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San Marcelino Champagnat, Fundador, Año 1840

Nacióó en 1789 cerca de Lyón, Francia. Su padre que llegóó a ser alcalde del puebló, pór
defender y favórecer la religióó n tuvó que sufrir muchó durante la revólucióó n francesa.
L a mamaó era sumamente devóta de la Virgen Santíósima y le infundióó una gran devócióó n
mariana a Marcelinó, desde muy pequenñ ó, y le cónsagróó su hijó a la Madre de Diós.
Una tíóa muy piadósa le leíóa Vidas de Santós, y estas lecturas ló fuerón entusiasmandó pór la
vida de apóstóladó. La lectura de las Vidas de Santós entusiasma muchó pór la virtud.
Crecióó sin asistir a la escuela, peró las lecturas caseras ló fuerón fórmandó en un fuerte
amór pór la religióó n.
Desde muy ninñ ó demóstróó mucha capacidad para aprender la albanñ ileríóa, y la practicóó en su
ninñ ez, y despueó s este ófició le va a ser muy uó til en sus fundaciónes. Tambieó n era aó gil para el
negóció. Cómpraba córderitós, lós engórdaba, y luegó lós vendíóa y asíó fue haciendó sus
ahórrós, cón lós cuales maó s tarde ayudaraó a cóstearse sus estudiós.
Terminada la revólucióó n francesa, el Cardenal Fresh (tíóó de Napóleóó n) se própusó
cónseguir vócaciónes para el sacerdóció y fundóó variós seminariós. Cerca del puebló de
Marcelinó abrierón un seminarió mayór y un sacerdóte visitadór llegóó a la casa de lós
Champagnat a visitar a algunó de lós jóó venes a ingresar en el nuevó seminarió. A Marcelinó
le entusiasmóó la idea, peró su padre y su tíóó decíóan que eó l nó servíóa para lós estudiós sinó
para lós óficiós manuales. Sin embargó el jóven insistióó y le permitierón entrar en el
seminarió.
Cómó ló habíóan anunciadó el papaó y el tíóó, lós estudiós le resultarón sumamente difíóciles y
estuvó a puntó de ser echadó del seminarió pór sus bajas nótas en lós exaó menes. Peró su
buena cónducta y el hacerse repetir las clases pór unós buenós amigós, le permitierón
póder seguir estudiandó para el sacerdóció.
En el seminarió teníóa ótró cómpanñ eró que, cómó eó l, teníóa menós memória y menós aptitud
para lós estudiós que lós demaó s, peró lós dós sóbresalíóan en piedad y en buena cónducta y
estó les iba a ser inmensamente uó til en la vida. El cómpanñ eró se llamaba Juan Maríóa Vianey,
que despueó s fue el Santó Cura de Ars, famósó en tódó el mundó.
Pócó antes de recibir la órdenacióó n sacerdótal, eó l y ótrós 12 cómpanñ erós hicierón el
própóó sitó de fundar una Cómunidad religiósa que própagara la devócióó n a la Sma. Virgen y
fuerón en peregrinacióó n a un santuarió marianó a encómendar esta gracia. Marcelinó
lógraraó cumplir este buen deseó de sus cómpanñ erós.
En 1816 fue órdenadó sacerdóte y ló nómbrarón cómó cóadjuntór ó vicarió de un sacerdóte
ancianó en un pueblecitó dónde lós hómbres pasaban sus ratós libres en las cantinas
tómandó licór, y la juventud en bailaderós nada santós, y la ignórancia religiósa era
sumamente grande.
Marcelinó se dedicóó cón tóda su alma a tratar de acabar cón las bórracheras y lós
bailaderós y a prócurar instruir a sus fieles ló mejór pósible en la religióó n. Cómó teníóa una
especial cualidad para atraer a la juventud, próntó se vió ródeadó de muchós jóó venes que
deseaban ser instruidós en la religióó n. Y hasta tal puntó les gustaba su clase de catequesis,
que antes de que abrieran la iglesia a las seis de la manñ ana, ya estaban allíó esperandó en la
puerta para entrar a escucharle.
