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METEOROLOGICA MUNDIAL
COMPENDIO DE APUNTES
PARA LA FORMACION
DEL PERSONAL
METEOROLOGICO DE LA
CLASE IV
OMM- Nª 266
1973
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4- EL PLANETA TIERRA
En los capítulos precedentes se ha examinado el conjunto de cuerpos que rodean la
Tierra en el espacio. Durante estos estudios se había mencionado que el planeta Tierra
giraba alrededor del Sol en una órbita, situada entre las de Venus y Marte.
Los especialistas en ciencias de la Tierra han conseguido, con los años, recoger
numerosas informaciones sobre las características de nuestro planeta. En este capítulo,
en primer lugar, se descubrirán ciertos hechos importantes relativos a la forma y tamaño
de la Tierra y a continuación se estudiará la estructura de la Tierra y su composición
química.
Hace algunos siglos se creía que la Tierra era plana. Por esta razón el hombre
encontraba dificultad en explicarse los hechos naturales que se producían en el universo
que le rodea.
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este fin, se tendrá en cuenta, ante todo, el hecho de que durante toda su órbita elíptica
alrededor del Sol, la Tierra gira sobre sí misma.
La línea imaginaria alrededor de la cual gira la Tierra es su eje. Este eje pasa por el
centro de la Tierra y atraviesa su superficie en dos puntos, uno de los cuales es el polo
norte y el otro es el polo sur.
La Tierra gira sobre su eje de oeste a este. Vista desde un punto situado sobre el polo
sur, esta rotación se efectúa en el sentido de las agujas de un reloj. Por el contrario, un
observador situado sobre el polo norte comprueba que la Tierra gira en sentido inverso
al de las agujas de un reloj. La Figura 0-2 ilustra este efecto, el cual es fácil de comprobar
haciendo girar un globo terrestre u otro objeto esférico.
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La latitud de un punto situado en la superficie de la Tierra es la distancia angular, norte
o sur, que hay desde este punto al ecuador. En la figura 4.4 se representa la latitud de
varios puntos.
El punto A se encuentra situado a 60° N, porque la línea que une este punto con el
centro de la Tierra forma un ángulo de 60° con el plano ecuatorial. Todos los puntos del
círculo de latitud que pasan por A están situados a 60° N.
El punto B está situado a 40°S y por la misma razón, todos los puntos situados a 40°S
son los puntos del círculo de latitud que pasa por B.
De la Figura 0-4 se deduce fácilmente que el polo norte está situado a 90°N y el polo
sur a 90°S. La latitud del ecuador es de 0°.
Con el fin de localizar este punto, consideremos un plano que pase por los dos polos de
la Tierra; este plano corta la superficie del globo según un círculo máximo llamada
meridiano. Por cada punto de la superficie de la Tierra se puede hacer pasar un
meridiano y sólo uno.
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Figura 0-5Círculos de longitud Meridiano de Greenwich
Para determinar la posición de un punto basta, pues, con conocer su latitud y su longitud.
Considérese, por ejemplo, un punto situado a 30° de latitud norte y 120° de longitud
este.
Partiendo del punto situado en la intersección del ecuador (latitud 0°) con el meridiano
de Greenwich (longitud 0°), nos desplazaremos hacia el norte siguiendo este meridiano
hasta alcanzar la latitud de 30°N, y, desde allí, se seguirá hacia el este el círculo de
latitud de 30°N hasta el meridiano 120°E. El punto buscado se encuentra en la
intersección del círculo de latitud de 30° N con el meridiano 120°E.
Efectivamente, la Tierra esta achatada por los polos. La distancia del centro de la Tierra
a los polos, es decir, el radio polar, es de 6.357 kilómetros aproximadamente.
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El radio ecuatorial o sea la distancia del centro de la Tierra a un punto del ecuador, es
de 6.378 kilómetros aproximadamente. Existe, pues, un ensanchamiento ecuatorial de
alrededor de 21 kilómetros.
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Figura 0-6 Esferoide aplanado
Dado que la Tierra realiza una vuelta completa sobre sí misma en 24 horas, un punto
del ecuador terrestre recorrerá esta distancia en igual lapso, lo cual representa una
velocidad de 40.076: 24 = 1.670 kilómetros por hora.
Una persona que hiciese un viaje alrededor del mundo pasando por los polos, se
desplazaría a lo largo de un meridiano cuya longitud aproximada podríamos calcular
asimilándolo a un círculo de radio igual al radio polar, es decir 6.357 kilómetros. En
efecto, como consecuencia del achatamiento en los polos, un meridiano se asemeja a
una elipse. La circunferencia polar es de 40.008 kilómetros aproximadamente.
Obsérvese, a la vez, que la distancia curva medida en un meridiano entre el polo y el
ecuador es, pues, de alrededor de 10.002 kilómetros. La distancia real varía ligeramente
de un meridiano a otro. Recuérdese que la concepción inicial del metro suponía que
esta longitud debía representar la diezmillonésima parte de la distancia entre el polo y
el ecuador, medida por el meridiano de París. Posteriormente se ha demostrado que el
metro representaba algo menos de esa longitud.
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Si se traza un círculo de 10 cm de radio para representar una sección plana de la Tierra
según un meridiano y se trata de representar el monte Everest a la misma escala, ¿se
podría distinguir esta irregularidad, que es la mayor que existe en la superficie terrestre?
La distancia entre dos meridianos varía, por el contrario, considerablemente, puesto que
todos los meridianos convergen en los polos. La distancia correspondiente a un grado
de longitud varía desde 111 kilómetros, aproximadamente, en el ecuador, a cero en los
polos.
Actualmente es posible colocar en órbita un satélite artificial que dé una vuelta a la Tierra
justamente en veinticuatro horas. Si en estas condiciones la órbita se sitúa exactamente
en el plano del ecuador y si el sentido de rotación es el mismo de la Tierra, el satélite
permanecerá constantemente sobre un mismo punto del ecuador terrestre. Este tipo de
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satélites, que existen en la actualidad, son utilizados en los sistemas de televisión y
telecomunicación y también para proporcionar información meteorológica.
¿Es correcto decir que tales satélites son estacionarios? Antes de responder a esta
pregunta consideremos una esfera imaginaria que tenga su centro en el centro de la
Tierra. Un observador situado en este centro puede suponer que está rodeado de una
gran esfera sobre la cual están “sujetas” las estrellas. Es la esfera celeste.
Sin embargo, los primitivos observadores podían darse cuenta del movimiento de los
astros errantes y de los planetas entre las constelaciones, porque tales desplazamientos
se efectúan con relación a las estrellas aparentemente “fijas”.
Los objetos que permiten fijar un marco donde se pueda observar y medir el movimiento,
constituyen un sistema de referencia. Por consiguiente, los movimientos deben ser
medidos con relación a tal sistema.
Las estrellas fijas no son el único sistema de referencia que permite detectar los
desplazamientos de un cuerpo. Pueden tomarse otros, por ejemplo: si una azafata
camina dentro de un avión, se desplaza con relación al avión. De la misma forma, si
alguien observa un avión desde el suelo, el avión se desplaza con respecto a él.
Continuando este análisis, el centro de la Tierra se desplaza con relación al Sol quien,
a su vez, está en movimiento respecto a las estrellas “fijas” Por lo tanto, hablar de
movimiento sin indicar el sistema de referencia con relación al cual se efectúa no tiene
ningún significado.
Supóngase que nuestro sistema de referencia está fijo en un punto 0 a partir del cual se
efectúan las observaciones. Considérese una partícula situada en el punto 𝐴.
