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Ariela Barria
Sebastián Espinoza
Cristina Cordero
Heaven Sánchez
Solana Sarmiento
Yesenia Vera
Esquizofrenia Hebefrénica
El trastorno psicótico es un orden general de enfermedades psicológicas posteriores, el cual
se puede definir como la deformación de la realidad, caracterizada por la pérdida de contacto con
ésta. Dentro de la categoría general de la esquizofrenia hay varios tipos de esta, en este caso
estudiaremos la hebefrénica o desorganizada, ésta da indicios en edades muy tempranas, por lo
general entre los 15 a 25 años y avanza de forma lenta, este subtipo de esquizofrenia está ligado a
un tipo de personalidad premórbida y empobrecida. Se caracteriza por el predominio de
sintomatología negativa por sobre la positiva. En su comienzo los pacientes mantienen lucidez y
capacidad intelectual, lo que avanzado este trastorno comienza a deteriorarse y a presentar
deficiencias intelectuales.
Elementos del vivencias afectados:
Dentro de las desorganizaciones de este trastorno el elemento vivenciar de las estructuras
del pensamiento se ven obstruidas presentando un pensamiento desordenado al no tener claridad
de sus ideas volviéndose éstas confusas e incoherentes
Pensamiento incoherente refiere a que el paciente no es ordenado con los temas que
presenta y salta de uno a otro con total lejanía con respecto a lo que el observador le solicita;
perdiendo, por lo tanto, el sentido del tema principal e inicial.
Lenguaje desorganizado, consiste en un lenguaje divagatorio e incoherente forma parte y
suele estar acompañado de tonterías y risas que no tienen una clara conexión con el
contenido del discurso emitido.
Psicopatía
Interpersonal y afectivamente, los individuos con psicopatía pueden ser arrogantes,
dominantes, manipuladores, irritables, incapaces de establecer fuertes vínculos emocionales;
pueden carecer de empatía, sentido de culpa o remordimientos. (García et al. 2008). La
clasificación clásica de la psicopatía se divide en Trastorno antisocial o psicopático, en el que se
presentan problemas de irritabilidad y sentimientos agresivos hacia los demás, los cuales se
expresan en el contexto de la amenaza o la intimidación. (Holguín y Palacios, 2014).
Obsesiones que son vivencias dominantes las cuales el paciente no puede controlar y de
las cuales tampoco puede liberarse.
Temores obsesivos o fobias que aparecen en determinadas situaciones u objetos, estos
temores no son justificables.
Las ideas fijas, afloran en la mente de la persona de manera reiterada, bajo la forma de una
representación o idea persistente de una situación que provocó en el sujeto una intensa
repercusión afectiva.
Hostilidad en donde el individuo se muestra con una actitud agresiva al relacionarse con
las demás personas.
Suspicacia en el que el individuo siente, excesivamente que las actitudes, conductas y
expresiones de los demás son apariencias que ocultan otra verdad. Por lo tanto se
encuentran en una constante desconfianza.
Sentimientos de sobrevaloración, ya que ellos creen que tienen capacidades por sobre lo
habitual, presentan mucha confianza en sí mismos.
Hipersexualidad que es causada por una exaltación del impulso sexual, lo que se refleja
en una hiperactividad en relación con todo aquello que requiera del carácter sexual.
Acciones impulsivas en las que el sujeto realiza estas acciones las cuales no son influidas
por la voluntad de este.
Negativismo, que ocurre cuando el individuo se opone a todo cambio o modificación en su
estado, posición o actitud.
Pseudocontacto que se evidencia en la expresividad que presenta en paciente al momento
de contar su relato, y esta expresividad, muestra, ausencia, lejanía y falta de interés por la
persona que tiene enfrente.
Fetichismo ocurre cuando el individuo logra la excitación y el placer sexual, sustituyendo
a la persona amada por un objeto inanimado, como por ejemplo una prenda de vestir.
Pedofilia se evidencia cuando el individuo adulto encuentra el placer sexual en los niños.
Sadismo el cual se muestra cuando el sujeto logra la excitación y gratificación sexual, al
causarle dolor o humillación a la pareja.
Exhibicionismo, que es cuando el individuo muestra sus genitales a una mujer en un lugar
o situación que es completamente inadecuada.
Voyerismo que es un trastorno caracterizado por lograr el individuo excitación sexual
mirando a otros en ejercicio sexual, sin ser él visto.
Fabulación, en la cual el individuo toma por recuerdos que fueron vividos, como fantasías
de la imaginación.
Contra Fabulación, que consiste en una fabulación, pero esta se realiza por un intento del
paciente para rellenar lagunas mentales en su memoria. (Capponi, 2006).
