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ORGANIZACIÓN

METEOROLOGICA MUNDIAL

COMPENDIO DE APUNTES
PARA LA FORMACION
DEL PERSONAL
METEOROLOGICO DE LA
CLASE IV

Preparado por B. J. RETALLACK


VOLUMEN 1 – CIENCIAS DE LA TIERRA

OMM- Nª 266

Secretaria De La Organización Meteorológica Mundial – Ginebra – Suiza

1973

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4- EL PLANETA TIERRA
En los capítulos precedentes se ha examinado el conjunto de cuerpos que rodean la
Tierra en el espacio. Durante estos estudios se había mencionado que el planeta Tierra
giraba alrededor del Sol en una órbita, situada entre las de Venus y Marte.

Los especialistas en ciencias de la Tierra han conseguido, con los años, recoger
numerosas informaciones sobre las características de nuestro planeta. En este capítulo,
en primer lugar, se descubrirán ciertos hechos importantes relativos a la forma y tamaño
de la Tierra y a continuación se estudiará la estructura de la Tierra y su composición
química.

4.1 La forma de la Tierra

Hace algunos siglos se creía que la Tierra era plana. Por esta razón el hombre
encontraba dificultad en explicarse los hechos naturales que se producían en el universo
que le rodea.

En nuestros días no es preciso demostrar la evidencia de la redondez de la Tierra. Hace


tiempo que el hombre ha podido navegar alrededor del mundo y las recientes fotografías
obtenidas por los vehículos espaciales ponen claramente de manifiesto la curvatura de
la superficie terrestre. Se ha determinado, así, que la forma de la Tierra es,
aproximadamente, la de una esfera.

Es importante tener en cuenta que un círculo es la intersección de una superficie plana


con una esfera. Si el plano pasa por el centro de la esfera se obtiene un círculo máximo.
La Figura 0-1 demuestra que todos los círculos máximos de una esfera son de igual
tamaño.

Figura 0-1 Círculos máximos en una esfera

La noción de círculo máximo aplicada a la Tierra presenta considerable interés en


materia de navegación, debido al hecho de que la distancia más corta entre dos puntos
de una esfera es un arco de círculo máximo.

4.2 Localización de un punto en la superficie del globo

Antes de avanzar en la consideración de la forma de la Tierra, sería deseable establecer


un método preciso de localización de los puntos situados en la superficie del globo. Con

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este fin, se tendrá en cuenta, ante todo, el hecho de que durante toda su órbita elíptica
alrededor del Sol, la Tierra gira sobre sí misma.

La línea imaginaria alrededor de la cual gira la Tierra es su eje. Este eje pasa por el
centro de la Tierra y atraviesa su superficie en dos puntos, uno de los cuales es el polo
norte y el otro es el polo sur.

El plano trazado por el centro de la Tierra, perpendicularmente a su eje, corta la


superficie de la misma según un círculo máximo llamado ecuador. Este plano se
denomina plano ecuatorial.

La Tierra gira sobre su eje de oeste a este. Vista desde un punto situado sobre el polo
sur, esta rotación se efectúa en el sentido de las agujas de un reloj. Por el contrario, un
observador situado sobre el polo norte comprueba que la Tierra gira en sentido inverso
al de las agujas de un reloj. La Figura 0-2 ilustra este efecto, el cual es fácil de comprobar
haciendo girar un globo terrestre u otro objeto esférico.

Figura 0-2 Rotación de la Tierra

Un plano paralelo al ecuador corta la Tierra según un pequeño círculo denominado


círculo de latitud. La Figura 0-3 muestra la posición de dos círculos de latitud, uno en
cada hemisferio.

Figura 0-3 Círculos de latitud

Un círculo de latitud es paralelo al ecuador y a todos los demás círculos de latitud. A


menudo se le designa con el nombre de paralelos de latitud.

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La latitud de un punto situado en la superficie de la Tierra es la distancia angular, norte
o sur, que hay desde este punto al ecuador. En la figura 4.4 se representa la latitud de
varios puntos.

El punto A se encuentra situado a 60° N, porque la línea que une este punto con el
centro de la Tierra forma un ángulo de 60° con el plano ecuatorial. Todos los puntos del
círculo de latitud que pasan por A están situados a 60° N.

El punto B está situado a 40°S y por la misma razón, todos los puntos situados a 40°S
son los puntos del círculo de latitud que pasa por B.

Figura 0-4 Posiciones de latitud en la superficie de la Tierra

De la Figura 0-4 se deduce fácilmente que el polo norte está situado a 90°N y el polo
sur a 90°S. La latitud del ecuador es de 0°.

Para determinar la posición exacta de un punto sobre la superficie de la Tierra, es


necesario disponer de información complementaria. La latitud no nos indica más que la
distancia (angular) al norte o al sur del ecuador. Un punto situado a 60° N puede
encontrarse en cualquier lugar del círculo de latitud que pasa por A.

Con el fin de localizar este punto, consideremos un plano que pase por los dos polos de
la Tierra; este plano corta la superficie del globo según un círculo máximo llamada
meridiano. Por cada punto de la superficie de la Tierra se puede hacer pasar un
meridiano y sólo uno.

La longitud de un punto de la superficie terrestre es el ángulo que forma el plano de su


meridiano con el plano de un meridiano de referencia. Este meridiano de referencia es,
normalmente, el meridiano que pasa por un punto situado en el Observatorio de
Greenwich (Inglaterra), cuya longitud se toma, convencionalmente, como 0°.

La Figura 0-5 indica la longitud de determinados puntos de la superficie terrestre. El


punto 𝑃 está situado en un meridiano al este de Greenwich, con una longitud de 30°E.
La longitud de 𝑄 es de 20°W.

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Figura 0-5Círculos de longitud Meridiano de Greenwich

Desplazándose hacia el este a partir del meridiano de Greenwich, el valor de longitud


aumenta hasta 180°. El meridiano correspondiente, opuesto al de Greenwich, pasa por
el punto medio del Océano Pacífico. Igualmente, desplazándose hacia el oeste a partir
del meridiano de Greenwich, el valor de la longitud crece hasta 180° y se alcanza, así,
el meridiano de 180° en sentido inverso. Este meridiano es importante porque la línea
internacional que marca el cambio de fechas sigue aproximadamente este meridiano en
toda su longitud, dejando aparte algunas excepciones. El día del calendario comienza
en esta línea.

Para determinar la posición de un punto basta, pues, con conocer su latitud y su longitud.
Considérese, por ejemplo, un punto situado a 30° de latitud norte y 120° de longitud
este.

Partiendo del punto situado en la intersección del ecuador (latitud 0°) con el meridiano
de Greenwich (longitud 0°), nos desplazaremos hacia el norte siguiendo este meridiano
hasta alcanzar la latitud de 30°N, y, desde allí, se seguirá hacia el este el círculo de
latitud de 30°N hasta el meridiano 120°E. El punto buscado se encuentra en la
intersección del círculo de latitud de 30° N con el meridiano 120°E.

4.3 El ensanchamiento ecuatorial

Cuando se examina más detalladamente la forma de la Tierra, se llega a la evidencia


que ninguna figura geométrica sencilla puede representar rigurosamente su forma.
Incluso si no se tienen en cuenta accidentes locales, tales como montañas y valles, la
Tierra es aproximadamente de forma esférica.

Efectivamente, la Tierra esta achatada por los polos. La distancia del centro de la Tierra
a los polos, es decir, el radio polar, es de 6.357 kilómetros aproximadamente.

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El radio ecuatorial o sea la distancia del centro de la Tierra a un punto del ecuador, es
de 6.378 kilómetros aproximadamente. Existe, pues, un ensanchamiento ecuatorial de
alrededor de 21 kilómetros.

Comparándolo con el radio medio de la Tierra, el ensanchamiento ecuatorial es muy


pequeño y ni siquiera es perceptible por los astronautas que siguen una órbita alrededor
de la Tierra. Sin embargo, los astrónomos han demostrado que en un período de 26.000
años este ensanchamiento provoca una oscilación del eje de la Tierra. En el Capítulo VI
se tratará de este tema.

Hay otros planetas que presentan, igualmente, un ensanchamiento ecuatorial. Júpiter y


Saturno son considerablemente achatados en los polos y este efecto es perfectamente
visible. Es interesante hacer notar que estos dos planetas giran rápidamente sobre sus
ejes y que ambos están constituidos por materiales mucho menos rígidos que los de la
Tierra.

Esta observación sugiere que el ensanchamiento ecuatorial resulta de la rotación del


planeta sobre su eje. Un nuevo examen de la Figura 0-2 permite observar los efectos
de esta rotación sobre las partículas de la superficie terrestre. De estas partículas, las
que están situadas en el ecuador se desplazan más rápidamente según un círculo
máximo mientras que las otras se desplazan según círculos cada vez más pequeños a
medida que se aproximan a los polos y tienen, por esta causa, velocidades más
reducidas. Se sobrentiende que en los polos la rotación de la Tierra no produce ningún
movimiento

En el párrafo 3.3 se ha indicado que es necesaria la intervención de una fuerza para


que una partícula se mueva según una trayectoria curva, Cuanto mayor sea la velocidad
de la partícula, más importante deberá ser la fuerza necesaria para mantener la partícula
en una trayectoria curva determinada. De ello se deduce que en el caso de una partícula
situada en el ecuador, la fuerza necesaria para ser mantenida en su trayectoria debe
ser mayor que para una partícula situada más cerca del polo.

Para conseguir esto, se necesita una parte de la fuerza gravitacional de atracción de la


Tierra sobre la partícula y, por lo tanto, la fuerza de atracción hacia el centro de la Tierra
es más reducida en el ecuador que en cualquier otro lugar. La forma de la Tierra se
adapta, en consecuencia, de modo que las partículas que giran más deprisa están
situadas un poco más distantes del centro de Tierra, de ahí proviene el ensanchamiento
ecuatorial.

La Figura 0-6 muestra el ensanchamiento ecuatorial. Se ha exagerado el achatamiento


de la Tierra en las regiones polares para indicar que los meridianos se asemejan a una
elipse que a una circunferencia perfecta.

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Figura 0-6 Esferoide aplanado

Se dice con frecuencia que la forma de la Tierra es la de un esferoide achatado.

4.4 Dimensiones de la Tierra

Si se admite que el radio (𝑅) de la tierra en el ecuador es de 6.378 kilómetros y que el


ecuador es un círculo, la longitud (𝐶) de la circunferencia ecuatorial es:

𝐶 = 2𝜋𝑅 𝑑𝑜𝑛𝑑𝑒 𝜋 = 3,14 𝐴𝑝𝑟𝑜𝑥𝑖𝑚𝑎𝑑𝑎𝑚𝑒𝑛𝑡𝑒

Lo que da un valor ligeramente superior a 40.000 kilómetros. De hecho, el ecuador no


es exactamente un círculo y las medidas geodésicas han demostrado que su longitud
es de 40.076 kilómetros aproximadamente.

Dado que la Tierra realiza una vuelta completa sobre sí misma en 24 horas, un punto
del ecuador terrestre recorrerá esta distancia en igual lapso, lo cual representa una
velocidad de 40.076: 24 = 1.670 kilómetros por hora.

Una persona que hiciese un viaje alrededor del mundo pasando por los polos, se
desplazaría a lo largo de un meridiano cuya longitud aproximada podríamos calcular
asimilándolo a un círculo de radio igual al radio polar, es decir 6.357 kilómetros. En
efecto, como consecuencia del achatamiento en los polos, un meridiano se asemeja a
una elipse. La circunferencia polar es de 40.008 kilómetros aproximadamente.
Obsérvese, a la vez, que la distancia curva medida en un meridiano entre el polo y el
ecuador es, pues, de alrededor de 10.002 kilómetros. La distancia real varía ligeramente
de un meridiano a otro. Recuérdese que la concepción inicial del metro suponía que
esta longitud debía representar la diezmillonésima parte de la distancia entre el polo y
el ecuador, medida por el meridiano de París. Posteriormente se ha demostrado que el
metro representaba algo menos de esa longitud.

Las irregularidades de la superficie terrestre (montañas, valles, etc.) son de escasa


importancia si se les compara con el radio de la tierra. La más alta montaña, el monte
Everest, no se eleva más que 8,8 kilómetros sobre el nivel del mar. Dejamos al lector el
cálculo del porcentaje de radio terrestre que esta representa.

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Si se traza un círculo de 10 cm de radio para representar una sección plana de la Tierra
según un meridiano y se trata de representar el monte Everest a la misma escala, ¿se
podría distinguir esta irregularidad, que es la mayor que existe en la superficie terrestre?

La región más profunda de los océanos es la fosa de las Marianas en el Océano


Pacífico, cuya profundidad alcanza casi los 11 kilómetros. También sería imposible de
detectar, a escala de nuestro círculo de 10 cm de radio, esta irregularidad, que es la
más profunda de nuestro planeta.

Si la Tierra tuviese forma esférica, la distancia de un círculo de latitud al siguiente,


contada a lo largo de un meridiano, sería constante. De hecho, esta distancia aumenta
ligeramente del ecuador al polo como consecuencia del ensanchamiento ecuatorial. En
la mayoría de las aplicaciones se la puede considerar como constante e igual a 111
kilómetros, entre círculos de latitud cuya diferencia sea de un grado.

La distancia entre dos meridianos varía, por el contrario, considerablemente, puesto que
todos los meridianos convergen en los polos. La distancia correspondiente a un grado
de longitud varía desde 111 kilómetros, aproximadamente, en el ecuador, a cero en los
polos.

DEL 4.5 AL FINAL DEL CAPÍTULO NO HACEN PARTE DE LOS CONOCIMIENTOS


BÁSICOS PARA LA MATERIA

5- LAS FUERZAS TERRESTRES


Todo cuerpo del universo está sometido a la acción de fuerzas invisibles que tienden a
ponerlo en movimiento o a modificar su estado de movimiento. La mayoría de las fuerzas
que se ejercen sobre los objetos que pertenecen a nuestro medio ambiente inmediato
están producidas por los materiales que constituyen la Tierra.