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En la Figura 0-1 se ilustra esta situación. La flecha 𝑂𝐴, trazada a escala, representa, en
magnitud y dirección, la distancia de 𝐴, a partir del punto 0.
La dirección del movimiento es también importante. Así, por ejemplo, se puede distinguir
entre el movimiento de un cuerpo que es de 5 𝑚/𝑠 hacia el sur del que se efectúa
también a 5 𝑚/𝑠 según la vertical. Por lo tanto, la velocidad es la variación con respecto
al tiempo del cambio de posición en una dirección dada.
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hacia el norte es de 3 𝑚/𝑠 en cada segundo, lo que puede escribirse 3 𝑚𝑒𝑡𝑟𝑜𝑠/𝑠𝑒𝑔 o
3 𝑚𝑒𝑡𝑟𝑜𝑠/𝑠𝑒𝑔2 o más simple 3 𝑚/𝑠 2. Bien entendido que su dirección permanece
dirigida hacia el norte.
Los valores de las unidades que miden la velocidad y la aceleración se expresan del
siguiente modo:
En 1590 Galileo demostró que diferentes cuerpos soltados desde una misma altura
llegaban al suelo al mismo tiempo. Esto es incluso válido para cuerpos de diferente
masa.
Esta experiencia, efectuada en el vacío, muestra que incluso una pluma y un trozo de
plomo caen con la misma velocidad. En la atmósfera, la resistencia del aire retarda la
caída de la pluma mucho más que la del trozo de plomo.
En el polo, al nivel del mar, el valor de esta aceleración es, aproximadamente, de 9,83
𝑚/𝑠 2 , mientras que en el ecuador es de 9,78𝑚/𝑠 2 . En un lugar cualquiera, la aceleración
depende de varios factores, entre ellos de la latitud y de la altitud sobre el nivel del mar.
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significa que el valor de la velocidad de un cuerpo en caída libre aumenta 9,8 𝑚/𝑠 2 en el
transcurso de cada segundo. Si el objeto está inicialmente en reposo, el valor de la
velocidad en función del tiempo es el siguiente:
El valor de su velocidad va decreciendo en 9,8 𝑚/𝑠 cada segundo, hasta que se anula.
En este caso, se dice que el cuerpo está sometido a un movimiento uniformemente
retardado con una aceleración de -9,8𝑚/𝑠 2. Bien entendido que, después de su parada
en la trayectoria ascendente, el cuerpo comienza inmediatamente a caer con una
aceleración constante debido a la gravedad.
En cualquier caso, es necesario agarrarse a un soporte y ejercer una fuerza para evitar
la caída. Se tiene, pues, tendencia a continuar el movimiento con la velocidad anterior
del autobús, mientras no se ejerza una fuerza que modifique esta velocidad.
De manera análoga, cuando el autobús toma una curva, se tiene tendencia a continuar
el movimiento en la dirección primitiva. También en este caso se ha de ejercer una
fuerza para compensar este efecto.
En 1687, Sir Isaac Newton fue el primero en establecer el siguiente principio conocido
actualmente como la primera ley del movimiento de Newton:
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Esta ley no permite describir lo que es una fuerza, pero permite definir una fuerza
teniendo en cuenta sus efectos. La fuerza es lo que modifica o tiende a modificar el
estado de movimiento de un cuerpo.
Por ejemplo, si un cuerpo está acelerado o retardado, esto no puede ser debido más
que a la acción de una fuerza. Para que el movimiento de un cuerpo cambie de dirección,
también es necesaria la intervención de una fuerza.
La primera ley del movimiento de Newton no hace más que especificar las condiciones
por las cuales se produce una aceleración, pero en muchísimos casos es de utilidad
medir la magnitud de una fuerza a través de sus efectos. Para llegar a este resultado es
necesario conocer la cantidad de movimiento del cuerpo sobre el cual se ejerce la
fuerza.
Sea un cuerpo con una masa de 1.500 kilogramos que se desplaza en una dirección
dada a la velocidad de 20𝑚/𝑠. Su cantidad de movimiento en esta dirección es de
30.000 kilogramos*metro/segundo. Si la velocidad del cuerpo crece hasta 30𝑚/𝑠 sin
cambiar de dirección, el valor de su cantidad de movimiento se convierte en
45.000 𝑘𝑖𝑙𝑜𝑔𝑟𝑎𝑚𝑜𝑠 ∗ 𝑚𝑒𝑡𝑟𝑜/𝑠𝑒𝑔𝑢𝑛𝑑𝑜.
Ha sido necesaria la intervención de una fuerza para modificar la velocidad del cuerpo
y, por lo tanto, su cantidad de movimiento. En el ejemplo anterior, la cantidad de
movimiento en la dirección dada aumentó en 15.000 𝑘𝑖𝑙𝑜𝑔𝑟𝑎𝑚𝑜𝑠 ∗ 𝑚𝑒𝑡𝑟𝑜/𝑠𝑒𝑔𝑢𝑛𝑑𝑜.
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Conviene señalar que la segunda ley de Newton también tiene en cuenta la dirección
de la fuerza que produce un cambio de cantidad de movimiento en la dirección según la
cual se ejerce.
La fuerza es por lo tanto una magnitud física que interviene a la vez con su dirección y
su intensidad (valor numérico). A este tipo de magnitudes como son la fuerza, la
cantidad de movimiento, la velocidad, el desplazamiento, etc.; para cuya definición
correcta se necesita, además del conocimiento de su valor numérico, el de su dirección,
se les denomina vectores.
A otras cantidades como la masa o el volumen, cuya definición no necesita más que
conocer su valor, se les da el nombre de cantidades escalares o simplemente escalares.
Sea una fuerza 𝐹 que actúa sobre un cuerpo de masa 𝑚 produciendo un cambio en el
valor de la velocidad de este cuerpo de 𝑣1 a 𝑣2 en un intervalo de tiempo de 𝑡
segundos.
𝑚𝑣2 − 𝑚𝑣1
𝑡
𝑣2 −𝑣1
Ahora bien, la expresión entre paréntesis ( 𝑡
) es la variación de la velocidad respecto
al tiempo, o sea la aceleración del cuerpo en cuestión. Por lo tanto, la ley puede
expresarse simbólicamente de la forma siguiente:
𝑓 = 𝛼 𝑚𝑎
En donde 𝑎 es la aceleración.
𝐹 = 𝐾 𝑚𝑎
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Siendo 𝑘 una constante cuyo valor depende de las unidades elegidas para 𝐹, 𝑚 y 𝑎.
Se ha definido una unidad de fuerza tal que 𝐾 = 1 cuando la masa está expresada en
kilogramos y la aceleración en 𝑚𝑒𝑡𝑟𝑜𝑠/𝑠𝑒𝑔2. Esta unidad de fuerza se llama Newton en
honor del autor de las leyes del movimiento.
𝐹 = 𝑚𝑎 (5.1)
Supóngase que una fuerza que se ejerce sobre una masa de 10 Kilogramos hace variar
su velocidad de 5 𝑚/𝑠 a 20 𝑚/𝑠 en tres segundos en la dirección de la fuerza.
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= = 5𝑚/𝑠 2
3
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A un sistema de referencia, acelerado con relación a un sistema fijo, se le llama sistema
de referencia no inercial. Si se observa un movimiento respecto a un sistema de
referencia fijo con relación a la tierra en rotación, se está utilizando, pues, un sistema de
referencia no inercial.
