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Mao Zedong
1. Introducción
Los rasgos de la sociedad descritos por el CNEB y que permiten a los autores
trazar el perfil de egreso de la educación básica, son los siguientes:
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con el conocimiento generado en la modernidad. Estas dos
corrientes no han encontrado todavía el punto de equilibrio que les
permita establecer complementariedades a partir de un diálogo de
conocimientos que facilite el tratamiento de desafíos comunes que
plantea la realidad presente y a los que se precisa responder
como sociedad (…)
Se acepta por todos los medios que es una economía que se basa
en información y conocimientos, por encima de factores
tradicionales, que incluyen evidentemente al ser humano, actor y
portador de los mismos, pero ¿cuántas paradojas nos
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encontramos a las puertas del siglo XXI? ¿Podría llamarse
Sociedad del Conocimiento al orden que impera en el mundo
actual?
La cita anterior, así como el reconocimiento (en el CNEB) de que los “saberes
ancestrales no siempre coinciden con la modernidad” nos llevan (mal que les pese
a quienes proclaman su óbito) a afirmar, una vez más, la primacía de las
relaciones de producción en la vida de una sociedad, en la cual las fuerzas
productivas poseen un rol definido. ¿Se dice en el CNEB que los rasgos descritos
no se deben a cierta espontaneidad “en sí misma” del conocimiento o de los
saberes ancestrales, sino a los problemas derivados del capitalismo, en tanto
modo productivo desarrollado a una escala tal, que, en la actualidad, ya no pone
en primer lugar la producción de bienes sino la especulación de las finanzas?
(Soberón, 2015).
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que causan tal efecto. Esto ya no se puede ocultar más. Por otra parte,
aun la actividad más creativa puede transformarse en un infierno si la
persona no se siente dueña de aquella o no se siente útil ante los demás.
- Sobre el emprendimiento. La escuela no debería fomentar la “capacidad
emprendedora” sin antes preguntarse para qué. En los medios de
comunicación se coloca como ejemplos de personas con espíritu
emprendedor a determinadas personalidades que han conseguido cierto
éxito en su trabajo como cocineros, comerciantes ambulantes,
empresarios mayoristas, etc. Lo que no se menciona tanto es ¿cómo han
logrado dicho “éxito emprendedor”? o ¿con quién lo han conseguido?
Porque el trabajo colectivo al que alude el rasgo descrito en el CNEB
desaparece en cuanto alguien se apropia del producto de la labor común.
Este misterioso fenómeno es esencial al capitalismo, aunque ya no es tan
misterioso cuando se lee en los periódicos que la empresa X despidió al
sindicato de su tienda de ropa por pedir mejoras salariales o que los
ayudantes de cocina de cierto famoso restaurante trabajan horas extra sin
remuneración. Así pues, ¿la escuela debería promover “capacidad
emprendedora” para que el oprimido de ayer se transforme en el opresor
de hoy?
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Un último apunte: en la elaboración del CNEB no se practicó el
democratismo, comprendido como la incorporación de las amplias masas de
maestras y maestros (dirigentes, al fin y al cabo, del proceso docente educativo) al
desarrollo curricular. Seguramente su redacción se encuentra comprometida con
las intenciones del neoliberalismo internacional (personificado en instituciones
monetarias sorprendentemente dedicadas al problema educativo), bajo
procedimientos ampliamente detallados por Ramos (2012). En relación con lo
descrito, Howson, Keitel & Kilpatrick (1981) brindaron una aguda observación que,
lamentablemente, no ha perdido actualidad, treintaicinco años después:
Nos atrevemos a creer que, quizás, una de las razones de los problemas
continuamente detectados en la educación peruana estriba en que, quienes
dirigen o han dirigido dicho sector, consideran a las maestras y maestros como
seres incapaces de desarrollar teoría (currículum, etc.), como sujetos ignorantes
de todo el cuadro social y económico en cuyo contexto desarrollan su labor, y
como meros tornillos utilitarios que no necesitan saber más de lo que oficialmente
pueda (o, quizás, quiera) proporcionárseles. De este modo, las y los trabajadores
de la educación ni serán conscientes de la importancia de su tarea ni se sentirán
dueños de la misma para transformar a las personas que la Patria les ha
encomendado. Pero, detrás de esos importantes peligros, existe otro asunto no
baladí y de profundo contenido gnoseológico.
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“(…) un proceso de reflejo, en la conciencia del hombre, de la
esencia inagotable del infinito mundo material y las leyes de su
desarrollo, significando al mismo tiempo un proceso de creación
del cuadro científico del mundo por el hombre, cuadro que
aparece como resultado histórico-concreto del conocimiento en
constante desarrollo sobre la base de la práctica histórico-social
como su criterio objetivo superior” (Kursanov, 1977, p. 72).
- Dado que el reflejo es un proceso activo, nadie puede pensar con cabeza
ajena. Sin embargo, una persona sí puede ayudar a otra a reflejar la
realidad mediante el pensamiento.
