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LOS 3 VIAJES DE PIZARRO EN LA CONQUISTA DEL PERÚ

Los viajes de FRANCISCO PIZARRO, conquistador de Perú, describen los intentos de


un grupo de españoles por destronar al territorio del Imperio inca, conocido como
Tahuantinsuyo, y así colonizarlos.
Habían transcurrido cuarenta años desde que los españoles llegaron a tierras
americanas liderados por Cristóbal Colón; desde entonces y gracias a la difusión de las
exuberantes riquezas que albergaban los nuevos territorios, nacieron nuevos espíritus
conquistadores que se propusieron explorar nuevas rutas.
Fue éste el caso de Francisco Pizarro, amigo de Hernán Cortés, quien en compañía de
Diego de Almagro y Hernando de Luque, decidieron zarpar hacia el sur del Pacífico
fundando la empresa del Levante y dándose a conocer popularmente como los
peruleros.
Francisco Pizarro había realizado ya dos expediciones desde el año 1509, cuando se
instaló en Panamá y estaba seguro de que era una tierra de enormes recursos. En el
año 1524 inicia, junto a sus amigos, la expedición al sur.
Durante nueve años, se realizaron tres intentos por llegar al Perú, pero las
adversidades hacían fracasar a las expediciones hasta que finalmente lograron llegar a
Cuzco.
Iban por el oro, pero se encontraron un gran imperio. Tras dar muerte a Atahualpa, el
último gobernante del Imperio inca, lograron la conquista de Tahuantinsuy.

Los viajes que Pizarro hizo para conquistar el Perú

El primer viaje de Pizarro (1524-1525)


El primer viaje de Pizarro se realizó durante un año. Gracias al apoyo de apoderados
españoles zarparon dos barcos: el “Santiago” y el “San Cristóbal”, con 112 españoles y
algunos nicaragüenses que apoyaban la expedición.
La Empresa del Levante, que miraba al sur de las Américas, interesaba a los
comerciantes y adinerados españoles que eran sabedores de los hallazgos recientes
realizados por algunos conquistadores en el sur de América.
La ilusión de los expedicionarios del barco “Santiago” se mantuvo viva mientras
llegaron a las Islas Perlas y más tarde en Puerto Piñas, por la costa sur de Panamá.
Al llegar a las costas colombianas, las provisiones se acabaron y el clima comenzó a
disminuir la fuerza de la tripulación hasta tal punto que se mantuvieron en el puerto
durante cuarenta y siete días.
Por ello, fue bautizado como Puerto de Hambre; ya que al llegar las provisiones ya
habían muerto 30 hombres.
Unos meses más tarde continuaron el viaje y lograron avanzar hacia el sur. Llegando a
Perú se encontraron con un grupo de indígenas que, con piedras y flechas, evitaron el
desembarco. Pizarro decidió regresar a Panamá.
Igual suerte corrió el barco “San Cristóbal” que capitaneaba Diego de Almagro, quien
en el intento de desembarco perdió un ojo a causa de una flecha.
Finalmente tomó la misma decisión de Pizarro de volverse para encontrarse con sus
amigos de expedición nuevamente en las Islas Perlas, en Panamá.

El segundo viaje de Pizarro (1526-1528)


El segundo viaje de Pizarro se realizó en el año 1526. Los dos barcos de la primera
expedición partieron hacia Chachama, noreste de Panamá, con la intención de llegar a
la desembocadura del río San Juan.
Un año más tarde, llegaron a la bahía de San Mateo y al río Santiago. Allí los barcos
fueron enviados a Panamá por nuevas provisiones y uno de los expedicionarios envío
una comunicación al gobernador describiéndole los sufrimientos de la tripulación y
rogándole su ayuda para volver.
Ya en la Isla del Gallo llegaron los barcos solicitados, por parte del gobernador. Fue allí
donde se desarrolló la popular escena en que Francisco Pizarro, muy desesperado
porque veía desfallecer a sus hombres, trazó una raya en la playa y les pidió ponerse
de su lado a los valientes que quisieran continuar a su lado.
Logrando la voluntad de tan solo 13 hombres, conocidos como “los trece del gallo”,
decidió con ellos ir a la Isla de Gorgona donde pasaron seis meses, hasta que llegaron
nuevos expedicionarios.
El nuevo grupo logró avanzar hasta la Isla Santa Clara y una localidad conocida como
Tumbes, al noroccidente de Perú, que albergaba el primer vestigio de murallas,
templos y fortalezas del imperio Inca hallado por los españoles.
Una vez confirmada su idea de riqueza en el sur, Pizarro tomó la decisión de volver a
Panamá para obtener más recursos que le permitieran una exploración al interior del
Perú.
Pero entre su segundo y tercer viaje Francisco Pizarro debe viajar a España.

La capitulación de Toledo (1529)


A su regreso a Panamá se encontró con la negativa del gobernador por emprender un
nuevo viaje y este rechazo hizo que Pizarro pidiera audiencia con el propio Carlos V en
España.
El encuentro se realizó en Toledo y tras narrar al rey sus andanzas y entregarle regalos
como oro, plata y tejidos del Perú, no solo le fue autorizada la gran expedición sino
que fue nombrado alguacil mayor, gobernador y capitán general del territorio que
cubría 200 leguas al sur de Ecuador. A cambio, la corona española obtendría el 20 %
de las riquezas halladas.

El tercer viaje de Pizarro (1531-1533)


El tercer viaje de Pizarro se realizó en el mes de enero de 1531 partiendo de la bahía
de San Mateo y atravesando la región de Coaque.
Al conocer la Isla Puná, Pizarro pudo confirmar que los Incas estaban enfrentando una
guerra civil a causa de la sucesión del poder, tras la muerte de Huayna Cápac.
Sus hijos Atahualpa y Huáscar se enfrentaban por el poder, situación que supo
aprovechar el conquistador.
De la Isla se trasladaron a Tumbes y de allí a Poechos para entrar en el Valle de Chira,
donde Pizarro, con 176 hombres, fundó la primera ciudad a la que da el nombre de
San Miguel.
En el año 1532 parten hacia Cajamarca y allí estableció contacto con Atahualpa a quien
invitó a una reunión. El gobernador inca no asistió esa noche sino al otro día y de
inmediato Pizarro lo hizo prisionero.
Atahualpa le propuso a Pizarro llenarle una habitación de cincuenta metros cuadrados
de oro puro a cambio de su libertad. Pizarro aceptó y cuando le fue entregado el
mineral, ordenó matar al líder Inca. De esta manera, la conquista del Perú se hizo más
fácil.
El Primer Viaje de Pizarro
En 1524, con mucha ilusión por conquistar las ricas tierras del Perú, Francisco Pizarro, Diego de
Almagro y Hernando de Luque fundar en Panamá la Compañía del Levante. El fraile Luque
representaba los intereses de Gaspar de Espinoza, principal financiador de la empresa. El
gobernador Pedrarias también se incorporó aportando una apreciable cantidad de dinero.

A comienzos de setiembre del mismo año ya estaban listos dos barcos, el “Santiago” y el “San
Cristóbal”. El día 13 zarpó el “Santiago”, al mando de Francisco Pizarro, con 112 españoles y
algunos indios nicaraguas de servicio.

De Panamá se dirigieron a las islas Perlas, luego desembarcaron en Puerto Piñas, avanzaron por
la costa colombiana hasta que llegaron a un punto que llamaron Puerto de Hambre, por que se
acabaron las provisiones, y el barco “San Crisóbal” no aparecía para socorrerlos. Entonces
Pizarro envío a Gil de Montenegro con el “Santiago” para recoger alimentos en las islas
Perlas. Durante 47 días esperó el capitán en Puerto de Hambre. Cuando llegó Montenegro ya
habían muerto más de 30 expedicionarios por la falta de comida.

