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Ortografía
y ortotipografía
del español actual
OOTEA 3
José Martínez de Sousa (El Rosal [Ponteve-
dra], 1933) estudió tipografía y fue cajista de
imprenta antes de dedicarse a la corrección
tipográfica y de estilo en varias editoriales y
periódicos. En 1974 publicó su primera obra,
el Diccionario de tipografía y del libro, al que
seguirían otros veintitrés libros sobre lengua-
je, siglas, periodismo, bibliología, lexicografía,
redacción y estilo, edición y autoedición, usos
y dudas del español actual, entre los que po-
demos destacar los siguientes: Dudas y errores
de lenguaje, Diccionario de ortografía técnica,
Diccionario internacional de siglas y acróni-
mos, Diccionario de ortografía de la lengua
española, Diccionario de redacción y estilo,
Manual de edición y autoedición, Diccionario
de lexicografía práctica, Diccionario de usos
y dudas del español actual, Pequeña historia
del libro, Manual de estilo de la lengua espa-
ñola, Diccionario de edición, tipografía y artes
gráficas, Libro de estilo Vocento, Diccionario
de bibliología y ciencias afines, Ortografía y
ortotipografía del español actual, La palabra
y su escritura, Diccionario de uso de las ma-
yúsculas y minúsculas y, finalmente, Manual
básico de lexicografía (los nueve últimos pu-
blicados por Ediciones Trea). Ha dado infini-
dad de conferencias y cursos sobre cuestiones
de lenguaje, edición, traducción, lexicografía,
ortografía y ortotipografía, al tiempo que ha
publicado contribuciones en otros libros y ar-
tículos en periódicos y revistas nacionales y
extranjeros. José Martínez de Sousa ha sido
presidente de la Asociación Internacional de
Bibliología (AIB) (1998-2000) y de la Asocia-
ción Española de Bibliología (AEB), de la que
actualmente es presidente honorario.
ORTOGRAFÍA
y ORTOTIPOGRAFÍA
del ESPAÑOL ACTUAL
(OOTEA 3)
José Martínez de Sousa
ORTOGRAFÍA
y ORTOTIPOGRAFÍA
del ESPAÑOL ACTUAL
(OOTEA 3)
Ediciones Trea, S. L.
BIBLIOTECONOMÍA Y ADMINISTRACIÓN CULTURAL - 95
© de esta edición:
Ediciones Trea, S. L.
María González la Pondala, 98, nave D
33393 Somonte-Cenero, Gijón (Asturias)
Tel.: 985.303.801. Fax: 985.303.712
trea@trea.es
www.trea.es
LIBRO PRIMERO
ORTOGRAFÍA USUAL
0. Introducción: 31 0.1.7.1. Necesidad de una regla ortográfica: 40
0.1. La ortografía , su historia y sus nor - 0.1.7.2. Acatamiento a la normativa ortográfica
mas : 31 de la Academia: 40
0.1.1. Generalidades: 31 0.1.7.3. Las excepciones: 40
0.1.2. Fundamentos de la ortografía española: 32 0.1.8. Las disgrafías, cacografías o faltas de
0.1.2.1. La pronunciación como fundamento de ortografía: 41
la ortografía: 32 0.1.8.1. Concepto de falta de ortografía: 41
0.1.2.2. La etimología como fundamento de la 0.1.8.2. Valoración de la falta de ortografía: 42
ortografía: 34 0.1.8.3. Mecanismos de la falta de ortografía: 42
0.1.2.3. El uso como fundamento de la orto- 0.1.8.3.1. Errores por adición de signos innece-
grafía: 35 sarios: 42
0.1.3. Partes de la ortografía: 35 0.1.8.3.2. Errores por supresión de signos: 42
0.1.3.1. Ortografía de la letra o literal: 35 0.1.8.3.3. Errores por trasposición de signos: 42
0.1.3.2. Ortografía de la sílaba: 35 0.1.8.3.4. Errores por sustitución de signos: 42
0.1.3.3. Ortografía de la palabra o lexicológica: 0.1.8.3.5. Errores por omisión de signos: 42
35 0.1.8.3.6. Errores por adición de signos: 42
0.1.3.4. Ortografía de la frase o sintagmática: 0.1.8.3.7. Errores por ultracorrección: 42
35 0.1.8.4. El contexto: 43
0.1.3.5. Ortografía del texto o temática: 35 0.1.8.5. Los barbarismos: 43
0.1.4. Historia de la ortografía española: 35 0.1.8.5.1. Los barbarismos ortográficos: 44
0.1.4.1. Período fonético: 35 0.1.8.5.2. Los neografismos: 44
0.1.4.2. Período de confusión o anárquico: 36 0.1.8.5.3. El mimetismo ortográfico: 44
0.1.4.3. Período académico: 37 0.1.8.6. La heterografía: 44
0.1.5. Simplificación de la ortografía: 38 0.1.9. La escritura: 44
0.1.6. La corrección: 39 0.1.9.1. Generalidades: 44
0.1.6.1. Generalidades: 39 0.1.9.2. Escritura y etimología: 45
0.1.7. Reglas y excepciones: 40 0.1.9.3. Escritura estilística: 45
10 ÍNDICE
8.2.2. Reglas de la numeración romana: 288 10.5.1.4. El punto como elemento de otros
8.2.3. Aplicación de la numeración romana: 289 signos: 309
8.2.4. Escritura de los números romanos: 289 10.5.1.5. Omisión del punto: 309
8.2.5. Lectura de los números romanos: 289 10.5.1.6. El punto en conjunción con otros
signos: 359
9. Separación y unión de palabras: 290 10.5.2. La coma: 309
9.1. Palabras que pueden escribirse en uno 10.5.2.1. Generalidades: 309
O MÁS TÉRMINOS: 2890 10.5.2.2. Funciones de la coma: 310
9.2. Palabras que , por su significado , de - 10.5.2.3. Escritura de la coma: 310
ben ESCRIBIRSE EN UNO O EN VARIOS TÉR- 10.5.2.3.1. La coma gramatical: 310
MINOS: 281 10.5.2.3.2. La coma de sentido: 317
10.5.2.3.3. La coma por omisión de verbo: 318
10. Signos ortográficos: 297 10.5.2.3.3.1. La coma por omisión de verbo
10.1. Generalidades : 292 anafórico: 318
10.2. Escritura de los signos : 297 10.5.2.3.3.2. La coma por omisión de verbo
10.3. Signos ortográficos : 297 elíptico: 318
10.3.1. Los signos dobles: 299 10.5.2.3.4. La coma entonatoria: 319
10.4. Signos diacríticos : 299 10.5.2.3.5. La coma decimal: 319
10.4.1. La tilde: 299 10.5.2.4. Omisión de la coma: 321
10.4.2. El acento agudo: 300 10.5.3. El punto y coma: 323
10.4.3. El acento grave: 301 10.5.3.1. Generalidades: 323
10.4.4. El acento circunflejo: 302 10.5.3.2. Escritura del punto y coma: 323
10.4.5. El acento anticircunflejo: 302 10.5.4. Los dos puntos: 324
10.4.6. El acento largo o macron: 302 10.5.4.1. Generalidades: 324
10.4.7. El acento breve: 302 10.5.4.2. Escritura de los dos puntos: 324
10.4.8. El anillo: 302 10.5.4.3. Uso técnico de los dos puntos: 326
10.4.9. Los espíritus: 302 10.5.4.4. Mayúscula y minúscula después de
10.4.9.1. Escritura de los espíritus: 302 dos puntos: 326
10.4.9.2. El coronis: 302 10.5.5. Los puntos suspensivos: 326
10.4.10. La virgulilla: 303 10.5.5.1. Generalidades: 326
10.4.11. El punto suprascrito: 303 10.5.5.2. Escritura de los puntos suspensivos: 327
10.4.12. La diéresis: 303 10.5.5.3. Los puntos suspensivos en conjunción
10.4.12.1. Escritura de la diéresis: 303 con otros signos: 328
10.4.12.2. Alternancias: 304 10.5.6. La exclamación: 329
10.4.12.3. Parónimos: 304 10.5.6.1. Generalidades: 329
10.4.12.4. Escritura de la diéresis en otros idio- 10.5.6.2. Función de la exclamación: 329
mas: 304 10.5.6.3. Escritura de la exclamación: 330
10.4.12.5. Errores frecuentes en la escritura de 10.5.6.4. La exclamación en conjunción con
la diéresis: 304 otros signos: 331
10.4.13. La sobrerraya: 305 10.5.7. La interrogación: 332
10.4.14. La cedilla: 305 10.5.7.1. Generalidades: 332
10.4.15. El subpunto: 305 10.5.7.2. Escritura de la interrogación: 332
10.4.16. La subraya: 305 10.5.7.3. La interrogación en conjunción con
10.4.17. El índice: 305 otros signos: 334
10.4.18. El subíndice: 305 10.5.8. Las comillas: 335
10.4.19. El superíndice: 306 10.5.8.1. Generalidades: 335
10.4.20. El apóstrofo: 306 10.5.8.2. Clases de comillas: 336
10.4.20.1. Escritura del apóstrofo: 306 10.5.8.3. Grafismos de las comillas: 337
10.4.20.2. Errores frecuentes en la escritura del 10.5.8.3.1. Comillas latinas: 337
apóstrofo: 306 10.5.8.3.2. Comillas inglesas: 337
10.5. Signos sintagmáticos : 307 10.5.8.3.3. Comillas simples o sencillas: 338
10.5.1. El punto: 307 10.5.8.4. Uso de las comillas: 338
10.5.1.1. Generalidades: 357 10.5.8.4.1. Uso de las comillas latinas: 338
10.5.1.2. Escritura del punto: 358 10.5.8.4.2. Uso de las comillas inglesas: 340
10.5.1.3. Errores frecuentes en la escritura del 10.5.8.4.3. Uso de las comillas simples: 340
punto: 308 10.5.8.4.4. Las comillas de seguir: 340
16 ÍNDICE
10.5.8.4.5. Las comillas marginales: 341 10.5.19.2. Escritura de la pleca doble: 361
10.5.8.5. Las comillas en conjunción con otros 10.5.20. El guión: 361
signos: 341 10.5.20.1. Guión morfológico, léxico o lexical:
10.5.8.5.1. Comillas y clases de letra: 341 361
10.5.8.5.2. Distintos tipos de comillas: 341 10.5.20.1.1. El guión en los compuestos por
10.5.8.5.3. Comillas y mayúscula: 341 prefijación: 362
10.5.8.5.4. Comillas y signos de puntuación: 342 10.5.20.1.2. El guión en los compuestos de dos
10.5.8.5.4.1. Coma, punto y coma y dos pun- adjetivos y dos sustantivos: 364
tos: 342 10.5.20.1.2.1. El guión en los compuestos de
10.5.8.5.4.2. Exclamación e interrogación: 342 dos adjetivos: 364
10.5.8.5.4.3. Punto: 342 10.5.20.1.2.2. El guión en los compuestos de dos
10.5.9. Los paréntesis: 344 sustantivos (aposiciones): 366
10.5.9.1. Escritura del paréntesis: 344 10.5.20.1.3. El guión en nombres propios com-
10.5.9.2. Usos técnicos del paréntesis: 344 puestos: 367
10.5.9.3. El paréntesis en conjunción con otros 10.5.20.1.4. El guión estilístico o geminado:
signos: 347 367
10.5.9.4. Los paréntesis en conjunción con la 10.5.20.1.5. El guión en precomponentes y pos-
cursiva: 348 componentes: 369
10.5.10. Los corchetes: 348 10.5.20.2. Guión prepositivo: 369
10.5.10.1. Generalidades: 348 10.5.20.2.1. El guión prepositivo entre pala-
10.5.10.2. Escritura de los corchetes: 349 bras: 369
10.5.10.3. El corchete en conjunción con otros 10.5.20.2.2. El guión prepositivo entre cifras:
signos: 350 370
10.5.10.4. Los corchetes en conjunción con la 10.5.20.2.2.1. Entre años que indican principio
cursiva: 350 y fin de un período: 370
10.5.11. La llave: 350 10.5.20.2.2.2. Entre números de páginas (fo-
10.5.11.1. Generalidades: 350 lios): 370
10.5.11.2. Grafismo de la llave: 350 10.5.20.2.2.3. En números de publicaciones pe-
10.5.11.3. Escritura de la llave: 351 riódicas: 370
10.5.11.4. Las llaves en conjunción con la cur- 10.5.20.2.2.4. En números de topónimos urba-
siva: 351 nos: 370
10.5.12. La raya: 351 10.5.20.2.3. El guión prepositivo entre palabras
10.5.12.1. Generalidades: 351 y cifras, o viceversa: 371
10.5.12.2. Escritura de la raya: 352 10.5.20.2.4. El guión prepositivo entre siglas y
10.5.12.3. Errores frecuentes en la escritura de cifras: 371
la raya: 357 10.5.20.3. El guión y los espacios: 371
10.5.12.4. Anglicismos ortográficos en el uso de 10.5.21. El igual: 371
la raya: 357 10.5.21.1. Generalidades: 371
10.5.12.5. La raya en conjunción con otros 10.5.21.2. Escritura del igual: 372
signos: 358 10.5.22. El punto alto: 372
10.5.13. El menos: 358 10.5.23. Los puntos encorchetados: 372
10.5.14. Las antilambdas: 358 10.5.23.1. Generalidades: 372
10.5.14.1. Las antilambdas en conjunción con 10.5.23.2. Escritura de los puntos encorcheta-
otros signos: 358 dos: 373
10.5.15. La contrabarra: 358 10.5.24. La línea de puntos: 374
10.5.16. La barra: 358 10.5.25. Los puntos conductores: 374
10.5.16.1. Generalidades: 359 10.5.26. La antisigma: 375
10.5.16.2. Escritura de la barra: 360 10.5.27. El cristas: 375
10.5.16.3. División de términos unidos con 10.5.28. La cruz: 375
barra: 360 10.5.29. La cruz doble: 375
10.5.16.4. Errores frecuentes en la escritura de 10.5.30. El calderón: 375
la barra: 360 10.5.31. El párrafo: 376
10.5.17. La barra doble: 361 10.5.31.1. Generalidades: 376
10.5.18. La pleca: 361 10.5.31.2. Escritura del signo párrafo: 376
10.5.19. La pleca doble: 361 10.5.32. El asterisco: 376
10.5.19.1. Generalidades: 361 10.5.32.1. Generalidades: 376
ÍNDICE 17
10.5.32.2. Escritura del asterisco: 376 11.3.2. Sistemas puntuarios medievales y mo-
10.5.33. La manecilla: 378 dernos: 387
10.5.34. La et: 378 11.4. El SISTEMA PUNTUARIO ACTUAL: 388
10.5.35. La cedilla: 378 11.4.1. La macroestructura textual: 388
10.5.35.1. Generalidades: 379 11.4.1.1. Valoración de la macroestructura del
10.5.35.2. Escritura de la 380 texto: 388
10.5.36. La ele geminada: 380 11.4.2. La microestructura textual: 389
10.5.36.1. Grafía de la ele geminada: 389 11.4.2.1. Valoración de la microestructura del
10.5.37. Las letras ligadas: 381 texto: 389
10.5.38. El doble punto: 381 11.5. Bases de la puntuación : 388
10.5.39. La flecha: 381 11.5.1. Los signos de puntuación: 388
10.5.40. El versículo: 381 11.5.2. Complejidad de la enseñanza de la pun-
10.5.41. El responsorio: 381 tuación: 390
11.5.3. Los tipos de puntuación: 391
11.5.4. Los problemas de la puntuación: 392
CUARTA PARTE 11.5.4.1. Problemas de puntuación prosódica:
ORTOGRAFÍA DE LA FRASE 392
11.5.4.1.1. Lectura y puntuación: 393
11. La puntuación: 385 11.5.4.2. Problemas de puntuación semánti-
11.1. Generalidades : 385 ca: 393
11.2. Necesidad de la puntuación : 385 11.5.4.3. Problemas de puntuación estilística:
11.3. Origen de la puntuación : 386 393
11.3.1. Sistema puntuado de Aristófanes: 387 11.5.4.3.1. El experimentalismo puntuario: 395
libro segundo
ORTOGRAFÍA TÉCNICA
Hemos entrado de lleno en el siglo xxi y, estructura y unos contenidos, y una y otros
con la misma exactitud que en los últimos deben ser asumidos si queremos contribuir
años del siglo anterior, podemos afirmar a su dominio.
que la ortografía sigue siendo una de las
asignaturas pendientes de la lengua espa- Tratar de destacar la importancia de la
ñola. Pendiente, por un lado, de una rigu- ortografía como código de comunicación
rosa y completa esquematización oficial de humana tiene mucho de redundante, pero
las normas por las que se rige y, por otro, es preciso hacer hincapié una vez más en
de un estudio y exposición adecuados, por ello. El manejo de este código requiere un
parte de los educadores, para que los alum- aprendizaje que no es fácil ni placentero.
nos y usuarios en general de la lengua las Estas dificultades dan como resultado la
hagan suyas desde las edades más tempra- existencia de universitarios que no saben
nas y puedan así entenderla y practicarla estructurar su pensamiento a la hora de
con propiedad. expresarlo por escrito y de usuarios del
lenguaje que no son capaces de pergeñar
La ortografía del español, más simple cuatro líneas seguidas sin sufrir tres dudas
que la de otras lenguas de cultura, es, pese ortográficas, sea del campo de la letra, de
a ello, todavía compleja, más allá de lo la sílaba, de la palabra o, con tanta o más
que se sugiere cuando, sin el conocimiento frecuencia, de la frase. Es cierto que la
previo necesario, se asegura demasiado ale- lectura constante ayuda a retener la forma
gremente que es una ortografía fonética. de las palabras tal como aparecen en su
contexto, pero esto no basta para dominar
Para justificar su general desconoci- el código ortográfico. Se necesita, sin duda,
miento se alega, no sin razón, su dificultad la memorización de sus reglas y excepcio-
intrínseca. Es cierto que corresponde a la nes y la comprensión de su estructura in-
Academia la ordenación, simplificación y terna. Aquí hay que poner de manifiesto
codificación en materia ortográfica. Sin el importantísimo cometido del profesor,
embargo, reconocido esto, hemos de tener entre cuyas funciones no es la menos desta-
en cuenta también la desidia y el desinterés cada esta de trasmitir y hacer comprender
con que alumnos y usuarios se enfrentan a sus alumnos el entramado en que se
a esa dificultad. La ortografía tiene una apoya la ortografía, arma básica para la
24 PRÓLOGO
ORTOGRAFÍA USUAL
0. Introducción
entre estas fuentes suele haber importantes pañola sea injustificadamente difícil para
contradicciones y desfases, aspecto que la quienes la estudian, en particular a partir
Academia nunca ha conseguido superar de la edición de la ole 10, especialmente
desde que fue fundada. La publicación por densa y compleja.
la Real Academia de la Ortografía de la
lengua española en 1999 no vino a resol- 0.1.2. Fundamentos de la ortografía
ver los problemas que la materia arrastra española. «Tres principios dan fundamen-
desde hace tiempo, sino que, al revés, to a la Ortografía española: la pronun-
creó dificultades nuevas que complicaron ciación de las letras, sílabas y palabras; la
el espacio ortográfico del español. Para etimología u origen de las voces, y el uso
dificultar más si cabe el panorama, poste- de los que mejor han escrito» (orae 74, 7)
riormente la Academia colocó en Internet (v. Esteve Serrano, 1982: 68-73).
el Diccionario panhispánico de dudas, en
el cual se aborda de nuevo la ortografía, 0.1.2.1. La pronunciación como
esta vez con mayor aliento que en el librito FUNDAMENTO DE LA ORTOGRAFÍA. 1. El
de 1999. Pero, fatalmente, todas las fuen- arte de pronunciar bien las palabras se
tes académicas que tratan este tema son llama ortoepía, también ortología y, menos
contradictorias entre sí y a la postre el comúnmente, ortoepeya. Su influencia en
usuario de la lengua escrita no sabe ya a la ortografía es sobradamente conocida:
qué carta quedarse en un campo tan am- una de las causas de disgrafía o escritura
plio y diverso. Para complicar las cosas, a incorrecta se desprende de ciertos vicios de
finales del año 2010 la Academia publicó dicción. Por ejemplo, quien deslateraliza la
la última edición, hasta el presente, de su ll y la sustituye fonéticamente por y (caba-
Ortografía de la lengua española, obra de llo > cabayo, pollo > poyo, llevar > yevar)
800 páginas cuyo desorbitado contenido corre el riesgo, cuando menos en un nivel
supone una rémora más para su intelección elemental de conocimiento ortográfico, de
por parte del destinatario. trasladar al plano de la escritura lo que
2. Aunque la lingüística actual puede realiza a nivel fonético; quien pronuncia
someter la ortografía a métodos científicos llevastes y périto es natural que escriba esto
(v. Jauralde Pou, 1981: 98), tradicional- y no llevaste y perito, que es lo correcto.
mente esta no ha sido considerada una 2. Sin embargo, la primera base de la
ciencia, sino una técnica o un arte. La or- escritura castellana y de su ortografía fue,
tografía se acomoda a las reglas por las que precisamente, la pronunciación. A pesar de
se gobierna en cada época, reglas que no que la primitiva ortografía es una prolon-
permanecen necesariamente inmutables (en gación de la de los siglos xi y xii, se des-
parte porque, siendo un hecho eminente- taca por un afán de precisión, sencillez y
mente social, es la sociedad la que impone regularidad. Alfonso X el Sabio (siglo xiii)
su modus operandi, aunque en la práctica se fundamenta en la pronunciación viva
las plasme en reglas ordenadas una institu- cuando trata de regular el uso de la lengua
ción como la Academia). En cualquier ca- escrita. El mismo Nebrija se atiene a la
so, se trata de una materia compleja, difícil pronunciación y, siguiendo a Quintiliano,
de dominar en su estado actual (como lo fija el principio de que hemos de escribir
fue asimismo en sus estados anteriores). El como pronunciamos, pues de lo contrario
desajuste entre fonema y letra, el hecho de —dice— en vano fueron creadas las letras.
que un mismo fonema pueda representarse Fueron asimismo fonetistas, entre otros,
con más de un grafema, la abundancia de Ambrosio de Morales, Fernando de Herre-
alternancias ortográficas registradas en el ra, Juan López de Velasco, Juan Sánchez,
drae y, finalmente, la falta de reglas en Mateo Alemán, Gonzalo Correas y Juan de
unos casos y la oscuridad de algunas de Villar, como después Bello, García del Río,
ellas en otros hacen que la ortografía es- Sarmiento y otros.
0.1.2.1. LA PRONUNCIACIÓN COMO FUNDAMENTO DE LA ORTOGRAFÍA 33
ñol actual es, en general, letra muda. Sin 0.1.2.2. Ortografía de la sílaba . El
embargo, la Academia la emplea incluso estudio de la sílaba, con los fenómenos a
en palabras que en su etimología no tienen que puede dar lugar (diptongos, hiatos,
h (como sabihondo) o la ha suprimido triptongos), constituye un excelente punto
donde figuraba en su origen (como ahora, de partida para entender la división de pa-
asta). labras y la atildación.
de desde los orígenes del romance caste- y cada impresor. No debe extrañar la con-
llano hasta la segunda mitad del siglo xvi. fusión de estos tiempos del castellano: el
Las primeras muestras de la nueva lengua propio latín, en el momento de los prime-
que surge en Castilla son las glosas de San ros romances, vacilaba igualmente en su
Millán, el Poema de Mio Cid y las obras escritura. Durante los siglos oscuros, la
de Gonzalo de Berceo (segunda mitad del escritura castellana es patrimonio casi úni-
siglo xii). No existe aún homogeneidad co de monjes y escribanos; con la aparición
lingüística, sino más bien variedades re- de los juglares, la lengua se hace literaria y
gionales con sus propias peculiaridades. se aleja cada vez más de sus orígenes lati-
La General Estoria de Alfonso X el Sabio nos para ajustarse a la pronunciación real.
(siglo xiii) marca el comienzo de la apari- El comienzo de la ordenación ortográfica
ción del castellano como lengua distinta de se da con Alfonso X el Sabio (siglo xiii),
las demás y en ella se ven ya los indicios al convertir el castellano en lengua oficial
de lo que habría de ser la grafía española. del reino de Castilla y ordenar que se escri-
La ortografía castellana inicial es una pro- ban en ella, y no en latín, los documentos
longación de la latina, si bien con muchas oficiales.
vacilaciones debido, por un lado, a la grafía
de las palabras latinas en el nuevo idioma 0.1.4.2. Período de confusión o
y, por otro, a la representación gráfica de anárquico . A partir de la segunda mitad
los sonidos nuevos y peculiares del caste- del siglo xvi, y sobre todo en la primera del
llano. La presencia del grafismo latino en xvii, se producen una serie de confusiones
el castellano se comprende por el hecho de en la ortografía del castellano; a tal punto,
que quienes escribían en romance eran los que en muchos casos ya cada escritor utiliza
mismos que escribían en latín. Debido a la suya, con sus propios signos, su alfabeto,
ello, «[...] no se puede hablar de una orto- etcétera. Mientras unos gramáticos pro-
grafía antigua. La escritura era vacilante e pugnan una vuelta a la grafía latina, otros
insegura, y a veces coexistían siete u ocho pretenden adecuar la del período anterior;
formas de representar un solo sonido» así pues, unos, etimologistas a ultranza;
(Rosenblat, 1951: xiii). «Frente a la diver- otros, fonetistas acérrimos. La obra de Ne-
gencia de los usos, nunca consecuentes ni brija Reglas de Orthographia en la lengua
sistemáticos, la imprenta misma impondrá castellana (1517) va a servir para marcar
la necesidad de una regulación. Entonces es la pauta de la futura ortografía castellana,
cuando empieza a hablarse de ortografía. sus tendencias: «[...] escriuimos una cosa e
Los primeros impresores [...] conservan pronunciamos otra». Ya en su Gramática
los hábitos ortográficos de mediados del castellana de 1492 había sentado el princi-
siglo xv [la imprenta se inventó en Europa pio del fonetismo: «[...] assí tenemos de
en 1440, aproximadamente], con todas escriuir como pronunciamos: i pronunciar
sus irregularidades, pero a medida que los como escriuimos: por que en otra manera
textos impresos en romance van cobrando en vano fueron halladas las letras». Nebri-
importancia y destierran casi por completo ja es seguido por otros gramáticos y ortó-
la labor manuscrita, los impresores mismos grafos (Ambrosio de Morales, Fernando
se van a preocupar de la regulación orto- de Herrera, Juan López de Velasco, Juan
gráfica: en Italia, Aldo Manuzio; en Fran- Sánchez, Mateo Alemán, Gonzalo Co-
cia, Geofroy Tory, luego los Estienne. En rreas, Juan de Villar...). Pero frente a esta
España va a ser un humanista, Antonio de corriente surge la etimologista, latinizante,
Nebrija, el primero que tratará de ordenar partidaria de un tradicionalismo del que ya
y fijar la ortografía castellana» (Rosenblat, había habido pruebas anteriormente. Per-
1951: xxii). Pero aún a fines del siglo xvi tenecen a esta corriente Francisco Cascales,
la ortografía castellana seguía al arbitrio Miguel Sebastián, Juan de Robles, Gonzalo
de cada maestro de escuela, cada escribano Bravo Grajera; según este, «[...] las lenguas
0.1.4.3. PERÍODO ACADÉMICO 37
Ante este estado de cosas, el Consejo de sistema ortográfico que nos envidiarían
Instrucción Pública se dirige a la reina Isa- otros idiomas.
bel II, quien, por real orden de 25 de abril
de 1844, impone la obligatoriedad de ense- 0.1.5. Simplificación de la ortografía.
ñar la ortografía académica en las escuelas. Aun sin alterar un ápice el sistema ortográ-
La reina pide a la Academia que resuma sus fico actual, la ortografía puede facilitarse
normas en un manual breve y claro, para simplificándola; para ello no se requiere
su empleo en la enseñanza, y la Academia una autorización especial de la Academia,
redacta, en 1844, el Prontuario de orto- sino meramente una decisión personal:
grafía de la lengua castellana, dispuesto de dentro de lo permitido, utilizar lo más
Real Orden para el uso de las escuelas pú- simple, aquello que está en la esencia de
blicas por la Real Academia Española con la lengua y en la corriente de su genio. Por
arreglo al sistema adoptado en la novena ejemplo, el drae registra una serie de gra-
edición de su Diccionario. Este prontuario fías complejas que alternan con otras más
representa la oficialización de la ortografía simples (alternancias o alografías, es decir,
académica, que se convierte en dogma. formas intercambiables): un paso adelante
Desviarse de ella supone, desde entonces, en la simplificación ortográfica consiste en
error ortográfico. Los autores disidentes se rechazar el uso de grupos cultos o comple-
someten a la normativa oficial y de allí en jos en favor de las formas simplificadas.
adelante, hasta la actualidad, la Academia En los grupos de letras que tienen igual
dicta sus normas y el público ilustrado y pronunciación (b/v; g/j ante e, i; c/z ante e,
los doctos son sus fieles seguidores. «Desde i; c/k ante a, o, u y qu ante e, i; etcétera)
entonces —a pesar de vicisitudes y contra- deben elegirse aquellas que representan los
tiempos—, toda la vida intelectual hispá- sonidos españoles de tales grupos alter-
nica ha tendido hacia la convergencia. [...] nantes (b, j, c ante e, i y c ante a, o, u). En
= La unidad ortográfica es hoy un hecho, las alternancias h/Ø, la decisión no ofrece
y este hecho es consecuencia de una uni- dudas: en aquellas palabras en que la
dad más amplia, la cultural y la lingüísti- Academia lo permita, eliminar la h: acera,
ca. [...] = La ortografía académica se ha armonía, mejor que hacera, harmonía. En
convertido en la ortografía castellana. Se los grupos vocálicos debe optarse asimis-
ha impuesto por una virtud fundamental: mo por los más simples: contralmirante,
el ser la única norma de validez general, rencuentro, remplazo, rembolso.
el único uso general y constante, y por lo Lo mismo cabe hacer con los grupos
tanto la única que puede satisfacer el legí- consonánticos, aunque aquí se presentan
timo afán de unidad. Por más discutible que muchos problemas, debido, sobre todo, a
sea, y por dudosos que parezcan sus títulos, las vacilaciones e inconsecuencias acadé-
no hay actualmente ninguna otra que pueda micas; en principio debe tenderse siempre
ostentar títulos superiores» (Rosenblat, 1951: a la simplificación de estos grupos (bs en
cxxxi). s, ds en s, gn en n, mn en n, ns en s, pn en
Sin embargo, y pese al pretendido fone- n, ps en s, st en s), pese a que tienen mu-
tismo de la ortografía española, esta sigue chos adeptos todavía, tal vez por la razón
siendo tan compleja que el camino que que expone E. Lorenzo (1994: 174): «En
aún queda por delante para perfeccionarla el fondo, quien hace alarde de cultismos,
es largo y difícil. No hay ninguna razón, sea por pedantería u otra causa, lo hace
ni histórica ni de ningún otro tipo, según también a menudo por distinguirse del
la cual la ortografía sea inamovible e in- vulgo ignaro —como los importadores
tocable. Muy al contrario: si la Academia del barbarismo inútil— y no tiene interés
hubiera seguido el ritmo de reforma de sus en abaratar la mercancía». Pues bien: hay
cien primeros años, a estas alturas tal vez que abaratar decididamente esa mercancía;
dispondríamos los hispanohablantes de un por poner un ejemplo, resulta obvia la gra-
0.1.6. LA CORRECCIÓN 39
0.1.7. Reglas y excepciones. Una regla es casi enteramente desde el punto de vista
o norma es la formulación de un proce- del lector, con su sistema auxiliar de acen-
dimiento que representa el uso normal y tos. Podrán discutirse muchos de sus deta-
general en el campo de la escritura de una lles, siempre perfectibles, pero es evidente
lengua, de la que se excluyen las excep- que la ortografía de un pueblo de rica tra-
ciones. dición cultural no puede ser una notación
fonética rigurosa. Es siempre un sistema
0.1.7.1. Necesidad de una regla or - convencional, que se acepta con todos sus
tográfica . ¿Es necesaria una regla orto- defectos, por su validez colectiva». Esto no
gráfica para el español? Todos los idiomas quiere decir, evidentemente, que el usuario
necesitan reglas ortográficas. El hecho de de la lengua escrita no deba estimular a la
que el inglés, por ejemplo, carezca de una Academia en el camino del perfecciona-
academia (como la tienen el francés y el miento de la ortografía. Poner de mani-
español) no quiere decir que no se rija por fiesto sus inconsecuencias, incoherencias
reglas; normalmente, el proceder de otra y errores es una forma de trabajar en esta
institución se convierte, de hecho, en la re- dirección. De aquí que la no obediencia a
gla general seguida por los demás hablan- las normas y usos académicos claramente
tes (por ejemplo, el Diccionario de Oxford equivocados, arbitrarios o no suficiente-
o el Webster estadounidense sirven a in- mente justificados sea beneficiosa para el
gleses y norteamericanos, respectivamente, sistema y no al revés. En esta edición de la
de código igual que el drae en el mundo presente obra se hace necesario en algunas
hispánico). Cosa distinta es si la regla se ocasiones manifestar la desaprobación de
acomoda a la realidad social, si evoluciona ciertas normas emanadas de la Academia,
oportunamente y si es coherente y respe- en especial en lo relativo a la edición del
tuosa con las tendencias populares. Las re- 2010 (aquí abreviado en la forma OLE10).
glas actuales de la ortografía española han
sido establecidas por la Academia desde 0.1.7.2. Las excepciones . Las excep-
su fundación en 1712. Si bien hasta 1844 ciones son formas de la escritura correcta
fue muy discutida y no siempre seguida, que se apartan de la regla general.
a partir de esa fecha la obediencia a sus En ortografía, las excepciones son tan
decisiones y normas es general en el mundo importantes como las reglas, de las cuales
hispánico. dependen. Pocas reglas hay en este campo
que no dispongan de su correspondiente
0.1.7.2. Acatamiento a la normati - excepción. El conocimiento de esta es tan
va ORTOGRÁFICA DE LA ACADEMIA. El importante como el de la propia regla. Las
sistema ortográfico actual, que es el ema- excepciones obedecen, en muchos casos,
nado de la Academia, podrá satisfacer a razones de etimología o tradición. De
o no, pero, como regla general, mien- hecho, las palabras suelen adecuarse a
tras no se reforme debe respetarse. Entre una regla en función de sus componentes:
tanto defecto como pueda achacársele, para escribirlas con una grafía determi-
tiene una virtud inapreciable: mantie- nada se atiende a su precomponente o a
ne la unidad gráfica del idioma a lo su poscomponente, pero a veces algunas
largo y a lo ancho de las naciones que palabras no coinciden exactamente con las
lo hablan y escriben, que lo usan como me- restantes de la misma regla pese a que haya
dio de comunicación humana entre cerca coincidencia de los componentes, razón
de cuatrocientos millones de personas. Co- por la cual constituyen un subgrupo aparte,
mo dice Rosenblat (1951: cxxxv), «Con la excepción de la regla. La única manera
todas sus inconsecuencias, la ortografía de reducir de forma importante el núme-
castellana es, entre las modernas, la que ro de excepciones que afectan a las reglas
más se acerca a una escritura fonética. Lo ortográficas sería llevar a cabo una re-
0.1.8. LAS DISGRAFÍAS, CACOGRAFÍAS O FALTAS DE ORTOTGRAFÍA 41
y la sumisión incondicional a unas reglas mejor que, en una muestra tan inútil como
pueden restar belleza al lenguaje escrito, vana de erudición, cargar los escritos de
pero la escritura no ha de ser necesaria- difusión general con diacríticos que no van
mente rígida. a ser debidamente interpretados. La fideli-
dad a la grafía original lleva a algunos a la
0.1.9.4. Escrituras exóticas . 1. A ridiculez de escribir Brasília solo porque en
los problemas que presenta la escritura es- portugués se escribe así; puesto que la grafía
tándar del idioma se suman modernamente Brasilia, sin tilde, se lee igual en español que
los que se derivan de la trascripción de los Brasília en portugués, ¿para qué utilizar, en
topónimos y, en menor medida, de los an- un texto destinado a personas de habla es-
tropónimos procedentes de lenguas que no pañola, una tilde que en nuestro sistema es
utilizan el alfabeto latino. Si se consulta un innecesaria? Claro está, en este enrevesado
buen diccionario enciclopédico actual, se terreno siempre se presentarán problemas
verá que en muchos casos los topónimos de todo orden; por ejemplo, la letra com-
y algunos antropónimos que disponían de puesta ñ representa en polaco el mismo
escritura españolizada (fuera o no fiel a la sonido que nuestra ñ; por consiguiente, si se
pronunciación original) se presentan en escribe Gdansk en lugar de Gdañsk, aunque
trascripción de su grafía con una serie de la lectura será igual, para un español, con
diacríticos que el lector ordinario no cono- tilde que sin ella (pronunciará n, no ñ), a
ce y cuyo valor fonético ignora. Por ejem- un polaco le causará tanta sorpresa como
plo, grafías como Tutus, tuyibíes, Haydar a un español ver la grafía Espana por Es-
Mirza, Dürgd, sáh, ¿cómo deben leerse? paña; pero puesto que el exónimo polaco
Sin duda que el especialista en el idioma o de España no es esta grafía, sino Hiszpania,
la materia de que se trate exigirá que tales cuando vea escrito España tal vez pronuncie
diacríticos se usen en sus escritos y tildará la ñ como n, como nosotros hacemos con
de falta de ortografía su eliminación, pero su ñ. Pretender que todos conozcamos el
fuera de esos casos especializados (y gene- significado de los diacríticos en cada una de
ralmente destinados a otros especialistas las lenguas no deja de ser una ilusión; por
que sí conocen el código), ¿qué valor tie- consiguiente, si un español leerá igual Sri
nen? El lector común lo ignora, y leerá la Lanka que Srí Lanka, ¿para qué el macron
palabra despreciándolos. No se me oculta en la grafía ordinaria? Así pues, utilícense
que los problemas de trascripción son se- cuantos diacríticos sean necesarios en obras
rios, y que en muchos casos los diacríticos especializadas y destinadas a especialistas,
resultan imprescindibles para indicar la pero permítase y acéptese la escritura sin
pronunciación exacta, pero no para quien ellos, o en su forma tradicional española, en
ignora su significado y uso. A este respecto, obras no especializadas y en publicaciones
dice Lapesa (1972: 280): «Pero la dificul- destinadas a un público amplio. Lo mismo
tad mayor consistiría en conseguir que un sucede, por ejemplo, con los dígrafos en
alfabeto fonético —distinto del corriente las trasliteraciones, de modo que la grafía
en cada lengua— llegara a ser manejado Tharthar será leída Tartar y no Zarzar, su
por los no especialistas y sirviera para los fonética original (v. Lapesa, 1972: 282).
grandes medios de difusión verbal. Tal vez 2. Otro efecto del exotismo en la escri-
esto se abra camino en un futuro más o tura (o exotismo ortográfico) lo tenemos
menos cercano; hoy por hoy es impensable. en ciertos topónimos y antropónimos, pero
Por lo tanto, se impone renunciar, al menos también en palabras comunes, que mantie-
por ahora, a la uniformidad fonética de nen grafías impropias del español por fide-
los nombres propios y orientar los esfuer- lidad a la lengua de origen. Por ejemplo, la
zos hacia su nueva uniformidad gráfica». palabra sake ‘bebida alcohólica obtenida
Por ello sería deseable usar los nombres por fermentación del arroz’ se escribe con
españolizados (exónimos) cuando existan, k y no con qu (saque) porque mantiene en
0.1.10. GRAFÉMICA Y GRAFONOMÍA 47
su grafía el aire de familia con su grafía ori- a la grafémica o estudio de los grafemas,
ginal japonesa. Chaikovski, nombre de un la ortotipografía u ortografía aplicada a la
compositor ruso, conserva sus dos kas y la tipografía, el grafismo, etcétera. Como dice
v en esa posición por fidelidad a una grafía Hockett (cit. Polo, 1974: 490), «La escri-
que se corresponde con el ruso, no con el tura[,] lo mismo que el lenguaje, es una
español (idioma en el que la grafía habría institución trasmitida culturalmente; por lo
podido ser Chaicobsqui, que nos aleja tanto, la grafonomía y la lingüística están
completamente del origen del nombre). muy cerca una de otra, como disciplinas
Esta es la razón por la que en la españoliza- hermanas de una ciencia más amplia: la
ción de ciertas palabras comunes o ciertos antropología cultural». Según Lidia Con-
nombres propios (antropónimos y topóni- treras (cit. Polo, 1974: 490), «La lengua se
mos) se mantuvieron, hasta la publicación manifiesta, como todos sabemos, tanto a
de la OLE10, grafías que las acercaban más través de un sistema de elementos fónicos
a su lengua original que al español, pese a como por medio de un sistema gráfico o
ser formas de adaptación. Por esta razón se escritura. En el primer caso, hablamos de
mantuvieron, hasta la misma fecha, algu- lengua oral, y en el segundo, de lengua
nas grafías que en principio podían resultar escrita. Ahora bien, mientras la primera ha
chocantes, como Canberra, la capital aus- sido, desde hace ya bastante tiempo, objeto
traliana, que ya no mantiene en español esa de estudios teóricos, primero por la fonéti-
n ante b que llevaba precisamente por tra- ca y luego por la fonología, solo en estos
tarse de una grafía extraña para nosotros, últimos años se ha despertado el interés
hoy españolizada. científico por la escritura entendida como
un sistema gráfico de señales lingüísticas. Y
0.1.10. Grafémica y grafonomía. Estas es así como ha nacido una nueva disciplina
dos disciplinas se aplican modernamente al que se ha propuesto llamar grafonomía
estudio del sistema gráfico de una lengua; [...][,] ciencia que viene a ser, poco más o
la primera, considerando la lengua escrita menos, la contrapartida teórica de la vieja
como correlato de la estructura fonológica técnica llamada ortografía. = Como esta
y la identificación y relación formal de [la ortografía,] comprende tres aspectos
los grafemas, y la segunda sometiendo a fundamentales: el subsistema literal, el
estudio científico las reglas de escritura de subsistema acentual y el subsistema pun-
una lengua. tual, pero considera, además, todo otro
El concepto de grafonomía es más am- recurso gráfico de que disponga o pueda
plio que el de la mera ortografía; es decir, disponer el que se comunica por escrito».
comprende a esta y a todos los hechos La tendencia actual se inclina por sustituir
gráficos que sirven al hombre para su la palabra grafonomía, que no parece ha-
comunicación con los demás, cualquiera ber arraigado entre los especialistas, por la
que sea el medio o soporte empleados. En voz grafémica (v. Martínez de Sousa, 1997:
ella debe incluirse, pues, todo lo relativo 221 ss.).
PRIMERA PARTE
ORTOGRAFÍA DE LA LETRA
1. La letra
1.1. Fonemas y letras. Llamamos fo- alfabeto español se hallan las siguientes
nema al sonido simple del lenguaje ha- peculiaridades:
blado, mientras que la letra o grafema es 1.1. Ocho fonemas pueden representar-
el elemento gráfico o unidad mínima de se con más de una letra:
la escritura que sirve para representar un
fonema. a) el fonema /b/ se representa con
las letras b (bala), v (vaca) o w (Wa-
1.1.1. Generalidades. Los fonemas co- lia);
mo realizaciones fónicas ideales de una b) el fonema /g/ ante a, o, u se represen-
lengua son estudiados por la fonología, ta con g (gala, gola, gula), y ante e, i,
mientras que la serie de sonidos reales los con el dígrafo gu (guerra, guiso);
estudia la fonética. Los primeros se repre- c) el fonema /i/ se representa general-
sentan gráficamente entre barras: /b/, /p/, mente con i, pero como conjunción
/tf/, etcétera (a lo cual se llama trascripción y como coda final de palabra prece-
fonológica), y los segundos, entre corche- dida de vocal se representa también
tes: [b], [p], [f], etcétera (a lo cual se llama con y (toros y vacas, bocoy [se
trascripción fonética). exceptúan bonsái, paipai, samu-
rai, agnusdéi, cui, sui, frui y tui]);
1.1.2. Desajuste entre fonemas y le- d) el fonema /x/, ante las cinco vocales,
tras. 1. Lo ideal sería que cada una de las se representa con j (jaleo, jerga, jira-
letras que se usan en la escritura ordinaria fa, joroba, julepe), pero a veces, ante
fuera la trascripción de un fonema, de e, i, con g (gemir, girar);
suerte que a cada sonido le correspondie- e) el fonema /k/ se representa con k an-
ra solamente una letra y a cada letra un te las cinco vocales; con c ante a, o,
solo sonido. En la práctica, esto no pasa u (cara, cora, cura) y con el dígrafo
de ser un ideal inalcanzable. En español, qu ante e, i (queso, quiso);
por ejemplo, las 27 letras del alfabeto f) el fonema /r/ se representa con r en
representan solo 21 fonemas (cinco voca- principio de palabra (rama, remo,
les y 16 consonantes, ya que la h es letra rimo, romo, rumo); después de l, n,
ortográfica, pero no representa ningún s y algunas otras letras (→ 1.2.19.1-
sonido). Desde este punto de vista, en el -1.2.2) (malrotar, Conrado, israelí)
52 1.1.2. DESAJUSTE ENTRE FONEMAS Y LETRAS
A A a a Ñ Ñ ñ eñe
B B b be O O o o
C C c ce P p P Pe
D D d de Q Q q cu
E E e e R R r erre
F F f efe S s s ese
G G g ge T T t te
H H h hache U U u u
I I i i V V V uve
J J j jota W W w uve doble
K K k ka X X X equis
L L l ele Y Y y i griega
M M m eme z Z z zeta, ceta
N N n ene
con que se representa la lengua española nunca explicó esta arbitrariedad, tal vez
consta de 27 letras, las del alfabeto univer- porque carece de explicación. Cuando me-
sal más la ñ (→c, 1.1). Entre los alfabetos nos, habría que exigirle que rectificase esta
que se derivan del latín, es el que consta decisión. Entretanto, consideraremos que
de más signos. Esta peculiaridad se debe el alfabeto español tiene 27 letras, porque
al hecho de que incluye la letra compues- esa es la realidad, tal como actualmente
ta ñ, que los demás (salvo el euskera y el (OLE10, p. 62) reconoce la propia Acade-
gallego) no registran. La supresión de los mia (→ 1.4.2.1-4).
dígrafos ch y ll, que son sonidos pero no Aparte del alfabeto de 27 letras, el espa-
letras, decidida por la Academia en 1994, ñol emplea en su escritura cinco dígrafos:
10 acercaría al alfabeto universal. Sin em- ch, gu (monofonemática), ll, qu (monofone-
bargo, hasta la publicación de la OLE10 mática) y rr (→ 1.4).
(p. 62), la Academia reconocía categoría
de letras a los dígrafos ch y ll, por lo que, 1.2.4. El alfabeto fonético. El alfabeto
oficialmente al menos (no en la realidad fonético es un sistema convencional de
científica), el alfabeto español académico caracteres gráficos usado por los lingüistas
tenía 29 letras. Es obvio que la ñ no puede para la trascripción lo más exacta posible
ser suprimida del alfabeto, pues en español de los sonidos de una lengua, incluyendo
es una letra. Pero la Academia considera- sus variantes y alófonos (→ c. 1.2). En él,
ba que son letras lo que científicamente cada signo representa un solo sonido, para
son dígrafos (v. la OLE99, 2, así como el lo cual se vale de letras de los alfabetos más
DPD05, s. v. abecedario, donde dice: «Esta conocidos (el latino y el griego principal-
reforma [el ordenamiento de la ch y la mente), otros creados y varios diacríticos.
ll en la c y la l, respectivamente] afecta Hay que tener en cuenta que trascribe so-
únicamente al proceso de ordenación alfa- nidos, no letras; por ejemplo, el sonido [d]
bética de las palabras, no a la composición trascribe tanto la th inglesa en this como la
del abecedario, del que los dígrafos ch y d de cada, ya que ambos signos represen-
ll siguen formando parte»). La Academia tan el mismo sonido en lenguas distintas.
54 1.3. ESCRITURA DE LAS LETRAS DEL ALFABETO ESPAÑOL
En España solía utilizarse el alfabeto fo- 1.2.1. La letra a. Primera letra del alfa-
nético establecido por la Revista de Filo- beto español. Su nombre es a (pl., aes). Su
logía Española (1915: ii, 274-276), pero representación gráfica adopta las formas
actualmente se emplea con más frecuencia siguientes: redonda minúscula: a; redonda
el denominado alfabeto fonético interna- mayúscula: A; cursiva minúscula: a; cur-
cional, abreviado afi (o ipa en inglés: siva mayúscula: A; versalita redonda: A;
international phonetic alphabet), creado versalita cursiva: A.
en 1886 por la International Phonetics As-
sociation (ipa ). Pero existen otros alfabetos 1.2.2. La letra b. Segunda letra del
fonéticos, como el de los romanistas, el de alfabeto español. Su nombre en el español
los arabistas, el de los sanscritistas, el «má- europeo es normalmente be (pl., bes), pero
quina de escribir» y los de Böhmer, Ascoli en Latinoamérica se usan también be alta,
y Rousselot-Gillieron, «continuadores, en be larga y be grande (v. OLE10, 70). Su ar-
general, del sistema trazado por Lepsius ticulación normal es bilabial sonora; en po-
en su Standard Alphabet, 1855» (Navarro sición inicial absoluta o después de nasal es
Tomás, 1980: 22). oclusiva; en cualquier otra posición es, ge-
neralmente, fricativa, como en lobo, árbol,
1.2. Escritura de las letras del alfabeto sobre. Su representación gráfica adopta las
español. 1. Damos el nombre de vocal al formas siguientes: redonda minúscula: b;
sonido que se produce por la aspiración del redonda mayúscula: B; cursiva minúscula:
aire, normalmente con vibración laríngea, b; cursiva mayúscula: B; versalita redonda:
pero sin obstáculo al salir por el canal, si B; versalita cursiva: B.
bien con variación del timbre según la dis-
tinta posición que para su pronunciación 1.2.2.1. Generalidades . El fonema
adoptan los órganos bucales: /a/, /e/, /i/, /b/ se representa en español con las letras
/o/, /u/. Para los efectos ortográficos deben b y v (y, en algunas palabras, con w), pero
distinguirse las abiertas y cerradas, átonas no existe actualmente distinción alguna en
y tónicas. Se da el mismo nombre a la letra la pronunciación (salvo en algunas regio-
con que se representa ese sonido. nes españolas como Valencia, Mallorca y
1.1. La vocal abierta es aquella para cu- el sur de Cataluña, por influencia de su
ya pronunciación la lengua queda a mayor lengua propia). En la primera edición del
distancia del paladar que en las demás va- Diccionario de autoridades (1726-1729),
riantes de los sonidos vocales, y la cerrada, la Academia declaraba que «los españoles
aquella para cuya pronunciación la lengua no hacemos distinción en la pronunciación
queda más próxima al paladar. La vocal de estas dos letras [b y v]», y que «es más
más abierta es la /a/, seguida de la /e/ y la connatural a nuestra manera de hablar la
/o/, y las cerradas son la /i/ y la /u/. pronunciación de la b que de la v» (cit. Ro-
1.2. La vocal átona es la que carece de senblat, 1951: lxvii). Según Cuervo (1954:
acento de intensidad, y la tónica, la que lle- i, 929), «Los gramáticos de los siglos xv y
va acento de intensidad. En la palabra ais- xvi dicen que estas letras se pronuncian de
lada, las vocales que llevan tilde o acento distinta manera, si bien advierten que mu-
gráfico son siempre tónicas, pero no todas chos las confundían; los del siglo siguiente
las vocales tónicas llevan tilde. nos dicen que la confusión era ya general,
2. Damos el nombre de consonante y describen con precisión el sonido que
al sonido articulado resultante del cierre, ordinariamente remplaza hoy a la b y la v,
total o parcial, de la boca, seguido de una que no es ni la una ni la otra conforme se
apertura que permita que el aire fonatorio pronuncian en francés o en italiano, sino
se escape con producción de cierto ruido. la w del alemán de Hanóver (o sea una
Se da el mismo nombre a la letra con que se bilabial fricativa)». Menéndez Pidal (1977:
representa ese sonido en la escritura. 92) dice: «Como inicial de palabra, aunque
1.3.2. LA LETRA B 55
la epigrafía ofrece muchas equivocaciones, fía moderna entre fe y v quiere ser etimoló-
los romanos prueban que el latín vulgar gica, pero no responde a la pronunciación.
distinguía en general la pronunciación de Cualquiera de estos dos signos, cuando es
b y de v; no obstante, caía también en mu- inicial absoluto (después de pausa), repre-
chas confusiones, explicables unas veces senta un sonido oclusivo [...]. También es
por asimilación o disimilación [...]; otras corriente la oclusiva cuando este sonido
veces puede creerse que la misma posición va precedido de otra oclusión, es decir,
inicial propendía a la b, ya que los labios de una m». Según el mismo autor (1977:
en silencio están cerrados, y al desplegarse 98), la v como labiodental sonora «solo
articulan una oclusiva; también puede pen- la pronuncian nativamente los valencianos
sarse [...] que la propensión a la b dependa y mallorquines. En castellano se produce
de condiciones de fonética sintáctica: tras artificialmente cuando hay empeño por
una palabra acabada en consonante, la ini- distinguir en la pronunciación la fe y la v
cial v- se hacía fe-». Más adelante (p. 97), de la ortografía académica. La Academia
añade: «La diferencia que hace la ortogra- Española desde el siglo xviii abogó por
56 1.3.2. LA LETRA B
prefijos bi-, bis-, biz- con el significado de hasta fines del siglo xvi se escribieron siem-
«dos veces»: bicóncavo, bisabuelo, biznieto. pre con v (u) intervocal las voces que en
6. Las palabras que empiezan por el latín tienen v o b, y con b las que en latín
prefijo bibl- con el significado de «libro», tienen p: mouer (movere), deuer (debere),
como biblioteca, o por las sílabas bu-, bur-, lobo (lupum); después de l y r también se
bus-, como bufanda, burlar, buscar, menos escribía generalmente v: poluo (pulvis),
vuecencia. alvedrio (arbitrium), nieruo (nervum), ba-
7. Los adjetivos terminados en -bundo, rua (barba); en la inicial predominaba la
-hunda, como meditabundo, gemebunda. b, aun contra el origen: barrer (varrere),
8. Los sustantivos terminados en -bili- boz (vocem), bodas (vota); en dos sílabas
dad, como amabilidad; aunque todas las consecutivas se escribía por regla general
fuentes, incluida la orae (1974: 12), ponen primero b y después v: baua, biuir, biuora,
como excepciones civilidad, movilidad y baruasco. A principios del siglo xvii se
sus compuestos incivilidad, amovilidad, trastornó completamente esta ortografía, y
inamovilidad, inmovilidad, García de Die- no hubo regla en el empleo de estas letras».
go (1914: 86, n. 2) dice, con sobrada La Academia, «Para regularizar el uso de la
razón: «En movilidad [y lo mismo en civi- b y la v tomó como base, aunque no con ri-
lidad] la terminación no es esta [-bilidad] gurosa consecuencia, la etimología, que era
sino idad». (Esta norma ya no aparece en acaso lo único que podía hacerse supuesta
la OLE99. Sin embargo, la Academia la la vacilación que hay en la pronunciación
reintroduce en la OLE10, p. 95.) de dichas letras» (Cuervo, 1954: i, 925).
