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TREA

JOSÉ MARTÍNEZ DE SOUSA

Ortografía
y ortotipografía
del español actual
OOTEA 3
José Martínez de Sousa (El Rosal [Ponteve-
dra], 1933) estudió tipografía y fue cajista de
imprenta antes de dedicarse a la corrección
tipográfica y de estilo en varias editoriales y
periódicos. En 1974 publicó su primera obra,
el Diccionario de tipografía y del libro, al que
seguirían otros veintitrés libros sobre lengua-
je, siglas, periodismo, bibliología, lexicografía,
redacción y estilo, edición y autoedición, usos
y dudas del español actual, entre los que po-
demos destacar los siguientes: Dudas y errores
de lenguaje, Diccionario de ortografía técnica,
Diccionario internacional de siglas y acróni-
mos, Diccionario de ortografía de la lengua
española, Diccionario de redacción y estilo,
Manual de edición y autoedición, Diccionario
de lexicografía práctica, Diccionario de usos
y dudas del español actual, Pequeña historia
del libro, Manual de estilo de la lengua espa-
ñola, Diccionario de edición, tipografía y artes
gráficas, Libro de estilo Vocento, Diccionario
de bibliología y ciencias afines, Ortografía y
ortotipografía del español actual, La palabra
y su escritura, Diccionario de uso de las ma-
yúsculas y minúsculas y, finalmente, Manual
básico de lexicografía (los nueve últimos pu-
blicados por Ediciones Trea). Ha dado infini-
dad de conferencias y cursos sobre cuestiones
de lenguaje, edición, traducción, lexicografía,
ortografía y ortotipografía, al tiempo que ha
publicado contribuciones en otros libros y ar-
tículos en periódicos y revistas nacionales y
extranjeros. José Martínez de Sousa ha sido
presidente de la Asociación Internacional de
Bibliología (AIB) (1998-2000) y de la Asocia-
ción Española de Bibliología (AEB), de la que
actualmente es presidente honorario.
ORTOGRAFÍA
y ORTOTIPOGRAFÍA
del ESPAÑOL ACTUAL
(OOTEA 3)
José Martínez de Sousa

ORTOGRAFÍA
y ORTOTIPOGRAFÍA
del ESPAÑOL ACTUAL
(OOTEA 3)

Ediciones Trea, S. L.
BIBLIOTECONOMÍA Y ADMINISTRACIÓN CULTURAL - 95

Primera edición: marzo del 2004


Segunda edición: enero del 2008
Tercera edición: febrero del 2014

© José Martínez de Sousa, 2004, 2008, 2014

© de esta edición:
Ediciones Trea, S. L.
María González la Pondala, 98, nave D
33393 Somonte-Cenero, Gijón (Asturias)
Tel.: 985.303.801. Fax: 985.303.712
trea@trea.es
www.trea.es

Dirección editorial: Álvaro Díaz Huici


Producción: José Antonio Martín
Cubiertas: Impreso Estudio
Impresión: Gráficas Apel

Depósito legal: AS-00059-2014


ISBN: 978-84-9704-724-1

Impreso en España - Printed in Spain

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Para Pili
Índice

Prólogo: 23 Abreviaciones, signos y remisiones: 27

LIBRO PRIMERO

ORTOGRAFÍA USUAL
0. Introducción: 31 0.1.7.1. Necesidad de una regla ortográfica: 40
0.1. La ortografía , su historia y sus nor - 0.1.7.2. Acatamiento a la normativa ortográfica
mas : 31 de la Academia: 40
0.1.1. Generalidades: 31 0.1.7.3. Las excepciones: 40
0.1.2. Fundamentos de la ortografía española: 32 0.1.8. Las disgrafías, cacografías o faltas de
0.1.2.1. La pronunciación como fundamento de ortografía: 41
la ortografía: 32 0.1.8.1. Concepto de falta de ortografía: 41
0.1.2.2. La etimología como fundamento de la 0.1.8.2. Valoración de la falta de ortografía: 42
ortografía: 34 0.1.8.3. Mecanismos de la falta de ortografía: 42
0.1.2.3. El uso como fundamento de la orto- 0.1.8.3.1. Errores por adición de signos innece-
grafía: 35 sarios: 42
0.1.3. Partes de la ortografía: 35 0.1.8.3.2. Errores por supresión de signos: 42
0.1.3.1. Ortografía de la letra o literal: 35 0.1.8.3.3. Errores por trasposición de signos: 42
0.1.3.2. Ortografía de la sílaba: 35 0.1.8.3.4. Errores por sustitución de signos: 42
0.1.3.3. Ortografía de la palabra o lexicológica: 0.1.8.3.5. Errores por omisión de signos: 42
35 0.1.8.3.6. Errores por adición de signos: 42
0.1.3.4. Ortografía de la frase o sintagmática: 0.1.8.3.7. Errores por ultracorrección: 42
35 0.1.8.4. El contexto: 43
0.1.3.5. Ortografía del texto o temática: 35 0.1.8.5. Los barbarismos: 43
0.1.4. Historia de la ortografía española: 35 0.1.8.5.1. Los barbarismos ortográficos: 44
0.1.4.1. Período fonético: 35 0.1.8.5.2. Los neografismos: 44
0.1.4.2. Período de confusión o anárquico: 36 0.1.8.5.3. El mimetismo ortográfico: 44
0.1.4.3. Período académico: 37 0.1.8.6. La heterografía: 44
0.1.5. Simplificación de la ortografía: 38 0.1.9. La escritura: 44
0.1.6. La corrección: 39 0.1.9.1. Generalidades: 44
0.1.6.1. Generalidades: 39 0.1.9.2. Escritura y etimología: 45
0.1.7. Reglas y excepciones: 40 0.1.9.3. Escritura estilística: 45
10 ÍNDICE

0.1.9.4. Escrituras exóticas: 46 1.3.7.3. La g como coda final: 65


0.1.10. Grafémica y grafonomía: 47 1.3.7.4. Alternancias: 66
1.3.7.5. El grupo consonántico gn: 66
1.3.8. La letra h: 67
PRIMERA PARTE 1.3.8.1. La b muda: 67
ORTOGRAFÍA DE LA LETRA 1.3.8.2. La b aspirada: 68
1.3.8.3. La b intercalada: 69
1. La letra: 51 1.3.8.4. Dígrafos con b: 70
1.1. Fonemas y letras : 51 1.3.8.5. Escritura de la letra b: 70
1.1.1. Generalidades: 51 1.3.8.6. Errores frecuentes en la escritura de la
1.1.2. Desajuste entre fonemas y letras: 51 b: 71
1.2. El ALFABETO: 52 1.3.8.7. La b como coda final: 71
1.2.1. El alfabeto latino: 52 1.3.8.8. Alternancias: 71
1.2.2. El alfabeto universal o internacional: 52 1.3.9. La letra i: 72
1.2.3. El alfabeto español: 52 1.3.9.1. Escritura de la letra i: 72
1.2.4. El alfabeto fonético: 53 1.3.10. La letra j: 73
1.3. Escritura de las letras del alfabeto 1.3.10.1. Generalidades: 72
español : 54 1.3.10.2. Escritura de la letra j: 73
1.3.1. La letra a: 54 1.3.10.3. Errores frecuentes en la escritura de
1.3.2. La letra b: 54 la j: 74
1.3.2.1. Generalidades: 54 1.3.10.4. La j como coda final: 74
1.3.2.2. Escritura de la letra b: 56 1.3.10.5. Alternancias: 75
1.3.2.3. Errores frecuentes en la escritura de la 1.3.11. La letra k: 75
b: 57 1.3.11.1. Generalidades: 75
1.3.2.4. La b como coda silábica: 57 1.3.11.2. Escritura de la letra k: 75
1.3.2.4.1. Ante l y r: 57 1.3.11.3. La k como coda final: 75
1.3.2.4.2. Como coda final de palabra: 58 1.3.11.4. Alternancias: 76
1.3.2.5. Alternancias: 58 1.3.12. La letra l: 76
1.3.2.6. Grupos consonánticos: 58 1.3.12.1. Escritura de la letra l: 76
1.3.2.6.1. El grupo -bs-: 58 1.3.13. La letra m: 77
1.3.3. La letra c: 59 1.3.13.1. Escritura de la letra m: 77
1.3.3.1. Escritura de la letra c: 59 1.3.13.2. La m como coda final: 78
1.3.3.2. Errores frecuentes en la escritura de la 1.3.13.3. El grupo consonántico mn: 78
c: 59 1.3.14. La letra n: 78
1.3.3.3. La c como coda final: 59 1.3.14.1. Grupos consonánticos: 78
1.3.3.4. Grupos consonánticos: 60 1.3.14.1.1. El grupo -nn-: 78
1.3.3.4.1. El grupo -cc-: 60 1.3.14.1.2. El grupo -ns: 79
1.3.3.4.2. El grupo cn-: 60 1.3.14.1.3. El grupo -ns-: 79
1.3.3.4.3. El grupo ct: 60 1.3.15. La letra ñ: 80
1.3.3.4.4. El grupo cz-: 60 1.3.15.1. Generalidades: 80
1.3.3.5. Alternancias: 60 1.3.15.2. La ñ como coda final: 80
1.3.4. La letra d: 61 1.3.16. La letra o: 80
1.3.4.1. Escritura de la letra d: 61 1.3.17. La letra p: 81
1.3.4.2. Errores frecuentes en la escritura de la 1.3.17.1. La p como coda final: 81
d: 62 1.3.17.2. Grupos consonánticos: 81
1.3.4.3. Grupos consonánticos: 62 1.3.17.2.1. El grupo pn-: 81
1.3.5. La letra e: 62 1.3.17.2.2. El grupo ps-: 81
1.3.5.1. Escritura de la letra e: 62 1.3.17.2.2.1. Generalidades: 81
1.3.6. La letra f: 63 1.3.17.2.2.2. Escritura del grupo ps-: 81
1.3.6.1. La f como coda final: 63 1.3.17.2.3. El grupo-ps: 82
1.3.6.2. Alternancias: 63 1.3.17.2.4. El grupo pt: 82
1.3.6.3. El grupo consonántico ft: 63 1.3.18. La letra q: 82
1.3.7. La letra g: 63 1.3.18.1. Generalidades: 83
1.3.7.1. Escritura de la letra g: 64 1.3.18.2. Escritura de la letra q: 83
1.3.7.2. Errores frecuentes en la escritura de la 1.3.19. La letra r: 83
g: 64 1.3.19.1. Escritura del grafema r: 84
ÍNDICE 11

1.3.19.2. Errores frecuentes en la escritura de 1.4.4.4. Alternancias: 102


la r: 85 1.4.5. El dígrafo qu: 102
1.3.19.3. Alternancias: 86 1.4.6. El dígrafo rr: 102
1.3.20. La letra s: 86 1.4.7. Otros dígrafos del español: 102
1.3.20.1. Escritura de la letra s: 86 1.5. Letras compuestas : 103
1.3.20.1.1. S líquida: 86 1.6. Letras dobles : 103
1.3.20.1.2. Ese doble: 86
1.3.20.2. Errores frecuentes en la escritura de
la s: 87 SEGUNDA PARTE
1.3.20.3. Alternancias: 87 ORTOGRAFÍA DE LA SÍLABA
1.3.20.4. El grupo consonántico st: 87
1.3.20.4.1. Escritura del grupo st: 87 1. La sílaba: 107
1.3.21. La letra t: 88 2.1. Partes de la sílaba : 107
1.3.21.1. La t como coda final: 88 2.1.1. La frontera silábica: 107
1.3.21.2. El grupo consonántico tz: 88 2.1.1.1. Generalidades: 107
1.3.22. La letra u: 89 2.1.1.2. Delimitación silábica: 108
1.3.22.1. Generalidades: 89 2.2. Diptongos , hiatos y triptongos : 109
1.3.22.2. Escritura de la letra u: 89 2.2.1. Los diptongos: 109
1.3.23. La letra v: 89 2.2.1.1. Formación de los diptongos: 109
1.3.23.1. Generalidades: 89 2.2.1.2. Clases de diptongos: 110
1.3.23.2. Escritura de la letra v: 89 2.2.2. Los hiatos: 110
1.3.23.3. La alternancia v/w: 90 2.2.2.1. Formación de los hiatos: 110
1.3.24. La letra w: 90 2.2.2.2. Clases de hiatos: 110
1.3.24.1. Escritura de la letra w: 90 2.2.2.3. Inestabilidad de diptongos y hiatos:
1.3.25. La letra x: 90 112
1.3.25.1. Generalidades: 91 2.2.3. Los triptongos: 113
1.3.25.2. Escritura de la letra x: 91 2.2.4. Cuasidiptongos y cuasihiatos: 113
1.3.25.3. La x como coda final: 92 2.3. Grupos cultos : 113
1.3.25.4. Alternancias: 92 2.3.1. Grupos vocálicos: 113
1.3.26. La letra y: 93 2.3.2. Grupos consonánticos: 115
1.3.26.1. Generalidades: 93
1.3.26.2. La y vocal: 94 3. División de palabras: 116
1.3.26.3. Escritura del fonema /i/: 95 3.1. El guión : 116
1.3.26.4. Escritura de la letra y: 95 3.2. Reglas fundamentales de división de
1.3.26.5. Errores frecuentes en la escritura de PALABRAS: 116
la y: 96 3.3. Métodos de división de palabras : 117
1.3.26.6. Alternancias: 96 3.3.1. División etimológica: 117
1.3.27. La letra z: 96 3.3.2. División silábica: 119
1.3.27.1. Escritura de la letra z: 96 3.3.3. División ortotipográfica: 125
1.3.27.2. Errores frecuentes en la escritura de 3.3.3.1. Generalidades: 126
la z: 97 3.3.3.2. Reglas ortotipográficas en la división
1.3.27.3. La z como coda final: 97 de palabras: 126
1.3.27.4. El grupo consonántico -zz-: 97
1.4. Dígrafos : 98
1.4.1. Generalidades: 98 TERCERA PARTE
1.4.2. El dígrafo ch: 98 ORTOGRAFÍA DE LA PALABRA
1.4.2.1. Generalidades: 98
1.4.2.2. Escritura del dígrafo ch: 100 4. La atildación: 133
1.4.2.3. La ch como coda silábica: 100 4.1. El acento y la acentuación : 133
1.4.2.4. Alternancias: 101 4.1.1. Acento de intensidad: 133
1.4.3. El dígrafo gu: 101 4.1.2. Acento principal y acento secundario: 134
1.4.4. El dígrafo ll: 101 4.1.3. Acento de cantidad: 134
1.4.4.1. Generalidades: 101 4.1.4. Acento fijo y acento libre: 134
1.4.4.2. Errores frecuentes en la escritura de la 4.2. El sistema acentual español : 132
ll: 101 4.2.1. Punto de partida de la atildación: 134
1.4.4.3. La ll como coda silábica: 102 4.2.2. El sistema acentual actual: 136
12 ÍNDICE

4.2.3. Funciones de la tilde: 137 5.2.1.2. Abreviaturas convencionales: 192


4.3. Reglas fundamentales de la atilda - 5.2.1.2.1. Abreviaturas por siglas: 192
ción : 137 5.2.1.2.2. Abreviaturas por contracción: 192
4.3.1. Atildación de voces monosílabas: 137 5.2.1.2.3. Abreviaturas por signos: 192
4.3.2. Atildación de voces polisílabas: 139 5.2.1.2.4. Abreviaturas por signos especiales:
4.3.2.1. Encuentro de dos vocales abiertas: 139 192
4.3.2.2. Encuentro de vocal abierta tónica con 5.2.1.2.5. Abreviaturas por letras sobrepuestas:
cerrada átona: 137 192
4.3.2.3. Encuentro de vocal abierta átona con 5.2.1.3. Abreviaturas simples, dobles y com-
cerrada tónica: 143 puestas: 193
4.3.2.4. Encuentro de vocal cerrada tónica con 5.2.1.3.1. Abreviaturas simples: 193
abierta átona: 143 5.2.1.3.2. Abreviaturas dobles: 193
4.3.2.5. Encuentro de vocal cerrada átona con 5.2.1.3.3. Abreviaturas compuestas: 193
abierta tónica: 144 5.2.2. Reglas para la formación de abreviatu-
4.3.2.6. Encuentro de vocales átonas: 144 ras: 193
4.3.2.1. Encuentro de dos vocales cerradas: 147 5.2.2.1. Reglas generales: 193
4.3.2.7.1. Diptongo/ui/: 148 5.2.2.2. Formación de abreviaturas regula-
4.3.2.1.2. Hiato /u.í/: 148 res: 194
4.3.2.1.3. Combinación /iu/: 150 5.2.2.3. Formación de abreviaturas convencio-
4.3.2.7.4. Combinación/ii/: 151 nales: 194
4.3.2.7.5. Combinación /uu/: 152 5.2.3. Escritura de las abreviaturas: 194
4.3.3. La h intervocálica no es hiática: 152 5.2.3.1. El punto abreviativo: 194
4.3.4. Desplazamiento del acento: 153 5.2.3.2. La barra en las abreviaturas: 195
4.3.5. El acento en los compuestos: 154 5.2.3.3. Otros signos en las abreviaturas: 195
4.3.6. La tilde en las mayúsculas y en las versa- 5.2.4. Mayúsculas y minúsculas en las abrevia-
litas: 158 turas: 196
4.4. Reglas específicas de atildación : 159 5.2.5. Plural en las abreviaturas: 196
4.4.1. Atildación de voces polisílabas: 159 5.2.5.1. El plural en abreviaturas regulares: 196
4.4.1.1. Atildación de voces agudas: 159 5.2.5.2. El plural en abreviaturas convenciona-
4.4.1.2. Atildación de voces llanas: 161 les: 196
4.4.1.3. Atildación de voces esdrújulas: 161 5.2.6. Género de las abreviaturas: 198
4.4.1.4. Atildación de voces sobresdrújulas: 161 5.2.7. La tilde en las abreviaturas: 198
4.5. Atildación diacrítica : 161 5.2.8. Abreviaturas con letras voladitas: 198
4.5.1. Atildación diacrítica de monosílabos: 163 5.2.9. Abreviaturas de números: 198
4.5.2. Atildación diacrítica de polisílabos: 164 5.2.10. Normas de aplicación de las abreviatu-
4.5.3. El caso de aún/aun: 169 ras: 198
4.6. Alternancias acentuales : 170 5.2.11. Falsas abreviaturas: 200
4.7. Acentuación etimológica de palabras 5.2.12. Algunas abreviaturas con problemas:
compuestas : 178 200
4.8. Atildación de extranjerismos : 184 5.2.13. Asimilación de abreviaturas a símbolos
4.8.1. Atildación de latinismos: 184 y siglas: 200
4.8.2. Atildación de voces extranjeras: 186 5.3. Los criptónimos : 202
4.9. La tilde en la división de palabras: 186 5.3.1. Generalidades: 202
5.3.2. Escritura de los criptónimos: 202
5. Las abreviaciones: 187 5.4. Las cifras : 202
5.1. Generalidades : 187 5.5. LOS ABREVIAMIENTOS: 202
5.1.1. Clases de abreviaciones: 189 5.5.1. Generalidades: 203
5.1.2. Mecanismos de la abreviación: 189 5.5.2. Formación de los abreviamientos: 203
5.1.2.1. La aféresis: 189 5.5.3. Morfología de los abreviamientos: 203
5.1.2.2. La síncopa: 189 5.5.4. Fusión de abreviamientos: 204
5.1.2.3. La apócope: 189 5.5.5. Escritura de los abreviamientos: 204
5.1.2.4. La composición: 190 5.6. Los símbolos : 204
5.1.2.4.1. Los compuestos sincopados: 190 5.6.1. Generalidades: 204
5.2. Las abreviaturas : 190 5.6.2. Escritura de los símbolos: 205
5.2.1. Clasificación de las abreviaturas: 191 5.6.2.1. Reglas generales: 205
5.2.1.1. Abreviaturas regulares: 191 5.6.2.2. Escritura de los símbolos del siste-
ÍNDICE 13

ma internacional de unidades (si): 205 6.4.11.1. Edades históricas: 238


5.6.2.3. Escritura de los símbolos de grados: 6.4.11.2. Períodos y eras geológicos: 239
206 6.4.11.3. Siglos: 239
5.6.2.4. Escritura de los símbolos de los elemen- 6.4.11.4. Eras históricas: 239
tos químicos: 206 6.4.11.5. Movimientos religiosos, políticos y
5.6.2.5. Escritura de los símbolos de los puntos culturales: 239
cardinales: 208 6.4.11.6. Documentos históricos: 239
5.7. Los signos : 208 6.4.11.7. Guerras y batallas: 240
5.7.1. Generalidades: 208 6.4.11.8. Otros casos dudosos: 240
5.7.2. Escritura de los signos: 208 6.4.12. Cronónimos: 240
5.8. Las siglas : 209 6.4.13. Títulos de obras de creación: 241
5.8.1. Problemas relacionados con las siglas: 6.4.13.1. Títulos de libros y folletos: 241
210 6.4.13.2. Títulos de publicaciones periódicas: 241
5.8.2. Postura ante la sigla: 210 6.4.13.3. Títulos de libros sagrados: 241
5.8.3. Clases de siglas: 213 6.4.13.4. Libros cuyo título encierra su conte-
5.8.3.1. Por el número de letras: 213 nido: 241
5.8.3.2. Por el tipo de constituyentes: 214 6.4.13.5. Títulos de cuadros y esculturas: 241
5.8.3.3. Por su lectura: 214 6.4.13.6. Títulos de obras de música, teatro,
5.8.3.4. Por su formación: 214 radio, cine y televisión: 241
5.8.4. Escritura de las siglas: 214 6.4.13.7. Títulos de colecciones bibliográficas: 238
5.8.5. Morfosintaxis de las siglas: 217 6.4.14. Religión: 241
5.8.5.1. Género de las siglas: 217 6.4.14.1. Teónimos: 241
5.8.5.2. Plural de las siglas: 217 6.4.14.2. Pronombres aplicados a Dios o a la
5.8.5.3. Lexicalización, derivación y composi- Virgen: 242
ción: 218 6.4.14.3. Nombres de oraciones, sacramentos,
5.8.5.4. Sintaxis de las siglas: 218 religiones, novísimos, etcétera: 242
5.8.6. Fonética de las siglas: 219 6.4.14.4. Órdenes religiosas: 242
5.8.7. La creación de siglas: 219 6.4.14.5. Otras denominaciones: 242
5.8.8. La traducción de las siglas: 220 6.4.14.6. Nombres de fiestas: 242
5.9. Los SIGLÓNIMOS Y LOS ALFÓNIMOS: 221 6.4.15. Fuerzas armadas y de policía: 243
5.9.1. Los siglónimos: 221 6.4.16. Condecoraciones: 243
5.9.2. Los alfónimos: 221 6.4.17. Decretos y leyes: 243
5.10. El cruce y el acrónimo : 222 6.4.18. Nombres de ciencias, técnicas y discipli-
5.10.1. El cruce: 222 nas académicas: 243
5.10.2. El acrónimo: 223 6.4.19. Nombres de razas y tribus, gentilicios,
oficios y profesiones, etcétera: 244
6. Mayúsculas y minúsculas: 227 6.4.20. Estilos artísticos: 244
6.1. Características : 227 6.4.21. Numismática: 244
6.2. Aspectos formales : 227 6.5. Mayusculizaci ón de nombres comu -
6.3. Generalidades: 227 nes : 244
6.3.1. La mayúscula en denominaciones pluri- 6.5.1. Mayúscula estilística: 244
verbales: 229 6.5.2. Mayúscula diacrítica: 244
6.4. Aplicaciones de la mayúscula y la mi - 6.5.3. Mayúscula subjetiva: 245
núscula : 230 6.6. Minusculización de nombres propios :
6.4.1. Reglas fundamentales: 230 245
6.4.2. Antenombres, dictados y tratamientos: 231 6.6.1. Minusculización de nombres derivados
6.4.3. Antropónimos: 232 de antropónimos: 246
6.4.4. Zoónimos y fitónimos: 233 6.6.2. Minusculización de nombres derivados
6.4.5. Anemónimos: 234 de topónimos: 246
6.4.6. Topónimos: 234 6.6.3. Minusculización de otros derivados: 246
6.4.7. Cosmónimos: 235 6.7. La mayúscula en palabras accesorias :
6.4.8. Toponimia urbana: 237 249
6.4.9. Instituciones, entidades, establecimientos, 6.7.1. En los conectivos de apellidos: 249
congresos, exposiciones: 237 6.7.2. En las contracciones: 250
6.4.10. Edificios y monumentos: 238 6.7.3. En los títulos de obras de creación: 250
6.4.11. Términos históricos: 238 6.7.4. En seudónimos y apodos: 250
14 ÍNDICE

6.7.5. En topónimos: 251 7.1.4.3.4. El asterónimo: 262


6.8. La mayúscula en la numeración roma - 7.1.4.4. El abreviamiento en los antropónimos:
na : 251 262
6.9. Mayúscula intermedia o intercalada : 7.2. Los TOPÓNIMOS: 262
251 7.2.1. Clasificación de los topónimos: 262
7.2.2. Escritura de los exónimos: 263
7. Onomástica: 252 7.2.3. Atildación de topónimos: 264
7.1. Los ANTROPÓNIMOS: 252 7.2.3.1. Atildación de topónimos de España:
7.1.1. El prenombre: 252 264
7.1.1.1. Escritura de los prenombres: 252 7.2.3.1.1. Atildación de topónimos españoles:
7.1.1.1.1. Prenombres españoles: 252 264
7.1.1.1.2. Prenombres extranjeros: 253 7.2.3.1.2. Atildación de topónimos catalanes:
7.1.1.2. Abreviaturas de antropónimos: 253 264
7.1.1.3. El abreviamiento en antropónimos: 7.2.3.1.3. Atildación de topónimos gallegos:
254 265
7.1.1.4. Atildación de antropónimos: 254 7.2.3.1.4. Atildación de topónimos vascos: 265
7.1.1.4.1. Atildación de prenombres: 254 7.2.3.2. Atildación de topónimos extranjeros:
7.1.1.4.1.1. Atildación de prenombres castella- 265
nos: 254 7.2.3.3. Abreviaturas de topónimos: 267
7.1.1.4.1.2. Atildación de prenombres extran- 7.2.3.4. El artículo en los topónimos: 267
jeros: 254 7.2.3.4.1. Topónimos simples: 267
7.1.1.4.1.3. Atildación de prenombres históri- 7.2.3.4.2. Topónimos compuestos: 268
cos: 254 7.2.3.5. El abreviamiento en los topónimos: 268
7.1.1.5. El guión en los prenombres compues- 7.2.3.6. El guión en los topónimos compues-
tos: 255 tos: 268
7.1.2. Los apellidos: 255 7.2.3.7. Impropiedades en el uso de topónimos:
7.1.2.1. Generalidades: 255 269
7.1.2.2. Escritura de los apellidos: 255
7.1.2.2.1. Mayúsculas en los apellidos: 255 8. Numeración: 270
7.1.2.2.2. Escrituras arcaicas: 255 8.1. Numeración arábiga : 270
7.1.2.3. Signos en los apellidos: 256 8.1.1. Números cardinales: 270
7.1.2.3.1. El guión: 256 8.1.1.1. Escritura de los números cardinales:
7.1.2.3.2. El apóstrofo: 256 270
7.1.2.4. Conectivos en los apellidos: 256 8.1.1.2. Apócope en los números cardinales:
7.1.2.5. Apellidos extranjeros: 257 274
7.1.2.6. Atildación de apellidos: 258 8.1.1.3. Escritura de las horas: 275
7.1.2.6.1. Atildación de apellidos españoles: 8.1.1.4. Escritura de las fechas: 276
258 8.1.1.5. Escritura de los grados: 278
7.1.2.6.2. Atildación de apellidos gallegos: 258 8.1.1.5.1. Grados de temperatura: 278
7.1.2.6.3. Atildación de apellidos catalanes: 258 8.1.1.5.2. Grados de circunferencia: 279
7.1.2.6.4. Atildación de apellidos vascos: 258 8.1.1.6. Escritura de los porcentajes: 280
7.1.2.6.5. Atildación de apellidos extranjeros: 8.1.1.7. Escritura de los grupos sanguíneos: 281
259 8.1.1.8. Puntuación de las cantidades: 281
7.1.3. El sobrenombre: 260 8.1.1.9. Simplificación de las cantidades: 282
7.1.3.1. El cognomento: 260 8.1.2. Números ordinales: 284
7.1.3.1.1. Escritura de los cognomentos: 260 8.1.2.1. Escritura de los números ordinales: 284
7.1.3.2. El apodo: 260 8.1.2.2. Apócope en los números ordinales: 286
7.1.3.2.1. Generalidades: 260 8.1.3. Números partitivos o fraccionarios: 286
7.1.3.2.2. Escritura de los apodos: 261 8.1.3.1. Escritura de los números partitivos:
7.1.4. El seudónimo o heterónimo: 261 286
7.1.4.1. Generalidades: 261 8.1.4. Números proporcionales o múltiplos:
7.1.4.2. Escritura de los seudónimos: 261 287
7.1.4.3. Otras formas del seudónimo: 261 8.1.4.1. Escritura de los números proporciona-
7.1.4.3.1. El alónimo: 261 les: 287
7.1.4.3.2. El anagrama: 261 8.2. Numeración romana : 287
7.1.4.3.3. El aristónimo: 262 8.2.1. Letras numerales romanas: 288
ÍNDICE 15

8.2.2. Reglas de la numeración romana: 288 10.5.1.4. El punto como elemento de otros
8.2.3. Aplicación de la numeración romana: 289 signos: 309
8.2.4. Escritura de los números romanos: 289 10.5.1.5. Omisión del punto: 309
8.2.5. Lectura de los números romanos: 289 10.5.1.6. El punto en conjunción con otros
signos: 359
9. Separación y unión de palabras: 290 10.5.2. La coma: 309
9.1. Palabras que pueden escribirse en uno 10.5.2.1. Generalidades: 309
O MÁS TÉRMINOS: 2890 10.5.2.2. Funciones de la coma: 310
9.2. Palabras que , por su significado , de - 10.5.2.3. Escritura de la coma: 310
ben ESCRIBIRSE EN UNO O EN VARIOS TÉR- 10.5.2.3.1. La coma gramatical: 310
MINOS: 281 10.5.2.3.2. La coma de sentido: 317
10.5.2.3.3. La coma por omisión de verbo: 318
10. Signos ortográficos: 297 10.5.2.3.3.1. La coma por omisión de verbo
10.1. Generalidades : 292 anafórico: 318
10.2. Escritura de los signos : 297 10.5.2.3.3.2. La coma por omisión de verbo
10.3. Signos ortográficos : 297 elíptico: 318
10.3.1. Los signos dobles: 299 10.5.2.3.4. La coma entonatoria: 319
10.4. Signos diacríticos : 299 10.5.2.3.5. La coma decimal: 319
10.4.1. La tilde: 299 10.5.2.4. Omisión de la coma: 321
10.4.2. El acento agudo: 300 10.5.3. El punto y coma: 323
10.4.3. El acento grave: 301 10.5.3.1. Generalidades: 323
10.4.4. El acento circunflejo: 302 10.5.3.2. Escritura del punto y coma: 323
10.4.5. El acento anticircunflejo: 302 10.5.4. Los dos puntos: 324
10.4.6. El acento largo o macron: 302 10.5.4.1. Generalidades: 324
10.4.7. El acento breve: 302 10.5.4.2. Escritura de los dos puntos: 324
10.4.8. El anillo: 302 10.5.4.3. Uso técnico de los dos puntos: 326
10.4.9. Los espíritus: 302 10.5.4.4. Mayúscula y minúscula después de
10.4.9.1. Escritura de los espíritus: 302 dos puntos: 326
10.4.9.2. El coronis: 302 10.5.5. Los puntos suspensivos: 326
10.4.10. La virgulilla: 303 10.5.5.1. Generalidades: 326
10.4.11. El punto suprascrito: 303 10.5.5.2. Escritura de los puntos suspensivos: 327
10.4.12. La diéresis: 303 10.5.5.3. Los puntos suspensivos en conjunción
10.4.12.1. Escritura de la diéresis: 303 con otros signos: 328
10.4.12.2. Alternancias: 304 10.5.6. La exclamación: 329
10.4.12.3. Parónimos: 304 10.5.6.1. Generalidades: 329
10.4.12.4. Escritura de la diéresis en otros idio- 10.5.6.2. Función de la exclamación: 329
mas: 304 10.5.6.3. Escritura de la exclamación: 330
10.4.12.5. Errores frecuentes en la escritura de 10.5.6.4. La exclamación en conjunción con
la diéresis: 304 otros signos: 331
10.4.13. La sobrerraya: 305 10.5.7. La interrogación: 332
10.4.14. La cedilla: 305 10.5.7.1. Generalidades: 332
10.4.15. El subpunto: 305 10.5.7.2. Escritura de la interrogación: 332
10.4.16. La subraya: 305 10.5.7.3. La interrogación en conjunción con
10.4.17. El índice: 305 otros signos: 334
10.4.18. El subíndice: 305 10.5.8. Las comillas: 335
10.4.19. El superíndice: 306 10.5.8.1. Generalidades: 335
10.4.20. El apóstrofo: 306 10.5.8.2. Clases de comillas: 336
10.4.20.1. Escritura del apóstrofo: 306 10.5.8.3. Grafismos de las comillas: 337
10.4.20.2. Errores frecuentes en la escritura del 10.5.8.3.1. Comillas latinas: 337
apóstrofo: 306 10.5.8.3.2. Comillas inglesas: 337
10.5. Signos sintagmáticos : 307 10.5.8.3.3. Comillas simples o sencillas: 338
10.5.1. El punto: 307 10.5.8.4. Uso de las comillas: 338
10.5.1.1. Generalidades: 357 10.5.8.4.1. Uso de las comillas latinas: 338
10.5.1.2. Escritura del punto: 358 10.5.8.4.2. Uso de las comillas inglesas: 340
10.5.1.3. Errores frecuentes en la escritura del 10.5.8.4.3. Uso de las comillas simples: 340
punto: 308 10.5.8.4.4. Las comillas de seguir: 340
16 ÍNDICE

10.5.8.4.5. Las comillas marginales: 341 10.5.19.2. Escritura de la pleca doble: 361
10.5.8.5. Las comillas en conjunción con otros 10.5.20. El guión: 361
signos: 341 10.5.20.1. Guión morfológico, léxico o lexical:
10.5.8.5.1. Comillas y clases de letra: 341 361
10.5.8.5.2. Distintos tipos de comillas: 341 10.5.20.1.1. El guión en los compuestos por
10.5.8.5.3. Comillas y mayúscula: 341 prefijación: 362
10.5.8.5.4. Comillas y signos de puntuación: 342 10.5.20.1.2. El guión en los compuestos de dos
10.5.8.5.4.1. Coma, punto y coma y dos pun- adjetivos y dos sustantivos: 364
tos: 342 10.5.20.1.2.1. El guión en los compuestos de
10.5.8.5.4.2. Exclamación e interrogación: 342 dos adjetivos: 364
10.5.8.5.4.3. Punto: 342 10.5.20.1.2.2. El guión en los compuestos de dos
10.5.9. Los paréntesis: 344 sustantivos (aposiciones): 366
10.5.9.1. Escritura del paréntesis: 344 10.5.20.1.3. El guión en nombres propios com-
10.5.9.2. Usos técnicos del paréntesis: 344 puestos: 367
10.5.9.3. El paréntesis en conjunción con otros 10.5.20.1.4. El guión estilístico o geminado:
signos: 347 367
10.5.9.4. Los paréntesis en conjunción con la 10.5.20.1.5. El guión en precomponentes y pos-
cursiva: 348 componentes: 369
10.5.10. Los corchetes: 348 10.5.20.2. Guión prepositivo: 369
10.5.10.1. Generalidades: 348 10.5.20.2.1. El guión prepositivo entre pala-
10.5.10.2. Escritura de los corchetes: 349 bras: 369
10.5.10.3. El corchete en conjunción con otros 10.5.20.2.2. El guión prepositivo entre cifras:
signos: 350 370
10.5.10.4. Los corchetes en conjunción con la 10.5.20.2.2.1. Entre años que indican principio
cursiva: 350 y fin de un período: 370
10.5.11. La llave: 350 10.5.20.2.2.2. Entre números de páginas (fo-
10.5.11.1. Generalidades: 350 lios): 370
10.5.11.2. Grafismo de la llave: 350 10.5.20.2.2.3. En números de publicaciones pe-
10.5.11.3. Escritura de la llave: 351 riódicas: 370
10.5.11.4. Las llaves en conjunción con la cur- 10.5.20.2.2.4. En números de topónimos urba-
siva: 351 nos: 370
10.5.12. La raya: 351 10.5.20.2.3. El guión prepositivo entre palabras
10.5.12.1. Generalidades: 351 y cifras, o viceversa: 371
10.5.12.2. Escritura de la raya: 352 10.5.20.2.4. El guión prepositivo entre siglas y
10.5.12.3. Errores frecuentes en la escritura de cifras: 371
la raya: 357 10.5.20.3. El guión y los espacios: 371
10.5.12.4. Anglicismos ortográficos en el uso de 10.5.21. El igual: 371
la raya: 357 10.5.21.1. Generalidades: 371
10.5.12.5. La raya en conjunción con otros 10.5.21.2. Escritura del igual: 372
signos: 358 10.5.22. El punto alto: 372
10.5.13. El menos: 358 10.5.23. Los puntos encorchetados: 372
10.5.14. Las antilambdas: 358 10.5.23.1. Generalidades: 372
10.5.14.1. Las antilambdas en conjunción con 10.5.23.2. Escritura de los puntos encorcheta-
otros signos: 358 dos: 373
10.5.15. La contrabarra: 358 10.5.24. La línea de puntos: 374
10.5.16. La barra: 358 10.5.25. Los puntos conductores: 374
10.5.16.1. Generalidades: 359 10.5.26. La antisigma: 375
10.5.16.2. Escritura de la barra: 360 10.5.27. El cristas: 375
10.5.16.3. División de términos unidos con 10.5.28. La cruz: 375
barra: 360 10.5.29. La cruz doble: 375
10.5.16.4. Errores frecuentes en la escritura de 10.5.30. El calderón: 375
la barra: 360 10.5.31. El párrafo: 376
10.5.17. La barra doble: 361 10.5.31.1. Generalidades: 376
10.5.18. La pleca: 361 10.5.31.2. Escritura del signo párrafo: 376
10.5.19. La pleca doble: 361 10.5.32. El asterisco: 376
10.5.19.1. Generalidades: 361 10.5.32.1. Generalidades: 376
ÍNDICE 17

10.5.32.2. Escritura del asterisco: 376 11.3.2. Sistemas puntuarios medievales y mo-
10.5.33. La manecilla: 378 dernos: 387
10.5.34. La et: 378 11.4. El SISTEMA PUNTUARIO ACTUAL: 388
10.5.35. La cedilla: 378 11.4.1. La macroestructura textual: 388
10.5.35.1. Generalidades: 379 11.4.1.1. Valoración de la macroestructura del
10.5.35.2. Escritura de la 380 texto: 388
10.5.36. La ele geminada: 380 11.4.2. La microestructura textual: 389
10.5.36.1. Grafía de la ele geminada: 389 11.4.2.1. Valoración de la microestructura del
10.5.37. Las letras ligadas: 381 texto: 389
10.5.38. El doble punto: 381 11.5. Bases de la puntuación : 388
10.5.39. La flecha: 381 11.5.1. Los signos de puntuación: 388
10.5.40. El versículo: 381 11.5.2. Complejidad de la enseñanza de la pun-
10.5.41. El responsorio: 381 tuación: 390
11.5.3. Los tipos de puntuación: 391
11.5.4. Los problemas de la puntuación: 392
CUARTA PARTE 11.5.4.1. Problemas de puntuación prosódica:
ORTOGRAFÍA DE LA FRASE 392
11.5.4.1.1. Lectura y puntuación: 393
11. La puntuación: 385 11.5.4.2. Problemas de puntuación semánti-
11.1. Generalidades : 385 ca: 393
11.2. Necesidad de la puntuación : 385 11.5.4.3. Problemas de puntuación estilística:
11.3. Origen de la puntuación : 386 393
11.3.1. Sistema puntuado de Aristófanes: 387 11.5.4.3.1. El experimentalismo puntuario: 395

libro segundo

ORTOGRAFÍA TÉCNICA

12. La ortotipografía: 399 13.1.3. Los signos matemáticos: 406


12.1. Ortografía usual y académica : 399 13.1.4. Los signos lexicográficos: 406
12.2. Ortografía especializada : 399 13.2. Los ELEMENTOS DE ADORNO: 407
12.2.1. Ortografía técnica y científica: 399 13.2.1. Los filetes: 407
12.2.2. Ortotipografía u ortografía tipográfi- 13.2.1.1. Clases de filetes: 407
ca: 399 13.2.1.2. Uso de los filetes: 407
12.2.3. Ortografía bibliológica: 400 13.2.1.3. Los bigotes y las plecas: 407
12.2.4. Ortografía lexicográfica: 400 13.2.2. Las viñetas: 408
12.2.5. Ortografía publicitaria: 400 13.3. Las líneas o renglones : 408
12.3. Faltas de ortografía técnica y tipo - 13.3.1. Generalidades: 408
gráfica : 400 13.3.2. Grafía de la línea: 409
12.4. Códigos tipográficos y manuales de 13.3.2.1. Línea huérfana y línea viuda: 409
ESTILO: 400 13.3.2.2. Línea sangrada: 409
12.4.1. Los códigos tipográficos: 401 13.4. PÁRRAFOS Y APARTADOS: 410
12.4.2. Los manuales de estilo: 401 13.4.1. Clases de párrafos: 410
13.4.1.1. Párrafo ordinario: 411
13.4.1.2. Párrafo moderno: 411
PRIMERA PARTE 13.4.1.3. Párrafo francés: 411
ORTOGRAFÍA 13.4.1.4. Párrafo en bandera: 411
DE LOS ELEMENTOS 13.4.1.5. Otros tipos de párrafos: 411
TIPOGRÁFICOS 13.4.2. Los apartados: 412
13.4.3. Los subapartados: 413
13. Los elementos tipográficos: 405 13.5. La alineación de los elementos tipo -
13.1. Los SIGNOS TIPOGRÁFICOS: 405 gráficos : 413
13.1.1. Las cifras: 405 13.5.1. Alineación de números arábigos: 413
13.1.2. Los signos monetarios: 405 13.5.2. Alineación de asteriscos: 413
18 ÍNDICE

13.5.3. Alineación de números romanos: 414 14.1.9.3. La letra subíndice: 436


13.6. Los blancos : 414 14.1.9.3.1. Uso de los signos subíndices: 436
13.6.1. Los espacios: 414 14.1.10. Por su posición (en el texto): 437
13.6.1.1. Espaciado de las letras: 414 14.1.10.1. Letras iniciales: 437
13.6.1.2. Espaciado de las mayúsculas: 414 14.1.10.1.1. Las letras capitulares: 437
13.6.1.3. Espaciado de las palabras: 415 14.1.10.2. Letras normales: 438
13.6.1.4. Espaciado de las líneas: 415 14.1.11. Por su empleo: 438
13.6.1.5. Espaciado de los párrafos: 416 14.1.12. Por su cuerpo: 438
13.6.1.6. Espaciado de las columnas: 417
13.6.2. Irregularidades en el espaciado: 417 15. La alfabetización: 441
15.1. Tipos de alfabetización : 440
14. Los caracteres tipográficos: 418 15.1.1. Alfabetización grafemática: 440
14.1. LA LETRA TIPOGRÁFICA: 418 15.1.2. Alfabetización de dígrafos: 440
14.1.1. Recursos diacríticos tipográficos: 418 15.1.3. Alfabetización fonética: 440
14.1.2. Clasificación de la letra de imprenta: 15.1.4. Alfabetización simple o lexicológica:
419 440
14.1.3. Por su estilo: 420 15.1.4.1. Alfabetización de letras sueltas: 440
14.1.3.1. La letra romana antigua o elzeviria- 15.1.4.2. Alfabetización de palabras sueltas:
na: 420 440
14.1.3.1.1. La letra de transición: 420 15.1.4.3. Alfabetización de abreviaciones, cifras
14.1.3.2. La letra romana moderna o de Di- y signos: 441
dot: 420 15.1.5. Alfabetización compleja o sintagmática:
14.1.3.3. La letra egipcia: 420 443
14.1.3.4. La letra paloseco: 420 15.1.5.1. Alfabetización continua o por letras:
14.1.3.5. Caracteres de escritura: 420 443
14.1.3.6. Caracteres de fantasía: 420 15.1.5.2. Alfabetización discontinua o por pa-
14.1.4. Por su familia: 421 labras: 443
14.1.5. Por su ojo: 420 15.1.5.2.1. Alfabetización discontinua con co-
14.1.5.1. Las letras finas: 421 nectivos: 443
14.1.5.2. La letra normal: 421 15.1.5.2.2. Alfabetización discontinua sin co-
14.1.5.3. Las letras negras: 421 nectivos: 443
14.1.5.3.1. La letra negrita: 421 15.2. Aplicaciones de la alfabetización : 444
14.1.6. Por su tamaño: 422 15.2.1. Alfabetización de antropónimos: 444
14.1.6.1. La letra minúscula: 422 15.2.1.1. Alfabetización de apellidos: 444
14.1.6.2. Las letras versalita y seudoversalita: 422 15.2.1.2. Alfabetización de nombres con ante-
14.1.6.2.1. Escritura de la versalita: 423 nombre: 445
14.1.7. Por su inclinación: 424 15.2.1.3. Alfabetización de nombres con cogno-
14.1.7.1. La letra redonda: 424 mento: 445
14.1.7.1.1. Uso de la letra redonda sin comi- 15.2.1.4. Alfabetización de nombres de reyes,
llas: 425 papas y personajes de la realeza: 446
14.1.7.1.2. Uso de la letra redonda con comi- 15.2.1.5. Alfabetización de títulos nobiliarios:
llas: 427 446
14.1.7.2. Las letras cursiva y seudocursiva: 427 15.2.1.6. Alfabetización de nombres clásicos,
14.1.7.2.1. Uso de la cursiva: 427 medievales y renacentistas: 446
14.1.7.2.2. La cursiva en los artículos y conec- 15.2.1.7. Alfabetización de seudónimos: 447
tivos: 432 15.2.2. Alfabetización de topónimos: 447
14.1.7.2.3. La cursiva en conjunción con la 15.2.2.1. Palabras accesorias: 447
redonda: 432 15.2.2.2. Artículos: 447
14.1.8. Por su caja: 435 15.2.2.3. Adjetivos: 447
14.1.8.1. Las letras estrechas: 435 15.2.2.4. Prenombre + apellido o cargo + ape-
14.1.8.2. La letra normal: 435 llido: 448
14.1.8.3. Las letras anchas: 435 15.2.3. Alfabetización de títulos: 448
14.1.9. Por su situación en la línea: 435 15.2.3.1. Títulos de obras de creación: 448
14.1.9.1. La letra voladita: 435 15.2.3.2. Títulos de partes: 448
14.1.9.1.1. Uso de los signos voladitos: 436 15.2.3.3. Frases exclamativas o interrogativas:
14.1.9.2. La letra normal: 436 448
ÍNDICE 19

15.2.3.4. Alfabetización de nombres de institu- 16.13. Las firmas : 467


ciones, entidades, nombres comercia- 16.13.1. Escritura de las firmas: 467
les (apotecónimos), etcétera: 448 16.13.2. Colocación de la firma: 468
15.2.4. Alfabetización de listas: 449 16.14. Los cuadros : 469
16.14.1. División de los cuadros: 469
16.14.2. Clases de cuadros: 469
SEGUNDA PARTE 16.14.3. Uso de filetes en los cuadros: 469
ORTOTIPOGRAFÍA BIBLIOLÓGICA 16.14.4. Cabezas de los cuadros: 469
16.14.5. Encabezamientos de través: 470
16. Tipografía estructurada: 453 16.14.6. Colocación de los cuadros: 462
16.1. Portadilla : 453 16.14.6.1. Cuadros de través: 470
16.2. Portada : 453 16.14.6.2. Cuadros tendidos: 470
16.2.1. Nombre del autor: 454 16.15. Los CUADROS SINÓPTICOS: 471
16.2.2. Título de la obra: 454 16.16. Los ESQUEMAS: 471
16.2.3. Subtítulo de la obra: 454 16.17. Las notas : 471
16.2.4. Nombre de la editorial: 454 16.17.1. Elementos de las notas: 471
16.3. PÁGINA DE DERECHOS: 455 16.17.1.1. La llamada: 471
16.4. Dedicatoria : 455 16.17.1.1.1. Signos de llamada: 471
16.5. Los lemas : 455 16.17.1.1.2. Signos de notación: 473
16.6. Presentación y prólogo : 456 16.17.1.2. Métodos de numeración de las no-
16.7. Agradecimientos : 456 tas: 473
16.8. Lista de abreviaciones y de cuadros : 16.17.2. Composición de las notas: 473
456 16.17.3. Colocación de las notas: 473
16.9. Introducción : 457 16.17.4. Notas del autor, el traductor y el edi-
16.10. Índice de contenido : 457 tor: 475
16.10.1. Escritura del índice de contenido: 457 16.17.5. Notas en cuadros y fórmulas: 475
16.10.2. Colocación de los índices de conteni- 16.17.6. Notas entre texto: 475
do: 458 16.17.7. Notas en páginas a dos o más colum-
16.11. Las divisiones del texto : 458 nas: 475
16.11.1. Divisiones generales: 458 16.18. Notas marginales : 475
16.11.1.1. Antetítulo, título y subtítulo de las 16.19. Las contranotas : 475
divisiones generales: 458 16.20. Las citas bibliográficas : 476
16.11.1.1.1. El antetítulo: 458 16.20.1. Métodos de citas bibliográficas: 476
16.11.1.1.2. El título: 459 16.21. Los EPÍGRAFES: 477
16.11.2. El capítulo y sus partes: 459 16.22. Las poesías : 477
16.11.2.1. Antetítulo y título en los capítulos: 459 16.22.1. Composición de las poesías: 477
16.11.2.2. Títulos y subtítulos: 459 16.22.1.1. Forma de los párrafos: 477
16.11.2.2.1. Grafía de los títulos y subtítulos: 16.22.1.2. Normas de composición: 478
459 16.22.2. Sangrías en las poesías: 479
16.11.2.3. Titulillos en línea: 460 16.22.3. Poesías compuestas en línea: 480
16.11.2.4. Numeración decimal de capítulos: 460 16.22.4. Firmas en las poesías: 480
14.11.2.5. Cortesía: 460 16.22.5. Poesías en notas: 480
16.11.2.6. Los sumarios: 461 16.23. Las fórmulas : 480
16.11.2.6.1. Escritura del sumario: 461 16.23.1. Fórmulas matemáticas: 480
16.11.3. Colocación de los capítulos: 461 16.23.1.1. Elementos de las fórmulas matemá-
16.12. Las citas : 461 ticas: 480
16.12.1. Escritura de las citas: 461 16.23.1.2. Grafía de las fórmulas matemáticas:
16.12.2. Tratamiento del texto de la cita: 462 480
16.12.2.1. Tratamiento de textos modernos: 462 16.23.1.2.1. Escritura de las letras: 480
16.12.3. Tratamiento de textos clásicos: 464 16.23.1.2.2. Escritura de las cifras: 480
16.12.3.1. Signos: 465 16.23.1.2.3. Escritura de los signos: 480
16.12.3.2. Tipos de letras: 465 16.23.1.2.4. Llamadas de nota: 482
16.12.3.3. Abreviaturas: 465 16.23.1.2.5. Notaciones: 482
16.12.3.4. Ortografía original: 466 16.23.1.2.6. Puntuación de las fórmulas: 482
16.12.3.5. Puntuación, acentuación y separa- 16.23.1.2.7. Partición de las fórmulas: 482
ción de palabras: 466 16.23.1.2.8. Separación de fórmulas: 483
20 ÍNDICE

16.23.1.2.9. Indicaciones explicativas: 483 16.26.4.3. Subtítulo: 491


16.23.1.2.10. Blancos en las fórmulas: 483 16.26.4.4. Titulillo en línea: 491
16.23.1.2.11. Centrado de las fórmulas: 483 16.26.5. Normas ortotipográficas: 492
16.23.1.2.12. Cuerpo de composición: 483 16.26.5.1. Puntuación: 492
16.23.2. Fórmulas químicas: 483 16.26.5.2. Mayúsculas y minúsculas: 492
16.23.2.1. Componentes de las fórmulas quí- 16.26.5.3. Separación de palabras: 492
micas: 483 16.26.5.4. Coma: 493
16.23.2.2. Clases de fórmulas químicas: 483 16.26.6. Numeración de los títulos: 493
16.23.3. Signos en las fórmulas químicas: 483 16.26.6.1. Numeración tradicional: 493
16.23.4. Partición de fórmulas químicas: 484 16.26.6.2. Numeración decimal de capítulos: 494
16.23.5. Composición de las fórmulas quími- 16.27. Las bibliografías : 495
cas: 484 16.27.1. Bibliografías de libros: 495
16.24. Las obras teatrales : 484 16.27.1.1. Datos bibliográficos: 495
16.24.1. Lista de personajes: 484 16.27.1.1.1. Nombre del autor: 495
16.24.2. Partes: 484 16.27.1.1.2. Título de la obra: 504
16.24.3. Prólogos: 484 16.27.1.1.3. Nombre del traductor, editor, pro-
16.24.4. Acotaciones: 485 loguista, presentador, etcétera: 505
16.24.5. Nombres de los personajes: 486 16.27.1.1.4. Número de volúmenes o tomos:
16.24.6. Diálogo: 486 505
16.25. Los folios : 486 16.27.1.1.5. Pie editorial: 506
16.25.1. Clases de folios: 486 16.27.1.1.5.1. Lugar de edición: 506
16.25.1.1. Folios numéricos: 486 16.27.1.1.5.2. Editor: 506
16.25.1.2. Folios explicativos: 486 16.27.1.1.5.3. Año de edición: 507
16.25.2. Separación entre folio y texto: 487 16.27.1.1.6. Edición: 507
16.25.3. Supresión del folio: 487 16.27.1.1.7. Colección: 508
16.25.3.1. En todos los casos: 487 16.27.1.1.8. Páginas: 508
16.25.3.2. Folio a la cabeza: 488 16.27.1.1.9. Formato: 508
16.25.3.3. Folio al pie: 488 16.27.2. Presentación de las bibliografías: 508
16.25.4. Folios prologales: 488 16.27.2.1. Aspectos formales: 508
16.25.5. Folios en obras por volúmenes: 488 16.27.2.2. Presentación tipográfica: 509
16.25.6. El folio y la altura de la página: 488 16.27.2.3. Puntuación de los datos bibliográfi-
16.26. Los TÍTULOS, SUBTÍTULOS Y TITULILLOS cos: 509
EN LÍNEA: 489 16.27.2.4. Composición de las bibliografías:
16.26.1. Partes del título: 489 511
16.26.1.1. Antetítulo: 489 16.27.3. Bibliografías de capítulos en libros o
16.26.1.2. Título: 489 trabajos en publicaciones periódicas:
16.26.1.3. Subtítulo: 489 511
16.26.1.4. Titulillo en línea: 489 16.28. Los ÍNDICES ALFABÉTICOS: 514
16.26.2. Escritura del título: 489 16.28.1. índice de materias: 514
16.26.2.1. Disposición: 489 16.28.1.1. Generalidades: 514
16.26.2.1.1. Centrado: 489 16.28.1.2. Grafía de los índices de materias:
16.26.2.1.2. Marginado: 489 515
16.26.3. Gradación de los títulos: 490 16.28.1.3. Mezcla de índice de materias y ono-
16.26.3.1. El cuerpo: 490 mástico: 518
16.26.3.2. La clase de letra: 490 16.28.2. índices onomásticos: 518
16.26.3.3. El número de columnas: 490 16.28.3. índice cronológico: 518
16.26.3.4. La disposición: 490 16.28.3.1. Grafía del índice cronológico: 518
16.26.3.5. El sangrado: 491
16.26.4. Composición del título: 491 Bibliografía: 519
16.26.4.1. Antetítulo: 491
16.26.4.2. Título: 491 índice alfabético: 543
Índice de cuadros

1.1. Alfabeto de la lengua española: 53 8.1. Números cardinales: 272


1.2. Signos del alfabeto fonético internacional 8.2. Números ordinales: 283
(AFI): 55 8.3. Números partitivos y proporcionales:
2.1. Clases de sílabas: 108 285
2.2. Diptongos del español actual: 109 9.1. Palabras que pueden escribirse en un solo
2.3. Hiatos del español actual: 111 término o en más de uno: 291
2.4. Triptongos del español actual: 114 10.1. Signos que se pueden obtener en el orde-
4.1. Alternancias acentuales admitidas por la nador: 298
Academia: 172 10.2. Clasificación de los signos ortográfi-
5.1. Clasificación de las abreviaciones: 191 cos: 300
5.2. Símbolos del sistema internacional de uni- 15.1. Formas de la alfabetización sintagmáti-
dades (si): 207 ca: 443
5.3. Denominaciones de las unidades del si: 208 16.1. Abreviaturas bibliográficas: 497
Prólogo

Hemos entrado de lleno en el siglo xxi y, estructura y unos contenidos, y una y otros
con la misma exactitud que en los últimos deben ser asumidos si queremos contribuir
años del siglo anterior, podemos afirmar a su dominio.
que la ortografía sigue siendo una de las
asignaturas pendientes de la lengua espa- Tratar de destacar la importancia de la
ñola. Pendiente, por un lado, de una rigu- ortografía como código de comunicación
rosa y completa esquematización oficial de humana tiene mucho de redundante, pero
las normas por las que se rige y, por otro, es preciso hacer hincapié una vez más en
de un estudio y exposición adecuados, por ello. El manejo de este código requiere un
parte de los educadores, para que los alum- aprendizaje que no es fácil ni placentero.
nos y usuarios en general de la lengua las Estas dificultades dan como resultado la
hagan suyas desde las edades más tempra- existencia de universitarios que no saben
nas y puedan así entenderla y practicarla estructurar su pensamiento a la hora de
con propiedad. expresarlo por escrito y de usuarios del
lenguaje que no son capaces de pergeñar
La ortografía del español, más simple cuatro líneas seguidas sin sufrir tres dudas
que la de otras lenguas de cultura, es, pese ortográficas, sea del campo de la letra, de
a ello, todavía compleja, más allá de lo la sílaba, de la palabra o, con tanta o más
que se sugiere cuando, sin el conocimiento frecuencia, de la frase. Es cierto que la
previo necesario, se asegura demasiado ale- lectura constante ayuda a retener la forma
gremente que es una ortografía fonética. de las palabras tal como aparecen en su
contexto, pero esto no basta para dominar
Para justificar su general desconoci- el código ortográfico. Se necesita, sin duda,
miento se alega, no sin razón, su dificultad la memorización de sus reglas y excepcio-
intrínseca. Es cierto que corresponde a la nes y la comprensión de su estructura in-
Academia la ordenación, simplificación y terna. Aquí hay que poner de manifiesto
codificación en materia ortográfica. Sin el importantísimo cometido del profesor,
embargo, reconocido esto, hemos de tener entre cuyas funciones no es la menos desta-
en cuenta también la desidia y el desinterés cada esta de trasmitir y hacer comprender
con que alumnos y usuarios se enfrentan a sus alumnos el entramado en que se
a esa dificultad. La ortografía tiene una apoya la ortografía, arma básica para la
24 PRÓLOGO

adquisición, desarrollo y trasmisión de los para la composición de textos, compren-


restantes conocimientos culturales. deremos que por primera vez en una obra
ortográfica se incluya lo esencial de la
Con la presente obra trato de contribuir ortotipografía.
a superar las dificultades que el conoci-
miento ortográfico conlleva. Para ello, en La materia se ha dispuesto de manera
cada caso se aportan todos los datos que que sea útil al profesor en la prepara-
permitan una comprensión lo más comple- ción de sus clases; al alumno, para seguir
ta posible de los hechos ortográficos, desde de cerca las explicaciones del profesor y
su historia hasta su actualidad, desde la comprender y memorizar las reglas or-
teoría hasta la práctica. Las materias, es- tográficas, y al usuario en general, para
tructuradas según un sistema que va de lo aumentar sus conocimientos de la materia
más simple (no necesariamente lo más fá- y hacer frente a los retos que la sociedad le
cil) a lo más complejo, se relacionan entre presenta. Muchas personas lamentan, una
sí mediante una tupida red de remisiones. vez abandonados sus estudios e inmersos
Aunque en algún caso tales datos pudie- en el tráfago de la vida, su escaso nivel
ran parecer excesivos, he creído preferible de conocimiento ortográfico y desearían
presentar todos los elementos pertinentes aumentarlo. Sabido es que una buena or-
y que sea el profesor, el estudiante o el tografía (valga la redundancia) es la me-
usuario quien prescinda de aquello que le jor tarjeta de presentación en cualquier
parezca poco provechoso en un momento situación humana en que uno tenga que
determinado de la formación ortográfica. expresarse por escrito. Las faltas de orto-
Sabrán que la información está ahí para grafía son como heridas del texto, heridas
aprovecharla en el momento en que lo sangrantes y en algunos casos escandalo-
crean necesario. sas. ¿Cuántas veces no hemos descubierto
sonrisitas disimuladas ante grafías como
La obra se divide en dos grandes partes herótico, eroico, havichuelas, paisage, caye
que aquí llamo libros; en el primero se y otras similares? Las dudas ortográficas
estudian los hechos pertenecientes a la or- son infinitas, y asegurar que uno domina
tografía usual y en el segundo lo atinente la ortografía por completo es una temeri-
a la ortografía especializada, cuya parte dad, ya que en este terreno es fácil caer en
fundamental es la ortotipografía. El tra- falta. De aquí la importancia de disponer
tamiento de este segundo libro se imponía de un texto que ofrezca, con más profun-
especialmente por la rápida generalización didad de lo que es habitual en este tipo
de la grafía utilizada en informática, a la de obras, todos los aspectos importantes de
cual tienen acceso cuantos dispongan de la ortografía, las bases de que se derivan
un ordenador y unos programas de trata- sus reglas y excepciones y el porqué de
mientos de texto o compaginadores, que muchas decisiones académicas. La consul-
les permiten escribir, formatear y organizar ta de estos aspectos queda notablemente
todo tipo de textos. Esta incursión en la facilitada por la ordenación sistemática de
ortotipografía para usuarios no tipógra- sus contenidos.
fos está también justificada por un hecho
evidente: casi la totalidad de las realidades
ortográficas nos llega de la mano de lo Como se ha apuntado, por primera vez
gráfico, de lo impreso, no de lo manuscrito en una obra de este tipo, se afrontan aquí
o mecanográfico como mayoritariamente los problemas de la ortotipografía, es decir,
sucedía con anterioridad a la entrada del de la grafía técnica y tipográfica aplicada
ordenador en nuestras vidas. Si a ello aña- a las obras científicas y técnicas. Si impor-
dimos el fervor con que se han recibido tante es conocer las normas generales de la
las facilidades que los programas ofrecen ortografía, lo que designamos como orto-
PRÓLOGO 25

grafía usual, no lo es menos el conocimien- nos permiten formar un discurso coherente


to de las normas de ortografía tipográfica, y fácilmente entendible por el lector. A
es decir, lo que conocemos como ortoti- todo ello se dedica el libro segundo de esta
pografía, Piénsese que en la actualidad obra.
prácticamente toda la información escrita
que recibimos nos llega en forma de letra En relación con esta parte, no son
impresa: libros, diarios, revistas, letreros, pocos los problemas que aún subsisten
muestras comerciales, paneles indicadores, en la tipografía española. En algunos ca-
etcétera, o digitalizada: ordenador, correo sos, por tratarse de extranjerismos ti-
electrónico, Internet... Hasta ahora no era pográficos que deberían desecharse en
imprescindible saber por qué una palabra favor de nuestra tipografía. En otros,
o frase, de pronto, en un contexto de por el enfrentamiento entre soluciones
letra normal o redonda, aparecía escrita lingüísticas y soluciones tipográficas a
en cursiva, versalita, negrita o una combi- los mismos problemas. En ningún caso
nación de varias de estas clases de letras. he rehuido el tratamiento de tales proble-
Hoy este conocimiento es imprescindible mas, por arduos que sean. Y he tratado
si queremos profundizar en los valores que de ofrecer al lector la solución más acorde
las palabras y las frases adquieren al dejar con las normas de la tipografía tradicional
de escribirse en letra normal. Y para los española, sin por ello rechazar, cuando no
expertos, los profesionales de la escritura hay claras razones para ello, soluciones
tipográfica, es importante asimismo saber modernas a viejos problemas. Después
cómo se organiza la información (alfabe- de escrito este libro sigo pensando que
tización) y cómo se dispone (notas, citas, normalmente algunos problemas pueden
citas bibliográficas, bibliografías, índices, resolverse de varias maneras. La cuestión,
cuadros, esquemas, etcétera), así como co- entonces, reside en acertar con una solu-
nocer los diversos elementos gráficos que ción coherente.

José Martínez de Sousa


Abreviaciones, signos y remisiones

A lo largo de la presente obra se ha pro- desu Diccionario enciclopédico Sal-


curado no emplear abreviaturas usuales, vat universal
ni siquiera la de etcétera (etc.), salvo en do 85 José Martínez de Sousa: Diccio-
los textos citados si el autor las utiliza. nario de ortografía (1985)
Sin embargo, en ciertas circunstancias en dole 95 José Martínez de Sousa: Diccio-
que ha parecido oportuno utilizarlas (por nario de ortografía de la lengua
ejemplo, entre paréntesis o en los cuadros) española (1995)
se ha mantenido alguna abreviatura que en dpd 05 Academia Española: Diccionario
su propio contexto no presenta dudas de panhispánico de dudas (2005)
interpretación. drae Academia Española: Dicciona-
rio de la Real Academia Espa-
Entre las abreviaciones mantenidas por ñola
razones obvias entran las siglas bibliográfi- drae 56 Academia Española: Diccionario
cas, que en el presente libro permiten refe- de la lengua española (1956)
rirse a obras concretas con solo unas letras drae 70 Academia Española: Diccionario
acompañadas de cifras o sin ellas (tales de la lengua española (1970)
cifras se refieren al año de publicación, cu- drae 84 Academia Española: Diccionario
yos datos se encuentran en la bibliografía de la lengua española (1984)
situada al final del libro). drae 92 Academia Española: Diccionario
de la lengua española (1992)
brae Boletín de la Real Academia drae 01 Academia Española: Diccionario
Española de la lengua española (2001)
cobuild English language dictionary Esbozo Academia Española: Esbozo de
de 05 Academia Española: Dicciona- una nueva gramática de la len-
rio del estudiante (2005) gua española (1973)
del Diccionario enciclopédico La- eus Enciclopedia universal Sopeña
bor grae Academia Española: Gramática
dele 06 Academia Española: Dicciona- de la Real Academia Española
rio esencial de la lengua españo- grae 59 Academia Española: Gramática
la (2006) de la Real Academia Españo-
des Diccionario enciclopédico Salvat la (1959)
28 ABREVIACIONES, SIGNOS Y REMISIONES

mla Modern Language Association, > la palabra que precede da origen


Nueva York (v. Gibaldi) a la siguiente
nel Nueva enciclopedia Larousse < la palabra que precede se deriva
OLE99 Academia Española: Ortografía de la siguiente
de la lengua española (1999) * antepuesto, indica que la voz es
ole 10 Academia Española: Ortografía hipotética o que no se ajusta a
de la lengua española (2010) las leyes gramaticales u ortográ-
orae 69 Academia Española: Ortografía ficas
(1969) 0 formante cero
orae 74 Academia Española: Ortografía
(1974) Las remisiones se hacen de un párrafo o
rag /ilg Real Academia Gallega /Ins - apartado a otro. En el texto, los títulos y
TITUTO DE LA LENGUA GALLE- subtítulos de los capítulos, numerados de-
GA cimalmente, pueden ir en párrafo aparte o
rfe Revista de Filología Española en forma de titulillos en línea. La numera-
uteha (Diccionario de la) Unión Tipo- ción es la misma en uno y otro caso, corre-
gráfica Editorial Hispano Ame- lativa y tipografiada con cifras en negrita.
ricana Los párrafos y apartados tienen también
webster Webster’s encyclopedic unabrid- numeración decimal, pero siempre en línea
ged dictionary of the english con el texto y tipografiada con cifras nor-
language males, sin diacríticos.

En cuanto a los signos, también se ha Para remitir de una parte a otra de la


intentado ser parco en su empleo, por lo obra se utiliza una flecha (→) que significa
que se usan solo los más habituales. «véase» y que precede siempre a la cifra del
capítulo, párrafo o apartado al cual remite.
§ remite a uno o más párrafos o a Por ejemplo, ‘→ 4.3.1’ remite al apartado
un párrafo y un apartado 1 del párrafo 3 del capítulo 4. Si se remite
= en una cita directa indica que en a un párrafo concreto dentro de esta divi-
el original hay punto y aparte; sión del texto, se indica con un guión (-):
en los demás casos, «igual a» ‘→ 4.3.1-2’. Cuando la remisión se hace a
[...] en una cita directa indica que se un cuadro, la grafía es esta: ‘→ c. 5.1’, que
ha omitido parte del texto origi- se lee «véase el cuadro 5.1». En la línea de
nal folio aparecen las cifras de los respectivos
indica la sílaba tónica de una párrafos o apartados, para facilitar su bús-
voz que no debe recibir tilde queda.
LIBRO PRIMERO

ORTOGRAFÍA USUAL
0. Introducción

Llamamos ortografía a la parte de la ñola, se inició en 1741 y llegó hasta 1820


gramática que establece los principios nor- con la novena edición, y posteriormente
mativos para la recta escritura de las pala- con el Prontuario de ortografía (1844-
bras de una lengua, su división a final de 1867 y 1870-1928). No obstante, desde
línea y el empleo adecuado de los signos 1870 la ha mantenido también como parte
de puntuación, la atildación, las mayús- de la gramática, dentro de la analogía, que
culas, etcétera. Para distinguirla de la correspondía a lo que hoy se llama morfo-
ortografía técnica y la ortotipografía, suele logía, es decir, el estudio de los accidentes
denominarse ortografía usual. y propiedades de las palabras consideradas
aisladamente (a lo que la Academia, hasta
0.1. La ortografía, su historia 1796, había llamado etimología). La gra-
y sus normas. mática de 1959 le dedica una parte que
se llama así, «Ortografía». En la edición
0.1.1. Generalidades. 1. La ortografía actual (ole 10) introduce, en el capítu-
es una parte aislable de la gramática. Pue- lo 1, una serie de estudios que contribuyen
de estudiarse, pues, junto con esta o como en demasía a explicar qué se entiende por
materia autónoma, aunque conceptual- ortografía.
mente debe considerarse parte de aquella. Actualmente hay cuatro fuentes acadé-
Antiguamente aparecía integrada en la micas donde se trata el tema ortográfico:
analogía, pero en la actualidad se la sitúa la Nueva gramática de la lengua española
en la fonología (Esbozo, 1973), aunque (ngle 2009) —desde el 2009)—, la Or-
más propio parezca considerarla parte de tografía de la lengua española (ole 10)
la morfología. Los gramáticos del período —desde el 2010—, el Esbozo de una
de confusión o anárquico la incluían en la nueva gramática de la lengua española
gramática, pero también le dedicaban obra (Esbozo) —desde 1973, si bien en este
independiente (por ejemplo, Nebrija, 1492 caso sin carácter preceptivo—, el Dic-
y 1517). La Academia la incluyó por pri- cionario panhispánico de dudas (dpd )
mera vez en el proemio del Diccionario de —desde el 2005— y una fuente donde se
autoridades (1726-1739), pero pronto le pone en práctica la doctrina académica:
dedicó obra aparte en una serie de edicio- el drae . Por el hecho, entre otros, de que
nes que, con el nombre de Ortografía espa- las fechas de sus ediciones no coinciden,
32 0.1.2. FUNDAMENTOS DE LA ORTOGRAFÍA ESPAÑOLA

entre estas fuentes suele haber importantes pañola sea injustificadamente difícil para
contradicciones y desfases, aspecto que la quienes la estudian, en particular a partir
Academia nunca ha conseguido superar de la edición de la ole 10, especialmente
desde que fue fundada. La publicación por densa y compleja.
la Real Academia de la Ortografía de la
lengua española en 1999 no vino a resol- 0.1.2. Fundamentos de la ortografía
ver los problemas que la materia arrastra española. «Tres principios dan fundamen-
desde hace tiempo, sino que, al revés, to a la Ortografía española: la pronun-
creó dificultades nuevas que complicaron ciación de las letras, sílabas y palabras; la
el espacio ortográfico del español. Para etimología u origen de las voces, y el uso
dificultar más si cabe el panorama, poste- de los que mejor han escrito» (orae 74, 7)
riormente la Academia colocó en Internet (v. Esteve Serrano, 1982: 68-73).
el Diccionario panhispánico de dudas, en
el cual se aborda de nuevo la ortografía, 0.1.2.1. La pronunciación como
esta vez con mayor aliento que en el librito FUNDAMENTO DE LA ORTOGRAFÍA. 1. El
de 1999. Pero, fatalmente, todas las fuen- arte de pronunciar bien las palabras se
tes académicas que tratan este tema son llama ortoepía, también ortología y, menos
contradictorias entre sí y a la postre el comúnmente, ortoepeya. Su influencia en
usuario de la lengua escrita no sabe ya a la ortografía es sobradamente conocida:
qué carta quedarse en un campo tan am- una de las causas de disgrafía o escritura
plio y diverso. Para complicar las cosas, a incorrecta se desprende de ciertos vicios de
finales del año 2010 la Academia publicó dicción. Por ejemplo, quien deslateraliza la
la última edición, hasta el presente, de su ll y la sustituye fonéticamente por y (caba-
Ortografía de la lengua española, obra de llo > cabayo, pollo > poyo, llevar > yevar)
800 páginas cuyo desorbitado contenido corre el riesgo, cuando menos en un nivel
supone una rémora más para su intelección elemental de conocimiento ortográfico, de
por parte del destinatario. trasladar al plano de la escritura lo que
2. Aunque la lingüística actual puede realiza a nivel fonético; quien pronuncia
someter la ortografía a métodos científicos llevastes y périto es natural que escriba esto
(v. Jauralde Pou, 1981: 98), tradicional- y no llevaste y perito, que es lo correcto.
mente esta no ha sido considerada una 2. Sin embargo, la primera base de la
ciencia, sino una técnica o un arte. La or- escritura castellana y de su ortografía fue,
tografía se acomoda a las reglas por las que precisamente, la pronunciación. A pesar de
se gobierna en cada época, reglas que no que la primitiva ortografía es una prolon-
permanecen necesariamente inmutables (en gación de la de los siglos xi y xii, se des-
parte porque, siendo un hecho eminente- taca por un afán de precisión, sencillez y
mente social, es la sociedad la que impone regularidad. Alfonso X el Sabio (siglo xiii)
su modus operandi, aunque en la práctica se fundamenta en la pronunciación viva
las plasme en reglas ordenadas una institu- cuando trata de regular el uso de la lengua
ción como la Academia). En cualquier ca- escrita. El mismo Nebrija se atiene a la
so, se trata de una materia compleja, difícil pronunciación y, siguiendo a Quintiliano,
de dominar en su estado actual (como lo fija el principio de que hemos de escribir
fue asimismo en sus estados anteriores). El como pronunciamos, pues de lo contrario
desajuste entre fonema y letra, el hecho de —dice— en vano fueron creadas las letras.
que un mismo fonema pueda representarse Fueron asimismo fonetistas, entre otros,
con más de un grafema, la abundancia de Ambrosio de Morales, Fernando de Herre-
alternancias ortográficas registradas en el ra, Juan López de Velasco, Juan Sánchez,
drae y, finalmente, la falta de reglas en Mateo Alemán, Gonzalo Correas y Juan de
unos casos y la oscuridad de algunas de Villar, como después Bello, García del Río,
ellas en otros hacen que la ortografía es- Sarmiento y otros.
0.1.2.1. LA PRONUNCIACIÓN COMO FUNDAMENTO DE LA ORTOGRAFÍA 33

3. La Academia, que en un primer mo- sin variar el alfabeto en cada localidad y


mento fue también fonetista, hoy, aunque de siglo en siglo». Afortunadamente para
mantiene el principio, lo es menos que nun- la unidad gráfica de nuestra lengua, las
ca, y ello tiene explicación, incluso históri- desviaciones del fonetismo considerado
ca. Era lógico que los primeros ortógrafos estándar, como pueden ser el seseo, el ceceo
fueran partidarios de tomar la pronuncia- y el yeísmo, afectan a la pronunciación,
ción como fundamento de la ortografía pero, en general, salvo casos esporádicos,
de la nueva lengua, todavía mezclada en no a la escritura. Hay, pues, unidad gráfica
gran parte con la que le dio el ser: el latín dentro de la variedad fonética.
vulgar traído a la península por las tropas 4. Pero el fonetismo presenta otros pro-
romanas y los comerciantes. El fonetismo blemas, y aquí es donde, hasta ahora, la
era, pues, casi una necesidad, sobre todo Academia ha fallado, en general, al man-
en una época de incuria cultural en la que tener ciertas grafías eruditas que el grueso
el grafismo latino ya no representaba el del público hispanohablante rechaza. En
fonetismo del castellano. Sin embargo, una algunos casos, por el prurito de mantener
vez desechadas en su mayor parte las gra- grafías cultas, existe un divorcio entre lo
fías latinas y acomodados los grafemas a la pronunciado y lo escrito. El mismo Cuervo
fonética castellana, la Academia tenía que (1954: i, 937) decía: «Nuestra ortogra-
batirse en retirada en este campo, que ha- fía y nuestra prosodia presentan además
bría resultado muy peligroso habida cuen- el conflicto entre el lenguaje popular y el
ta del traslado de la lengua castellana a los erudito. Al romanzarse las voces latinas,
países de América descubiertos por España se simplificaron los grupos de consonan-
(en 1492, año en que Nebrija publica la tes, ya produciendo nuevos sonidos, ya
primera gramática de nuestro idioma). La eliminando alguno [...]. Las consonancias
variedad de matices en la pronunciación y multitud de ediciones dejan ver que
habría propiciado, sin duda, la aparición nuestros mayores decían dino, indino, be-
de grafías distintas de una a otra región nino, aceta, preceto, afeto, Egito, afeción,
geográfica, aun dentro de un mismo país sinificar [...]. Es sin duda que, consiguiente
(sucede en España, cuánto más en aquellos al hábito de escribir en latín, la escritura
países hispánicos que la duplican, triplican etimológica provocó entre los eruditos
y aun cuadruplican en extensión). Como la pronunciación de letras que popular y
dice Cuervo (1954: i, 927), «Examinados familiarmente ni se pronunciaban ni se
cuidadosamente los sonidos de una len- pronuncian hoy [...]. La Academia, ha-
gua literaria, ya dentro de ella misma, ya ciendo concesiones al uso popular, como
comparándolos con los de otras, resulta no podía menos de hacerlas, se ladeó a la
que su número es generalmente mucho manera de hablar erudita; pero no tardó en
mayor que el de los caracteres con que el reconocer que pronunciaciones como subs-
uso las representa; de suerte que cada sig- tancia, obscuro, extranjero, extraño, trans-
no, más que un sonido único y exclusivo, poner pecaban de ásperas y afectadas, y en
denota el tipo de una serie de sonidos más la cuarta edición del Diccionario (1803),
o menos parecidos. Sin acudir a las lenguas atendió al uso popular, y lo sancionó otra
extrañas, ni siquiera a las pronunciaciones vez el año de 1815 en la Ortografía. Pos-
provinciales, en nuestra habla común hay teriormente volvió sobre sus pasos, y en
bastante diferencia en la d o la s según los últimos tiempos llega a dar preferencia
están en medio o en fin de dicción, como a obscuro, substancia sobre oscuro, sus-
en la j antes de a o de i. [...] Así, en rigor tancia. No creo que haya casa alguna en
no siempre es exacto dar como número que se diga caldo substancioso: semejante
de los sonidos el número de letras, y por afectación es contraria al genio de nuestra
consiguiente es poco científico el llamado lengua». Menéndez Pidal (1977: 11) coin-
principio de escribir como se pronuncia, cide con la opinión de Cuervo: «Como
34 0.1.2.2. LA ETIMOLOGÍA COMO FUNDAMENTO DE LA ORTOGRAFÍA

muchas voces cultas ofrecen grupos de mento de la ORTOGRAFÍA. En relación


consonantes extraños a la lengua popular, con la etimología, dice la orae (1974: 7):
resultan de pronunciación difícil, que se «Voces escribimos con arreglo a su etimo-
tiende a simplificar. Esta simplificación fue logía u origen, es decir, como se escribía
admitida en el habla literaria; los poetas, cada una de ellas en la lengua de donde fue
hasta el siglo xvii hacían consonantar dino tomada para la nuestra; voces tenemos que
(por digno), malino y divino; efeto (por por la fuerza del uso se escriben contra la
efecto), conceto (por concepto) y secreto; etimología». Una y otro están, en la prácti-
coluna (por columna) y fortuna, etc. Así ca, en permanente forcejeo, lo que supone
en Gómez Manrique, Garcilaso, Cervan- el enfrentamiento de lo erudito, con su car-
tes, Quevedo, Calderón, Solís; pero en el ga de elitismo, con lo usual, más cercano a
siglo xviii reaccionó el cultismo e impuso la realidad cotidiana del lenguaje hablado
la pronunciación de todas las letras latinas, y escrito. La tendencia etimologista en la
salvo en voces muy divulgadas, como deli- grafía está representada hoy por la Acade-
to, delictum, luto frente a luctuoso, fruto mia, que ha vuelto a sus conceptos iniciales
frente a fructífero, respeto junto a respecto, fijados en el proemio del Diccionario de
sino junto a signo». autoridades por su redactor, Adrián Cón-
5. Una, y no la menor, de las dificulta- nink. Pero si el fonetismo tiene sus lógicas
des con que el usuario tropieza al convertir limitaciones, como se ha visto anterior-
su lenguaje hablado en lenguaje escri- mente, el etimologismo tiene, por su parte,
to es precisamente la inadecuación entre su buena carga de contradicciones, de tal
los fonemas y su representación gráfica, modo que, llevado hasta sus últimas conse-
los grafemas. Como dice Burgos Alonso cuencias, obligaría a escribir hoy como se
(1978: 6), «Si bien nuestra lengua se carac- hacía, por ejemplo, en el siglo xv. Fueron
teriza por su fonetismo, es evidente que no etimologistas Francisco Cascales, Miguel
existe una exacta correspondencia entre fo- Sebastián, Juan de Robles, Gonzalo Bravo
nemas y grafías [...]. Así nos encontramos Grajera y otros. En sus primeros tiempos,
con grafías que tienen distintos sonidos como queda dicho, fue etimologista la
según los casos, como c, g; grafías que no Academia, si bien poco después pasó a
tienen sonido, como h, u [en los dígrafos conceder importancia al uso, seguido de la
gu, qu, monofonemáticos]; sonidos que pronunciación y situando en último lugar
se representan por grafías distintas, como la etimología. Hasta 1837, la Academia
g y j, b y v, etc.; en pocas palabras, los aún estaba abierta a las sugerencias de los
errores más frecuentes en la ortografía son autores y atenta al rumbo que seguía la
consecuencia del hecho lingüístico de que a lengua. Sin embargo, a partir de 1844, una
cada letra no corresponda un sonido único vez emitida la real orden de 25 de abril,
y a cada sonido un solo signo gráfico». Ya se atrincheró tras la autoridad oficial que
Navarro Tomás (1980: 31-32) había hecho le fue conferida e impuso su ortografía en
hincapié en este desajuste: «La ortografía todo el mundo hispánico y con ella, poco
oficial española, aunque más fonética que a poco, la vuelta al etimologismo como
la de otros idiomas, dista mucho de reflejar fundamento destacado de la ortografía.
convenientemente la pronunciación». Así Esta tendencia alcanza los tiempos actua-
pues, el fonetismo ejerció su influencia en les, en los que la Academia mantiene en
la época histórica de la ortografía, pero no el drae grafías que responden a la etimo-
es hoy, ni mucho menos, el fundamento logía y no al uso ni a la pronunciación (si
que tenga más en cuenta la Academia, en bien es cierto que últimamente, en algunos
cuyas resoluciones suele tener más peso la casos, parece inclinarse de nuevo por el
etimología. uso). Una letra como la h, por ejemplo,
se mantiene única y exclusivamente por
0.1.2.2. La etimología como funda - razones etimológicas, puesto que en espa-
0.1.4.1. PERÍODO FONÉTICO 35

ñol actual es, en general, letra muda. Sin 0.1.2.2. Ortografía de la sílaba . El
embargo, la Academia la emplea incluso estudio de la sílaba, con los fenómenos a
en palabras que en su etimología no tienen que puede dar lugar (diptongos, hiatos,
h (como sabihondo) o la ha suprimido triptongos), constituye un excelente punto
donde figuraba en su origen (como ahora, de partida para entender la división de pa-
asta). labras y la atildación.

0.1.2.2. EL USO COMO FUNDAMENTO 0.1.2.2. Ortografía de la palabra


de la ORTOGRAFÍA. Como dice Rosen- o lexicológica . Con una, dos o más
blat (1951: cxxxi), ya Horacio señalaba sílabas se forma una palabra. Desde el
el valor del uso, «legislador y norma del punto de vista ortográfico, la ortografía
lenguaje», más poderoso que los Césares. de la palabra tiene que ver con la abrevia-
En 1570, Ambrosio de Morales reconocía ción, acentuación, mayúscula y minúscula,
que el uso imponía propio y no proprio, separación y unión de voces, escritura de
Plutarco y no Plutarcho. La Academia, tras números, así como con ciertos signos
sus primeros pasos, etimologistas como se de los llamados ortográficos que se relacio-
ha dicho, se declaró partidaria de la pro- nan con palabras y no con sintagmas.
nunciación y del uso, en detrimento de la
etimología. Podría decirse que, en general, 0.1.2.4. Ortografía de la frase o
es esta la tendencia actual. sintagmática . Esta parte de la ortografía
estudia los signos de puntuación (que afec-
0.1.2. Partes de la ortografía. Hasta tan siempre a sintagmas u oraciones), así
1999 la Academia no había estructurado como otros que, aunque pueden afectar a
la ortografía para facilitar su estudio y una sola palabra, como las comillas, parén-
análisis, tal como habían sugerido Manuel tesis y corchetes, generalmente tienen usos
Seco (en Rafael Seco, 1969) y José Polo múltiples y se relacionan normalmente con
(1974). Estos autores son los únicos que más de una palabra.
han conferido a sus estudios ortográficos
una estructura coherente que sin duda fa- 0.1.2.5. Ortografía del texto o te -
cilita el conocimiento de la ortografía. En mática . Esta parte de la ortografía com-
la OLE99, como se ha dicho, la Academia prende todos los aspectos ortográficos
adopta a su manera este criterio, explicado que afectan al texto: división de este en
también por mí en el Do85 (1985: 16-17) capítulos, párrafos, apartados; ciertas cla-
y en el dole 95 (1995: 252-252). En la ses de letras (cursiva, negrita, versalita,
actualidad, en la OLE10 la Academia ha iniciales); disposiciones de algunas partes
hecho un esfuerzo notable en beneficio del texto, como lemas, notas, intercalados.
del lector y ha tratado la ortografía desde Esta ortografía —de la que forma parte la
un punto de vista más amplio y clarifica- ortotipografía u ortografía tipográfica— es
dor. Lástima que el trabajo resultante sea la que más a menudo aparece ante el lector
tan denso que impide una lectura com- de textos impresos (sean libros o publica-
prensiva. ciones periódicas, así como impresos de
cualquier tipo).
0.1.2.1. Ortografía de la letra o
literal . El grafema es la unidad mínima 0.1.4. Historia de la ortografía espa-
de la escritura, y por aquí debe empezar la ñola. Suele dividirse la historia de la orto-
estructuración de la ortografía. Es, pues, grafía española en tres períodos o grandes
la base de la que debe partir la exposición, épocas: el fonético, el de confusión o anár-
el análisis y el aprendizaje de la ortografía. quico y el académico.
Si a leer se empieza por la letra, es obvio
que por ella se debe empezar a escribir. 0.1.4.1. Período fonético . Compren-
36 0.1.4.1. PERÍODO FONÉTICO

de desde los orígenes del romance caste- y cada impresor. No debe extrañar la con-
llano hasta la segunda mitad del siglo xvi. fusión de estos tiempos del castellano: el
Las primeras muestras de la nueva lengua propio latín, en el momento de los prime-
que surge en Castilla son las glosas de San ros romances, vacilaba igualmente en su
Millán, el Poema de Mio Cid y las obras escritura. Durante los siglos oscuros, la
de Gonzalo de Berceo (segunda mitad del escritura castellana es patrimonio casi úni-
siglo xii). No existe aún homogeneidad co de monjes y escribanos; con la aparición
lingüística, sino más bien variedades re- de los juglares, la lengua se hace literaria y
gionales con sus propias peculiaridades. se aleja cada vez más de sus orígenes lati-
La General Estoria de Alfonso X el Sabio nos para ajustarse a la pronunciación real.
(siglo xiii) marca el comienzo de la apari- El comienzo de la ordenación ortográfica
ción del castellano como lengua distinta de se da con Alfonso X el Sabio (siglo xiii),
las demás y en ella se ven ya los indicios al convertir el castellano en lengua oficial
de lo que habría de ser la grafía española. del reino de Castilla y ordenar que se escri-
La ortografía castellana inicial es una pro- ban en ella, y no en latín, los documentos
longación de la latina, si bien con muchas oficiales.
vacilaciones debido, por un lado, a la grafía
de las palabras latinas en el nuevo idioma 0.1.4.2. Período de confusión o
y, por otro, a la representación gráfica de anárquico . A partir de la segunda mitad
los sonidos nuevos y peculiares del caste- del siglo xvi, y sobre todo en la primera del
llano. La presencia del grafismo latino en xvii, se producen una serie de confusiones
el castellano se comprende por el hecho de en la ortografía del castellano; a tal punto,
que quienes escribían en romance eran los que en muchos casos ya cada escritor utiliza
mismos que escribían en latín. Debido a la suya, con sus propios signos, su alfabeto,
ello, «[...] no se puede hablar de una orto- etcétera. Mientras unos gramáticos pro-
grafía antigua. La escritura era vacilante e pugnan una vuelta a la grafía latina, otros
insegura, y a veces coexistían siete u ocho pretenden adecuar la del período anterior;
formas de representar un solo sonido» así pues, unos, etimologistas a ultranza;
(Rosenblat, 1951: xiii). «Frente a la diver- otros, fonetistas acérrimos. La obra de Ne-
gencia de los usos, nunca consecuentes ni brija Reglas de Orthographia en la lengua
sistemáticos, la imprenta misma impondrá castellana (1517) va a servir para marcar
la necesidad de una regulación. Entonces es la pauta de la futura ortografía castellana,
cuando empieza a hablarse de ortografía. sus tendencias: «[...] escriuimos una cosa e
Los primeros impresores [...] conservan pronunciamos otra». Ya en su Gramática
los hábitos ortográficos de mediados del castellana de 1492 había sentado el princi-
siglo xv [la imprenta se inventó en Europa pio del fonetismo: «[...] assí tenemos de
en 1440, aproximadamente], con todas escriuir como pronunciamos: i pronunciar
sus irregularidades, pero a medida que los como escriuimos: por que en otra manera
textos impresos en romance van cobrando en vano fueron halladas las letras». Nebri-
importancia y destierran casi por completo ja es seguido por otros gramáticos y ortó-
la labor manuscrita, los impresores mismos grafos (Ambrosio de Morales, Fernando
se van a preocupar de la regulación orto- de Herrera, Juan López de Velasco, Juan
gráfica: en Italia, Aldo Manuzio; en Fran- Sánchez, Mateo Alemán, Gonzalo Co-
cia, Geofroy Tory, luego los Estienne. En rreas, Juan de Villar...). Pero frente a esta
España va a ser un humanista, Antonio de corriente surge la etimologista, latinizante,
Nebrija, el primero que tratará de ordenar partidaria de un tradicionalismo del que ya
y fijar la ortografía castellana» (Rosenblat, había habido pruebas anteriormente. Per-
1951: xxii). Pero aún a fines del siglo xvi tenecen a esta corriente Francisco Cascales,
la ortografía castellana seguía al arbitrio Miguel Sebastián, Juan de Robles, Gonzalo
de cada maestro de escuela, cada escribano Bravo Grajera; según este, «[...] las lenguas
0.1.4.3. PERÍODO ACADÉMICO 37

derivadas del hebreo, el griego y el latín y del Diccionario de autoridades, que la


compuestas han de guardar, en lo posible, Academia encomendó a Adrián Cónnink,
en la escritura de los vocablos prestados, quedan fijados los principios que regirán
las normas de la lengua de origen» (cit. en el futuro esta materia: se minimiza la
Rosenblat, 1951: lvii); más tarde, la Aca- importancia del principio de Quintiliano
demia seguiría, en parte, las opiniones adoptado por Nebrija (→0.1.2.1-2) y se
ortográficas de Bravo Grajera. Así pues, hace hincapié en el etimologismo, si bien
la ortografía fue, a lo largo de todo el con alguna concesión al uso en las pa-
siglo xvii, como lo seguiría siendo incluso labras puramente castellanas, sin raíces
después de fundada la Academia (1713), latinas. En esta elección se tuvo en cuenta
materia de opinión personal. No existía el criterio etimológico de López de Velas-
una norma de aceptación general, de uso co y de Bravo Grajera. Pero, al propio
constante y de acatamiento generalizado, tiempo que la prudencia de los primeros
ni siquiera entre las capas más cultivadas. pasos de la Academia, surge también lo
Las tendencias fonética y etimologista se que Rosenblat ha llamado fanatismo or-
habían atrincherado y cada cual defendía tográfico: «[...] aquel que no se atenga a
su criterio particular, sin que a nadie se la ortografía será tachado de ignorante,
le reconociese autoridad en materia tan y atenerse a la ortografía será atenerse a
delicada. la etimología» (Rosenblat, 1951: lxiv).
Sin embargo, en la primera edición de la
0.1.4.2. Período académico . En una Orthographia (1741), la Academia invierte
época ciertamente vacilante y contradic- el orden de importancia de sus principios
toria de la ortografía castellana, el 6 de fundamentales; así, la pronunciación pasa
julio de 1712 se funda en Madrid la Real a ocupar el primer lugar, seguido del uso y,
Academia Española «para cultivar y fixar en último lugar, la etimología (→ 0.1.2.2).
la lengua castellana». Sigue los pasos de Este cambio de actitud se advierte en el
organismos semejantes extranjeros de fun- mismo título de la obra, que ya en la se-
dación anterior, como la Accademia della gunda edición (1754) no es Orthographia,
Crusca (1582), en Italia, y la Académie sino Ortografía. En esta edición, además,
Française (1629), en Francia. En honor añade al alfabeto ch, ll y ñ, «que son letras
a la verdad, hay que decir que la actua- propias nuestras», y desecha la ch de los
ción de la Academia en sus primeros helenismos y la p de psalmo, ptisana, etcé-
años es realmente asombrosa: de 1726 a tera. La quinta (1817) se redacta de acuer-
1729 da a luz su famoso Diccionario de do con todas las reformas realizadas desde
autoridades, en seis volúmenes; en 1741 1713. La Academia no se considera juez,
aparece la primera edición de su Ortho- sino que invita al público ilustrado y a los
graphia (ya a partir de la segunda edición doctos a que le abran camino para otras
escribirá Ortografía); en 1771, la primera innovaciones. Esta atención al público
de su Gramática castellana, y en 1780, la ilustrado, a los doctos y al «rumbo que
primera del Diccionario común. A pesar seguían los buenos escritores» llega hasta
de sus muchos desaciertos y errores, como 1827. Pero la ortografía académica de la
dice Rosenblat (1951: lxiii), su influencia, época no es hegemónica. Aquí y allá surgen
debido a su carácter de entidad oficial, de reformadores no conformes con que aquella
órgano lingüístico de la monarquía espa- sea la única ortografía válida. Así, Bello,
ñola, ha sido desde entonces generalizada García del Río, Francisco Puente y Domin-
e indiscutible. La Academia se muestra go Faustino Sarmiento, en América, y en Es-
prudente en sus primeros pasos al for- paña Mariano José Sicilia, Mariano Vallejo,
mular las reglas básicas de la ortografía A. M. de Noboa, Vicente Salvá y otros.
española. Ya en el «Discurso prohemial de Se llega, pues, a un período de confusión
la Orthographia de la lengua castellana» en el que no prevalece ninguna ortografía.
38 0.1.5. SIMPLIFICACIÓN DE LA ORTOGRAFÍA

Ante este estado de cosas, el Consejo de sistema ortográfico que nos envidiarían
Instrucción Pública se dirige a la reina Isa- otros idiomas.
bel II, quien, por real orden de 25 de abril
de 1844, impone la obligatoriedad de ense- 0.1.5. Simplificación de la ortografía.
ñar la ortografía académica en las escuelas. Aun sin alterar un ápice el sistema ortográ-
La reina pide a la Academia que resuma sus fico actual, la ortografía puede facilitarse
normas en un manual breve y claro, para simplificándola; para ello no se requiere
su empleo en la enseñanza, y la Academia una autorización especial de la Academia,
redacta, en 1844, el Prontuario de orto- sino meramente una decisión personal:
grafía de la lengua castellana, dispuesto de dentro de lo permitido, utilizar lo más
Real Orden para el uso de las escuelas pú- simple, aquello que está en la esencia de
blicas por la Real Academia Española con la lengua y en la corriente de su genio. Por
arreglo al sistema adoptado en la novena ejemplo, el drae registra una serie de gra-
edición de su Diccionario. Este prontuario fías complejas que alternan con otras más
representa la oficialización de la ortografía simples (alternancias o alografías, es decir,
académica, que se convierte en dogma. formas intercambiables): un paso adelante
Desviarse de ella supone, desde entonces, en la simplificación ortográfica consiste en
error ortográfico. Los autores disidentes se rechazar el uso de grupos cultos o comple-
someten a la normativa oficial y de allí en jos en favor de las formas simplificadas.
adelante, hasta la actualidad, la Academia En los grupos de letras que tienen igual
dicta sus normas y el público ilustrado y pronunciación (b/v; g/j ante e, i; c/z ante e,
los doctos son sus fieles seguidores. «Desde i; c/k ante a, o, u y qu ante e, i; etcétera)
entonces —a pesar de vicisitudes y contra- deben elegirse aquellas que representan los
tiempos—, toda la vida intelectual hispá- sonidos españoles de tales grupos alter-
nica ha tendido hacia la convergencia. [...] nantes (b, j, c ante e, i y c ante a, o, u). En
= La unidad ortográfica es hoy un hecho, las alternancias h/Ø, la decisión no ofrece
y este hecho es consecuencia de una uni- dudas: en aquellas palabras en que la
dad más amplia, la cultural y la lingüísti- Academia lo permita, eliminar la h: acera,
ca. [...] = La ortografía académica se ha armonía, mejor que hacera, harmonía. En
convertido en la ortografía castellana. Se los grupos vocálicos debe optarse asimis-
ha impuesto por una virtud fundamental: mo por los más simples: contralmirante,
el ser la única norma de validez general, rencuentro, remplazo, rembolso.
el único uso general y constante, y por lo Lo mismo cabe hacer con los grupos
tanto la única que puede satisfacer el legí- consonánticos, aunque aquí se presentan
timo afán de unidad. Por más discutible que muchos problemas, debido, sobre todo, a
sea, y por dudosos que parezcan sus títulos, las vacilaciones e inconsecuencias acadé-
no hay actualmente ninguna otra que pueda micas; en principio debe tenderse siempre
ostentar títulos superiores» (Rosenblat, 1951: a la simplificación de estos grupos (bs en
cxxxi). s, ds en s, gn en n, mn en n, ns en s, pn en
Sin embargo, y pese al pretendido fone- n, ps en s, st en s), pese a que tienen mu-
tismo de la ortografía española, esta sigue chos adeptos todavía, tal vez por la razón
siendo tan compleja que el camino que que expone E. Lorenzo (1994: 174): «En
aún queda por delante para perfeccionarla el fondo, quien hace alarde de cultismos,
es largo y difícil. No hay ninguna razón, sea por pedantería u otra causa, lo hace
ni histórica ni de ningún otro tipo, según también a menudo por distinguirse del
la cual la ortografía sea inamovible e in- vulgo ignaro —como los importadores
tocable. Muy al contrario: si la Academia del barbarismo inútil— y no tiene interés
hubiera seguido el ritmo de reforma de sus en abaratar la mercancía». Pues bien: hay
cien primeros años, a estas alturas tal vez que abaratar decididamente esa mercancía;
dispondríamos los hispanohablantes de un por poner un ejemplo, resulta obvia la gra-
0.1.6. LA CORRECCIÓN 39

tuidad de escribir subscriptor, subscritor 0.1.6. La corrección. En el terreno de


o suscriptor cuando la Academia permite la ortografía, la corrección es la acomoda-
también utilizar una grafía tan simple ción de la lengua a unas exigencias que se
como suscritor: ¿para qué escribir letras proponen como norma de conducta en la
inútiles si no se pronuncian? escritura.
En el campo de la acentuación cabe
también simplificar las cosas en aquellos 0.1.6.1. Generalidades . Desde el
casos que lo permitan (quede constancia punto de vista de la ortografía, la noción
de que en ciertas palabras es necesario de corrección e incorrección está en rela-
mantener las dos acentuaciones, sobre to- ción con unas normas o reglas emanadas
do en voces que no son alternantes como de una institución a la que se reconoce
futbol [México] y fútbol [España]): de autoridad moral para legislar sobre la ma-
las palabras biacentuales que la Acade- teria. Así pues, las grafías de las palabras
mia registra (→ 4.6), debe elegirse una, serán correctas o incorrectas según que se
la que parezca más usada en una área acomoden, en su aspecto gráfico, a aque-
determinada, y desechar la otra, con lo llas reglas. Con anterioridad a la fundación
cual se habrán resuelto una porción de de la Real Academia Española (1712), y
dudas; si, además, se escribe siempre sin aun después, existía gran desajuste en el
tilde este, ese, aquel (con sus femeninos campo de la ortografía, debido sobre todo
y plurales) y solo (como ahora manda la a que cada cual escribía según su propio
Academia), el paso hacia la simplificación criterio, unos muy etimologistas, otros
de la ortografía habrá sido considerable. acomodándose al uso y aun otros sin orden
Por otro lado, se conseguirá simplifi- ni concierto (→ 0.1.4.2).
car un aspecto importante si, en aquellas Las normas emanadas de la Academia,
palabras que la Academia registra en uno que se acatan en todo el mundo hispánico,
y en más de un término, se elige el que se podrán ser discutibles y discutidas, pero en
escribe en una sola voz, con lo que también materia de ortografía es preferible la exis-
se eliminan muchas dudas inútiles; por tencia de una norma, aunque sea defectuo-
ejemplo, escribir aprisa, deprisa, ensegui- sa, que la falta de ella. Desde este punto de
da, camposanto, bajorrelieve, entretanto, vista, hay que reconocer que la existencia
asimismo, etcétera, en lugar de las mismas de la Academia y la general sumisión a sus
palabras separando sus componentes: a dictámenes han conferido al español una
prisa, de prisa, en seguida, etcétera (→ 9). unidad gráfica universal que está por en-
Y aún quedan simplificaciones; por cima de las naturales diferencias fonéticas.
ejemplo, entre lubricante y lubrificante, A los expertos, pues, solo les queda
parece que la primera tiene más adeptos espolear a la institución madrileña para
—acaso por más corta y más fácil de pro- que avance cada vez más en el camino del
nunciar— que la segunda; pues ella será perfeccionamiento de las normas por que
la elegida. Entre quizá y quizás —prescin- se rige el lenguaje escrito, hoy aún lejos
diendo de la peregrina teoría de que si le si- de la coherencia interna que se le debe
gue palabra que comience con vocal es me- exigir. No se olvide que, con casi cuatro-
jor quizás— se elegirá quizá, más simple y cientos millones de hablantes, es una de las
con menos problemas. En las palabras que más importantes lenguas del mundo y, en
pueden escribirse con guión o en bloque, consecuencia, la Academia debe hacer un
la tendencia simplificadora debe elegir la esfuerzo para normalizar todos los aspec-
segunda; por ejemplo, cantabroastur mejor tos ortográficos que puedan ser objeto de
que cántabro-astur, hebraicoespañol mejor normalización. A este respecto, no basta
que hebraico-español (obsérvese que en el con lo realizado en la OLE10, ya que de
primero de estos dos ejemplos se elimina lo que se trata es de aclarar y aligerar el
también una tilde) (→ 10.5.20.1.2). bosque, no de crear más faramalla.
40 0.1.7. REGLAS Y EXCEPCIONES

0.1.7. Reglas y excepciones. Una regla es casi enteramente desde el punto de vista
o norma es la formulación de un proce- del lector, con su sistema auxiliar de acen-
dimiento que representa el uso normal y tos. Podrán discutirse muchos de sus deta-
general en el campo de la escritura de una lles, siempre perfectibles, pero es evidente
lengua, de la que se excluyen las excep- que la ortografía de un pueblo de rica tra-
ciones. dición cultural no puede ser una notación
fonética rigurosa. Es siempre un sistema
0.1.7.1. Necesidad de una regla or - convencional, que se acepta con todos sus
tográfica . ¿Es necesaria una regla orto- defectos, por su validez colectiva». Esto no
gráfica para el español? Todos los idiomas quiere decir, evidentemente, que el usuario
necesitan reglas ortográficas. El hecho de de la lengua escrita no deba estimular a la
que el inglés, por ejemplo, carezca de una Academia en el camino del perfecciona-
academia (como la tienen el francés y el miento de la ortografía. Poner de mani-
español) no quiere decir que no se rija por fiesto sus inconsecuencias, incoherencias
reglas; normalmente, el proceder de otra y errores es una forma de trabajar en esta
institución se convierte, de hecho, en la re- dirección. De aquí que la no obediencia a
gla general seguida por los demás hablan- las normas y usos académicos claramente
tes (por ejemplo, el Diccionario de Oxford equivocados, arbitrarios o no suficiente-
o el Webster estadounidense sirven a in- mente justificados sea beneficiosa para el
gleses y norteamericanos, respectivamente, sistema y no al revés. En esta edición de la
de código igual que el drae en el mundo presente obra se hace necesario en algunas
hispánico). Cosa distinta es si la regla se ocasiones manifestar la desaprobación de
acomoda a la realidad social, si evoluciona ciertas normas emanadas de la Academia,
oportunamente y si es coherente y respe- en especial en lo relativo a la edición del
tuosa con las tendencias populares. Las re- 2010 (aquí abreviado en la forma OLE10).
glas actuales de la ortografía española han
sido establecidas por la Academia desde 0.1.7.2. Las excepciones . Las excep-
su fundación en 1712. Si bien hasta 1844 ciones son formas de la escritura correcta
fue muy discutida y no siempre seguida, que se apartan de la regla general.
a partir de esa fecha la obediencia a sus En ortografía, las excepciones son tan
decisiones y normas es general en el mundo importantes como las reglas, de las cuales
hispánico. dependen. Pocas reglas hay en este campo
que no dispongan de su correspondiente
0.1.7.2. Acatamiento a la normati - excepción. El conocimiento de esta es tan
va ORTOGRÁFICA DE LA ACADEMIA. El importante como el de la propia regla. Las
sistema ortográfico actual, que es el ema- excepciones obedecen, en muchos casos,
nado de la Academia, podrá satisfacer a razones de etimología o tradición. De
o no, pero, como regla general, mien- hecho, las palabras suelen adecuarse a
tras no se reforme debe respetarse. Entre una regla en función de sus componentes:
tanto defecto como pueda achacársele, para escribirlas con una grafía determi-
tiene una virtud inapreciable: mantie- nada se atiende a su precomponente o a
ne la unidad gráfica del idioma a lo su poscomponente, pero a veces algunas
largo y a lo ancho de las naciones que palabras no coinciden exactamente con las
lo hablan y escriben, que lo usan como me- restantes de la misma regla pese a que haya
dio de comunicación humana entre cerca coincidencia de los componentes, razón
de cuatrocientos millones de personas. Co- por la cual constituyen un subgrupo aparte,
mo dice Rosenblat (1951: cxxxv), «Con la excepción de la regla. La única manera
todas sus inconsecuencias, la ortografía de reducir de forma importante el núme-
castellana es, entre las modernas, la que ro de excepciones que afectan a las reglas
más se acerca a una escritura fonética. Lo ortográficas sería llevar a cabo una re-
0.1.8. LAS DISGRAFÍAS, CACOGRAFÍAS O FALTAS DE ORTOTGRAFÍA 41

forma de la ortografía, pero, por lo que nuación, «atendiendo a la función esencial


se puede intuir, esa solución se halla bien del lenguaje en bloque —comunicativa—,
lejana. las faltas más graves serían aquellas que
produjeran una interferencia o ruido en
0.1.8. Las disgrafías, cacografías o fal- el mensaje, su interpretación errónea (a
tas de ortografía. Con estos tres términos pesar del contexto): sean de puntuación, de
nos referimos a un mismo hecho: la escri- acentos o de lo que fuera». Carlos P. Otero
tura que se aparta de las reglas que rigen (cit. Polo, 1974: 520-521) hace hincapié,
la grafía de una lengua y que por ello se muy acertadamente, en los mecanismos
considera incorrecta. de la ortografía: «Más importante que
escribir viviendo y no bibiendo (como se
0.1.8.1. Concepto de falta de orto - pronuncia) es saber cuáles son las sílabas
grafía . Asegura Rosenblat (1951: cxxvii, y cuáles son los morfemas de esa pala-
cxxxi) que, desde que fue oficializada en bra y de todas las demás. Sin saber eso, ni se
1844, en todas las escuelas de España se puede hablar ni se puede escribir “correc-
enseña la ortografía académica, y cual- tamente”». En este orden de cosas, queda
quier desviación se considera error, falta claro que es peor falta ortográfica escribir
de ortografía o extravagancia (→ 0.1.4.1). halma que escribir ombre, escribir vurro
Queda, pues, claro que el concepto de falta que bacío, o targeta que jeneral: aparte de
de ortografía depende de la aceptación y que suenan igual (y no hay interferencia
el cumplimiento de las normas emanadas con grafías parónimas), la tendencia gene-
de la Academia. Sin embargo, puesto que ral es la de suprimir un signo que no tiene
tales normas son en algunos casos contra- sonido (la h), unificar en un solo signo b
dictorias o incoherentes, este concepto se y v (en favor de la b) y g y j (en favor de j
complica y, por consiguiente, requiere una ante e, i); así pues, aun siendo faltas orto-
aclaración. gráficas actualmente (puesto que el código
por que nos regimos no prevé aún el uso
0.1.8.2. Valoración de la falta de de tales grafías), lo son en menor grado
ortografía . En la valoración de las faltas que puntuar mal, atildar inadecuadamente
ortográficas, Salvador Mañero (en Polo, (o dejar de atildar), etcétera, puesto que
1974: 524) cita el siguiente orden: «a) sin aquí puede resultar afectado el sentido del
duda, las más graves son las fonéticas —no mensaje y ser este mal interpretado.
puramente ortográficas—, que implican Por otro lado, es necesario valorar la
un cambio de fonema, como la omisión falta de ortografía según la persona que
indebida de u tras g o de su diéresis; b) el la comete. Lo más natural es que un alumno
segundo lugar corresponde precisamente de educación primaria cometa las normales
a la acentuación incorrecta, y, apenas si a en un período de inseguridad y falta de co-
su zaga, siguen la ausencia de acentuación nocimiento de la materia. Es asimismo na-
o, cuando de ello se origine anfibología, la tural que las cometan las personas, incluso
de puntuación; c) próximas en gravedad a adultas, que por desgracia no tuvieron una
las anteriores están las grafías erradas, que formación adecuada desde este punto de
confunden un término con otro homófono vista. Sin embargo, no es perdonable que
de distinta significación; d) y solo en último un estudiante llegue a los primeros cursos
lugar figurarán los cambios de una letra por de la universidad con graves faltas de orto-
otra de idéntico sonido, tradicionalmente grafía (y a este nivel son graves incluso fal-
consideradas como las más graves. Pero tas disculpables en otras personas de me-
en modo alguno pretendemos minimizar o nor instrucción), y menos aún que llegue
disculpar estas, sino solo subrayar la im- a licenciarse en su especialidad sin apenas
portancia de la puntuación y acentuación saber redactar un informe con ortografía
convenientes». Como señala Polo a conti- aceptable. No deben considerarse faltas de
42 0.1.8.3. MECANISMOS DE LA FALTA DE ORTOGRAFÍA

ortografía, por el contrario, aquellas gra- haplolalia o hapapexia), que es la contrac-


fías que conscientemente se apartan de los ción, en el nivel fonético, de dos sílabas
errores registrados en el drae (por ejem- que tienen consonantes iguales.
plo, escribir ápud y no apud, tedeum y no
tedéum, máxwell y no máxwell, etcétera, 0.1.8.2.2. Errores por trasposición de
voces en las que la Academia no aplicaba signos. Se cometen por metátesis (Grabiel,
sus propias normas en el drae 92 y anterio- Fradique, probe, demias, tépalo, estógamo,
res) o las que responden a la aplicación de enjabelgar, cudiar, naide, petrimete por
criterios heterográficos (→ 0.1.8.5). Gabriel, Fadrique, pobre, medias, pétalo,
estómago, enjalbegar, cuidar, nadie, peti-
0.1.8.2. Mecanismos de la falta de metre, respectivamente).
ortografía . Los mecanismos de la falta
de ortografía son los siguientes: 0.1.8.2.4. Errores por sustitución de
signos. Los errores ortográficos de escribir
0.1.8.2.1. Errores por adición de sig- b por v, g por j, s por x, etcétera, o a la in-
nos innecesarios. Se cometen errores por versa, son los más frecuentes en la ortogra-
prótesis (amoto, afoto, arradio, amarrón, fía ordinaria, aunque no siempre los más
arrascar[se] por moto, foto, radio, marrón, graves. En muchos casos, tales errores se
rascar[se], respectivamente), por epénte- derivan del hecho de que esas letras tienen
sis (abotargado, virgüela por abotagado, la misma fonética: burro y vurro, targeta
viruela, respectivamente) y por paragoge y tarjeta, estremo y extremo. Se cometen
(siéntensen, asín, dijistes, amastes por sién- asimismo al escribir una palabra con un
tense, así, dijiste, amaste, respectivamente). grafema que no corresponde a la grafía
Entre los errores por adición de signos española actual; por ejemplo, dandysmo
hay que tener en cuenta la ditografía, por dandismo, bocói por bocoy. Suelen
diptografía o duplografía, que consiste en responder a la ignorancia de las reglas de
repetir, en la escritura, una o varias letras, aplicación.
sílabas o palabras, como autotomóvil por
automóvil, cacacatúa por cacatúa; en al- 0.1.8.2.5. Errores por omisión de sig-
gunos casos es la expresión gráfica de la nos. Se cometen por la omisión de un sig-
ditología, que consiste en la repetición de no que debe aparecer en la palabra, como
sílabas en la pronunciación. una h en voz que debe llevarla, una u en
los dígrafos gu, qu (monofonemáticos) (o
0.1.8.2.2. Errores por supresión de sig- la diéresis cuando gu es difonemático), la
nos. Se cometen por aféresis (ta bueno, tilde en una palabra que la requiere o un
esgarrar por está bueno, desgarrar, respec- signo de puntuación que no figura donde
tivamente), por síncopa (poser, osequiar, debe. En algunos casos constituyen las fal-
espetáculo, terminao por poseer, obsequiar, tas más graves.
espectáculo, terminado, respectivamente) y
por apócope (verdá, usté, mu, pa por ver- 0.1.8.2.6. Errores por adición de sig-
dad, usted, muy, para, respectivamente). nos. Se cometen, por ejemplo, cuando se
Entre los errores por supresión de signos añade una diéresis que no debe ir, como
hay que tener en cuenta la haplografía, que santigüar, paragüas; una coma entre sujeto
consiste en escribir como simple un carác- y verbo (El director general, llega a Sevilla)
ter o grupo de caracteres que deberían ser u otro signo ortográfico que figura donde
dobles; por ejemplo, ación, inato, pudicia, no debe.
paralepípedo por acción, innato, pudicicia,
paralelepípedo, respectivamente. En algu- 0.1.8.2.7. Errores por ultracorrección.
nos casos, la haplografía es la expresión La ultracorrección, también llamada hiper-
gráfica de la haplología (también llamada corrección, hiperurbanismo, hipercultismo
0.1.8.5. LOS BARBARISMOS 43

o hipernormalización, es la deformación Afecta a muchos aspectos fonéticos y


de una palabra por equivocado prurito de ortográficos que pueden consistir en:
corrección o por analogía de unas voces
con otras. Por ejemplo, quienes huyen de a) pronunciar mal las palabras, como
formas vulgares como comío, llegao, can- périto por perito, haiga por haya;
sao, tienden a escribir Bilbado por Bilbao, b) escribirlas mal, como bibir por vivir,
corredo por correo (v. Menéndez Pidal, proibir por prohibir;
1977: 193). También se da, por la misma c) escribir palabras con grafías de otro
causa, en personas que escriben inflacción, idioma, como khedive por jedive;
contricción (en vez de inflación, contri- d) dar a ciertas palabras extranjeras in-
ción) por analogía con acción, transacción, necesarias en español forma castella-
lección. La ultracorrección afecta asimismo na basándose en la pronunciación,
a la atildación; por ejemplo, quienes dicen como buat (del fr. boite) por sala
y escriben périto, cónsola, líbido (en lugar de fiestas, club nocturno o salón de
de perito, consola, libido) porque las for- baile;
mas correctas les parecen vulgares. Otras e) usar arcaísmos no justificados, como
personas, queriendo huir de formas más o maguer por a pesar;
menos vulgares como esplumar, esgarrar f) utilizar exónimos con grafía propia
(por desplumar, desgarrar), dicen y escri- de un país que no es el original, co-
ben dexplicar por explicar (v. Rosenblat, mo Aix-la-Chapelle (exónimo fran-
1960: 265). cés) por Aquisgrán (exónimo espa-
ñol de la ciudad alemana llamada
0.1.8.4. El contexto . El contexto es Aachen);
el entorno lingüístico en que se inscribe un g) utilizar antropónimos clásicos con
término, oración o enunciado, sobre los su grafía latina, como Brutus por
cuales influye o puede influir para determi- Bruto, Josephus por Josefo;
nar su sentido. h) usar en español grafías extranje-
El contexto desempeña un cometido ras de antropónimos pertenecientes
muy importante en ortografía, de manera a lenguas que no usan el alfabe-
que en muchos casos permite salvar una to latino, como Lenine por Lenin,
errata teniendo en cuenta el significado Tchaikowsky por Chaikovski;
de la palabra por el lugar que ocupa entre i) usar en español palabras de otros
otras palabras, oraciones o enunciados. idiomas, como las del inglés (angli-
Por poner un ejemplo de fácil intelección, cismos), francés (galicismos), italia-
supóngase que alguien escribe que ha ad- no (italianismos), alemán (germanis-
quirido una vaca para ponerla sobre su co- mos), portugués (portuguesismos o
che y poder así transportar mayor cantidad lusismos), etcétera.
de equipaje. Por el contexto, es decir, por el
entorno en que se inscribe la palabra vaca, Sin embargo, hay que decir que la doc-
se adivina que lo que se ha querido escribir trina referente al barbarismo debe ser
es baca, palabra que la Academia define revisada constantemente, ya que lo que
así: «Artefacto en forma de parrilla que se en un momento determinado se considera
coloca en el techo de los automóviles para incorrecto, con el tiempo se incorpora
llevar bultos», ya que una vaca, «hembra al caudal de la lengua; últimamente, por
del toro», no puede llevarse tan fácilmente ejemplo, la Academia ha recogido voces
sobre un automóvil. como banal, arribista, bies, bisutería, be-
bé, malaria, malentendido, gánster, cómic,
0.1.8.5. Los barbarismos . Se entien- córner, récord, voces que hasta hace poco
de por barbarismo varios fenómenos inco- se consideraban extranjerismos o impro-
rrectos del lenguaje. piedades.
44 0.1.8.5.1. LOS BARBARISMOS ORTOGRÁFICOS

0.1.8.5.1. Los barbarismos ortográfi- J. R., 1975: 189-191). El mismo Unamuno


cos. Llamamos de esta manera (según (v. Martínez de Sousa, 1995b: ix) decía, en
E. Lorenzo, 1980: 106 ss.) a la escritura carta dirigida a un corrector de El Sol, an-
extraña al español que circula en palabras tiguo periódico madrileño: «Y no pretendo
no generadas en nuestro idioma, como que se me respeten ciertas peculiaridades
astrakán o astracán por astraján, Chekhov heterográficas como escojer, cojer, recojer,
por Chéjof o Chéjov, Tchaikowsky por lijero (como acentúo telégrama, y así lo
Chaikovski, etcétera. pronuncio)»; pero más adelante pedía que
le tolerasen «mis dialectalismos individua-
0.1.8.5.2. Los neografismos. Son cam- les y hasta mis peculiaridades heterográfi-
bios ortográficos que no afectan a la pro- cas» (v. Unamuno, 1970: 89-106). Aunque
nunciación de una palabra: chavola o cha- no todos los editores son partidarios de
bola, armonía o harmonía, kinesiterapia o admitir tales extravagancias —como dice
quinesiterapia, aprisa o a prisa. Rosenblat (1951: cxxxi), Juan Ramón Ji-
ménez tenía que librar siempre una batalla
0.1.8.5.2. El mimetismo ortográfico. con sus editores para que le respetasen la
Es la copia, normalmente inconsciente, j—, cuando se reproducen textos de este
de grafismos no idiomáticos en español, tipo el respeto a las grafías debe ser total.
correspondientes a sistemas ortográficos Otra cosa es que un editor quiera admitir
de otros idiomas (extranjerismos ortográ- un original escrito al margen de las reglas
ficos). Según la lengua de que se trate, pue- ortográficas generales.
de ser anglicismo ortográfico, galicismo
ortográfico, etcétera. (El idioma que más 0.1.9. La escritura. Acción por la cual
influye, por razones obvias —es el más se traslada a forma gráfica un fonema o
traducido al español—, es el inglés.) grupo de fonemas mediante grafemas que
forman palabras, sintagmas, frases, oracio-
0.1.8.6. La heterografía . Llamamos nes, períodos, párrafos, etcétera.
heterografía a la escritura que se aparta de
las reglas establecidas y obedece a criterios 0.1.9.1. Generalidades . La escritura
personales. basada en el grafema como unidad mínima
Contra lo que podría suponerse, la de representación de los sonidos se llama
heterografía no constituye, en sentido es- escritura fonética, es decir, la representa-
tricto, falta de ortografía, por cuanto no ción ideal del lenguaje en la que a cada
responde a ignorancia de las reglas, sino a fonema correspondiese un solo grafema
la superación de estas cuando, a juicio de y cada grafema representase un solo fo-
un escritor, son anticuadas, incoherentes nema. Una escritura totalmente fonética
o no responden a la actualidad del idio- es un ideal prácticamente inalcanzable.
ma. Cuando más, podría considerarse, en Conseguirla supondría crear un alfabeto
el criterio académico, extravagancia. El con más signos que los existentes, y signos
heterógrafo es, en líneas generales, un per- distintos y especiales para cada idiolecto,
feccionista que se queda a medio camino, lo que equivale a decir para cada persona.
pues, suponiendo la heterografía una a mo- De hecho, a veces ni siquiera el alfabeto fo-
do de reforma sui géneris de la ortografía nético cumple esa función, ya que por más
al uso, tal reforma resulta siempre parcial diacríticos que se le añadan a un grafema
e incompleta, cuando no demasiado sub- para indicar los alófonos de que pueda es-
jetiva. Juan Ramón Jiménez, por ejemplo, tar afectado un fonema, puede resultar im-
escribía siempre con j los sonidos sordos perfecto si no se oye directamente su rea-
de g, como antolojía y nostaljia, pero en lización fonética (v. Mounin, 1979: xxix).
otros casos se sometía a las restantes re- Dice Lapesa (1972: 280): «Ni siquiera los
glas ortográficas del sistema (v. Jiménez, lingüistas han logrado establecer un siste-
0.1.9.3. ESCRITURA ESTILÍSTICA 45

ma único de trascripción para los estudios de eso le añaden elementos de confusión.


de su especialidad». Así pues, la escritura
ordinaria, que se vale de los grafemas de 0.1.9.2. Escritura y etimología . Ca-
que se compone un alfabeto determinado, da idioma tiene sus propias grafías, depen-
trascribe imperfectamente los fonemas, ya dientes de los signos con que representa sus
que no tiene en cuenta los alófonos. Por sonidos. Entre unas y otras lenguas suele
otro lado, la grafía de las palabras no haber grandes diferencias de grafía; por
permanece invariable en el tiempo. El uso, ejemplo, mientras francés, inglés y alemán
que supone una lexicalización o desgas- mantienen aún dígrafos, trígrafos y hasta
te de las palabras, tiende a alejarlas de su tetrágrafos, el español ha prescindido de
origen o etimología; durante un tiempo muchos de ellos y los representa con un
pueden coexistir dos o más grafías de una solo grafema. Dentro de cada idioma,
misma palabra, pero al menos una de ellas muchas palabras pueden escribirse con
puede ir quedando poco a poco obsoleta dos o más grafías (alternancias), como, en
y terminar fuera de uso; de alguna mane- español, harmonía y armonía, quilogramo
ra, se puede decir que la palabra muere, y kilogramo, diócesi y diócesis, a prisa y
puesto que, aunque figure en los textos de aprisa, etcétera, aunque, en general, ello
su época o en los diccionarios, no forma no sea deseable desde el punto de vista de
parte del caudal vivo del idioma. El caso la escritura y la ortografía. Las grafías or-
contrario, la recuperación de una grafía dinarias de cada lengua mantienen muchos
anticuada, es fenómeno que no se da; nexos con sus orígenes, por razones histó-
puede recuperarse una palabra anticua- ricas; sin embargo, la trascripción según
da, bien sea con el significado que tuvo los signos de un alfabeto fonético prescinde
(como asaz por muy) o con una acepción de todo vínculo histórico de las palabras
nueva, pero las grafías son prácticamente y se atiene estrictamente a sus sonidos o
irrecuperables; por ejemplo, nadie pien- alófonos actuales. Pese a ello, una escritu-
sa que vuelva a escribirse orthographia, ra totalmente fonética no sería posible en
Tuhy, trahe, effecto, etcétera. En el español líneas generales.
actual, a causa de lo que hasta aquí se
ha dicho, subsisten muchas palabras que 0.1.9.2. Escritura estilística . La
pueden escribirse con dos o más grafías (al- grafía estilística es la elección, por el usua-
ternancias o alografías), una de las cuales, rio del lenguaje, de una grafía significativa
cuando menos, es o puede ser etimológica, que se aparta de la ordinaria, pero que
y las restantes, más o menos alejadas de no por ello es incorrecta; muy al contra-
su étimo, responden al uso. En general, rio, es la quintaesencia del dominio de la
la Academia da preferencia en el drae a grafía de una lengua. Cuanto más domina
las grafías etimológicas, pero el uso suele un escribiente o escritor la escritura, con
imponer grafías más simples; por ejemplo, tanta más propiedad y originalidad utiliza
el drae registra aún grafías como hacera la estilística. Un ejemplo entre muchos lo
y harmonía, pero el uso actual impone las proporciona Alfred Sauvy (Los mitos de
grafías acera y armonía. Estas alternancias nuestro tiempo, Barcelona: Labor, 1972:
ortográficas, si se enquistan en el drae , 257), quien titula así uno de sus capítulos:
solo contribuyen a crear ruidos que, en «Tecnó (y otros) cratas», cuya lectura, se
vez de tender a perfeccionar el lenguaje ve claro, es: «Tecnócratas y otras palabras
escrito, lo único que hacen es entorpecerlo, terminadas en -crata»; aquí, el autor ha
crear dudas inútiles y vacilaciones inne- jugado con el poscomponente crata(s) y
cesarias. Los sinónimos enriquecen una ha creado una escritura estilística original
lengua y le confieren brillantez, pero las y con sentido. La ortografía permite mucha
meras alternancias ortográficas, cuando más riqueza expresiva de lo que común-
una de las formas está ya periclitada, lejos mente se conoce. La falta de imaginación
46 0.1.9.4. ESCRITURAS EXÓTICAS

y la sumisión incondicional a unas reglas mejor que, en una muestra tan inútil como
pueden restar belleza al lenguaje escrito, vana de erudición, cargar los escritos de
pero la escritura no ha de ser necesaria- difusión general con diacríticos que no van
mente rígida. a ser debidamente interpretados. La fideli-
dad a la grafía original lleva a algunos a la
0.1.9.4. Escrituras exóticas . 1. A ridiculez de escribir Brasília solo porque en
los problemas que presenta la escritura es- portugués se escribe así; puesto que la grafía
tándar del idioma se suman modernamente Brasilia, sin tilde, se lee igual en español que
los que se derivan de la trascripción de los Brasília en portugués, ¿para qué utilizar, en
topónimos y, en menor medida, de los an- un texto destinado a personas de habla es-
tropónimos procedentes de lenguas que no pañola, una tilde que en nuestro sistema es
utilizan el alfabeto latino. Si se consulta un innecesaria? Claro está, en este enrevesado
buen diccionario enciclopédico actual, se terreno siempre se presentarán problemas
verá que en muchos casos los topónimos de todo orden; por ejemplo, la letra com-
y algunos antropónimos que disponían de puesta ñ representa en polaco el mismo
escritura españolizada (fuera o no fiel a la sonido que nuestra ñ; por consiguiente, si se
pronunciación original) se presentan en escribe Gdansk en lugar de Gdañsk, aunque
trascripción de su grafía con una serie de la lectura será igual, para un español, con
diacríticos que el lector ordinario no cono- tilde que sin ella (pronunciará n, no ñ), a
ce y cuyo valor fonético ignora. Por ejem- un polaco le causará tanta sorpresa como
plo, grafías como Tutus, tuyibíes, Haydar a un español ver la grafía Espana por Es-
Mirza, Dürgd, sáh, ¿cómo deben leerse? paña; pero puesto que el exónimo polaco
Sin duda que el especialista en el idioma o de España no es esta grafía, sino Hiszpania,
la materia de que se trate exigirá que tales cuando vea escrito España tal vez pronuncie
diacríticos se usen en sus escritos y tildará la ñ como n, como nosotros hacemos con
de falta de ortografía su eliminación, pero su ñ. Pretender que todos conozcamos el
fuera de esos casos especializados (y gene- significado de los diacríticos en cada una de
ralmente destinados a otros especialistas las lenguas no deja de ser una ilusión; por
que sí conocen el código), ¿qué valor tie- consiguiente, si un español leerá igual Sri
nen? El lector común lo ignora, y leerá la Lanka que Srí Lanka, ¿para qué el macron
palabra despreciándolos. No se me oculta en la grafía ordinaria? Así pues, utilícense
que los problemas de trascripción son se- cuantos diacríticos sean necesarios en obras
rios, y que en muchos casos los diacríticos especializadas y destinadas a especialistas,
resultan imprescindibles para indicar la pero permítase y acéptese la escritura sin
pronunciación exacta, pero no para quien ellos, o en su forma tradicional española, en
ignora su significado y uso. A este respecto, obras no especializadas y en publicaciones
dice Lapesa (1972: 280): «Pero la dificul- destinadas a un público amplio. Lo mismo
tad mayor consistiría en conseguir que un sucede, por ejemplo, con los dígrafos en
alfabeto fonético —distinto del corriente las trasliteraciones, de modo que la grafía
en cada lengua— llegara a ser manejado Tharthar será leída Tartar y no Zarzar, su
por los no especialistas y sirviera para los fonética original (v. Lapesa, 1972: 282).
grandes medios de difusión verbal. Tal vez 2. Otro efecto del exotismo en la escri-
esto se abra camino en un futuro más o tura (o exotismo ortográfico) lo tenemos
menos cercano; hoy por hoy es impensable. en ciertos topónimos y antropónimos, pero
Por lo tanto, se impone renunciar, al menos también en palabras comunes, que mantie-
por ahora, a la uniformidad fonética de nen grafías impropias del español por fide-
los nombres propios y orientar los esfuer- lidad a la lengua de origen. Por ejemplo, la
zos hacia su nueva uniformidad gráfica». palabra sake ‘bebida alcohólica obtenida
Por ello sería deseable usar los nombres por fermentación del arroz’ se escribe con
españolizados (exónimos) cuando existan, k y no con qu (saque) porque mantiene en
0.1.10. GRAFÉMICA Y GRAFONOMÍA 47

su grafía el aire de familia con su grafía ori- a la grafémica o estudio de los grafemas,
ginal japonesa. Chaikovski, nombre de un la ortotipografía u ortografía aplicada a la
compositor ruso, conserva sus dos kas y la tipografía, el grafismo, etcétera. Como dice
v en esa posición por fidelidad a una grafía Hockett (cit. Polo, 1974: 490), «La escri-
que se corresponde con el ruso, no con el tura[,] lo mismo que el lenguaje, es una
español (idioma en el que la grafía habría institución trasmitida culturalmente; por lo
podido ser Chaicobsqui, que nos aleja tanto, la grafonomía y la lingüística están
completamente del origen del nombre). muy cerca una de otra, como disciplinas
Esta es la razón por la que en la españoliza- hermanas de una ciencia más amplia: la
ción de ciertas palabras comunes o ciertos antropología cultural». Según Lidia Con-
nombres propios (antropónimos y topóni- treras (cit. Polo, 1974: 490), «La lengua se
mos) se mantuvieron, hasta la publicación manifiesta, como todos sabemos, tanto a
de la OLE10, grafías que las acercaban más través de un sistema de elementos fónicos
a su lengua original que al español, pese a como por medio de un sistema gráfico o
ser formas de adaptación. Por esta razón se escritura. En el primer caso, hablamos de
mantuvieron, hasta la misma fecha, algu- lengua oral, y en el segundo, de lengua
nas grafías que en principio podían resultar escrita. Ahora bien, mientras la primera ha
chocantes, como Canberra, la capital aus- sido, desde hace ya bastante tiempo, objeto
traliana, que ya no mantiene en español esa de estudios teóricos, primero por la fonéti-
n ante b que llevaba precisamente por tra- ca y luego por la fonología, solo en estos
tarse de una grafía extraña para nosotros, últimos años se ha despertado el interés
hoy españolizada. científico por la escritura entendida como
un sistema gráfico de señales lingüísticas. Y
0.1.10. Grafémica y grafonomía. Estas es así como ha nacido una nueva disciplina
dos disciplinas se aplican modernamente al que se ha propuesto llamar grafonomía
estudio del sistema gráfico de una lengua; [...][,] ciencia que viene a ser, poco más o
la primera, considerando la lengua escrita menos, la contrapartida teórica de la vieja
como correlato de la estructura fonológica técnica llamada ortografía. = Como esta
y la identificación y relación formal de [la ortografía,] comprende tres aspectos
los grafemas, y la segunda sometiendo a fundamentales: el subsistema literal, el
estudio científico las reglas de escritura de subsistema acentual y el subsistema pun-
una lengua. tual, pero considera, además, todo otro
El concepto de grafonomía es más am- recurso gráfico de que disponga o pueda
plio que el de la mera ortografía; es decir, disponer el que se comunica por escrito».
comprende a esta y a todos los hechos La tendencia actual se inclina por sustituir
gráficos que sirven al hombre para su la palabra grafonomía, que no parece ha-
comunicación con los demás, cualquiera ber arraigado entre los especialistas, por la
que sea el medio o soporte empleados. En voz grafémica (v. Martínez de Sousa, 1997:
ella debe incluirse, pues, todo lo relativo 221 ss.).
PRIMERA PARTE

ORTOGRAFÍA DE LA LETRA
1. La letra

1.1. Fonemas y letras. Llamamos fo- alfabeto español se hallan las siguientes
nema al sonido simple del lenguaje ha- peculiaridades:
blado, mientras que la letra o grafema es 1.1. Ocho fonemas pueden representar-
el elemento gráfico o unidad mínima de se con más de una letra:
la escritura que sirve para representar un
fonema. a) el fonema /b/ se representa con
las letras b (bala), v (vaca) o w (Wa-
1.1.1. Generalidades. Los fonemas co- lia);
mo realizaciones fónicas ideales de una b) el fonema /g/ ante a, o, u se represen-
lengua son estudiados por la fonología, ta con g (gala, gola, gula), y ante e, i,
mientras que la serie de sonidos reales los con el dígrafo gu (guerra, guiso);
estudia la fonética. Los primeros se repre- c) el fonema /i/ se representa general-
sentan gráficamente entre barras: /b/, /p/, mente con i, pero como conjunción
/tf/, etcétera (a lo cual se llama trascripción y como coda final de palabra prece-
fonológica), y los segundos, entre corche- dida de vocal se representa también
tes: [b], [p], [f], etcétera (a lo cual se llama con y (toros y vacas, bocoy [se
trascripción fonética). exceptúan bonsái, paipai, samu-
rai, agnusdéi, cui, sui, frui y tui]);
1.1.2. Desajuste entre fonemas y le- d) el fonema /x/, ante las cinco vocales,
tras. 1. Lo ideal sería que cada una de las se representa con j (jaleo, jerga, jira-
letras que se usan en la escritura ordinaria fa, joroba, julepe), pero a veces, ante
fuera la trascripción de un fonema, de e, i, con g (gemir, girar);
suerte que a cada sonido le correspondie- e) el fonema /k/ se representa con k an-
ra solamente una letra y a cada letra un te las cinco vocales; con c ante a, o,
solo sonido. En la práctica, esto no pasa u (cara, cora, cura) y con el dígrafo
de ser un ideal inalcanzable. En español, qu ante e, i (queso, quiso);
por ejemplo, las 27 letras del alfabeto f) el fonema /r/ se representa con r en
representan solo 21 fonemas (cinco voca- principio de palabra (rama, remo,
les y 16 consonantes, ya que la h es letra rimo, romo, rumo); después de l, n,
ortográfica, pero no representa ningún s y algunas otras letras (→ 1.2.19.1-
sonido). Desde este punto de vista, en el -1.2.2) (malrotar, Conrado, israelí)
52 1.1.2. DESAJUSTE ENTRE FONEMAS Y LETRAS

y con rr en posición intervocálica corresponda un sonido único ni a cada so-


(amarrar, carreta); nido un solo signo gráfico» (Burgos Alon-
g) el fonema /s/ se representa con s en so, 1978: 6; v. también Carnicer, 1972:
cualquier posición (sabio, estirar) y 12 ss.; 1977: 25 ss., 151 ss.; Seco, 1979;
con x cuando esta precede a conso- 42 ss.). A este problema se añade otro, no
nante (extremo [estrémo]); menos importante, consistente en el hecho
h) el fonema /θ/ se representa con z ante de que no todas las voces que forman nues-
a, o, u (zarza, zozobra, zumo) y con tro caudal léxico pueden ser sometidas a
c ante e, i (cena, cima). reglas, y de aquí que el aprendizaje de la
ortografía, a partir del nivel más elemental,
1.2. Cuatro grupos de dos fonemas deba basarse, además, en la lectura y en
pueden representarse con una sola letra: la memorización de la grafía de muchas
palabras.
a) los fonemas /g/ y /x/ se representan
con g (gorra, gemir); 1.2. El alfabeto. El alfabeto, también
b) los fonemas /i/ e /y/ se representan llamado abecé y abecedario, es el conjunto
con y (rey, reyes); de signos gráficos simples (grafemas) que
c) los fonemas /r/ y /r/ se representan representan los sonidos de una lengua.
con r (romo, moro); Un alfabeto consta siempre de letras, no
d) los fonemas /θ/ y /k/ se representan de combinaciones de ellas, como son los
con c (cena, cara). dígrafos (dos signos), trígrafos (tres signos)
o tetrágrafos (cuatro signos).
1.2. Cinco fonemas simples se repre-
sentan mediante la unión de dos letras 1.2.1. El alfabeto latino. Los alfabetos
(dígrafos): actuales utilizados en el mundo occidental
se derivan, en general, del alfabeto latino,
a} el fonema /tf/ se representa con ch; que a su vez proviene del griego, probable-
b) el fonema /g/, con gu (ante e, i); mente a través del etrusco, y tuvo su origen
c) el fonema /k/, con qu (ante e, i); en el Lacio (Italia). En el período clásico lo
d) el fonema /A/, con ll; componían 21 letras: A, B, C, D, E, F, Z,
e) el fonema /r/, con rr (en situación H, I, K, L, M, N, O, P, Q, R, S, T, V, X, y
intervocálica). 22 en el siglo i a. de C. (tras la X se añadió
la Y para trascribir la ípsilon griega). Los
1.4. En un caso, una letra representa la cinco idiomas hablados en la península ibé-
suma de dos fonemas: la letra x representa rica (español, portugués, gallego, catalán y
los fonemas /ks/ o /gs/. euskera) emplean este alfabeto, si bien con
1.5. Una letra, la h, no representa nor- distinto número de letras y dígrafos.
malmente fonema.
2. De este desajuste entre fonema y le- 1.2.2. El alfabeto universal o interna-
tra surge precisamente uno de los aspectos cional. Es un conjunto de signos comunes
más relevantes de la ortografía: escribir a las lenguas que utilizan el alfabeto latino
bien, con sujeción a las normas estableci- y se compone de 26 letras que concuerdan
das, requiere un esfuerzo previo, un apren- con las del alfabeto español de 27 letras
dizaje. «[...] Las dificultades ortográficas menos la ñ. Las lenguas que emplean el
surgen, sobre todo, por la inadecuación alfabeto universal son el catalán, el francés,
entre los fonemas y el sistema de signos el inglés y el alemán. El alfabeto español no
utilizados para la representación escrita es universal porque incluye un signo, la ñ,
[...]; en pocas palabras, los errores más fre- que no pertenece a este.
cuentes en la ortografía son consecuencia
del hecho lingüístico de que a cada letra no 1.2.2. El alfabeto español. El alfabeto
1.2.4. EL ALFABETO FONÉTICO 53

Cuadro 1.1. Alfabeto de la lengua española


Letra Nombre Letra Nombre
mayús- versa- minús-
cula lita cula

A A a a Ñ Ñ ñ eñe
B B b be O O o o
C C c ce P p P Pe
D D d de Q Q q cu
E E e e R R r erre
F F f efe S s s ese
G G g ge T T t te
H H h hache U U u u
I I i i V V V uve
J J j jota W W w uve doble
K K k ka X X X equis
L L l ele Y Y y i griega
M M m eme z Z z zeta, ceta
N N n ene

con que se representa la lengua española nunca explicó esta arbitrariedad, tal vez
consta de 27 letras, las del alfabeto univer- porque carece de explicación. Cuando me-
sal más la ñ (→c, 1.1). Entre los alfabetos nos, habría que exigirle que rectificase esta
que se derivan del latín, es el que consta decisión. Entretanto, consideraremos que
de más signos. Esta peculiaridad se debe el alfabeto español tiene 27 letras, porque
al hecho de que incluye la letra compues- esa es la realidad, tal como actualmente
ta ñ, que los demás (salvo el euskera y el (OLE10, p. 62) reconoce la propia Acade-
gallego) no registran. La supresión de los mia (→ 1.4.2.1-4).
dígrafos ch y ll, que son sonidos pero no Aparte del alfabeto de 27 letras, el espa-
letras, decidida por la Academia en 1994, ñol emplea en su escritura cinco dígrafos:
10 acercaría al alfabeto universal. Sin em- ch, gu (monofonemática), ll, qu (monofone-
bargo, hasta la publicación de la OLE10 mática) y rr (→ 1.4).
(p. 62), la Academia reconocía categoría
de letras a los dígrafos ch y ll, por lo que, 1.2.4. El alfabeto fonético. El alfabeto
oficialmente al menos (no en la realidad fonético es un sistema convencional de
científica), el alfabeto español académico caracteres gráficos usado por los lingüistas
tenía 29 letras. Es obvio que la ñ no puede para la trascripción lo más exacta posible
ser suprimida del alfabeto, pues en español de los sonidos de una lengua, incluyendo
es una letra. Pero la Academia considera- sus variantes y alófonos (→ c. 1.2). En él,
ba que son letras lo que científicamente cada signo representa un solo sonido, para
son dígrafos (v. la OLE99, 2, así como el lo cual se vale de letras de los alfabetos más
DPD05, s. v. abecedario, donde dice: «Esta conocidos (el latino y el griego principal-
reforma [el ordenamiento de la ch y la mente), otros creados y varios diacríticos.
ll en la c y la l, respectivamente] afecta Hay que tener en cuenta que trascribe so-
únicamente al proceso de ordenación alfa- nidos, no letras; por ejemplo, el sonido [d]
bética de las palabras, no a la composición trascribe tanto la th inglesa en this como la
del abecedario, del que los dígrafos ch y d de cada, ya que ambos signos represen-
ll siguen formando parte»). La Academia tan el mismo sonido en lenguas distintas.
54 1.3. ESCRITURA DE LAS LETRAS DEL ALFABETO ESPAÑOL

En España solía utilizarse el alfabeto fo- 1.2.1. La letra a. Primera letra del alfa-
nético establecido por la Revista de Filo- beto español. Su nombre es a (pl., aes). Su
logía Española (1915: ii, 274-276), pero representación gráfica adopta las formas
actualmente se emplea con más frecuencia siguientes: redonda minúscula: a; redonda
el denominado alfabeto fonético interna- mayúscula: A; cursiva minúscula: a; cur-
cional, abreviado afi (o ipa en inglés: siva mayúscula: A; versalita redonda: A;
international phonetic alphabet), creado versalita cursiva: A.
en 1886 por la International Phonetics As-
sociation (ipa ). Pero existen otros alfabetos 1.2.2. La letra b. Segunda letra del
fonéticos, como el de los romanistas, el de alfabeto español. Su nombre en el español
los arabistas, el de los sanscritistas, el «má- europeo es normalmente be (pl., bes), pero
quina de escribir» y los de Böhmer, Ascoli en Latinoamérica se usan también be alta,
y Rousselot-Gillieron, «continuadores, en be larga y be grande (v. OLE10, 70). Su ar-
general, del sistema trazado por Lepsius ticulación normal es bilabial sonora; en po-
en su Standard Alphabet, 1855» (Navarro sición inicial absoluta o después de nasal es
Tomás, 1980: 22). oclusiva; en cualquier otra posición es, ge-
neralmente, fricativa, como en lobo, árbol,
1.2. Escritura de las letras del alfabeto sobre. Su representación gráfica adopta las
español. 1. Damos el nombre de vocal al formas siguientes: redonda minúscula: b;
sonido que se produce por la aspiración del redonda mayúscula: B; cursiva minúscula:
aire, normalmente con vibración laríngea, b; cursiva mayúscula: B; versalita redonda:
pero sin obstáculo al salir por el canal, si B; versalita cursiva: B.
bien con variación del timbre según la dis-
tinta posición que para su pronunciación 1.2.2.1. Generalidades . El fonema
adoptan los órganos bucales: /a/, /e/, /i/, /b/ se representa en español con las letras
/o/, /u/. Para los efectos ortográficos deben b y v (y, en algunas palabras, con w), pero
distinguirse las abiertas y cerradas, átonas no existe actualmente distinción alguna en
y tónicas. Se da el mismo nombre a la letra la pronunciación (salvo en algunas regio-
con que se representa ese sonido. nes españolas como Valencia, Mallorca y
1.1. La vocal abierta es aquella para cu- el sur de Cataluña, por influencia de su
ya pronunciación la lengua queda a mayor lengua propia). En la primera edición del
distancia del paladar que en las demás va- Diccionario de autoridades (1726-1729),
riantes de los sonidos vocales, y la cerrada, la Academia declaraba que «los españoles
aquella para cuya pronunciación la lengua no hacemos distinción en la pronunciación
queda más próxima al paladar. La vocal de estas dos letras [b y v]», y que «es más
más abierta es la /a/, seguida de la /e/ y la connatural a nuestra manera de hablar la
/o/, y las cerradas son la /i/ y la /u/. pronunciación de la b que de la v» (cit. Ro-
1.2. La vocal átona es la que carece de senblat, 1951: lxvii). Según Cuervo (1954:
acento de intensidad, y la tónica, la que lle- i, 929), «Los gramáticos de los siglos xv y
va acento de intensidad. En la palabra ais- xvi dicen que estas letras se pronuncian de
lada, las vocales que llevan tilde o acento distinta manera, si bien advierten que mu-
gráfico son siempre tónicas, pero no todas chos las confundían; los del siglo siguiente
las vocales tónicas llevan tilde. nos dicen que la confusión era ya general,
2. Damos el nombre de consonante y describen con precisión el sonido que
al sonido articulado resultante del cierre, ordinariamente remplaza hoy a la b y la v,
total o parcial, de la boca, seguido de una que no es ni la una ni la otra conforme se
apertura que permita que el aire fonatorio pronuncian en francés o en italiano, sino
se escape con producción de cierto ruido. la w del alemán de Hanóver (o sea una
Se da el mismo nombre a la letra con que se bilabial fricativa)». Menéndez Pidal (1977:
representa ese sonido en la escritura. 92) dice: «Como inicial de palabra, aunque
1.3.2. LA LETRA B 55

Cuadro 1.2. Signos del alfabeto fonético internacional (afi )

Consonantes 0’ oclusiva velar nasal palatalizada


g oclusiva velar sonora
(fe africada palatal sonora g' oclusiva velar sonora palatalizada
tf africada palatal sorda k oclusiva velar sorda
g aproximante bilabial sonora k' oclusiva velar sorda palatalizada
ó aproximante interdental sonora r vibrante múltiple alveolar sonora
y aproximante velar sonora r vibrante simple alveolar sonora
z fricativa alveolar sonora
z fricativa dental sonora
h fricativa faríngea sonora Vocales
h fricativa glotal sonora
θ fricativa interdental sonora a a media
θ fricativa interdental sorda á a nasalizada
f fricativa labiodental sorda a a palatal
j fricativa palatal sonora a a velar
x fricativa velar sorda e e abierta
1 lateral alveolar sonora e e cerrada
1 lateral dental sonora é e cerrada nasalizada
1 lateral interdental sonora i i abierta
Á lateral palatal sonora i i abierta nasalizada
n oclusiva alveolar nasal i i cerrada
n oclusiva apicodental nasal T i cerrada nasalizada
d oclusiva apicodental sonora j i semiconsonante
t oclusiva apicodental sorda í i semivocal
m oclusiva bilabial nasal o o abierta
b oclusiva bilabial sonora ó o abierta nasalizada
p oclusiva bilabial sorda o o cerrada
n oclusiva interdental nasal ó o cerrada nasalizada
t+ oclusiva interdental sorda o: o larga
ít ) oclusiva labial nasal o* o medio larga
jt oclusiva palatal nasal u u cerrada
rj oclusiva velar nasal u u abierta

la epigrafía ofrece muchas equivocaciones, fía moderna entre fe y v quiere ser etimoló-
los romanos prueban que el latín vulgar gica, pero no responde a la pronunciación.
distinguía en general la pronunciación de Cualquiera de estos dos signos, cuando es
b y de v; no obstante, caía también en mu- inicial absoluto (después de pausa), repre-
chas confusiones, explicables unas veces senta un sonido oclusivo [...]. También es
por asimilación o disimilación [...]; otras corriente la oclusiva cuando este sonido
veces puede creerse que la misma posición va precedido de otra oclusión, es decir,
inicial propendía a la b, ya que los labios de una m». Según el mismo autor (1977:
en silencio están cerrados, y al desplegarse 98), la v como labiodental sonora «solo
articulan una oclusiva; también puede pen- la pronuncian nativamente los valencianos
sarse [...] que la propensión a la b dependa y mallorquines. En castellano se produce
de condiciones de fonética sintáctica: tras artificialmente cuando hay empeño por
una palabra acabada en consonante, la ini- distinguir en la pronunciación la fe y la v
cial v- se hacía fe-». Más adelante (p. 97), de la ortografía académica. La Academia
añade: «La diferencia que hace la ortogra- Española desde el siglo xviii abogó por
56 1.3.2. LA LETRA B

la distinción de la b y la v y censuró a los ticos, y la Academia durante siglos? Parece


maestros que no inculcaban a los niños esa que la empresa ha fracasado del todo, y
distinta pronunciación de ambos signos. hoy solo algunos maestros trasnochados
[...] la Academia misma, desde su Gramá- mantienen con terquedad la vieja doctrina.
tica de 1911, dejó de recomendar la dis- [...] La empresa, fracasada, de imponer en
tinción, reconociendo el hecho de que “en español una v labiodental que ni siquie-
la mayor parte de España es igual la pro- ra existía en latín ha sido manifestación
nunciación de la b y la v”». Por su parte, del fetichismo de la letra». Finalmente,
Navarro Tomás (1980: 91, 92) dice: «La el mismo autor (1960: 219) insiste en el
confusión entre la b y la v se encuentra ya tema: «[...] Y otros se quedan aterrados
en inscripciones hispanorromanas. Parece ante la posibilidad de confundir bello y
ser que en la escritura medieval la b repre- vello, basto y vasto, acerbo y acervo, bo-
sentaba el sonido bilabial oclusivo, y la v el tar y votar, abocar y avocar, etc., como
bilabial fricativo; pero hacia el siglo xvi se si no fuera precisamente el contexto y las
perdió esta diferencia, identificándose una circunstancias del habla lo diferenciador».
y otra en la pronunciación y representando En este mismo sentido, Carnicer (1972: 14)
ambas igualmente, como hoy vemos, los opina: «En cuanto a la distinción de b y v,
sonidos b y b. = No hay noticia de que la es inútil insistir. Mientras en otras lenguas
v labiodental haya sido nunca corriente románicas se mantiene aquella distinción,
en la pronunciación española; los gramá- en castellano se pierde en el siglo xvi al
ticos la han recomendado insistentemente; dar a la segunda la pronunciación bilabial
pero la Academia parece haber desistido ya oclusiva de la primera. Se dirá que a causa
de ese empeño. Hoy solo pronuncian entre de ello se pueden confundir basto y vasto,
nosotros la v labiodental algunas perso- balido y valido, baca y vaca. En efecto,
nas demasiado influidas por prejuicios tales confusiones son posibles, pero solo
ortográficos o particularmente propensas en esos juegos y acertijos verbales con que
a la afectación. Sin embargo, los españoles puede matarse el tiempo a falta de otra
de origen valenciano o mallorquín y los de diversión más atractiva; fuera de ellos, el
algunas comarcas del sur de Cataluña pro- conjunto de la frase se encargará de elimi-
nuncian la v labiodental hablando español, nar todo equívoco» (v. t. Skelton, 1971;
no por énfasis ni por cultismo, sino por Esteve Serrano, 1982: 141 ss.)
espontánea influencia fonética de su lengua
regional. = El distinguir la b y la v, no es de 13.2.2. Escritura de la letra b . Se
ningún modo un requisito recomendable escriben con b:
en la pronunciación española». Rosenblat 1. Los verbos cuyo infinitivo termina
(1960: 216-217) dice al respecto: «El cas- en -bir, como percibir, describir, inscribir,
tellano correcto, el popular y el culto, no menos hervir, servir y vivir y sus compues-
hace ninguna distinción entre b y v. La tos rehervir, deservir, revivir, sobrevivir,
llamada en nuestra enseñanza escolar “v bienvivir, convivir y pervivir.
labiodental” no existe en castellano, es un 2. Los verbos terminados en -buir: atri-
sonido extraño traído de lenguas extranje- buir, contribuir, distribuir, imbuir, retribuir
ras y generalizado por la creencia —muy y tribuir.
errónea— de que si se escribe se debe pro- 2. Las terminaciones -aba, -abas, -ába-
nunciar. [...] La misma Academia Españo- mos, -abais, -aban del pretérito imperfecto
la, que la prohijó alguna vez, ha renuncia- de indicativo de los verbos de la primera
do a ella». Y el mismo autor (1971: 58 ss.) conjugación, como cantaba, soportaba,
clarifica la cuestión y su historia, y en las acabábamos, terminabais, mataban.
páginas 77-78 insiste: «¿Puede imponerse 4. El pretérito imperfecto de indicativo
igualmente la pronunciación labiodental del verbo ir: iba, ibas, íbamos, ibais, iban.
de la v, como han querido muchos gramá- 5. Las palabras que comienzan con los
1.3.2.4.1. [la letra b ] ante l y r 57

prefijos bi-, bis-, biz- con el significado de hasta fines del siglo xvi se escribieron siem-
«dos veces»: bicóncavo, bisabuelo, biznieto. pre con v (u) intervocal las voces que en
6. Las palabras que empiezan por el latín tienen v o b, y con b las que en latín
prefijo bibl- con el significado de «libro», tienen p: mouer (movere), deuer (debere),
como biblioteca, o por las sílabas bu-, bur-, lobo (lupum); después de l y r también se
bus-, como bufanda, burlar, buscar, menos escribía generalmente v: poluo (pulvis),
vuecencia. alvedrio (arbitrium), nieruo (nervum), ba-
7. Los adjetivos terminados en -bundo, rua (barba); en la inicial predominaba la
-hunda, como meditabundo, gemebunda. b, aun contra el origen: barrer (varrere),
8. Los sustantivos terminados en -bili- boz (vocem), bodas (vota); en dos sílabas
dad, como amabilidad; aunque todas las consecutivas se escribía por regla general
fuentes, incluida la orae (1974: 12), ponen primero b y después v: baua, biuir, biuora,
como excepciones civilidad, movilidad y baruasco. A principios del siglo xvii se
sus compuestos incivilidad, amovilidad, trastornó completamente esta ortografía, y
inamovilidad, inmovilidad, García de Die- no hubo regla en el empleo de estas letras».
go (1914: 86, n. 2) dice, con sobrada La Academia, «Para regularizar el uso de la
razón: «En movilidad [y lo mismo en civi- b y la v tomó como base, aunque no con ri-
lidad] la terminación no es esta [-bilidad] gurosa consecuencia, la etimología, que era
sino idad». (Esta norma ya no aparece en acaso lo único que podía hacerse supuesta
la OLE99. Sin embargo, la Academia la la vacilación que hay en la pronunciación
reintroduce en la OLE10, p. 95.) de dichas letras» (Cuervo, 1954: i, 925).
9. Las sílabas que llevan el fonema /b/ Hoy, resuelta ya la cuestión de la pronun-
como coda silábica, sola o acompañada de ciación, subsiste la de la grafía. Disponer
s, como obtener, subvenir, abstraer, obs- de dos letras para un mismo fonema es un
truir. Se exceptúa ovni, registrada en la lujo que solo tiene razones etimológicas,
ole 99 (p. 11) y en el DRAE01. acerca de las cuales el escribiente ordinario
10. En las sílabas abiertas, cuando vaya sabe poco. No le queda, pues, otro camino
seguida de otra consonante: blanco, ablati- que aprender de memoria una serie de nor-
vo, bronco, abroncar; bevra, que figuraba mas cuya justificación no comprende... y
en el drae hasta la edición de 1992 (en la equivocarse cuando la norma falle.
del 2001 ya no aparece), es un arcaísmo
por breva. 1.2.2.4. La b como coda silábica .
11. Cuando va precedida de m coda
silábica: recambio, zumbido (en español, 1.3.2.4.1. Ante l y r. Ante l y r, b es
la letra b nunca puede estar precedida de n; generalmente cabeza silábica (→ 1.2.2.2-
pero → 1.3.13.1-2.3). 10). Sin embargo, en un número limitado
12. Todas las formas compuestas o de palabras, b ante l y r no es cabeza, sino
derivadas de otras que llevan b: calabobos coda silábica.
(de bobo), abanderado (de bandera). 1. Ante l, b es coda silábica en las
siguientes voces: ablactar, ablactación, ab-
1.2.2.2. Errores frecuentes en la legado; sublacustre, sublejía, sublema, sub-
escritura de la B. El fonema /b/ es uno lengua, subletal, subliteratura, subliminal,
de los de más difícil realización gráfica sublingual, sublingüitis, sublunar, subluxa-
debido a hechos apuntados anteriormen- ción, subluxar.
te, como son la idéntica pronunciación 2. Ante r, b es coda silábica en las
y distinta grafía de b y v. En la antigua siguientes palabras: abrenunciar (arc.),
ortografía, a la b y la v venía a unirse la abrenuncio, abrogación, abrogar, abrup-
u, que durante mucho tiempo se escribió ción, abruptamente, abrupto; obrección,
en lugar de v. Como dice Cuervo (1954: i, obrepticiamente, obrepticio; subradular,
929), «Desde los albores de nuestra lengua subrayable, subrayado, subrayar, subra-
58 1.3.2.4.2. [la letra b ] como coda final de palabra

za, subreciente, subregión, subreino, su- 1.2.2.5. Alternancias . 1. En algunas


brepción, subrepticiamente, subrepticio, palabras compuestas con el prefijo sub-,
subretículo, subrogación, subrogar, subru- la Academia admite alternancias en que
tina, permite (y prefiere) suprimir la -b-: su(b)
2. Estas voces compuestas con los prefi- ministración, su(b)ministrador, subminis-
jos ab-, ob- y sub- seguidos de l o r no de- trar; sin embargo, no admite la alternancia
ben leerse liquidando estas letras con la b, en suministro. Lo recomendable es escribir
sino separándolas, es decir, estableciendo estas palabras sin -b-.
la frontera silábica entre la b por un lado 2. La Academia admite también algunas
(coda silábica) y la l y r por otro (cabezas alternancias b/v. En principio de palabra
de la sílaba siguiente); de donde se deduce prefiere la b en vallico/ballico, vargueño/
que en estos casos -bl- y -br- son letras bargueño, voceras/boceras, volado/bolado
heterosilábicas, no tautosilábicas, como es (azucarillo), y la v en beta/veta. En posi-
el caso de la regla general (→ 2.1.1.2-2.2). ción interior prefiere la v en las siguientes:
El problema ortográfico que presentan garbín/garvín, surubí/suruví, y la b en ava-
estas dos excepciones es que se trata de un tí/abatí, ceviche/cebiche, chavola/chabola,
hecho culto, ya que la grafía no establece Servia/Serbia, servio/serbio; en oribelorive
diferencia alguna entre hablar y sublimi- no muestra preferencia; entra asimismo
nal, abrojo y abrogar. En algunos casos, en esta alternancia suevo/suebo, aunque
como abruptamente y abrupto, sublime el drae no registra la grafía con b; admi-
(de sub- y lime) y sublevar, tales voces ten también esta alternancia antropóni-
están totalmente lexicalizadas y no queda mos como Abravanel/Abrabanel (Portu-
conciencia de sus componentes (aunque gal), Jeberos/Jeveros (Perú); no la hay en
sean fácilmente identificables). Sin embar- Bargas y Vargas, puesto que quien uti-
go, en las restantes la conciencia de sus liza una grafía no usa la otra alternativa-
componentes, en general, está aún muy mente.
viva, tal vez por tratarse de voces de uso
especializado en su mayor parte; y si bien 1.3.2.6. Grupos consonanticos .
es cierto que en algunas de ellas, como
subrayar, la pronunciación y división su- / 1.3.2.6.1. El grupo -bs-. El grupo -bs-
brayar adquieren últimamente cierta carta + consonante(s) tiende a simplificarse en la
de naturaleza, en las restantes esta semi- pronunciación ordinaria y, por consiguien-
lexicalización aún no se da. Este problema te, debe ser lícito prescindir de la b en las
es importante no solamente en lo que atañe voces de mayor circulación. Sin embargo,
a la pronunciación, sino también, desde el el comportamiento de la Academia es muy
punto de vista ortográfico, en lo que se re- dispar en este grupo.
fiere a la división de palabras a final de línea 1. Prefiere la Academia la simplifica-
(→3.3.1-5). ción en consubstancial, desu(b)standar,
su(b)stancia, o(b)scuro (pero cenaoscu-
1.3.2.4.2. Como coda final de palabra. ras, sin alternancia), su(b)scripción, su(b)
La -b coda silábica final de palabra es im- stitución, su(b)stracción, su(b)stantivo y
propia del español; las palabras que regis- su(b)strato.
tra el drae con esta terminación proceden 2. Admite una sola grafía para consubs-
principalmente del árabe, como abab, al- tanciación, transubstanciación, transubs-
chub, alumeb, Deneb, jatib, mihrab, nabab tancial, transubstanciar (→ 13.2.6.1-1).
(= nababo), rob; del latín, como ab; del 2. No admite alternancia para voces co-
hebreo, como job, querub; del inglés, como mo absceso, abscisa, abscisión, abstención,
club (= clube); del francés, como coulomb; abstener, abstracción, abstraer, abstruso,
del tagalo, como dalab, y de una lengua obscenidad, obsceno, obstar, obstetra, obs-
africana, como baobab. tinado, obstinarse, obstetricia, obstétrico,
1.3.3.3. LA C COMO CODA FINAL 59

obstrucción, obstruccionismo, obstruccio- terminan en z: jueces (de juez), pacificar


nista, obstructor, obstruir. (de paz).
4. La simplificación del grupo en -s-
es general hoy día, razón por la cual la 1.3.3.2. Errores frecuentes en la
Academia, en el drae 92, se inclinó por escritura de la c. Dos tipos de errores
la simplificación de algunos casos en los son frecuentes en cuanto al uso de la le-
grupos ob- y sub-, aunque sin renunciar tra c:
a las formas con -bs-. Según Navarro
Tomás (1980: 87), «La b de las partículas a) por un lado, suprimiendo una c en
ab, ob, sub, seguida de s más otra u otras las palabras que la llevan duplica-
consonantes, tampoco suele ser comple- da (heterosilábicas), como aflición,
tamente sonora, y además su articulación dedución, dicionario, olfación, in-
resulta de ordinario más débil y relajada yeción, resurreción, satisfación, en
que en ninguno de los casos antes citados lugar de las mismas grafías, pero con
[la b fricativa] [...]. De hecho, aunque se -cc-: aflicción, deducción, dicciona-
escriba, no se pronuncia la b en obscuro, rio, olfacción, inyección, resurrec-
subscribir, substraer, substancia, substituir, ción, satisfacción;
y asimismo en las demás formas derivadas b) por otro lado, la falta contraria —co-
de estas palabras». Y añade en nota a pie rriente no solo en la pronunciación,
de página: «Los casos que se admiten sin b sino también en la escritura—, que
en la pronunciación normal corresponden consiste en escribir -cc- en pala-
siempre, como se ve, a formas con ob o bras que solo necesitan una, como
sub». contricción, discrección, inficcionar,
inflacción, objección, en lugar de
1.3.3. La letra c. Tercera letra del al- escribirlas con una -c-: contrición,
fabeto español. Su nombre es ce (pl., ces). discreción, inficionar, inflación, ob-
Ante las vocales e, i se pronuncia como jeción.
z, salvo en los lugares donde existe se-
seo. Ante a, o, u tiene articulación velar También es frecuente confundir adición
oclusiva sorda (como la k). En posición ‘suma’ con adicción ‘afición a las drogas’
de coda silábica, ante consonante distin- (→ 1.3.3.4.1). Por lo que respecta al seseo,
ta de t, su sonido velar oclusivo se debilita es una realización fonética, pero, en gene-
y convierte en fricativo sonoro: ecdótica, ral, no gráfica (→ 1.3.27). Es decir, que
técnico, sección (→ 1.3.11; 1.3.18). Su se escribe ciento, ciego, pero se pronuncia
representación gráfica adopta las formas siento, siego.
siguientes: redonda minúscula: c; redonda
mayúscula: C; cursiva minúscula: c; cur- 1.3.3.3. La c como coda final . La c
siva mayúscula: C; versalita redonda: c; coda silábica final de palabra no es propia
versalita cursiva: c. del español. Como dice Navarro Tomás
(1980: 138), la c «es final en algunas pa-
1.3.3.1. Escritura de la letra c. Se labras de origen extranjero»; por ejemplo,
escribe c: del árabe, como almástec (= almaste),
1. Ante a, o, u o consonante cuando es bambuc (= bambú), baurac (= bórax),
velar oclusiva sorda: casa, cosa, cuchara; cifac, fondac, lilac (= lila), ruc (= rocho);
cloro, crudo (→ 1.3.3.5.-3). del inglés, como bistec (= bisté), carric
2. Como coda silábica interior o final (= carrique); del alemán, como cinc o zinc,
de palabra: acto, coñac (→ 1.3.3.3). frac (= fraque), vivac (= vivaque); del fran-
3. Ante e, i, cuando es interdental fri- cés, como clac; del provenzal, como oc; del
cativa sorda: cena, ciencia (→ 1.3.3.5-6). latín, como sic; del tibetano, como yac;
4. En voces derivadas de otras que del sánscrito, como cornac; arcaísmos, co-
60 1.33.4. GRUPOS CONSONANTICOS

mo almanac (= almanaque), duc (= duque), 1.3.3.4.4. El grupo cz-. Es impropio


y Onomatopeyas, como cloc (= clo), tac, del español. A principio de palabra estaba
tic, tictac, recogido por la Academia en el drae hasta
la edición de 1970. En la de 1984 sustitu-
1.3.3.4. Grupos consonanticos . yó la grafía cz- (czar, czarevitz, czariano,
czarina) por z- (zar, zarevich [desde 1992],
1.3.3.4.1. El grupo -cc-. Este grupo zariano, zarina).
consonántico heterosilábico aparece en
muchas palabras españolas (acción, aflic- 1.3.3.5. Alternancias . 1. El drae 01
ción, proyección, selección, traducción, registra varias voces que se pueden escribir
etcétera); solo una palabra, fláccido, ad- con c o con ch. En principio de palabra
mite la simplificación: flácido. Es frecuen- prefiere ch en cipriota/chipriota (siendo
te el error ortográfico de simplificarlo Chipre la grafía actual del topónimo, la
en -c- indebidamente en otras palabras forma cipriota está en total desuso), y c
(→ 1.3.3.2). en chanciller/canciller, chapitel/capitel, chi-
lanco/cilanco. En posición interior registra
1.3.3.4.2. El grupo cn-. A principio de pechblenda/pecblenda, tacamacha/taca-
palabra lo registra la Academia en una sola maca, con preferencia por -c-, y derece-
voz, cneoráceo, que alterna con neoráceo, ra/derechera, feúco/feúcho, con preferencia
pero con preferencia por el grupo en-, por -ch-,
desu y nel recogen otras como cnemalgia, 2. El drae registra algunas alternancias
cnidario, cnidoblasto, cnidocillo, cnido- con c/g. En principio de palabra recoge
cisto, cnidosis, cnidosporidio, además de cangrena/gangrena, y en posición interior,
topónimos como Cnido y Cnosos, siempre arábico/arábigo, encatusar/engatusar, pa-
sin alternancia. En los términos comunes lancana/palangana, siempre con preferen-
mencionados, aunque sean científicos, la cia por las grafías con g.
simplificación del grupo en n- debería 3. Con la alternancia c/k registra el
considerarse la grafía más correcta, dentro drae las siguientes voces: en principio de
de la tendencia actual a la simplificación de palabra, can/kan, cappa/kappa, cinesite-
los grupos consonánticos, con más razón, rapia/kinesiterapia (= quinesiterapia, pre-
como en todos estos casos, por ser inicial ferible), con preferencia por k-, y kurdo/
de palabra. curdo, con preferencia por c-. En posición
interior prefiere -k- en vodca/vodka (y la
1.3.3.4.3. El grupo ct. Con este grupo prefería también en folklor y folklore y sus
solo empieza la palabra ctenóforo, desu derivados, pero en 1984 las eliminó del
y nel recogen, además, algunos términos drae , dejando en él solo las grafías folclor
científicos que comienzan con ct-*, cte- y folclore y sus derivados) y -c- en akadio/
nícido, ctenidio, ctenodonto, ctenóforo, acadio (también, akkadio), mikado/mica-
ctenoide, ctenoplanídeo, ctenopsílido, cte- do. En posición de coda final de palabra
nostomado, ctonias, ctónico. La simpli- solo registra yak/yac, con preferencia por
ficación del grupo en t- en esta posición la segunda forma. En general, las grafías
debería considerarse la grafía más correcta, con c deben preferirse siempre a las que
pese a que se trate de términos científicos llevan k, letra impropia del español. Por
muy especializados. En posición interior lo que respecta a can/kan, ambas grafías
de palabra, la Academia permite la elimi- distan de la etimológica y preferible, jan,
nación de la -c- en algunas voces, como que la Academia no registra (→ 1.3.11.4).
eru(c)tación, eru(c)tar y eru(c)to, pero con 4. Con la alternancia c/qu registra el
preferencia por el grupo -ct-, heterosilábi- drae las siguientes voces: en posición de
co, preferencia que también se da entre los coda final de palabra, la Academia prefie-
usuarios del lenguaje. re -qu en vivac/vivaque, y -c en carrique/
1.3.4.1. ESCRITURA DE LA LETRA D 61

carric, fraque/frac. En posición interior 1.3.4.1. Escritura de la letra d . El


registra alberque/alberca, ónique/ónice empleo de la d solo puede ofrecer dudas en
(= ónix, no preferible), sardónique/sardó- un caso que se analiza a continuación; se
nice, amalequita/amalecita, con preferencia trata del uso de d o r en palabras compues-
por la -c-, como en ubiquidad/ubicuidad, tas con los prefijos sud- y nord-.
pero en autarcía/autarquía prefiere -qu- 1. En cuanto a sud-, dice el drae 92:
(→ 1.3.3.3; 1.3.11.4). «Es la forma usada en composición: su-
5. Con la alternancia c/s, el drae regis- doeste, sudamericano». No es, ciertamen-
tra las siguientes: contorción/contorsión, te, una precisión muy afortunada, por
fucilazo/fusilazo (relámpago sin ruido), cuanto ya en el drae 56, y probablemente
santafecino/santafesino, siempre con prefe- en los anteriores, registraba las grafías
rencia por la -s-. suroeste y sursudoeste junto a sudoeste y
6. Con la alternancia c/z registra el sudsudoeste. En el drae 01 ha desapareci-
drae las siguientes voces: en principio do aquella indicación, pero sigue prefirien-
de palabra, la Academia prefiere z- en do sud- a sur- en las formas compuestas.
celandés/zelandés, ceugma/zeugma, cigofi- Las inconsecuencias académicas a este
láceo/zigofiláceo, cinia/zinnia, circón/zir- respecto son varias. La primera, mantener
cón, circonio/zirconio, circonita/zirconita, en nuestra grafía la forma sud-, de ori-
y la c en zebra/cebra, zedilla/cedilla, zem- gen anglosajón, a todas luces innecesaria
pazúchil/cempazúchil, zenit/cenit, zigofi- ni siquiera en composición. La segunda,
láceo/cigofiláceo, zigoto/cigoto, cinc/zinc, admitir, contra su propia precisión cita-
tingaro/zíngaro, zingiberáceo/cingiberáceo da antes, formas compuestas con sud- y
(la orae 74, 13, registra también la alter- con sur-, como sudafricano, sudamericano,
nancia cicigia/zizigia, que el drae no re- sudestada, sudeste, sudoeste, sudsudeste,
coge). En posición interior, como cabeza sudsudoeste, sudueste, y al propio tiem-
silábica, la Academia prefiere -z- en ácimo/ po surada, suramericano, surazo, sure-
ázimo (pan), bencina/benzina, herciano/ ño, sureste, suroeste, sursudoeste. Puede
hertziano, neocelandés/neozelandés, y -c- apreciarse que existen formas alternantes
en azimut/acimut, azimutal/acimutal, ecze- con sud- y con sur-, pero no en todos los
ma/eccema, eczematoso/eccematoso (más casos; por ejemplo, admite suramericano,
usadas, sin embargo, las grafías eczema y pero no surafricano (igualmente correcto);
eczematoso), magacín/magazín, ocena/oze- sudestada, pero no surestada (igualmente
na. También admite la Academia (grae 59, correcto); sudsudeste, pero no sursureste
515) la alternancia del prenombre Ceferi- (igualmente correcto); sudueste, pero no
no/Zeferino. surueste (igualmente correcto); por el con-
trario, registra sudsudoeste y sursudoeste,
1.3.4. La letra d. Cuarta letra del al- manteniendo la d del segundo -sud-, y no
fabeto español. Su nombre es de (pl., des). registra sursuroeste (igualmente correcto);
En posición inicial absoluta o precedida admite surada, pero no sudada (por ra-
de n o / es dental oclusiva sonora; en los zones obvias, en este caso). Desde 1992
demás casos es, por lo general, fricativa; registra sudista («partidario de los estados
en posición de coda final de palabra, del sur en la guerra de Secesión estadouni-
su articulación se debilita o ensordece, dense»), que debería escribirse surista. Lo
hasta desaparecer completamente en mu- pertinente, pues, sería desechar la forma
chos casos: verdá, soledá (→ 1.3.4.2). Su sud- y aceptar solo sur-.
representación gráfica adopta las formas 2. En cuanto a nord-, el drae la usa
siguientes: redonda minúscula: d; redonda en composición en casos como nordestal,
mayúscula: D; cursiva minúscula: d; cur- nordeste, nordestear, nórdico, nordista, y
siva mayúscula: D; versalita redonda: D; al propio tiempo registra voces con nor-,
versalita cursiva: D. sin d, como nornordeste, nornoroeste, nor-
62 1.3.4.2. ERRORES FRECUENTES EN LA ESCRITURA DE LA D

norueste, noroeste, noroestear, norsantan- a principio y en interior de palabra, como


dereano, norueste, noruestear; con nort-, esaborío por desaborido, supresión auto-
como nortada, nortear, norteño, nortino, rizada en casos semejantes, como escotar
y con norte-, como norteafricano, norte- y escote, grafías más corrientes que sus
americano. La grafía nord no es propia del equivalentes descotar y descote. En el nivel
español y debería desaparecer de nuestra fonético, raramente en el ortográfico, suele
escritura por innecesaria y perturbadora. haber un trueque de d por z en la pronun-
Todas las palabras anteriores pueden escri- ciación de los madrileños, que dicen Ma-
birse con nor-, nort- y norte-. Acaso sola- driz por Madrid; en el ámbito del catalán
mente valdría la pena conservar nord, por el trueque suele ser por t, y así pronuncian
excepción, en nordista («partidario de los Madrit; más frecuente aún es la omisión de
estados del norte en la guerra de Secesión la d en ámbitos del español, especialmente
estadounidense»), voz que la Academia en el andaluz, donde dicen Madrí. Por
registra desde 1992, y en nórdico (aunque otro lado, está muy extendida la pronun-
también podría valer nórtico). ciación del participio pasivo de los verbos
3. En general, la tendencia de los geó- de la primera conjugación y otras palabras
grafos es la de prescindir de las formas con que terminan en -ado, que, sobre todo en
d y sustituirlas por sur-, nor-, nort-, norte-. Madrid, suelen ser pronunciadas termi-
Como dice Carnicer (1969: 51), «[...] Decir nándolas en -ao: terminao, llegao, lao, en
Suramérica, suramericano, surcoreano, su- lugar de las formas completas terminado,
reste, etc., parece lo más congruente con el llegado, lado. También se da el fenómeno
citado norteamericano y con norteafricano, en las terminaciones -ido: comío, en lugar
y también con noroeste, en que por pérdida de comido.
de la articulación final (que no es del caso
detallar aquí), norte se ha hecho gemelo 1.3.4.3. Grupos consonanticos . El
fonético de sur. Si con norte procediéra- grupo consonántico tautosilábico ds apare-
mos del mismo modo que con sur, habría ce siempre en interior de palabra. La Aca-
que decir nordamericano, nordafricano, demia permite simplificarlo en -s- en las
como para acentuar la incongruencia (cu- siguientes voces: a(d)stricción, a(d)strin-
yas razones históricas conocemos) se dice gente y a(d)stringir, pero no hace extensi-
nordeste al lado de noroeste. Los términos va la alternancia a adscribir y sus derivados.
norte y sur, este y oeste se han incorporado
de tal manera al lenguaje común, que bien 1.3.5. La letra e. Quinta letra del al-
podría estimarse concorde con la lógica fabeto español. Su nombre es e (pl., ees
del hombre medio y con el mecanismo más —preferible— o es). Su representación
usual de la composición obtener sus com- gráfica adopta las formas siguientes: re-
puestos sin retorno a las formas origina- donda minúscula: e; redonda mayúscula:
rias, para decir: noreste, noroeste, sureste, E; cursiva minúscula: e; cursiva mayúscu-
suroeste, etc.». En resumen, debe tenderse la: E; versalita redonda: E; versalita cursi-
a las grafías con precomponentes españo- va: E.
les (sur-, nor-, nort-, norte-) y desechar
los procedentes de lenguas anglosajonas 1.3.5.1. Escritura de la letra E. Sus-
(sud-, nord-), con lo que se contribuirá a la tituye a la conjunción copulativa y cuando
simplificación, coherencia y unificación del esta precede a un vocablo que comienza
lenguaje escrito, pese a la opinión contraria con el fonema vocal /i/, escrito i o hi:
de Casares (1973: 202-205).
Mallorca e Ibiza;
13.4.2. Errores frecuentes en la padre e hijo.
escritura de la D. Se dan a veces algu-
nas formas peculiares por supresión de d Esta sustitución no se da cuando la voz
1.3.7. LA LETRA G 63

a la que precede comienza con el fonema sorda. En euskera no existe f- inicial, que
semiconsonante /j/ seguido de /e/, /o/ o /a/ pierde o trueca por una oclusiva p o b
escritos hie (no existen en español actual (v. Menéndez Pidal, 1977: 16). Su represen-
palabras que comiencen por ie-), hio, io o tación gráfica adopta las formas siguientes:
hia, ia: redonda minúscula: f; redonda mayúscula:
F; cursiva minúscula: f; cursiva mayúscula:
rocas y hierbajos; F; versalita redonda: F; versalita cursiva: F.
cinc y hierro;
teofanía y hierofanía; 1.3.6.1. La f como coda final . Co-
leopardos y hienas; mo coda final de palabra, la -f solo aparece
escafoides y hioides;
diptongos y hiatos; en interjecciones como puf y uf y en la
higiénicos y iatrogénicos; onomatopeya paf, En otras palabras es im-
troposfera y ionosfera. propia de nuestra lengua; las que recoge el
drae proceden de otros idiomas, como
Se debe esto, como dice Navarro Tomás el árabe almotazaf o almutazaf (= almota-
(1980: 49-50, 127-131), a que «En prin- cén) y quif o kif y el escocés golf.
cipio de sílaba la i inicial de diptongo se
pronuncia generalmente como consonante, 1.3.6.2. Alternancias . La Academia
no haciéndose, por consiguiente, diferencia registra algunas alternancias f/h. A princi-
ninguna, en cuanto al sonido inicial, entre pio de palabra prefiere h- en las siguientes:
hierba y yegua, hierro y yeso, hiena y ye- fablistán/hablistán, farrapo/harrapo, fierro/
ma, etc. Bajo la influencia de la escritura hierro (fierro se usa en Hispanoamérica,
suele hacerse distinción, en pronunciación junto con cortafierro [= cortafríos], pero
esmerada, entre dichas formas, diciendo cortafierro no tiene alternancia), figueral/
hierba, hierro, hiena, con semiconsonante higueral; por el contrario, prefiere la f
j, y yeso, yegua, yema, con consonante, en las siguientes: halda/falda, haldudo/fal-
y; pero lo corriente es [...] pronunciar una dudo, hanega/fanega, hanegada/fanegada,
verdadera consonante palatal en unos y humosidad/fumosidad. En posición inte-
otros casos» (v. Esbozo, 1973: 130; Esteve rior, prefiere -h- en desfilachar/deshilachar,
Serrano, 1982: 304-305). Igual solución y -f- en albuhera/albufera (laguna), alholí/
debe aplicarse, por la misma razón, cuan- alfolí, zaharí/zafarí (→ 1.3.8.1).
do la palabra que sigue a la conjunción
comienza con ia- o hia-, io- o hio-, como 1.3.6.3. El grupo consonantico ft .
se ha visto en los ejemplos anteriores. Es impropio del español. Como inicial de
No se da la sustitución cuando y tiene va- palabra, la Academia no registra ninguna
lor adverbial interrogativo o exclamativo: voz, pero desu recoge ftalato, ftálico,
ftalida, ftalimida, ftalocianina, ftalonitri-
¿Y Isabel?; lo, ftanita, ftiriasis. Pese a que se trata
¡Y Ignacio sin venir! de términos científicos, no debería haber
inconveniente en suprimir la f- inicial.
Si no se da interrogación o exclamación, en En posición interior, la Academia registra
el mismo caso se emplea la e (v. OLE10, 77): fitoftirio, nafta, naftaleno, naftalina, nafte-
ro, y desu , axeroftol, entre otras.
E Isidoro enfermo
1.3.7. La letra g. Séptima letra del alfa-
(v. 1.3.26). beto español. Su nombre es ge (pl., ges). Su
pronunciación es como sigue:
1.3.6. La letra f. Sexta letra del alfa-
beto español. Su nombre es efe (pl., efes). a) seguida de e, i, es velar fricativa sor-
Es una consonante labiodental fricativa da (como la j): gente, gira;
64 1.3.7.1. ESCRITURA DE LA LETRA G

b) ante a, o, u o como coda silábica es das las palabras terminadas en -logia (del
velar sonora: ganado, gónada, gutu- gr. lógos) y sus derivados -lógico, -lógica,
ral, maligno; -logismo, como cronología, lógica, pato-
c) en posición de inicial absoluta o lógico, silogismo, neologismo; se exceptúa
después de n es oclusiva: ganga, gla- paradójico, derivado de paradoja.
diador, gradiente; 4.3. -gio, -gia (átonas), como adagio,
d) si ante e, i tiene sonido sonoro, entre plagio, demagogia, hemorragia, mialgia;
la g y estas vocales debe interpolarse las que terminan en -jío (tónica) se escriben
una u muda (constitutivas, ambas le- con j: bajío, lejío y monjío.
tras, del dígrafo gu): guerra, guiso; si 4.4. -geno (átona) y sus derivados -gé-
la u no es muda, como en pingüino, nico, -génito, -genio, como alérgeno, hi-
vergüenza, debe llevar diéresis (gu drógeno, orogénico, ingénito, primigenio;
es, pues, monofonemático —tiene fosgeno, palabra llana no académica, tam-
un solo sonido—; gü es difonemáti- bién se escribe con g, pero no ajeno (termi-
co —tiene dos sonidos—). nación tónica).
4.5. -gero (átona), como alígero, belíge-
Su representación gráfica adopta las for- ro, flamígero, y -gero (tónica), como abige-
mas siguientes: redonda minúscula: g; re- ro (arc.), ligero, manigero y albergero; las
donda mayúscula: G, Gu, Gu; cursiva mi- restantes palabras que terminan en -jero
núscula: g; cursiva mayúscula: G, Gu, Gu; (tónica), como pasajero, viajero, etcétera,
versalita redonda: G; versalita cursiva: G. se escriben con j.
4.6. -genario, -gésimo, -gesimal, como
1.3.7.1. Escritura de la letra g . Se octogenario, nonagésimo, cegesimal.
escriben con g: 4.7. -ginoso, como oleaginoso; aguaji-
1. Todos los tiempos y personas de noso (arc. por aguanoso) se escribe con j.
los verbos terminados en -ger, -gir, como 4.8. -gión y sus derivados -gional, -gio-
emerger, dirigir, menos mejer, tejer y sus nario, como legión, región, religión, regio-
compuestos remejer, destejer, entretejer, re- nal, legionario, menos ejión.
tejer; brujir, crujir y su compuesto recrujir, 4.9. -gismo, -gista, como sufragismo,
grujir y el sustantivo anejir. falangismo, sufragista, falangista, menos
2. Todos los tiempos y personas de los salvajismo, espejismo, parajismo y espa-
verbos terminados en -igerar, como alige- rajismo.
rar, refrigerar, menos desquijerar. 5. Las voces derivadas y compuestas
3. Las palabras que empiezan por: de otras que llevan g, como imaginería (de
3.1. geo-, como geografía. imagen), evangélico (de evangelio), exegé-
3.2. gest-, como gestión. tico (de exegesis), energético (de energía),
3.3. legi-, como legible, legítimo, menos vaginal (de vagina), cartilagíneo (de cartí-
lejía, lejío, lejísimos y lejitos. lago), nictagíneo (de nyctago), prodigioso
4. Las palabras que terminan en: (de prodigio), etcétera.
4.1. -gen (átona) y sus derivados -gí-
neo, -ginal, como aborigen, argen, imagen, 1.3.7.2. Errores frecuentes en la
virgen, origen; cartilagíneo, borragíneo, escritura de la G. 1. Las dificultades a
ferrugíneo; original, marginal, virginal; las que da lugar el empleo de la g se derivan
que terminan en -jén (tónica), como come- del hecho de coincidir el mismo sonido sor-
jén, jején y ojén, se escriben con j. do en las sílabas je, ji, ge, gi. Decir, como
4.2. -gía (tónica), como vigía, elegía, hacen algunas ortografías, «Se escribirá g
pedagogía, menos alfajía, alfarjía, almejía, en las palabras que la tengan en su origen»
apoplejía, atajía, bujía, canonjía, crujía, (García de Diego, 1914: 87) es tan inútil
extranjía, hemiplejía, herejía, monjía, pa- como asegurar que se escriben con esta
raplejía, taujía; entran en esta norma to- letra «Muchas de las voces que, entrando
1.3.73. LA G COMO CODA FINAL 65

el sonido sordo je, ji, debe este represen- (1609), quien consideraba uso «impropio
tarse con la letra g por razón etimológica» y adulterino» las grafías gue, gui (v. Esteve
(orae 74, 15). Y es inútil no solo porque Serrano, 1982: 335-339, 393 ss.).
de ordinario el escribiente desconoce la 2. Un error que se da con cierta frecuen-
etimología de las palabras, sino porque cia se deriva del hecho de confundir, en la
la misma Academia ha dudado, a lo largo pronunciación, g sonora con g sorda, y así
de su historia, acerca del étimo de muchas algunos pronuncian y escriben pergueñar,
de ellas. Ya en la novena edición del drae cónyugue, sufraguismo, en vez de pergeñar,
(1843) decía aquella institución: «El siste- cónyuge, sufragismo, respectivamente. Es
ma ortográfico seguido por la Academia un caso de disgrafía de origen fonético.
en esta edición es igual al de la precedente, 3. Es común ver escrito garage, menage
sustituyendo siempre la j a la g; a excep- en lugar de garaje, menaje por influencia
ción de aquellas voces que de notoriedad de la grafía francesa de tales voces, usada
tienen en su origen esta última consonante, en español impropiamente. Esta disgrafía
como regio, ingenio, régimen» (cit. Bello, es tanto más perniciosa cuanto que forma
1951: 141). El mismo Bello dice a conti- parte de la ortografía al aire libre (carte-
nuación: «Admite [la Academia] la sustitu- les, paneles, rótulos de establecimientos o
ción por regla general, y la etimología por de vehículos comerciales, etcétera), acaso
excepción, y aun eso con la precisa calidad la que más influye en personas de escasa
de que sea notorio el origen. Pero ¿cuántos formación ortográfica, que así son indu-
son capaces de juzgar de la notoriedad en cidas a escribir mal esas palabras, e inclu-
esta materia? Apenas la milésima parte de so a extrañarse cuando las ven bien escri-
los que escriben. No ha podido ponerse tas.
una excepción más embarazosa. Aun los 4. La grafía ingerencia, que todavía fi-
que sepan la etimología, ¿a qué criterio guraba en la 18.a edición del drae (1956),
la sujetarán para averiguar si es notoria o no existe en el español actual. La acción
no? ¿Qué más hay de notorio en el origen de ingerir ‘introducir por la boca’ se indica
de régimen, a que la Academia conser- con la voz ingestión; la de injerir ‘injertar,
va la g, que en el origen de jiba (gibba), que meter una cosa en otra’ y la de injerirse
la Academia escribe con j?». Rosenblat, ‘entremeterse’, con la palabra injerencia
en nota al pie de la misma página, aña- (con j).
de: «La Academia escribe giba, con g, en
todas las ediciones del Diccionario, desde 1.3.7.3. La g como coda final . La
la 1.a (1734 [no es la fecha de la primera grae (1959: 450) dice que la g «nunca es
edición del drae , la cual se publicó en final de voz castellana», pese a lo cual la
1780, sino la de aparición del volumen 4 Academia registra las siguientes voces con
del Diccionario de autoridades]) hasta la g coda final: dong (moneda vietnamita), erg
7.a (1832); luego jiba desde la 8.a (1837) (= ergio en la nomenclatura internacional),
hasta la 10.a (1852); desde la 11.a (1869) gong (i. = gongo), iceberg (i.), ping-pong
a la 17.a (1947) de nuevo giba», grafía (= pimpón), zigzag (onomatopeya). Casa-
que mantiene desde entonces. Una forma res (1952: 100) se refería solamente, como
de simplificar la ortografía sería, sin duda, voz acabada con g, a gong, y decía de ella,
unificar los sonidos sordos en la forma je, en relación con la cita anterior de la GRAE:
ji, con lo que sería fácil, en consonancia, «Pudo haberse españolizado esta voz con
desterrar la u de las sílabas gue, gui, que la forma gongo [lo hizo posteriormente la
podrían escribirse ge, gi con ese sonido, Academia, dejando, no obstante, la grafía
y al propio tiempo la diéresis de güe, güi, gong en el drae ], de cuyo uso no faltan
pues escribiendo gue, gui, en ese supuesto, precedentes, con lo que se facilitaba la for-
sonaría la u. Esta reforma ya había sido mación del plural ordinario, “gongos” [,]
propuesta, entre otros, por Mateo Alemán y se evitaba desairar a la Gramática». El
66 1.3.7.4. ALTERNANCIAS

problema de la pluralización, por supues- inicial de los nombres geográficos que tra-
to, sigue planteado; Seco (1998: 230) y dicionalmente se han escrito con esta letra
el DPD05 (p. 317) dicen que el plural de y en los gentilicios correspondientes: Gi-
gong es gongs, pero que también existe una braltar, gibraltareño; Gijón, gijonés, etc.».
forma españolizada, gongo, cuyo plural es 4. La Academia registra algunas alter-
gongos; el plural de iceberg es icebergs; en nancias con el dígrafo gu y el grafema g.
cuanto al de zigzag, dice Seco (1998: 464) En posición interior, prefiere -g- en fungui-
que puede ser zigzagues o zigzags y que cida/fungicida, y el dígrafo -gu- en longísi-
«Es preferible la primera forma, pero más mo/longuísimo.
frecuente la segunda». Actualmente (2011:
625) dice que la forma plural zigzags es la 1.3.7.5. El grupo consonantico gn .
preferida. El DPD05 (p. 686) solo acepta la La Academia permite simplificar este gru-
forma zigzags. po consonántico, pero prefiere su man-
tenimiento. Las voces en que intervie-
13.7.4. Alternancias . 1. El drae re- ne son las siguientes: (g)neis, (g)néisico,
gistra las siguientes alternancias con las (g)netáceo, (g)nómico, (g)nomo, (g)nomon,
letras g/b: en principio de palabra recoge (g)nomónico, (gnosticismo, (g)nóstico.
guardilla/buhardilla y gazofia/bazofia, con En gnoseología, gnoseológico, gnosis no
preferencia por b-, y en posición interior, registra alternancia con La primera
agüelo/abuelo, con la misma preferencia. simplificación de este grupo se remonta al
2. La Academia registra algunas alter- año 1869 (v. Rosenblat, 1974: 25), en que
nancias con las letras g/h. En principio de la Academia admitió (g)neis y (g)néisico
palabra prefiere g- en huaca/guaca, huacal/ sin mostrar preferencias. A principio de
guacal, huaco/guaco, y h- en guachar/ palabra, lo deseable es simplificar el gru-
huachar, guacho/huacho, guisopo/hisopo, po gn en n-, ya que «El castellano tiene
guisopillo/hisopillo, güero/huero, güilín/ dificultad para pronunciar gn en la misma
huilín. En posición interior prefiere -g- en sílaba, y probablemente ha de predominar
cháhuar/cháguar, cohollo/cogollo, pirhuín/ la innovación [es decir, la simplificación]»
pirgüín, y -h- en corregüela/correhuela, (Rosenblat, 1974: 25). (Un problema adi-
engüerar/enhuerar, mariguana/marihuana, cional, en este caso, estriba en saber si g y
náguatle/náhuatle, vaguido/vahído. n pueden pronunciarse en una sola sílaba
3. La Academia registra algunas alter- a principio de palabra; puesto que n no es
nancias con las letras g/j. A principio de letra líquida, es imposible fundir g y n en
palabra prefiere las grafías con /- en ga- una sola emisión de voz, y por consiguien-
rifo/jarifo, genízaro/jenízaro, gerbo/jerbo, te en gneis no hay una sílaba, como la hay
giennensel/jiennense (= jienense), gindama/ en las tres primeras letras de gladiador o
jindama, gineta/jineta (mamífero), girocho/ gradiente, sino dos: una, constituida por
jirocho, giroflé/jiroflé, y las grafías con la pronunciación gutural de la consonante
g- en jibraltareño/gibraltareño, jiga/giga, g, cuando menos insinuada, lo que cons-
jigote/gigote. En posición interior opta por tituye un sonido, y otra neis, monosílabo
la -j- en maestregicomar/maestrejicomar, [→ 1.3.13.3]; ahora bien, si gneis no es
manigero/manijero, y por la -g- en aljeci- monosílabo —y, por lo dicho, no parece
reño/algecireño, héjira/hégira, pajel/pagel. que lo sea—, lo lógico sería escribir gnéis,
Por lo que respecta a las grafías aljecireño puesto que se trataría de polisílaba aguda
y jibraltareño, no se entiende la presencia terminada en diptongo decreciente acen-
de la j si los topónimos correspondientes tuado más s, de la misma manera que se
son, en grafía única actual, Algeciras y tilda su compuesto ortognéis; sin embargo,
Gibraltar, como se escribe Gibraleón y la grafía registrada por el drae y las demás
Gibralfaro. En las normas de 1952, la 36.a fuentes es gneis. Los fonetistas, y la misma
decía: «Se restablecerá o se conservará la g Academia, tendrían que decir algo a este
1.3.8.1. LA H MUDA 67

respecto, pero la institución madrileña, en ma» (p. 475). Según Macrí (1972: 460), la
su OLE10 (p. 182), ha escurrido el bulto h muda actual se origina de la f latina, que
con una mención al hecho de que se puede se aspiraba, como en hazer, harina, hígado,
escribir neis, evitando, así, los problemas y de la h latina, signo etimológico sin aspi-
que gneis provoca. En posición interior, la ración, como en habilidad, hombre, hones-
Academia mantiene el grupo -gn- (hetero- to. Otro oficio de la h, desde bien pronto,
silábico) sin alternancias: agnosticismo, ag- fue el diacrítico; por ejemplo, h hiática en
nóstico, diagnosis, diagnóstico, geognosia, trahe, acahescer, Tuhy; «Con mayor razón
incógnita; solo permite la simplificación, la h etimológica y aspirada funciona como
incluso con preferencia por ella, en cog- hiato y dialefa: aherrojado, rehusar» (Ma-
noscible, pero no la registra para incognos- crí, 1972: 461). Según este mismo autor, en
cible. Tampoco admitía, como se ha dicho el siglo xvi la h se usaba con funciones dia-
anteriormente, alternancia, a principio de críticas para diferenciar voces de igual fo-
palabra, en gnoseología, gnoseológico y nética: ha verbo y a preposición, he verbo y
gnosis, pero la acepta a partir de la OLE10, e preposición, hay verbo y ay interjección,
Como dice Rosenblat (1974: 25), «A pe- has verbo y as sustantivo. Con el mismo fin
sar de diagnóstico, se han impuesto en- se usó la h ante palabras que empezaban
teramente pronóstico, pronosticar (y sus por ue o que llevaran esta sílaba posvocáli-
derivados). Y a pesar de cognoscible e ca, para evitar la lectura ve: huerto, huevo,
incognoscible, es hoy general conocible huésped, vihuela, con objeto de que no se
[pero no existe su antónimo inconocible]. leyese verto, veuo, vesped, vivela (v. Nebri-
Junto a maligno, se usa el familiar malino. ja, 1517: p. 138 de la ed. de Quilis, y Jimé-
Los filósofos preferirán sin duda gnóstico nez Patón, 1614: p. 46 de la ed. de Quilis y
y gnosticismo. Y, desde luego, la gnoseo- Rozas). En la actualidad, sin embargo, aun
logía. [...] También preferirán los filósofos subsistiendo la h en todos esos casos, «es
cognoscible e incognoscible». desu regis- un signo meramente ortográfico, sin valor
tra también con gn inicial las siguientes ninguno en la pronunciación, enlazándose,
voces: gnation, gnato, gnatogbdélico —ob- por consiguiente, los sonidos entre los cua-
sérvese el grupo interior -gbd-, tan impro- les se encuentra como si de hecho la h no
pio del español—, gnatóforo, gnatópodo, existiese» (Navarro Tomás, 1980: 148, n.)
gnatóstomo, gnetismo, todas, menos la (→3.3.2-4). Menéndez Pidal (1977: 121)
última, derivadas del griego gnatos ‘man- dice: «La H no se pronunciaba ya en latín,
díbula’; en ellas el grupo gn- debería poder de modo que en romance no tuvo represen-
reducirse también a n-, como en los casos tación ninguna. En la antigua ortografía,
mencionados anteriormente. más fonética que la de hoy, se escribía om-
bre, onor, eredero, como aún se hace en las
1.3.8. La letra h. Octava letra del al- reimpresiones del Diccionario de Nebrija
fabeto español. Su nombre es hache (pl., hechas en el siglo xvi; pero en el Tesoro de
haches). Actualmente la h es (salvo algunas Covarrubias (1611) ya se escriben con h
excepciones) letra muda (→1.3.8.1). Su estas palabras, para imitar la ortografía la-
representación gráfica adopta las formas tina. En la ortografía de Nebrija la h repre-
siguientes: redonda minúscula: h; redonda sentaba un verdadero sonido y se empleaba
mayúscula: H; cursiva minúscula: h; cur- solo en vez de f latina; verbigracia: hazer
siva mayúscula: H; versalita redonda: H; facere, hijo fi1ium» . Según García
versalita cursiva: H. de Diego (1914: 79), «Aunque convertida
f latina en h probablemente en época más
1.3.8.1. La h muda . Dice la grae remota, solo y aisladamente empieza a es-
(1959: 468) que la h es una de las tres cribirse h en el siglo xiii; en el xiv empieza
letras «del todo ociosas: h, k, q» y que «no a generalizarse, si bien se mantiene con
tiene hoy sonido alguno en nuestro idio- gran frecuencia f, que todavía empleaban
68 1.3.8.2. LA H ASPIRADA

algunos en el siglo xvi; esta h aspirada del español, un fonema cuya articulación
procedente de f, a diferencia de la f latina, consiste generalmente en una aspiración
es la que se escribía con regularidad hasta faríngea sorda o sonora [...]». «El uso, que
la mitad del siglo xvi; los escritos de Cas- no siempre afina y perfecciona las lenguas,
tilla la Vieja, como los de Santa Teresa, ha privado al idioma castellano de la aspi-
la omitían desde entonces con absoluta ración de la h procedente de f latina; esta
libertad, arto, ablar, açer, uir, mientras que aspiración aún se conserva como dialectal
en Toledo y Andalucía persistía la h en la en Andalucía y Extremadura» (grae 59,
pronunciación y en la escritura». De he- 475). El drae 92, que repite el consabido
cho, aún hay en el español actual algunas «hoy no tiene sonido», añade que «aún
palabras con la alternancia f/h (→ 1.3.6.2). suele aspirarse en la dicción popular de An-
En los primeros textos castellanos (Alfon- dalucía, Extremadura, Canarias, Antillas y
so X el Sabio, siglo xiii) la h muda lati- otras zonas españolas y americanas. Fuera
na se omite normalmente a principio de de estas regiones se aspira también en muy
palabra: aver, omne, ora, ombre (v. Es- pocas voces, como holgorio, y otras que
bozo, 1973: 127-128; García de Diego, el Diccionario indica». He encontrado las
1970: 52), salvo que comenzase con el siguientes: harca, harqueño, hegeliano, he-
diptongo ue- (hueste, huerta), en algunos gelianismo (estas dos voces se pronuncian,
tiempos del verbo haber y en ciertas pa- además, con g sonora, como si se escribiera
labras que en latín tienen h (v. Rosenblat, gue), hipido, holgorio, hondo (= jondo en
1951: xix). Según Macrí (1972: 459), Fer- cante hondo), humera, mahoma (hombre
nando de Herrera (siglo xvi) solo usó la h descuidado y gandul). No dice el drae que
que sustituía a f: hembra, hierro, enhiesto. la h también se aspira en haca (= jaca). Ca-
Sin embargo, tal como se ha dicho, a par- sares (1952: 101) dice que el drae omite la
tir del Tesoro de Covarrubias «se intenta indicación de la aspiración de la h en ahu-
restablecer la ortografía latina» (Esbozo, marse (emborracharse), «donde la h no fue
1973: 128), es decir, que se vuelve a la h nunca muda». El drae 01 solo dice: «En la
de origen latino (v. Esteve Serrano, 1982: lengua general no representa sonido algu-
275 ss.). no». Ángel Pariente (1980: 450) dice que
en Cuba se emplea harre con h aspirada.
1.3.8.2. La h aspirada . Pese a las afir- Según Rosenblat (1960: 11), «Los campos
maciones anteriores de que la h actual en de Venezuela conservan la vieja h aspirada
español es siempre muda, existe en nuestra del castellano en más de cien voces [...]. Y
lengua, cuando menos en el norte de Cas- es tal la vitalidad de la aspiración, que se
tilla desde el siglo xi, la trascripción de la ha extendido a casos en que no había h
f latina con h aspirada en algunos casos. ni f: joso por oso en gran parte del país».
Según Menéndez Pidal (1977: 121-122), Se puede deducir, pues, que la aspiración
a finales del siglo xvi la h sustituyó a la de la h no ha desaparecido totalmente en
f de los latinismos: fablar, hablar; foja, la pronunciación del español actual, pese
hoja; folgar, holgar (→ 1.3.10). Pero la a que, en opinión de Roberto Restrepo
aspiración que se daba a la h en el si- (1954: 886), en algunas de las voces en
glo xv se conserva aún, confundida con la que el drae indica aspiración, nadie aspira
respectiva j del habla popular de algunas la h. Sin embargo, la aspiración de la h es
regiones: jaca, jigo, jaba, e incluso pasó general en otras lenguas; por ejemplo, en
a la lengua literaria: jaca, haca; juerga, albanés, árabe, birmano, coreano, danés,
huelga; jolgorio, holgorio. Según el Esbozo finés, holandés, inglés, irlandés, islandés,
(1973: 128), la h muda «que sustituyó en japonés, letón, noruego, persa, polaco,
la escritura a la f antevocálica en posición rumano, sueco, tai, turco y urdu; en ale-
inicial de palabra trascribía, y trascribe to- mán es aspirada a principio de palabra y
davía en el habla vulgar de áreas dialectales muda en los demás casos, y en húngaro
1.3.8.3. LA H INTERCALADA 69

es muda a final de palabra o seguida de no: “[...] Yo, fundándome en los poetas, di-
otra consonante y aspirada en los demás go que en todas hay diptongo, aunque
casos. intervenga h en medio”».
La Academia, si efectivamente nunca lo
1.3.8.3. La h intercalada . La b inter- plasmó en regla explícita, cuando menos
calada puede aparecer: ha venido utilizando la h con función hiá-
tica en muchas palabras que no la traen
a) en posición intervocálica, como co- de origen. La disquisición de Casares llevó
hombro, perihelio, prehelénico; a la Academia a dictar una de las nuevas
b) entre vocal y consonante, como normas de 1959, por la que se declaraba
brahmán, mihrab, ohmio; que la h intervocálica no impedía el dipton-
c) entre consonante y vocal, como go, de lo que se deducía que en los casos
cabalhuste, cenhegí, dírham, tra- en que había hiato era necesario utilizar
lhuén. la tilde para indicarlo: ahíto, búho, tahúr
(→ 4.3.3). Fatalmente, con ello Casares po-
En relación con la h intervocálica, Casares nía de manifiesto que la h en estos casos es
(1952: 48-49) decía: «No nos preocupa inútil, puesto que, si no suena y además no
el caso de aldehuela, correhuela, etc. Se cumple la función hiática, ciertamente no
trata de una supervivencia ridicula de los es más que un estorbo ortográfico, man-
tiempos en que un mismo signo servía in- tenido, como dice la orae (1974: 6), por
distintamente de u vocal y de v consonante: una tradición respetable. Tradición que no
para que aldeuela no se leyese aldevela se puede aducirse cuando se trata de grafías
intercaló una h como signo diacrítico y así de antropónimos y topónimos tomados de
ha continuado la rutina complicando inne- otras lenguas con sus haches intercaladas.
cesariamente la ortografía. Por otra parte, Al respecto, dice Carnicer: «[...] Y si la h de
el valor consonántico de u en la combina- Nehru tiene por objeto que los ingleses den
ción ue, en sílaba inicial o precedida de a su e el sonido que nosotros le damos, no
otra vocal, es tan eficaz y característico hay motivo para que escribamos Nehru en
que no causa vacilación. [...] [no obstante, lugar de Neru. En este orden de los signos
→ 4.3.3]. Tampoco nos importa el valor para nosotros superfluos, basta tomar un
que se pueda atribuir a la h entre vocales periódico cualquiera para encontrar en sus
fuertes [abiertas], ya que de igual modo noticias de Oriente —cuya lengua de enla-
se produce el hiato en loo que en moho; ce con el resto del mundo es el inglés— una
y en los casos en que existe tendencia a la serie de nombres con letras útiles o nece-
contracción (albahaca > albaca, alcohol > sarias para los ingleses, pero carentes de
alcol), nada influye la h para impedirlo». sentido para el lector español. ¿Qué nos
Más adelante, en la página 101, Casares dicen, por ejemplo, las haches de la señora
añade: «Ignoramos si la Academia en algu- Ghandi o Gandhi, de Thailandia y de Rho-
no de sus textos docentes ha decretado que desia, en posiciones enteramente desusadas
la h muda puesta entre dos vocales vale en español?». Se hallan en el mismo ca-
como signo ortográfico para impedir que so topónimos como Maghreb o Moghreb
estas formen diptongo. No hemos podido (y sus gentilicios maghrebí o moghrebí),
comprobarlo. Tal vez esta norma se ha de- Behring, Thule, Lhasa y antropónimos
ducido al observar lo que se practica en el como Esther, Martha, Tharsis, Thetis; en
Diccionario, y la vemos ya formulada por español sobran todas esas haches intercala-
Bello como sigue: “Hay casos en que no es das (→ 1.3.8.6d). El topónimo Neandertal
del todo inútil esta letra... dando a enten- se escribe en alemán sin la h que en textos
der que las dos vocales que separa se deben ingleses aparece en su grafía: Neanderthal.
pronunciar como si las separase una conso- En otros casos, cuando se trata de grafías
nante”. Contra esto protesta Robles Déga- originales y no de adaptaciones o tras-
70 1.3.8.5. ESCRITURA DE LA LETRA H

cripciones, las haches intercaladas deben drae 01 escribe respectivamente r, z, f.


respetarse; así, en Arnhem (Países Bajos), También aparece -th- en algunos latinismos
Matosinhos (Portugal). registrados en el drae , como ex cáthedra,
que en el drae 92 alterna con ex cátedra
1.3.8.4. Dígrafos con h . Desde los (v. Esteve Serrano, 1982: 343 ss.).
primeros tiempos de la ortografía caste-
llana, cuando menos desde la época de 1.3.8.5. Escritura de la letra h . Se
Alfonso X el Sabio (siglo xiii), la h formó escriben con h:
parte de dígrafos en conjunción con otras 1. Todas las formas de los verbos haber
letras. «Las aspiradas ch, ph, th, rh, tan y hacer.
frecuentes en la escritura cultista, Cbris- 2. Las palabras que empiezan por ia-,
to, pbilosopho, thesoro, rhetórica, eran ie-, ue-, ui-, como hialino, hierba, hueco,
simples signos etimológicos, muchas veces huidizo, menos iacetano (individuo de un
empleados sin acierto, sobre todo en la antiguo pueblo hispánico), uesnorueste,
primitiva escritura, pocha, archa» (García uesurueste, ueste (estas tres, del drae 92,
de Diego, 1970: 54). Según Menéndez ya no figuran en el DRAE01), uigur (indi-
Pidal (1977: 18), «las aspiradas φ, χ, θ viduo de habla turca de Sinkiang), uitoto
se representaron [en castellano antiguo] (= witoto, familia lingüística de la cuen-
por ph, ch, th confundiéndose la primera ca del Amazonas); algunas voces técni-
con la f [...]. Acostumbrados los iletrados cas y científicas como iatrogénico (drae ),
a oír f en la pronunciación culta donde iatrofísica, iatroquímica admiten también
ellos pronunciaban p, creían pronunciar la grafía con y-: yatrogénico, yatrofísica,
clásicamente diciendo *golfus por κολπος, yatroquímica; se escriben asimismo sin h
de donde viene golfo». Ya en 1559 se algunos topónimos rumanos como Ialo-
propugnaba la supresión de la h tras p y mita y Iasi (→ 1.3.10.1-2). Debe tenerse
t, y se pedía que se escribiera ortografía en en cuenta que no llevan h los derivados
lugar de orthographia (la misma Academia de huevo, hueso, hueco, huérfano, co-
usó esta grafía hasta 1741). En la segunda mo aovado, aovar, óvulo, óvalo, ovario,
edición de su Ortografía (1754), la Aca- ovoide, ovalar, oval, desove, desovadero,
demia sustituyó ph de los helenismos por etcétera; osar, osario; oquedad; orfandad,
f (aunque la mantuvo en nombres como orfanato, porque no empiezan por ue ni
Pharaón y Joseph). En la sexta edición de la llevan en situación interior de palabra
la misma obra (1779) decidió suprimir la (→ 1.3.8.3). A la inversa, se escriben con h
h de th y rh, y ch velar la sustituyó por c los tiempos del verbo oler que comienzan
o qu: coro, querubín, en lugar de choro, con ue-: huelo, hueles, huele, huelen, pero
chérubín (pero la conservó en Christo olemos, oléis, olerán, olieron.
[→ 1.4.2.1-3], y aún mantenía la grafía 3. Llevan h intercalada las palabras en
Pharaón). En la cuarta edición del drae que el grupo vocálico -ue- aparece después
(1803) ch se convirtió en letra aparte, con de vocal: alcahuete, aldehuela, batehuela,
sonido distinto del que tenía en la grafía parihuela, Orihuela, judihuela, picardihue-
chimera (leído quimera) y ya escribía Cris- la, etcétera.
to. En la sexta edición del drae (1822), 4. Las palabras que empiezan por los
la Academia sustituyó definitivamente ph siguientes prefijos griegos, siempre que se
por f, de tal manera que «Desde el si- empleen con los significados que se espe-
glo xix se escriben con f todas las palabras cifican:
de esta clase: fantasía, profeta, filosofía,
Faraón [faraón], etc.» (orae 74, 20). Hasta hadro- ‘grueso’,
el drae 92 mantenía la Academia dígrafos hagio- ‘santo’,
con rh, th y ph en los nombres de las le- halo- ‘sal’,
tras griegas rho, theta y phi; a partir del haplo- ‘simple’,
1.3.8.8. ALTERNANCIAS 71

hebdom- ‘semana’, letras de más difícil utilización en español,


hect-, hecto- ‘ciento’, debido, por un lado, a que no tiene sonido
heli-, helio- ‘sol’, en la inmensa mayoría de los casos y, por
hem-, hema-, hemat-, hemato-, hemo- otro, a que no basta acudir (quien sepa y
‘sangre’, pueda) a la etimología, pues, como ya se
hemer-, hemero- ‘día’, ha visto, voces hay que deberían llevar h y
hemi- ‘medio’, no la llevan, o que la llevan y no deberían
hepat-, hepato- ‘hígado’, llevarla (→ 1.3.8.5-5). Además, las reglas
hepta- ‘siete’, para su uso, como las de todas las letras del
heter-, hetero- ‘otro’, alfabeto, ni son ni pueden ser suficientes
hex-, hexa- ‘seis’, para dominar la grafía de esta letra.
hial-, hialo- ‘cristal’, Los errores más comunes en el empleo
hidr-, hidro- ‘agua’, de la h son de cuatro tipos:
hier-, hierat-, hiero- ‘sagrado’,
hidro- ‘húmedo’, a) supresión de la h en una palabra
hip-, hipo- ‘caballo’, ‘debajo’, que debe llevarla; por ejemplo, astío
hiper- ‘exceso, superioridad’, por hastío, auyentar por ahuyentar,
hipn-, hipno- ‘sueño’, desaucio por desahucio, inchar por
histo- ‘tejido’, hinchar, matalaúva por matalahúva
holo- ‘todo’, o matalahúga, ornacina por horna-
horneo- ‘semejante’, cina, reusar por rehusar (excusar);
homo- ‘el mismo’, b) adición de una h que no debe poner-
hoplo- ‘arma’, se; por ejemplo, hinflar por inflar,
horo- ‘hora’, hoquedad por oquedad, horfanato
hur- ‘ladrón’. por orfanato, hóseo por óseo, hóvu-
lo por óvulo;
Los homófonos de estos prefijos, como ec- c) cambiar la h de lugar, como exahus-
to-, ‘extremo’, oro- ‘montaña’, se escriben tivo por exhaustivo, deshaucio por
sin h (→ 10.4.9.1). desahucio;
5. Como norma general, se usa h en pa- d) utilizar en español grafías con h en
labras que en latín se escribían con h o con palabras que en nuestra lengua no la
f, como habilidad, hombre, honesto, hacer, llevan, como Esther, Martha, Ruth,
harina, hígado. Sin embargo, existen mu- Judith, Sarah, Goliath, Nazareth,
chas excepciones; por ejemplo, se escriben Thailandia, Rhodesia, Maghreb o
sin h palabras que la llevan en su étimo, Moghreb, Astaroth, Seth, Lhasa,
como asta ‘palo, cuerno’, del latín hasta; Neanderthal, palabras en las que la
invierno, del latín hibierno; ahora, del latín h sobra (→ 1.3.8.7).
hac hora. Por el contrario, se escriben con
h palabras que no la tienen en su étimo, 1.3.8.7. La h como coda final . Jimé-
como sabihondez y sabihondo, del latín nez Patón (1614: 46 de la edición de Quilis
sapibundus, y truhán, del francés truang y Rozas) decía que la h «no puede ser final
(v. Esbozo, 1973: 127-128). en nuestra lengua, ni en la latina, si no
6. Los derivados y compuestos de vo- es en estas interjecciones, ah y vah». Hoy
ces que llevan h, como ahorita (de ahora), lo es en ah, bah, eh, oh, uh, también inter-
deshora (de hora); deshuesar, derivada de jecciones, en el sustantivo sah y en pH y
hueso, puede escribirse también, y con pre- Rh. Ninguna otra palabra termina con h
ferencia, desosar. en español (→ 1.3.8.6d).

1.3.8.6. Errores frecuentes en la 1.3.8.8. Alternancias . 1. Hay una


escritura de la H. La h es una de las larga serie de palabras que, pudiéndose
72 1.3.9. LA LETRA I

escribir con h o sin ella, la Academia, con 3. La Academia registra varias voces
acierto, las prefiere sin h: (h)acera, (h) con la alternancia h/j. A principio de pa-
ansa, (h)anseático, (h)arambel, (h)aravi- labra prefiere la j en haca/jaca, hobo/jobo,
co, (h)arda (ardilla), (h)ardido (valiente), y la h en jarda/harda, jimplar/himplar, ji-
(h)armonía (y todos sus derivados), (h) nojo/hinojo, jolgorio/holgorio, jopo/hopo.
arpa, (h)arpado, (h)arpía, (h)arpillera, (h) En posición interior prefiere siempre la j:
arrapo (= harapo, pero esta sin alternan- alhama/aljama, barahustar/barajustar, des-
cia), (h)arre, (h)arrear, (h)arria, (h)arrie- barahúste/desbarajuste, mohada/mojada,
ría, (h)arriero, (h)atajo (grupo de ganado, rehús/rejús, zaharí/zajarí (= zafarí, preferi-
personas o cosas), (h)endíadis, (h)erraj ble), zutuhil/zutujil.
(= herraje ‘cisco del hueso de aceituna’,
pero esta sin alternancia), (h)erre que (h) 1.3.9. La letra i. Novena letra del alfa-
erre, (h)iguana, (h)odómetro, (h) ológrafo, beto español. Su nombre es i (pl., íes). Su
(h)oploteca, (h)overo (de color de melo- representación gráfica adopta las formas
cotón), (h)uf, (h)ujier, (h)urraca; las alter- siguientes: redonda minúscula: i; redonda
nancias (h)ostilla y (h)ojaranzo, que aún mayúscula: I; cursiva minúscula: i; cursiva
figuraban en el drae 70, ya no existen: la mayúscula: I; versalita redonda: i; versalita
Academia les ha suprimido la h; aunque cursiva: i.
no registradas en el drae , son admisibles
también las alternancias (h)odógrafo, (h) 1.3.9.1. Escritura de la letra i . Esta
odógrafa. Entre los antropónimos, la gra- letra no ofrece especiales dificultades en su
fía Helena es la etimológica, pero suele escritura. Sin embargo, hay que tener en
usarse más sin h: Elena. La Academia pre- cuenta que la realización del fonema /i/ no
fiere las grafías con h en las siguientes pa- se escribe siempre con i, sino que a veces ha
labras: (h)ala, (h)aleche, (h)ámago, (h)ético de hacerse con y (→ 1.3.26.3).
(tísico), (h)etiquez, (h)icaco, (h)ogaño. En
posición interior, prefiere prescindir de la 1.3.10. La letra j. Décima letra del
h en al(h)acena, al(h)ajú, betle(he)mita, alfabeto español. Su nombre es jota (pl.,
betle(he)mítico, compre(he)nsivo, incom- jotas). Su articulación es velar fricativa sor-
pre(he)nsibilidad, incompre(he)nsible, da, con mayor o menor tensión según los
re(he)ndija, repre(he)nder, repre(he)nsible, países. Su representación gráfica adopta las
repre(he)nsión, sabi(h)ondez, sabihon- formas siguientes: redonda minúscula: j;
do; prefiere mantenerla en las siguientes redonda mayúscula: J; cursiva minúscula:
voces: alba(ha)ca, al(h)elí, bara(h)únda, j; cursiva mayúscula: J; versalita redonda:
bata(h)ola (= tabaola, sin alternancia), j; versalita cursiva: J.
buaro/buharro, des(h)arrapado, reha-
la, re(h)ilar; no muestra preferencias en 1.3.10.1. Generalidades . 1. En tiem-
bohardilla (pero buhardilla, sin alter- pos de Alfonso X el Sabio (siglo xiii), el
nancia). En general, lo deseable, ya que la empleo de g o j era alternativo; se escri-
Academia lo permite, es prescindir de la h bía muger o mujer (v. García de Diego,
en todas estas palabras, con lo que se sim- 1970: 53). El Diccionario de autoridades
plifica en parte la ortografía. (1726-1739) estableció que se usase g en
2. En una sola palabra, ha/ah, la Aca- las palabras que la tuvieran en su origen
demia admite la h como cabeza y coda y en las que tuvieran hie, como geroglífico
silábica, pero prefiere la coda, ah. No (pero → 1.3.10.1-2), y en los demás casos,
tiene sentido actualmente la grafía ha, j: mujer, pero debía emplearse x cuando
no solo porque cabe la confusión con ha procediese de s, como en xabón, xeringa
(de haber), sino porque las exclamaciones (v. García de Diego, 1970: 55; Esteve
de grafía similar se escriben con h coda Serrano, 1982: 393 ss.). «Según todas las
silábica (→ 1.3.8.7). probabilidades, la g ante e, i y la j antes de
1.3.10.2. ESCRITURA DE LA LETRA J 73

a, o, u tenían hasta principios del siglo xv se Jenaro, Jerusalén, Jeremías, etcétera


la fuerza del árabe gim[,] o sea[,] el italiano (→ 7.1.1.1.1-3).
gi; [...]. = Pero desde mediados del mismo 3. A partir de la sexta edición de la
siglo fue igualándose a la j francesa. Este Ortografía (1779), la x se conserva en
nuevo sonido y el de la x no tardaron en palabras que la tienen en su origen, como
confundirse, tal que a principios del siglo dixe, traxe; cuando procede de s, co-
siguiente no había ya diferencia entre ellos, mo xabón, inxerir, y en posición final,
y, según Covarrubias (1611), no faltaba como relox (v. García de Diego, 1970:
ya quien propusiera la sustitución de la x 56). En la octava edición de aquella obra
por j antes de a, o, u y por g antes de e, (1815), la Academia «decidió que en ade-
i. A tiempo que esto sucedía en el habla lante no se emplease la x con el valor gutu-
culta, apareció en la popular la conversión ral de j, que antes tenía en dixo, y le adju-
de x (o sh) en aspiración, la cual hasta dicó el de la combinación es (que solo por
entonces se había representado con h, par- pedantería se usaba en el siglo xvi), que-
ticularmente en voces latinas que tenían f dando por consiguiente abolido el uso de la
y en voces árabes» (Cuervo, 1954: i, 932) capucha o acento circunflejo que en 1741
(→ 1.3.8.2; 1.3.25.1). había preceptuado se pusiese a la vocal si-
2. Según afirma García de Diego (1914: guiente cuando la x había de pronunciarse
80), «J, i y g son signos equívocos desde a la latina: examen, exorbitante, reflexión»
los primeros tiempos hasta hoy; así en los (Cuervo, 1954: i, 935) (→ 1.3.25.1). Fi-
mismos documentos coger coier, mensa- nalmente, en la octava edición del drae
ge mensaie, mujer muier; esta alternativa (1837), la Academia adoptó la j en lugar de
producía en la escritura espontánea de los la g en todas las voces en que la etimología
primeros tiempos confusiones como conse- no exigiera la g (mujer, extranjero). Este
go, ynogos, gerra, caualge (como castiguar, criterio, que es el actual, quedó definitiva-
purguar), semejantes a los del vulgo actual, mente implantado en la novena edición del
narangas, gerra». En Fernando de Herrera, drae (1843). Sin embargo, aún permane-
la J (mayúscula) representaba la fricativa cen en el drae 92 y en el del 2001 bastantes
palatal sonora, escrita con una I: lonas, Io- voces en las que es indiferente escribir g o
ven, Iupiter. Según García de Diego (1914: j (→ 1.3.7.4-3), así como otras que pueden
80), «El signo j en vez de i aparece ya con escribirse alternativamente con j o con x
frecuencia en los primitivos documentos (→ 1.3.25.4). En algunas palabras incluso
cuando por ir junto a letras con trazo se mantiene el grafema x con valor foné-
semejante, i, u, n, m, podía confundirse; tico de j (→ 1.3.10.4; 1.3.25.2-3), lo cual
con valor de vocal o semivocal, durmjó, conspira contra el principio regulador de
vanjdat, mj, venjd, y de consonante, fijo, la ortografía española, según el cual los
aguijar, juntar; en el siglo xiv es regular el grafemas representan su propio sonido. He
uso de j como consonante, y puramente di- aquí, pues, un terreno en el que aún queda
ferencial en los casos citados como vocal». mucho trabajo de fijación.
Aún hoy es costumbre escribir algunas
palabras latinas con i en lugar de j, aunque 1.3.10.2. Escritura de la letra j . La
está más extendida esta grafía: iudicium, representación gráfica del fonema /x/ es
iuris = judicium, juris. El drae registra como sigue:
actualmente de jure, in utroque jure, ipso
jure, y también sus variantes con i: de iure, a) se escribe j cuando va seguida de
in utroque iure, ipso iure. Precisamente vocal o como coda silábica final
la j de algunas palabras y nombres pro- de palabra: raja, tarjeta, trajis-
pios proviene de la realización de ie- lati- te, jorobado, jurado, troj, reloj (al-
na: adjetivo, Jesús, Jerónimo (v. Macrí, guna vez, excepcionalmente, la j
1972: 458), a las que pueden añadir- puede ser coda interior: majzén, y
74 1.3.10.3. ERRORES FRECUENTES EN LA ESCRITURA DE LA J

la g, coda final: zigzag, gong, erg) engarje y menjurje, y otras cuatro,


(→ 1.3.10.4); con g: alberge, litarge, verge y Jorge;
b) en posición interior, la coda silábica g) de las que terminan en /-uxe/, siete
es siempre con g: diagnóstico, dia- se escriben con j: abuje, amuje, buje,
fragma (con la excepción indicada cauje, cuje, empuje y ocuje, y tres,
de majzén); con g: auge, cónyuge y greuge.
c) cuando la palabra tiene g en su ori-
gen, se escribe con esta letra: ligero, 4.2. -jería, como granjeria.
legible (→ 1.3.7). 4.3. -jiento, como gargajiento, granu-
jiento y zancajiento, menos ferrugiento.
Específicamente, se escriben con j: 5. Los derivados y compuestos de vo-
ces que se escriben con j, como rojizo (de
1. Las personas de los verbos en que rojo), cajista (de caja), infrarrojo (de rojo).
por irregularidad entran los sonidos je, ji
sin que en el infinitivo haya g ni j, como 1.3.10.3. Errores frecuentes en la
aduje (de aducir), conduje (de conducir), escritura de la j. Presenta esta letra las
trajiste (de traer), dijerais (de decir). mismas dificultades que ya se apuntaron
2. Las personas de los verbos cuyo in- para la g (→ 1.3.7.2).
finitivo lleva j, como trabaje (de trabajar),
cruje (de crujir), etcétera. 1.3.10.4. La j como coda final . La
3. Los tiempos de los verbos cuyo infi- -j coda final de palabra no es propia del
nitivo termina en -jear, como homenajear, español (tampoco lo es en posición de
plumajear. coda interior; → 1.3.10.2). No obstante,
4. Los sustantivos o adjetivos termina- el drae registra las siguientes: aj, alioj,
dos en: almiraj, almoraduj, balaj, boj, borraj, cam-
4.1. -je; en este grupo hay que hacer el buj, carcaj, dij, (h)erraj, gambaj, gambuj,
siguiente análisis: maniblaj, pedicoj, rebalaj, relej, reloj y
troj. Casi todas estas palabras son de
a) más de doscientas palabras españo- origen árabe; en algunos casos existe la
las (drae 92) terminan en -aje, y solo alternancia con la misma forma a la que
tres, compage (arc.), enálage y sage, se ha añadido una e paragógica, como aj/
terminan en -age (companaje, que aje, balaj/balaje, dij/dije, (h)errajiherraje;
en la 18.a edición del drae aparecía en otros la alternancia existe entre -j/-x,
con g, 2l partir de la 19.a aparece con como almoraduj/almoradux, gambuj/gam-
j; ambages, siempre en forma plural, bux, gambaj/gambax. En un caso, reloj, la
se escribe con g); solución consistió en suprimir la j como
b) quince palabras terminan en -eje, y alternancia: reloj/reló (ya Navarro Tomás,
solo dos, mege y grege, en -ege; 1980: 143, había dicho que «La j de reloj
c) siete palabras terminan en -ije, y se pierde corrientemente en la conversa-
cuatro, apófige, rémige, frige y estri- ción ordinaria»), lo que la Academia llevó
ge, en -ige; a cabo en el drae 84, pero he aquí que en el
d) siete palabras terminan en -oje, y drae 92 se vuelve de su acuerdo y elimina
seis, en -oge: alóbroge, anagoge, del drae la forma reló. En general, la -j
isagoge, metagoge, paragoge y roge; coda final de palabra debería eliminarse
e) nueve palabras terminan en -nje, y como tal sonido, bien por supresión de la
catorce, en -nge, por lo que, en caso letra o por adición de una e paragógica en
de duda, debe consultarse un diccio- los casos en que resulte oportuna (pedicoj,
nario; por ejemplo, debería escribirse pedicojo,
f) de las que terminan en /-rxe/, cuatro nunca pedicoje). La -x coda final debería
se escriben con j: alfarje, conserje, desaparecer definitivamente, ya que, como
1.3.11.3. LA K COMO CODA FINAL 75

dice Navarro Tomás (1980: 143), «Por 1.3.11.2. Escritura de la letra k . 1.


un arcaísmo ortográfico, esta j [coda final Actualmente «Se escriben con k algunas
de palabra], aun pronunciándose con el voces en que se ha respetado la ortografía
sonido velar, se representa con el signo x originaria; kilogramo, kiosco, etcétera, las
en algunos nombres propios: Sax, Barrax, cuales pueden también escribirse con q»
junto con sajeño y barrajeño, denomi- (orae 74, 13-14). Sin embargo, en baque-
nativos de los naturales de dichos pue- lita, que podría admitir, según la teoría
blos»; es decir, que tales equis se pro- académica, la grafía con k etimológica (de
nuncian como si se escribiera j, lo que no Baekeland), solo se escribe con qu. En los
deja de ser un desajuste grafía/fonética topónimos suele respetarse la k etimoló-
(→ 1.3.25.2-3). gica (aunque no siempre). Así, Pakistán,
Pekín, Nueva York, Tonkín, Tokio, etcé-
1.3.10.5. Alternancias . 1. A princi- tera, se escriben con k generalmente. En
pio de palabra, la Academia registra la los siguientes casos, la Academia (OLE10,
alternancia j/f en jalda/falda, con preferen- 116-118) prefiere las primeras grafías de
cia por f-, y, en posición interior, alforjón/ cada pareja: Catar/Qatar, Irak/Iraq, Kur-
alforfón y zajarí/zafarí, también con prefe- distán/Curdistán, Marrakech/Marraquech,
rencia por -f-. Tanganika/Tanganica (lago), Turquestán/
2. La Academia admite algunas alter- Turkestán. Los gentilicios de tales lugares
nancias con las letras j/y. A principio de suelen escribirse con qu: paquistaní, pe-
palabra prefiere la j- en yaguar/jaguar, yér- quinés, tonquinés, neoyorquino, etcétera,
sey/jersey, y la y- en jambo/yambo, judo/ aunque el DRAE01 admite también algunas
yudo, mientras que en posición interior formas con k, como pakistaní, pekinés. Pa-
prefiere j- en coadyutor/coadjutor, piyama ra Catar, la Acadenia prefiere catarí, y para
(Hispanoamérica; a veces, la piyama)/pija- Qatar, qatarí; para Irak prefiere irakí, y
ma, soya/soja. para Iraq, iraquí; para Marrakech prefiere
marrakechí, y para Marraquech, marra-
1.3.11. La letra k. Undécima letra del quechi; para Kurdistán prefiere kurdo, y
alfabeto español. Su nombre es ka (pl., para Curdistán, curdo; para Pakistán pre-
kas). Su articulación es velar oclusiva sor- fiere pakistaní, y para Paquistán, paquista-
da. Su representación gráfica adopta las ní; para Nueva York admite neoyorquino,
formas siguientes: redonda minúscula: k; pero también acepta neoyorkino (desde la
redonda mayúscula: K; cursiva minúscula: OLE10); para Pekín prefiere pekinés, pero
k; cursiva mayúscula: K; versalita redonda: también admite pequinés; para Uzbekistán
K; versalita cursiva: K. prefiere uzbeko, pero también admite uz-
beco. Sorprende un tanto la grafía qatarí
1.3.11.1. Generalidades . Pese a no elegida para el gentilicio de Qatar, siendo
ser letra latina, sino griega, la k aparece así que la Academia ha relegado este topó-
ya en el período clásico del latín (→ 1.2.1) nimo y su gentilicio qatarí a favor de Catar
y en los primeros tiempos de la grafía cas- y su gentilicio catarí.
tellana, incluso en nombres de procedencia 2. El dígrafo kh que suele aparecer
latina, aunque abundaba más en las voces en antropónimos y topónimos de origen
tomadas del griego (v. Rosenblat, 1951: árabe, ruso, persa o urdo, generalmente
xiii). Entre los primeros ortógrafos hubo llegados a nosotros a través del francés o
partidarios de prescindir de la k (Mateo el inglés, debe escribirse con j en español:
Alemán, Nebrija, Juan de Robles) y de uti- khan, jan; Khruschev, Jruschov; Khuzis-
lizarla, en lugar de c, en los sonidos velares tan, Juzistán; Khartum o Khartoum, Jar-
oclusivos sordos. La Academia, en la cuar- tum.
ta edición del drae (1803), sustituyó la k
por c ante a, o, u y por qu ante e, i. 1.3.11.3. La k como coda final . La
76 1.3.11.4. ALTERNANCIAS

-k coda final de palabra es impropia del nés, póker/póquer, polca/polka, queroseno


español. No obstante, veinte palabras re- (en Hispanoamérica, querosén, querosene,
gistra el DRAE01 con esta terminación, querosín)/keroseno (en Hispanoamérica,
entre ellas cok (= coque), volapuk (cierto kerosén, kerosene, kerosín), quiosco/kios-
idioma), yak (= yac), kayak, crack, rock, co, quiosquero/kiosquero, telequinesia/te-
kopek, batik. Como coda interior tampoco lekinesia, telequinesis/telekinesis, troika/
es esta letra propia del español, pese a lo troica, uzbeko/uzbeco, valquiria/valkiria,
cual la Academia ha admitido cakchiquel vodka/vodca.
(= cachiquel) y akkadio (= akaclio = aca- Como puede observarse, en la mayor
dio). parte de los casos la Academia prefiere la
grafía con k, pese a que se trate de un gra-
1.3.11.4. Alternancias . 1. La Acade- fema más bien propio de extranjerismos.
mia registra algunas alternancias con k/qu. (→ 1.3.11.4-2).
A principio de palabra prefiere qu- en ker-
mes/quermes, kif/quif, kinesiterapia/qui- 1.3.12. La letra 1. Duodécima letra del
nesiterapia, kinesiterápico/quinesiterápico, alfabeto español. Su nombre es ele (pl.,
kiosco/quiosco; por el contrario, prefiere eles). Su articulación es apicoalveolar la-
k- en las siguientes: quermés/kermés, quili-/ teral fricativa sonora. Su representación
kili-, quiliárea/kiliárea, quilo/kilo (como gráfica adopta las formas siguientes: re-
prefijo solo registra kilo-, pero también donda minúscula: 1; redonda mayúscula:
es correcto quilo-, aunque apenas se use), L; cursiva minúscula: l; cursiva mayúscula:
quilográmetro/kilográmetro, quilogramo/ L; versalita redonda: l; versalita cursiva: l.
kilogramo, quilolitro/kilolitro, quilomé-
trico/kilométrico, quilómetro/kilómetro, 1.3.12.1. Escritura de la letra l. La
quirie/kirie. En final de palabra prefiere ll latinizante se trasladó al castellano como
qu en cok/coque. En posición interior l en la mayor parte de las palabras que an-
prefiere -qu- en las siguientes voces: alker- tes se escribían con su ll etimológica (pro-
mes/alquermes, bikini/biquini, cuakerismo/ nunciada l en general) (v. Esteve Serrano,
cuaquerismo, psicokinesia/psicoquinesia, 1982: 253-255). Pero no siempre la simpli-
telekinesia/telequinesia; en akadio/acadio ficación en / se llevó a la práctica y por ello
prefiere -c- (→ 1.3.11.3). aún subsisten en el español actual palabras
2. De los siguientes pares de palabras, que, debiéndose escribir con l por razones
la Academia prefiere, en la OLE10 (pp. de evolución etimológica, se escriben con
116-118), las situadas en primer lugar: la ll de su étimo. Por ejemplo, Menéndez
alaskeño/alasqueño, askenazí/asquenazí, Pidal (1977: 135) menciona las siguien-
askenazi/asquenazi, baraka/baraca, biki- tes: valle (de valle), caballo (de caballu),
ni/biquini, caqui/kaki, catarí/qatarí, crip- bello (de bellu), pollo (de pollu), meollo
tón/kriptón, cuáquero/cuákero, euskera/ (de medulla); a ellas podrían añadirse,
éusquera, folclor/folklor, folclore/folklore, entre otras, las siguientes: capellina (de
folclorista/folklorista, folclórico/folklóri- cappella), caracalla (de Caracalla), celia
co, harakiri/haraquiri, kamikace/camicace, (de celia), cellenco (de sellenco), cellero (de
karst/carst, kárstico/cárstico, kermés/quer- cellarius), martillo (de martellus), etcétera
més, kif/quif, kimono/quimono, kinesiolo- (→ 1.4.4.4). En la actualidad, los nom-
gía/quinesiología, kinesiólogo/quinesiólo- bres, propios o comunes, procedentes de
go, kinesiterapia/quinesiterapia, kinesiote- otras lenguas (especialmente latín y griego)
rapia/quinesioterapia, kopek/copec, koiné/ suelen trascribirse con l: Helesponto (de
coiné, kurdo/curdo, marrakechí/marraque- Hellesponto), Galia (de Gallia), Pólux (de
chí, mikdo/micado, moka/moca, musaka/ Pollux), Caracala (de Caracalla; pese a que
musaca, neoyorquino/neoyorkino, okapi/ el drae , s. v. caracalla, escriba Caracalla;
ocapi, pakistaí/paquistaní, pekinés/pequi- v. Seco, 1998: 97; 2011: 131), clavelina (de
1.3.13.1. ESCRITURA DE LA LETRA M 77

clavellina), celofán (del fr. cellophane); sin en los demás compuestos con circun-, la
embargo, bullabesa (del fr. bouillabaisse). grafía correcta es con m ante las conso-
nantes citadas (b, p) y a veces también
1.3.13. La letra m. Decimotercera letra ante n: circumpolar, circumnutación, pero
del alfabeto español. Su nombre es eme normalmente ante n y s se escribe circun-:
(pl., emes). Su articulación es bilabial nasal circunnavegación, circunscrito; ante vocal,
oclusiva sonora. Su representación gráfica la Academia no registra ninguna palabra,
adopta las formas siguientes: redonda mi- pero en los tecnicismos se usa circum-:
núscula: m; redonda mayúscula: M; cur- circuminserción, circumesofágico, circu-
siva minúscula: m; cursiva mayúscula: M; moral. Ante t, la Academia mantiene m
versalita redonda: M; versalita cursiva: M. en comto (del lat. comptus), femto- y
radiumterapia (la grafía comto no parece
1.3.13.1. Escritura de la letra m . Se justificada en español, ya que ni siquiera
escribe m: se corresponde con la latina, de la que ha
1. Antes de n, como columna, solemne, desaparecido la p que justifica la m). Por
excepto en los compuestos con los prefijos razones etimológicas se escribe m ante n
con-, en-, in-, como connotar, ennegrecer, en gramnegativo (junto a grampositivo,
innoble. sin problema por la presencia de la p), por
2. Antes de b y p, como cambio, campo. derivarse del nombre del danés H. Ch. J.
2.1. La m antes de b y p se usaba ya enGram, descubridor de este método de tin-
el siglo xiii, en tiempos de Alfonso X el Sa- ción de elementos microbianos. Por iguales
bio, pero alternaba con las grafías nb y np razones etimológicas se mantiene m ante
(Rosenblat, 1951: xviii; García de Diego, otras letras que no son b ni p en voces co-
1970: 53). Nebrija (1492) establecía que mo comtiano, comtismo (de Comte).
se escribiera siempre m antes de b, p, m, 2.3. En la escritura española se man-
en lugar de n, y lo mismo defendieron or- tiene a veces n ante b o p por diversas
tógrafos posteriores como Villalón, Casa- razones; por ejemplo, en topónimos de
nova, y Palafox y Mendoza. La Academia origen extranjero, como el nombre de la
prescribía m ante m en la primera edición capital australiana, Canberra, que ha sido
del Diccionario de autoridades (1726, t. i), adaptada por la Academia (OLE10, 90) en
pero en la sexta de su Ortografía (1779) la forma Gamberra. Sin embargo, en los
decidió que se escribiera n antes de m. antropónimos y sus derivados, como Gu-
Otros ortógrafos, como Mateo Alemán, tenberg y gutenberguiano, Ermenberga (hi-
preferían nb y np (v. Esteve Serrano, 1982: ja de Witerico), Hartzenbusch, Rosenblat,
371 ss.). se mantiene n ante b. En lo relativo al len-
2.2. En la actualidad se utiliza m an- guaje común, la Academia mantiene n ante
tes de m en las palabras commelináceo, p en blenplaciente (arc.), pero no parece
gamma y sus compuestos (digamma, ga- muy justificado, pues en los demás casos,
mmagrafía, gammaglobulina, etcétera), cuando un prefijo termina en n se convierte
ommatóforo, ommiada, y en los antropó- en m ante b o p, como pamperdido (de pan
nimos Emma, Mariemma y Emmanuel. La y perdido), pamporcino (de pan y porcino),
Academia, que había admitido ammonites pamposado (de pan y posado), simpecado
y nummulites, prefiere ahora las grafías (de sin pecado), ciempiés (de cien y pies) y
únicas amonites y numulites. los compuestos con in-: imberbe, imposi-
Sin embargo, la Academia mantiene m ble. Por lo que respecta a pan- ‘todo’, des
ante otras letras que no son b ni p; por registra Fanpacífico; desu , panpsiquismo,
ejemplo, ante c en circumcirca, sin duda y nel , panplanctónico; por las razones que
por tratarse de un adverbio latino, pero se acaban de aducir, estas grafías no están
escribe coranvovis (del lat. coram vovis) justificadas en español: ante b y p, la n de-
y sursuncorda (del lat. sursum corda); be transformarse en m. Por el contrario, en
78 1.3.13.2. LA M COMO CODA FINAL

los nombres de la nomenclatura química 1.3.13.3. El grupo consonantico


debe respetarse cualquier grafía de este ti- mn . Este grupo consonántico puede encon-
po que escape de las reglas ortográficas del trarse en posición inicial e interior de pa-
idioma, como en la palabra sulfinpirazona, labra. A principio de palabra, la Academia
ya que la terminación del precomponente registra algunas voces con este grupo, con
indica el significado del radical, y no es lo diversas preferencias. Prefiere mantenerlo
mismo oxin- que oxim-. íntegro, sin simplificación (aunque la per-
mite), en (m)nemónica, (m)nemotecnia,
1.3.13.2. La m como coda final . La (m)nemotécnico; para mnemónico no ad-
-m coda final de palabra es impropia del mite alternancia, aunque esta sea correcta.
español. Las voces que con esta termina- Como dice Rosenblat (1974: 24), «El
ción recoge el drae proceden del árabe o castellano tiene dificultad para pronunciar
del latín principalmente; entre las proce- mn en la misma sílaba, y es seguro que se
dentes del árabe, algunas tienen alternan- impondrá la reducción» (→ 1.3.7.5). En
cia terminada en n, como harem/harén, posición interior, la Academia prefiere la
imam/imán (son distintas islam e islán); simplificación del grupo -mn- en -n- en las
entre las latinas, que presentan mayores siguientes voces: intercolu(m)nio, so(m)-
problemas, hay alternancias en las que la nambulismo, so(m)námbulo; en realidad,
segunda forma sustituye -um por -o, co- bien podrían eliminarse del drae las for-
mo mare mágnumlmaremagno, máximum/ mas con el grupo interior -mn- y reducirlas
máximo, médium/medio, memorándum/ a -n-.
memorando, mínimum/mínimo, referén-
dumfreferendo, ultimátum/ultimato; no 1.3.14. La letra n. Decimocuarta letra
admite la misma alternancia para desiderá- del alfabeto español. Su nombre es ene
tum, aunque podría admitirse desiderato, (pl., enes). Su articulación es nasal oclusiva
de igual manera que para pandemónium sonora, pero su punto de articulación va-
podría admitirse pandemonio, y para vade- ría en relación con la posición que ocupa:
mécum, vademeco. Suelen terminar en -m es alveolar en principio de palabra o en
algunas Onomatopeyas, como cataplum y situación intervocálica: natura, corona;
pum, e interjecciones como ejem. Entre los en posición de coda silábica seguida de
anglicismos registra el drae macadam/ma- consonante, generalmente toma el punto
cadán, y del germánico, wólfram, también de articulación de esa consonante: bilabial
escrito wolframio o volframio. en envía, enmelar; labiodental en infierno;
Salvo algunas voces de poco uso, las interdental en enzima; dental en tanto,
terminadas en -m suelen presentar pro- donde; alveolar en ennegrecer; palatal en
blemas en ortografía española, por lo que cincha; velar en engaño. Su representación
debería tenderse a la utilización de voces gráfica adopta las formas siguientes: re-
terminadas en -n (árabes) o en -o (latinas). donda minúscula: n; redonda mayúscula:
En los casos de los anglicismos film, tele- N; cursiva minúscula: n; cursiva mayús-
film y microfilm, la Academia ha optado cula: N; versalita redonda: N; versalita
por añadirles una e paragógica, de lo que cursiva: N.
resulta filme, telefilme, microfilme, muy
adecuadas para ser usadas en nuestra gra- 1.3.14.1. Grupos consonanticos .
fía (salvo en filme, que también escribe sin
la -e: film). Por lo que respecta a los nom- 1.3.14.1.1. El grupo -nn-. El grupo
bres semitas terminados en -m, en español consonántico -nn-, siempre en posición
se representan con -n, como Efraín, Belén, interior, puede reducirse a -n- en innocui-
Jerusalén, Matusalén, pese a las alternan- dad e in(n)ocuo, pero se mantiene la pre-
cias Abraham/Abrahán y Adam/Adán que ferencia por -nn- en peren(n)e y pin(n)ado;
registra el drae . aunque con distinta grafía, también se pre-
1.3.14.1.3. EL GRUPO -NS- 79

fiere -nn- en la alternancia cinia/zinnia. Este den comprobarse en el drae ) en que la


grupo funcionó como dígrafo en la grafía Academia solo registra la forma tras-, sin
castellana medieval, en tiempos de Alfon- alternancia con trans-, como trasalcoba,
so X el Sabio (siglo xiii). En algunos ca- trasaltar, trasbocar, trascabo.
sos su evolución daría lugar a la aparición 3. En otro grupo de palabras, la
de la ñ (→ 1.3.15). En el Diccionario Academia escribe siempre trans-, sin al-
de autoridades (1726-1739), la Acade- ternancia con tras-, como transgangético,
mia prescribía la duplicación de la n en translimitación, transmarino, transmun-
los compuestos, como annotar, connatural, dano; tiene la Academia, en este grupo,
connexión, ennegrecer, algunas de las cuales muchas inconsecuencias, pues solamente
subsisten en la grafía actual (v. Esteve Serra- admite transcendentalismo, pese a admitir
no, 1982: 382). transcendencia; transformable, transfor-
mante, transformista, pese a tra(n)sformar;
1.3.14.1.2. El grupo -ns. En posición transfusible, pese a tra(n)sfundir; transgre-
de coda final de palabra es impropio del sivo, pese a tra(n)sgresión; transmigratorio,
español. Solo aparece en palabras de pro- pese a tra(n)smigrar; transmonte, pese a
cedencia extranjera: trémens, siémens, clá- tra(n)smontar; transpirante, pese a tra(n)s-
rens, afrikáans (→ 4.4.1.1-2b). pirar; transportista, pese a tra(n)sporte.
4. En otro grupo de palabras, la Acade-
1.3.14.1.3. El grupo -ns-. 1. A veces mia admite la alternancia tras-/trans-, con
puede reducirse a -s-. Aunque el grupo se diversas preferencias.
da en las palabras que empiezan por ins-, 4.1. Prefiere tras- (sin n) en voces como
cons- y trans-, la Academia solo admite al- trascendencia y derivados, traslación y de-
ternancias con la reducción a -s- en las que rivados (pero no admite transladar), traslu-
empiezan por trans-, que pueden escribirse ciente, traslucirse, traspuesta, traspuesto
asimismo con tras-, pero no en todos los (pero en transponer prefiere trans-).
casos ni con las mismas preferencias. En 4.2. Finalmente, en otro grupo de pala-
relación con este prefijo, dice el drae 92 bras en que admite la alternancia tras-/
que «Pierde la s final precediendo a voces trans-, la Academia prefiere las formas
simples que empiecen con esta misma letra; con trans-, como transalpino, transandino,
v. gr.: transustancial. El uso autoriza que en transbordar, transbordo.
casi todos los vocablos de que forma parte 5. La devoción académica por el grupo
se diga [y escriba, en consecuencia] indis- culto -ns- viene ya del Diccionario de auto-
tintamente trans o tras. A veces se emplea ridades (1726-1739), en que lo prescribía
sin ninguna de sus dos últimas letras; v. gr.: en palabras como transcendental, inscrip-
tramontano». Sin embargo, el propio drae ción, constipación, instruir, demonstrar y
se encarga de no hacer buena la doctrina demonstración (junto a demostrar), pero
académica, ya que su comportamiento es admitía también trasponerse. En la actuali-
de tres tipos; en efecto, registra dad, el grupo -ns- no tiene reducción a -s-
en palabras que empiecen por cons- e ins-
a) palabras que solo se escriben con y en sus compuestos, así como en alguna
tras- (sin n); otra como circunstancia, premonstratense.
b) palabras que solo se escriben con Pero existe de hecho la tendencia, a veces
trans- (sin alternancia); muy marcada, a reducir el grupo -ns- a -s-,
c) palabras que pueden escribirse con como reconoce el propio Esbozo (1973:
tras- o trans-, de las cuales unas 43, n.): «La coda suele reducirse a /s/, con
veces prefiere el mantenimiento del alguna frecuencia la de las sílabas cons-,
grupo y otras no. subs-, trans- iniciales de palabra». Navarro
Tomás (1980: 112) dice al respecto: «En
2. Hay una serie de palabras (pue- las sílabas ins, cons y trans se pronuncia
80 1.3.15. LA LETRA Ñ

en general una n débil, breve y relajada, sonidos, como observa Nebrija, que no
que a veces se reduce simplemente a una existían ni en latín clásico, ni en griego, ni
pequeña nasalización de la vocal prece- en hebreo, ni en árabe». El sonido gn como
dente, y a veces se pierde por completo; la ñ llevó a Nebrija a proscribir la g en pala-
conservación total de la n en dichas sílabas bras como signo, dignidad, benigno, que,
tiene un carácter afectadamente culto; su según él, debían escribirse sino, dinidad,
pérdida es constante en el habla popular; benino (→ 1.4). Rosenblat (1951: xxv,
la pronunciación correcta, en este como en n. 28) dice que este era un error de Nebrija,
otros casos, se sirve, como se ve, de varian- quien creía que en latín gn se pronunciaba
tes intermedias, más o menos próximas a como ñ. En español actual quedan aún
uno u otro extremo, según la ocasión y el voces que se escriben con nn y mn en fami-
tono en que se habla». También Rosenblat lias de palabras que en otros casos las han
(1971: 47 ss.) reconoce este fenómeno de la sustituido por ñ: estannífero (lat. stannum,
pérdida de la n: «El grupo ns se convirtió estaño), damnificado, damnificador, dam-
en s en las voces patrimoniales, las que nificar (lat. damnum, daño), indemne (sin
entraron con el caudal del latín hablado: daño), indemnización. Como letra españo-
mensa, sponsa, sensu, ansa, ínsula, se hicie- la, la Academia la añadió al alfabeto en la
ron mesa, esposa, seso, asa, isla». segunda edición de su Ortografía (1754)
(v. Esteve Serrano, 1982: 383-390).
1.3.15. La letra ñ. Decimoquinta letra 2. El sonido [p] no existe en inglés
del alfabeto español. Su nombre es eñe ni en alemán. Las restantes lenguas que
(pl., eñes). No existe en el alfabeto univer- tienen este sonido lo representan con los
sal ni en ningún otro, salvo el gallego y el siguientes dígrafos: francés e italiano, gn;
euskera. Su articulación es nasal palatal so- anamita, camboyano y portugués, nh;
nora. Su representación gráfica adopta las albanés y croata, nj; amhárico, birmano,
formas siguientes: redonda minúscula: ñ; catalán y húngaro, ny. En algunos idiomas
redonda mayúscula: Ñ; cursiva minúscula: se representa mediante signos diacríticos;
ñ; cursiva mayúscula: Ñ; versalita redonda: por ejemplo, en letón, n; en polaco, ñ; en
Ñ; versalita cursiva: Ñ. checo y eslovaco, ñ.