A comienzos de 1525 se reanudó el viaje y llegaron al Fortín del Cacique de las Piedras, donde
los españoles fueron recibidos con una lluvia de piedras y lanzas, que dejaron varios heridos,
entre ellos el mismo Francisco Pizarro. Dejando 5 desaparecidos, los sobrevivientes se
reembarcaron y emprendieron el retorno hasta Chochama, al sudeste de Panamá.

Mientras tanto, Almagro ya estaba en camino con 50 hombres a bordo del “San Cristóbal”, y
para su mala fortuna desembarcó en el Fortín de Cacique de las Piedras. Los indígenas los
atacaron con fiereza. En el combate una flecha le cayó en un ojo a Diego de Almagro, quien por
poco es capturado por los nativos. Un negro esclavo logró rescatarlo, pero el manchego quedó
tuerto para siempre. Almagro mandó incendiar el fortín rebelde, que desde entonces es
recordado como Pueblo Quemado.
Almagro buscó a Pizarro hasta el río San Juan, en los manglares colombianos. Al no encontrarlo
regresó hasta las islas Perlas. Aquí se enteró que su compañero estaba en Chochama. Al
reencontrarse se abrazaron y prometieron intentarlo de nuevo, pase lo que pase.

El Secundo Viaje de Pizarro

Episodio de la Isla del Gallo, en el Segundo Viaje de Pizarro.


Pintura: Juan Lepiani.

En octubre de 1526, Pizarro y Almagro, con los dos barcos, partieron de Chochama hacia el Sur
y llegaron al rio de San Juan. Mientras Almagro volvía por refuerzos a Panamá, el piloto
Bartolomé Ruiz, exploró la costa sudamericana occidental hasta Coaque, en cuyo viaje capturó
una balsa de indios tumbesinos con los cuales confirmó la existencia del Tawantinsuyo. Luego
Pizarro avanzó con su expedición hacia la bahía de San Mateo y al río Santiago, a fines de julio
de 1527, y luego llevó a sus hombres que se hallaban descontentos a la isla del Gallo, mientras
enviaba los dos barcos a Panamá, con Almagro y el veedor Juan Carballo.

En una de las naves, los soldados descontentos, enviaron a la esposa del gobernador de Panamá
un ovillo grande de algodón en cuyo seno iba una denuncia escrita, que terminaba con un texto
que decía:

“A Señor Gobernador
miradlo bien por entero
allá va el recogedor
y aquí queda el carnicero”

Enterado del documento el gobernador de Panamá, Pedro de los Ríos, envió dos barcos a
recoger a la fuerza a los expedicionarios, los mismos que llegaron a la Isla del Gallo a fines de
setiembre de 1527. Al mando de ellos venía el capitán Juan Tafur, a recoger a todos los
hombres. Entonces Pizarro, viendo a punto de fracasar su empresa, asumió un gesto heroico,
desenvainó su espada, trazó una raya en la arena de la playa y les dijo a sus hombres: “Por este
lado se va a Panamá a ser pobres, por éste al Perú a ser ricos, escoja el que fuere buen
castellano lo que más bien le estuviere”. Sólo trece hombres atravesaron la raya siguiendo a
Pizarro, los célebres “Trece del Gallo”. Los demás soldados se embarcaron con Tafur rumbo a
Panamá, y éste trasladó a Pizarro y a su pequeñísima hueste a la Isla Gorgona.
Luego de estar en ella, solos, seis meses, en marzo de 1528, volvió el piloto Ruiz a la isla para
recoger a Pizarro. Pizarro convenció a Ruiz para explorar el Sur y llegaron a la isla Santa Clara y
a continuación a Tumbes, donde los españoles por primera vez encontraron una ciudad
importante y civilizada con fortalezas, templos y murallas. Varios españoles descendieron a
tierra y comprobaron la importancia de la ciudad y su elevada cultura y por lo que es más,
confirmaron visualmente la existencia del Imperio del Tawantinsuyo.

Pizarro llamó a Tumbes, Nueva Valencia y luego navegó hacia el Sur por las costas del reino
vasallo de Chimor, hasta llegar a la desembocadura del río Santa. El Tawantinsuyo había dejado
de ser un sueño y un mito, había sido descubierto y Pizarro volvió en triunfo a Panamá.

La Capitulación de Toledo en 1529

Al volver a Panamá con la noticia del descubrimiento del Tawantinsuyo, Pizarro tropezó con las
dificultades que le puso y la casi oposición del gobernador, Pedro de lo Ríos, que quería impedir
una nueva expedición, por lo que los tres socios decidieron negociar la conquista del Perú con el
propio rey. Pizarro fue designado por sus socios como Procurador, es decir apoderado en el
lenguaje de la época, y viajó a España con ese carácter, en octubre de 1528, acompañado del
griego Pedro de Candia, llevando oro, plata, piedras preciosas, llamas y tejidos del Perú. En
Sevilla, Pizarro fue apresado por antiguas deudas con el bachiller Enciso, todavía de la época de
su estancia en el Darién. Logró salir libre gracias a la influencia de su pariente, Hernán Cortés,
conquistador de México y éste lo ayudó para que fuera recibido en la corte. Allí se entrevistó en
Toledo, con el propio rey, Carlos V, a quien expuso sus planes y pretensiones y negoció con el
Consejo de Indias.

El resultado fue la firma de la Capitulación de Toledo, realizada el 26 de julio de 1529, que le


autorizaba para la conquista del Perú. Por la corona firmó la reina Juana la Loca, madre de
Carlos V.

Por esta Capitulación, Pizarro obtuvo la autorización para conquistar el Perú, fundar ciudades,
dentro de los límites de su gobernación que abarcaría una longitud de 200 leguas a lo largo de la
costa sudamericana del Pacífico, a partir del río de Temumpalla (Santiago) en el norte del
Ecuador hasta Chincha, en la costa central del Perú. Se le dio el título de Adelantado, alguacil
mayor, gobernador y capitán general del territorio adjudicado y un sueldo de 725.000
maravedíes por año.

Por la misma capitulación Diego de Almagro ganó la jerarquía de hidalgo, fue nombrado
gobernador de la fortaleza de tumbes y se le concedió una renta de 300.000 maravedíes al año.

Hernando de Luque, en virtud del Real Patronato, fue propuesto al Papa como Obispo de Tumbes
y protector de los indios. A Bartolomé Ruiz se le nombró Piloto Mayor del Mar del Sur y a los
trece valientes españoles de la Isla del Gallo se les dio el status de hidalgos y se les designó
Caballeros de la Escuela Dorada.

La Corona por su parte tendría derecho al quinto real, el 20% de las riquezas que obtuvieran los
españoles, con el despojo de los indios.

Esta Capitulación, como vemos, privilegió a Pizarro y postergó a Almagro y a Luque y fue el
origen de las futuras desavenencias entre los tres socios.

El Tercer Viaje de Pizarro


De Panamá a Piura

Partieron de Panamá en enero de 1531, tocando como primer punto la bahía de San Mateo, de
donde continuarán su viaje por tierras a través de la región de Coaque. En esta zona fueron
atacados por el mal de las verrugas y aún se encontraban en este camino cuando el cacique
Tumbalá los invitó a visitar su isla Puná, isla en la cual Pizarro terminará cerciorándose de que el
Imperio de los Incas se debatía en guerra civil.