9. Las sílabas que llevan el fonema /b/ Hoy, resuelta ya la cuestión de la pronun-
como coda silábica, sola o acompañada de ciación, subsiste la de la grafía. Disponer
s, como obtener, subvenir, abstraer, obs- de dos letras para un mismo fonema es un
truir. Se exceptúa ovni, registrada en la lujo que solo tiene razones etimológicas,
ole 99 (p. 11) y en el DRAE01. acerca de las cuales el escribiente ordinario
10. En las sílabas abiertas, cuando vaya sabe poco. No le queda, pues, otro camino
seguida de otra consonante: blanco, ablati- que aprender de memoria una serie de nor-
vo, bronco, abroncar; bevra, que figuraba mas cuya justificación no comprende... y
en el drae hasta la edición de 1992 (en la equivocarse cuando la norma falle.
del 2001 ya no aparece), es un arcaísmo
por breva. 1.2.2.4. La b como coda silábica .
11. Cuando va precedida de m coda
silábica: recambio, zumbido (en español, 1.3.2.4.1. Ante l y r. Ante l y r, b es
la letra b nunca puede estar precedida de n; generalmente cabeza silábica (→ 1.2.2.2-
pero → 1.3.13.1-2.3). 10). Sin embargo, en un número limitado
12. Todas las formas compuestas o de palabras, b ante l y r no es cabeza, sino
derivadas de otras que llevan b: calabobos coda silábica.
(de bobo), abanderado (de bandera). 1. Ante l, b es coda silábica en las
siguientes voces: ablactar, ablactación, ab-
1.2.2.2. Errores frecuentes en la legado; sublacustre, sublejía, sublema, sub-
escritura de la B. El fonema /b/ es uno lengua, subletal, subliteratura, subliminal,
de los de más difícil realización gráfica sublingual, sublingüitis, sublunar, subluxa-
debido a hechos apuntados anteriormen- ción, subluxar.
te, como son la idéntica pronunciación 2. Ante r, b es coda silábica en las
y distinta grafía de b y v. En la antigua siguientes palabras: abrenunciar (arc.),
ortografía, a la b y la v venía a unirse la abrenuncio, abrogación, abrogar, abrup-
u, que durante mucho tiempo se escribió ción, abruptamente, abrupto; obrección,
en lugar de v. Como dice Cuervo (1954: i, obrepticiamente, obrepticio; subradular,
929), «Desde los albores de nuestra lengua subrayable, subrayado, subrayar, subra-
58 1.3.2.4.2. [la letra b ] como coda final de palabra
a la que precede comienza con el fonema sorda. En euskera no existe f- inicial, que
semiconsonante /j/ seguido de /e/, /o/ o /a/ pierde o trueca por una oclusiva p o b
escritos hie (no existen en español actual (v. Menéndez Pidal, 1977: 16). Su represen-
palabras que comiencen por ie-), hio, io o tación gráfica adopta las formas siguientes:
hia, ia: redonda minúscula: f; redonda mayúscula:
F; cursiva minúscula: f; cursiva mayúscula:
rocas y hierbajos; F; versalita redonda: F; versalita cursiva: F.
cinc y hierro;
teofanía y hierofanía; 1.3.6.1. La f como coda final . Co-
leopardos y hienas; mo coda final de palabra, la -f solo aparece
escafoides y hioides;
diptongos y hiatos; en interjecciones como puf y uf y en la
higiénicos y iatrogénicos; onomatopeya paf, En otras palabras es im-
troposfera y ionosfera. propia de nuestra lengua; las que recoge el
drae proceden de otros idiomas, como
Se debe esto, como dice Navarro Tomás el árabe almotazaf o almutazaf (= almota-
(1980: 49-50, 127-131), a que «En prin- cén) y quif o kif y el escocés golf.
cipio de sílaba la i inicial de diptongo se
pronuncia generalmente como consonante, 1.3.6.2. Alternancias . La Academia
no haciéndose, por consiguiente, diferencia registra algunas alternancias f/h. A princi-
ninguna, en cuanto al sonido inicial, entre pio de palabra prefiere h- en las siguientes:
hierba y yegua, hierro y yeso, hiena y ye- fablistán/hablistán, farrapo/harrapo, fierro/
ma, etc. Bajo la influencia de la escritura hierro (fierro se usa en Hispanoamérica,
suele hacerse distinción, en pronunciación junto con cortafierro [= cortafríos], pero
esmerada, entre dichas formas, diciendo cortafierro no tiene alternancia), figueral/
hierba, hierro, hiena, con semiconsonante higueral; por el contrario, prefiere la f
j, y yeso, yegua, yema, con consonante, en las siguientes: halda/falda, haldudo/fal-
y; pero lo corriente es [...] pronunciar una dudo, hanega/fanega, hanegada/fanegada,
verdadera consonante palatal en unos y humosidad/fumosidad. En posición inte-
otros casos» (v. Esbozo, 1973: 130; Esteve rior, prefiere -h- en desfilachar/deshilachar,
Serrano, 1982: 304-305). Igual solución y -f- en albuhera/albufera (laguna), alholí/
debe aplicarse, por la misma razón, cuan- alfolí, zaharí/zafarí (→ 1.3.8.1).
do la palabra que sigue a la conjunción
comienza con ia- o hia-, io- o hio-, como 1.3.6.3. El grupo consonantico ft .
se ha visto en los ejemplos anteriores. Es impropio del español. Como inicial de
No se da la sustitución cuando y tiene va- palabra, la Academia no registra ninguna
lor adverbial interrogativo o exclamativo: voz, pero desu recoge ftalato, ftálico,
ftalida, ftalimida, ftalocianina, ftalonitri-
¿Y Isabel?; lo, ftanita, ftiriasis. Pese a que se trata
¡Y Ignacio sin venir! de términos científicos, no debería haber
inconveniente en suprimir la f- inicial.
Si no se da interrogación o exclamación, en En posición interior, la Academia registra
el mismo caso se emplea la e (v. OLE10, 77): fitoftirio, nafta, naftaleno, naftalina, nafte-
ro, y desu , axeroftol, entre otras.
E Isidoro enfermo
1.3.7. La letra g. Séptima letra del alfa-
(v. 1.3.26). beto español. Su nombre es ge (pl., ges). Su
pronunciación es como sigue:
1.3.6. La letra f. Sexta letra del alfa-
beto español. Su nombre es efe (pl., efes). a) seguida de e, i, es velar fricativa sor-
Es una consonante labiodental fricativa da (como la j): gente, gira;
64 1.3.7.1. ESCRITURA DE LA LETRA G
b) ante a, o, u o como coda silábica es das las palabras terminadas en -logia (del
velar sonora: ganado, gónada, gutu- gr. lógos) y sus derivados -lógico, -lógica,
ral, maligno; -logismo, como cronología, lógica, pato-
c) en posición de inicial absoluta o lógico, silogismo, neologismo; se exceptúa
después de n es oclusiva: ganga, gla- paradójico, derivado de paradoja.
diador, gradiente; 4.3. -gio, -gia (átonas), como adagio,
d) si ante e, i tiene sonido sonoro, entre plagio, demagogia, hemorragia, mialgia;
la g y estas vocales debe interpolarse las que terminan en -jío (tónica) se escriben
una u muda (constitutivas, ambas le- con j: bajío, lejío y monjío.
tras, del dígrafo gu): guerra, guiso; si 4.4. -geno (átona) y sus derivados -gé-
la u no es muda, como en pingüino, nico, -génito, -genio, como alérgeno, hi-
vergüenza, debe llevar diéresis (gu drógeno, orogénico, ingénito, primigenio;
es, pues, monofonemático —tiene fosgeno, palabra llana no académica, tam-
un solo sonido—; gü es difonemáti- bién se escribe con g, pero no ajeno (termi-
co —tiene dos sonidos—). nación tónica).
4.5. -gero (átona), como alígero, belíge-
Su representación gráfica adopta las for- ro, flamígero, y -gero (tónica), como abige-
mas siguientes: redonda minúscula: g; re- ro (arc.), ligero, manigero y albergero; las
donda mayúscula: G, Gu, Gu; cursiva mi- restantes palabras que terminan en -jero
núscula: g; cursiva mayúscula: G, Gu, Gu; (tónica), como pasajero, viajero, etcétera,
versalita redonda: G; versalita cursiva: G. se escriben con j.
4.6. -genario, -gésimo, -gesimal, como
1.3.7.1. Escritura de la letra g . Se octogenario, nonagésimo, cegesimal.
escriben con g: 4.7. -ginoso, como oleaginoso; aguaji-
1. Todos los tiempos y personas de noso (arc. por aguanoso) se escribe con j.
los verbos terminados en -ger, -gir, como 4.8. -gión y sus derivados -gional, -gio-
emerger, dirigir, menos mejer, tejer y sus nario, como legión, región, religión, regio-
compuestos remejer, destejer, entretejer, re- nal, legionario, menos ejión.
tejer; brujir, crujir y su compuesto recrujir, 4.9. -gismo, -gista, como sufragismo,
grujir y el sustantivo anejir. falangismo, sufragista, falangista, menos
2. Todos los tiempos y personas de los salvajismo, espejismo, parajismo y espa-
verbos terminados en -igerar, como alige- rajismo.
rar, refrigerar, menos desquijerar. 5. Las voces derivadas y compuestas
3. Las palabras que empiezan por: de otras que llevan g, como imaginería (de
3.1. geo-, como geografía. imagen), evangélico (de evangelio), exegé-
3.2. gest-, como gestión. tico (de exegesis), energético (de energía),
3.3. legi-, como legible, legítimo, menos vaginal (de vagina), cartilagíneo (de cartí-
lejía, lejío, lejísimos y lejitos. lago), nictagíneo (de nyctago), prodigioso
4. Las palabras que terminan en: (de prodigio), etcétera.
4.1. -gen (átona) y sus derivados -gí-
neo, -ginal, como aborigen, argen, imagen, 1.3.7.2. Errores frecuentes en la
virgen, origen; cartilagíneo, borragíneo, escritura de la G. 1. Las dificultades a
ferrugíneo; original, marginal, virginal; las que da lugar el empleo de la g se derivan
que terminan en -jén (tónica), como come- del hecho de coincidir el mismo sonido sor-
jén, jején y ojén, se escriben con j. do en las sílabas je, ji, ge, gi. Decir, como
4.2. -gía (tónica), como vigía, elegía, hacen algunas ortografías, «Se escribirá g
pedagogía, menos alfajía, alfarjía, almejía, en las palabras que la tengan en su origen»
apoplejía, atajía, bujía, canonjía, crujía, (García de Diego, 1914: 87) es tan inútil
extranjía, hemiplejía, herejía, monjía, pa- como asegurar que se escriben con esta
raplejía, taujía; entran en esta norma to- letra «Muchas de las voces que, entrando
1.3.73. LA G COMO CODA FINAL 65
el sonido sordo je, ji, debe este represen- (1609), quien consideraba uso «impropio
tarse con la letra g por razón etimológica» y adulterino» las grafías gue, gui (v. Esteve
(orae 74, 15). Y es inútil no solo porque Serrano, 1982: 335-339, 393 ss.).
de ordinario el escribiente desconoce la 2. Un error que se da con cierta frecuen-
etimología de las palabras, sino porque cia se deriva del hecho de confundir, en la
la misma Academia ha dudado, a lo largo pronunciación, g sonora con g sorda, y así
de su historia, acerca del étimo de muchas algunos pronuncian y escriben pergueñar,
de ellas. Ya en la novena edición del drae cónyugue, sufraguismo, en vez de pergeñar,
(1843) decía aquella institución: «El siste- cónyuge, sufragismo, respectivamente. Es
ma ortográfico seguido por la Academia un caso de disgrafía de origen fonético.
en esta edición es igual al de la precedente, 3. Es común ver escrito garage, menage
sustituyendo siempre la j a la g; a excep- en lugar de garaje, menaje por influencia
ción de aquellas voces que de notoriedad de la grafía francesa de tales voces, usada
tienen en su origen esta última consonante, en español impropiamente. Esta disgrafía
como regio, ingenio, régimen» (cit. Bello, es tanto más perniciosa cuanto que forma
1951: 141). El mismo Bello dice a conti- parte de la ortografía al aire libre (carte-
nuación: «Admite [la Academia] la sustitu- les, paneles, rótulos de establecimientos o
ción por regla general, y la etimología por de vehículos comerciales, etcétera), acaso
excepción, y aun eso con la precisa calidad la que más influye en personas de escasa
de que sea notorio el origen. Pero ¿cuántos formación ortográfica, que así son indu-
son capaces de juzgar de la notoriedad en cidas a escribir mal esas palabras, e inclu-
esta materia? Apenas la milésima parte de so a extrañarse cuando las ven bien escri-
los que escriben. No ha podido ponerse tas.
una excepción más embarazosa. Aun los 4. La grafía ingerencia, que todavía fi-
que sepan la etimología, ¿a qué criterio guraba en la 18.a edición del drae (1956),
la sujetarán para averiguar si es notoria o no existe en el español actual. La acción
no? ¿Qué más hay de notorio en el origen de ingerir ‘introducir por la boca’ se indica
de régimen, a que la Academia conser- con la voz ingestión; la de injerir ‘injertar,
va la g, que en el origen de jiba (gibba), que meter una cosa en otra’ y la de injerirse
la Academia escribe con j?». Rosenblat, ‘entremeterse’, con la palabra injerencia
en nota al pie de la misma página, aña- (con j).
de: «La Academia escribe giba, con g, en
todas las ediciones del Diccionario, desde 1.3.7.3. La g como coda final . La
la 1.a (1734 [no es la fecha de la primera grae (1959: 450) dice que la g «nunca es
edición del drae , la cual se publicó en final de voz castellana», pese a lo cual la
1780, sino la de aparición del volumen 4 Academia registra las siguientes voces con
del Diccionario de autoridades]) hasta la g coda final: dong (moneda vietnamita), erg
7.a (1832); luego jiba desde la 8.a (1837) (= ergio en la nomenclatura internacional),
hasta la 10.a (1852); desde la 11.a (1869) gong (i. = gongo), iceberg (i.), ping-pong
a la 17.a (1947) de nuevo giba», grafía (= pimpón), zigzag (onomatopeya). Casa-
que mantiene desde entonces. Una forma res (1952: 100) se refería solamente, como
de simplificar la ortografía sería, sin duda, voz acabada con g, a gong, y decía de ella,
unificar los sonidos sordos en la forma je, en relación con la cita anterior de la GRAE:
ji, con lo que sería fácil, en consonancia, «Pudo haberse españolizado esta voz con
desterrar la u de las sílabas gue, gui, que la forma gongo [lo hizo posteriormente la
podrían escribirse ge, gi con ese sonido, Academia, dejando, no obstante, la grafía
y al propio tiempo la diéresis de güe, güi, gong en el drae ], de cuyo uso no faltan
pues escribiendo gue, gui, en ese supuesto, precedentes, con lo que se facilitaba la for-
sonaría la u. Esta reforma ya había sido mación del plural ordinario, “gongos” [,]
propuesta, entre otros, por Mateo Alemán y se evitaba desairar a la Gramática». El
66 1.3.7.4. ALTERNANCIAS
problema de la pluralización, por supues- inicial de los nombres geográficos que tra-
to, sigue planteado; Seco (1998: 230) y dicionalmente se han escrito con esta letra
el DPD05 (p. 317) dicen que el plural de y en los gentilicios correspondientes: Gi-
gong es gongs, pero que también existe una braltar, gibraltareño; Gijón, gijonés, etc.».
forma españolizada, gongo, cuyo plural es 4. La Academia registra algunas alter-
gongos; el plural de iceberg es icebergs; en nancias con el dígrafo gu y el grafema g.
cuanto al de zigzag, dice Seco (1998: 464) En posición interior, prefiere -g- en fungui-
que puede ser zigzagues o zigzags y que cida/fungicida, y el dígrafo -gu- en longísi-
«Es preferible la primera forma, pero más mo/longuísimo.
frecuente la segunda». Actualmente (2011:
625) dice que la forma plural zigzags es la 1.3.7.5. El grupo consonantico gn .
preferida. El DPD05 (p. 686) solo acepta la La Academia permite simplificar este gru-
forma zigzags. po consonántico, pero prefiere su man-
tenimiento. Las voces en que intervie-
13.7.4. Alternancias . 1. El drae re- ne son las siguientes: (g)neis, (g)néisico,
gistra las siguientes alternancias con las (g)netáceo, (g)nómico, (g)nomo, (g)nomon,
letras g/b: en principio de palabra recoge (g)nomónico, (gnosticismo, (g)nóstico.
guardilla/buhardilla y gazofia/bazofia, con En gnoseología, gnoseológico, gnosis no
preferencia por b-, y en posición interior, registra alternancia con La primera
agüelo/abuelo, con la misma preferencia. simplificación de este grupo se remonta al
2. La Academia registra algunas alter- año 1869 (v. Rosenblat, 1974: 25), en que
nancias con las letras g/h. En principio de la Academia admitió (g)neis y (g)néisico
palabra prefiere g- en huaca/guaca, huacal/ sin mostrar preferencias. A principio de
guacal, huaco/guaco, y h- en guachar/ palabra, lo deseable es simplificar el gru-
huachar, guacho/huacho, guisopo/hisopo, po gn en n-, ya que «El castellano tiene
guisopillo/hisopillo, güero/huero, güilín/ dificultad para pronunciar gn en la misma
huilín. En posición interior prefiere -g- en sílaba, y probablemente ha de predominar
cháhuar/cháguar, cohollo/cogollo, pirhuín/ la innovación [es decir, la simplificación]»
pirgüín, y -h- en corregüela/correhuela, (Rosenblat, 1974: 25). (Un problema adi-
engüerar/enhuerar, mariguana/marihuana, cional, en este caso, estriba en saber si g y
náguatle/náhuatle, vaguido/vahído. n pueden pronunciarse en una sola sílaba
3. La Academia registra algunas alter- a principio de palabra; puesto que n no es
nancias con las letras g/j. A principio de letra líquida, es imposible fundir g y n en
palabra prefiere las grafías con /- en ga- una sola emisión de voz, y por consiguien-
rifo/jarifo, genízaro/jenízaro, gerbo/jerbo, te en gneis no hay una sílaba, como la hay
giennensel/jiennense (= jienense), gindama/ en las tres primeras letras de gladiador o
jindama, gineta/jineta (mamífero), girocho/ gradiente, sino dos: una, constituida por
jirocho, giroflé/jiroflé, y las grafías con la pronunciación gutural de la consonante
g- en jibraltareño/gibraltareño, jiga/giga, g, cuando menos insinuada, lo que cons-
jigote/gigote. En posición interior opta por tituye un sonido, y otra neis, monosílabo
la -j- en maestregicomar/maestrejicomar, [→ 1.3.13.3]; ahora bien, si gneis no es
manigero/manijero, y por la -g- en aljeci- monosílabo —y, por lo dicho, no parece
reño/algecireño, héjira/hégira, pajel/pagel. que lo sea—, lo lógico sería escribir gnéis,
Por lo que respecta a las grafías aljecireño puesto que se trataría de polisílaba aguda
y jibraltareño, no se entiende la presencia terminada en diptongo decreciente acen-
de la j si los topónimos correspondientes tuado más s, de la misma manera que se
son, en grafía única actual, Algeciras y tilda su compuesto ortognéis; sin embargo,
Gibraltar, como se escribe Gibraleón y la grafía registrada por el drae y las demás
Gibralfaro. En las normas de 1952, la 36.a fuentes es gneis. Los fonetistas, y la misma
decía: «Se restablecerá o se conservará la g Academia, tendrían que decir algo a este
1.3.8.1. LA H MUDA 67
respecto, pero la institución madrileña, en ma» (p. 475). Según Macrí (1972: 460), la
su OLE10 (p. 182), ha escurrido el bulto h muda actual se origina de la f latina, que
con una mención al hecho de que se puede se aspiraba, como en hazer, harina, hígado,
escribir neis, evitando, así, los problemas y de la h latina, signo etimológico sin aspi-
que gneis provoca. En posición interior, la ración, como en habilidad, hombre, hones-
Academia mantiene el grupo -gn- (hetero- to. Otro oficio de la h, desde bien pronto,
silábico) sin alternancias: agnosticismo, ag- fue el diacrítico; por ejemplo, h hiática en
nóstico, diagnosis, diagnóstico, geognosia, trahe, acahescer, Tuhy; «Con mayor razón
incógnita; solo permite la simplificación, la h etimológica y aspirada funciona como
incluso con preferencia por ella, en cog- hiato y dialefa: aherrojado, rehusar» (Ma-
noscible, pero no la registra para incognos- crí, 1972: 461). Según este mismo autor, en
cible. Tampoco admitía, como se ha dicho el siglo xvi la h se usaba con funciones dia-
anteriormente, alternancia, a principio de críticas para diferenciar voces de igual fo-
palabra, en gnoseología, gnoseológico y nética: ha verbo y a preposición, he verbo y
gnosis, pero la acepta a partir de la OLE10, e preposición, hay verbo y ay interjección,
Como dice Rosenblat (1974: 25), «A pe- has verbo y as sustantivo. Con el mismo fin
sar de diagnóstico, se han impuesto en- se usó la h ante palabras que empezaban
teramente pronóstico, pronosticar (y sus por ue o que llevaran esta sílaba posvocáli-
derivados). Y a pesar de cognoscible e ca, para evitar la lectura ve: huerto, huevo,
incognoscible, es hoy general conocible huésped, vihuela, con objeto de que no se
[pero no existe su antónimo inconocible]. leyese verto, veuo, vesped, vivela (v. Nebri-
Junto a maligno, se usa el familiar malino. ja, 1517: p. 138 de la ed. de Quilis, y Jimé-
Los filósofos preferirán sin duda gnóstico nez Patón, 1614: p. 46 de la ed. de Quilis y
y gnosticismo. Y, desde luego, la gnoseo- Rozas). En la actualidad, sin embargo, aun
logía. [...] También preferirán los filósofos subsistiendo la h en todos esos casos, «es
cognoscible e incognoscible». desu regis- un signo meramente ortográfico, sin valor
tra también con gn inicial las siguientes ninguno en la pronunciación, enlazándose,
voces: gnation, gnato, gnatogbdélico —ob- por consiguiente, los sonidos entre los cua-
sérvese el grupo interior -gbd-, tan impro- les se encuentra como si de hecho la h no
pio del español—, gnatóforo, gnatópodo, existiese» (Navarro Tomás, 1980: 148, n.)
gnatóstomo, gnetismo, todas, menos la (→3.3.2-4). Menéndez Pidal (1977: 121)
última, derivadas del griego gnatos ‘man- dice: «La H no se pronunciaba ya en latín,
díbula’; en ellas el grupo gn- debería poder de modo que en romance no tuvo represen-
reducirse también a n-, como en los casos tación ninguna. En la antigua ortografía,
mencionados anteriormente. más fonética que la de hoy, se escribía om-
bre, onor, eredero, como aún se hace en las
1.3.8. La letra h. Octava letra del al- reimpresiones del Diccionario de Nebrija
fabeto español. Su nombre es hache (pl., hechas en el siglo xvi; pero en el Tesoro de
haches). Actualmente la h es (salvo algunas Covarrubias (1611) ya se escriben con h
excepciones) letra muda (→1.3.8.1). Su estas palabras, para imitar la ortografía la-
representación gráfica adopta las formas tina. En la ortografía de Nebrija la h repre-
siguientes: redonda minúscula: h; redonda sentaba un verdadero sonido y se empleaba
mayúscula: H; cursiva minúscula: h; cur- solo en vez de f latina; verbigracia: hazer
siva mayúscula: H; versalita redonda: H; facere, hijo fi1ium» . Según García
versalita cursiva: H. de Diego (1914: 79), «Aunque convertida
f latina en h probablemente en época más
1.3.8.1. La h muda . Dice la grae remota, solo y aisladamente empieza a es-
(1959: 468) que la h es una de las tres cribirse h en el siglo xiii; en el xiv empieza
letras «del todo ociosas: h, k, q» y que «no a generalizarse, si bien se mantiene con
tiene hoy sonido alguno en nuestro idio- gran frecuencia f, que todavía empleaban
68 1.3.8.2. LA H ASPIRADA
algunos en el siglo xvi; esta h aspirada del español, un fonema cuya articulación
procedente de f, a diferencia de la f latina, consiste generalmente en una aspiración
es la que se escribía con regularidad hasta faríngea sorda o sonora [...]». «El uso, que
la mitad del siglo xvi; los escritos de Cas- no siempre afina y perfecciona las lenguas,
tilla la Vieja, como los de Santa Teresa, ha privado al idioma castellano de la aspi-
la omitían desde entonces con absoluta ración de la h procedente de f latina; esta
libertad, arto, ablar, açer, uir, mientras que aspiración aún se conserva como dialectal
en Toledo y Andalucía persistía la h en la en Andalucía y Extremadura» (grae 59,
pronunciación y en la escritura». De he- 475). El drae 92, que repite el consabido
cho, aún hay en el español actual algunas «hoy no tiene sonido», añade que «aún
palabras con la alternancia f/h (→ 1.3.6.2). suele aspirarse en la dicción popular de An-
En los primeros textos castellanos (Alfon- dalucía, Extremadura, Canarias, Antillas y
so X el Sabio, siglo xiii) la h muda lati- otras zonas españolas y americanas. Fuera
na se omite normalmente a principio de de estas regiones se aspira también en muy
palabra: aver, omne, ora, ombre (v. Es- pocas voces, como holgorio, y otras que
bozo, 1973: 127-128; García de Diego, el Diccionario indica». He encontrado las
1970: 52), salvo que comenzase con el siguientes: harca, harqueño, hegeliano, he-
diptongo ue- (hueste, huerta), en algunos gelianismo (estas dos voces se pronuncian,
tiempos del verbo haber y en ciertas pa- además, con g sonora, como si se escribiera
labras que en latín tienen h (v. Rosenblat, gue), hipido, holgorio, hondo (= jondo en
1951: xix). Según Macrí (1972: 459), Fer- cante hondo), humera, mahoma (hombre
nando de Herrera (siglo xvi) solo usó la h descuidado y gandul). No dice el drae que
que sustituía a f: hembra, hierro, enhiesto. la h también se aspira en haca (= jaca). Ca-
Sin embargo, tal como se ha dicho, a par- sares (1952: 101) dice que el drae omite la
tir del Tesoro de Covarrubias «se intenta indicación de la aspiración de la h en ahu-
restablecer la ortografía latina» (Esbozo, marse (emborracharse), «donde la h no fue
1973: 128), es decir, que se vuelve a la h nunca muda». El drae 01 solo dice: «En la
de origen latino (v. Esteve Serrano, 1982: lengua general no representa sonido algu-
275 ss.). no». Ángel Pariente (1980: 450) dice que
en Cuba se emplea harre con h aspirada.
1.3.8.2. La h aspirada . Pese a las afir- Según Rosenblat (1960: 11), «Los campos
maciones anteriores de que la h actual en de Venezuela conservan la vieja h aspirada
español es siempre muda, existe en nuestra del castellano en más de cien voces [...]. Y
lengua, cuando menos en el norte de Cas- es tal la vitalidad de la aspiración, que se
tilla desde el siglo xi, la trascripción de la ha extendido a casos en que no había h
f latina con h aspirada en algunos casos. ni f: joso por oso en gran parte del país».
Según Menéndez Pidal (1977: 121-122), Se puede deducir, pues, que la aspiración
a finales del siglo xvi la h sustituyó a la de la h no ha desaparecido totalmente en
f de los latinismos: fablar, hablar; foja, la pronunciación del español actual, pese
hoja; folgar, holgar (→ 1.3.10). Pero la a que, en opinión de Roberto Restrepo
aspiración que se daba a la h en el si- (1954: 886), en algunas de las voces en
glo xv se conserva aún, confundida con la que el drae indica aspiración, nadie aspira
respectiva j del habla popular de algunas la h. Sin embargo, la aspiración de la h es
regiones: jaca, jigo, jaba, e incluso pasó general en otras lenguas; por ejemplo, en
a la lengua literaria: jaca, haca; juerga, albanés, árabe, birmano, coreano, danés,
huelga; jolgorio, holgorio. Según el Esbozo finés, holandés, inglés, irlandés, islandés,
(1973: 128), la h muda «que sustituyó en japonés, letón, noruego, persa, polaco,
la escritura a la f antevocálica en posición rumano, sueco, tai, turco y urdu; en ale-
inicial de palabra trascribía, y trascribe to- mán es aspirada a principio de palabra y
davía en el habla vulgar de áreas dialectales muda en los demás casos, y en húngaro
1.3.8.3. LA H INTERCALADA 69
es muda a final de palabra o seguida de no: “[...] Yo, fundándome en los poetas, di-
otra consonante y aspirada en los demás go que en todas hay diptongo, aunque
casos. intervenga h en medio”».
La Academia, si efectivamente nunca lo
1.3.8.3. La h intercalada . La b inter- plasmó en regla explícita, cuando menos
calada puede aparecer: ha venido utilizando la h con función hiá-
tica en muchas palabras que no la traen
a) en posición intervocálica, como co- de origen. La disquisición de Casares llevó
hombro, perihelio, prehelénico; a la Academia a dictar una de las nuevas
b) entre vocal y consonante, como normas de 1959, por la que se declaraba
brahmán, mihrab, ohmio; que la h intervocálica no impedía el dipton-
c) entre consonante y vocal, como go, de lo que se deducía que en los casos
cabalhuste, cenhegí, dírham, tra- en que había hiato era necesario utilizar
lhuén. la tilde para indicarlo: ahíto, búho, tahúr
(→ 4.3.3). Fatalmente, con ello Casares po-
En relación con la h intervocálica, Casares nía de manifiesto que la h en estos casos es
(1952: 48-49) decía: «No nos preocupa inútil, puesto que, si no suena y además no
el caso de aldehuela, correhuela, etc. Se cumple la función hiática, ciertamente no
trata de una supervivencia ridicula de los es más que un estorbo ortográfico, man-
tiempos en que un mismo signo servía in- tenido, como dice la orae (1974: 6), por
distintamente de u vocal y de v consonante: una tradición respetable. Tradición que no
para que aldeuela no se leyese aldevela se puede aducirse cuando se trata de grafías
intercaló una h como signo diacrítico y así de antropónimos y topónimos tomados de
ha continuado la rutina complicando inne- otras lenguas con sus haches intercaladas.
cesariamente la ortografía. Por otra parte, Al respecto, dice Carnicer: «[...] Y si la h de
el valor consonántico de u en la combina- Nehru tiene por objeto que los ingleses den
ción ue, en sílaba inicial o precedida de a su e el sonido que nosotros le damos, no
otra vocal, es tan eficaz y característico hay motivo para que escribamos Nehru en
que no causa vacilación. [...] [no obstante, lugar de Neru. En este orden de los signos
→ 4.3.3]. Tampoco nos importa el valor para nosotros superfluos, basta tomar un
que se pueda atribuir a la h entre vocales periódico cualquiera para encontrar en sus
fuertes [abiertas], ya que de igual modo noticias de Oriente —cuya lengua de enla-
se produce el hiato en loo que en moho; ce con el resto del mundo es el inglés— una
y en los casos en que existe tendencia a la serie de nombres con letras útiles o nece-
contracción (albahaca > albaca, alcohol > sarias para los ingleses, pero carentes de
alcol), nada influye la h para impedirlo». sentido para el lector español. ¿Qué nos
Más adelante, en la página 101, Casares dicen, por ejemplo, las haches de la señora
añade: «Ignoramos si la Academia en algu- Ghandi o Gandhi, de Thailandia y de Rho-
no de sus textos docentes ha decretado que desia, en posiciones enteramente desusadas
la h muda puesta entre dos vocales vale en español?». Se hallan en el mismo ca-
como signo ortográfico para impedir que so topónimos como Maghreb o Moghreb
estas formen diptongo. No hemos podido (y sus gentilicios maghrebí o moghrebí),
comprobarlo. Tal vez esta norma se ha de- Behring, Thule, Lhasa y antropónimos
ducido al observar lo que se practica en el como Esther, Martha, Tharsis, Thetis; en
Diccionario, y la vemos ya formulada por español sobran todas esas haches intercala-
Bello como sigue: “Hay casos en que no es das (→ 1.3.8.6d). El topónimo Neandertal
del todo inútil esta letra... dando a enten- se escribe en alemán sin la h que en textos
der que las dos vocales que separa se deben ingleses aparece en su grafía: Neanderthal.
pronunciar como si las separase una conso- En otros casos, cuando se trata de grafías
nante”. Contra esto protesta Robles Déga- originales y no de adaptaciones o tras-
70 1.3.8.5. ESCRITURA DE LA LETRA H
escribir con h o sin ella, la Academia, con 3. La Academia registra varias voces
acierto, las prefiere sin h: (h)acera, (h) con la alternancia h/j. A principio de pa-
ansa, (h)anseático, (h)arambel, (h)aravi- labra prefiere la j en haca/jaca, hobo/jobo,
co, (h)arda (ardilla), (h)ardido (valiente), y la h en jarda/harda, jimplar/himplar, ji-
(h)armonía (y todos sus derivados), (h) nojo/hinojo, jolgorio/holgorio, jopo/hopo.
arpa, (h)arpado, (h)arpía, (h)arpillera, (h) En posición interior prefiere siempre la j:
arrapo (= harapo, pero esta sin alternan- alhama/aljama, barahustar/barajustar, des-
cia), (h)arre, (h)arrear, (h)arria, (h)arrie- barahúste/desbarajuste, mohada/mojada,
ría, (h)arriero, (h)atajo (grupo de ganado, rehús/rejús, zaharí/zajarí (= zafarí, preferi-
personas o cosas), (h)endíadis, (h)erraj ble), zutuhil/zutujil.
(= herraje ‘cisco del hueso de aceituna’,
pero esta sin alternancia), (h)erre que (h) 1.3.9. La letra i. Novena letra del alfa-
erre, (h)iguana, (h)odómetro, (h) ológrafo, beto español. Su nombre es i (pl., íes). Su
(h)oploteca, (h)overo (de color de melo- representación gráfica adopta las formas
cotón), (h)uf, (h)ujier, (h)urraca; las alter- siguientes: redonda minúscula: i; redonda
nancias (h)ostilla y (h)ojaranzo, que aún mayúscula: I; cursiva minúscula: i; cursiva
figuraban en el drae 70, ya no existen: la mayúscula: I; versalita redonda: i; versalita
Academia les ha suprimido la h; aunque cursiva: i.
no registradas en el drae , son admisibles
también las alternancias (h)odógrafo, (h) 1.3.9.1. Escritura de la letra i . Esta
odógrafa. Entre los antropónimos, la gra- letra no ofrece especiales dificultades en su
fía Helena es la etimológica, pero suele escritura. Sin embargo, hay que tener en
usarse más sin h: Elena. La Academia pre- cuenta que la realización del fonema /i/ no
fiere las grafías con h en las siguientes pa- se escribe siempre con i, sino que a veces ha
labras: (h)ala, (h)aleche, (h)ámago, (h)ético de hacerse con y (→ 1.3.26.3).
(tísico), (h)etiquez, (h)icaco, (h)ogaño. En
posición interior, prefiere prescindir de la 1.3.10. La letra j. Décima letra del
h en al(h)acena, al(h)ajú, betle(he)mita, alfabeto español. Su nombre es jota (pl.,
betle(he)mítico, compre(he)nsivo, incom- jotas). Su articulación es velar fricativa sor-
pre(he)nsibilidad, incompre(he)nsible, da, con mayor o menor tensión según los
re(he)ndija, repre(he)nder, repre(he)nsible, países. Su representación gráfica adopta las
repre(he)nsión, sabi(h)ondez, sabihon- formas siguientes: redonda minúscula: j;
do; prefiere mantenerla en las siguientes redonda mayúscula: J; cursiva minúscula:
voces: alba(ha)ca, al(h)elí, bara(h)únda, j; cursiva mayúscula: J; versalita redonda:
bata(h)ola (= tabaola, sin alternancia), j; versalita cursiva: J.
buaro/buharro, des(h)arrapado, reha-
la, re(h)ilar; no muestra preferencias en 1.3.10.1. Generalidades . 1. En tiem-
bohardilla (pero buhardilla, sin alter- pos de Alfonso X el Sabio (siglo xiii), el
nancia). En general, lo deseable, ya que la empleo de g o j era alternativo; se escri-
Academia lo permite, es prescindir de la h bía muger o mujer (v. García de Diego,
en todas estas palabras, con lo que se sim- 1970: 53). El Diccionario de autoridades
plifica en parte la ortografía. (1726-1739) estableció que se usase g en
2. En una sola palabra, ha/ah, la Aca- las palabras que la tuvieran en su origen
demia admite la h como cabeza y coda y en las que tuvieran hie, como geroglífico
silábica, pero prefiere la coda, ah. No (pero → 1.3.10.1-2), y en los demás casos,
tiene sentido actualmente la grafía ha, j: mujer, pero debía emplearse x cuando
no solo porque cabe la confusión con ha procediese de s, como en xabón, xeringa
(de haber), sino porque las exclamaciones (v. García de Diego, 1970: 55; Esteve
de grafía similar se escriben con h coda Serrano, 1982: 393 ss.). «Según todas las
silábica (→ 1.3.8.7). probabilidades, la g ante e, i y la j antes de
1.3.10.2. ESCRITURA DE LA LETRA J 73
clavellina), celofán (del fr. cellophane); sin en los demás compuestos con circun-, la
embargo, bullabesa (del fr. bouillabaisse). grafía correcta es con m ante las conso-
nantes citadas (b, p) y a veces también
1.3.13. La letra m. Decimotercera letra ante n: circumpolar, circumnutación, pero
del alfabeto español. Su nombre es eme normalmente ante n y s se escribe circun-:
(pl., emes). Su articulación es bilabial nasal circunnavegación, circunscrito; ante vocal,
oclusiva sonora. Su representación gráfica la Academia no registra ninguna palabra,
adopta las formas siguientes: redonda mi- pero en los tecnicismos se usa circum-:
núscula: m; redonda mayúscula: M; cur- circuminserción, circumesofágico, circu-
siva minúscula: m; cursiva mayúscula: M; moral. Ante t, la Academia mantiene m
versalita redonda: M; versalita cursiva: M. en comto (del lat. comptus), femto- y
radiumterapia (la grafía comto no parece
1.3.13.1. Escritura de la letra m . Se justificada en español, ya que ni siquiera
escribe m: se corresponde con la latina, de la que ha
1. Antes de n, como columna, solemne, desaparecido la p que justifica la m). Por
excepto en los compuestos con los prefijos razones etimológicas se escribe m ante n
con-, en-, in-, como connotar, ennegrecer, en gramnegativo (junto a grampositivo,
innoble. sin problema por la presencia de la p), por
2. Antes de b y p, como cambio, campo. derivarse del nombre del danés H. Ch. J.
2.1. La m antes de b y p se usaba ya enGram, descubridor de este método de tin-
el siglo xiii, en tiempos de Alfonso X el Sa- ción de elementos microbianos. Por iguales
bio, pero alternaba con las grafías nb y np razones etimológicas se mantiene m ante
(Rosenblat, 1951: xviii; García de Diego, otras letras que no son b ni p en voces co-
1970: 53). Nebrija (1492) establecía que mo comtiano, comtismo (de Comte).
se escribiera siempre m antes de b, p, m, 2.3. En la escritura española se man-
en lugar de n, y lo mismo defendieron or- tiene a veces n ante b o p por diversas
tógrafos posteriores como Villalón, Casa- razones; por ejemplo, en topónimos de
nova, y Palafox y Mendoza. La Academia origen extranjero, como el nombre de la
prescribía m ante m en la primera edición capital australiana, Canberra, que ha sido
del Diccionario de autoridades (1726, t. i), adaptada por la Academia (OLE10, 90) en
pero en la sexta de su Ortografía (1779) la forma Gamberra. Sin embargo, en los
decidió que se escribiera n antes de m. antropónimos y sus derivados, como Gu-
Otros ortógrafos, como Mateo Alemán, tenberg y gutenberguiano, Ermenberga (hi-
preferían nb y np (v. Esteve Serrano, 1982: ja de Witerico), Hartzenbusch, Rosenblat,
371 ss.). se mantiene n ante b. En lo relativo al len-
2.2. En la actualidad se utiliza m an- guaje común, la Academia mantiene n ante
tes de m en las palabras commelináceo, p en blenplaciente (arc.), pero no parece
gamma y sus compuestos (digamma, ga- muy justificado, pues en los demás casos,
mmagrafía, gammaglobulina, etcétera), cuando un prefijo termina en n se convierte
ommatóforo, ommiada, y en los antropó- en m ante b o p, como pamperdido (de pan
nimos Emma, Mariemma y Emmanuel. La y perdido), pamporcino (de pan y porcino),
Academia, que había admitido ammonites pamposado (de pan y posado), simpecado
y nummulites, prefiere ahora las grafías (de sin pecado), ciempiés (de cien y pies) y
únicas amonites y numulites. los compuestos con in-: imberbe, imposi-
Sin embargo, la Academia mantiene m ble. Por lo que respecta a pan- ‘todo’, des
ante otras letras que no son b ni p; por registra Fanpacífico; desu , panpsiquismo,
ejemplo, ante c en circumcirca, sin duda y nel , panplanctónico; por las razones que
por tratarse de un adverbio latino, pero se acaban de aducir, estas grafías no están
escribe coranvovis (del lat. coram vovis) justificadas en español: ante b y p, la n de-
y sursuncorda (del lat. sursum corda); be transformarse en m. Por el contrario, en
78 1.3.13.2. LA M COMO CODA FINAL
en general una n débil, breve y relajada, sonidos, como observa Nebrija, que no
que a veces se reduce simplemente a una existían ni en latín clásico, ni en griego, ni
pequeña nasalización de la vocal prece- en hebreo, ni en árabe». El sonido gn como
dente, y a veces se pierde por completo; la ñ llevó a Nebrija a proscribir la g en pala-
conservación total de la n en dichas sílabas bras como signo, dignidad, benigno, que,
tiene un carácter afectadamente culto; su según él, debían escribirse sino, dinidad,
pérdida es constante en el habla popular; benino (→ 1.4). Rosenblat (1951: xxv,
la pronunciación correcta, en este como en n. 28) dice que este era un error de Nebrija,
otros casos, se sirve, como se ve, de varian- quien creía que en latín gn se pronunciaba
tes intermedias, más o menos próximas a como ñ. En español actual quedan aún
uno u otro extremo, según la ocasión y el voces que se escriben con nn y mn en fami-
tono en que se habla». También Rosenblat lias de palabras que en otros casos las han
(1971: 47 ss.) reconoce este fenómeno de la sustituido por ñ: estannífero (lat. stannum,
pérdida de la n: «El grupo ns se convirtió estaño), damnificado, damnificador, dam-
en s en las voces patrimoniales, las que nificar (lat. damnum, daño), indemne (sin
entraron con el caudal del latín hablado: daño), indemnización. Como letra españo-
mensa, sponsa, sensu, ansa, ínsula, se hicie- la, la Academia la añadió al alfabeto en la
ron mesa, esposa, seso, asa, isla». segunda edición de su Ortografía (1754)
(v. Esteve Serrano, 1982: 383-390).
1.3.15. La letra ñ. Decimoquinta letra 2. El sonido [p] no existe en inglés
del alfabeto español. Su nombre es eñe ni en alemán. Las restantes lenguas que
(pl., eñes). No existe en el alfabeto univer- tienen este sonido lo representan con los
sal ni en ningún otro, salvo el gallego y el siguientes dígrafos: francés e italiano, gn;
euskera. Su articulación es nasal palatal so- anamita, camboyano y portugués, nh;
nora. Su representación gráfica adopta las albanés y croata, nj; amhárico, birmano,
formas siguientes: redonda minúscula: ñ; catalán y húngaro, ny. En algunos idiomas
redonda mayúscula: Ñ; cursiva minúscula: se representa mediante signos diacríticos;
ñ; cursiva mayúscula: Ñ; versalita redonda: por ejemplo, en letón, n; en polaco, ñ; en
Ñ; versalita cursiva: Ñ. checo y eslovaco, ñ.
representación gráfica adopta las formas ll y la rr». Por su parte, el Esbozo (1973:
siguientes: redonda minúscula: q; redonda 123), con mayor precisión, dice: «La letra
mayúscula: Q; cursiva minúscula: q; cur- q no se emplea hoy nunca en palabras
siva mayúscula: Q; versalita redonda: Q; españolas fuera de esa combinación [es
versalita cursiva: Q. decir, qu]». Sin embargo, ningún texto de
la Academia hace referencia a estos dos
1.3.18.1. Generalidades . Aunque en aspectos fonéticos:
el siglo xiii, en tiempos de Alfonso X el
Sabio, quedaron fijadas las grafías ca, co, a) qué sonido tiene el dígrafo qu en los
cu, aún aparecían en los textos grafías con latinismos registrados en el drae ,
qu ante esas vocales. A partir de esa época, como quadrívium, quáter, nequá-
«qu era normal en los casos etimológicos quam, quid, quórum (→ 1.3.18.2-2);
ante a, qual, quanto, quando, bien que b) cuál es el sonido del grafema q en las
se halla a veces por confusión en algún palabras mencionadas en el punto
caso antietimológico, blanquo» (García de anterior y en voces de otros idiomas,
Diego, 1970: 53). En 1580, Fernando como, por ejemplo, las procedentes
de Herrera propugnaba la escritura cuan- del árabe Ánaq, Banu Qasi, Baraq,
do, cual, en lugar de quando, qual. En Iraq, Aqaba, Qatar, etcétera, y beiqi,
cambio, Valdés distinguía una «pronun- Qi, etcétera, del chino; sin duda que
ciación hueca» (quatro, quarenta) y una suena [k] en casi todos los casos
pronunciación mucho más blanda (cuero, (menos en chino), pero habría que
cuello) (v. Macrí, 1972: 445). Por su parte, decirlo, como se indica el sonido de
Mateo Alemán escribía qe, qi (lo mismo la w (→ 1.3.24). La Academia, en
que ge, gi en lugar de gue, gui: había des- el DRAE01, se limita a decir: «En es-
terrado la u muda en ambos casos). En el pañol se usa principalmente ante
Diccionario de autoridades (1726-1739) la la e o i, mediante interposición grá-
Academia escribía que, querer, quiso, pero fica de una u, que generalmente no
también qual, qüestion, frente a cuajo, suena [...]».
cuenta, para que no se confundiesen los
orígenes (Rosenblat, 1951: lxvii s.; Gar- 2. La Academia, que mantiene en
cía de Diego, 1970: 55). En la primera la orae (1974: 14) el mismo texto de la
edición de la Orthographia (1741), la grae (1959: 472), dice de esta letra: «Se
Academia recomendaba escribir c ante a: escriben con q las palabras en que entra
cantidad, calidad, pero permitía que se el sonido oclusivo ke, ki, empleando siem-
escribiera quantidad, qualidad (v. Esteve pre después de la q la vocal u, que no se
Serrano, 1982: 360 ss.). pronuncia; como, por ejemplo, en esquela,
aquí. Las dos letras qu se han de conside-
1.3.18.2. Escritura de la letra q. rar en tales casos como una sola, simple
1. Aunque la Academia, al hablar de esta en el sonido y compuesta en la escritura, a
letra, escribe siempre q, lo mismo que en el la manera que la ch, la ll y la rr. Antes se
encabezamiento del drae correspondiente usaba también la q ante otras vocales que
a esta letra, la verdad es que tal signo, q, no no eran e, i, escribiendo quando, quatro,
se utiliza actualmente en español, sino el etc., y en ese caso la q y la u tenían el valor
dígrafo qu, en el que la u no se pronuncia de dos letras». Esto, ¿no debería decirlo
(es decir, que qu son letras monofonemáti- también el drae cuando describe el sonido
cas). Pese a que la considera «compuesta de la letra q?
en la escritura, a la manera que la ch, la ll
y la rr», la grae (1959: 468) no la incluye 1.3.19. La letra r. Decimonovena letra
entre las letras dobles, que son las que «se del alfabeto español. Su nombre ha sido, en
representan con dos signos, y son la ch, la general, erre (pl., erres), pero más propia-
84 1.3.19.1. ESCRITURA DEL GRAFEMA R
firmó un tratado de límites con el prínci- uso se observaba aún en el siglo xiii, en
pe Alfonso, futuro Alfonso X el Sabio), tiempos de Alfonso X el Sabio. El dígrafo
Jezrael. rr llegó a escribirse, en vez de r, no solo en
principio de dicción y después de n, sino
En todas esas palabras, las letras d, ll, también después de cualquier consonan-
m, t, x (= [ks]), z son coda y no cabeza te: burrlas, estrremo, etcétera (Rosenblat,
silábica y, por consiguiente, r tiene en ellas 1951: xxxvi, n. 51).
sonido vibrante múltiple. Sin embargo, la 5. La Academia, en el Diccionario de
Academia no hace referencia a estos casos autoridades (1726-1739), prescribía no
ni siquiera en las voces que tiene admiti- duplicar la r a principio de dicción y des-
das, como azre, rumrum, ciudadrealeño, pués de n o s. En la primera edición de su
lazrar o en aquellas otras que, incluso no Orthographia (1741) prescribía que «se
admitidas, mantienen grafías permitidas en escriba una sola r en principio de dicción
español, como postretinal, postromántico, (razón, etcétera) o antes de consonante
postrenal y postreducción (naturalmente, (honra, enriquecer); en los compuestos de
si se escribiera sistemáticamente pos- en preposición se duplica (corroborar, derro-
lugar de post-, como se recomienda en el car), pero se exceptúan los compuestos de
párrafo 1.3.20.4.1, el problema quedaría pre- y pro- (prerogativa, prorogar) por el
resuelto) (v. 1.3.19.1-1.2.2, d). uso (quizá por tener r las preposiciones); en
2. El grafema r representa el sonido los compuestos como mam-roto, cari-re-
vibrante simple [r] en los siguientes casos: dondo una sola r, pero con guión» (Rosen-
2.1. En posición interior, como cabeza blat, 1951: lxxv). En la segunda edición de
silábica intervocálica: aro, cero, cara, Ma- dicha obra (1754), la Academia eliminó los
rio, amurallado, acerico. guiones de maniroto y cariredondo, pero
2.2. Tras de consonante labial, dental, seguía escribiéndolos con una sola r, como
velar y la labiodental f, formando con ellas prerogativa y prorogar. En la 12.a edición
cabeza silábica tanto en posición inicial del drae (1884), la Academia decidió que
de palabra como interior, en este caso tras la rr era una sola letra y adoptó las grafías
vocal o consonante: brazo, craso, druso, vicerrector, carirredondo, aunque mante-
frase, grasa, prosa, trasto, cobra, costra, nía, como hasta el presente, las excepcio-
compra. nes de voces como subrayar, abrogar, etcé-
2.3. Formando coda en posición inte- tera, en que se mantiene el sonido vibrante
rior o final de palabra: carta, harto, costar, múltiple de la r (→ 1.3.19.1-1.2) (v. Esteve
obstruir. Serrano, 1982: 263 ss.).