1.3.15.1. Generalidades . 1. Letra 1.3.15.2. La ñ como coda final . La


inexistente en latín, procede de combi- -ñ coda final de palabra no es propia del
naciones diversas que, según Rosenblat español. Ninguna voz de nuestro idioma
(1951: xi), son: nn (annum > año), mn termina con este grafema. Sin embargo,
(damnum > daño), ni (Hispania > España), el drae (1956: 1367, y 1970: 1423) y la
ne (vinea > viña), gn (ligna > leña), ng orae (1969: 22, y 1974: 24) registran
(tangere > tañir). Según Menéndez Pidal Estañ, probable intento de españolizar el
(en Morato, 1933: 76), «En el siglo xiii, la topónimo catalán Estany (municipio de la
ñ se escribe preferentemente nn, y cuando provincia de Barcelona), cuya grafía es esta
una palabra ha de dividirse en la sílaba y no aquella.
que lleva esta letra, se divide por ella: con-
na, pen-nos (en los manuscritos ca-nada, 1.3.16. La letra o. Decimosexta letra
etc.»). El mismo autor (1977: 13) dice que del alfabeto español. Su nombre es o (pl.,
Sabinianícu se convirtió en Sabiñánigo, y oes). Como conjunción disyuntiva es a
en la página 95 añade: «Los grupos ly y veces sustituida por u (→ 1.3.22.2-2). Su
ny se palatalizan también en la época del representación gráfica adopta las formas
latín vulgar, así como la / y la n junto a siguientes: redonda minúscula: o; redonda
sonidos velares. Se convirtieron respec- mayúscula: O; cursiva minúscula: o; cur-
tivamente en la palatal lateral 1rfe , escrita siva mayúscula: O; versalita redonda: o;
en español ll, y en la palatal nasal ñ, dos versalita cursiva: O.
1.3.17.2.2.1. GENERALIDADES 81

1.3.17. La letra p. Decimoséptima le- y estaba impuesto desde 1780 salmos (y


tra del alfabeto español. Su nombre es pe sus derivados salmista, salmodia, salterio)
(pl., pes). Su articulación es bilabial oclusi- frente al tradicional psalmos». Según Na-
va sorda. Su representación gráfica adopta varro Tomás (1980: 84), «No se pronuncia
las formas siguientes: redonda minúscula: la p en el grupo inicial ps [...]; en los com-
p; redonda mayúscula: P; cursiva minús- puestos con pseudo llega ya a omitirse la p
cula: p; cursiva mayúscula: P; versalita hasta en la escritura: seudoerudito, seudo-
redonda: p; versalita cursiva: P. crítica, etc.; se pierde la p, asimismo, en el
grupo pe, en algunas palabras cultas de uso
1.3.17.1. La p como coda final . El relativamente frecuente, como suscripción
hecho de que la -p como coda final de y trascripción. Tanto en estas formas como
palabra es impropia del español lo de- en psicología y psicólogo suele oírse, sin
muestra la circunstancia de que solo veinte embargo, la p en pronunciación afectada
palabras registra el drae (1992) con esta y ceremoniosa». Los ortógrafos modernos
terminación, entre ellas cap, crup, galop, del español (por ejemplo, Carnicer, 1972:
salep y top. 14; Polo, 1974: 149-152; Seco, 1966: 280)
están a favor de la supresión de la p, pero
1.3.17.2. Grupos consonanticos . se tropieza aquí con la decidida inclinación
a utilizarla de quienes más la usan: «Es
1.3.17.2.1. El grupo pn-. Las grafías probable que los psicólogos y psiquiatras
españolas con pn- inicial no existen ya en (o psiquíatras [esta grafía esdrújula ya no
el drae . En 1780 la Academia autorizó la es correcta]) continúen usando la ps, que
supresión en pneuma, escrito desde enton- tiene a su favor la terminología interna-
ces neuma (v. Esbozo, 1973: 44). Desde cional y el recuerdo de su origen venerable
1817 escribe neumático, y desde 1884, (la Psicología parece tener más dignidad
neumonía y neuma (término musical). In- que la Sicología)» (Rosenblat, 1974: 23)
cluso dispnea ha desaparecido del drae en (v. también Font Quer, 1953: xvii-xviii,
favor de disnea, pese a lo cual mantiene la partidario de utilizar el grupo ps por
p en apnea, y desu la mantiene en apneu- «el deseo de uniformar las voces cultas
mia y traumatopnea. Se mantiene el grupo botánicas con caracteres de universali-
pn-, como es natural, en términos latinos dad»).
o latinizados empleados en nomenclatura Otra de las causas que aducen los parti-
científica internacional: Legionella pneu- darios del mantenimiento del grupo ps es la
mophila. de que, suprimida la p, la nueva grafía no
tiene el mismo significado en todos los ca-
1.3.17.2.2. El grupo ps-. Grupo con- sos: psicología distinta de sicología, psoro-
sonántico cuya simplificación en s- consti- sis distinta de sorosis (v., por ejemplo, Font
tuye uno de los empeños de los ortógrafos Quer, 1. cit.). Este criterio no se sostiene: no
actualmente. solo hay palabras homónimas en cantidad
apreciable en cualquier idioma culto, sino
1.3.17.2.2.1. Generalidades. En 1433 palabras polisémicas, que tienen más de
Enrique de Villena decía que en psalmo una acepción (lo cual podría convertirse en
no se pronuncia la p. Otros tratadistas, un desastre). En ambos casos, el contexto
como Mateo Alemán (1609), rechazan esa se encarga de indicar en qué sentido está
p en el grupo ps-. Como dice Rosenblat utilizada una palabra. En línea con estos
(1974: 23), «El sonido ps es extraño al últimos razonamientos, Casares propuso
fonetismo castellano, y ya la Academia (1952: 118) que todas las palabras que se
había autorizado, desde 1803, seudo (y escribían con ps inicial pudieran escribirse
sus compuestos, como seudónimo, etc., también sin p, para igualarlas con salmo,
expresamente desde 1852), junto a pseudo, salterio, etcétera. La Academia lo aceptó,
82 1.3.17.2.2.2. ESCRITURA DEL GRUPO PS.

incluso con el entusiasmo de algunos de cológico, parapsicólogo/parasicólogo. Sin


sus miembros a la sazón, pero siguió y si- embargo, para metempsicosis/metempsí-
gue prefiriendo las grafías con el grupo ps cosis no acepta metensicosis/metensícosis;
(v. orae 74, 20). En la ole 99 (p. 26) dice la admite metapsíquica, pero no metasíquica.
Academia: «En posición inicial de palabra, Como se ve, el grupo necesita un trabajo
conforme al uso de las lenguas modernas más a fondo, una unificación de criterios
de cultura, es recomendable la conserva- y, sobre todo, una simplificación: la ten-
ción del grupo ps-». dencia general debería ser la de escribir s
en lugar de ps, tanto inicial como interior.
1.3.17.2.2.2. Escritura del grupo ps-. El
comportamiento de la Academia en rela- 1.3.17.2.3. El grupo -ps. Grupo con-
ción con el grupo ps- es muy irregular. Por sonántico que en posición de coda final de
ejemplo, admite las alternancias pseudo/ palabra es impropio del español. De hecho,
seudo (con preferencia por seudo-, como el DRAE01 solo registra cinco palabras con
dice en la OLE99, 26), pero seudohermafro- esta terminación: bíceps, tríceps, fórceps,
dita, seudohermafroditismo, seudología, reps y corps.
seudónimo y sendópodo se escriben solo
así y nunca pseudo-. Por lo que respecta 1.3.17.2.4. El grupo pt. Grupo conso-
al grupo psic-, pueden darse varios casos: nántico cuya reducción a t-, en posición
inicial, solo está permitida por la Academia
a) palabras que solo pueden escribirse en una palabra, (p)teridofito, pero con
con ps-: psicagogia, psicastenia, psi- preferencia por la conservación íntegra del
casténico, psico- (el precomponente grupo pt. Sin embargo, registra pterodác-
sico- no está en el drae , pese a que tilo y ptosis sin alternancia, lo que parece
lo usa), psicoanalista (pese a la alter- una inconsecuencia, especialmente si se
nancia (p)sicoanálisis), psicoanalíti- tiene en cuenta que ya en 1739 había supri-
co, psicodélico, psicodrama, psicóge- mido la p- inicial de ptisana, ptísico y ptísi-
no, psicokinesia, psicopático (pese a ca, y posteriormente la de ptisis, ptomaína,
las alternancias (p)sicópata y (p)si- ptialismo y ptolemaico (de Ptolomeo, hoy
copatía), psicopatología, psicoqui- Tolomeo), palabras que el drae registra
nesia, psicosomático, psicotecnia, sin p- como grafía única. En posición in-
psicotécnico, psicoterapeuta (pese a terior, la Academia prefiere suprimir la p
(p)sicoterapia), psicoterapéutico, en las alternancias adscri(p)to, descri(p)to,
psicoterápico, psique, psiquismo; circunscri(p)to, infrascri(p)to, inscri(p)to,
b) pueden escribirse con ps- o con s- prescri(p)to, sobrescri(p)to, supscri(p)to,
(con preferencia académica por el pero, por el contrario, prefiere mantenerla
grupo ps-): (p)sicoanálisis, (p)sicofí- en se(p)tena, se(p)tenario, se(p)tiembre,
sica; (p)sicología, (p)sicológico, (p) sé(p)timo, supscri(p)ción (y todas las
sicólogo, (p)sicópata, (p)sicopatía, que terminan en -pción), supscri(p)tor (y
(p)sicosis, (p)sicoterapia, (psicróme- todas las que terminan en -ptor). Carecen
tro, (psiquiatra (ha desaparecido de alternancia conscripto e incircunscripto;
del drae la alternancia (psiquía- no muestra preferencias en proscri(p)to y
tra), (p)siquiatría, (p)síquico; hay tra(n)scri(p)to. Por supuesto, en las formas
también alternancias en (psitácida, compuestas como hemoptisis y coleóptero
(p)sitacismo y (p)sitacosis, igualmen- mantiene incólume el grupo -pt-.
te con preferencia por el grupo ps-.
1.3.18. La letra q. Decimoctava letra
En posición interior, la Academia autoriza del alfabeto español. Su nombre es cu (pl.,
la simplificación del grupo en parapsicolo- cus). Representa el mismo sonido que la c
gía/parasicología, parapsicológico/parasi- ante a, o, u y la k ante cualquier vocal. Su
1.3.19. LA LETRA R 83

representación gráfica adopta las formas ll y la rr». Por su parte, el Esbozo (1973:
siguientes: redonda minúscula: q; redonda 123), con mayor precisión, dice: «La letra
mayúscula: Q; cursiva minúscula: q; cur- q no se emplea hoy nunca en palabras
siva mayúscula: Q; versalita redonda: Q; españolas fuera de esa combinación [es
versalita cursiva: Q. decir, qu]». Sin embargo, ningún texto de
la Academia hace referencia a estos dos
1.3.18.1. Generalidades . Aunque en aspectos fonéticos:
el siglo xiii, en tiempos de Alfonso X el
Sabio, quedaron fijadas las grafías ca, co, a) qué sonido tiene el dígrafo qu en los
cu, aún aparecían en los textos grafías con latinismos registrados en el drae ,
qu ante esas vocales. A partir de esa época, como quadrívium, quáter, nequá-
«qu era normal en los casos etimológicos quam, quid, quórum (→ 1.3.18.2-2);
ante a, qual, quanto, quando, bien que b) cuál es el sonido del grafema q en las
se halla a veces por confusión en algún palabras mencionadas en el punto
caso antietimológico, blanquo» (García de anterior y en voces de otros idiomas,
Diego, 1970: 53). En 1580, Fernando como, por ejemplo, las procedentes
de Herrera propugnaba la escritura cuan- del árabe Ánaq, Banu Qasi, Baraq,
do, cual, en lugar de quando, qual. En Iraq, Aqaba, Qatar, etcétera, y beiqi,
cambio, Valdés distinguía una «pronun- Qi, etcétera, del chino; sin duda que
ciación hueca» (quatro, quarenta) y una suena [k] en casi todos los casos
pronunciación mucho más blanda (cuero, (menos en chino), pero habría que
cuello) (v. Macrí, 1972: 445). Por su parte, decirlo, como se indica el sonido de
Mateo Alemán escribía qe, qi (lo mismo la w (→ 1.3.24). La Academia, en
que ge, gi en lugar de gue, gui: había des- el DRAE01, se limita a decir: «En es-
terrado la u muda en ambos casos). En el pañol se usa principalmente ante
Diccionario de autoridades (1726-1739) la la e o i, mediante interposición grá-
Academia escribía que, querer, quiso, pero fica de una u, que generalmente no
también qual, qüestion, frente a cuajo, suena [...]».
cuenta, para que no se confundiesen los
orígenes (Rosenblat, 1951: lxvii s.; Gar- 2. La Academia, que mantiene en
cía de Diego, 1970: 55). En la primera la orae (1974: 14) el mismo texto de la
edición de la Orthographia (1741), la grae (1959: 472), dice de esta letra: «Se
Academia recomendaba escribir c ante a: escriben con q las palabras en que entra
cantidad, calidad, pero permitía que se el sonido oclusivo ke, ki, empleando siem-
escribiera quantidad, qualidad (v. Esteve pre después de la q la vocal u, que no se
Serrano, 1982: 360 ss.). pronuncia; como, por ejemplo, en esquela,
aquí. Las dos letras qu se han de conside-
1.3.18.2. Escritura de la letra q. rar en tales casos como una sola, simple
1. Aunque la Academia, al hablar de esta en el sonido y compuesta en la escritura, a
letra, escribe siempre q, lo mismo que en el la manera que la ch, la ll y la rr. Antes se
encabezamiento del drae correspondiente usaba también la q ante otras vocales que
a esta letra, la verdad es que tal signo, q, no no eran e, i, escribiendo quando, quatro,
se utiliza actualmente en español, sino el etc., y en ese caso la q y la u tenían el valor
dígrafo qu, en el que la u no se pronuncia de dos letras». Esto, ¿no debería decirlo
(es decir, que qu son letras monofonemáti- también el drae cuando describe el sonido
cas). Pese a que la considera «compuesta de la letra q?
en la escritura, a la manera que la ch, la ll
y la rr», la grae (1959: 468) no la incluye 1.3.19. La letra r. Decimonovena letra
entre las letras dobles, que son las que «se del alfabeto español. Su nombre ha sido, en
representan con dos signos, y son la ch, la general, erre (pl., erres), pero más propia-
84 1.3.19.1. ESCRITURA DEL GRAFEMA R

mente se le daba ese nombre cuando, ya en vibrante múltiple después de consonantes


su forma simple, r, de principio de dicción distintas de b, l, n, s; por ejemplo, después
o posterior a l, n, s, ya en la doble, rr, de de las siguientes:
posición interior (siempre intervocálica),
tenía sonido vibrante múltiple: ratón [ra- d: la r es vibrante múltiple en la palabra
tón], israelí [israelí], malrotar [malrotár], ciudadrealeño (de Ciudad Real), en que
Enrique [enríke], carreta [karéta]. Se lla- la d es coda y no cabeza silábica (desu
maba ere (pl., eres) cuando, siempre en escribe ciudad-realeño, grafía que no de-
forma simple, r, tenía, en posición interior bería aceptarse; mejor sería ciudarrealeño,
(intervocálica o después de una consonante usada por El País en alguna ocasión; la
con la que se liquidaba) o de coda silábica Academia, en la OLE10, p. 119, afirma que
interior o final de palabra, sonido vibrante en estos casos, cuando se trata una pala-
simple: careta [karéta], medro [médro], bra prefijada o compuesta, si el segundo
carlismo [karlízmo], calor [kalór]. Actual- elemento empieza con r, esta letra suele
mente, una vez publicada la OLE10, «se re- representar el fonema vibrante múltiple, y
comienda desechar definitivamente el nom- lo ejemplifica con subrayar, ciudadrealeño
bre ere para esta letra, que pasa a partir y pos(t)romántico); también es vibrante
de ahora a llamarse únicamente erre. = En múltiple en adrenal y sus compuestos
perfecta coherencia con el nombre erre pa- y derivados: adrenalina, adrenocortico-
ra para la r, el dígrafo rr se denomina erre trópico, noradrenalina, etcétera, si bien
doble o doble erre». (En el establecimiento en estos vocablos puede afirmarse que,
de la norma choca un poco que se emplee salvo casos de uso culto, la pronunciación
la «recomendación» para seguidamente de- ordinaria funde la r en la d: adre-nal, adre-
cir que se debe desechar definitivamente nalina, y la división a final de línea no
el nombre ere.) En la escritura española, tiene en cuenta, normalmente, el sonido
la grafía rr es indivisible a final de lí- vibrante múltiple de la r: no / ra / dre / na-
nea (→ 3.3.2-6). Su representación gráfica lina (→ 3.3.1-5b).
adopta las formas siguientes: redonda mi- ll: la r es vibrante múltiple en topóni-
núscula: r, rr; redonda mayúscula: R, RR; mos catalanes o de origen catalán como
cursiva minúscula: r, rr; cursiva mayúscula: Bellreguard o Bellreguart, Vallromanas o
R, RR; versalita redonda: r , RR; versalita Vallromanes.
cursiva: R, RR. m: la r es vibrante múltiple en rumrum
(voz académica), homrai, Qumrán, Nem-
1.3.19.1. Escritura del grafema r. rod o Nimrud, Hamra, hamratiense,
1. El grafema r representa el sonido vibran- Amredita, Amravati, Amri, Amritapura,
te múltiple [r] en los siguientes casos: Amrítsar, Amrus, Omre, Omrí y Zimri.
1.1. A principio de palabra, siempre an- t: la r es vibrante múltiple cuando la
tevocálica: ramo, remo, rimo, romo, rumo. t es coda silábica, generalmente en los
1.2. En posición interior, detrás de las compuestos con post-, como postretinal,
consonantes l, n, s: alrededor, Enrique, postromántico, postrenal, postreducción
desrizar. (→ 3.3.1-5; 1.3.20.4).
1.2.1. La orae (1974: 21) olvidó que x: la r es vibrante múltiple cuando la
el grafema r también suena vibrante múl- partícula ex- se junta a una palabra que
tiple después de b cuando esta letra es comienza con r, como exrey, exrepublicano
coda silábica interior, y lo es en ciertos (→ 10.5.20.1.1-5).
compuestos con los prefijos ab-, ob- y sub- z: la r es vibrante múltiple en azre, velez-
(→ 1.3.2.4.1-2; 3.3.1-5b). rubiano, lazradamente, lazrador y lazrar
1.2.2. También olvida la Academia ha- (arcaísmos, los tres últimos, registrados en
cer constar que puede haber otras pala- el drae ), Almizra (localidad alicantina hoy
bras, españolas o no, en las que la r es inexistente, donde Jaime I el Conquistador
1.3.19.2. ERRORES FRECUENTES EN LA ESCRITURA DE LA LETRA R 85

firmó un tratado de límites con el prínci- uso se observaba aún en el siglo xiii, en
pe Alfonso, futuro Alfonso X el Sabio), tiempos de Alfonso X el Sabio. El dígrafo
Jezrael. rr llegó a escribirse, en vez de r, no solo en
principio de dicción y después de n, sino
En todas esas palabras, las letras d, ll, también después de cualquier consonan-
m, t, x (= [ks]), z son coda y no cabeza te: burrlas, estrremo, etcétera (Rosenblat,
silábica y, por consiguiente, r tiene en ellas 1951: xxxvi, n. 51).
sonido vibrante múltiple. Sin embargo, la 5. La Academia, en el Diccionario de
Academia no hace referencia a estos casos autoridades (1726-1739), prescribía no
ni siquiera en las voces que tiene admiti- duplicar la r a principio de dicción y des-
das, como azre, rumrum, ciudadrealeño, pués de n o s. En la primera edición de su
lazrar o en aquellas otras que, incluso no Orthographia (1741) prescribía que «se
admitidas, mantienen grafías permitidas en escriba una sola r en principio de dicción
español, como postretinal, postromántico, (razón, etcétera) o antes de consonante
postrenal y postreducción (naturalmente, (honra, enriquecer); en los compuestos de
si se escribiera sistemáticamente pos- en preposición se duplica (corroborar, derro-
lugar de post-, como se recomienda en el car), pero se exceptúan los compuestos de
párrafo 1.3.20.4.1, el problema quedaría pre- y pro- (prerogativa, prorogar) por el
resuelto) (v. 1.3.19.1-1.2.2, d). uso (quizá por tener r las preposiciones); en
2. El grafema r representa el sonido los compuestos como mam-roto, cari-re-
vibrante simple [r] en los siguientes casos: dondo una sola r, pero con guión» (Rosen-
2.1. En posición interior, como cabeza blat, 1951: lxxv). En la segunda edición de
silábica intervocálica: aro, cero, cara, Ma- dicha obra (1754), la Academia eliminó los
rio, amurallado, acerico. guiones de maniroto y cariredondo, pero
2.2. Tras de consonante labial, dental, seguía escribiéndolos con una sola r, como
velar y la labiodental f, formando con ellas prerogativa y prorogar. En la 12.a edición
cabeza silábica tanto en posición inicial del drae (1884), la Academia decidió que
de palabra como interior, en este caso tras la rr era una sola letra y adoptó las grafías
vocal o consonante: brazo, craso, druso, vicerrector, carirredondo, aunque mante-
frase, grasa, prosa, trasto, cobra, costra, nía, como hasta el presente, las excepcio-
compra. nes de voces como subrayar, abrogar, etcé-
2.3. Formando coda en posición inte- tera, en que se mantiene el sonido vibrante
rior o final de palabra: carta, harto, costar, múltiple de la r (→ 1.3.19.1-1.2) (v. Esteve
obstruir. Serrano, 1982: 263 ss.).
3. El dígrafo rr representa el sonido vi- 6. En la actualidad, las voces compues-
brante múltiple [r] en los siguientes casos: tas de un prefijo y una voz que comien-
3.1. En posición interior, intervocálica, za con r deben escribirse siempre juntas
como cabeza silábica: carreta, corro, torre. y duplicando la r, como se dice antes
3.2. En la misma posición, también (→ 1.3.19.1-3.2). La orae (1974: 21) lo
intervocálica, en palabras compuestas de establece con claridad: «Las voces com-
un prefijo y un segundo elemento que en puestas cuyo segundo elemento comienza
su forma simple lleva r inicial (por con- con r se han escrito en otro tiempo [hasta
siguiente, con sonido vibrante múltiple): 1884; → 1.3.19.1-5] sin duplicar esta le-
contrarrevolución (de contra- y revolu- tra; pero en tales vocablos es obligatorio
ción), antirreligioso (de anti- y religioso), emplearla doble para facilitar la lectura;
arremeter (de a- y remeter), andarríos (de v. gr.: andarríos, contrarréplica, prorrata,
anda- y ríos) (→ 1.3.19.1-6). vicerrector» (→ 3.3.2-7.5.1).
4. La rr a principio de palabra se usó en
los primeros tiempos de la grafía castella- 1.3.19.2. Errores frecuentes en la
na, alternando con la r: ritad, rritad. Este escritura de la R. Los errores más fre-
86 1.3.19.3. ALTERNANCIAS

cuentes en el uso de r y rr, aparte los que 1.3.20.1. Escritura de la letra s.


se derivan del desconocimiento de las re-
glas de escritura, consisten, sobre todo, 1.3.20.1.1. S líquida. La s líquida, es
en la supresión de una r en voces como decir, a principio de palabra seguida de
fatricida o fraticida por fratricida, madas- consonante, no es propia del español, pese
tra o madrasta por madrastra, padastro o a que se usó ya en tiempos de Alfonso X
padrasto por padrastro, fustrar o frustar el Sabio (siglo xiii) en palabras cultas: spí-
por frustrar, pograma por programa, po- ritu, stola, scita (v. García de Diego, 1970:
blema por problema, tricornia por tricro- 54). En la primera edición de su Ortho-
mía, pespectiva por perspectiva, etcétera, graphia (1741), la Academia abandonó el
o en la introducción de una r inexistente, uso de s líquida que había utilizado en
como petrimetre por petimetre, en este el Diccionario de autoridades (1726-1739):
caso tal vez por ultracorrección, ya que, sperma, stoico, scetro, eliminándola (cetro)
en general, existe cierta resistencia a las o añadiendo una e protética (esperma, es-
palabras que tienen dos sílabas con r lí- toico) (v. Esteve Serrano, 1982: 246-247).
quida. El drae 92 solo registra tres palabras con
Por lo demás, hay que distinguir entre s líquida: stábat y statu quo, latinismos, y
trastocar ‘trastornar, revolver’, ‘trastor- swástica (extraña grafía que viene a susti-
narse, perturbarse la razón’ y trastrocar tuir a svástica, registrada en el drae 70).
‘mudar el ser o estado de una cosa, dán- Actualmente, el drae 01 ya no registra
dole uno diferente del que tenía’. Debido svástica ni swástica, pero sí una serie de ex-
a su diferente fonética, no suelen confun- tranjerismos iniciados con esta letra, como
dirse voces parónimas como bario/barrio, speech, sponsor, sport, spot, spray, sprint,
careta/carreta, caro/carro. stand, standing, stock, striptease. En ge-
neral, la vieja tendencia a anteponer una e
1.3.19.3. Alternancias . El drae re- protética se ha aplicado también a las vo-
gistra algunas alternancias con r/rr. Pre- ces extranjeras que entraban en el español
fiere grafías con -rr- en las siguientes: actual: esmoquin, estándar, escáner, esnob,
alga(r)rada (fiesta), atu(r)rullar, ca(r)rocha, eslogan, eslalon, etcétera, pero, al parecer,
ca(r)rochar, ce(r)ruma, cimbo(r)rio, de- la Academia ha cambiado de criterio y ha
rrelicto, de(r)relinquir, mo(r)ocota, sa- adoptado otro nada acertado y muy perju-
( )rillo (estertor del moribundo); al con-
r dicial para la grafía del español.
trario, prefiere las grafías con -r- en las
siguientes: bacar(r)á, gar(r)apiña, gar(r)a- 1.3.20.1.2. Ese doble. En tiempos de
piñar bar(r)apo, iliber(r)itano, sar(r)apia, si- Alfonso X el Sabio se distinguía entre
mar(r)uba, simar(r)ubáceo, zambor(r)o- ese simple (s) y ese doble (ss), como ac-
tudo. tualmente en catalán, portugués, francés,
inglés y alemán. Posteriormente, para re-
1.3.20. La letra s. Vigésima letra del al- presentar el sonido de la ese doble se creó
fabeto español. Su nombre es ese (pl., eses). un signo parecido a la integral (f) (v. Ro-
Fonema fricativo sordo, tiene dos variantes senblat, 1951: xvii y n. 12, xx; García de
de pronunciación: la apicoalveolar, que Diego, 1970: 53-55; Cuervo, 1954: i, 932).
domina en la mayor parte de España, y Aunque en el Diccionario de autoridades
la predorsal, con salida del aire por los (1726-1739) la Academia autorizaba el uso
dientes, usual en Andalucía, Canarias e de ss en algunos casos (en los compuestos:
Hispanoamérica. Su representación gráfica dissolver; en los superlativos: malíssimo, y en
adopta las formas siguientes: redonda mi- el imperfecto de subjuntivo: amasse), en la
núscula: s; redonda mayúscula: S; cursiva tercera edición de la Ortografía (1763) deci-
minúscula: s; cursiva mayúscula: S; versali- dió sustituir ss por s (→ 1.4.7-3). Actualmen-
ta redonda: s; versalita cursiva: 5. te, en los tiempos verbales en que puedan
1.3.20.4.1. ESCRITURA DEL GRUPO ST 87

encontrarse dos eses seguidas, se reducen teca y Tlascala y dejado solo tlaxcalteca
también a una: «En las frases dábas-selo, y Tlaxcala. La simplificación del grupo
decías-selo, dijéras-selo, etc., hoy fuera de consonántico x [ks] parece la preferible
uso, la escritura reduce las dos s [eses] a en todos los casos, cualquiera que sea la
una, igualándolas así gráficamente con las preferencia académica, pues, como dice
frases dába-selo, decía-selo..., es decir, las Navarro Tomás (1980: 140), «Históri-
dos formaciones se escriben dábaselo» (Es- camente, la x de nuestra actual escritura
bozo, 1973: 88, n. 14). Lo mismo se hace equivale al grupo cs; pero su pronuncia-
en los compuestos en los que el primer ele- ción solo se ajusta al valor literal que este
mento termina en s y el segundo comienza grupo representa en casos muy marcados
con la misma consonante: transiberiano de dicción culta y enfática. En la conversa-
(de trans- y siberiano), transustanciar (de ción corriente, la x ante consonante se pro-
trans- y sustanciar), etcétera. nuncia como una simple s». Obsérvese que
en todos los casos citados anteriormente
1.3.20.2. Errores frecuentes en la la x precede a consonante, por lo que las
escritura de LA s. No es frecuente que grafías preferibles, dado que la Academia
la s produzca dudas en cuanto a su uti- permite ambas, deben ser con s y no con x.
lización en español, al no existir para ella 2. La Academia registra algunas alter-
más que una pronunciación y una grafía. nancias con las letras s/z. En principio
Sin embargo, pueden surgir problemas en de palabra recoge sahína/zahína, sahinar/
algunas zonas de las regiones meridionales zahinar, sapote/zapote, sarapico/zarapi-
españolas a causa del ceceo, es decir, la co, sonso/zonzo, sulla/zulla, suzón/zuzón,
pronunciación de s como c ante e, i; así, con preferencia por z-, y zamuro/samu-
sí, señor es realizado fonéticamente como ro, zandía/sandía, zarazo/sarazo, zoltaní/
[θíθenó]. Como en el caso del seseo, esta soltaní, zoma/soma, zuindá/suindá, zuiza/
peculiaridad fonética no se acusa en lo suiza, zuizón/suizón, zurubí/surubí, con
gráfico tanto como podría temerse. preferencia por s-. En posición interior
prefiere z en biscocho/bizcocho, busarda/
1.3.20.3. Alternancias . 1. La Acade- buzarda, cascarria/cazcarria, colisa/coliza,
mia registra un notable grupo de palabras crisneja/crizneja, lesna/lezna, mescolanza/
en las que la grafía con -s- o con -x- es mezcolanza, pasote/pazote (planta), pesu-
correcta, pero con preferencias distintas en ña/pezuña, petiso/petizo, tresnal/treznal,
uno y otro caso; por ejemplo, prefiere las y -s- en biznieto/bisnieto, chiruza/chirusa,
grafías con -s- en conmixtión/conmistión, meznada/mesnada, curazao/curasao. En fi-
conmixto/conmisto, excusa/escusa (prove- nal de palabra prefiere -s en prohíz/prohís.
cho; derecho), excusabaraja/escusabara-
ja, expedable¡espectable, mixtela/mistela, 1.3.20.4. El grupo consonantico st .
mixtificación/mistificación, mixtificador/ Como inicial de palabra es impropio del
mistificador, mixtificar/mistificar; por el español. Solo dos palabras, stábat y statu
contrario, prefiere -x- en las siguientes: cos- quo, registra el drae con este grupo inicial.
cojita/coxcojita, escoriación/excoriación, Se encuentra, sin embargo, en posición
escoriar¡excoriar, escusalí/excusalí, espo- interior, sobre todo como coda silábica del
liación/expoliación, espoliador/expoliador, prefijo post-. La Academia es poco cohe-
espoliar/expoliar, espolio/expolio, misti fo- rente en la grafía de este grupo.
ri/mixti fori, mistifori/mixtifori, mistilíneo/
mixtilíneo, mistión/mixtión, misto/mixto, 1.3.20.4.1. Escritura del grupo st. Pue-
mistura/mixtura, misturar/mixturar, mistu- den darse cuatro casos:
rero/mixturero, moste/moxte, os/ox, osear/ 1. Palabras que solo admiten la grafía
oxear, oste/oxte, sesma/sexma, sesmero/ pos-: posbélico, poscomunión, posfecha,
sexmero. Ha eliminado las grafías tlascal- posguerra, a pospelo, pospierna, pospo-
88 1.3.20.4.1. ESCRITURA DEL GRUPO ST

ner, posposición, pospositivo, pospuesto, en voces como postdata o postoperatorio.


postónico. Pero, ateniéndonos al criterio de uso más
2. Palabras que solo se escriben con frecuente, es preferible emplear la forma
post-: postila o postilla, postilación, postilar. pos-, que da lugar a palabras como posda-
3. En un grupo de palabras en el que ta o posoperatorio».
admite las dos formas, prefiere el man- Lo que procede hacer, sin duda, es sim-
tenimiento del grupo, aunque permite su plificar el grupo post- en pos- en todos
simplificación: pos(t)combustión, pos(t)- los casos, cualquiera que sea la letra que
data, pos(t)diluviano, pos(t)dorsal, pos(t)- le siga, vocal o consonante. La queren-
fijo, pos(t)liminio, pos(t)meridiano, pos(t)- cia académica por los grupos complejos
modernismo, pos(t)moderno, pos(t)- (→ 1.3.2.6.1; 1.3.14.1.2) propicia la pre-
nominal, pos(t)operatorio, pos(t)románti- ferencia de algunas personas (los médicos,
co, pos(t)palatal, pos(t)verbal. A estas vo- por ejemplo) por la utilización de grupos
ces académicas pueden añadirse otras no cultos y complejos, bien lejos de las ten-
recogidas en el drae , como posgraduado, dencias simplificadoras del pueblo llano.
posparto, posorbital, posrenacentista, pos- Por lo demás, puede presentarse algún
revolucionario, etcétera. Carnicer (1977: problema en términos científicos como
85-86), al analizar este grupo consonán- postsináptico, en el que, eliminada la t,
tico, dice que «en los hábitos fonéticos quedaría possináptico, pero si se acepta
del hablante castellano la agrupación st tramontano en lugar de transmontano,
en final absoluto, así como en final de ¿por qué no también, por ejemplo, posi-
sílaba ante consonante, pierde su t»; y náptico?
añade más adelante: «[...] parece que pos
debería preceder a un segundo componen- 1.3.21. La letra t. Vigésima primera
te iniciado por consonante (posguerra); y letra del alfabeto español. Su nombre es te
post, al que empezara por vocal, con la (pk, tes). Su articulación es dental oclusiva
cual vendría a articularse (postoperatorio). sorda. Su representación gráfica adopta las
De esta manera, además de acomodarse formas siguientes: redonda minúscula: t;
lo escrito a lo pronunciado, se evitaría la redonda mayúscula: T; cursiva minúscula:
anarquía actual en el uso de este prefijo. t; cursiva mayúscula: T; versalita redonda:
Y se evitaría también que en los com- T; versalita cursiva: T.
puestos que se van forjando aparecieran,
con t, formas como postrenacentista y 1.3.21.1. La t como coda final . La
postromántico [a las que pueden añadir- -t coda final de palabra no es propia del
se postreducción, postrenal, postretinal, idioma español, pese a lo cual figuran en
postrevolucionario], que el lector ajeno a el drae cerca de sesenta palabras con es-
la técnica correspondiente podría dividir ta terminación. En las que provienen del
silábicamente así: pos/trenacentista, pos/ francés, lo normal es que la Academia las
tromántico» (v. 1.3.19.1-1.2.2, d). Seco admita tras suprimirles la -t final, como
(1998: 348) dice: «Es preferible, sobre bidé (de bidet), carné (de carnet), etcétera;
todo cuando sigue consonante, la forma en algunos casos conserva las dos for-
pos-, ya que la pronunciación española no mas, como chalet/chalé, debut/debú; hace
articula, o apenas articula, la t de post-. Por lo mismo con cheviot/chevió (del inglés),
eso, las palabras del patrimonio tradicional vermut/vermú (del alemán), pero no con
tienen siempre pos-: posponer, posfecha, complot (del francés), que El País (1990:
pospelo». La Academia, como se ha visto, 195; 2002: 245) ha simplificado en compló
no sigue ninguna regla, aunque, en general, (aunque admite también complot).
modernamente muestra su tendencia por la
simplificación. Dice la ole 99, 28: «La t del 1.3.21.2. El grupo consonantico tz .
prefijo de origen latino post- se conserva El grupo consonántico tz es impropio
1.3.23.2. ESCRITURA DE LA LETRA V 89

del español; solo lo registra la Academia sistema un elemento de confusión; de he-


en las voces hertz (= hercio) y hertziano cho, en muchos casos, para distinguirlas
(= herciano), y, como coda final de pa- se recurre a denominarlas be alta (b) y be
labra, lo registraba hasta el drae 84 en baja (v), distinciones innecesarias si se lla-
zarevitz, grafía sustituida en el drae 92 por ma be a la primera y uve a la segunda. Su
zarevich. articulación es como la de b. Su represen-
tación gráfica adopta las formas siguientes:
1.3.22. La letra u. Vigésima segunda redonda minúscula: v; redonda mayúscula:
letra del alfabeto español. Su nombre es u V; cursiva minúscula: v; cursiva mayúscula:
(pl., úes). Su representación gráfica adopta V; versalita redonda: v; versalita cursiva: v
las formas siguientes: redonda minúscula: (→ 1.3.22.1).
u; redonda mayúscula: U; cursiva minús-
cula: u; cursiva mayúscula: U; versalita 1.3.23.1. Generalidades . En espa-
redonda: u; versalita cursiva: u. ñol, la v nunca es coda silábica, salvo en
ovni, siglónimo de objeto volador no iden-
1.3.22.1. Generalidades . «En la es- tificado, admitido en el DRAE01.
critura latina medieval alternan dos formas
de la u (u, v, forma angular y redondeada 1.3.23.2. Escritura de la letra v . Se
del mismo signo), y ambas van a servir escriben con v:
para la u romance (vn, un), y también para 1. Los pretéritos con terminación -uve y
el nuevo sonido consonántico de u: avia o sus derivados: anduve, sostuve, anduviera,
auia (había)» (Rosenblat, 1951: xiii). U y sostuviese, menos hube (de haber) y sus de-
v alternaron para el valor vocálico en el si- rivados: hubimos, hubisteis, etcétera.
glo xiii, en tiempos de Alfonso X el Sabio: 2. Los verbos cuyo infinitivo termina
vos y uos, lluuia, vn (v. García de Diego, en -ver, como absolver, resolver, menos
1970: 54). La grafía mayúscula usaba solo beber, caber, deber, haber, saber, sorber y
V para ambos casos. sus compuestos resaber, sobrebeber, em-
beber, desbeber, absorber, adsorber y re-
1.3.22.2. Escritura de la letra u. sorber.
1. En los dígrafos gu y qu es letra muda: 3. Las palabras que empiezan por:
guerrera, guiso, querer, quiso (para que se 3.1. ad-, como adverar, adversario.
pronuncie en gu —entonces difonemáti- 3.2. vice-, viz- o vi- en compuestos y
co—, debe llevar diéresis la u) (→ 10.4.12). con significación de «en vez de», como
2. La letra u sustituye a la o cuando vicerrector, vizconde, virreinato.
esta, en función de conjunción disyuntiva, 4. Las palabras que terminan en:
precede a una voz que comienza con el so- 4.1. -viro, -vira, -ívoro, -ívora, como
nido /o/ (escrito o u ho): uno u otro, Fran- seviro, decenviro, centunviro, duunviro,
cia u Holanda. cuatorviro; vira, viravira, cochevira; her-
bívoro, piscívoro, frugívoro, fumívoro,
1.3.23. La letra v. Vigésima tercera granívoro, omnívoro, insectívoro, con sus
letra del alfabeto español. Su nombre femeninos y plurales; víbora, que no perte-
en el español europeo es uve (pl., uves), nece a esta familia de voces, se escribe con
pero en Latinoamérica se usan también -b- interior.
las denominaciones ve, ve corta, ve chi- 4.2. -ava, -ave, -avo; -eva, -eve, -evo,
ca (o chiquita), ve pequeña y ve baja -iva, -ivo (siempre tónicas), en adjetivos
(v . OLE10, 70; → 10.3.24). El drae regis- como octava, grave, dozavo; nueva, aleve,
tra la denominación ve, la más utilizada en longevo; rectificativa, nocivo.
Latinoamérica, pero tropieza con el hecho 5. Los derivados y compuestos de voces
de que ambas grafías, b y v, se pronuncian que se escriben con v, como vespertino (de
exactamente igual, lo que introduce en el véspero), prever (de ver).
90 1.3.23.3. LA ALTERNANCIA v/w

1.3.23.3. La alternancia v/w. El u semiconsonante: Washington, wa-


drae registra algunas alternancias con shingtoniano.
estas letras. La Academia prefiere w en vei-
marés/weimarés, velintonia/wellingtonia, y Su representación gráfica adopta las for-
v en walón/valón, wolframio/volframio. La mas siguientes: redonda minúscula: w;
Academia solo registraba las formas dar- redonda mayúscula: W; cursiva minúscula:
viniano, darvinismo y darvinista, salvo en w; cursiva mayúscula: W; versalita redon-
darwinismo, en la que prefería la w a la v. da: w; versalita cursiva: w.
Actualmente, en el drae 01 solo registra las
formas con w: darwiniano, darwinismo, 1.3.24.1. Escritura de la letra w.
darwinista. Existen también las siguientes Esta letra, admitida por vez primera en
alternancias en antropónimos históricos y nuestro alfabeto en la Ortografía académi-
actuales: Vamba/Wamba, Viterico/Witeri- ca de 1969 y en la 19.a edición del drae
co, Valia/Walia, Vitiza/Witiza, Venceslao/ (1970), se emplea en palabras de origen
Wenceslao, Vifredo/Wifredo; las preferen- extranjero (especialmente de idiomas an-
cias dependerán del escritor, aunque debe- glosajones), pues no es letra latina. Es do-
rían prevalecer las grafías con v. ble por su composición (v + v), pero simple
en la escritura; cuando en la composición
1.3.24. La letra w. Vigésima cuarta tipográfica faltaba, se sustituía por dos
letra del alfabeto español. Su nombre en el uves (VV, vv).
español europeo es normalmente uve doble 2. No solía formar parte de los órdenes
(pl., uves dobles), pero en Latinoamérica alfabéticos de párrafos y apartados (o lis-
se usan también ve doble (pl., ves dobles), tas) hasta que la Academia la admitió. En
doble ve (pl., dobles ves), doble u (pl., este sentido, no le es aplicable el criterio
dobles úes) y doble uve (pl. dobles uves) correspondiente a ch, ll y rr, cada una de
(→ 10.3.23); no es correcta la grafía v do- ellas formada por dos signos separados.
ble que registraba el drae 70 y de nuevo el 3. En general, las palabras que se to-
drae 01 (tan incorrecta como antes), pues man de otros idiomas suelen españolizarse
o se escribe la letra, w, o su nombre, uve cambiando w por v y, a veces, también
doble; el drae la denomina asimismo u va- por u, aunque ambas grafías suelen co-
lona (pl., úes valonas), inusual, y el drae 01 existir: uitoto/witoto (familia lingüística
u doble (pl., úes dobles), también inusual. de la cuenca del Amazonas), cataubas/
Su pronunciación es como sigue: catawba (tribu amerindia). En el caso de
whisky, la Academia adaptó la voz en la
a) en los nombres de los personajes go- forma güisqui, pero también habría sido
dos que la llevan (Walia, Witerico, correcta la grafía uisqui (o huisqui, para
Wamba, Witiza, que también pue- seguir la norma de h ante -ui); en la OLE10
den escribirse con v), así como en (p. 86) la Academia propone la adopción
los prenombres Wenceslao, Wifredo de la forma wiski, dado que la grafía con
(que también pueden usarse con v), gü «provoca rechazo en muchos hablan-
y en las palabras comunes admitidas tes»; sin embargo, es probable que tam-
por la Academia, la pronunciación poco esta sea aceptada por los hablantes,
es como la de la v (es decir, como la pese a la presencia en ella de las letras w
de la b); y k. La sustitución de w por u se da en los
b) en los nombres (comunes o propios) topónimos mayores (→ 7.2.2-1).
alemanes es labiodental fricativa so-
nora en su origen, pero en español se 1.3.25. La letra x. Vigésima quinta le-
pronuncia como b; tra del alfabeto español. Su nombre es
c) en nombres (comunes o propios) de- equis (pl., equis). Su pronunciación es co-
rivados del inglés se pronuncia como mo sigue:
1.3.25.2. ESCRITURA DE LA LETRA X 91

a) en posición intervocálica, así como de esta letra, que es fácil confundir con la s,
en principio y fin de palabra, tiene tanto escribiendo, por ejemplo, explendor,
sonido [ks] o [gs]: examen, sílex, expontáneo por esplendor, espontáneo,
xenofobia; como exófago, extirpe por esófago, estirpe.
b) ante consonante suele reducir- En los casos de duda, no queda otra solu-
se a s: extraño, extremo, exposi- ción que acudir a un diccionario, puesto
ción (→ 1.3.20.3). que la regla de aplicar x cuando la palabra
la tenga por etimología apenas vale de algo
Estas pronunciaciones están permitidas para la generalidad de las personas.
por la Academia (v. orae 74, 22), pero, 2. Más serio es el problema que se
según ella manda, «Es obligatorio, en to- presenta en la grafía de antropónimos y
dos los casos, mantener la x ortográfica de topónimos que se escriben con x o con j,
acuerdo con la etimología» (v. t. Navarro ya porque esté autorizado (alternancias),
Tomás, 1980: 140-141). Es la única letra ya por error o por mimetismo ortográfico.
del alfabeto español que trascribe un grupo Entre los antropónimos existen actual-
de dos fonemas: [ks]; cuando aparece en mente alternancias tanto en prenombres
posición intervocálica, el primer fonema (Maxencio/Majencio, Práxedes/Prájedes,
es coda, y el segundo, cabeza silábica Xavier/Javier, Ximena/]imena) como en
(v. Esbozo, 1973: 133; → 3.3.2-7.8). Sin apellidos (Ximénez/Jiménez/Giménez,
embargo, hay al menos tres palabras espa- Mexías/Mejías, Texera/Tejera); debe recor-
ñolas con el sonido [ks] escrito cs: fucsia, darse que, al menos en español, la grafía
fucsina y facsimil(e), con su derivado fac- x en esos casos se pronuncia como j, por
similar y su compuesto telefacsímil(e). Su lo que conservar aquella es solo un rasgo
representación gráfica adopta las formas anacrónico. En cuanto a los topónimos,
siguientes: redonda minúscula: x; redonda se dan las siguientes alternancias: Xerez/
mayúscula: X; cursiva minúscula: x; cur- Jerez, Oaxaca/Oajaca, México/Méjico,
siva mayúscula: X; versalita redonda: x; Texas/Tejas. Xerez y Texas deben escribir-
versalita cursiva: X. se siempre con j, nunca con x. Oajaca es
grafía reconocida por la orae (1974: 22):
1.3.25.1. Generalidades . La x con «Pueden escribirse indistintamente con x
valor fonético [ks], procedente del latín, se o con j los nombres geográficos México o
escribía ya en la primera edición de la Or- Méjico, Oaxaca u Oajaca, y algunos más,
thographia (1741), pero añadiendo acento así como sus derivados (mexicano o me-
circunflejo a la vocal siguiente: examen; jicano); pero la pronunciación es siempre
en cambio, si tenía el valor fonético de [x] la propia de j, esto es, como fonema velar
(pronunciado j) se escribía sin circunflejo: fricativo sordo»; pues bien, el drae (1984,
xabon (→ 1.3.10.1). 1992, 2001) registra oaxaqueño, pero no
En la cuarta edición del drae (1803) oajaqueño. En cuanto a la alternancia
y en la octava de la Ortografía (1815), la México/Méjico, admitida por la Academia,
Academia decidió escribir s en sustitución tropieza con dos hechos contrapuestos:
de x etimológica, pero admitía también el país ha decidido escribir México, pero
explicación, expresión. Finalmente, el uso con una x que se pronuncia como j, y los
de s por x fue desechado por la Academia tratadistas, ya desde Unamuno, la recha-
en su Prontuario ortográfico de 1884 zan abiertamente, por considerarla un ar-
(v. Rosenblat, 1951: cxx; 1971: 51; caísmo ortográfico. Como dice Rosenblat
1974: 33; Esteve Serrano, 1982: 247-249, (1960: 140), «[...] los nombres propios son
393 ss.). más conservadores que las voces corrien-
tes. Y más que los nombres mismos, las
1.3.25.2. Escritura de la letra x. letras de los nombres» (v. t. Seco, 1998:
1. No existen reglas seguras para el empleo 292, s. v. Méjico; Unamuno, 1970: 102,
92 1.3.25.2. ESCRITURA DE LA LETRA X

n. 1; Rosenblat, 1974: 33; Carnicer, 1977: nuestra lengua la pronunciación propia de


106-107; Esteve Serrano, 1982: 416- 417). la j, es esta la letra que en ese topónimo
Polo (1974: 230) es tajante en este pun- estadounidense debe emplearse cuando se
to: «Hoy, cuando el mundo tiende a la escribe en español.
comunicación multinacional y a simplifi- 3. Entre los topónimos españoles, los
car materialmente los códigos lingüísticos, hay que acaban en -x, en algunos de
resulta aberrante [...] mantener tamaña los cuales debe pronunciarse como j (Sax,
peculiaridad “sociológica” (siguiendo las Borox, Almorox, Guadix, cuyos gentilicios
huellas de una trasnochada etimología) son, respectivamente, sajeño, borojeño,
por mor de una cortesía mal entendida y almorojano, guadijeño) y otros en los
caprichosa. Escribamos Méjico con respeto que debe pronunciarse como s (Tolox,
para con el idioma y el país hermano». Ro- Torrox, cuyos gentilicios, respectivamente,
senblat (1960: 140), por su parte, dice que son toloseño y torroseño) (v. Navarro To-
«podemos, por deferencia especial, escribir más, 1980: 143; Casares, 1959: 462-479)
México como quieren los mexicanos. Pero (→ 1.3.10.4).
también podemos, sin faltarle el respeto a 4. Otros topónimos hispanoamericanos
nadie, escribir tranquilamente Méjico, me- tienen x con sonido distinto de [ks] o [gs]:
jicano, para evitar la pronunciación falsa «En otros nombres geográficos de origen
de ks que está cundiendo, aun entre mucha nahua la x se pronuncia como sibilante pa-
gente culta, y que ha triunfado en las len- latal fricativa sorda (es decir, con el sonido
guas extranjeras: le Mexique, en francés, que tuvo la x en español antiguo): Xola,
Mexico en inglés, Mexiko en alemán». Sin Mixcoac. En Xochimilco suena como s»
embargo, la grafía más utilizada hoy día (orae 74, 22, n.).
es México, pero la pronunciación, a tenor
de la grafía, es en muchos casos, fuera del 1.3.25.3. La x como coda final . La
propio país, con x (es decir, [ks]), no con -x final de palabra tenía valor de j en
j, lo que constituye un error. Sin embargo, la primera edición de la Orthographia
a estas alturas (2012), parece que ya muy (1741): carcax, relox, e incluso en posición
pocos rechazan la grafía México y sus deri- interior: inxerir. En la séptima edición
vados, por cuanto, por encima de la forma del drae (1832) esa x fue convertida en
que pueda parecer más correcta desde un j: almoraduj, reloj (esta última alternaba
punto de vista ortográfico, la escritura con con su reciente grafía reló, usada ya por lo
x responde a un respeto por la imagen que menos desde mediados del siglo xix, pero
los mexicanos han querido dar al nombre incomprensiblemente ha sido eliminada del
de su país, cuestión que solo a ellos com- drae en 1992). Quedan, sin embargo, una
pete. Y no se trata de una deferencia, sino cuarentena de palabras que terminan en x
de una realidad insoslayable. México es en el drae , en su mayor parte procedentes
un país soberano de habla española y ha del latín; algunas admiten la alternancia
decidido que el nombre de su país se es- -x/-j, pero en otras se trata de grafía única;
criba así. Es distinto el caso de Tejas, que en estas, la pronunciación actual es con x
debe escribirse con j, como le corresponde, [ks], no j [x].
porque Texas es el nombre de un lugar ex-
tranjero; es decir, que Tejas es, en español, 1.3.25.4. Alternancias . El drae re-
el exónimo de Texas, como Nueva York gistra algunas alternancias con las letras
es el exónimo español de New York. Co- x/j. En posición interior, la Academia pre-
mo es natural, el estado de Tejas es dueño fiere la -j- en las siguientes voces: complexi-
de elegir esa grafía, pero, dado que se tra- dad/complejidad, complexo/complejo, oxi-
ta de un lugar extranjero, deben aplicár- mel/ojimel, oximiel/ojimiel; prefiere la -x-
sele las reglas de escritura españolas; es en anejar/anexar, lujación/luxación, excep-
decir, que como el signo x ya no refleja en to en mejicanismo/mexicanismo, mejicano/
1.3.26.1 GENERALIDADES 93

mexicano, Méjico/México, en que prefiere praderas; se pronuncia como semi-


x. En posición de coda final de palabra, vocal si la palabra anterior termina
prefiere la -j en carcax/carcaj, gambux/ con vocal y la siguiente comienza
gambuj, trox/troj (= troje); prefiere la -x en con consonante: amo y criado, y co-
almoraduj/almoradux, borraj/bórax, gam- mo semiconsonante cuando la pala-
baj/gambax. Siguiendo la pauta marcada bra anterior termina con consonante
por el devenir de la pugna x/j, estas palabras y la siguiente comienza con vocal:
(menos luxación) deberían escribirse con j dudas y errores.
(con excepción de las mencionadas antes:
mejicanismo/mexicanismo, mejicano/me- Su representación gráfica adopta las for-
xicano, Méjico/México, en que se prefiere mas siguientes: redonda minúscula: y; re-
la x). donda mayúscula: Y; cursiva minúscula: y;
cursiva mayúscula: Y; versalita redonda: Y;
1.3.26. La letra y. Vigésima sexta letra versalita cursiva: Y.
del alfabeto español. Su nombre es i griega
(pk, íes griegas); no debe escribirse y grie- 1.3.26.1. Generalidades . «Ya sea por
ga, que supone una redundancia. Dice el efecto de una elección arbitraria como
DRAE84: «Llamábase i griega, y hoy se le la que apropió a sonidos peculiares del
da el nombre de ye»; no solo la denomina- romance los signos existentes ñ, ll, ch, ya
ción i griega sigue estando en pleno vigor, por casual coincidencia que de dos íes (ij)
sino que no parece que nadie, al menos produjo un signo nuevo semejante en la
en España, la llame ye (incluso a veces se forma a la y llamada griega, ello es que
contrapone i griega a i latina), razón por desde la época más remota tal signo apa-
la cual la Academia ha rectificado aquella rece en nuestra lengua desempeñando con
definición en el DRAE92: «Se llama i griega, más o menos regularidad ciertas funciones
y también se le da el nombre de ye». En la de la i: 1.a, como consonante: ayuntar, yo,
ole 10 (p. 71) vuelve la Academia a propo- vaya; 2.a, como medio vocal formando dip-
ner el nombre ye «como el único recomen- tongo con una vocal precedente: ay, coyta;
dado para todo el ámbito hispánico». La 3.a, cuando llevaba cierta énfasis por for-
realidad actual no parece responder a esta mar palabra o sílaba de por sí: y, hy, yba,
opinión. Su pronunciación es como sigue: cay, parayso, ayna, traydor, rey. En suma[,]
era la y una i enfática, o doble, si se quiere,
a) representa un sonido palatal sonoro a semejanza de la y francesa entre dos vo-
generalmente fricativo; en algunas cales. Esta tradición es la que conservamos
zonas importantes como el Río de hoy al escribir hay, va y viene. Pero ni este
la Plata suele articularse con rehila- uso fue general ni le han faltado contra-
miento (cierta vibración que se pro- dictores. [...] El deseo creciente cada día
duce en el punto de articulación); en los pueblos que hablan castellano de
b) precedida de nasal se hace africada: acomodarse a un solo tipo [i o y] al hablar
cónyuge; y al escribir, puede, amortiguando la sed
c) cuando es final de palabra precedida de reformas, conservar indefinidamente
de vocal, es semivocal: voy, rey; el empleo de la y como vocal, pero no es
d) cuando oficia de conjunción, se pro- difícil que algún día desaparezca» (Cuervo,
nuncia como consonante si la pa- 1954: i, 939).
labra anterior termina con vocal y A partir de Alfonso X el Sabio (si-
la siguiente comienza también con glo xiii), el empleo de la y era corriente
vocal: casa y amor; como vocal i en cualquier posición: cuydado, ynfante,
si la palabra anterior termina con syempre, rryco, myo, etcétera (v. García
consonante y la siguiente empieza de Diego, 1970: 54). La Academia, en el
asimismo con consonante: campos y Diccionario de autoridades (1726-1739),
94 1.3.26.2. LA Y VOCAL

fijó el sonido consonántico de la y (ayuda, demia no ha incluido nunca la y entre las


ayer), pero en las voces de origen griego vocales, en algunos casos esta letra tiene
mantenía la y vocal: symbolo, mysterio, sonido puramente vocal, como reconoce el
mártyr. Ya entonces había elegido la grafía propio drae (s. v. y; → 1.3.26). Por otro
-y como coda silábica final de palabra pre- lado, cuando la Academia habla de los
cedida de vocal: rey, ley, buey, Cambray, diptongos, incluye siempre los formados
pero, en cambio, mui, Frai, hoi (v. Rosen- con y; por ejemplo, en el Esbozo (1973:
blat, 1951: lxvii; García de Diego, 1970: 121) se dice: «Tanto i como y representan
55). En la segunda edición de la Ortografía en la escritura el fonema vocálico /i/. Pero
(1754) convirtió en i la y de los helenismos el uso no es indiferente. Se escribe con y
(pyra = pira, lyra = lira); reservó la y para la conjunción copulativa inacentuada que
su valor consonántico (playa), la conjun- pronunciamos /i/. También la /i/ final de
ción y, la mayúscula (Yglesia) y los dip- las palabras con acento de intensidad,
tongos (ayre) (v. Rosenblat, 1951: lxxvii). monosilábicas o agudas, que terminan en
La terminación de palabras en -y, espe- los diptongos /ái/, /éi/, /ói/ sin coda: hay,
cialmente en los diptongos, tiene su origen ay, estay, verdegay, guirigay [se exceptúan
en la ortografía medieval, cuando exis- paipai, samurai, bonsái]; ley /éi/, carey,
tían tres grafías para este sonido: i corta visorrey, Araduey, Camagüey [se exceptúa
o media (que se escribía sin punto), I agnusdéi]; doy, estoy, soy, voy, hoy, rentoy,
alta (origen de la mayúscula moderna) y j Godoy, Alcoy». Ya Casares (1952: 105)
(i baja, origen de la j moderna). A estas había reparado en esta peculiaridad: «Lo
vino a sumarse la y de los helenismos, que primero que llama la atención a propósito
se usaba especialmente en contacto con n, de este signo es que se haya olvidado de él
m, uy en posición final, sobre todo en los la Gramática al enumerar las letras “que
diptongos. «Como la i representaba a veces representan sonidos vocales”. Luego, en
un sonido consonántico (uieio ‘viejo’) se la Prosodia y en la Ortografía, no solo se
tendió a preferir la y para la vocal (ysla, yr, habla constantemente del “sonido vocal”
tenye ‘tenía’, etc.). Este uso fue general has- de la y, sino que en los ejemplos de dip-
ta el siglo xvii, y subsisten restos de él (la tongos se incluyen ley, soy, etc., y en los de
conjunción y, la y final de los diptongos) en triptongo[s], buey, guay, etc.». El Esbozo
la ortografía actual» (Rosenblat, 1951: xii (1973: 31) incluye la y coda final de pala-
y n. 5, xiv). En la primera edición de la Or- bra precedida de vocal entre las vocales no
thographia (1741), la Academia introdujo silábicas, con estos ejemplos: hay, noray,
el criterio diferenciador desde el punto de ley, Araduey, voy, muy, Espeluy, Beranuy,
vista ortográfico, y distinguió ley, rey de baila, aceite, cohibido, Apraiz, Arraiz,
lei, rei (leídas leí, reí) (v. Esteve Serrano, habéis, sois; es decir, como semivocal;
1982: 129-134, 318 ss.). En la octava edi- pero falta la conjunción y cuando, por
ción de la Ortografía (1815), la Academia aparecer entre consonantes, «representa a
decidió convertir la y de los diptongos en la vocal i» (drae 01, s. v. y). La cuestión se
posición interior en i: aire, peine en lugar complica un tanto si se considera la grafía
de ayre, peyne, pero conservó la y en los ypsilon, que la Academia registró cuando
diptongos de final de palabra. Bello (1951: menos hasta la 17.a edición del drae . Ca-
103) y Rosenblat (1951: lxxix) refieren sares (1952: 105) se pregunta: «¿Se puede
una anécdota según la cual se conservó poner tilde en esta letra [la y]? Siempre se
esta última grafía para no tener que corre- ha entendido que no, pero surge la duda al
gir la estampilla con que se firmaban los leer en el Diccionario ypsilon, donde ade-
despachos y provisiones reales, que decía: más se usa la y con sonido vocal en prin-
«Yo el Rey». cipio de dicción [...]». A partir de la 18.a
edición del drae (1956), la palabra apare-
1.3.26.2. La y vocal . Aunque la Aca- ce escrita ípsilon (como quería Casares),
1.3.26.4. ESCRITURA DE LA LETRA Y 95

pero no parece que a gusto de todos, pues tui, o -uí, como cambuí, changüí, chagüí,
el Esbozo (1973: 121) dice: «[...] ípsilon mordihuí, benjuí, menjuí, curetuí, huí (de
(que sería preferible trascribir ypsilón)», huir) (→ 4.3.2.7.2).
pero de nuevo se tendría a la y cumpliendo 1.2. La terminación -y se ha aplicado
función de vocal... y a principio de palabra. también en la adaptación de topónimos
Ragucci (1955) prefería hipsilón o ípsilon. extranjeros, como sucede, por ejemplo, en
el catalán (español Caldas de Montbuy,
1.3.26.3. Escritura del fonema /i/. catalán Caldes de Montbui), en francés
Normalmente, el fonema /i/ se representa (español Cambray, francés Cambrai), pero
con la letra i, como en silbido, caí, viento, no siempre: español y francés Rocroi (no
veinte (→ 1.3.9.1). Sin embargo, se re- Rocroy), Courtrai (no Courtray), Tournai
presenta con la letra y en los siguientes (no Tournay); con los de otras proceden-
casos: cias (trasliteraciones o trascripciones) se
ha respetado la -i: Shanghai, Yeniséi, y en
a) cuando es conjunción copulativa: apellidos como Tolstói (→ 43.2.2-4).
pan y justicia, bien y mal (→ 1.3.5.1); 1.3. Cuando un tiempo verbal termina
b) cuando es semivocal y se halla en en -y, al añadírsele un pronombre enclíti-
posición de coda silábica final de co no se sustituye -y por -i: estoyme, no
palabra: estay, ley, voy, Ardanuy; se estoime (de estoy + me), voyme, no voime
exceptúan estos casos de vocal áto- (de voy + me), doyle, no doile (de doy +
na: cai, chai, agnusdéi, cui, tui, sui le), haylos, etcétera. La grae (1959: 201)
(en sui géneris), frui, y cuando lleva escribe, en el párrafo 252, voyle, y el drae
acento de intensidad (y, por consi- registra la grafía aymé (de ay + me). En
guiente, tilde): Adonaí, aguaí, ca- relación con esta voz, Casares (1952: 105)
randaí, yataí, tipoí, benjuí, cambuí, decía: «La exclamación ¡aymé!, si ha de
changüí, chagüí, menjuí, mordihuí, formar una sola palabra, habrá de escri-
curetuí, huí (de huir) (→ 1.3.26.4- birse ¡aimé! (nosotros optaríamos por ¡ay
1.1; 1.3.26.4-1.2); me!)». Fernández Ramírez (1966: 216) es-
c) modernamente, la Academia ha ad- cribe, como ejemplos de agrupación de ver-
mitido algunas palabras en las que bo + pronombre o pronombres enclíticos,
la y aparece en sílaba libre o abierta, voyme, estoyme, en lugar de voime, estoi-
como en lycra, fraybentino, body me. La Academia ha admitido (drae 84, y
(como extranjerismo), pyme, byro- ya en el suplemento de la edición de 1970)
niano, byte, grafías impropias del voces como guaycurú, guaymense, guay-
español (→ 1.3.26.4-1.3; 1.3.26.4- meño y ayllu (esta no figuraba en 1970), en
3). las que y aparece como coda silábica inte-
rior preconsonántica, grafía que solo tenía
1.3.26.4. Escritura de la letra y . Se el discutido precedente de aymé (desu y
usa en los siguientes casos: nel admiten también guaicurú como alter-
1. En los monosílabos y polisílabos ter- nancia). Martínez Lacalle (1979: 118-119)
minados en -ay, -ey, -oy, -uy, como urun- analiza este problema y llega a la conclu-
day, jersey, convoy, cocuy (→ 1.3.26.3). sión de que una grafía como voyle no es
1.1. De las voces que terminan en -uy, palabra primitiva, derivada, compuesta ni
solo se escriben con -y muy, huy, cuy parasintética y, por consiguiente, «un ver-
(también escrito cui), cocuy, cucuy, espu- bo con enclítico no es una palabra sino un
muy, mangachapuy, coletuy, yuy, así como grupo fónico cada uno de cuyos miembros
varios topónimos: Ardanuy, Bernuy, Be- conserva su identidad propia. Por estas ra-
ranuy, Espeluy, Tuy, etcétera (→ 4.3.2.2- zones, tan conforme a la norma ortográfica
-5.1). Las restantes se escriben terminán- es la grafía le voy como la grafía voyle».
dolas en -ui, como cui, frui, saharaui, sui, Podría aplicarse aquí, para conservar la
96 1.3.26.5. ERRORES FRECUENTES EN LA ESCRITURA DE LA Y

grafía interior de y, la teoría de «estatuto Yrigoyen, que también se escriben con I


exento de los enclíticos» de Fernández (v. Rosenblat, 1971: 71-72). Las grafías
Ramírez (→ 4.3.5-6.1.4) en relación con yterbio, ytrio (recogidas por desu y nel )
las palabras acentuadas que se enriquecen deben escribirse con i-. Abunda y- en
con enclíticos. También aparece la y en esa topónimos americanos derivados del gua-
posición en antropónimos y topónimos raní: Ypacaraí, Ypané, Ypejhú, Ypoá; nel
que mantienen grafías más bien arcaicas u registra la alternancia Ypiranga/Ipiranga
originadas en otros idiomas: Ayllón, Ayto- (topónimo brasileño).
na, Aylagas, Aygachí (también escrito Ai- 6. Para la escritura de y conjunción
gachi), Aymaya (también escrito Aimaya), cuando precede a una palabra con sonido
Guaymas (topónimos) y Aytona, Goytia, [i], véase el párrafo 1.3.5.1.
Goytisolo, Gaytán (apellidos), etcétera. En
los demás casos, en posición interior, pre- 1.3.26.5. Errores frecuentes en
cedida de consonante y seguida de vocal, la escritura de la Y. Véase el párrafo
y es cabeza silábica, como en subyacente. 1.4.4.2.
1.4. El plural de las voces que acaban
en -y precedida de vocal es, normalmente, 1.3.26.6. Alternancias . 1. El drae
-yes: ay, ayes; ley, leyes; convoy, convoyes; admite algunas alternancias con las letras
bocoy, bocoyes; sin embargo, en algunas se y/h. En posición interior la Academia
cambia y por i y se añade s; guirigay, guiri- prefiere la -h- en desyerbar/desherbar, ma-
gáis; jersey, jerséis; póney, poneis; yóquey, yonesa/mahonesa; a principio de dicción
yoqueis; rentoy, rentáis; paipay, paipais; prefiere h- en yuylhuy.
samuray, samuráis; gay, gais; soy, sois. 2. El drae registra algunas alternancias
2. En sílaba abierta interior, la letra y/hi. A principio de palabra, la Academia
y no es española; sin embargo, se usa en prefiere hi- en yedra/hiedra, yerba/hierba
ciertos tecnicismos procedentes de otras (pero solo enyerbarse, hierbezuela), yer-
lenguas, como terylene; en derivados de bajolhierbajo, yerbatero/hierbatero; por el
nombres que llevan y, como plymouthis- contrario, en hiero/yero, deshierba/desyer-
tas (pero hay excepciones: el derivado de ba prefiere -y-.
McCarthy es maccartismo o macartis-
mo). 1.3.27. La letra z. Vigésima séptima
3. La -y final de palabra precedida y última letra del alfabeto español. Su
de consonante no es española. Por esta nombre tradicional es zeta, ceta, zeda o
razón, la Academia españoliza dandy en ceda (cuyos plurales acaban en -s), pero
dandi, baby en babi, derby en derbi, ferry actualmente, depués de la publicación de
en ferri (transbordador), pony en poni la OLE10, su única grafía ha sido estable-
(→ 1.3.26.3c 4.3.2.2-5; 5.5.5-2). El drae cida por la Academia en la forma zeta. Su
registraba my y ny, nombres de dos letras pronunciación es, en la mayor parte de
griegas, pero a partir del drae 01 escribe España, interdental fricativa sorda; en casi
mi y ni, respectivamente. toda Andalucía, Canarias y Latinoamérica
4. La -y final de palabra precedida de se articula como una s en que la lengua
vocal se considera consonante a los efectos adopta posición convexa, generalmente
de la atildación (→ 4.3.2.2-5). predorsal, con salida del aire dental o
5. Como inicial de palabra, en español dentoalveolar (→ 1.3.3.2). La Academia
solo puede usarse y como consonante, considera correctas las dos pronunciacio-
no como vocal; por consiguiente, no de- nes. Su representación gráfica adopta las
be escribirse Ygnacio, Ysabel, Ysidoro, formas siguientes: redonda minúscula: z;
sino Ignacio, Isabel, Isidoro. Con sabor redonda mayúscula: Z; cursiva minúscula:
arcaizante, se conserva esta grafía en algu- z; cursiva mayúscula: Z; versalita redonda:
nos apellidos, como Ynestrillas, Ydígoras, z; versalita cursiva: z.
1.3.27.4. EL GRUPO CONSONÁNTICOI -ZZ- 97

1.3.27.1. Escritura de la letra z. 1. Zea (= Cea en Cea Bermúdez), Enzi-


Aunque la regla general española es que z nas, Hartzenbusch;
se usa solo ante a, o, u o como coda silá- b) topónimos: en Venezuela, Zea, Zer-
bica (cabizbajo, Badajoz), reservándose c pa: en México, Zempoala, Zentla,
para su sonido ante e, i, registra el drae , a Zihuateutla, Zimapán, Zinacantán,
principio de dicción, las siguientes grafías Zinapécuaro, Ziracuaretiro, Zirán-
con z, sin alternancia: zegrí, zeína, zéjel, daro, Zitácuaro; en Nicaragua, Ze-
zelota, zelote, zen, zepelín, zigurat, zeu- laya; en Colombia, Zipacón, Zipa-
ma, zigzag, zigzagueante, zigzaguear, zig- quira; en España, Zenzano; también
zagueo, zipizape, ziszás (con su alternancia se escriben con z inicial Zelanda,
zis, zas); tanto a principio de palabra como Nueva Zelanda y Zimbabue, sin
en posición interior, registraba el drae alternancia con c (aunque se puede
alternancias c/z con distintas preferencias escribir celandés, según nel ).
(→ 1.3.3.4.4). Esta realidad ortográfica
complicaba la escritura del español, ya 4. Se suele escribir z en los derivados
resuelta al prescindir la Academia de las de apellidos que llevan z: suarezismo (de
grafías ceta, zeda y ceda. Suárez).
2. La z aparece también en posición 5. En las palabras que terminan en -z,
interior, ante e, i, en voces que no admiten los diminutivos y los plurales se escriben
alternancia con c: azemar, azenoria, azeu- con c ante e, i: naricilla (de nariz), peces
sis, enzima (y sus derivados y compuestos), (de pez).
nazi, nazismo (desu registra también na-
cismo), elzeviriano, elzevirio, majzén. desu 1.3.27.2. Errores frecuentes en la
registra, además, las siguientes: azelaico, escritura de la z. Las dificultades del
azeotrópico, azida, azigospora, aziliense, empleo de la z se derivan, en parte, del he-
azina, azínico. Se escriben asimismo con cho de que en muchas voces, ante e, i, pue-
z otros términos científicos como zimó- da usarse z, bien con alternancia con la c
geno, pancreozinina, etcétera. Según Font o sin ella. Otra dificultad podría derivarse
Quer (1953: xvi), «Tratándose de términos del seseo, pero no suele incidir demasiado
usuales, es bien sabido que la z final o la en la grafía (→ 1.3.3-2).
antepuesta a las vocales a, o, u se convierte
en c cuando precede a las letras e o i. Así, 1.3.27.3. La z como coda final . Cer-
de raíz se forman raicilla y raíces; de zarza, ca de quinientas palabras españolas ter-
zarcilla. = En las voces eruditas, derivadas minan en -z; no suelen ofrecer mayor
del griego, la z etimológica se conserva dificultad que la conversión de esta en
incluso ante las indicadas e, i; por ejemplo, c en los diminutivos o en los plurales
ázimo, eczema, zeugma, zeda, etc. Sin em- (→ 1.3.27.1-5); solo una palabra termina-
bargo, otras voces que están en el mismo da en -z, excrez, era forma plural de un sin-
caso, como ácigos [...] y ocena [...], figuran gular que se escribía excrex. La Academia,
con c en el Diccionario de la Academia. = que la registró hasta el drae 92, dejó de ha-
En general, parece notarse, sin embargo, cerlo en el DRAE01. Dos palabras registra
cierta preferencia por la conservación de el drae terminadas en -tz: hertz (nombre
la zeta griega en los términos castellanos». del hercio en la nomenclatura internacio-
3. También se escriben con z inicial e nal) y Seltz (zarevitz, que figuraba hasta el
interior, ante e, i, muchos antropónimos y drae 84, ha sido convertida en zarevich en
topónimos: el drae 92).

a) prenombres: Zebedeo, Zenobia, Ze- 1.3.27.4. El grupo consonantico


nódoto, Zenón, Zita, Ocozías, Elie- -zz-. Este grupo consonántico, impropio
zer, Ezequías, Ezequiel; apellidos: del español, aparece en posición interior
98 1.4. DÍGRAFOS

en cuatro palabras registradas en el DRAE: tt, e igualmente la ll latina fue reducida


pizza, pizzería, pizzicato y razzia (esta, al- a l (→ 1.3.12.1). Estableció, asimismo,
ternando con razia, preferible). La palabra que delante de a, o, u no se duplicase la c,
puzle, que antes se escribía con zz (puzzle), pero la mantuvo en algunos casos delan-
actualmente, desde el DRAE01, se escribe te de e, i (accelerar). En la primera edición
con z: puzle. de la Orthographia (1741), la Academia
simplificó también el dígrafo -ss-, y mandó
1.4. Dígrafos. escribir asustar en lugar de assustar (v. Ro-
senblat, 1951: xix y n. 77, xx, xxi, xxv).
1.4.1. Generalidades . 1. Se llama dí- En el drae 70 aún figuraban grafías con
grafo al grupo de dos letras que representa -ss- como oessudoeste y oessudueste, pero
un solo sonido. La Academia llama letra en el drae 84 fueron reducidas a una sola
doble a la que se representa con dos signos, -s-, menos en uessudueste, que todavía en
como ch, ll, rr, o la que procede de la unión 1992 mantiene el grupo -ss-, y lessueste al-
de otras, como ç, ñ, pero el término es im- terna con lesueste incluso en el drae 01, sin
preciso. Lázaro Carreter (1971: 144) pro- que se entienda por qué; gauss conserva las
pone sustituirlo por digrama, voz tomada dos eses en esta situación por tratarse de la
del francés, pero actualmente se usa más grafía de un nombre extranjero aplicado a
dígrafo, tomada del inglés. Por su parte, una unidad. Por lo que respecta a las voces
Alarcos Liorach llama grafema complejo a compuestas del prefijo sub- seguido de una
grupos de dos letras como qu y gu en los palabra que comience con b-, la Academia
que la vocal no se pronuncia (se distingue ha simplificado el grupo -bb-: subrigadier
del dígrafo en que en este el sonido resul- (de sub y brigadier); otras fuentes, como
tante del agrupamiento de dos letras no se desu y nel , registran grafías con -bb- en
corresponde con el que tiene cada una de voces como subbética, subbético, subbitu-
ellas por separado), y Macrí (1972: 440) minoso, subboreal, subbranquial; con -gg-,
denomina grafemas aparentes a grupos como beggiatoáceo, beggiatoal, y con -ss-,
de letras como ch, ll, gu. En cuanto a ç y como glessita, delessita (→ 1.3.20.1.2).
ñ, más propio sería llamarlas letras com-
puestas (que no dobles), ya que, en sentido 1.4.2. El dígrafo ch. El dígrafo ch de
estricto, se componen de una letra más un la escritura española es común también
signo diacrítico (aunque históricamente en la escritura de otras lenguas. Su nombre
procedan de la unión de dos letras). es che (pl., ches). Antiguamente se lo lla-
2. En los primeros tiempos de la orto- mó, alternativamente, ce hache, denomina-
grafía española (siglos xii y xiii) se utili- ción que aún le aplican algunos, pero que
zaban dígrafos como bb, pp, cc, ff, ll, ch, actualmente es poco usada en el español
ph, th (todos ellos equivalentes a sonidos europeo. Su articulación es predorsoprepa-
simples: b, p, c, f, l, c [= k], f, t). Nebrija los latal africada sorda. Su representación grá-
desterró del alfabeto, en el que solo dejó rr fica adopta las formas siguientes: redonda
y ss; dado que la ll castellana era distinta minúscula: ch; redonda mayúscula: CH,
de la latina, recomendaba que no se escri- Ch , Ch; cursiva minúscula: ch; cursiva
biera illustre, sillaba, sino ilustre, silaba. mayúscula: CH, Ch , Ch; versalita redonda:
En 1630, Gonzalo Correas proponía que CH; versalita cursiva: CH.
rr, ch, ll, ñ se representasen fundidas en un
solo signo por medio de rasgos suscritos, 1.4.2.1. Generalidades . 1. En 1973,
y en la ñ, la virgulilla pegada a la n, con el Esbozo (p. 132, n. 31) decía: «Es el úni-
objeto de que quedase claro que se trata- co signo, en el alfabeto español, que agru-
ba de un solo sonido. En el Diccionario pa dos letras diferentes para representar
de autoridades (1726-1739), la Academia un solo fonema». Esto sigue siendo cierto,
suprimió los dígrafos bb, dd, ff, gg, pp, pero no referido al alfabeto, puesto que ya
1.4.2.1. GENERALIDADES 99

no figura en él (pero → 1.4.2.1-4). Puede su Orthographia (1741), adoptó el acento


decirse que es el único signo español que circunflejo (^) en la vocal siguiente a la ch,
agrupa dos letras diferentes para represen- como se ve en las voces citadas. En pala-
tar un fonema único. bras como leche, muchacho, la ausencia de
2. Como dígrafo, la ch se usaba en circunflejo indicaba que la pronunciación
latín, de la misma manera que se usaron era [tf] (→ 10.4.4). Tal acento fue suprimi-
otros dígrafos en los que la letra h se jun- do en la cuarta edición del drae (1803), al
taba a otra para variar su pronunciación, establecerse la regla que rige actualmente:
como ph y th, que también pasaron a la todas esas palabras «se escriben hoy en
primitiva escritura castellana (si bien des- castellano con c ante a, o, u; con qu ante e,
pués dejarían atrás la h). En cuanto a su i» (orae 74, 14).
pronunciación, la ch tenía sonido de [k] en 4. Como letra española, la ch fue aña-
voces como Charlos, chanciller, chancille- dida al alfabeto por la Academia en la se-
ría, Jesuchristo, pero existían diferencias gunda edición de su Ortografía (1754), pe-
en la pronunciación de otras voces que ro en el drae figuró como c + h y no como
también se escribían con este grafismo. letra ch hasta la cuarta edición de esta obra
Fernando de Herrera, por ejemplo, escribía (1803). Esta era una situación irregular, ya
ch con sonido [k], pero al propio tiempo que no podía considerarse que un dígrafo
utilizaba también qu: archero, Giganto- fuera una letra. Sin embargo, y pese a las
machia, pero monarquía (v. Macrí, 1972: solicitudes de los expertos para que la Aca-
445). Como dice Rosenblat (1951: xi-xii), demia reconsiderase su postura, ya desde
«La vacilación fue extrema en el caso del el siglo xix (v. Martínez de Sousa, 1987:
sonido ch, que es un desarrollo del castella- 23 ss.), la institución hacía oídos sordos
no antiguo. El moderno Sancho o Sánchez hasta que, finalmente, en 1994 anunció
aparece en los documentos hispanolatinos oficialmente que la ch no figuraría en el
y en los comienzos de la grafía castellana drae como letra, sino como c + h, incluida
de modos diversos: Sango, Sangez, Saniez en su lugar correspondiente de la letra c.
(igualmente dereio ‘derecho’, etc.). Y aun Nos sumábamos, pues, a las lenguas que,
había otras variantes: contradicho apa- pese a utilizar este dígrafo, nunca lo han
rece escrito contradiggo, etc. Por último considerado letra. Sin embargo, sin que la
[durante el siglo xiii, en tiempos de Alfon- Academia haya explicado oficialmente
so X el Sabio] se impuso la combinación la causa, no solo los dígrafos ch y ll siguen
ch, tomada del francés» (v. t. Rosenblat, formando parte, en calidad de letras (?),
1951: xviii). Según Menéndez Pidal (1977: del alfabeto español (→ 1.2.3), sino que en
49), la ch procede de la combinación latina las letras c y l, al introducir las correspon-
ct: nocte = noche, lectu = lecho, tructa = dientes a estos dígrafos, la Academia les
trucha, stricto = estrecho, fectu = hecho hace un sitio especial, con un subencabe-
(v. Esteve Serrano, 1982: 309 ss.). zamiento al inicio y dos líneas de blanco al
3. El dígrafo ch con sonido [k], apli- final destinados a aislar estos dígrafos den-
cado a voces de origen griego y hebreo tro de las letras donde las ha introducido.
especialmente, creó problemas ortográficos Diríase que la Academia se arrepiente de
desde bien pronto. Ya en 1559 se pedía dejar de considerar letras a los dígrafos ch
que no se escribiese Christo, charidad, sino y ll, los cuales, por más que representen so-
Cristo, caridad. Para el sonido palatal afri- nidos propios (como en las demás lenguas
cado sordo, Pedro de Madariaga (1565) que los tienen), no pueden considerarse
y Mateo Alemán (1609) recomendaban letras. En efecto, dice en su Diccionario
que se adoptase una c al revés (o) en lugar panhispánico de dudas (2005, p. 6): «Esta
de la ch. Para distinguir el sonido [k] en reforma [colocar la ch y la ll dentro de la c
charidad, cháracteres, chimera, del de ch y la l, respectivamente] afecta únicamente
[tf], la Academia, en la primera edición de al proceso de ordenación alfabética de las
100 1.4.2.2. ESCRITURA DEL DÍGRAFO CH

palabras, no a la composición del abece- 1973: 124, n. 13). En nuestro idioma se


dario, del que los dígrafos ch y ll siguen emplea también -ch como coda final en to-
formando parte». Esta contradicción es pónimos extranjeros españolizados, como
difícil de entender y por ello más parece Múnich. La pronunciación de estas pala-
una arbitrariedad. Porque, como sabemos, bras, tanto las catalanas como las españo-
en las lenguas de cultura los alfabetos no lizadas, suele ser, entre hispanohablantes,
ordenan dígrafos, sino solo letras. A partir con sonido predorsal prepalatal africado
de la publicación de la OLE10, el alfabeto sordo [tf] y no con [k]. Pese a que esa pro-
vuelve a contar 27 letras, desechados de- nunciación española está muy extendida,
finitivamente los dígrafos que desde 1803 lo más probable es que sea incorrecta por
formaban parte de él. las siguientes razones:

1.4.2.2. Escritura del dígrafo ch . a) porque, al no ser propia del español


Como todos los dígrafos, la ch es indivi- la situación de coda silábica de este
sible a final de línea. No forma parte de dígrafo, su pronunciación, realizada
las enumeraciones literales de párrafos, como cuando es cabeza silábica, no
apartados, listas, etcétera: a, b, c, d, e, f, concuerda con la que le dan aquellos
de la misma manera que tampoco forman idiomas en los que sí puede ocupar
parte de ellos la ll o la rr. La alfabetización, esa posición;
como queda dicho, considera que la ch es b) por la admisión académica del adje-
un dígrafo compuesto de c + h, por lo que tivo muniqués ‘natural de Múnich’,
debe colocarse después de cg y antes de ci. no munichés, como parecería lógico
Por consiguiente, no tiene entrada propia si la pronunciación de la -ch fuese
en ningún tipo de lista para presidir su con [tf] y no con [k].
contenido a manera de letra.
Teniendo esto en cuenta, parecería más
1.4.23. La ch como coda silábica . lógica la grafía Múnic (puesto que se trata
La ch como coda silábica, tanto en interior de una adaptación, no de una grafía ori-
como al final de palabra, es impropia del ginal), escritura que incluso favorecería
español. Como dice el Esbozo (1973: 132), una pronunciación más acorde con el
«Con la grafía ch escribimos el fonema gentilicio muniqués. Es precisamente lo
/c/RFE, siempre como cabeza silábica y en que hace la Academia al registrar la gra-
palabras de cualquier origen». Consecuen- fía fucsia (derivada de Fuchs, botánico
te con este criterio, la Academia escribe alemán), en la cual trascribe ch por [k]
tecnicolor y no technicolor. Sin embargo, y no por [tf]. Este problema, esbozado ya
en posición interior el drae registra pech- por Rosenblat (1974: 82), sigue sin re-
blenda (escrito también pecblenda, forma solverse oficialmente, pues aunque el Es-
preferible). Como coda final de palabra, bozo (1973: 124) dice que «Se emplea, en
la Academia registra tres voces de distinta cambio, para representar el fonema /k/, en
procedencia: capararoch, crónlech y mach. coda final de topónimos y patronímicos
En esta posición de coda final de palabra, de origen catalán, alternando con c, tanto
la ch aparece muy a menudo en nom- en catalán como en español: español Vich
bres propios catalanes, especialmente en o Vic, Doménech o Doménec», lo cierto
apellidos y topónimos: Estruch, Calduch, es que esta publicación, «por su carácter,
Llanfranch, Montjuich, Vich. La tendencia pues, de simple proyecto, [...] carece de
actual en el idioma catalán es la de susti- toda validez normativa» (Esbozo, 1973:
tuir, especialmente en los topónimos, ch 5). Sin embargo, Martín de Riquer (1973:
por c: Canfranc, Montjuic, Vic, Llucmajor, 267) dice: «La grafía -ch, propia de la velar
aunque en español la trascripción «es toda- oclusiva sorda [k], en posición final, debe
vía predominantemente con -ch» (Esbozo, pronunciarse [k] sin duda alguna. Hay que
1.4.4.2. ERRORES FRECUENTES EN LA ESCRITURA DE LA LL 101

esforzarse en pronunciar March [márk], minúscula: ll; cursiva mayúscula: LL, Ll ,


perfecto equivalente del castellano Marcos, Ll; versalita redonda: ll; versalita cursi-
como Folch (Fulco), Aymerich (Haimrich), va: LL.
Ubach (opacus), Estelrich u Hostalrich.
A mi entender, es mucho más difícil para 1.4.4.1. Generalidades . 1. Como le-
todos convertir el apellido Bosch en [boss] tra no aparece en ninguno de los alfabetos
que hacerlo correctamente: [bósk]». de lenguas cultas, salvo el gallego; en los
restantes se usa como dígrafo.
1.4.2.4. Alternancias . 1. El drae re- 2. «[...] antes de fijarse la ll para el
gistra algunas alternancias con las letras sonido actual se escribió mulier, Palgares
ch/j. En posición inicial prefiere j- en (pallares), filgo (filio ‘hijo’), lanos (llanos),
chusbarba/jusbarba; en posición interior Castieilla (Castiella), etc. Predominó, con
prefiere -j- en burchaca/burjaca, panocha/ sentido conservador, la misma ll latina»
panoja, y -ch- en papelujo/papelucho, pa- (Rosenblat, 1951: xi). El uso de la ll que-
taje/patache. dó fijado en el siglo xiii, en tiempos de
2. Hay en el drae varias alternancias Alfonso X el Sabio (→ 1.3.12). Nebrija
con las letras ch/qu. En principio de pa- (1517) creó el signo ll, cortando el pie de
labra, la Academia registra chiton/quitón, la segunda l, para no introducir demasia-
con preferencia por qu-; en posición in- dos signos en el alfabeto castellano, pero
terior registra archivolta/arquivolta, con prácticamente no lo usó nunca (v. Rosen-
preferencia por -qu-, y en arquidiócesis/ blat, 1951: xxv; Esteve Serrano, 1982: 255
archidiócesis prefiere -ch-. ss.). En tanto que letra, la ll fue añadida
al alfabeto español por la Academia en la
1.4.3. El dígrafo gu. Las letras g y u segunda edición de la Ortografía (1754), y
solo forman un dígrafo ante las vocales e, i, en la cuarta del drae (1803) se registra por
y en ese caso ambas son monofonemáticas primera vez como letra independiente. Esta
(es decir, que la u no se pronuncia); véase situación, que era anómala, por cuanto,
el apartado 1.3.7d. como se ha dicho, la ll no es una letra, sino
un dígrafo, pareció resolverse en 1994, al
1.4.4. El dígrafo ll. Dígrafo de la escri- adoptar las academias el acuerdo de no
tura española que se compone de dos eles considerarla letra del alfabeto español. Pero
consecutivas. Su nombre es elle (pl., elles). véase lo dicho en el párrafo 1.4.2.1-4.
Su articulación tradicional es palatal late-
ral fricativa sonora. Actualmente, en gran 1.4.4.2. Errores frecuentes en la
parte de los países hispánicos su pronun- escritura de LA . Normalmente, el
ll
ciación es la propia de la y, admitida por la uso de la ll no suele presentar demasiados
Academia, aunque esta recomienda su pro- problemas de escritura. Sin embargo, cuan-
nunciación tradicional. Este fenómeno, lla- do estos se presentan, responden a tres
mado yeísmo, consiste en la pronunciación causas:
del fonema /Á/ como /y/ y se da en Madrid,
Toledo, Ciudad Real, Extremadura, Anda- a) no distinguir entre ll e y a la hora de
lucía, Canarias y casi toda Latinoamérica representar el sonido de estas letras,
(con excepción de algunas provincias de y así algunos escriben halla por ha-
Argentina, Chile, Perú, Colombia y Ecua- ya y haya por halla, con lo que se
dor, donde se pronuncia la ll). En índices pueden crear problemas de sentido
alfabéticos, listas alfabetizadas, lemarios en la grafía de voces parónimas;
de diccionarios, etcétera, se coloca entre b) el segundo problema responde a los
li y lo. Su representación gráfica adopta fenómenos del yeísmo, que consiste
las formas siguientes: redonda minúscula: en pronunciar la ll como y, es de-
ll; redonda mayúscula: LL, Ll, Ll; cursiva cir, en deslateralizar la ll: caballo >
102 1.4.4.3. LA LL COMO CODA SILÁBICA

cabayo. El error ortográfico a que nuncian [k] y los hispanohablantes [tf])


puede dar lugar consiste en escribir (→ 1.4.2.3).
y cuando debe usarse ll;
c) también puede originar errores por 1.4.4.4. Alternancias . 1. Registra el
ultracorrección; dice Menéndez Pi- drae algunas alternancias con las letras
dal (1977: 194): «[...] huyendo del ll/l. A principio de palabra prefiere / en las
vulgarísimo yave, foyeto, etc., dicen siguientes voces: lleudar/leudar, llubina/
muchos lio por ‘yo’, arralian por lubina. En posición interior prefiere ll en
‘arrayán’, etc.». las siguientes: capelina/capellina, centola/
centolla, chola/cholla, cibelina/cibellina,
1.4.4.3. La ll como coda silábica . ebulición/ebullición, galináceo/gallináceo,
En relación con la -ll coda final de palabra, lucilo/lucillo, postila/postilla, trancelín/
dicen Alcina y Blecua (1975: 252) que en trancellín, valisoletano/vallisoletano, ve-
español existe «imposibilidad de aparición ludillo/velludillo, veludo/velludo (felpa),
[...] de [l]rfe en posición final antes de pau- vilano/villano, y / en las siguientes: alludel/
sa [...]», lo que confirma el Esbozo (1973: aludel, bacallao/bacalao, collación/cola-
41): «La grafía -ll no se corresponde con ción, mochillero/mochilero, tellina/telina,
la articulación de palabras escritas como zacapella/zacapela (→ 1.3.12.1).
nomparell [-l], si no es en la pronunciación 2. El drae registra las siguientes voces
cuidada de palabras, especialmente pa- con la alternancia ll/y, en la que prefiere y:
tronímicos, de origen catalán, como Nen- anafalla/anafaya, batallola/batayola, car-
drell». Pero el drae registra tres palabras vallo/carvayo, encabullar/encabuyar.
con -ll: alcall (arc. = alcalde), máxwell
(aunque escribe, incorrectamente, máx- 1.4.5. El dígrafo qu. → 1.3.18.2.
well) y nomparell (del fr. nompareille),
que algunos autores escriben con gra- 1.4.6. El dígrafo rr. Se usa en situación
fía españolizada: nomparela o nomparilla interior intervocálica con sonido vibran-
(v. Martínez de Sousa, 1995Z?; 184). En te múltiple (→ 1.3.19, 1.3.19.1-4 a 6,
posición interior, desu registra ullmanita, 1.3.19.3).
que debería grafiarse ulmanita. En los
restantes casos, la -ll interviene en patro- 1.4.7. Otros dígrafos del español. 1.
nímicos y topónimos catalanes, tanto en La OLE99 no prevé la existencia del dígrafo
posición interior (Castellar, Castelldans, sh, pero habrá que empezar a tenerlo en
Castelldefels, Bellpuig, Bell-lloc, Bellre- cuenta y a tratarlo, porque en el drae 01
guart, Bellville) como a final de palabra es una novedad importante el masivo re-
(Morell, Palafrugell, Sabadell). La pro- gistro de voces que llevan ese dígrafo; por
nunciación habitual de estas voces por ejemplo, flash (del inglés), bushido (del
hispanohablantes se realiza con -l, muy japonés), cafisho (Uruguay), ancashino (de
criticada por los catalanohablantes, que Ancash [Perú]), geisha (del japonés), bo-
pronuncian siempre -ll. Sin embargo, de- shito (México), maquilishuat (El Salvador
be tenerse en cuenta que, aunque un y Honduras), mashka (Ecuador), guash-
castellano pronuncia bien, en general, la pira (El Salvador), pishishe (El Salvador),
ll cabeza silábica (salvo en los casos de washingtoniano, marshalés (de las Mar-
yeísmo), la práctica inexistencia de ll coda shall), además de shaurire, sheriff, sherpa,
silábica tanto interior como final de pa- short, show, shuar, shunte, todas segui-
labra hace que el hispanohablante no das escritas con cursiva negrita en una
esté acostumbrado a su realización fonéti- misma columna de la página 1398 del
ca y la pronuncie como l en los pocos ca- DRAE01.
sos que maneja (lo contrario se da con 2 Tenemos también ejemplos de th, co-
la -ch, que los catalanohablantes pro- mo goethiano (→ 1.3.8.3).
1.6. LETRAS DOBLES 103

3. Y otro dígrafo que también traerá idioma hay dos letras compuestas, la ç (una
problemas es ss: la Academia registra ya c más una z suscrita) y la ñ (una n más una
algunas palabras con él: bassio, dossier, virgulilla, evolución de un macron). La ñ se
mass media, motocross, mousse, brassavo- considera letra española, por lo que se tra-
la, ossobuco, rabassa morta (→ 1.3.20.1.2; ta en su lugar correspondiente dentro del
1.4.2). La palabra dossier debería dejar alfabeto español (→ 1.3.15). La ç es letra
atrás una de sus dos eses, dosier. de origen español, pero actualmente care-
4. El grupo zz, que comprendía voces ce de uso en nuestro idioma (→ 10.5.35).
como pizza, pizzería, pizzicato, puzzle y
razzia, se ha visto reducido en las voces 1.6. Letras dobles. En español solo hay
puzle y razia, que ya solo se escriben con una letra que se pueda considerar doble, la
una z; pero, por el contrario, se ha enri- rr. Sin embargo, el alfabeto de la Academia
quecido con los italianismos mozzarella y solamente registra la r, no la rr, la cual no
paparazzi, que podían haber entrado en el cabe duda de que representa un sonido en
DRAE01 con las grafías mozarela y papara- interior de palabra, sonido bien distinto del
zi, respectivamente. que en la misma posición suele tener la r,
que es la grafía que la Academia considera
1.5. Letras compuestas. Son compues- letra. Por supuesto, la ll es también un
tas las letras que constan de la combi- signo doble, pero no es una letra, sino un
nación de dos o más signos. En nuestro dígrafo, como lo es la rr.
SEGUNDA PARTE

ORTOGRAFÍA DE LA SÍLABA
2. La sílaba

La sílaba es el sonido o conjunto de mas, no coincide necesariamente con la eti-


sonidos articulados que forman un núcleo mológica; por ejemplo, en construir, la coda
fónico entre dos depresiones sucesivas de la española de la primera sílaba es ns-, pero
emisión de voz. Con palabras más llanas, en latín es n-; de aquí la importancia de co-
«una o más letras que se pronuncian en nocer la frontera silábica. Los sonidos que
una sola emisión o golpe de voz» (Cuervo, rodean al grupo silábico (cabeza y coda) se
1954: i, 939). llaman márgenes silábicos. Para la forma-
ción de la sílaba, solo el núcleo es impres-
2.1. Partes de la sílaba. Las sílabas pue- cindible; los márgenes pueden no formar
den estar formadas por cabeza o ataque parte de ella, o bien estar presente uno
(consonante o grupo de consonantes que solo. Se dice que el elemento que precede al
preceden a la vocal o vocales que constitu- núcleo (cabeza) está en posición prenuclear
yen el núcleo o cima); cima, ápice, centro, o explosiva, y los que ocupan la coda están
núcleo, cumbre o soporte (elemento vocá- en posición posnuclear o implosiva.
lico de la sílaba, fundamental y constante
en ella y soporte del acento de intensidad), 2.1.1. La frontera silábica.
y coda (consonante o grupo de consonan-
tes que siguen a la cima silábica). Cabeza, 2.1.1.1. Generalidades . Llamamos
cima y coda pueden ser simples (si están frontera silábica o límite silábico al mo-
formadas por una sola letra) o compuestas mento en que termina una sílaba y comien-
(si están formadas por dos o más letras); za la siguiente. La dificultad que plantea la
ejemplos de cabeza, cima y coda simples: correcta delimitación silábica se desprende
col, tan, sor; ejemplo de cabeza y coda del hecho de que el núcleo silábico puede
compuestas: trans; ejemplos de cima com- estar rodeado por dos o más consonantes
puesta: ai en traición, ie en lidie, ue en (grupo consonántico), las cuales pueden ser
trueno, uai en aguaitacaimán; las codas tautosilábicas o heterosilábicas. Se dice que
silábicas de tres letras son raras en español, dos sonidos contiguos son tautosilábicos
y las que se dan, como tungs en tungs- cuando pertenecen a la misma sílaba (por
teno, seltz, proceden de otras lenguas ejemplo, bs en substancia, au en causa) y
(→ c. 2.1). La coda silábica española, en heterosilábicos cuando pertenecen a síla-
voces compuestas tomadas de otros idio- bas contiguas pero distintas (por ejemplo,
108 2.1.1.2. DELIMITACIÓN SILÁBICA

Cuadro 2.1. Clases de sílabas

Por el acento : sílaba trílítera. Sílaba que consta de tres le-


sílaba átona o inacentuada. Sílaba despro- tras, como la primera de clave.
vista de acento de intensidad, como sol y sílaba cuatrilítera o tetralítera. Sílaba que
do en soldado. consta de cuatro letras, como la primera
sílaba tónica o acentuada. Sílaba portadora de constar.
del acento de intensidad, como da en dado. sílaba pentalítera. Sílaba que consta de cinco
sílaba protónica o pretónica. Sílaba átona letras, como la primera de tungsteno. En
colocada inmediatamente antes de una español no hay sílabas de más de cinco
sílaba tónica, como sol en soldado. letras.
sílaba postónica. Sílaba átona colocada in-
mediatamente después de una sílaba tóni- Por su formación :
ca, como do en soldado. sílaba libre, directa o abierta. Sílaba que aca-
ba en vocal, como la en labor.
Por el número de letras : sílaba trabada, inversa o cerrada. Sílaba
sílaba monolítera. Sílaba que consta de una que acaba en consonante, como ar en
letra, como a, e, o, u, y. artista.
sílaba bilítera. Sílaba que consta de dos le- sílaba mixta. Sílaba formada por cabeza, nú-
tras, como las de cosa. cleo y coda, como tis en artista.

bs en subsiguiente, bl en sublunar, br en cas, la primera es coda, y la segunda,


subreino, ao en extraoficial). A su vez, dos cabeza silábica: ab.ju.rar, per.la, res.pi.ro
o más vocales (grupo vocálico) pueden (delimitación: VC.CV); de este principio se
constituir un solo núcleo o más de uno, apartan las excepciones mencionadas en el
según que tales vocales sean tautosilábicas apartado 2-4 siguiente.
o heterosilábicas. 2.3. De tres consonantes intervocálicas,
las dos primeras son coda, y la tercera,
2.1.1.2. Delimitación silábica . 1. cabeza silábica: cons.pi.rar, in.ters.ti.cio,
Utilizando V como símbolo de vocal, C ist.mo (delimitación: VCC.CV), salvo
como símbolo de consonante y el punto (.) cuando las dos últimas forman cualquiera
para indicar la frontera silábica, he aquí de los grupos consonánticos mencionados
las posibilidades de delimitación silábica en el apartado 2-4 siguiente.
según las letras que formen las sílabas de 2.4. Los grupos consonánticos bl, el, fl,
una palabra: gl, pl; br, cr, dr, fr, gr, pr, tr intervocálicos
o precedidos de una o más consonantes
V.V, como fe.o; forman sílaba con la vocal que les sigue:
C.C, como fas.to; re.blan.de. cer, a.cla.rar, in.fio.res.cen.cia,
V.C, como fú.til; pos.gla.cial, a.pla.ta.na.do, a.brir, re.cri.-
mi.nar, Pe.dro, a.fran.ce.sa.do, sa.gra.-
la fórmula C.V, como fút.il, no existe en do (delimitación: V.CCV); res.plan.dor,
español. am.blio.pía, cón.cla.ve, in.fli.gir, hom.bre,
2. Para establecer la frontera silábica des.pre.cio, des.cré.di.to (delimitación:
española debe tenerse en cuenta: VC.CCV); abs.traer, cons.tre.ñir (delimita-
2.1. Toda consonante intervocálica es ción: VCC.CCV) (→ 1.3.2.4.1-3).
cabeza silábica y, por lo tanto, forma sílaba 2.4.1. Hay excepciones a estas reglas.
con la vocal siguiente: a.ba.lan.zar, ca.rre.- Por ejemplo, en el grupo bl, b es coda, y
ta (delimitación: V.C). l, cabeza silábica en los casos presentados
2.2. De dos consonantes intervocáli- en el párrafo 1.3.2.4.1-1; en el grupo br,
2.2.1.1. FORMACIÓN DE LOS DIPTONGOS 109

Cuadro 2.2. Diptongos del español actual

Crecientes Decrecientes

ACENTUADOS

/iá/ ciática, quiaca, sariá /ái/ hádaselo, baile, bonsái


/ié/ piérdete, cliente, tentempié /éi/ péinalo, peine, agnusdéi
/ió/ dióseme, ansioso, cambió /ói/ óigole, doile, Tolstói
/uá/ cuántica, aduana, barbacuá /áu/ áulico, caucho, marramáu
/ué/ huélfago, huésped, evacué /éu/ éustilo, deudo, tedeum
/uó/ cuota, menguó1 /óu/ bou2
/uí/ lingüística, fuimos, benjuí /úi/ descuido, muy3
/iú/ porciúncula, triunfo /íu/4

INACENTUADOS

/ia/ historia, familia, sabia /ai/ raigambre, paisano, rail


/ie/ estudie, lidie, especie /ei/ amaseis, dijeseis, vieseis
/io/ ofidio, oficio, palio, limpio /oi/ boicoteo, adenoideo
/ua/ legua, desagua, piragua /au/ tautear, balaustrada, taujía
/ue/ tenue, pingüe, descuerar /eu/ euforia, ceutí, adeudar
/uo/ continuo, evacuo, santiguo /ou/ Bousoño5

HOMOGÉNEOS

/ui/ cuidado, pituitaria, ruibarbo, saharaui


/iu/ ciudad, siusí, nullius

1 No existe en español este diptongo en palabra esdrújula.


2 Este diptongo no es propio del español; solo registra el drae la palabra bou, tomada del cata-
lán, idioma en el que presenta gran frecuencia, especialmente en topónimos y antropónimos, como
Salou, Masnou, Garrabou, etcétera; es propio también del gallego (Labañou, topónimo coruñés) y
del portugués (Sousa, topónimo y antropónimo).
3 En relación con este diptongo, → 4.3.2.2-5.1; 43.2.7.
4 En relación con este diptongo, → 4.3.2.7.3-1.
5 Este diptongo no es propio del español; se da solamente en antropónimos de probable origen
extranjero.

b es coda, y r, cabeza silábica en los casos abiertos, ya cerrados, o una combinación


presentados en los párrafos 1.3.2.4.1-2; de ambos, articulados en una misma síla-
1.3.19.1-1.2.1; el grupo tl puede presentar ba. El elemento vocálico cerrado se deno-
también ciertos problemas de delimitación mina semiconsonante si precede al abierto
silábica, que se analizan en el párrafo (guasa), y semivocal si le sigue (causa).
33.2-7.6. Para que haya diptongo es imprescindible
que el elemento vocálico cerrado, cuando
2.2. Diptongos, hiatos y triptongos. se combina con otro abierto (en sucesión
creciente o decreciente), no lleve tilde, pues
2.2.1. Los diptongos. Los diptongos en este caso se trataría de hiato.
son complejos fonéticos constituidos por
dos elementos vocálicos diferentes, ya 2.2.1.1, Formación de los dipton -
110 2.2.1.2. CLASES DE DIPTONGOS

gos . Fonológicamente, los diptongos pue- go indeciso ninguna de las vocales


den estar formados así: cerradas lleva acento de intensidad
(→ c. 2.2).
a) por una vocal abierta seguida o pre-
cedida de una cerrada átona; 2. Por el acento de intensidad, los dip-
b) por dos vocales cerradas distintas; tongos se dividen en
c) por dos vocales abiertas en ciertos
casos: ex.traor.di.na.rio, Joa.quín, a) acentuados;
Oa.xa.ca, Gui.púz.coa, al.dea.no, b) inacentuados.
leal.tad, coa.gu.lar.
Tal acento, cuando existe, recae siempre
El diptongo formado por dos vocales sobre la vocal abierta y por esa razón el
abiertas, cuando se da, se denomina sinére- diptongo no deja de ser tal; por ejemplo,
sis. Esta figura también puede darse cuan- en cái.ga.se.le hay diptongo, como lo hay
do un hiato se pronuncia como diptongo, en cuí.da.te o en ag.nus.déi, pese a la
como via.je por vi.a.je. Sin embargo, por lo presencia de la tilde. Por el contrario, si
que atañe a la ortografía, se considera que la vocal cerrada reclama la tilde, no se
solo pueden formar diptongo las vocales trata de un diptongo, sino de un hiato; por
abiertas en combinación con las cerradas ejemplo, sa.bia (diptongo creciente inacen-
átonas, o las cerradas entre sí; los encuen- tuado) tiene dos sílabas, y sa.bí.a (hiato
tros de dos vocales abiertas, estén o no en acentuado inverso) tiene tres. Sin embargo,
sinéresis, se consideran siempre hiatos a si el diptongo está formado por dos vocales
los efectos de la ortografía. El hecho de cerradas, la tilde puede o no convertirlo
que las vocales pertenezcan a elementos en hiato; por ejemplo, hay diptongo en
componentes distintos (en los compuestos lin.güís.ti.ca, pero en fri.í.si.mo hay hiato
consolidados) no impide necesariamente (por derivarse de frío, que también lo
que se forme diptongo: ses.quió.xi.do, tiene). Aunque la fonología demuestra
ca.rian.cho, ca.ria.con.te.ci.do; tampoco lo que las combinaciones /ui/, /iu/ no siem-
impide la h intercalada (si no es aspirada): pre forman diptongos, sino que también
bo.quihun.di.do (→ 4.3.3). pueden formar hiatos (por ejemplo, des.-
cui.do, diptongo, frente a al.tru.is.mo,
2.2.1.2. Clases de diptongos . 1. Los hiato), para la práctica de la escritura, por
diptongos pueden ser: lo que se refiere a la acentuación, tales
combinaciones se consideran siempre dip-
a) crecientes o ascendentes, cuando la tongos y solo pueden tildarse en palabras
vocal cerrada (semiconsonante) pre- esdrújulas (cuídate, lingüística) o agudas
cede a la abierta: due.lo, Die.go; (benjuí, changüí), pero no en palabras
b) decrecientes o descendentes, cuando llanas (ruido, jesuita, descuido, diuresis,
la vocal cerrada (semivocal) sigue a diurno, etcétera) (→ 4.3.2.7; 2.2.2).
la abierta: cai.mán, tau.te.ar;
c) indeciso, igual o neutro, cuando está 2.2.2. Los hiatos. También llamados
formado por dos vocales cerradas; azeusis, dialefas y diéresis, son combina-
en esta combinación no existe la ciones de dos vocales constituyentes de
consideración de crecientes o decre- sílabas contiguas, pero distintas.
cientes, pero se considera que son
crecientes cuando llevan acentuada 2.2.2.1. Formación de los hiatos .
la segunda vocal del grupo y decre- Los hiatos pueden estar constituidos de la
cientes cuando la acentuada es la siguiente manera:
primera vocal;
d) homogéneo, cuando en el dipton- a) por dos vocales abiertas (aunque no
2.2.2.1. FORMACIÓN DE LOS HIATOS 111

Cuadro 2.3. Hiatos del español actual

Crecientes Decrecientes

ACENTUADOS

Normales
/i.á/ Bástelo, viaje, liar /á.i/
/i.é/ Hételo, rieron, lié /é.i/
/i.ó/ fiómelo, biombo, fió /ó.i/
/u.á/ truhán, actuar, anual /á.u/
/u.é/ luético, actuemos, pué /é.u/ No existen en español1
/u.ó/ fastuoso, actuó, ruó /ó.u/
/i.í/ friísimo, piísimo, chiismo, chiita /í.i/
/i.ú/ anfihúmedo, diurno /í.u/
/u.í/ jesuita, destruido, huí /ú.i/
/u.ú/ samuhú

Inversos

/í.a/ elegiaco, dríade, día /a.í/ caíamos, arcaísmo, raíl, rai


/í.e/ ríete, guíe, líe, desvaríe /e.í/ deífico, creiste, reí
/í.o/ gladíolo, lío, río, frío /o.í/ heroína, oído, corroí
/ú.a/ acentúalo, cacatúa /a.ú/ aúpate, Ataúlfo, urutaú
/ú.e/ atenúele, fluctúe, actúe /e.ú/ teúrgica, teúrgo, feúcho
/ú.o/ dúo, búho, actúo /o.ú/ noúmeno, mohúr2

INDIFERENTES

/i.a/ frialdad, riachuelo /a.i/


/i.e/ rielar /e.i/ rehilar, rehinchar, dehiscencia
/i.o/ priorato /o.i/ prohibido
/u.a/3 /a.u/ aunar, baulero
/u.e/ crueldad /e.u/ reunir
/u.o/3 /o.u/ tiourea4
/i.u/ diuresis, poliuria /u.i/
/i.i/ nihilista, antihistamínico /ii/
/u.u/ perpétuum /uu/

1 Este hiato no es propio del español (→ 4.3.2.7.4b).


2 No es hiato propio del español; se da solo en las voces indicadas y en otras que son compuestos
ocasionales, como finoúgrio o finoúgro.
3 No existen en español estos hiatos; palabras como congrua, ingenuo, superfluo no son clara-
mente hiatos, sino, si acaso, cuasihiatos; el acento prosódico no recae en ninguno de los fonemas
afectados por el fenómeno, por lo cual no presentan problemas en cuanto a la tilde.
4 No existe en español este hiato; solo se da en compuestos ocasionales como el mencionado,
derivado de tio ‘azufre’ y urea, y otros como genitourinario.

todo grupo de dos vocales abiertas b) por una vocal abierta átona y una
forme siempre y necesariamente hia- cerrada tónica, cualquiera que sea la
to; → 2.2.1.1); sucesión: día, caí;
112 2.2.2.2. CLASES DE HIATOS

c) por una vocal cerrada átona con una diptongo y ello dependerá, en ocasiones,
abierta tónica: fió, lié, ruó (porque del propio hablante. Hoy no hay diptongo
se derivan de fiar, liar y ruar, que tie- en piedad, pero «en el siglo xiii aún se
nen hiato en algunos de sus tiempos: pronunciaba pi-edad» (Menéndez Pidal,
fío, lío, rúo) (→ 4.3.2.5). 1977: 83). «Aún en el siglo xvi se pronun-
d) por dos vocales cerradas iguales: ciaban Guadi-ana, Santi-ago, en cuatro
diita, Rociito, samuhú; sílabas, y ju-icio en tres, aún en tiempo
e) debido a influencia analógica, por de Lope de Vega; ruido es trisílabo en
dos vocales átonas abiertas o cerra- Fray Luis de León, pero hoy es bisílabo;
das, cualquiera que sea la sucesión: regale se dijo entonces re-al, y hoy
frialdad (de frío, que tiene hiato), predomina real, monosílabo; si bien el
aunar (porque aúno lo tiene), ria- menos usado l e g a l e se pronuncia hoy
chuelo (de río, que lo tiene), des- todavía le-al» (Menéndez Pidal, 1977: 84).
viado (de vía, que lo tiene); por la La tendencia a hacer diptongo con vocales
misma razón hay hiato en actué en hiato se advierte en palabras donde una
(influido por actúo), pero no lo hay vocal abierta es sustituida por otra cerrada:
en evacué (influido por evacuo, que pior por peor, tiatro por teatro, train por
no lo tiene) (→ 2.2.2.3). traen, cain por caen, golpiar por golpear,
rial por real; esto se da especialmente en el
2.2.2.2. Clases de hiatos . 1. Tenien- habla popular (v. Menéndez Pidal, 1977:
do en cuenta el acento, los hiatos se divi- 84). Según este autor (l. cit., 38-39), la pro-
den en: nunciación clásica era viuda, buitre, pero
la actual es viuda, buitre; para Calderón,
a) acentuados; la pronunciación era desahucia, con hia-
b) indiferentes. to, mientras que actualmente es con dip-
tongo.
2. Si el acento de intensidad recae en 2. Según Navarro Tomás (1980: 158-
la vocal abierta, se llama hiato normal; si 159), «La tradición etimológica hace fre-
recae en la cerrada, hiato inverso, y si es cuente el hiato en suave, anual, santuario,
inacentuado, hiato indiferente. cruel, tiara, prior, embrión, piano, gorrión,
3. En los hiatos normales, la acentua- biombo, miasma, avión, arriero, hiato,
ción (y la tilde, en su caso) recae en la vocal acuoso, fastuoso, tortuoso, etc., y en los
abierta, y en los inversos, en la cerrada. La compuestos maniobra, boquiancbo, cari-
forma del hiato normal constituido por harto, cuellialto, triángulo, trienio, diecio-
una vocal abierta tónica y una cerrada cho, veintiocho, etc. = La analogía favorece
átona no existe en español. Los hiatos el hiato, especialmente en las formas ver-
indiferentes carecen de acento de intensi- bales, cuando dentro del mismo verbo de
dad y, por consiguiente, también de tilde que se trata hay casos en que las vocales i,
(→ c. 2.3). Esto quiere decir que puede u, llevan acento fuerte: fiar, fianza (fían);
haber hiato sin necesidad de pintar la tilde, guiaba (guía); liamos (lías); piando (pían);
como en re.u.nir, a.u.nar, re.hi.lar, di.u.re.- criado, crianza (crían); acentuar (acentúo);
sis, o bien pintándola en la vocal abierta actuamos (actúan), etc. Ocurre también
(→ 2.2.2.1c). entre los nombres: diario, diana, diurno,
dieta (día); brioso (brío); riada (río); viaje
2.2.2.3. Inestabilidad de diptongos (vía)» (→ 4.3.2.5-2). Por el contrario, hia-
y hiatos . 1. Por razones etimológicas tos como baúl, país, bilbaíno se pronun-
unas veces, de uso otras y aun de versifica- cian popularmente como diptongos: bàul,
ción, hiatos pasan a diptongos y viceversa. pàis, bilbàino. Rosenblat (1960: 308-312)
En muchos casos resulta ciertamente difícil menciona la palabra boina, pronunciada
decidir si un grupo vocálico forma hiato o en muchos lugares boina, pronunciación
2.2.3.1. GRUPOS VOCÁLICOS 113

que a este autor no le parece vulgar, espe- el cuasi-diptongo [cuasidiptongo], que no


cialmente en Venezuela (también en España cumple esta condición sino a medias. El
se oye a veces boina). Ragucci (1956: 215) hiato de ao no es el mismo en caoba que
dice que lo ordinario es que haya diptongo en extraordinario, donde el cuasi-diptongo
en bie-nio, trie-nio, die-ta, die-dro, arrie- predomina; y al diptongo evidente de io en
ro, navie-ro, clien-te, bió-xido, brio-so, angustioso corresponde el cuasi-hiato [cua-
pia-da, etcétera; obsérvese que en varios de sihiato] en periostio, ambos encuentros en
los ejemplos no coincide con los criterios sílaba acentuada». (En relación con las
de Navarro Tomás, que me parecen más voces congrua, ingenuo, superfluo, véase el
acertados y sólidos. Según Selva (1957: apartado 4.3.2.6.)
151), hay diptongo en aula, restaura; rei-
na, pleito; deudo, reunión; voy, oiga; bou; 2.2.3. Los triptongos. Son encuentros
diario, ciencia; ciego, especie; adiós, tedio; de tres vocales en una sola sílaba, en este
ciudad, viuda; Juan, cuales; buena, pues; orden: semiconsonante, vocal, semivocal.
cuota, inicuo; ruido, descuido (en diario, El acento de intensidad en la vocal abier-
por la razón aducida por Navarro Tomás, ta, que siempre ocupa posición central, no
no es probable que haya diptongo, sino tiene carácter hiático; la tilde solo se pinta
hiato, por la influencia de día); hay hiato, cuando lo pidan las reglas de atildación
según Selva, en raíces, aúna, leí, reúne, oía, (→ 4.4.1.1-1f). Si el acento de intensidad
día, espíe, impío, púa, acentúe, actúe, huí. recae sobre una vocal cerrada, que puede
En opinión de Berro García (1952: 530), ser la semiconsonante (decíais) o la se-
en reunir hay diptongo; puede que sí, pero mivocal (aguaí), la tilde es hiática y, por
la influencia de reúno inclina a creer que consiguiente, en combinaciones de es-
hay hiato. te tipo no hay triptongo, sino diptongo
3. Desde el punto de vista ortográfico, (→ c. 2.4).
los casos dudosos entre diptongo y hiato
no presentan dificultades, pues se trata 2.2.4. Cuasidiptongos y cuasihiatos.
siempre de voces que no reclaman la tilde. Llamamos cuasidiptongos a las combina-
Como dice Casares (1952: 48), «mientras ciones de vocales abiertas cuya pronuncia-
la grafía usual sea la misma para vi-o-le-ta o ción se aproxima a la del diptongo, como
vio-le-ta, no urge tomar un acuerdo [acerca en Joaquín, aldeano, lealtad (→ 4.3.2.1;
de si esta palabra es trisílaba o cuatrisílaba, 2.2.2.1a; 2.2.2.3-3). Los cuasihiatos son
es decir, si se trata de palabras con dipton- combinaciones de vocales cerradas y abier-
go o con hiato], A más que las consultas tas cuya pronunciación se aproxima a la
de este tenor [...] no admiten contestación del hiato, como en congrua, ingenuo, su-
categórica». Más adelante (p. 52) dice perfluo (→ 4.3.2.6; 2.2.2.3-3).
Casares que la cantidad de diptongos del
español (que él cifra en catorce) dependerá 2.3. Grupos cultos. Los grupos cultos
de «la finura de oído o el criterio personal son conjuntos de letras, vocálicas o con-
de cada ortólogo». En la página 76 añade sonánticas, de una misma palabra que
el concepto de cuasihiato y cuasidiptongo: pueden ser objeto de simplificación o que,
«De igual manera que los fonetistas, para por el contrario, deben respetarse en la
sus trascripciones, han tenido que inventar escritura.
signos especiales con el fin de identificar
ciertos sonidos que el alfabeto no consigue 2.3.1. Grupos vocálicos. Algunos gru-
diferenciar, también los prosodistas necesi- pos vocálicos admiten la simplificación,
tarían arbitrar algún recurso para anotar especialmente cuando las vocales agru-
matices intermedios entre el hiato y la siné- padas son iguales. Como norma general,
resis o entre el verdadero diptongo, donde siempre que sea posible debe tenderse a la
realmente se produce una fusión silábica, y simplificación:
114 2.3.1. GRUPOS VOCÁLICOS

a) puede escribirse contralmirante o


contraalmirante, rembolso o reem- Cuadro 2.4. Triptongos del español actual
bolso, remplazo o reemplazo, ren-
cuentro o reencuentro, maestrescuela /iai/ lidiáis, despreciáis
/iei/ copiéis, lidiéis, despreciéis
o maestreescuela (v. OLE10, 165 ss.); /iau/ miau
b) suele tenderse al respeto del grupo /ioi/ dioico, hioides, epitelioide
en palabras compuestas con un pre- /uai/ aguay, saguaipé
fijo que acabe en -a y una palabra /uei/ averigüéis, buey
que comience con e-, como guar- /uau/ guau
daespaldas, quintaesencia, infraes-
tructura, paraestatal, trincaesquinas,
portaestandarte, prensaestopas;
c) también se suele respetar la grafía matoesqueleto, neuroesqueleto, ho-
del grupo en voces compuestas cuyo moestático, radioescucha y otras;
primer elemento termina en -o y e) se tiende a la simplificación de -Me-
el segundo comienza con la misma en -o- en abuñuelado/abuñolado,
letra, especialmente en los compues- abuñuelar/abuñolar, barcoluengo/
tos con auto-, co-, micro-, pro- y barcolongo, bueyuno/boyuno, cigüe-
psico-, como autoobservación, co- ñal/cigoñal, cigüeñuela/cigoñuela,
operar, microondas, prooccidental, cuerdezuela/cordezuela, cuerezuelo/
psicoorgánico, pero se simplifica el corezuelo, cuemezuelo/cornezuelo (ins-
grupo en autómnibus, decimoctavo, trumento), duelaje/dolaje, encluecar/
claroscuro, radioyente. En compues- enclocar, encuevar/encovar, engrue-
tos formados con otros precompo- sar/engrosar, fuentezuela/fontezue-
nentes se tiende a la simplificación: la, fuertezuelo/fortezuelo, muebla-
centroriental, centroceánico, medio- je/moblaje, muestrario/mostrario,
riental, germanoccidental, germano- puertezuela/portezuela, puertezuelo/
riental; portezuelo, vuelapié/volapié; por el
d) en voces compuestas en las que contrario, en las siguientes voces
el precomponente termina en -o y el es preferible mantener -ue-: amo-
poscomponente comienza con a-, en blar/amueblar, bonazo/buenazo, de-
general se mantienen ambas vocales, samoblar/desamueblar, dormivela/
como en centroasiático, centroame- duermevela, portorriqueño/puer-
ricano, psicoanálisis, tromboangitis, torriqueño, desosar/deshuesar. En
autoaglomeración, autoalergia; las las voces bonísimo, boyada, boyero,
formas radioactividad y radioactivo, grosísimo, fortísimo, poblada, entre
hasta ahora consideradas incorrec- otras, no admite la Academia alter-
tas y sustituidas por radiactividad nancias con la forma -ue-, pero estas
y radiactivo, respectivamente, han deben considerarse correctas;
sido admitidas en el drae 01. Sin f) no se simplifican las voces que lle-
embargo, en los compuestos cuyo
van -ii-, como chií, chiismo, chiita,
precomponente termina en -o y el
poscomponente empieza con e- se- diita, Rociito, friísimo;
guida de s y otra consonante, se pre- g) pueden escribirse en forma plena
fiere la simplificación en la mayor o simplificada voces como antiim-
parte de las palabras, como arterio- perialismo, antiinflacionista, antiin-
(e)sclerosis, checo(e)slovaco, elec- cendios, antiinflamatorio, miniinfla-
tro(e)stricción, yugo(e)slavo; debe ción, miniinvestigación, pluriideo-
aplicarse el mismo criterio a ce- lógico, pero se prefieren las formas
rebroespinal, endoesqueleto, der- plenas, es decir, con -ii-.
2.3.2. GRUPOS CONSONANTICOS 115

2.3.2. Grupos consonanticos. En los (→ 1.3.2.6.1). Debe tenerse en cuenta que


grupos iniciales en-, gn-, mn-, pt- se puede algunas palabras mantienen aún, en forma
prescindir de la primera letra, que gene- única, el grupo -bs-, como absceso, abscisa,
ralmente no entra en la pronunciación. abscisión, abstención, abstener, abstrac-
Son preferibles, pues, las grafías neoráceo, ción, abstraer, abstruso, obscenidad, obs-
nomo, nemotecnia y teridofito en lugar de ceno, obstetricia, obstinación, obstinado,
cneoráceo, gnomo, mnemotecnia y pterido- obstinarse, obstrucción, obstruccionismo,
fito; el grupo pn- ya no existe en la escritu- obstruccionista, obstructor, obstruir. En
ra española, por lo que no debe escribirse estas voces no se podrá simplificar el grupo
pneumotórax, pneumático, sino neumoto- -bs- en -s-. Debido a la resistencia por parte
rax, neumático. En posición intermedia los de los escribientes cultos a simplificar el
grupos -bs-, -ns- y -st- se simplifican en -s-: grupo ps-, se mantiene este en las palabras
oscuro, trasporte y posoperatorio en lugar derivadas de psique: psicología, psíquico
de obscuro, transporte y postoperatorio (→ 1.3.17.2).
3. División de palabras

3.1. El guión. 1. Cuando, al escribir 3.2. Reglas fundamentales de división


o componer un texto, se desea mantener de palabras. Al dividir palabras a fin de
más o menos igualado el margen derecho línea deben tenerse en cuenta las siguientes
de la escritura manual o exactamente igua- reglas fundamentales:
lado el margen derecho en la composición 1. Las palabras españolas, sean simples
tipográfica, es habitual que las palabras o compuestas, se dividen por sílabas, es
no quepan enteras en la anchura que le decir, según la delimitación establecida por
hemos dado a ese texto. En estos casos, la frontera silábica (→ 2.1.1).
la ortografía manda que se introduzca un 2. Las palabras compuestas se dividen
signo llamado guión (también guión silábi- como las simples, es decir, por sílabas, pero
co o guión lineal, división en la tipografía también pueden dividirse separando sus
clásica) en la parte de palabra que cabe al componentes (precomponente y poscom-
final del renglón y se sigue escribiendo ponente) cuando el primero sea claramente
al principio de la línea siguiente. El signo analizable como tal y forme un número de
que llamamos guión (-) es una rayita ho- sílabas cabales o, en caso contrario, por
rizontal (antiguamente podían ser hasta la frontera silábica española, salvo por lo
dos, una sobre la otra, y no siempre hori- que respecta a algunos prefijos que se es-
zontales, ya que a veces, en algunos textos pecifican en los párrafos 3.3.2-4; 3.3.2-5;
clásicos, aparecen inclinadas de arriba aba- 3.3.2-6.
jo y de derecha a izquierda) que equivale 3. En palabras simples, los dipton-
más o menos a la cuarta parte de la raya gos, hiatos y triptongos son indivisibles
(—) o a la mitad del menos (-), aunque (→ 3.3.2-1; 3.3.2-2). Por consiguiente,
no es igual en todos los tipos de imprenta formen diptongo o hiato, dos vocales
(→ 10.5.20). interiores de una palabra simple no pue-
2. La división de las palabras, debido den dividirse: pi / edad, di / uresis, po / eta
precisamente a la complejidad con que (→ 3.3.2-2) (para el mismo caso en pala-
estas están formadas (tipos de sílabas, bras compuestas, → 3.3.1-6).
diptongos, hiatos y triptongos), presenta 4. Ninguna sílaba constituida por una
a veces dificultades a la hora de aplicarla. sola letra puede quedar aislada a princi-
Por ello es conveniente conocer las reglas pio o fin de línea: a-legría, pedale-o
de división. (→ 3.3.2-3).
3.3.1. DIVISIÓN ETIMOLÓGICA 117

5. Los dígrafos ch, gu, ll, qu, rr son cabal [cursiva mía]». Casares (1952: 94)
indivisibles en español (→ 3.3.2-6). se pregunta por qué la Academia concede
6. Tanto la OLE99 (p. 84) como el ese «privilegio» a la partícula des y no a
dpd 05 (s. v. guión1 o guión, § 2.8) dicen otras como bis, cis, sub, etcétera. Además,
que las abreviaturas y las siglas no se según el mismo autor, la norma no puede
dividen nunca a final de renglón. A este aplicarse en palabras como des- / asosiego,
respecto, → 5.2.10-3. des- / almado, des- / atiento, puesto que ni
7. En relación con la división de pala- asosiego ni almado ni atiento existen co-
bras escritas en otras lenguas, extrañamen- mo palabras independientes. En cuanto a
te dice la Academia (ole 99, 84; dpd 05, nos- / otros, vos- / otros, es- / otros, queda
s. v. guión2 o guión, § 2.7) que es preferible claro que la división etimológica no respeta
no dividirlas, «a no ser que se conozcan la primera regla académica, por cuanto,
las reglas vigentes para ello en los idiomas como dice Casares (1952: 95), «la primera
respectivos». Resulta extraño, ciertamente, sílaba de no-so-tros es no y no nos». Ante
que la Academia haga esta recomendación, estas confusiones, la 24.a de las normas
cuando los textos normativos ortográficos académicas de 1959 preceptúa: «[...] cuan-
que ella ordena tienen que ver con el espa- do un compuesto sea claramente analizable
ñol, no con las demás lenguas. Por lo de- como formado de palabras que por sí solas
más, es atendible su recomendación, pese a tienen uso en la lengua, o de una de estas
que los idiomas extranjeros normalmente palabras y un prefijo, será potestativo
no la tengan en cuenta cuando escriben en dividir el compuesto separando sus com-
español. ponentes, aunque no coincida la división
con el silabeo del compuesto»; es decir, que
3.3. Métodos de división de palabras. podrá dividirse no- / sotros o nos- / otros,
Hay en español dos métodos para dividir de- / samparo o des- / amparo. La nueva
palabras; uno, aplicable solo a las com- norma, por un lado, generaliza la separa-
puestas, se denomima división etimológica ción de componentes «claramente anali-
(→ 3.3.1); el otro, aplicable a las simples zables», con lo que amplía la vieja norma
en todos los casos y a las compuestas como aplicable solamente a la partícula des y a
alternancia a la división etimológica, se de- nos, vos, es + otros y, por otro, permite
nomina división silábica (→ 3.3.2). dar tratamiento de palabras simples a to-
das las compuestas, como alternancia en
3.3.1. División etimológica. 1. La di- la división de compuestos. Tal vez habría
visión etimológica es la que se aplica a las sido preferible, para simplificar las cosas y
palabras compuestas cuando se dividen se- mantener una coherencia normativa, hacer
parando sus componentes, de manera que buena la vieja doctrina académica de que
el primero quede a final de línea y el segun- las palabras, sean simples o compuestas,
do pase al principio de la línea siguiente. se dividen por sílabas cabales. De hecho,
La grae (1959: 489) dice: «Las voces com- esto es lo que admite ahora la Academia
puestas de la partícula des y otra voz se cuando escribe (OLE10, 403): «[...] el cri-
han de dividir sin descomponer dicha par- terio que preside la división de palabras a
tícula; como en des-ovar, des-am-pa-ro», y final de línea toma la sílaba como unidad
«Nos-oíros, vos-otros, es-otros se dividen de referencia, de manera que, como norma
también separando de las dos últimas general, no debe colocarse el guión entre
sílabas las primeras, nos, vos, y es», ello letras pertenecientes a una misma sílaba.
a pesar de que la primera de las reglas de La integridad de la sílaba gráfica a la hora
división de palabras de la misma grae dice de dividir las palabras con guión de fi-
que «Cuando al fin del renglón no cupiere nal de línea tiene como objetivo que la
un vocablo entero, se escribirá solo una lectura de los fragmentos en que queda di-
parte, la cual siempre ha de formar sílaba vidida la palabra sea lo más natural posible
118 3.3.1. DIVISIÓN ETIMOLÓGICA

y no resulte forzada». Esto es exactamente intención del autor; ¿y por qué no dejar
lo que mantengo. que lo sea el lector?
2. La división etimológica presenta gra- 4. Los compuestos cuyo precomponen-
ves inconvenientes, por lo que, puesto que te va seguido de s más otra consonante se
la regla académica lo permite, debería de- dividen siempre por la frontera silábica
secharse por las siguientes razones: española, no por la etimológica; así, cons-
tar, inspirar, obstar, perspicacia se dividen
a) atenta contra la pronunciación; en cons- / tar, ins- / pirar, obs- / tar, pers- / pi-
efecto, aunque sub-, por ejemplo, cada, Lo mismo se aplica a otros precom-
sea claramente analizable como pre- ponentes y poscomponentes como en las
componente, si se divide sub- / ofi- palabras timolftaleína, tungsteno, ortogna-
cial, se atenta contra la prosodia, to, plectóptero, cuyas divisiones son, res-
pues lo que debe pronunciarse es pectivamente, timolf- / taleína, tungs- / te-
su-bo-ficial y no sub-oficial; no, ortog- / nato, plectóp- / tero. Hay, sin
b) lleva a algunas personas a tener embargo, ciertos problemas que la Acade-
por correctas divisiones como mia no prevé. Por ejemplo, la división de
arz- / obispo, pen- / ínsula, arc- / án- palabras como antipsiquiatría, parapsico-
gel, rect- / ángulo, eur- / asiático, logía, prepsicótico, dismnesia es problemá-
ab- / usar, pan- / orama, hidr- / óxi- tica, y en general puede decirse que, acaso
do, ex- / acto, etcétera, que son in- por no hallarse tan lexicalizadas como
correctas, pues ninguna de esas par- las anteriores (la conciencia de sus com-
tículas es «claramente analizable». ponentes está aún muy viva en el lector),
no le son aplicables aquellas considera-
En relación con este tema, véanse las opi- ciones; por ejemplo, parecen inadmisibles
niones de Morato, 1933: 362; Casares, divisiones como antip- / siquiatría, prep- /
1952: 94-95; Polo, 1974: 163; Carnicer, sicótico, parap- / sicología, dism- / ne-
1977: 135; Rosenblat, 1974: 61, favo- sia; por la razón aducida, las divisio-
rables a la división silábica de las voces nes correctas, como excepción a la re-
compuestas y contrarias a las que se han gla, son anti- / psiquiatría, para- / psi-
expuesto anteriormente. cología, pre- / psicótico, dis- / mnesia
3. En algunas palabras como desarro- (→ 1.3.17.2.2). Compárense con voces
llar, desarrollo, desechar, desecho, desem- como polidipsia, relapso, autopsia, cu-
peñar, desentrañar, desalar, que tienen más yas divisiones separan, correctamente, la
de una acepción, en una de las cuales el p de la s.
precomponente des indica acción contraria 5. Hay, sin embargo, un grupo de pre-
a la del poscomponente, algunos autores componentes terminados en consonante
(Ramos Martínez, 1963: 99-100, y Basul- que, por necesidades de fonética, deben
to, 1978: 21-22) son partidarios de matizar separarse de sus poscomponentes en la di-
con el guión silábico a cuál de las acepcio- visión de palabras. Son los siguientes:
nes se refiere el autor. En realidad, como
en tantos otros casos, el significado de a) cuando los prefijos ab- y sub- van
las palabras lo da el contexto, por lo que seguidos de un poscomponente que
divisiones de este tipo no valen la pena, empieza por l, esta letra se mantiene
y aun pueden ser peligrosas, como indica como cabeza y no como coda silá-
Polo (1974: 166), «por los muchos errores bica. Navarro Tomás (1980: 177)
que se cometerían»; además, como esa cita solamente sublunar y el Esbozo
división la establecerían los tipógrafos (al (1973: 46), sublunar y sublingüitis,
autor puede no caerle la palabra a final de pero existen otras, como ablactar,
línea, con lo que no indicará qué división ablactación, ablegado; sublingüi-
prefiere), serían estos los intérpretes de la tis, sublengua, sublacustre, sublejía,
3.3.2. DIVISIÓN SILÁBICA 119

sublema, subliteratura, subliminal, 6. Otro problema en la división eti-


subletal, subluxación, subluxar, cu- mológica de palabras viene representado
yas divisiones a fin de línea deben por los encuentros de vocales, la final del
hacerse separando la b, que en estos precomponente y la primera del poscom-
casos es coda silábica, de la l, que es ponente. Pueden darse varios casos de
cabeza silábica; de este tipo de voces, división violenta en los que en uno de los
solo sublime (del lat. subtimis) y su- extremos de la palabra dividida (general-
blevar están totalmente lexicalizadas mente a final de línea) queda un resto de
y se dividen su-bli-me y su-ble-var palabra en el que el acento de intensidad se
(→ 1.3.2.4.1-1); traslada de una vocal a otra; por ejemplo,
b) cuando los prefijos ab-, ad-, ob- y no parecen admisibles las siguientes divi-
sub- van seguidos de una palabra siones: semie- / je, semie- / recto (obsérvese
que empieza con r, esta se mantie- la diferencia con seniles- / fera, seniles- / fé-
ne como cabeza y no como coda rico), entrea- / brir, contrao- / fenslva (ob-
silábica; se dan los siguientes casos sérvese la diferencia con contraor- / den),
de división etimológica: abrenun- centroo- / ceánico, centroo- / riental, ex-
ciar (arc.), abrenuncio, abrogación, tremoo- / rlental, nortea- / merlcano, hls-
abrogar, abrupción, abruptamente, panoa- / merlcano, latlnoa- / merlcano; en
abrupto; adrenal (y sus derivados estos casos, sin duda, la división pre-
y compuestos, como adrenalina, ferible es la etimológica: seml- / eje, se-
noradrenalina); obrepción, obrepti- ml- / erecto, entre- / abrir, contra- / ofensi-
ciamente, obrepticio; subradular, va, centro- / oceánico, centro- / oriental,
subrayable, subrayado, subrayar, extremo- / oriental, norte- / americano,
subraza, subregión, subreino, subre- hispano- / americano, latino- / americano.
ciente, subrepción, subrepticiamen- Sin embargo, son admisibles, aunque no
te, subrepticio, subretículo, subro- se prefieran (puesto que también en estos
gación, subrogar, subrutina; de este casos se prefiere la división etimológica),
grupo, solo adrenal (con sus deriva- las siguientes: rea- / nudar, coo- / perar,
dos y compuestos), abruptamente y coe- / xistir, aminoá- / cido, ya que no hay
abrupto están completamente lexi- traslado del acento de intensidad; por su-
calizadas, y en la división a fin de puesto, en ningún caso son correctas, pese
línea la b o d se mantienen unidas a a tratarse de palabras compuestas, divisio-
la r: adre- / nalina, abrup- / to (do nes como pale- / ocristiano, zo- / omórfico,
b y r se consideran letras tautosilá- por la misma razón que no se pueden divi-
bicas en estos casos) (→ 1.3.2.4.1- dir po- / eta, ca- / oba (→ 3.2-4).
2; 1.3.19.1-1.2.1). Finalmente, hay 7. Para la división de compuestos cuyos
que considerar también el caso de elementos componentes terminan y empie-
ciudadrealeño, cuya división a fin de zan con r, → 3.3.2-7.5.2.
línea debe hacerse así: ciudad- / rea- 8. Como resumen, puesto que la Aca-
leño (→ 1.3.19.1-1.2.2; OLE10, demia permite en todos los casos (con las
6.2.2.5-5.1); excepciones que se han hecho) las divisio-
c) cuando al prefijo post- le sigue un nes silábicas, deben preferirse estas a las
poscomponente que empieza con l o etimológicas, dados los problemas que
r con las que la t no se funde, sino estas pueden presentar.
que se mantienen letras heterosilá-
bicas, como en postliminio, postlin- 3.3.2. División silábica. Todas las pa-
gual, postludio, postromántico, pos- labras, sean simples, derivadas o compues-
trenacentista, postrenal, postretinal, tas (con las excepciones que para estas
postreducción (→ 1.3.19.1-1.2.2; se han indicado en el párrafo 3.3.1), se
1.3.20.4.1; OLE10, 6.2.2.5-5.1). dividen por sílabas, es decir, por la frontera
120 3.3.2. DIVISIÓN SILÁBICA

silábica española (→ 2.1.1). Para ello de- norma ortográfica (con la importancia que
ben tenerse en cuenta las reglas siguientes: cada cual quiera atribuirle). Finalmente,
1. Los diptongos y triptongos for- debe considerarse que la división de pala-
man una sola sílaba y, por consiguien- bras a fin de línea es un recurso obligado,
te, son indivisibles a final de línea o en tipografía y en parte en mecanografía,
renglón: ca- / lien- / te, san- / ti- / guáis, para justificar la línea (no para cuadrar la
vein- / tiu- / no, pun- / tia- / gu- / do, ca- / página, que es cosa bien distinta), recurso
ria- / con- / te- / ci- / do, sub- / si- / guien- / obligado, pero no deseable, y de aquí que
te, pre- / fie- / ro. dividir una palabra por una sola letra sea
2. Los hiatos, cualquiera que sea su innecesario y también antiestético, por lo
formación, son igualmente inseparables que no está justificado en ningún caso.
a fin de línea en palabras simples o de- 4. Si la palabra que hay que dividir
rivadas (en las compuestas puede ser ne- contiene una h intercalada precedida de
cesario separarlos; → 3.3.1-6): acae- / cer, consonante, la Academia manda dejar la
poe- / ta, ele- / gía- / co, deíc- / tico, consonante a final de línea y pasar la h a
ar- / naú- / te, je- / sui- / ta, lie- / mos, la siguiente. Dice así la orae (1974: 38):
ria- / da, son- / rien- / tes, die- / cio- / cho. «Cuando al dividir una palabra por sus sí-
3. Cuando una vocal forme sílaba por labas haya de quedar en principio de línea
sí misma al principio o al final de una una h precedida de consonante, se dejará
dicción, no puede dejarse aislada a final o esta al final del renglón y se comenzará
a principio de línea; son, pues, incorrectas el siguiente con la h: al-haraca, in-huma-
estas divisiones: a- / labar, e- / dulcorar, no, clor-hidrato, des-hidratar». La OLE99
i- / diota, o- / fuscar, u- / lular, ide- / a, (p. 83) confirma la norma al establecer:
desafí-/ e, efectú- / o. Rosenblat (1974: «Cuando la palabra contenga una h inter-
62) no está de acuerdo con esta norma, calada precedida de consonante, el guión
que la Academia recoge en la orae (1974: se colocará siempre delante de la h, tratán-
38): «Cuando la primera o la última sílaba dola como principio de sílaba. Ejemplos:
de una palabra fuere una vocal, se evitará des - hidratar, in - humano». Esta norma,
poner esta letra sola en fin o en principio no prevista por la grae , fue introducida en
de línea» (v. ole 99, 88, § 5.12c). Pese a las nuevas normas de 1959 a petición de
ese tímido «se evitará» (que no se sabe Casares (1952: 96), con objeto de evitar
bien si es imperativo o mera recomenda- a principio de línea grupos consonánticos
ción) donde debería haber sido más firme, inexistentes en español: lh, nh, rh, sh, etcé-
Rosenblat dice: «Esa regla es tipográfica, tera. Como dice Carnicer (1977: 136), «si
pero no puede ser ortográfica. Nosotros no bien la h no representa sonido alguno, eti-
vemos ningún inconveniente en infringirla mológicamente pertenece a lo que sigue al
(a-sesino, a-jedrez, etc.), y nos parece que guión». Sin embargo, la solución adoptada
ello contribuiría a cuadrar más fácilmente para estos casos lleva en sí la comisión de
la página, y en las copias a máquina evi- otro error ortográfico, por cuanto se atenta
taría en parte el horripilante guión que la contra la regla de dividir las palabras por
mecanografía comercial ha inventado para sílabas cabales (→ 3.3.1-1) y en conse-
el final de la línea, contra todas las normas cuencia conspira contra los principios de
ortográficas». No se comprende bien el la prosodia. Ya Navarro Tomás (1980:
reparo del ilustre lingüista. Ciertamente, 174) decía que en las palabras que em-
no existe ningún inconveniente en infrin- piezan por las partículas ab-, ad-, en-, in-,
gir esta norma, pero en el mismo caso se des-, sub-, nos-, «aunque en la escritura, al
encuentran las demás normas ortográfi- dividir línea, sea costumbre representarla
cas. Por ejemplo, se puede escribir vurro, etimológicamente unida a la vocal anterior,
jeneral, orror, hamable, etcétera, sin que in-oportuno, des-obediencia, nos-otros, en
suceda nada fuera del hecho de faltar a una la pronunciación [la consonante final de
3.3.2. DIVISIÓN SILÁBICA 121

esas partículas] se trata corrientemente aplicarse ninguna regla general que dé


como intervocálica, agrupándola con la como resultado la presencia, a comienzo
vocal siguiente: a-bo-rí-ge-nes, a-dap-tar de renglón, de combinaciones gráficas ex-
[...]». Y en la página 148, nota: «La h [...] trañas; son, pues, inadmisibles divisiones
es un signo meramente ortográfico, sin va- como desi- / nhibición, de- / shumanizar,
lor ninguno en la pronunciación, enlazán- clo- / rhidrato, ma- / hleriano, pues, aun-
dose, por consiguiente, los sonidos entre que se atienen a la regla de dividir las
los cuales se encuentra como si de hecho palabras por alguna de sus sílabas, dejan a
la h no existiese». El Esbozo (1973: 45), principio de línea los grupos consonánticos
al referirse a la delimitación silábica C.V nh, sh, rh, hl, ajenos al español». Son ex-
(consonante, frontera silábica, vocal), im- cepciones palabras como des- / hielo, des- /
posible en español, ya que daría una pro- hierba, des- / huesar, sin- / hueso.
nunciación del tipo pin.o, dice: «Por con- 4.1. Otros grupos consonánticos ine-
siguiente, los que dicen ad-erir, ad-esión xistentes en español que tampoco deben
en vez de a-derir, a-desión, porque pien- quedar a principio de línea son los siguien-
san en la h (adherir, adhesión) presente en la tes:
grafía de esas y otras palabras semejantes,
cometen una grave falta de prosodia». Pues — bh: su- / bhumano,
bien, a esta grave falta de prosodia obliga — th: pos- / thipocrático,
la Academia al prever como única solución — xh: ree- / xhibir,
para estos casos las divisiones en que la h — fh: sul- / fhidrilo,
se traslada al principio de la línea siguiente: — lh: caba- / lhuste,
al- / haraca, in- / humano, clor- / hidrato, — hn: bra- / hmán.
des- / hidratar, cuando son posibles y más
correctas, puesto que respetan el princi- Por consiguiente, son incorrectas las si-
pio de la prosodia, estas otras divisiones: guientes divisiones: di- / rham, di- / rhem,
alha- / raca, inhu- / mano, clorhi- / drato, pa- / lhuén, pero también lo son las siguien-
deshi- / dratar; si cabalhuste, que, según tes: dír- / ham, dír- / hem, pal- / huén, de lo
las autoridades antes citadas, debe leerse que puede deducirse que estas palabras son
[kabalúste], se divide cabal- / huste, la lec- indivisibles en español, como lo son mohín
tura será [kabál úste], y lo mismo sucede y pehuén. Sin embargo, pueden dividirse,
en los demás casos. El dpd 05 (s. v. guión1 por ser excepciones en este punto (como
o guión, § 2.4) dice que «Para dividir con se ha visto antes), voces como deshielo,
guión de final de línea las palabras que deshierba, deshuesar, enhuecar, enhuerar,
contienen h intercalada, se actuará como que pueden dividirse por des- o en-, ya que
si esta letra muda no existiese, aplican- la pronunciación correcta de las sílabas
do las mismas reglas que para el resto que siguen es /y/ o /w/ (→ 1.3.5.1), como
de las palabras; por lo tanto, no podrán indican el Esbozo (1973: 45, 88 y n. ll) y
romperse sílabas ni secuencias vocálicas, Navarro Tomás (1980: 64); a estas habría
salvo que se trate de palabras compuestas que añadir, como también hemos visto, sin-
que cumplan los requisitos expuestos en hueso, normalmente pronunciada singüeso
2.1b [división de palabras compuestas por (v. Esteve Serrano, 1982: 301-305).
sus componentes]: adhe- / rente (no ad- / 5. Sin embargo, hay que tener en cuenta
herente), inhi- / birse (no in- / hibirse), que la regla anterior se refiere exclusiva-
in- / humano, des- / hielo, co- habitación; mente a la situación de h posconsonántica;
cohi- bir (no co- / hibir), al- / cohol (no cuando es intervocálica se presenta un nue-
alco- / hol), prohí- / ben (no pro- híben), vo problema ortográfico que es necesario
vihue- / la (no vi- / huela), ahu- / mar, analizar. Para ello hay que referirse a la
alha- / raca. Hay una única restricción: en norma 25.a de las de 1959, que dice: «Se
palabras con hache intercalada no podrá declara que la h muda colocada entre dos
122 3.3.2. DIVISIÓN SILÁBICA

vocales no impide que estas formen dipton- divisiones he- / lada, ha- / rina, he- / rede-
go: de-sahu-cio, sahu-me-rio» (→ 4.3.3). ros (donde se ve que la h ejerce función de
La norma, destinada a implantar la tilde consonante gráfica), da como incorrecta
en los hiatos cuando la h ejercía esta fun- la división almo- / hada (→ 3.3.2-4). No
ción, tiene repercusiones en la división de parece que exista coherencia entre ambas
palabras, aunque tal vez no fuera esta la normas, que más bien parecen contradic-
intención de la Academia al dar la regla. torias. En los casos en que la h intercalada
En efecto, si la h intervocálica no impide se encuentra entre vocales que formen
el diptongo, ello quiere decir que, cuando hiato, la división por la h debe permitirse,
se halle entre dos vocales que lo formen, con objeto de resolver los problemas de
la palabra no puede dividirse por él, pese división y espaciado que constantemente
a su presencia (pues, desde este punto de se presentan en la composición de textos,
vista, como desde el de la atildación, la especialmente cuando la medida es corta.
h ya no es hiática). Si, según las reglas 6. Los componentes de dígrafos
fundamentales de división (→ 3.2-3), no no pueden separarse al final de línea:
pueden dividirse palabras como ca- / usa, co- / che, ca- / llar, ca- / rro, la- / gui- / to,
ba- / ile, co- / ima, sino cau- / sa, bai- / le, mez- / qui- / ta.
coi- / ma, tampoco deben ser correctas 7. Hay en español, sin embargo, grupos
divisiones como sa- / humado, pro- / hi- consonánticos que pueden presentar pro-
bir, desa- / hucio, carbo- / hidrato, sino blemas de división a final de línea, como
sahu- / mado, prohi- / bir, de- / sahu- / cio, los que se analizan seguidamente.
carbohi- / drato. A mayor abundamiento, 7.1. -bl-. → 3.3.1-5; 1.3.2.4.1-1.
la división desa- / hucio obligaría práctica- 7.2. -br-. → 3.3.1-5; 1.3.2.4.1-2; 1.3.19.1-
mente a leerla con hiato por la separación 1.2.1.
física de los componentes de la sílaba. 7.3. -dr-. → 3.3.1-5; 1.3.19.1-1.2.1.
Tampoco deberían ser correctas divisiones 7.4. -ll-. → 1.3.12.1.
como pro- / híbo, sa- / humo, de la misma 7.5. -rr-. En vocablos compuestos pue-
manera que no se divide ca- / ido, sino den darse tres casos:
caí- / do; en este sentido, mohín es palabra
indivisible (→ 4.9). En resumen: para la a) que el prefijo acabe en vocal y el
división de palabras, la h intercalada debe- poscomponente empiece con r-;
ría considerarse inexistente. Sin embargo, b) que el prefijo acabe en -r y el pos-
la Academia admite divisiones como he- / componente empiece con r-;
lada, ha- / rina, he- / rederos (v. ole 99, 88, c) que el prefijo acabe en -r y el pos-
§ 5.12c), pese a que a un lado del guión componente empiece con vocal.
queda solo una letra pronunciable, ya que
la h es muda. El mismo principio puede 7.5.1. Cuando el prefijo acaba con vo-
aplicarse a divisiones como co- / hombro, cal y el poscomponente empieza con r-, es-
almo- / hada, pro- / hombre, pro- / hemio, ta letra se duplica al formar el compuesto;
pese a que no puedan dividirse esas vocales así, contrarrevolución (de contra- y revolu-
cuando no está presente la h: *po- / eta ción), infrarrojo (de infra- y rojo), semirrí-
(→ 3.2-3). Si estas divisiones estuvieran gido (de semi- y rígido), virrey (de vi- por
prohibidas, los problemas de división de vice- y rey), vicerrector (de vice- y rector),
palabras y de regularidad del espaciado se ultrarrápido (de ultra- y rápido), pararra-
multiplicarían en la práctica, por lo que es yos (de para- y rayos), etcétera. La norma
admisible contar la h como una consonan- la expone así la orae (1974: 21): «Las
te gráfica (solamente entre vocales que no voces compuestas cuyo segundo elemen-
rompan sílabas) y obrar en consecuencia. to comienza con r se han escrito en otro
Sin embargo, el dpd 05 (s . v . guion2 o tiempo sin duplicar esta letra; pero en tales
guión, § 2.3), que da como correctas las vocablos es obligatorio emplearla doble
3.3.2. DIVISIÓN SILÁBICA 123

para facilitar la lectura; v. gr.: andarríos, puestas no puede devolverse a cada uno
contrarréplica, prorrata, vicerrector». Co- de sus componentes la grafía que tienen
mo se dice en el párrafo 1.3.19.1-5, la como elementos aislados; así, de la misma
propia Academia preceptuaba, ya en la pri- manera que la división de Hispanoamérica
mera edición de su Orthographia (1741), es Hispano- / américa y no Hispano- / Amé-
grafías como prerogativa, prorogar al igual rica, la de infrarrojo es infra- / rrojo y no
que mani-roto, cari-redondo. Sin embar- infra- / rojo.
go, cuando menos desde 1885, prescribe 7.5.2. Cuando se trata de compuestos
en todos los casos la duplicación de la r, cuyo primer componente acaba en -r y el
ya que el mismo texto citado, sin el ejem- siguiente comienza con la misma letra, los
plo de vicerrector, figuraba en la pági- problemas son también importantes. Se
na 361 de la edición de 1885 de la trata de palabras como estatorreactor (de
grae , según hace constar Rosenblat (1951: estator y reactor), interrelación (de inter- y
cxxxi). La norma ortográfica actual de la relación), superrealismo (de super- y rea-
Academia, que establece la escritura sin lismo), hiperreflexia (de hiper- y reflexia),
guión y duplicando la r, es la única cohe- etcétera. Según Ramos Martínez (1963:
rente y concorde con la fonética. Sin em- 97), «En este caso, cada una de las partes
bargo, no pocas personas (más cuanto más de que consta la palabra debe conservar
cultas) tienden a escribir estos compuestos su letra, como inter, hiper, preposiciones
sin duplicar la r al dividirlas separando sus inseparables, y así habrá que dividir: inter-
elementos componentes; así, aunque es- -relación, hiper-reactivo, hiper-resonancia,
criban normalmente contrarrevolución, al hiper-resistencia». Por su parte, Basulto
dividirla tienden a escribir contra- / revo- (1978: 20) dice: «Un caso especial presenta
lución, grafía a todas luces errónea, puesto la rr cuando está formada por la r final
que la palabra que se somete a ese requisito de un prefijo y la r inicial de la palabra
no se escribe contrarevolución (como se siguiente (interrelación, superrealidad, hi-
escribe careta), sino con r duplicada: con- perreactivo, hiperresonancia): es preciso
trarrevolución (como carreta), y la división hacer siempre la separación entre los dos
silábica debe hacerse respetando la grafía elementos (el prefijo y el vocablo) y no
integral del compuesto: contra- / rrevolu- tener en cuenta la formación de la sílaba;
ción. Como dice Basulto (1978: 22), con inter-relación, super-realidad, hiper-reac-
razón: «No advierten [quienes piensan tivo, hiper-resonancia». Lo mismo opina
que “queda mal” escribir rr a principio de la Academia en el dpd 05 (p. 326, 2.6a).
línea] que el corte de palabra al final de Maticemos estas aseveraciones: al juntar
renglón es puramente mecánico, como si los dos elementos constituyentes de la
el vocablo se quebrara en dos, y que cada palabra compuesta, la erre final del pre-
porción debe escribirse tal cual está». Es fijo y la erre inicial del poscomponente
decir, se utiliza un guión lineal, el que sirve se funden en un nuevo signo, rr, que en
para dividir cualquier clase de palabras español es indivisible (→ 3.2-5); por esta
(simples, derivadas y compuestas), y no un razón no puede aplicársele el principio de
guión léxico o morfológico, que sirve para división etimológica, ya que ello iría con-
unir términos compuestos. Sin embargo, tra una regla de mayor rango, pues afecta
quien utilizara una grafía con guión léxico a la fonética: por un lado, divide física y
(por ejemplo, contra-revolución, pese a fonéticamente un dígrafo que, por ser tal,
ser incorrecta), si este coincidiera a final es indivisible, y en segundo lugar, confiere
de línea con el guión lineal, habría de a la rr mayor número de vibraciones del
reflejar esta grafía: contra- / revolución, que le corresponde: r-rr. Hay que tener en
pero es un caso distinto de quien escribe cuenta que no se lee hiperreacción como
correctamente contrarrevolución (→ 4.9). hipermercado. Por consiguiente, la única
En conclusión, al dividir palabras com- división correcta de este tipo de palabras es
124 3.3.2. DIVISIÓN SILÁBICA

como se indica a continuación: inte- / rre- trasa-tlántico o trasat-lántico, achio-tlín


lación, supe- / rrealidad, estato- / rreactor, o zchiot-lín. Obsérvese, sin embargo, que
supe- / rrealismo, hipe- / rreflexia. No son en atlas, atleta y derivados, cualquiera que
atendibles, en consecuencia, los criterios de sea su pronunciación, no cabe más división
Ramos Martínez, Basulto y la Academia ortográfica que at-las, at-leta, a fin de no
mencionados antes. infringir la regla de no escribir una vocal
7.5.3. Cuando un compuesto esté for- sola al fin del renglón». Rosenblat (1974:
mado por un prefijo terminado en -r 62) no acepta la regla académica de que
y un poscomponente que comienza con una vocal sola no puede quedar a princi-
vocal, como interestatal, superestadio, pio o fin de línea (→ 3.3.2-3), y por ello
no debe aplicársele la división etimológi- rechaza las divisiones at-las, at-leta como
ca: inter- / estatal, super- / estadio, sino solución única. Para este autor, a-tlas,
la división silábica, para respetar la pro- a-tleta son formas correctas. Resultado:
sodia: inte- / res- / tatal, supe- í res- / ta- la Academia ha suprimido de la segunda
dio. edición de la orae (1974) el párrafo antes
7.6. -tl-. El grupo consonántico -tl- pre- trascrito, sin duda por la opinión adversa
senta bastantes problemas en lo relativo a de Rosenblat, con lo que nos devuelve a
su delimitación silábica y, por consiguiente, la contradicción establecida por la grae
a su división a fin de línea, problemas que, mencionada al principio, sin que se sepa
en parte, aún están por resolver. La grae cuál es, en definitiva, la solución de este
(1959: 450) dice al respecto: «Dos conso- problema. Según el Esbozo (1973: 43 y
nantes hay no más que hacen una como 46, n. 14), el grupo tl es tautosilábico en
especie de diptongo por la propiedad que palabras procedentes del nahua: tlaconete,
tienen de fundirse o liquidarse en otras, náhuatl, pero, fuera del territorio donde in-
de donde se les da el nombre de líquidas: fluyen los nahuatlismos, «en la separación
son la l y la r cuando se interponen entre t-l influye acaso la división que, alternando
las consonantes b, c, f, g, p y t y una vo- con -tl-[,] se produce en palabras de origen
cal»; como ejemplo, entre otros, menciona griego, como atleta, aunque tl era también
tlascalteca. Sin embargo, en la página 452 tautosilábico en griego clásico (se usaba en
dice: «Apenas tenemos sílabas que acaben posición inicial: thláó)». Con estos ante-
con el sonido de t, como at-mósfera, at-las, cedentes, y sin tener en cuenta cuál sea en
ist-mo [...]». Por su parte, Navarro Tomás cada caso la pronunciación exacta de esas
(1980: 97) considera: «La t final de sílaba, palabras (parece, por lo visto, que en los
en atlas, ritmo, étnico, etc., y sobre todo en nahuatlismos t y / se funden siempre, pero
posición inacentuada, como en atmósfera, no así necesariamente en voces de otro
atlántico, etnología, aparece únicamente origen), podría establecerse la siguiente
con su propio sonido de oclusiva sorda en regla ortográfica: el grupo consonántico tl
pronunciación fuerte o enfática», pero en es siempre indivisible a final de línea, con
la página 177 dice: «En tl hay vacilación: más razón si se trata de voces de origen
unos pronuncian at-las, at-le-ta, y otros nahua; en consecuencia, atlas es indivisi-
a-tlas, a-tle-ta [...]». La orae (1969: 35), ble y atleta solo puede dividirse atle- / ta,
acaso con la intención de dar una solu- como catleya debe dividirse ca- / tle- / ya.
ción al problema, añadió una nota a pie Parece que solo en el topónimo Jutlandia
de página que decía: «El grupo tl puede y en el sustantivo pórtland habría de di-
comenzar sílaba en la pronunciación de vidirse Jut- / landia y pórt- / land por ser
ciertas palabras (tlascalteca, tlazol, tra- claramente heterosilábicas la t y la /. Como
satlántico, achiotlín). En atención a esta dice Fernández Castillo (1959: 69), «[...]
posibilidad, se admite que en el silabeo creo que no debemos separar nunca la t de
ortográfico, cuando tales voces no caben la / a fin de línea, sobre todo teniendo en
enteras en el renglón, puedan dividirse cuenta que el no separar dichas letras no
3.3.3. DIVISIÓN ORTOTIPOGRÁFRICA 125

obliga a pronunciarlas de un modo deter- separación cada cual lo leerá como acos-
minado, mientras que el separarlas en la tumbre.
escritura implica el pronunciarlas también 7.7. -tr-. → 3.3.1-5.
separadamente». Por su lado, la ole 99 7.8. -x-. Como dice el Esbozo (1973:
(p. 84, n. 53) dice, al referirse a la división 133), «La letra x es la única del alfabeto
a final de línea de palabras con dos con- que trascribe un grupo de dos fonemas
sonantes seguidas: «En América, Canarias /ks/. Cuando aparece en posición intervo-
y algunas áreas peninsulares, la secuencia cálica, el primer fonema es coda silábica
tl forma grupo inseparable (se pronuncia, y el segundo cabeza de la sílaba siguiente:
por ejemplo, a-tlas). En otras zonas de luxación /luk.sa.θión/ [...]». Atendiendo a
España tiende a producirse corte silábico esta peculiaridad, Melús y Millá (1940: 82)
entre las dos consonantes (se pronuncia at- decían: «No se dividirán las palabras junto
-las)». Y lo deja ahí, sin inclinarse por una a la x cuando esta letra va entre vocales:
u otra solución. El dpd 05 (p. 326, 2.6c), ma-xilar, pro-ximidad, refle-xivamente. =
que con tanto acierto ha sabido resolver Haciendo estas particiones quedaría alte-
algunos de los problemas que la Academia rado el sonido de la x, que en estos casos
ha venido cultivando, en esta ocasión se es cs (macsilar) y no ch (prochimidad)». A
lava las manos y ofrece una solución que esto responde Fernández Castillo (1959:
no es de recibo. Después de decir que en 68): «[...] no veo razonable prohibir tal
la mayor parte de la península ibérica y partición, pues si nos basamos en que al
en Puerto Rico se separan esas letras en la estar compuesta de dos sonidos no se pue-
pronunciación (at - las, at -le - ta) y que en de pronunciar la k al final de línea y la s al
Hispanoamérica, especialmente en Méxi- principio, en el mismo caso o peor aún se
co, así como en Canarias y algunas áreas encuentran las pocas palabras que, como
peninsulares, este grupo es inseparable xenófobo, empiezan todavía por x. ¿Qué
(tla - co - te, cen - zon - tle), añade: «Te- haremos en este caso? ¿La uniremos a la
niendo en cuenta estas diferencias, el grupo palabra anterior?». Cuervo (1954: i, 940)
tl podrá separarse o no con guión de final no encontraba inconveniente en silabear
de línea dependiendo de si las consonantes cone-xión, a-xioma, «supuesto que la x
que lo componen se articulen en sílabas inicial nada tiene de contrario a nuestra
distintas o dentro de la misma sílaba: pronunciación [...]». Por su parte, Polo
at- / leta, atle- / ta». La Academia pierde (1974: 167) es asimismo partidario de que
aquí de vista el hecho de que se escribe la x, cuando de forma natural le corres-
para los lectores, no para el escritor; por ponda, pueda iniciar línea, sin tener en
consiguiente, no se trata de que el escritor cuenta el doble fonema: «Obviamente, no
pronuncie así o asá, sino de cómo espera la cabe partir a ese grafema en dos: se divide
mayoría de los lectores ver escrita la pala- como si fuera s [...]: ta-xí-me-tro; lo cual va
bra en función de su pronunciación. Como muy en consonancia, por otra parte, con el
esto es imposible, porque ya se ha visto que hecho fonético x/s en extraordinario, exce-
las pronunciaciones se dividen entre gran- dente, etc. [...]». Es decir, que puesto que
des zonas del mundo hispanohablante, hay la x anteconsonántica suena s (→ 1.3.25a),
que buscar una solución intermedia: escri- estas divisiones deben considerarse nor-
bir siempre -tl- sin separación y que cada malmente correctas.
lector pronuncie el conjunto consonántico
como tenga por costumbre. Porque, escrito 3.3.3. División ortotipográfica. La di-
t-l o tl, siempre habrá un grupo de lectores visión de palabras a fin de línea en textos
que no lo usen así. A la postre, cuando el justificados, cuando por no caber enteras
grupo -tl- no cae a final de línea, su lectu- deben partirse por un lugar determinado y
ra depende de las preferencias personales pasar el resto a la línea siguiente, comporta
del lector. Así pues, escribiendo -tl- sin problemas desde el punto de vista ortoti-
126 3.3.3.1. GENERALIDADES

pográfico, aspecto que escapa a la división textos autoeditados debe revisarse siempre
usual de palabras (etimológica y silábica) la partición para establecer la que acepta-
que hemos analizado anteriormente. mos y la que no. Por ejemplo, no es raro
que un ordenador pueda partir ca- / ido,
3.3.3.1. Generalidades . En los ma- po- / eta, claramente incorrectas, o bien
nuales que tratan aspectos de la ortografía des- / animado, nos- / otros, divisiones que,
aplicada a la tipografía, especialmente aunque admitidas por la Academia, nos
Fábregues y Saavedra (1933: 68-69), Mo- parecen inapropiadas. En estos casos se de-
rato (1933: 46-47), Melús y Milla (1940: be intervenir en el texto y resolver manual-
82-84), Martínez Sicluna (1945: 89-90), mente estos problemas. Tampoco es difí-
Fernández Castillo (1959: 68), Martínez cil que el ordenador no divida una palabra
de Sousa (1981: 82 ss.) se incluyen algunas que no está en su diccionario de particio-
normas prácticas de las que no suelen ha- nes. Por ejemplo, fotocomposición. En un
cerse eco la Academia ni los restantes trata- caso así, la irregularidad se descubre por-
distas de la ortografía, con la excepción de que la línea anterior queda muy espaciada,
Polo (1974: 162 ss.). Quienes en sus ma- ya que el ordenador, por falta de normas,
nuales procuran esquivar el escollo de lo no divide esa palabra. La solución también
ortotipográfico (en parte porque requiere es manual, mediante las normas del propio
un estudio independiente de lo ortográfico programa. Por supuesto, no es probable
usual, desde luego) olvidan que la ortogra- que el ordenador aplique una serie de
fía que el escribiente normal practica es, en normas de partición que los tratadistas ti-
medida bastante considerable, un trasunto pográficos consideran convenientes. En al-
de la que ve aplicada en los textos impresos gunos casos, sin embargo, tales problemas
(libros o publicaciones periódicas), aunque están previstos en el programa, por lo que
en muchos casos desconozca la regla. deben conocerse los mecanismos por los
2. Como se ve, algunos de los autores cuales podemos resolverlos. Por ejemplo, el
citados son tan antiguos que no pudieron compositor del texto puede establecer en
prever la entrada en la tipografía de nuevos el programa la división de palabras de cua-
sistemas de composición (como la fotocom- tro o más letras, o bien el número máximo
posición primero y la autoedición después) de guiones seguidos a fin de línea.
que han obligado a recapacitar sobre la
aplicabilidad hoy día de ciertas normas tra- 3.3.3.2. Reglas ortotipográficas en
dicionales de la tipografía clásica. Cuando la división de PALABRAS. 1. Según una
el compositor manual o linotípico llegaba vieja regla tipográfica, no se debe dejar a
al fin de la línea, se paraba a pensar cómo principio o fin de línea una sílaba que esté
resolvía la división de una palabra proble- constituida por letras enlazadas o ligadas,
mática. Hoy, en autoedición, esta función llamadas politipos o logotipos; es decir,
fundamental de la composición de textos aquellas que forman un solo cuerpo, como
justificados se realiza automáticamente, ff, fi, fi; por ejemplo, fi- / losofía, Amal- / fi
por medio de las normas de partición que (v. Morato, 1933: 46; Melús y Millá, 1940:
llevan todos los programas informáticos de 82; Martínez Sicluna, 1945: 89). Según
composición y compaginación. Sin embar- Ramos Martínez (1963: 89), para poder
go, puede darse el caso de que el programa dejar estas sílabas a fin de línea habría que
no esté bien diseñado y presente fallos, o «desatarlas», o sea, escribir fe i separadas,
bien que la división preferida por el pro- no enlazadas. La razón de esta norma pare-
grama, de dos o más posibles y correctas, ce ser la de no dejar una sola letra aislada a
no nos guste. A veces esto tiene solución fin o principio de línea: a- / mable, pose- / o.
prevista en el programa, pero en otros ca- Pero, realmente, el caso no es el mismo,
sos tal vez la solución haya de ser manual. cualquiera que sea la forma de presentar
En cualquier caso, en la corrección de los este tipo de letras (enlazadas o sueltas), ya
3.3.3.2. REGLAS ORTOTIPOGRÁFICAS EN LA DIVISIÓN DE PALABRAS 127

que fi es una sílaba formada, en la escritura, prohibición aludida: «[...] debe eludirse
por dos grafemas, no una letra. Además, en la división de palabras cortas de solo dos
composición tipográfica con medidas muy sílabas (o cuatro letras): pa-ra, vi-da».
cortas y con cuerpos grandes, tal división Desde luego, enunciarlo como palabras
es en muchos casos obligada debido al es- de cuatro letras y palabras de dos sílabas
paciado. A mayor abundamiento, no se ve es bien distinto: una palabra de cuatro
la diferencia entre fi formado por una f y letras tiene igualmente dos sílabas, pero
una i separadas y fi en un solo bloque; si la no todas las palabras de dos sílabas tienen
división es correcta en un caso, debe serlo solo cuatro letras: por ejemplo, trompar
también en el otro. Por consiguiente, esta tiene dos sílabas, pero siete letras; estas
norma debe darse por superada. Melús y son claramente divisibles sin problemas,
Millá (1940: 82) la hacían extensiva a las e incluso trasdós, con seis letras, y sedal,
sílabas que ocupan poco espacio: li- / beral, con cinco. El problema, pues, son las
par- / tí, comúnmen- / te, a las que podrían palabras de dos sílabas con cuatro letras;
añadirse ai- / rey otras semejantes. Este as- por supuesto, las que llevan ch, ll o rr,
pecto solo valdría la pena tenerlo en cuenta como choza, llave o corro, son perfecta-
cuando se compone con cuerpos pequeños mente divisibles. Nos quedan, pues, voces
a medidas largas, pero en medidas cortas como cero, como, paso, etcétera. En este
crea más problemas que los que resuelve. sentido, Martínez Sicluna (1945: 88) dice
Dicen los mismos autores (p. 83): «Son de que si la medida es excesivamente corta,
mal gusto las particiones siguientes: au- tal división es admisible. Falta, pues, un
-mentar, ép-silon, et-cétera, ex-citar, ob- solo paso para declararlas divisibles en su
tener»; se observa que casi todas son síla- totalidad. En fotocomposición solía apli-
bas trabadas (formadas por núcleo y coda), carse la siguiente regla: si a final de línea
pero la norma general es dividir las pala- caben tres letras (cal- / do, fal- / da, car- /
bras por sílabas, sin que se explicite qué do), la división se considera correcta. Sin
clase de sílabas (solo están explícitamente embargo, no parece que hubiera especial
prohibidas las de una letra: a- / mable, inconveniente en que el caso se diera a la
po- / eta, pose- / o); por consiguiente, no inversa: ca- / lor, va- / por, sa- / lir, porque
se ve razón para mantener esta norma si do y da del caso anterior pueden quedar
(que los autores citados basan en el «mal a principio de línea, no se ve por qué no
gusto», cuestión subjetiva), ya que si bo- / pueden quedar también a final de línea
tánico está bien dividida, ob- / tener tam- ca, va y sa. Y, resumiendo los dos casos, si
bién lo debe estar. do y da son correctas a principio de línea
2. Otra vieja norma tipográfica dice que y ca, va y sa lo son a final, ¿por qué no
no deben dividirse palabras de solo cuatro habría de poderse dividir ca- / ma, le- / va,
letras. Según Ramos Martínez (1963: 89), so- / lo?; no es exactamente el mismo caso,
si en una de esas palabras entran letras ciertamente, puesto que anteriormente las
dobles (es decir, dígrafos) como ch, ll y rr palabras tenían cinco letras y ahora solo
(o gu, qu, que no menciona), tales palabras cuatro, pero para los efectos estéticos (si
son divisibles; sin embargo, la ll puede ser ese es el problema) las consecuencias son
un politipo, como lo puede ser fi en flora, las mismas: en ambos casos quedan sílabas
y en este sentido serían también, según la de dos letras a un lado y otro del guión
norma, indivisibles (→ 3.1.3.2-1). Melús lineal. Parece, pues, que no se debe hilar
y Millá (1940: 81) son taxativos: «No se tan fino en un terreno por lo demás lleno
partirán las voces de cuatro letras: co-mo, de constantes escollos. En textos compues-
mo-co, cha-có, co-cha, lle-va, va-lle, ro-ca, tos en medidas largas y con cuerpos más
ca-rro)». Ya se ve que los criterios de los o menos pequeños, tal norma prohibitiva,
autores mencionados son contradictorios. aplicada solo a las palabras de cuatro le-
Morato (1933: 46) matiza un tanto la tras, puede tenerse en cuenta, pero en me-
128 3.3.3.2. REGLAS ORTOTIPOGRÁFICAS EN LA DIVISIÓN DE PALABRAS

didas cortas no vale la pena, y en muchos tición de palabras cuando queda la r suave
casos será división obligada. Por lo demás, a principio de línea, basándose en que,
los programas de composición y compagi- establecida la forzosa pausa, es tan impro-
nación en autoedición permiten definir el nunciable como a principio de palabra; por
mínimo de letras de una palabra para ser ejemplo, pano-rama. También he conocido
dividida. Creo que elegir la división de las seguidores de esta teoría, como la de la x
palabras de cuatro letras permite mantener [es decir, no dividir palabras por esta letra,
un espaciado regular y sin grandes blancos, ya que no sería posible, entonces, leer a un
lo cual favorece grandemente la estética y lado la k y al otro la s que intervienen en
regularidad de la página. esa letra (→ 3.3.2-7.8)]. Pero ¿adónde iría-
3. Melús y Millá (1940: 83) introducen mos a parar con tanta prohibición y tanto
esta norma: «A continuación de punto veto? Tanto en el caso de la x como en el de
y seguido no se dejará a final de línea la r, nadie encuentra dificultad, pues sabido
ningún vocablo o sílaba que tenga menos es que la primera es generalmente pronun-
de tres letras: A, E, I, O, U, La, El, Ni- ciada como s, y que respecto de la r sencilla
cotina), Úl-(cera)». En general, es una la mente va más de prisa que la vista y la
norma a todas luces arbitraria, incluso adivina y pronuncia, por decirlo así, sin
para la época en que el libro de referencia dificultad alguna». Deséchense, pues, esas
fue escrito. Podría aceptarse la prohibición seudonormas que solo sirven para crear
de escribir una sola letra (la I, en cualquier nuevos problemas.
caso, nunca aparecería, al menos en textos 5. También recomiendan los referidos
en español), pero en el caso de una sílaba tratadistas (Melús y Millá, 1940: 84) evitar
como La, El, Ni-, Úl- no hay razón para la partición de palabras con rr intervocáli-
prohibirlas. Y por lo que respecta a una ca precisamente por esta letra: ca- / rretera,
sola vocal (A, E, O, U), parecen suficiente- desa- / rrollo, de- / rrota. La razón de esta
mente anchas como para ocupar el mismo prohibición es precisamente la contraria
espacio que ocuparía la sílaba fi, y si esta de la analizada en el apartado anterior:
se permitiría (→ 3.1.3.2-1), ¿por qué no evitar que aparezca a principio de línea
estas letras? Por otro lado, suelen ser más una letra que nunca comienza palabra en
importantes los problemas de espaciado el español actual. Pero no se trata aquí del
que se producirían a consecuencia del mismo problema que exponía Casares en
cumplimiento de la norma que la «irregu- relación con grupos consonánticos impro-
laridad» misma. pios del español (como sh, rh, etcétera, a
4. Recomiendan asimismo Melús y Mi- principio de línea), pues esos grupos pre-
llá (1940: 82), seguidos por Martínez suponen pronunciaciones inexistentes en
Sicluna (1945: 89), no dividir las voces nuestro idioma, lo que no es el caso de la
simples por una sílaba que empiece por r, rr (→ 3.3.2-4; 3.3.2-7.5.2). Por lo demás,
de forma que la línea siguiente comience sabido es que ninguna palabra empieza por
con un resto de palabra que al propio tiem- rr-, lo que da a entender que, cuando esa
po sea por sí misma una palabra, como en letra encabece línea, sin duda se trata de
colé- / rico, labo- / reo, desva- / río, pano- / un resto de palabra y no de una palabra.
rama, o bien aquellas particiones en las Alegar que rrollo, rrota, etcétera, puedan
que, aunque no formen una palabra, quede inducir a confusión carece de sentido, pues
la r de vibración simple a principio de lí- nadie comienza a leer por una línea cual-
nea, lo que, presuntamente, obligaría a una quiera, sino por el principio del escrito o el
pronunciación de vibración múltiple, como del párrafo y, siendo así, esas partes de pa-
en ca- / reta. A este respecto, Fernández labras (ya que no son grafías autónomas)
Castillo (1959: 68) tiene una respuesta que se relacionan necesariamente, en el acto de
hago mía: «Además, para ser consecuentes, lectura, con la parte que las antecede (es el
también tendríamos que proscribir la par- mismo caso tratado en el párrafo anterior
3.3.3.2. REGLAS ORTOTIPOGRÁFICAS EN LA DIVISIÓN DE PALABRAS 129

en relación con la r y la x). Por lo demás, 8. También debe evitarse, en la medida


cualquier palabra, al ser dividida (cuestión de lo posible, que a principio o final de
meramente mecánica), puede producir la línea queden sílabas repetidas: ‘que que- /
generación de otra voz (real o ficticia), co- daba’; ‘til- / de de la voz’; ‘argumen- / tal
mo sucede en mono- / lito, Ri / cardo, per- / tal que...’.
turbación, pero en ningún caso ofrecen di- 9. Igualmente, debe evitarse que dos o
ficultades ni para la lectura ni para la inte- más líneas consecutivas empiecen o acaben
lección del texto. Por consiguiente, la regla con sílabas iguales, unas debajo de otras, o
debe desecharse en un texto ordinario. bien con cuatro o más letras iguales unas
6. Caso distinto del anterior es el que se debajo de otras, o más de cuatro sílabas,
da cuando, por mor de la división, a un la- aunque sean distintas, de igual número de
do u otro de la línea queda una palabra de letras (por el espacio en blanco que queda
las llamadas malsonantes o una evocación a un extremo del texto en sentido verti-
desagradable que no estaban en la mente cal). En este orden de cosas, tampoco son
y la intención del autor (v. Morato, 1933: correctos los callejones o corrales que se
46; Melús y Millá, 1940: 83; Martínez forman con la coincidencia de los espacios
Sicluna, 1945: 90; Ramos Martínez, 1963: en sentido vertical o inclinado (callejón) o
58, 90); por ejemplo, tor- / pedo, pedo- / en forma de círculo (corral).
rrera, Chi- / cago, caga- / fierro, glu- / 10. Desde el punto de vista de la legi-
cagón, cír- / culo, culo- / te, cal- / culada, bilidad y la lecturabilidad, debe evitarse
dis- / puta, puta- / tivo, ano- / dino, es- / que la última línea de una página quede
teta, reputa- / ción, pene- / trar, peo- / nía, partida, en especial cuando esa línea divi-
euro- / peo, acé- / falo, semen- / tal, caca- / dida corresponde a la página impar, ya que
huete, hués- / pedes, dis- / putada, imper- / el resto de la palabra queda en la página
meable, hu- / mear, Tolo / meo, etcétera. siguiente, lo que no favorece la lectura ni
No se trata, por supuesto, de una norma de la comprensibilidad. Evitar esta situación
espíritu estrecho o mojigato, puesto que las requiere, de todos modos, una atención
palabras malsonantes pueden utilizarse en especial, atención que a veces es solicitada
cualquier texto caigan donde caigan, sino con mayor justificación por problemas
de evitar que un autor, contra su voluntad mucho más graves e importantes. En todo
y meramente por razones mecánicas, se caso, sí debe evitarse, por razones se-
encuentre en su texto con palabras que mejantes, incluir una figura u otro elemen-
lo convierten en algo que no estaba en su to parecido entre dos líneas de las cuales
intención y que incluso puede convertirse la primera acaba con una palabra divi-
en un ruido o interferencia del discurso. dida.
Sin embargo, la norma no debe exagerarse, 11. Finalmente, un problema de tipo
como han hecho algunos al evitar incluso mecánico, a veces difícil de controlar y
divisiones como cal- / culemos, que nada resolver: según Melús y Millá (1940: 84),
tienen de criticables. seguidos casi al pie de la letra por Martínez
7. Piden asimismo los especialistas que Sicluna (1945: 87-88) y por Ramos Martí-
se eviten las particiones a causa de las nez (1963: 58), «No se harán más de tres
cuales quede a principio de línea una frase divisiones seguidas, y se procurará que la
de sentido opuesto al que tiene en el tex- línea anterior o posterior a tres guiones no
to. Melús y Millá (1940: 83) aducen los termine con menos [es decir, raya], coma o
siguientes ejemplos: ‘Éstas son las úl-timas punto». La norma debe ser sometida a re-
pesetas de la caja’; ‘En agradecí-miento a visión, ya que es muy restrictiva. En efecto,
su padre de usted’; ‘Mi herma-no quiere la conjunción de varios signos iguales a fi-
hacer las paces con su mujer’; ‘Los de-sas- nal o principio de línea (pueden ser cuatro
tres de la guerra son terribles’ (las cursivas o más letras iguales, como se ha visto en
son mías). el párrafo 9 anterior, o una combinación
130 3.3.3.2. REGLAS ORTOTIPOGRÁFICAS EN LA DIVISIÓN DE PALABRAS

de signos: punto, raya, coma, punto y divisiones, y más en los segundos». Sin
coma, dos puntos) resulta poco estética en embargo, teniendo en cuenta las dificulta-
general. Al respecto, dice Morato (1933: des prácticas que presenta la resolución de
47): «En lo que se refiere al empleo más estos casos, que siempre requieren rehacer
o menos frecuente de la división [= guión dos o más líneas (a veces todo un párrafo
lineal], hay diversas opiniones: entienden de bastantes líneas), debería partirse de ba-
unos que por evitarlas no debe espaciarse ses más amplias y permisivas, y así, podría
de un modo irregular; otros, en cambio, no establecerse la siguiente norma general,
toleran más de tres divisiones seguidas. No sometida a excepciones en ciertos casos:
vemos la belleza en proscribir por comple- en medidas largas (más de veinte cíceros)
to el empleo de la división, como nos pa- compuestas con cuerpos pequeños (6, 7,
rece feo encontrar en la página de un libro 8) pueden aceptarse hasta cuatro guiones
una larga hilera de divisiones. En nuestro seguidos o cinco líneas con combinación
entender, el límite de las que deban poner- de guiones y signos diversos, y en medidas
se lo dirá el grueso del tipo y la mayor o cortas (menos de veinte cíceros) con cuer-
menor anchura de la medida. = En tipos pos grandes (del 12 en adelante), hasta cin-
corrientes (8, 9 y 10), y en medidas meno- co guiones o seis líneas con combinaciones
res de 20 cíceros, pueden tolerarse cuatro de signos. Lógicamente, en un epígrafe que
divisiones seguidas, y en medidas mayores solo tenga tres, cuatro o cinco líneas, por
solo tres. Los cuerpos menudos y gruesos razones de estética tipográfica se evitará
no entran[,] naturalmente[,] en esta regla, que todas ellas estén afectadas por guiones
pues en los primeros se tolerarán menos o combinaciones de signos.
TERCERA PARTE

ORTOGRAFÍA DE LA PALABRA
4. La atildación

4.1. El acento y la acentuación. Las se intentará, en general, llamar acento al


palabras acento, acentuación, tilde y atil- de intensidad y tilde a la rayita con que se
dación o atildamiento no tienen el mismo indica la vocal tónica, lo que también
valor semántico. Aunque tradicionalmente se ha llamado acento gráfico u ortográfico.
se ha llamado acentuación a la acción de Así pues, el verbo acentuar y el adjetivo
colocar el acento (es decir, la tilde) sobre acentual se relacionan con acento de in-
una vocal y acento a la rayita que baja de tensidad y no con tilde. Sin embargo, no es
derecha a izquierda sobre esa vocal (o sea, fácil introducir aquí un cambio terminoló-
el acento agudo), en realidad solo debemos gico que sin duda podría propiciar mayor
hablar de acento cuando nos refiramos al desconcierto momentáneamente. Por esta
que también se llama acento de intensidad razón, en esta obra utilizaremos la pala-
(→ 4.1.1). La rayita que en español se co- bra acentuación para referirnos al acen-
loca sobre la vocal tónica de una sílaba se to de intensidad, no a la aplicación de la
llama tilde, y la acción de colocarla, atilda- tilde, a la que llamaremos atildación, pero,
ción o atildamiento. La acción de pronun- pese a ello, seguiremos hablando de acento,
ciar con mayor intensidad una sílaba de la seguido de los adjetivos agudo, grave, cir-
palabra se llama acentuación, que es, pues, cunflejo, para referirnos a las rayitas con que
la acción de conferir acento prosódico o de se indican las vocales afectadas por ellos:
intensidad a las palabras y no la de colocar acento agudo, acento grave, acento circun-
la tilde. Ya la primera edición de la Ortho- flejo. Pero cuando nos refiramos al acento
graphia de la Academia (1741: 244) decía: agudo, emplearemos la palabra tilde.
«Aunque acento en la pronunciación es
aquel tono o sonido que damos a la voz al 4.1.1. Acento de intensidad. También
tiempo de proferirla, en la Ortografía en- llamado acento dinámico, espiratorio, pro-
tendemos aquella señal o nota con que en sódico o articulatorio, es la mayor o me-
lo escrito demostramos la pronunciación; nor fuerza espiratoria con que se pronun-
de estos acentos usan tres los latinos, gra- cia un sonido, en relación con los que están
ve, agudo y circunflejo [...]». Los autores próximos a él. En español, el acento de
modernos (v. Ramiro Valderrama, 2001) intensidad (o simplemente acento) afecta
tratan de aplicar cada palabra a su función, a toda la sílaba, pero en especial a su ele-
lo cual no se presenta libre de riesgos. Aquí mento vocálico; si este está compuesto por
134 4.1.2. ACENTO PRINCIPAL Y ACENTO SECUNDARIO

dos o más vocales, afecta particularmente polaco y el galés, en la penúltima sílaba, y


a la que constituye el núcleo o vocal silá- checo, finlandés, húngaro, irlandés, gaé-
bica (es decir, la de mayor perceptibilidad); lico, estonio y letón, en la primera sílaba
puede o no llevar tilde, dependiendo de las (v. Garde, 1972: 6; Mosterín, 1981: 162,
reglas de atildación. Como dicen Alcina y reprod. en 1993: 324); en estas lenguas, la
Blecua (1975: 438), «[...] en español, tono tilde con función fonológica sería redun-
y acento de intensidad aparecen íntima- dante, de lo que se infiere que, cuando la
mente ligados, pues en la palabra aislada usan, como el francés, es para indicar si
el acento de intensidad supone siempre una la vocal es abierta o cerrada. El acento
elevación del tono [...]». Puede ser princi- libre, condicionado o tradicional es el
pal o secundario. acento de intensidad variable en las pala-
bras de una lengua. En español, el acento
4.1.2. Acento principal y acento se- de intensidad es libre en las tres últimas
cundario. El acento principal es el acen- sílabas, lo que establece una oposición
to de intensidad que produce la mayor significativa entre voces de igual escritura
intensidad en una sílaba, en relación con y distinta acentuación prosódica. Son len-
los demás de la misma palabra. En espa- guas de acento libre, además, el italiano, el
ñol, en las palabras simples hay siempre portugués, el alemán, el inglés, el euskera,
un solo acento de intensidad, pero en el gallego, el catalán y el ruso.
las compuestas puede haber, además, un
acento secundario, que afecta siempre al 4.2. El sistema acentual español. El es-
precomponente; por ejemplo, Pobrecito, pañol es una lengua de acento libre, por lo
cázabombardéro, cántabroastúr. El acento que una palabra simple puede llevar tilde
secundario es el acento de intensidad que en una de sus tres últimas sílabas:
afecta a palabras compuestas y a algunas
derivadas, las cuales, además del acento -'-- (esdrújulas),
principal, suelen tener uno de menor in- --'- (llanas),
tensidad que este, pero mayor que el de las ---' (agudas).
restantes sílabas de la misma palabra.
Pueden llevarla en una sílaba anterior las
4.1.3. Acento de cantidad. Es la ma- palabras sobresdrújulas, pero entonces no
yor o menor duración relativa de una son palabras simples, sino compuestas.
sílaba. Como el acento de intensidad, el El hecho de que en nuestra lengua exis-
de cantidad recae en el elemento vocálico tan reglas de atildación indica dos realida-
de la sílaba, pero no son necesariamente des de nuestro sistema acentual:
coincidentes en todas las lenguas, aunque
en español coinciden ambos. Las vocales a) no se tildan todas las palabras del
largas y breves (por ejemplo, en latín) caudal léxico;
tienen relación con el acento de cantidad; b) de las que pueden tildarse, no todas
en esa lengua muerta, las vocales largas se reciben la tilde en la misma sílaba.
indican con acento largo ("), y las breves,
con acento breve (w) (→ 10.4.6; 10.4.7). 4.2.1. Punto de partida de la atilda-
ción. 1. Cualquier sistema acentual cohe-
4.1.4. Acento fijo y acento libre. El rente debe partir de un principio general:
acento fijo es un acento de intensidad que utilizar el menor número posible de tildes
recae sobre una sílaba determinada de las que permita la existencia de un ordena-
palabras de una lengua. Entre las lenguas miento de la atildación sin dudas ni anfi-
de acento fijo, que no tropiezan con dificul- bologías. Para establecerlo, en español se
tades acentuales, están el francés y el maya- partió del mayor número de palabras con
-quiché, con acento en la última sílaba; el una acentuación determinada y una grafía
4.2.1. PUNTO DE PARTIDA DE LA ATILDACIÓN 135

concreta, precisamente para excluirlas de tilde] no siempre ni todas veces los habe-
la obligatoriedad de la tilde, con lo que rnos de poner [...] que si nos anduviésemos
se utilizaba esta en un número mínimo de a poner capirotes donde no es necesario ni
palabras. Dado que en español el mayor pidiendolo las dicciones, todo se nos iria
número de palabras es de acentuación en capirotadas, así no deben usar salvo en
llana o grave, y aun dentro de estas son en la necesidad, ofreciendose duda en el sig-
mayor cantidad las que terminan en vocal, nificado» (cit. Malaret, 1954-1955: 234).
n os, todas ellas fueron excluidas de la Usaba el grave y, raramente, el circunflejo.
obligatoriedad de la tilde; las siguientes También empleaba el grave Covarrubias en
en número son las agudas, que había que el Tesoro de la lengua castellana o española
oponer a las llanas, de manera que donde (1611).
la regla eximiera de tilde a estas, había que 3. El sistema de atildación español es-
ponérsela a aquellas; las menos abundantes tablecido por la Academia sufrió los na-
son las esdrújulas, que, por oposición a las turales vaivenes y vacilaciones desde sus
llanas y agudas, había que tildar siempre. primeros momentos. En el Diccionario
Así pues, gracias a la existencia de un sis- de autoridades (1726-1739), la Academia
tema acentual bastante coherente, si bien tildaba toda palabra aguda, cualquiera que
todas las palabras polisílabas llevan acento fuese la letra final: arnés, rufián, azul, amó,
de intensidad, no siempre se indica con perfíl. En la tercera edición de la Ortogra-
tilde, de manera que la mayor parte de las fía (1763) tilda está, sílaba, método, árbol,
palabras españolas, ya graves, ya agudas, virgen, crisis, pero aparecen sin tilde fue,
pueden escribirse (y, por lo tanto, leerse) perfeccion, pronunciacion, escribiendola
sin necesidad de pintar la tilde en ellas. (v. Malaret, 1954-1955: 235). En la grae
2. Desde el punto de vista histórico, de 1772 aparecen virgen, mártir. Utiliza
en la lengua preclásica el acento de inten- siempre el acento agudo ('), «por ser más
sidad no tiene representación gráfica. En fácil de formar». Mientras en la Ortografía
el período clásico se utiliza el grave para de 1763 y 1792 escribe Pérez, Sánchez,
esta función, pero de forma restringida: Fernández, Henríquez, en la de 1770 no
solamente en los verbos agudos, y, en al- tilda alferez, pero en la novena edición de
guna obra, ninguno. Fernando de Herrera esa obra (1820) dice que se exceptúan de la
(1534-1597) utiliza el agudo y el grave, tilde los patronímicos acabados en conso-
ambos con la misma función prosódica. nante: Perez, Sanchez, Fernandez.
Se introduce en esta época la costumbre 4. En la tercera edición de la Ortografía
de atildación de los esdrújulos, pero solo (1763), la Academia preceptuaba tildar
aquellos que aparezcan como no comunes, las palabras acabadas en consonante en
pues los muy conocidos no llevan tilde. todas las sílabas en que cargase la acentua-
Gonzalo Correas (1630) propuso el em- ción, menos en la última, porque esta era
pleo de un acento suave, llamado lene ('), comúnmente larga en este tipo de voces:
sobre las vocales para distinguirlas cuando aquel, tambien, ayer, reves. Sin embargo,
formaban palabra; sobre ellas usaron al- tildaba las llanas: árbol, márgen, crisis. En
gunos el acento grave y aun el circunflejo, esta misma edición preceptuaba no tildar
que posteriormente, ya en el período aca- las voces llanas que terminan en dos voca-
démico, se empleó con valor diacrítico, no les y se componen solo de dos sílabas: nao,
acentual (→ 10.4.4). La Academia optó via, tia, rio, mio, pua, duo. Siguiendo esta
por la tilde (acento agudo) en todos los ca- doctrina, en la tercera edición del drae
sos, y reservó el circunflejo, pero sin valor (1791) aparecen sin tilde lio, rio, ria, pua,
fonológico, en las vocales que seguían a fortuito. En la cuarta edición (1803) no se
ch y x (→ 1.4.2.1). Mateo Alemán (1609) tildan vacuo, ruido, pero sí vacía. Toda-
usaba la tilde solo con funciones diacrí- vía en la novena edición de la Ortografía
ticas: «Es de considerar que [el acento o (1820) recomendaba no tildar rio, mio,
136 4.2.1. PUNTO DE PARTIDA DE LA ATILDACIÓN

duo ni las que acabasen en los diptongos las opiniones ajenas según las cuales este
-ia, -ie, -io, -ue, -uo, y, así, junto a rio aspecto podría simplificarse poniendo tilde
[río] escribía mutuo [mútuo]. Pero debía en las agudas que acaban en n o s, pero
escribirse minué, leí, fié, roí, frió, fraguó, no en las que terminan en cualquier otra
así como los compuestos de una de estas consonante. De acuerdo con esta corriente
voces: deslía, desvía, puesto que tienen más de opinión, en la grae de 1880 establece
de dos sílabas. En la undécima edición del las siguientes reglas de atildación: se tildan
drae (1869) aún escribe la Academia oido, las polisílabas agudas terminadas en vocal:
dia, mio, tio, lio, rio, pero pío, pía. En la café, y las que acaban en las consonantes
edición de la grae de 1874 acentúa Lúeas, n o s: alacrán, anís; no se tildan las agudas
miéntras, entonces, margen, virgen, voces terminadas en otra consonante: querub,
que terminan en consonante y tienen larga romper. Se tildan las llanas terminadas
la última sílaba, pero no tilda corazon, jar- en consonante: cárcel, dátil, Túnez, Fer-
din (v. Malaret, 1954-1955: 237), nández, pero no las que acaban en n, s
5. El desacuerdo de los gramáticos de o vocal: margen, virgen, Franklin, Lucas,
la época con las decisiones académicas en Cervantes, Carlos; casi, España. Si estas
orden a la atildación comienza ya, cuan- palabras llanas acaban en dos vocales, se
do menos, en 1845, en que Bello (1951: tildan si la primera es cerrada y sobre ella
128 ss.) había propuesto unas reglas li- carga la pronunciación, vayan o no segui-
geramente distintas de las que a la sazón das de n o s final: poesía, dúo, día, mío,
empleaba la Academia. En 1847, Vicente pío, túy, poesías, tenían. Las voces agudas
Salvá, en su Nuevo diccionario de la len- con encuentro de vocal abierta con cerrada
gua castellana, escribía en el prólogo: «No acentuada se tildan: país, ataúd, baúl. Si
acabo de comprender por qué principio se la voz lleva vocal cerrada con acento pro-
ha gobernado la Academia para acentuar sódico seguida de un diptongo y s final, se
constantemente la a de casi y la vocal últi- tilda la vocal cerrada: teníais, decíais, pero
ma de los gentilicios en es, como también no se tildaban, como hasta hoy, las voces
la de cipres, despues, interes, ademas, atras llanas que terminan en diptongo o en dos
y compas, al propio tiempo que pinta acen- vocales abiertas, vayan o no seguidas de n
to en entonces y lo omite en amen, y en los o s; patria, deseo, canoa, bacalao, sitian,
patronímicos que terminan por consonan- fatuos. Esta edición de la grae establece
te, ni cómo es que lo expresa en la penúlti- también una norma que aún está en uso: si
ma de alférez, apoteosis, cáliz, Carlos, Cé- hay en la sílaba de dicciones agudas, llanas
sar, crisis, grátis, lápiz, léjos [...] y lo omite o esdrújulas diptongo que se deba acen-
en Adonis, antes, elipsis, menos... Acentúa tuar, el signo ortográfico irá sobre la vocal
a laúd, paraíso, para denotar la disolución abierta o sobre la segunda si las dos son
del diptongo, mientras judaismo, raido y cerradas: buscapié, después, veréis, benjuí
trailla no llevan semejante distinción» (cit. (pero → 4.3.2.7.1, al final).
Malaret, 1954-1955: 236; v. Esteve Serra-
no, 1982: 421 ss.). 4.2.2. El sistema acentual actual. La
6. En la grae de 1874 la Academia última reforma del sistema acentual (tras la
empieza a configurar el sistema acentual de 1911, en que se suprimió la tilde de las
que con el paso del tiempo se impondría vocales a, e, o, u) fue realizada por Casares
en todo el mundo hispánico. Dice en ella en 1952, con leves retoques parciales que
que bastaría tildar las voces agudas y apenas afectaron a la esencia del sistema
esdrújulas solamente para establecer un que venía rigiendo la atildación desde ha-
sistema de atildación claro y sencillo, pero cía casi un siglo (→ 4.2.1-6). Se eliminaron
ello obligaría a tildar todos los infinitivos algunas tildes, se introdujeron otras y se
y muchos millares más de voces agudas dejó a la apreciación personal el poner
acabadas en consonante. Se hace eco de o no algunas (este, ese, aquel y solo). La
4.3.1. ATILDACIÓN DE VOCES MONOSÍLABAS 137

propia Academia, en las dos ediciones de la 2) Función prosódico-gramatical: mil


orae (1969 y 1974), viene introduciendo mí, como/cómo.
retoques, no siempre acertados ni coheren- 3) Función diacrítica: se/sé, de/dé.
tes, como se analizará más adelante. De 4) Función tonal: cual/¿cuál?, cuan-
mayor importancia y trascendencia son la to/¡cuánto!
mayor parte de las novedades introducidas 5) Función dierética: la que propiamen-
por la Academia en la OLE99, en el dpd 05 te corresponde a la diéresis.
y en la OLE10. Tales novedades, más que
esclarecer y simplificar el sistema acentual Ferreccio Podestá (1966: 7, n. 2) indica
del español, lo complican y oscurecen aún estas cuatro funciones de la tilde:
más en algunos casos. La nueva definición
de lo que se considera hiato «a los efectos — prosódica: camión;
ortográficos» no añade nada a las que ya — diacrítica: dé/de;
se venían utilizando, siempre teniendo en — diagráfica: 6 o 7;
cuenta que una cosa son los diptongos, — melódica: ¿quién viene?
hiatos y triptongos y otra muy diferente su
aplicación al sistema acentual. Decir, por Siendo, todas estas, funciones necesarias,
ejemplo, que dos vocales iguales forman la más importante resulta la primera en
siempre hiato es una obviedad, puesto que ambos casos, se la llame función acen-
ya lo formaban antes: dos vocales abiertas, tual (Casares) o prosódica (Ferreccio); en
porque por definición forman hiato, y este sentido, como indica el ejemplo de
dos vocales cerradas, porque solo se dan Casares, la tilde cambia la estructura del
en -ii- (apenas hay ejemplos para -uu-) significante y, por consiguiente, el signifi-
(→ 4.3.2.7.4). ¿A qué viene, entonces, la cado. La ventaja del español en relación
nueva formulación de la regla? Pero más con las demás lenguas de acento libre es,
importante es la «novedad» introducida precisamente, disponer de un mecanismo
al considerar que no tienen hiato, sino que indica la pronunciación exacta y, por
diptongo, ciertas palabras, especialmen- lo tanto, también el significado en aquellas
te tiempos verbales derivados de verbos palabras que se oponen significativamen-
que tienen alguna forma hiática en su te por razón acentual. Como dice Bello
paradigma, como lió, rió, guión, etcétera (1951: 125), «La práctica de señalar el
(→ 4.3.2.5; v. t. Ragucci, 1956: 210; Lo- acento [es decir, colocar la tilde] de las pa-
zano Ribas, s. a.: 127; Mejía, 1971: 277; labras es un complemento necesario de la
Mosterín, 1981: 163, reprod. en 1993: escritura, que no las traslada con fidelidad
326; Rosenblat, 1951: cxxxv; Casares, cuando deja por determinar un accidente
1952: 79; Bello, 1951: 125). que, en castellano sobre todo, es de gran-
de importancia. Por él se distinguen mu-
4.2.3. Funciones de la tilde. Como di- chas veces dicciones que de otro modo
ce Casares (1952: 79), «[la tilde] da a nues- se confundirían. [...] La acentuación escrita
tra escritura una ventaja que le envidian hace más fácil el aprendizaje de las lenguas
otras lenguas». Esta ventaja es la de indi- a los extranjeros y es uno de los medios de
car, mediante el conocimiento de las reglas conservarlas uniformes y puras».
de atildación y a través de su presencia o
ausencia, cuál de las sílabas de una palabra 4.3. Reglas fundamentales de atilda-
es portadora del acento de intensidad. El ción.
mismo Casares (l. cit., 78) cita cinco fun-
ciones de la tilde: 4.3.1. Atildación de voces monosíla-
bas. 1. En español no se tildan los monosí-
1) Función acentual: cántara, cantara, labos, sean sustantivos como pie, son, tos,
cantará. sol; adjetivos como san, sor; preposiciones
138 4.3.1. ATILDACIÓN DE VOCES MONOSÍLABAS

como a, con, sin, de; tiempos verbales co- Por lo demás, en otras situaciones la
mo dio, vio, fue, fui, son, es, vas; pronom- confusión entre la o y el 0 es más difícil to-
bres como te, ti, yo, me. Se exceptúan de davía; por ejemplo, en 16 o 17 no hay pe-
esta norma fundamental los monosílabos ligro de leer 16 017, pese a lo cual la Aca-
que reciben tilde diacrítica (→ 4.5.1). No demia, en la voz cabañuelas del DRAE01,
deben confundirse los tiempos de verbo escribe: «Cálculo que, observando las va-
monosilábicos dio, vio, fue, fui con los bi- riaciones atmosféricas en los 12, 18 ó 24
silábicos rió, lió, pió, pié, lié, guié, etcétera primeros días de enero o de agosto [...]».
(→ 4.3.2.5). Sin embargo, los monosílabos ¿Qué función tiene ahí la tilde en la o? Por
verbales dio, vio, fue, fui deben llevar tilde supuesto, la confusión con 1 218 024 (o
si, al acrecentarse con enclíticos, forman solo 18 024) es absolutamente imposible...
palabras de pronunciación esdrújula: dió- Sin embargo, la existencia de la norma ha
seme, fuéseles, fuímonos (→ 4.3.5-6), pero llevado a algunas personas a poner tilde en
no la llevan cuando, en el mismo caso, la o cuando esta se halla entre letras: a ó
forman palabras llanas: diome, viole, fue- b, A ó B; aquí la presencia de diacríticos
se, fuime. como la cursiva y la distinta figura de la
2. En ningún caso deben acentuarse las mayúscula (además del espacio) contri-
vocales a, e, o, u. La orae (1974: 27) dice buyen a evitar cualquier malentendido,
que «lo llevará escrito [el acento gráfico o por lo que no hay lugar al uso de la tilde.
tilde] la conjunción o cuando, por hallarse R. Restrepo (1952: 192) dice que en vez de
inmediata a cifras, pudiera confundirse con 3 o 4 debería escribirse tres o cuatro; por
el cero; así, 3 ó 4 nunca podrá tomarse por supuesto, no solo es mejor grafía, ya que
304». Esta tilde (mantenida en la OLE99,49, se trata de dígitos y, además, dubitativos,
y en el dpd 05, s . v . o , 3) es superflua (como sino que, de hecho, es la única realmente
viene a reconocer ahora la OLE10, 270), correcta (→ 8.1.1.1-4.1; 8.1.1.1-4.2), pe-
por cuanto existen elementos distintivos ro, en cualquier caso, las grafías 3 o 4, a o
suficientes para no confundir 3 o 4 con 304: b, A o B son correctas. La Academia, desde
la edición del Diccionario de autoridades
a) en 3 o 4 existen espacios, inexisten- (1726-1739), dice que el acento grave pue-
tes en 304; de tener uso sobre las cuatro vocales a, e,
b) la o minúscula es bien distinta, gráfi- o, u cuando cada una es como voz separa-
camente, del 0 (cero) como para que da de otras, lo que introdujo en la primera
puedan ser confundidos; edición de la Orthographia (1741). En
c) en la escritura mecanográfica tam- la tercera edición de esta obra (1763, ya
poco existe confusión, pues el cero escrita Ortografía) sustituye el grave por
se grafía con la O (o mayúscula), el agudo sobre las mismas vocales en idén-
distinta de la o minúscula; ticos casos. En 1880 la grae dice que la
d) la escritura correcta de 3 o 4 debe ser preposición a y las conjunciones e, o, u se
tres o cuatro, primero por tratarse de acentúan ortográficamente por costumbre
una cantidad dubitativa (→ 8.1.1.1- y no por ninguna razón prosódica. Por fin,
4.2), y segundo, por ser números dí- en 1911 suprime esa tilde, pero manda que
gitos (→ 8.1.1.1-4.1); se mantenga en la conjunción o cuando
e) en última instancia, también ayuda va entre cifras; solo le falta, pues, para
a clarificar el sentido de la expresión escribir todas las vocales sin tilde, suprimir
3 o 4 el hecho de tener en cuenta el la que, sin justificación, concede a la o
contexto, de tal manera que difícil- en esos casos. A esta tilde se han opuesto
mente se tomará por 304 una expre- gramáticos como Bello y, posteriormente,
sión como En el puerto de Barcelona Benot (1888: 9), quien era contrario a la
había 3 o 4 (tres o cuatro y no 304) atildación de vocales cuando hacen de
buques estadounidenses. preposiciones o de conjunciones. Lo razo-
4.3.2.2. ENCUENTRO DE VOCAL ABIERTA TÓNICA CON CERRADA ÁTONA 139

naba así: «Si el acento ha de pintarse sobre en los diptongos decrecientes acentuados
aquellas vocales prominentes en que carga -au, -eu, -ou, y cita como ejemplos Aribau,
con más fuerza la pronunciación, ¿no es Bayeu, Salou. El Esbozo (1973: 53) sienta
práctica desprovista de todo fundamento el principio de otra manera: «Toda palabra
i contraria a toda sistematización lógica el terminada en diptongo decreciente sin coda
rutinario abuso de pintar acentos sobre vo- final, como estay /es.tái/, carey, jersey, con-
cales jamás pronunciadas fuertemente?». voy, Palau, Masdeu, Masnou, cualquiera
La primera aplicación de esta norma gene- que sea su origen, es, por consiguiente, oxí-
ral se tiene en la edición de 1914 del drae , tona en español»; y en la página 135: «De-
donde ya aparece la o sin tilde (pero no en ben asimilarse a las formas hispánicas con
casos como 3 o 4, que solo a partir de la -y (no lo son las formas con -i) los nombres
OLE10 manda escribir sin tilde en la o). agudos, generalmente patronímicos de ori-
gen catalán, terminados en los diptongos
4.3.2. Atildación de voces polisílabas. [...] /áu/, /éu/, /óu/, voces que los catalanes
o los descendientes de ellos, dentro y fuera
4.3.2.1. Encuentro de dos voca - de Cataluña, emplean sin tilde: Monlau,
les abiertas . Aunque dos vocales abier- Abreu, Palou». La primera cita asimila las
tas pueden formar diptongo (→ 2.2.1.1; voces agudas terminadas en -au, -eu, -ou
2.2.2.1), para la práctica de la escritura 3. las acabadas en -y precedida de vocal,
se considera que siempre forman hiato. que tradicionalmente no se han tildado en
En efecto, la orae (1974: 23) dice: «La español aplicando la ficción de que en esos
Fonología estudia las condiciones en que casos la y se considera consonante a los
dos vocales intermedias [abiertas] pueden efectos de la atildación (→ 4.3.2.2-5); pero
formar hiatos o diptongos consolidados, hay una salvedad, que queda de manifiesto
vacilantes u ocasionales en la pronuncia- en la segunda cita: esa excepción se aplica
ción. Pero, como queda dicho, para las solamente a los nombres propios catala-
reglas del acento gráfico, nunca forman nes o de origen catalán, sean antropónimos
diptongo: Bilbao, poeta, decae» (v. t. Es- o topónimos. Y esta es la excepción que
bozo, 1973: 137). debería haber aplicado la Academia, no
la que se desprende de la cita de la orae
4.3.2.2. Encuentro de vocal abier - mencionada antes. Porque el español tiene
ta TÓNICA CON CERRADA ÁTONA. Este palabras que acaban en -au, algunas de
encuentro forma siempre diptongo decre- las cuales, por ser agudas, deben tildar-
ciente acentuado (→ c. 2.2 y 2.3) y, por se. Son las siguientes: monosílabas como
consiguiente, se tilda la vocal abierta en guau, jau, miau y tau, que, naturalmente,
palabras esdrújulas y agudas, pero no no se tildan (→4.3.1-1); polisílabas co-
en las llanas: mo ayáu, ayayáu, carau (también caraú
[ambas escritas así por la Academia]),
Cáucaso, caucho, marramáu; caucháu, llaulláu, marramáu; algunas de
éustilo, deudo, Retalhuléu; ellas, como se ve, deben necesariamente
hádaselo, baile, bonsái; llevar su tilde (como la llevan bonsái, pai-
péinalo, peine, agnusdéi; pai, samurái y agnusdéi [→4.3.2.2]) por
óigole, doile, Tolstói. tratarse de palabras agudas terminadas en
diptongo decreciente acentuado (donde
1. La Academia, en la segunda edición se ve que falla la excepción introducida
de la orae (1974: 25), introdujo una ex- por la Academia con carácter general). En
cepción importante a esta regla fundamen- cuanto a carau/caraú, Morínigo (1966, s.
tal, excepción que rompe el microsistema v.), Lenz y Fray Mocho (= José S. Álva-
normativo establecido. Según la orae , no rez), en Un viaje al país de los matreros
se tildan las palabras agudas terminadas (Buenos Aires, 1953: 24, 44, 111-113),
140 4.3.2.2. ENCUENTRO DE VOCAL ABIERTA TÓNICA CON CERRADA ÁTONA

escriben caráu, mientras el uteha (s. v.) y enunciado al comienzo de esta regla, no
algún otro autor escriben solamente caraú, deben tildarse Zarauz, Herraiz ni Daoiz
grafía mucho menos utilizada; si, como (v. Mejía, 1971: 277).
parece, la escritura originaria sería carao, 3. Otro problema importante, en re-
por diptongación daría caráu, de donde se lación con esta norma, lo constituyen
deduce que la escritura académica, carau los antropónimos y topónimos de origen
(que hay que leer carau], no es correcta, y vasco. El hecho de que en euskera no se
que la anterior alternancia solo puede ser use la tilde, y que las palabras reciban la
caráu/caraú. Puesto que la forma carau fue acentuación según el lugar que ocupen en
admitida en el drae 84, es probable que la construcción gramatical, hace que su
la Academia haya aplicado a esta pala- grafía sea problemática en español. Según
bra la excepción mencionada, lo que ven- Nicolás (1963: 502), los antropónimos y
dría a demostrar que esta es errónea, ya topónimos vascos terminados en -ain no
que, cumpliéndola, paralelamente habría siempre son agudos; menciona los siguien-
que escribir marramau, pero con pronun- tes: Garínoain, Beriáin, Barásoain, Zapi-
ciación aguda, lo cual conspira contra el ráin, Noáin, Beasáin, Urdiáin; es decir, que
principio fundamental (→ 4.3.2.2). Aplí- dos de los mencionados son esdrújulos; en
quese, pues, a los antropónimos y topóni- uno u otro caso, la omisión de la tilde lleva
mos de origen catalán, pero no a las voces a confusión, puesto que, sin ella, todos
comunes o a las de otros orígenes. cambian: Garinóain, Bériain (no podría
2. Otra excepción injustificada se des- leerse Beriáin por falta de la tilde, pero
prende del siguiente texto del Esbozo por la misma razón tampoco podría leerse
(1973: 140): «Algunas voces presentan Beriáin, con lo cual -iai- se convierte en
dificultades en su delimitación silábica. triptongo y hay que leer Bériain, como mil-
Esto ocurre con caos (lat. cha.os, del grie- diu se lee mildiu y no mildiu), Barasóain,
go khá-os), pero la articulación /ca.os/ no Zaptrain, Nóain, Beásain, Urdiain. Fer-
afectaría a la acentuación ortográfica. Lo nández Ramírez (1966: 212) dice: «La or-
mismo ocurre con vaho. La cuestión es más tografía no distingue entre des-gra-cia-do,
problemática cuando se trata de nombres con diptongo -ia- /iá/, y des-via-do, con
propios de persona. Dí-ez, Sá-iz, Sá-inz se hiato -i-a-/i-á/. Por la misma razón, no
acomodan, con estas grafías, a las reglas señala el hiato en palabras como A-si-a-in,
generales de las palabras llanas. Pero junto In-du-ra-in», y añade en nota a pie de
al bisílabo Diez existe el monosílabo Diez, página: «La agrupación silábica es vacilan-
que es el mismo apellido que Dí-ez, pero te en estos casos». Es probable que, en
con la dislocación del acento prosódico, y efecto, en este tipo de palabras, no pro-
lo mismo es seguramente posible con Saiz, pias del español, la realización fonética
Sainz y otros nombres propios de estruc- sea vacilante, pero sí está claro que no es
tura análoga». Por supuesto, Saiz y Sainz hiato, caso en el cual habría que escribir,
(así, sin tilde) no son paralelos de Diez: sin vacilación, Asiaín, Induraín; por consi-
mientras en esta hay claro hiato, en aque- guiente, si tales palabras son de pronuncia-
llas existe claro diptongo (→ 4.3.2.2) y, ción aguda, la escritura correcta es Asiáin,
por consiguiente, no se trata de bisílabos, Induráin, voces terminadas en diptongo
sino de monosílabos, y los monosílabos decreciente acentuado + n (→ 4.4.1.1c).
no se tildan (→ 4.3.1-1). Para que hubiera Sin embargo, resulta chocante que, recono-
hiato (y, por lo tanto, dos sílabas y tilde) ciendo también vacilación silábica en pa-
habría que tildar la i, nunca la a (es el mis- labras como Sáiz, Sáinz, Arnáiz, Herráiz,
mo caso de tedeum; →4.8.1-3). Sin em- Fernández Ramírez las escriba resuelta-
bargo, la Academia escribe Sainz y Arnáiz mente con tilde, pese a ser monosílabas las
(v. drae 70, xiv, xx, aunque el DRAE84: dos primeras y voces agudas acabadas en
ix, no tilda Sainz]. Por el mismo principio -z las restantes (→ 4.3.2.2-2; 7.1.2.6.4).
4.3.2.2. ENCUENTRO DE VOCAL ABIERTA TÓNICA CON CERRADA ÁTONA 141

