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1. ¿Cuándo se inicia y cuando termina el embarazo?

Es el período que transcurre entre la implantación del cigoto en el útero, hasta el


momento del parto, en cuanto a los significativos cambios fisiológicos, metabólicos e
incluso morfológicos que se producen en la mujer encaminados a proteger, nutrir y
permitir el desarrollo del feto, como la interrupción de los ciclos menstruales, o el
aumento del tamaño de las mamas para preparar la lactancia. El término gestación
hace referencia a los procesos fisiológicos de crecimiento y desarrollo del feto en el
interior del útero materno.
La mujer embarazada se encuentra en un estado hipervolémico crónico. El volumen de
agua corporal total se incrementa debido al aumento de la retención de sal y agua por
los riñones. Esta mayor cantidad de agua ocasiona dilución de la sangre, lo que
explicaría la anemia fisiológica propia del embarazo que persiste durante todo el
embarazo.

El aumento del volumen sanguíneo causa un aumento en el gasto cardíaco, el volumen


urinario y el peso materno. La acción de la ciertas prostaglandinas causa
broncodilatación y aumento en la frecuencia respiratoria. A nivel renal se ve una leve
disminución en la depuración de creatinina, y otros metabolitos.

El peso de la madre durante el embarazo aumenta a expensas del peso del feto, el
peso del líquido amniótico, placenta y membranas ovulares, el incremento del tamaño
del útero, la retención de líquidos maternos y el inevitable depósito de grasa en tejidos
maternos. El metabolismo de la madre también incrementa durante el embarazo.

La frecuencia cardíaca incrementa hasta un promedio de 90 latidos por minuto. La


tensión arterial se mantiene constante o a menudo levemente disminuida. La
resistencia venosa aumenta, en especial por debajo de la cintura gestante. El corazón
tiende a aumentar de tamaño, condición llamada hipertrofia ventricular especialmente
izquierda y desaparece a las pocas semanas después del alumbramiento. La presencia
circulante de prostaglandinas causa vasodilatación en oposición a los vasoconstrictores
fisiológicos angiotensina y noradrenalina, en especial porque la angiotensina II
aumenta para mantener la presión arterial normal. La hipertensión y la aparición de
edema son por lo general signos de alarma en el embarazo.

La tasa o índice de filtrado glomerular y la perfusión del riñón aumentan a expensas


del aumento del gasto cardíaco y la vasodilatación renal. Ello causa un leve aumento
de los valores de creatinina en sangre por disminución del aclaramiento de creatinina
e igualmente de nitrógeno ureico. La disminución de la presión parcial de dióxido de
carbono en la sangre materna causa un aumento en la excreción renal de bicarbonato.

2. ¿Qué rol cumple el ovario en el primer trimestre del embarazo?

El embarazo altera la función de la mayoría de las glándulas endocrinas, en parte


porque la placenta produce hormonas y, además, porque la mayoría de las hormonas
circulan unidas a proteínas y la unión a proteínas aumenta durante el embarazo.
La placenta también produce la subunidad beta de la gonadotropina coriónica humana
(beta-hCG), una hormona trófica que, como las hormonas foliculoestimulante y
luteinizante, mantiene el cuerpo lúteo y por lo tanto evita la ovulación. Los niveles de
estrógeno y progesterona aumentan temprano durante el embarazo debido a que la
beta-hCG estimula los ovarios para que las produzca en forma continua. Después de
las 9 o 10 semanas de edad gestacional, la placenta propiamente dicha produce
grandes cantidades de estrógenos y progesterona para mantener el embarazo.

La placenta produce una hormona (similar a la hormona tiroestimulante) que estimula


la tiroides y provoca hiperplasia, aumento de la vascularización y un moderado
agrandamiento. Los estrógenos estimulan a los hepatocitos y aumenta los niveles de
globulinas de unión de las hormonas tiroideas; así, aunque los niveles totales de
tiroxina pueden aumentar, los de las hormonas tiroideas libres permanecen normales.
Los efectos de la hormona tiroidea tienden a aumentar y pueden imitar un
hipertiroidismo, con taquicardia, palpitaciones, sudoración excesiva e inestabilidad
emocional. Sin embargo, el hipertiroidismo verdadero sólo se produce en el 0,08% de
los embarazos.

La placenta produce hormona liberadora de corticotropina (CRH), que estimula la


producción materna de ACTH. Esto aumenta los niveles de hormonas suprarrenales,
en especial de aldosterona y cortisol, lo que contribuye con el edema. El incremento
en la producción de corticosteroides y la elevada producción placentaria de
progesterona producen resistencia a la insulina y un aumento de la necesidad de
insulina, al igual que el estrés del embarazo y, posiblemente, el aumento en los niveles
de la hormona lactógeno placentaria humana. La insulinasa, producida por la placenta,
también puede aumentar los requerimientos de insulina; por eso muchas mujeres con
diabetes gestacional desarrollan formas más floridas de diabetes.