3. El dígrafo rr representa el sonido vi- 6. En la actualidad, las voces compues-
brante múltiple [r] en los siguientes casos: tas de un prefijo y una voz que comien-
3.1. En posición interior, intervocálica, za con r deben escribirse siempre juntas
como cabeza silábica: carreta, corro, torre. y duplicando la r, como se dice antes
3.2. En la misma posición, también (→ 1.3.19.1-3.2). La orae (1974: 21) lo
intervocálica, en palabras compuestas de establece con claridad: «Las voces com-
un prefijo y un segundo elemento que en puestas cuyo segundo elemento comienza
su forma simple lleva r inicial (por con- con r se han escrito en otro tiempo [hasta
siguiente, con sonido vibrante múltiple): 1884; → 1.3.19.1-5] sin duplicar esta le-
contrarrevolución (de contra- y revolu- tra; pero en tales vocablos es obligatorio
ción), antirreligioso (de anti- y religioso), emplearla doble para facilitar la lectura;
arremeter (de a- y remeter), andarríos (de v. gr.: andarríos, contrarréplica, prorrata,
anda- y ríos) (→ 1.3.19.1-6). vicerrector» (→ 3.3.2-7.5.1).
4. La rr a principio de palabra se usó en
los primeros tiempos de la grafía castella- 1.3.19.2. Errores frecuentes en la
na, alternando con la r: ritad, rritad. Este escritura de la R. Los errores más fre-
86 1.3.19.3. ALTERNANCIAS
encontrarse dos eses seguidas, se reducen teca y Tlascala y dejado solo tlaxcalteca
también a una: «En las frases dábas-selo, y Tlaxcala. La simplificación del grupo
decías-selo, dijéras-selo, etc., hoy fuera de consonántico x [ks] parece la preferible
uso, la escritura reduce las dos s [eses] a en todos los casos, cualquiera que sea la
una, igualándolas así gráficamente con las preferencia académica, pues, como dice
frases dába-selo, decía-selo..., es decir, las Navarro Tomás (1980: 140), «Históri-
dos formaciones se escriben dábaselo» (Es- camente, la x de nuestra actual escritura
bozo, 1973: 88, n. 14). Lo mismo se hace equivale al grupo cs; pero su pronuncia-
en los compuestos en los que el primer ele- ción solo se ajusta al valor literal que este
mento termina en s y el segundo comienza grupo representa en casos muy marcados
con la misma consonante: transiberiano de dicción culta y enfática. En la conversa-
(de trans- y siberiano), transustanciar (de ción corriente, la x ante consonante se pro-
trans- y sustanciar), etcétera. nuncia como una simple s». Obsérvese que
en todos los casos citados anteriormente
1.3.20.2. Errores frecuentes en la la x precede a consonante, por lo que las
escritura de LA s. No es frecuente que grafías preferibles, dado que la Academia
la s produzca dudas en cuanto a su uti- permite ambas, deben ser con s y no con x.
lización en español, al no existir para ella 2. La Academia registra algunas alter-
más que una pronunciación y una grafía. nancias con las letras s/z. En principio
Sin embargo, pueden surgir problemas en de palabra recoge sahína/zahína, sahinar/
algunas zonas de las regiones meridionales zahinar, sapote/zapote, sarapico/zarapi-
españolas a causa del ceceo, es decir, la co, sonso/zonzo, sulla/zulla, suzón/zuzón,
pronunciación de s como c ante e, i; así, con preferencia por z-, y zamuro/samu-
sí, señor es realizado fonéticamente como ro, zandía/sandía, zarazo/sarazo, zoltaní/
[θíθenó]. Como en el caso del seseo, esta soltaní, zoma/soma, zuindá/suindá, zuiza/
peculiaridad fonética no se acusa en lo suiza, zuizón/suizón, zurubí/surubí, con
gráfico tanto como podría temerse. preferencia por s-. En posición interior
prefiere z en biscocho/bizcocho, busarda/
1.3.20.3. Alternancias . 1. La Acade- buzarda, cascarria/cazcarria, colisa/coliza,
mia registra un notable grupo de palabras crisneja/crizneja, lesna/lezna, mescolanza/
en las que la grafía con -s- o con -x- es mezcolanza, pasote/pazote (planta), pesu-
correcta, pero con preferencias distintas en ña/pezuña, petiso/petizo, tresnal/treznal,
uno y otro caso; por ejemplo, prefiere las y -s- en biznieto/bisnieto, chiruza/chirusa,
grafías con -s- en conmixtión/conmistión, meznada/mesnada, curazao/curasao. En fi-
conmixto/conmisto, excusa/escusa (prove- nal de palabra prefiere -s en prohíz/prohís.
cho; derecho), excusabaraja/escusabara-
ja, expedable¡espectable, mixtela/mistela, 1.3.20.4. El grupo consonantico st .
mixtificación/mistificación, mixtificador/ Como inicial de palabra es impropio del
mistificador, mixtificar/mistificar; por el español. Solo dos palabras, stábat y statu
contrario, prefiere -x- en las siguientes: cos- quo, registra el drae con este grupo inicial.
cojita/coxcojita, escoriación/excoriación, Se encuentra, sin embargo, en posición
escoriar¡excoriar, escusalí/excusalí, espo- interior, sobre todo como coda silábica del
liación/expoliación, espoliador/expoliador, prefijo post-. La Academia es poco cohe-
espoliar/expoliar, espolio/expolio, misti fo- rente en la grafía de este grupo.
ri/mixti fori, mistifori/mixtifori, mistilíneo/
mixtilíneo, mistión/mixtión, misto/mixto, 1.3.20.4.1. Escritura del grupo st. Pue-
mistura/mixtura, misturar/mixturar, mistu- den darse cuatro casos:
rero/mixturero, moste/moxte, os/ox, osear/ 1. Palabras que solo admiten la grafía
oxear, oste/oxte, sesma/sexma, sesmero/ pos-: posbélico, poscomunión, posfecha,
sexmero. Ha eliminado las grafías tlascal- posguerra, a pospelo, pospierna, pospo-
88 1.3.20.4.1. ESCRITURA DEL GRUPO ST
a) en posición intervocálica, así como de esta letra, que es fácil confundir con la s,
en principio y fin de palabra, tiene tanto escribiendo, por ejemplo, explendor,
sonido [ks] o [gs]: examen, sílex, expontáneo por esplendor, espontáneo,
xenofobia; como exófago, extirpe por esófago, estirpe.
b) ante consonante suele reducir- En los casos de duda, no queda otra solu-
se a s: extraño, extremo, exposi- ción que acudir a un diccionario, puesto
ción (→ 1.3.20.3). que la regla de aplicar x cuando la palabra
la tenga por etimología apenas vale de algo
Estas pronunciaciones están permitidas para la generalidad de las personas.
por la Academia (v. orae 74, 22), pero, 2. Más serio es el problema que se
según ella manda, «Es obligatorio, en to- presenta en la grafía de antropónimos y
dos los casos, mantener la x ortográfica de topónimos que se escriben con x o con j,
acuerdo con la etimología» (v. t. Navarro ya porque esté autorizado (alternancias),
Tomás, 1980: 140-141). Es la única letra ya por error o por mimetismo ortográfico.
del alfabeto español que trascribe un grupo Entre los antropónimos existen actual-
de dos fonemas: [ks]; cuando aparece en mente alternancias tanto en prenombres
posición intervocálica, el primer fonema (Maxencio/Majencio, Práxedes/Prájedes,
es coda, y el segundo, cabeza silábica Xavier/Javier, Ximena/]imena) como en
(v. Esbozo, 1973: 133; → 3.3.2-7.8). Sin apellidos (Ximénez/Jiménez/Giménez,
embargo, hay al menos tres palabras espa- Mexías/Mejías, Texera/Tejera); debe recor-
ñolas con el sonido [ks] escrito cs: fucsia, darse que, al menos en español, la grafía
fucsina y facsimil(e), con su derivado fac- x en esos casos se pronuncia como j, por
similar y su compuesto telefacsímil(e). Su lo que conservar aquella es solo un rasgo
representación gráfica adopta las formas anacrónico. En cuanto a los topónimos,
siguientes: redonda minúscula: x; redonda se dan las siguientes alternancias: Xerez/
mayúscula: X; cursiva minúscula: x; cur- Jerez, Oaxaca/Oajaca, México/Méjico,
siva mayúscula: X; versalita redonda: x; Texas/Tejas. Xerez y Texas deben escribir-
versalita cursiva: X. se siempre con j, nunca con x. Oajaca es
grafía reconocida por la orae (1974: 22):
1.3.25.1. Generalidades . La x con «Pueden escribirse indistintamente con x
valor fonético [ks], procedente del latín, se o con j los nombres geográficos México o
escribía ya en la primera edición de la Or- Méjico, Oaxaca u Oajaca, y algunos más,
thographia (1741), pero añadiendo acento así como sus derivados (mexicano o me-
circunflejo a la vocal siguiente: examen; jicano); pero la pronunciación es siempre
en cambio, si tenía el valor fonético de [x] la propia de j, esto es, como fonema velar
(pronunciado j) se escribía sin circunflejo: fricativo sordo»; pues bien, el drae (1984,
xabon (→ 1.3.10.1). 1992, 2001) registra oaxaqueño, pero no
En la cuarta edición del drae (1803) oajaqueño. En cuanto a la alternancia
y en la octava de la Ortografía (1815), la México/Méjico, admitida por la Academia,
Academia decidió escribir s en sustitución tropieza con dos hechos contrapuestos:
de x etimológica, pero admitía también el país ha decidido escribir México, pero
explicación, expresión. Finalmente, el uso con una x que se pronuncia como j, y los
de s por x fue desechado por la Academia tratadistas, ya desde Unamuno, la recha-
en su Prontuario ortográfico de 1884 zan abiertamente, por considerarla un ar-
(v. Rosenblat, 1951: cxx; 1971: 51; caísmo ortográfico. Como dice Rosenblat
1974: 33; Esteve Serrano, 1982: 247-249, (1960: 140), «[...] los nombres propios son
393 ss.). más conservadores que las voces corrien-
tes. Y más que los nombres mismos, las
1.3.25.2. Escritura de la letra x. letras de los nombres» (v. t. Seco, 1998:
1. No existen reglas seguras para el empleo 292, s. v. Méjico; Unamuno, 1970: 102,
92 1.3.25.2. ESCRITURA DE LA LETRA X
pero no parece que a gusto de todos, pues tui, o -uí, como cambuí, changüí, chagüí,
el Esbozo (1973: 121) dice: «[...] ípsilon mordihuí, benjuí, menjuí, curetuí, huí (de
(que sería preferible trascribir ypsilón)», huir) (→ 4.3.2.7.2).
pero de nuevo se tendría a la y cumpliendo 1.2. La terminación -y se ha aplicado
función de vocal... y a principio de palabra. también en la adaptación de topónimos
Ragucci (1955) prefería hipsilón o ípsilon. extranjeros, como sucede, por ejemplo, en
el catalán (español Caldas de Montbuy,
1.3.26.3. Escritura del fonema /i/. catalán Caldes de Montbui), en francés
Normalmente, el fonema /i/ se representa (español Cambray, francés Cambrai), pero
con la letra i, como en silbido, caí, viento, no siempre: español y francés Rocroi (no
veinte (→ 1.3.9.1). Sin embargo, se re- Rocroy), Courtrai (no Courtray), Tournai
presenta con la letra y en los siguientes (no Tournay); con los de otras proceden-
casos: cias (trasliteraciones o trascripciones) se
ha respetado la -i: Shanghai, Yeniséi, y en
a) cuando es conjunción copulativa: apellidos como Tolstói (→ 43.2.2-4).
pan y justicia, bien y mal (→ 1.3.5.1); 1.3. Cuando un tiempo verbal termina
b) cuando es semivocal y se halla en en -y, al añadírsele un pronombre enclíti-
posición de coda silábica final de co no se sustituye -y por -i: estoyme, no
palabra: estay, ley, voy, Ardanuy; se estoime (de estoy + me), voyme, no voime
exceptúan estos casos de vocal áto- (de voy + me), doyle, no doile (de doy +
na: cai, chai, agnusdéi, cui, tui, sui le), haylos, etcétera. La grae (1959: 201)
(en sui géneris), frui, y cuando lleva escribe, en el párrafo 252, voyle, y el drae
acento de intensidad (y, por consi- registra la grafía aymé (de ay + me). En
guiente, tilde): Adonaí, aguaí, ca- relación con esta voz, Casares (1952: 105)
randaí, yataí, tipoí, benjuí, cambuí, decía: «La exclamación ¡aymé!, si ha de
changüí, chagüí, menjuí, mordihuí, formar una sola palabra, habrá de escri-
curetuí, huí (de huir) (→ 1.3.26.4- birse ¡aimé! (nosotros optaríamos por ¡ay
1.1; 1.3.26.4-1.2); me!)». Fernández Ramírez (1966: 216) es-
c) modernamente, la Academia ha ad- cribe, como ejemplos de agrupación de ver-
mitido algunas palabras en las que bo + pronombre o pronombres enclíticos,
la y aparece en sílaba libre o abierta, voyme, estoyme, en lugar de voime, estoi-
como en lycra, fraybentino, body me. La Academia ha admitido (drae 84, y
(como extranjerismo), pyme, byro- ya en el suplemento de la edición de 1970)
niano, byte, grafías impropias del voces como guaycurú, guaymense, guay-
español (→ 1.3.26.4-1.3; 1.3.26.4- meño y ayllu (esta no figuraba en 1970), en
3). las que y aparece como coda silábica inte-
rior preconsonántica, grafía que solo tenía
1.3.26.4. Escritura de la letra y . Se el discutido precedente de aymé (desu y
usa en los siguientes casos: nel admiten también guaicurú como alter-
1. En los monosílabos y polisílabos ter- nancia). Martínez Lacalle (1979: 118-119)
minados en -ay, -ey, -oy, -uy, como urun- analiza este problema y llega a la conclu-
day, jersey, convoy, cocuy (→ 1.3.26.3). sión de que una grafía como voyle no es
1.1. De las voces que terminan en -uy, palabra primitiva, derivada, compuesta ni
solo se escriben con -y muy, huy, cuy parasintética y, por consiguiente, «un ver-
(también escrito cui), cocuy, cucuy, espu- bo con enclítico no es una palabra sino un
muy, mangachapuy, coletuy, yuy, así como grupo fónico cada uno de cuyos miembros
varios topónimos: Ardanuy, Bernuy, Be- conserva su identidad propia. Por estas ra-
ranuy, Espeluy, Tuy, etcétera (→ 4.3.2.2- zones, tan conforme a la norma ortográfica
-5.1). Las restantes se escriben terminán- es la grafía le voy como la grafía voyle».
dolas en -ui, como cui, frui, saharaui, sui, Podría aplicarse aquí, para conservar la
96 1.3.26.5. ERRORES FRECUENTES EN LA ESCRITURA DE LA Y
3. Y otro dígrafo que también traerá idioma hay dos letras compuestas, la ç (una
problemas es ss: la Academia registra ya c más una z suscrita) y la ñ (una n más una
algunas palabras con él: bassio, dossier, virgulilla, evolución de un macron). La ñ se
mass media, motocross, mousse, brassavo- considera letra española, por lo que se tra-
la, ossobuco, rabassa morta (→ 1.3.20.1.2; ta en su lugar correspondiente dentro del
1.4.2). La palabra dossier debería dejar alfabeto español (→ 1.3.15). La ç es letra
atrás una de sus dos eses, dosier. de origen español, pero actualmente care-
4. El grupo zz, que comprendía voces ce de uso en nuestro idioma (→ 10.5.35).
como pizza, pizzería, pizzicato, puzzle y
razzia, se ha visto reducido en las voces 1.6. Letras dobles. En español solo hay
puzle y razia, que ya solo se escriben con una letra que se pueda considerar doble, la
una z; pero, por el contrario, se ha enri- rr. Sin embargo, el alfabeto de la Academia
quecido con los italianismos mozzarella y solamente registra la r, no la rr, la cual no
paparazzi, que podían haber entrado en el cabe duda de que representa un sonido en
DRAE01 con las grafías mozarela y papara- interior de palabra, sonido bien distinto del
zi, respectivamente. que en la misma posición suele tener la r,
que es la grafía que la Academia considera
1.5. Letras compuestas. Son compues- letra. Por supuesto, la ll es también un
tas las letras que constan de la combi- signo doble, pero no es una letra, sino un
nación de dos o más signos. En nuestro dígrafo, como lo es la rr.
SEGUNDA PARTE
ORTOGRAFÍA DE LA SÍLABA
2. La sílaba
Crecientes Decrecientes
ACENTUADOS
INACENTUADOS
HOMOGÉNEOS
Crecientes Decrecientes
ACENTUADOS
Normales
/i.á/ Bástelo, viaje, liar /á.i/
/i.é/ Hételo, rieron, lié /é.i/
/i.ó/ fiómelo, biombo, fió /ó.i/
/u.á/ truhán, actuar, anual /á.u/
/u.é/ luético, actuemos, pué /é.u/ No existen en español1
/u.ó/ fastuoso, actuó, ruó /ó.u/
/i.í/ friísimo, piísimo, chiismo, chiita /í.i/
/i.ú/ anfihúmedo, diurno /í.u/
/u.í/ jesuita, destruido, huí /ú.i/
/u.ú/ samuhú
Inversos
INDIFERENTES
todo grupo de dos vocales abiertas b) por una vocal abierta átona y una
forme siempre y necesariamente hia- cerrada tónica, cualquiera que sea la
to; → 2.2.1.1); sucesión: día, caí;
112 2.2.2.2. CLASES DE HIATOS
c) por una vocal cerrada átona con una diptongo y ello dependerá, en ocasiones,
abierta tónica: fió, lié, ruó (porque del propio hablante. Hoy no hay diptongo
se derivan de fiar, liar y ruar, que tie- en piedad, pero «en el siglo xiii aún se
nen hiato en algunos de sus tiempos: pronunciaba pi-edad» (Menéndez Pidal,
fío, lío, rúo) (→ 4.3.2.5). 1977: 83). «Aún en el siglo xvi se pronun-
d) por dos vocales cerradas iguales: ciaban Guadi-ana, Santi-ago, en cuatro
diita, Rociito, samuhú; sílabas, y ju-icio en tres, aún en tiempo
e) debido a influencia analógica, por de Lope de Vega; ruido es trisílabo en
dos vocales átonas abiertas o cerra- Fray Luis de León, pero hoy es bisílabo;
das, cualquiera que sea la sucesión: regale se dijo entonces re-al, y hoy
frialdad (de frío, que tiene hiato), predomina real, monosílabo; si bien el
aunar (porque aúno lo tiene), ria- menos usado l e g a l e se pronuncia hoy
chuelo (de río, que lo tiene), des- todavía le-al» (Menéndez Pidal, 1977: 84).
viado (de vía, que lo tiene); por la La tendencia a hacer diptongo con vocales
misma razón hay hiato en actué en hiato se advierte en palabras donde una
(influido por actúo), pero no lo hay vocal abierta es sustituida por otra cerrada:
en evacué (influido por evacuo, que pior por peor, tiatro por teatro, train por
no lo tiene) (→ 2.2.2.3). traen, cain por caen, golpiar por golpear,
rial por real; esto se da especialmente en el
2.2.2.2. Clases de hiatos . 1. Tenien- habla popular (v. Menéndez Pidal, 1977:
do en cuenta el acento, los hiatos se divi- 84). Según este autor (l. cit., 38-39), la pro-
den en: nunciación clásica era viuda, buitre, pero
la actual es viuda, buitre; para Calderón,
a) acentuados; la pronunciación era desahucia, con hia-
b) indiferentes. to, mientras que actualmente es con dip-
tongo.
2. Si el acento de intensidad recae en 2. Según Navarro Tomás (1980: 158-
la vocal abierta, se llama hiato normal; si 159), «La tradición etimológica hace fre-
recae en la cerrada, hiato inverso, y si es cuente el hiato en suave, anual, santuario,
inacentuado, hiato indiferente. cruel, tiara, prior, embrión, piano, gorrión,
3. En los hiatos normales, la acentua- biombo, miasma, avión, arriero, hiato,
ción (y la tilde, en su caso) recae en la vocal acuoso, fastuoso, tortuoso, etc., y en los
abierta, y en los inversos, en la cerrada. La compuestos maniobra, boquiancbo, cari-
forma del hiato normal constituido por harto, cuellialto, triángulo, trienio, diecio-
una vocal abierta tónica y una cerrada cho, veintiocho, etc. = La analogía favorece
átona no existe en español. Los hiatos el hiato, especialmente en las formas ver-
indiferentes carecen de acento de intensi- bales, cuando dentro del mismo verbo de
dad y, por consiguiente, también de tilde que se trata hay casos en que las vocales i,
(→ c. 2.3). Esto quiere decir que puede u, llevan acento fuerte: fiar, fianza (fían);
haber hiato sin necesidad de pintar la tilde, guiaba (guía); liamos (lías); piando (pían);
como en re.u.nir, a.u.nar, re.hi.lar, di.u.re.- criado, crianza (crían); acentuar (acentúo);
sis, o bien pintándola en la vocal abierta actuamos (actúan), etc. Ocurre también
(→ 2.2.2.1c). entre los nombres: diario, diana, diurno,
dieta (día); brioso (brío); riada (río); viaje
2.2.2.3. Inestabilidad de diptongos (vía)» (→ 4.3.2.5-2). Por el contrario, hia-
y hiatos . 1. Por razones etimológicas tos como baúl, país, bilbaíno se pronun-
unas veces, de uso otras y aun de versifica- cian popularmente como diptongos: bàul,
ción, hiatos pasan a diptongos y viceversa. pàis, bilbàino. Rosenblat (1960: 308-312)
En muchos casos resulta ciertamente difícil menciona la palabra boina, pronunciada
decidir si un grupo vocálico forma hiato o en muchos lugares boina, pronunciación
2.2.3.1. GRUPOS VOCÁLICOS 113
5. Los dígrafos ch, gu, ll, qu, rr son cabal [cursiva mía]». Casares (1952: 94)
indivisibles en español (→ 3.3.2-6). se pregunta por qué la Academia concede
6. Tanto la OLE99 (p. 84) como el ese «privilegio» a la partícula des y no a
dpd 05 (s. v. guión1 o guión, § 2.8) dicen otras como bis, cis, sub, etcétera. Además,
que las abreviaturas y las siglas no se según el mismo autor, la norma no puede
dividen nunca a final de renglón. A este aplicarse en palabras como des- / asosiego,
respecto, → 5.2.10-3. des- / almado, des- / atiento, puesto que ni
7. En relación con la división de pala- asosiego ni almado ni atiento existen co-
bras escritas en otras lenguas, extrañamen- mo palabras independientes. En cuanto a
te dice la Academia (ole 99, 84; dpd 05, nos- / otros, vos- / otros, es- / otros, queda
s. v. guión2 o guión, § 2.7) que es preferible claro que la división etimológica no respeta
no dividirlas, «a no ser que se conozcan la primera regla académica, por cuanto,
las reglas vigentes para ello en los idiomas como dice Casares (1952: 95), «la primera
respectivos». Resulta extraño, ciertamente, sílaba de no-so-tros es no y no nos». Ante
que la Academia haga esta recomendación, estas confusiones, la 24.a de las normas
cuando los textos normativos ortográficos académicas de 1959 preceptúa: «[...] cuan-
que ella ordena tienen que ver con el espa- do un compuesto sea claramente analizable
ñol, no con las demás lenguas. Por lo de- como formado de palabras que por sí solas
más, es atendible su recomendación, pese a tienen uso en la lengua, o de una de estas
que los idiomas extranjeros normalmente palabras y un prefijo, será potestativo
no la tengan en cuenta cuando escriben en dividir el compuesto separando sus com-
español. ponentes, aunque no coincida la división
con el silabeo del compuesto»; es decir, que
3.3. Métodos de división de palabras. podrá dividirse no- / sotros o nos- / otros,
Hay en español dos métodos para dividir de- / samparo o des- / amparo. La nueva
palabras; uno, aplicable solo a las com- norma, por un lado, generaliza la separa-
puestas, se denomima división etimológica ción de componentes «claramente anali-
(→ 3.3.1); el otro, aplicable a las simples zables», con lo que amplía la vieja norma
en todos los casos y a las compuestas como aplicable solamente a la partícula des y a
alternancia a la división etimológica, se de- nos, vos, es + otros y, por otro, permite
nomina división silábica (→ 3.3.2). dar tratamiento de palabras simples a to-
das las compuestas, como alternancia en
3.3.1. División etimológica. 1. La di- la división de compuestos. Tal vez habría
visión etimológica es la que se aplica a las sido preferible, para simplificar las cosas y
palabras compuestas cuando se dividen se- mantener una coherencia normativa, hacer
parando sus componentes, de manera que buena la vieja doctrina académica de que
el primero quede a final de línea y el segun- las palabras, sean simples o compuestas,
do pase al principio de la línea siguiente. se dividen por sílabas cabales. De hecho,
La grae (1959: 489) dice: «Las voces com- esto es lo que admite ahora la Academia
puestas de la partícula des y otra voz se cuando escribe (OLE10, 403): «[...] el cri-
han de dividir sin descomponer dicha par- terio que preside la división de palabras a
tícula; como en des-ovar, des-am-pa-ro», y final de línea toma la sílaba como unidad
«Nos-oíros, vos-otros, es-otros se dividen de referencia, de manera que, como norma
también separando de las dos últimas general, no debe colocarse el guión entre
sílabas las primeras, nos, vos, y es», ello letras pertenecientes a una misma sílaba.
a pesar de que la primera de las reglas de La integridad de la sílaba gráfica a la hora
división de palabras de la misma grae dice de dividir las palabras con guión de fi-
que «Cuando al fin del renglón no cupiere nal de línea tiene como objetivo que la
un vocablo entero, se escribirá solo una lectura de los fragmentos en que queda di-
parte, la cual siempre ha de formar sílaba vidida la palabra sea lo más natural posible
118 3.3.1. DIVISIÓN ETIMOLÓGICA
y no resulte forzada». Esto es exactamente intención del autor; ¿y por qué no dejar
lo que mantengo. que lo sea el lector?
2. La división etimológica presenta gra- 4. Los compuestos cuyo precomponen-
ves inconvenientes, por lo que, puesto que te va seguido de s más otra consonante se
la regla académica lo permite, debería de- dividen siempre por la frontera silábica
secharse por las siguientes razones: española, no por la etimológica; así, cons-
tar, inspirar, obstar, perspicacia se dividen
a) atenta contra la pronunciación; en cons- / tar, ins- / pirar, obs- / tar, pers- / pi-
efecto, aunque sub-, por ejemplo, cada, Lo mismo se aplica a otros precom-
sea claramente analizable como pre- ponentes y poscomponentes como en las
componente, si se divide sub- / ofi- palabras timolftaleína, tungsteno, ortogna-
cial, se atenta contra la prosodia, to, plectóptero, cuyas divisiones son, res-
pues lo que debe pronunciarse es pectivamente, timolf- / taleína, tungs- / te-
su-bo-ficial y no sub-oficial; no, ortog- / nato, plectóp- / tero. Hay, sin
b) lleva a algunas personas a tener embargo, ciertos problemas que la Acade-
por correctas divisiones como mia no prevé. Por ejemplo, la división de
arz- / obispo, pen- / ínsula, arc- / án- palabras como antipsiquiatría, parapsico-
gel, rect- / ángulo, eur- / asiático, logía, prepsicótico, dismnesia es problemá-
ab- / usar, pan- / orama, hidr- / óxi- tica, y en general puede decirse que, acaso
do, ex- / acto, etcétera, que son in- por no hallarse tan lexicalizadas como
correctas, pues ninguna de esas par- las anteriores (la conciencia de sus com-
tículas es «claramente analizable». ponentes está aún muy viva en el lector),
no le son aplicables aquellas considera-
En relación con este tema, véanse las opi- ciones; por ejemplo, parecen inadmisibles
niones de Morato, 1933: 362; Casares, divisiones como antip- / siquiatría, prep- /
1952: 94-95; Polo, 1974: 163; Carnicer, sicótico, parap- / sicología, dism- / ne-
1977: 135; Rosenblat, 1974: 61, favo- sia; por la razón aducida, las divisio-
rables a la división silábica de las voces nes correctas, como excepción a la re-
compuestas y contrarias a las que se han gla, son anti- / psiquiatría, para- / psi-
expuesto anteriormente. cología, pre- / psicótico, dis- / mnesia
3. En algunas palabras como desarro- (→ 1.3.17.2.2). Compárense con voces
llar, desarrollo, desechar, desecho, desem- como polidipsia, relapso, autopsia, cu-
peñar, desentrañar, desalar, que tienen más yas divisiones separan, correctamente, la
de una acepción, en una de las cuales el p de la s.
precomponente des indica acción contraria 5. Hay, sin embargo, un grupo de pre-
a la del poscomponente, algunos autores componentes terminados en consonante
(Ramos Martínez, 1963: 99-100, y Basul- que, por necesidades de fonética, deben
to, 1978: 21-22) son partidarios de matizar separarse de sus poscomponentes en la di-
con el guión silábico a cuál de las acepcio- visión de palabras. Son los siguientes:
nes se refiere el autor. En realidad, como
en tantos otros casos, el significado de a) cuando los prefijos ab- y sub- van
las palabras lo da el contexto, por lo que seguidos de un poscomponente que
divisiones de este tipo no valen la pena, empieza por l, esta letra se mantiene
y aun pueden ser peligrosas, como indica como cabeza y no como coda silá-
Polo (1974: 166), «por los muchos errores bica. Navarro Tomás (1980: 177)
que se cometerían»; además, como esa cita solamente sublunar y el Esbozo
división la establecerían los tipógrafos (al (1973: 46), sublunar y sublingüitis,
autor puede no caerle la palabra a final de pero existen otras, como ablactar,
línea, con lo que no indicará qué división ablactación, ablegado; sublingüi-
prefiere), serían estos los intérpretes de la tis, sublengua, sublacustre, sublejía,
3.3.2. DIVISIÓN SILÁBICA 119
silábica española (→ 2.1.1). Para ello de- norma ortográfica (con la importancia que
ben tenerse en cuenta las reglas siguientes: cada cual quiera atribuirle). Finalmente,
1. Los diptongos y triptongos for- debe considerarse que la división de pala-
man una sola sílaba y, por consiguien- bras a fin de línea es un recurso obligado,
te, son indivisibles a final de línea o en tipografía y en parte en mecanografía,
renglón: ca- / lien- / te, san- / ti- / guáis, para justificar la línea (no para cuadrar la
vein- / tiu- / no, pun- / tia- / gu- / do, ca- / página, que es cosa bien distinta), recurso
ria- / con- / te- / ci- / do, sub- / si- / guien- / obligado, pero no deseable, y de aquí que
te, pre- / fie- / ro. dividir una palabra por una sola letra sea
2. Los hiatos, cualquiera que sea su innecesario y también antiestético, por lo
formación, son igualmente inseparables que no está justificado en ningún caso.
a fin de línea en palabras simples o de- 4. Si la palabra que hay que dividir
rivadas (en las compuestas puede ser ne- contiene una h intercalada precedida de
cesario separarlos; → 3.3.1-6): acae- / cer, consonante, la Academia manda dejar la
poe- / ta, ele- / gía- / co, deíc- / tico, consonante a final de línea y pasar la h a
ar- / naú- / te, je- / sui- / ta, lie- / mos, la siguiente. Dice así la orae (1974: 38):
ria- / da, son- / rien- / tes, die- / cio- / cho. «Cuando al dividir una palabra por sus sí-
3. Cuando una vocal forme sílaba por labas haya de quedar en principio de línea
sí misma al principio o al final de una una h precedida de consonante, se dejará
dicción, no puede dejarse aislada a final o esta al final del renglón y se comenzará
a principio de línea; son, pues, incorrectas el siguiente con la h: al-haraca, in-huma-
estas divisiones: a- / labar, e- / dulcorar, no, clor-hidrato, des-hidratar». La OLE99
i- / diota, o- / fuscar, u- / lular, ide- / a, (p. 83) confirma la norma al establecer:
desafí-/ e, efectú- / o. Rosenblat (1974: «Cuando la palabra contenga una h inter-
62) no está de acuerdo con esta norma, calada precedida de consonante, el guión
que la Academia recoge en la orae (1974: se colocará siempre delante de la h, tratán-
38): «Cuando la primera o la última sílaba dola como principio de sílaba. Ejemplos:
de una palabra fuere una vocal, se evitará des - hidratar, in - humano». Esta norma,
poner esta letra sola en fin o en principio no prevista por la grae , fue introducida en
de línea» (v. ole 99, 88, § 5.12c). Pese a las nuevas normas de 1959 a petición de
ese tímido «se evitará» (que no se sabe Casares (1952: 96), con objeto de evitar
bien si es imperativo o mera recomenda- a principio de línea grupos consonánticos
ción) donde debería haber sido más firme, inexistentes en español: lh, nh, rh, sh, etcé-
Rosenblat dice: «Esa regla es tipográfica, tera. Como dice Carnicer (1977: 136), «si
pero no puede ser ortográfica. Nosotros no bien la h no representa sonido alguno, eti-
vemos ningún inconveniente en infringirla mológicamente pertenece a lo que sigue al
(a-sesino, a-jedrez, etc.), y nos parece que guión». Sin embargo, la solución adoptada
ello contribuiría a cuadrar más fácilmente para estos casos lleva en sí la comisión de
la página, y en las copias a máquina evi- otro error ortográfico, por cuanto se atenta
taría en parte el horripilante guión que la contra la regla de dividir las palabras por
mecanografía comercial ha inventado para sílabas cabales (→ 3.3.1-1) y en conse-
el final de la línea, contra todas las normas cuencia conspira contra los principios de
ortográficas». No se comprende bien el la prosodia. Ya Navarro Tomás (1980:
reparo del ilustre lingüista. Ciertamente, 174) decía que en las palabras que em-
no existe ningún inconveniente en infrin- piezan por las partículas ab-, ad-, en-, in-,
gir esta norma, pero en el mismo caso se des-, sub-, nos-, «aunque en la escritura, al
encuentran las demás normas ortográfi- dividir línea, sea costumbre representarla
cas. Por ejemplo, se puede escribir vurro, etimológicamente unida a la vocal anterior,
jeneral, orror, hamable, etcétera, sin que in-oportuno, des-obediencia, nos-otros, en
suceda nada fuera del hecho de faltar a una la pronunciación [la consonante final de
3.3.2. DIVISIÓN SILÁBICA 121
vocales no impide que estas formen dipton- divisiones he- / lada, ha- / rina, he- / rede-
go: de-sahu-cio, sahu-me-rio» (→ 4.3.3). ros (donde se ve que la h ejerce función de
La norma, destinada a implantar la tilde consonante gráfica), da como incorrecta
en los hiatos cuando la h ejercía esta fun- la división almo- / hada (→ 3.3.2-4). No
ción, tiene repercusiones en la división de parece que exista coherencia entre ambas
palabras, aunque tal vez no fuera esta la normas, que más bien parecen contradic-
intención de la Academia al dar la regla. torias. En los casos en que la h intercalada
En efecto, si la h intervocálica no impide se encuentra entre vocales que formen
el diptongo, ello quiere decir que, cuando hiato, la división por la h debe permitirse,
se halle entre dos vocales que lo formen, con objeto de resolver los problemas de
la palabra no puede dividirse por él, pese división y espaciado que constantemente
a su presencia (pues, desde este punto de se presentan en la composición de textos,
vista, como desde el de la atildación, la especialmente cuando la medida es corta.
h ya no es hiática). Si, según las reglas 6. Los componentes de dígrafos
fundamentales de división (→ 3.2-3), no no pueden separarse al final de línea:
pueden dividirse palabras como ca- / usa, co- / che, ca- / llar, ca- / rro, la- / gui- / to,
ba- / ile, co- / ima, sino cau- / sa, bai- / le, mez- / qui- / ta.
coi- / ma, tampoco deben ser correctas 7. Hay en español, sin embargo, grupos
divisiones como sa- / humado, pro- / hi- consonánticos que pueden presentar pro-
bir, desa- / hucio, carbo- / hidrato, sino blemas de división a final de línea, como
sahu- / mado, prohi- / bir, de- / sahu- / cio, los que se analizan seguidamente.
carbohi- / drato. A mayor abundamiento, 7.1. -bl-. → 3.3.1-5; 1.3.2.4.1-1.
la división desa- / hucio obligaría práctica- 7.2. -br-. → 3.3.1-5; 1.3.2.4.1-2; 1.3.19.1-
mente a leerla con hiato por la separación 1.2.1.
física de los componentes de la sílaba. 7.3. -dr-. → 3.3.1-5; 1.3.19.1-1.2.1.
Tampoco deberían ser correctas divisiones 7.4. -ll-. → 1.3.12.1.
como pro- / híbo, sa- / humo, de la misma 7.5. -rr-. En vocablos compuestos pue-
manera que no se divide ca- / ido, sino den darse tres casos:
caí- / do; en este sentido, mohín es palabra
indivisible (→ 4.9). En resumen: para la a) que el prefijo acabe en vocal y el
división de palabras, la h intercalada debe- poscomponente empiece con r-;
ría considerarse inexistente. Sin embargo, b) que el prefijo acabe en -r y el pos-
la Academia admite divisiones como he- / componente empiece con r-;
lada, ha- / rina, he- / rederos (v. ole 99, 88, c) que el prefijo acabe en -r y el pos-
§ 5.12c), pese a que a un lado del guión componente empiece con vocal.
queda solo una letra pronunciable, ya que
la h es muda. El mismo principio puede 7.5.1. Cuando el prefijo acaba con vo-
aplicarse a divisiones como co- / hombro, cal y el poscomponente empieza con r-, es-
almo- / hada, pro- / hombre, pro- / hemio, ta letra se duplica al formar el compuesto;
pese a que no puedan dividirse esas vocales así, contrarrevolución (de contra- y revolu-
cuando no está presente la h: *po- / eta ción), infrarrojo (de infra- y rojo), semirrí-
(→ 3.2-3). Si estas divisiones estuvieran gido (de semi- y rígido), virrey (de vi- por
prohibidas, los problemas de división de vice- y rey), vicerrector (de vice- y rector),
palabras y de regularidad del espaciado se ultrarrápido (de ultra- y rápido), pararra-
multiplicarían en la práctica, por lo que es yos (de para- y rayos), etcétera. La norma
admisible contar la h como una consonan- la expone así la orae (1974: 21): «Las
te gráfica (solamente entre vocales que no voces compuestas cuyo segundo elemen-
rompan sílabas) y obrar en consecuencia. to comienza con r se han escrito en otro
Sin embargo, el dpd 05 (s . v . guion2 o tiempo sin duplicar esta letra; pero en tales
guión, § 2.3), que da como correctas las vocablos es obligatorio emplearla doble
3.3.2. DIVISIÓN SILÁBICA 123
para facilitar la lectura; v. gr.: andarríos, puestas no puede devolverse a cada uno
contrarréplica, prorrata, vicerrector». Co- de sus componentes la grafía que tienen
mo se dice en el párrafo 1.3.19.1-5, la como elementos aislados; así, de la misma
propia Academia preceptuaba, ya en la pri- manera que la división de Hispanoamérica
mera edición de su Orthographia (1741), es Hispano- / américa y no Hispano- / Amé-
grafías como prerogativa, prorogar al igual rica, la de infrarrojo es infra- / rrojo y no
que mani-roto, cari-redondo. Sin embar- infra- / rojo.
go, cuando menos desde 1885, prescribe 7.5.2. Cuando se trata de compuestos
en todos los casos la duplicación de la r, cuyo primer componente acaba en -r y el
ya que el mismo texto citado, sin el ejem- siguiente comienza con la misma letra, los
plo de vicerrector, figuraba en la pági- problemas son también importantes. Se
na 361 de la edición de 1885 de la trata de palabras como estatorreactor (de
grae , según hace constar Rosenblat (1951: estator y reactor), interrelación (de inter- y
cxxxi). La norma ortográfica actual de la relación), superrealismo (de super- y rea-
Academia, que establece la escritura sin lismo), hiperreflexia (de hiper- y reflexia),
guión y duplicando la r, es la única cohe- etcétera. Según Ramos Martínez (1963:
rente y concorde con la fonética. Sin em- 97), «En este caso, cada una de las partes
bargo, no pocas personas (más cuanto más de que consta la palabra debe conservar
cultas) tienden a escribir estos compuestos su letra, como inter, hiper, preposiciones
sin duplicar la r al dividirlas separando sus inseparables, y así habrá que dividir: inter-
elementos componentes; así, aunque es- -relación, hiper-reactivo, hiper-resonancia,
criban normalmente contrarrevolución, al hiper-resistencia». Por su parte, Basulto
dividirla tienden a escribir contra- / revo- (1978: 20) dice: «Un caso especial presenta
lución, grafía a todas luces errónea, puesto la rr cuando está formada por la r final
que la palabra que se somete a ese requisito de un prefijo y la r inicial de la palabra
no se escribe contrarevolución (como se siguiente (interrelación, superrealidad, hi-
escribe careta), sino con r duplicada: con- perreactivo, hiperresonancia): es preciso
trarrevolución (como carreta), y la división hacer siempre la separación entre los dos
silábica debe hacerse respetando la grafía elementos (el prefijo y el vocablo) y no
integral del compuesto: contra- / rrevolu- tener en cuenta la formación de la sílaba;
ción. Como dice Basulto (1978: 22), con inter-relación, super-realidad, hiper-reac-
razón: «No advierten [quienes piensan tivo, hiper-resonancia». Lo mismo opina
que “queda mal” escribir rr a principio de la Academia en el dpd 05 (p. 326, 2.6a).
línea] que el corte de palabra al final de Maticemos estas aseveraciones: al juntar
renglón es puramente mecánico, como si los dos elementos constituyentes de la
el vocablo se quebrara en dos, y que cada palabra compuesta, la erre final del pre-
porción debe escribirse tal cual está». Es fijo y la erre inicial del poscomponente
decir, se utiliza un guión lineal, el que sirve se funden en un nuevo signo, rr, que en
para dividir cualquier clase de palabras español es indivisible (→ 3.2-5); por esta
(simples, derivadas y compuestas), y no un razón no puede aplicársele el principio de
guión léxico o morfológico, que sirve para división etimológica, ya que ello iría con-
unir términos compuestos. Sin embargo, tra una regla de mayor rango, pues afecta
quien utilizara una grafía con guión léxico a la fonética: por un lado, divide física y
(por ejemplo, contra-revolución, pese a fonéticamente un dígrafo que, por ser tal,
ser incorrecta), si este coincidiera a final es indivisible, y en segundo lugar, confiere
de línea con el guión lineal, habría de a la rr mayor número de vibraciones del
reflejar esta grafía: contra- / revolución, que le corresponde: r-rr. Hay que tener en
pero es un caso distinto de quien escribe cuenta que no se lee hiperreacción como
correctamente contrarrevolución (→ 4.9). hipermercado. Por consiguiente, la única
En conclusión, al dividir palabras com- división correcta de este tipo de palabras es
124 3.3.2. DIVISIÓN SILÁBICA
obliga a pronunciarlas de un modo deter- separación cada cual lo leerá como acos-
minado, mientras que el separarlas en la tumbre.
escritura implica el pronunciarlas también 7.7. -tr-. → 3.3.1-5.
separadamente». Por su lado, la ole 99 7.8. -x-. Como dice el Esbozo (1973:
(p. 84, n. 53) dice, al referirse a la división 133), «La letra x es la única del alfabeto
a final de línea de palabras con dos con- que trascribe un grupo de dos fonemas
sonantes seguidas: «En América, Canarias /ks/. Cuando aparece en posición intervo-
y algunas áreas peninsulares, la secuencia cálica, el primer fonema es coda silábica
tl forma grupo inseparable (se pronuncia, y el segundo cabeza de la sílaba siguiente:
por ejemplo, a-tlas). En otras zonas de luxación /luk.sa.θión/ [...]». Atendiendo a
España tiende a producirse corte silábico esta peculiaridad, Melús y Millá (1940: 82)
entre las dos consonantes (se pronuncia at- decían: «No se dividirán las palabras junto
-las)». Y lo deja ahí, sin inclinarse por una a la x cuando esta letra va entre vocales:
u otra solución. El dpd 05 (p. 326, 2.6c), ma-xilar, pro-ximidad, refle-xivamente. =
que con tanto acierto ha sabido resolver Haciendo estas particiones quedaría alte-
algunos de los problemas que la Academia rado el sonido de la x, que en estos casos
ha venido cultivando, en esta ocasión se es cs (macsilar) y no ch (prochimidad)». A
lava las manos y ofrece una solución que esto responde Fernández Castillo (1959:
no es de recibo. Después de decir que en 68): «[...] no veo razonable prohibir tal
la mayor parte de la península ibérica y partición, pues si nos basamos en que al
en Puerto Rico se separan esas letras en la estar compuesta de dos sonidos no se pue-
pronunciación (at - las, at -le - ta) y que en de pronunciar la k al final de línea y la s al
Hispanoamérica, especialmente en Méxi- principio, en el mismo caso o peor aún se
co, así como en Canarias y algunas áreas encuentran las pocas palabras que, como
peninsulares, este grupo es inseparable xenófobo, empiezan todavía por x. ¿Qué
(tla - co - te, cen - zon - tle), añade: «Te- haremos en este caso? ¿La uniremos a la
niendo en cuenta estas diferencias, el grupo palabra anterior?». Cuervo (1954: i, 940)
tl podrá separarse o no con guión de final no encontraba inconveniente en silabear
de línea dependiendo de si las consonantes cone-xión, a-xioma, «supuesto que la x
que lo componen se articulen en sílabas inicial nada tiene de contrario a nuestra
distintas o dentro de la misma sílaba: pronunciación [...]». Por su parte, Polo
at- / leta, atle- / ta». La Academia pierde (1974: 167) es asimismo partidario de que
aquí de vista el hecho de que se escribe la x, cuando de forma natural le corres-
para los lectores, no para el escritor; por ponda, pueda iniciar línea, sin tener en
consiguiente, no se trata de que el escritor cuenta el doble fonema: «Obviamente, no
pronuncie así o asá, sino de cómo espera la cabe partir a ese grafema en dos: se divide
mayoría de los lectores ver escrita la pala- como si fuera s [...]: ta-xí-me-tro; lo cual va
bra en función de su pronunciación. Como muy en consonancia, por otra parte, con el
esto es imposible, porque ya se ha visto que hecho fonético x/s en extraordinario, exce-
las pronunciaciones se dividen entre gran- dente, etc. [...]». Es decir, que puesto que
des zonas del mundo hispanohablante, hay la x anteconsonántica suena s (→ 1.3.25a),
que buscar una solución intermedia: escri- estas divisiones deben considerarse nor-
bir siempre -tl- sin separación y que cada malmente correctas.
lector pronuncie el conjunto consonántico
como tenga por costumbre. Porque, escrito 3.3.3. División ortotipográfica. La di-
t-l o tl, siempre habrá un grupo de lectores visión de palabras a fin de línea en textos
que no lo usen así. A la postre, cuando el justificados, cuando por no caber enteras
grupo -tl- no cae a final de línea, su lectu- deben partirse por un lugar determinado y
ra depende de las preferencias personales pasar el resto a la línea siguiente, comporta
del lector. Así pues, escribiendo -tl- sin problemas desde el punto de vista ortoti-
126 3.3.3.1. GENERALIDADES
pográfico, aspecto que escapa a la división textos autoeditados debe revisarse siempre
usual de palabras (etimológica y silábica) la partición para establecer la que acepta-
que hemos analizado anteriormente. mos y la que no. Por ejemplo, no es raro
que un ordenador pueda partir ca- / ido,
3.3.3.1. Generalidades . En los ma- po- / eta, claramente incorrectas, o bien
nuales que tratan aspectos de la ortografía des- / animado, nos- / otros, divisiones que,
aplicada a la tipografía, especialmente aunque admitidas por la Academia, nos
Fábregues y Saavedra (1933: 68-69), Mo- parecen inapropiadas. En estos casos se de-
rato (1933: 46-47), Melús y Milla (1940: be intervenir en el texto y resolver manual-
82-84), Martínez Sicluna (1945: 89-90), mente estos problemas. Tampoco es difí-
Fernández Castillo (1959: 68), Martínez cil que el ordenador no divida una palabra
de Sousa (1981: 82 ss.) se incluyen algunas que no está en su diccionario de particio-
normas prácticas de las que no suelen ha- nes. Por ejemplo, fotocomposición. En un
cerse eco la Academia ni los restantes trata- caso así, la irregularidad se descubre por-
distas de la ortografía, con la excepción de que la línea anterior queda muy espaciada,
Polo (1974: 162 ss.). Quienes en sus ma- ya que el ordenador, por falta de normas,
nuales procuran esquivar el escollo de lo no divide esa palabra. La solución también
ortotipográfico (en parte porque requiere es manual, mediante las normas del propio
un estudio independiente de lo ortográfico programa. Por supuesto, no es probable
usual, desde luego) olvidan que la ortogra- que el ordenador aplique una serie de
fía que el escribiente normal practica es, en normas de partición que los tratadistas ti-
medida bastante considerable, un trasunto pográficos consideran convenientes. En al-
de la que ve aplicada en los textos impresos gunos casos, sin embargo, tales problemas
(libros o publicaciones periódicas), aunque están previstos en el programa, por lo que
en muchos casos desconozca la regla. deben conocerse los mecanismos por los
2. Como se ve, algunos de los autores cuales podemos resolverlos. Por ejemplo, el
citados son tan antiguos que no pudieron compositor del texto puede establecer en
prever la entrada en la tipografía de nuevos el programa la división de palabras de cua-
sistemas de composición (como la fotocom- tro o más letras, o bien el número máximo
posición primero y la autoedición después) de guiones seguidos a fin de línea.
que han obligado a recapacitar sobre la
aplicabilidad hoy día de ciertas normas tra- 3.3.3.2. Reglas ortotipográficas en
dicionales de la tipografía clásica. Cuando la división de PALABRAS. 1. Según una
el compositor manual o linotípico llegaba vieja regla tipográfica, no se debe dejar a
al fin de la línea, se paraba a pensar cómo principio o fin de línea una sílaba que esté
resolvía la división de una palabra proble- constituida por letras enlazadas o ligadas,
mática. Hoy, en autoedición, esta función llamadas politipos o logotipos; es decir,
fundamental de la composición de textos aquellas que forman un solo cuerpo, como
justificados se realiza automáticamente, ff, fi, fi; por ejemplo, fi- / losofía, Amal- / fi
por medio de las normas de partición que (v. Morato, 1933: 46; Melús y Millá, 1940:
llevan todos los programas informáticos de 82; Martínez Sicluna, 1945: 89). Según
composición y compaginación. Sin embar- Ramos Martínez (1963: 89), para poder
go, puede darse el caso de que el programa dejar estas sílabas a fin de línea habría que
no esté bien diseñado y presente fallos, o «desatarlas», o sea, escribir fe i separadas,
bien que la división preferida por el pro- no enlazadas. La razón de esta norma pare-
grama, de dos o más posibles y correctas, ce ser la de no dejar una sola letra aislada a
no nos guste. A veces esto tiene solución fin o principio de línea: a- / mable, pose- / o.
prevista en el programa, pero en otros ca- Pero, realmente, el caso no es el mismo,
sos tal vez la solución haya de ser manual. cualquiera que sea la forma de presentar
En cualquier caso, en la corrección de los este tipo de letras (enlazadas o sueltas), ya
3.3.3.2. REGLAS ORTOTIPOGRÁFICAS EN LA DIVISIÓN DE PALABRAS 127
que fi es una sílaba formada, en la escritura, prohibición aludida: «[...] debe eludirse
por dos grafemas, no una letra. Además, en la división de palabras cortas de solo dos
composición tipográfica con medidas muy sílabas (o cuatro letras): pa-ra, vi-da».