- La verdad, al encontrarse relacionada con la visión científica del mundo,
es superior a cualquier creencia o generalización empírica sobre él. Por
ende, también es superior a cualquier “receta”, “estrategia” o “experiencia”
por más exitosa que esta fuese.
- Finalmente, el enriquecimiento de la visión científica del mundo se realiza
sobre el criterio de la práctica social. En el caso de la maestra o el
maestro, en contacto con los alumnos y la sociedad. De este modo, se
verifica la unidad teórico-práctica en el desarrollo del pensamiento
humano.
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become collaborators in investigating issues of practical
importance for the improvement of the teaching and learning of
mathematics (p. 9).
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alegrarse): en ella se registra un gran número de líneas de investigación. En
relación con este hecho, Malaspina (2012) dice:
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Situaciones Didácticas (TSD) de Guy Brousseau, entre muchas otras. Pero no
creemos oportuno buscar la veta práctica de dichas teorías, cualquiera sea su
alcance, si no se las conoce a profundidad y si no se reflexiona suficientemente
sobre los hechos que suscitan el empleo de aquellas. Para decirlo de una vez: no
se puede descuidar la teoría en desmedro de la práctica, ni la práctica con
menosprecio de la teoría.
En la página 138 del programa curricular del nivel secundario, podemos leer
lo siguiente, al referirse al área de matemática:
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a) La Teoría de Situaciones Didácticas (TSD)
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Posteriormente ya no se vuelve a indicar nada relacionado con la definición
de situación. Esta omisión es seria, pues existen tres tipos de situaciones:
Situación de devolución
Aquí el profesor plantea a los estudiantes
Situación matemática
En este tipo de situación, los estudiantes resuelven autónomamente
tareas, en formas tales como las empleadas por los matemáticos, con las
siguientes características:
Situación de institucionalización
En esta situación el estudiante:
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(…) Takes note of the progress of the mathematical situation, of
the questions and answers that have been obtained or studied
from it, and of those that have emerged, and places them within
the perspective of the curriculum (…) Distinguishes among the
pieces of knowledge (…) that have appeared those that have
revealed themselves to be false and those that are correct, and
among the latter those that will serve as references (…) And draws
conclusions for the organization of further sequences (exercises,
problems, etc.) (Brousseau 1997, citado en Brousseau & Warfield,
2014, p. 163).
Cada proceso didáctico –indican los autores del artículo- es una secuencia
de situaciones, pertinentes a uno de los tipos anteriormente descritos. El trabajo
de Guy Brousseau y colaboradores es muy importante porque la teoría de
situaciones constituye una de los más ambiciosas proyectos que se han elaborado
sobre lo que dichos investigadores denominan didactique. En especial, la
organización de las situaciones matemáticas considera aspectos antropológicos y
semiológicos para el estudio de prácticas y concepciones de estudiantes y
maestros; los experimentos relacionados con las situaciones matemáticas y
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Por primera vez en todo el texto se menciona explícitamente a la teoría de
las situaciones didácticas pero en una forma tal que, más que una estrategia
desarrollada para el aula, se trata de algo propio de la investigación científica en
Educación Matemática. De ahí la preocupación de la TSD por un examen
circunstanciado del conocimiento que va a ser enseñado, su desarrollo histórico y
sus propiedades epistemológicas (Brousseau & Warfield, 2014), dimensión muy
importante para el trabajo de maestras y maestros, relacionada con el principio
didáctico de cientificidad (Labarrere & Valdivia, 2002). Sigamos leyendo:
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[(…) Pero, como es enfatizado por Herbst y Kilpatrick (1999), TSD
no prove al maestro con un modelo de “buena práctica”, ni las
claves para mejorar su práctica. TSD es, principalmente, una
herramienta para analizar la enseñanza:
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which they can imagine. This interpretation of “realistic” traces
back to the Dutch expression “zich REALISEren,” meaning “to
imagine.” It is this emphasis on making something real in your
mind that gave RME its name. Therefore, in RME, problems
presented to students can come from the real world but also from
the fantasy world of fairy tales, or the formal world of mathematics,
as long as the problems are experientially real in the student’s
mind (p. 521).
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Posteriormente, el destacado matemático y didacta distinguió dos tipos de
matematización:
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Sin embargo, las cuestiones que acabamos de plantear solo pueden ser
respondidas a partir de la investigación. Dado que las críticas dirigidas a la forma
en que la EMR es mostrada en el CNEB son similares a las que presentamos
cuando se abordó la TSD, no creemos, una vez más, que el reflejo inexacto de la
EMR permita a maestras y maestros conocer verazmente la mencionada teoría,
desarrollar el panorama científico y, mucho menos, enriquecer teoría y práctica.
Así, la ruta hacia el conocimiento verdadero se encontraría bloqueada.
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curriculares y los correspondientes materiales que implementen
las actividades de resolución de problemas] (traducción nuestra)
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que abordamos al inicio del apartado 3. Tal unión debe cubrir el espacio que no se
menciona en el CNEB acerca de los métodos para el desarrollo de la actividad de
resolución de problemas en el aula. Interesantes experiencias al respecto en
Holanda (bajo la influencia de la EMR) o en China son mencionadas por Santos-
Trigo (2014). Pero, una vez más, el CNEB no refleja ni permitiría reflejar
correctamente a sus lectores el contenido de la Resolución de Problemas, con lo
que les impediría incrementar su panorama científico con su práctica diaria.