Modos de relación que estos pacientes establecen a nivel de la relación consigo mismo, el
propio cuerpo, los otros y el entorno.
Esquizofrenia hebefrenica
En relación consigo mismo no poseen pertenencia del propio yo ya que ellos tiene el sello
del “yo personal”, de sus vivencias y de su yo antes de la enfermedad, para estos pacientes todo lo
sucedido en su vida antes de la enfermedad es relatado por ellos en tercera persona y no como
acciones propias, respecto a la consciencia de la identidad del yo un individuo sano demuestra una
cierta continuidad a lo largo de su vida, en los hebefrénicos se presenta un individuo antes y
después del trastorno. Con respecto al juicio de realidad en los pacientes hebefrénicos se
encuentra perdido ya que el “yo” no es capaz de construir sentidos de realidad y no puede
apreciarla, lo mismo sucede con la conciencia de enfermedad, puesto que el paciente sufre una
pérdida de conciencia de ésta, percibiendo su estado patológico como una condición natural, no
atribuyendo su situación a una enfermedad. (Capponi, 2006)
En relación con su cuerpo, esta es la única parte que es experimentada por dentro y por
fuera, los pacientes no perciben una perturbación de sensaciones en su cuerpo, es decir, no lo
sienten petrificado o ahuecado, no se presenta una distorsión del esquema espacial sintiendo su
cuerpo extremadamente grande o pequeño, no obstante si se presenta en estos pacientes
alucinaciones de los sentidos corporales, tienden a experimentar en su cuerpo sensaciones
imaginarias como por ejemplo, sienten que en sus entrañas o intestinos tienen gusanos.(Vidal,
2003)
En relación con los otros el individuo presenta una psicopatología de un yo “evitador”
dentro de la dimensión de adhesión-evitación, mantienen una postura afectivamente evitativa hacia
las personas resultando el contacto una situación de incomodidad y de angustia, en algunos casos
extremos esto incluye la incapacidad de integrar el polo de acercamiento a personas u objetos y
hasta consigo mismo en condición de lejanía afectiva que evita al máximo toda superficie de
contacto e interés, lo anteriormente mencionado se debe a que se ve comprometida la parte afectiva
de los individuos el cual es un subsistema que se inicia a partir de lo instintivo-tendencial y es la
satisfacción o insatisfacción de necesidades que genera estados afectivos placenteros o
displacenteros, de acuerdo a los sentimientos de estado estos son lejanos al cuerpo dentro de los
cuales presenta como ejemplo: frialdad afectiva (Capponi, 2006).
En relación con el entorno los pacientes hebefrénicos presentan un polo más bien
independiente ya que parecen no prescindir de los demás en cuanto a opiniones y afectividad,
evitan el compromiso y también a quienes lo rodean, es por ello que el conflicto central en un
paciente hebefrénico reside en que tienen una apreciación del entorno más bien rígido,
acompañado de poca flexibilidad, y con dificultad de mantener una interacción constante con los
que lo rodean es por ello que lo anterior no le permite tener un mayor enriquecimiento (Capponi,
2006).
Psicopatía
El diagnóstico en pacientes con este trastorno se realiza mediante la historia clínica de éstos, para
la cual se puede hacer una recopilación de antecedentes familiares y sucesos padecidos por el
paciente durante algún periodo de tiempo, además del tratamiento que lleva a cabo. Dentro de la
clasificación de esquizofrenia, la hebefrénica podría confundirse con el trastorno
esquizofreniforme, puesto que ambos presentan alucinaciones, comportamiento desorganizado y
expresión emotiva disminuida, sin embargo, en cuanto a la semiología de la enfermedad estos se
diferencian en cuanto a la duración, ya que el trastorno esquizofreniforme tiene una duración
máxima de 6 meses (APA, 2014). Respecto a la relación con los otros los esquizofreniformes al
igual que los hebefrénicos se comportan de manera hostil, ya que no le gusta mantener
interacción social, alejándose de todas las personas que se muestran interesadas en acercarse a
ellos; un paciente esquizofreniforme se muestra de la misma manera, ya que comparten rasgos
evitativos; no obstante, no siempre se desarrolla este "aplanamiento afectivo" y a veces la parte
social queda intacta. Con respecto a un mal diagnóstico los cambios en el paciente
esquizofreniforme comienzan a mostrarse en las primeras cuatro semanas, en donde su
comportamiento empieza a cambiar y a mostrarse desorganizado al igual que su lenguaje,
además de sentirse confundidos. En relación con su entorno los pacientes esquizofreniformes
presentan también un polo independiente ya que al presentar evitación con los otros, parecen no
necesitar de los demás cuando se trata de opiniones y de su afectividad, suelen mostrarse
desinteresados. En relación con su cuerpo en ambos trastornos, estos no tienen la sensación de
estar huecos, no hay presencia de distorsión del esquema espacial, pero al igual que en la
esquizofrenia hebefrénica, los esquizofreniformes padecen alucinaciones, lo cual juega con la
percepción de estos sujetos. En relación consigo mismo, quienes padecen el trastorno de
esquizofreniforme podrían poseer una conciencia del yo a diferencia de los hebefrénicos ya que
las vivencias y su yo antes de la enfermedad podrían quedar intactas por el corto plazo en el que
se presenta este trastorno. En ambos trastornos no poseen conciencia de enfermedad y su juicio
de realidad está perdido ya que no se dan cuenta de lo que les está sucediendo.