Marcelinó era tódavíóa muy jóven, apenas teníóa 27 anñ ós, y ya resultóó fundandó una nueva
cómunidad. Era de elevada estatura, róbustó, de caraó cter eneó rgicó y amable a la vez. Altó en
su aspectó fíósicó y gigante en la virtud. Le habíóa cónsagradó su sacerdóció a la Virgen Maríóa,
y en una de sus visitas al Santuarió Marianó de la Fóurviere, recibióó la inspiracióó n de
dedicarse a fundar una cóngregacióó n religiósa dedicada a ensenñ ar catecismó a lós ninñ ós y a
própagar la devócióó n a Nuestra Senñ óra. Esó sucedióó en 1816, y una placa allaó en dichó
santuarió recuerda este impórtante acóntecimientó.
Ló que móvióó inmediatamente a Marcelinó a fundar la Cómunidad de Hermanós Maristas
fue el que al visitar a un jóven enfermó se dió cuenta de que aquel póbre muchachó
ignóraba tótalmente la religióó n. Se pusó a pensar que en ese mismó estadó debíóan estar
miles y miles de jóó venes, pór falta de maestrós que les ensenñ aran el catecismó. Ló preparóó a
bien mórir, y se própusó buscar cómpanñ erós que le ayudaran a instruir cristianamente a la
juventud.
El 2 de eneró de 1817 empezóó la nueva cómunidad de Hermanós Maristas en una casita
que era una verdadera Cueva de Beleó n pór su póbreza. Sus jóó venes cómpanñ erós se
dedicaban a estudiar religióó n y a cultivar un campó para cónseguir su subsistencia. El santó
lós fórmaba ríógidamente en póbreza, castidad y óbediencia, para que luegó fueran
verdaderamente apóó stóles.
Próntó empezarón a llegar peticiónes de maestrós de religióó n para parróquias y maó s
parróquias. Marcelinó enviaba a lós que ya teníóa mejór preparadós, y la casa se le vólvíóa a
llenar de aspirantes. Siempre teníóa maó s peticiónes de parróquias para enviarles hermanós
catequistas, que jóó venes ya preparadós para ser enviadós. Y cómó su casa se llenóó hasta el
extremó, eó l mismó se dedicóó ayudadó pór sus nóviciós, y apróvechandó sus cónócimientós
de albanñ ileríóa, a ensanchar el edifició.
Ante tódó, las labóres de sus religiósós estaban tódas dirigidas a hacer cónócer y amar maó s
a Diós y a nuestra religióó n. El meó tódó empleadó era el de la maó s exquisita caridad cón
tódós. Marcelinó nó pódíóa ólvidar cóó mó una vez un prófesór pusó en puó blicó un
sóbrenómbre humillante a un alumnó y entónces lós cómpanñ erós de ese póbre muchachó
empezarón a humillarló hasta desesperarló. Pór esó próhibióó rótundamente tódó trató
humillante para cón lós alumnós. Quitóó lós castigós fíósicós y deprimentes. Le dió mucha
impórtancia al cantó cómó medió de hacer maó s alegre y maó s eficaz la catequesis. Fue
precursór de la escuela activa, en la cual lós alumnós participan pósitivamente en las clases.
Cada religiósó debíóa dedicar una hóra pór díóa a prepararse en catequesis, y en pedagógíóa
para saber ensenñ ar ló mejór pósible.
La quinta esencia de la pedagógíóa de San Marcelinó era su gran devócióó n a la Virgen
Santíósima. Repetíóa a sus religiósós: "Todo en honor de Jesús, pero por medio de María.
Todo por María, para llevar hacia Jesús". Y les decíóa: "Nuestra Comunidad pertenece
por completo a Nuestra Señora la Madre de Dios. Nuestras actividades deben estar
dirigidas a hacerla amar, estimar y glorificar. Inculquemos su devoción a nuestros
jóvenes, y así los llevaremos más fácilmente hacia Jesucristo".
Marcelinó murióó muy jóven, apenas de 51 anñ ós el 6 de junió de 1840. Lós uó ltimós anñ ós
habíóa sufridó de una gastritis aguda, y un caó ncer al estóó magó le ócasiónóó la muerte. Al
mórir dejaba 40 casas de Hermanós Maristas. Ahóra sus religiósós són maó s de 6,000 en 870
casas, en muy diversós paíóses.
Marcelino Champagnat fue proclamado santo por el Papa Juan Pablo II el 18 de abril de 1999.

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