La igualdad (5.1) no es válida más que en el caso de que el movimiento este referido a
un sistema de referencia no inercial. En estas condiciones, es preciso utilizar una
ecuación del movimiento que incluye las fuerzas no inerciales. En los párrafos
siguientes, se referirá el movimiento a un sistema que gira con la tierra y, por
consiguiente, se introducirán las fuerzas no inerciales.
Una fuerza (𝑓) dirigida hacia 0 es, pues necesaria para que el cuerpo no abandone su
trayectoria circular. Si esta fuerza faltase de repente, el cuerpo partiría según una línea
recta tangente al círculo. La Figura 0-2 ilustra lo que se acaba de decir.
La fuerza 𝐹 dirigida hacia el interior del círculo modifica la dirección del movimiento y
por lo tanto produce una aceleración. Para un observador colocado en el centro del
mismo, esta aceleración del cuerpo en rotación aparece dirigida hacia el centro del
círculo y se llama aceleración centrípeta (del latín “tendencia hacia el centro”).
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Si el valor de la velocidad del objeto es 𝑣 y el radio del círculo𝑟, se puede demostrar que
𝑣2
el valor de la aceleración centrípeta es 𝑟
. El producto de la masa por la aceleración
centrípeta es la fuerza centrípeta.
𝑣2
𝐹=𝑚
𝑟
Si una masa de 2 kilogramos se desplaza con una velocidad de valor constante igual a
2
10 𝑚/𝑠 sobre un círculo de 5 metros de radio, su aceleración centrípeta es de 105 =
20 𝑚/𝑠 2 . La fuerza centrípeta será por lo tanto 2𝑥20 = 40𝑁𝑒𝑤𝑡𝑜𝑛𝑠.
Considérese ahora (véase la Figura 0-3) una plataforma circular en rotación. Sea 𝑃 un
cuerpo fijo a la plataforma a una distancia 𝑟 del centro. Supóngase que la rotación de la
plataforma sea tal que 𝑃 describa un círculo a velocidad constante 𝑣 con respecto a un
sistema fijo de referencia.
Para que 𝑃 se mantenga en movimiento circular, la plataforma debe ejercer sobre P una
fuerza F dirigida hacia el centro de la misma. Con relación a un observador situado en
el centro del sistema fijo de referencia, P parecerá dotado de una aceleración centrípeta
𝑣2
𝑟
𝑣2
𝐹=𝑚 (5.2)
𝑟
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Supóngase que el observador se instala sobre la plataforma al lado del cuerpo P. Con
relación a este observador, el punto P aparecerá ahora como estacionario. Este efecto
puede explicarse escribiendo la fórmula (5.2) de otra forma:
𝑣2 𝑣
𝐹−𝑚 =0 ó 𝐹 + (−𝑚 𝑟 ) = 0 (5.3)
𝑟
En la ecuación (5.3) la cantidad (−𝑚𝑣 2 /𝑟) tiene signo opuesto al de la fuerza centrípeta.
Está, pues, dirigida hacia el exterior del círculo y se llama fuerza centrífuga
(“separándose del centro”).
𝐹+𝐶 = 0 (5.4)
Tal sistema de referencia en rotación posee una aceleración con respecto a un sistema
de referencia fijo y, por lo tanto, es un sistema de referencia no inercial.
Por consiguiente, en este caso debemos admitir que se ejerce una fuerza centrífuga.
Por lo tanto, la fuerza centrífuga es una fuerza no inercial.
Cuando se apoya el dedo contra la pared, se puede sentir la presión que a su vez la
pared ejerce sobre nuestro dedo. Se puede considerar la fuerza ejercida por nuestro
dedo como la acción y entonces la fuerza ejercida por la pared sobre nuestro dedo es
la reacción.
Nótese que estas dos fuerzas actúan cada una sobre cuerpos diferentes: la acción se
ejerce sobre la pared y la reacción sobre el dedo.
Ciertas fuerzas actúan sin que haya contacto entre los cuerpos. Por ejemplo: el Sol
ejerce una fuerza de atracción gravitatoria sobre la Tierra la cual a su vez ejerce otra
fuerza gravitatoria sobre el Sol. A una de estas fuerzas se le puede considerar como a
la acción y a la otra como la reacción, pero cada una de ellas actúa sobre cuerpos
diferentes. Este efecto se ilustra en la Figura 0-4
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Figura 0-4 Fuerzas de gravitación del Sol y de la Tierra
Los ejemplos anteriores pueden utilizarse para enunciar la tercera ley del movimiento
de Newton en la siguiente forma: A toda acción le corresponde una reacción igual y
contraria.
Así, la pared ejerce sobre nuestro dedo una fuerza que es igual y de sentido contrario a
la fuerza que nuestro dedo ejerce sobre la pared. De igual modo, la fuerza ejercida por
el Sol sobre la Tierra es igual y contraria a la que la Tierra ejerce sobre el Sol.
𝑚1 𝑚2
𝐹=𝐺
𝑑2
En cualquier punto del espacio que rodea la Tierra, se puede determinar el valor y la
dirección de la fuerza de gravitación terrestre. Si la distancia se expresa en metros y la
masa en kilogramos, el valor de la gravitación viene dado en 𝑁𝑒𝑤𝑡𝑜𝑛𝑠.
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Si se considera un cuerpo situado cerca de lo superficie terrestre, su distancia al centro
de masa de la Tierra es igual al radio de la misma, es decir 6.400 kilómetros
aproximadamente o sea 6,4 × 106 metros.
Con estos datos, se puede calcular la fuerza de gravitación que la Tierra ejerce sobre la
masa de un kilogramo (𝑚2 ) situada en la superficie terrestre.
𝑚 1 𝑚2
Ya que: 𝐹=𝐺
𝑑2
Por lo tanto, la fuerza con que la Tierra atrae una masa de 1 kilogramo situada cerca de
su superficie es de 9,8 𝑁𝑒𝑤𝑡𝑜𝑛𝑠 aproximadamente.
Del mismo modo, la fuerza gravitatoria que se ejerce sobre una masa de dos kilogramos
es de 19,6 𝑁𝑒𝑤𝑡𝑜𝑛𝑠. Si la masa se duplica, la fuerza también se duplica. La fuerza,
ejercida sobre una masa de tres kilogramos es de 29,4 𝑁𝑒𝑤𝑡𝑜𝑛𝑠, o sea tres veces la que
se ejerce sobre la masa de 1 kilogramo. La Figura 0-5 ilustra este efecto.
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9,8 𝑁𝑒𝑤𝑡𝑜𝑛𝑠 cerca del ecuador, mientras que, en los polos, a causa del achatamiento
polar, esta fuerza es superior a 9,8 𝑁𝑒𝑤𝑡𝑜𝑛𝑠.
Otras irregularidades, tales como las montañas y las colinas que presenta la forma de
la Tierra, producen pequeñas diferencias de la distancia (𝑑) entre la superficie terrestre
y el centro e influyen también en el valor de la fuerza gravitatoria
En ciertos lugares, la presencia de minerales muy densos dentro de las rocas también
puede provocar una perturbación del campo gravitatorio en sus alrededores.
En el estudio del campo gravitatorio terrestre, no hemos hecho intervenir aun la rotación
de la Tierra. En realidad, los efectos de esta rotación modifican el campo de fuerzas de
gravitación terrestre en todos los puntos de la superficie del globo, excepto en los polos.