cortas y con cuerpos grandes, tal división Desde luego, enunciarlo como palabras
es en muchos casos obligada debido al es- de cuatro letras y palabras de dos sílabas
paciado. A mayor abundamiento, no se ve es bien distinto: una palabra de cuatro
la diferencia entre fi formado por una f y letras tiene igualmente dos sílabas, pero
una i separadas y fi en un solo bloque; si la no todas las palabras de dos sílabas tienen
división es correcta en un caso, debe serlo solo cuatro letras: por ejemplo, trompar
también en el otro. Por consiguiente, esta tiene dos sílabas, pero siete letras; estas
norma debe darse por superada. Melús y son claramente divisibles sin problemas,
Millá (1940: 82) la hacían extensiva a las e incluso trasdós, con seis letras, y sedal,
sílabas que ocupan poco espacio: li- / beral, con cinco. El problema, pues, son las
par- / tí, comúnmen- / te, a las que podrían palabras de dos sílabas con cuatro letras;
añadirse ai- / rey otras semejantes. Este as- por supuesto, las que llevan ch, ll o rr,
pecto solo valdría la pena tenerlo en cuenta como choza, llave o corro, son perfecta-
cuando se compone con cuerpos pequeños mente divisibles. Nos quedan, pues, voces
a medidas largas, pero en medidas cortas como cero, como, paso, etcétera. En este
crea más problemas que los que resuelve. sentido, Martínez Sicluna (1945: 88) dice
Dicen los mismos autores (p. 83): «Son de que si la medida es excesivamente corta,
mal gusto las particiones siguientes: au- tal división es admisible. Falta, pues, un
-mentar, ép-silon, et-cétera, ex-citar, ob- solo paso para declararlas divisibles en su
tener»; se observa que casi todas son síla- totalidad. En fotocomposición solía apli-
bas trabadas (formadas por núcleo y coda), carse la siguiente regla: si a final de línea
pero la norma general es dividir las pala- caben tres letras (cal- / do, fal- / da, car- /
bras por sílabas, sin que se explicite qué do), la división se considera correcta. Sin
clase de sílabas (solo están explícitamente embargo, no parece que hubiera especial
prohibidas las de una letra: a- / mable, inconveniente en que el caso se diera a la
po- / eta, pose- / o); por consiguiente, no inversa: ca- / lor, va- / por, sa- / lir, porque
se ve razón para mantener esta norma si do y da del caso anterior pueden quedar
(que los autores citados basan en el «mal a principio de línea, no se ve por qué no
gusto», cuestión subjetiva), ya que si bo- / pueden quedar también a final de línea
tánico está bien dividida, ob- / tener tam- ca, va y sa. Y, resumiendo los dos casos, si
bién lo debe estar. do y da son correctas a principio de línea
2. Otra vieja norma tipográfica dice que y ca, va y sa lo son a final, ¿por qué no
no deben dividirse palabras de solo cuatro habría de poderse dividir ca- / ma, le- / va,
letras. Según Ramos Martínez (1963: 89), so- / lo?; no es exactamente el mismo caso,
si en una de esas palabras entran letras ciertamente, puesto que anteriormente las
dobles (es decir, dígrafos) como ch, ll y rr palabras tenían cinco letras y ahora solo
(o gu, qu, que no menciona), tales palabras cuatro, pero para los efectos estéticos (si
son divisibles; sin embargo, la ll puede ser ese es el problema) las consecuencias son
un politipo, como lo puede ser fi en flora, las mismas: en ambos casos quedan sílabas
y en este sentido serían también, según la de dos letras a un lado y otro del guión
norma, indivisibles (→ 3.1.3.2-1). Melús lineal. Parece, pues, que no se debe hilar
y Millá (1940: 81) son taxativos: «No se tan fino en un terreno por lo demás lleno
partirán las voces de cuatro letras: co-mo, de constantes escollos. En textos compues-
mo-co, cha-có, co-cha, lle-va, va-lle, ro-ca, tos en medidas largas y con cuerpos más
ca-rro)». Ya se ve que los criterios de los o menos pequeños, tal norma prohibitiva,
autores mencionados son contradictorios. aplicada solo a las palabras de cuatro le-
Morato (1933: 46) matiza un tanto la tras, puede tenerse en cuenta, pero en me-
128 3.3.3.2. REGLAS ORTOTIPOGRÁFICAS EN LA DIVISIÓN DE PALABRAS
didas cortas no vale la pena, y en muchos tición de palabras cuando queda la r suave
casos será división obligada. Por lo demás, a principio de línea, basándose en que,
los programas de composición y compagi- establecida la forzosa pausa, es tan impro-
nación en autoedición permiten definir el nunciable como a principio de palabra; por
mínimo de letras de una palabra para ser ejemplo, pano-rama. También he conocido
dividida. Creo que elegir la división de las seguidores de esta teoría, como la de la x
palabras de cuatro letras permite mantener [es decir, no dividir palabras por esta letra,
un espaciado regular y sin grandes blancos, ya que no sería posible, entonces, leer a un
lo cual favorece grandemente la estética y lado la k y al otro la s que intervienen en
regularidad de la página. esa letra (→ 3.3.2-7.8)]. Pero ¿adónde iría-
3. Melús y Millá (1940: 83) introducen mos a parar con tanta prohibición y tanto
esta norma: «A continuación de punto veto? Tanto en el caso de la x como en el de
y seguido no se dejará a final de línea la r, nadie encuentra dificultad, pues sabido
ningún vocablo o sílaba que tenga menos es que la primera es generalmente pronun-
de tres letras: A, E, I, O, U, La, El, Ni- ciada como s, y que respecto de la r sencilla
cotina), Úl-(cera)». En general, es una la mente va más de prisa que la vista y la
norma a todas luces arbitraria, incluso adivina y pronuncia, por decirlo así, sin
para la época en que el libro de referencia dificultad alguna». Deséchense, pues, esas
fue escrito. Podría aceptarse la prohibición seudonormas que solo sirven para crear
de escribir una sola letra (la I, en cualquier nuevos problemas.
caso, nunca aparecería, al menos en textos 5. También recomiendan los referidos
en español), pero en el caso de una sílaba tratadistas (Melús y Millá, 1940: 84) evitar
como La, El, Ni-, Úl- no hay razón para la partición de palabras con rr intervocáli-
prohibirlas. Y por lo que respecta a una ca precisamente por esta letra: ca- / rretera,
sola vocal (A, E, O, U), parecen suficiente- desa- / rrollo, de- / rrota. La razón de esta
mente anchas como para ocupar el mismo prohibición es precisamente la contraria
espacio que ocuparía la sílaba fi, y si esta de la analizada en el apartado anterior:
se permitiría (→ 3.1.3.2-1), ¿por qué no evitar que aparezca a principio de línea
estas letras? Por otro lado, suelen ser más una letra que nunca comienza palabra en
importantes los problemas de espaciado el español actual. Pero no se trata aquí del
que se producirían a consecuencia del mismo problema que exponía Casares en
cumplimiento de la norma que la «irregu- relación con grupos consonánticos impro-
laridad» misma. pios del español (como sh, rh, etcétera, a
4. Recomiendan asimismo Melús y Mi- principio de línea), pues esos grupos pre-
llá (1940: 82), seguidos por Martínez suponen pronunciaciones inexistentes en
Sicluna (1945: 89), no dividir las voces nuestro idioma, lo que no es el caso de la
simples por una sílaba que empiece por r, rr (→ 3.3.2-4; 3.3.2-7.5.2). Por lo demás,
de forma que la línea siguiente comience sabido es que ninguna palabra empieza por
con un resto de palabra que al propio tiem- rr-, lo que da a entender que, cuando esa
po sea por sí misma una palabra, como en letra encabece línea, sin duda se trata de
colé- / rico, labo- / reo, desva- / río, pano- / un resto de palabra y no de una palabra.
rama, o bien aquellas particiones en las Alegar que rrollo, rrota, etcétera, puedan
que, aunque no formen una palabra, quede inducir a confusión carece de sentido, pues
la r de vibración simple a principio de lí- nadie comienza a leer por una línea cual-
nea, lo que, presuntamente, obligaría a una quiera, sino por el principio del escrito o el
pronunciación de vibración múltiple, como del párrafo y, siendo así, esas partes de pa-
en ca- / reta. A este respecto, Fernández labras (ya que no son grafías autónomas)
Castillo (1959: 68) tiene una respuesta que se relacionan necesariamente, en el acto de
hago mía: «Además, para ser consecuentes, lectura, con la parte que las antecede (es el
también tendríamos que proscribir la par- mismo caso tratado en el párrafo anterior
3.3.3.2. REGLAS ORTOTIPOGRÁFICAS EN LA DIVISIÓN DE PALABRAS 129
de signos: punto, raya, coma, punto y divisiones, y más en los segundos». Sin
coma, dos puntos) resulta poco estética en embargo, teniendo en cuenta las dificulta-
general. Al respecto, dice Morato (1933: des prácticas que presenta la resolución de
47): «En lo que se refiere al empleo más estos casos, que siempre requieren rehacer
o menos frecuente de la división [= guión dos o más líneas (a veces todo un párrafo
lineal], hay diversas opiniones: entienden de bastantes líneas), debería partirse de ba-
unos que por evitarlas no debe espaciarse ses más amplias y permisivas, y así, podría
de un modo irregular; otros, en cambio, no establecerse la siguiente norma general,
toleran más de tres divisiones seguidas. No sometida a excepciones en ciertos casos:
vemos la belleza en proscribir por comple- en medidas largas (más de veinte cíceros)
to el empleo de la división, como nos pa- compuestas con cuerpos pequeños (6, 7,
rece feo encontrar en la página de un libro 8) pueden aceptarse hasta cuatro guiones
una larga hilera de divisiones. En nuestro seguidos o cinco líneas con combinación
entender, el límite de las que deban poner- de guiones y signos diversos, y en medidas
se lo dirá el grueso del tipo y la mayor o cortas (menos de veinte cíceros) con cuer-
menor anchura de la medida. = En tipos pos grandes (del 12 en adelante), hasta cin-
corrientes (8, 9 y 10), y en medidas meno- co guiones o seis líneas con combinaciones
res de 20 cíceros, pueden tolerarse cuatro de signos. Lógicamente, en un epígrafe que
divisiones seguidas, y en medidas mayores solo tenga tres, cuatro o cinco líneas, por
solo tres. Los cuerpos menudos y gruesos razones de estética tipográfica se evitará
no entran[,] naturalmente[,] en esta regla, que todas ellas estén afectadas por guiones
pues en los primeros se tolerarán menos o combinaciones de signos.
TERCERA PARTE
ORTOGRAFÍA DE LA PALABRA
4. La atildación
concreta, precisamente para excluirlas de tilde] no siempre ni todas veces los habe-
la obligatoriedad de la tilde, con lo que rnos de poner [...] que si nos anduviésemos
se utilizaba esta en un número mínimo de a poner capirotes donde no es necesario ni
palabras. Dado que en español el mayor pidiendolo las dicciones, todo se nos iria
número de palabras es de acentuación en capirotadas, así no deben usar salvo en
llana o grave, y aun dentro de estas son en la necesidad, ofreciendose duda en el sig-
mayor cantidad las que terminan en vocal, nificado» (cit. Malaret, 1954-1955: 234).
n os, todas ellas fueron excluidas de la Usaba el grave y, raramente, el circunflejo.
obligatoriedad de la tilde; las siguientes También empleaba el grave Covarrubias en
en número son las agudas, que había que el Tesoro de la lengua castellana o española
oponer a las llanas, de manera que donde (1611).
la regla eximiera de tilde a estas, había que 3. El sistema de atildación español es-
ponérsela a aquellas; las menos abundantes tablecido por la Academia sufrió los na-
son las esdrújulas, que, por oposición a las turales vaivenes y vacilaciones desde sus
llanas y agudas, había que tildar siempre. primeros momentos. En el Diccionario
Así pues, gracias a la existencia de un sis- de autoridades (1726-1739), la Academia
tema acentual bastante coherente, si bien tildaba toda palabra aguda, cualquiera que
todas las palabras polisílabas llevan acento fuese la letra final: arnés, rufián, azul, amó,
de intensidad, no siempre se indica con perfíl. En la tercera edición de la Ortogra-
tilde, de manera que la mayor parte de las fía (1763) tilda está, sílaba, método, árbol,
palabras españolas, ya graves, ya agudas, virgen, crisis, pero aparecen sin tilde fue,
pueden escribirse (y, por lo tanto, leerse) perfeccion, pronunciacion, escribiendola
sin necesidad de pintar la tilde en ellas. (v. Malaret, 1954-1955: 235). En la grae
2. Desde el punto de vista histórico, de 1772 aparecen virgen, mártir. Utiliza
en la lengua preclásica el acento de inten- siempre el acento agudo ('), «por ser más
sidad no tiene representación gráfica. En fácil de formar». Mientras en la Ortografía
el período clásico se utiliza el grave para de 1763 y 1792 escribe Pérez, Sánchez,
esta función, pero de forma restringida: Fernández, Henríquez, en la de 1770 no
solamente en los verbos agudos, y, en al- tilda alferez, pero en la novena edición de
guna obra, ninguno. Fernando de Herrera esa obra (1820) dice que se exceptúan de la
(1534-1597) utiliza el agudo y el grave, tilde los patronímicos acabados en conso-
ambos con la misma función prosódica. nante: Perez, Sanchez, Fernandez.
Se introduce en esta época la costumbre 4. En la tercera edición de la Ortografía
de atildación de los esdrújulos, pero solo (1763), la Academia preceptuaba tildar
aquellos que aparezcan como no comunes, las palabras acabadas en consonante en
pues los muy conocidos no llevan tilde. todas las sílabas en que cargase la acentua-
Gonzalo Correas (1630) propuso el em- ción, menos en la última, porque esta era
pleo de un acento suave, llamado lene ('), comúnmente larga en este tipo de voces:
sobre las vocales para distinguirlas cuando aquel, tambien, ayer, reves. Sin embargo,
formaban palabra; sobre ellas usaron al- tildaba las llanas: árbol, márgen, crisis. En
gunos el acento grave y aun el circunflejo, esta misma edición preceptuaba no tildar
que posteriormente, ya en el período aca- las voces llanas que terminan en dos voca-
démico, se empleó con valor diacrítico, no les y se componen solo de dos sílabas: nao,
acentual (→ 10.4.4). La Academia optó via, tia, rio, mio, pua, duo. Siguiendo esta
por la tilde (acento agudo) en todos los ca- doctrina, en la tercera edición del drae
sos, y reservó el circunflejo, pero sin valor (1791) aparecen sin tilde lio, rio, ria, pua,
fonológico, en las vocales que seguían a fortuito. En la cuarta edición (1803) no se
ch y x (→ 1.4.2.1). Mateo Alemán (1609) tildan vacuo, ruido, pero sí vacía. Toda-
usaba la tilde solo con funciones diacrí- vía en la novena edición de la Ortografía
ticas: «Es de considerar que [el acento o (1820) recomendaba no tildar rio, mio,
136 4.2.1. PUNTO DE PARTIDA DE LA ATILDACIÓN
duo ni las que acabasen en los diptongos las opiniones ajenas según las cuales este
-ia, -ie, -io, -ue, -uo, y, así, junto a rio aspecto podría simplificarse poniendo tilde
[río] escribía mutuo [mútuo]. Pero debía en las agudas que acaban en n o s, pero
escribirse minué, leí, fié, roí, frió, fraguó, no en las que terminan en cualquier otra
así como los compuestos de una de estas consonante. De acuerdo con esta corriente
voces: deslía, desvía, puesto que tienen más de opinión, en la grae de 1880 establece
de dos sílabas. En la undécima edición del las siguientes reglas de atildación: se tildan
drae (1869) aún escribe la Academia oido, las polisílabas agudas terminadas en vocal:
dia, mio, tio, lio, rio, pero pío, pía. En la café, y las que acaban en las consonantes
edición de la grae de 1874 acentúa Lúeas, n o s: alacrán, anís; no se tildan las agudas
miéntras, entonces, margen, virgen, voces terminadas en otra consonante: querub,
que terminan en consonante y tienen larga romper. Se tildan las llanas terminadas
la última sílaba, pero no tilda corazon, jar- en consonante: cárcel, dátil, Túnez, Fer-
din (v. Malaret, 1954-1955: 237), nández, pero no las que acaban en n, s
5. El desacuerdo de los gramáticos de o vocal: margen, virgen, Franklin, Lucas,
la época con las decisiones académicas en Cervantes, Carlos; casi, España. Si estas
orden a la atildación comienza ya, cuan- palabras llanas acaban en dos vocales, se
do menos, en 1845, en que Bello (1951: tildan si la primera es cerrada y sobre ella
128 ss.) había propuesto unas reglas li- carga la pronunciación, vayan o no segui-
geramente distintas de las que a la sazón das de n o s final: poesía, dúo, día, mío,
empleaba la Academia. En 1847, Vicente pío, túy, poesías, tenían. Las voces agudas
Salvá, en su Nuevo diccionario de la len- con encuentro de vocal abierta con cerrada
gua castellana, escribía en el prólogo: «No acentuada se tildan: país, ataúd, baúl. Si
acabo de comprender por qué principio se la voz lleva vocal cerrada con acento pro-
ha gobernado la Academia para acentuar sódico seguida de un diptongo y s final, se
constantemente la a de casi y la vocal últi- tilda la vocal cerrada: teníais, decíais, pero
ma de los gentilicios en es, como también no se tildaban, como hasta hoy, las voces
la de cipres, despues, interes, ademas, atras llanas que terminan en diptongo o en dos
y compas, al propio tiempo que pinta acen- vocales abiertas, vayan o no seguidas de n
to en entonces y lo omite en amen, y en los o s; patria, deseo, canoa, bacalao, sitian,
patronímicos que terminan por consonan- fatuos. Esta edición de la grae establece
te, ni cómo es que lo expresa en la penúlti- también una norma que aún está en uso: si
ma de alférez, apoteosis, cáliz, Carlos, Cé- hay en la sílaba de dicciones agudas, llanas
sar, crisis, grátis, lápiz, léjos [...] y lo omite o esdrújulas diptongo que se deba acen-
en Adonis, antes, elipsis, menos... Acentúa tuar, el signo ortográfico irá sobre la vocal
a laúd, paraíso, para denotar la disolución abierta o sobre la segunda si las dos son
del diptongo, mientras judaismo, raido y cerradas: buscapié, después, veréis, benjuí
trailla no llevan semejante distinción» (cit. (pero → 4.3.2.7.1, al final).
Malaret, 1954-1955: 236; v. Esteve Serra-
no, 1982: 421 ss.). 4.2.2. El sistema acentual actual. La
6. En la grae de 1874 la Academia última reforma del sistema acentual (tras la
empieza a configurar el sistema acentual de 1911, en que se suprimió la tilde de las
que con el paso del tiempo se impondría vocales a, e, o, u) fue realizada por Casares
en todo el mundo hispánico. Dice en ella en 1952, con leves retoques parciales que
que bastaría tildar las voces agudas y apenas afectaron a la esencia del sistema
esdrújulas solamente para establecer un que venía rigiendo la atildación desde ha-
sistema de atildación claro y sencillo, pero cía casi un siglo (→ 4.2.1-6). Se eliminaron
ello obligaría a tildar todos los infinitivos algunas tildes, se introdujeron otras y se
y muchos millares más de voces agudas dejó a la apreciación personal el poner
acabadas en consonante. Se hace eco de o no algunas (este, ese, aquel y solo). La
4.3.1. ATILDACIÓN DE VOCES MONOSÍLABAS 137
como a, con, sin, de; tiempos verbales co- Por lo demás, en otras situaciones la
mo dio, vio, fue, fui, son, es, vas; pronom- confusión entre la o y el 0 es más difícil to-
bres como te, ti, yo, me. Se exceptúan de davía; por ejemplo, en 16 o 17 no hay pe-
esta norma fundamental los monosílabos ligro de leer 16 017, pese a lo cual la Aca-
que reciben tilde diacrítica (→ 4.5.1). No demia, en la voz cabañuelas del DRAE01,
deben confundirse los tiempos de verbo escribe: «Cálculo que, observando las va-
monosilábicos dio, vio, fue, fui con los bi- riaciones atmosféricas en los 12, 18 ó 24
silábicos rió, lió, pió, pié, lié, guié, etcétera primeros días de enero o de agosto [...]».
(→ 4.3.2.5). Sin embargo, los monosílabos ¿Qué función tiene ahí la tilde en la o? Por
verbales dio, vio, fue, fui deben llevar tilde supuesto, la confusión con 1 218 024 (o
si, al acrecentarse con enclíticos, forman solo 18 024) es absolutamente imposible...
palabras de pronunciación esdrújula: dió- Sin embargo, la existencia de la norma ha
seme, fuéseles, fuímonos (→ 4.3.5-6), pero llevado a algunas personas a poner tilde en
no la llevan cuando, en el mismo caso, la o cuando esta se halla entre letras: a ó
forman palabras llanas: diome, viole, fue- b, A ó B; aquí la presencia de diacríticos
se, fuime. como la cursiva y la distinta figura de la
2. En ningún caso deben acentuarse las mayúscula (además del espacio) contri-
vocales a, e, o, u. La orae (1974: 27) dice buyen a evitar cualquier malentendido,
que «lo llevará escrito [el acento gráfico o por lo que no hay lugar al uso de la tilde.
tilde] la conjunción o cuando, por hallarse R. Restrepo (1952: 192) dice que en vez de
inmediata a cifras, pudiera confundirse con 3 o 4 debería escribirse tres o cuatro; por
el cero; así, 3 ó 4 nunca podrá tomarse por supuesto, no solo es mejor grafía, ya que
304». Esta tilde (mantenida en la OLE99,49, se trata de dígitos y, además, dubitativos,
y en el dpd 05, s . v . o , 3) es superflua (como sino que, de hecho, es la única realmente
viene a reconocer ahora la OLE10, 270), correcta (→ 8.1.1.1-4.1; 8.1.1.1-4.2), pe-
por cuanto existen elementos distintivos ro, en cualquier caso, las grafías 3 o 4, a o
suficientes para no confundir 3 o 4 con 304: b, A o B son correctas. La Academia, desde
la edición del Diccionario de autoridades
a) en 3 o 4 existen espacios, inexisten- (1726-1739), dice que el acento grave pue-
tes en 304; de tener uso sobre las cuatro vocales a, e,
b) la o minúscula es bien distinta, gráfi- o, u cuando cada una es como voz separa-
camente, del 0 (cero) como para que da de otras, lo que introdujo en la primera
puedan ser confundidos; edición de la Orthographia (1741). En
c) en la escritura mecanográfica tam- la tercera edición de esta obra (1763, ya
poco existe confusión, pues el cero escrita Ortografía) sustituye el grave por
se grafía con la O (o mayúscula), el agudo sobre las mismas vocales en idén-
distinta de la o minúscula; ticos casos. En 1880 la grae dice que la
d) la escritura correcta de 3 o 4 debe ser preposición a y las conjunciones e, o, u se
tres o cuatro, primero por tratarse de acentúan ortográficamente por costumbre
una cantidad dubitativa (→ 8.1.1.1- y no por ninguna razón prosódica. Por fin,
4.2), y segundo, por ser números dí- en 1911 suprime esa tilde, pero manda que
gitos (→ 8.1.1.1-4.1); se mantenga en la conjunción o cuando
e) en última instancia, también ayuda va entre cifras; solo le falta, pues, para
a clarificar el sentido de la expresión escribir todas las vocales sin tilde, suprimir
3 o 4 el hecho de tener en cuenta el la que, sin justificación, concede a la o
contexto, de tal manera que difícil- en esos casos. A esta tilde se han opuesto
mente se tomará por 304 una expre- gramáticos como Bello y, posteriormente,
sión como En el puerto de Barcelona Benot (1888: 9), quien era contrario a la
había 3 o 4 (tres o cuatro y no 304) atildación de vocales cuando hacen de
buques estadounidenses. preposiciones o de conjunciones. Lo razo-
4.3.2.2. ENCUENTRO DE VOCAL ABIERTA TÓNICA CON CERRADA ÁTONA 139
naba así: «Si el acento ha de pintarse sobre en los diptongos decrecientes acentuados
aquellas vocales prominentes en que carga -au, -eu, -ou, y cita como ejemplos Aribau,
con más fuerza la pronunciación, ¿no es Bayeu, Salou. El Esbozo (1973: 53) sienta
práctica desprovista de todo fundamento el principio de otra manera: «Toda palabra
i contraria a toda sistematización lógica el terminada en diptongo decreciente sin coda
rutinario abuso de pintar acentos sobre vo- final, como estay /es.tái/, carey, jersey, con-
cales jamás pronunciadas fuertemente?». voy, Palau, Masdeu, Masnou, cualquiera
La primera aplicación de esta norma gene- que sea su origen, es, por consiguiente, oxí-
ral se tiene en la edición de 1914 del drae , tona en español»; y en la página 135: «De-
donde ya aparece la o sin tilde (pero no en ben asimilarse a las formas hispánicas con
casos como 3 o 4, que solo a partir de la -y (no lo son las formas con -i) los nombres
OLE10 manda escribir sin tilde en la o). agudos, generalmente patronímicos de ori-
gen catalán, terminados en los diptongos
4.3.2. Atildación de voces polisílabas. [...] /áu/, /éu/, /óu/, voces que los catalanes
o los descendientes de ellos, dentro y fuera
4.3.2.1. Encuentro de dos voca - de Cataluña, emplean sin tilde: Monlau,
les abiertas . Aunque dos vocales abier- Abreu, Palou». La primera cita asimila las
tas pueden formar diptongo (→ 2.2.1.1; voces agudas terminadas en -au, -eu, -ou
2.2.2.1), para la práctica de la escritura 3. las acabadas en -y precedida de vocal,
se considera que siempre forman hiato. que tradicionalmente no se han tildado en
En efecto, la orae (1974: 23) dice: «La español aplicando la ficción de que en esos
Fonología estudia las condiciones en que casos la y se considera consonante a los
dos vocales intermedias [abiertas] pueden efectos de la atildación (→ 4.3.2.2-5); pero
formar hiatos o diptongos consolidados, hay una salvedad, que queda de manifiesto
vacilantes u ocasionales en la pronuncia- en la segunda cita: esa excepción se aplica
ción. Pero, como queda dicho, para las solamente a los nombres propios catala-
reglas del acento gráfico, nunca forman nes o de origen catalán, sean antropónimos
diptongo: Bilbao, poeta, decae» (v. t. Es- o topónimos. Y esta es la excepción que
bozo, 1973: 137). debería haber aplicado la Academia, no
la que se desprende de la cita de la orae
4.3.2.2. Encuentro de vocal abier - mencionada antes. Porque el español tiene
ta TÓNICA CON CERRADA ÁTONA. Este palabras que acaban en -au, algunas de
encuentro forma siempre diptongo decre- las cuales, por ser agudas, deben tildar-
ciente acentuado (→ c. 2.2 y 2.3) y, por se. Son las siguientes: monosílabas como
consiguiente, se tilda la vocal abierta en guau, jau, miau y tau, que, naturalmente,
palabras esdrújulas y agudas, pero no no se tildan (→4.3.1-1); polisílabas co-
en las llanas: mo ayáu, ayayáu, carau (también caraú
[ambas escritas así por la Academia]),
Cáucaso, caucho, marramáu; caucháu, llaulláu, marramáu; algunas de
éustilo, deudo, Retalhuléu; ellas, como se ve, deben necesariamente
hádaselo, baile, bonsái; llevar su tilde (como la llevan bonsái, pai-
péinalo, peine, agnusdéi; pai, samurái y agnusdéi [→4.3.2.2]) por
óigole, doile, Tolstói. tratarse de palabras agudas terminadas en
diptongo decreciente acentuado (donde
1. La Academia, en la segunda edición se ve que falla la excepción introducida
de la orae (1974: 25), introdujo una ex- por la Academia con carácter general). En
cepción importante a esta regla fundamen- cuanto a carau/caraú, Morínigo (1966, s.
tal, excepción que rompe el microsistema v.), Lenz y Fray Mocho (= José S. Álva-
normativo establecido. Según la orae , no rez), en Un viaje al país de los matreros
se tildan las palabras agudas terminadas (Buenos Aires, 1953: 24, 44, 111-113),
140 4.3.2.2. ENCUENTRO DE VOCAL ABIERTA TÓNICA CON CERRADA ÁTONA
escriben caráu, mientras el uteha (s. v.) y enunciado al comienzo de esta regla, no
algún otro autor escriben solamente caraú, deben tildarse Zarauz, Herraiz ni Daoiz
grafía mucho menos utilizada; si, como (v. Mejía, 1971: 277).
parece, la escritura originaria sería carao, 3. Otro problema importante, en re-
por diptongación daría caráu, de donde se lación con esta norma, lo constituyen
deduce que la escritura académica, carau los antropónimos y topónimos de origen
(que hay que leer carau], no es correcta, y vasco. El hecho de que en euskera no se
que la anterior alternancia solo puede ser use la tilde, y que las palabras reciban la
caráu/caraú. Puesto que la forma carau fue acentuación según el lugar que ocupen en
admitida en el drae 84, es probable que la construcción gramatical, hace que su
la Academia haya aplicado a esta pala- grafía sea problemática en español. Según
bra la excepción mencionada, lo que ven- Nicolás (1963: 502), los antropónimos y
dría a demostrar que esta es errónea, ya topónimos vascos terminados en -ain no
que, cumpliéndola, paralelamente habría siempre son agudos; menciona los siguien-
que escribir marramau, pero con pronun- tes: Garínoain, Beriáin, Barásoain, Zapi-
ciación aguda, lo cual conspira contra el ráin, Noáin, Beasáin, Urdiáin; es decir, que
principio fundamental (→ 4.3.2.2). Aplí- dos de los mencionados son esdrújulos; en
quese, pues, a los antropónimos y topóni- uno u otro caso, la omisión de la tilde lleva
mos de origen catalán, pero no a las voces a confusión, puesto que, sin ella, todos
comunes o a las de otros orígenes. cambian: Garinóain, Bériain (no podría
2. Otra excepción injustificada se des- leerse Beriáin por falta de la tilde, pero
prende del siguiente texto del Esbozo por la misma razón tampoco podría leerse
(1973: 140): «Algunas voces presentan Beriáin, con lo cual -iai- se convierte en
dificultades en su delimitación silábica. triptongo y hay que leer Bériain, como mil-
Esto ocurre con caos (lat. cha.os, del grie- diu se lee mildiu y no mildiu), Barasóain,
go khá-os), pero la articulación /ca.os/ no Zaptrain, Nóain, Beásain, Urdiain. Fer-
afectaría a la acentuación ortográfica. Lo nández Ramírez (1966: 212) dice: «La or-
mismo ocurre con vaho. La cuestión es más tografía no distingue entre des-gra-cia-do,
problemática cuando se trata de nombres con diptongo -ia- /iá/, y des-via-do, con
propios de persona. Dí-ez, Sá-iz, Sá-inz se hiato -i-a-/i-á/. Por la misma razón, no
acomodan, con estas grafías, a las reglas señala el hiato en palabras como A-si-a-in,
generales de las palabras llanas. Pero junto In-du-ra-in», y añade en nota a pie de
al bisílabo Diez existe el monosílabo Diez, página: «La agrupación silábica es vacilan-
que es el mismo apellido que Dí-ez, pero te en estos casos». Es probable que, en
con la dislocación del acento prosódico, y efecto, en este tipo de palabras, no pro-
lo mismo es seguramente posible con Saiz, pias del español, la realización fonética
Sainz y otros nombres propios de estruc- sea vacilante, pero sí está claro que no es
tura análoga». Por supuesto, Saiz y Sainz hiato, caso en el cual habría que escribir,
(así, sin tilde) no son paralelos de Diez: sin vacilación, Asiaín, Induraín; por consi-
mientras en esta hay claro hiato, en aque- guiente, si tales palabras son de pronuncia-
llas existe claro diptongo (→ 4.3.2.2) y, ción aguda, la escritura correcta es Asiáin,
por consiguiente, no se trata de bisílabos, Induráin, voces terminadas en diptongo
sino de monosílabos, y los monosílabos decreciente acentuado + n (→ 4.4.1.1c).
no se tildan (→ 4.3.1-1). Para que hubiera Sin embargo, resulta chocante que, recono-
hiato (y, por lo tanto, dos sílabas y tilde) ciendo también vacilación silábica en pa-
habría que tildar la i, nunca la a (es el mis- labras como Sáiz, Sáinz, Arnáiz, Herráiz,
mo caso de tedeum; →4.8.1-3). Sin em- Fernández Ramírez las escriba resuelta-
bargo, la Academia escribe Sainz y Arnáiz mente con tilde, pese a ser monosílabas las
(v. drae 70, xiv, xx, aunque el DRAE84: dos primeras y voces agudas acabadas en
ix, no tilda Sainz]. Por el mismo principio -z las restantes (→ 4.3.2.2-2; 7.1.2.6.4).
4.3.2.2. ENCUENTRO DE VOCAL ABIERTA TÓNICA CON CERRADA ÁTONA 141
El problema de los nombres vascos es más ficar lo que digo (es conocida la interpre-
importante que el de los catalanes, de los tación de Julio Caro Baroja sobre el origen
que, como se vio, se aceptan sin tilde latino, romano, de esa terminación: ager o
los agudos terminados en -au, -eu, -ou, fundus Veraniacus o Paternanus, etc.), ba-
como excepción a este principio general sando el uso constante, común y paternal
que nos ocupa (→ 4.3.2.2-1). En eus- tanto en Navarra como en el Vasco, de la
kera, en efecto, «el [acento] prosódico pronunciación que acentúa la a». El Esbo-
se reparte por igual entre todas las sí- zo (1973: 189) escribe Asiain, pero, puesto
labas de cada palabra» (Nicolás, 1963: que Fernández Ramírez ha colaborado en
502), y de ahí que puedan subsistir dos su redacción, es de suponer que se sigue su
o más pronunciaciones distintas para una criterio mencionado antes, para mí no jus-
misma grafía. Los nombres Aramburu, tificado suficientemente, puesto que tanto
Abarzuza, Azpiroz, Ahnandoz, Barazar, desgraciado como desviado, con diptongo
Echevarría, Gazalaz, Larraun, Ispaster, o hiato, se escribirán siempre sin tilde por
Elgoibar, Fruniz, Zarauz, Eibar, Aibar, tratarse de voces llanas, mientras que, co-
Ubidea, Amescoa, Amezcoa, Amezcua, mo se ha visto, las de origen vasco termi-
Imaz tienen las siguientes pronunciacio- nadas en -ain o -aun pueden ser esdrújulas
nes, según indica Nicolás (1963: 502), o agudas, y en uno y otro caso deberían
«vasco desde mis abuelos»: Arámburu en escribirse con tilde, puesto que a la postre
Vizcaya, Aramburu en Pamplona (pese se trata, generalmente, de trascripciones
a que la orae 74, 24, incluye Aramburu de las grafías vascas, como sucede, por
como ejemplo de voces llanas terminadas ejemplo, al escribir Guerrendiáin, palabra
en vocal), Abáigar, Abarzuza, Azpiroz, que un vasco escribiría Gerrendiain. Por
Almándoz, Barázar, Echevarría, Gazálaz, otro lado, no es paralelo de los nombres
Larráun, Ispaster, Elgóibar, Frúniz, Zarauz propios catalanes, pues en estos casos, por
(palabra aguda), Ubidea, Améscoa, Améz- tener el catalán un sistema acentual, no se
coa, Amezcua (palabra llana), ímaz. Según trata de trascripciones, sino de respeto a la
este autor, lo correcto es escribir Belauste grafía original (y siempre como excepción;
(abreviamiento de Belausteguigoitia) y no →4.3.2.2-1).
Belaúste, y Belaunde, no Belaúnde (sin em- 4. Problema semejante a los anteriores
bargo, desu y nel escriben Belaúnde Te- presentan ciertas grafías de antropónimos
rry, apellidos de un político peruano). Los y topónimos agudos adaptados o trascritos
que aquí interesan son los que terminan en de lenguas que no usan el alfabeto latino;
-ain o -aun; el autor citado menciona, en por ejemplo, chino, árabe, ruso, griego,
cuanto a los que acaban en -ain, algunos etcétera: Altai, Andrei, Nicolai, Papan-
que son esdrújulos, con lo que no puede dreu, Shanghai, Tolstoi, Yenisei, Karzai,
enunciarse fácilmente una regla general etcétera. Estos nombres, cualquiera que
para los que no saben vasco. Según otra sea la pronunciación original, han entrado
opinión (Rafael Janín Orrade en «Cartas al en el español como agudos, por lo que no
director» de El País, 26/03/83, 9-10), «[...] debería omitirse en ellos la tilde, al no tra-
dichos nombres [vascos] se pronuncian tarse de grafías originales, de manera que
cargando el acento prosódico en la a, con la escritura correcta de aquellos antropóni-
lo que la transcripción correcta en castella- mos y topónimos es, respectivamente, Al-
no debería llevar el acento ortográfico en la tai, Andréi, Nicolai, Papandréu, Shanghai,
misma letra a, resultando Andoáin, o Gue- Tolstói, Yeniséi, Karzái. Rosenblat (1974:
rrendiáin, o Ansoáin, o Belascoáin, etc. [en 44) escribe Tolstói como ejemplo de antro-
lugar de las mismas grafías terminadas en pónimos que deben tildarse y nel escribe
-ain, que el corresponsal critica al periódi- Yeniséi y Tolstói.
co]», y añade: «No creo necesario recurrir 5. Otra excepción a la regla general
a la etimología de esas palabras para justi- citada en el párrafo 4.3.2.2, esta ya muy
142 4.3.2.2. ENCUENTRO DE VOCAL ABIERTA TÓNICA CON CERRADA ÁTONA
antigua, es la que la Academia enuncia así: Espelúy y Túy, pese a que anteriormen-
«La y final, aunque suena como semivocal, te declarase que la y final se considera
se considera como consonante para los consonante a los efectos de la atildación
efectos de la acentuación» (orae 74, 24; (→ 43.2.2-5). Por su parte, la orae solo
contienen el mismo precepto, diciendo se refiere expresamente a la palabra Tuy,
vocal donde la orae dice semivocal, la no a Espeluy (que, por lo visto, no debe
grae 59, 479, y el drae 70, 1423). La re- tildarse). Sin embargo, si Tuy es bisílaba,
gla fue enunciada por la Academia antes Espeluy es cuadrisílaba (Es-pe-lu-y), y con
de 1815, y en la Ortografía de 1820 dice tanta o más razón debería tildarse. Por
que irán sin tilde las voces acabadas en otro lado, si bien antiguamente se usaba
-y, las cuales forman diptongo por tener la h intercalada para indicar hiato, como
siempre larga la última sílaba: convoy; y en Tuhy y trabe (→ 1.3.8.1), en la actua-
en la grae de 1874 escribe virrey, sin tilde. lidad los lingüistas no parecen ponerse
Pero la regla está mal enunciada: debería de acuerdo al respecto de Tuy, ya que los
decir que lo que se considera consonante a redactores del Esbozo vacilan en cuanto a
los efectos de la escritura es la -y final de la consideración de diptongo o hiato en ese
palabra cuando va precedida de vocal, por- topónimo. Así, en la página 55 dice esta
que, por ejemplo, esta letra no suena como fuente: «A la acentuación /úi/ en final de
semivocal en Salaverry, ni, por supuesto, palabra tienden en la pronunciación espa-
en las voces de origen catalán termina- ñola algunas voces que en la lengua de que
das en -ny: Company, Alemany, Camp- proceden poseen este diptongo [cursiva
many, etcétera (v. R, Restrepo, 1952: 190), mía]. Así el topónimo gallego Tuy [...]».
ni tampoco en my y ny, en que son vocales En la página 121 dice: «En el diptongo
(actualmente, desde el DRAE01, escritas mi /uí/ final de palabra sin coda, solamente
y ni). En cualquier caso, dando por bueno la palabra muy trascribe la /í/ con la letra
el espíritu de la norma, esta excepción es y [pero → 4.3.2.7.1], frente a fui /í/, mor-
importantísima para entender la atildación dihuí. El diptongo [cursiva mía] /-úi/, en
de ciertas voces; por ejemplo, en virtud de cambio, aparece casi siempre escrito -uy en
ella no se tildan palabras agudas termi- varios nombres toponímicos de regiones
nadas en diptongo decreciente acentuado que rodean Castilla: Ardanuy [...], Espeluy
como guirigay, jersey, bocoy, coletuy o [...], Bernuy [...]. Lo mismo la interjección
palabras agudas terminadas en triptongo ¡huy! /úi/ [...]». Finalmente, en la página
como tentabuey, Valderaduey, Araduey; 139 dice que en palabras de esta construc-
por el contrario, se tildan las voces llanas ción «el acento prosódico [...] vacila entre
como yérsey, yóquey (→ 4.4.1.2-2c). hiato /ú.i/, [...] y diptongo /úi/ [...]. No
5.1. De esta excepción a la regla funda- suele escribirse hoy la tilde sobre la u, que
mental enunciada en el párrafo anterior se se empleaba acaso para señalar el hiato,
deduce que las palabras agudas terminadas quizá para señalar la condición de palabra
en -ay, -ey, -oy, -uy no se tildan, como aguda terminada en vocal». Habría que
caranday, caney, rentoy, coletuy. Tenien- preguntarse desde cuándo no se pone esa
do esto en cuenta, resulta incomprensible tilde en estos casos, puesto que la norma
que la Academia, en la orae (1974: 25), académica de considerar consonante la
añada (no existía en la edición de 1969) -y final de palabra viene cuando menos
que «Túy, bisílabo y llano, lleva tilde sobre de 1815, cuando la Academia decidió no
la u». Por su parte, la grae (1959: 480) sustituirla por -i (→ 1.3.26.1). Además,
dice: «Las voces llanas terminadas en dos como puede verse en el cuadro 2.3, esos
vocales se acentuarán si la primera de es- hiatos acentuados normales no existen en
tas vocales es débil [cerrada] y sobre ella español, y sería pura excepción, difícil de
carga la pronunciación, vayan o no segui- entender, que lo hubiera en la combinación
das de s o n final», y entre los ejemplos cita /úi/. En cualquier caso, aun considerando
4.3.2.3. ENCUENTRO DE VOCAL ABIERTA ÁTONA CON CERRADA TÓNICA 143
que pudiese tratarse de un bisílabo, Tuy no también pueden grafiarse Elordui, Sardui,
debe tildarse por terminar en -y, consonan- Atadui, «en que no se atildarían, por resul-
te a los efectos de la atildación. Por otro tar graves o llanas —como antes—, pero
lado, el drae registra sin tilde la voz tui: terminadas en vocal». El problema estriba
¿es monosílaba en este caso? Y de acentuar en que, si efectivamente las formas acaba-
Tuy, ¿no habría que hacerlo también con das en -y son llanas, entonces en español
huy, muy, cuy y, por supuesto, con cocuy, deben llevar su correspondiente tilde, co-
cucuy, espumuy, mangachapuy, coletuy, mo la llevan yérsey, yóquey. El hecho de
palabras registradas por la Academia? Ya que se trate de antropónimos vascos no
García de Diego (1914: 90, n. 3) decía: debería ser inconveniente para esta tilde,
«La Academia, en vez de advertir que Tuy por lo que se dice en 4.3.2.2-3.
y Espeluy se pronuncian con u predomi-
nante frente a fui, benjuí, enseña que deben 4.3.2.3. Encuentro de vocal abier -
acentuarse, habiendo advertido antes que y ta ÁTONA CON CERRADA TÓNICA. Este
se considera como consonante, y que por encuentro forma siempre hiato acentuado
eso dejan de acentuarse las palabras que la inverso (→ c. 2.2 y 2.3), y la tilde se colo-
llevan, como verdegai [errata: verdegay], ca sobre la cerrada cualquiera que sea su
Godoy». Me atrevería a afirmar que ni situación en la palabra:
siquiera es necesario que la Academia ad-
vierta que la u es predominante, como pide aúpate, Ataúlfo, baúl, Cafarnaúm, urutaú;
García de Diego, puesto que si se considera teúrgico, teúrgo, feúcho;
la y consonante, y no llevando la palabra noúmeno, mohúr,
ninguna tilde, la voz es necesariamente caíamos, arcaísmo, raíl, rai;
aguda y el acento de intensidad recae sobre deífico, reímos, reí;
la u. Casares (1952: 92) decía que Espeluy, corroíselo, heroína, oído, corroí.
como cucuy, debían escribirse sin tilde,
«puesto que, admitida la ficción de que Casares (1952: 83) propuso a la Aca-
la y final en estas voces es indicación su- demia, y esta lo incorporó al drae 56,
ficiente de que han de pronunciarse como la supresión de la tilde en los infinitivos
agudas, el acento ha de recaer necesaria- terminados en -air -eir, -oir, porque, según
mente en la u del diptongo [diptongo, no él: «¿Cabe pronunciar sonreír de algún
hiato], y es superflua por tanto la tilde de modo que no sea cargando el acento en la
Espelúy, como lo sería en verdegay, carey i?». Aunque él decía que la respuesta ha de
o convoy». Parece oportuno indicar que ser negativa y, por consiguiente, proponía
en esto no ha seguido la Academia, como la no atildación de los infinitivos, no solo
lo ha hecho claramente en otros lugares de no es exacta la respuesta de Casares, por
la orae 74, el criterio de Rosenblat (1974: cuanto hay hiato y no diptongo, sino que,
45 s.), quien dice: «Suprime [la Academia] si hubiera prosperado su propuesta, hoy
el acento ortográfico de Tuy, Espeluy, etc., muchas personas pronunciarían óir, réir,
que era injustificable». Además, si se tilda embàir, de la misma manera que algunas
Tuy, no hay razones para no hacerlo con pronuncian bàul, pàis, màiz, pese a escri-
otros topónimos latinoamericanos como birse con tilde: baúl, país, maíz. A esta
Ocumae de Tuy y Yaracuy (Venezuela), tilde (la de las vocales cerradas) Rosenblat
Chuy (Uruguay), Jujuy (Argentina) y al- la llama «hiática» o, mejor quizá, «antidip-
gún otro de terminación semejante. Como tongal», y, por supuesto, la norma general
problema añadido, Nicolás (1963: 502) debe aplicarse a estos casos, con objeto
dice que los apellidos vascos Elorduy, Sar- de evitar excepciones no justificadas. Con
duy, Ataduy se leen llanos: Elòrduy, Sarduy, buen criterio, la Academia no tuvo en
Atáduy, pero que, sin embargo, Ardanuy es cuenta la opinión de Casares al declarar
agudo. Según este autor, aquellos apellidos de aplicación preceptiva las normas de
144 4.3.2.4. ENCUENTRO DE VOCAL CERRADA TÓNICA CON ABIERTA ÁTONA
1959. A ella se habían opuesto, entre de vocal fuerte [abierta] tónica con débil
otros, Junco (1953), Rosenblat (1953), [cerrada] átona, o de débil átona con fuer-
Mallo (1953), R. Restrepo (1954), F. Res- te tónica, forma siempre diptongo [...]»),
trepo (1955) y Ragucci (1955). tiene un hueco por el que se cuelan pala-
bras que, debiendo llevar tilde obligatoria
4.3.2.4. Encuentro de vocal cerra - (como se ha visto, puesto que también
da tónica con abierta átona . Este en- forman hiatos), podrían prescindir de ella,
cuentro forma siempre hiato acentuado incorrectamente, si se aplicase al pie de la
inverso (→ c. 2.2 y 2.3) y la tilde se coloca letra. En efecto, Ferreccio Podestá (1966:
sobre la cerrada, cualquiera que sea su po- 7) fue tal vez el primero en caer en la cuen-
sición en la palabra: ta de que si se aplicaba a voces como cié,
ció, crié, crió, fié, fió, frió, guié, guió, lié,
acentúalo, falúa; lió, pié, pió, pué, puó, rió, rué, ruó, trié,
efectúelo, actúe; trió, guión, pión, Sión, tales voces eran
efectúo, dúo; diptongos y no hiatos, y por lo tanto no
elegiaco, dríade, día;
ríete, fíenos, fíe;
deberían llevar tilde. Es evidente que se
rióme, lío. trata de bisílabos, no de diptongos, pero,
como dice Ferreccio Podestá: «Está claro
4.3.2.5. Encuentro de vocal cerra - que, si se preceptúa que la concurrencia de
da átona con abierta TÓNICA. Este en- vocal débil átona con fuerte tónica forma
cuentro da las siguientes realizaciones: siempre diptongo, cada uno de los miem-
bros de la serie cié ... Sión pasa a ser un
a) diptongo creciente acentuado (→ c. monosílabo con diptongo y no debe llevar
2.2), y la tilde se coloca en la vocal tilde prosódica (cie ... Sion), del propio
abierta en palabras esdrújulas y agu- modo como no la llevan los cuatro mo-
das, pero no en las llanas si terminan nosílabos con diptongo fue, fui, dio, vio,
en vocal, n o s: y, en general, todos los monosílabos». Se
puede sospechar que al redactar las nue-
cuántica, aduana, tamanduá; vas normas no se tuvo a la vista el cuadro
huélfago, huésped, evacué; completo de diptongos y hiatos, pues, co-
cuota, santiguó; mo puede verse en el cuadro 2.3 (p. 111),
diábolo, criado, sariá; el encuentro de vocal cerrada átona con
piérdete, cliente, tentempié; abierta tónica forma también hiatos acen-
dióseme, ansioso, cambió; tuados normales, algunos de los cuales,
como se indica antes, deben tildarse. La
b) hiato acentuado normal (→ c. 2.3) y Academia, sin duda admitiendo la razón
se tildan las esdrújulas y las agudas que asiste al autor citado, ha introducido
si acaban en vocal, nos, pero no las en la orae (1974: 26) un nuevo párrafo,
llanas acabadas en vocal, n o s: que dice: «Cuando una vocal intermedia
[abierta] tónica va detrás de vocal extrema
Bástelo, viaje, liar; [cerrada] átona sin formar con ella dip-
Hételo, rieron, lié; tongo fonético, la tónica llevará el acento
fiómelo, biombo, fió; gráfico en las condiciones señaladas por las
truhán, actuar, anual; reglas 1.a a y d del § 34; así en deslié, si-
luético, actuemos, actué, pué; tuó, etc., y en bisílabos como los pretéritos
fastuoso, actuó, ruó. cié, ció, crié, crió, fié, fió, frió, guié, guió,
lié, lió, pié, pió, pué, rué, ruó, trié, trió,
1. Este principio, tal como está enun- los sustantivos guión, Sión, truhán, y el
ciado en la regla 12.a, apartado a, de las adjetivo pión, etc.». Pues bien: en la OLE99
nuevas normas de 1959 («El encuentro (p. 46) la Academia crea una nueva norma
4.3.2.5. ENCUENTRO DE VOCAL CERRADA ÁTONA CON ABIERTA TÓNICA 145
que dice así: «A efectos ortográficos, son Cuestión distinta es si la Academia, con
monosílabos las palabras en las que, por estas normas, se cree en la obligación de
aplicación de las reglas expuestas en los contentar a alguien... Dice Lázaro Carreter
párrafos anteriores, se considera que no en El País (07/05/1999, 40): «Queríamos
existe hiato —aunque la pronunciación que América reconociera esta Ortografía
así parezca indicarlo—, sino diptongo o como propia, y no podíamos obligarles
triptongo. Ejemplos: fie (pretérito perfecto a poner esos acentos». La Academia ha
simple del verbo fiar), hui (pretérito per- olvidado que lo que nos mantiene unidos
fecto simple del verbo huir), riais (presen- a los pueblos hispanohablantes, a pesar de
te de subjuntivo del verbo reír), guion, las diferencias fonéticas, es la ortografía.
Sion, etc. En este caso es admisible el Y creemos que no es admisible forzar las
acento gráfico, impuesto por las reglas cosas con una redacción cuidadosísima y
de ortografía anteriores a estas, si quien medida hasta rozar el límite de lo intelec-
escribe percibe nítidamente el hiato y, tualmente aceptable y decir que, aunque a
en consecuencia, considera bisílabas pala- uno se lo parezca, realmente en guión, lió,
bras como las mencionadas: fié, huí, riáis, rió, huí, riáis, etcétera, no hay hiato sino
guión, Sión, etc.». Esta norma no parece diptongo. (Navarro Tomás echa claramen-
aceptable. En todas las palabras menciona- te por tierra esa excusa.)
das anteriormente hay hiato y no diptongo, 2. Según la Academia (OLE10,235-236),
independientemente de que algunas perso- son monosilábicos, a efectos de atildación,
nas, especialmente en Latinoamérica, las los siguientes tiempos verbales: cié, ció (de
pronuncien peculiarmente con diptongo. ciar), criáis, crié, criéis, crió (de criar), fiáis,
Según hemos visto (→ 2.2.2.3-2), Navarro fié, fiéis, fió (de fiar), fiuí, fluís (de fluir), frió
Tomás indica que la analogía favorece el (de freír), fruí, fruís (de fruir), guiáis, guié,
hiato en estos casos. Por consiguiente, las guiéis, guió (de guiar), huí, huís (de huir),
palabras mencionadas, derivadas de ver- liáis, lié, liéis, lió (de liar), pié, piáis, piéis,
bos con hiato, tienen hiato, y ni siquiera pió (de piar), pué (de puar), rió (de reír),
«a efectos ortográficos» cabe decir que rué, ruó (de ruar), trié, trió (de triar), los
no lo tienen. Ello, independientemente de sustantivos guión, ión, muón, pión, prión,
que en algunos lugares de Latinoamérica, ruán, truhán, Ruán, Sión y el adjetivo pión.
en especial de México y Centroamérica, Si realmente fueran monosilábicos, ninguno
se pronuncie con diptongo. En el amplio de esos términos debería llevar tilde, pese a
mundo hispanohablante, la pronunciación que deben leerse como agudos: lie [lié], hui
de estas palabras con hiato es mayoritaria. [uí]. Pero ¿son realmente monosilábicos?