Se iniciará el estudio de la acción de las fuerzas terrestres con un examen de los


diversos tipos de movimiento y a continuación se considerará la acción de las fuerzas
en la producción del mismo. Finalmente, se examinarán las dos fuerzas terrestres más
importantes, una de las cuales es la fuerza de gravitación que actúa sobre todos los
cuerpos materiales; la otra es la fuerza magnética que la Tierra ejerce sobre ciertas
materias, tales como el hierro y el acero.

5.1 Sistema de referencia

Actualmente es posible colocar en órbita un satélite artificial que dé una vuelta a la Tierra
justamente en veinticuatro horas. Si en estas condiciones la órbita se sitúa exactamente
en el plano del ecuador y si el sentido de rotación es el mismo de la Tierra, el satélite
permanecerá constantemente sobre un mismo punto del ecuador terrestre. Este tipo de

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satélites, que existen en la actualidad, son utilizados en los sistemas de televisión y
telecomunicación y también para proporcionar información meteorológica.

¿Es correcto decir que tales satélites son estacionarios? Antes de responder a esta
pregunta consideremos una esfera imaginaria que tenga su centro en el centro de la
Tierra. Un observador situado en este centro puede suponer que está rodeado de una
gran esfera sobre la cual están “sujetas” las estrellas. Es la esfera celeste.

En el párrafo 2.8 se había indicado que actualmente es posible comprobar el movimiento


de las estrellas. Los antiguos observadores no podían hacerlo y creían que las estrellas
estaban fijas en la esfera celeste. Las estrellas se agrupan en el cielo, dibujando
configuraciones conocidas con el nombre de constelaciones. Tendrán que transcurrir
miles de años antes de que se puedan observar cambios en la forma de estas
constelaciones.

Sin embargo, los primitivos observadores podían darse cuenta del movimiento de los
astros errantes y de los planetas entre las constelaciones, porque tales desplazamientos
se efectúan con relación a las estrellas aparentemente “fijas”.

Los objetos que permiten fijar un marco donde se pueda observar y medir el movimiento,
constituyen un sistema de referencia. Por consiguiente, los movimientos deben ser
medidos con relación a tal sistema.

Las estrellas fijas no son el único sistema de referencia que permite detectar los
desplazamientos de un cuerpo. Pueden tomarse otros, por ejemplo: si una azafata
camina dentro de un avión, se desplaza con relación al avión. De la misma forma, si
alguien observa un avión desde el suelo, el avión se desplaza con respecto a él.

¿Cuál es la situación de un observador sentado en un tren? Es evidente que este


observador no está en movimiento en relación al asiento sobre el que está sentado. Sin
embargo, si el tren está en marcha, tanto el observador como su asiento tienen el mismo
movimiento con relación a un punto situado sobre la vía férrea.

Volvamos nuevamente al satélite artificial que se menciona al principio de este párrafo.


Este satélite estará en reposo (estacionario) en relación con el punto del ecuador situado
justamente debajo de él, pero a su vez este satélite y dicho punto del ecuador están los
dos en rotación con relación al centro de la Tierra.

Continuando este análisis, el centro de la Tierra se desplaza con relación al Sol quien,
a su vez, está en movimiento respecto a las estrellas “fijas” Por lo tanto, hablar de
movimiento sin indicar el sistema de referencia con relación al cual se efectúa no tiene
ningún significado.

5.2 Clases de movimiento

Supóngase que nuestro sistema de referencia está fijo en un punto 0 a partir del cual se
efectúan las observaciones. Considérese una partícula situada en el punto 𝐴.

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En la Figura 0-1 se ilustra esta situación. La flecha 𝑂𝐴, trazada a escala, representa, en
magnitud y dirección, la distancia de 𝐴, a partir del punto 0.

Figura 0-1 Modificación de la distancia

Si ahora la partícula se desplaza hasta 𝐵, su distancia al punto 0 estará representada,


en magnitud y dirección, por la flecha 𝑂𝐵. En su desplazamiento de 𝐴, a 𝐵, la partícula
ha modificado su distancia al punto fijo 0 y esta modificación viene representada por la
flecha punteada.

Se puede definir el movimiento como el cambio de posición de un cuerpo y, cuando se


produce, hay una modificación de la distancia entre este cuerpo y un punto fijo, tal como
el 0.

Si un cuerpo recorre 20 metros en cinco segundos, su desplazamiento medio es de 4


metros en cada segundo. Entonces se puede decir que su velocidad media es de 4
metros por segundo. Corrientemente, se escribe abreviadamente 4 𝑚𝑒𝑡𝑟𝑜𝑠/𝑠𝑒𝑔, o
4𝑚/𝑠. El valor de la velocidad es la variación con respecto al tiempo del cambio de
posición.

La dirección del movimiento es también importante. Así, por ejemplo, se puede distinguir
entre el movimiento de un cuerpo que es de 5 𝑚/𝑠 hacia el sur del que se efectúa
también a 5 𝑚/𝑠 según la vertical. Por lo tanto, la velocidad es la variación con respecto
al tiempo del cambio de posición en una dirección dada.

En consecuencia, la velocidad de un cuerpo debe indicar tanto su valor como su


dirección. Dos cuerpos que se desplacen a 10 m/s en direcciones diferentes tienen el
mismo valor de velocidad, pero no puede decirse, científicamente hablando, que tengan
la misma velocidad.

Cuando un cuerpo se desplaza a velocidad constante en una dirección determinada,


recorre distancias iguales en períodos de tiempo iguales y entonces se dice que se
mueve con velocidad uniforme.

En el caso de que modifique su dirección o que el valor de su velocidad aumente o


disminuya, su velocidad ya no es constante y entonces se dice que su movimiento es
acelerado.

Supóngase que la velocidad de un automóvil, que se desplaza hacia el norte, pasa de


5 𝑚/𝑠 a 20 𝑚/𝑠 en cinco segundos. La variación de la velocidad es de 13 𝑚/𝑠 en cinco
segundos. Entonces se puede decir que la variación media del cambio de velocidad

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hacia el norte es de 3 𝑚/𝑠 en cada segundo, lo que puede escribirse 3 𝑚𝑒𝑡𝑟𝑜𝑠/𝑠𝑒𝑔 o
3 𝑚𝑒𝑡𝑟𝑜𝑠/𝑠𝑒𝑔2 o más simple 3 𝑚/𝑠 2. Bien entendido que su dirección permanece
dirigida hacia el norte.

La aceleración de un cuerpo es por lo tanto la variación de su velocidad con relación al


tiempo. Pero esta modificación de la velocidad puede ser debida a una variación de su
valor, como en el ejemplo anterior, o a un cambio de su dirección sin ninguna alteración
en el valor de la velocidad. Existe, pues, una aceleración cuando el cuerpo se desplaza
con una velocidad de valor constante sobre una trayectoria curva. En efecto, puesto que
su velocidad cambia de dirección, se trata de un movimiento acelerado.

Los valores de las unidades que miden la velocidad y la aceleración se expresan del
siguiente modo:

a) 𝑣𝑒𝑙𝑜𝑐𝑖𝑑𝑎𝑑 ∶ 1 𝑚𝑒𝑡𝑟𝑜 𝑝𝑜𝑟 𝑠𝑒𝑔𝑢𝑛𝑑𝑜


▪ 1 𝑚𝑒𝑡𝑟𝑜/𝑠𝑒𝑔
▪ 1 𝑚/𝑠
▪ 1 𝑚. 𝑠 −1

b) 𝑎𝑐𝑒𝑙𝑒𝑟𝑎𝑐𝑖ó𝑛 ∶ 1 𝑚𝑒𝑡𝑟𝑜 𝑝𝑜𝑟 𝑠𝑒𝑔𝑢𝑛𝑑𝑜 𝑐𝑎𝑑𝑎 𝑠𝑒𝑔𝑢𝑛𝑑𝑜



1 𝑚𝑒𝑡𝑟𝑜/𝑠𝑒𝑔2

1 𝑚/𝑠
▪ 1 𝑚. 𝑠 − 2

5.3 Aceleración de un cuerpo en caída libre

En 1590 Galileo demostró que diferentes cuerpos soltados desde una misma altura
llegaban al suelo al mismo tiempo. Esto es incluso válido para cuerpos de diferente
masa.

Esta experiencia, efectuada en el vacío, muestra que incluso una pluma y un trozo de
plomo caen con la misma velocidad. En la atmósfera, la resistencia del aire retarda la
caída de la pluma mucho más que la del trozo de plomo.

Si la velocidad no es excesiva, el efecto de la resistencia del aire puede ser despreciado,


en la mayoría de los casos, cuando se estudia la caída de los cuerpos. Su movimiento
es, por lo tanto, aproximadamente el mismo que si se efectuase en el vacío. En un lugar
dado, todos los cuerpos están sometidos a la misma aceleración constante.

En el polo, al nivel del mar, el valor de esta aceleración es, aproximadamente, de 9,83
𝑚/𝑠 2 , mientras que en el ecuador es de 9,78𝑚/𝑠 2 . En un lugar cualquiera, la aceleración
depende de varios factores, entre ellos de la latitud y de la altitud sobre el nivel del mar.

La aceleración constante de un cuerpo en caída libre es la aceleración de la gravedad.


En la mayoría de las aplicaciones, se utiliza como valor de la gravedad 9,8𝑚/𝑠 2 . Esto

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significa que el valor de la velocidad de un cuerpo en caída libre aumenta 9,8 𝑚/𝑠 2 en el
transcurso de cada segundo. Si el objeto está inicialmente en reposo, el valor de la
velocidad en función del tiempo es el siguiente:

Tabla 1 valor de la velocidad en función del tiempo


Tiempo Velocidad Aceleración
(𝑆𝑒𝑔) (𝑚/𝑠 2 ) (𝑚/𝑠 2 )
0 0 9,8
1 9,8 9,8
2 19,6 9,8
3 29,4 9,8
4 39,2 9,8
5 49,0

Estudiaremos ahora la velocidad de un cuerpo lanzado hacia arriba suponiendo


despreciable la resistencia del aire.

El valor de su velocidad va decreciendo en 9,8 𝑚/𝑠 cada segundo, hasta que se anula.
En este caso, se dice que el cuerpo está sometido a un movimiento uniformemente
retardado con una aceleración de -9,8𝑚/𝑠 2. Bien entendido que, después de su parada
en la trayectoria ascendente, el cuerpo comienza inmediatamente a caer con una
aceleración constante debido a la gravedad.

5.4 Primera ley del movimiento de Newton

Si se está de pie en un autobús que frena bruscamente, se tendrá tendencia a caer


hacia adelante. Inversamente, si el autobús aumenta la velocidad, se tendrá tendencia
a caer hacia atrás.

En cualquier caso, es necesario agarrarse a un soporte y ejercer una fuerza para evitar
la caída. Se tiene, pues, tendencia a continuar el movimiento con la velocidad anterior
del autobús, mientras no se ejerza una fuerza que modifique esta velocidad.

De manera análoga, cuando el autobús toma una curva, se tiene tendencia a continuar
el movimiento en la dirección primitiva. También en este caso se ha de ejercer una
fuerza para compensar este efecto.

Recuérdese que la aceleración es el resultado de una modificación, ya sea en el valor,


ya sea en la dirección de la velocidad del cuerpo. Se puede, pues, decir que la
intervención de una fuerza es necesaria para producir una aceleración.

En 1687, Sir Isaac Newton fue el primero en establecer el siguiente principio conocido
actualmente como la primera ley del movimiento de Newton:

Todo cuerpo permanece en estado de reposo o de movimiento rectilíneo y uniforme,


mientras no esté sometido a una fuerza exterior que modifique este estado.

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Esta ley no permite describir lo que es una fuerza, pero permite definir una fuerza
teniendo en cuenta sus efectos. La fuerza es lo que modifica o tiende a modificar el
estado de movimiento de un cuerpo.

Por ejemplo, si un cuerpo está acelerado o retardado, esto no puede ser debido más
que a la acción de una fuerza. Para que el movimiento de un cuerpo cambie de dirección,
también es necesaria la intervención de una fuerza.

5.6 Segunda ley del movimiento de Newton

La primera ley del movimiento de Newton no hace más que especificar las condiciones
por las cuales se produce una aceleración, pero en muchísimos casos es de utilidad
medir la magnitud de una fuerza a través de sus efectos. Para llegar a este resultado es
necesario conocer la cantidad de movimiento del cuerpo sobre el cual se ejerce la
fuerza.

La cantidad de movimiento de un cuerpo es el producto de su masa por su velocidad.


Está dirigida en la misma dirección y en el mismo sentido que la velocidad del cuerpo.

Sea un cuerpo con una masa de 1.500 kilogramos que se desplaza en una dirección
dada a la velocidad de 20𝑚/𝑠. Su cantidad de movimiento en esta dirección es de
30.000 kilogramos*metro/segundo. Si la velocidad del cuerpo crece hasta 30𝑚/𝑠 sin
cambiar de dirección, el valor de su cantidad de movimiento se convierte en
45.000 𝑘𝑖𝑙𝑜𝑔𝑟𝑎𝑚𝑜𝑠 ∗ 𝑚𝑒𝑡𝑟𝑜/𝑠𝑒𝑔𝑢𝑛𝑑𝑜.

Ha sido necesaria la intervención de una fuerza para modificar la velocidad del cuerpo
y, por lo tanto, su cantidad de movimiento. En el ejemplo anterior, la cantidad de
movimiento en la dirección dada aumentó en 15.000 𝑘𝑖𝑙𝑜𝑔𝑟𝑎𝑚𝑜𝑠 ∗ 𝑚𝑒𝑡𝑟𝑜/𝑠𝑒𝑔𝑢𝑛𝑑𝑜.

Para producir este cambio en la cantidad de movimiento, durante un cierto período de


tiempo, se necesitará la intervención de una fuerza más grande que si la variación de
esta cantidad de movimiento se hiciera más lentamente. La segunda ley del movimiento
de Newton establece la relación que existe entre la fuerza y la duración de la variación
de la cantidad de movimiento.

La variación que experimenta en el tiempo la cantidad de movimiento de un cuerpo es


igual a la fuerza ejercida y se produce en la misma dirección de la fuerza.