Con relación al eje de la Tierra, los polos son los únicos que están en reposo, ya que
todas las otras partículas de la superficie del globo efectúan rotaciones, según
trayectorias casi circulares. Este movimiento es más rápido en el ecuador, donde su
valor alcanza 1.670 𝑘𝑖𝑙ó𝑚𝑒𝑡𝑟𝑜𝑠/ℎ𝑜𝑟𝑎, aproximadamente. A medida que nos acercamos
a los polos, el radio de la trayectoria circular disminuye y, por lo tanto, la velocidad vale
835 𝑘𝑚/ℎ, es decir la mitad que en el ecuador (véase la Figura 0-6).
835 k/h
1670 k/h
835 k/h
En el párrafo 5.8 ya se había indicado que los cuerpos observados desde una plataforma
en rotación aparecían como si estuviesen sometidos a una fuerza dirigida desde el
centro de rotación hacia el exterior o, dicho de otra forma, sobre estos cuerpos se ejercía
una fuerza centrífuga. La relación (5.3) indica que la magnitud de esta fuerza es
proporcional al cuadrado del valor de la velocidad. Si se duplica el valor de la velocidad,
la fuerza centrífuga se cuadruplica.
Esta fuerza es también inversamente proporcional a la longitud del radio (𝑟). Si se divide
el radio por dos, la fuerza se duplica.
Es evidente que el valor de la velocidad produce mayor efecto sobre la fuerza centrífuga.
Por lo tanto, cuando se observa el movimiento de un cuerpo desde un punto de la Tierra
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en rotación, se debe tomar en consideración la velocidad de este punto. La Figura 0-6da
una idea de la manera como varía esta velocidad de una latitud a otra.
Es de notar que en todos los casos lo fuerza centrífuga (𝐶) está dirigida del eje de la
Tierra hacia el exterior.
5.16 La gravedad
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Figura 0-8Fuerzas que se ejercen sobre cuerpos situados en la proximidad de la
superficie terrestre.
En los polos, la fuerza centrífuga es nula. Por lo tanto, son los únicos puntos de la
superficie terrestre donde la gravedad es igual a la fuerza de gravitación terrestre. En
cualquier otra parte, la fuerza de la gravedad es menor que la de gravitación. El valor
mínimo de la fuerza de la gravedad está en el ecuador.
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5.16 Dirección e intensidad de la gravedad.
𝑊 = 𝑚𝑔 (𝑁𝑒𝑤𝑡𝑜𝑛𝑠)
El peso de un cuerpo que tenga100 kilogramos de masa es, pues, 980 𝑁𝑒𝑤𝑡𝑜𝑛𝑠.
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Sin embargo, también se había visto que la fuerza de la gravedad varía ligeramente de
un punto a otro de la superficie del globo.
Los científicos utilizan los gravímetros para detectar los diferentes tipos de rocas que
están situadas bajo la superficie terrestre. De esta manera se descubrieron muchos
minerales.
La gravedad ejerce una fuerza sobre los materiales terrestres. Pero también existe otra
fuerza que no se ejerce más que sobre ciertas sustancias de un tipo particular: es la
fuerza magnética asociada al campo magnético terrestre y cuyas características se
examinan a continuación.
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Aunque las distancias a las estrellas sean de hecho muy diferentes, aparecen como
situadas todas a la misma distancia de nuestro observador. Se toman en consideración
sólo las direcciones de los objetos brillantes del cielo.
Los astrónomos pueden ahora comprobar el movimiento de estrelles lejanas con ayuda
de aparatos científicos. Sin embargo, se consideran con frecuencia las estrellas lejanas
como "fijas", cuando se estudia el movimiento de las estrellas más próximas o el de los
diversos miembros del sistema solar.
El ecuador celeste es el círculo máximo según el cual el plano del ecuador terrestre
corta a la esfera celeste. La trayectoria aparente del Sol sobre el campo de las estrellas,
que se supone situado sobre la esfera celeste, es también un círculo máximo que se
llama eclíptica. El plano de la eclíptica está inclinado unos 23,5 grados sobre el plano
del ecuador.
Cuando el Sol parece atravesar el plano del ecuador celeste, la duración del día es igual
a la de la noche en todos los puntos de la superficie de la Tierra. Este acontecimiento
se produce dos veces al año en un intervalo de tiempo de seis meses aproximadamente
y se llama equinoccio. Hay dos equinoccios: uno el 21 de marzo y el otro hacia el 23 de
septiembre de cada año.
Si se examina la Figura 6-1es fácil determinar los dos puntos de la eclíptica más alejados
del ecuador celeste. Estos dos puntos son los solsticios. El Sol está situado con la
máxima separación hacia el norte el 21 de junio. A este solsticio corresponde, en el
hemisferio norte, el día más largo y por consecuencia la noche más corta del año.
Seis meses más tarde, hacia el 22 de diciembre se llega al solsticio que da lugar, en el
hemisferio sur, al día más largo y a la noche más corta del año; en esta fecha, el Sol
ocupa, sobre la esfera celeste, su posición más alta al sur del ecuador celeste.
La zona de la esfera celeste que comprenden las trayectorias aparentes del Sol, de la
Luna y de los planetas se llama zodiaco. Está limitada por dos círculos equidistantes de
la eclíptica y situados a 18 grados aproximadamente a uno y otro lado.
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6.2 La revolución de la Tierra alrededor del Sol
Será suficiente mirar a lo largo de éste en dirección del ecuador y elegir una estrella
brillante. La noche siguiente, a la misma hora, esta misma estrella estará ligeramente
desviada hacia el oeste de nuestro meridiano y esta desviación se acentuará noche tras
noche.
La Figura 6.2 muestra que la evolución de la Tierra alrededor del Sol es la causa de este
movimiento aparente de la estrella hacia el oeste. Si se continúa durante un mes
observando la estrella a la misma hora, la Tierra se desplazará durante este tiempo de
𝐴 a 𝐵, efectuando 1/12 de su revolución alrededor del Sol.
Figura 6-2Revolución de la
Tierra alrededor del Sol
Un rayo trazado desde el centro de la Tierra al centro del Sol gira 360° en un año y por
consiguiente 30° en un mes (360:12).
Los rayos luminosos que provienen de la estrella son casi paralelos, debido a su gran
distancia a la Tierra. Se ve sobre la figura que la estrella parece haberse desviado hacia
el oeste cuando la Tierra ha llegado a 𝐵.
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6.3 La rotación de la Tierra
El eje de la Tierra pasa por sus polos norte y sur y por su centro. La Figura 6-3muestra
las posiciones sucesivas de la Tierra sobre su órbita, su eje permanece constantemente
orientado en la misma dirección.
𝟏
𝟐𝟑
𝟐
𝟏 𝟏
𝟐𝟑 𝟐𝟑
𝟐 𝟐
𝟏
𝟐𝟑
𝟐
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La rotación de la Tierra sobre sí misma puede comprobarse por la observación de las
llamadas estrellas fijas. Un segundo examen de laFigura 6-1permite concebir cómo es
posible esto.
Veinticuatro horas más tarde, las estrellas aparecerán en la misma posición sobre el
fondo del cielo que la noche precedente: la Tierra habrá realizado una revolución
completa alrededor de su eje.
Supóngase que el período de revolución del satélite sea de 100 minutos. Si los
esquemas 𝐴 y 𝐵 son los relativos a dos órbitas sucesivas del satélite, el observador
situado en la superficie de la Tierra se habrá desplazado, en el transcurso de estos 100
minutos, de 0 a 𝑃 como consecuencia de la rotación de la Tierra. En 𝑃, el observador
notará que el satélite está más bajo sobre el horizonte del sector oeste que cuando
estaba en0. El satélite parecerá, pues, que se desplaza hacia el oeste con relación al
observador y este desplazamiento aparente es debido a la rotación de la Tierra.