Llegaron a Tumbes en enero de 1532. Al llegar a esta ciudad, Pizarro le ordenó a Hernando de
Soto que tomara preso al cacique Chilimasa en represalia porque los tumbesinos lo habían
atacado. De Tumbes se trasladaron a Poechos donde su cacique Maizavilca le obsequió a don
Francisco Pizarro a uno de sus sobrinos, al que le llamaron Martinillo.

Estando ya en el valle de Chira, en el lugar llamado por los indios Tangarara, Pizarro funda la
primera ciudad española en nuestro país, con el nombre de San Miguel (15 de mayo o julio de
1532). También en este lugar construyeron un fuerte donde se quedaron 60 hombres a las
órdenes de Sebastián de Benalcázar.

Marcha de Piura a Cajamarca

Partieron en setiembre de 1532. Acompañaban a Pizarro 110 hombres de infantería y 67 de


caballería. Después de avanzar por la costa hacia el sur y por Saña levantar a Cajamarca,
entrarán a esta ciudad el 15 de noviembre de 1532 e inmediatamente Pizarro le ordenó a
Hernando de Soto y luego a su hermano Hernando Pizarro que fuesen a los baños del Inca
(Pultamarca) a invitar a Atahualpa a cenar esa noche en Cajamarca, pues Pizarro tenía pensado
tomar preso al Inca en plena ceremonia.

Atahualpa no aceptó la invitación para esa noche, sino para el día siguiente, Atahualpa ya estaba
en la plaza de Cajamarca y los únicos que se le presentaron por parte de los españoles fueron:
Hernando de Aldana, el traductor Martinillo y el dominico Valverde.

La Capitulación de Toledo en 1529


Al volver a Panamá con la noticia del descubrimiento del Tawantinsuyo, Pizarro tropezó con las
dificultades que le puso y la casi oposición del gobernador, Pedro de lo Ríos, que quería impedir
una nueva expedición, por lo que los tres socios decidieron negociar la conquista del Perú con el
propio rey. Pizarro fue designado por sus socios como Procurador, es decir apoderado en el
lenguaje de la época, y viajó a España con ese carácter, en octubre de 1528, acompañado del
griego Pedro de Candia, llevando oro, plata, piedras preciosas, llamas y tejidos del Perú. En
Sevilla, Pizarro fue apresado por antiguas deudas con el bachiller Enciso, todavía de la época de
su estancia en el Darién. Logró salir libre gracias a la influencia de su pariente, Hernán Cortés,
conquistador de México y éste lo ayudó para que fuera recibido en la corte. Allí se entrevistó en
Toledo, con el propio rey, Carlos V, a quien expuso sus planes y pretensiones y negoció con el
Consejo de Indias.

El resultado fue la firma de la Capitulación de Toledo, realizada el 26 de julio de 1529, que le


autorizaba para la conquista del Perú. Por la corona firmó la reina Juana la Loca, madre de
Carlos V.

Por esta Capitulación, Pizarro obtuvo la autorización para conquistar el Perú, fundar ciudades,
dentro de los límites de su gobernación que abarcaría una longitud de 200 leguas a lo largo de la
costa sudamericana del Pacífico, a partir del río de Temumpalla (Santiago) en el norte del
Ecuador hasta Chincha, en la costa central del Perú. Se le dio el título de Adelantado, alguacil
mayor, gobernador y capitán general del territorio adjudicado y un sueldo de 725.000
maravedíes por año.

Por la misma capitulación Diego de Almagro ganó la jerarquía de hidalgo, fue nombrado
gobernador de la fortaleza de tumbes y se le concedió una renta de 300.000 maravedíes al año.

Hernando de Luque, en virtud del Real Patronato, fue propuesto al Papa como Obispo de Tumbes
y protector de los indios. A Bartolomé Ruiz se le nombró Piloto Mayor del Mar del Sur y a los
trece valientes españoles de la Isla del Gallo se les dio el status de hidalgos y se les designó
Caballeros de la Escuela Dorada.

La Corona por su parte tendría derecho al quinto real, el 20% de las riquezas que obtuvieran los
españoles, con el despojo de los indios.
Esta Capitulación, como vemos, privilegió a Pizarro y postergó a Almagro y a Luque y fue el
origen de las futuras desavenencias entre los tres socios.

Francisco Pizarro:
biografia, viajes, muerte, y
mucho mas
Francisco Pizarro González era un español conquistador que
dirigió una expedición que conquistó el Imperio Inca. Capturó y
mató al emperador inca Atahualpa, y reclamó las tierras para
España.

 1 Biografía e historia
 2 Muerte
 3 Viajes
 4 Perú y los Incas
 5 Relación con Diego de Almagro
 6 Relación con Hernan cortes
 7 Francisco Pizarro, Diego de Almagro y Hernando de Luque

Biografía e historia
Francisco Pizarro nació en Trujillo, Cáceres, España en aquel
tiempo en la Corona de Castilla en la actual Extremadura, España.
Fue el hijo adulterino del coronel de infantería Gonzalo Pizarro y
Francisca González, una mujer de pequeños recursos. Su fecha de
nacimiento es incierta, pero se cree que será en algún momento
de la década de 1470, probablemente en 1474. Se prestó poca
atención a su educación y creció analfabeto.

Su padre era un coronel de infantería que sirvió en Navarra y en


las campañas italianas bajo Córdoba. Su madre se casó tarde en
la vida y tuvo un hijo, Francisco Martín de Alcántara, quien
estuvo en la conquista del Perú con su medio hermano desde sus
inicios. A través de su padre, Francisco era primo segundo, una
vez eliminado, de Hernán Cortés.
El 10 de noviembre de 1509, Pizarro navegó desde España hacia el
Nuevo Mundo con Alonso de Ojeda en una expedición al Golfo de
Urabá en Tierra Firme. Francisco Pizarro se convirtió en un
participante en la colonia fracasada de Ojeda, al mando de los
despojos hasta que lo abandonó con los supervivientes. Navegó a
Cartagena y se acopló a la flota de Martín Fernández de Enciso
en 1513.

En 1513, Pizarro escoltó a Vasco Núñez de Balboa en su trecho


del Istmo de Panamá a la costa del Pacífico. Al año consecutivo,
Pedro Arias Dávila se reconcilió en el recién nombrado
gobernador de Castilla de Oro y sucedió a Balboa. Durante los
próximos cinco años, Pizarro se convirtió en un coligado cercano
de Dávila y el gobernador le asignó un reparto de indígenas y
ganado.