Considérese el cuerpo del ejemplo anterior, cuya cantidad de movimiento aumentaba


en 15.000 𝐾𝑖𝑙𝑜𝑔𝑟𝑎𝑚𝑜𝑠 ∗ 𝑚𝑒𝑡𝑟𝑜/𝑠𝑒𝑔𝑢𝑛𝑑𝑜. Si este aumento se produce en 10 segundos,
la variación media del aumento es de 1.500 𝑘𝑖𝑙𝑜𝑔𝑟𝑎𝑚𝑜𝑠 ∗ 𝑚𝑒𝑡𝑟𝑜/𝑠𝑒𝑔𝑢𝑛𝑑𝑜. En cada
segundo.

Si el mismo cambio en la cantidad de movimiento se produce en 1.000 segundos,


entonces la variación media del aumento no es más de 15 𝑘𝑖𝑙𝑜𝑔𝑟𝑎𝑚𝑜𝑠 ∗ 𝑚𝑒𝑡𝑟𝑜/𝑠𝑒𝑔𝑢𝑛𝑑𝑜
en cada segundo. En este caso, el valor de la fuerza es por lo tanto 100 veces menor.

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Conviene señalar que la segunda ley de Newton también tiene en cuenta la dirección
de la fuerza que produce un cambio de cantidad de movimiento en la dirección según la
cual se ejerce.

La fuerza es por lo tanto una magnitud física que interviene a la vez con su dirección y
su intensidad (valor numérico). A este tipo de magnitudes como son la fuerza, la
cantidad de movimiento, la velocidad, el desplazamiento, etc.; para cuya definición
correcta se necesita, además del conocimiento de su valor numérico, el de su dirección,
se les denomina vectores.

A otras cantidades como la masa o el volumen, cuya definición no necesita más que
conocer su valor, se les da el nombre de cantidades escalares o simplemente escalares.

5.7 Formulación simbólica de la segunda ley de Newton

Sea una fuerza 𝐹 que actúa sobre un cuerpo de masa 𝑚 produciendo un cambio en el
valor de la velocidad de este cuerpo de 𝑣1 a 𝑣2 en un intervalo de tiempo de 𝑡
segundos.

• La cantidad de movimiento final es: 𝑚𝑣2


• La cantidad de movimiento inicial es: 𝑚𝑣1

• La modificación de la cantidad de movimiento es: 𝑚𝑣2 – 𝑚𝑣1


• La variación respecto al tiempo de la cantidad de movimiento es:

𝑚𝑣2 − 𝑚𝑣1
𝑡

Según la segunda ley de movimiento de Newton

𝑚𝑣2 −𝑚𝑣1 𝑣2 −𝑣1


𝑓=𝛼 o 𝑓=𝛼𝑚( )
𝑡 𝑡

𝑣2 −𝑣1
Ahora bien, la expresión entre paréntesis ( 𝑡
) es la variación de la velocidad respecto
al tiempo, o sea la aceleración del cuerpo en cuestión. Por lo tanto, la ley puede
expresarse simbólicamente de la forma siguiente:

𝑓 = 𝛼 𝑚𝑎

En donde 𝑎 es la aceleración.

También puede expresarse por medio de la igualdad:

𝐹 = 𝐾 𝑚𝑎

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Siendo 𝑘 una constante cuyo valor depende de las unidades elegidas para 𝐹, 𝑚 y 𝑎.

Se ha definido una unidad de fuerza tal que 𝐾 = 1 cuando la masa está expresada en
kilogramos y la aceleración en 𝑚𝑒𝑡𝑟𝑜𝑠/𝑠𝑒𝑔2. Esta unidad de fuerza se llama Newton en
honor del autor de las leyes del movimiento.

Un Newton es pues la fuerza que, ejercida sobre la masa de 1 Kilogramo, le comunica


una aceleración de 1 𝑚𝑒𝑡𝑟𝑜𝑠/𝑠𝑒𝑔2.

En efecto, si en la relación: 𝐹 = 𝑘 𝑚𝑎, hacemos 𝐹 = 1, 𝑚 = 1 y 𝑎 = 1, nos


quedará1 = 𝑘𝑥1𝑥1, o sea 𝑘 = 1.

Luego, si la fuerza se expresa en 𝑁𝑒𝑤𝑡𝑜𝑛𝑠, 𝑚 en kilogramos y 𝑎 en 𝑚𝑒𝑡𝑟𝑜𝑠/𝑠𝑒𝑔2 la


segunda ley del movimiento de Newton se escribe simbólicamente:

𝐹 = 𝑚𝑎 (5.1)

Supóngase que una fuerza que se ejerce sobre una masa de 10 Kilogramos hace variar
su velocidad de 5 𝑚/𝑠 a 20 𝑚/𝑠 en tres segundos en la dirección de la fuerza.

• Variación de velocidad = Velocidad final – velocidad inicial =15 𝑚/𝑠

• Aceleración= Variación de la velocidad respecto al tiempo

15
= = 5𝑚/𝑠 2
3

• Fuerza = masa 𝑥 aceleración = 10 𝑥 5 = 50𝑁𝑒𝑤𝑡𝑜𝑛𝑠

5.8 Movimiento respecto a un sistema de coordenadas acelerado

La ecuación (5.1) puede aplicarse a todo movimiento referido a un sistema de referencia


fijo o a un sistema de referencia animado de un movimiento rectilíneo y uniforme con
relación a un sistema fijo. Dicho de otro modo, la ley no es válida más que con relación
a un sistema de referencia no acelerado.

Este sistema de referencia no acelerado se llama sistema inercial de referencia. Cuando


se utiliza la ecuación (5.1) para un movimiento definido con respecto a un sistema
inercial, la fuerza 𝐹 se llama fuerza de inercia o fuerza inercial.

En meteorología, es a menudo ventajoso referir el movimiento a un sistema de


referencia ligado a un punto de la superficie de la tierra en rotación.
Este sistema de referencia esta por lo tanto en rotación con relación a otro sistema de
referencia fijo. Como se verá en el párrafo siguiente una rotación de este tipo se traduce
por una aceleración.

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A un sistema de referencia, acelerado con relación a un sistema fijo, se le llama sistema
de referencia no inercial. Si se observa un movimiento respecto a un sistema de
referencia fijo con relación a la tierra en rotación, se está utilizando, pues, un sistema de
referencia no inercial.

La igualdad (5.1) no es válida más que en el caso de que el movimiento este referido a
un sistema de referencia no inercial. En estas condiciones, es preciso utilizar una
ecuación del movimiento que incluye las fuerzas no inerciales. En los párrafos
siguientes, se referirá el movimiento a un sistema que gira con la tierra y, por
consiguiente, se introducirán las fuerzas no inerciales.

5.9 Movimiento circular

Considérese primeramente el movimiento de un cuerpo referido a un sistema fijo de


referencia ligado a un punto0. Supóngase que este cuerpo describe una trayectoria
circular de centro0. Este cuerpo cambio continuamente de dirección y, como se indicó
en el párrafo 5.2, su velocidad se modifica constantemente.

Supóngase que el cuerpo gira con un valor constante de su velocidad. Solamente el


hecho de que su velocidad cambie constantemente de dirección implica que este cuerpo
posee una aceleración en relación con un observador fijo situado en0. Esta aceleración
está dirigida hacia el centro del círculo, es decir hacia O.

Una fuerza (𝑓) dirigida hacia 0 es, pues necesaria para que el cuerpo no abandone su
trayectoria circular. Si esta fuerza faltase de repente, el cuerpo partiría según una línea
recta tangente al círculo. La Figura 0-2 ilustra lo que se acaba de decir.

Figura 0-2 Movimiento circular

La fuerza 𝐹 dirigida hacia el interior del círculo modifica la dirección del movimiento y
por lo tanto produce una aceleración. Para un observador colocado en el centro del
mismo, esta aceleración del cuerpo en rotación aparece dirigida hacia el centro del
círculo y se llama aceleración centrípeta (del latín “tendencia hacia el centro”).

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Si el valor de la velocidad del objeto es 𝑣 y el radio del círculo𝑟, se puede demostrar que
𝑣2
el valor de la aceleración centrípeta es 𝑟
. El producto de la masa por la aceleración
centrípeta es la fuerza centrípeta.

Fuerza centrípeta = masa x aceleración centrípeta

𝑣2
𝐹=𝑚
𝑟

Si una masa de 2 kilogramos se desplaza con una velocidad de valor constante igual a
2
10 𝑚/𝑠 sobre un círculo de 5 metros de radio, su aceleración centrípeta es de 105 =
20 𝑚/𝑠 2 . La fuerza centrípeta será por lo tanto 2𝑥20 = 40𝑁𝑒𝑤𝑡𝑜𝑛𝑠.

Considérese ahora (véase la Figura 0-3) una plataforma circular en rotación. Sea 𝑃 un
cuerpo fijo a la plataforma a una distancia 𝑟 del centro. Supóngase que la rotación de la
plataforma sea tal que 𝑃 describa un círculo a velocidad constante 𝑣 con respecto a un
sistema fijo de referencia.

Figura 0-3 Movimiento relativa a un sistema de referencia en rotación

Para que 𝑃 se mantenga en movimiento circular, la plataforma debe ejercer sobre P una
fuerza F dirigida hacia el centro de la misma. Con relación a un observador situado en
el centro del sistema fijo de referencia, P parecerá dotado de una aceleración centrípeta
𝑣2
𝑟
𝑣2
𝐹=𝑚 (5.2)
𝑟

En donde 𝑚 = 𝑚𝑎𝑠𝑎 𝑑𝑒𝑙 𝑐𝑢𝑒𝑟𝑝𝑜 𝑃.

En la discusión precedente, se ha utilizado un sistema fijo de referencia que constituye


un sistema inercial y la fórmula (5.1) conduce a la igualdad (5.2).

Véase ahora el movimiento respecto a un sistema de referencia ligado a un punto de la


plataforma en rotación. Este sistema de referencia posee, con relación al sistema
inercial fijo, una aceleración centrípeta y, en consecuencia, este nuevo sistema que este
acelerado constituye un sistema de referencia no inercial. Será necesario, por lo tanto,
utilizar una ecuación de movimiento que incluye las fuerzas no inerciales.

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Supóngase que el observador se instala sobre la plataforma al lado del cuerpo P. Con
relación a este observador, el punto P aparecerá ahora como estacionario. Este efecto
puede explicarse escribiendo la fórmula (5.2) de otra forma:

𝑣2 𝑣
𝐹−𝑚 =0 ó 𝐹 + (−𝑚 𝑟 ) = 0 (5.3)
𝑟

En la ecuación (5.3) la cantidad (−𝑚𝑣 2 /𝑟) tiene signo opuesto al de la fuerza centrípeta.
Está, pues, dirigida hacia el exterior del círculo y se llama fuerza centrífuga
(“separándose del centro”).

Dado que la suma de la fuerza F ejercida por la plataforma y la fuerza centrífuga C es


nula, estas dos fuerzas están en equilibrio:

𝐹+𝐶 = 0 (5.4)

Cuando se estudia el movimiento con relación a un sistema de referencia en rotación,


es necesario introducir una fuerza centrífuga que esté dirigida hacia el exterior a partir
del centro de rotación.

En meteorología, resulta ventajoso considerar el movimiento de los cuerpos a partir de


un punto de observación situado sobre la superficie de la Tierra en rotación.

Tal sistema de referencia en rotación posee una aceleración con respecto a un sistema
de referencia fijo y, por lo tanto, es un sistema de referencia no inercial.

Por consiguiente, en este caso debemos admitir que se ejerce una fuerza centrífuga.
Por lo tanto, la fuerza centrífuga es una fuerza no inercial.

5.10 Tercera ley del movimiento de Newton

Cuando se apoya el dedo contra la pared, se puede sentir la presión que a su vez la
pared ejerce sobre nuestro dedo. Se puede considerar la fuerza ejercida por nuestro
dedo como la acción y entonces la fuerza ejercida por la pared sobre nuestro dedo es
la reacción.

Nótese que estas dos fuerzas actúan cada una sobre cuerpos diferentes: la acción se
ejerce sobre la pared y la reacción sobre el dedo.

Ciertas fuerzas actúan sin que haya contacto entre los cuerpos. Por ejemplo: el Sol
ejerce una fuerza de atracción gravitatoria sobre la Tierra la cual a su vez ejerce otra
fuerza gravitatoria sobre el Sol. A una de estas fuerzas se le puede considerar como a
la acción y a la otra como la reacción, pero cada una de ellas actúa sobre cuerpos
diferentes. Este efecto se ilustra en la Figura 0-4

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Figura 0-4 Fuerzas de gravitación del Sol y de la Tierra

Los ejemplos anteriores pueden utilizarse para enunciar la tercera ley del movimiento
de Newton en la siguiente forma: A toda acción le corresponde una reacción igual y
contraria.

Así, la pared ejerce sobre nuestro dedo una fuerza que es igual y de sentido contrario a
la fuerza que nuestro dedo ejerce sobre la pared. De igual modo, la fuerza ejercida por
el Sol sobre la Tierra es igual y contraria a la que la Tierra ejerce sobre el Sol.

5.11 AL 5-13….NO SON NECESARIOS….

5.14 El campo de gravitación terrestre

En el párrafo 3.3 se examinó la ley de gravitación universal de Newton y también se


indicó que la fuerza de atracción (𝐹) entre dos masas 𝑚1 y𝑚2 separadas por una
distancia (𝑑) entre los centros de sus masas, venía dado por la fórmula:

𝑚1 𝑚2
𝐹=𝐺
𝑑2

Donde G = constante de la gravitación universal.

Los científicos determinaron experimentalmente que el valor de la constante G es de


6,67𝑥 10−11 𝑚𝑒𝑡𝑟𝑜𝑠 3 /𝑘𝑖𝑙𝑜𝑔𝑟𝑎𝑚𝑜 𝑥 𝑠𝑒𝑔2.