En el dpd 05 (s. v. guion1 o guión), dice La Academia, en la OLE10 (p. 198), reco-
la Academia: «Debido a esta alternancia noce que en las palabras confié y actuó,
[el hecho de que la pronunciación de esas «al menos en España y en algunas zonas
palabras con diptongo sea normal “en am- de América», existe hiato en las termina-
plias zonas de Latinoamérica” —México y ciones fié y tuó. Reconoce el académico
Centroamérica—], y para evitar la disper- Salvador Gutiérrez Ordóñez, coordinador
sión gráfica, en la última edición de la Or- de la OLE10 (El País, 06/02/11), que «Lo
tografía académica (1999) se establece que normal en la dicción pausada de gran parte
toda combinación de vocal cerrada átona de los países hispánicos es que muchas de
con abierta tónica se considere diptongo estas palabras se articulen como hiatos. Sin
a efectos de acentuación gráfica». ¿Para embargo, en México y en una gran zona de
evitar la dispersión gráfica, dice, crea la América Central predomina su articulación
doble acentuación de estas palabras? Pero como diptongo [predomina, si es cierto lo
¿no es precisamente esto dispersar la gra- que afirma el académico, pero no es forma
fía de estas voces, en lugar de unificarla? claramente hegemónica]». Pese al recono-
¿Qué entiende la Academia por dispersar? cimiento explícito de que «muchas de estas
146 4.3.2.7. ENCUENTRO DE VOCAL CERRADA ÁTONA CON ABIERTA TÓNICA
presentado por la lectura de estas voces. con diptongo, cuanto congrua, ingenuo,
Por ejemplo, según la Academia, las que superfluo, donde la pronunciación vacila
terminan en ui se pronuncian agudas: hui entre el diptongo y el hiato». Dicho de otra
[uí], mientras que si terminan en uy se manera: que los cuasihiatos se consideran
pronuncian llanas: huy [úi]. Esta cuestión diptongos a efectos ortográficos. Por su-
es una de las más difíciles de aceptar por puesto, palabras como congrua, ingenuo,
lo que respecta a la OLE10. Uno siente superfluo y otras semejantes no tienen
una profunda incomodidad cada vez que, hiato (en el cuadro 2.3 puede verse que
para cumplir con lo legislado, tiene que los hiatos /u.a/ y /u.o/, en los que ninguna
aceptar que donde se escribe hui [úi] debe de sus vocales sea tónica, no existen en
leerse huí [uí]. Y así en los demás casos. español).
Generalmente se reconoce que todas estas
palabras son bisílabas y lo lógico es que se 43.2.7. Encuentro de dos vocales
escriban con tilde (→ 2.2.2.3-2). Por su- cerradas . Las combinaciones /ui/, /iu/,
puesto, no me parece que voces como dio, /ii/, /uu/ pueden dar lugar, fonológicamen-
vio, fue, fui sean comparables con huí, pues te, a diptongos y hiatos, pero ortográfica-
mientras las primeras son claros diptongos, mente
esta es claro hiato. Por lo demás, el lengua-
je empleado por la Academia («se escribi- a) /ui/, /iu/ se consideran siempre dip-
rán obligatoriamente») no es admisible. tongos y solo se tildan en palabras
esdrújulas, como casuística, por-
4.3.2.6. Encuentro de vocales áto - ciúncula, o agudas, como benjuí,
nas . El encuentro de vocales átonas, sean teníu, pero no en voces llanas, co-
cerradas y abiertas o viceversa, puede for- mo disminuido, jesuita, concluiste,
mar, respectivamente, diptongos crecientes construid, construimos, destruisteis,
inacentuados, como historia, lidie, ofidio, circuito, incluiremos, huidizo, cuida,
legua, tenue, continuo, o bien diptongos descuida, cuita, triunfo, diurno, viu-
decrecientes inacentuados, como raigam- da, mientras que
bre, amaseis, boicoteo, tautear, eufonía, b) /ii/, /uu/ se consideran siempre hiatos
Bousoño (→ c. 2.2). Pero también pue- y solo se tildan en palabras esdrúju-
de formar hiatos indiferentes, como ria- las, como friísimo, y agudas, como
chuelo, rielar, priorato, crueldad, diuresis, chií o samuhú, pero no en palabras
nihilista, o bien como rehilar, aunar, reunir, llanas: chiita, Rociito, tiito, diita,
tiourea, incluiremos (→ c. 2.3). Puesto que, duunvir (pero → 4.3.2.7.1, al final;
cualquiera que sea la sucesión, ninguna de 4.3.2.7.2-1; 4.3.2.7.4; 2.2.1.2).
las vocales es tónica, no presentan proble-
mas de atildación (salvo por adición erró- 43.2.7.1. Diptongo /ui/. La organiza-
nea de la tilde, como en amáseis, diúresis, ción más frecuente, como dice el Esbozo
por ejemplo). Sin embargo, la orae (1974: (1973: 55), es /uí/ (diptongo creciente
26) introduce una norma que no figura- acentuado), como en circuito, fui, fuiste,
ba en la edición anterior de dicho folleto genuino, fortuito, ruido, juicio, benjuí,
(1969), la cual dice así: «Las terminaciones Luis, Ruiz. Se dan, sin embargo, excep-
uo, ua, ue, cuando ninguna de sus vocales ciones; dice el Esbozo (l. cit.): «Solo o
es tónica, se consideran siempre diptongo especialmente el habla popular de algunas
a efectos ortográficos, cualquiera que sea regiones de España y de América utiliza
su pronunciación real. Se entiende, pues, /úi/ en palabras cuya /u/ ha sido silábica
que son llanas y no deben llevar tilde en en su origen: cuida /kúi.da/, cuita /kúi.ta/,
la vocal tónica tanto palabras como agua, muy /múi/» (pero → 4.3.2.2-5.1). Navarro
ambiguo, antiguo, exiguo, fragua, exan- Tomás (1980: 65, n.) dice que en algunas
güe, bilingüe, que siempre se pronuncian partes del norte de España se pronuncia
148 4.3.2.7.1. DIPTONGO /Ul/
cuida, descuido, cuita, muy, con preponde- raro que en circuito y fortuito; en gratuito
rancia de la u, pero que en el resto del país ocurre con relativa frecuencia». De to-
lo corriente es cuida, descuido, cuita, con das formas, según opina el mismo autor
preponderancia de la i. Y en la página 166 (p. 166), en estas palabras se da preferencia
añade: «La pronunciación antigua de las al diptongo. Especial problema presenta
formas cuita, cuida, cuide, etc., con acento la pronunciación de palabras, tanto mo-
sobre la u, [...] es aún corriente en Asturias nosílabas como polisílabas, terminadas en
y en algunos otros puntos del norte de -ui, como cui, frui, tui; si, como dice el
España. Bello la indicó asimismo como Esbozo, la organización más frecuente es
conservada en Chile. [...]». Sin embargo, /uí/ (lo que confirma Navarro Tomás,
no es solo en Asturias y en otros puntos 1980: 65: «En los grupos iu, ui predomi-
del norte de España donde se conserva na siempre como principal elemento del
esta pronunciación; según mi experiencia, diptongo la segunda vocal, reduciéndose
en Galicia, Andalucía, Castilla y Cataluña la primera a semiconsonante»), no cabe
se carga el acento de intensidad en la u, duda de que, hechas las excepciones an-
no en la i, en palabras como cuido, cuida, teriores (cuida, descuida, cuita, etcétera),
cuide, descuido, descuida, descuide, cuita, habrá que pronunciar cui, frui, tui, como
muy, huy, suido; incluso formas esdrújulas fui (→ 4.3.2.2-5.1). Sin embargo, cui tiene
como cuídate, cuídese, etcétera, escritas alografía con la forma cuy, que, como
con tilde en la i (pese a lo extendida que queda dicho arriba, solo puede leerse con
se halla la falta ortográfica de tildar la acento de intensidad en la u: [kúi], ya que
u: cúidate, etcétera), se pronuncian en la -y final de palabra, como se ha dicho,
general con acento de intensidad en la u. es consonante a los efectos ortográficos si
El Esbozo (1973: 56) incluye druida entre le precede vocal (→ 4.3.2.2-1). De acuer-
las voces que se pronuncian con preponde- do con la regla de que ui se considera
rancia de la u (para el caso de fluido, que diptongo para la práctica de la escritura
también menciona, → 4.3.2.7.2-3). Como (→ 4.3.2.7.2), intuito no debe tildarse,
se dice en el párrafo 4.3.2.2-5.1, todas las puesto que es palabra llana (v. ORAE74:
palabras terminadas en -uy son agudas y 26, § 37c; «La combinación ui solo llevará
cargan el acento de intensidad en la u, por acento gráfico, que irá sobre la i, cuando lo
el hecho de que la -y final de palabra prece- pidan las reglas 1.aa y 3.a del § 34 [es decir,
dida de vocal se considera consonante a los en voces agudas y esdrújulas]»).
efectos ortográficos. Por lo que respecta a
voces que terminan en -uito, -uida, -uisteis, 4.3.2.7.2. Hiato /u.í/. 1. El hiato /u.í/
la vacilación ha sido general desde hace se da claramente en los verbos terminados
más de un siglo. El drae de 1791 escribe en -uir y sus derivados terminados en -uid,
gratuito, pero circuito. El de 1847 tilda cir- -uido, -uida, -uista, -uiste, -uisteis, -uible,
cúito, fortuito, gratúito; el de 1852 escribe -uimos. En otras palabras existe bastante
fortuito, gratuito, pero circuito; el de 1869 vacilación; el Esbozo (1973: 56) dice que
no los tilda: circuito, fortuito, gratuito, en jesuita, altruismo, casuista, gratuito,
como el de 1884, pero en este aparece hui- pruína, ruina, ruin, beduino, etcétera, es
da con tilde, e igual sucede en la edición frecuente el hiato, pero también se da va-
de 1947, en la que además aparece fluido cilación entre este y el diptongo. Navarro
(→ 4.3.2.7.2-3); en el drae 56 ya escribe, Tomás (1980: 167) cita las siguientes, tam-
sin tilde, huida y fluido (v. Malaret, 1954- bién dudosas: jesuita, huida, huir, incluir,
1955: 241). El Esbozo (1973: 55) da genui- concluir, concluido, recluido, construí,
no, fortuito, circuito como diptongos, pero construiste, sustituimos, retribuisteis, etcé-
Navarro Tomás (1980: 166-167) las da tera, además de ruido, ruin, ruina, suizo,
como dudosas entre diptongo y hiato: «En circuito, fortuito, gratuito (→ 4.3.2.7.1).
ruido, ruin, ruina y suizo, el hiato es menos Añade que las personas que en una lectura
4.3.2.7.2. hiato /u.í/ 149
diptongo (v. Esbozo, 1973: 57), se trata braquiuro, friura, diurno, oriundo, vein-
de un monosílabo y, por consiguiente, no tiuno, viuda. Según Navarro Tomás (1980:
debe tildarse; pero, si no se tilda, lo más 169), «Se pronuncia con diptongo triunfo;
probable es que la pronunciación fuera siú, con hiato, diurno, y de ambos modos, aun-
como fui; obviamente, para leer síu hay que dando preferencia al diptongo, viuda y
que ponerle tilde, pero, entonces, o no es veintiuno». Pero añade: «En forma rápida
diptongo o, si lo es, se trata de una excep- y poco acentuada se dice también, con dip-
ción a la regla general de los monosílabos tongo, diurno». (Sin embargo, en palabras
(→ 4.3.1-1). Eliminada la tilde (que era procedentes de otras que tienen hiato —co-
injustificada en esta palabra), queda el pro- mo es el caso de diurno, derivado de día—,
blema de la pronunciación, pues siu debe- lo normal es considerar que tienen hiato;
ría leerse como fui, pero ¿la pronuncian así → 2.2.2.3). «La antigua pronunciación
los chilenos? Sin embargo, queda la duda viuda, con acento en la i, es hoy desusada
de si la solución adoptada por la Academia y extraña» (Navarro Tomás, 1980: 169),
es la correcta. Entiendo que más valdría El diptongo acentuado en la i se da en
rectificar la regla general, de tal manera las palabras analizadas anteriormente y el
que sea correcta la pronunciación íu, con diptongo homogéneo se da en voces como
diptongo decreciente acentuado. Porque diuresis, ciudad, siusí.
es cierto que se hallan ejemplos de tenío,
mildiu, mildiú (raro), manto y nullius, pe- 4.3.2.7.4. Combinación /ii/. Menos fre-
ro también los hay de teníu (poco usado), cuente que las anteriores, da lugar a tres
mildíu, mañíu (poco usado) y nullius (más tipos de realización fónica:
usado que nullius).
2. Verdadera excepción a la regla fun- a) hiatos indiferentes, como nihilista, y
damental es la que se aplica a los an- los compuestos cuyo primer elemen-
tropónimos y topónimos catalanes o de to compositivo es anti- seguido de i
origen catalán terminados en -iu, -ius o hi, como antihigiénico, antihipnó-
de pronunciación aguda; así, voces como tico, antiimperialismo, con tenden-
Feliu, Bordiu, Codorniu, Montoliu, Viu, cia al diptongo en la pronunciación
Arderius, Rius se escriben sin tilde tanto en ordinaria, especialmente en las que
catalán como en español. Según el Esbozo no llevan h intercalada;
(1973: 139), las grafías -iu, -ius represen- b) hiatos crecientes acentuados norma-
tan, probablemente, una articulación con les, como los superlativos friísimo,
hiato /í.u/; pero si la misma fuente dice que piísimo, agriísimo, vaciísimo y voces
en teníu y nullius hay diptongo, no se ve como angiitis (= angeítis en el drae ),
cómo Feliu y Rius pudieran tener hiato. (El chiita y los diminutivos diita, liito,
antropónimo de origen catalán Bordiu es tiita, tiito (v. Casares, 1952: 51; Es-
problemático; resulta obvio que, siguiendo bozo, 1973: 57; → c. 2.3);
la excepción para estos casos, la grafía c) hiatos decrecientes acentuados nor-
catalana es Bordiu, aguda escrita sin tilde, males, inexistentes en español, como
pero, a la vista de las grafías que aparecen atíido, bríido, camemíido, colíido,
en las publicaciones periódicas, surge la salviníido (→ c. 2.3, n. 1); la Acade-
duda de si no se tratará de palabra aguda mia no registra ninguna palabra con
terminada en diptongo creciente acentua- esta acentuación. Puede aparecer en
do, caso en el cual debe acentuarse: Bor- nombres científicos, especialmente
diú.) Como dice el Esbozo (1973: 57), el en botánica; deben escribirse sin
grupo /iu/ es más inestable, en español, que tilde en la primera i, y es preferi-
/ui/. El diptongo acentuado en la u se da en ble considerarlos hiatos indiferentes:
pocas palabras: triunfo, porciúncula; tam- atiido, briido, camemiido, coliido,
bién aparece, aunque existe vacilación, en salviniido.
152 4.3.2.7.5. COMBINACIÓN /UU/
Como en los grupos ui, iu, en el grupo Desde el punto de vista ortográfico, el
ii la tilde solo puede afectar al segundo tratamiento es igual al de los casos ana-
elemento en palabras esdrújulas como pií- lizados anteriormente: se tildan las voces
simo, agriísimo, vaciísimo, friísimo, foliífe- esdrújulas, como los hipotéticos duúnviro
ro, foliículo, y, teóricamente al menos, en o duúmviro, y las agudas, como samuhú,
palabras agudas (no conozco ninguna pero no los diptongos homogéneos duun-
en español); en los casos de hiatos in- vir, duunviral, duunvirato. No existe nin-
diferentes, como nihilista, ascidiiforme, guna palabra llana en la que el acento de
liliifloro, y en las voces llanas con hiato de- intensidad afecte al grupo, pero, si existie-
creciente acentuado normal, como chiita, se, no se tildaría, como no se tildan tiito,
diita, liito, tiito, tiita, Rociito, no se coloca disminuido, braquiuro, etcétera.
la tilde por las mismas razones que no se
coloca, en casos iguales, en ui, iu. Por otro 4.3.3. La h intervocálica no es hiática.
lado, la Academia declara ahora (DPD05, La 25.a de las nuevas normas de 1959 dice:
p. 637, 2.2a) que en /ii/ y /uu/ hay hiato, «Se declara que la h muda colocada entre
por lo que no cabe tildarlas en palabras vocales no impide que estas formen dip-
llanas: chiita, Rociito, pero sí en palabras tongo: de-sahu-cio, sahu-me-rio. En conse-
agudas (samuhú) o esdrújulas (duúnviro). cuencia, cuando alguna de dichas vocales,
Font Quer (1953: xix) menciona las si- por virtud de la regla general, haya de ir
guientes voces con doble i: ascidiiforme, acentuada, se pondrá el acento ortográfico
foliífero, liliifloro, pluviisilva, «todos los como si no existiese la h: vahído, búho, re-
que provienen de unir un primer com- húso». Como se dice en el párrafo 1.3.8.3,
ponente terminado en i con un segundo si la Academia no ha plasmado la regla de
componente desinencial, como -ina (en que la h intervocálica es hiática, cuando
voces químicas), apiina, coniina, lamiina... menos lo practica así en muchas palabras.
[...] o -inas (lat. -inae) o -íneas (lat. -ineae) Es más: en muchas de ellas la h antieti-
en diversos términos taxonómicos, como mológica solo tenía esa función hiática.
licopodiinas o licopodiíneas [...]». Las palabras a que afecta esta norma son
en su mayoría aquellas en que se da en-
4.3.2.7.5. Combinación /uu/. Como se cuentro de vocal abierta átona con cerrada
ha dicho en el párrafo anterior, la Acade- tónica:
mia considera que en /ii/ y /uu/ hay siem-
pre hiato a efectos ortográficos: duunvir, a) ahú: barabúnda, ahúmo, guarda-
duunviro, duunvirato. El Esbozo (1973: húmo;
57) dice que «todos los fonemas vocálicos, b) ehú: rehúso, rehúndo, rehúyo;
con excepción de /u/, pueden aparecer du- c) ohú: mohúr;
plicados, dentro del cuerpo de la palabra, d) ahí: ahíto, ahínco, vahído;
en sílabas contiguas». Y en nota al pie de e) ehí: rehílo, rehíncho, sobrehila;
la misma página: «Duunvir, duunvirato f) ohí: mohíno, prohíbo, cohíbo.
no son, propiamente, palabras españolas».
Por el contrario, Casares (1952: 51) decía: Se da con mucho menor frecuencia en el
«Este encuentro sólo se da en duunvir, encuentro de cerrada tónica con abierta
duunviral, duunvirato y duunviro. La Aca- átona; solo he hallado búho y dúho en el
demia estampa así estas palabras mientras grupo úho, pero no hallo ejemplos para las
que Robles Dégano (pág. 252) hace esdrú- otras realizaciones: úha, úhe, íha, íhe, ího.
julo a duúmviro. Bello es de igual parecer, Alfonso (1966: 208-209) se muestra con-
pero escribe duúnviro». En el drae 84 la trario a las tildes introducidas por Casares
Academia admitió la palabra samuhú, en (y recogidas en norma por la Academia)
la que se da tal encuentro de dos úes en por entender que no obedecen «a una ne-
interior de palabra en sílabas contiguas. cesidad o conveniencia, sino al esprit géo-
4.3.4. DESPLAZAMIENTO DEL ACENTO 153
métrique, en virtud del cual se tilda la i de ca). Incluso habría que decir que tal norma
vahído, por similitud con caído, y la u de es necesaria aun existiendo la h intercalada
búho, a semejanza de dúo». Según el autor, actual, por cuanto la regla general de que
esta regla crea una excepción a otra más la h no impide que dos vocales formen
general: la de que «las voces llanas termi- diptongo es aplicable a estas palabras en
nadas en vocal, [sobra esa coma, existente que la vocal cerrada no reclama tilde pese a
también en el texto de la grae 69, 480] no estar en hiato: aldehuela, Brihuega. Priva-
se acentúan». No tiene razón Luis Alfon- da la b de su función hiática o antidip-
so. Como se dice antes, la h intervocálica tongal, la fonética de esas palabras es un
ofició como elemento gráfico indicador de hecho culto, como lo es en paranoia y
hiato (h hiática), pero no todas las haches saharaui, ya que ningún elemento gráfico
intervocálicas tienen esa función, y, aunque indica que en ellas hay hiato en los encuen-
la tuvieran, no le consta al usuario normal tros -ehu-, -ihu, -oi- y -au- (es distinto el
de la lengua, puesto que ese extremo no caso de iatroquímica y iatrofísica, en que
figura como regla académica. La norma de la i es semiconsonante por posición, lo que
la Academia de que las voces llanas termi- no se da en las voces analizadas antes).
nadas en vocal no se tildan no es aplicable Podría admitirse que tales encuentros de
a este caso, sino más bien aquella de que el vocales no forman triptongo, pero nada en
encuentro de vocal abierta átona con cerra- la escritura indica cuáles de ellas forman
da tónica (→4.3.2.3) o de cerrada tónica diptongo y cuáles hiato.
con abierta átona (→ 4.3.2.4) forma siem-
pre hiato y, por consiguiente, la tilde es 4.3.4. Desplazamiento del acento. 1.
obligatoria cualquiera que sea el lugar de la En el plural, las palabras conservan el
palabra en que se dé este encuentro: reúne- acento de intensidad en la misma sílaba en
te, saúco, urutaú, donde se ve que saúco, que lo llevan en singular; esto hace que,
llana y terminada en vocal, lleva tilde en la si acaban en consonante, las agudas se
u. Con ello, lo que hizo Casares fue poner conviertan en llanas (corazon, corazones;
de manifiesto la inutilidad de la h hiática aerosol, aerosoles; manglar, manglares)
(una de las funciones que, aun no reconoci- y las llanas en esdrújulas (árbol, árboles;
da, le quedaban a esta letra inútil). Lo que mártir, mártires; margen, márgenes; semis,
sucede es que la Academia no ha llevado sémises); si acaban en vocal, las llanas si-
la norma hasta sus últimas consecuencias; guen siendo llanas (cama, camas; padre,
es decir, que al introducir la tilde no ha eli- padres), y las agudas, si se les añade el
minado la h, de lo que resulta que para el morfema -s, siguen siendo agudas (bisturí,
lector que conozca esa función hiática que bisturís; calicó, calicós), pero, si se les aña-
la h ha tenido, y que justifica su presencia de el morfema -es, se convierten en llanas
en muchas voces que no la traen de origen, (marroquí, marroquíes; ceutí, ceutíes).
o sobra la h o la tilde es redundante. Para 2. Como excepción a esta realidad acen-
eliminar la h intervocálica basta que la tual, unas pocas palabras ven desplazado el
Academia diga explícitamente que «toda acento de intensidad al hacer el plural; son
vocal cerrada y átona intervocálica es se- las siguientes: carácter, caracteres; régimen,
miconsonante», es decir, que forma sílaba regímenes; espécimen, especímenes. Según
con la vocal siguiente. De esta manera, los la opinión de Seco (1979b; 108; 1986: 241;
docentes tendrían una norma clara para 1998: 270), el plural de júnior debería ser
enseñar a sus alumnos: que no debe leer- juniores, con desplazamiento del acento,
se nau-a, quelteu-e, aldeu-ela, paranoi-a, pero el dpd 05 (p. 383) prefiere júniores;
saharahu-i, sino na-ua, quelte-ue, alde-ue- para la palabra ínterin, el mismo autor
la, parano-ia, sahara-ui, respectivamente (1966: 201) establecía el plural intérines
(todas estas palabras, menos paranoia y (con desplazamiento), pero posteriormente
saharaui, se escriben hoy con h intervocáli- (1979b; 106; 1986: 235; 1998: 261; 2011:
154 4.3.5. EL ACENTO EN LOS COMPUESTOS
350) recomienda seguir el establecido por ortográfico que como simple le habría
el Esbozo (1973: 182), es decir, sin varia- correspondido: decimoséptimo, asimismo,
ción en el plural (que es el modelo que rioplatense, piamadre» (orae 74, 28). Ro-
mantiene también el dpd 05, p. 370), y el senblat (1974: 46) no está de acuerdo con
propio Seco en 2011: 350; para hipérbaton Casares: «No nos parece del todo convin-
recomienda (1966: 191; 1979b: 100; 1986: cente la innovación académica, defendida,
221; 1998: 246; 2011: 330) hipérbatos o con mucho énfasis, por Julio Casares. A
hiperbatones, en este último caso con des- pesar de la opinión de Amado Alonso y
plazamiento del acento (el dpd 05 [p.341] Pedro Henríquez Ureña, en los numerales
recomienda solo la forma hipérbatos). Para compuestos como décimoséptimo, etcéte-
oxímoron, el plural debe ser oxímoros, ra, oímos frecuentemente el doble acento;
forma aceptable aunque no exista el sin- no son compuestos tan generalizados, tan
gular oxímoro [contrariamente al caso de populares, como para que haya actuado,
hipérbaton, en que existe hipérbato]); el como en rioplatense o asimismo [pero
dpd 05 (p. 479) recomienda los oxímoron, → 4.3.5-4], el debilitamiento acentual del
invariable, o los oxímoros. primer elemento y la pérdida o desvaneci-
miento de su valor significativo. Son, por
4.3.5. El acento en los compuestos. el contrario, formas eruditas, de uso oca-
1. Un compuesto es perfecto cuando el sional, en que se mantiene muy despierta
plural y el acento de intensidad se dan en la conciencia de los elementos integrantes:
el último de los elementos que lo forman. lo prueba el hecho de que hasta ayer la
En consecuencia, «Toda palabra acentuada Academia escribía décimotercia, décima-
se distingue por un solo acento de intensi- tercia o décima tercia». La Academia,
dad» (Esbozo, 1973: 74) y «Dos sílabas a lo largo de su historia, ha oscilado de
sucesivas con acento de intensidad las dos una a otra solución; en la grae de 1874
no pertenecen a la misma palabra» (Esbo- advierte que ninguna voz ha de llevar más
zo, 1973: 85). Es decir, que las palabras de un acento, aun las que se componen de
españolas, simples o compuestas (com- dos esdrújulos, que se escribirán con solo
puesto perfecto), solo tienen un acento de uno colocado en la antepenúltima sílaba
intensidad principal. Según Casares (1952: del segundo esdrújulo. El drae de 1837 y
42), nuestra lengua siente repugnancia 1869 escribía décimoséptimo. La grae de
«por palabras con dos acentos de igual 1880 resuelve que el primer elemento de
intensidad, y esto tanto al hablar como al las voces compuestas, si constan de más
escribir». Anteriormente, en la página 40, de una sílaba, y el segundo siempre, con-
refiriéndose a los acentos de voces como servan su acentuación prosódica y deben
décimoséptimo, décimonono, aseguraba: llevar la ortográfica que como simples les
«Postulamos que no existe verdadero com- corresponde: cortésmente, contrarréplica,
puesto si el primer elemento ha de con- décimoséptimo. Esta misma regla se repite
servar íntegra la intensidad de su acento en las ediciones de la grae de 1913, 1917
prosódico, y proponemos esta disyunti- y 1931. El drae de 1817 y siguientes es-
va: o se pronuncia decimoséptimo con el cribe asimismo, pero el de 1803 lo tilda:
acento en sép o la yuxtaposición de estos asimismo. La grae de 1820 establece que
ordinales no tiene categoría de compuesto se tildan los adverbios en -mente, como
y no deben escribirse, por tanto, formando fácilmente, pero escribe comunmente, sin
una sola palabra». Aceptada la propuesta tilde. Antes de la redacción del informe
de Casares por la Academia, esta decretó de Casares (1952), la situación era de
en las nuevas normas de 1959: «Cuando constantes dudas; Melús y Millá (1940:
un vocablo simple entre a formar parte 119) decían que «Las palabras compuestas
de un compuesto como primer elemen- conservan el acento de sus elementos: ágil-
to del mismo, se escribirá sin el acento mente, comúnmente, décimoséptimo»; lo
4.3.5. EL ACENTO EN LOS COMPUESTOS 155
mismo, con iguales ejemplos, afirma Mar- acento y se convierta en llano; lo que suce-
tínez Sicluna (1945: 303), y Lozano Ribas de, como apunta el mismo Casares, es que
(s. a., 129) dice: «Las voces que entran el primer acento se debilita, se convierte
en la formación de adjetivos ordinales en secundario, pero no desaparece. Lo que
compuestos, solo se acentúan si al escribir- cabe decir es que la norma académica pro-
las por separado les corresponde acento. picia una mala pronunciación de este tipo
Ejemplos: décimotercio, décimoquinto, dé- de palabras, que, precisamente por ser cul-
cimoséptimo». Las dudas se presentaban, tas en la mayor parte de los casos, resultan
sobre todo, en voces como asimismo, desconocidas para el usuario de la lengua
rioplatense, piamadre. (Pero píamente, con no especializado. Obsérvese, por otro lado,
tilde en la í-.) La norma académica, pues, que tales problemas no existen cuando el
vino a resolver algunos problemas impor- primer componente es una palabra llana,
tantes, pero no ha dejado de crear otros. como mineromedicinal, y en voces lexica-
En efecto, los compuestos de dos esdrúju- lizadas tampoco se observa claramente el
los no son comparables a los formados por fenómeno, como sucede con antropofagia
una palabra llana o aguda más un esdrúju- (de ántropo). Pero ¿cómo saber, sin ayuda
lo; en aquellos, el acento de intensidad del de la tilde, que existe hiato /a.í/ en procai-
primer componente se mantiene como un namida y /e.í/ en cisteinsintetasa e hiper-
acento de intensidad secundario; por ejem- proteinorraquia ?
plo, la palabra decimoséptimo debe seguir 2. Según el principio general enunciado
conservando un acento secundario en dé, en el párrafo anterior, se escriben también
pues de lo contrario la pronunciación es in- sin tilde los compuestos de verbo con enclí-
correcta: no se puede leer decimoséptimo. tico más complemento, como sabelotodo,
El mismo problema se presenta cuando el curalotodo, metomentodo, zampalopresto,
compuesto lo es de palabra esdrújula más siguemepollo, sanalotodo, así como aque-
palabra llana; por ejemplo, cefalotórax, llos que acomodaticiamente pueda crear
así escrito, puede ser leído de dos formas: el escritor o usuario de la lengua, como
quien sepa que céfalo es esdrújula leerá señalalotodo (Lozano Ribas, s. a.: 66),
cefalotórax, con un acento secundario en pintalotodo, siguemetonto, dejamentrar,
ce; quien lo desconozca, lo más probable desafiahombres, etcétera. Los problemas
es que, por falta de indicativo de acentua- de pronunciación y de grafía a final de
ción, la haga llana: cefalotórax. Imagínese línea son semejantes a los mencionados
la situación cuando una palabra como en el párrafo anterior, si bien su menor
dermatoesqueleto sea dividida a final de frecuencia hace que, como tales problemas,
línea exactamente por la unión de sus sean esporádicos.
componentes: dermato / esqueleto; la lec- 3. En los compuestos de dos o más
tura del no especializado será dermatoes- adjetivos unidos con guión, la Academia
queleto, con desplazamiento del acento mantiene la tilde en cada uno de los com-
de intensidad (→ 4.9). A este respecto, ponentes si les corresponde fuera del com-
es curiosa la peregrina teoría de Mallo puesto: cántabro-astur, ascético-místico. Es
(1955): «Pronunciando separadamente dé- una norma coherente, por cuanto no hay
cimo y séptimo, tienen, como esdrújulos, el composición completa (soldadura de los
acento en las primeras sílabas. La palabra dos elementos), sino un paso intermedio
compuesta, decimoséptimo, sigue siendo entre la completa y la incompleta (los tér-
esdrújula con acento en la sílaba sép, pero minos escritos por separado, como guardia
no en el primer elemento, pues la fracción civil, casa cuartel, mesa camilla, etcétera).
décimo se convierte en llana al unirse con 4. Hay, sin embargo, palabras com-
la otra». Por supuesto, no es cierto que al puestas escritas en un solo término que
unirse dos esdrújulos, o un esdrújulo con tienen dos acentos. La orae (1974: 28)
una palabra llana, pierda el primero el exceptúa de la regla enunciada en el pá-
156 4.3.5. EL ACENTO EN LOS COMPUESTOS
rrafo 4.3.5-1 anterior los adverbios en fría, impía, en que podría pronunciarse con
-mente, «porque en ellos se dan en realidad diptongo. Sin embargo, sin tilde, ¿cómo
dos acentos fonéticos: uno en el adjetivo habría de leerse técnicamente?: ¿acaso co-
y otro en el nombre mente»: ágilmente, mo acaloradamente? Ya se vio (→ 4.3.5-1)
cortésmente, lícitamente. Dado que no se qué problemas presentan los compuestos
trata de voces esdrújulas ni sobresdrújulas de dos esdrújulos, o de un esdrújulo y un
(que solo tienen un acento; →4.4.1.3; llano, al suprimir la tilde del primer ele-
4.4.1.4), si el primer componente no lleva mento. Parece, pues, preferible, incluso por
tilde en su forma simple, tampoco la lle- mantener un microsistema sin fisuras (pa-
vará en la compuesta: tontamente, sabia- recería incoherente tildar fríamente y no
mente, resaladamente. La orae no habla técnicamente), mantener la tilde académi-
de otras voces españolas con dos acentos, ca. En términos parecidos se oponía a esta
pero existen. Por ejemplo, Navarro Tomás tilde Roberto Restrepo (1952: 191), pero
(1980: 186, n.) dice: «Tiene dos acentos la a renglón seguido pedía que la Academia
forma asimismo y también los adverbios en tildase solamente (?). Por otro lado, debe
mente, uno en el elemento adjetivo y otro observarse que si la Academia mantiene la
en la terminación: fuérteménte, admirable- tilde en los adverbios acabados en -mente,
mente, iguálménte. Es también frecuente, es por el hecho de que mente no pide tilde,
aunque no unánime, la pronunciación bia- pues si la pidiera, estaríamos en el mismo
centual de guardiacivil [hoy escrito guardia caso de los compuestos analizados en el
civil, aunque el dpd 05 admite también párrafo 4.3.5-1.
guardiacivil], cámposánto [también campo 4.1. No son correctas las palabras de
santo], todavía, biénvenída y enhórabué- cualquier otro tipo que se pronuncien y es-
na». Seco (1986, 1998: s. v.) afirma lo criban con dos acentos. En la conversación
mismo respecto de asimismo y enhora- ordinaria se da a veces la pronunciación de
buena. Lozano Ribas (s. a.: 110) dice que algunas voces, sobre todo en las derivadas,
tienen dos sílabas dominantes voces como con dos acentos: vámonós, déjamé, póbre-
todopoderoso, pararrayos, destripaterro- cito, especialmente en tono exclamativo;
nes, telegrama, kilogramo, decimoquinto aunque estas pronunciaciones no deben
y los acabados en -mente. Con respecto trasladarse a la escritura, convencional-
a asimismo, dice Ragucci (1955): «Jamás mente puede admitirse que un autor las
creí yo que el compuesto asimismo fue- utilice porque lo crea necesario; incluso
se esdrújulo ni rioplatense sobresdrújulo, se diría que es obligatorio trasladar este
como parece insinuarlo el Informe [de Ca- tipo de pronunciación cuando, tratándo-
sares, 1952] en la página 43. De acuerdo se de personas autistas o con dificultades
con el referido precepto gramatical, debían de lenguaje, interesa hacerlo constar así.
considerarse como voces yuxtapuestas, ca- Sin embargo, deben rechazarse de plano las
da una con su acento, lo mismo que los pronunciaciones irregulares que se oyen
adverbios en mente, que no dan esdrújulos a veces en radio y televisión. Rosenblat
ni sobresdrújulos. A pesar de tal precepto, (1960: 377) cita las siguientes: conspira-
para mí el elemento así, junto al acento de dores, consejo consultivo, las necesidades
mismo, en la pronunciación fue siempre régionáles, etcétera (v. E. Lorenzo, 1980:
átono, y ni siquiera le concedo acento, sin 218-219; 1994: 166-167).
repugnancia, en la forma equivalente así 4.2. En los compuestos acomodaticios
mismo». El propio Ragucci (1954: 883; o estilísticos en que entren dos o más ele-
1956: 214) dice que en las palabras termi- mentos acentuados, solo uno de ellos, el
nadas en -mente la tilde no es imprescindi- último, llevará tilde: nosequé, nosedónde,
ble, ya que sin ella se leerán debidamente; queseyó; obsérvese la mutación de los ele-
su ausencia, a juicio de este autor, solo mentos de este último término: pierden la
podría ser problemática en voces del tipo tilde qué y sé y se le añade a yo para formar
4.3.5. EL ACENTO EN LOS COMPUESTOS 157
una voz aguda, al modo de superyó, grafía ella esas tildes se han suprimido. Así pues,
admitida por la Academia. lo correcto es escribir recitóla, acabose.
5. Según Fernández Ramírez (1966: Pero, como se dice en el párrafo 4.3.5-6, se
215), a los compuestos se les aplican las mantiene la norma por lo que se refiere a
reglas generales de atildación, pero pueden las palabras de pronunciación esdrújula o
ocurrir tres cosas: sobresdrújula: acabósele, dábaselo.
6.1.1. Para la adecuada interpretación
a) que el componente sobre el cual re- de esta norma, había que tener presen-
cae el acento de intensidad se escriba te que se trataba en todos los casos de
tal como se escribiría si no formase tiempos verbales con enclítico, no de sus-
parte del compuesto: protohistórico, tantivos cuando estos tiempos verbales
amormío, portaguión, pleamar; más el enclítico cumplen esta función; por
b) que haya de recibir una tilde que ejemplo, las voces mencionadas en el punto
no recibiría si funcionara indepen- c del párrafo 4.3.5-5 anterior: cargareme
dientemente: aguapié, trasdós, gana- (de cargaré + me), penseque (de pensé +
pán, guardahumo, pisaúva, pésame; que), acabose (de acabó + se), detente (de
c) que haya de omitirse la tilde que detén + te) no llevaban tilde cuando se
se escribiría si fuese palabra libre: empleaban como sustantivos, como no la
penseque, cargareme, acabose; a este lleva diretes en el sintagma dimes y dire-
punto pertenecen también palabras tes (diré + te + s), pero sí llevaban la tilde
como tiovivo, piamadre, asimismo, cuando se trataba de tiempos verbales; por
etcétera, que, como se ha visto antes ejemplo, Esto es el acabose (sustantivo),
(→4.3.5-1), siguen la regla general pero Esta obra acabóse de imprimir...
de tildar los compuestos solo en (tiempo verbal); El soldado llevaba un
el segundo elemento, cuando como detente, pero Deténte, bala. Actualmente,
simple le corresponda: sabelotodo, a partir de la ole 99, ya no llevan tilde
decimoséptimo. este tipo de formaciones. Pero si la palabra
resultante es de pronunciación esdrúju-
La incidencia de esta norma en la división la o sobresdrújula, se tilda siempre: cúmpla-
de palabras a fin de línea estriba en que las se, péname, pésame, pésete, pláceme
tildes o la ausencia de ellas debe respetarse (v. Esbozo, 1973: 143).
cuando el compuesto se divide por sus ele- 6.1.2. Según lo dispuesto por esta nor-
mentos: gana / pán, pisa / úva, tras / dós, ma, debían tildarse voces como déle, déme,
pense / que, acabo / se (→ 4.9). dése, déles, délos, dénos, séle, séme, séles,
6. Los tiempos verbales que se acre- sénos, puesto que las grafías dé y sé corres-
cientan con enclíticos conservan el acento ponden a tiempos de los verbos dar y ser.
de intensidad en la misma sílaba en que lo Aunque en principio la aplicación de la re-
llevan en su forma simple; la tilde se añade gla general a este caso particular no parecía
cuando la forma resultante da una palabra demasiado justificada, por cuanto dé y sé
de pronunciación esdrújula; ejemplos: da + son monosílabos y solo llevan tilde diacrí-
se = dase; da + se + le = dásele; daba + le = tica (para diferenciarlos de la preposición
dábale; acabó + se + le = acabósele; da- de y el pronombre se), parecía oportuno
ba + me + la = dábamela; oiga + se + me + guardar la regla y tildar aquellas formas,
le = óigasemele. con objeto de no crear más excepciones.
6.1. Cuando el tiempo verbal sea de A partir de la ole 99 tampoco estas voces
pronunciación aguda, al añadirle un enclí- llevan la tilde que se les colocaba en estos
tico conservaba la tilde en la misma sílaba casos. Naturalmente, no se tildaban voces
que en su forma simple: recibí + le = recitó- como denme, denle, denles, dennos, dense,
le; acabó + se = acabóse. Así lo establecía la dame, dile, dase, que en su forma simple
Academia hasta la ole 99, pues a partir de tampoco se tildan.
158 4.3.5. EL ACENTO EN LOS COMPUESTOS
6.1.3. Esta regla debía aplicarse tam- escritura, lo cual es una prueba indirecta a
bién a las formas peculiares de la América favor del estatuto exento de los enclíticos».
hispana: ¡Tenéte, hombre, que parecéis Por lo demás, la norma de acentuar los
endiablado! (Rosenblat, 1960: 13); Si te tiempos verbales que se acrecientan con en-
perdis, chifláme; Conformáte con lo que clíticos fue establecida por la Academia en
te dan (Rosenblat, 1971: 87); Hacéte a la edición de 1820 de la GRAE: encogíme,
un lado. Dice Fernández Ramírez (1966: halléle, escapóse, conservando el acento
216): «En las zonas americanas de voseo, que tienen en el tiempo simple. Actual-
donde no se articula ni se escribe la -d de la mente, con las normas de la OLE99, no se
segunda persona del imperativo de plural, tildan los tiempos de verbo con enclíticos
suele escribirse la tilde en la sílaba sobre la ni se aplica a estas formas la tilde cuando
que recae el acento de intensidad cuando el se emplea esta con valor diacrítico, como
imperativo se construye con un enclíti- era el caso de déle, dése, déme, etcétera.
co. Es usual acentuar sentáte, consérvate, Pero se tildan los tiempos de verbo llanos
decíle, yeváme (= llevadme), etc.». Con más enclítico: mírame, sépase, aunque co-
la nueva normativa (ole 99), también en mo simples no se tilden, ya que se convier-
este caso dejan de colocarse esas tildes. ten en voces de pronunciación esdrújula.
6.1.4. Hay que decir, finalmente, que Fernando de Herrera también conservaba
esta regla acentual era una de las más la tilde de las formas verbales acrecenta-
discutidas de la anterior normativa. Refi- das con enclíticos: hallème, elevòse, lloró-
riéndose a esta tilde, Ragucci (1956: 215) te, fálteme; este autor señalaba con tilde
se pregunta: «¿Es necesaria la tilde para la grave las formas verbales agudas y con
correcta pronunciación de esos vocablos? aguda las homográficas (v. Macrí, 1972:
Con ella o sin ella, ¿no se pronunciará 450).
lo mismo? ¿No sería entonces superflua?
[...] Sin la tilde, todos esos vocablos serán 4.3.6. La tilde en las mayúsculas y en
llanos, y como tales necesariamente se pro- las versalitas. Las letras mayúsculas y las
nunciarán». Roberto Restrepo (1952: 191) versalitas deben tildarse exactamente igual
se oponía también a la tilde en voces co- que se hace con las minúsculas. Un texto
mo formóse, pidióme, conmovíla. Veciana total o parcialmente escrito con mayús-
(1982: 5-12) mantiene también la opinión culas o con versalitas presenta los mismos
de que esas tildes son ociosas y redundan- problemas de lectura y pronunciación,
tes. Si se escribe recibile, esta grafía, sin desde este punto de vista, que si estuviera
ayuda de la tilde, indica que la pronun- escrito con minúsculas solamente. La grae
ciación es la propia de una palabra llana no trata esta cuestión fundamental de la
o grave; es decir, que igual se pronuncia atildación. Aparece por primera vez, so-
recibíle que recibile. Sin embargo, el propio lamente como recomendación, en la orae
Bello (1951: 131), que había propuesto un (1969: 9): «Se recomienda que en las pu-
sistema acentual distinto del de la Acade- blicaciones que incluyen listas de términos,
mia (tendente al ahorro de tildes), propo- no se utilicen mayúsculas, o si así se hace,
nía como regla general: «Los enclíticos no se mantengan las acentuaciones ortográfi-
hacen diferencia en la acentuación escrita: cas, con el propósito de evitar confusiones
se acentuarán déme, envíame, porque se en la interpretación de vocablos». Curiosa
acentúan dé y envía». Fernández Ramírez forma de recomendar la atildación de las
(1966: 216, n. 25) dice: «Tanto la aplica- mayúsculas, en lugar de ir derecha al gra-
ción de las reglas generales de acentuación no y decretar que todas las mayúsculas,
a los grupos de verbos con enclíticos como comiencen o no palabra, deben tildarse.
la redundancia de esta norma particular La segunda edición de la orae (1974: 10)
demuestran la tendencia a asegurar el relie- repite al pie de la letra el párrafo citado,
ve acentual, si es necesario por medio de la pero no solo añade, al respecto, un párrafo
4.4.1.1. ATILDACIÓN DE VOCES AGUDAS 159
117) escribía Orleáns, y existía duda otra consonante más s, como sucede,
acerca de si lo correcto era Molíns o por ejemplo, en tórax, cuya x final
Molins, Mayáns o Mayans, etcétera. representa dos fonemas: /k/ + /s/. En
La propia orae (1969: 26) citaba buena lógica, si se escribiera Molíns
como ejemplo Amiens o Amiéns, habría que escribir bíceps y torax.
ejemplo que ya no aparece en la se- A mayor abundamiento, la regla
gunda edición de este folleto (1974: académica permite hacer plurales
29) ni en el drae (1970: 1424). irregulares manteniendo las tildes
Este uso estaba justificado por el que corresponden a la grafía singu-
hecho de que el mismo drae 56 lar: álefs (álef), baobabs (baobab),
escribía Orleáns (s. v. orleanista) salacots (salacot), pues de lo con-
y tremens (s. v. delírium tremens), trario habría que escribir alefs, bao-
rectificadas en el drae 70. Aunque bábs, salacots. Con todo, es cierto lo
aún hay autores partidarios de que que dice Rosenblat (1974: 45): «El
las palabras agudas terminadas en inconveniente que vemos es que la
-ns se tilden (v. Mejía, 1971: 277; inacentuación académica está gene-
Miranda Podadera, 1981: 90; Vecia- ralizando pronunciaciones falsas co-
na, 1982: 11-12), la norma acadé- mo Llórens, Cámpins, etc.». Sin em-
mica es coherente por las siguientes bargo, se trata, a mi juicio, de falta
razones: primera: porque en español de conocimiento de la norma; cono-
no hay voces agudas terminadas en cida esta, la pronunciación no tiene
-ns (si se prescinde de clarens, cuya por qué ser incorrecta. Donde real-
grafía [rectificada por la Academia mente pueden presentarse problemas
en el DRAE01] es clárens); segunda: es, por ejemplo, en antropónimos y
porque todas las que se usan con topónimos como Bails y Badia, que
esa terminación y agudas son de en catalán no se tildan, pero que en
origen catalán o francés, lenguas español, de no tildarse, se leen como
en las cuales no reciben tilde, con diptongos, cuando en realidad son
lo que se respeta (como se hace hiatos: Bails, Badía. La Academia
con los restantes antropónimos y escribe Bails con tilde en todas sus
topónimos; → 4.3.2.2-1) su grafía publicaciones (orae 69, 23; drae 56,
original; tercera: porque la misma 1367; drae 70, 1424; orae 74, 25),
regla permite, por el contrario, tildar pero se trata de un apellido que no
voces de origen latino, como bí- recibe tilde en su idioma original
ceps, tríceps, fórceps (como se tildan (v. desu y nel , s. v.), por lo que, si no
cuórum [así españoliza la Acade- se tildan Palau, Masdeu, etcétera,
mia la palabra latina quorum, pero no deberían tildarse Bails ni Badía,
mejor hubiera sido adaptarla con como no se tilda Bristol (antropó-
la grafía cuorun], accésit, etcétera). nimo y topónimo inglés), pese a lo
Claro está, la servidumbre de la cual se suele leer como palabra llana
regla obliga a poner tilde en siémens porque se identifica como extranje-
y trémens, que no la llevan en su rismo (→ 7.1.2.6.3);
origen alemán y latino, respectiva- c) las que terminan en otro grupo con-
mente, pero esa tilde se encarga de sonántico o dígrafo: iceberg, zare-
indicar que es grafía españolizada, vich;
como lo es Camóens (port. Ca- d) las que terminan en -ay, -ey, -oy, -uy
móes). Se ve, pues, que la tilde en (→ 4.3.2.2-5);
esas palabras llanas terminadas en e) los antropónimos y topónimos cata-
el grupo -ns está en consonancia con lanes que terminan en -au, -eu, -ou
la que se usa en terminaciones de (→ 4.3.2.2-1).
4.5. ATILDACIÓN DIACRÍTICA 161
tónicas homógrafas lleven tilde diacrítica. te), cayó y cayo, llegué y llégue, etcétera
Son tónicas, por ejemplo, las formas ver- (v. Macrí, 1972: 450). La propia Academia,
bales, los numerales simples (cardinales u en la grae de 1874, escribía luégo, con til-
ordinales), los indefinidos, los pronombres de, cuando significaba «inmediatamente» o
personales, los posesivos, los demostrati- «después», y luego, sin tilde, cuando equi-
vos (lleven o no tilde diacrítica); entre los valía a «por tanto», «por consiguiente».
adverbios, ahora, antes, cerca, lejos, sí, no, Actualmente, como es sabido, no se hace
bien, mal, muy, etcétera (son átonos donde, esta distinción. Roberto Restrepo (1952:
cuando, cuanto, como, salvo cuando se 191) pide que si se tildan monosílabos co-
usan con valor interrogativo, determinati- mo el, tu, mi, se, de, que, quien, etcétera, se
vo o exclamativo, en que son tónicos). Son haga otro tanto con di (imperativo de de-
átonos los términos de tratamiento; en los cir), ve (imperativo de ir), ser (sustantivo),
vocativos, la primera palabra que inicie la son (sustantivo). Añade que si se siguiera
invocación: ¡Dios mío!; en las denomina- la norma de acentuar vocablos con idéntica
ciones compuestas, como Juan José, María forma y distinta función gramatical, se ten-
Josefa, José María, es átona la primera dría que acentuar como, inflexión verbal
palabra, como lo es en los sintagmas río («o cómo media naranja), para distinguirlo
arriba, río abajo, boca arriba, boca abajo. del adverbio (no como media naranja);
Es decir, en el grupo fónico el acento de in- fuera, adverbio de lugar y de tiempo, para
tensidad afecta a una palabra, la cual pue- distinguirlo de las formas verbales de ser
de llevar o no tilde, o bien, llevándola, no y de ir. Entre los monosílabos, Ragucci
ser palabra tónica, sino átona. Para ilustrar (1956: 210) introduce dón y don, sin es-
el valor de la función diacrítica de la tilde, pecificar las acepciones en que tildaría y
Casares (1952: 108) aduce este ejemplo: no tildaría. Entre los polisílabos, introdu-
«Todos los amotinados traían algo con ce otro, ninguno, vários, múchos, pocos,
que atacar: algunos fusiles, pocos sables y todos, cualquiéra, etcétera, «cuando se
muchos palos». Fácilmente se echa de ver, emplean como pronombres y no como ad-
como acentúa el propio Casares, que exis- jetivos. Sin embargo, en este último caso,
te confusión al no quedar claro si se trata por las Nuevas Normas, pueden también
de «algunos fusiles» o de que «algunos escribirse sin tilde —y para mí es lo más
(traían) fusiles». La solución que proponía recomendable siempre que ello no dé lu-
Casares es esta: «Todos los amotinados gar a anfibología». Lagomarsino (1957:
traían algo con que atacar: algúnos fusiles, 148 ss.) propone también ve (indicativo de
pocos sables y múchos palos». Por supues- ver), vé (imperativo de ir); di (indicativo
to, esta es una solución indeseable. Mucho de dar), di (imperativo de decir). En conse-
mejor es esta otra: «Todos los amotinados cuencia, y según este autor, habría que es-
traían algo con que atacar: algunos, fusiles; cribir dile, dime, dínos, véte, «por razones
pocos, sables, y muchos, palos». Es decir, de uniformidad y para aprovechar el énfa-
una puntuación adecuada sustituye venta- sis marcado por el acento ortográfico, que
josamente (incluso desde el punto de vista tan bien conviene al modo imperativo». Ca-
de la entonación) a las tildes inusitadas que sares (1952: 81) dice que también se pide la
proponía Casares (→ 4.5.2-7), propuesta distinción para no en ciertas construcciones
que no fue atendida por la Academia. (Ragucci), para (preposición) y pára (ver-
No todos los autores están de acuerdo bo), luego (conjunción) y luégo (adverbio
en cuanto al número de voces que deben de tiempo), y aun hay quien la extendería
llevar tilde diacrítica, como se verá. Ya Fer- a ménos cuando oficia de adverbio: Hubo
nando de Herrera tildaba con acento grave ménos asistentes que el curso pasado, para
las formas agudas de los verbos y con acen- distinguirla de menos cuando es preposi-
to agudo las llanas de igual grafía: escuchó ción: Todos, menos tus hermanos. Y, como
(pretérito indefinido) y escucho (presen- dice Casares (1952: 79), otros tratadistas
4.5.1. ATILDACIÓN DIACRÍTICA DE MONOSÍLABOS 163
piden que se tilden también (junto con éste, bio relativo de modo, equivalente a como:
ése, aquél) aqueste y aquese, otro, algunos, Aquellos individuos, cual lobos enfureci-
pocos, muchos, etcétera. Martínez Lacalle dos, nos atacaron con saña; cuando es pro-
(1979: 115), aplicando el precepto acadé- nombre relativo usado como correlativo:
mico (orae , 1969: 24; 1974) según el cual Los humildes se muestran tales cuales son.