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Ciertos satélites de la Tierra están equipados de cámaras de televisión que permiten
fotografiar las nubes. Cuando un satélite pasa por encima de una determinada región,
fotografía nubes situadas más al oeste que las fotografías durante su órbita precedente.
De esta manera, los meteorólogos pueden obtener fotografías de nubes que cubren
toda la superficie de la Tierra.
En conclusión, se puede decir que la Tierra da una vuelta sobre sí misma, alrededor de
su eje, en un día; el eje de rotación de la Tierra está inclinado 23,5 grados respecto a la
perpendicular al plano de su órbita.
Al mismo tiempo que la Tierra gira sobre sí misma, describe una órbita elíptica alrededor
del Sol cuyo período es de un año, en el transcurso del cual la Tierra efectúa
aproximadamente 365 1/4 rotaciones sobre sí misma, que se pueden determinar
observando los pasos sucesivos del Sol por el meridiano del lugar.
El tiempo que transcurre entre dos pasos sucesivos del Sol por el meridiano de un lugar
cambia de un día a otro en el transcurso del año. El Intervalo medio entre los pasos
sucesivos es el día solar medio.
Es más conveniente utilizar como base para la medida de tiempo el día sideral, que es
el intervalo de tiempo en el transcurso del cual un punto de la superficie terrestre efectúa
una rotación de 360°. Cada día sideral es 3 minutos y 56 segundos más corto que el día
solar medio.
La palabra sideral se deriva de una voz latina que significa "estrella”. Un día sideral se
determina por la observación de la rotación de la Tierra con relación a una estrella fija y
no con relación al Sol. Con relación a una estrella fijo, la Tierra realiza en un año 366 1/4
revoluciones alrededor de su eje.
La unidad de tiempo es el segundo.
Nótese que:
1 1
𝑑𝑒 𝑑í𝑎 𝑠𝑖𝑑𝑒𝑟𝑎𝑙 = 1 𝑠𝑒𝑔𝑢𝑛𝑑𝑜 = 𝑑𝑒 𝑑í𝑎 𝑠𝑜𝑙𝑎𝑟 𝑚𝑒𝑑𝑖𝑜
86.164,09 86.400
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Figura 6-6Posiciones de la Tierra en su órbita
Se recordará que el Sol no está situado en el centro de esta elipse sino en uno de los
focos, de acuerdo con la primera ley de Kepler. Hacia el primero de enero de cada año,
la Tierra está en 𝑃 sobre su órbita; entonces está en su posición más próxima del Sol y
se dice que está en el perihelio.
Seis meses más tarde, hacia el primero de julio de cada año, la Tierra está en 𝐴;
entonces se encuentra en la posición más alejada del Sol: se dice que está en el afelio.
La intensidad de la radiación total recibida del Sol es un poco mayor en el perihelio que
en el afelio. Esta circunstancia tendera a hacer que los veranos del hemisferio sur y los
inviernos del hemisferio norte sean un poco más calientes que sus correspondientes del
hemisferio opuesto.
Sin embargo, la diferencia entre las cantidades de radiación recibida sobre el conjunto
de la Tierra es muy pequeña. La diferencia entre las distancias Tierra -Sol en el afelio y
en el perihelio (SA-SP) apenas representa el 3% de la distancia media de la Tierra al
Sol. Resulta por ello que este efecto es extremadamente pequeño, comparado con las
variaciones estacionales producido por la inclinación del eje de la Tierra respecto a la
normal al plano de su órbita. Además, este efecto se compensa grandemente por la
diferencia de duración de las estaciones de invierno y verano.
En el párrafo 6.3 se ha indicado que la dirección del eje de la Tierra permanecía siempre
paralela a sí mismo, cualquiera que fuese la posición de la Tierra en su órbita. El ángulo
que formaba con la perpendicular al plano de la órbita permanece igual a 23,5° (véanse
las Figura 6-3 y Figura 6-4). Si se examina la Figura 6-7, se comprobará que la
inclinación del plano ecuatorial de la Tierra respecto al plano de la elíptica es constante
e igual a 23,5°.
En el transcurso de una rotación de la Tierra alrededor de su eje, cada uno de los puntos
del paralelo de latitud 23,5 N ocupan sucesivamente la posición 0. Este paralelo de
latitud lleva el nombre de Trópico de Cáncer.
Véase de nuevo la Figura 6-8; obsérvese que cuando la Tierra ocupa la posición C, el
polo norte está inclinado hacia la parte no iluminada. Hágase girar el globo alrededor de
su eje en esta posición y estúdiese la marcha de la zona iluminada.
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La Figura 6-10es una vista esquemática de perfil correspondiente a la posición de la
Tierra en el momento del solsticio de diciembre (hacia el día 22).
La Figura 6-11es una vista del perfil que muestra la posición de la Tierra en relación a
los rayos solares, en el momento de un equinoccio. Se observa que el Sol se encuentra
exactamente encima de un punto del ecuador.
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La Figura 6-12 representa esquemáticamente la situación. Los puntos 𝐿 y 𝑀 están
situados sobre el círculo de latitud 66,50° N llamado círculo ártico. Todos los puntos
situados entre el círculo ártico y el polo norte estarán iluminados por el Sol durante las
veinticuatro horas del día en el momento del solsticio de junio. Esta región se llama zona
ártica.
Examínese ahora la situación en las proximidades del polo sur; los puntos 𝑅 y 𝑆 están
situados sobre el paralelo de latitud 66,5° S llamado círculo antártico. La superficie curva
comprendida entre este círculo antártico y el polo sur se llama zona antártica.
Se observará que en el momento del solsticio de junio es de noche en todos los puntos
de la zona antártica durante las 24 horas del día (duración de una revolución del globo
terrestre). De hecho, ciertos puntos permanecen en la noche mucho más tiempo; tan
cierto es esto, que en el polo sur hay noche total durante un período de seis meses
comprendido entre el equinoccio de marzo y el de septiembre. Se puede comprobar
desplazando el globo lentamente de lo posición 𝐷 a la 𝐵 pasando por la𝐴 (véase la
Figura 6-8). Se observará, al mismo tiempo, que mientras que el polo sur está en la
oscuridad, el polo norte está constantemente iluminado en el transcurso de un período
de seis meses en cada año.
Durante seis meses del año el polo norte permanece en la oscuridad, mientras que el
polo sur está constantemente iluminado por el Sol y viceversa.
Se recordará, sin embargo, que en el párrafo 1.1 se indicó que el Sol y su cortejo de
planetas son miembros de la galaxia de la Vía Láctea, que experimenta a su vez un
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movimiento de rotación en el espacio. Se ha estimado que el Sol se desplaza alrededor
del centro de la Vía Láctea a una velocidad aproximada de 240 kilómetros por segundo.
La Tierra participa evidentemente de este desplazamiento del Sol.
Un cuarto de día más tarde, el nivel del mar se sitúa por debajo del normal y queda
descubierta una gran zona de playa: esto es lo bajamar o marea baja.
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Considérese para esto dos masas esféricas 𝑃 y 𝑄 acopladas por una varilla ligera (véase
la Figura 6-14). Supóngase que la masa 𝑃 es el doble de la masa 𝑄.
Si la varilla se suspende del punto G, tal que la distancia QG sea doble de la PG, las
masas estarán en equilibrio. El punto G es el centro de masas del sistema constituido
por las dos esferas acopladas.
Supóngase que las dos esferas están horadadas por un conducto que les permita
deslizarse a lo largo de la varilla. Si se hace girar la varilla, se ejerce una fuerza
centrífuga sobre cada una de las masas que tienden a deslizarse hacia los extremos de
la varilla.
