El uso de nuestra boca

(Proverbios 18:21)

Introducción:
La lengua es un órgano muscular que mide 10 cts. Y es dirigido por el
sistema nervioso central y el cerebro, con la finalidad de percibir sabores y
participar en la digestión de los alimentos, es un órgano anexo al sistema
digestivo. La lengua es indispensable en la articulación de las palabras, sin
los movimientos de la lengua es imposible hablar.
La palabra de Dios va más allá de una descripción física de este
miembro de nuestro cuerpo, dice que nuestra lengua tiene poder. En el
hebreo poder es la palabra Koaj = capacidad o aptitud; el significado
básico de koaj es “la capacidad de hacer algo”, es decir nuestra lengua
tiene la capacidad de dar vida o dar muerte.
Este tema debemos tomarlo con suma seriedad “el uso de nuestra
boca”, ésta la podemos utilizar para bendecir o para destruir no solo la vida
de los demás sino nuestra propia vida. Otra traducción para este versículo
es “La muerte y la vida están en poder de la lengua y los que la aman
y la complacen comerán de su fruto y soportarán las consecuencias
de sus palabras”, nuestra lengua expresa lo que pensamos, sentimos y lo
que queremos.
En Proverbios 10:11, manantial de vida es la boca del justo, manantial
es lugar donde nace una fuente natural de agua y el ¿agua que hace? Da
vida, pero una lengua mala es violenta y dice que está en la boca de los
impíos y el impío es alguien que carece de la virtud de la piedad o de
fe en Dios. Proverbios 15:4 nuevamente el Espíritu Santo nos hace una
comparación, un contraste entre los justos y los malvados y dice que la
lengua apacible es como un árbol de vida, más la perversidad de ella es
quebrantamiento de espíritu, perverso es una conducta que se aparta de
lo bueno y lo correcto, es la acción de una persona mala o un acto
malo como algo "torcido" y "deformado", perverso es la maldad
obstinada de un corazón no regenerado. Es por eso la importancia de lo
que sale de nuestra boca, como leíamos al principio ¡¡¡ comeremos del fruto
de nuestras palabras!!!!
El Señor Jesús se refirió a este tema en Lucas 6:43 – 45, creo que en
estos versículos está más que claro lo que el Señor nos quiere decir, ¿qué
clase de árboles somos? ¿Qué frutos estamos dando?, ¿qué frutos estamos
comiendo?
 Un árbol da fruto según su naturaleza, por más que plantemos una
higuera en medio de una vid no dará uvas, dará higos. Un árbol malo dará
malos frutos, si el fruto es malo ¿a quién culparemos, al fruto o al árbol?
Lo que sale de nuestra boca manifiesta el estado de nuestro corazón,
manifiesta nuestros frutos. El hombre malo tiene en su corazón chismes,
malas palabras, chistes en doble sentido, etc. manifiesta lo que hay
en el corazón, El corazón criticón produce una lengua que critica. El
corazón que se cree justo por sí mismo produce una lengua que juzga.
El corazón amargado produce una lengua mordaz. Y el corazón
desagradecido produce una lengua quejosa.
Pero el corazón que ama produce una lengua llena de gracia. El
corazón fiel produce una lengua sincera. El corazón apacible produce
una lengua reconciliadora. El corazón que confía produce una lengua
llena de ánimo, el hombre bueno tiene en su corazón, cosas buenas y
de eso habla su boca. Sale a relucir la bondad, su amor por el prójimo,
da buen testimonio, que solamente lo puede dar el Espíritu Santo y
fluye en la vida de un creyente.
Conclusión:
Es tiempo que analicemos nuestras vidas y nos preguntemos
sinceramente ¿que hay en mi corazón? Como esta mi vida ¿qué frutos estoy
comiendo? Por que como estoy, como es mi estado espiritual, es por lo hablo,
por lo que sale de mi boca, como la descripción anatómica de la lengua en
un órgano que participa en la digestión de los alimentos, en el área espiritual
¿en que está participando mi lengua? De que me estoy alimentado…
recordemos que este mundo y sus palabras están bajo la influencia de
satanás, está lleno de palabras de muertes, por eso es urgente que nos
empapemos de la palabra del Señor, para que en medio de la muerte
nuestras palabras den vida, sean un manantial en medio del sequedal en el
que el mundo está, animemos más de lo criticamos, que nuestro hablar sea
de edificación a fin de dar gracia a los oyentes, seamos tardos para hablar.
Les invito a que puestos en pie leamos todos juntos el Salmo 141:3.