La Tierra está compuesta de millones y millones de pequeñas partículas de materia, que


están atraídas entre sí por las fuerzas de la gravitación. La combinación de todas estas
fuerzas produce la fuerza de gravitación que la Tierra ejerce sobre todos los cuerpos.
Esta fuerza está dirigida hacia el centro de masa de la Tierra.

En cualquier punto del espacio que rodea la Tierra, se puede determinar el valor y la
dirección de la fuerza de gravitación terrestre. Si la distancia se expresa en metros y la
masa en kilogramos, el valor de la gravitación viene dado en 𝑁𝑒𝑤𝑡𝑜𝑛𝑠.

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Si se considera un cuerpo situado cerca de lo superficie terrestre, su distancia al centro
de masa de la Tierra es igual al radio de la misma, es decir 6.400 kilómetros
aproximadamente o sea 6,4 × 106 metros.

La masa de Tierra (𝑚1 ) es alrededor de 6,4 × 1024 kilogramos.

Con estos datos, se puede calcular la fuerza de gravitación que la Tierra ejerce sobre la
masa de un kilogramo (𝑚2 ) situada en la superficie terrestre.

𝑚 1 𝑚2
Ya que: 𝐹=𝐺
𝑑2

(6,67∗10−11 )∗(6,0∗1024 )∗(1,0) 40,02∗1013


𝐹= (6,4∗106 )2
= ≅ 9,8 𝑁𝑒𝑤𝑡𝑜𝑛𝑠
40,96∗1012

Por lo tanto, la fuerza con que la Tierra atrae una masa de 1 kilogramo situada cerca de
su superficie es de 9,8 𝑁𝑒𝑤𝑡𝑜𝑛𝑠 aproximadamente.

Del mismo modo, la fuerza gravitatoria que se ejerce sobre una masa de dos kilogramos
es de 19,6 𝑁𝑒𝑤𝑡𝑜𝑛𝑠. Si la masa se duplica, la fuerza también se duplica. La fuerza,
ejercida sobre una masa de tres kilogramos es de 29,4 𝑁𝑒𝑤𝑡𝑜𝑛𝑠, o sea tres veces la que
se ejerce sobre la masa de 1 kilogramo. La Figura 0-5 ilustra este efecto.

Figura 0-5Fuerza terrestre de gravitación

Para calcular la fuerza de gravitación terrestre que se ejerce sobre la masa de un


kilogramo situada en la superficie del globo, se ha utilizado como valor aproximado del
radio de la Tierra el de 6.400 kilómetros. Sin embargo, como ya se habla indicado en el
párrafo 4.3, la Tierra no es esférica, pues presenta un ensanchamiento ecuatorial. Los
puntos de la superficie terrestre situados cerca del ecuador están a mayor distancia del
centro de la Tierra que los que están en los polos. Es decir, la fuerza gravitatoria de
atracción que se ejerce sobre la masa de un kilogramo es ligeramente inferior a

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9,8 𝑁𝑒𝑤𝑡𝑜𝑛𝑠 cerca del ecuador, mientras que, en los polos, a causa del achatamiento
polar, esta fuerza es superior a 9,8 𝑁𝑒𝑤𝑡𝑜𝑛𝑠.

Otras irregularidades, tales como las montañas y las colinas que presenta la forma de
la Tierra, producen pequeñas diferencias de la distancia (𝑑) entre la superficie terrestre
y el centro e influyen también en el valor de la fuerza gravitatoria

En ciertos lugares, la presencia de minerales muy densos dentro de las rocas también
puede provocar una perturbación del campo gravitatorio en sus alrededores.

5.15 Efecto de la rotación de la Tierra.

En el estudio del campo gravitatorio terrestre, no hemos hecho intervenir aun la rotación
de la Tierra. En realidad, los efectos de esta rotación modifican el campo de fuerzas de
gravitación terrestre en todos los puntos de la superficie del globo, excepto en los polos.

Con relación al eje de la Tierra, los polos son los únicos que están en reposo, ya que
todas las otras partículas de la superficie del globo efectúan rotaciones, según
trayectorias casi circulares. Este movimiento es más rápido en el ecuador, donde su
valor alcanza 1.670 𝑘𝑖𝑙ó𝑚𝑒𝑡𝑟𝑜𝑠/ℎ𝑜𝑟𝑎, aproximadamente. A medida que nos acercamos
a los polos, el radio de la trayectoria circular disminuye y, por lo tanto, la velocidad vale
835 𝑘𝑚/ℎ, es decir la mitad que en el ecuador (véase la Figura 0-6).

835 k/h

1670 k/h

835 k/h

Figura 0-6 Rotación de partículas en la superficie de la Tierra

En el párrafo 5.8 ya se había indicado que los cuerpos observados desde una plataforma
en rotación aparecían como si estuviesen sometidos a una fuerza dirigida desde el
centro de rotación hacia el exterior o, dicho de otra forma, sobre estos cuerpos se ejercía
una fuerza centrífuga. La relación (5.3) indica que la magnitud de esta fuerza es
proporcional al cuadrado del valor de la velocidad. Si se duplica el valor de la velocidad,
la fuerza centrífuga se cuadruplica.

Esta fuerza es también inversamente proporcional a la longitud del radio (𝑟). Si se divide
el radio por dos, la fuerza se duplica.

Es evidente que el valor de la velocidad produce mayor efecto sobre la fuerza centrífuga.
Por lo tanto, cuando se observa el movimiento de un cuerpo desde un punto de la Tierra

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en rotación, se debe tomar en consideración la velocidad de este punto. La Figura 0-6da
una idea de la manera como varía esta velocidad de una latitud a otra.

Para un observador situado en la superficie de la Tierra en un punto del ecuador, la


fuerza centrífuga (−𝑚𝑣 2 /𝑟) tendrá su valor máximo. En latitudes más altas, la velocidad
es menor, llegando incluso a ser nula en los polos. Por lo tanto, la fuerza centrífuga
disminuye del ecuador a los polos, tal como indica la Figura 0-7.

Es de notar que en todos los casos lo fuerza centrífuga (𝐶) está dirigida del eje de la
Tierra hacia el exterior.

Figura 0-7Fuerza centrífuga que se ejerce sobre las partículas en rotación

5.16 La gravedad

Si se quiere estudiar el movimiento de una partícula respecto a un observador situado


sobre la Tierra en rotación, es preciso combinar los efectos de la fuerza gravitatoria (𝐹)
de la Tierra y los de la fuerza centrífuga (𝐶).

En las proximidades del globo, la magnitud de la fuerza gravitatoria es muy superior al


de la fuerza centrífuga. Las direcciones de estas dos fuerzas también son diferentes,
salvo en el ecuador, donde, como indica la Figura 0-8 Fuerzas que se ejercen sobre
cuerpos situados en la proximidad de la superficie terrestres (a), tienen sentidos
opuestos. Si se compone la fuerza de gravitación (𝐹) con la fuerza centrífuga (C), se
obtendrá la fuerza de gravedad (w). la Figura 0-8 Fuerzas que se ejercen sobre cuerpos
situados en la proximidad de la superficie terrestres (b), indica la magnitud y la dirección
de la fuerza de la gravedad en diversos puntos de la superficie del globo. La diferencia
entre las fuerzas F y W es relativamente pequeña, pero de ella se derivan importantes
consecuencias.

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Figura 0-8Fuerzas que se ejercen sobre cuerpos situados en la proximidad de la
superficie terrestre.

En los polos, la fuerza centrífuga es nula. Por lo tanto, son los únicos puntos de la
superficie terrestre donde la gravedad es igual a la fuerza de gravitación terrestre. En
cualquier otra parte, la fuerza de la gravedad es menor que la de gravitación. El valor
mínimo de la fuerza de la gravedad está en el ecuador.

El nombre corrientemente empleado para designar la gravedad es peso. Por lo tanto,


para medir la fuerza de gravedad ejercida sobre un cuerpo en diferentes puntos basta
con pesar el cuerpo.

Resumiendo lo anterior: la fuerza aplicada es la fuerza de la gravitación terrestre que se


determina valiéndose de la ley de gravitación universal de Newton. Esta fuerza F está
dirigida hacia el centro de la Tierra.

El estudio del movimiento de un cuerpo con relación a un observador situado sobre la


Tierra en rotación supone combinar la fuerza de gravitación de la Tierra con la fuerza
centrífuga C dirigida perpendicularmente al eje de rotación de la Tierra hacia el exterior.

La resultante de estas dos fuerzas es la fuerza de la gravedad (peso).

(Fuerza de gravitación de la Tierra) + (Fuerza centrífuga) (Fuerza de gravedad).

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5.16 Dirección e intensidad de la gravedad.

Ya se ha indicado que solamente en los polos y en el ecuador la fuerza de la gravedad


(peso) está dirigida hacia el centro de la Tierra. En cualquier otra parte, la rotación de la
Tierra modifica ligeramente la dirección de la gravedad.

Se puede determinar la dirección de la gravedad (peso) mediante una plomada. Esta


consiste en un cuerpo pesado, suspendido de un cordel, que es atraído hacia la Tierra
por la acción de la gravedad.

En la Figura 0-9las flechas corresponden a la dirección del cordel de la plomada. Ya se


había indicado en el párrafo 4.3 que la forma de la Tierra se había adaptado a su rotación
produciendo el ensanchamiento ecuatorial. En cualquier punto de la superficie ideal de
la esfera terrestre achatada se puede trazar un plano tangente que se llama plano
horizontal. La dirección de la plomada (y por lo tanto de la fuerza de la gravedad) en un
punto cualquiera es perpendicular al plano horizontal en este punto, como indica la
Figura 0-9.

Figura 0-9 Dirección de la fuerza de la gravedad

Considérese ahora la magnitud de la fuerza de la gravedad en diversos puntos de la


superficie del globo. Para esto, recuérdese el estudio del movimiento de un cuerpo en
caída libre, que se hizo en el párrafo 5.3

Ya se había indicado que la velocidad de un cuerpo en caída libre aumenta


aproximadamente en 9,8 𝑚/𝑠 en cada segundo lo que significa que este cuerpo posee
con relación a la Tierra una aceleración de 9.8 𝑚/𝑠 2 . Esta aceleración se llama
aceleración de la gravedad y se designa por el símbolo 𝑔.

Ahora se puede calcular la intensidad (El valor en 𝑁𝑒𝑤𝑡𝑜𝑛𝑠) de la fuerza de la gravedad


𝑊 (o peso) de un cuerpo. Es el producto de la masa (expresado en 𝑘𝑖𝑙𝑜𝑔𝑟𝑎𝑚𝑜𝑠) por la
aceleración de la gravedad (expresada en 𝑚/𝑠 2 ):

𝑊 = 𝑚𝑔 (𝑁𝑒𝑤𝑡𝑜𝑛𝑠)

El peso de un cuerpo que tenga100 kilogramos de masa es, pues, 980 𝑁𝑒𝑤𝑡𝑜𝑛𝑠.

Obsérvese que, si la masa se hace el doble, la fuerza de gravedad también se multiplica


por dos, pero la aceleración de la gravedad (𝑔) permanece la misma(9,8𝑚/𝑠 2 ) para el
mismo lugar considerado.

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Sin embargo, también se había visto que la fuerza de la gravedad varía ligeramente de
un punto a otro de la superficie del globo.

Esto puede ser debido a la rotación de la Tierra, a las irregularidades de su forma o


también a la presencia de materiales pesados en un lugar determinado. El resultado
final es que la aceleración de la gravedad g varía ligeramente de un sitio a otro, aunque
para un lugar determinado tiene siempre un valor fijo.

Se llama intensidad del campo de la gravedad en un lugar, la fuerza de la gravedad que


se ejerce sobre la masa de 1 kilogramo situado en el mismo. Esta intensidad puede ser
medida en diferentes puntos valiéndonos de un instrumento conocido con el nombre de
gravímetro. De esta forma es posible detectar variaciones de la aceleración de la
gravedad del orden de 0,0000001 𝑚/𝑠 2 .

Los científicos utilizan los gravímetros para detectar los diferentes tipos de rocas que
están situadas bajo la superficie terrestre. De esta manera se descubrieron muchos
minerales.

La gravedad ejerce una fuerza sobre los materiales terrestres. Pero también existe otra
fuerza que no se ejerce más que sobre ciertas sustancias de un tipo particular: es la
fuerza magnética asociada al campo magnético terrestre y cuyas características se
examinan a continuación.

DEL 5.17 AL FINAL DEL CAPÍTULO NO SON NECESARIOS


COMO CONOCIMIENTOS BÁSICOS. -

6- LOS MOVIMIENTOS DE LA TIERRA

El medio en que vivimos y el desarrollo de nuestra vida cotidiana están afectados


directamente por los diversos movimientos de la Tierra en el espacio. Se sabe de la
sucesión del día y de la noche, debido al hecho de que el Sol alumbra la mitad de la
Tierra mientras que en la otra mitad reina la oscuridad. Durante el transcurso del año,
estamos sometidos a la sucesión de las estaciones mientras que la Tierra describe su
largo periplo alrededor del Sol.

En este capítulo se examinará cómo es posible comprobar los diversos movimientos de


la Tierra y las consecuencias que resultan de los mismos. La mayor parte de los
procesos naturales que se discutirán en los capítulos siguientes están en relación con
los movimientos de la Tierra.

6.1 La esfera celeste

En el párrafo 5.1 se ha definido la esfera celeste. Es cómodo suponer que el radio de


esta esfera es extremadamente grande en comparación con la distancia de la Tierra al
Sol, de modo que un observador situado en un punto arbitrario de la superficie terrestre
pueda considerarse como situado en el centro de la esfera celeste.

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Aunque las distancias a las estrellas sean de hecho muy diferentes, aparecen como
situadas todas a la misma distancia de nuestro observador. Se toman en consideración
sólo las direcciones de los objetos brillantes del cielo.

Los astrónomos pueden ahora comprobar el movimiento de estrelles lejanas con ayuda
de aparatos científicos. Sin embargo, se consideran con frecuencia las estrellas lejanas
como "fijas", cuando se estudia el movimiento de las estrellas más próximas o el de los
diversos miembros del sistema solar.