Psicopatía
Un criterio esencial para el diagnóstico de psicopatía en una persona es observar si su
preocupación básica, será la de pasar por encima o manipular conscientemente a los demás
(Bursten, 1973). Algunos síntomas por los cuales podríamos notar que una persona presenta alguna
psicopatía serían; que el paciente se muestre agresivo con las demás personas, que presente
vivencias imperativas de las cuales el paciente no puede controlar ni liberarse, que sea desconfiado
con las actitudes que tengan las demás personas, que presente acciones que no son mediadas por
la voluntad del paciente, posee un sentimiento que lo hace creer que sobrepasa las capacidades
habituales, confiando en sí mismo de manera exagerada. Evita la proximidad con los demás y
también presenta una extremada exaltación del impulso sexual (Capponi, 2006). Además el
paciente presenta una poca empatía con los sentimientos y emociones de las otras personas, y
utiliza a los que lo rodean para llevar a cabo sus objetivos a través de la manipulación.
Otra diferencia evidente es que las personas con psicopatías presentan un juicio de la
realidad que no se ve alterado, tienen conciencia y procesan la realidad que están viviendo, en
cambio una persona que presenta el trastorno por abuso de sustancias puede presentar delirios y
alucinaciones según la sustancia que esté ingiera (Mayo clinic, 1998-2019), por lo tanto deja de
tener conciencia de la realidad que está viviendo y de poder procesarla de una forma “normal”.
El paciente con psicopatía en relación con el entorno se muestra evitante ya que no les
interesa mantener relaciones sociales con los demás, y producto de esta conducta pueden llegar a
ser asociados con un déficit de empatía. Las relaciones afectivas les resultan incómodas y trata de
mantenerse alejado de estas, es por ello por lo que suelen confundirse con los trastornos del
espectro autista o borderline, y aunque comparten esta imposibilidad de poder relacionarse con las
personas y su entorno, la clave esencial para poder clasificar el trastorno de psicopatía va a ser su
falta de remordimiento y la nula compasión hacia los demás, donde no existe distinción de tipo
moral/convencional (Celis, 2014).
Psicopatía.
Dentro de un procedimiento clínico con un paciente psicopático es recomendable estar en alerta,
ya que son astutos e ingeniosos, por tanto se debe ser cauteloso y plantearse objetivos en cada
sesión con tal de ayudar en la adaptación y relación con el medio social, familiar y laboral o escolar
de la persona, también se hace necesario trabajar la inteligencia emocional, el control de impulsos
y la gestión de emociones. Cómo terapeutas se deben tener en claro que su falta de comprender los
sentimientos de los demás no es causa ni conlleva a una falta de intelecto, ellos entienden lo que
está mal y lo que está bien, pero al momento en que realizan una acción que haga sentir mal a
otros, no les importa, ya que buscan maneras de justificar su actuar para creer que lo que hicieron
estuvo correcto. Además se tiene que entender y considerar que la psicopatía se puede desarrollar
de diferentes formas y en diferentes personas por lo cual sería efectivo trabajar de manera
individual en primera instancia y luego, si lo amerita, poder incluir alguna sesión de grupo. (De la
Serna, 2015) Podemos encuadrar el trabajo terapéutico en las prácticas donde el paciente se ponga
en las situaciones de otro y así lograr imaginar cómo los demás perciben ciertas actitudes que para
él son normales, o poner en práctica la capacidad del paciente para atribuir estados mentales a
protagonistas de historias o situaciones narradas verbalmente a ellos con tal de destacar y ejercitar
su empatía, por ejemplo. Cabe mencionar que los programas tradicionales de rehabilitación no
ayudan mucho, y en el peor de los casos, ha incitado a los psicópatas a cometer crímenes aún más
graves debido a que aprenden nuevas formas de manipular a la gente. Actualmente el diseño de
programas en base a modelos sistemáticos, psicoanalíticos y cognitivo-conductuales dan esperanza
de mejora. En general, por ende, no podemos hacer que el paciente cambie o se rehabilite de
manera completa, pero sí se puede lograr una mejor adaptación a la sociedad y que logre desarrollar
habilidades sociales y relaciones más sanas.