El problema de los nombres vascos es más ficar lo que digo (es conocida la interpre-
importante que el de los catalanes, de los tación de Julio Caro Baroja sobre el origen
que, como se vio, se aceptan sin tilde latino, romano, de esa terminación: ager o
los agudos terminados en -au, -eu, -ou, fundus Veraniacus o Paternanus, etc.), ba-
como excepción a este principio general sando el uso constante, común y paternal
que nos ocupa (→ 4.3.2.2-1). En eus- tanto en Navarra como en el Vasco, de la
kera, en efecto, «el [acento] prosódico pronunciación que acentúa la a». El Esbo-
se reparte por igual entre todas las sí- zo (1973: 189) escribe Asiain, pero, puesto
labas de cada palabra» (Nicolás, 1963: que Fernández Ramírez ha colaborado en
502), y de ahí que puedan subsistir dos su redacción, es de suponer que se sigue su
o más pronunciaciones distintas para una criterio mencionado antes, para mí no jus-
misma grafía. Los nombres Aramburu, tificado suficientemente, puesto que tanto
Abarzuza, Azpiroz, Ahnandoz, Barazar, desgraciado como desviado, con diptongo
Echevarría, Gazalaz, Larraun, Ispaster, o hiato, se escribirán siempre sin tilde por
Elgoibar, Fruniz, Zarauz, Eibar, Aibar, tratarse de voces llanas, mientras que, co-
Ubidea, Amescoa, Amezcoa, Amezcua, mo se ha visto, las de origen vasco termi-
Imaz tienen las siguientes pronunciacio- nadas en -ain o -aun pueden ser esdrújulas
nes, según indica Nicolás (1963: 502), o agudas, y en uno y otro caso deberían
«vasco desde mis abuelos»: Arámburu en escribirse con tilde, puesto que a la postre
Vizcaya, Aramburu en Pamplona (pese se trata, generalmente, de trascripciones
a que la orae 74, 24, incluye Aramburu de las grafías vascas, como sucede, por
como ejemplo de voces llanas terminadas ejemplo, al escribir Guerrendiáin, palabra
en vocal), Abáigar, Abarzuza, Azpiroz, que un vasco escribiría Gerrendiain. Por
Almándoz, Barázar, Echevarría, Gazálaz, otro lado, no es paralelo de los nombres
Larráun, Ispaster, Elgóibar, Frúniz, Zarauz propios catalanes, pues en estos casos, por
(palabra aguda), Ubidea, Améscoa, Améz- tener el catalán un sistema acentual, no se
coa, Amezcua (palabra llana), ímaz. Según trata de trascripciones, sino de respeto a la
este autor, lo correcto es escribir Belauste grafía original (y siempre como excepción;
(abreviamiento de Belausteguigoitia) y no →4.3.2.2-1).
Belaúste, y Belaunde, no Belaúnde (sin em- 4. Problema semejante a los anteriores
bargo, desu y nel escriben Belaúnde Te- presentan ciertas grafías de antropónimos
rry, apellidos de un político peruano). Los y topónimos agudos adaptados o trascritos
que aquí interesan son los que terminan en de lenguas que no usan el alfabeto latino;
-ain o -aun; el autor citado menciona, en por ejemplo, chino, árabe, ruso, griego,
cuanto a los que acaban en -ain, algunos etcétera: Altai, Andrei, Nicolai, Papan-
que son esdrújulos, con lo que no puede dreu, Shanghai, Tolstoi, Yenisei, Karzai,
enunciarse fácilmente una regla general etcétera. Estos nombres, cualquiera que
para los que no saben vasco. Según otra sea la pronunciación original, han entrado
opinión (Rafael Janín Orrade en «Cartas al en el español como agudos, por lo que no
director» de El País, 26/03/83, 9-10), «[...] debería omitirse en ellos la tilde, al no tra-
dichos nombres [vascos] se pronuncian tarse de grafías originales, de manera que
cargando el acento prosódico en la a, con la escritura correcta de aquellos antropóni-
lo que la transcripción correcta en castella- mos y topónimos es, respectivamente, Al-
no debería llevar el acento ortográfico en la tai, Andréi, Nicolai, Papandréu, Shanghai,
misma letra a, resultando Andoáin, o Gue- Tolstói, Yeniséi, Karzái. Rosenblat (1974:
rrendiáin, o Ansoáin, o Belascoáin, etc. [en 44) escribe Tolstói como ejemplo de antro-
lugar de las mismas grafías terminadas en pónimos que deben tildarse y nel escribe
-ain, que el corresponsal critica al periódi- Yeniséi y Tolstói.
co]», y añade: «No creo necesario recurrir 5. Otra excepción a la regla general
a la etimología de esas palabras para justi- citada en el párrafo 4.3.2.2, esta ya muy
142 4.3.2.2. ENCUENTRO DE VOCAL ABIERTA TÓNICA CON CERRADA ÁTONA

antigua, es la que la Academia enuncia así: Espelúy y Túy, pese a que anteriormen-
«La y final, aunque suena como semivocal, te declarase que la y final se considera
se considera como consonante para los consonante a los efectos de la atildación
efectos de la acentuación» (orae 74, 24; (→ 43.2.2-5). Por su parte, la orae solo
contienen el mismo precepto, diciendo se refiere expresamente a la palabra Tuy,
vocal donde la orae dice semivocal, la no a Espeluy (que, por lo visto, no debe
grae 59, 479, y el drae 70, 1423). La re- tildarse). Sin embargo, si Tuy es bisílaba,
gla fue enunciada por la Academia antes Espeluy es cuadrisílaba (Es-pe-lu-y), y con
de 1815, y en la Ortografía de 1820 dice tanta o más razón debería tildarse. Por
que irán sin tilde las voces acabadas en otro lado, si bien antiguamente se usaba
-y, las cuales forman diptongo por tener la h intercalada para indicar hiato, como
siempre larga la última sílaba: convoy; y en Tuhy y trabe (→ 1.3.8.1), en la actua-
en la grae de 1874 escribe virrey, sin tilde. lidad los lingüistas no parecen ponerse
Pero la regla está mal enunciada: debería de acuerdo al respecto de Tuy, ya que los
decir que lo que se considera consonante a redactores del Esbozo vacilan en cuanto a
los efectos de la escritura es la -y final de la consideración de diptongo o hiato en ese
palabra cuando va precedida de vocal, por- topónimo. Así, en la página 55 dice esta
que, por ejemplo, esta letra no suena como fuente: «A la acentuación /úi/ en final de
semivocal en Salaverry, ni, por supuesto, palabra tienden en la pronunciación espa-
en las voces de origen catalán termina- ñola algunas voces que en la lengua de que
das en -ny: Company, Alemany, Camp- proceden poseen este diptongo [cursiva
many, etcétera (v. R, Restrepo, 1952: 190), mía]. Así el topónimo gallego Tuy [...]».
ni tampoco en my y ny, en que son vocales En la página 121 dice: «En el diptongo
(actualmente, desde el DRAE01, escritas mi /uí/ final de palabra sin coda, solamente
y ni). En cualquier caso, dando por bueno la palabra muy trascribe la /í/ con la letra
el espíritu de la norma, esta excepción es y [pero → 4.3.2.7.1], frente a fui /í/, mor-
importantísima para entender la atildación dihuí. El diptongo [cursiva mía] /-úi/, en
de ciertas voces; por ejemplo, en virtud de cambio, aparece casi siempre escrito -uy en
ella no se tildan palabras agudas termi- varios nombres toponímicos de regiones
nadas en diptongo decreciente acentuado que rodean Castilla: Ardanuy [...], Espeluy
como guirigay, jersey, bocoy, coletuy o [...], Bernuy [...]. Lo mismo la interjección
palabras agudas terminadas en triptongo ¡huy! /úi/ [...]». Finalmente, en la página
como tentabuey, Valderaduey, Araduey; 139 dice que en palabras de esta construc-
por el contrario, se tildan las voces llanas ción «el acento prosódico [...] vacila entre
como yérsey, yóquey (→ 4.4.1.2-2c). hiato /ú.i/, [...] y diptongo /úi/ [...]. No
5.1. De esta excepción a la regla funda- suele escribirse hoy la tilde sobre la u, que
mental enunciada en el párrafo anterior se se empleaba acaso para señalar el hiato,
deduce que las palabras agudas terminadas quizá para señalar la condición de palabra
en -ay, -ey, -oy, -uy no se tildan, como aguda terminada en vocal». Habría que
caranday, caney, rentoy, coletuy. Tenien- preguntarse desde cuándo no se pone esa
do esto en cuenta, resulta incomprensible tilde en estos casos, puesto que la norma
que la Academia, en la orae (1974: 25), académica de considerar consonante la
añada (no existía en la edición de 1969) -y final de palabra viene cuando menos
que «Túy, bisílabo y llano, lleva tilde sobre de 1815, cuando la Academia decidió no
la u». Por su parte, la grae (1959: 480) sustituirla por -i (→ 1.3.26.1). Además,
dice: «Las voces llanas terminadas en dos como puede verse en el cuadro 2.3, esos
vocales se acentuarán si la primera de es- hiatos acentuados normales no existen en
tas vocales es débil [cerrada] y sobre ella español, y sería pura excepción, difícil de
carga la pronunciación, vayan o no segui- entender, que lo hubiera en la combinación
das de s o n final», y entre los ejemplos cita /úi/. En cualquier caso, aun considerando
4.3.2.3. ENCUENTRO DE VOCAL ABIERTA ÁTONA CON CERRADA TÓNICA 143

que pudiese tratarse de un bisílabo, Tuy no también pueden grafiarse Elordui, Sardui,
debe tildarse por terminar en -y, consonan- Atadui, «en que no se atildarían, por resul-
te a los efectos de la atildación. Por otro tar graves o llanas —como antes—, pero
lado, el drae registra sin tilde la voz tui: terminadas en vocal». El problema estriba
¿es monosílaba en este caso? Y de acentuar en que, si efectivamente las formas acaba-
Tuy, ¿no habría que hacerlo también con das en -y son llanas, entonces en español
huy, muy, cuy y, por supuesto, con cocuy, deben llevar su correspondiente tilde, co-
cucuy, espumuy, mangachapuy, coletuy, mo la llevan yérsey, yóquey. El hecho de
palabras registradas por la Academia? Ya que se trate de antropónimos vascos no
García de Diego (1914: 90, n. 3) decía: debería ser inconveniente para esta tilde,
«La Academia, en vez de advertir que Tuy por lo que se dice en 4.3.2.2-3.
y Espeluy se pronuncian con u predomi-
nante frente a fui, benjuí, enseña que deben 4.3.2.3. Encuentro de vocal abier -
acentuarse, habiendo advertido antes que y ta ÁTONA CON CERRADA TÓNICA. Este
se considera como consonante, y que por encuentro forma siempre hiato acentuado
eso dejan de acentuarse las palabras que la inverso (→ c. 2.2 y 2.3), y la tilde se colo-
llevan, como verdegai [errata: verdegay], ca sobre la cerrada cualquiera que sea su
Godoy». Me atrevería a afirmar que ni situación en la palabra:
siquiera es necesario que la Academia ad-
vierta que la u es predominante, como pide aúpate, Ataúlfo, baúl, Cafarnaúm, urutaú;
García de Diego, puesto que si se considera teúrgico, teúrgo, feúcho;
la y consonante, y no llevando la palabra noúmeno, mohúr,
ninguna tilde, la voz es necesariamente caíamos, arcaísmo, raíl, rai;
aguda y el acento de intensidad recae sobre deífico, reímos, reí;
la u. Casares (1952: 92) decía que Espeluy, corroíselo, heroína, oído, corroí.
como cucuy, debían escribirse sin tilde,
«puesto que, admitida la ficción de que Casares (1952: 83) propuso a la Aca-
la y final en estas voces es indicación su- demia, y esta lo incorporó al drae 56,
ficiente de que han de pronunciarse como la supresión de la tilde en los infinitivos
agudas, el acento ha de recaer necesaria- terminados en -air -eir, -oir, porque, según
mente en la u del diptongo [diptongo, no él: «¿Cabe pronunciar sonreír de algún
hiato], y es superflua por tanto la tilde de modo que no sea cargando el acento en la
Espelúy, como lo sería en verdegay, carey i?». Aunque él decía que la respuesta ha de
o convoy». Parece oportuno indicar que ser negativa y, por consiguiente, proponía
en esto no ha seguido la Academia, como la no atildación de los infinitivos, no solo
lo ha hecho claramente en otros lugares de no es exacta la respuesta de Casares, por
la orae 74, el criterio de Rosenblat (1974: cuanto hay hiato y no diptongo, sino que,
45 s.), quien dice: «Suprime [la Academia] si hubiera prosperado su propuesta, hoy
el acento ortográfico de Tuy, Espeluy, etc., muchas personas pronunciarían óir, réir,
que era injustificable». Además, si se tilda embàir, de la misma manera que algunas
Tuy, no hay razones para no hacerlo con pronuncian bàul, pàis, màiz, pese a escri-
otros topónimos latinoamericanos como birse con tilde: baúl, país, maíz. A esta
Ocumae de Tuy y Yaracuy (Venezuela), tilde (la de las vocales cerradas) Rosenblat
Chuy (Uruguay), Jujuy (Argentina) y al- la llama «hiática» o, mejor quizá, «antidip-
gún otro de terminación semejante. Como tongal», y, por supuesto, la norma general
problema añadido, Nicolás (1963: 502) debe aplicarse a estos casos, con objeto
dice que los apellidos vascos Elorduy, Sar- de evitar excepciones no justificadas. Con
duy, Ataduy se leen llanos: Elòrduy, Sarduy, buen criterio, la Academia no tuvo en
Atáduy, pero que, sin embargo, Ardanuy es cuenta la opinión de Casares al declarar
agudo. Según este autor, aquellos apellidos de aplicación preceptiva las normas de
144 4.3.2.4. ENCUENTRO DE VOCAL CERRADA TÓNICA CON ABIERTA ÁTONA

1959. A ella se habían opuesto, entre de vocal fuerte [abierta] tónica con débil
otros, Junco (1953), Rosenblat (1953), [cerrada] átona, o de débil átona con fuer-
Mallo (1953), R. Restrepo (1954), F. Res- te tónica, forma siempre diptongo [...]»),
trepo (1955) y Ragucci (1955). tiene un hueco por el que se cuelan pala-
bras que, debiendo llevar tilde obligatoria
4.3.2.4. Encuentro de vocal cerra - (como se ha visto, puesto que también
da tónica con abierta átona . Este en- forman hiatos), podrían prescindir de ella,
cuentro forma siempre hiato acentuado incorrectamente, si se aplicase al pie de la
inverso (→ c. 2.2 y 2.3) y la tilde se coloca letra. En efecto, Ferreccio Podestá (1966:
sobre la cerrada, cualquiera que sea su po- 7) fue tal vez el primero en caer en la cuen-
sición en la palabra: ta de que si se aplicaba a voces como cié,
ció, crié, crió, fié, fió, frió, guié, guió, lié,
acentúalo, falúa; lió, pié, pió, pué, puó, rió, rué, ruó, trié,
efectúelo, actúe; trió, guión, pión, Sión, tales voces eran
efectúo, dúo; diptongos y no hiatos, y por lo tanto no
elegiaco, dríade, día;
ríete, fíenos, fíe;
deberían llevar tilde. Es evidente que se
rióme, lío. trata de bisílabos, no de diptongos, pero,
como dice Ferreccio Podestá: «Está claro
4.3.2.5. Encuentro de vocal cerra - que, si se preceptúa que la concurrencia de
da átona con abierta TÓNICA. Este en- vocal débil átona con fuerte tónica forma
cuentro da las siguientes realizaciones: siempre diptongo, cada uno de los miem-
bros de la serie cié ... Sión pasa a ser un
a) diptongo creciente acentuado (→ c. monosílabo con diptongo y no debe llevar
2.2), y la tilde se coloca en la vocal tilde prosódica (cie ... Sion), del propio
abierta en palabras esdrújulas y agu- modo como no la llevan los cuatro mo-
das, pero no en las llanas si terminan nosílabos con diptongo fue, fui, dio, vio,
en vocal, n o s: y, en general, todos los monosílabos». Se
puede sospechar que al redactar las nue-
cuántica, aduana, tamanduá; vas normas no se tuvo a la vista el cuadro
huélfago, huésped, evacué; completo de diptongos y hiatos, pues, co-
cuota, santiguó; mo puede verse en el cuadro 2.3 (p. 111),
diábolo, criado, sariá; el encuentro de vocal cerrada átona con
piérdete, cliente, tentempié; abierta tónica forma también hiatos acen-
dióseme, ansioso, cambió; tuados normales, algunos de los cuales,
como se indica antes, deben tildarse. La
b) hiato acentuado normal (→ c. 2.3) y Academia, sin duda admitiendo la razón
se tildan las esdrújulas y las agudas que asiste al autor citado, ha introducido
si acaban en vocal, nos, pero no las en la orae (1974: 26) un nuevo párrafo,
llanas acabadas en vocal, n o s: que dice: «Cuando una vocal intermedia
[abierta] tónica va detrás de vocal extrema
Bástelo, viaje, liar; [cerrada] átona sin formar con ella dip-
Hételo, rieron, lié; tongo fonético, la tónica llevará el acento
fiómelo, biombo, fió; gráfico en las condiciones señaladas por las
truhán, actuar, anual; reglas 1.a a y d del § 34; así en deslié, si-
luético, actuemos, actué, pué; tuó, etc., y en bisílabos como los pretéritos
fastuoso, actuó, ruó. cié, ció, crié, crió, fié, fió, frió, guié, guió,
lié, lió, pié, pió, pué, rué, ruó, trié, trió,
1. Este principio, tal como está enun- los sustantivos guión, Sión, truhán, y el
ciado en la regla 12.a, apartado a, de las adjetivo pión, etc.». Pues bien: en la OLE99
nuevas normas de 1959 («El encuentro (p. 46) la Academia crea una nueva norma
4.3.2.5. ENCUENTRO DE VOCAL CERRADA ÁTONA CON ABIERTA TÓNICA 145

que dice así: «A efectos ortográficos, son Cuestión distinta es si la Academia, con
monosílabos las palabras en las que, por estas normas, se cree en la obligación de
aplicación de las reglas expuestas en los contentar a alguien... Dice Lázaro Carreter
párrafos anteriores, se considera que no en El País (07/05/1999, 40): «Queríamos
existe hiato —aunque la pronunciación que América reconociera esta Ortografía
así parezca indicarlo—, sino diptongo o como propia, y no podíamos obligarles
triptongo. Ejemplos: fie (pretérito perfecto a poner esos acentos». La Academia ha
simple del verbo fiar), hui (pretérito per- olvidado que lo que nos mantiene unidos
fecto simple del verbo huir), riais (presen- a los pueblos hispanohablantes, a pesar de
te de subjuntivo del verbo reír), guion, las diferencias fonéticas, es la ortografía.
Sion, etc. En este caso es admisible el Y creemos que no es admisible forzar las
acento gráfico, impuesto por las reglas cosas con una redacción cuidadosísima y
de ortografía anteriores a estas, si quien medida hasta rozar el límite de lo intelec-
escribe percibe nítidamente el hiato y, tualmente aceptable y decir que, aunque a
en consecuencia, considera bisílabas pala- uno se lo parezca, realmente en guión, lió,
bras como las mencionadas: fié, huí, riáis, rió, huí, riáis, etcétera, no hay hiato sino
guión, Sión, etc.». Esta norma no parece diptongo. (Navarro Tomás echa claramen-
aceptable. En todas las palabras menciona- te por tierra esa excusa.)
das anteriormente hay hiato y no diptongo, 2. Según la Academia (OLE10,235-236),
independientemente de que algunas perso- son monosilábicos, a efectos de atildación,
nas, especialmente en Latinoamérica, las los siguientes tiempos verbales: cié, ció (de
pronuncien peculiarmente con diptongo. ciar), criáis, crié, criéis, crió (de criar), fiáis,
Según hemos visto (→ 2.2.2.3-2), Navarro fié, fiéis, fió (de fiar), fiuí, fluís (de fluir), frió
Tomás indica que la analogía favorece el (de freír), fruí, fruís (de fruir), guiáis, guié,
hiato en estos casos. Por consiguiente, las guiéis, guió (de guiar), huí, huís (de huir),
palabras mencionadas, derivadas de ver- liáis, lié, liéis, lió (de liar), pié, piáis, piéis,
bos con hiato, tienen hiato, y ni siquiera pió (de piar), pué (de puar), rió (de reír),
«a efectos ortográficos» cabe decir que rué, ruó (de ruar), trié, trió (de triar), los
no lo tienen. Ello, independientemente de sustantivos guión, ión, muón, pión, prión,
que en algunos lugares de Latinoamérica, ruán, truhán, Ruán, Sión y el adjetivo pión.
en especial de México y Centroamérica, Si realmente fueran monosilábicos, ninguno
se pronuncie con diptongo. En el amplio de esos términos debería llevar tilde, pese a
mundo hispanohablante, la pronunciación que deben leerse como agudos: lie [lié], hui
de estas palabras con hiato es mayoritaria. [uí]. Pero ¿son realmente monosilábicos?
En el dpd 05 (s. v. guion1 o guión), dice La Academia, en la OLE10 (p. 198), reco-
la Academia: «Debido a esta alternancia noce que en las palabras confié y actuó,
[el hecho de que la pronunciación de esas «al menos en España y en algunas zonas
palabras con diptongo sea normal “en am- de América», existe hiato en las termina-
plias zonas de Latinoamérica” —México y ciones fié y tuó. Reconoce el académico
Centroamérica—], y para evitar la disper- Salvador Gutiérrez Ordóñez, coordinador
sión gráfica, en la última edición de la Or- de la OLE10 (El País, 06/02/11), que «Lo
tografía académica (1999) se establece que normal en la dicción pausada de gran parte
toda combinación de vocal cerrada átona de los países hispánicos es que muchas de
con abierta tónica se considere diptongo estas palabras se articulen como hiatos. Sin
a efectos de acentuación gráfica». ¿Para embargo, en México y en una gran zona de
evitar la dispersión gráfica, dice, crea la América Central predomina su articulación
doble acentuación de estas palabras? Pero como diptongo [predomina, si es cierto lo
¿no es precisamente esto dispersar la gra- que afirma el académico, pero no es forma
fía de estas voces, en lugar de unificarla? claramente hegemónica]». Pese al recono-
¿Qué entiende la Academia por dispersar? cimiento explícito de que «muchas de estas
146 4.3.2.7. ENCUENTRO DE VOCAL CERRADA ÁTONA CON ABIERTA TÓNICA

palabras» se articulan como hiatos, decreta efectos ortográficos, son mononosílabos


la Academia la acentuación de estas pala- las palabras en las que se considera [o sea,
bras como diptongos y no como hiatos, considera ella, la Academia] que no existe
siendo así que en la mayor parte de Hispa- hiato —aunque la pronunciación así parez-
noamérica y España se pronuncian como ca indicarlo—, sino diptongo o triptongo
hiatos. Dice la Academia (OLE10, pp. 235 (Academia 1999, § 4.2)”. Se refiere a ca-
y 236) que estas palabras «se escribirán sos como fié (de fiar), huí (de huir), riáis
obligatoriamente [cursiva mía] sin tilde, sin (de reír), guión, Sión. Y en consecuencia
que resulten admisibles, como establecía la afirma que debe suprimirse la tilde: fie,
Ortografía de 1999, las grafías con tilde». hui, guion, etc. Pero la pronunciación no
Es decir, que lo lógico y coherente es que “parece indicar” que existe hiato: realiza
todas esas palabras se escriban con tilde, hiato. Suprimir arbitrariamente la tilde que
puesto que se usa más la forma hiática que por tradición llevan estas palabras induce a
la diptongal a lo largo y ancho del mundo una errónea lectura como monosílabos que
hispánico, pero la Academia, incomprensi- deforma su real estructura bisilábica. [...] Si
blemente, decide lo contrario. Añade Gu- en alguna zona fuera de España este tipo de
tiérrez Ordóñez: «Se oyen voces de que, palabras se pronuncia como monosílabo a
con esta norma, la rae está proponiendo pesar de la tilde, será un fenómeno natural
que tales palabras se pronuncien como de la forma local allí usada, análogo al que,
diptongos y no como hiatos. Tampoco es en cualquier parte, se produce en la palabra
cierto: al igual que la escritura sin tilde de ahí en sintagmas como ahí viene, /áhi bié-
superfluo no nos impide articularla como ne/; fenómeno que, como otros muchos de
esdrújula (su.per.flu.o) [?] o como llana la lengua oral, no tiene que alterar la for-
(su.per.fluo), las representaciones gráficas ma escrita [todos los cambios de grafía son
guion, Sion, truhan, lie, fie, liais, fiais, lieis, del autor citado]». De hecho, Manuel Seco,
fieis.., (no marcadas por la tilde) pueden re- en la obra citada, sigue escribiendo guión,
presentar tanto la pronunciación monosilá- Ruán, Sión y todas las demás afectadas por
bica como la bisilábica. [¿Realmente donde el mismo fenómeno. No parece que sea un
se escribe lie, truhan o hui se puede leer lié, acierto por parte de la Academia conside-
truhán o huí?] Por el contrario, la escritu- rar faltas de ortografía las grafías hiáticas
ra con tilde de guión, Sión, truhán, lié, fié, que se consideran incluidas en esta norma.
liáis, fiáis, liéis, fiéis... sí es excluyente: nos Por consiguiente, una vez explicada la po-
está diciendo que son palabras bisílabas. sición de la Academia a este respecto para
¿Cómo aceptarían esta escritura en México la pertinente información del lector, debo
y Centroamérica?». La respuesta es fácil: añadir, por coherencia personal, que, como
de la misma manera que cuando nosotros hasta aquí, escribiré con tilde los tiempos
nos vemos obligados a aceptar lo contra- verbales cié, ció, criáis, crié, criéis, crió,
rio, tal como impone ahora la Academia. fiáis, fié, fiéis, fió, fluí, fluís, freí, frió, fruí,
Y dado que se trata de palabras bisílabas fruís, guiáis, guié, guiéis, guió, huí, huís,
en la mayor parte del mundo hispanoha- liáis, lié, liéis, lió, pié, piáis, piéis, pió, pión,
blante, creo que con mayor razón, pues pué, rió, rué, ruó, trié, trió, el adjetivo pión
lo contrario presupone convertir palabras y los sustantivos guión, ión, muón, pión,
bisílabas en monosílabas, milagro que solo prión, ruán, truhán, Ruán, Sión, porque
es posible si se declara que ciertas palabras entiendo que la Academia no tiene justifi-
son diptongos aunque previamente se re- cación para introducir e imponer de forma
conozcan como hiatos (→ OLE10, 231). inapelable («[esas palabras] se escribirán
A mayor abundamiento, el también aca- obligatoriamente [cursiva mía] sin tilde»)
démico Manuel Seco escribe (2011: 687): semejantes cambios en la pronunciación y
«La Academia está errada, y siembra con la escritura de nuestra lengua.
ello la confusión, cuando afirma que, “a 3. A todo ello se añade el problema re-
4.3.2.7.1. DIPTONGO /Ul/ 147

presentado por la lectura de estas voces. con diptongo, cuanto congrua, ingenuo,
Por ejemplo, según la Academia, las que superfluo, donde la pronunciación vacila
terminan en ui se pronuncian agudas: hui entre el diptongo y el hiato». Dicho de otra
[uí], mientras que si terminan en uy se manera: que los cuasihiatos se consideran
pronuncian llanas: huy [úi]. Esta cuestión diptongos a efectos ortográficos. Por su-
es una de las más difíciles de aceptar por puesto, palabras como congrua, ingenuo,
lo que respecta a la OLE10. Uno siente superfluo y otras semejantes no tienen
una profunda incomodidad cada vez que, hiato (en el cuadro 2.3 puede verse que
para cumplir con lo legislado, tiene que los hiatos /u.a/ y /u.o/, en los que ninguna
aceptar que donde se escribe hui [úi] debe de sus vocales sea tónica, no existen en
leerse huí [uí]. Y así en los demás casos. español).
Generalmente se reconoce que todas estas
palabras son bisílabas y lo lógico es que se 43.2.7. Encuentro de dos vocales
escriban con tilde (→ 2.2.2.3-2). Por su- cerradas . Las combinaciones /ui/, /iu/,
puesto, no me parece que voces como dio, /ii/, /uu/ pueden dar lugar, fonológicamen-
vio, fue, fui sean comparables con huí, pues te, a diptongos y hiatos, pero ortográfica-
mientras las primeras son claros diptongos, mente
esta es claro hiato. Por lo demás, el lengua-
je empleado por la Academia («se escribi- a) /ui/, /iu/ se consideran siempre dip-
rán obligatoriamente») no es admisible. tongos y solo se tildan en palabras
esdrújulas, como casuística, por-
4.3.2.6. Encuentro de vocales áto - ciúncula, o agudas, como benjuí,
nas . El encuentro de vocales átonas, sean teníu, pero no en voces llanas, co-
cerradas y abiertas o viceversa, puede for- mo disminuido, jesuita, concluiste,
mar, respectivamente, diptongos crecientes construid, construimos, destruisteis,
inacentuados, como historia, lidie, ofidio, circuito, incluiremos, huidizo, cuida,
legua, tenue, continuo, o bien diptongos descuida, cuita, triunfo, diurno, viu-
decrecientes inacentuados, como raigam- da, mientras que
bre, amaseis, boicoteo, tautear, eufonía, b) /ii/, /uu/ se consideran siempre hiatos
Bousoño (→ c. 2.2). Pero también pue- y solo se tildan en palabras esdrúju-
de formar hiatos indiferentes, como ria- las, como friísimo, y agudas, como
chuelo, rielar, priorato, crueldad, diuresis, chií o samuhú, pero no en palabras
nihilista, o bien como rehilar, aunar, reunir, llanas: chiita, Rociito, tiito, diita,
tiourea, incluiremos (→ c. 2.3). Puesto que, duunvir (pero → 4.3.2.7.1, al final;
cualquiera que sea la sucesión, ninguna de 4.3.2.7.2-1; 4.3.2.7.4; 2.2.1.2).
las vocales es tónica, no presentan proble-
mas de atildación (salvo por adición erró- 43.2.7.1. Diptongo /ui/. La organiza-
nea de la tilde, como en amáseis, diúresis, ción más frecuente, como dice el Esbozo
por ejemplo). Sin embargo, la orae (1974: (1973: 55), es /uí/ (diptongo creciente
26) introduce una norma que no figura- acentuado), como en circuito, fui, fuiste,
ba en la edición anterior de dicho folleto genuino, fortuito, ruido, juicio, benjuí,
(1969), la cual dice así: «Las terminaciones Luis, Ruiz. Se dan, sin embargo, excep-
uo, ua, ue, cuando ninguna de sus vocales ciones; dice el Esbozo (l. cit.): «Solo o
es tónica, se consideran siempre diptongo especialmente el habla popular de algunas
a efectos ortográficos, cualquiera que sea regiones de España y de América utiliza
su pronunciación real. Se entiende, pues, /úi/ en palabras cuya /u/ ha sido silábica
que son llanas y no deben llevar tilde en en su origen: cuida /kúi.da/, cuita /kúi.ta/,
la vocal tónica tanto palabras como agua, muy /múi/» (pero → 4.3.2.2-5.1). Navarro
ambiguo, antiguo, exiguo, fragua, exan- Tomás (1980: 65, n.) dice que en algunas
güe, bilingüe, que siempre se pronuncian partes del norte de España se pronuncia
148 4.3.2.7.1. DIPTONGO /Ul/

cuida, descuido, cuita, muy, con preponde- raro que en circuito y fortuito; en gratuito
rancia de la u, pero que en el resto del país ocurre con relativa frecuencia». De to-
lo corriente es cuida, descuido, cuita, con das formas, según opina el mismo autor
preponderancia de la i. Y en la página 166 (p. 166), en estas palabras se da preferencia
añade: «La pronunciación antigua de las al diptongo. Especial problema presenta
formas cuita, cuida, cuide, etc., con acento la pronunciación de palabras, tanto mo-
sobre la u, [...] es aún corriente en Asturias nosílabas como polisílabas, terminadas en
y en algunos otros puntos del norte de -ui, como cui, frui, tui; si, como dice el
España. Bello la indicó asimismo como Esbozo, la organización más frecuente es
conservada en Chile. [...]». Sin embargo, /uí/ (lo que confirma Navarro Tomás,
no es solo en Asturias y en otros puntos 1980: 65: «En los grupos iu, ui predomi-
del norte de España donde se conserva na siempre como principal elemento del
esta pronunciación; según mi experiencia, diptongo la segunda vocal, reduciéndose
en Galicia, Andalucía, Castilla y Cataluña la primera a semiconsonante»), no cabe
se carga el acento de intensidad en la u, duda de que, hechas las excepciones an-
no en la i, en palabras como cuido, cuida, teriores (cuida, descuida, cuita, etcétera),
cuide, descuido, descuida, descuide, cuita, habrá que pronunciar cui, frui, tui, como
muy, huy, suido; incluso formas esdrújulas fui (→ 4.3.2.2-5.1). Sin embargo, cui tiene
como cuídate, cuídese, etcétera, escritas alografía con la forma cuy, que, como
con tilde en la i (pese a lo extendida que queda dicho arriba, solo puede leerse con
se halla la falta ortográfica de tildar la acento de intensidad en la u: [kúi], ya que
u: cúidate, etcétera), se pronuncian en la -y final de palabra, como se ha dicho,
general con acento de intensidad en la u. es consonante a los efectos ortográficos si
El Esbozo (1973: 56) incluye druida entre le precede vocal (→ 4.3.2.2-1). De acuer-
las voces que se pronuncian con preponde- do con la regla de que ui se considera
rancia de la u (para el caso de fluido, que diptongo para la práctica de la escritura
también menciona, → 4.3.2.7.2-3). Como (→ 4.3.2.7.2), intuito no debe tildarse,
se dice en el párrafo 4.3.2.2-5.1, todas las puesto que es palabra llana (v. ORAE74:
palabras terminadas en -uy son agudas y 26, § 37c; «La combinación ui solo llevará
cargan el acento de intensidad en la u, por acento gráfico, que irá sobre la i, cuando lo
el hecho de que la -y final de palabra prece- pidan las reglas 1.aa y 3.a del § 34 [es decir,
dida de vocal se considera consonante a los en voces agudas y esdrújulas]»).
efectos ortográficos. Por lo que respecta a
voces que terminan en -uito, -uida, -uisteis, 4.3.2.7.2. Hiato /u.í/. 1. El hiato /u.í/
la vacilación ha sido general desde hace se da claramente en los verbos terminados
más de un siglo. El drae de 1791 escribe en -uir y sus derivados terminados en -uid,
gratuito, pero circuito. El de 1847 tilda cir- -uido, -uida, -uista, -uiste, -uisteis, -uible,
cúito, fortuito, gratúito; el de 1852 escribe -uimos. En otras palabras existe bastante
fortuito, gratuito, pero circuito; el de 1869 vacilación; el Esbozo (1973: 56) dice que
no los tilda: circuito, fortuito, gratuito, en jesuita, altruismo, casuista, gratuito,
como el de 1884, pero en este aparece hui- pruína, ruina, ruin, beduino, etcétera, es
da con tilde, e igual sucede en la edición frecuente el hiato, pero también se da va-
de 1947, en la que además aparece fluido cilación entre este y el diptongo. Navarro
(→ 4.3.2.7.2-3); en el drae 56 ya escribe, Tomás (1980: 167) cita las siguientes, tam-
sin tilde, huida y fluido (v. Malaret, 1954- bién dudosas: jesuita, huida, huir, incluir,
1955: 241). El Esbozo (1973: 55) da genui- concluir, concluido, recluido, construí,
no, fortuito, circuito como diptongos, pero construiste, sustituimos, retribuisteis, etcé-
Navarro Tomás (1980: 166-167) las da tera, además de ruido, ruin, ruina, suizo,
como dudosas entre diptongo y hiato: «En circuito, fortuito, gratuito (→ 4.3.2.7.1).
ruido, ruin, ruina y suizo, el hiato es menos Añade que las personas que en una lectura
4.3.2.7.2. hiato /u.í/ 149

ordinaria y normal dicen rui-do, sui-zo, siderará, para la práctica de la escritura,


en igualdad de circunstancias pronuncian como diptongo en todos los casos», y la
je-su-i-ta, hu-i-da, hu-ir, in-clu-ir, con-clu-i- 10.a: «Los infinitivos en -uir seguirán es-
do. En relación con los verbos terminados cribiéndose sin tilde como hasta hoy», con
en -uir, Berro García (1952: 530) decía: lo cual, formalmente, el problema queda
«En el habla peninsular predomina la pro- resuelto. Subsisten, sin embargo, graves
nunciación con la i átona, de modo que problemas de pronunciación, al escribirse
silabean así estas voces: huir, dis-tri-buir, de igual manera diptongos crecientes acen-
con-tri-buir, etc. Pero en el habla hispano- tuados, como buitre, circuito; diptongos
americana, particularmente en el Río de la decrecientes acentuados, como descuido,
Plata, la acentuación recae sobre la i, evi- cuido, cuita, y diptongos homogéneos, co-
tándose, por lo tanto, el diptongo. = Esta mo ruibarbo, cuidado; hiatos acentuados
manera de pronunciar es, por otra parte, la normales, como jesuita, altruismo, cons-
que está más de acuerdo con la etimología truimos, y hiatos indiferentes, como inclui-
de estos verbos castellanos. La vocal i y la remos, huidizo. Rosenblat (1974: 43) dice
r pertenecen en el latín, de donde proceden, que la Academia renuncia a señalar con la
a dos sílabas distintas y es tendencia gene- tilde «un matiz sutil de pronunciación: en
ral del idioma, en estos casos, dar fuerza jesuita, altruista, disminuido, etc., ¿cómo
de pronunciación a la vocal que de e breve sabrá el hablante o lector que la u y la i se
pasó a ser i larga, ya en el propio latín pronuncian en sílabas distintas?». Añade
que presentó las dobles dicciones fúgere y que la Academia no ha querido hacer en-
fugire, huir, distríbuere, retríbuere, etc.». gorrosa la ortografía. Sin embargo, existen
Sanín Echeverri (1975: 458) abunda en algunos problemas.
la misma cuestión: «En la pronunciación 2. Según el Esbozo (1973: 138; v. t.
nuestra, al menos, es igualmente claro que orae 74, 26, § 37c), se tildan palabras lla-
no se forma diptongo en destruir, construir, nas como huía, huías, huían. Estas grafías
huir, fluir, argüir y jesuíta. Para la buena burlan la regla académica, puesto que si
lectura debería corresponder a la diferente «para la práctica de la escritura» la com-
pronunciación una diversa grafía. Y nada binación ui se considera siempre diptongo
más lógico que aplicar a estas palabras la y solo se tilda en las voces agudas y es-
regla general de escribir el acento [la tilde] drújulas (→ 4.3.2.7; 4.3.2.7.1), las formas
sobre la vocal de la sílaba acentuada, que huía, huías, huían serían bisílabas y llanas
es la i en los casos anteriores». Como hace y no deberían tildarse, como no se tildan
ver Casares (1952: 83-85), el problema vie- disminuido, jesuita, altruista, etcétera. La
ne de lejos, pues ya Cuervo acentuaba huir, razón de la tilde reside en que, como se
destruir, aplicando una práctica académica ha dicho en el párrafo anterior, los verbos
no reducida a regla, pues ya la grae (1959: terminados en -uir tienen hiato y, por ex-
453) dice explícitamente que en huir (hüir) cepción, huía, huías, huían deben tildarse
no hay diptongo, y tampoco lo hay, como porque son palabras llanas terminadas en
antes se dijo, en ninguno de los verbos hiato acentuado inverso (→ 4.4.1.2-1c).
terminados en -uir y sus formas derivadas. La Academia debería explicarlo así, pues
Los tratadistas ortotipográficos (como, por estas formas quedan fuera de la norma aca-
ejemplo, Melús y Millá, 1940: 119) decían démica. En el mismo caso se hallan otros
que se tildaban los participios terminados verbos monosilábicos como fluir, fruir, luir,
en -uido, como constituido, derruido, flui- muir y gruir.
do, así como todos los verbos terminados 3. Otro problema lo constituye la pala-
en -uir, menos el infinitivo, como argüiste, bra fluido. Casares (1952: 60-61) la anali-
argüimos, argüisteis. Las nuevas normas de za y dice que la Academia escribió fluido
1959 salieron al paso de estas vacilaciones: desde 1832 hasta 1884 y desde 1899 hasta
la 13.a decía: «La combinación ui se con- 1947 (el drae 56 ya recoge fluido). Expo-
150 4.3.2.7.3. COMBINACIÓN /IU/

ne las opiniones de varios gramáticos, de gentes no saben ya si la palabra es flúido,


las que podría deducirse que fluido puede fluido o fluido, o si son varias palabras con
ser: distinto significado». Por lo que respecta a
la grafía flú-i-do, trisílaba con tilde en la
a) trisílaba y esdrújula (flú-i-do); u, su realización es impropia del español,
b) trisílaba y llana con tilde en la i (flu- en el que, como puede verse en el cua-
-í-do); dro 2.3, el hiato /ú.i/ no existe. En este
c) bisílaba y llana con tilde en la i (flui- mismo error cae Lagomarsino (1957: 150)
do); cuando escribe: «Para romper el diptongo
d) bisílaba y llana con tilde en la u (flui- ui sería necesario acentuar la u, como en
do). flúido». La tilde en la u no convierte en
hiato el diptongo ui, de la misma manera
Para resolver el problema, Casares (1952: que la tilde en las vocales abiertas tónicas
116) propone lo siguiente: «[...] la grafía seguidas de cerradas átonas no las convier-
fluido podrá leerse fluido, como quería te en hiatos y, así, hay diptongo en éustilo,
Cuervo, o fluido, como proponía Robles cáustico (→ 4.3.2.2). En realidad, preten-
Dégano». Navarro Tomás (1980: 168-169) der distinguir entre el participio pasivo de
dice que la pronunciación más frecuente es fluir (fluido) y el sustantivo (flúido) carece
fluí-do, por «la manifiesta tendencia del de base racional; si el participio de huir es
idioma a dar preponderancia al segundo huido [uído], el de fluir es fluido [fluido].
elemento vocálico, tanto en los grupos Y si se aplica como sustantivo, tampoco se
ui, iu, como en oe, eo». El Esbozo (1973: ve razón para decir flúido, como no se dice
56 y n. 66) parece distinguir entre fluido un disminúido, sino un disminuido (físico).
(«En función de nombre sustantivo, no
como participio») y fluido (participio). 4.3.2.73. Combinación /iu/. 1. Como
En la página 138, nota 38, escribe flui- en el caso de /ui/, la combinación /iu/ puede
do, y añade que la atildación ortográfica dar lugar a diptongos o hiatos (→ c. 2.2 y
flúido ha sido sustituida por fluido desde 2.3), pero se considera siempre diptongo a
la edición del drae 56. Para Rosenblat efectos ortográficos y solo se tilda, en la se-
(1974: 43) las dos posibilidades (el acento gunda vocal, en palabras esdrújulas, como
prosódico en la u o en la /) son igualmente porciúncula, anfihúmedo, y en las agudas,
correctas, pero no especifica si se trata de como mañíu, teníu, pero no en las llanas,
un criterio general o si una lo es en un ca- como triunfo, braquiuro, friura, diurno,
so (sustantivo) y otra en otro (participio). oriundo, veintiuno, viuda, seleniuro, cal-
Selva (1957: 151), refiriéndose a la pos- ciuria, diuresis, sean diptongos o hiatos.
tura de Casares, decía: «En flúido, como Las grafías registradas por la Academia
escribe la Academia [antes de las normas hasta 1992 (en el 2001 ya no las registra)
de 1959], hay que contar un diptongo y teníu, mildíu y mañíu (las ha sustituido por
nunca valdrá esa palabra como esdrújula, tenío; mildéu, mildiu o mildiú, y mañío
sino como grave: flúi-do». En 1956, la [desu y Fernández Ramírez, 1966: 252,
Academia Colombiana (bac , 6, 1956: 98) escriben mañiú]) presentaban los siguien-
consideraba que fluido o fluido eran tres tes problemas: primero: no se ajustaban
sílabas. Finalmente, Sanín Echeverri (1975: al modelo general de las combinaciones
458-459) dice que fluido puede tener tres ui, iu, en que se acentúa fonéticamente la
pronunciaciones: «flú-i-do, trisílaba con segunda vocal, con lo que atentan contra
acento en la u; flui-do, disílaba con acento la regla mencionada al final del párrafo
en la sílaba flui, y flu-í-do, trisílaba con 4.3.2.7.1; segundo: la grafía síu (registrada
acento en la i. Aplicando el concepto de la hasta el drae 84, en que escribe siu) es más
Academia la escritura de estas tres formas problemática aún, puesto que si en esas
es la misma. La consecuencia es que las voces, como se ha apuntado antes, existe
4.3.2.7.4. COMBINACIÓN /ii/ 151

diptongo (v. Esbozo, 1973: 57), se trata braquiuro, friura, diurno, oriundo, vein-
de un monosílabo y, por consiguiente, no tiuno, viuda. Según Navarro Tomás (1980:
debe tildarse; pero, si no se tilda, lo más 169), «Se pronuncia con diptongo triunfo;
probable es que la pronunciación fuera siú, con hiato, diurno, y de ambos modos, aun-
como fui; obviamente, para leer síu hay que dando preferencia al diptongo, viuda y
que ponerle tilde, pero, entonces, o no es veintiuno». Pero añade: «En forma rápida
diptongo o, si lo es, se trata de una excep- y poco acentuada se dice también, con dip-
ción a la regla general de los monosílabos tongo, diurno». (Sin embargo, en palabras
(→ 4.3.1-1). Eliminada la tilde (que era procedentes de otras que tienen hiato —co-
injustificada en esta palabra), queda el pro- mo es el caso de diurno, derivado de día—,
blema de la pronunciación, pues siu debe- lo normal es considerar que tienen hiato;
ría leerse como fui, pero ¿la pronuncian así → 2.2.2.3). «La antigua pronunciación
los chilenos? Sin embargo, queda la duda viuda, con acento en la i, es hoy desusada
de si la solución adoptada por la Academia y extraña» (Navarro Tomás, 1980: 169),
es la correcta. Entiendo que más valdría El diptongo acentuado en la i se da en
rectificar la regla general, de tal manera las palabras analizadas anteriormente y el
que sea correcta la pronunciación íu, con diptongo homogéneo se da en voces como
diptongo decreciente acentuado. Porque diuresis, ciudad, siusí.
es cierto que se hallan ejemplos de tenío,
mildiu, mildiú (raro), manto y nullius, pe- 4.3.2.7.4. Combinación /ii/. Menos fre-
ro también los hay de teníu (poco usado), cuente que las anteriores, da lugar a tres
mildíu, mañíu (poco usado) y nullius (más tipos de realización fónica:
usado que nullius).
2. Verdadera excepción a la regla fun- a) hiatos indiferentes, como nihilista, y
damental es la que se aplica a los an- los compuestos cuyo primer elemen-
tropónimos y topónimos catalanes o de to compositivo es anti- seguido de i
origen catalán terminados en -iu, -ius o hi, como antihigiénico, antihipnó-
de pronunciación aguda; así, voces como tico, antiimperialismo, con tenden-
Feliu, Bordiu, Codorniu, Montoliu, Viu, cia al diptongo en la pronunciación
Arderius, Rius se escriben sin tilde tanto en ordinaria, especialmente en las que
catalán como en español. Según el Esbozo no llevan h intercalada;
(1973: 139), las grafías -iu, -ius represen- b) hiatos crecientes acentuados norma-
tan, probablemente, una articulación con les, como los superlativos friísimo,
hiato /í.u/; pero si la misma fuente dice que piísimo, agriísimo, vaciísimo y voces
en teníu y nullius hay diptongo, no se ve como angiitis (= angeítis en el drae ),
cómo Feliu y Rius pudieran tener hiato. (El chiita y los diminutivos diita, liito,
antropónimo de origen catalán Bordiu es tiita, tiito (v. Casares, 1952: 51; Es-
problemático; resulta obvio que, siguiendo bozo, 1973: 57; → c. 2.3);
la excepción para estos casos, la grafía c) hiatos decrecientes acentuados nor-
catalana es Bordiu, aguda escrita sin tilde, males, inexistentes en español, como
pero, a la vista de las grafías que aparecen atíido, bríido, camemíido, colíido,
en las publicaciones periódicas, surge la salviníido (→ c. 2.3, n. 1); la Acade-
duda de si no se tratará de palabra aguda mia no registra ninguna palabra con
terminada en diptongo creciente acentua- esta acentuación. Puede aparecer en
do, caso en el cual debe acentuarse: Bor- nombres científicos, especialmente
diú.) Como dice el Esbozo (1973: 57), el en botánica; deben escribirse sin
grupo /iu/ es más inestable, en español, que tilde en la primera i, y es preferi-
/ui/. El diptongo acentuado en la u se da en ble considerarlos hiatos indiferentes:
pocas palabras: triunfo, porciúncula; tam- atiido, briido, camemiido, coliido,
bién aparece, aunque existe vacilación, en salviniido.
152 4.3.2.7.5. COMBINACIÓN /UU/

Como en los grupos ui, iu, en el grupo Desde el punto de vista ortográfico, el
ii la tilde solo puede afectar al segundo tratamiento es igual al de los casos ana-
elemento en palabras esdrújulas como pií- lizados anteriormente: se tildan las voces
simo, agriísimo, vaciísimo, friísimo, foliífe- esdrújulas, como los hipotéticos duúnviro
ro, foliículo, y, teóricamente al menos, en o duúmviro, y las agudas, como samuhú,
palabras agudas (no conozco ninguna pero no los diptongos homogéneos duun-
en español); en los casos de hiatos in- vir, duunviral, duunvirato. No existe nin-
diferentes, como nihilista, ascidiiforme, guna palabra llana en la que el acento de
liliifloro, y en las voces llanas con hiato de- intensidad afecte al grupo, pero, si existie-
creciente acentuado normal, como chiita, se, no se tildaría, como no se tildan tiito,
diita, liito, tiito, tiita, Rociito, no se coloca disminuido, braquiuro, etcétera.
la tilde por las mismas razones que no se
coloca, en casos iguales, en ui, iu. Por otro 4.3.3. La h intervocálica no es hiática.
lado, la Academia declara ahora (DPD05, La 25.a de las nuevas normas de 1959 dice:
p. 637, 2.2a) que en /ii/ y /uu/ hay hiato, «Se declara que la h muda colocada entre
por lo que no cabe tildarlas en palabras vocales no impide que estas formen dip-
llanas: chiita, Rociito, pero sí en palabras tongo: de-sahu-cio, sahu-me-rio. En conse-
agudas (samuhú) o esdrújulas (duúnviro). cuencia, cuando alguna de dichas vocales,
Font Quer (1953: xix) menciona las si- por virtud de la regla general, haya de ir
guientes voces con doble i: ascidiiforme, acentuada, se pondrá el acento ortográfico
foliífero, liliifloro, pluviisilva, «todos los como si no existiese la h: vahído, búho, re-
que provienen de unir un primer com- húso». Como se dice en el párrafo 1.3.8.3,
ponente terminado en i con un segundo si la Academia no ha plasmado la regla de
componente desinencial, como -ina (en que la h intervocálica es hiática, cuando
voces químicas), apiina, coniina, lamiina... menos lo practica así en muchas palabras.
[...] o -inas (lat. -inae) o -íneas (lat. -ineae) Es más: en muchas de ellas la h antieti-
en diversos términos taxonómicos, como mológica solo tenía esa función hiática.
licopodiinas o licopodiíneas [...]». Las palabras a que afecta esta norma son
en su mayoría aquellas en que se da en-
4.3.2.7.5. Combinación /uu/. Como se cuentro de vocal abierta átona con cerrada
ha dicho en el párrafo anterior, la Acade- tónica:
mia considera que en /ii/ y /uu/ hay siem-
pre hiato a efectos ortográficos: duunvir, a) ahú: barabúnda, ahúmo, guarda-
duunviro, duunvirato. El Esbozo (1973: húmo;
57) dice que «todos los fonemas vocálicos, b) ehú: rehúso, rehúndo, rehúyo;
con excepción de /u/, pueden aparecer du- c) ohú: mohúr;
plicados, dentro del cuerpo de la palabra, d) ahí: ahíto, ahínco, vahído;
en sílabas contiguas». Y en nota al pie de e) ehí: rehílo, rehíncho, sobrehila;
la misma página: «Duunvir, duunvirato f) ohí: mohíno, prohíbo, cohíbo.
no son, propiamente, palabras españolas».
Por el contrario, Casares (1952: 51) decía: Se da con mucho menor frecuencia en el
«Este encuentro sólo se da en duunvir, encuentro de cerrada tónica con abierta
duunviral, duunvirato y duunviro. La Aca- átona; solo he hallado búho y dúho en el
demia estampa así estas palabras mientras grupo úho, pero no hallo ejemplos para las
que Robles Dégano (pág. 252) hace esdrú- otras realizaciones: úha, úhe, íha, íhe, ího.
julo a duúmviro. Bello es de igual parecer, Alfonso (1966: 208-209) se muestra con-
pero escribe duúnviro». En el drae 84 la trario a las tildes introducidas por Casares
Academia admitió la palabra samuhú, en (y recogidas en norma por la Academia)
la que se da tal encuentro de dos úes en por entender que no obedecen «a una ne-
interior de palabra en sílabas contiguas. cesidad o conveniencia, sino al esprit géo-
4.3.4. DESPLAZAMIENTO DEL ACENTO 153

métrique, en virtud del cual se tilda la i de ca). Incluso habría que decir que tal norma
vahído, por similitud con caído, y la u de es necesaria aun existiendo la h intercalada
búho, a semejanza de dúo». Según el autor, actual, por cuanto la regla general de que
esta regla crea una excepción a otra más la h no impide que dos vocales formen
general: la de que «las voces llanas termi- diptongo es aplicable a estas palabras en
nadas en vocal, [sobra esa coma, existente que la vocal cerrada no reclama tilde pese a
también en el texto de la grae 69, 480] no estar en hiato: aldehuela, Brihuega. Priva-
se acentúan». No tiene razón Luis Alfon- da la b de su función hiática o antidip-
so. Como se dice antes, la h intervocálica tongal, la fonética de esas palabras es un
ofició como elemento gráfico indicador de hecho culto, como lo es en paranoia y
hiato (h hiática), pero no todas las haches saharaui, ya que ningún elemento gráfico
intervocálicas tienen esa función, y, aunque indica que en ellas hay hiato en los encuen-
la tuvieran, no le consta al usuario normal tros -ehu-, -ihu, -oi- y -au- (es distinto el
de la lengua, puesto que ese extremo no caso de iatroquímica y iatrofísica, en que
figura como regla académica. La norma de la i es semiconsonante por posición, lo que
la Academia de que las voces llanas termi- no se da en las voces analizadas antes).
nadas en vocal no se tildan no es aplicable Podría admitirse que tales encuentros de
a este caso, sino más bien aquella de que el vocales no forman triptongo, pero nada en
encuentro de vocal abierta átona con cerra- la escritura indica cuáles de ellas forman
da tónica (→4.3.2.3) o de cerrada tónica diptongo y cuáles hiato.
con abierta átona (→ 4.3.2.4) forma siem-
pre hiato y, por consiguiente, la tilde es 4.3.4. Desplazamiento del acento. 1.
obligatoria cualquiera que sea el lugar de la En el plural, las palabras conservan el
palabra en que se dé este encuentro: reúne- acento de intensidad en la misma sílaba en
te, saúco, urutaú, donde se ve que saúco, que lo llevan en singular; esto hace que,
llana y terminada en vocal, lleva tilde en la si acaban en consonante, las agudas se
u. Con ello, lo que hizo Casares fue poner conviertan en llanas (corazon, corazones;
de manifiesto la inutilidad de la h hiática aerosol, aerosoles; manglar, manglares)
(una de las funciones que, aun no reconoci- y las llanas en esdrújulas (árbol, árboles;
da, le quedaban a esta letra inútil). Lo que mártir, mártires; margen, márgenes; semis,
sucede es que la Academia no ha llevado sémises); si acaban en vocal, las llanas si-
la norma hasta sus últimas consecuencias; guen siendo llanas (cama, camas; padre,
es decir, que al introducir la tilde no ha eli- padres), y las agudas, si se les añade el
minado la h, de lo que resulta que para el morfema -s, siguen siendo agudas (bisturí,
lector que conozca esa función hiática que bisturís; calicó, calicós), pero, si se les aña-
la h ha tenido, y que justifica su presencia de el morfema -es, se convierten en llanas
en muchas voces que no la traen de origen, (marroquí, marroquíes; ceutí, ceutíes).
o sobra la h o la tilde es redundante. Para 2. Como excepción a esta realidad acen-
eliminar la h intervocálica basta que la tual, unas pocas palabras ven desplazado el
Academia diga explícitamente que «toda acento de intensidad al hacer el plural; son
vocal cerrada y átona intervocálica es se- las siguientes: carácter, caracteres; régimen,
miconsonante», es decir, que forma sílaba regímenes; espécimen, especímenes. Según
con la vocal siguiente. De esta manera, los la opinión de Seco (1979b; 108; 1986: 241;
docentes tendrían una norma clara para 1998: 270), el plural de júnior debería ser
enseñar a sus alumnos: que no debe leer- juniores, con desplazamiento del acento,
se nau-a, quelteu-e, aldeu-ela, paranoi-a, pero el dpd 05 (p. 383) prefiere júniores;
saharahu-i, sino na-ua, quelte-ue, alde-ue- para la palabra ínterin, el mismo autor
la, parano-ia, sahara-ui, respectivamente (1966: 201) establecía el plural intérines
(todas estas palabras, menos paranoia y (con desplazamiento), pero posteriormente
saharaui, se escriben hoy con h intervocáli- (1979b; 106; 1986: 235; 1998: 261; 2011:
154 4.3.5. EL ACENTO EN LOS COMPUESTOS

350) recomienda seguir el establecido por ortográfico que como simple le habría
el Esbozo (1973: 182), es decir, sin varia- correspondido: decimoséptimo, asimismo,
ción en el plural (que es el modelo que rioplatense, piamadre» (orae 74, 28). Ro-
mantiene también el dpd 05, p. 370), y el senblat (1974: 46) no está de acuerdo con
propio Seco en 2011: 350; para hipérbaton Casares: «No nos parece del todo convin-
recomienda (1966: 191; 1979b: 100; 1986: cente la innovación académica, defendida,
221; 1998: 246; 2011: 330) hipérbatos o con mucho énfasis, por Julio Casares. A
hiperbatones, en este último caso con des- pesar de la opinión de Amado Alonso y
plazamiento del acento (el dpd 05 [p.341] Pedro Henríquez Ureña, en los numerales
recomienda solo la forma hipérbatos). Para compuestos como décimoséptimo, etcéte-
oxímoron, el plural debe ser oxímoros, ra, oímos frecuentemente el doble acento;
forma aceptable aunque no exista el sin- no son compuestos tan generalizados, tan
gular oxímoro [contrariamente al caso de populares, como para que haya actuado,
hipérbaton, en que existe hipérbato]); el como en rioplatense o asimismo [pero
dpd 05 (p. 479) recomienda los oxímoron, → 4.3.5-4], el debilitamiento acentual del
invariable, o los oxímoros. primer elemento y la pérdida o desvaneci-
miento de su valor significativo. Son, por
4.3.5. El acento en los compuestos. el contrario, formas eruditas, de uso oca-
1. Un compuesto es perfecto cuando el sional, en que se mantiene muy despierta
plural y el acento de intensidad se dan en la conciencia de los elementos integrantes:
el último de los elementos que lo forman. lo prueba el hecho de que hasta ayer la
En consecuencia, «Toda palabra acentuada Academia escribía décimotercia, décima-
se distingue por un solo acento de intensi- tercia o décima tercia». La Academia,
dad» (Esbozo, 1973: 74) y «Dos sílabas a lo largo de su historia, ha oscilado de
sucesivas con acento de intensidad las dos una a otra solución; en la grae de 1874
no pertenecen a la misma palabra» (Esbo- advierte que ninguna voz ha de llevar más
zo, 1973: 85). Es decir, que las palabras de un acento, aun las que se componen de
españolas, simples o compuestas (com- dos esdrújulos, que se escribirán con solo
puesto perfecto), solo tienen un acento de uno colocado en la antepenúltima sílaba
intensidad principal. Según Casares (1952: del segundo esdrújulo. El drae de 1837 y
42), nuestra lengua siente repugnancia 1869 escribía décimoséptimo. La grae de
«por palabras con dos acentos de igual 1880 resuelve que el primer elemento de
intensidad, y esto tanto al hablar como al las voces compuestas, si constan de más
escribir». Anteriormente, en la página 40, de una sílaba, y el segundo siempre, con-
refiriéndose a los acentos de voces como servan su acentuación prosódica y deben
décimoséptimo, décimonono, aseguraba: llevar la ortográfica que como simples les
«Postulamos que no existe verdadero com- corresponde: cortésmente, contrarréplica,
puesto si el primer elemento ha de con- décimoséptimo. Esta misma regla se repite
servar íntegra la intensidad de su acento en las ediciones de la grae de 1913, 1917
prosódico, y proponemos esta disyunti- y 1931. El drae de 1817 y siguientes es-
va: o se pronuncia decimoséptimo con el cribe asimismo, pero el de 1803 lo tilda:
acento en sép o la yuxtaposición de estos asimismo. La grae de 1820 establece que
ordinales no tiene categoría de compuesto se tildan los adverbios en -mente, como
y no deben escribirse, por tanto, formando fácilmente, pero escribe comunmente, sin
una sola palabra». Aceptada la propuesta tilde. Antes de la redacción del informe
de Casares por la Academia, esta decretó de Casares (1952), la situación era de
en las nuevas normas de 1959: «Cuando constantes dudas; Melús y Millá (1940:
un vocablo simple entre a formar parte 119) decían que «Las palabras compuestas
de un compuesto como primer elemen- conservan el acento de sus elementos: ágil-
to del mismo, se escribirá sin el acento mente, comúnmente, décimoséptimo»; lo
4.3.5. EL ACENTO EN LOS COMPUESTOS 155

mismo, con iguales ejemplos, afirma Mar- acento y se convierta en llano; lo que suce-
tínez Sicluna (1945: 303), y Lozano Ribas de, como apunta el mismo Casares, es que
(s. a., 129) dice: «Las voces que entran el primer acento se debilita, se convierte
en la formación de adjetivos ordinales en secundario, pero no desaparece. Lo que
compuestos, solo se acentúan si al escribir- cabe decir es que la norma académica pro-
las por separado les corresponde acento. picia una mala pronunciación de este tipo
Ejemplos: décimotercio, décimoquinto, dé- de palabras, que, precisamente por ser cul-
cimoséptimo». Las dudas se presentaban, tas en la mayor parte de los casos, resultan
sobre todo, en voces como asimismo, desconocidas para el usuario de la lengua
rioplatense, piamadre. (Pero píamente, con no especializado. Obsérvese, por otro lado,
tilde en la í-.) La norma académica, pues, que tales problemas no existen cuando el
vino a resolver algunos problemas impor- primer componente es una palabra llana,
tantes, pero no ha dejado de crear otros. como mineromedicinal, y en voces lexica-
En efecto, los compuestos de dos esdrúju- lizadas tampoco se observa claramente el
los no son comparables a los formados por fenómeno, como sucede con antropofagia
una palabra llana o aguda más un esdrúju- (de ántropo). Pero ¿cómo saber, sin ayuda
lo; en aquellos, el acento de intensidad del de la tilde, que existe hiato /a.í/ en procai-
primer componente se mantiene como un namida y /e.í/ en cisteinsintetasa e hiper-
acento de intensidad secundario; por ejem- proteinorraquia ?
plo, la palabra decimoséptimo debe seguir 2. Según el principio general enunciado
conservando un acento secundario en dé, en el párrafo anterior, se escriben también
pues de lo contrario la pronunciación es in- sin tilde los compuestos de verbo con enclí-
correcta: no se puede leer decimoséptimo. tico más complemento, como sabelotodo,
El mismo problema se presenta cuando el curalotodo, metomentodo, zampalopresto,
compuesto lo es de palabra esdrújula más siguemepollo, sanalotodo, así como aque-
palabra llana; por ejemplo, cefalotórax, llos que acomodaticiamente pueda crear
así escrito, puede ser leído de dos formas: el escritor o usuario de la lengua, como
quien sepa que céfalo es esdrújula leerá señalalotodo (Lozano Ribas, s. a.: 66),
cefalotórax, con un acento secundario en pintalotodo, siguemetonto, dejamentrar,
ce; quien lo desconozca, lo más probable desafiahombres, etcétera. Los problemas
es que, por falta de indicativo de acentua- de pronunciación y de grafía a final de
ción, la haga llana: cefalotórax. Imagínese línea son semejantes a los mencionados
la situación cuando una palabra como en el párrafo anterior, si bien su menor
dermatoesqueleto sea dividida a final de frecuencia hace que, como tales problemas,
línea exactamente por la unión de sus sean esporádicos.
componentes: dermato / esqueleto; la lec- 3. En los compuestos de dos o más
tura del no especializado será dermatoes- adjetivos unidos con guión, la Academia
queleto, con desplazamiento del acento mantiene la tilde en cada uno de los com-
de intensidad (→ 4.9). A este respecto, ponentes si les corresponde fuera del com-
es curiosa la peregrina teoría de Mallo puesto: cántabro-astur, ascético-místico. Es
(1955): «Pronunciando separadamente dé- una norma coherente, por cuanto no hay
cimo y séptimo, tienen, como esdrújulos, el composición completa (soldadura de los
acento en las primeras sílabas. La palabra dos elementos), sino un paso intermedio
compuesta, decimoséptimo, sigue siendo entre la completa y la incompleta (los tér-
esdrújula con acento en la sílaba sép, pero minos escritos por separado, como guardia
no en el primer elemento, pues la fracción civil, casa cuartel, mesa camilla, etcétera).
décimo se convierte en llana al unirse con 4. Hay, sin embargo, palabras com-
la otra». Por supuesto, no es cierto que al puestas escritas en un solo término que
unirse dos esdrújulos, o un esdrújulo con tienen dos acentos. La orae (1974: 28)
una palabra llana, pierda el primero el exceptúa de la regla enunciada en el pá-
156 4.3.5. EL ACENTO EN LOS COMPUESTOS

rrafo 4.3.5-1 anterior los adverbios en fría, impía, en que podría pronunciarse con
-mente, «porque en ellos se dan en realidad diptongo. Sin embargo, sin tilde, ¿cómo
dos acentos fonéticos: uno en el adjetivo habría de leerse técnicamente?: ¿acaso co-
y otro en el nombre mente»: ágilmente, mo acaloradamente? Ya se vio (→ 4.3.5-1)
cortésmente, lícitamente. Dado que no se qué problemas presentan los compuestos
trata de voces esdrújulas ni sobresdrújulas de dos esdrújulos, o de un esdrújulo y un
(que solo tienen un acento; →4.4.1.3; llano, al suprimir la tilde del primer ele-
4.4.1.4), si el primer componente no lleva mento. Parece, pues, preferible, incluso por
tilde en su forma simple, tampoco la lle- mantener un microsistema sin fisuras (pa-
vará en la compuesta: tontamente, sabia- recería incoherente tildar fríamente y no
mente, resaladamente. La orae no habla técnicamente), mantener la tilde académi-
de otras voces españolas con dos acentos, ca. En términos parecidos se oponía a esta
pero existen. Por ejemplo, Navarro Tomás tilde Roberto Restrepo (1952: 191), pero
(1980: 186, n.) dice: «Tiene dos acentos la a renglón seguido pedía que la Academia
forma asimismo y también los adverbios en tildase solamente (?). Por otro lado, debe
mente, uno en el elemento adjetivo y otro observarse que si la Academia mantiene la
en la terminación: fuérteménte, admirable- tilde en los adverbios acabados en -mente,
mente, iguálménte. Es también frecuente, es por el hecho de que mente no pide tilde,
aunque no unánime, la pronunciación bia- pues si la pidiera, estaríamos en el mismo
centual de guardiacivil [hoy escrito guardia caso de los compuestos analizados en el
civil, aunque el dpd 05 admite también párrafo 4.3.5-1.
guardiacivil], cámposánto [también campo 4.1. No son correctas las palabras de
santo], todavía, biénvenída y enhórabué- cualquier otro tipo que se pronuncien y es-
na». Seco (1986, 1998: s. v.) afirma lo criban con dos acentos. En la conversación
mismo respecto de asimismo y enhora- ordinaria se da a veces la pronunciación de
buena. Lozano Ribas (s. a.: 110) dice que algunas voces, sobre todo en las derivadas,
tienen dos sílabas dominantes voces como con dos acentos: vámonós, déjamé, póbre-
todopoderoso, pararrayos, destripaterro- cito, especialmente en tono exclamativo;
nes, telegrama, kilogramo, decimoquinto aunque estas pronunciaciones no deben
y los acabados en -mente. Con respecto trasladarse a la escritura, convencional-
a asimismo, dice Ragucci (1955): «Jamás mente puede admitirse que un autor las
creí yo que el compuesto asimismo fue- utilice porque lo crea necesario; incluso
se esdrújulo ni rioplatense sobresdrújulo, se diría que es obligatorio trasladar este
como parece insinuarlo el Informe [de Ca- tipo de pronunciación cuando, tratándo-
sares, 1952] en la página 43. De acuerdo se de personas autistas o con dificultades
con el referido precepto gramatical, debían de lenguaje, interesa hacerlo constar así.
considerarse como voces yuxtapuestas, ca- Sin embargo, deben rechazarse de plano las
da una con su acento, lo mismo que los pronunciaciones irregulares que se oyen
adverbios en mente, que no dan esdrújulos a veces en radio y televisión. Rosenblat
ni sobresdrújulos. A pesar de tal precepto, (1960: 377) cita las siguientes: conspira-
para mí el elemento así, junto al acento de dores, consejo consultivo, las necesidades
mismo, en la pronunciación fue siempre régionáles, etcétera (v. E. Lorenzo, 1980:
átono, y ni siquiera le concedo acento, sin 218-219; 1994: 166-167).
repugnancia, en la forma equivalente así 4.2. En los compuestos acomodaticios
mismo». El propio Ragucci (1954: 883; o estilísticos en que entren dos o más ele-
1956: 214) dice que en las palabras termi- mentos acentuados, solo uno de ellos, el
nadas en -mente la tilde no es imprescindi- último, llevará tilde: nosequé, nosedónde,
ble, ya que sin ella se leerán debidamente; queseyó; obsérvese la mutación de los ele-
su ausencia, a juicio de este autor, solo mentos de este último término: pierden la
podría ser problemática en voces del tipo tilde qué y sé y se le añade a yo para formar
4.3.5. EL ACENTO EN LOS COMPUESTOS 157

una voz aguda, al modo de superyó, grafía ella esas tildes se han suprimido. Así pues,
admitida por la Academia. lo correcto es escribir recitóla, acabose.
5. Según Fernández Ramírez (1966: Pero, como se dice en el párrafo 4.3.5-6, se
215), a los compuestos se les aplican las mantiene la norma por lo que se refiere a
reglas generales de atildación, pero pueden las palabras de pronunciación esdrújula o
ocurrir tres cosas: sobresdrújula: acabósele, dábaselo.
6.1.1. Para la adecuada interpretación
a) que el componente sobre el cual re- de esta norma, había que tener presen-
cae el acento de intensidad se escriba te que se trataba en todos los casos de
tal como se escribiría si no formase tiempos verbales con enclítico, no de sus-
parte del compuesto: protohistórico, tantivos cuando estos tiempos verbales
amormío, portaguión, pleamar; más el enclítico cumplen esta función; por
b) que haya de recibir una tilde que ejemplo, las voces mencionadas en el punto
no recibiría si funcionara indepen- c del párrafo 4.3.5-5 anterior: cargareme
dientemente: aguapié, trasdós, gana- (de cargaré + me), penseque (de pensé +
pán, guardahumo, pisaúva, pésame; que), acabose (de acabó + se), detente (de
c) que haya de omitirse la tilde que detén + te) no llevaban tilde cuando se
se escribiría si fuese palabra libre: empleaban como sustantivos, como no la
penseque, cargareme, acabose; a este lleva diretes en el sintagma dimes y dire-
punto pertenecen también palabras tes (diré + te + s), pero sí llevaban la tilde
como tiovivo, piamadre, asimismo, cuando se trataba de tiempos verbales; por
etcétera, que, como se ha visto antes ejemplo, Esto es el acabose (sustantivo),
(→4.3.5-1), siguen la regla general pero Esta obra acabóse de imprimir...
de tildar los compuestos solo en (tiempo verbal); El soldado llevaba un
el segundo elemento, cuando como detente, pero Deténte, bala. Actualmente,
simple le corresponda: sabelotodo, a partir de la ole 99, ya no llevan tilde
decimoséptimo. este tipo de formaciones. Pero si la palabra
resultante es de pronunciación esdrúju-
La incidencia de esta norma en la división la o sobresdrújula, se tilda siempre: cúmpla-
de palabras a fin de línea estriba en que las se, péname, pésame, pésete, pláceme
tildes o la ausencia de ellas debe respetarse (v. Esbozo, 1973: 143).
cuando el compuesto se divide por sus ele- 6.1.2. Según lo dispuesto por esta nor-
mentos: gana / pán, pisa / úva, tras / dós, ma, debían tildarse voces como déle, déme,
pense / que, acabo / se (→ 4.9). dése, déles, délos, dénos, séle, séme, séles,
6. Los tiempos verbales que se acre- sénos, puesto que las grafías dé y sé corres-
cientan con enclíticos conservan el acento ponden a tiempos de los verbos dar y ser.
de intensidad en la misma sílaba en que lo Aunque en principio la aplicación de la re-
llevan en su forma simple; la tilde se añade gla general a este caso particular no parecía
cuando la forma resultante da una palabra demasiado justificada, por cuanto dé y sé
de pronunciación esdrújula; ejemplos: da + son monosílabos y solo llevan tilde diacrí-
se = dase; da + se + le = dásele; daba + le = tica (para diferenciarlos de la preposición
dábale; acabó + se + le = acabósele; da- de y el pronombre se), parecía oportuno
ba + me + la = dábamela; oiga + se + me + guardar la regla y tildar aquellas formas,
le = óigasemele. con objeto de no crear más excepciones.
6.1. Cuando el tiempo verbal sea de A partir de la ole 99 tampoco estas voces
pronunciación aguda, al añadirle un enclí- llevan la tilde que se les colocaba en estos
tico conservaba la tilde en la misma sílaba casos. Naturalmente, no se tildaban voces
que en su forma simple: recibí + le = recitó- como denme, denle, denles, dennos, dense,
le; acabó + se = acabóse. Así lo establecía la dame, dile, dase, que en su forma simple
Academia hasta la ole 99, pues a partir de tampoco se tildan.
158 4.3.5. EL ACENTO EN LOS COMPUESTOS

6.1.3. Esta regla debía aplicarse tam- escritura, lo cual es una prueba indirecta a
bién a las formas peculiares de la América favor del estatuto exento de los enclíticos».
hispana: ¡Tenéte, hombre, que parecéis Por lo demás, la norma de acentuar los
endiablado! (Rosenblat, 1960: 13); Si te tiempos verbales que se acrecientan con en-
perdis, chifláme; Conformáte con lo que clíticos fue establecida por la Academia en
te dan (Rosenblat, 1971: 87); Hacéte a la edición de 1820 de la GRAE: encogíme,
un lado. Dice Fernández Ramírez (1966: halléle, escapóse, conservando el acento
216): «En las zonas americanas de voseo, que tienen en el tiempo simple. Actual-
donde no se articula ni se escribe la -d de la mente, con las normas de la OLE99, no se
segunda persona del imperativo de plural, tildan los tiempos de verbo con enclíticos
suele escribirse la tilde en la sílaba sobre la ni se aplica a estas formas la tilde cuando
que recae el acento de intensidad cuando el se emplea esta con valor diacrítico, como
imperativo se construye con un enclíti- era el caso de déle, dése, déme, etcétera.
co. Es usual acentuar sentáte, consérvate, Pero se tildan los tiempos de verbo llanos
decíle, yeváme (= llevadme), etc.». Con más enclítico: mírame, sépase, aunque co-
la nueva normativa (ole 99), también en mo simples no se tilden, ya que se convier-
este caso dejan de colocarse esas tildes. ten en voces de pronunciación esdrújula.
6.1.4. Hay que decir, finalmente, que Fernando de Herrera también conservaba
esta regla acentual era una de las más la tilde de las formas verbales acrecenta-
discutidas de la anterior normativa. Refi- das con enclíticos: hallème, elevòse, lloró-
riéndose a esta tilde, Ragucci (1956: 215) te, fálteme; este autor señalaba con tilde
se pregunta: «¿Es necesaria la tilde para la grave las formas verbales agudas y con
correcta pronunciación de esos vocablos? aguda las homográficas (v. Macrí, 1972:
Con ella o sin ella, ¿no se pronunciará 450).
lo mismo? ¿No sería entonces superflua?
[...] Sin la tilde, todos esos vocablos serán 4.3.6. La tilde en las mayúsculas y en
llanos, y como tales necesariamente se pro- las versalitas. Las letras mayúsculas y las
nunciarán». Roberto Restrepo (1952: 191) versalitas deben tildarse exactamente igual
se oponía también a la tilde en voces co- que se hace con las minúsculas. Un texto
mo formóse, pidióme, conmovíla. Veciana total o parcialmente escrito con mayús-
(1982: 5-12) mantiene también la opinión culas o con versalitas presenta los mismos
de que esas tildes son ociosas y redundan- problemas de lectura y pronunciación,
tes. Si se escribe recibile, esta grafía, sin desde este punto de vista, que si estuviera
ayuda de la tilde, indica que la pronun- escrito con minúsculas solamente. La grae
ciación es la propia de una palabra llana no trata esta cuestión fundamental de la
o grave; es decir, que igual se pronuncia atildación. Aparece por primera vez, so-
recibíle que recibile. Sin embargo, el propio lamente como recomendación, en la orae
Bello (1951: 131), que había propuesto un (1969: 9): «Se recomienda que en las pu-
sistema acentual distinto del de la Acade- blicaciones que incluyen listas de términos,
mia (tendente al ahorro de tildes), propo- no se utilicen mayúsculas, o si así se hace,
nía como regla general: «Los enclíticos no se mantengan las acentuaciones ortográfi-
hacen diferencia en la acentuación escrita: cas, con el propósito de evitar confusiones
se acentuarán déme, envíame, porque se en la interpretación de vocablos». Curiosa
acentúan dé y envía». Fernández Ramírez forma de recomendar la atildación de las
(1966: 216, n. 25) dice: «Tanto la aplica- mayúsculas, en lugar de ir derecha al gra-
ción de las reglas generales de acentuación no y decretar que todas las mayúsculas,
a los grupos de verbos con enclíticos como comiencen o no palabra, deben tildarse.
la redundancia de esta norma particular La segunda edición de la orae (1974: 10)
demuestran la tendencia a asegurar el relie- repite al pie de la letra el párrafo citado,
ve acentual, si es necesario por medio de la pero no solo añade, al respecto, un párrafo
4.4.1.1. ATILDACIÓN DE VOCES AGUDAS 159

más («El empleo de mayúscula no exime cíente acentuado, vaya o no seguido


de poner tilde sobre la vocal que deba de n o s; bonsái, bonsáis; paipai, pai-
llevarla [...]»), sino que en la página 29 pais; guirigáis; agnusdéi, agnusdéis;
decreta, por fin: «[...] el uso de mayúscula jerséis; tendréis; marramáu, marra-
no quita la obligatoriedad de la tilde exi- máus; mildéu; rentáis. Los tiempos
gida por las normas del presente capítulo. verbales liáis, liéis, fiáis, fiéis, riáis
Son, por tanto, preceptivos ÁFRICA o son bisílabos (es decir, no triptongos)
África, ÓRGIVA u Órgiva, PRÁDANOS, por derivarse de palabras (liar, fiar,
MONTÁNCHEZ, PALAMÓS, etc., que reír) que tienen hiato (→ 2.2.2.3;
sin tilde podrían leerse con acentuación 4.3.2.5); por consiguiente, -ia-,
equivocada». Los editores, en general par- -ie- son vocales heterosilábicas, no
tidarios de la tilde en las mayúsculas, en tautosilábicas;
muchos casos tuvieron que renunciar a d) las que terminan en hiato acentuado
ella, especialmente durante el período de normal, vaya o no seguido de n o s:
la composición manual, debido a que en la lió, lié, fié, pión, guión; huí, huís;
impresión se rompían los acentos (sobre samuhú (→ 4.3.2.5);
todo los de las primeras líneas de las pági- e) las que terminan en hiato acentuado
nas) y así se daban a lo largo de una obra inverso, vaya o no seguido de una
mayúsculas acentuadas y sin acentual Con consonante cualquiera: decaí, tipoí,
los modernos sistemas de composición reí, carandaí, aguaí, caraú, urutaú;
(autoedición) e impresión (ófset), las tildes baúl, país, Cafarnaúm, Emaús, Efraín;
no pueden romperse (se imprime con una f) las que terminan en triptongo más s;
plancha grabada, no con un molde cuyos fraguáis, estudiéis, averigüéis;
elementos estaban en relieve), razón por g) las que terminan en n o s no agru-
la cual los editores no se ven obligados a padas con otra consonante: patán,
prescindir de un detalle tan importante en palafrén, pechín, ladrón, tuntún;
la emisión de mensajes. atrás, bauprés, anís, Amorós, trole-
bús (→ 4.4.1.1-26).
4.4. Reglas específicas de atildación.
2. No se tildan:
4.4.1. Atildación de voces polisílabas.
Según la sílaba que recibe el acento de in- a) las que terminan en consonante que
tensidad, las voces polisílabas pueden ser no sea n ni s: baobab, coñac, caridad,
agudas, llanas, esdrújulas y sobresdrújulas. rosbif, zigzag, capararoch, reloj, vo-
lapuk, cabal, nomparell, macadam,
4.4.1.1. Atildación de voces agu - galop, recabar, cénit, saxafrax, capaz;
das . Son agudas u oxítonas las palabras b) las que terminan en n o s pre-
polisílabas cuyo acento de intensidad carga cedidas de otra consonante, como
en la última sílaba. Isern, Canals, Orleans, Campins,
1. Se tildan: Molins, Mayans, Amiens. Esta regla
estaba enunciada en la grae (1959:
a) las que terminan en vocal: maná, 479-480), pero existía confusión en
café, pirulí, lando, ambigú; cuanto a las palabras que termina-
b) las que terminan en diptongo cre- ban en n y s agrupadas, a lo que
ciente acentuado, vaya o no seguido no se hacía expresa referencia. La
de n o s; minué, ayacuá, zaguán, opinión más generalizada sostenía
menguó, sariá, tentempié, ciempiés, que si las voces agudas terminadas
cambió; changüí, jaragüí, benjuí, cu- en n o s se tildaban, con más razón
retuí; las que terminaban en n y s agru-
c) las que terminan en diptongo decre- padas (-ns), y así Casares (1952:
160 4.4.1.1. ATILDACIÓN DE VOCES AGUDAS

117) escribía Orleáns, y existía duda otra consonante más s, como sucede,
acerca de si lo correcto era Molíns o por ejemplo, en tórax, cuya x final
Molins, Mayáns o Mayans, etcétera. representa dos fonemas: /k/ + /s/. En
La propia orae (1969: 26) citaba buena lógica, si se escribiera Molíns
como ejemplo Amiens o Amiéns, habría que escribir bíceps y torax.
ejemplo que ya no aparece en la se- A mayor abundamiento, la regla
gunda edición de este folleto (1974: académica permite hacer plurales
29) ni en el drae (1970: 1424). irregulares manteniendo las tildes
Este uso estaba justificado por el que corresponden a la grafía singu-
hecho de que el mismo drae 56 lar: álefs (álef), baobabs (baobab),
escribía Orleáns (s. v. orleanista) salacots (salacot), pues de lo con-
y tremens (s. v. delírium tremens), trario habría que escribir alefs, bao-
rectificadas en el drae 70. Aunque bábs, salacots. Con todo, es cierto lo
aún hay autores partidarios de que que dice Rosenblat (1974: 45): «El
las palabras agudas terminadas en inconveniente que vemos es que la
-ns se tilden (v. Mejía, 1971: 277; inacentuación académica está gene-
Miranda Podadera, 1981: 90; Vecia- ralizando pronunciaciones falsas co-
na, 1982: 11-12), la norma acadé- mo Llórens, Cámpins, etc.». Sin em-
mica es coherente por las siguientes bargo, se trata, a mi juicio, de falta
razones: primera: porque en español de conocimiento de la norma; cono-
no hay voces agudas terminadas en cida esta, la pronunciación no tiene
-ns (si se prescinde de clarens, cuya por qué ser incorrecta. Donde real-
grafía [rectificada por la Academia mente pueden presentarse problemas
en el DRAE01] es clárens); segunda: es, por ejemplo, en antropónimos y
porque todas las que se usan con topónimos como Bails y Badia, que
esa terminación y agudas son de en catalán no se tildan, pero que en
origen catalán o francés, lenguas español, de no tildarse, se leen como
en las cuales no reciben tilde, con diptongos, cuando en realidad son
lo que se respeta (como se hace hiatos: Bails, Badía. La Academia
con los restantes antropónimos y escribe Bails con tilde en todas sus
topónimos; → 4.3.2.2-1) su grafía publicaciones (orae 69, 23; drae 56,
original; tercera: porque la misma 1367; drae 70, 1424; orae 74, 25),
regla permite, por el contrario, tildar pero se trata de un apellido que no
voces de origen latino, como bí- recibe tilde en su idioma original
ceps, tríceps, fórceps (como se tildan (v. desu y nel , s. v.), por lo que, si no
cuórum [así españoliza la Acade- se tildan Palau, Masdeu, etcétera,
mia la palabra latina quorum, pero no deberían tildarse Bails ni Badía,
mejor hubiera sido adaptarla con como no se tilda Bristol (antropó-
la grafía cuorun], accésit, etcétera). nimo y topónimo inglés), pese a lo
Claro está, la servidumbre de la cual se suele leer como palabra llana
regla obliga a poner tilde en siémens porque se identifica como extranje-
y trémens, que no la llevan en su rismo (→ 7.1.2.6.3);
origen alemán y latino, respectiva- c) las que terminan en otro grupo con-
mente, pero esa tilde se encarga de sonántico o dígrafo: iceberg, zare-
indicar que es grafía españolizada, vich;
como lo es Camóens (port. Ca- d) las que terminan en -ay, -ey, -oy, -uy
móes). Se ve, pues, que la tilde en (→ 4.3.2.2-5);
esas palabras llanas terminadas en e) los antropónimos y topónimos cata-
el grupo -ns está en consonancia con lanes que terminan en -au, -eu, -ou
la que se usa en terminaciones de (→ 4.3.2.2-1).
4.5. ATILDACIÓN DIACRÍTICA 161

4.4.1.2. Atildación de voces lla - 4.4.1.3. Atildación de voces esdrú -


nas . Son llanas, graves o paroxítonas las julas . Son esdrújulas o proparoxítonas
voces polisílabas en las que el acento de las voces polisílabas en las que el acento
intensidad carga en la penúltima sílaba. de intensidad recae en la antepenúltima
sílaba. Pueden ser palabras simples, como
1. Se tildan: médico, cáscara, pócima, o formadas por
epéctasis, como tómalo, dásela, mírame
a) las que terminan en consonante que (→ 4.3.5-6). Se tildan en todos los casos,
no sea n ni s: almástec, crónlech, sin excepciones.
huésped, máxwell, nubil, tándem,
wéber, tórax, Martínez; 4.4.1.4. Atildación de voces so -
b) las que terminan en n o s precedi- bresdrújulas . Son sobresdrújulas o su-
das de otra consonante o en dos perproparoxítonas las voces en que el
consonantes cualesquiera: bíceps, acento de intensidad carga en una sílaba
tríceps, tetráceps, fórceps, siémens situada antes de la antepenúltima. Se trata,
(→ 4.4.1.1-2b), trémens, wéstern, en todos los casos, de tiempos verbales
pórtland; llanos o esdrújulos que se acrecientan con
c) las que terminan en y precedida de uno o más enclíticos (epéctasis): míraselo,
otra vocal: huacátay, yóquey, pó- tómasela, diérasele, cuídamela, castígue-
ney; semele, castigábamosle. (Sin embargo, en
d) las que terminan en hiato acentuado el drae 01 introduce la Academia una
inverso, vaya o no seguido de n o s: palabra, lítterae [s. v. ad pédem lítterae],
debía, debían, debías, desvaríe, fluía, que en español tiene el acento de intensi-
huían, huías, estío, falúa, actúe, dúo dad y la tilde en una sílaba anterior a la
(→ 4.3.2.2-5); antepenúltima, lo cual es caso único en
e) las que terminan en diptongo de- palabra simple.) Las voces terminadas
creciente inacentuado seguido de s, en -mente no son sobresdrújulas (aunque
si antes se halla una vocal cerrada sea esdrújulo el primero de sus compo-
sobre la que carga el acento de inten- nentes), sino una yuxtaposición de voces
sidad: debíais, seríais. con distinto acento, lo mismo que los
compuestos del tipo de cantabroastur o
2. No se tildan: decimoséptimo (→ 4.3.5-4). Se tildan en
todos los casos, sin excepciones, en el
a) las que acaban en vocal: casa, noche, primer elemento, siempre que este se tilde
casi, tuerto, chistu, Poo, Campoo, como palabra aislada: píamente.
Feijoo, Rioboo;
b) las que terminan en n o s no pre- 4.5. Atildación diacrítica. Se dice que
cedidas de otra consonante: casas, la atildación ortográfica es diacrítica cuan-
noches, chotis, tuertos, chistus; ca- do se utiliza solamente para distinguir
saran, vieren, amasaron; voces homógrafas, esto es, que tienen igual
c) las que terminan en diptongo decre- grafía y distinto oficio gramatical; sus fun-
ciente inacentuado, vaya o no se- ciones pueden ser la puramente diacrítica,
guido de s; amaseis, dijeseis, vieseis, como sé/se, dé/de; la prosódico-gramatical,
yoqueis; como mí/mi, como/cómo, y la tonal, como
d) las que terminan en diptongo cre- ¿cuál?/cual, ¡cuánto!/cuanto (→ 4.2.3). La
ciente inacentuado: historia, lidie, atildación diacrítica escapa tanto de las
ofidio, lengua, tenue, continuo reglas fundamentales (→ 4.2) como de las
(→ 4.3.2.6); específicas de atildación (→ 4.4). Aunque
e) las que terminan en diptongo homo- se aplica siempre a voces que son tónicas,
géneo: mildiu, saharaui. esto no significa que todas las palabras
162 4.5. ATILDACIÓN DIACRÍTICA

tónicas homógrafas lleven tilde diacrítica. te), cayó y cayo, llegué y llégue, etcétera
Son tónicas, por ejemplo, las formas ver- (v. Macrí, 1972: 450). La propia Academia,
bales, los numerales simples (cardinales u en la grae de 1874, escribía luégo, con til-
ordinales), los indefinidos, los pronombres de, cuando significaba «inmediatamente» o
personales, los posesivos, los demostrati- «después», y luego, sin tilde, cuando equi-
vos (lleven o no tilde diacrítica); entre los valía a «por tanto», «por consiguiente».
adverbios, ahora, antes, cerca, lejos, sí, no, Actualmente, como es sabido, no se hace
bien, mal, muy, etcétera (son átonos donde, esta distinción. Roberto Restrepo (1952:
cuando, cuanto, como, salvo cuando se 191) pide que si se tildan monosílabos co-
usan con valor interrogativo, determinati- mo el, tu, mi, se, de, que, quien, etcétera, se
vo o exclamativo, en que son tónicos). Son haga otro tanto con di (imperativo de de-
átonos los términos de tratamiento; en los cir), ve (imperativo de ir), ser (sustantivo),
vocativos, la primera palabra que inicie la son (sustantivo). Añade que si se siguiera
invocación: ¡Dios mío!; en las denomina- la norma de acentuar vocablos con idéntica
ciones compuestas, como Juan José, María forma y distinta función gramatical, se ten-
Josefa, José María, es átona la primera dría que acentuar como, inflexión verbal
palabra, como lo es en los sintagmas río («o cómo media naranja), para distinguirlo
arriba, río abajo, boca arriba, boca abajo. del adverbio (no como media naranja);
Es decir, en el grupo fónico el acento de in- fuera, adverbio de lugar y de tiempo, para
tensidad afecta a una palabra, la cual pue- distinguirlo de las formas verbales de ser
de llevar o no tilde, o bien, llevándola, no y de ir. Entre los monosílabos, Ragucci
ser palabra tónica, sino átona. Para ilustrar (1956: 210) introduce dón y don, sin es-
el valor de la función diacrítica de la tilde, pecificar las acepciones en que tildaría y
Casares (1952: 108) aduce este ejemplo: no tildaría. Entre los polisílabos, introdu-
«Todos los amotinados traían algo con ce otro, ninguno, vários, múchos, pocos,
que atacar: algunos fusiles, pocos sables y todos, cualquiéra, etcétera, «cuando se
muchos palos». Fácilmente se echa de ver, emplean como pronombres y no como ad-
como acentúa el propio Casares, que exis- jetivos. Sin embargo, en este último caso,
te confusión al no quedar claro si se trata por las Nuevas Normas, pueden también
de «algunos fusiles» o de que «algunos escribirse sin tilde —y para mí es lo más
(traían) fusiles». La solución que proponía recomendable siempre que ello no dé lu-
Casares es esta: «Todos los amotinados gar a anfibología». Lagomarsino (1957:
traían algo con que atacar: algúnos fusiles, 148 ss.) propone también ve (indicativo de
pocos sables y múchos palos». Por supues- ver), vé (imperativo de ir); di (indicativo
to, esta es una solución indeseable. Mucho de dar), di (imperativo de decir). En conse-
mejor es esta otra: «Todos los amotinados cuencia, y según este autor, habría que es-
traían algo con que atacar: algunos, fusiles; cribir dile, dime, dínos, véte, «por razones
pocos, sables, y muchos, palos». Es decir, de uniformidad y para aprovechar el énfa-
una puntuación adecuada sustituye venta- sis marcado por el acento ortográfico, que
josamente (incluso desde el punto de vista tan bien conviene al modo imperativo». Ca-
de la entonación) a las tildes inusitadas que sares (1952: 81) dice que también se pide la
proponía Casares (→ 4.5.2-7), propuesta distinción para no en ciertas construcciones
que no fue atendida por la Academia. (Ragucci), para (preposición) y pára (ver-
No todos los autores están de acuerdo bo), luego (conjunción) y luégo (adverbio
en cuanto al número de voces que deben de tiempo), y aun hay quien la extendería
llevar tilde diacrítica, como se verá. Ya Fer- a ménos cuando oficia de adverbio: Hubo
nando de Herrera tildaba con acento grave ménos asistentes que el curso pasado, para
las formas agudas de los verbos y con acen- distinguirla de menos cuando es preposi-
to agudo las llanas de igual grafía: escuchó ción: Todos, menos tus hermanos. Y, como
(pretérito indefinido) y escucho (presen- dice Casares (1952: 79), otros tratadistas
4.5.1. ATILDACIÓN DIACRÍTICA DE MONOSÍLABOS 163

piden que se tilden también (junto con éste, bio relativo de modo, equivalente a como:
ése, aquél) aqueste y aquese, otro, algunos, Aquellos individuos, cual lobos enfureci-
pocos, muchos, etcétera. Martínez Lacalle dos, nos atacaron con saña; cuando es pro-
(1979: 115), aplicando el precepto acadé- nombre relativo usado como correlativo:
mico (orae , 1969: 24; 1974) según el cual Los humildes se muestran tales cuales son.
«se escribe el acento [tilde] cuando existan 2. cuán/cuan. Se tilda cuando es ad-
dos monosílabos iguales en su forma, pero verbio exclamativo: ¡Cuán antipático
con distinta función gramatical, en una de me resulta! No se tilda cuando es adver-
las cuales lleva acento fonético y en otra bio, apócope de cuanto: Cayó cuan largo
es átono», dice que también podrían lle- era.
var tilde diacrítica las notas musicales do, 3. dé/de. Se tilda cuando es tiempo del
mi, la, si, los sustantivos tónicos lo, tan. verbo dar: No le dé de comer (→ 4.3.5-
Concluye este autor que tal vez, pese al 6.1.2). No se tilda cuando es preposición:
enunciado, la Academia presenta una lista Consta de ocho elementos; Una de dos;
cerrada de los monosílabos acentuables, Juan de la Cueva.
aunque en este caso pudo haber incluido 4. dó/do. Este adverbio de lugar, apó-
té/te, que no menciona. En cualquier caso, cope de donde, muy poco usado actual-
ha de tenerse en cuenta que la tilde diacríti- mente, salvo en poesía, se tilda cuando
ca no debe aplicarse por falsa analogía. Por equivale a dónde: ¿Dó vas, triste de ti? No
ejemplo, quien tilda tú y mí cuando son se tilda cuando equivale a donde: Do fue-
pronombres, se siente inclinado a escribir res, haz lo que vieres.
tí en el mismo caso; quien tilda dé (de dar) 5. él/el. Se tilda cuando es pronombre
se siente inclinado a escribir dá, y quien personal de tercera persona: ¿Sabés cuán-
escribe té (sustantivo) piensa que también do llega él?; Él ha llegado ya. No se tilda
debe escribir fé. cuando es artículo determinado: El perro
se moría; El entrañable amigo Antonio; El
4.5.1. Atildación diacrítica de mono- nunca bien ponderado senador.
sílabos. Puesto que, siguiendo la norma 6. más/mas. Se tilda cuando es ad-
general, los monosílabos no se tildan verbio de cantidad: Había más de mil
(→4.3.1-1), solo pueden recibir tilde dia- personas; cuando es pronombre indefinido
crítica las formas tónicas de voces homó- cuantitativo: Tiene más dinero que un
grafas (si bien, como se ha visto en el pá- rajá. No se tilda cuando es conjunción
rrafo anterior, no en todos los casos). Si las adversativa (por lo general equivalente a
formas simples que reciben tilde admiten pero): Era importante, mas no tanto como
plural, este debe tildarse también cuando dijeron.
se trata de sustantivos o pronombres; por 7. mí/mi. Se tilda cuando es pronom-
ejemplo, el plural de té (planta, infusión) bre personal: Es para mí; ¿Lo dices por mí?
es tés. No se tilda cuando es adjetivo posesivo,
1. cuál/cual. Se tilda cuando es pro- apócope de mío, mía: Mi madre no va al
nombre interrogativo, tanto en forma di- cine, pero mi padre sí.
recta como indirecta: ¿Cuál quieres?; Dime 8. qué/que. Se tilda cuando es pro-
cuál quieres; No sé cuál elegir. También nombre interrogativo, en forma directa o
se tilda cuando se usa como exclamativo: indirecta: ¿Qué haces?; No sé qué haces;
¡Cuál ha de ser, hombre!; cuando es pro- puede usarse exclamativamente: ¡Qué ha-
nombre indefinido: Cuál más, cuál menos, ces!; cuando es adverbio de cantidad: ¡Qué
todos querían contribuir; en la frase pon- tontos eran los dos!; en las expresiones
derativa a cuál más: Son un par de bandi- ¡pues qué!, ¡pues y qué!, ¿y qué?; en la
dos, a cuál más cruel. No se tilda cuando interjección ¡qué!, y en la locución adver-
es pronombre relativo: Vino Antonio, el bial sin qué ni para (o por) qué (es decir,
cual no anda muy bien; cuando es adver- sin motivo o razón). No se tilda cuando
164 4.5.1. ATILDACIÓN DIACRÍTICA DE MONOSÍLABOS

es pronombre relativo: Mi amigo, que té se cosecha bien; No me gusta el té, sino


había llegado tarde, se marchó al hotel; el café. No se tilda cuando es pronom-
cuando es conjunción: Me dijo que estaba bre personal de segunda persona: Te es-
sola; ¿Que no lo sabe?; ¡Que estudie!; taba esperando; No te había visto; cuan-
tampoco se tilda en la expresión ni que do da nombre a la letra t: Esa te está tor-
decir tiene. A veces, que puede llevar o cida.
no tilde, dependiendo de la intención del 13. tú/tu. Se tilda cuando es pronom-
autor: ¡Anda, que buena curda te llevas! bre personal de segunda persona: Solo lo
(enunciativo)/¡Anda, qué buena curda te sabes tú; Tú no alcanzas la nota. No se
llevas! (ponderativo). Cuando en la frase se tilda cuando es adjetivo posesivo, apócope
eliden palabras, lo normal es tildar que: No de tuyo, tuya: Tu padre no viene; Me gusta
tengo qué ponerme; No hay por qué diferir tu pamela.
la partida; si lo elidido en estos ejemplos fi-
gura en la frase, la tilde se omite: No tengo 4.5.2. Atildación diacrítica de polisí-
nada que ponerme; No hay motivo [causa, labos. Como en el caso de los monosí-
razón] por que diferir la partida. labos, los polisílabos solo se tildan dia-
9. quién/quien. Se tilda cuando es pro- críticamente en algunas ocasiones para
nombre interrogativo, en forma directa distinguir funciones gramaticales de voces
o indirecta: ¿Quién ha llegado?; Quiero homógrafas, aunque ortográficamente, por
saber quién ha llegado; cuando se usa la estructura de la palabra, no hay razones
exclamativamente: ¡Quién pudiera ir a Pa- para utilizar la tilde.
rís!; cuando tiene valor distributivo: Quién 1. adónde/adonde. Se tilda cuando es
más, quién menos, todos estaban enfer- adverbio interrogativo de lugar, en forma
mos. No se tilda cuando es pronombre re- directa o indirecta: ¿Adónde iremos hoy?;
lativo: Quien bien te quiere te hará llorar; Dime adónde iremos hoy. No se tilda
Quien lo haya hecho debe dar su nombre; cuando es adverbio relativo de lugar, for-
a veces, aun en frases exclamativas no lleva mado por la preposición a y el adverbio
tilde: ¡Quien te oiga decir eso...! Cuando donde; a este respecto, recomienda la Aca-
en la frase se eliden palabras, lo normal es demia (grae 59, 355; Esbozo, 1973: 538,
tildar quien: No veíamos de quién fiarnos; n. 1) escribirlo en una palabra cuando el
si lo elidido en el ejemplo figura en la frase, antecedente va expreso: Aquel es el hotel
la tilde se suprime: No veíamos persona adonde nos dirigimos, y en dos cuando el
alguna de quien fiarnos. antecedente está callado: Me dirijo a donde
10. sé/se. Se tilda cuando es tiempo de dejé ayer el coche; pero no se trata, como
saber: Solo sé que no sé nada, o de ser: Sé hace constar el Esbozo (l. cit.), de un pre-
bueno y te premiaré. No se tilda cuando cepto, sino solo de una recomendación;
es pronombre: Se lo han llevado; Se está a precisamente por ello, y porque no parece
gusto; Antonio se casa. haber razón suficiente para mantener una
11. sí/si. Se tilda cuando es adverbio de distinción tal en la escritura, lo recomen-
afirmación: Me dijo que sí; Sí, se lo diré; dable es escribirlo siempre en una sola pa-
cuando es sustantivo: El sí de las niñas; labra, con antecedente expreso o callado,
cuando es pronombre personal de tercera con lo que se fija este caso concreto con la
persona: Lo quiere para sí; Volvió en sí. No grafía más conveniente. Así lo recomien-
se tilda cuando es conjunción condicional: da el dpd 05 (p. 23). En la misma fuente
Si quieres, nos vamos; cuando es conjun- se da el visto bueno a la grafía a dónde,
ción enunciativa: Me preguntó si ya estaba que anteriormente se tachaba de error de
curado; como nombre de la nota musical: escritura. No obstante, por razones de sim-
No da el si. plificación y unificación de criterios, sigue
12. té/te. Se tilda cuando se usa como siendo preferible su grafía en una sola voz,
sustantivo (cierta planta y su infusión): El como se hace con adónde/adonde.
4.5.2. ATILDACIÓN DIACRÍTICA DE POLISÍLABOS 165

2. cómo/como. Se tilda cuando es ad- 4. cuánto/cuanto. Se tilda cuando es


verbio interrogativo de modo en forma pronombre interrogativo de cantidad, en
directa o indirecta: ¿Cómo te encuentras?; forma directa o indirecta: ¿Cuánto te de-
No sé cómo te encuentras; cuando es excla- bo?; Dime cuánto te debo; también puede
mativo: ¡Cómo está mi padre hoy!; ¡Cómo ser exclamativo: ¡Cuánto tarda! No se tilda
llueve!; asimismo, se tilda en la expresión cuando es pronombre relativo: Me gusta
adverbial ¿cómo no?; cuando oficia de cuanto veo; cuando es adverbio relativo de
sustantivo: Ignoro el cómo y el cuándo del cantidad: Escribo cuanto puedo; cuando es
suceso. No se tilda cuando es adverbio re- adverbio relativo temporal: Su arrepenti-
lativo de modo o conjunción modal o com- miento durará cuanto dure su enfermedad.
parativa: Lo ha hecho como hay que hacer- 5. cúyo/cuyo. Se tildaba (hoy carece de
lo; Lo ha hecho tal como hay que hacerlo; uso) cuando, como pronombre interroga-
El modo como lo ha hecho es adecuado (es tivo, equivalía a ¿de quién?: ¿Cúyo es este
incorrecto tildarlo en casos como estos que paraguas? (= ¿De quién es este paraguas?).
se han mencionado: *EL modo cómo lo ha No se tilda cuando es pronombre relativo
hecho; *La manera cómo lo ha consegui- posesivo: Ángel, cuya madre está enferma,
do); cuando es adverbio relativo de tiempo no vendrá hoy.
o conjunción temporal: Tan pronto como 6. dónde/donde. Se tilda cuando es ad-
llegamos, nos acostamos; cuando oficia de verbio interrogativo de lugar, en forma di-
preposición que significa «en calidad de», recta o indirecta: ¿Dónde está mi caballo?;
«en concepto de»: Actuó como abogado, Decidme dónde está mi caballo. Cuando
o «alrededor de»: Había como doscientas en la frase se eliden palabras, lo normal es
ovejas; cuando es conjunción causal: Co- tildar donde: Buscábamos dónde guarecer-
mo no estaba abierto, saltó por la tapia; en nos; si lo elidido en el ejemplo figura en la
la conjunción enunciativa como que: Oyó frase, la tilde se suprime: Buscábamos un
como que llovía, o cuando como que oficia lugar donde guarecernos. No se tilda cuan-
de conjunción causal: —Dicen que han do es adverbio relativo de lugar: Estaba
sancionado a Justo. —¡Claro! Como que donde yo lo había dejado; cuando ocupa el
siempre llega tarde; sin embargo, cuando lugar de a casa de o en casa de: Voy donde
cómo, interrogativo o exclamativo, va María; Vengo de donde mi tío (v . dpd 05,
seguido de que (normalmente implícito el p. 238).
verbo decir), se tilda: ¿Cómo [dices] que 7. éste/este, ése/ese, aquél/aquel (con
no me has visto? sus femeninos y plurales). Entre las fun-
3. cuándo/cuando. Se tilda cuando es ciones diacríticas más discutibles de la
adverbio interrogativo de tiempo, en for- tilde se encuentran las que distinguen los
ma directa o indirecta: ¿Cuándo vendrá el pronombres demostrativos éste, ése, aquél
sacerdote?; No sé cuándo vendrá el sacer- (con sus femeninos y plurales) de los ad-
dote; puede ser exclamativo: ¡Cuándo le he jetivos homógrafos correspondientes este,
dicho yo a usted eso!, o bien interrogativo- ese, aquel (con sus femeninos y plurales).
exclamativo: ¿Cuándo vendrá, Dios mío!; Este problema acentual fue también trata-
cuando es conjunción distributiva: Cuándo do por Casares (1952: 79 ss.), quien llegó
por esto, cuándo por lo otro, nunca está a la conclusión de que, dada la anarquía
conforme; cuando oficia de sustantivo: reinante, lo mejor era prescindir de la tilde
Ignoro el cuándo y el cómo del suceso. en todos estos casos. La Academia, en la
No se tilda cuando es adverbio relativo 16.a de las nuevas normas (1959), esta-
de tiempo: Llegó cuando ya se habían ido bleció así la regla: «Los pronombres éste,
todos; cuando equivale a durante: Cuando ése, aquél, con sus femeninos y plurales,
el golpe de Estado, yo estaba en el Parla- llevarán normalmente tilde, pero será lícito
mento; cuando es conjunción condicional: prescindir de ella cuando no exista riesgo
Cuando tú dices que es así, así será. de anfibología». La orae (1974: 27), que
166 4.5.2. ATILDACIÓN DIACRÍTICA DE POLISÍLABOS

recoge este mismo texto, añade: «Existiría primera lectura, esta podría interpretarse
este riesgo en la oración siguiente: Los como adjetivo de muestra (sustantivo), en
niños eligieron a su gusto, éstos pasteles, lugar de pronombre (esta) y tiempo verbal
aquéllos bombones. Con tilde, éstos y (muestra), repectivamente; en casos como
aquéllos representan niños; sin tilde, es- este, una coma resuelve el problema:... una
tos y aquellos son determinativos de paste- reacción del segundo grupo; esta, muestra
les y bombones, respectivamente». En este que no hay diferencia... En caso de necesi-
ejemplo, la anfibología no es achacable a dad, el pronombre puede situarse también
la presencia o ausencia de tildes, sino a la entre comas; véase este ejemplo: ... pueblo
puntuación; si la Academia puntuara co- español, entendido este tanto conjunto de
rrectamente, tal anfibología desaparecería ciudadanos como...; la posible confusión
aun sin tildes: véase: Los niños eligieron de este adjetivo y tanto sustantivo en
a su gusto: estos, pasteles; aquellos, bom- lugar de este pronombre y tanto corre-
bones (obsérvese el paralelismo con el lativo de como se resuelve así: ... pueblo
ejemplo de Casares mencionado en el pá- español, entendido, este, tanto conjunto
rrafo 4.5); puntuado así, que es como debe de cuidadanos como... Es decir, que alguna
hacerse, las tildes son incluso redundantes: coma en situaciones ciertamente esporá-
no se necesitan para desambiguar una dicas sirve para evitar infinidad de tildes.
frase que no es ambigua. En relación con En los restantes usos pueden darse dos
la norma académica referente a que estos situaciones bien diferenciadas: que este,
pronombres «llevarán normalmente tilde, ese y aquel desempeñen función anafórica
pero será lícito prescindir de ella cuando (cuando se refieren a un sustantivo enun-
no exista riesgo de anfibología», Mejía ciado antes en la oración o período, al que
(1968: 415), muy clarividentemente, la ta- sustituyen) o que la función sea catafórica
cha de confusa e imprecisa; dice: «Porque (cuando este, ese, aquel se anticipan a la
si esos pronombres “llevarán normalmente mención del sustantivo correspondiente);
tilde”, ¿por qué han de dejar de llevar- ejemplos de función anafórica: Antonio
la? Y si no existe riesgo de anfibología, ¿por y Gustavo han llegado tarde: este, veinte
qué ponerla “normalmente”, puesto que la minutos; aquel, media hora; Lo que más
anfibología es lo menos “normal” que le gusta es el café solo y las fresas; aquel,
pueda darse? Modestamente, creemos que para el desayuno; estas, para la merienda;
la Academia no ha resuelto ni mucho me- ejemplos de función catafórica: Esta es la
nos los problemas de esta tilde; al contra- esposa de Pedro; Esas son las ideas por
rio, los ha complicado aún más». Resulta las que lucho: la libertad y la fraternidad.
tan obvio que uno se pregunta si la Acade- Quienes decidan tildar en todos los casos
mia ha leído esta opinión. En efecto, lo que estas palabras no hallarán dudas cuando
la Academia debería enunciar en la norma la función es anafórica, pero sí cuando es
es lo contrario de lo que enuncia: estos catafórica. En efecto, la tilde puede admi-
pronombres se escribirán normalmente sin tirse cuando esas palabras ocupan el lugar
tilde y solo podrán llevarla cuando exis- del sustantivo (anafórica) para evitar su
ta riesgo de anfibología. Tal riesgo, si se repetición (aunque una puntuación como
puntúa correctamente (como se ha visto en la utilizada en los ejemplos sustituye ven-
los ejemplos anteriores), prácticamente no tajosamente a las tildes), pero cuando lo
existe. Puede darse algún caso esporádico que se anticipa es este, ese o aquel, las du-
en que una palabra pueda actuar como ad- das se multiplican. Véanse unos ejemplos:
jetivo o como sustantivo o tiempo verbal y, Este es el hombre que se busca; Esta es la
en consecuencia, presentar algún problema suegra de mi hermano; Este es el solda-
de interpretación; véase el ejemplo siguien- do de quien te hablé; Aquella es la plaza
te: ... una reacción del segundo grupo; esta adonde nos dirigimos; Con este son tres
muestra que no hay diferencia...; en una los casos de muerte por electrocución. En
4.5.2. ATILDACIÓN DIACRÍTICA DE POLISÍLABOS 167

mi opinión, en estos oficios no deberían desde hace mucho tiempo. Arnold (1931:
tildarse los pronombres este, ese, aquel. 449-450) cita ejemplos de escritores como
Obsérvese el siguiente ejemplo: El proble- Espronceda, Galdós, Fernán Caballero y
ma es conseguir alimento para la boca, y Rubén Darío en los que alternan grafías
hay dos estrategias generales para hacerlo. como aquél que y aquel que; puesto que
Una es llevar el alimento a la boca: esta es aquel puede sustituirse por el, no debe
la función desarrollada por los tentáculos llevar tilde. En la OLE10 (pp. 241 y 270),
del pulpo. Como se puede observar, si se la Academia resuelve al fin esta duda: «[...]
tildase esta en esta es la función..., no cabe a partir de ahora se podrá prescindir de la
duda de que ésta, con tilde, tiene función tilde en el adverbio solo y los pronombres
anafórica y se refiere a boca, pero en reali- demostrativos [este, ese, aquel] incluso en
dad el ejemplo nos muestra que su función los casos de posible ambigüedad».
es catafórica: se refiere a función: esta 8. esto, eso, aquello. Estas formas neu-
(función) es la función desarrollada... Si se tras no reciben tilde en ningún caso; sí,
alegara que en todos esos casos este, ese y naturalmente, estos, esos, aquellos (si se
aquel son tónicos, Navarro Tomás (1980: decide tildarlos; → 4.5.2-7).
190) se encargaría de no hacer buena la 9. porqué/porque. Se tilda cuando es
alegación: «La misma acentuación foné- sustantivo que significa «causa, razón,
tica tiene, por ejemplo, a pesar de lo que motivo», o bien «ganancia, sueldo, retri-
aparenta la escritura, esa en “esa senda so- bución»: Ignoro el porqué de esa sanción;
litaria” que en “ésa fue su gran desgracia”, Cada trabajador merece su porqué (en este
o la forma aquella en “aquella tarde de último sentido es muy poco usada). No se
otoño” y en “aquélla trajo la suerte”». Se- tilda cuando es conjunción causal: Lo hago
gún Mejía (1968: 415), la regla académica porque me gusta; Llegué tarde porque el
debería reformularse así: «Los pronombres metro se averió; cuando es conjunción fi-
este, ese, aquel, con sus femeninos y plu- nal, equivalente a para que: Porque puedas
rales, solo llevarán [mejor: podrán llevar] ser alguien, lo doy todo por bien empleado
acento gráfico en los casos en que estén (no obstante, → 9.2-20).
representando un nombre antecedente», es 10. sólo/solo. La tilde diacrítica puede
decir, en función anafórica. Véanse otros aplicarse al adverbio solo para distinguirlo
ejemplos que pueden presentar dudas: Es- del adjetivo y sustantivo homógrafos. Se-
te me lo dijo; Me lo dijo este; Mañana gún la grae (1959: 481), «Por costumbre
llego a esa; Por esta te comunico que...; [cursiva mía] se acentúa la palabra sólo
Ocúpate menos del otro mundo y más de cuando es adverbio, y no cuando es sus-
este; Aquella que ves allí es mi hermana; tantivo o adjetivo; v. gr.: sólo me deleita
su resolución es como sigue: Este (chico, el estudio; acabo de ganar un solo en el
muchacho, hombre, individuo) me lo dijo; tresillo; un solo reparo lo detiene». Por su
Me lo dijo este (chico, muchacho, hombre, parte, Casares (1952: 81) dice al respecto:
individuo); Mañana llego a esa (ciudad); «Lo que sucede aquí es que las ocasiones
Por esta (carta) te comunico que...; Aquella de anfibología son tan notorias que consi-
(niña, chica, mujer) es mi hermana. Siem- deramos aconsejable trocar lo consuetudi-
pre que este, ese, aquel, con sus femeninos nario en preceptivo». La 18.a de las nuevas
y plurales, equivalgan a el, la, los, las no normas de 1959 decía: «La palabra solo,
deben llevar tilde: Este que pasa es mi tío en función adverbial, podrá llevar acento
(El que pasa...); Dichoso aquel que tiene ortográfico si con ello se ha de evitar una
su casa a flote (Dichoso el que...); Estos anfibología». Y la orae (1974: 27) añade
que juegan son mis sobrinos (Los que jue- estos ejemplos: «le encontrarás solo en ca-
gan...). Como puede verse, es otra forma sa (en soledad, sin compañía); le encontra-
de resolver los casos anteriores. Construc- rás sólo en casa (solamente, únicamente)».
ciones como aquel que vienen planteadas Casares aducía un ejemplo similar: Pedro
168 4.5.2. ATILDACIÓN DIACRÍTICA DE POLISÍLABOS

estuvo solo en el café una hora, y añadía: vacilan sin saber si es adverbio o adjetivo».
«y esto tanto puede entenderse en el senti- En nota, explica que en una reunión de
do de que estuvo una hora “sin compañía” ocho académicos repartió hojas con ocho
como en este otro sentido: Pedro estuvo ejemplos de solo y les rogó que atildaran
“no más” de una hora en el café; puesta, tales ejemplos conforme a las reglas de la
en cambio, la tilde, no cabe más interpreta- Academia: solo en uno de ellos coincidie-
ción que esta última». Tanto Casares como ron todos en la manera de acentuarlo; y
la Academia han dejado de lado algo esen- concluye: «Si esto pasa con académicos,
cial para desambiguar cualquier situación todos ellos escritores ilustres y estudiosos
de este tipo: el contexto, que, por poco há- de problemas gramaticales, ¿qué no pasará
bil que sea el autor, indicará sin género de con los periodistas, que tienen que escribir
dudas qué sentido tiene lo escrito, lleve o a la carrera, y con el grueso público? Una
no lleve tilde la palabra solo. Por otro lado, regla tan difícil de cumplir no tiene razón
¿cómo hilar tan delgado cuando sabemos de ser [cursiva mía]». En la página 148,
por experiencia que muchos autores colo- añade: «Y de aquí viene que con mucha
can las tildes al revés de como deberían? frecuencia aun los más cuidadosos autores
En relación con esta palabra, Félix se equivocan y le ponen tilde al adjetivo, o
Restrepo (1956: 144-151) dice: «Por tres no se la ponen al adverbio», extremo que
razones creemos que debe suprimirse la conocen bien los correctores de estilo y los
tilde que usan algunos en la palabra solo, tipográficos, ciertamente. Y en la página
cuando es adverbio y significa solamente 149 añade aún: «Es tanto más natural la
[«solamente»]. = 1) Es una tilde inútil. Di- confusión cuanto que el adjetivo es más tó-
cen que sirve para evitar confusiones. Pero nico que el adverbio; de modo que si fuera
el que oye la lengua hablada no ve la tilde imperioso el uso de la tilde para distinguir
y no se confunde [puesto que igual se pro- estas funciones gramaticales, el agraciado
nuncia con tilde que sin ella]. La tilde no con ella debería ser el adjetivo, en esta
puede ser instrumento de análisis gramati- forma: Adjetivo: vivía sólo en una cueva.
cal, sino guía para saber dónde se carga el Adverbio: vivía solo para alabar a Dios. =
tono en las palabras. Ahora bien, adjetivo En el primer caso, la palabra solo es tónica;
o adverbio, la palabra solo tiene el mismo en ella cargo todo el énfasis de la frase. En
tono; ¿qué oficio hace, pues, la tilde? = el segundo caso, el solo es casi tan átono
2) La segunda razón es que muchas veces como la preposición para; la frase tiene dos
es difícil distinguir si un solo es adverbio acentos: uno en vivía, y el otro en alabar.
o adjetivo. No basta decir que si se puede Es, pues, un contrasentido ponerle tilde al
sustituir por solamente es adverbio; porque adverbio y negársela al adjetivo».
en ocasiones al [el] adjetivo también se Es cierto que esporádicamente puede
puede cambiar por solamente [solamente]. presentar algún problema, más aparente
= [...] = 3) Y todavía hay otra razón para que real, pero incluso en esos casos cabe
suprimir la tilde en este adverbio, y es solución puntuaría. Carnicer (1977: 126)
que hay otras muchas palabras que hacen cita este ejemplo: lo haré sólo si se me or-
oficio, ora de adjetivo, ora de adverbio. dena, es decir, solamente y no sin compa-
¿Por qué a ellas no se les hace el mismo ñía. Sin embargo, en primer lugar, el con-
tratamiento?» (→ 4.5.) El padre Restrepo texto puede resolver por sí mismo la anfi-
aduce una serie de ejemplos tomados de bología, puesto que de él se desprenderá si
los veinte primeros capítulos del Quijote, lo que quiere decir se refiere a solamente
escritos sin tilde en solo, «y los lectores o a sin compañía; en segundo lugar, cabe
no hallarán la menor dificultad en leerlos resolverlo mediante la puntuación: Lo haré
correctamente». Y añade: «No es extraño, solo si se me ordena (solamente); Lo ha-
pues, que en muchos casos la palabra solo ré solo, si se me ordena (sin compañía).
sea tan ambigua, que aun los más peritos Una coma esporádica, que, además de de-
4.5.3. EL CASO DE AÚN/AUN 169

sambiguadora, sirve para dar mejor ento- bremente el hablante». Pone este ejemplo:
nación, sustituye a muchas tildes. Por lo Aun no se ha levantado (enunciativo),
demás, el drae 92 registra la alternancia ¡Aún no se ha levantado! (exclamativo). Se
sólo/solo (y el drae 01 solo/sólo, con pre- refiere después a que aun puede significar,
ferencia por la forma sin tilde) (= única- además, hasta, también, inclusive, aunque,
mente), lo que quiere decir que, con ese a pesar de, y que, en general, «denota a
significado, puede usarse indiferentemente veces idea de encarecimiento en sentido
una u otra grafía (siempre que en un mis- afirmativo o negativo» (drae 01), lo que
mo escrito se use únicamente una de las ejemplifica con: Si la madre era guapa, la
dos formas). Así pues, elimínese una tilde hija lo es más aún, poniendo tilde en aún
con la grafía solo. Como se dice en la pági- «porque nos parece evidente que aquí ha
na 167, en la OLE10 (pp. 241 y 270) la de pronunciarse con hiato; pero si hubié-
Academia resuelve al fin esta duda: «[...] ramos escrito, invirtiendo el orden, “la
a partir de ahora se podrá prescindir de la hija lo es aun más”, nos quedaría la duda
tilde en el adverbio solo y los pronombres de haber acertado omitiendo la tilde, ya
demostrativos incluso en los casos de posi- que también en este caso subsiste el énfa-
ble ambigüedad». sis de la partícula y a ello corresponde la
disolución del diptongo». Casares termina
4.5.3. El caso de aún/aun. Las pala- proponiendo la siguiente norma: «La partí-
bras aún o aun, consideradas en conjunto, cula aun, sea cualquiera la acepción en que
no entran en ninguno de los apartados se use, se pronuncia, por lo común, como
anteriores. En el primero, porque aún no voz monosílaba con diptongo cuando va
es monosílabo; en el segundo, porque aun antepuesta a la palabra o frase que modi-
no es bisílabo. Sin embargo, los problemas fica, y como voz disílaba, aguda, cuando
ortográficos de esta pareja son tan impor- va pospuesta; en este caso llevará el corres-
tantes como los de las parejas analizadas pondiente acento ortográfico: aún. Esto no
en los dos párrafos anteriores. La vieja obstante, cuando convenga dar un énfasis
norma, registrada por la grae (1959: 481), especial a dicha partícula, podrá usarse la
rezaba así: «El adverbio aun precediendo a forma aún, aunque vaya delante de la pala-
verbo no se acentúa, porque en este caso bra o frase modificada por ella». La 17.a de
forman diptongo las dos vocales; pero se las nuevas normas de 1959 (reproducida al
acentuará cuando vaya después del verbo, pie de la letra por la orae 74, 26-27) dice:
porque entonces se pronuncia como voz «La partícula aun llevará tilde (aún) y se
aguda bisílaba: ¿Aun no ha venido? —No pronunciará como bisílaba cuando pueda
ha venido aún». Casares (1952: 54) parte sustituirse por todavía sin alterar el sentido
de otro principio para resolver los proble- de la frase: aún está enfermo; está enfermo
mas a que daba lugar la atildación o no aún. En los demás casos, es decir, con el
de esta partícula: «Lo cierto es que en la significado de hasta, también, inclusive
lengua moderna disponemos de dos formas (o siquiera, con negación), se escribirá sin
bien diferenciadas para dicha partícula: tilde: aun los sordos han de oírme; ni hizo
una de tonicidad débil, monosílaba, y otra nada por él ni aun lo intentó». Coincide
notoriamente enfática, disílaba. Como es esta doctrina, en parte, con la que ya había
normal en casos análogos, la forma débil, enunciado Navarro Tomás (1980: 198):
aun, va siempre antes del verbo a que se «Aún se pronuncia con acento, formando
refiere, y en esto atina la regla académica; una o dos sílabas, con la significación de
pero la recíproca no es cierta, es decir, ‘todavía’: “aún tengo fuerzas”, “vive aún”,
que la forma enfática no ha de ir siempre y sin acento, formando una sola sílaba,
detrás. Puede ir delante, y aquí quiebra el con el valor de ‘hasta’, o reforzando a ni:
precepto, ya que el énfasis es un recurso “aun de sí mismo desconfía”, “no descansa
expresivo intencional del que dispone li- ni aun para corner”». Pero en nota al pie
170 4.6. ALTERNANCIAS ACENTUALES

de la página 162 escribe, al referirse a la cesiva: Aun cuando [= aunque] corráis, no


sinéresis de aún (semejante a la de ahora o llegaréis a tiempo, distinto de Estaba aún
ahí, en casos como Ahora lo veremos, Ahí [= todavía] cuando yo llegué.
puedes dejarlo, Aun no ha venido): «No se
trata de la partícula aun con la significa- 4.6. Alternancias acentuales. En el
ción de hasta ni en las formas ni aun, aun drae 92 existen 213 voces (salvo omisión)
cuando, donde es siempre monosílaba y que admiten dos acentuaciones, o sea, que
ordinariamente inacentuada, sino del aun pueden escribirse y pronunciarse de dos
o aún acentuado, equivalente a todavía, maneras (→ c. 4.1). La tendencia académi-
con significación puramente temporal o ca a la inclusión de estas voces biacentuales
con matiz ponderativo o adversativo». no es nueva, como manifiesta el académico
Esta última parte de la cita es interesante, uruguayo Laguarda Trías (1973: 5-28).
porque coincide con la propuesta de Ca- Según este autor, la primera vez que la Aca-
sares mencionada antes, pero que la Aca- demia puso en práctica este procedimiento
demia no ha tenido en cuenta. Es lo cierto fue ya en el Diccionario de autoridades
que, cuando decimos La hija es más guapa (1726-1739), 1737 (t. v), en la voz pabilo,
aún, no hay en la expresión idea de tiem- que podía pronunciarse «breve o larga
po, sino de ponderación; verdad es que la promiscuamente» (es decir, pabilo o pábi-
palabra todavía tiene también este sentido lo). Manifiesta el académico uruguayo que
ponderativo, pero el ejemplo puesto por no se trata ya de una excepción, sino casi
la Academia al enunciar su norma es, en de una regla, y que el procedimiento, en
ambos casos, de significación temporal, no principio indeseable, dará lugar a la apari-
ponderativa: aún está enfermo; está enfer- ción de cada vez mayor número de voces
mo aún. En Lo haces bien y aún lo puedes que el usuario de la lengua podrá utilizar
hacer mejor tampoco hay idea de tiempo. como quiera en cuanto al acento. Casares
De ahí que cuando la Academia habla de (1952: 28) decía: «[...] si las tres docenas
aún como equivalente de todavía, ha de in- de artículos que en el Diccionario [de
cluirse no solo la significación temporal de 1947] se registran con dos formas de acen-
este adverbio, sino también la ponderativa: tuación se ampliaran hasta un centenar,
«Denota encarecimiento o ponderación en todavía estaríamos muy lejos de la cifra
frases como la siguiente: Juan es todavía que se registra en los léxicos ingleses», y en
más aplicado que su hermano», donde nota a pie de página añade que en un apén-
todavía puede sustituirse por aún con esta dice del Standard Dictionary pueden verse
significación ponderativa. Por lo demás, no menos de dos mil artículos con proble-
cuando no se advierta ponderación o equi- mas acentuales, de los cuales la mitad se
valga a hasta, también, inclusive o siquiera refieren a cambios de acentuación. Pues
(con negación), debe escribirse sin tilde, bien, en la actualidad no solo se ha alcan-
cualquiera que sea su situación en relación zado el centenar de que hablaba Casares,
con la voz a la que afecta. Finalmente, debe sino que se ha rebasado con creces el se-
distinguirse cuidadosamente entre aún así/ gundo centenar. Refiriéndose a este hecho,
aun así y aún cuando/aun cuando; aun así Rosenblat (1974: 57) muestra su de-
es una expresión adverbial adversativa, sacuerdo: «La Academia, tachada siempre
que a veces se refuerza con ni: Aun así no de preceptista y dogmática, se proclama
llegaréis a tiempo; Ni aun así llegaréis a ahora campeona de la libertad. ¿No renun-
tiempo; es distinto del uso del adverbio aún cia en parte a su función normadora?
y del de modo así, en frases como Estaba Nuestra experiencia es que el hablante, o el
aún así cuando yo llegué. En cuanto a aun que escribe, se desconcierta ante tanta du-
cuando, es, según el drae 01, locución con- plicidad de formas y reclama cuál es la
juntiva adversativa equivalente a aunque mejor. Y aunque es prudente no encadenar
(Seco, 1998: 66, lo llama conjunción con- la lengua, en el terreno de las voces técni-
4.6. ALTERNANCIAS ACENTUALES 171

cas o eruditas cabe sin duda poner cierta ñol y terminadas en -grama se escriben y
medida». No solo no hay medida, como se pronuncian llanas, con la excepción, tal
ha visto, sino que, al parecer, los hablantes vez solo por influencia de Casares, de pen-
y escribientes utilizan siempre, en cada ca- tágrama (que también puede escribirse
so, las dos formas registradas en el drae pentagrama, forma preferible). Ya en 1933
(extraño acuerdo colectivo), puesto que Unamuno había escrito: «acentúo telégra-
difícilmente la Academia elimina una de ma, y así lo pronuncio» (v. Martínez de
estas formas para dejar la que tenga mayor Sousa, 1995b, ix). Unamuno tenía razón
aceptación, sea o no etimológica. Porque la por lo que respecta al hecho de que la for-
cuestión reside, precisamente, en que en ma etimológica es esdrújula, pero eso no es
la mayoría de las voces biacentuales una suficiente: por encima de la etimología, en
responde a la etimología y la otra al uso. muchos casos, prevalece el uso, tanto más
Aparte los peligros que comporta el hecho cuanto que a todas las palabras griegas
de pretender introducir las formas etimoló- con esa terminación se les aplicó siem-
gicas a toda costa, existe la circunstancia pre la acentuación latina, grave o llana
de que la metatonía o cambio del acento en (→ 4.6-2). Según Laguarda Trías (1973:
una voz a lo largo de la historia de nuestra 21), «Los factores que han conducido a la
lengua tiene su origen en el propio latín, doble forma acentual podrían reducirse a
madre del español. Como dice el Esbozo los siguientes: 1) discrepancias entre la
(1973: 81), «Casi todos los helenismos, acentuación etimológica y la usual; 2) di-
introducidos o no a través del latín, se han vergencias en la aplicación del criterio eti-
acomodado en español [...] a la prosodia mológico; 3) variaciones en la acentuación
latina». Y añade más adelante (p. 82): «Es- debido a las modificaciones ocurridas en la
ta acentuación es un rasgo tradicional de la lengua; 4) indecisión de la forma acentual
prosodia española y no debe considerarse en voces procedentes de otros idiomas. =
anómala. Pero tampoco lo es la conserva- La acción simultánea de estos factores es
ción del acento griego, aunque resulte con- suficiente para provocar, en un plazo más o
traria a la prosodia latina». Y en nota a pie menos largo, una situación verdaderamen-
de página: «Pero se considera anómala te caótica en materia de acentuación». De
cuando la acentuación latina está ya asegu- todos estos factores, parece el más impor-
rada por el uso: epigrama (no epigrama); tante la oposición etimología-uso, como se
paralelogramo (no paralelogramo), y casi ha dicho anteriormente. Los ejemplos, que
todos los compuestos con -gramo, -grama son muchos, pueden reducirse a algunas
(gr. -grammos, -gramma)». A este propósi- muestras: la acentuación etimológica es
to, lo que resulta difícil es saber cuándo orgia, atmosfera, conclave, medula, réptil,
una pronunciación está ya establecida. Por pero nadie usa hoy, salvo un purista a ul-
ejemplo, mientras Casares (1952: 35) decía tranza, estas grafías, sino orgía, atmósfera,
que para las personas relacionadas con la cónclave, médula, reptil, respectivamente.
música la pronunciación única de pen- Como dice Menéndez Pidal (1977: 40, n.),
tagrama era pentagrama, Rosenblat (1974: «hoy se ha generalizado orgía, cuando lo
57) le contesta: «Nos sorprende la afirma- correcto es orgia [es decir, orgia]; y se dice
ción. En la última generación nos parece hipógrifo, opimo, intérvalo, debiéndose
que se ha impuesto la acentuación llana; y acentuar todas en la penúltima, como ha-
en Hispanoamérica quizá sea hoy lo más cen los buenos escritores. Modernamente
general en el habla de los músicos». Tam- han llegado a ser generales las acentuacio-
bién se habían opuesto a esa acentuación nes viciosas fárrago, púdico (también se
Ragucci (1955) y prácticamente todos los introdujo en portugués), cónclave, antes
ortógrafos hispanoamericanos de la época paroxítonas. Acaso por seguir el acento
(1955). ¿Quién tiene razón? Lo cierto es griego se generalizaron también parásito,
que todas las palabras aclimatadas en espa- cíclope, políglota, epigrama, contra el
172 4.6. ALTERNANCIAS ACENTUALES

Cuadro 4.1. Alternancias acentuales admitidas por la Academia1

acedía o acedía caí o cay élite o elite


ademprio o ademprío cámpago o campago elixir o elíxir
Adonaí o Adonay cantiga o cantiga endocrino o endocrino
aeróbic o aerobic capnomancia o capnoman- (Méx.)
aeromancia o aeromancía cía esfácelo o esfacelo
aerostato o aeróstato carau o caraú espahí o espay
áfilo o afilo cardiaca o cardíaca espatulomancia o espatulo-
afrodisíaco o afrodisiaco cardíaco o cardiaco mancía
agrafía o agrafía cartel o cártel (convenio; esporófito o esporofita
aguaí o aguay agrupación) ester o éster
ajo o ajó (interj.) cartomancia o cartomancía estratosfera o estratosfera
alectomancia o alectoman- catoptromancia o catoptro- (Hisp.)
cía mancía exegesis o exégesis
áloe o aloe caudimano o caudímano exegeta o exégeta
alvéolo o alveolo celíaco o celiaco exoftalmia o exoftalmía
amoniaco o amoníaco celtíbero o celtibero exosfera o exósfera (Hisp.)
anafrodisíaco o anafrodi- cénit o cénit exósmosis o exosmosis
siaco centimano o centímano
anémona o anemona ceraunomancia o cerauno- farandola o farándola
anhídrido o anhídrido mancía fárrago o farrago (desus.)
anofeles o anofeles cercén o cercen folíolo o folíolo
antiafrodisíaco o antiafro- ceromancia o ceromancía fotolisis o fotolisis
disiaco chófer o chofer fotosfera o fotosfera (Hisp.)
apolónida o apolonida cleptomaníaco o cleptoma- frejol (Extr.) o fréjol
aréola o areola niaco frijol (Hisp.) o fríjol
armoniaco o armoníaco cóctel o coctel fútbol o futbol
artroscopia o artroscopía cordiaco o cordíaco
askenazi o askenazí cromosfera o cromosfera gametófito o gametofito
atmósfera o atmosfera (Hisp.) genesíaco o genesiaco
atríaca o atriaca cuadrumano o cuadrúmano genetlíaco o genetliaco
austríaco o austríaco cuilio (El Salv.) o cuilío geomancia o geomancía
(Hond.) giróstato o girostato
bálano o balano gladíolo o gladiolo
balaustre o balaústre daiquiri o daiquirí (Hisp.) gradíolo o gradiolo
barisfera o barisfera (Hisp.) deixis o deíxis grafila o gráfila
bebe (Arg., Hond., Perú, demoníaco o demoniaco grátil o gratil
Ur.) o bebé demonomancia o demono-
bereber o beréber mancía hala o alá (interj.)
bibliomancia o biblioman- dinamo o dínamo helespontíaco o helespon-
cía dionisíaco o dionisiaco tiaco
bimano o bímano dipsomaníaco o dipsoma- helíaco o heliaco
biosfera o biosfera (Hisp.) niaco helióstato o heliostato
bonsái o bonsay dominica o dominica hemiplejía o hemiplejía
bosniaco o bosníaco dominó o dómino (P. Rico) hemorroísa o hemorroisa
bronquíolo o bronquiolo heteromancia o heteroman-
bucare o búcare egílope o egílope cía
bue (desus.; Sal.) o bué (de- egipciaco o egipcíaco heterosfera o heterósfera
sus.; Sal.) o búe (desus.) electrolisis o electrólisis (Hisp.)
búmeran o búmeran elefancía o elefancía hidrácida o hidracida
bustrófedon, bustrofedon o elefancíaco o elefanciaco hidrólisis o hidrolisis
bustrofedón elegiaco o elegiaco hidromancia o hidromancía
1 La Academia prefiere las primeras formas en cada caso.
4.6. ALTERNANCIAS ACENTUALES 173

hidrosfera o hidrosfera naíf o naif pudín o pudín


(Hisp.) necromancia o necromancía pulmoníaco o pulmoniaco
hipocondríaco o hipocon- neroli o neroli quiromancía o quiromancia
driaco nigromancía o nigromancia raíl o rail
hipomaníaco o hipomaniaco noli o noli ranglán o ranglan
humil o húmil (ant.) noosfera o noósfera (Hisp.) reostato o reóstato
humilmente o húmilmente reptil o réptil
(ant.) oftalmía u oftalmía resoli o resolí
ole u olé (interj.) reuma o reúma
ibero o íbero olimpiaco u olimpíaco rizófito o rizofito
icono o icono olimpíada u olimpiada róbalo o robalo
ilíaco o iliaco omóplato u omoplato rosoli o rosoli
ion o ión onicomancia u onicomancía ruan o ruán (pavo; tela)
ionosfera o ionosfera (Hisp.) oniromancia u oniromancía rubeola o rubéola
isiaco o isíaco onomancia u onomancía
isóbara o isobara oosfera u oosfera (Hisp.) samurái o samuray
isoquímena o isoquimena orgía u orgia semiperíodo o semiperiodo
isotopo o isótopo ornitomancia u ornitoman- sicomoro o sicómoro
cía simoniaco o simoníaco
jeremíaco o jeremiaco osmosis u osmosis siriaco o siríaco
jopé o jope ozonosfera u ozonósfera solo o sólo
(Hisp.)
kárate o karate tabarro o tábarro
pabilo o pábilo tángana o tangana
lauréola o laureola pachulí o pachuli tarara o tarará (toque)
lecanomancia o lecanoman- paipái o paipay taxón o taxon
cía páprika o paprika termosfera o termósfera
lipemaniaco o lipemaníaco paradisíaco o paradisiaco (Hisp.)
litosfera o litosfera (Hisp.) paralimpiada o paralimpía- tetraplejia o tetraplejía
litotes o litotes da tipói o tipoy
paraplejia o paraplejía tortícolis o torticolis
magnetosfera o magnetós- parolimpiada o parolimpía- travestí o travestí
fera (Hisp.) da tríbada o tríbada
mama o mamá (madre) parsec o pársec triglifo o tríglifo
maná o mana (Hisp.) pecíolo o peciolo troposfera o troposfera
mándala o mandala pelícano o pelicano (ave) (Hisp.)
maníaco o maniaco peloponesiaco o pelopone- true o trué
médula o medula síaco
mesosfera o mesósfera pensil o pénsil uromancia o uromancía
(Hisp.) pentagrama o pentágrama utopía o utopia
metempsícosis o metem- período o periodo
psicosis pion o pión (partícula ele- vacaraí o vacaray
meteoro o metéoro mental; que pía) vaguido o váguido (Hisp.)
metopa o métopa piromancia o piromancía varice o várice (= variz)
microscopía o microscopía pirosfera o pirósfera (Hisp.) velahí o velay
mildiu o mildiú pitorá o pitora vídeo o video (Hisp.)
mimesis o mimesis policíaco o policiaco
misil o misil policromo o polícromo xeroftalmia o xeroftalmía
monomaniaco o monoma- polígloto o poligloto
niaco présago o presago yataí o yatay
mucilago o mucüago prion o prión
mue o mué procero o prócero zabila o zábila
muon o muón pucara o pucará zodiaco o zodíaco
174 4.6. ALTERNANCIAS ACENTUALES

acento latino que le daban nuestros clási- DRAE01 no hay menos de doscientas cua-
cos. Entre las personas semicultas actúa la renta (he contado 246 voces biacentuales).
llamada manía esdrujulista que propaga el Si suprimimos 25 palabras de las 210, nos
acento de las voces cultas esdrújulas por quedan 185 de la edición anterior, y si las
el prestigio docto que las dignifica. [...]». restamos de las 253 que yo cuento en esta
Según Laguarda Trías (1973: 26), «acome- edición (v. c. 4.1), tenemos 68 nuevas pala-
ter su enmienda es empresa de resultado bras biacentuales. Esto quiere decir que el
aleatorio ya que no hay obstáculo más di- fenómeno, lejos de tener remedio, va en
fícil de superar que el uso tradicional [...]». notable aumento.
Sin embargo de lo dicho, el drae mantiene Dentro del campo de las voces biacen-
como biacentuales voces que en una de las tuales se dan algunas inconsecuencias.
formas son arcaicas o desusadas; pues Por ejemplo, registra la alternancia cenit
bien, ¿por qué no suprimir estas grafías si o cénit (admite cénit sin duda cediendo
nadie las utiliza? Por ejemplo, la grae de a un mal uso de cenit), pero en la z solo
1874 incluía entre las biacentuales ójala/ registra zenit (aguda), ¿No sería lógico
ojala, acaso guiada la Academia por la que también aquí funcionara la alternan-
opinión de Salvá en su Gramática (1834 y cia acentual? Registra atríaca y atriaca,
1853), según el cual existía la duda acerca pero solo triaca, a la que remiten aquellas.
de si se oía más ojala u ojalá. Parece, según Suprime la forma auréola en la alternan-
Salvá, que una edición del drae , que no cia aureola/auréola, pero no se comporta
menciona, registra ambas formas, pero se- de igual forma en areola/aréola, que son de
gún Malaret (1954-1955: 247), las edicio- la misma familia. Extraña forma de «fijar»
nes de 1837, 1869, 1884 y 1947 solo regis- el lenguaje... Para la exposición y análisis
tran ojalá, aguda. Si la Academia, obser- de las grafías biacentuales, me valdré de
vando el fenómeno, decidió eliminar la que su división en familias atendiendo al rasgo
no tenía uso, ¿por qué actualmente apenas común, que es la terminación.
elimina voces biacentuales y, por el contra- 1. -aí/-ay, -oí/-oy. De las voces bia-
rio, cada vez admite más? Por ejemplo, el centuales que registra (→ c. 4.1), en aguaí/
drae 84 contenía al menos 181 voces bia- aguay, caí/cay, vacaraí/vacaray y yataí/
centuales, de las cuales en el drae 92 ha yatay prefiere la terminación en -aí, y en
eliminado seis (adíposis, etiope, foniatra, tipoi/tipoy, la primera forma. Laguarda
néurosis, pracrito y sanscrito, dejando en Trías dice que las grafías terminadas en
su lugar, respectivamente, las formas adi- -ay, -oy «son las que mejor se adaptan a
posis, etíope, foniatra, neurosis, prácrito y las normas ortográficas de nuestra lengua»
sánscrito), y ha admitido 38 nuevas voces (→ 1.3.26.1), por lo que «no vemos la ne-
con doble acentuación, algunas tan inopor- cesidad de usar carandaí [eliminada en el
tunas como bustrofedon (siendo así que los DRAE01], tipoí [ahora, desde 1992, tipoi,
expertos utilizan la forma bustrofedon), extraña grafía, y desde el 2010, tipói o
microscopía (que solo en raras ocasiones tipoy, v. OLE10, p.78] y yataí [más aguaí,
he visto usada), etcétera. En la edición del desconocida de este autor], mientras no se
drae 92 registraba la Academia en torno a pruebe lo contrario». Aunque estas voces
doscientas diez voces biacentuales. Pues son guaraníes, y en esa lengua son agudas
bien: después de haber eliminado 25 (acne, en general, tanto lo serán en la forma -aí
alergeno, ambrosia, auréola, badminton, como en la -ay (es el mismo caso de carau/
caá-miní, caranday o carandaí, ciclope, caraú, también voz guaraní; → 4.3.2.2-1).
conclave, cratera, egida, emprio o emprío, En cuanto a Adonaí/Adonay, voz de origen
énclisis, endosmosis, esporófita o esporofi- hebreo, dice Casares (1952: 105): «¿Por
ta, genetliaca o genetlíaca, guaba, homeós- qué [...] estampa el Diccionario adonái [sic,
tasis, mático, osmosis, parasito, plébano, con minúscula] cabeza de artículo, mien-
simoníacamente, termóstato y zoster), en el tras en la etimología del mismo escribe
4.6. ALTERNANCIAS ACENTUALES 175

correctamente Adonay?». Como se ha vis- vacilaciones son infinitas y abarcan casi


to, la grafía Adonái ha sido sustituida por toda la terminología médica. = La expli-
Adonaí, no se sabe bien si por repugnancia cación es muy sencilla. La acentuación
a las formas agudas terminadas en -i pre- hemiplejía, disentería, neumonía, etc. (con
cedida de vocal (pese a que registra paipai, acento en la i) es griega; la acentuación
samurai —también paipay y samuray— y hemiplejía, disenteria, neumonía, etc. (con
actualmente bonsái y agnusdéi) o por simi- acento en la sílaba anterior), es latina.
litud con voces como Sinaí, Esaú, Emaús, Aunque estos términos son de origen grie-
etcétera, del mismo origen. Sin embargo, si go, muchos de ellos llegaron al castellano
etimológicamente Adonay es forma correc- a través del latín, que era la lengua tradi-
ta como dice Casares, la grafía apropiada, cional de la medicina. = Pero la vacilación
sin duda, debería ser Adonái. En cuanto a no se limita a esos términos médicos. Hoy
las grafías espahí/espay, de origen persa a parecen impuestos utopía y abulia, pero
través del francés, y velahí/velay, las prefe- Unamuno prefería utopia y abulia. Hoy es
rencias se inclinan por la terminación -hí. mejor bigamia o poligamia, pero muchos
2. -grama/-'grama. Como apunta La- son aficionados a la bigamia o a la poliga-
guarda Trías (1973: 13), a los nombres de mia. Ya son generales ambrosía y orgía, pe-
procedencia griega terminados en -grama ro hasta hace poco se encontraba en poesía
se les aplicó la pronunciación latina, grave ambrosia y orgia» (Rosenblat, 1960: 296).
(cita, entre otros, anagrama, cardiograma, En las palabras biacentuales de este
epigrama, ideograma, etcétera). La Acade- grupo (→ c. 4.1), la Academia es irregu-
mia, sin embargo, admite como biacentual lar en sus preferencias: prefiere el hiato
pentagrama/pentágrama (→ 4.6), «sin que -ía en utopía/utopia (la alternancia di-
sepamos las razones de esta incongruencia, sentería/disenteria ya no existe, sino solo
que solo beneficia a los barbarizantes» (La- disentería), pero acaso por influencia de
guarda Trías). Las razones se han expuesto voces latinas con terminación semejante
anteriormente (→ 4.6; 4.7-31). (arrogancia, abundancia, etcétera), en las
3. -ia/-ía. «La pronunciación de este terminaciones -mancia/-mancía prefiere el
encuentro en final de palabra es una de diptongo y, sin embargo, en las termi-
las que resultan más vacilantes debido a nadas en -plejía ‘golpe’ prefiere el hiato,
que muchos vocablos de origen griego, menos en las dos únicas biacentuales que
y después naturalizados en latín, se han registra en este grupo (otra incoherencia
tomado unas veces de esta lengua y otras de la Academia, pues no aplica la dualidad
de aquella» (Casares, 1952: 57). Según acentual a todo él), hemiplejia/hemiplejía,
Menéndez Pidal (1977: 40, n.), las voces paraplejia/paraplejía y tetraplejia/tetraple-
griegas con la terminación -ia acomodan jía. De las voces que terminan en -plejía,
su acento al latín; prosodia, academia, tra- la Academia no hace extensiva la dualidad
gedia, etcétera (→ 4.6-1). «Los latinismos acentual a apoplejía, registrada así en el
y helenismos en -ia han vacilado en toda drae , ni, naturalmente, a las siguientes
la historia de la lengua. Hoy se prefiere palabras, que no registra: displejía, gas-
neumonía y bronconeumonía, pero se oye troplejía, glosoplejía, laloplejía, logoplejía,
también (es el uso argentino) neumonía y monoplejía, triplejía, uranoplejía; en todas
bronconeumonía [actualmente tenidas por ellas la terminación -plejía/-plejia significa
incorrectas en general]. Hoy se prefiere di- «golpe». Hasta el drae 84, la Academia
sentería, pero la Academia hasta 1885 solo registraba las formas exoftalmía, oftalmía
admitía disenteria y últimamente ha acep- y xeroftalmía, con acentuación griega,
tado las dos [desde 1984, solo disentería]. pero en el drae 92 admite las alternancias
E inversamente se prefiere hoy embolia y exoftalmia/exoftalmía, oftalmía/oftalmía y
menarquia, frente a embolia y menarquía, xeroftalmia/xeroftalmía, con preferencia
que también se dicen [no en España]. Las por las formas con diptongo, que es la
176 4.6. ALTERNANCIAS ACENTUALES

acentuación latina. Probablemente, por movería a risa; y sería además un anacro-


tratarse de tecnicismos, estas voces no han nismo, puesto que cuando se inventó ese
entrado en el español a través del latín, adjetivo ya nadie pronunciaba por acá el
sino directamente del griego, por lo que hiato» (Casares, 1952: 57-58). No es cierto
la acentuación preferible es la griega. De que la pronunciación policiaco sea la más
las voces terminadas en -mancia/-mancía, extendida, o no lo es que la pronunciación
la Academia no registra las siguientes, que policí-aco mueva a risa, al menos actual-
sin duda admiten también la doble acen- mente. Según apunta Laguarda Trías, la
tuación: amniomancia, antropomancia, acentuación etimológica es la esdrújula
aritmomancia, astromancia, cefaloman- (-íaco, -íaca), que es la usada en América
cia, dactilomancia, litomancia, mioman- (v. R. Restrepo, 1954: 880; 1955; Ragucci,
cia, oomancia, psicomancia o sicomancia, 1955), y la llana (-iaco, -iaca), no etimoló-
rabdomancia, sideromancia; en todas ellas gica, elegida en algunos casos por la Aca-
la terminación -mancia/-mancía significa demia, parece la más habitual en España.
«adivinación». Para que sirva a modo de Según Navarro Tomás (1980: 171-172),
guía en este enmarañado grupo, conviene palabras como período, etíope, cardíaco,
tener en cuenta que, según apunta Ro- monomaniaco, etcétera, «no obstante lle-
senblat (1960: 297), «los nombres de las var el acento sobre la i, se pronuncian, en
disciplinas científicas se han regularizado general, destacando la vocal siguiente y
con la acentuación griega [es decir, con convirtiendo el grupo en un diptongo as-
hiato -ía]», como geografía (y las termina- cendente»: periodo, etiope, cardiaco, etcé-
das en -grafía), geología (y las terminadas tera. En opinión de Moliner (1980: i, 896;
en -logia), toxicomanía (y las termina- 1998: 1513), «Los hablantes han optado
das en -manía), anatomía (y las terminadas ya resueltamente por la forma diptonga-
en -tomía), etcétera. Como se ha visto, no da». También Malaret (1954-1955: 247) y
hay unidad en este grupo, pero pretender Junco (1953) son partidarios de las formas
unificarlo sería arriesgado. Como dice Ro- diptongadas. Para Rosenblat (1974: 54),
senblat (1974: 56), «El criterio analógico la acentuación hiática es antigua: «[...] en
es peligroso: llevaría a admitir demagogia el Diccionario de autoridades (1729) se
en vista de pedagogía; o melodía en vista encuentra Passión cardíaca, medicamentos
de prosodia, rapsodia, parodia, etc. La cardíacos (en cambio, sal amoniaca). La
lengua tendrá siempre, para desesperación restauración latinizante fue en algunos ca-
de gramáticos analogistas, una buena dosis sos lenta y muy tardía: amoníaco en 1832
de anomalías». Y el mismo autor (1960: (sal amoníaco-sal amoníaca), austríaco en
297): «La lengua es producto de fuerzas 1925. Hispanoamérica, con gran esfuerzo
diversas y contrapuestas y solo el esperan- educativo, ha restablecido el hiato en casi
to se puede regular con estricto criterio todos los casos. Sobre todo en la lengua
lógico. La diversidad, ¿no es uno de los culta. [...] La tendencia a la diptongación
encantos de la vida?». de esas voces data del latín vulgar, y, sin
4. -iaca/-íaca, -iaco/-íaco. «En los vo- embargo, en veinte siglos el hiato mantiene
cablos terminados en -iaco lucha esta for- plena vida». Según este autor (1960: 312),
ma con la que lleva acento en la -i, -íaco. las grafías amoniaco, cardiaco se consi-
Aquí la indecisión no es imputable a la deran vulgares en toda Hispanoamérica.
Academia, que siempre se mostró partida- Pese, pues, a las aseveraciones de Casares,
ria del esdrújulo. Es la evolución normal Navarro Tomás y Moliner, la acentuación
del acento la que ha distanciado al Dic- diptongada no es tan general en el mundo
cionario del uso; porque, indudablemente, hispánico; ni siquiera en toda España.
la pronunciación que hoy predomina es La pronunciación austríaco, amoníaco,
austríaco, maniaco, policiaco, etc. Ha- policíaco se oye a menudo, aunque tal
blar actualmente de una novela policí-aca vez el hablante culto se incline a veces (no
4.6. ALTERNANCIAS ACENTUALES 177

siempre) por la diptongación. La Academia Marcomano y turcomano solo admiten la


tiene diversas preferencias en este grupo, grafía llana.
aunque predomina la forma -íaco; se ob- 7. -'odo/-odo. Laguarda Trías (1973:
servan ciertas incoherencias; por ejemplo, 14) dice que las voces terminadas en -odo
de las que terminan en -maniaco, en dipso- (del gr. ódós, camino, vía) son esdrújulas
maníaco y maníaco prefiere el hiato, y en (preferidas por la Academia), de acuerdo
lipemaniaco y monomaniaco, el diptongo; con la etimología, coincidente en griego y
en cardíaco/cardiaco prefiere el hiato, así en latín: método, éxodo, sínodo, cátodo,
como en vena cardíaca. De acuerdo con ánodo. Palabras del mismo étimo, co-
esta dualidad acentual, el antropónimo mo diodo, pentodo, triodo, etcétera, no
Ciríaco (grafía corriente en España) admite reciben dualidad acentual. Macrodíodo
también la forma Ciríaco (grafía normal en (= macróspora) la registra nel solo como
los países latinoamericanos). Por lo demás, esdrújula. Ya se vio antes (→ 4.6-4) la
la Academia no es coherente en la admi- opinión de Casares, Navarro Tomás y Mo-
sión de estas voces, pues mientras registra liner. Bello (1951: 130) prefería la forma
celíaco/celiaco, no hace lo propio con ce- período (que es, también, la preferida por
liaca, de la que solo registra la forma llana la Academia) y lo mismo Roberto Restrepo
pese a ser de la misma familia etimológica. (1943) y Ragucci (1955). Rosenblat (1960:
(Lo chocante es que el DRAE01 registra 312) dice que la forma periodo se conside-
celiaca ‘diarrea blanquecina’ como forma ra vulgar en toda América, donde se pro-
femenina de celiaco, pero en celíaco dice nuncia período. Se escriben siempre llanas
que es el enfermo de celiaca.,. Parece que voces de distinto étimo como nematodo,
lo lógico sería que el enfermo de celiaca cestodo, trematodo.
fuera celiaco y no celíaco...) Tampoco ad- 8. -ola/-'ola, -olo/-'olo. Los vocablos
mite dualidad acentual para teriaca y triaca que llevan esta terminación, que corres-
(pese a aceptarla para atríaca/atriaca). ponde a diminutivos latinos, son, etimoló-
Aunque no son voces académicas, admiten gicamente, esdrújulos, aunque es antigua,
también la doble acentuación ambrosiaco según Laguarda Trías, «la tendencia de
y deliaco. No la admiten, por no proceder trasladar el acento a la vocal más abierta».
del mismo étimo, ajiaco, tiaca y quiaca. Según Font Quer (1953: xxvii), «Por lo
5. -íatra/-íatra. Según expone Laguar- común, en los autores botánicos castella-
da Trías, las voces terminadas en -íatra nos también aparecen sin acento gráfico
deben recibir su acentuación etimológi- numerosos diminutivos tomados del latín,
ca, esdrújula (-íatra), pero la Academia, que deben llevarlo, como centríolo, estro-
que en el drae 70 admitía las alternan- fíolo, folíolo, nucléolo, ostíolo, pecíolo,
cias pedíatra/pediatra, podíatra/podiatra, peridíolo, vacúolo, etc.; así como los que
(p)siquíatra/(p)siquiatra, en el drae 84 ha corresponden a nombres genéricos, tales
renunciado a las formas esdrújulas y solo como lauréola, gladíolo, gracíolo, etc.».
figuran en él las llanas (salvo un caso, fo- La Academia no mantiene un criterio co-
níatra/foniatra —eliminada en el drae 92 herente, pues si bien en las que terminan
la forma esdrújula foniatra—, tal vez por en -eolo/a prefiere las formas llanas, de las
descuido, aunque resulta extraño que pre- que terminan en -iolo prefiere las esdrúju-
firiese la forma hiática). Es un paso adelan- las, menos en bronquiolo/bronquíolo. Con
te que hay que aplaudir. El mismo criterio la misma falta de coherencia, voces como
se aplica a fisiatra, geriatra y a otras voces arteriola, bractéola, carriola, graciola, lan-
no académicas como hipiatra o hipiatro. céola, maléolo, nucléolo, roséola y vitriolo
6. -mano/-'mano. La Academia pre- no reciben la dualidad acentual, pese a ser
fiere la acentuación llana de las voces de de la misma familia etimológica. Ragucci
este grupo, mientras que Laguarda Trías (1955) se pregunta si la dualidad acentual
dice que la etimológica es la esdrújula. es extensible a cabriola, vitriolo, pipiolo,
178 4.7. ACENTUACIÓN ETIMOLÓGICA DE PALABRAS COMPUESTAS

pipióla, Fabiola. En cuanto a voces del mis- que abandona en el drae 01 en favor de
mo étimo no recogidas por la Academia, homeostasis, llana. En hemostasis, de la
desu y nel escriben ostíolo, y mientras misma etimología, registra también solo la
desu escribe ovaríolo y traquéola, nel forma llana, como llana es estasis ‘estanca-
prefiere ovariolo y traqueola, grafía única miento de la sangre’. De las restantes voces
en ambos casos; nel registra, incoheren- académicas terminadas en -stasis, todas
temente, vacuola, pero, como sinónima, esdrújulas, una, perístasis, procede del
vacúolo, junto con centríolo (→ 4.6-4). latín, y las restantes, del griego: apocatás-
9. -osis. Las voces de origen griego con tasis, antiperístasis, catástasis, hipóstasis,
esta terminación recibieron acentuación metástasis.
latina, es decir, llana. La Academia prefiere 12. -stato/-'stato. La Academia pre-
la esdrújula, etimológica. Laguarda Trías fiere la forma etimológica en aeróstato/
recomienda en todos los casos la llana, que aerostato, giróstato/girostato, helióstato/
es la que prevalece en el grupo general de heliostato, ya que todas las voces con esta
voces terminadas en -osis: acidosis, lordo- terminación (del gr. statós, parado, en equi-
sis, apoteosis, metamorfosis, etcétera, y librio) son esdrújulas; pero en aerostato/ae-
exostosis, no académica. Pese a la postura róstato y reostato/reóstato la preferencia se
de la Academia, no reciben igual trato las invierte, y en el DRAE01 la alternancia ter-
siguientes palabras que registra el DRAE: mostato/termóstato se ha quedado solo en
anamorfosis, anastomosis, hematosis, hi- termostato, llana. Laguarda Trías asegura
permetamorfosis, metamorfosis, psicosis y que el hecho de admitir termostato (pre-
sicosis (tampoco metensicosis, grafía que ferida por la Academia a termóstato, que
la Academia no registra) y más de setenta es la etimológica) no tiene «otra razón
palabras que el drae registra terminadas que el uso indebido por técnicos y usua-
en -osis. En el drae 84 la Academia aña- rios». desu registra, además, criostato y
dió a la lista adiposis/adíposis y neurosis/ estratostato.
néurosis, pero en el drae 92 eliminó las for-
mas adíposis y néurosis, que nunca se 4.7. Acentuación etimológica de pala-
usaron. bras compuestas. En los compuestos patri-
10. -'sfera/-sfera. Los compuestos en moniales prevalece siempre, para que haya
que la voz esfera interviene como segun- compuesto perfecto, la acentuación del se-
do elemento son llanos en el español eu- gundo elemento: rompeolas. Sin embargo,
ropeo (salvo atmósfera] y esdrújulos en el en los compuestos eruditos (terminología
español de Latinoamérica: barisfera, bios- científica y técnica) se sigue la regla latina,
fera, cromosfera, estratosfera, exosfera, puesto que, como se apuntó antes (→ 4.6),
fotosfera, heterosfera, hidrosfera, litosfera, casi todas las voces helénicas han llegado al
mesosfera, noosfera, oosfera, pirosfera, español a través del latín o se han acomo-
termosfera, troposfera. Las voces astenos- dado a la acentuación latina, aunque no en
fera y heliosfera no tienen entrada en el todos los casos. Font Quer (1953: xxvii),
drae 01, pero sin duda que disfrutan de refiriéndose a compuestos de elementos
las mismas dualidades acentuales que las procedentes del griego o el latín como der-
restantes de la familia, y para homosfera matoesqueleto, estereografía, malacología,
y semiesfera solo admite las formas llanas. cefalotórax, etcétera, decía: «Para conocer
11. -stasis/- 'stasis. La Academia solo la prosodia “total” de estas voces hay que
registraba (drae 70), con esta terminación tener en cuenta la del primer elemento por
(del gr. stasis, fijación), la dualidad ho- separado [...]. Cuando el segundo elemento
meostasis/homeóstasis, pero en el drae 84 solo tiene dos sílabas, y la primera de am-
solamente recoge la forma esdrújula, ho- bas es breve, da voces compuestas esdrú-
meóstasis, y en el drae 92 vuelve a la dua- julas, con un solo acento sobre la última
lidad homeóstasis/homeostasis, dualidad sílaba del precomponente». Y lo confirma
4.7. ACENTUACIÓN ETIMOLÓGICA DE PALABRAS COMPUESTAS 179

en las páginas xxvi-xxvii: «[...] cuando grado higroscópico medio o la sequedad).


se trata de palabras compuestas hay que No se diga, pues, “esclerófilo”, como suele
atender al segundo componente para co- hacerse a menudo, si lo que se desea expre-
nocer cómo deben pronunciarse. Los que sar es la idea de una hoja dura, como la de
se extrañan de que diciendo hectolitro [sic] muchos árboles y arbustos mediterráneos,
y hectómetro se pronuncie hectogramo es sino esclerofilo (árbol esclerofilo, planta
que desconocen esta cuestión fundamental esclerofila), porque “esclerófilo” significa
[hoy el drae solo recoge hectolitro, no “amigo de lo duro”». Así pues, el enun-
hectolitro]. Desde el punto de vista prosó- ciado de la regla es claro: se tilda la última
dico, las que podríamos llamar familias de sílaba del precomponente si el poscompo-
voces, con análoga prosodia, se establecen nente es bisílabo y tiene breve la vocal de
a base del poscomponente, que es el mis- su primera sílaba; si esta es larga, el acento
mo en todas ellas: esquizófito, talófito, va sobre la penúltima sílaba del compues-
cormófito y antófito, higrófito, mesófito y to. La tendencia actual de la Academia,
xerófito, etc., son términos prosódicamen- después del informe elaborado por Julio
te hermanos, todos esdrújulos; catafilo, Casares, se dirige en el sentido de unificar
nomofilo, hipsofilo, y antofilo, macrofilo la atildación de los compuestos por fami-
y microfilo, etc., son todos graves. Las del lias, teniendo en cuenta la naturaleza del
primer grupo derivan del griego φυτον, último elemento del compuesto.
vegetal, -phytum en latín, que da voces con La lista de poscomponentes que sigue
la penúltima sílaba breve; los del segundo pretende, aun dentro de su cortedad, ser
grupo proceden del griego φυλλον, en latín una guía para que el lector pueda aplicar
-phyllum, que da voces con la penúltima un criterio en los casos dudosos. Bien
sílaba larga. = No son escasos los térmi- entendido que no siempre la terminación
nos de origen griego, aunque cultos, muy exige igual forma de acentuación, como
difundidos, con prosodia anómala. [...] ha demostrado Font Quer. La dificultad,
Hemos enmendado “áfilo” [registrada así naturalmente, radica en saber cuándo una
en el drae hasta 1970; el drae 84 registra sílaba es larga o breve en griego o en latín
la alternancia áfilo/afilo, alternancia que y en qué sentido exacto está usada una
se mantiene en el drae 92 y en el DRAE01], voz. El problema actual es que incluso en
consignando afilo [...] por la necesidad de las voces admitidas por la Academia se
distinguir en el léxico botánico dos familias dan a veces divergencias acentuales entre
de voces de la misma morfología, pero dis- palabras que proceden de un mismo étimo.
tintas por el significado de su componente 1. -agogia/-agogía. Los compuestos
principal [es decir, el poscomponente]. En derivados del griego ágein, conducir, o ago-
las palabras antes referidas (catafilo, no- gé, conducto, canal, son hiáticos en griego
mofilo, hipsofilo, antofilo, etc.) el poscom- y diptongados en latín (→ 4.6-3), pero en
ponente -filo deriva del latín -phyllum, ho- español pueden ser hiáticos o diptongados;
ja, y el significado de aquellos términos es entre los primeros, pedagogía, analogía,
el de “hoja inferior’, “hoja normal”, “hoja hidrogogía, y entre los segundos, demago-
superior”, “hoja floral”, etc. Pero existe gia, (p)sicagogia. Las formas terminadas
otro poscomponente idéntico por su mor- en -agogo, -agoga son siempre llanas:
fología, -filo, derivado no ya de -phyllum, pedagogo/pedagoga, demagogo/demagoga,
sino de -philo, del griego φιλεω, amar, que colagogo, emenagogo.
da voces como higrófilo, mesófilo y xerófi- 2. -andria. Los compuestos con -an-
lo, todas esdrújulas, en las cuales el acento dria (del gr. anér, andrós, hombre) son dip-
prosódico es lo único que nos indica que tongados en español; de este étimo el drae
no interviene en ellas idea de “hoja”, como solo registra una voz, poliandria.
en las precedentes, sino idea de “amistad” 3. -ántropo. Los compuestos con -án-
o “afección” a algo (a la humedad, a cierto tropo (del gr. ánthropos, hombre) son
180 4.7. ACENTUACIÓN ETIMOLÓGICA DE PALABRAS COMPUESTAS

esdrújulos, como filántropo, licántropo, (del gr. kytos, célula) son llanos: tromboci-
misántropo, pitecántropo y, no académica, to, leucocito, linfocito.
sinántropo (que desu escribe sinantropo), 13. -cola. Los compuestos con -cola
nel registra la alternancia pitecantropo/ (del lat. colére, habitar, cultivar) son es-
pitecántropo, y desu (supl.), neantropo/ drújulos: redicícola, paludícola, oleícola,
neántropo; ambas alternancias son inne- celícola. Solo baticola, en el que cola está
cesarias, por ser la esdrújula la forma al usado en su sentido propio de «extremidad
parecer más usada. de un animal», es llana.
4. -arquía. Los compuestos con -ar- 14. -cracia. Los compuestos con -cra-
quía (del gr. archia, mando, poder) son cia (del gr. krátos, autoridad; krátein,
hiáticos en español: oligarquía, diarquía, dominar, reinar) tienen hiato en griego,
jerarquía, etcétera. Menarquia, diptongada pero en español se usan llanos con dipton-
(no académica), procede del griego arché, go: democracia, tecnocracia, bancocracia,
principio. Los compuestos terminados en acracia. Los que terminan en -crata, del
-arca son llanos: jerarca, oligarca, monar- mismo étimo, son esdrújulos: demócrata,
ca, ácrata, aristócrata.
5. -bio. Los compuestos con -bio (del 15. -cromo. Los compuestos con -cro-
gr. bíos, vida) son llanos con diptongo en mo (del gr. chroma, chrómatos, color) se
español: microbio, aerobio, anaerobio. han escrito siempre en forma llana en espa-
6. -cardio. Los compuestos con -cardio ñol. Sin embargo, la Academia ha admitido
(del gr. kardía, corazón) se diptongan en es- la alternancia policromo/polícromo, tal vez
pañol: pericardio, endocardio, miocardio. siguiendo la recomendación de Moliner
7. -cárpeo, -carpio, -carpo. Los com- (1980: ii, s. v.; 1998: ii, s. v.), que dice:
puestos con -cárpeo (del gr. karpós, fruto) «Hay tendencia a usar la forma polícromo,
son esdrújulos en español: artocárpeo, dip- la cual resulta más natural porque iguala
terocárpeo. Sin embargo, los que, con el esta palabra con las demás de la misma
mismo origen, terminan en -carpio, son lla- forma —segundo elemento formado por
nos con diptongo: epicarpio, sarcocarpio, dos sílabas directas: polífago, polífono,
esporocarpio; los que terminan en -carpo polígala, polígamo, polígloto, polígono,
son llanos: metacarpo. polígrafo, polímita[—]». El criterio expues-
8. -cefalia. Los compuestos con -cefa- to por Moliner es muy débil y no se ajusta,
lia (del gr. kephalé, cabeza) son llanos con en lo esencial, al explicado por Font Quer
diptongo: braquicefalia, dolicocefalia, mi- (→ 4.7). Seco (1986, s. v.; 1998, s. v.) dice
crocefalia, etcétera. Sin embargo, el drae que la acentuación correcta es policromo.
registra acefalía, que debería escribirse Hay además, por parte de Moliner y de
acefalia. la Academia, otra inconsecuencia: quedan
9. -cele. Los compuestos con -cele (del fuera de la alternancia voces de igual for-
gr. kéle, tumor) son llanos: hidrocele, sar- mación como ferrocromo, heterocromo,
cocele, varicocele. monocromo y tricromo, además de equi-
10. -ceno. Los compuestos con -ceno nocromo, lipocromo y otras no académi-
(del gr. kainós, reciente) son llanos: oligo- cas.
ceno, plioceno, mioceno. 16. -dromo. Los compuestos con -dro-
11. -cida. Los compuestos con -cida mo (del gr. drómos, carrera) son esdrúju-
(del lat. caedere, matar) son llanos: herbici- los: palíndromo, velódromo, canódromo,
da, deicida, regicida, conyugicida, menos la hipódromo, aeródromo. Es, pues, incorrec-
alternancia hidrácida/hidracida, aunque se ta la grafía aeródromo que a veces se ve
usa más la forma llana. Los que, derivados escrita (y cuya pronunciación se oye por
del mismo étimo, terminan en -cidio son radio y televisión).
llanos con diptongo: deicidio, regicidio. 17. -fagia. Los compuestos con -fagia
12. -cito. Los compuestos con -cito (del gr. phagein, comer) son llanos con dip-
4.7. ACENTUACIÓN ETIMOLÓGICA DE PALABRAS COMPUESTAS 181

tongo: aerofagia, antropofagia, disfagia, llana? Otras voces que terminan en -fito,
escatofagia, polifagia. pero que no pertenecen a este étimo, son
18. -fase. Los compuestos con -fase llanas: palafito, grafito, sulfito, bisulfito,
(del gr. phásis, de phaínein, brillar, apare- hiposulfito, fosfito e hipofosfito; en este
cer) son esdrújulos, como los consignan grupo solo son esdrújulas sínfito y neófito
Font Quer (1973: pássim) y Abercrom- (v. dpd 05, p. 297).
bie (Diccionario de biología, Barcelona, 22. -fobia. Los compuestos con -fobia
Labor, 1970: pássim): telófase, metáfase, (del gr. phóbos, horror, aversión) son llanos
gametófase. Sin embargo, desu (que solo con diptongo: agorafobia, xenofobia, acro-
registra telófase y metafase) y nel y gel los fobia, hidrofobia, fotofobia, claustrofobia.
registran en forma llana. La Academia no Los terminados en -fobo, del mismo étimo,
recoge ninguna de estas palabras. son esdrújulos: anglófobo, xenófobo, hi-
19. -fero. Los compuestos con -fero drófobo, clerófobo.
(del lat. ferre, llevar, traer, producir) son 23. -fonía. Los compuestos con -fo-
esdrújulos: crucifero, calífero, umbelífero, nía (del gr. phoné, sonido) son llanos con
petrolífero. hiato: afonía, metafonía, telefonía, poli-
20. -filo. Los compuestos con -filo (del fonía, zanfonía, sinfonía. Los terminados
gr. p hilos, amigo) son esdrújulos: aliadofi- en -fono, que pertenecen al mismo étimo,
lo, indiofilo, bibliófilo, halófilo, anemófilo. son esdrújulos: áfono, teléfono, polífono,
Los derivados del griego phyllon, hoja, son xilófono, homófono.
llanos: calofilo, monofilo, clorofilo, aniso- 24. -foro. Los compuestos con -foro
filo (con respecto a afilo, → 4.7). (del gr. phorós, el que lleva) son esdrújulos:
21. -fito. Los compuestos con -fito (del semáforo, reóforo, melanóforo, necróforo,
gr. phyton, planta) son esdrújulos: briofi- aeróforo, electróforo, piróforo, fósforo.
to, esporófito, feófito, gametofito, glau- Font Quer y desu registran gametóforo,
cófito, hidrofito, (p)teridófito, (p)terófito, pero gel y nel recogen la alternancia ga-
saprofito, talófito, xerófito. El drae , que metoforo/gametóforo, pero la forma llana
registra zoófito y talofita (esta, llana), pero no parece justificada.
no talófito, acepta briofito, (p)teridofito 25. -fugo. Los compuestos con -fugo
y saprofito, que deberían ser esdrújulas, (del lat. fugére, huir) son esdrújulos: lucífu-
como zoófito; y, sin embargo, registra go, vermífugo, tenífugo, febrífugo, centrí-
las alternancias esporófito/esporofito, ga- fugo, trásfugo.
metofito/gametofito y rizófito/rizofito sin 26. -gamo. Los compuestos con -gamo
que haya razones para las grafías llanas. (del gr. gámos, unión sexual) son esdrúju-
Sin embargo, por un lado registra solo las los: bigamo, polígamo, monógamo, fane-
formas briofito, (p)teridofito, saprofito y rógamo, criptógamo; légamo es también
talofita y, por otro, las esdrújulas talófito, esdrújula, pero pertenece a otro étimo.
micrófito y zoófito, sin alternancias, desu 27. -geno. Los compuestos con -geno
añade sindesmofito, no recogida por el (del gr. gennán, engendrar, producir) son
drae ni por Font Quer. La grafía esperma- esdrújulos, como alérgeno (DRAE01), antes
fito, registrada como llana por desu , nel y (drae 92) alternancia alergeno/alérgeno.
el drae , debería ser esdrújula, espermáfito 28. -geo. Los compuestos con -geo (del
(Font Quer escribe espermáfitos). En el gr. gé, tierra, la Tierra, el suelo) son lla-
drae 92 la Academia registra las alter- nos: perigeo, apogeo, hipogeo. Las voces
nancias esporófita/esporofita, esporófito/ de la misma terminación, pero derivadas de
esporofito y gametofito/gametofito, pero otras que acaban en -ge, como meníngeo,
las formas llanas no están justificadas. La faríngeo, nasofaríngeo y laríngeo, son es-
Academia, al proporcionar la etimología, drújulas, lo mismo que coccígeo, derivada
dice que el poscomponente es - 'fito, esdrú- de cóccix.
julo; ¿de dónde procede, entonces, la forma 29. -gono. Los compuestos con -gono
182 4.7. ACENTUACIÓN ETIMOLÓGICA DE PALABRAS COMPUESTAS

(del gr. gonía, ángulo) son esdrújulos: electrólisis/electrolisis y fotolisis/fotolisis,


decágono, pentágono, polígono, trígono, sin que las formas llanas estén justificadas.
isógono. También admite alcoholisis, fibrinolisis
30. -grafía. Los compuestos con -gra- y hemolisis, llanas, formas erróneas por
fía (del gr. gráphein, escribir) son llanos alcoholisis, fibrinolisis y hemolisis, respec-
con hiato, menos agrafia/agrafía, regis- tivamente. Por otro lado, las grafías glicó-
trada así, con preferencia por la forma lisis y glucólisis no admiten alternancia en
diptongada, en el DRAE01. Lázaro Carreter el DRAE01.
(1971: s. v.), Dubois (1979: s. v.) y otras 34. -lito. Los compuestos con -lito (del
fuentes recogen esta voz solamente con gr. lytós, cosa disuelta) son esdrújulos (co-
tilde, agrafía, que es la correcta. rrespondientemente con la forma termina-
31. -grama. Los compuestos con -gra- da en -lisis; → 4.7-33). No está justificada
ma (del gr. grámma, escrito, trazado, línea) la alternancia electrolito/electrólito que
son llanos, menos pentagrama, que admite da Moliner (1980, i, s. v.; 1998, i, s. v.),
la alternancia pentágrama. Según Menén- donde incluso dice que la forma esdrújula
dez Pidal (1977: 40, n.), la acentuación es menos usada que la llana. Seco (1986,
epigrama (y por consiguiente pentágrama, s. v.; 1998, s. v.) dice que la acentuación
telégrama, etcétera) es esdrújula en griego, de electrólito es esdrújula, y añade: «[...] es
pero nuestros clásicos les daban el acento errónea, por tanto, la forma electrolito».
latino, es decir, epigrama, pentagrama, te- Sin embargo, los compuestos con -lito deri-
legrama, etcétera (→ 4.6-2). Telegrama ha vados del griego líthos, piedra, son llanos:
tenido partidarios de la forma esdrújula, megalito, cropolito, aerolito, monolito,
telégrama, debido, tal vez, a la existencia microlito, osteolito. Es, pues, incorrecta la
de teléfono y telémetro. Ya se ha dicho an- grafía crisólito que registra el drae (si bien
tes (→ 4.6) que Unamuno era partidario de ha entrado a través del latín, que la hizo
telégrama, pero esto llevaría a usar como esdrújula).
esdrújulas palabras como anagrama, car- 35. -logia. Los compuestos con -logia
diograma, diagrama, fonograma, crucigra- (del gr. lógos, ciencia, discurso, doctrina)
ma, ideograma, fotograma, pictograma, son llanos con hiato: genealogía, arqueo-
etcétera, que han recibido desde antiguo logía, etiología, etcétera (más de ciento
acento latino. Así pues, no parece que val- cincuenta voces con esta terminación en el
ga la pena mantener la grafía pentágrama, drae ), pero se escribe logia, con diptongo,
excepción única en un microsistema bien ya que no proviene del griego, sino del
establecido, pese a la opinión de Casares. italiano loggia.
32. -iasis. Los compuestos con -iasis 36. -morfosis. Los compuestos con
son esdrújulos en griego, pero han pasado -morfosis (del gr. morphé, forma) se han
al español con su acento latino, grave: escrito generalmente como llanos, aunque
anquilostomiasis, midriasis, satiriasis, pi- en otras épocas se usó en algunos casos la
tiriasis, psoriasis, litiasis, elefantiasis, hel- grafía esdrújula; por ejemplo, metamorfo-
mintiasis, y las no académicas candidiasis, sis. Las nuevas normas de 1952 preveían la
moniliasis, sauriasis. No debe, pues, escri- adopción de la alternancia metamorfosis/
birse midriasis, hipocondríasis ni elefan- metamorfosis, pero la forma esdrújula no
tíasis, aunque desu registre la alternancia pasó a las ediciones posteriores del drae .
elefantiasis/elefantíasis, injustificada. Curiosamente, lo que se pretendía aplicar
33. -lisis. Los compuestos con -lisis a esta voz no se haría extensivo a otras
(del gr. lysis, disolución) son esdrújulos: de igual formación, como anamorfosis
análisis, catálisis, diálisis, hemolisis, hi- e hipermetamorfosis. Extraña un tanto,
drólisis, parálisis, desu registra frontolisis, por consiguiente, que desu aún registre
que es error por frontolisis, y la Academia, la alternancia metamorfosis/metamórfosis
en el DRAE01, registra las alternancias (→ 4.6-9).
4.7. ACENTUACIÓN ETIMOLÓGICA DE PALABRAS COMPUESTAS 183

37. -nomía. Los compuestos con -no- díptero, helicóptero, lepidóptero, coleóp-
mía (del gr. némein, atribuir, regir; go- tero.
bernar, arreglar, o de nomos, ley) son 45. -rragia. Los compuestos con -rra-
llanos con hiato: agronomía, astronomía, gia (del gr. rhegnynai, brotar) son llanos
autonomía, dasonomía, economía, gastro- con diptongo: verborragia, broncorragia,
nomía, taxonomía. No se tilda antinomia, hemorragia, blenorragia.
pese a su terminación en -nomía (del gr. 46. -rrea. Los compuestos con -rrea
nomos, ley), del mismo origen que autono- (del gr. rhein, fluir) son llanos: seborrea,
mía, dasonomía, sin que se sepa por qué, verborrea, broncorrea, leucorrea, piorrea,
ya que Casares (1952: 72-73) propuso la blenorrea.
grafía antinomia en consonancia con las 47. -scafo. Los compuestos con -scafo
restantes del grupo. El drae sigue regis- (del gr. skáphe, barco) son esdrújulos: ba-
trando antinomia, lo mismo que anomia. tiscafo, piróscafo y otras de igual poscom-
38. -odia. Los compuestos con -odia ponente. desu , nel y Moliner registran
(del gr. óidé, canto) son llanos con dip- batiscafo, pero piróscafo. El drae 56 solo
tongo: casmodia, monodia, palinodia, pa- registraba piróscafo; el drae 70 recoge ba-
rodia, prosodia, rapsodia. Solo se excep- tiscafo y piróscafo, pero el drae 84, junto a
túa melodía, pese a pertenecer al mismo batiscafo (llana), registra piróscafo, y tanto
étimo. el drae 92 como el drae 01 insisten en la
39. -oide, -oideo, -oides. Los compues- misma inconsecuencia.
tos con estas terminaciones (del gr. eidos, 48. -scopia. Los compuestos con -sco-
parecido a, en forma de) son llanos con pia (del gr. scopéo, observar) son llanos
diptongo: asteroide, planetoide, alcaloide, con diptongo: catoptroscopia, craneosco-
paraboloide, solenoide, androide; pterigoi- pia, crioscopia (hasta diecisiete voces con
deo, alcaloideo, cristaloideo, cicloideo, co- este poscomponente en el drae 92), más
loideo, sigmoideo; aracnoides, esfenoides, faringoscopia y uretroscopia, no registra-
coroides, alantoides. das. No hay, pues, razón para que médicos
40. -opía. Los compuestos con -opía y traductores de obras de medicina sigan
(del gr. óps, ópós, ojo) son llanos con hiato escribiendo laringoscopía, necroscopia y
en español: ambliopía, diplopía, hiperme- otras de la misma familia así acentuadas.
tropía, miopía, nictalopía. Aunque no del Tampoco está justificado el hecho de que
mismo étimo, son también llanas con hiato la Academia registre en el drae 01 la
alotropía, arropía, entropía, filantropía, alternancia microscopia/microscopía. Sin
guardarropía, licantropía, misantropía, embargo, la OLE10 (p. 210) registra, como
zoantropía. Ectopia es llana con dipton- alternancias, voces terminadas en -seo-
go y utopía puede escribirse también utopia. pía: artroscopia/artroscopía, microscopía/
41. -opsia. Los compuestos con -opsia microscopía.
(del gr. ópsis, visión) son llanos con dipton- 49. -sono. Los compuestos con -sono
go: biopsia, acromatopsia, autopsia. (del lat. sonus, sonido) son esdrújulos:
42. -plastia. Los compuestos con -plas- dísono, grandísono, undísono, unísono,
tia (del gr. plastós, modelado) son llanos horrísono, altísono, cónsono.
con diptongo: homoplastia, galvanoplas- 50. -spora. Los compuestos con -spora
tia, rinoplastia, blefaroplastia. (del gr. sporá, semilla) son esdrújulos (me-
43. -podo. Los compuestos con -podo nos la propia palabra espora, llana): an-
(del gr. poús, podós, pie) son esdrújulos: ci- dróspora, aplanóspora, ascóspora, game-
rrópodo, braquiópodo, ápodo, decápodo, tóspora, zoospora. El DRAE01 (y anteriores
miriápodo, hexápodo. Chapodo y epodo, ediciones) solo registra espora y zoospora,
llanas, no pertenecen a este étimo. ambas llanas. Pero Font Quer (1953: pás-
44. -ptero. Los compuestos con -ptero sim) registra más de veinte, todas esdrúju-
(del gr. pterón, ala) son esdrújulos: áptero, las, como esdrújulas son las que registra
184 4.8. ATILDACIÓN DE EXTRANJERISMOS

desu , gel y nel recogen la alternancia usados en nuestra lengua, se acentuarán


gametóspora/gametospora, y desu (supl.), con sujeción a las leyes fonéticas para
exóspora/exospora, pero las formas llanas las voces castellanas: tránseat, ítem, ac-
podrían desecharse. césit, memorándum, exequátur, tedéum,
51. -stoma, -stomo. Los compuestos réquiem». A estas pueden añadirse otras
con -stoma o -stomo (del gr. stóma, boca) como hábeas Corpus, ídem, ibídem, nequá-
son esdrújulos y así los registran tanto el quam, paternóster, per cápita, post mór-
drae como desu y NEL: ciclóstomo/-a, tem, sui géneris, quórum, superávit, etcéte-
dístomo, plagióstomo; sin embargo, las ra. nel tiene, a este respecto, un comporta-
tres fuentes recogen la forma llana anqui- miento muy irregular: registra quorum sin
lostoma, que, por ser del mismo étimo, tilde (ahora, desde el 2010, cuorum, extra-
debería seguir la forma de la familia y ña castellanizaron); tránseat, paternóster,
escribirse anquilóstoma. per cápita y hasta tedéum, con tilde, y una
52. -strofa. Los compuestos con -stro- serie de voces, como ídem/idem, ibídem/
fa (del gr. strophé, estrofa, vuelta) son ibídem, réquiem/requiem, con alternancia;
esdrújulos (excepto la propia palabra es- las grafías sin tilde no son correctas, y te-
trofa, llana), lo mismo que las que, con el déum tampoco (la grafía correcta, en este
mismo étimo, terminan en -strofe: anás- caso, es tedeum; → 4.8.1-3). En la OLE10
trofe, apóstrofe, epanástrofe, catástrofe, (pp. 607 ss.) la Academia ha tratado de
epístrofe, monóstrofe. El drae 01 (y ante- resolver los problemas que plantean el uso
riores ediciones) registra solo dos palabras y la grafía de los latinismos. Ha empezado
terminadas en -strofa: antistrofa (llana) por considerar extranjerismos los latinis-
y tetrástrofo, esdrújula. Lázaro Carreter mos crudos, es decir, aquellos cuya grafía
(1971: s. v.) recoge la forma antistrofa, que es deudora directamente del latín y que se
parece la más correcta (pese a la existencia usan en español sin adaptación. La Aca-
de estrofa). demia es poco explícita a la hora de dar
53. -tomo. Los compuestos con -to- normas para la consideración de latinismos
mo (del lat. tomus, y este del gr. tomos, crudos o adaptados y de locuciones latinas
sección) son esdrújulos en español: áto- crudas o adaptadas. Valga un ejemplo:
mo, raquítomo, dicótomo, micrótomo, La Academia no da la norma acerca de la
reurótomo. grafía de los latinismos en el texto general
54. -tono. Los compuestos con -tono de la obra (OLE10), sino en un apartado
(del gr. tonos, tensión, tono) son esdrú- denominado «Información adicional», in-
julos: átono, barítono, dítono, trítono, formación que no es imprescindible, sino
oxítono, monótono. Sin embargo, aun «útil y complementaria a la del texto base»
perteneciendo al mismo étimo, semitono y (OLE10, p. xliv). Decide mantener la grafía
desentono son llanas. Autóctono, también con cursiva de los latinismos no adapta-
esdrújula, pertenece a otro étimo. dos, y de redondo y con sus tildes aquellos
55. -urgía. Los compuestos con -urgía que han adquirido forma española. Entre
(del gr. érgon, obra) son llanos con dipton- estos, los siguientes: accésit, adenda, afidá-
go: teúrgia, metalurgia, siderurgia, drama- vit, álbum, campus, clepsidra, currículum,
turgia, taumaturgia, liturgia. déficit, desiderátum, detritus, diplodocus,
56. -voro. Los compuestos con -voro estatus, eucaliptus, exabrupto, exlibris, ex-
(del lat. vorare, devorar) son esdrújulos: voto, facsímil, factótum, hábitat, herpes,
herbívoro, piscívoro, frugívoro, omnívoro, humus, lapsus, memorándum, ómnibus,
carnívoro, insectívoro, aurívoro. pandemónium, péplum, plácet, pódium,
quid, quídam, referéndum, réquiem, solá-
4.8. Atildación de extranjerismos. rium, superávit, vademécum, etcétera. Este
4.8.1. Atildación de latinismos. 1. Dice mismo criterio lo aplica a las locuciones
la orae (1974: 29): «Los términos latinos latinas, que se escribirán de cursiva si no
4.8.1. ATILDACIÓN DE LATINISMOS 185

tienen forma españolizada, y de redondo voz desahucio que trae la Academia, debe
y sus correspondientes tildes en caso con- tenerse en cuenta que por etimología es
trario, como sine die, a priori, de facto, de voz tetrasílaba, que debiera en castellano
iure, ex abrupto, ex cathedra, in extremis tener el acento tónico en la u; pero ya que
post mortem, ad pedem litterae, alma la costumbre ha sido más fuerte que la
mater. El problema que la Academia no etimología, el problema puede resolverse
resuelve, al menos de momento, es de qué acentuándola como esdrújula, desahucio».
criterio nos valdremos para decidir si una Difícilmente puede ser esdrújula por más
grafía determinada es cruda o adaptada. que se tilde la a, puesto que, por una par-
No es problema menor. te, el hiato /á.u/ no existe en español
2. Extraña un tanto que, hasta el (→ c. 2.3), y, por otra, si se considera dip-
DRAE01, voces como ápud e ínter (en ínter tongo, para convertirlo en hiato de nada
nos e ínter vivos) no hayan sido escritas sirve tildar la vocal abierta. Este es el error
por la Academia con la tilde que les corres- de tildar tedéum; si en vez de diptongo fue-
pondía: el drae 92 registraba apud e inter, ra hiato, habría que escribir tedeum (como
pero si, como dice el Esbozo (1973: 81, Cafarnaúm); tildando la e, sigue habiendo
n. 37), «En latín el acento de intensidad diptongo, por lo que la tilde es superflua.
afecta a la penúltima o a la antepenúltima La Academia la mantiene en el drae 92, pero
sílaba (no hay, por consiguiente, voces la ha eliminado en la ole 99, decisión que
agudas en latín)», lo más lógico es escribir confirma en en el DRAE01.
ápud e ínter, como hacen Fernández Casti- 4. La regla expuesta en 4.8.1-1 debe
llo (1959: 18) y ahora el DRAE01. aplicarse también a otras voces latinas de
3. Caso contrario es el de la palabra frecuente uso en ciertas ciencias: bihelix,
tedéum, registrada con tilde en el drae y cambium, cervix, cortex, diplex, duplex,
puesta como ejemplo (→4.8.1-1) por la endocervix, exocervix, filum, fornix, he-
propia Academia. Se trata de una palabra lix, ostium, pallidum, quadrans, septum,
aguda terminada en diptongo decreciente simplex, etcétera, que se escribirán de
acentuado + m y, por lo tanto, la escritura cursiva y sin tilde si no están adaptadas y
correcta es sin tilde: tedeum. Como puede de redonda y con tilde en el caso contrario.
verse en el cuadro 2.3, el hiato /é.u/ no Podría quedar la duda de si deben tildarse
existe en español, por lo que difícilmente a la española, siguiendo la misma regla, los
tedeum podría tenerlo. Casares (1952: 82, nombres científicos de animales y plantas.
83 y n.) dice que Ragucci opinaba que «la Moliner (1980: pássim) lo hace así, pero
Academia con la tilde ha querido señalar con este proceder no estarían de acuerdo
que no debe formarse diptongo, sino pro- los especialistas, ya que los científicos
nunciarse, como en latín, en tres sílabas usan estas grafías latinas o latinizadas sin
te-de-um». Añade Casares, a pie de página: tilde debido a que se trata de terminología
«Las grafías con la tilde y sin ella alternan internacional y por ello son universales.
en las ediciones del Diccionario. Nosotros Según Font Quer (1953: xxvii), en obras
entendemos que la tilde es superflua. La científicas «Los nombres genéricos y es-
combinación eu, con vocal fuerte [abierta] pecíficos derivados de nombres propios,
tónica y débil [cerrada] átona, forma siem- en latín, como en las demás palabras,
pre diptongo en castellano. Por otra parte, no se acentúan; salvo en ciertas obras
si el hecho de marcar con tilde la fuerte sig- destinadas a la generalidad de las gentes,
nificase una pronunciación disilábica, los en las cuales, para señalar la manera de
vocablos éuscaro, éustilo, Éufrates, p. ej., pronunciar el epíteto específico o el tér-
se convertirían en sobresdrújulos tetrasíla- mino genérico, sean cuales fueren, llevan
bos: é-us-ca-ro, é-us-ti-lo, É-u-fra-tes». En acento gráfico. [Actualmente no, como
la misma confusión cae Roberto Restrepo se ha visto antes.] Dícese que la prosodia
(1954: 888) cuando dice: «En cuanto a la de una voz latina derivada de nombre de
186 4.8.1. ATILDACIÓN DE VOCES EXTRANJERAS

persona, con una simple desinencia ade- a) palabras compuestas con primer ele-
cuada, debe pronunciarse con el mismo mento esdrújulo;
acento del nombre propio en la lengua b) palabras compuestas en las que se
respectiva. Así, concretándonos a nom- tilda la primera vocal del segundo
bres castellanos, Martínez, Palafox, Pavón, elemento;
Pérez, Sánchez, etc., nos darán Martínecia, c) palabras que llevan tilde en una vo-
Palafóxia [la grafía es Palafoxia, sin til- cal precedida de h intercalada.
de], Pavónia [la grafía es Pavonia, sin
tilde], Pérezia, Sánchezia, etc.». Tomemos como ejemplo, para el primer
caso, la palabra cantabroastur; escrita así,
4.8.2. Atildación de voces extranjeras. en una sola voz y sin guión, al coincidir la
El español, como todas las lenguas cultas, división a final de línea por los componen-
toma a menudo palabras de otras lenguas, tes debe hacerse así: cantabro- / astur; no
algunas de las cuales circulan en ella como es correcto devolver a cantabro- la tilde
si fueran propias (aunque la Academia que como elemento libre lleva (→ 4.3.5-
no las haya aceptado aún) debido a su 1); sin embargo, si la grafía utilizada es
frecuencia. En estos casos las palabras se cántabro-astur, la voz debe mantener la
escriben sin diacríticos y se consideran más tilde: cántabro- / astur, precisamente in-
o menos españolizadas. Así pues, cuando dicadora de que la grafía utilizada en
una palabra extranjera se haya acomoda- la escritura ha sido con guión entre los
do a nuestra lengua, lo mejor es escribirla componentes y no con fusión completa.
con la grafía que le correspondería si fuera Tomemos, para el segundo caso, la palabra
española, como ha hecho la Academia con reúno; si a final de línea se divide por sus
pórtland, tildándola pese a conservar to- componentes, debe mantenerse la tilde:
das las letras de la grafía original (incluso re- / úno; sin embargo, puesto que esta es
las dos consonantes finales, impropias de una situación chocante e incómoda, nada
nuestra lengua). De la misma manera debe impide dividirla de otra forma, preferible:
tildarse una voz como cámping (i. cam- reú- / no. Para el tercer caso, tomemos el
ping), como actualmente se tilda máster. ejemplo prohíbo: si dividimos pro- / híbo
Algunas voces usadas en ciertos medios (prohibido por la Academia; → 3.3.2-4)
profesionales (como guáflex, géltex, et- debe mantenerse la tilde; pero la grafía
cétera) deben tildarse a la española para más correcta (como en el caso anterior) es
ayudar a su pronunciación correcta. prohí- / bo. En ambos casos tales solu-
ciones son posibles en la práctica y mu-
4.9. La tilde en la división de palabras. cho mejores que las incómodas de trasla-
Se pueden dar, al dividir palabras, tres ca- dar una tilde al principio de la línea si-
sos problemáticos: guiente.
5. Las abreviaciones

5.1. Generalidades. 1. El drae 01 de- 365 ss., 371 ss.). Las razones de esta ten-
fine la palabra abreviación como «Pro- dencia, ahora como siempre, son las de
cedimiento de reducción de una palabra ahorro de espacio y tiempo, justificadas
mediante la supresión de determinadas con mayor peso, si cabe, en esta era de
letras o sílabas; p. ej., los acrónimos, los aceleración histórica que nos ha tocado vi-
acortamientos, las abreviaturas y las si- vir. El proceso abreviativo, cualquiera que
glas». Es decir, que la abreviación es la sea su morfología o naturaleza, se produce,
reducción de la extensión de una palabra o en general, porque se da por sobrentendido
sintagma mediante la supresión de letras que el oyente o lector (es decir, el destina-
o sílabas. Concuerda esta voz con el sintag- tario de la información) podrá suplir fácil-
ma normalizado término abreviado [iso, mente aquello que, por sabido, se omite,
1087:1990 (E/F)]: «Término que resulta sin menoscabo de la intelección cabal del
de la supresión de una parte de un término mensaje. En otros casos, como, por ejem-
preexistente y que designa la misma no- plo, en el empleo de abreviaturas y siglas
ción». Se trata, como se ve, de una voz ge- poco habituales, la dificultad se soslaya,
nérica, aplicable a todas y cada una de las cuando se trabaja responsablemente desde
formas de abreviar (es decir, abreviatura, el punto de vista intelectual, bien sea por
abreviamiento, símbolo, signo, sigla, cruce, la definición concreta en cada caso (po-
acrónimo; → c. 5.1). Estas formas, tanto niendo entre paréntesis la abreviación o su
en español como en las restantes lenguas desarrollo, según la fórmula elegida), bien
de cultura, tienen una vitalidad de la que mediante la introducción, al inicio del tra-
el usuario del lenguaje raramente es cons- bajo de que se trate, de una lista alfabética
ciente. Como dice Juristá (1970: 85), «Hoy de las utilizadas, mecanismo que permite
la tendencia a expresarse concisa, pero al al lector superar la dificultad que supone
mismo tiempo concreta y económicamente, el uso de tales abreviaciones. Se deduce,
constituye uno de los rasgos característicos pues, que cualquier abreviación utilizada
del español moderno. Lo concreto, con- en un texto y que carezca de fórmula para
ciso y económico no se han hecho moda, su desdoblamiento se convertirá indefecti-
sino una necesidad inevitable dictada por blemente en un ruido o interferencia y que,
el actual modo de vivir» (v. t. Cebrián He- en consecuencia, el mensaje no será cabal-
rreros, 1980: 20, y Alba de Diego, 1973: mente descodificado por el destinatario.
188 5.1. GENERALIDADES

Por lo tanto, la intención comunicativa se a causa de su evidente falta de justifica-


ha truncado y el mensaje se ha convertido ción, ha retrocedido en líneas generales
en parcial o totalmente estéril. (al menos en sus usos librarios), otras fór-
2. La abreviación se ha utilizado desde mulas de abreviación se han desarrollado
tiempos remotos en todo tipo de escri- enormemente y, en cierta manera, no
tos. Egipcios, griegos y romanos, sobre solo ocupan el lugar de aquella, sino que
todo, usaron fórmulas abreviativas, ya actualmente la superan con creces en can-
consistentes en signos que representaban tidad y circulación, en especial en cierto
una palabra o sintagma (e incluso uno o tipo de escritos técnicos y científicos, ello
más sonidos de una palabra), ya mediante pese a la justificada opinión de Standop
letras que sustituían a voces o expresiones (1976: 73) de que «La superabundancia
extensas. Pese a que las causas de la abre- de abreviaturas constituye una falta de
viación en los manuscritos (especialmente cortesía en un tratado científico no me-
en los códices) no están tan claras como nos que en una carta». Por ejemplo, los
parecería lógico (v. Martínez de Sousa, símbolos usados en ciencias y técnicas, las
2004: 27-28), podemos suponer que se siglas en todo tipo de publicaciones (espe-
debían a las dificultades que presentaba la cialmente en las periódicas, y sobre todo
escritura manual de la época y a la esca- en las diarias), los signos y señales, etcé-
sez de los soportes, se tratara de papiros, tera, son como guiños crípticos con los
pergaminos o tablillas enceradas. Por su- que el usuario del lenguaje se tropieza en
puesto, no eran más fáciles los epígrafes cualquier lugar público o privado. Se han
en monumentos, trazados con cincel. Por generalizado fórmulas nuevas, como los
la misma necesidad de abreviar tiempo y acrónimos, siglónimos y abreviamientos,
espacio, los calígrafos de los códices (ama- puestos en circulación por los especialis-
nuenses, copistas o pendolistas) utilizaron tas en ciencias y técnicas y también por
formas abreviativas (no como fórmula de los usuarios no especializados. A tal punto
escritura rápida, como lo fueron, por ejem- llega esta utilización, que los lingüistas se
plo, las notas tironianas, la taquigrafía de han mostrado preocupados y dedican sus
la época romana, sino por la técnica de esfuerzos a investigar el fenómeno. Así se
abreviar las palabras), que posteriormente, explica la aparición en nuestros tiempos
al ser inventado el libro tipográfico (al- de obras específicas que estudian aspec-
rededor de 1440), fueron copiadas por los tos de la abreviación, trabajos monográfi-
prototipógrafos, en parte por las mismas cos, artículos en publicaciones especializa-
razones que los amanuenses (reducción das, tesis doctorales en varias lenguas de
de tiempo y espacio), pero también por alcance internacional, diccionarios de todo
otras (deseo de vender los libros impresos tipo de abreviaciones, etcétera. De ahí que
como si se tratara de manuscritos —lo que este moderno campo particular de la lin-
permitía mantener el precio de estos— o güística aparezca aún bastante enrevesado
para guardar secreta la invención de la im- y poco esclarecido, con una terminología
prenta). En cualquier caso, la abreviación suficiente pero no siempre adecuada, vaci-
siguió empleándose en los impresos, si bien lante, polimórfica y polisémica, de modo
desde fecha muy temprana (ya antes de la tal que en la mayor parte de los casos
invención de la imprenta) se había prohi- resulta difícil moverse en él con seguridad.
bido su uso en ciertos textos, especialmen- 4. En relación con la abreviación en
te en las escrituras públicas y en las leyes general, cabría recordar aquí un párrafo
(v. Oliver Rodríguez, s. a., 18). con que acaba el capítulo dedicado a la
3. En la actualidad, las formas abre- abreviación por Standop (1976: 79): «El
viativas han sufrido una mutación impor- primer mandamiento con respecto a todas
tante, especialmente desde los inicios del las abreviaturas debería ser que el esfuer-
siglo xx. En efecto, si bien la abreviatura, zo guarde una relación adecuada con la
5.1.2.3. LA APÓCOPE 189

utilidad. Deben aumentar la claridad, no emplean los metaplasmos aféresis, sínco-


menoscabarla. Incluso cualquier abrevia- pa y apócope, a los que se une la compo-
tura técnica carece de sentido si sobra es- sición en algunos casos. Con estos proce-
pacio o la claridad se perdería del todo en dimientos se consiguen todas las formas
un hormigueo de signos. No hay nada más abreviativas: los metaplasmos intervienen
fastidioso para el lector que verse obligado en todos los casos, y en los abreviamientos,
a emprender fatigosas investigaciones para cruces y acrónimos, además, la compo-
descifrar abreviaturas ininteligibles, tal vez sición.
para comprobar al final que el autor se in-
ventó sus propias siglas, pero no consideró 5.1.2.1. La aféresis . Consiste la afére-
necesario aclararlas en una lista». Es obvio sis en la supresión de un sonido o grupo de
que una abreviatura técnica o cualquier sonidos al principio de un vocablo, como
otra sometida a criterios de unificación no norabuena por enhorabuena. En el campo
están de más si se cumplen estos criterios, de la abreviación se aplica sobre todo al
aunque sobre espacio. Pero en lo restante abreviamiento, y así se obtienen, entre
el consejo de Standop es digno de medi- otras, voces como bus por autobús, chelo
tación. A la hora de decidir abreviar una por violonchelo, fago por bacteriófago y
palabra no especializada debe prestarse fax por telefax.
atención también a un aspecto material: La aféresis interviene en la formación de
en general, con algunas excepciones limita- abreviamientos, acrónimos y compuestos
das, para que una abreviatura sea correcta, sincopados como autobús (auto- + óm-
la palabra que la origina debe perder al nibus), autocesorio (auto- + accesorio),
menos tres letras (dos en casos muy apu- tolueno (Tolú + benceno), calorina (calor +
rados) sin contar el punto abreviativo. De calina); también interviene, por este mismo
ahí que una abreviatura como vid. por vide procedimiento, en la formación de otro
carezca de justificación desde este punto de tipo de denominaciones: Fragabarne (Fra-
vista, por más que se use. ga Iribarne), Rafansón (Rafa[el] Ansón),
Bancobao (Banco de Bilbao). La grafía
5.1.1. Clases de abreviaciones. Las de estas palabras no suele distinguirse con
abreviaciones pueden afectar a palabras diacríticos, salvo casos esporádicos.
sueltas o aisladas o bien a sintagmas o
enunciados (→ c. 5.1). En el primer caso 5.1.2.2. La síncopa . Consiste la sínco-
la abreviación se realiza por supresión de pa en la supresión de uno o más sonidos
letras o sílabas o bien por simbolización; en el interior de un vocablo, como seor
de la supresión de letras o sílabas resultan por señor. En el campo de la abreviación
las abreviaturas, los criptónimos, las cifras se aplica sobre todo a las abreviaturas
o monogramas y los abreviamientos, y la convencionales por contracción, como Dr.
simbolización consiste en sustituir una o por doctor, Cía. por Compañía, prnl. por
más palabras por uno o más signos, dando pronominal, etcétera.
lugar al símbolo y al signo. En el segun-
do caso, cuando la abreviación afecta a 5.1.2.3. La apócope . Consiste en la
sintagmas, puede hacerse por siglación supresión de uno o más sonidos del final
(seleccionando todas o algunas de las ini- de un vocablo, como san por santo, tan
ciales del sintagma o enunciado), de lo que por tanto, cien por ciento. En el campo de
resultan las siglas y los siglónimos, o por la abreviación se aplica a las abreviaturas
contracción, de lo que resultan el cruce y regulares, como prof. por profesor, dir. por
el acrónimo. director, y a los abreviamientos, como cine
por cinema o cinematógrafo, metro por
5.1.2. Mecanismos de la abreviación. metropolitano, poli por policía, etcétera.
Para reducir una palabra o un sintagma se Interviene también en la formación de
190 5.1.2.4. LA COMPOSICIÓN

Cuadro 5.1. Clasificación de las abreviaciones

regular

por siglas
por
abreviatura convencional contracción
por supresión por signos
de letras o por letras
abreviaciones sílabas simple sobrepuestas
de palabras doble
compuesta
criptónimo
cifra
abreviamiento

por simboliza- símbolo


ción signo
propia
sigla impropia
por siglación
abreviaciones siglónimo
de sintagmas
por contrac- cruce
ción acrónimo

acrónimos y siglas, así como en la de com- por aféresis o apócope. Por ejemplo, por
puestos sincopados (→ 5.1.2.4.1). aféresis se forman neologismos como dia-
lefa, de dia- + sinalefa; betatrón, de beta-
5.1.2.4. La composición . Algunas + electrón; tolueno, de Tolú + benceno.
formas de la abreviación son neologismos Por apócope, algrafía, de aluminio + -gra-
formados por la suma de aféresis y apó- fía; duoservo, de duo- + servomecanismo;
copes, como sucede en los abreviamientos amerindio, de americano + indio; bodebar,
(auto cine, de automóvil + cinematógrafo; de bodega + bar; cantautor, de cantan-
taquimeca, de taquígrafa + mecanógrafa; te + autor. Por el mismo procedimiento se
Marisol, de María, de la Soledad; Rosma- forman antropónimos y topónimos como
rí, de Rosa + María; Marilena, de María Eurafrasia (de Europa + Africa + Asia),
+ Magdalena); cruces (buna, de butadie- Euráfrica (de Europa + África), Pacumbral
no + natrium ‘sodio’; nife, de níquel (de Paco Umbral), Senegambia (de Sene-
+ /errum ‘hierro’; sial, de s/lice + alumi- gal + Gambia).
nio); acrónimos (módem, de modulador
demodulador; sonar, de sound navigation 5.2. Las abreviaturas. 1. Una abrevia-
ranging ‘exploración náutica por medio del tura es la representación gráfica de una o
sonido’); etcétera. más palabras con menos letras de las que
les corresponden. Se distingue de las demás
5.1.2.4.1. Los compuestos sincopados. formas de abreviación por dos aspectos:
Entendemos por compuesto sincopado la
palabra que resulta de fusionar una voz a) en lo gráfico, porque, en español,
con una abreviación de otra obtenida van siempre seguidas de punto
5.2.1.1. ABREVIATURAS REGULARES 191

abreviativo (al. ‘alemán’; prnl. ‘pro- dispares. En inglés, por ejemplo, las abre-
nominal’), indicador de que se trata viaturas aparecen con punto y sin él (aun-
de una palabra acortada por este que hay tendencia a escribirlas con punto;
procedimiento; v. Gibaldi y Achtert, 1994: 208 ss.), y en
b) en lo fonético, porque lo que se lee francés lo llevan las abreviaturas regulares,
no es el conjunto de letras escritas, pero no las convencionales por contrac-
conservadas de la palabra original, ción, como bd ‘boulevard’, fg ‘faubourg’
sino esta misma palabra original; (v. Code typographique, París, 1993:
por ejemplo, al. no se lee [al] ni [a 5 ss.; → 5.2.3.1). En cuanto a lo fonéti-
éle], sino [alemán]; Sr. no se lee [ése co, es obvio que, cuando no se conoce el
érre], sino [sejiór]. En esto se distin- significado de una abreviatura, esta se lee
gue la abreviatura del abreviamiento por deletreo. En este caso de desconoci-
(ya que en este se lee solamente la miento del contenido de la abreviatura, las
parte escrita; así, poli se lee [poli], compuestas que constan solo de iniciales
no [poliθía]) y de la sigla consonán- deben leerse forzosamente por deletreo, ya
tica, que se deletrea. que los puntos de que va dotada cada una
de estas impide formalmente una lectura
2. El punto abreviativo, propio de las unitaria. Así, R. I. P. (requiéscat in pace
abreviaturas españolas, es una solución ‘descanse en paz’) debe leerse erre i pe, no
gráfica derivada de grafías anteriores de rip, aunque esta lectura no sea infrecuente,
las abreviaciones. Antiguamente, en las pero entonces suele responder más a la gra-
abreviaturas que llevaban alguna letra o fía siglística RIP, también utilizada en este
grupo de letras voladitas solía subrayarse caso a veces (→ 5.8.1-2.3). Este fenómeno
esa parte volada: se inscribe en uno más general: la tendencia
de algunas abreviaturas compuestas a le-
1o, 2a, 3er. xicalizarse, acaso por imitación de gra-
fías siglísticas; por ejemplo, la abreviatu-
Posteriormente el subrayado se sustituyó ra P. V. P. (precio de venta al público) suele
por un punto que se situaba debajo de la verse escrita también pvp , e incluso en oca-
letra voladita: siones se lee pe, uve, pe en lugar de precio
1o, 2a. de venta al público.

En la actualidad, tanto el subrayado como 5.2.1. Clasificación de las abreviatu-


el punto voladito se consideran arcaicos ras. Por lo que respecta a su formación,
y se sustituyen por el punto ortográfico las abreviaturas pueden ser regulares o
(→ 14.1.9.1.1-5); así, hoy se escribe por suspensión y convencionales; por sus
constituyentes pueden ser simples, dobles
1.o, 2.a, 3.er. y compuestas.

También solían llevar algunas abreviaturas 5.2.1.1. Abreviaturas regulares .


una raya, tilde o rasgo encima, Son regulares o por suspensión las abre-
viaturas que resultan de eliminar la parte
admón, Ssmo, final de la palabra que se abrevia, pero
conservando de ella más de una letra, en-
los cuales se han sustituido asimismo por tre las que debe contarse la consonante o
el punto: consonantes cabeza (simple o compuesta)
de la sílaba por la que se cercena la voz, de
admón., Ssmo. modo que las letras por donde se cercena
la voz sean correlativas: imp. ‘importe’,
En otros idiomas se siguen costumbres ‘importante’, impr. ‘imprenta’, col. ‘colec-
192 5.2.1.2. ABREVIATURAS CONVENCIONALES

ción’, ‘columna’, art. ‘artículo’. Antigua- 9.o noveno o nono


mente la sílaba final se sustituía por un 10.o décimo
apóstrofo (’) o un nueve (9): dieb’ ‘diebus’; 16.o decimosexto
el genitivo latino plural -orum se sustituía 64.o sexagésimo cuarto
por un cuatro (4); un macron (") super-
puesto a una letra solía indicar omisión Obsérvese que estas abreviaturas se escri-
de una m o una n: cü ‘cum’ (→ 5.2.3.3). ben con punto abreviativo entre la cifra y
El mecanismo de abreviación es la apó- la parte voladita; no es correcto omitirlo ni
cope. colocarlo después de la parte voladita, co-
mo a veces se hace (por ejemplo, 16o.). En
5.2.1.2. Abreviaturas convenciona - esto las abreviaturas de números arábigos
les . Son convencionales las abreviaturas siguen el mismo modelo que las abreviatu-
que se forman con una sola letra, la pri- ras literales, como M.a ‘María’, en las que
mera de la palabra, o con varias letras, el punto abreviativo va entre la inicial y la
pero sin seguir el orden de estas en la voz. última letra de la palabra, que se coloca
Se subdividen en abreviaturas por siglas, volada. No es correcto colocarlo después
abreviaturas por contracción, abreviaturas de la letra voladita: Ma., ni tampoco es-
por signos especiales y abreviaturas por cribir la última letra normal, sin elevar:
letras sobrepuestas. Ma. (esta grafía, generalmente sin el punto
abreviativo [como en No ‘número’], es más
5.2.1.2.1. Abreviaturas por siglas. Son propia del inglés) (→ 5.2.3.1).
las que solo conservan la inicial de la pa-
labra, como A. ‘autor’, ‘alteza’, ‘alumno’; 5.2.1.23. Abreviaturas por signos. Son
J. C. ‘Jesucristo’; D. O. Aí. ‘Deo Optimo las que resultan de la sustitución de la pala-
Maximo’; el mecanismo de abreviación es bra por un signo; hay varios casos:
la apócope.
cifras: 1 ‘uno’, 106 ‘ciento seis’;
5.2.1.2.2. Abreviaturas por contrac- cifras y letras: 1o ‘primero’, 3.er ‘tercer’;
ción. Son las que resultan de suprimir la letras ajenas a la palabra abreviada: S
parte interna de la palabra que se abrevia, ‘dioptría’, µ ‘micra’ (en estos dos casos
conservando como mínimo la inicial y la se trata, más bien, de símbolos);
última letra si es consonante (si es vocal, signos especiales que se leen como pala-
se necesitarán la inicial y las dos o tres bras: + ‘más’, - ‘menos’, x ‘por’ (con
últimas letras), como Dr. ‘doctor’, Cía. más propiedad considerados signos);
‘Compañía’, prnl. ‘pronominal’; el meca- otros: O ‘circunferencia’, □ ‘cuadrado’.
nismo de abreviación es la síncopa. Entre
las abreviaturas por contracción pueden
incluirse las que resultan de abreviar con 5.2.1.2.4. Abreviaturas por signos espe-
cifras y letras los nombres de los números ciales. Son las que consistían (hoy no se
ordinales: usan) en un signo especial que sustituía
a una palabra, como †† ‘enim’, □ ‘con’, a
1.o primero veces en conjunción con una letra, como
1.er primer &c. ‘etcétera’ (→ 5.2.3.3).
2.o segundo
3.o tercero 5.2.1.2.5. Abreviaturas por letras so-
3.er tercer
4.o cuarto
brepuestas. Son las que consistían en una
5. o quinto letra o grupo de letras a los que se super-
6. o sexto ponía otra, como q ‘qui’, q ‘quo’; a veces,
7. o sétimo o séptimo en la escritura manual actual, q' ‘que’,
8.o octavo también q '.
5.2.2.1. REGLAS GENERALES 193

5.2.1.3. Abreviaturas simples , do - salvo en formas compuestas como atesa o


bles Y COMPUESTAS. Campsa). No debe olvidarse que las abre-
viaturas no solo representan palabras, sino
5.2.1.3.1. Abreviaturas simples. Son que, de hecho, son en sí mismas palabras,
simples las abreviaturas que constan de un solo que acortadas, abreviadas (recuérdese
solo término, como i. ‘inglés’, prof. ‘profe- que en las abreviaturas se leen las pala-
sor’, comuns. ‘comunicaciones’. bras que acortan, no su representación
gráfica; → 5.2-2). Por consiguiente, deben
5.2.1.3.2. Abreviaturas dobles. 1. Son mantener los espacios que llevarían si se
dobles las abreviaturas convencionales que escribieran con todas las letras. El hecho
expresan un plural mediante la duplica- de que por razones de estética tipográfica
ción de la inicial con que se expresa la se recomiende la reducción de aquellos se
abreviación; por ejemplo, AA. AA. ‘anti- debe al efecto desestabilizador de los pun-
guos alumnos’, EE. UU. ‘Estados Unidos’, tos abreviativos en el conjunto, ya que, a
JJ. OO. ‘Juegos Olímpicos’, CC. OO. ‘Co- igualdad de espacios, hacen que parezcan
misiones Obreras’. visualmente mayores los internos de la
2. Este tipo de abreviaturas se escriben abreviatura compuesta.
poniendo un punto abreviativo en cada
pareja de letras duplicadas y separándolas 5.2.2. Reglas para la formación de
con el espacio normal de la línea. Desde abreviaturas.
este punto de vista, es desacertado supri-
mir el punto (AA AA, EE UU, JJ OO, 5.2.2.1. Reglas generales . Cualquie-
CC OO, grafías que algunos simplifican ra que sea el escrito en que se inserten,
aún más suprimiendo también el espa- deben tenerse en cuenta las siguientes:
cio intermedio: AAAA, EEUU, JJOO, 1. La utilización de abreviaturas debe
CCOO), por más que esas grafías las estar justificada por los siguientes motivos:
hayan puesto en práctica algunos diarios
españoles (→ 5.2.5.2). a) repetición excesiva de una palabra
3. En ediciones cuidadas, el espacio que o grupo de palabras en un mismo
separa los dos términos de las abreviaturas texto;
dobles debería ser algo más pequeño que b) eliminación de un número suficien-
los restantes del texto, con objeto de com- te de letras que haga verdadera-
pensar visualmente el blanco que deja el mente económica la abreviatura
punto abreviativo. (→ 5.2.2.2-4).