Se considerará pues a la esfera celeste como un sistema fijo de referencia y se


estudiarán los diversos movimientos de la Tierra en relación con este sistema fijo. La
Figura 6-1de la página siguiente indica las principales características de ellos.

El ecuador celeste es el círculo máximo según el cual el plano del ecuador terrestre
corta a la esfera celeste. La trayectoria aparente del Sol sobre el campo de las estrellas,
que se supone situado sobre la esfera celeste, es también un círculo máximo que se
llama eclíptica. El plano de la eclíptica está inclinado unos 23,5 grados sobre el plano
del ecuador.

Figura 6-1La esfera celeste

Cuando el Sol parece atravesar el plano del ecuador celeste, la duración del día es igual
a la de la noche en todos los puntos de la superficie de la Tierra. Este acontecimiento
se produce dos veces al año en un intervalo de tiempo de seis meses aproximadamente
y se llama equinoccio. Hay dos equinoccios: uno el 21 de marzo y el otro hacia el 23 de
septiembre de cada año.

Si se examina la Figura 6-1es fácil determinar los dos puntos de la eclíptica más alejados
del ecuador celeste. Estos dos puntos son los solsticios. El Sol está situado con la
máxima separación hacia el norte el 21 de junio. A este solsticio corresponde, en el
hemisferio norte, el día más largo y por consecuencia la noche más corta del año.

Seis meses más tarde, hacia el 22 de diciembre se llega al solsticio que da lugar, en el
hemisferio sur, al día más largo y a la noche más corta del año; en esta fecha, el Sol
ocupa, sobre la esfera celeste, su posición más alta al sur del ecuador celeste.

La zona de la esfera celeste que comprenden las trayectorias aparentes del Sol, de la
Luna y de los planetas se llama zodiaco. Está limitada por dos círculos equidistantes de
la eclíptica y situados a 18 grados aproximadamente a uno y otro lado.

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6.2 La revolución de la Tierra alrededor del Sol

Ya se ha indicado en el Capítulo III que la Tierra y los demás planetas describen


alrededor del Sol una trayectoria elíptica. La Tabla 3 y 4 indican que la distancia media
de la Tierra al Sol es aproximadamente de 150.000.000 de kilómetros y que la duración
de la revolución de la Tierra alrededor del Sol es de un año.

El movimiento de la Tierra alrededor del Sol se puede demostrar observando una


estrella situada en un instante dado sobre nuestro propio meridiano celeste, es decir
sobre la línea norte-sur que pasa justamente por encima de nuestra cabeza.

Será suficiente mirar a lo largo de éste en dirección del ecuador y elegir una estrella
brillante. La noche siguiente, a la misma hora, esta misma estrella estará ligeramente
desviada hacia el oeste de nuestro meridiano y esta desviación se acentuará noche tras
noche.

La Figura 6.2 muestra que la evolución de la Tierra alrededor del Sol es la causa de este
movimiento aparente de la estrella hacia el oeste. Si se continúa durante un mes
observando la estrella a la misma hora, la Tierra se desplazará durante este tiempo de
𝐴 a 𝐵, efectuando 1/12 de su revolución alrededor del Sol.

Figura 6-2Revolución de la
Tierra alrededor del Sol

Un rayo trazado desde el centro de la Tierra al centro del Sol gira 360° en un año y por
consiguiente 30° en un mes (360:12).

Los rayos luminosos que provienen de la estrella son casi paralelos, debido a su gran
distancia a la Tierra. Se ve sobre la figura que la estrella parece haberse desviado hacia
el oeste cuando la Tierra ha llegado a 𝐵.

El movimiento hacia el oeste con relación a un observador 0 situado en la superficie de


la Tierra proseguirá mes tras mes. Un año después de la primera observación a hora
fija de la estrella, volverá a estar en su posición inicial sobre el fondo del cielo. La Tierra
habrá efectuado entonces una revolución completa alrededor del Sol.

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6.3 La rotación de la Tierra

En el párrafo precedente se han estudiado los efectos del movimiento de la Tierra al


describir su órbita elíptica alrededor del Sol. Durante el curso de este largo periplo, la
Tierra presenta otro tipo de movimiento: gira sobre sí misma alrededor de su eje.

El eje de la Tierra pasa por sus polos norte y sur y por su centro. La Figura 6-3muestra
las posiciones sucesivas de la Tierra sobre su órbita, su eje permanece constantemente
orientado en la misma dirección.

Figura 6-3Dirección de eje de la Tierra

El eje de la Tierra permanece constantemente inclinado 23,5 grados respecto a la


perpendicular al plano de la órbita terrestre. Para comprender bien esta particularidad
conviene trazar una elipse de grandes dimensiones sobre una hoja de papel como indica
la Figura 6-4y marcar cuatro posiciones (𝐴, 𝐵, 𝐶, 𝐷) de la Tierra sobre su órbita.

𝟏
𝟐𝟑
𝟐

𝟏 𝟏
𝟐𝟑 𝟐𝟑
𝟐 𝟐

𝟏
𝟐𝟑
𝟐

Figura 6-4Inclinación del eje de la Tierra respecto al plano de su órbita

Se coloca en A la punta de un lapicero de modo que quede perpendicular al plano de la


elipse. Inclinando ahora el lapicero unos 23,5 grados, la dirección del lapicero representa
la dirección del eje de la Tierra.

Desplácese entonces la punta del lapicero de la posición A, a las posiciones B, C y D,


manteniendo el lapicero paralelo a su dirección inicial. Este desplazamiento indica las
diferentes posiciones del eje de la Tierra durante el movimiento de está alrededor del
Sol.

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La rotación de la Tierra sobre sí misma puede comprobarse por la observación de las
llamadas estrellas fijas. Un segundo examen de laFigura 6-1permite concebir cómo es
posible esto.

Recuérdese que se ha examinado el caso en que un observador situado en el centro de


la Tierra podía imaginar que las estrellas lejanas estaban fijas sobre la esfera celeste.
Las estrellas "fijas" aparecían como estacionarias con relación a este observador
situado en el centro de la esfera celeste.

Otro observador, en la superficie de la Tierra, participará de la rotación de la mismo


alrededor de su eje. Para él, la esfera celeste, en su conjunto parecerá que gira
alrededor del eje que pasa por los polos celestes y que esta esfera transporta las
estrellas en su movimiento de rotación.

Para un observador situado sobre la superficie de la Tierra en rotación, las estrellas


parecerán, pues, describir trayectorias circulares alrededor de los polos celestes. Para
un observador situado en el hemisferio norte, el centro de estas trayectorias circulares
es el polo norte celeste (mientras que para un observador situado en el hemisferio sur
las estrellas describen trayectorias aparentes circulares alrededor del polo sur celeste.
Estos puntos están representados en la Figura 6-1.

Veinticuatro horas más tarde, las estrellas aparecerán en la misma posición sobre el
fondo del cielo que la noche precedente: la Tierra habrá realizado una revolución
completa alrededor de su eje.

Tampoco carece de interés señalar que la rotación de la Tierra puede ahora


comprobarse por la observación de las trayectorias aparentes de los satélites artificiales.
Se puede poner un satélite en una órbita tal que permanezca invariable en relación con
las estrellas fijas. Si el plano de la órbita de este satélite es paralelo al eje de la tierra,
su trayectoria pasa por encima de los polos. La Figura 6-5esquematiza la órbita de un
satélite polar de este tipo.

Figura 6-5 Movimiento aparente de un satélite

Supóngase que el período de revolución del satélite sea de 100 minutos. Si los
esquemas 𝐴 y 𝐵 son los relativos a dos órbitas sucesivas del satélite, el observador
situado en la superficie de la Tierra se habrá desplazado, en el transcurso de estos 100
minutos, de 0 a 𝑃 como consecuencia de la rotación de la Tierra. En 𝑃, el observador
notará que el satélite está más bajo sobre el horizonte del sector oeste que cuando
estaba en0. El satélite parecerá, pues, que se desplaza hacia el oeste con relación al
observador y este desplazamiento aparente es debido a la rotación de la Tierra.

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Ciertos satélites de la Tierra están equipados de cámaras de televisión que permiten
fotografiar las nubes. Cuando un satélite pasa por encima de una determinada región,
fotografía nubes situadas más al oeste que las fotografías durante su órbita precedente.
De esta manera, los meteorólogos pueden obtener fotografías de nubes que cubren
toda la superficie de la Tierra.

En conclusión, se puede decir que la Tierra da una vuelta sobre sí misma, alrededor de
su eje, en un día; el eje de rotación de la Tierra está inclinado 23,5 grados respecto a la
perpendicular al plano de su órbita.

Al mismo tiempo que la Tierra gira sobre sí misma, describe una órbita elíptica alrededor
del Sol cuyo período es de un año, en el transcurso del cual la Tierra efectúa
aproximadamente 365 1/4 rotaciones sobre sí misma, que se pueden determinar
observando los pasos sucesivos del Sol por el meridiano del lugar.

6.4 El día sideral

Se ha visto que la Tierra gira alrededor de su eje, en el transcurso de su lenta revolución


alrededor del Sol. Un punto de la superficie del globo gira de hecho más de 360° entre
dos pasos sucesivos del Sol por el meridiano del lugar.

El tiempo que transcurre entre dos pasos sucesivos del Sol por el meridiano de un lugar
cambia de un día a otro en el transcurso del año. El Intervalo medio entre los pasos
sucesivos es el día solar medio.

Es más conveniente utilizar como base para la medida de tiempo el día sideral, que es
el intervalo de tiempo en el transcurso del cual un punto de la superficie terrestre efectúa
una rotación de 360°. Cada día sideral es 3 minutos y 56 segundos más corto que el día
solar medio.

La palabra sideral se deriva de una voz latina que significa "estrella”. Un día sideral se
determina por la observación de la rotación de la Tierra con relación a una estrella fija y
no con relación al Sol. Con relación a una estrella fijo, la Tierra realiza en un año 366 1/4
revoluciones alrededor de su eje.
La unidad de tiempo es el segundo.

Nótese que:

1 1
𝑑𝑒 𝑑í𝑎 𝑠𝑖𝑑𝑒𝑟𝑎𝑙 = 1 𝑠𝑒𝑔𝑢𝑛𝑑𝑜 = 𝑑𝑒 𝑑í𝑎 𝑠𝑜𝑙𝑎𝑟 𝑚𝑒𝑑𝑖𝑜
86.164,09 86.400

6.5 La trayectoria elíptica de la Tierra

La Figura 6-6resume las diversas posiciones de la Tierra en diferentes épocas de año.


Su trayectoria es casi circular, pero los astrónomos han establecido que es realmente
elíptica.

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Figura 6-6Posiciones de la Tierra en su órbita

Se recordará que el Sol no está situado en el centro de esta elipse sino en uno de los
focos, de acuerdo con la primera ley de Kepler. Hacia el primero de enero de cada año,
la Tierra está en 𝑃 sobre su órbita; entonces está en su posición más próxima del Sol y
se dice que está en el perihelio.

Seis meses más tarde, hacia el primero de julio de cada año, la Tierra está en 𝐴;
entonces se encuentra en la posición más alejada del Sol: se dice que está en el afelio.

La intensidad de la radiación total recibida del Sol es un poco mayor en el perihelio que
en el afelio. Esta circunstancia tendera a hacer que los veranos del hemisferio sur y los
inviernos del hemisferio norte sean un poco más calientes que sus correspondientes del
hemisferio opuesto.

Sin embargo, la diferencia entre las cantidades de radiación recibida sobre el conjunto
de la Tierra es muy pequeña. La diferencia entre las distancias Tierra -Sol en el afelio y
en el perihelio (SA-SP) apenas representa el 3% de la distancia media de la Tierra al
Sol. Resulta por ello que este efecto es extremadamente pequeño, comparado con las
variaciones estacionales producido por la inclinación del eje de la Tierra respecto a la
normal al plano de su órbita. Además, este efecto se compensa grandemente por la
diferencia de duración de las estaciones de invierno y verano.

6.6 Trópico de Cáncer y trópico de Capricornio

En el párrafo 6.3 se ha indicado que la dirección del eje de la Tierra permanecía siempre
paralela a sí mismo, cualquiera que fuese la posición de la Tierra en su órbita. El ángulo
que formaba con la perpendicular al plano de la órbita permanece igual a 23,5° (véanse
las Figura 6-3 y Figura 6-4). Si se examina la Figura 6-7, se comprobará que la
inclinación del plano ecuatorial de la Tierra respecto al plano de la elíptica es constante
e igual a 23,5°.

Figura 6-7Inclinación del plano vertical


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Una sencilla experiencia permitirá comprender la importancia de la inclinación constante
del ecuador respecto a la elíptica. Tómese un pequeño globo terrestre e inclínese su eje
de manera análoga al de la Tierra.

Colóquese dicho globo frente a una lámpara situada en el centro de la habitación


apagando las demás luces. Desplacémonos lentamente alrededor de la lámpara
manteniendo el globo siempre inclinado en la misma dirección, de manera que el eje del
globo permanezca constantemente paralelo a sí mismo.

Figura 6-8Iluminación del globo

La Figura 6-8muestra cómo se reparte la iluminación en el globo, colocado en las cuatro


posiciones 𝐴, 𝐵, 𝐶 y𝐷, y visto desde arriba (desde el techo). Se observará que en A el
polo norte (supuesto situado arriba) está inclinado hacia la parte iluminada. Hágase que
el globo realice una revolución completa alrededor de su eje (fijo) manteniéndolo en la
posición 𝐴 y estúdiese la manera de cómo la zona iluminada se desplaza en relación a
la superficie del globo.

La Figura 6-9es una vista de perfil correspondiente a la situación de la Tierra en el


momento del solsticio de junio (aproximadamente el día 21). El Sol se encuentro
exactamente encima del punto 0, situado en la latitud de 23,5° en el hemisferio norte.

Figura 6-9 El solsticio de junio

En el transcurso de una rotación de la Tierra alrededor de su eje, cada uno de los puntos
del paralelo de latitud 23,5 N ocupan sucesivamente la posición 0. Este paralelo de
latitud lleva el nombre de Trópico de Cáncer.