«se escribe el acento [tilde] cuando existan 2. cuán/cuan. Se tilda cuando es ad-
dos monosílabos iguales en su forma, pero verbio exclamativo: ¡Cuán antipático
con distinta función gramatical, en una de me resulta! No se tilda cuando es adver-
las cuales lleva acento fonético y en otra bio, apócope de cuanto: Cayó cuan largo
es átono», dice que también podrían lle- era.
var tilde diacrítica las notas musicales do, 3. dé/de. Se tilda cuando es tiempo del
mi, la, si, los sustantivos tónicos lo, tan. verbo dar: No le dé de comer (→ 4.3.5-
Concluye este autor que tal vez, pese al 6.1.2). No se tilda cuando es preposición:
enunciado, la Academia presenta una lista Consta de ocho elementos; Una de dos;
cerrada de los monosílabos acentuables, Juan de la Cueva.
aunque en este caso pudo haber incluido 4. dó/do. Este adverbio de lugar, apó-
té/te, que no menciona. En cualquier caso, cope de donde, muy poco usado actual-
ha de tenerse en cuenta que la tilde diacríti- mente, salvo en poesía, se tilda cuando
ca no debe aplicarse por falsa analogía. Por equivale a dónde: ¿Dó vas, triste de ti? No
ejemplo, quien tilda tú y mí cuando son se tilda cuando equivale a donde: Do fue-
pronombres, se siente inclinado a escribir res, haz lo que vieres.
tí en el mismo caso; quien tilda dé (de dar) 5. él/el. Se tilda cuando es pronombre
se siente inclinado a escribir dá, y quien personal de tercera persona: ¿Sabés cuán-
escribe té (sustantivo) piensa que también do llega él?; Él ha llegado ya. No se tilda
debe escribir fé. cuando es artículo determinado: El perro
se moría; El entrañable amigo Antonio; El
4.5.1. Atildación diacrítica de mono- nunca bien ponderado senador.
sílabos. Puesto que, siguiendo la norma 6. más/mas. Se tilda cuando es ad-
general, los monosílabos no se tildan verbio de cantidad: Había más de mil
(→4.3.1-1), solo pueden recibir tilde dia- personas; cuando es pronombre indefinido
crítica las formas tónicas de voces homó- cuantitativo: Tiene más dinero que un
grafas (si bien, como se ha visto en el pá- rajá. No se tilda cuando es conjunción
rrafo anterior, no en todos los casos). Si las adversativa (por lo general equivalente a
formas simples que reciben tilde admiten pero): Era importante, mas no tanto como
plural, este debe tildarse también cuando dijeron.
se trata de sustantivos o pronombres; por 7. mí/mi. Se tilda cuando es pronom-
ejemplo, el plural de té (planta, infusión) bre personal: Es para mí; ¿Lo dices por mí?
es tés. No se tilda cuando es adjetivo posesivo,
1. cuál/cual. Se tilda cuando es pro- apócope de mío, mía: Mi madre no va al
nombre interrogativo, tanto en forma di- cine, pero mi padre sí.
recta como indirecta: ¿Cuál quieres?; Dime 8. qué/que. Se tilda cuando es pro-
cuál quieres; No sé cuál elegir. También nombre interrogativo, en forma directa o
se tilda cuando se usa como exclamativo: indirecta: ¿Qué haces?; No sé qué haces;
¡Cuál ha de ser, hombre!; cuando es pro- puede usarse exclamativamente: ¡Qué ha-
nombre indefinido: Cuál más, cuál menos, ces!; cuando es adverbio de cantidad: ¡Qué
todos querían contribuir; en la frase pon- tontos eran los dos!; en las expresiones
derativa a cuál más: Son un par de bandi- ¡pues qué!, ¡pues y qué!, ¿y qué?; en la
dos, a cuál más cruel. No se tilda cuando interjección ¡qué!, y en la locución adver-
es pronombre relativo: Vino Antonio, el bial sin qué ni para (o por) qué (es decir,
cual no anda muy bien; cuando es adver- sin motivo o razón). No se tilda cuando
164 4.5.1. ATILDACIÓN DIACRÍTICA DE MONOSÍLABOS
recoge este mismo texto, añade: «Existiría primera lectura, esta podría interpretarse
este riesgo en la oración siguiente: Los como adjetivo de muestra (sustantivo), en
niños eligieron a su gusto, éstos pasteles, lugar de pronombre (esta) y tiempo verbal
aquéllos bombones. Con tilde, éstos y (muestra), repectivamente; en casos como
aquéllos representan niños; sin tilde, es- este, una coma resuelve el problema:... una
tos y aquellos son determinativos de paste- reacción del segundo grupo; esta, muestra
les y bombones, respectivamente». En este que no hay diferencia... En caso de necesi-
ejemplo, la anfibología no es achacable a dad, el pronombre puede situarse también
la presencia o ausencia de tildes, sino a la entre comas; véase este ejemplo: ... pueblo
puntuación; si la Academia puntuara co- español, entendido este tanto conjunto de
rrectamente, tal anfibología desaparecería ciudadanos como...; la posible confusión
aun sin tildes: véase: Los niños eligieron de este adjetivo y tanto sustantivo en
a su gusto: estos, pasteles; aquellos, bom- lugar de este pronombre y tanto corre-
bones (obsérvese el paralelismo con el lativo de como se resuelve así: ... pueblo
ejemplo de Casares mencionado en el pá- español, entendido, este, tanto conjunto
rrafo 4.5); puntuado así, que es como debe de cuidadanos como... Es decir, que alguna
hacerse, las tildes son incluso redundantes: coma en situaciones ciertamente esporá-
no se necesitan para desambiguar una dicas sirve para evitar infinidad de tildes.
frase que no es ambigua. En relación con En los restantes usos pueden darse dos
la norma académica referente a que estos situaciones bien diferenciadas: que este,
pronombres «llevarán normalmente tilde, ese y aquel desempeñen función anafórica
pero será lícito prescindir de ella cuando (cuando se refieren a un sustantivo enun-
no exista riesgo de anfibología», Mejía ciado antes en la oración o período, al que
(1968: 415), muy clarividentemente, la ta- sustituyen) o que la función sea catafórica
cha de confusa e imprecisa; dice: «Porque (cuando este, ese, aquel se anticipan a la
si esos pronombres “llevarán normalmente mención del sustantivo correspondiente);
tilde”, ¿por qué han de dejar de llevar- ejemplos de función anafórica: Antonio
la? Y si no existe riesgo de anfibología, ¿por y Gustavo han llegado tarde: este, veinte
qué ponerla “normalmente”, puesto que la minutos; aquel, media hora; Lo que más
anfibología es lo menos “normal” que le gusta es el café solo y las fresas; aquel,
pueda darse? Modestamente, creemos que para el desayuno; estas, para la merienda;
la Academia no ha resuelto ni mucho me- ejemplos de función catafórica: Esta es la
nos los problemas de esta tilde; al contra- esposa de Pedro; Esas son las ideas por
rio, los ha complicado aún más». Resulta las que lucho: la libertad y la fraternidad.
tan obvio que uno se pregunta si la Acade- Quienes decidan tildar en todos los casos
mia ha leído esta opinión. En efecto, lo que estas palabras no hallarán dudas cuando
la Academia debería enunciar en la norma la función es anafórica, pero sí cuando es
es lo contrario de lo que enuncia: estos catafórica. En efecto, la tilde puede admi-
pronombres se escribirán normalmente sin tirse cuando esas palabras ocupan el lugar
tilde y solo podrán llevarla cuando exis- del sustantivo (anafórica) para evitar su
ta riesgo de anfibología. Tal riesgo, si se repetición (aunque una puntuación como
puntúa correctamente (como se ha visto en la utilizada en los ejemplos sustituye ven-
los ejemplos anteriores), prácticamente no tajosamente a las tildes), pero cuando lo
existe. Puede darse algún caso esporádico que se anticipa es este, ese o aquel, las du-
en que una palabra pueda actuar como ad- das se multiplican. Véanse unos ejemplos:
jetivo o como sustantivo o tiempo verbal y, Este es el hombre que se busca; Esta es la
en consecuencia, presentar algún problema suegra de mi hermano; Este es el solda-
de interpretación; véase el ejemplo siguien- do de quien te hablé; Aquella es la plaza
te: ... una reacción del segundo grupo; esta adonde nos dirigimos; Con este son tres
muestra que no hay diferencia...; en una los casos de muerte por electrocución. En
4.5.2. ATILDACIÓN DIACRÍTICA DE POLISÍLABOS 167
mi opinión, en estos oficios no deberían desde hace mucho tiempo. Arnold (1931:
tildarse los pronombres este, ese, aquel. 449-450) cita ejemplos de escritores como
Obsérvese el siguiente ejemplo: El proble- Espronceda, Galdós, Fernán Caballero y
ma es conseguir alimento para la boca, y Rubén Darío en los que alternan grafías
hay dos estrategias generales para hacerlo. como aquél que y aquel que; puesto que
Una es llevar el alimento a la boca: esta es aquel puede sustituirse por el, no debe
la función desarrollada por los tentáculos llevar tilde. En la OLE10 (pp. 241 y 270),
del pulpo. Como se puede observar, si se la Academia resuelve al fin esta duda: «[...]
tildase esta en esta es la función..., no cabe a partir de ahora se podrá prescindir de la
duda de que ésta, con tilde, tiene función tilde en el adverbio solo y los pronombres
anafórica y se refiere a boca, pero en reali- demostrativos [este, ese, aquel] incluso en
dad el ejemplo nos muestra que su función los casos de posible ambigüedad».
es catafórica: se refiere a función: esta 8. esto, eso, aquello. Estas formas neu-
(función) es la función desarrollada... Si se tras no reciben tilde en ningún caso; sí,
alegara que en todos esos casos este, ese y naturalmente, estos, esos, aquellos (si se
aquel son tónicos, Navarro Tomás (1980: decide tildarlos; → 4.5.2-7).
190) se encargaría de no hacer buena la 9. porqué/porque. Se tilda cuando es
alegación: «La misma acentuación foné- sustantivo que significa «causa, razón,
tica tiene, por ejemplo, a pesar de lo que motivo», o bien «ganancia, sueldo, retri-
aparenta la escritura, esa en “esa senda so- bución»: Ignoro el porqué de esa sanción;
litaria” que en “ésa fue su gran desgracia”, Cada trabajador merece su porqué (en este
o la forma aquella en “aquella tarde de último sentido es muy poco usada). No se
otoño” y en “aquélla trajo la suerte”». Se- tilda cuando es conjunción causal: Lo hago
gún Mejía (1968: 415), la regla académica porque me gusta; Llegué tarde porque el
debería reformularse así: «Los pronombres metro se averió; cuando es conjunción fi-
este, ese, aquel, con sus femeninos y plu- nal, equivalente a para que: Porque puedas
rales, solo llevarán [mejor: podrán llevar] ser alguien, lo doy todo por bien empleado
acento gráfico en los casos en que estén (no obstante, → 9.2-20).
representando un nombre antecedente», es 10. sólo/solo. La tilde diacrítica puede
decir, en función anafórica. Véanse otros aplicarse al adverbio solo para distinguirlo
ejemplos que pueden presentar dudas: Es- del adjetivo y sustantivo homógrafos. Se-
te me lo dijo; Me lo dijo este; Mañana gún la grae (1959: 481), «Por costumbre
llego a esa; Por esta te comunico que...; [cursiva mía] se acentúa la palabra sólo
Ocúpate menos del otro mundo y más de cuando es adverbio, y no cuando es sus-
este; Aquella que ves allí es mi hermana; tantivo o adjetivo; v. gr.: sólo me deleita
su resolución es como sigue: Este (chico, el estudio; acabo de ganar un solo en el
muchacho, hombre, individuo) me lo dijo; tresillo; un solo reparo lo detiene». Por su
Me lo dijo este (chico, muchacho, hombre, parte, Casares (1952: 81) dice al respecto:
individuo); Mañana llego a esa (ciudad); «Lo que sucede aquí es que las ocasiones
Por esta (carta) te comunico que...; Aquella de anfibología son tan notorias que consi-
(niña, chica, mujer) es mi hermana. Siem- deramos aconsejable trocar lo consuetudi-
pre que este, ese, aquel, con sus femeninos nario en preceptivo». La 18.a de las nuevas
y plurales, equivalgan a el, la, los, las no normas de 1959 decía: «La palabra solo,
deben llevar tilde: Este que pasa es mi tío en función adverbial, podrá llevar acento
(El que pasa...); Dichoso aquel que tiene ortográfico si con ello se ha de evitar una
su casa a flote (Dichoso el que...); Estos anfibología». Y la orae (1974: 27) añade
que juegan son mis sobrinos (Los que jue- estos ejemplos: «le encontrarás solo en ca-
gan...). Como puede verse, es otra forma sa (en soledad, sin compañía); le encontra-
de resolver los casos anteriores. Construc- rás sólo en casa (solamente, únicamente)».
ciones como aquel que vienen planteadas Casares aducía un ejemplo similar: Pedro
168 4.5.2. ATILDACIÓN DIACRÍTICA DE POLISÍLABOS
estuvo solo en el café una hora, y añadía: vacilan sin saber si es adverbio o adjetivo».
«y esto tanto puede entenderse en el senti- En nota, explica que en una reunión de
do de que estuvo una hora “sin compañía” ocho académicos repartió hojas con ocho
como en este otro sentido: Pedro estuvo ejemplos de solo y les rogó que atildaran
“no más” de una hora en el café; puesta, tales ejemplos conforme a las reglas de la
en cambio, la tilde, no cabe más interpreta- Academia: solo en uno de ellos coincidie-
ción que esta última». Tanto Casares como ron todos en la manera de acentuarlo; y
la Academia han dejado de lado algo esen- concluye: «Si esto pasa con académicos,
cial para desambiguar cualquier situación todos ellos escritores ilustres y estudiosos
de este tipo: el contexto, que, por poco há- de problemas gramaticales, ¿qué no pasará
bil que sea el autor, indicará sin género de con los periodistas, que tienen que escribir
dudas qué sentido tiene lo escrito, lleve o a la carrera, y con el grueso público? Una
no lleve tilde la palabra solo. Por otro lado, regla tan difícil de cumplir no tiene razón
¿cómo hilar tan delgado cuando sabemos de ser [cursiva mía]». En la página 148,
por experiencia que muchos autores colo- añade: «Y de aquí viene que con mucha
can las tildes al revés de como deberían? frecuencia aun los más cuidadosos autores
En relación con esta palabra, Félix se equivocan y le ponen tilde al adjetivo, o
Restrepo (1956: 144-151) dice: «Por tres no se la ponen al adverbio», extremo que
razones creemos que debe suprimirse la conocen bien los correctores de estilo y los
tilde que usan algunos en la palabra solo, tipográficos, ciertamente. Y en la página
cuando es adverbio y significa solamente 149 añade aún: «Es tanto más natural la
[«solamente»]. = 1) Es una tilde inútil. Di- confusión cuanto que el adjetivo es más tó-
cen que sirve para evitar confusiones. Pero nico que el adverbio; de modo que si fuera
el que oye la lengua hablada no ve la tilde imperioso el uso de la tilde para distinguir
y no se confunde [puesto que igual se pro- estas funciones gramaticales, el agraciado
nuncia con tilde que sin ella]. La tilde no con ella debería ser el adjetivo, en esta
puede ser instrumento de análisis gramati- forma: Adjetivo: vivía sólo en una cueva.
cal, sino guía para saber dónde se carga el Adverbio: vivía solo para alabar a Dios. =
tono en las palabras. Ahora bien, adjetivo En el primer caso, la palabra solo es tónica;
o adverbio, la palabra solo tiene el mismo en ella cargo todo el énfasis de la frase. En
tono; ¿qué oficio hace, pues, la tilde? = el segundo caso, el solo es casi tan átono
2) La segunda razón es que muchas veces como la preposición para; la frase tiene dos
es difícil distinguir si un solo es adverbio acentos: uno en vivía, y el otro en alabar.
o adjetivo. No basta decir que si se puede Es, pues, un contrasentido ponerle tilde al
sustituir por solamente es adverbio; porque adverbio y negársela al adjetivo».
en ocasiones al [el] adjetivo también se Es cierto que esporádicamente puede
puede cambiar por solamente [solamente]. presentar algún problema, más aparente
= [...] = 3) Y todavía hay otra razón para que real, pero incluso en esos casos cabe
suprimir la tilde en este adverbio, y es solución puntuaría. Carnicer (1977: 126)
que hay otras muchas palabras que hacen cita este ejemplo: lo haré sólo si se me or-
oficio, ora de adjetivo, ora de adverbio. dena, es decir, solamente y no sin compa-
¿Por qué a ellas no se les hace el mismo ñía. Sin embargo, en primer lugar, el con-
tratamiento?» (→ 4.5.) El padre Restrepo texto puede resolver por sí mismo la anfi-
aduce una serie de ejemplos tomados de bología, puesto que de él se desprenderá si
los veinte primeros capítulos del Quijote, lo que quiere decir se refiere a solamente
escritos sin tilde en solo, «y los lectores o a sin compañía; en segundo lugar, cabe
no hallarán la menor dificultad en leerlos resolverlo mediante la puntuación: Lo haré
correctamente». Y añade: «No es extraño, solo si se me ordena (solamente); Lo ha-
pues, que en muchos casos la palabra solo ré solo, si se me ordena (sin compañía).
sea tan ambigua, que aun los más peritos Una coma esporádica, que, además de de-
4.5.3. EL CASO DE AÚN/AUN 169
sambiguadora, sirve para dar mejor ento- bremente el hablante». Pone este ejemplo:
nación, sustituye a muchas tildes. Por lo Aun no se ha levantado (enunciativo),
demás, el drae 92 registra la alternancia ¡Aún no se ha levantado! (exclamativo). Se
sólo/solo (y el drae 01 solo/sólo, con pre- refiere después a que aun puede significar,
ferencia por la forma sin tilde) (= única- además, hasta, también, inclusive, aunque,
mente), lo que quiere decir que, con ese a pesar de, y que, en general, «denota a
significado, puede usarse indiferentemente veces idea de encarecimiento en sentido
una u otra grafía (siempre que en un mis- afirmativo o negativo» (drae 01), lo que
mo escrito se use únicamente una de las ejemplifica con: Si la madre era guapa, la
dos formas). Así pues, elimínese una tilde hija lo es más aún, poniendo tilde en aún
con la grafía solo. Como se dice en la pági- «porque nos parece evidente que aquí ha
na 167, en la OLE10 (pp. 241 y 270) la de pronunciarse con hiato; pero si hubié-
Academia resuelve al fin esta duda: «[...] ramos escrito, invirtiendo el orden, “la
a partir de ahora se podrá prescindir de la hija lo es aun más”, nos quedaría la duda
tilde en el adverbio solo y los pronombres de haber acertado omitiendo la tilde, ya
demostrativos incluso en los casos de posi- que también en este caso subsiste el énfa-
ble ambigüedad». sis de la partícula y a ello corresponde la
disolución del diptongo». Casares termina
4.5.3. El caso de aún/aun. Las pala- proponiendo la siguiente norma: «La partí-
bras aún o aun, consideradas en conjunto, cula aun, sea cualquiera la acepción en que
no entran en ninguno de los apartados se use, se pronuncia, por lo común, como
anteriores. En el primero, porque aún no voz monosílaba con diptongo cuando va
es monosílabo; en el segundo, porque aun antepuesta a la palabra o frase que modi-
no es bisílabo. Sin embargo, los problemas fica, y como voz disílaba, aguda, cuando
ortográficos de esta pareja son tan impor- va pospuesta; en este caso llevará el corres-
tantes como los de las parejas analizadas pondiente acento ortográfico: aún. Esto no
en los dos párrafos anteriores. La vieja obstante, cuando convenga dar un énfasis
norma, registrada por la grae (1959: 481), especial a dicha partícula, podrá usarse la
rezaba así: «El adverbio aun precediendo a forma aún, aunque vaya delante de la pala-
verbo no se acentúa, porque en este caso bra o frase modificada por ella». La 17.a de
forman diptongo las dos vocales; pero se las nuevas normas de 1959 (reproducida al
acentuará cuando vaya después del verbo, pie de la letra por la orae 74, 26-27) dice:
porque entonces se pronuncia como voz «La partícula aun llevará tilde (aún) y se
aguda bisílaba: ¿Aun no ha venido? —No pronunciará como bisílaba cuando pueda
ha venido aún». Casares (1952: 54) parte sustituirse por todavía sin alterar el sentido
de otro principio para resolver los proble- de la frase: aún está enfermo; está enfermo
mas a que daba lugar la atildación o no aún. En los demás casos, es decir, con el
de esta partícula: «Lo cierto es que en la significado de hasta, también, inclusive
lengua moderna disponemos de dos formas (o siquiera, con negación), se escribirá sin
bien diferenciadas para dicha partícula: tilde: aun los sordos han de oírme; ni hizo
una de tonicidad débil, monosílaba, y otra nada por él ni aun lo intentó». Coincide
notoriamente enfática, disílaba. Como es esta doctrina, en parte, con la que ya había
normal en casos análogos, la forma débil, enunciado Navarro Tomás (1980: 198):
aun, va siempre antes del verbo a que se «Aún se pronuncia con acento, formando
refiere, y en esto atina la regla académica; una o dos sílabas, con la significación de
pero la recíproca no es cierta, es decir, ‘todavía’: “aún tengo fuerzas”, “vive aún”,
que la forma enfática no ha de ir siempre y sin acento, formando una sola sílaba,
detrás. Puede ir delante, y aquí quiebra el con el valor de ‘hasta’, o reforzando a ni:
precepto, ya que el énfasis es un recurso “aun de sí mismo desconfía”, “no descansa
expresivo intencional del que dispone li- ni aun para corner”». Pero en nota al pie
170 4.6. ALTERNANCIAS ACENTUALES
cas o eruditas cabe sin duda poner cierta ñol y terminadas en -grama se escriben y
medida». No solo no hay medida, como se pronuncian llanas, con la excepción, tal
ha visto, sino que, al parecer, los hablantes vez solo por influencia de Casares, de pen-
y escribientes utilizan siempre, en cada ca- tágrama (que también puede escribirse
so, las dos formas registradas en el drae pentagrama, forma preferible). Ya en 1933
(extraño acuerdo colectivo), puesto que Unamuno había escrito: «acentúo telégra-
difícilmente la Academia elimina una de ma, y así lo pronuncio» (v. Martínez de
estas formas para dejar la que tenga mayor Sousa, 1995b, ix). Unamuno tenía razón
aceptación, sea o no etimológica. Porque la por lo que respecta al hecho de que la for-
cuestión reside, precisamente, en que en ma etimológica es esdrújula, pero eso no es
la mayoría de las voces biacentuales una suficiente: por encima de la etimología, en
responde a la etimología y la otra al uso. muchos casos, prevalece el uso, tanto más
Aparte los peligros que comporta el hecho cuanto que a todas las palabras griegas
de pretender introducir las formas etimoló- con esa terminación se les aplicó siem-
gicas a toda costa, existe la circunstancia pre la acentuación latina, grave o llana
de que la metatonía o cambio del acento en (→ 4.6-2). Según Laguarda Trías (1973:
una voz a lo largo de la historia de nuestra 21), «Los factores que han conducido a la
lengua tiene su origen en el propio latín, doble forma acentual podrían reducirse a
madre del español. Como dice el Esbozo los siguientes: 1) discrepancias entre la
(1973: 81), «Casi todos los helenismos, acentuación etimológica y la usual; 2) di-
introducidos o no a través del latín, se han vergencias en la aplicación del criterio eti-
acomodado en español [...] a la prosodia mológico; 3) variaciones en la acentuación
latina». Y añade más adelante (p. 82): «Es- debido a las modificaciones ocurridas en la
ta acentuación es un rasgo tradicional de la lengua; 4) indecisión de la forma acentual
prosodia española y no debe considerarse en voces procedentes de otros idiomas. =
anómala. Pero tampoco lo es la conserva- La acción simultánea de estos factores es
ción del acento griego, aunque resulte con- suficiente para provocar, en un plazo más o
traria a la prosodia latina». Y en nota a pie menos largo, una situación verdaderamen-
de página: «Pero se considera anómala te caótica en materia de acentuación». De
cuando la acentuación latina está ya asegu- todos estos factores, parece el más impor-
rada por el uso: epigrama (no epigrama); tante la oposición etimología-uso, como se
paralelogramo (no paralelogramo), y casi ha dicho anteriormente. Los ejemplos, que
todos los compuestos con -gramo, -grama son muchos, pueden reducirse a algunas
(gr. -grammos, -gramma)». A este propósi- muestras: la acentuación etimológica es
to, lo que resulta difícil es saber cuándo orgia, atmosfera, conclave, medula, réptil,
una pronunciación está ya establecida. Por pero nadie usa hoy, salvo un purista a ul-
ejemplo, mientras Casares (1952: 35) decía tranza, estas grafías, sino orgía, atmósfera,
que para las personas relacionadas con la cónclave, médula, reptil, respectivamente.
música la pronunciación única de pen- Como dice Menéndez Pidal (1977: 40, n.),
tagrama era pentagrama, Rosenblat (1974: «hoy se ha generalizado orgía, cuando lo
57) le contesta: «Nos sorprende la afirma- correcto es orgia [es decir, orgia]; y se dice
ción. En la última generación nos parece hipógrifo, opimo, intérvalo, debiéndose
que se ha impuesto la acentuación llana; y acentuar todas en la penúltima, como ha-
en Hispanoamérica quizá sea hoy lo más cen los buenos escritores. Modernamente
general en el habla de los músicos». Tam- han llegado a ser generales las acentuacio-
bién se habían opuesto a esa acentuación nes viciosas fárrago, púdico (también se
Ragucci (1955) y prácticamente todos los introdujo en portugués), cónclave, antes
ortógrafos hispanoamericanos de la época paroxítonas. Acaso por seguir el acento
(1955). ¿Quién tiene razón? Lo cierto es griego se generalizaron también parásito,
que todas las palabras aclimatadas en espa- cíclope, políglota, epigrama, contra el
172 4.6. ALTERNANCIAS ACENTUALES
acento latino que le daban nuestros clási- DRAE01 no hay menos de doscientas cua-
cos. Entre las personas semicultas actúa la renta (he contado 246 voces biacentuales).
llamada manía esdrujulista que propaga el Si suprimimos 25 palabras de las 210, nos
acento de las voces cultas esdrújulas por quedan 185 de la edición anterior, y si las
el prestigio docto que las dignifica. [...]». restamos de las 253 que yo cuento en esta
Según Laguarda Trías (1973: 26), «acome- edición (v. c. 4.1), tenemos 68 nuevas pala-
ter su enmienda es empresa de resultado bras biacentuales. Esto quiere decir que el
aleatorio ya que no hay obstáculo más di- fenómeno, lejos de tener remedio, va en
fícil de superar que el uso tradicional [...]». notable aumento.
Sin embargo de lo dicho, el drae mantiene Dentro del campo de las voces biacen-
como biacentuales voces que en una de las tuales se dan algunas inconsecuencias.
formas son arcaicas o desusadas; pues Por ejemplo, registra la alternancia cenit
bien, ¿por qué no suprimir estas grafías si o cénit (admite cénit sin duda cediendo
nadie las utiliza? Por ejemplo, la grae de a un mal uso de cenit), pero en la z solo
1874 incluía entre las biacentuales ójala/ registra zenit (aguda), ¿No sería lógico
ojala, acaso guiada la Academia por la que también aquí funcionara la alternan-
opinión de Salvá en su Gramática (1834 y cia acentual? Registra atríaca y atriaca,
1853), según el cual existía la duda acerca pero solo triaca, a la que remiten aquellas.
de si se oía más ojala u ojalá. Parece, según Suprime la forma auréola en la alternan-
Salvá, que una edición del drae , que no cia aureola/auréola, pero no se comporta
menciona, registra ambas formas, pero se- de igual forma en areola/aréola, que son de
gún Malaret (1954-1955: 247), las edicio- la misma familia. Extraña forma de «fijar»
nes de 1837, 1869, 1884 y 1947 solo regis- el lenguaje... Para la exposición y análisis
tran ojalá, aguda. Si la Academia, obser- de las grafías biacentuales, me valdré de
vando el fenómeno, decidió eliminar la que su división en familias atendiendo al rasgo
no tenía uso, ¿por qué actualmente apenas común, que es la terminación.
elimina voces biacentuales y, por el contra- 1. -aí/-ay, -oí/-oy. De las voces bia-
rio, cada vez admite más? Por ejemplo, el centuales que registra (→ c. 4.1), en aguaí/
drae 84 contenía al menos 181 voces bia- aguay, caí/cay, vacaraí/vacaray y yataí/
centuales, de las cuales en el drae 92 ha yatay prefiere la terminación en -aí, y en
eliminado seis (adíposis, etiope, foniatra, tipoi/tipoy, la primera forma. Laguarda
néurosis, pracrito y sanscrito, dejando en Trías dice que las grafías terminadas en
su lugar, respectivamente, las formas adi- -ay, -oy «son las que mejor se adaptan a
posis, etíope, foniatra, neurosis, prácrito y las normas ortográficas de nuestra lengua»
sánscrito), y ha admitido 38 nuevas voces (→ 1.3.26.1), por lo que «no vemos la ne-
con doble acentuación, algunas tan inopor- cesidad de usar carandaí [eliminada en el
tunas como bustrofedon (siendo así que los DRAE01], tipoí [ahora, desde 1992, tipoi,
expertos utilizan la forma bustrofedon), extraña grafía, y desde el 2010, tipói o
microscopía (que solo en raras ocasiones tipoy, v. OLE10, p.78] y yataí [más aguaí,
he visto usada), etcétera. En la edición del desconocida de este autor], mientras no se
drae 92 registraba la Academia en torno a pruebe lo contrario». Aunque estas voces
doscientas diez voces biacentuales. Pues son guaraníes, y en esa lengua son agudas
bien: después de haber eliminado 25 (acne, en general, tanto lo serán en la forma -aí
alergeno, ambrosia, auréola, badminton, como en la -ay (es el mismo caso de carau/
caá-miní, caranday o carandaí, ciclope, caraú, también voz guaraní; → 4.3.2.2-1).
conclave, cratera, egida, emprio o emprío, En cuanto a Adonaí/Adonay, voz de origen
énclisis, endosmosis, esporófita o esporofi- hebreo, dice Casares (1952: 105): «¿Por
ta, genetliaca o genetlíaca, guaba, homeós- qué [...] estampa el Diccionario adonái [sic,
tasis, mático, osmosis, parasito, plébano, con minúscula] cabeza de artículo, mien-
simoníacamente, termóstato y zoster), en el tras en la etimología del mismo escribe
4.6. ALTERNANCIAS ACENTUALES 175
pipióla, Fabiola. En cuanto a voces del mis- que abandona en el drae 01 en favor de
mo étimo no recogidas por la Academia, homeostasis, llana. En hemostasis, de la
desu y nel escriben ostíolo, y mientras misma etimología, registra también solo la
desu escribe ovaríolo y traquéola, nel forma llana, como llana es estasis ‘estanca-
prefiere ovariolo y traqueola, grafía única miento de la sangre’. De las restantes voces
en ambos casos; nel registra, incoheren- académicas terminadas en -stasis, todas
temente, vacuola, pero, como sinónima, esdrújulas, una, perístasis, procede del
vacúolo, junto con centríolo (→ 4.6-4). latín, y las restantes, del griego: apocatás-
9. -osis. Las voces de origen griego con tasis, antiperístasis, catástasis, hipóstasis,
esta terminación recibieron acentuación metástasis.
latina, es decir, llana. La Academia prefiere 12. -stato/-'stato. La Academia pre-
la esdrújula, etimológica. Laguarda Trías fiere la forma etimológica en aeróstato/
recomienda en todos los casos la llana, que aerostato, giróstato/girostato, helióstato/
es la que prevalece en el grupo general de heliostato, ya que todas las voces con esta
voces terminadas en -osis: acidosis, lordo- terminación (del gr. statós, parado, en equi-
sis, apoteosis, metamorfosis, etcétera, y librio) son esdrújulas; pero en aerostato/ae-
exostosis, no académica. Pese a la postura róstato y reostato/reóstato la preferencia se
de la Academia, no reciben igual trato las invierte, y en el DRAE01 la alternancia ter-
siguientes palabras que registra el DRAE: mostato/termóstato se ha quedado solo en
anamorfosis, anastomosis, hematosis, hi- termostato, llana. Laguarda Trías asegura
permetamorfosis, metamorfosis, psicosis y que el hecho de admitir termostato (pre-
sicosis (tampoco metensicosis, grafía que ferida por la Academia a termóstato, que
la Academia no registra) y más de setenta es la etimológica) no tiene «otra razón
palabras que el drae registra terminadas que el uso indebido por técnicos y usua-
en -osis. En el drae 84 la Academia aña- rios». desu registra, además, criostato y
dió a la lista adiposis/adíposis y neurosis/ estratostato.
néurosis, pero en el drae 92 eliminó las for-
mas adíposis y néurosis, que nunca se 4.7. Acentuación etimológica de pala-
usaron. bras compuestas. En los compuestos patri-
10. -'sfera/-sfera. Los compuestos en moniales prevalece siempre, para que haya
que la voz esfera interviene como segun- compuesto perfecto, la acentuación del se-
do elemento son llanos en el español eu- gundo elemento: rompeolas. Sin embargo,
ropeo (salvo atmósfera] y esdrújulos en el en los compuestos eruditos (terminología
español de Latinoamérica: barisfera, bios- científica y técnica) se sigue la regla latina,
fera, cromosfera, estratosfera, exosfera, puesto que, como se apuntó antes (→ 4.6),
fotosfera, heterosfera, hidrosfera, litosfera, casi todas las voces helénicas han llegado al
mesosfera, noosfera, oosfera, pirosfera, español a través del latín o se han acomo-
termosfera, troposfera. Las voces astenos- dado a la acentuación latina, aunque no en
fera y heliosfera no tienen entrada en el todos los casos. Font Quer (1953: xxvii),
drae 01, pero sin duda que disfrutan de refiriéndose a compuestos de elementos
las mismas dualidades acentuales que las procedentes del griego o el latín como der-
restantes de la familia, y para homosfera matoesqueleto, estereografía, malacología,
y semiesfera solo admite las formas llanas. cefalotórax, etcétera, decía: «Para conocer
11. -stasis/- 'stasis. La Academia solo la prosodia “total” de estas voces hay que
registraba (drae 70), con esta terminación tener en cuenta la del primer elemento por
(del gr. stasis, fijación), la dualidad ho- separado [...]. Cuando el segundo elemento
meostasis/homeóstasis, pero en el drae 84 solo tiene dos sílabas, y la primera de am-
solamente recoge la forma esdrújula, ho- bas es breve, da voces compuestas esdrú-
meóstasis, y en el drae 92 vuelve a la dua- julas, con un solo acento sobre la última
lidad homeóstasis/homeostasis, dualidad sílaba del precomponente». Y lo confirma
4.7. ACENTUACIÓN ETIMOLÓGICA DE PALABRAS COMPUESTAS 179
esdrújulos, como filántropo, licántropo, (del gr. kytos, célula) son llanos: tromboci-
misántropo, pitecántropo y, no académica, to, leucocito, linfocito.
sinántropo (que desu escribe sinantropo), 13. -cola. Los compuestos con -cola
nel registra la alternancia pitecantropo/ (del lat. colére, habitar, cultivar) son es-
pitecántropo, y desu (supl.), neantropo/ drújulos: redicícola, paludícola, oleícola,
neántropo; ambas alternancias son inne- celícola. Solo baticola, en el que cola está
cesarias, por ser la esdrújula la forma al usado en su sentido propio de «extremidad
parecer más usada. de un animal», es llana.
4. -arquía. Los compuestos con -ar- 14. -cracia. Los compuestos con -cra-
quía (del gr. archia, mando, poder) son cia (del gr. krátos, autoridad; krátein,
hiáticos en español: oligarquía, diarquía, dominar, reinar) tienen hiato en griego,
jerarquía, etcétera. Menarquia, diptongada pero en español se usan llanos con dipton-
(no académica), procede del griego arché, go: democracia, tecnocracia, bancocracia,
principio. Los compuestos terminados en acracia. Los que terminan en -crata, del
-arca son llanos: jerarca, oligarca, monar- mismo étimo, son esdrújulos: demócrata,
ca, ácrata, aristócrata.
5. -bio. Los compuestos con -bio (del 15. -cromo. Los compuestos con -cro-
gr. bíos, vida) son llanos con diptongo en mo (del gr. chroma, chrómatos, color) se
español: microbio, aerobio, anaerobio. han escrito siempre en forma llana en espa-
6. -cardio. Los compuestos con -cardio ñol. Sin embargo, la Academia ha admitido
(del gr. kardía, corazón) se diptongan en es- la alternancia policromo/polícromo, tal vez
pañol: pericardio, endocardio, miocardio. siguiendo la recomendación de Moliner
7. -cárpeo, -carpio, -carpo. Los com- (1980: ii, s. v.; 1998: ii, s. v.), que dice:
puestos con -cárpeo (del gr. karpós, fruto) «Hay tendencia a usar la forma polícromo,
son esdrújulos en español: artocárpeo, dip- la cual resulta más natural porque iguala
terocárpeo. Sin embargo, los que, con el esta palabra con las demás de la misma
mismo origen, terminan en -carpio, son lla- forma —segundo elemento formado por
nos con diptongo: epicarpio, sarcocarpio, dos sílabas directas: polífago, polífono,
esporocarpio; los que terminan en -carpo polígala, polígamo, polígloto, polígono,
son llanos: metacarpo. polígrafo, polímita[—]». El criterio expues-
8. -cefalia. Los compuestos con -cefa- to por Moliner es muy débil y no se ajusta,
lia (del gr. kephalé, cabeza) son llanos con en lo esencial, al explicado por Font Quer
diptongo: braquicefalia, dolicocefalia, mi- (→ 4.7). Seco (1986, s. v.; 1998, s. v.) dice
crocefalia, etcétera. Sin embargo, el drae que la acentuación correcta es policromo.
registra acefalía, que debería escribirse Hay además, por parte de Moliner y de
acefalia. la Academia, otra inconsecuencia: quedan
9. -cele. Los compuestos con -cele (del fuera de la alternancia voces de igual for-
gr. kéle, tumor) son llanos: hidrocele, sar- mación como ferrocromo, heterocromo,
cocele, varicocele. monocromo y tricromo, además de equi-
10. -ceno. Los compuestos con -ceno nocromo, lipocromo y otras no académi-
(del gr. kainós, reciente) son llanos: oligo- cas.
ceno, plioceno, mioceno. 16. -dromo. Los compuestos con -dro-
11. -cida. Los compuestos con -cida mo (del gr. drómos, carrera) son esdrúju-
(del lat. caedere, matar) son llanos: herbici- los: palíndromo, velódromo, canódromo,
da, deicida, regicida, conyugicida, menos la hipódromo, aeródromo. Es, pues, incorrec-
alternancia hidrácida/hidracida, aunque se ta la grafía aeródromo que a veces se ve
usa más la forma llana. Los que, derivados escrita (y cuya pronunciación se oye por
del mismo étimo, terminan en -cidio son radio y televisión).
llanos con diptongo: deicidio, regicidio. 17. -fagia. Los compuestos con -fagia
12. -cito. Los compuestos con -cito (del gr. phagein, comer) son llanos con dip-
4.7. ACENTUACIÓN ETIMOLÓGICA DE PALABRAS COMPUESTAS 181
tongo: aerofagia, antropofagia, disfagia, llana? Otras voces que terminan en -fito,
escatofagia, polifagia. pero que no pertenecen a este étimo, son
18. -fase. Los compuestos con -fase llanas: palafito, grafito, sulfito, bisulfito,
(del gr. phásis, de phaínein, brillar, apare- hiposulfito, fosfito e hipofosfito; en este
cer) son esdrújulos, como los consignan grupo solo son esdrújulas sínfito y neófito
Font Quer (1973: pássim) y Abercrom- (v. dpd 05, p. 297).
bie (Diccionario de biología, Barcelona, 22. -fobia. Los compuestos con -fobia
Labor, 1970: pássim): telófase, metáfase, (del gr. phóbos, horror, aversión) son llanos
gametófase. Sin embargo, desu (que solo con diptongo: agorafobia, xenofobia, acro-
registra telófase y metafase) y nel y gel los fobia, hidrofobia, fotofobia, claustrofobia.
registran en forma llana. La Academia no Los terminados en -fobo, del mismo étimo,
recoge ninguna de estas palabras. son esdrújulos: anglófobo, xenófobo, hi-
19. -fero. Los compuestos con -fero drófobo, clerófobo.
(del lat. ferre, llevar, traer, producir) son 23. -fonía. Los compuestos con -fo-
esdrújulos: crucifero, calífero, umbelífero, nía (del gr. phoné, sonido) son llanos con
petrolífero. hiato: afonía, metafonía, telefonía, poli-
20. -filo. Los compuestos con -filo (del fonía, zanfonía, sinfonía. Los terminados
gr. p hilos, amigo) son esdrújulos: aliadofi- en -fono, que pertenecen al mismo étimo,
lo, indiofilo, bibliófilo, halófilo, anemófilo. son esdrújulos: áfono, teléfono, polífono,
Los derivados del griego phyllon, hoja, son xilófono, homófono.
llanos: calofilo, monofilo, clorofilo, aniso- 24. -foro. Los compuestos con -foro
filo (con respecto a afilo, → 4.7). (del gr. phorós, el que lleva) son esdrújulos:
21. -fito. Los compuestos con -fito (del semáforo, reóforo, melanóforo, necróforo,
gr. phyton, planta) son esdrújulos: briofi- aeróforo, electróforo, piróforo, fósforo.
to, esporófito, feófito, gametofito, glau- Font Quer y desu registran gametóforo,
cófito, hidrofito, (p)teridófito, (p)terófito, pero gel y nel recogen la alternancia ga-
saprofito, talófito, xerófito. El drae , que metoforo/gametóforo, pero la forma llana
registra zoófito y talofita (esta, llana), pero no parece justificada.
no talófito, acepta briofito, (p)teridofito 25. -fugo. Los compuestos con -fugo
y saprofito, que deberían ser esdrújulas, (del lat. fugére, huir) son esdrújulos: lucífu-
como zoófito; y, sin embargo, registra go, vermífugo, tenífugo, febrífugo, centrí-
las alternancias esporófito/esporofito, ga- fugo, trásfugo.
metofito/gametofito y rizófito/rizofito sin 26. -gamo. Los compuestos con -gamo
que haya razones para las grafías llanas. (del gr. gámos, unión sexual) son esdrúju-
Sin embargo, por un lado registra solo las los: bigamo, polígamo, monógamo, fane-
formas briofito, (p)teridofito, saprofito y rógamo, criptógamo; légamo es también
talofita y, por otro, las esdrújulas talófito, esdrújula, pero pertenece a otro étimo.
micrófito y zoófito, sin alternancias, desu 27. -geno. Los compuestos con -geno
añade sindesmofito, no recogida por el (del gr. gennán, engendrar, producir) son
drae ni por Font Quer. La grafía esperma- esdrújulos, como alérgeno (DRAE01), antes
fito, registrada como llana por desu , nel y (drae 92) alternancia alergeno/alérgeno.
el drae , debería ser esdrújula, espermáfito 28. -geo. Los compuestos con -geo (del
(Font Quer escribe espermáfitos). En el gr. gé, tierra, la Tierra, el suelo) son lla-
drae 92 la Academia registra las alter- nos: perigeo, apogeo, hipogeo. Las voces
nancias esporófita/esporofita, esporófito/ de la misma terminación, pero derivadas de
esporofito y gametofito/gametofito, pero otras que acaban en -ge, como meníngeo,
las formas llanas no están justificadas. La faríngeo, nasofaríngeo y laríngeo, son es-
Academia, al proporcionar la etimología, drújulas, lo mismo que coccígeo, derivada
dice que el poscomponente es - 'fito, esdrú- de cóccix.
julo; ¿de dónde procede, entonces, la forma 29. -gono. Los compuestos con -gono
182 4.7. ACENTUACIÓN ETIMOLÓGICA DE PALABRAS COMPUESTAS
37. -nomía. Los compuestos con -no- díptero, helicóptero, lepidóptero, coleóp-
mía (del gr. némein, atribuir, regir; go- tero.
bernar, arreglar, o de nomos, ley) son 45. -rragia. Los compuestos con -rra-
llanos con hiato: agronomía, astronomía, gia (del gr. rhegnynai, brotar) son llanos
autonomía, dasonomía, economía, gastro- con diptongo: verborragia, broncorragia,
nomía, taxonomía. No se tilda antinomia, hemorragia, blenorragia.
pese a su terminación en -nomía (del gr. 46. -rrea. Los compuestos con -rrea
nomos, ley), del mismo origen que autono- (del gr. rhein, fluir) son llanos: seborrea,
mía, dasonomía, sin que se sepa por qué, verborrea, broncorrea, leucorrea, piorrea,
ya que Casares (1952: 72-73) propuso la blenorrea.
grafía antinomia en consonancia con las 47. -scafo. Los compuestos con -scafo
restantes del grupo. El drae sigue regis- (del gr. skáphe, barco) son esdrújulos: ba-
trando antinomia, lo mismo que anomia. tiscafo, piróscafo y otras de igual poscom-
38. -odia. Los compuestos con -odia ponente. desu , nel y Moliner registran
(del gr. óidé, canto) son llanos con dip- batiscafo, pero piróscafo. El drae 56 solo
tongo: casmodia, monodia, palinodia, pa- registraba piróscafo; el drae 70 recoge ba-
rodia, prosodia, rapsodia. Solo se excep- tiscafo y piróscafo, pero el drae 84, junto a
túa melodía, pese a pertenecer al mismo batiscafo (llana), registra piróscafo, y tanto
étimo. el drae 92 como el drae 01 insisten en la
39. -oide, -oideo, -oides. Los compues- misma inconsecuencia.
tos con estas terminaciones (del gr. eidos, 48. -scopia. Los compuestos con -sco-
parecido a, en forma de) son llanos con pia (del gr. scopéo, observar) son llanos
diptongo: asteroide, planetoide, alcaloide, con diptongo: catoptroscopia, craneosco-
paraboloide, solenoide, androide; pterigoi- pia, crioscopia (hasta diecisiete voces con
deo, alcaloideo, cristaloideo, cicloideo, co- este poscomponente en el drae 92), más
loideo, sigmoideo; aracnoides, esfenoides, faringoscopia y uretroscopia, no registra-
coroides, alantoides. das. No hay, pues, razón para que médicos
40. -opía. Los compuestos con -opía y traductores de obras de medicina sigan
(del gr. óps, ópós, ojo) son llanos con hiato escribiendo laringoscopía, necroscopia y
en español: ambliopía, diplopía, hiperme- otras de la misma familia así acentuadas.
tropía, miopía, nictalopía. Aunque no del Tampoco está justificado el hecho de que
mismo étimo, son también llanas con hiato la Academia registre en el drae 01 la
alotropía, arropía, entropía, filantropía, alternancia microscopia/microscopía. Sin
guardarropía, licantropía, misantropía, embargo, la OLE10 (p. 210) registra, como
zoantropía. Ectopia es llana con dipton- alternancias, voces terminadas en -seo-
go y utopía puede escribirse también utopia. pía: artroscopia/artroscopía, microscopía/
41. -opsia. Los compuestos con -opsia microscopía.
(del gr. ópsis, visión) son llanos con dipton- 49. -sono. Los compuestos con -sono
go: biopsia, acromatopsia, autopsia. (del lat. sonus, sonido) son esdrújulos:
42. -plastia. Los compuestos con -plas- dísono, grandísono, undísono, unísono,
tia (del gr. plastós, modelado) son llanos horrísono, altísono, cónsono.
con diptongo: homoplastia, galvanoplas- 50. -spora. Los compuestos con -spora
tia, rinoplastia, blefaroplastia. (del gr. sporá, semilla) son esdrújulos (me-
43. -podo. Los compuestos con -podo nos la propia palabra espora, llana): an-
(del gr. poús, podós, pie) son esdrújulos: ci- dróspora, aplanóspora, ascóspora, game-
rrópodo, braquiópodo, ápodo, decápodo, tóspora, zoospora. El DRAE01 (y anteriores
miriápodo, hexápodo. Chapodo y epodo, ediciones) solo registra espora y zoospora,
llanas, no pertenecen a este étimo. ambas llanas. Pero Font Quer (1953: pás-
44. -ptero. Los compuestos con -ptero sim) registra más de veinte, todas esdrúju-
(del gr. pterón, ala) son esdrújulos: áptero, las, como esdrújulas son las que registra
184 4.8. ATILDACIÓN DE EXTRANJERISMOS
tienen forma españolizada, y de redondo voz desahucio que trae la Academia, debe
y sus correspondientes tildes en caso con- tenerse en cuenta que por etimología es
trario, como sine die, a priori, de facto, de voz tetrasílaba, que debiera en castellano
iure, ex abrupto, ex cathedra, in extremis tener el acento tónico en la u; pero ya que
post mortem, ad pedem litterae, alma la costumbre ha sido más fuerte que la
mater. El problema que la Academia no etimología, el problema puede resolverse
resuelve, al menos de momento, es de qué acentuándola como esdrújula, desahucio».
criterio nos valdremos para decidir si una Difícilmente puede ser esdrújula por más
grafía determinada es cruda o adaptada. que se tilde la a, puesto que, por una par-
No es problema menor. te, el hiato /á.u/ no existe en español
2. Extraña un tanto que, hasta el (→ c. 2.3), y, por otra, si se considera dip-
DRAE01, voces como ápud e ínter (en ínter tongo, para convertirlo en hiato de nada
nos e ínter vivos) no hayan sido escritas sirve tildar la vocal abierta. Este es el error
por la Academia con la tilde que les corres- de tildar tedéum; si en vez de diptongo fue-
pondía: el drae 92 registraba apud e inter, ra hiato, habría que escribir tedeum (como
pero si, como dice el Esbozo (1973: 81, Cafarnaúm); tildando la e, sigue habiendo
n. 37), «En latín el acento de intensidad diptongo, por lo que la tilde es superflua.
afecta a la penúltima o a la antepenúltima La Academia la mantiene en el drae 92, pero
sílaba (no hay, por consiguiente, voces la ha eliminado en la ole 99, decisión que
agudas en latín)», lo más lógico es escribir confirma en en el DRAE01.
ápud e ínter, como hacen Fernández Casti- 4. La regla expuesta en 4.8.1-1 debe
llo (1959: 18) y ahora el DRAE01. aplicarse también a otras voces latinas de
3. Caso contrario es el de la palabra frecuente uso en ciertas ciencias: bihelix,
tedéum, registrada con tilde en el drae y cambium, cervix, cortex, diplex, duplex,
puesta como ejemplo (→4.8.1-1) por la endocervix, exocervix, filum, fornix, he-
propia Academia. Se trata de una palabra lix, ostium, pallidum, quadrans, septum,
aguda terminada en diptongo decreciente simplex, etcétera, que se escribirán de
acentuado + m y, por lo tanto, la escritura cursiva y sin tilde si no están adaptadas y
correcta es sin tilde: tedeum. Como puede de redonda y con tilde en el caso contrario.
verse en el cuadro 2.3, el hiato /é.u/ no Podría quedar la duda de si deben tildarse
existe en español, por lo que difícilmente a la española, siguiendo la misma regla, los
tedeum podría tenerlo. Casares (1952: 82, nombres científicos de animales y plantas.