5.2.1.3.3. Abreviaturas compuestas. 1. Si no se dan estos dos principios generales,


Son compuestas las abreviaturas que, por la abreviatura debería desecharse.
abreviar un sintagma, frase o concepto, 2. Para su formación debe establecerse
constan de más de un término; por ejem- un código adecuado, de manera que se
plo, b. l. m. ‘besa la mano’, S. A. ‘sociedad evite que en un mismo texto una letra o
anónima’. conjunto de letras puedan interpretarse de
2. En estos casos es conveniente, por más de una manera.
razones de estética tipográfica, utilizar 3. No se debe utilizar una abreviatura
entre los miembros de la abreviatura com- que pueda confundirse con una palabra
puesta un espacio menor que el normal del distinta de la que se abrevia; por ejemplo,
texto en que aparecen. Ello no quiere decir Dr. debe ser siempre la abreviatura de
que se deba eliminar totalmente el espacio doctor, no la de director, que debe ser dir.;
entre los componentes de estas abreviatu- Sta. debe ser la abreviatura de santa, no de
ras, escribiendo, como se hace veces, S.A. señorita, que es Srta.
(e incluso SA, o sa, inadmisibles también, 4. Al principio o al final de un escrito
194 5.2.2.2. FORMACIÓN DE ABREVIATURAS REGULARES

donde se usen abreviaturas debe colocarse ‘ibídem’, documto. ‘documento’. Solo en


una lista con su significado. abreviaturas compuestas, como se dice en
el párrafo anterior, pueden ser correctas
5.2.2.2. Formación de abreviaturas algunas de estas abreviaturas; por ejemplo,
regulares . 1, La palabra abreviada debe en s. l. ‘sin lugar’, ocho signos son sustitui-
truncarse después de la cabeza silábica; dos por cuatro.
por ejemplo, la abreviatura de imprenta es
impr., no imp. (esta, registrada por la grae 5.2.2.3. Formación de abreviaturas
[1969: 492] y la orae [1974: 43], pero convencionales . 1. En principio, cual-
no por el drae [1992: xxx], que escribe quier palabra puede abreviarse conservando
correctamente impr.), solo la inicial (si esta no se confunde con la
2. Ninguna de estas abreviaturas debe abreviatura de otra palabra; → 5.2.2.1-2).
terminar en vocal; por consiguiente, deben 2. En las abreviaturas por contracción,
tenerse por incorrectas abreviaturas como cuando de una palabra se toman la primera
arti. ‘artículo’, pró. ‘prólogo’, vé. ‘véase?, letra y la sílaba final, esta ha de ser com-
semio. ‘semiología’. pleta; así, ntro., ntra. ‘nuestro, nuestra’
3. Ninguna palabra debe abreviarse si son preferibles a las académicas nro., nra.,
solo se le suprime una letra; son, pues, grafías arcaicas que actualmente inducen a
incorrectas las siguientes: onz. ‘onza’, vid. confusión.
‘vide’ (esta, aunque muy utilizada en cier- 3. Entre dos abreviaturas posibles, re-
tos escritos, debe sustituirse por v. ‘véase’), gular y convencional, es preferible la pri-
Cuenc. ‘Cuenca’ (desu ), Cuen. ‘Cuenca’ mera, siempre que en un mismo texto no
(drae 92, xxix) (en este caso, si la abrevia- pueda confundirse con otra; por ejemplo,
tura es de uso obligado, la grafía adecuada núm. se prefiere a n.o, ‘número’.
habría sido Cca., puesto que la palabra no
se presta a una abreviatura regular). Sin 5.2.3. Escritura de las abreviaturas.
embargo, la eliminación de una sola letra
es correcta en abreviaturas compuestas, en 5.2.3.1. El punto abreviativo . 1.
las que la economía de signos se considera Las abreviaturas llevan siempre punto,
en la totalidad del sintagma, de manera indicador de que se trata de una palabra
que en b. l. m. ‘besa la mano’ se sustituyen abreviada por este procedimiento (ningu-
diez signos por seis (con los puntos abre- na otra forma de abreviación lleva punto
viativos, que también se cuentan) (por más abreviativo en español) (v. drae 92, s. v.
que, aisladamente, la abreviatura de la por abreviatura; Martínez Amador, 1960: 30)
l. sea incorrecta). (→ 5.2-2). En sus listas de abreviaturas, el
4. En general, el mínimo número de Esbozo (1973: 154 ss.) y la orae (1974: 42
letras que deben suprimírsele a una pa- ss.) muestran criterios opuestos cuando se
labra ordinaria para que la abreviatura trata de abreviaturas con partes voladitas:
se considere económica es el de tres, dos mientras el primero mantiene los puntos
en casos apurados (una de las cuales será abreviativos (af.mo), la segunda los suprime
sustituida por el punto abreviativo); si se (afmo). Por su lado, la ole 99 (pp. 97 ss.)
suprimen menos letras, la abreviación no tiene un comportamiento más extraño aún:
vale la pena, por cuanto el punto abrevia- mantiene estos puntos, pero los suprime
tivo ocupa el lugar de una de ellas, con lo cuando se trata de abreviaturas con una
que nada se gana con la abreviación (véase, barra; por ejemplo, escribe alc en vez de
en el párrafo anterior, el caso de Cuenc., alc. ‘a cuenta’, a/f en vez de a/f. ‘a favor’,
seis signos, por Cuenca, también seis sig- c/c en vez de c/c. ‘cuenta corriente’. A este
nos). En este sentido son rechazables, por respecto, bien está que escriba sin punto la
prácticamente inútiles, abreviaturas como primera parte de esas abreviaturas, pues-
lib. ‘libro’, fol. ‘folio’, lug. ‘lugar’, ibíd. to que la barra ocupa en ellas el lugar
5.2.33. OTROS SIGNOS EN LAS ABREVIATURAS 195

del punto correspondiente, pero el segundo médicas), c/u. ‘cada uno’, s/c. ‘su casa’. A
punto debe colocarse, ya que no queda sus- veces se da la conjunción de barra y punto
tituido por ningún otro signo que haga sus abreviativo: d. ‘calle’, p/. ‘plaza’, pero en
veces. Esas grafías académicas son, pues, estos casos es grafía incorrecta por redun-
incorrectas (→ 5.2.3.2). En cuanto a las dancia de signos (→ 5.2.3.1). En general,
abreviaturas formadas con cifras y letras la barra debe evitarse en las abreviaturas,
(→ 5.2.1.2.2), hay autores que no usan salvo cuando sirve para indicar la abrevia-
el punto abreviativo, y así escriben 1o, 3er, ción del precomponente de un compuesto,
etcétera; sin embargo, deben usarlo, por las como s/át. ‘sobreático’, s/cargo ‘sobrecar-
siguientes razones: go’, o bien en las indicadas arriba: d/f.
‘días fecha’.
a) porque son abreviaturas y no otro
tipo cualquiera de abreviación; 5.233. Otros signos en las abrevia -
b) porque la omisión del punto abre- turas . Sobre todo en los manuscritos o
viativo en estos casos puede llevar a códices latinos, se han usado ciertos sig-
confusión cuando se usan grados; nos, entre ellos números. Así, era común
sustituir con un 4 el genitivo plural -orum;
así, si por sistema se omite el punto, 3o tan- con una figura parecida a un 3, que poste-
to podría significar «tercero» como «tres riormente se convirtió en z, una voz como
grados»; puesto que existe esta posibilidad videlicet se abreviaba en viz.; el 9 deno-
de anfibología o confusión, el punto abre- taba con u os, y en las abreviaturas por
viativo debe mantenerse en las abrevia- suspensión servía para remplazar la sílaba
turas de números. No es ocioso advertir, final; así, dieb9 ‘diebus’ (con el tiempo este
por otro lado, que el punto debe colocarse 9 se convertiría en un simple apóstrofo;
entre la cifra y la letra voladita; así, 43 y → 5.2.1.1). En las abreviaturas por con-
no 4o. (este punto, el del ejemplo correcto, tracción se usaba, puesto sobre ellas, un
no desplaza ni remplaza al punto y seguido trazo horizontal o una virgulilla: eps ‘epis-
o aparte que pueda seguirle). copus’, Ds ‘Deus’. Fernando de Herrera
2. El punto abreviativo no excluye a usaba la virgulilla sobre la vocal anterior
ningún otro signo que requiera la palabra a una nasal, que omitía: cogiedo, grádeza,
abreviada: ... etc.?; pero si coincide a final cótéplativo (v. Macrí, 1972: 445). La Aca-
de oración o de párrafo, ocupa el lugar del demia, en la grae (1959: 491, n.), aún
punto final. Si coincide con puntos suspen- mantiene esta costumbre: «Las palabras
sivos, el punto abreviativo se mantiene, precedidas aquí de asterisco han de llevar
además de aquellos: l., t., v.... (cuestión en lo manuscrito una raya, tilde o rasgo
distinta es que esta solución resulte estéti- encima puesto a la larga, cruzando los
ca; mejor es colocar un «etcétera»: ‘l., t., palos de las letras altas». Tal advertencia
v., etcétera’). En francés se omite en estos no consta en sus publicaciones posteriores.
casos el punto abreviativo, así como en las Como dice Martínez Amador (1960: 31),
abreviaturas por contracción: Mme ‘mada- «Esta regla, en la escritura a máquina [y
me’, fg ‘faubourg’, pero no en las abrevia- en cualquier otro caso], se sustituye por
turas regulares: ch. ‘chapitre’ (→ 5.2-2). un punto después de la abreviatura». Ya
en 1900 Menéndez Pidal (en Morato,
5.23.2. La barra en las abreviatu - 1933: 76) decía: «Como se han de evitar
ras . La Academia registra algunas abre- las dificultades inútiles, debe desterrarse
viaturas en las que una barra (/) sustituye el uso, bastante generalizado en las reim-
al punto abreviativo; tales son, por ejem- presiones modernas, de conservar las tildes
plo, d ‘cargo’, d/f. o d/fha. ‘días fecha’, empleadas en los impresos antiguos (v. gr.:
d/v. ‘días vista’. Existen otras como C/ o qria, quáto, grá); solo deben reproducirse
d ‘calle’, D/ ‘despáchese’ (en las recetas en los tipos de imprenta las abreviaturas
196 5.2.4. MAYÚSCULAS Y MINÚSCULAS EN LAS ABREVIARURAS

dudosas (v. gr.: como, ome), que las que o minúscula indistintamente, en realidad
son de interpretación evidente y segura no son correctas de ninguna de ambas
no hay para qué, como no sea por simple formas: P. A. o p. a. ‘por autorización’,
deseo de perder el tiempo. Muy distinto es ‘por ausencia’, P. O. o p. o. ‘por orden’,
el caso tratándose de manuscritos antiguos P. P. o p. p. ‘por poder’; la escritura propia
y difíciles de descifrar; en este caso procede de estas abreviaturas compuestas debería
hacer de ellos una edición paleográfica en ser P. a., P. o., P. p., respectivamente, ya que
la cual se reproduzca con toda exactitud el aparecen siempre después de punto final.
sistema propio de abreviaciones, emplean- 3. Se escriben siempre con mayúscula
do signos especiales y letras sobrepuestas». las abreviaturas de tratamiento: D. ‘don’,
Sr. ‘señor’, Excmo. ‘excelentísimo’, Dr. ‘doc-
5.2.4. Mayúsculas y minúsculas en las tor’, S. S. ‘su santidad’, pero solo pueden
abreviaturas. 1. Como regla general, las usarse ante el prenombre, el apellido o el
abreviaturas deben escribirse con la grafía cargo, según los casos. Cuando los trata-
que corresponda a la palabra abreviada. mientos son dos o más y seguidos, todos
En las listas académicas (grae 59, 491 ss.; deben ponerse en abreviatura (coherencia
orae 69, 39 ss.; orae 74, 41 ss.; Esbozo, gráfica): Sr. D., Excmo. Sr. D., Rvdo. P.
1973: 154 ss.) aparecen una serie de abre- D.; por incoherencia gráfica, es incorrecto
viaturas comunes con dos grafías: B. L. M. escribir Señor D. o Sr. don, Reverendo
o b. /. m., Q. D. G. o q. D. g.; la costum- P. D. o Rvdo. P. don. Si no van seguidos
bre de escribir con mayúsculas estas fór- del prenombre, el apellido o el cargo, los
mulas de cortesía es antigua, pero en la tratamientos se escriben sin abreviar; tam-
actualidad no tienen razón de ser: escritas bién por incoherencia gráfica, es incorrecto
con minúsculas significan lo mismo; por este ejemplo: Prendas para Sra., caballero y
lo demás, tal alternancia no se da en otros niño (→ 5.2.10-8c).
casos de abreviaturas de cortesía, como
q. e. g. e. ‘que en gloria esté’. Sin embargo, 5.2.5. Plural en las abreviaturas. Nor-
la Academia, en la OLE99 (pp. 97 ss.), ha malmente, la abreviatura de una palabra
vuelto por sus fueros y reparte mayúsculas en plural debe reflejar este plural, que será
sin tasa en su lista de abreviaturas. Escri- distinto según que se trate de abreviatura
be, por ejemplo, Bco. por ‘banco (entidad regular o convencional.
financiera)’; escrita así, la grafía apropiada
es bco. Escribe sistemáticamente con ini- 5.2.5.1. El plural en abreviaturas
cial mayúscula todas las abreviaturas de regulares . Se forma añadiendo el mor-
nombres de cargos o empleos de ciertas fema -s al singular; así, de pág., págs, ‘pá-
profesiones, como Alfz. ‘alférez’, Almte. ginas’; de comp., comps. ‘compañeros’; de
‘almirante’, Arq. ‘arquitecto’, Arz. ‘arzo- virg., vírgs. ‘vírgenes’.
bispo’, Cap. ‘capitán’, etcétera, y ciertos
cargos, como Dir. ‘director’, Gdor. ‘gober- 5.2.5.2. El plural en abreviaturas
nador’, Pdte. ‘presidente’, pero no registra CONVENCIONALES. 1. Si están constituidas
abreviatura para los nombres de los que por una sola letra, normalmente esta se du-
realizan los oficios y profesiones. En cual- plica para indicar el plural (→ 5.2.1.3.2):
quier caso, ninguna de estas abreviaturas de f. c., ff. cc. ‘ferrocarriles’; de P., PP.
debe escribirse con mayúscula inicial. ‘padres’ (religiosos); de M., MM. ‘madres’
2. No obstante, hay abreviaturas de (religiosas); de p., pp. ‘páginas’; de R. O.,
palabras comunes que se escriben con RR. ÓO. ‘reales órdenes’ (obsérvese, de
mayúscula debido a un uso largamente paso, el problema planteado por la tilde
establecido, aunque sin fundamento orto- en estos casos: ¿debe ponerse en las dos
gráfico: N. B. ‘nota bene’, P. D. ‘posdata’, oes?; ¿solo en la primera, como aquí se
y otras que, recomendadas con mayúscula ha hecho?; ¿solo en la segunda?; ¿en nin-
S.2.5.2. EL PLURAL EN ABREVIATURAS CONVENCIONALES 197

guna, por tratarse de un caso especial?). plural de l. ‘libro’?; ni ll ni ls. son acep-
Lo mismo se aplica a otros sintagmas tables. Este problema, y otros semejantes,
que suelen usarse solo en plural: JJ. OO. ha inclinado a algunos autores a propo-
‘Juegos Olímpicos’, AA. EE. ‘Asuntos Ex- ner que estas abreviaturas se usen siem-
teriores’, JJ. UU. ‘Juegos Universitarios’, pre en singular cuando están inmediatas
CC. OO. ‘Comisiones Obreras’, EE. UU. a datos que por sí ya indican necesaria-
‘Estados Unidos’. (Obsérvese que en estos mente un plural; por ejemplo, al escribir
casos se usa un solo punto para el con- p. 123 y 128 podría leerse «páginas 123 y
junto de las dos letras; no son correctas, 128», y 223 p. podría interpretarse como
pues, las grafías que usan un punto para «223 páginas». Sin embargo, también se
cada letra: E. E. U. U., E.E.U.U., ni las presentan problemas; por ejemplo, si
que prescinden de los puntos: EE UU, ni se escribe p. 23 s., debe leerse «páginas 23
las escritas en bloque, a modo de siglas: y siguiente»; si lo que se quiso indicar era
EEUU; → 5.2.13.) Aunque a veces se ha «siguientes», sin duda habría que escribirlo
puesto en duda la corrección de esta norma en plural: ss. Es, pues, preferible mantener
(por ejemplo, Ramos Martínez, 1963: 133, esta forma del plural, lo cual contribuye,
solo admite E. U. ‘Estados Unidos’), según con poco gasto, a una mayor claridad en
Finó y Hourcade (1954: 35) «la forma de el mensaje escrito. Por otro lado, estas
indicar un plural por reduplicación de la abreviaturas no son comparables a los
letra, como en 55. MM. (Sus Majestades), símbolos, los cuales, por convención in-
EE. UU. (Estados Unidos), está plenamen- ternacional, nunca expresan la forma
te conforme con el uso de los pendolistas plural en su grafía; así, ‘1 m’ se lee «un
medievales». También Martínez Amador metro», y ‘23 m’, «veintitrés metros»
(1960: 30) confirma este uso ya en tiempos (→ 5.6.2.1).
de los romanos. El mismo drae 92 (s. v. si- 5. En las abreviaturas con letras vola-
gla) dice que «los nombres en plural suelen ditas, el plural debe realizarse en estas: de
representarse por su letra inicial repetida; «.o, n.os; de af.mo, af.mos (→ 5.2.8).
v. gr.: AA., siglas de Altezas y Autores». 6. En las abreviaturas por contracción
Lo que no debe hacerse, naturalmente, es en las que el singular acaba en consonante,
combinar las dos formas de conseguir el el plural se forma añadiendo el morfema
plural de una abreviatura: pps. ‘páginas’, -es: de Dr., Dres.; de gral., grales.; de pral.,
ssgs. ‘siguientes’ son inadmisibles. prales.; de Sr., Sres., de Ud., Udes. El plu-
2. Por lo que respecta a la voz usted, ral Uds. que registran la Academia y otros
si se abrevia U. o V., sus plurales respec- autores debe tenerse por incorrecto; sería el
tivos serán UU. y VV. (la Academia, que plural de una forma hipotética usteds, no
registra U. y V., admite el plural de esta de ustedes (→ 5.2.12-5).
última, VV., pero no el de la primera, UU.) 7. La norma une 1008, Abreviaturas en
(→ 5.2.12-5). revistas (p. 2), refiriéndose a las abreviatu-
3. Si la abreviatura es de un tiempo ras de sustantivos y adjetivos que formen
verbal, no admite forma de plural; así, v. es parte del título de una revista, establece:
abreviatura de véase y de véanse. «El plural se indicará solamente en caso
4. Suelen presentarse problemas con de necesidad. Se añadirá un guión a la
este tipo de plural en algunos casos; por abreviatura del singular (que remplazará
ejemplo, se admite que vv. es el plural al punto) y la última letra que en cada
de verso, y pp., de página, pero no existe idioma forme el plural. = [...] Jahrbuch =
grafía para el plural de t. ‘tomo’, que no Jb (sing.). = Jahrbücher = Jb-r (plural)».
es tt. ni ts. Es obvio, por lo demás, que No es una norma gratuita ni arbitraria,
la aplicación de la regla a toda costa y en en estos casos; muy al contrario, dado que
todos los casos puede llevar a callejones sin tales títulos son de uso internacional y los
salida; por ejemplo, ¿cuál sería la forma morfemas de plural difieren de una a otra
198 5.2.6. GÉNERO DE LAS ABREVIATURAS

lengua, la norma establece no indicarlo gunda’, 3.er ‘tercer’, 28.o ‘vigésimo octavo’
salvo caso de necesidad, y entonces hacerlo (→ 5.2.1.2.2).
de manera tal que la abreviatura de una
palabra en plural no pueda confundirse 5.2.10. Normas de aplicación de las
con la de otra en singular. abreviaturas. 1. Cualquier abreviatura
precedida de su complemento puede termi-
5.2.6. Género de las abreviaturas. Las nar párrafo; por ejemplo,
abreviaturas deben expresar el género a
que pertenecen, que se forma como el de ... piedras, etc.;
la palabra abreviada: Sr., Sra.; ntro., ntra.; ... en el año 225 a. de C.;
Dr., Dra.; Sto., Sta.; Excmo., Excma. 43 habs./km2.
Algunas, sin embargo, pueden utilizarse
con valor doble, masculino/femenino: izq. No está permitido que una abreviatura for-
puede valer tanto para el masculino como me por sí misma una línea de un párrafo;
para el femenino; pero si el contexto ofrece por ejemplo, en los casos anteriores, sería
anfibología, puede construirse de forma incorrecto escribir
que se explicite el género a que se refiere:
izqdo., izqda. No es correcto, aunque lo ... piedras, / etc.;
diga la Academia (OLE99, 95), que el feme- ... en el año 225 / a. de C.;
nino de una abreviatura masculina pueda 43 / habs./km2;
indicarse con una a voladita: Sr.a ‘señora’,
Dr.a ‘doctora’. Las formas correctas son, en estos casos es necesario desarrollar
respectivamente, Sra. y Dra., puesto que la abreviatura y escribir, respectivamente,
constituye una irregularidad injustificable etcétera, antes de Cristo, habitantes por
descomponer una sílaba en letras que ocu- kilómetro cuadrado.
pan posiciones distintas en la línea. La síla- 2. En consonancia con lo expuesto en
ba ra en que acaban las palabras anteriores el párrafo anterior, una abreviatura solo
no puede escribirse en niveles distintos: r.a. puede quedar a final de línea si va acompa-
ñada de su complemento; de lo contrario,
5.2.7. La tilde en las abreviaturas. hay que pasarla al principio de la línea
Cuando una palabra lleve tilde en una letra siguiente; esta es la razón de que etc. pueda
que forma parte de la abreviatura, debe quedar a final de línea (puesto que siempre
conservarse, sea en forma singular o plural: le precede su complemento), pero no a
Á. ‘Álvaro’, A. ‘Antonio’; ár. ‘árabe’, ar. principio de la siguiente; y, por el contra-
‘aragonés’; virg. ‘virgen’, vírgs. ‘vírgenes’. rio, en John F. Kennedy, por ejemplo, la F.
no debe quedar a final de línea: John F. /
5.2.8. Abreviaturas con letras voladi- Kennedy, sino al principio de la siguiente:
tas. La tendencia actual en la grafía de las John / F. Kennedy. Sin embargo, esta regla
abreviaturas es la sencillez no exenta de suele presentar graves problemas en com-
claridad. Así pues, siempre que sea posible posición tipográfica, ya que la solución, en
hay que evitar las letras voladitas: C.a, o uno u otro caso, suele ser difícil. Esto ha
C.ía deben grafiarse Cía. ‘Compañía’, y llevado a un diario como El País a prohibir
af.mo, afmo. Pero si la eliminación de las abreviaturas como etc. y escribe siempre
voladitas puede producir anfibología, es etcétera. En algunas obras, sobre todo en
mejor conservarlas: V.o B.o ‘visto bueno’. los diccionarios, se ha prescindido de la
norma, y así puede verse en el drae y otros
5.2.9. Abreviaturas de números. Las léxicos la abreviatura etc. encabezando
abreviaturas de números se dan siempre en línea (→ 5.2.12-7g). En esta obra solo se
ordinales y se expresan con cifras normales mantiene la abreviatura etc. en los textos
y letras voladitas: 1.o ‘primero’, 2.a ‘se- citados si el autor utiliza en ellos esa abre-
5.2.10. NORMAS DE APLICACIÓN DE LAS ABREVIATURAS 199

viatura; en los demás casos se escribe siem- semejantes; a lo largo del texto general de-
pre etcétera. Actualmente, también otros ben escribirse con todas sus letras. En estos
autores, periodistas y escritores aceptan la casos es necesario tener en cuenta las dos
norma y escriben etcétera normalmente. cuestiones siguientes:
3. Como regla general, una abreviatura
o una sigla no deberían dividirse a final de a] establecer un sistema de abreviacio-
línea (v. Melús y Millá, 1940: 84; OLE99, nes, de forma que las mismas pala-
5.11.2b7.o; dpd 05, p. 326). En algunas bras se identifiquen siempre con las
ocasiones la necesidad de dividirlas se mismas abreviaturas;
presenta y en tal caso debe aceptarse. Por b] si se abrevia una palabra, por co-
ejemplo, puede dividirse au / tom., pero herencia gráfica debe abreviarse
no impr., ya que en este caso la partición también otra que se utilice con fun-
im / pr. no es aceptable al no formar dos sí- ción semejante; por ejemplo, se-
labas. La OLE99 pone como ejemplo de si- ría incorrecto escribir vol. 1, pági-
gla indivisible UNESCO, pero no se ve razón na 2 o volumen 1, p. 2; lo correcto
alguna para no poder dividir unes - / co, es vol. 1, p. 2 (→ 5.2.4-3), o, si es
como, cuando se escribe con solo mayús- pertinente, volumen 1, página 2.
culas o versalitas, se pueden dividir ACA- /
de - / mía , co- / man - / do . Se entiende que 6. Las abreviaturas de tratamientos no
no se podrá dividir o- / tan (→ 3.2-4), C1- / deben usarse en el texto general (salvo
ao , CECI- / os, ASE- / A, de la misma manera cuando aparecen entre paréntesis). Por
que tampoco se puede dividir o- / tro. Y ejemplo, al inicio de una carta, lo correcto
en cuanto a las abreviaturas, ¿por qué no es escribir Muy señor mío, no Muy Sr. mío
se puede dividir admón. (abreviatura de (→ 5.2.4-3; 5.2.10-56; 5.2.10-8c).
administración), en la forma ad- / món.? 7. La abreviatura v. (‘véase’) debe es-
La propia Academia, en el drae 01, divide cribirse con sus letras si, en notas o citas
las siguientes palabras: des- / pect. (despec- bibliográficas, precede inmediatamente a
tivo, s. v. correoso], de- / sus. (desusado, un prenombre abreviado: Véase M. Seco,
s. v. contestar], Nu- / mism. (numismática, Vide V. Martínez Sicluna, y no V. M. Se-
s. v. tipo) (→ 3.2-6). co, V. V. Martínez Sicluna. La razón reside
4. En las abreviaturas compuestas no en el hecho de que tales abreviaturas, en
deben separarse a final de línea sus com- esa posición, podrían confundirse con las
ponentes; así, es incorrecto separar S. / M., de un prenombre.
SS. / MM., q. / e. / p. / d. Tampoco pueden 8. Hay algunos casos en que no deben
separarse de los términos a los que afectan: usarse abreviaturas; son los siguientes:
S. M. / Juan Carlos I, S. M. / la reina. Cuan-
do se trata de prenombres abreviados, a] en los versos de una poesía (v. Melús
estos no pueden separarse de sus apellidos; y Millá, 1940: 110), con la excep-
es, pues, incorrecto G. / Santaella, J. / S. / ción de que sea el propio autor quien
Bach. Lo mismo vale cuando la abrevia- las utilice, como sucede, por ejem-
ción va pospuesta: viento / SO. plo, en Dámaso Alonso (1968: 7),
5. En los libros y publicaciones, sobre que dedica una poesía a las siglas;
todo en los técnicos y científicos, son co- b] en los títulos de libros (salvo cuando
rrientes las abreviaciones de palabras como se trata precisamente de una abrevia-
artículo, capítulo, figura, lámina, libro, tura, como sucede con A. M. D. G.,
tomo, título, número, volumen, página, de Ramón Pérez de Ayala); sin em-
edición, etcétera. Estas solo serán correc- bargo, hay ejemplos de ello (aunque
tas en dos casos: cuando aparezcan entre no sean dignos de ser imitados):
paréntesis y cuando formen parte de notas, una obra de Karl von Vereiter (Bar-
citas bibliográficas, bibliografías y textos celona: Petronio, 1979) se titula
200 5.2.11. FALSAS ABREVIATURAS

5a columna (5a, sin punto abreviati- muy extendida, afortunadamente)


vo) y no, como es lo correcto (con de abreviar, en el cuerpo del texto,
más razón puesto que quinta co- la palabra que sirve de entrada al ar-
lumna es ya un sintagma aceptado), tículo (sobre todo cuando este tiene
Quinta columna; explicación enciclopédica), no resul-
c) a lo largo del texto general no deben ta recomendable este uso, por cuan-
usarse abreviaturas cuando estas no to el lector no sustituye fácilmente
son complemento de un dato; por la letra (una sola) con que suele
ejemplo, por incoherencia gráfica abreviarse la palabra de entrada;
es incorrecto escribir Géneros de por el contrario, se le obliga a volver
punto para Sra. (→ 5.2.4-3); por el siempre la mirada hacia el lugar que
contrario, si el dato a que se refiere ocupa esta palabra, lo que supone,
la abreviatura se escribe con letras, en algún caso, retroceder una o más
esta tampoco puede usarse: Esto le páginas. Es correcta para abreviar la
costará unas quince mil ptas.; es, voz de entrada en una subentrada.
pues, incorrecto este texto que figura
en el drae (s. v. apolónida o apolo- 5.2.11. Falsas abreviaturas. No son
nida, en el suplemento de 1970 y en abreviaturas, pese a que formen parte de
1984): «Hijo de Apolo, en el sentido las listas proporcionadas por la Academia
fig. de poeta» (incluso teniendo en y otros autores, las siguientes formas de
cuenta que fig. es abreviatura nor- abreviación:
mal en un diccionario; lo es, pero en
otra situación [en la edición de 1992 a) los signos;
la escritura es corrrecta]). b) los símbolos;
c) las abreviaciones de los puntos car-
9. Por lo que respecta a las abrevia- dinales (→ 5.6.1-2h; 5.6.1.5).
turas empleadas en diccionarios y obras
enciclopédicas, deben tenerse en cuenta los 5.2.12. Algunas abreviaturas con pro-
siguientes aspectos: blemas. A veces se usan abreviaturas de
formación incorrecta, como las siguientes:
a) las abreviaturas deben seguir, por 1. La abreviatura de don es D., no Dn.
lo que se refiere a su formación, las ni D.n; la de doña es D.a, no Dña.
reglas establecidas, pero disfrutan 2. Debe evitarse el empleo de abrevia-
de algunas licencias en cuanto a su turas como d/fha. ‘días fecha’; la grafía
uso; por ejemplo, pueden dividirse preferible es d/f, como se escribe d/v. ‘días
a final de línea (si se prestan a ello; vista’.
→ 5.2.10-3), aparecer separadas de 3. La abreviatura de maestro es mtro. o
sus complementos (→ 5.2.10-1), et- Mtro., pero no Mro. La de nuestro, nuestra
cétera, por la índole especial de es ntro., ntra., no nro., nra. La de doctor
este tipo de obras (generalmente es Dr., no Doct., y la de director es dir., no
compuestas en líneas muy cortas, lo dtor. ni Dr.
que dificulta cualquier solución); sin 4. Para manuscrito debe preferirse ms.
embargo, debe aplicarse, aun tenien- (singular) y mss. (plural), mucho mejores
do en cuenta esas excepciones, algo que M.S. y M.S.S., respectivamente; si les
de sentido común; por ejemplo, corresponde mayúscula, Ms. y Mss., res-
sería admisible separar así esta pectivamente.
abreviatura: ú. t. / c. s., pero no de 5. En cuanto a la abreviatura de usted,
ninguna de estas maneras: ú. /t. c. s., la forma preferible es Ud. (singular) y
ú. t. c. / s.; Udes. (plural). La Academia registra asi-
b) aunque existe cierta costumbre (no mismo U. (sin plural, que debería ser UU.;
5.2.12. ALGUNAS ABREVIATURAS CON PROBLEMAS 201

→ 5.2.5.2-2), Uds. como plural (que es ma que separe entre sí los miembros
incorrecto; → 5.2.5.2-6), V. (plural, W.) de esa serie de palabras, oraciones o
y Vd. (plural, Vds., también incorrecto; períodos; generalmente esta puntua-
→ 5.2.5.2-6). La abreviatura U. es forma ción consiste en la coma, pero tam-
lo suficiente confusa e innecesaria como bién se da el uso del punto y coma e
para desecharla definitivamente; V. y Vd., incluso del punto;
con sus plurales ya expuestos, son formas e) en general, es redundancia innece-
arcaizantes (de vuesa merced), carentes saria la repetición, dos o más veces,
de vitalidad, por lo cual, aunque no sean de esta abreviatura (sin embargo, en
incorrectas como aseguran algunos autores ciertas obras literarias —pero no en
(por ejemplo, Melús y Millá, 1940: 112), las técnicas y científicas— debe res-
hay razones suficientes para rechazarlas. petarse si el autor la utiliza);
6. Deben desecharse, por latinismos f) en algún caso especial, en lugar de
innecesarios, las grafías affmo. e Illmo.; la abreviatura debe usarse la pala-
las grafías correctas son, respectivamente, bra etcétera; por ejemplo, cuando
afmo. ‘afectísimo’ e Ilmo, ‘ilustrísimo’ (ya no significa «y lo demás», sino, por
en 1570 Ambrosio de Morales pedía que ejemplo, «para qué seguir»; véase
no se escribiera Ille, Illmo., sino con una este ejemplo de Melús y Millá (1940:
sola l). 111): «—Sé que le trataron a usted
7. Por lo que respecta a etc., deben ha- muy mal. = —Más de lo que me
cerse algunas consideraciones, por tratarse merecía. Y luego... etcétera». Fran-
de una abreviatura especial: cisco Umbral la utiliza así en El País
(23.9.80, 29): «la-ola-de-erotismo-
a) es la única abreviatura que en es- -que-nos-etcétera [invade]»;
pañol se utilizaba siempre en lugar g) actualmente, en algunos periódicos y
de la palabra correspondiente (etcé- libros se ha sustituido la abreviatura
tera), tanto en texto seguido como etc. por la palabra entera: etcétera
entre paréntesis (pero → 5.2.10-1 y (→ 5.2.10-2); la razón estriba en el
5.2.10-2); hecho de que la escritura informati-
b) puede ir a final de línea o a fin de zada impide el control de aparición
párrafo, salvo que por sí misma de la abreviatura; como es sabido,
forme una línea, caso en el cual debe esta abreviatura no debe separarse
sustituirse por su desarrollo: etcétera de la palabra que le sirve de com-
(→ 5.2.10-1); plemento, que en este caso siempre
c) cuando aparece dentro de sintagma es anterior; así pues, si la abrevia-
o frase, etc. puede ir entre comas, tura queda a principio de línea, su
precedida de punto y coma o seguida situación es incorrecta y debe sus-
de ese mismo signo. Si aparece al fi- tituirse por la palabra entera; pero
nal de oración o período, va precedi- si en el mismo párrafo se da una
da de coma. Pese a que algún autor corrección en algún lugar anterior, el
ha cuestionado esta coma antes de texto se recorrerá automáticamente
etc., debe llevarla en todos los casos, y la palabra desarrollada aparecerá
ya que si bien el significado de la probablemente en medio de la línea,
palabra etcétera es «y lo demás», esa situación también incorrecta puesto
y no aparece explícita, y lo que se lee que en esos casos se está utilizan-
no es «y lo demás», sino «etcétera» do la abreviatura; cualquier otra
(→ 10.5.2.3.1-14); enmienda corre el mismo riesgo; la
d) cuando etcétera cierra un período solución, pues, consiste en escribir
con varias proposiciones, la puntua- siempre la palabra etcétera a lo largo
ción que le corresponda será la mis- en cualquier texto, única forma de
202 5.2.13. ASIMILACIÓN DE ABREVIATURAS A SÍMBOLOS Y SIGLAS

despreocuparse de la corrección o JJ OO. En este caso hay, sin duda, la


incorrección a que en su caso diera influencia de siglas paralelas utilizadas en
lugar la abreviatura etc. el mismo contexto; por ejemplo, a prime-
ra vista parece lógico que quien escri-
8. Las abreviaturas a. de C. y d. de be URSS, UGT escriba, por paralelismo,
C., a. de J. C. y d. de J. C. (o a. C., d. C., EEUU, CCOO, sin tener en cuenta que
menos recomendables) deben emplearse se trata de dos grafías distintas, sigla una
solo después de cifra (arábiga o romana), y abreviatura la otra. Sin embargo, puesto
pero, a falta de estas, deben escribirse los que EE. UU. es, en esos contextos, una
sintagmas enteros, con todas sus letras: en abreviatura farragosa y de uso incómodo,
el siglo III d. de C., pero varios siglos antes sería preferible sustituirla por la sigla eua
de Cristo. ‘Estados Unidos de América’ (nunca por
USA, que es grafía inglesa, de ‘United States
5.2.13. Asimilación de abreviaturas a of America’).
símbolos y siglas. Como todos los elemen-
tos del lenguaje escrito, algunas abreviatu- 5.3. Los criptónimos. 1. Llamamos
ras sufren los efectos de la lexicalización criptónimo a la abreviación del nombre y
o desgaste, mecanismo por el cual tienen apellido(s) de una persona con la escritura
cierta tendencia a variar su grafía. La cues- de sus iniciales.
tión más importante al respecto es la asimi-
lación a símbolos o siglas en su escritura, 5.3.1. Generalidades. La costumbre de
para lo cual se les suprimen los puntos conocer a una persona por su criptónimo
abreviativos y los grafemas se fusionan en no es corriente en España. Como dice Seco
un solo cuerpo gráfico. Un ejemplo inade- (1977: 193), «Nosotros nunca hubiéramos
cuado lo ofrece el Esbozo (1973: 154-159), dicho (ni escrito) F. F. [Francisco Franco]:
que en su lista de abreviaturas incluye se hubiera considerado una irreverencia».
B. L. M. o BLM ‘besalamano’; la grafía Sin embargo, en el lenguaje periodístico sí
BLM es inaceptable porque convierte en se han utilizado a veces los criptónimos.
sigla una abreviatura que ya no tiene uso Por ejemplo, BB (Brigitte Bardot), CC
(es decir, que BLM es grafía caprichosa, no (Claudia Cardinale), HH (Helenio Herre-
fruto del uso constante del sintagma besa ra), HH2 (Heriberto Herrera), JRJ (Juan
la mano —y no besalamano [como escribe Ramón Jiménez), C/C (Camilo José Cela).
el Esbozo], que es el nombre del objeto La costumbre es, sobre todo, de origen
y no el desdoblamiento de la abreviatura norteamericano y se aplica especialmen-
b. l. m.—). Sin embargo, al margen de te a personajes políticos: FDR (Franklin
este caso injustificado, se han podido ver Delano Roosevelt), JFK (John Fitzgerald
ya fórmulas abreviativas como aJC y dJC Kennedy), LBJ (Lyndon Baynes Johnson),
por a. de J. C. y d. de J. C. Estas neogra- etcétera. Como criterio general, en España
fías se aproximan más al símbolo que a este fenómeno no debería prosperar, pese
otras formas abreviativas, fenómeno al a que se aplica con cierta frecuencia a
que responden también las llamadas siglas artistas de cine, entrenadores deportivos y
bibliográficas, como RdE ‘Revista de Edu- escritores.
cación’. Pero esto no justifica, en manera
alguna, la siglación de ciertas abreviaturas 5.3.2. Escritura de los criptónimos. De
como SA o incluso sa por S. A. ‘sociedad cuatro formas suelen verse escritos los
anónima’; se ha visto también SM por criptónimos:
S. M. ‘su majestad’, todo lo cual resul-
ta inadecuado. Se sigue la misma ten- a) con puntos y espacios (C. J. C.);
dencia cuando se escribe, por ejemplo, b) con puntos, pero sin espacios
EEUU, CCOO, JJOO o EE UU, CC OO, (C.J.C.);
5.5.3. MORFOLOGÍA DE LOS ABREVIAMIENTOS 203

c) sin puntos ni espacios (CJC); 5.5.2. Formación de los abreviamien-


d) sin puntos, pero con espacios (CJC). tos. Intervienen en grado diverso la afé-
resis, la síncopa y la apócope; a ellas suele
En el primer caso se trata de una grafía sumarse, a veces (sobre todo en los nom-
abreviativa (con puntos y espacios); el bres hipocorísticos), la fusión en un solo
segundo es una variante de la grafía abre- término de dos o más vocablos abreviados.
viativa, a la que se le han suprimido los El abreviamiento es generalmente una pa-
espacios entre abreviaturas; la tercera es labra de circulación ordinaria, que a veces
grafía siglar (es decir, se escriben como las es un precomponente (prefijo), como tele
siglas: con versales y sin puntos, juntando por televisión, radio por radiorreceptor, o
las letras); el cuarto es una variante de la bien el truncamiento de una voz extensa
grafía siglar, a la que se le añaden espacios que el habla habitual acorta por amputa-
entre las letras. En español, solo la primera ción de la parte final (es el caso más fre-
y la tercera son grafías aceptables, y de cuente), como poli por policía, profe por
ellas tal vez la primera sea mejor, precisa- profesor (→ 5.5.1), o bien, más raramente,
mente porque la escritura más apropiada la parte inicial, como chelo por violonchelo
de este tipo de abreviaciones es la que hace (→ 5.5.1). Por los mismos procedimientos
uso de puntos y espacios, por cuanto, si se forman también abreviamientos de an-
por un lado son formas no lexicalizadas, tropónimos, topónimos, nombres cientí-
por otro las restantes grafías o son siglares ficos y denominaciones varias. Las voces
o mezclas de unos y otros sistemas. comunes formadas de esta manera no
siempre proceden de otras de amplio uso
5.4. Las cifras. Las cifras o monogra- general; en ocasiones surgen en círculos
mas son enlaces de dos o más letras ini- más restringidos, grupos profesionales, et-
ciales que se emplean como abreviación de cétera, donde las palabras de mayor circu-
un nombre y apellido(s) o de un sintagma. lación suelen ser cercenadas, como alelo
No suelen aparecer en textos ordinarios y por alelomorfo, lito por litografía o lito-
sí en impresos específicos (publicidad, mar- gráfico, hueco por huecograbado, fonendo
cas y firmas comerciales, hierros para marcar por fonendoscopio. En otros casos, como
animales o tapas de libros, escudos, etcétera). metro por (ferrocarril) metro(politano),
zoo por (parque) zoo(lógico), magneto
5.5. Los abreviamientos. por (máquina) magneto (motriz), preu por
(curso) preu(niversitario), la amputación es
5.5.1. Generalidades. Llamamos abre- mucho más amplia.
viamiento o acortamiento a la reducción
del cuerpo fónico de una palabra. Por 5.5.3. Morfología de los abreviamien-
ejemplo, profe por profesor, cine por cine- tos. Es común que admitan el morfema de
matógrafo, poli por policía. Los abrevia- plural (siempre en -s), como cines, coles,
mientos de voces ordinarias se producen autos, motos, pero en general se resisten
mediante dos metaplasmos: la apócope, al morfema de género, y así se dice la mili,
que es la más usada, y la aféresis, que la bici, la moto, el profe (aunque, sorpren-
interviene en cantidad mucho menor. Por dentemente, en los medios estudiantiles,
apócope se obtienen abreviamientos como incluso universitarios, se dice la profa por
los mencionados antes, mientras que por la profesora). Algunos abreviamientos se
aféresis se consiguen otros como bus usan solo en plural porque abrevian una
por autobús, chelo por violonchelo, fa- palabra que normalmente se usa solo en
go por bacteriófago y fax por telefax (ac- plural, como chuches, de chucherías (pero
tualmente es casi una lista cerrada, pues los la misma solución no se aplica en todos
abreviamientos por este procedimiento son los casos; el abreviamiento de cumpleaños
muy escasos en español). es cumple). En otros casos, un mismo
204 5.5.4. FUSIÓN DE ABREVIAMIENTOS

abreviamiento puede tener dos o más de- cuando se trata de nombres hipocorísticos
sarrollos, como maní por manifestación y o de cualquier otra naturaleza. Es intere-
manicomio, pero entonces es el contexto sante subrayar que cuando los hipocorísti-
el que se encarga de aclararlo (salvo que cos acaban en el sonido /i/ deben escribirse
vaya acompañado de artículo, caso en el con i, nunca con y, que es grafía inglesa;
cual no debería haber anfibología: la mani, por ejemplo, Mary, Tony, Lucy son angli-
el mani). cismos ortográficos por Mari, Toni, Luci
(→ 1.3.26.4-3; 7.1.1.3).
5.5.4. Fusión de abreviamientos. En
algunos casos se da la unión de abrevia- 5.6. Los símbolos.
mientos, como autocine (de automóvil
+ cinematógrafo), incluso de formas que 5.6.1. Generalidades. 1. Entendemos
no tienen uso como voces simples, como por símbolo la letra, conjunto de letras o
taquimeca (de taquígrafa + mecanógrafa), signo con que se representan una palabra o
en que ni taqui ni meca tienen uso ordina- un sintagma en escritos técnicos y cientí-
riamente. ficos.
2. Se consideran símbolos:
5.5.5. Escritura de los abreviamien-
tos. 1. La grafía de los abreviamientos es a) las grafías abreviativas establecidas
la misma de la palabra de que se obtienen; por el cipm (Comité Internacional
es decir, se escriben sin diacríticos, y nor- de Pesas y Medidas) para las uni-
malmente los plurales responden a las re- dades de medida del sistema inter-
glas generales (→ 5.5.2). Sin embargo, el nacional de unidades (si);
uso constante de abreviamientos confiere b) los conjuntos de tres letras con que
carácter vulgar a un escrito, por lo que se representan las constelaciones del
deben evitarse en la medida de lo posible, universo;
salvo los casos en que se justifican en vir- c) los grupos de dos letras con que se
tud de la materia. Por ejemplo, en un tra- representan los cuerpos simples (ele-
bajo científico puede hablarse de fagos; en mentos) en química;
otro de música, del chelo; en otro, del bus; d) las contraseñas de las matrículas de
pero todos ellos y aun otros utilizados en los automóviles, tanto las interna-
un mismo trabajo, sin mención tal vez de la cionales como las nacionales (en los
forma original de que los respectivos abre- países que las usan);
viamientos se derivan, conferirían carácter e) los grupos de tres letras (las dos
vulgar al escrito en que se inscribieran. primeras del nombre del país [có-
Conviene, pues, utilizarlos con precaución digo alfa-2] y la tercera de la unidad
y lo menos posible. monetaria) con que se representan
2. Mientras no se lexicalizan o desgas- las unidades monetarias de los países
tan por el uso, es costumbre escribirlos (iso 4217:1987 [E/F]);
entre comillas, especialmente en los medios f) los grupos de dos letras con que se
de comunicación impresos, indicación dia- representan los nombres de lenguas
crítica de que se trata de una grafía fami- del mundo (iso 639:1988 [E/F]);
liar; aún es corriente ver entrecomilladas g) los grupos de dos (código alfa-2) o
palabras como peque, cole, profe, etcétera. tres (código alfa-3) letras con que se
Resulta sorprendente, sin embargo, que el representan los dominios de Internet
abreviamiento tele, acaso por influencia y los nombres de los países (iso
de cine, ya lexicalizado cuando apareció 3166:1988 [E/F]);
aquel, nunca se escribió entre comillas. Lo h) las abreviaciones simbólicas em-
normal, sin embargo, es usarlos sin diacrí- pleadas en automovilismo, la Biblia,
ticos, como palabras ordinarias, incluso geometría, física, geografía (puntos
5.6.2.2. ESCRITURA DE LOS SÍMBOLOS DEL SISTEMA INTERNACIONAL 205

cardinales), mecánica, meteorología, 3. En ningún caso admiten morfema de


monedas, química, etcétera. plural, de tal manera que m, por ejemplo,
es el símbolo internacional de metro o me-
3. Los símbolos internacionales son un tros, según corresponda.
tipo especial de abreviación, con sus ca- 4. En cuanto al tipo y clase de letra,
racterísticas propias. Los establecen or- se escriben con los que correspondan al
ganismos o instituciones nacionales o in- texto en el que aparecen (excepto los del
ternacionales responsables específicamente si; → 5.6.2.2-3).
en el campo de que se trate. Su grafía es 5. El espacio entre el símbolo y el ele-
invariable; así, kg es el símbolo interna- mento a que afecta debe ser el normal de
cional de kilogramo; eV, el de electronvol- la línea, y se coloca siempre, salvo en los
tio; GeV, el de gigaelectronvoltio. Si estas símbolos grado (°), minuto (') y segundo
grafías se variasen, ya no se trataría de esos ("), que se pegan a la cifra correspondiente.
símbolos, sino de otros (si existieran) cuyo
significado no sería el mismo. 5.6.2.2. Escritura de los símbolos
4. A imitación de los símbolos inter- DEL SISTEMA INTERNACIONAL DE UNIDA-
nacionales, en algunos casos se han creado DES (si). 1. Los símbolos del si se rigen
grafías simbólicas que, una vez unificadas por las reglas generales de escritura de los
y asentadas, deben aceptarse. Por ejemplo, símbolos (→ 5.6.2.1, excepto el punto 4),
es corriente admitir grafía simbólica para y además, por las que siguen.
las abreviaciones de las unidades de me- 2. Pueden ser simples (m ‘metro’) o
dida (especialmente las anglosajonas) que compuestos (km ‘kilómetro’); estos últimos
no pertenecen al sistema si o para designar se forman mediante la unión de un símbo-
conceptos y denominaciones de las ciencias lo de prefijo y otro de unidad (→ c. 5.2);
médicas. Por ejemplo, se escribe lb para entre uno y otro no debe haber espacio,
libra, yd para yarda, cu in para cubic inch guión ni ningún otro signo que no esté ofi-
‘pulgada cúbica’, etcétera. Tales grafías de- cialmente establecido. La grafía particular
ben respetarse y aplicarse unificadamente de cada símbolo no varía en caso alguno,
(siempre como símbolos o siempre como cualquiera que sea la combinación en que
abreviaturas), con objeto de mantener mi- aparezca.
crosistemas gráficos cuando estos están 3. Se escriben siempre en caracteres
bien establecidos. redondos, es decir, rectos o normales; no
admiten, pues, la letra cursiva (salvo en los
5.6.2. Escritura de los símbolos. 1. Los ejemplos, como en esta obra) ni tampoco
símbolos se escriben con la grafía que para deben escribirse con versalitas, versales o
ellos establezca la institución que los ha negrita aunque el contexto que los rodee
creado. Pueden estar formados por una o se escriba de esa manera.
más letras (normalmente del alfabeto lati- 4. Se colocan después de los valores
no) mayúsculas o minúsculas, cualquiera numéricos a que se refieren, con el espacio
que sea el orden. Es lícita en ellos la utili- normal que corresponda al texto en que
zación de la mayúscula interior, como en se hallan: 23 km, 600 L. No es correcto
kWh ‘kilovatio hora’. pegarlos al valor numérico: 23km, 600L.
Tampoco es correcto escribir el símbolo
5.6.2.1. Reglas generales . 1. Los de la unidad en forma voladita y pegada a
símbolos se escriben sin punto abreviativo. la cifra: 23km, 600L, o en forma subíndice:
2. Se escriben con mayúsculas, con mi- 25km.
núsculas, con mayúscula inicial o con una 5. Los prefijos, si son múltiplos, se
combinación de mayúsculas y minúsculas, escriben con inicial mayúscula, menos los
en cualquier orden, siempre que respondan correspondientes a deca (da), hecto (h)
a la grafía que les sea propia. y k (kilo) y, si son divisores, con inicial
206 5.6.23. ESCRITURA DE LOS SÍMBOLOS DE GRADOS

minúscula, salvo el correspondiente a mi- (→ c. 5.3). La norma internacional estable-


cro (µ), que se representa con la mi griega; ce que los nombres derivados de científicos
se escriben con la grafía que para cada uno eminentes deben escribirse según su grafía
de ellos está establecida, que consta de una original, con minúscula y, cuando sea
sola letra salvo el caso de deca, que se re- necesario para facilitar la pronunciación,
presenta con dos: da. añadiendo o suprimiendo una tilde. Esta
6. Los símbolos de unidades, tanto las es la causa de que la Academia admita am-
fundamentales como las derivadas, se es- pere y no ampere (también admitía wéber
criben con minúscula si se derivan de en el drae 92, pero en el DRAE01 escribe
nombres comunes y con mayúscula si se weber, forma errónea). Lástima que, junto
derivan de nombres propios. Se exceptúa el a estos, no registre siémens y siévert en
símbolo del ohm en las unidades derivadas, vez de siemens y sievert, que es lo que
que es Ω. Se escriben con una o dos letras, registra.
excepto el mol, que tiene tres (unidades
fundamentales), y el radiante (rad) y el ka- 5.6.2.3. Escritura de los símbolos
tal (kat), que también tienen tres (unidades de grados . Son los siguientes:
derivadas). El kilogramo es la única unidad
que se representa con un signo compues- °C grado Celsius;
to: kg, de kilo (k) y gramo (g), pero °F grado Fahrenheit;
los derivados se forman con la g de gra- °R grado Rankine.
mo: dg ‘decigramo’, dag ‘decagramo’, et-
cétera. Los grados sexagesimales se indican con el
7. En las combinaciones de prefijos y signo ° para los grados,' para los minutos
unidades debe respetarse la grafía que a y " para los segundos, pegados a la cifra a
cada símbolo corresponda separadamente; que afecten (→ 8.1.1.5).
así, kWh tiene esta grafía porque el pre-
fijo k ‘kilo-’ y h ‘hora’, nombre común, se 5.6.2.4. Escritura de los símbolos
escriben con minúscula, y W, de watt (va- DE LOS ELEMENTOS QUÍMICOS. Constan
tio), que se deriva de un nombre propio, se de una o dos letras, nunca más. Si solo
escribe con mayúscula. No debe colocarse constan de una, esta se escribe con mayús-
espacio alguno ni guión entre el símbolo cula; si de dos, la primera con mayúscula y
del prefijo y el de la unidad. la segunda con minúscula. Sus grafías son
8. Por lo que respecta al nombre de los internacionales. Por esta razón, a veces el
símbolos, deben utilizarse con la grafía símbolo no concuerda con la grafía de la
que a cada lengua corresponda. El decreto palabra en español; por ejemplo, Y = itrio
1317/1989, de 27 de octubre, por el que se (de ytrio); Au = oro (de aurum), etcétera.
establecen las unidades legales de medida En relación con su grafía, la norma une
(boe 264 de 3/11/89), dice: «Los nombres 5029, Impresión de los símbolos (de mag-
de las unidades debidos a nombres pro- nitudes y unidades) y de los números (p.
pios de científicos eminentes deben escri- 3), dice: «Los símbolos de los elementos
birse con idéntica ortografía que el nombre químicos deberán imprimirse en caracteres
de estos, pero con minúscula inicial. = de tipo redondo. El símbolo no va seguido
No obstante lo anterior, serán igualmen- de un punto. = Ejemplos: Ca C H He. =
te aceptables sus denominaciones caste- Los índices que afectan al símbolo que
llanizadas de uso habitual, siempre que caracteriza un núclido o una molécula,
estén reconocidos por la Real Academia tendrán los significados siguientes:
Española (ejemplos: amperio, culombio,
faradio, hercio, julio, ohmio, voltio, watio número de masa 14N2
2 átomos por molécula
[no: vatio, que es lo que registra la Aca-
demia], weberio) [las cursivas son mías]» El número atómico puede colocarse en
5.6.2.4. ESCRITURA DE LOS SÍMBOLOS DE LOS ELEMENTOS QUÍMICOS 207

Cuadro 5.2. Símbolos del sistema internacional de unidades (si)

1. Prefijos S siémens
T tesla
Múltiplos Gy gray
Sv siévert
Y yotta 1024 J julio
Z zetta 1021 lm lumen
E exa 1018 Wb wéber
P peta 1015 N newton
T tera 1012 Hz hercio
G giga 109 lx lux
M mega 106 H henrio
k kilo 103 W vatio
h hecto 102 V voltio
da deca 101 Pa pascal
kat katal
Divisores Ω ohmio
°C grado Celsius
d deci 10-1
c centi 10-2 2.3. Unidades que se utilizan juntamente
m mili 10-3 con el si
µ micro 10-6
n nano 10-9 o grado
p pico 10-12 'minuto
f femto 10-15 "
segundo
a atto 10-18 u unidad atómica de masa unificada
z zepto 10-21 eV electronvoltio
y yocto 10-24 t tonelada
d día
h hora
2. Unidades min minuto
l, L litro
2.1. Unidades si fundamentales
2.4. Unidades que se admiten
A amperio temporalmente
cd candela
m metro Á ángstrom
kg kilogramo milla náutica1
mol mol bar bar
K kelvin
s segundo 2.5. Unidades admitidas en sectores
ESPECIALIZADOS
2.2. Unidades si derivadas con nombre
ESPECIAL dioptría1
quilate1
rad radiante a área
sr estereorradiante tex tex
Bq becquerel mmHg milímetro de mercurio
F faradio b barn
C culombio

1 No tienen símbolo oficial. Para el quilate suele emplearse, cuando es necesario, la c de carat o
la k de karat.
208 5.6.2.5. ESCRITURA DE LOS SÍMBOLOS DE LOS PUNTOS CARDINALES

Cuadro 5.3. Denominaciones de las unidades del si

metro ohmio (ohm)


kilogramo siémens*3 [siemensio]
segundo wéber* [weberio]
amperio (ampere)1 tesla
kelvin [kelvinio]2 henrio (henry)
mol grado Celsius
candela lumen
radián lux
estereorradián becquerel
hercio (hertz) gray
newton [neutonio] sievert (siévert*)
pascal [pascalio] gílbert* [gilbertio]
julio (joule) óersted* [oerstedio]
vatio (watt) electronvoltio
culombio (coulomb) (electronvolt)
voltio (volt) ángstrom [ángstrom]
faradio (farad) roentgen [roentgenio]

1 Los nombres encerrados entre paréntesis no son académicos actualmente.


2 Los nombres encerrados entre corchetes han sido desechados por la Academia en el DRAE01.
La lista de denominaciones académicas queda, pues, incompleta.
3 Las palabras marcadas con un asterisco figuran en el DRAE01 sin la tilde que aquí se les
añade porque en español deben llevarla.

el ángulo inferior [izquierdo]. El ángulo 5.7. Los signos.


superior derecho se reservará para indicar,
cuando sea necesario, un estado de ioniza- 5.7.1. Generalidades. Los signos son
ción o un estado nuclear excitado». Es de- elementos que, convencionalmente, repre-
cir, que puede llevar números (exponentes sentan algo distinto de sí mismos. Por lo
o subíndices) en los cuatro ángulos, pero que respecta al campo de la abreviación,
cada uno tiene su significado particular, y son signos abreviativos las cifras de la
debe cesar, por consiguiente, la costumbre numeración arábiga (1 ‘uno’, 4 ‘cuatro’,
de colocar el número de masa en el ángulo etcétera), de la numeración ordinal (1.a,
superior derecho. 2.a, 3.er, etcétera), de la numeración romana
(i ‘primero’, xii ‘duodécimo’, etcétera), los
5.6.2.5. Escritura de los símbolos operadores matemáticos (+ ‘más’, - ‘me-
de los puntos CARDINALES, Las letras y nos’, x ‘por’, : ‘dividido por’, etcétera) y
combinaciones de ellas con que se abrevian algunos otros como & (et ‘y’), $ ‘dólar’, £
los nombres de los puntos cardinales son ‘libra esterlina’, % ‘por ciento’. Los signos
símbolos y, en consecuencia, se escriben ortográficos (, . ; : ¡ ! ¿ ? — ¨ [] { } «»“”
sin punto. Todas las letras se escriben con ‘ ’, etcétera) no son abreviativos.
mayúscula y sin espacio intermedio en
las combinaciones de letras: ONO. Nor- 5.7.2. Escritura de los signos. 1. En
malmente (salvo en diccionarios y obras cuanto al tipo de letra, los signos deben co-
enciclopédicas), se usan solamente después rresponder al grafismo de la letra con que
de cifra; fuera de esas obras específicas, en se compone un texto (aunque en algunos
los demás casos debe escribirse la palabra tipos es conveniente cambiar de familia
por entero. de letra para algún signo que resulta poco
5.8. LAS SIGLAS 209

estético o bien porque la familia no lo pro- clase de letra normal que corresponda al
porciona). texto, independientemente de la grafía que
2. Los signos que afectan a dos pala- tenga la palabra a la que afecta.
bras, la que le precede y la que le sigue,
suelen llevar el mismo espacio que corres- 5.8. Las siglas. 1. Se entiende por sigla,
ponda a la línea, salvo en los operadores en el sentido moderno de la palabra, la
matemáticos (+, -, x, =), que deben yuxtaposición de iniciales de un enunciado
llevar un valor de espacio fijo, con obje- o sintagma que da lugar a una formación
to de que alineen correctamente las cifras léxica distinta de cada una de las palabras
en las fórmulas y las columnas de números. que le dan origen y a las cuales sustituye.
3. Los signos que califican a una cifra 2. Estrictamente hablando, también
(%, $, £, #) deben separarse de esta por un son siglas cada una de las iniciales de las pa-
espacio fijo, ligeramente inferior al habi- labras que contribuyen, junto con las res-
tual del texto, pero normalmente llevan el tantes, a formar el neologismo. Por ejem-
que corresponde a las restantes palabras de plo, ONU es una sigla, pero también son
la misma línea. Aunque se use en inglés, en siglas la o, la n y la u como abreviaciones
español no es correcto escribir estos signos de las palabras Organización, Naciones
pegados a las cifras a que afectan, vayan y Unidas, respectivamente. Esto nos re-
antes o después de ella. Así, deberá evitarse trotrae al más que probable origen de las
escribir #27, 345$, el 58%, puesto que la siglas modernas: las abreviaturas por siglas
forma correcta en español es #27, 345 $, utilizadas por los romanos en la Antigüe-
el 58 % (→ 8.1.1.6-5). Tales signos no dad y posteriormente por los amanuenses
pueden quedar separados en líneas conse- que se encargaban de copiar los libros
cutivas; es incorrecto, pues, escribir # /27, (códices). Recuérdense, a este respecto, las
345 / $, el 58 / %. En autoedición puede abreviaturas S. P. Q. R. ‘Senatus Popu-
utilizarse un espacio «irrompible» (de no lusque Romanus’ (El Senado y el Pueblo
separación), con objeto de que la cifra y el Romanos) e I. N. R. I. ‘Iesus Nazare-
signo no se separen a final de línea. nus Rex Iudaeorum’ (Jesús Nazareno Rey
4. Algunos autores recomiendan que de los Judíos), que modernamente suelen
no se repitan los signos que afectan a una presentarse con grafía siglística: spqr , inri
cifra cada vez que aparecen en una serie. (y aun, en este último ejemplo, con grafía
Por ejemplo, Los precios varían entre 10, lexicalizada: inri).
45 y 68 $, en lugar de Los precios varían 3. La sigla moderna, sin embargo, no
entre 10 $, 45 $ y 68 $. Esta norma afecta tiene esa antigüedad, por más que el proce-
a signos como los de economía ($, £, ¤, dimiento se base en ella. Según Corominas
¢), grados, minutos y segundos (°, ", ""), (1973: s. v. sigla), la palabra sigla aparece
porcentaje (%) y los que se emplean en entre 1765 y 1783. Lo que no sabemos
los textos (siempre que afecten a una cifra: es si se utilizaba para denominar la sigla
#, §). Actualmente se recomienda repetir romana (es decir, la abreviatura de una pa-
los signos cada vez que se presente la nece- labra con solo la inicial) o bien alguna for-
sidad. Así pues, lo correcto, sobre todo en ma de sigla moderna (es decir, formando
textos técnicos y científicos, será escribir una palabra). Se conoce el uso de las siglas
10 $, 45 $ y 68 $ y no 10, 45 y 68 $ modernas a finales del siglo xix, aunque,
(→ 8.1.1.6-5). al parecer, se trataba de un uso limitado,
5. Los signos en situación volada (gra- tímido aún.
dos [°], minutos ['], segundos ["], cifras Según algunos autores, los tres méto-
[1, 2, 3], llamadas de nota con asteriscos [*] o dos fundamentales de la cábala divulgada
letras, etcétera) deben escribirse de redon- en Occidente, es decir, la guematría, el
do, pegados a la cifra, palabra o signo de notaricón y el ternura, podrían tener una
puntuación a que afecten y de la misma relación directa con la formación moderna
210 5.8.1. PROBLEMAS RELACIONADOS CON LAS SIGLAS

de las siglas. Así, la guematría, primera 5.8.1. Problemas relacionados con las
llave cabalística, consiste en considerar el siglas. 1. El primer problema que presen-
valor numérico de las palabras como cla- tan las siglas es el del origen de la palabra
ve del sentido; el notaricón, en juntar las con que se denominan en las lenguas ro-
iniciales o finales de una frase y formar con mances. Según unos (por ejemplo, Alfaro,
ellas otra, que revelará el sentido oculto 1970: s. v. siglas), «sigla es un plural,
de la primera, método acróstico que des- contracción de sigilla, que vale por cifras,
bordaría sus orígenes para aplicarse a las caracteres, abreviaturas», y según otros
siglas comerciales, políticas o culturales; (por ejemplo, Rosell, 1967: 22, n. 4), se
y el ternura, llave de la conmutación o deriva de singulae litterae ‘letras aisladas’.
sustitución, consiste en separar las letras Corominas (1973: s. v. sigla), que coincide
de una palabra para formar anagramas, con Alfaro, dice que fue tomada (entre
seudónimos, alteraciones expresivas de las 1765 y 1783) del latín tardío sigla, -orum,
mismas letras del vocablo. La deducción «palabra empleada solo como plural». La
de que las actuales siglas —y también los Academia (drae 92 y DRAE01) coincide
acrónimos, como se ve— tengan su origen también con Alfaro, ya que, según ella,
en el método del notaricón es, cuando me- proviene de «sigla, ‘cifras, abreviaturas’».
nos, dudosa, pese a que se hayan utilizado 2. El segundo problema es el de su
en la cábala esos métodos. definición. La Academia (DRAE01) ofrece
No parece quedar duda de que el em- tres acepciones: «Palabra formada por
pleo masivo de las siglas comienza en los el conjunto de letras iniciales de una ex-
medios de comunicación impresos a partir presión compleja; p. ej., Organización
de los primeros años treinta del siglo xx, en de) N(aciones) U(nidas), o(bjeto) v(olante)
especial durante la presidencia de Franklin n(o) i(dentificado). 2. Cada una de las le-
Delano Roosevelt en los Estados Unidos tras de una sigla (palabra formada por
(v. Seco, 1977: 191; Casado Velarde, 1978: letras iniciales). P. ej., N, O y U son siglas
23-24). En cuanto a lo literario, Benito en ONU. 3. Cualquier signo que sirve para
Pérez Galdós utiliza el sistema siglístico ahorrar letras o espacios en la escritura».
en su obra Miau, publicada en 1888. En 2.1. La primera acepción concuerda
efecto, esa palabra que da título a la obra con las abreviaturas por siglas que en
no se refiere al maullido del gato, sino que la Antigüedad utilizaron los romanos, es
se trata de una sigla que tiene tres signifi- decir, tomando la primera letra de cada
cados, atribuidos al protagonista: Mora- palabra aislada o de las que formaban un
lidad, income tax, aduanas y unificación sintagma. Por consiguiente, esta acepción
de la deuda (cuatro puntos para obtener refleja exactamente el concepto que de
la solvencia financiera de España); Muerte sigla se tiene hoy, ya que, de hecho, las
infamante al ungido, y, posteriormente, siglas no son más que conjuntos de abre-
Muerte infame al universo. Esto indica que viaciones de voces, ya sean estas aisladas
el procedimiento siglar para la formación o formando sintagma. El segundo ejemplo,
de neologismos se utilizaba ya por la épo- que refleja la palabra ovni, parece un desa-
ca, aunque no estuviera muy extendido. cierto por parte de la Academia, por cuan-
Sin embargo, como se ha apuntado antes, to la palabra que forma es común, como
desde los años treinta, y más cuanto más calle o cielo (aunque no tenga origen tan
nos acercamos a la actualidad, el uso de la preclaro), y, aunque formada, en principio,
sigla se ha multiplicado imparablemente y como una sigla, con la grafía actual, ovni,
ya afecta a todos los campos de la cultura, no es una sigla, sino un nombre común
a tal punto que muchas obras y trabajos en (un siglónimo). La definición académica
publicaciones periódicas necesitan colocar de sigla concuerda con la que ofrece la iso
a su frente una lista con las siglas utilizadas [1087:1990 (E/F)]: «Término complejo o
en ellos. nombre formado por letras iniciales de
5.8.1. PROBLEMAS RELACIONADOS CON LAS SIGLAS 211

sus elementos», y añade dicha norma: mo una serie de autores llaman abreviatura
«Una sigla forma una secuencia en la que a la sigla, de la misma manera que llaman
la pronunciación es alfabética, silábica o acrónimo a todas las siglas o a algunas de
las dos. Ejemplos: 1) HlM: Habitation á ellas. Está bien que se considere el origen
loyer modique. 2) ovNi: Objet volant non abreviativo de la sigla, pero no que se con-
identifié». Pero obsérvese que las siglas se fundan estos dos sistemas de abreviar.
forman con abreviaciones (las cuales, a su 3. El tercer problema que presentan las
vez, pueden llamarse siglas; de aquí que de siglas es el de su formación. Según Casado
un rótulo como ONU pueda decirse que es Velarde (1979: 71), «[...] para hablar de
la sigla [conjunto] o son las siglas [suma sigla stricto sensu, se precisa que aparezca
de iniciales de los elementos que forman solo el primer grafema de cada uno de los
el enunciado] de Organización de las Na- componentes del sintagma no abreviado,
ciones Unidas). A este respecto, Mejía excepción hecha de los elementos de rela-
(1979: 563) lo expresa con estas palabras: ción (preposiciones y conjunciones)». De
«Toda sigla es una abreviatura, pero no la misma opinión es Calvet (1980: 7): «La
toda abreviatura es una sigla». Habría sido sigla es un grupo de palabras abreviadas de
más acertado decir que toda sigla es una modo que se conserve solo la primera letra
abreviación, porque, si bien la abreviatura de cada palabra». De ambas definiciones
está en la base de la constitución de la parece desprenderse que para que haya
sigla, esta no puede ser al mismo tiempo sigla debe esta reflejar las iniciales de «cada
una cosa y la otra. El origen de la sigla es palabra [significativa]» del enunciado, de
la abreviatura, pero la sigla es el resultado tal manera que no podría considerarse si-
de un proceso y, por consiguiente, algo gla si se omitiese en ella la inicial de alguna
distinto (→ 5.1). palabra significativa de ese enunciado. No
2.2. La tercera acepción, «Cualquier es exactamente así: la omisión de una o
signo que sirve para ahorrar letras o es- más iniciales de palabras significativas del
pacios en la escritura», tiene un sentido enunciado no invalida el valor siglístico del
genérico y probablemente contribuye más conjunto resultante de abreviar las restan-
a crear confusión que a resolver ninguno tes palabras significativas. Teniendo esto
de los problemas que la palabra sigla en cuenta, ¿se puede llamar sigla al con-
arrastra. Ya Rosell (1967: 25) había ad- junto de iniciales de un enunciado cuando
vertido: «[la Academia] involucra [en esta de este se toma y abrevia una palabra no
acepción] todos los signos taquigráficos» y significativa, vacía de significado, como
aun otros muchos. De hecho, estos signos los artículos, preposiciones y conjuncio-
pueden considerarse abreviaciones, pero nes? Sin duda que sí se puede, puesto que,
no siglas. Por supuesto, los signos de la ta- como hemos visto, la sigla se forma con
quigrafía no son abreviaturas ni siglas. Lo iniciales de voces que forman un sintagma
que abrevian es la escritura (si acaso, serán o enunciado. Lo único que la distingue de
abreviativos, no síglicos). Seco (1977: 191) la anterior, la que se forma con iniciales
lo esclarece meridianamente: «Ante todo, de palabras significativas, es que se tra-
es necesario distinguir con claridad siglas ta de una sigla impropia, puesto que la sigla
de abreviaturas. Unas y otras consisten en propia es aquella que se forma con iniciales
suprimir en la escritura el mayor número de palabras significativas (→ 5.8.3.4).
de las letras que componen una palabra o 4. El cuarto problema que presentan
sintagma, por razones de economía (eco- las siglas es el de si se pueden considerar
nomía de esfuerzo o economía de espacio). palabras o no. Alvar Ezquerra (en Alvar y
Pero hay una diferencia práctica: al ser Miró, 1983: 8) define la sigla como «signo
leídas, las abreviaturas se traducen a pala- resultante de la unión de la abreviatura de
bras, mientras que las siglas se leen como varias palabras». En la nota 19 de la misma
palabras». Sin embargo, no es raro ver có- página añade: «Prefiero utilizar signo, en
212 5.8.1. PROBLEMAS RELACIONADOS CON LAS SIGLAS

un sentido amplio, a palabra por ser menos société calédonienne ‘Federación para una
comprometido, pues llamar palabras a las Nueva Sociedad Caledonia’), las cuales,
siglas es solo posible teniendo un concepto naturalmente, tienen el significado que se
muy extenso de lo que es una palabra». deduce del enunciado de que proceden. De
Esta prudencia, que en algún caso podría hecho, desde este punto de vista, cualquier
estar justificada (pensemos, por ejemplo, palabra desconocida para un usuario de
en siglas consonánticas como fnsc ), pare- la lengua presenta parecidos problemas
ce un tanto exagerada cuando se trata de (con la única diferencia de que cualquier
siglas silábicas (piénsese, por ejemplo, en palabra del español es un conjunto de
UNESCO, leída y constantemente utilizada consonantes y vocales que forman sílabas,
como una palabra más, incluso escrita lo que no se da en algunas siglas). Parece,
como cualquier nombre propio: Unesco). pues, que, al menos como hipótesis, puede
Para otros autores, considerar palabras considerarse, sin demasiada repugnancia
las siglas no supone ningún inconveniente. lingüística, que las siglas, al menos las silá-
Por ejemplo, Ramos Martínez (1963: 133) bicas, son palabras.
dice: «Las siglas son una palabra [cursiva
mía] formada por las iniciales de varias». 5.8.2. Postura ante la sigla. 1. Tal vez
Y Martínez de Campos (1964: 420): «Las podríamos asegurar que en la actualidad
siglas, convertidas en palabras [cursiva la sigla está admitida y tolerada por la
mía], pertenecen, como todo sustantivo, generalidad de los usuarios del lenguaje
a un género concreto». Según Seco (1977: escrito; pero no ha sido siempre así. En
192), «Lo que importa es que O. N. U. sus comienzos modernos, la sigla obtuvo el
(u ONU), en el uso corriente, se ha conver- rechazo abierto de muchas personas. Por
tido en una palabra que todo el mundo ejemplo, Santiago Ramón y Cajal (1970:
emplea y comprende como un nombre 63) decía que para aclarar el significado
propio». Al hablar de S. P. Q. R., conjunto de las siglas habría que «crear una asig-
de letras que considera abreviatura, no natura universitaria». En su opinión, las
sigla, Seco añade: «[...] no decimos, por siglas eran una importación del extranjero:
ejemplo, que “el S. P. Q. R. venció a Car- «Carecemos de originalidad hasta para lo
tago” como diríamos que “la URSS derrotó frívolo», añadía. En 1962, Dámaso Alon-
a Alemania”. Cuando hablamos de S. P. Q. so (1968: 7-8) rechaza la sigla, a la que
R. lo mencionamos como una inscripción, denomina «gris ejército esquelético», «le-
y nunca como un nombre». Un nombre: es gión de monstruos», «fríos andamiajes».
decir, una palabra. También se podría apli- Rafael Lapesa (1963: 201) considera la
car aquí, para justificar la consideración sigla «Plaga universal de monstruos que,
de palabras de las siglas, el criterio prag- por no tener raíz léxica, no evocan nada,
mático de Mounin (1979: s. v. palabra), y cuyo cuerpo sonoro, formado por azar
según el cual «De hecho, en la conciencia y no por evolución orgánica, se eriza de
lingüística de los no analfabetos, la palabra combinaciones fonéticas inusitadas para
está vinculada con su forma escrita: se tra- nuestros oídos». Sin embargo, ya por la
ta de la unidad limitada por dos blancos, misma época empiezan a aparecer voces
por un signo de puntuación y un blanco o que admiten la existencia inevitable de la
a la inversa». Según este criterio, la sigla sigla en el campo de la lingüística. Ro-
fnsc es una palabra. Podría aducirse que senblat (1967: 164) reconoce «el triunfo
/fnsc/ no significa nada, pero ello no sería universal de las siglas» debido a la tenden-
del todo cierto: no se trata de consonantes cia «a la palabra más corta, a los modos
elegidas al azar y colocadas una a conti- expresivos más condensados». Previendo
nuación de otra en cualquier orden, sino algo que no tardando mucho iba a conver-
de las iniciales de un enunciado concreto tirse en realidad, Gerardo Diego (1968: 40)
(en este caso, Fédération pour une nouvelle decía que «tal como van las cosas, dentro
5.8.3.1. [clases de siglas ] por el número de letras 213

de no mucho tiempo, cuando ya todo el Chile del 13 al 23 de noviembre de 1976)


vocabulario se haya vuelto siglas, habrá el académico uruguayo Julio C. da Rosa
que pensar en sacar las siglas de las siglas, presentó un anteproyecto de resolución
las siglas de segundo grado hasta llegar a sobre escritura de formas siglares en cuyo
la pura álgebra y a la más desolada y elec- apartado tercero se solicitaban «disposi-
trónica abstracción». Pese a la abundancia ciones —gramaticales y jurídicas— que
de siglas que nos atosiga en cualquier libro regulen tanto su creación [de las formas
o medio de comunicación, aún no se ha siglares, es decir, las siglas] como su fun-
alcanzado el calamitoso estado que pre- cionamiento» (v. Boletín de la Academia
conizaba Gerardo Diego. Sin embargo, las Nacional de Letras [Montevideo], v, 10-
siglas derivadas de siglas ya existen. Por 11 [1977], 171-172). Tal anteproyecto no
ejemplo, Rosell (1967: 29) indica que en fue ni siquiera examinado, por lo cual
Uruguay «una A estilizada, con aditamen- no recayó resolución alguna sobre él.
tos ornamentales, es la sigla de “Ancap” 3. Finalmente, si bien el lector recibe
[sigla, a su vez, de Administración Nacio- con resignación el aluvión de siglas que se
nal de Combustibles, Alcohol y Pórtland], le endilga en los medios de comunicación,
no de “Administración”». Es decir, que los emisores de mensajes deberían tener la
nos hallamos ante una sigla de sigla. En precaución y la deferencia de clarificar las
esta línea, Seco (1977: 191) reconoce que siglas inmediatamente de mencionadas o
«La invasión de las siglas es un fenómeno bien colocando una lista de las utilizadas
universal, es una forma más de la invasión en el lugar de la obra que resulte pertinente
de lo anglosajón». Tal vez se trate, en (generalmente, al principio del texto). No
efecto, de una forma más de la invasión de hacerlo así supone una falta de respeto al
lo anglosajón, como asegura Seco y como lector (salvo que se trate de siglas trilladas
ya habíamos apuntado (→ 5.8-3), pero la en un contexto determinado). Las siglas
realidad es que la sigla está ahí, lo impreg- cuyo conocimiento por parte del lector no
na todo y su uso no conoce límites. Desde puede suponerse deben desdoblarse, ya sea
este punto de vista, lo deseable es cono- mencionando la sigla y, a continuación,
cerla lo mejor posible para hacer de ella entre paréntesis, su enunciado, o bien
un uso acertado y pertinente, evitándola mencionando este y seguidamente, entre
siempre que sea posible en pro de los mo- paréntesis, su sigla. Tal desdoblamien-
dos explicativos, más propios de la lengua to debe realizarse en cada unidad tex-
tanto hablada como escrita. tual: en los libros, al menos en cada capí-
2. Esta omnipresencia de la sigla en tulo; en las publicaciones periódicas, en
todo tipo de escritos modernos ha atraído cada unidad textual (por ejemplo, en cada
el interés de los especialistas. Por ejemplo, noticia, incluso de una misma página). En
en los últimos tiempos se le han dedicado las siglas cuyo enunciado es extranjero, lo
tesis doctorales y estudios de todo tipo en deseable es que se coloque, a continuación,
los más importantes idiomas. A mayor la traducción española o una explicación
abundamiento, las siglas y los problemas que clarifique el significado de la sigla en la
que plantean en la sociedad moderna han lengua de procedencia. No es aconsejable
merecido la atención de los legisladores y colocar, tras las siglas extranjeras, solo la
los académicos. En Brasil, por ejemplo, se traducción o explicación española, omi-
intentó llevar el tema de la normación de tiendo la información original.
la grafía y uso de las siglas a los cuerpos
legislativos (v. Rosell, 1976: 48-72). Por lo 5.8.3. Clases de siglas.
que respecta a las academias, la Española
ha hecho bien poco en este terreno. En el 5.8.3.1. Por el número de letras . 1.
séptimo Congreso de Academias de la Len- Según el número de letras, las siglas pue-
gua Española (celebrado en Santiago de den ser:
214 5.8.3.2. [clases de siglas ] por el tipo de constituyentes

monolíteras (monograma): una letra 5.8.3.3. Por su lectura . Por este con-
(A); cepto pueden ser silábicas o consonánti-
bilíteras (digrama): dos letras (al ); cas. Son silábicas las siglas cuyas letras
trilíteras (trigrama): tres letras (ama ); componentes permiten realizar una lectu-
cuatrilíteras (tetragrama, tetragráma- ra silábica, como una palabra ordinaria;
ton): cuatro letras (aibb ); por ejemplo, UNESCO, cimo , ceac . Son
pentalíteras (pentagrama): cinco letras consonánticas las siglas cuya lectura solo
(albao ); puede hacerse deletreando, ya que, aunque
hexalíteras (hexagrama): seis letras comprendan alguna vocal, la situación de
(GALClT); esta en el conjunto no favorece una lectura
heptalíteras (heptagrama): siete letras silábica; por ejemplo, dsbsc , kpdr , pamdb ,
(VLIMMAR). thy , gpra . En estos casos la lectura es
siempre mediante la yuxtaposición de los
Las denominaciones puestas entre parén- nombres de las letras. En algunos casos, de
tesis no están generalizadas. La forma esta lectura se deriva una aparente sigla si-
trigrama está recogida en los dicciona- lábica; por ejemplo, pnv se lee pe, ene, uve,
rios enciclopédicos más importantes del pero en pronunciación normal da peneúve.
español (desu , nel ), pero en ellas no se
completa la serie. Aunque resulta poco útil 5.8.3.4. Por su formación . Atendien-
y, en cualquier caso, siempre se pueden do a su formación, las siglas pueden ser
denominar las siglas por el número de propias o estrictas e impropias o sigloides.
letras (monolíteras, bilíteras, etcétera), se 1. Son propias las siglas que están for-
completa y ofrece aquí la serie lógica. Sea madas por palabras significativas o plenas
como fuere, las siglas de más de siete letras (sustantivos, adjetivos, verbos y adverbios)
son rarísimas. Formaciones de esa exten- del enunciado; por ejemplo, psoe ‘Partido
sión suelen ser cruces o acrónimos, pero Socialista Obrero Español’; pnv ‘Partido
raramente serán siglas. El número de letras Nacionalista Vasco’; pide ‘Policía interna-
de la sigla depende del enunciado original cional e de Defesa do Estado’.
y de las letras que el siglador elija para 2. Son impropias las siglas que mezclan
formar la sigla. Las más abundantes son las iniciales de palabras accesorias (artículos,
que tienen tres letras, seguidas de las que preposiciones y conjunciones) entre las
tienen cuatro, cinco y dos. Son más raras obtenidas de palabras significativas; por
las excesivamente cortas (una letra) y las ejemplo, Cepal ‘Comisión Económica pa-
muy largas (ocho letras). De estas últimas, ra América Latina’; Aedemo ‘Asociación
son más raras aún las consonánticas, ya Española de Estudios de Mercado y Opi-
que no tiene sentido formar una sigla con nión’. No se consideran impropias, sino
consonantes no articulables constituidas propias, las siglas en las cuales se toman
por muchas letras. Es más difícil retener la las iniciales de los componentes de un
sigla que el enunciado... compuesto; por ejemplo, enher ‘Empresa
Nacional Hidroeléctrica del Pibagorzana’;
5.8.3.2. Por el tipo de constituyen - ootea , ‘Ortografía y ortotipografía del
tes . Generalmente las siglas se construyen español actual’. En estos casos, como es
con letras. Sin embargo, en algunos casos lógico, se trata siempre de siglas silábicas,
se forman mediante la combinación de ya que el tomar o no la inicial de una
letras y números, cualquiera que sea la su- palabra accesoria o del segundo elemento
cesión. En este caso hablamos de sigla alfa- de un compuesto solo puede perseguir el
numérica. Por ejemplo, son alfanuméricas objetivo de hallar una sigla pronunciable
siglas como R-21 ‘Renault 21’; M98 ‘Mun- silábicamente.
dial 98’; M19 ‘Movimiento 19 de Abril’;
20-N ‘20 de noviembre’; etcétera. 5.8.4. Escritura de las siglas. 1. La
5.8.4. ESCRITURA DE LAS SIGLAS 215

escritura de las siglas es uno de los proble- birse con versalitas y sin puntos (en lo
mas que estas arrastran (→ 5.8.1-3). Para impreso, naturalmente), como se ha hecho
empezar, no existe un criterio internacio- en este libro. En efecto, en una página don-
nal que pueda aplicarse. Ni siquiera en el de aparezcan varias siglas, la presencia de
mundo hispánico se ha conseguido crear tantas mayúsculas juntas desestabiliza la
un cuerpo de normas por el cual regirse visión ponderada del resto de la página, en
en nuestra lengua. Stefanovics (1971: 178) el que las mayúsculas son solo esporádi-
dice: «En la casi totalidad de los países cas normalmente. Escribir las siglas con
[hispánicos] se prefiere la escritura [de las versalitas (que siguen siendo mayúsculas,
siglas] sin puntos, máxime si se trata de no se olvide, solo que de menor tamaño
instituciones que por su antigüedad o im- que estas) contribuye a mantener el equili-
portancia son ampliamente conocidas. En brio entre los elementos gráficos de la
estos casos la gente acepta la abreviatura página. Debe hacerse una excepción (es
como un concepto de por sí, lo que hace decir, mantener la grafía con mayúsculas)
superfluos los puntos». Basulto (1978: cuando las siglas complementen a palabras
105) expone este otro criterio: «1) cuando escritas con inicial mayúscula, como las
las siglas están integradas por letras ini- siguientes: Fundación GSR, Editorial Siglo
ciales de palabras, se puede poner punto XXI, RBA Realizaciones Editoriales. En
después de cada letra, o colocar solo un el dpd 05 (p. 603), la Academia dice: «Las
punto al final del conjunto, o bien dejarlo siglas se escriben hoy sin puntos ni blancos
sin puntuación (confiando en la evidente de separación. Solo se escribe punto tras
condición de sigla que le da su escritura las letras que componen las siglas cuando
total con mayúsculas); 2) cuando las siglas van integradas en los textos escritos ente-
están compuestas por sílabas, no se acos- ramente en mayúsculas: memoria anual
tumbra el uso del punto». Por supuesto, la del C.S.I.C». Esta regla carece no solo de
escritura con un solo punto, tan apropiada uso, sino también de sentido. Jamás se ha
en las abreviaturas, es inadmisible en las visto la aplicación de una norma así, y lo
siglas; escribir ONU., citi . o iana . carece de mejor es no darla por conocida. La grafía
justificación lingüística. Tampoco tiene jus- correcta es: memoria anual del csic .
tificación distinguir la escritura, con pun- Actualmente, la Academia ha cambiado
tos o sin ellos, de las siglas consonánticas de parecer: en la OLE10 (p. 583) establece
o silábicas. En el mundo anglosajón parece que «las siglas se escriben sin puntos ni
haberse impuesto el criterio de escribir las blancos de separación, incluso cuando se
siglas con letras mayúsculas y sin puntos integran en textos escritos enteramente en
abreviativos entre ellas, criterio que actual- mayúsculas: calendario fiscal para el
mente es ya general en España. En Francia PAGO DEL IRPF».
suelen seguir el siguiente criterio: las siglas 3. Según establece el dpd 05 (p. 603),
silábicas, con mayúsculas y sin puntos, y las siglas silábicas (acrónimos en la termi-
las consonánticas, con mayúscula inicial nología de la Academia) se escriben con
y el resto minúsculas. En Italia no hay un inicial mayúscula y el resto minúsculas si
criterio unificado, por lo que igual se ve se trata de nombres propios y tienen más
escrito CGIL que Cgil. de cuatro letras; por ejemplo, la Unesco, el
2. El criterio español en cuanto a la Unicef, el Gatepac, el Icidca. Junto a ellas,
grafía de las siglas, como se ha dicho, por capricho de la norma, la SEAT, la FIAT,
sigue de cerca la práctica inglesa, pero la ONU, el dni , etcétera. Tal vez lo mejor
debe matizarse. En primer lugar, porque sería escribir con minúsculas e inicial ma-
se aplica a las siglas propias. En segundo yúscula todas las siglas silábicas que sean
lugar, porque se dice que deben escribirse nombre propio, y el resto con versalitas.
con MAYUSCULAS y sin puntos, pero en 4. Las siglas, cualquiera que sea su gra-
realidad debería decirse que deben escri- fía, se escriben siempre sin tilde, aunque
216 5.8.4. ESCRITURA DE LAS SIGLAS

la palabra se preste a ello. Por ejemplo, se giro’; pnb ‘producto nacional bruto’; tsh
escribe la cia , no la cía . ‘telegrafía sin hilos’.
5. En cuanto a las siglas impropias, 7. Hay, pese a lo dicho hasta aquí, ca-
plantean un problema adicional. Pues- sos en que debe aplicarse a una sigla una
to que toman del enunciado iniciales de grafía mixta; es decir, en la que entre las
palabras que se escriben con minúscula, versalitas puede aparecer una minúscula.
¿qué grafía aplicarles? Podría elegirse una Al caso de ciu citado antes podemos aña-
grafía mixta, en la que se reflejasen las dir el de ETAm ‘eta Militar’, o el de vfR
mayúsculas y minúsculas del enunciado; ‘Verein für Raumschiffahrt (Sociedad Ale-
por ejemplo, se podría escribir CEpAL ‘Co- mana de Aficionados a la Astronáutica)’.
misión Económica para América Latina’, En otros casos, ciertamente excepcionales,
manteniendo la minúscula de para, y en pueden darse grafías no siglísticas, como
algunos casos se hace así por tratarse de sucede cuando se introduce una partícula
siglas institucionales (como en Ciu ‘Con- entera escrita con minúsculas en el cuerpo
vergencia [Democrática de Catalunya] i de la sigla; por ejemplo, PAofw ‘Pentecos-
Unió [Democrática de Catalunya’]). Sin tal Assemblies of the World (Asambleas
embargo, estas grafías no parecen propias Pentecostales del Mundo)’, PSdeG (Partido
del español, por lo que, en general, deben Socialista de Galicia).
desecharse. Se podría, pues, optar por una 8. En los casos en que una sigla forma
de estas dos soluciones: a) escribirlas como un compuesto sincopado con una pala-
las siglas propias, es decir, con versalitas bra sin abreviar, la escritura es con inicial
y sin puntos (cepal ), o bien, b) poniendo mayúscula (si le corresponde, que es lo
la inicial mayúscula (puesto que se trata habitual) y el resto con minúsculas; por
de un nombre propio) y escribiendo con ejemplo, Insalud ‘instituto Nacional de la
minúsculas el resto (Cepal). Ambas grafías Salud’. Adoptan la misma grafía aquellas
tienen defensores. Se trataría solamente de formaciones que constan de abreviamien-
elegir un criterio y mantenerlo a lo largo to + sigla, como Eurocae ‘European Orga-
de todo un escrito. Mejor aún: debería nization for Civil Aviation Electronics (Or-
elegirse un criterio de una vez para siempre ganización Europea para el Equipamiento
por parte de todos los periodistas, traduc- Electrónico de la Aviación Civil)’. Cuando
tores y escritores, con objeto de introducir la formación responde a la fórmula sigla
coherencia interna en el sistema de escritu- + palabra, la grafía mantiene la mayúscu-
ra de la lengua. Desde este punto de vista, la (o la versalita) en el primer formante:
parece que es preferible escribir estas siglas KAPNQwest, formada por los nombres de la
como si fueran siglas propias, es decir, con kpn , empresa neerlandesa, más la Qwest,
versalitas, con objeto de igualar las grafías estadounidense. La misma grafía mantiene
de ambos tipos de siglas y simplificar las la cadena mexicana de televisión TVAzteca,
reglas de escritura. Es más fácil seguir una formada con TV de televisión más la pala-
regla única que aplicar constantes excep- bra azteca.
ciones en los microsistemas. De esta ma- 9. Como excepción a las reglas enun-
nera, además, se distinguiría gráficamen- ciadas en las normas anteriores, deben
te el origen gráfico de una sigla y el de respetarse las grafías de las llamadas siglas
un Acrónimo que reflejase un nombre bibliográficas, aquellas con que las publi-
propio. caciones periódicas (en especial las revistas
6. Las siglas que se derivan de con- especializadas) abrevian sus títulos res-
ceptos que normalmente se escriben con pectivos; por ejemplo, cdc ‘Cuadernos
iniciales minúsculas se escriben con ver- de Cultura’. Debe tenerse en cuenta que
salitas (o con mayúsculas, si así se están los títulos de las revistas deben abre-
escribiendo); por ejemplo, pnn ‘profesor viarse siguiendo las normas establecidas
no numerario’; DEG ‘derechos especiales de internacionalmente para estos casos. En
5.8.5.2. PLURAL DE LAS SIGLAS 217

español puede consultarse la norma une formando parte de la sigla. En el campo de


50-134-94, Reglas para la abreviación la política, la sigla Ciu es igualmente inco-
de los títulos y de las palabras contenidas rrecta desde este punto de vista (→ 5.8.4-3).
en los títulos de las publicaciones (Aenor). Pese a ello, en ambos casos, como en otros
Cuando a una obra no le sean aplicables semejantes, tales siglas deben respetarse,
estas normas, puede el usuario de la lengua pues lo contrario supondría ir contra la
escrita (escritores, periodistas, traductores) voluntad del siglador.
utilizar uno que le permita no repetir un
título demasiado extenso. Sin embargo, 5.8.5. Morfosintaxis de las siglas.
no es recomendable abreviar el título de la
Enciclopedia universal europeo-americana, 5.8.5.1. Género de las siglas . En
Espasa-Calpe, en la forma euec , tal como español, el género de las siglas viene de-
recomienda Standop (1976: 78), cuando terminado por el que corresponda a la
se puede utilizar la forma Espasa, mucho palabra que constituye el núcleo semántico
más informativa y de conocimiento gene- del enunciado; por ejemplo, el COE ‘Comi-
ral. En otros casos, cuando el autor se ha té Olímpico Español’; la COE ‘Compañía
convertido en antonomástico, pueden uti- de Operaciones Especiales’. Si la sigla es
lizarse sus apellidos, siempre que no haya extranjera, se le aplica el género que co-
lugar a confusión con otra obra del autor rresponda a la palabra que en la traducción
citado en el mismo contexto; por ejemplo, española ejerza las funciones de núcleo
es normal hablar del Casares (Diccionario semántico; por ejemplo, el ira ‘Ejército
ideológico de la lengua española), del Seco Republicano Irlandés’. Sin embargo, hay
(Diccionario de dudas y dificultades de la ciertas excepciones, especialmente debido
lengua española), del Moliner (Diccionario a que en algunas siglas el género se asimila
de uso del español), etcétera, sin necesi- no al núcleo semántico, sino a la palabra
dad de construir siglas para suplir a los que expresa el campo semántico a que
títulos. Sin embargo, si por su proximidad pertenece; por ejemplo, el UHF ‘frecuencia
con otras obras del mismo autor se pre- ultraalta’, porque se asimila a canal: el [ca-
sentase anfibología, mejor sería utilizar la nal] UHF. En el mismo caso se halla el acró-
fórmula abreviativa conveniente (que no nimo Dnicef ‘United Nations Children’s
siempre es la sigla bibliográfica; también Fund [Fondo de las Naciones Unidas para
puede utilizarse una palabra que identifi- la Infancia]’, que, teniendo como núcleo
que la obra, como el Esbozo para referirse una palabra masculina (Fondo), suele ad-
al Esbozo de una nueva gramática de la judicársele género femenino porque se
lengua española; en el caso de Seco, dado asimila a organización: la [organización]
que dos de sus obras son fundamentales, Dnicef. Ante siglas femeninas que comien-
cabe hablar del Dudas para referirnos al zan por /a/ tónica debe utilizarse el artículo
Diccionario de dudas y dificultades de la femenino, a diferencia de lo que suele
lengua española y del dea para el Diccio- hacerse con las palabras ordinarias en el
nario del español actual). También se pue- mismo caso. Por ejemplo, se dice y escribe
de recurrir, para obviar la sigla, al sistema la APA, la AFE, la AMPA, que se sienten
Harvard o de autor-año de cita bibliográfi- como femeninas porque su palabra núcleo
ca: Seco, 1998; Seco, 1999. es asociación (v. el dpd 05, p. 603).
10. También debe respetarse la grafía
de lo que llamamos siglas institucionales, 5.8.5.2. Plural de las siglas . El
es decir, las que establece una institución; morfema de plural español, -es o -s, no
por ejemplo, en España, el ejército. En tiene aplicación a las siglas en nuestro
efecto, la sigla fas ‘Fuerzas Armadas’ es idioma, en algunos casos porque el propio
morfológicamente incorrecta, puesto que enunciado no lo admite; por ejemplo, no
el morfema de plural (-s) no debe aparecer podría decirse los cois porque solo existe
218 5.8.5.3. LEXICALIZACIÓN, DERIVACIÓN Y COMPOSICIÓN [DE LAS SIGLAS]

un Comité Olímpico Internacional; pero, espacios) y a un tercer estadio al grafiarse


por otro lado, porque, con esa grafía, la OTAN; incluso podríamos añadir aquí una
s podría interpretarse como parte de la nueva lexicalización al prescindir de las
sigla (con lo cual no hablamos del COI que mayúsculas con que aún suelen escribirse y
hemos definido antes, sino de una sigla, adoptar las versalitas: otan . En otros casos
COIS, que no sabemos qué significado tie- el grado de lexicalización es incluso mayor,
ne). Por este procedimiento, la cia ‘Central hasta terminar convirtiendo la sigla clásica
Intelligence Agency (Agencia Central de In- en palabra común (→ 5.9.1-2).
teligencia’) se convertiría en la CIAS ‘Confe- 2. La derivación puede ser sustantiva o
rence of Independence African States (Con- nominal y adjetiva o verbal.
ferencia de Independencia de los Estados 2.1. En la derivación sustantiva y en
Africanos’). Para resolver este problema, la adjetiva intervienen elementos poscom-
los anglosajones han recurrido a solucio- ponentes como -ismo, -ista, -ero, -ano,
nes que en español resultan peregrinas, -iano, -acó, -ico, -arra, etcétera. Véanse
como coes , coe ,s coe ’s , coe -s . Así pues, unos ejemplos:
el plural de las siglas viene determinado
por el artículo que les corresponda y por el apra : aprista
contexto. Pese a lo dicho, el plural español cgt : cegetista
de las siglas es un problema que se agrava CNT: cenetista, cenetismo
a medida que aumenta el número de siglas jons : jonsista
circulante en los textos, tanto periodísticos ONU: onuano, onusiano
como librarios. Por ello son cada vez más otan : otanismo, otánico
pce : pecero
abundantes las dudas sobre el plural de las
pnv : peneuvista
siglas. La Academia debería recomendar psuc : psuquista, psuquero
una forma de plural, por más que fuera ucd : ucedista, ucedeo
indeseable. Siendo así que grafías que an- ugt : ugetista, ugetismo
tes se rechazaban de plano hoy se admiten usa : usaco, usano.
(piénsese, por ejemplo, en el plural de las
palabras cuyo singular termina en -m, que 2.2. La derivación verbal es mucho me-
actualmente admiten la terminación plural nos frecuente. Ejemplos:
en -ms, o en grafías como pyme), debería
admitirse alguna forma de plural para tra- cnt : cenetear
tar de resolver el problema de la manera psuc : psuquejar
menos confusa posible. ucd : ucedificar.

5.8.5.3. LExiCAliZACiÓN, DERIVACIÓN 2.3. La composición se da por sufija-


y composición . 1. La lexicalización o ción, como en ursigrama (de la sigla ur -
desgaste de un término se da cuando, si ‘Union radioscientifique internationale
debido a la frecuencia o uso, se hace co- [Unión Radiocientífica Internacional]’, y
mún y por consiguiente desaparece en el el griego grámma ‘letra’); de ufo ‘Uni-
usuario la conciencia de su origen o de dentified Flying Object (objeto volante no
sus componentes. Este proceso, que afecta identificado: ovni)’ se derivan ufología y
a todo el lenguaje, influye también en las ufólogo.
siglas. Un primer paso en la lexicalización
de las siglas se advierte ya en el hecho de 5.8.5.4. Sintaxis de las siglas . En
haber prescindido de los puntos abreviati- español, el papel de las siglas es nominal,
vos; por ejemplo, la O. T. A. N., así escrita es decir, que en la mayor parte de los casos
en sus inicios (con puntos y espacios), actúan de sustantivos. Ejemplos como la
pasó a un segundo estadio de su grafía al política usa , la estrategia otan no son idio-
escribirse O.T.A.N. (con puntos, pero sin máticos en español; debe decirse la política
5.8.7. LA CREACIÓN DE SIGLAS 219

estadounidense, la estrategia de la otan . si no. Por ejemplo, el Instituto Nacional de


Empleo no eligió, como parecería lógico
5.8.6. Fonética de las siglas. 1. Las (a la vista de todo lo dicho hasta aquí), la
siglas silábicas se leen por sílabas: enasa sigla ine , sino el acrónimo Inem (a menudo
[enása], frens [fréns], enrea [enréa], enea escrito INEM, con grafía siglar, menos apro-
[enéa]. Las consonánticas se deletrean: JCP piada). El Instituto Nacional de la Salud
[xótaOépé], BBC [bebeOé], UCD [uθedé]. En también desechó la forma siglar INS y optó
algunos casos, siglas que podrían consi- por la forma híbrida Insalud. Este tipo de
derarse silábicas es preferible deletrearlas, abreviaciones institucionales se aceptan sin
con objeto de no confundir al oyente; plantearse, respecto de ellas, ningún tipo
por ejemplo, FITP debe leerse [éfeítépé], de problema.
no [fítp]. Siempre que se prevea que la 2. Si el organismo o entidad no ha
pronunciación silábica puede dar lugar a establecido su propia sigla, nadie debe ins-
dudas, es mejor elegir el deletreo. Por el tituirse en su siglador. Hay otras formas de
contrario, resulta inconveniente deletrear referirse a ellos abreviadamente en un tex-
siglas perfectamente silábicas, como OIT to sin necesidad de sigla o acrónimo; por
[óit] u ONU [ónu], siempre que no quede ejemplo, mencionando su título por ex-
duda de su interpretación por parte del tenso la primera vez que se cite y utilizando
oyente. En los casos de siglas silábicas que posteriormente la palabra núcleo del enun-
empiezan con una consonante que no se ciado. Por lo que se refiere a siglas de or-
liquida con la siguiente, suelen pronunciar- ganismos nacionales extranjeros, si tienen
se de varias maneras: con apoyo de una e sigla, debe emplearse la que ellos hayan
epentética: PSOE [pesóe]; eliminando (en la establecido. Si se trata de un organismo
pronunciación, no en la escritura) la pri- internacional, la sigla puede traducirse al
mera consonante: PSOE [sóe]; deletreando español si el organismo o asociación tiene
esa primera letra: mpaiac [émepájak]. Las representación en los países hispánicos o
siglas que empiezan por c suelen llevar e afecta a uno de ellos. Por ejemplo, la sigla
epentética: csic [Gesík]. FBI ‘Federal Bureau of Investigation (De-
2. Por lo que respecta al acento de in- partamento Federal de Investigación)’ no
tensidad, las siglas silábicas que terminan debe traducirse, ya que se trata de un orga-
en vocal suelen ser llanas en español (por nismo estadounidense. Por el contrario, la
el hecho de que ninguna sigla lleva tilde nato ‘North Atlantic Treaty Organization
en nuestra lengua); por ejemplo, pluna (Organización del Tratado del Atlántico
[plúna], fuace [fwáGe]. Si acaban en con- Norte)’, que es internacional (el hecho de
sonante que no sea nos, son agudas; por que España esté integrada en ella es aquí
ejemplo, iatul [jatúl], luar [luár], afciq irrelevante), debe traducirse en la forma
[afGík]. Si terminan en nos, son llanas; por otan , según la traducción española del
ejemplo, sean [séan], ifees [ifées], fedas enunciado inglés.
[fédas], salvo que a estas letras las preceda 3. Al tratar de crear una sigla, el si-
otra consonante: ifals [ifáls], icats [ikáts]. glador debe tener en cuenta las cualidades
Las que terminan en -m se asimilan a las de las siglas, si quiere que la suya tenga
que terminan en -«.• spacem [spáθem], aun- larga vida y difusión. He aquí las cualida-
que hay excepciones, como el inem [iném]. des de las siglas:

5.8.7. La creación de siglas. 1. Las si- a) ha de ser corta (tres o cuatro letras
glas oficiales de organismos, instituciones, es el ideal);
etcétera, suelen ser establecidas por ellos b) ha de resultar eufónica;
mismos en la forma que les parece más c) debe ser silábica, si es posible;
oportuna. Estas siglas deben ser aceptadas d) debe procurarse que, por su forma,
tal cual son, tanto si parecen lógicas como sea sigla propia;
220 5.8.8. LA TRADUCCIÓN DE LAS SIGLAS

e) no debe tener grafía exótica o cho- le la palabra comunista: PSUC-comunista.


cante;
f) no debe ser igual o parecerse de- 5.8.8. La traducción de las siglas. 1.
masiado, gráfica o fonéticamente, a Para que una sigla sea traducible a otro
otras siglas existentes en el mismo idioma debe corresponder a un organismo
campo de aplicación; internacional, intergubernamental o con
g) la voz resultante no debe ser fea ni influencia en más de un país. Por ejemplo,
evocar algo indeseado. se pueden traducir las siglas de organismos
sindicales internacionales (europeos, por
A veces, para cumplir esas normas es ejemplo), pero no se deben traducir a otros
preciso incluso cambiar el enunciado. idiomas las siglas de las organizaciones
Por ejemplo, el semanario Cambio 16 sindicales italianas, francesas, españolas,
(26/04/82: 5) informa: «El recién creado alemanas, etcétera. En algunos casos, ni
Centro de Sociología Aplicada de la De- siquiera las siglas de organismos interna-
fensa (cesad ) tuvo que cambiar de nom- cionales se traducen, como sucede con la
bre por su parecido terminológico con el Unesco, la Unicef, el gatt , la efta , etcé-
cesid (Servicios de Información para la tera, algunas de las cuales, como el gatt
Defensa) [su nombre real es Centro Su- ‘General Agreement on Tariffs and Trade’,
perior de Información de la Defensa]. El tienen forma española (agaac ‘Acuerdo
nuevo centro ha sido denominado Centro General sobre Aranceles Aduaneros y Co-
de Relaciones Informativas y Sociales de mercio’), pero se sigue usando la inglesa.
la Defensa (crisde )». En el mismo orden Sí se deben traducir, cuando resulte opor-
de cosas, el Mando Unificado de Lucha tuno, los enunciados, para información del
Antiterrorista (cuya sigla era mula ) hubo lector que desconozca el idioma original,
de sustituir la palabra Antiterrorista por pero este nuevo enunciado no se debe con-
Contraterrorista, con lo que obtuvo la vertir en sigla.
sigla mulc . En lo relativo al aspecto jurí- 2. Cuando se trate de siglas que co-
dico, es necesario conocer, antes de crear rresponden a conceptos, generalmente se
una sigla, si en el mismo terreno existe ya traducen al idioma en que se escribe. Por
otra que esté registrada en la Propiedad ejemplo, la sigla sdr ‘Special Drawing
Industrial. No tenerlo en cuenta ha pro- Rights’ puede traducirse por deg ‘derechos
vocado ya problemas jurídicos, como el especiales de giro’. Sin embargo, cada vez
que enfrentó en 1982 al psoe de Galicia se tiende más, en todos los campos de la
con el psg (Partido Socialista de Galicia), cultura, a utilizar este tipo de siglas con
propietario de esta sigla y también de su la grafía de la primera lengua que le dio
variante PSdeG, ambas registradas en la nombre y forma siglar. Como la investi-
Propiedad Industrial. Por otro lado, el 28 gación se desarrolla actualmente en inglés,
de marzo de 1982, las Joventuts Centris- prácticamente todas estas siglas están en ese
tes de Catalunya (Juventudes Centristas idioma. A pesar de ello, parece preferible
de Cataluña) establecieron sus siglas en la entenderse con una sola forma para un mis-
forma JC de C, para no coincidir con otros mo concepto que con una forma por cada
partidos políticos (por ejemplo, el JCC ‘Jo- idioma. Así se evitaría que en una reunión
ventut Comunista de Catalunya [Juventud internacional (congreso, simposio, etcéte-
Comunista de Cataluña]’). Problema simi- ra) a un mismo concepto se lo llamara de
lar se suscitó a principios del año 1982, seis, siete o más formas, según las lenguas
cuando el PSUC (Partit Socialista Unifi- que intervinieran. Al propio tiempo, es más
cat de Catalunya ‘Partido Socialista Uni- fácil identificar un número determinado de
ficado de Cataluña’) trató de impedir siglas (las originales) que no el doble de
que el grupo escindido prosoviético utili- ellas... (las originales más las traducidas).
zara la misma sigla, ni siquiera añadiéndo- 3. Otro problema derivado de la tra-
5.9.2. LOS ALFÓNIMOS 221

ducción de las siglas se relaciona con la Revolucionario Antifascista Primero de


traducción misma. En efecto: ¿quién esta- Octubre’ [eso dice la Academia; en reali-
blece la forma exacta, el texto preciso dad, ‘Grupos de Resistencia Antifascista
correspondiente a la forma española? Por Primero de Octubre’]), uvi (‘unidad de vi-
ejemplo, mientras Martínez de Campos gilancia intensiva’), opa (‘oferta pública de
(1964: 420) proponía traducir UNESCO adquisición de acciones’), vip (‘very impor-
‘United Nations Educational, Scientific and tant person [persona muy importante]’),
Cultural Organization’ por OCECNU ‘Órga- pero no admite diu (‘dispositivo intrauteri-
no u Organismo Cultural, Económico [sic: no’), ni geo (‘Grupos Especiales de Ope-
debería decir Educacional] y Científico de raciones’ del Cuerpo Nacional de Policía)
las Naciones Unidas’, el Yearbook of Inter- ni gal (‘Grupos Antiterroristas de Libera-
national Organizations y otras fuentes lo ción’).
traducen por ‘Organización de las Nacio- 2. Los siglónimos se forman solamente
nes Unidas para la Educación, la Ciencia y con iniciales del enunciado, sea de palabras
la Cultura’, lo que daría la sigla onuecc . significativas o accesorias; si entre ellas se
En los casos en que sea pertinente traducir mezcla una letra que no sea inicial, la nue-
las siglas de organismos internacionales, va formación no será un siglónimo, sino
la responsabilidad de la siglación recae en un acrónimo (→ 5.10). Algunos siglónimos
el organismo relacionado con el tema de tienen por origen una sigla que ha llegado
que se trate. Los escritores y periodistas a su último estadio de lexicalización; por
deberían abstenerse de aumentar injustifi- ejemplo:
cadamente el número de siglas circulante,
salvo casos de verdadera necesidad. G. R. A. P. O. > G.R.A.P.O. > GRAPO >
Grapo > grapo
I. N. R. I. > I.N.R.I., > INRI > Inri > inri
5.9. Los siglónimos y los alfónimos. T. A. L. G. O. > T.A.L.G.O. > TALGO >
Talgo > talgo
5.9.1. Los siglónimos. 1. La palabra
siglónimo (híbrida, derivada del latín sigla Existen también siglónimos que son nom-
y el griego ónoma, nombre) se aplica a bres propios, por lo que se escriben con
las voces (comunes y propias) formadas inicial mayúscula; por ejemplo, Unesco,
como las siglas, es decir, mediante la yux- Seat, Fiat, Tass.
taposición de iniciales de un enunciado 3. Los siglónimos que forman un nom-
conceptual; por ejemplo, inri (Iesus Na- bre común se acomodan a la morfología
zarenus Rex Iudaeorum ‘Jesús Nazareno de las palabras comunes. Así, con algunas
Rey de los Judíos’), láser (light amplifica- excepciones, el género viene determinado
tion by stimulated emission of radiation por el de la voz que actúa de núcleo semán-
‘luz amplificada por emisión estimulada tico; por ejemplo, el sida, el delco (usado
de radiación’), delco (Dayton Engineering en singular como nombre del mecanismo,
Laboratories Corporation, Ohio ‘Sociedad aunque proviene de una palabra en plu-
de Laboratorios de Ingeniería Dayton, ral, laboratorios); sin embargo, láser, que
Ohío’), sida (síndrome de inmunodeficien- debería ser palabra femenina porque lo es
cia adquirida). Los siglónimos, pues, son el núcleo semántico (luz amplificada), es
palabras ordinarias. Las mencionadas son masculina por asimilarse a rayo (de luz). El
voces comunes admitidas por la Academia morfema de plural puede ser -es o -s, según
en el drae 92. En el DRAE01 admite una la terminación de la palabra; por ejemplo,
serie de nuevas voces formadas por sigloni- de láser, láseres; de delco, delcos. También
mia: talgo (‘tren articulado ligero Goicoe- se prestan a la composición y a la deriva-
chea-Oriol’), un tipo de tren; ovni (‘objeto ción (→ 5.8.5.3).
volador no identificado’); uci (‘unidad
de cuidados intensivos’), grapo (‘Grupo 5.9.2. Los alfónimos. 1. Con la pa-
222 5.10. EL CRUCE Y EL ACRÓNIMO

labra alfónimo (de alfa, primera letra peachímetro (de pH ‘potencia de hidró-
del alfabeto griego, y el griego ónoma, geno’, grafía registrada en el Diccionario
nombre) designamos las voces formadas enciclopédico Labor, 1979, t. 9, supl.), más
mediante la yuxtaposición de los nombres la terminación -ímetro.
de las letras iniciales de una denominación.
Como se ve, no es exactamente una forma 5.10. El cruce y el acrónimo. Ambos
de la abreviación, y si la incluimos aquí procedimientos abreviativos consisten en
no es más que porque sin duda se puede fundir en un solo término neológico los
considerar miembro de la familia. Pero, en extremos de otras palabras. Ambos son
realidad, se trataría de lo contrario de una problemáticos en español (y también en
abreviación. Por ejemplo, abecé (de a b otras lenguas). Con frecuencia se confun-
c), abecedario (de a b c d), becegé (de bcg den el uno con el otro en todo tipo de tex-
‘bacilo Calmette-Guérin’), dedeté (de ddt tos, y el usuario interesado por el tema se
‘diclorodifeniltricloroetano’), checa (de ch siente confundido. Aquí trato de clarificar
k, del ruso Chrezvichainaia Komissia ‘Co- la cuestión tal como yo la entiendo, pero
misión Extraordinaria’), cao (de ¿ o), tebeo me temo que tampoco alcanzaré el éxito
(de tbo , título de una publicación infantil deseable. Me conformaré con añadir algo
española), penene (de pnn ‘profesor no de claridad en vez de más confusión. Sin
numerario’), elepé (de lp ‘long play [disco embargo, es obligado advertir de la poli-
de larga duración]’). El fenómeno alcanza semia que acompaña al término acrónimo,
tanto a los antropónimos (por ejemplo, el cual, aun respetando la etimología de
Jotapé, de J. P., a veces escrito con grafía sus componentes, puede aplicarse a varias
exótica, pero incorrecta en español: Jo- realidades en el particular terreno de la
taPe) como a ciertas siglas (por ejemplo, abreviación por contracción léxica en que
Ucedé, de UCD ‘Unión de Centro Demo- nos movemos. Por otro lado, como podrá
crático’). La Academia ha hecho uso del observar el lector, la diferencia entre cruce
procedimiento para la admisión de algunas y acrónimo es tan leve, que bien podrían
palabras; por ejemplo, para CD-ROM, sigla considerarse procedimientos semejantes y
que admite, registra también la alternancia englobarse con la denominación común
cederrón, y para oenegé, de ONG (lo que de acrónimo. Obsérvese cómo de las de-
resuelve el eterno problema del plural, ya finiciones de una y otra voz se deduce
que con oenegés es suficiente y no hace que la diferencia estriba en que los cruces
falta recurrir al uso de la sigla). se dan por combinación de dos términos
2. La palabra alfónimo es un neologis- que no forman sintagma, mientras que los
mo creado por Vicente O. Cutolo (1962: acrónimos se dan por combinación de las
8, cit. Buonocore, 1976: 38) para designar palabras que forman una frase, sintagma
lo que entre nosotros se conoce mejor por o enunciado, ya se consideren las iniciales
criptónimo (palabra registrada ya, precisa- solamente o estas más alguna otra letra que
mente con este sentido, por Moliner, 1980, no sea inicial.
s. v.). Por su etimología, parece que alfó-
nimo se presta mejor para denominar el 5.10.1. El cruce. 1. Llamamos cruce
fenómeno aquí definido. Por su parte, Ro- a la palabra que resulta de combinar dos
sell (1967: 34) lo llama siglónimo, palabra voces que no forman sintagma proyec-
que parece más adecuada para designar tando una sobre otra y eliminando algún
las voces que se forman como las siglas, sonido de cada una de ellas, generalmente
como se ha visto antes (→ 5.9.1). Algunos mediante la apócope de la primera y la afé-
alfónimos admiten la composición, como resis de la segunda o con la suma de varias
abecedario (de a b c d más la terminación apócopes o por otros procedimientos. Por
-ario), cegesimal (de CGS ‘centímetro, gra- ejemplo, explicotear viene de explicar +
mo, segundo’, más la terminación -imal), parlotear; sima, de silicio + magnesio; ofi-
5.10.2. EL ACRÓNIMO 223

mática, de oficina + informática; telemáti- derivan de voces que no forman sintagma.


ca, de televisión + informática (v. Martínez Comprende también la definición aquellas
de Sousa, 2003: 139, s. v. cruce). palabras que se forman con más letras que
2. Las formaciones aparentemente las iniciales, lo que aquí entendemos por
acronímicas obtenidas por la combinación acrónimo; es decir, voces como algol, de al-
de antropónimos y topónimos, en realidad gorithmic oriented language; radar, de ra-
son cruces y no acrónimos, ya que las vo- dio detection and ranging; sonar, de sound
ces de que se derivan no forman sintagma. navigation ranging. La dificultad de definir
Por ejemplo, Nixinger (de Nixon + Kissin- adecuadamente esta palabra se manifiesta
ger), Benelux (de Belgique + Nederland en la definición del DRAE01: «Tipo de si-
+ Luxembourg), Pakistán (de Penjab + gla que se pronuncia como una palabra;
Afgán + Kashmir + Sind + stan ‘tierra’). p. ej., o(bjeto) v(olante) n(o) i(dentificado).
2. Vocablo formado por la unión de ele-
5.10.2. El acrónimo. 1. El acrónimo mentos de dos o más palabras, constituido
(del gr. ákros, extremo, y ónoma, nombre) por el principio de la primera y el final de
es la palabra que resulta de la fusión en un la última, p. ej., ofi(cina informática, o,
solo cuerpo de aféresis o apócopes (cual- frecuentemente, por otras combinaciones,
quiera que sea la sucesión) de las voces que p. ej., so(und) n(avigation) a(nd) r(anging),
forman una frase o sintagma. Tales acor- Ban(co) Es(pañol) (de) Crédi(to) [mal es-
tamientos están constituidos normalmente crito el ejemplo académico, que debería
por sílabas, pero pueden darse también decir: Ban(co) Es(pañol de Crédi)to]».
acrónimos formados por mezcla de sílabas Como se puede ver, la Academia ejempli-
y letras, iniciales, finales o internas. fica con la misma palabra las voces sigla
2. La definición de acrónimo, como se (→ 5.8-2) y acrónimo, de donde se deduce
ha apuntado antes, es ciertamente com- que el acrónimo es también una sigla, un
pleja, hasta el punto de que, si tenemos en tipo de sigla (la que se pronuncia como una
cuenta las distintas aplicaciones, llegare- palabra), pero esto resulta confuso. Como
mos a la conclusión de que en el campo se verá después, en mi opinión el acrónimo
de la abreviación todo es acrónimo y, por debería ser solo la palabra resultante de
consiguiente, nada lo es. Por ejemplo, la acoplar en una sola las letras iniciales y
Academia, que en el drae 84 definía esta otras que no lo son. De esta manera, Renfe
palabra como «Sigla constituida por las sería un acrónimo, pero ovni no sería ni
iniciales (y a veces otras letras que siguen acrónimo ni sigla, sino siglónimo.
a la inicial), con las cuales se forma un 3. La consideración del acrónimo como
nombre: renfe (Red Nacional de Ferroca- sinónimo de sigla está muy extendida, tan-
rriles Españoles)» (es decir, que, según esta to en el mundo hispánico como fuera de él.
institución, el acrónimo era una sigla...), en Por ejemplo, la definición que de acrónimo
el drae 92 rectifica ligeramente su criterio: da Standop (1976: 74) es: «[...] aquellas
«Palabra formada por las iniciales, y a ve- [palabras] en que las iniciales de los ele-
ces, por más letras, de otras palabras: re (d ) mentos de la expresión abreviada compo-
N(acional) (de) f(errocarriles) E(spañoles)». nen una nueva palabra artificial, que en la
Según esta definición, los acrónimos pueden práctica es la única empleada y que a veces
formarse de dos maneras: por las iniciales hace olvidar completamente la expresión
de otras palabras, como onu , psoe , pnv , original abreviada, y aquellas [palabras] en
o, «a veces», por las iniciales y por más le- que las iniciales se leen como letras, con lo
tras de otras palabras, como, por ejemplo, cual constituyen una expresión tan fija co-
sima, de silicio + magnesio; ofimática, de ofi- mo si se tratara de una palabra verdadera.
cina + informática; telemática, de televi- Pertenecen al primer grupo, por ejemplo,
sión + informática, palabras que, como he- onu , unesco , din , al segundo lsd , lth , tv ,
mos dicho (→ 5.10.1), son cruces porque se M. A. (magister artium), etc.». Al parecer,
224 5.10.2. EL ACRÓNIMO

la palabra acrónimo surge en California coincide con Welte y Rodríguez González,


(Estados Unidos) allá por el año 1943 para pero no con los restantes tratadistas.
denominar aquello que en español se ha 6. El Webster (1989, s. v. acronym) da
llamado siempre sigla, palabra que solo la siguiente definición de acrónimo: «Voz
modernamente empieza a ser utilizada en formada por letras iniciales o grupos de
algunos textos ingleses. A lo que parece, letras de voces que forman una frase, como
sin embargo, acrónimo se aplicó a todas WAC por Women’s Army Corps o loran por
las formas abreviativas en que se diera fu- /ong-range navigation». También coincide
sión de abreviaciones (apócopes y aféresis parcialmente con Welte y Rodríguez Gon-
principalmente) de otras voces, formaran zález. Obsérvese que hace hincapié en que
estas sintagma o no, fueran iniciales u otras se forma con una frase, no con palabras.
letras. No es, pues, de extrañar que Welte Excluye, pues, las palabras formadas por
(1985: 38) considere acrónimos abrevia- cruce, pero incluye, como puede verse por
ciones tan dispares como estas: los ejemplos, algunos tipos de siglas.
7. Otros autores (generalmente espa-
MP (military policy ‘policía militar’) ñoles y franceses) tienen criterios distintos
CIA (Central Intelligence Agency ‘Agencia para la consideración de acrónimo, como
Central de Inteligencia’) veremos a continuación.
USA (United States of America ‘Estados Uni- 7.1. Casado Velarde (1979: 36-37) di-
dos de América’) ce: «Los elementos fragmentados integran-
a. m. (ante merídiem ‘por la mañana’) tes del acrónimo deben guardar un orden
jeep (leído /yip/ ‘general purpose’) lineal establecido, que es el siguiente: el
radar
láser primer constituyente debe ser fragmento
UNESCO inicial del lexema del que ha sido desgaja-
OTAN do y el último (que, como he dicho, es
vip (very important person ‘persona muy generalmente el segundo, por no ser más
importante’) que dos lexemas comúnmente), fragmento
ms. (manuscrito) final de su respectivo lexema»; según esta
i. e. (lat. id est ‘esto es’) definición, tergal (poliéster galo), que es
acrónimo para Alvar Ezquerra (no para
Es decir, que, como se ve, según este autor Calvet), no lo es para Casado Velarde, y
cualquier forma de abreviación (abreviatu- Renfe tampoco es acrónimo para este úl-
ra, siglónimo, sigla) puede ser considerada timo autor.
acrónimo. 7.2. En opinión de Calvet (1980: 7),
4. En opinión de Rodríguez Gonzá- acrónimo «es un grupo de palabras acor-
lez (1986: 130), el acrónimo es una «si- tado de manera que se conserve el princi-
gla pronunciada silábicamente (e. g. ovni pio (frecuentemente la primera sílaba) de
/ovni/)». Coincide parcialmente con los cada palabra». Es decir, que para Calvet,
criterios académico (→ 5.10.2-2) y de Wel- que se opone a la definición de Alvar
te (→ 5.10.2-3), pero en absoluto con los Ezquerra, solo son acronímicas las voces
de los autores que se mencionan en el pá- formadas por adición de apócopes, como
rrafo 5.10.2-7 (v. t. Rodríguez González, algol (algorithmic language) o Renfe, pero
1993: 11). no lo serían pulsar, motel, tergal y rádac
5. El cobuild (1987, s. v. acronym) (→ 5.10.2-10).
ofrece la siguiente definición de acrónimo: 7.3. Según Alvar Ezquerra (en Alvar
«Un acrónimo es la palabra compuesta y Miró, 1983: 5), acrónimo es la «unión
por las letras iniciales del nombre de algo, de los extremos opuestos de dos palabras:
especialmente una organización, o de las el principio de la primera y el final de la
palabras de una frase. Ejemplos de acróni- segunda, o el final de la primera y el co-
mo son nato , aids y tefl ». Parcialmente, mienzo de la última». Según esta definí-
5.10.2. EL ACRÓNIMO 225

ción, parece que el acrónimo solo se da excepción de Rodríguez González) han in-
entre dos palabras: «el principio de la fluido en la concepción actual de este tipo
primera y el final de la segunda, o el final de abreviaciones, pero hay que reconocer
de la primera y el comienzo de la última»; que una palabra que, como acrónimo, se
es decir, que los neologismos formados por puede aplicar con igual propiedad a tipos
apócope + apócope (como radar) o afére- tan diversos de abreviaciones (→ 5.10.2-3)
sis + aféresis (como Tísner) no serían acró- no nos es útil en absoluto por la confusión
nimos; tampoco Renfe, ejemplo correcto que origina, salvo que los tratadistas se
puesto por la Academia, lo sería según esta pongan de acuerdo para aplicarla a una
definición. sola de las formas de abreviar.
7.4. La norma iso 1087:1990 (E/F) 9. Finalmente parece oportuno, pese
define así la voz acrónimo: «Término com- a lo dicho hasta aquí, distinguir entre el
plejo abreviado formado por varios gru- cruce, que se forma con dos (raramente
pos de letras de un término y en el que la más) voces que no constituyen sintagma, y
pronunciación es exclusivamente silábica». el acrónimo, que en sentido estricto se for-
Obsérvese que se trata de la suma de «va- ma siempre con voces que constituyen sin-
rios grupos de letras de un término», no tagma, frase o enunciado. Este es, cuando
de una letra solo, lo cual excluye la sigla, menos, el parecer aplicable desde el punto
y que la pronunciación es exclusivamente de vista lingüístico: en la práctica, como se
silábica. Obsérvese también que no espe- ha dicho antes (→ 5.10.2-7.4), probable-
cifica si tales grupos de letras han de ser mente se podría llegar a la conclusión de
solo iniciales, finales o interiores, ni si la que no vale la pena mantener tan estricta
forma básica ha de ser o no un sintagma, distinción y considerar acrónimos todas
frase o enunciado (es decir, que de alguna las formaciones procedentes de la suma
manera incluye entre los acrónimos —o, de partes de las palabras que constituyen
al menos, no las excluye— las palabras un término complejo, sea o no sintagma
formadas por cruce). A mi manera de ver, (nunca, naturalmente, si esa formación la
esta definición se ajusta totalmente a lo constituyen solo iniciales, pues a eso ya se
que debería entenderse por acrónimo, si lo llama sigla en español).
excluimos el hecho de que con esa pala- 10. En cuanto a los procedimientos pa-
bra nos refiramos a todas las formas de ra su formación, si bien en el cruce es más
abreviar. Nos permitiría, además, incluir frecuente la unión de una apócope con una
los cruces entre los acrónimos, como una aféresis, en el acrónimo se pueden admitir
forma que estos pueden adoptar en función todas las combinaciones:
de su origen.
8. Como se puede ver, ninguna de las 1) apócope + apócope:
definiciones concuerda con la de la Acade- ALGOL: ¿algorithmic language (‘len-
mia (→ 5.10.2-2), pero tampoco se da el guaje algorítmico’)
caso de que dos autores concuerden entre MÓDEM: modulador demodulador
sí en la definición de acrónimo. Podría RADAR: radio detection and ranging
llegarse, pues, a una conclusión de tipo (‘detección y localización por radio’)
general: en relación con esta palabra, los sÓNAR: sound navigation ranging
criterios están repartidos entre los anglo- (‘exploración náutica del sonido’)
sajones y los latinos, con alguna excepción TÉlEx: teleprinter exchange
relacionada con estos dos grandes grupos 2) apócope + aféresis:
(por ejemplo, Rodríguez González se ali- BiT: binary digit (‘dígito binario’)
nea en el grupo anglosajón, mientras que estanflación (‘estancamiento con
la iso parece aproximarse a los autores inflación’)
de tendencia latina). Criterios como el de PÚlSAR: pulsating star (‘estrella pul-
Welte y otros (generalmente extranjeros, a sante’)
226 5.10.2. EL ACRÓNIMO

MOTEL: motorcar hote/ 12. Los acrónimos que forman nombres


transistor : transfer resistor comunes, cuando sea necesario, pueden
3) aféresis + apócope: someterse a la composición y derivación,
TERGAl: poliéster galo como cualquier otra palabra del caudal
4) aféresis + aféresis: léxico. Ciertas formaciones acronímicas
TÍSNER: (Avel-lí) Artís Gener dan lugar a la aparición de sustantivos y
5) apócope + síncopa: adjetivos. Por ejemplo, el sintagma inglés
RÁDAC: rapid digital Automatic navi- monocyclic bacterially produced β-lactam
gation (‘navegación automática digi- origina el sustantivo monobactam con
tal rápida’). el que se denominan ciertos ‘antibióticos
p-lactámicos monocíclicos producidos por
11. Hay también formaciones acroní- bacterias’, que en español recibirían el
micas de firmas y productos comerciales, nombre de ‘(antibióticos) monobactámi-
asociaciones, etcétera, como Aviateca (de cos’. En cuanto a su grafía, no ofrecen pro-
Aviación Guatemalteca), Banesto (de Ban- blemas especiales, ya que se escriben como
co Español de Crédito), Sonimag (de Soni- las demás palabras: los nombres propios,
do e Imagen), Pryca (de Precio y Calidad), con inicial mayúscula, y los comunes, con
persil (de perborato y silicato). minúscula.
6. Mayúsculas y minúsculas

6.1. Características. Las letras mayús- Pp, Qq, Rr, Ss, Tt, Uu, Vv, Ww, Xx,
culas se distinguen de las minúsculas por Yy, Zz.
las siguientes características:
Como se puede observar, faltan en la lista
a) su tamaño: las mayúsculas suelen ser académica tres grafías: CH, LL y RR, pues
más altas; sin ellas no se podrían escribir palabras
b) su forma: las mayúsculas tienen, como DICHARACHERO, HALLULLA
generalmente, distinta figura; y CARRETA. Faltan asimismo las grafías
c) su frecuencia: normalmente se es- correspondientes a los dígrafos GU y QU,
cribe con letras minúsculas, y las que intervienen en palabras como GUE-
mayúsculas se reservan para los fines DEJA y QUESO, por ejemplo.
que les son propios (→ 6.4.1-1). 3. Como iniciales mayúsculas de una
palabra que se escribe con minúsculas, las
6.2. Aspectos formales. 1. En lo ma- formas mayúsculas de ch y ll son Ch y Ll:
nuscrito, así como en lo impreso o meca- Chamorro, Lloverás. Las formas mayús-
nográfico, las palabras pueden escribirse culas de gu y qu son, respectivamente, Gu
con solo mayúsculas, pero lo usual es y Qu: Guedeja, Queso. Cuando formen
escribirlas con minúsculas, siendo las ma- parte de una palabra toda ella escrita
yúsculas excepciones de la regla. Puédese, con mayúsculas, sus grafías, como se dice
sin embargo, poner con solo mayúsculas en el párrafo anterior, son CH y LL, así
una palabra, sintagma, frase u oración, como GU y QU. Esta duplicidad gráfica
incluso uno o más párrafos, porque resulte (no tenida en cuenta por la Academia) era
conveniente. considerada anómala por Cuervo (1954: i,
2. Por lo que se refiere a la figura de 941): «Hay también una anomalía insig-
las letras, la orae (1974: 6) y la ole 99 nificante en el uso de la ch y la ll, pues al
(p. 2) escriben las siguientes (se mantienen paso que las dos partes de la letra van en
en la lista ch y ll porque figuran en las mayúscula al escribir MUCHO, FALLO,
fuentes citadas): solo la primera va en dicha forma en casos
como Chile, Llaguno».
Aa, Bb, Cc, Ch ch, Dd, Ee, Ff, Gg, Hh, 4. El fonema intervocálico /r/ se escribe
Ii, Jj, Kk, L l, Ll ll, Mm, Nn, Ññ, Oo, rr, y en mayúsculas, RR. Puesto que no
228 6.3. GENERALIDADES

existe en español la grafía rr- (inicial de pa- en la aplicación de ciertas normas, como
labra), tampoco pueden existir Rr- o RR-. establecer la mayúscula para policía pero
5. Las formas mayúsculas de la i y la j no para judicatura, por ejemplo. A esta
no llevan en caso alguno el punto supras- falta de coherencia se refieren práctica-
crito que tienen las grafías minúsculas de mente todos los ortógrafos actuales, cuan-
las mismas letras: I, J. La ñ debe mantener do menos aquellos que han pretendido
su virgulilla (Ñ), y la q, su rasguillo (Q). penetrar en los intersticios de las normas
6. Las letras mayúsculas (e igualmente académicas y de sus aplicaciones; así,
las versalitas) se tildan cuando ello sea ne- Moliner (1980: ii, 370 ss.), Polo (1974:
cesario: Álvaro, MONTÁNCHEZ, Mon - 187 ss.), Carnicer (1972: 209 ss.), Fernán-
TÁNCHEZ. dez Castillo (1969: 41 ss.). Carnicer (l. cit.)
7. Aunque todos los alfabetos técnicos dice: «Las normas dictadas por la Acade-
disponen de la letra w, en caso de faltar mia para el uso de las iniciales mayúsculas
podría formarse con dos uves seguidas: vv; [...] ni son siempre un prodigio de precisión
en mayúscula, W, como se hizo antigua- ni resuelven todas las vacilaciones que sus-
mente. cita este aspecto de la ortografía. Reflejo
8. Es un error confundir (especialmente de ello lo hallamos en el Diccionario de la
en lo impreso) la o mayúscula (O) con el propia Academia, donde palabras sujetas
cero (0) y utilizar uno por otro; este es a la misma aplicación o de función equi-
siempre más estrecho que aquella. En la valente se imprimen unas veces con inicial
escritura mecanográfica, a menudo la O mayúscula y otras con minúscula». Desde
ocupa el lugar del 0, por falta de este en el finales del 2010, con la aparición de aque-
teclado (de la misma manera que a veces la lla obra, en la que se dedican a las mayús-
/ ocupa el lugar del 1). culas y minúsculas setenta y cinco páginas,
9. También es erróneo confundir la o el tema está ya tratado con la extensión
(o minúscula) con el 0 (cero), aunque apa- necesaria (incluso me atrevería a decir que
rezcan uno a continuación del otro. Sus es excesiva). Cuestión bien distinta es la ca-
figuras, y el hecho de que uno y otro no lidad del contenido y el acierto o desacierto
puedan aparecer seguidos en un segmento de su análisis.
textual, hace que no puedan confundirse. 2. Como norma general orientadora,
debe tenerse en cuenta que, por lo que
6.3. Generalidades. 1. El tema ortográ- respecta al empleo de mayúsculas inicia-
fico del empleo de mayúsculas y minúscu- les, el español se halla a medio camino
las era el menos fijado en el idioma español entre la superabundancia del alemán, la
hasta la aparición de la OLE10. En esta obra abundancia del inglés y la escasez del
el espacio concedido al tratamiento es muy francés. Usamos más mayúsculas que los
superior al concedido con anterioridad. En franceses, pero menos que los ingleses y
efecto, existían, por parte de la Academia, alemanes. Cada lengua tiene sus caracte-
unas normas insuficientes y en algunos ca- rísticas gráficas y la de la mayúscula es
sos contradictorias, sobre todo si, al propio una más. Nuestro idioma debe tender a la
tiempo que se estudiaba lo legislado en minusculización, la cual obedece a razones
la ortografía (por ejemplo, en la ole 99 y históricas difíciles de justificar, pero que
el DPD05), se comprobaba su aplicación pueden observarse estudiando las grafías
en el Diccionario (el DRAE01): una y otro clásicas y las actuales. Como dice Carnicer
parecían redactados por entidades distin- (1972: 210), «Uno de los cambios más
tas y en muchos casos contrapuestas, a notables (y así ha ocurrido en inglés) es el
tal punto que lo que prescribía la OLE99 de minusculizar la inicial del sustantivo,
no lo cumplía el DRAE01, o este tenía frente a lo que, por ejemplo, se advierte
aplicaciones no previstas ni tratadas en en dos ediciones que tengo a la vista, una
aquella. Añádase a ello la incoherencia de santa Teresa (1622) y otra de Francisco
6.3.1. LA MAYÚSCULA EN DENOMINACIONES PLURIVERBALES 229

Fabro (1673), donde es muy frecuente el duda qué se entiende por nombre propio.
sustantivo con inicial mayúscula. Un siglo Esta dificultad, que probablemente jamás
después, en el Diccionario de Autorida- será vencida, explica las diferencias de tra-
des de la Academia (1726) encontramos to en relación con la mayúscula.
con mayúscula los nombres de profesión 2. En cuanto a las denominaciones plu-
(civil, militar y religiosa), así como los riverbales, es decir, constituidas por más
gentilicios. A mediados del siglo xix (Gil y de una palabra, la mayúscula afecta a
Carrasco, 1844), apenas hay nombres con las formadas por un genérico (una o más
mayúscula, salvo los propios. El proceso de palabras) y un específico (una o más pa-
minusculización se mantiene, con variantes labras), ambos escritos de redondo, que
personales, hasta nuestros días». normalmente ejercen funciones de nombre
3. Hay, sin embargo, en la utilización propio. Por ejemplo, suelen serlo las de-
de mayúsculas una tendencia que obedece nominaciones de instituciones, asociacio-
a razones subjetivas. La mayúscula se jus- nes, corporaciones, entidades, organismos,
tifica solamente por el deseo de expresar organizaciones, sociedades comerciales o
con ella exaltación, interés personal o mercantiles, etcétera, pero también los
colectivo, respeto, veneración, reverencia, nombres geográficos y otras designaciones
etcétera, que nada tienen que ver, en gene- pluriverbales.
ral, con razones puramente ortográficas. 3. A la hora de escribir con mayúscula
Muchas personas son incapaces de escribir o minúscula estas denominaciones pluri-
naturaleza, destino y palabras semejan- verbales, téngase en cuenta que se escriben
tes con minúscula porque les parece que de redondo y con inicial mayúscula todos
no quedan suficientemente destacadas. La los términos que forman los nombres de
exaltación de lo propio por medio de la instituciones, asociaciones, corporaciones,
mayúscula es otro rasgo de esto mismo. entidades, organismos, organizaciones, co-
Así, en escritos religiosos aparecerán con mo, por ejemplo, Ministerio de Asuntos
mayúscula Cruz, Hostia, Sagrada Forma, Exteriores, Dirección General de Tributos,
Misa, San, Fray, etcétera; en escritos mi- Real Academia Española, Partido Socia-
litares, los nombres de las armas y todos lista Obrero Español, Ayuntamiento de El
los cargos y empleos; en publicidad, to- Rosal (Pontevedra), Biblioteca Nacional,
dos los nombres de productos, objetos, sis- Escuela Naval, Real Federación Española
temas, componentes, etcétera; en escritura de Fútbol, etcétera.
dependiente (la producida dentro de una 4. En cuanto a las sociedades comercia-
empresa o por encargo), todas las voces les o mercantiles, que también se escriben
relacionadas con aquello de que se trata en de redondo, es costumbre, aplicada tanto
el escrito; y así en todo lo demás. en libros como, sobre todo, en algunos
periódicos, escribir el genérico con mi-
6.3.1. La mayúscula en denominacio- núscula, como en hospital del Sagrado
nes pluriverbales. 1. Las dificultades para Corazón, teatro Calderón de la Barca,
aplicar la mayúscula en español se derivan hotel Presidente, bar El Riojano, cafetería
de dos hechos determinantes: por un lado, Roma, editorial Labor, laboratorios Pérez,
las palabras que consideramos nombres librería Cervantes, almacenes El Águila,
propios, apreciación en muchos casos sub- etcétera. Se trata de un error. En estos ca-
jetiva, y, por otro, las denominaciones plu- sos, los genéricos forman parte del nombre
riverbales, generalmente formadas por un comercial (apotecónimo) y escribirlos con
nombre genérico o común más una palabra minúscula supone separarlos del nombre
o grupo de palabras que sirven para deno- específico, como si no se necesitasen los
minar una entidad. Los problemas para dos para conformar el nombre comercial
el tratamiento de las primeras se derivan o mercantil completo. Por consiguiente,
de la dificultad de definir sin posibilidad de las grafías correctas deben ser Hospital del
230 6.4. APLICACIONES DE LA MAYÚSCULA Y LA MINÚSCULA

Sagrado Corazón, Teatro Calderón, Hotel la Torre (de Londres), el Acueducto (de
Presidente, Bar El Riojano, Cafetería Ro- Segovia).
ma, Editorial Labor, Laboratorios Pérez, 9. Otra aplicación se tiene en los títulos
Librería Cervantes, Almacenes El Águila. de publicaciones, cuya grafía, siempre en
En estos casos, cuando el genérico o el es- cursiva, difiere en relación con la mayúscu-
pecífico consten de más de un término, to- la; en los títulos de libros, como es sabido,
dos ellos se escriben con inicial mayúscula: solo se escriben con mayúscula la palabra
Restaurante El Campo Andaluz, Casa de inicial y los nombres propios, mientras
Huéspedes La Hija del Molinero. que en los títulos de publicaciones perió-
5. También se escriben de redondo cier- dicas se escriben con inicial mayúscula
tas denominaciones en las que el genérico todos los términos que intervengan, menos
se escribe con inicial minúscula y con ma- los conectivos (artículos, preposiciones y
yúscula los sustantivos, pero no los adjeti- conjunciones, salvo que sean los inicia-
vos, como ley de Arrendamientos urbanos, les del título); por ejemplo, Diccionario
ley de Propiedad intelectual. enciclopédico Salvat universal, pero La
6. En los topónimos, que asimismo se Voz de Galicia, El Periódico de Catalu-
escriben de redondo, los genéricos llevan nya, La Vanguardia, Boletín Oficial del
inicial minúscula, y los específicos, mayús- Estado.
cula en todas las palabras que los formen;
por ejemplo, bahía de Cádiz, isla de Ma- 6.4. Aplicaciones de la mayúscula y la
llorca, cabo de Creus, sierra de Gredos, minúscula. Dada la dificultad para tratar
pico de Urbión, sistema Penibético, cordi- este tema, en el que para ser más o menos
llera Cantábrica. Pero a veces el genérico completo habría que analizar palabra por
forma un nombre propio con el específico, palabra y los casos en que podría encon-
como en Islas Salomón, Cabo Cañaveral, trarse usada, prefiero estudiarlo por con-
Costa de la Muerte, Costa Azul, Picos de ceptos, de manera que, en cada campo, lo
Europa, Sierra Madre. En algunos casos válido para los ejemplos que se ponen
ambos, genérico y específico, se escriben lo sería también para los que se omiten.
con minúscula, como en costa valenciana,
islas atlánticas, islas griegas, islas britá- 6.4.1. Reglas fundamentales. 1. La ini-
nicas, cornisa cantábrica. cial mayúscula se aplica solamente en los
7. Los topónimos urbanos se escriben nombres propios (o palabras que en un
poniendo con minúscula el genérico y con contexto determinado cumplan sus veces),
mayúscula el específico en todos sus tér- a principio de escrito y después de punto o
minos, sean sustantivos o adjetivos: calle signo que lo sustituya. Sin embargo, puede
del General Ricardos, avenida de la Gran escribirse minúscula a principio de párrafo
Nía, calle del Obispo Serrano, paseo del en los siguientes casos:
Valle de Hebrón.
8. Un caso problemático lo constituyen a) En los diálogos interrumpidos; por
los nombres de monumentos. Aunque exis- ejemplo:
te tendencia a colocar mayúscula en el ge-
nérico, la grafía debe ser la contraria: si el —Sé que voy a decir algo comprometedor,
nombre del monumento consta del nombre pero...
genérico más un específico, el primero debe —Puedes omitirlo.
escribirse con minúscula: arco de Bará, —...es mi deber comunicártelo.
estatua de la Libertad, torre del Oro, torre
Eiffel, torre de Pisa, acueducto de Segovia. En estos casos, los puntos suspensivos
Solo en algunos casos, por antonoma- con que acaba la primera intervención y
sia, se escribe con inicial mayúscula el comienza la tercera sirven de nexo del par-
genérico cuando sustituye al específico: lamento como una unidad.
6.4.2. ANTENOMBRES, DICTADOS Y TRATAMIENTOS 231

b) Un título de obra puede empezar estén dispuestos en columna; así, las


con minúscula cuando, precedido de listas de abreviaturas, índices alfa-
puntos suspensivos, se da a enten- béticos (salvo los nombres propios
der con ello que se omite algo; por que aparezcan), columnas de cuadros
ejemplo: (sobre todo en los sinópticos), etcé-
tera.
... y habitó entre nosotros;
... y al tercero resucitó. (Como se ha visto en los ejemplos anterio-
res, cuando los puntos suspensivos prece-
c) Cuando el enunciado de una pregun- dan a una palabra, se separan de esta por
ta es común para una serie de ellas; un espacio; → 10.5.5.2-1b; 10.5.5.2-6.)
por ejemplo:
6.4.2. Antenombres, dictados y trata-
¿Sabía usted... mientos. 1. Los antenombres, como señor,
don, fray, beato, venerable, san o santo,
... que la gasolina puede subir esta semana?
... que el dólar aún no ha dejado de bajar?
mosén, sir, míster, milord, miss, madame,
... que el euro no para de subir? etcétera, se escriben siempre con minúscu-
la, salvo que formen parte de un nombre
propio (como podría ser un topónimo o
En estos casos, incluso si van numeradas antropónimo). La Academia escribe siem-
o precedidas de otro signo cualquiera, pre San con mayúscula, e igualmente Fray,
cada pregunta comienza con suspensivos pero esas mayúsculas no están justifica-
y minúscula. das, ya que en igual caso habría que
escribir, por coherencia, Señor, Beato, Ve-
d) En los subtítulos de trabajos perio- nerable, etcétera, lo cual, con buen juicio,
dísticos o bibliológicos, cuando el no se hace.
primero deja la terminación en sus- 2. Los dictados, títulos, cargos y em-
penso (mediante los suspensivos) y pleos deben escribirse con minúscula, salvo
el segundo y los restantes comienzan que formen parte de un nombre propio.
asimismo con suspensivos y minús- La orae (1974: 8 y 9) recomienda escribir
cula; ejemplo: con mayúscula los títulos y nombres de
dignidad y particularmente los dictados
Ciencia... de jerarquía o cargo importante «cuando
(texto) equivalgan a nombres propios». Hay que
decir que todas estas palabras solo equi-
... y paciencia
(texto)
valen a nombres propios cuando forman
parte de un antropónimo, topónimo o
nombre de institución, pero en ningún
Otro ejemplo: otro caso. Por ejemplo, se escribe gene-
ral Perón refiriéndose al personaje y Ge-
¿Rayos de muerte... neral Perón cuando aluda a un lugar o
(texto) título que lleve ese nombre. En cuanto
... o rayos de vida?
al uso de estos dictados, títulos, etcétera,
(texto) cuando aparecen solos, sin acompaña-
miento del nombre propio, ordena la Aca-
De Peter Kolosimo: El planeta incógnito, demia (orae 74, 9; OLE99, 39) escribirlos
Barcelona: Plaza y Janés, 1976, 283-286. con mayúscula, pero ni en un caso ni en
otro se ve razón para ello; por ejemplo,
e) También se escriben con minúscula al hablar de un rey, papa, duque, general,
los elementos de una lista, aunque presidente y casos semejantes no hace falta
232 6.4.3. ANTROPÓNIMOS

la mayúscula para saber de quién se trata, plo, a Hitler se lo llamó Führer (= guía);
extremo que siempre aclarará el contexto. a Mussolini, duce (= caudillo); a Franco,
En la OLE99 (p. 39) añade las palabras mi- caudillo y generalísimo; en estos casos, lo
nistro, secretario y presidente, Pero si se es- normal, sobre todo en vida de tales perso-
cribe Ministro, Secretario y Presidente, con nas, es escribir los epítetos con mayúscula.
inicial mayúscula, con igual razón habría Es distinto el caso de negus (= rey), que se
que escribir Director, Director General, daba al rey de Etiopía, o el de rais, que se
Secretario, Secretario General, Jefe, Jefe de da en Egipto y otros pueblos musulmanes a
Negociado, Ayudante, Aspirante, etcétera, algunos altos cargos de gobierno, especial-
y, por supuesto, Bedel, Portero, Vigilante, mente al presidente o al rey; en estos casos
Guardaespaldas, Carpintero, Impresor y se escribe con minúscula, como se escribe
otros nombres de cargos y empleos del micado, káiser, emperador, rey, etcétera.
mundo civil, religioso y militar, lo cual 3. En cuanto a las voces que designan
carecería de sentido. Solamente, y como tratamientos, cualquiera que sea la perso-
excepción, se les concederá la mayúscula na a que se apliquen, deben escribirse con
en leyes, decretos y documentos oficiales, minúscula. La orae (1974: 9) dice que los
más por la costumbre y la propia solem- tratamientos se escriben con mayúscula,
nidad de este tipo de documentos que por «y especialmente si están en abreviatura»;
razones puramente ortográficas. En los habría que enunciarlo de otra manera: los
demás casos debe escribirse el rey Juan tratamientos solo se escriben con mayús-
Carlos I y el rey, el papa Juan Pablo II y el cula si están en abreviatura. Salvo que se
papa, el presidente Clinton y el presidente. trate de escritos oficiales (→ 6.4.2-2), pa-
Lo contrario obligaría, por coherencia, a labras como ilustre, magnífico, excelencia,
poner mayúscula en sargento, sacerdote, vuecencia, santidad, majestad, reverendo,
obispo, teniente, e incluso en bedel, conser- etcétera, deben escribirse con minúscula.
je y casos semejantes. Por influencia de esta
tendencia mayusculizadora apoyada por la 6.4.3. Antropónimos. Se escriben con
propia Academia no es raro ver en los tex- inicial mayúscula:
tos grafías como Zar, Faraón, Káiser, Mi- 1. Los prenombres, nombres propios
cado, Augusto, César (= emperador), Sul- o nombres de pila, como Antonio, María,
tán, Delfín, Soberano, Emperador, Dux, Mercedes, José, etcétera, o cualquier pa-
etcétera, palabras que deben escribirse con labra o sintagma que cumpla los mismos
minúscula, como hace el drae al escribir requisitos: Libertad, Revolución, así como
o césar, o nada (DRAE01, s. v. césar) y dar los que los individuos de una tribu se dan a
a Dios lo que es de Dios, y al césar lo que sí mismos, como Toro Sentado, Alce Veloz,
es del césar (drae 84, s . v . dios). Solo en Caballo Loco.
la correspondencia privada o comercial es 2. Los nombres personificados: la Ver-
lícito escribir con mayúscula el nombre del dad, el Tiempo, la Vida, el Amor, el Céfiro,
cargo: Señor Director, Señor Presidente, la Aurora.
cuando no se añade el nombre del inte- 3. Los nombres de dioses y personajes
resado. Excepcionalmente, también en las de las mitologías: Apolo, Ceres, Europa,
publicaciones periódicas suelen escribirse Cránao (los colectivos, aunque suelen es-
con mayúscula Rey, Reina, Príncipe, Papa, cribirse con mayúscula, deberían grafiarse
solo cuando aparezcan sin acompañamien- con minúscula: las gracias, los argonautas,
to del nombre. Sería inadecuado escribir el las sibilas).
Rey Juan Carlos, la Reina Sofía, en lugar 4. Los apellidos, cualquiera que sea la
de el rey Juan Carlos, la reina Sofía. palabra que se use como tal: García, Pérez,
Un problema especial lo presentan cier- Carpintero, Casas, León, Cabañas. Tam-
tos títulos que se dan en algunos países y bién se escriben con mayúscula los nom-
épocas a personas determinadas; por ejem- bres de las dinastías, como los Borbones,
6.4.4. ZOÓNIMOS Y FITÓNIMOS 233

los Austrias, los Capetos, pero se escriben denomina derivación impropia o implícita
con minúscula si se usan como adjetivos: (cuando una palabra desempeña funciones
los emperadores borbones, la dinastía ma- nuevas, distintas de la original) y Menén-
riní, un soberano hafsí. dez Pidal (1977: 222) considera neologis-
5. Se escriben con inicial mayúscula los mos formados por habilitación (→ 6.6.1).
sobrenombres, apodos, agnomentos o cog- Entre los antropónimos antonomásticos,
nomentos, nombres de guerra y de religión se escriben con minúscula los siguientes:
y seudónimos: ‘Santiago Martín, el Viti’; el acates, adonis, anabolena, anfitrión, argos,
Cordobés; ‘Antonio García, alias el Tuer- automedonte, barrabás, benjamín, caco,
to’; ‘Manuela Vargas, la Terremoto’; Al- celestina, cicerón, cid, circe, cirineo, creso,
berto Magno, Juliano el Apóstata, Alfonso demóstenes, don juan o donjuán, dulcinea,
el Sabio, Teodosio el Viejo; fray Luis de fígaro, fúcar, galeno, galeoto, hércules,
Granada, fray José de Écija; el Pobrecito isidro, jeremías, job, judas, lazarillo, láza-
Hablador (Mariano José de Larra), Azorín ro, licurgo, magdalena, maritornes, marta,
(José Martínez Ruiz), Apa (Feliu Elias), matusalén, mecenas, menegilda, mesalina,
Clarín (Leopoldo Alas), el Abate Marchena mesías, narciso, nerón, perillán, quijote,
(José Marchena y Ruiz de Cueto), etcétera. robinsón, salomón, séneca, sosia, tenorio,
6. En los nombres antonomásticos, se venus y zoilo.
escribe mayúscula cuando el nombre co-
mún ocupa, por sinécdoque, el lugar del 6.4.4. Zoónimos y fitónimos. Los
propio; por ejemplo, el Apóstol (san Pablo; nombres comunes de animales y plantas
en España, Santiago: Hacer la ofrenda al se escriben siempre con minúscula, como
Apóstol), el Ángel (san Gabriel), el Doctor elefante y acacia. Sin embargo, en algunos
Admirable (Roger Bacon), el Doctor An- tratados de zoología y botánica es costum-
gélico (santo Tomás), el Doctor de la Gra- bre escribir con mayúscula los nombres
cia (san Agustín), el Doctor Irrefragable de las especies, géneros, familias, órdenes,
(Alejandro de Hales), el Doctor Sutil (Juan clases, tipos y reinos, así como los subgru-
Duns Escoto), el Emperador (Napoleón en pos de estos: entre los animales, Metazoos,
Francia, Carlos I en España), el Libertador Cordados, Vertebrados, Mamíferos, Pla-
(Simón Bolívar), el Maestro (Jesucristo), centados, Artiodáctilos, Rumiantes, y entre
el Maligno (el diablo), la Palabra (Jesucris- las plantas, Talófitos, Hongos, Eumicetes,
to), el Rey Sabio (Alfonso X), el Rey Sol Basidiomicetes, Himenomicetales. Estos
(Luis XIV de Francia), el Sabio (Salomón), nombres deben escribirse con minúscula
los Reyes Católicos (Isabel y Fernando), en obras y escritos generales no específi-
la Bella Faso (San Sebastián), la Blanca camente zoológicos o botánicos, y aun en
Subur (Sitges), la Ciudad Condal (Barcelo- estos debería hacerse así con objeto de no
na), la Ciudad Eterna (Roma), la Ciudad llenar los escritos de mayúsculas no dema-
Luz (París), la Ciudad Santa (Jerusalén), siado justificadas.
el Nuevo Mundo (América), Tierra Santa En las combinaciones binarias o bino-
(Palestina); el Diccionario (el de la Acade- miales formadas por el nombre del género
mia, o sea, el drae ), el Digesto (las Pan- seguido del de la especie, ambos latinos o
dectas), la Escritura (la Biblia). latinizados, el primero se escribe siempre
Por el contrario, cuando el nombre pro- con mayúscula y el segundo con minúscula
pio ocupa el lugar del común, la palabra (a este segundo término, algunos autores
se escribe con minúscula; se trata siempre, lo llaman nombre trivial, y otros, nombre
en este caso, de nombres propios que se específico, pero actualmente se aplica el
aplican a una persona por alusión a las sintagma nombre específico al conjunto
cualidades, vicios, virtudes, etcétera, del formado por los dos nombres, el del gé-
personaje de que se trate. Esta minusculi- nero y el de la especie). Si el nombre de
zación se deriva de lo que en lingüística se la especie consta de dos o más epítetos,
234 6.4.5. ANEMÓNIMOS

se unen con guión. En obras científicas, que indica la dirección de la cual sopla
a estos nombres puede seguir, por entero también se escribe con minúscula: norte,
o abreviadamente, el del autor de la espe- viento norte o viento del norte. Solamente
cie. Ejemplos: Homo sapiens, Diomedia se escribe con mayúscula cuando se perso-
exulans (albatros), Diodon hystriz (erizo nifica: Las caricias de Céfiro; Aquilón, hijo
[pez]), Epinepbelus gigas o E. morio (me- de la Aurora (→ 6.4.3-2).
ro), Gypaetus barbatus (quebrantahuesos),
Gyps fulvus (buitre); Epilobium hirsutum 6.4.6. Topónimos. En la escritura de
(adelfilla), Fucus vesiculosus (fuco), Gra- topónimos, orónimos e hidrónimos hay
tiola officinalis (graciola), Grevillea robus- que tener en cuenta tres aspectos: el nom-
ta (grevillo), Verónica anagallis-aquatica L. bre común (genérico), el nombre propio
Los nombres científicos de microorganis- (específico) y el adjetivo.
mos siguen las mismas reglas: Salmonella 1. Los nombres comunes toponímicos
typhi, S. paratyphi, 5. schottmülleri (bacte- (genéricos) se escriben con minúscula:
rias), Hostis pecoris (virus). Cuando cada océano, mar, isla, río, arroyo, laguna,
una de estas denominaciones se menciona lago, sierra, golfo, península, cabo, ba-
más de una vez en un mismo trabajo y hía, etcétera; sin embargo, hay algunas
más o menos seguidas, el primer término excepciones; por ejemplo, se escribe sierra
se abrevia a partir de la segunda mención, de Gredos, pero Sierra Maestra, Sierra Ne-
siempre que no dé lugar a ambigüedad. vada, Sierra Madre, que son sistemas oro-
Ambos términos se escriben siempre con gráficos. Se escribe río Ebro, río Tajo, pero
letra cursiva. Río de la Plata (nombre de un estuario).
2. Los nombres propios aplicados a ani- Se escribe selva de Teutoberger, pero Selva
males se escriben con mayúscula; pueden Negra (grupo montañoso de Alemania).
ser históricos, como Bucéfalo, Babieca; Se escribe pico de Aneto, pero los Picos
literarios, como Rocinante; mitológicos, de Europa (macizo del norte de España).
como Quimera, Pegaso, y actuales, como En los casos de canal, estrecho y golfo, se
Roí , Cuto, Kazan; estos últimos, los actua- ha propuesto escribirlos con mayúscula
les, se escriben siempre con letra cursiva, cuando se mencionen sin acompañamiento
mientras que a los anteriores, históricos, del nombre propio; por ejemplo, canal
literarios o mitológicos, se les aplica la de Panamá, estrecho de Gibraltar, gol-
letra redonda. Se escriben asimismo con fo de México, pero el Canal, el Estrecho, el
mayúscula los nombres comunes aplicados Golfo, respectivamente; no parece que esa
como propios a un animal o planta: doña mayúscula esté muy justificada; al hablar
Vaca Lechera, el Gato Presumido; don Pi- de uno de ellos, el contexto indicará de
no Copudo, el señor Sauce Llorón (en estos cuál se trata, y ello es suficiente, por lo que
casos se escriben de redondo, no de cursiva la mayúscula resulta gratuita. Sin embargo,
[válida aquí por tratarse de ejemplos]). Se puede justificarse si se considera anto-
escriben con minúscula los nombres de ra- nomástica. Tratamiento aparte merecen
zas de los animales, como dobermann, pe- también las palabras península e islas en
quinés, chihuahua, poni, pointer, spaniel, los sintagmas toponímicos península ibé-
fox-terrier. Suele escribirse con mayúscula rica e islas británicas, que suelen aparecer
el nombre de la raza cuando designa el con mayúscula; no hay razón para su uso,
lugar de origen: vacas Hereford, pero tam- por cuanto península ibérica (o helénica, o
bién debería escribirse con minúscula. italiana, etcétera) es un nombre común, y
lo mismo puede afirmarse de islas británi-
6.4.5. Anemónimos. Los nombres de cas, nombre genérico de todas las islas que
los vientos se escriben con minúscula, co- rodean a Gran Bretaña, comprendida esta
mo ábrego, aquilón, bóreas, céfiro, cierzo, misma; no es, como suponen algunos erró-
mistral, simún, siroco, solano; la palabra neamente, otra forma de designar al Reino
6.4.7. COSMÓNIMOS 235

Unido, puesto que entre las islas británicas escribe con mayúscula, como en Australia
hay una, la de Irlanda, que no pertenece Occidental, diferente de la expresión Aus-
en su integridad al Reino Unido. Tampoco tralia occidental (la parte occidental de
hay razón para escribir la Península (ni Australia como Estado). Un caso especial y
siquiera en el caso de que se supongan problemático se tiene en América central,
incluidos España y Portugal, aunque esto que, según este criterio, debe escribirse con
no es lo más común, pues generalmente minúscula (pese a que tenga límites pre-
se refiere solo a España), ya que no es un cisos —como aducen algunos autores—,
nombre antonomástico (hay otras penín- lo cual no es criterio ortográfico, pues
sulas, como la italiana y la griega). Por el también tienen límites precisos la América
contrario, no debe caerse en la tentación de meridional y la América septentrional y
escribir, junto con islas británicas, términos no por ello se escriben esos adjetivos con
como islas filipinas, islas baleares, islas mayúscula); la mayúscula sería obligatoria
canarias, sino islas Filipinas, islas Baleares, si se escribiera América del Centro (como
islas Canarias, puesto que aquí Filipinas, se escribe América del Sur y América del
Baleares y Canarias son los nombres pro- Norte). Sin embargo, parece que aquí el
pios de estas islas, mientras que británicas significado de Centro se ha trasladado a
es solo un adjetivo genérico. Central, única razón que podría amparar
2. Los nombres propios aplicados a las la mayúscula en este adjetivo. En cuanto
realidades geográficas se escriben con ma- a denominaciones como América hispana,
yúscula, como ya se ha visto parcialmente hispánica, española, latina, etcétera, estos
en el párrafo anterior; así, bahía de Cádiz, adjetivos deben escribirse con minúscula,
cabo de Gata, estrecho de Ormuz, golfo de como se escribe América anglosajona.
México, islas Baleares, mar Tirreno, océa-
no Atlántico, río Ebro. Aunque en algunos 6.4.7. Cosmónimos. 1. Los nombres
textos ortográficos clásicos se recomienda de aspectos, cuerpos, líneas imaginarias,
la mayúscula en palabras como Océano, etcétera, del universo pueden escribirse con
Mundo, Orbe, Universo cuando se utilizan mayúscula o con minúscula, según los ca-
en sentido absoluto, no está justificada en sos. La propia palabra universo se escribe
ningún caso, por cuanto también habría con minúscula, aunque no es raro verla con
que escribir Tierra no en su consideración mayúscula.
como planeta, sino como conjunto de 1.1. Se escriben con mayúscula los
todas las tierras emergidas, criterio que nombres y adjetivos de las constelaciones,
puede ser peligroso por las dudas y erro- como Canis Maior o Can Mayor, Hydra o
res a que podría dar lugar. Déjese que el Hidra Hembra, Hydrus o Hidra Macho,
contexto aclare el sentido de las palabras, etcétera; los nombres y adjetivos de las ga-
función que raramente corresponde a la laxias, como Vía Láctea; la palabra galaxia
mayúscula. es usada con mayúscula cuando se refiere a
3. Por lo que respecta a los adjetivos aquella en que nos hallamos insertos.
toponímicos, pueden darse casos de mayús- 1.2. Los nombres y adjetivos de las
cula y de minúscula; la primera se emplea nebulosas, como Saco de Carbón, Gran
cuando el adjetivo forma parte del nombre Nebulosa de Orión, Pléyades, Cabrillas,
propio, como en Reino Unido, Unión etcétera.
Soviética, Estados Unidos, Países Bajos, 1.3. Los nombres de estrellas, como
Alemania Federal, y la segunda, cuando Adara, Aldebarán, Altaír, Antares, Arturo,
no forma parte del topónimo, sino que Corazón del León, estrella Polar o del Nor-
indica qué parte de él se considera, como te, etcétera. La palabra sol se escribe con
en Alemania oriental u occidental, España mayúscula cuando con ella se nombra la
septentrional o meridional. Sin embargo, estrella que preside nuestro sistema solar,
si el adjetivo forma parte del topónimo, se y con minúscula cuando se refiere a la luz
236 6.4.7. COSMÓNIMOS

reflejada por este astro: la luz del sol, hoy océano Antártico; en los trópicos lleva
calienta el sol. mayúscula el nombre propio: trópico de
1.4. Los nombres de los planetas, como Cáncer y trópico de Capricornio.
Mercurio, Venus, la Tierra, Marte, etcéte- 2.2. Se escriben con minúscula los nom-
ra; la palabra tierra se escribe con minúscu- bres de los hemisferios: hemisferio sep-
la cuando se refiere a la materia de que está tentrional o boreal, meridional o austral,
compuesto nuestro planeta: un puñado de oriental o ascendente, occidental o des-
tierra, alcanzar tierra firme, los productos cendente, superior e inferior. Igualmente,
de la tierra, caer a tierra, salir de la tierra se escriben con minúscula las longitudes y
donde uno nació. latitudes: longitud este y oeste, latitud nor-
1.5. Los nombres de los satélites se te o boreal y sur o austral (en este caso, las
escriben con mayúscula, como la Luna, palabras norte y sur son equivalentes a sep-
Deimos, Ganímedes, Febe, Ariel, Titania, tentrional y meridional, respectivamente).
Oberol, etcétera; la palabra luna se escribe 3. Los nombres de los puntos cardina-
con minúscula cuando se refiere a las fases les presentan otros tipos de problemas en
de la Luna y a la luz que este satélite refleja cuanto a la mayúscula y la minúscula. Pese
del Sol: hoy no hay luna, luna llena, cre- a la costumbre, alentada por el uso de la
ciente, menguante, nueva, luna de miel, a propia Academia, de escribir los nombres
la luna de Valencia, pero ladrar a la Luna, de los puntos cardinales con letra mayús-
pedir la Luna. Los nombres de los cometas cula, esta no está justificada más que cuan-
(pero no la palabra cometa) se escriben do forman parte de un nombre propio.
con mayúscula, como Humason, Halley, Como dice Lozano Ribas (s. a., 171), «Los
Enke. nombres de tan distintas y opuestas direc-
1.7. Los nombres de las zonas o fajas ciones son genéricos, y deben, por lo tanto,
del universo se escriben asimismo con escribirse con su inicial minúscula [...]», y
mayúscula, como el Zodiaco y sus doce «Los sustantivos con que se designan las
signos, casas o constelaciones: Aries, Tau- diversas partes en que se considera dividi-
ro, Géminis, Cáncer, etcétera; la palabra do el horizonte, solo deben escribirse con
zodiaco se escribe con minúscula cuando se letra mayúscula cuando se emplean como
refiere a su representación: un zodiaco muy nombre propio de ciertas cosas. Ejemplos:
bonito. Aunque la palabra polo se escribe América del Norte, América del Sur, mar
siempre con minúscula, el nombre especí- del Norte, Oriente (nombre propio con
fico se escribe con mayúscula: polo Norte, que se designa el Asia antigua y las regio-
polo Sur, pero se escriben con minúscula nes inmediatas de Europa y África). Fuera
los adjetivos ártico o boreal y antártico o de estos casos deben escribirse con letra
austral que suelen calificarlos: polo boreal, minúscula. Ejemplos: el norte de América,
polo austral. el sur de América, el viento del oeste, las
2. Se escriben con minúscula los círcu- regiones de levante. La isla de Puerto Rico
los imaginarios tanto de la esfera terrestre está situada al oriente de Haití». A mayor
como de la celeste; por ejemplo, ecuador, abundamiento, muchas veces la utilización
eclíptica, voces que la Academia suele de los nombres de los puntos cardinales
escribir con mayúscula no suficientemen- es de sentido relativo; por ejemplo, el norte
te justificada; no se trata, estrictamente de España no coincide con el norte de Fran-
hablando, de topónimos, sino de líneas cia ni ambos con el norte de Italia, etcétera.
imaginarias. Por consiguiente, no tendría sentido escri-
2.1. Se escriben con minúscula los pa- bir que una persona se dirige al Norte (de
ralelos, los meridianos y asimismo círculo España, por ejemplo); al tratarse de una si-
polar ártico y círculo polar antártico, pe- tuación relativa, lo correcto sería decir que
ro con mayúscula oceáno glacial Ártico, tal persona se dirige al norte (o al sur, este,
océano glacial Antártico, océano Ártico, oeste, etcétera); por eso debe escribirse el
6.4.9. INSTITUCIONES, ENTIDADEDS, ESTABLECIMIENTOS, CONGRESOS, EXPOSICIONES 237

norte de África, de España, de Italia y no parque del Retiro, parque zoológico y jar-
el Norte. Lo mismo es válido para frases dín botánico.
como dirección norte, orientado al norte,
el norte de Madrid. Las voces Norte, Sur, 6.4.9. Instituciones, entidades, estable-
Este y Oeste, Oriente y Occidente se usan cimientos, congresos, exposiciones. Desde
con mayúscula cuando están empleadas el punto de vista de la mayúscula, un
en sentido geográfico-político. Se escribe mismo problema engloba a todas estas
asimismo Próximo o Cercano Oriente, realidades: casi todas suelen constar de
Oriente Medio, Lejano o Extremo Oriente nombre o adjetivo que pueden ser comunes
cuando se refieren a esas regiones geográfi- a varias, y el problema estriba en ponerle o
cas, pero se escribe el oeste, el medio oeste, no mayúscula a ese nombre o adjetivo. Por
etcétera, cuando se refieren a una parte de ejemplo, Alcázar de Sevilla, Ayuntamiento
un país determinado (como, generalmente, de Zaragoza, Biblioteca de Alejandría,
los Estados Unidos). En cuanto a expresio- Palacio de la Zarzuela, Museo del Prado,
nes como la Alemania del norte, la España Coliseo de Roma, Consejo de Estado,
del sur, debería utilizarse la minúscula, Congreso de los Diputados, Consejo de
pues, contrariamente a Corea del Norte, Ministros, Dirección General de Pesca,
Corea del Sur, Yemen del Norte, Yemen Comisión Interministerial para el Medio
del Sur, no existe una división, ni política Ambiente, Real Academia Española, Ins-
ni administrativa, que se llame Alemania tituto de la Función Pública, Universidad
del norte o España del sur (en estos casos, de Granada, Ateneo de Madrid, Centro
norte y sur equivalen, respectivamente, a Gallego de Barcelona, Gremio de Maes-
septentrional y meridional, y no estaría tros Impresores, Asociación de Amas de
justificado escribir Alemania Septentrional, Hogar, Partido Socialista Obrero Español,
España Meridional). Editorial Gredos, Teatro de la Zarzuela,
Café de Fornos, Cafetería Los Caracoles,
6.4.8. Toponimia urbana. Los nom- Bar Los Mimbrales, Concilio de Trento,
bres comunes (genéricos) de la toponimia Exposición Mundial de Boston, etcétera.
urbana se escriben con minúscula, como Los criterios para el tratamiento de todos
calle, plaza, paseo, glorieta, callejón, aveni- estos casos son disímiles; según algunos
da, cuesta, pasaje, ronda, etcétera: calle del autores, el nombre común de estas denomi-
Doctor Esquerdo, plaza de Colón, paseo naciones debería escribirse con minúscula,
de la Castellana, avenida de las Acacias, puesto que no conviene a una sola de ellas,
pasaje de la Agregación. Se escriben asi- sino a más de una; por ejemplo, el alcá-
mismo con minúscula las palabras barrio, zar de Sevilla (Segovia...), el ayuntamiento
barriada, arrabal: barrio Gótico, barriada de Madrid (Barcelona...), la biblioteca de
de la Trinidad, arrabal de los Franceses. Alejandría (Washington...), el museo del
Exceptuados estos nombres comunes, los Prado (de Ciencias Naturales...), el insti-
demás que aparezcan en un nombre espe- tuto de la Función Pública, el gremio de
cífico deben escribirse con mayúscula: calle Maestros Impresores, etcétera. Casares (en
del Poeta Cabanyes, avenida del General Fernández Castillo, 1959: 74-75) recomen-
Ricardos, plaza de los Héroes del Diez de daba escribir con mayúscula Cine y Teatro,
Agosto, paseo del Valle de Hebrón. En la y escribía Teatro Real, Teatro Español,
toponimia urbana, solo la palabra parque Teatro de la Comedia, pero en el mismo
suele aparecer a veces con mayúscula: lugar recomendaba escribir universidad
Parque del Retiro, Parque de María Luisa, con minúscula en universidad de Granada
Parque Güell; sin embargo, no parece estar y café con minúscula en café de Fornos, de
muy justificada esta mayúscula, que habría Levante, de Puerto Rico, lo que justificaba
que hacer extensiva a Parque Zoológico y por el hecho de que si café se escribiera
Jardín Botánico; mejor grafía sería, parece, con mayúscula, también la reclamarían
238 6.4.10. EDIFICIOS Y MONUMENTOS

las más de seiscientas cafeterías que a la Casa Blanca, la Casa Rosada, la Moncloa,
sazón figuraban en la Guía telefónica de la Zarzuela, el Congreso, el Senado, el
Madrid (como si todas aparecieran al Elíseo, el Quirinal, etcétera. En ocasiones
mismo tiempo en un impreso cualquiera). la denominación oficial lleva un nombre
Aún se presenta un problema adicional: genérico, que, por serlo de un edificio, se
¿qué hacer cuando el segundo elemento escribe con inicial mayúscula: el Palacio
del sintagma sea adjetivo, como en Escuela de la Moneda, el Palacio de la Zarzuela,
Naval o Teatro Real? Por supuesto, no pa- el Palacio de la Moncloa, la Alhambra de
rece aceptable escuela Naval ni teatro Real. Granada, la Alcazaba de Málaga. Se escri-
En mi opinión, los nombres y adjetivos que ben con minúscula los nombres de edificios
formen parte del nombre oficial de una ins- designados con un nombre común: abadía,
titución, entidad, etcétera, deben escribirse basílica, catedral, iglesia, colegiata, con-
con mayúscula: Hotel Imperial, Bar Gali- vento, ermita, monasterio, santuario, seo,
cia, Cafetería California, Congreso de los templo, así como una de sus partes, como
Diputados, Cámara de los Lores, Editorial capilla, altar, altar mayor.
Labor, Salvat Editores, Ayuntamiento de 2. Los nombres de los monumentos
Sevilla, Partido Socialista, Museo de Cien- suelen constar de un genérico, que nor-
cias Naturales, Biblioteca de Cataluña, malmente es un nombre común con que
Academia Narciso, etcétera. La razón de se designa el tipo de monumento, y un
estas mayúsculas estriba en que, si bien nombre específico, que es el que establece
es cierto que hoteles hay muchos, Hotel la diferencia con los demás de la misma
Imperial solo hay uno, y ese es su nombre especie. Por esta razón, los nombres de
propio. Mutatis mutandis, puede decirse lo monumentos en los que intervenga el gené-
mismo de los restantes casos. Sin embargo, rico deben escribirse con inicial minúscula
y en esto coincido con otros pareceres, en este y mayúscula en el específico, como
estoy de acuerdo en que se escriba con torre del Oro, torre Eiffel, estatua de la Li-
minúscula cuando, una vez mencionado bertad, columna Trajana, torre de Pisa, ar-
el nombre completo, hay una nueva men- co de Bará, acueducto de Segovia, pero se
ción del genérico solo: el Ministerio de escribirá con inicial mayúscula cuando no
Trabajo, pero el citado ministerio; la Real exista, o no se emplee, el posible genérico:
Academia Española, pero esta academia se el Foro, el Coliseo, el Panteón. También se
esfuerza; el Ayuntamiento de Badajoz, pero utilizará mayúscula cuando se empleen los
los miembros del citado ayuntamiento; el específicos como antonomásticos: la Torre
Congreso de Sicólogos, pero los asistentes (de Londres), el Acueducto (de Segovia),
a dicho congreso; etcétera. pero no se hará así en los demás casos,
puesto que ninguna otra torre, estatua,
6.4.10. Edificios y monumentos. 1. Se arco, etcétera, lo es por antonomasia.
escriben con inicial mayúscula los nombres
de edificios o conjuntos de edificios singu- 6.4.11. Términos históricos. En el cam-
lares, como la Casa de las Conchas, la Aca- po de la historia se dan también diversos
demia de Infantería de Toledo, el Teatro criterios en cuanto al empleo de mayúscu-
Moratín, la Biblioteca Nacional, el Alcázar las y minúsculas.
de Segovia, la Alhambra de Granada, el
Palacio Nacional. También se escriben con 6.4.11.1. Edades históricas . Pese a
inicial mayúscula los nombres de edificios que algunos autores (v. Moliner, 1980:
que llevan una denominación: el Empire ii, 372) parecen inclinados a escribir con
State, las Torres Gemelas (pero edificio minúsculas los nombres de las edades, nor-
Apolo), así como los nombres de los edifi- malmente se grafían con mayúscula: Edad
cios o conjuntos de edificios en que reside Antigua o Antigüedad, Edad Media o
uno de los poderes de un país, como la Medievo, Edad Moderna y Edad Contem-
6.4.11.6. DOCUMENTOS HISTÓRICOS 239

poránea, criterio que se extiende a Edad da escribir con mayúscula la palabra era en
Atómica, Edad Tenebrosa o Edad Oscura, Era cristiana, y Héjira o Hégira. Ambas vo-
Alta Edad Media y Baja Edad Media. ces deben escribirse con minúscula, como
Suelen escribirse también con mayúscula recomienda Rosenblat (1974: 83). La Aca-
los nombres de los tiempos prehistóricos: demia, en la ole 99 (p. 38), dice que vo-
Edad de Piedra, Edad de los Metales, Edad ces como Antigüedad, Hégira, Escolástica,
del Cobre, Edad del Bronce, Edad del Hie- Renacimiento deben escribirse con inicial
rro; en estos casos, como se recomienda mayúscula. Ha pasado, pues, de la reco-
en el párrafo siguiente para paleolítico y mendación a la obligación. Sin embargo, se
neolítico, acaso fuera más acertado escri- trata de voces de distintos valores y todas
bir estos términos con minúscula: edad de no se escriben con inicial mayúscula, como
piedra, de los metales, del cobre, etcétera. se explica a lo largo de este capítulo. Por
También suelen aparecer con mayúscula, ejemplo, se pueden admitir las mayúsculas
aunque admiten asimismo la minúscula, iniciales de Antigüedad y Renacimiento,
los nombres de las edades idealizadas pero no las de hégira y escolástica.
por los poetas: edad de cobre, de hierro, de
plata, de oro o dorada. Siguiendo esta tóni- 6.4.11.5. Movimientos religiosos ,
ca, suele escribirse con mayúscula Edad de políticos y culturales . A este respec-
Oro cuando significa «Tiempo en que las to, la orae (1974: 9-10) recomienda la
letras, las artes, la política, etc., han tenido mayúscula no preceptiva en voces como
mayor incremento y esplendor en un pue- Escolástica, Reforma, Renacimiento, Ro-
blo o país» (DRAE01). Sin embargo, no hay manticismo, a las que hay que sumar Con-
razón para esa mayúscula; debe escribirse, trarreforma, Ilustración, Restauración,
pues, edad de oro. Cisma, Dictadura, Directorio, etcétera.
La palabra escolástica no suele escribirse
6.4.11.2. Períodos y eras geológi - normalmente con mayúscula; sí Reforma,
cos . Aunque en textos de geología sue- Contrarreforma, Romanticismo, Renaci-
len aparecer con mayúscula las palabras miento, y asimismo Monarquía de Julio,
pleistoceno, plioceno, mioceno, oligoce- Consulado, Dictadura, cuando se refieren
no, eoceno, paleoceno, cretáceo, jurásico, a ciertas épocas históricas. Se escribe con
pérmico, cenozoico, primario, secunda- mayúscula Revolución cuando se refiere
rio, mesozoico, cámbrico, ordoviciense, a una concreta, pero con minúscula en el
paleozoico, magdaleniense, musteriense, adjetivo: Revolución francesa, cubana,
auriñaciense, paleolítico, neolítico, etcé- rusa, inglesa, mexicana, pero revolución
tera, lo recomendable es escribirlas con industrial, proletaria, burguesa, y, en
minúscula, al menos en trabajos y obras no geología, revolución caledoniana y tercia-
especializados. ria.

6.4.11.3. Siglos . Los nombres que se 6.4.11.6. Documentos históricos . Se


aplican a los siglos (siglo de los santos, de escriben con mayúscula: Acta de Algeciras,
los mártires, de los normandos, etcétera) Acta de Emancipación, Bula de Oro, Carta
deben escribirse con minúscula, como se de los Húngaros, Carta Magna, Carta de
hace con el siglo de las luces, excepto en Derechos, Carta del Atlántico, Concorda-
siglo de la Redención. Por lo que respecta to de Worms, Constitución, Fuero Juzgo,
al sintagma siglo de oro, hay divergencias Fuero Real, Estatuto de Westminster, Edic-
de criterio, pero debería escribirse con mi- to de Nantes, Pacto de Letrán, Tratado de
núsculas (v. edad de oro en 6.4.11.1). Versalles. La palabra paz se escribe con mi-
núscula en paz de Versalles, por ejemplo,
6.4.11.4. Eras históricas . La orae ya que queda elidida la palabra Tratado:
(1974:9), sin carácter preceptivo, recomien- Tratado de paz de Versalles.
240 6.4.11.7. GUERRAS Y BATALLAS

6.4.11.7. Guerras y batallas . Las cés, el Imperio ruso, el Imperio español,


palabras guerra y batalla se escriben con el Imperio romano, etcétera; se escriben
minúscula, pero con mayúscula en el es- con mayúscula el Celeste Imperio, el Sacro
pecífico: guerra de las Dos Rosas, guerra Romano Imperio, el Imperio (romano) de
de los Treinta Años, guerra de la In- Oriente, el Imperio (romano) de Occiden-
dependencia, guerra de Secesión; batalla te. En cuanto a república, la palabra y el
de Lepanto, batalla de San Quintín, batalla adjetivo se escriben con mayúscula cuando
del Desierto. Se escriben con minúscula constituyen la denominación oficial de
las guerras púnicas, la primera guerra un Estado: la República Francesa, la Re-
púnica, la guerra civil, la primera guerra pública Italiana, la República Argentina.
civil carlista, la primera guerra mundial, la Cuando se habla de Primera República,
segunda guerra mundial, aunque con fre- Segunda República, etcétera, o de Primer
cuencia se ven otras grafías, como primera Imperio, Segundo Imperio, etcétera, deben
Guerra Mundial, segunda Guerra Mun- escribirse con mayúscula. (Si se expresa
dial, Primera Guerra Mundial, Segunda con cifras romanas, II República, III Reich,
Guerra Mundial (o I Guerra Mundial, II pero no es recomendable esta grafía.) Las
Guerra Mundial, e incluso en sigla: I GM, palabras estado y república suelen escribir-
II GM); no parece que las mayúsculas se con minúscula cuando, en los países fe-
estén justificadas en estos casos (como sí derados, se refieren a uno de los componen-
lo está en Gran Guerra, denominación de tes de un Estado; por ejemplo, el estado de
la primera guerra mundial antes de que Nueva York, la república de Chechenia. El
se diera la segunda), de la misma mane- sintagma tercer mundo suele aparecer con
ra que debe escribirse primera cruzada, mayúsculas, Tercer Mundo. Finalmente,
segunda cruzada, etcétera, y no con ma- expresiones como el gran miedo de 1789,
yúscula. la gran depresión, la prohibición (de be-
bidas alcohólicas en los Estados Unidos)
6.4.11.8. Otros casos dudosos . En suelen escribirse con minúscula y tal vez
algunas obras de historia suelen presen- sea esa su mejor grafía.
tarse otros casos de duda en cuanto al
empleo de la mayúscula. Por ejemplo, 6.4.12. Cronónimos. Respecto de las
nombres como Descubrimiento (de Amé- palabras que hacen referencia al tiempo,
rica) y Reconquista (de España) son consi- dice la orae (1974: 10): «Cuando no enca-
derados antonomásticos y por ello escritos becen párrafo o escrito, o no formen parte
con mayúscula; en cualquier caso, en las de un título, se recomienda escribir con mi-
frases el descubrimiento de América y la núscula inicial los nombres de los días de la
reconquista de España se escriben con semana, de los meses, de las estaciones del
minúscula. El sintagma antiguo régimen año y de las notas musicales». Aun cuando
suele aparecer con mayúscula en muchos formen parte de un título, se escriben tam-
textos, cualquiera que sea la época a que bién con minúscula, como en Los cañones
se refieran; en realidad, solo se escribe de agosto. Solo se escriben con mayúscula
Antiguo Régimen cuando alude al período cuando formen parte de topónimos: calle
inmediatamente anterior a la Revolución de los Héroes del Diez de Agosto, Nue-
francesa. La pax romana se escribe con ve de Julio, o en nombres de organiza-
minúsculas, en cursiva todo el sintagma. ciones: Fuerzas Populares Veinticinco de
Los términos imperio y república tienen Abril, Movimiento Tercera Vía. Si los nom-
tratamientos distintos: Imperio, conside- bres de los meses aparecen en otro idioma,
rado como conjunto de todos los territo- se escriben igualmente con minúscula: bru-
rios y países que pertenecen a un Estado, mario, floreal, frimario, fructidor, germi-
suele escribirse con mayúscula, pero con nal, termidor; ramadán, tayab, etcétera
minúscula en el adjetivo: el Imperio fran- (v. Lozano Ribas, s. a., 170).
6.4.14.1. TEÓNIMOS 241

6.4.13. Títulos de obras de creación. minúscula, aunque no falta quien les con-
Los títulos de obras de creación se escriben cede mayúscula; por ejemplo, Casares (en
con mayúscula en la inicial y en los nom- Fernández Castillo, 1959: 75) dice que se
bres propios, pero hay excepciones, que se escribe Memoria con mayúscula cuando
analizan a continuación. haga referencia, «Sin otra determinación,
al escrito o impreso que lleva este nombre:
6.4.13.1. Títulos de libros y folle - el resultado del ejercicio económico es el
tos . Se escriben con mayúscula inicial y en que puede verse en la Memoria». No pa-
los nombres propios, y con minúscula rece una mayúscula muy justificada, por-
en los nombres comunes y adjetivos: El in- que si sustituimos memoria por tratado,
genioso hidalgo don Quijote de la Mancha, manual, resumen, etcétera, no se escriben
Tratado de esgrima, Ortografía castella- con mayúscula. Igual que estas, la palabra
na, Historia de los vándalos. La orae memoria designa un tipo de libro.
(1974: 9) rectifica levemente su criterio
de 1969, en que imponía la mayúscula en 6.4.13.5. Títulos de cuadros y es -
nombres y adjetivos; dice ahora: «Es potes- culturas . Se escriben como los títulos de
tativo escribir con mayúscula o minúscula los libros, es decir, con mayúscula inicial y
los sustantivos y adjetivos que entren en el en los nombres propios: El carro de heno.
título de cualquier obra»; apliquemos, pues,
la minúscula, puesto que la mayúscula no 6.4.13.6. Títulos de obras de músi -
está justificada (v. Rosenblat, 1974: 82). ca , TEATRO, RADIO, CINE Y TELEVISIÓN. To-
dos estos títulos se escriben como los de
6.4.13.2. Títulos de publicaciones los libros: con mayúscula inicial y en los
periódicas . A diferencia de los de los nombres propios. Las series televisivas se
libros, los títulos de publicaciones perió- escriben de cursiva y con mayúscula inicial
dicas se escriben con mayúscula inicial y y en los nombres propios: Vivir cada día,
además en los sustantivos y adjetivos: El Verano azul, Farmacia de guardia, Cosas
País, El Correo de Andalucía, La Región, de casa, etcétera.
Faro de Vigo, La Voz de Galicia, Cinco
Días, Ser Padres, Hogar y Moda, Sábado 6.4.13.7. Títulos de colecciones bi -
Gráfico, Abc. bliográficas . Se escriben de redondo y
con mayúscula inicial y en los sustantivos
6.4.13.3. Títulos de libros sagra - y adjetivos: Colección Caballito de Made-
dos . Se escriben con mayúscula los títulos ra, Colección Austral.
de libros sagrados, como Corán, Biblia,
Rig-Veda, Veda, Zendavesta, Vulgata, Tal- 6.4.14. Religión.
mud; igualmente, los libros de la Biblia:
Apocalipsis, Cantar de los Cantares, Ecle- 6.4.14.1. Teónimos . Se escriben con
siastés, excepto la palabra libro en los que mayúscula las palabras Dios y Divinidad
la llevan, como libro de Josué, libro de cuando se refieren al ser sobrenatural crea-
Ester. dor del universo (dios se escribe con minús-
cula cuando se refiere a uno de las mitolo-
6.4.13.4. Libroscuyo título encie - gías); asimismo, se escribe con mayúscula
rra su . Se escriben con ma-
contenido cualquier sinónimo de Dios o de Jesucristo:
yúscula en nombres y adjetivos: el Becerro Creador o Criador, Hacedor, Supremo Ha-
de Cardeña, el Cancionero General, las cedor, Altísimo, Su Divina Majestad, Jeho-
Cantigas de Amigo, el Códice Albelden- vá, Adonaí o Adonay, el Eterno, el Padre,
se, etcétera. Cuando son mencionadas en el Padre Eterno, la (divina) Providencia,
otros textos (no en tanto que títulos), las el Padre celestial, el Mesías, el Salvador, el
palabras memoria y diario se escriben con Redentor, el Señor, etcétera.
242 6.4.14.2. prONOMBRES APLICADOS A DIOS O A LA VIRGEN

6.4.14.2. Pronombres aplicados a no es razón para colocar una mayúscula.


Dios o a la Virgen . Sin que sea precep-
tivo, la orae (1974: 9) establece que se 6.4.14.4. Órdenes religiosas . Se es-
escriban con mayúscula, entre católicos, criben con mayúscula: la Orden Carmeli-
«los pronombres Tú, Ti, Vos, Él, Ella, re- tana, la Orden Cartuja, etcétera, pero un
feridos a Dios o a la Virgen María». En la carmelita, los carmelitas, un salesiano.
ole 99 (p. 38) la Academia ha sustituido la
recomendación por el mandamiento: «[se 6.4.14.5. Otras denominaciones . La
escriben con inicial mayúscula] Los pro- palabra anticristo, que se escribe con
nombres Tú, Ti, Tuyo, Vos, Él, Ella, en las mayúscula en latín y griego, la escribe con
alusiones a la Divinidad o a la Virgen Ma- minúscula el drae 01, sin indicación de
ría». A este respecto, Fernández Castillo n. p. (nombre propio). Puesto que se trata
(1959: 16) dice que «en las Biblias suelen de una persona, lo adecuado es escribir el
ir con minúscula, y a esto debe tenderse nombre con mayúscula: la venida del Anti-
siempre; pero si en una obra lo quieren con cristo. Los sintagmas año santo y año jubi-
mayúscula, suele ir como se indica: Yo, me, lar se escriben con minúscula, así como las
Mí, conmigo; Tú, te, Ti, contigo; Él, le, És- voces hostia, forma, misa, santo sacrificio,
te, Ése, Aquel o Aquél; sí, consigo, mismo, liturgia, vía crucis, etcétera.
que, cual, quien». En mi opinión, tanto si
se es católico como si no, estos pronombres 6.4.14.6. Nombres de fiestas . Se es-
deberían escribirse siempre con minúscula, criben con mayúscula los nombres de las
salvo en los casos en que, sin mencionar en fiestas religiosas, como Navidad, Ascen-
ningún momento el nombre de Dios o de la sión, Asunción, Epifanía, Anunciación,
Virgen, se refiera el escribiente a ellos con Pascua, Corpus Christi, etcétera. Se escribe
el respectivo pronombre. asimismo Semana Santa, Jueves Santo y
Viernes Santo, pero sábado santo, lo mis-
6.4.14.3. Nombres de oraciones , mo que miércoles de ceniza, se escriben
SACRAMENTOS, RELIGIONES, NOVÍSIMOS, con minúscula. En el DRAE01 aparecen con
etcétera . Se escriben siempre con minús- mayúscula día de los Inocentes, día del
cula: el ángelus, un avemaria, el credo, la Juicio, día del Juicio Final, Nochebuena o
salve, el rosario, el padrenuestro; el bautis- Noche Buena, Nochevieja o Noche Vieja;
mo, la confesión; catolicismo, cristianismo, sin embargo, año nuevo, con minúsculas.
budismo, mahometanismo, islamismo (e La Academia, en el DRAE01, escribe con
islam, aunque muy a menudo, sin justifica- mayúscula inicial, no justificada, períodos
ción, aparezca con mayúscula), judaismo, religiosos católicos como el adviento o la
etcétera; muerte, juicio, infierno y gloria; cuaresma, pero si se trata de festividades
mundo, demonio y carne; limbo, paraíso, o celebraciones no religiosas, con minús-
cielo; ángel, arcángel, querubín; diablo, cula, como el carnaval, las carnestolendas,
demonio (pero se escriben con mayúscula así como las fiestas paganas: bacanales,
los nombres propios que se le aplican: juvenales, lupercales, saturnales. En los
Ayacuá, Belcebú, Cachano, Candinga, Ca- sintagmas iniciados con día o fiesta, estos
tete, Lucifer, Luzbel, Pedro o Pero Botero, nombres se escriben con minúscula (si
Pillán, Satán, Satanás). La Academia (en se trata de denominaciones comerciales),
la OLE99, 38) dice que «[se escriben con pero con mayúscula el específico: día de la
mayúscula inicial] Conceptos religiosos Raza, de la Madre, del Libro, de la Flor, de
como el Paraíso, el Infierno, etc., siempre la Hispanidad, de los Enamorados; fiesta
que se designen directamente tales concep- del Árbol, de la Hispanidad, del Trabajo,
tos [...]», lo cual, además de injustificado, de las Cabañuelas o de los Tabernáculos.
no se entiende, porque los conceptos siem- Si se trata de una celebración oficial o de
pre se designan directamente, lo que una fiesta religiosa, se escribe con mayús-
6.4.18. NOMBRES DE CIENCIAS, TÉCNICAS Y DISCIPLINAS ACADÉMICAS 243

cula inicial: Día Internacional contra la con mayúsculas Policía Urbana, Policía
Pobreza, Día Mundial del Asma, Día de Nacional, Policía Judicial, Policía Local.
la Expiación. En el DRAE01 aparece con Los sintagmas fuerzas de orden público y
minúscula día de los difuntos o finados. fuerzas y cuerpos de seguridad del Estado
se escriben con minúscula.
6AAS. Fuerzas armadas y de policía.
En escritos no específicamente militares 6.4.16. Condecoraciones. Los nombres
se escriben con minúscula los nombres de comunes de las condecoraciones se escri-
las armas: artillería, aviación, caballería, ben con minúscula: toisón, toisón de oro,
infantería (salvo cuando se mencionen lazo, encomienda, gran cruz, cruz, cruz
como nombre propio del arma: la pa- laureada, placa, collar, medalla, etcétera: la
trona de Infantería, pero este soldado es cruz del Mérito militar, la cruz laureada de
de infantería, la artillería disparaba sin San Fernando, la medalla de Sufrimientos
cesar); los nombres de las unidades: grupo por la Patria, la gran cruz de la Orden de
de ejércitos, ejército, cuerpo de ejército, Cristo.
división, brigada, grupo, escuadrón, escua-
drilla, sección, patrulla, flota, escuadra, 6.4.17. Decretos y leyes. Los genéricos
flotilla, etcétera (salvo cuando se men- ley, ley orgánica, decreto, real decreto,
ciona una determinada: Grupo de Ejér- orden, real orden, pragmática, privilegio,
citos 4, Ejército 2, Cuerpo de Ejército 3, resolución, disposición, etcétera, se escri-
División 5, Brigada 2, Regimien- ben con minúscula, y con mayúscula el
to 6, Batallón 5, Compañía 6, Sección 1, específico: ley de Prensa e Imprenta, ley
Pelotón 12, Escuadra 9, etcétera, y asimis- orgánica del Poder Judicial, ley de Propie-
mo Ejército del Norte, Armada Invencible) dad intelectual (v. Martínez de Sousa,
(v. Martínez de Sousa, 2012: 349). La pa- 2010: 173). Se escriben con minúscula ley
labra ejército, refiriéndose al de un país, sálica, ley seca, ley del talión, ley mosaica.
se escribe con mayúscula cuando alude La palabra ley se escribe con mayúscula,
claramente a la institución: El Ejército y según recomienda Casares (en Fernández
la Iglesia estaban representados en la ce- Castillo, 1959: 75), «Cuando esta palabra,
remonia, pero debe escribirse El ejército sin adjetivo ni complemento que la deter-
napoleónico atacó sin cesar; El ejército mine, designe por antonomasia el conjunto
italiano retrocedió. También se escriben de los preceptos que Dios dio al pueblo de
con mayúscula los sintagmas Ejército de Israel»: la Ley y los profetas, el libro de la
Tierra, Mar y Aire, o sus equivalentes Ley, las tablas de la Ley (v. Martínez de
Aviación, Armada o Marina. El sintag- Sousa, 2010),
ma fuerzas armadas se escribe con minús-
cula, salvo que dé nombre a una institu- 6.4.18. Nombres de ciencias, técnicas
ción. y disciplinas académicas. La orae (1974:
Por lo que respecta a las fuerzas de poli- 9) recomienda, sin carácter preceptivo, la
cía, se escriben con mayúscula los nombres mayúscula en palabras que denotan dis-
específicos de los diversos institutos: la ciplinas científicas, como la Psicología,
Guardia Civil (un teniente de la Guardia la Geografía, la Matemática, etcétera. La
Civil, acudió la Guardia Civil, pero un OLE99 (p, 37) ha cambiado de criterio: ya
guardia civil), la Guardia Municipal, la no recomienda, sino que obliga a escribir
Guardia Suiza, la Guardia Noble, la Guar- con inicial mayúscula «Los nombres de
dia Imperial, la Guardia Móvil. La palabra disciplinas científicas en cuanto tales»,
policía se escribe siempre con minúscula, y pone como ejemplos Soy licenciado
incluso en los sintagmas agente de policía, en Biología, Ha estudiado Filosofía, La
dar parte a la policía, llamar a la policía, Psicología ha vivido un resurgimiento en
policía gubernativa, policía secreta, pero los últimos tiempos. A este respecto, dice
244 6.4.19. NOMBRES DE RAZAS Y TRIBUS, GENTILICIOS, OFICIOS Y PROFESIONES

Luis Fernando Lara (2000: 13-14): «En un bolívar, un céntimo, un euro, etcétera.
cambio, sorprende la decisión de que los
nombres de las disciplinas científicas en 6.5. Mayusculización de nombres co-
cuanto tales se escriban con mayúscula munes. En algunos casos, y por diversas
(§ 3.3.3b). Por ejemplo, “En Lingüística razones, ciertos nombres comunes adquie-
se entiende por fonema...” (p. 1), “Soy ren las cualidades de propios, razón por
licenciado en Biología; he estudiado Filo- la cual deben escribirse con mayúscula.
sofía”, pero se escribirán con minúscula En otros casos se escriben con mayúscu-
en: “Me gustan las matemáticas de este la impropiamente palabras que son nom-
curso”. Me pregunto cuál es el sentido bres comunes.
de esta regla: ¿el mismo respeto para las
disciplinas que para el Papa, el Rey, la 6.5.1. Mayúscula estilística. Como di-
Iglesia o la Magistratura? Salvo en alemán, ce Casares (1952: 107, reproducido casi al
en donde todos los sustantivos se escri- pie de la letra en Fernández Castillo, 1959:
ben con mayúscula para facilitar la sin- 74), «Todos hemos cedido alguna vez a
taxis, otras lenguas de cultura no hacen la tentación de escribir con mayúscula un
esa distinción. ¿Hace falta?». No hay razo- nombre genérico, bien para evitar anfibo-
nes para esa mayúscula, salvo cuando esas logías, bien por razones más sutiles que
palabras dan nombre a una cátedra, fa- aconsejan en la ocasión dar a ese nombre
cultad o institución: cátedra de Filología cierto énfasis o significado particular. [...]
Griega, Facultad de Ciencias de la Informa- En un artículo dedicado a exaltar la tras-
ción. En los demás casos, con minúscula: cendental misión de la escuela no estaría
la geometría euclídea, la sicología es una fuera de lugar que para honrar la figura
ciencia moderna, la medicina actual está del Maestro se le tributase el homenaje de
muy adelantada, profesor de geometría una mayúscula. Lo mismo podemos decir
descriptiva, estudiante de derecho pro- del Artista como representación antono-
cesal. mástica de cuantos cultivan gloriosamente
las bellas artes...». Con todo, es un recurso
6.4.19. Nombres de razas y tribus, gen- subjetivo del que no se debe abusar, pues
tilicios, oficios y profesiones, etcétera. Se fácilmente podrían considerarse antono-
escriben siempre con minúscula: siux, apa- másticas muchas palabras que no lo son.
ches, yorubas, masáis, ibos, mandingas,
etcétera; español, francés, alemán, etcétera; 6.5.2. Mayúscula diacrítica. La ma-
médico, ingeniero, escritor, etcétera. yúscula diacrítica o diferencial es la que se
pone en una palabra de cuyas acepciones
6.4.20. Estilos artísticos. Se escriben una corresponde a nombre propio en de-
con minúscula, como barroco, rococó, terminado contexto. Por ejemplo, la Iglesia
plateresco, churrigueresco, gótico, romá- (institución) y la iglesia (templo), el Estado
nico, clásico, cubismo, impresionismo, (cuerpo político) y el estado (división ad-
manuelino, etcétera, pero con mayúscula ministrativa), el Gobierno (institución) y
cuando se refieren a una época determi- el gobierno (forma de gobernar), la Revo-
nada: estilo Renacimiento, o una persona: lución (francesa, inglesa, china, etcétera) y
estilo Luis XV (v. Martínez de Sousa, la revolución (cualquier cambio violento),
2010: 66-67). el Gabinete, el Ministerio, la Administra-
ción (= Gobierno y otras acepciones) y el
6.4.21. Numismática. Se escriben con gabinete, el ministerio, la administración
minúscula los nombres de las monedas: (otras acepciones), la Alcaldía, el Cabildo
un napoleón, un córdoba, una peseta, un (= Ayuntamiento) y la alcaldía, el cabildo
cruceiro, un escudo, un dólar, un franco, un (otras acepciones), etcétera. En otros ca-
dinar, un yen, una libra esterlina, un colón, sos, la mayúscula diacrítica en uno o más
6.6. MINUSCULIZACIÓN DE NOMBRES PROPIOS 245

términos de un sintagma confiere a este centro de trabajo, departamento, sección,


un significado distinto; por ejemplo, Go- informe, memoria, etcétera; un político
bierno Militar (institución y edificio donde escribirá con mayúscula todas las pala-
reside), Gobierno militar (Gobierno de un bras significativas utilizadas en la ten-
país constituido por militares) y gobierno dencia política propia. Ninguna de esas y
militar (forma de gobernar los militares); otras mayúsculas semejantes están justifi-
Gobierno Civil (institución y edificio don- cadas.
de reside), Gobierno civil (Gobierno cons- 3. Algunas mayúsculas, a las que llama-
tituido por civiles) y gobierno civil (forma remos mayúsculas de dignidad, se aplican
de gobernar los civiles); Banco Central (en a palabras que designan nombres de car-
España, entidad bancaria que tenía esa de- gos a los que el escribiente concede la
nominación oficial) y banco central (banco noción de dignidad, como papa, rey, pre-
de emisión de un país). Sintagmas como sidente, etcétera. Aunque muy usadas por
Junta Militar, Junta militar y junta militar los periódicos, en principio no existe razón
deben su grafía a la persona que lo escriba para emplearlas fuera de esos medios.
o a la realidad política; por ejemplo, si un 4. Muy próxima está la que podríamos
gobierno se autodenomina Junta Militar de llamar mayúscula genuflexiva, reverencial
Salvación, debe escribirse con mayúsculas; o de respeto, empleada especialmente por
Junta militar y junta militar son formas los subordinados en relación con las pa-
alternativas y subjetivas para una junta labras con que se dirigen a sus superiores;
militar que gobierna un país. por ejemplo, escribir Director, Director
Gerente, Jefe de Personal, Coronel, Obis-
6.5.3. Mayúscula subjetiva. 1. Hay en po, Ministro, Director General, etcétera,
el léxico ciertas palabras que a muchos cuando han de dirigirse a ellos por escrito.
usuarios les incitan a escribirlas con ma- 5. Finalmente, debe tenerse en cuenta
yúscula sin que haya razones para ello; también la mayúscula de ornato, aquella
por ejemplo, centro, ciencia, técnica, arte, que se emplea porque hace bonito o llama
civilización, corona, corporación, destino, la atención y no porque responda a una
diáspora, empresa, entidad, evolución, fis- necesidad ortográfica. En esta parte del
co, generación, humanidad, institución, concepto de mayúscula subjetiva entra la
literatura, masonería, naturaleza, papado, mayúscula de la publicidad, aquella con
poder, potencia, régimen, relatividad, na- que se resaltan todas las palabras significa-
ción, reino, patria, sociedad, etcétera. Estas tivas de un mensaje publicitario porque de
voces deben escribirse con minúscula; la esta manera el lector se va a fijar más y va a
acepción en que se empleen la esclarecerá ver con claridad las palabras resaltadas con
pertinentemente el contexto. estas mayúsculas no justificadas.
2. En el concepto de mayúscula subjeti-
va entran también lo que podemos llamar 6.6. Minusculización de nombres pro-
mayusculización de lo propio, consistente pios. Al revés de lo analizado anteriormen-
en aplicar la mayúscula especialmente a te, algunos nombres propios deben
aquello que forma parte del propio mun- escribirse con minúscula en un contexto
do y de los propios intereses (mayúscula determinado a causa de que desempeñan
de proximidad), razón por la cual una distinta función gramatical. Este fenóme-
persona muy religiosa escribirá con inicial no, denominado derivación impropia o
mayúscula palabras como hostia, sacerdo- implícita, se da cuando el nombre propio
te, religión, papa, misa, sacramento (y los (antropónimo o topónimo) se proyecta so-
nombres de cada uno de estos), etcétera; bre el objeto o producto y pierde, con ello,
un militar tenderá a escribir con inicial ma- su propiedad (→ 6.4.3.6). Como dice Seco
yúscula servicio militar, ejército, compañía, (1966: 243-244), «el nombre se escribe
brigada, cuartel, etcétera; en una empresa, con minúscula porque ha dejado de aludir
246 6.6.3. MINUSCULIZACIÓN DE NOMBRES DERIVADOS DE ANTROPÓNIMOS

al ser preciso que llevaba aquel nombre nia, contray, coñac, córdoba, corinto, Co-
propio». ruña, cotanza, damasco, fez, gruyer, guaya-
quil, guinea, holanda, irlanda, jaén, japón,
6.6.1. Minusculización de nombres játiva, jauja, jerez, jipijapa, jordán, madei-
derivados de antropónimos. Se escriben ra o madera, madrás, málaga, manila, ma-
con minúscula cuando designan objetos, ratón, milán, montilla, moriles, nanquín,
procedimientos, aparatos, vehículos, etcé- nicaragua, ojén, oporto, oxford, panamá,
tera, que reciben el mismo nombre que su paúl, pequín, pórtland, potosí, priorato,
descubridor, inventor, primer utilizador o puzol, quianti o chianti, ribeiro, rioja,
persona en memoria de la cual se le aplica roquefort, ruán, rusia, solferino, tafilete,
tal nombre. Por ejemplo, adrián, arlequín, tanagra, trípoli, valdepeñas, vichy, villalón,
atanasia, atlas, baedeker, balboa, batista, vivero. La utilización de la preposición
bechamel, bolívar, bunsen, caracala, car- de, a diferencia del caso mencionado en el
dán, cárolus, cárter, chambergo, chassepot, párrafo anterior, puede dar lugar a grafías
chubesqui, cicero, clárens, colón, colt, dé- con mayúscula o con minúscula; por ejem-
dalo, diésel, duarte, enrique, erlenméyer, plo, en vino de Jerez o una botella de vino
esperanto, faetón, franklin, gauss, gílbert, de Jerez se escribe con mayúscula porque
henry, hertz, gillette, hortensia, julio, luis, se refiere al lugar geográfico de donde pro-
luisa, macadam o macadán, mach, máu- cede el vino, pero en una botella de jerez,
ser, máxwell, minerva, montgolfier, morse, refiriéndose al contenido, se escribe con mi-
moya, napoleón, newton, óersted, ohm, núscula, porque una botella de Jerez solo
quevedos, raglán, rebeca, remington, ros, indicaría que la botella (cualquiera que sea
siémens, simón, sucre, tesla, tílburi, vic- su contenido, o incluso vacía) procede de
toria, wínchester, vernier, verónica, zepe- Jerez. En el mismo caso se hallan sintagmas
lín. Hay que tener en cuenta que si se usa como americana de chevió, sombrero de ji-
el nombre del aparato seguido del de su pijapa, en que se hace referencia a la mate-
inventor, etcétera, unidos por la preposi- ria con que se hacen esos objetos y no a su
ción de, tales nombres deben conservar procedencia. Sin embargo, hay diferencia,
su mayúscula originaria; por ejemplo, me- en la escritura, entre tela cambray y tela de
chero de Bunsen (pero un bunsen), glo- Cambray, agua colonia y agua de Colonia,
bo de Montgolfier (pero un montgolfier), tela damasco y tela de Damasco.
matraz de Erlenmeyer (pero un erlen-
méyer). 6.6.3. Minusculización de otros deriva-
dos. Los nombres de marcas y productos
6.6.2. Minusculización de nombres registrados ¿pueden minusculizarse? Al
derivados de topónimos. Como en el caso respecto, dice Seco (1966: 244): «Aunque
anterior, los nombres de ciertos objetos, no se trata de nombres propios de personas
productos comestibles o bebibles, etcétera, o lugares aplicados a cosas, es paralelo a
reciben, como nombre común, el del lugar este caso [el analizado en los dos apartados
donde se originaron o donde se producen anteriores] el de los nombres o marcas de
(especialmente tejidos, vinos, quesos y fábrica o de modelos aplicados a los obje-
otros). Por ejemplo, allariz, arganda, aro- tos fabricados por aquellas firmas o con
ca, astracán, babel, belén, bernia, borgoña, aquellas características: tengo un “Iberia”;
brabante, bujía, bretaña, burdeos, bur- se bajaron de un viejo “Ford”; ha compra-
gos, cabrales, cachemir, casimir o casimi- do un “Dauphine”. Estos nombres deben
ra, Cáceres, calcedonia, calvados, calvario, conservar la mayúscula, y es incorrecto
camembert, cariñena, Carniola, castilla, el dofin que escribe en Fin de fiesta Goy-
cazalla, champán o champaña, chantillí, tisolo. Solamente cuando estos nombres
chantilly, chartreuse, cherinola, chéster, llegan a convertirse en comunes —es decir,
chevió o cheviot, chihuahua, china, colo- cuando sirven para designar a todos los
6.6.3. MINUSCULIZACIÓN DE OTROS DERIVADOS 247

objetos de la misma especie, sean o no de bablemente no se lexicalizará porque tarde


aquella marca—, se escriben con minúscu- o temprano será sustituida por otra serie,
la. Este es el caso de una kodak (‘máquina mientras que séat, ford y citroen continua-
fotográfica’) en América, o de una túrmix rán, lo que explica su lexicalización). En el
(‘batidora’) en España». Sin embargo, jerez campo de los fármacos pasa algo semejan-
es solamente el nombre de un vino criado te: se escriben con minúscula los nombres
en Jerez (ni siquiera el de todos los cria- de los productos fármacos, como codeína,
dos allí); cabrales es solo el nombre de un cerevisina, penicilina, y con mayúscula el
queso que se elabora en Cabrales, no el de nombre registrado de un producto, como
todos los quesos (ni siquiera el de todos Alubifar, Primperán, Clozamp, Rifaldín;
los de sus características); etcétera. Polo sin embargo, aspirina se escribe siempre
(1974: 199) matiza un tanto el criterio con minúscula (¿acaso porque es el más
de Seco: «El problema de fondo de todo lexicalizado, debido a su consumo?). Pero
esto se halla en el grado de lexicalización: incluso en este último caso, cuando se dice
cuanto más cercano a nosotros —en el que alguien toma alubifar, ¿se refiere a la
tiempo o por intereses vitales de diversa marca? Parece que no, sino al producto. En
índole—, más trabajo costará escribirlo la OLE99 (p. 36), la Academia dice que se
de minúscula, alejarlo de nuestro reducto escriben con inicial mayúscula las marcas
haciéndolo común o cuasi-común: faetón y comerciales, como Coca-Cola, Seat. Creo
quinqué, por ejemplo, pertenecen al pasa- que en esto todos estarán de acuerdo. No
do para nosotros; en cambio, ford, chevro- lo están algunos cuando se trata de la apli-
let, desoto, están aún vivos; [...]. = Así que cación del nombre de la marca al producto
no se trata de una regla de tres, de algo que que lleva ese nombre. Dice la Academia
se aplique ciegamente a todos los casos, (l. cit.): «En los casos anteriores, cuando
sino que esta sirve de pauta u orientación; el nombre propio se use como común, es
y, luego, cada palabra tardará más o me- decir, cuando pase a designar un género
nos en cumplirla, según sus circunstancias o una clase de objetos o personas, deberá
particulares. Con la minúscula en esas escribirse con minúscula. Ejemplos: un he-
marcas de coche se intenta —en nuestra rodes, una venus. Lo mismo sucede cuando
interpretación— neutralizar su carácter es- se designa algo con el nombre del lugar del
pecífico, o de identidad, en favor del mayor que procede, o con el de su inventor, fabri-
peso de ‘ser coche’. En ningún caso deja cante, marca o persona que lo popularizó.
de ser Ford, pero se somete a formar par- Ejemplos: un jerez, un oporto, una aspi-
te de la masa de vehículos [...]. = [...] confor- rina, un quinqué, unos quevedos. En este
me nos apoderamos de las cosas y las vamos último caso, cuando se quiere mantener
dominando, transitan hacia el almacén de viva la referencia al autor, creador o fabri-
lo “normal” y no necesitan rótulo espe- cante de la obra, se utilizará la mayúscula
cial». inicial. Ejemplos: un Casares, dos Picassos,
Lo cierto es que a diario pueden leerse un Seat». Como se ve, la doctrina acadé-
en periódicos, revistas, etcétera, los nom- mica es azarosa; dice que se escribe con
bres de marcas más lexicalizados (es decir, minúscula «cuando se designa algo con el
desgastados por el uso) con letra minús- nombre del lugar del que procede, o con
cula, como séat, simca, ford, coca-cola, el de su inventor, fabricante, marca o
martini. Obsérvese (y en esto también hay persona que lo popularizó». Entre los
aspectos de falta de lexicalización) que se ejemplos aparece la aspirina, pero después
puede ver escrito séat, pero se escribe séat pide la mayúscula para séat en un Seat.
Panda, o ford Fiesta, o citroen Visa... (el ¿No son productos los dos? En cuanto a
segundo elemento, aplicable solo a una los nombres de personas aplicados a sus
reducida parte de la gama de coches séat, obras, no parece que la mayúscula esté jus-
ford o citroen, no está lexicalizado, y pro- tificada en esos casos que menciona. Si se
248 6.6.3. MINUSCULIZACIÓN DE OTROS DERIVADOS

dice que «en Nueva York se van a subastar esta lexicación puede ser parcial (puede
dos picassos», se entiende perfectamente afectar solo a una zona geográfica). Creo
que se refiere a dos cuadros de Picasso. Es que es más sólido el criterio de escribir con
más: la misma OLE99 (p. 35), al referirse a mayúscula los nombres de marcas y
la mayúscula que debe aplicarse a los nom- con minúscula los nombres de sus produc-
bres de los signos del Zodiaco (Balanza o tos. Esto queda perfectamente reflejado en
Libra, Toro o Tauro, Carnero o Aries, et- una frase publicitaria de la marca Bimbo,
cétera), añade: «Cuando el nombre propio que decía: «A mí que no me engañen: mi
deja de serlo porque designa a las personas bimbo que sea Bimbo». Como se ve, la
nacidas bajo ese signo, se escribirá con empresa acepta la escritura con minúscula
minúscula. Por ejemplo: Juan es tauro» del nombre de su producto, pero no acep-
(v. t. dpd 05, § 4.12). Es decir, que cuando ta lo mismo para el nombre de la marca,
una palabra que se escribe con mayúscula que queda a salvo. Esto es exactamente lo
pierde su propiedad porque se aplica a que se pide con carácter general. Resulta
una derivación semántica, se escribe con chocante, a este respecto, que la misma
minúscula. Entonces, si está justificado Academia que aconseja esas mayúsculas
escribir un herodes, un jerez, una aspirina, diga también (DPD05, p. 425) que «Por
un miura, ¿por qué no se puede escribir un lo que respecta a los premios, cuando nos
séat, un picasso, un martini, una coca-cola, referimos al objeto material que los repre-
puesto que los nombres originales están senta o a la persona que los ha recibido,
totalmente lexicalizados al aplicarse a sus se utiliza la minúscula: Esa actriz ya tiene
productos? En el dpd 05, s. v. mayúsculas, dos goyas; Ha colocado el Óscar encima del
§ 4.22) dice la Academia: «[Se escriben televisor; Esta noche entrevistan al nobel
con inicial mayúscula] Los nombres de de literatura de este año» (por supuesto,
marcas comerciales. Las marcas comer- literatura debe escribirse con mayúscula).
ciales son nombres propios, de forma que, ¿Y qué diferencia hay con lo anteriormente
utilizados específicamente para referirse a analizado, las marcas? ¿Cómo es que no se
un producto de la marca, han de escribirse puede escribir en Nueva York se subasta-
con mayúscula: Me gusta tanto el Cinzano ron dos picassos y sí se puede escribir esa
como el Martini; Me he comprado un Seat; actriz ya tiene dos goyas, Fulanito toreó
pero cuando estos nombres pasan a refe- dos miuras, Menganito se tomó cuatro
rirse no exclusivamente a un objeto de la martinis? (→ 6.6.3-2).
marca en cuestión, sino a cualquier otro 2. Otro caso de minusculización proble-
con características similares, se escriben mática es el de los apellidos de pintores, es-
con minúscula: Me aficioné al martini seco critores, etcétera, aplicados a sus obras por
en mis años de estudiante (al vermú seco, antonomasia. Dice Seco (1966: 244): «Hay
de cualquier marca)». El caso de martini otros casos en que el aplicar el nombre
es muy dudoso; no estoy seguro de que propio de una persona a una serie de cosas
pidiendo un martini seco le sirvan a uno no autoriza a escribirlo con minúscula.
un cinzano... Y además: ¿qué diferencia Esto ocurre cuando el nombre no se hace
habría entre martini nombre genérico y genérico, esto es, cuando no designa todo
martini marca concreta? Por ejemplo, si el género de cosas a que el objeto pertene-
pido un martini y tal marca existe, ¿por ce. Por ejemplo, al decir un Goya no nom-
qué habrían de servirme un cinzano u otra bramos un cuadro cualquiera, ni tampoco
marca? Para decidir si este tipo de palabras un género determinado de cuadros, sino un
semánticamente derivadas de los nombres cuadro que pertenece al número limitado
de marcas o personas se deben escribir con —grande o pequeño, pero limitado— de
mayúscula o minúscula es necesario, me cuadros que pintó Francisco de Goya. Para
parece, no basarse solo en el hecho de que mayor claridad, podemos comparar la re-
una palabra se lexicalice, porque incluso lación pintor-obras con la relación padre-
6.7.1. [la mayúscula ] en los conectivos de apellidos 249

hijos: las obras vienen a ser hijas del autor, fuera cierto, habría que escribir baño (de)
y como tales deben llevar su apellido, con maría, es decir, baño de agua caliente. Sin
mayúscula, de la misma manera que de embargo, tanto Corominas (1973: 382)
un hijo de González no decimos que es, como Seco (1966: 61) aducen que María se
con minúscula, un gonzález» (→ 6.6.3-1). refiere a la hermana de Moisés, ya porque
El siguiente caso, planteado también por «velaba mientras anduvo a flote, dentro
Seco (l. cit.), es tal vez más dudoso: «No de su cuna, por las aguas del Nilo» (Coro-
solo ocurre esto tratándose de pinturas: los minas) o porque se le «atribuían obras de
toros de una ganadería, por ejemplo, no alquimia» (Seco); en cualquier caso, tam-
deben nombrarse con el apellido de la ga- bién aquí debería escribirse con minúscula,
nadería en minúscula», y cita el arranz, del pues ya ha dejado de aludir al ser preciso a
apellido del ganadero Arranz. Pues bien, que se refiere, especialmente cuando se es-
la Academia admitió, en el drae 84, la voz cribe baño maría (como vino jerez, agua
miura, definida de la siguiente manera; colonia, etcétera); más problemática sería
«Toro de la ganadería de Miura, famosa la grafía baño de maría, aunque parece
por la bravura e intención atribuida a sus que tampoco en este caso es rechazable la
reses. 2. fig. y fam. Persona aviesa, de ma- minúscula. Otra maría que también se es-
las intenciones»; ni siquiera en la primera cribe con minúscula es la «galleta redonda
acepción hace constar que se trate de un y plana» (DESU; Moliner, 1980: ii, 352;
nombre propio, y la palabra aparece enca- DRAE01).
bezando el artículo con minúscula (como 4. En general, los nombres de descen-
todos los nombres comunes del drae ). dientes de familias, linajes o dinastías cuya
Esto plantea el problema que se observa en denominación se deriva de un prenombre
todas las cosas realizadas en serie, como se escriben con minúscula, con más ra-
los automóviles, los medicamentos, las zón si actúan de adjetivos o aparecen en
bebidas, etcétera: ¿deben escribirse con plural; así, carlovingios o carolingios (de
mayúscula? Entonces, ¿por qué no miura? Carlomagno), merovingios (de Meroveo)
Y si se puede torear un miura, ¿por qué no y los árabes abadíes, abasíes, hamudíes,
se puede vender un picasso, comprar un nazaríes, amiríes, hudíes, ziríes, birzalíes,
séat, tomar un martini, etcétera? El pro- aftasíes, fatimíes, omeyas, cegríes, aben-
blema planteado por todos estos nombres cerrajes, etcétera. Cuando el nombre de la
de derivación impropia dista mucho de familia se deriva de un apellido o palabra
estar resuelto. En efecto: no es lo mismo, que haga sus veces, se escribe con mayúscu-
por ejemplo, decir que En Nueva York se la, aun en plural: los Austrias, los Capetos,
ha subastado un picasso que Conocí un los Tudor, los Estuardo, los Habsburgos,
Picasso pletórico y con ganas de trabajar los Borbones, etcétera.
Instintivamente, el usuario del lenguaje 5. Finalmente, se escriben con minúscu-
escrito «sabe» que el primer picasso no es la los nombres comunes derivados de
igual que el segundo y trata de establecer otros que son propios, sean de objetos o
la diferencia mediante la minúscula en animales; por ejemplo, un rocinante (de
el primer caso. De la misma manera po- Rocinante), una colada (de Colada), una
dríamos decir que un coche séat no es durindaina (de Durindaina), una tizona (de
igual que la marca Seat o la fábrica Seat Tizona), etcétera.
(→ 6.6.3-1).
3. El sintagma baño (de) María reci- 6.7. La mayúscula en palabras acceso-
be distinto tratamiento, en cuanto a la rias.
mayúscula, según el origen que se le atri-
buya a la palabra María. Según Lozano 6.7.1. En los conectivos de apellidos.
Ribas (s. a., 83), se deriva de ma harí, que Su grafía depende del idioma en que se
en árabe significa «agua caliente»; si esto usen (→ 7.1.2.4).
250 6.7.2. [la mayúscula ] en las contracciones

6.7.2. En las contracciones. 1. Las Malpica de Tajo


contracciones más habituales en el español Miranda de Ebro
actual, al y del, no se dan en los siguientes Langa de Duero
casos: Lloret de Mar.

a) delante de un topónimo, si el artículo Sin embargo, hay excepciones notables a


le pertenece: esta regla:

Me dirigía a El Escorial; Páramo del Sil


Procedía de El Cairo; Villanueva del Huerva
Santillana del Mar
Fráncfort del Meno.
en el caso de Ciudad del Cabo no se
descompone la contracción, pese a que 6.7.3. En los títulos de obras de crea-
aisladamente se escribe El Cabo. No se ción. Las partículas con que comienza el
sabe por qué razón, la Academia (en las título de una obra de creación se escriben
voces bóer, bosquimán y camero del drae ) con mayúscula si le pertenece y con minús-
escribe del Cabo, grafía con la que está de cula si solo se utiliza como conectivo; por
acuerdo Seco (1986: 98; 1998: 110), pero ejemplo, debe escribirse La divina comedia
no gel y nel , que escriben Ciudad de El y no la Divina comedia; la Región (diario
Cabo; de Oviedo) y La Región (diario de Orense);
la Nueva España (diario de Huesca) y La
b) delante del título de una obra litera- Nueva España (diario de Oviedo); el Faro
ria (libro o publicación periódica), si de Vigo y El Faro de Ceuta; Los burgueses
el artículo forma parte de él: de Calais (de Rodin) y el Tríptico de san
Ildefonso (de Rubens); la Marsellesa y el
Lo leí en un pasaje de El ingenioso hidalgo Canto de guerra del Ejército del Rin.
don Quijote de la Mancha;
Es una información de El País; 6.7.4. En seudónimos y apodos. En
los seudónimos, si el artículo les corres-
si el título de la obra se abrevia, la contrac- ponde, este debe escribirse con mayúscula:
ción se mantiene: El Bachiller Alfonso de Maldonado, El
Abate, Un Aficionado, pero el Coronel
Lo leí en un pasaje del Quijote; Ignotus. Según Melús y Millá (1940: 61),
«Por razón de estética el artículo se po-
c) delante de nombres de firmas o pro- ne con minúscula cuando en el texto se
ductos comerciales, si el artículo for- hace mención del seudónimo: Eso lo dijo
ma parte del nombre: el Filósofo Rancio; Me parece que es del
Diablo Cojuelo la obra que vi la otra no-
Se encaminaba a El Corte Inglés; che; A la sazón llamaron al Tostado; No
Vengo de El León de Oro; sabemos qué ha hecho un Médico de esta
De El Caserío, me fío. Corte». Por la misma razón que no se falta
a la estética cuando se escribe voy a El Es-
2. Suele eliminarse el artículo (se usa, corial, regresaba de El Cairo, noticia de El
pues, solo la preposición) en topónimos País, comprado en El Corte Inglés, debe
que toman como complemento el nombre mantenerse la mayúscula en los artículos
de un río o la palabra mar: de los seudónimos si forman parte de ellos,
incluso si se mencionan inmediatamente
San Adrián de Besos después del nombre propio: ‘J. Gutiérrez
Alcalá de Henares Abascal, El Abate’; ‘Federico Balart (Un
Hospitalet de Llobregat Aficionado)’. En cuanto a los apodos, el
6.9. MAYÚSCULA INTERMEDIA O INTERCALADA 251

artículo nunca forma parte de ellos, por lo empieza con minúscula». En efecto, en
que no debe ir con mayúscula: ‘Manuel Be- Felipe V, por ejemplo, la F y la V están
nítez, el Cordobés’, ‘Juan Pérez, el Torta’. equilibradas en altura, pero en siglo XX
En los apodos o alias, el artículo es siempre hay evidente desproporción entre siglo
un mero conectivo, y de aquí que deba es- y XX; de ahí que sea preferible la gra-
cribirse el Greco y no El Greco. fía siglo xx (→ 14.1.6.2.1-8). La propia
Academia, hasta la 19.a edición del drae
6.7.5. En topónimos. La mayúscula en (1970), escribía estas cifras con versalitas
el artículo de un topónimo dependerá de si en los siglos (por ejemplo, s. v. edad media
aquel forma parte de este o no; por ejem- y macuquino); en la 20.a edición (1984)
plo, se escribe El Escorial, El Salvador, La escribe todos los siglos con mayúsculas,
Coruña, La Meca, La Haya, La Habana, pero solo porque ha querido mantener su
El Álamo, Las Palmas de Gran Canaria, regla, no porque esta esté justificada (de
pero las Navas de Tolosa. El artículo que esto saben más los tipógrafos, que prefie-
precede a los nombres de regiones natu- ren la versalita, que la Academia). En la
rales se escribe siempre con minúscula: 21.a (1992) y la 22.a (2001) vuelve la Aca-
las Landas, los Monegros, el Bierzo, la demia a escribir esas cifras con versalitas...
Rioja (pero La Rioja, la provincia y la Por lo demás, las versalitas deben aplicarse
autonomía), la Mancha (pero La Mancha, a cualquier otro caso semejante al estudia-
la autonomía: Castilla-La Mancha), el Mi- do hasta aquí, como las menciones de to-
lanesado, el Lionesado, etcétera. mos, volúmenes, capítulos, artículos, par-
tes, cantos, páginas prologales, etcétera,
6.8. La mayúscula en la numeración mencionados en notas o al correr del texto.
romana. Dice la orae (1974: 10) que Se exceptúa el sintagma rayos X (aun-
«La numeración romana se escribe hoy que la grafía más correcta debería haber si-
con mayúsculas» y pone como ejemplos do ‘rayos x’ [es decir, rayos desconocidos]).
de aplicación la que llevan los nombres
de papas y reyes, la de cada siglo y la de 6.9. Mayúscula intermedia o intercala-
tomos, libros, partes, cantos, capítulos, da. En español no es idiomático escribir
títulos, leyes, clases y otras divisiones, y la una palabra con una letra mayúscula inter-
de las páginas en los prólogos y principios media, esto es, en situación interior, del ti-
de un volumen. La regla no debe aplicarse po CrediModa, CrediHogar, SuperMolina,
de modo tan general; según Lozano Ribas EnaGas, TeleVisión, etcétera, aunque, por
(s. a., 167), la numeración romana debe influencia del inglés, se vean a veces grafías
escribirse con mayúscula cuando corres- semejantes. Ya se dan ejemplos de escritura
ponda a una palabra escrita con inicial en un solo término de tres nombres: To-
mayúscula, y con versalitas cuando la pala- talFinaElf, empresa petrolera francobelga,
bra a que afecta se escribe con minúscula SpaceShipOne (vehículo) (→ 10.5.20.1.1-
inicial; en los siglos, por ejemplo, sirve -4). En español se están extendiendo
para «evitar la desproporción de tamaño actualmente (2012) grafías como Nova-
que existe cuando el número romano con caixagalicia (caja de ahorro), si bien el
mayúsculas se refiere a una palabra que fenómeno no es exactamente el mismo.
7. Onomástica

La onomástica es la disciplina que es- gallego o vasco. Por ejemplo, si un catalán


tudia los nombres propios de persona se llama Jordi, es este, y no Jorge, su pre-
(antropónimos) y de lugar (topónimos). nombre.
Los antropónimos los estudia especialmen- 2. En los prenombres compuestos (Juan
te la antroponimia, y los topónimos, la José, José Antonio, Antonio María, María
toponimia. Luisa, Luisa Fernanda, etcétera), lo ha-
bitual en español es escribirlos separados
7.1. Los antropónimos. Los antropóni- y sin guión (como suele hacerse en inglés
mos son nombres propios de persona que y alemán, pero no en francés, idioma
normalmente constan de prenombre y uno en el que los prenombres compuestos
o más apellidos. suelen unirse con guión). Sin embargo,
actualmente hay razones para escribir los
7.1.1. El prenombre. Primer elemento prenombres compuestos con guión, espe-
del nombre oficial de un ciudadano en cialmente los de escritores y periodistas,
tiempos de los romanos. El prenombre era, con objeto de que, al ser citados en la
entonces, el nombre familiar. Con esta mis- bibliografía extranjera, no se tome por
ma denominación se conoce, en los países primer apellido lo que en realidad es se-
modernos, el nombre que precede al apelli- gundo nombre (→ 7.1.1.5). De esta mane-
do, pero en España y países hispanoame- ra, además, se evitaría el lamentable error
ricanos se suele llamar nombre, nombre de tomar como segundo nombre lo que en
propio o nombre de pila, aunque no faltan realidad es primer apellido, cuando este
autores (por ejemplo, Carratalá, 1980: 78) tiene la misma grafía que un prenombre;
que usan la palabra prenombre. por ejemplo, en Sebastián Juan Arbó y
en Santiago Ramón y Cajal, los primeros
7.1.1.1. Escritura de los prenom - apellidos, Juan y Ramón, son, al propio
BRES. tiempo, en otros casos, prenombres. Si se
usara guión en los prenombres compuestos
7.1.1.1.1. Prenombres españoles. 1. como establece la ley en España, aquellos,
Deben escribirse con la grafía que les sea al no llevarlo, serían considerados primer
propia, es decir, la que corresponda según apellido (→ 7.1.1.5).
sea el idioma de origen castellano, catalán, 3. En general, los prenombres españo-
7.1.1.2. ABREVIATURAS DE ANTROPÓNIMOS 253

les se ajustan a las reglas ortográficas del etcétera), debe usarse la trascripción o
uso de las letras. La grae (1969: 495-515) trasliteración exacta, pero no a través de
registra algunas alternancias, como Ceferi- lenguas intermedias (francés e inglés gene-
no/Zeferino, Efigenia/Ifigenia, Maxencio/ ralmente). Por ejemplo, el prenombre Jorge
Majencio, Práxedes/Prájedes, Wenceslao/ se escribe Giorgios en griego, pero no de-
Venceslao. No registra alternancia para ben usarse en español, para un griego, las
Zeneida, Zenobia, Zenobio, Zenón y Zita. grafías Georges (francés), Georg (alemán)
Recoge la grafía Jenaro, que es la etimoló- o George (inglés). En el mismo sentido,
gica, pero actualmente los que llevan ese debe escribirse Bajtin y no Bakhtine, Lenin
prenombre suelen escribirlo con g: Genaro. y no Lenine, etcétera.
También registra la grafía etimológica Je- Para los prenombres chinos puede usar-
rónimo, pero se ha usado asimismo Geró- se el sistema de trascripción pinyin (pero
nimo (→ 1.3.10.1-2; 1.3.25.2-2). hay que tener en cuenta que sus grafías
responden más a las inglesas y francesas,
7.1.1.1.2. Prenombres extranjeros. Co- por lo que sería interesante adaptar el pin-
mo regla general, los prenombres extran- yin a la grafía española).
jeros deben escribirse con su propia grafía En cuanto a los prenombres árabes,
según el idioma de que procedan, con normalmente se usan trascritos o traslite-
más razón si este usa alfabeto latino. rados, pero en muchos casos hay forma
Por ejemplo, el nombre Eduardo se escri- española (especialmente de los que habi-
be Edvard en polaco, Edward en inglés, taron en España), por lo que en textos no
Édouard en francés, Eduard en catalán. específicamente históricos deberían usarse
Sería grave falta llamar Edward a un pola- estos (→ 0.1.9.4).
co o Edouard a un inglés. Una excepción a
esta regla está constituida por los antropó- 7.1.1.2. Abreviaturas de antropóni -
nimos históricos (que normalmente tienen mos . 1. Es corriente, en cualquier tipo de
exónimo en todas las lenguas cultas), los escritos, pero especialmente en notas, citas
cuales deben escribirse en forma española; bibliográficas y bibliografías, abreviar con
por ejemplo, el nombre del rey de Francia la primera letra los nombres propios de las
Enrique IV no debe escribirse Henry IV; a personas (prenombres). El procedimiento
la inversa, no es correcto españolizar los es correcto, pero en textos de libros y
nombres actuales; debe, pues, escribirse publicaciones periódicas es aconsejable es-
Martin Luther King y no Martín Lutero cribir con todas sus letras los prenombres
King (pero se escribirá Martín Lutero el la primera vez que se mencionan, y abre-
personaje histórico). Cuando un nombre viarlos en las menciones posteriores. Por
clásico tenga exónimo en varias lenguas, si ejemplo, se debe escribir, la primera vez,
dispone de él en español, es este el que de- John Fitzgerald Kennedy, y después optar
be usarse, y, en caso contrario, el original; por una de estas soluciones: Kennedy, John
por ejemplo, es impropio usar las grafías F. Kennedy, J. F. Kennedy (aunque, por
Roland (francés) u Orlando (italiano) por razones prácticas, es preferible mantener
Roldan (español), o bien Hugo de Groot J. F. Kennedy, por la posible aparición,
(holandés) o Hugo Grotius (latín) por Hu- en el mismo escrito, de otro Kennedy).
go Grocio (español), Boetius (latín) por Debe tenerse en cuenta que, generalmente,
Boecio; Niccolo Machiavelli (italiano) cuando un prenombre extranjero comienza
por Nicolás Maquiavelo, Vesallio por Ve- con un dígrafo seguido de consonante, se
salio, Fallopio por Falopio, etcétera (v. E. hace constar con ella, no solo la inicial:
Lorenzo, 1980: 111 ss.). Christopher, por ejemplo, se abrevia Chr.,
2. Cuando se trate de prenombres pro- no Ch.; Claude, Cl., no C., y Philippe,
cedentes de lenguas escritas en alfabetos Ph., no P. (→ 5.3).
no latinos (griego, ruso, chino, árabe, 2. Por lo que respecta a los apellidos, a
254 7.1.1.3. EL ABREVIAMIENTO EN ANTROPÓNIMOS

diferencia de los extranjeros, que no suelen les solamente la que tengan en su grafía
aparecer abreviados, a veces se ven así los original, cualquiera que sea la lengua, salvo
españoles: Fdez. ‘Fernández’, G.a ‘García’, los que se trasliteren o trascriban por per-
Glez. ‘González’, Mtnez. ‘Martínez’, etcé- tenecer a idiomas con alfabeto distinto del
tera. Estas abreviaturas son mucho más latino (árabe, hebreo, griego, ruso, chino,
informativas que la mera inicial, aunque etcétera), que se escribirán según las reglas
sea más corriente esta última forma de de atildación españolas (→ 4.3.2.2-4).
abreviar los apellidos. No es habitual
abreviar el segundo apellido (sí el prime- 7.1.1.4.1.1. Atildación de prenombres
ro: J. L. L. Aranguren ‘José Luis López castellanos. No suelen ofrecer, en cuanto
Aranguren’), menos aún cuando, como en a la atildación, dificultades especiales. Sin
portugués, es este el relevante (→ 7.1.2.1). embargo, vale la pena dejar constancia
Por lo demás, resultaría impropio escribir de que entre España y los países hispano-
entero el prenombre y abreviado el apelli- americanos puede haber alguna diferencia
do: Bonifacio G.a, en lugar de B. García. fonética y gráfica, como sucede, por ejem-
En textos novelísticos era corriente, anti- plo, con Ciriaco/Ciríaco (→ 4.6-4) y Óscar
guamente, sustituir prenombre o apellido, (corriente en España)/Oscar (usual en His-
o ambos, por letras que indican incógnita, panoamérica). Otro prenombre que puede
como el marqués de X., o bien don X. X., presentar problemas es el de Lourdes, que
o el duque de T, con la variante T* o T*** puede adoptar tres grafías: Lourdes, Loúr-
(→ 10.5.32.2-5). des, Lurdes. La primera, Lourdes, tal vez
la más usada, debería tenerse por france-
7.1.1.3. El abreviamiento en antro - sa; la segunda, Loúrdes, la menos usada,
pónimos . Los antropónimos (prenombres es la correcta si se pretende mantener fo-
y apellidos) suelen utilizarse en todas las néticamente la u de la grafía francesa, y
lenguas en forma diminutiva, abreviada la tercera, Lurdes, es una alternancia que
o infantil, en algunos casos eufemística- responde a la pronunciación del término
mente debido a la escasa eufonía o belleza en francés. Se dan, en algunos casos, otras
de ciertos nombres, especialmente en los alternancias acentuales: Eliseo/Elíseo, Epi-
femeninos; este hecho lingüístico suele fania/Epifanía, Lucio/Lucío.
conocerse como hipocorístico. Los meca-
nismos de formación son los mismos que 7.1.1.4.1.2. Atildación de prenombres
se aplican a las palabras comunes (Mari extranjeros. Los prenombres extranjeros
por María, Toni por Antonio, Doro por deben usarse con la grafía propia de cada
Teodoro), pero muchas veces hay fusión idioma, con sus tildes. Hay casos en que la
de dos abreviamientos (Maribel, de María grafía extranjera es igual que la española,
Isabel). No son correctos en español los solo que sin tilde; por ejemplo, Benjamín,
abreviamientos que acaban en -y: *Mary, Julian, Ramon, Paul, Felix, Cesar, Darío;
*Tony (→ 1.3.26.4-3). El abreviamiento de no es correcto, en estos casos, añadirles
apellidos es escaso en español, pero se da las tildes que los convertirían en grafías
algunas veces, sobre todo en apellidos vas- españolas: Benjamín, Julián, Ramón, Paúl,
cos, como Belauste por Belausteguigoitia, Félix, César, Darío.
Apala por Apalategui, Zarra por Zarrao-
nandía, Saza por Sazatornil. 7.1.1.4.13. Atildación de prenombres
históricos. Cuando un personaje histórico
7.1.1.4. Atildación de antropóni - es conocido por un solo nombre, este se
mos . escribe con su grafía española, cualquiera
que sea la original; por ejemplo, Platón,
7.1.1.4.1. Atildación de prenombres. Sócrates, Arquímedes, Parménides, Pría-
La norma general debe consistir en poner- mo, etcétera. Algunos son biacentuales; de
7.1.2.2.2. ESCRITURAS ARCAICAS 255

los siguientes, suelen usarse más las grafías ser patronímicos (derivados del nombre del
situadas en segundo lugar: Antioco/An- padre), como Enríquez, Menéndez, Martí-
tíoco, Arístides/Arístides, Anstobulo/Ans- nez, López, Jiménez (derivados, respectiva-
tóbulo, Arquímedes/Arquímedes, Ascle- mente, de Enrique, Menendo, Martín, Lo-
píades/Asclepiades, Átila/Atila, Basilides/ pe, Jimeno), o bien un nombre de animal,
Basílides, Égica/Egica, Espártaco/Esparta- como León; de ciudad, como Córdoba
co, Hesiodo/Hesíodo, Herodoto/Heródo- (o Córdova); de cosa, como Casas; de ofi-
to, Sardanapalo/Sardanápalo, Trastamara/ cio, como Carpintero; etcétera (v. Carnicer,
Trastámara (→ 7.1.2.6.5). Algunos nom- 1983: 5-1 l) (→ 7.1.1.2-2).
bres no admiten la dualidad; por ejemplo, 2. En otros países existen usos distintos.
se escribe Catulo, no Catulo. Por lo que Por ejemplo, franceses, ingleses y alemanes
respecta a los nombres de los personajes utilizan un solo apellido, mientras que
mitológicos, se dan algunos casos de acen- portugueses y brasileños suelen emplear
tuación clásica y moderna, especialmente dos, pero, a la inversa del uso español, el
a partir de la publicación de la obra de primero, heredado de la madre, y el segun-
Fernández Galiano (1961), que al parecer do, del padre (no obstante, y también a la
se atiene con más rigor a la etimología grie- inversa que en español, el apellido citable
ga; por ejemplo, Alcatoo/Alcátoo, Arsinoe/ es el segundo, no el primero, de forma que
Arsínoe, etcétera. en diccionarios, índices, listas, etcétera, se
menciona el apellido del padre seguido del
7.1.1.5. El guión en los prenom - prenombre y el primer apellido). En el caso
bres compuestos . En francés es costum- de ingleses y alemanes, dado el hecho de
bre (pero no regla) unir con guión los pre- que suelen utilizar prenombre compuesto
nombres compuestos: Jean-Pierre, Char- y un solo apellido, normalmente el espa-
les-Augustin. En español, tal uso ha sido ñol aplica su esquema y considera primer
considerado galicista y, por consiguiente, apellido lo que en realidad es segundo
se ha evitado, aunque a veces algunos prenombre. Esta confusión no se da en lo
autores lo han seguido sistemáticamente; que respecta al francés debido a su costum-
por ejemplo, Juan-Eduardo Cirlot. Hoy, bre de escribir con guión los prenombres
este empleo del guión entre los prenom- compuestos, costumbre de la que ya hemos
bres compuestos tiene una justificación, hablado (→ 7.1.1.5; 7.1.2.3.1).
especialmente entre escritores: se da el
caso frecuente de que en las bibliografías o 7.1.2.2. Escritura de los apellidos .
índices alfabéticos extranjeros se considera
primer apellido lo que en realidad es segun- 7.1.2.2.1. Mayúsculas en los apellidos.
do nombre. Si se usase siempre en español Como los prenombres, los apellidos se
el guión en los prenombres compuestos escriben siempre con inicial mayúscula.
(regulados por ley; v. Martínez de Sousa, La minúscula inicial con que suelen escri-
2007: 261), tales confusiones no se produ- birse en tarjetas de visita o comerciales,
cirían (→ 7.1.1.1.1-2). anuncios, carteles, etiquetas, textos publi-
citarios, etcétera, no está ortográficamente
7.1.2. Los apellidos. Los apellidos son justificada en ningún caso.
los nombres de familia con que se distin-
guen unas personas de otras. 7.1.2.2.2. Escrituras arcaicas. Sobre
todo por razones históricas y de tradición,
7.1.2.1. Generalidades . 1. En Espa- muchos apellidos incumplen las reglas de
ña los apellidos son dos, simples o com- ortografía, especialmente en lo relativo
puestos, estos unidos con guión o sin él. a las letras b, v, g, j, h, i, m, n. Esto ha
Normalmente, el primero se hereda del hecho creer a algunas personas que los
padre, y el segundo, de la madre. Pueden apellidos no tienen ortografía. Más exacto
256 7.1.2.3. SIGNOS EN LOS APELLIDOS

sería decir que, por las razones antedichas, llevan partículas de procedencia irlandesa:
cada apellido tiene su propia grafía, y esta O’Higgins, O’Henry, O’Hara, O’Donnell,
debe respetarse. Por ejemplo, nadie debe o gaélica, como en M’ por Mac.
pretender que escribiendo Martínez se lee
como palabra grave o llana, puesto que 7.1.2.4. Conectivos en los apelli -
con esa grafía es aguda. Sin embargo, es le- dos . 1. Se usan a veces, tanto en español
gítimo escribir Córdoba o Córdova; Jimé- como en otros idiomas, ciertas partículas
nez, Giménez e incluso, en algunos casos, que suelen actuar de conectivos o de indi-
Ximénez; Hojeda u Ojeda; Billar o Villar; cadores de alguna particularidad. Véanse
Bargas o Vargas; Villalta o Vilalta; Ribera unos ejemplos:
o Rivera; Ribero o Rivero; etcétera. Hay
otras grafías que se apartan de las reglas — alemán: von, Ani, Zum, Zur;
de ortografía, como Samsó, Ynestrillas, — árabe: el, al, ibn, ben, abén, abu;
Comyn, O’Donnell. La orae (1974: 22- — español: de, del, de la, de los, de las,
23) dice que «en ciertos nombres propios y;
españoles el influjo de tradiciones peculia- — francés: de, du, des, La, Le;
res mantiene a veces grafías ajenas a las — gaélico: Mac (abreviado Mc, Mc,
reglas generales: Balparda, los apellidos M’);
Rivadavia, Rivera, Rivero, Fernández de — irlandés: O’;
Córdova, Ximénez o Giménez, el nombre — italiano: De, Della, Di, Li, Lo;
Xavier, etc. (junto a los normales Valdepe- — neerlandés: de, van, den, ten, ver;
ñas, Ribadavia (nombre de lugar), Ribera, — portugués: da, de, do, das, dos, e.
Ribero, Córdoba, Jiménez, Javier)». Al
parecer, Cervantes escribía su apellido con 2. Las grafías de estas partículas de-
b: Cerbantes, y aún pueden verse grafías penden del idioma; así, en alemán, árabe,
como Álbarez, Brabo y Girón (v. Carnicer, español, francés (menos La, Le), neerlan-
1983: 16) (→ 7.1.2.6.1). dés y portugués se escriben con minúscula
cuando van entre prenombre y apellido o
7.1.2.3.Signos en los apellidos . entre dos apellidos, pero se escriben con
mayúscula si aparecen aisladamente enca-
7.1.2.3.1. El guión. Es poco frecuente, bezando uno o dos apellidos. Así, Charles
en español, unir con guión dos apelli- de Gaulle, pero De Gaulle; Antonio de
dos en uno compuesto. Se dan, sin embar- Sousa, pero De Sousa; Alfred von Papen,
go, ciertos casos, especialmente cuando pero Von Papen (algunas personas son
una persona, por un mecanismo legal, partidarias de escribir, en los apellidos
hereda de sus antepasados inmediatos sus alemanes mencionados solos, von con mi-
dos apellidos, que funcionan como ape- núscula, como suele hacerse en el idioma
llido compuesto. Por ejemplo, Leopol- original [en el que incluso se escribe, en
do Calvo-Sotelo Bustelo (sobrino de José esa situación, v. en lugar de von]). En lo
Calvo Sotelo). En francés, la conjunción que atañe al gaélico, irlandés e italiano, así
de dos apellidos suele unirse con guión: como a las partículas exceptuadas en fran-
Lévi-Strauss, Lévi-Frovençal. También cés y neerlandés, se escriben con mayúscula
llevan guión los precedidos de Saint y en todos los casos: Jean de La Fontaine,
Sainte: Antoine Saint-Exupéry, Augustin Roger de La Fresnaye, Patrice de La Tour
Saint-Aubin, Charles-Augustin Sainte- du Pin, Grégoire Le Roy. Se escribe con
Beuve. minúscula la partícula sin en los nombres
históricos Juan sin Tierra, Gualterio sin
7.1.2.3.2. El apóstrofo. No se usa este Haber y Juan sin Miedo. Por otro lado,
signo en español, salvo en apellidos proce- puede darse la circunstancia de que, cual-
dentes de otras lenguas. Normalmente lo quiera que sea la partícula, esta aparezca
7.1.2.5. APELLIDOS EXTRANJEROS 257

con mayúscula; incluso, en algunos casos, sonas célebres, como José Ortega y Gasset,
soldada al apellido: W. De María, Sol pero en los dos casos mencionados antes
LeWitt; por supuesto, estas grafías deben no hay seguridad. Se sabe que Ramón y
respetarse. Cajal nunca usó la y, pero se comprende
3. En cuanto a las partículas españolas que se haya utilizado para desambiguar
de, del, de la, de los, de las, es opinión que Ramón nombre de Ramón apellido. En
solo deben llevarlas los apellidos que sean otros casos no se reproduce la partícula
o hayan sido nombres de lugar y a veces los que acompaña al nombre completo, como
de cosas: fray Luis de León, Bartolomé de sucede, por ejemplo, en Manuel de Falla,
Las Casas, José del Castillo, Antonio de la mencionado solo como Falla y no como
Mata. A este respecto, dice la grae (1959: De Falla.
213-214, n.): «Antepuesta la preposición
de a los apellidos que son nombres de 7.1.2.5. Apellidos extranjeros . 1.
pueblos o localidades, solía denotar origen, No era infrecuente, en otros tiempos, tra-
procedencia, dominio, etc., pero no arguye ducir al español la grafía de los apellidos
nobleza: Antonio de Lebrija; Fr. Diego de extranjeros. Así, Estuardo viene de Stewart
Alcalá; D. Alonso de Aguilar, etc. No cabe o Stuart; Borbón, de Bourbon; Camóens,
anteponerla a los patronímicos, y es grose- de Camóes. La orae (1974: 29) establece
ro error escribir Fulano de Martínez; Men- que «los nombres propios extranjeros se
gano de Fernández; Zutano de Sánchez» escribirán, en general, sin ponerles ningún
(v. Carnicer, 1983: 13-16). Sin embargo, en acento que no tengan en el idioma a que
los mismos casos pueden usar esa prepo- pertenecen; pero podrán acentuarse a la
sición las mujeres españolas casadas, que española cuando lo permitan su pronun-
suelen (aunque no siempre, pues se trata de ciación y grafía originales» (→ 7.Í.2.6.5).
una costumbre en vías de extinción) pospo- Como regla general, de la que solo se exclu-
ner a su primer apellido el primero de su yen los apellidos históricos, la grafía de los
marido: Pilar Nieto de Martínez, Ángela apellidos extranjeros utilizados en español
Pérez de De las Casas. debe ser la misma que tienen en su lengua
4. Cuando se reproduzcan nombres de de origen. En este sentido, supone un grave
personajes célebres, debe hacerse con las error haber adaptado (?) al español el nom-
partículas que a tal nombre correspondan. bre y apellido de Rose Luxemburg como
Por ejemplo, es común ver escrito Francis- Rosa Luxemburgo (puesto que, usando
co Quevedo Villegas en lugar de Francisco el alemán el alfabeto latino, los apellidos
de Quevedo y Villegas. Otros escriben modernos escritos en ese idioma no deben
Leonardo de Vinci, Vasco de Gama, pero adaptarse al español). En cualquier caso, es
en estos como en otros casos semejantes conveniente respetar exactamente la grafía
debe tenderse a utilizar la grafía original, de los apellidos extranjeros. Por ejemplo,
mientras razones de tradición gráfica no debe distinguirse cuidadosamente entre
aconsejen lo contrario; en este caso, Leo- Eliot, Eliott, Elliot y Elliott; Schuman y
nardo da Vinci, Vasco da Gama. Hay, sin Schumann; Mendelson y Mendelsohn; Scot
embargo, casos que suscitan dudas; por y Scott; Neuman, Neumann y Newman.
ejemplo, Marcelino Menéndez (y) Pelayo, 2. Los apellidos de lenguas cuyos alfa-
Santiago Ramón (y) Cajal. La conjunción betos son distintos del latino, que, en con-
y que aparece uniendo los dos apellidos secuencia, requieren trascripción o adap-
(simples o compuestos) en el Registro Civil tación, deben trasladarse al español con la
no suele emplearse en español fuera de ese grafía que corresponda en nuestro idioma,
uso concreto. No sucede así en catalán, en nunca con la propia de idiomas interme-
el que la conjunción i (= y) une siempre los dios entre el nuestro y el original (suelen
dos apellidos. Esta partícula se emplea sis- ejercer esta función con más frecuencia el
temáticamente en algunos apellidos de per- francés y el inglés). Por ejemplo, la grafía
258 7.1.2.6.1. ATILDACIÓN DE APELLIDOS ESPAÑOLES

del apellido Tchaikowsky, de origen ruso, talana (en este sentido, como los gallegos
corresponde a un idioma que ni es el ruso y los vascos, reciben tratamiento de ape-
ni el español; por consiguiente, hay que llidos extranjeros; → 7.1.2.6.5). Por la
realizar la adaptación fonética correspon- misma razón no se tildan Bails ni Badia
diente, de manera que al español le corres- (→ 4.4.1.1-2b). Por otro lado, debe res-
ponderá la grafía Chaikovski. petarse la acentuación catalana aplicada a
apellidos de origen español, como Sanchez
7.1.2.6. Atildación de apellidos . o Fernandez.
Los apellidos suelen presentar algunas
dificultades de atildación, no tanto los es- 7.1.2.6.4. Atildación de apellidos vas-
pañoles cuanto los que se usan en español cos. Al no existir tildes en el euskera, al
procedentes de otras lenguas. usuario español de apellidos vascos se
le presentan serias dudas en cuanto a la
7.1.2.6.1. Atildación de apellidos espa- pronunciación. Ya se vio anteriormente
ñoles. En general, no ofrecen dificultades (→ 4.3.2.2-3) que los acabados en -ain
acentuales; sin embargo, debe distinguirse pueden ser llanos o agudos, y que ape-
entre apellidos parónimos que cambian de llidos como Aramburu son esdrújulos en
atildación, según la familia o la persona; unas zonas y llanos en otras. Pero hay
por ejemplo, Sánchiz y Sanchiz, Sanchis otros apellidos vascos, no mencionados
y Sanchis. En la grae de 1874, la Acade- por Nicolás (1963: 502), que constituyen
mia decía que no había sido costumbre problemas desde este punto de vista. Por
acentuar ciertos apellidos españoles, como ejemplo, suele escribirse Iñiguez, pero no
Gutierrez, Muñoz, Ortiz, pero que conven- se sabe bien si la pronunciación es esdrú-
dría que tanto los apellidos como las voces jula, Íñiguez, o llana, Iñiguez, o de ambas
geográficas se sujetaran a la regla general maneras; Mendizabal es, normalmente,
y se escribiera con tilde Cervántes, Díaz, llano, Mendizabal; Zumalacárregui es nor-
Pérez, Milton (según las reglas de la época) malmente esdrújulo, pero también se ha
(→ 7.1.2.2.2). visto escrito llano, Zumalacarregui, como
Arregui. Rosenblat (1960: 312) dice que
7.1.2.6.2. Atildación de apellidos galle- «La vacilación acentual es frecuente en los
gos. No suelen presentar dificultades es- apellidos de origen vasco: Mujica/Múgica,
peciales, al tratarse, en general, de grafías Lizarraga/Lizárraga, Ascasubi/Ascásubi,
españolas. No obstante, algunos pueden Leguizamo/Leguízamo, Azpurua/Azpurúa.
adoptar las normas de atildación del galle- El mismo nombre de Zumalacárregui lo
go, las cuales deben respetarse. encontramos como voz llana en los textos
del siglo pasado, y aun en las primeras
7.1.2.6.3. Atildación de apellidos cata- ediciones de la novela de Galdós». El
lanes. Ofrecen serias dificultades al usarse nombre de la Pasionaria, sobrenombre de
en español, ya que la Academia ha decidido una política española, es Dolores Ibárruri,
(como es lógico) respetar las grafías catala- pero también se ha visto escrito Ibarruri.
nas. Por ejemplo, los agudos que acaban en El mismo Rosenblat (1960: 310) dice que
-au, -eu, -ou no se tildan (→ 4.3.2.2-1), co- para algunas de las familias vascas apelli-
mo tampoco los agudos terminados en -iu, dadas Araujo este es trisílabo (Araujo) y
-ius (→ 4.3.2.7.3-2). No deberían tildarse para otras cuadrisílabo (Araújo). Nicolás
apellidos como Sender y Suñer, agudos dice que lo correcto es Ibarranguelua (co-
(v. Riquer, 1973: 269). Otros, como Do- mo registra desu ), no Ibarranguelúa, pero
ménech o Doménec, antiguamente se so- des registra Ibarranguellúa. Se escribe
metían a las reglas de atildación españolas, Iturbide, llana generalmente, pero también
de lo cual resultaba la grafía Doménech, hay quien pronuncia Itúrbide; junto a
pero actualmente se respeta la grafía ca- Aramburu o Arámburu, solo Mendiburu.
7.1.2.6.5. ATILDACIÓN DE APELLIDOS EXTRANJEROS 259