Cuando Dávila decidió deshacerse de Balboa por desconfianza, le


ordenó a Pizarro que lo arrestara personalmente y lo trajera a
juicio. Balboa fue decapitado en enero de 1519. Por su lealtad a
Dávila, Pizarro fue recompensado con los cargos de alcalde y
magistrado de la recientemente fundada ciudad de Panamá de
1519 a 1523. (Ver articulo: Michael Faraday)

Los reportes de las riquezas de Perú y el éxito de Cortés en


México afligieron a Pizarro. Realizó dos excursiones para usurpar
el Imperio Inca en 1524 y en 1526. Ambos perdieron como
resultado de oposiciones nativas, mal tiempo y falta de
suministros. Pedro de los Ríos, el gobernador de Panamá, hizo un
arranque por retirar a Pizarro, pero el conquistador se resistió y
perseveró en el sur.
En abril de 1528, rebasó al norte de Perú y encontró a los
aborígenes ricos en metales preciosos. Este develamiento le dio a
Pizarro la motivación para planear una tercera expedición para
tomar el área. Regresó a Panamá para hacer acomodos, pero el
gobernador se negó a conceder el permiso para el proyecto.
Pizarro volvió a España para requerir directamente al rey Carlos
I. Su súplica fue triunfante y recibió no solo una licencia para la
expedición propuesta, sino también jurisdicción sobre cualquier
tierra tomada durante la aventura. (Ver articulo: Albert Einstein)
A él se acoplaron familiares y amigos y la expedición salió de
Panamá en 1530. Cuando los nativos hostiles a lo largo de la costa
amenazaron la excursión, Pizarro se trasladó tierra adentro y
fundó el primer establecimiento español en el Perú, San Miguel de
Piura. Atahualpa se negó a soportar la estampa española en sus
tierras, pero fue apresado por Pizarro durante la Batalla de
Cajamarca el 16 de noviembre de 1532.
Se reclamó un rescate por la liberación del soberano y Atahualpa
llenó una residencia de oro, pero Pizarro lo acusó de varios
delitos y lo ejecutó el 26 de julio de 1533, aboliendo a sus
asociados que pensaban que estaba excediendo su autoridad. Ese
mismo año, Pizarro ingresó a la capital Inca de Cuzco y acabó su
conquista del Perú.

En enero de 1535, Francisco Pizarro instauró la ciudad de Lima,


un plan que se considera su mayor resultado. Las peleas entre
Pizarro y su viejo camarada de armas Diego Almagro terminaron
en la Batalla de Las Salinas. Almagro fue apresado y se le dio
muerte el 26 de junio de 1541, su amargado hijo, Diego de
Almagro “el mozo”, eliminó a Pizarro en Lima. El colonizador del
Perú fue sepultado en la Catedral de Lima.

Muerte
En Lima, el 26 de junio de 1541, un grupo de 20 partidarios
fuertemente armados de Diego de Almagro “el mozo “asaltaron el
palacio de Pizarro, asesinándolo y luego forzaron al aterrorizado
ayuntamiento a nombrar al joven Almagro nuevo gobernador del
Perú, según a Burkholder y Johnson. (ver articulo: Louis Pasteur)
La mayoría de los invitados de Pizarro huyeron, pero unos pocos
lucharon contra los intrusos, contados entre siete y veinticinco.
Mientras Pizarro luchaba por abrocharse el peto, sus defensores,
incluido su medio hermano Martín de Alcántara, fueron
asesinados.
Por su parte, Pizarro mató a dos atacantes y atravesó un tercero.
Mientras trataba de sacar su espada, fue apuñalado en la
garganta, luego cayó al suelo donde fue apuñalado muchas veces.
Pizarro que ahora tenía tal vez 70 años, se desplomó en el suelo,
solo, pintó una cruz en su propia sangre y lloró por Jesucristo.

Murió momentos después. Diego de Almagro el más joven fue


capturado y ejecutado el año siguiente después de perder la
batalla de Chupas. Los restos de Pizarro fueron enterrados
brevemente en el patio de la catedral; en algún momento
posterior, su cabeza y su cuerpo fueron separados y enterrados
en cajas separadas debajo del piso de la catedral.

En 1892, en preparación para el aniversario del descubrimiento


de América por Colón, se exhumaba un cuerpo que se creía que
era el de Pizarro y se exhibía en un ataúd de vidrio. Sin embargo,
en 1977, los hombres que trabajaban en la fundación de la
catedral descubrieron una caja de plomo en un nicho sellado, que
llevaba la inscripción “Aquí está la cabeza de Don Francisco
Pizarro Demarkes, Don Francisco Pizarro que descubrió Perú y lo
presentó a la corona de Castilla.”

Un conjunto de científicos forenses de los Estados Unidos,


encaminado por El Dr. William Maples fue convidado a reconocer
los dos cuerpos y pronto comprobaron que el cuerpo que había
sido honrado en la vitrina durante casi un siglo había sido
referido erróneamente. El cráneo dentro de la caja de plomo no
solo llevaba las marcas de múltiples golpes de espada, sino que las
características guardaban un notable parecido con los retratos
hechos por el hombre de la vida. (ver articulo: Nikola Tesla)

Viajes
En su afán por conquistar y explorar, Francisco Pizarro realizo
varios viajes al alto Perú, donde finalmente se estableció,
haciendo relación con otros conquistadores famosos y en
ocasiones batallando con ellos mismos. Aquí podemos conocer
toda la historia referente a sus viajes y expediciones.

Primera expedición
En noviembre de 1524, el primero de tres viajes partió de Panamá
para la ocupación del Perú con cerca de 80 hombres y 40
caballos. Juan de Salcedo era el alférez, Nicolás de Ribera era el
tesorero y Juan Carvallo era el inspector.

Diego de Almagro se quedó detrás porque iba a incorporar


hombres, reunir provisiones adicionales y unirse a Pizarro
después. El gobernador de Panamá, Pedro Arias Dávila, al inicio
aprobó en primicia explorar Sudamérica.

Sin embargo, la primera excursión de Pizarro reflejó un fracaso


ya que sus colonialistas , que navegaban por la costa del Pacífico,
no tocaron más allá de Colombia antes de perecer al mal tiempo,
la falta de comida y contiendas con nativos hostiles, uno de los
cuales hizo que Almagro perdiera un ojo por una flecha.
Los nombres de lugares que los españoles otorgan a lo largo de su
ruta incluyen Puerto Deseado, Puerto del Hambre y Punta
Quemado o Puebla Quemado, confirmó sus dificultades. Temiendo
posteriores encuentros hostiles como el que soportó la
expedición en la Batalla de Punta Quemada, Pizarro terminó su
primera expedición y regresó a Panamá. (ver articulo: Stephen
Hawking)
Segunda expedición
Dos años más tarde en 1526, Francisco Pizarro, Almagro y Luque
emprendieron los preparativos para una segunda marcha con el
permiso de Pedrarias Dávila. El gobernador, que estaba
acomodando una expedición al norte de Nicaragua, era renuente a
permitir otra excursión, ya que había disoluto la confianza en
Pizarro.

Los tres asociados finalmente ganaron su confianza y él accedió.


En este momento, un nuevo gobernador iba a llegar y suceder a
Dávila. Pedro de los Ríos se hizo cargo en julio de 1526 e
inicialmente aprobó las expediciones de Pizarro, donde se
reuniría con él varios años más tarde en Perú.

El 10 de marzo de 1526, Pizarro emergió de Panamá con dos


barcos con 160 hombres y unos cuantos caballos, alcanzando
hasta el río San Juan de Colombia. Poco después de llegar, la
fiesta se retiró, con Pizarro para explorar el nuevo y
continuamente peligroso territorio frente a las peligrosas costas
colombianas, mientras el comandante de la excursión, Almagro,
volvía a Panamá en busca de refuerzos.
El Piloto Mayor de Pizarro, Bartolomé Ruiz, permaneció
navegando hacia el sur y, después de cruzar el ecuador, halló y
capturó una balsa a vela, con nativos de Tumbes. Para asombro de
todos, estos llevaron textiles, objetos de cerámica y algunas
fracciones de oro, plata y esmeraldas, concibiendo de los
hallazgos de Ruiz el foco central de esta segunda expedición.