Véase de nuevo la Figura 6-8; obsérvese que cuando la Tierra ocupa la posición C, el
polo norte está inclinado hacia la parte no iluminada. Hágase girar el globo alrededor de
su eje en esta posición y estúdiese la marcha de la zona iluminada.

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La Figura 6-10es una vista esquemática de perfil correspondiente a la posición de la
Tierra en el momento del solsticio de diciembre (hacia el día 22).

El Sol se encuentra exactamente encima del punto P situado a la latitud de 23,5° en el


hemisferio sur.

Figura 6-10El solsticio de diciembre

En el transcurso de una rotación de la tierra alrededor de su eje, en esta posición, cada


punto del círculo de latitud 23,5 ocupará sucesivamente la posición 𝑃. Este círculo de
latitud (perteneciente al hemisferio sur) lleva el nombre de Trópico de Capricornio.

La Figura 6-8 también muestra las posiciones 𝐵 y 𝐷 de la Tierra correspondientes a los


equinoccios. En el momento de un equinoccio la duración del día y de la noche son
iguales en todos los puntos de la Tierra. Sera fácil verificar este hecho girando el globo
alrededor de su eje, en las posiciones 𝐵 y 𝐷.

La Figura 6-11es una vista del perfil que muestra la posición de la Tierra en relación a
los rayos solares, en el momento de un equinoccio. Se observa que el Sol se encuentra
exactamente encima de un punto del ecuador.

Figura 6-11Un equinoccio

6.7 Círculo ártico y círculo antártico

Colóquese de nuevo el globo en la posición A de la Figura 6-8que representa la posición


de la Tierra en el momento del solsticio de junio que corresponde a la Figura 6-9. Hágase
girar el globo y examínese la zona iluminada en las cercanías del punto representativo
del polo norte.

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La Figura 6-12 representa esquemáticamente la situación. Los puntos 𝐿 y 𝑀 están
situados sobre el círculo de latitud 66,50° N llamado círculo ártico. Todos los puntos
situados entre el círculo ártico y el polo norte estarán iluminados por el Sol durante las
veinticuatro horas del día en el momento del solsticio de junio. Esta región se llama zona
ártica.

Figura 6-12Círculo ártico y antártico

Examínese ahora la situación en las proximidades del polo sur; los puntos 𝑅 y 𝑆 están
situados sobre el paralelo de latitud 66,5° S llamado círculo antártico. La superficie curva
comprendida entre este círculo antártico y el polo sur se llama zona antártica.

Se observará que en el momento del solsticio de junio es de noche en todos los puntos
de la zona antártica durante las 24 horas del día (duración de una revolución del globo
terrestre). De hecho, ciertos puntos permanecen en la noche mucho más tiempo; tan
cierto es esto, que en el polo sur hay noche total durante un período de seis meses
comprendido entre el equinoccio de marzo y el de septiembre. Se puede comprobar
desplazando el globo lentamente de lo posición 𝐷 a la 𝐵 pasando por la𝐴 (véase la
Figura 6-8). Se observará, al mismo tiempo, que mientras que el polo sur está en la
oscuridad, el polo norte está constantemente iluminado en el transcurso de un período
de seis meses en cada año.

Trátese de describir la situación en las zonas árticas y antárticas en el momento del


solsticio de diciembre. Dibújese una figura mostrando las zonas iluminadas y oscuras
correspondientes a la posición C del globo en la Figura 6-8.

Durante seis meses del año el polo norte permanece en la oscuridad, mientras que el
polo sur está constantemente iluminado por el Sol y viceversa.

Verifíquese este hecho desplazando el globo según las posiciones correspondientes.

6.8 Otros movimientos de la Tierra

Se han considerado hasta aquí dos movimientos importantes de la Tierra: su rotación


sobre sí misma alrededor de su eje y su revolución alrededor del Sol.

Se recordará, sin embargo, que en el párrafo 1.1 se indicó que el Sol y su cortejo de
planetas son miembros de la galaxia de la Vía Láctea, que experimenta a su vez un

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movimiento de rotación en el espacio. Se ha estimado que el Sol se desplaza alrededor
del centro de la Vía Láctea a una velocidad aproximada de 240 kilómetros por segundo.
La Tierra participa evidentemente de este desplazamiento del Sol.

Además, la Tierra se ve afectada por otros dos tipos de movimientos. Primeramente,


una lenta oscilación del eje de la Tierra, comparable a la de una peonza a punto de
pararse. Esta oscilación proviene del hecho que la Tierra no es uno esfera perfecta, sino
que presenta un ligero ensanchamiento ecuatorial El Sol, la Luna y los mismos planetas
ejercen una acción sobre este ensanchamiento y producen una oscilación del eje de
rotación de la Tierra. Esta oscilación tiene un periodo de duración de 26.000 años y esto
hace que los puntos de la órbita terrestre correspondiente a los equinoccios realicen a
su vez una vuelta completa en los citados 26.000 años. Este efecto se llama precesión
de los equinoccios. Otro movimiento que afecta a la Tierra es él del agua de los océanos
que cubren el 71% de su superficie.

A continuación, se estudiarán las mareas oceánicas.

6.9 Mareas lunares

Si se examina lo que ocurre en las proximidades de la costa, se comprueba que dos


veces al día (aproximadamente con un intervalo de doce horas) el agua del mar se eleva
recubriendo una parte de la playa: esta es la pleamar o marea alta.

Un cuarto de día más tarde, el nivel del mar se sitúa por debajo del normal y queda
descubierta una gran zona de playa: esto es lo bajamar o marea baja.

La elevación y descenso del nivel de los océanos es debido a la atracción gravitatoria


de la Luna y, en menor grado, a la del Sol. Se producen dos pleamares y dos bajamares
en un lugar determinado, en el transcurso de un período aproximado de 24 h. 50 m.,
durante el cual la Luna describe una órbita aparente alrededor de la Tierra.

La atracción gravitatoria de la Luna sobre lo Tierra provoca un ensanchamiento de la


superficie en los océanos que se encuentran enfrente de la Luna, lo que provoca una
marea alta en A (véase la Figura 6-13)

Figura 6-13Fuerza gravitatoria de la Luna sobre la Tierra

En el mismo instante se observa una marea alta en el lado opuesto de la Tierra, en 𝐵.


¿Cómo se explica este fenómeno?

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Considérese para esto dos masas esféricas 𝑃 y 𝑄 acopladas por una varilla ligera (véase
la Figura 6-14). Supóngase que la masa 𝑃 es el doble de la masa 𝑄.

Figura 6-14Centro de masa de dos esferas acopladas

Si la varilla se suspende del punto G, tal que la distancia QG sea doble de la PG, las
masas estarán en equilibrio. El punto G es el centro de masas del sistema constituido
por las dos esferas acopladas.

Supóngase que las dos esferas están horadadas por un conducto que les permita
deslizarse a lo largo de la varilla. Si se hace girar la varilla, se ejerce una fuerza
centrífuga sobre cada una de las masas que tienden a deslizarse hacia los extremos de
la varilla.

La Tierra posee una masa que es 81 veces la de la Luna, de manera que el centro de
masas común 𝐺 del conjunto se encuentra relativamente próximo al centro de la Tierra
(véase lo Figura 6-13). De hecho, se sitúa a 1.700 kilómetros bajo la superficie terrestre.
Su posición se modifica constantemente de modo evidente, ya que la línea que une los
centros de la Tierra y de la Luna cambia de dirección de manera continua.

Tanto la Tierra como la Luna describen alrededor de su centro de masas común (G)
órbitas elípticas; el centro G describirá también una órbita elíptica alrededor del Sol. De
una manera general, la atracción gravitatoria entre la Luna y la Tierra tiende a equilibrar
la fuerza centrífuga resultante de su rotación alrededor de su centro de masas común.

Sin embargo, ciertas partículas de la Tierra están más próximas a la Luna que otras. La
fuerza de atracción de la Luna sobre las partículas más próximas es, pues, más grande
que la media.

Inversamente, esta fuerza es inferior a la media para las partículas más alejadas. El
agua en estado líquido obedece más fácilmente a estas diferencias de fuerzas que la
parte sólida de la Tierra.

Del lado de la Tierra más próximo a la Luna, la corteza terrestre no puede apenas
responder a la atracción lunar, pero el agua de los océanos tiende a desplazarse un
poco en dirección a la Luna. Resulta de ello que la superficie del océano dibuja un
abultamiento en dirección a la Luna.

Por el lado más alejado de la Luna, la atracción lunar sobre las partículas de la corteza
terrestre, así como sobre las de los océanos, es menor porque ellas están más alejadas.
Resulta de ello que la atracción no equilibra enteramente la fuerza centrífuga que tiende
a separar las partículas en el transcurso de la rotación de la Tierra alrededor del centro
de masas común (𝐺).

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La corteza terrestre no puede apenas responder a la acción de esta fuerza centrífugo
residual, pero el agua de los océanos tiende o desplazarse un poco en dirección del
punto 𝐵 diametralmente opuesto al A situado exactamente debajo de la Luna.

Como consecuencia de la elevación en A y B de la superficie de los océanos, se produce


un descenso correspondiente al nivel de las aguas en las proximidades de los puntos C
y D. Así, pues, se producen mareas bajas en C y D, cuando se observan mareas altas
en A y B.

Las dos mareas altas (y las dos bajas) cambian de posición a medida que la Luna realiza
su desplazamiento aparente alrededor de la Tierra, desplazamiento que se lleva a cabo
en un tiempo de 24 h. 50 m. 1

6.10 Mareas solares

De hecho, la explicación completa de las mareas es más compleja. Es necesario hacer


entrar en juego la fuerza de atracción gravitatoria del Sol. Aunque el Sol tenga una masa
muy superior a la de la Luna, está mucho más alejada que la Luna y por lo tanto la
atracción gravitatoria que ejerce sobre la Tierra es más débil que la de la Luna.

En luna llena y en luna nueva, la acción del Sol sobre el mar se suma a la de la Luna,
Las mareas altas en el momento de luna llena y de luna nueva llevan el nombre de
mareas vivas.

Cuando la Luna está en cuarto creciente o menguante, la atracción gravitatoria del Sol
es perpendicular a la de la Luna. Las mareas altas son inferiores a la media y llevan el
nombre de mareas muertas.

La marea solar sólo representa los 5/11 de la marea lunar. La relación entre la altura de
una marea viva o la de una marea muerta es pues (11 + 5) ∶ (11 − 5) = 8/3.

La Figura 6.15 muestra cómo se producen estos efectos. A medida que la Luna realiza
su revolución alrededor de la Tierra (en poco más de 29 días), es iluminada por el Sol
como muestra la Figura 6.15.

Un observador situado sobre la Tierra ve, en las diversas posiciones de la Luna,


diferentes porciones del disco lunar iluminado (véase la Figura 6-15 B).

Un observador terrestre puede distinguir cuatro fases de la Luna, en el transcurso de un


mes, que son: el cuarto creciente, la luna llena, el cuarto menguante y la luna nueva.
Obsérvese que en la luna llena y en la luna nueva, el Sol, la Tierra y la Luna están en el
mismo plano. Estos son los momentos de las mareas vivas.

1
De hecho, no es la Luna la que gira alrededor de la Tierra en 24 h. y 50 m.; más bien es la Tierra la que gira sobre sí
misma con relación a la Luna durante este intervalo de tiempo. En efecto, la Tierra gira sobre sí mismo en 24 h. pero
durante este tiempo la Luna se desplaza sobre su órbita alrededor de la Tierra, de modo que no llega al meridiano de un
mismo lugar sino 24 h. y 50 m. más tarde (véase a este respecto la Figura 6-2).

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6.11 Particularidades de las mareas

Las mareas altas son de amplitud desigual como consecuencia de la forma elíptica de
la órbita de la Luna. La Tierra no está situada en el centro sino en un foco de la elipse.
Cuando la Luna está es la posición más próxima a la Tierra, se dice qué está en el
perigeo cuando se encuentra a su máxima distancia de la Tierra está en el apogeo.

Sol

B visión del observador

Figura 6-15Fases de la Luna

La variación de distancia de la Luna hace que la fuerza que provoca la marea sea, en
el momento del perigeo, superior en 1/5 de su valor en el momento del apogeo. Cuando
la Luna pasa por el perigeo en el momento de la luna llena o de la luna nueva, las
pleamares serán particularmente elevadas y, al mismo tiempo, las bajamares
particularmente bajas.

En alta mar, la elevación y descenso de las aguas debido a la acción de la Luna no son
más que del orden de un metro. Pero la forma y la situación de las costas engendran
variaciones, mucho mayores sobre las orillas de los océanos. Las mareas costeras
pueden alcanzar 15 metros e incluso más.

6.12 Los efectos de los movimientos de la Tierra

Los diversos movimientos de la Tierra tienen un gran interés para los hombres de
ciencia. Se han discutido a lo largo del presente capitulo algunas de las consecuencias
de estos movimientos, pero muchos efectos indirectos exigen ser tomados en
consideración.

Las variaciones estacionales del tiempo están en relación con la revolución de la Tierra
alrededor del Sol, lo que se discutirá en el Capítulo VIII.

La rotación de la Tierra alrededor de su eje condiciona en alto grado la variación diurna


de ciertos parámetros meteorológicos. Es del dominio general, por ejemplo, que el aire
se calienta normalmente durante el día y se enfría durante la noche. La variación diurna

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del viento, de la nubosidad, etc., están igualmente en relación indirecta con la rotación
de la Tierra sobre sí misma.

En el Capítulo IV se han estudiado los efectos de las heladas y de la erosión. La acción


de las mareas también es un elemento importante de la acción destructora de los
océanos, de manera que este movimiento de la Tierra es responsable de muchos de los
cambios que se llevan a cabo en el medio que nos rodea.