La única conclusión a que puede llegarse es rol? = Y en algunos nombres franceses en


que los apellidos vascos, puesto que son en que el acento agudo se conserva para dar a
casi todos los casos a modo de trascripcio- ciertas vocales determinado sonido, como
nes, deberían tildarse conforme a las reglas Amédée, Mérimée, etc., ¿lo suprimiríamos
de atildación españolas (→ 4.3.2.2-3). para colocar el nuestro, ya que necesaria-
mente debemos considerarlos como voces
7.1.2.6.5. Atildación de apellidos ex- agudas? ¿Y cuál primaría entonces, la
tranjeros. La regla general la da la Aca- acentuación francesa o la nuestra? Y si es
demia en la 20.a de las nuevas normas la nuestra ¿dónde hemos de colocarlo, en
de 1959, reproducida en la orae (1974: la penúltima o en la última?». Se refiere
29): «Los nombres propios extranjeros se después a los nombres alemanes en que
escribirán, en general, sin ponerles ningún aparece diéresis, como Hölderling, Müller
acento que no tengan en el idioma a que o Rückert, y se pregunta si hay que poner
pertenecen; pero podrán acentuarse a la es- tilde sobre la diéresis; y aunque se descom-
pañola cuando lo permitan su pronuncia- pusieran ä, ö, ü en ao, oe, ue, «¿dónde iría
ción y grafía originales»; añade los siguien- la tilde, si ya esas vocales no tendrían sino
tes ejemplos: Schlegel o Schlégel, Wagner el valor de una, y con sonido diferente del
o Wágner, Schubert o Schúbert (con dos de cada una de ellas (el de eu de los france-
curiosas erratas en el texto original: apare- ses)?». Y en la página 194 dice: «En nom-
ce grafiado Shlégel y Shúbert, mientras que bres extranjeros debiera tenerse como regla
escribe Schlegel y Schubert; en el drae 70 usar el acento [es decir, la tilde] de acuerdo
[p. 1424] los escribe correctamente). En con las normas para dicciones castellanas
el drae 84 suprime la tilde de Hégel, que solo en los que se hayan castellanizado,
aún figuraba en el drae 70 (s. v. idealismo, como son los nombres antiguos, que nos
aunque en marxismo, la misma fuente han llegado a través del griego o del latín,
escribía Hegel, sin tilde). Aplicando el los de la Edad Media que fueron latiniza-
mismo criterio, que es el que prevalece hoy dos y se difundieron de esta forma, y en
día, deben suprimirse las tildes de Schle- los modernos que igualmente hayan tenido
gel, Schubert, Wagner, tanto más cuanto que castellanizarse por no tener el idioma
que actualmente los apellidos, cualquie- original caracteres gráficos similares a los
ra que sea su nacionalidad o idioma, no se del español, como sucede con los nombres
adaptan a la grafía española ni siquiera por árabes, rusos, chinos, japoneses, etcétera.
medio de la tilde. A mayor abundamiento, Y así escribiremos Héctor, Heródoto, Ca-
si se escribieran esas tildes que autoriza la lígula, Cicerón, Mobámed, Alí, Firdusí,
Academia, también habría que ponérselas Kómura, Pávlof; y se dejaría al escritor
a apellidos como Mózart, Éngels, Schí- en libertad para poner o no la tilde en los
ller, Degas, Dantón, Renán, Washington, demás, como Hegel o Hégel, ya que su uso
Wínckelmann, Édison, Ándersen, Dumás, en voces en que no se desfigure la vocal
Hugo, Zolá, Aragó, etcétera (v. Lozano correspondiente mostraría al menos erudi-
Ribas, s. a., 130; Rosenblat, 1974: 44). ción y buen gusto en el escritor [ya se ha
Llevada la norma hasta sus últimas conse- visto anteriormente que la Academia, con
cuencias, habría que acentuar las íes grie- acierto, renuncia a poner tilde en Hegel].
gas de Paul Valery, George Tyrrell, Ysted, Pero a la vez debe pensarse que poco bene-
etcétera. Como dice Roberto Restrepo ficio habría de sacar quien leyera este nom-
(1952: 193): «Y pregunto: en combinacio- bre con acento o sin él, e ignorara su pro-
nes de dos o más vocales extranjeras que nunciación correcta» (→ 1.3.8.2). Termina
tienen el sonido de una sola vocal, ¿cómo diciendo que el propio drae escribe Fitz
se seguiría la norma académica? ¿Dónde Gerald, William y Garric sin tilde, y que
llevarán su acento [tilde] los nombres de «si el mismo legislador no obedece ¿cómo
Rabelais, Langlois, Rousseau o Charle- puede pedir obediencia a quienes poco in-
260 7.1.3. EL SOBRENOMBRE

terés tienen por seguirla?». Ragucci (1956: a) en los antropónimos, el cognomento


211) opina que no deben tildarse nombres se escribe con mayúscula y no se
imposibles de tildar, como Boileau, Shakes- pone coma entre el prenombre y el
peare, etcétera, pero sí cuando son «claros cognomento: Juliano el Apóstata,
y limpios», como Wéber, Washington, Fernando el Santo, Alfonso el Sabio,
Péllico, Fenelón, etcétera, «porque allí la Pedro el Cruel, Juana la Loca, etcé-
tilde sería en beneficio de muchos lectores tera;
que ignoran la exacta acentuación de tales b) en los topónimos, el cognomento se
vocablos». Como dice antes Restrepo, en escribe con minúscula solo cuando
muchos casos de poco ha de servir la tilde, va antepuesto, pero no cuando va
puesto que pronunciar [éxel] en lugar de pospuesto, y en ninguno de los dos
[hégel] (aproximadamente jéguel) para la casos se usa coma antes del artículo:
grafía Hegel no dejaría de estar lejos de la imperial Toledo, la inmortal Za-
la verdadera pronunciación de la voz; el ragoza, Tejada la Vieja, Sanlúcar la
que la haga llana en vez de aguda no ayuda Mayor, Castilla la Nueva;
demasiado, ciertamente. Como dice Casa- c) el artículo que sirve de nexo entre el
res (1952: 116), «[los apellidos,] a nuestro prenombre o el topónimo y el cog-
juicio, se han de escribir en castellano sin nomento se escribe con minúscula en
acento [tilde], si no lo tienen en la lengua todos los casos;
de origen, o reproduciendo el que tengan, d) el cognomento se escribe sin diacrí-
sea agudo, grave o circunflejo: Gaston, ticos, sean ortográficos (comillas)
Paré, Barres, Duchéne, etc. Paris, como o tipográficos (cursiva, negritas o
apellido francés se habrá de escribir, pues, versalitas).
sin acento». Así pues: los apellidos deben
escribirse con su grafía original, y si corres- 7.1.3.2. El apodo . También llamado
ponden a una lengua que no use el alfabeto alias, mote, remoquete o nombre postizo,
latino, según resulte de su trascripción o es el nombre que suele darse a una persona
trasliteración al español; de aquí que en tomándolo de sus defectos corporales o de
esta obra se aconseje escribir Tolstói, Pa- alguna otra circunstancia.
pandréu, etcétera (→ 4.3.2.2-4).
7.1.3.2.1. Generalidades. 1. El apodo
7.1.3. El sobrenombre. Nombre que puede consistir en una sola palabra, como
sustituye o se añade al apellido o prenom- Platón («ancho») por Aristocles, verdade-
bre de alguien y que suele aludir a un rasgo ro nombre de este filósofo griego; en un
o hecho característico de su persona o su calificativo, como el Tostado o el Abulense
vida. También se aplica al nombre califi- por Alonso de Madrigal; en una palabra
cativo con que se distingue a una persona, que se añade al apellido, como Beau Brum-
en lugar de hacerlo con el suyo propio. mell por Georges Bryan Brummell, o entre
Son sobrenombres el cognomento y el prenombre y apellido, como James Sam
apodo. Salt, Ernesto Che Guevara.
2. Aunque los términos alias, apodo y
7.13.1. El cognomento . Sobrenom- mote suelen presentarse como sinónimos,
bre que alcanza una persona por sus vir- en la práctica hay ciertos matices que los
tudes o defectos, o un pueblo o ciudad por diferencian. Por ejemplo, el alias suele
circunstancias o hechos notables. aplicarse con más frecuencia a maleantes y
gentes de mal vivir: Antonio García, alias
7.13.1.1. Escritura de los cognomen- el Tuerto; ‘Manuel Vargas, el Toto’; ‘José
tos. Desde el punto de vista de la escritu- Gómez (a) el Viruelas’. El apodo suele
ra, hay que distinguir los siguientes aspec- aplicarse a sabios, escritores, políticos,
tos: militares, toreros, deportistas, etcétera. El
7.1.4.3.2. EL ANAGRAMA 261

mote suele encerrar carga peyorativa, un 7.1.44. Generalidades . El seudóni-


matiz desagradable. mo no es un sobrenombre, no se añade
al nombre (y por ello generalmente no lo
7.13.2.2. Escritura de los apodos. 1. acompaña si no es en función explicativa,
El apodo, al menos la primera vez que se yuxtapuesto tras coma o bien puesto en-
mencione, puede grafiarse de las siguientes tre paréntesis); lo sustituye por completo,
maneras: ocupa su lugar, hasta el extremo de que en
la mayor parte de los casos se desconoce
a) después de nombre y apellido, sepa- el nombre verdadero, que solo a veces se
rado de este por coma, con mención hace constar en los diccionarios enciclo-
de la palabra alias, en forma abre- pédicos. Puede estar formado por una sola
viada (a) o a lo largo, o sin esa men- palabra, como Apa por Feliu Elias; Clarín
ción: ‘José Sánchez, alias el Águila’; por Leopoldo Alas; por un nombre propio,
también se puede omitir la palabra como Azorín por José Martínez Ruiz; Aba-
alias y su abreviación: ‘José Sánchez, te Marchena por José Marchena y Ruiz de
el Águila’, o bien poner el apodo Cueto; un nombre completo, como Rubén
entre paréntesis: ‘José Sánchez (el Darío por Félix Rubén García Sarmien-
Águila)’; to, o Tirso de Molina por Gabriel Téllez
b) entre el prenombre y el apellido, (→ 7.1.4.3.1).
sin coma ni mención de alias: ‘Ray
Sugar Robinson’, ‘Fernando Mosca 7.1.4.2. Escritura de los seudóni -
Godoy’, ‘Ernesto Che Guevara’. mos . Se escriben sin diacríticos, como
si se tratara de nombres propios. Solo se
2. Cuando el apodo va inmediatamente escriben con letra cursiva si se yuxtapo-
después del apellido, o entre prenombre y nen al nombre verdadero en función ex-
apellido, se escribe con letra cursiva (sub- plicativa, seguido de coma o entre parén-
rayado en lo manuscrito o mecanografia- tesis: ‘José Martínez Ruiz, Azorín, fue un
do), pero se escribe con letra redonda (es gran escritor’; ‘José Martínez Ruiz (Azo-
decir, sin diacríticos tipográficos) cuan- rín) fue un gran escritor’. Si lo que se pone
do aparece aislado: ‘Fueron detenidos el entre paréntesis es el nombre verdade-
Panda y la Tuerta’. En casos como Mosca ro, no se usan los diacríticos: Azorín
Monroy, Sugar Robinson y Che Guevara, (José Martínez Ruiz) fue un gran escritor
lo normal es escribirlos sin diacríticos (→ 7.1.2.4).
tipográficos ni ortográficos, sobre todo
cuando la mención es constante en un mis- 7.1.43. Otras formas del seudó -
mo escrito o trabajo y siempre que para el nimo .
lector quede claro que una de las partículas
es ápodo; de lo contrario, deben utilizarse 7.1.43.1. El alónimo. Es un seudóni-
los diacríticos: ‘El Che Guevara murió en mo consistente en un nombre propio fingi-
Bolivia’, pero, por ejemplo, ‘Ray Sugar do (es decir, prenombre y uno o dos apelli-
Robinson’ en una mención esporádica, con dos) con que un autor oculta su autónimo.
más motivo si el contexto no es deportivo Son alónimos, por ejemplo, Manuel Ruiz
o no trata específicamente de boxeo. de Uribe por Francisco Mariano Nipho;
3. Los artículos el o la que preceden Gabriela Mistral por Lucila Godoy; Rubén
al apodo deben escribirse con minúscula Darío por Félix Rubén García Sarmiento.
(→ 7.1.2.4). Ortográficamente, los alónimos no se dis-
tinguen con diacríticos.
7.1.4. El seudónimo o heterónimo. Es
el nombre empleado por un autor en vez 7.1.4.3.2. El anagrama. Es la voz, sen-
del autónimo o nombre verdadero. tencia, frase o nombre que resulta de la
262 7.1.4.3.3. EL ARISTÓNIMO

trasposición de las letras de otro u otra, el nombre de un autor por medio de uno
como de amor, Roma (y viceversa), de o más asteriscos. Salvo el uso esporádico
Isabel, Lesbia (y viceversa), de Rosa, asor en alguna obra literaria para sustituir un
(y viceversa). nombre de persona, ha sido empleado es-
A veces se utiliza el anagrama para la pecialmente por periodistas, pero también
obtención de un seudónimo. Por este me- escasamente, por ser una forma desperso-
canismo, Lope de Vega y Carpio formó nalizadora y poco o nada utilizable como
el anagrama seudonímico Gavriel Pade- dato documental. De hecho, no puede
copeo, con el que firmó los Soliloquios mencionarse como fuente.
amorosos de un alma de Dios (1629), y
André Breton aplicó a Salvador Dalí, for- 7.1.4.4. Elabreviamiento en los an -
mado con las letras de su nombre, el ana- tropónimos . El abreviamiento en los an-
grama Avida Dollars ‘ávido de dinero’. Sal- tropónimos da lugar a los llamados nom-
vador Espriu, por el mismo procedimien- bres hipocorísticos, que son los nombres
to, utilizó la palabra Sinera en el título de que se aplican familiarmente en forma ca-
tres de sus libros; la palabra es el anagrama riñosa, como Lupe por Guadalupe, Nando
de Arenys [de Mar] (con sustitución de y por Fernando, Isi por Isidro o Isidoro, Fina
por i). A las voces así formadas, algunos por Josefina, Lito por Joselito o Manolito,
autores las llaman palabras especulares, Tina por Valentina o Albertina, etcétera. Se
pero solo lo serían aquellas que resulten de dan asimismo por combinación de aféresis
invertir un nombre letra por letra, de tal y apócope, como Cundo por Secundino,
manera que lo sería amor por Roma, pero Mel por Ismael, e incluso dos metaplasmos
no Isabel por Lesbia. No debe confundirse más la composición: Anabel por Ana Isa-
el anagrama con el palíndromo (palabra o bel, Maipi por María del Pilar, Marilena
frase que se lee igual de izquierda a dere- por María Elena. En su escritura no hacen
cha que de derecha a izquierda) ni con uso de diacríticos.
el capicúa (número que es igual leído de
derecha a izquierda que de izquierda a 7.2. Los topónimos. También llamados
derecha). geónimos, son los nombres que se aplican
a las realidades geográficas (→ 1.3.25.2-2).
7.1.4.3.3. El aristónimo. Es un seudó-
nimo formado por un nombre nobiliario. 7.2.1. Clasificación de los topónimos.
1. El nombre puede ser propio o fingi- Para su estudio en la presente obra, consi-
do. Por ejemplo, son aristónimos Duque deraremos que pueden ser mayores o ma-
de Rivas, Marqués de Lozoya, El Conde crotopónimos, medios o mesotopónimos
Kostia (Aniceto Valdivia), El Duque Job y menores o microtopónimos. Los prime-
(Manuel Gutiérrez Nájera). ros se aplican a realidades geográficas de
2. Ortográficamente se escriben como extensas dimensiones y de importancia
el nombre propio si sustituyen a este y con mundial, como los nombres de países y sus
letra cursiva si se yuxtaponen a él; por capitales, ciudades importantes, océanos,
ejemplo, ‘el Duque de Rivas es autor de mares, grandes ríos, grandes lagos, cor-
Don Álvaro o la fuerza del sino’; ‘Aniceto dilleras, montañas, sistemas montañosos,
Valdivia, El Conde Kostia, ha escrito...’. etcétera. Los segundos, a realidades de tipo
Se escriben con mayúscula todas las pala- medio y de importancia menor. Los terce-
bras que formen el aristónimo, excepto el ros se aplican a realidades geográficas de
artículo si no le pertenece; así, el Duque de escasa importancia, generalmente locales
Rivas, pero El Conde Kostia. y de dimensiones reducidas, puntos desha-
bitados, etcétera. Los que designan partes
7.1.4.3.4. El asterónimo. Es una forma del universo se llaman cosmónimos; si de-
del seudónimo que consiste en abreviar signan montañas, orónimos; si ríos, hidró-
7.2.2. ESCRITURA DE LOS EXÓNIMOS 263

nimos; si mares u océanos, talasónimos; si topónimos han llegado al español a través


lugares con nombre de santo, hagiónimos de una lengua intermedia (inglés y francés
o hagiotopónimos; si lugares de ciudades, principalmente), o los topónimos origina-
topónimos urbanos. Los nombres de una les con grupos consonánticos o vocálicos
realidad topográfica extranjera expresados inexistentes en nuestra lengua, deben adap-
en una lengua distinta de la original se lla- tarse a la grafía española; para ello pueden
man exónimos, servir de guía las siguientes normas:

7.2.2. Escritura de los exónimos, 1. a) se suprimen las haches intermedias:


Todas las lenguas cultas utilizan exónimos Abu Dhabi debe escribirse Abu Da-
de los topónimos extranjeros; es decir, ade- bi; Afghanistan, Afganistán; Thai-
cuan la grafía y, por lo tanto, la pronun- landia, Tailandia; Rhin, Rin; Leso-
ciación de los topónimos mayores a las tho, Lesoto; Rhodesia, Rodesia; Ma-
características de su propia lengua; por batho, Mabato; se respeta la grafía
ejemplo, existen, entre otros, los siguientes Ghana;
exónimos de España: Espagne (francés), b) el grupo vocálico ou del francés se
Espanha (portugués), Espanya (catalán, reduce a u: Ouagadougou, Uagadu-
tagalo), Hispaania (estonio), Hiszpania gu; Louisiana, Luisiana; Missouri,
(polaco), Ispaniya (ruso, búlgaro), Shepha- Misuri;
rad (hebreo), Spagna (italiano), Spain (in- c) el grupo kh, en exónimos franceses
glés), Spáinn (gaélico escocés), Spanélsko e ingleses de topónimos de otras
(checo), Spania (rumano), Spanien (ale- lenguas, se traslada por j: Khartum
mán, sueco, noruego), Spanje (neerlandés, o Khartoum, Jartum; Khavarovsk,
afrikáans), Spánn (islandés), Spanyolorzág Javarovsk; Okhotsk, Ojotsk;
(húngaro); al propio tiempo, en español d) el grupo ph de exónimos o to-
se llama Francia a France, Reino Unido pónimos ingleses se transforma en
al United Kingdom, Alemania a Deuts- f: Bophuthatswana, Bofuzatsuana;
chland, etcétera. Este es un hecho tra- Philadelphia, Filadelfia;
dicional contra el que algunos pretenden e) el grupo dj francés se convierte
reaccionar a estas alturas y recomiendan en y: Tadjikistan, Tayikistán; Dja-
que los topónimos se escriban en su lengua karta, Yakarta; Djibouti, Yibuti;
original; grafían, pues, New York, Lon- Fidji, Fiyi; Azerbaidjan, Azerbaiyán;
don, Milano, Torino, Antwerpen, en lugar Abidján, Abiyán; Kilimandjaro suele
de, respectivamente, Nueva York, Londres, escribirse Kilimanjaro, pero sería
Milán, Turín, Amberes (para otros proble- más correcto Kilimanyaro;
mas que presenta la toponimia, v. Lapesa, f) la ç se convierte en z: Açores, Azo-
1973: 281 ss.). res; Curaçao, Curazao;
2. Un error muy frecuente en el uso de g) la y interior se convierte en i: Kenya,
topónimos, especialmente en obras traduci- Kenia; Sydney, Sídney (→ 7.2.3.2);
das de otros idiomas (inglés, francés, ale- Malaysia, Malaisia; Leyden, Leiden;
mán, italiano), es la utilización en nuestros se respeta en Myanmar (antigua Bir-
textos de los exónimos de esas lenguas. Por mania);
ejemplo, el nombre de ’s-Hertogenbosch, h) las letras dobles se simplifican: Ha-
ciudad de los Países Bajos, no debe gra- waii, Hawái; Messina, Mesina; Mon-
fiarse Bois-le-Duc, que es su denominación tecassino, Montecasino; Mississippi,
francesa; Aquisgrán, exónimo español de Misisipí; Missouri, Misuri; Pennsyl-
la ciudad alemana Aachen, no debe escri- vania, Pensilvania; Guinea-Bissau,
birse Aix-la-Chapelle, francés. Guinea-Bisáu);
3. En lo que respecta a pueblos ágrafos i) normalmente (pero no siempre) la w
o con alfabetos distintos del latino cuyos se convierte en u: Botswana, Botsua-
264 7.2.3. ATILDACIÓN DE TOPÓNIMOS

na; Malawi, Malaui; Swazilandia, que tradicionalmente se ha escrito Bélmez;


Suazilandia; Zimbabwe, Zimbabue; gel registra la grafía aguda, pero nel
j) la tch se convierte en ch: Tchad, recoge la alternancia Bélmez/Belmez. En
Chad. Mondariz (topónimo agudo que algunos
pronuncian erróneamente llano) se decía
7.2.3. Atildación de topónimos. que «Mondariz será Mondáriz cuando na-
riz sea náriz»; lo mismo podría decirse de
7.2.3.1. Atildación de topónimos Allariz, que no es Alláriz; de Guadix, que
de España . Siguiendo la regla general, no es Guádix, y de Gines, en Sevilla,
a los topónimos españoles no debe po- que no es Ginés. En Latinoamérica existe
nérseles ninguna tilde que no tengan en un departamento y municipio de Colombia
su idioma original (catalán, castellano, que se llama Antioquia, llana con diptongo
gallego); debe hacerse una excepción con (sin tilde), distinta de la Antioquia turca,
los topónimos vascos, por las razones que llana pero con hiato (con tilde).
se explican en el párrafo 7.1.2.6.4. Hay en
ello, aparentemente, una inconsecuencia: 7.23.1.2. Atildación de topónimos
si se escribe Paris, Berlín, ¿por qué no es- catalanes. Como se dice anteriormente
cribir Salóu, Manlléu, Felíu, por ejemplo, (→ 7.2.3.1), no llevan tilde los agudos ter-
que son topónimos españoles? En realidad, minados en -au, -eu, -ou (→ 4.3.2.1-1) ni
no existe tal inconsecuencia: París y Berlín los que terminan en -iu, -ius (→ 4.3.2.7.3).
son excepciones a la regla general, dado Los que acaban en /-ai/, /-ei/, /-oi/, /-ui/ se
que se trata de grafías tradicionales (como escriben siempre con i latina, no con y (la
se escribe Milán y no Milano, Turín y no y no existe en catalán si no es en el dígrafo
Torino, etcétera). Y aunque podría adu- ny). Por consiguiente, la grafía Sant Miquel
cirse también el caso de los topónimos que del Fay es incorrecta. Aunque lo deseable,
se españolizan solamente por la adición o en general, es usar los topónimos catalanes
supresión de una tilde (→ 7.2.3.2), tam- con su grafía propia, los que tradicional-
poco por ese motivo existe incoherencia, mente se han españolizado (bien por tra-
al haber declarado la Academia que los tarse de topónimos mayores, como Catalu-
antropónimos y topónimos catalanes agu- ña, Gerona, Lérida, bien por razones histó-
dos terminados en -au, -eu, -ou, -iu, -ius ricas) deben adaptarse a la grafía española
se escriben sin tilde (→ 43.2.2; 43.2.73). en textos españoles. En este sentido, si no
Sin embargo, la misma regla no se aplica se escribe Taüll, que es la grafía catalana,
al euskera, idioma en el que no existe la debe escribirse Tahúll, como hace desu , y
tilde y en el que, además, en muchas voces no Tahull, como hace nel . Un problema
se da adaptación a la grafía española; por distinto lo representan las grafías Lérida,
ejemplo, español Vizcaya, euskera Bizkaia; Gerona, liles Balears, A Coruña y Ouren-
español Guipúzcoa, euskera Gipuzkoa. se, ya que el Congreso de los Diputados, en
distintas fechas, aprobó su grafía catalana
7.23.1.1. Atildación de topónimos es- (las tres primeras) y gallega (las dos restan-
pañoles. Se dan a veces, aunque no con tes). ¿Quiere esto decir que es incorrecto
demasiada frecuencia, errores de atilda- escribir, en español, Lérida y Gerona, Islas
ción; por ejemplo, hay quienes escriben y Baleares (término político, distinto de islas
pronuncian Puenteáreas (por influencia Baleares, término geográfico), La Coruña
de la voz española área) en lugar de Puen- y Orense? Entiendo que no; en primer
teareas (del gallego area, arena); mejor es, lugar, porque el propio Congreso de los
desde luego, mantener su grafía en gallego, Diputados no prohíbe su utilización (solo
Ponteareas, ya que la española es híbrida establece el uso oficial, no el general) y,
de español (Puente) y gallego (areas). En en segundo lugar, por razones de tradición
Córdoba existe un pueblo llamado Belmez (a las que no parece que haya de oponerse
7.2.3.2. ATILDACIÓN DE TOPÓNIMOS EXTRANJEROS 265

el Congreso), ya que esas provincias y ca- kaia, y hablando y escribiendo en español,


pitales se han conocido siempre en español Álava, Guipúzcoa y Vizcaya.
con sus respectivos nombres españoles. A
mayor abundamiento, ¿cuál es el gentilicio 7.2.3.2. Atildación de topónimos
de Lleida y Girona? Lleidatá y gironí o gi- extranjeros . 1. La regla general la da la
rones no, que son los gentilicios catalanes. Academia en la norma 20.a de las decla-
Leridano y gerundense, respectivamente, radas de aplicación preceptiva en 1959,
sin duda. Debe tenerse en cuenta también reproducida en la orae (1974: 29): «Si se
que las leyes respectivas que autorizan a trata de nombres geográficos ya incorpo-
utilizar esos nombres con grafía vernácula rados a nuestra lengua o adaptados a su
establecen que ello solo es válido en la fonética, tales nombres no se han de con-
grafía oficial, pero no afecta al uso par- siderar extranjeros y habrán de acentuarse
ticular de cada uno. Así pues, hablando gráficamente de conformidad con las leyes
y escribiendo en catalán deben utilizarse generales»; pone los siguientes ejemplos:
las grafías Lleida, Girona e liles Balears, y París, Berlín, Turín, Nápoles, Támesis.
hablanda y escribiendo en español, Lérida, También prevé la Academia la posibilidad
Gerona e Islas Baleares. de acentuarlos «a la española cuando lo
permitan su pronunciación y grafía origi-
7.2.3.1.3. Atildación de topónimos ga- nales», con los siguientes ejemplos: Lyon o
llegos. Deben escribirse con su grafía en Lyon, Windsor o Wíndsor. Aquí se barajan
gallego, cuando esté establecida, salvo que varios casos. Se trata, en todos ellos, de
se trate de topónimos mayores o existan españolizaciones, pero de diverso grado,
razones históricas para su grafía española como se verá. En París y Berlín la españo-
(por ejemplo, aunque en gallego se escribe lización consiste solamente en la adición
A Coruña y Ourense, en un texto en espa- de una tilde, ya que las grafías originales,
ñol debe escribirse La Coruña y Orense, en francés y alemán respectivamente, son
respectivamente [→ 7.2.3.1.2]). Las reglas Paris y Berlín; la tilde se aplica por ra-
de atildación del gallego son distintas de zones históricas y, por no existir estas en
las del español; por consiguiente, en las cuanto a Bristol, se escribe sin ella pese
grafías de los topónimos gallegos hay que a que su pronunciación es llana. Por lo
respetar sus grafías. Así pues, hablando y que respecta a Turín (it. Torino), Nápoles
escribiendo en gallego deben utilizarse las (it. Napoli) y Támesis (i. Thames), se trata,
grafías A Coruña y Ourense, y hablando como se ve, de españolizaciones en toda la
y escribiendo en español, La Coruña y regla y en este caso, naturalmente, deben
Orense. llevar las tildes que corresponden a grafías
españolas.
7.2.3.1.4. Atildación de topónimos En la misma regla entran topónimos
vascos. Los topónimos vascos deberían como Tíber (it. Tebere), Ravena o Ráve-
someterse a las reglas de atildación espa- na (it. Ravenna), Milán (it. Milano), et-
ñolas, por la razón, aducida (→ 4.3.2.2-3; cétera. Sin embargo, existe error en las
7.1.2.6.4), de que, al carecer de tildes pese grafías Munich (al. München), Francfort
a tratarse de una lengua de acento libre, (al. Frankfurt), Nüremberg (al. Nürnberg),
la pronunciación de topónimos y antro- que deben escribirse, respectivamente, Mú-
pónimos vascos puede presentar múltiples nich, Fráncfort y Núremberg. Por lo que
dificultades. Las reglas de atildación del respecta a Lúbeck, la grafía registrada por
vasco son distintas de las del español; por el drae 70 (p. 1423) es Lubek, y la consi-
consiguiente, en los topónimos vascos hay dera aguda; la edición anterior del drae 56
que respetar sus grafías. Así pues, hablan- (p. 1367) escribía correctamente Lúbeck,
do y escribiendo en vasco deben utilizarse pero también la consideraba aguda; en
las grafías Araba-Álava, Gipuzkoa y Biz- realidad, es llana, al igual que Zúrich, y
266 7.2J.2. ATILDACIÓN DE TOPÓNIMOS EXTRANJEROS

ambas pueden españolizarse en las formas a) se les añade tilde: Annápolis (i. An-
Lúbeck y Zúrich, respectivamente. Seco napolis), Arlés (fr. Arles; v. drae , s.
(1998: s. v.) recomienda Múnich y Núrem- v. bauxita), Arrás (fr. Arras; v. drae ,
berg o Nuremberg; la Academia, que en s. v.), Yukón (i. Yukon), Oregón
el drae 84 escribía Munich, en el drae 92 (i. Oregon), Canadá (i. Canada),
le añade la tilde: Múnich, Sídney, con esta Coímbra (port. Coimbra), Gabón
grafía (del i. Sydney), registrada por desu , (fr. Gabon), Bahía (port. Bahía o
debe escribirse con tilde, Sídney, si se usa Baia), Indianápolis (i. Indianapo-
la forma españolizada (→ 4.3.2.2-5). En lis), Malí (fr. Malí), Minneápolis
los casos en que la grafía original tenga (i. Minneápolis), Rímini (it. Rimini),
una estructura que permita su atildación Sofía (búlg. Sofia), Tívoli (it. Tivoli),
española, esta no debe aplicarse si no se Umbría (it. Umbría);
trata de voces que hayan recibido algún b) pierden la tilde: Belem (port. Belém),
tipo de españolización (→ 7.2.3.2-2). A es- Brasilia (port. Brasília), Marilia
te respecto, no parece acertado el ejemplo (port. Marilia), Montreal (fr. Mont-
académico de Lyon, cuya grafía, por no réal), Orleans (fr. Orléans), Quebec
ser la y normal en esa posición en español, (fr. Québec), Santarem (port. Santa-
no admite la tilde (es más: según Sanín rém), Senegal (fr. Sénégal);
Echeverri, debe tildarse Sión, pero no Lyon c) pierde el circunflejo: Nimes (fe Nimes).
por ser diptongo). El mismo criterio debe
aplicarse a topónimos como Wórcester, El drae , que, como hemos visto, registra
Leicester, Washington, Amsterdam, etcéte- Arlés y Arras, escribe, por el contrario, Al-
ra. Como dice Casares (1952: 93), «Al que bi (s. v. albigense). Para unificar criterios,
sepa y quiera pronunciar un nombre ex- es recomendable escribir estos tres topóni-
tranjero con arreglo a la fonética original mos sin tilde: Arles, Arras, Albi.
le estorbará la tilde académica, por cuanto Cuando el topónimo procede de lenguas
puede dar a dicho nombre una fisonomía que no usan el alfabeto latino, se adaptan
grotesca: Byron. Al que no sepa, nada le su escritura y su pronunciación al espa-
ayudará el acento gráfico; y si ha de leer ñol: Tíbet, Adén, Ibadán, Isfahán, Járkov,
el nombre extranjero a la española tanto Dánzig (pol. Gdañsk). Siempre se procura
da que pronuncie, por ejemplo, Wórcester, acercarse a su pronunciación original, sal-
como Worcéster o Worcestér, puesto que vo casos en que tradicionalmente se haya
en ningún caso se aproximará a la realidad: utilizado de determinada manera no acor-
Uúster, Léicester, convertido en esdrújulo de con ese principio.
por la Gramática, se pronuncia bisílabo: 3. Un caso que merece tratamiento es-
Léster». Y en la página 116 añade: «[...] pecial es el del topónimo SaharalSáharal
hemos de llamar la atención acerca de la Sájara. ¿Cuál de estas tres grafías es la
diferencia existente entre el nombre ex- correcta en español? Consultado en 1966
tranjero de un lugar y el nombre español Juan Vernet, profesor a la sazón de la
de un lugar extranjero»; en efecto, los pri- Facultad de Filosofía y Letras de la Uni-
meros se escriben con las tildes que lleven versidad de Barcelona, aconsejaba la grafía
originalmente, y los segundos, con la que Sahara, «no solo por ser la tradicional (y
les corresponda en español. Sin embargo, ya es mucho), sino también por la especial
el drae escribe cemento de Pórtland, cuan- contextura fonética del árabe, que tiene
do debería haber escrito cemento pórtland tres guturales —las que científicamente
(de Portland), transcribimos como h, h, j—. La primera se
2. Hay, sin embargo, una serie de nom- corresponde bastante bien con la h aspira-
bres que tradicionalmente se han españoli- da andaluza; la tercera, con la j castellana,
zado por el mecanismo de añadir o suprimir y la segunda —empleada para Sahara— no
una tilde. Por ejemplo: tiene equivalente en nuestras lenguas. Es-
7.2.3.4.1. TOPÓNIMOS SIMPLES 267

cribir Sajara equivale, por tanto, a forzar llegar a V..., no encontré ...; Al llegar a ...,
una pronunciación más extraña al oído no encontré ...; también se puede utilizar
árabe que la representada por Sahara». La la X, con punto o sin él (→ 10.5.32.2-6).
Academia, en el drae 70 (s. v. sahariano), Cuestión distinta es el uso, en algunos
sustituyó la grafía Sahara, tradicional, por casos, de siglas para sustituir a los nombres
Sahara, pero posteriormente (v. DRAE84: s. de ciertos países, generalmente los que son
v. saharaui y sahariano) vuelve a la grafía largos, como los Estados Unidos (eua ), los
Sahara, que, como dice el profesor Vernet, Emiratos Árabes Unidos (eau ), la Unión
es la mejor. Sin embargo, en el DRAE01, en de Repúblicas Socialistas Soviéticas (URSS).
la voz saharaui escribe Sahara en la etimo- Con todo, la primera vez que se emplee en
logía y Sahara en la definición, que está en una unidad textual, el nombre del país de-
la línea siguiente; cuatro líneas más adelan- be darse por entero, seguido, entre parénte-
te, en sahariano, vuelve a escribir Sahara. sis, de la forma abreviativa, que será la que
4. Se dan también algunos casos de se use en adelante en esa unidad textual.
alternancias en topónimos; por ejemplo, En otros casos se emplean símbolos para
Araucanía/Araucania (nel , pero solo Ama- representar, en determinadas situaciones,
zonia; desu , solo Araucania, y también el nombre de un estado que forma parte
Amazonia), Benín/Benin (NEL; desu , solo de una federación, provincias de un país o
Benín), Haceldama/Hacéldama (nel ). Ru - comarcas de una autonomía. Por ejemplo,
mania/Rumanía merece atención aparte: los que se emplean en los estados de los
la alternancia la recoge, por este orden, Estados Unidos o Brasil, las provincias
NEL; desu escribe Rumania; Rosenblat de Canadá o las comarcas de Cataluña
(1960: 297) dice que «En España prefieren (v. Martínez de Sousa, 2012: 624). En estos
Rumania (como Turquía, Hungría, etc.), casos, tales símbolos solo pueden usarse
pero en América es más general Rumania a continuación del topónimo correspon-
(como Alemania, Francia, Rusia, etc.), que diente y entre paréntesis. No sería correcto
es además lo académico». Habría que aña- decir que «en NY ha habido un accidente»,
dir que era lo académico hasta el drae 92, por ejemplo.
porque el DRAE01, s. v. rumano, escribe
Rumania. Seco (1998: s. v.) acepta también 7.2.3.4. El artículo en los topóni -
la alternancia para este topónimo. Como mos . A este respecto no hay reglas fijas, ni
dato digno de tenerse en cuenta a la hora en cuanto al uso de artículo ni, en general,
de elegir una grafía, la forma Rumania al de mayúscula cuando lo lleva.
coincide con la pronunciación rumana del
topónimo Romanía, que es el original. 7.2.3.4.1. Topónimos simples. Entre
los topónimos simples, unos reclaman el
7.2.3.3. Abreviaturas de topóni - artículo, con mayúscula unas veces y con
mos . Como regla general, los topónimos minúscula otras, y otros lo rechazan.
no deberían abreviarse, sea el sustantivo o 1. Llevan siempre artículo escrito con
el adjetivo. Así, debe escribirse San Fran- mayúscula: El Cairo, El Cabo, El Escorial,
cisco, Santa Isabel, San Antonio en vez El Salvador, El Paso, La Coruña, La Haba-
de S. Francisco, Sta. Isabel, S. Antonio. na, La Meca, Los Ángeles, etcétera.
(En algunos países, Brasil por ejemplo, la 2. Llevan siempre artículo con minús-
abreviación arbitraria de los topónimos cula: el Ática, el Chad, el Congo, el Hin-
está prohibida legalmente.) Solo en obras dustán, la India, el Labrador, el Líbano,
literarias pueden encontrarse los topóni- el Perú, el Tíbet. (Aunque se ha intentado
mos abreviados, para lo cual se recurre, suprimir el artículo de la India y el Líbano,
como en los antropónimos, a letras, puntos son dos casos que lo reclaman por razones
suspensivos o una combinación de ambos: tradicionales y de eufonía; el Perú se ve
Al llegar a V, no encontré a mi amigo; Al escrito también, actualmente, Perú, sin el.)
268 7.2.3.4.2. IMPROPIEDADES EN EL USO DE TOPÓNIMOS

3. Llevan también artículo (siempre con siguientes: Arabia Saudí, Estados Unidos,
minúscula) los nombres de las comarcas o Gran Bretaña, etcétera. Si el primer ele-
regiones naturales y algunas de las históri- mento del nombre compuesto es Reino,
cas: las Arderías, la Bretaña, la Cerdaña, República, Confederación, Unión o País,
la Champaña, la Mancha, el Milanesado, lleva siempre artículo (escrito con minús-
las Landas, los Monegros, las Alpujarras, cula): el Reino Unido, la República Federal
el Peloponeso, la Rioja, el Tirol, el Trans- de Alemania, la República Dominicana, la
vaal, etcétera. Obsérvese, no obstante, que Confederación Helvética, la Unión Soviéti-
si estos nombres se usan con otras aplica- ca, los Países Bajos, el País Vasco, el País
ciones, tal vez reclamen la mayúscula; por de Gales. También lo lleva, en minúscula,
ejemplo, hay que distinguir entre la Rioja los Emiratos Árabes Unidos.
(región natural) y La Rioja (nombre actual 2. Lleva siempre artículo (con minúscu-
de la antigua provincia de Logroño y de la la): el Franco Condado.
autonomía), así como entre la Mancha y 3. Rechazan el artículo: Costa Rica,
Castilla-La Mancha (la autonomía). Pero Puerto Rico, Papúa-Nueva Guinea, Tri-
no es acertado escribir El Bierzo, puesto nidad y Tobago, Guinea-Bisáu, Guinea
que se trata de una región natural y, por Ecuatorial.
consiguiente, la grafía correcta es el Bierzo. 4. En cuanto a nombres de poblaciones,
4. Pueden escribirse con artículo (en no hay reglas fijas: unos llevan artículo con
minúscula), aunque generalmente tienden mayúscula, como La Palma del Condado,
a prescindir de él en el uso ordinario: Afga- El Puerto de Santa María; otros, con mi-
nistán, Argentina, Brasil, Camerún, Cana- núscula, como las Navas de Tolosa, y otros
dá, Ecuador, Gabón, Filipinas, Irán, Iraq, no lo llevan, como Palma del Río.
Japón, Pakistán, Paraguay, Perú, Senegal,
Sudán, Uruguay, Vietnam, Yemen. 7.2.3.5. El abreviamiento en los to -
5. Rechazan el artículo los nombres pónimos . Existen algunos abreviamientos
de los cinco continentes, y además: Chile, familiares aplicados a nombres de ciudades,
China, Checoslovaquia, Chequia, Colom- como Guate por Guatemala, Chichi por
bia, Egipto, Eslovaquia, Eslovenia, Espa- Chichicastenango, Prisco por San Fran-
ña, Finlandia, Francia, Gambia, Guatema- cisco de California, Barna por Barcelo-
la, Inglaterra, Irán, Iraq, Irlanda, Islandia, na, Reu por Retalhuléu, Císter por Cister-
Italia, Marruecos, México, Nicaragua, Ní- cíum.
ger, Noruega, Panamá, Polonia, Suecia,
Venezuela, Yucatán, Yugoslavia, Zambia, 7.2.3.6. El guión en los topónimos
etcétera. Sin embargo, deben llevar artícu- compuestos . En francés, al igual que los
lo cuando el topónimo va seguido de un prenombres compuestos, suelen escribir-
determinativo de lugar, época, etcétera: la se con guión los topónimos compuestos:
Francia de nuestros días, la Italia republi- Aix-en-Provence, Saint-Denis, Montceau-
cana, la España monárquica, el Portugal -les-Mines, abadía de Mont-Saint-Michel,
de otros tiempos, la Europa occidental Caudies-de-Fenouillédes. En portugués se
(término exclusivamente geográfico; en unen con guión los que empiezan por
sentido geopolítico suele prescindirse del Grá- o Grao-: Grá-Bretanha, Gráo-Pa-
artículo: Europa occidental sigue las hue- rá, así como los que están ligados por
llas de los Estados Unidos), la Alemania artículos: Trás-os-Montes. En español no
oriental, etcétera. es costumbre ligar con guión los elemen-
tos que forman un topónimo compuesto,
7.2.3.4.2. Topónimos compuestos. Pue- salvo casos esporádicos que no obede-
den llevar artículo o prescindir de él. cen a regla: Pinilla-Trasmonte (Burgos),
1. Pueden llevarlo (en minúscula), aun- Pedro-Martínez (Granada), Pedrosa del
que generalmente prescinden de él, los Río-Urbel (Burgos), Vélez-Málaga (Mála-
7.23.7. IMPROPIEDADES EN EL USO DE TOPÓNIMOS 269

ga). Sin embargo, este uso no es constante de topónimos . Debe evitarse utilizar to-
ni siquiera en casos similares: Vélez Blanco pónimos impropios o anacrónicos para
y Vélez Rubio (Almería) no llevan guión. mencionar países actuales. Así, Inglaterra,
Por supuesto, es error inadmisible ponerle Gran Bretaña e islas británicas son impro-
guión a topónimos que nunca lo llevaron: piedades por Reino Unido (país). Al hablar
Nueva-York, Hong-Kong, que deben escri- de Corea debe especificarse a cuál de los
birse Nueva York y Hong Kong, respecti- dos países se hace referencia. Deben sus-
vamente. tituirse Dahomey por Benín o Benin y
Rodesia por Zimbabue. Hay otros casos
7.2.3.7. Impropiedades en el uso semejantes.
8. Numeración

La numeración es un sistema para repre- correspondientes al millón elevado a la


sentar los números por medio de vocablos vigésima potencia (→ c. 8.1).
y caracteres en cantidad limitada. Los 2. A partir de dieciséis, los numerales
sistemas más utilizados en Occidente son se forman por composición, de la siguiente
la numeración arábiga y la numeración ro- manera: se escriben en una palabra desde
mana. el dieciséis hasta el veintinueve; a partir de
treinta y uno hasta noventa y nueve, en tres
8.1. Numeración arábiga. Sistema que palabras; desde ciento, en dos o más pala-
utiliza diez números o guarismos (los sig- bras: ciento uno, ciento treinta y nueve; los
nos 0, 1, 2, 3, 4, 5, 6, 7, 8, 9), con los que miles y millones, en dos o más palabras:
se puede expresar cualquier cantidad; tam- diez mil, cuatro millones. Las grafías diez
bién se llama numeración decimal (es decir, y seis, diez y siete, diez y ocho y diez y
de base diez). Los números arábigos se nueve, no registradas por el drae , deben
dividen en cardinales, ordinales, partitivos desecharse en beneficio de la escritura en
y proporcionales. una sola voz. (Aunque algunos autores
dan aquellas grafías en dos palabras como
8.1.1. Números cardinales. Son los nú- alternancias académicas, lo cierto es que el
meros enteros mencionados en abstracto: DRAE01 solo dice, en dieciséis por ejemplo,
uno, dos, tres, ocho, etcétera. Pueden es- «Diez y seis», es decir, como definición,
cribirse con cifras o con letras, en una o en no como alternancia ortográfica; en ca-
varias palabras. torce lo expone mucho más claro: «Diez
más cuatro»; para evitar confusiones, así
8.1.1.1. Escritura de los números debería definirlos en la serie dieciséis-
cardinales . 1. En español solo se men- diecinueve: diez más seis, etcétera.) En la
cionan con palabras especiales los com- serie treinta y uno-noventa y nueve, existe
prendidos entre cero y quince, las decenas tendencia a escribirlos en una sola palabra:
entre veinte y noventa, las centenas entre treintiuno, cincuentiocho, sesentinueve, et-
ciento y novecientos; los millares. En cuan- cétera, sobre el mismo modelo de la serie
to a los millones, la Academia solo registra dieciséis-veintinueve; puesto que en la serie
millón, billón, trillón y cuatrillón, pero treinta y uno-noventa y nueve el acento de
actualmente existen nombres especiales intensidad recae en el segundo elemento
8.1.1.1. ESCRITURA DE LOS NÚMEROS CARDINALES 271

(cincuentaicuátro), esto abona la tendencia 4.1. Como norma general, sometida a


a la pronunciación unitaria y, por consi- excepciones, los números dígitos (es decir,
guiente, a la escritura en un solo término, del 1 al 9), especialmente en obras litera-
que, hoy por hoy, no está registrada por la rias, cualquiera que sea la unidad a que se
Academia. refieran:
3. Se escriben con cifras:
3.1. Las cantidades concretas superiores Recorrió ocho kilómetros en tres horas y
a nueve: 15 obreros, 20 coches, 180 casas. media;
3.2. Las cantidades concretas, incluidos Compró seis caballos;
Había allí nueve automóviles.
los dígitos, que expresan unidades de un
sistema: 6 L, 24 m, 47 g, 0,2 MW. (En
obras literarias, no específicamente técni- Sin embargo, deben escribirse con cifras en
cas o científicas, los símbolos pueden sus- los siguientes casos:
tituirse por las palabras correspondientes:
seis litros, 24 metros, etcétera, pero en este a) cuando vayan seguidas de símbolos
caso los dígitos se expresan con letras: tres (→ 8.1.1.1-3.2);
litros, nueve metros.) b) cuando, en ciertas obras o escritos,
3.3. Las cantidades con que se expre- formen parte de una relación, se dis-
san grados, minutos y segundos, sean pongan en columna o en línea:
geográficos, sexagesimales o centesimales
(→ 8.1.1.5). 1 termómetro;
3.4. Las cantidades que expresen 6 vendas;
1 termómetro, 6 vendas;
precios, habitantes, número de páginas,
apartados, versículos; los porcentajes c) cuando se use como nombre de una
(→ 8.1.1.6); cifra:
los números de las casas en las mencio-
nes de calles, plazas, paseos, etcétra; El 3 queda torcido;
los de publicaciones periódicas; El 7 adelanta al 8;
los de artículos de códigos, leyes, decre- Aquel deportista llevaba un 7 en la espalda;
tos, disposiciones, etcétera;
los de los versos en obras de poesía obsérvese que debe escribirse con letra si
cuando se numeran para su estudio; siete significa «rasgón».
los de las figuras, tablas y cuadros en 4.2. Como norma general, sometida a
un libro; excepciones, deben escribirse con letras
los folios de las páginas. las cantidades dubitativas, aproximadas o
inexactas:
3.5. Las fechas: 19 de noviembre del
2001 (→ 8.1.1.4). En el accidente hubo unos doscientos heridos
3.6. En obras técnicas, científicas o de
estadística (es decir, aquellas en que se ma- (no es una cifra exacta, que se descono-
nejan cifras en gran cantidad), todas las ce). Sin embargo, en obras de economía u
cifras que expresen magnitudes, medidas, otras semejantes, como las de estadística,
cantidades, etcétera, que indiquen opera- matemáticas y otras ciencias y técnicas,
ciones o intervengan en fórmulas. las cantidades propias de la materia que
3.7. Los números que se posponen a un se desarrolla se escriben siempre con cifras
sustantivo: número 28, segmento 9, caseta aunque sean dubitativas, especialmente
23, piso 3, habitación 235, estudio 4, ca- cuando resultan largas, caso en el cual el
libre 9. lector capta mejor las cifras, más concre-
4. Se escriben con letras: tas, que las palabras (→ 8.1.1.1-4.8).
272 8.1.1.1. ESCRITURA DE LOS NÚMEROS CARDINALES

Cuadro 8.1. Números cardinales

Cifra Nombre Cifra Nombre


0 cero 300 trescientos
1 uno 400 cuatrocientos
2 dos 500 quinientos
3 tres 600 seiscientos
4 cuatro 700 setecientos
5 cinco 800 ochocientos
6 seis 900 novecientos
7 siete 999 novecientos noventa y nueve
8 ocho 1 000 mil
9 nueve 2 000 dos mil
10 diez 3 000 tres mil
11 once 4 000 cuatro mil
12 doce 5 000 cinco mil
13 trece 6 000 seis mil
14 catorce 7 000 siete mil
15 quince 8 000 ocho mil
16 dieciséis 9 000 nueve mil
17 diecisiete 10 000 diez mil
18 dieciocho 100 000 cien mil
19 diecinueve 500 000 quinientos mil
20 veinte 106 millón
21 veintiuno 107 diez millones
22 veintidós 108 cien millones
23 veintitrés 109 mil millones
24 veinticuatro 1010 diez mil millones
25 veinticinco 1011 cien mil millones
26 veintiséis 1012 billón
27 veintisiete 1018 trillón
28 veintiocho 1024 cuatrillón
29 veintinueve 1030 quintillón
30 treinta 1036 sextillón
31 treinta y uno 1042 septillón
32 treinta y dos 1048 octillón
40 cuarenta 1054 nonillón
41 cuarenta y uno 1060 decillón
50 cincuenta 1066 undecillón
60 sesenta 1072 duodecillón
70 setenta 1078 tredecillón
80 ochenta 1084 cuatordecillón
90 noventa 1090 quindecillón
100 ciento 1096 sexdecillón
101 ciento uno 10102 septendecillón
102 ciento dos 10108 octodecillón
200 doscientos 10114 novendecillón
202 doscientos dos 10120 vigintillón
8.1.1.1. ESCRITURA DE LOS NÚMEROS CARDINALES 273

4.3. Las cantidades que expresan tiem- Este círculo resulta 5,28 veces mayor.
po:
4.7. Los números que forman parte de
Hace catorce años; los nombres de calles y plazas:
Han pasado veintiocho segundos;
Se han cumplido setenta años de la Re- Calle de los Doce Apóstoles;
volución rusa. Paseo del Catorce de Julio;
Calle de los Héroes del Diez de Agosto.
La edad de las personas suele escribirse
con letras, pero la grafía con cifras parece En los casos de nombres de ciudades,
más apropiada: distritos, departamentos, provincias, etcé-
tera, no hay al respecto unidad de criterio:
Fulano tiene 28 años, en un mismo país, Argentina, Nueve de
Julio se escribe con letras cuando se refiere
que es distinto de la expresión, por ejem- a un partido del Chaco, y con cifra, 9 de
plo, Julio, cuando es departamento; en el mis-
mo país se escribe Veinticinco de Mayo,
Fulano nació hace veintiocho años. mientras que en el Perú se escribe 27 de
Noviembre, topónimos los dos.
Los días del año o de los meses se escri- 4.8. En obras literarias suelen escribirse
ben con cifras: con letras las cantidades puestas en boca
El año bisiesto tiene 366 días; febrero, 28, y
de una persona. Parece lógico que una per-
los bisiestos, 29. sona no habla con cifras, sino con las pala-
bras que las nombran. Sin embargo, son
4.4. En general, los números mencio- importantes los problemas a que da lugar
nados en las poesías (salvo que el autor esta regla si se aplica a rajatabla, por lo
indique lo contrario) y los que aparecen que parece preferible, cuando la cantidad
en títulos (de obras, películas, etcétera) se tenga demasiadas cifras (y por lo tanto el
escriben con letras, aunque se dan excep- escribirla con letras redunde en confusión
ciones, como las fechas: Agosto de 1914; para el lector), escribirla con ellas, y con
1984, de Orwell; no se justifica en un título letras en los siguientes casos:
como 500 años de imprenta, de Steinberg,
donde debió escribirse Quinientos años de a) las cifras inferiores a ciento: cuaren-
imprenta. ta y uno, ochenta y cuatro;
4.5. La mención de los palos de las car- b) los múltiplos de diez con menos de
tas y de los puntos de los dados: cuatro cifras: cuatrocientos treinta,
quinientos ochenta, ochocientos se-
Tengo el diez de bastos; tenta;
Me ha salido un seis. c) las cantidades que se expresan con
un dígito seguido de ceros: treinta,
4.6. La numeración que pueda corres- ciento, quinientos, mil, un millón,
ponder a conceptos abstractos, como los veinte millones, etcétera.
siguientes:
4.9. En el uso anglicista de denominar
Se lo he advertido veinte veces; los decenios con el nombre de la decena
Me ha pasado lo mismo en catorce ocasiones correspondiente, lo correcto es escribirla
distintas. con letras y no con cifras:
Lógicamente, si tales cantidades tienen ex- En la década de los treinta comenzó sus estu-
presiones con decimales, deben escribirse dios de ingeniería;
con cifras: Los años cuarenta fueron críticos para él.
274 8.1.1.2. APÓCOPE DE LOS NÚMEROS CARDINALES

No debe escribirse el nombre de la década 4.11. Los números enunciativos se es-


en plural: los treintas, la década de los criben con letra:
cuarentas, ni usar cifras: los 30, los años
40, la década de los 50 (obsérvese que En 1880 eran cuarenta y dos los Estados
30, 40, 50 son cifras exactas [no hay otra representados en la Santa Sede;
manera de interpretar], mientras que al Los Estados Unidos están compuestos por
escribirlos con letras no nos referimos a cincuenta estados y un distrito federal;
un año concreto, sino al conjunto de diez Los discípulos de Cristo fueron setenta y dos,
años que llevan la cifra a que se refiere: entre los que eligió doce apóstoles.
los años treinta comprenden desde el 30
hasta el 39, ambos inclusive). El Esbozo 4.12. Las cifras que encabecen párrafo
(1973: 239) recomienda usar las palabras o título o vayan después de punto se escri-
decenio o década: la tercera década del ben con letras.
siglo xx, el cuarto decenio. Sin embargo,
hay una diferencia importante entre esta 8.1.1.2. Apócope en los números
fórmula y la inglesa: mientras que esta se cardinales . Los números uno y ciento se
refiere, con los años cuarenta, a todos los apocopan cuando preceden a un sustanti-
que llevan la cifra 4 (40, 41, etcétera, hasta vo, un adjetivo u otro numeral: un amigo,
49), la década o el decenio comprenden, en un buen amigo, treinta y un mil, un millón;
ese ejemplo concreto, desde el año 41 hasta cien amigos, cien buenos amigos, cien mil,
el 50, ambos inclusive, puesto que década cien millones. Si la palabra siguiente es
significa, según el drae 01, «Período de femenina, se escribe una: una amiga, una
diez años referido a las decenas del siglo», buena amiga, treinta y una amigas. Sin em-
de lo que se deduce que no son diez años bargo, treinta y una mil pesetas es forma
cualesquiera, sino precisamente del 1 al 10, incorrecta (como veintiuna mil, cuarenta
del 11 al 20, etcétera, como lo demuestra y una mil, etcétera); debe escribirse trein-
el ejemplo académico: «La segunda década ta y un mil pesetas; téngase en cuenta que
de este siglo» (naturalmente que se puede treinta y un no se refiere a pesetas, sino a
decir la década comprendida entre 1915 miles; el hecho de que en esa construcción
y 1924, pero ya no es el mismo caso). Es no se emplee el plural miles (como se hace
asimismo anglicismo ortográfico escribir con millones: treinta y un millones), sino
los años 1800s, en lugar de el siglo xix, o el singular mil, propicia el error de hacer
bien los años 1840s, en lugar de los años femenino el artículo. Si se escribe treinta
cuarenta del siglo xix. y una pesetas, se entiende que se trata
4.10. Normalmente se escriben con le- de treinta pesetas + una peseta, es decir,
tra las denominaciones numéricas de con- treinta y una pesetas; aquí, treinta y una
gresos, reuniones de cualquier tipo, gue- se refiere a pesetas y por eso el artículo es
rras, repúblicas, imperios, etcétera: cuarto femenino. Sin embargo, treinta y un mil pe-
Congreso de Academias de la Lengua Es- setas se refiere a treinta mil pesetas + (un)
pañola, duodécimo Campeonato Mundial mil pesetas, es decir, treinta y un mil pese-
de Billar, primera guerra mundial, Quinta tas, donde treinta y un se refiere a miles y
República Francesa, Tercer Imperio (o Ter- no a pesetas, y por ello el artículo debe ir
cer Reich), etcétera, aunque no falta quien en masculino. Pero, por el contrario, debe
los escriba con otro tipo de numeración escribirse cien mil una pesetas (100 001),
(→ 6.4.11.7). También se dan grafías con es decir, cien mil pesetas + una peseta. Es
cifras arábigas cardinales u ordinales y un caso semejante a Las mil y una noches,
con cifras romanas. En cualquier caso, al en que noches aparece en plural porque la
citar tales títulos deben reflejarse con su cifra que le precede no es una, sino mil una
exacta grafía en cuanto a la forma elegida (1001) (obsérvese, de paso, que el sintagma
y las mayúsculas empleadas. mil y una es incorrecto, y que solo puede
8.1.1.4. ESCRITURA DE LAS HORAS 275

justificarse en ese título por el hecho de no 14 h 25 min 12,6 s,


querer indicar exactamente mil una, sino 14 h 25 min 12,06 s,
gran cantidad, número enorme). 14 h 25 min 12,006 s,
En el caso de ciento se tiende a escribir
y pronunciar cien, algunas veces justifica- respectivamente. No es correcto escribirlas
damente. Como dice Carnicer (1969: 103), como si se tratase de grados:
«[...] ocurre muy a menudo que a una pre-
gunta como ¿cuántas personas vendrán?, 14,25' 12".
se responde que cien, en lugar de ciento.
Hay quien lo atribuye a influencia del fran- 1.2. Cuando indican el momento en
cés, sin mucho fundamento, porque tanto que algo ha de realizarse (programas de
se da la supresión entre personas cultivadas actos o de radio y televisión, por ejemplo).
como entre analfabetos sin contacto algu- En estos casos debe tenerse en cuenta lo
no con gentes o publicaciones influidas por siguiente: si la hora es exacta (sin frac-
aquella lengua. Lo que en realidad se pro- ciones), puede optarse por escribirla con
duce es una elipsis del sustantivo personas, letras:
que por venir expresado en la pregunta
sería ocioso repetir. De todos modos, hay El acto se iniciará a las seis de la tarde;
una evidente tendencia a abandonar la
forma ciento». Ciento es la grafía acadé- o con cifras y su correspondiente acompaña-
mica en estos casos, mientras que cien lo miento de ceros:
impone el uso. Por ello, junto a Consejo de
El acto se iniciará a las 6.00 de la tarde;
Ciento (clásico) es posible que hoy se dijera
el Comité de los Cien (moderno), pero se
no sería correcto
sigue diciendo más vale pájaro en mano
que ciento volando, ciento y la madre, El acto se iniciará a las 6 de la tarde.
ciento y raya, quien hace un cesto hace
ciento, y en los porcentajes se dice tanto También puede expresarse mediante el sis-
por ciento, cuatro por ciento, veintiocho tema de las veinticuatro horas:
por ciento. La frase cien por cien (ponde-
rativa) nunca podría escribirse 100% o El acto se iniciará a las 18.00 horas;
100 por 100 (que, por otra parte, hay que
leer ciento por ciento y no cien por ciento, en este caso no debe añadirse de la tarde,
ciento por cien ni, en este caso concreto, puesto que esa hora corresponde a la tarde.
cien por cien). La adición de los ceros, aun tratándose de
una hora sin fracciones, es conveniente pa-
8.1.1.3. Escritura de las horas . 1. ra indicar precisamente que tales fraccio-
Se escriben con cifras: nes no existen, así como para emparejar las
1.1. Cuando indican tiempo invertido horas sin fracciones con las que las tienen.
en una competición; en este caso se siguen En este caso, si la hora tiene fracciones, la
de h (horas), min (minutos), s (segun- expresión horaria debe escribirse siempre
dos): con cifras:

14 h 25 min 12 s. El acto se iniciará a las 8.45;


El acto se iniciará a las 20.45
Puesto que los segundos son decimales (→ 8.1.1.8-2).
(a diferencia de los minutos, que son se-
xagesimales), pueden hacerse constar las 1.3. Los horarios:
décimas, centésimas y milésimas, cuando
sea necesario, de la siguiente manera: La visita es de 3.30 a 6.45;
276 8.1.1.4. ESCRITURA DE LAS FECHAS

El talgo sale a las 10.25 y llega a las 20.50; internacional, pero no suele emplearse en
Entrada: 8.00; Salida: 16.30. español en el uso ordinario (sí, general-
mente, en el científico). El orden mixto
2. Se escriben con letras: (mes, día, año), utilizado por algunos en
2.1. Cuando indican duración, tiempo español antiguamente, escasamente en la
transcurrido o el que se requiere para rea- actualidad, no debe usarse en ningún caso,
lizar algo: menos aún en las formas abreviadas. La
fijación del orden ascendente de los datos
Durante treinta y cinco horas permaneció en en las fechas en español, cualquiera que
las dependencias policiales;
Dentro de ocho horas llegaremos a Nueva sea el país, es absolutamente necesaria para
York; evitar lamentables dudas y, lo que es peor,
Se requieren diez horas y media para realizar graves errores. Por ejemplo, si no partimos
este trabajo. del hecho de que en el mundo hispánico se
emplea siempre el orden ascendente, cuan-
2.2. En las obras literarias, textos do vemos una fecha como 07-10-2002 no
noticiosos o cualquier otro escrito no podemos saber razonablemente si se trata
específicamente técnico o científico, las del 7 de octubre del 2002 (orden ascenden-
horas se expresan con letras: te) o bien del 10 de julio del mismo año
(orden mixto).
Me esperaba a las cuatro y media; 1.1. Las grafías abreviadas admiten
El tren no llegó hasta las seis y veinte; ciertas variaciones:
A las once cuarenta y cinco ya estaba en el
aeropuerto; d-m-aa: 3-1-33;
El avión presidencial llegó a las diez de la d-m-aaaa: 3-1-1933;
mañana. dd-mm-aa: 03-01-33;
dd-mm-aaaa: 03-01-1933.
8.1.1.4. Escritura de las fechas .
1. Las fechas pueden estar expresadas de Cuando se usa uno de los sistemas de es-
las siguientes maneras: critura simple en el día y el mes, la forma
compuesta lleva un cero antepuesto si es
a) en orden ascendente (usado en Espa- necesario, como se ve en los ejemplos. La
ña y el Reino Unido): norma de la iso citada anteriormente escri-
be guiones entre las cifras del día, mes, año
d-m-a (día, mes, año: 25 de abril del (cualquiera que sea su orden), pero tam-
2007); bién se usan las barras (03/01/33), los pun-
tos (03.01.33) y a veces espacios en blanco
b) en orden descendente (recomendado (03 01 33) (→ 8.1.1.4-2.6).
por la iso): 2. Se escriben con cifras:
2.1. Como norma general, las fechas se
a-m-d (año, mes, día: 2007 abril 25); escriben siempre con cifras:
c) en orden mixto (usado por los Esta- 25 de octubre de 1933;
dos Unidos y Latinoamérica):

m-d-a (mes, día, año: abril 25 del 2007). es recomendable mantener de entre día y
mes y de o del entre mes y año, aunque es
En español, las fechas se escriben en frecuente omitirla en escritos particulares
orden ascendente (día, mes, año). El orden o no técnicos: 25 de octubre de 1933; 4 de
descendente (año, mes, día) es el reco- enero del 2006.
mendado por la iso en sus normas (iso 2.2. La escritura del primer día del mes
8601:1988-6); es decir, que es la norma puede hacerse de tres maneras: 1, 1.o pri-
8.1.1.4. ESCRITURA DE LAS FECHAS 277

mero, pero parece preferible escribir 1, con vorables al artículo en fechas anteriores
cifra cardinal, para emparejar esta grafía a Cristo hasta el 1100 después de Cristo
con la de los demás días del mes; no es y desde el 2000 en adelante. El dpd 05
correcta, en cualquier caso, la forma uno, (s. v. fecha, § 4c) dice: «A partir del año
salvo cuando las fechas se escriben con 2000, la novedad que supuso el cambio
letra (→ 8.1.1.4-3.1). de millar explica la tendencia mayoritaria
2.3. En cuanto a la preposición en, pue- inicial al uso del artículo: Fui al Caribe en
de preceder al mes o al año: en enero de el verano del 2000 o La autovía estará
1948, en 1948, pero no es correcto usarla terminada en EL 2010». No se entiende por
ante el número del día: en 2 de abril de qué la Academia asegura que la tendencia
1948, en que debe usarse el. al uso del artículo se debe a la novedad que
2.4. Por lo que respecta a un, puede supuso el cambio de millar. La razón no es
escribirse un día de abril de 1948, pero no esa, sino la mayor comodidad de los usua-
si se menciona el día concreto; es, pues, rios de la lengua para expresarse con el ar-
incorrecto, por más que se prodigue en la tículo que sin él. Tampoco se entiende que
boca y la pluma de numerosos periodistas, si la tendencia mayoritaria era el uso del
un 2 de abril de 1948. artículo, la Academia colocase una nota en
2.5. El artículo el (o la contracción del) su sitio de Internet para recomendar el uso
debe emplearse ante el año en los siguientes sin el artículo. Sigue diciendo la norma del
casos: DPD: «Sin embargo, en la datación de car-
tas y documentos no son tan marcadas las
a) si es anterior a Jesucristo (en el 3000 fluctuaciones antes señaladas y se prefiere,
a. de C.); desde la Edad Media, el uso sin artículo:
b) si está comprendido entre el año 1 14 de marzo de 1420». Sorprende que la
y el 1100 después de Cristo (el 5 de Academia hable del uso sin artículo en
mayo del 714) y desde el 2000 en cartas y documentos cuando a) las cartas
adelante (el 4 de agosto del 2002). son también documentos; b) no se adivina
cómo ha llegado a la conclusión de que,
Se usa sin artículo desde 1101 hasta 1999 cuando se cambió de siglo y de milenio, en
(el 6 de octubre de 1942). Se ve, pues, la datación de cartas y documentos la ten-
que en el devenir de la historia, el artícu- dencia a la escritura con artículo fluctuó,
lo se usa siempre, menos en el período puesto que la Academia no tuvo ni siquiera
comprendido entre 1101 y 1999, que es, tiempo de analizar el uso. Sorprende tam-
verdaderamente, la excepción a la regla bién que diga que desde la Edad Media se
general de que las fechas llevan artículo. prefiere el uso sin artículo, «consolidando
La Academia, arbitrariamente (puesto que en la práctica —dice— una fórmula es-
no se basa en el uso), recomienda escribir tablecida». Hay que recordar que en la
sin artículo desde el 2000 en adelante, Edad Media difícilmente se dedicaba nadie
pero es una recomendación no justifica- a vaticinar cómo se escribirían las fechas
da, por más que en muchos casos, por en el cambio del siglo xx al xxi. La Aca-
considerarla una decisión oficial, la hayan demia olvida, al parecer, que el problema
aceptado diarios e instituciones. En efec- de la escritura de las fechas nos afecta a
to, de la misma manera que se dice en el nosotros, no a los que vivieron en la Edad
3000 antes de Cristo y no en 3000 antes Media ni a los que los siguieron. Menos
de Cristo, debe decirse en el 2002 después se entiende aún esa afirmación de que el
de Cristo y no en 2002 después de Cristo. uso sin artículo consolidaba en la práctica
No hay ninguna razón gramatical clara una fórmula establecida. ¿Qué fórmula?
por la cual esto deba ser de una manera ¿Quién la había establecido? ¿Qué práctica
o de otra; solo podemos basarnos en el invoca la Academia y a quién la atribuye?
uso y la tradición, mayoritariamente fa- La Academia termina así el texto que se ci-
278 8.1.1.5. ESCRITURA DE LOS GRADOS

ta: «Por ello, se recomienda mantener este y después, entre paréntesis, con letras:
uso en la datación de cartas y documentos ... por la cantidad de 508 (quinientos ocho)
del año 2000 y sucesivos: 4 de marzo de euros. Cuando hay decimales, el modelo
2000». Pero añade: «Esta recomendación puede ser este:... por la cantidad de 508,27
no implica que se considere incorrecto, en (quinientos ocho con veintisiete) euros, o
estos casos, el uso del artículo: 4 de marzo bien: ... por la cantidad de 508,27 euros
del 2000». Con esta última norma habría (quinientos ocho euros con veintisiete cén-
suficiente y se habría ahorrado el marasmo timos).
creado artificial e injustificadamente en la 4. Errores frecuentes:
escritura de las fechas. En cualquier caso, 4.1. No es correcto interpolar una co-
la fuerza de la recomendación académica ma entre el mes y el año cuando se omite
(tomada como norma en forma absoluta) la preposición de:
solo afecta a las fechas completas, no a las
referencias a un determinado año en que octubre, 1933;
ha sucedido o sucederá algo: La carretera 25 octubre, 1933;
se construirá en el 2008; El puente no es- 25 de octubre, 1933.
tará terminado hasta el 2005; En el 2050
España tendrá menos habitantes que en el 4.2. Tampoco es correcto interpolar ba-
2002. rras o guiones:
2.6. Cuando se opta por escribir las fe-
chas abreviadamente, puede elegirse entre octubre-1933;
varias grafías: 25/octubre/1933;
25-octubre-1933.
25-10-1933,
25/10/1933, 4.3. Si se opta por el empleo de la pre-
25.10.1933, posición de, el uso de la primera presupone
25 10 1933, el de la segunda:
o bien con cifras romanas para el mes,
en todas las combinaciones anteriores, si 25 de octubre de 1933;
bien es un sistema más engorroso y menos
apropiado (ya que la numeración romana son, pues, incorrectas grafías como
se lee ordinalmente, mientras que los me-
ses suelen leerse cardinalmente), aparte de 25 de octubre 1933;
que no es conveniente, ni muy científico, 25 octubre de 1933.
mezclar dos sistemas de numeración tan
distintos. En cuanto a los signos con que se 4.4. Actualmente es anglicismo orto-
separan las cifras en las fechas abreviadas, gráfico, muy extendido en los países hispá-
véase lo dicho a este respecto en el párra- nicos de América, escribir
fo 8.1.1.4-1.1.
3. Se escriben con letras:
octubre 25, 1933;
3.1. Las fechas se escriben con letras en
octubre 25 de 1933.
actas, escrituras públicas, leyes, decretos y
otros documentos oficiales:
8.1.1.5. Escritura de los grados .
Dado en Madrid, a veinte de marzo de mil Los grados más utilizados en texto son los
novecientos noventa y cinco. de temperatura (física) y los de circunfe-
rencia (geometría, geografía y astronomía).
3.2. En algunos documentos, como las
facturas, en las cantidades se hace uso 8.1.1.5.1. Grados de temperatura. 1.
de las dos grafías, primero con cifras Los grados de física son las partes que
8.1.1.5. GRADOS DE CIRCUNFERENCIA 279

resultan de dividir en un número de por- es Celsius. Según expone Galiana Mingot


ciones iguales una escala para la medición (1967: 228), «En 1948 la Conferencia ge-
de las temperaturas. Los más importantes neral [General] de Pesos [Pesas] y Medidas
son los grados Celsius (escala Celsius) y los decidió reemplazar centígrado —cuando es
grados Fahrenheit (escala Fahrenheit). Sus adjetivo— por Celsio [mejor, Celsius]: en
divisiones son decimales. vez de grado centígrado y termómetro cen-
2. Se representan con un signo especial tígrado debe decirse grado Celsio o termó-
que es a modo de círculo pequeño, voladi- metro Celsio». La palabra centígrado (o
to (°), que se sitúa a la derecha de la cifra sus equivalentes gon, grade [poco usados],
que indica los grados (no deben usarse, grado centesimal o gradián) se aplica a
salvo que este signo falte, ni la o voladita la centésima parte del grado usado para
[o, o] ni el cero voladito [0]): medir ángulos en geometría, y su símbolo
es el de cgr.
38°. 5. Cuando dos expresiones de grados
se hallan correlativas y relacionadas, debe
Las décimas se representan mediante una usarse el símbolo ° en cada una de ellas:
coma decimal que las separa de los grados:
Entre los 37° y 40° de latitud norte,
38,5 °C. Entre los 20° 35' 42" y los 24° 43' 55",

En esta grafía, el signo de grados va siem- salvo que se trate de textos no científicos ni
pre pegado al símbolo C (que significa técnicos, en que no será obligatorio.
Celsius, no centígrados), formando con 6. Cuando las expresiones de grados se
él un nuevo símbolo (°C), y se separa de refieren a temperaturas bajo cero, se indi-
la cifra con el espacio normal de la línea. can con el signo menos (-) antepuesto y sin
Si no aparece el símbolo C u otro que lo espacio:
sustituya (podría ser, por ejemplo, la F de
Fahrenheit: °F), el signo de grados (°) se -48,5 °C.
junta a la cifra:
Si la cantidad es positiva, no es necesario
38,5°. colocar el signo más (+), como antes se
recomendaba, pero debe hacerse en caso
Cuando hay fracciones decimales, estas se de anfibología.
expresan con una coma:
8.1.1.5.2. Grados de circunferencia. 1.
38,5°, 38,5 °C. Los grados de geometría, astronomía y
geografía miden las partes en que pueden
También se puede sustituir el signo de gra- dividirse la circunferencia o los arcos de
dos por la palabra correspondiente: ángulos. Se aplican asimismo a las longitu-
des y latitudes geográficas.
38 grados, 38,5 grados. 2. Los grados de circunferencia se ex-
presan con el signo de grados (°), segui-
3. En obras literarias y en escritos no do de un índice (') para los minutos, dos
específicamente técnicos o científicos, el (") para los segundos y tres ("') para los
signo de grados que se emplee puede susti- terceros:
tuirse por la palabra grados:
32° 24' 38" 30"'.
La temperatura era de 30 grados.
3. Si tienen divisiones decimales, la nor-
4. La palabra centígrados no debe uti- ma clásica mandaba añadirlas a los terce-
lizarse en los grados de física; la adecuada ros tras coma:
280 8.1.1.6. ESCRITURA DE LOS PORCENTAJES

32° 24' 38" 30"',5. impropio de la tipografía española (impro-


pio también de la tipografía francesa). Fá-
Pero, por analogía con los grados de tem- cilmente se advierte que la escritura 103%
peratura, también aquí debería escribirse mezcla en una misma unidad gráfica signos
de valor distinto y de también distinta
32° 24' 38" 30,5'", lectura (es decir, que la unidad gráfica no
tiene unidad fonética): 103 (ciento tres) y
que parece mejor grafía. % (por ciento). La Academia, en el dpd 05,
4. Los grupos de cifras se separan entre § 5a (p. 605), dice que los signos (ella lla-
sí con el blanco normal de la línea. ma símbolos tanto al %, que es un signo,
como a km, que es un símbolo) llevan un
8.1.1.6. Escritura de los porcen - blanco de separación (es decir, un espacio)
tajes . 1. La expresión por ciento suele entre el número y el signo. «Se exceptúan
abreviarse con el signo %, pero puede el símbolo del porcentaje y el de los grados,
indicarse también con cifras (10 por 100) que se escriben pegados a la cifra a la que
o con letras (diez por ciento); el signo solo acompañan: 25%, 12°». No se entiende
debe emplearse cuando la expresión numé- bien la adopción de esta norma por parte
rica se indica con cifras: 10 %. Son formas de la Academia, que parece haberse dejado
incorrectas las siguientes: conquistar por el anglicismo ortográfico
(→ 5.7.2-3). En efecto, el Comité Inter-
10 por ciento, nacional de Pesas y Medidas (ciPM), con
diez por 100, sede en París, establece que «El único
10 × 100, documento oficial es el texto en francés»
10 p. 100. (El sistema internacional de unidades (si),
8.a ed., 2006: 4), y este texto, en su página
En 10 por ciento y diez por 100 hay 46, dice que cuando se utiliza el signo %
incoherencia gráfica. «es conveniente colocar un espacio entre el
2. Si en lugar de tomar por base 100 número y el signo %». Igual uso en cuan-
se toma otra cifra, la escritura es general- to a la separación del número y el signo
mente con cifras: 1 por 10 000 casos. % se contiene en el Lexique des regles
3. La escritura con letras es más apropia- typografiques (París: Imprenta Nacional,
da en los casos de cifras dubitativas: Alrede- 2000: 150) y el Code typographique (Pa-
dor del diez por ciento de la población (sal- rís, 1993: 11). La norma une 82100-
vo en obras de matemáticas y estadística). -0:1996, 2.3.3 (p. 13), al hablar del uso
4. La cantidad que indica la magnitud de este signo, lo escribe separado en los
del porcentaje se escribe siempre con cifras, ejemplos que pone. Igualmente, esta norma
aunque sean dígitos (salvo lo dicho en el dice que el signo de por mil (%o) «no debe
apartado anterior). usarse».
5. El signo de porcentaje (%) se escribe 6. Recomiendan algunos autores evitar
separado de la cifra a la que afecta con un la repetición del signo % cuando interven-
espacio fijo inseparable de un cuarto de ga en una serie, como entre 5 % y 18 % y
cuadratín, con objeto de que a final de lí- escribir entre 5 y 18 %. Por las razones que
nea no queden separados los dos elementos se exponen en el párrafo 5.7.2-4, es prefe-
en caso alguno: rible repetir tales signos cada vez que se
mencionen, sobre todo si se trata de textos
208 %. técnicos o científicos.
7. Las expresiones de porcentajes se
La escritura sin espacio es un anglicismo escriben con determinante antepuesto: Un
ortográfico actualmente muy divulgado, 25 % no sabían leer; El 27 % no sabían
razón por la cual muchos imitan este uso escribir.
8.1.1.8. PUNTUACIÓN DE LAS CANTIDADES 281

8. La concordancia se da normalmente podrán dividirse en grupos adecuados,


en el género y el número que corresponda a preferentemente de tres cifras, en uno y
lo expresado: El 25 % de los hombres eran otro sentido, a partir del signo decimal; los
analfabetos y el 32 % de las mujeres esta- grupos deberán estar separados por un pe-
ban embarazadas; El 46 % [de los niños o queño espacio, pero nunca por un punto,
de las niñas] no habían cumplido aún los una coma o de cualquier otro modo». En el
doce años. Aunque las formas en singular real decreto 1317/1989, de 27 de octubre,
podrían ser en algún caso correctas, debe por el que se establecen las unidades legales
preferirse la concordancia en plural. En los de medida (BOE 264 del 3/11/89: 34499),
casos de ambigüedad hay que añadir dice: «Para facilitar la lectura, los números
los datos necesarios para evitarla. Por pueden estar divididos en grupos de tres
ejemplo, el 1 % de las chicas menores de cifras (a partir de la coma, si hay alguna);
dieciocho años estaba embarazado debe estos grupos no se separan jamás por pun-
expresarse el 1 % de las chicas menores tos ni comas. La separación en grupos no
de dieciocho años estaban embarazadas, se utiliza para los números de cuatro cifras
o, si eso queda claro, el 1 % estaban em- que designan un año». La 10.a resolución
barazadas. de la 22.a Conferencia General de Pesas y
Medidas, celebrada en el 2003, reafirma
8.1.1.7. Escritura de los grupos que para facilitar la lectura, las cantidades
sanguíneos . Los grupos sanguíneos se pueden ser divididas en grupos de tres ci-
expresan con las letras A, B, AB y O (vocal fras; estos grupos no deben ser separados
o mayúscula). En relación con este último por puntos ni por comas, sino, como se ha
signo, Le dictionnaire Marabout de la dicho antes, por espacios de no separación
médecine (Verviers, Gerard & Co., 1968: (→ 8.1.1.8-1.2).
171) dice: «[el signo 0] designa la cifra 0 1.2. Los enteros se separan de los deci-
y no, como se cree corrientemente, la letra males, según establece la 10.a resolución
O». Actualmente, tal vez por influencia del de la 22.a Conferencia General de Pesas
inglés, el signo que se usa en este caso es la y Medidas (El sistema internacional de
O, no el cero (0). unidades (si), 8.a ed., 2006: 45), mediante
un separador decimal, que puede consis-
8.1.1.8. Puntuación de las cantida - tir en una coma, llamada coma decimal,
des . 1. La puntuación de las cantidades es o en un punto, llamado punto decimal
una convención para facilitar su lectura. (→ 10.5.2.3.5). Cuando las cantidades so-
Aunque se han venido usando diversos sis- lo contienen cuatro cifras antes o después
temas de puntuación (por ejemplo, los an- del separador decimal, es usual no dejar
glosajones separan los enteros en grupos de aislada una sola cifra. Es decir, que estas
tres cifras por medio de coma, y los enteros cantidades de cuatro cifras no se separan
y decimales, por un punto, exactamente con coma, con punto ni con espacio. Con
al revés de como suele hacerse, también todo, en algunos usos especializados no
incorrectamente, en español), lo correcto se emplea la separación de las cantidades,
es aplicar las normas siguientes. como sucede en «el dibujo industrial, los
1.1. La norma une 5010, Signos ma- documentos financieros y los escritos que
temáticos (p. 1), dice: «Para formar grupos ha de leer un ordenador» (El sistema in-
en números de muchas cifras, no deberán ternacional de unidades (si), 8.a ed., 2006:
emplearse ni puntos ni comas, sino espa- 45).
cios», y la norma une 5029, Impresión de La norma une 5010 (l. cit.) admite lo
los símbolos (de magnitudes y unidades) que llama coma baja (,) o alta (’) como
y de los números (p. 3), explicita: «Para signo para separar los enteros de los de-
facilitar la lectura de números compues- cimales. Por supuesto, en ortografía no
tos de bastantes cifras, dichos números existe la coma alta, que no es otra cosa
282 8.1.1.8. PUNTUACIÓN DE LAS CANTIDADES

que el apóstrofo, signo empleado a veces, no científicos las horas se separan de los
en el uso ordinario, con esta función; sin minutos mediante un punto, nunca con
embargo, en obras técnicas, científicas o coma o apóstrofo, ya que los minutos no
de cualquier otro tipo debe usarse siempre son decimales, sino sexagesimales; así,
la coma ortográfica (llamada por la norma, debe escribirse 3.45, 2.38, 10.20, y no
redundantemente, coma baja), como con- 3,45 o 3’45. Cuando las fracciones sean
firma la misma norma en su página 4: «La inferiores a diez, la escritura adecuada es,
coma deberá emplearse como signo para por ejemplo, 4.03 para indicar las cuatro y
separar los decimales» y la une 5029 en la tres minutos; esta aparente incongruencia
página 3: «El signo decimal será una coma (en efecto, si las fracciones son sexagesima-
en la línea (en los documentos redacta- les, la escritura correcta sería 4.3) tiene su
justificación en el hecho de que 4.3 podría
dos en inglés suele utilizarse un punto). = Si
el valor absoluto es inferior a la uni- fácilmente interpretarse como las 4.30, es
dad, el signo decimal debe ir precedido de decir, no las cuatro y tres minutos, sino las
un cero». Es decir, que son incorrectas, cuatro y media.
en español, grafías como .25, ’25, ,25; lo 2.1.1. En textos técnicos y científicos las
correcto es 0,25. El decreto antes citado horas expresadas con cifras utilizan los dos
(→ 8.1.1.8-1.1) establece asimismo que puntos establecidos por la iso en lugar del
«En los números, la coma se utiliza sola- punto: las 3:45, las 13:58.
mente para separar la parte entera de la 2.2. Si se expresan con letras, no se
parte decimal» (→ 10.5.2.3.5). Sin embar- utiliza coma en ningún caso: las tres y
go, el cgpm , en la página 12 de El sistema veinte, las ocho cincuenta y tres; en cuan-
internacional de unidades, establece que to a la conjunción y, se omite cuando la
«el punto se emplea como separador deci- expresión horaria no termina en cero: las
mal en inglés y la coma en francés». cuatro treinta y cinco, las tres cuarenta y
1.3. Las cantidades de solo cuatro cifrasocho; pero las cuatro y veinte, las ocho
no se puntúan, puesto que no ofrecen difi- y cuarenta; la llevan, asimismo, las medias y
cultades para su lectura (→ 8.1.1.8-1.1). los cuartos: las seis y media, las ocho
Sin embargo, si por motivos de unificación y cuarto.
se decide separarlas, debe tenerse en cuenta 3. Los grados se puntúan con coma
que, aun así, no se separan en los casos (→ 8.1.1.8).
siguientes: 4. Las edades de las personas, cuando
se hacen constar los meses (por ejemplo,
a) los años: 1984 (→ 8.1.1.8-1.1); en obras de medicina), se puntúan con
b) los números de artículos, códigos, punto, pues tampoco los meses del año son
leyes, decretos, páginas de un li- decimales, sino duodecimales; por ejemplo,
bro o publicación periódica, de los 6.3 indicará seis años y tres meses; 7.6,
versos (cuando se numeran para su siete años y seis meses, es decir, siete años
edición), de párrafos o apartados, y medio. A este respecto hay que huir del
de una serie, de códigos postales, de error de escribir 7.5 para siete años y me-
ISBN. dio, pues, en este sistema, esta cifra indica
siete años y cinco meses, no siete años y
Solo se hace una excepción en los cuadros medio, que sería 7.6, como se ha dicho.
y tablas, donde las cantidades de solamente 5. Esta puntuación se utiliza en cual-
cuatro cifras deben separarse con objeto de quier otro sistema de medida que no sea
que vengan en columna con las que tienen decimal; por ejemplo, seis cíceros y medio
más de cuatro. se expresa 6.6 (el cicero es duodecimal,
2. Las horas se puntúan de la siguiente mide 12 puntos tipográficos).
manera:
2.1. Si se expresan con cifras, en textos 8.1.1.9. Simplificación de las can -
8.1.1.9. SIMPLIFICACIÓN DE LAS CANTIDADES 283

Cuadro 8.2. Números ordinales

Cifra Nombre Cifra Nombre

1.o primero 202.o ducentésimo segundo


2.o segundo 300.o tricentésimo
3.o tercero 400.o cuadringentésimo
4.o cuarto 500.o quingentésimo
5.o quinto 600.o sexcentésimo
6.o sexto, seiseno 700.o septingentésimo
7.o sé(p)timo, se(p)teno 800.o octingentésimo
8.o octavo 900.o noningentésimo
9.o no(ve)no 999.o noningentésimo nonagésimo
10.o décimo, deceno no(ve)no
11.o undécimo, onceno 1 000.o milésimo
12.o duodécimo, doceno 2 000.o dosmilésimo
13.o decimotercero, decimotercio, 3 000.o tresmilésimo
tredécimo, treceno 4 000.o cuatromilésimo
14.o decimocuarto, catorceno 5 000.o cincomilésimo
15.o decimoquinto, quinceno 6 000.o seismilésimo
16.o decimosexto, dieciseiseno 7 000.o sietemilésimo
17.o decimosé(p)timo 8 000.o ochomilésimo
18.o decimoctavo, dieciocheno 9 000.o nuevemilésimo
19.o decimono(ve)no 10 000.o diezmilésimo
20.o vigésimo, veintésimo, veinteno 100 000.o cienmilésimo
21.o vigésimo primero 500 000.o quinientosmilésimo
22.o vigésimo segundo, veintidoseno 106 millonésimo
23.o vigésimo tercero 107 diezmillonésimo
24.o vigésimo cuarto, veinticuatreno 108 cienmillonésimo
25.o vigésimo quinto 109 milmillonésimo
26.o vigésimo sexto, veintiseiseno, 1010 diezmilmillonésimo
veinteseiseno 1011 cienmilmillonésimo
27.o vigésimo sé(p)timo 1012 billonésimo
28.o vigésimo octavo, veintiocheno, 1018 trillonésimo
veinteocheno 1024 cuatrillonésimo
29.o vigésimo no(ve)no 1030 quintillonésimo
30.o trigésimo, treinteno 1036 sextillonésimo
31.o trigésimo primero 1042 septillonésimo
32.o trigésimo segundo, treintaido- 1048 octillonésimo
seno 1054 nonillonésimo
40.o cuadragésimo 1060 decillonésimo
41.o cuadragésimo primero 1066 undecillonésimo
50.o quincuagésimo, cincuenteno 1072 duodecillonésimo
60.o sexagésimo 1078 tredecillonésimo
70.o septuagésimo 1084 cuatordecillonésimo
80.o octogésimo, ochenteno 1090 quindecillonésimo
90.o nonagésimo 1096 sexdecillonésimo
100.o centésimo, centeno 10102 septendecillonésimo
101.o centésimo primero 10108 octodecillonésimo
102.o centésimo segundo 10114 novendecillonésimo
200.o ducentésimo 10120 vigintillonésimo
284 8.1.2. NÚMEROS ORDINALES

tidades . La escritura de cantidades puede lo mejor es escribir las cantidades enteras,


simplificarse de las siguientes maneras: sin reducción.
1. Cuando una cantidad conste al menos 5. Por lo que respecta a cifras unidas
de dos cifras seguidas de seis, doce, diecio- con guión, véase el párrafo 10.5.20.2.2.
cho o más ceros, pueden estos sustituir-
se por las palabras que expresan el va- 8.1.2. Números ordinales. Son los que
lor del conjunto de ceros; por ejemplo, expresan idea de orden o sucesión, como
18 000 000 puede escribirse 18 millo- primero, sexto, vigésimo octavo.
nes. También puede convertirse una can-
tidad entera en decimal; por ejemplo, 8.1.2.1. Escritura de los números
48 500 000 puede escribirse 48,5 millo- ordinales . 1. En español solo se men-
nes. Simplificaciones así no son correctas cionan con palabras especiales desde el 1.o
cuando se trata de una sola cifra o de tres hasta el 12.o; los restantes, tanto menos
ceros; así, hay que escribir 8 000 000 (u usados cuanto más alejados en la serie, se
ocho millones en casos dubitativos) y no construyen sobre la base de decimotercero.
8 millones; 1 00 000 y no 100 mil; en vez A partir del vigésimo, el sufijo único es
de 48 mil millones, debe escribirse 48 000 -ésimo: trigésimo, cuadragésimo, milésimo,
millones. millonésimo, etcétera.
2. En caso de necesidad, las cantida- 2. Desde el decimotercero hasta el
des constituidas por la unidad seguida decimono(ve)no se escriben siempre en
de ceros pueden abreviarse escribiendo 10 una sola palabra (las grafías en dos pa-
y, como exponente, el número que expre- labras desde el decimotercero hasta el
se la cantidad de ceros que siguen al 1; decimono(ve)no no están recogidas por
así, 103 = 1000; 104 = 10 000; etcétera la Academia), pero a partir del vigésimo
(→ c. 8.1). primero, en dos o más (→ 8.1.2.1-4). Se-
3. Como regla general, de dos cantida- co (1998: 324) dice: «En los [ordinales]
des dependientes, no debe abreviarse la pri- comprendidos entre 21 y 29 es también
mera; por ejemplo, cuando se dice que en frecuente, aunque no exclusiva, la grafía en
un campo de fútbol había de 90 a 1 00 000 una sola palabra[:] vigesimoprimero (o vi-
personas, lo que se expresa, realmente, es gésimo primero). En los de 31 en adelante
que había de noventa a cien mil personas; la grafía normal es en palabras separadas:
aunque no parece que esto sea interpreta- trigésimo cuarto, quincuagésimo sexto».
do así por el lector en su propio contex- Sin embargo, en el dea 99, en las entra-
to, pues se da por sobrentendido que la das correspondientes a decimo-, vigesimo-,
primera cifra se refiere, lógicamente, a trigesimo-, cuadragesimo-, etcétera, Seco
90 000 y no a 90 solamente, parece lo más recoge ejemplos de uso en una sola palabra
adecuado escribir de 90 000 a 100 000 entre decimotercero y nonagesimono(ve)-
(o con letras, más apropiado por tratarse no, lo que da a entender que tales grafías
de cifras dubitativas). tienen empleo. Dado que son preferibles a
4. Caso contrario es el de la simplifica- las que se expresan con dos palabras, es
ción del segundo elemento de dos ci- esta la grafía que se debe preferir. Desde
fras relacionadas por guión prepositivo el centésimo primero en adelante, la grafía
(→ 10.5.20.2.2); por ejemplo, años 1950- es en dos o más palabras: noningentésimo
1958, páginas 140-143; ¿pueden escribirse nonagésimo no(ve)no.
1950-58, 140-3? En algunas fuentes nor- 2.1. El femenino de los ordinales es-
mativas se prohíbe este uso, aunque podría critos en dos o más palabras afecta a
defenderse. Sin embargo, puesto que el cada una de ellas; por ejemplo, el de vi-
ahorro de espacio y tiempo es mínimo, más gésimo tercero es vigésima tercera; el de
bien despreciable, y, por el contrario, se noningentésimo nonagésimo no(ve)no es
puede crear confusión al lector, parece que noningentésima nonagésima no(ve)na. El
8.1.2.1. ESCRITURA DE LOS NÚMEROS ORDINALES 285

Cuadro 8.3. Números partitivos y proporcionales

Partitivos o fraccionarios Proporcionales o múltiplos

2 mitad doble, duplo, dúplice


3 tercio triple, triplo, tríplice
4 cuarto cuádruple, cuádruplo
5 quinto quíntuple, quíntuplo
6 sexto, seisavo séxtuplo
7 sé(p)timo, se(p)teno séptuplo
8 octavo óctuple, óctuplo
9 noveno nónuplo
10 décimo décuplo
11 onceavo, onzavo, undécuplo
undécimo
12 doceavo, dozavo, duodécuplo
duodécimo
13 treceavo, trezavo terciodécuplo
14 catorceavo, catorzavo
15 quinceavo, quinzavo
16 dieciseisavo
17 diecisieteavo
18 dieciochoavo,
dieciochavo
19 diecinueveavo
20 veinteavo, veintavo,
veinteno, veintésimo
21 veintiunavo
22 veintidosavo
30 treintavo
32 treintaidosavo
33 treintaitresavo
40 cuarentavo
50 cincuentavo
60 sesentavo
64 sesentaicuatroavo
70 setentavo
80 ochentavo
90 noventavo
100 céntimo, centavo céntuplo
1000 milésimo

femenino de los ordinales escritos en una segunda no están registradas por el drae ,
sola palabra afecta solamente al último que las sustituye por los cultismos undéci-
componente: decimotercera, trigésimose- mo y duodécimo, respectivamente; sin
gunda, nonagesimonona (son, pues, grafías embargo, no hay ninguna razón objetiva
incorrecta las que hacen el femenino en para que aquellas formas, de la misma for-
ambos términos cuando estos se emplean mación que decimotercero, etcétera, no ha-
en forma compuesta: *decimaséptima, *vi- yan de considerarse correctas. Por ejemplo,
gesimaoctava). Carnicer utiliza decimoprimer (1969: 60)
3. Las grafías decimoprimero y decimo- y decimoprimero (1969: 105), y no se ve
286 8.1.2.2. APÓCOPE EN LOS NÚMEROS ORDINALES

por qué no habría de hacerlo. En efecto, la na, las compañías y pelotones, salvo
Academia, en la OLE10 (p. 675), considera los tercios de Armada, batallones o
estas formas totalmente correctas. grupos y secciones, las escuadras y
4. En cuanto a las grafías décimo terce- equipos de fuego, que se numeran
ro hasta décimo no(ve)no, en dos palabras, con cifras romanas.
no las registra el drae , y no parece que
sean necesarias. Seco (1998: 325) las da Sin embargo, modernamente en la otan (a
como posibles, pero dice que son raras la que pertenece España), las unidades se
hoy. Por ello, más bien habría que tender a numeran con cifras arábigas en su totali-
que la serie vigésimo primero, cuadragési- dad. La adopción de este sistema permite
mo quinto, octogésimo segundo, etcétera, a los ejércitos españoles evitar el engorroso
se escribiera en una voz, y no al revés sistema español (→ 8.2.3-4). En cualquier
(→ 8.1.2.1-2). caso, la numeración se pospone al nombre
5. Cuando un ordinal se escribe con le- de la unidad: compañía 6, batallón iii.
tras en tres o más palabras, no se usa coma 7. Se escriben con letras:
en ningún caso; es incorrecto este ejemplo 7.1. En general, los conceptos abstrac-
de Moliner (1980: ii, 532): noningentési- tos:
mo, nonagésimo nono.
6. Se escriben con cifras arábigas: Es la sexta vez que se lo advierto;
6.1. Los números de orden de los arti- Por vigesimoquinta vez, Fulanito conquista
el trofeo.
culados de leyes, decretos, reglamentos,
normas, etcétera: Artículo 1.o, regla 2.a 7.2. En los números de congresos, reu-
(no es regla absoluta, pues también, en los niones, etcétera (→ 8.2.3-3):
mismos casos, puede usarse la numeración
cardinal). Se ha celebrado el sexto Congreso de Acade-
6.2. A veces, los párrafos de algunas mias de la Lengua Española
partes de un texto.
6.3. En bibliografías, notas, etcétera, 7.3. Los números de guerras, cruzadas,
las cifras que indican ediciones: 4.a edi- etcétera: segunda guerra mundial, tercera
ción. cruzada.
6.4. Las unidades del Ejército y la Arma-
da se escriben de la siguiente manera: 8.1.2.2. Apócope EN LOS números or -
dinales . En los ordinales, las denomina-
1) en el ejército de Tierra se escriben ciones que pueden sufrir apócope son
con cifras arábigas los números de primero y tercero, que ante sustantivo
los ejércitos, divisiones, regimientos, masculino se convierten en primer y tercer,
compañías, escuadrones, pelotones, respectivamente: primer acto, tercer acto;
excepto los grupos de ejército, cuer- ante sustantivo femenino la apócope no
pos de ejército, brigadas, batallo- se realiza; es, pues, incorrecto escribir la
nes, grupos, secciones, escuadras y primer mujer, la tercer manzana.
equipos, que se escriben con cifras
romanas; 8.1.3. Números partitivos o fracciona-
2) en el Ejército del Aire, se escriben rios. Son los que expresan idea de división,
con cifras arábigas todas las unida- como la mitad, un cuarto, un quinceavo.
des, excepto la fuerza aérea táctica,
que se escribe con cifras romanas, y 8.1.3.1. Escritura de los números
3) en la Armada (Infantería de Mari- partitivos . 1. En español tienen nombres
na), se escriben con cifras arábigas especiales desde el correspondiente a 2
los tercios de defensa y seguridad y hasta el 10; los restantes se forman por
agrupaciones de infantería de Mari- composición del nombre del número car-
8.2.1. LETRAS NUMERALES ROMANAS 287

dinal más la terminación -avo: onceavo, pondiente al múltiplo de nueve, para el


treceavo, dieciseisavo (→ c. 8.3). que desu , nel y Moliner (1980: ii, 474;
2. Pueden usarse como partitivos los 1998: ii, 458) registran nónuplo, y eus ,
números ordinales de terminación -ési- nóctuple (este, formado sobre óctuple,
mo: la nonagésima parte. También puede pero incorrecto, pues el prefijo no es noc-,
emplearse la numeración cardinal, sobre sino nona-, de donde nónuplo). El drae ,
todo en la lectura de quebrados: 25/1378 con esta salvedad (sigue sin admitirlos en
puede leerse veinticinco partido por mil el DRAE01, pero sí ahora en el dpd 05,
trescientos setenta y ocho. p. 448), llega hasta terciodécuplo y de aquí
3. Desde 2 hasta 100, la grafía es en una pasa a céntuplo.
sola palabra: sesentaicuatroavo, ochen-
taidosavo, noventaitresavo. A partir de 8.1.4.1. Escritura de los números
101, en dos o más palabras (es decir, se proporcionales . 1. La Academia regis-
escribe el número cardinal, añadiendo la tra dos grafías para estos numerales: los
terminación -avo a la última palabra): que acaban en -ple: triple, cuádruple, óc-
mil cuatrocientos ochentaidosavo, ciento tuple (el Esbozo [1973: 247] añade quín-
setentaicuatroavo. tuple, que no figuraba en el drae 84 [sí en
4. En un texto, normalmente se escri- el dre 92], y Carratalá [1980: 93] añade
ben con letras, salvo en expresiones que quíntuple y séxtuple [este último tampoco
se hayan venido dando con cifras; por figura en el drae ]) y los que terminan en
ejemplo, se escribe La cuarta parte de -plo, que comprenden los mencionados
los examinados ha sido suspendida, pero más décuplo, undécuplo, duodécuplo, ter-
3 1/8 onzas. (En general, los números ciodécuplo y céntuplo; el Esbozo (l. cit.,
expresados con entero y quebrado pue- n. 8) dice que esta miniserie es «de uso po-
den convertirse gráficamente en entero y co frecuente y casi exclusivamente litera-
decimal; por ejemplo, se puede escribir rio» (en esta fuente no aparecen los corres-
3 1/4 o 3,25, siempre que el contexto lo pondientes a once, doce, trece, como si no
permita.) existieran, pese a que están registrados en
5. Se suelen escribir con cifras los for- el drae ), y Carratalá (l. cit., n. 20) dice que
matos de los libros: libro en 8.o, pero son «sustantivos obsoletos», y también
también es correcto con letra: libro en omite los mencionados anteriormente. En
octavo. realidad, la serie de los terminados en -plo
6. Cuando se representan en forma de es más completa que la de los que terminan
quebrado, la grafía puede ser de tres tipos: en -ple, por lo que debería elegirse para su
3/4, ¾ o 3/4. En texto seguido, la mejor uso (→ c. 8.3).
solución es la segunda, pero, por falta de 2. Los números proporcionales se escri-
grafismos para todos los casos posibles ben siempre con letra. Cuando no exista
(que no están informatizados en todos los nombre específico, el factor multiplicativo
tipos), suele emplearse más la primera; en puede expresarse por medio de una perí-
fórmulas, la tercera. Por coherencia gráfi- frasis: Las dificultades se multiplicaron por
ca, si la grafía preferible no puede aplicarse setenta, ciento veinte, etcétera.
en todos los casos de una obra o trabajo,
debe elegirse solo la primera, sin mezclar 8.2. Numeración romana. Sistema
los estilos. de numeración que utiliza letras latinas
mayúsculas o versalitas (llamadas letras
8.1.4. Números proporcionales o múl- numerales) a las que se ha asignado un
tiplos. Son los que expresan idea de multi- valor numérico.
plicación: doble, quíntuplo, terciodécuplo.
Es una serie incompleta, en la que la 8.2.1. Letras numerales romanas. Son
Academia no registra el nombre corres- las siguientes, con sus valores:
288 8.2.2 REGLAS DE LA NUMERACIÓN TOMANA

I 1 D = 500 000;
V 5
X 10 M = 1 000 000 000.
L 50
C 100 Sin embargo, no debe aplicarse a una letra
D 500 cuando exista otra que represente ese va-
M 1000 lor; por ejemplo,
8.2.2. Reglas de la numeración roma- I =M;
na. 1. Si dos o tres cifras son iguales y
consecutivas, se suman: II = MM.

XX = 20; 8.2.3. Aplicación de la numeración ro-


XXX = 30; mana. El empleo de la numeración roma-
II = 2;
III = 3;
na debe restringirse cuanto sea posible, no
CC = 200; solo porque es un sistema en vías de extin-
ccc = 300; ción, sino también por los problemas de
escritura y lectura que presenta. En gene-
en la escritura moderna, una misma letra ral, debe preferirse siempre la numeración
solo puede repetirse tres veces seguidas; ordinal, sea con cifras o con letras.
antiguamente se podían repetir hasta cua- Aunque suelen numerarse de otras
tro veces. maneras en muchos casos, puede aplicarse
2. Si dos cifras son desiguales: la numeración romana en los siguientes:
1. En libros, los números de volúmenes,
a) se restan si la primera es de menor tomos, libros, partes, secciones, lecciones,
valor que la segunda: capítulos, apartados, ejercicios, cuadernos;
los actos y escenas en obras de teatro; las
IV = 4; láminas; las páginas prologales, cuando
IC = 99;
se decide así por razones editoriales; los
siglos, milenios y dinastías.
b) se suman si la primera es de mayor
2. El orden de los nombres de papas,
valor:
reyes, emperadores, etcétera.
VI = 6; 3. Las designaciones numerales de con-
C1 = 101. gresos, olimpíadas, campeonatos, festiva-
les, conferencias, asambleas, certámenes,
3. Si entre dos cifras se halla una de ferias, reuniones, mesas redondas. No
menor valor, esta se resta de la segunda: obstante, en estos casos es preferible uti-
lizar la numeración ordinal con letras en
XIV = 14. los números dígitos y con cifras a partir
de diez: primer Congreso...; 19.a Feria...
4. Las letras V, L y D no deben repetir- (→ 8.1.2.1-7.2; 8.1.2.1-7.3).
se, pues existen otras que representan ese 4. Se escriben con numeración romana
mismo valor: las siguientes divisiones militares: grupos
VV = X; de ejércitos, cuerpos de ejército, brigadas,
LL = C; batallones o grupos, en el Ejército del Aire;
DD = M. las fuerzas aéreas tácticas, en el Ejército del
Aire; los tercios de Armada, los batallones
5. El valor de una cifra romana queda o grupos, las secciones y las escuadras o
multiplicado por 1000 tantas veces como equipos de fuego, en la Armada. Sin em-
rayas horizontales se tracen sobre ella; por bargo, modernamente en la otan (a la que
ejemplo, pertenece España), las unidades se nume-
8.2.5. LECTURA DE LOS NÚMEROS ROMANOS 289

ran con cifras arábigas en su totalidad. de forma mayúscula. La única excepción


La adopción de este sistema permite a los a esta regla general son los números ro-
ejércitos españoles evitar el engorroso sis- manos usados para numerar apartados
tema español (→ 8.1.2.1-6.4; v. Martínez o elementos de una lista, que se escriben
de Sousa, 2012: 349 ss.). frecuentemente con minúsculas y suelen
5. La designación de las carreteras na- denominarse, por ello, romanitos [...]».
cionales radiales: carretera nacional vi.
6. Las regiones militares: IV Región 8.2.5. Lectura de los números roma-
Militar. nos. Cuando la numeración romana prece-
de al enunciado, aquella se lee como ordi-
8.2.4. Escritura de los números roma- nal: III Encuentro... (= tercer encuentro...),
nos. 1. La Academia establece que los IX Conferencia... (= novena conferencia...),
números romanos, en cualquier caso, se XV Sesión... (decimoquinta sesión...). Sin
escriban con mayúsculas; tal como se embargo, hay tendencia a la lectura como
explica en el párrafo 6.8, hay razones pa- números cardinales cuando la numeración
ra escribirlos con versalitas en algunos romana afecta a cantidades altas. Por ejem-
casos. plo, en LXXIV Sesión..., la lectura no suele
2. Debe rechazarse el anglicismo orto- ser la correspondiente a números ordinales
gráfico de escribir los números romanos (septuagésima cuarta sesión...), sino a los
con letras minúsculas (i, ii, iv, ix), como números cardinales (setenta y cuatro se-
se hace a veces, copiando la grafía inglesa sión...). Cuando la numeración romana se
(mimetismo ortográfico), en las divisiones pospone al dato o enunciado, los números
de párrafos y apartados de libros, así como romanos del i al x se leen como ordinales:
en los folios prologales. Lo propio es sus- ]uan Carlos I (= Juan Carlos primero), Pa-
tituir tales letras por la numeración que blo VI (= Pablo sexto), Alfonso X el Sabio
les corresponda en el conjunto del texto, (= Alfonso décimo el Sabio), pero del
y en los folios prologales, la versalita re- xi en adelante la lectura se realiza
donda. Dice la Academia en su OLE10, como números cardinales: Juan XXIII
657: «En la actualidad, los números ro- (=Juan veintitrés), siglo xviii (= siglo diecio-
manos deben escribirse siempre con letras cho).
9. Separación y unión de palabras

Uno de los aspectos ortográficos que enseguida, podría aceptarse sinembargo,


más dudas suelen presentar es el de la sepa- sinduda (como registra el drae talvez para
ración y unión de palabras, en unos casos Hispanoamérica), enefecto, etcétera. Estas
porque existe alternancia académica y en consideraciones no añaden nada nuevo a
otros porque escritas de una u otra forma la ortografía española; en efecto, la unión
pueden tener significados distintos. de los elementos que forman las locuciones
adverbiales se daba ya en Nebrija y en
9.1. Palabras que pueden escribirse en Fernando de Herrera, aunque de forma
uno o más términos. Registra el drae una irregular: en torno y entorno, lo de más
serie de palabras que pueden escribirse en y pordemás, a caso y almenos, a pena y
un solo término o en más de uno, como apena, aporfía, encima, entanto, apriessa,
puede verse en el cuadro 9.1. Cualquiera atras, a doy ado, etcétera. La Academia no
que sea la preferencia académica, se ha es constante en sus preferencias en cuanto
situado en primer lugar la grafía en una a grafías en uno o varios términos; por
sola palabra, que en principio debería ser ejemplo, prefiere a muerdisorbe y aposta
la preferida. Adoptando esta postura, es mejor que a muerde y sorbe y a posta,
decir, soslayando las formas en dos o más pero, en cambio, a toca teja mejor que
términos, se consigue simplificar las dudas a tocateja. Mientras recoge entremedias,
ortográficas que su escritura presenta. En entreguerras y quintaesencia, solo registra
otros casos no registrados en el cuadro quinta columna (que El País [1990: 346;
antes citado, las palabras, al menos algu- 2002: 443] escribe en una palabra: quin-
nas de ellas, pueden ofrecer dudas al com- tacolumna). El sintagma medio ambiente,
pararlas analógicamente con otros casos sustantivo registrado así en el drae , suele
similares. Por ejemplo, admite la Academia verse grafiado también en un solo término:
la alternancia enfrente/en frente, pero no medioambiente (grafía ahora recomendada
hace lo mismo con enmedio, que solo pue- por la Academia en el dpd 05, p. 429). Ro-
de escribirse en medio (sin embargo, se es- senblat (1974: 65) dice que no podían ser
cribe Enmedio un municipio de Cantabria más escasas las innovaciones académicas
y en Moraleja de Enmedio, municipio de en esta materia, pero actualmente, en el
Madrid, y Moliner, 1980: ii, 1142, s. v. dpd 05, se recogen algunas innovaciones,
separación, escribe enmedio), si se acepta como guardiacivil, arcoíris, viacrucis.
9.1. PALABRAS QUE PUEDEN ESCRIBIRSE EN UNO O MÁS TÉRMINOS 291

Cuadro 9.1. Palabras que pueden escribirse en un solo término


o en más de uno

a la chiticallando/a la chita avefría/ave fría librecambio/libre cambio


callando bajorrelieve/bajo relieve malandanza/mala andanza
a espetaperros/a espeta pe- balarrasa/bala rasa malavenido/mal avenido
rros bienvenido/bien venido maleducado/mal educado
a machamartillo/a macha bocabajo/boca abajo malhumor/mal humor
martillo bocarriba/boca arriba maltraer/mal traer
a maltraer/a mal traer buenaventura/buena ventu- malvarrosa/malva rósea
a mansalva/a man(o) salva ra maremagno/mare mágnum
a matacaballo/a mata ca- camposanto/campo santo masecoral/maese coral
ballo cañaduz/caña duz mediagua/media agua
a muerdisorbe/a muerde y caradura/cara dura medialuna/media luna
sorbe casaquinta/casa quinta medianoche/media noche
a quemarropa/a quema ropa cielorraso/cielo raso medioambiente/medio am-
a rajatabla/a raja tabla cortocircuito/corto circuito biente
a regañadientes/a regaña cuantimás/cuanto y más montepío/monte pío
dientes cubalibre/cuba libre Nochebuena/Noche Buena
a salvamano/a salva mano de chichinabo/de chicha y Nochevieja/Noche Vieja
a tocateja/a toca teja nabo nomás/no más
a trochemoche/a troche y de quitapón/de quita y pon padrenuestro/padre nuestro
moche de sobremesa/de sobre mesa pamperdido/pan perdido
a vuelapluma/a vuela pluma defuera/de fuera pavo real/pavorreal
abarrisco/a barrisco deprisa/de prisa pedrojiménez/pedro jiménez
adentro/a dentro dompedro/don pedro Perogrullo/Pero Grullo
adiós/a Dios dondequiera/donde quiera ¡porvida!/¡por vida!
adlátere/a látere dondiego/don diego prorrata/pro rata
adonde/a donde donjuán/don juan puercoespín/puerco espín
adónde/a dónde doquiera/do quiera purasangre/pura sangre
agnusdéi/agnus Dei enfrente/en frente quintaesencia/quinta esencia
aguacafé/agua café enhorabuena/en hora buena sanmartín/san Martín (ma-
aguacibera/agua cibera enhoramala/en hora mala tanza)
aguanafa/agua nafa enseguida/en seguida sanseacabó/san se acabó
aguanieve/agua nieve entremedias/entre medias simpapeles/sin papeles
aguaviento/agua viento entretanto/entre tanto sinhueso/sin hueso
ajorro/a jorro exlibris/ex libris sintecho/sin techo
alderredor/al derredor francocuartel/franco cuartel sintierra/sin tierra
alrededor/al rededor fueraborda o fuerabordo/ sobremanera/sobre manera
alotamar/alta mar fuera borda o fuera bordo sobremesa/sobre mesa
altorrelieve/alto relieve gentilhombre/gentil hombre sobrepeine/sobre peine
anteanoche/antes de anoche gloriapatri/gloria Patri talvez/tal vez
anteayer/antes de ayer guardia civil/guardia civil telaraña/tela de araña
apenas/a penas guardiamarina/guardia ma- tiovivo/tío vivo
aposta/a posta rina tiquismiquis/tiquis miquis
aprisa/a prisa hierbabuena/hierba buena tosferina/tos ferina
arcoíris/arco iris hierbaluisa/hierba luisa viacrucis/vía crucis
asafétida/asa fétida hojalata/hoja de lata
asimismo/así mismo infraganti/in fraganti

9.2. Palabras que, por su significado, nos. Se trata de palabras que, escritas en
deben escribirse en uno o en varios térmi- un solo término o en más de uno, signi-
292 9.2. PALABRAS QUE DEBEN ESCRIBIRSE EN UNO O VARIOS TÉRMINOS

fican cosas distintas y, por consiguiente, es una de las voces españolas que tienen
no hay libertad para escribirlas indiferen- dos acentos; sin embargo, en la práctica de
temente. Existen gran cantidad de formas la escritura suele hacerse una distinción: se
verbales, adverbios, etcétera, que difieren escribe asimismo, en una palabra, como si-
significativamente de modos adverbiales, nónimo de también, además, y así mismo,
frases prepositivas, etcétera, como abor- en dos palabras, cuando es adverbio de
do (de abordar) y a bordo (preposición y modo: Hazlo así mismo; obsérvese que la
sustantivo), acaso (casualidad) y a caso grafía Hazlo asimismo podría interpretarse
(preposición y sustantivo), acuestas (de como Hazlo también en lugar de Hazlo de
acostar) y a cuestas (preposición y sustan- esa manera.) A sí mismo : preposición, pro-
tivo), ahora (adverbio) y a hora (preposi- nombre y adjetivo, equivalentes a a sí con
ción y sustantivo), etcétera. Estos casos, en la adición redundante y enfática de mismo:
general, provocan pocas dudas. El contex- A sí mismo se ama, que no a los demás.
to indicará el sentido propio. Los que se 7. avemaría/ave María. Avemaría :
recogen a continuación suelen ser los más cierta oración; cada una de las cuentas del
complejos. rosario; ángelus (oración): Rezó un avema-
1. adonde/a donde. → 4.5.2-1, ría. Ave María : exclamación con que se
2. adondequiera/adonde quiera. ADON- denota asombro o extrañeza: ¡Ave María,
DEQUIERA: a cualquier parte: Te seguiré qué disparate!
adondequiera que vayas. Adónde QUIE- 8. bienvenida/bien venida. BIENVENI-
RA: adverbio de lugar y tiempo de querer: DA: venida o llegada feliz; parabién que se
—¿Adónde quieres que vaya? —Adonde le da a uno por haber llegado con felicidad:
quiera [usted] (t., a donde quiera; → 4.5.2-1). Te damos nuestra más cordial bienvenida.
3. aguafuerte/agua fuerte. Aguafuer - Bien venida : femenino de bien venido
te : lámina o estampa obtenidas por el sis- (→ 9.2-9).
tema de grabado que utiliza el agua fuerte 9. bienvenido/bien venido. BIENVENI-
como corrosivo. Agua fuerte : ácido nítri- DO: dícese de la persona o cosa cuya ve-
co diluido en agua. nida se acoge con agrado: Sé bienvenido a
4. apropósito/a propósito. Apropósi - esta casa. Bien venido : adverbio de modo
TO: breve pieza teatral. A PROPÓSITO: y participio que significa «bien llegado,
modo adverbial con el que se indica que bien acogido, bien recibido»: El señor pre-
aquello de que se habla es adecuado u sidente siempre será bien venido; Bien ve-
oportuno para lo que se desea o para el nida sea la hora en que te decidas a volver.
fin a que se destina: Este traje es el más a 10. comoquiera/como quiera/como
propósito para esa fiesta. quiera que. COMOQUIERA: de cualquier
5. así/a sí. Así: de esta o de esa mane- manera: Se llamen comoquiera, no nos
ra: Ya está bien así; Así es como me gusta. interesan esas cuestiones. Seco (1998: 118)
A sí: preposición y pronombre personal y Moliner (1980: i, 685) dicen que tam-
que equivale a a él: A sí se quiere, que no a bién puede escribirse como quiera, en dos
los demás (→ 9.2-6). palabras, pero el drae no registra esta
6. asimismo/así mismo/a sí mismo. grafía. Como quiera : adverbio de modo
AsiMiSMO: de este o del mismo modo y tiempo de querer: Hágalo como quiera
(puede escribirse también así mismo): Lo (= como prefiera, como guste). Como
hizo asimismo, o así mismo; adverbio de quiera QUE: locución conjuntiva equiva-
afirmación que significa «también»: Es lente a «de cualquier modo que, de este o
asimismo necesario que venga el secretario. el otro modo»: Como quiera que sea, el
(La Academia prefiere la escritura de esta jefe no está conforme; supuesto que, dado
palabra en dos términos, así mismo, por el que: Como quiera que no se sabe cuándo
hecho, apuntado en otro lugar [→ 4.3.5- ha de llegar, mejor será que lo tengamos
-4], de que, aun escrita en un solo término, todo dispuesto. (Puede observarse cierta
9.2. PALABRAS QUE DEBEN ESCRIBIRSE EN UNO O VARIOS TÉRMINOS 293

anarquía en estas grafías; parece, pues, lo adverbio de cantidad: ¡Con qué desfacha-
más congruente escribir en un solo térmi- tez me lo dijo!; preposición y pronombre
no comoquiera, tanto en el primer sentido relativo equivalente a algo con lo cual,
como en el tercero, vaya o no seguido de cosa con la cual, nada con lo cual: A ver
que, y en dos palabras, como quiera, como si encuentras con qué sacar este clavo; No
adverbio de modo y tiempo de querer De tengo con qué secarme las manos.
esta forma se eliminan dudas y se simplifi- 12. demás/de más. Demás : pronombre
ca una escritura artificialmente difícil. Seco indefinido que significa «el resto»: Anto-
[l. cit.] y Moliner [1998: i, 693] registran nio y demás compañeros; adjetivo (en este
esta grafía: como quiera que, no registrada caso, siempre precedido de lo, la, los, las)
por la Academia.) que significa «lo otro», «la otra», «los
11. conque/con que/con qué. Conque : otros», «las otras», respectivamente: El
conjunción ilativa con la que se enuncia asunto ese y lo demás; Los saltimbanquis y
una consecuencia de lo que acaba de de- la demás gente; Los asuntos urgentes y los
cirse, equivalente a «de modo que»: Te demás; María y las demás; puede usarse sin
ha nombrado heredero universal, conque artículo: Felipe, Arturo y demás. De MÁS:
agradéceselo en cuanto puedas; también preposición y adverbio: El último está de
se usa, bien después de punto, bien como más (= sobra); Me ha dado dos pesetas
inicio de frase, ya para apoyar lo dicho, de más.
ya como resumen de algo sabido: Conque 13. dondequiera/dondequiera que/
¿nos vamos o nos quedamos?; Conque de donde quiera. Dondequiera : adverbio
viaje, ¿eh? Con que : preposición y pro- indefinido de lugar que significa «en cual-
nombre relativo que significan «el cual», quier parte»: Fon ese libro dondequiera
«la cual», «los cuales», «las cuales»: Me (también, donde quiera, según el drae ).
gustó la flor con que me obsequiaste; Le Dondequiera que : adverbio relativo-in-
arrebató el látigo con que le había castiga- definido de lugar: Dondequiera que vayas,
do; Los chicos con que sales no son los más allí te perseguirá la justicia. Donde quie -
adecuados; conjunción condicional: Con ra : adverbio de lugar y tiempo de querer:
que me sirvas dos deditos, tengo bastante. Ponga ese libro donde quiera [usted].
Según el drae , en este sentido es equiva- 14. entorno/en torno. Entorno : sus-
lente al modo conjuntivo condicional con tantivo que significa «ambiente, lo que ro-
tal que, y pone este ejemplo: Procuraré dea»: Don Fulgencio y su entorno; El entor-
complacerte, con tal que no me pidas cosas no natural. En torno : modo adverbial que
imposibles; no parece que con que y con significa «alrededor»: Gira en torno a un
tal que sean intercambiables, puesto que eje, o, más raramente, «en cambio»: Me
no es idiomático en español decir, con el gusta la blusa; en torno, el abrigo no.
mismo sentido, Procuraré complacerte, 15. entretanto/entre tanto. Entretan -
con que no me pidas cosas imposibles. to : adverbio de tiempo que significa «mien-
Moliner (1980: i, 729; 1998: i, 730) dice tras»: Entretanto, ve cortándome la falda
que en este tipo de oraciones en que que (puede escribirse también en dos palabras,
es conjunción puede esta ser sustituida por entre tanto, pero, en esta acepción, es prefe-
una de infinitivo: Con que lo sepamos la rible en una, por simplificación ortográfica
víspera es bastante = Con saberlo la víspe- y para distinguirla de la grafía en dos vo-
ra es bastante. Se escribe también en dos ces). Entre tanto : preposición y adjetivo:
palabras cuando la preposición con podría Entre tanto alboroto, aquí no se entiende
eliminarse sin alterar el sentido: Para obte- nada.
ner el permiso basta [con] que lo soliciten 16. exabrupto/ex abrupto. EXABRUP-
los interesados. Con qué : preposición TO: sustantivo que significa «salida de
y pronombre neutro equivalente a cuál tono»: Eso que dices es un exabrupto.
cosa: ¿Con qué te afeitas?; preposición y Ex ABRUPTO: modo adverbial con que
294 9.2. PALABRAS QUE DEBEN ESCRIBIRSE EN UNO O VARIOS TÉRMINOS

se indica la viveza y calor con que uno 21. porqué/por qué. Porqué : sustanti-
irrumpe a hablar cuando o como no se vo que significa «causa, razón, motivo», o
esperaba: Empezó a hablar ex abrupto bien «ganancia, sueldo, retribución»: Des-
(→ 10.5.20.1.1-5). conozco el porqué de su actuación; Todos
17. medianoche/media noche. Media - buscan su porqué (en esta acepción es de-
noche : hora en que el Sol se halla en el susado). Por qué : preposición y pronom-
punto opuesto al de mediodía (normal- bre indefinido que significa «cuál motivo»:
mente, las doce de la noche) (también No sé por qué te comportas así; ¿Por qué
puede escribirse en dos palabras, media lo haces?; No sé por qué lo haces.
noche, pero en esta acepción es preferible 22. quehacer/que hacer/qué hacer.
escribirla en una): La medianoche es un Quehacer : sustantivo que significa «ocu-
buen momento para pensar. Media NO- pación, negocio»: Cada uno tiene su que-
CHE: parte indeterminada de la noche: Solo hacer; Hoy tengo mucho quehacer. Según
he dormido media noche; Me he pasado Moliner (1980: ii, 904; 1998: ii, 829),
media noche sin pegar ojo. quehacer también puede escribirse en dos
18. mediodía/medio día. Mediodía : palabras, que hacer, en el sentido antes
hora en que el Sol está en el punto más alto apuntado; pero esta opinión solo podría
de su elevación sobre el horizonte (normal- aplicarse parcialmente; en el ejemplo an-
mente, las doce del día): Llegó al mediodía. terior también sería correcto escribir Hoy
Medio DÍA: parte indeterminada del día: tengo mucho que hacer, pero no podría
Mañana tengo trabajo para medio día. aplicarse al primer ejemplo: Cada uno
19. mistifori o mixtifori/misti fori o tiene su que hacer es incorrecto; así pues,
mixti fori. MiSTiFORi: embrollo o mezcla la regla será escribirla en una sola palabra
de cosas heterogéneas. Misti fori : locu- cuando actúe de sustantivo. Que hacer :
ción latina que se aplicaba a los delitos de conjunción y verbo: Hoy no tengo nada
que podían conocer el tribunal eclesiástico que hacer. Qué HACER: pronombre y ver-
o el seglar; cosa o hecho cuya naturaleza bo: No sé qué hacer con mi hermano.
no puede deslindarse con suficiente claridad. 23. quienquiera/quien quiera. Quien -
20. porque/por que. Porque : conjun- quiera : pronombre indefinido que equi-
ción causal que significa «por causa o vale a cualquiera referido a personas y
razón de que»: No se marcha porque no siempre seguido, en el uso actual, de que:
tiene billete; conjunción final, equivalente Quienquiera que sea, lo sentirá. Quien
a para que: Brindo porque la conferencia QUIERA: pronombre y tiempo de querer:
sea un éxito. (En esta acepción, como Quien quiera más, que lo diga.
en la anterior, la Academia admite también 24. quintaesencia/quintaesencia. QUIN-
la escritura en dos palabras, por que; en la TAESENCIA: sustantivo que significa «refina-
práctica debe distinguirse: se escribe por- miento, último extracto de algo»: Es la
que en su oficio de conjunción causal: No quintaesencia del canto (también se puede
pudo venir porque perdió el tren, y en dos escribir quinta esencia, pero debe preferir-
cuando, como conjunción final, equivale se en un solo término). Quinta esencia :
a para que: Hizo lo imposible por que no quinto elemento en la composición del
tomara tal resolución; Brindo por que la universo según la filosofía antigua; entre
conferencia sea un éxito.) Por QUE: pre- alquimistas, principio fundamental de la
posición y pronombre relativo equivalente composición de los cuerpos.
a el cual, la cual, los cuales, las cuales: La 25. sinfín/sin fin, sinhueso/sin hueso,
razón por que vengo la sabrás mañana; sinnúmero/sin número, sinrazón/sin razón,
Los períodos por que ha pasado la Tierra sinsabor/sin sabor, sinsentido/sin sentido,
son...; cuando es locución conjuntiva final, sinvergüenza/sin vergüenza. En todos estos
equivalente a para que: El profesor se afa- casos se escribe en una sola palabra cuando
na por que sus discípulos estudien. se trata de sustantivos: Sufrió un sinfín de
9.2. PALABRAS QUE DEBEN ESCRIBIRSE EN UNO O VARIOS TÉRMINOS 295

adversidades; Le das mucho a la sinhueso; también, además, que, que también, más:
Tuvo un sinnúmero de hijos; Reconoció No solo en España, sino también en toda
la sinrazón de su protesta; La conduc- Europa; a veces, con valor adversativo, no
ta de su hijo es un sinsabor; Lo que acabas ya (o ya no) precede a sino: Tengo miedo,
de decir es un sinsentido; Tu hijo es un sin- no ya por mí, sino por las consecuencias
vergüenza; cuando se trata de preposición que pueda tener para los demás. En lo que
seguida de un sustantivo, se escribe en dos se refiere a la puntuación, siempre que sino
palabras: Calle sin fin; Fruta sin hueso; contraponga dos oraciones lleva antepues-
Casa sin número; Se despidió sin razón; Es ta coma, pero no la lleva cuando equivalga
un alimento sin sabor; El accidentado que- a «más que», como puede verse por los
dó sin sentido; Sin vergüenza no se puede ejemplos anteriores (→ 10.5.2.3.1-9). Si
ir a parte alguna. En el caso de sinventura/ NO: conjunción condicional y negación; es
sin ventura, la primera forma es adjetivo difícil, a veces, distinguir si no y sino: para
que significa «desventurado». La OLE10 ello, Lozano Ribas (s. a., 77) da dos reglas
(p. 541) registra tres grafías nuevas admi- sencillas, que pueden ser útiles en la mayor
tidas por la Academia, sin techo, sin tierra parte de los casos dudosos:
y sin papeles, también escritas, correcta-
mente, sintecho, sintierra y simpapeles, a) «es preciso no olvidar que la partícu-
respectivamente. la no, en su calidad de adverbio,
26. sino/si no. SiNO: sustantivo que niega lo que afirma el verbo que le
significa «hado», «destino»: Su sino era precede o sigue»: Si no quieres venir,
vivir con penuria; conjunción adversati- dilo (Si venir no quieres, dilo);
va con que se contrapone a un concepto b) siempre que haya duda, sígase la si-
negativo otro afirmativo: No es rojo, sino guiente regla, con la cual se resolve-
púrpura; Ni bueno ni malo, sino todo lo rán los casos más intrincados: si
contrario; normalmente, como se ve por dando otro giro a parte de la frase
estos ejemplos, el verbo de la primera caben mentalmente una o más pala-
oración queda implícito en la segunda: No bras entre el si y el no, es prueba ine-
es rojo, sino [es, o que es] púrpura; si el quívoca de que estas partículas de-
nombre de lo elidido es cosa, sino equivale ben ir separadas. A veces se les pue-
a «más que»: No deseo sino tocarlo (= No de intercalar un pronombre que, por
deseo [otra cosa] más que tocarlo); si la innecesario, se omite en la cláusula»:
cosa negada está expresada por un pro- Lo comprenderías, si no fueses tan
nombre indefinido o interrogativo, sino distraído (= Lo comprenderías, si
equivale también a «más que» o a «que no tan distraído no fueses); Diga a esos
sea»: Nadie sino él puede haberlo hecho; alborotadores que, si no callan, los
¿Quién sino tú es capaz de hacer una cosa arrojaré del local (= Diga a esos
así?; cuando el verbo de la segunda oración alborotadores que, si ellos no callan,
se expresa, la construcción moderna es si- los arrojaré del local); Si estudias,
no que (a veces con valor adversativo): No te daré un premio; si no, te castiga-
es que no le guste, sino que le desagrada; ré (= ... si tú no estudias, te casti-
sino que se usa también tras una oración garé).
afirmativa, para explicar la aparente con-
tradicción con lo dicho en ella: Estoy bien, Hay, sin embargo, casos más dudosos aún,
sino que me duele la cabeza (este último en los que la grafía depende más de la in-
uso no es frecuente en la lengua literaria, tención del autor que de la regla aplicable;
pero sí en la coloquial); precedido de no Lozano Ribas pone este ejemplo: ¿Qué
solo, sirve para intensificar la validez de lo objeto, si no este, podrían haberse pro-
que se afirma: No solo en España, sino en puesto? (= ¿Qué objeto, si este no, podrían
toda Europa; normalmente se refuerza con haberse propuesto?). Moliner (1980: ii,
296 9.2. PALABRAS QUE DEBEN ESCRIBIRSE EN UNO O VARIOS TÉRMINOS

1173; 1998: ii, 1095) propone este otro, sión si no y lo que le sigue pueden ponerse
con el sentido de «más que» o «que no entre comas (no siempre obligatorias, pero
sea»: Nadie sino él puede haberlo dicho. posibles), debe escribirse en dos palabras:
¿Quién sino tú es capaz de hacer eso? Polo ¿Qué otra cosa, si no la pausa, podría acla-
(1974: 179), que desmenuza los casos posi- rárnoslo?; ¿Quién, si no, puede aclarárnos-
bles, reconoce que algunos ejemplos «hay lo?; ¿Quién, si no? Pero queda claro que a
que saber leerlos»; de los que aduce, elijo veces, sobre todo cuando puede sustituirse
estos: ¿Qué otra cosa, si no es la pausa, por «más que», hay interferencia entre si
podría aclarárnoslo?/¿Qué otra cosa, si no y sino.
no [nos los aclara] la pausa, podría acla- 27. sobretodo/sobre todo. Sobreto -
rárnoslo?/¿Qué otra cosa, sino [más que] DO: sustantivo que se aplica a una prenda
la pausa, podría aclarárnoslo? En general, de vestir más ligera que el gabán: No tiene
siguiendo la regla de Lozano Ribas, si abrigo, pero sí sobretodo. Sobre todo :
entre ambas partículas puede introducirse modo adverbial que significa «con espe-
una palabra, especialmente un pronombre, cialidad, mayormente, principalmente»: Le
debe escribirse en dos voces: ¿Quién si no gusta la gramática, pero sobre todo la
tú sabe lo que pasó? (= ¿Quién, si tú no sintaxis; preposición y adjetivo o pronom-
[eres el que lo sabe], sabe lo que pasó?; bre: Eleva tu espíritu sobre todo lo terre-
otra guía pueden ser las comas: si la expre- nal.
10. Signos ortográficos

10.1. Generalidades. Llamamos signo mismo espacio a lo largo de toda la obra


a un elemento de un sistema visual de co- (espacio fijo), cualquiera que sea el de la
municación que, por convención, represen- línea, con objeto de unificar este aspecto
ta algo generalmente distinto de sí mismo. en las fórmulas, donde es muy importante.
El lenguaje escrito es un sistema de signos; Para la obtención de la mayor parte de los
así, son signos cada una de las letras, las signos habituales en informática y aplicar-
figuras de los números, etcétera. Intervie- los al texto, pueden utilizarse los códigos
nen, sin embargo, otras figuras, distintas que se indican en el cuadro 10.1.
de las anteriores, a las que propiamente
se conoce con el nombre de signos. Los 10.3. Signos ortográficos. Los signos
usan muchas ciencias y técnicas, como la ortográficos son los que emplea la escritura
escritura, la música, la botánica, la meteo- para indicar la pronunciación de las pala-
rología, las matemáticas, etcétera. bras, la entonación de voces y cláusulas o
las pausas que deben realizarse entre ora-
10.2. Escritura de los signos. Los sig- ciones o períodos.
nos se escriben generalmente con caracte- Estos signos se dividen en diacríticos,
res redondos o derechos, incluso en textos sintagmáticos y ortográficos auxiliares
escritos con letra cursiva, especialmente los (→ c. 10.2). Los primeros pueden estable-
utilizados en matemáticas. Por lo que res- cer una oposición significativa (por ejem-
pecta al espaciado, la norma general esta- plo, médico/medico/medicó, pingue/pin-
blece que los signos que afectan a una cifra güe); los segundos afectan a la frase, y los
o a otro signo lleven un espacio algo menor terceros, a una o más palabras.
que el normal de la línea (el espacio fino, Hasta el presente, con algunas excep-
que suele ser de dos puntos); por ejemplo, ciones notables, lo normal es que cualquier
27 %, § 21 (sobre todo con objeto de que ortografía, incluida la orae (1974: 30),
a final de línea no queden separados de registre estos signos bajo el epígrafe genéri-
sus complementos, que pueden ir antes o co de signos de puntuación, o los considere
después del signo), pero en la práctica es así (OLE99, 55), sin distinguir entre los que
habitual concederles el espacio que llevan tienen esa función y los restantes. En esta
las demás palabras de la línea. Los signos obra se distinguen netamente los signos or-
empleados en matemáticas deben llevar el tográficos que afectan al sintagma, frase u
298 10.3. SIGNOS ORTOGRÁFICOS

Cuadro 10.1. Signos que pueden obtenerse en el ordenador1

ã ã 198 Ê Ê 210
à à 131 Eszett ß 481
  182 et & 38
å å 134 grado ° 0432
Å Å 143 248
Ä Ä 142 0176
æ æ 145 libra £ 156
Æ Æ 146 0163
0198 macron - 0431
antibarra (v. contrabarra) marca registrada ™ 0409
antígrafo (v. calderón) menos - 0150
apóstrofo ’ 0146 micro µ 0437
arroba @ 64 mil (v. por mil)
barra / 47 moneda ¤ 0420
303 0164
0303 multiplicado (v. por)
barra inversa (v. contrabarra) ô ô 147
calderón ¶ 0182 ø ø 155
244 0248
cantidad # 35 Ø Ø 157
291 0216
0291 ΠΠ0140
centavo ¢ 0418 párrafo § 0423
0162 245
189 pleca | 0380
comillas angulares ‹ 0139 pleca interrumpida ¦ 0166
› 0155 por × 0471
comillas inglesas “ 0147 158
0403 0215
” 0148 por mil ‰ 0393
0404 0137
comillas latinas « 174 raya — 0151
» 175 registrado ® 0430
comillas simples ‘ 0145 169
’ 0146 0174
contrabarra \ 92 š š 0410
copyright © 0425 Š Š 0138
0169 0394
184 subraya _ 0351
cruz † 0390 242
0134 virgulilla ~ 0152
cruz doble ‡ 0391 virgulilla centrada ~ 0126
0135 ý ý 236
d ð 208 0253
D Ð 0208 Ý Ý 237
209 ÿ ÿ 152
dividido ÷ 246 0255
dólar $ 36 Ÿ Ÿ 0159
é ê 136 ¥ ¥ 0165
É Ê 0202 190

Dos y tres cifras, código Asen; cuatro cifras, código ansi .


10.3.1. LA TILDE 299

oración (signos sintagmáticos) y los que no Los suscritos comprenden la cedilla, el


tienen esa función. subpunto y la subraya. Los laterales com-
prenden los llamados índices, que son el
10.3.1. Los signos dobles. Los signos índice, el superíndice y el subíndice, más
ortográficos pueden ser simples o dobles, el apóstrofo.
dependiendo de que consten de un solo
carácter o de dos, en este caso enfrentados 10.4.1. La tilde. 1. «Virgulilla o rasgo
por su figura, excepto la coma y la raya que se pone sobre algunas abreviaturas,
cuando actúan con función parentética. el que lleva la ñ, y cualquier otro signo
Son dobles los siguientes signos: que sirva para distinguir una letra de otra
o denotar su acentuación.» Así define la
antilambdas: < > Academia esta palabra en el DRAE01. No
comillas simples inglesas: ‘ ’ es bueno para la fijación de la terminología
comillas inglesas: “ ” adjudicar a un solo signo tantas aplicacio-
comillas simples latinas: ‹ › nes, sobre todo teniendo en cuenta que
comillas latinas: « » esas aplicaciones tienen en ortografía sus
comillas simples mecanográficas:′ ′ propios nombres. Por ejemplo, el rasgo de
comillas mecanográficas:″ ″ las abreviaturas y de la ñ a que se refiere la
paréntesis: ( ) Academia es, en efecto, la virgulilla, y ese
corchetes: [ ] nombre es suficiente para saber a qué signo
llaves: { } nos referimos con él. Signos que sirven para
paréntesis angulados: < > distinguir una letra de otra hay varios, por
exclamaciones: ¡ ! lo que no deben englobarse con el nombre
interrogaciones: ¿ ? de tilde. En la actualidad esta palabra,
tilde, se ha reservado exclusivamente para
También pueden ejercer funciones de signo la última de las funciones mencionadas en
doble las plecas, | |, y las plecas dobles, || || la definición, es decir, para denominar el
o || ||. Incluso las rayas y las comas se consi- rasgo que se traza de derecha a izquierda
deran signos dobles cuando encierran una y de arriba abajo sobre la letra que en
palabra u oración incisa, pero fuera de esa la palabra lleva acento de intensidad (')
función no se consideran dobles porque, al (→ 10.4.10).
no ser opuestos, no forman entre los dos 2. Con el nombre de tilde nos referimos
un solo signo. también a otros tipos de acentos gráficos
que a lo largo de la historia se han utiliza-
10.4. Signos diacríticos. Llamamos do en ortografía. Por ejemplo, el lene, un
diacríticos a los signos ortográficos que acento suave (') propuesto por Gonzalo
confieren un valor especial a otros signos; Correas para distinguir las vocales cuando
por ejemplo, la tilde, la diéresis, el macron, formaban palabra; el ápex, signo también
etcétera (→ c. 10.2). en forma de tilde (') que en las inscripcio-
Los signos diacríticos afectan a una pa- nes latinas del siglo i a. de C. se colocaba
labra y pueden colocarse de tres maneras: sobre las vocales de cantidad larga, con
sobre el signo afectado (suprascritos), de- funciones equivalentes a las del macron.
bajo (suscritos) o lateralmente (laterales). Finalmente, definimos la palabra ápice
Los signos suprascritos se subdividen en como la tilde o cualquier otro signo seme-
acentuales y especiales. Son acentuales los jante que se coloca diacríticamente sobre
acentos (agudo, grave, circunflejo, anticir- las vocales.
cunflejo, macron o acento largo, acento 3. La tilde en su función acentual (la
breve), el ápex y los espíritus (áspero y única que hoy debe reconocerse a esta
suave). Son especiales la virgulilla, el pun- palabra) ha sido denominada siempre, en
to suprascrito, la diéresis y la sobrerraya. la ortografía española, acento. Ello obliga
300 10.4.2. EL ACENTO AGUDO

Cuadro 10.2. Clasificación de los signos ortográficos

1. Signos diacríticos 3) auxiliares de la puntuación


y de la entonación
1) suprascritos comillas (« " “ ‹ ‘ ' ' ’ › ” " »)
a) acentuales
paréntesis [( )]
tilde o acento agudo (')
corchetes ([ ])
acento grave (`)
raya (—)
acento circunflejo (â)
menos (-)
acento anticircunflejo (ǎ)
antilambdas (< >)
acento largo o macron (ā)
acento breve (ă)
3. Signos ortográficos
anillo (å)
AUXILIARES
espíritus (‛ ’)
contrabarra o barra inversa (\)
b) especiales
barra o diagonal (/)
virgulilla (~)
barra doble (//)
punto suprascrito (’)
pleca (|)
diéresis (¨)
pleca doble (||, ||)
sobrerraya (¯)
guión (-)
igual (=)
2) suscritos
punto alto (•)
cedilla (ç)
puntos encorchetados ([...])
subpunto (.)
línea de puntos (........ )
subraya (_)
puntos conductores (.......... )
antisigma (x)
3) laterales
cristus (+)
índice (')
cruz (†)
superíndice (o,a, 1)
cruz doble (‡)
subíndice ( o, a, 1)
calderón o antígrafo (¶)
apóstrofo (’)
párrafo (§)
asterisco (*)
2. Signos sintagmáticos
manecilla (→)
1) de puntuación
llave o abrazadera ({ })
punto (.)
coma (,) et(&)
cedilla(ç)
punto y coma (;)
ele geminada (l•l)
dos puntos (:)
letras ligadas (Æ æ, Œ œ, st, éf)
puntos suspensivos (...)
doble punto (:)
versículo(V)
2) de entonación
responsorio (R)
exclamación (¡ !)
interrogación (¿ ?)

a distinguir el acento de intensidad del los tipos no los llevaban) y se denominaba


acento gráfico u ortográfico. En griego se acento pospuesto. En polaco se coloca so-
llamaba acento antepuesto a una tilde que bre la ń (= ñ).
se colocaba antes de una vocal mayúscula
que carecía de él en el tipo de imprenta. En 10.4.2. El acento agudo. Rayita obli-
otros idiomas, como el portugués, este sig- cua (') que desciende de derecha a izquier-
no se posponía en el mismo caso (cuando da sobre el elemento vocálico de la sílaba
10.4.4. EL ACENTO CIRCUNFLEJO 301

tónica (la portadora del acento de inten- cés solo pueden llevarlo las vocales a, e,
sidad) en las palabras que deben tildarse. u: a preposición, érogéne, oú adverbio (en
En español es el único acento gráfico a y oü este acento tiene funciones diacríti-
que se utiliza actualmente, y recibe el nom- cas); sobre la e indica que esta letra es
bre de tilde para distinguirlo del acento de abierta.
intensidad. Todas las palabras polisílabas
llevan acento de intensidad en español, 10.4.4. El acento circunflejo. Acento
pero no todas llevan tilde. Su función en que se compone de uno agudo y otro grave
nuestra lengua es siempre tónica (a veces unidos por arriba ("). Especialmente en el
diacrítica, pero también en este caso es mundo de la tipografía, se ha llamado ca-
tónica), mientras que en otros idiomas que pucha y monterilla, sin duda por su forma.
la utilizan no tiene función acentual; por 1. Este acento es de origen griego. Bello
ejemplo, en francés sirve para indicar que (1951: 136) lo explica así: «La a larga
la vocal es cerrada, y solo la lleva la e, in- equivalía a dos aes: aa. Si el acento afec-
cluso más de una vez en la misma palabra: taba a la segunda, se colocaba sobre la
société générale, désespéré, hérédité. En letra el acento agudo: á era lo mismo que
gallego se usa también solamente la tilde aá. Pero si sucedía al contrario, ¿cómo
aguda: maza, alí, algúns. En catalán se usa indicarlo en la escritura? Pusiéronse dos
sobre la i y la u: camí, índex, útil, comú; acentos sobre la letra, el agudo y el grave,
la e y la o la llevan cuando son cerradas: que se convirtieron en el acento circunflejo.
donaré, avió; si son abiertas, llevan la tilde Así a es lo mismo que áá». Su forma griega
grave: avid, época, consol. En euskera no fue evolucionando con el tiempo: ",
se usan tildes, pese a ser una lengua de hasta adoptar, en esa lengua, la forma de
acento libre. En portugués indica vocal esa virgulilla (la misma que se coloca sobre
abierta: estética, óxido; las cerradas se in- la «) que con el nombre de acento circun-
dican con circunflejo: espléndido, attónito. flejo se usa en ella.
2. El circunflejo, tal como se emplea
10.4.3. El acento grave. Rayita obli- en las lenguas con alfabeto latino ("), fue
cua (') que desciende de izquierda a dere- adoptado por la Academia en la primera
cha sobre la vocal de la sílaba que la re- edición de su Orthographia (1741) para
quiera. En español se usó sobre las vocales distinguir la pronunciación de cháridad,
a, e, o, u (→ 4.3.1-2), pero la Academia lo cháracteres, chimera (con sonido [k] de
sustituyó por el agudo en la tercera edición la ch), de la de leche, muchacho (con so-
de la Ortografía (1763). Entre los idio- nido [tf] de la ch), o bien la de examen,
mas de España solo lo usa el catalán para exorbitante (con sonido [ks] de la x) de la
indicar vocal abierta (→ 10.4.2). En galle- de xabón, reloxes (con sonido [x] de
go se usó en las vocales e y o cuando eran de la x) (→ 1.4.2.1-3). En la cuarta edición
pronunciación cerrada: oso ‘oso’ (animal), del drae (1803), al adoptar otros sig-
ó ‘él’, presa ‘presa’ (encarcelada), pero en nos para representar los mismos sonidos
las reglas promulgadas por rag /ilg (1982: (→ 1.4.2.1), la Academia prescindió de
16) se decidió prescindir de él. En italiano este acento, que no ha vuelto a usarse
pueden llevarlo las cinco vocales (sobre en voces españolas. Fernando de Herrera
todo en monosílabos), generalmente en fin utilizaba el circunflejo para indicar la
de palabra: societá, piú; también suele uti- contracción de dos vocales: ver, ves, ven,
lizarse en los topónimos y antropónimos, y véreis, verán, ved, fe (equivalentes a ee).
en los diccionarios acostumbra ponérseles A menudo lo colocaba sobre la o interjec-
asimismo a las voces de pronunciación ción para distinguirla de la o conjunción,
esdrújula, pero solo con el fin de indicar es decir, con función diacrítica (v. Macrí,
la sílaba tónica (es decir, que la escritura 1972: 449).
ordinaria no refleja este acento). En fran- 3. En gallego solían llevarlo las vocales
302 10.4.5. EL ACENTO ANTICIRCUNFLEJO

a, e y o cuando eran abiertas: oso ‘hueso’, â presencia o ausencia de aspiración de una


‘al’, presa ‘prisa’, pero en las reglas promul- vocal o un diptongo.
gadas por rag /ilg (1982: 16) se decidió
prescindir de él. En portugués se usa sobre 10.4.9.1. Escritura de los espíritus .
a, e, o para indicar sonido cerrado: cántico, El espíritu áspero, fuerte o rudo (‛) indica
pelo ‘cabello’, distinto de pélo (de pelar), la aspiración de una vocal o diptongo ini-
polo ‘halcón menor de un año’, distinto de ciales, y el espíritu suave o débil (’) indica
polo ‘extremidad’; a veces, como se ve, con la ausencia de aspiración de una vocal o
función diacrítica. No se usa en catalán ni diptongo. Cada uno de ellos puede com-
en italiano, pero en francés pueden llevarlo binarse con la tilde (‛', ’'), el acento grave
las cinco vocales, con más frecuencia la a (‛`, ’`), el circunflejo griego (‛, ’) o ambos
y la e; en general, denota particularidades entre sí (‛’), caso este, junto con la com-
etimológicas: tete (lat. testa), o una omega binación con circunflejo, que se da rara-
griega: aróme (gr. aroma); morfológicas: mente. Estos signos se sobreponen a las
pretérito indefinido il prit, imperfecto de minúsculas y se anteponen a las mayús-
subjuntivo quil prit; fonéticas, para indicar culas, ya que estas no llevan acento en
que una vocal es larga, o bien como signo griego. En trascripciones del árabe, un
diacrítico, para distinguir, por ejemplo, no- signo semejante al espíritu rudo (c) indica
tre adjetivo de nótre pronombre (v. Lázaro sonido glotal, entre h aspirada y r suave,
Carreter, 1971: 92). y otro parecido al espíritu débil (’) indica
interrupción en la emisión de voz. «En
10.4.5. El acento anticircunflejo. Acen- las lenguas neolatinas, salvo en italiano,
to que se compone de uno grave y otro y también en las anglosajonas, el espíritu
agudo unidos por abajo (ˇ) y se usa en las áspero de las voces griegas se representa
lenguas eslavas como diacrítico (por ejem- por una h. En castellano, no raramente es
plo, c = ch, s = sh). omitida esta h en algunas palabras técnicas
que deben llevarla, como los diversos com-
10.4.6. El acento largo o macron. puestos de hadro-, haplo-, hapto-, hexa-,
Acento gráfico en forma de raya (") que se bolo-, etc. [...]. = Por lo común, el espí-
coloca sobre las vocales de cantidad larga ritu áspero, y por consiguiente la h, de-
en las trascripciones latinas y de otros saparecen cuando las voces respectivas
idiomas (por ejemplo, árabe, letón, etcéte- hacen de poscomponente. Salvo en an-
ra), especialmente en diccionarios y libros tihelmíntico, por ejemplo, los otros deri-
didácticos. vados, como nematelminto, platelminto,
etc., pierden la h. La Academia de la Len-
10.4.7. El acento breve. Semicírculo gua manda conservarla también cuando
con la abertura hacia arriba (˘) que se co- el segundo componente es -hidro o -hídri-
loca sobre las vocales de cantidad breve en co, como anhidro, clorhídrico, sulfhídri-
las trascripciones del latín y otros idiomas. co, etc. [...]» (Font Quer, 1953: xv-xvi)
(→ 1.3.8.5-4).
10.4.8. El anillo. Círculo que se coloca
sobre algunas letras. Por ejemplo, en la a 10.4.9.2. El coronis . El espíritu sua-
en sueco, noruego, danés y groenlandés y ve recibe en griego el nombre de coronis
sobre la u en checo y eslovaco. En física se cuando en manuscritos o ediciones de
coloca sobre la A (Å) para representar el textos helénicos se coloca sobre las voca-
símbolo internacional del ángstrom (diez- les largas o los diptongos resultantes de
millonésima de milímetro). contracciones de miembros que terminan
y empiezan, respectivamente, por vocal,
10.4.9. Los espíritus. Signos griegos o entre pro- y el segundo elemento de un
que, según su forma, sirven para indicar la compuesto. (Morato, 1933: 124, escribe
10.4.12.1. ESCRITURA DE LA DIÉRESIS 303

coronis, pero las restantes fuentes registran octava edición de aquella obra (1815), al
la grafía llana.) reservar la c para las sílabas ca, co, cu y la
qu para las sílabas que, qui, la Academia
10.4.10. La virgulilla. Según la Aca- eliminó la diéresis de las sílabas que, qui,
demia, la virgulilla es «Cualquier signo puesto que ya no se escribía seqüestro, sino
ortográfico de figura de coma, rasguillo secuestro.
o trazo; como el apóstrofo, la cedilla, la 2. En el español actual la diéresis se
tilde de la ñ y la raya que se pone sobre las usa sobre la u de las sílabas gue, gui para
abreviaturas y se ponía antiguamente sobre indicar que la vocal debe pronunciarse:
las voces en que se omitía la m o la n; n . gr.: ambigüedad, contigüidad. «En poesía tiene
hóbre, taléto» (DRAE84). Como se ve, es algún uso la crema puesta sobre la pri-
esta una palabra que da mucho de sí; afecta mera vocal de un diptongo, para desha-
a tantas cosas, que, utilizada sin una perí- cerlo y dar a la palabra una sílaba más; v.
frasis, lo más probable es que no se sepa a gr.: fi-el, rü-i-do, sü-a-ve» (orae 74, 37).
qué se refiere. En la actualidad, la coma se 3. La grae 59, 488, dice que «Conven-
llama coma; el apóstrofo, apóstrofo; la ce- dría también usar la diéresis en aquellas
dilla, cedilla, y la raya que se ponía encima palabras que, de no puntuarse con ella, se
de las abreviaturas, sobrerraya; así pues, la pudieran pronunciar indebidamente, co-
palabra virgulilla debería darse en exclu- mo, por ejemplo, pié, pretérito indefinido
siva a ese rasguillo de la ñ, que, reservado del verbo piar que de este modo se dife-
el nombre de tilde para el acento gráfico, rencia con toda claridad del imperativo
tampoco debería llamarse tilde (→ 10.4.1). o subjuntivo del mismo verbo, píe, y del
nombre pie». Casares (1952: 77) dice que
10.4.11. El punto suprascrito. Punto no parece oportuno reflejar en la prácti-
que se usa en algunas lenguas, como el ca la norma académica mencionada, aun-
lituano, para indicar que una letra es que la admitiría a continuación de los
de pronunciación cerrada; por ejemplo, é artículos del drae como aclaraciones de la
(→ 10.4.15; 10.5.1.4-1). pronunciación de algunas palabras dudo-
sas en cuanto a la fonética. La Academia
10.4.12. La diéresis. La diéresis, tam- no solo no se ha comprometido a tanto,
bién llamada crema, es un signo diacríti- sino que ha eliminado del drae las pocas
co que consiste en dos puntos horizonta- palabras que antes se escribían con diéresis
les (¨) que se colocan sobre la letra afectada para indicar el hiato: piada, piador, püado,
por él. Hay que distinguir la diéresis como püar, dioso, düerno, düeto, pión, conver-
licencia poética, que permite pronunciar tidas, respectivamente, en piada, piador,
en dos sílabas un diptongo, de la diéresis puado, puar, dioso, duerno, dueto, pión.
como signo diacrítico; en el primer caso En cuanto a la recomendación de la grae ,
se hace asimismo uso de la diéresis ‘sig- ya desechada, hoy ni siquiera tiene sentido.
no’, colocada precisamente sobre la vocal En efecto, como dice el Esbozo (1973: 150,
cerrada o sobre la primera si ambas son n. 50) y corroboran Polo (1974: 263-264)
cerradas; normalmente, el signo se omite y Rosenblat (1974: 67), la diéresis en la
actualmente en esta función (→ 10.4.12.1- grafía pié es innecesaria, pues no hay forma
-2; 10.4.12.1-3). de pronunciar pié sino en dos sílabas, como
lo es la grafía pie, pues píe está en el mismo
10.4.12.1. Escritura de la diére - caso, y para cuando se trate de sustantivo
sis. 1. En la primera edición de la Ortho- monosílabo se escribe pie. Pese a ello, el
graphia (1741), la Academia prescribía el drae 92 todavía registra este texto (s. v.
uso de la diéresis sobre la u en voces como diéresis): «[...] y también [se pone diéresis]
qüestión, agüero (es decir, para que se pro- sobre la primera vocal del diptongo cuyas
nunciase, en uno y otro caso, la ü). En la vocales han de pronunciarse separadamen-
304 10.4.12.2. ALTERNANCIAS

te en virtud de la figura del mismo nom- la x (dixo, xastre) para denotar un sonido
bre; v. gr.: viuda, rüido. Empléase a veces parecido al de la ch francesa, y que en una
sobre vocal débil [cerrada], para deshacer trascripción más racional debiera ser s»
un diptongo en voces de igual estructura (Menéndez Pidal, en Morato, 1933: 77).
y de distinta prosodia; v. gr.: pié». Aún en Novo Mier (1979: 14) dice al respecto de
el drae 01 (s. v. diéresis) dice la Academia: la que llama «equis» asturiana: «Empléase
«Se emplea a veces sobre la vocal débil, pa- en las sílabas fuertes que dan comienzo con
ra deshacer un diptongo en voces de igual la misma, y, en el mayor número de casos,
estructura y de distinta prosodia, como en en sustitución de la j castellana: xa, xe, xi,
pie, del verbo piar». Esto no concuerda con xo, xu —xana, xenru, xirigonza, xorra,
lo dicho en la OLE99 (→ 4.3.2.5). xugar—, evitando las aberraciones actuales
que han venido a convertir su pronuncia-
10.4.12.2. Alternancias . Se encuen- ción, plenamente palatal, al modo, aunque
tran pocas voces en que sea indiferente no exactamente igual, que la ch francesa,
escribir una palabra con diéresis o sin ella: en una s sibilante, formando sílaba con la
argüelargue, gargüero/garguero, gregües- i: xia (sia), xie (sie), xio (sio), xiu (siu), lo
cos/greguescos, con preferencia académica cual es absolutamente incorrecto». Novo
por las grafías sin diéresis, salvo en higuela/ Mier insiste en la pronunciación distinta de
higüela, en que prefiere la forma con diére- la equis asturiana, pero no utiliza ningún
sis. Moliner (1998, s. v.) registra también diacrítico, pues escribe xastre y no xastre
tegueltegüe; desu y nel solo recogen tegue, ni sastre.
sin diéresis; el drae 92 registraba solo te- 3. En francés llevan este signo las voca-
gue, y el drae 01, tegüe. En cigüeñal/cigo- les e, i, u para indicar que dichas letras se
ñal y en engüerar/enhuerar, güero/huero no pronuncian separadas de la vocal que les
puede hablarse de alternancia de este sig- precede: Tolstoi, Zaire, Israel, Citroen.
no, sino de -ue-/-o- en el primer caso y de 4. La lengua alemana, que no utiliza
-g-/-b- y g-/b-, respectivamente, en el segun- tildes, dispone, sin embargo, de la diéresis
do y tercero. En el drae 84 la Academia (Umlaut) en las vocales a, o, u (ä, ö, ü),
sustituyó araguirá por aragüirá. que representan los sonidos complejos ae,
oe, ue, respectivamente. Cuando aquellas
10.4.12.3. Parónimos . También se en- letras se desdoblan en la escritura, se omite,
cuentran pocos parónimos con la diére- naturalmente, la diéresis.
sis: pingue (cierta embarcación de carga) 5. En griego puede combinarse con el
y pingüe (gordo, mantecoso; abundante, acento agudo (') y con el grave (').
copioso); guito (en Aragón, «aplícase al
macho, muía u otro animal de carga, falso» 10.4.12.5. Errores frecuentes en la
[drae ]) y güito (familiarmente, sombrero). escritura de la DIÉRESIS. El error más
común, por confusión o inadvertencia, es
10.4.12.4. Escritura de la diéresis el de poner diéresis cuando no correspon-
en otros idiomas . 1. En catalán se usa de, como en averigüar, santigüar, influidos,
sobre la u de qu para indicar la pronuncia- quizá, por la diéresis que llevan algunos
ción de la vocal: qüestió, conseqüéncia, y de sus tiempos, como averigüe, santigüe.
en poesía para indicar hiato. También hay quien escribe paragüas, pala-
2. En la lengua asturiana se usa «para bra que no puede confundirse con ningún
dar sonido a la u después de la g; v. gr.: tiempo verbal. La falta contraria consiste
güeyos, y también debe colocarse sobre en no poner diéresis cuando la palabra
la x (x) para su especial pronunciación deba llevarla: verguenza. Esto resulta más
asturiana, mientras no se adopte un signo grave en los casos en que la diéresis puede
adecuado» (Fermín Canella y Secades, en servir de elemento diacrítico no solo de la
Morato, 1933: 80). «[...] el asturiano usa pronunciación, sino de una voz con otra
10.4.18. EL SUBÍNDICE 305

homógrafa que se escribe sin diéresis, co- un signo de las dimensiones del menos,
mo pingue por pingüe, guito por güito, pero en situación subíndice: _. Se le sue-
o ponérsela a palabra que no la lleva, le dar el nombre de guión bajo, pero es
como magüer por maguer. Finalmente, designación inapropiada (pese a que la
es inexcusable el uso de la diéresis en las misma Academia se lo aplique [ole 10,
mayúsculas, de modo que si se tratase de p. 424]), puesto que no se trata de un
una letra que no dispusiese de las voca- guión. Por otro lado, la función inferior
les con diéresis, esta debería añadirse aparte, de este signo se refleja bien con el prefijo
con un signo postizo. sub-: subraya. Tiene uso en informáti-
ca, en las direcciones electrónicas de url
10.4.13. La sobrerraya. Raya que se y en el texto de los mensajes (que no sean
traza encima de letras, cifras o signos para de HTML) para indicar dónde comienza y
indicar un cambio de significado o valor. acaba una porción de texto que en la com-
Antiguamente se solía poner sobre ciertas posición debería ir en cursiva; por ejemplo:
letras para indicar su condición de abrevia-
turas (→ 5.2-2). Me refiero al _Quijote_ de Cervantes...

10.4.14. La cedilla. Es un signo (¸) de- 10.4.17. El índice. De forma genérica,


rivado de una reducción de la z que anti- llamamos índice a cualquier signo, letra o
guamente se escribía con una c encima: £ cifra que, en situación elevada o volada,
La evolución gráfica de este conjunto dio se usa en matemáticas u otro campo (a su
como resultado el empequeñecimiento de derecha o a su izquierda) para modificar el
la z, mientras que la c ocupaba el lugar valor o significado del signo al que afecta
de las demás letras en la caja de escritu- (→ 14.1.9.1). Específicamente, el índice es
ra, de lo que resultó la letra que hoy llama- una rayita, a modo de tilde ('), que se traza
mos cedilla: ç (→ 10.5.35). de arriba abajo y de derecha a izquierda y
que se añade lateralmente a un signo mate-
10.4.15. El subpunto. Punto que se co- mático o de otro tipo (literal o numérico)
loca debajo de un signo para distinguirlo para distinguirlo de otros de igual grafía.
de otro, indicar que sobra o que contiene En matemáticas, si se usa solo un índice,
error o con otro fin. La operación de colo- se lee «prima»; si dos, «segunda», y si tres,
car un subpunto se llama sopuntar. Benot «tercera»; por ejemplo, a', a", a’", respec-
(1888: 13) utilizó un subpunto para indi- tivamente. Si se necesitan más índices, a
car la duración de una sílaba métrica. Lo partir del cuarto se representan por medio
colocaba debajo de una vocal que no debía de voladitos en versalitas: aIV se lee «a
unirse en diptongo dentro de una voz o en cuarta».
sinalefa de una vocal final de palabra con la Esta misma rayita se emplea en las
vocal inicial de la palabra siguiente: poçta, expresiones de grados para indicar minu-
variable, Fingió que huía i el ligero Aquiles tos ('), segundos (") y terceros ('"). En
(Hermosilla). Fernando de Herrera, con botánica, el índice (') tiene distinta apli-
este mismo fin, usaba un punto supras- cación: uno significa «decímetros»; dos,
crito: ni alto, nevoso Ebro, lo qué amas «centímetros», y tres, «milímetros»; así,
(v. Macrí, 1972: 448) (→ 10.5.1.4-2). 3', 3", 3"' significan, respectivamente, «tres
decímetros», «tres centímetros», «tres mi-
10.4.16. La subraya. Raya que se traza límetros».
debajo de una letra, palabra o signo cual-
quiera para añadirle valor diacrítico o lla- 10.4.18. El subíndice. De forma gené-
mar sobre ellos especialmente la atención. rica, llamamos subíndice a cualquier signo,
La operación se llama subrayar. letra o cifra que se usa en matemáticas u
Se da también el nombre de subraya a otro campo al pie de otro signo (a su de-
306 10.4.19. EL SUPERÍNDICE

recha o a su izquierda) para modificar el cientemente, y para evitar dudas al lector,


valor o significado del signo al que afecta se ha restablecido en algunas reimpresiones
(→ 14.1.9.3). Específicamente, el subíndi- [quiere decir reediciones], donde palabras
ce es un índice lateral, numérico o sígnico, de esta clase aparecen como si fueran una
escrito en la parte inferior de otro signo sola; v. gr.: daquel, ¡aspereza, ques».
(generalmente a la derecha, pero, a veces, Fernando de Herrera recomendaba su
también a la izquierda), que se usa en ma- uso en casos como d’el, d’Egipto, l’altura.
temáticas para indicar una operación. En el primer caso se trataba de un paso
Así, a4 se lee «a subcuatro»; a veces, previo a la contracción que se formaría
los subíndices pueden estar afectados por posteriormente (del); en los restantes, pro-
otros subíndices. Cuando se expresan por pios hoy de otros idiomas (francés y cata-
medio de índices (por ejemplo, 3a,, 3a,„ lán, por ejemplo), no se ha seguido tal uso
3a„„ 3aiv) se leen de la siguiente manera: en español, y en consecuencia se escribe
«a subprima», «a subsegunda», «a subter- de Egipto, la altura (v. Macrí, 1972: 447)
cera», «a subcuarta»; an se lee «a subene». (→ 10.5.20.1.1-4).
2. Hay, sin embargo, usos de este signo
10.4.19. El superíndice. De forma ge- que todavía están en vigor. Morato (1933:
nérica, llamamos superíndice a cualquier 44) dice que el apóstrofo se usa «en tra-
signo, letra o cifra que, en situación eleva- bajos literarios, imitando —o tratando de
da o volada, se usa en matemáticas u otro imitar— modos de hablar de la gente hu-
campo (a su derecha o a su izquierda) para milde, o dichos afectados del vulgo o que
modificar el valor o significado del signo al le son atribuidos por ciertos escritores»:
que afecta (→ 14.1.9.1). Específicamente, L’ha echao mucho valor al asunto (= Le ha
el superíndice es un índice lateral, numé- echado...), Creo que s’ha marchao (Creo
rico o sígnico, escrito en la parte superior que se ha marchado), T’has pasao (Te has
de otro signo (generalmente a la derecha, pasado). (Aunque en la grafía de ejemplos
pero, a veces, también a la izquierda), para como estos es habitual que los autores omi-
distinguirlo de otros signos de igual grafía tan la h [s’a marchao], no parece que haya
o para indicar una operación. Así, a4 se lee motivo para ello, puesto que, al no pronun-
«a supercuatro»; pueden aparecer superín- ciarse, no es objeto de elisión.) Esta elisión
dice y subíndice juntos: a34 se lee «a subtrés está particularmente viva en Hispanoamé-
supercuatro». rica, donde expresiones del tipo m’hijito,
l’escuela, niñ’Elisa (niña Elisa) son relativa-
10.4.20. El apóstrofo. Signo en forma mente comunes (v. Alcina y Blecua, 1975:
de coma elevada o voladita (’) que se sitúa 412; Menéndez Pidal, 1977: 262, 336).
en la parte superior derecha de una letra o
palabra, generalmente para indicar elisión 10.4.20.2. Errores frecuentes en la
de un sonido. ESCRITURA DEL APÓSTROFO. 1. Está aún
bastante extendida, aunque en regresión,
10.4.20.1. Escritura del apóstro - la costumbre de usar apóstrofo en lugar
fo . 1. La Academia no reconoce actual- de coma decimal para separar los ente-
mente ningún uso a este signo, pues la ros de los decimales en las cantidades. Así,
orae (1974: 40) dice, en el primero de
los dos apartados que le dedica: «Solía 10 475’78
emplearse antiguamente, sobre todo en
poesía, colocado a la mayor altura de los debe escribirse
palos de las letras, con el fin de indicar la
omisión o elisión de una vocal: d’aquel, 10 475,78
por de aquel; l’aspereza, por la aspereza;
qu’es, por que es», y en el segundo: «Re- (→ 8.1.1.8-1.2).
10.5.1.1. GENERALIDADES 307

2. Es anglicismo ortográfico, copiado puntuación y de entonación. Son el parén-


muy a menudo en nuestra grafía, usar el tesis [( )], el corchete ([ ]), la raya (—), el
apóstrofo ante un número de año para menos (-), las comillas («“ " ‹ ‘ ’ › " ” »),
suplir los millares y las centenas: ’96 por las antilambdas (< >) y los paréntesis angu-
1996. Si la abreviación es necesaria, basta lados (< >) (→ 11.5.1).
con las dos cifras: Barcelona 92; Atlan-
ta 96. 10.5.1. El punto. Signo de puntuación
3. No se debe usar el apóstrofo para consistente en una señal pequeña y gene-
unir un prefijo a un poscomponente con ralmente redonda (.) que se utiliza para
inicial mayúscula o a una cifra o signo indicar gráficamente el fin de una oración
(→ 10.4.20.1-1). o período o bien que una combinación de
letras está usada como abreviatura.
10.5. Signos sintagmáticos. Son sintag-
máticos los signos que afectan al sintagma, 10.5.1.1. Generalidades . 1. El drae 70
la frase o la oración. Comprenden los de hace sinónimos punto y punto final; Mo-
puntuación, los de entonación y los sin- liner (1980: ii, 888; 1998: ii, 816) define
tagmáticos auxiliares (→ c. 10.2). este último como el «Punto ortográfico
Los signos de puntuación sirven para que se pone al final de un párrafo», pre-
indicar las pausas y el sentido del texto. cisamente aquel que se menciona en el
Son los siguientes: el punto (.), la coma sintagma punto (y) aparte. En este sentido,
(,), el punto y coma (;), los dos puntos (:) la distinción de Moliner hace que el punto
y los puntos suspensivos (...). Afectan a con que finaliza cada una de las oraciones
un sintagma, frase u oración, y por ello se o períodos de un párrafo no tenga el mis-
incluyen entre los sintagmáticos. La Acade- mo valor que el que cierra el párrafo, tras
mia no recoge ni define el sintagma signos el cual se hace una pausa más prolongada
de puntuación, si bien, en el DRAE01, en que en los anteriores. De aquí que el matiz
puntuación, dice que es el «Conjunto de no sea superfluo y deba tenerse en cuenta.
los signos que sirven para puntuar», y en A este respecto, Polo (1974: 367) considera
puntuar, «Poner en la escritura los signos la posibilidad de diferenciar punto final y
ortográficos necesarios para distinguir el punto y final (esta última, referida al punto
valor prosódico de las palabras y el sen- que cierra un escrito, pese a que es redun-
tido de las oraciones y de cada uno de dante). Tendríanse, pues, el punto o punto
sus miembros». Como se ve, introduce el (y) seguido como elemento separador de
sintagma signo ortográfico, que tampoco oraciones dentro de un párrafo (unidad
define, si bien en el DPD05 (p. 604) admite sintáctica); el punto final o punto (y) apar-
y define tanto signos ortográficos como te, como separador de párrafos (unidad se-
signos de puntuación. La orae (1974: 30) mántica), y el punto y final como indicador
considera signos de puntuación, además del fin de un escrito (carta, dictado, artícu-
de los que lo son, mencionados antes, la lo) o de una de sus partes importantes (lec-
diéresis, las comillas, el guión, la raya y el ción, capítulo, etcétera). El dpd 05 (p. 537)
igual; es obvio que estos no son signos de desestima la denominación punto y final.
puntuación, puesto que ni indican pausas Solo acepta punto final, que el drae 84
ni se usan para puntuar. define como «El que acaba un escrito o
Los signos de entonación son signos una división importante del texto (parte,
sintagmáticos que indican énfasis o estado capítulo, etc.)», definición que se repite
emocional. Comprenden la exclamación en el DRAE01 sin la aclaración intrapa-
(¡ !) y la interrogación (¿ ?). rentética. Como sinónimo de este, punto
Los signos auxiliares de la puntuación y redondo, que antes era sinónimo de punto.
de la entonación son signos sintagmáticos 2. La pausa determinada por el punto
que sirven de complemento a los signos de es la mayor que puede representar un signo
308 10.5.1.2. ESCRITURA DEL PUNTO

de puntuación; superior, por consiguiente, usa el punto (y) seguido para indicar el fin
a la del punto y coma, los dos puntos y la de oraciones, cláusulas o períodos (uni-
coma; pero su duración es una cuestión dades sintácticas), y el punto final, para
subjetiva; depende del lector: de sus hábi- indicar el final de un párrafo (unidad se-
tos de lectura, de su estado de ánimo, del mántica) (→ 10.5.1.1-1).
ritmo de lectura impuesto por el autor, 2. En las abreviaturas, el punto abre-
etcétera. Dentro de las distintas clases de viativo indica que una letra o un grupo de
puntos, el punto (y) aparte es ligeramen- letras funcionan como abreviatura.
te más largo que el punto (y) seguido. El 3. Después de letras mayúsculas, cifras
número de puntos, tanto seguidos como o titulillos con que se encabeza un párra-
aparte, que el escribiente puede hacer es, fo o apartado, normalmente seguido de
también, algo subjetivo: depende del estilo doble espacio (cuadratín en tipografía)
de la persona. Hay quien utiliza mucho o de una raya (—), sirve para separar-
el punto y seguido; otros prefieren pocos los del texto siguiente en la misma línea
puntos y seguido y más puntos y aparte y, (→ 10.5.12.2-8). Moliner (1980: ii, 892;
finalmente, algunos combinan adecuada- 1998: ii, 1550) da el nombre de punto y
mente todos los signos de puntuación, con- raya (.—) al punto seguido de raya en la
cediendo su lugar al punto y coma cuando situación que se ha explicado, como si se
corresponda usarlo. tratara de un signo especial, del cual dice
3. Cuando el escribiente, después de que es un signo ortográfico. Existe desde
poner punto tras una oración o período, hace mucho tiempo y nadie ha sentido la
continúa la escritura en el mismo renglón necesidad de denominarlo de esa manera,
(o al principio del siguiente), el punto se de- ya que no se trata más que de un encuentro
nomina punto seguido o punto y seguido. de signos. De hecho, puede usarse solo el
El espacio que sigue a este punto debe ser punto, sin la raya, seguido del cuadratín, y
exactamente igual que los restantes de la a nadie se le ha ocurrido llamarlo punto y
misma línea o renglón. En los países anglo- cuadratín. Incluso es posible la utilización
sajones es costumbre aumentarlo, hacién- del cuadratín solo, sin punto: ¿se converti-
dolo equivalente al espacio del cuadratín. ría entonces el cuadratín en un signo orto-
Este uso, que también se dio en español an- gráfico? No vale la pena, pues, la denomi-
tiguamente, es totalmente rechazable hoy, nación de punto y raya.
por cuanto solo contribuye a desigualar el 4. Se usa el punto, en lugar de la coma,
espaciado y a dificultar la lectura. para puntuar cantidades no decimales,
4. Si el texto continúa en la línea si- como las horas, los años, los puntos tipo-
guiente, dejando en blanco la parte de gráficos, etcétera (→ 8.1.1.8).
línea o renglón no cubierta por el texto a 5. Actualmente puede usarse el punto en
que el punto pone fin (puede no quedar todo el ámbito hispánico con el mismo ofi-
blanco alguno si el texto llega hasta el final cio que ha tenido la coma para separar los
del renglón), se denomina punto aparte o enteros de los decimales en las cantidades
punto y aparte (en Latinoamérica, punto (→ 10.5.2.3.5-2).
acápite). El texto del párrafo siguiente
comienza generalmente con un pequeño 10.5.1.3. Errores frecuentes en la
espacio en blanco llamado sangría (más escritura del punto. Era anglicismo or-
extenso cuanto más larga sea la medida de tográfico utilizar el punto, en vez de la
la línea) (→ 13.3.2.2), o bien, si no existe coma, para separar los enteros de los deci-
este espacio, un blanco entre las líneas úl- males, así como para sustituir con él el cero
tima y primera de los respectivos párrafos y la coma cuando en las cantidades no hay
que separa aquellos entre sí. enteros. En la puntuación de cantidades
solo era correcto en el mundo anglosajón
10.5.1.2. Escritura del punto . 1. Se (→ 8.1.1.8-1.2).
10.5.2.1. GENERALIDADES 309

10.5.1.4. El punto como elemento cualesquiera otros documentos, salvo que


de otros signos . 1. El punto suprascrito vayan a renglón seguido.
forma parte de los siguientes signos: 3. No llevan punto las líneas, centradas
1.1. De la i y de la j minúsculas actua- o no, de epígrafes o pies de figuras ni, en
les, nunca de sus grafías en mayúscula ni general, cualquier línea que se centre.
de las versalitas. 4. Tampoco llevan punto los títulos de
1.2. Con la coma, forma el signo punto cuadros y tablas, así como los textos de sus
y coma (;). cabeceras y casillas.
1.3. Con otro punto, uno encima del 5. Las listas de nombres o conceptos
otro, el signo dos puntos (:) y el mismo sig- (por ejemplo, las líneas independientes de
no usado en matemáticas, donde se denomi- los índices alfabéticos o índices de con-
na doble punto. tenido).
1.4. Con otro punto, ambos a la misma 6. No lleva punto el texto, sea centrado
altura y en situación elevada, el signo diére- o marginado, de las líneas de folio expli-
sis o crema (¨). cativo.
1.5. Forma parte del principio de excla-
mación (¡) y del de interrogación (¿). 10.5.1.6. El punto en conjunción
2. El subpunto se usa en los siguientes con otros signos . Véase el párrafo
casos: 10.5.8.5.4.3.
2.1. En lingüística, para indicar, en el
alfabeto de la Revista de Filología Es- 10.5.2. La coma. Es un signo de pun-
pañola, e y o cerradas y a velar, y en las tuación que consiste en un punto con un
consonantes, las interdentales t, z, l; en rasguillo que desciende de la parte derecha
otros alfabetos fonéticos puede indicar las al tiempo que se afina hasta terminar en
faringalizadas: b, d, t, k. punta (,).
2.2. Forma parte del fin de exclama-
ción (!) y también del de interrogación (?). 10.5.2.1. Generalidades . 1. La coma
3. En la misma línea que el texto, el es un signo de utilización compleja. Fácil-
punto forma parte de los siguientes signos: mente se echa de ver que puede sobrar o
3.1. Tres seguidos, sin separación, los faltar en un escrito ordinario, aunque esta
puntos suspensivos (...). conclusión responde, en muchos casos, a
3.2. Tres seguidos, dentro de corchetes, un criterio meramente subjetivo. En efecto,
el signo puntos encorchetados ([...]). si en muchas ocasiones su colocación es
3.3. Varios seguidos, uniendo un dato gramaticalmente obligatoria (coma grama-
o concepto con otro dato, generalmente tical), en otras dependerá de la flexibilidad
numérico, los puntos conductores (......... ). del escribiente, de su estilo de puntuación
3.4. Varios seguidos, generalmente se- estricto o relajado. Es decir, que, si en unos
parados, la línea de puntos con que suele casos el uso de la coma es obligatorio,
indicarse la omisión de uno o más párrafos en otros se puede añadir o no sin que, en
en una cita directa (............;................. ). principio, se altere el sentido. Solo habrá
variado el ritmo de lectura, la entonación,
10.5.1.5. Omisión del punto . 1. El sincopada en un caso, más suelta o diná-
punto se omite en los títulos y subtítulos, mica en otro.
cualquiera que sea el lugar en que aparez- 2. Aunque por definición la coma re-
can (publicidad, cubiertas y portadas de presenta una ligera pausa (inferior a la del
libros, capítulos, artículos de periódicos, punto y coma), no debe entenderse por
etcétera), estén centrados o marginados. ello:
2. Tampoco se pone punto tras el nom-
bre del autor en cubiertas, portadas y prólo- a) que toda coma representa una pau-
gos y en las firmas de cartas, prólogos o sa;
310 10.5.2.2. FUNCIONES DE LA COMA

b) que en ausencia de coma no existe 10.5.2.3.1. La coma gramatical. Entre


pausa. las comas que el escribiente puede utilizar
al armar su escrito, están las que llamamos
Efectivamente, la entonación, tanto en comas gramaticales, es decir, aquellas sin
prosa como, especialmente, en poesía, no las cuales lo escrito es gramaticalmente
depende de la presencia o ausencia de co- incorrecto. Por esta razón, se usa la coma
ma, aunque en la generalidad de los casos en los siguientes casos:
una y otra coinciden (→ 11.5.4.1). Como 1. Entre los términos, simples o com-
dice la orae (1974: 30, n. 1), «La coma puestos, de una enumeración, salvo los
no siempre representa pausa; por ejemplo unidos por conjunción:
en No, señor; Sí, señor es frecuente que no
la haya; cosa semejante ocurre en algunos Es dulce, delicada y atenta;
otros casos» (v. t. Navarro Tomás, 1980: Bueno, malo o regular;
217). Así pues, la coma es, en general, Vine, vi y vencí;
un signo de uso parcialmente arbitrario. Antonio, Fernando e Isabel.
Hay normas para su empleo, pero, fuera
de ellas, en muchos casos su utilización Si se omite la conjunción, esta se sustituye
depende del usuario del lenguaje escrito. por coma:
Así, unos son dados a emplear infinidad
de comas, colocándolas en cualquier lugar Es dulce, delicada, atenta;
del escrito donde creen que necesariamente Bueno, malo, regular;
ha de hacerse una pausa; otros, por el con- Vine, vi, vencí;
Antonio, Fernando, Isabel.
trario, le tienen cierto respeto y la eluden
incluso donde debe figurar por necesidad a
causa del sentido. En estos casos es anglicismo ortográfico
colocar, una a continuación de otra, la co-
10.5.2.2. Funciones de la coma . Pue- ma y la conjunción:
den enunciarse así:
*Es dulce, delicada, y atenta;
*Bueno, malo, o regular;
a) separar elementos de la oración o
*Vine, vi, y vencí;
sintagma, sintagmas dentro de una *Antonio, Fernando, e Isabel.
oración u oraciones dentro de un
período;
2. Antes y después de oraciones inci-
b) encerrar incisos o aclaraciones;
dentales:
c) señalar omisiones (generalmente de
verbos);
Jeremías, el más pequeño de los hermanos,
d) a veces, indicar un cambio en la estaba ausente.
entonación (cuando, para obtener el
mismo efecto, no se emplean la raya
El oficio de la coma, en estos casos, pueden
o el paréntesis);
cumplirlo las rayas (o los menos en su caso)
e) ejercer algunos oficios técnicos, co-
y los paréntesis:
mo separar los enteros de los deci-
males en las cantidades (coma deci-
Jeremías —el más pequeño de los hermanos—
mal) (→ 8.1.1.8-1.2). estaba ausente.
Jeremías -el más pequeño de los hermanos-
10.5.2.3. Escritura de la coma . Para estaba ausente.
especificar el uso de la coma, dividimos Jeremías (el más pequeño de los hermanos)
sus empleos así: coma gramatical, coma de estaba ausente
sentido, coma por omisión de verbo, coma
entonatoria y coma decimal. (→ 10.5.9.1-5).
10.5.2.3.1. LA COMA GRAMATICAL 311

2.1. Son también oraciones incidentales En camino hacia la estación, viose atacado
las de relativo explicativas: por unos gitanos;
Limpio el asiento, acomodose en él;
El hijo, que está en París, no pudo venir. Hecha la reverencia, retirose;
Enfadado, interrumpió su partida;
Habiendo comprobado la injusticia, no pudo
Si la oración es de relativo especificativa, la contener la indignación;
coma ha de omitirse: Hablando, le cogió de sorpresa la hora del
cierre.
El hijo que está en París no pudo venir.
5. Antes, después o antes y después de
En el primer caso se trata de un hijo único; los vocativos:
en el segundo se especifica que de los varios
hijos, el que está en Paris no pudo venir. Ayúdame en este trance, Virgencita;
2.2. Entran en este apartado las apo- Virgencita, ayúdame en este trance;
siciones especificativas (de las que las de Ayúdame, Virgencita, en este trance.
relativo especificativas son una clase):
6. Antes, después o antes y después
de adverbios, conjunciones y locucio-
El señor González, senador por Almería, no nes conjuntivas, aclarativas, concesivas,
quiso hacer declaraciones;
El alcalde, don Manuel Alvear, estaba au- confirmativas, continuativas, consecutivas,
sente; adversativas, etcétera, como
Don Anselmo Pérez, alcalde de Fuencaliente,
manifestó su repulsa; a mayor abundamiento, a saber, además,
El presidente de los Estados Unidos, Barack ahora bien, al menos, a pesar de eso, al pa-
Obama, de viaje a China; recer, así, así pues, así y todo, ciertamente,
El presidente del Gobierno, José Luis Ro- con todo, cuando más, de hecho, de todas
dríguez Zapatero, en desacuerdo con la formas, de momento, después de todo,
actuación...; dicho esto, en cambio, en consecuencia, en
El papa reinante, Benedicto VI, irá a Suiza. efecto, en una palabra, en fin, en principio,
en realidad, es decir, es más, esto es, final-
mente, hasta cierto punto, más aún, mejor
3. Cuando la prótasis precede a la apó- dicho, no obstante, o bien, o sea, por
dosis, es decir, cuando la oración principal consiguiente, por (lo) tanto, por ejemplo,
va después de la subordinada condicional: por otro lado, por último, pues bien, sin
embargo, vale decir, verbigracia.
Si vas a llegar tarde, avisa;
Si llegas a tiempo, podremos ir al cine; Las locuciones aclarativas o confirmativas,
Si tú lo dices, será cierto; como o bien, es decir, a saber, o sea, vale
Si lo sé, no vengo. decir, etcétera, pueden ir precedidas de
coma, punto y coma o punto. Locuciones
4. En las cláusulas absolutas: como o sea, a saber, ahora bien, más aún,
aún más, pues bien, bien, es más, en otras
Resuelta la cuestión, continuamos el análisis. palabras, etcétera, pueden ir seguidas tam-
bién de dos puntos (→ 10.5.4.2-8):
En relación con esta norma, no prevista
por la Academia en la grae ni en la orae , Aunque reconozcamos los inconvenientes a
Casares (en Fernández Castillo, 1959: los que nos expone; o sea: a la indiferencia
prosódica;
76-77) dice que también deben llevar- Los enemigos del alma son tres; a saber: mun-
la oraciones como las siguientes (cons- do, demonio y carne;
trucción o cláusula absolutas o ablativo Los enemigos del alma son tres, a saber: mun-
absoluto): do, demonio y carne;
312 10.5.2.3.1. LA COMA GRAMATICAL

Los enemigos del alma son tres, a saber, mun- No obstante, lo dicho no debe interpretarse...;
do, demonio y carne. Sin embargo, de lo expresado no debe dedu-
cirse...
Asimismo, cuando significa «también», no
va necesariamente entre comas: En realidad se halla a veces en el mismo
caso analizado anteriormente:
Llegó asimismo su hermano.
De ellas solo subsistían las de Elba y Populo-
Además lleva coma antepuesta, pospuesta nia, en realidad siempre prósperas.
o ambas:
Pero la debe llevar en esta otra redacción:
Viene acompañado de su hija, además;
Además, viene acompañado de su hija; En realidad, de ellas solo subsistían las de
Viene, además, acompañado de su hija. Elba y Populonia, siempre prósperas.

Va entre comas cuando se sobrentiende el 7. Debe colocarse entre comas toda pa-
verbo a que afecta: labra, sintagma u oración incisa o aclarato-
ria introducida en una cláusula o período:
Llegó de madrugada y, además, [llegó] bo-
rracho. En Occidente la orden se consagró a la con-
quista o, mejor, a la reconquista espiritual
Así pues no debe llevar coma intermedia de las masas;
(así, pues), ya que se trata de una conjun- Algo seco se humedece por influjo de lo hú-
ción ilativa y no de dos palabras cuales- medo y, al revés, algo húmedo se seca al
quiera (caso en el cual, en efecto, pues debe contacto de lo seco;
ir entre comas: Así, pues, es como debes En el caso del prognatismo inferior también
hacerlo; Actuó, pues, en defensa propia). tenemos un ejemplo de la dificultad o, por
mejor decir, de la imposibilidad de detener
Así pues equivale a por consiguiente, así el crecimiento de los maxilares.
que (pero obsérvese que, si la frase se cons-
truye con así que, no lleva coma: El taxi ya
ha llegado, así que prepáralo todo). A veces los incisos pueden ser dos o más;
Hay casos en que por ejemplo no va pre- en estos casos, si no existe riesgo de anfi-
cedida o seguida de coma ni no obstante o bología o confusión, puede resolverse solo
sin embargo la llevan pospuesta: con comas, pero de lo contrario puede ser
necesario introducir otra puntuación, como
Pero los grandes comerciantes, de trigo por encerrar uno o más incisos entre rayas o
ejemplo, podrían ser calificados...; paréntesis. Obsérvese el siguiente ejemplo,
Pero los grandes comerciantes, por ejemplo en el que se dan tres niveles de incisos:
de trigo, podrían ser calificados...;
Mientras otros, por ejemplo los jugadores, lo Mediante comparaciones con los esquimales
pasaban peor; de modo general, pero principalmente
Mientras otros, los jugadores por ejemplo, lo con sus representantes más primitivos, los
pasaban peor. grupos étnicos del interior del Canadá,
reducidos aún completamente a la caza del
No obstante y sin embargo no llevan coma reno, podremos trazarnos una excelente
pospuesta en casos como los siguientes: imagen de lo que fue la vida de nuestros
pobladores primitivos a fines de la era
No obstante lo dicho, tengo para mí que...; glacial.
Sin embargo de lo expresado, quisiera hacer
constar... Véanse otras formas de puntuarlo:
Pero deben llevar coma pospuesta cuando Mediante comparaciones con los esquimales
cumplen su función locucional: de modo general, pero principalmente con
10.5.2.3.1. LA COMA GRAMATICAL 313

sus representantes más primitivos —los No es en Cuenca, sino en Guadalajara.


grupos étnicos del interior del Canadá—,
reducidos aún completamente a la caza del
reno, podremos trazarnos una excelente 9.1. Llevan coma asimismo las ora-
imagen de lo que fue la vida de nuestros ciones distributivas, ilativas conclusivas,
pobladores primitivos a fines de la era ilativas continuativas y yuxtapuestas
glacial. (→ 11.5.4.2-2).
9.2. También se utiliza coma cuando se
O esta variante, también posible: establece correlación gramatical entre dos
términos de la oración:
Mediante comparaciones con los esquimales
de modo general, pero principalmente Tal el padre, cual el hijo;
con sus representantes más primitivos (los Hecha la ley, hecha la trampa;
grupos étnicos del interior del Canadá, Tales pastos, tales ganados.
reducidos aún completamente a la caza del
reno), podremos trazarnos una excelente (→ 10.5.2.3.3.2-2; 10.5.2.3.4).
imagen de lo que fue la vida de nuestros 10. Se separan con coma las oraciones
pobladores primitivos a fines de la era relacionadas por conjunciones o expresio-
glacial. nes conjuntivas disyuntivas:

Véase otra variante del mismo ejemplo en Ora por esto, ora por lo otro, nunca está
el párrafo 10.5.12.2-1. contento.
8. En algunos casos, cuando se juntan
dos incisos u oraciones explicativas de Se puntúan de igual forma las oraciones
corta extensión, es preferible suprimir la introducidas por ahora..., ahora...; cual...,
coma que el primero de ellos, de ir solo, tal...; ya..., ya...; en parte por.., y en parte
llevaría: por...; unos..., otros..., así como las expre-
siones disyuntivas distributivas:
Acaban, finalmente, por desaparecer;
Quiera que no quiera, tendrá que oírme.

en otra redacción, añadiéndole un nuevo 11. Se pone coma en los casos de ba-
inciso, quedaría así: tología, es decir, cuando en un texto,
generalmente dialogado, se intercalan pa-
Acaban finalmente, en muchos casos, por labras comodín para enlazar las dudas del
desaparecer.
hablante:
Lo mismo sucede cuando se trata de los La situación era..., este..., un tanto original...,
días de la semana: vamos, quiero decir..., extraña...

Mañana, viernes, llega el señor obispo. 12. Suele ponerse coma antes de y o de
o cuando, en una enumeración, el elemento
En otra redacción quedaría así: al que preceden no es complemento del que
las antecede:
Mañana viernes, fiesta de Todos los Santos,
llega el señor obispo.
Los arbustos tienen numerosas ramas y tallos
leñosos, y viven mucho tiempo;
9. Las conjunciones adversativas pe- El presidente acaba de llegar, y su hermano lo
ro y sino deben ir precedidas de coma hará mañana;
(→ 10.5.2.4-9): A unos les gusta jugar, y a otros, leer.

Es bonita, pero cara; Excepto en la letra w, la Academia tiene un


314 10.5.2.3.1. LA COMA GRAMATICAL

ejemplo de uso impropio en la definición De las dos comas que rodean a la abrevia-
de las letras de su Diccionario. El modelo tura en el último ejemplo, la cuestionada no
es el siguiente: es la segunda, como podría creerse, sino la
primera. Por ejemplo, Basulto (1978: 114)
Novena letra del abecedario español, y sépti- dice: «Cuando el último elemento de una
ma del orden latino internacional. enumeración es la palabra etcétera (que
significa “y otros”), es costumbre [cursiva
Esa coma antes de y está de más, pues el mía] hacerla preceder de coma». La razón
oficio de y es el copulativo. Sin embargo, estriba en que la y está implícita en la pala-
no todos los casos de acumulación de bra etcétera en latín, pero tal letra no está
íes griegas requiren coma necesariamente: explícita, ni el lector es ya consciente de
ello, una vez lexicalizada completamente
El gato del Paraguay, más pequeño que los co- no solo la palabra etcétera, sino incluso su
munes, de cuerpo largo y delgado y pelaje abreviatura etc. Por consiguiente, la coma
corto y tieso, es...; es absolutamente correcta y el no ponerla
Frutos de carne firme: dátiles, naranjas, li- supone una falta de ortografía como cual-
mones, grosellas blancas y encarnadas y quier otra.
tomates. La puntuación que corresponde antes de
la abreviatura etc. (o de la palabra etcétera,
Suele colocarse también coma antes de en su caso) debe ser la misma con que estén
los sintagmas y viceversa y o viceversa: separados los miembros que la preceden; si
tales miembros están separados por coma,
Se hace bien lo que se hace con gusto, y vi- a etc. le precederá coma; si por punto y co-
ceversa.
ma, este será el signo que preceda a etc., y
si el signo es el punto, antes de Etc. (en este
13. Suelen colocarse entre comas las caso con mayúscula) se colocará punto.
palabras padre e hijo cuando se construyen 15. Se pone coma entre el nombre de
en aposición con el nombre propio: una población y el de la unidad adminis-
Don Anastasio Pérez, padre, acaba de llegar
trativa superior, siempre que el nombre
de viaje de negocios; genérico de esta esté explícito:
Don Anastasio Pérez, hijo, se presenta al Se-
nado por Cuenca. En El Rosal, provincia de Pontevedra, se da
un vino muy apreciado;
Estuvo en El Paso, estado de Tejas.
Sin embargo, la misma norma no es aplica-
ble en otros casos: Cuando la palabra genérica (provincia,
estado, etcétera) se omite, el nombre de
Picasso pintor es muy superior a Picasso la unidad administrativa se coloca entre
poeta. paréntesis:

14. La palabra etcétera, o su abrevia- En El Rosal (Pontevedra) se da un vino muy


tura etc,, puede ir precedida y seguida de apreciado;
Estuvo en El Paso (Tejas)
coma u otro signo de puntuación (véase
más adelante), dependiendo de la posición (→ 10.5.9.1-3).
que ocupe (salvo a final de párrafo, pues 16. Se separan con una coma el lugar
entonces el punto abreviativo hace también desde donde se escribe una carta y la fecha
oficio de punto final): que le sigue:
Había allí alerces, chopos, etcétera; Barcelona, 1 1 de mayo del 2002;
Los alerces, chopos, etcétera, que crezcan a En Barcelona, a once de mayo del dos mil
menos de dos metros... dos.
10.5.2.3.1. LA COMA GRAMATICAL 315

Pero no se pone coma en las fechas de le- Obsérvese que con la utilización de la co-
yes, decretos, etcétera: ma en esta función todos los elementos de
la entrada están separados por el mismo
Dado en Madrid a once de mayo de mil nove- signo, la coma. Como todos los datos que
cientos noventa y cinco. se proporcionan no tienen el mismo valor,
no deberían puntuarse con el mismo signo.
También se pone coma después del día de En consecuencia, la utilización del signo
la semana en las fechas (afecta especial- dos puntos para separar el nombre de la
mente a los periódicos): entrada y los números de página en que
martes, 15 de agosto del 2002. aparece es muy adecuada, ya que tal pun-
tuación sirve para separar los datos de la
17. Se señala con una coma la frontera entrada, tanto si están expresados en forma
de inversión en los índices y demás relacio- directa como si están invertidos, de los que
nes alfabéticas; es decir, cuando se cambia corresponden a otro plano, el de la retahila
el orden natural de los elementos que for- de páginas.
man el nombre completo de una persona o 19. También se suele utilizar coma para
un sintagma: separar, en las bibliografías y listas seme-
jantes, el nombre de un autor del título de
Martínez Amador, Emilio M.; su obra:
corazón, Enfermedades del.
Lapesa, Rafael, Estudios de historia lingüísti-
Obsérvese que en los sintagmas se escribe ca española, Madrid, Paraninfo, 1985.
con mayúscula la palabra que sigue a la
coma de inversión, no solo porque ello Obsérvese que todos los datos están se-
facilita la reconstrucción de la frase origi- parados con una coma, pese a que en la
nal, sino porque la escritura con minúscula enumeración no tienen todos la misma
sería notablemente confusa, ya que otros importancia. La que separa el nombre del
elementos, en el mismo caso, pueden ir autor y el título de la obra parece signo
también separados con coma y escritos con muy débil en ese cometido, por lo que
minúscula sin que se trate de inversión, también en este caso es más neto y claro el
sino de mera yuxtaposición. La Academia signo dos puntos:
(OLE99, 63) pone como ejemplo construc-
ción, materiales de, y papelería, artículos Lapesa, Rafael: Estudios de historia lingüísti-
de, con evidente desacierto, ya que ahí hay ca española, Madrid, Paraninfo, 1985.
yuxtaposición de elementos y no inversión
(→ 10.5.12.2-4.1). 19.1. Suele colocarse coma asimismo
18. Se suele poner coma también entre entre el nombre de la editorial (o el lugar, si
la palabra o frase que constituye la entrada los datos se invierten: Paraninfo, Madrid)
de un índice alfabético o lista semejante y y el año de edición. Algunos autores, para
la página en que aparece mencionada: no recargar con signos de puntuación el
conjunto de datos aportados, omiten esta
Martínez Amador, Emilio M., 75, 128 coma:
corazón, Enfermedades del, 167, 22-245,
350. Lapesa, Rafael: Estudios de historia lingüísti-
ca española, Madrid, Paraninfo 1985.
Sin embargo, en estos casos es preferible Lapesa, Rafael: Estudios de historia lingüísti-
utilizar dos puntos: ca española, Paraninfo, Madrid 1985.

Martínez Amador, Emilio M.: 75, 128 Sin embargo, ni el uso está generalizado ni
corazón, Enfermedades del: 167, 225-245, parece oportuno introducir una innovación
350. no demasiado justificada. Parece obvio que
316 10.5.2.3.1. LA COMA GRAMATICAL

entre el último dato (editorial o lugar de Seco, Manuel: 67-80, 92.


edición) y la fecha debe haber una separa-
ción mayor que el mero espacio y, por con- 19.4. Es asimismo costumbre, en algu-
siguiente, la coma es signo muy adecuado nos diccionarios enciclopédicos, suprimir
en este caso. Por lo demás, debe tenerse en la coma que normalmente se coloca entre
cuenta que el orden más generalizado inter- el lugar de nacimiento o muerte de una
nacionalmente menciona primero la ciudad persona y el año correspondiente:
y después la editorial, separados ambos por
el signo dos puntos: Desnoyer, François. Pintor francés (Montau-
ban 1894-Perpiñán 1972). Autor de...
Barcelona: Labor, 1974.
Tampoco aquí parece que haya razones
19.2. Por lo que respecta a la separa- suficientes para suprimir esta coma, tan
ción entre el lugar de edición y la editorial, justificada como la analizada en párrafos
normalmente se ha venido utilizando la anteriores. Parece preferible mantener un
coma, como puede verse en los ejemplos microsistema sin fisuras.
expuestos anteriormente, pero en la ac- 20. En el mismo sentido de las reglas
tualidad se utilizan dos puntos después del anteriores, se pone coma para separar
topónimo: un enunciado cualquiera del número que
le siga, se mencione o no la palabra nú-
Barcelona: Spes, 2002. mero:

Puesto que una editorial puede mencionar calle de Calabria, 195


más de una sede, los dos puntos separan plaza de la Independencia, número 23
nítidamente los topónimos y la denomina- paseo de La Habana, 621.
ción editorial:
En los países latinoamericanos, acaso por
Barcelona, Madrid, Buenos Aires: Labor, influencia del inglés, suele omitirse esta
1992. coma, pero ello no deja de constituir un
anglicismo ortográfico.
19.3. También suele ponerse coma tras 21. Se pone asimismo coma entre el
cada una de las entradas de un índice de nombre de una colección y su número en
materias, onomástico, de autores, toponí- la obra:
mico, etcétera. Por las razones aducidas
en los apartados anteriores, la puntuación
más adecuada son los dos puntos, pues- Biblioteca Gráfica de la Lengua Española, 2;
Caballito de Madera, 56;
to que las entradas son los anuncios de Colección Pata de Palo, 25.
lo que de ellas se va a decir (las páginas en
que aparecen):
22. Se pone coma entre el nombre de
Carnicer, Ramón: 72-77 una persona y su seudónimo o apodo:
Casares, Julio: 67-69, 82, 112
cartografía: 28-32 Manuel Benítez, el Cordobés;
comillas: 43-50 Samuel L. Clemens, Mark Twain;
— Escritura de las: 44-46 Leopoldo Alas, Clarín;
— inglesas: 47 Magdalena del Río, Imperio Argentina.
— latinas: 45
— Uso de las: 48-50
Coruña, La: 112 23. Se suele poner coma (no obligato-
Juan XXIII: 354 ria) entre el título de una obra de creación
Madrid, La imprenta en: 111 y el nombre de su autor:
10.5.2.3.2. LA COMA DE SENTIDO 317

El cuadro La cena, de Leonardo da Vinci, fue Louis Pasteur aplica por primera vez con éxi-
pintado en 1499; to la vacuna contra la rabia.
La película Deprisa, deprisa, de Carlos Saura,
se estrena... Tal como aparece escrito, este ejemplo tie-
ne dos interpretaciones:
Pero si el nombre del autor precede al
título de la obra, no es posible introducir Louis Pasteur aplica, por primera vez con
coma alguna, coma que en su caso sería éxito, la vacuna contra la rabia;
incorrecta (salvo que Leonardo solo hubie- Louis Pasteur aplica por primera vez, con
ra pintado un cuadro y Saura solo hubiera éxito, la vacuna contra la rabia.
dirigido una película):
La puntuación del primer ejemplo nos
dice que Pasteur había aplicado antes, sin
El cuadro de Leonardo da Vinci La cena fue éxito, la vacuna contra la rabia, mien-
pintado en 1499;
La película de Carlos Saura Deprisa, deprisa tras que el segundo ejemplo nos dice que
se estrena... Pasteur, que no había aplicado antes su
vacuna, la primera vez que lo hace obtie-
10.5.2.3.2. La coma de sentido. Enten- ne éxito. En otros casos, la presencia o
demos por coma de sentido la que se em- ausencia de una coma añade un matiz de
plea para dotar a un período de un deter- sentido, a veces incluso irónico. Véanse
minado sentido, pues de lo contrario este unos ejemplos:
podría resultar oscuro o confuso (aspecto
Murió naturalmente;
semántico). Véanse unos ejemplos: Lo hice naturalmente;
En el fondo lo queremos.
Los pobres vestían telas muy groseras y los
ricos tejidos suaves y delicados. Murió, naturalmente;
Lo hice, naturalmente;
Tal como aparece escrito, se deduce que En el fondo, lo queremos.
los pobres vestían al mismo tiempo telas
muy groseras y los ricos tejidos suaves En el primer grupo de ejemplos hallamos
y delicados, lo cual es, cuando menos, un sentido y otro bien distinto en el segun-
contradictorio. La confusión surge de la do grupo. La coma marca aquí un cambio
interpretación de ricos como adjetivo rela- en el significado de tales expresiones.
cionado con tejidos, en lugar de como sus- Carnicer (1972: 250) recuerda el caso de
tantivo. Gramaticalmente no exige ninguna coma de sentido en una obra teatral: «No
coma, pero, para salvar el sentido que el olvidemos que en Los intereses creados de
autor quiere conferir a su escrito, es preciso Benavente, la supresión de una coma (“Y
puntuarlo así: resultando que no, debe condenársele...’’)
cambia totalmente el sentido de una deci-
Los pobres vestían telas muy groseras, y los
sión judicial» (→ 11.5.4.2-4).
ricos, tejidos suaves y delicados. El siguiente ejemplo figuró durante mu-
cho tiempo en los tranvías y autobuses de
Barcelona:
Obsérvese que la primera coma, después
de groseras, es coma de sentido, para no
mezclar, en la lectura, debido a la función Exhiba billete o pase antes de que se lo exijan.
copulativa de la y, dos períodos que no
deben ir unidos. La segunda coma, después Tal como está escrito, una interpretación
de ricos, es coma por omisión de verbo válida consiste en suponer que había que
(→ 10.5.2.3.3) correlativa de la anterior. exhibir el billete o pasar antes de que a uno
Véase este otro ejemplo: se lo exigieran. Una coma después de pase
318 10.5.2.3.3. LA COMA POR OMISIÓN DE VERBO

habría bastado para resolver el problema el hambre, pues la madre del hambre es
(si no se quiere cambiar la estructura de la la ruindad.
frase: Exhiba el billete o el pase antes de
que se lo exijan). En otros casos puede existir duda entre
una puntuación suelta y otra recargada.
10.5.2.3.3. La coma por omisión de He aquí un ejemplo de puntuación suelta:
verbo. Cuando se omite un verbo suele
sustituirse con una coma. En relación con Hansel y Gretel se fijaron en que la casita era
de dulce, el tejado de tarta y la ventana de
esto pueden darse dos casos: azúcar trasparente.

a) verbo anafórico; El mismo, con puntuación recargada:


b) verbo elíptico.
Hansel y Gretel se fijaron en que la casita era
de dulce; el tejado, [era] de tarta, [coma
10.5.2.3.3.1. La coma por omisión de entonatoria, correlativa del punto y coma
verbo anafórico. El verbo anafórico (es anterior] y la ventana, [era] de azúcar
decir, mencionado antes) debe sustituirse trasparente.
por coma:
Aunque parece preferible la puntuación re-
A unos les gusta jugar; a otros, [les gus- cargada, por cuanto ayuda a la entonación
ta] leer. correcta del período, en algunos casos es
preferible la puntuación relajada:
Si la misma frase se enuncia con y, la pun-
tuación es como sigue: Unas tiendas se componen de un palo, otras
de dos y otras de tres.
A unos les gusta jugar, [coma entonatoria]
y a otros, [coma por omisión de verbo Véase el ejemplo con puntuación recar-
anafórico] leer. gada:
Obsérvese que en estos casos la coma se- Unas tiendas se componen de un palo; otras,
guida de y equivale al punto y coma que se de dos, y otras, de tres.
coloca cuando no aparece la conjunción.
Por el contrario, la omisión de todo signo En un período tan denso, la puntuación
de puntuación no es recomendable: relajada es preferible.

A unos les gusta jugar y a otros leer, 10.5.2.3.3.2. La coma por omisión de
verbo elíptico. 1. El verbo elíptico (es
ya que así queda falta de entonación. Esta decir, no mencionado) debe sustituirse por
necesidad de puntuación de este tipo de coma:
oraciones se ve más clara cuanto más ex- El presidente, enfermo;
tenso y complejo es el período: El ministro de Comercio, a París;
Las obras, terminadas.
En el orgullo está la perdición y el desorden y
en la ruindad la penuria y el hambre, pues Esta coma ha sido discutida, especialmente
la madre del hambre es la ruindad. por Martínez Amador (1960: 250), quien
la considera superflua. Sin embargo, se
La puntuación correcta de este período es: trata de una coma que puede considerarse,
por el contrario, incluso imprescindible
En el orgullo está la perdición y el desorden, (gramatical), ya que su omisión provoca
[coma entonatoria] y en la ruindad, [coma un cambio de sentido en todos los casos,
por omisión de verbo: está] la penuria y cuando no deja la frase sin sentido alguno.
10.5.2.3.5. LA COMA DECIMAL 319

Por ejemplo, no es lo mismo En otros casos, los refranes suelen llevar


una coma que no responde a este criterio,
El presidente, enfermo, sino a la falta de entonación que sin ella
tendrían (→ 10.5.2.3.1-9.2; 10.5.2.3.4).
3. También se sustituyen con coma los
que verbos omitidos en títulos, epígrafes y si-
tuaciones semejantes:
El presidente enfermo
Giovanni Gentile, [es] filósofo europeo;
(es decir, un presidente —vaya usted a saber La tradición, [es] cadena de testimonios;
cuál— que está, estuvo o estará enfermo). El testimonio, [es] espejismo de la realidad;
Esta diferencia entre el sentido que aporta Guillermo de Orange-Nassau, [aparece aquí]
la coma y el que se produce por omisión en un retrato por A. Moro;
de ella se ve fácilmente en una frase co- Isabel II, [aparece] acompañada de su es-
mo poso.

10.5.2.3.4. La coma entonatoria. La


Las obras terminadas,
coma entonatoria no es estrictamente gra-
matical ni tiene funciones semánticas. Se
que así, sin coma detrás de obras, se con- aplica generalmente a refranes y frases que
vierte en un sintagma, un mero enunciado constan de dos partes separadas por una
sin sentido alguno. pausa entonatoria, que se manifiesta gráfi-
En defensa de la coma, Polo (1974: 302) camente mediante una coma:
dice que «es preferible mantener íntegra,
sin intersticios, la norma de utilizar coma El que a buen árbol se arrima, buena sombra
cuando se suprime un verbo: al fin y al le cobija;
cabo, no es sino el paralelo de la pausa ¡fun- Donde las dan, las toman;
cional que en esos casos se realiza». De la A quien le duele, razón es que se queje;
misma opinión es Ramos Martínez (1963: La mujer que se da de balde, por vicio o por
112-113). Un ejemplo clásico de este tipo amor lo hace;
Quien mucho abarca, poco aprieta;
de puntuación es la que afecta a una frase Alcahuetes y tunos, todos son unos;
como al pan, pan, y al vino, vino, en la El mozo perezoso, por no dar un paso da
cual, aun con su escasa extensión, no sobra ocho.
ni falta coma (pese a que la Academia, en
el drae 92 y en el DRAE01, omita la del (→ 10.5.2.3.1-9.2; 10.5.2.3.3.2-2.)
segundo pan).
2. Esta coma por omisión de verbo se 10.5.2.3.5. La coma decimal. 1. Se lla-
aplica en muchos dichos populares y refra- ma coma decimal la que se utiliza como se-
nes que tienen verbos omitidos: parador decimal, es decir, para separar, en
una cantidad, la parte entera de la decimal:
Desgraciado en el juego, [es] afortunado en
amores; 13 458,35.
Tronco de higuera, [es] mala madera;
A quien mal me quiera, [le salga] viruela No es correcto emplear en estos casos el
negra; apóstrofo:
Para verdades, [está] el tiempo, y para justi-
cia, [está] Dios; 13 458’35.
Malo y rogando, [es] dos veces malo;
A pan duro, [hay que aplicarle] diente agu-
do; 2. El uso del punto decimal constituye
De aquellos polvos, [salen] estos lodos; anglicismo ortográfico que debería dese-
De tal palo, [se obtiene] tal astilla. charse por impropio de nuestra ortografía.
320 10.5.2.3.5. LA COMA DECIMAL

A este respecto, dice la norma une 82100- Uruguay emplean la coma decimal; otros
0:1996 (§ 3.3.2, n. 17): «El signo decimal como México, Guatemala, Honduras, Ni-
es una coma en la parte baja de la línea. = caragua, Panamá, Puerto Rico, República
Si el valor absoluto de un número es infe- Dominicana y Venezuela usan el punto; en
rior a la unidad, el signo decimal debe ir Bolivia, Costa Rica, Cuba y El Salvador
precedido de un cero». Y añade en la nota emplean los dos, el punto y la coma; y
17: «En los textos en inglés, puede utili- entre los hispanohablantes estadouniden-
zarse un punto en vez de una coma. Si se ses usan el punto. Tampoco sería válido
utiliza un punto deberá ir en la parte baja establecer la grafía por lenguas, ya que,
de la línea. Según una decisión del Conse- como vemos, en la nuestra no hay unidad
jo de la iso, el signo decimal es una coma en de criterio a la hora de elegir la coma o el
todos sus documentos». No concuerda con punto. La norma internacional, como se ha
esta norma la que establece la Academia visto, puede presentar más dificultades que
en la ole 99 (§ 5.13.1c): «Es aceptable, de soluciones a este problema. Acaso podría-
acuerdo con la normativa internacional, el mos llegar a la conclusión de que en una
uso del punto para separar la parte entera misma obra se escriba de una sola manera,
de la parte decimal en las expresiones nu- aunque lo ideal, puestas así las cosas, sería
méricas escritas con cifras». Aunque añade que se unificara su uso al menos por grupos
que «en este caso es preferible la coma», de países (→ 8.1.1.8-1.2). La Academia, en
lo cierto es que no se sabe de qué normas la OLE10 (p. 666), dice que, «Con el fin de
internacionales habla la Academia, puesto promover un proceso tendente hacia la
que no las menciona. Naturalmente, si unificación, se recomienda el uso del punto
se refiere a la iso, ya se ha visto que no como signo separador de los decimales».
recomienda esa puntuación, sino la coma. Si esto es lo deseable, ¿por qué no empieza
A mayor abundamiento, dice en el dpd 05 ella por establecer la obligatoriedad del uso
(p. 148): «En las expresiones numéricas del punto (por ejemplo), como en esta mis-
escritas con cifras, la normativa interna- ma obra que hemos citado fuerza al lector
cional establece el uso de la coma para a escribir guion, truhan, etcétera, sin tilde
separar la parte entera de la parte decimal. aunque no le guste ni lo encuentre justifica-
La coma debe escribirse en la parte infe- do? (→ 4.3.2.5).
rior del renglón, nunca en la parte superior: 3. Tampoco es correcto emplear la co-
π = 3,1416. Pero también se acepta el uso ma o el punto para separar los grupos de
anglosajón del punto, normal en algunos tres cifras que preceden y siguen a la coma
países hispanoamericanos». Por su lado, la o al punto decimal, así como el apóstrofo
10.a resolución de la 22.a Conferencia Ge- para sustituirlos; son incorrectas las si-
neral de Pesas y Medidas (2003) establece guientes grafías:
que el signo que se emplea para separar los
enteros de los decimales se llama separador 13,458’35;
decimal y que lo pueden ser el punto en la 13.458,35;
13,458,35;
línea o la coma en la línea (El sistema in- 13.458’35.
ternacional de unidades (si), 8.a ed., 2006,
45) (v. t. OLE10, pp. 12, 82). El problema En estos casos, por imperativo legal (en
ahora estriba en saber si el separador deci- España [y probablemente también en otros
mal se coloca en función de quien escribe o países latinoamericanos]), debe emplearse
en función del previsible lector. La norma el espacio fino (generalmente algo menor
mencionada dice que el separador decimal que el normal de la línea):
elegido será aquel que se use corrientemen-
te en el contexto. Sabemos (OLE10, 666) 13 458,35
que en países como Argentina, Chile, Co-
lombia, Ecuador, España, Paraguay, Perú y (→ 8.1.1.8-1.1).
10.5.2.4. OMISIÓN DE LA COMA 321

10.5.2.4. Omisión de la coma . Hay meros son de Navarro Tomás, 1980: 228,
cierta cantidad de casos en que, pese a y los dos últimos de la Academia) vemos
creencias generalizadas y a usos invetera- que la utilización de la coma es más que
dos, no se debe utilizar coma alguna. discutible y su uso solo tiene por fin tratar
1. No se debe utilizar la que ha venido de evitar una entonación errónea que, en la
a llamarse coma lexicográfica, que ha for- práctica, apenas se da. En un título como
mado parte de muchas de las definiciones
académicas afectadas por el fenómeno. Se ¿Fuerza o voluntad?
trata de algunas oraciones definitorias en
no parece admisible esa coma:
que el relativo que aparece separado de su
antecedente. La Academia la mantiene, por
¿Fuerza, o voluntad?,
ejemplo, en definiciones que comienzan
por «Parte de ..., que ...»: puesto que sin ella se entona de igual ma-
ortografía. [...] Parte de la gramática, que
nera y a lo único que contribuye es a crear
enseña a escribir correctamente...; confusión.
fonología. [...] Parte de la lingüística, que 3. No se usa coma para separar los
estudia los elementos fónicos... períodos u oraciones compuestos con la
repetición de la conjunción copulativa ni:
Esas comas, que no son otra cosa que un
semáforo intermitente para avisar al lector Ni uno ni otro;
Ni bueno ni malo;
descuidado de un posible peligro de con- Ese individuo ni come ni deja comer;
fusión, están de sobra, ya que no parece Encarna no descansa ni de noche ni de día.
que un lector normal llegue a confundir
los términos de la definición. De hecho, Las dudas se presentan cuando los elemen-
la Academia suprime esta coma en otros tos que forman la oración o el período
casos de igual factura: son más de dos. Así, mientras el drae 92
fonemática. [...] Parte de la fonología que (s. v. ni) escribe
estudia los fonemas.
Ni Juan ni Pedro ni Felipe te darán la razón
Compruébese que, en efecto, una lectura
incorrecta y, por consiguiente, un error de (sustituido en el DRAE01 por esta grafía: Ni
interpretación es sumamente improbable. ]uan, ni Pedro ni Felipe te darán la razón),
Por esta razón la Academia ha empezado a el Esbozo (1973: 103) puntúa así:
suprimir o no poner este tipo de comas en
su Diccionario. Ni palabras, ni ruegos, ni amenazas fueron
2. También ha sido costumbre inter- bastantes, en su excitación, para conven-
calar coma para separar los términos de cerle.
una interrogación separados por la conjun-
En mi opinión, es preferible, cuando los
ción o:
elementos del compuesto sean más de dos,
¿Le dejaremos recado, o será preferible es- utilizar la coma (aunque se omita entre los
perarle?; dos últimos términos de la serie). Esta es,
¿Pasará usted a vernos en Madrid, o se mar- desde luego, obligatoria en un caso como
chará a alguna playa?; el siguiente:
¿Obedecerá la voluntad de su padre, o seguirá
los impulsos de su corazón?; A nadie quiere favorecer, ni a sus más íntimos
¿Heredástelo, o ganástelo?; amigos.
¿Estamos aquí, o en Flandes?
También serían admisibles los dos puntos
En estos ejemplos (de los que los tres pri- en este caso:
322 10.5.2.4. OMISIÓN DE LA COMA

A nadie quiere favorecer: ni a sus más íntimos Los candidatos (había más de diez), antes de
amigos. retirarse declararon que...;
Mi hijo —dijo Antonio—, que tanto ha hecho
4. No se pone coma después de pero por la causa, no está hoy presente;
Mi hijo -dijo Antonio-, que tanto ha hecho
cuando precede a interrogación o excla-
por la causa, no está hoy presente.
mación:
Pero ¿no es esto un disparate?, Sí se usa coma cuando el paréntesis no
oficia de inciso:
salvo que medie oración incidental:
El alcohol etílico, C2H5OH, y el éter dimetí-
Pero, bien mirado, ¿no es esto un disparate? lico, (CH3)2O, tienen los mismos átomos.

En oraciones exclamativas, pero suele que- 9. No se usa coma entre el sujeto y el


dar englobado en la exclamación: verbo o entre este y lo que se afirma o nie-
ga de aquel, salvo que, en uno u otro caso,
¡Pero qué disparates dices! se intercalen oraciones incidentales. Son,
pues, incorrectos los ejemplos siguientes:
(→ 10.5.2.3.1-9).
5. No se coloca coma delante de la El uso de la coma, depende de la apreciación
conjunción que cuando esta tiene sentido personal;
consecutivo y va precedida de tan, tanto El uso de la coma depende, de la apreciación
o tah personal;
Las mujeres que habían madrugado y aguan-
tado a la intemperie las inclemencias de un
Estaba tan encariñado con su sobrina que no tiempo infernal, no quisieron cederles el
perdía ocasión de demostrarlo; puesto a las que llegaron más tarde;
La gravedad de la situación era tal que no se El gesto, el ademán y la entonación, contribu-
veía la manera de resolverla. yen a la intelección del mensaje.

6. Se omite la coma en los números de Sin embargo, son correctos los dos ejem-
apartados de correos, leyes, decretos y ele- plos siguientes:
mentos químicos:
El uso de la coma, signo de utilización com-
apartado 8956; pleja, depende de la apreciación personal;
ley 28/1995; El uso de la coma depende, como ya se dijo,
estroncio 90; de la apreciación personal.
uranio 235.