La Tierra posee una masa que es 81 veces la de la Luna, de manera que el centro de
masas común 𝐺 del conjunto se encuentra relativamente próximo al centro de la Tierra
(véase lo Figura 6-13). De hecho, se sitúa a 1.700 kilómetros bajo la superficie terrestre.
Su posición se modifica constantemente de modo evidente, ya que la línea que une los
centros de la Tierra y de la Luna cambia de dirección de manera continua.
Tanto la Tierra como la Luna describen alrededor de su centro de masas común (G)
órbitas elípticas; el centro G describirá también una órbita elíptica alrededor del Sol. De
una manera general, la atracción gravitatoria entre la Luna y la Tierra tiende a equilibrar
la fuerza centrífuga resultante de su rotación alrededor de su centro de masas común.
Sin embargo, ciertas partículas de la Tierra están más próximas a la Luna que otras. La
fuerza de atracción de la Luna sobre las partículas más próximas es, pues, más grande
que la media.
Inversamente, esta fuerza es inferior a la media para las partículas más alejadas. El
agua en estado líquido obedece más fácilmente a estas diferencias de fuerzas que la
parte sólida de la Tierra.
Del lado de la Tierra más próximo a la Luna, la corteza terrestre no puede apenas
responder a la atracción lunar, pero el agua de los océanos tiende a desplazarse un
poco en dirección a la Luna. Resulta de ello que la superficie del océano dibuja un
abultamiento en dirección a la Luna.
Por el lado más alejado de la Luna, la atracción lunar sobre las partículas de la corteza
terrestre, así como sobre las de los océanos, es menor porque ellas están más alejadas.
Resulta de ello que la atracción no equilibra enteramente la fuerza centrífuga que tiende
a separar las partículas en el transcurso de la rotación de la Tierra alrededor del centro
de masas común (𝐺).
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La corteza terrestre no puede apenas responder a la acción de esta fuerza centrífugo
residual, pero el agua de los océanos tiende o desplazarse un poco en dirección del
punto 𝐵 diametralmente opuesto al A situado exactamente debajo de la Luna.
Las dos mareas altas (y las dos bajas) cambian de posición a medida que la Luna realiza
su desplazamiento aparente alrededor de la Tierra, desplazamiento que se lleva a cabo
en un tiempo de 24 h. 50 m. 1
En luna llena y en luna nueva, la acción del Sol sobre el mar se suma a la de la Luna,
Las mareas altas en el momento de luna llena y de luna nueva llevan el nombre de
mareas vivas.
Cuando la Luna está en cuarto creciente o menguante, la atracción gravitatoria del Sol
es perpendicular a la de la Luna. Las mareas altas son inferiores a la media y llevan el
nombre de mareas muertas.
La marea solar sólo representa los 5/11 de la marea lunar. La relación entre la altura de
una marea viva o la de una marea muerta es pues (11 + 5) ∶ (11 − 5) = 8/3.
La Figura 6.15 muestra cómo se producen estos efectos. A medida que la Luna realiza
su revolución alrededor de la Tierra (en poco más de 29 días), es iluminada por el Sol
como muestra la Figura 6.15.
1
De hecho, no es la Luna la que gira alrededor de la Tierra en 24 h. y 50 m.; más bien es la Tierra la que gira sobre sí
misma con relación a la Luna durante este intervalo de tiempo. En efecto, la Tierra gira sobre sí mismo en 24 h. pero
durante este tiempo la Luna se desplaza sobre su órbita alrededor de la Tierra, de modo que no llega al meridiano de un
mismo lugar sino 24 h. y 50 m. más tarde (véase a este respecto la Figura 6-2).
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6.11 Particularidades de las mareas
Las mareas altas son de amplitud desigual como consecuencia de la forma elíptica de
la órbita de la Luna. La Tierra no está situada en el centro sino en un foco de la elipse.
Cuando la Luna está es la posición más próxima a la Tierra, se dice qué está en el
perigeo cuando se encuentra a su máxima distancia de la Tierra está en el apogeo.
Sol
La variación de distancia de la Luna hace que la fuerza que provoca la marea sea, en
el momento del perigeo, superior en 1/5 de su valor en el momento del apogeo. Cuando
la Luna pasa por el perigeo en el momento de la luna llena o de la luna nueva, las
pleamares serán particularmente elevadas y, al mismo tiempo, las bajamares
particularmente bajas.
En alta mar, la elevación y descenso de las aguas debido a la acción de la Luna no son
más que del orden de un metro. Pero la forma y la situación de las costas engendran
variaciones, mucho mayores sobre las orillas de los océanos. Las mareas costeras
pueden alcanzar 15 metros e incluso más.
Los diversos movimientos de la Tierra tienen un gran interés para los hombres de
ciencia. Se han discutido a lo largo del presente capitulo algunas de las consecuencias
de estos movimientos, pero muchos efectos indirectos exigen ser tomados en
consideración.
Las variaciones estacionales del tiempo están en relación con la revolución de la Tierra
alrededor del Sol, lo que se discutirá en el Capítulo VIII.
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del viento, de la nubosidad, etc., están igualmente en relación indirecta con la rotación
de la Tierra sobre sí misma.
Todos estos cambios reclaman energía. A veces, esta energía es almacenada durante
un cierto tiempo, pero puede ser liberada y producir movimiento. En el siguiente capítulo
se estudiarán las fuentes de energía terrestre y se examinarán determinadas
modificaciones que producen en nuestro medio
Las reacciones nucleares que se producen en el interior del Sol constituyen la fuente de
energía de la mayoría de los procesos terrestres. Es evidente que los efectos de la
radiación solar varían de forma considerable sobre la superficie de nuestro planeta.
Ciertas regiones están cubiertas de hielo y de nieve todo el año y son extremadamente
frías; otras son cálidas y húmedas.
Una parte de la energía que alcanza la Tierra procedente del Sol se transfiere a la
atmósfera. ¿Cómo pasa esto? ¿Qué ocurre con la radiación solar que no alcanza la
superficie del globo? Estas preguntas y muchas otras también interesantes son las que
se van a examinar en el curso del presente capítulo.
La enorme cantidad de energía que la Tierra recibe del Sol es responsable de la mayoría
de los cambios y de los procesos físicos que tienen lugar sobre el suelo. El Sol transfiere
energía a la litosfera, a la hidrosfera y a la atmósfera. A consecuencia de esta
transferencia de energía y de los intercambios energéticos entre estas regiones, los
materiales que las constituyen sufren desplazamientos y la forma general de la Tierra
se modifica un poco.
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A veces, la energía procedente del Sol es almacenada durante un cierto tiempo, antes
de ser liberada para producir modificaciones de nuestro medio ambiente.
Por ejemplo, el calor solar puede provocar la evaporación del agua de los océanos. Se
transporta entonces energía a la atmósfera en forma de calor latente, que puede ser
liberada en la misma cuando el vapor de agua se condensa en forma de nubes.
El agua de estas nubes posee, a causa de su altitud, una energía potencial. Cuando el
agua cae en forma de lluvia o de nieve, esta energía potencial se transforma en energía
cinética. Finalmente, las partículas de agua que alcanzan la superficie del globo
provocan en ella la erosión de las rocas y transportan al mar los materiales de erosión.