Como el paciente psicópata no tiene problemas con el juicio de la realidad no hay
complicaciones mayores a la hora de interactuar con ellos, sin embargo, como no poseen
conciencia de la enfermedad difícilmente él mismo busque y se acerque a un especialista para su
tratamiento, de hecho es probable que la familia o alguna institución solicite la ayuda. Los
pacientes con psicopatía necesitan un tratamiento intensivo y regular, en donde el terapeuta puede
acudir a técnicas de gratificación conductual siendo prudentes en este extremo con tal de evitar
que el psicópata abandone el programa por falta de motivación o mal comportamiento, para esto
se requiere de un ambiente y régimen positivo en la institución, procurando que sea objeto continuo
de atención y autorregulación. Enseñarles a controlar sus impulsos, a resolver problemas de su
entorno social, reducir dependencia al uso de sustancias y reforzar el seguimiento y la supervisión
en la familia y el entorno cotidiano, la prevención de recaída a través del seguimiento, son algunas
de las metas más importantes que el terapeuta debe fijar. (Albaladejo, 2008).
Además se agrega que para poder determinar a posibles personas con psicopatía se pueden
utilizar algunas pruebas. Según (Vinet, 2010) las pruebas que se pueden utilizar en pacientes o
clientes con este tipo de trastornos son aquellas que miden problemas de conducta con respecto a
la socialización, agresión, comportamiento impulsivo, hiperactivo, rasgos de crueldad, frialdad
emocional o insensibilidad. De los test que miden estas características podemos mencionar: La
Lista de verificación de psicopatía revisada (PCL-R) propuesta por Robert Hare en 1991, basada
en la tipología original de psicopatía del doctor Hervey Cleckley mediante la correlación de un
componente interpersonal/afectivo (Factor 1) y un componente de comportamiento socialmente
desviado (Factor 2) (Mealy & Kinner, 2003). Existe también la Psychopathy Checklist: Youth
Version (PCL-YV) (Forth, Kosson & Hare, 2003) cuya versión es orientada exclusivamente para
adolescentes y también presenta una adaptación en niños, con tal de diagnosticar una posible
psicopatía en edad temprana.
A partir de lo anterior, es pertinente explicar las características mencionadas de esta
patología sin caer en etiquetar a la persona en particular, a través de una fluida psicoeducación
orientada al sujeto y su entorno social (familia, trabajo, vínculos sociales y afectivos en general)
con tal de brindar a los pacientes la posibilidad de desarrollar, y fortalecer sus capacidades para
afrontar las diversas situaciones de un modo más adaptativo. Debido a que el individuo suele tener
conductas agresivas con las personas o su entorno social, se vuelve necesario dilucidar los riesgos
que puede haber al dejar sin tratamiento a un paciente padeciendo este trastorno; malos tratos,
sabotaje, forcejeos y otros tipos de violencia en mayor o menor grado que en el peor de los casos
puede costar la vida de otras personas. Se mencionaba anteriormente que los pacientes con
psicopatías no suelen tener lazos estrechos con su familia o amigos, ya que no sienten la necesidad
de interactuar con los demás, siendo esta explicación clave pues puede que sea una razón para que
su entorno social pueda comprender algunos de sus comportamientos asociados con la falta de
empatía, soledad. La psicoeducación, en estos casos sería de gran ayuda, ya que tiene por objetivo
el orientar y ayudar a identificar con mayor entendimiento y claridad el problema o la patología
para enfocar adecuadamente, su resolución o tratamiento y favorecer al paciente para su
recuperación. La psicoeducación como herramienta terapéutica es viable de utilizar en diferentes
tipos de abordajes: Individual, familiar, grupal, vincular, etc. Se tiene que hacer una terapia
individual y también hacer terapias grupales con la citada orientación psicoeducacional y de
autoayuda (Álvarez, Benatuil, Bulacio, Vieyra, 2004).
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COMENTARIOS:
- Se indica que las alucinaciones son parte de los instrumentos del vivenciar, lo que
no es así, puesto que las alucinaciones son parte del elemento del vivenciar
- No parece muy consistente con la literatura señalar que las conductas evitativas de