7. No se coloca coma entre el nombre


10. No llevan coma las reduplicaciones
propio y el cognomento: de palabras (o palabras gemelas), como
café café, en verdad en verdad, casi casi,
Guzmán el Bueno; luego luego (= enseguida), a fe a fe, así así,
Fernando el Santo; recodín recodán, que patatín patatán, muy
Felipe el Hermoso; muy (cierto crustáceo), ahí ahí (en Uru-
Juliano el Apóstata. guay), etcétera. El drae registra otras redu-
plicaciones, como tris, tras; tras, tras, con
8. No se emplea coma antes de abrir coma, tal vez indicadora de que la acción
paréntesis, menos o raya (cuando estos se realiza en dos tiempos. Sin embargo, en
signos ofician de paréntesis) o corchete; estos dos casos se debería omitir la coma
cuando sea necesaria, se traslada detrás del y escribir tris tras, tras tras, y, aún mejor,
signo de cierre: escribirlos en una sola palabra: tristrás,
10.5.3.2. ESCRITURA DEL PUNTO Y COMA 323

trastrás, como hace García de Diego (1914: un descenso tonal. Como no resulta fácil
86) con ziszás (la Academia, que escribía determinar la extensión de uno y otra,
zis, zas en el drae 92, escribe ahora, en el tampoco es posible fijar exactamente la del
DRAE01, zis zas, equivalente a zas o a zas punto y coma; sin embargo, si se concede
zas, onomatopeya de un golpe). un tono para la coma y tres para el punto,
11. En las portadas y cubiertas de los li- el punto y coma tendrá dos.
bros, si el título se coloca antes que el nom- 2. El uso de este signo tiene partidarios
bre del autor, se omite la coma que grama- y detractores desde hace ya más de un
ticalmente le corresponde (→ 10.5.1.5-1; siglo. Quienes desean evitar su empleo lo
10.5.2.3.3.2-3): sustituyen, según los casos, por coma o por
punto. Obsérvese, no obstante, que susti-
GUÍA PRÁCTICA tuir este signo por la coma suele resultar
DEL COMPOSITOR TIPÓGRAFO impropio, y por el punto supone practicar
formada por Juan José Morato un estilo de escritura sincopado, telegráfi-
co, de oraciones cortas y ritmo de lectura
Tampoco suele usarse coma en el título lento y poco ligado. En cualquier caso, en
cuando otros elementos extraortográficos la prosa actual el punto y coma tiene un
(como el centrado de las líneas o el blan- sitio propio e insustituible.
co que queda a uno y otro lado de ellas)
contribuyen a conseguir los mismos efectos 10.5.3.2. Escritura del punto y co -
que con la coma: ma . 1. Se usa para separar los miem-
bros de un período extenso, especialmente
LA ESTÉTICA MUSICAL cuando tienen partes separadas por coma:
DEL SIGLO XVIII A NUESTROS DÍAS
El terreno de granos finos se denomina arci-
Para la obtención de efectos parecidos, que lla; el de granos medianos, limo, y el de
granos gruesos, arena.
eviten la utilización de una coma antiestéti-
ca, se puede echar mano del color:
Obsérvese que las tres oraciones de que
consta el período se separan con punto y
La república (color) coma, puesto que, aunque entre la segun-
vista por los republicanos (negro)
da y tercera hay solo coma, esta adquiere
el valor de punto y coma cuando, en una
O bien con la figura de la letra: sucesión de oraciones separadas con punto
y coma, las dos últimas se separan con la
LA REPÚBLICA
vista por los republicanos conjunción y; es decir, que, en estos casos,
coma + y (o, e, u en su caso) = punto y
coma. Esto suele darse con más frecuencia
Si no se hace uso de estos recursos visuales, en períodos formados por oraciones cortas
estéticos y tipográficos, la coma debe colo- y con verbo común a todas ellas, pues en
carse en su sitio, puesto que sin ella el título otros casos, sobre todo si puede dar lugar a
puede cambiar de sentido o de matiz. anfibología, puede usarse el punto y coma
antes de y.
10.5.3. El punto y coma. Signo de pun- 2. En oraciones o períodos extensos, an-
tuación que consiste en la combinación de tes de las conjunciones adversativas mas,
un punto y una coma, aquel situado enci- pero, aunque, sin embargo, no obstante,
ma de esta (;). con todo, etcétera:
10.5.3.1. Generalidades . 1. El punto En 1655, Pierre Puget se trasladó nuevamente
y coma representa una pausa intermedia a Francia, donde ejecutó, para el Ayun-
entre la del punto y la de la coma, con tamiento de Tolón, los Atlantes, una de
324 10.5.4. LOS DOS PUNTOS

sus obras maestras; no obstante, su estilo con lo anterior (es decir, el sentido lógico
barroco no se acomodó a los gustos clasi- queda por cerrar). Tal vez por considerarlo
cistas de Luis XIV. un signo demasiado formalista, algunas
personas tienden a sustituirlo por coma o
3. El punto que separa dos cláusulas es- punto y coma en casos como Distinguido
trechamente relacionadas puede sustituirse amigo, Muy señor mío, etcétera. Se trata
por punto y coma: de un error importante (un anglicismo
ortográfico), ya que la función que desem-
En el 204, Escipión trasladó la guerra a Áfri- peñan aquí los dos puntos (enunciativa) no
ca; se atrajo a Masinisa y venció e hizo es propia de la coma ni del punto y coma
prisionero a su antiguo aliado Sífax. (→ 10.5.4.2-5).
4. Cuando interviene una aposición en 10.5.4.2. Escritura de los dos pun -
una relación cuyos miembros normalmente tos . Se usa este signo:
se separarían con coma, se separan con 1. Antes de una enumeración:
punto y coma:
El aceite se compone de dos elementos: carbo-
Asistieron al acto Pedro Laín, director de la no e hidrógeno;
Academia Española; Manuel Gutiérrez Los novísimos o postrimerías del hombre son
Mellado, teniente general, y Miguel Boyer, cuatro: muerte, juicio, infierno y gloria;
ministro de Economía. La escala de la dureza es la siguiente: talco,
yeso, caliza...
Si los cargos y empleos no figurasen, la re-
dacción sería con coma: 2. Antes de las conclusiones, consecuen-
cias o resúmenes:
Asistieron al acto Pedro Laín, Manuel Gutié-
rrez Mellado y Miguel Boyer. La burguesía dominante de China no está en
el partido: es el partido;
A veces, solo uno de los casos lleva aposi- En una molécula de agua que contiene dos
ción o cualquier otro tipo de explicación, y átomos de hidrógeno y uno de oxígeno, la
entonces todos los demás nombres, aunque reacción no está igualada: sobra un átomo
de oxígeno.
no estén en igual situación, deben separarse
por punto y coma.
3. En obras didácticas y otras, general-
Asistieron al acto Pedro Laín, director de la mente los dos puntos preceden a los ejem-
Academia; Manuel Gutiérrez Mellado; plos (especialmente cuando para introdu-
Alfonso Osorio, y Miguel Boyer. cirlos se usan expresiones como por ejem-
plo, esto es, así, de este modo, verbigracia,
10.5.4. Los dos puntos. Los dos puntos de la siguiente manera, el (la, lo) siguiente,
es un signo de puntuación que consiste en etcétera); los dos puntos, con todo, pueden
la combinación de dos puntos situados uno sustituir a estas expresiones:
encima de otro verticalmente (:).
Los signos de puntuación son los siguientes:
punto, punto y coma, dos puntos, puntos
10.5.4.1. Generalidades . Este signo
suspensivos, coma;
representa una pausa intermedia entre la Los signos de puntuación son: punto, punto
de la coma y la del punto, con un descenso y coma...;
tonal. A diferencia del punto, indica que no Signos de puntuación: punto, punto y co-
se ha enunciado el pensamiento completo ma...;
(aunque lo que le precede puede tener, en
algunos casos, sentido cabal), sino que lo pero también se pueden evitar los dos pun-
que sigue está relacionado estrechamente tos, si se desea:
10.5.4.2. ESCRITURA DE LOS DOS PUNTOS 325

Los signos de puntuación son el punto, la colocan después de voces como Certifica,
coma, los dos puntos... Decreta, Hago [Hace] saber, Resuelve,
Dispone, Expone, Acuerda, Comunica,
4. Para introducir una cita textual di- Suplica, etcétera. El texto a que estas voces
recta: se refieren comienza siempre en párrafo
aparte y con mayúscula (→ 10.5.4.4-1.1).
Dice el Quijote: «Con la Iglesia hemos dado,
Sancho».
7. En las expresiones catafóricas (las
que anticipan o anuncian un elemento del
Una redacción distinta requiere otra pun- discurso):
tuación: Eso es lo malo: que nunca está contento;
Aquello fue lo que la asustó: que su padre no
Como se dice en el Quijote, «Con la Iglesia llegara a la hora habitual.
hemos dado, Sancho».
8. Después de ciertas locuciones co-
5. Después de las fórmulas de cortesía mo ahora bien, pues bien, bien, es más,
con que empiezan las cartas, notas, discur- más aún, en otras palabras suelen usar-
sos, instancias, etcétera (→ 10.5.4.4-1.1): se dos puntos o coma, según los casos
(→ 10.5.2.3.1-6). Casares (en Fernández
Querido amigo: Hace mucho que no te es-
cribo...;
Castillo, 1959: 77) dice que cuando ahora
Distinguida señora: Me es grato dirigirme a bien tiene función ilativa o adversativa, la
usted...; puntuación correcta es la coma:
Muy señor mío: Por la presente tengo el gusto
de...; Hasta aquí los hechos. Ahora bien, las conse-
Excelentísimo señor: El abajo firmante...; cuencias que de ellos se deducen las sacará
Compañeros: Ante el cariz que toman los el lector por su cuenta;
acontecimientos...; La cosa es ciertamente bien sabida. Ahora
Señores: La memoria que vamos a leer..; bien, interesa recordarla por lo que se verá
Señor presidente: Tenemos el gusto de diri- después.
girnos a usted para poner en su conoci-
miento... Moliner (1980, s. v. ahora) prefiere la co-
ma, pero da como posible la puntuación
Normalmente, la fórmula de tratamiento con dos puntos cuando equivale a pero:
ocupa línea aparte y el texto que sigue
a los dos puntos comienza el párrafo si- Haz lo que quieras; ahora bien[:] atente a las
guiente (→ 10.5.4.4-1.1). No es correcto, consecuencias.
sino anglicismo ortográfico, sustituir los
dos puntos por una coma y la mayúscula En la edición de 1998 han eliminado esa
subsiguiente por minúscula: posibilidad de utilizar los dos puntos,
pero no es un acierto. Como dice Polo
*Querido amigo, hace mucho que no te es- (1974: 310), «Independientemente de que
cribo...;
*Distinguida señora, me es grato dirigirme en algunos casos equivalga también a ‘no
a usted...; obstante’, es una expresión que tiende a
*Muy señor mío, por la presente tengo el crear cierta expectativa hacia lo que sigue.
gusto de...; [...] Nosotros vemos el problema así: pode-
*Excelentísimo señor, el abajo firmante... mos prescindir del punto y coma, solución
poco neta para estos casos. La cuestión se
6. En leyes, decretos, resoluciones, ban- plantea, en principio, entre la coma y los
dos, títulos, convocatorias, acuerdos, sen- dos puntos: ambas son aceptables; pero no
tencias, certificaciones, memoriales, instan- son idénticas. La pausa es mayor con los
cias y escritos semejantes, los dos puntos se dos puntos y, sobre todo, la entonación es
326 10.5.4.3. USO TÉCNICO DE LOS DOS PUNTOS

de semicadencia con ellos; con la coma, en el texto que sigue en todos estos casos
cambio, el tono es semianticadente. Con nunca es una consecuencia o complemento
los dos puntos se crea una expectación ma- de lo anterior (mera fórmula de cortesía
yor; a lo que sigue se le prepara un ambien- que incluso podría omitirse), y por lo tanto
te de más tensión». Véanse unos ejemplos el texto que sigue a esas fórmulas, que es
de uso con dos puntos: autónomo, debe comenzar con mayúscula,
vaya seguido o en párrafo aparte, según
Ahora bien: no hay una verdadera unidad en lo establece ahora (OLE99, 33) la Acade-
un idioma... (Rafael Seco, 1969: 3); mia. Lo mismo es aplicable cuando los
Pues bien: no hay nueva edición... (Carnicer, textos van precedidos de voces como
1977: 39); Nota o Advertencia: el texto que les
Pues bien: la puntuación «comística»... (Polo, sigue debe comenzar con inicial mayús-
1974: 124);
Bien: el punto que a nosotros nos interesa cula.
ahora... (Polo, 1974: 143); 1.2. En citas textuales, el texto que se
Es más: sabíamos que el espía trabajaba en toma de un autor comienza con mayúscula
nuestro grupo; si esta letra figura así en el original; si fi-
En otras palabras: ¿pueden los deportistas gura con minúscula, deben anteponérsele
practicar su deporte?; puntos encorchetados (→ 10.5.23.2).
Más aún: el policía estaba desarmado. 2. Se escribe con minúscula en los si-
guientes casos:
10.5.4.3. Uso TÉCNICO DE LOS DOS 2.1. Si lo que sigue a este signo consiste
PUNTOS. En matemáticas se usan dos pun- en voces, sintagmas, frases u oraciones
tos superpuestos para indicar la división separados por coma o por punto y co-
de dos magnitudes (→ 10.5.38). La norma ma (→ 10.5.4.2-1; 10.5.4.2-3; 10.5.4.2-7;
une 5010, Signos matemáticos (p. 4), lla- 10.5.4.2-8).
ma a este signo, en su función matemática, 2.2. Si lo que sigue es una enumeración,
doble punto, término que parece muy ade- conclusión o consecuencia (→ 10.5.4.2-2).
cuado para una función que es técnica y no 2.3. En los ejemplos introducidos por
ortográfica. sintagmas como el (la, lo) siguiente, esto
es, así, de este modo, etcétera, o sin ellos
10.5.4.4. Mayúscula y minúscula (→ 10.5.4.2-3).
después de dos 1. Después de
PUNTOS.
este signo se escribe mayúscula inicial en 10.5.5. Los puntos suspensivos. Los
los siguientes casos: puntos suspensivos son un signo de pun-
1.1. Siempre que tras los dos puntos tuación consistente en tres puntos segui-
se haga punto y aparte o, aunque no se dos situados en línea y sin espacios entre
haga, sea posible hacerlo; por ejemplo, en sí (...).
decretos, sentencias, cartas, comunicados,
bandos, edictos, etcétera, así como en las 10.5.5.1. Generalidades . 1. Al tra-
citas textuales tomadas por un punto que tar de este signo, la orae (1974: 34-35)
en el original empieza párrafo o va después no establece el número de puntos que lo
de punto (→ 10.5.4.2-5; 10.5.4.2-6). La componen, aunque en los ejemplos utiliza
orae (1974: 33), en el apartado 5.o y últi- siempre tres. Dice Carnicer (1969: 99 ss.)
mo dedicado a este signo, dice, refiriéndose que «la tasa de los tres puntos es reciente»,
a los dos puntos después de expresiones y que el momento culminante de la libertad
como Muy señor mío con que comienzan en el uso de esos puntos corresponde al
las cartas: «Después de los dos puntos se romanticismo. «Los poemas, las novelas,
escribe indistintamente con letra mayúscu- las esquelas amorosas de los románticos
la o minúscula el vocablo que sigue». No tienen en los puntos suspensivos una espe-
parece que le asista la razón a la Academia: cie de alfabeto morse cuantitativo. A más
10.5.5.2. ESCRITURA DE LOS PUNTOS SUSPENSIVOS 327

puntos, más peligro, más decisión suicida, c) cuando se quiere sorprender al lector
más amor.» Desde el punto de vista tipo- con una salida inesperada:
gráfico, Morato (1933: 55) aconsejaba tres
puntos en medidas pequeñas (menos de Y después de tanta presentación y prosopo-
peya, resultó que el invitado era... ¡una
veinte cíceros, unos noventa milímetros) y burra!
cinco puntos en las más grandes (de veinte
cíceros en adelante). En la actualidad, los 2. Para expresar estados anímicos co-
puntos son siempre tres, cualquiera que sea mo duda, temor, expectación, emoción,
la medida de la línea. Esa cantidad se man- etcétera:
tiene sin variación cuando el signo sigue
o precede a otro que también lleva punto ¿Ha llegado?... ¿Sabe lo de su mujer?... ¡Dios
(por ejemplo, exclamación, interrogación mío..., qué pena!...
o abreviatura), pese a que necesariamente 3. Para indicar titubeo:
aparecerán escritos, impresos o mecano-
grafiados cuatro puntos seguidos. Cuando Tenía que decirte..., ¡ejem!..., que tu madre...
los puntos suspensivos ocupan el lugar del
punto ortográfico (punto y seguido o pun- 4. En una enumeración, para indicar
to y aparte), aquellos cumplen las funcio- que podrían citarse más datos semejantes
nes de este, de manera que no será correcto a los enunciados o de la misma serie o
añadir un cuarto punto. especie, que el autor supone que el lector
2. La pausa producida por los puntos conoce o intuye:
suspensivos es igual a la del punto, con la
única salvedad de que el tono de la pala- Aquella casa era vieja, destartalada, malo-
bra a la que afecta se alarga ligeramente, liente...;
sosteniéndolo durante unos segundos. Su Todos los partidos —centrista, socialista,
función es la de expresar varios estados de comunista...— estaban representados en
la ceremonia.
ánimo: duda, temor, emoción, expectación,
o bien establece una suspensión del discur-
En estos casos, el uso del signo es un recur-
so porque lo que sigue se da por sobren-
so estilístico, bien para no mencionar más
tendido, es inconveniente o por otra causa
palabras o ideas que el lector intuye o cono-
esperada o inesperada (aposiopesis).
ce, bien para omitir la palabra etcétera y
evitar su repetición; de aquí que el uso
10.5.5.2. Escritura de los puntos
de la abreviatura etc. seguida de puntos
suspensivos . 1. Se usan puntos suspensi-
suspensivos sea una redundancia que debe
vos en la aposiopesis, es decir, cuando el
evitarse, al igual que, en otros casos, los
discurso se interrumpe por una de estas
suspensivos cuando preceden a la abrevia-
razones:
tura etc.:
a) lo que sigue se da por sobrentendi- Oporto, Lugo, Coímbra..., etc.
do:
5. Suelen emplearse los puntos suspen-
Y después de tanto batallar... Bien, el final ya
lo conocen ustedes;
sivos para indicar, en una relación, algo
no acabado; por ejemplo, tras el año de
b) cuando la palabra que sigue es incon- edición de una obra en curso: 1955...; con
veniente: ello se da a entender que la obra fue em-
pezada en 1955 y que siguen apareciendo
El conductor, en un arrebato de cólera, dijo volúmenes (→ 10.5.39).
que Fulano era un hijo de ...; 6. En ocasiones, los puntos suspensivos
sustituyen a una palabra (generalmente in-
(→ 10.5.5.2-6). conveniente) que el autor no quiere mencio-
328 10.5.5.3. LOS PUNTOS SUSPENSIVOS EN CONJUNCIÓN CON OTROS SIGNOS

nar; los suspensivos se sitúan entonces en- ¿Pero no decías que...?;


tre espacios, seguidos de la puntuación que ¡Os voy a partir...!
correspondería a la palabra omitida:
3. En las llamadas de nota, los suspen-
Aquel ... siempre me estaba molestando. sivos se colocan siempre antes de la lla-
mada, cualquiera que sea la forma de ha-
Esta grafía (los puntos suspensivos entre cerla:
espacios) se aplica siempre que los puntos
suspensivos sustituyen a una palabra entera ... del firmamento...1
que con cierta facilidad se puede colocar en ... del firmamento... (1).
lugar de ellos mentalmente (→ 10.5.2.4-1;
10.5.5.2-1b). Existe otra variante, consis- 4. Por lo que respecta al paréntesis, al
tente en poner la inicial de la palabra y los corchete y a la raya en función incidental,
suspensivos: La p... respetuosa, de Sartre; los puntos suspensivos preceden a los sig-
pero a veces es solución poco neta, al exis- nos de apertura cuando corresponden al
tir varias palabras, dentro de ese contexto, período anterior:
que podrían responder a la misma inicial:
Aquel individuo... (he olvidado su nombre)
Se preguntó qué c... [coño, cojones, carajo] merecía su desgraciada suerte.
pasaba allí.
Pueden ir también dentro del paréntesis,
Por esta razón, y porque las palabras mal- antes del de cierre, si corresponden a lo
sonantes deben escribirse en su lugar con intraparentético:
su propia grafía, no debe utilizarse en casos
así la inicial seguida de puntos suspensivos, Los frutos que nos ofrecían (rábanos, melo-
nes, sandías, pepinillos...) no despertaban
sino la palabra: nuestro apetito.

Se preguntó qué cojones pasaba allí.


Deben colocarse después del paréntesis de
cierre cuando no corresponden a lo situa-
7. Tienen los puntos suspensivos fun- do antes ni dentro del paréntesis, sino que
ción anafórica cuando sustituyen a algo ya más bien indican la continuidad de una
dicho, para evitar su repetición; véanse los serie:
ejemplos del párrafo 6.4.1-la, b, c.
¿Cuáles son las causas de estas emigraciones
10.5.5.3. LOS PUNTOS SUSPENSIVOS EN germánicas? Se han aducido causas climá-
CONJUNCIÓN CON OTROS SIGNOS. 1. Los ticas, demográficas y sociológicas, movi-
suspensivos pueden ir seguidos, en los ca- mientos de pueblos de las estepas eurasiá-
sos en que sea ortográficamente necesario, ticas (hunos, principalmente)...;
de coma, punto y coma y dos puntos, que En los cabildos catedralicios de Badajoz
se colocan inmediatamente detrás de ellos, (1511), Sevilla (1515), Córdoba (1530)...
2. Por el contrario, la exclamación y la
interrogación de cierre se colocan antes de En ambos ejemplos se ve claramente que
los puntos suspensivos si el sintagma, ora- los puntos suspensivos indican que la serie
ción o período tienen sentido cabal: podría continuar con otros casos, a los
cuales sustituyen (→ 10.5.9.3-4).
¿Le diré que ha muerto su padre?... 5. Cuando los puntos suspensivos ante-
¡Oh, Dios mío!...; ceden a una palabra, deben escribirse con
un espacio intermedio entre unos y otra
y detrás si el sentido queda incompleto: (→ 10.5.5.2b; 10.5.5.2-6; 10.5.5.3-3). Tal
10.5.6.2. FUNCIÓN DE LA EXCLAMACIÓN 329

espacio ha de ser fijo y de no separa- ma y debajo de la i vino a convertirse en


ción. el punto actual, y la letra se estilizó hasta
adquirir su figura hodierna.
10.5.6. La exclamación. La exclama-
ción es un signo de entonación compuesto 10.5.6.2. Función de la exclama -
de dos elementos: el principio de excla- ción . La exclamación tiene la función de
mación, con el punto suprascrito (¡), y expresar una emoción del ánimo: alegría,
el fin de exclamación, con subpunto (!). pena, indignación, cólera, asombro, sor-
presa, dolor, molestia, amor, admiración,
10.5.6.1. Generalidades . El nombre desprecio, etcétera.
que daba la Academia a este signo es el La expresión exclamativa se denomina
de admiración (drae 92, s . v.; orae 74, interjección, la cual puede ser propia o
30, 35), nombre a todas luces impropio, impropia; la interjección propia puede ser
ya que, como puede comprobarse por la apelativa, como ¡eh!, ¡chist!, ¡pst!; expresi-
definición del drae , la admiración es solo va, como ¡oh!, ¡ah!, ¡ay!, y representativa,
uno de los sentimientos que pueden expre- como ¡paf!, ¡pum!, ¡zas!, Onomatopeyas
sarse con este signo: «[...] se pone antes y de ruidos; las interjecciones impropias son
después de cláusulas o palabras para expre- las palabras ordinarias utilizadas inter-
sar admiración, queja o lástima, para lla- jectivamente: ¡atención!, ¡atiza!, ¡diablo!,
mar la atención hacia alguna cosa o pon- ¡fuera!, etcétera. La exclamación puede
derarla, o para denotar énfasis». Puesto estar formada por una oración exclamati-
que, cualquiera que sea el sentimiento va, constituida por una interjección propia,
o aspecto que exprese, la palabra o fra- una palabra con valor interjectivo (¡cielos!,
se es siempre exclamativa, el nombre que ¡bravo!, ¡cáspita!), un sintagma (¡Dios
le corresponde es el de exclamación. Polo mío!, ¡por Dios!, ¡qué día!) o una oración
(1974: 314 ss.), junto con otros autores (¡Ha llegado el momento!; ¡No sé qué de-
que él mismo menciona, como Hilda Ba- cisión tomar!; ¡Dios nos pille confesados!).
sulto (1978: 120-121), Oquendo «v algún Normalmente, muchas frases exclamativas
otro quizá» (por ejemplo, A. Álvarez, se construyen con el pronombre qué o el
1983: 57, y Alvar Ezquerra y Medina Gue- adverbio cuán antepuestos a un adjetivo
rra, 1995: 206-207), recomienda que, en o a otro adverbio: ¡Qué precioso!; ¡Cuán
contra de lo que se ve escrito en los textos grande es!; se puede anteponer un pero en-
de la Academia y en casi todos los manua- fático (generalmente comprendido dentro
les, este signo se llame exclamación y no de la exclamación): ¡Pero qué grande es!
admiración. Justifica así este cambio en Los signos de exclamación determinan
la nomenclatura ortográfica: «La razón es una elevación enfática del tono de voz,
clara: lo característico no es que se admire con hincapié en ciertas palabras dentro de
—con frecuencia se desprecia, etc.—, sino la oración exclamativa, como qué, cuán,
el tono exclamativo con que se realiza esa cuánto, quién, dónde, cuándo, cómo, que
admiración, desprecio o lo que sea». Pese en oraciones de este tipo llevan siempre
a que el DRAE01 sigue registrando admira- tilde (pero no la llevan cuando el hincapié
ción como nombre de este signo, la ole 99 no se hace en una de esas palabras: ¡Que te
(pp. 33, 69, 70) ya recoge, dos años antes, zurzan!, ¡Cuanto más corras, peor!; ¡Como
el nombre de exclamación en forma única no llegues a tiempo, te mato!). Cuando la
(prescinde de admiración). exclamación aparece incisa en la oración,
Por lo que respecta al origen de este rompiendo la curva tonal de la frase, se
signo, al parecer deriva de las dos letras denomina ecfonema; suele tratarse de una
de la palabra latina lo (‘alegría, júbilo’), palabra, como en el siguiente ejemplo: Es
colocadas una encima de la otra; así; ? (= ¡), totalmente injusto, ¡demonios!, que se me
j (= !); con el tiempo, la o colocada enci- atribuya esa falta; suele ir entre comas.
330 10.5.6.3. ESCRITURA DE LA EXCLAMACIÓN

10.5.6.3. Escritura de la exclama - ponde mayúscula), separándolas entre sí


ción . 1. Nuestro idioma es prácticamente con punto y coma o solo coma:
el único, entre las lenguas de cultura, que
utiliza los dos signos, el de apertura o prin- ¡Qué bochorno!; ¡cuánta desfachatez!; ¡qué
cipio de exclamación (¡) y el de cierre o fin perfidia!
de exclamación (!). En las demás lenguas
solo se usa el de cierre, no el de apertura. Cuando la exclamación está compuesta
Entre los idiomas neolatinos peninsulares, por reduplicaciones, generalmente se abre
solo el catalán, en períodos exclamativos el signo antes de la primera y se cierra des-
extensos, utiliza a veces los dos, pero pués de la última:
normalmente emplea solo el de cierre. En
relación con el español, hay razones gra- ¡hi, hi, hi!; ¡ji, ji, ji!
maticales que explican esta peculiaridad:
nuestro idioma no siempre dispone de una En algunos casos, cada uno de los términos
palabra que lleve implícito el comienzo de de la reduplicación lleva su correspondien-
exclamación, es decir, el cambio de entona- te exclamación de apertura y cierre:
ción inicial, como sucede en otras lenguas.
Podría decirse que una expresión que em- ¡hu!, ¡hu!, ¡hu!;
piece con qué, cuán, cuánto, quién, dónde,
cuándo, cómo ya indica exclamación, pero esta grafía no concuerda con la que da el
ello no sería cierto, pues con las mismas drae 92 (s. v.):
palabras pueden comenzar oraciones inte-
rrogativas e incluso oraciones no marcadas ¡hu! ¡hu! ¡hu!,
especialmente, como hemos visto en el
párrafo anterior, que reclaman otra ento- a mi entender incorrecta, pues, de no llevar
nación. Por consiguiente, deben utilizarse las comas, la forma correcta sería esta:
ambos signos.
2. Los signos de exclamación han de ¡Hu! ¡Hu! ¡Hu!
utilizarse de la siguiente manera: el
de apertura lleva el punto suprascrito (¡), y En el DRAE01, la Academia, que ha supri-
el de cierre, suscrito (!); colocarlos al revés mido los signos de exclamación de todas
(! ¡) es una falta de ortografía, como lo es las interjecciones, escribe ahora
abrir y cerrar con el mismo signo: ¡...¡, o
bien: !...! hu hu hu,
3. En frases exclamativointerrogativas,
o viceversa, se puede abrir con exclamación pero también aquí se observa una disgrafía:
y cerrar con interrogación, o, al revés, abrir faltan las comas:
con interrogación y cerrar con exclama-
ción, o bien abrir y cerrar al mismo tiempo hu, hu, hu.
con signos exclamativos e interrogativos
(cualquiera que sea la sucesión): 5. Dice la orae (1974: 35) que «Cuan-
do lo escrito después de la interrogación o
¿Qué has hecho, Dios mío!; la admiración [exclamación] fuere comple-
¡Que no pueda yo arreglar esto, Señor?; mento de la pregunta o de la frase admira-
¡¿Tanto dinero tienes?!; tiva [exclamativa], no comenzará con letra
¿¡Quieres que vayamos!? mayúscula: ¿Digo yo que no tengas razón?,
contestó Blas a Diego. ¡A las armas!, gri-
4. Cuando las frases exclamativas son taron todos». Esta forma de construir el
varias y seguidas, pueden escribirse con diálogo corresponde a nuestros clásicos.
minúscula (excepto la primera, si le corres- Hoy se escribe:
10.5.6.4. LA EXCLAMACIÓN EN CONJUNCIÓN CON OTROS SIGNOS 331

—¿Digo yo que no tengas razón? —contestó de cierre oficia de punto ortográfico en


Blas a Diego; los casos en que, de no aparecer aquella,
—¡A las armas! —gritaron todos. necesariamente se pondría este. Añadir
punto al signo es redundancia inadmisible
La minúscula viene determinada por tratar- (→ 10.5.6.4).
se, en ambos casos, de verbos declarativos: 10. En ajedrez, una exclamación en
contestó, gritaron (→ 10.5.12.2-2.2.1). posición de cierre en una jugada codificada
6. Especialmente en obras literarias, es- indica buena jugada: D × CR! ‘la reina
tá permitido abrir y cerrar un período ex- [dama] mata al caballo de rey’.
clamativo con dos o tres signos:
10.5.6.4. La exclamación en con -
¡¡Al ladrón!!;
¡¡¡Socorro!!!
junción con otros . 1. La ex-
signos
clamación de cierre admite detrás de sí la
Sin embargo, abusar de esta licencia es coma, el punto y coma, los dos puntos y los
vaciar de significado el uso de este signo. puntos suspensivos, pero en caso alguno el
7. No es recomendable utilizar promis- punto, que sería redundante por llevar ya
cuamente signos exclamativos e interroga- uno el propio signo; la coma, el punto y
tivos en un mismo período; por ejemplo: coma y los dos puntos se colocan siempre
después de la exclamación, pero los puntos
¡No estoy para nadie, ¿lo oyes?!; suspensivos deben ir antes de cerrar la
exclamación si el sentido de la frase queda
podría escribirse con más propiedad así: incompleto:

¡No estoy para nadie! ¿Lo oyes?; ¡Os voy a...!,

y después si el sentido queda completo:


o bien
¡Os voy a partir el alma!...
¡No estoy para nadie!, ¿lo oyes?
2. En igual caso, la exclamación va den-
Sí puede darse una exclamación dentro de
tro del paréntesis de cierre si corresponde
un período ya exclamativo:
a la palabra u oración intraparentéticas, y
¡Lengua en que reza mi madre / y en la que di- fuera en caso contrario:
je: ¡Te quiero! / una noche americana / mi-
llonada de luceros! (Juana de Ibarbourou: El vicario (¡Dios lo perdone!) no supo salir
Elogio de la lengua castellana). del embrollo

8. El signo exclamativo de cierre, situa- (→ 10.5.9.3-3). También las comillas,


do entre paréntesis, indica duda, ironía, cualquiera que sea su clase, pueden ir
sorpresa, etcétera: después de la exclamación (siempre que
abran antes del principio de exclamación;
Y dijeron que habían llegado a tiempo (!). → 10.5.8.5.4.2), y en este caso puede ir
seguida de punto si las comillas no ini-
cian párrafo o abren después de punto
Si se usa en cita directa, deben emplearse
(→ 10.5.8.5.4.3). En cuanto al paréntesis,
corchetes (salvo que la ironía sea del ori-
la exclamación va dentro si corresponde
ginal):
a la palabra o período intraparentéticos y
fuera en caso contrario:
«Y dijeron que habían llegado a tiempo [!]».
El vicario (¡Dios lo perdone!) no supo salir
9. El punto suscrito de la exclamación del embrollo;
332 10.5.7. LA INTERROGACIÓN

¡Se dirigía, efectivamente, a Cabra (Córdo- letra voladita y subíndice (o) se convirtió en
ba)! el punto actual.

3. Cuando coincida el signo de excla- 10.5.7.2. Escritura de la interro -


mación con el punto de una abreviatura, se gación . 1. Como en el caso de la excla-
respeta este en su lugar y se añade el signo mación, nuestro idioma es el único, entre
de exclamación. las lenguas de cultura, que utiliza los dos
signos, el de apertura o principio de inte-
10.5.7. La interrogación. La interroga- rrogación (¿) y el de cierre o fin de interro-
ción es un signo de entonación compuesto, gación (?). En los restantes idiomas solo se
como la exclamación, de dos elementos: el utiliza el fin de interrogación, nunca el de
principio de interrogación, con punto su- apertura (→ 10.5.6.1).
prascrito y abertura a la derecha (¿), y el fin 2. Los signos de interrogación han de
de interrogación, con subpunto y abertura abrirse con el punto hacia arriba y abertu-
a la izquierda (?). ra a la derecha (¿) y cerrarse con el punto
hacia abajo y abertura a la izquierda (?);
10.5.7.1. Generalidades . La oración no es, pues, correcto usarlos o dibujarlos
interrogativa se dirige a un oyente (real de cualquier otra manera (?-¿) ni con los
o imaginario) y en general se espera una dos puntos hacia arriba (¿-¿) ni hacia abajo
respuesta (aunque hay interrogaciones o (?-?).
preguntas retóricas cuya respuesta no se es- 3. Si el fin de interrogación cierra ora-
pera). Puede ser directa, caracterizada por ción o período, sin ningún otro signo
una entonación con inflexión ascendente detrás, el subpunto ejerce las funciones de
en su final, como ¿Qué quieres?; indirec- punto, por lo que será incorrecto añadirle
ta, que carece de entonación o inflexión, otro.
como Dime qué quieres (no usa los signos 4. En frases exclamativointerrogativas,
interrogativos); disyuntiva, como ¿Sales o o viceversa, se puede combinar la interro-
entras?; deliberativa o consultiva, como gación con la exclamación, aunque no sea
¿Qué camino tomar?; retórica (o erotema), recomendable (10.5.6.3-3).
cuando no se espera respuesta porque esta 5. Cuando se dan varias interrogaciones
es evidente: ¿No fue Carlos I un gran em- seguidas, especialmente si son breves y es-
perador?; ¿Acaso sabemos cuándo acabará tán íntimamente relacionadas, se escriben
el mundo? sin ponerles mayúscula (salvo la primera,
Aunque, como se ha visto, una pregunta si le corresponde) y se separan con coma o
puede ser indirecta y no requerir ni signos punto y coma:
ni especial entonación, en general la inte-
rrogación se distingue, en lo gráfico, por ¿Por qué te comportas así con nosotros?;
los signos con que comienza y acaba y, en ¿qué te hizo ella?; ¿qué te hice yo?
lo fonético, por una especial entonación
que consiste en una subida melódica o (Para las cuestiones de escritura cuando lo
inflexión ascendente en su final, subida escrito después de la interrogación sea com-
que la distingue del mero enunciado; así, plemento de lo preguntado, → 10.5.6.3-5.)
Viene hoy se pronuncia de forma distin- 6. Cuando exclamación e interrogación
ta que ¿Viene hoy?; los signos indican coinciden en una frase con dos perío-
precisamente ese cambio de entonación. dos, uno exclamativo y otro interrogativo,
Al parecer, tales signos se derivan de la → 10.5.6.3-7.
primera y la última letra de la palabra la- 7. Los mecanismos de la interrogación
tina Quaestio ‘pregunta’, colocadas una en- son los siguientes:
cima de la otra alternativamente; así: Q (= ¿), 7.1. Voces que en sí suponen un meca-
Q (= ?); con el tiempo, la Q se estilizó y la nismo para la pregunta, porque la llevan
10.5.7.2. ESCRITURA DE LA INTERROGACIÓN 333

implícita: qué, cuándo, cuánto, cómo, dón- Refiriéndose a este punto, Carnicer (1972:
de, adónde, cuál, quién, a veces precedidos 268) dice: «Pero ha de hacerse la salve-
de preposición: por qué, de dónde, a quién, dad de que no todos los españoles pro-
de quién, con quién, a cuánto, por cuánto, ceden de manera concorde en cuanto al
por dónde, etcétera: punto de la oración en que debe colocarse
[el signo de apertura de interrogación]. [...]
¿Qué haces mañana?; La doble posibilidad estriba en que si bien
¿Cómo está tu madre?; es cierto que la entonación interrogativa
¿Cuánto cuesta?; se marca desde el comienzo de la oración
¿Por qué no te quitas el abrigo?; o del período, y ello tanto en la general o
¿De dónde venimos y adónde vamos?; dubitativa —que afecta al verbo— como
¿Cuál es tu bastón?; en la parcial o determinativa —que afecta
¿Quién viene esta noche?
al sujeto o a algún complemento—, no
es menos cierto que donde la entonación
7.2. Cualquier otra forma de expre- interrogativa alcanza su punto culminante
sión: es en la sílaba tónica del término a que
fundamentalmente concierne la pregunta;
¿Sabes tocar la corneta?; ello hace que los términos que preceden
¿Tienes pan?; o siguen a aquel —sobre todo si son más
¿Hay algún hostal en este pueblo?; gramaticales que significativos— se debi-
¿Ha llegado tu padre?; liten a veces en la expresión del hablante,
¿Vienes conmigo?;
¿Se puede atravesar este río?; el cual puede llegar a dejarlos fuera del
¿No lo sabes? signo interrogativo de apertura. Tal ocurre
en las conjunciones, que, como elementos
de enlace que son, tanto pertenecen a uno
7.3. Pregunta indirecta:
como a otro de los términos u oraciones
enlazados». Pone los siguientes ejemplos:
Dime si quieres venir;
Pregúntale cómo está su padre.
¿pues qué sucede? / pues, ¿qué sucede?;
¿pero llegarán? / pero ¿llegarán?; ¿y quién
lo ha traído? / y ¿quién lo ha traído? Añade
7.4. Preguntas de las que no se espera Carnicer: «La misma duplicidad se advierte
respuesta (retóricas): cuando se antepone al verbo un comple-
mento que normalmente va pospuesto: ¿Al
¿Sabes? No te esperaba tan pronto; traerlo no dijo nada? / Al traerlo, ¿no dijo
¿Quieres que lo haga yo? Pues bien: ¡lo ha- nada?; ¿A este muchacho lo admitirán? / A
ré!; este muchacho, ¿lo admitirán?; ¿Con este
¿Qué es el hombre sino una necesidad fisio-
lógica?;
coche piensas llegar allá? / Con este coche,
¿Volverían las cosas a ser como antes? ¿piensas llegar allá?; [...]». En muchos ca-
sos, ambas formas de colocación del signo
8. El signo de apertura de interrogación de apertura pueden considerarse correctas,
ha de colocarse donde realmente comien- pero siempre dependerá de la intención
ce la pregunta, aunque allí no empiece el del autor y del sentido y entonación que
este quiera conferir a la interrogación. Por
período:
ejemplo, en una pregunta con extrañeza,
lo normal es que la interrogación abar-
Si no nos vas a acompañar en la excursión, que todo el período: ¿Y tú me preguntas
¿por qué has venido?;
El ama de casa apasionada por la limpieza,
eso?; ¿Con ese coche piensas llegar?; ¿A
¿no centra su existencia en torno al polvo este muchacho vais a admitir? Rosenblat
y a la suciedad?; (1974: 87) dice que le parece un evidente
Qué, ¿hay apetito? error dejar la y antes del signo exclamativo
334 10.5.7.3. LA INTERROGACIÓN EN CONJUNCIÓN CON OTROS SIGNOS

o interrogativo, de modo que lo correcto o destacado de alguna otra forma, el inte-


es ¿Y quién te lo dijo?, en vez de Y ¿quién rrogante se coloca entre corchetes, puesto
te lo dijo? Tiene razón Rosenblat, pero en que no pertenece al original. En todos estos
otros casos el autor debe tener libertad de casos, algunos autores utilizan los dos sig-
disposición, en dependencia de la intención nos, el de apertura y el de cierre (¿?), pero
que quiera trasmitir; por ejemplo, Carnicer es menos usado e innecesario.
(l. cit.) pone dos ejemplos tomados de una 11. Un signo de fin de interrogación, sin
novela: Bueno. Se ha ido. ¿Ya ti qué?; Bue- corchetes ni paréntesis, se usa en los cua-
no. Se ha ido. Y a ti, ¿qué? «Las palabras dros y tablas, en una casilla, para ocupar el
eran las mismas, pero no eran iguales el lugar de un dato que existe, pero se ignora
gesto que adivinábamos en el hablante ni (→ 10.5.12.2-5).
la resolución que este pretendía comunicar 12. En diccionarios y trabajos similares,
a su interlocutor.» generalmente se coloca, detrás de una fecha
9. Aunque, a diferencia de la exclama- dudosa de nacimiento o muerte, un interro-
ción, no es usual duplicar este signo para gante de cierre; en este uso, lo correcto es
abrir y cerrar, sí se puede dar el caso de poner dos, uno abriendo al principio de la
que dentro de un enunciado interrogati- fecha y otro cerrando a su final:
vo haya otro también interrogativo; por
ejemplo: ¿1232?,

¿Puede la prosopografía (¿modificaciones en mejor que


el reclutamiento, gracias a las leyes tabela-
rii?) dar una respuesta adecuada?;
¿No estará el verdadero escritor en los nom- 1232?
bres de Goodman y Thorny, que —¿quién
sabe?— han sido ocultados?; La Academia, en el dpd 05 (p. 371), aun-
¿Echan hoy la película ¿Arde París?? que prefiere que las dos partes del signo
abran y cierren, da por bueno el uso de
Si en los dos primeros ejemplos la repeti- un solo signo de cierre en casos como el
ción de los signos no ofrece problemas mencionado, pero no parece que se trate de
ortográficos, en un caso como el tercero un acierto. Aunque su uso se restringe a la
podría presentarlos si el penúltimo, por indicación de fechas dudosas, mejor sería
pertenecer a un título, no se escribiera de que la Academia mantuviese sin cambio
cursiva, pues se tendrían dos signos iguales la regla de duplicar los signos, uno para la
cerrando; ¿habría que prescindir de uno, apertura y otro para el cierre.
en ese caso hipotético? Parece que esa sería 13. En ajedrez, una interrogación en
la solución idónea, ya que la entonación posición de cierre tras una jugada codifica-
quedaría asegurada con el signo restante, da indica mala jugada: D x CR? ‘la reina
tanto más cuanto que la presencia de dos [dama] mata al caballo de rey’.
—o más— signos no aumenta la inflexión
interrogativa. Sin embargo, también se po- 10.5.7.3. La interrogación en con -
dría recurrir a una distribución distinta de junción con otros . 1. La inte-
signos
los elementos oracionales. rrogación de cierre admite detrás de sí la
10. El fin de interrogación, puesto entre coma, el punto y coma, los dos puntos y los
paréntesis detrás de una palabra, sintagma puntos suspensivos, pero en caso alguno el
u oración (?), indica ironía, duda o sorpre- punto, que sería redundante por llevar ya
sa. También se utiliza para dar a entender uno el propio signo; la coma, el punto y
que el dato que se ofrece no es seguro o se coma y los dos puntos se colocan siempre
presume que pueda contener error. Cuando después de la interrogación, pero los pun-
se trata de un texto trascrito (cita directa) tos suspensivos deben ir antes de la interro-
y, por consiguiente, puesto entre comillas gación si el sentido queda incompleto:
10.5.8. LAS COMILLAS 335

¿No decías que...?, las frases incluidas como citas, los usos
que adjudica el drae a las comillas son
y después si queda cerrado: falsos:

¿No decías que vendrías?... a) los ejemplos no se escriben normal-


mente entre comillas, sino de cursiva,
tanto en los diccionarios como en las
También las comillas, cualquiera que sea su enciclopedias y obras didácticas (se
clase, pueden ir después de la interrogación
refiere la Academia a los impresos y
(siempre que abran antes del principio de
manuscritos, pero omite los trabajos
interrogación; → 10.5.8.5.4.2), y en este
mecanografiados);
caso puede ir seguida de punto si las co-
b) nadie coloca hoy día, y desde hace ya
millas no inician párrafo o abren después
mucho tiempo, las llamadas comillas
de punto (→ 10.5.8.5.4.3). En cuanto al
marginales (aunque la Academia ig-
paréntesis, la interrogación va dentro si
nore esta denominación), es decir, al
corresponde a la palabra o período intra-
comienzo de cada uno de los renglo-
parentéticos y fuera en caso contrario:
nes o líneas de un texto entrecomilla-
do (→ 10.5.8.4.5);
El vicario (¿te diste cuenta?) no supo salir del c) uno se pregunta cuándo habrá visto
embrollo;
¿Se dirigía, por fin, a Cabra (Córdoba)?
la Academia empleadas, en español
y en el último siglo, las comillas usa-
das con el mismo oficio que el guión
2. Cuando coincida el signo de interro- en los diálogos, ni qué significa esa
gación con el punto de una abreviatura, se expresión (a mayor abundamiento,
respeta este en su lugar y se añade el signo ese uso constituye un anglicismo
de interrogación. ortográfico);
d) también se pregunta uno cómo se
10.5.8. Las comillas. Las comillas son usan las comillas en los índices y
un signo auxiliar de la puntuación cuyos otros escritos semejantes (si se refiere
usos dependen de su forma. a la sustitución de la palabra del pá-
rrafo anterior, se usa un menos o una
10.5.8.1. Generalidades . 1. Las apli- raya, no comillas) (→ 10.5.8.4.1-7);
caciones de este signo resultan bastante e) finalmente, las comillas no se em-
confusas en los textos de la Academia. Así, plean para poner de relieve una pala-
la orae (1974: 30) dice que «las comillas bra o frase, función que desempeña a
señalan las citas, o dan significado espe- la perfección la letra cursiva.
cial a las palabras que comprenden». El
drae 92 dice: «Signo ortográfico (« », “ ” 2. Por su lado, la orae (1974: 37), al
o „ “) que se pone al principio y al fin de desarrollar el uso de este signo, dice: «Pa-
las frases incluidas como citas o ejemplos ra distinguir las palabras sobre las cuales
en impresos o manuscritos, y también, a quiere el que escribe llamar particularmen-
veces, al principio de todos los renglones te la atención del lector, se subrayan en lo
que estas frases ocupan. Suele emplearse manuscrito; y en lo impreso se ponen de
con el mismo oficio que el guión en los diá- letra cursiva, y a veces con versales u otras
logos, en los índices y en otros escritos se- que resalten por su figura o su tamaño. Se
mejantes. También se emplea para poner de practica lo mismo con las voces o citas en
relieve una palabra o frase». En el drae 01 idioma extranjero, con el texto literal de
subsiste el mismo texto, y solo cambia la citas en castellano, con los títulos de libros
figura de las comillas: desaparece el ter- y con las dicciones y cláusulas que en las
cer dibujo: „ “. Salvando la referencia a obras de enseñanza y otras se ponen por
336 10.5.8.2. CLASES DE COMILLAS

ejemplo. Mas cuando las cláusulas de este en el cual se componen de cuerpo


género tienen alguna extensión o llenan menor que el del texto general, san-
varias líneas, se les suele poner comillas gradas o no, y sin comillas (puesto
inversas al principio, y en ocasiones al fin; que el texto de menor tamaño es ya
y a veces también comillas ordinarias al un diacrítico);
principio de cada uno de los renglones que f) los títulos de libros no se escriben
ocupan». Sigue un ejemplo que ocupa seis entre comillas (sí los de los artículos,
líneas, escrito en cursiva, con las comillas capítulos o trabajos en publicacio-
de apertura, las de cierre y las marginales nes), sino, como todos los de obras
en cada uno de los cinco renglones que de creación, de cursiva;
ocupa la cita entrecomillada. Para enten- g) las dicciones y cláusulas que en las
der este enorme galimatías que se acaba obras de enseñanza y otras se ponen
de trascribir, hay que hacer las siguientes por ejemplo no se escriben con co-
acotaciones: millas, sino, como se ha dicho ante-
riormente, de cursiva, como hace la
a) pese a que el párrafo lleva como títu- propia Academia en los ejemplos de
lo «De las comillas», la Academia no sus obras normativas;
habla aquí de ellas más que al final, h) resulta confusa esa parte del texto
como si se tratara de una excepción que dice: «[...] se les suele poner
a los usos que introduce al principio; comillas inversas al principio y, en
lo propio habría sido decir cuándo se ocasiones, al fin»: ¿al principio y al
usan las comillas, pero, en realidad, fin de qué: de la línea, del párrafo o
solo el ejemplo se refiere al empleo acaso de la cita?; ¿qué son comillas
de este signo; inversas?; ¿hay, por ventura, unas
b) cuando en lo manuscrito una palabra comillas directas?; por lo demás,
está subrayada (se entiende: una sola las comillas marginales (las que se
vez, una sola raya), en lo impreso ponen al principio de cada línea o
se compone dicho texto, sea largo o renglón de un texto entrecomilla-
corto, con letra cursiva, nunca «con do) ya no se usan, afortunadamente
versales u otras que resalten por su (→ 10.5.8.4.5);
figura o su tamaño»; /) tampoco tiene sentido la parte del
c) no es cierto que se practique lo texto académico que dice: «[...] y a
mismo con las citas en idioma ex- veces también comillas ordinarias al
tranjero, que se escriben (o com- principio de cada uno de los renglo-
ponen tipográficamente) como las nes que ocupan»; ¿qué son comillas
españolas, sin más diacrítico que las ordinarias?, ¿hay unas comillas no
comillas de apertura y cierre (salvo ordinarias, es decir, extraordinarias?;
que se dispongan en párrafo aparte, ¿cómo pueden oponerse, en un texto
sangradas o no, pero en este caso oficial, los sintagmas comillas inver-
con cuerpo menor, y se omiten las sas y comillas ordinarias?
comillas), nunca de cursiva;
d) las voces extranjeras que no sean cita 10.5.8.2. Clases de comillas . Las co-
no se escriben con comillas, sino de millas pueden clasificarse de dos maneras,
cursiva (o subrayadas una sola vez según su figura y su composición.
en lo manuscrito o lo mecanográ- 1. Por su figura, hay cinco clases de
fico); comillas, que se distinguen por su grafis-
e) las citas en español no se componen mo: comillas latinas o españolas, comillas
de cursiva, sino de redondo y entre angulares, comillas inglesas, comillas sim-
comillas, salvo cuando son extensas ples o sencillas y comillas mecanografías
y se disponen en párrafo aparte, caso (→ 10.3.1). Se componen de un signo de
10.5.8.3. COMILLAS INGLESAS 337

apertura y otro de cierre, de manera que cidas funciones (→ 10.5.14). Cada uno
forman estas figuras contrapuestas: de los dos signos que las forman cons-
ta de dos pares de antilambdas, uno pa-
— comillas latinas o españolas: «...»; ra la apertura (<<) y otro para el cierre
— comillas angulares: ‹...›; (>>). La evolución del signo que actual-
— comillas inglesas:”“... mente se usa en español es elemental:
— comillas simples o sencillas: ‘...’; «, »; se trata de signos formados con líneas
— comillas mecanográficas: "..." (do- rectas, a veces con algún rasguillo más bien
bles), '...' (sencillas). insinuado. En italiano han evolucionado
hacia una forma más redondeada, a modo
2. Por su composición, las comillas pue- de pequeños paréntesis: ((())). Mientras que
den ser dobles o compuestas, como las lati- en general, tanto en español como en otros
nas, las inglesas y las mecanográficas, que idiomas, se emplean enfrentándolas por
constan de dos signos para abrir y otros sus partes abiertas, en alemán se usan al
dos, normalmente opuestos a estos, para revés: » «.
cerrar (« », “ ’’, " "), y simples o sencillas, 2. Hasta 1970, la Academia solamente
formadas por un solo signo para abrir y admitía un tipo de comillas, las latinas
otro para cerrar, como las simples o sen- (v. grae 59, 483; drae 56, s . v . comillas). A
cillas propiamente dichas (derivadas de las partir del drae 70 admitió otros tipos de
inglesas: ‘ ’), las angulares (derivadas de las comillas (v. drae 70, s . v . en el supl.; orae ,
latinas: ‹ ›) y las mecanográficas (derivadas 1974: 30).
de la forma doble de estas comillas:' '). Las 3. Las comillas latinas deben emplearse
comillas latinas, las inglesas y las mecano- en primera instancia. Al respecto, dice la
gráficas se componen de signos dobles tan- OLE99 (p. 79): «Por lo general, es indis-
to en las de apertura como en las de cierre tinto el uso de uno u otro tipo de comillas
(en los dos primeros casos, opuestas por dobles, pero suelen alternarse cuando hay
su forma), mientras que las sencillas son que utilizar comillas dentro de texto ya
simples tanto una como otra (opuestas por entrecomillado». Podría la Academia haber
su forma, salvo en el caso de las sencillas sido más cuidadosa al redactar esta norma,
mecanográficas). puesto que no es indistinto el uso de un
3. Normalmente hablamos de comillas tipo de comillas u otro, como dice, ni se
de apertura y comillas de cierre en referen- puede asegurar que cuando hay comillas
cia a cada uno de los dos primeros tipos de dentro de texto entrecomillado suelen al-
comillas, y comilla de apertura y comilla ternarse. La norma válida la da el dpd 05
de cierre para cada uno de los elementos de (p. 149): «[...] en los textos impresos, se
las comillas simples (es decir, las angulares, recomienda utilizar en primera instancia
que son la forma simple de las comillas las comillas angulares [latinas o españolas],
latinas, y las simples o sencillas, que son la reservando los otros tipos para cuando de-
forma simple de las comillas inglesas y las ban entrecomillarse partes de un texto ya
mecanográficas). entrecomillado». El orden de utilización es
el siguiente: en primer lugar, las comillas la-
10.5.8.3. Grafismos de las comillas . tinas; en segundo lugar, las comillas ingle-
En español se conocen y utilizan las comi- sas, y en tercer lugar, las comillas simples
llas mostradas en el párrafo anterior, que se o sencillas. La utilización de las comillas
distinguen por ciertas peculiaridades. inglesas en lugar de las latinas o españolas
debe considerarse anglicismo ortográfico.
10.5.8.3.1. Comillas latinas. 1. Son La obtención de los distintos tipos de comi-
angulares (« »), al parecer derivadas de llas es fácil: véase el cuadro 10.1.
las antilambdas (< >), signo que anti-
guamente se usó con las mismas o pare- 10.5.8.3.2. Comillas inglesas. 1. Son
338 10.5.8.3.3. COMILLAS SIMPLES O SENCILLAS

redondeadas y elevadas (“ ’’). En opinión lias. 1. Este signo recibe diversas denomi-
de algunos, al parecer sin ningún funda- naciones, según los autores. Así, mientras
mento, el origen de estas comillas se debe- la Academia las llama comillas simples
ría a Guillaume Le Bé II, impresor francés, (v. Esbozo, 1973: 151, y orae , 1974:
quien las habría usado por primera vez en 37), Moliner (1980: ii, 892) y Martínez
1622. Según esta creencia, la palabra gui- de Sousa (1974 y 1981: 44) las llaman
llemets que los franceses dan a las comillas comillas sencillas. Se le han dado también
se registra por primera vez en el diccionario otras denominaciones, como media comilla
francés-inglés de Guy Miége, impreso en (Martínez de Sousa, 1974 y 1981: 44, y
Londres en 1677, según datos que me pro- Ramos Martínez, 1963: 122, este en contra
porciona Josep M. Pujol († 2012). Siem- del signo) y medias comillas (Basulto, 1978:
pre según esa creencia, Guillaume Le Bé 129). El término media comilla es inadecua-
utilizaba dos comas para abrir y otras dos do si se considera que es una comilla cada
para cerrar („ „). Tampoco es cierto que uno de los componentes del signo: ‘ o ’; es
de su nombre se derive el de guillemets adecuada comillas simples o comillas sen-
que los franceses dan a las comillas, si bien cillas por cuanto son dobles o compuestas
las que conocemos actualmente como comi- cada una de las que componen las comillas
llas francesas son angulares (« »), mientras latinas, las inglesas y las mecanográficas.
que las redondeadas reciben el nombre de 2. En cuanto a la forma de estas co-
comillas inglesas. Las actuales son elevadas millas, tampoco hay uniformidad en los
y se forman normalmente con dos comas textos académicos: mientras el Esbozo y
vueltas para abrir (“) y dos apóstrofos para la orae los dibujan así: ’, el drae 84 las
cerrar (’’). Antes del 2010 la Academia, en dibuja así: ‛ ’, ‘ ’ (en ambos casos, el primer
sus textos oficiales, admitía varias formas ejemplo es imposible de conseguir con los
del grafismo de las comillas. El Esbozo teclados de fotocomposición y autoedición:
(1973: 146) las dibuja así: « », ‟ ”, «’,”‛ hay que formarlas por montaje invirtiendo
< ’; la orae (1974: 30), incluía, como se el apóstrofo inicial) y el drae 92, tal vez
ve, una disposición de las comillas latinas por errata, repite la misma figura, pero di-
desconocida hasta ahora; el drae 92, así: bujando así el primer modelo: ’ ’, es decir,
“ ”, u ”. La OLE10 (p. 380) registra los tres con dos signos de cierre. Los teclados solo
nombres cásicos de las comillas: latinas, registran una forma, que, además, es la
españolas o francesas (« »), inglesas (“ ”) más adecuada: ‘ ’ (en correspondencia con
y simples (‘ ’). la forma doble, “ ”, que son las comillas
2. En realidad, de poco sirve que la Aca- inglesas, registradas así por el drae , sin
demia registre formas exóticas de las comi- alternancias).
llas: los teclados carecen de ellas si no es en
fuentes tipográficas que normalmente ni se 10.5.8.4. Uso de las comillas . Según
conocen ni se usan. Por consiguiente, nor- la clase de comillas de que se trate, el uso
malmente no hay más comillas inglesas que varía, como analizaremos seguidamente.
las reflejadas arriba: “ para abrir y ” para
cerrar. Los demás modelos son inútiles y 10.5.8.4.1. Uso de las comillas lati-
las que abren abajo solo las usa el alemán. nas. Se usan estas comillas en los siguien-
3. Las comillas inglesas solo deben em- tes casos:
plearse en un texto ya entre comillas la- 1. Para encerrar citas directas, es decir,
tinas, nunca autónomamente, pese a que palabras, frases o textos tal como fueron
algunos medios de comunicación escritos escritos o pronunciados, siempre que no
las hayan elegido para desempeñar el papel sean muy extensas, pues en este caso
de aquellas. suelen componerse con texto de cuerpo o
tamaño menor, en párrafo aparte y a veces
10.5.8.3.3. Comillas simples o senci- sangrado (se omiten entonces las comillas,
10.5.8.4.1. USO DE LAS COMILLAS LATINAS 339

pues el texto así citado ya está dotado de ejemplo anterior. Se mantiene la misma
elementos diacríticos suficientes). Las citas norna en la OLE10, p. 381.
indirectas, es decir, los resúmenes de lo 2. Para encerrar palabras, sintagmas u
escrito o dicho, no se destacan de ninguna oraciones que se utilizan como significado
manera, por lo que tampoco deben ence- de otro. A este respecto pueden darse dos
rrarse entre comillas. casos:
1.1. A este respecto, cuando dentro de
un entrecomillado hay una intervención a) que la voz que se define esté explícita:
del autor, dice la Academia (OLE99, 79):
«Cuando se ha de intercalar un comentario La palabra ígneo significa «de fuego»;
o intervención del narrador o transcriptor La palabra física proviene de un vocablo grie-
de la cita, no es imprescindible cerrar las go que significa «naturaleza»;
comillas para volver a abrirlas después del
comentario, pero puede hacerse». Aunque b) que no esté explícita:
a continuación dice que es preferible en-
cerrarlas entre rayas, la norma anterior es El nombre del tulipán deriva de una voz persa
inaceptable. Pone este ejemplo: «Los días que significa «turbante».
soleados como este —comentó Silvia— me
encantan». Según la primera doctrina aca- Obsérvese que en el apartado a procede
démica a este respecto, que se acaba de ci- escribir con cursiva la voz que se define
tar, el ejemplo, según la Academia, también (autónimo), mientras que en b no se define
puede escribirse así: «Los días soleados co- exactamente la palabra tulipán, sino «el
mo este», comentó Silvia, «me encantan». nombre del tulipán», por lo que no procede
Este uso, como se ha dicho, es anglicista, escribirla con cursiva ni con cualquier otro
contrario a la tradición tipográfica hispa- diacrítico. Sería distinto si el texto dijera:
na, resulta incongruente en nuestra grafía «El nombre tulipán deriva..,».
y por consiguiente ha de tenerse por inco- 3. En las obras literarias, para encerrar
rrecto. Solo vale, en estos casos, el ejemplo los textos que expresan pensamientos en
de las rayas (y si este signo le parece al cita directa:
tipógrafo o escritor demasiado grande, la
tipografía informática ha puesto a su dis- «Este hombre está chiflado», pensó Violeta.
posición un signo igual, pero algo más pe-
queño, que resulta más estético: «Los días Si el pensamiento está expresado en cita
soleados como este -comentó Silvia- me indirecta, el texto se expone sin signos
encantan». Todo, menos el anglicismo or- diacríticos:
totipográfico santificado por la Academia
en esa norma. Afortunadamente, en el dpd Violeta pensó que aquel hombre estaba chi-
(s. v. comillas, § 4a) se devuelve la cordura flado.
a la normativa ortotipográfica, pues dice:
«Cuando se intercala un comentario del 4. Para encerrar palabras o frases que
transcriptor de la cita, este debe enmarcar- expresan ironía:
se entre rayas, [...] sin necesidad de cerrar Fulgencio es un tipo «muy simpático».
las comillas para volverlas a abrir después
del inciso: “Es imprescindible —señaló el 5. Se encierran entre comillas latinas
ministro— que se refuercen los controles los títulos de partes importantes de obras
sanitarios en las fronteras”». En la misma o publicaciones, como capítulos o partes
fuente (s. v. raya, § 2.5) se confirma este de libros; los títulos de artículos en enci-
criterio: «Las rayas se usan también para clopedias y diccionarios enciclopédicos (no
enmarcar los comentarios del transcriptor los títulos de entradas, que se escriben de
de una cita textual», y repite el mismo cursiva); artículos, crónicas, reportajes o
340 10.5.8.4.2. USO DE LAS COMILLAS INGLESAS

noticias de diarios y revistas y trabajos en comillas inglesas (lo cual quiere decir que
otras publicaciones (partes dependientes): estas ya van encerradas entre comillas
latinas):
En el capítulo 6, «Fundición de los metales»,
estudiaremos...; «El Eterno habló a Moisés y dijo: “Habla a
«La cárcel de papel», de La Codorniz, era toda la asamblea de los hijos de Israel y
muy interesante; diles: ‘Sed santos, porque yo soy santo, el
En el artículo «La crítica al cubo», de Fernan- Eterno, vuestro Dios’”».
do Savater...
Obsérvese el encuentro, al final del ejem-
6. También se escriben entre comillas plo, de las comillas simples y las inglesas;
latinas los títulos de conferencias y dis- el problema se resuelve separándolas lige-
cursos: ramente, como aquí se ha hecho. No es
correcto, en este ni en ningún otro caso, su-
«La inmigración como problema», en el primir la comilla de cierre (→ 10.5.8.5.4.3-2).
Círculo Ecuestre.
2. Para indicar que una palabra, sin-
tagma o frase están empleados en su valor
7. La Academia se refiere al uso de las conceptual:
comillas en función de ídem, puestas, solo
las de cierre (»), en una línea que repite «La nieve es blanca es un enunciado», pero
total o parcialmente los términos de la in- «El enunciado ‘La nieve es blanca’ es
mediata anterior. Entre los especialistas en verdadero» es una proposición de un me-
ortotipografía, Morato (1933: 60-61) está talenguaje;
en contra de ese uso, mientras que Melús
y Millá (1940) y Martínez Sicluna (1945) o como explicación o definición de otros:
ni siquiera lo mencionan. En estos casos
la solución puede consistir en repetir lite- Me refiero a atado ‘adjetivo’ y no a atado
ralmente los datos correspondientes o, de ‘sustantivo’;
lo contrario, en utilizar menos (-) o rayas abr. ‘abreviatura’;
(—), que se colocan, centrados, debajo condenar ‘imponer una pena’ es distinto de
de los sintagmas que se sustituyen (no es condonar ‘perdonar una pena’.
preciso poner una raya debajo de cada pa-
labra, y, en cualquier caso, no se sustituyen Normalmente, en estos casos no se usa
con ella los conectivos: artículos, preposi- coma entre la palabra definida y la defini-
ciones y conjunciones) (→ 10.5.8.1). ción, pero nada se opone a que se emplee
(→ 14.1.7.2.1-15.4).
10.5.8.4.2. Uso de las comillas inglesas. 3. En algunos casos se usan las comillas
Como se ha dicho antes, las comillas ingle- simples para encerrar las voces, sintagmas,
sas, que se aplican en los mismos casos que frases o textos puestos como ejemplo, espe-
las latinas, solo pueden usarse en textos cialmente en los textos ya sobrecargados de
ya encerrados entre comillas latinas. En cursivas o bien para mantener, en un ejem-
ningún caso deben ocupar el lugar de es- plo, la propiedad de las grafías cuando las
tas. cursivas desempeñen en ellos cierta función
que las requiera. Es, pues, un uso correcto
10.5.8.4.3. Uso de las comillas simples. cuando se emplean con oportunidad.
A diferencia de las comillas inglesas, las
simples o sencillas pueden tener uso depen- 10.5.8.4.4. Las comillas de seguir. Llá-
diente o independiente. manse así las comillas, cualquiera que sea
1. Se emplean para encerrar voces, ora- su clase, que, en posición de cierre (»,”,’),
ciones o períodos o cualquier porción de se colocan al comienzo de cada uno de los
texto que ya aparezcan encerrados entre párrafos en una cita extensa ya encerrada
10.5.8.5.3. COMILLAS Y MAYÚSCULA 341

entre comillas. Si la cita es excesivamente Martínez (1963: 122) y Polo (1974: 355).
extensa (por ejemplo, más de una página
impresa, con abundancia de puntos y apar- 10.5.8.5. Las comillas en conjun -
te), las comillas de seguir pueden omitirse, ción CON OTROS SIGNOS.
pero se mantienen las de apertura y cierre
(salvo si se compone el texto aparte y con 10.5.8.5.1. Comillas y clases de letra.
cuerpo o tamaño de letra menor, caso Cuando el texto de una cita directa se dis-
en el cual ello ya supone un diacrítico ponga en párrafo aparte, con sangría o sin
suficiente y entonces se eliminan las comi- ella, y se componga en cuerpo menor que
llas). A este respecto, es más importante el del texto general, las comillas se omiten.
el número de párrafos que la extensión A este respecto, es interesante tener en
de la cita, ya que la elevada cantidad de cuenta si en la misma obra aparecen otros
párrafos hace que el excesivo número textos que, sin ser cita directa, también se
de comillas resulte engorroso y poco esté- componen y disponen con algún diacrítico
tico. semejante al mencionado antes. En este
Las comillas de seguir deben mantenerse caso procede utilizar un diacrítico distinto.
en cualquier caso cuando un parlamento Por ejemplo, si esos textos mencionados
extenso dentro de un diálogo se divide en que no son cita directa se componen apar-
varios párrafos; desde el segundo hasta el te y con cuerpo o tamaño de letra menor,
último se pondrán comillas de seguir, las las citas pueden disponerse y componerse
cuales, puesto que no abren, tampoco cie- igual, pero añadiendo un sangrado gene-
rran: simplemente, se utilizan para indicar ral para todo el texto así dispuesto, con
que continúa el parlamento iniciado antes. lo cual se obtiene la distinción necesaria.
Si el interlocutor introdujese en su parla- Es interesante que el lector disponga de
mento una cita directa, esta comenzaría los elementos precisos para saber cuán-
con apertura de comillas inglesas, y si se do se halla ante un tipo de texto determi-
dividiese también en párrafos, al comienzo nado.
de cada uno de ellos irían dos tipos de co-
millas de seguir: las latinas (») para indicar 10.5.8.5.2. Distintos tipos de comillas.
que sigue hablando la misma persona, y Normalmente, el encuentro de los distintos
las inglesas (’’) para indicar que sigue la tipos de comillas no presenta problemas,
cita directa hecha por ella; en este caso, las pero pueden presentarlos las comillas de
comillas inglesas, puesto que han abierto, cierre cuando se encuentran dos distintas
también cierran. una a continuación de la otra. Véase el
párrafo 10.5.8.4.3-1, donde se da un caso
10.5.8.4.5. Las comillas marginales. Se de encuentro de comillas.
da este nombre a las comillas de seguir
que se colocaban al principio de cada una 10.5.8.5.3. Comillas y mayúscula. En
de las líneas de un texto entrecomillado. español, las comillas y la mayúscula en
Aunque la Academia aún mantiene esta re- todos los términos significativos de un
gla en sus textos oficiales, e incluso ofrece título cualquiera se excluyen. Por ejemplo,
un ejemplo con su aplicación (orae , 1974: los nombres de entidades, instituciones,
37; OLE99, 79, n. 47), hace ya mucho tiem- empresas, etcétera, que se escriben con ma-
po que esta norma dejó de regir en España. yúscula en nombres y adjetivos, no llevan
En efecto, pese a que pueda mantenerse comillas.
viva en ortografías o tipografías extranje- Tampoco llevan comillas los nombres
ras, en español se considera no solo inútil, específicos de las entidades, instituciones,
sino realmente antiestética. Entre otros empresas, etcétera. Por ejemplo, si se es-
autores, se oponen también a su em- cribiera Instituto de Sociología «]aime
pleo Martínez Sicluna (1945: 106), Ramos Balmes», habría que escribir, por simetría,
342 10.5.8.5.4. COMILLAS Y SIGNOS DE PUNTUACIÓN

Hospital «San Juan de Dios», Editorial en que estas comiencen. Para empezar a
«Sopena», Hotel «Reina Sofía», Bar «La comprender el problema, y de esta forma
Giralda», Joyería «Pérez», grafías redun- tender a establecer una solución que todos
dantes e impropias. La Academia, en el puedan comprender, admitir y practicar,
DRAE01 (p. xxiii), escribe Colegio Univer- hay que tener en cuenta que el punto que
sitario «Domingo de Soto», tan incorrecto usa el citador nunca «es de la copia».
como los ejemplos anteriores. Naturalmente que en el texto original (la
copia [?]) existe normalmente un punto
10.5.8.5.4. Comillas y signos de pun- cuando se acaba una oración, un período
tuación, o un párrafo, y que la cita puede llegar
hasta él. Pero ese punto no se reproduce
10.5.8.5.4.1. Coma, punto y coma y en la cita: el autor de esta empleará punto,
dos puntos. En español estos signos se coma, puntos suspensivos o cualquier otro
colocan siempre después de las comillas signo en función de sus necesidades, de las
de cierre: peculiaridades de su discurso, sin tener en
cuenta con qué signo de puntuación acaba
«Me siento desfallecer», pensó Elena. el texto que copia (en muchos casos es in-
cluso imposible reproducirlo, por cuanto,
10.5.8.5.4.2. Exclamación e interroga- aunque haya un punto en el texto original,
ción, Si estos signos corresponden al texto el citador no va a poner punto, sino el
entrecomillado, se colocan dentro de las signo que necesite en función de su expo-
comillas: sición). Por consiguiente, hay que empezar
por olvidarse de esa premisa.
«¡A las armas!», gritó el capitán; La Academia, que trata el tema por
«¿A quién elegiré?», pensó el profesor. primera vez en la ole 99 (p. 57), dice que
el punto se coloca siempre detrás de las
Si las comillas afectan a una unidad menor comillas, corchetes o paréntesis; y pone
dentro de la exclamación o la interroga- este ejemplo: Sus palabras fueron estas:
ción, los signos, si coinciden, se colocan «No quiero volver a verte». Después cerró
fuera de las comillas: de golpe la puerta de su casa. (Creo que
estaba muy enojada). Para un ortotipó-
¡Está usted un poco «chirupi»! grafo, el punto detrás de las comillas está
bien, puesto que no cierra solo la oración
10.5.8.5.4.3. Punto, 1. La situación de No quiero volver a verte, sino todo el pe-
las comillas y el punto (lo mismo que el ríodo que empieza en Sus palabras... Sin
paréntesis o el corchete y el punto), cuando embargo, el punto detrás del paréntesis en
ambos coinciden, es un problema orto- la oración Creo que estaba muy enojada es
tipográfico para cuya solución se hallan incorrecto, ya que, al ser esta una oración
encontradas las opiniones de los respec- autónoma (comienza después de punto),
tivos autores. Tratan de este problema, debe llevar el punto que le corresponde,
generalmente con opiniones diversas, los independientemente de que detrás lleve o
siguientes autores: Melús y Millá (1940: no algún otro signo. Así, la forma correcta
109), Martínez Sicluna (1945: 104), Ra- debe ser: Después cerró de golpe la puerta
mos Martínez (1963: 123), Mejía (1973: de su casa. (Creo que estaba muy enojada.)
581), Lasso de la Vega (1969: 726), Mar- Para que se vea cuán errónea es la grafía
tínez de Sousa (1995b: 46-47). Hay una académica, bastaría que la oración ence-
teoría, mantenida por Melús y Millá, Mar- rrada entre paréntesis fuese interrogativa,
tínez Sicluna y Mejía, según la cual si el exclamativa o dubitativa para que diera
punto «es de la copia», debe ir dentro de este resultado: Después cerró de golpe la
las comillas, cualquiera que sea la forma puerta de su casa. (¿Crees que estaba muy
10.5.8.5.4.3. punto 343

enojada?).; Después cerró de golpe la puer- no ortográfico «con que se indica el fin del
ta de su casa. (¡Creo que estaba muy enoja- sentido gramatical y lógico de un período
da!).; Después cerró de golpe la puerta de o de una sola oración». Así pues, si el texto
su casa. (Creo que estaba muy enojada...). entrecomillado no forma una oración por
Es obvio que en todos estos ejemplos de sí mismo, sino que es parte de otra oración,
sobrepuntuación sobra un punto, y sin du- o si, formándola, es parte de un período,
da que es el que está fuera del paréntesis este no queda cerrado si el punto no va
de cierre, pero no hay ninguna razón para después de las comillas, puesto que el texto
eliminarlo si la Academia dice que debe ir entrecomillado no es el todo (el período),
ahí. Si el punto fuera dentro del segundo sino una parte del todo. Por ello, cuando
paréntesis, como defendemos, el período el texto entrecomillado o colocado entre
quedaría así: Después cerró de golpe la paréntesis es independiente o autónomo
puerta de su casa. (¿Crees que estaba (empieza y termina dentro de las comillas,
muy enojada?); Después cerró de golpe los paréntesis o los corchetes), el punto va
la puerta de su casa. (¡Creo que estaba dentro de los respectivos signos de cierre.
muy enojada!); Después cerró de golpe la Para resumir, he aquí las reglas que el
puerta de su casa. (Creo que estaba muy lector puede tener en cuenta a la hora de
enojada...) Véase lo que dice la Academia situar el punto dentro o fuera de las co-
más adelante, al hablar de la coincidencia millas:
del paréntesis y otros signos (OLE99, 75):
«El texto recogido dentro de los parénte- a) si el texto entrecomillado comienza
sis tiene una puntuación independiente» a principio de párrafo o después de
(v. t. dpd 05, s. v. paréntesis, § 3b). Bien: punto o signo que haga sus veces,
¿cómo se entiende, entonces, que en el ca- el punto ha de colocarse dentro de
so anterior la Academia diga que el punto las comillas (es decir, que estas abren
va fuera de los paréntesis?; ¿acaso ahí el y cierran el texto);
punto no pertenece a la puntuación inde- b) si el texto entrecomillado comienza
pendiente de lo encerrado entre paréntesis, después de dos puntos, coma, pun-
siendo así que la oración está precedida tos suspensivos (no equivalentes a
de punto y empieza y termina dentro de punto) u otro signo que no ejerza
los paréntesis? Sin embargo, la Academia funciones de punto o en ausencia de
se ha aferrado radicalmente a esta norma, signos de puntuación, el punto ha
porque en el dpd 05, s . v . comillas, § 5c; de colocarse después de las comi-
paréntesis, § 3c; punto, § 3.1, sigue man- llas de cierre (es decir, que estas no
teniendo la misma contradicción de que han abierto el período o la oración
el punto corresponde a lo encerrado entre y, por lo tanto, tampoco lo cierran).
paréntesis, comillas, corchetes o rayas si la
oración o período es independiente, pero 2. Otro problema que se discute es si,
lo coloca fuera de ellos. en este segundo caso, debe añadirse punto
Lasso de la Vega (1969: 726; 1976: 801) si el texto entrecomillado termina con un
expone la solución con claridad meridiana: signo de entonación (es decir, interroga-
si las comillas comienzan párrafo, han de ción o exclamación). Naturalmente, el
terminarlo y, por lo tanto, el punto ha punto debe colocarse, además del que ya
de ir dentro de ellas; si no lo comienzan, llevan estos signos, ya que, aunque estos
tampoco han de terminarlo y las comillas normalmente ejercen oficio de punto final,
se colocan antes que el punto. Aunque el pierden esa cualidad cuando después de
autor no lo dice, la base teórica en que ellos aparece otro signo que neutraliza esa
se apoya esa solución es la siguiente: se- función. De hecho, si ese punto no se colo-
gún lo define la Academia en el drae 92 cara, la oración o el período así puntuados
(e igualmente el DRAE01), el punto es el sig- carecerían de punto final, razón por la
344 10.5.9. LOS PARÉNTESIS

cual, aunque a algunos les parezca redun- La dinamita robada (1200 kg) estaba custo-
dante (no lo es), debe colocarse el punto diada por un solo hombre;
final. Véase un ejemplo en el que la acu- José Zorrilla (1817-1893) escribió Don Juan
mulación de signos no debe ser obstáculo Tenorio (1844);
La Giralda de Sevilla (1184-1198, 97,52 m)
para colocar el punto (y los demás signos): estaba coronada por cuatro bolas doradas
que desaparecieron a causa de un terre-
Aquel texto lo expresaba así: «¿Se acuerdan moto (1355);
de las pintadas que decían “¡Basta ya de El Tiétar (150 km) es un afluente del Tajo.
‘pintadas’!”?».
3. Los datos toponímicos y administra-
Si, como en este caso, el entrecomillado tivos (provincias, estados, departamentos,
con comillas latinas comienza después de repúblicas, naciones) que comprenden a
dos puntos, el punto debe ponerse, ya que otros de menor entidad:
ni el punto de la exclamación ni el de la
interrogación ejercen funciones de punto, El puerto de Vigo (Pontevedra) es uno de los
más importantes de España;
al haber sido neutralizados, el primero por En Dallas (Tejas) fue asesinado John F. Ken-
las comillas inglesas, y el segundo, por las nedy;
latinas. Es indudable que se da una acumu- Tiflis (Georgia) es un centro cultural e indus-
lación de signos poco habitual, pero cada trial a orillas del Kura;
uno de ellos cumple su función y ninguno En Cambridge (Massachusetts, eua ) se ins-
es eliminable (→ 10.5.8.4.3-1). taló la primera imprenta estadounidense.

10.5.9. Los paréntesis. Los paréntesis En este último ejemplo se ha añadido,


son un signo auxiliar de la puntuación al nombre del estado, el del país, para
cuya figura se asemeja a dos segmentos distinguirlo de otros homónimos en países
de circunferencia que se enfrentan por sus distintos. La grafía adoptada parece la
partes cóncavas [( )]. Sirven para encerrar preferible, pues, aunque el nombre del país
oraciones o sintagmas incidentales, pala- (eua ) podría encerrarse entre corchetes,
bras, cifras, etcétera, aclaratorios, sin enla- este signo recargaría demasiado el con-
ce necesario con los restantes miembros del junto (pero, si se cree conveniente, pueden
período (cuyo sentido interrumpen, pero utilizarse).
no alteran). 4. A veces sirve para abreviar la escri-
tura, al encerrar entre paréntesis dos o más
posibilidades de realización de un término:
10.5.9.1. Escritura del paréntesis .
1. Se usa este signo para encerrar oracio- La realidad que deseamos (re)conquistar;
nes, sintagmas o palabras que sirven de Amar(se);
aclaración o inciso: El (los) amigo(s);
Sr(a).
Don Quijote de la Mancha (obra cumbre de Con el mismo fin se ponen también entre
Cervantes) será llevada al cine;
Antonio García (que así se llamaba el ladrón) paréntesis voces o sintagmas:
disparó contra los transeúntes;
Menéndez y Pelayo (polígrafo español) murió Dos cuerpos cargados con cargas del mismo
en 1912; signo (contrario) se repelen (atraen) mu-
Manuel Seco (de la Real Academia Española) tuamente;
ha escrito varios libros.
es decir, una interpretación sería:
2. Encierra datos numéricos aclarato- Dos cuerpos cargados con cargas del mismo
rios: signo se repelen mutuamente,
10.5.9.1. ESCRITURA DEL PARÉNTESIS 345

y otra: tablas o a una voz (en los diccionarios) se


encierran entre paréntesis:
Dos cuerpos cargados con cargas de signo
contrario se atraen mutuamente. ... del corazón (fig. 18);
... del corazón (v. c. 123);
5. En oraciones incidentales, las funcio- ... del corazón (v. aneurisma ).
nes del paréntesis pueden ser propias tam-
bién de las comas y las rayas o los menos. En el último ejemplo, la remisión puede ir
Sin embargo, hay ciertos matices y usos precedida de punto:
en que no es indiferente el empleo de unos
u otros. Por el grado de dependencia del ... del corazón. (V. aneurisma .)
texto incidental con el resto del período, La falta de estética que acompaña a la V.
el orden, ascendente, es: comas, rayas (o para remitir (la forma minúscula, v., pasa
menos) y paréntesis. Véanse unos ejemplos, más inadvertida, pero no puede utilizarse
tomados de Martín Vivaldi (1979: 28): en este caso por ir precedida de punto)
aconseja muchas veces, especialmente en
Hombres, mujeres y niños, apelotonados den- los diccionarios, sustituir la abreviatura
tro del autobús, parecían sardinas en lata; por un signo de remisión (normalmente
Hombres, mujeres y niños —los había para
todos los gustos— se apelotonaban dentro una flecha):
del autobús;
... del corazón. (→ aneurisma .)
El mariscal Von Paulus (nacido en 1890) fue
un hombre enigmático y del que será di-
fícil decir si fue leal o traidor a su patria.
9. Se sitúan entre paréntesis los nom-
bres de los autores cuando, en texto, siguen
a una cita suya:
6. Se encierran entre paréntesis las si-
glas cuando siguen a su enunciado o, a «Los libros hacen libre a quien los quiere
la inversa, el enunciado cuando sigue a la bien» (Espinel).
sigla:
En estos casos hay quien cierra con punto
Ayer se celebró en la Organización de Estados la cita y coloca la firma con el punto dentro
Americanos (OEA) la decimoquinta sesión; del paréntesis:
Ayer se celebró en la oea (Organización
de Estados Americanos) la decimoquinta «Los libros hacen libre a quien los quiere
sesión. bien.» (Espinel.)

Es una forma alternativa, pero, por compa-


7. También se emplean los paréntesis en
ración con los casos analizados en el pá-
los títulos originales de las obras, escritos
rrafo 10.5.9.1-8, es preferible no utilizar el
o películas cuando aparecen en idioma
punto antes de la firma, salvo que esta se
extranjero, de la siguiente manera:
disponga en párrafo aparte:
a) si la obra tiene traducción al espa- «Los libros hacen libre a quien los quiere
ñol, se menciona el título extranjero bien.»
y, entre paréntesis, el español, ambos Espinel
escritos de cursiva;
b) si la obra no tiene traducción, se 10. Se encierran entre paréntesis las
menciona el título original, en cursi- acotaciones en obras teatrales:
va, y, entre paréntesis y de redondo, Lucas . (Descubriendo triunfante sus cartas.)
la traducción. ¡Póquer de ases!

8. Las remisiones a figuras, cuadros o En estos casos la acotación se cierra siem-


346 10.5.9.2. USOS TÉCNICOS DEL PARÉNTESIS

pre con punto dentro del paréntesis de a+b


cierre. Cabría la posibilidad de comenzar c+d
la acotación con minúscula, para lo cual se
suprime el primer punto y se coloca fuera si se escribe en línea debe hacerse de esta
del paréntesis de cierre el segundo: manera:
(a + b) / (c + d),
Lucas (descubriendo triunfante sus cartas).
¡Póquer de ases! ya que si se escribiera

11. Como se ha hecho constantemente a + b / c + d,


a lo largo de esta obra, se sitúan entre
paréntesis las citas bibliográficas de au- equivaldría a la operación
tores y obras mencionados en un texto;
puede hacerse según el sistema Harvard o a +b + d.
de nombre-año, como se ha hecho en esta c
obra (indicando el apellido del autor, la Si la operación fuera esta y quisiera escribir-
fecha de su obra y, eventualmente, la pági- se en línea, su grafía sería
na de referencia), o bien dando el nombre
a + (b / c) + d.
del autor, el título de la obra (entero o
abreviado) y la(s) página(s) (sistema, este Según establece la norma une 5029,
último, no recomendable por engorroso; Impresión de los símbolos (de magnitudes
→ 16.20.1). y unidades) y de los números (p. 2), «En
12. Las citas directas en idioma extran- ningún caso se incluirá en la misma línea
jero suelen ir seguidas, cuando son esporá- de la combinación de símbolos más de una
dicas, de su traducción al español entre barra oblicua (/), a menos de [sobra de] que
paréntesis; sin embargo, si son abundantes, se añadan paréntesis para evitar cualquier
lo mejor es situar la traducción en forma de ambigüedad. En los casos complicados
nota, que irá al pie de la página, al final del se utilizarán las potencias negativas o los
capítulo o al final del libro (según donde paréntesis». Según esto, la expresión mi-
se sitúen, aunque lo preferible es a pie de ligramos por kilogramo de peso corporal
página). por día no debe escribirse
13. En la copia de códices o inscripcio-
nes, se encierran entre paréntesis las partes mg/kg/d,
faltantes de una palabra o de una abrevia-
ción: sino
viran(us); (mg/kg)/d;
hib(ernus);
ex of(f)icina G(ai) At(tei) Auli Qui(n)tus; otros prefieren estas otras grafías:
exhortac(i)o(n)is.
mg/kg-d, mg(kg/d),
Si lo que se intercala es una palabra que fal-
ta en el original y se suple conjeturalmente, también correctas (→ 10.5.16.4).
se escribe entre corchetes (→ 10.5.10.2-3). 2. En la numeración de párrafos y apar-
tados de un texto se usa solamente el
10.5.9.2. USOS TÉCNICOS DEL PARÉNTE- paréntesis de cierre: 1), 2), 3), o bien
SIS. 1. En matemáticas, el paréntesis sirve a), b), c). Es anglicismo ortográfico escri-
para aislar operaciones en los casos en que, birlos con los dos paréntesis: (1), (2), (3),
de no hacerlo así, podría inducir a error o bien (a), (b), (c). La Academia (OLE99,
al desarrollarlas. Por ejemplo, la división 74) ha normalizado este uso extraño al
10.5.9.3. EL PARÉNTESIS EN CONJUNCIÓN CON OTROS SIGNOS 347

español; dice: «Las letras o números que Parece que en casos como este son más
encabezan clasificaciones, enumeraciones, apropiados los paréntesis dobles que los
etc.[,] pueden situarse entre paréntesis o se- corchetes, que deben reservarse para sus
guidas [seguidos] del paréntesis de cierre», funciones propias en el texto. Por otro
y pone estos ejemplos: Estos libros podrán lado, este signo sería verdaderamente útil
encontrarse en los lugares siguientes: = cuando, al tomar un texto ajeno como cita
(a) En los estantes superiores de la sala de en el que ya aparecen partes de él entre cor-
juntas. = (b) En los armarios de la biblio- chetes, necesita el citador introducir nuevas
teca principal, y a continuación los mismos aclaraciones, que normalmente irían entre
ejemplos con la grafía correcta: a), b), c), corchetes, pero que en este caso se con-
si bien los escribe mal, con el paréntesis fundirían con los ya existentes. Aunque
de cursiva en ambos casos. Desde el pun- pueden utilizarse, en estos casos, corchetes
to de vista de la ortotipografía, es inco- de ojo distinto (por ejemplo, negritos),
rrecto utilizar las cifras o letras entre los ¿qué hacer si la imprenta carece de ellos?
dos paréntesis y escribir estos con cursiva. Incluso podrían sustituir a los corchetes
El paréntesis que acompaña a las letras no en sus funciones si la imprenta carece del
se escribe nunca de cursiva, aunque vayan signo, como alguna vez ha pasado (aunque
así, cuando les corresponda, las letras con actualmente, con la autoedición, esto casi
que se numeran los apartados o subapar- no sea posible).
tados. Tampoco las cifras, en el mismo
caso, se escriben de cursiva; su grafía es la 10.5.9.3. El paréntesis en conjun -
redonda (→ 14.1.7.2.1-21). ción CON OTROS SIGNOS. 1. Solo dos
3. El uso de dos paréntesis para abrir y signos de puntuación pueden preceder a la
otros dos para cerrar no está previsto por apertura de paréntesis: los puntos suspen-
la Academia ni por los demás ortógrafos. A sivos y el punto; los restantes (coma, punto
este signo [(( ))] bien podría denominárselo y coma, dos puntos) deben colocarse tras el
paréntesis doble. Sus funciones podrían ser paréntesis de cierre.
las del corchete cuando en un escrito se in- 2. El punto de un dato, sintagma, ora-
cluye una palabra o sintagma aclaratorios ción, etcétera, intraparentéticos solo puede
fuera de contexto (es decir, no propias del ir antes del paréntesis de cierre si el de
original). De hecho, lo vienen utilizan- apertura va después de punto, puntos
do algunos traductores para encerrar las suspensivos (con oficio de punto), ex-
indicaciones que no forman parte del texto clamación o interrogación (también con
traducido y que, por consiguiente, no están oficio de punto) o a principio de párrafo
destinadas a ser compuestas o reproduci- (→ 10.5.8.5.4.3-1). En esto el punto actúa
das; por ejemplo, indicaciones del tipo de igual con los paréntesis, los corchetes y las
rayas que con las comillas.
((dos líneas de blanco)) 3. Los signos de exclamación e interro-
((aquí, figura de la página tal)). gación van dentro del paréntesis de cierre si
corresponden al texto intraparentético o a
Este nuevo uso del paréntesis tal vez podría una de sus partes, y fuera en caso contrario
ser aprovechado ventajosamente, por ejem- (→ 10.5.6.4-2; 10.5.7.3).
plo, en ediciones críticas, paleográficas u 4. Los puntos suspensivos son intrapa-
otros casos semejantes, para interpolar ex- rentéticos cuando corresponden al texto
plicaciones que no figuran en el texto ori- que se halla en esa posición. Solo van
ginal. Por ejemplo, en la reproducción del fuera del paréntesis en casos excepcionales,
texto de una portada, indicaciones como precisamente cuando no corresponden a
lo intraparentético ni al texto anterior a él
((escudete consistente en un tintero y una (→ 10.5.5.2-4).
pluma de ave)). 5. Para el caso del punto en las firmas
348 10.5.10.1. LOS CORCHETES EN CONJUNCIÓN CON LA CURSIVA

y acotaciones teatrales, véanse los párrafos año está añadido por nosotros como una
10.5.9.1-9 y 10.5.9.1-10. aclaración y no forma parte del modelo
6. Una vieja regla tipográfica dice que de cita bibliográfica. En casos así, pues,
cuando una cláusula o texto intraparen- siempre que la realidad aconseje utilizar
téticos requieran un nuevo paréntesis en paréntesis dentro de paréntesis, debe acep-
su interior, este se sustituirá por corchetes; tarse.
por ejemplo:
10.5.9.4. Los PARÉNTESIS EN CONJUN-
... atributos. (El término atributo había sido CIÓN con la cursiva . Para esta cuestión
usado también por Descartes en un sen- véase el párrafo 14.1.7.2.3.
tido similar [Principios, 1, 56].) De entre
esta...
10.5.10. Los corchetes. Los corchetes
La orae (1974: 23) no tiene en cuenta son un signo auxiliar de la puntuación que
esta regla y escribe paréntesis dentro de consta de dos semirrectángulos enfrenta-
paréntesis: dos ([ ]).

[...] el nombre Xavier, etc. (junto a los nor- 10.5.10.1. Generalidades . 1. Cuan-
males Valdepeñas, Ribadavia (nombre de do nos referimos al conjunto de las dos
lugar), Ribera, Ribero, Córdoba, Jiménez, figuras contrapuestas que forman el signo,
Javier). empleamos el plural corchetes. Aunque de
la definición de la Academia se deduce que
Como norma general, deben utilizarse cor- es corchete cada uno de los signos con-
chetes dentro de paréntesis siempre que trapuestos ([ y ]), muy raramente tienen
sea necesario. Si en algún caso esporádico empleo por separado y, por consiguiente,
este empleo diera lugar a anfibología, debe se conocen siempre en plural.
cumplirse la norma y explicar lo necesario 2. En los textos académicos existe bas-
en nota. Por ejemplo, si un autor hace una tante confusión en relación con este signo.
cita directa en la que aparece un paréntesis El DRAE01 dice: «Signo de estas figuras
dentro de otro, puede escribir ([ {) que puesto ya vertical, ya horizon-
Y los conceptos que se van formando son,
talmente, abraza dos o más guarismos,
sin ninguna necesidad cogente, más bien palabras o renglones en lo manuscrito o
una creación libre del espíritu humano (o impreso, o dos o más pentagramas en la
animal [!]) música». Como se ve, la Academia incluye
en la definición dos signos, el corchete y la
y advertir seguidamente que lo encerrado llave, pero define esta, no aquel. En efecto,
entre corchetes es del autor del texto cita- en la voz llave dice: «Signo con una de
do, como se hace cuando interesa tipogra- estas formas: { }, que abarca varias líneas
fiar de cursiva una letra, palabra o término cuyo contenido constituye clasificación o
que en el original citado aparecen de re- desarrollo de lo expresado inmediatamente
dondo. Sin embargo, cumplir esta norma antes o inmediatamente después del sig-
a rajatabla, sin ninguna excepción, puede no». La grae (1959: 487), la orae (1974:
llegar a desvirtuar el sentido del texto ori- 36) y el Esbozo (1973: 150, 154) dicen:
ginal. Por ejemplo, en el párrafo 16.12.3.5 «En las obras dramáticas suele encerrarse
pueden verse varias referencias escritas se- entre paréntesis lo que los interlocutores
gún este modelo: «(rfh iv, núm. 2 (1942), dicen aparte. Para que tales paréntesis no
181-182)». Pues bien: si sustituyéramos se confundan con otros, convendría valerse
por corchetes los paréntesis en que se encie- de los rectangulares, en esta forma [ ], que
rra el año, nos daría este resultado gráfico: algunos impresores usaban en el siglo pa-
«(RFH, iv, núm. 2 [1942], 181-182)», del sado [el xix]».
que erróneamente podría deducirse que el 3. En la página 490 de la grae y en la
10.5.10.2. ESCRITURA DE LOS CORCHETES 349

41 de la orae , la Academia lo llama llave claudátor y claudato (grafía, esta última,


o corchete y lo dibuja así: {, en contradic- que también se ha usado), denomina-
ción con el drae , que, como hemos visto, ciones técnicas tipográficas del corchete,
admite también esta figura: [. Es decir, las cuales nadie usa hoy ni siquiera entre
que la Academia confunde constantemen- profesionales (pese a que su empleo no
te las llaves con los corchetes, e incluso sea incorrecto). Para distinguir las formas
llama, a estos, paréntesis rectangulares, que abren y cierran, se pueden emplear
denominación que el drae no registra; expresiones como corchete de apertura y
correlativamente, al paréntesis lo llama corchete de cierre, llave de apertura y llave
paréntesis curvo; pero ninguno de los dos de cierre, paréntesis de apertura y parénte-
términos es necesario, ya que una cosa es la sis de cierre. Para referirse a cualquiera de
llave, otra el corchete y otra el paréntesis, estas parejas hablando genéricamente, se
sin necesidad de adjetivos. Otros autores, pueden emplear las formas plurales: entre
como Morato (1933: 16, 58, 175), Melús corchetes, con llaves, con paréntesis, pero
y Millá (1940: 102 ss.), Martínez Sicluna también se pueden individualizar en singu-
(1945: 79) y Lasso de la Vega (1969: 727) lar: un corchete de apertura, una llave de
confunden constantemente corchete y llave cierre, un paréntesis de cierre.
y utilizan términos como paréntesis cua- 5. Hay otros signos, como las plecas,
drados, paréntesis rectangulares e incluso las plecas dobles y el paréntesis angulado
claudátur (nombre técnico tipográfico del (antilambdas muy abiertas que se usan
corchete). Basulto (1978: 128) hace sinóni- en matemáticas) que a veces, en textos
mos corchete y llave, pero al describir sus especializados de diversa índole, cumplen
usos se refiere solo a los del corchete, no funciones parecidas a las de los corchetes;
a los de la llave. Polo (1974: 336 ss.) dice podríamos decir que pertenecen a su fa-
que ha visto también paréntesis redondos, milia: sirven para encerrar una porción de
y que en alguna obra ha visto claudátor texto, cifras, etcétera. Es conveniente, con
para denominar los corchetes. Por su parte, todo, no confundir las funciones de unos
Martínez Amador (1960) da prácticamente y otros, de la misma manera que, como
la misma definición en corchete y llave, se dice anteriormente, es conveniente no
pero dibuja solamente la llave. Para com- confundir sus nombres.
plicar las cosas, también se ha usado el 6. Los corchetes abiertos ([ ], [ ]) sola-
término paréntesis recto como sinónimo de mente tienen uso en matemáticas.
corchete. Finalmente, la ole 99 los llama
corchetes y los dibuja así: [ ]. 10.5.10.2. Escritura de los corche -
4. Para clarificar panorama tan enre- tes . 1. En texto ordinario, este signo se
vesado, hagamos las siguientes precisio- usa para encerrar letras, palabras, sintag-
nes: mas u oraciones pertenecientes a textos
más amplios ya encerrados entre paréntesis
a) el signo de esta figura [ ] se denomi- (→ 10.5.9.3-6).
na corchetes; En las fórmulas matemáticas o químicas,
b) el signo de esta figura { } se denomi- los corchetes se utilizan al revés que en el
na llaves; texto: encierran operaciones ya encerradas
c) el signo de esta figura ( ) se denomi- entre paréntesis:
na paréntesis.
[(As4)2 (OH)J Fe3iii • 5 H2O.
Por consiguiente, son absolutamente inne-
cesarios los términos paréntesis rectangu- 2. En las obras de teatro comprenden lo
lar, paréntesis cuadrado y paréntesis recto que dicen aparte los personajes; en este ca-
(= corchete), paréntesis redondo y pa- so el punto va siempre dentro del corchete
réntesis curvo (= paréntesis) y claudátur, de cierre:
350 10.5.10.3. EL CORCHETE EN CONJUNCIÓN CON OTROS SIGNOS

Modesto . (Desesperado.) ¡Por Dios, ayú- sin intervenir en él, puede añadir correccio-
denme! [No sé si será consciente de su nes o comentarios, notas o datos de diversa
gravedad.] índole (→ 10.5.23.2).
Inés . (Llorosa.) ¡Dios mío, Dios mío! 6. El corchete en su doble forma de
3. En la copia de códices e inscripciones apertura ( [ ) y cierre ( ] ) interviene en otro
se colocan entre corchetes las palabras o signo, llamado puntos encorchetados, que
datos hipotéticos, es decir, que faltan en el consiste en tres puntos encerrados entre
original y se suplen conjeturalmente: corchetes (→ 10.5.23).
7. En lingüística se emplea para encerrar
Quebrantaron los escudos que [ninguna] pro las trascripciones fonéticas: [káma], [bá-
[les han]. rios]. Las letras o palabras así encerradas se
escriben de redondo (→ 10.5.16.1-6).
(→ 10.5.9.1-13).
4. En poesía, el corchete de apertura se 10.5.10.3. El corchete en conjun -
coloca al comienzo de un resto de verso ción con otros . Véase lo que se
signos
que no cabe entero en su línea; este resto dice de los paréntesis (→ 10.5.9.3-2).
debe estar formado por una o más pala-
bras enteras, nunca la parte de una palabra 10.5.10.4. Los CORCHETES EN CONJUN-
partida a final de renglón, y se alinea por CIÓN CON LA CURSIVA. Para esta cuestión
la derecha con la línea superior: veáse el párrafo 14.1.7.2.3.
Posiblemente aquel hombre
había nacido en una noche sin luna, 10.5.11. La llave. También llamada
con toda la opacidad de una oscuridad abrazadera, es un signo que consiste en dos
[hermética, rasgos a modo de dos virgulillas verticales
sintiendo en su interior invertidas, unidas por un punto común
la negrura de una bombilla fundida. llamado núcleo ( { } ) (→ 10.5.10.1-2). La
Laureano Mela Espinosa
llave es un signo doble, aunque no siempre
se usen juntas las dos partes, pues tanto la
5. En las citas directas, se encierran de apertura como la de cierre tienen uso
entre corchetes todas las interpolaciones aislado.
ajenas al texto original hechas por el au-
tor que cita, para acomodar el texto a su 10.5.11.1. Generalidades . En el pá-
redacción o bien para adecuar un dato o rrafo 10.5.10.1 queda clara exposición de
añadir una corrección o aclaración. En este las diferencias en grafismo y función entre
caso nunca deben usarse los paréntesis, ya llave y corchete, que la Academia considera
que esta función no les pertenece. Como sinónimos.
ejemplo, Lázaro Carreter (1971: 222), ci-
tando a Gracián, escribe: «[...] atiende solo 10.5.11.2. Grafismo de la llave .
a [en]carecer la grandeza del objeto [...]»; Hay dos tipos de llaves, según su grafis-
es decir, que la palabra carecer, usada por mo:
Gracián, se usa hoy con la grafía encarecer,
lo que al autor le es fácil indicar con solo a) de corte inglés ({} ), cuyo trazo varía
este mecanismo, sin necesidad de una más de grosor solamente en las puntas y
amplia explicación. En este uso, como en en el núcleo;
el del apartado 3 anterior, el corchete tiene b) de corte francés ({}), cuyo trazo
la función de introducir en un texto ajeno varía de grosor hacia el centro de
otro que no pertenece a él, pero sin inter- las abrazaderas, afinándose en las
ferir en la grafía que le es propia. De esta puntas y en el núcleo.
manera el citador muestra todo su respeto
por el texto citado, al propio tiempo que, Las llamadas llaves sistemáticas se forman
10.5.12.1. GENERALIDADES 351

con una pieza correspondiente al núcleo y cen a la misma familia y son causa de no
dos abrazaderas, que pueden prolongarse, pocos problemas terminológicos. El signo
por medio de filetes, cuanto se quiera, que antiguamente se llamaba menos en
incluso desigualmente ambos lados; este tipografía tiene la longitud del cuadratín
alargamiento en las abrazaderas solo puede (—), mientras que el igual (=), el menos
conseguirse con las de corte inglés, que no actual (-) y el más (+) tienen aproxima-
experimentan variación en el grosor; en las damente la anchura de medio cuadratín.
de corte francés (y también puede hacerse Esto quiere decir que el menos clásico (—)
en las inglesas) el alargamiento se hace no puede utilizarse en matemáticas, puesto
a partir de las puntas con filetes finos o que duplica la longitud de los demás signos
seminegros. operativos (es decir, =, x, -, +). Así pues,
el antiguo semimenos (-), que se usa solo
10.5.11.3. Escritura de la llave , 1. en matemáticas, debe denominarse menos,
En los cuadros sinópticos, las llaves se y el menos que tiene la longitud de un
disponen de manera que abarquen con sus cuadratín y de uso exclusivo en ortografía
abrazaderas la totalidad de las líneas del usual debe llamarse raya (aunque en tipo-
grupo o grupos que dependen del concepto grafía, excepcionalmente, siga llamándose
que les da origen, hacia el cual se dirige el menos a veces). Raya es una denominación
núcleo, que puede quedar a la derecha, a la genérica, pero se elige para este uso concre-
izquierda o a ambos lados en el mismo cua- to teniendo en cuenta los beneficios de la
dro, e incluso hacia arriba o hacia abajo. claridad terminológica.
En ningún caso deben usarse los dos pun- Las imprecisiones en lo tocante a la de-
tos (:) antes o después del núcleo de la lla- nominación no son cosa de hoy. Como sig-
ve, ya que esta, en cierta manera, significa no ortográfico, la orae (1974: 30 y 39) lo
«dos puntos» o cumple su misma función llama raya, pero no lo define. Sí lo hace el
en los cuadros sinópticos (→16.15-3). DRAE01 (s. v. raya): «Guión algo más largo
2. En matemáticas, la llave sirve para que se usa para separar oraciones inciden-
encerrar operaciones en conjunción con los tales o indicar el diálogo en los escritos».
paréntesis, los corchetes y otros signos. En la voz menos dice el DRAE: «Signo de
sustracción o resta, que se representa por
10.5.11.4. Las llaves en conjunción una rayita horizontal (-)» (el signo que
con la cursiva . Para esta cuestión véase pinta el drae 01 es el guión, no el menos).
el párrafo 14.1.7.2.3. Los autores tipográficos siempre han lla-
mado menos a la raya y han unificado bajo
10.5.12. La raya. La raya es un signo esta denominación todos los usos, tanto el
auxiliar de la puntuación que consiste en ortográfico como el matemático, ya que se
un trazo horizontal cuya longitud, en lo trataba de un solo signo con diversas apli-
impreso, equivale a un cuadratín; puede caciones, y no de varios signos. Moliner
usarse simple (—) o doble (— ).
-------— (1980: ii, 889; 1998, ii, 818, s. v. pun-
tuación) lo complica aún más al hablar de
10.5.12.1. Generalidades . Menos es raya o guión referido a la raya, y de guión
el nombre que tradicionalmente ha reci- pequeño referido al guión, y en la página
bido este signo en tipografía, a tal punto 1439 del volumen i, bajo guión, mezcla los
que en este medio nunca se ha llamado usos de este y de la raya.
raya, que es su nombre académico y esco- Estas imprecisiones han dado lugar a la
lar. Actualmente, sin embargo, debido a la utilización de términos como guión corto o
introducción de nuevos grafismos en los pequeño y guión largo que no son necesa-
sistemas de fotocomposición y autoedición, rios; el guión corto o pequeño es el guión
es necesario tener en cuenta la diferencia (sin más), y el largo, la raya. En cuanto a
existente entre varios signos que pertene- raya, como palabra genérica es aplicable
352 10.5.12.2. ESCRITURA DE LA RAYA

también a todos los signos que asimismo este caso no es la raya, sino el corchete
son rayas, como la barra (/), la contrabarra (→ 10.5.9.3-6).
(\) y la pleca (|); Moliner (1980: ii, 889) lla- 2. En los diálogos, la raya tiene varias
ma doble raya al igual (=) (→ 10.5.21.1), funciones:
pero también podrían llamarse así la barra 2.1. Se usa una raya como signo indi-
doble (//) y la pleca doble (||, ||). Sin em- cador de apertura de parlamento, en lugar
bargo, como se ha dicho, es preciso aceptar de repetir cada vez, como en las obras de
la denominación de raya para el antes lla- teatro, el nombre del interlocutor; la raya
mado menos (—), teniendo en cuenta que se sitúa después de la sangría ordinaria del
nos referimos a un signo ortográfico y no texto y sin espacio alguno entre este signo
a un signo matemático (que se corresponde y la palabra que sigue:
con el menos).
—Hace frío...
—No sé, yo no tengo.
10.5.12.2. Escritura de la raya . Las
—¡Será el cuerpo!
funciones de la raya pueden sintetizarse —Puede...
así:
2.2. Se usa asimismo para encerrar las
a) acotar ciertas oraciones incidentales aclaraciones hechas por el autor en los par-
(raya de inciso) (→ 10.5.9.1-5); lamentos (→ 10.5.12.5):
b) indicar los interlocutores en los diá-
logos; —¿Qué ha pasado? —preguntó al verme—.
c) sustituir palabras mencionadas inme- ¡Usted está muy pálido!
diatamente antes (en línea o en co- —Todo ha terminado... —le contesté, dándo-
lumna) para evitar su repetición. le la carta de mi padre.

A continuación se especifican detalla- Como se ve, si el inciso del autor aparece


damente estos usos. incluido en el parlamento, las rayas abren y
1. En su función incidental, las rayas cierran; si aparece al final, solo abren, pues,
alternan con las comas y los paréntesis, sin habiéndose terminado la oración y siguién-
que sea fácil delimitar los usos de unos y dose de punto y aparte, esta situación actúa
otros; en general, las comas encierran ora- de diacrítico y se evita el efecto antiestéti-
ciones muy relacionadas con el contexto, co de la segunda raya. Sin embargo, la gra-
mientras que rayas y paréntesis encierran fía de la raya en este menester presenta otro
oraciones incidentales de escasa relación tipo de problemas (→ 10.5.12.5-2).
con aquella en que se insertan (10.5.9.1-5). 2.2.1. La Academia no suele utilizar la
En esta función se emplean también las raya que separa el parlamento de la frase
rayas cuando dentro de un período intra- explicativa del autor; en la orae (1974: 35
parentético aparece una oración incidental y 39) pone los siguientes ejemplos:
(→ 10.5.2.3.1-7; 10.5.12.5): ¿Digo yo que no tengas razón?, contestó Blas
a Diego.
Mediante comparaciones con los esquimales ¡A las armas!, gritaron todos.
de modo general, pero principalmente
con sus representantes más primitivos (los —¿Cómo te llamas?
grupos étnicos del interior del Canadá —Andrés Pereda, contestó el valiente.
—reducidos aún completamente a la caza
del reno—), podremos trazarnos una exce-
lente imagen... Esta grafía no tiene uso en la literatura
actual (→ 10.5.6.3-5). La razón es clara:
Por el contrario, cuando el período intrapa- la coma, en casos como este, indica una
rentético encierra un dato que debería ir yuxtaposición, mientras que la ruptura
también entre paréntesis, lo que se usa en existente es mucho más amplia, y solo un
10.5.12.2. ESCRITURA DE LA RAYA 353

signo como la raya puede expresarla gráfi- —¡Vaya! —El cochero arreó a los caba-
camente. Así pues, la forma correcta es la llos.— Eso es muy interesante.
siguiente:
Pero esta grafía es inaceptable en español.
—¿Digo yo que no tengas razón? —contestó Sin embargo, se ha usado la siguiente:
Blas a Diego.
—¡A las armas! —gritaron todos.
—¡Vaya! —El cochero arreó a los caba-
—¿Cómo te llamas? llos. —Eso es muy interesante.
—Andrés Pereda —contestó el valiente.
Pero esta variante de la primera grafía, pese
2.2.2. Cuando el inciso aclaratorio del a no carecer de lógica, ha sido sistemática-
autor comienza con verbo declarativo (que mente rechazada.
expresa comunicación o narración, como
contar, decir, asegurar, preguntar, inquirir, b) Cuando el inciso está introducido
exponer, expresar, manifestar, etcétera), se por un verbo declarativo (y, por
escribe con minúscula aunque venga prece- consiguiente, comienza con minús-
dido de un signo que normalmente oficia cula), la puntuación que correspon-
de punto: da a la oración anterior a la apertu-
ra de raya se traslada después de la
—¡Está usted muy pálida! —exclamó al ver- raya de cierre:
me.
—¿Cómo dice usted? —pregunté. —Sí, lo hice —declaró—; escribí la carta, y no
tengo de qué avergonzarme.
2.2.3. Cuando el inciso comienza con
una acción correlativa al diálogo o que se c) Cuando la puntuación que correspon-
aparta de lo expresado por este, debe ir de a la oración anterior a la apertu-
precedido de punto (o signo que ejerza sus ra de raya es dos puntos, la problemá-
veces) y, por lo tanto, empezar con mayús- tica que se presenta es exactamente
cula: igual que la del apartado a anterior:
—Perdone. —Se levantó y fue hacia la ven-
tana. —Llueve a cántaros. —Gustavo se volvió
—¡Un momento! —También Gabriel se puso hacia María y añadió—: Debemos pospo-
en pie. ner el viaje.

2.2.4. Cuando después del inciso conti- La siguiente grafía, como en el caso a, es
núa el parlamento, hay que tener en cuenta inaceptable:
los siguientes casos:
—Llueve a cántaros. —Gustavo se volvió ha-
cia María y añadió:— Debemos posponer
a) Si el inciso comienza con mayúscula el viaje.
(precedida de punto o signo que
haga sus veces), el punto de cierre se Sin embargo, alguna vez se ha usado la
coloca detrás de la segunda raya: siguiente:
—¡Vaya! —El cochero arreó a los caballos—. —Llueve a cántaros. —Gustavo se volvió ha-
Eso es muy interesante. cia María y añadió: —Debemos posponer
el viaje.
Si en este caso las rayas cumplieran exacta-
mente la función de paréntesis, no cabe Pero, pese a que esta variante tenga tam-
duda de que la disposición debería ser la bién su apreciable grado de lógica, ha sido
siguiente: sistemáticamente rechazada. El manteni-
354 10.5.12.2. ESCRITURA DE LA RAYA

miento de las grafías recomendadas en el «¿Sabe si en el momento de caer subía o ba-


apartado a y en el presente permite seguir jaba la escalera?»
con las rayas, en este caso, el modelo de los «Bajaba.»
paréntesis (→ 10.5.9.3-1) y el de las pro- «¡Alabado sea Dios! —exclama míster Mac—.
Si bajaba, llevaba la botella vacía.»
pias rayas cuando aparecen actuando en el
interior de una oración (→ 10.5.12.5). 3. También se usan las rayas, con el mis-
mo fin de acotación de aclaraciones del
d) El diálogo puede disponerse tam- autor, en las citas textuales directas y en los
bién en línea seguida; en este caso, pensamientos personalizados:
la correcta disposición de signos de
puntuación y espacios obviará las di- «La fe sin obras —dice Santiago— es una fe
ficultades de lectura e interpreta- muerta».
ción que de lo contrario se presenta- «Algo va mal —pensó María—. Habré de
rectificar.»
rían:

—Su esposa acaba de caerse por la escalera,


En ambos casos, es anglicismo ortográfico
se ha cortado con una botella y la han lleva- cerrar con comillas cada parte de la cita y
do al hospital —le dice una vecina a míster dejar sin ellas las aclaraciones:
Mac. —¿Sabe si en el momento de caer subía
o bajaba la escalera? —Bajaba. —¡Alabado sea «La fe sin obras», dice Santiago, «es una fe
Dios! —exclama míster Mac con un suspiro muerta.»
de alivio—. Si bajaba, llevaba la botella vacía. «Algo va mal», pensó María. «Habré de
rectificar.»
También puede disponerse en línea median-
te el uso de comillas: Este uso rechazable ha sido institucionali-
zado por El País (1990: 103; 2002: 122):
«Su esposa acaba de caerse por la escalera, se
«En el caso de que en medio de una cita
ha cortado con una botella y la han llevado textual se haga una apostilla o aclaración,
al hospital», le dice una vecina a míster Mac. las comillas han de cerrarse antes del inci-
«¿Sabe si en el momento de caer subía o ba- so, que irá entre comas, y abrirse después
jaba la escalera?» «Bajaba.» «¡Alabado sea de ellos». Debe rechazarse este mal ejem-
Dios! —exclama míster Mac—. Si bajaba, plo.
llevaba la botella vacía.» Sin embargo, si la cita es indirecta y el
pensamiento no es personalizado, sino una
Obsérvese que no sería correcto (por an- explicación del autor, sobran las comillas
glicismo ortográfico) disponer el diálogo y las rayas:
con un párrafo para cada interviniente,
tanto si se mantienen las rayas como si se Dice Santiago que la fe sin obras es una fe
suprimen: muerta;
María pensó que algo iba mal y que habría
de rectificar.
«—Su esposa acaba de caerse por la escalera,
se ha cortado con una botella y la han llevado
al hospital», le dice una vecina a míster Mac. Si el nombre del autor de la cita o del pen-
«—¿Sabe si en el momento de caer subía o samiento se pospone a estos, no se usa raya,
bajaba la escalera?» sino coma después de las comillas:
«—Bajaba.»
«—¡Alabado sea Dios! —exclama míster «La fe sin obras es una fe muerta», dice
Mac—. Si bajaba, llevaba la botella vacía.» Santiago;
«Su esposa acaba de caerse por la escalera, se «Esto no marcha bien», pensó María.
ha cortado con una botella y la han llevado al
hospital», le dice una vecina a míster Mac. Si la cita es indirecta (y, por lo tanto, sin co-
10.5.12.2. ESCRITURA DE LA RAYA 355

millas), las interpolaciones aclarativas del cada una de las voces que, de izquierda
autor pueden colocarse entre comas o entre a derecha, son iguales en todos los sintag-
rayas (estas, especialmente en interpolacio- mas, salvo los conectivos, que se omiten
nes extensas): todos menos el último (no se sustituyen
por rayas). En este caso la raya se separa
El asunto, dijo el ministro, se está estudian de la palabra siguiente con un espacio fino,
do; siempre el mismo en cada trabajo:
El asunto —dijo el ministro, que acababa de
llegar del Consejo de Ministros— se está oración gramatical: 23, 57
estudiando. — impersonal: 56, 89
— intransitiva: 85
La orae (1974: 39) expone un caso muy
parecido: Benito , Ángel: La enseñanza del periodismo
y el progreso político, Barcelona: Instituto
Pronto llegarían —pensaba Juan— los meses de Ciencias Sociales, 1967.
de verano. — Lecciones de teoría general de la infor-
mación, Madrid: García Blanco, 1972.
4. Se usa una raya para suplir una pa-
labra ya escrita. Pueden darse dos casos: en En este uso, conviene tener en cuenta las
línea y en columna. siguientes normas:
4.1. Cuando se da en línea, la primera
palabra, común en todos los conceptos o a) si la raya coincide a comienzo de pá-
sintagmas, se sustituye por una raya a par- gina o columna, debe ser sustituida
tir de la segunda aparición: por la palabra a la que remplaza;
b) la disposición del párrafo es a la
Quedar a deber. —con un amigo. —en tal o francesa, es decir, haciendo entrar las
cual cosa. —de asiento. líneas segunda y siguientes el espacio
correspondiente a la raya más el es-
Puede puntuarse con punto y coma, sobre pacio fino de blanco que lo separa de
todo si la primera palabra (la sustituida) la primera palabra;
empieza con minúscula: c) entre la raya y la primera palabra
que le sigue nunca se emplea la puntua-
quedar a deber; —con un amigo; —en tal o ción que corresponda a la palabra
cual cosa; —de asiento. sustituida;
d) en cuadros y tablas, la raya puede
Si cada sintagma va seguido de un dato sustituir a palabras o a sintagmas,
(por ejemplo, numérico), la raya puede centrándola debajo de ellos; en estos
omitirse: casos, las voces de menos de tres le-
adjetivo: 25, 37; invariable: 68, 99; primitivo:
tras, solas, no se sustituyen por raya,
24. sino que se escriben enteras unas
debajo de otras (a veces, en lugar de
Si en estos casos se da inversión de los tér- una raya, se usan comillas de cierre
minos del sintagma, la frontera se indica con significado de «ídem»; es una
con la mayúscula de la primera palabra de solución alternativa que rechazan los
la inversión: autores tipógrafos [→ 10.5.8.4.1-7]).

adjetivo: 25, 37; Gradación del: 45 5. En los cuadros o tablas en que apa-
recen casillas sin dato, su lugar suele
(→ 10.5.2.3.1-17). ocuparse con una raya; si el dato existe
4.2. En columna, la raya sustituye a pero se ignora, suele colocarse en su lugar
356 10.5.12.2. ESCRITURA DE LA RAYA

una interrogación de cierre, sin paréntesis, Medida tipográfica La unidad de medida en


o bien puntos suspensivos (→ 10.5.7.1-11). tipografía...
6. En un sumario (resumen del conteni- 3 La unidad de medida...
do de un capítulo que se coloca al principio III La unidad de medida...
de este), la raya separa los títulos de las Medida tipográfica La unidad de medida en
materias que lo componen: tipografía...
3 La unidad de medida...
Las grandes moléculas.—Las proteínas.—Ar- III La unidad de medida...
tificio básico de la vida.—Organización y
eficiencia.—Vitaminas y coenzimas. 9. Esta norma es aplicable en las obras
de teatro para separar el nombre del inter-
Por razones de estética, las rayas que coin- locutor y el texto subsiguiente:
ciden a principio de línea se evitan, bien
suprimiéndolas si no ha lugar a confusión, Isabel .—He decidido pedir el divorcio.
o recorriendo el texto. Juan .—(Colérico.) ¿El divorcio? ¿Por qué?
7. Con la misma función se puede em-
plear la raya en un texto que termina con Isabel . He decidido pedir el divorcio.
firma, para separar aquel de esta; si el Juan . (Colérico.) ¿El divorcio? ¿Por qué?
texto alcanza hasta el final de la línea, la Isabel . He decidido pedir el divorcio.
raya que iría al principio de la siguiente se Juan . (Colérico.) ¿El divorcio? ¿Por qué?
omite:
Para equilibrar estéticamente la situación
... después del accidente.—Reuter.
de las acotaciones situadas inmediatamen-
... después del accidente.
Reuter. te después del nombre del interlocutor,
la mejor grafía consiste en utilizar medio
8. Solía usarse la raya para separar un cuadratín tanto antes como después de las
titulillo en línea del comienzo del texto que acotaciones:
le sigue, o bien la numeración (arábiga o
romana) y el texto siguiente: Isabel . He decidido pedir el divorcio.
Juan . (Colérico.) ¿El divorcio? ¿Por qué?
Medida tipográfica.—La unidad de medida
en tipografía... Esta solución es innecesaria cuando la aco-
3.—La unidad de medida...
III.—La unidad de medida... tación es interna:

Actualmente esta raya se sustituye por un Vladímir . La otra. (Estagón le tiende la mis-
cuadratín o, mejor, por medio cuadratín: ma pierna.) ¡La otra, he dicho! (Lo mismo,
con la otra pierna.) Vaya, la herida está a
punto de infectarse.
Medida tipográfica. La unidad de medida
en tipografía...
3. La unidad de medida... 10. En una relación de conceptos (apar-
III. La unidad de medida... tados de un párrafo), la raya sirve para
indicar el comienzo de cada uno, cuando
Medida tipográfica. La unidad de medida en estos no van numerados:
tipografía...
3. La unidad de medida...
III. La unidad de medida... Los objetivos que deben alcanzar los cursillos
pueden sintetizarse así:
En este caso puede suprimirse incluso el — formación de los aspirantes;
punto, pero debe permanecer el cuadratín o — preparación para objetivos de mayor
el medio cuadratín (preferible este): alcance;
10.5.12.4. ANGLICISMOS ORTOGRÁFICOS EN EL USO DE LA RAYA 357

— elección de futuros monitores. diálogo deben juntarse a la primera palabra,


como se ha visto antes (→ 10.5.12.2-2.1).
(→ 16.11.2.6.1). 2. La raya es inseparable de la palabra
En estos casos, la raya lleva siempre un a la que afecta; de esta suerte, la raya que
espacio fijo antes de la primera palabra de abre inciso no puede quedar a final de
la línea, y debe ir precedida de la sangría o línea ni la que cierra inciso puede quedar
entrada del texto, como se ha hecho en el al principio de la siguiente; así pues, son
ejemplo. incorrectos los ejemplos siguientes:
También pueden sustituirse las rayas por
un topo, bolo o boliche: —Pronto llegarán —
dijo Juan — los meses de verano.
Los objetivos que deben alcanzar los cursillos —Pronto llegarán —dijo Juan
pueden sintetizarse así: — los meses de verano.

♦ formación de los aspirantes; 10.5.12.4. Anglicismos ortográfi -


♦ preparación para objetivos de mayor
alcance;
cos en el uso de la RAYA. Además del
♦ elección de futuros monitores. anglicismo mencionado ya en el párrafo
10.5.12.2-3, existe otro uso de este signo
11. En algunas obras técnicas y cientí- que responde a costumbres inglesas, por
ficas suele usarse una raya delante de una lo que en la ortografía española debe re-
expresión de año para indicar que corres- chazarse. Es relativamente moderno, y se
ponde a antes de Jesucristo: ha introducido merced a traducciones poco
cuidadas desde el punto de vista ortográ-
En —1372 fallecía el faraón Amenofis III. fico (mimetismo ortográfico). Consiste en
abrir una raya que no cierra, en lugar de
A veces, sobre todo si la solución adoptada acabar la oración anterior con la puntua-
es de uso muy frecuente en una misma obra, ción que le corresponda en español y su-
es habitual sustituir la raya por el menos: primir esa raya (puesto que no es raya
de inciso, aunque algunas veces llame a
engaño y lo parezca). Véanse unos ejem-
En -1372 fallecía el faraón Amenofis III.
plos:
10.5.12.3. Errores frecuentes en la El cerebro contiene la mayor parte de las cé-
escritura de la RAYA. 1. No es correcto, lulas nerviosas corporales —alrededor de
en las rayas que actúan de señalizadoras diez mil millones;
de inciso, juntarlas a la palabra anterior Enfermedades cardíacas —arritmia, infarto,
(la de apertura) y siguiente (la de cierre); etcétera;
ejemplo:
en estos casos conviene sustituir la raya por
Pronto llegarían—pensaba Juan—los meses dos puntos:
de verano.
El cerebro contiene la mayor parte de las
La forma correcta es hacer preceder a la células nerviosas corporales: alrededor de
primera y seguir a la segunda del espacio diez mil millones;
Enfermedades cardíacas: arritmia, infarto,
normal de la línea o renglón: etcétera;

Pronto llegarían —pensaba Juan— los meses aquí conviene la coma:


de verano.
El hombre era sujeto abstracto de derechos y
Por el contrario, las rayas que encabezan deberes —y no titular de necesidades;
358 10.5.12.5. LA RAYA EN CONJUNCIÓN CON OTROS SIGNOS

El hombre era sujeto abstracto de derechos y sus partes abiertas (< >). La Academia
deberes, y no titular de necesidades; no registra este signo ni su denomina-
ción hasta la OLE10, gel (supl., 749)
o incluso sin ella: lo denomina paréntesis angulado, térmi-
no que debe desecharse por su similitud
El hombre era sujeto abstracto de derechos y con las denominaciones paréntesis angu-
deberes y no titular de necesidades. lar o paréntesis rectangular que se apli-
ca a un signo matemático formado por
Este ejemplo: dos ángulos muy abiertos y enfrentados
(( )) (→ 10.5.10). Las antilambdas dan
Permanecieron hasta el fin fieles a Hitler —y origen al grafismo de las comillas latinas
a los cañones (« »), cuya función cumplen, sobre todo
en las citas, en los escritos antiguos. En
se resuelve, en este caso, con puntos suspen- los códices y manuscritos antiguos, con
sivos: el nombre de diple, indicaban los textos
tomados de las Sagradas Escrituras, y en
Permanecieron hasta el fin fieles a Hitler... y la paleografía y bibliología actuales se
a los cañones. emplea para encerrar las reconstrucciones
conjeturales de palabras o textos borrados
10.5.12.5. La raya en conjunción o desaparecidos; por ejemplo, en la recons-
con otros signos . 1. Cuando la raya trucción catalográfica de las portadas de
encierra oraciones incidentales iniciadas los libros, en las ediciones críticas y en las
con minúscula, solo puede ir después de paleográficas o diplomáticas. Suele usarse
espacio o precedida de puntos suspensivos, actualmente también en otras obras, espe-
siempre que estos pertenezcan a la oración cialmente en las de filosofía, con funcio-
anterior; coma, punto y coma, dos puntos nes similares a las de las comillas. Emplea-
y punto deben colocarse después de la raya dos por separado, el signo de cierre (>)
de cierre (→ 10.5.8.5.4.3). sirve para indicar, en matemáticas, «ma-
2. Si las oraciones incidentales quedan yor que», y en lingüística, «da origen a»
a final de párrafo, la segunda raya, que (entre dos palabras); y el de apertura (<),
cerraría el inciso, se omite (por razones de «menor que» o «se deriva de», respectiva-
estética): mente.
... deben hacerlo constar en la nota editorial
—edición fonética— o mediante señala-
10.5.14.1. Las antilambdas en con -
miento en cada caso —edición crítica. junción con otros . Les son apli-
signos
cables las mismas reglas que a las comillas
Este uso está en consonancia con lo que se (→ 10.5.8.5.1).
hace en los diálogos cuando la interven-
ción del autor queda a final del párrafo 10.5.15. La contrabarra. También lla-
(→ 10.5.12.2-2.2 ss.). mada antibarra o barra inversa, es una ba-
rra trazada de arriba abajo y de izquierda a
10.5.13. El menos. El menos es un sig- derecha (\), generalmente de la altura de las
no matemático de la sustracción o resta letras mayúsculas, que se usa especialmente
que en lo impreso tiene la longitud de me- en informática.
dio cuadratín (-) (→ 10.5.12.1).
10.5.16. La barra. La barra o diagonal
10.5.14. Las antilambdas. Las anti- es un signo que consiste en una línea recta
lambdas, también llamadas diples, son diagonal trazada de arriba abajo y de de-
un signo doble que adopta la forma de recha a izquierda (/), generalmente de la
dos lambdas tendidas y enfrentadas por altura de las letras mayúsculas.
10.5.16.2. ESCRITURA DE LA BARRA 359

10.5.16.1. Generalidades . Resulta dividido por 12’ o ‘veinticuatro dozavos


sorprendente que un signo tan utilizado (o doceavos)’; en este caso equivale al do-
(figura en el teclado de las máquinas de ble punto (:): 24:12, o a la raya horizontal
escribir, linotipias, monotipias, fotocom- de los quebrados, con la desventaja, en este
posición y autoedición) no haya tenido último caso, de que resulta más engorroso,
registro en el drae 92 ni lo recoja la orae , mientras que la barra permite la escritura
pese a que la Academia lo emplea con en la misma línea.
cierta frecuencia (por ejemplo, en las listas 3. En la escritura de poesía en línea
de abreviaturas de sus obras oficiales). seguida sirve para separar los versos así
Tampoco lo registran las enciclopedias más dispuestos; la barra se coloca entre espa-
importantes del país. Solo desde hace unos cios, después de los signos de puntuación
años lo recogen y definen varios autores: (→ 16.12.1-6; 16.22.3):
Martínez de Sousa, 1974a; 18; Buonocore,
1976: 59; Basulto, 1978: 129; Martín y Duerme, niño del alma, / no tengas miedo, /
Tapiz, 1981: 67. Finalmente, lo registra el por más que el viento silbe / y aúllen los
DRAE01: «Signo gráfico vertical (|) u obli- perros; / [...] (A. de Trueba).
cuo (/) usado para separar». Como se ve, la
Academia llama barra a la pleca (|). Lo nor- También la pleca puede cumplir esta fun-
mal es llamar barra a la oblicua (/). Actual- ción, aunque su uso en este menester sea
mente, como se ve, la Academia le presta la menos común que el de la barra:
atención que se merece, pero de forma con-
tradictoria. No solo por esa inconsecuencia Duerme, niño del alma, | no tengas miedo, |
de llamar barra a dos signos distintos que por más que el viento silbe | y aúllen los
perros; | [...].
tienen su propio nombre y empleo, sino
porque dice que ese signo separa, cuando Cuando se omiten versos, se sustituyen por
en realidad es más apropiado decir que puntos encorchetados entre barras:
aproxima. Por otro lado, la ole 99 (p. 85)
solo registra la forma oblicua (/), que es la Duerme, niño del alma, / [...] / por más que el
que se reconoce como barra. viento silbe / [...].

10.5.16.2. Escritura de la barra . 1. o entre plecas:


Comparada con el guión, la barra tiene
funciones un tanto distintas, pero no exac- Duerme, niño del alma, | [...] | por más que el
tamente contrarias. Mientras el guión une, viento silbe | [...].
relaciona íntimamente (cántabro-astur,
partido Madrid-Zaragoza, período 1950- 4. Aunque la barra puede usarse para
1975, páginas 127-131, relación tinta-pa- la separación de acepciones en un diccio-
pel), la barra «aproxima» dos conceptos nario, son preferibles la pleca doble (||, ||)
distintos, a veces afines, a veces exclu- (que es el signo propio), la barra doble
yentes: justificaciones/motivaciones/expli- (//), la pleca (|) u otro signo que pueda
caciones; minorías/mayorías marginadas; hacer sus veces (una viñeta, por ejemplo)
terrorismo/golpismo; latente/patente. (→ 10.5.19.2-1).
2. En el sistema internacional de unida- 5. En obras de ortografía sirve, en los
des (si) tiene el valor de «(dividido) por»: ejemplos, para indicar el pase de un resto
km/h ‘kilómetros por hora’, m/s ‘metros de palabra a otra línea en la división de
por segundo’, N/m2 ‘newton por metro palabras, o una palabra entera en la se-
cuadrado’ (en kWh no se emplea la barra paración de palabras: ano- / dino; S. / M.;
porque la expresión no es kilovatios por subir por un pino / sendero.
hora, sino kilovatios hora). En matemá- 6. En lingüística se emplea para encerrar
ticas significa «dividido por»: 24/12 ‘24 las trascripciones fonológicas: el diptongo
360 10.5.16.3. DIVISIÓN DE TÉRMINOS UNIDOS CON BARRA

/ui/; la vocal /a/; el fonema /x/, /toras/. Las tos de Occidente; en italiano, e/o; en ale-
letras o palabras así encerradas se escriben mán, und/oder; en francés, et/ou; ade-
de redondo (→ 10.5.10.2). más, otras partículas pueden tomar el
7. Se usa para separar las alternancias mismo modelo gráfico como en francés
ortográficas: gerbo/jerbo, ballico/vallico de/dans (deten); en algunos casos, los au-
(sin espacios), y las indicaciones de divi- tores huyen de la fórmula escribiendo, por
sión silábica: desa- / rrollo, no- / so- / tros, ejemplo, y(o), fórmula que, en tanto que
en este caso entre espacios. «garabato», nada tiene que envidiar a y/o
8. En citas bibliográficas y bibliografías (v. Carnicer, 1983: 169-171). Pues bien: la
sirve a veces para separar el número de la Academia, en la ole 99 (p. 86), ha venido
publicación y el del año: 24/1978, o bien a concederle carta de naturaleza. No debe
el del año y el de la página: 1981/28. En usarse la barra en este oficio. El dpd 05 ya
leyes, decretos, documentos, informes, et- no registra este empleo.
cétera, ejerce funciones similares: decreto 11. En las ediciones críticas sirve para
78/1981; ley 23/81. Tiene otros usos simi- indicar el cambio de línea en el original;
lares en la separación de series, códigos, suele acompañarse de su numeración para
etcétera. En estos casos el signo se «lee»: facilitar las consultas y remisiones.
decreto setenta y ocho barra mil nove-
cientos ochenta y uno; ley veintitrés barra 10.5.16.3. División de términos uni -
ochenta y uno. dos con barra . Cuando sea necesario
9. En algunas abreviaturas puede susti- dividir o separar dos términos unidos con
tuir al punto abreviativo (→ 5.2.3.2). barra, se deja esta a final de línea, sin
10. Hay un uso moderno de la barra, guión, y se pasa el segundo término a la
incluso en textos oficiales y en diccionarios línea siguiente: gratuidad/ / perplejidad. Si
enciclopédicos, que encuentra oposición y los términos están abreviados, lo mejor se-
es justamente rechazado. Alfonso Torrents ría no separarlos, pero pueden darse casos
deis Prats, en «La deplorable utilización de necesidad: hab./km2; podría optarse, en
del “y/o”» (La Vanguardia, 19.4.80, 5, este caso, por desdoblar las abreviaciones,
«Cartas de los lectores»), dice: «Me refiero y escribir habitantes por kilómetro cua-
al párrafo [del proyecto de ley de Huelga] drado, tanto más cuanto que el símbolo
que reza: “Son ilegales las huelgas que se km2 a principio de línea no es correcto
declaren y/o se ejerciten en contra de lo (→ 5.2.10-1).
establecido en la presente ley”. = La com-
binación “y/o”, reprobada incluso por los 10.5.16.4. Errores frecuentes en la
gramáticos ingleses, significa en los textos escritura de la barra . No son correctos
citados que: 1) es ilegal la huelga declara- los siguientes usos de la barra:
da en contra de lo establecido por la ley;
2) es ilegal la huelga ejercitada en contra a) las grafías 15/s, 60/h pueden escri-
de lo establecido por la ley, y 3) es ilegal birse 15 por segundo o quince por
la huelga declarada y ejercitada en contra segundo, y 60 por hora o sesenta
de lo establecido por la ley». Según razona por hora, respectivamente, pero no
Torrents deis Prats, habría bastado con la las formas con barra;
conjunción o, puesto que «Si los supuestos b) en una expresión como 30 mglkgl
de ilegalidad contemplados en 1 y 2 lo día, la grafía correcta es 30 (mg/
son ya por entidad propia, ¿cabe imaginar kg)/d o mg/(kg/d) (→ 10.5.9.2-1), ya
que su concurrencia pueda dar lugar a un que la grafía con dos o más barras
acto legal?». Sin embargo, este «garaba- es incorrecta;
to gráfico», como lo llama Torrents deis c) es igualmente incorrecto, en las fe-
Prats, no se usa solo en español e inglés chas, escribir mayo/1981; la barra
(and/or), sino en todos los idiomas cul- no cumple aquí ninguna función, y
10.5.20.1. GUIÓN MORFOLÓGICO, LÉXICO O LEXICAL 361

lo mejor es omitirla: mayo del 2001. por la otra, salvo indicación en contrario.

10.5.17. La barra doble. La barra do- 10.5.19.2. Escritura de la pleca do -


ble es un signo que consiste en dos barras ble . 1. Se usa en los diccionarios para
juntas (//). Tiene los mismos usos, aunque separar las acepciones de una palabra
es menos empleado, que la pleca doble (→ 10.5.16.2-4). Va siempre precedida de
(→ 10.5.19; 10.5.19.2-3). En las ediciones punto y espacio y seguida de espacio, que
críticas sirve para indicar el cambio de pá- debe ser el normal de la línea.
gina en el original (suele acompañarse del 2. Puede emplearse en lugar del igual
folio correspondiente: //245) (→ 10.5.16.2- (=) para indicar, en las citas directas,
10; 16.12.3.1f). que en el original se pasa a otro renglón
(→ 10.5.21.2-1).
10.5.18. La pleca. La pleca es un sig- 3. En lingüística se usa para indicar pau-
no que consiste en una raya vertical (|). sas; por ejemplo, la cesura (en el verso lati-
La palabra pleca la recoge el drae con no o griego, pausa en el interior de un pie);
la definición de «Filete pequeño y de una si el verso se escribe de cursiva, en lugar
sola raya», definición muy imprecisa. Se de pleca doble se puede escribir barra doble:
ha usado en imprenta horizontalmente
debajo de un título o para separar dos ¡Oh muerte que das vida! || ¡Oh dulce olvido!
textos, pero igualmente puede aplicarse (fray Luis de León).
con el uso técnico que aquí se explica. Esta ¡Oh muerte que das vida! // ¡Oh dulce olvido!
acepción no tiene registro académico, pero (fray Luis de León).
la Academia emplea el signo, por ejemplo,
en el Esbozo (1973: 66, n. 7; 67; 108; 109, (→ 10.5.17).
n. 11), donde lo denomina línea vertical
y trazo vertical, nombres genéricos que 10.5.20. El guión. El guión es un signo
no valen como términos concretos. Tiene que consiste en una rayita horizontal (-),
usos convencionales. En lexicografía suele equivalente aproximadamente a la mitad
emplearse para separar las subacepciones del menos (-) o a la cuarta parte de la raya
cuando las acepciones se separan con la (—). En el mundo de la tipografía se lo
pleca doble. En caso de necesidad puede suele llamar con más frecuencia división
sustituir a la barra en la disposición de los (→ 3.1-1).
versos en línea (→ 10.5.16.2-3). El guión tiene tres funciones principa-
les:
10.5.19. La pleca doble. La pleca do-
ble es un signo que consiste en dos plecas a) unir palabras compuestas o que tie-
paralelas (||, ||), cuyo origen tal vez sea el nen entre sí algún grado de depen-
antígrafo o calderón (→ 10.5.30). dencia (guión morfológico, léxico o
lexical; → 10.5.20.1);
10.5.19.1. Generalidades . La Acade- b) relacionar unas con otras dos o más
mia, que usa la pleca doble (por ejemplo, palabras, números, etcétera (guión
en el drae ), no la nombra ni define. En me- prepositivo; → 10.5.20.2);
canografía se sustituye por la barra doble, c) indicar la división de una palabra que
ya que el teclado de la máquina de escri- no cabe entera en la línea o renglón
bir no dispone de la pleca. Normalmente, (guión silábico o lineal; → 3.1).
aunque en lo impreso puede emplearse
la barra doble con el mismo fin que la 10.5.20.1. Guión morfológico , léxi -
pleca doble (→ 10.5.17), al convertir el tex- co o lexical . Guión que se utiliza para
to mecanográfico en composición tipográ- indicar la unión de dos términos que se
fica, suele sustituirse automáticamente la una hallan a medio camino entre la composi-
362 10.5.20.1.1. EL GUIÓN EN LOS COMPUESTOS POR PREFIJACIÓN

ción consolidada y los que se escriben en res tienden a introducir un guión clarifica-
dos palabras. dor entre el prefijo y el poscomponente; por
ejemplo, post-romántico, post-reducción,
10.5.20.1.1. El guión en los compuestos post-renacentista; Font Quer (1953: xxi)
por prefijación. 1. Cualquiera que sea el cita la grafía pro-ustilago «para soslayar
tipo de prefijo (separable, como contra en la diptongación de la u». Podrían añadirse,
contrahacer, o inseparable, como semi- naturalmente, postliminio, subletal, subrei-
en semidormido), los compuestos por pre- no, etcétera (→ 1.3.2.4). El guión no tiene,
fijación se escriben siempre en una sola pa- entre sus funciones, la de desambiguar la
labra, sin guión ni separación de sus miem- pronunciación de las palabras, al menos
bros. La explicación reside en el hecho de en español, y recurrir a él en estos casos
que toda palabra compuesta de un prefijo supondría llenar con este signo cualquier
más un elemento significativo forma una escrito. Por consiguiente, en todos los casos
nueva palabra en la que el poscomponente mencionados y otros de igual formación
queda alterado según la significación del debe evitarse el uso del guión.
precomponente o prefijo. 4. Caso especial lo representan los com-
2. Suele haber, en algunos casos, eta- puestos en los que a un prefijo sigue un
pas intermedias, no siempre justificadas nombre escrito con mayúscula, una sigla
ortográficamente, en que a la escritura en o una cifra. Dado que grafías como, por
bloque le precede una primera etapa de ejemplo, antiFérez (o AntiPérez), antiO-
escritura en dos términos (por ejemplo, TAN (o AntiOTAN), sub23 (o Sub23)
pro chino, pro soviético), seguida de una no son idiomáticas en español por incohe-
segunda etapa de escritura intermedia con rencia gráfica, se impone necesariamente
guión (pro-chino, pro-soviético), para de- la utilización del guión para indicar que
sembocar en la grafía correcta cuando ya la se trata de una grafía intencionalmente
lexicalización de ambos componentes hace unitaria, pero formalmente unida por el
que se vea la palabra como una unidad guión, a falta de otro recurso; así, las
gráfica (prochino, prosoviético) (v. Polo, grafías anteriores deben aceptarse de esta
1974: 156-157). Sin embargo, lo desea- manera: anti-Pérez, anti-OTAN, sub-23
ble es que toda palabra formada por este (o con la primera palabra con mayúscu-
procedimiento (prefijo + poscomponente), la, si es necesario); no parece aconseja-
aunque sea un neologismo, se escriba en un ble el uso del apóstrofo en estos casos:
solo término. Casares (1952: 99) aconseja anti’Pérez, anti’OTAN, sub’23, puesto que
el uso del guión en la formación de com- aquí no se produce ninguna elisión (→ 6.9;
puestos que no figuran en el drae , pero 10.4.20.1-1).
parece que es preferible aplicar la regla a 5. Otro problema es el planteado por la
toda palabra formada por el mismo pro- partícula ex. Dice el DRAE92: «Antepuesta
cedimiento, sin hacer distinciones en razón a nombres de dignidades o cargos, denota
de que esté o no admitida por la Academia. que los tuvo y ya no los tiene la persona de
El drae no recoge, ni mucho menos, todas quien se hable; v. gr.: ex provincial, ex mi-
las palabras que se utilizan en español, pe- nistro. || También se antepone a otros nom-
ro en el caso de los compuestos tampoco es bres o adjetivos de persona para indicar
imprescindible que los recoja: bastaría con que esta ha dejado de ser lo que aquellos
que registrase todos los prefijos existentes significan: ex discípulo, ex monárquico. ||
(y ni siquiera esta es una condición indis- Forma parte de locuciones latinas usadas
pensable para seguir la recomendación de en nuestro idioma; v. gr.: ex abrupto, ex
escribir siempre en bloque los compuestos cáthedra». Pese a tratarse de un prefijo, la
de prefijo + poscomponente). Academia lo escribe separado del nombre
3. En algunos casos, con el fin de evitar o adjetivo a que afecta. Para resolver el
pronunciaciones incorrectas, ciertos auto- problema (puesto que la grafía de la Aca-
10.5.20.1.1. EL GUIÓN EN LOS COMPUESTOS POR PREFIJACIÓN 363

demia parece inaceptable), Casares (1952: que hasta el presente ningún lingüista ca-
98) proponía usar el guión: ex-director, ex- yera en la cuenta de que ex es un adjetivo
-diputado, ex-republicano, lo que «permite en español. Se entiende que sea sustanti-
conservar la mayúscula a los nombres que vo en el uso moderno y familiar: La ex de
la requieren: ex-Rey, ex-Presidente...». Seco Pepe, El ex de Eva, pero no en el sentido
(1998: s. v. ex-) dice que delante de nom- clásico con el significado de «que fue y ya
bres o adjetivos de persona «se suele escri- no es»: exministro = fue ministro y ya no
bir separado del nombre o adjetivo, y así lo lo es. ¿Cómo puede suponerse que aquí ex
usa la Academia: ex ministro, ex diputado. cumple las funciones de un adjetivo? ¿Qué
Pero, tratándose de un prefijo, sería normal cualidad o accidente tiene en relación con
escribirlo unido al nombre: exmonárquico; ministro? La grafía, pues, de la partícula
o enlazado por medio de un guión, con lo ex, en este sentido, debe consistir en unirla
cual se conserva la posibilidad de mante- con el poscomponente, siempre sin guión.
ner la mayúscula: ex-Diputado, ex-Rey». A este respecto, el drae tiene un compor-
Carnicer (1977: 83-84) llama la atención tamiento muy irregular: escribe en una
sobre la incongruencia de escribir ex libris sola voz exabrupto (sustantivo), excautivo,
(sustantivo) junto a exabrupto y exvoto. excombatiente y exvoto; en una o dos, exli-
Añade que si exlibrista se escribiera en dos bris o ex libris, y en dos ex abrupto (modo
términos (ex librista), «vendría a signifi- adverbial), ex cathedra, ex profeso; todas
carse este absurdo: los que fueron amigos estas palabras deberían escribirse en un so-
de los libros». Lozano Ribas (s. a., 67) re- lo término, pues no hay razón para escribir
chaza también la escritura en dos palabras: ex profeso si se acepta exvoto, y tampoco
«[...] si tales combinaciones de vocablo la hay para escribir ex ministro si se acepta
latino con otro castellano se escriben for- excautivo y excombatiente. En la actua-
mando una sola dicción, como ocurre en lidad (2012), algunos lingüistas cercanos
todas las compuestas, ¿a qué viene escribir a la Academia mantienen la opinión de que
la partícula ex separada del nombre a que la partícula ex no puede juntarse a voces
se refiere?». Polo (1974: 155-158) analiza como alto en sintagmas como exalto cargo.
varias grafías posibles, como ex Ministro, No se ve fácilmente por qué eso no ha de
Ex-ministro, Exministro, ex-Ministro, ¿Ex ser así, pero se puede añadir que la fórmula
ministro, exMinistro? La mejor es exmi- exviceprimer ministro, más compleja aún,
nistro, sin duda, puesto que ni ministro, ni ha sido usada normalmente por periódicos
rey, ni diputado, ni presidente son nombres como El País (por ejemplo, el 04/05/06, 2).
propios (solo excepcionalmente, en textos A mayor abundamiento, la misma Acade-
oficiales, adquieren esa categoría, y enton- mia, en el DE05 (s. v. ex-), dice que puede
ces la grafía debe ser Exministro, Exrey, escribirse separado o unido con guión a
etcétera, como se escribe Contrarreforma y la palabra a que precede. Según esto, las
no contra-Reforma). (Obsérvese, de paso, grafías ex-jugador, ex-capital son correc-
la grafía de exrey y la que corresponde a tas. De aquí a escribir el prefijo unido a la
exrepublicano: se escriben con r y no con rr palabra base solo hay un paso. Este paso
porque x suena [ks], y después de s se escri- lo dio la Academia en la OLE10 (p. 538) al
be r [→ 1.3.19.1-1.2.2 (x)].) Sin embargo, establecer que cuando el prefijo aparezca
el DRAE01 nos dice ahora, por primera vez, separado de su base se escribirá unido
que la partícula ex es un adjetivo que signi- a ella, como en examigo, exalcaldesa, y
fica «Que fue y ha dejado de serlo», y pone cuando afecte a una base pluriverbal, co-
estos ejemplos: ex ministro, ex marido. La mo en ex alto cargo, ex capitán general, se
segunda acepción, también registrada por escribirá separado de su base. Sin embargo,
primera vez, dice que significa «Persona esta segunda solución arrastra problemas,
que ha dejado de ser cónyuge o pareja porque en el ejemplo mencionado antes,
sentimental de otra». Resulta asombroso exviceprimer ministro, uno no encuentra
364 10.5.20.1.2.1. EL GUIÓN EN LOS COMPUESTOS DE DOS ADJETIVOS Y DOS SUSTANTIVOS

graves inconvenientes en escribirlo pegado grafía tupiguaraní la perdería (lo cual, por
a su base, por más que esta sea compleja. otro lado, se da también en otros casos
Es cierto que se pueden presentar casos [→ 4.3.5-2] que se admiten, por lo que tu-
dudosos, como en ex chico de los recados, piguaraní sería asimismo aceptable), desu
pero no parece que debiera ser muy pro- registra también gramo-fuerza y gramo-
blemático para su intelección cabal si se -masa (cuyas grafías correctas son gramo
escribiera exchico de los recados, lo mismo fuerza y gramo masa, aunque se escriba,
que en exalto cargo, excapitán general, bien, equivalente-gramo), guit-guit (ave),
exteniente coronel. kala-azar (enfermedad) y mata-ratón. En
la grafía ordinaria, el término año de luz
10.5.20.1.2. El guión en los compues- que recoge el drae 84 suele ser convertido
tos de dos adjetivos y dos sustantivos. El en año-luz, pero más correcto es año luz
procedimiento de unir términos compues- (como ahora, en el drae 92 y en el DRAE01,
tos con guión léxico no es propio del espa- registra la Academia). Existen, sin embar-
ñol en la medida en que lo es del francés, go, algunas palabras que incorrectamente
el portugués y el catalán, donde muchos suelen escribirse con guión, cuando en rea-
términos se unen con guión en lugar de lidad deben escribirse en un solo término;
escribirlos en dos palabras o en una sola. por ejemplo, beri-beri por beriberi, can-can
En efecto, no suele la Academia utilizar por cancán, hara-kiri por harakiri, tan-tan
mucho el guión para unir las partes de un por tantán, tic-tac por tictac, tun-tun por
compuesto, pero se dan algunos casos. Por tuntún, zig-zag por zigzag.
ejemplo, en el drae 92 escribía agar-agar,
aovado-lanceolada, astur-leonés, balto- 10.5.20.1.2.1. El guión en los compues-
-eslavo, judeo-español, caá-miní, cha-cha- tos de dos adjetivos. 1. En relación con
-chá, cri-cri. Actualmente, en el DRAE01, los compuestos que son gentilicios, la nor-
escribe, respectivamente, agaragar, aova- ma 22.a de las promulgadas por la Acade-
dolanceolada, asturleonés, baltoeslavo, ju- mia en 1959 dice: «Cuando los gentilicios
deoespañol, caaminí, chachachá, cricrí. Sin de dos o más pueblos o territorios formen
embargo, la Academia admite en esta edi- un compuesto aplicable a una tercera enti-
ción alternancias como galaicoportugués dad geográfica o política en la que se han
o galaico-portugués, gallegoportugués o fundido los caracteres de ambos pueblos
gallego-portugués, castellano-leonés o cas- o territorios, dicho compuesto se escribirá
tellanoleonés, castellano-manchego o cas- sin separación de sus elementos: hispano-
tellanomanchego, fino-ugrio o finoúgrio. americano, checoslovaco. En los demás
Habría que preguntarse: si siempre escri- casos, es decir, cuando no hay fusión, sino
be hispanoamericano, hispanomusulmán, oposición o contraste entre los elementos
hispanojudío, hispanorromano, judeocris- componentes, se unirán estos con guión:
tiano, judeoespañol, navarroaragonés, sin franco-prusiano, germano-soviético». Esta
guión, ¿por qué ahora duda entre el guión norma es tan endeble y caprichosa que la
y su ausencia y admite las alternancias propia Academia no la cumple, al haber
mencionadas, que solo contribuyen gra- admitido (1984), como se ha visto en el
tuitamente a hacer más difícil la escritura? párrafo 10.5.20.1.2, astur-leonés y astur-
En esta edición del drae la Academia leonés, navarro-aragonés y navarroarago-
escribe con guión esquimal-aleutiano, nilo- nés. No hay motivo racional para que no
-sahariano, tucu-tuco. Es de esperar que se pueda escribir guerra francoprusiana,
en la próxima prescinda de él y escriba tratado anglonoruego, pacto hispanopor-
esquimalaleutiano, nilosahariano y tucu- tugués, casos en los que los adjetivos in-
-tuco. Pese a todo, tal vez valga la pena el dican entre quiénes se da la guerra, el tra-
guión en tupí-guaraní, con objeto de man- tado o el pacto; ya queda implícito en los
tener la acentuación de tupí, ya que con la propios sustantivos si se trata de algo que
10.5.20.1.2.1. EL GUIÓN EN LOS COMPUESTOS DE DOS ADJETIVOS 365

separa (guerra) o algo que une o aproxima en el uso del guión, no alcanza la sufi-
(tratado, pacto). Según la norma académi- ciente especificidad como para conseguir
ca, parece como si al guión se le quisieran tal propósito, porque lo que se dice de los
conferir funciones ideológicas. En la OLE99 gentilicios separados por el guión es exac-
(p. 83), la Academia se muestra a medio tamente aplicable a los escritos en una sola
camino entre mantener esta norma o elimi- voz. ¿Acaso no puede aplicarse lo mismo a
narla. Dice: «Cuando dos gentilicios for- hispanorromano, francocanadiense y nava-
man una palabra compuesta, esta se puede rroaragonés? Es decir, ¿no está implícita en
escribir separando o no ambos elementos estos compuestos la existencia de una pre-
con un guión. Si el compuesto resultante posición o una conjunción? En los ejemplos
se siente como consolidado, lo escribire- escritos sin guión, ¿no permanece invariable
mos sin guión. Ejemplos: hispanoárabe, el primer elemento, mientras que el segundo
francocanadiense. Si el compuesto no es concuerda en género y número con el sus-
sentido como unidad, puede escribirse con tantivo, exactamente igual que los escritos
guión. Ejemplos: luso-japonés, hispano- con guión? ¿No es cierto que hay que in-
-ruso». Esta liberalidad para permitir que terpretar ciudadano francocanadiense, por
cada cual escriba los compuestos tal como ejemplo, como un ciudadano que participa
los sienta es contraria a toda normativa. La por igual de la propiedad de ser francés y
Academia tropieza aquí con un problema canadiense al mismo tiempo, exactamente
práctico: ¿qué haremos, actualmente, con igual que en frontera chileno-argentina, es
checoslovaco? Si el escribiente lo siente co- decir, chilena y argentina? Entonces, ¿qué
mo unidad (lo cual va contra la realidad), cometido tiene el guión en estos casos?
lo escribirá junto; si, por el contrario, es 2. Hay otro grupo de compuestos de
consciente de que actualmente se trata de dos o más adjetivos, de los que dice el Es-
dos naciones separadas, escribirá checo- bozo (1973: 79-80): «Se distinguen [...] por
-eslovaco. Pero si entre estos dos países el hecho de que no se atienen en general a
se firma un tratado, ¿por qué razón se ha modelos griegos o latinos y por la tenden-
de escribir checo-eslovaco, si en el caso de cia de la escritura de no aglutinar sus com-
hispanoárabe hay menos afinidad que en ponentes en una palabra, sino separarlos
checoslovaco? El dpd (s. v. guion1 o guión, mediante guión. En este punto se observa
§ 1.1.3a) dice en relación con esto: «Si en el cierta variedad: democristiano o demo-
sustantivo al que se aplica el gentilicio com- -cristiano, judeoespañol o judeo-español,
puesto se fusionan los caracteres propios de variables socioeconómicas o socio-econó-
cada uno de los elementos que lo forman, micas, técnicos agropecuarios, síntomas
no se escribe guión entre ellos: [ciudad] oraldepresivos, estudios histórico-crítico-
hispanorromana, [ciudadano] francocana- -bibliográficos». Al respecto, la norma 23.a
diense, [dialecto] navarroaragonés. [...] Si de las promulgadas en 1959 decía: «Los
lo que se desea es poner en relación dos compuestos de nueva formación en que en-
adjetivos gentilicios que conservan su re- tren dos adjetivos, el primero de los cuales
ferencia independiente, se escribe guión conserva invariable la terminación masculi-
entre ambos: [relaciones] germano-sovié- na singular, mientras el segundo concuerda
ticas, [frontera] chileno-argentina, [cum- en género y número con el nombre corres-
bre] luso-española. Aquí el guión funciona pondiente, se escribirán uniendo con guión
con valor de enlace similar al de una prepo- dichos adjetivos: tratado teórico-práctico,
sición o una conjunción, y, como se ve en lección teórico-práctica, cuerpos técnico-
los ejemplos, el primer elemento permanece -administrativos». Como se ve, mientras
invariable, mientras que el segundo con- las nuevas normas prescriben el guión, el
cuerda en género y número con el sustan- Esbozo duda entre el guión y la fusión. A
tivo». Esta última parte de la norma, que modo de ensayo, y para hallar una salida
es la que trata de justificar la disparidad en este punto, ciertamente no demasiado
366 10.5.20.1.2.2. EL GUIÓN EN LOS COMPUESTOS DE DOS SUSTANTIVOS (APOSICIONES)

esclarecido por la normativa académica, blema puede presentarse cuando en lugar


tal vez podrían aplicarse los siguientes de solo dos adjetivos se juntan tres o más:
criterios: estudio histórico-filosófico-etimológico; en
estos casos, en realidad, habría que optar
a) cuando el primer elemento sea clara- por otra disposición: estudio histórico, filo-
mente una forma contracta del adje- sófico y etimológico, pero debe admitirse la
tivo, deben escribirse ambos compo- grafía con guión en casos como problema
nentes en un solo término; por ejem- humeano-kantiano-popperiano, cultismo
plo, democristiano (de demócrata y ideológico-léxico-sintáctico. El drae regis-
cristiano), socioeconómico (de social tra los términos recurso contencioso admi-
y económico) (demo- y socio- están nistrativo y sistema métrico decimal, que,
admitidos ya por la Academia como según su propia doctrina, debería haber
precomponentes), agropecuario (de escrito con guión intermedio. En realidad,
agro [= agrario] y pecuario), sado- este punto de la ortografía sigue estando
masoquismo (de sadismo y maso- aún algo oscuro, pero tal vez las indicacio-
quismo); neuroquirúrgico (de nervio nes anteriores ayuden a esclarecerlo.
y quirúrgico); 3. Por lo que respecta a los compuestos
b) cuando el primer elemento, aunque formados por dos nombres de colores, se
no adopte forma contracta, ejer- atenderá al oficio que desempeñen; si el
ce en el compuesto la función de primero actúa de sustantivo, la grafía debe
precomponente, debe este compues- ser en dos palabras:
to escribirse en un solo término,
sin guión intermedio; por ejemplo, El castaño rojizo me agrada más que el ama-
rillo verdoso.
fisicoquímico, anatomopatológico,
anatomofisiológico, uretrogenital, Aquí, castaño y amarillo son sustantivos,
dermatoesqueleto, bucofaríngeo, y rojizo y verdoso, adjetivos. Sin embargo,
oraldepresivo; grecorromano, cel- si los nombres de los colores actúan de
tohispano; auriculoventricular; será adjetivos, la escritura debe ser en un solo
potestativo escribirlos en dos pala- vocablo:
bras o en un solo término cuando
el primer elemento permanece sin Me llevo esta ánfora castañorrojiza;
alteración; por ejemplo, partido cris- Me encanta aquella blusa amarilloverdosa.
tianoliberal o cristiano liberal, parti-
do democratacristiano o demócrata Solamente deben escribirse en dos términos
cristiano; cuando se utilizan con las palabras color
c) si los términos que forman el com- o tono:
puesto no están lexicalizados, podrá
utilizarse el guión: estudio histórico- El color castaño rojizo destaca más;
-crítico, lección teórico-práctica; pe- El tono rojo amarillento no me gusta.
ro será preferible escribirlos en un
solo término: politicoadministrativo, También se escriben en una sola palabra
politicorreligioso, historicoartísti- los sustantivos lexicalizados que el drae
co, maniacodepresivo (pese a que el registra en una voz: verdemar, verdemon-
drae , s. v. ciclotimia, escribe psicosis taña, etcétera.
maníaco-depresiva).
10.5.20.1.2.2. El guión en los compues-
En general, se puede seguir en estos casos tos de dos sustantivos (aposiciones). Se
el modelo establecido por la propia Acade- dice que dos nombres están en aposición
mia al escribir navarroaragonés o navarro- cuando el segundo califica o determina
aragonés, etcétera (→ 10.5.20.1.2). El pro- al primero, como buque escuela, decreto
10.5.20.1.4. GUIÓN ESTILÍSTICO O GEMINADO 367

ley, coche cama, pez espada, mesa ca- guión. Si el texto dice que la Academia los
milla, puerta cancel, guardia civil, radio registra sin guión (y es cierto), ¿qué razón
pirata, bomba lapa, coche bomba, célula hay para establecer la grafía preferente con
madre, etcétera. Moliner (1980: i, 1440, guión cuando el término es acomodaticio
s. v. guión; 1998: 1524) dice: «El nombre o no está lexicalizado? ¿Qué cometido de-
de una cosa formado por la unión de dos sempeña ahí el guión, por más que algunos
nombres puede escribirse en dos palabras escribientes, ante la duda, lo coloquen? Lo
separadas o con guión: ‘pájaro mosca’ o que hay que establecer de forma general es
‘pájaro-mosca’, ‘espacio tiempo’ o ‘espa- la grafía sin ese aditamento, ya que este no
cio-tiempo’». Sin embargo, con acierto, la está justificado.
Academia escribe estas aposiciones en dos
términos sin guión, que no necesitan (salvo, 10.5.20.1.3. El guión en nombres pro-
por ejemplo, café-cantante y café-teatro, en pios compuestos. La costumbre de colocar
el drae 92 y DRAE01). A las ya menciona- guión para unir los elementos de un nom-
das pueden añadirse otras como camión bre propio compuesto, sea antropónimo
cisterna, camión tienda, carta encíclica, o topónimo, no cuenta con demasiados
sofá cama, vagón restaurante, buque fan- antecedentes en español, salvo casos espe-
tasma, ciudad satélite, día fenómeno, fecha ciales y aislados. Sin embargo, sobre todo
símbolo, noticia bomba, ataque sorpresa, por lo que respecta a los antropónimos, en
coche patrulla, carta bomba, libro denun- la actualidad hay razones para hacer otras
cia, conferencia cumbre, niño soldado, tra- excepciones (→ 7.1.1.5; 7.2.3.6).
je sastre, guerra relámpago, hombre rana,
hombre masa, idea fuerza, mujer felino, 10.5.20.1.4. Guión estilístico o gemina-
situación isla, hombre anuncio, etcétera do. 1. Es el que suele colocarse, en un tér-
(v. Mejía, 1977: 91-92, 116). Debe usarse mino compuesto, para separar sus elemen-
el guión solo en los términos en que se elide tos cuando conviene hacer hincapié en una
la preposición por: pasajeros-kilómetro, de las acepciones de tal compuesto; por
horas-hombre, alumnos-cama, kilómetros- ejemplo, se escribe estilísticamente re-vista
-hora (no se escribe kilovatio-hora porque cuando se quiere resaltar la acepción de
la expresión es kilovatio hora, no kilova- «segunda vista» y no la de «medio de co-
tiopor hora). La ole 99 no tiene en cuenta municación social» (revista); re-crear ‘vol-
este uso del guión, pero sí el dpd 05 (s. v. ver a crear’, distinto de recrear ‘distraer’;
guión2, § 1.1.2a), que dice: «[el guión sirve] re-publicano (irónicamente, ‘que vuelve a
Para crear compuestos ocasionales median- publicar algo ya publicado’), distinto de
te la unión de dos sustantivos, de los cuales republicano ‘partidario de la república’;
el segundo actúa, en aposición, como mo- re-formar ‘volver a formar’, distinto de
dificador del primero, formando ambos un reformar ‘enmendar’.
concepto unitario [y pone como ejemplo Este guión puede crear un problema
viviendas-puente, tomado de El País]. Este gráfico (y, por consiguiente, ortográfico)
tipo de compuestos apositivos puede es- cuando el lugar en que se encuentra coin-
cribirse también sin guión, con espacio in- cide con el guión silábico, es decir, la divi-
termedio. Esto ocurre cuando la aparición sión de la palabra por ese mismo punto.
conjunta de ambos sustantivos se generali- Por ejemplo, si un autor se refiere a la
za en el uso y el concepto unitario que am- re-creación y la palabra le queda dividida
bos designan pasa a formar parte del léxico por re- / creación, el guión morfológico se
asentado; así ha sucedido con expresiones ha convertido, por azar, en guión lineal,
como sofá cama, ciudad dormitorio, hom- frustrando el efecto que el autor preten-
bre rana, etc., que el Diccionario académi- día con ese guión estilístico. Solo se me
co recoge sin guión». Cabe preguntarse qué ocurre una solución al problema: repetir
es lo que justifica la etapa de escritura con el guión, dejando el silábico al final de
368 10.5.20.1.4. GUIÓN ESTILÍSTICO O GEMINADO

la línea y poniendo uno, morfológico, al simple, por lo que la grafía de Moliner


principio de la siguiente (guión que podría habría debido ser infra-rojo; el guión dia-
denominarse, en esta función, diacrítico o crítico o geminado hubiera desambigua-
geminado, como una especialización del do la situación: infrarrojo o infra- / -rojo
morfológico). Hay precedentes de este uso (→ 4.9).
en el idioma portugués, donde, en las pa- 2. Otro caso de guión estilístico se da
labras compuestas de un tiempo verbal y cuando un sintagma se construye con guio-
un pronombre enclítico (del tipo deitar-se), nes en lugar de espacios:
si ambos componentes quedan divididos,
se repite el guión en la línea siguiente: La-ola-de-erotismo-que-nos-invade;
El Estado-patrimonio-personal-del-general-
deitar- / -se. Es el mismo método que au- -gallego;
tores y traductores suelen seguir cuando, a Andrés era un-buen-chico;
causa de la longitud de la línea, no les cabe El hombre-que-esperaba-la-muerte;
el segundo término del compuesto; enton- Objeto que-debe-ser-evitado.
ces escriben, por ejemplo, hebraico- / -espa-
ñol para indicar que la grafía que quieren A veces se usan los guiones para separar
es hebraico-español y no hebraicoespañol, expresivamente todas las letras de una o
también posible. Hay casos claros de ne- más palabras:
cesidad de este guión; por ejemplo, Polo
(1974: 157), al ejemplificar en el sentido de Una chica e-s-t-u-p-e-n-d-í-s-i-m-a;
que prosecretario podría escribirse también Seleccionaba los discos desenfadada y c-a-r-i-
pro-secretario, por causa de la división a -ñ-o-s-a-m-e-n-t-e.
fin de línea obtiene este resultado: «En ca-
sos como prosecretario cabe, naturalmente, Como se ve, en este recurso estilístico tam-
esta grafía o pro- / secretario», con lo que, bién puede ser necesaria la utilización del
al coincidir a final de línea el guión mor- guión diacrítico o geminado de que se ha
fológico con el lineal, se destruye el efecto hablado en el párrafo anterior, al dividir
didáctico que el autor pretendía, pues la entre dos líneas una palabra así escrita.
realización de esa palabra es prosecretario, 3. Otro caso que también puede con-
como el primer ejemplo, y no prosecreta- siderarse de guión estilístico, aunque de
rio. Algo similar le sucede a Seco (1986: otro orden, consiste en unir con guión una
67, s. v. baloncesto), cuando dice: «Este es partícula (generalmente no) y el sustantivo
el nombre español del deporte que en inglés o adjetivo al que afecta:
se llama basket- / hall (o basketball)». Está
claro que el autor quiere hacer hincapié en los no-católicos o no-cristianos;
que puede aparecer escrito con guión mor- la geometría no-euclidiana;
fológico separando sus dos componentes los partidarios de la no-violencia;
ingleses (basket-ball) o bien en un solo tér- los países no-alineados;
mino (basketball), pero la división casual la no-preparación frente al peligro;
hace que el guión morfológico coincida con experiencias no-sexuales.
el lineal, con lo que se pierde el efecto que
se buscaba. Moliner (1980: i, 1440) tiene Este uso no es idiomático en español, pese a
otro ejemplo aún más grave; refiriéndose su frecuencia en ciertos textos; sin el guión
a que infrarrojo también puede escribirse tienen el mismo sentido, puesto que el ad-
(en su opinión, no en la mía) infra-rojo, verbio no afecta siempre a la palabra que le
este último ejemplo le queda a final de sigue en construcciones de este tipo. Suele
línea y escribe infra- / rrojo, o sea, infra- ser habitual en textos de sicoanálisis, como
rrojo, grafía a todas luces errónea, ya que el yo y el no-yo, el yo-placer, el yo-realidad,
los compuestos unidos con guión mantie- casos en los cuales debe respetarse. Lázaro
nen sus características gráficas de término Carreter (1971: 148) escribe: «hay una
10.5.20.2. EL GUIÓN PREPOSITIVO ENTRE PALABRAS 369

no-linealidad o distaxia [...]» (v. Marcos un término compuesto se correlaciona con


Marín, 1979: 107, 110, 111). Como en los otro cuyo poscomponente es el mismo,
dos párrafos anteriores, también aquí sería suele abreviarse el primero con solo el
necesaria la utilización del guión diacrítico precomponente; por ejemplo, elementos
o geminado (→ 10.5.20.1.4-1). bi- o tridimensionales; planchas bi-, tri- o
polimetálicas; lo pre- y posrevoluciona-
10.5.20.1.5. El guión en precompo- rio; dextro- y levognatismo; vestíbulo- y
nentes y poscomponentes. 1. Cuando un linguoclusión; en la escritura de estos
precomponente o un poscomponente se y otros casos parecidos debe hacerse uso
utilizan en calidad de tales, se escriben con del guión, precisamente indicativo de que
guión, que se pospone en el primer caso y no se está utilizando el precomponente
se antepone en el segundo. A este respecto, como una palabra más, sino como correla-
el drae 92, al definir el término elemento tiva de la que le sigue; así: elementos bi- o
compositivo, dice: «En los encabezamien- tridimensionales (es decir, bidimensionales
tos de los artículos correspondientes, el o tridimensionales), planchas bi-, tri- o
presente Diccionario los registra seguidos polimetálicas, vestíbulo- y linguoclusión,
de guión si inician el compuesto, y pre- etcétera. Obsérvese el caso mencionado
cedidos de guión si se posponen a otro en último lugar: si se escribe sin guión hay
u otros morfemas: auto-, fono-, -'fono, que escribir vestíbulo, con tilde; sin embar-
grafo-, -'grafo». La Academia, al tratar go, el uso de guión es indicativo de que la
este tema (OLE99, 85, n. 85; dpd 05, s . v . palabra se utiliza como precomponente, y
guion1 o guión, § 3.2.1), dice: «[...] si a pierde la tilde: vestíbulo- y linguoclusión
la sílaba que precede a dicho segmento le (es decir, vestibuloclusión y linguoclusión)
corresponde llevar tilde, esta se colocará (→ 4.3.5-1).
sobre el guión», como en -'fago. La verdad
es que la norma es bien difícil de cumplir 10.5.20.2. Guión prepositivo . Entre
y no es seguro que todos los composito- el guión morfológico y el silábico se sitúa
res de textos sepan cómo se consigue el que aquí llamo prepositivo, que tiene
esa virguería gráfica. De hecho, debe con- cometidos distintos de los otros dos. Por
siderarse igualmente correcta esta otra ejemplo, el que une dos palabras, dos ci-
grafía, menos exacta desde el punto de fras, una palabra y una cifra o a la inversa,
vista lingüístico, pero más natural y fácil sin que se trate de términos compuestos
de obtener: -'fago, que a la postre viene (caso en el cual el guión sería morfoló-
a decir lo mismo para un no especialista. gico). En la mayor parte de las situacio-
(Si lo que se destaca es una letra o conjun- nes sustituye a una preposición (o esta se
to de letras que ocupan posición interior halla inmediata), raramente a una conjun-
en una palabra, se colocan entre guiones: ción.
-br-, -gn-.)
2. De igual manera, cuando en una obra 10.5.20.2.1. El guión prepositivo entre
didáctica se usan con esas funciones, se palabras. He aquí unos ejemplos de guión
utiliza el guión para indicar que se emplean prepositivo entre dos o más palabras que
con valor de precomponente o de pos- no forman término compuesto: distancia
componente y no con otro que la palabra foco-placa (desde el foco hasta la pla-
pueda tener; por ejemplo, auto, abrevia- ca), partido de fútbol Madrid-Barcelona
miento de automóvil, es distinto de auto-, (del Madrid contra el Barcelona), relación
precomponente que significa «por sí» o tinta-papel (de la tinta con el papel), direc-
«sí mismo». Fuera de estos casos, es decir, ción norte-sur (del norte al sur), combate
en composición, el guión no se emplea; se Sánchez-Amorós (de Sánchez contra Amo-
escribe autosugestión y no auto-sugestión rós), acercamiento ugt -CC. OO. (de ugt a
(→ 10.5.20.1.1-1). Sin embargo, cuando CC. OO.), relación jurídica colono-tierra
370 10.5.20.2.2. EL GUIÓN PREPOSITIVO ENTRE CIFRAS

(del colono con la tierra), relaciones ma- Aunque el uso del guión entre dos páginas
dre-hijo-nieto (de la madre con el hijo y el correlativas (por ejemplo, 29-30) ha sido
nieto), oposición amor-odio (entre amor muy discutido, y en muchos casos se ha
y odio). Pueden darse casos de confusión, sustituido el guión por y (29 y 30) o por co-
que aconsejan elegir otro signo; por ejem- ma (29, 30), no siempre es solución correc-
plo, cuando se escribe ELA-STV debería pre- ta; en efecto, las dos páginas correlativas
ferirse esta otra grafía: ela /stv , puesto que unidas con guión indican que la materia
se trata de dos siglas para un mismo sindi- está tratada por igual entre ambas páginas,
cato (expresado en dos lenguas distintas); como una unidad dividida circunstancial-
lo que se da en este caso es una alternancia mente por mor de la compaginación; sin
y no una relación o acercamiento entre los embargo, si el tema no tiene continuidad,
dos términos. o se trata de la mención de un nombre que
aparece en ambas páginas correlativas, la
10.5.20.2.2. El guión prepositivo entre solución es con y o con coma: 27 y 28, o
cifras. 27, 28, según los casos.
10.5.20.2.2.1. El guión prepositivo en- 10.5.20.2.2.3. El guión prepositivo en
tre años que indican principio y fin de un números de publicaciones periódicas. Sue-
período. Se usa, principalmente, en los le darse con alguna frecuencia que una
diccionarios para indicar el nacimiento y la publicación periódica adjudica dos núme-
muerte de una persona; por ejemplo, ros a una misma unidad de tirada; en este
caso los dos números correlativos se unen
Fulano de Tal (1904-1972).
con guión:
Puede presentarse un problema, por ejem-
plo, cuando se cita la primera cifra, pero no vol. ix , núms. 11-12;
la segunda. Dejar el espacio en blanco des-
pués de la primera cifra seguida de guión cuando los números corresponden a uni-
es una mala solución, que trae problemas dades separadas, se escriben con la con-
tipográficos si coincide a final de línea (el junción y:
espacio en blanco no debe trasladarse al
principio de la línea siguiente); lo mejor es vol. ix , núms. 11 y 12.
escribir la cifra y el guión y poner inmedia-
tamente el paréntesis de cierre: (1904-). En 10.5.20.2.2.4. El guión prepositivo en
los demás casos algunas fuentes disponen números de topónimos urbanos. 1. Se ha
no dividir a final de línea las cifras unidas discutido si los números de las casas, que
con guión: 1936- / 1939. No hay, en rea- son alternos (pares a un lado, impares al
lidad, ningún inconveniente en que se ha- otro), pueden escribirse con guión cuando
gan estas divisiones (→ 8.1.1.9-4). se trata de dos seguidos en la misma acera;
según la opinión de algunos, al escribir
10.5.20.2.2.2. El guión prepositivo en- 22-24 se comprende también el 23, por
tre números de páginas (folios). El guión aquello de que el guión ocupa el lugar del
se usa a menudo en este menester; pueden intermedio. Este razonamiento, que es ló-
darse dos casos: gico en el caso de las páginas de un libro,
por ejemplo, no lo es en el de las calles,
a) entre dos páginas extremas, es decir, pues nadie ignora que en ellas los núme-
cuando las dos cifras comprenden a ros son alternos, y al escribir 22-24 nos
otras intermedias: 128-133; en estos referimos a las que llevan estos números
casos el guión ocupa el lugar de las y que son correlativas; sin embargo, hay
que se omiten; otro matiz: con 22-24 podemos referirnos
b) entre dos páginas correlativas. a una sola casa que lleva ambos números
10.5.21.1. GENERALIDADES 371

(caso bastante frecuente) o a dos casas a la inversa, la cifra + la sigla: 23-F (23 de
correlativas; en este sentido, recomiendan febrero), 20-N (20 de noviembre), 11-M
algunos escribir 22-24 cuando se trate de (once de marzo). La grafía habitual hace
una misma casa y 22 y 24 para dos casas uso de las tres formas: 20-N, 20N o 20 N,
correlativas, criterio que parece acertado. con preferencia por las grafías con guión:
Si lo que se considera es la numeración de R-18, 20-N. En general, las autovías y
las plazas, el criterio varía, ya que aquí la autopistas utilizan el guión: A-6, AP-2,
numeración es correlativa. Por lo tanto, etcétera.
si escribimos 22-24, está comprendido el
23. Si lo que pretendemos es referirnos 10.5.20.3. El guión y los espacios .
a dos edificios correlativos, la escritura El guión se escribe siempre sin espacios
es con y o con coma: 22 y 23 o 22, 23. antes o después, especialmente cuando une
2. Se da también un problema cuando dos palabras o términos relacionados: rela-
un edificio tiene dos números y la situa- ciones madre-hijo, páginas 26-28. Si tales
ción de estos en la portada de la casa viene palabras o términos carecen de relación
marcada por el origen de la numeración de entre sí, el guión se separa de tales términos
la calle. Por ejemplo, considerando un edi- mediante el espacio normal de la línea: Im-
ficio que tenga los números 22-24, deberá preso en España - Printed in Spain (en las
escribirse así si la numeración comienza páginas de derechos de los libros), nevasca
a la izquierda de la calle, visto el edificio - nieto (en las cabeceras de las páginas de
de frente, pero deberá escribirse 24-22 los diccionarios).
si la numeración comienza a la derecha de
la calle. La misma situación afecta a los 10.5.21. El igual. Llamamos igual a un
números de una plaza (véase el punto 1 signo ortográfico y matemático que consis-
anterior). (Lógicamente, si el número nos te en dos signos menos situados uno sobre
viene dado, habrá que respetar la forma otro (=), signos que gráficamente aparecen
que nos ofrezcan.) centrados verticalmente a las letras versa-
litas (N =).
10.5.20.2.3. El guión prepositivo entre
palabras y cifras. Se da con cierta frecuen- 10.5.21.1. Generalidades . La grae
cia, modernamente, la construcción de (1959: 490), el Esbozo (1973: 153) y la
unidades visuales en las que un nombre y orae (1974: 40) llaman a este signo dos
una cifra aparecen unidos con guión, cual- rayas, y lo dibujan así: = (grae , 1959:
quiera que sea la sucesión; por ejemplo, 483; Esbozo, 1973: 146; orae , 1974: 30).
México-86, Mundial-82, Los Ángeles-84, La denominación es tomada por otros
Atlanta-96. La grafía más correcta en autores, como Morato (1933: 362), Oller
estos casos es la que prescinde del guión: (1944: 8), Forgione (1963: 145); este últi-
México 86, Mundial 82, Los Ángeles 84, mo autor lo llama asimismo guión doble,
Atlanta 96. denominación impropia, puesto que ni el
menos es un guión ni el igual se forma con
10.5.20.2.4. El guión prepositivo entre dos guiones ni tampoco se entiende qué es
siglas y cifras. En los casos de escritura un guión doble (→ 10.5.12.1). Este signo
alfanumérica, el guión cumple una función se ha llamado siempre, tanto en tipografía
unitaria, paso intermedio entre la escritura como en matemáticas, igual, y no parece
en términos separados (20 N) y unidos que haya razones para utilizar dos deno-
(20N). Según su grafía, pueden darse dos minaciones distintas para un mismo signo,
formas: la sigla + la cifra: P-2 (Propagan- sobre todo teniendo en cuenta que dos
da 2), A-6 (autovía 6), R-18 (Renault 18), rayas es una denominación genérica. Por
M-30 (carretera Madrid 30), G-10 (Grupo su parte, Moliner (1980, ii, 889) lo llama
de los Diez), AP-2 (autopista de peaje 2), o doble raya (→ 10.5.12.1), pero después
372 10.5.21.2. ESCRITURA DEL IGUAL

lo trata en dos rayas. Ninguno de los dos la voz que se define»; pues bien, aplicado
tiene sentido, puesto que doble raya o dos a una cita directa, indica que en el original
rayas lo pueden ser otros signos. Resulta del que se toma se pasa a otro párrafo.
cuando menos curioso que el drae , que Aunque en realidad la pleca doble no es
registra la palabra igual («Signo de la un igual puesto verticalmente (→ 10.5.30),
igualdad [en matemáticas], formado por los usos de ambos tienen la misma función:
dos rayas horizontales y paralelas [=]»), separar textos que normalmente irían en
no registre el término con que ella misma, punto y aparte, separación que, por ser
como se ha visto, designa este signo (pese mucho más amplia que el simple espacio
a que registra dos puntos). En cualquier entre palabras, se salva mediante estos sig-
caso, la denominación dos rayas para el nos (→ 16.12.2.1-2).
signo igual parece inadecuada. Por otro 3. En matemáticas, el igual se utiliza pa-
lado, resulta chocante que la misma Acade- ra indicar la igualdad de dos valores, sean
mia, en la orae (1974: 40), incluya, entre numéricos o literales: 2 + 3 = 5; a — b = c.
las aplicaciones de este signo, las que tie- En este uso, el igual, como los demás signos
ne en matemáticas, pero bajo la deno- matemáticos, se escribe entre espacios, que
minación de dos rayas. Cuando menos, en tipografía han de ser siempre iguales a lo
habría que poner de acuerdo la orae con largo de toda una obra o trabajo (espacio
el DRAE. fijo). Suele utilizarse asimismo en lingüís-
tica con el mismo significado: chabola =
10.5.21.2. Escritura del igual . 1. chavola.
Dice el Esbozo (1973, 153): «Este signo se
usaba para dividir algunas palabras com- 10.5.22. El punto alto. Llamamos pun-
puestas; actualmente se emplea solo en las to alto o punto medio al punto situado
copias, para denotar que en el original se aproximadamente a media altura de las
pasa a párrafo distinto». La orae (1974: letras mayúsculas (•). En matemáticas, este
40) añade el uso matemático: «Es, además, signo sustituye al signo por (x) y cumple
símbolo [?] matemático de igualdad. Con sus funciones. En griego equivale al punto
tal valor puede encontrarse en contextos y coma (;), mientras que el punto y coma,
no matemáticos: Fuentes importantes de la en ese idioma, equivale al de interrogación.
Primera Crónica General fueron las obras El punto ordinario se denomina, en griego,
del Tudense (= D. Lucas, obispo de Túy punto bajo.
[Tuy]); y del Toledano (= D. Rodrigo Jimé-
nez de Rada, arzobispo de Toledo)». 10.5.23. Los puntos encorchetados.
2. Actualmente, además del uso mate- Signo ortográfico que consiste en tres pun-
mático, se emplea, en efecto, para indicar, tos encerrados entre corchetes ([...]).
en una copia, que en el original se hace
punto y aparte, cuando, por ahorrar espa- 10.5.23.1. Generalidades . Este sig-
cio, no interesa disponer el texto con los no, tal como aquí se propone y con sus
mismos párrafos del original; en este caso, denominaciones, no está formalmente re-
tras el punto y aparte del original se colo- gistrado aún en ninguna obra anteriormen-
ca el signo igual entre espacios y se sigue te editada. Sí aparece, desde hace más de
con el párrafo siguiente en la misma línea. treinta años, en la literatura, más a menudo
Para este menester, sin embargo, acaso re- en obras técnicas y científicas, así como en
sultase más claro y operativo el signo pleca algunos otros escritos. El origen y la fun-
doble (||, ||), tal como preveía ya Morato ción de este nuevo signo sí están previstos
(1933: 62): «En la composición de diccio- en los textos académicos. En efecto, tanto
narios y trabajos similares, este signo [el =], la grae (1959: 486) como la orae (1974:
colocado en sentido perpendicular [quiso 35) y el Esbozo (1973: 149), al hablar de
decir vertical: ||], indica nueva acepción de las funciones de los puntos suspensivos, di-
10.5.23.2. ESCRITURA DE LOS PUNTOS ENCORCHETADOS 373

cen: «También se usan dichos puntos cuan- el aquí recomendado, es rechazable por la
do se copia algún texto o autoridad que no siguiente razón: los corchetes (como puede
hace al caso insertar íntegros, indicando así verse en el párrafo 10.5.10.1-5) sirven para
lo que se omite». Es decir, que la Academia encerrar, en una cita directa, cualquier pa-
adjudica a los puntos suspensivos, en este labra o término que el citador cree conve-
caso, el mismo oficio que tienen «Cuando niente interpolar; en consecuencia, puesto
conviene al escritor dejar la oración incom- que el suprimir partes de un texto citado
pleta y el sentido suspenso» (grae , 1959: es una manipulación de este texto, esta
486; orae , 1974: 34; Esbozo, 1973: 149). debe encerrarse siempre entre corchetes.
Por su lado, la OLE99 (p. 74), al hablar La única publicación académica que hace
de las citas, dice que «se utilizan tres pun- uso de este signo es el Esbozo; pero no de
tos entre paréntesis para dejar constancia forma unificada, pues se dan al menos tres
de que se omite en la cita un fragmento usos distintos:
de texto»; y en la nota 43 a pie de página
añade que también es posible emplear en a) los puntos suspensivos entre espa-
este caso el corchete. El DPD05 (s. v. cor- cios (aspecto que las normas acadé-
chetes, § 2e) abunda en la idea: «Se usan micas no prevén, pero que ha sido
tres puntos entre corchetes para indicar, practicado a veces como débil alter-
en la transcripción de un texto, que se ha nativa al signo que aquí se propo-
omitido un fragmento del original». En la ne, mejor solución, no obstante,
misma fuente, voz paréntesis (§ 2e), dice: que la que la Academia mantiene);
«En la reproducción de citas textuales, por ejemplo, entre otras, en la pá-
se usan tres puntos entre paréntesis para gina 548;
indicar que se omite un fragmento del ori- b) los puntos suspensivos sin espacio
ginal [...]. En estos casos es más frecuente (según la norma académica); por ejem-
y recomendable el uso de corchetes». La plo, en la página 495;
Academia debería eliminar de una vez c) los puntos suspensivos entre corche-
esa dualidad paréntesis/corchetes, dado tes (solución introducida por prime-
que el signo más apropiado es el segundo. ra vez en un texto académico); por
También debería eliminar la posibilidad de ejemplo, en la página 247.
utilizar los puntos suspensivos solos en este
uso. Según Polo (1974: 343-344), «[...] en 10.5.23.2. Escritura de los puntos
esos casos los puntos suspensivos deben ir encorchetados . 1. Este signo solo debe
dentro de corchete. Utilizarlos sin él es pro- usarse en citas directas (por consiguiente,
vocar a cada paso vacilaciones sobre si esos distinguidas bien sea con comillas o con
puntos son del original [del que se extrae otro diacrítico como puede ser, en lo impre-
la cita] o denotan omisión de texto; pues so, el cuerpo menor).
abundan las situaciones en las que cabrían 2. Puede indicar omisión de párrafos
las dos soluciones; y cuando, mirando bien enteros (uno o más; en este caso, todos com-
alrededor, se llega a dilucidar si es una co- prendidos en un solo signo); si se dispone
sa u otra, resulta antieconómico y oscuro en punto seguido, antes y después del signo
tener que recurrir a un mecanismo tan debe ir un igual: = [...] = (→ 10.5.21.2); si
disperso. Nos parece, por tanto, de gran se dispone en punto y aparte, puede op-
utilidad el mantener los puntos suspensivos tarse por poner el signo o bien una línea
dentro de corchete como una solución ágil de puntos, a toda la medida (→ 10.5.24;
—a la larga más que los puntos suspen- 16.12.2.1-2).
sivos solos—, de funcionamiento neto y 3. Generalmente indica que en un párra-
automático». Algunos autores sustituyen fo se omiten una o más oraciones o perío-
los corchetes por paréntesis, obteniendo dos, tanto si se hallan al principio de la ci-
este signo: (...); pese a su semejanza con ta, como en medio de ella o al final. En este
374 10.5.24. LA LÍNEA DE PUNTOS

caso, si nada aconseja lo contrario, puede nal antes de la omisión, salvo que sea la co-
omitirse el signo, aí principio o al final ma o el punto y coma, ya que esas pausas
de la cita, si lo copiado empieza después de no se realizan. La puntuación final, antes o
punto o acaba con ese signo, con objeto después del cierre de comillas, dependerá
de no recargar la composición, pero la de la situación concreta (→ 10.5.8.5.4.3).
omisión de texto en medio de lo copiado se
indica siempre. 10.5.24. La línea de puntos. La línea
4. Puede sustituir a una palabra o unas de puntos es una línea formada por una
pocas palabras, y este es el caso más sucesión de puntos separados entre sí por
frecuente, bien al principio de la cita, en un espacio:
medio o al final.
5. Los puntos encorchetados han de es-
tar siempre comprendidos por las comillas,
no fuera de ellas (o por el texto en cuerpo
menor, si la cita se saca aparte). Si su situa- La línea de puntos sirve, en las citas
ción es interior en la cita, no es correcto directas, para indicar la omisión de uno o
cerrar comillas antes del signo y abrirlas más párrafos. El espacio que separa entre
después de él, pues unas o el otro serían sí los puntos es de medio o un cuadratín
redundantes; por ejemplo, (→ 10.5.1.4-3.4). Antiguamente se usaban,
a veces, dos líneas iguales, una debajo de
«La historia» [...] «no especifica esos deta- la otra:
lles»

es una forma incorrecta (los puntos encor-


chetados solo pueden usarse dentro de co-
millas o del diacrítico de la letra de cuerpo
menor); debe grafiarse de esta manera:

«La historia [...] no especifica esos detalles». pero basta con una, y actualmente se susti-
tuye por los puntos encorchetados, que en
6. Cuando los puntos encorchetados este caso forman por sí mismos un párrafo
ocupan situación interior en la cita, antes y (→ 10.5.23.2-2). Esta línea, si se decide
después de ellos deben llevar la puntuación usarla, debe tener la anchura exacta del
que corresponda al original; la puntuación texto de la cita, y en las poesías, la lon-
anterior corresponde a la que exista (si exis- gitud del verso más largo de ella en cada
te) antes del texto que se omite, y la poste- página.
rior, a la que lleva ese mismo trozo que se
elide. Si el texto que se omite comprende 10.5.25. Los puntos conductores. Los
oraciones o períodos enteros (es decir, de puntos conductores o puntos de conduc-
punto a punto), se hace constar el punto ción son una serie de puntos sucesivos
correspondiente a la oración o período que se emplean en índices de contenido,
anterior a lo omitido (que se coloca antes cuadros estadísticos y trabajos similares
de abrir los corchetes), pero no el que co- para unir un concepto con su expresión,
rresponde a ese período omitido (obsérvese generalmente numérica (→ 10.5.1.4-3.3):
que, de colocarlo, en este caso debería ir
dentro del encorchetado, con lo que los mapas ...................................... 28
puntos no serían tres, sino cuatro, lo que mapas...................................... 28
no tiene sentido). Si el signo ocupa posición
final en la cita, debe ir precedido por la En estos casos, entre el dato que precede a
puntuación que corresponda al texto origi- los puntos conductores y el inicio de estos
10.5.30. EL CALDERÓN 375

debe haber siempre un espacio de medio como invertida (+). Aún se emplea en inglés
cuadratín, y entre el final de la línea de con esta finalidad.
puntos conductores y el dato al que condu-
cen debe haber medio, uno o dos cuadrati- 10.5.29. La cruz doble. Signo en forma
nes (según los casos), como se ha hecho en de una cruz con dobles brazos trasversa-
el ejemplo. les (‡). Se usa en los siguientes casos:
1. En obras de geografía, para indicar
10.5.26. La antisigma. Letra sigma «arzobispado».
usada al revés (□) para indicar, en la tras- 2. Antiguamente se usó en español co-
cripción de textos, el lugar en que se su- mo llamada de nota. Aún se emplea en
pone que existe una inversión de palabras. inglés con esta finalidad.
La figura del signo es una c al revés, letra
que correspondía a la forma de la sigma 10.5.30. El calderón. 1. El calderón
mayúscula cursiva. Los antiguos copistas o antígrafo es un signo ortográfico que
lo utilizaban para indicar los versos que consiste en una P invertida (¶). Se trata,
debían trasponerse. En tiempos del empe- al parecer, de una modificación de la letra
rador Claudio (10 a. de C.-54 d. de C.), mayúscula P inicial de la palabra párrafo.
este creó un nuevo signo consistente en dos La letra fue invertida totalmente, poniendo
sigmas contrapuestas (x) para sustituir a la izquierda el anillo que en ella apare-
a los grupos consonánticos bs y ps, pero ce a la derecha y pintando de negro lo que
su empleo se abandonó a la muerte de era blanco y de blanco lo que era negro. A
aquel. esta peculiaridad responde el nombre de su
sinónimo antígrafo. Este origen explica el
10.5.27. El cristus. Signo en forma de hecho de que su empleo sea equivalente al
cruz de brazos iguales y terminados en del signo párrafo (→ 10.5.31).
triángulo (+). Antiguamente se empleaba 2. Antiguamente se usaba con los mis-
en los libros de rezo. Hoy apenas tiene mos fines que el párrafo y, en la imprenta,
uso. como signatura de pliegos que no forma-
ban parte del texto principal. En la actuali-
10.5.28. La cruz. Signo en forma de dad apenas se emplea, salvo, en ocasiones,
dos brazos cruzados desiguales (†), más para señalar alguna observación especial.
largo el vertical que el horizontal. Se usa en La pleca doble, que se usa en los diccio-
ortografía con estos fines: narios para separar las diversas acepciones
1. En los diccionarios, delante de un de una palabra, tiene su origen en este
topónimo o de una fecha, indica «fallecido signo, puesto que al eliminar el anillo de
en»: la izquierda quedan las dos barras vertica-
les (||), máxime cuando el signo pleca do-
† Madrid; ble indica precisamente, en este caso, que
† 1952. los textos así separados podrían formar,
en otra disposición, párrafos independien-
2. Tras el nombre de una persona, ge- tes. De hecho, el calderón ha tenido uso
neralmente escrito entre paréntesis, indica en algunos diccionarios con esta misma
«fallecido»: función, por lo que su simplificación grá-
fica hasta adoptar la figura actual de
Fulano de Tal y Tal (†). la pleca doble era una consecuencia na-
tural.
3. En obras de geografía indica «obis- 3. En textos ingleses suele usarse, junto
pado». con otros signos (cruces, obelos, etcétera),
4. Antiguamente se usó como llamada como llamada de nota; en español no se
de nota, situada tanto en forma derecha usa con este cometido, por lo que en las
376 10.5.31. EL PÁRRAFO

traducciones de textos de aquella proce- al título de una división de un capítulo u


dencia debe sustituirse por otro sistema de otro texto, como se solía hacer antes:
notación; por ejemplo, con cifras voladitas
en texto, letras voladitas cursivas en cua- § IV. MARCO TEÓRICO
dros y asteriscos, sueltos o entre paréntesis,
en fórmulas matemáticas. 4. Los ingleses lo han utilizado, y aún
4. Antiguamente se empleaba un signo lo utilizan a veces, como llamada de nota,
del mismo nombre y distinta figura (ID) y en España se empleó «en lo antiguo para
para indicar los miles en las cantidades; distinguir los diversos miembros de un
actualmente se sustituye por un espacio fino escrito, y como signatura de pliegos impre-
(no por punto ni por coma) (→ 8.1.1.8-1.1). sos» (ORAE74, 40-41).

10.5.31. El párrafo. Signo ortográfico 10.5.32. El asterisco. Signo en forma


que consiste en dos eses enlazadas, una de estrella (*) que tiene varios usos.
más elevada que la otra (§), que sirve para
denotar las divisiones de capítulos, seccio- 10.5.32.1. Generalidades . El grafis-
nes, artículos, etcétera. Suele llevar igual mo del asterisco puede variar en cuanto
espacio que los restantes elementos de la al número de puntas y a la figura de estas.
misma línea (→ 10.5.30). Las puntas pueden ser angulares, aovadas
o rectilíneas, normalmente del mismo ta-
10.5.31.1. Generalidades . Al parecer, maño, aunque se dan casos de asteriscos o
el origen de este signo es la unión de las dos estrellas con puntas más grandes que otras
eses con que comienzan las palabras latinas (especialmente en grafismo publicitario).
signum sectionis ‘signo de sección’. Según Todas parten de un punto común, el centro
otro parecer, se trataría de una corrupción del asterisco, y se disponen circularmente,
de la letra griega Π con que comienza la pa- en general equidistantes entre sí.
labra párrafo en griego, con el significado
de «línea marginal, trazo». 10.5.32.2. Escritura del asterisco .
1. Suele utilizarse como llamada de nota o
10.5.31.2. Escritura del signo pá - cita bibliográfica, ya suelto:
rrafo . 1. Su único uso actual, en español,
es el de indicar una división menor dentro ... de la marina;*
de capítulos, artículos, títulos, etcétera,
cuando son mencionados por su numera- ya entre paréntesis:
ción en otro lugar; por ejemplo, ‘§ 18a’,
‘§ 21 y 22’. En el texto se menciona entre ... de la marina (*);
paréntesis y seguido de cifra o de cifra y
letra ‘(§ 3)’, ‘(§ 3a)’; la letra, en este caso, en el primer caso, el asterisco se coloca
indica el apartado a que se refiere la remi- después de los signos de puntuación que
sión. La palabra párrafo se pone en letras correspondan a la palabra a la cual afecta;
cuando se menciona a lo largo del texto, en el segundo, los signos de puntuación se
sin paréntesis. En citas bibliográficas puede posponen (excepto los puntos suspensivos),
usarse el signo en cualquier posición, siem- pero no los de entonación:
pre que preceda a cifra.
2. El signo no se escribe nunca dupli- ... de la marina! (*)
cado, pese a que se refiera a más de un ... de la marina... (*).
párrafo; «[el signo párrafo] no debe do-
blarse aunque vaya delante de más de una En esta función, los asteriscos pueden ser
cantidad» (Melús y Millá, 1940: 106). uno, dos, tres, cuatro..., pero cuantos más
3. Actualmente ya no se usa antepuesto sean en una página, más antiestético será
10.5.33. GENERALIDADES 377

el efecto producido por la acumulación de 4. En diccionarios se utiliza con varios


asteriscos. Por ello, su empleo solo es acon- fines:
sejable cuando la obra tiene muy pocas
notas o, en cualquier caso, cuando estas, a) detrás de una palabra, antes del sig-
en una página, no rebasen el número de no de puntuación o entonación que
tres. Entre el asterisco suelto y el encerrado le corresponda, significa «véase» (en
entre paréntesis, no hace falta decir que es este caso no debe colocarse delante
preferible el primero por menos recargado de la palabra, para no interferir con
y engorroso. Al pie de la página, cada el uso lingüístico explicado en el pá-
notación debe constar de tantos asteriscos rrafo 10.5.32.2-3);
como tenga la llamada correspondiente. b) delante de un topónimo o una fecha
Esto puede producir una desalineación significa «nacido en» (en este caso
de las notas si no se varía la cantidad de debe ir delante del término o signo
blanco en la sangría. Por todo ello, lo más afectados, ya que no interfiere con el
aconsejable es prescindir de este signo para uso lingüístico).
tal función, sustituyéndolo por números
voladitos o, en los cuadros sobre todo, 5. Se usan tres asteriscos para abreviar
por letras cursivas voladitas. Solo deberían una palabra que no se quiere escribir en-
reservarse para las llamadas en fórmulas tera:
matemáticas..., si no inducen a confusión.
2. En libros litúrgicos y piadosos se usa, El marqués de V*** ha llegado;
colocado entre espacios, para separar los
versículos de los salmos o para indicar las
pausas en la recitación, respectivamente: la puntuación que corresponda a la pa-
labra se coloca después de los asteriscos
Magníficat * anima mea Dominum; (7.1.1.2-2).
Padre nuestro que estás en los cielos, * santi- 6. Se usan asimismo tres asteriscos ais-
ficado sea tu nombre... lados para suplir el nombre de una persona
o lugar:
En este caso, los signos de puntuación o
entonación que correspondan a la palabra En * * * estaba empadronado el conde;
precedente se juntan a ella y se hacen seguir El señor *** había escrito...
del espacio correspondiente, antes del aste-
risco, y después de este vuelve a colocarse También en este caso la puntuación que
el espacio normal de la línea. corresponda a la palabra omitida se coloca
3. En lingüística histórica se coloca de- después de los asteriscos.
lante de una palabra para indicar que es hi- 7. En obras literarias, trabajos en revis-
potética y que se ha reconstruido de acuer- tas y periódicos y en otros escritos se suelen
do con las leyes evolutivas conocidas: usar uno, dos o tres asteriscos para estable-
cer un cambio de tiempo, tema, etcétera,
*ruptiare > rozar. en la narración. Se colocan en línea aparte,
y la disposición, cuando son tres, puede ser:
En la lingüística actual se emplea, también
antepuesto, para indicar que una palabra, a) en línea:
sintagma, oración, etcétera, no se ajustan a
las leyes gramaticales u ortográficas: * * *

*realiza trabajos esos, por realiza esos tra- b) en triángulo normal:


bajos;
*algaborro, por algarrobo; *
*tanbién, por también. * *
378 10.5.33. LA MANECILLA

c) en triángulo invertido: OLE99 (p. 116) vuelve a su postura anterior


y dice que el signo & equivale a etcétera,
* * pero a renglón seguido dice que también
* equivale a y. Acierta en lo de y, pero no
en lo de etcétera. Finó y Hourcade (1954:
Esta utilización de los asteriscos está cayen- 34) demuestran gráficamente el «origen
do en desuso, cualquiera que sea el número del signo & equivalente a la conjunción et
de ellos que se emplee, debido sobre todo a (y)». Ya Solalinde (1914: 345) decía: «Los
los problemas de tipo estético que presen- signos &, τ, tienen en los escritos latinos
tan cuando coinciden con el principio de el valor de et y así deben trascribirse, tan-
página, situación que no deben ocupar (los to cuando son conjunción como cuando
asteriscos, en esta posición, indican más el formen parte de palabras». Este criterio
final de lo anterior, a modo de final de ca- es corroborado por Rosenblat (1951: xiii,
pítulo, que el principio de lo que sigue). Por n. 5): «La conjunción copulativa se repre-
esta razón, modernamente, suelen susti- senta [en escritos medievales] con el sig-
tuirse por una, dos o más líneas de blanco. no & o τ de las notas tironianas (la ta-
quigrafía jurídica romana), pero a veces
10.5.33. La manecilla. Signo en forma también i o y [...]». López de Zuazo (1978,
de mano cerrada con el dedo índice exten- s. v. ampersand) dice: «Término inglés (de
dido (→), que en los impresos o manuscri- “and per se and”) que designa el signo &
tos, puesto al margen o en el texto, servía en mecanografía e imprenta. [...]». Moli-
para llamar la atención sobre algo útil o in- ner, que en su obra sigue al drae , no ha
teresante. En la actualidad, aunque a veces querido recoger la parte de la definición
se emplea, otros signos, como las flechas o referente a este signo. Buonocore (1976, s.
viñetas de diversas formas, cumplen mejor v. ampersand) da de lleno en la diana cuan-
su función (sin olvidar el papel realzador do escribe: «Vocablo inglés que nombra el
de las distintas clases de letra: negrita, ver- signo & y cuya traducción es y, and, et,
salita, cursiva, etcétera). und, etc., según el idioma sea el español,
inglés, francés [o latín] o alemán. = Algu-
10.5.34. La et. En el drae 84, la Aca- nos lo consideran impropiamente sinónimo
demia definía la voz etcétera así: «Voz de etcétera». Carratalá (1980: 265 ss.) lo
que se emplea para interrumpir el discurso emplea en lugar de y, y es uno de los pocos
indicando que en él se omite lo que queda- casos en que lo he visto usado en textos
ba por decir. Se representa con esta cifra: modernos. Ciertamente, para quienes escri-
&, que tiene el mismo nombre, o con la bían en latín o quienes escriben en inglés o
siguiente abreviatura: etc.». Esta definición alemán, el signo resulta de cierta economía
fue sustituida en el drae 92 por esta otra: al sustituir dos y tres letras por un solo
«Expresión latina que se emplea general- signo, pero en español carece de sentido
mente en la abreviatura etc., para sustituir sustituir una y por un signo que es más
el resto de una exposición o enumeración difícil de trazar (sobre todo por falta de
que se sobrentiende o que no interesa ex- uso) que la misma letra; solo estaría justifi-
presar». La definición del drae 84 presen- cado, como parece ser el caso de Carratalá,
taba el interés ortográfico de indicar que cuando sirve para desambiguar una situa-
la voz etcétera puede abreviarse con el sig- ción concreta. Por otro lado, los escritores
no &. Resulta cuando menos curioso que clásicos (por ejemplo, Correas y Jiménez
ni una sola fuente en español, de entre las Patón, pero también otros) escriben &c.; es
consultadas, coincida con el criterio de la decir, la abreviatura de etcétera, teniendo
Academia. La institución madrileña, que, en cuenta que esta es una palabra latina
como se ha visto, renunció a definir el compuesta de et y cetéra: con el signo &
signo et como sinónimo de etcétera, en la se abrevia et, y con la c., cetéra. Esto ya
10.5.35.2. GENERALIDADES 379

tiene sentido, pero no el signo solo como z hasta la mitad de este siglo, pero a partir
abreviación de etcétera. de este tiempo se generaliza la distinción,
empleando la ç para el sonido sordo y la z
10.5.35. La cedilla. Llamamos cedilla para el sonoro; en la escritura preclásica
o zedilla a una letra que consiste en una c z es el signo del sonido débil entre cualquier
con un rasguillo debajo, a modo de z mi- clase de vocales, dezir, fazer, hazer, razón;
núscula. Su representación gráfica adopta el del sonido fuerte en cualquier posición
las formas siguientes: redonda minúscula: ante a, o, u, lança, braço, coraçon, o ante
ç; redonda mayúscula: Ç; cursiva minús- e, i, çielo, vençer, vençido; en la clásica se
cula: ç; cursiva mayúscula: Ç; versalita confunden con frecuencia z o ç para repre-
redonda: ç; versalita cursiva: ç. sentar el sonido intervocálico procedente
de la reducción de letras, raçón, braço y
10.5.35.1. Generalidades . 1. La ç no alternan c y ç para representar el sonido
es letra latina; aunque hoy no se usa ni sordo ante e, i, ciento çiento, conocer
forma parte de nuestro alfabeto, se usó en conoçer; desde mitad del siglo xvi en Cas-
la antigua escritura castellana (v. Esteve tilla la Vieja se pierde el sonido sonoro
Serrano, 1982: 207 ss.). Como dice Ro- z y se generalizan las confusiones con ç
senblat (1951: xii), «La escritura visigótica que acusan los autógrafos de Santa Tere-
acostumbró poner a esa z [la de los viejos sa, deçir, açer, luçir, mientras que en Tole-
helenismos del latín] un copete en forma de do y Andalucía sigue la distinción entre
c [así: z]. Este copete fue cobrando cada vez Z, Ç».
más cuerpo [en la escritura], hasta el punto 2. Por lo que respecta a la pronuncia-
de desplazar hacia la parte inferior a la z ción, Cuervo (1954: i, 929) manifiesta:
[que vino a reducirse a la a modo de coma «A pesar de que los gramáticos coetáneos
actual]. Cuando la vieja letra visigótica se hablan de la diferente pronunciación de la
sustituyó en España por la letra francesa, ç y la z, no es fácil atinar hoy con la ver-
esa letra suscrita se fue convirtiendo en un dadera, porque no conociéndose entonces
puro apéndice o rasgo, y así surgió la cedi- la descripción fonética de los sonidos y
lla o zeda pequeña. Como se pronunciaban habiendo divergencias provinciales entre
distintas la z de razón y la z de caza, la es- los castellanos mismos, las explicaciones
critura de la época trató de diferenciarlas. y comparaciones han de adolecer o de va-
[...] Poco a poco se fijan en el siglo xii los guedades o de inexactitudes que aun paran
signos z y ç para distinguir los dos sonidos. en contradicción de las unas con las otras».
La diferencia en la pronunciación de ç y z Según la orae (1974: 6, 14 y n.), se pro-
se borra a fines del siglo xvi y principios nuncia como s, aunque en lo antiguo repre-
del xvii, pero la diferencia ortográfica se sentaba un fonema sordo (plaça), opuesto
prolonga hasta el siglo xviii». Por su parte, al de la z sonora (vezino, haze).
García de Diego (1914: 79, n. 1) dice: «La 3. La Academia, que en sus comienzos
ç es de origen español. Ya Valdés sospechó consideraba a la ç, junto con la j y la ñ,
traía origen de z [...]. Menéndez Pidal, tres letras peculiares del castellano, nunca
Cantar de Mio Cid, i, 211, ha probado registró la primera en su alfabeto, susti-
cómo de la z visigótica que tenía un rasgo tuyéndola por la z, de tal suerte que en la
superior semejante a c empezó a formarse primera edición de su Orthographia (1741)
en la primera mitad del siglo xiii una letra no aparece. Actualmente, los idiomas lati-
distinta, la cedilla, por haberse tomado el nos que la usan, si bien no forma parte de
rasgo como letra y la z como un simple sus respectivos alfabetos, son el catalán,
rasgo inferior». Según este autor (l. cit.), el portugués y el francés y en ellos tiene el
«La ç constituida como signo diferente de valor fonético de s. Entre los idiomas no
la z en la primera mitad del siglo xiii, se latinos la usan el albanés y el turco con
sigue usando indistintamente al lado de la valor de ch [tf].
380 10.5.41. ESCRITURA DE LA Ç

10.5.35.2. Escritura de la ç . En es- tuirse por punto (l.l), aunque esta solución
pañol, como queda dicho, actualmente ca- es rechazada por algunos lingüistas catala-
rece de uso, de tal manera que, habiéndola nes (y actualmente, si se utiliza la autoedi-
creado, hoy solo podemos considerarla una ción, tal postura está justificada en lo que
letra histórica. se refiere a textos librarios o periodísticos,
En catalán, que la llama ce trencada, se puesto que con el ordenador se puede ob-
escribe delante de a, o, u (força, llençol, tener el signo propiamente catalán). Este
vençut) y como coda final de palabra signo no se usa en las palabras que llevan
(març, feliç, dolç), siempre con valor de s ll, sino precisamente en las que llevan ele
sorda. geminada, es decir, pronunciando una l
En portugués se utiliza con valor de z como coda silábica y la siguiente como
(acçáo). cabeza de la sílaba posterior; por ejemplo,
En francés se emplea delante de a, o, u goril-la, libél-lula, aquarel-la. Como gene-
(forçage, désarçonner, reçu). ralmente la ele geminada se presenta en
Por lo que respecta a su escritura, en un solo grafismo, la separación a final de
español no suele presentar problemas, pues línea, en caso necesario, se hace mediante
forma parte de los signos de las máquinas guión: mortadel- / la.
de escribir y de todos los teclados de com- 2. Aunque, como se ha dicho antes,
posición y autoedición. Sin embargo, si no la ele geminada no existe en español, hay
se dispone del signo, puede sustituirse por cuando menos una palabra en que la grafía
una c precedida o seguida de una coma ll representa una ele geminada y no una
(puede verse un ejemplo de esta grafía en la elle. Se trata de palabras formadas con el
obra Carlo famoso, 1566, de Luis Zapata, tiempo verbal sal (imperativo de salir) y
escrito Luys C,apata en el original). La ç el pronombre enclítico le o les, que da estas
mayúscula de las máquinas de escribir, que grafías: salle, salles, en las que las dos eles
suele faltar (no así en los teclados de los or- consecutivas no pueden leerse como elle,
denadores), se forma fácilmente con una C sino como ele coda y ele cabeza silábicas:
y una coma suscrita; así: ç. Finalmente, en sal-le, sal-les (por ejemplo, en la frase Sal-
la alfabetización de voces con ç, cualquie- des al paso y diles que negocios así no
ra que sea su posición en la palabra, este nos interesan). El problema que plantea
signo ocupa el lugar que le correspondería este caso único es el de la grafía. Puesto
si fuese una c, salvo en grafías iguales dife- que en español no existe el grafismo de la
renciadas por una c en una de ellas y una ele geminada de que se ha hablado antes,
ç en la otra, caso en el cual la que lleva c, este no puede usarse; pero, por otro lado,
por más simple, ocupa el primer lugar en tampoco tiene en cuenta la Academia caso
el orden alfabético, y las grafías con ç, el alguno en que un enclítico se una al tiempo
segundo lugar. verbal por medio de un guión, y aún menos
separando dos eles: sal-le. Parece que solo
10.5.36. La ele geminada. La ele gemi- existen dos soluciones: escribir el tiempo
nada, o ele doble, es una letra ele repetida verbal sin apocopar, sale, forma arcaica
que se usa en italiano y catalán. de sal (v. Martínez Amador, 1960: 158),
lo que daría sálele, que en general parece
10.5.36.1. Grafía de la ele gemina - la única solución aplicable, o bien admitir,
da . 1. En italiano se escribe ll (Martinelli en algún caso, el guión entre las dos eles:
se lee Martinel-li) y en catalán, l•l. Como se sal-le. Joaquín Vidal («El sentido torero
ve, en catalán existe un grafismo especial, de Manolo Vázquez», El País, 29/09/81,
unitario, en que las dos eles se presentan 43) presenta un caso similar resuelto co-
separadas por un signo, que propiamente rrectamente por medio de guión: «Toro e
es el punto medio (•), pero que en caso de mamífero rumiante de cabesa armá con do
necesidad (como mal menor) puede susti- cuenno, que embite y quié dal-le un sinsabó
10.5.41. EL RESPONSORIO 381

a Currito»; dal-le, es decir, darle pronun- la cifra que está a la izquierda es un divi-
ciado por un niño andaluz. La Academia, dendo, y la que está a la dereha, un divisor.
en la OLE10 (p. 174), acepta el hecho de En las razones se lee «es a», en correlación
que nos hallamos ante una palabra imposi- con el mismo signo duplicado (::), que se
ble de representar gráficamente en español. lee «como»: 12 : 6 :: 8 : 4 (→ 10.5.4.3).
En un campo tan plagado de excepciones En esta función se coloca entre espacios,
como es la ortografía, extraña un poco preferiblemente finos y de no separación.
que la Academia llegue a reconocer que en
nuestra lengua existe una palabra que no se 10.5.39. La flecha. Signo que consiste
puede escribir. en un filete con punta y a veces con cola.
La figura más habitual del signo consta de
10.5.37. Las letras ligadas. Llamamos filete y punta: →,↓
. Se emplea:
letras ligadas o ligaduras a las unidas por
uno o más trazos comunes. a) en diccionarios, ante una palabra,
Las más usuales son las latinas Æ, æ, para sustituir a «véase»: → sobrio;
Œ, œ, que en la grafía mecanográfica (no b) en epígrafes, para indicar la ilustra-
en fotocomposición ni en autoedición) pue- ción a que este se refiere, cuando hay
den desligarse y escribirse separadamente: más de una y la situación del epígra-
Ae, Oe, ae, oe (no es correcta la grafía fe no queda clara;
AE, OE cuando se usan desligadas, pese c) a veces, situada después de un año
a que, ligadas, ambas aparezcan en forma de edición, indica que se trata de una
mayúscula; al desligarlas, la e no es inicial serie o colección que sigue editándo-
en ninguno de los dos casos; esa grafía solo se: 1914 → (→ 10.5.5.2-5).
sería correcta si formara parte de un texto
escrito con mayúsculas). Puede adoptar cualquier dirección: directa
También son letras ligadas las que téc- (→), inversa (←), ascendente (↑), descen-
nicamente suelen denominarse logotipos dente (↓), bidireccional (↔, ↕, ↕) e inclina-
o politipos, que comprenden ff, fi, fi, prin- da o diagonal (^ ^).
cipalmente, pero que en otros idiomas
pueden comprender hasta tres letras (ffi, 10.5.40. El versículo. Signo que consis-
ffl). Modernamente, al menos en español, te en una V mayúscula barrada. Se usaba
las letras ligadas no suelen usarse, pero en los libros de rezo para indicar el ver-
en autoedición algunos programas ligan sículo. Prácticamente, hoy no se usa, por lo
automáticamente las parejas f+i y f+l. Al- que el signo no se encuentra en las fuentes
gunos tipos digitalizados llevan también la tipográficas de autoedición. En caso de ne-
ligadura de la c con la t (et) y de la s con cesidad puede utilizarse solo la V sin barra,
la t (st). Estas ligaduras suelen emplearse con punto (V.) o sin él.
más en textos publicitarios o de esca-
sa extensión, pero no son habituales en 10.5.41. El responsorio. Signo que con-
tratados, manuales, novelas, etcétera, ni siste en una R mayúscula barrada. Se
tampoco en la prensa. Una ligadura clásica usaba en los libros de rezo para indicar
es la et, que se deriva de la combinación de la respuesta al versículo. Hoy no se usa,
una e con una t = &. También es fruto de razón por la cual ni siquiera aparece en las
ligadura la ß alemana: f + s = fs = ß. fuentes tipográficas de autoedición. En ca-
so de necesidad puede utilizarse solo la R,
10.5.38. El doble punto. Signo mate- sin barrar, con punto (R.) o sin él, ya que
mático, igual a los dos puntos ortográficos el signo que se obtiene mediante una R a la
(:), que, colocado entre dos cifras o dos que se superpone una barra (/) no es muy
letras, se lee «dividido por»: a : b, 4 : 2, elegante ni guarda mucho parecido con el
también llamado punto doble. En este caso signo original.
CUARTA PARTE

ORTOGRAFÍA DE LA FRASE
11. La puntuación

La puntuación es la colocación adecua- uno es libre de emplear uno u otro estilo de


da de los signos de puntuación y de ento- puntuación (→ 11.5.3-1; 11.5.3-2).
nación para indicar al lector el sentido y el
tono de las oraciones y de cada uno de sus 11.2. Necesidad de la puntuación. En
miembros. relación con la emisión (oral, manuscrita
o impresa) de un mensaje que tenga un
11.1. Generalidades. Uno de los aspec- determinado sentido, la puntuación es ab-
tos más complejos de la ortografía es el de solutamente precisa (en lo oral, la puntua-
puntuar, pues de ello depende en muchos ción la marcan las pausas y la entonación).
casos el sentido exacto y la entonación ade- En la actualidad, salvo excepciones que
cuada de lo escrito. Puesto que los signos luego veremos, no se concibe la emisión
no son aditamentos fijos de las palabras, de un mensaje con un significado concreto
oraciones o períodos, la puntuación se sin el auxilio de un sistema de puntuación.
convierte, en cierta manera, en algo subje- Pero podría el texto sin puntuación tener
tivo. Como decía Azorín (cit. Mejía, 1980: un sentido (tal vez uno para cada uno de
435), «Cada autor tiene su librito, es decir, los lectores). En efecto, conocemos textos
su estilo. Y cada autor puntúa a su modo. antiguos y modernos sin puntuación algu-
No es solo la cuestión de escribir, sino que na, o con tipos de puntuación no sujetos a
es menester ver cómo vamos poniendo las normas actuales. Las ventajas de estas
los puntos y las comas...». Sin embar- formas de apartamiento actual de lo que
go, la subjetividad debe quedar matizada podemos considerar normal —es decir, lo
por el conocimiento del código puntuario que se ajusta a una norma— no deben de
del español. Como dice Polo (1974: 116), ser dignas de excesiva consideración, a la
«[...] toda puntuación, por “literaria” o vista de los resultados de su utilización,
revolucionaria que sea, deberá partir como veremos más adelante.
siempre de la norma». No se trata, pues, Tal vez no valdría la pena continuar el
de que la puntuación sea subjetiva, sino de análisis si llegásemos a la conclusión de que
que no existe una forma estándar de pun- cualquier sistema de puntuación, actual o
tuar, igual y uniforme para todos y cada por inventar; es inútil, y que por consiguiente
uno de los usuarios del lenguaje escrito. lo apropiado es dejar que cada escritor hil-
Sí es cierto que, dentro de la norma, cada vane su discurso colocando las palabras y
386 11.3. ORIGEN DE LA PUNTUACIÓN

oraciones unas a continuación de las otras, tengan imaginación, que inventen nuevas
en el orden que al emisor del mensaje le formas de complementar los signos ya
parezca más oportuno, sin más distinción existentes; no dotando a estos de funciones
que el espacio en blanco que las separa de distintas, pues nada hay peor que cambiar
forma natural. Si eso fuera razonablemente las funciones de las cosas bien establecidas,
posible, sin duda en este momento se esta- sino creándolos de nueva planta.
ría aplicando de forma intensa. Y si bien es
obvio, por poco que se estudie, que todas 11.3. Origen de la puntuación. La nece-
las ortografías existentes pueden reducir- sidad de la puntuación en la emisión de
se aún más de lo que están, y que solo mensajes escritos se puso de manifiesto
razones de conservadurismo escrito las bien pronto en la historia de la cultura hu-
mantienen en un estado de complejidad no mana, si bien, paradójicamente, el estable-
justificado, la puntuación, por el contrario, cimiento de un completo sistema puntuario
es objeto de estudio en una dirección más debiera esperar siglos hasta adquirir cierta
bien contraria: cómo hacer que, con nue- funcionalidad. La invención de los signos
vos signos si es necesario, el conjunto de de puntuación se atribuye a un Aristófa-
signos utilizables permita una más clara y nes. Pero no existe plena seguridad acerca
exacta expresión no solo del sentido de lo de a cuál de los dos conocidos se refiere la
escrito, sino también de pausas actualmen- aseveración: si a Aristófanes de Bizancio,
te inexistentes y de expresiones de sentidos gramático alejandrino de la época de los
e intenciones que hoy prácticamente no Tolomeos (h. 257-h. 180 a. de C.), o bien a
pueden sino insinuarse. Por ejemplo, salvo Aristófanes el comediógrafo griego (h. 445-
la ayuda del contexto, hoy resulta difícil h. 386 a. de C.), de la época de Demóstenes
indicar la entonación de una palabra o una y autor de comedias como Los comensales,
frase irónicas. Los puntos suspensivos, al Los babilonios, Los acarnianos, La paz,
igual que las comillas, no son, en algunos Lisístrata, Las ranas, Las nubes, Las avis-
casos, suficientes para dar a entender que pas, Los caballeros, etcétera.
la palabra así escrita se utiliza con ironía, Algunos eruditos modernos atribuyen
o el grado de esta ironía. El amor, la sim- tal invención a este último basándose en un
patía, el odio, el desprecio, etcétera, solo pasaje de la Retórica de Aristóteles: «Le-
pueden expresarse con las palabras adecua- yendo a Heráclito, nadie ignora lo difícil de
das, pero no se puede indicar la entonación puntuarle», o bien en san Jerónimo, quien
precisa, la intensidad de esa entonación. aseguraba: «Demóstenes, que fue coetáneo
Por ejemplo, en esos casos en que decimos: del primero [Aristófanes el comediógrafo],
«Lo ha dicho con recochineo». En efecto, ya usaba la puntuación». Sin embargo, no
¿cómo se manifiesta el recochineo en lo es- parecen razones definitivas para suponer
crito? Una expresión como ¡Qué simpático que fue este Aristófanes el inventor de los
eres! puede encerrar una carga de ironía signos de puntuación. Como sabemos, da-
que no queda explícita de ninguna manera do que en la escritura antigua no existía la
en la forma gráfica de la expresión. separación de palabras, las pausas necesa-
Así pues, no solo necesitamos la puntua- rias para dotar de sentido al texto debía ha-
ción, todo el conjunto de los signos actua- cerlas el lector. Con esta consideración, es
les (incluido, por supuesto, el auxilio que a probable que las vacilaciones de Aristóteles
la puntuación puedan prestar los cambios leyendo a Heráclito se refirieran a estas di-
de textura o forma de la letra, los recursos ficultades y no al hecho de que Aristófanes
diacríticos tipográficos: fina, seminegra, el comediógrafo hubiera creado ya los sig-
negra, cursiva, versalitas, etcétera, con sus nos. El helenista germano Friedrich Blass
cambios de cuerpos o tamaños), sino que (1843-1907) asegura que en el siglo v a. de
hemos de procurar sacar de ella todo el C. ya se conocían los signos de puntuación,
beneficio que nos sea posible. Y quienes pero sin duda, tal como él mismo apunta,
11.3.2. SISTEMAS PUNTUARIOS MEDIEVALES Y MODERNOS 387

se trataba de la indicación rudimentaria de parte media de la línea (•) y equivalía


alguna que otra pausa. a nuestra coma (,); indicaba una pau-
A juicio de los expertos, existen razones sa pequeña.
poderosas y convincentes para adjudicar
la invención de los signos de puntuación Aristófanes tuvo seguidores ya en su pro-
a Aristófanes de Bizancio (a quien se adju- pia época, pero también en siglos posterio-
dica también la invención de los acentos). res, como Dionisio el Tracio (h. 170-h. 90
Fue uno de los principales componentes a. de C.), san Isidoro (h. 560-636), Alcuino
de la Academia de Alejandría, director de (h. 735-804) y otros tratadistas y escrito-
su famosa biblioteca y el mejor gramático res. Todos ellos aceptaron el sistema aris-
de la Antigüedad, según reconoce el gran tofánico y se mantuvieron fieles a él, pero,
filólogo alemán Wilamowitz, Le tocó vivir pese a esta realidad y al hecho de que se
una época de esplendor cultural, la repre- llegó a enseñar en las escuelas, es lo cierto
sentada por Zenódoto de Éfeso (siglo iii a. que no se ponía en práctica. Se consideraba
de C.), Calimaco de Cirene (h. 310-h. 235 como un lujo en la escritura.
a. de C.), Eratóstenes de Cirene (h. 284-
h. 192 a. de C.), Apolonio de Rodas 11.3.2. Sistemas puntuarios medieva-
(h. 295-h. 230 a. de C.) y Aristarco de les y modernos. Los copistas medievales
Samotracia (220-143 a. de C.). Todos ellos prescindían de los signos y solo los emplea-
prestaron especial atención a los estudios ban cuando quien encargaba la copia lo
filológicos, y cuanto tenía relación con la solicitaba expresamente. Carlomagno or-
gramática se vio impulsado por su espíritu denó en vano el empleo de la puntuación,
crítico. Pacientemente, depuraron los erro- e igual resultado obtuvieron los gramáticos
res de que estaban plagados los manuscri- de la época. Si por un lado dominaba la ru-
tos de los autores antiguos, añadiéndoles tina de los ilustrados, por otro existía una
atildación y puntuación. En cualquier caso, gran ignorancia entre los copistas.
y aunque no pueda probarse indubitable- Los manuscritos y códices más antiguos,
mente que la invención de los signos de si indicaban pausas, lo hacían mediante un
puntuación se le debe, cuando menos se pequeño blanco en la misma línea y con
reconoce a Aristófanes de Bizancio el mé- un trazo horizontal sobre la primera letra
rito de ser el reformador de tales signos y de la línea en que se encuentra la pausa.
su propagador, de forma que se considera Más adelante se introdujo el punto sobre
que de él parte el moderno arte de la pun- la letra o en mitad de ella. La división en
tuación. párrafos se indicaba de diversa manera,
generalmente con signos marginales, hasta
11.3.1. Sistema puntuario de Aristófa- que, al introducirse la forma mayúscula
nes. El sistema de Aristófanes se apoyaba de las letras, esta indicaba el principio de
en tres signos y en reglas fijas. Los signos párrafo.
eran los siguientes: Los manuscritos latinos más antiguos
carecen de puntuación. El párrafo se indica
a) el punto perfecto, que colocaba en la por letra mayúscula o signo especial. Cuan-
parte superior de la línea (’) y cuyo do se añadía puntuación (por ejemplo,
valor equivalía al de nuestro punto en el Virgilio y el Terencio Vaticanos y en
(.); indicaba una oración completa; el Virgilio Florentino), esta se reparte de
b) el bajo punto, que colocaba en la par- manera muy irregular, de forma que unas
te inferior de la línea (.) y equivalía páginas aparecen sin puntuación y en otras
a nuestros punto y coma (;) y dos esta se dispersa al azar. Hacia la mitad del
puntos (:); indicaba una pausa, pero siglo vii es frecuente separar las palabras,
que la oración no concluía; práctica que se mantiene en el viii y que ya
c) el punto medio, que colocaba en la es general en el ix.
388 11.4. EL SISTEMA PUNTUARIO ACTUAL

Los signos de puntuación, cuando se que imitaron los últimos códices, fueron
emplean, son aún los creados por Aristó- estandarizando el oficio de los diversos sig-
fanes, pero en el siglo xi el bajo punto (.) nos de puntuación. Pero su empleo ha ido
sirve para indicar coma (,) y dos puntos, y variando también en estos últimos siglos.
para indicar punto (.) se usan estos: . ; s Por ejemplo, en España se llegó a utilizar
>. En el siglo xii el signo v indica punto el punto después de los numerales, a la ma-
(.) y coma (,), aunque para expresar ambas nera como hoy se hace en alemán con los
pausas existe el punto (.), y los dos puntos siglos: «El día 31. de julio de 1715. años»,
(:) se indican con este signo: . , empleado y en el siglo xvii era habitual poner coma
también por algunos escritores de la época sistemáticamente antes de la conjunción y:
para marcar los miembros de un período. «Sonrisas, y lágrimas», a la manera de lo
Durante el siglo xiii la puntuación vuel- que actualmente se hace en inglés. La mis-
ve a aparecer totalmente descuidada. En los ma Academia, en el siglo xviii y principios
siglos xiv y xv el punto (-) se emplea para del xix, emplea esa coma no solo ante y,
indicar el fin de la frase, y las pausas de la sino también ante o: «Abdicar, dexar, o re-
oración se indican con este signo: I. En el nunciar»; este uso se suprime en 1817. Los
xvi, junto al punto redondo, ya existente, signos de exclamación e interrogación eran
se introdujeron el punto cuadrado (.), la desconocidos en el siglo xvii, pero en la
coma (,), los dos puntos redondos (:) y los Ortografía académica de 1763 aparecen
dos puntos cuadrados (=). La exclamación ya en su forma invertida, es decir, con el
y la interrogación se indican con signos punto hacia arriba: ¡, ¿. Esto quiere decir
especiales, pero se emplean sin método. que, como todo, también los signos de pun-
Algunos indicaban el signo de interroga- tuación, y la puntuación misma, se hallan,
ción mediante dos puntos al fin de la frase pese a que no lo advirtamos, en constante
interrogativa o con dos puntos sobre la aunque lenta evolución.
primera de sus palabras. Los paréntesis po-
dían aparecer tal cual los utilizamos ahora 11.4. El sistema puntuario actual. El
o bien con estos dos signos: II. texto que se ofrece al lector actual, a dife-
La introducción de la imprenta (alrede- rencia del de las épocas clásica y medieval,
dor de 1440), y en especial la actuación de no es un contínuum monótono y lineal,
algunos de sus prohombres, como Aldo sino que ofrece, considerado ese texto en
Manuzio en Italia y Geofroy Tory en Fran- su globalidad, una macroestructura y una
cia (en España ese papel lo representaría microestructura, palabras que tomo de la
Elio Antonio de Nebrija, nuestro gran lexicografía.
humanista), van fijando poco a poco una
serie de reglas para el empleo de los signos 11.4.1. La macroestructura textual. La
de puntuación con objeto de ordenar el macroestructura textual es la estructura-
discurso escrito y conseguir que los textos ción del texto, para su mejor manejo e
editados fueran fácilmente leídos por una intelección, en divisiones tan amplias co-
generalidad de personas. El libro ya no es- mo el tomo, en lo relativo a una división
taba destinado especialmente a adornar las conceptual del texto, y el volumen, que
bibliotecas de los pudientes y poderosos, consiste en una división física, en ambos
como había sucedido, a lo largo de la Edad casos en razón de la extensión material de
Media, con el códice, sino que se pretendía la creación literaria, técnica o científica.
que llegase al mayor número de lectores. La estructuración interna del texto puede
Para ello, naturalmente, había que aplicar hacerse también a partir del tomo, el libro
una forma de codificación de los mensajes y la parte, subdividida esta en capítulos o
que fuera entendida por la generalidad lecciones, y estos, finalmente, en párrafos.
de sus destinatarios. Los primeros libros
impresos, a los que llamamos incunables, 11.4.1.1. Valoración de la macroes -
11.5. BASES DE LA PUNTUACIÓN 389

trutura del TEXTO. Para su correcta sonidos que componen un fragmento de


interpretación y disposición, el escritor, discurso. Puede ser enunciativa (inflexión
y consecuentemente la editorial que se en- final descendente), interrogativa (infle-
carga de preparar la edición de la obra con xión final ascendente) y exclamativa (as-
vistas a su publicación, establece unas divi- censo del tono hasta la sílaba acentuada de
siones físicas para cada una de esas partes, la palabra que se pone de relieve seguido
en función de su importancia relativa. Así, de descenso brusco).
los tomos, libros y partes comienzan en El tonema es la inflexión o cambio de
página impar y pueden estar precedidos de tono que se presenta a partir de la últi-
una portadilla interna o portada divisoria ma sílaba tónica del grupo fónico. Existen
que anuncia, con el título en la página fundamentalmente tres: cadencia (el tono
impar y la página posterior en blanco, el desciende rápidamente a partir de la última
contenido de esa división textual; los ca- sílaba tónica), anticadencia (el tono ascien-
pítulos van generalmente en página nueva, de rápidamente a partir de la última sílaba
que puede ser par o impar, y los párrafos, tónica) y suspensión (el tono ni asciende
en punto y aparte. ni desciende a partir de la última sílaba
tónica).
11.4.2. La microestructura textual. La Desde el punto de vista tipográfico, la
microestructura textual es la estructura entonación puede auxiliarse de los cambios
gramatical y tipográfica del párrafo y está en la grafía de las letras con que se expresa
relacionada con aspectos prosódicos o el texto, de manera que según la disposi-
fonéticos (pausas y entonación), aspectos ción o el tipo de letra, la entonación es una
semánticos (el sentido de lo expresado) y u otra. Por ejemplo, los subtítulos, por el
aspectos estilísticos (la voluntad expresiva solo hecho de estar situados de forma des-
del escritor, el uso que el escritor hace de tacada en la página, o las letras, palabras,
los signos de puntuación). sintagmas, frases, etcétera, por el hecho de
que estén escritos de forma distinta que el
11.4.2.1. Valoración de la Microes - resto del texto; verbigracia, con letra cur-
tructura del texto . Desde el punto de siva, negrita, versalita, versal, etcétera. Sin
vista fonético, el párrafo se divide esencial- embargo, no marcan especialmente pausas,
mente en grupos fónicos (un grupo fónico que, como se sabe, las indican los grupos
es una porción del discurso comprendida fónicos, estén o no marcados por signos de
entre dos pausas), que a veces adoptan la puntuación.
forma de incisos (oraciones incidentales) o
de vocativos (personas o cosas personifica- 11.5. Bases de la puntuación. La or-
das a quienes denominamos para atraer su tografía nos dota de una serie de signos
atención), cada uno de los cuales requiere que, bien elegidos y colocados en su lugar
una entonación adecuada marcada en la pertinente, permitirán que el destinatario
escritura normalmente mediante los signos de los mensajes escritos —el lector— no so-
de puntuación. lo los entienda, sino que confiera la ade-
Las pausas (cesuras en poesía) son los cuada entonación a su lectura. Desde este
silencios más o menos largos que se produ- punto de vista, en el conjunto de la pun-
cen en la cadena hablada tras un grupo tuación la entonación es como la prueba
fónico o una oración y sirven para deli- fehaciente de que, por un lado, el texto está
mitar unidades semánticas o sintácticas. bien puntuado y, por otro, ha sido bien
Tales unidades pueden venir indicadas por leído. Así pues, al puntuar, el escritor debe
signos de puntuación o producirse incluso pensar en el lector, puesto que este, que es
en ausencia de ellos. el destinatario de su mensaje, debe poder
La entonación es la curva melódica interpretarlo y entonarlo sin problemas.
producida por la sucesión de tonos de los No hay una forma estándar, única, de
390 11.5.1. LOS SIGNOS DE PUNTUACIÓN

puntuar un escrito cualquiera. Más bien esquema de los signos sintagmáticos,


habría que decir que se puede puntuar que sirven para puntuar y dar ento-
bien y mal de varias maneras. En cualquier nación), que son el paréntesis [( )],
caso, en la puntuación intervienen cuatro los corchetes ([ ]), la raya (—), el
factores: la sintaxis, la prosodia, la longi- menos (-), las comillas (« “ < ‘ ’ > ” »)
tud de los fragmentos y el gusto personal y las antilambdas (< >).
del escritor. No se confunda esto con la
aseveración, demasiado a menudo repeti- La Academia, y con ella otros autores,
da, de que la puntuación es un hecho sub- incluyen entre los signos de puntuación
jetivo. No existe la subjetividad puntuaría, la diéresis (¨), el guión (-) y el igual (=).
sino el gusto puntuario o, en algunos Si tenemos en cuenta que los signos de
casos, la necesidad de optar por un tipo de puntuación sirven para indicar las pausas
puntuación en virtud de esos factores que o cambiar la entonación, los que se acaban
hemos mencionado (→ 11.1). de mencionar no son signos de puntuación,
ya que su función es muy otra.
11.5.1. Los signos de puntuación. Las
partes que forman las oraciones y los perío- 11.5.2. Complejidad de la enseñanza
dos se estructuran separándolas, cuando de la puntuación. Ciertamente, entre los
es preciso, con signos diversos que pueden aspectos estrictamente ortográficos, este
ser comas, puntos y comas, dos puntos y de la puntuación es el más complejo. Ello
puntos suspensivos, los cuales, junto con tiene explicación: se trata de ordenar el
el punto, constituyen lo que llamamos sig- discurso, de dotarlo del sentido en que
nos de puntuación. Si a ello añadimos los queremos que el lector nos interprete. Si el
signos de entonación y los auxiliares, co- uso de los signos es erróneo, lo natural es
mo veremos seguidamente, dispondremos que también sea errónea la interpretación
de los elementos necesarios actualmente del discurso. En este caso, el emisor se ha
en uso para dotar a lo escrito, mediante equivocado, ya que una de dos: o su men-
pausas elocutivas debidamente marcadas, saje no alcanza lo que se propone, que es
de un sentido determinado. No es un siste- comunicar algo, o, lo que es peor, confun-
ma completo ni perfecto, pero es el que la de al destinatario.
tradición nos ha legado después de siglos Hay en todo ello, por supuesto, un hecho
de utilización. Se trata, por consiguien- subyacente: lo grave de quien puntúa mal
te, de un sistema compuesto de un conjun- no estriba solo en que ignore cómo utilizar
to de reglas y excepciones, pero abierto y apropiadamente los signos de puntuación,
perfectible. sino en que, aun conociéndolos, carece de
Los signos de puntuación son signos orden mental; se trata de un axioma: quien
sintagmáticos, es decir, que afectan a la no sabe pensar ordenadamente, estructurar
frase, no a la letra ni a la palabra aisladas coherentemente su pensamiento, no puede
(→ c. 10.2). Se dividen así: puntuar bien aunque conozca los signos de
puntuación. La consecuencia obvia es que
a) signos de puntuación, que son el quien no sabe puntuar no sabe expresarse
punto (.), la coma (,), el punto y co- ni sabe comunicarse por escrito. Como
ma (;), los dos puntos (:) y los puntos dice Josep M. Espinás («Puntuació», Avui,
suspensivos (...); 08/03/90, 48): «Nos quejamos de que mu-
b) signos de entonación, que son la chos alumnos salen de la escuela con faltas
exclamación (¡!) y la interroga- de ortografía. A mi entender, todavía es
ción (¿ ?); más grave que salgan sin saber puntuar.
e) signos auxiliares (auxiliares de la Enseñar a puntuar es básico: es enseñar a
puntuación y de la entonación, se ordenar las ideas».
entiende, puesto que están dentro del Precisamente por ello, como la experien-
11.5.3. LOS TIPOS DE PUNTUACIÓN 391

cia cotidiana sin duda demuestra a los 2. Los profesores de enseñanza básica
profesores, antes de afrontar la enseñanza y de enseñanza secundaria deben tener
del sistema puntuario y su aplicación es conocimientos gramaticales sólidos que
necesario desarrollar la competencia cog- les permitan explicar a sus alumnos las
nitiva de los alumnos. La puntuación es causas por las cuales unas veces se puede
el aspecto menos mecánico de todo el en- poner coma y otras, en el mismo caso, es
tramado ortográfico. Se puede desarrollar preferible no ponerla, siempre que no se
y fijar con mayor o menor coherencia un trate de una coma gramatical, digamos,
conjunto de reglas para el correcto empleo «de obligado cumplimiento».
de la tilde acentual, de las letras apropiadas 3. El tercero y tal vez el más importan-
para representar los sonidos de un alfabe- te de los problemas relacionados con la
to, incluso (aunque en menor medida) de enseñanza de la puntuación se deriva de
las mayúsculas y minúsculas. Sin embargo, la codificación de las normas por que se
a la hora de enseñar la puntuación ya no rige el sistema puntuario, de las reglas de
es tan fácil. aplicación. Se trata de un sistema, si por un
No se trata necesariamente de aplicar lado muy complejo, por el otro muy poco
una regla sin fisuras o resquicios. Hay, normativizado por quien tiene potestad
naturalmente, un entramado de reglas y para hacerlo, que es la Academia Española.
excepciones que conforman lo que hoy En este contexto, el más eficiente de los
entendemos por puntuación, pero después, profesores resultará poco eficaz porque le
conocida la norma y a partir de ese conoci- será muy difícil hacer comprender a sus
miento, el estilo de la puntuación depende alumnos las reglas de un sistema desor-
de lo que en cada caso se persiga no solo en denado y pobre. La solución, en algunos
función del estilo, sino también del sentido casos, consiste en aconsejar a los alumnos
y hasta del ritmo en la lectura. Es más: que lean mucho, que observen cómo pun-
sabido es que cualquier texto o fragmento túan los escritores o los redactores de los
de texto puede puntuarse de varias for- periódicos y revistas o, en última instancia,
mas correctas o varias formas incorrectas. que sigan su propio gusto. No obstante,
Azorín, que entre otras muchas cosas era debe avisárseles de que abundan los malos
periodista, no puntuaba igual que los pe- ejemplos entre los escritores y los periodistas.
riodistas actuales. Mientras aquel estructu-
raba pormenorizadamente el discurso, en 11.5.3. Los tipos de puntuación. El
el periodismo actual se emplea la frase lar- estudio de la puntuación, que se había
ga, sujetos muy explicativos y separación mantenido en un nivel más bien bajo desde
de sujeto y verbo por introducción de una mucho tiempo atrás, en una situación de
cáfila de incisos interdependientes que, estancamiento que a nadie parecía preocu-
más que aclarar las ideas, con frecuencia par (empezando por la Academia misma,
las embrollan. que se solazaba bajo la caricia del halago
En lo relativo a la enseñanza, la puntua- fácil), experimentó un decisivo impulso
ción presenta algunos problemas. cuando en 1974 apareció la obra Orto-
1. El primer problema en relación con grafía y ciencia del lenguaje del profesor
la enseñanza de la puntuación se deriva de José Polo, quien, tomando como punto
la dificultad que en sí encierra la enseñanza de partida los escritos de los más diversos
general de la ortografía. Tanto si uno la tratadistas (por ejemplo, Ramón Carnicer,
sabe enseñar como si no sabe hacerlo, los Ramos Martínez, José Fernández Castillo,
alumnos, casi por unanimidad, parecen no Julio Casares, Hilda Basulto, etcétera), en-
saber aprenderla, y lo normal es que vayan tre ellos algunos ortotipógrafos, estableció
pasando de nivel en nivel hasta llegar a nuevos puntos de vista para el análisis de
la universidad sin saber ortografía y, por la escritura a este nivel superior: la puntua-
consiguiente, sin saber puntuar un escrito. ción del texto escrito, la estructuración del
392 11.5.4.1. LOS PROBLEMAS DE LA PUNTUACIÓN

discurso. A este respecto, establece unos ti- con la intención de dar sentido a lo escrito,
pos de puntuación que, resumidos, pueden y esta es la principal función de la pun-
esquematizarse así: tuación. Sin embargo, aun dentro de este
esquema amplio, la puntuación puede ser
1. Atendiendo a la cantidad de signos básica o estilística, y en ambos casos, suelta
empleados: o trabada.

a) puntuación neutra, funcional o bá- 11.5.4. Los problemas de la puntua-


sica: puntuación en que los signos ción.
puntuarios utilizados son los norma-
tivos, sin que objetivamente sobren 11.5.4.1. Problemas de puntuación
ni falten; prosódica . Según el principio de la pun-
b) puntuación suelta: puntuación que tuación prosódica, los signos de puntua-
utiliza en el discurso escrito menos ción marcan pausas, pero hay casos en
signos sintagmáticos que si se lleva- que el lector establece una pausa donde no
ran hasta sus últimas consecuencias existe ningún signo puntuario, y no la hace
las posibilidades de colocación de donde este se halla presente. Por ejemplo,
estos signos; no se hace pausa alguna en sintagmas como
c) puntuación trabada: puntuación que sí, señor;
consiste en utilizar en el discurso es- no, señor;
crito todos los signos sintagmáticos no, por cierto.
posibles, algunos de los cuales po-
drían suprimirse o no utilizarse sin Tampoco suele hacerse pausa en sintagmas
que el texto cambiara de sentido. cortos, como Pobre, pero honrado, ni
en otros casos de locuciones conjuntivas,
2. Atendiendo a la intención del que aclarativas, confirmativas, continuativas,
puntúa: consecutivas, adversativas, etcétera, como
sin embargo, no obstante, y en expresio-
a) puntuación semántica o gramatical: nes o voces expletivas como pues y otras.
puntuación que descompone el tex- Por ejemplo, cuando van precedidas de la
to del discurso escrito en función conjunción y, la primera coma no se «lee»,
de las relaciones sintácticas de sus pese a su presencia gráfica:
componentes; por ejemplo: sí, señor;
puede imbricarse en algunos casos Y, sin embargo, no viene.
con la puntuación prosódica; A veces ni siquiera se «lee» la segunda co-
b) puntuación prosódica: puntuación ma. La coma gramatical permanece, pero
que constituye una excepción de la la entonación hace caso omiso de ella.
puntuación semántica; por ejemplo, En realidad, esto tiene que ver con los
en sí señor; grupos tónicos en que se fragmenta la
c) puntuación estilística: puntuación cadena hablada y, consecuentemente, con
que depende del estilo propio de la entonación. El grupo fónico, que se
cada escritor, y en este sentido puede encuentra entre pausas de la articulación
ser suelta o trabada; admite una que comprenden una porción de discurso
utilización subjetiva de los signos en o una sola palabra, no está necesariamente
función de una situación concreta y circunscrito por comas u otros signos de
determinada. puntuación, aunque sí a menudo. Veamos
los siguientes casos:
La puntuación, en español como en cual-
quier otra lengua romance, es de sentido Todos los días / después de desayunar / voy
mayoritariamente semántico: se puntúa por el periódico;
11.5.4.1.1. PROBLEMAS DE PUNTUACIÓN SEMÁNTICA 393

Y, en efecto, / literatura y filosofía llevan co- lectura sincopado, lento, como cuando se
sas muy diferentes de la plástica; circula por calles estrechas con muchos
Es, pues, vano ese intento / de hacerse las co- cruces y semáforos parpadeantes pidiendo
sas más sencillas y manejables // a medida constantemente atención. Por el contrario,
de la propia simplicidad.
una puntuación suelta hace dinámica la
lectura. Pero probablemente no pueda apli-
Como se puede ver, en el primer caso hay carse indistintamente a cualquier texto
dos pausas y ninguna coma; en el segundo, cualquier sistema de puntuación. Incluso
dos comas y una sola pausa; en el tercero hay que pensar que en una misma obra,
hay dos comas sin pausas y dos pausas, en un mismo capítulo de ella, los ritmos de
una de ellas doble, no representadas por lectura serán distintos, dependiendo de las
comas. Si realmente las comas marcasen intenciones del autor.
siempre una pausa y la ausencia de coma
indicara que no hay ninguna pausa, la 11.5.4.2. Problemas de puntuación
entonación de las tres oraciones anteriores semántica . Hay casos de puntuación sin-
sería muy otra. A veces, la pausa larga táctica que apenas admiten discusión en
puede indicarse mediante los puntos sus- cuanto a la presencia de al menos un signo
pensivos, una de cuyas funciones es esa de puntuación, sea cual fuere (coma, punto
precisamente: preparar el ánimo para lo y coma, punto, puntos suspensivos). Entre
que viene después. estos casos, los siguientes:
Las pausas se dan necesariamente en las 1. La coma que necesitan las oraciones
oraciones incisas y en las de relativo expli- condicionales en las que la prótasis y la
cativas; por ejemplo, apódosis se han invertido, del tipo Si vas a
llegar tarde, avisa con tiempo. Es frecuente
El soldado, herido en la cabeza, avanzó que el escribiente omita esa coma, que debe
penosamente;
El soldado, que había sido herido en la
figurar siempre.
cabeza, avanzó penosamente. 2. En estilo normal, las comas obliga-
das que exigen estos tipos de oraciones:
Obsérvese cuán distinta es la enunciación
— adversativas (Quiero ir al fútbol,
y entonación (también el sentido, natu-
pero no me dejan; No es blanco, sino
ralmente) si eliminamos las comas y con-
negro);
vertimos las frases en oraciones especifi-
— distributivas (Unas veces canta, otras
cativas:
llora);
El soldado herido en la cabeza avanzó peno- — ilativas conclusivas (Pienso, luego
samente; existo);
El soldado que había sido herido en la cabeza — ilativas continuativas, cuyos nexos,
avanzó penosamente. pues, en efecto, por consiguiente,
en verdad, ahora bien, etcétera, van
11.5.4.1.1. Lectura y puntuación. precedidos generalmente de coma,
Cuando un autor pretende que su obra o punto y coma e incluso punto, y se-
una parte de ella tenga un determinado guidas de coma o dos puntos;
ritmo de lectura, más vivo o rápido, más — yuxtapuestas semánticamente inde-
lento o reposado, se vale de una puntua- pendientes, que asimismo pueden lle-
ción suelta en un caso y trabada en el otro. var coma, punto y coma e incluso
La oración corta y la abundancia de signos, punto, aplicables en estilo cortado
en especial puntos y puntos y comas, ade- (Llegué, vi, vencí),
más de todas las comas que sean posibles,
incisos entre comas, paréntesis o rayas, 3. La coma en los vocativos, se haga
no cabe duda de que marcan un ritmo de pausa o se prescinda de ella, como en
394 11.5.4.2. PROBLEMAS DE PUNTUACIÓN SEMÁNTICA

Sí, señor; tal Blanco y Sánchez): «En cierta cámara


¡Sálvanos, Virgencita!; popular, cuya denominación no importa,
Don José, acérquese. se levantó a hablar un ministro a quien
era hostil la mayoría. El orador, un tanto
4. Sin embargo, la puntuación sintác- molesto con aquella situación, dijo estas
tica sirve también para dar al discurso un palabras, después del exordio:
sentido distinto del que tendría en otro
caso. La importancia de esta puntuación El Gobierno necesita una mayoría parlamen-
se pone de manifiesto en ciertos ejemplos, taria para que le ayude y para que le
sirva...
algunos de ellos muy famosos, según los
cuales suprimiendo, añadiendo o cambian-
do de lugar una humilde coma podemos »El ministro no pudo continuar: una
cambiar el destino de las personas y las tempestad de gritos y denuestos ahogó su
cosas. Veamos algunos. voz, y el desorden fue tan grande, que el
Conocido es el caso del razonamiento presidente se cubrió y dio por terminada la
del Doctor expuesto por don Jacinto Be- sesión. Los diputados de la mayoría exigie-
navente al final de Los intereses creados: ron luego que se explicasen cumplidamente
las palabras ofensivas: aquello era llamar
servil a la mayoría, y ninguno de sus dignos
Crispín . Y ahora, Doctor, ese proceso, ¿ha- individuos se contentaba con menos que
brá tierra en la tierra para echarle enci-
ma? con la dimisión del ministro. Y, sin embar-
Doctor . Mi previsión se anticipa a todo. go, se contentaron todos con muy poco. Al
Bastará con puntear debidamente algún otro día, en el extracto oficial de la sesión,
concepto... Ved aquí: donde dice... «Y se leía lo siguiente:
resultando que si no declaró...» basta
una coma, y dice: «Y resultando que sí, El Gobierno necesita una mayoría parlamen-
no declaró...» Y aquí: «Y resultando que taria para que le ayude, y para que le sirva,
no, debe condenársele», fuera la coma, y una administración independiente.
dice: «Y resultando que no debe conde-
nársele...». »Los diputados ofendidos se dieron por
Crispín . ¡Oh, admirable coma! ¡Maravillosa
satisfechos con aquel breve signo, y el con-
coma! ¡Genio de la Justicia! ¡Oráculo de la
ley! ¡Monstruo de la Jurisprudencia! flicto parlamentario se deshizo al conjuro
de una coma».
6. Según denuncia en el diario español
Cuando el Doctor habla de puntuar «de- El País (2.1.1993, 14) José Luis García
bidamente», se refiere, claro está, al hecho Remiro, en «Cartas al director», el nuevo
de que tal puntuación responda a sus in- catecismo de la Iglesia católica contiene
tereses, es decir, a interpretar a su modo este pasaje:
un texto que tiene otra interpretación, una
antes de la manipulación, otra después. El terrorismo que amenaza, hiere y mata sin
Obsérvese, no obstante, que en el primero discriminación es gravemente contrario a
de los dos casos el cambio es más impor- la justicia y a la caridad.
tante que una mera coma: ha de convertir,
además, una conjunción (si) en adverbio de Añade el lector: «[...] quiere decir que
afirmación (sí). Crispín llama «admirable» hay otro terrorismo que es bueno: el
a esa tan oportuna coma, naturalmente... que mata discriminando, seleccionando
5. El siguiente ejemplo lo cita una de las bien a sus víctimas (por ejemplo, militares).
guías de estilo publicadas por los taquígra- = Seguramente no es eso lo que quiere de-
fos de la Cámara de Representantes de cir, pero es eso lo que dice. = Para rechazar
Uruguay en agosto de 1960 (a su vez co- todo terrorismo, faltan una o dos comas
piada de la obra Arte de la lectura de un que, en este caso, cambiarían totalmen-
11.5.4.3.1. EL EXPERIMENTALISMO PUNTUARIO 395

te el sentido de la frase (como bien sa- a su modo», en palabras de Azorín. Josep


ben los escolares y parecen haber olvida- M. Espinás (Avui, 8.3.1990, 48) dice que
do los obispos) al convertir en explicativa cada autor puede escribir de más de una
(no especificativa) la oración que apare- manera: «Hay diversas soluciones para
ce complementando a la palabra terro- puntuar correctamente un mismo texto,
rismo». pero hemos de saber que cada cambio de
En efecto, la frase necesita dos comas, y puntuación supone un matiz diferente
quedaría así: de expresión».
Habría, pues, que preguntarse: ¿a qué
El terrorismo, que amenaza, hiere y mata sin responden entonces las heterodoxias grá-
discriminación, es gravemente contrario... ficas y puntuarías a que algunos autores
se dedican con tanto afán? Me atrevo a
11.5.4.3. Problemas de puntuación suponer tres causas principales:
estilística . No se puntúa hoy como se
puntuaba hace cinco siglos, por poner a) como trasunto de peculiaridades de
un ejemplo. La evolución de la lengua, los personajes descritos: es obvio
inapreciable a lo largo de una generación, que una criada sin formación es-
pero activa sin duda de ningún tipo, afecta colar se expresará de forma muy
también a la manera de puntuar, como distinta que una persona formada y,
una consecuencia del cambio en la forma en consecuencia, puntuará en conso-
de construir el discurso. Construimos el nancia con su falta de conocimientos
lenguaje de manera distinta, lo entonamos del código gráfico;
y pronunciamos asimismo de otro modo, b) como expresión de unos ritmos de
y en consecuencia también la puntuación lectura que resulten convenientes en
varía. función del contexto;
c) como forma de superar lo que en
11.5.4.3.1. El experimentalismo pun- un momento dado pueda conside-
tuario. Polo (1974: 115-116) mantiene la rarse terreno trillado y prosaico o
teoría de que «no existe, en principio, nin- bien desprecio de lo normativo para
guna puntuación literaria especial: existe adentrarse en el laboratorio de la
un sistema de puntuación que es aprove- experimentación más o menos revo-
chado, solo en parte, en las situaciones lucionaria.
que nos plantean los temas y la intención
anexa en lo que escribimos normalmente; y De este último aspecto tenemos varios
que pueden presentarse situaciones semán- ejemplos, pero no todos obedecen a las
tico-prosódicas tan complejas en cualquier mismas motivaciones. Ferrater Mora, en
continuo del hablar —sea literario o no—, 1971 (cit. Polo, 1974: 121-122), decía:
que, al traducirlo al sistema gráfico, nos «Por desgracia, algunos escritores parecen
veamos obligados a salimos de la norma más preocupados por la puntuación (o la
—porque la conocemos—, a llevar el sis- antipuntuación) de lo que sería de desear.
tema de representación gráfica más allá de Parece como si creyeran que el servirse
lo usual». Y un poco más adelante: «De mecánica y automáticamente de esos trucos
ahí que nos opongamos a una división, basta para la creación literaria —un aspec-
artificial, entre puntuación normal y pun- to de la demasiado arraigada creencia de
tuación literaria». que con salirse de las normas, sin más, ya
Sin embargo, esto no significa que la se consigue algo, un beneficio sustancial, es
puntuación presente un modelo uniforme, decir, algo “nuevo”, y de que la novedad,
de tal manera que no sea posible salirse de además, consiste en la “anormalidad”—».
sus cauces. Muy al contrario, como hemos Y dice más adelante: «Consideremos bre-
citado antes (→ 11.1), «cada autor puntúa vemente la segunda operación que algunos
396 11.5.4.3.1. EL EXPERIMENTALISMO PUNTUARIO

escritores ejecutan. Los aludidos se frotan parece menos injustificado». Y termina el


las manos de gusto (‘‘¡Qué bueno!, ¿no?”, autor tan largamente citado: «Una prosa
“Miren (admiren) lo que hago”, “¡Cómo complicada o no convencional [...] no gana
van a rabiar los maestros de escuela (y nada con la desnaturalización de todas las
otros)!”) cuando juguetean con los tipó- pausas a través de una puntuación que no
grafos: imprímase la página 39 al revés; la orienta al lector acerca de la estructura
nota al pie de la página 101 se pondrá a de la elocución y lo condena a respirar
la cabeza; no se busque la nota anunciada igual por una coma entre palabras yux-
en la página 125 porque se ha omitido de- tapuestas y un punto y aparte de final y
liberadamente; desde las páginas 130 a la comienzo de discurso. La puntuación tal
138 se imprimirá el texto a dos columnas como la hemos heredado es hasta ahora el
(no importa el orden) [...]». mejor apoyo de una lectura que se quiere
Carlos Barral, en un artículo publicado orientar».
en Cuadernos para el Diálogo, titulado Miguel Delibes, en La hoja roja (Barce-
«Punto alto» (núm. 247, 21-27.1.1978), lona, Destino, 1975, capítulo xvi), pre-
muestra su irritación tras la lectura de senta una carta escrita por una criada con
una novela solo puntuada con un punto la «ortografía» que a esta corresponde.
seguido de minúscula en cada caso. «El Toda la obra está puntuada canónicamen-
joven autor candidato a editor —dice— te, excepto esta intervención. El mismo
hubiera forzado mucho menos la paciencia Delibes, en Parábola del náufrago (Bar-
del lector editorial si se hubiera atenido celona: Destino, 1969), utiliza una forma
a una convención innegablemente útil y de puntuación que podríamos considerar
francamente difícil de sustituir. [...] Me metapuntuaria: escribe coma donde él pon-
confieso [...] muy conservador y descon- dría el signo coma, punto donde pondría
fiado de las revoluciones tipográficas que punto, abrir paréntesis donde abriría este
en lugar de acercar a una correcta lectura signo, etcétera. Se trata de un experimento
establecen la ambigüedad semántica como incompleto, o cuando menos irregular, por
ley. Es cierto que en poesía el sistema de cuanto también aparecen signos canóni-
pausas no siempre corresponde al sintác- cos, y lugares donde pondríamos coma y
tico y que a veces conviene señalar pausas no aparecen ni el nombre ni el signo.
no convencionales, no gramaticales, pero Cabrera Infante, en Tres tristes tigres
en esos casos es mejor coma de más que (Barcelona: Seix Barral, 1969, 28 ss.),
coma de menos. Incluso en buena prosa a reproduce también una carta escrita por
veces es conveniente introducir comas de una persona sin formación ortográfica. El
refuerzo, por ejemplo, antes de copulativa autor trata de imitar las cacografías de la
y después de una enumeración. El exceso persona que escribe mal su lengua, pero es
de signos de puntuación no es necesaria- en ello bastante irregular y se advierte la
mente molesto al lector. La escasez o la artificiosidad de la grafía.
utilización arbitraria, más bien sí.» Barral Caso distinto es el del escritor chileno
se refiere seguidamente a que experimentos afincado en España Mauricio Wacquez
semejantes los ha visto en Autobiografía de (1939-2000), en cuya obra titulada Pa-
Federico Sánchez de Jorge Semprún, en la réntesis (Barcelona, Barral, 1975) no hay
que en ciertos excursos solo aparecen los más signo de puntuación que la coma,
dos puntos como signo de puntuación, y aunque no desdeña el empleo de signos
atribuye este experimento a la influencia de auxiliares como la raya, la exclamación
las últimas novelas de Juan Goytisolo, «en y la interrogación. La obra aparece entre
las que de todos modos —dice— el expe- dos paréntesis, uno que la abre y otro
rimentalismo en materia de puntuación!,] que la cierra, con un solo punto aí final,
en tanto que forma parte de un intento después del paréntesis (aunque debería ha-
más general de violación del lenguaje, ber ido antes de cerrar el paréntesis).
LIBRO SEGUNDO

ORTOGRAFÍA TÉCNICA
12. La ortotipografía

12.1. Ortografía usual o académica. la ortotipografía, palabra con la que de-


Como hemos podido ver a lo largo del signamos la parte de la ortografía técnica
libro primero, la ortografía usual o aca- que se ocupa del estudio y aplicación de las
démica atiende a las reglas básicas de la reglas de escritura tipográfica; es decir, el
escritura, es decir, al correcto empleo de las conjunto de reglas por que se rige la con-
letras, la división de palabras, la atildación, fección de un impreso mediante recursos
la escritura de mayúsculas y minúsculas, tipográficos (→ 13). La ortografía técnica
las palabras que se escriben juntas o sepa- y científicca tiene que ver, específicamente,
radas, la puntuación de los textos, etcétera. con el aspecto técnico y científico de las
Todo ello afecta a la escritura manual, a formas de abreviar; la alfabetización de las
la mecanográfica y a la tipográfica, pero letras, palabras y sintagmas; la escritura de
esta última no sería posible sin unas reglas los símbolos; la confección de bibliogra-
especiales que establecieran las normas de fías, índices alfabéticos, cronologías, cua-
construcción y elaboración del discurso dros, esquemas, citas, citas bibliográficas,
técnico y científico mediante elementos y etcétera. Tiene que ver especialmente con
recursos tipográficos. la escritura de los signos y símbolos de la
técnica y la ciencia.
12.2. Ortografía especializada. En opo-
sición a la ortografía usual o académica, la 12.2.2. Ortotipografía u ortografía
especializada se ocupa de la recta grafía de tipográfica. La Academia define así la
todos los elementos de la escritura que no palabra ortotipografía: «Conjunto de usos
se relacionen estrictamente con las letras. y convenciones particulares por las [los]
Comprende la escritura técnica y científica, que se rige en cada lengua la escritura
la ortotipografía o escritura tipográfica, la mediante signos tipográficos». Está es-
escritura bibliológica, la escritura lexico- pecialmente relacionada con la diacrisis
gráfica y la escritura publicitaria. tipográfica, es decir, las familias y estilos
de letras; la aplicación de la letra redon-
12.2.1. Ortografía técnica y científica. da, cursiva, negrita, versalita, ancha y
Conjunto de reglas y excepciones por que estrecha, superíndice y subíndice, etcéte-
se rige la grafía técnica y científica, parte ra; las llamadas de notas y citas biblio-
de la ortografía usual y se completa con gráficas; la confección y disposición de
400 12.2.3. ORTOGRAFÍA BIBLIOLÓGICA

cuadros, citas textuales, poesías, obras trascendentes. En efecto, por poner un


teatrales, fórmulas matemáticas, títulos y ejemplo sencillo, si un escritor se refiere al
subtítulos y demás aspectos bibliológicos kilovatio con los símbolos kw (registrado
y tipográficos que van más allá de la simple por la Academia en la ole 99, 106), Kw
escritura del texto general. o KW, es obvio que nadie lo interpretará
bien, puesto que el kilovatio se abrevia
12.2.3. Ortografía bibliológica. Con- con el símbolo kW (escrito de redondo).
junto de normas que se refieren a aspectos Imagínese la importancia de utilizar apro-
del libro no relacionados directamente con piadamente y con acierto los símbolos
lo gráfico. Se refieren, sobre todo, a cues- químicos y del sistema internacional de
tiones como el formato de la obra y de la unidades (si). Cometería error semejante
mancha o caja de composición, el grosor al anterior quien escribiera, por ejemplo,
del libro (importante en comparación con Cp ‘casiopeo’ en lugar de Lu ‘lutecio’, ya
las dos restantes dimensiones, el largo y el que el primero está desechado. Lo mismo
ancho), los valores y situación de los már- puede decirse de quienes creen que para
genes, la distribución de los blancos en la el símbolo de kilogramos tanto vale Kg
página, las páginas importantes (la porta- como kG, o bien kgs, kgs., Kgs, Kgs., en
da, la página de derechos), la distribución lugar del verdadero, kg (sin -s, sin punto
de las páginas de arranque de capítulos y y de redondo). Desde este punto de vista,
otras páginas importantes, como las que son menos importantes, porque, en gene-
aparecerán en blanco, etcétera. ral, «carecen de trascendencia (al menos,
comparados con lo dicho anteriormente),
12.2.4. Ortografía lexicográfica. Con- los errores cometidos en ortotipografía
junto de normas por las que se rige la (a los cuales se los llama más propiamente
confección de un diccionario u obra enci- erratas). Sin embargo, un impreso no es, en
clopédica. Comprende todas las normas general, un escrito cualquiera. Más bien se
ortotipográficas y bibliológicas, pero con exige que cada palabra, cada parte de las
peculiaridades propias en su aplicación. que componen un impreso bien realizado
Como es sabido, los diccionarios utilizan mantenga su grafía propia. En este sentido,
letras de cuerpo más pequeño de lo que no solo se han de aplicar aquellas normas
es normal en páginas del mismo formato, que el paso del tiempo y la experiencia han
con márgenes también más pequeños, uso convertido en tales, sino que ha de hacerse
de mayor número de abreviaciones, utiliza- de forma unificada y coherente. Por poner
ción de varias clases de letra, etcétera. un ejemplo, no sería coherente escribir el
título de una publicación o de una obra de
12.2.5. Ortografía publicitaria. Con- creación ora en cursiva, ora de redondo,
junto de normas por las que se rige el ora con comillas latinas, ora con comillas
diseño pulicitario. Comprende las publi- inglesas, etcétera. De la misma manera se-
caciones bibliológicas (libros) y hemero- ría incorrecto cambiar el estilo, la familia,
lógicas (periódicos y revistas), así como la la clase de letra, el tamaño o la medida con
publicidad expuesta a la intemperie (rótu- que se compone el texto de un impreso o
los, firmas comerciales, letreros, paneles una parte de él, a no ser que exista una
indicadores, avisos, etcétera). razón evidente para ello.