Los árboles y las plantas absorben igualmente radiación solar, que les provee de la
energía necesaria para su crecimiento. Cuando la radiación cesa, esta vegetación se
disgrega y sus residuos son transportados por el agua y depositados en lagos y
océanos. Al cabo de un tiempo muy largo, los materiales que se acumulan se
comprimen bajo la influencia de su propio peso y pueden transformarse en carbón o
petróleo. La energía recibida del Sol es, pues, almacenada en forma de energía química
en el seno de estos carburantes naturales.
Véase ahora cómo se distribuye entre las diversas regiones del globo la energía que,
procedente del Sol, recibe la Tierra.
La mayor parte de esta energía no llega a la Tierra. Vista desde el Sol, la Tierra
aparecería en forma de minúsculo punto alejado. Sólo 1/2.000.000.000 de la energía
luminosa y del calor emitidos por el Sol llegan al límite superior de la atmósfera terrestre.
La Figura 8-1muestra por qué ocurre así.
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La cantidad de energía recibida por segundo por unidad de superficie perpendicular a
los rayos solares varía inversamente del cuadrado de la distancia de esta superficie al
Sol. Si la distancia se dobla, la cantidad de energía recibida ya no es más que la cuarta
parte (1/22 ) de la que era inicialmente; si esta distancia se triplica, la energía que llega
a la superficie se reduce a la novena parte de su valor inicial.
Los científicos, a menudo, estiman útil considerar la cantidad de energía radiante que
llega al límite exterior de la atmósfera. Determinan la cantidad total de radiación solar
recibida por unidad de tiempo por una superficie unidad perpendicular a los rayos
solares estando situada la Tierra a su distancia media del Sol: esto es lo que se llama
constante solar (véase la Figura 8-2).
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La emisión de energía por el Sol no sufre más que variaciones menores, de suerte que
la cantidad de energía recibida por la Tierra no varía apenas. Puesto que la temperatura
de la Tierra se mantiene en un valor constante (15 °C), esto significa que emite energía
al mismo ritmo que la recibe. Esta, pues, en equilibrio radiactivo con el medio que la
rodea.
Hay ciertas razones para creer que no ha sido siempre así. Por ejemplo, se han
encontrado fósiles de plantas tropicales en lugares que están ahora recubiertos de hielo
y nieve. La temperatura de estas regiones debía ser, hace varios millones de años,
mucho más elevada.
¿Fue reducida en estas épocas la emisión de energía solar? ¿Vino una nube de polvo
interestelar a interponerse entre el Sol y la Tierra? ¿Hubo una oscilación del eje de
rotación de la Tierra? Todas estas preguntas se han formulado respecto al origen de las
eras glaciares.
Un descenso de 5°C en la temperatura media sería, sin embargo, suficiente para crear
una nueva era glaciar. Se puede, pues, apreciar la importancia del equilibrio radiactivo
de la Tierra para nuestra forma de vida.
8.4 Insolación
Una gran cantidad de la radiación solar que alcanza el límite exterior de la atmósfera no
llega a la superficie del globo, siendo absorbida, difundida o reflejada por los gases
atmosféricos, las nubes o el polvo en suspensión en el aire.
Cuando los meteorólogos estudian la insolación en la superficie del globo, deben tener
en cuenta esta disminución de la intensidad de la radiación solar debida a la presencia
en la atmósfera de una mayor o menor cantidad de partículas que absorben, difunden
o reflejan una parte de dicha radiación.
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La medida de la cantidad total de energía solar (radiación directa más radiación del
cielo) recibida por unidad de tiempo sobre la unidad de superficie horizontal situada en
la superficie del globo, presenta interés para los meteorólogos; es lo que ellos llaman la
insolación sobre la superficie considerada.
Un factor importante que afecta al valor de la insolación sobre una superficie horizontal
es la inclinación de los rayos solares sobre ella. Imagínese un pequeño experimento
para ilustrar este hecho.
Manténgase a unos treinta centímetros por encima de una hoja de papel una linterna
eléctrica dirigida perpendicularmente a ella y trácese el contorno exterior del círculo
luminoso dibujado sobre el papel por el haz de la linterna.
Sin modificar su distancia al papel, inclínese de forma que su haz luminoso quede
oblicuo respecto de la hoja y trácese el contorno exterior de la mancha luminosa elíptica
que se dibuja sobre el papel.
En los dos casos, la misma cantidad de radiación visible llega a la hoja. Pero en la
primera posición los rayos se concentran y no iluminan más que un pequeño círculo
brillante. En la segunda posición los rayos cubren una elipse de mayor superficie, de
suerte que cada unidad de superficie de esta elipse recibe menos luz que la unidad de
superficie del círculo precedente.
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Figura 8-4 Concentración de la radiación Sobre una superficie
En un momento dado del año, la cantidad de radiación recibida por una superficie
horizontal unidad durante la unidad de tiempo, depende de la posición del lugar de la
observación. Así como se ve en la Figura 8-5, la cantidad de energía recibida en los
puntos 𝐴, 𝐵, 𝐶, 𝐷, y 𝐸 depende de su latitud.
Antes de estudiar las estaciones de forma más profunda, véase primero cómo
evolucionan en el curso del año la duración del día y de la noche.
Para comprender la forma cómo varía la longitud del día y de la noche según la época
del año, tómese de nuevo el globo terrestre que se utilizó en el párrafo 6.6.
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Recuérdese que el eje del globo debe estar inclinado un ángulo de aproximada mente
23,5° respecto a la perpendicular al plano de la órbita y que este eje debe mantenerse
constantemente paralelo a sí mismo mientras dure el experimento. Para simular la
salida y la puesta del Sol, hágase girar el globo, visto desde arriba, alrededor de su eje
en sentido inverso a las agujas de un reloj (sentido levógiro).
Obsérvese que en esta época del solsticio de junio (alrededor del 21 de junio) el Sol
está en la vertical del trópico de Cáncer. En verano en el hemisferio norte.
A medida que el globo gira, obsérvense las zonas iluminadas y las zonas no iluminadas
de su superficie. Se notará que para todos los puntos del círculo máximo llamado
ecuador la duración del día es igual a la de la noche. Ambas son, pues, de 12 horas. Al
desplazarse hacia el norte, la duración del día se hace superior a la de la noche y, por
consiguiente, en las proximidades del 21 de junio, al norte del trópico de Cáncer, el día
dura más de 12 horas. Más al norte, el día aumenta todavía más, hasta la zona ártica
en la cual todos los puntos están iluminados las 24 horas del día en el momento del
solsticio de junio. El mismo polo norte esta, en ese momento, en el centro de su período
de iluminación continua que dura seis meses.
Obsérvese ahora lo que ocurre en el curso del año, desplazando lentamente el globo
de la posición 𝐴, a las posiciones 𝐵, 𝐶 y 𝐷, y después de nuevo a, 𝐴 (véase la Figura
6-8).
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En el momento de los equinoccios, la duración del día y la de la noche es de 12 horas
en todos los puntos del globo. Además, la palabra "equinoccio" significa "igual noche"
(véase la Figura 8-7),
En los otros períodos del año, uno de los hemisferios está en verano y el otro en
invierno. La duración del día y la de la noche son siempre iguales a 12 horas en el
ecuador pero varían en cualquier otro lugar. Las Figura 8-6 y Figura 8-8 ilustran las
situaciones extremas en cada hemisferio.
Más cerca del polo de verano, un observador ve el Sol por encima del horizonte las 24
horas del día. El Sol luce continuamente durante un período que varía desde un día en
el círculo ártico (o antártico) hasta seis meses en el polo de verano. Se dice a veces
que las regiones que se benefician de un día continuo están situadas en "la región del
Sol de medianoche".