Todos estos cambios reclaman energía. A veces, esta energía es almacenada durante
un cierto tiempo, pero puede ser liberada y producir movimiento. En el siguiente capítulo
se estudiarán las fuentes de energía terrestre y se examinarán determinadas
modificaciones que producen en nuestro medio

DEL 6.13 AL FINAL DEL CAPÍTULO NO ES NECESARIO COMO


CONOCIMIENTO BÁSICO EN LA MATERIA…

8- LA TIERRA Y LA RADIACIÓN SOLAR

Las reacciones nucleares que se producen en el interior del Sol constituyen la fuente de
energía de la mayoría de los procesos terrestres. Es evidente que los efectos de la
radiación solar varían de forma considerable sobre la superficie de nuestro planeta.
Ciertas regiones están cubiertas de hielo y de nieve todo el año y son extremadamente
frías; otras son cálidas y húmedas.

A consecuencia de la rotación de la Tierra sobre su eje y de la alternancia del día y de


la noche, sólo una parte de la Tierra recibe, en un instante dado, luz y calor enviados
por el Sol. En el curso de un año, mientras la Tierra describe su largo periplo alrededor
del Sol, las duraciones del día y de la noche varían de un lugar a otro (según la latitud)
y se asiste a la sucesión de las estaciones.

Una parte de la energía que alcanza la Tierra procedente del Sol se transfiere a la
atmósfera. ¿Cómo pasa esto? ¿Qué ocurre con la radiación solar que no alcanza la
superficie del globo? Estas preguntas y muchas otras también interesantes son las que
se van a examinar en el curso del presente capítulo.

8.1 Energía solar y procesos terrestres

La enorme cantidad de energía que la Tierra recibe del Sol es responsable de la mayoría
de los cambios y de los procesos físicos que tienen lugar sobre el suelo. El Sol transfiere
energía a la litosfera, a la hidrosfera y a la atmósfera. A consecuencia de esta
transferencia de energía y de los intercambios energéticos entre estas regiones, los
materiales que las constituyen sufren desplazamientos y la forma general de la Tierra
se modifica un poco.

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A veces, la energía procedente del Sol es almacenada durante un cierto tiempo, antes
de ser liberada para producir modificaciones de nuestro medio ambiente.

Por ejemplo, el calor solar puede provocar la evaporación del agua de los océanos. Se
transporta entonces energía a la atmósfera en forma de calor latente, que puede ser
liberada en la misma cuando el vapor de agua se condensa en forma de nubes.

El agua de estas nubes posee, a causa de su altitud, una energía potencial. Cuando el
agua cae en forma de lluvia o de nieve, esta energía potencial se transforma en energía
cinética. Finalmente, las partículas de agua que alcanzan la superficie del globo
provocan en ella la erosión de las rocas y transportan al mar los materiales de erosión.

Los árboles y las plantas absorben igualmente radiación solar, que les provee de la
energía necesaria para su crecimiento. Cuando la radiación cesa, esta vegetación se
disgrega y sus residuos son transportados por el agua y depositados en lagos y
océanos. Al cabo de un tiempo muy largo, los materiales que se acumulan se
comprimen bajo la influencia de su propio peso y pueden transformarse en carbón o
petróleo. La energía recibida del Sol es, pues, almacenada en forma de energía química
en el seno de estos carburantes naturales.

Véase ahora cómo se distribuye entre las diversas regiones del globo la energía que,
procedente del Sol, recibe la Tierra.

8.2 La emisión de la energía solar en el espacio

Se ha aprendido que en el horno atómico solar se fusionan átomos de hidrógeno para


formar átomos de helio. En el curso de este proceso, una pequeña parte de la masa del
Sol se convierte en energía. A consecuencia de este proceso, el Sol puede verter en el
espacio enormes cantidades de energía en forma de radiación electromagnética. Más
del 90 % de esta radiación se propaga en el espacio en forma de radiación visible e
infrarroja.

La mayor parte de esta energía no llega a la Tierra. Vista desde el Sol, la Tierra
aparecería en forma de minúsculo punto alejado. Sólo 1/2.000.000.000 de la energía
luminosa y del calor emitidos por el Sol llegan al límite superior de la atmósfera terrestre.
La Figura 8-1muestra por qué ocurre así.

Figura 8-1La emisión de la radiación Solar en el espacio

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La cantidad de energía recibida por segundo por unidad de superficie perpendicular a
los rayos solares varía inversamente del cuadrado de la distancia de esta superficie al
Sol. Si la distancia se dobla, la cantidad de energía recibida ya no es más que la cuarta
parte (1/22 ) de la que era inicialmente; si esta distancia se triplica, la energía que llega
a la superficie se reduce a la novena parte de su valor inicial.

En el párrafo 6.5 se ha indicado que la distancia de la Tierra al Sol varía ligeramente en


el curso del año, a consecuencia de la forma elíptica de la órbita terrestre. No obstante,
la diferencia entre la distancia en el perihelio y la distancia en el afelio no es más que
del 3 % aproximadamente. Por lo tanto, este efecto es reducido.

Los científicos, a menudo, estiman útil considerar la cantidad de energía radiante que
llega al límite exterior de la atmósfera. Determinan la cantidad total de radiación solar
recibida por unidad de tiempo por una superficie unidad perpendicular a los rayos
solares estando situada la Tierra a su distancia media del Sol: esto es lo que se llama
constante solar (véase la Figura 8-2).

Figura 8-2Determinación de la Constante solar

En las condiciones especificadas para la constante solar, la cantidad de energía recibida


por segundo sobre una superficie de un metro cuadrado es de 1.360 julios
aproximadamente.

De hecho, la emisión de la energía solar no es del todo constante. Las variaciones de


la actividad solar de las que se ha hablado en el párrafo 7.18 se traducen por algunas
fluctuaciones de la emisión solar. Estas variaciones son, sin embargo, relativamente
débiles si se las compara con la cantidad total de energía emitida por el Sol; no son más
que del orden del 1 % al 2 %.

8.3 Equilibrio radiactivo

Los registros de las observaciones meteorológicas efectuadas desde hace algunos


siglos muestran que la temperatura media en las proximidades de la superficie de la
Tierra permanece casi constante en los alrededores de 15 °C, La razón de esto es que
la Tierra está, poco más o menos, en equilibrio radiactivo con lo que le rodea. Esto
significa que emite tanta energía como recibe.

La cantidad de radiación emitida por un cuerpo aumenta con su temperatura. Si ésta


permanece constante, el cuerpo radia una cantidad constante de energía.

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La emisión de energía por el Sol no sufre más que variaciones menores, de suerte que
la cantidad de energía recibida por la Tierra no varía apenas. Puesto que la temperatura
de la Tierra se mantiene en un valor constante (15 °C), esto significa que emite energía
al mismo ritmo que la recibe. Esta, pues, en equilibrio radiactivo con el medio que la
rodea.

Hay ciertas razones para creer que no ha sido siempre así. Por ejemplo, se han
encontrado fósiles de plantas tropicales en lugares que están ahora recubiertos de hielo
y nieve. La temperatura de estas regiones debía ser, hace varios millones de años,
mucho más elevada.

Al menos dos veces, en el curso de su historia geológica, la Tierra ha estado sujeta a


condiciones de frío extremadamente rigurosas: son lo que se llama eras glaciares.
Durante estos períodos, la cantidad de radiación solar recibida del Sol era inferior a la
normal.

¿Fue reducida en estas épocas la emisión de energía solar? ¿Vino una nube de polvo
interestelar a interponerse entre el Sol y la Tierra? ¿Hubo una oscilación del eje de
rotación de la Tierra? Todas estas preguntas se han formulado respecto al origen de las
eras glaciares.

Se formaron capas de hielo que alcanzaban un espesor de varios miles de metros


durante el más reciente de los períodos glaciares, conocido con el nombre de Gran Era
Glaciar, que comenzó hace 600.000 a 1.000.000 de años y que duró a todo lo largo de
un período, hasta hace aproximadamente 20.000 años. Desde entonces se han
producido períodos menores de glaciación; pero, de una forma general, el clima de la
Tierra se ha vuelto más suave.

Un descenso de 5°C en la temperatura media sería, sin embargo, suficiente para crear
una nueva era glaciar. Se puede, pues, apreciar la importancia del equilibrio radiactivo
de la Tierra para nuestra forma de vida.

8.4 Insolación

Una gran cantidad de la radiación solar que alcanza el límite exterior de la atmósfera no
llega a la superficie del globo, siendo absorbida, difundida o reflejada por los gases
atmosféricos, las nubes o el polvo en suspensión en el aire.

Cuando los meteorólogos estudian la insolación en la superficie del globo, deben tener
en cuenta esta disminución de la intensidad de la radiación solar debida a la presencia
en la atmósfera de una mayor o menor cantidad de partículas que absorben, difunden
o reflejan una parte de dicha radiación.

Esta disminución de la intensidad de la radiación solar es también función de la longitud


de la trayectoria de los rayos solares en el seno de la atmósfera, que depende de la
latitud, de la época del año y de la hora del día.

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La medida de la cantidad total de energía solar (radiación directa más radiación del
cielo) recibida por unidad de tiempo sobre la unidad de superficie horizontal situada en
la superficie del globo, presenta interés para los meteorólogos; es lo que ellos llaman la
insolación sobre la superficie considerada.

Recuérdese que una superficie horizontal en las proximidades de un punto dado es


perpendicular a la vertical en ese punto (véase la Figura 8-3).

Figura 8-3Superficies horizontales en diversos puntos del globo

En un instante dado, los rayos solares no son perpendiculares a una superficie


horizontal más que en un solo punto de la Tierra. Este punto está situado, según la
época del año y la hora del día, entre los trópicos de Cáncer y Capricornio.

Un factor importante que afecta al valor de la insolación sobre una superficie horizontal
es la inclinación de los rayos solares sobre ella. Imagínese un pequeño experimento
para ilustrar este hecho.

Manténgase a unos treinta centímetros por encima de una hoja de papel una linterna
eléctrica dirigida perpendicularmente a ella y trácese el contorno exterior del círculo
luminoso dibujado sobre el papel por el haz de la linterna.

Sin modificar su distancia al papel, inclínese de forma que su haz luminoso quede
oblicuo respecto de la hoja y trácese el contorno exterior de la mancha luminosa elíptica
que se dibuja sobre el papel.

En los dos casos, la misma cantidad de radiación visible llega a la hoja. Pero en la
primera posición los rayos se concentran y no iluminan más que un pequeño círculo
brillante. En la segunda posición los rayos cubren una elipse de mayor superficie, de
suerte que cada unidad de superficie de esta elipse recibe menos luz que la unidad de
superficie del círculo precedente.

La Figura 8-4ilustra la situación en los dos casos y el esquema de debajo muestra lo


que pasa con los rayos solares que iluminan la superficie del globo. En verano el Sol
está menos inclinado sobre el horizonte, de forma que los rayos de un haz luminoso
procedente del Sol se concentran sobre una superficie relativamente pequeña. En
invierno, por el contrario, el Sol está más bajo sobre el horizonte y los rayos de un mismo
haz luminoso se extienden sobre una mayor superficie.

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Figura 8-4 Concentración de la radiación Sobre una superficie

En un momento dado del año, la cantidad de radiación recibida por una superficie
horizontal unidad durante la unidad de tiempo, depende de la posición del lugar de la
observación. Así como se ve en la Figura 8-5, la cantidad de energía recibida en los
puntos 𝐴, 𝐵, 𝐶, 𝐷, y 𝐸 depende de su latitud.

Como conclusión de las consideraciones precedentes, es evidente que la insolación en


la superficie del globo no depende sólo de la constante solar tal como se la mide en el
límite exterior de la atmósfera. Dejando aparte la disminución de la radiación resultante
de la absorción, de la reflexión y de la difusión por la atmósfera, es importante la
inclinación de los rayos solares respecto a la vertical del lugar. El valor de esta
inclinación varía con la latitud, la época del año y la hora del día. El valor de la insolación
depende de la estación, de la que depende también la duración del día y, por
consiguiente, la longitud del período durante el cual una superficie horizontal está
sometida a la radiación solar.

Figura 8-5 Cantidades relativas de radiación recibidas del Sol

Antes de estudiar las estaciones de forma más profunda, véase primero cómo
evolucionan en el curso del año la duración del día y de la noche.

8.5 Variación de la duración del día y de la noche

Para comprender la forma cómo varía la longitud del día y de la noche según la época
del año, tómese de nuevo el globo terrestre que se utilizó en el párrafo 6.6.

Supóngase que se comienza con el globo en la posición 𝐴 de la Figura 6-8, siendo


observado el globo desde arriba. Esta posición corresponde a la de la Tierra en el
solsticio de junio (véase la Figura 6-9).

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Recuérdese que el eje del globo debe estar inclinado un ángulo de aproximada mente
23,5° respecto a la perpendicular al plano de la órbita y que este eje debe mantenerse
constantemente paralelo a sí mismo mientras dure el experimento. Para simular la
salida y la puesta del Sol, hágase girar el globo, visto desde arriba, alrededor de su eje
en sentido inverso a las agujas de un reloj (sentido levógiro).

Obsérvese que en esta época del solsticio de junio (alrededor del 21 de junio) el Sol
está en la vertical del trópico de Cáncer. En verano en el hemisferio norte.

A medida que el globo gira, obsérvense las zonas iluminadas y las zonas no iluminadas
de su superficie. Se notará que para todos los puntos del círculo máximo llamado
ecuador la duración del día es igual a la de la noche. Ambas son, pues, de 12 horas. Al
desplazarse hacia el norte, la duración del día se hace superior a la de la noche y, por
consiguiente, en las proximidades del 21 de junio, al norte del trópico de Cáncer, el día
dura más de 12 horas. Más al norte, el día aumenta todavía más, hasta la zona ártica
en la cual todos los puntos están iluminados las 24 horas del día en el momento del
solsticio de junio. El mismo polo norte esta, en ese momento, en el centro de su período
de iluminación continua que dura seis meses.

En el hemisferio sur la situación es muy diferente. Al alejarse del ecuador la duración


del día se hace inferior a 12 horas y cada vez más corta al irse aproximando al círculo
antártico, donde la noche es total durante las 24 horas en el momento del solsticio de
junio. Lo mismo ocurre para todos los puntos de la zona antártica y el propio polo sur se
encuentra, en ese momento, en el centro de sus seis meses de noche continua. La
Figura 8.6 indica la duración del día y de la noche en diversos puntos de la Tierra en el
momento del solsticio de junio.