Algunos nativos fueron llevados a bordo del barco de Ruiz para


servir como intérpretes. Luego zarpó hacia el norte por el río San
Juan, llegando a encontrar a Pizarro y sus hombres agotados por
las dificultades que habían tenido que enfrentar para explorar el
nuevo territorio. (ver articulo: Enrico Fermi)

Luego Almagro navegó hacia el puerto repleto de provisiones y un


refuerzo de al menos ochenta reclutas que habían alcanzado a
Panamá desde España con un espíritu explorador. Los hallazgos y
las atractivas noticias de Ruiz junto con los nuevos refuerzos de
Almagro deleitaron a Pizarro y sus cansados seguidores.
Concluyeron navegar de vuelta al territorio ya explorado por Ruiz
y, después de un traslado difícil debido a los fuertes vientos y
corrientes, alcanzaron a Atacames en la costa ecuatoriana. Aquí,
hallaron una gran población nativa recientemente acarreada bajo
el dominio Inca. Desgraciadamente para los conquistadores, el
espíritu combativo de la gente que hallaron parecía tan
provocador y peligroso en números que los españoles dispusieron
no entrar en la tierra.

Perú y los Incas


En 1531, Pizarro una vez más aterrizó en las costas cercanas a
Ecuador, la provincia de Coaque y la región de Esmeraldas, donde
se compraron oro, plata y esmeraldas y luego se enviaron a
Almagro. Este último había permanecido en Panamá para reclutar
más milicias. Sebastián de Belalcázar llegó expedito con 30
hombres.

No obstante el principal objetivo de Pizarro era partir y atracar


en Tumbes como su jornada anterior, se vio forzoso a
enfrentarse a los nativos de Punian en la Batalla de Puná, dejando
tres o cuatro españoles muertos y varios heridos.
Posteriormente, Hernando de Soto, otro colonialista que se había
unido a la gira, llegó con 100 voluntarios y caballos para socorrer
a Pizarro y con él navegó hacia Tumbes, solo para encontrar el
terreno desierto y destruido.

Los dos conquistadores esperaban que los colonos desaparecieran


o murieran en circunstancias turbias. Los jefes explicaron que las
feroces tribus de los púnicos los habían atacado y saqueado el
lugar. Como Tumbes ya no brindaba albergue seguro, Pizarro
realizó una travesía al interior en mayo de 1532 y instituyó el
primer asentamiento español en Perú, San Miguel de Piura, y un
repartimiento. (ver articulo: María Curie)

Dejando a 50 hombres en el asentamiento bajo el mando de


Antonio Navarro, Pizarro prosiguió con su conquista acompañado
por 200 hombres el 24 de septiembre de 1532. Después de llegar
a Zaran, de Soto fue encargado a una guarnición peruana en
Caxas. A continuación de una semana, volvió con un enviado del
propio Inca, con regalos y un convite para visitar el campamento
del gobernante inca.

Tras el fracaso de su hermano, Huáscar, Atahualpa había estado


reposando en la sierra del norte de Perú, cerca de Cajamarca, en
los baños termales contiguos conocidos hoy como los Baños del
Inca. Al llegar a Cajamarca el 15 de noviembre de 1532, Pizarro
tenía un poderío de solo 110 soldados de infantería, 67 de
caballería, tres carabinas y dos falconas.
Envió a Hernando Pizarro y de Soto para toparse con Atahualpa
en su campamento. Atahualpa aceptó encontrarse con Pizarro en
su fortificación de la plaza Cajamarca al día consecutivo. Fray
Vicente de Valverdey el intérprete nativo Felipillo se acercó a
Atahualpa en la plaza central de Cajamarca. Más tarde de que el
fraile dominicano expuso la “fe verdadera” y la parvedad de
rendir homenaje al emperador Carlos V, Atahualpa manifestó:
“No seré tributario de nadie”.

Su satisfacción, debido a que había menos de 200 españoles, a


diferencia de su tropa de 50,000 hombres, de los cuales 6,000 lo
escoltaron a Cajamarca, selló su destino y el del imperio Inca. La
denegación de Atahualpa llevó a Pizarro y su poderío a atacar al
ejército Inca en lo que se reconcilió en la Batalla de Cajamarca el
16 de noviembre de 1532.
Los españoles obtuvieron victoria. Pizarro ejecutó a la escolta de
honor de 12 hombres de Atahualpa y se hizo rehén de los Incas
en la llamada Sala de Rescate. En febrero de 1533, Almagro se
había incorporado a Pizarro en Cajamarca con 150 hombres y 50
caballos adicionales. A pesar de consumar su promesa de llenar
una habitación con oro y dos con plata, Atahualpa fue inculpado
por 12 cargos, incluido matar a su hermano y conspirar contra
Pizarro y sus fuerzas. (ver articulo: Werner Heisenberg)
Fue ejecutado por macana el 29 de agosto de 1533. Francisco
Pizarro y de Soto se opusieron a la ejecución de Atahualpa, pero
Francisco consintió en el juicio debido a la gran agitación entre
los soldados, especialmente por Almagro. De Soto estaba en una
misión de reconocimiento el día del juicio y la ejecución y a su
regreso expresó su consternación, afirmando que debería haber
sido llevado a Castilla y juzgado por el emperador.

Más tarde, el rey Charles le escribió a Pizarro: “Nos ha


desagradado la muerte de Atahualpa, ya que él era un monarca y,
en particular, como lo fue en nombre de la justicia”. Pizarro
progresó con su ejército de 500 españoles hacia Cuzco,
acompañado por Chalcuchimac, uno de los principales generales
incas del norte y seguidor de Atahualpa, quien fue
posteriormente quemado en la hoguera. Manco Inca Yupanqui se
unió a Pizarro después de la muerte de Túpac Huallpa.

Durante la exploración de Cuzco, Pizarro quedó impresionado y, a


través de sus oficiales, le escribió al rey Carlos I de España
diciendo: “Esta ciudad es la más grande y mejor jamás vista en
este país o en cualquier lugar las Indias, Podemos asegurarle a su
Majestad que es tan hermoso y tiene edificios tan hermosos que
sería considerable inclusive en España”.

Los españoles sellaron la conquista del Perú al ingresar al Cuzco el


15 de noviembre de 1533. Jauja, en el fértil valle del Mantaro, se
instauró como capital provisional del Perú en abril de 1534, pero
estaba en lo alto de las montañas y muy lejos del mar para servir
como la capital. Pizarro implantó la ciudad de Lima en la costa
central de Perú el 6 de enero de 1535, que él consideraba una de
las cosas más importantes que había instaurado en la vida.
Después de que Almagro venciera el esfuerzo final del Inca para
recuperar el Cuzco, se produjo una disputa entre Pizarro y
Almagro respecto de los límites de su jurisdicción, ya que ambos
reclamaban la ciudad de Cuzco. El rey de España había otorgado
la Gobernación de New Toledo a Almagro y la Gobernación de
Nueva Castilla a Pizarro. La disputa tuvo su origen en un
desacuerdo sobre cómo interpretar el límite entre las
gobernaciones.

Esto condujo a enfrentamientos entre los hermanos Pizarro y


Almagro, quien finalmente fue derrotado durante la Batalla de
Las Salinas en 1538 y ejecutado. El hijo de Almagro, también
llamado Diego y conocido como El Mozo, fue despojado de sus
tierras y Pizarro lo dejó en bancarrota.
La esposa de Atahualpa, Cuxirimay Ocllo Yupanqui, de 10 años,
estaba con el ejército de Atahualpa en Cajamarca y se había
quedado con él mientras estaba en la cárcel. Después de su
ejecución, la llevaron a Cuzco y le dieron el nombre de Doña
Angelina. En 1538, se sabía que había dado a Francisco Pizarro
dos hijos, Juan y Francisco.