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Entre esta latitud y el polo de invierno, la noche es continua y el Sol no sale durante este
periodo. El periodo de noche continua varía con la latitud, desde un día en el círculo
ártico (o antártico) hasta seis meses en el polo de invierno.
A medida que discurre el año, la trayectoria aparente del Sol en el cielo se modifica. En
verano pasa más alto, en el cielo que en invierno. En las zonas ártica y antártica no
sale en absoluto durante una parte del invierno.
La radiación solar recibida en un lugar dado del globo varia, pues, considerablemente
en el curso del año, lo que conduce a las variaciones estacionales cuyos efectos se van
a estudiar ahora.
Un nuevo examen de la Figura 8-4 y Figura 8-5permite dar una respuesta a esta
pregunta. El Sol permanece bajo, en el cielo de la zona ártica, mientras que en el trópico
de cáncer pasa por el cenit (por la vertical) el 21 de junio.
La intensidad de la insolación al norte del círculo ártico es mucho menor que en las
proximidades de los trópicos. La radiación se extiende sobre una superficie mayor y una
superficie horizontal unidad recibe menos energía por segundo. Por consiguiente, la
radiación solar es demasiado débil para elevar la temperatura de la zona ártica a un
nivel comparable al que alcanza en las proximidades del trópico de Cáncer.
El otro factor es el tiempo durante el cual se recibe radiación en el curso del día
considerado. Si despreciamos la fracción de radiación absorbida, reflejada o difundida
por la atmosfera, el tiempo durante el cual llega radiación a una superficie depende de
la duración del día.
La Figura 8-9de la página siguiente esquematiza la trayectoria aparente del Sol entre la
salida y la puesta, en diversos lugares del globo, el 21 de junio.
Persiste el día continuo en el polo norte, pero cada día la trayectoria del Sol en el cielo
se hace más baja. En el equinoccio, el Sol describe un círculo a lo largo del horizonte
(véase la Figura 8-10).
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Figura 8-9 Trayectoria aparente del Sol el 21 de junio
Después del solsticio de junio, los lugares situados en el Círculo ártico comienzan a
sufrir periodos de noche en cada una de las rotaciones de la Tierra sobre su eje. Al
principio, estos períodos de noche son cortos, pero se van alargando continuamente
hasta alcanzar doce horas en el momento del equinoccio. En la Figura 8.10 b) se
esquematiza la situación en el equinoccio de septiembre.
En el trópico de Cáncer el Sol no pasa ya por el cénit (por la vertical) después del
solsticio de junio. Cada día, su movimiento aparente desciende hacia el horizonte sur
en dirección al ecuador. Al mismo tiempo, los largos días de verano se acortan, hasta
que en el momento del equinoccio la duración del día es igual a la de la noche. La
trayectoria aparente del Sol es entonces la de la Figura 8-10 c).
Después, del 21 de junio, en el ecuador, el sol sale por el nordeste y se pone por el
noroeste. Pero cada día su trayectoria se hace más alta sobre el horizonte norte, desde
el solsticio de junio hasta el equinoccio de septiembre.
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8-7 y Figura 8-10, es fácil comprender por qué razón es en el equinoccio donde la mayor
cantidad de radiación solar atraviesa la atmósfera ecuatorial.
Al sur del trópico de Capricornio los días se alargan, igualmente, a partir del solsticio de
junio y finalmente en el equinoccio de septiembre la duración del día se hace igual a la
de la noche. En el curso de este periodo, la trayectoria aparente del Sol invernal se
eleva cada día más alto en el cielo sobre el horizonte norte y la cantidad de radiación
solar recibida aumenta.
Los puntos situados en el círculo antártico comienzan, después del solsticio de junio, a
beneficiarse de la luz del día, aunque el Sol permanece a poca altura sobre el horizonte
norte. Las largas noches de invierno se acortan progresivamente y finalmente la
duración del día y de la noche llega a ser igual en el equinoccio. La Figura 8-10f)
esquematiza la situación en el equinoccio.
En el polo sur está transcurriendo la segunda mitad del periodo de seis meses de noche.
Finalmente, el 23 de septiembre el Sol reaparece y comienza a describir toda la vuelta
al horizonte como indica la Figura 8-10g).
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En el momento del solsticio de diciembre comienza el invierno en el hemisferio norte. La
zona ártica está sumida en la oscuridad las 24 horas del día. Sobre las otras regiones
del hemisferio norte el Sol permanece a poca altura por encima del horizonte Sur.
En cambio, en el hemisferio sur reina el verano y el Sol pasa a mediodía por el cénit de
los puntos del trópico de Capricornio. Los días son más largos que las noches y el polo
sur se encuentra en el centro del período de seis meses de día continuo.
De este estudio resulta que no sólo varía la duración del día, sino también la altura del
Sol sobre el horizonte. La inclinación de los rayos solares respecto al plano horizontal
varía considerablemente en el curso del año.
Se deduce que en un lugar determinado, el verano es más cálido que el invierno por dos
razones: primero porque los rayos solares en verano son menos rasantes y
proporcionan por consiguiente más energía a cada unidad de la superficie de la Tierra
y después porque en verano los días son más largos, de suerte que la superficie del
globo está más tiempo expuesto a la radiación solar.
Si estos dos factores fuesen los únicos a tener en cuenta, se podría pensar que el centra
del verano en el hemisferio norte debería corresponder a la fecha del solsticio de junio.
La realidad es que hay un desfase de estaciones en los dos hemisferios.
Así, en el hemisferio sur, el centro del verano no se produce hasta después del día (22
de diciembre) en que el Sol pasa por el cénit del trópico de Capricornio, En el párrafo
siguiente se estudia este desfase.
En las regiones tropicales, la diferencia entre las temperaturas medias mensuales del
mes más cálido y del más frio es relativamente pequeña. Durante todo el año la
trayectoria del Sol es relativamente alta sobre el horizonte.
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nordeste y se pone cada vez más hacia el noroeste. Seis meses más tarde, está
tendencia se invierte; después del equinoccio de septiembre, el Sol sale cada vez más
hacia el sudeste y se pone cada vez más hacia el sudoeste.
En estas regiones se habla en general de estación seca o de estación húmeda más bien
que de estación cálida y de estación fría. En las regiones extra tropicales, es decir, las
que no están situadas entre los trópicos, se observa un desfase de las estaciones.
El 21 de junio el Sol pasa por la vertical de todos los puntos situados en el trópico de
Cáncer, pero no es hasta un mes más tarde, en julio, cuando llegan los días más cálidos
a las regiones extra tropicales del hemisferio norte.
En el hemisferio norte, el mínimo de calor recibido del Sol se sitúa en el momento del
solsticio de diciembre, pero las temperaturas más bajas no se producen hasta un mes
más tarde, en enero.
El desfase estacional hace que, en general, en las regiones extra tropicales del
hemisferio sur las temperaturas más bajas tengan lugar en julio, un mes después del
paso del Sol por su posición más septentrional (norte). Se observará que en todo este
párrafo no se ha hecho referencia más que a las temperaturas medias mensuales, Si.
Se considera un día en particular pueden afectar otros factores a la insolación y, en
consecuencia, a la temperatura en un lugar determinado.
Los meteorólogos toman en consideración todos estos factores y aún otros, para
establecer predicciones de la temperatura máxima para un día y un lugar dados. De
todas formas, el desfase estacional es un aspecto importante que conviene tener en
cuenta si se quiere comprender la relación que existe entre las condiciones estacionales
y los movimientos de la Tierra en el espacio.
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Compilación de temas considerados como básicos para el desarrollo del espacio
académico Meteorología y Climatología
V. L. López
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