12.3. Faltas de ortografía técnica y ti- 12.4. Códigos tipográficos y manuales


pográfica. Las faltas de ortografía técnica de estilo. A lo largo de la historia de la
son las más graves que pueden cometerse, imprenta ha sido patente la falta de normas
por cuanto pueden influir negativamente comunes para la realización de los impre-
en investigaciones y trabajos científicos sos. Sin embargo, desde el primer momen-
y técnicos cuyos resultados pueden ser to se puso de manifiesto la necesidad de
12.4.2. LOS MANUALES DE ESTILO 401

contar con códigos tipográficos y normas habían precedido tres obras importantes:
ortográficas que permitieran realizar los el Mecanismo del arte de la imprenta para
impresos con corrección, coherencia y uni- facilidad de los operarios que la exerzan
dad de criterio. Quienes se encargaron de (1811), de Juan José Sigüenza y Vera; el
fijar las reglas de la tipografía y de la or- Manual de la tipografía española, de An-
tografía fueron los tipógrafos humanistas, tonio Serra y Oliveres (1852), y el Tratado
a la cabeza de los cuales hay que situar al de tipografía o arte de la imprenta, de José
italiano Aldo Manuzio (h. 1449-1515), Giráldez (1884).
al que siguen los franceses Geofroy Tory Entre nosotros no se ha editado nunca
(h. 1480-1533) y los miembros tipógrafos un código tipográfico formal. Cuando más,
de la familia Estienne. En España, esta algunos folletos de normas para uso y dis-
función corresponde al humanista Elio frute de una sola editorial. Se puede poner
Antonio de Nebrija (1441-1522), con su el ejemplo, entre otros, de las normas in-
Gramática de la lengua castellana de 1492 ternas de dos editoriales ya desaparecidas:
y sus Reglas de orthographia en la lengua Editorial Bruguera, Normas para traduc-
castellana de 1517. Gracias a ellos surge la tores y correctores de Editorial Bruguera
idea de los códigos tipográficos. (39 pp., 1971), y Editorial Labor, Normas
de trabajo (60 pp., 1979), ambas impre-
12.4.1. Los CÓDIGOS TIPOGRÁFICOS. sas. Otras editoriales, como Seix Barral
Un código tipográfico es un conjunto de y Barral Editores, de Barcelona como las
normas para la realización de un impre- anteriores, disponían de normas mecano-
so, entre las cuales sobresalen las que se grafiadas desde 1969 (en ambos casos se
refieren a las grafías tipográficas. Algunos titulaban Normas de producción y eran
códigos contienen también normas para la muy parecidas; de hecho, ambas habían
composición de ciertas partes del texto (por sido redactadas por la misma persona y
ejemplo, folios explicativos, grafía de las adecuadas a las normas internas de cada
firmas, disposición de las citas) o de ciertos una de las dos editoriales). Pero los edito-
textos (por ejemplo, las notas, los índices, res han advertido que ciertas correcciones
las bibliografías, las cronologías). Se utili- recurrentes les salen demasiado caras, y,
zaron en las imprentas y en las editoriales por otro lado, la entrada del ordenador
bibliológicas (las especializadas en la edi- en la tipografía facilita el aprovechamien-
ción de libros, no de diarios y revistas), y en to del trabajo de mecanografiado del autor
la actualidad sus contenidos suelen formar y del traductor. Se impone, pues, el esta-
parte de los manuales de estilo. blecimiento de unas normas de trabajo que
Los códigos tipográficos hallan sus re- unifiquen criterios y sirvan de guía tanto
motos antecedentes en ciertos manuales para autores y traductores como para co-
profesionales destinados a los cajistas o rrectores de estilo y tipográficos.
compositores tipográficos. De ellos hay es-
pecímenes en todas las lenguas. En España 12.4.2. Los MANUALES DE ESTILO.
influyen los libros franceses sobre el arte Los manuales de estilo son tratados en los
de la tipografía, y de aquí que nuestras que se explican las normas de escritura y
normas ortotipográficas de épocas pasa- tipografía por que se rige una editorial,
das se apoyen, en principio, en las reglas entidad, empresa, etcétera. Aunque tienen
francesas. Fruto de esa influencia es preci- como precedentes históricos los códigos
samente nuestra mejor obra, la Guía prác- tipográficos y las normas ortotipográfi-
tica del compositor tipógrafo, de Juan José cas que forman parte de los libros sobre
Morato (tipógrafo, periodista y escritor, técnica tipográfica, en la actualidad estos
autor de una biografía de Pablo Iglesias), libros se alimentan tanto de los códigos
publicada por primera vez en 1900 y des- tipográficos como de las normas para la
pués dos veces más, en 1908 y en 1933. Le edición científica.
402 12.4.2. LOS MANUALES DE ESTILO

Los manuales de estilo ofrecen capítulos gramaticales y de ortografía, terminología,


en los que se tratan las cuestiones más etcétera. En muchos casos se enriquecen
controvertidas en relación con un tipo de con normas de composición y disposición
publicaciones determinadas (de medicina, de los textos en la página, con lo cual se
biología, siquiatría, sicología, ingeniería, trata de mostrar al usuario ciertas normas
etcétera), con doctrina sobre el plagio, la de ortotipografía que eran más propias
redacción científica de un texto, las normas de los códigos tipográficos. Se utilizan
de ética que afectan al escritor científico y especialmente en las editoriales científicas
las que deben cumplirse en la redacción (las especializadas en la edición de libros
de artículos de revistas, las formas de y revistas científicos), pero también en
hacer citas, etcétera, y se completan con las bibliológicas (las que editan libros en
aspectos relacionados con la escritura de general), en las universidades, entidades,
los antropónimos y topónimos, cuestiones etcétera.
PRIMERA PARTE

ORTOGRAFÍA
DE LOS
ELEMENTOS TIPOGRÁFICOS
13. Los elementos tipográficos

Los elementos tipográficos son las repre- lumna (es decir, para cuadros y tablas),
sentaciones gráficas o asimiladas (como los tienen sus partidarios para el uso general.
espacios en blanco) que pueden individua- Su elección es, pues, cuestión de criterio
lizarse y considerarse por sí mismas como personal.
partes de un todo. Son, pues, elementos
tipográficos los caracteres, los signos orto- 13.1.2. Los signos monetarios. 1. Para
gráficos y tipográficos, las líneas, los ador- representar los nombres de las monedas
nos, los filetes, etcétera. nacionales se emplean actualmente los sím-
bolos monetarios establecidos por la iso
13.1. Los signos tipográficos. Empe- con carácter internacional, formados con
zando por la letra, que es el más importan- el código alfa-2 (dos letras con que se iden-
te (→ 14.1), en tipografía se emplean mu- tifica el nombre oficial de un país) y una
chos tipos de signos, como las cifras, que tercera letra que representa el nombre de
aparecen o pueden aparecer en todo tipo la moneda (generalmente su inicial) en su
de textos, los matemáticos, los monetarios, lengua original; por ejemplo, para España
los lexicográficos, etcétera, aparte de los (antes del euro) tenemos es (código alfa-2)
signos ortográficos, que, como las letras y y p (peseta); es decir, esp . Anteriormente
las cifras, cumplen sus funciones propias, se usaban otros símbolos, generalmente
ya estudiadas en el capítulo 10. elegidos por el respectivo país, con lo que
se advertía la falta de unidad de criterios;
13.1.1. Las cifras. En tipografía se em- por ejemplo, había símbolos formados por
plean dos tipos de signos para representar una letra (B, balboa), dos letras (DA, dinar
las cifras: las capitales (0123456789) y las argelino), tres letras (DJO, dinar jordano),
elzevirianas (0123456789). Las primeras cuatro letras (RUPP, rupia de Pakistán), un
tienen todas la misma altura y ocupan cada signo más un grupo de letras ($CAN, dólar
una de ellas una caja de medio cuadratín canadiense), etcétera.
del cuerpo respectivo (lo que facilita el en- 2. Otra forma de representar los nom-
columnado). Las segundas sobresalen por bres de las monedas consistía en utilizar
arriba o por abajo en relación con el ojo un signo, como los siguientes: balboa
medio de las letras. Estas últimas, que no (Panamá), B; centavo o céntimo, ¢; che-
son adecuadas para la disposición en co- lín (Reino Unido), /, ∫; colón (El Salva-
406 13.1.3. LOS SIGNOS MATEMÁTICOS

dor), ₡; dólar (Estados Unidos y otros), separados. Destacan los signos operadores,
$, $; dracma (Grecia), Δ; escudo, $, $; como los siguientes: + ‘más’, - ‘menos’,
florín (Países Bajos), f; guaraní (Para- x ‘por’, : ‘dividido por’. Los signos que
guay), ₲; libra esterlina (Reino Unido), se utilizan para indicar «positivo» (+):
£; ore (Dinamarca, Suecia, Noruega), +17 °C, y «negativo» (-): -17 °C, se juntan
ø; peso, $, $; peso (Filipinas), ₱; quetzal sin espacio a la cifra a la que determinan.
(Guatemala), Q; rupia (India), R; sucre
(Ecuador), S/; yen (Japón), ¥. Como pue- 13.1.4. Los signos lexicográficos. 1.Tal
de verse, algunos de estos signos tienen vez sea la lexicografía el campo lingüístico
doble forma, como sucede con el dólar en el que más signos se usen, precisamen-
($,$). Parece que la forma más correcta es te en cumplimiento de una de las peculia-
la que lleva dos barras verticales ($), sien- ridades por que se distinguen los diccio-
do la de una sola barra una simplificación narios: el ahorro de espacio. En principio,
(igualmente correcta, por lo demás). la lexicografía no dispone de un conjunto
3. Normalmente, esos signos se pospo- de signos que sean propia y únicamente
nen a la cantidad a que se refieren y se sepa- lexicográficos; como sucede con otras téc-
ran de ella con un espacio fijo inseparable: nicas, utiliza signos generales con sentidos
456 $, pero las normas une permiten que especiales dentro de su ámbito. Por ejem-
en las obras o textos de economía se ante- plo, el signo más típicamente lexicográfico,
ponga: $ 456. la doble pleca (||), con que se separan dos
acepciones de una entrada en un dicciona-
13.1.3. Los signos matemáticos. 1. Los rio, en realidad se emplea también en otros
trabajos en que intervienen las matemáti- campos, como la lingüística, para indicar
cas contienen signos que en ocasiones ha pausas (→ 10.5.19.2-3). Los topos, bo-
creado o reinterpretado el propio autor. En los o boliches, que suelen emplearse para
estos casos, es necesario que al principio de distinguir los apartados de un párrafo
la obra se indique qué signos se han usado (→ 13.4.2-8), pueden emplearse también
y qué valor tienen en ella. Se dan también en lexicografía con las mismas funciones
casos en que un mismo signo tiene valores que la pleca doble. El asterisco (*) tiene
distintos según la materia concreta. Por varios cometidos en lexicografía; antepues-
ejemplo, la barra (/) tanto sirve para indi- to a una palabra, sirve, por ejemplo, para
car «por» en los símbolos del sistema in- indicar que es una forma hipotética recons-
ternacional de unidades (km/h ‘kilómetros truida, o una forma agramatical o incorrec-
por hora’) como «dividido por» (por ejem- ta desde el punto de vista de la ortografía, o
plo, 341/23). Por otro lado, ciertas fun- una forma no atestiguada, según los casos,
ciones pueden expresarse con distintos sig- y pospuesta a una palabra, para remitir a
nos, como sucede con la multiplicación: ella dentro del propio diccionario. El igual
154 × 42; 154 • 42; a • b), y la división (54/32 (=), signo generalmente de empleo matemá-
o 54 : 32); el signo + (‘más’) indica suma tico, en lexicografía sirve para indicar que
(4 + 5), pero también se aplica para indicar dos palabras, entre las cuales se halla, son
«positivo»: +12o. Los dos puntos (:) sirven iguales o sinónimas, o bien, si está barrado
igualmente para indicar la división (65 : 3, (≠), para indicar que el término anterior
a : b) como, en las razones, para indicar «es es distinto o antónimo del siguiente. El
a» (3 : 2). signo de la suma (+) indica en lexicografía
2. Desde el punto de vista de la escritu- la suma de elementos. Con los corchetes
ra, los signos matemáticos, especialmente ([ ]) se indica la trascripción fonética, y
los que indican operaciones entre cifras y con las barras (/ /), la trascripción fonoló-
entre letras, deben separarse de estas por gica.
un espacio inseparable, con objeto de evi- 2. Cuando no se quiere repetir, dentro
tar que a final de línea queden esos datos de un artículo, la misma entrada, se sus-
13.2.1.3. LOS BIGOTES Y LAS PLECAS 407

tituye esta por signos de sustitución como textos les dan nombres descriptivos, como
la raya (—), el menos (-) o la virgulilla (~). se ve a continuación.
Se utilizan también los signos de remisión,
que pueden ser, como antes se ha dicho, un 13.2.1.2. Uso de los filetes . 1. Nor-
asterisco pospuesto a la palabra remitida malmente se emplean para cerrar, total o
o bien una flecha (→), la cual puede adop- parcialmente, cuadros o tablas, páginas,
tar distintas direcciones o inclinaciones trozos de texto destacables, etcétera. Cuan-
(←↑→↓)(→ 10.5.39). do se utilizan como final de capítulo o para
3. Normalmente, todos los signos uti- separar los títulos y los textos subsiguientes
lizados en lexicografía se separan de las (ya en desuso), recibían el nombre de pleca
voces a que afectan mediante un espacio (más pequeños que el texto que llevaban
inseparable. Solo los que se empleen como encima). Se utilizan aún hoy para subrayar
separadores de acepciones (la pleca doble y títulos o subtítulos (especialmente en publi-
los demás que cumplen esa misma función) caciones periódicas), y en este caso deben
deben disponer del espacio normal de la armonizar, en su trazo, con las letras de que
línea, ya que emplear espacio fijo da peo- se compongan aquellos; es decir, que un tí-
res resultados estéticos, teniendo en cuenta tulo con letra fina se subraya con un filete
que algunas líneas deben tener más espacio fino, y uno con letra negrita, con un filete
del normal por motivos de justificación. seminegro o negro.
2. Los cuadros pueden cerrarse con
13.2. Los elementos de adorno. La ti- filetes por los cuatro lados (recuadro) o
pografía utiliza a veces, si bien cada vez en solo por dos (cabeza y pie) (→ 13.2.1.2-4;
menor medida, ciertos elementos gráficos 16.14.3-1).
que englobamos en el término adorno. Por 3. El filete con que se separan las co-
ejemplo, los filetes, los bigotes y plecas, las lumnas (en un diccionario o en otro tipo de
viñetas, las cabeceras o frisos, los topos, obra que se disponga a más de una colum-
bolos o boliches, etcétera. na) se llama corondel; si en vez de filete se
usa solo una línea de blanco (que es lo más
13.2.1. Los filetes. Los filetes son líneas empleado actualmente), esta se denomina
o trazos de diferente dibujo y grosor que, corondel ciego (→ 13.6.1.6).
como elemento gráfico con funciones ex- 4. Cuando en un libro se recuadran las
tratextuales, intervienen en los textos con páginas (generalmente en libros de lujo),
cometidos muy concretos. debe tenerse en cuenta que se recuadran to-
das, incluidas las cortas y las blancas, con
13.2.1.1. Clases de filetes . Aunque recuadros de las mismas dimensiones.
hay varias clases de filetes, muchas de ellas
han sido ya desechadas en la práctica o solo 13.2.1.3. Los BIGOTES Y LAS PLECAS.
tienen utilidad en ciertos impresos no edi- 1. Los bigotes y las plecas son tipos de filetes
toriales (por ejemplo, en las publicaciones con figura y uso especiales. Los bigotes son
periódicas, en los anuncios, etcétera). Ac- filetes generalmente ahusados, más gruesos
tualmente, casi todos los filetes se obtienen por el centro que por los lados, o bien un file-
por medio de ordenador, al grueso exacto te combinado con otros filetes o con ciertos
y con el dibujo que se desee (entre los digi- adornos como los topos, bolos o boliches.
talizados por el programa), por lo que la 2. Las plecas son pequeños filetes de
vieja terminología (como descanterados, una raya que se usaban para colocarlos al
lutos, cañas, mediacañas, finos, negros, se- final de un capítulo o parte semejante, de-
minegros, etcétera) carece hoy de sentido bajo de un membrete, etcétera. Ambos sir-
(salvo en pequeñas imprentas clásicas que ven para separar dos partes de un texto, ge-
aún subsisten). Los programas informáti- neralmente de un membrete o composición
cos de composición y compaginación de similar, pero en igual medida uno y otro
408 13.2.2. LAS VIÑETAS

están ya obsoletos y apenas se emplean en to. A veces se trata de espacios en blanco


los impresos modernos. (horizontales o verticales) entre dos líneas
de texto o de otros elementos gráficos (por
13.2.2. Las viñetas. 1. Damos el nom- ejemplo, entre texto y grabado o entre caja
bre de viñetas a ciertos adornos que tienen de texto y línea de folio). Cuando el elemen-
en tipografía varias funciones. Comprende to separador es vertical, se flama corondel
adornos complejos, con escenas, flores, et- y se sitúa entre dos columnas de texto (u
cétera, o bien simples figuras geométricas otros elementos gráficos) (→ 13.2.1.2-3).
que se utilizan para destacar el comienzo
de un párrafo especial, como los apartados 13.3.1. Generalidades. Aunque el nú-
y subapartados (→ 13.4.2-8), o bien para mero de letras que forman una línea es más
separar acepciones en un artículo de dic- o menos igual de una a otra anterior o pos-
cionario. Cuando se refieren a estas figu- terior (tanto en tipografía como en meca-
ras geométricas, se denominan topos, bo- nografía), no sucede igual con el número de
los o boliches y adquieren variadas figuras palabras (que suele ser la unidad de medida
(A V A •, ¿ss ç? & o), rombos llenos (♦) o de un texto en el mundo anglosajón, uni-
huecos (0), etcétera; se sitúan con la misma dad que en el mundo hispánico lo solía ser
sangría que si fuesen números o letras. A el número de pulsaciones, es decir, el total
los signos les seguirá un espacio fijo de un de letras y espacios), pues el número de le-
cuarto de cuadratín. tras de las palabras es muy variable: las hay
2. Entre las viñetas usadas en los libros de una letra (a, e, o, y, u), de dos (de, no,
están las cabeceras y los frisos, adornos sí, es), de tres (del, sol, sed, don), etcétera.
de variada figura que se colocaban al co- Debido a esto, si al final de la línea coincide
mienzo de un capítulo. Ambos se distin- una palabra de muchas letras, es probable
guían porque las primeras representaban que no quepa entera en ella, lo que obliga a
especialmente escenas, mientras que los se- dividirla en dos partes: la primera, más un
gundos consistían en dibujos geométricos. guión lineal, quedan al final de la línea, y el
En la actualidad los impresos suelen ser resto pasa al principio de la siguiente. Esto
más sobrios que antiguamente, y en ellos da lugar a problemas en ortografía usual
se valoran más los espacios en blanco que (→ 3) y en ortografía técnica (→ 3.3.3).
los excesivos adornos, sean de escenas o 2. Todas las líneas de un párrafo tienen
geométricos. la misma medida y, salvo las sangradas
3. Los finales de capítulo son viñetas (→ 13.3.2.2) y las cortas (→ 13.3.2), todas
que adquieren forma triangular (y enton- aparecen igualmente llenas de texto. Esto,
ces se llaman también base, culo o pie de que no se da en la escritura manual ni en
lámpara y culo de vaso). Si este final de ca- la mecanográfica, es posible en lo impreso
pítulo adopta forma de flor u hoja, se llama gracias a una operación que se flama justi-
florón. Cuando lo que se emplea al final de ficación, consistente en aumentar o dismi-
un capítulo o de un libro es un grabado ale- nuir el espacio normal entre palabras, con
górico, se flama marmosete. En la actuali- lo que se consigue que el texto de cada lí-
dad estos adornos están fuera de uso. nea llegue exactamente hasta su final. Con
objeto de que los espacios entre las pala-
13.3. Las líneas o renglones. Las líneas bras se mantengan dentro de unos límites
son sucesiones de letras y espacios debida- aceptables (→ 13.6.1.3-1), las palabras que
mente ordenados para formar palabras, no caben enteras se dividen como se ha di-
oraciones y párrafos. cho en el párrafo anterior (→ 3.2; 3.3.3).
Las líneas constituidas por un espacio en Si no se hiciera así, el resultado sería una
blanco se denominan líneas blancas o lí- irregularidad en el espaciado, lo cual es an-
neas de blanco. Suelen emplearse como ele- tiestético y desagradable a la vista.
mento separador de dos porciones de tex- 3. Hay sistemas para evitar la partición
13.3.2.2. LÍNEA SANGRADA 409

de palabras a final de línea en la compo- cuando la primera línea de un párrafo or-


sición tipográfica, como utilizar espacios dinario queda a final de página, se llama
exactamente iguales (fijos) en cada línea, línea huérfana y generalmente se considera
pero sin justificarlas, de manera que el mar- incorrecta. Por el contrario, cuando la últi-
gen derecho de las páginas, el izquierdo o ma línea de un párrafo es corta y aparece
los dos aparezcan de forma irregular, como situada a la cabeza de la página o de la co-
en dientes de sierra (→ 13.4.1.4). La par- lumna, se llama línea viuda y es incorrecta
tición de palabras en estos casos no tiene en esa situación. En principio, habría que
mucho sentido. decir que la gravedad de ambas anomalías
es de distinto calibre. En efecto, se conside-
13.3.2. Grafía de la línea. Como se ha ra que la línea huérfana, si bien no correcta,
dicho antes, no todas las líneas de un párra- es admisible, puesto que es una línea nor-
fo son iguales. La primera, que generalmen- mal, aunque aparezca sangrada a final de
te lleva una sangría (→ 13.3.2.2), se llama, página o columna (que es lo que algunos
por ello, línea sangrada, y no se considera consideran antiestético). Sin embargo, la
corta, a efectos estéticos, tanto si llena la línea viuda es claramente incorrecta y debe
línea como si no (por ejemplo, una página o evitarse a toda costa. Desde el punto de vis-
columna puede empezar con una línea que ta de la estética de la página, es ciertamente
no llena la medida si está sangrada). Las lí- perturbadora.
neas que llenan toda la medida se llaman
llenas. Si la línea no es llena, es decir, si el 13.3.2.2. Línea sangrada . 1. Llama-
texto no llega hasta el final de la medida, se mos línea sangrada a la que comienza con
llama línea corta o quebrada; suele serlo la sangría, es decir, un blanco que se coloca al
última de un párrafo, y para que se consi- principio de la primera línea en el párrafo
dere correcta debe reunir estos requisitos: ordinario y en la segunda y siguientes en
el párrafo francés. También son sangradas
a) ocupar más espacio que el que co- las líneas o conjuntos de líneas que no al-
rresponde a la sangría (normalmen- canzan la longitud de las demás líneas del
te, cinco letras más la puntuación libro, el capítulo o el párrafo.
en medidas cortas —veinte cíceros 2. El valor de la sangría en el párrafo
o menos— y siete en medidas largas ordinario es de un cuadratín en medidas de
—más de veinte cíceros—); si tiene veinte cíceros o inferiores y de cuadratín y
menos letras de las indicadas, se lla- medio en las superiores a veinte cíceros. Au-
ma línea ladrona y es incorrecta; mentar o disminuir estas medidas no tiene
b) si al final de la línea corta hay me- demasiado sentido, salvo que, sobre todo
nos espacio que el que corresponde al aumentarlas, se busque alguna suerte de
a la sangría, es incorrecta, y el pro- efecto estético.
blema se resuelve llevándola hasta 3. Tal vez por influencia de tipografías
su final (para lo cual se amplían lige- extrañas, se ha puesto de moda en la tipo-
ramente los espacios entre palabras) grafía española prescindir de la sangría en
(→ 13.4.1.1); el párrafo ordinario cuando este comienza
c) ninguna línea corta debe encabezar capítulo o va después de título o subtítulo.
página o columna; se exceptúa, como Se suele aducir para ello que en ese caso el
se dice antes, la línea corta sangrada, párrafo no necesita la sangría, puesto que
pues en este caso forma párrafo por se ve claramente que comienza allí, mien-
sí misma. tras que en los demás casos la sangría es
precisa para indicar dónde comienza un
13.3.2.1. Línea huérfana y línea viu - párrafo nuevo. Desde un punto de vista ob-
da . Hay dos situaciones de líneas cortas jetivo, no parece que tal distinción sea ne-
que se consideran incorrectas. Por ejemplo, cesaria. Más bien habría que advertir que al
410 13.4. PÁRRAFOS Y APARTADOS

suprimir la sangría del primer párrafo cam- (no por unanimidad) hasta los tiempos ac-
biamos de modelo de párrafo, y pasamos tuales. Sin embargo, hasta el propio diseña-
de un párrafo ordinario a uno alemán o dor alemán rechazó el cumplimiento de sus
moderno. Es decir, que componemos o dis- normas (al menos algunas), e incluso en la
ponemos el texto según dos modelos de pá- práctica dio a entender claramente que se
rrafo, lo cual no parece muy justificado. La volvía de su acuerdo en relación con ellas.
coherencia gráfica pide que en un mismo Por ejemplo, como dice Horacio F. Goro-
texto se usen modelos de párrafos iguales. discher (2010), «en el capítulo dedicado a
El origen de esta peculiaridad se halla la sangría de comienzo de párrafo critica
en Jan Tschichold, tipógrafo y diseñador [Tschichold] ácidamente la “moderna cos-
alemán que en 1947 fue designado asesor tumbre” de suprimirla, lapidándola como
tipográfico de la Penguin Books, editorial el producto de “una confusión de ideas de
del Reino Unido fundada por Alien Lañe graves consecuencias” y como “un efermi-
en 1935. En ese año 1947 Tschichold es- zo manierismo”» (Tschichold, The Form
tableció unas reglas, las Fenguin Composi- of the Book; v. t. Buen Unna, 2008: 306).
tion Rules, que en adelante rigieron el tra- «Más adelante en el mismo texto dice que
bajo editorial y tipográfico de la empresa. hay un único caso en el que tal supresión [la
En ellas establece: «Omit indents in the firs de la sangría en la primera línea] debe apli-
line of the firs paragraf of any text and at te carse: solo en la primera línea debajo de un
begining of a new section thet comes under título centrado» (Gorodischer). Podemos,
a subheading» (Omitir la sangría en la pri- pues, inferir que Tschichold es el padre
mera línea del primer párrafo de cualquier de la criatura, pero que llegó a repudiar-
texto y al comienzo de una nueva sección la. Según escribe Gorodischer (2010: 63),
que aparezca bajo un subtítulo). Es decir, «Tschichold reniega del párrafo sangrado
que establecía claramente la omisión de la en 1928, pero en futuras publicaciones re-
sangría en los lugares que menciona. Tschi- tornará a las tradiciones clásicas del oficio,
chold fue seguido por otros profesionales, defenciendo a la sangría como la mejor ma-
en especial diseñadores, quienes aplicaron nera de facilitar al lector el reconocimiento
la norma en sus impresos, sobre todo en de los párrafos (2002), o de una manera
los libros que diseñaban. Actualmente, sin un poco más terminante, calificará al há-
haberla sometido a mayor análisis y discu- bito de no sangrar los textos como un “en-
sión, la regla suele aplicarse por quienes fermizo manierismo” (1991)». Podemos
creen que tiene alguna función que cum- concluir, pues, que el autor de la norma,
plir. Ciertamente, no parece que sea así, y tal vez también algunos de sus entusiás-
o no lo es si uno se plantea la aplicación ticos primeros seguidores, han renunciado
de las normas más allá de lo que podemos a su aplicación generalizada, en favor de
considerar criterios puramente personales. la coherencia gráfica que supone aplicar
En efecto, cuando el técnico en la señali- más o menos sistemáticamente el modelo
zación del original y su preparación para de párrafo elegido cuando este sea el que
la imprenta se plantea la estructura de pá- conocemos como párrafo ordinario. Así se
rrafo que va a aplicar en la composición ha hecho siempre en la tradición tipográfi-
del texto, lo primero que debe decidir es ca española.
la forma de párrafo que va a emplear a lo
largo del libro. Normalmente, ese párrafo 13.4. Párrafos y apartados. Entende-
que va a usar para dar forma al texto es mos por párrafo, parágrafo o acápite (este,
el que conocemos como párrafo ordinario en Latinoamérica) el conjunto de líneas de
(→ 13.4.1.1), es decir, aquel cuya primera un determinado texto que forman una uni-
línea está sangrada, ligeramente desplaza- dad semántica o parte de ella.
da hacia el interior de la línea. La norma
de Tschichold ha durado con divesa suerte 13.4.1. Clases de párrafos. Los párra-
13.4.1.5. OTROS TIPOS DE PÁRRAFOS 411

fos se distinguen por su forma, por la pre- la entrada se distingue de las demás por no
sencia o ausencia de sangría y por la posi- ser sangrada, se puede utilizar solo medio
ción de esta cuando existe. cuadratín, blanco suficiente para obtener
de este tipo de párrafo, en este caso, el ren-
13.4.1.1. Párrafo ordinario . Se lla- dimiento que se busca. Sin embargo, en los
ma ordinario el párrafo de líneas justifi- apartados suele ser mayor, con objeto de
cadas que comienza con una sangría en la dejar a salvo el signo, letra o número de los
primera línea (→ 13.3.2.2) y cuyas líneas apartados más su blanco respectivo (gene-
se justifican por ambos lados, el derecho y ralmente medio cuadratín: → 13.4.2-10).
el izquierdo; la última puede ser comple- En las bibliografías e índices, la sangría
ta o incompleta (corta), y en este último suele comprender la raya más el blanco fijo
caso se justifica por la izquierda, pero no con que se separa del texto subsiguiente
por la derecha. Sin embargo, si la línea es (→ 16.27.2.4; 16.28.1.2-11).
corta por menos del blanco del cuadratín
correspondiente al cuerpo de composición, 13.4.1.4. Párrafo en BANDERA. Tam-
se fuerza para que el texto ocupe toda la bién llamado composición quebrada, com-
línea (→ 13.3.26). En cuanto a la longitud posición en bandera, consiste en componer
de esta última línea, el número de letras mí- el texto sin sangría alguna y justificado so-
nimo es de cinco sin contar la puntuación lamente por uno de los costados del texto.
si la medida de composición es superior a Si el justificado es el margen de la izquierda,
veinte cíceros, y si es de veinte cíceros o me- se habla de bandera por la derecha, y si es
nos, el mínimo es de tres letras sin contar la el derecho, de bandera por la izquierda. En
puntuación. En cualquier caso, ha de pro- uno y otro caso, la parte no justificada pre-
curarse que las letras que formen una línea senta el texto como en dientes de sierra. Si
corta rebasen el blanco que corresponda a se trata de bandera por la derecha, hay que
la sangría del párrafo siguiente. Este tipo de tener en cuenta que las partículas (artícu-
párrafo es el más utilizado en el texto gene- los, preposiciones y conjunciones) deben
ral de las obras, sean de narrativa o bien pasar a la línea siguiente, con objeto de que
técnicas, científicas, históricas o similares. no queden sueltas y aisladas. En el caso
de bandera por la izquierda, es al revés: se
13.4.1.2. Párrafo moderno . También procura que a la izquierda no queden par-
llamado párrafo alemán, es el que no lle- tículas aisladas. Utilizando estos procedi-
va sangría en ninguna línea del texto, que mientos, el espaciado es regular, puesto que
es justificado. La última puede ser llena o el programa no tiene por qué compensar
corta. Es muy apropiado para ciertos tipos espacios, ya que solo hay justificación por
de composición: diccionarios, párrafos de uno de los lados de la composición. Aun-
cuadros, índices, apartados, etcétera. Esta que carece de apoyatura lógica, en algunos
modalidad es poco práctica en los libros, casos se prefiere que a final de línea se par-
por cuanto exige separar los párrafos o tan palabras, lo cual resulta poco estético.
hacer que doble la línea final del párrafo
cuando no resulte normalmente corta. Se 13.4.1.5. Otros tipos de párrafos .
usa en revistas. Existen, fuera del texto general de un tra-
bajo, otras formas de los párrafos, como
13.4.1.3. Párrafo francés . En esta las siguientes.
forma de párrafo, la sangría se utiliza al re- 1. El bloque es un párrafo en el que to-
vés que en el párrafo ordinario: la primera das las líneas son iguales, incluso la última.
línea no se sangra, sí todas las demás. La Si esta última línea es corta y se centra, te-
cantidad de sangría dependerá del destino nemos el párrafo español. En ambos casos
del párrafo. Por ejemplo, en un diccionario, se usa este modelo de párrafo en los epígra-
donde generalmente la línea en que aparece fes o pies de figuras.
412 13.4.2. LOS APARTADOS

2. En portadas de libros, títulos con ración de su complemento: 2.o, / porque...;


más de una línea, colofones, etcétera, se 2) / porque...; a) / porque...
usan las formas que reciben los siguientes 5. Cuando se emplee en estos casos la
nombres: base de lámpara (líneas desigua- numeración arábiga ordinal, habrá de po-
les centradas y decrecientes a partir de la nerse una coma detrás de la letra voladita:
primera), base de lámpara invertida (figura 2.o, los animales... No se pone coma cuan-
inversa de la anterior, es decir, líneas de- do se usa numeración arábiga o literal se-
siguales centradas y crecientes a partir de guida de paréntesis:
la primera) y composición epigráfica, tam-
bién llamada jarrón de Médicis o copa de 1) los animales...;
Médicis (líneas centradas de diferente lon- a) los animales...
gitud).
Cuando la numeración se expresa con
letras minúsculas en cursiva, el paréntesis
13.4.2. Los apartados. Los apartados
se escribe de redondo.
son las divisiones del texto que se hacen
6. Cuando los apartados van incluidos
dentro de un párrafo.
dentro del párrafo, normalmente se sepa-
1. Para ordenarlos se usan números o
ran con punto y coma; el último puede lle-
letras; los números pueden adoptar la si-
var la misma puntuación si no va seguido
guiente forma: 1.o, 1., 1), seguidos de me-
de la conjunción y, y con coma si lleva esa
dio cuadratín. Por lo que respecta a las conjunción.
letras, se utilizan minúsculas y de cursiva:
7. Cuando los apartados se componen
a) de consumo: bebidas, artículos de cocina, aparte, unas veces comienzan con mayús-
etcétera; cula y otras con minúscula, en función de
b) de adquisición: cosecha, pesca, etcétera; la relación de dependencia que guarden
c) de producción: agricultura, ganadería, et- con el párrafo en que van insertos o de
cétera, unos para con otros. Si comienzan con ma-
yúscula, cada apartado termina con punto
salvo que las siga un nombre o frase de cur- (→ 13.4.2-1). Si se numeran con letras mi-
siva. Ejemplo: núsculas, cada párrafo termina con punto
y coma, salvo el penúltimo si va seguido
a) de consumo: bebidas, artículos de cocina, de y, ya que en estos casos se pone solo
etcétera; coma; sin embargo, si no va la y, la pun-
b) de adquisición: cosecha, pesca, etcétera; tuación es con punto y coma también en
c) de producción: agricultura, ganadería, et- este caso.
cétera.
8. En ocasiones, los apartados se seña-
lan no con números o letras, sino con rayas
2. No deben ponerse las letras o los
(—), asteriscos (*) o ciertas viñetas llama-
números entre paréntesis [(a), (1)], como
das topos., bolos o boliches (→ 13.2.2-1).
hacen los anglosajones, sino con uno solo,
9. Antes del primer renglón del aparta-
cerrando, y siempre de redondo: a), 1).
do y después del último se pone una línea
3. Igualmente, es incorrecto escribir
de blanco del cuerpo del texto.
1.o), 2.o), 3.o), caso en el cual sobran el
10. Los apartados llevan la misma san-
punto y la letra voladita o bien el parénte-
gría que el resto del texto, y detrás del sig-
sis. Es decir, que se puede escribir 1), 2), 3),
no que indique la numeración (letra o nú-
o bien 1.o, 2.o, 3.o, pero no 1.o), 2.o), 3.o),
mero), medio cuadratín.
grafía redundante.
11. Las líneas que doblan se disponen
4. Si los apartados van incluidos dentro
en párrafo francés:
del párrafo, esto es, sin sacarlos aparte, se
tendrá en cuenta que en la composición no Nnnn mm nnnn nnnnn nnnn nnnnn nnn
podrá separarse a final de línea la nume- nnnn nn:
13.5.3. ALINEACIÓN DE NÚMEROS ROMANOS 413

1) Nnn nnnnn nnnn nnnnnn nnnn nnnnn vista general, la composición no suele estar
nnn nnn. alineada, por cuanto intervienen las san-
2) Nnnnn nnnnnn nnnnnn nn mm nnnn grías y las líneas cortas, pero esta es una
nnn nnnnn. desalineación armónica que entra dentro de
Nnnn mm nnnn nnnnn nnnn nnnnn nnn nnnn lo normal. Lo inadmisible es que aquellas
nn: partes del texto que forzosamente han de
ir bien alineadas (listas, columnas de nú-
a) nnn nnnnn nnnn nnnnnn nnnn nnnnn meros, etcétera) salgan torcidas, con partes
nnn nnn; salientes y entrantes, etcétera.
b) nnnnn nnnnnn nnnnnn nn mm nnnn
nnn nnnnn. 13.5.1. Alineación de números arábi-
gos. La numeración arábiga se alinea por
12. Cuando en el texto se menciona uno la derecha:
de estos apartados citando la numeración
(arábiga o literal), no se escribe el parén- 8.o 8. 8) 8
tesis: 9.o 9. 9) 9
10 10. 10) 10
25 11. 18) 18
Como se ha dicho en el apartado 1, subapar-
42 18. 27) 25
tado a...,
13.5.2. Alineación de asteriscos. Cuan-
aunque en el texto se haya escrito 1) y a), do se emplean como notación se alinean
respectivamente. por la izquierda, puesto que la notación
lleva siempre la misma cantidad de sangría:
13.4.3. Los subapartados. Los suba-
partados son divisiones que se hacen den- * Cf. V. Martínez, Tipografía, p. 87.
tro de un apartado. Su numeración es de ** ídem, ibídem, p. 68.
categoría inferior que la que corresponda al *** Cf. Seco, o. cit., p. 122.
apartado; por ejemplo, si estos se numeran
con cifras, los subapartados llevarán letras: 13.5.3. Alineación de números roma-
nos. En los párrafos y apartados muy
Nnnn mm nnnn nnnnn nnnn nnnnn nnn próximos entre sí, así como en los índices
nnnn nn: de capítulos, pueden alinearse por la iz-
quierda:
1) Nnn nnnnn nnnn nnnnnn nnnn nnnnn
nnn nnn. I. Zona de la libra.
2) Nnnnn nnnnnn nnnnnn nn mm nnnn II. Mercado del dólar.
nnn nnnnn. III. Otras zonas.
a) nnn nnnnn nnnnn nnnnnn nnnnnn- Cap. I. Nacimiento de Mahoma............ 12
nnn nnn nnn; — II. Un muchacho desvalido............ 38
b) nnnnn nnnnnnnn nnnnnn nnn mm — VIII. Conquista de La Meca........... 53
nnnn nnn nnnnn.
o por la derecha:
13.5. La alineación de los elementos ti-
pográficos. En tipografía se alinean letras, I. Zona de la libra.
palabras, líneas, grabados, casillas, núme- II. Mercado del dólar.
ros, etcétera. III. Otras zonas.
En las alineaciones es importante cono-
cer las cantidades de blancos que se em- Cap. I. Nacimiento de Mahoma......... 12
plean, pues si estos varían, la composición — II. Un muchacho desvalido........... 38
no puede salir alineada. Desde un punto de — VIII. Conquista de La Meca............. 53
414 13.6. LOS BLANCOS

13.6. Los blancos. Los blancos son ele- de estos espacios carece de aplicación. Al
mentos tipográficos que no dejan huella, igual que sucedía con la composición li-
aunque ocupan un lugar entre las letras, las notípica y monotípica, en que el espacio
líneas, los párrafos y las páginas. Antigua- dejado libre por el conjunto de letras de
mente, con la tipografía clásica, se trataba una línea se repartía por igual entre todas
de diversos tipos de materiales que tenían las palabras, en la tipografía manual ha-
como función llenar los espacios que no bía que hacerlo a mano, y no era tan fácil
habían de imprimir. Este material estaba (→ 13.6.1.3).
compuesto por espacios, cuadrados, regle- 3. El cuadratín o línea se emplea en los
tas, lingotes e imposiciones. Actualmente, siguientes casos:
solo el concepto de espacio tiene impor- 3.1. Para separar la numeración de los
tancia en tipografía, por cuanto carecen párrafos y apartados y el texto subsiguien-
de aplicación los cuadrados (piezas de blan- te. Actualmente también se emplea medio
cos que medían cuadratín y medio, dos, tres cuadratín, espacio más equilibrado.
o cuatro cuadranes), las regletas (planchas 3.2. Para separar los titulillos en línea
de metal de diverso grosor [normalmentede o textos semejantes de los textos que les si-
uno, dos o tres puntos] que servían para es- gan, como, por ejemplo, en los párrafos y
paciar las líneas), los lingotes (regletas que apartados, en las obras teatrales, etcétera.
tenían 6, 12, 18 o 24 puntos de grosor) y También en estos casos es preferible el es-
las imposiciones (piezas amplias de blancos pacio de medio cuadratín.
que se usaban especialmente para rellenar 3.3. Ya no tiene uso en español, pero
los espacios en blanco de las páginas cortas sí en otras lenguas, como el inglés, la vieja
y en la imposición de los moldes en la rama costumbre de utilizar un cuadratín después
destinada a la impresión). de punto y seguido, especialmente en obras
técnicas y científicas, en lugar del espacio
13.6.1. Los espacios. 1. En tipografía, normal, que es lo que ahora se usa para no
espaciar es poner espacios entre letras en romper la igualdad del espaciado en per-
una palabra, entre palabras en una línea juicio de la estética del texto. En la actuali-
o entre líneas en una composición cual- dad, en la tipografía española este espacio
quiera. de cuadratín (que aumenta con el que en
2. Los espacios eran piezas tipográficas sí lleva el punto) se considera anglicismo
que tenían valores distintos. La unidad de ortotipográfico.
espaciado es el cuadratín o línea, que es 4. La mitad del cuadratín se llama me-
un blanco que tiene de lado tantos puntos dio cuadratín o media línea y se emplea en
como puntos tenga el cuerpo con que se los casos especificados en 13.6.1-3.
compone un texto. En un cuadratín entran
cuatro espacios medianos, tres espacios 13.6.1.1. Espaciado de las letras . 1.
gruesos, dos medias líneas o medios cua- El espacio natural que hay entre una letra
dratines y tantos espacios finos, de punto y la siguiente de la misma palabra se llama
o de pelo como puntos tenga el cuerpo de prosa. Viene determinado por el diseño de
composición. El número de puntos de los la letra y en general no es recomendable
espacios tipográficos clásicos varía según alterarlo, salvo casos de necesidad, en es-
los cuerpos; por ejemplo, la media línea del pecial si se trata de letras minúsculas. En
cuerpo 8 tiene 4 puntos; el espacio grue- algunos casos pueden espaciarse las mayús-
so, 2 2/3; el mediano, 2, y el fino, 1. Si se culas, aunque tampoco sea algo recomen-
trata de un cuerpo 10, la media línea tiene dable (→ 13.6.1.2).
5 puntos; el espacio grueso, 3 1/3; el mediano, 2. «A veces se espacian las palabras o
2 2/3, y el fino, como en todos los cuerpos, frases en un texto no espaciado, para lla-
1 punto. Actualmente, con la autoedición mar la atención sobre ellas.» Esta adición
(y antes con la fotocomposición), el valor académica a la tercera acepción de la voz
13.6.1.2. ESPACIADO DE LAS MAYÚSCULAS 415

espaciar (en el drae 84, eliminada en el uno de los extremos. Cuando sea necesario
drae 92) no nos parece muy afortunada. espaciar una palabra incompleta (esto es,
En efecto, espaciar las palabras es un re- que no acabe en la misma línea), el resto de
curso de última instancia del que echan la palabra que pase a la siguiente también
mano los cajistas y teclistas cuando hallan se espaciará, precisamente con espacios del
dificultades en el espaciado por exceso de mismo grosor que la anterior. Los signos
blanco que repartir entre las palabras, so- que acompañan a estas palabras reciben el
bre todo en líneas compuestas a medidas mismo espacio. No se separan con espacios
cortas y cuando no es posible un recorrido; las letras de las palabras compuestas con
entonces, y solo entonces, se deciden a es- caracteres cuyos trazos enlacen entre sí,
paciar una palabra separando sus letras a como la letra inglesa y otras acursivadas.
fin de evitar que entre una y otra voz exista
excesivo espacio. Todos los tratadistas de 13.6.1.2. Espaciado de las mayúscu -
la tipografía condenan el espaciado de las las . Para separar entre sí las letras de las
palabras si no es en casos extremos. Sin palabras escritas con versales, en la com-
embargo, la Academia vino no solo a san- posición manual se utilizaba como míni-
cionar una manera de hacer incorrecta en mo, por regla general, el espacio mediano,
tipografía, sino a ponerla en práctica, como el grueso o la media línea, siguiendo, si era
puede comprobarse en cualquiera de sus necesario, con un espacio grueso y otro
boletines de la época. La tipografía no care- mediano, dos gruesos, hasta llegar como
ce de recursos para llamar la atención sobre máximo al cuadratín (→ 13.6.1.1-1). Ac-
una palabra; este de espaciar sus letras es el tualmente se debe tener en cuenta la forma
menos acertado, y los textos espaciados re- abierta o cerrada de las letras; si se trata de
sultan antiestéticos. Tal costumbre se lleva letra ancha, admite como normal el espa-
a la práctica como norma en casi todos los ciado con medio cuadratín; si de tipo chu-
idiomas extranjeros, pero de ellos se ha de pado o estrecho, el espaciado puede hacerse
tomar lo que se avenga con nuestros modos perfectamente con espacio menor (el equi-
de hacer. Por otra parte, el sistema resulta- valente al grueso, por ejemplo); las letras
ba correcto (ahora, con la autoedición, ya estrechas muy espaciadas son antiestéticas.
no) por lo que respecta al alemán antiguo, Con respecto a las letras entre sí, se tendrá
al cirílico y al griego (que normalmente no en cuenta que en un tipo ancho las formas
disponían de cursiva), pero no a la escritura redondeadas correlativas requieren menos
latina. espacio que las de palo vertical. Por ejem-
3. En principio, como queda dicho, el es- plo, en la palabra
paciado de las letras de una palabra es un
recurso que debe evitarse cuanto sea posi-
ble, pues el espaciado general queda altera-
do y es de mal efecto. Sin embargo, ello se COORDINAR
hace imprescindible en ocasiones debido a
la justificación defectuosa de una línea; en habrá de usarse espacio menor entre las dos
este caso se procura espaciar una palabra oes que entre la I y la N. Aunque en au-
que no esté a final de renglón. Cuando esta toedición el espaciado de las letras viene ya
operación sea necesaria en varias líneas de definido en los programas de composición
un mismo texto, sobre todo en un mismo y compaginación (como en este ejemplo),
párrafo, se procura que las palabras así a veces, especialmente en cuerpos grandes,
espaciadas queden contrapeadas, una a la es necesario corregir la prosa, es decir, el
izquierda y otra a la derecha de los respec- espacio natural entre dos letras consecuti-
tivos renglones, con el fin de evitar el feo vas de una misma palabra. Obsérvese, por
aspecto que ofrecería la composición si solo ejemplo, en la palabra anterior, el excesivo
se espaciasen las letras de las palabras por espacio entre OR, DI y NA, espacio que
416 13.6.1.3. ESPACIADO DE LAS PALABRAS

en autoedición puede corregirse si es nece- texto sin interlineado, es decir, cuando ojo
sario. y cuerpo tienen el mismo valor (8/8, 9/9,
10/10, 11/11, 12/12, etcétera). En la tipo-
13.6.1.3. Espaciado de las palabras . grafía clásica se utilizaban regletas, gene-
1. En la composición manual, las palabras ralmente de dos o tres puntos, ya que las de
de una línea se empiezan a espaciar con es- un punto eran de muy poco uso (un punto
pacio grueso; si al justificar no es suficiente, equivale a 0,376 mm), y muchos talleres
se sustituyen sucesivamente por media lí- tipográficos carecían de ellas por su fragili-
nea, espacio grueso y mediano, dos grue- dad y escaso o nulo empleo.
sos, media línea y espacio mediano o media 2. La composición linotípica no necesi-
línea y espacio grueso; el máximo espacio ta espaciado físico entre líneas, pues, calcu-
admisible era el espacio grueso y media lí- lando el texto, puede fundirse al cuerpo que
nea (a veces, en casos muy apurados, el cua- más interese, comúnmente sobre otro cuer-
dratín), y el mínimo, el espacio mediano. po uno o dos puntos mayor que el repre-
2. En composición mecánica (linotí- sentado por el ojo de la letra. Por ejemplo,
pica y monotípica), el espaciado de las se puede fundir ojo 8 sobre cuerpo 8, ca-
líneas es regular y viene determinado por so en el cual no existiría espaciado; 8 sobre
el número de matrices o pulsaciones (le- 9, con un punto de espaciado, y 8 sobre
tras y espacios) que quepan en la línea; si 10, con dos puntos de diferencia entre el
son muchas, el espaciado será estrecho; si ojo y el cuerpo. En autoedición se define el
menos, regular o amplio. En linotipias se interlineado de la misma manera; es decir,
usan el espacio de cuña y el fino. Tanto en por medio de definición previa: se estable-
la fotocomposición como, actualmente, ce en cada caso el tamaño del ojo y el del
en la autoedición, la noción de espacio es cuerpo, según convenga: 7/7, 7/8, 7/9, 8/8,
bien distinta de la clásica, que acabamos 8/9, 8/10, etcétera.
de mencionar. Antiguamente el espacio era
una pieza de tres dimensiones, aunque se 13.6.1.5. Espaciado de los párrafos .
manifestaba gráficamente como un hueco En general, los párrafos en texto normal
de dos dimensiones. En la actualidad solo no se espacian; sin embargo, hay excepcio-
se puede considerar este último, puesto que nes.
nada hay físico (salvo los aparatos) en la 1. Se espacian, generalmente con una
fotocomposición y en la autoedición. En línea de blanco, los párrafos de prólogos o
consecuencia, los espacios ya no tienen una introducciones cuando así conviene por ra-
medida determinada; esta dependerá de la zones tipográficas (alargar una página de birlí
justificación de la línea en función del nú- demasiado corta, crear una página nueva
mero de palabras (o partes de palabras) y porque se necesite para la compaginación,
espacios que quepan en una medida prede- etcétera).
finida. 2. Se suelen espaciar con una línea de
blanco los párrafos que llevan apartados
13.6.1.4. Espaciado de las líneas . 1. (una línea antes de abrir el apartado y otra
También se llama interlineado o regleteado al terminar este).
(este, en composición tipográfica manual o 3. Aunque no es regla absoluta, se sue-
mecánica [linotípica o monotípica]), y vie- len espaciar con una línea de blanco los pá-
ne determinado por la medida que haya de rrafos que van numerados, especialmente
hacer el texto, siempre que no se rebasen cuando comienzan con un titulillo.
los mínimos y los máximos permitan una 4. Se espacian con dos o más líneas de
correcta legibilidad. En general suele ser de blanco las porciones de texto que el autor
uno o dos puntos, siendo menos frecuen- considere oportuno dentro de un capítulo.
te el de tres, aunque en algunos tipos de Estas líneas pueden quedar a final de pági-
ojo medio pequeño puede componerse un na, pero no al principio de la siguiente.
13.6.2. IRREGULARIDADES EN EL ESPACIADO 417

5. Se espacian con una línea de blanco ojo (lo que imprime). Posteriormente, ya
antes y después las citas, poesías, versos y sin posibilidad de confusión, a ese espa-
fórmulas cuando se componen en párrafo cio, con filete o sin él, se lo llama coron-
aparte. del.
6. En los capítulos, se separan el título
de este y los subtítulos del texto respecti- 13.6.2. Irregularidades en el espacia-
vo con blancos variables, iguales a lo largo do. 1. El espaciado entre las palabras debe
de una misma obra. Por ejemplo, el blanco ser regular; cuando entre una y otra línea
que separa el título de un capítulo y su tex- se aprecia gran diferencia en el espaciado,
to es distinto del que separa los subtítulos y debe señalarse un recorrido con el fin de
sus respectivos textos (en este último caso, unificarlo. A este respecto, las líneas con
generalmente dos líneas de blanco antes y espaciado estrecho se llaman líneas apreta-
una después de los subtítulos, o bien línea y das, y las que tienen el espaciado muy am-
media antes y media después). plio, líneas abiertas. El texto cuyas líneas
7. Se separan el texto y los cuadros, ta- son todas estrechas se llama amazacotado
blas, grabados, etcétera (generalmente con y suele ser de difícil lectura.
una línea, pero pueden ser dos o más, según 2. A veces, en una misma línea apare-
el tipo de compaginación). ce un espacio que tiene el doble de las di-
mensiones que le corresponden; se trata
13.6.1.6. Espaciado de las colum - de un fallo en la composición de ese texto,
nas . Cuando un texto se compone y dis- fallo que consiste en duplicar la presión
pone a más de una columna, entre cada dos sobre la barra espaciadora. Es convenien-
de ellas se coloca una cantidad de espacio te que todos los espacios de la misma lí-
que puede ir de seis a 18 puntos, aunque nea tengan las mismas dimensiones, por lo
lo normal es que haya 12 puntos. Este es- que deben corregirse los espacios dobles
pacio vertical recibe el nombre de corondel (en autoedición se corrigen automáticamen-
ciego (actualmente solo corondel) porque te por sustitución de dos espacios por uno).
antiguamente el corondel era una pieza ti- 3. Cuando los espacios de varias líneas
pográfica del grosor que se le quisiera dar consecutivas, de un solo párrafo o de va-
a ese espacio, pieza que terminaba en una rios, coinciden vertical o diagonalmente, se
superficie fina longitudinal que era el filete producen defectos que reciben los nombres
que se imprimía entre ambas columnas. Al de calle, corral o escalera, y deben señalar-
prescindirse de ese filete (que era el ojo de se para que sean corregidos mediante un
la pieza, es decir, la parte de ella que pro- recorrido. Sobre todo, deben evitarse las
ducía la impresión), la denominación del calles o escaleras en párrafos de pocas lí-
espacio en blanco pasó a llamarse coron- neas, pues entonces la composición queda
del ciego, es decir, corondel (la pieza) sin dividida en dos o más partes.
14. Los caracteres tipográficos

Llamamos caracteres tipográficos, de b) por el tamaño, la VERSAL o mayús-


forma genérica, a los signos con que se re- cula y la versalita (la minúscula no
presentan técnicamente (no manualmente) es diacrítica);
los tipos de imprenta, es decir, las letras y c) por el grosor del ojo de la letra (en
todos los signos que sean representables texto normal, de libro u obra), la
mediante las técnicas gráficas. Comprende, negrita (la normal o texto, a veces
pues, no solo las letras tipográficas, sino la fina, no son diacríticas);
también los signos, los adornos y los es- d) por la anchura de la letra, la estrecha
pacios, como el cuadratín y otros blancos. y la ancha (la normal no es diacríti-
ca);
14.1. La letra tipográfica. La letra de e) por la posición, la superíndice y la
imprenta o tipográfica, también llamada subíndice (la normal no es diacríti-
carácter o tipo, es la plasmación gráfica, ca);
sobre papel u otro soporte, de un signo que f) por el cuerpo, generalmente más
generalmente (aunque no siempre) repre- pequeño (el normal del texto general
senta un fonema. no es diacrítico);
g) por la medida, generalmente más
14.1.1. Recursos diacríticos tipográfi- pequeña (la normal no es diacrítica).
cos. Los recursos diacríticos tipográficos
comprenden todos los cambios que una Con la aplicación de los recursos diacrí-
letra puede experimentar, por su figura y su ticos tipográficos se altera el valor normal
forma, tamaño, grosor o situación, en rela- de las palabras, sintagmas, frases, etcétera.
ción con la letra minúscula redonda nor- Tales alteraciones también se emplean en
mal (es decir, la letra con que se componen lo manuscrito y mecanográfico, aunque a
los textos, cualquiera que sea su soporte; por veces, por falta de elementos realizadores,
ejemplo, este) (v. Martínez de Sousa, 2007: se sustituyan por sucedáneos de distinta
200). Así pues, estos recursos comprenden presentación. Por ejemplo, al escribir a
los siguientes cambios: mano o a máquina, la cursiva se indica con
el subrayado simple debajo del texto afec-
a) por la forma o figura, la cursiva (la tado; la negrita, con una línea ondulada
redonda no es diacrítica); debajo de la palabra, sintagma o locución
14.1.3. POR SU ESTILO 419

afectados por el cambio; la versalita, con son inapropiadas para la composi-


un subrayado doble. ción de temas humanísticos (muy
anteriores en el tiempo a la aparición
14.1.2. Clasificación de la letra de im- de las letras egipcias y palosecos).
prenta. Las letras que aparecen en los im-
presos (periódicos, revistas, libros, folletos, Observaremos también que no todas
octavillas, anuncios, etcétera) son diferen- las letras son iguales, aun perteneciendo
tes unas de otras. Unas tienen adornos o al mismo estilo y a la misma familia. Unas
terminales en los extremos de las astas (las son letras derechas, que consideraremos
romanas), las otras presentan unos termi- redondas o normales; otras son letras in-
nales del mismo grosor que las astas (las clinadas a la derecha, a las que llamamos
egipcias), otras carecen de terminales y sus cursivas o inclinadas, según la forma de
astas son generalmente del mismo grosor obtenerlas técnicamente; finalmente, otras
(las palosecos). En los impresos bien reali- presentan rasgos más gruesos que las an-
zados y equilibrados no existe más que un teriores, sean redondas o cursivas, y se las
estilo de estos que hemos mencionado, ya llama negritas. Algunas letras, muy pocas,
que se considera que la mezcla de tipos esti- pueden aparecer de tamaño más pequeño
lísticamente distintos en un mismo impreso que las demás y más elevadas o bien en
da resultados poco estéticos. situación inferior; son las letras voladitas
También puede advertirse que cada es- o superíndices y las subíndices, respecti-
tilo tiene su espíritu, su significado; cada vamente. También observaremos que las
estilo evoca una época y, por consiguiente, letras minúsculas son más abundantes, en
su empleo no es indiferente. Si nos basamos cualquier texto general, que las mayúscu-
en la época de aparición de cada estilo, las o las versalitas; que hay letras más an-
comprobaremos que la romana antigua co- chas o más estrechas que la considerada
mienza a aparecer en la segunda mitad del normal desde el punto de vista de la anchu-
siglo xv; la romana moderna, a principios ra o estrechez de la caja; que algunas son
del siglo xviii; la egipcia y la paloseco, a iniciales, de las cuales la inicial absoluta
comienzos del siglo xix. Este hecho influ- de una unidad textual (por ejemplo, un
ye de alguna manera en la elección de los capítulo) puede ser distinta de las restantes
caracteres a la hora de componer un texto, del mismo escrito si se estampa destacada
de forma que parece lógico que las letras o con adornos. Descubriremos asimismo
romanas se apliquen a lo humanístico, a la que por la frecuencia de su empleo hay
creación literaria, a la descripción y estu- una letra texto y otras que se dedican a los
dio del pensamiento, la filosofía, etcétera, titulares o bien son de fantasía o de escri-
entroncadas con la Antigüedad grecorro- tura, y, finalmente, nos daremos cuenta de
mana y el Renacimiento, mientras que los que en un mismo texto todas las letras no
impresos de carácter técnico o científico, tienen necesariamente el mismo tamaño,
la descripción e historia de la revolución pudiéndose dar, por diversas causas, letras
industrial, etcétera, pueden exponerse en más grandes y más pequeñas o bien más
letra egipcia o paloseco, siempre recordan- anchas y más estrechas que la normal con
do, no obstante: que se ha compuesto ese texto.

a) que estos dos estilos de letra resultan 14.1.3. Por su estilo. Entendemos por
de lectura cansada; estilo de la letra el conjunto de caracterís-
b) que también los libros técnicos o ticas estilísticas, históricas o morfológicas
científicos pueden componerse con que permiten clasificar las letras tipográ-
letra romana, que actualmente es la ficas en grupos homogéneos que se distin-
más utilizada incluso en estos casos; guen por rasgos comunes.
c) que las letras egipcias y palosecos Actualmente hay más de veinte clasifica-
420 14.1.3.1. LA LETRA ROMANA ANTIGUA O ELZEVIRIANA

ciones tipológicas en relación con el estilo. en 1783, y Giambattista Bodoni creó una
Cada una parte de presupuestos distintos, hermosa romana moderna, hoy conocida
pero todas toman como base de la clasifi- como bodoni, que apareció por primera
cación, como no podía ser de otra manera, vez en su Manuale tipográfico, impreso en
la forma del asta y la forma y existencia 1788.
o inexistencia del terminal o adorno de
las astas. Aquí nos vale la que en primer 14.1.3.3. La letra egipcia . Se carac-
lugar estableció Francis Thibaudeau entre teriza por poseer astas de grosor constante
1920 y 1924. Este autor se basó en cua- y terminales cuadrangulares del mismo
tro estilos (al principio llamados familias) grosor. Aparece por primera vez en el Rei-
fundamentales y dos complementarios. Los no Unido en 1815, si bien no se difundió
fundamentales son: la romana antigua o el- hasta 1820. Nacida en la época de la gran
zeviriana, la romana moderna o de Didot, industria y de la mecánica, evoca la imagen
la egipcia y la paloseco. Los complemen- de los engranajes. Es un estilo de letra poco
tarios son los caracteres de escritura y los empleado en textos, ya que por sus carac-
caracteres de fantasía. terísticas es más apropiada para trabajos
técnicos y textos publicitarios.
14.1.3.1. La letra romana antigua o
elzeviriana . Se caracteriza por la igual- 14.1.3.4. La letra paloseco . Se ca-
dad en el espesor del asta y por poseer racteriza por sus astas de grosor general-
terminales curvos e inclinados. Se inicia en mente constante y sin terminales. Aparece
1495 con la letra bembo, creada por Fran- por primera vez en el Reino Unido en
cesco Griffo por encargo de Aldo Manuzio, 1816, al parecer como derivación de la
y llega a su culminación con la creación de egipcia, a la que bastaba despojar de los
William Caslon en 1720. terminales para convertirla en paloseco.
Durante un tiempo, desde finales del si-
14.1.3.1.1. La letra de transición, A glo xix, fue muy empleada, pero de hecho
caballo entre este estilo y el que le sigue, el se trata de una letra cuya lectura cansa,
que comprende la letra romana moderna, razón por la cual es poco apropiada, en ge-
existe otro, llamado estilo de transición, neral, para la composición de textos segui-
que se distingue por el contraste entre las dos. Por su estructura resulta muy legible,
astas verticales e inclinadas, superior al de por lo que suele emplearse con frecuencia
la romana antigua, pero menor que el de la en publicidad, rótulos callejeros, muestras
romana moderna, y por la inclinación de de firmas comerciales, letreros, etcétera.
algunas letras, con tendencia a la verticali-
dad. Comprende el período que va de 1693 14.1.3.5. Caracteres de escritura .
a 1775. Entre las letras de transición so- Se caracterizan porque se inspiran en las
bresale la baskerville, obra del inglés John caligrafías clásicas e imitan la escritura
Baskerville, que se distingue por su acusada manual. No son apropiados para texto
verticalidad, su anchura y su moderado ojo seguido, razón por la cual apenas aparecen
medio o tamaño de las minúsculas. en libros, diarios y revistas. Son más pro-
pios de trabajos de remendería, en especial
14.1.3.2. La letra romana moderna para programas, invitaciones, tarjetas, et-
o de Didot . Se caracteriza por ser más cétera.
perpendicular que la romana antigua, con
el asta muy contrastada y terminales muy 14.1.3.6. Caracteres de fantasía . Se
finos. El primer creador de una letra roma- caracterizan por constituir un conjunto en
na moderna fue Philippe Grandjean, quien el que se recogen caracteres sombreados,
la empleó por vez primera en 1702. Fue contorneados, adornados, figurativos, ale-
elevada a su perfección por Firmin Didot góricos, exóticos, etcétera. No son apro-
14.1.5.3.1. LA LETRA NEGRITA 421

piados para texto seguido, razón por la con tanta más facilidad se romperá el ojo
cual no suelen aparecer en libros, diarios al imprimir en máquinas tipográficas, que
y revistas, pero pueden emplearse como eran las únicas usadas a la sazón). La letra
letras iniciales destacadas, normalmente normal de composición solía recibir enton-
colocadas en una arracada. ces el nombre de fina, nombre con el que se
oponía a la negrita, y esta solía terminar la
14.1.4. Por su familia. La palabra fa- clasificación por lo que se refiere al grueso
milia, que anteriormente se aplicó al estilo, del trazo o asta.
en la actualidad designa el conjunto de
variedades, clases o series de un tipo que 14.1.5.2. La letra normal . Actual-
se agrupan bajo un nombre común. Por mente la letra fina tiene poco uso; los textos
ejemplo, las designaciones times, gara- se componen con letra que se llama normal
mond, caslon, didot, futura, sabon, serifa, o texto. Esta letra normal tiene un grosor
etcétera, se componen de distintas clases de trazo que se puede considerar interme-
o variedades de letra que puede ser re- dio entre el de la fina y el de la seminegra,
donda, cursiva, negrita, estrecha, ancha, en las familias que cuentan con esta varie-
minúscula, mayúscula, versalita, voladita, dad de ojo, o el de la negrita en caso de
subíndice. Cada tipo dispone de todas o de que no exista la seminegra (que es lo más
solo algunas de estas variedades de trazo. habitual). En algunos tipos, la letra normal
Ello permite dotar a un texto de todos los y la seminegra coinciden (→ 14.1.5.3). Es
rasgos que sean precisos sin salirse de la la clase de letra más utilizada por este con-
familia, lo que dota de elegancia y unidad cepto en todo tipo de impresos.
de estilo a los textos impresos.
14.1.5.3. Las letras negras . Las le-
14.1.5. Por su ojo. El ojo de una letra tras negras comprenden la seminegra, la
es la representación gráfica de la figura negrita, la extranegra y la supernegra. De
de esta. Antiguamente dependía de la que ellas, como se ha dicho antes, la semine-
presentase el paralelepípedo tipográfico, gra, cuyo trazo es intermedio entre el de la
que la llevaba relevada en una de sus ba- normal y el de la negrita, tiene escaso uso,
ses, pero en la actualidad se trata de la y de hecho muchos tipos carecen de esta
digitalización de la letra, digitalización que variedad de ojo, pasando de la normal a la
representa en la pantalla las características negrita. Las variedades extranegra y super-
de aquella. En razón del grueso del trazo o negra carecen asimismo de uso normal en
asta de su ojo, las letras tipográficas pue- los textos. Sí pueden usarse en impresos co-
den ser finas, normales y negras. Unas y merciales, anuncios, etcétera. Así pues, la
otras tienen usos muy distintos en cuanto a más utilizada, en este grupo, es la negrita.
sus características gráficas.
14.1.5.3.1. La letra negrita. Se caracte-
14.1.5.1. Las letras finas . Aunque riza por poseer un rasgo más grueso que el
teóricamente las letras finas podrían com- de la letra normal o texto y más fino que
prender desde las muy finas hasta la que se el de la extranegra. No es una letra muy
aproxima a la normal, las clasificaciones usada en libros y sí en periódicos y revis-
tipológicas tienen en cuenta usualmen- tas.
te tres escalones: superfinas, extrafinas y He aquí, a continuación, las normas de
finas. Antiguamente, antes de la digita- uso de la letra negrita.
lización de la letra, las formas superfina 1. En libros, la negrita se puede utilizar
y extrafina carecían de existencia en casi en los títulos de capítulos y de alguna de
todas las familias, ya que su uso era muy las categorías de subtítulos. Por ejemplo,
escaso y a veces inexistente (se comprende: si la gradación de títulos de un capítulo
cuanto más fino sea el rasgo de la letra, comprende cuatro escalones, pueden gra-
422 14.1.6. POR SU TAMAÑO

fiarse con negrita los de la primera cate- es decir, la que tiene forma de versal o
goría, con negrita cursiva los de la segun- mayúscula, pero que es más pequeña, en
da, con redondas los de la tercera y con torno al 82 % del tamaño de esta (aproxi-
cursiva normal los de la cuarta. Esto sería madamente, el tamaño de la minúscula).
válido tanto para los subtítulos situados Para que podamos hablar de versalita, o
en línea aparte como para los situados en de versalita verdadera, hemos de partir de
línea con el texto. Aquí, pues, la negrita re- la base de que se trata de una letra que,
donda desempeña un papel adecuado, pero pese a que su tamaño es inferior al de la
fuera de estos tres casos es improbable que correspondiente mayúscula (es decir, la
la negrita quede bien en textos librarios mayúscula del mismo cuerpo), sus astas
(→ 16.11.2.2.1-1; 16.26.3.2). Desde este tienen las mismas dimensiones en anchura.
punto de vista, mejor y más amplio rendi- Esta característica dota a la versalita de
miento puede dar en periódicos y revistas. una rara hermosura. Sin embargo, la que
2. Se usa en los titulares, en los subtí- llamamos seudoversalita o versalita falsa
tulos, en los sumarios y en los ladillos de no es una verdadera versalita, ya que se
periódicos y revistas. obtiene por reducción informática de la co-
3. En periódicos y revistas se emplea rrespondiente mayúscula hasta un porcen-
asimismo para destacar los nombres de taje que normalmente es del 75 % al 80 %
personas y otras palabras o sintagmas que (pero que podría ser incluso del 82%, ya
convenga poner de relieve, especialmente que esto no es determinante). La versalita
en reportajes y artículos. Es, no obstante, obtenida por este procedimiento es una
un método poco recomendable, aunque de letra de astas estrechas y de letras juntas
él se abuse en cierto tipo de prensa. (ya que la reducción se hace partiendo de
4. Actualmente es también útil la forma la letra mayúscula como un todo; es decir,
cursiva de la negrita, como se ha dicho en que se reduce la altura y al propio tiempo
el párrafo 14.1.5.3.1-1. Se usa, por ejem- también la anchura, tanto de la letra como
plo, en subtítulos de segunda categoría, de sus astas). Esta reducción total dota a la
tanto en situación aparte como en línea letra de una forma canija y estrecha que no
con el texto. puede compararse con la versalita obtenida
por trazo del diseñador tipográfico.
14.1.6. Por su tamaño. Por este con- 2. Refiriéndose a esta letra, dice la
cepto, la letra puede ser minúscula (la letra Academia en la OLE10 (p. 447): «[...] A
normal en los textos), versalita, seudover- pesar de su apariencia, la versalita es una
salita y mayúscula. variante estilística de la letra minúscula,
por lo que, al utilizar la versalita, debe
14.1.6.1. La letra minúscula . Es la mantenerse la mayúscula inicial en aque-
variedad de letra más abundante en razón llas palabras que la requieran: Capítu -
de su tamaño. La mayúscula es, en relación lo IL El gaucho Miguel ». Que la versali-
con ella, una excepción. Su figura coincide ta sea una variante estilística de la minúscu-
algunas veces con la figura de la mayúscu- la parece una aseveración ampulosa carente
la, pero generalmente es distinta. Por ejem- de contenido. De hecho, en muchos casos
plo, una o minúscula y una O mayúscula la versalita puede acompañarse o no de la
se diferencian por el tamaño, pero una q versal, dependiendo del efecto estético que
minúscula y una Q mayúscula se diferen- se pretenda obtener. Por ejemplo, en los
cian por su tamaño y su figura. Su uso se folios explicativos (como los de esta obra,
expone en el libro primero, capítulo 6. por no ir más lejos) se usan versalitas en co-
mienzo de texto (→ 14.1.6.2-15), mientras
14.1.6.2. Las letras versalita y seu - que en las entradas de una bibliografía se
doversalita . 1. Como su nombre indica, usan versales en la misma posición (aunque
la letra versalita es la letra versal pequeña, también se podrían usar versalitas). Dicho
14.1.6.2.1. ESCRITURA DE LA VERSALITA 423

de otra manera: si las versalitas fueran una 2. Los nombres de personajes en los
variante estilística de la minúscula (y no de diálogos de novelas, comedias, poesías y
la mayúscula, como parece más acertado), obras dramáticas, cualquiera que sea la
podría decirse lo mismo de la negrita y la forma de disponerlos (→ 16.24.5).
cursiva en relación con la redonda, y no 3. Los personajes de las listas y repar-
se hace. tos de las comedias y obras dramáticas
(→ 16.24.1).
14.1.6.2.1. Escritura de la versalita. La 4. En las acotaciones y en los sumarios
versalita tiene notable uso en español, ya o textos explicativos que preceden a los ac-
sea en redonda (normal o negrita) o en tos y escenas de obras dramáticas, se escri-
cursiva (normal o negrita), precisamente ben con versalitas los nombres colectivos,
por los servicios que puede prestar como mientras que los de personajes se escriben
alternancia de la negrita redonda y cursiva. con mayúsculas (→ 16.24.4).
Para el empleo de la versalita verdadera, 5. Los apellidos (no los nombres) de los
es condición que la familia la tenga digita- autores en las bibliografías (→ 16.28.1.2-1).
lizada, ya que, de lo contrario, es necesario 6. En las citas bibliográficas, los ape-
emplear la seudoversalita, que se obtiene llidos (no los nombres) de los autores
por definición del programa informático pueden escribirse con versalitas, pero es
con que se trabaje. Incluso en los casos más común y propio escribirlos con minús-
en que la familia tiene la digitalización de culas.
la versalita, variedades como la versalita 7. En los índices alfabéticos de mate-
cursiva o la versalita negrita (redonda o rias suelen escribirse con versalitas (pero
cursiva) suelen faltar. Los fabricantes de ti- también pueden escribirse con minúsculas)
pos no suelen diseñar la versalita cursiva o los nombres de autores citados (no los de
negrita.Esto, naturalmente, limita la expre- otras personas citadas en el mismo trabajo)
sividad tipográfica en algunos casos, por lo (→ 16.28.1.2).
que, de ser posible, es aconsejable utilizar 8. Se escriben con versalitas las cifras
una familia que disponga del mayor núme- romanas de palabras que se escriben con
ro de variedades de letra. minúscula inicial, como los siglos, mile-
Es erróneo (por anglicismo ortotipográ- nios, dinastías, volúmenes, tomos, páginas
fico) sustituir la versalita por letra minús- prologales, etcétera, tanto si se citan juntos
cula; por ejemplo, páginas xiv-xvii (pese como si se menciona solo la numeración
a que la Academia, en la ole 99 [p. 32, (→ 6.8):
n. 27], diga: «Algunos impresores utilizan
letras minúsculas en este último caso: pági- La imprenta se inventó en el siglo xv, y en el
na xxii, xvi, etc.». Yo no diría que son los xvi estaba ya muy expandida.
impresores los que usan esas grafías, sino
los autores los que las imponen). Este uso Se hace así para igualar la altura de la mi-
impropio se aplica por algunos también a núscula inicial con la de las cifras romanas,
la numeración de apartados: i), ii), iii), iv), de manera que ambas queden equilibradas,
etcétera. En la tipografía española debe lo que no se daría si tales numeraciones se
evitarse la extensión en el uso de este angli- dieran con mayúsculas:
cismo ortotipográfico.
Se utiliza la versalita en los siguientes Alfonso XIII es un monarca del siglo XX.
casos:
1. Los apellidos (generalmente no el Cuando correspondan a las numeraciones
nombre) en las firmas de prólogos, artícu- de reyes, príncipes, papas y casos semejan-
los y noticias en publicaciones periódi- tes, cuyos nombres se escriben con inicial
cas, poesías, citas, cartas, lemas, etcétera mayúscula, la numeración romana se escri-
(→ 16.13.1). be también con mayúsculas:
424 14.1.7. POR SU INCLINACIÓN

Juan Carlos I es nieto de Alfonso XIII. 13. En textos legales se escribe con
versalitas la palabra artículo, sea a lo lar-
Sería un error cambiar los usos y escribir go o en abreviatura. No obstante, en los
los nombres de reyes, príncipes, papas, artículos citados de otras leyes se utiliza la
etcétera, con cifras en versalitas: cursiva.
14. En los folios explicativos de las
Juan Carlos i es nieto de Alfonso xiii. cabeceras de los libros (también llamados
titulillos, títulos de cabecera o títulos co-
9. Las palabras Compañeros, Cama- rrientes) se suele emplear preferentemente
radas, Amigos, Señor, Señores, Queridos la versalita, y en este caso la inicial debe ser
colegas, Excelencia, Eminencia, etcétera, también versalita (→ 16.25.1.2-1).
que aparecen encabezando circulares, dis- 15. En los títulos que se componen con
cursos, avisos, etcétera (las iniciales van versalitas, la inicial y los nombres propios
siempre con mayúscula). pueden escribirse con versalitas o con ver-
10. Las palabras Total, Totales, Dife- sales. En casos como los mencionados en
rencia situadas delante de cifras en cua- los párrafos 14.1.6.2.1-9 a 12 se inician
dros, tablas, estados, etcétera. siempre con mayúscula; en los casos del pá-
11. Las palabras Cuadro, Tabla, Esque- rrafo 16.11.2.2.1-1 suelen ir sin mayúscula
ma que se colocan a la cabeza (antetítulo) inicial, y en el párrafo 16.11.2.3-2 pueden
de cuadros, tablas o esquemas y la palabra comenzar con mayúscula o con versalita.
(más comúnmente la abreviatura) Figura
(Fig.) que se coloca al principio del epígrafe 14.1.7. Por su inclinación. La incli-
en las figuras (admiten otras grafías, como, nación del ojo de la letra tiene en el texto
por ejemplo, la negrita): normal de un libro, un periódico o una
revista funciones distintas que no deben
Cuadro 23. Distribución de los gastos mezclarse. Pese a que los textos didácticos,
Fig . 4. Llegada del buque a La Habana. incluidos los académicos, suelen confundir
las funciones que corresponden a las va-
12. Suele usarse versalita en las citas riedades o clases de los tipos de letra, es
que dentro de una obra se hacen del propio menester aplicar siempre la misma figura
título de esta: de letra a los mismos hechos. En definitiva,
no es indiferente escribir de cursiva o de
En este Diccionario de usos y dudas del redondo con comillas un elemento cual-
español actual se trata el lenguaje... quiera del texto. Si se trata, por ejemplo,
del título de una película, la norma admi-
Aunque lo normal en los títulos de obras tida en general es la de escribirlo con cur-
es utilizar la cursiva, este caso se considera siva, no de redondo con comillas (por más
una excepción, pero también puede hacerse que así se indique, incorrectamente, en
caso omiso de ella y escribir tales títulos muchos textos pretendidamente didácti-
con cursiva: cos). Seguidamente se exponen las distintas
clases de letra en función de las característi-
En este Diccionario de usos y dudas del espa- cas de su ojo relacionadas con su inclina-
ñol actual se trata el lenguaje...
ción.
En las publicaciones periódicas lo normal
es escribir el propio título con mayúsculas: 14.1.7.1. La letra redonda . Letra
tipográfica que es derecha y circular. Por
En declaraciones a LA VANGUARDIA, el
el grosor de su ojo puede ser superfina,
representante de la compañía dijo que...; extrafina, fina, normal, seminegra, negrita,
Estas circunstancias, según ha podido saber extranegra y supernegra, siendo la prime-
EL PAÍS, se han repetido... ra la que tiene las astas más finas y la últi-
14.1.7.1.1. USO DE LA LETRA REDONDA SIN COMILLAS 425

ma la que las tiene más gruesas. Es común salvo cuando se usan dentro del mismo pá-
llamar letra redonda a la letra normal de rrafo con sus versos separados entre sí con
composición, pero esto es una inexactitud, una barra (→ 10.5.16.2-3), caso en el cual
ya que es redonda toda letra derecha, sea sí se entrecomillan.
fina, normal, negrita, ancha o estrecha. La En las poesías que se traen como cita no
letra redonda normal es la más utilizada en se ponen comillas de seguir al principio de
cualquier impreso, siendo la cursiva la dia- cada estrofa, cualquiera que sea la forma
crítica en relación con ella (→ 14.1.7.2-3). de disponerlas. A mayor abundamiento,
puesto que las poesías deben componerse
14.1.7.1.1. Uso de la letra redonda sin en párrafo aparte y en cuerpo menor, se
comillas. La letra redonda sin comillas se omiten las comillas.
usa en los siguientes casos: 5. Los antropónimos formados por pre-
1. En el texto normal de un libro, un nombre + cognomento:
periódico, una revista, etcétera, salvo las
partes que estén afectadas por una diacrisis Alfonso X el Sabio;
(→ 14.1.1). Gregorio Magno;
2. Los textos que se traen como cita, Pipino el Breve;
cualquiera que sea su colocación (dentro de Juana la Beltraneja.
un párrafo o en párrafo aparte) y el idioma
en que estén escritos (por consiguiente, las 6. Los seudónimos, cuando se mencio-
citas en cualquier idioma extranjero tam- nan aisladamente, sin acompañamiento del
bién se escriben de redondo). nombre propio:
3. Las frases hechas o proverbiales:
el Abate Marchena;
ahí me las den todas; Clarín, un gran escritor del siglo xix;
con el agua al cuello; el Viti, torero salmantino;
de sabios es mudar de opinión; Mantequilla Nápoles;
Fue detenido el Navaja.
también los adagios, aforismos, apoteg-
mas, axiomas, máximas, proverbios, refra- 7. Los nombres de razas, subrazas, et-
nes, sentencias, divisas, etcétera: nias y tribus humanas:
pigmeos;
cada uno estornuda como Dios le ayuda; hotentotes;
el bien suena y el mal vuela, siux;
yorubas;
salvo cuando se ponen en boca de su au- masáis.
tor:
8. Los nombres de personajes de fic-
De Gracián es el adagio «lo bueno, si breve,
ción:
dos veces bueno». Quasimodo;
Sancho Panza;
En los demás casos, este mismo refrán, co- don Quijote;
mo los restantes, se escribe sin comillas: Juan Español;
John Bull.
Ya sabes que lo bueno, si breve, dos veces 9. Los nombres particulares de edificios
bueno.
y fincas:
4. Las poesías intercaladas en una cita, edificio Apolo X;
aunque sean de autor distinto del citado, cortijo Los Mimbrales;
426 14.1.7.1.1. USO DE LA LETRA REDONDA SIN COMILLAS

Villa Josefa; forman tales títulos; no así en los adjetivos.


finca Los Alerces. 15. Los nombres de libros sagrados o de
una de sus partes:
10. Los nombres de instituciones, or-
ganismos, entidades, empresas, etcétera la Biblia;
(cualquiera que sea el idioma): el Antiguo Testamento;
el Corán;
la Iglesia anglicana; los Vedas;
la Real Academia de la Historia; el libro de Job;
el Consejo de Ministros; el Cantar de los Cantares;
el Ministerio de Fomento; los Setenta;
el Consejo Superior de Investigaciones Cien- la Vulgata;
tíficas; el Génesis.
el Museo del Prado;
el Teatro María Guerrero; 16. Las recopilaciones:
el Cine Rialto;
el Hotel Princesa Sofía; el Romancero Historiado;
el Café Gijón; la Crónica de Indias;
la Cafetería Cabo de Hornos; el Cancionero General,
el Bar Andaluz. la Nueva Recopilación;
las Siete Partidas;
11. Los nombres de razas de animales, el Códex Marcianus.
aunque estén en lengua extranjera:
17. Los nombres de las notas musi-
chihuahua; cales:
dobermann;
pincher; No da el do;
fox terrier. El si bemol mayor.

12. Los títulos de leyes y demás dispo- 17.1. También se escriben de redondo
siciones legales: las voces musicales que suelen aparecer en
títulos y otros casos:
La ley de Propiedad intelectual ha sido en-
mendada en varias ocasiones. adagio, alegro, andante, aria, becuadro, be-
mol, cavatina, dúo, marcha, mayor, me-
13. Los títulos genéricos de partes de nor, serenata, sostenido, vals.
un libro (dedicatoria, lema, prólogo, intro- 18. Se escriben de redondo los nombres
ducción, apéndice, anexo, índice, capítulo,
de objetos históricos, como las espadas o
etcétera):
los recipientes:
No me gustan ni el prólogo ni la introducción la Colada y la Tizona (Cid Campeador);
de este libro. la Durindaina (Roldán);
la Joyeuse (Carlomagno);
14. Los títulos de obras normativas que la Excalibur (rey Arturo);
enuncian su contenido: el santo Grial.

Código de la Circulación; 19. Los nombres específicos de monu-


Reglamento de Caza y Pesca; mentos, edificios, obras arquitectónicas,
Guía telefónica; etcétera:
Código de Derecho canónico.
la estatua de la Libertad;
Como se ve, al no ir de cursiva, deben llevar la torre de Pisa;
mayúscula inicial en los sustantivos que el acueducto de Segovia;
14.1.7.2. LAS LETRAS CURSIVA Y SEUDOCURSIVA 427

el arco del Triunfo; 2. Las palabras, sintagmas u oraciones em-


la Pedrera; pleados como significados (→ 10.5.8.4.1-2).
la catedral de Sevilla; 3. Los títulos de partes de una obra, co-
la iglesia de la Concepción;
mo los capítulos o subdivisiones de estos:
el templo de la Sagrada Familia;
el estadio Santiago Bernabéu. En el capítulo 3, «Cría del lince», se dedica
especial atención...
20. Los números de serie de un aparato
o los nombres de esas series (porque no
son los nombres propios de un aparato 2. Los títulos de artículos, reportajes,
concreto): noticias, etcétera, que formen parte de una
publicación periódica (diarios o revistas):
el avión X-15;
el avión de combate F-1 8; «La reforma de la educación» (editorial);
un Mirage y un Mystére. «Safari en Kenia» (reportaje);
«El negro de Bañolas vuelve a su país» (no-
21. Las marcas de los vehículos o de los ticia).
productos industriales:

La marca Seat es española; 14.1.7.2. Las letras cursiva y seudo -


El camión Pegaso se fabrica en España; . 1. Lá cursiva es una letra de
cursiva
El médico me ha recetado Secúbar. imprenta generalmente inclinada hacia la
derecha sin trazos de unión. Por su ojo pue-
22. Se escriben de redondo los calcos, de ser superfina, extrafina, fina, normal,
como balompié o fútbol (i. football), me- seminegra, negrita, extranegra y super-
dialuna o cruasán (fr. croissant), perro ca- negra. Creada por Francesco Griffo para
liente (i. hot dog), generalmente admitidos Aldo Manuzio en 1501, al principio care-
por la Academia; de hecho, al tener grafía cía de la forma cursiva de las mayúsculas,
propia de palabras españolas, solo deben las cuales adquirieron aquella forma en el
considerarse extranjerismos por su origen. siglo xvi. En las primeras impresiones con
23. También se escriben normalmente letra cursiva, esta se empleaba como letra
de redondo los xenismos (extranjerismos de composición de texto normal, y así se
que se utilizan en español con la grafía ori- compusieron una serie de clásicos en octa-
ginal y una pronunciación similar a la de la vo, en los que la cursiva ocupaba el lugar
lengua de procedencia), como marketing, de la redonda. Hasta alrededor de 1540 no
whisky, dossier, boutique, best seller. se empieza a utilizar la cursiva como com-
24. No se considerarán extranjeras las plemento de la redonda, pero este uso no
palabras de esa procedencia que se usen se generaliza hasta 1702, cuando Philippe
en español normalmente, hasta el punto Grandjean crea la romana del rey. En la
de que, en general o en alguna disciplina actualidad es raro el tipo para composición
particular, se consideren admitidas por el de texto que no disponga de la cursiva, que
uso, aunque no lo estén por la Academia, tiene más usos que ninguna otra forma dia-
y su sustitución por una forma española crítica. Sin embargo, no suele usarse hoy
parece algo poco menos que imposible. Por para componer una obra o trabajo solo con
ejemplo, entrarían en este apartado voces esta variedad de letra.
como clown, fan, jazz, gay. 2. Existe modernamente, gracias a la
autoedición, la posibilidad de utilizar la que
14.1.7.1.2. Uso de la letra redonda con se llama cursiva inversa, que consiste en
comillas. Se escriben de redondo con co- invertir hacia atrás (digamos -25°) una
millas (→ 10.5.8.4): letra, palabra o texto escritos de cursiva.
1. Los textos de las citas cuando no se Si los textos que se trasforman están en
disponen en párrafo aparte (→ 16.12.1-1). redondo, lo que se obtiene al inclinarlos
428 14.1.7.2.1. USO DE LA CURSIVA

inversamente es la inclinada inversa. Tiene dramáticas, técnicas, científicas, manuales,


escasa utilidad, ninguna en libros (si acaso, tratados, monografías, folletos, etcétera):
en publicidad). También se puede conside-
rar la que se llama letra seudocursiva, in- La conjuración de Venecia, de Francisco Mar-
clinada u oblicua, que consiste en una letra tínez de la Rosa;
El Lazarillo de Formes, anónimo;
redonda inclinada (digamos 25o) hacia la Fortunata y Jacinta, de Benito Pérez Galdós;
derecha, con lo que se obtiene la sensación El ruedo ibérico, de Ramón del Valle-Inclán;
de que se trata de letra cursiva, pero, bien Castilla, de Azorín;
analizada, pronto se descubre que las letras Nueva introducción a la bibliografía material,
que dan origen a la inclinada no son letras de Philip Gaskell;
cursivas, sino redondas. Termodinámica de la atmósfera, de Alfred
3. Contrariamente a lo que sucede con Wegener;
la redonda, en la que la diacrisis se expresa Diccionario de la lengua española, de la Real
con la cursiva, en un texto totalmente com- Academia Española;
Historia de una escalera, de Antonio Buero
puesto con cursiva (sea largo o corto ese Vallejo.
texto) la diacrisis se expresa con la redonda
(→ 14.1.7.1; 14.1.7.2.1-16). 4.1. Cuando un título de libro forma
parte del título de otra obra, normalmente
14.1.7.2.1. Uso de la cursiva. Se escri- no se distingue con diacríticos el que se
ben con cursiva: integra, sino el conjunto integrador-inte-
1. Los seudónimos y alias o apodos grado:
cuando aparecen inmediatamente después
del nombre propio, aunque estén entre Escatología musulmana de La divina come-
paréntesis: dia, de Asín Palacios;
La Celestina como contienda literaria;
José Marchena y Ruiz de Cueto, el Abate El doctor Huarte de San Juan y su Examen de
Marchena; ingenios, de M. de Iriarte.
José Martínez Ruiz (Azorín);
Santiago Martín, el Viti; Se hace lo mismo cuando en un título in-
José Mantequilla Nápoles; tervienen nombres científicos de animales
Manuel Sánchez, el Navaja; o plantas:
María Mejías, (a) la Matrona.
Anatomía del sistema nervioso del Octopus
vulgaris.
2. Los nombres propios aplicados a
animales: Sin embargo, es posible la presentación de
un caso ambiguo o dudoso, y entonces pue-
el gato Snif;
la vaca Pintada; de optarse por distinguir el título integrado
el perro Kazan; mediante comillas simples:
el caballo Furioso.
‘La Celestina’ como contienda literaria;
3. Los nombres latinos o latinizados de Escatología musulmana de ‘La divina come-
dia’.
animales, plantas o virus (nombres científi-
cos o específicos): 4.2. Los títulos de escritos como libros
Homo habilis; inéditos, tesis, tesinas, etcétera, se escriben
Homalonotus rarus; asimismo con letra cursiva:
Ficus carica;
Gyps fulvus; La tesis El lenguaje del periodismo moderno
Diodon hystrix. se encuentra depositada en...

4. Los títulos de libros (obras literarias, 5. Los títulos de publicaciones periódi-


14.1.7.2.1. USO DE LA CURSIVA 429

cas y similares (diarios, semanarios, anua- [...] sí; esa muchedumbre envilecida por la
rios, almanaques, anales, fascículos, bi- miseria (Rumores.) y la ignorancia, de-
mensuarios, etcétera): pauperada y degenerada. (Aplausos en la
extrema izquierda.)
El País;
La Vanguardia;
Sin embargo, actualmente esa grafía es
El Periódico de Catalunya; impropia y debe sustituirse por esta otra,
Lecturas; acorde con otras reglas semejantes:
La Gaceta del Libro;
Anales de la Corona de Aragón; [...] sí; esa muchedumbre envilecida por la
Monitor. miseria [rumores] y la ignorancia, de-
pauperada y degenerada [aplausos en la
extrema izquierda].
6. Los títulos de los cuadernos de tebeos
y fascículos:
Si se reproducen gritos o voces, el texto que
los refleja debe escribirse con mayúscula
El fin de un malvado, aventura de El Guerre- inicial y entre comillas, puesto que es una
ro del Antifaz;
La reina de la selva, con Roberto Alcázar y cita:
Pedrín.
[...] sí; esa muchedumbre envilecida por la mi-
seria [gritos de «¡Muy bien, muy bien!»] y
7. Los títulos de encíclicas y cartas pas- la ignorancia, depauperada y degenerada
torales: [aplausos en la extrema izquierda].

Humanae vitae; 12. Títulos de películas:


Las dos ciudades.
El negro que tenía el alma blanca;
8. Los títulos de obras de arte (escultu- Locura de amor;
ra, pintura, música, poesía, danza, ópera, La prima Angélica.
canción):
12.1. Cuando se trate de películas ex-
El pensador, de Rodin; tranjeras, la primera mención del título se
la Pietá, de Miguel Ángel; hace en su idioma original y de cursiva; a
el Bodegón del cardo, de Juan Sánchez Co-
tán; continuación, si la película se ha traducido
El pateta, de José Ribera. al español, se coloca, entre paréntesis, la
forma española del título, y después se cita
por este título español. Sin embargo, si la
El artículo solo se escribe con inicial mayús- película no ha sido traducida y por ello
cula y de cursiva si corresponde al título. carece de título en español, a continuación
9. En ediciones críticas, las letras, pa- de la primera cita del título extranjero se
labras, frases, etcétera, que no pertenecen coloca, entre paréntesis y de redondo, una
al texto original, sino que las introduce el traducción aproximada, y en lo sucesivo se
editor (→ 16.12.3.2). usa el título extranjero.
10. Las acotaciones en comedias, diálo- 13. Los programas, series y ciclos de
gos y obras dramáticas (→ 16.24.4). televisión o radio:
11. Las acotaciones en discursos o alo-
cuciones. Los tratadistas recomiendan es- Operación Triunfo;
cribirlas de cursiva, entre paréntesis y con Gran Hermano;
inicial mayúscula y punto final aunque no Ciclo Clark Gable;
les correspondan. Véase este ejemplo de Cesta y puntos;
Morato (1933: 58): Al salir de clase.
430 14.1.7.2.1. USO DE LA CURSIVA

13.1. También se escriben de cursiva los chatamente detrás, generalmente sin coma
títulos de las emisiones concretas de series (→ 10.5.8.4.3-2):
o ciclos:
cadera ‘parte saliente formada por los huesos
En el Ciclo Humphrey Bogart se emitió la de la pelvis’ y cátedra ‘asiento elevado’
película La reina de África; tienen el mismo étimo.
La familia desunida es un episodio de Da-
llas.
16. Los ejemplos en obras lexicográfi-
cas, enciclopédicas o didácticas. En algu-
14. Los nombres propios aplicados a
nos casos, excepcionalmente, es necesario
vehículos, objetos o artilugios:
o conveniente escribir los ejemplos de
redondo y entre comillas simples. Incluso
el barco Ciudad de Valencia;
el tren Virgen del Pilar; cuando sistemáticamente se escriben de
la campana Montserrat; cursiva, puede ser necesario, en algún ca-
las embarcaciones militares 66 y 199; so, escribirlos de redondo y con comillas
el satélite artificial Apollo XI. simples con objeto de mantener en la letra,
palabra o frase afectadas su grafía propia
La Academia establece (OLE10) que en es- y evitar ambigüedades o interpretaciones
falsas por parte del lector. En este contexto
tos casos se use la redonda, pero no parece
(todos los ejemplos escritos con cursiva),
adecuado ni está justificado. Lo más acerta- un ejemplo como
do es mantener la norma anterior.
15. Las letras, palabras o frases en los La palabra administración se escribe de cur-
siguientes casos: siva
15.1. Cuando el autor quiere llamar
especialmente la atención sobre ellas: parece contradictorio (aunque en el fondo
no lo sea, pues, como sabemos, existe una
¿moral es distinto de inmoral; norma según la cual en un contexto de cur-
cuando digo meteorología no me refiero al siva, la diacrisis se marca con la redonda;
tiempo.
→ 14.1.7.2-3). En este caso debe escribirse:
15.2. Cuando al nombre de un fenóme- ‘La palabra administración se escribe de cur-
no o circunstancia sigue su denominación: siva’,

Esta figura se llama honradez; con lo cual hacemos una excepción en el


Los que acusan en juicio se llaman fiscales. sistema empleado para los ejemplos, pero
favorecemos la comprensión por parte del
15.3. El caso contrario (metalenguaje), lector. Como es natural, si los ejemplos se
es decir, cuando a la mención de una pala- colocan en párrafo aparte (como en esta
bra o frase sigue su definición o significado obra), se componen de redondo y con un
o cualquier otra nota: ojo/cuerpo uno o dos puntos menor, y en-
tonces no hace falta utilizar un diacrítico
La palabra perenne significa «continuo, in- como las comillas simples.
cesante»; 17. Las palabras o expresiones de idio-
La voz palabra tiene difícil definición; mas extranjeros usadas circunstancialmen-
La voz período también se puede escribir te en textos en español. Sin embargo, no
periodo. se hará así en palabras muy conocidas o
muy repetidas en un texto (por ejemplo,
15.4. También se escribe de cursiva sheriff en una novela del oeste). En estos
cuando la definición o sentido va inme- dos casos, lo que parece recomendable es
14.1.7.2.1. USO DE LA CURSIVA 431

utilizar la cursiva en la primera aparición Se le atascó el celebro;


de la palabra o frase en cada unidad textual Me se ha cato el pitillo;
(por ejemplo, cada capítulo de un libro) y El pofezor de Juanito no zabe matemáticas.
de redondo en el resto de apariciones.
17.1. Se considerarán extranjerismos, y 19. Las palabras y frases que se em-
por consiguiente se escribirán con cursiva, plean como remisiones en diccionarios, en-
las voces extranjeras utilizadas con fines ciclopedias alfabéticas, índices alfabéticos
expresivos para dotar de color local a una y catálogos:
narración o escrito; por ejemplo, cuando
se quiere mantener la forma inglesa darling El DRAE01, s. v. gay, no dice que esta palabra
es de procedencia inglesa.
en lugar de las españolas cariño, querido,
querida, o feeling en vez de sentimiento,
emoción, ternura. 19.1. Igualmente, se escriben con cur-
17.2. Se escriben de cursiva los latinis- siva las palabras que desde una obra
mos y locuciones latinas no adaptados, cualquiera remiten a una entrada de un
como quorum, summum, in memoriam, diccionario o enciclopedia alfabética:
sine die, curriculum vitae, et alii, lapsus
calami, nihil obstat, honoris causa. Esta V. DRAE01, s. v. libro.
norma fue introducida por la Academia
en la OLE10, sin duda con la intención de 20. Se escriben de cursiva ciertas letras
regular este uso, un tanto disperso en las o palabras que desempeñan en las obras
ortografías anteriores. Para ello estableció cometidos no lingüísticos, como los que
que tanto las palabras como las locuciones siguen.
latinas no plenamente adaptadas recibirían 20.1. Las letras de referencias:
tratamiento de palabras y locuciones ex-
tranjeras (es decir, escritos de cursiva y sin v. párrafo 4c.
tildes). El problema radica en que uno nun-
ca sabe con plena seguridad qué palabras 20.2. Las letras en fórmulas y términos
del DRAE01 están plenamente adaptadas y algebraicos (salvo en las fórmulas quími-
cuáles no. La consulta del Diccionario en cas, en que se usan de redondo):
este momento (2012) no ayuda demasiado,
por cuanto muchos de los términos admiti- a : b :: c : d.
dos habrán de salir de él en un futuro más
o menos inmediato y otros habrán de en- 20.3. Las letras minúsculas con que se
trar. señalan ciertos objetos o denominaciones:
17.3. Se escriben con cursiva los présta-
mos no integrados, como football por fút- radio r;
bol, leader por líder, standard por estándar, tubo c.
carroussel por carrusel, ni aclimatados,
como week end por fin de semana, water Cuando se escriben con mayúsculas, van
closet por lavabo, retrete. de redondo:
17.4. Se considerarán extranjeros, y por
célula E;
lo tanto se escribirán de cursiva, los trata- onda A.
mientos, como mister, monsieur, madame,
mademoiselle, miss. (Míster solo se escribe 20.4. En obras técnicas y científicas, los
de redondo y con tilde en los sentidos ad- símbolos de magnitudes:
mitidos por la Academia: ‘ganador en un
concurso de belleza’ y ‘entrenador’.) l (longitud);
18. Las palabras y frases mal escritas o v (velocidad);
de jerga: h (altura).
432 14.1.7.2.2. LA CURSIVA EN LOS ARTÍCULOS Y CONECTIVOS

21. Las letras minúsculas con que se se en razones lingüísticas. Ambos enfoques
numeran los apartados y subapartados: pueden defenderse, pero aquí se adopta el
que se apoya en razones ortotipográficas,
a) lenguas de cultura; establecidas a lo largo de más de cinco si-
b) lenguas ágrafas. glos de práctica profesional. En estos casos
se observa un problema que afecta a la or-
El paréntesis de cierre que se coloca a con- totipografía y no a la lingüística general y
tinuación de la letra numeral se escribe de por lo tanto entendemos que la solución ha
redondo, no de cursiva, como puede verse de ser preferentemente tipográfica.
en los ejemplos (→ 10.5.9.2-2). 1. En lo que se refiere a los signos de
21.1. Si las letras numerales van segui- puntuación, la norma tipográfica establece
das de un titulillo en línea escrito en cursi- que se escriban con la grafía que corres-
va, tales letras se escriben de redondo: ponda a la palabra a la cual se juntan:

a) Primeros pasos de la imprenta. Guten- ... se encontró con dos perifollos; en su idio-
berg... lecto, esta palabra...;
cañón, fusil, uniforme, formación: palabras
del campo militar;
22. Las voces Continúa, Continuará,
Viene de la página ..., Pasa a la página ... ... se encontró con dos perifollos; en su idio-
lecto, esta palabra...;
14.1.7.2.2. La cursiva en los artículos y cañón, fusil, uniforme, formación: palabras
conectivos. 1. Los artículos y conectivos, del campo militar.
especialmente los que afectan a títulos, se
escriben con cursiva y mayúscula si perte- Obsérvese su efecto cuando los signos de
necen a ellos y de redondo y minúscula en puntuación son de clase distinta de la de la
caso contrario: palabra a la que se juntan:

el Faro de Vigo viene hoy con suplemento; ... se encontró con dos perifollos; en su idio-
El Faro de Ceuta no trae la noticia; lecto, esta palabra...;
The Times es un antiguo diario londinense; cañón, fusil, uniforme, formación: palabras
el Times y el Guardian tienen libro de estilo; del campo militar;
La divina comedia es de Dante, y el Quijote,
de Cervantes. ... se encontró con dos perifollos; en su idio-
lecto, esta palabra...;
2. Las partículas e, o, y se escriben de cañón, fusil, uniforme, formación: palabras
del campo militar.
cursiva si corresponden al sintagma en que
aparecen y de redondo en caso contrario:
Este efecto antiestético se ve mejor cuanto
El sintagma moros y cristianos aparece en
más grande es el ojo/cuerpo de la letra:
la expresión haber moros y cristianos, es
decir, haber luchas y discordias; perifollos;
Las palabras moro y cristiano designan... formación:
perifollos;
14.1.7.2.3. La cursiva en conjunción perifollos:
con la redonda. El encuentro de signos
escritos con cursiva y signos escritos con Se ve claramente que el encuentro de las
redonda da lugar a problemas de grafía. palabras en cursiva o de negrita con los
Apresurémonos a decir que la solución a ta- signos en redondo o normal no da resul-
les problemas no es única, y que la que aquí tados estéticos. De ahí la conveniencia de
se recomienda es la que parte de principios seguir la norma anterior. Ya sabemos que
ortotipográficos, no la que podría apoyar- en estos casos la puntuación no pertene-
14.1.7.2.3. LA CURSIVA EN CONJUNCIÓN CON LA REDONDA 433

ce a la palabra junto a la cual deben ir, sino ra». Por su lado, Ramos Martínez (1963:
a toda la oración o periodo, pero lo que se 132-133) hace extensiva la doctrina a los
hace es variar su grafía para adecuarla a signos ortográficos: «Cuando un signo de
la palabra a que se juntan por razones de puntuación u ortográfico vaya junto a una
estética tipográfica (lo cual entra dentro palabra de cursiva, estos también se pon-
de la tradición gráfica española). No obs- drán cursivos, aunque el párrafo comience
tante, algunos tratadistas recomiendan la o termine de redondo: “(autor de La Tra-
escritura con redonda normal de los signos viata)”; “(Rigoletto fue escrito por Verdi)”;
de puntuación que afecten a una palabra “el Caro nome, cantado por la Patti”». El
en cursiva o negrita. En caso de admitir autor citado tiene razón en cuanto a los sig-
esta variante, habrá de aplicarse de forma nos de puntuación, pero no a los restantes.
unificada a lo largo de un trabajo. Sin em- Por coherencia gráfica, los signos dobles
bargo, bien analizado, los signos que no no pueden comenzar y terminar con grafías
concuerdan con las grafías de las palabras distintas: o los dos de redondo, o los dos de
a que se juntan, sino que se ponen de re- cursiva, o los dos de negrita. El caso de los
dondo normal, parecen más pertenecer a lo signos de puntuación es distinto porque no
que sigue (que presenta esas mismas carac- son dobles y, en mi criterio, gráficamente
terísticas gráficas) que a lo que los precede, afectan a la palabra junto a la cual van,
lo cual es muestra de incoherencia gráfica. aunque lingüísticamente tengan relación
La grafía que aquí se recomienda es la que con la oración o período completos.
los tipógrafos españoles han empleado tra- Desde el punto de vista lingüístico, Mes-
dicionalmente. tres y otros (1995: 95) dicen (en catalán):
A este respecto, dice Morato (1933: 53): «Los paréntesis, los corchetes y las comillas
«Las cursivas tienen signos y guarismos pe- deben componerse siempre de acuerdo con
culiares, y con ellos, y no con los de redon- el contexto general, aunque el período aca-
do, deben emplearse». Este autor aplica a be o comience con una palabra en cursiva
la grafía de los signos el criterio que aquí o que dentro de la frase haya alguna pala-
se expone (por ejemplo, la cursiva cuando bra o elemento en cursiva», y ponen estos
afecta a palabras o frases todas ellas en cur- ejemplos:
siva). Lo mismo puede afirmarse de autores
ortotipógrafos como Melús y Millá (1940: Se incluyen en dos géneros diferentes: el
74 ss.). Martínez Sicluna (1945: 99-100) elefante asiático (Elephas) y el africano
dice: «Las palabras de letra cursiva que se (Loxodonta).
Se han descubierto restos fosilizados de tor-
introducen en el texto llevarán también de tugas terrestres de talla corporal gran-
cursiva la puntuación y cualquier otro sig- de en Menorca (donde vivió Cheirogas-
no que las acompañe». Por el contrario, no ter gymnesia) y en Malta (donde vivió
es admisible lo que afirma a continuación: C. robusta).
«incluso las letras y números volados», ya (Continúa en la página 24.)
que en este caso se trata de elementos tipo-
gráficos extratextuales (→ 16.17.1.1.1-2). La aplicación de estos criterios produce en
Sigue este autor: «Pueden exceptuarse de la práctica fenómenos extraños, desde el
esta regla los paréntesis en el caso de que punto de vista estético, como este ejemplo,
lo encerrado en ellos sea un período corto que tomo de los autores mencionados, en
y comience o termine por letra del carácter su página 215):
común, y también la interrogación y admi-
ración [exclamación] cuando aparecen al (Acotació de verb dicendi:),
final del título de un libro o revista puesto
en cursiva y estos signos pertenecen al tex- donde se puede ver el efecto, a mi entender
to. = Lo mismo cabe hacer cuando se trate desagradable, que produce el segundo pa-
de letra negrita o de otro estilo cualquie- réntesis, de cursiva, pegado a una palabra
434 14.1.8. POR SU CAJA

en redonda. Entiendo que es mejor grafía, (Revolución era su palabra preferida);


desde el punto de vista de la estética y la
coherencia tipográfica: En la figura (a la derecha) se expone...;
La palabra en discusión (natividad) había
(Acotació de verb dicendi:). aparecido cinco veces en la conversación;
(Moros y cristianos);
Aquellas palabras (moro y cristiano) le mor-
Pujol y Sola (1995: 344-345) adoptan una tificaban;
postura menos rígida en relación con este ¡Alto ahí!;
tema. Dicen (en catalán): «Los signos de ¿Va a disparar?
puntuación pertenecen al período en ge-
neral y sería lógico que solo se pusiesen en Obsérvese su efecto cuando esos signos se
cursiva si afectan a un período completo aplican según otros criterios:
entre pausas mayores que va íntegramente
de esta manera. La cuestión afecta parti- ¿Volverán a dar la película El salario del
cularmente a los signos que tienen cierta miedo?
presencia vertical (el punto y coma, los ¡Mañana dan El salario del miedo!
dos puntos, los paréntesis y los signos de (Su palabra preferida era revolución);
entonación) y, en menor grado, la coma. (Revolución era su palabra preferida);
= Los tipógrafos del país tenían en general En la figura (a la derecha) se expone...;
la costumbre de poner los signos de pun- La palabra en discusión (natividad) había
tuación en cursiva o negrita, si la palabra aparecido cinco veces en la conversación;
con la que están en contacto también iba (Moros y cristianos);
así [...]. = Otras tradiciones tipográficas Aquellas palabras (moro y cristiano) le mor-
adoptan el criterio que hemos expresado tificaban;
en primer lugar [que a los autores les pa- ¡Alto ahí!;
rece más lógico]». En resumen: en relación ¿Va a disparar?
con este tema, creo que el criterio aplicable
es el ortotipográfico, por más coherente Incluso, en los dos últimos ejemplos, cabría
con la grafía, por lo que, en relación con la grafía
los signos de puntuación, debe seguirse
¡Alto ahí!;
lo apuntado en el párrafo 14.1.7.2.3-1, y ¿Va a disparar?
en relación con los signos dobles, es reco-
mendable seguir lo que se dice en el punto con signos normales en textos de negrita,
siguiente (→ 14.1.7.2.3-2). de la misma manera que se pide la redon-
2. En cuanto a paréntesis, corchetes, da cuando el texto va en cursiva, como
exclamaciones e interrogaciones, se escri- hemos visto antes. Puede observarse la
ben los dos signos, el de apertura y el de incoherencia gráfica cuando uno de los
cierre, con la misma grafía, tanto si esta dos signos afectados es de grafía distinta
es redonda como si es cursiva. Se escriben de la del otro. De ahí la conveniencia de
de cursiva si todo el texto comprendido seguir la norma anterior. Sin embargo, hay
dentro de esos signos va de cursiva, y de autores partidarios de escribir de redondo
redondo si todo el texto va de redondo o estos signos ortográficos cuando afectan a
bien en el caso de que dentro de ellos haya palabras o sintagmas aislados escritos de
algo (letra, palabra, sintagma) escrito de cursiva (es decir, no a todo lo escrito dentro
redondo: de esos signos). No obedece a una regla
¿Volverán a dar la película El salario del tipográfica, pero, si se opta por ella, deberá
miedo? aplicarse de forma unificada en un trabajo.
¡Mañana dan la película El salario del mie- 3. La norma anterior tiene algunas ex-
do! cepciones. Cuando las letras sean extra-
(Su palabra preferida era revolución); textuales, se escriben de cursiva dentro de
14.1.9.1. LA LETRA VOLADITA 435

paréntesis en redonda; por ejemplo, cuan- entre la letra muy estrecha, a la que se
do en el texto se hace referencia a una letra llama letra esqueleto (entre un 50% y un
de una fórmula, una ilustración, etcétera 70 % de la normal), y la letra normalmente
(aunque en el grabado pueda aparecer de estrecha, a la que se llama simplemente le-
redondo): tra estrecha (entre un 80 % y un 90 % de la
normal). El empleo de esta clase de letra es
La dirección de la flecha (a) es la de... escaso en bibliología, pero puede alcanzar
uso constante en remendería (especialmen-
4. A veces, al juntar signos cursivos te en impresos publicitarios).
con otros redondos se puede producir un
efecto desagradable por el hecho de que 14.1.8.2. La letra normal . La letra
en su representación gráfica uno monta normal se corresponde con el 100% de la
parcialmente en el otro. Suele darse esto anchura de la letra con que se compone un
con más frecuencia en las enumeraciones texto. Desde este punto de vista, son diacrí-
de apartados con letras minúsculas cursi- ticas la estrecha y la ancha (sea cual fuere
vas, especialmente la f y el paréntesis de el grado de estrechez o de ampliación),
cierre: f). En casos así es necesario corregir pero no la normal, que, como todas las
manualmente ese encuentro, separando formas normales de la letra, es la más
ligeramente ambos signos mediante las utilizada en todo tipo de impresos biblio-
respectivas funciones de los programas de lógicos.
composición: f).
14.1.8.3. Las letras anchas . En rela-
14.1.8. Por su caja. La caja es el rec- ción con la normal, de la que parte, se con-
tángulo teórico ocupado por las dos di- sidera letra ancha la que va desde 110%
mensiones de una letra o tipo, pero en este hasta 150 % de la anchura de la normal.
apartado nos referimos más especialmen- Más allá de esta cifra, la letra empieza a
te a la dimensión en anchura, la cual da desfigurarse y a presentar dificultades de
lugar a que consideremos la existencia y el lectura. Como en el caso de la letra estre-
uso de letras estrechas, normales o anchas. cha, en el de la ancha se denomina letra
ancha la que va desde 110% hasta 120%
14.1.8.1. Las letras estrechas . Son de la anchura de la normal, y letra superan-
estrechas las letras cuya anchura es infe- cha la que va desde 130% hasta 150 %.
rior a la de la letra normal. La tipografía El empleo de esta clase de letra es escaso
clásica fundía pocas letras estrechas, aun- en bibliología, pero puede alcanzar uso
que en algunas familias solo se fundía la constante en remendería (especialmente en
estrecha para usos concretos (por ejemplo, impresos publicitarios).
publicitarios). En la actualidad, merced a la
digitalización de la letra, es posible obtener 14.1.9. Por su situación en la línea. Por
letras estrechas a partir de cualquier letra el lugar que ocupa en la altura de la línea,
normal, simplemente definiendo el porcen- la letra (o cualquier otro signo) puede ser
taje de estrechez que la letra debe tener. voladita, normal o subíndice. El uso de
Desde este punto de vista, la estrechez de cada una de ellas viene determinado por su
la letra puede partir, por ejemplo, del 90 % especificidad, es decir, por el hecho de que
de la normal (es decir, la estrechez de esta así esté estatuido y no por capricho.
en un 10%) y llegar hasta el porcentaje
a partir del cual la letra presenta dificul- 14.1.9.1. La letra voladita . Llama-
tades para ser leída. Podríamos situar la mos letra voladita, volada, alta o superíndi-
estrechez legible en el 50% del ancho de ce a la letra más pequeña (también llamada
la letra normal (una reducción del 50%). índice) que la normal y que ocupa posición
En el mundo de la tipografía se distingue superior en la línea de composición.
436 14.1.9.1.1. USO DE LOS SIGNOS VOLADITOS

14.1.9.1.1. Uso de los signos voladitos. ... de loS Siux; 4,56,98, 73,75-79

1. Los signos que se sitúen en esta posición


se alinean por la cabeza de las astas ascen- 7. Cuando se trata de abreviaturas, en-
dentes de la letra normal. tre el signo normal y la parte voladita debe
2. Suelen situarse con más frecuencia a colocarse el punto abreviativo:
la derecha del signo afectado, pero en mate-
máticas y química pueden ir a la izquierda: 1.o, 3.a, 3.er.

330N95 _ Por supuesto, no lleva punto la expresión


de grados:
3. Si se trata de cifras, se componen
de redondo normal aunque el signo al 18o, 45 °C.
que afecten esté en cursiva o en negrita
(salvo que se trate de una abreviatura) 14.1.9.2. La letra normal . En rela-
(→ 16.17.1.1.1-2): ción con la situación de la letra en la línea,
se llama normal a la que ocupa situación
... del trasporte;26 central, ni arriba ni abajo, que sirve de re-
... del trasporte;28 ferente para decidir si una letra o signo que
la afectan son superíndices o subíndices.
4. Si se trata del asterisco, este debe ir
en redonda normal, cualquiera que sea el 14.1.9.3. La letra subíndice . Llama-
signo al que se junte. mos subíndice a la letra más pequeña
5. Los signos a y o que se emplean espe- que la normal y que ocupa posición infe-
cialmente en abreviaturas y cifras ordinales rior en la línea de texto.
no deben llevar ni rayas ni puntos debajo
de ellos, aunque la Academia (OLE99, 95, 14.1.9.3.1. Uso de los signos subíndi-
n. 63) recomiende las rayas: ces. 1. Los signos que se sitúen en esta
posición se centran en altura a la línea es-
1o, 2a, Ma. tándar o de base de la línea de texto:

Se trata de formas tipográficamente anti- 14,264.


cuadas, hasta el punto de que difícilmente
se encontrará una fuente que las haya di- Algunos de estos signos están definidos
gitalizado. Tales rayas han sido ventajosa- por el programa informático y no cumplen
mente sustituidas por el punto abreviativo: exactamente esta exigencia (véase la letra a
en el ejemplo anterior).
2. Suelen situarse con más frecuencia a
1.o, 2.a, M.a.
la derecha del signo afectado, pero a veces,
sobre todo en matemáticas y química, pue-
En consecuencia, es redundancia gráfica den ir a la izquierda:
escribir al mismo tiempo punto y letras
subrayadas (como hace precisamente la 24N32.
Academia [1. cit.]):
3. Si se trata de cifras, se componen de
1.o, 2.a, M.a. redondo normal aunque el signo al que
afecten esté de cursiva o negrita.
6. Cuando los elementos voladitos son 4. Cuando los elementos subíndices son
más de uno y llevan signos de puntuación más de uno y llevan signos de puntuación
o de otras clases, tales signos deben ser o de otras clases, tales signos deben ser
también voladitos: también subíndices:
14.1.10.1.1. LAS LETRAS CAPITULARES 437

...de los siux;, „ versas, propia de los códices;


miniada, la adornada con miniaturas
14.1.10. Por su posición (en el texto). (pinturas de pequeñas dimensiones);
Por su posición en el texto, las letras pue- sencilla, la que carece de adornos.
den ser iniciales (las que inician cada pala-
bra) o normales (las restantes). 2. Por su posición, las iniciales, cual-
quiera que sea su tipo, reciben los siguien-
14.1.10.1. Letras iniciales . Las letras tes nombres:
iniciales de las palabras de un texto son,
normalmente, iguales que las no iniciales. capitular alta, la que alinea por el pie
Sin embargo, como excepción, podemos con la primera línea de texto;
considerar las letras mayúsculas con que se capitular baja, la que alinea por la cabe-
inician las palabras o sintagmas que sean za con la cabeza de la primera línea
nombres propios o asimilados y, además, de texto;
las que llevan mayúscula por posición, es desbordante o sobresaliente, la que so-
decir, las que comienzan texto y las que bresale por la cabeza después de ocu-
van después de punto o signo que haga sus par por el pie el espacio de una, dos
veces. De las que comienzan texto, las que o más líneas, o bien la que sobresale
van adornadas o sobresalen por su tamaño de la caja del texto y ocupa una parte
se llaman, además, letras capitulares, para del margen izquierdo;
cuyo empleo existen normas (v. Martínez encuadrada o recuadrada, la que apare-
de Sousa, 2010: 140, 146). ce dentro de un recuadro hecho con
filetes u orlas;
14.1.10.1.1. Las letras capitulares. Las alineada, la que tiene rasgos comunes
letras capitulares son las iniciales con que con una línea del texto, que puede ser
comienza un capítulo o texto semejante, in- la primera (alineada por la cabeza)
cluso una parte de estos textos. Es siempre o la última de las que ocupe la arraca-
de mayor tamaño que las mayúsculas del da (alineada por el pie).
texto y en algunos casos tiene adornos.
1. Según la forma de estar adornada o En estos casos, la inicial debe cumplir
el tipo de los adornos, las iniciales o capitu- los siguientes requisitos:
lares reciben los siguientes nombres:
a) disponer de una arracada en la cual
decorada, la que lleva adornos; entre ser inscrita;
ellas: b) tener un tamaño mínimo equivalente
floreada, la adornada con flores; al de dos líneas del texto general (es
afiligranada, la que lleva adornos decir, que si este es del cuerpo 11,
parecidos a las filigranas (es decir, la inicial debe ser como mínimo del
finos y delicados); cuerpo 22); en este caso, la letra se
figurativa, de figuras o habitada, la llama letra de dos puntos (= cuer-
adornada con seres humanos, animales pos), de dos líneas o binaria;
o mixtiformes; entre ellas: c) prever la solución de los problemas
antropomorfa, la que representa la que algunas letras, como la J y la
figura humana; Q, pueden presentar al exigir en
zoomorfa, la que representa figuras algunos casos mayor espacio que las
de animales; demás.
ictiomorfa o ictiomórfica, la que
representa peces; 3. La arracada es el hueco formado por
ornitoidea, la que representa pájaros; un conjunto de líneas de texto dispuestas a
historiada, la decorada con figuras di- menor medida que la normal de la página.
438 14.1.10.2. LETRAS NORMALES

En este hueco puede colocarse una inicial la lectura por no haber interpretado
destacada, un dibujo, una fotografía, etcé- o entonado bien el texto; no obs-
tera. Las dimensiones de la arracada deben tante, en algunos casos, sobre todo
ser las necesarias para acoger el elemento en el empleo de la raya, es posible
que la haya de ocupar, sin que sobren es- sacar estos signos al margen y ali-
pacios en blanco no justificados vertical u near la inicial con el comienzo del
horizontalmente. Para la disposición de la texto.
arracada pueden tenerse en cuenta estas
normas: 4. Para colocar la inicial hay que tener
en cuenta estas reglas:
a) la medida normal de la arracada
para letras iniciales destacadas es la a) la inicial no recuadrada y que no lle-
que se corresponda con la anchura ve un fondo (generalmente tramado)
natural de cada letra, de forma que debe alinear por el pie con una línea
una I necesitará menos espacio en del texto;
anchura que una Aí; en estos casos b) en páginas a más de una columna,
se puede aumentar el número de la inicial no debe iniciarlas ni aca-
guiones permitido e incluso, en caso barlas; a la cabeza o al pie, al menos
de necesidad (depende de la medi- debe haber tres líneas de texto antes
da de la columna), espaciar las letras y después, respectivamente;
de una palabra (normalmente prohi- c) el párrafo que lleva inicial destacada
bido en composición de textos), ya se separa del anterior con al menos
que a veces no hay otra forma de una línea de blanco.
resolver los problemas de justifica-
ción, tanto más complejos cuanto 14.1.10.2. Letras normales . Desde el
menor sea la medida de composición punto de vista de la posición, son letras
y mayor el cuerpo de la letra; normales todas las que no sean iniciales
b) si la inicial forma parte de la primera destacadas, es decir, todo el texto (incluida
palabra del texto, esta se aproxima la inicial absoluta de cada unidad textual si
lo más posible a la letra inicial y no va destacada).
además se sangran con medio cua-
dratín las líneas segunda a última de 14.1.11. Por su empleo. Las letras que
la arracada; en este caso, el resto se emplean en los impresos de forma ma-
de la palabra se compone con ver- yoritaria se consideran normales, pero no
salitas o, si faltan, con mayúsculas; siempre en tales impresos todas las letras
si la primera palabra pertenece a lo son. Por ejemplo, puede darse el caso de
una frase o sintagma, se destaca con que en el mismo impreso se utilicen letras
versalitas o versales toda la frase o especiales para los titulares, llamadas así,
sintagma, como Fernando el Católi- letras titulares, que suelen diferir de las
co, Guinea Ecuatorial; normales bien por su tamaño, bien por su
c) si la primera palabra comienza con figura. Son las que suelen aparecer en las
comillas, exclamación, interroga- sobrecubiertas, portadillas y portadas, así
ción, raya o cualquier otro signo como, a veces, en los títulos de los capítu-
ortográfico, este debe colocarse (lo los y en carteles, inscripciones, etcétera.
cual presupone que se aumenta el También pueden considerarse aquí le-
espacio de la arracada); su efecto tras distintas de la normal los caracteres
es probable que resulte inestético, de escritura y de fantasía, no habituales
pero son más importantes el sentido en textos librarios (→ 14.1.3.5; 14.1.3.6).
y la entonación, con objeto de que
el lector no haya de volver atrás en 14.1.12. Por su cuerpo. 1. El cuerpo de
14.1.12. POR SU CUERPO 439

una letra, también llamado tamaño, fuerza caso alguno. Podrían emplearse el 4 y el
o fuerza de cuerpo, se define como la dis- 5 (que antiguamente las fundiciones pro-
tancia, expresada en puntos tipográficos, porcionaban fundidos sobre cuerpo 6),
entre las caras anterior y posterior de un pero no es habitual. El ojo de composición
tipo de imprenta (es decir, el paralelepípedo más pequeño es el 6, pero se usa poco, de
tipográfico, la letra material). En la actua- tal manera que solo a partir del cuerpo 7
lidad, al referirse a la letra digitalizada, el se puede decir que la letra mantiene ca-
cuerpo o tamaño de la letra se define por racterísticas de legibilidad (y no en todos
la distancia entre las líneas de base de dos los tipos, pues en algunos el ojo medio de
líneas de texto seguidas. la letra —que también se llama altura de
2. Cuestión distinta es el ojo, es decir, la x— es más pequeño que en otros). Los
la parte de la letra (tipo de imprenta) que ojos más habituales para la composición
imprime y deja en el soporte (papel, tela, de texto general van desde el 8 (en medi-
piel, etcétera) la figura de la letra. El ojo das cortas) hasta el 12; del 13 al 24, pa-
es siempre más pequeño que el cuerpo ra titulares y subtítulos, y del 28 en ade-
respectivo, razón por la cual dos líneas lante, para títulos importantes (por ejem-
seguidas, aunque el interlineado o distancia plo, en portadas), anuncios, carteles, et-
entre líneas sea equivalente a 0 (es decir, cétera.
9/9, 10/10, 11/11, etcétera), no se tocan 2.2. Los tamaños clásicos de los ojos,
aunque coincidan una encima de la otra, en la medida europea, aumentan de pun-
verticalmente, las astas descendentes y las to en punto desde el 4 hasta el 10; desde
ascendentes. Esto equivaldría a componer el 11 hasta el 20, de dos en dos; desde el
un texto sin interlineado. Lo normal, sin 21 hasta el 40, de cuatro en cuatro; del 41
embargo, es que entre ojo y cuerpo haya pasa al 48 y del 50 en adelante aumentan
un punto de diferencia; por ejemplo, cuan- de doce en doce unidades. Así, nos da la
do se emplea una letra cuyo ojo mide 11 siguiente lista: 4, 5, 6, 7, 8, 9, 10, 12, 14,
puntos y se inscribe en un cuerpo que mida 16, 18, 20, 24, 28, 32, 36, 40, 48, 60, 72,
12 puntos. En este caso, que favorece la 84, 96. Debe advertirse que en autoedición
lectura, se dice que el texto está compuesto cualquier medida del ojo o del cuerpo es
11/12, es decir, con ojo 11 sobre un cuerpo posible, con tal de que la permita el progra-
12. También se puede optar por dos puntos ma de composición con que se trabaje; por
de diferencia en la relación ojo/cuerpo; por ejemplo, se puede componer un ojo 12,825
ejemplo, 11/13, pero estos interlineados sobre un cuerpo 13,943. Sin embargo, no
están más recomendados para textos desti- es habitual componer con partes decimales,
nados a niños o a personas mayores. salvo cuando se quiere convertir la medi-
2.1. Los ojos 1, 2 y 3 son meramente da anglosajona (pica) en medida europea
teóricos; en la práctica no se utilizan en (cicero).
15. La alfabetización

La alfabetización es la ordenación de primero por la primera letra, después por


letras, palabras o sintagmas según el lugar la segunda y así sucesivamente.
de las letras en el alfabeto.
15.1.3. Alfabetización fonética. Es fo-
15.1. Tipos de alfabetización . nética la alfabetización que ordena soni-
dos. En este sistema, ciertas letras afectadas
15.1.1. Alfabetización grafemática. La por diacríticos y algunos dígrafos de len-
alfabetización grafemática es la que ordena guas extranjeras se pueden ordenar por el
grafemas, es decir, letras: a, b, c, d, e, f, sonido que representan y no por los signos
etcétera. con que se escriben. Por ejemplo, ph y th
Las letras se alfabetizan según el orden del inglés aparecen a veces ordenados por
de cada una de ellas en el alfabeto español, su sonido, f, d, respectivamente. Algunos
del que deben separarse los dígrafos (en autores alfabetizan las vocales alemanas
nuestro caso, ch, gu, ll, qu, rr). con diéresis ä, ö, ü en ae, oe, ue, respecti-
vamente, en vez de colocarlas en el lugar
15.1.2. Alfabetización de dígrafos. Los que les corresponde por su figura (sin el
dígrafos deben alfabetizarse por la primera diacrítico), a, o, u. Puede decirse que en
de las letras que los forman, seguida de la ambos casos es un mal sistema, por cuanto
segunda: lo que se ordena alfabéticamente es lo que
se escribe y no lo que se lee.
arcense
archivo 15.1.4. Alfabetización simple o lexico-
arcipreste
ceviche
lógica. La alfabetización simple consiste en
chabacano ordenar solamente letras o palabras sueltas.
ciaboga
liza 15.1.4.1. Alfabetización de letras
llaca sueltas . Para la ordenación alfabética de
loa. letras sueltas o conjuntos de letras que no
forman palabra, como norma general, las
En el caso de los trígrafos o tetrágrafos, grafías más simples preceden a las más
la forma de actuar es la misma; se ordena complejas.
15.1.4.3. ALFABETIZACIÓN DE ABREVIACIONES, CIFRAS Y SIGNOS 441

15.1.4.2. Alfabetización de pala - campos


bras sueltas . La alfabetización de pala- Campos
bras sueltas se rige por estas normas: campos
1. El orden de colocación alfabética co- Campos
campos
mienza con la primera letra (la que ocupa Campos
el primer puesto de izquierda a derecha), CAMPOS
seguida por la siguiente y así sucesivamente: Campos
CAMPOS
alma Campos .
arma
asta
Se podrían ordenar también, según otro
bestia
bestiaje criterio, colocando en primer lugar todas
bestial las grafías con minúscula inicial y después
bestialidad. todas las grafías con mayúsculas inicial. Se
trataría siempre, naturalmente, de palabras
2. Cuando una palabra se presenta con o frases iguales con distintas grafías tipo-
dos grafías, una de ellas afectada por un gráficas:
signo, se coloca primero la más simple,
seguida de la más compleja (la atildación, campos
así: llanas, agudas, esdrújulas): campos
campos
amiento campos
-amiento CAMPOS
medico CAMPOS
medicó Campos
médico Campos
pingue Campos
pingüe Campos
raja Campos
rajá. Campos .

3. Dos o más términos unidos por un 5. Si a una palabra le afecta un signo,


signo (guión, apóstrofo, etcétera) forman se coloca detrás de otra igual no afectada
un solo término, como si no existieran es- por el signo:
tos signos ni los correspondientes espacios: campos
«campos»
noticia sensacionalista ¡campos!
noticia-anuncio ¿campos?
Ogooué
O’Gorman 15.1.4.3. Alfabetización de abrevia -
Ogro
O’Hara. ciones , cifras y signos . Las abreviacio-
nes se alfabetizan tal como se escriben, con
las siguientes salvedades:
4. Las formas escritas con inicial minús-
1. En la alfabetización de abreviaturas,
cula preceden a las escritas con versalita o
cada una de ellas se considera una palabra,
mayúscula; las escritas de redondo, a las
de tal manera que la más simple se coloca
escritas con cursiva o negrita (y en estas,
antes de la más compleja:
las escritas con minúsculas preceden a las
escritas con versalitas o versales): b. bajo
b. al. bajo alemán
campos b. l. m. besa la mano
Campos bda. barriada.
442 15.1.4.3. ALFABETIZACIÓN DE ABREVIACIONES, CIFRAS Y SIGNOS

2. Los signos que acompañen a una Como se puede observar, todos esos signos
abreviación se desprecian al alfabetizar, de son perfectamente alfabetizables como si se
tal manera que lo que se alfabetiza son las hubiera escrito, respectivamente,
letras restantes consideradas como una so-
la palabra. Así, p/cta, se alfabetiza como si а, A, c, c, C, B, CS, LS, NS, R, S, S, E, L.
se escribiera pcta; F2, como si se escribie-
ra F: En efecto, si la a mayúscula con tilde (Á)
se alfabetiza después de la a (minúscula o
p. página mayúscula) sin tilde, ¿por qué no se va a
p/c. por cuenta poder colocar la a mayúscula con anillo (Å)
pc/o. por cuenta y orden
p/cta. por cuenta
después de la a (minúscula o mayúscula)
p/o. por orden. con tilde o sin ella? La misma considera-
ción puede hacerse en los demás casos. Por
3. Se desprecian asimismo los datos vo- ejemplo, ¿por qué no se puede colocar la b
laditos o subínces. Así, N.a S.a se alfabetiza mayúscula barrada verticalmente (B) des-
como si se escribiera N. S,, y V.o B,o, como pués de la b (mayúscula o minúscula) sin
si se escribiera V. B.: barrar? ¿Qué tiene NS/ para no poder colo-
carla después de NS? No parece admisible
N. S. Nuestro Señor tratar de colocar los signos matemáticos
N.a S.a Nuestra Señora (por ejemplo, los operadores: +, -, ×,:, •) en
N. S. J. C. Nuestro Señor Jesucristo ningún lugar de un orden alfabético (salvo
V.o B.o visto bueno. al principio o al final), puesto que este, por
definición, ordena letras, y tales signos ni
4. Normalmente, las cifras no se alfa- siquiera se les asemejan, pero en los casos
betizan, pero es posible hacerlo en caso de estudiados antes hay, como base del símbo-
necesidad. Por ejemplo, cuando encabezan lo, una o más letras. El hecho de que apa-
un topónimo u otra denominación, como rezcan encerradas en un círculo, barradas,
dotadas de signos diacríticos, etcétera, no
1984 título de una obra de Orwell desvirtúa la realidad de que siguen siendo
9 de Julio partido de la Argentina letras, aunque con ellas, naturalmente, no
24 de Mayo cantón de Ecuador, provincia se pudiera componer normalmente una
de Manabí. palabra. La función de un orden alfabé-
tico no es otra que la de permitir hallar
En estos casos se colocan, respectivamente, determinada grafía, siempre que esta reúna
en la m (de Mil), la n (de Nueve) y la v (de características identificables.
Veinticuatro), 6. Los signos generales, que no tengan
5. Cuando los signos sean muchos en por base una o más letras, no son alfabe-
una misma lista o resulte difícil colocarlos tizables, y en un orden alfabético se pres-
alfabéticamente, se agrupan y se colocan cinde de ellos cuando afecten a una unidad
fuera de la lista general, bien al principio, alfabetizable. Sin embargo, no se eliminan,
bien al final de ella. Por ejemplo, en casos sino que las letras afectadas por ellos se
así, las letras griegas y los signos que for- colocan después de las que, siendo iguales,
man parte de símbolos. no están afectadas por ellos.
En la OLE99, 116, la Academia pro- 7. Cuando un antropónimo o topóni-
porciona una lista de lo que ella llama mo (especialmente los neerlandeses) estén
«símbolos no alfabetizables», lista que pre- formados por un apóstrofo seguido de una
cisamente está llena de «signos [mejor que letra, se alfabetizan por la primera letra del
símbolos] alfabetizables». Entre ellos, topónimo, pero este signo, con su letra, se
colocan al principio, aunque no se alfabe-
@, Å, ©, ¢, ₵, B, C$, L$, ns /, ®, $, $, e, £. tizan:
15.1.5.2.2. ALFABETIZACIÓN DISCONTINUA SIN CONECTIVOS 443

Cuadro 15.1. Formas de la alfabetización sintagmática

alfabetización continua alfabetización discontinua alfabetización discontinua


con conectivos sin conectivos

letra aldina letra aldina letra de albalaes


letra de albalaes letra de albalaes letra aldina
letra de dos puntos letra de dos puntos letra didot
letra de espera letra de espera letra dórica
letra de Tortis letra de Tortis letra de dos puntos
letra didot letra didot letra egipcia
letra dórica letra dórica letra elzevirina
letra egipcia letra egipcia letra epigráfica
letra elzeviriana letra elzeviriana letra de espera
letra epigráfica letra epigráfica letra florida
letra florida letra florida letra de Tortis
letras armoriales letra uncial letra uncial
letras conjuntas letra versalita letra versalita
letras expectativas letras armoriales letras armoriales
letra uncial letras conjuntas letras comjuntas
letra versalita letras expectativas letras expectativas

’s Hertogenbosch discontinua cuando para ordenar alfabéti-


’t Hooft, G. camente los componentes de un sintagma o
frase se cuentan por separado cada una de
15.1.5. Alfabetización compleja o sin- las palabras que los componen. Se puede
tagmática. La alfabetización compleja o realizar de dos maneras: con conectivos o
sintagmática consiste en ordenar sintag- sin conectivos.
mas, frases o grupos de nombres que
consten de dos o más términos. Se realiza 15.1.5.2.1. Alfabetización discontinua
según dos formas: alfabetización continua con conectivos. Variante de la alfabeti-
y alfabetización discontinua. zación discontinua en la que se tienen
en cuenta todas y cada una de las pala-
15.1.5.1. Alfabetización continua bras, sean plenas (sustantivos, adjetivos,
o por letras . La alfabetización es conti- verbos y adverbios) o accesorias (artícu-
nua cuando para ordenar alfabéticamente los, preposiciones y conjunciones); en-
los componentes de un sintagma o frase se tre cada dos voces marcan la frontera de
cuentan todas y cada una de las letras que alfabetización (→ c. 15.1, segunda colum-
los componen, como si todos los signos na).
formaran una sola palabra (→ c. 15.1,
primera columna). Como se puede obser- 15.1.5.2.2. Alfabetización discontinua
var, el sintagma letra de Tortis se alfabetiza sin conectivos. Variante de la alfabetiza-
como si en realidad se escribiera letrade- ción discontinua en la que se tienen en
tortis. cuenta todas las palabras plenas (sustan-
tivos, adjetivos, verbos y adverbios), pero
15.1.5.2. Alfabetización disconti - no las accesorias (artículos, preposiciones y
nua o por palabras . La alfabetización es conjunciones), las cuales permanecen en su
444 15.2. APLICACIONES DE LA ALFABTIZACIÓN

lugar, pero no se cuentan en la alfabetiza- la hora de consultar, por ejemplo, la Guía


ción (→ c. 15.1, tercera columna). telefónica o cualquier otro repertorio de
Si se consultan las fuentes lexicográficas, nombres. Hasta el presente eso no es po-
se descubre que en la alfabetización com- sible por la vacilación de las fuentes a la
pleja o sintagmática prácticamente todas hora de elegir un método de alfabetiza-
utilizan la variante discontinua con conec- ción.
tivos (→ c. 15.1, segunda columna). Sin
embargo, es más práctica la otra variante, 15.2. Aplicaciones de la alfabetización.
la discontinua sin conectivos (→ c. 15.1,
tercera columna), por cuanto estos carecen 15.2.1. Alfabetización de antropóni-
de valor semántico per se y no permiten la mos. Para la alfabetización de antropóni-
valoración de lo verdaderamente impor- mos, normalmente estos se presentan con
tante en las frases y sintagmas, que son los inversión apellido(s)/nombre, ya que en
sustantivos, adjetivos, verbos y adverbios. una lista los nombres de persona no se or-
María Moliner, con mucho acierto, utiliza denan empezando por el nombre, sino por
esta variante en su Diccionario de uso del el o los apellidos.
español, tanto en la primera como en la
segunda edición. De su propia definición 15.2.1.1. Alfabetización de apelli -
se desprende que la variante sin conectivos dos . 1. En los apellidos españoles (que
es la más adecuada para la ordenación alfa- son normalmente dos) es preciso prescindir
bética de las entradas de listas de términos, de las partículas accesorias (artículos, pre-
especialmente de listas de nombres propios posiciones y conjunciones), que carecen de
(antropónimos y topónimos) y de índices valor y que pueden estar presentes o no en
de materias. Sin embargo, los programas de casos de apellidos por lo demás iguales. Por
alfabetización, tal vez por sospechosa co- ejemplo, si en una lista buscamos García de
modidad, solo alfabetizan según la variante la Torre y García Torre, lo deseable sería
discontinua con conectivos, de tal manera que ambos estuvieran seguidos en el mismo
que, para aprovechar las facilidades que lugar de la lista, porque si buscamos por
esos programas ofrecen, es necesario, si se de la, es natural que no vayamos a García
quiere utilizar la variante discontinua sin Torre una vez que hayamos encontrado
conectivos, realizar a mano las correccio- García de la Torre. Pero ¿qué sucedería si
nes oportunas, trabajo que a veces se hace la persona que ha confeccionado la lista
casi imposible por la cantidad de tiempo hubiese omitido, como sucede a menudo
que hay que dedicar a esta función. Por en casos semejantes, los conectivos de la?
poner un ejemplo, en la alfabetización de Sencillamente, que al buscar por de la no
topónimos y antropónimos es importante lo encontraríamos y decidiríamos que la
prescindir de las partículas accesorias, que persona que porta esos apellidos no está en
apenas ayudan a identificar un nombre. En esa lista (como, por otra parte, nos tienen
un caso como García de la Cruz, los térmi- tan acostumbrados los programas actuales
nos interesantes desde el punto de vista de de alfabetización y la práctica de quienes
la alfabetización son García y Cruz, por lo utilizan este método de alfabetización con
que deben ser los elementos alfabetizables conectivos).
(dejando de la en su lugar, pero sin que in- 2. Normalmente, en los apellidos es-
fluya en la colocación alfabética de los ele- pañoles se sigue el orden de estos, de tal
mentos importantes del antropónimo). Si manera que primero se coloca el que ocu-
todas las alfabetizaciones, cualquiera que pa el primer lugar y se sigue del segundo.
fuese la fuente, utilizasen el sistema discon- Sin embargo, en algunos casos hay una
tinuo sin conectivos, sería fácil, en primer inversión de este orden: se cita en primer
lugar, dar con los términos significativos lugar el segundo apellido, por el que es más
y, en segundo lugar, evitar vacilaciones a conocido el personaje. Por ejemplo, Lean-
15.2.1.3. ALFABETIZACIÓN DE NOMBRES CON COGNOMENTO 445

dro Fernández de Moratín, Benito Pérez En el caso de los franceses, normalmente


Galdós, Federico García Lorca, Santiago llevan un solo apellido, con lo cual ofrecen,
Ramón y Cajal, Pablo Ruiz Picasso y José en general, pocas dudas al alfabetizar; si el
Luis López Aranguren son más citados co- nombre o el apellido son dobles, suele es-
mo Moratín, Galdós, Lorca, Cajal, Picasso cribirse guión entre las parejas de nombres
y Aranguren, respectivamente, que por sus y apellidos:
primeros apellidos o la suma de ambos. En
estos casos se cita (en una lista o índice) Lulli, Jean-Baptiste
por el apellido más conocido, pero remi- Rameau, Jean-Philippe
tiendo al nombre completo: Hardouin-Mansart, J.

Más problemas pueden presentar los nom-


Moratín: v. Fernández de Moratín, Leandro
bres de anglosajones. En este caso es nece-
Galdós: v. Pérez Galdós, Benito
Lorca: v. García Lorca, Federico sario saber que suelen tener dos nombres
Cajal: v. Ramón y Cajal, Santiago y un apellido y que, por consiguiente, se
Picasso: v. Ruiz Picasso, Pablo alfabetiza por el tercer nombre, seguido, en
Aranguren: v. López Aranguren, José Luis. inversión, de los dos primeros (que consti-
tuyen un nombre doble):
3. Un problema importante, que debe Longfellow, Henry Wadsworth
tenerse muy en cuenta, es el ordenamiento Kennedy, John Fitzgerald.
de los apellidos en el conjunto apellidos/
nombre, ya que no todas las lenguas los 15.2.1.2. Alfabetización de nombres
colocan de igual forma. Por ejemplo, en con antenombre . Se alfabetizan por el
español es normal utilizar dos apellidos, el nombre y se pospone el antenombre:
del padre y el de la madre (normalmente
por este orden) y un nombre, que puede Ambrosio, Padre
ser simple (José), doble (José Antonio) o Clara, Santa
compuesto (José de Calasanz). La alfabeti- Domingo Savio, Beato
zación empieza por el primer apellido, se- José de Calasanz, San
guido del segundo y, tras coma, el nombre Luis de León, Fray
(que también puede aparecer entre parénte- Manuel, Hermano
sis, en este caso sin coma): María Luisa, Sor
Miguel Rua, Venerable
Rosina, Hermana
García del Olmo, José-Joaquín Zenobia, Madre.
García del Olmo (José-Joaquín).
Recuérdese que, en su escritura ordinaria,
4. Si el nombre corresponde a una los antenombres se escriben con inicial
lengua extranjera, para una alfabetización minúscula. La mayúscula del ejemplo res-
correcta de los antropónimos es necesario ponde al hecho de que ambos términos,
conocer las costumbres de cada lengua. Por en cada caso, están invertidos, y que si
ejemplo, en portugués usan también dos escribiéramos, por ejemplo, santa Clara o
apellidos, como en español, pero el orden hermano Manuel, ambos antenombres se
es distinto del usado en este: el primer escribirían con inicial minúscula.
apellido es de la madre y el segundo del
padre, pero el citable es este último, y por 15.2.1.3. Alfabetización de nom -
él empieza la colocación en una lista. Por bres con cognomento . Se alfabetizan
ejemplo, el nombre Fátima Martins dos por el nombre seguido del cognomento:
Santos debe alfabetizarse así:
Alejandro Magno
Santos, Fátima Martins dos. Felipe el Hermoso
446 15.2.1.4. ALFABETIZACIÓN DE NOMBRES DE REYES, PAPAS Y PERSONAJES REALES

Juan VI Cantacuceno Boecio, Anicio Manlio Torcuato Severino


Juan VIII Paleólogo César, Julio
Juana la Beltraneja Cicerón, Marco Tulio
Pipino el Breve. Metelo, Quinto Cecilio
Virgilio Marón, Publio.
15.2.1.4. Alfabetización de nom -
bres DE REYES, PAPAS Y PERSONAJES DE 2. Si son griegos, se alfabetizan tal co-
la realeza . Se alfabetizan por el nombre mo se escriben:
propio, que suele ir seguido del número de
orden (en cifras romanas), el cognomento Alejandro Balas
Amiano Marcelino
y el lugar donde reinaron (para evitar con-
Aníceres de Cirene.
fusiones):
3. Los nombres medievales o renacen-
Fernando III el Santo
Fernando IV el Emplazado
tistas suelen estar formados por prenombre
Isabel I de Castilla más topónimo de origen y se alfabetizan tal
Isabel I de Inglaterra cual se escriben:
Juan Carlos I de España
Juan Pablo II Alano de Lille
Pablo VI. Alcuino de York
Bonifacio Calvo
A nombres iguales con cifras romanas Carlos de Orleans
iguales, el cognomento o el topónimo es- Leonardo da Vinci
Mateo de Edesa.
tablecen el orden alfabético, pero en los
demás casos, si media cifra, es esta la que
marca la precedencia, no el cognomento. Hay excepciones en las que la alfabetiza-
Por esta razón Fernando III el Santo va ción se hace como si se tratara de prenom-
antes que Fernando IV el Emplazado, pese bre más apellido, y entonces se alfabetiza
a que alfabéticamente a este último le co- por la parte que cumple esta función:
rrespondería la precedencia alfabética.
Boccaccio, Giovanni
15.2.1.5. Alfabetización de títulos Cellini, Benvenuto
Stampa, Gaspara.
nobiliarios . Se alfabetizan por el nombre
y se pospone el título (→ 15.2.1.7):
Esta misma excepción se aplica cuando se
Olivares, Conde duque de trata de miembros de familias históricas:
Orgaz, Conde de
Suárez, Duque de Borgia, Lucrecia
Valdeiglesias, Marqués de. Este, Beatrice d’
Medici, Lorenzo de.
Recuérdese también aquí que, ordinaria-
mente, los títulos nobiliarios se escriben En otros casos, cuando se ignora el
con inicial minúscula. La mayúscula del nombre del personaje y se lo conoce por
ejemplo responde a las mismas causas que un prenombre u otra palabra relacionada
en el caso de los nombres con cognomento. con su dedicación más el nombre del lugar,
se alfabetizan por la palabra que ocupa
15.2.1.6. Alfabetización de nom - la posición del prenombre, seguido del
bres CLÁSICOS, MEDIEVALES Y RENACEN- topónimo:
TISTAS. 1. Los nombres clásicos, si son
latinos, se alfabetizan por el nombre por el Anónimo de Lovaina
que son más conocidos: Arcipreste de Hita
15.2.2.3. ADJETIVOS 447

Arcipreste de Talavera partículas se mantienen en el lugar que les


Beato de Liébana corresponde en la escritura.)
Ciego de Tudela
Maestro de Flémalle 15.2.2.2. Artículos . 1. Si el artículo
Maestro Mateo.
que llevan algunos topónimos les pertenece
con propiedad, este se mantiene en la escri-
15.2.1.7. Alfabetización de seudó -
tura, pero se pospone:
nimos . 1. Los seudónimos se alfabetizan
normalmente, pero con remisión al nombre Álamo, El
verdadero, que suele ser menos conocido: Carolina, La.
Apa: v. Elias, Feliu Si es necesario, se pueden hacer constar con
Azorín: v. Martínez Ruiz, José
Clarín: v. Alas, Leopoldo.
el artículo antepuesto, pero no como grafía
única o principal, sino como alternancia,
con remisión a la forma apropiada:
Si el seudónimo está formado por un
nombre, se alfabetiza como los nombres El Álamo: v. Álamo, El
españoles: La Carolina: v. Carolina, La.
Darío, Rubén
Umbral, Francisco. Debe considerarse incorrecto darles en-
trada solamente por la grafía artículo +
Si se trata de una frase, se alfabetiza como sustantivo, del tipo
se escribe, pero posponiendo los artículos:
El Álamo
Chico del Instituto, Un La Carolina,
Sueco, El.
por más que el nombre del topónimo cons-
Si se trata de un nombre nobiliario (aris- te de esas dos partes.
tónimo), el título se antepone (al revés que 2. Si el artículo no le pertenece pro-
cuando se trata de títulos nobiliarios reales piamente, sino que se emplea como mero
[→ 15.2.1.5]): determinante, no se traslada a la alfabeti-
zación, por lo que no puede ni debe tenerse
Duque de G., El en cuenta. Se alfabetiza, pues:
Marqués de Sabuz.
Argentina
15.2.2. Alfabetización de topónimos. A Japón
diferencia de lo que sucede con los antro-
pónimos, en que en algunos casos se pre- y no
sentan problemas a la hora de alfabetizar
ciertas partículas en función del idioma, el Japón
en la alfabetización de topónimos las cosas la Argentina.
están más claras.
15.2.2.3. Adjetivos . En la alfabetiza-
15.2.2.1. Palabras accesorias . En la ción de topónimos, los adjetivos se ante-
ordenación alfabética de topónimos no se ponen:
tienen en cuenta las palabras accesorias
(artículos, preposiciones y conjunciones); San José de las Matas
es decir, que un topónimo como Madrigal Santa Marta
de las Altas Torres se alfabetiza como si Santo Domingo de la Calzada.
se escribiera Madrigal Altas Torres. (Na-
turalmente, como ya se ha dicho, tales Obsérvese la diferencia con santo Domin-
448 15.2.2.4. PRENOMBRE + APELLIDO O CARGO + APELLIDO

go de la Calzada, el personaje histórico, las palabras accesorias se dejan en su lugar,


que se alfabetiza posponiendo el adjetivo: pero sin tenerlas en cuenta en la alfabetiza-
ción. Sin embargo, los problemas que esta
Domingo de la Calzada, Santo. variante presenta son tales, que no vale la
pena considerarla.
15.2.2.4. Prenombre + apellido o
cargo + apellido . En la alfabetización 15.2.3.2. Títulos de partes . Los títu-
de topónimos formados por un nombre los de elementos que forman parte de una
más un apellido o por un nombre de car- unidad mayor se escriben de redondo entre
go más un apellido o nombre, la alfabetiza- comillas y se alfabetizan (en caso de necesi-
ción se hace tal cual se escribe: dad, que es muy rara) posponiendo las pa-
labras accesorias (artículos, preposiciones
Coronel Portillo y conjunciones) que formen parte de ellos:
Juan Galindo
Juan José Flores batalla nuclear», «La
Mayor José de Jesús Martínez. negocio redondo», «Un.

15.2.3. Alfabetización de títulos. En la 15.2.3.3. Frases exclamativas o in -


alfabetización de títulos se tienen en cuenta terrogativas . Las exclamaciones o in-
estas normas: terrogaciones pluriverbales se alfabetizan
(en caso de necesidad, que es muy rara)
15.2.3.1. Títulos de obras de crea - posponiendo las palabras accesorias que
ción . En los títulos de obras de creación no forman parte de ellas:
se tienen en cuenta las palabras accesorias
(artículos, preposiciones y conjunciones), órdiga!, ¡La.
que se mantienen en su lugar, y los artícu-
los que pertenezcan al título se posponen: También podría admitirse esta variante:

¡órdiga (la)!,
Faro de Ceuta, El
Faro de Vigo
fuego fatuo, El que, desarrollada como se hace cuando una
ingenioso hidalgo don Quijote de la Mancha, parte invertida se coloca entre paréntesis,
El daría el resultado normal:
última cena, La
Vanguardia, La. ¡la órdiga!

Si el artículo no le corrresponde, sino que 15.2.3.4. Alfabetización de nom -


se usa por razones de eufonía, no se tras- bresDE INSTITUCIONES, ENTIDADES, NOM-
lada a la alfabetización, como se puede ver BRES COMERCIALES (APOTECÓNIMOS),
por el ejemplo del Faro de Vigo, el cual, a etcétera . Estos nombres se alfabetizan
diferencia de El Faro de Ceuta, carece de siempre comenzando por el genérico con
artículo propio (pero se usa con él, escrito inicial mayúscula, sin hacer constar las
con minúscula y de redondo, por razones palabras accesorias salvo que formen parte
gramaticales). del título (y en este caso se posponen):
También se podría escribir así:
Academia Sánchez
Banco Atlántico
El Faro de Ceuta Bar Galicia
La Vanguardia, Biblioteca Nacional (España)
Biblioteca Pública Municipal (El Rosal, Pon-
pero alfabetizando por las palabras signifi- tevedra)
cativas (en este caso, Faro y Vanguardia); Caja Provincial de Ahorro (Valladolid)
15.2.4. ALFABETIZACIÓN DE LISTAS 449

Cine Palafox de personas mencionadas en una obra,


Consejo Superior de Investigaciones Cientí- nombres de entidades, instituciones o co-
ficas merciales, etcétera. La alfabetización del
Corte Inglés, El conjunto se hará según las normas dadas
Editorial Católica, La
Escuela Naval anteriormente para cada caso, pero, al
Hotel Argüelles mezclarlas, será conveniente, si se cree ne-
Ministerio de Fomento cesario, distinguir los elementos con grafías
Real Academia Española propias. Así, se puede optar por conceder
Red Nacional de los Ferrocarriles Españoles una sola grafía (la redonda normal) a toda
Teatro Calderón. la lista, pero también se pueden distinguir
de la siguiente manera:
Cuando el nombre de una institución pue-
da coincidir con los de otra ciudad, provin- materias: de redondo normal;
cia, departamento, país, etcétera, debe aña- nombres de personas mencionadas: de
dirse, entre paréntesis, el dato clarificador, redondo normal;
con objeto de facilitar la atribución (como nombres de autores: con versalitas en
se ha hecho en algunos de los ejemplos los apellidos y de redondo normal los
anteriores). nombres;
títulos de entidades, instituciones, etcé-
15.2.4. Alfabetización de listas. Las tera: de redondo normal, con inicial
listas pueden estar formadas por una re- mayúscula en las palabras plenas;
tahila de términos simples o pluriverbales, títulos de obras de creación: de cursi-
títulos de obras, nombres de autores o va.
SEGUNDA PARTE

ORTOTIPOGRAFÍA BIBLIOLÓGICA
16. Tipografía estructurada

Entendemos por tipografía estructurada obra lo lleva). El título se compone y dispo-


la grafía tipográfica que se aplica a una ne exactamente igual que el de la portada
página cuando el contenido es un texto in- (ojo, tipo, medida, mayúsculas/minúsculas,
formativo, es decir, desde una publicación etcétera) y a su misma altura, pero el cuer-
periódica hasta un libro técnico o científi- po de la letra ha de ser inferior; no debería
co. Pueden intervenir en ella todos los ele- rebasar los tres cuartos del de la portada.
mentos tipográficos: tipos, ojos, cuerpos, Por ejemplo, si el título en esta se compone
filetes, adornos, viñetas, grabados, medi- del cuerpo 32 (en una obra que mida al
das, etcétera. En esos trabajos, así como en menos 20 cm de altura), el de la portadilla
los que entran en la denominación de tra- habría de ser, como máximo, del 24. En su
bajos de remendería, pueden darse todos disposición ha de procurarse no descompo-
los problemas ortotipográficos que son po- ner los sintagmas conceptuales, y, cualquie-
sibles. Las dificultades de composición, y a ra que sea esta, no se usará el punto al final
veces de compaginación, son importantes y del título (→ 10.5.1.5; 16.2.1; 16.2.2).
requieren conocimientos de tipografía.
Cuando el texto con que se ha de cons- 16.2. Portada. Documentalmente, la
truir una página o una obra carece de todas portada es la página más importante del
las variedades y complicaciones que enri- libro. Sus datos mínimos son: nombre
quecen la expresión tipográfica, hablamos del autor, título (seguido del subtítulo si lo
de tipografía invisible, es decir, tipografía hay) y editorial. Pero puede ser más com-
inexistente más allá de lo que comprende la pleja; por ejemplo, puede mencionarse en
mera escritura. Las dificultades de compo- ella al prologuista, al traductor, al presen-
sición y compaginación son mínimas. tador, etcétera, cuando se trata de persona-
En este capítulo se analizarán los com- lidades importantes en relación con el te-
ponentes de la tipografía estructurada des- ma de la obra. Cuando no es así, los nom-
de el punto de vista de la ortotipografía. bres de estos intervinientes pasan a la pági-
na de derechos, si deben aparecer allí (por
16.1. Portadilla. Las portadillas prece- ejemplo, los nombres de los traductores), o
den a la portada y solo se parecen a esta en solo se hacen constar en el lugar correspon-
el hecho de que llevan el título de la obra, diente (por ejemplo, en la firma al pie del
sin más datos (ni siquiera el subtítulo si la prólogo, la presentación, etcétera).
454 16.2.1. NOMBRE DEL AUTOR

El orden autor/título en la portada no 20 cm o más de altura, puede ser del cuer-


es determinante; también puede ser título/ po 32, normalmente compuesto con ma-
autor. Los demás datos (nombre del tra- yúsculas/minúsculas, aunque pueden darse
ductor, prologuista, presentador, etcétera) otras formas de composición; dependerá
sí tienen colocación fija: después del títu- del propio título, de los elementos que lo
lo si el orden es autor/título o del nombre formen, de su extensión y disposición, et-
del autor si el orden es título/autor. Todos cétera. El arranque del título ha de hacerse
los datos de la portadilla y la portada deben de forma que la cabeza de la primera línea
componerse con la misma familia de letra quede a la altura de la mitad de la medida
(aunque con frecuencia se cambia), pero de la cortesía. Por ejemplo, si esta tuviera
no necesariamente con la misma variedad una altura de 70 mm, la cabeza de la pri-
de letra dentro de la familia; por ejemplo, mera línea del título debería comenzar a
el título en la portada puede componerse los 35 mm. Como en el caso de la portadi-
con letra negrita, lo cual no es obligatorio lla, en su disposición ha de procurarse no
en la portadilla. descomponer los sintagmas conceptuales
(→ 16.26.5.3-2), y, cualquiera que sea es-
16.2.1. Nombre del autor. El nombre ta, no se usará el punto al final del título
del autor en la portada es uno de los da- (aunque le siga subtítulo).
tos importantes, pero lo es menos que el
título en la portadilla y, por supuesto, que 16.2.3. Subtítulo de la obra. Algunas
el título en la portada. Por consiguiente, obras llevan subtítulo, que generalmente
en principio habrá de componerse con un sirve para clarificar, situar, explicar, limi-
cuerpo inferior; por ejemplo, si el título en tar o complementar el propio título. Se
la portada es del cuerpo 32, el nombre del compone y dispone como el título, pero el
autor puede ser del cuerpo 16, la mitad cuerpo o tamaño de la letra ha de estar en-
del cuerpo del título. La disposición debe tre el del nombre del autor en la portada y
ser la misma que la del título en la portadi- el del título en la portadilla. Por ejemplo, si
lla y en la portada, de manera que si estos el nombre del autor es del 16 y el del título
se centran, el nombre del autor debería en la portadilla es del 24, el del subtítu-
centrarse, y si se marginan, lo normal es lo en la portada puede ser del 20, interme-
marginar también el nombre del autor. dio entre uno y otro. Como en el caso del
Sin embargo, a veces se dan en la portada título en la portadilla y en la portada, en su
disposiciones asimétricas, y en este caso disposición ha de procurarse no descompo-
dependerá de los gustos del grafista o di- ner los sintagmas conceptuales, y, cualquie-
señador gráfico. Si el orden de disposición ra que sea esta, no se usará el punto al final
general de los datos en la portada es autor/ del subtítulo.
título, el nombre de aquel se separará lo su-
ficiente para que ambos datos no se confun- 16.2.4. Nombre de la editorial. Al pie
dan, pero tal separación no está normalizada. de la portada se hace constar el nombre de
Sin embargo, si colocamos el nombre del la editorial, generalmente precedido del
autor a la cabeza de la portada y el título escudete con el símbolo de la casa. Se suele
comienza a la altura que corresponde a la componer con la misma familia empleada
mitad del blanco de la cortesía o arranque en el título en la portadilla y la portada y
de capítulo, la separación será correcta. el nombre del autor, pero unos puntos más
pequeña; por ejemplo, si el nombre del au-
16.2.2. Título de la obra. El título de tor se compone del cuerpo 16, el del editor
la obra en la portada es el dato más impor- debe ser del 12. Se dispone como los demás
tante del libro y, por consiguiente, el que datos de la portada (centrados o margina-
debe destacarse más. Ya hemos menciona- dos) y no va seguido de ningún signo de
do que este dato, en una obra que tenga puntuación. Sí puede ir seguido de una o
16.5. LOS LEMAS 455

más líneas de texto en que se hagan constar caso. La familia de letra ha de ser la misma
los lugares donde la editorial tiene sucursa- que para el texto general, normalmente
les. Esta lista, que suele estar encabezada en cursiva (pero también es correcta en
por el topónimo de la ciudad donde reside redonda). La medida de composición de
la sede central, se compone con un cuerpo la dedicatoria debe corresponder más o
pequeño (por ejemplo, el 8) y generalmente menos a los tres cuartos o dos tercios
con versales o versalitas. de la medida de la página impresa (caja de
composición) y se dispone marginada a la
16.3. Página de derechos. La página de derecha, comenzando, de arriba abajo, a
derechos ocupa normalmente el dorso la misma altura de la cabeza de la primera
de la portada, aunque legalmente es posible línea del título en la portadilla y la portada.
situarla también en alguna de las cuatro La dedicatoria debe situarse en la página
últimas páginas del libro. Se compone con impar siguiente a la página de derechos.
la misma familia empleada en el texto ge-
neral de la obra, en el cuerpo 8/9 o 9/10 y 16.5. Los lemas. Llamamos lema, tema
en líneas sueltas que no suelen alcanzar la o epígrafe a una sentencia, cita, verso,
longitud de la anchura de la página nor- etcétera, que se coloca al frente de una
mal del libro, sin puntuación. Los datos obra, capítulo o artículo. Si corresponde a
son los siguientes: traductor (si se trata de la obra, se sitúa al principio del libro; si a
una traducción), título original, nombre y un capítulo o artículo, después del título.
dirección del editor original, diseñador de Se disponen a la misma medida que la
la cubierta, derechos (autor, editor, seguido dedicatoria, se sitúan también marginados
de la dirección de este), depósito legal, a la derecha y se componen con la misma
ISBN, la expresión «Printed in Spain - Im- familia, pero de redondo y en ojo/cuerpo
preso en España» y el pie de imprenta dos puntos menor que el cuerpo del texto
(nombre del taller, dirección y fecha). Más general (10/11), es decir, en 8/9, a una me-
o menos a la mitad de la página, después dida equivalente a dos tercios o tres cuartos
de los derechos, se hace constar el texto en de la medida de la caja de composición. La
que se avisa de que la obra no puede repro- composición del texto, salvo que se trate de
ducirse sin permiso expreso de la editorial, una poesía, es justificada, pero también se
texto que suele componerse a medida de puede disponer en bandera por la derecha.
tres cuartos de la longitud de la anchura Si se trata de una poesía, el verso más largo
de la página (poco más o menos) y se mar- se margina a la derecha, y los restantes se
gina a la izquierda. La disposición de los componen a la altura de ese verso más lar-
datos es muy variable; puede ir desde la go por la izquierda. La firma, si la lleva, se
cabeza hasta el pie, colocando cada dato en margina a la derecha con un cuadratín pos-
su sitio de modo que se igualen los espacios puesto. Se suele colocar en la página impar
entre los grupos de datos, o bien se acumu- siguiente a la ocupada por la dedicatoria
lan estos al final de la página. (comenzando a la misma altura), pero, en
caso de necesidad (para ahorrar páginas,
16.4. Dedicatoria. La dedicatoria suele por ejemplo), el lema puede colocarse en la
constar de un texto breve (a veces incluso misma página que la dedicatoria, separada
muy breve: A Julia, por ejemplo) que se de ella por 36 puntos, poco más o menos,
compone en un cuerpo dos puntos mayor y siempre después de ella.
que el del texto general de la obra; es de- Si el lema lo forma una cita en idioma
cir, que si este se compone en ojo/cuer- extranjero con su correspondiente traduc-
po 10/11, la dedicatoria se compone en ción, se compone aquella de redondo (co-
ojo/cuerpo 12/13; pero también se puede mo el resto de epígrafes) y esta de cursiva,
componer con el mismo tamaño que el pero en todos estos casos es preferible po-
cuerpo de la obra, es decir, 10/11 en este ner una llamada al final de la última línea
456 16.6. PRESENTACIÓN Y PRÓLOGO

de la cita extranjera y pasar la traducción a recer en el libro, generalmente la presen-


pie de página, como nota. En este caso esta tación, debe comenzar en la página impar
traducción se compone de redondo, como siguiente a la dedicatoria o al lema (salvo
el resto de notas. que inmediatamente después de este se halle
Los lemas, aunque sean citas, se com- el índice de contenido, según explicaremos
ponen sin comillas, pues, al ser de cuerpo en el párrafo 16.10), colocando la primera
menor que el del texto, no las necesitan. línea a la misma altura que el comienzo del
Cuando el lema, por constar de una sola texto general en el capítulo primero.
línea o por estar en forma de verso, no
llenase la medida, se margina totalmente a 16.7. Agradecimientos. Los agradeci-
la derecha. mientos pueden formar una parte de la
Las firmas de los lemas se componen de obra independiente de las demás partes,
versalitas del mismo cuerpo, sangradas al pero lo normal es que se incluyan en el pró-
final con un cuadratín. Si se cita la obra logo. Si se les dedica parte independiente,
de donde se ha tomado, va de cursiva a se componen y disponen como los textos
continuación del nombre del autor, entre del apartado anterior (→ 16.6).
paréntesis o sin ellos.
16.8. Lista de abreviaciones y de cua-
16.6. Presentación y prólogo. 1. Tanto dros. Hacia el final de lo que se llama el
la presentación como el prólogo son textos pliego de principios, es decir, el conjunto
en los que se trata de explicar qué tipo de de páginas que preceden a la introducción
obra se tiene en las manos, cómo se ha (o, en caso de faltar esta, al capítulo prime-
llevado a cabo y a quién puede resultar ro), se suelen hallar, en ciertas obras técni-
útil, con leves diferencias formales en la cas o científicas, una o más listas en las que
redacción entre uno y otro (el prólogo sue- se hacen constar las abreviaciones emplea-
le ser más formal que la presentación). El das y los títulos de los cuadros que la obra
prólogo puede deberse a una persona ajena contiene, en ambos casos para guía del
a la obra, pero también puede pertenecer lector. Se componen en dos columnas, con
al autor; en uno y otro caso, la forma y el un cuerpo de letra dos puntos menor que
contenido pueden variar. Sin embargo, la el cuerpo del texto (es decir, 8/9 en nuestro
presentación es siempre de persona ajena. caso, puesto que el cuerpo del texto se
2. El prólogo y la presentación se com- compone, según ejemplificamos, en 10/11)
ponen con la misma familia del texto ge- y normalmente en composición a la france-
neral y normalmente con el mismo ojo/ sa, sangrando las líneas segunda y restantes
cuerpo y la misma justificación. Sin embar- lo suficiente para que quede destacada la
go, pueden el prólogo o la presentación, o numeración que en estos casos suele existir.
los dos, componerse de diversa manera si la La remisión a las páginas correspondientes
realidad lo justifica. Por ejemplo, si ambos puede hacerse de varias maneras:
son cortos, puede ser conveniente, e incluso
resultar elegante, componer estos textos a — con un blanco fijo, como, por ejem-
medida menor (si la caja de composición es plo, medio o un cuadratín;
muy ancha y el texto general se compone — con dos puntos más medio o un cua-
a más de una columna) e incluso llevar los dratín;
párrafos separados entre sí con una línea — con puntos de seguir, disponiendo el
de blanco de la misma altura que las lí- texto de modo que las cifras de los
neas de composición del texto (es decir, en folios queden aisladas y destacadas.
este caso, en que el texto general de la obra
se compone en 10/11, la altura de la línea Los folios que se hacen constar pueden
de blanco sería de 11 puntos). componerse con letra normal o bien con
3. La primera de estas partes en apa- negrita. El texto comienza a la misma altu-
16.10.1. ESCRITURA DEL ÍNDICE DE CONTENIDO 457

ra que el texto general en el primer capítu- 3. Puede disponerse a una o dos colum-
lo, es decir, salvando la cortesía. nas, según sea la medida de composición.

16.9. Introducción. La introducción 16.10.1. Escritura del índice de conte-


forma parte del cuerpo del libro. No es nido. 1. El cuerpo de composición suele
propiamente la materia de la obra, sino un ser igual o uno o dos puntos menor que el
texto introductorio en el que se nos des- utilizado en el texto de la obra.
cribe el contenido y alcance de cada uno 2. Los títulos conceptuales se disponen
de los capítulos y partes en que se halla de manera que quede clara la preceden-
dividida, el enfoque y la profundidad que cia de unos en relación con otros, de modo
el autor le ha conferido. Aun en el caso que, en general, además de distinguirse
de que la presentación y el prólogo se hu- por la clase de letra o la numeración, el
bieran compuesto de forma distinta de la sangrado sea tanto más creciente cuanto
empleada en la obra (por ejemplo, a dos menor la importancia del título (→ 16.8;
columnas si esta va a una, o a una columna 16.10.1-3). También se puede optar por
si aquella va a dos, en medida más corta de alinear el comienzo de los títulos, cual-
la que corresponde al ancho de la caja de quiera que sea su categoría, y entonces la
composición, etcétera), la introducción se distinción de esta la mostrará la numera-
suele componer y disponer como una parte ción de párrafos, apartados, subapartados,
más del texto general, con su mismo ojo/ etcétera.
cuerpo, medida y disposición. Así pues, co- 3. El final de un título se relaciona con
mienza donde lo haga el texto en la página la página en que aparece, según los siguien-
de cortesía del capítulo primero y se atiene tes procedimientos:
a todas las peculiaridades de ese texto.
a) por medio de puntos conductores
16.10. Indice de contenido. 1. También (seguidos o separados por medio o
llamado índice, índice general, tabla de con- un cuadratín):
tenido o solamente contenido, es una lista
1. Traducción ............................... 7
dispuesta por orden de aparición de las par-
1) Normas generales .............. 8
tes más importantes en que se ha estructu- 2) Adaptación tipográfica en la
rado un texto, al cual se remite por medio traducción ........................... 9
del número de la página en que aparece. 2. Ortografía ................................ 13
2. Cada parte del índice debe reflejar, en 1) Acento ................................ 13
tipografía generalmente menor y no nece- 2) Abreviaturas ...................... 15
sariamente igual que la utilizada en el libro, 3) Siglas .................................. 15
la distinción tipográfica del texto, al menos 4) Símbolos ............................. 18
en las divisiones más importantes. Para 3. Tipografía ................................ 31
ello, según las partes de que conste, se pue- 1. Traducción.............................. 7
de emplear desde la negrita minúscula (para 1) Normas generales ............. 8
los títulos de los capítulos) hasta la minús- 2) Adaptación tipográfica en la
cula normal. Si los títulos y subtítulos de la traducción.......................... 9
obra están numerados, será esta numeración 2. Ortografía .............................. 13
la que establezca las distinciones de las 1) Acento .............................. 13
diversas partes del índice, destacándose, 2) Abreviaturas ..................... 15
3) Siglas ................................ 15
en ese supuesto, solamente el título del ca-
4) Símbolos............................ 18
pítulo (aunque puede hacerse alguna otra 3. Tipografía .............................. 31
distinción en partes de mayor importancia,
en los casos de muchas subdivisiones; de b) separando el título y la numeración
ser así, incluso una parte del índice puede de la página mediante dos puntos
componerse con letra de cuerpo menor). seguidos de medio o un cuadratín, o
458 16.10.2. COLOCACIÓN DE LOS ÍNDICES DE CONTENIDO

bien con medio o un cuadratín, pero cas, científicas, históricas y similares apa-
sin los dos puntos: rezca en primer lugar, antes de los textos
introductorios. Con ello pretenden que el
1. Traducción: 7 esquema general de la obra sea lo primero
1) Normas generales: 8 que aparezca a su consideración. Dado que
2) Adaptación tipográfica en la en ocasiones los textos introductorios son
traducción: 9 muy extensos, el índice de contenido es
2. Ortografía: 13
1) Acento: 13
desplazado hacia dentro si se coloca des-
2) Abreviaturas: 15 pués de ellos, de tal manera que se pierde
3) Siglas: 15 de la vista del lector. Por esta causa, aunque
4) Símbolos: 18 a algunos no les satisfaga, lo más práctico
3. Tipografía: 31 es colocar el índice de contenido inmedia-
tamente antes de los textos introductorios.
1. Traducción 7
1) Normas generales 8 16.11. Las divisiones del texto. El texto
2) Adaptación tipográfica en la de los libros puede ser muy complejo y ne-
traducción 9
2. Ortografía 13
cesitar, para su ordenamiento interno, una
1) Acento 13 serie de divisiones y subdivisiones que nos
2) Abreviaturas 15 hagan más asequibles sus contenidos.
3) Siglas 15
4) Símbolos 18 16.11.1. Divisiones generales. La di-
3. Tipografía 31 visión más amplia que puede hacerse de
la materia de una obra, aunque muy poco
4. Las abreviaturas Cap, y Pág, que utilizada, es la de tomo, que consiste en
solían colocarse a la cabeza de las colum- la división conceptual del contenido de
nas correspondientes a los capítulos y las esa obra. Con la misma intención existe
páginas, respectivamente, en la actualidad la división llamada libro, también poco
se omiten, ya que son innecesarias. utilizada, que puede ser la mayor si no
existe la de tomo. Le sigue la parte, más
16.10.2. Colocación de los índices de habitual que las dos anteriores, y, si esta
contenido. Todas las obras deben llevar ín- tiene subdivisiones generales, la sección y,
dice, al principio o al final, de capítulos, de en su caso, si preciso fuera, la subsección.
materias o ambos, según la índole del libro, Según el número de partes en que el autor
si bien hay algunos, como las novelas, que divida su texto, lo cual estará en función
no es necesario que lo lleven. Su colocación de la complejidad de este, comenzará por el
es conveniente disponerla así: tomo o por cualquiera de las demás divisio-
nes generales, es decir, el libro, la parte o la
a) en obras literarias, al final; sección (la subsección no podría intervenir
b) en obras científicas, técnicas, históri- como una división del texto, porque es una
cas y similares, al principio. división de la sección); la elegida será la
mayor división interna de la obra.
Cuando el índice va al principio del libro,
generalmente se coloca después de los tex- 16.11.1.1. Antetítulo , título y sub -
tos introductorios (presentación, prólogo), título DE LAS DIVISIONES GENERALES. Los
o sea, inmediatamente antes del cuerpo de títulos de estas partes generales suelen
la obra (antes de la introducción, si va, constar de un antetítulo y un título,
porque esta pertenece al cuerpo de la obra,
o del capítulo primero en caso contrario); 16.11.1.1.1. El antetítulo. El antetítu-
sin embargo, algunos tratadistas prefieren lo es el nombre genérico de la respectiva
que el índice de contenido en obras técni- parte; por ejemplo, en Tomo primero, Li-
16.11.2.2.1. GRAFÍA DE LOS TÍTULOS Y SUBTÍTULOS 459

bro II, Parte 3, Sección 5, Subsección 7. bién antetítulo y título, y a este se su-
Los tomos suelen escribirse poniendo los man los títulos de párrafos, los subtítulos
ordinales con todas sus letras. Aunque y los titulillos en línea. Los antetítulos de
esto mismo podría decirse de las demás los capítulos constan de la palabra capítulo
divisiones generales, es lo cierto que en la seguida del número correspondiente, que
práctica no se usa así, sino con ordinales puede adoptar la forma de número roma-
escritos con cifras romanas en el caso de no o cifra arábiga, a veces expresada con
los libros (que también admiten la numera- letras. En la actualidad, las cifras romanas
ción arábiga) y con cifras arábigas en el de están en regresión, por lo que el uso más
las partes, secciones y subsecciones. En el habitual es el del número arábigo, con ci-
caso de los tomos, los libros y las partes, es fras o con letras. En cualquier caso, existía
habitual colocar la palabra en el antetítulo, antiguamente la costumbre de escribir el
pero en el de la sección y la subsección se capítulo primero siempre con letras: capí-
suelen mencionar solo sus numeraciones, tulo primero, y escribir después capítulo II
seguidas, generalmente, del título propia- o capítulo 2. En la actualidad esta norma
mente dicho. no se tiene en cuenta y hasta la palabra
capítulo desaparece a veces y se usa solo
16.11.1.1.2. El título. El título es la pa- la cifra. En este caso, el comportamiento
labra o frase con que se resume el contenido es igual que el mencionado en el párra-
de la parte de que se trata. Normalmente, fo 16.11.2.2. Los títulos de los capítulos
el antetítulo va en una línea y el título en la tienen una grafía que debe distinguirse de
siguiente, ambos centrados o marginados a la de cualquier otro título que haya dentro
uno de los costados de la página. Si se cita del capítulo. Normalmente se escribe con
el antetítulo con el correspondiente nombre mayúscula/minúsculas y en negrita dos o
(tomo, libro, parte, etcétera), seguido de la cuatro puntos mayor que el cuerpo del
numeración, el tamaño de su ojo/cuerpo texto del propio capítulo.
suele ser aproximadamente la mitad que el
del título o incluso menor. Por ejemplo, si 16.11.2.2. Títulos y subtítulos . Los
este es del cuerpo 24, el antetítulo debe ser títulos de las respectivas partes del capítulo
del 12. Sin embargo, si se omite la palabra son textos constituidos generalmente por
genérica y se escribe solo la numeración, una sola frase que sirve para indicar el con-
esta podría ser mucho mayor que el cuer- tenido del texto que viene a continuación.
po del título, con más razón si la cifra se Los subtítulos son palabras o frases que
imprime en color o con el negro rebajado esclarecen o complementan el contenido de
(tramado, por ejemplo). En cualquier caso, los títulos. En uno y otro caso, su dispo-
se trata aquí de una decisión del grafista, sición se hace en línea aparte, centrados a
y debe tenerse en cuenta que la estética toda la medida o marginados a un costado
tipográfica puede resentirse si el efecto de la página, bien siempre al mismo lado,
general de la página no es agradable a la bien alternativamente a izquierda (páginas
vista. pares) y derecha (páginas impares), proce-
dimiento, este último, nada recomendable
16.11.2. El capítulo y sus partes. El por los problemas que provoca.
capítulo es la división más habitual que
suele hacerse del texto de un libro. Es una 16.11.2.2.1. Grafía de los títulos y sub-
división inferior a la del tomo, el libro, la títulos. 1. La grafía de los títulos y de
parte, la sección y la subsección y superior los respectivos subtítulos debe reflejar su
al párrafo y al apartado. importancia relativa (→ 16.26.3.2). Por
ejemplo, si suponemos una obra en la que
16.11.2.1. Antetítulo y título en solo hay cuatro grados de títulos y subtítu-
los capítulos . Los capítulos tienen tam- los, las grafías podrían ser:
460 16.11.2.3. TITULILLOS EN LÍNEA

a) negrita redonda; con versal, la cual puede desequilibrar la


b) negrita cursiva; estética del título. En este caso, si aparece
c) VERSALITA REDONDA; en el texto del título algún nombre propio,
d) cursiva. este se compondrá también con versalita
inicial. Sin embargo, en los titulillos en
Si los títulos fueran más, se podría sustituir línea es preferible utilizar la mayúscula
el apartado c por «versalita negrita» y, en inicial (→ 14.1.6.2.1-14).
caso de necesidad, también se podría hacer
seguir de una nueva categoría, que iría de- 16.11.2.4. Numeración decimal de
trás de la actual c: «versalita cursiva». En capítulos . En obras técnicas y científicas,
resumen, quedaría así: la numeración de los capítulos suele hacer-
se así: solo se usan números arábigos, tanto
a) negrita redonda; para los capítulos como para los párrafos,
b) negrita cursiva; apartados, subapartados, etcétera, que en
c) VERSALITA NEGRITA REDONDA; cada caso se separarán por un punto (sin
d) VERSALITA REDONDA; otro espacio alguno); por ejemplo: 1.25.3.5
e) VERSALITA CURSIVA; quiere decir: subapartado 5 del aparta-
f) cursiva. do 3 del párrafo 25 del capítulo 1; esto
simplifica enormemente las cosas en las
2. Obsérvese que se prescinde de la obras a que va destinada esta numeración,
mayúscula para los distintos tipos de títu- que asimismo puede aplicarse a cualquier
los que pueden intervenir en un capítulo otro escrito o impreso.
(→ 14.1.6.2.1-14). Aunque algunos edito- Cuando se quiera hacer referencia a un
res son partidarios de esta clase de letra, escrito (prólogo, introducción, etcétera)
incluso en cursiva, es lo cierto que resalta que no tenga numeración, puede hacerse
excesivamente, razón por la cual no es confiriéndole el 0; por otra parte, la nu-
aconsejable. Mucho menos lo sería, natu- meración puede extenderse en cada caso
ralmente, la mayúscula negrita. Sin embar- tanto como sea necesario; por ejemplo:
go, en algunos casos estas letras se emplean 67.193.45.2 (→ 16.26.6.2).
en ciertos libros. Tampoco es aconsejable
emplear la redonda normal para la escritu- 16.11.2.5. Cortesía . 1. Llamamos cor-
ra de un título o subtítulo. tesía o arranque al espacio en blanco que,
como señal de respeto al lector y por esté-
16.11.2.3. Titulillos en línea . 1. tica, se deja al comienzo de un capítulo u
Otra gradación de títulos, que pueden con- otra parte importante de un libro (presen-
vivir con los anteriores, son los que deno- tación, prólogo, introducción, bibliografía,
minamos titulillos en línea, esto es, títulos índice, etcétera). Este espacio solo puede
que se componen encabezando el respecti- estar ocupado por el antetítulo y el título
vo párrafo. Pueden ser también de varias de la parte que corresponda (y el sumario
categorías, que, como en el caso anterior o lema del capítulo o artículo, si existen).
(→ 16.11.2.2.1), se componen con la clase La primera línea del texto correspondiente
de letra que corresponda a su importancia comienza en un lugar fijo en todos los
o grado. También pueden ir numerados, casos iguales de la obra, mientras que los
vayan numerados o no los anteriores. demás datos pueden variar. Por ejemplo,
2. Los títulos, subtítulos y titulillos en el título del capítulo o la parte de que se
línea compuestos con versalitas pueden trate puede tener una línea, pero también
comenzar con mayúscula inicial o solo con pueden ser dos o más. En cualquier caso,
versalita, según los casos. Como el título y antes de establecer el punto de arranque del
el subtítulo van en párrafo aparte, la esté- texto, es decir, el lugar en que se colocará
tica pide que se comience con versalita, no la primera línea de ese texto (o la primera
16.12.1. ESCRITURA DE LAS CITAS 461

del título, si el texto comienza con él), es Si es necesario, los signos que aparezcan
necesario conocer cuál es la extensión del en esa posición pueden suprimirse, procu-
título más largo de la obra, con objeto rando que ello no dé lugar a confusiones
de que el texto comience en un punto en (→ 10.5.12.2-10).
que ese título quede a salvo y no obligue 2. El sumario se dispone normalmente
a desplazar la primera línea de texto más en párrafo español (es decir, con todas las
abajo de lo establecido para los restantes líneas justificadas y la última centrada).
capítulos o partes. Pero también se puede disponer de otras
2. La altura de la cortesía puede esta- formas; por ejemplo, en párrafo francés
blecerse utilizando una determinada me- (y en este caso, naturalmente, la última
dida. Por ejemplo, la primera línea del línea no se centra).
texto puede empezar a la altura de la línea
áurea horizontal (los 5/8 de la altura de la 16.11.3. Colocación de los capítulos.
caja de composición o página tipográfica, Los capítulos pueden colocarse de tres
es decir, el rectángulo que ocupa o puede formas: en página impar, a página seguida
ocupar el texto que se inscribe en la página (sea par o impar) y seguidos entre sí. En el
de papel), pero también se puede obtener primer caso, cuando la última página de un
por otros procedimientos, como pueden capítulo termina en impar, se deja blanca
ser la conversión del ancho de la caja de la página par siguiente. En el segundo, los
composición en altura del texto de la pá- capítulos se colocan en página nueva, sea
gina de cortesía, o bien en dar a ese texto par o impar, sin que, por consiguiente,
la altura de los 3/4 o los 2/3 de la medida haya de quedar página alguna en blanco.
en altura de la caja de composición. La En el tercero, los capítulos se colocan unos
parte superior de la caja es el espacio re- a continuación de otros; en este caso, entre
servado a la cortesía o arranque, espacio el final de uno y el principio del otro debe
inamovible en el que se inscriben, según la haber un blanco aceptable, esto es, que
grafía tipográfica elegida, el antetítulo y el señale claramente el cambio de capítulo;
título del capítulo. de cualquier modo, ha de ser superior al
blanco dejado en las divisiones dentro del
16.11.2.6. Los sumarios . Llamamos propio capítulo. Dicho de otra manera: que
sumario a la enumeración de las partes más en este caso habría de tener tres o, mejor,
importantes en que se divide un capítulo u cuatro o cinco líneas de blanco entre capí-
otra parte similar. Normalmente, constan tulos, como mínimo.
de los títulos y subtítulos del capítulo.
16.12. Las citas. Las citas son porcio-
16.11.2.6.1. Escritura del sumario. 1. nes de texto que un autor copia de otro.
Suelen componerse en un cuerpo dos pun- Puede constar de una o varias palabras, de
tos menor que el empleado en el texto, un párrafo o de un grupo de ellos.
a una medida de 2/3 o 3/4 de la medida
de ancho de la caja de composición y se 16.12.1. Escritura de las citas. El texto
centran (también pueden disponerse mar- de las citas puede componerse de las si-
ginados a la derecha de la caja). Los títulos guientes maneras:
se separan entre sí mediante una raya, pero 1. En el texto normal, entre comillas.
también se puede emplear otro signo, co- 2. En párrafo aparte, del mismo cuerpo
mo, por ejemplo, los topos, bolos o boliches utilizado en el texto, también entre comi-
(→ 13.2.2-1). Es posible incluso prescindir llas y con una línea de blanco para separar-
de estos signos y sustituirlos con un cua- la del texto anterior y posterior.
dratín. En cualquier caso, cuando se use la En las citas que se componen aparte y
raya, debe evitarse que quede a final o prin- con comillas, al comienzo de cada párrafo
cipio de línea, por su efecto antiestético. deben colocarse comillas de seguir, es decir,
462 16.12.1. ESCRITURA DE LAS CITAS

comillas de cierre (», ”, ’) al comienzo de presentar las poesías, cualquiera que sea su
cada párrafo, tras la sangría que corres- colocación o su idioma, escritas en cursiva.
ponda. Sin embargo, si la cita es muy 8. Los puntos suspensivos con que el
extensa y con gran número de párrafos autor sustituye los textos que no le in-
cortos, de forma que las comillas de seguir teresa citar se encierran con corchetes
resultan un estorbo, pueden suprimirse (→ 10.5.23).
estas, pero deberán conservarse siempre las 9. La Academia, en la OLE10 (p. xLv),
de apertura y cierre al principio y final de dice, refiriéndose a la presentación de la
la cita, respectivamente. Por el contrario, si Ortografía de la lengua española: «Las ci-
los párrafos son muy extensos, con muchas tas se insertan siempre entrecomilladas, en
líneas, es preferible conservar las comillas letra cursiva cuando aparecen integradas
de seguir, indicadoras de que la cita sigue. en el texto y en redonda si van aisladas en
3. En párrafo aparte, sin interlínea si un párrafo». Por decir algo, es una norma
el texto la lleva, sangrado con el valor de extraña. Utilizar dos grafías distintas para
la sangría y con una línea de blanco para poner de manifiesto las citas de un texto es
separarla del texto anterior y posterior. En algo que no se entiende. Obsérvese que no
este caso se suprimen las comillas. renuncia al uso de las comillas, pero en un
4. En párrafo aparte, de cuerpo menor, caso el texto de la cita se escribe con cursi-
con todas las líneas sangradas con la san- va y en el otro con letra redonda. Lo menos
gría del texto normal (las líneas que co- que se puede decir es que es redundante.
miencen párrafo dentro de la cita llevarán, Los textos citados deben escribirse con le-
en consecuencia, doble sangría). También tra redonda, entre comillas si aparecen en
es admisible la variante en la que no se el texto y en cuerpo menor si se colocan
sangran especialmente las líneas de la cita, en párrafo aparte.
pero en alguna obra, especialmente en las
didácticas, puede dar lugar a confusiones 16.12.2. Tratamiento del texto de la
con otros textos también escritos en cuerpo cita.
menor, a toda la medida, pero que no sean
citas. En cualquier caso, tampoco llevan 16.12.2.1. Tratamiento de textos
comillas. Cuando las citas van en párrafo modernos . Como norma general, el texto
aparte se separan del respectivo texto ante- que se toma como cita debe respetarse es-
rior y posterior con una línea de blanco del crupulosamente, incluso en los casos en que
cuerpo general de composición. claramente contenga error. Sin embargo, el
5. Si la cita está constituida por una citador dispone de mecanismos «legales»
poesía de cuatro versos, se procurará no para intervenir en el texto de la cita cuando
dividir estos a final de página, y si los ver- lo crea conveniente. Veamos algunos casos.
sos son menos, la poesía debe quedar pre- 1. El citador puede intervenir en el texto
feriblemente a final de página. Si la poesía de la cita añadiendo aclaraciones, signos,
pasa a la página siguiente, es aconsejable rectificaciones o indicaciones de extrañeza
que, en vez de encabezar página, al menos o sorpresa, pero siempre deberá hacerlo en-
la acompañen dos líneas del texto general, cerrando la intervención entre corchetes:
por motivos de estética.
6. Las citas en verso también pueden «El artículo 2 [de la ley de Prensa e Imprenta]
componerse dentro del párrafo, entre co- establece que...»
millas y poniendo una barra (/) en los cam- «No se tildan las palabras que terminan en
-y precedida de vocal: verdegai [errata:
bios de verso, entre espacios y después de
verdegay].»
los signos de puntuación (→ 10.5.16.2-3). «El importe de las obras ascendió a un billón
7. En cualquier caso, se componen siem- de dólares [sic; se trata de mala traduc-
pre de redondo, incluso aunque se trate de ción: son mil millones de dólares]. El
un texto extranjero. No parece aceptable presupuesto solo prevé...»
16.12.2.1. TRATAMIENTO DE TEXTOS MODERNOS 463

Si el autor citado usa corchetes en el texto respetado el original y al idioma de 1973


que se toma, o la cita es de segunda mano, [año en que lo redactó], cuyos usuarios
el citador debe elegir otro signo, como pue- son, de igual manera, entes dignos de res-
de ser el corchete en negritas o el paréntesis peto y cortesía. Si nos encontramos con un
doble: ((!)), ((?)), ((sic)) (→ 10.5.9.2-3). texto de tal escritor —por muy importante
2. Cualquier porción del texto original que sea— sin los signos de exclamación
que se omita debe sustituirse por puntos o interrogación iniciales, nosotros respe-
encorchetados: [...] (→ 10.5.23.2). Si lo tamos el original no poniéndoselos como
que se omite es un párrafo o una serie propios [es decir, del autor citado], pero
de ellos, pueden sustituirse por una línea de no faltamos al idioma y al lector de hoy
puntos (→ 10.5.24) o bien por puntos en- intercalándolos encorchetados, es decir,
corchetados en párrafo aparte, precedidos como metalenguaje. [...] Afortunadamente,
de la sangría correspondiente: el corchete nos permite manejar un texto
con gran libertad de movimientos sin ma-
Vivía en Leuctras un hombre llamado Escéda- nipularlo —en el sentido que hoy se da a
so, que tenía dos hijas, Hipo y Molpia. esta palabra—, aunque en una escala más
reducida y técnica». Entre los aspectos or-
Escédaso trató de obtener de los espartanos el tográficos que pueden adecuarse a la grafía
castigo de los culpables, y al no conseguir- del citador están las tildes. Por ejemplo, se
lo, se suicidó maldiciendo a Esparta.
puede escribir a, dio, vio, fue, fui, disminui-
Vivía en Leuctras un hombre llamado Escéda- do, búho, prohíbo, etcétera, en lugar de á,
so, que tenía dos hijas, Hipo y Molpia. dió, vio, fué, fui, disminuido, buho, prohí-
[...] bo, etcétera. También se pueden simplificar
Escédaso trató de obtener de los espartanos el los grupos consonánticos complejos, como
castigo de los culpables, y al no conseguir- s en vez de ns, bs, st y ps, n en lugar de
lo, se suicidó maldiciendo a Esparta- y gn, siempre y cuando, naturalmente,
no sea ese aspecto el que esté en discusión
Este mismo texto podría disponerse de otra en el texto, o bien que se trate de un texto
manera, si interesa ahorrar espacio; para de un ortógrafo en el que pueda tener su
ello se utiliza el signo igual (=), que, co- motivación. En uno y otro caso puede re-
mo es sabido, en las copias de textos indica currirse a la nota previa (en el prólogo, por
que en el original se pasa a renglón aparte ejemplo), bien en el sentido de avisar de
(→ 10.5.21.2-2). En este caso la grafía que tales grafías se simplifican, bien para
sería esta: declarar que, aunque personalmente no se
esté de acuerdo con ellas, se respetan. Igual
Vivía en Leuctras un hombre llamado Escé- determinación cabe utilizar en relación con
daso, que tenía dos hijas, Hipo y Molpia. la tilde de los pronombres este, ese, aquel
= [...] = Escédaso trató de obtener de los (con sus femeninos y plurales) y solo, que
espartanos el castigo de los culpables, y puede suprimirse o respetarse, según el
al no conseguirlo, se suicidó maldiciendo sentido de la nota previa. Sin embargo,
a Esparta.
hay un caso en el que el citador no debe
rectificar la grafía: el de los autores hete-
Si se trata de cita en verso, el único signo uti- rógrafos, es decir, aquellos que se apartan
lizable es la línea de puntos (→ 16.22.1.2-8). conscientemente de las grafías establecidas
3. El citador puede rectificar la grafía por la Academia; por ejemplo, en textos
del original adecuándola a las reglas or- de Unamuno y Juan Ramón Jiménez. Sin
tográficas que él aplique a lo largo de su embargo, le cabe al citador la facultad de
texto. Como dice Polo (1974: 412), «La so- situar, junto a la forma original, la grafía
lución no es nada conflictiva: intercalación oficial entre corchetes: cojer [coger], telé-
dentro de corchete [...]: con ello usted ha grama [telegrama], antolojía [antología],
464 16.12.2.1. TRATAMIENTO DE TEXTOS MODERNOS

reciennacido [recién nacido], etcétera. Si lo do y dentro de las comillas [si las lleva]).
que aparece es lo que se considera una falta 5. Si al tomar un texto interesa hacerlo
de puntuación, la original debe respetarse por un punto en que no aparece mayúscula
tal cual, pero puede rectificarse poniendo (por no ser principio de párrafo ni ir des-
a continuación, siempre entre corchetes, la pués de punto y seguido o signo que haga
que se cree correcta: comida,[;]. Como dice sus veces), la grafía de la primera palabra
Gonzalo Sobejano (cit. Polo, 1974: 411), de la cita debe corresponder a la que tiene
«Un texto moderno merece el mismo respe- en el original; para ello, si empieza con
to que un texto clásico medieval o antiguo. minúscula, se hace uso de los puntos en-
Si Leopoldo Alas escribía los números de corchetados:
los capítulos en romanos, los nombres
de los meses con mayúsculas, si de acuerdo [...] encontramos difícil de entender [...],
con Shakespeare puso “palabras, palabras,
palabras” y de acuerdo con el uso de su salvo que el texto del citador enlace nor-
tiempo escribió “besa-la-mano”, no hay malmente con el del citado:
razón para poner arábigos, minúsculas o Esto será así «aunque nunca lleguemos a sa-
transcribir “palabras, palabras” y “besala- ber por qué», dijo el premio Nobel.
mano”; por lo menos, no debe haber una
razón discriminatoria que lleve a tratar a El mismo recurso se utiliza cuando la cita
un autor del siglo xix con menos respeto se interrumpe en un lugar que no es pun-
que a un autor del siglo xiv». Todo esto to: se escribe la última palabra con los sig-
es inobjetable, pero ya se ha apuntado que nos que le correspondan y se cierra la cita
tales aspectos ortográficos pueden rectifi- con puntos encorchetados:
carse en nota aclaratoria o bien situando
las grafías actuales entre corchetes. Lo primero que se debía hacer era socorrer al
4. En general, el citador viene obligado a herido [...].
trasmitir los signos diacríticos del original,
A este respecto, algunos textos del área
si ello es pertinente en español; así, si una
anglosajona aconsejan, en estos casos, co-
palabra aparece en cursiva, lo normal es que
menzar la cita sin puntos encorchetados,
se refleje con esta grafía. Sin embargo, no
pero poniendo la primera letra con ma-
viene obligado a trascribir signos diacríticos
yúscula entre corchetes (indicativa de que
de metalenguaje; por ejemplo, si cita de
en el original no aparece con mayúscula,
un diccionario donde por convención una
sino con minúscula, pero que nosotros, por
palabra escrita con versalitas, con negritas,
la situación concreta de nuestro trabajo,
precedida de una flecha o con un asterisco
necesitamos comenzar con mayúscula):
pospuesto es un signo metalingüístico para
indicar que en dicha obra se remite automá- [E]ncontramos...
ticamente a ese término, el citador no debe
reflejar esa grafía, que en su texto —una vez A mi entender, esta es una manipulación
desgajado de aquel donde adquiere senti- más profunda del original y, en cualquier
do— carece de significado. Por el contrario, caso, se trata de una grafía engorrosa que
si el citador cambia intencionalmente la no es seguro que el lector entienda.
grafía del original, viene obligado a avisarlo;
por ejemplo, si pone de cursiva una palabra, 16.12.3. Tratamiento de textos clásicos.
sintagma u oración que en el original apa- Según sea el tipo de edición que se haga de
recen de redondo, debe añadir a conti- un texto clásico, así será el grado de moder-
nuación, entre corchetes (o bien en nota): nización del texto original. Por ejemplo, en
[cursiva mía], o [cursiva nuestra], o [cursiva la edición facsímil, que es la reproducción
del adaptador, compilador, traductor, et- fotográfica de la edición original, no se
cétera] (escrito entre corchetes, de redon- interviene en absoluto, y cuantas explica-
16.12.3.3. ABREVIATURAS 465

ciones quieran darse deben hacerse constar 16.12.3.2. Tipos de letras . Pueden
en nota previa. Sin embargo, a partir de usarse los siguientes:
la edición diplomática (que se copia, con
indicación de párrafos, páginas, etcétera, y a) se escriben con cursiva las letras,
se da con todos sus signos y grafías) hasta la palabras, frases, etcétera, que añade
edición crítica (que trata de reconstruir un el editor y que son ajenos al texto
texto original a partir de la interpretación original (→ 14.1.7.2.1-9);
para acercarse lo más posible a aquel), las b) el cuerpo menor que el del texto ge-
intervenciones van de menos a más. Natu- neral indica que se trata de trozos de
ralmente, no solo cualquier intervención en texto sacados de otras fuentes;
un texto clásico tiene un límite, sino que, c) si el cuerpo menor aparece espacia-
además, todos los cambios y adiciones de- do, indica que el pasaje ha sido mo-
ben indicarse o explicarse convenientemen- dificado por el autor.
te. Para ello existen signos y tipos de letras.
16.12.3.3. Abreviaturas . En edicio-
16.12.3.1. Signos . Los más usados nes paleográficas, lo normal es respetar
son: todas las abreviaturas con su grafía propia;
esta solución «es más coherente, si lo que
a) las antilambdas (< >), que sirven para se pretende es mostrar también un modo
encerrar las palabras, sílabas o letras arcaico de escribir» (Jauralde Pou, 1981:
añadidas por el editor del texto y que 178). En los demás tipos de edición las
no se hallan en el original o en los abreviaturas deben desarrollarse, para lo
documentos con que trabaja; cual pueden ponerse entre corchetes las
b) los corchetes ([ ]), que en las edicio- letras embebidas o colocarlas en su lugar
nes críticas sirven para encerrar las pero de cursiva (→ 16.12.3.2a). Hay que
palabras del manuscrito que el editor tener en cuenta que los textos pueden pre-
opina que deben suprimirse; sentar dificultades insalvables a la hora de
c) los paréntesis [( )], para encerrar desarrollar las abreviaturas clásicas; por
las frases que el editor juzga que ejemplo, la abreviatura tiépo invita a desa-
deben encerrarse con este signo, es- rrollarla en la forma tiempo, pero también
pecialmente sus propias aclaraciones, podría ser la grafía tienpo, e incluso ambas
o para indicar las letras, sílabas o formas en el mismo original; igual sucede
palabras que figuran en el original con ome, desarrollable como omne, omine
indebidamente; y ombre. Por lo que respecta a los trazos
d) los asteriscos (* *), con los que el con que se solían cubrir las letras de las
editor señala las lagunas que el texto abreviaturas, dice Menéndez Pidal (en Mo-
presenta; rato, 1933: 76): «Como se han de evitar
e) las cruces († †), el signo de excla- las dificultades inútiles, debe desterrarse
mación entre corchetes ([!]) o el el uso, bastante generalizado en las reim-
adverbio latino sic entre corchetes y presiones modernas, de conservar las tildes
de redondo ([sic]), para indicar los empleadas en los impresos antiguos (v. gr.:
pasajes deteriorados o corrompidos; qria, quäto, gra); solo deben reproducirse
f) la barra (/), para indicar, en las edi- en los tipos de imprenta las abreviaturas
ciones diplomáticas, el cambio de dudosas (v. gr.: como, ome), que las que
línea (cuando indique también el son de interpretación evidente y segura
cambio de página se añade el folio: no hay para qué, como no sea por simple
/45) y la barra doble (//), para indicar deseo de perder el tiempo. Muy distinto es
el cambio de párrafo (también puede el caso tratándose de manuscritos antiguos
ir seguido del folio cuando indique y difíciles de descifrar; en este caso procede
cambio de página: //46). hacer de ellos una edición paleográfica en
466 16.12.3.4. ORTOGRAFÍA ORIGINAL

la cual se reproduzca con toda exactitud el una s con el trazo superior recto, semejante
sistema propio de abreviaciones, emplean- a un cinco ancho 5, y que se usa en vez
do signos especiales y letras sobrepuestas». de la z; en general, se imprime con una s
(v. gr.: desir, igual al moderno decir, que an-
16.12.3.4. Ortografía original . Re- tes se escribía con z y que era muy distinto
firiéndose a la copia de escritos antiguos, del decir con c, que significaba “bajar”);
dice Menéndez Pidal (en Morato, 1933: pero más bien creo que, de no fundirse un
75): «La ortografía de obras de los si- signo especial, debe emplearse la z».
glos xv y xvi debe reproducirse exacta-
mente, pues nada hay en ellas caprichoso 16.12.3.5. Puntuación , acentuación
ni que pueda cambiarse; es la ortografía Y SEPARACIÓN DE PALABRAS. Como dice
fijada por Nebrija, el cual cuidó muy bien Amado Alonso en la recensión de una
de que cada sonido fuese representado de obra de Lesley Byrd Simpson (RFH, iv,
una sola manera y cada letra representase núm. 2 (1942), 181-182), «No cabe duda:
un solo sonido. Así, debe conservarse con puntuar, acentuar y separar las palabras
escrúpulo la distinción que en esta ortogra- a la moderna es obligación ineludible de
fía se hace entre la b y la v o u, entre la c los editores de obras antiguas. [...] = La
o ç y la z, entre la s sencilla y la ss doble lengua antigua tiene módulos sintácticos
[s doble], entre la g, j y la x, pues aunque hoy no comprensibles para quien no sea
hoy las confundimos en la pronunciación, especialista, y tarea es también del editor
antes eran bien distintas. = [...] Este respe- aclarar la peculiar articulación sintáctica
to a la ortografía debe ser completo, pues por medio de la puntuación. Algunos que
aunque a veces parezca a primera vista que prefieren —sospechosa comodidad— dejar
un escrito se contradice, poniendo, por el texto antiguo como lo encuentran ale-
ejemplo, dozientos al lado de seiscientos, gan para ello respeto a la fidelidad; pero
no es esto por capricho, sino obedeciendo siendo cosa sabida que los textos antiguos
a leyes que la fonética descubre y estudia». no tenían acentuación ni casi puntuación,
Y más adelante (p. 76): «Lo dicho respecto todo el mundo las tomará siempre como
a los textos de nuestra Edad de Oro, de- un agregado del editor con propósitos de
be entenderse con más razón de los de la interpretación. Y en ese sentido la fidelidad
Edad Media. En ellos hasta es conveniente del texto no sufre más que con el trasla-
respetar la distinción entre la s y la f, pues do del manuscrito a tipos de imprenta, por
las usan siempre según reglas muy fijas que ejemplo». El mismo autor (rfh , v (1943),
solo se comienzan a borrar y perder en el 375, cit. Alfredo Carballo Picazo, RFE,
siglo xv. Cada época tiene sus particula- xl (1956), 291) decía: «Algunos colegas
ridades ortográficas; así, en el siglo xviii, mantienen la opinión de que las edicio-
por ejemplo, la ñ se escribe preferentemen- nes filológicas de textos antiguos deben
te nn, y cuando una palabra ha de dividirse mantener la puntuación y la acentuación
en la sílaba que lleva esta letra, se divide originales. No negamos que esto tendría
por ella: don-na, pan-nos (en los manuscri- ventajas para el futuro historiador de la
tos cänada, etc.), y lo mismo sucede con la puntuación y de la acentuación, pero es
/.• el-la, cuchiel-lo (en algunos manuscritos desproporcionado sacrificar en provecho
también fab-lar\, la conjunción y se escri- de ese futuro señor la misión de fijar la
be unas veces et, otras e, otras y, i; pero articulación sintáctica del texto editado, es
como esto es raro y casi siempre se escribe decir, el sentido». Sin embargo, parece que
con abreviatura x, lo mejor es conservar no todos los especialistas son del parecer
este signo para no exponerse a darle una de Amado Alonso. Por ejemplo, Menéndez
interpretación equivocada. [No obstante, Pidal (en Morato, 1933: 76) decía respec-
→ 10.5.34.] En los textos del siglo xiv la to de la acentuación de textos antiguos:
principal dificultad es la trascripción de «[...] tratándose del lenguaje de la Edad
16.13.1. ESCRITURA DE LAS FIRMAS 467

Media, lo más seguro es omitirla, como le, 1977: 17-18; para la manera de afrontar
no se encargue de anotarla una persona la edición crítica de obras medievales pue-
muy conocedora de la Prosodia antigua. Es de verse un buen trabajo en Jean Roudil,
muy común acentuar vió, cuando antes se 1978; finalmente, para todos los aspectos
pronunciaba vio, y prisó o tanxó, que son tratados hasta aquí en relación con los
tan disparatados como si hoy se escribiera tipos de edición, véase Jauralde Pou, 1981:
dijó, vino o quisó. El lenguaje del siglo 60 ss., esp. 171 ss.
xvi en adelante, por ser ya casi igual en su
acentuación al moderno, debe acentuarse 16.13. Las firmas. Las firmas están
según las reglas usuales». Quien firmaba constituidas por un prenombre y uno o más
T. N. T. (sin duda Tomás Navarro Tomás) apellidos de una persona, título nobiliario
(rfe , i (1914), 193) dice que es lamentable o entidad que figura al pie o al comienzo de
«que tratándose de una edición escogida un escrito o documento.
y de un texto tan interesante como este,
no haya sido respetada la ortografía del 16.13.1. Escritura de las firmas. 1. Las
original, “habiéndose sustituido unas letras firmas de prólogos, introducciones, dedica-
por otras en determinadas palabras para torias, lemas y citas de cartas, documentos,
ajustarlas al uso corriente, donde la letra poesías, etcétera, suelen componerse de ver-
antigua podía sugerir al sentido del lector salitas en los apellidos (iniciales mayúsculas)
de hoy algún sonido distinto del familiar”. y con minúsculas (iniciales mayúsculas) en
Por esta inclinación, general entre nuestros los prenombres. En algunos casos, como
editores, a facilitar la lectura se ha prescin- las firmas de documentos (por ejemplo, las
dido en este caso del valor antiguo de toda cartas), se prefiere la cursiva (iniciales ma-
b, v, ç, z, y han sido retocadas formas como yúsculas).
catredatico y añidio, impresas catedrático y 2. Las firmas de informaciones o co-
añadió [...]; con ello el texto acaso ha per- laboraciones en publicaciones periódicas
dido ciertamente en interés por lo que toca adoptan grafías diversas, desde las mayús-
a este aspecto particular de su valor históri- culas hasta las negritas minúsculas (con
co». Por el contrario, A. G. Solalinde (rfe , sus mayúsculas), pasando por la versalita
i (1914), 345) era del mismo parecer que (todas, o con iniciales mayúsculas). Lo
Amado Alonso: «En cuanto a la puntua- importante es que la firma se distinga neta-
ción, no vemos las ventajas que pueda traer mente del resto del texto, ya por su grafía,
el conservar la insuficiente y casi siempre ya por su posición.
mala de los mismos textos [antiguos]. 3. Si la firma va seguida del título o
Trascribir es interpretar, y por tanto es ne- cargo del interesado, este texto se compo-
cesario desechar todo aquello que no tenga ne de cuerpo menor que el de la firma, en
un valor inmediato o no añada claridad». letra de igual clase que la del texto y
De este mismo parecer era Menéndez Pidal en línea aparte:
(en Morato, 1933: 76): «La puntuación, Manuel Seco
como es una interpretación necesaria para De la Real Academia Española
ayudar a la lectura fácil y corriente, debe
de introducirse en los textos que no la ten- También puede disponerse así:
gan, y reformarse la de los que la tengan,
pues sabido es cuán deficiente y mala solía Manuel Seco
ser la antigua. Solo en los pasajes difíciles De la Real Academia Española
debe de indicarse por nota la puntuación
original que se ha corregido». Por lo que O de esta forma:
respecta a la acentuación de textos medie-
vales, en los que no se utilizaban tildes con Manuel Seco
valor prosódico o diacrítico, véase Morrea- De la Real Academia Española
468 16.13.2. COLOCACIÓN DE LA FIRMA

Si no se quiere cambiar de cuerpo, el título más larga). Si al nombre del autor le sigue
o cargo va de cursiva. el título de la poesía (por ejemplo, en una
4. En los prólogos e introducciones fir- cita parcial), debe procurarse que nombre
mados, la data (lugar y fecha de redacción) más título no rebasen la longitud del verso
que suele acompañar a la firma se sitúa más largo, para lo cual se pueden partir
marginada a la izquierda y se compone con (→ 16.22.1.2-7):
clase de letra distinta de la utilizada en el
texto: de cursiva si este va de redondo, o de El bosque se prende en fuego,
redondo si este va de cursiva: y su resplandor rojizo da pavor.