Relación con Diego de Almagro


Pizarro fue electo legalmente Gobernador, Capitán general, y
alcalde Alguacil, de la Nueva Castilla, por 200 leguas a lo largo de
la costa recientemente descubierta e investido de toda autoridad
y prerrogativas, dejando a sus asociados en colocaciones
secundarias, un hecho que más tarde irritó a Almagro y que
conduciría a una discordia eventual.

Después de dividir el tesoro del emperador inca Atahualpa, tanto


Pizarro como Almagro partieron hacia Cuzco y tomaron la ciudad
en 1533. Sin embargo, la amistad de De Almagro con Pizarro
mostró signos de deterioro en 1526 cuando Pizarro, en nombre
del resto de los conquistadores, llamó adelante la ley de
“Capitulación de Toledo” en la que el rey Carlos I de España había
establecido su autorización para la conquista del Perú y los
premios que cada conquistador recibiría de él. (Ver artículo: Bill
Gates)
Mucho antes, sin embargo, cada conquistador había prometido
dividir por igual los beneficios. Pizarro logró tener una mayor
apuesta y premios para sí mismo. A pesar de esto, De Almagro
aún obtuvo una fortuna importante para sus servicios, y el Rey le
otorgó en noviembre de 1532 el noble título de “Don” y le
asignaron un escudo personal.
Aunque para entonces Diego de Almagro ya había adquirido
suficiente riqueza en la conquista del Perú y estaba viviendo una
vida de lujo en el Cuzco, la perspectiva de conquistar las tierras
más al sur le resultaba muy atractiva. Dado que la disputa con
Francisco Pizarro por Cuzco se había intensificado, Almagro
gastó una gran cantidad de tiempo y dinero en equipar a una
compañía de 500 hombres para una nueva exploración al sur de
Perú.

Para 1534, la corona española había decidido dividir la región en


dos líneas paralelas, formando la gobernación de “Nueva Castilla”,
y la de “Nueva Toledo”, asignando el primero a Francisco Pizarro
y el segundo a Diego de Almagro. La corona había asignado
anteriormente a Almagro el cargo de gobernador de Cuzco, y
como tal, De Almagro se dirigía allí cuando Carlos V dividió el
territorio entre Nueva Castilla y Nueva Toledo.
Esta pudo haber sido la razón por la cual Almagro no se enfrentó
inmediatamente con Pizarro en busca del Cuzco, y rápidamente
decidió embarcarse en su nueva búsqueda del descubrimiento de
las riquezas de Chile.

Relación con Hernan cortes


A través de su madre, Hernán fue primo segundo una vez
removido de Francisco Pizarro, quien más tarde conquistó el
Imperio Incadel Perú actual. El padre de su madre, Diego
Altamirano, era primo de Leonor Sánchez Pizarro Altamirano,
primo hermano del padre de Pizarro.

A través de su padre, Hernán era un doble distante relativa de


Nicolás de Ovando, el tercer gobernador de La Española. Su
abuelo paterno era un hijo de Rodrigo de Monroy y Almaraz,
quinto señor de Monroy, y la esposa Mencía de Orellana y
Carvajal.

Hubo una diferencia fundamental entre las naciones europeas


sobre cómo colonizaron las Américas. Mientras que los
holandeses, los portugueses y los franceses todos tenían una
presencia significativa en el Nuevo Mundo, fue el español y el
Inglés cuyo impacto es más extendida y duradera. (ver
artículo: Diego Rivera)
En el momento de la colonización, la explotación resultó en un
beneficio a corto plazo para España. Los principales
conquistadores entre ellos fueron Hernán Cortés y Francisco
Pizarro. Muchos no se dan cuenta de que los dos hombres eran
primos segundos. Pero ambos tuvieron éxito al completar las
misiones que se propusieron. Con números inferiores, cada uno
trajo por separado los dos imperios más poderosos del Nuevo
Mundo en ese momento.

Doce años después d e que Cortés conquistara a los aztecas,


Francisco Pizarro hizo lo mismo con los incas. Llegó al Nuevo
Mundo en 1509 y fue miembro de la expedición de Balboa que
descubrió el Océano Pacífico. Al mismo tiempo que Cortés estaba
haciendo campaña en México, Pizarro era alcalde de la ciudad de
Panamá.

Noticias del éxito de Cortés y rumores de otro gran imperio


hacia el sur, alcanzó el máximo interés de Pizarro por una
expedición propia. Después de dos intentos fallidos de llegar a
Perú en 1524 y nuevamente en 1526, hizo planes para un tercer
intento en 1530. En su segundo intento logró alcanzar las franjas
del norte del territorio Inca y vio parte de la riqueza que poseía
la gente. Esto sirvió como motivación para un tercer intento.
Francisco Pizarro, Diego de
Almagro y Hernando de Luque
En 1524, mientras todavía estaba en Panamá, Pizarro se asoció
con un sacerdote, Hernando de Luque y un soldado, Diego de
Almagro, para explorar y conquistar el sur. Pizarro, Almagro y
Luque más tarde renovaron claramente su pacto, pactaron
conquistar y dividir justamente entre sí el imperio que esperaban
vencer.

Si bien su acuerdo fue estrictamente oral, denominaron a su


empresa Empresa del Levante y determinaron que Pizarro sería el
comandante de la expedición, Almagro proporcionaría suministros
militares y de alimentos y Luque estaría a cargo de las finanzas y
provisiones adicionales.

Hernando de Luque fue un sacerdote español que viajó al Nuevo


Mundo en el siglo XVI. Luque nació en Olvera, Andalucía, pero
creció en Luque, España. Su apellido proviene de su ciudad siendo
Luque. Su nombre en inglés es Hernando de Luque. Luque se fue a
las Américas en 1514. Llegó en 1514 con la expedición de
Pedrarias Dávila a Panamá, donde conoció a Francisco Pizarro.

Luque actuó como agente del financista, el juez Gaspar de


Espinosa, de la expedición conjunta de Francisco Pizarro y Diego
de Almagro a Perú en 1526. Fue nombrado “Obispo de Tumbes ” y
“Protector de los indios”. En la Capitulación de 1529. En 1533,
Hernando de Luque murió en Panamá.
Principales etapas
históricas de...
Perú
20.000

Principales etapas
históricas de...
Perú 20.000 a.C
10.000 a.C
200 a.C
Etapa Pre-inca: Paracas. Se desarrolló en el departamento de Ica.
Se dedicaron al tejido, realizaron las trepanaciones craneanas y
fardos funerarios.
Pacaicasa, Toquepala y Chivateros: Culturas nómades que
utilizaban la piedra como herramienta y arma.
Descubrimiento y desarrollo de la agricultura. Domesticación de
animales, construcción de aldeas. Descubrimiento de la cerámica y
arte textil.
2.600 a.C
2.100 a.C
Etapa Pre-inca: Caral. Es considerada la primera civilización de
América. Se desarrolló en los valles de Supe, Fortaleza y Pativilca
Etapa Pre-inca: Chavín. Está ubicado en el departamento de
Huánuco.
Etapa Pre-inca: Mochica. Se desarrollaron en la costa Norte del
Perú y fueron grandes ceramistas.
100 a.C
400 d.C
900 d.C
Etapa Pre-inca: Tiahuanaco. Se establecieron en la meseta del
Collao. Famosos por sus trabajos en piedra.
Etapa Pre-inca: Chimu. Se ubicaron cerca de Trujillo. Se
destacaron como orfebres.
1532 d.C
1438 d.C
1542 d.C
1780 d.C
1821 d.C
Etapa Inca: Formaron el Imperio del Tahuantinsuyo.
Etapa de Descubrimiento y Conquista. Los españoles conquistaron
el Tahuantinsuyo.
Etapa Virreinal. Se dio el proceso de mestizaje racial y cultura.
Etapa Emancipadora.Empieza la lucha por la justicia y la libertad.
Etapa de la Independencia. Proclamación de la Independencia por
don José de San Martín, el 21 de julio de 1821.
El origen de la palabra “Perú” tiene distintas teorías: Para el Diccionario
Oxford proviene de “Birú” que significa “Río”, pero algunos historiadores
afirman que esta denominación proviene del nombre de un cacique del
sur de Panamá y que, por este motivo, todas las tierras aledañas recibían
ese nombre. Los españoles, por su parte, ya hablaban de "Pirú o Birú"
refiriéndose a una zona inexplorada y de límites imprecisos al sur de
Panamá, lo que actualmente es nuestro territorio.