83 y n.) dice que Ragucci opinaba que «la Moliner (1980: pássim) lo hace así, pero
Academia con la tilde ha querido señalar con este proceder no estarían de acuerdo
que no debe formarse diptongo, sino pro- los especialistas, ya que los científicos
nunciarse, como en latín, en tres sílabas usan estas grafías latinas o latinizadas sin
te-de-um». Añade Casares, a pie de página: tilde debido a que se trata de terminología
«Las grafías con la tilde y sin ella alternan internacional y por ello son universales.
en las ediciones del Diccionario. Nosotros Según Font Quer (1953: xxvii), en obras
entendemos que la tilde es superflua. La científicas «Los nombres genéricos y es-
combinación eu, con vocal fuerte [abierta] pecíficos derivados de nombres propios,
tónica y débil [cerrada] átona, forma siem- en latín, como en las demás palabras,
pre diptongo en castellano. Por otra parte, no se acentúan; salvo en ciertas obras
si el hecho de marcar con tilde la fuerte sig- destinadas a la generalidad de las gentes,
nificase una pronunciación disilábica, los en las cuales, para señalar la manera de
vocablos éuscaro, éustilo, Éufrates, p. ej., pronunciar el epíteto específico o el tér-
se convertirían en sobresdrújulos tetrasíla- mino genérico, sean cuales fueren, llevan
bos: é-us-ca-ro, é-us-ti-lo, É-u-fra-tes». En acento gráfico. [Actualmente no, como
la misma confusión cae Roberto Restrepo se ha visto antes.] Dícese que la prosodia
(1954: 888) cuando dice: «En cuanto a la de una voz latina derivada de nombre de
186 4.8.1. ATILDACIÓN DE VOCES EXTRANJERAS
persona, con una simple desinencia ade- a) palabras compuestas con primer ele-
cuada, debe pronunciarse con el mismo mento esdrújulo;
acento del nombre propio en la lengua b) palabras compuestas en las que se
respectiva. Así, concretándonos a nom- tilda la primera vocal del segundo
bres castellanos, Martínez, Palafox, Pavón, elemento;
Pérez, Sánchez, etc., nos darán Martínecia, c) palabras que llevan tilde en una vo-
Palafóxia [la grafía es Palafoxia, sin til- cal precedida de h intercalada.
de], Pavónia [la grafía es Pavonia, sin
tilde], Pérezia, Sánchezia, etc.». Tomemos como ejemplo, para el primer
caso, la palabra cantabroastur; escrita así,
4.8.2. Atildación de voces extranjeras. en una sola voz y sin guión, al coincidir la
El español, como todas las lenguas cultas, división a final de línea por los componen-
toma a menudo palabras de otras lenguas, tes debe hacerse así: cantabro- / astur; no
algunas de las cuales circulan en ella como es correcto devolver a cantabro- la tilde
si fueran propias (aunque la Academia que como elemento libre lleva (→ 4.3.5-
no las haya aceptado aún) debido a su 1); sin embargo, si la grafía utilizada es
frecuencia. En estos casos las palabras se cántabro-astur, la voz debe mantener la
escriben sin diacríticos y se consideran más tilde: cántabro- / astur, precisamente in-
o menos españolizadas. Así pues, cuando dicadora de que la grafía utilizada en
una palabra extranjera se haya acomoda- la escritura ha sido con guión entre los
do a nuestra lengua, lo mejor es escribirla componentes y no con fusión completa.
con la grafía que le correspondería si fuera Tomemos, para el segundo caso, la palabra
española, como ha hecho la Academia con reúno; si a final de línea se divide por sus
pórtland, tildándola pese a conservar to- componentes, debe mantenerse la tilde:
das las letras de la grafía original (incluso re- / úno; sin embargo, puesto que esta es
las dos consonantes finales, impropias de una situación chocante e incómoda, nada
nuestra lengua). De la misma manera debe impide dividirla de otra forma, preferible:
tildarse una voz como cámping (i. cam- reú- / no. Para el tercer caso, tomemos el
ping), como actualmente se tilda máster. ejemplo prohíbo: si dividimos pro- / híbo
Algunas voces usadas en ciertos medios (prohibido por la Academia; → 3.3.2-4)
profesionales (como guáflex, géltex, et- debe mantenerse la tilde; pero la grafía
cétera) deben tildarse a la española para más correcta (como en el caso anterior) es
ayudar a su pronunciación correcta. prohí- / bo. En ambos casos tales solu-
ciones son posibles en la práctica y mu-
4.9. La tilde en la división de palabras. cho mejores que las incómodas de trasla-
Se pueden dar, al dividir palabras, tres ca- dar una tilde al principio de la línea si-
sos problemáticos: guiente.
5. Las abreviaciones
5.1. Generalidades. 1. El drae 01 de- 365 ss., 371 ss.). Las razones de esta ten-
fine la palabra abreviación como «Pro- dencia, ahora como siempre, son las de
cedimiento de reducción de una palabra ahorro de espacio y tiempo, justificadas
mediante la supresión de determinadas con mayor peso, si cabe, en esta era de
letras o sílabas; p. ej., los acrónimos, los aceleración histórica que nos ha tocado vi-
acortamientos, las abreviaturas y las si- vir. El proceso abreviativo, cualquiera que
glas». Es decir, que la abreviación es la sea su morfología o naturaleza, se produce,
reducción de la extensión de una palabra o en general, porque se da por sobrentendido
sintagma mediante la supresión de letras que el oyente o lector (es decir, el destina-
o sílabas. Concuerda esta voz con el sintag- tario de la información) podrá suplir fácil-
ma normalizado término abreviado [iso, mente aquello que, por sabido, se omite,
1087:1990 (E/F)]: «Término que resulta sin menoscabo de la intelección cabal del
de la supresión de una parte de un término mensaje. En otros casos, como, por ejem-
preexistente y que designa la misma no- plo, en el empleo de abreviaturas y siglas
ción». Se trata, como se ve, de una voz ge- poco habituales, la dificultad se soslaya,
nérica, aplicable a todas y cada una de las cuando se trabaja responsablemente desde
formas de abreviar (es decir, abreviatura, el punto de vista intelectual, bien sea por
abreviamiento, símbolo, signo, sigla, cruce, la definición concreta en cada caso (po-
acrónimo; → c. 5.1). Estas formas, tanto niendo entre paréntesis la abreviación o su
en español como en las restantes lenguas desarrollo, según la fórmula elegida), bien
de cultura, tienen una vitalidad de la que mediante la introducción, al inicio del tra-
el usuario del lenguaje raramente es cons- bajo de que se trate, de una lista alfabética
ciente. Como dice Juristá (1970: 85), «Hoy de las utilizadas, mecanismo que permite
la tendencia a expresarse concisa, pero al al lector superar la dificultad que supone
mismo tiempo concreta y económicamente, el uso de tales abreviaciones. Se deduce,
constituye uno de los rasgos característicos pues, que cualquier abreviación utilizada
del español moderno. Lo concreto, con- en un texto y que carezca de fórmula para
ciso y económico no se han hecho moda, su desdoblamiento se convertirá indefecti-
sino una necesidad inevitable dictada por blemente en un ruido o interferencia y que,
el actual modo de vivir» (v. t. Cebrián He- en consecuencia, el mensaje no será cabal-
rreros, 1980: 20, y Alba de Diego, 1973: mente descodificado por el destinatario.
188 5.1. GENERALIDADES
regular
por siglas
por
abreviatura convencional contracción
por supresión por signos
de letras o por letras
abreviaciones sílabas simple sobrepuestas
de palabras doble
compuesta
criptónimo
cifra
abreviamiento
acrónimos y siglas, así como en la de com- por aféresis o apócope. Por ejemplo, por
puestos sincopados (→ 5.1.2.4.1). aféresis se forman neologismos como dia-
lefa, de dia- + sinalefa; betatrón, de beta-
5.1.2.4. La composición . Algunas + electrón; tolueno, de Tolú + benceno.
formas de la abreviación son neologismos Por apócope, algrafía, de aluminio + -gra-
formados por la suma de aféresis y apó- fía; duoservo, de duo- + servomecanismo;
copes, como sucede en los abreviamientos amerindio, de americano + indio; bodebar,
(auto cine, de automóvil + cinematógrafo; de bodega + bar; cantautor, de cantan-
taquimeca, de taquígrafa + mecanógrafa; te + autor. Por el mismo procedimiento se
Marisol, de María, de la Soledad; Rosma- forman antropónimos y topónimos como
rí, de Rosa + María; Marilena, de María Eurafrasia (de Europa + Africa + Asia),
+ Magdalena); cruces (buna, de butadie- Euráfrica (de Europa + África), Pacumbral
no + natrium ‘sodio’; nife, de níquel (de Paco Umbral), Senegambia (de Sene-
+ /errum ‘hierro’; sial, de s/lice + alumi- gal + Gambia).
nio); acrónimos (módem, de modulador
demodulador; sonar, de sound navigation 5.2. Las abreviaturas. 1. Una abrevia-
ranging ‘exploración náutica por medio del tura es la representación gráfica de una o
sonido’); etcétera. más palabras con menos letras de las que
les corresponden. Se distingue de las demás
5.1.2.4.1. Los compuestos sincopados. formas de abreviación por dos aspectos:
Entendemos por compuesto sincopado la
palabra que resulta de fusionar una voz a) en lo gráfico, porque, en español,
con una abreviación de otra obtenida van siempre seguidas de punto
5.2.1.1. ABREVIATURAS REGULARES 191
abreviativo (al. ‘alemán’; prnl. ‘pro- dispares. En inglés, por ejemplo, las abre-
nominal’), indicador de que se trata viaturas aparecen con punto y sin él (aun-
de una palabra acortada por este que hay tendencia a escribirlas con punto;
procedimiento; v. Gibaldi y Achtert, 1994: 208 ss.), y en
b) en lo fonético, porque lo que se lee francés lo llevan las abreviaturas regulares,
no es el conjunto de letras escritas, pero no las convencionales por contrac-
conservadas de la palabra original, ción, como bd ‘boulevard’, fg ‘faubourg’
sino esta misma palabra original; (v. Code typographique, París, 1993:
por ejemplo, al. no se lee [al] ni [a 5 ss.; → 5.2.3.1). En cuanto a lo fonéti-
éle], sino [alemán]; Sr. no se lee [ése co, es obvio que, cuando no se conoce el
érre], sino [sejiór]. En esto se distin- significado de una abreviatura, esta se lee
gue la abreviatura del abreviamiento por deletreo. En este caso de desconoci-
(ya que en este se lee solamente la miento del contenido de la abreviatura, las
parte escrita; así, poli se lee [poli], compuestas que constan solo de iniciales
no [poliθía]) y de la sigla consonán- deben leerse forzosamente por deletreo, ya
tica, que se deletrea. que los puntos de que va dotada cada una
de estas impide formalmente una lectura
2. El punto abreviativo, propio de las unitaria. Así, R. I. P. (requiéscat in pace
abreviaturas españolas, es una solución ‘descanse en paz’) debe leerse erre i pe, no
gráfica derivada de grafías anteriores de rip, aunque esta lectura no sea infrecuente,
las abreviaciones. Antiguamente, en las pero entonces suele responder más a la gra-
abreviaturas que llevaban alguna letra o fía siglística RIP, también utilizada en este
grupo de letras voladitas solía subrayarse caso a veces (→ 5.8.1-2.3). Este fenómeno
esa parte volada: se inscribe en uno más general: la tendencia
de algunas abreviaturas compuestas a le-
1o, 2a, 3er. xicalizarse, acaso por imitación de gra-
fías siglísticas; por ejemplo, la abreviatu-
Posteriormente el subrayado se sustituyó ra P. V. P. (precio de venta al público) suele
por un punto que se situaba debajo de la verse escrita también pvp , e incluso en oca-
letra voladita: siones se lee pe, uve, pe en lugar de precio
1o, 2a. de venta al público.
del punto correspondiente, pero el segundo médicas), c/u. ‘cada uno’, s/c. ‘su casa’. A
punto debe colocarse, ya que no queda sus- veces se da la conjunción de barra y punto
tituido por ningún otro signo que haga sus abreviativo: d. ‘calle’, p/. ‘plaza’, pero en
veces. Esas grafías académicas son, pues, estos casos es grafía incorrecta por redun-
incorrectas (→ 5.2.3.2). En cuanto a las dancia de signos (→ 5.2.3.1). En general,
abreviaturas formadas con cifras y letras la barra debe evitarse en las abreviaturas,
(→ 5.2.1.2.2), hay autores que no usan salvo cuando sirve para indicar la abrevia-
el punto abreviativo, y así escriben 1o, 3er, ción del precomponente de un compuesto,
etcétera; sin embargo, deben usarlo, por las como s/át. ‘sobreático’, s/cargo ‘sobrecar-
siguientes razones: go’, o bien en las indicadas arriba: d/f.
‘días fecha’.
a) porque son abreviaturas y no otro
tipo cualquiera de abreviación; 5.233. Otros signos en las abrevia -
b) porque la omisión del punto abre- turas . Sobre todo en los manuscritos o
viativo en estos casos puede llevar a códices latinos, se han usado ciertos sig-
confusión cuando se usan grados; nos, entre ellos números. Así, era común
sustituir con un 4 el genitivo plural -orum;
así, si por sistema se omite el punto, 3o tan- con una figura parecida a un 3, que poste-
to podría significar «tercero» como «tres riormente se convirtió en z, una voz como
grados»; puesto que existe esta posibilidad videlicet se abreviaba en viz.; el 9 deno-
de anfibología o confusión, el punto abre- taba con u os, y en las abreviaturas por
viativo debe mantenerse en las abrevia- suspensión servía para remplazar la sílaba
turas de números. No es ocioso advertir, final; así, dieb9 ‘diebus’ (con el tiempo este
por otro lado, que el punto debe colocarse 9 se convertiría en un simple apóstrofo;
entre la cifra y la letra voladita; así, 43 y → 5.2.1.1). En las abreviaturas por con-
no 4o. (este punto, el del ejemplo correcto, tracción se usaba, puesto sobre ellas, un
no desplaza ni remplaza al punto y seguido trazo horizontal o una virgulilla: eps ‘epis-
o aparte que pueda seguirle). copus’, Ds ‘Deus’. Fernando de Herrera
2. El punto abreviativo no excluye a usaba la virgulilla sobre la vocal anterior
ningún otro signo que requiera la palabra a una nasal, que omitía: cogiedo, grádeza,
abreviada: ... etc.?; pero si coincide a final cótéplativo (v. Macrí, 1972: 445). La Aca-
de oración o de párrafo, ocupa el lugar del demia, en la grae (1959: 491, n.), aún
punto final. Si coincide con puntos suspen- mantiene esta costumbre: «Las palabras
sivos, el punto abreviativo se mantiene, precedidas aquí de asterisco han de llevar
además de aquellos: l., t., v.... (cuestión en lo manuscrito una raya, tilde o rasgo
distinta es que esta solución resulte estéti- encima puesto a la larga, cruzando los
ca; mejor es colocar un «etcétera»: ‘l., t., palos de las letras altas». Tal advertencia
v., etcétera’). En francés se omite en estos no consta en sus publicaciones posteriores.
casos el punto abreviativo, así como en las Como dice Martínez Amador (1960: 31),
abreviaturas por contracción: Mme ‘mada- «Esta regla, en la escritura a máquina [y
me’, fg ‘faubourg’, pero no en las abrevia- en cualquier otro caso], se sustituye por
turas regulares: ch. ‘chapitre’ (→ 5.2-2). un punto después de la abreviatura». Ya
en 1900 Menéndez Pidal (en Morato,
5.23.2. La barra en las abreviatu - 1933: 76) decía: «Como se han de evitar
ras . La Academia registra algunas abre- las dificultades inútiles, debe desterrarse
viaturas en las que una barra (/) sustituye el uso, bastante generalizado en las reim-
al punto abreviativo; tales son, por ejem- presiones modernas, de conservar las tildes
plo, d ‘cargo’, d/f. o d/fha. ‘días fecha’, empleadas en los impresos antiguos (v. gr.:
d/v. ‘días vista’. Existen otras como C/ o qria, quáto, grá); solo deben reproducirse
d ‘calle’, D/ ‘despáchese’ (en las recetas en los tipos de imprenta las abreviaturas
196 5.2.4. MAYÚSCULAS Y MINÚSCULAS EN LAS ABREVIARURAS
dudosas (v. gr.: como, ome), que las que o minúscula indistintamente, en realidad
son de interpretación evidente y segura no son correctas de ninguna de ambas
no hay para qué, como no sea por simple formas: P. A. o p. a. ‘por autorización’,
deseo de perder el tiempo. Muy distinto es ‘por ausencia’, P. O. o p. o. ‘por orden’,
el caso tratándose de manuscritos antiguos P. P. o p. p. ‘por poder’; la escritura propia
y difíciles de descifrar; en este caso procede de estas abreviaturas compuestas debería
hacer de ellos una edición paleográfica en ser P. a., P. o., P. p., respectivamente, ya que
la cual se reproduzca con toda exactitud el aparecen siempre después de punto final.
sistema propio de abreviaciones, emplean- 3. Se escriben siempre con mayúscula
do signos especiales y letras sobrepuestas». las abreviaturas de tratamiento: D. ‘don’,
Sr. ‘señor’, Excmo. ‘excelentísimo’, Dr. ‘doc-
5.2.4. Mayúsculas y minúsculas en las tor’, S. S. ‘su santidad’, pero solo pueden
abreviaturas. 1. Como regla general, las usarse ante el prenombre, el apellido o el
abreviaturas deben escribirse con la grafía cargo, según los casos. Cuando los trata-
que corresponda a la palabra abreviada. mientos son dos o más y seguidos, todos
En las listas académicas (grae 59, 491 ss.; deben ponerse en abreviatura (coherencia
orae 69, 39 ss.; orae 74, 41 ss.; Esbozo, gráfica): Sr. D., Excmo. Sr. D., Rvdo. P.
1973: 154 ss.) aparecen una serie de abre- D.; por incoherencia gráfica, es incorrecto
viaturas comunes con dos grafías: B. L. M. escribir Señor D. o Sr. don, Reverendo
o b. /. m., Q. D. G. o q. D. g.; la costum- P. D. o Rvdo. P. don. Si no van seguidos
bre de escribir con mayúsculas estas fór- del prenombre, el apellido o el cargo, los
mulas de cortesía es antigua, pero en la tratamientos se escriben sin abreviar; tam-
actualidad no tienen razón de ser: escritas bién por incoherencia gráfica, es incorrecto
con minúsculas significan lo mismo; por este ejemplo: Prendas para Sra., caballero y
lo demás, tal alternancia no se da en otros niño (→ 5.2.10-8c).
casos de abreviaturas de cortesía, como
q. e. g. e. ‘que en gloria esté’. Sin embargo, 5.2.5. Plural en las abreviaturas. Nor-
la Academia, en la OLE99 (pp. 97 ss.), ha malmente, la abreviatura de una palabra
vuelto por sus fueros y reparte mayúsculas en plural debe reflejar este plural, que será
sin tasa en su lista de abreviaturas. Escri- distinto según que se trate de abreviatura
be, por ejemplo, Bco. por ‘banco (entidad regular o convencional.
financiera)’; escrita así, la grafía apropiada
es bco. Escribe sistemáticamente con ini- 5.2.5.1. El plural en abreviaturas
cial mayúscula todas las abreviaturas de regulares . Se forma añadiendo el mor-
nombres de cargos o empleos de ciertas fema -s al singular; así, de pág., págs, ‘pá-
profesiones, como Alfz. ‘alférez’, Almte. ginas’; de comp., comps. ‘compañeros’; de
‘almirante’, Arq. ‘arquitecto’, Arz. ‘arzo- virg., vírgs. ‘vírgenes’.
bispo’, Cap. ‘capitán’, etcétera, y ciertos
cargos, como Dir. ‘director’, Gdor. ‘gober- 5.2.5.2. El plural en abreviaturas
nador’, Pdte. ‘presidente’, pero no registra CONVENCIONALES. 1. Si están constituidas
abreviatura para los nombres de los que por una sola letra, normalmente esta se du-
realizan los oficios y profesiones. En cual- plica para indicar el plural (→ 5.2.1.3.2):
quier caso, ninguna de estas abreviaturas de f. c., ff. cc. ‘ferrocarriles’; de P., PP.
debe escribirse con mayúscula inicial. ‘padres’ (religiosos); de M., MM. ‘madres’
2. No obstante, hay abreviaturas de (religiosas); de p., pp. ‘páginas’; de R. O.,
palabras comunes que se escriben con RR. ÓO. ‘reales órdenes’ (obsérvese, de
mayúscula debido a un uso largamente paso, el problema planteado por la tilde
establecido, aunque sin fundamento orto- en estos casos: ¿debe ponerse en las dos
gráfico: N. B. ‘nota bene’, P. D. ‘posdata’, oes?; ¿solo en la primera, como aquí se
y otras que, recomendadas con mayúscula ha hecho?; ¿solo en la segunda?; ¿en nin-
S.2.5.2. EL PLURAL EN ABREVIATURAS CONVENCIONALES 197
guna, por tratarse de un caso especial?). plural de l. ‘libro’?; ni ll ni ls. son acep-
Lo mismo se aplica a otros sintagmas tables. Este problema, y otros semejantes,
que suelen usarse solo en plural: JJ. OO. ha inclinado a algunos autores a propo-
‘Juegos Olímpicos’, AA. EE. ‘Asuntos Ex- ner que estas abreviaturas se usen siem-
teriores’, JJ. UU. ‘Juegos Universitarios’, pre en singular cuando están inmediatas
CC. OO. ‘Comisiones Obreras’, EE. UU. a datos que por sí ya indican necesaria-
‘Estados Unidos’. (Obsérvese que en estos mente un plural; por ejemplo, al escribir
casos se usa un solo punto para el con- p. 123 y 128 podría leerse «páginas 123 y
junto de las dos letras; no son correctas, 128», y 223 p. podría interpretarse como
pues, las grafías que usan un punto para «223 páginas». Sin embargo, también se
cada letra: E. E. U. U., E.E.U.U., ni las presentan problemas; por ejemplo, si
que prescinden de los puntos: EE UU, ni se escribe p. 23 s., debe leerse «páginas 23
las escritas en bloque, a modo de siglas: y siguiente»; si lo que se quiso indicar era
EEUU; → 5.2.13.) Aunque a veces se ha «siguientes», sin duda habría que escribirlo
puesto en duda la corrección de esta norma en plural: ss. Es, pues, preferible mantener
(por ejemplo, Ramos Martínez, 1963: 133, esta forma del plural, lo cual contribuye,
solo admite E. U. ‘Estados Unidos’), según con poco gasto, a una mayor claridad en
Finó y Hourcade (1954: 35) «la forma de el mensaje escrito. Por otro lado, estas
indicar un plural por reduplicación de la abreviaturas no son comparables a los
letra, como en 55. MM. (Sus Majestades), símbolos, los cuales, por convención in-
EE. UU. (Estados Unidos), está plenamen- ternacional, nunca expresan la forma
te conforme con el uso de los pendolistas plural en su grafía; así, ‘1 m’ se lee «un
medievales». También Martínez Amador metro», y ‘23 m’, «veintitrés metros»
(1960: 30) confirma este uso ya en tiempos (→ 5.6.2.1).
de los romanos. El mismo drae 92 (s. v. si- 5. En las abreviaturas con letras vola-
gla) dice que «los nombres en plural suelen ditas, el plural debe realizarse en estas: de
representarse por su letra inicial repetida; «.o, n.os; de af.mo, af.mos (→ 5.2.8).
v. gr.: AA., siglas de Altezas y Autores». 6. En las abreviaturas por contracción
Lo que no debe hacerse, naturalmente, es en las que el singular acaba en consonante,
combinar las dos formas de conseguir el el plural se forma añadiendo el morfema
plural de una abreviatura: pps. ‘páginas’, -es: de Dr., Dres.; de gral., grales.; de pral.,
ssgs. ‘siguientes’ son inadmisibles. prales.; de Sr., Sres., de Ud., Udes. El plu-
2. Por lo que respecta a la voz usted, ral Uds. que registran la Academia y otros
si se abrevia U. o V., sus plurales respec- autores debe tenerse por incorrecto; sería el
tivos serán UU. y VV. (la Academia, que plural de una forma hipotética usteds, no
registra U. y V., admite el plural de esta de ustedes (→ 5.2.12-5).
última, VV., pero no el de la primera, UU.) 7. La norma une 1008, Abreviaturas en
(→ 5.2.12-5). revistas (p. 2), refiriéndose a las abreviatu-
3. Si la abreviatura es de un tiempo ras de sustantivos y adjetivos que formen
verbal, no admite forma de plural; así, v. es parte del título de una revista, establece:
abreviatura de véase y de véanse. «El plural se indicará solamente en caso
4. Suelen presentarse problemas con de necesidad. Se añadirá un guión a la
este tipo de plural en algunos casos; por abreviatura del singular (que remplazará
ejemplo, se admite que vv. es el plural al punto) y la última letra que en cada
de verso, y pp., de página, pero no existe idioma forme el plural. = [...] Jahrbuch =
grafía para el plural de t. ‘tomo’, que no Jb (sing.). = Jahrbücher = Jb-r (plural)».
es tt. ni ts. Es obvio, por lo demás, que No es una norma gratuita ni arbitraria,
la aplicación de la regla a toda costa y en en estos casos; muy al contrario, dado que
todos los casos puede llevar a callejones sin tales títulos son de uso internacional y los
salida; por ejemplo, ¿cuál sería la forma morfemas de plural difieren de una a otra
198 5.2.6. GÉNERO DE LAS ABREVIATURAS
lengua, la norma establece no indicarlo gunda’, 3.er ‘tercer’, 28.o ‘vigésimo octavo’
salvo caso de necesidad, y entonces hacerlo (→ 5.2.1.2.2).
de manera tal que la abreviatura de una
palabra en plural no pueda confundirse 5.2.10. Normas de aplicación de las
con la de otra en singular. abreviaturas. 1. Cualquier abreviatura
precedida de su complemento puede termi-
5.2.6. Género de las abreviaturas. Las nar párrafo; por ejemplo,
abreviaturas deben expresar el género a
que pertenecen, que se forma como el de ... piedras, etc.;
la palabra abreviada: Sr., Sra.; ntro., ntra.; ... en el año 225 a. de C.;
Dr., Dra.; Sto., Sta.; Excmo., Excma. 43 habs./km2.
Algunas, sin embargo, pueden utilizarse
con valor doble, masculino/femenino: izq. No está permitido que una abreviatura for-
puede valer tanto para el masculino como me por sí misma una línea de un párrafo;
para el femenino; pero si el contexto ofrece por ejemplo, en los casos anteriores, sería
anfibología, puede construirse de forma incorrecto escribir
que se explicite el género a que se refiere:
izqdo., izqda. No es correcto, aunque lo ... piedras, / etc.;
diga la Academia (OLE99, 95), que el feme- ... en el año 225 / a. de C.;
nino de una abreviatura masculina pueda 43 / habs./km2;
indicarse con una a voladita: Sr.a ‘señora’,
Dr.a ‘doctora’. Las formas correctas son, en estos casos es necesario desarrollar
respectivamente, Sra. y Dra., puesto que la abreviatura y escribir, respectivamente,
constituye una irregularidad injustificable etcétera, antes de Cristo, habitantes por
descomponer una sílaba en letras que ocu- kilómetro cuadrado.
pan posiciones distintas en la línea. La síla- 2. En consonancia con lo expuesto en
ba ra en que acaban las palabras anteriores el párrafo anterior, una abreviatura solo
no puede escribirse en niveles distintos: r.a. puede quedar a final de línea si va acompa-
ñada de su complemento; de lo contrario,
5.2.7. La tilde en las abreviaturas. hay que pasarla al principio de la línea
Cuando una palabra lleve tilde en una letra siguiente; esta es la razón de que etc. pueda
que forma parte de la abreviatura, debe quedar a final de línea (puesto que siempre
conservarse, sea en forma singular o plural: le precede su complemento), pero no a
Á. ‘Álvaro’, A. ‘Antonio’; ár. ‘árabe’, ar. principio de la siguiente; y, por el contra-
‘aragonés’; virg. ‘virgen’, vírgs. ‘vírgenes’. rio, en John F. Kennedy, por ejemplo, la F.
no debe quedar a final de línea: John F. /
5.2.8. Abreviaturas con letras voladi- Kennedy, sino al principio de la siguiente:
tas. La tendencia actual en la grafía de las John / F. Kennedy. Sin embargo, esta regla
abreviaturas es la sencillez no exenta de suele presentar graves problemas en com-
claridad. Así pues, siempre que sea posible posición tipográfica, ya que la solución, en
hay que evitar las letras voladitas: C.a, o uno u otro caso, suele ser difícil. Esto ha
C.ía deben grafiarse Cía. ‘Compañía’, y llevado a un diario como El País a prohibir
af.mo, afmo. Pero si la eliminación de las abreviaturas como etc. y escribe siempre
voladitas puede producir anfibología, es etcétera. En algunas obras, sobre todo en
mejor conservarlas: V.o B.o ‘visto bueno’. los diccionarios, se ha prescindido de la
norma, y así puede verse en el drae y otros
5.2.9. Abreviaturas de números. Las léxicos la abreviatura etc. encabezando
abreviaturas de números se dan siempre en línea (→ 5.2.12-7g). En esta obra solo se
ordinales y se expresan con cifras normales mantiene la abreviatura etc. en los textos
y letras voladitas: 1.o ‘primero’, 2.a ‘se- citados si el autor utiliza en ellos esa abre-
5.2.10. NORMAS DE APLICACIÓN DE LAS ABREVIATURAS 199
viatura; en los demás casos se escribe siem- semejantes; a lo largo del texto general de-
pre etcétera. Actualmente, también otros ben escribirse con todas sus letras. En estos
autores, periodistas y escritores aceptan la casos es necesario tener en cuenta las dos
norma y escriben etcétera normalmente. cuestiones siguientes:
3. Como regla general, una abreviatura
o una sigla no deberían dividirse a final de a] establecer un sistema de abreviacio-
línea (v. Melús y Millá, 1940: 84; OLE99, nes, de forma que las mismas pala-
5.11.2b7.o; dpd 05, p. 326). En algunas bras se identifiquen siempre con las
ocasiones la necesidad de dividirlas se mismas abreviaturas;
presenta y en tal caso debe aceptarse. Por b] si se abrevia una palabra, por co-
ejemplo, puede dividirse au / tom., pero herencia gráfica debe abreviarse
no impr., ya que en este caso la partición también otra que se utilice con fun-
im / pr. no es aceptable al no formar dos sí- ción semejante; por ejemplo, se-
labas. La OLE99 pone como ejemplo de si- ría incorrecto escribir vol. 1, pági-
gla indivisible UNESCO, pero no se ve razón na 2 o volumen 1, p. 2; lo correcto
alguna para no poder dividir unes - / co, es vol. 1, p. 2 (→ 5.2.4-3), o, si es
como, cuando se escribe con solo mayús- pertinente, volumen 1, página 2.
culas o versalitas, se pueden dividir ACA- /
de - / mía , co- / man - / do . Se entiende que 6. Las abreviaturas de tratamientos no
no se podrá dividir o- / tan (→ 3.2-4), C1- / deben usarse en el texto general (salvo
ao , CECI- / os, ASE- / A, de la misma manera cuando aparecen entre paréntesis). Por
que tampoco se puede dividir o- / tro. Y ejemplo, al inicio de una carta, lo correcto
en cuanto a las abreviaturas, ¿por qué no es escribir Muy señor mío, no Muy Sr. mío
se puede dividir admón. (abreviatura de (→ 5.2.4-3; 5.2.10-56; 5.2.10-8c).
administración), en la forma ad- / món.? 7. La abreviatura v. (‘véase’) debe es-
La propia Academia, en el drae 01, divide cribirse con sus letras si, en notas o citas
las siguientes palabras: des- / pect. (despec- bibliográficas, precede inmediatamente a
tivo, s. v. correoso], de- / sus. (desusado, un prenombre abreviado: Véase M. Seco,
s. v. contestar], Nu- / mism. (numismática, Vide V. Martínez Sicluna, y no V. M. Se-
s. v. tipo) (→ 3.2-6). co, V. V. Martínez Sicluna. La razón reside
4. En las abreviaturas compuestas no en el hecho de que tales abreviaturas, en
deben separarse a final de línea sus com- esa posición, podrían confundirse con las
ponentes; así, es incorrecto separar S. / M., de un prenombre.
SS. / MM., q. / e. / p. / d. Tampoco pueden 8. Hay algunos casos en que no deben
separarse de los términos a los que afectan: usarse abreviaturas; son los siguientes:
S. M. / Juan Carlos I, S. M. / la reina. Cuan-
do se trata de prenombres abreviados, a] en los versos de una poesía (v. Melús
estos no pueden separarse de sus apellidos; y Millá, 1940: 110), con la excep-
es, pues, incorrecto G. / Santaella, J. / S. / ción de que sea el propio autor quien
Bach. Lo mismo vale cuando la abrevia- las utilice, como sucede, por ejem-
ción va pospuesta: viento / SO. plo, en Dámaso Alonso (1968: 7),
5. En los libros y publicaciones, sobre que dedica una poesía a las siglas;
todo en los técnicos y científicos, son co- b] en los títulos de libros (salvo cuando
rrientes las abreviaciones de palabras como se trata precisamente de una abrevia-
artículo, capítulo, figura, lámina, libro, tura, como sucede con A. M. D. G.,
tomo, título, número, volumen, página, de Ramón Pérez de Ayala); sin em-
edición, etcétera. Estas solo serán correc- bargo, hay ejemplos de ello (aunque
tas en dos casos: cuando aparezcan entre no sean dignos de ser imitados):
paréntesis y cuando formen parte de notas, una obra de Karl von Vereiter (Bar-
citas bibliográficas, bibliografías y textos celona: Petronio, 1979) se titula
200 5.2.11. FALSAS ABREVIATURAS
→ 5.2.5.2-2), Uds. como plural (que es ma que separe entre sí los miembros
incorrecto; → 5.2.5.2-6), V. (plural, W.) de esa serie de palabras, oraciones o
y Vd. (plural, Vds., también incorrecto; períodos; generalmente esta puntua-
→ 5.2.5.2-6). La abreviatura U. es forma ción consiste en la coma, pero tam-
lo suficiente confusa e innecesaria como bién se da el uso del punto y coma e
para desecharla definitivamente; V. y Vd., incluso del punto;
con sus plurales ya expuestos, son formas e) en general, es redundancia innece-
arcaizantes (de vuesa merced), carentes saria la repetición, dos o más veces,
de vitalidad, por lo cual, aunque no sean de esta abreviatura (sin embargo, en
incorrectas como aseguran algunos autores ciertas obras literarias —pero no en
(por ejemplo, Melús y Millá, 1940: 112), las técnicas y científicas— debe res-
hay razones suficientes para rechazarlas. petarse si el autor la utiliza);
6. Deben desecharse, por latinismos f) en algún caso especial, en lugar de
innecesarios, las grafías affmo. e Illmo.; la abreviatura debe usarse la pala-
las grafías correctas son, respectivamente, bra etcétera; por ejemplo, cuando
afmo. ‘afectísimo’ e Ilmo, ‘ilustrísimo’ (ya no significa «y lo demás», sino, por
en 1570 Ambrosio de Morales pedía que ejemplo, «para qué seguir»; véase
no se escribiera Ille, Illmo., sino con una este ejemplo de Melús y Millá (1940:
sola l). 111): «—Sé que le trataron a usted
7. Por lo que respecta a etc., deben ha- muy mal. = —Más de lo que me
cerse algunas consideraciones, por tratarse merecía. Y luego... etcétera». Fran-
de una abreviatura especial: cisco Umbral la utiliza así en El País
(23.9.80, 29): «la-ola-de-erotismo-
a) es la única abreviatura que en es- -que-nos-etcétera [invade]»;
pañol se utilizaba siempre en lugar g) actualmente, en algunos periódicos y
de la palabra correspondiente (etcé- libros se ha sustituido la abreviatura
tera), tanto en texto seguido como etc. por la palabra entera: etcétera
entre paréntesis (pero → 5.2.10-1 y (→ 5.2.10-2); la razón estriba en el
5.2.10-2); hecho de que la escritura informati-
b) puede ir a final de línea o a fin de zada impide el control de aparición
párrafo, salvo que por sí misma de la abreviatura; como es sabido,
forme una línea, caso en el cual debe esta abreviatura no debe separarse
sustituirse por su desarrollo: etcétera de la palabra que le sirve de com-
(→ 5.2.10-1); plemento, que en este caso siempre
c) cuando aparece dentro de sintagma es anterior; así pues, si la abrevia-
o frase, etc. puede ir entre comas, tura queda a principio de línea, su
precedida de punto y coma o seguida situación es incorrecta y debe sus-
de ese mismo signo. Si aparece al fi- tituirse por la palabra entera; pero
nal de oración o período, va precedi- si en el mismo párrafo se da una
da de coma. Pese a que algún autor corrección en algún lugar anterior, el
ha cuestionado esta coma antes de texto se recorrerá automáticamente
etc., debe llevarla en todos los casos, y la palabra desarrollada aparecerá
ya que si bien el significado de la probablemente en medio de la línea,
palabra etcétera es «y lo demás», esa situación también incorrecta puesto
y no aparece explícita, y lo que se lee que en esos casos se está utilizan-
no es «y lo demás», sino «etcétera» do la abreviatura; cualquier otra
(→ 10.5.2.3.1-14); enmienda corre el mismo riesgo; la
d) cuando etcétera cierra un período solución, pues, consiste en escribir
con varias proposiciones, la puntua- siempre la palabra etcétera a lo largo
ción que le corresponda será la mis- en cualquier texto, única forma de
202 5.2.13. ASIMILACIÓN DE ABREVIATURAS A SÍMBOLOS Y SIGLAS
abreviamiento puede tener dos o más de- cuando se trata de nombres hipocorísticos
sarrollos, como maní por manifestación y o de cualquier otra naturaleza. Es intere-
manicomio, pero entonces es el contexto sante subrayar que cuando los hipocorísti-
el que se encarga de aclararlo (salvo que cos acaban en el sonido /i/ deben escribirse
vaya acompañado de artículo, caso en el con i, nunca con y, que es grafía inglesa;
cual no debería haber anfibología: la mani, por ejemplo, Mary, Tony, Lucy son angli-
el mani). cismos ortográficos por Mari, Toni, Luci
(→ 1.3.26.4-3; 7.1.1.3).
5.5.4. Fusión de abreviamientos. En
algunos casos se da la unión de abrevia- 5.6. Los símbolos.
mientos, como autocine (de automóvil
+ cinematógrafo), incluso de formas que 5.6.1. Generalidades. 1. Entendemos
no tienen uso como voces simples, como por símbolo la letra, conjunto de letras o
taquimeca (de taquígrafa + mecanógrafa), signo con que se representan una palabra o
en que ni taqui ni meca tienen uso ordina- un sintagma en escritos técnicos y cientí-
riamente. ficos.
2. Se consideran símbolos:
5.5.5. Escritura de los abreviamien-
tos. 1. La grafía de los abreviamientos es a) las grafías abreviativas establecidas
la misma de la palabra de que se obtienen; por el cipm (Comité Internacional
es decir, se escriben sin diacríticos, y nor- de Pesas y Medidas) para las uni-
malmente los plurales responden a las re- dades de medida del sistema inter-
glas generales (→ 5.5.2). Sin embargo, el nacional de unidades (si);
uso constante de abreviamientos confiere b) los conjuntos de tres letras con que
carácter vulgar a un escrito, por lo que se representan las constelaciones del
deben evitarse en la medida de lo posible, universo;
salvo los casos en que se justifican en vir- c) los grupos de dos letras con que se
tud de la materia. Por ejemplo, en un tra- representan los cuerpos simples (ele-
bajo científico puede hablarse de fagos; en mentos) en química;
otro de música, del chelo; en otro, del bus; d) las contraseñas de las matrículas de
pero todos ellos y aun otros utilizados en los automóviles, tanto las interna-
un mismo trabajo, sin mención tal vez de la cionales como las nacionales (en los
forma original de que los respectivos abre- países que las usan);
viamientos se derivan, conferirían carácter e) los grupos de tres letras (las dos
vulgar al escrito en que se inscribieran. primeras del nombre del país [có-
Conviene, pues, utilizarlos con precaución digo alfa-2] y la tercera de la unidad
y lo menos posible. monetaria) con que se representan
2. Mientras no se lexicalizan o desgas- las unidades monetarias de los países
tan por el uso, es costumbre escribirlos (iso 4217:1987 [E/F]);
entre comillas, especialmente en los medios f) los grupos de dos letras con que se
de comunicación impresos, indicación dia- representan los nombres de lenguas
crítica de que se trata de una grafía fami- del mundo (iso 639:1988 [E/F]);
liar; aún es corriente ver entrecomilladas g) los grupos de dos (código alfa-2) o
palabras como peque, cole, profe, etcétera. tres (código alfa-3) letras con que se
Resulta sorprendente, sin embargo, que el representan los dominios de Internet
abreviamiento tele, acaso por influencia y los nombres de los países (iso
de cine, ya lexicalizado cuando apareció 3166:1988 [E/F]);
aquel, nunca se escribió entre comillas. Lo h) las abreviaciones simbólicas em-
normal, sin embargo, es usarlos sin diacrí- pleadas en automovilismo, la Biblia,
ticos, como palabras ordinarias, incluso geometría, física, geografía (puntos
5.6.2.2. ESCRITURA DE LOS SÍMBOLOS DEL SISTEMA INTERNACIONAL 205
1. Prefijos S siémens
T tesla
Múltiplos Gy gray
Sv siévert
Y yotta 1024 J julio
Z zetta 1021 lm lumen
E exa 1018 Wb wéber
P peta 1015 N newton
T tera 1012 Hz hercio
G giga 109 lx lux
M mega 106 H henrio
k kilo 103 W vatio
h hecto 102 V voltio
da deca 101 Pa pascal
kat katal
Divisores Ω ohmio
°C grado Celsius
d deci 10-1
c centi 10-2 2.3. Unidades que se utilizan juntamente
m mili 10-3 con el si
µ micro 10-6
n nano 10-9 o grado
p pico 10-12 'minuto
f femto 10-15 "
segundo
a atto 10-18 u unidad atómica de masa unificada
z zepto 10-21 eV electronvoltio
y yocto 10-24 t tonelada
d día
h hora
2. Unidades min minuto
l, L litro
2.1. Unidades si fundamentales
2.4. Unidades que se admiten
A amperio temporalmente
cd candela
m metro Á ángstrom
kg kilogramo milla náutica1
mol mol bar bar
K kelvin
s segundo 2.5. Unidades admitidas en sectores
ESPECIALIZADOS
2.2. Unidades si derivadas con nombre
ESPECIAL dioptría1
quilate1
rad radiante a área
sr estereorradiante tex tex
Bq becquerel mmHg milímetro de mercurio
F faradio b barn
C culombio
1 No tienen símbolo oficial. Para el quilate suele emplearse, cuando es necesario, la c de carat o
la k de karat.
208 5.6.2.5. ESCRITURA DE LOS SÍMBOLOS DE LOS PUNTOS CARDINALES
estético o bien porque la familia no lo pro- clase de letra normal que corresponda al
porciona). texto, independientemente de la grafía que
2. Los signos que afectan a dos pala- tenga la palabra a la que afecta.
bras, la que le precede y la que le sigue,
suelen llevar el mismo espacio que corres- 5.8. Las siglas. 1. Se entiende por sigla,
ponda a la línea, salvo en los operadores en el sentido moderno de la palabra, la
matemáticos (+, -, x, =), que deben yuxtaposición de iniciales de un enunciado
llevar un valor de espacio fijo, con obje- o sintagma que da lugar a una formación
to de que alineen correctamente las cifras léxica distinta de cada una de las palabras
en las fórmulas y las columnas de números. que le dan origen y a las cuales sustituye.
3. Los signos que califican a una cifra 2. Estrictamente hablando, también
(%, $, £, #) deben separarse de esta por un son siglas cada una de las iniciales de las pa-
espacio fijo, ligeramente inferior al habi- labras que contribuyen, junto con las res-
tual del texto, pero normalmente llevan el tantes, a formar el neologismo. Por ejem-
que corresponde a las restantes palabras de plo, ONU es una sigla, pero también son
la misma línea. Aunque se use en inglés, en siglas la o, la n y la u como abreviaciones
español no es correcto escribir estos signos de las palabras Organización, Naciones
pegados a las cifras a que afectan, vayan y Unidas, respectivamente. Esto nos re-
antes o después de ella. Así, deberá evitarse trotrae al más que probable origen de las
escribir #27, 345$, el 58%, puesto que la siglas modernas: las abreviaturas por siglas
forma correcta en español es #27, 345 $, utilizadas por los romanos en la Antigüe-
el 58 % (→ 8.1.1.6-5). Tales signos no dad y posteriormente por los amanuenses
pueden quedar separados en líneas conse- que se encargaban de copiar los libros
cutivas; es incorrecto, pues, escribir # /27, (códices). Recuérdense, a este respecto, las
345 / $, el 58 / %. En autoedición puede abreviaturas S. P. Q. R. ‘Senatus Popu-
utilizarse un espacio «irrompible» (de no lusque Romanus’ (El Senado y el Pueblo
separación), con objeto de que la cifra y el Romanos) e I. N. R. I. ‘Iesus Nazare-
signo no se separen a final de línea. nus Rex Iudaeorum’ (Jesús Nazareno Rey
4. Algunos autores recomiendan que de los Judíos), que modernamente suelen
no se repitan los signos que afectan a una presentarse con grafía siglística: spqr , inri
cifra cada vez que aparecen en una serie. (y aun, en este último ejemplo, con grafía
Por ejemplo, Los precios varían entre 10, lexicalizada: inri).
45 y 68 $, en lugar de Los precios varían 3. La sigla moderna, sin embargo, no
entre 10 $, 45 $ y 68 $. Esta norma afecta tiene esa antigüedad, por más que el proce-
a signos como los de economía ($, £, ¤, dimiento se base en ella. Según Corominas
¢), grados, minutos y segundos (°, ", ""), (1973: s. v. sigla), la palabra sigla aparece
porcentaje (%) y los que se emplean en entre 1765 y 1783. Lo que no sabemos
los textos (siempre que afecten a una cifra: es si se utilizaba para denominar la sigla
#, §). Actualmente se recomienda repetir romana (es decir, la abreviatura de una pa-
los signos cada vez que se presente la nece- labra con solo la inicial) o bien alguna for-
sidad. Así pues, lo correcto, sobre todo en ma de sigla moderna (es decir, formando
textos técnicos y científicos, será escribir una palabra). Se conoce el uso de las siglas
10 $, 45 $ y 68 $ y no 10, 45 y 68 $ modernas a finales del siglo xix, aunque,
(→ 8.1.1.6-5). al parecer, se trataba de un uso limitado,
5. Los signos en situación volada (gra- tímido aún.
dos [°], minutos ['], segundos ["], cifras Según algunos autores, los tres méto-
[1, 2, 3], llamadas de nota con asteriscos [*] o dos fundamentales de la cábala divulgada
letras, etcétera) deben escribirse de redon- en Occidente, es decir, la guematría, el
do, pegados a la cifra, palabra o signo de notaricón y el ternura, podrían tener una
puntuación a que afecten y de la misma relación directa con la formación moderna
210 5.8.1. PROBLEMAS RELACIONADOS CON LAS SIGLAS
de las siglas. Así, la guematría, primera 5.8.1. Problemas relacionados con las
llave cabalística, consiste en considerar el siglas. 1. El primer problema que presen-
valor numérico de las palabras como cla- tan las siglas es el del origen de la palabra
ve del sentido; el notaricón, en juntar las con que se denominan en las lenguas ro-
iniciales o finales de una frase y formar con mances. Según unos (por ejemplo, Alfaro,
ellas otra, que revelará el sentido oculto 1970: s. v. siglas), «sigla es un plural,
de la primera, método acróstico que des- contracción de sigilla, que vale por cifras,
bordaría sus orígenes para aplicarse a las caracteres, abreviaturas», y según otros
siglas comerciales, políticas o culturales; (por ejemplo, Rosell, 1967: 22, n. 4), se
y el ternura, llave de la conmutación o deriva de singulae litterae ‘letras aisladas’.
sustitución, consiste en separar las letras Corominas (1973: s. v. sigla), que coincide
de una palabra para formar anagramas, con Alfaro, dice que fue tomada (entre
seudónimos, alteraciones expresivas de las 1765 y 1783) del latín tardío sigla, -orum,
mismas letras del vocablo. La deducción «palabra empleada solo como plural». La
de que las actuales siglas —y también los Academia (drae 92 y DRAE01) coincide
acrónimos, como se ve— tengan su origen también con Alfaro, ya que, según ella,
en el método del notaricón es, cuando me- proviene de «sigla, ‘cifras, abreviaturas’».
nos, dudosa, pese a que se hayan utilizado 2. El segundo problema es el de su
en la cábala esos métodos. definición. La Academia (DRAE01) ofrece
No parece quedar duda de que el em- tres acepciones: «Palabra formada por
pleo masivo de las siglas comienza en los el conjunto de letras iniciales de una ex-
medios de comunicación impresos a partir presión compleja; p. ej., Organización
de los primeros años treinta del siglo xx, en de) N(aciones) U(nidas), o(bjeto) v(olante)
especial durante la presidencia de Franklin n(o) i(dentificado). 2. Cada una de las le-
Delano Roosevelt en los Estados Unidos tras de una sigla (palabra formada por
(v. Seco, 1977: 191; Casado Velarde, 1978: letras iniciales). P. ej., N, O y U son siglas
23-24). En cuanto a lo literario, Benito en ONU. 3. Cualquier signo que sirve para
Pérez Galdós utiliza el sistema siglístico ahorrar letras o espacios en la escritura».
en su obra Miau, publicada en 1888. En 2.1. La primera acepción concuerda
efecto, esa palabra que da título a la obra con las abreviaturas por siglas que en
no se refiere al maullido del gato, sino que la Antigüedad utilizaron los romanos, es
se trata de una sigla que tiene tres signifi- decir, tomando la primera letra de cada
cados, atribuidos al protagonista: Mora- palabra aislada o de las que formaban un
lidad, income tax, aduanas y unificación sintagma. Por consiguiente, esta acepción
de la deuda (cuatro puntos para obtener refleja exactamente el concepto que de
la solvencia financiera de España); Muerte sigla se tiene hoy, ya que, de hecho, las
infamante al ungido, y, posteriormente, siglas no son más que conjuntos de abre-
Muerte infame al universo. Esto indica que viaciones de voces, ya sean estas aisladas
el procedimiento siglar para la formación o formando sintagma. El segundo ejemplo,
de neologismos se utilizaba ya por la épo- que refleja la palabra ovni, parece un desa-
ca, aunque no estuviera muy extendido. cierto por parte de la Academia, por cuan-
Sin embargo, como se ha apuntado antes, to la palabra que forma es común, como
desde los años treinta, y más cuanto más calle o cielo (aunque no tenga origen tan
nos acercamos a la actualidad, el uso de la preclaro), y, aunque formada, en principio,
sigla se ha multiplicado imparablemente y como una sigla, con la grafía actual, ovni,
ya afecta a todos los campos de la cultura, no es una sigla, sino un nombre común
a tal punto que muchas obras y trabajos en (un siglónimo). La definición académica
publicaciones periódicas necesitan colocar de sigla concuerda con la que ofrece la iso
a su frente una lista con las siglas utilizadas [1087:1990 (E/F)]: «Término complejo o
en ellos. nombre formado por letras iniciales de
5.8.1. PROBLEMAS RELACIONADOS CON LAS SIGLAS 211
sus elementos», y añade dicha norma: mo una serie de autores llaman abreviatura
«Una sigla forma una secuencia en la que a la sigla, de la misma manera que llaman
la pronunciación es alfabética, silábica o acrónimo a todas las siglas o a algunas de
las dos. Ejemplos: 1) HlM: Habitation á ellas. Está bien que se considere el origen
loyer modique. 2) ovNi: Objet volant non abreviativo de la sigla, pero no que se con-
identifié». Pero obsérvese que las siglas se fundan estos dos sistemas de abreviar.
forman con abreviaciones (las cuales, a su 3. El tercer problema que presentan las
vez, pueden llamarse siglas; de aquí que de siglas es el de su formación. Según Casado
un rótulo como ONU pueda decirse que es Velarde (1979: 71), «[...] para hablar de
la sigla [conjunto] o son las siglas [suma sigla stricto sensu, se precisa que aparezca
de iniciales de los elementos que forman solo el primer grafema de cada uno de los
el enunciado] de Organización de las Na- componentes del sintagma no abreviado,
ciones Unidas). A este respecto, Mejía excepción hecha de los elementos de rela-
(1979: 563) lo expresa con estas palabras: ción (preposiciones y conjunciones)». De
«Toda sigla es una abreviatura, pero no la misma opinión es Calvet (1980: 7): «La
toda abreviatura es una sigla». Habría sido sigla es un grupo de palabras abreviadas de
más acertado decir que toda sigla es una modo que se conserve solo la primera letra
abreviación, porque, si bien la abreviatura de cada palabra». De ambas definiciones
está en la base de la constitución de la parece desprenderse que para que haya
sigla, esta no puede ser al mismo tiempo sigla debe esta reflejar las iniciales de «cada
una cosa y la otra. El origen de la sigla es palabra [significativa]» del enunciado, de
la abreviatura, pero la sigla es el resultado tal manera que no podría considerarse si-
de un proceso y, por consiguiente, algo gla si se omitiese en ella la inicial de alguna
distinto (→ 5.1). palabra significativa de ese enunciado. No
2.2. La tercera acepción, «Cualquier es exactamente así: la omisión de una o
signo que sirve para ahorrar letras o es- más iniciales de palabras significativas del
pacios en la escritura», tiene un sentido enunciado no invalida el valor siglístico del
genérico y probablemente contribuye más conjunto resultante de abreviar las restan-
a crear confusión que a resolver ninguno tes palabras significativas. Teniendo esto
de los problemas que la palabra sigla en cuenta, ¿se puede llamar sigla al con-
arrastra. Ya Rosell (1967: 25) había ad- junto de iniciales de un enunciado cuando
vertido: «[la Academia] involucra [en esta de este se toma y abrevia una palabra no
acepción] todos los signos taquigráficos» y significativa, vacía de significado, como
aun otros muchos. De hecho, estos signos los artículos, preposiciones y conjuncio-
pueden considerarse abreviaciones, pero nes? Sin duda que sí se puede, puesto que,
no siglas. Por supuesto, los signos de la ta- como hemos visto, la sigla se forma con
quigrafía no son abreviaturas ni siglas. Lo iniciales de voces que forman un sintagma
que abrevian es la escritura (si acaso, serán o enunciado. Lo único que la distingue de
abreviativos, no síglicos). Seco (1977: 191) la anterior, la que se forma con iniciales
lo esclarece meridianamente: «Ante todo, de palabras significativas, es que se tra-
es necesario distinguir con claridad siglas ta de una sigla impropia, puesto que la sigla
de abreviaturas. Unas y otras consisten en propia es aquella que se forma con iniciales
suprimir en la escritura el mayor número de palabras significativas (→ 5.8.3.4).