José Martínez de Sousa Gregorio Romero


y Larrañaga :
Barcelona, 2008 La noche de tempestad

5. Las firmas de citas directas situadas Cuando en la misma página aparezcan


dentro del texto se encierran normalmente varias poesías de autores distintos, no es
entre paréntesis. Puede optarse por cerrar buena solución dar a todas y cada una
con punto la cita (si le corresponde) y a de las firmas una colocación igual, por
continuación situar la firma con punto cuanto las poesías pueden ser de longitud
dentro del segundo paréntesis, o bien no distinta, lo que haría que algunas firmas
cerrar la cita con punto y colocar este de- aparecieran desplazadas. Lo mejor, en estos
trás del paréntesis de cierre: casos, es hacer coincidir el final de cada fir-
ma con el final del respectivo verso más lar-
«Primero honra sin marina, que marina sin go (siempre con un cuadratín pospuesto).
honra.» (Casto Méndez Núñez.) 3. En informaciones de prensa (noticias),
«Primero honra sin marina, que marina sin las firmas suelen preceder al inicio de estas
honra» (Casto Méndez Núñez). si se trata de un corresponsal o enviado
especial, y entonces pueden componerse en
Esta segunda grafía parece preferible, pues línea aparte, encabezando la información. Si
con un solo punto se cierra la totalidad ci- se trata de artículos de colaboración, puede
ta/firma (v. Polo, 1974: 380). En estos casos situarse inmediatamente después del título,
no se usa versalita, sino la letra del texto. normalmente centrada debajo de él, o bien
al final del trabajo, en línea aparte. Si se
16.13.2. Colocación de la firma. 1. En trata de noticias de agencia, el nombre de
prólogos, introducciones o textos simila- esta, o su sigla, suelen situarse al final del
res (documentos, cartas, etcétera, traídos texto, del que se separan con punto y cua-
como cita y situados en párrafo aparte), la dratín o (poco utilizado modernamente)
firma se sitúa normalmente en línea inde- punto y raya; en este último caso, la raya
pendiente, separada del texto por una línea que no cabe al final de la línea se elimina,
de blanco. Se margina a la derecha, sin no se traslada al principio de la siguiente:
punto final, seguida de un blanco equiva-
lente al de la sangría del texto, o bien con ... declaró a su llegada. Europa Press.
un blanco fijo de un cuadratín. ... declaró a su llegada.—Europa Press.
2. En las poesías, en las que se sitúan
asimismo en línea aparte, las firmas deben 4. En los epígrafes de figuras y cuadros
marginarse a la derecha, de manera que suele ser normal mencionar el autor del
coincidan el final de la firma y el del verso cual se toma o en que se basa la informa-
más largo, pero la firma llevará un espacio ción proporcionada. En este caso se escribe
de cuadratín pospuesto (es decir, que no con letra redonda, entre paréntesis y prece-
alcanzará exactamente el final de la línea dida de punto:
16.14.4. CABEZAS DE LOS CUADROS 469

... de la hipófisis. (De Kester, 1956: 278) dos (recuadro), o por tres, dejando abierto
el pie.
No lleva punto final (→ 16.21-3). 4. Son simples los cuadros con cabece-
ras uniformes y casillas de la misma altura,
16.14. Los cuadros. 1. Los cuadros son sin subdivisiones.
clasificaciones de datos o materias dispues- 5. Son complejos los que tienen cabe-
tos en grupos separados y relacionados ceras con divisiones y alguna de sus casillas
entre sí, generalmente divididos por filetes, dividida o no.
líneas de blanco o corondeles y con cierre 6. Son múltiples los que ocupan varias
o sin él. páginas sucesivas.
2. Los títulos se sitúan a la cabeza
(a diferencia de los pies o epígrafes de 16.14.3. Uso de filetes en los cuadros.
grabados, que van al pie) y generalmente 1. Los cuadros pueden ir totalmente recua-
están formados por antetítulo (la palabra drados (recuadro) o bien con un filete a la
cuadro y su número), normalmente com- cabeza, por debajo del título, y otro al pie.
puesto en versalitas, y título (normalmente Este es el modelo más corriente. Normal-
en negritas). mente, el filete con que se recuadra un texto
3. En las columnas, el texto se compone es igual o superior, en anchura, a los que se
generalmente a párrafo francés, y la línea emplean en el interior. Dentro del cuadro
primera de cada grupo de texto habrá de ir se procura que los filetes tengan distinto gro-
a la misma altura que las demás, dejando sor en función de su importancia relativa.
el resto en blanco si no hubiese texto; en 2. En los cuadros abiertos por los lados
todos los casos, el grupo con más líneas (esto es, cerrados solo arriba y abajo) se
manda sobre los demás. recordará:

16.14.1. División de los cuadros. Los a) que siempre deben ir cerrados, por
cuadros se dividen en dos partes principa- lo cual será incorrecto dejarlos con
les: cabeza (o nominilla, cabecera, encabeza- el filete de cabeza pero sin el de pie;
miento) y cuerpo (o pie), división que se b) que si el cuadro ocupa más de una
señala generalmente por un filete fino. La página, solo se cerrará al final de la
cabeza está constituida por las casillas, y el última sección de cuadro, pero no
resto es el cuerpo o pie. en los cuadros parciales: el filete de
cabeza se pondrá siempre, puesto
16.14.2. Clases de cuadros. Pueden ser: que esta se repetirá en cada una de
sin filetes, abiertos, cerrados, simples, com- las páginas que ocupe el cuadro.
plejos, dobles o múltiples.
1. Cuadros sin filetes son los que no lle- 16.14.4. Cabezas de los cuadros. 1.
van este tipo de material gráfico; en ellos la Las cabezas de un cuadro (casillas) deben
cabecera se separa del cuerpo por una línea ser todas iguales en cuanto a tipo, cuerpo
de blanco. En estos casos el texto de la ca- y disposición. Se componen con cursiva o
becera suele componerse preferentemente bien de redondo y con un cuerpo dos pun-
de cursiva, aunque, como en los restantes tos menor que el del texto de las columnas
tipos de cuadros, puede ir de redondo, pero (cuerpo del cuadro). Cuando una casilla
entonces de tipo menor que el empleado resulte demasiado pequeña, puede usarse
para el cuerpo del cuadro. excepcionalmente un tipo más estrecho.
2. Son abiertos cuando las columnas o 2. Antiguamente, en la tipografía espa-
casillas van separadas con blanco y no lle- ñola las casillas de los cuadros, si tenían
van filetes verticales ni cierres laterales. distinto número de líneas, se centraban en
3. Son cerrados cuando llevan filetes altura. Actualmente pueden disponerse a
verticales y van cerrados por los cuatro la- la alemana (alineadas por arriba, es decir,
470 16.14.5. ENCABEZAMIENTOS DE TRAVÉS

por la primera de las líneas) o a la inglesa cuadro absurdamente alargado o ensan-


(alineadas por abajo). No obstante, las chado. Cuando ocupen toda la página, se
indicaciones de unidades (pesetas, metros, disponen de forma que quepa el folio; si no
gramos, etcétera) se componen a la misma fuera posible, se suprime este. Cuando, por
altura (en la base de las casillas) y de re- ser el cuadro muy grande, no cabe en una
dondo en todos los casos. página, se pasa el resto a la siguiente, repi-
3. Actualmente no se emplean llaves tiendo la cabeza con su filete; en todo caso,
dentro de los cuadros, sino solo filetes debe procurarse que la parte trasladada sea
cuando sea necesario. Por ejemplo, en las mayor que su encabezamiento.
casillas divididas a su vez en casillas meno- 3. Si este tipo de cuadros llevasen can-
res, se puede colocar un filete fino. tidades para sumar, al pasarlos de una
4. Los datos que forman parte del cuer- página a otra se pone una línea de suma
po del cuadro se alinean en función de los y sigue y se efectúa la suma. En la página
de la primera columna, y los de las restan- siguiente se repite esta suma, con la línea
tes columnas se alinean por la cabeza. suma anterior, y al final se pone suma total
o simplemente total.
16.14.5. Encabezamientos de través. 4. Encima de un cuadro puede ir un
Son los que, por no caber horizontalmente, mínimo de cinco líneas de texto, o tres en
se ponen en forma vertical, o sea, de través. casos muy apurados, pero si aun así no
Cuando hacen más de una línea, se com- cabe, lo mejor es suprimir todas las líneas
ponen según el sistema de párrafo francés. y alargar un poco el cuadro para que ocupe
Se colocan de forma que se lean de abajo todo el espacio de la página.
arriba. Si llevan puntos conductores, estos 5. En toda obra que lleve cuadros se
se eliminan. debe procurar que haya uniformidad total
en lo concerniente a tipos, cuerpos, filetes,
16.14.6. Colocación de los cuadros. 1. cabeceras, blancos, títulos, etcétera.
Los cuadros se consideran elementos ilus- 6. Un cuadro nunca debe colocarse des-
trativos de un texto, a la manera de las ilus- pués del final del capítulo o trabajo de que
traciones. Si en la página hay un solo cua- se trate.
dro, se coloca a la cabeza; si es más estrecho
que la medida de la caja de composición, se 16.14.6.1. Cuadros de través . Son
margina a la derecha en las páginas impares los que, por demasiado extensos, se com-
y a la izquierda en las pares. Si además hay ponen de través, o sea, con la cabecera en
una ilustración u otro cuadro en la misma el margen de corte (en la página par) o
página, uno se coloca a la cabeza y otro al en el de lomo (en la página impar), y el
pie. Si uno de los dos, o los dos, son más pie en el contrario. En principio, si es posi-
estrechos que la caja de composición, el pri- ble, debe tener las mismas dimensiones que
mero se coloca a la derecha en las páginas las restantes páginas, para lo cual se puede
impares y a la izquierda en las pares, y el recurrir a alargarlo o acortarlo cuando esto
segundo se coloca en la posición contraria. se haga necesario y sea posible. Sin embar-
En cualquier caso, tanto el cuadro como el go, alguna vez puede ser más largo que la
grabado deben colocarse de forma que no altura de la caja de composición, caso en el
interrumpan la lectura ni haya que saltar, al cual se puede acomodar suprimiendo el fo-
leer, de una línea antes del cuadro o grabado lio y centrándolo en altura si es necesario.
a otra después de ellos.
2. Un cuadro no tiene que ocupar for- 16.14.6.2. Cuadros tendidos . Son
zosamente la totalidad de la medida de la los que, por demasiado extensos, ocupan
página; cuando sus componentes permitan dos páginas, bien en posición ordinaria (la
confeccionarlo a medida menor, es prefe- cabecera arriba, al folio), bien de través
rible hacerlo así, antes que presentar un (la cabecera al margen de corte de la página
16.17.1.1.1. SIGNOS DE LLAMADA 471

par). En estos casos ocupará parte del me- Consejo Económico y


dianil que separa ambas páginas, dejando Social de la onu
políticos
solo el espacio para el cosido del libro. En Asamblea Parlamenta-

internacionales
el caso de que la cabeza vaya al folio, el ria Europea

Organismos
filete de cierre de cabeza y pie, así como
Organización de las Na-
los horizontales de las casillas, ocuparán ciones Unidas
parte del medianil, con el fin de que la con- sociales
Organización Interna-
tinuidad de la cabecera no se interrumpa cional del Trabajo
al dividir el cuadro entre las dos páginas.
En cuanto a las columnas, la última de la
página par y la primera de la impar (esto Las llaves deben abrazar la totalidad de las
es, las más próximas al medianil) dejarán líneas, pero no deben sobrepasarlas.
en blanco un cicero o cicero y medio a su 4. En caso necesario, algún concepto
derecha e izquierda respectivamente, y ade- puede ir en posición vertical, sobre todo
más irán cerradas, tanto una como otra, cuando se trate de ganar espacio.
con el filete que les corresponda. Esto se
tendrá en cuenta con respecto a las casillas 16.16. Los esquemas. Los esquemas
subordinadas, cuyos filetes se alargarán son representaciones de los elementos más
como se hace con los de cabeza y pie, a fin esenciales de un fenómeno. Normalmen-
de que también den sensación de continui- te consisten en gráficos obtenidos por
dad. cualquier procedimiento (por ejemplo, el
dibujo o la infografía). Pertenecen a la
16.15. Los cuadros sinópticos. Son los familia de los cuadros, aunque en la grafía
que presentan un todo descompuesto en pueden variar, ya que si los cuadros deben
sus partes. Generalmente se desarrollan componerse con el mismo estilo con que
a partir de un concepto, dividiéndose y se compone el texto, los esquemas pueden
subdividiéndose hasta abarcar todas las emplear otros, como los palosecos.
partes. Estas partes se abrazan con llaves,
que pueden encerrar una o más divisiones 16.17. Las notas. Las notas son acla-
o porciones de un concepto. raciones conceptuales relacionadas con un
En la composición de esta clase de tra- determinado punto del texto.
bajos deben tenerse en cuenta las siguientes
normas: 16.17.1. Elementos de las notas. Las
1. En todos los casos, el núcleo de la notas constan de los siguientes elementos:
llave se dirige hacia la parte donde haya llamada, notación y texto.
menos conceptos. Si el cuadro sinóptico
consta solamente de dos partes con el 16.17.1.1. La llamada . La llamada de
mismo número de líneas, la llave lleva el nota está formada por un signo que se aña-
núcleo dirigido hacia el concepto más sim- de al texto en el punto adecuado y que le
ple, abrazando las partes en que este se indica al lector que aquella palabra, frase,
divide. oración, período o párrafo dispone de una
2. La parte que conste de menos lí- aclaración cuyos datos se hallan en algún
neas se justifica al centro de la que tenga punto del libro.
más.
3. La llave debe abrazar la totalidad del 16.17.1.1.1. Signos de llamada. 1. Las
grupo, aunque solo haya dos partes con más llamadas pueden hacerse con los siguientes
de una línea cada una (→ 16.5.11.3-1). Las signos:
líneas que doblen se componen a párrafo
francés, sangrándolas con medio cuadratín. 1) letras o cifras voladitas sueltas o aste-
Ejemplo: riscos: amigoa, amigo2, amigo*;
472 16.17.1.1.1. SIGNOS DE LLAMADA

2) letras o cifras voladitas o asteriscos debe utilizarse la cifra voladita sin parénte-
entre paréntesis voladitos: amigo(a), sis (ap. 1). Las demás presentan problemas
amigo(2), amigo(*); enojosos que no es necesario afrontar,
3) letras o cifras voladitas o asteriscos puesto que no ofrecen ninguna ventaja. Las
entre paréntesis normales: amigo (*), llamadas con letras voladitas, con parénte-
amigo (2), amigo (*); sis o sin ellos, solo son útiles en los cuadros
4) letras o cifras voladitas o asteriscos (aunque en ellos también se pueden utilizar
con paréntesis de cierre voladito: las llamadas con cifras voladitas) y en
amigoa), amigo2), amigo*); las fórmulas. Las llamadas con asteriscos,
5) letras o cifras voladitas o asteris- con paréntesis o sin ellos, son engorrosas
cos con paréntesis de cierre normal: en todos los casos (más si llevan parénte-
amigo*), amigo2), amigo*); sis), por lo que no deben utilizarse. Las
6) letras minúsculas o cifras entre pa- letras minúsculas cursivas entre paréntesis
réntesis normal: amigo (a), amigo (ap. 6) o mayúsculas (ap. 7) son engorrosas
(1); y presentan problemas en lo relativo a la
7) letras mayúsculas entre paréntesis puntuación. Las cifras voladitas entre pa-
normal: amigo (A). réntesis voladitos o normales son también
engorrosas, razón por la cual llegamos a la
2. Obsérvese: conclusión de que las llamadas con cifras
voladitas sin paréntesis de ningún tipo
1) todas las llamadas voladitas con pa- (ap. 1) son las que presentan las mayores
réntesis de cierre o sin él (1, 2, 5) se ventajas; además, pasan inadvertidas si
escriben pegadas a la palabra (o a los uno no necesita verlas y se hallan con cierta
signos a que afecten, salvo si son de facilidad cuando se buscan.
puntuación), sin espacio alguno; 4. Cuando la llamada afecte a una cifra
2) las llamadas con paréntesis doble no seguida de puntuación, puede sepa-
normal (3, 6, 7) se escriben separadas rarse ligeramente de esa cifra en caso de
de la palabra; necesidad: ‘1873’, si con ello se evita una
3) debe prescindirse de todas las grafías confusión o ambigüedad. No es necesario
que comporten el uso de paréntesis hacerlo así cuando afecte a una palabra:
(2-7), en especial cuando solo se trate ‘amigo3’.
del paréntesis de cierre (4 y 5); 5. Por lo que respecta a la situación de
4) la puntuación debe colocarse antes las llamadas en relación con los signos
de la llamada, excepto en los apar- de puntuación del texto, hay dos proce-
tados 3, 6 y 7 (pero v. 16.17.1.1.1-6; dimientos (ap. 1): el inglés, consistente en
16.17.1.1.1-5); colocar la llamada después de los signos
5) en los casos en que se emplean letras de puntuación, y el francés, consistente en
y paréntesis (2-6), sean los dos o solo colocar la llamada antes de los signos de
el de cierre, la letra, si es minúscula, puntuación. Aquí se recomienda el sistema
va de cursiva, pero no así los parén- inglés, de aplicación más lógica, ya que
tesis, que se escribirán siempre de las llamadas de nota son extratextuales y
redondo; por ello deben ir fuera del texto. Así pues,
6) las letras mayúsculas (ap. 7) van la puntuación que corresponda a la pala-
siempre de redondo; bra junto a la cual se coloca la llamada
7) las llamadas realizadas con cifras se se escribe antes de esa llamada (excepto en
escriben siempre de redondo normal, los apartados 3, 6 y 7; pero → 16.17.1.1.1-
aunque afecten a una palabra en cur- 6). Por esta razón se escriben de redondo
siva o negrita (→ 14.1.9.1.1-3). normal aunque afecten a una palabra en
cursiva o negrita; → 16.17.1.1.1-2 (ap. 7).
3. De estas grafías, en la actualidad solo La entonación señalada por la puntuación
16.17.3. COLOCACIÓN DE LAS NOTAS 473

debe hacerse antes de leer la llamada, por- grafías, la de la llamada y la de la notación,


que no puede incluirse esta en la entonación coincidan en su forma.
de la palabra, la frase, la oración o el perío-
do. Es frecuente ver la colocación de la 16.17.1.2. Métodos de numeración
puntuación después de la llamada (sistema de las notas . 1. Si se numeran con cifras
francés), pero no se entiende la razón para voladitas, la numeración debe ser correla-
actuar así. tiva a lo largo del capítulo, la parte o el li-
6. Si se opta por otro procedimiento bro. Por razones prácticas, el mejor sistema
para la numeración de las llamadas, es nece- es numerarlas por capítulos. En efecto, si
sario tener en cuenta que cuando esa llamada hubiera necesidad de introducir correccio-
se escribe con paréntesis normales (aparta- nes en la numeración, estas resultan más
dos 3, 6 y 7 del párrafo 16.17.1.1.1-1), fáciles si las notas están numeradas por
es aconsejable no comprenderlas en la capítulos que si es por secciones, partes o
puntuación (aunque esto sea lo que se ha por el libro como un todo.
hecho y se hace con mucha frecuencia), 2. Si la numeración es con asteriscos,
sino colocarlas después de ella y separa- debe tenerse en cuenta que en una misma
das por el espacio normal de la línea (la página no debe haber más de tres llamadas.
llamada sigue siendo extratextual); por Si se diera el caso de que se acumulasen
ejemplo, cuatro o más, ello aconsejaría cambiar el
método de numeración.
... administración de la provincia en los últi- 3. Debido a los problemas que plan-
mos años. (1) tean, tampoco son aconsejables las llama-
das que emplean letras, sean minúsculas o
es mucho mejor grafía que esta: mayúsculas, ni las que emplean paréntesis.

... administración de la provincia en los últi- 16.17.2. Composición de las notas. Las
mos años (1). notas se componen con la misma familia de
letra que el texto general, pero con un ojo/
Como se puede observar, en el segundo ca- cuerpo dos puntos más pequeño. Por ejem-
so la lectura de la nota debe incluirse en la plo, si el texto se compone en 10/11, las
entonación general del período, lo cual es notas deben componerse en 8/9. Si el cuer-
impropio y se evita con la puntuación del po general del texto es pequeño (por ejem-
primer ejemplo. Aunque puede grafiarse plo, 8/9), las notas pueden componerse un
como indica el segundo ejemplo, es más punto más pequeño, pero sin interlínea (en
propio grafiarlo como indica el primero, este caso, 7/7).
por cuanto, al ser las notas extratextuales,
con el primer ejemplo se mantiene esta 16.17.3. Colocación de las notas. 1.
condición, la cual, como se ve, no se da en Las notas se colocan a pie de página. No
el segundo. son pocos los editores que, en su propio
beneficio, pero no en el del lector, colo-
16.17.1.1.2. Signos de notación. La no- can las notas a final de capítulo, sección,
tación es la representación de la llamada parte o incluso del libro. Esto facilita la
de la nota, colocada al pie de la página compaginación, pero es un estorbo para
para introducir el texto de la nota. Aun- la lectura. Véase lo que dice Alfred Sauvy
que la grafía de la notación no tiene por en Los mitos de nuestro tiempo (Barcelona:
qué coincidir necesariamente con la de la Labor, 1969): «Las notas a pie de página,
llamada (por ejemplo, la notación se puede de fácil lectura, se ponen ahora a final del
componer en cifras ordinarias pese a que libro o del artículo, lo cual es más cómodo
la nota se haya señalado con cifras voladi- para el redactor y el impresor, pero no para
tas), lo normal y aconsejable es que ambas el lector».
474 16.17.3. COLOCACIÓN DE LAS NOTAS

2. Las notas se separan del texto por 1 Morato, 23-26. 1 ídem, 78. 3 Oyenarte, 45.
una línea de blanco del cuerpo del tex- 4 ídem, 26.
to, ya que la diferencia de tamaño del texto
general y el de la nota es suficiente para 4.3. Finalmente, aunque es poco usado,
distinguirlos. también se pueden colocar todas las notas,
3. Antiguamente se colocaba también sean cortas o largas, una a continuación
un filete, llamado filete de nota, de unos de la otra. Sin embargo, su desuso indica
cinco cíceros (23 mm) y marginado a la por sí cuán poco adecuados son estos tres
izquierda, entre el texto general y el de sistemas en la colocación de notas.
la nota. Tal filete se ha suprimido, y solo 5. Cuando una nota, por su extensión,
se usa cuando parte de una nota larga se no cabe en una página, debe pasarse el res-
pasa a la página siguiente, para indicar to a la siguiente, teniendo en cuenta que si
que el texto sobre el que se coloca es un en esta hay notas, el resto de la anterior se
resto de nota. Con más razón se ha elimi- coloca en primer lugar (después del texto
nado también el filete a toda la medida de general), nunca detrás de aquellas.
composición, innecesario, salvo que el gra- 6. Cuando la nota es muy larga, de
fista lo utilice por razones de estética (por modo que abarca varias páginas, se va
ejemplo, en un texto a dos columnas, para pasando de una página a la siguiente hasta
separar este del de las notas). En ambos ca- que quede colocada en su integridad, pero
sos hay elementos gráficos suficientes para de tal manera que en una página debe ha-
distinguir el texto general del de las notas; ber al menos cuatro o cinco líneas del texto
por ejemplo, además del distinto cuerpo general. Si en estas líneas hay otras llama-
de ambos textos, el hecho de que las notas das, el texto de las notas correspondientes
comienzan con la notación, y para cuando se coloca una vez agotado el texto de la
esta no está a la vista porque se trata de un nota anterior.
resto de nota, el filete de nota. Por lo tanto, 7. Si la nota larga es la última del capí-
el filete a toda la medida es también inútil. tulo y rebasa el tamaño de este, el resto se
4. Las notas se colocan por lo general coloca en la página siguiente, a la cabeza, y
una debajo de otra sin separación alguna si, una vez llena la página, queda parte de
entre ellas. Sin embargo, en caso de nece- la nota, se sigue colocando en las páginas
sidad, aunque no son muy corrientes, pue- siguientes hasta agotarla, como si se tratara
de recurrirse a los siguientes métodos: de texto general.
4.1. Poner dos o más notas o citas segui- 8. Cuando la última página del capítulo
das, siempre que respondan exactamente al es corta y tiene una o más notas, estas han
mismo concepto: de colocarse al pie, no inmediatamente
después de finalizar el texto general del
1,2,3,4 Morato: Guía, pp. 23-26. capítulo. En estos casos debería recordarse
que las notas son «de pie de página».
(En este caso también se puede poner un 9. A veces, por diversas causas, es ne-
solo número como llamada, repetido tantas cesario añadir o suprimir una o más notas
veces como responda al mismo concepto; al texto cuando ya está compuesto y resulta
en el caso del ejemplo anterior, habríamos antieconómico recorrer la numeración de
repetido el número 1 cuatro veces seguidas, las notas. Entonces, si el problema consiste
y al pie de la página habríamos puesto en añadir notas, se obvia la dificultad con
solamente: ‘1 Morato, Guía, pp. 23-26’. letras añadidas a la numeración de la nota
En ambos casos, se puede prescindir de la anterior. Por ejemplo, entre las notas 4 y 5
abreviatura pp.: ‘1 Morato, Guía, 23-26’.) queremos introducir dos notas más; estas
4.2. Cuando se trate de notas cortas, se numerarán así: 4a y 4b (que van después
pueden ponerse seguidas en la misma lí- de la nota 4). Si el problema consiste en eli-
nea: minar una o más notas, se resuelve uniendo
16.19. LAS CONTRANOTAS 475

con guión la numeración de la nota an- 16.17.6. Notas entre texto. A veces se
terior y la que se elimina. Por ejemplo, si coloca una nota entre párrafos, sin que
hemos de eliminar la nota 56, la nota 55 se obedezca a llamada alguna, e incluso se
trasforma en 55-56. pone la palabra Nota o el sintagma Nota
bene (en negritas o versalitas). En estos ca-
16.17.4. Notas del autor, el traductor sos es correcta la posición de esta nota allí
y el editor. En las traducciones en las que donde caiga, lo mismo que si se tratara de
intervengan el traductor y el editor con advertencia, aclaración, etcétera, que hacen
notas aclaratorias propias, las del autor el mismo oficio. El texto de estas notas se
no llevarán indicación alguna, pero tanto compone de tipo menor que el del emplea-
las del traductor como las del editor deben do en el texto, al menos dos puntos, y se
llevar una indicación que las identifique. coloca entre líneas de blanco, una arriba y
En el primer caso, la abreviatura (N. del T.) otra abajo.
‘nota del traductor’, y en el segundo,
(N. del E.) ‘nota del editor’. De esta manera 16.17.7. Notas en páginas a dos o más
pueden mantenerse dentro de una sola uni- columnas. Pueden ponerse por columnas
dad, sin tener que establecer numeraciones (esto es, al pie de cada columna las que
diversas según el redactor de la nota, y al correspondan a cada una de ellas) o bien
propio tiempo se evita colocar la abreviatu- distribuirlas al pie de la página tomando
ra (N. del A.) ‘nota del autor’, que resulta como medida de composición el ancho de
innecesaria. En otros casos, en obras que la plana. En el primer caso, si una columna
consisten en la recopilación de escritos de lleva una nota larga que no cabe entera a
otro u otros autores, las notas que el reco- su pie, se divide en dos partes y se pasan
pilador añada a los textos habrán de llevar a la segunda columna las líneas necesarias
una indicación, que generalmente consiste para, con las notas de esta, formar dos
en poner sus iniciales al final de la nota, partes iguales.
entre paréntesis y de redondo.
16.18. Notas marginales. También lla-
16.17.5. Notas en cuadros y fórmulas. madas ladillos, son notas que se colocan
Las notas de cuadros y fórmulas se colo- al margen en obras históricas o didácticas.
can debajo de ellos, no al pie de la página. Se componen en el mismo cuerpo que las
Las llamadas en cuadros se señalan con notas de pie de página y se colocan a la al-
letras voladitas (no con cifras), no solo tura del párrafo a que correspondan, salvo
para distinguirlas de las demás notas de la si el párrafo comienza a final de página;
obra, sino porque las cifras podrían llevar entonces se coloca de forma que la última
a confusión; en fórmulas se indican con línea del ladillo corresponda con la últi-
asteriscos (→ 16.23.1.2.4). Estas notas de ma línea de texto, aunque la cabeza de aquel
cuadros y fórmulas deben establecer una comience antes que el párrafo. En las pági-
diferencia con las notas del texto general; nas pares el ladillo se coloca en el margen
por ejemplo, componiéndolas con ojo/ izquierdo, mientras que en las impares se
cuerpo un punto más pequeñas que estas, coloca en el margen derecho (salvo que los
o bien suprimiendo la interlínea si aquellas márgenes queden siempre al mismo lado).
la llevan. Es decir, que si las notas al texto
se componen 8/9, las de cuadros y fórmu- 16.19. Las contranotas. También lla-
las pueden ser del 7/8 o bien del 8/8. Las madas nota de nota o subnota, son notas
llamadas de notas en cuadros que en obras secundarias, o sea, las que se ponen a una
extranjeras se indican con signos conven- nota principal. En principio, las contrano-
cionales, como cruces, párrafos, plecas tas deben evitarse. Su texto puede incor-
dobles, etcétera, en español se sustituyen porarse, siempre que sea posible, al texto
por letras cursivas voladitas. general de la nota. Solo en el caso de que
476 16.20. LAS CITAS BIBLIOGRÁFICAS

esto no pueda hacerse, se tendrán en cuenta autor (sin inversión apellidos-prenombre),


las siguientes reglas. título de la obra, año de publicación y
1. Para distinguirlas de las notas, su página o páginas, todo ello generalmente
llamada se señala de modo distinto, ge- entre paréntesis si aparecía en el texto y sin
neralmente con asteriscos o con letras ellos si aparecía a pie de página en forma
cursivas si las notas van con cifras. Si estas de nota. Esto obligaba a la utilización de
van compuestas con interlineado (6/7, 7/8, ciertas palabras o sintagmas para evitar
etcétera), la contranota se compone al ta- las repeticiones constantes de tales datos
maño del ojo (6/6, 7/7, etcétera) o inferior. cuando se mencionaba el mismo autor y
2. Se colocan al final de las notas de la la misma obra (ídem [id.], o ídem, ibídem
misma página en que se halle su llamada. [id., ibíd.]), forma innecesaria, puesto que
3. Si la nota a que corresponde es muy con ídem, que se refiere al ‘mismo autor’,
larga y se reparte entre varias páginas, la ya queda englobada la ‘misma obra’ (ibí-
contranota, si es pequeña, se incluye en dem), si no se menciona una distinta. Tam-
la nota en el lugar en que se encuentre su bién se recurría a expresiones como obra
llamada (suprimiendo esta), entre paréntesis citada (o. cit.) (a veces en latín, opere citato
o corchetes (según que sea del autor o del [op. cit.]), artículo citado (art. cit.), edición
traductor, respectivamente); si la contranota citada (ed. cit.), loco citato (l. cit.). Después
es muy extensa, se suprime la llamada, así de estas precisiones se hacían constar los
como la notación, y se añade al final de la demás datos cuando eran distintos (por
nota como un párrafo más de esta. ejemplo, las páginas). El sistema era de lo
más engorroso y además incómodo, pues
16.20. Las citas bibliográficas. 1. Las cuando un autor se refería a ‘obra citada’, a
citas bibliográficas, también llamadas re- veces tal cita había desaparecido de la vista
ferencias bibliográficas o notas bibliográ- del lector porque se hallaba cinco o diez
ficas, son remisiones de un autor a docu- páginas más atrás.
mentos mediante la especificación de sus 2. A causa de esta incomodidad, se
características editoriales. No deben con- creó un sistema distinto, llamado sistema
fundirse con las notas, que encierran con- Harvard o de autor-año (algunos textos
tenido conceptual, ni con las citas, que son hablan de autor-fecha, pero no se trata
textos que un autor toma de otro o de una de una fecha, sino de un año: el de edi-
fuente, mientras que las citas bibliográficas ción de la obra a que se refiere). Este sis-
o referencias bibliográficas solo son datos tema de cita bibliográfica utiliza general-
bibliográficos. mente solo tres datos, que normalmente
2. Las citas bibliográficas clásicas se aparecen entre paréntesis después de la
componen con la misma familia y el mismo mención del texto donde nos interesa colo-
ojo/cuerpo que las notas (→ 14.1.6.2.1-6) car la cita bibliográfica (con la puntuación
y, como ellas, se colocan generalmente a que se emplea en este ejemplo): autor, año:
pie de página. Su numeración es correlativa página o páginas. Por ejemplo, ‘Carnicer,
con la de las notas que haya en la misma 1969: 45-51’. Si en el texto se menciona el
obra. En los demás sistemas no se colocan nombre del autor, la cita se coloca después
a pie de página, sino que se reparten, colo- de él, pero sin repetir el nombre: ‘Lo dice
cando unos datos en el texto y otros en la Carnicer (1969: 45-51)’. En la bibliografía
bibliografía. aparecería la obra de Carnicer mencionada
en la cita, con todos los datos bibliográ-
16.20.1. Métodos de citas bibliográfi- ficos para saber dónde se ha editado, por
cas. 1. Tradicionalmente, y aún en algunos quién y cómo se titula (→ 16.27.1.1.2).
casos, las citas bibliográficas se han dado, Así pues, con este sistema se ha suprimido
sea en el texto o a pie de página, con algu- la mención de los datos bibliográficos en
nos datos de las bibliografías: nombre del el texto (puesto que solo se mencionan el
16.22.1.1. FORMA DE LOS PÁRRAFOS 477

nombre del autor, el año de publicación y pie no puede ser mayor que la de la misma
las páginas), las repeticiones de que la obra figura a la que acompaña y explica. Si fuera
se ha citado ya y, sobre todo, su mención a así, el texto debería colocarse al pie.
pie de página. Si el autor ha publicado más 3. El texto del epígrafe puede disponer-
de una obra en el mismo año, se añaden se en bloque, en párrafo español, en párra-
letras cursivas: ‘1969a, 1969b’. Estas bi- fo alemán o en bandera por la derecha. En
bliografías se encabezan con el nombre del ningún caso debe llevar punto final. Si se
autor, el año (entre paréntesis), el título de compone en párrafo español y solo hace
la obra, lugar de edición y editor. dos líneas, no deben partirse palabras,
3. Hay otros procedimientos para hacer aunque para ello haya que componer la
constar la cita bibliográfica. Por ejemplo, primera línea más corta que la medida del
numerando previamente las entradas de epígrafe.
la bibliografía con que se va a trabajar y 4. Cuando en el texto se utilizan pala-
remitiendo después al número que le co- bras de referencia a puntos de la ilustra-
rresponda, que unas fuentes utilizan las del ción (arriba, abajo, izquierda, derecha)
cuerpo del texto entre paréntesis y otras o a elementos de ella (flecha), se compo-
con números voladitos como si se tratara nen con cursiva. También se escriben
de llamadas de nota. Una variante de esta con cursiva las menciones de letras que
última forma consiste en escribir los nú- se hallan en la ilustración. Si van entre
meros voladitos entre corchetes (también paréntesis, las letras se escriben de cur-
voladitos). Cuando se citan con números siva, pero los paréntesis van de redondo
del cuerpo del texto entre paréntesis o (→ 14.1.7.2.3-3).
voladitos entre corchetes, es posible añadir 5. La procedencia de la ilustración (mu-
las páginas. Por ejemplo, ‘(79: 25)’ o ‘[79: seo, biblioteca, dibujante, fotógrafo, etcé-
25]’, donde 79 es el número de la ficha tera) puede situarse a continuación del
bibliográfica y 25 la página dentro de esa punto final del epígrafe, entre paréntesis,
obra. o bien en línea aparte marginada a la de-
recha.
16.21. Los epígrafes. Los epígrafes o 6. En las micrografías, la cantidad de
pies son textos explicativos que se ponen aumento se indica al final, entre paréntesis
al pie de las figuras. y precedido del signo x ‘por’: (x350).
1. El epígrafe suele componerse con
el mismo ojo y cuerpo que las citas, es 16.22. Las poesías. Entendemos aquí
decir, dos puntos menos que el texto ge- por poesías los conjuntos de versos a que
neral. También suele ser el mismo el tipo, también llamamos poemas. Su composi-
aunque a veces, sobre todo en revistas, se ción y disposición presentan problemas
sustituya por un paloseco más o menos que es menester conocer. He aquí unas
fino. Normalmente se separan de la ilustra- normas generales.
ción mediante una línea de blanco, y
del texto subsiguiente, con dos líneas de 16.22.1. Composición de las poesías.
blanco. Las poesías deben componerse y disponer-
2. La medida del epígrafe suele ser la se en el texto exactamente tal como lo ha-
misma que tenga de ancho la figura. Sin ga su autor en el original, original que
embargo, como a veces los epígrafes se debe respetarse en forma absoluta tanto
colocan al lado y no debajo de la figura, en lo relativo a la forma como a la gra-
su medida dependerá de la que quede dis- fía.
ponible después de restar un cicero, que es
la separación entre el epígrafe lateral y la 16.22.1.1. Forma de los párrafos .
figura. Esta posición del epígrafe solo tiene Las poesías pueden adoptar los siguientes
un inconveniente: la altura del texto del modelos de disposición:
478 16.22.1.2. NORMAS DE COMPOSICIÓN

1. Párrafo ordinario: 1. Como norma general, todas las líneas


deben tener igual entrada (que será la de
De fortaleza y brío la línea más larga del verso), excepto la
armó su brazo excelso, poderoso, primera si va sangrada (→ 16.22.1.1-1;
y confundió al impío 16.22.2).
soberbio, presuntuoso,
en sus designios vanos orgulloso. 2. Los versos comienzan con letra mi-
núscula, excepto el primero de cada estrofa
Fray Diego González si le precede punto. La costumbre de escri-
bir con mayúscula la primera letra de cada
2. Párrafo francés (desusado actualmen- verso es antigua (de ahí la denominación de
te): versal que se aplica a las letras mayúsculas)
y debe desecharse por arcaica, salvo que el
¡Santa creencia! Nunca propio autor determine otra cosa.
de mí se aparte, 3. En los versos no se usan abreviaturas
que a los seres amados ni cantidades en cifras, salvo que las use
hace inmortales. expresamente el autor.
¡Santa creencia! 4. Cuando en el texto aparece una
La madre que la infunde poesía, se compone de redondo y de tipo
¡bendita sea! menor que el del texto general y se justi-
Antonio de Trueba fica al centro tomando como guía la línea
más larga; si a un lado y otro solo queda
3. Combinación de párrafo ordinario un espacio menor que un cuadratín, se
con párrafo francés (con sangrías irregu- pasa todo el espacio al final de la línea. En
lares): poesías de mucha extensión se procura, en
lugar de utilizar el verso más largo, hallar
E muy otras cosas un promedio entre los más largos, pues de
después de las absolutas no hacerse así podrían desequilibrar toda
prosas, que son como frutas la composición. En este caso, la línea más
de dulce gusto sabrosas: larga podría dividirse en dos tal como se
e filósofos diversos indica en el párrafo 16.22.1.2-7, con lo
e poetas; cual la poesía aparece mejor centrada en
fablas sotiles e netas, la página.
tejidas en primos versos.
5. Si las poesías se ponen entre comillas,
Marqués de Santillana estas abren al principio del primer verso y
cierran al final del último, sin que se pon-
4. No es adecuado centrar cada uno de gan comillas de seguir en cada verso, lo
los versos: cual es anticuado e innecesario:

¿Y dejas, Pastor santo, «Duerme, niño del alma,


tu grey en este valle hondo, escuro, no tengas miedo,
con soledad y llanto, por más que el viento silbe
y tú, rompiendo el puro aire, y aúllen los perros;
te vas al inmortal seguro? duerme, que al niño
mientras duerme
Fray Luis de León le guardan los angelitos.»
Así cantó una noche
mi dulce madre [...].
16.22.1.2. Normas de composición .
Se pueden tener en cuenta las siguientes Antonio de Trueba
(siempre que no se opongan a las grafías
elegidas por el autor): Pero las llevarán en los comienzos de cada
16.22.2. SANGRÍAS EN LAS POESÍAS 479

estrofa si las comillas de seguir obedecen a do la línea de puntos coincida con el verso
un diálogo: más largo de la página.
9. Cuando en una poesía se intercala al-
En medio de su gloria así decía guna voz o texto que no está en el original,
el pecador: «En vano se pone entre corchetes.
tender puede el Señor su débil mano
sobre la suerte mía.
10. Cuando en una poesía se repiten
»A las nubes mi frente se levanta, una o varias líneas en cada estrofa, estas
y en el cielo se esconde; líneas se componen de cursiva. Ejemplo:
¿dónde está el justo? ¿Las promesas dónde
del Dios que humilde canta? Poderoso caballero
es don dinero.
»Caiga, caiga en mis redes su simpleza». Madre, yo al oro me humillo,
Él habló, yo pensaba; él es mi amante y mi amado;
mas al tornar por verle la cabeza pues de puro enamorado,
ya no hallé donde estaba. de continuo anda amarillo:
que, pues doblón o sencillo,
Juan Meléndez Valdés hace todo cuanto quiera;
poderoso caballero
es don dinero.
6. Cuando una poesía se intercala en
una cita, se compone sin comillas y del
mismo cuerpo que aquella si ya va de cuer- F. de Quevedo
po menor que el del texto. Si la cita va del
cuerpo del texto entre comillas, las poesías En otras poesías la frase es cambiante,
se componen aparte y de cuerpo menor. pero ello no obsta para que se escriba de
7. Cuando un verso largo no cabe en la cursiva.
línea, el sobrante (siempre una palabra o
un número entero de palabras, sin dividir 16.22.2. Sangrías en las poesías. 1. En
ninguna) se dobla a la línea posterior y se cuanto a la sangría en los versos, se seguirá
coloca al final, coincidiendo con el final de preferentemente lo que señale el original,
la línea anterior y precedida de corchete de pues hay autores que no usan sangría en
apertura ([): algunos versos, o usan sangrías aparen-
temente caprichosas. Por lo general, el
Aqueste mar turbado primer verso de cada estrofa se sangra con
¿quién le pondrá ya freno? ¿quién un cuadratín (→ 16.22.1.1-1; 16.22.1.2-1).
[concierto En las poesías en que alternan regularmen-
al viento fiero airado?
Estando tú encubierto, te versos de distintas medidas, las de menos
¿qué norte guiará la nave al puerto? sílabas suelen componerse con dos cuadra-
tines de sangría, aunque normalmente no
Juan Meléndez Valdés les correspondiera. Ejemplo:

Antes, para ahorrar espacio, si el verso Todo, Señor, publica tu existencia;


siguiente cabía en el espacio de la línea de- todo tu gloria canta;
jado en blanco, se colocaba en ese hueco; y si todo enmudece, la conciencia
hoy es innecesario. tu imagen agiganta.
8. Cuando se omiten uno o varios ver-
Su fe rinde el hombre, en quien despiertas
sos o estrofas, se sustituyen por una línea ya esperanzas, ya angustias;
de puntos a la medida de la línea más larga, su olor te dan las rosas entreabiertas
y en una misma página todas deben tener y las violetas mustias.
la misma longitud aunque correspondan a
versos de distinta medida, siempre y cuan- Federico Balart
480 16.22.3. POESÍAS COMPUESTAS EN LÍNEA

2. En los versos dialogados, en los en las demás notas (esto es, alineada con
que la métrica viene determinada por los in- ellas), con la sangría normal, y el verso se
terlocutores, se compone de forma que los centra prescindiendo de la notación.
finales y principios de las dos o más partes
de que consta un verso coincidan uno de- 16.23. Las fórmulas. Las fórmulas son
bajo del otro, de tal manera que si se supri- expresiones de un cálculo reducido a sus
mieran los blancos pudieran acoplarse en términos más simples. Pueden ser mate-
una sola línea. Ejemplo: máticas o químicas, con grafías netamente
distintas.
César
16.23.1. Fórmulas matemáticas.
por tu mano. ¿Qué pide?, ¿qué desea?

Bruto 16.23.1.1. Elementos de las fórmu -


De ti, solo una cosa. las matemáticas . Intervienen en ellas
diversidad de elementos como letras lati-
César nas mayúsculas y minúsculas, letras griegas
¿Cuál? mayúsculas y minúsculas, cifras arábigas,
signos matemáticos, exponentes y subín-
Bruto dices, filetes, corchetes, llaves, paréntesis,
Que abdiques el plecas, símbolos, etcétera, todo lo cual es
supremo poder.—Pues tanto anhelas que lle-
gue la verdad a tus oídos,
necesario ordenar adecuadamente para que
tales materiales sean fiel reflejo del cálculo
que se construye.
Ventura de la Vega
16.23.1.2. Grafía de las fórmulas
16.22.3. Poesías compuestas en línea. MATEMÁTICAS.
A veces se presentan las poesías en línea,
esto es, con versos situados uno a continua- 16.23.1.2.1. Escritura de las letras. Las
ción del otro. En estos casos se componen letras latinas suelen escribirse en cursiva.
entre comillas, del mismo cuerpo que el En algún caso pueden intervenir letras
texto en que van insertos, y cada verso se- negritas o con grafía redondilla. Las letras
parado del anterior con una barra (/) o una griegas aparecen normalmente de redondo.
pleca vertical (|), que se colocan entre espa-
cios y después de los signos de puntuación. 16.23.1.2.2. Escritura de las cifras. Las
Ejemplo: «Madre, yo al oro me humillo, / cifras de las fórmulas se componen siempre
él es mi amante y mi amado; / pues de puro de redondo.
enamorado, [...]» (→ 10.5.16.2-3).
16.23.1.2.3. Escritura de los signos. Pa-
16.22.4. Firmas en las poesías. Las fir- ra la utilización de los signos en las fórmu-
mas de las poesías (es decir, el nombre las deben tenerse en cuenta estas normas:
del autor) se margina a la derecha, a la 1. Los operadores (que indican opera-
misma altura que el verso más largo, menos ciones: +, -, x, :) se escriben siempre de
un cuadratín. Es decir, que la firma no llega redondo.
al final de la línea más larga, sino un cuadra- 2. Entre los signos operadores y los
tín menos (véanse los ejemplos anteriores). afectados por ellos debe establecerse un
espacio fijo, igual en todas las fórmulas de
16.22.5. Poesías en notas. Cuando un una obra, con objeto de obtener uniformi-
verso comience o forme por sí el texto de dad (→ 13.1.3-2).
una nota, la notación se pone al principio 3. Cuando una fórmula se desarrolla en
de la primera línea, a la misma altura que varias líneas, los signos se alinean entre sí:
16.23.1.2.3. ESCRITURA DE LOS SIGNOS 481

Volumen = (3800 m3/ d) (12,8) Pero no será necesario hacerlo así cuando
= 48 640 m3 (1,72 × 106ft3) los términos de mayor altura se hallen ale-
jados de los restantes signos:
Área 48 640 m3
superficial 1m
= 48 640 m2=4,86 ha

Px=yobsQ(So-S) × (103g/kg)-1
Yobs= 0,3125
Q = 2,5 (21 600 m3/d) ni cuando se hallen dentro de la operación:
S0 = 1,5 (250 mg/L)
S =15 mg/L

4. El signo radical, , que en los paí-


ses anglosajones usan a veces sin la raya
horizontal superior derecha, debe llevarla
siempre, precisamente con la extensión su- 6. En las fórmulas matemáticas, al re-
ficiente para abarcar los términos que estén vés de su uso en ortografía usual, los
comprendidos por la raíz: corchetes encierran a los paréntesis, y las
llaves comprenden a los dos:
ΔTA =

5. Los signos integral, paréntesis, cor- 7. Los índices y subíndices de que a ve-
chetes, llaves y plecas que formen parte de ces están afectados los integrales pueden
una operación deben tener la misma altura colocarse a la cabeza y al pie:
que el total de esta:

pero generalmente se sitúan a la derecha,


uno al pie y otro a la cabeza:

Si solo una parte de la fórmula requiere


signo alto, también los restantes, aunque no salvo en el integral doble y triple, que lle-
lo necesiten, se pondrán a igual altura, con van los índices y subíndices al pie:
objeto de equilibrar la totalidad:
482 16.23.1.2.4. LLAMADAS DE NOTA

En el sumatorio, sin embargo, índices y ligeramente separados, con un espacio fino


subíndices van siempre a la cabeza y al pie, (dos puntos tipográficos), para que no se
respectivamente: junten a otros signos (por ejemplo, la ra-
ya de quebrado), y se componen siempre
con tipo redondo, aunque los datos de la
fórmula sean cursivos. Si la fórmula va re-
cuadrada, puede optarse por prescindir de
la puntuación o dejarla en su lugar, puesto
que el recuadro es metalingüístico. Una vez
8. Cuando letras, cifras o signos están elegida una grafía, debe mantenerse a lo
afectados por índices o subíndices, estos se largo de toda la obra.
juntan a aquellos:
16.23.1.2.7. Partición de las fórmulas.
Las fórmulas excesivamente largas pueden
dividirse en dos o más partes, puesto que a
veces, aunque algunos autores son contra-
rios a esta división, no caben enteras en el
16.23.1.2.4. Llamadas de nota. Las lla- espacio disponible ni siquiera sacándolas
madas de nota se hacen mediante un aste- a los márgenes de la página (solución que
risco, que preferentemente debe incluirse puede adoptarse si con ello se evita dividir-
entre paréntesis, con objeto de no interferir las). Pero para dividir las fórmulas deben
con otros asteriscos que puedan intervenir tenerse en cuenta estas normas:
en la fórmula (→ 16.17.5). En ningún caso 1. La división debe hacerse por los sig-
deben usarse llamadas con letras o cifras, nos +, -, ×, =. Normalmente, tales signos se
ya que podrían interferir con sus iguales colocan al final del renglón y se repiten al
utilizadas en el cálculo. principio de la línea siguiente:

16.23.1.2.5. Notaciones. A veces se nu- d=


meran las fórmulas, con objeto de relacio-
narlas o de referirse a ellas en el desarrollo = 1,06 m
del texto; esta numeración se hace con
cifras entre paréntesis, situadas al centro Sin embargo, algunos autores son con-
vertical de la fórmula y al margen derecho trarios a esta repetición de los signos, y
de la página: entonces debe tenerse en cuenta algo muy
importante: si solo se coloca un signo (es
decir, si no se repite), este va al principio de
(10.19) la línea siguiente, no al final de la anterior,
como podría parecer más lógico:
Las referencias textuales a estas notaciones
Carga de superficie punca
se hacen empleando la misma numeración
y también entre paréntesis.

16.23.1.2.6. Puntuación de las fórmu-


las. Los signos de puntuación que co- = 22 m3/ m2d
rresponden a las fórmulas deben ponerse,
pese a que algunos autores, sin demasiada Si se opta por la repetición del signo, este
justificación, tienden a omitirlos. No ca- debe emplearse incluso en las operaciones
be confundirlos con signos propios de la que aparecen en el texto. Si se decide no
operación, pues, por el lugar que ocupan, repetirlo, tampoco se repetirá en texto.
no interfieren con ellos. Pueden colocarse 2. Ninguna fórmula puede partirse por
16.23.3. SIGNOS EN LAS FÓRMULAS QUÍMICAS 483

una operación comprendida entre corchetes, 16.23.1.2.12. Cuerpo de composición.


paréntesis, llaves, plecas o plecas dobles. Las fórmulas se componen del mismo
3. Cuando la operación está formada cuerpo que el resto del texto. Como norma
como un quebrado, el numerador o el general, sería un error variar de tamaño,
denominador, o ambos, pueden partirse, es decir, componerlas en cuerpo más pe-
según las normas antedichas, como si se queño. Solo en casos de fórmulas muy
tratara de un verso (→ 16.22.1.2-7), po- largas o en situaciones muy comprometi-
niendo marginada a la derecha la parte das podrá echarse mano de este recurso;
doblada. Si se trata del numerador, una llave pero se tratará de una excepción.
precede a la parte doblada; si se trata del de-
nominador, la llave cierra la parte doblada: 16.23.2. Fórmulas químicas. Las fór-
mulas químicas son esquemas que en for-
ma condensada indican la naturaleza de un
cuerpo y su composición.
16.23.2.1. Componentes de las fór -
16.23.1.2.8. Separación de fórmulas. mulas químicas . Se construyen con los
Cuando una fórmula está formada por símbolos literales de los elementos quími-
varias líneas, estas no pueden separarse; cos y con signos de origen matemático (—,
es decir, no pueden dejarse unas a final de =, ≡,+, →) que no siempre tienen en ellas
página y pasar las restantes al principio el mismo significado.
de la siguiente. Si la situación se presenta,
16.23.2.2. Clases de fórmulas quí -
la solución consiste en dejar en blanco el
micas . Pueden ser condensadas, cuando
final de la página anterior y pasar toda la
los átomos del mismo tipo están agrupados,
fórmula al principio de la siguiente.
cualquiera que sea su función, y que no
proporcionan sino la composición ponderal:
16.23.1.2.9. Indicaciones explicativas.
Los términos de donde, luego, y, y como,
tenemos, etcétera, que suelen llevar los de-
sarrollos de las fórmulas, pueden situarse y desarrolladas, cuando tienen en cuenta
en la misma línea en que estas aparecen las funciones químicas de los diferentes
si caben cómodamente, o bien colocarlos átomos y la estructura de la molécula:
en línea aparte, sin blanco entre ellos y la
fórmula si son cortos y no interfieren con
aquella, o bien con una línea de blanco si
ambos se aproximan.

16.23.1.2.10. Blancos en las fórmulas.


Las fórmulas se separan entre sí y del texto En este segundo caso, las fórmulas quími-
general anterior y posterior mediante una cas pueden adoptar gran complejidad.
línea de blanco (→ 13.6.1.5-5).
16.23.3. Signos en las fórmulas quími-
cas. Los signos -, =, ≡ se componen sin
16.23.1.2.11. Centrado de las fórmulas.
espacio alguno:
Las fórmulas dispuestas en párrafo aparte
se componen siempre centradas a la me-
dida del texto. Cuando constan de varias
partes, se centra la más larga, y las res-
tantes se alinean por el signo igual (=) o
el que en ellas aparezca como relacionante Si no hay signos, la fórmula se dispone en
(→ 16.23.1.2.3-3). un solo cuerpo, sin espacios:
484 16.23.4. PARTICIÓN DE FÓRMULAS QUÍMICAS

— prólogos o temas de actos y escenas


— acotaciones;
Cuando un símbolo esté afectado por su- — diálogos.
bíndice numeral y superíndice en forma de
signo (-, +, *), se componen uno sobre otro: 16.24.1. Lista de personajes. Se suele
poner en página aparte al principio de la
obra, en versales o versalitas; si incluyen
Si técnicamente no es posible, se acepta di- indicaciones especiales, se componen de re-
sociarlos, colocando primero el subíndice: dondo del mismo cuerpo. Si lleva reparto,
los nombres de los actores se componen de
cursiva (si los personajes van en versalitas)
o en versalitas (si los personajes van en
pero no al revés versales). Ejemplos:

PERSONAJES

A veces, los signos - y + aparecen sobre un Bruno , marino


símbolo: Alba , su mujer
Dionisio , hermano de Alba
Antonia , criada
Viejo
Muchacho 1.o
16.23.4. Partición de fórmulas quími- Muchacho 2.o pescadores
cas. La partición de fórmulas químicas Toribio
se permite muy raramente, pero, en caso Anselmo
de necesidad, debe tenerse en cuenta que Jesús
no debe efectuarse por los signos -,=, ≡, Isabel
María hijas de Toribio
sino solamente por → o +, que se repiten:
REPARTO

Bruno ......................... A. Martínez


Alba ............................. M. García
16.23.5. Composición de las fórmulas Dionisio ..................... R. Álvarez
químicas. El cuerpo de composición de- Antonia ...................... J. Clairal
Viejo .......................... A. Pérez
be ser el mismo del texto general en que
Muchacho 1.o........... M. Ariza
aparezcan insertas. Se centran a la medi- Muchacho 2.o.......... J. Candel
da y se separan del texto mediante una Toribio ....................... A. Santos
línea de blanco antes y después de ellas Anselmo .................... D. Díaz
(→ 13.6.1.5-5). Los símbolos químicos se Jesús ........................... J. Juan
escriben de redondo (→ 14.7.2.1-20.2). Isabel .......................... M. Martín
María ......................... I. Pérez
16.24. Las obras teatrales. Son obras
teatrales o dramáticas aquellas que tienen 16.24.2. Partes. Los nombres de partes
por finalidad la representación de determi- se componen de la siguiente forma: Acto
nada acción en el marco de un escenario. primero, Acto II, etcétera, con versales ne-
En toda obra teatral, sea en prosa o en ver- gritas; Escena primera, Escena II, etcétera,
so, hay que distinguir las siguientes partes: al igual que Mutación, Cuadro, etcétera,
con versales del texto; Telón, con versa-
— lista de personajes (reparto); les o versalitas, centrado y en línea aparte.
— nombres de partes (acto, escena, cua-
dro, mutación, telón...); 16.24.3. Prólogos. Los prólogos o te-
16.24.4. acotaciones 485

mas se componen en forma de sumario o Gustavo . (Mostrándole sus cartas.) Mira,


bien en bloque con la última línea centra- mira con qué me arriesgué. (Arroja los nai-
da, de cuerpo menor que el del texto o bien pes en la mesa. Lucas los recoge y ordena.)
de cursiva. Los nombres de los personajes En cuanto a lo de la suerte, compadre, me
parece que se queja usted sin razón. La
se escriben con versal o versalita, y los de- tierra ha dado este año racimos de billetes.
signados en forma colectiva, con versalita.
Ejemplo: Sebastián Salazar :
No hay isla feliz.
ACTO iii
Ejemplo de la grafía moderna:
ESCENA PRIMERA
Lucas (descubriendo triunfante sus car-
Dos años después del acto anterior. En un tas) ¡Póquer de ases, gordo! Dije que me
bar, cuya terraza está llena de clientes. En- daba entero...
tra Antonio seguido de Ana . Aparecen los Dueñas (poniéndose en pie y bostezando)
Guardias . Yo debería tener diez mujeres... ¡Tengo una
suerte de perro!
16.24.4. Acotaciones. 1. Se componen Gustavo (mostrándole sus cartas) Mira,
entre paréntesis y de cursiva. mira con qué me arriesgué. (Arroja los
1.1. En prosa, la acotación inicial se naipes en la mesa. Lucas los recoge y orde-
na.) En cuanto a lo de la suerte, compadre,
sitúa inmediatamente después del nombre me parece que se queja usted sin razón.
del personaje, separada de este por medio La tierra ha dado este año racimos de
cuadratín. Aunque lo normal, antes, era billetes.
comenzarlas con inicial mayúscula, actual-
mente se acepta la minúscula, sobre todo Sebastián Salazar :
si detrás del nombre del personaje no hay No hay isla feliz.
punto (y es recomendable que no lo haya);
en este último caso, si hubiera punto tras 1.2. En poesía, si los nombres de los
el nombre del personaje, el punto final de personajes se escriben centrados a la medi-
la acotación iría dentro del paréntesis da, las acotaciones van aparte; cuando la
de cierre; en caso contrario, si la acotación acotación va dentro del verso se margina a
comienza con minúscula (personaje sin pun- la derecha, y si consta de dos líneas o más,
to o con dos puntos, grafía también posible), se compone a medida menor, equivalente a
el punto final de la acotación va después 3/4 de la página. Ejemplo:
del paréntesis de cierre (→ 14.1.7.1.2-10).
Si la acotación aparece en el cuerpo del Ayar Auka
texto del personaje o a su final, se escribe Tampu Chákay, ¡desarma al insensato!
precedida de punto, con inicial mayúscula (Tampu Chákay y los Guardias 1.o , 2.o
y con punto antes del paréntesis de cierre. y 3.o desarman e inmovilizan a Ayar
Si la acotación se coloca aparte, se compo- Manko . El Guardia 4.o sujeta a Ma -
ne en forma de párrafo alemán (sin sangría ma Wako . Ayar Auka habla a Ayar
en la primera línea; → 14.1.7.1.2-11). Manko .)
¡Cálmate, cachorro de jaguar! ¡No te
Véase un ejemplo de la grafía clásica: [rompas las garras en la jaula!

Lucas . (Descubriendo triunfante sus car- El sumo sacerdote


tas.) ¡Póquer de ases, gordo! Dije que me Ayar Auka, ¿qué pretendes hacer de tus
daba entero... [hermanos?
Dueñas . (Poniéndose en pie y bostezando.) Ayar Uch u
Yo debería tener diez mujeres... ¡Tengo una ¡Arráncales los colmillos! ¡Córtales las
suerte de perro! [zarpas!
486 16.24.5. NOMBRES DE LOS PERSONAJES

El SUMO SACERDOTE Estos se componen sin sangría y sin separa-


(A Ayar Auka .) ción de estrofas.
¡Ninguna autoridad posees sobre ellos! ¡Tu
[padre vive aún 16.24.6. Diálogo. 1. En el diálogo los
y nadie sabe cuál de sus hijos habrá de
[sucederlo!
nombres, tanto en prosa como en verso,
pueden ir en línea o aparte, ciñéndose en
Ayar Auka cada caso a las normas propias. Si la obra
¡Ya lo sé! es en prosa y el nombre va en línea, las
(Señalando a Mama Wako .) líneas que doblen se componen a párrafo
¡Y ella también! francés. Si son en verso, se atendrán a las
¡Para que mi padre no dibuje mi signo en el normas para la composición de poesías
[sagrado báculo, (→ 16.22.1.2-7).
la esposa de Ayar Kachi ha tramado la más
[pérfida intriga!
(A Mama Wako .) 16.25. Los folios. Llamamos folio al
¡Porque tú me llamaste, fui al palacio de número que lleva cada una de las páginas
[Ayar Kachi! de un libro, periódico, revista, etcétera.
¡Y tu desnuda carne, fingiéndote dormida,
[me ofreciste! 16.25.1. Clases de folios. Pueden ser
numéricos y explicativos.
(Juan Ríos: Ayar Manko)
16.25.1.1. Folios numéricos . Son los
Si los nombres se componen en línea con el que solo indican el número de la página.
texto, las acotaciones se disponen en línea Pueden ir a la cabeza o al pie, y lo mismo al
con el nombre, como se indica en el primer centro de la línea que a un costado; si se co-
ejemplo de esta sección (→ 16.24.4-1). locan de esta última forma, deben alinearse
Cuando los nombres de los personajes con el lado exterior de la página, sea par o
se compongan al centro, también se pueden impar; si van centrados, deben colocarse
componer las acotaciones, si son cortas, a exactamente al centro de la línea.
continuación del nombre, y las más largas
a toda la medida. 16.25.1.2. Folios explicativos . 1.
Son los que, además del número corres-
16.24.5. Nombres de los personajes. 1. pondiente, llevan una leyenda o titulillo,
Se componen de versalitas, y pueden ir que puede ser:
centrados o en línea, quedando en este caso Página par Página impar
tanto los nombres como el texto alinea-
a) NOMBRE DEL AUTOR TÍTULO DE LA OBRA
dos por la izquierda. La raya a continua- b) TÍTULO DE LA OBRA TÍTULO DE LA OBRA
ción del nombre se sustituye por medio C) TÍTULO DE LA OBRA
cuadratín. d) TÍTULO DE LA OBRA TÍTULO DEL CAPÍTULO
2. Cuando los nombres de los persona- e) TÍTULO DE LA OBRA PARTE. CAPÍTULO
jes vayan compuestos al centro, nunca se f) TÍTULO DE LA OBRA NOMBRE DEL AUTOR
dejan a final de página. g) TÍTULO DEL CAPÍTULO PARTE DEL CAPÍTULO
3. Cuando un personaje debe decir algo
aparte, esta porción de texto se encie- También puede ponerse en cada una de las
rra entre corchetes, con el punto dentro líneas del folio explicativo el nombre del
(→ 10.5.10.2-2). autor (abreviado si resulta largo), el título
4. En la composición de obras de tea- de la obra e incluso el número del tomo.
tro en verso se toma el nombre más largo Así:
(no es costumbre abreviarlos, pero puede
hacerse) con medio cuadratín, y lo que dé 26 F. ZANKO. —ANATOMÍA MODERNA.—TOMO III
señalará el punto de arranque de los versos. F. ZANKO. —ANATOMÍA MODERNA.—TOMO III 27
16.25.3.1. [supresión del folio ] en todos los casos 487

La forma de componer los folios del apar- obras con incluso cuatro líneas de blanco
tado fes poco usada. entre folio y texto. Esto, naturalmente,
En el apartado c el título de la obra va puede hacerse, o es admisible siempre que
repartido entre los dos folios; en este caso el folio sea explicativo, pues si solo fuera
es conveniente que artículos, preposiciones numérico, los inconvenientes son notorios:
y conjunciones vayan al lado derecho, con un número solitario perdido en una in-
el folio impar; por ejemplo, en el título His- mensidad de espacio; un margen de cabeza
toria de la literatura, se hará de la siguiente enormemente grande comparado con el de
manera: pie, que por regla general siempre debe ser
mayor que el de cabeza, etcétera. Por todo
26 HISTORIA ello, en este tipo de innovaciones debe
DE LA LITERATURA 27 procederse con mesura, decidiendo tras un
concienzudo examen (en el que se sopesen
Si el capítulo termina en página par, llevará todos los pros y contras) cuándo es factible
el título entero en el caso de que el capí- y cuándo no aplicarse a ellas, o en qué
tulo siguiente deba comenzar en página ocasiones resulta mejor seguir las normas
impar; si el título fuera muy largo, puede tradicionales de la tipografía. No haría
abreviarse. falta añadir que este tipo de innovaciones
2. Cuando los capítulos van seguidos y son aplicables a obras de lujo o muy bien
la obra lleva folio explicativo, se procede presentadas, e inapropiadas para obras de
de la siguiente manera: batalla o normales.

a) si el arranque del nuevo capítulo cae 16.25.3. Supresión del folio. No llevan
en página par, con resto corto de folio:
texto del capítulo anterior, se pone
en la cabeza el título del nuevo ca- 16.25.3.1. En todos los casos :
pítulo;
b) si el arranque del capítulo cae en a) las páginas de cortesía;
página impar con resto corto del b) las páginas en blanco;
capítulo anterior, se pone en la par c) las portadillas y portadas (tanto en el
el título del capítulo anterior y en la anverso como en el reverso);
impar el título del nuevo capítulo; d) las páginas cuya caja o mancha esté
c) si el resto de texto ocupa más de me- ocupada enteramente por un graba-
dia página, debe llevar el título del do sin pie; si va el pie, lleva folio si
capítulo anterior en ambos casos. aquel se coloca abajo, pero no si va
a la cabeza y el grabado comienza en
3. También se pueden combinar las la línea de folio o más arriba; si el gra-
modalidades de folio explicativo y folio bado va a altura de caja (o sea, a la
numérico, poniendo el título y el nombre altura de la primera línea de texto),
del autor a la cabeza y el folio al pie. la colocación del folio es facultativa,
pues sobre todo en el caso de folios
16.25.2. Separación entre folio y texto. explicativos distraerían la atención
Si el folio no lleva filete fino de separación, del lector, que debe dirigirse pri-
se le pone como mínimo una línea de blan- mordialmente a lo que represente la
co equivalente a una línea de texto (con figura; sin embargo, si la compagina-
su interlínea, si la hay); si lleva filete, dos ción es moderna y entre texto y fo-
puntos entre este y el folio, y una línea de lio hay dos líneas o más de blanco,
blanco entre filete y texto. el folio debe ir, siempre que el graba-
Modernamente el blanco entre folio y do vaya a altura de caja y no la
texto suele ser algo arbitrario, y así se ven rebase;
488 16.25.3.2. [supresión del folio ] folio a la cabeza

e) las páginas con grabados colocados ción, etcétera, lo que generalmente suele
precisamente en el lugar correspon- ocupar el pliego de principios) suelen nu-
diente al folio. merarse con cifras romanas, en versalitas
del mismo cuerpo empleado para el texto,
16.25.3.2. Folio a la cabeza . No lle- o bien del que se emplee para el folio expli-
van folio las páginas de arranque de capí- cativo, si lo hay. Los anglosajones tienen la
tulos, partes, secciones, índices, apéndices, costumbre de usar, en lugar de versalitas,
fes de erratas, etcétera, comiencen en pá- letras de caja baja (¿ ii, iii, iv, etcétera),
gina par o impar. Sin embargo, si la obra costumbre que no tenemos por qué imitar,
lleva los capítulos seguidos y los folios a pese a que la Academia, en la nota 27 al
la cabeza, llevará folio aunque un capítulo pie de la página 32 de su OLE99, diga: «Al-
comience página (par o impar). gunos impresores utilizan letras minúsculas
en este último caso: página xxii, xvi, etc.».
16.25.3.3. Folio al pie . No suelen lle- Se trata de un anglicismo ortotipográfico
var folio: sin raigambre en la cultura tipográfica es-
pañola, razón suficiente para desechar ese
a) las páginas de birlí, salvo si llevan uso (→ 8.2.4-1).
nota de pie de página;
b) las páginas ocupadas enteramente 16.25.5. Folios en obras por volúme-
por cuadros o tablas (sin embargo, nes. Este tipo de obras (diccionarios, enci-
deberán llevarlo si el folio va a la clopedias, etcétera) se pueden foliar con
cabeza, salvo que por necesidades de numeración correlativa a lo largo de todos
espacio el cuadro o tabla ocupe la los volúmenes o bien por volúmenes, empe-
línea de folio o la rebase). zando y terminando en cada uno de ellos;
en este último caso, pueden usarse dos
En obras extranjeras se observa que clases de folios: los que corresponden a la
cuando el folio va a la cabeza, en los co- obra general, que se ponen entre corchetes,
mienzos de capítulo lo colocan al pie, como y los del tomo, que se ponen normales, sin
para evitar que ninguna página quede sin corchetes.
su folio; en España no suele usarse este sis- Lo habitual es colocar el folio del tomo
tema, sino el tradicional de dejar la página a la izquierda en la página par, después
sin folio. el nombre del autor, y a continuación el
También se ve en obras extranjeras folio entre corchetes; en la página impar,
que a veces, cuando un grabado a sangre primero el folio entre corchetes, después el
ocupa el lugar del folio, este viene colo- título de la obra y tras este el folio normal.
cado dentro del grabado (el ófset permite De esta forma, como se ve, las dos clases de
estos malabarismos, imposibles —o poco folios quedan enfrentadas.
menos— en la tipografía tradicional); el En diccionarios y vocabularios se facilita
método no parece aceptable, por cuanto la búsqueda por parte del lector poniendo
el folio no es algo imprescindible mientras en la línea de folio la voz guía: en la página
subsistan otros próximos que sirvan de par, la primera entrada, y en la impar, la
orientación solamente con volver la hoja o última.
con mirar la página anterior o posterior.
16.25.6. El folio y la altura de la pági-
16.25.4. Folios prologales. Se da este na. Cuando el folio es solamente numéri-
nombre a los folios de los prólogos, que co, no se tiene en cuenta para determinar
acostumbran usarse distintos de los del la altura de la página, esto es, forma parte,
cuerpo de la obra. Efectivamente, los pró- prácticamente, del margen, tanto de cabeza
logos (tanto si hay uno como si son varios: como de pie; si, por el contrario, además
proemio, presentación, prólogo, introduc- del número lleva el título de la obra, nom-
16.26.2.1.2. MARGINADO 489

bre del autor o título del capítulo (folio sea numérica (arábiga o romana) o literal
explicativo), forma parte de la altura de la (mayúscula o minúscula).
página o, en cualquier caso, debe tenerse
en cuenta para la reserva del blanco del 16.26.2. Escritura del título.
margen de cabeza.
16.26.2.1. DisposiciÓN. Si el título so-
16.26. Los títulos, subtítulos y titulillos lo hace una línea, puede disponerse de dos
en línea. Podemos definir estas tres voces maneras: centrado o marginado, en este
como la palabra o sintagma con que se segundo caso a la derecha o a la izquierda.
resume el contenido de un libro o publi- Si hace más de una línea, puede disponerse
cación periódica, de una de sus partes (ca- de las siguientes maneras:
pítulo, párrafo, apartado, cuadro o tabla,
etcétera), de un trabajo que forma parte de 16.26.2.1.1. Centrado. Puede adoptar
una unidad mayor (por ejemplo, el de una las siguientes formas:
noticia, comentario, reportaje, artículo,
etcétera, en publicaciones periódicas), de a) Párrafo español:
una obra de arte (pintura, escultura, músi-
Nuevos testimonios y algunas hipótesis
ca, etcétera). sobre el error ortográfico
16.26.1. Partes del título. El título pue- b) Composición epigráfica:
de constar de las partes que se analizan a
continuación. Aventura que más pesadumbre
dio a don Quijote de cuantas hasta
16.26.1.1. Antetítulo . Nombre gené- entonces le habían sucedido
rico, que no contiene información específi-
ca, de una división o parte de la obra; por c) Base de lámpara:
ejemplo, las palabras tomo, libro, parte, De las admirables cosas que
sección, capítulo, cuadro, esquema, que el extremado don Quijote
pueden ir seguidas del título específico y CONTÓ QUE HABÍA VISTO
explicativo, portador de información; en EN LA PROFUNDA CUEVA
algunos casos pueden tener autonomía, de Montesinos
como prólogo, índice, anexo, suplemento,
etcétera, en general no seguidos de título 16.26.2.1.2. Marginado. El título mar-
específico. ginado puede adoptar las siguientes for-
mas:
16.26.1.2. Título . Palabra o sintagma
de extensión variable con que se informa a) Párrafo moderno:
del contenido de un libro o de uno de sus
Nuevos testimonios y algunas hipótesis
tomos, partes, capítulos, secciones, párra- sobre el error ortográfico
fos, apartados, cuadros o tablas, etcétera.
b) Párrafo francés:
16.26.1.3. Subtítulo . Segundo título de
un libro, parte o sección, o aquel que indica el Normas sobre presentación
contenido de una parte de un capítulo; pue- de originales para la imprenta:
de haber más de uno, con distintas cate- textos y comentarios
gorías.
c) Bandera por la derecha:
16.26.1.4. Titulillo en línea . Título Donde se cuentan mil zarandajas
situado al comienzo de la primera línea de TAN IMPERTINENTES COMO NECESARIAS
un párrafo, precedido o no de numeración, AL VERDADERO ENTENDIMIENTO
490 16.26.3. GRADACIÓN DE LOS TÍTULOS

d) Bandera por la izquierda: puntos del cuerpo con que se componga el


texto en que aparece.
Donde se cuentan mil zarandajas
TAN IMPERTINENTES COMO NECESARIAS 16.26.3.2. La clase de letra . En este
AL VERDADERO ENTENDIMIENTO
punto la gradación se hace más compleja;
por ejemplo, a igualdad de ojo, el orden
e) En arracada: decreciente es mayúscula, versalita, minús-
De la famosa aventura Por sus pasos cula; en virtud de la clase de letra, el orden
del barco encantado contados y por decreciente es negrita, negrita cursiva, fina
contar, dos días y fina cursiva (salvo en la minúscula, en
después que salieron de la alameda llegaron
don Quijote y Sancho al río Ebro; y el verle
que la fina cursiva prepondera sobre la
fue de gran gusto a don Quijote, porque fina) (→ 16.11.2.2.1-1). Así pues, a igual-
contempló y miró en él la amenidad de sus dad de cuerpos, pueden darse las siguientes
riberas, la claridad de sus aguas... clases de títulos:

f) Marginal o ladillo: 1. Mayúsculas: 1.1. NEGRITA


1.2. NEGRITA CURSIVA
Por sus pasos contados y 1.3. FINA
De la famosa
por contar, dos días des- 1.4. FINA CURSIVA
aventura
pués que salieron de la ala- 2. Versalitas: 2.1. Negrita
del barco
meda llegaron don Quijote 2.2. Negrita cursiva
encantado
y Sancho al río Ebro; y el 2.3. Fina
verle fue de gran gusto a don Quijote, porque 2.4. FINA CURSIVA
contempló y miró en él la amenidad de sus 3. Minúsculas: 3.1. Negrita
riberas, la claridad de sus aguas... 3.2. Negrita cursiva
3.3. Fina cursiva
3.4. Fina
Se componen en bandera, los del margen iz-
quierdo con bandera a la izquierda, y los del
16.26.3.3. El número de columnas .
derecho, a la derecha (→ 13.4.1.4). Se sepa-
ran del texto con un corondel de un cice- Tanto en publicaciones periódicas como en
ro o bien el valor de la línea de compo- libros dispuestos a más de una columna,
sición. a igualdad de los restantes elementos, un
título será tanto más importante cuantas
más columnas comprenda.
16.26.3. Gradación de los títulos. La
categoría que pueda tener cada título de- 16.26.3.4. La DisposiciÓN. Por su dis-
pende de varios factores que se analizan a posición, la importancia de los títulos se
continuación: establece de la siguiente manera: el que
aparece centrado prepondera sobre todos
16.26.3.1. El cuerpo . Teóricamente, y los demás; le sigue el marginado, y de estos,
a igualdad de los restantes elementos, el tí- los que no estén sangrados. Los titulillos
tulo más importante debe componerse con en línea tienen menos importancia que los
el mayor cuerpo. En orden decreciente, y situados en línea aparte (cualquiera que
desde este solo punto de vista, en una obra sea su situación y los restantes elementos),
el título más importante es el de la sobre- pero, precisamente por esta razón, pueden
cubierta, la cubierta y la portada, seguidos componerse, según su cantidad e impor-
del subtítulo, el título en la portadilla, los tancia, siguiendo los esquemas dados en el
de las secciones generales o partes, los de párrafo 16.26.3.2, aunque procurando ob-
los capítulos, los de las secciones de capítu- tener un equilibrio con los títulos situados
lo, los de párrafos importantes (subtítulos) aparte, con objeto de evitar, por ejemplo,
hasta el titulillo en línea, que tendrá los que un subtítulo con minúscula fina (peor
16.26.4.4. TITULILLO EN LÍNEA 491

aún si además está sangrado) tenga deba- de las partes, secciones y capítulos, y los de
jo de sí un titulillo en mayúsculas negri- estos, distintos de los subtítulos. Dentro
tas, que sin duda sería desproporcionado. de los capítulos, el título más importante
es el que figura después de su numeración,
16.26.3.5. El sangrado . Como norma que se compone cuando menos dos puntos
general, todo título con sangría tiene menos mayor que el cuerpo de la obra, general-
importancia que uno que no la tenga. mente en negritas. Los subtítulos siguien-
tes, que pueden tener varias categorías, se
16.26.4. Composición del título. componen según los datos proporcionados
en el párrafo 16.26.3.2, procurando ha-
16.26.4.1. ANTETÍTULO. Como se ha llar una combinación entre disposición
dicho antes (→ 16.26.1.1), el antetítulo y clase de letra que resulte estéticamente
no contiene información específica; esta aceptable. Hay quien rehúye el empleo de
primera consideración sirve para indicar su la negrita, para lo cual se vale de versales
escaso valor temático, y por consiguiente redondas finas, versales cursivas finas y
su valoración debe ser menor en relación minúsculas cursivas finas. Sin embargo, la
con el título informativo de que nor- negrita, utilizada con acierto y gusto, pue-
malmente va seguido. Los antetítulos de de ser de gran ayuda en la gradación de los
secciones y partes seguidas de título infor- títulos por la clase de letra. Por ejemplo,
mativo se componen con un cuerpo que su- un capítulo que solo exigiera tres grada-
ponga aproximadamente la mitad del que ciones de subtítulos podría establecerse así:
se emplee en este; los de los capítulos, con negritas minúsculas, versalitas y cursiva fina;
el mismo cuerpo del texto, en versales o, si los grados son cuatro, detrás de la negrita
más comúnmente, en versalitas (inicial redonda puede introducirse la negrita cur-
versal): siva. Las combinaciones, como puede verse
en el párrafo mencionado, pueden ser hasta
Primera parte doce, pero puede añadirse el sangrado, que
da algunas combinaciones más, aun sin re-
Sistemas sensoriales currir al cambio de cuerpo en cada escalón,
Sección primera lo que aumenta notablemente las posibili-
dades de combinación. Si a ello le sumamos
Introducción la disposición, de forma que unos títulos
aparezcan centrados y otros marginados,
Capítulo II
el número de combinaciones es mayor aún.
Potenciales sinópticos
16.26.4.3. Subtítulo . Si es el segun-
Si se trata de títulos genéricos autónomos do título de una obra, su grafismo debe
(prólogo, introducción, índice, índice alfa- reflejar esta circunstancia, bien sea por el
bético, etcétera), se componen con las mis- cuerpo, la clase de letra o el empleo de
mas características del título del capítulo. mayúscula/minúscula. Si se trata de los di-
versos títulos, con categorías distintas, con
16.26.4.2. Título . El título más im- que se distinguen las partes de un capítulo,
portante de una obra es, evidentemente, su grafismo se basa, como se ha dicho en
el que figura al frente de ella, que puede el párrafo anterior, en el cuerpo, la clase de
constar, por este orden, en la sobrecu- letra y la disposición (→ 16.26.3.2).
bierta, cubierta, portadilla y portada. Los
grafismos de la sobrecubierta o cubierta 16.26.4.4. Titulillo en línea . Tie-
pueden ser distintos de los que se usen en la ne, como es obvio (→ 16.26.1.4), menos
portadilla y la portada, que asimismo pue- importancia que los subtítulos. Según la
den ser distintos de los que se usen al frente cantidad de grados que haya en ellos, así
492 16.26.5. NORMAS ORTOTIPOGRÁFICAS

se elige la clase de letra (→ 16.26.3.2). Por Sociedad y


ejemplo, si solo hay una categoría, puede ciencias sociales
elegirse desde la minúscula negrita hasta la
minúscula cursiva (no puede introducirse, Filosofía del
en un titulillo, la minúscula normal re- surrealismo
donda).
Palabra sobre
palabra
16.26.5. Normas ortotipográficas.

16.26.5.1. Puntuación . Ningún título deben grafiarse así:


(excepto el titulillo), cualquiera que sea
su categoría, debe llevar punto, aparezca Sociedad
centrado o marginado. Sin embargo, gene- y ciencias sociales
ralmente lo lleva el titulillo (puede prescin-
dir de él si se decide hacerlo así; pero debe Filosofía
llevarlo si se dispone en línea aparte; por del
ejemplo, como se ha hecho en esta obra, SURREALISMO

puesto que la intención es que no haya


títulos en párrafo aparte, sino titulillos de Palabra
diversas categorías; en este caso, si por no sobre palabra
llevar texto debe aparecer aparte, se le co-
loca el punto que llevaría si fuera seguido Esta regla se aplica tanto al título en la
de texto; con ello se indica que ese título sobrecubierta, cubierta y portada como a
aparte está usado como titulillo en línea). los títulos de capítulos y sus subtítulos. Sin
Por lo que respecta a la coma, véase el pá- embargo, aunque en grafismo moderno se
rrafo 16.26.5.4. utilice poco, las palabras accesorias pueden
disponerse en lo que se llama línea perdida,
16.26.5.2. Mayúsculas y minúscu - es decir, en situación centrada o marginal,
las . En los títulos solo se escriben con pero de cuerpo menor:
mayúscula (salvo que todo él se grafíe con
ella) la inicial y los nombres propios. In- Sociedad
cluso cuando se componen con versalita y
deben encabezarse con mayúscula (puesto ciencias sociales
que la versalita sin mayúscula inicial es
propia de cabeceras o folios explicativos, y FILOSOFÍA
tal vez se use en algún otro caso especial, DEL
pero no en los títulos) (→ 14.1.6.2.1-14). SURREALISMO
La mayúscula en artículos, preposiciones,
conjunciones y adjetivos es un anglicismo Palabra
ortográfico usado en Latinoamérica por sobre
influencia del inglés, pero debe rechazarse. palabra

16.26.5.3. Separación de palabras . El grafismo moderno dispone de recursos


En relación con la separación de palabras sobrados para resolver los problemas que
en los títulos, hay que tener en cuenta: estas y otras disposiciones puedan presen-
1. Las palabras accesorias (artículos, tar.
preposiciones y conjunciones) que nor- 2. En la separación de palabras en un
malmente quedarían a final de línea deben título debe tenerse en cuenta que no deben
pasar al principio de la siguiente; por ejem- disociarse los conceptos; así, los siguientes
plo, los títulos ejemplos
16.26.6.1. NUMERACIÓN TRADICIONAL 493

Historia Esta coma se omite en algunos casos en los


social del teatro títulos de sobrecubiertas, cubiertas y porta-
das, pero para ello es requisito imprescin-
Historia de la literatura
universal
dible que el título se separe por ella y que
quede blanco suficiente, en el lugar donde
deben grafiarse de las siguientes maneras: la coma se ha omitido, para que ejerza las
funciones del signo, o bien que otros ele-
Historia social mentos gráficos las asuman:
del teatro
ÁNGEL GANIVET
Historia el excéntrico del 98
de la literatura universal O bien:

También serían correctas estas otras dis- Ángel Ganivet (un color)
posiciones: el excéntrico del 98 (otro color)

Historia No obstante, cuando se prevea que los


social elementos extratextuales son insuficientes
del teatro para suplir la función de la coma, esta debe
colocarse; por ejemplo, un título como
Historia
El manierismo,
de la
crisis del Renacimiento
literatura universal
escrito sin ninguna distinción gráfica debe
e incluso, en este último caso, esta: llevar su coma, pues no existen elementos
que la suplan (la mera separación en dos
Historia líneas no es suficiente).
de la
literatura 16.26.6. Numeración de los títulos. La
universal numeración de las divisiones y subdi-
visiones de una obra o trabajo depende de
Cuando el título conste de dos partes, la la cantidad de partes en que se divida o de
separación debe hacerse en el punto de que conste.
unión:
16.26.6.1. Numeración tradicional .
El origen de la variabilidad. 1. Antiguamente, la estructuración partía
La mutación y el proceso evolutivo del tomo (muy raramente) y el libro, y
se solían numerar con números ordinales
16.26.5.4. Coma . Cuando el título lle- en letra: libro primero, libro segundo,
va coma (o podría llevarla), generalmente etcétera. Hoy, la división mayor suele ser
esta indica el lugar idóneo para la separa- la parte, numerada de la misma manera:
ción conceptual: parte primera —o primera parte—, parte
segunda —o segunda parte—, etcétera, y
El manierismo, algunas veces la sección, numerada con
crisis del Renacimiento ordinales en letras o de otra manera (por
Angel Ganivet,
el excéntrico del 98 ejemplo, con cifras romanas o con letras
mayúsculas).
Expresionismo, 2. La numeración clásica de los capítu-
literatura los y las partes en que pueden dividirse es
y panfleto muy compleja; véase un ejemplo:
494 16.26.6.2. NUMERACIÓN DECIMAL DE CAPÍTULOS

Parte Numeración cada vez más la numeración decimal de


capítulo I, II, III
capítulos, que no solo es más clara y sin
subcapítulo Primero, Segundo, problemas, sino que valora exactamente la
Tercero importancia de cada parte.
parte A., B., C.
subparte A), B), C) 16.26.6.2. Numeración decimal de
sección I., IL, III. capítulos . 1. Conjunto de cifras arábigas
subsección I), II), III) separadas por punto, que se forma de la
párrafo 1., 2., 3. siguiente manera:
apartado 1), 2), 3)
subapartado a), b), c)
subsubapartado a'), b') c'), o aa), a) los capítulos se numeran correlativa-
bb), cc), o α, β, γ mente a partir del 1;
b) cada capítulo puede subdividirse en n
3. La forma de la numeración de los partes, desde 1 hasta n;
capítulos es aún muy compleja con este c) cada parte, a su vez, puede subdivi-
sistema clásico; véanse las soluciones más dirse en otras menores, desde 1 hasta
corrientes: n; y así sucesivamente:
Capítulo I, II, III 1.
Capítulo 1, 2, 3 2. 2.1.
Capítulo primero, segundo, tercero 2.2. 2.2.1.
Capítulo uno, dos, tres 2.2.2. 2.2.2.1.
2.2.2.2. 2.2.2.2.1.
Otra variante consiste en suprimir la pala- 2.2.2.2.2.
bra capítulo y escribir solamente:
2. Si la obra lleva un prólogo, se le
I, II, III asigna el 0; si existen otros textos similares
1,2,3 en los principios de la obra, se les asignan
Primero, Segundo, Tercero los ceros correspondientes: 00, 000.
Uno, Dos, Tres 3. Normalmente, este sistema se aplica
a capítulos y sus divisiones, no a las su-
Es norma tradicional, no siempre cumpli-
periores a él; por ejemplo, si la obra lleva
da, que cuando los capítulos se numeran
partes, secciones, etcétera, se numeran con
con cifras romanas precedidas de la pala-
letras o de otra manera (→ 16.26.6.1).
bra capítulo, el primero se escriba Capítulo
4. La numeración decimal se presta a
primero, pese a que le sigan Capítulo II,
varias combinaciones; por ejemplo, puede
Capítulo III, etcétera. Tal norma no está
aplicarse una numeración decimal al capí-
demasiado justificada, y además introduce
tulo y al título y subtítulos que aparezcan
un elemento distorsionador por lo que
en línea única (centrada o marginada,
respecta a la unificación de criterios y a la
aunque la numeración decimal invita más
presentación en el índice de contenido:
a la disposición marginada a la izquierda)
Capítulo primero y otra a los titulillos en línea, que pueden
Capítulo II ser de distinta categoría. Puede, asimismo,
Capítulo III destinarse una numeración decimal a los
titulillos en línea y otra, también decimal,
Parece, pues, que debe darse por superada, a los párrafos que cada uno comprende; o
ya que su única justificación (evitar la apa- bien puede aplicarse a los capítulos, títulos,
rición del solitario palo de la I) no parece subtítulos, etcétera, y combinarla con una
suficiente ante el hecho, más importante, numeración clásica para las partes que
de que se falta a la unificación de criterios. estos comprenden, como ha hecho la Aca-
En cualquier caso, modernamente se usa demia Española en el Esbozo de una nueva
16.27.1.1.1. NOMBRE DEL AUTOR 495

gramática de la lengua española (1973). literatura, biología, matemáticas, etcétera.


Por el contrario, Eco (1982) emplea un Según la materia de que se trate, se aplicará
sistema que no parece aceptable, pues un código u otro, y ninguna de las divisio-
mezcla la numeración romana (clásica) de nes o partes de una bibliografía se grafía
los capítulos con la decimal (moderna) y presenta de la misma manera. Aquí se
de los títulos y subtítulos; es obvio que ofrecen unas normas generales, sin espe-
resulta más claro, coherente y económico cialización, para que le sirvan de modelo
escribir 28.6.4 que XXVIII.6.4. general al lector.
5. La utilización de la numeración de- Es necesario distinguir las bibliografías
cimal no supone que desaparezca la va- de libros y las de trabajos en publicaciones
loración tipográfica de cada título, según periódicas.
las normas dadas en el párrafo 16.26.3.2;
bien al contrario, la facilita enormemente, 16.27.1. Bibliografías de libros.
pues a cada grupo de cifras le correspon-
derá siempre la misma clase de letra. Por 16.27.1.1. Datos BIBLIOGRÁFICOS. Los
ejemplo, una cifra (1) puede equivaler a datos que intervienen en una bibliografía
minúsculas negritas; dos cifras (1.1), a son los siguientes:
minúsculas negritas cursivas; tres cifras
(1.1.1), a versalitas; cuatro cifras (1.1.1.1) — apellido(s) y prenombre del autor;
a minúsculas cursivas; etcétera. Según los — título de la obra;
casos, se puede empezar por las mayús- — prenombre y apellido(s) del traductor
culas negritas y seguir aplicando clases de (si lo hay) o del editor o director,
letras según la importancia de los títulos y prologuista, presentador, etcétera (si
subtítulos. los hay);
6. Al remitir en el texto a una parte — número de volúmenes o tomos (si
numerada con el sistema decimal, el punto tiene más de uno) o número concreto
que llevan las cifras antes del cuadratín del volumen o tomo (si hay más de
o del medio cuadratín y del título subsi- uno);
guiente se omite; así, no se escribe ‘véase — edición (si hay más de una);
4.5.1.1.’, sino ‘4.5.1.1’ (sin punto, salvo — pie editorial;
que sea el ortográfico). — colección y su número (si los hay);
7. En las obras o escritos en que se em- — página(s).
plee este sistema, debe aplicarse también a
los cuadros y a las figuras, que se nume- 16.27.1.1.1. Nombre del autor. 1. Se
rarán correlativamente por capítulos ante- toma de la portada (no de la cubierta), con
poniéndoles la numeración de estos: Cua- la grafía exacta que allí conste (salvo en los
dro 2.10 (es decir, cuadro 10 del capítu- casos de autores clásicos, que se españoli-
lo 2), Figura 8.25 (es decir, figura 25 del zan, con más razón si sus obras han sido
capítulo 8). traducidas al español). Si el autor es espa-
ñol, se consigna tal como aparezca en la
16.27. Las bibliografías. Las bibliogra- obra (un apellido seguido del prenombre o
fías son catálogos o relaciones de libros o los dos apellidos seguidos del prenombre);
trabajos en publicaciones periódicas, folle- si es extranjero, deberá hacerse constar
tos, documentos, etcétera, que se insertan según corresponda a su área idiomática
en artículos, libros, trabajos y publicacio- (→ 15.2.1.1). No debería abreviarse el
nes para conocimiento del lector. No existe prenombre del autor, salvo si en la obra
un modelo único para el tratamiento de aparece así (y en este caso es esa forma,
los datos bibliográficos. En muchos casos la abreviada, la que debe hacerse constar);
depende de la materia de la obra: medi- sin embargo, en el caso de que el prenom-
cina, sicología, ingeniería, investigación, bre aparezca en abreviatura, cabe añadir,
496 16.27.1.1.1. NOMBRE DEL AUTOR

entre corchetes, el desarrollo de esta si se si como autor aparece una institución o


conoce con seguridad: J[uan]. R[amón]. corporación), el nombre de la institución
Jiménez (alternativamente, pueden omitirse figura como autor, con sus mismas caracte-
los puntos abreviativos: J[uan] R[amón] rísticas gráficas:
Jiménez, si no se desea recargar el escrito
con demasiados signos). CONSEIL INTERNATIONAL DE LA LANGUE
2. Si los autores son más de uno, se française : Vocabulario de la radiodifu-
hacen constar todos si alcanzan el número sión, París: Hachette, 1972.
de dos o tres (depende de la materia: me-
dicina, literatura, sicología, investigación, 5. Si en la obra no aparece autor, pue-
etcétera), con la salvedad de que en este den darse dos casos:
caso solo se alfabetiza por el apellido el
primero, ya que los restantes se introducen a) que se trate de una obra literaria anó-
generalmente de forma directa; es decir, nima, caso en el cual se introduce por
prenombre + apellido(s): el título:
Weinstein , S. M., y A. Keim : Principios La vida del Lazarillo de Tormes, y de sus for-
básicos de los computadores, Barcelona: tunas y adversidades, Burgos, 1554;
Labor, 1968.
Santamaría , Andrés, Augusto Cuartas y b) que se trate de otro tipo de obra en
Joaquín Mangada : Diccionario de inco- que no hay autor preciso ni persona
rrecciones, particularidades y curiosidades de responsabilidad, caso en el cual
del lenguaje, 3.a ed., Madrid: Paraninfo, se introduce por la primera palabra
1975. significativa del título (respetando en
Este sistema facilita la puntuación de los su lugar las partículas de que vaya
datos nominales, que en caso contrario se precedida):
hace muy compleja y recargada para deli- Dictionary of Abreviations in information
mitar prenombres y apellidos: Science, Nueva York: State Mutual Book
and Periodical Service, 1976.
Santamaría , Andrés; Cuartas , Augusto, y
Mangada , Joaquín: Diccionario... Un diccionario enciclopédico en varios
volúmenes debe entrarse por su título,
También se puede omitir la y: incluso en el caso de que figuren uno o
más directores. Por ejemplo, en el Diccio-
Santamaría , Andrés; Augusto Cuartas ; Joa- nario enciclopédico Salvat universal figu-
quín Mangada : Diccionario... ran, en su página 9, un director, Juan Sal-
vat, y un director editorial, Joaquín Marco;
3. Si los autores son más de tres, se sin embargo, la mención bibliográfica debe
menciona solo el primero, seguido de y ser la siguiente:
otros (→ c. 16.1):
Diccionario enciclopédico Salvat universal,
Santamaría , Andrés, y otros: Diccionario 20 vols., Barcelona: Salvat, 1969.
de incorrecciones, particularidades y cu-
riosidades del lenguaje, 4.a ed., Madrid: 6. Si se trata de una obra o enciclopedia
Paraninfo, 1984. en la que intervienen varios autores, cada
uno encabezando con su firma su contri-
Sin embargo, en obras o artículos cien- bución, pero ninguno de los cuales figu-
tíficos puede que se deban hacer constar ra como director intelectual del trabajo,
todos, aunque sean muchos, y dispuestos se introduce asimismo por el título (no
en la secuencia apellido(s), prenombre. por Varios ni Varios autores o Autores
4. Si el autor es corporativo (es decir, varios):
16.27.1.1.1. NOMBRE DEL AUTOR 497

Cuadro 16.1. Abreviaturas bibliográficas1

A. autor. [Solo se usa, al final de una o responsable de ella. Actual-


nota del autor, en esta fórmula: N. mente no es correcto encabezar
del A. ‘nota del autor’, escrita de tales obras con esta expresión,
redondo y entre paréntesis; fuera sino con el título, sin mención de
de este caso no suele abreviarse, autores (puesto que no los hay).
pero, de hacerlo, la forma elegida También puede utilizarse, en una
por las Reglas de catalogación obra realizada por varios autores
de la Dirección General del Libro (coautores), en una nota: N. de
y Bibliotecas (1985: 299) para los AA. ‘nota de los autores’
los asientos bibliográficos es aut., (v. A.)]
que no suele utilizarse en otros AA. W. v. AA.
medios bibliográficos] ac. v. acepc.
a. c. v. art. cit. acepc. acepción. [También se usa ac.]
a. C. v. a. de C. act. actualizado
a. de C. antes de Cristo. [La forma a. C. ad. adición (v. add.)
que a veces se usa es latina, ante adapt. adaptador
Christian ‘antes de Cristo’; debe add. addenda. [Addenda es una pala-
preferirse la forma española, a. bra latina que significa «las cosas
de C., o su equivalente (pero no que han de ser añadidas». La
preferible por más extensa) a. de grafía adenda ha sido ya admiti-
J. C. Suprimir la preposición da por la Academia]
de y escribir a. C. ‘antes de Cris- adh. adherido
to’ responde a la tendencia actual adic. adicionador
al ahorro de letras y espacio, agot. agotado
pero no es seguro que la excesiva ál. alii (otros). [Se emplea en la
abreviación añada claridad] expresión latina et alii ‘y otros’,
a. de J. C. v. a. de C. que en las bibliografías y citas bi-
a. l. alia lectio (variante, otra lectura) bliográficas se coloca después del
a. p. antes del presente. [Se usa en nombre del primer autor cuando
trabajos científicos para indicar en la obra intervienen más de tres
la antigüedad real de un hecho o autores (→-16.27.1.1.1-3); debe
acontecimiento, sin necesidad de preferirse, sin embargo, la forma
referirse al cómputo de una era española y oíros]
determinada. Por convención in- ampl. ampliado
ternacional, se entiende por pre- an. anexo. [Carece de forma en plu-
sente el año 1950, con objeto de ral]
evitar que los datos publicados An. anales
con anterioridad tengan que ser anagr. anagrama
modificados en función del año anast. anastático
de su utilización] anón. anónimo
AA. autores. [Solo se usa en la fór- anot. anotador
mula AA. VV. ‘autores varios’ o ant. antífona; anticuado; antología;
en la más habitual VV. AA. ‘va- antologo
rios autores’, que en bibliogra- antep. anteportada
fías o citas bibliográficas solían ap. apartado; aparte; apéndice. [Si en
preceder al título de una obra el mismo texto aparecen las tres
realizada por varios autores de palabras, o dos de ellas, con ries-
los cuales ninguno es director go de confusión, puede hacerse la

1 Salvo los casos en los que se ha indicado el plural concreto de una abreviatura, o el hecho de que carece
de él, en los restantes deberían usarse las formas plurales, que consisten, generalmente, en añadir una -s.;
por ejemplo, de ampl., ampls.; de arc., arcs.; de art., arts.; de cat., cats.; de ed., eds.; de impr., imprs.; de
núm., núms.; de pág., págs.; de rev., revs.; etcétera. Solo cuando pueda presentarse anfibología (casos muy
raros) deberá prescindirse de la forma plural.
498 16.27.1.1.1. NOMBRE DEL AUTOR

siguiente distinción gráfica: ap., ca. circa (alrededor de). [General-


apartado; apte., aparte; apd., mente se usa delante de una cifra
apéndice; en este último caso de año; se escribe siempre de
también cabría escribir apénd.] cursiva; a veces se ha usado su
áp. ápud. [En general, ápud no se variante c., pero no es recomen-
abrevia] dable]
apd. v. ap. can. v. cn.
apénd. v. ap. cap. capítulo (v. c.)
apais. apaisado. [Carece de forma en cart. cartón; cartoné
plural] cat. catálogo
apócr. apócrifo cf. confer (confróntese, compáre-
apte. v. ap. se). [También puede emplearse la
arc. arcaísmo grafía cfr., pero, por más corta e
arr. arreglador igualmente expresiva, debe pre-
art. artículo ferirse cf. No es fácil distinguir,
art. cit. artículo citado por lo que se refiere a su empleo,
as. asesor entre cf. y v. ‘véase’. Por ejemplo,
aum. aumentado según el Instituto Jurídico Espa-
aut. v. A. ñol (cit. Polo, 1974: 404), «cfr.
autógr. autógrafo sirve para remitir a una fuente
bad. badana o autor donde se puede hallar el
bibl. bibliografía apoyo de lo que se afirma; vid.
biogr. biografía [es decir, v.; v. v .], en cambio,
bl. blanca (página) para remitir a la exposición de
bl. y n. blanco y negro. [También suele un autor que amplía el punto
utilizarse, en el campo de la ilus- en cuestión». Eco (1982: 202)
tración, b/n] mantiene otra opinión: «Trata-
b/n v. bl. y n. do un tema, se puede poner en
bol. boletín nota un “cfr.” (que quiere decir
c. cuadro; circa (v. ca.). [Aunque “confróntese” y remite a otro
algunas fuentes utilizan c. co- libro o a otro capítulo o párrafo
mo abreviatura de capítulo, esta de nuestro propio tratado). [...]».
voz tiene ya su abreviatura con- En las normas de Edicions 62/
sagrada y sin problemas, cap., Península se dice: «La abrevia-
mientras que cuadro carece de tura latina “cf.” (en cursiva) se
ella; propongo, pues, que se use reserva para las notas; “véase”,
c. para cuadro. Carece de forma para el texto». Cabría añadir
plural, de manera que igual se otro criterio: utilizar cf. para
escribe c. 24 que c. 24 y 25 (la las remisiones a otros trabajos
grafía cc., por confusa, no sería (para que el lector confirme o
admisible). Eco (1982: 242) re- compruebe aquello que se aduce)
gistra cuad. como abreviatura de y v. para remisiones internas,
cuadro, pero hay que hacerle dos a partes o páginas del propio
precisiones: primera, que, como trabajo; por ejemplo, cf. Polo,
abreviatura, cuad. es incorrec- 1974: 382; v. cap. 2, § 23, o v. p.
ta, pues solo ahorra un signo 67. En general, yo utilizo siem-
(cuad. = cinco signos; cuadro = pre v. en todos los sentidos: tanto
seis signos); segunda, que cuad. para remitir internamente (de un
es la abreviatura usual, ya con- punto a otro de la propia obra)
sagrada, de cuaderno, razón su- como para indicar la fuente don-
ficiente, además, para que no se de se confirma un dato, hay otra
use por cuadro] opinión o se amplía una infor-
c. a. caja alta (= mayúscula) mación. Y lo hago así porque,
c. b. caja baja (= minúscula) ante la diversidad de opiniones
c. f. cum figuris (con figuras, ilustra- expuestas, el lector difícilmente
do) sabrá en qué sentido o con qué
16.27.1.1.1. NOMBRE DEL AUTOR 499

fin se usa una abreviatura como grafía documto., que solo ahorra
cf. En cualquier caso, opino que un signo en relación con la pala-
no hay por qué escribirla de bra entera (documto. = ocho sig-
cursiva; generalmente aparece en nos; documento = nueve signos]
redondo. Si se quiere utilizar dupl. duplicado
una grafía española equivalente, E. editor. [Solo se usa, al final de
úsese cp. ‘compárese’, como ya una nota del editor, en esta for-
ha hecho Polo (1974: 404), o ma: N. del E. ‘nota del editor’;
comp., como hace Corominas en en los demás casos la grafía es
su Breve diccionario etimológico ed.; v. EE.]
de la lengua castellana, Madrid, e. d. es decir (v. h. e.)
Gredos, 1973: 17] e. g. exempli gratia (por ejemplo)
cfr. v. cf. ead. pag. eádem pagina (en la misma pági-
cíc. cicero na, la misma página)
circ. circiter, circum (cerca de, alrede- ed. edición; editor. [La grafía ed.
dor de) debe reservarse para las palabras
cit. citado edición y editor; para editado
cn. canon. [Otras fuentes prefieren y editorial se reserva la forma
can., pero es preferible cn. Care- edit. Según las normas de Barral
ce de forma en plural] Editores (p. 9), el plural es edd.,
coaut. coautor pero no parece grafía aceptable;
cód. código en español; escríbase eds.]
coed. coedición ed. ampl. edición ampliada
col. colaborador; colección; color; ed. aum. edición aumentada
columna ed. cit. edición citada
col. y n. color y negro ed. corr. edición corregida
com. comentario; comentarista ed. crít. edición crítica
comp. compendio; compilador; compo- ed. dipl. edición diplomática
sitor (en música) (v. cf.) ed. facs. edición facsimilar
compl. complementario ed. fon. edición fonética
cont. continuación; continuador ed. lit. editor literario
coord. coordinador ed. orig. edición original
cop. copyright. [En lugar de esta abre- ed. pal. edición paleográfica
viatura, lo habitual es emplear el ed. prínc. edición príncipe
símbolo internacional ©] ed. reform. edición reformada
corr. corregido; corrector ed. rev. edición revisada
cp. v. cf. ed. mod. edición moderna
crít. crítico ed. modern. edición modernizada
cuad. cuaderno edit. editado; editorial (v. ed.)
cub. cubierta EE. editores. [Solo se usa en la forma
curs. cursiva N. de los EE. ‘nota de los edito-
d. de C. después de Cristo. [Mutatis mu- res’, en los casos en que esta sea
tandis, vale aquí lo dicho en a. de necesaria (v. A.; ed.)]
C. La forma p. C. es abreviatura ej- ejemplar; ejemplo
latina de post Christum ‘después ene. enciclopedia
de Cristo’, pero debe preferirse la encuad. encuadernación
forma española] eod. l. eodem loco (en el mismo lugar)
d. de J. C. v. d. de C. ep- epígrafe
ded. dedicado; dedicatoria epíl. epílogo
del. delineavit (dibujado por) esc. escudo
dic. diccionario esp. especial; especialmente
dipl. diplomático esq. esquema
dir. dirección; director (de edición); est. estudio
dirigido por est. cit. estudio citado
dis. diseño est. prel. estudio preliminar
doc. documento. [No es correcta la establ. tip. establecimiento tipográfico
500 16.27.1.1.1. NOMBRE DEL AUTOR

etc. etcétera ib. ibídem. [No es correcta la grafía


exc. excudit, excusum (impreso, im- ibíd., que solo ahorra un signo
preso por) (ibíd. = cinco signos; ibídem =
extr. extractado; extracto seis signos). La palabra ibídem
f. folio. [No debe usarse la grafía debe escribirse con tilde]
fol., incorrecta por prescindir so- id. ídem. [Debe escribirse con tilde
lo de un signo (fol. = cuatro sig-
nos; folio = cinco signos). Carece il. ilustración; ilustrador
de forma en plural, de manera impr. imprenta; impresión; impreso;
que igual se escribe f. 45 que imprimátur. [No es correcta la
f. 45 y 46. Eco (1982: 242) regis- grafía imp. que dan algunas
tra /o., f.o y fol., además de f., y fuentes (incluida la Ortografía
dice que el plural es ff. (se supone académica, 1974: 44). En caso
que cuando para el singular se de necesidad (por anfibología
usa /.), pero es grafía no utili- o confusión), imprimátur puede
zada; las tres formas menciona- abreviarse en la forma imprim.]
das son incorrectas o muy poco imprim. v . impr.
utilizadas: fo. es inaceptable en incl. incluido
español; f.o no se emplea, y fol. incompl. incompleto
ya se ha analizado] índ. índice
facs. facsimilar; facsímile. [Carece de índ. alf. índice alfabético
forma en plural] inic. iniciales
fase. fascículo init. initio (al principio)
fig. figura intr., introd. introducción
fin. finem (en la expresión ad finem ít. ítem. [Debe escribirse con tilde]
‘al fin’) l. letra; libro; línea; lugar. [No es
fol. v. f. correcta la abreviatura lb. para
fon. fonético libro (lb. es abreviatura de libra).
fragm., frg. fragmento Carece de forma en plural, de
glos. glosario manera que igual se escribe l. 4
gráf. gráfico que l. 4 y 5. Si las palabras libro
h. hoja. [Carece de forma en plural, y línea aparecieran en un mismo
de manera que igual se escribe texto y se prestaran a confusión,
45 h. que h. 45 y 46. No debe la abreviatura de línea podría ser
confundirse con f. ‘folio’: la hoja ln.]
supone siempre dos caras del l. c. v. l. cit.
papel, mientras que el folio, en l. cit. lugar citado. [La grafía l. cit.
tanto que número, solo se refiere es preferible a l. c., que tam-
a una de las caras de la hoja bién se ha usado; cit. es ya
(v. f.)] una abreviatura consagrada
h. e. hic est, hoc est (esto es, es decir). (v. art. cit.). Debe preferirse la
[Esta expresión latina, al igual abreviatura española a la latina
que e. g., i. e., i. q., q. v., aparece loc. cit. ‘loco citato’]
frecuentemente en textos ingleses; l. gót. letra gótica
en general, o se sustituyen por las l. rom. letra romana
abreviaturas correspondientes en lám. lámina
español o se escriben en nuestro lb. v. l.
idioma con todas sus letras; e. leg. legajo
d. ‘es decir’ como traducción de lit. literal; literalmente
h. e. no tiene tradición, aunque litogr. litografía
hay autores que la emplean] ln. v. l.
hol. holandesa loc. cit. loco citato (en el lugar citado)
hom. homilía (v. l. cit.)
i. e. id est (esto es) (v. h. e.) m. muerto. [Se usa con frecuencia
i. q. idem quo (lo mismo que) (véa- en diccionarios]
se b. e.) m. tip. marca tipográfica
16.27.1.1.1. NOMBRE DEL AUTOR 501

may. mayúscula o. c. para obra completa (v. O.


mecan. mecanografiado C.), no debe utilizarse para obra
min. minúscula citada, ya que, además, c. no es
mod. moderno abreviatura de citado (v. l. cit.).
modern. modernizado Por otro lado, se prefiere o. cit.
ms. manuscrito. [Su plural es mss. a op. cit. (v. op. cit.). La grafía
No deben usarse las grafías Ms., ob. para obra, aunque utilizada,
MS. para el singular ni Mss., es incorrecta, no solo porque o.
MSS. para el plural (Ms. y Mss. es abreviatura de obra en otros
serían correctas cuando ortográ- casos (v. o. c), sino porque solo
ficamente les correspondiera ma- ahorra un signo (ob. = tres sig-
yúscula inicial)] nos; obra = cuatro signos)]
multigr. multigrafiado op. opus (obra)
mús. música op. cit. opere citato (en la obra citada)
n. nacido; nota. [Como abreviatura (v. o. cit.)
de nacido se usa con frecuencia opúsc. opúsculo
en diccionarios. Como abrevia- orig. original
tura de nota carece de forma en p. página; punto (tipográfico).
plural, de manera que igual se [Para página puede emplearse
escribe n. 23 que n. 23 y 24] también la grafía pág. (plural,
N. del A. nota del autor (v. A.) págs.), abreviatura preferida por
N. B. nota bene (nótese bien) algunos autores. Sin embargo,
N. del C. nota del compilador (v. A.) p. (plural, pp.), aunque tal vez
N. del E. nota del editor (v. A.; E.) de origen inglés, tiene cada
n. l. non liquet (no está claro) vez más adeptos, por más simple
N. de la R. nota de la redacción. [Se usa en sin merma de la claridad]
publicaciones periódicas] P. pregunta. [Solo se usa en la
n. s. nueva serie redacción de una entrevista o
N. del T. nota del traductor (v. A.) en una sucesión de preguntas y
n. v. ne varietur (a fin de que no se respuestas, alternando con R.]
cambie, edición definitiva) p. ej. por ejemplo. [También es usual
neg. negativo la grafía p. e., pero no solo es
negr. negrita (letra) menos expresiva, sino que la
num. numerado abreviatura normal de ejemplo
núm. número. [Por menos expresiva no es e., sino ej.]
y más engorrosa (sobre todo pag. paginación
para la formación del plural), pág. página (v. p.)
debe rechazarse la grafía n.Q; por pág. dupl. paginación duplicada
supuesto, no son aceptables las pág. var. paginación variada
grafías no. o No., anglicismos pal. paleográfico
ortográficos] párr. párrafo. [Para esta palabra, en
o. c. obra completa (v. O. C.) general es mejor emplear el sig-
O. C. obras completas. [Las expresio- no §, que no debe duplicarse
nes obra completa y obras com- para indicar el plural, de manera
pletas se distinguen solamente, que igual se escribe § 43 que
en abreviatura, por la grafía: §43 y 44]
minúsculas para la primera y perg. pergamino
mayúsculas para la segunda. La periód. periódico
grafía O. C. está consagrada y pl. plancha. [No debe usarse como
debe respetarse, pero, según las sinónimo de lám., pues se trata-
reglas del plural de las abrevia- ría de un galicismo ortográfico,
turas, le correspondería la for- ya que planche significa «lámi-
ma OO. CC. (como se escribe na» en francés]
RR. ÓO., EE. UU., JJ. OO.), pleg. plegado
que no se emplea] poligr. poligráfico
o. cit. obra citada. [Reservada la grafía port. portada
502 16.27.1.1.1. NOMBRE DEL AUTOR

port. grab. portada grabada menudo: pp. 25 s., pp. 23 ss., o


portad. portadilla pp. 23 y s., pp. 23 y ss. (obsérve-
pos. positivo se que escribir pp. 23 y s. ahorra
pr. prologuista poco en relación con pp. 23 y 24;
pref. prefacio es decir, no ahorra ningún signo,
prel. preliminar por lo que la eliminación de la y
prelim. preliminares tiene un sentido abreviador en
prep. preparación; preparador este caso]
pres. presentación s. a. sin año (de edición). [Esta abre-
priv. privilegio viatura se emplea referida a li-
proc. procedencia bros (que solo usan año de edi-
pról. prólogo ción); si se trata de publicaciones
pte. parte periódicas (que usan fecha), lo
publ. publicación; publicado adecuado es s. f. ‘sin fecha’]
q. v. quod vide (véase). [Suele apa- s. d. sine data. [Esta expresión latina
recer en textos ingleses, pero significa «sin datos», es decir, sin
es preferible sustituirla por v. lugar de edición ni año (s. l. n.
(v. cf.)] a.); por más corta, es preferible
R. respuesta (v. P.) s. d.]
r. recto. [Es preferible emplear r. y s. e. sin editor (v. s. n.)
no r.o. Generalmente se escribe s. f. sin fecha (v. s. a.)
pegada al número de la hoja s. i. sin imprenta. [Aunque es gra-
(cuando solo llevan un número fía consagrada, sería más co-
para las dos caras, el recto o rrecta s. impr., por ser impr.
anverso y el verso, vuelto o re- la grafía común de imprenta
verso): 45r.; lo mismo es válido (v. impr.)]
para v. ‘verso’: 4 5 v.] s. l. sin lugar (de edición)
rec. recopilación; recopilador s. l. e. a. sine loco et anno (sin lugar [de
rdo., rda. redondo, redonda (tipo o letra) edición] ni año) (v. s. d.)
red. redactor s. l. f. sin lugar (de edición) ni fecha.
reed. reedición [Esta abreviatura solo es aplica-
ref. refundidor ble a una publicación periódica
reform. reformada (edición) (v. s. l.); dicho de un libro, es
reimpr. reimpresión (v. impr.) preferible s. d.]
repr. reproducido s. l. i. sin lugar de impresión. [Es dis-
reprod. reproducción; reproducido tinta de s. l., pues un libro puede
res. resumidor editarse en un lugar e imprimirse
retr. retrato en otro, o puede llevar editor y
rev. revisado; revisor; revista no impresor]
rúst. rústica s. l. n. a. sin lugar (de edición) ni año
s. siglo; siguiente. [Como abrevia- (v. s. d.)
tura de siglo solo puede usar- s. n. sine nomine (sin nombre [de
se entre paréntesis, y carece editor]). [Es una abreviatura téc-
de forma en plural, de manera nica, y por ello recomendable;
que igual se escribe (s. XIX) que sin embargo, se ha usado y re-
(s. XIX y XX). Como abreviatura comendado la forma s. e. ‘sin
de siguiente también puede es- editor’]
cribirse sig. (plural, sigs.), pero s. p. i. sin pie de imprenta. [No es
se prefiere la primera por más exacto equivalente de s. d.
corta (puesto que va siempre (v. s. d.): en alguna página del
después de cifra, no presenta libro (de los principios o de los
anfibología con otra palabra); en finales) puede aparecer la fe-
esta grafía, su plural es ss. Puede cha de edición o de impresión,
ir precedida, en ambos casos, de mientras que el pie de imprenta
la conjunción y, pero esta puede (indicación formal de lugar de
suprimirse, y es lo que se hace a impresión, impresor y año) pue-
16.27.1.1.1. NOMBRE DEL AUTOR 503

de faltar, y a ello se refiere la de Tal’ (con todo, tal hincapié


abreviatura] no tiene demasiado sentido, pues
s. pag. sin paginación ambas cosas expresan lo mismo);
s. v. sub voce, sub verbo (en el ar- en los demás casos, cuando a
tículo). [Se usa esta abreviatu- trad. le sigue otra abreviatura
ra latina (para la que no hay (por ejemplo, trad. esp.), la in-
traducción) ante una palabra o terpretación es traducción]
sintagma para remitir a ellos en transcr. transcriptor
un diccionario que se especifica; trat. tratado
por ejemplo, ‘v. drae , 1984, s. v. v. véase; versículo; verso; vuelto.
amalgama’ (es decir, véase la voz [Como abreviatura de véase ca-
amalgama en el Diccionario de la rece de forma en plural, de ma-
Real Academia Española] nera que igual se escribe v. p. 22
sc. scilicet (a saber). [Se escribe que v. pp. 22 ss. Como abre-
siempre de cursiva; suele usarse viatura de versículo y verso (en
en un texto citado para explicar poesía), su plural es vv. Como
algo; si el texto es cita directa, abreviatura de verso (vuelto),
entre corchetes; si no lo es, entre v. es preferible a v.o (v. r.), y se
paréntesis. La grafía scil., que escribe pegada al número: 45v.]
algún autor registra, no suele v. a. véase además
utilizarse] v. t. véase también
scil. v. sc. v. g., v. gr. verbi gratia (verbigracia, por
s/cub. sobrecubierta ejemplo). [Aunque muy utilizada
sec. sección por la Academia (sobre todo
sel. selección; seleccionador v. gr.) para introducir los ejem-
sep. separata plos, en general es preferible la
seq. sequitur (en la frase non sequitur forma española p. ej. (v. p. ej.)]
‘no sigue’, muy poco usada) var. variante
seud. seudónimo vers. versalitas (letras); versión
seud. colect. seudónimo colectivo vid. vide (véase). [Aunque muy uti-
sig. siguiente (v. s.) lizada por algunos autores, es
subí. subtítulo una abreviatura de formación
sum. sumario incorrecta, pues no ahorra nin-
supl. suplemento gún signo (vid. = cuatro signos;
t. tomo. [Carece de forma en plu- vide = cuatro signos); se adu-
ral, de manera que igual se escri- ce, para su uso, su continuado
be t. 4 que t. 4 y 5, o bien 1 t. o empleo en esa función, pero,
5 t.] además de que no es tan general
T. traductor. [Solo se usa en la for- como pudiera imaginarse (se usa
ma N. del T ‘nota del traductor’; mucho más v.), debería recha-
en los demás casos, trad. (v. A.; zarse por las razones aducidas
E.)] de que no ahorra signos (lo que
tall. gráf. talleres gráficos la convierte en una «antiabrevia-
tip. tipografía tura») y de que v. está ya consa-
tít. título grada para los envíos o remisio-
tít. orig. título original nes (v. cf.). Por todas estas razo-
trad. traducción; traductor. [No hay nes, debería prescindirse de vid.
anfibología en esta abreviatura (la cual tampoco es abreviatu-
para las dos palabras, pues en ra de videlicet, que tiene otro
caso de que se quiera hacer hin- significado y otra aplicación;
capié en traducción de en lugar v. viz.)]
de traductor, se escribe trad. de viz. videlicet (a saber)
Fulano de Tal ‘traducción de VV. AA. v. AA.
Fulano de Tal’, distinto de trad. vol. volumen
Fulano de Tal ‘traductor, Fulano xil. xilografía
504 16.27.1.1.2. TÍTULO DE LA OBRA

Enciclopedia della stampa, 4 vols., Turín: b) que haya sido publicada original-
sei , 1969. mente en un idioma que no usa el
Enciclopedia Labor, 10 t. en 11 vols., Barce- alfabeto latino, caso en el cual cabe
lona: Labor, 1967-1984. hacer dos cosas: dar la trasliteración
del título seguido de su traducción al
7. Si en la obra no hay autor, sino español:
director, compilador u otro, se entra por
sus apellidos seguidos del nombre, pero Aléxeiev , D. I., y otros: Slovar sokraschenii
indicando, tras él, la abreviatura corres- rúskogo yaziká (Diccionario ruso de abre-
pondiente (→ 16.27.1.1.3): viaciones), Moscú: Editorial del Estado
de Diccionarios Extranjeros y Nacionales,
Escolar Sobrino , Hipólito (dir.): De la 1963,
escritura al libro, Barcelona: Promoción
Cultural, 1976. o bien dar la traducción española seguida,
Bourdieu , Pierre (comp.): Fotografía: un ar- entre paréntesis, del nombre de la lengua
te medio, México: Nueva Imagen, 1978.
en que fue escrita:
8. Cuando de un mismo autor se citan Aléxeiev , D. L., y otros: Diccionario ruso de
varias obras, estas se sitúan en entradas abreviaciones (en ruso), Moscú: Editorial
independientes por orden cronológico, y el del Estado de Diccionarios Extranjeros y
nombre se sustituye por una raya a partir Nacionales, 1963.
de la segunda mención (→ 16.27.2.4-2).
Puede suceder, sin embargo, que en la tra-
16.27.1.1.2. Título de la obra. Se toma ducción de una obra extranjera sea necesa-
de la portada, nunca de la cubierta (sabido rio respetar la bibliografía tal cual porque
es que en esta el título puede no ser com- el autor utiliza remisiones textuales al au-
pleto, o no mencionar el subtítulo, que en tor y al año de edición original (→ 16.20.1-
muchas obras es un complemento necesa- 2). En este caso, a continuación de los da-
rio e incluso imprescindible del título). El tos originales de la bibliografía se añaden,
subtítulo se hace constar siempre, con las entre paréntesis, los datos de la edición
mismas caracteríticas gráficas del título y española precedidos de Trad. esp.:
separado de este por dos puntos e inicial
minúscula: Eco, Umberto (1977): Come si fa una tesi
di laurea, Milán: Bompiani. (Trad. esp.:
Valls , Arturo: Introducción a la antropolo- Cómo se hace una tesis, Barcelona: Gedi-
gía: fundamentos de la evolución y de la sa, 1982.)
variabilidad biológica del hombre, 2.a ed.,
Barcelona: Labor, 1985 (Labor Universita-
ria: Manuales). Pero si el autor se refiere en su texto a la
traducción española, debe disponerse de
la siguiente manera:
Si la obra es extranjera, el título debe darse
en su lengua original, salvo estos casos:
Eco, Umberto (1982): Cómo se hace una
tesis, Barcelona: Gedisa. (Ed. it.: Come
a) que haya sido traducida al español, si fa una tesi di laurea, Milán: Bompiani,
y entonces se da en español y con los 1977.)
datos bibliográficos que correspon-
dan a esta edición: 16.27.1.1.3. Nombre del traductor, edi-
tor, prologuista, presentador, etcétera. Se
Pagnini , Marcello: Estructura literaria y mé- hacen constar entre paréntesis, precedidos
todo crítico, Madrid: Cátedra, 1975; de la abreviatura correspondiente:
16.27.1.1.4. NÚMERO DE VOLÚMENES O TOMOS 505

Garde , Paul: El acento (trad. Julio Balderra- lúmenes pueden darse de varias maneras:
ma), Buenos Aires: Eudeba, 1968.
Martínez de Sousa , José: Diccionario in-
a) Una obra de un solo autor con varios
ternacional de siglas y acrónimos (pres.
Luis Izquierdo), 2.a ed., Madrid: Pirámide, volúmenes:
1984.
Poema de Mio Cid (ed. Colin Smidth), Ma- Rouanet , Léo: Colección de autor, farsas y
drid: Cátedra, 1976. coloquios del siglo XVI, 4 vols., Barcelona
Poema de Mio Cid (ed., introd. y n. de Ian y Madrid, 1901.
Michel), Madrid: Castalia, 1976.
Seco , Manuel: Diccionario de dudas y di- b) Una obra encabezada por su director
ficultades de la lengua española (pról.
y con mención del autor de cada
Salvador Fernández Ramírez), 10.a ed.,
Madrid: Aguilar, 1998. volumen:
Villena , Enrique de: Los doze trabajos de
Hércules (ed., pról. y n. de Margherita Sainz Rodríguez , Pedro (dir.): Biblioteca
Morreale), Madrid: Real Academia Espa- bibliográfica hispánica, varios volúmenes
ñola, 1958. en curso de edición, Madrid: Fundación
Universitaria Española, 1975. i: A. Laban-
El tratamiento tipográfico del editor, tra- deira: Repertorios por lugar de nacimien-
ductor, prologuista, presentador, etcéte- to; ll: Miguel M. Rodríguez San Vicente:
Repertorios por profesiones y otras ca-
ra, no se distingue con diacríticos. Por racterísticas personales; iii: A. Labandei-
otro lado, la disposición anterior se aplica ra Fernández: índices de publicaciones
también cuando se menciona la interven- periódicas; iv: A. Labandeira Fernández:
ción de un revisor o ampliador de una Bibliografía sobre historia de la imprenta.
obra:
c) Mención de un volumen en una obra
Sabaté , Emilio: Para escribir correctamente por volúmenes con director:
(rev. y act. por José María Nebreda), 4.a
ed., Barcelona: Juventud, 1971.
Seco , Rafael: Manual de gramática española Labandeira Fernández , A.: Bibliografía so-
(rev. y ampl. por Manuel Seco), 9.a ed., bre historia de la imprenta, en Pedro Sainz
2.a reimpr., Madrid: Aguilar, 1967. Rodríguez (dir.): Biblioteca bibliográfica
hispánica, vol. v, Madrid: Fundación Uni-
versitaria Española, 1980.
16.27.1.1.4. Número de volúmenes o Céspedes del Castillo , Guillermo: América
tomos. 1. Se hace constar tras el título hispánica, en Manuel Tuñón de Lara (dir.):
de la obra (y, eventualmente, después de Historia de España, 13 vols., Barcelona:
indicar entre paréntesis el nombre del Labor, 1979-1985; vol. 6, 198.
traductor, editor, prologuista, presentador,
etcétera; → 16.27.1.1.3): d) Mención de cada volumen en una
obra de un solo autor:
Enciclopedia Labor, 10 t. en 11 vols., Barce-
Hauser , Arnold: Historia social de la lite-
lona: Labor, 1967-1984.
ratura y el arte, 3 vols, i: Origen de la
literatura y el arte modernos; ii: El manie-
Si se quiere hacer constar uno concreto que rismo; iii: Pintura y manierismo, 19.a ed.,
se ha consultado, se indica al final de la fi- Barcelona: Labor, 1985.
cha, seguido de las páginas:
Es necesario, en este apartado, distinguir
Enciclopedia Labor, 10 t. en 11 vols., Barce- cuidadosamente entre volumen y tomo.
lona: Labor, 1967; vol. 7, 57-109. En general, se habla de tomo cuando el
contenido de una obra se divide en dos o
2. Las bibliografías de obras por vo- más partes independientes (afecta, pues, al
506 16.27.1.1.5. PIE EDITORIAL

concepto), y de volumen cuando el texto Santiago de Chile: Impr. Universitaria,


de un tomo, por su extensión, requiere 1927.
más de una unidad física. Véase un ejem-
plo: 16.27.1.1.5.1. Lugar de edición. 1. Co-
mo se ve en 16.27.2.1-4, el topónimo que
Historia universal lo expresa debe escribirse, si es extranjero,
tomo 1: La Antigüedad (1 vol.) según la forma del exónimo en español. Si
tomo 2: La Edad Media (2 vols.) es poco conocido o se trata de un topónimo
tomo 3: La Edad Moderna (3 vols.)
tomo 4: La Edad Contemporánea (6 vols.).
de igual grafía que otro de país distinto,
es conveniente añadir el nombre del país,
entre paréntesis si figura en el original y
Podemos comprobar que la obra titulada entre corchetes si no figura; por ejemplo,
Historia universal se ha dividido en cuatro Córdoba (Argentina), Cali [Colombia],
tomos (divisiones conceptuales) y para Cambridge (Reino Unido), Georgia (Esta-
contener el desarrollo de cada uno de ellos dos Unidos), etcétera.
se han necesitado 10 volúmenes (unidades 2. No debe confundirse el lugar de
físicas). Así pues, para evitar cualquier con- edición con el lugar de impresión: un libro
fusión, téngase en cuenta si la división de puede editarse en un lugar de un país (por
una obra en partes independientes obedece ejemplo, Londres, en el Reino Unido) e
a estructura del texto o bien al deseo de imprimirse en otro (por ejemplo, Budapest,
evitar una unidad física muy grande. Por en Hungría). En principio, el que debe
ejemplo, la Enciclopedia Labor, menciona- figurar es el lugar de edición, pero entre
da en ejemplos anteriores, tiene 10 tomos paréntesis puede añadirse el de impresión.
en 1 1 volúmenes, porque uno de los tomos Lo más general, no obstante, es que lugar
(divisiones conceptuales de la obra) se divi- de edición y de impresión coincidan. A
de en dos volúmenes. veces, en obras españolas, se da el caso
de que una obra editada en Barcelona o
16.27.1.1.5. Pie editorial. El pie edi- Madrid ha sido impresa en l’Hospitalet de
torial está constituido por estos datos (de Llobregat o Móstoles, respectivamente, o
los que, en una buena bibliografía, no debe bien se ha editado en Barcelona e impreso
faltar ninguno): lugar de edición, editor en Madrid, o viceversa. En estos casos
y año de edición. El orden de exposición suele figurar el lugar de edición solamente.
internacional es el aquí indicado, pero hay Si en una obra aparecen más de un lugar
quien prefiere disponerlo así: editor, lugar de edición o de distribución, se toma el
de edición y año. Dada la tendencia mo- que resulte relevante por su presentación
derna a la normalización internacional, es o situación; si ninguno destaca, se coloca
preferible disponer estos datos en el orden el primero y los que le siguen, si son tres o
antedicho, adoptado también en España menos, pero si son más se toma el primero
para el asiento catalográfico (v. Reglas de y se hace seguir de etcétera. Si falta el lugar
catalogación, 1985: 40). En obras antiguas, de edición, se hace constar la abreviatura
y aun en algunas consideradas modernas, s. l., pero, si puede conjeturarse, se añade
es frecuente que falte el nombre del edi- entre corchetes (→ c. 16.1); si lo que falta
tor, bien porque se ignora o porque no es el pie editorial completo, se hace constar
existió (→ 16.27.1.1.5.2); en este caso, s. d. (→ c. 16.1), y si lo que falta es el pie de
si existe imprenta, debe hacerse constar: imprenta (impresor, dirección y año), se ha-
ce constar la abreviatura s. p. i. (v. c. 16.1).
Academia Española : Ortografía, Impr.
Aguirre, 1970. 16.27.1.1.5.2. Editor. Normalmente,
Amunátegui Reyes , M. L.: ¿Cuál es la or- siempre que no se preste a confusión, se
tografía que más favorece a nuestra raza?, hace constar el nombre específico, sin
16.27.1.1.6. EDICIÓN 507

mención de palabras como Editorial, Edi- Lozano Ribas , Miguel: Gramática caste-
ciones, Editores, etcétera, ni datos de tipo llana para uso de tipógrafos, Barcelona:
comercial, como S. A. ‘sociedad anónima’, Mateu, s. a. [¿posterior a 1928?].
S. L. ‘sociedad limitada’, Lted. ‘Limited’, Oliver Rodríguez , Enrique: Prontuario del
idioma, Barcelona: Sucs. de Manuel Soler,
etcétera; por ejemplo, Labor, Salvat, Espa- s. a. [¿1910?].
sa-Calpe, Gustavo Gili, Pirámide, Paranin-
fo, en lugar de Editorial Labor, S. A,; Sal- En las bibliografías del sistema Harvard
vat Editores, S. A.; Editorial Espasa-Calpe, (→ 16.20.1-2), tras el año pueden hacerse
S. A.; Editorial Gustavo Gili, S. A.; Edicio-
constar letras cursivas entre paréntesis, em-
nes Pirámide, S. A.; Editorial Paraninfo, pezando por la a, para distinguir dos o más
S. A. Pero, obviamente, debe escribirse Edi-
obras editadas en el mismo año:
ciones Generales Anaya, puesto que hay
otra editora denominada Ediciones Anaya,
Seco , Manuel (1979a): Gramática esencial
como debe escribirse Editora Nacional del español, 6.a ed., Madrid: Aguilar.
(tanto en México como en España). Si este — (1979b): Diccionario breve de dudas de
dato falta en la obra, se hace constar en la la lengua española, Madrid: Ministerio
ficha la abreviatura s. n. (→ c. 16.1). de Cultura.

16.27.1.1.5.3. Año de edición. Debe Cuando se trate de obras fechadas con ca-
tomarse de las cuatro o seis primeras pá- lendarios distintos del que rige en el mundo
ginas. Normalmente aparece en la portada occidental, se hará constar la fecha en el
o, con mayor seguridad, en la página de calendario original, pero, entre corchetes,
derechos o de créditos, es decir, el dorso debe añadirse la fecha en el calendario
de la portada. Si en estos lugares no apa- gregoriano. Si en el original hay error en la
rece, y sí en otro lugar de la obra (por fecha, se hace constar la que aparezca, pero
ejemplo, en el colofón o en las últimas se corrige entre corchetes: 1890 [1980].
páginas —a veces incluso en la cubierta
posterior—), debe hacerse constar entre 16.27.1.1.6. Edición. 1. Siempre es
corchetes: conveniente hacer constar en las biblio-
Cochet , G.: El grabado, historia y técnica, grafías el número de la edición que se ha
Buenos Aires: Poseidón, [1943]. manejado. A veces se presentan problemas
a causa de que algunos editores confunden
Si no aparece en ningún lugar de la obra, edición con reimpresión (confusión inte-
se consigna el del depósito legal precedido resada, naturalmente), y al autor que ma-
de la abreviatura D. L. o, si no lo lleva, la neja este tipo de trabajos no le queda otro
abreviatura s. a. (→ c. 16.1): recurso (si no puede cotejar las ediciones)
que dar un número elevado de ediciones
Buer , Konrad F.: Cómo se forma la letra de de una obra que en realidad solo ha tenido
imprenta, Fráncfort del Main (Alemania): una o unas pocas, y el resto son reimpre-
Fundición Bauer, s. a.
siones. El dato de las reimpresiones no es
Si lo que falta es el lugar de edición y el bibliográfico: para los efectos, da lo mismo
año, se coloca la abreviatura s. d. o bien la primera que la décima, pues todas las
s. l., s. a. (→ c. 16.1): reimpresiones, por su misma definición,
son iguales. Lo que interesa, verdadera-
Diccionario de abreviaturas y siglas, mac , mente, es el número de ediciones, cada una
s. d. de las cuales debe comportar, en relación
con las precedentes, cambios notables en el
Sin embargo, si el año de edición puede contenido; si solo hay corrección de erra-
conjeturarse, se hace constar entre interro- tas, o ni siquiera esto, entonces se trata de
gantes dentro de corchetes: una reimpresión, no de una reedición. En
508 16.27.1.1.7. COLECCIÓN

caso de duda, el autor puede copiar el dato Por lo que respecta al número de páginas
que proporcione el editor. en citas bibliográficas, véase el párrafo
2. El dato de la edición (expresado con 16.27.3-4.
número ordinal abreviado y la abreviatu-
ra ed.) se hace constar antes del lugar de 16.27.1.1.9. Formato. A diferencia de
edición: la ficha catalográfica, en la que se hacen
constar siempre, en la bibliográfica no
García Mercadal , José: Antología de hu- suelen hacerse constar las dimensiones del
moristas españoles del siglo i al XX, 2.a ed., libro. Sin embargo, quien quiera hacerlo
Madrid: Aguilar, 1961. debe prescindir de la vieja nomenclatura
en octavo (o en 8.o), en dieciseisavo (o en
16.27.1.1.7. Colección. Cuando una 16.o), en cuarto (o en 4.o), en cuarto mayor,
obra pertenece a una colección, es reco- etcétera. En la actualidad, si la obra tiene
mendable añadir este dato; no es funda- dimensiones proporcionadas (es decir, si
mental, pero, si la colección es prestigiosa, no es excesivamente alta en relación con la
contribuye a encuadrar la obra; tras coma, anchura o excesivamente ancha en relación
se añade el número (si lo hay), y el todo se con la altura), se hace constar solamente la
encierra entre paréntesis al final de la ficha altura expresada en centímetros:
bibliográfica:
Martínez Amador , Emilio M.: Diccionario
Gomella , Cyrill: La sed del mundo, Barcelo- gramatical y de dudas del idioma, Barcelo-
na: Labor, 1973 (Nueva Colección Labor, na, Sopena, 1966, 21,7 cm.
170).
Pero si el tamaño es desproporcionado o
Si hay colección y serie, pueden hacerse poco habitual, se dan las dos dimensiones,
constar ambas, separadas por dos puntos: teniendo en cuenta que la mencionada en
primer lugar es siempre la altura (aunque
Valls , Arturo: Introducción a la antropolo- sea menor que la anchura):
gía: fundamentos de la evolución y de la
variabilidad biológica del hombre, 2.a ed.,
Barcelona: Labor, 1985 (Labor Universita- Fernández , Casto, y otros: El llibre: la se-
ria: Manuales). va aventura, Madrid, Fundación Germán
Sánchez Ruipérez, 1984 (Quaderns per al
Foment de la Lectura, 1), 21 × 24 cm.
16.27.1.1.8. Páginas. No todas las bi-
bliografías hacen constar el número de
páginas de la obra, pero, si se proporciona, 16.27.2. Presentación de las bibliogra-
debe comprobarse si la obra lleva folios fías.
prologales (es decir, si la numeración de
las páginas en que se encuentran normal- 16.27.2.1. Aspectos formales . 1. La
mente el prólogo, la introducción, etcétera, presentación de las bibliografías varía mu-
está escrita con cifras romanas, que es cho; dependerá de la intención del autor
independiente de la numeración con cifras o de la orientación de su trabajo. La más
arábigas); si es así, deben hacerse constar socorrida, y tal vez la más útil en general,
estas páginas escritas con cifras romanas en es la que ordena los datos a partir del ape-
versalitas seguidas del signo + y el número llido del autor y situando estos en un orden
de páginas con cifras arábigas: alfabético general. Otros, sin embargo, las
dividen por materias y, dentro de ellas, por
Menéndez Pidal , R.: Manual de gramáti- orden alfabético de apellidos o bien cro-
ca histórica española, 15.a ed., Madrid: nológicamente. No tiene sentido situar el
Espasa-Calpe, 1977, vii + 367 pp. orden alfabético por el título de las obras,
16.27.2.3. PUNTUACIÓN DE LOS DATOS BIBLIOGRÁFICOS 509

y mucho menos (aunque alguna vez se ha recer también escrito con versalitas en
hecho) alfabetizando por el prenombre del algunas bibliografías, no es necesario, pues
autor. lo que se busca y, por consiguiente, debe
2. Deben emplearse cuantas abrevia- destacarse es el (o los) apellido(s). Por
turas estén establecidas por el uso, más supuesto, la versalita para esta parte de la
aquellas que, siendo necesarias, estén bien bibliografía es una elección recomendable,
escritas y sean fácilmente interpretables pero también se puede elegir la mayúscula/
(→ c. 16.1). En este sentido, siempre que minúscula normal para este caso (la elec-
sea posible deben preferirse las formas en ción de la versalita supone más trabajo,
español de tales abreviaturas, mejor que pero también resulta más estético). Si la
las de origen latino, inglés, etcétera (v. letra empleada carece de versalitas, obvia-
Polo, 1974: 403, 482). En general, pueden mente deben aceptarse las minúsculas (con
abreviarse las fechas (1.7.85; en. 1985; sus mayúsculas) de redondo:
ag.-set.; no se abrevian las estaciones del
año, que suelen aparecer sobre todo en Martínez de Sousa, José: Diccionario general
revistas: primavera, verano, otoño, invier- del periodismo, Madrid: Paraninfo, 1981.
no); los tipos de publicaciones (bol., rev.,
an., etcétera); las ediciones (ed., ed. crít., No parece muy recomendable sustituir la
ed. anot.fi, los datos referentes a la autoría versalita por la negrita, aunque en algunos
(dir., ed., recop.fi, las entidades editoras, casos se hace:
en revistas y publicaciones (Acad., Asoc.,
Martínez de Sousa, José: Diccionario general
Univ.fi del periodismo, Madrid: Paraninfo, 1981.
3. En las bibliografías extranjeras deben
traducirse todos los datos bibliográficos o El título de la obra debe grafiarse de cur-
comentarios escritos en la lengua que se siva. Supongamos, sin embargo, que por
traduce. alguna razón no se dispusiera de ella; en ese
4. Los topónimos extranjeros deben caso debe utilizarse el subrayado:
expresarse con el exónimo que les corres-
ponda en español; por ejemplo, Göttingen Martínez de Sousa, José: Diccionario general
debe escribirse Gotinga; New York, Nueva del periodismo. Madrid: Paraninfo, 1981.
York; London, Londres; Marseille, Marse-
lla; etcétera (→ 16.27.1.1.5.1). Sin embargo, si se usa la negrita para el
5. Como norma general, debe encerrar- nombre del autor, el título de la obra debe
se entre corchetes cualquier dato que se ir en redonda en ese caso, ya que, de lo
añada y no figure en el original o fuente contrario, se recargaría el texto con las
que se describe. formas diacríticas y resultaría poco legible:
Martínez de Sousa, José: Diccionario general
16.27.2.2. Presentación tipográfi - del periodismo, Madrid: Paraninfo, 1981.
ca . La más utilizada es como sigue:
Martínez de Sousa, José: Diccionario general
— apellido(s) del autor: versalitas del periodismo, Madrid: Paraninfo, 1981.
(con sus versales);
— prenombre del autor: redondo mi- 16.27.2.3. Puntuación de los datos
núsculas (con sus versales); bibliográficos . Hay varias soluciones,
— título de la obra: cursiva minúsculas aunque en un mismo trabajo sería conve-
(con sus versales); niente unificar el criterio adoptado. Los
— los demás datos: redondo minúsculas organismos internacionales no imponen
(con sus versales). ninguna forma de puntuación para los
datos de la bibliografía. A continuación
Aunque el prenombre del autor suele apa- se exponen varios modelos de puntuación.
510 16.27.2.3. PUNTUACIÓN DE LOS DATOS BIBLIOGRÁFICOS

1. Separar con comas todos los datos del autor, y la segunda, porque está esta-
bibliográficos: blecida internacionalmente para evitar la
posible confusión de un topónimo (cuando
Morato , Juan José, Guía práctica del com- se colocan más de uno) con el editor.
positor tipógrafo, 3.a ed., Madrid, Her- 5. Algunos autores eliminan la coma en
nando, 1933. dos casos: entre el o los apellidos del autor
y su nombre:
La coma como único signo para sepa-
rar elementos tan dispares es demasiado Díaz -Plaja G.: El libro ayer, hoy y mañana,
«débil». Podrían buscarse otras fórmulas Barcelona: Salvat, 1974,
crecientemente más netas, como las si-
guientes: y entre el nombre de la editorial y el año:
2. Separar con dos puntos el nombre del
autor y el título de la obra, y con comas los Díaz -Plaja , G.: El libro ayer, hoy y mañana,
restantes datos: Barcelona, Salvat 1974.

Morato , Juan José: Guía práctica del com- En mi opinión, en ambos casos la coma
positor tipógrafo, 3.a ed., Madrid, Her- debe colocarse siempre, ya que la única
nando, 1933. razón por la que podría prescindirse de
ella, el ahorro de tiempo y espacio, es aquí
3. Separar con dos puntos el nombre del despreciable, y no se ve otra razón de peso
autor y el título de la obra, y poner punto para hacerlo.
después de esta y de la edición: 6. También es habitual la eliminación
de la coma cuando precede a y en los ca-
Martínez de Sousa , José: Diccionario in- sos de dos o más autores:
ternacional de siglas y acrónimos. 2.a ed.
Madrid, Pirámide, 1984. Alonso , Amado y Pedro Henríquez Ure -
ÑA.
Con este sistema, como se ve, se crean
áreas o grupos: autor: título. / edición. /
Polo (1974: 397) defiende la omisión de
datos editoriales o regístrales.
esa coma con este argumento: «[...] alguien
4. El modelo deseable en español:
podría defender la presencia de coma an-
Morato , Juan José: Guía práctica del com- tes de y para facilitar —no hay peligro
positor tipógrafo, 3.a ed., Madrid: Her- de interpretación errónea— la lectura de
nando, 1933. lo que sigue como de otro sintagma y no
continuación de Amado; pero, además, el
Parece que, no siendo posible crear un ir en versalita esa parte tras y es suficiente
modelo que todos sigan, y dado que la iso diacrítico». En mi opinión, se trata de una
(International Organization for Standardi- coma gramatical obligatoria, incluso en
zation ‘Organización Internacional de Nor- el caso (que no se da en mi ejemplo, por
malización’) renuncia a proporcionar un la disposición adoptada para el segundo
modelo de puntuación de las bibliografías, nombre y los subsiguientes si hay más de
este que precede es admisible. Se separan dos; → 16.27.1.1.1-2) de que la palabra
todos los datos con coma, menos el nom- siguiente comience con versalitas. Con esa
bre del autor y el título de la obra, por un grafía el Amado queda unido copulativa-
lado, y la ciudad y el editor, por otro, en mente, merced al oficio de la conjunción
ambos casos puntuados con dos puntos. El y, con Pedro, que es el prenombre del au-
primero, porque esa puntuación parece la tor siguiente, exactamente igual que cuan-
más adecuada para la función de introducir do dos hermanos son autores de una
al lector a los datos que siguen al nombre obra:
16.27.3. BIBLIOGRAFÍAS DE CAPÍTULOS EN LIBROS O TRABAJOS EN PUBLICACIONES 511

Mateu Ibars , Josefina y M.a Dolores: Biblio- Benito , Ángel: La enseñanza del periodismo
grafía paleográfica, Barcelona: Universi- y el progreso político, Barcelona: Instituto
dad, 1974. de Ciencias Sociales, 1967.
— La socialización del poder de informar,
Se trata, como se ve, de dos casos muy dis- Madrid: Pirámide, 1978.
— y otros: Las secciones en la información de
tintos, que hay que diferenciar con la coma actualidad, Pamplona: eunsa , 1967.
puesta al prenombre invertido del primer Gómez Salazar , Fernando: Ortografía al
autor cuando se trata de autores con ape- alcance de todos, Madrid, 1886.
llidos distintos. — y J. M. Marroquín : La ortografía al al-
cance de todos, México, 1889.
16.27.2.4. Composición de las bi -
bliografías , Suelen componerse en un Téngase en cuenta que la raya se emplea
cuerpo de letra al menos dos puntos menor para sustituir, cada vez que haga falta, el
que el utilizado en el cuerpo de la obra o primer nombre, pero no el segundo y res-
trabajo en que se inserten y lo más habitual tantes (→ 16.28.1.2-3):
es disponerlas a dos o más columnas. Por
lo que respecta a los restantes aspectos de Silva , C. Tavares da, y J. Soares : «Contri-
buçäo para o conhecimento dos povoados
la presentación, ténganse en cuenta las si- calcolíticos do Baixo Alentejo e Algarve»,
guientes normas: Setúbal Arqueológica, ii-m (1976-1977).
1. Con objeto de que destaque conve- — y J. Soares : Prehistoria da área de Sines,
nientemente cada entrada de la bibliogra- Lisboa, 1981.
fía, el nombre del autor se compone con
letra destacada (generalmente la versalita Se hace así para evitar dudas y confusiones.
en los apellidos; → 16.27.2.2) y las lí- 3. El signo que debe utilizarse en este
neas se disponen en párrafo francés, es caso es la raya (—), no la raya doble (----- )
decir, sangrando todas las líneas menos la o cualquier otro signo de dimensiones su-
primera (véanse los ejemplos anteriores) periores.
(→ 13.4.1.3). 4. En este oficio, la raya nunca debe en-
2. Cuando de un autor se cita más de cabezar página o columna; si la situación se
una obra, en la segunda y siguientes fichas presenta, es necesario sustituir el signo por
bibliográficas se sustituyen los apellidos y el nombre al que sustituye (→ 16.28.1.2).
el prenombre por una raya (—), seguido 5. Normalmente, cuando se cambia de
de un blanco fijo de un cuarto de cuadra- letra (es decir, cuando se pasa de la a a la
tín o similar. Esta raya debe alinear por la b, de la b a la c, etcétera), al comienzo de
izquierda con la primera letra del primer la siguiente se coloca una línea de blanco.
apellido; o sea, que no debe ir precedida de También se dan otras soluciones, como
ningún blanco; después de la raya no se co- colocar en su lugar correspondiente la letra
loca en ningún caso la puntuación que lleve que indica el cambio alfabético: A, B, C...,
el nombre del autor sustituido por la raya. o bien una línea de blanco solamente, pero
Si tras mencionar todas las obras del autor poniendo con negrita la primera letra de la
aparece alguna en la que este colabora, primera palabra con que empieza cada una
como primer autor, con otro u otros, se si- (esta última solución es innecesaria; basta
túa posteriormente (no importa aquí con la línea de blanco).
el orden cronológico), y en este caso
sus apellidos y prenombre se sustituyen 16.27.3. Bibliografías de capítulos en
también por una raya, pero se añaden libros o trabajos en publicaciones periódi-
a continuación, empezando por el pre- cas. Se presentan como las bibliografías de
nombre (no por el apellido), los nombres libros, pero con algunas salvedades, como
de los demás autores o los nuevos da- las siguientes.
tos: 1. El título del capítulo o trabajo se en-
512 16.27.3. BIBLIOGRAFÍAS DE CAPÍTULOS EN LIBROS O TRABAJOS EN PUBLICACIONES

cierra entre comillas latinas y el del libro o fía no es indiferente, como dice. En efecto,
publicación se escribe de cursiva: si se ha convenido universalmente que los
títulos de publicaciones se escriban de cur-
Palmer , Frank: «La lingüística estructural», siva (→ 14.1.7.2.1-4; 14.1.7.2.1-5) y los
en Teoría gramatical, Barcelona: Penínsu- de partes de un todo (libro, publicación,
la, 1975, 173-217. etcétera) con comillas (→ 14.1.7.1.2-1;
López Montoto , Gregorio: «Se deben evi- 14.1.7.1.2-2), es obvio que solo esta puede
tar las fricciones», El País (Barcelona) ser la solución. No parecería lógico escribir
(21/11/82), 13.
Rodríguez González , Félix: «Variaciones
en el texto Revista de Filología, como es
fonotácticas en siglas: condicionamientos norma, y en la ficha bibliográfica «Revista
lingüísticos y sociolingüísticos», Revis- de Filología», como tampoco sería lógico
ta Española de Lingüística, 12, núm. 2 escribir en el texto «Idioma y dialecto» y en
(1982), 357-374. la ficha Idioma y dialecto. Grafiar el título
del capítulo o del trabajo de redondo y sin
Esta es, en cada caso, la grafía más unl- diacríticos tampoco parece criterio acep-
versalizada y la recomendada por el mla table, pese a que lo sigan algunos autores
Handbook (1977: 113). Sin embargo, en anglosajones (no los que siguen a la mla ,
algunas obras extranjeras (incluso norte- como se ha visto antes).
americanas, que suelen seguir, en general, 2. Cuando la bibliografía es de trabajos
el criterio de la mla , al menos en el campo en libros, después del título del trabajo (al
de las humanidades) se observa un apar- que sigue coma) se escribe en:
tamiento de esta norma en el hecho de
escribir el título del artículo sin comillas y López Piñero , José María: «La iatroquímica
de redondo (es decir, sin diacríticos); opino de la segunda mitad del siglo xvii », en Pe-
que es un mal criterio, y que la norma de dro Laín Entralgo (dir.): Historia universal
de la medicina, vol. iv, Barcelona: Salvat,
la mla , que desde hace tiempo se sigue en 1975, 279-295.
España, es muy acertada. Sin embargo, no Martínez de Sousa , José: «El futuro del li-
es poca la confusión que aún subsiste entre bro», en Pequeña historia del libro, Gijón:
algunas personas a la hora de redactar Trea, 1999,211.
una ficha bibliográfica de este tipo. Por
ejemplo, Fernández Castillo (1959: 18) re- Ciertas normas dicen que la preposición
comendaba que tanto el título del capítulo en ha de quedar destacada, motivo por
o del trabajo como el de la obra o publi- el cual algunos tienden a escribirla de
cación se escribieran de cursiva: ‘Idioma cursiva; ciertamente, no es necesario, si se
y dialecto, en Revista de Filología’. Es un tiene en cuenta que está precedida de un
criterio erróneo, puesto que necesariamen- título encerrado entre comillas y seguido
te ha de distinguirse la parte y el todo, lo de otro escrito de cursiva, con lo que se
que no se consigue utilizando el mismo destaca netamente aun escrita de redondo.
diacrítico (la cursiva) para ambos. Casares Por esta razón, tampoco parece necesario
(en la misma obra, 75) dice: «Se ha de hacerla seguir de dos puntos (en:). En otros
distinguir tipográficamente el nombre del idiomas se usa en latín, in; aunque pare-
artículo del nombre del periódico o revista. ce grafía internacional, en español se usa
Caben dos soluciones, ambas muy usuales más en.
e igualmente aceptables: Idioma y dialecto 3. Cuando la bibliografía es de trabajos
en “Revista de Filología” o “Idioma y dia- en periódicos o revistas, la preposición en
lecto” en Revista de Filología. Escribir el se omite en todos los casos:
nombre del artículo y el de la revista en
cursiva no parece recomendable». Cierto; Rosenblat , Ángel: «El futuro de la lengua»,
pero tampoco es recomendable seguir el Revista de Occidente (Madrid), 56 y 57
primer ejemplo de Casares, porque la gra- (1967), 155-192, p. 164.
16.27.3. BIBLIOGRAFÍAS DE CAPÍTULOS EN LIBROS O TRABAJOS EN PUBLICACIONES 513

4. El orden de los datos debe ser el o el mes de su publicación, en ambos


siguiente: casos entre paréntesis [las palabras
4.1. Bibliografías de capítulos de libros: volumen o tomo, o sus respectivas
abreviaturas vol. o t., pueden omi-
— apellido(s) y prenombre del autor; tirse, y es lo que se hace normalmen-
— título del capítulo (de redondo y en- te]);
tre comillas); — página(s) que comprende el trabajo
— la preposición en (de redondo); (sin mención de páginas o pp.);
— título de la obra (en cursiva); — página(s) que comprende la cita con-
— pie editorial (como para las biblio- creta (puede ir precedida de la abre-
grafías de libros; → 16.27.1.1.5); viatura esp. ‘especialmente’, o bien de
— página o páginas donde se halla la las abreviaturas p. o pp.):
cita, si se hace referencia concreta a
ella. Bourdon , M.: «La paradoja del paro en-
cubierto y sus consecuencias», Economie
Como ejemplo, véanse los del apartado rurale, 87 (en.-marzo 1971), 57-66.
16.27.3-2 anterior. Jasso Sáez , Esther: «Las publicaciones perió-
4.2. Trabajos en diarios: dicas mexicanas del siglo xix», Bibliotecas
y Archivos (México), 5 (1974), 29-39.
— apellido(s) y prenombre del autor; Rodríguez González , Félix: «On the Corn-
ing of Acronyms by Homonymy», An-
— título del artículo (de redondo y entre glo-American Studies (Salamanca), 111,
comillas); núm. 2 (1983), 209-221, esp. 213-215.
— título del diario (de cursiva); Rosenblat , Ángel: «El futuro de la lengua»,
— lugar donde se edita (si se conoce; Revista de Occidente (Madrid), 56-57
entre paréntesis); (1967), 155-192, p. 164.
— fecha de la entrega (entre paréntesis);
— página(s) en que se halla el artículo. En bibliografía anglosajona se ve a veces
una forma distinta de presentar estas fi-
Como ejemplo, véase el segundo del apar- chas; véase un ejemplo en el que el número
tado 16.27.3-1 anterior. de la entrega aparece de cursiva (también
4.3. Trabajos en revistas: se ha visto con negritas), unido a las pá-
ginas mediante dos puntos y posponiendo
— apellido(s) y prenombre del autor; el año:
— título del trabajo (de redondo y entre
comillas); Warnik , M. E., y K. N. Morrison : «Indirect
— título de la publicación (entero o technique for making porcelain inlays»,
abreviado; de cursiva); J. Pros. Dent., 11:948-958, 1961.
— lugar donde se edita (si se conoce;
entre paréntesis); Salvo que se copie fotográficamente una
— número de la entrega si no hay volu- bibliografía extranjera, el modelo reco-
men o tomo (en cifras arábigas), o mendado aquí, que sigue al de la mla y se
— número del volumen o tomo (en ci- utiliza por escritores españoles, es el más
fras arábigas o romanas), seguido del recomendable (especialmente en el cam-
número de la entrega (en este caso po de las humanidades). Naturalmente,
precedido de la abreviación núm, [de otros autores prefieren otros modelos. Polo
redondo]); (1974: 466-467) presenta ejemplos como
— fecha del volumen o tomo o de la ‘Language, viii-1960’, que admitiría las
entrega (si es el volumen o tomo, el variantes ‘Language, viii, 1960’; ‘Lan-
año o parte del año o los años que guage, 1960, viii’; ‘Language, viii/1960’;
comprende, y si es el número, el día ‘Language, vii-2/1960’ (son ejemplos in-
514 16.28. LOS ÍNDICES ALFABÉTICOS

ventados). Hay otras variantes posibles, no es así (como en el caso que ejemplifica-
evidentemente, pero debería admitirse el mos), con dar el tomo hay suficiente, pues
modelo aquí explicado, ya unlversalizado no ofrece problema para la identificación
en grado apreciable, para normalizar este de la entrega.
aspecto del trabajo científico. Otro proble-
ma importante es el de la cita del volumen, 16.28. Los índices alfabéticos. Presen-
del tomo o del cuaderno; por ejemplo, el tan las materias por el orden de las letras
Boletín de la Real Academia Española uti- en el alfabeto. Pueden ser de materias y
liza el sistema tomo/cuaderno, con nume- onomásticos.
raciones distintas, como es lógico (puesto
que cuaderno es la unidad menor en este 16.28.1. índice de materias. También
caso, su numeración es mayor que la del llamado índice temático e índice analíti-
tomo). El problema estriba en saber cuál de co, es el que recoge por orden alfabético
las dos unidades debe utilizarse, o si deben los nombres de las materias, temas o con-
utilizarse las dos. Tal como recomienda ceptos que aparecen mencionados en una
Polo (l. cit., 467), lo mejor es elegir la uni- obra o trabajo.
dad mayor, el tomo en este caso (en otros
será el volumen), por cuanto los tomos 16.28.1.1. Generalidades . 1. El sin-
tienen numeración correlativa a lo largo de tagma índice de materias es discutido;
todos sus cuadernos. Tomemos, por ejem- para algunos, este índice es el de con-
plo, el tomo xliv , cuaderno CLxxiii, en el tenido (→ 16.10); otros (por ejemplo, la
que aparece un trabajo de Julio Palacios; Academia) lo llaman índice alfabético de
puesto que la numeración es correlativa a materias (v. Esbozo, 1973: 561), lo cual,
lo largo de todo el tomo, y los cuadernos en el sentido en que lo entiendo, es una
carecen de numeración autónoma (en otros redundancia, pues si se compone solo de
casos la llevan, con la del tomo o volumen), entradas de materias, es necesariamente
tomaremos la numeración del tomo, que es alfabético (un índice de materias que no
suficiente: fuera alfabético sería sistemático). Por otro
lado, puede convenirse en que los títulos y
Palacios , Julio: «Los neologismos en la subtítulos que componen el índice de con-
ciencia y en la técnica», brae , 44 (1964), tenido son materias, pero, obviamente, no
421-424. son todas las materias que aparecen en una
obra o trabajo. Por consiguiente, opino
Queda aún otro problema: ¿qué se hace que el sintagma índice de materias debería
con el sistema de numeración, que unos aplicarse exclusivamente al alfabético, no
dan en romanas y otros en arábigas? Por al de contenido. No obstante, para los ca-
supuesto, pueden copiarse tal cual las sos en que a aquel se lo haya llamado así, al
ofrezca la publicación, pero, dado que el alfabético se le puede llamar índice temáti-
sistema de numeración romana es engorro- co o índice analítico, sin problemas; índice
so y lo deseable es que deje de utilizarse, alfabético es menos adecuado, pues indica
puede traducirse al sistema arábigo, como el modo de presentación, pero no especifi-
se ha hecho en el ejemplo anterior: xLiv = ca el contenido; solo sería aceptable cuan-
44. Otros acostumbran dar el volumen o do a las materias se unen los antropónimos
tomo en romanas y el número de la en- y topónimos (→ 16.28.1.3).
trega (cuaderno en este caso) en arábigas 2. En el índice de materias hay que con-
(aunque la Academia utiliza romanas en siderar sus componentes, que pueden ser:
ambos casos): ‘brae , xliv , núm. 173’. Sin
embargo, lo más general es dar, junto con a) entrada: la voz que se toma del texto
el volumen o tomo, el número de la entrega para hacerla constar en el índice; por
cuando esta lleva foliación propia; cuando ejemplo, análisis;
16.28.1.2. GRAFÍA DE LOS ÍNDICES DE MATERIAS 515

b) subentrada: constituida por la entra- para separar entre sí los folios mencionados
da más un adjetivo o sustantivo (es cuando son más de uno, parece que entre la
decir, es siempre un sintagma); por entrada o subentrada y la localización debe
ejemplo, análisis cualitativo; haber un signo más neto; por ejemplo, los
c) localización: páginas donde se en- dos puntos:
cuentra.
letra, 25, 47, 163 (grafía actual)
3. Cuando el orden normal de ex- letra: 25, 47, 163 (grafía propuesta).
posición en las subentradas se invierte (es
decir, se antepone la parte que se halla en Para comprender la propiedad de los dos
segundo o posterior lugar en el sintagma), puntos, considérese el hecho de que la
la frontera de inversión debe indicarse entrada podría enunciarse así: «La palabra
mediante coma en el lugar de inversión y letra aparece mencionada en las siguientes
mayúscula en la palabra subsiguiente, que páginas: 25, 47, 163», donde se ve que los
es la primera del sintagma; por ejemplo, el dos puntos son el signo adecuado.
sintagma 3. Cuando una entrada o subentrada se
repite debajo de otra exactamente igual,
enfermedad de Hodgkin cada palabra significativa igual a la ante-
rior se sustituye por una raya (—), salvo
puede entrar así (entrada directa), o así: que se trate de una entrada indirecta
(→ 16.28.1.1-3), caso en el cual el segundo
Hodgkin, Enfermedad de elemento no se sustituye aunque se repita
(→ 16.27.2.4-2). Las palabras accesorias
(entrada indirecta), y en este caso la coma (artículos, preposiciones y conjunciones)
que sigue a Hodgkin y la mayúscula en que se hallen entre los términos sustituidos
enfermedad son diacríticos indicadores de ni se sustituyen por raya ni se hacen cons-
que para reconstruir el sintagma debe em- tar, salvo los que están inmediatamente
pezarse por la voz que lleva mayúscula tras después de la raya. Véase seguidamente
coma. Si en vez de esa grafía se utilizara un ejemplo con varias soluciones y dispo-
esta otra: siciones:
Hodgkin, enfermedad de a) letra: 25, 47, 163
b) — de albalaes: 37, 63, 84
no quedaría claro si se trata de voces yux- c) — bastarda: 46, 77
tapuestas, como cuando escribimos d) — — Diseño de la: 89
e) — Diseño de la: 89-93
período, periodo f) — de privilegios: 67
g) — — Historia de la: 92
o de un término que hay que reconstruir. h) letras tipográficas: 32-43, 56, 79
i) — — Estudio de las: 63 n.
16.28.1.2. Grafía de los índices de j) — — Historia de las: 63 y n.
k) — voladitas, Empleo de las: 65.
materias . 1. Las voces de entrada se es-
criben con minúscula inicial, salvo que se
trate de nombres propios. Si se trata de un En estos ejemplos pueden observarse las
antropónimo, se escriben con versalitas los siguientes soluciones a situaciones posibles:
apellidos de los autores citados, de cursiva
los títulos de obras de creación y de redon- a) entrada;
do el resto de los datos (→ 14.1.6.2.1-7). b, c, f, k) subentradas;
2. Entre la entrada o subentrada y la e) entrada con frontera de inversión;
localización suele ponerse coma, pero dado d, g, i, j, k) subentradas con frontera de
que este signo es el que se emplea asimismo inversión;
516 16.28.1.2. GRAFÍA DE LOS ÍNDICES DE MATERIAS

b-g, i-k) sustitución de la entrada por La grafía


una raya;
d, g, i, j) sustitución de la subentrada Mola , General: 67
por raya (una por cada palabra sig- Pablo VI, Papa: 95
nificativa); Redondo , Nicolás, Sindicalista: 128
e, h) cuando en una entrada o suben-
trada aparecen varias páginas conse- resulta excesiva e inadecuada, puesto que
cutivas, se hacen constar la primera y no se trata de sintagmas fijos: el texto pue-
la última unidas por guión; de hablar del general Mola, del papa Pa-
h) nueva subentrada al cambiar el nú- blo VI y del sindicalista Nicolás Redondo,
mero gramatical de la entrada; cuan- pero también puede mencionar Mola, Pa-
do una entrada o subentrada está blo VI y Nicolás Redondo, por lo que la
especialmente tratada en una o varias grafía más adecuada es esta:
páginas, estas se escriben de cursiva;
i) si la mención de la entrada o suben- Mola (general): 67
trada se hace solamente en una nota, Pablo VI (papa): 95
Redondo , Nicolás (sindicalista): 128
se indica la página seguida de la abre-
viatura n. ‘nota’;
j) si la mención aparece en el texto y 7. Normalmente, los índices alfabéticos
además en nota, se hace constar la se disponen a dos o más columnas y se
página y se añade: y n. ‘nota’ (si la no- componen con cuerpo al menos dos puntos
ta lleva numeración, se indica: 65 y menor que el empleado en el texto.
n. 22). 8. Las líneas no llevan punto.
9. Entre el final de una letra y el prin-
cipio de la siguiente se coloca una línea
4. Si las rayas que sustituyen a una en-
de blanco; también se puede colocar la
trada o subentrada aparecen a principio de
letra con que comienza el grupo siguiente
página o columna, deben sustituirse por los
(→ 16.27.2.4-5).
términos cuyo lugar ocupan (→ 16.27.2.4-4).
5. Cuando la raya sustituya a una pa- 10. El orden alfabético se hará según las
normas de alfabetización (→ 15.1).
labra afectada por un signo de puntuación
11. La composición se dispone en pá-
(generalmente coma), este signo se omite;
rrafo francés (→ 13.4.1.3); es decir, san-
es incorrecto este ejemplo:
grando todas las líneas menos la primera
de cada entrada o subentrada. Esta san-
letra bastarda: 46, 77 gría, de cuadratín y espacio, debe ser
— —, Diseño de la: 89 siempre la misma, aunque en la línea in-
—, Diseño de la: 89-93 mediata superior se hallen dos o más rayas
sustitutorias de otras tantas palabras:
La mayúscula después de la raya es, en
este caso, diacrítico suficiente para indicar letras tipográficas: 45,
que hay inversión, puesto que si hubie- 57, 83
ra yuxtaposición, no habría mayúscula — — Estudio de las:
(→ 16.28.1.1-3). 63, 87, 125
6. Cuando una palabra aclaratoria no — — Historia de las:
25, 27, 43
se emplea como inversión, su grafía es pro- — voladitas, Empleo
blemática; algunos escriben: de las: 25

Mola, general: 67 Obsérvese el aspecto antiestético si se com-


Pablo VI, papa: 95 ponen salvando cada una de las rayas que
Redondo, Nicolás, sindicalista: 128 puedan intervenir:
16.28.1.2. GRAFÍA DE LOS ÍNDICES DE MATERIAS 517

letras tipográficas: 45, El retablo: 93


57, 83 El sombrero de tres picos: 112
— — Estudio de las:
63, 87, 125 O bien:
— — Historia de las:
25, 27, 43 Falla , Manuel de: 25, 68, 96-108, 112
— voladitas, Empleo Atlántida: 67; Danza del fuego: 110; El
de las: 25 retablo: 93; El sombrero de tres picos: 112
Si las rayas son más de dos, el efecto esté- 15. Finalmente, una forma distinta de
tico es aún peor. presentar los índices es el que podríamos
12. El espacio que separa la raya de las llamar índice ideológico o conceptual; es
palabras subsiguientes o varias rayas entre decir, que, a partir de la voz de entrada,
sí debe ser siempre el mismo, con objeto se registran todas las que con ella se rela-
de conseguir una perfecta alineación (un cionan o forman parte del concepto. Por
cuarto de cuadratín inseparable o espacio ejemplo:
parecido). En este sentido, las líneas que
doblan deben llevar una sangría de un
aorta: 68, 97
cuadratín más el blanco fijo que se haya aortitis: 69
empleado para separarlo de la palabra que V. corazón
le sigue (un cuarto de cuadratín o similar), corazón: 56, 68
como se ve en los ejemplos anteriores. diástole: 67
13. Otra forma de presentar los índices enfermedades: 45-89
de materias consiste en situar las subentra- y pulmón: 95
das a continuación de las entradas, en la sístole: 67, 68
misma línea:
En esta modalidad no se utiliza la raya para
humanismo: 47, 53, 65-67; americano: 28; sustituir a la voz de entrada; las supedita-
belga: 33; cristiano: 66 ciones de unos conceptos con los anterio-
Hungría: 128; Godos en: 173 res, más importantes, se indican mediante
la sangría con cuadratín; un concepto se
En esta disposición puede suprimirse la alejará tanto más de la entrada cuanto me-
raya con que se indica la repetición de nor sea su importancia relativa:
la voz de entrada, sin que el procedimiento
se preste a confusiones; sin embargo, puede letra: 25, 47, 163
emplearse (aunque resulte más engorroso de albalaes: 37, 63, 84
y presente mayores problemas de compo- bastarda: 46, 77
sición): diseño: 89
diseño: 89-93
humanismo: 47, 53, 65-67; — americano: 28; de privilegios: 67
— belga: 33; — cristiano: 66 historia: 92
Hungría: 128; — Godos en: 173 tipográfica: 32-43, 56, 79
estudio: 63 n.
14. Cuando bajo el antropónimo de un historia: 63 y n.
autor se menciona su creación artística, letras voladitas
empleo: 65
esta puede disponerse concediendo una
línea por obra (siempre sangradas con dos
cuadratines) o disponerla en línea: En este procedimiento no hay inversiones,
por lo que no se usa la mayúscula para in-
Falla , Manuel de: 25, 68, 96-108, 112 dicarlo, ni se hacen constar los conectivos
Atlántida: 67 de relación (compárese este ejemplo con el
Danza del fuego: 110 del párrafo 16.28.1.2-3). Sin embargo, a
518 16.28.1.3. MEZCLA DE ÍNDICE DE MATERIAS Y ONOMÁSTICO

veces se presenta en una forma que es mez- gún que se refieran a personas o a lugares.
cla de índice temático e índice ideológico, y Si se disponen aisladamente (es decir, no
en este caso, aun sin utilizar las rayas (—), mezclados con las materias; → 16.28.1.3),
puede darse la entrada invertida, caso en el los antropónimos pueden grafiarse con
cual la inversión se indica con mayúscula versalitas (con sus mayúsculas) y los to-
en la frontera de inversión. pónimos con minúsculas (con sus mayús-
culas), o ambos con minúsculas (con sus
16.28.1.3. Mezcla de índicede ma - mayúsculas). No obstante, lo más general
terias y onomástico . A veces, entre es mezclarlos con las materias, y en este
las materias que constituyen estos índi- caso las grafías preferibles, por motivos de
ces se mezclan nombres de personas (an- claridad y distinción, son las indicadas en el
tropónimos), títulos de obras y nombres de párrafo 16.28.1.3.
lugares (topónimos), y aun otras denomi-
naciones (→ 16.28.1.1-1). En estos casos 16.28.3. índice cronológico. Se llama
conviene hacer una distinción tipográfica, así o, más comúnmente, cronología a la
que puede ser así: lista de fechas seguidas de texto, general-
mente breve, que explica una efemérides
— antropónimos: versalitas (iniciales ma- histórica por orden cronológico.
yúsculas);
— topónimos: redondo minúsculas (ini-
ciales mayúsculas); 16.28.3.1. Grafía del índice crono -
— obras de creación: cursiva minúscula lógico . Las fechas suelen componerse con
(con sus mayúsculas); negritas, seguidas de un espacio de medio
— materias: redondo minúsculas. cuadratín, y el texto, de redondo, se dis-
pone a la francesa (→ 13.4.1.3), salvando
Ejemplos: el espacio ocupado por la fecha y el medio
cuadratín:
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pna (Pars News Agency): 43 1629. Se funda en París la Academia Fran-
cesa, oficializada por el rey Luis XIII
A veces hay variantes gráficas, como poner en 1635.
de versalitas los nombres de los autores tra-
tadistas de la materia en cuestión y con mi- Suelen componerse con cuerpo al menos
núsculas otros antropónimos de personajes dos puntos menor que el general del texto,
no utores o que no son tratadistas de esa y se disponen a una o más columnas. Es
materia concreta. Cualquier variante puede frecuente la disposición en forma de cua-
ser aceptable con tal de que sea coherente. dro, con una cabecera dividida en partes
(por ejemplo, Política, Hechos militares,
16.28.2. Índices onomásticos . Son Religión, Cultura, Sociedad, etcétera). En
los que alfabetizan nombres propios. Pue- estos casos se siguen las normas generales
den ser antroponímicos o toponímicos, se- de los cuadros (→ 16.14).
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índice alfabético

a saber: 311 acento áspero: 299 advertencia: 475


abecé: 52 — breve: 134, 299, 302 Æ: 381
abecedario: 52 — circunflejo: 135, 299, 301 aféresis: 189
Abercrombie: 181 — condicionado: 134 AFI: 54, 55
ablativo absoluto: 311 — de cantidad: 134 -agogía/-agogía: 179
abreviaciones: 187 — de intensidad: 113 agradecimientos: 456
abreviamiento en antropóni- — de intensidad: 133, 134, aguafuerte/agua fuerte: 292
mos: 254, 262 135,219 ahora bien: 311
— en los topónimos: 268 — en las íes griegas: 259 -aí/-ay: Y7A
abreviamientos: 203 — en los compuestos: 154 Alarcos Liorach, Emilio: 98
abreviaturas: 117, 190, 211, — fijo: 134 Alas, Leopoldo: 464
465 — gráfico: 54 Alba de Diego, Vidal: 187
— bibliográficas: 497 — grave: 135, 299, 301 Alcatoo/Alcátoo: 255
— compuestas: 193 — largo: 134, 299, 302 Alcina Franch, Juan: 134,
— con letras voladitas: 198 — libre: 134 306
— con problemas: 200 — principal: 134 Alemán, Mateo: 32, 36, 65, 75,
— convencionales: 192 — secundario: 134 77, 81, 99, 135
— de antropónimos: 253 — suave: 299 alfabetización: 440, 444
— de números: 198 — tradicional: 134 — compleja: 443
— de topónimos: 267 acentuación: 133 — continua: 443
— dobles: 193 — de palabras: 466 — de abreviaciones: 441
— por contracción: 192 — etimológica de palabras — de antropónimos: 444
— por letras sobrepuestas: 192 compuestas: 178 — de apellidos: 444
— por siglas: 192, 210 acotaciones: 485 — de apotecónimos: 448
— por signos: 192 acrónimos: 210, 211, 216, 222, — de cifras: 441
— — especiales: 192 223, 224, 225, 226 — de dígrafos: 440
— regulares: 191 actas: 278 — de letras sueltas: 440
— simples: 193 Achtert: 191 — de listas: 449
acápite: 410 además: 312 — de nombres clásicos: 446
acatamiento a la normativa or- adjetivos: 447 — — con cognomento: 445
tográfica de la Academia: admiración: 329 — nombres de instituciones,
40 adonde/a donde: 292 Alfabetización de: 445
acento: 133 adónde/adonde: 164 — — de papas: 446
— agudo: 135, 299, 300 adondequiera/adonde quiera: — — de personajes de la rea-
— anticircunflejo: 299, 302 292 leza: 446
544 ÍNDICE ALFABÉTICO

alfabetización de nombres de -andria: 179 aristónimo: 262


reyes: 446 anemónimos: 234 Aristóteles: 386
— — medievales: 446 anglicismo ortográfico: 44, Armada: 286
— — renacentistas. 446 278, 280, 307, 316, 319 Arnold, H. H.: 167
— — con antenombre: 445 — ortotipográfico: 414, 423 -arquía: 180
— de palabras sueltas: 441 anglicismos ortográficos en el Arquímedes/Arquímedes: 255
— de seudónimos: 447 uso de la raya: 357 arracada: 437, 438
— de signos: 441 anillo: 302 arranque: 460
— de títulos: 448 anónimo: 261 Arsinoe/Arsínoe: 255
— — nobiliarios: 446 antenombres: 231 artículo: 267, 268, 424, 447
— de topónimos: 447 antetítulo: 458, 489, 491 — en los topónimos: 267
— discontinua: 443 — de las divisiones generales: artículos de códigos: 271
— — con conectivos: 443 458 Asclepíades/Asclepiades: 255
— — sin conectivos: 443 — en los capítulos: 459 Ascoli: 54
— fonética: 440 antibarra: 358 así: 324, 326
— grafemática: 440 anticadencia: 389 así pues: 312
— lexicológica: 440 antilambdas: 358 así, pues: 312
— por letras: 443 — en conjunción con otros sig- así/a sí: 292
— por palabras: 443 nos: 358 asimilación de abreviaturas a
— simple: 440 Antioco/Antíoco: 255 símbolos y siglas: 202
— sintagmática. 443 antisigma: 375 asimismo: 312
alfabeto: 52 -ántropo: 179 asimismo/así mismo/a sí mis-
— de la lengua española: 53 antropología cultural: 47 mo: 292
— español: 51, 52 antropónimos: 232, 252 aspectos formales de la presen-
— fonético internacional: 54 año de edición: 315, 507 tación de las bibliografías:
— fonético: 44, 46, 53 años: 282 508
— internacional: 52 apartados: 271, 410, 412 — — de las mayúsculas y mi-
— latino: 52 apellidos: 255 núsculas: 227
— universal: 52 — extranjeros: 257 asterisco: 376
Alfaro, Ricardo J.: 210 ápice: 107 asterónimo: 262
alfónimos: 221, 222 aplicación de la numeración ataque: 107
Alfonso (príncipe): 85 romana: 288 Átila/Atila: 255
Alfonso, Luis: 152, 153 aplicaciones de la alfabetiza- atildación: 35, 133
Alfonso X el Sabio: 32, 36, 68, ción: 444 — de antropónimos: 254
70, 72, 79, 85, 86, 89, 93, — de la mayúscula y la minús- — de apellidos: 258
99, 101 cula: 230 — — catalanes: 258
alias: 260 apócope: 189 — — españoles: 258
alineación de asteriscos: 413 — en los números cardinales: — — extranjeros: 259
— de los elementos tipográfi- 274 — — gallegos: 258
cos: 413 — — ordinales: 286 — de extranjerismos: 184
— de los números arábigos: apodo: 260, 316 — de latinismos: 184
413 Apolonio de Rodas: 387 — de prenombres: 254
— de números romanos: 413 aposiciones: 366 — — castellanos: 254
alófonos: 44, 45 apóstrofo: 256, 282, 299, 306 — — históricos: 254
alografías: 45 303 — de topónimos: 264
Alonso, Amado: 154 apropósito/a propósito: 292 — — catalanes: 264
Alonso, Dámaso: 199, 212 aquél/aquel: 165 — — de España: 264
alternancias: 45 Aristarco de Samotracia: 387 — — españoles: 264
— acentuales: 170 Arístides/Arístides: 255 — — extranjeros: 265
— ortográficas: 45 Aristobulo/Aristóbulo: 255 — — gallegos: 265
Alvar Ezquerra, Manuel: 211, Aristófanes (inventor de los — — vascos: 265
224, 329 signos de puntuación): 386 — — agudas: 159
Álvarez, A.: 329 Aristófanes de Bizancio: 386, — — esdrújulas: 161
Álvarez, José S.: 139 387 — — extranjeras: 186
anagrama: 261 Aristófanes el comediógrafo: — — llanas: 161
analogía: 31 386 — — monosílabas: 137
ÍNDICE ALFABÉTICO 545

atildación de voces polisílabas: blancos: 414 Carlomagno: 387


139, 159 — en las fórmulas: 483 Carnicer, Ramón: 56, 62, 69,
— — polisílabas: 159 Blass, Friedrich: 386 81, 88, 92, 118, 120, 168,
— — sobresdrújulas: 161 Blecua, José Manuel: 134, 306 228, 256, 257, 275, 285,
— diacrítica: 161 bloque: 411 317, 326, 333, 334, 360,
— — monosílabos: 163 bodoni: 420 363, 391
— — de polisílabos: 164 Bodoni, Giambattista: 420 Caro Baroja, Julio: 141
atildamiento: 133 Böhmer: 54 -cárpeo: 180
aún más: 311 boliches: 408, 412 -carpio: 180
aúnlaun: 169 bolos: 408, 412 -carpo: 180
aunque: 323 Bravo Grajera, Gonzalo: 34, Carratalá, Ernesto: 252, 287,
avemaria/ave María: 292 36, 37 378
Azorín: 385, 395 Buen Unna, Jorge de: 410 Casado Velarde, Manuel: 210,
Buonocore, Domingo: 222, 211,224
b como coda final de palabra: 359, 378 Casanova, José de: 77
58 Burgos Alonso, Víctor Manuel: Casares, Julio: 62, 68, 69, 81,
b — — silábica: 57 34, 52 92, 94, 95, 113, 117, 118,
bandera por la derecha: 411 Byrd Simpson, Lesley: 466 120, 128, 136, 137, 143,
— por la izquierda: 411 149, 150, 151, 152, 153,
barbarismos: 43 c como coda final: 59 154, 155, 156, 159, 162,
— ortográficos: 44 cábala: 209 166, 167, 168, 169, 170,
barra: 358 Caballero, Fernán: 167 171, 175, 176, 177, 182,
— doble: 352, 359, 361 cabecera: 469 183, 185, 217, 241, 244,
— en las abreviaturas: 195 cabeceras: 408 260, 266, 303, 311, 325,
— inversa: 358 cabeza: 107, 469 362, 363, 391
Barral, Carlos: 396 cabezas de los cuadros: 469 Cascales, Francisco: 34, 36
barras: 278 Cabrera Infante, Guillermo: casillas: 469
base de la escritura castellana: 396 Caslon, William: 420
32 cacografías: 41 ce hache: 98
— de lámpara: 408, 412 cadencia: 389 Cebrián Herreros: 187
— — invertida: 412 calderón: 375 ceceo: 33
bases de la puntuación: 389 Calderón de la Barca, Pedro: cedilla: 299, 303, 305, 379
Basilides/Basílides: 255 34,112 -cefalia: 180
Baskerville, John: 420 Calimaco de Cirene: 387 -cele: 180
Basulto, Hilda: 118, 123, 124, calle: 417 -ceno: 180
215, 314, 338, 359, 391 Calvet, Louis-Jean: 211, 224 centésimas: 275
batallas: 240 Camberra: 77 centrado de las fórmulas: 483
-bb-: 98 Canberra: 47, 77 centro: 107
BélmeziBelmez: 264 Canella y Secades, Fermín: 304 cero voladito: 279
Bello, Andrés: 32, 37, 65, 69, cantidades: 271 Cervantes, Miguel de: 34
94, 136, 137, 138, 148, — aproximadas: 271 cesuras: 389
158, 177, 301 — dubitativas: 271 cgr: 279
Benavente, Jacinto: 317, 394 — inexactas: 271 ch como coda silábica: 100
Benot, Eduardo: 138 — puestas en boca de una per- ch: 37, 99
Berceo, Gonzalo de: 36 sona: 273 -ch: 100
Berro García, Adolfo: 113, 149 capicúa: 262 -cida: 180
bibliografías: 286, 315, 495 capítulo y sus partes: 459 cien: 275
— de capítulos en libros o tra- capucha: 301 ciento: 275
bajos en publicaciones pe- Caracala: 76 cifras: 203, 405
riódicas: 511 Caracalla: 76 — dubitativas: 280
— de libros: 495 caracteres de escritura: 420 — en las fórmulas: 209
bienvenida/bien venida: 292 — de fantasía: 420 — que encabecen un párrafo o
bienvenido/bien venido: 292 — tipográficos: 418 título: 274
bigotes: 407 Carballo Pizazo, Alfredo: 466 — unidas con guión: 284
-bio: 180 -cardio: 180 cima: 107
Blanco y Sánchez: 394 cargo + apellido: 448 Ciriaco/Ciríaco: 254
546 ÍNDICE ALFABÉTICO

citas: 461 coma de sentido: 317 Cónnink, Adrián: 34, 37


— bibliográficas: 476 — decimal: 279, 281, 310, 319 conque/con que/con qué: 293
ciudadrealeño: 119 — entonatoria: 319 consonante: 54
clases de abreviaciones: 189 — gramatical: 309, 310 — gráfica: 122
— de comillas: 336 — lexicográfica: 321 consonantes heterosilábicas:
— de cuadros: 469 — ortográfica: 282 107
— de diptongos: 110 — por omisión de verbo: 318 — tautosilábicas: 107
— de filetes: 407 — — — anafórico: 318 construcción: 311
— de folios: 486 — — — elíptico: 318 contenido: 457
— de fórmulas químicas: 483 combinación /ii/: 151 contexto: 43
— de hiatos: 112 — /iu/: 150 contrabarra: 358
— de párrafos: 410 — /uu/: 152 contranotas: 475
— de siglas: 213 comillas: 335 Contreras, Lidia: 47
— de sílabas: 108 — angulares: 336 copa de Médicis: 412
clasificación de la abreviacio- — compuestas: 337 corchete de apertura: 349
nes: 190 — de apertura: 337 — de cierre: 349
— de la letra de imprenta: 419 — de cierre: 337, 462 — en conjunción con la cursi-
— — — por su caja: 435 — de seguir: 340, 461 va: 350
— — — por su cuerpo: 438 — dobles: 337 — con otros signos: 350
— — — por su empleo: 438 — en conjunción con otros sig- corchetes: 348, 349
— — — por su estilo: 419 nos: 341 — abiertos: 349
— — — por su familia: 421 — españolas: 336, 337 Corominas, Joan: 209, 210,
— — — de imprenta por su — inglesas: 336, 337 249
inclinación: 424 — inversas: 336 corondel: 408
— — — imprenta por su ojo: — latinas: 336, 337 — ciego: 417
421 — marginales: 335, 341 coronis: 302
— — — por su posición en el — mecanográficas: 336 corral: 417
texto: 437 — ordinarias: 336 Correas, Gonzalo: 32, 36, 98,
— — — por su situación en la — sencillas: 336, 337, 338 135, 299, 378
línea: 435 — simples: 336, 337, 338 corrección: 39
— — — por su tamaño: 422 — y clases de letra: 341 corte francés: 350
— de las abreviaturas: 191 — y mayúscula: 341 — inglés: 350
— de los signos ortográficos: — y signos de puntuación: 342 cortesía: 460
300 cómo/como: 165 cosmónimos: 235, 262
— de los topónimos: 262 comoquiera/como quiera/como Covarrubias, Sebastián de: 67,
claudato, claudátor: 349 quiera que: 292 68, 73, 135
cláusula absoluta: 311 complejidad de la enseñanza de -cracia: 180
códigos: 282 la puntuación: 390 creación de siglas: 219
— postales: 282 componentes de las fórmulas crema: 303
— tipográficos: 400, 401 químicas: 483 criptónimos: 202,222
cognomento: 260 composición: 190 cristus: 375
coherencia gráfica: 199, 287, — de las bibliografías: 511 -cromo: 180
410, 433 — de las fórmulas químicas: cronónimos: 240
coherencia interna: 39, 216 484 cruce: 222
colección: 508 — de las notas: 473 — doble: 375
colocación de la firma: 468 — de las poesías: 477 cuadrados: 414
— de las notas: 473 — de las siglas: 218 cuadratín: 308, 414
— de los capítulos: 461 — del título: 491 cuadros: 271, 282, 469
— de los cuadros: 470 — epigráfica: 412 — abiertos: 469
— de los índices de contenido: compuesto sincopado: 190, — cerrados: 469
458 216 — complejos. 469
columnas de números: 209 concepto de falta de ortogra- — de través: 470
coma: 303, 309, 342, 493 fía: 41 — múltiples: 469
— alta: 281 conceptos abstractos: 273 — simples: 469
— baja: 281,282 condecoraciones: 243 — sin filetes: 469
— de inversión: 315 congresos: 237 — sinópticos: 471
ÍNDICE ALFABÉTICO 547

cuadros tendidos: 470 diarios: 241 Ejército del Aire: 286


cuál/cual: 163 días del año: 273 Ejército de Tierra: 286
cualidades de las siglas: 219 Diccionario de autoridades: el (lo, la) siguiente: 324, 326
cuán/cuan: 163 54, 77, 85 el folio y la altura de la página:
cuándo/cuando: 165 dictados: 231 488
cuánto/cuanto: 165 Didot, Firmin: 420 él/el: 163
cuasidiptongos: 113 Diego, Gerardo: 212, 213 ele germinada: 380
cuasihiatos: 113 diéreis: 303 electrólisis/electrolisis: 1 82
cuerpo: 469, 490 dígrafo ch: 98 elementos de adorno: 407
— de composición de las fór- dígrafo gu: 101 — de las fórmulas matemáti-
mulas: 483 dígrafo ll: 101 cas: 480
Cuervo, Rufino José: 33, 54, dígrafo qu: 102 — de las notas: 471
57, 73, 86, 93, 107, 149, dígrafo rr: 102 — tipográficos: 405
150, 379 dígrafos: 52, 53, 70, 79, 98, Eliseo/Eltseo: 254
culo de lámpara: 408 117, 122, 127 Emma: 77
— de vaso: 408 — con h: 70 Emmanuel: 77
cumbre: 107 digrama: 214, 98 en otras palabras: 311
cursiva, Uso de la: 428 Dionisio el Tracio: 387 en realidad: 312
— en conjunción con la redon- diple: 358 encabezamiento: 469
da: 432 diptografía: 42 encabezamientos de través: 470
— en los artículos y conectivos: diptongo /ui/: 147 encuentro de dos vocales cerra-
432 diptongos del español actual: das: 147
Cutolo, Vicente O.: 222 109 — de vocal abierta átona con
cuyo/cuyo: 165 disgrafías: 41 cerrada tónica: 143
disposición del título: 489, 490 — — — tónica con cerrada
Darío, Rubén: 167 ditografía: 42 átona: 139
datos bibliográficos: 495 división: 361 — — — átona con abierta tó-
dé/de: 163 — de los cuadros: 469 nica: 144
década: 274 — de palabras: 35, 116 — de vocales átonas: 147
decenios: 273 — — escritas en otras lenguas: entidades: 237
décimas: 275, 279 117 entonación: 389
declaración: 475 — etimológica: 117, 118, 119 — enunciativa: 389
decretos: 243, 271, 278, 282, — ortotipográfica: 125 — exclamativa: 389
315 — silábica: 117, 119 — interrogativa: 389
dedicatoria: 455 divisiones del texto: 458 entorno/en torno: 293
Delibes, Miguel: 396 dó/do: 163 entretanto/entre tanto: 293
delimitación silábica: 108 doble punto: 309, 326, 381 Epifania/Epifanía: 254
demás/de más: 293 — raya: 371, 372 epígrafes: 477
Demóstenes: 386 documentos históricos: 239 eras geológicas: 239
denominaciones numéricas de — oficiales: 278 — históricas: 239
congresos: 274 dónde/donde: 165 Eratóstenes de Cirene: 387
derivación adjetiva de las si- dondequiera/dondequiera que/ erotema: 332
glas: 218 donde quiera: 293 errores frecuentes en la escritu-
— de las siglas: 218 dos puntos: 315, 324, 342, ra de la barra: 360
— implícita: 233 351, 372 — — — de la b: 57
— impropia: 233 — — cuadrados: 388 — — — de la c: 59
— isustantiva de las siglas: 218 — — redondos: 388 — — — de la d: 62
— iverbal de las siglas: 218 — rayas: 372 — — — de la diéresis: 304
des: 117, 118, 121 -dromo: 180 — — — de la g: 64
desajuste entre fonema y letra: duplografía: 42 — — — de la h: 71
32, 51 — — — de la j: 74
desplazamiento del acento: 153 edad de las personas: 273, 282 — — — de la ll: 101
día de la semana en las fechas: edades históricas: 238 — — — de la r: 85
315 edición: 507 — — — de la raya: 357
diacríticos: 46 edificios: 238 — — — de la s; 87
diálogo: 486 Égica/Egica: 255 — — — de la y: 96
548 ÍNDICE ALFABÉTICO

errores frecuentes en la escritu- escritura de las letras del alfa- escritura públicas: 278
ra de la z: 97 beto español: 54 éselese: 165
— — — del apóstrofo: 306 — de las letras: 480 espaciado de las columnas: 417
— — — del punto: 308 — de las siglas: 214, 215 — de las letras: 414
— — — por adición de signos — de los abreviamientos: 204 — de las líneas: 416
innecesarios: 42 — de los apellidos: 255 — de las mayúsculas: 415
— — — — de signos: 42 — de los apodos: 261 — de las palabras: 416
— — — por omisión de sig- — de los cognomentos: 260 — de los párrafos: 416
nos: 42 — de los corchetes: 349 espaciar: 415
— por supresión de signos: 42 — de los criptónimos: 202 espacio de pelo: 414
— por sustitución de signos: — de los dos puntos: 324 — de punto: 414
42 — de los espíritus: 302 — fijo: 209
— por trasposición de signos: — de los exónimos: 263 — fino: 414
42 — de los grados: 278 — grueso: 414
— por ultracorrección: 42 — de los grupos sanguíneos: — mediano: 414
es más: 311 281 espacios: 371, 414
escala Celsius: 279 — de los números cardinales: Espartaco/Espártaco: 255
— Fahrenheit: 279 270 Espinás, Josep M.: 390, 395
escalera: 417 — — ordinales: 284 espíritus: 302
escritura: 44, 45, 47 — — partitivos: 286 Espronceda, José de: 167
— de abreviaturas: 194 — — proporcionales: 287 esquemas: 471
— en otros idiomas: 304 — — romanos: 289 establecimientos: 237
— de la b: 56 — de los porcentajes: 280 éste/este: 165
— de la barra: 359 — de los prenombres: 252 Esteve Serrano, Abraham: 32,
— de la c: 59 — de los puntos encorcheta- 56, 63, 65, 68, 70, 72, 76,
— de la ç: 380 dos: 373 77, 79, 83, 86, 91, 92, 94,
— de la coma: 310 — — suspensivos: 327 99, 101, 121, 136, 379
— de la d: 61 — de los seudónimos: 261 Estienne: 36, 401
— de la diéresis: 303 — de los signos: 208, 297, 480 estilo de transición: 420
— de la e: 62 — de los símbolos: 205 estilos artísticos: 244
— de la ele germinada: 380 — — de grados: 206 esto es: 324, 326
— de la exclamación: 330 — — de los elementos quími- esto, eso, aquello: 167
— de la h: 70 cos: 206 et: 378
— de la i: 72 — — de puntos cardinales: etc.: 198
— de la interrogación: 332 208 etcétera: 198, 201, 314, 327,
— de la 73 — — del sistema internacional 378
— de la k: 75 de unidades (SI): 205 etimología: 31, 32, 34, 37, 45
— de la l; 76 — del apóstrofo: 306 — como fundamento de la or-
— de la llave: 351 — del asterisco: 376 tografía: 34
— de la m: 77 — del dígrafo ch: 100 exabrupto/ex abrupto: 293
— de la pleca doble: 360 — del fonema /i/: 95 excepciones: 40
— de la q: 83 — del grafema r: 84 exclamación: 329, 342, 388
— de la raya: 352 — del grupo ps-: 82 exónimos: 46, 263
— de la s: 86 — — st: 87 exotismo ortográfico: 46
— de la u; 89 — del igual: 372 experimentalismo puntuario:
— de la v: 89 — del índice de contenido: 457 395
— de la versalita: 423 — del paréntesis: 344 exposiciones: 237
— de la w. 90 — del punto: 308 expresiones con decimales: 273
— de la x: 91 — — y coma: 323 extranjerismos: 43
— de la y: 95 — del signo párrafo: 376 — ortográficos: 44
— de la z: 97 — del sumario: 461
— de las cifras: 480 — del título: 489 f como coda final: 63
— de las citas: 461 — estilística: 45 Fábregues, F.: 126
— de las fechas: 276 — fonética: 44, 45 Fabro, Francisco: 229
— de las firmas: 467 escrituras arcaicas: 255 facturas: 278
— de las horas: 275 — exóticas: 46 -fagia: 180
ÍNDICE ALFABÉTICO 549

falsas abreviaturas: 200 formación de abreviaturas con- gon: 279


faltas de ortografía: 41 vencionales: 194 -gono: 181
— — técnica: 400 — — regulares: 194 Gorodischer, Horacio F.: 410
— — tipográfica: 400 — de los abreviamientos: 203 Goya, Francisco de: 248
familias de letras: 420 — de los diptongos: 109 Goytisolo, Juan: 396
fanatismo ortográfico: 37 — de los hiatos: 110 Gracián, Baltasar: 350
-fase: 181 — de neologismos: 210 gradación de los títulos: 490
fechas: 271, 273, 278 formaciones acronímicas: 226 grade: 279
— de leyes: 315 formato: 508 gradián: 279
Fernández Castillo, José: 124, fórmulas: 480 grado centesimal: 279
125, 126, 128, 185, 228, — condensadas: 483 grados: 209, 271, 282
241,244,311,325, 391 — desarrolladas: 483 — Celsius: 279
Fernández Ramírez, Salvador: — matemáticas: 480 — centígrados: 279
95, 96, 140, 141, 150, 157, — químicas: 483 — de circunferencia: 279
158 -foro: 181 — de física: 278
-fero: 181 frases exclamativas: 448 — de temperatura: 278
Ferrater Mora, José: 395 — interrogativas: 448 — Fahrenheit: 279
Ferreccio Podestá, Mario: 144 Fray Mocho: 139 grafema: 44, 52
figuras: 271 frisos: 408 grafémica: 47
filete de nota: 474 frontera de inversión: 315, 515 grafía de la línea: 409
filetes: 407 — silábica: 107, 108, 116 — de las fórmulas matemáti-
— cañas: 407 fuerza: 439 cas: 480
— descanterados: 407 — de cuerpo: 439 — de las siglas: 215
— finos: 407 fuerzas armadas: 243 — de los índices de materias:
— lutos: 407 -fugo: 181 515
— mediacañas: 407 función de la exclamación: 329 — de los títulos y subtítulos:
— negros: 407 funciones de la coma: 310 459
— seminegros: 407 — de la tilde: 137 — del índice cronológico: 518
-filo: 181 fundamentos de la ortografía -grafía: 182
fin de exclamación: 329 española: 32 grafías etimológicas: 45
— de interrogación: 332 fusión de los abreviamientos: grafismo: 47
finales de capítulo: 408 204 — de la llave: 350
Finó, J. Frederic: 197, 378 fusión silábica: 113 grafismos de las comillas: 337
firmas: 467 — no idiomáticos: 44
— de los lemas: 456 g como coda final: 65 grafonomía: 47
— en las poesías: 480 Galiana Migot, Tomás de: 279 Gram, H. Ch. J: 77
fitónimos: 233 galicismo ortográfico: 44 -grama/-'grama: 175
flecha: 381 -gamo: 181 -grama: 182
folio a la cabeza: 488 García de Diego, Vicente: 57, Grandjean, Philippe: 420, 427
— al pie: 488 64, 67, 68, 70, 72, 77, 83, Griffo, Francesco: 420, 427
folios: 370, 486 86, 89, 93, 94, 143, 323, grupo -bs-: 58, 115
— de las páginas: 271 379 — — -cc-: 60
— en obras por volúmenes: García del Río, Juan: 32, 37 — cn-: 60, 115
488 García Remiro, José Luis: 394 — ct: 60
— explicativos: 424, 486 Garcilaso: 34 — cz-: 60
— numéricos: 486 Garde, Paul: 134 — ft: 63
— prologales: 488 género de las abreviaturas: 198 — gn: 66, 115
fonema: 44, 51 — de las siglas: 217 — mn: 78, 115
fonética de las siglas: 219 -geno: 181 — -nn-: 78
fonetismo: 33, 38 -geo: 181 — -ns-: 79
-fonía: 181 -gg-: 98 — -ns: 79, 115
fonología: 31, 47, 51 Gibaldi, Joseph: 191 — pn-: 81, 115
Font Quer, Pío: 81, 97, 152, Gil y Carrasco, Enrique: 229 — ps-: 81
177, 178, 179, 180, 181, Giráldez, José: 401 — -ps: 82, 115
183, 185, 302, 362 gneis: 66 — pt: 82, 115
forma de los párrafos: 477 Gómez Manrique, Diego: 34 — st: 87, 115
550 ÍNDICE ALFABÉTICO

grupo tz: 88 Henríquez Ureña, Pedro: 154 inestabilidad de diptongos e


— vocálico: 108, 113 heptagrama: 214 hiatos: 112
— -ZZ-: 97 Heráclito: 386 Infantería de Marina: 286
grupos consonánticos: 38, 58, Heredoto/Heródoto: 255 ingerencia: 65
60, 62,81, 107, 108,115 Herrera, Fernando de: 32, 36, injerirse: 65
— cultos: 113 68, 83, 99, 135, 158, 162, instituciones: 237
guematría: 209, 210 290, 305, 306 interjección: 329
guerras: 240, 274 Hesiodo/Hesíodo: 255 — impropia: 329
guión: 116, 256, 361, 371 heterografía: 44 — propia: 329
— doble: 371 heterónimo: 261 International Phonetics Asso-
— en los compuestos de dos hexagrama: 214 ciation: 54
adjetivos: 364 hiato /u.í/: 148 interrogación: 332, 342, 388
— — y dos sustantivos: 364, hiatos: 109, 110, 116, 120 — consultiva: 332
— en los nombres propios — del español actual: 111 — deliberativa: 332
compuestos. 367 hidrónimos: 262 — directa: 332
— — compuestos: 255 hijo: 314 — disyuntiva: 332
— en los topónimos compues- hipercorrección: 42 — en conjunción con otros sig-
tos: 268 hipercultismo: 42 nos: 334
— en poscomponentes: 369 hipernormalización: 43 — indirecta: 332
— en precomponentes: 369 hiperurbanismo: 42 — retórica: 332
— estilístico: 367 historia de la ortografía: 31 introducción: 457
— germinado: 367 — — española: 35 ipa : 54
— lexical: 361 Hockett, Charles E.: 47 irregularidades en el espaciado:
— léxico: 361 horarios: 275 417
— lineal: 116 horas: 276, 282 Isabel II: 38
— morfológico: 361 Hourcade, Luis A.: 197, 378 ISBN: 282
— prepositivo: 369 huisqui: 90 Isidoro, San: 387
— — en números de publica-
ciones periódicas: 370 -ial-ía: 175 j como coda final: 74
— — en números de topóni- -iacal-íaca: 176 Janín Orrade, Rafael: 141
mos urbanos: 370 -iacol-íaco: 176 jarrón de Médicis: 412
— — entre números de pági- -iasis: 182 Jauralde Pou, Pablo: 32, 465,
nas: 370 Iglesias, Pablo: 401 467
— — entre palabras y cifras: igual: 371, 372 Jerónimo, San: 386
371 ii: 152 Jiménez Patón, Bartolomé: 67,
— — entre palabras: 369 114, 151 71, 378
— — entre siglas y cifras: 371 imperios: 274 Jiménez, Juan Ramón: 44, 463
— silábico: 116 imposiciones: 414 Junco, Alfonso: 144
guiones: 278 impropiedades: 43 Juristá, Ján: 187
güisqui: 90 — en el uso de topónimos: 269
Gutiérrez Ordóñez, Salvador: incoherencia gráfica: 281, 362, k como coda final: 75
145, 146 433, 434 -k: 76
indicaciones explicativas: 483 kh: 75
b: 34, 35, 51, 67 índice: 279, 299, 305, 457
h aspirada: 68 índice alfabético: 514 ladillos: 475
h como coda final: 71 — analítico: 514 Lagomarsino, Raúl E.: 150,
h intercalada: 69, 122 — cronológico: 518 162
h — no es hiática: 152 — de autores: 316 Laguarda Trías, Rolando A.:
b muda: 67 — de contenido: 457 170, 171, 176, 177, 178
habitantes: 271 — de materias: 316, 514 Lane, Alien: 410
hagiónimos: 262 — general: 457 Lapesa, Rafael: 44, 46, 212,
hagiotopónimos: 263 — onomástico: 316 263
hapapexia: 42 — onomástico: 518 Lara, Luis Fernando: 244
haplografía: 42 — temático: 514 Lasso de la Vega, Javier: 342,
haplolalia: 42 — toponímico: 316 343, 349
haplología: 42 índices alfabéticos: 101 Lázaro Carreter, Fernando: 98,
ÍNDICE ALFABÉTICO 551

145, 182, 184, 302, 350, letra w: 90 López de Zuazo, Antonio: 378
368 — x: 90, 125 Lorenzo, Emilio: 38, 44, 156,
Le Bé II, Guillaume: 338 — y: 93 253
lectura de los números roma- — z: 96 Lourdes/Loúrdes/Lurdes: 254
nos: 289 letras: 51 Lozano Ribas, Miguel: 137,
— y puntuación: 393 — anchas: 435 155, 156, 236, 240, 249,
lema: 455, 456 — capitulares: 437 251, 259, 295, 296, 363
lemarios de diccionarios: 101 — compuestas: 98, 103 Lucio/Lucío: 254
lene: 135 — cursivas: 419 lugar de edición: 506
lengua escrita: 47 — dobles: 103 Luis de León, Fray: 112
— oral: 47 — estrechas: 435 Luxemburg, Rose: 257
Lenz, Rodolfo: 139 — finas: 421 Luxemburgo, Rosa: 257
letra a: 54 — inclinadas: 419
— b: 54 — iniciales: 437 m como coda final: 78
— c: 59 — ligadas: 381 Macrí, Oreste: 67, 68, 83, 98,
— cursiva: 427 — negras: 421 99, 158, 162, 195, 301,306
— — inversa: 427 — normales: 419 macroestructura textual: 388
— d: 61,84 — normales: 438 macron: 299, 302
— de Didot: 420 — numerales romanas: 287 macrotopónimos: 262
— de transición: 420 — redondas: 419 Madariaga, Pedro de: 99
— doble: 98 — titulares: 438 magnitudes: 271
— e: 62 lexicalización de las siglas: 218 Malaret, Augusto: 135, 136,
— egipcia: 420 leyes: 243, 271, 278, 282 148, 174, 176
— elzeviriana: 420 libros cuyo título encierra su Mallo, Jerónimo: 144, 155
— f:63 contenido: 241 manecilla: 378
— g:63 límite silábico: 107 -mano/-'mano: 177
— h: 67 línea: 414 manuales de estilo: 400, 401
— i: 72 — huérfana: 409 Manuzio, Aldo: 36, 388, 401,
— inclinada inversa: 428 — sangrada: 409 420, 427
— j;72 — viuda: 409 Mañero, Salvador: 41
— k: 75 líneas: 408 Marcos Marín, Francisco: 369
— l: 76 — abiertas: 417 Mariemma: 77
— m: 77, 84 — apretadas: 417 marmosete: 408
— minúscula: 422 — blancas: 408 Martín Vivaldi, G.: 345
— negrita: 421 — de blanco: 408 Martín, Euniciano: 359
— normal: 421, 435, 436 lingotes: 414 Martínez Amador, Emilio M.:
— o: 80 -tisis: 182 194, 195, 197, 318, 349,
— oblicua: 428 lista de abreviaciones: 456 380
— ortográfica: 51 — de cuadros: 456 Martínez de Campos, Carlos:
— p: 81 — de personajes: 484 212, 221
— paloseco: 420 listas alfabetizadas: 101 Martínez de Sousa, José: 44,
— q: 82 -tito: 182 47, 99, 102, 126, 171, 188,
— r: 83 ll como coda silábica: 102 223, 244, 255, 338, 342,
— redonda: 424, 425 ll: 37, 84 359,418, 437
— romana antigua: 420 llamada: 471 Martínez Lacalle, Jacinto: 95,
— — moderna llamadas de nota: 482 163
— s: 86 llave: 349 Martínez Sicluna, V.: 126, 127,
— seudocursiva: 427, 428 — de apertura: 349 128, 129, 155, 341, 342,
— seudoversalita: 422 — de cierre: 349 349, 433
— subíndice: 436 llaves en conjunción con la mas: 323
— t: 88 cursiva: 351 más aún: 311
— tipográfica: 418 — sistemáticas: 350 más/mas: 163
— u: 89 -logia: 182 Maxencio/Majencio: 91
— v: 89 Lope de Vega, Félix: 112 mayúscula de proximidad: 245
— versalita: 422 López de Velasco, Juan: 32, — diacrítica: 244
— voladita: 435 36, 37 — diferencial: 244
552 ÍNDICE ALFABÉTICO

mayúscula en apodos: 250 métodos de numeración de las mote: 260


— en denominaciones pluriver- notas: 473 Mounin, Georges: 44, 212
bales: 229 MexíasIMejías: 91 movimientos culturales: 239
— en la numeración romana: México/Méjico: 91, 92, 93 — políticos: 239
251 Méxique: 92 movimientos religiosos: 239
— en las contracciones: 250 mezcla de índice de materias y múltiplos: 287
— en los conectivos de apelli- onomástico: 518
dos: 249 mí/mi: 163 N. del A.: 475
— en los títulos de obras de microestructura textual: 389 N. del E.: 475
creación: 250 micrografías: 477 N. del T.: 475
— en palabras accesorias: 249 microtopónimos: 262 Navarro Tomás, Tomás: 34,
— en seudónimos: 250 Miége, Guy: 338 54, 56, 59, 63, 67, 74, 75,
— en topónimos: 25 1 milésimas: 275 79, 81, 87, 91, 92, 112,
— estilística: 244 Millá, Francisco: 125, 126, 113, 118, 120, 121, 124,
— intermedia: 251 127, 128, 129, 149, 154, 145, 147, 148, 151, 156,
— intercalada: 251 199, 201, 250, 340, 342, 167, 169, 176, 177, 310,
— subjetiva: 245 349, 376, 433 321, 467
— y minúscula después de dos mimetismo ortográfico: 44 nb: 77
puntos: 326 minúsculas: 227, 492 Nebrija, Antonio de: 31, 32,
mayúsculas: 215, 227, 492 — y mayúsculas en las abrevia- 33, 36, 37, 67, 75, 77, 80,
— en los apellidos: 255 turas: 196 98, 101,290,388,401,466
— de lo propio: 245 minusculización de nombres necesidad de la puntuación:
— de nombres comunes: 244 derivados de antropónimos: 385
mecanismos de la falta de orto- 246 — de una regla ortográfica: 40
grafía: 42 — de nombres derivados de to- negrita: 421
— de la abreviación: 189 pónimos: 246 neografismos: 44
media comilla: 338 — de nombres propios: 245 Nicolás, Isidro S.: 140, 141,
— línea: 414 minutos: 209, 271, 275 143
medianoche/media noche: 294 Miranda Podadera, Luis: 160 no obstante: 312, 323
medias comillas: 338 Miró, Aurora: 211, 224 Noboa, A. M. de: 37
medidas: 271 mistifori o mixtifori/misti fori nombre de la editorial: 315,
Medina Guerra, Antonia Ma- o mixti fori: 294 454
ría: 329 Moliner, María: 176, 177, 180, — del autor: 454, 495, 504
medio cuadratín: 414 182, 185, 217, 222, 228, — del presentador: 504
mediodía/medio día: 294 238, 249, 286, 287, 290, — del prologuista: 504
Mejía, José: 137, 140, 160, 292, 293, 295, 304, 307, — del traductor: 504
167,211,367,385 308, 325, 338, 367, 368, — postizo: 260
Melús, Pelegrín: 125, 126, 127, 371, 378, 444 — propio: 229
128, 129, 149, 154, 199, monograma: 214 nombres de ciencias: 243
201, 250, 340, 342, 349, monterilla: 301 — de ciudades: 273
376, 433 monumentos: 238 — de departamentos: 273
memorias: 241 Morales, Ambrosio de: 32, 35, — de disciplinas académicas:
Menéndez Pidal, Ramón: 33, 36, 201 243
54, 63, 67, 68, 70, 76, 80, Morato,Juan José: 80, 118, — de distritos: 273
99, 112, 171, 175, 182, 126, 127, 129, 130, 195, — de fiestas: 242
195, 233, 304, 306, 379, 302, 304, 327, 340, 349, — de gentilicios: 244
465, 466, 467 371, 372, 401, 429, 433, — de los personajes: 486
menos: 279, 351, 352, 358 465, 466, 467 — de novísimos: 242
meses: 273, 282 morfología: 31 — de oficios: 244
mesotopónicos: 262 — de los abreviamientos: 203 — de oraciones: 242
Mestres, Josep M.: 433 morfosintaxis de las siglas: 217 — de profesiones: 244
método acróstico: 210 -morfosis: 182 — de provincias: 273
métodos de citas bibliográficas: Morínigo, Marcos Augusto: — de razas y tribus: 244
476 139 — de religiones: 242
— de división de palabras: Morreale, Margherita: 466 — de sacramentos: 242
117 Mosterín, Jesús: 134, 137 — de técnicas: 243
ÍNDICE ALFABÉTICO 553

nombres hipocorísticos: 204 ñ como coda final: 80 ortografía literal: 35, 49


-nomía: 183 — publicitaria: 400
nominilla: 469 o bien: 311 — sintagmática: 35
nor-: 62 o sea: 311 — técnica: 399
nord-: 61 o viceversa: 314 — temática: 35
normas de aplicación de las o voladita: 279 — tipográfica: 399
abreviaturas: 198 -oa-: 114 — usual: 31, 399
— de composición: 478 Oaxaca/Oajaca: 91 ortología: 32
— ortotipográficas: 492 obligatoriedad de la tilde: 135 ortotipografía: 47, 399
nort-: 62 obras científicas: 271 Óscar/Oscar: 254
norte-: 62 — de economía: 271 -osis: 178
nota de nota: 475 — de estadística: 271 Otero, Carlos P.: 41
notaricón: 209, 210 — de matemáticas: 271
notaciones: 482 — teatrales: 484 p como coda final: 81
— bibliográficas: 476 — técnicas: 271 padre: 314
— del autor: 475 °C: 279 página de derechos: 455
— del editor: 475 -odia: 183 páginas: 282, 508
— del traductor: 475 -ódo/-odo: 177 palabra: 212
— en cuadros: 475 -oe-: 114 palabras accesorias: 447
— en fórmulas: 475 (E; 381 — compuestas: 116
— en páginas a dos o más co- OF: 279 — especulares: 262
lumnas: 475 -oí/-oy: 174 — que pueden escribirse en un
— entre texto: 475 -oide: 183 solo término o en más de
— marginales: 475 -oideo: 183 uno: 291
Novo Mier, Lorenzo: 304 -oides: 183 — — — en uno o más térmi-
np: 77 ojo: 439 nos: 290
núcleo 107 -ola/- ola: 177 — que, por su significado, de-
numeración arábiga: 270 Oliver Rodríguez, Enrique: ben escribirse en varios tér-
— de los títulos: 493 188 minos: 291
— decimal de capítulos: 460, -olo/-'olo: 177 — simples: 116
494 Oller, Juan: 371 Palafox y Mendoza, Juan de:
— romana: 287 omisión de la coma: 321 77
— tradicional: 493 — del punto: 309 palíndromo: 262
número de artículo: 282 onomástica: 252 palos de las cartas: 273
— de columnas: 490 -oo-: 114 parágrafo: 410
— de páginas: 271 operadores matemáticos: 209 paréntesis: 344
— de volúmenes o tomos: 505 -opía: 183 — angulado: 358
números cardinales: 270, 272 -opsia: 183 — angular: 358
— de las calles: 271 Oquendo: 329 — cuadrados: 349
— de las casas: 271 órdenes religiosas: 242 — curvos: 349
— de las plazas: 271 origen de la puntuación: 386 — de apertura: 349
— de los paseos: 271 origen de las voces: 32 — de cierre: 349
— dígitos: 271 orónimos: 262 — en conjunción con la cursi-
— enunciativos: 274 ortoepía: 32 va: 348
— fraccionarios: 286 ortografía: 31, 47 — en conjunción con otros sig-
números ordinales: 283, 284 — académica: 399 nos: 347
— partitivos: 284, 286 — bibliológica: 400, 451 — rectangulares: 349, 358
— proporcionales: 284, 287 — científica: 399 — rectos: 349
— que forman parte de los — de la frase: 35 — redondos: 349
nombres de calles y plazas: — de la letra: 35, 49 Pariente, Ángel: 68
273 — de la palabra: 35, 131 parónimos: 304
— que se posponen a un sus- — de la sílaba: 35, 105 párrafo: 375, 387, 410
tantivo: 271 — del texto: 35 — alemán: 411
numismática: 244 — especializada: 399 — en bandera: 411
— lexicográfica: 400 — español: 411
ñ: 37 — lexicológica: 35 — francés: 411, 478
554 ÍNDICE ALFABÉTICO

párrafo moderno: 411 postura ante la sigla: 212 punto y coma: 323, 342
— ordinario: 410, 411, 478 Práxedes/Prájedes: 91 — y cuadratín: 308
párrafos: 282 precios: 271 — y final: 307
partes de la ortografía: 35 precomponente: 116 — y raya: 308
— de la sílaba: 107 prenombre: 252 — y seguido: 308
— de las obras teatrales: 484 — + apellido: 448 puntos de los dados: 273
— del título: 489 prenombres compuestos: 255 — encorchetados: 350, 372
partición de fórmulas quími- — españoles: 252 — suspensivos: 326
cas: 484 — extranjeros: 253 — — en conjunción con otros
— de las fórmulas: 482 presentación: 456 signos: 328
pausas: 389 — de las bibliografías: 508 puntuación: 385, 492
pentagrama: 214 — tipográfica: 509 — básica: 392
Pérez de Ayala, Ramón: 199 principio de exclamación: 329 — de las cantidades: 281
Pérez Galdós, Benito: 167, 210 — de interrogación: 332 — de las fórmulas: 482
período académico: 37 problemas de la puntuación — de los datos bibliográficos:
— anárquico: 36 estilística: 395 509
— de confusión: 36 — de la puntuación prosódica: — de palabras: 466
— fonético: 35 392 — estilística: 392
períodos geológicos: 239 — de la puntuación: 392 — funcional: 392
pero: 313, 323 — semántica: 393 — gramatical: 392
ph: 70, 99 — relacionados con las siglas: — neutra: 392
pie: 469 210 — prosódica: 392
— de lámpara: 408 prólogo: 456 — semántica: 392
— editorial: 506 prólogos de las obras teatrales: — suelta: 392
-plastia: 183 484 — trabada: 392
pleca: 359, 361, 407 pronombres aplicados a Dios o puzzle: 98
— doble: 352, 359, 361 a la Virgen: 242
pliego de principios: 456 pronunciación: 32, 37 qué/que: 163
plural de las siglas: 217 — como fundamento de la or- quehacer/que hacer/qué hacer:
— en abreviaturas convencio- tografía: 32 294
nales: 196 prosa: 415 Quevedo, Francisco de: 34
— en abreviaturas regulares: -ptero: 183 quién/quien: 164
196 publicaciones periódicas: 271 quienquiera/quien quiera: 294
— en las abreviaturas: 196 Puente, Francisco: 37 Quilis, Antonio: 67, 71
-podo: 183 pues bien: 311 quintaesencia/quinta esencia:
poesía: 271, 273, 477 Pujol, Josep M.: 338, 434 294
poesías compuestas en línea: punto: 307, 342, 388 Quintiliano: 32, 37
480 — (y) aparte: 307
— en notas: 480 — (y) seguido: 307 Ragucci, Rodolfo María: 95,
policía: 243 — abreviativo: 191, 194, 308 113, 137, 144, 156, 158,
Polo, José: 35, 41, 47, 118, — acápite: 308 162, 171, 177, 185, 259
126, 228, 296, 303, 307, — alto: 372 Ramón y Cajal, Santiago: 212,
319, 325, 349, 362, 363, punto aparte: 308 257
373, 385, 391, 395, 463 — como elemento de otros sig- Ramos Martínez, R.: 118, 123,
por ciento: 280 nos: 309 124, 126, 127, 129, 197,
por ejemplo: 324 — cuadrado: 388 212, 319, 329, 338, 341,
por mil: 280 — de partida de la atildación: 342, 391, 433
porcentajes: 271 134 raya: 308, 351, 352
porque/por que: 294 — decimal: 281, 319 — en conjunción con otros sig-
porqué/por qué: 294 — en conjunción con otros sig- nos: 358
porqué/porque: 167 nos: 309 recursos diacríticos tipográfi-
portada: 453 — final: 307, 308 cos: 418
portadilla: 453 — redondo: 307, 388 referencias bibliográficas: 476
pos-: 88 — seguido: 308 reglas: 40
poscomponente: 116 — suprascrito: 303 — de numeración romana:
post-: 85, 88, 119 — y aparte: 308 288
ÍNDICE ALFABÉTICO 555

reglas específicas de atildación: Saavedra, M.: 126 siglas monolíteras: 214


159 Salvá, Vicente: 37, 136, 174 — oficiales: 219
— fundamentales de atilda- Sánchez, Juan: 32, 36 — pentalíteras: 214
ción: 137 sangrado: 491 — propias: 214, 215
— fundamentales de la divi- sangría: 308, 409 — silábicas: 212, s: 214
sión de palabras: 116 — en la primera línea: 410 — trilíteras: 214
— — en el uso de la mayúscu- sangrías en las poesías: 479 siglónimo: 210, 221
las: 230 Sanín Echeverri, Jaime: 149, siglos: 239
— — — de las minúsculas: 150 signo de porcentaje: 280
230 Santa Teresa: 68, 228 signos: 208, 465
— ortotipográficas en la divi- Sardanapalo/Sardanápalo: 255 — auxiliares: 390
sión de palabras: 126 Sarmiento, Domingo Faustino: — de la entonación: 307
— para la formación de abre- 32, 37 — — de la puntuación: 307
viaturas: 193 Sauvy, Alfred: 45, 473 — de economía: 209
regletas: 414 -scafo: 183 — de entonación: 307
religión: 241 -scopia: 183 — de entonación: 390
remoquete: 260 sélse: 164 — de llamada: 471
renglones: 408 Sebastián, Miguel: 34, 36 — de notación: 473
repúblicas: 274 Seco, Manuel: 35, 52, 66, 91r — de puntuación: 297, 307,
responsorio: 381 146, 153, 154, 156, 170, 390
Restrepo, Félix: 144, 168 211, 212, 213, 217, 248, — de un alfabeto fonético: 45
Restrepo, Roberto: 68, 138, 249, 286, 292, 363 — del alfabeto fonético inter-
142, 144, 156, 158, 162, Seco, Rafael: 35 nacional: 55
176, 177, 259, 260 segundos: 209, 271, 275 — diacríticos: 297, 299, 300
reuniones: 274 Selva, Juan B.: 113, 150 — dobles: 299
rb: 70 semiconsonante: 113 — en las abreviaturas: 195
Riquer, Martín de: 100, 258 semimenos: 351 — en las fórmulas químicas:
Robles Dégano, Felipe: 69, semivocal: 113 483
150, 152 Semprún, Jorge: 396 — en los apellidos: 256
Robles, Juan de: 34, 36, 75 separación de fórmulas: 483 — en situación volada: 209
Rodríguez González, Félix: — de palabras: 290, 466, 492 — lexicográficos: 406
224,225 — entre el lugar de edición y la — matemáticos: 406
Roosevelt, Franklin Delano: editorial: 316 — monetarios: 405
210 — entre folio y texto: 487 — ortográficos auxiliares: 297,
Rosa, Julio C. da: 213 separador decimal: 281, 282, 300
Rosell, Avenir: 210, 211, 213, 320 — ortográficos: 297, 307
222 Serra y Oliveres, Antonio: 401 — que califican a una cifra:
Rosenblat, Ángel: 35, 36, 37, seseo: 33 209
38, 40, 41, 43, 44, 54, 56, seudónimo: 261, 262, 316 — que pueden obtenerse en el
65, 66, 68, 75, 77, 78, 80, sb: 73, 102 ordenador: 298
81, 85, 86, 89, 91, 92, 94, sí/si: 164 — sintagmáticos: 390, 297,
98, 99, 100, 101, 112, 118, Sicilia, Mariano José: 37 299, 300, 307
120, 123, 124, 137, 141, sigla alfanumérica: 214 — tipográficos: 405
144, 149, 150, 154, 156, — impropia: 211, 214, 216 Sigüenza y Vera, Juan José:
158, 160, 170, 171, 175, — moderna: 209 401
176, 212, 239, 241, 259, — propia: 211, 214, 215, 216 sílaba: 107
290, 303, 334, 378, 379 — romana: 209 — abierta: 108
Roudil, Jean: 466 siglas: 117, 209,211 — acentuada: 108
Rousselot-Gillieron: 54 — bibliográficas: 216 — átona: 108
Rozas, Juan Manuel: 67, 71 — bilíteras: 214 — bilítera: 108
rr: 85 — consonánticas: 214 — cerrada: 108
-rragia: 183 — cuadrilíteras: 214 — cuadrilítera: 108
-rrea: 183 — heptalíteras: 214 — directa: 108
— hexalíteras: 214 — explosiva: 107
s doble: 86 — impropias: 214, 216 — implosiva: 107
s líquida: 86 — institucionales: 216 — inacentuada: 108
556 ÍNDICE ALFABÉTICO

sílaba inversa: 108 sólo/solo: 167 tipos de alfabetización: 440


— libre: 108 -sono: 183 — de comillas: 341
— mixta: 108 soporte: 107 — de letras: 465
— monolítera: 108 ss: 86, 98, 103 — de puntuación: 391
— pentalítera: 108 Standard Alphabet: 54 titulillo en línea: 489,491
— posnuclear: 107 Standop, Ewald: 188, 189, titulillos en línea: 424, 460
— postónica: 108 217, 223 título: 489,491
— prenuclear: 107 -stasis/-'stasis: 178 — centrado: 489
— pretónica: 108 -stato/-'stato: 178 — de la obra: 454, 504
— protónica: 108 Stefanovics: 215 — de las divisiones generales:
— tetralítera: 108 -stoma: 184 458
— tónica: 108 -stomo: 184 — en los capítulos: 459
— trabada: 108 -strofa: 184 — marginado: 489
— trílítera: 108 sub-: 98 títulos: 273, 459,489
sílabas compuestas: 107 subapartados: 413 — corrientes: 424
— simples: 107 subíndice: 299, 305 — de cabecera: 424
símbolos: 204 subnota: 475 — de colecciones bibliográfi-
— del sistema internacional de subpunto: 299, 305 cas: 241
unidades (si): 207 subraya: 299, 305 — de cuadros y esculturas:
simplificación de la ortografía: subsistema acentual: 47 241
38 — literal: 47 — de folletos: 241
— de las cantidades: 282 — puntual: 47 — de libros: 241
sin embargo: 312, 323 subtítulo: 489, 459, 489, 491 — — sagrados: 241
sin-: 121 — de la obra: 454 — de obras: 273
síncopa: 189 — de las divisiones generales: — — de creación: 241, 448
sinfín/sin fin: 294 458 — — de música, teatro, radio,
sinhueso/sin hueso: 294 cine y televisión: 241
sino/si no: 295 t: 84 — de partes: 448
sino: 313 t como coda final: 88 — de películas: 273
sinónimos: 45 tabla de contenido: 457 — de publicaciones periódicas:
sinrazón/sin razón: 294 tablas: 271,282 241
sinsabor/sin sabor: 294 talasónimos: 262 -tl-: 125
sinsentido/sin sentido: 294 tamaño: 439 Tolomeos: 386
sintaxis de las siglas: 218 Tapiz, L.: 359 -tomo: 184
sinvergüenza/sin vergüenza: té/te: 164 tonema: 389
294 temperaturas bajo cero: 279 tono: 134
sistema acentual actual: 136 ternura: 209, 210 -tono: 184
— — español: 134 teónimos: 241 toponimia urbana: 237
— autor-año: 476 Terencio Vaticano: 387 topónimos: 234, 262
— — de cita bibliográfica: términos históricos: 238 — compuestos: 268
217, 476 tetrágrafos: 52 — mayores: 262
— autor-fecha: 476 tetragrama: 214 — menores: 262
— de atildación español: 135 tetragrámaton: 214 — simples: 267
— Harvard: 217,416, 476 TexasZTejas: 91, 92 — urbanos: 263
— puntuario actual: 388 TexeraZTejera: 91 topos: 408, 412
— — de Aristófanes: 387 texto amazacotado: 417 Torrents deis Prats, Alfonso:
sistemas puntuarios medievales th: 70, 99, 102 360
y modernos: 387 -th-: 70 Tory, Geofroy: 36, 388, 401
Skelton, Robert B.: 56 Thibaudeau, Francis: 420 trabajos de remendería: 453
Sobejano, Gonzalo: 464 tiempo: 273 traducción de las siglas: 220
sobrenombre: 260 tilde: 54,133,135,299 trans-: 79
sobrerraya: 303, 305 — en las abreviaturas: 198 tras-: 79
sobretodo/sobre todo: 296 — en las mayúsculas y en las trascripción: 46
Solá, Joan: 434 versalitas: 158 — fonética: 51
Solalinde, A. G.: 378, 467 tipografía estructurada: 453 — fonológica: 51
Solís: 34 — invisible: 453 Trastamara/Trastámara: 255
ÍNDICE ALFABÉTICO 557

tratamiento de textos clásicos: uso de los signos subíndice: virgulilla: 303


464 436 vocal: 113
— — modernos: 462 — — voladitos: 436 — abierta: 54
— del texto de la cita: 462 — técnico de los dos puntos: — átona: 54
tratamientos: 231 326 — cerrada: 54
trígrafos: 52 — técnicos del paréntesis: 346 — tónica: 54
trigrama: 214 -voro: 184
triptongos: 109, 113, 116, 120 v: 54
— del español actual: 114 Valderrama, Ramiro: 133 Wacquez, Mauricio: 396
Tschichold, Jan: 410 Valdés, Juan de: 83, 379 Welte, Werner: 224
tú/tu: 164 valor de la sangría: 409 whisky: 90
valoración de la falta de orto- Wilamowitz, Ulrich von: 387
-ue-: 114 grafía: 41 wiski: 90
uisqui: 90 — de la macroestructura del
Umbral, Francisco: 201 texto: 389 x: 84
Unamuno, Miguel de: 44, 91, — de la microestructura del -x: 92
171, 182, 463 texto: 389 x como coda final: 92
unidades del Ejército: 286 Vallejo, Mariano: 37 Xavier/Javier: 91
— sintácticas: 308 Veciana, Roberto: 158, 160 Xerez/Jerez: 91
unión de palabras: 290 verbigracia: 324 Ximena/Jimena: 91
-urgía: 184 Vereiter, Karl von: 199 Ximénez/Jiménez/Giménez:
uso como fundamento de la versalita falsa: 422 91
ortografía: 35 versalitas: 215, 216 Xochimilco: 92
— de filetes en los cuadros: versículo: 381
469 versículos: 271 y vocal: 94
— de la cursiva: 428 versos: 271, 282 -y: 95
— de la letra redonda con co- viceversa: 314 yeísmo: 33
millas: 427 Vidal, Joaquín: 380
— — — sin comillas: 425 Villalón, Cristóbal de: 77 z: 84
— de las comillas: 338 Villar, Juan de: 32, 36 z como coda final: 97
— — inglesas: 340 Villena, Enrique de: 81 zedilla: 379
— — latinas: 338 viñetas: 408 Zenódoto de Éfeso: 387
— simples: 340 Virgilio Florentino: 387 zoónimos: 233
— de los filetes: 407 Virgilio Vaticano: 387 zz: 98, 103
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En un mundo totalmente interrelacionado, en el que la comunicación nos pone


en contacto con nuestros antípodas de forma instantánea, cada día cobra mayor
importancia el conjunto de normas y excepciones de escritura a que llamamos
ortografía.
El ordenador ha cambiado radicalmente nuestras costumbres comunicativas
en el universo de lo gráfico. Poco a poco ha ido desapareciendo la carta personal,
manuscrita, íntima, y ha sido sustituida por el mensaje público, con letras de im-
prenta, despersonalizado, intercambiado con otros en un foro cualquiera de la
Internet. Todo ello tendría bien poca importancia si no fuera porque, por un lado,
el lenguaje escrito nos sirve para la comunicación gráfica con nuestros semejan-
tes y, por otro, en ese escenario no es fácil disimular nuestra ignorancia en rela-
ción con las reglas de escritura de nuestra lengua. Ahí, en esa distancia corta es
donde frecuentemente se ponen de manifiesto nuestros escasos conocimientos
ortográficos, el dominio deficiente de las reglas y excepciones que conforman
el código comunicativo escrito de la lengua española. De alguna manera, ahí se
expone también públicamente el estado de salud ortográfica de las sociedades
del entorno hispano.
En resumidas cuentas, la experiencia nos dice que los hispanohablantes es-
cribimos con demasiadas faltas de ortografía, esquematizamos deficientemente
nuestros mensajes y en consecuencia puntuamos mal. Ello redunda en una co-
municación abstrusa, con frecuencia incomprensible. La ortografía, pues, no
contribuye como le corresponde al entendimiento entre los seres humanos que
escriben en español.
A todo ello podemos añadir en la actualidad la influencia, ya generalizada,
de la escritura tipográfica debido a la intervención creciente del ordenador en
nuestros modos de expresión. La escritura tipográfica se ha popularizado, se ha
convertido en dominio público. Es decir, que a las dificultades de conocimiento
del código ortográfico vienen a unírseles las de otro código, el tipográfico, de no
fácil adquisición, pese a las facilidades que la informática pone a disposición
de todos.
La presente obra se propone introducir al lector en el conocimiento de la or-
tografía usual y al propio tiempo en el de la ortotipografía, es decir, la forma de
expresar nuestros mensajes por medio de los elementos tipográficos.
José Martínez de Sousa, ortógrafo, ortotipógrafo y bibliólogo, es autor de varias
obras relacionadas estrechamente con las materias aquí tratadas, especialmente
el Diccionario de ortografía de la lengua española y el Diccionario de ortografía
técnica, cuyos contenidos quedan ahora actualizados e integrados en este nuevo
manual, Ortografía y ortotipografía del español actual.
ISBN 978-84-9704-724-1

9 788497 047241
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Ortografía y ortotipogra fía
TREA José Martínez de Sou sa
del esp añ ol actua l

OOTEA 3

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