La distorsión de la que viene el nombre del territorio es producto del


imaginario colectivo. "Perú", en ese entonces, había llegado a significar
todo lo que queda al sur de Panamá.
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Al lograr los españoles la conquista, con Francisco Pizarro en el 1532,


había que ponerle un nombre a este territorio. En un comienzo, Pizarro
quería llamarlo "Tumbes" (por ser la región en la que desembarcó el
conquistador), pero posteriormente "Birú" se transformó en "Perú", y se
impuso como la única opción.

Asimismo, en los primeros documentos del territorio, predomina el


nombre de Tumbes y hasta 1934 se mantienen ambas
denominaciones: Tumbes y Perú, prevaleciendo luego la palabra "Perú".

El origen del nombre Perú


Muchos desconocen el nombre de nuestro país que es un
misterio que nos lleva a la curiosidad. Según se dice que el
nombre viene de Panamá, y otros, que proviene del nombre
de un cacique, entre otras hipótesis, que presentaremos a
continuación
Los historiadores afirman que ningún inca o habitante del imperio del
Tahuantinsuyo oyó el nombre de "Perú", que no es una palabra quechua.

Sin embargo los españoles ya hablaban de "Pirú", antes de pisar lo que es ahora
nuestro territorio.

En 1513, Vasco Núñez de Balboa, acaba de descubrir el Océano Pacífico, y en


Panamá, el segundo de Balboa, fue nada más y nada menos que Francisco
Pizarro, que oye las noticias que vienen del sur, el cuál hablan de los balseros que
por entonces navegaban desde las costas entre manta (Ecuador) y Sechura. Las
balsas traían oro, plata y tejidos. Se trataba sin duda de una rica región.

Diez años después, el navegante vasco Pascual de Andagoya parte al sur y pasa
el Golfo de San Miguel, en el actual territorio de Panamá, delante de la cordillera
del Sapo.

Los hombres de Andagoya bajan al nuevo territorio. A través de un intérprete,


preguntan a los indígenas del lugar cuál es el nombre de ese nuevo lugar, y "Birú"
le contestan los indios.

En realidad, "Birú" era el nombre del cacique de la región que se llamaba así por
él, es así que Andagoya conoce al cacique Birú quien realiza una hazaña
providencial.

Cuando la embarcación de Andagoya se voltea en el río San Juan, Buenaventura,


Birú lo salva de morir. Según el Dr. José Antonio del Busto, y en coincidencia con
el Raúl Porras Barrenechea (de ambos obtuvimos los datos referenciales
anteriores), a partir de la expedición de Andagoya, todo lo que existe al sur de
Panamá es conocido por los españoles con el nombre de "Birú" o "Pirú".
Esto significa que el nombre de nuestro país se origina en una región de Panamá
o, más aún, en el nombre que esa región había recibido debido al nombre de su
cacique.

Cuando Andagoya se enferma y renuncia a continuar con la expedición al sur,


Francisco Pizarro decide tomar la posta.

En el año 1524 parte hacia esa región al sur, el vasto y misterioso territorio que
desde el diálogo con Andagoya con los indígenas del sur de Panamá, se conocía
como "Birú".

La distorsión de la que viene el nombre del Perú es por consiguiente producto de


la imaginación popular.

Mientras las expediciones españolas llegaban más al sur, la región llamada Perú
se iba ensanchando en la mente de los soldados.

De pronto "Perú" había llegado a significar todo lo que queda al sur de Panamá.

Al lograr los españoles la conquista y apropiación del territorio, se tenía que


ponerle un nombre, donde el azar y el capricho del nombre popular se impone.
Aunque Pizarro quería llamarlo "Tumbes" (que era la región donde primero ha
desembarcado el conquistador español), "Birú" se ha transformado en "Perú", y se
impuso como la única opción.
Incluso algunos españoles en Panamá confunden al anónimo cacique de "Birú"
panameño con el inca del Tahuantinsuyo.

Sin embargo, aún al embarcarse Pizarro rumbo a España, para obtener la


legalización de su empresa, no se había decidido la denominación oficial del país.
Pizarro seguía pensando que el nuevo territorio debía llamarse Tumbes o acaso el
Cusco o Chincha, las ciudades más importantes que había encontrado. En los
primeros documentos predomina el nombre de Tumbes y hasta 1934 persiste la
duplicidad en la denominación: Tumbes y Perú, predominando luego la palabra
"Perú".

Desde entonces, la nación de América del Sur se llama como un anónimo cacique,
aquel que nunca soñó que su nombre sería el sinónimo de una de las culturas
más antiguas y ricas del mundo.

También se han tejido una serie de falsas teorías. Una es de Fernando de


Montesinos que le atribuye el término al nombre de un inca legendario por su valor
y sus conquistas llamado Pirúa-Pacari-Manco cuyo reino abarcaba desde
Colombia hasta Chile.

Otra de las teorías etimológicas es que el nombre de Perú tuvo su génesis en el


término Pirúa que significa depósito de alimentos.

Tampoco han estado distanciadas las sustentaciones con base bíblica, como la
que construyeron los españoles asociando el nombre con el de los ofilitas, cuyo
jefe es Ofir descendiente del patriarca Noé.

También se ha comentado que Perú sería una deformación de "Piura".

Estás últimas, pese a ser tomadas en cuenta, no tienen la solidez en sus


argumentos, por lo cual es más creíble lo presentado por los historiadores, siendo
reconocido el nombre de "Perú" como denominación oficial del país.
ORIGEN DEL NOMBRE PERÚ
Está demostrado que ningún inca oyó hablar jamás del nombre "Perú", que no es una
palabra quechua. Sin embargo, los españoles ya hablaban de "Pirú" antes de pisar lo que
hoy es nuestro territorio. Hay muchos comienzos a la historia de nuestro nombre pero uno
de ellos puede situarse en 1513. Por entonces Vasco Núñez de Balboa acaba de
descubrir el Océano Pacífico. En Panamá, el segundo de Balboa, un soldado extremeño
llamado Francisco Pizarro, oye de las noticias que vienen del sur. Se habla de los
balseros que por entonces navegaban desde las costas entre manta (Ecuador) y Sechura.
Las balsas traían oro, plata y tejidos. Se trataba sin duda de una rica región.