Mientras tanto, el conocimiento verdadero pasa de largo por la puerta de las
escuelas peruanas, con todo el caudal de importante desarrollo teóricos que la
Resolución de Problemas ha tenido y tiene en los últimos tiempos. Por ejemplo,
hoy cobra fuerza una nueva línea investigativa: el planteo de problemas. Para el
lector interesado, recomendamos la obra de Singer, Ellerton & Cai (2015), así
como los valiosos trabajos del profesor Uldarico Malaspina (2015, en especial,
pero con una vastísima producción) y sus discípulos Jorge Cárdenas (2015) y
Carlos Torres (en prensa).
Tras haber observado la forma en que han sido presentadas las teorías en
el CNEB, es necesario concluir que existen vacíos que deben ser urgentemente
llenados en aras de cualificar el trabajo de maestras y maestros. Aunque,
coherentemente con las ideas del régimen social que defienden los autores del
documento, no debería extrañar el instrumentalismo con que se trata al magisterio.
Quizás, como medida paliativa, se divulgue algún fascículo con los conceptos
clave de cada uno de los fundamentos teóricos del área, pero ello morirá en medio
de las numerosas tareas administrativas y de aseguramiento vital que deben
cumplir las y los trabajadores de la educación. A estos no se les pide ni el reflejo
de las teorías en su pensamiento, ni el desarrollo científico, ni mucho menos
enriquecimiento práctico: solo se les quiere como aplicadores ciegos de palabras
ajenas que no terminaron de hacer suyas. Esta es, a fin de cuentas, una grave
consecuencia gnoseológica del instrumentalismo capitalista.
Para terminar con el apartado 3, queremos dejar abierta una cuestión que
hasta el momento no hemos podido resolver: ¿por qué, cómo y quiénes eligieron
las tres teorías ya mencionadas como fundamento del CNEB, cuando también
existen muchas otras? Por ejemplo, está presente en el nuevo documento
curricular la línea teórica – investigativa de razonamiento y justificación, la cual
presenta y define conceptos como conjetura, demostración, argumentación,
justificación, etc., conceptos que el CNEB considera, pero no esclarece. Ni
siquiera las Rutas de aprendizaje de la matemática – 2015 cumplen con tal
objetivo, en tanto que existen importantes trabajos en nuestro país, tales como los
de Vallejo (2012) y Ordóñez (2014) que se pueden y deben aprovechar.
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4. Conclusiones y recomendaciones
Habrá quien sostenga que, mas bien, la forma en que el CNEB ha sido
presentado podría estimular la búsqueda de conocimientos por parte de sus
lectores. Si tal fenómeno ocurre, es muy posible que suceda en forma aislada. En
todo caso, el irrespeto con el que se presentan las inexactitudes teóricas no es
saludable, como tampoco lo son los rasgos de la sociedad capitalista que se
desea profundizar en los niños y adolescentes que estudian en la escuela
peruana. Por ello, como recomendación obtenida a partir de nuestro análisis,
sostenemos la necesidad de trascender de lo académico hacia lo político. Dicha
apreciación se basa en que, dada la amplísima producción científica con que
cuenta la Educación Matemática en todo el mundo (sin contar las interesantes
experiencias que maestras y maestros peruanos han desarrollado en las escuelas
andinas, selváticas o costeñas), resulta imposible para una sola persona
desarrollar investigación en el aula bajo la guía de los más sofisticados conceptos
producidos por los científicos. Esta tarea, sin embargo, es perfectamente
alcanzable bajo una organización social y estatal que practique una constante
línea de masas con las y los trabajadores de la educación, que masifique la
investigación educacional bajo sistema de ciclo completo (I + D + I), y que vincule
la investigación educativa (en la que investigar en Educación Matemática
constituye un sector entre muchos otros) con los sistemas magisteriales de
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formación inicial y continua. Estas son las características presentes en sistemas
educacionales que florecieron (o florecen) para ponerse al servicio de las
personas, en un modo de producción distinto y superior al capitalismo, a saber: el
socialismo. Sostenemos que cualquier progreso que nuestro país quiera alcanzar
en la Educación Matemática, en la Educación en general y en cualquier otro
ámbito de la vida nacional, debe encontrarse orientado hacia dicho ideal. No
queda otra salida.
5. Referencias
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Hersant, M. & Perrin-Glorian, M.-J. (2005). Characterization of an ordinary
teaching practice with the help of the Theory of Didactic Situations.
Educational Studies in Mathematics, 59, pp. 113 – 151. DOI:
10.1007/s10649-005-2183-z
22
Perú, Ministerio de Educación (2016c). Programa curricular de Educación Inicial.
Lima: Autor.
Singer, F., Ellerton, N. & Cai, J. (2015). Mathematical Problem Posing: From
Research to Effective Practice. New York: Springer Science+Business
Media.
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