exitosa, deberá Ecol. 2: 219-229.
vistas científicas, como informes de go- contener no sólo esta variedad de factores
biernos, ONG’s u organizaciones priva- que actúan sobre los procesos de degra- Aide TM, Zimmerman JK, Pascarella JB, Rivera
L, Marcano-Vega H (2000) Forest regenera-
das. La restauración no se limita al ám- dación y reconstrucción, sino también la tion in a chronosequence of tropical aban-
bito científico, y muchos de los resulta- diversidad de situaciones de los sistemas doned pastures: implication for restoration
dos actuales se deben a proyectos que, naturales en cuanto a sus características ecology. Restorat. Ecol. 8: 328-338.
aunque no incluyan la restauración como ecológicas, socioculturales y condición de Allen EB, Rincón E, Allen MF, Pérez-Jiménez A,
concepto o parte del título, tienen objeti- degradación. Huante P (1998) Disturbance and seasonal
vos afines. Tal es el caso de actividades Por otra parte, no se dynamics of micorrhizae in a tropical de-
de reforestaciones o de reintroducción puede despreciar el componente social ciduous forest in Mexico. Biotropica 30:
de especies. de la restauración. La participación so- 261-274.
En los trabajos revisa- cial es determinante, no sólo por cues- Álvarez-Buylla ER, Martínez-Ramos M (1990)
dos existe un sesgo hacia el estudio de tiones éticas. La restauración requiere Seed bank versus seed rain in the regenera-
la selva alta perennifolia, soslayando la desarrollar métodos para cuantificar los tion of a tropical pine tree. Oecologia 84:
314-325.
importancia de otros tipos de bosque; servicios que el ecosistema brinda y po-
pero esto no debe considerarse desventa- der entonces demostrar el valor econó- Ashton PMS, Gamage S, Gunatilleke IAUN,
joso, ya que no sólo permitirá el avance mico de éste, sea intacto o restaurado Gunatilleke CVS (1997) Restoration of a Sri
del conocimiento sobre el funcionamien- (Holl y Howarth, 2000). Los ecólogos Lankan rainforest: using Caribbean pine
Pinus caribaea as a nurse for establishing
to de este ecosistema, sino que parte de dan por hecho que los beneficios am- late-successional tree species. J. Appl. Ecol.
los resultados podría ser extrapolado a bientales de los bosques tropicales son 34: 915-925.
otros tipos de bosque, aunque el límite evidentes, pero para las comunidades lo-
Ashton PMS, Gamage S, Gunatilleke IAUN,
de esta extrapolación debe ser cuidado- cales pueden no ser aparentes o ser insu- Gunatilleke CVS (1998) Using Carribean
samente establecido en cada caso. ficientes para superar los beneficios eco- pine to establish a mixed plantation: testing
Si bien la mitad de los nómicos de los sistemas productivos effects of pine canopy removal on plantings
trabajos se limitan a una perspectiva (Mesquita, 2000). Por ello es indispensa- of rain forest tree species. Forest Ecol.
Manag. 106: 211-222.
descriptiva, las correlaciones que se pro- ble involucrarlas en cualquier programa
ponen pueden actuar como orientadores (Lamb et al., 1997, Viana et al., 1997). Bainbridge DA (1990) The restoration of agricul-
de experimentos posteriores, y esto es El éxito dependerá de las ventajas y des- tural lands and dryland. En Berger JJ (Ed.)
demostrado por la creciente presencia, a ventajas de la presencia del bosque Environmental restoration: Science and
strategies for restoring the Earth. Island
lo largo de los años, de trabajos experi- (Mesquita, 2000). Press. Washington, DC. EEUU. pp. 4-13.
mentales donde se establecen causalida- Los caminos para la
des entre factores y variables. restauración ecológica de los bosques Bradshaw AD (1987) Restoration: an acid test
for ecology. En: Jordan WR, Gilpin ME,
Se ha discutido la facti- tropicales son diversos, y dependerán en Aber JE (Eds.) Restoration ecology. A syn-
bilidad de la restauración debido a va- gran parte de la situación ecológica, so- thetic approach to ecological research. Cam-
rias razones. En primer lugar por la difi- cioeconómica y política del sitio en bridge University Press. Cambridge, Ingla-
cultad de reconstruir la enorme riqueza cuestión. Aún hace falta estudiar los fac- terra. pp. 23-29.
específica de estos bosques. En segundo tores que limitan la regeneración de los Brooks TM, Mittermeier RA, Mittermeier CG,
lugar, no conocemos por completo la bosques, pero las limitaciones político Da Fonseca GA, Rylands AB, Konstant WR,

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OCT 2003, VOL. 28 Nº 10 589

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