La placenta produce hormona melanocito estimulante (MSH), que aumenta la


pigmentación cutánea tardía en el embarazo.

La glándula hipófisis se agranda un 135% durante el embarazo. Los niveles maternos


de prolactina aumentan 10 veces. El incremento de la prolactina se asocia con un
aumento de la producción de hormona liberadora de tirotropina, estimulada por los
estrógenos. La función primaria del aumento de la prolactina es asegurar la lactancia.
Los niveles vuelven a la normal en el posparto, aunque la mujer esté amamantando.

3. ¿Cuáles son los componentes del incremento de peso en la gestante?


A mayor parte del peso que se aumenta durante el embarazo no corresponde a grasa,
sino que se relaciona con el bebé. A continuación se desglosa la forma como se
componen 35 libras (16 kilogramos):

Bebé: 8 libras (3.5 kilogramos)


Placenta: 2 a 3 libras (1 a 1.5 kilogramos)
Líquido amniótico: 2 a 3 libras (1 a 1.5 kilogramos)
Tejido mamario: 2 a 3 libras (1 a 1.5 kilogramos)
Riego sanguíneo: 4 libras (2 kilogramos)
Depósitos de grasa: 5 a 9 libras (2.5 a 4 kilogramos)
Crecimiento del útero: 2 a 5 libras (1 a 2.5 kilogramos)

4. ¿Qué ocurre con los lípidos al nivel de la sangre? ¿Por qué ocurre esto?

El proceso de adaptación del sistema materno metabolismo lipídico en el embarazo


consta de un incremento eel almacenamiento de lípidos en un período temprano
(12incremento en la absorción intestinal de nutrientes acompañadpor aumento en la
demanda de los mismos y un importanflujo, particularmente de EFA y LC-PUFA de la
madre al fe. Aunque la glucosa es el nutriente primario para el feto, exisun gran
aumento de TAG como tejido adiposo durante el últimtrimestre. Además son
necesarios ácidos grasos polinsaturados de cadena larga (LC-PUFA de long-
chapolyunsaturated fatty acids) particularmente araquidónic(AA.20:4n-6) y
docosahexaenoico (DHA,22:6n-3) para formación de membranas en todos los órganos,
especialmente eel cerebro, el araquidónico es también un precursimportante de las
moléculas lipídicas de senalización. Los LCPUFA son sintetizados en cantidad
insuficiente por el feto y placenta aparentemente no posee la actividad α-5 y
αdesaturasa para convertir ácidos grasos esenciales (EFA dessential fatty acids) en LC-
PUFA , es por eso que exisun mecanismo preferencial para síntesis y transferencia de
estoácidos grasos hacia la placenta y el feto. El contenido total de fosfolípidos en
plasma esincrementado durante la gestación, acompañado por uincremento en las
concentraciones de ácido linoléico, Ay DHA, pero están más incrementados aun los
ácidos graso saturados y monoinsaturados, de tal forma que el estatus escencial ácido
graso (n-3 + n-6)/(n-7+n-9) de ácidos grasos en los fosfolípidos del plasma disminuye
significativamente, por lo cual algunos autores postulan el ambarazo asociado con
déficit materno de EFA, sin embargo otros estudios muestran un buen estatus de EFA
al comienzo de la gestación, el cual no previene la caída de este índice en etapas
posteriores. La importancia de DHA radica en su papel definitivo en los procesos
visuales, con incremento de la cantidad de DHA en la retina humana con la
maduración fetal, siendo postulado, por lo tanto, como esencial para el crecimiento
del cerebro y la retina. Además la formación activa de estructuras sinápticas y
arborizaciones dendítricas con una rápida multiplicación de espinas dendítricas, la cual
se incrementa rápidamente entre la semana 31 de la gestación y el nacimiento, estos
cambios son detectados morfológica y bioquímicamente. Otros ácidos grasos parecen
ser importantes durante el embarazo, ya que han sido encontrados niveles
disminuidos de ácido linoléico (18:2n-6, LA) en hipertensión inducida por el embarazo
y retardo en el crecimiento intrauterino. Por eso ha sido postulada la suplementación
con LC- PUFA especialmente DHA en la dieta, lo cual puede ser logrado incrementando
el consumo de pescado en la alimentación, por ser rico en -3 LC- PUFA, logrando con
un aumento de 10 veces en el consumo de pescado un pequeño incremento en los
DHA en las membranas de los eritrocitos de la madre y el feto y una concomitante
disminución de AA, favoreciendo este hallazgo el concepto de que un incremento en
n-3 ácidos graso s tiene efectos saludables en el embarazo incluyendo disminucion del
riesgo de labor pretérmino e hipe.rtensión inducida por el embarazo, aunque se hace
necesaria mucha más investigación en la relación entre nutrición y presentación de
estos problemas.

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