Figura 8-6 Duración del día en el Solsticio de junio


Compruébese lo que sucede en el interior de los círculos ártico y antártico al hacer girar
lentamente su globo en la posición de la Figura 8-6. A medida que éste gira, obsérvese
cómo la región correspondiente a la zona ártica se encuentra iluminada continuamente.
Fíjese ahora la atención sobre el otro extremo del globo y véase que la zona antártica
alrededor del polo sur se encuentra sumida en la oscuridad.

Obsérvese ahora lo que ocurre en el curso del año, desplazando lentamente el globo
de la posición 𝐴, a las posiciones 𝐵, 𝐶 y 𝐷, y después de nuevo a, 𝐴 (véase la Figura
6-8).

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En el momento de los equinoccios, la duración del día y la de la noche es de 12 horas
en todos los puntos del globo. Además, la palabra "equinoccio" significa "igual noche"
(véase la Figura 8-7),

Figura 8-7Duración del día en los equinnocios

En los otros períodos del año, uno de los hemisferios está en verano y el otro en
invierno. La duración del día y la de la noche son siempre iguales a 12 horas en el
ecuador pero varían en cualquier otro lugar. Las Figura 8-6 y Figura 8-8 ilustran las
situaciones extremas en cada hemisferio.

Figura 8-8Duración del día en el solsticio de Diciembre

En el hemisferio de verano la duración del día aumenta al desplazarse hacia el polo


(polo de verano). Se acaba por alcanzar una latitud a partir de la cual es continuamente
de día a lo largo de las 24 horas. En esta latitud, el Sol no se pone ni sale, sino que su
movimiento aparente es tangente al horizonte a medianoche.

Más cerca del polo de verano, un observador ve el Sol por encima del horizonte las 24
horas del día. El Sol luce continuamente durante un período que varía desde un día en
el círculo ártico (o antártico) hasta seis meses en el polo de verano. Se dice a veces
que las regiones que se benefician de un día continuo están situadas en "la región del
Sol de medianoche".

En el hemisferio de invierno, la situación es completamente diferente. La duración del


día disminuye al desplazarse hacia el polo de invierno y se acaba por alcanzar una
latitud donde la noche dura las 24 horas.

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Entre esta latitud y el polo de invierno, la noche es continua y el Sol no sale durante este
periodo. El periodo de noche continua varía con la latitud, desde un día en el círculo
ártico (o antártico) hasta seis meses en el polo de invierno.

A medida que discurre el año, la trayectoria aparente del Sol en el cielo se modifica. En
verano pasa más alto, en el cielo que en invierno. En las zonas ártica y antártica no
sale en absoluto durante una parte del invierno.

La radiación solar recibida en un lugar dado del globo varia, pues, considerablemente
en el curso del año, lo que conduce a las variaciones estacionales cuyos efectos se van
a estudiar ahora.

8.6 Las estaciones

Considérese de nuevo el hemisferio norte en el momento del solsticio de junio. Puesto


que el Sol luce de forma continua sobre ciertos lugares de la zona ártica, ¿por qué hace
más frio en estas regiones que en puntos del trópico de Cáncer, por ejemplo?

Un nuevo examen de la Figura 8-4 y Figura 8-5permite dar una respuesta a esta
pregunta. El Sol permanece bajo, en el cielo de la zona ártica, mientras que en el trópico
de cáncer pasa por el cenit (por la vertical) el 21 de junio.

La intensidad de la insolación al norte del círculo ártico es mucho menor que en las
proximidades de los trópicos. La radiación se extiende sobre una superficie mayor y una
superficie horizontal unidad recibe menos energía por segundo. Por consiguiente, la
radiación solar es demasiado débil para elevar la temperatura de la zona ártica a un
nivel comparable al que alcanza en las proximidades del trópico de Cáncer.

Cuando se estudia, la cantidad total de energía recibida en un lugar dado, en el curso


de un día determinado, hay que tomar en consideración dos factores importantes. Uno
es la inclinación de los rayos solares respecto al plano horizontal, lo que determina la
cantidad de energía recibida durante la unidad de tiempo.

El otro factor es el tiempo durante el cual se recibe radiación en el curso del día
considerado. Si despreciamos la fracción de radiación absorbida, reflejada o difundida
por la atmosfera, el tiempo durante el cual llega radiación a una superficie depende de
la duración del día.

La Figura 8-9de la página siguiente esquematiza la trayectoria aparente del Sol entre la
salida y la puesta, en diversos lugares del globo, el 21 de junio.

En el curso del período que se extiende desde el solsticio de junio al equinoccio de


septiembre, la situación se modifica. Para estudiar las modificaciones que sufre,
examínense primero las trayectorias aparentes del Sol en diversos lugares del
hemisferio norte.

Persiste el día continuo en el polo norte, pero cada día la trayectoria del Sol en el cielo
se hace más baja. En el equinoccio, el Sol describe un círculo a lo largo del horizonte
(véase la Figura 8-10).

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Figura 8-9 Trayectoria aparente del Sol el 21 de junio

Después del solsticio de junio, los lugares situados en el Círculo ártico comienzan a
sufrir periodos de noche en cada una de las rotaciones de la Tierra sobre su eje. Al
principio, estos períodos de noche son cortos, pero se van alargando continuamente
hasta alcanzar doce horas en el momento del equinoccio. En la Figura 8.10 b) se
esquematiza la situación en el equinoccio de septiembre.

Figura 8-10 Trayectorias aparentes del Sol en los equinoccios

En el trópico de Cáncer el Sol no pasa ya por el cénit (por la vertical) después del
solsticio de junio. Cada día, su movimiento aparente desciende hacia el horizonte sur
en dirección al ecuador. Al mismo tiempo, los largos días de verano se acortan, hasta
que en el momento del equinoccio la duración del día es igual a la de la noche. La
trayectoria aparente del Sol es entonces la de la Figura 8-10 c).

Después, del 21 de junio, en el ecuador, el sol sale por el nordeste y se pone por el
noroeste. Pero cada día su trayectoria se hace más alta sobre el horizonte norte, desde
el solsticio de junio hasta el equinoccio de septiembre.

Hacia el 23 de septiembre, un observador situado en el ecuador ve salir el Sol por el


este, pasar por la vertical a mediodía para ponerse por el oeste. Examinando la Figura

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8-7 y Figura 8-10, es fácil comprender por qué razón es en el equinoccio donde la mayor
cantidad de radiación solar atraviesa la atmósfera ecuatorial.

Considérese ahora la situación en el hemisferio sur en el periodo comprendido entre el


21 de junio y el 23 de septiembre. Los puntos situados en el trópico de Capricornio
tienen, al principio, noches que duran más de doce horas. No obstante, el Sol sale
progresivamente más temprano y se pone más tarde, hasta el momento del equinoccio
en que la duración del día es igual a la de la noche. Inmediatamente después del
solsticio de junio, el Sol está bajo respecto al horizonte norte, pero cada día su
trayectoria aparente se eleva más alto en el cielo y la cantidad de radiación solar recibida
aumenta. En el equinoccio de septiembre, la situación es la que se indica en la Figura
8-10e).

Al sur del trópico de Capricornio los días se alargan, igualmente, a partir del solsticio de
junio y finalmente en el equinoccio de septiembre la duración del día se hace igual a la
de la noche. En el curso de este periodo, la trayectoria aparente del Sol invernal se
eleva cada día más alto en el cielo sobre el horizonte norte y la cantidad de radiación
solar recibida aumenta.

Los puntos situados en el círculo antártico comienzan, después del solsticio de junio, a
beneficiarse de la luz del día, aunque el Sol permanece a poca altura sobre el horizonte
norte. Las largas noches de invierno se acortan progresivamente y finalmente la
duración del día y de la noche llega a ser igual en el equinoccio. La Figura 8-10f)
esquematiza la situación en el equinoccio.

En el polo sur está transcurriendo la segunda mitad del periodo de seis meses de noche.
Finalmente, el 23 de septiembre el Sol reaparece y comienza a describir toda la vuelta
al horizonte como indica la Figura 8-10g).

El lector podrá proseguir el estudio de la evolución de la trayectoria aparente del Sol en


el cielo durante el resto del año, sin más que continuar desplazando, de forma análoga,
nuestro globo terrestre, de la posición B a la posición C de la Figura 6.8; después, de C
a D para volver por fin a 𝐴. Las Figura 8-8 y Figura 8-11esquematizan la situación en el
momento del solsticio de diciembre.

Figura 8-11Trayectorias aparentes del Sol el 22 de diciembre

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En el momento del solsticio de diciembre comienza el invierno en el hemisferio norte. La
zona ártica está sumida en la oscuridad las 24 horas del día. Sobre las otras regiones
del hemisferio norte el Sol permanece a poca altura por encima del horizonte Sur.

En cambio, en el hemisferio sur reina el verano y el Sol pasa a mediodía por el cénit de
los puntos del trópico de Capricornio. Los días son más largos que las noches y el polo
sur se encuentra en el centro del período de seis meses de día continuo.

Está situación extrema se modifica gradualmente hasta el 21 de marzo, fecha en la cual


las trayectorias aparentes del Sol son de nuevo las de la Figura 8-10.

De este estudio resulta que no sólo varía la duración del día, sino también la altura del
Sol sobre el horizonte. La inclinación de los rayos solares respecto al plano horizontal
varía considerablemente en el curso del año.

Se deduce que en un lugar determinado, el verano es más cálido que el invierno por dos
razones: primero porque los rayos solares en verano son menos rasantes y
proporcionan por consiguiente más energía a cada unidad de la superficie de la Tierra
y después porque en verano los días son más largos, de suerte que la superficie del
globo está más tiempo expuesto a la radiación solar.

Si estos dos factores fuesen los únicos a tener en cuenta, se podría pensar que el centra
del verano en el hemisferio norte debería corresponder a la fecha del solsticio de junio.
La realidad es que hay un desfase de estaciones en los dos hemisferios.

Así, en el hemisferio sur, el centro del verano no se produce hasta después del día (22
de diciembre) en que el Sol pasa por el cénit del trópico de Capricornio, En el párrafo
siguiente se estudia este desfase.

8.7 El desfase de las estaciones

Si en la mañana de un día frio encendemos fuego o se pone en marcha un radiador para


calentar una habitación, la temperatura tarda algún tiempo en elevarse. Si más tarde
nos encontramos que hace suficiente calor y se apaga el medio de calefacción, la
temperatura puede continuar elevándose durante algún tiempo.

Se produce una situación un poco análoga cuando el Sol calienta la Tierra. La


temperatura máxima no se produce normalmente a mediodía cuando el Sol alcanza su
mayor altura sobre el horizonte. En general, no es sino dos o tres horas más tarde
cuando la temperatura llega a su valor máximo del día, cuando el Sol ya no está tan alto
en el cielo y cuando, en consecuencia, la radiación solar es menos intensa. La superficie
de la Tierra y su atmósfera tardan, pues, un cierto tiempo en calentarse.

En las regiones tropicales, la diferencia entre las temperaturas medias mensuales del
mes más cálido y del más frio es relativamente pequeña. Durante todo el año la
trayectoria del Sol es relativamente alta sobre el horizonte.

De hecho, un observador situado entre los trópicos de Cáncer y Capricornio ve pasar el


Sol por el cenit dos días al año. La trayectoria este-oeste del Sol parece desplazarse
hacia el norte después del equinoccio de marzo; el Sol sale cada vez más hacia el

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nordeste y se pone cada vez más hacia el noroeste. Seis meses más tarde, está
tendencia se invierte; después del equinoccio de septiembre, el Sol sale cada vez más
hacia el sudeste y se pone cada vez más hacia el sudoeste.

En las regiones tropicales, la amplitud de las temperaturas máximos medias


mensuales es, en general, tan pequeña que la variable climática más característica es
la cantidad de lluvia.

En estas regiones se habla en general de estación seca o de estación húmeda más bien
que de estación cálida y de estación fría. En las regiones extra tropicales, es decir, las
que no están situadas entre los trópicos, se observa un desfase de las estaciones.

El 21 de junio el Sol pasa por la vertical de todos los puntos situados en el trópico de
Cáncer, pero no es hasta un mes más tarde, en julio, cuando llegan los días más cálidos
a las regiones extra tropicales del hemisferio norte.

Igualmente, cómo media, no es hasta enero, aproximadamente un mes después del


solsticio de diciembre, cuando tienen lugar los días más cálidos en las regiones extra
tropicales del hemisferio sur. No se alcanza la temperatura máxima hasta después que
el Sol haya pasado en el cielo por su posición más meridional.

Existe igualmente un desfase de la temperatura estacional en el invierno en cada


hemisferio. El calor almacenado durante el verano retrasa durante algún tiempo el
descenso de la temperatura.

En el hemisferio norte, el mínimo de calor recibido del Sol se sitúa en el momento del
solsticio de diciembre, pero las temperaturas más bajas no se producen hasta un mes
más tarde, en enero.

El desfase estacional hace que, en general, en las regiones extra tropicales del
hemisferio sur las temperaturas más bajas tengan lugar en julio, un mes después del
paso del Sol por su posición más septentrional (norte). Se observará que en todo este
párrafo no se ha hecho referencia más que a las temperaturas medias mensuales, Si.
Se considera un día en particular pueden afectar otros factores a la insolación y, en
consecuencia, a la temperatura en un lugar determinado.

La situación meteorológica puede influir sobre la cantidad de nubes y su espesor, la


dirección del viento, etc. Además, la presencia en el aire de gases industriales puede
afectar al valor de la insolación, igual que las diferencias entre superficies continentales
y marítimas.

Los meteorólogos toman en consideración todos estos factores y aún otros, para
establecer predicciones de la temperatura máxima para un día y un lugar dados. De
todas formas, el desfase estacional es un aspecto importante que conviene tener en
cuenta si se quiere comprender la relación que existe entre las condiciones estacionales
y los movimientos de la Tierra en el espacio.

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Compilación de temas considerados como básicos para el desarrollo del espacio
académico Meteorología y Climatología

V. L. López

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