Diez años después, el navegante vasco Pascual de Andagoya parte al sur y pasa el Golfo
de San Miguel, en el actual territorio de Panamá, delante de la cordillera del Sapo. Los
hombres de Andagoya bajan al nuevo territorio. A través de un intérprete, preguntan a los
indígenas del lugar cuál es el nombre de ese nuevo lugar -Birú- le contestan los indios. En
realidad, "Birú" era el nombre del cacique de la región que se llamaba así por él.
Andagoya conoce al cacique Birú quien realiza una hazaña providencial. Cuando la
embarcación de Andagoya se voltea en el río San Juan, Buenaventura, Birú lo salva de
morir. A partir de la expedición de Andagoya, todo lo que existe al sur de Panamá es
conocido por los españoles con el nombre de "Birú" o "Pirú". Esto significa que el nombre
de nuestro país se origina en una región de Panamá o, más aún, en el nombre que esa
región había recibido debido al nombre de su cacique. Cuando Andagoya se enferma y
renuncia a continuar con la expedición al sur, Francisco Pizarro decide tomar la posta. El
año 1524 parte hacia esa región al sur, el vasto y misterioso territorio que desde el diálogo
de Andagoya con los indígenas del sur de Panamá, se conocía como "Birú".
Boris Rincon Zapata.
Bien soy de Colombia; lo que se dice en los estudios era que la palabra Biru, que era el real
nombre del cacique, la pronunció un vasco de nombre Pascual de Andagolla, quien no era de
idioma español y lo hablaba algo mal; cuando llego a Panamá, dió su relato en la cual la palabra
Biru se pronuncio mal y el que la transcribió anoto en los informes como Perú según le escucho
decir a Don Pascual de Andagolla.
Es por eso que cuando Francisco de Pizarro leyó dichos informes, conocía por la transcripción el
nombre de Perú, y así nace el nombre de Perú. Ahora hay un debate de quién es el que le dió el
nombre de Perú, si Pascual o el cacique Biru. Debate que los expertos dejan en una especie de
tablas, sin inclinarse a un lado u otro. Lo importante es que en el informe aparece Perú, desde la
desembocadura del río San Juan en Buenaventura Colombia hacia todo el sur del territorio incaico.

Cómo surgió la palabra Perú?, es la pregunta que se plantean con frecuencia los
historiadores en nuestro país. Esto debido a que no hay solo una versión sobre el
origen del nombre del Perú pues nunca tuvo como referencia a algún territorio ni
a una etnia indígena en especial. De acuerdo con el reconocido historiador Raúl
Porras Barrenechea, Perú provenía de la corrupción lingüística de Birú o Virú.
Pero, ¿qué significaban ambos términos, si ninguno derivaban del idioma
quechua?

Según las publicaciones históricas, el nombre de Perú surge después que los
españoles conquistaron el primer asentamiento en la región: Santa María de la
Antigua, a orillas del Caribe, en los límites de Panamá y Colombia. Durante su
estadía, los invasores europeos saquearon todas las riquezas de las aldeas nativas.
Fue en ese trajín que los conquistadores oyeron sobre una región lejana (más al
sur) con tanto oro que necesitarían a varios hombres para llevárselo.

El líder de aquel grupo español era Vasco Nuñez de Balboa que hizo caso a las
indicaciones de los nativos y marchó hacia tierras nuevas que eran bañadas por el
Océano Pacífico. Dentro de ese grupo se encontraba un veterano soldado llamado
Francisco Pizarro.
La excursión fue guiada por el cacique Tumaco que llevó a los españoles a las
costas de Sudamérica, especialmente a las costas de Colombia. En esas
exploraciones, los conquistadores escucharían de un temido y poderoso cacique
llamado Birú que gobernaba una provincia del mismo nombre. Entonces, una
idea en los españoles surgió. Debían llegar contra este líder indígena para darle
muerte, pero nunca lo encontraron. Los pantanos de la amazonía y los mosquitos
desanimaron a los invasores que regresaron a Santa María de la Antigua.

El nombre de Perú provendría de un cacique colombiano

El relato de Bartolomé de Las Casas cuenta que hubo otras expediciones y entre
ellas se generaron varios conflictos con los nativos de las zonas. Tras esas
batallas, los españoles decidieron no seguir buscando al cacique. Era un fin
innecesario.

Trascurrieron los años y nunca se supo más del misterioso cacique Birú. Allá por
el año 1523 llega un nuevo personaje al nuevo continente llamado Pascual de
Andagoya. Su primera misión fue encomendada por el gobernador de Panamá,
quien le pidió conciliar con los nativos del poblado de Chochama. Al llegar, notó
que nos indígenas no quería navegar por que, aseguraban, era temporada en que
salía al mar un tal cacique Birú para atacarlos. Pero Andagoya sabía de esa
leyenda, así como de otras misiones que no dieron con ese enigmático nativo.
Una de sus estrategias fue recorrer toda la costa junto a varios hombres de
Chochama. El grupo avanzó hacia el sur durante siete días. Fueron escoltados por
dos embarcaciones. El trajín concluyó en la desembocadura de un río. Y, contra
todo pronóstico, encontró el escondite de Birú. Se trataba de un gobernante de la
provincia del Chocó en Colombia. El poblado era una pequeña fortaleza que
finalmente cayó ante las modernas armas de los europeos. Se saqueó las riquezas
y se capturó al cacique.

El cacique al ver que los españoles se enloquecían con el oro y la plata, les dijo
que más al sur, donde las selvas son más frondosas y la geografía es más
montañosa, había otra región llena de tesoros que eran gobernados por un
poderoso rey. Fue así que se armó otra expedición junto a los hombres de Birú.
Esta vez, aquel reino no era una leyenda. Sí existió. Y el monarca de ese país era
nada menos que el inca Huayna Cápac, cuyo poder se extendía por el sur hasta
Chile y por el este hasta la sierra Argentina. Pero, ¿cómo sabía Birú de la
existencia de los incas? Fácil, a través del comercio. Ambas culturas
intercambiaban sus productos como tejidos o recursos del mar con productos de
la sierra.

No obstante algo pasó en esa odisea en busca del reino de los incas. En la
travesía el español sufrió un accidente y fue salvado por el cacique Birú. Tras ese
acontecimientos. Andagoya enfermó y retornaron a Panamá. Al retornar, mucho
antes que falleciera, ya había corrido la voz de la existencia de una cultura
centenaria lleno de oro y joyas. Es en este proceso que por primera vez en la
historia se escribe la palabra Perú. Para ser exactos un 23 de julio de 1523. Los
españoles nombraban aquella prometedora tierra como la provincia del Perú, en
vez de Birú.

El conquistador

Dicen que a la tercera es la vencida. Así que cuando Andagoya cayó en cama,
decidieron organizar otra expedición, esta vez bajo el mando de Francisco
Pizarro, quien unos años después del retorno del español, llevó a cabo la
conquista del misterioso país. El resto de la historia ya lo sabemos. Pizarro llegó
al Perú, se toparía con el imperio de los Incas, armaría una guerra civil,
capturaría a Huayna Cápac y se apoderaría de toda la región.

Luego de su muerte, 1541, las fronteras que dividían al Perú con otras países eran
inexactas. El cronista Pedro Cieza de León explicó que a mediados del siglo XVI
el Perú abarcaba por el norte Quito (Ecuador) hasta villa de Plata (actualmente
Bolivia).

Uno de los primeros historiadores que se preocupan del origen del nombre de
Perú es Raúl Porras Barrenechea. A diferencia de otros historiadores, el asegura
que el término Perú proviene de un río llamado Birú o de las versiones que
surgían en el valle mochica de Virú. Según Porras, pese a que realmente existió
Pascual de Andagoya, éste habría exagerado en sus crónicas. De otro lado, Fray
Bartolomé de las Casas también menciona en sus escritos al cacique Birú y
sostiene que fue un gran guerrero que ni los mismos españoles pudieron
derrotarlo.

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