de las letras que componen una palabra o 4. El cuarto problema que presentan
sintagma, por razones de economía (eco- las siglas es el de si se pueden considerar
nomía de esfuerzo o economía de espacio). palabras o no. Alvar Ezquerra (en Alvar y
Pero hay una diferencia práctica: al ser Miró, 1983: 8) define la sigla como «signo
leídas, las abreviaturas se traducen a pala- resultante de la unión de la abreviatura de
bras, mientras que las siglas se leen como varias palabras». En la nota 19 de la misma
palabras». Sin embargo, no es raro ver có- página añade: «Prefiero utilizar signo, en
212 5.8.1. PROBLEMAS RELACIONADOS CON LAS SIGLAS
un sentido amplio, a palabra por ser menos société calédonienne ‘Federación para una
comprometido, pues llamar palabras a las Nueva Sociedad Caledonia’), las cuales,
siglas es solo posible teniendo un concepto naturalmente, tienen el significado que se
muy extenso de lo que es una palabra». deduce del enunciado de que proceden. De
Esta prudencia, que en algún caso podría hecho, desde este punto de vista, cualquier
estar justificada (pensemos, por ejemplo, palabra desconocida para un usuario de
en siglas consonánticas como fnsc ), pare- la lengua presenta parecidos problemas
ce un tanto exagerada cuando se trata de (con la única diferencia de que cualquier
siglas silábicas (piénsese, por ejemplo, en palabra del español es un conjunto de
UNESCO, leída y constantemente utilizada consonantes y vocales que forman sílabas,
como una palabra más, incluso escrita lo que no se da en algunas siglas). Parece,
como cualquier nombre propio: Unesco). pues, que, al menos como hipótesis, puede
Para otros autores, considerar palabras considerarse, sin demasiada repugnancia
las siglas no supone ningún inconveniente. lingüística, que las siglas, al menos las silá-
Por ejemplo, Ramos Martínez (1963: 133) bicas, son palabras.
dice: «Las siglas son una palabra [cursiva
mía] formada por las iniciales de varias». 5.8.2. Postura ante la sigla. 1. Tal vez
Y Martínez de Campos (1964: 420): «Las podríamos asegurar que en la actualidad
siglas, convertidas en palabras [cursiva la sigla está admitida y tolerada por la
mía], pertenecen, como todo sustantivo, generalidad de los usuarios del lenguaje
a un género concreto». Según Seco (1977: escrito; pero no ha sido siempre así. En
192), «Lo que importa es que O. N. U. sus comienzos modernos, la sigla obtuvo el
(u ONU), en el uso corriente, se ha conver- rechazo abierto de muchas personas. Por
tido en una palabra que todo el mundo ejemplo, Santiago Ramón y Cajal (1970:
emplea y comprende como un nombre 63) decía que para aclarar el significado
propio». Al hablar de S. P. Q. R., conjunto de las siglas habría que «crear una asig-
de letras que considera abreviatura, no natura universitaria». En su opinión, las
sigla, Seco añade: «[...] no decimos, por siglas eran una importación del extranjero:
ejemplo, que “el S. P. Q. R. venció a Car- «Carecemos de originalidad hasta para lo
tago” como diríamos que “la URSS derrotó frívolo», añadía. En 1962, Dámaso Alon-
a Alemania”. Cuando hablamos de S. P. Q. so (1968: 7-8) rechaza la sigla, a la que
R. lo mencionamos como una inscripción, denomina «gris ejército esquelético», «le-
y nunca como un nombre». Un nombre: es gión de monstruos», «fríos andamiajes».
decir, una palabra. También se podría apli- Rafael Lapesa (1963: 201) considera la
car aquí, para justificar la consideración sigla «Plaga universal de monstruos que,
de palabras de las siglas, el criterio prag- por no tener raíz léxica, no evocan nada,
mático de Mounin (1979: s. v. palabra), y cuyo cuerpo sonoro, formado por azar
según el cual «De hecho, en la conciencia y no por evolución orgánica, se eriza de
lingüística de los no analfabetos, la palabra combinaciones fonéticas inusitadas para
está vinculada con su forma escrita: se tra- nuestros oídos». Sin embargo, ya por la
ta de la unidad limitada por dos blancos, misma época empiezan a aparecer voces
por un signo de puntuación y un blanco o que admiten la existencia inevitable de la
a la inversa». Según este criterio, la sigla sigla en el campo de la lingüística. Ro-
fnsc es una palabra. Podría aducirse que senblat (1967: 164) reconoce «el triunfo
/fnsc/ no significa nada, pero ello no sería universal de las siglas» debido a la tenden-
del todo cierto: no se trata de consonantes cia «a la palabra más corta, a los modos
elegidas al azar y colocadas una a conti- expresivos más condensados». Previendo
nuación de otra en cualquier orden, sino algo que no tardando mucho iba a conver-
de las iniciales de un enunciado concreto tirse en realidad, Gerardo Diego (1968: 40)
(en este caso, Fédération pour une nouvelle decía que «tal como van las cosas, dentro
5.8.3.1. [clases de siglas ] por el número de letras 213
monolíteras (monograma): una letra 5.8.3.3. Por su lectura . Por este con-
(A); cepto pueden ser silábicas o consonánti-
bilíteras (digrama): dos letras (al ); cas. Son silábicas las siglas cuyas letras
trilíteras (trigrama): tres letras (ama ); componentes permiten realizar una lectu-
cuatrilíteras (tetragrama, tetragráma- ra silábica, como una palabra ordinaria;
ton): cuatro letras (aibb ); por ejemplo, UNESCO, cimo , ceac . Son
pentalíteras (pentagrama): cinco letras consonánticas las siglas cuya lectura solo
(albao ); puede hacerse deletreando, ya que, aunque
hexalíteras (hexagrama): seis letras comprendan alguna vocal, la situación de
(GALClT); esta en el conjunto no favorece una lectura
heptalíteras (heptagrama): siete letras silábica; por ejemplo, dsbsc , kpdr , pamdb ,
(VLIMMAR). thy , gpra . En estos casos la lectura es
siempre mediante la yuxtaposición de los
Las denominaciones puestas entre parén- nombres de las letras. En algunos casos, de
tesis no están generalizadas. La forma esta lectura se deriva una aparente sigla si-
trigrama está recogida en los dicciona- lábica; por ejemplo, pnv se lee pe, ene, uve,
rios enciclopédicos más importantes del pero en pronunciación normal da peneúve.
español (desu , nel ), pero en ellas no se
completa la serie. Aunque resulta poco útil 5.8.3.4. Por su formación . Atendien-
y, en cualquier caso, siempre se pueden do a su formación, las siglas pueden ser
denominar las siglas por el número de propias o estrictas e impropias o sigloides.
letras (monolíteras, bilíteras, etcétera), se 1. Son propias las siglas que están for-
completa y ofrece aquí la serie lógica. Sea madas por palabras significativas o plenas
como fuere, las siglas de más de siete letras (sustantivos, adjetivos, verbos y adverbios)
son rarísimas. Formaciones de esa exten- del enunciado; por ejemplo, psoe ‘Partido
sión suelen ser cruces o acrónimos, pero Socialista Obrero Español’; pnv ‘Partido
raramente serán siglas. El número de letras Nacionalista Vasco’; pide ‘Policía interna-
de la sigla depende del enunciado original cional e de Defesa do Estado’.
y de las letras que el siglador elija para 2. Son impropias las siglas que mezclan
formar la sigla. Las más abundantes son las iniciales de palabras accesorias (artículos,
que tienen tres letras, seguidas de las que preposiciones y conjunciones) entre las
tienen cuatro, cinco y dos. Son más raras obtenidas de palabras significativas; por
las excesivamente cortas (una letra) y las ejemplo, Cepal ‘Comisión Económica pa-
muy largas (ocho letras). De estas últimas, ra América Latina’; Aedemo ‘Asociación
son más raras aún las consonánticas, ya Española de Estudios de Mercado y Opi-
que no tiene sentido formar una sigla con nión’. No se consideran impropias, sino
consonantes no articulables constituidas propias, las siglas en las cuales se toman
por muchas letras. Es más difícil retener la las iniciales de los componentes de un
sigla que el enunciado... compuesto; por ejemplo, enher ‘Empresa
Nacional Hidroeléctrica del Pibagorzana’;
5.8.3.2. Por el tipo de constituyen - ootea , ‘Ortografía y ortotipografía del
tes . Generalmente las siglas se construyen español actual’. En estos casos, como es
con letras. Sin embargo, en algunos casos lógico, se trata siempre de siglas silábicas,
se forman mediante la combinación de ya que el tomar o no la inicial de una
letras y números, cualquiera que sea la su- palabra accesoria o del segundo elemento
cesión. En este caso hablamos de sigla alfa- de un compuesto solo puede perseguir el
numérica. Por ejemplo, son alfanuméricas objetivo de hallar una sigla pronunciable
siglas como R-21 ‘Renault 21’; M98 ‘Mun- silábicamente.
dial 98’; M19 ‘Movimiento 19 de Abril’;
20-N ‘20 de noviembre’; etcétera. 5.8.4. Escritura de las siglas. 1. La
5.8.4. ESCRITURA DE LAS SIGLAS 215
escritura de las siglas es uno de los proble- birse con versalitas y sin puntos (en lo
mas que estas arrastran (→ 5.8.1-3). Para impreso, naturalmente), como se ha hecho
empezar, no existe un criterio internacio- en este libro. En efecto, en una página don-
nal que pueda aplicarse. Ni siquiera en el de aparezcan varias siglas, la presencia de
mundo hispánico se ha conseguido crear tantas mayúsculas juntas desestabiliza la
un cuerpo de normas por el cual regirse visión ponderada del resto de la página, en
en nuestra lengua. Stefanovics (1971: 178) el que las mayúsculas son solo esporádi-
dice: «En la casi totalidad de los países cas normalmente. Escribir las siglas con
[hispánicos] se prefiere la escritura [de las versalitas (que siguen siendo mayúsculas,
siglas] sin puntos, máxime si se trata de no se olvide, solo que de menor tamaño
instituciones que por su antigüedad o im- que estas) contribuye a mantener el equili-
portancia son ampliamente conocidas. En brio entre los elementos gráficos de la
estos casos la gente acepta la abreviatura página. Debe hacerse una excepción (es
como un concepto de por sí, lo que hace decir, mantener la grafía con mayúsculas)
superfluos los puntos». Basulto (1978: cuando las siglas complementen a palabras
105) expone este otro criterio: «1) cuando escritas con inicial mayúscula, como las
las siglas están integradas por letras ini- siguientes: Fundación GSR, Editorial Siglo
ciales de palabras, se puede poner punto XXI, RBA Realizaciones Editoriales. En
después de cada letra, o colocar solo un el dpd 05 (p. 603), la Academia dice: «Las
punto al final del conjunto, o bien dejarlo siglas se escriben hoy sin puntos ni blancos
sin puntuación (confiando en la evidente de separación. Solo se escribe punto tras
condición de sigla que le da su escritura las letras que componen las siglas cuando
total con mayúsculas); 2) cuando las siglas van integradas en los textos escritos ente-
están compuestas por sílabas, no se acos- ramente en mayúsculas: memoria anual
tumbra el uso del punto». Por supuesto, la del C.S.I.C». Esta regla carece no solo de
escritura con un solo punto, tan apropiada uso, sino también de sentido. Jamás se ha
en las abreviaturas, es inadmisible en las visto la aplicación de una norma así, y lo
siglas; escribir ONU., citi . o iana . carece de mejor es no darla por conocida. La grafía
justificación lingüística. Tampoco tiene jus- correcta es: memoria anual del csic .
tificación distinguir la escritura, con pun- Actualmente, la Academia ha cambiado
tos o sin ellos, de las siglas consonánticas de parecer: en la OLE10 (p. 583) establece
o silábicas. En el mundo anglosajón parece que «las siglas se escriben sin puntos ni
haberse impuesto el criterio de escribir las blancos de separación, incluso cuando se
siglas con letras mayúsculas y sin puntos integran en textos escritos enteramente en
abreviativos entre ellas, criterio que actual- mayúsculas: calendario fiscal para el
mente es ya general en España. En Francia PAGO DEL IRPF».
suelen seguir el siguiente criterio: las siglas 3. Según establece el dpd 05 (p. 603),
silábicas, con mayúsculas y sin puntos, y las siglas silábicas (acrónimos en la termi-
las consonánticas, con mayúscula inicial nología de la Academia) se escriben con
y el resto minúsculas. En Italia no hay un inicial mayúscula y el resto minúsculas si
criterio unificado, por lo que igual se ve se trata de nombres propios y tienen más
escrito CGIL que Cgil. de cuatro letras; por ejemplo, la Unesco, el
2. El criterio español en cuanto a la Unicef, el Gatepac, el Icidca. Junto a ellas,
grafía de las siglas, como se ha dicho, por capricho de la norma, la SEAT, la FIAT,
sigue de cerca la práctica inglesa, pero la ONU, el dni , etcétera. Tal vez lo mejor
debe matizarse. En primer lugar, porque sería escribir con minúsculas e inicial ma-
se aplica a las siglas propias. En segundo yúscula todas las siglas silábicas que sean
lugar, porque se dice que deben escribirse nombre propio, y el resto con versalitas.
con MAYUSCULAS y sin puntos, pero en 4. Las siglas, cualquiera que sea su gra-
realidad debería decirse que deben escri- fía, se escriben siempre sin tilde, aunque
216 5.8.4. ESCRITURA DE LAS SIGLAS
la palabra se preste a ello. Por ejemplo, se giro’; pnb ‘producto nacional bruto’; tsh
escribe la cia , no la cía . ‘telegrafía sin hilos’.
5. En cuanto a las siglas impropias, 7. Hay, pese a lo dicho hasta aquí, ca-
plantean un problema adicional. Pues- sos en que debe aplicarse a una sigla una
to que toman del enunciado iniciales de grafía mixta; es decir, en la que entre las
palabras que se escriben con minúscula, versalitas puede aparecer una minúscula.
¿qué grafía aplicarles? Podría elegirse una Al caso de ciu citado antes podemos aña-
grafía mixta, en la que se reflejasen las dir el de ETAm ‘eta Militar’, o el de vfR
mayúsculas y minúsculas del enunciado; ‘Verein für Raumschiffahrt (Sociedad Ale-
por ejemplo, se podría escribir CEpAL ‘Co- mana de Aficionados a la Astronáutica)’.
misión Económica para América Latina’, En otros casos, ciertamente excepcionales,
manteniendo la minúscula de para, y en pueden darse grafías no siglísticas, como
algunos casos se hace así por tratarse de sucede cuando se introduce una partícula
siglas institucionales (como en Ciu ‘Con- entera escrita con minúsculas en el cuerpo
vergencia [Democrática de Catalunya] i de la sigla; por ejemplo, PAofw ‘Pentecos-
Unió [Democrática de Catalunya’]). Sin tal Assemblies of the World (Asambleas
embargo, estas grafías no parecen propias Pentecostales del Mundo)’, PSdeG (Partido
del español, por lo que, en general, deben Socialista de Galicia).
desecharse. Se podría, pues, optar por una 8. En los casos en que una sigla forma
de estas dos soluciones: a) escribirlas como un compuesto sincopado con una pala-
las siglas propias, es decir, con versalitas bra sin abreviar, la escritura es con inicial
y sin puntos (cepal ), o bien, b) poniendo mayúscula (si le corresponde, que es lo
la inicial mayúscula (puesto que se trata habitual) y el resto con minúsculas; por
de un nombre propio) y escribiendo con ejemplo, Insalud ‘instituto Nacional de la
minúsculas el resto (Cepal). Ambas grafías Salud’. Adoptan la misma grafía aquellas
tienen defensores. Se trataría solamente de formaciones que constan de abreviamien-
elegir un criterio y mantenerlo a lo largo to + sigla, como Eurocae ‘European Orga-
de todo un escrito. Mejor aún: debería nization for Civil Aviation Electronics (Or-
elegirse un criterio de una vez para siempre ganización Europea para el Equipamiento
por parte de todos los periodistas, traduc- Electrónico de la Aviación Civil)’. Cuando
tores y escritores, con objeto de introducir la formación responde a la fórmula sigla
coherencia interna en el sistema de escritu- + palabra, la grafía mantiene la mayúscu-
ra de la lengua. Desde este punto de vista, la (o la versalita) en el primer formante:
parece que es preferible escribir estas siglas KAPNQwest, formada por los nombres de la
como si fueran siglas propias, es decir, con kpn , empresa neerlandesa, más la Qwest,
versalitas, con objeto de igualar las grafías estadounidense. La misma grafía mantiene
de ambos tipos de siglas y simplificar las la cadena mexicana de televisión TVAzteca,
reglas de escritura. Es más fácil seguir una formada con TV de televisión más la pala-
regla única que aplicar constantes excep- bra azteca.
ciones en los microsistemas. De esta ma- 9. Como excepción a las reglas enun-
nera, además, se distinguiría gráficamen- ciadas en las normas anteriores, deben
te el origen gráfico de una sigla y el de respetarse las grafías de las llamadas siglas
un Acrónimo que reflejase un nombre bibliográficas, aquellas con que las publi-
propio. caciones periódicas (en especial las revistas
6. Las siglas que se derivan de con- especializadas) abrevian sus títulos res-
ceptos que normalmente se escriben con pectivos; por ejemplo, cdc ‘Cuadernos
iniciales minúsculas se escriben con ver- de Cultura’. Debe tenerse en cuenta que
salitas (o con mayúsculas, si así se están los títulos de las revistas deben abre-
escribiendo); por ejemplo, pnn ‘profesor viarse siguiendo las normas establecidas
no numerario’; DEG ‘derechos especiales de internacionalmente para estos casos. En
5.8.5.2. PLURAL DE LAS SIGLAS 217
5.8.7. La creación de siglas. 1. Las si- a) ha de ser corta (tres o cuatro letras
glas oficiales de organismos, instituciones, es el ideal);
etcétera, suelen ser establecidas por ellos b) ha de resultar eufónica;
mismos en la forma que les parece más c) debe ser silábica, si es posible;
oportuna. Estas siglas deben ser aceptadas d) debe procurarse que, por su forma,
tal cual son, tanto si parecen lógicas como sea sigla propia;
220 5.8.8. LA TRADUCCIÓN DE LAS SIGLAS
labra alfónimo (de alfa, primera letra peachímetro (de pH ‘potencia de hidró-
del alfabeto griego, y el griego ónoma, geno’, grafía registrada en el Diccionario
nombre) designamos las voces formadas enciclopédico Labor, 1979, t. 9, supl.), más
mediante la yuxtaposición de los nombres la terminación -ímetro.
de las letras iniciales de una denominación.
Como se ve, no es exactamente una forma 5.10. El cruce y el acrónimo. Ambos
de la abreviación, y si la incluimos aquí procedimientos abreviativos consisten en
no es más que porque sin duda se puede fundir en un solo término neológico los
considerar miembro de la familia. Pero, en extremos de otras palabras. Ambos son
realidad, se trataría de lo contrario de una problemáticos en español (y también en
abreviación. Por ejemplo, abecé (de a b otras lenguas). Con frecuencia se confun-
c), abecedario (de a b c d), becegé (de bcg den el uno con el otro en todo tipo de tex-
‘bacilo Calmette-Guérin’), dedeté (de ddt tos, y el usuario interesado por el tema se
‘diclorodifeniltricloroetano’), checa (de ch siente confundido. Aquí trato de clarificar
k, del ruso Chrezvichainaia Komissia ‘Co- la cuestión tal como yo la entiendo, pero
misión Extraordinaria’), cao (de ¿ o), tebeo me temo que tampoco alcanzaré el éxito
(de tbo , título de una publicación infantil deseable. Me conformaré con añadir algo
española), penene (de pnn ‘profesor no de claridad en vez de más confusión. Sin
numerario’), elepé (de lp ‘long play [disco embargo, es obligado advertir de la poli-
de larga duración]’). El fenómeno alcanza semia que acompaña al término acrónimo,
tanto a los antropónimos (por ejemplo, el cual, aun respetando la etimología de
Jotapé, de J. P., a veces escrito con grafía sus componentes, puede aplicarse a varias
exótica, pero incorrecta en español: Jo- realidades en el particular terreno de la
taPe) como a ciertas siglas (por ejemplo, abreviación por contracción léxica en que
Ucedé, de UCD ‘Unión de Centro Demo- nos movemos. Por otro lado, como podrá
crático’). La Academia ha hecho uso del observar el lector, la diferencia entre cruce
procedimiento para la admisión de algunas y acrónimo es tan leve, que bien podrían
palabras; por ejemplo, para CD-ROM, sigla considerarse procedimientos semejantes y
que admite, registra también la alternancia englobarse con la denominación común
cederrón, y para oenegé, de ONG (lo que de acrónimo. Obsérvese cómo de las de-
resuelve el eterno problema del plural, ya finiciones de una y otra voz se deduce
que con oenegés es suficiente y no hace que la diferencia estriba en que los cruces
falta recurrir al uso de la sigla). se dan por combinación de dos términos
2. La palabra alfónimo es un neologis- que no forman sintagma, mientras que los
mo creado por Vicente O. Cutolo (1962: acrónimos se dan por combinación de las
8, cit. Buonocore, 1976: 38) para designar palabras que forman una frase, sintagma
lo que entre nosotros se conoce mejor por o enunciado, ya se consideren las iniciales
criptónimo (palabra registrada ya, precisa- solamente o estas más alguna otra letra que
mente con este sentido, por Moliner, 1980, no sea inicial.
s. v.). Por su etimología, parece que alfó-
nimo se presta mejor para denominar el 5.10.1. El cruce. 1. Llamamos cruce
fenómeno aquí definido. Por su parte, Ro- a la palabra que resulta de combinar dos
sell (1967: 34) lo llama siglónimo, palabra voces que no forman sintagma proyec-
que parece más adecuada para designar tando una sobre otra y eliminando algún
las voces que se forman como las siglas, sonido de cada una de ellas, generalmente
como se ha visto antes (→ 5.9.1). Algunos mediante la apócope de la primera y la afé-
alfónimos admiten la composición, como resis de la segunda o con la suma de varias
abecedario (de a b c d más la terminación apócopes o por otros procedimientos. Por
-ario), cegesimal (de CGS ‘centímetro, gra- ejemplo, explicotear viene de explicar +
mo, segundo’, más la terminación -imal), parlotear; sima, de silicio + magnesio; ofi-
5.10.2. EL ACRÓNIMO 223
ción, parece que el acrónimo solo se da excepción de Rodríguez González) han in-
entre dos palabras: «el principio de la fluido en la concepción actual de este tipo
primera y el final de la segunda, o el final de abreviaciones, pero hay que reconocer
de la primera y el comienzo de la última»; que una palabra que, como acrónimo, se
es decir, que los neologismos formados por puede aplicar con igual propiedad a tipos
apócope + apócope (como radar) o afére- tan diversos de abreviaciones (→ 5.10.2-3)
sis + aféresis (como Tísner) no serían acró- no nos es útil en absoluto por la confusión
nimos; tampoco Renfe, ejemplo correcto que origina, salvo que los tratadistas se
puesto por la Academia, lo sería según esta pongan de acuerdo para aplicarla a una
definición. sola de las formas de abreviar.
7.4. La norma iso 1087:1990 (E/F) 9. Finalmente parece oportuno, pese
define así la voz acrónimo: «Término com- a lo dicho hasta aquí, distinguir entre el
plejo abreviado formado por varios gru- cruce, que se forma con dos (raramente
pos de letras de un término y en el que la más) voces que no constituyen sintagma, y
pronunciación es exclusivamente silábica». el acrónimo, que en sentido estricto se for-
Obsérvese que se trata de la suma de «va- ma siempre con voces que constituyen sin-
rios grupos de letras de un término», no tagma, frase o enunciado. Este es, cuando
de una letra solo, lo cual excluye la sigla, menos, el parecer aplicable desde el punto
y que la pronunciación es exclusivamente de vista lingüístico: en la práctica, como se
silábica. Obsérvese también que no espe- ha dicho antes (→ 5.10.2-7.4), probable-
cifica si tales grupos de letras han de ser mente se podría llegar a la conclusión de
solo iniciales, finales o interiores, ni si la que no vale la pena mantener tan estricta
forma básica ha de ser o no un sintagma, distinción y considerar acrónimos todas
frase o enunciado (es decir, que de alguna las formaciones procedentes de la suma
manera incluye entre los acrónimos —o, de partes de las palabras que constituyen
al menos, no las excluye— las palabras un término complejo, sea o no sintagma
formadas por cruce). A mi manera de ver, (nunca, naturalmente, si esa formación la
esta definición se ajusta totalmente a lo constituyen solo iniciales, pues a eso ya se
que debería entenderse por acrónimo, si lo llama sigla en español).
excluimos el hecho de que con esa pala- 10. En cuanto a los procedimientos pa-
bra nos refiramos a todas las formas de ra su formación, si bien en el cruce es más
abreviar. Nos permitiría, además, incluir frecuente la unión de una apócope con una
los cruces entre los acrónimos, como una aféresis, en el acrónimo se pueden admitir
forma que estos pueden adoptar en función todas las combinaciones:
de su origen.
8. Como se puede ver, ninguna de las 1) apócope + apócope:
definiciones concuerda con la de la Acade- ALGOL: ¿algorithmic language (‘len-
mia (→ 5.10.2-2), pero tampoco se da el guaje algorítmico’)
caso de que dos autores concuerden entre MÓDEM: modulador demodulador
sí en la definición de acrónimo. Podría RADAR: radio detection and ranging
llegarse, pues, a una conclusión de tipo (‘detección y localización por radio’)
general: en relación con esta palabra, los sÓNAR: sound navigation ranging
criterios están repartidos entre los anglo- (‘exploración náutica del sonido’)
sajones y los latinos, con alguna excepción TÉlEx: teleprinter exchange
relacionada con estos dos grandes grupos 2) apócope + aféresis:
(por ejemplo, Rodríguez González se ali- BiT: binary digit (‘dígito binario’)
nea en el grupo anglosajón, mientras que estanflación (‘estancamiento con
la iso parece aproximarse a los autores inflación’)
de tendencia latina). Criterios como el de PÚlSAR: pulsating star (‘estrella pul-
Welte y otros (generalmente extranjeros, a sante’)
226 5.10.2. EL ACRÓNIMO
6.1. Características. Las letras mayús- Pp, Qq, Rr, Ss, Tt, Uu, Vv, Ww, Xx,
culas se distinguen de las minúsculas por Yy, Zz.
las siguientes características:
Como se puede observar, faltan en la lista
a) su tamaño: las mayúsculas suelen ser académica tres grafías: CH, LL y RR, pues
más altas; sin ellas no se podrían escribir palabras
b) su forma: las mayúsculas tienen, como DICHARACHERO, HALLULLA
generalmente, distinta figura; y CARRETA. Faltan asimismo las grafías
c) su frecuencia: normalmente se es- correspondientes a los dígrafos GU y QU,
cribe con letras minúsculas, y las que intervienen en palabras como GUE-
mayúsculas se reservan para los fines DEJA y QUESO, por ejemplo.
que les son propios (→ 6.4.1-1). 3. Como iniciales mayúsculas de una
palabra que se escribe con minúsculas, las
6.2. Aspectos formales. 1. En lo ma- formas mayúsculas de ch y ll son Ch y Ll:
nuscrito, así como en lo impreso o meca- Chamorro, Lloverás. Las formas mayús-
nográfico, las palabras pueden escribirse culas de gu y qu son, respectivamente, Gu
con solo mayúsculas, pero lo usual es y Qu: Guedeja, Queso. Cuando formen
escribirlas con minúsculas, siendo las ma- parte de una palabra toda ella escrita
yúsculas excepciones de la regla. Puédese, con mayúsculas, sus grafías, como se dice
sin embargo, poner con solo mayúsculas en el párrafo anterior, son CH y LL, así
una palabra, sintagma, frase u oración, como GU y QU. Esta duplicidad gráfica
incluso uno o más párrafos, porque resulte (no tenida en cuenta por la Academia) era
conveniente. considerada anómala por Cuervo (1954: i,
2. Por lo que se refiere a la figura de 941): «Hay también una anomalía insig-
las letras, la orae (1974: 6) y la ole 99 nificante en el uso de la ch y la ll, pues al
(p. 2) escriben las siguientes (se mantienen paso que las dos partes de la letra van en
en la lista ch y ll porque figuran en las mayúscula al escribir MUCHO, FALLO,
fuentes citadas): solo la primera va en dicha forma en casos
como Chile, Llaguno».
Aa, Bb, Cc, Ch ch, Dd, Ee, Ff, Gg, Hh, 4. El fonema intervocálico /r/ se escribe
Ii, Jj, Kk, L l, Ll ll, Mm, Nn, Ññ, Oo, rr, y en mayúsculas, RR. Puesto que no
228 6.3. GENERALIDADES
existe en español la grafía rr- (inicial de pa- en la aplicación de ciertas normas, como
labra), tampoco pueden existir Rr- o RR-. establecer la mayúscula para policía pero
5. Las formas mayúsculas de la i y la j no para judicatura, por ejemplo. A esta
no llevan en caso alguno el punto supras- falta de coherencia se refieren práctica-
crito que tienen las grafías minúsculas de mente todos los ortógrafos actuales, cuan-
las mismas letras: I, J. La ñ debe mantener do menos aquellos que han pretendido
su virgulilla (Ñ), y la q, su rasguillo (Q). penetrar en los intersticios de las normas
6. Las letras mayúsculas (e igualmente académicas y de sus aplicaciones; así,
las versalitas) se tildan cuando ello sea ne- Moliner (1980: ii, 370 ss.), Polo (1974:
cesario: Álvaro, MONTÁNCHEZ, Mon - 187 ss.), Carnicer (1972: 209 ss.), Fernán-
TÁNCHEZ. dez Castillo (1969: 41 ss.). Carnicer (l. cit.)
7. Aunque todos los alfabetos técnicos dice: «Las normas dictadas por la Acade-
disponen de la letra w, en caso de faltar mia para el uso de las iniciales mayúsculas
podría formarse con dos uves seguidas: vv; [...] ni son siempre un prodigio de precisión
en mayúscula, W, como se hizo antigua- ni resuelven todas las vacilaciones que sus-
mente. cita este aspecto de la ortografía. Reflejo
8. Es un error confundir (especialmente de ello lo hallamos en el Diccionario de la
en lo impreso) la o mayúscula (O) con el propia Academia, donde palabras sujetas
cero (0) y utilizar uno por otro; este es a la misma aplicación o de función equi-
siempre más estrecho que aquella. En la valente se imprimen unas veces con inicial
escritura mecanográfica, a menudo la O mayúscula y otras con minúscula». Desde
ocupa el lugar del 0, por falta de este en el finales del 2010, con la aparición de aque-
teclado (de la misma manera que a veces la lla obra, en la que se dedican a las mayús-
/ ocupa el lugar del 1). culas y minúsculas setenta y cinco páginas,
9. También es erróneo confundir la o el tema está ya tratado con la extensión
(o minúscula) con el 0 (cero), aunque apa- necesaria (incluso me atrevería a decir que
rezcan uno a continuación del otro. Sus es excesiva). Cuestión bien distinta es la ca-
figuras, y el hecho de que uno y otro no lidad del contenido y el acierto o desacierto
puedan aparecer seguidos en un segmento de su análisis.
textual, hace que no puedan confundirse. 2. Como norma general orientadora,
debe tenerse en cuenta que, por lo que
6.3. Generalidades. 1. El tema ortográ- respecta al empleo de mayúsculas inicia-
fico del empleo de mayúsculas y minúscu- les, el español se halla a medio camino
las era el menos fijado en el idioma español entre la superabundancia del alemán, la
hasta la aparición de la OLE10. En esta obra abundancia del inglés y la escasez del
el espacio concedido al tratamiento es muy francés. Usamos más mayúsculas que los
superior al concedido con anterioridad. En franceses, pero menos que los ingleses y
efecto, existían, por parte de la Academia, alemanes. Cada lengua tiene sus caracte-
unas normas insuficientes y en algunos ca- rísticas gráficas y la de la mayúscula es
sos contradictorias, sobre todo si, al propio una más. Nuestro idioma debe tender a la
tiempo que se estudiaba lo legislado en minusculización, la cual obedece a razones
la ortografía (por ejemplo, en la ole 99 y históricas difíciles de justificar, pero que
el DPD05), se comprobaba su aplicación pueden observarse estudiando las grafías
en el Diccionario (el DRAE01): una y otro clásicas y las actuales. Como dice Carnicer
parecían redactados por entidades distin- (1972: 210), «Uno de los cambios más
tas y en muchos casos contrapuestas, a notables (y así ha ocurrido en inglés) es el
tal punto que lo que prescribía la OLE99 de minusculizar la inicial del sustantivo,
no lo cumplía el DRAE01, o este tenía frente a lo que, por ejemplo, se advierte
aplicaciones no previstas ni tratadas en en dos ediciones que tengo a la vista, una
aquella. Añádase a ello la incoherencia de santa Teresa (1622) y otra de Francisco
6.3.1. LA MAYÚSCULA EN DENOMINACIONES PLURIVERBALES 229
Fabro (1673), donde es muy frecuente el duda qué se entiende por nombre propio.
sustantivo con inicial mayúscula. Un siglo Esta dificultad, que probablemente jamás
después, en el Diccionario de Autorida- será vencida, explica las diferencias de tra-
des de la Academia (1726) encontramos to en relación con la mayúscula.
con mayúscula los nombres de profesión 2. En cuanto a las denominaciones plu-
(civil, militar y religiosa), así como los riverbales, es decir, constituidas por más
gentilicios. A mediados del siglo xix (Gil y de una palabra, la mayúscula afecta a
Carrasco, 1844), apenas hay nombres con las formadas por un genérico (una o más
mayúscula, salvo los propios. El proceso de palabras) y un específico (una o más pa-
minusculización se mantiene, con variantes labras), ambos escritos de redondo, que
personales, hasta nuestros días». normalmente ejercen funciones de nombre
3. Hay, sin embargo, en la utilización propio. Por ejemplo, suelen serlo las de-
de mayúsculas una tendencia que obedece nominaciones de instituciones, asociacio-
a razones subjetivas. La mayúscula se jus- nes, corporaciones, entidades, organismos,
tifica solamente por el deseo de expresar organizaciones, sociedades comerciales o
con ella exaltación, interés personal o mercantiles, etcétera, pero también los
colectivo, respeto, veneración, reverencia, nombres geográficos y otras designaciones
etcétera, que nada tienen que ver, en gene- pluriverbales.
ral, con razones puramente ortográficas. 3. A la hora de escribir con mayúscula
Muchas personas son incapaces de escribir o minúscula estas denominaciones pluri-
naturaleza, destino y palabras semejan- verbales, téngase en cuenta que se escriben
tes con minúscula porque les parece que de redondo y con inicial mayúscula todos
no quedan suficientemente destacadas. La los términos que forman los nombres de
exaltación de lo propio por medio de la instituciones, asociaciones, corporaciones,
mayúscula es otro rasgo de esto mismo. entidades, organismos, organizaciones, co-
Así, en escritos religiosos aparecerán con mo, por ejemplo, Ministerio de Asuntos
mayúscula Cruz, Hostia, Sagrada Forma, Exteriores, Dirección General de Tributos,
Misa, San, Fray, etcétera; en escritos mi- Real Academia Española, Partido Socia-
litares, los nombres de las armas y todos lista Obrero Español, Ayuntamiento de El
los cargos y empleos; en publicidad, to- Rosal (Pontevedra), Biblioteca Nacional,
dos los nombres de productos, objetos, sis- Escuela Naval, Real Federación Española
temas, componentes, etcétera; en escritura de Fútbol, etcétera.
dependiente (la producida dentro de una 4. En cuanto a las sociedades comercia-
empresa o por encargo), todas las voces les o mercantiles, que también se escriben
relacionadas con aquello de que se trata en de redondo, es costumbre, aplicada tanto
el escrito; y así en todo lo demás. en libros como, sobre todo, en algunos
periódicos, escribir el genérico con mi-
6.3.1. La mayúscula en denominacio- núscula, como en hospital del Sagrado
nes pluriverbales. 1. Las dificultades para Corazón, teatro Calderón de la Barca,
aplicar la mayúscula en español se derivan hotel Presidente, bar El Riojano, cafetería
de dos hechos determinantes: por un lado, Roma, editorial Labor, laboratorios Pérez,
las palabras que consideramos nombres librería Cervantes, almacenes El Águila,
propios, apreciación en muchos casos sub- etcétera. Se trata de un error. En estos ca-
jetiva, y, por otro, las denominaciones plu- sos, los genéricos forman parte del nombre
riverbales, generalmente formadas por un comercial (apotecónimo) y escribirlos con
nombre genérico o común más una palabra minúscula supone separarlos del nombre
o grupo de palabras que sirven para deno- específico, como si no se necesitasen los
minar una entidad. Los problemas para dos para conformar el nombre comercial
el tratamiento de las primeras se derivan o mercantil completo. Por consiguiente,
de la dificultad de definir sin posibilidad de las grafías correctas deben ser Hospital del
230 6.4. APLICACIONES DE LA MAYÚSCULA Y LA MINÚSCULA
Sagrado Corazón, Teatro Calderón, Hotel la Torre (de Londres), el Acueducto (de
Presidente, Bar El Riojano, Cafetería Ro- Segovia).
ma, Editorial Labor, Laboratorios Pérez, 9. Otra aplicación se tiene en los títulos
Librería Cervantes, Almacenes El Águila. de publicaciones, cuya grafía, siempre en
En estos casos, cuando el genérico o el es- cursiva, difiere en relación con la mayúscu-
pecífico consten de más de un término, to- la; en los títulos de libros, como es sabido,
dos ellos se escriben con inicial mayúscula: solo se escriben con mayúscula la palabra
Restaurante El Campo Andaluz, Casa de inicial y los nombres propios, mientras
Huéspedes La Hija del Molinero. que en los títulos de publicaciones perió-
5. También se escriben de redondo cier- dicas se escriben con inicial mayúscula
tas denominaciones en las que el genérico todos los términos que intervengan, menos
se escribe con inicial minúscula y con ma- los conectivos (artículos, preposiciones y
yúscula los sustantivos, pero no los adjeti- conjunciones, salvo que sean los inicia-
vos, como ley de Arrendamientos urbanos, les del título); por ejemplo, Diccionario
ley de Propiedad intelectual. enciclopédico Salvat universal, pero La
6. En los topónimos, que asimismo se Voz de Galicia, El Periódico de Catalu-
escriben de redondo, los genéricos llevan nya, La Vanguardia, Boletín Oficial del
inicial minúscula, y los específicos, mayús- Estado.
cula en todas las palabras que los formen;
por ejemplo, bahía de Cádiz, isla de Ma- 6.4. Aplicaciones de la mayúscula y la
llorca, cabo de Creus, sierra de Gredos, minúscula. Dada la dificultad para tratar
pico de Urbión, sistema Penibético, cordi- este tema, en el que para ser más o menos
llera Cantábrica. Pero a veces el genérico completo habría que analizar palabra por
forma un nombre propio con el específico, palabra y los casos en que podría encon-
como en Islas Salomón, Cabo Cañaveral, trarse usada, prefiero estudiarlo por con-
Costa de la Muerte, Costa Azul, Picos de ceptos, de manera que, en cada campo, lo
Europa, Sierra Madre. En algunos casos válido para los ejemplos que se ponen
ambos, genérico y específico, se escriben lo sería también para los que se omiten.
con minúscula, como en costa valenciana,
islas atlánticas, islas griegas, islas britá- 6.4.1. Reglas fundamentales. 1. La ini-
nicas, cornisa cantábrica. cial mayúscula se aplica solamente en los
7. Los topónimos urbanos se escriben nombres propios (o palabras que en un
poniendo con minúscula el genérico y con contexto determinado cumplan sus veces),
mayúscula el específico en todos sus tér- a principio de escrito y después de punto o
minos, sean sustantivos o adjetivos: calle signo que lo sustituya. Sin embargo, puede
del General Ricardos, avenida de la Gran escribirse minúscula a principio de párrafo
Nía, calle del Obispo Serrano, paseo del en los siguientes casos:
Valle de Hebrón.
8. Un caso problemático lo constituyen a) En los diálogos interrumpidos; por
los nombres de monumentos. Aunque exis- ejemplo:
te tendencia a colocar mayúscula en el ge-
nérico, la grafía debe ser la contraria: si el —Sé que voy a decir algo comprometedor,
nombre del monumento consta del nombre pero...
genérico más un específico, el primero debe —Puedes omitirlo.
escribirse con minúscula: arco de Bará, —...es mi deber comunicártelo.
estatua de la Libertad, torre del Oro, torre
Eiffel, torre de Pisa, acueducto de Segovia. En estos casos, los puntos suspensivos
Solo en algunos casos, por antonoma- con que acaba la primera intervención y
sia, se escribe con inicial mayúscula el comienza la tercera sirven de nexo del par-
genérico cuando sustituye al específico: lamento como una unidad.
6.4.2. ANTENOMBRES, DICTADOS Y TRATAMIENTOS 231
la mayúscula para saber de quién se trata, plo, a Hitler se lo llamó Führer (= guía);
extremo que siempre aclarará el contexto. a Mussolini, duce (= caudillo); a Franco,
En la OLE99 (p. 39) añade las palabras mi- caudillo y generalísimo; en estos casos, lo
nistro, secretario y presidente, Pero si se es- normal, sobre todo en vida de tales perso-
cribe Ministro, Secretario y Presidente, con nas, es escribir los epítetos con mayúscula.
inicial mayúscula, con igual razón habría Es distinto el caso de negus (= rey), que se
que escribir Director, Director General, daba al rey de Etiopía, o el de rais, que se
Secretario, Secretario General, Jefe, Jefe de da en Egipto y otros pueblos musulmanes a
Negociado, Ayudante, Aspirante, etcétera, algunos altos cargos de gobierno, especial-
y, por supuesto, Bedel, Portero, Vigilante, mente al presidente o al rey; en estos casos
Guardaespaldas, Carpintero, Impresor y se escribe con minúscula, como se escribe
otros nombres de cargos y empleos del micado, káiser, emperador, rey, etcétera.
mundo civil, religioso y militar, lo cual 3. En cuanto a las voces que designan
carecería de sentido. Solamente, y como tratamientos, cualquiera que sea la perso-
excepción, se les concederá la mayúscula na a que se apliquen, deben escribirse con
en leyes, decretos y documentos oficiales, minúscula. La orae (1974: 9) dice que los
más por la costumbre y la propia solem- tratamientos se escriben con mayúscula,
nidad de este tipo de documentos que por «y especialmente si están en abreviatura»;
razones puramente ortográficas. En los habría que enunciarlo de otra manera: los
demás casos debe escribirse el rey Juan tratamientos solo se escriben con mayús-
Carlos I y el rey, el papa Juan Pablo II y el cula si están en abreviatura. Salvo que se
papa, el presidente Clinton y el presidente. trate de escritos oficiales (→ 6.4.2-2), pa-
Lo contrario obligaría, por coherencia, a labras como ilustre, magnífico, excelencia,
poner mayúscula en sargento, sacerdote, vuecencia, santidad, majestad, reverendo,
obispo, teniente, e incluso en bedel, conser- etcétera, deben escribirse con minúscula.
je y casos semejantes. Por influencia de esta
tendencia mayusculizadora apoyada por la 6.4.3. Antropónimos. Se escriben con
propia Academia no es raro ver en los tex- inicial mayúscula:
tos grafías como Zar, Faraón, Káiser, Mi- 1. Los prenombres, nombres propios
cado, Augusto, César (= emperador), Sul- o nombres de pila, como Antonio, María,
tán, Delfín, Soberano, Emperador, Dux, Mercedes, José, etcétera, o cualquier pa-
etcétera, palabras que deben escribirse con labra o sintagma que cumpla los mismos
minúscula, como hace el drae al escribir requisitos: Libertad, Revolución, así como
o césar, o nada (DRAE01, s. v. césar) y dar los que los individuos de una tribu se dan a
a Dios lo que es de Dios, y al césar lo que sí mismos, como Toro Sentado, Alce Veloz,
es del césar (drae 84, s . v . dios). Solo en Caballo Loco.
la correspondencia privada o comercial es 2. Los nombres personificados: la Ver-
lícito escribir con mayúscula el nombre del dad, el Tiempo, la Vida, el Amor, el Céfiro,
cargo: Señor Director, Señor Presidente, la Aurora.
cuando no se añade el nombre del inte- 3. Los nombres de dioses y personajes
resado. Excepcionalmente, también en las de las mitologías: Apolo, Ceres, Europa,
publicaciones periódicas suelen escribirse Cránao (los colectivos, aunque suelen es-
con mayúscula Rey, Reina, Príncipe, Papa, cribirse con mayúscula, deberían grafiarse
solo cuando aparezcan sin acompañamien- con minúscula: las gracias, los argonautas,
to del nombre. Sería inadecuado escribir el las sibilas).
Rey Juan Carlos, la Reina Sofía, en lugar 4. Los apellidos, cualquiera que sea la
de el rey Juan Carlos, la reina Sofía. palabra que se use como tal: García, Pérez,
Un problema especial lo presentan cier- Carpintero, Casas, León, Cabañas. Tam-
tos títulos que se dan en algunos países y bién se escriben con mayúscula los nom-
épocas a personas determinadas; por ejem- bres de las dinastías, como los Borbones,
6.4.4. ZOÓNIMOS Y FITÓNIMOS 233
los Austrias, los Capetos, pero se escriben denomina derivación impropia o implícita
con minúscula si se usan como adjetivos: (cuando una palabra desempeña funciones
los emperadores borbones, la dinastía ma- nuevas, distintas de la original) y Menén-
riní, un soberano hafsí. dez Pidal (1977: 222) considera neologis-
5. Se escriben con inicial mayúscula los mos formados por habilitación (→ 6.6.1).
sobrenombres, apodos, agnomentos o cog- Entre los antropónimos antonomásticos,
nomentos, nombres de guerra y de religión se escriben con minúscula los siguientes:
y seudónimos: ‘Santiago Martín, el Viti’; el acates, adonis, anabolena, anfitrión, argos,
Cordobés; ‘Antonio García, alias el Tuer- automedonte, barrabás, benjamín, caco,
to’; ‘Manuela Vargas, la Terremoto’; Al- celestina, cicerón, cid, circe, cirineo, creso,
berto Magno, Juliano el Apóstata, Alfonso demóstenes, don juan o donjuán, dulcinea,
el Sabio, Teodosio el Viejo; fray Luis de fígaro, fúcar, galeno, galeoto, hércules,
Granada, fray José de Écija; el Pobrecito isidro, jeremías, job, judas, lazarillo, láza-
Hablador (Mariano José de Larra), Azorín ro, licurgo, magdalena, maritornes, marta,
(José Martínez Ruiz), Apa (Feliu Elias), matusalén, mecenas, menegilda, mesalina,
Clarín (Leopoldo Alas), el Abate Marchena mesías, narciso, nerón, perillán, quijote,
(José Marchena y Ruiz de Cueto), etcétera. robinsón, salomón, séneca, sosia, tenorio,
6. En los nombres antonomásticos, se venus y zoilo.
escribe mayúscula cuando el nombre co-
mún ocupa, por sinécdoque, el lugar del 6.4.4. Zoónimos y fitónimos. Los
propio; por ejemplo, el Apóstol (san Pablo; nombres comunes de animales y plantas
en España, Santiago: Hacer la ofrenda al se escriben siempre con minúscula, como
Apóstol), el Ángel (san Gabriel), el Doctor elefante y acacia. Sin embargo, en algunos
Admirable (Roger Bacon), el Doctor An- tratados de zoología y botánica es costum-
gélico (santo Tomás), el Doctor de la Gra- bre escribir con mayúscula los nombres
cia (san Agustín), el Doctor Irrefragable de las especies, géneros, familias, órdenes,
(Alejandro de Hales), el Doctor Sutil (Juan clases, tipos y reinos, así como los subgru-
Duns Escoto), el Emperador (Napoleón en pos de estos: entre los animales, Metazoos,
Francia, Carlos I en España), el Libertador Cordados, Vertebrados, Mamíferos, Pla-
(Simón Bolívar), el Maestro (Jesucristo), centados, Artiodáctilos, Rumiantes, y entre
el Maligno (el diablo), la Palabra (Jesucris- las plantas, Talófitos, Hongos, Eumicetes,
to), el Rey Sabio (Alfonso X), el Rey Sol Basidiomicetes, Himenomicetales. Estos
(Luis XIV de Francia), el Sabio (Salomón), nombres deben escribirse con minúscula
los Reyes Católicos (Isabel y Fernando), en obras y escritos generales no específi-
la Bella Faso (San Sebastián), la Blanca camente zoológicos o botánicos, y aun en
Subur (Sitges), la Ciudad Condal (Barcelo- estos debería hacerse así con objeto de no
na), la Ciudad Eterna (Roma), la Ciudad llenar los escritos de mayúsculas no dema-
Luz (París), la Ciudad Santa (Jerusalén), siado justificadas.
el Nuevo Mundo (América), Tierra Santa En las combinaciones binarias o bino-
(Palestina); el Diccionario (el de la Acade- miales formadas por el nombre del género
mia, o sea, el drae ), el Digesto (las Pan- seguido del de la especie, ambos latinos o
dectas), la Escritura (la Biblia). latinizados, el primero se escribe siempre
Por el contrario, cuando el nombre pro- con mayúscula y el segundo con minúscula
pio ocupa el lugar del común, la palabra (a este segundo término, algunos autores
se escribe con minúscula; se trata siempre, lo llaman nombre trivial, y otros, nombre
en este caso, de nombres propios que se específico, pero actualmente se aplica el
aplican a una persona por alusión a las sintagma nombre específico al conjunto
cualidades, vicios, virtudes, etcétera, del formado por los dos nombres, el del gé-
personaje de que se trate. Esta minusculi- nero y el de la especie). Si el nombre de
zación se deriva de lo que en lingüística se la especie consta de dos o más epítetos,
234 6.4.5. ANEMÓNIMOS
se unen con guión. En obras científicas, que indica la dirección de la cual sopla
a estos nombres puede seguir, por entero también se escribe con minúscula: norte,
o abreviadamente, el del autor de la espe- viento norte o viento del norte. Solamente
cie. Ejemplos: Homo sapiens, Diomedia se escribe con mayúscula cuando se perso-
exulans (albatros), Diodon hystriz (erizo nifica: Las caricias de Céfiro; Aquilón, hijo
[pez]), Epinepbelus gigas o E. morio (me- de la Aurora (→ 6.4.3-2).
ro), Gypaetus barbatus (quebrantahuesos),
Gyps fulvus (buitre); Epilobium hirsutum 6.4.6. Topónimos. En la escritura de
(adelfilla), Fucus vesiculosus (fuco), Gra- topónimos, orónimos e hidrónimos hay
tiola officinalis (graciola), Grevillea robus- que tener en cuenta tres aspectos: el nom-
ta (grevillo), Verónica anagallis-aquatica L. bre común (genérico), el nombre propio
Los nombres científicos de microorganis- (específico) y el adjetivo.
mos siguen las mismas reglas: Salmonella 1. Los nombres comunes toponímicos
typhi, S. paratyphi, 5. schottmülleri (bacte- (genéricos) se escriben con minúscula:
rias), Hostis pecoris (virus). Cuando cada océano, mar, isla, río, arroyo, laguna,
una de estas denominaciones se menciona lago, sierra, golfo, península, cabo, ba-
más de una vez en un mismo trabajo y hía, etcétera; sin embargo, hay algunas
más o menos seguidas, el primer término excepciones; por ejemplo, se escribe sierra
se abrevia a partir de la segunda mención, de Gredos, pero Sierra Maestra, Sierra Ne-
siempre que no dé lugar a ambigüedad. vada, Sierra Madre, que son sistemas oro-
Ambos términos se escriben siempre con gráficos. Se escribe río Ebro, río Tajo, pero
letra cursiva. Río de la Plata (nombre de un estuario).
2. Los nombres propios aplicados a ani- Se escribe selva de Teutoberger, pero Selva
males se escriben con mayúscula; pueden Negra (grupo montañoso de Alemania).
ser históricos, como Bucéfalo, Babieca; Se escribe pico de Aneto, pero los Picos
literarios, como Rocinante; mitológicos, de Europa (macizo del norte de España).
como Quimera, Pegaso, y actuales, como En los casos de canal, estrecho y golfo, se
Roí , Cuto, Kazan; estos últimos, los actua- ha propuesto escribirlos con mayúscula
les, se escriben siempre con letra cursiva, cuando se mencionen sin acompañamiento
mientras que a los anteriores, históricos, del nombre propio; por ejemplo, canal
literarios o mitológicos, se les aplica la de Panamá, estrecho de Gibraltar, gol-
letra redonda. Se escriben asimismo con fo de México, pero el Canal, el Estrecho, el
mayúscula los nombres comunes aplicados Golfo, respectivamente; no parece que esa
como propios a un animal o planta: doña mayúscula esté muy justificada; al hablar
Vaca Lechera, el Gato Presumido; don Pi- de uno de ellos, el contexto indicará de
no Copudo, el señor Sauce Llorón (en estos cuál se trata, y ello es suficiente, por lo que
casos se escriben de redondo, no de cursiva la mayúscula resulta gratuita. Sin embargo,
[válida aquí por tratarse de ejemplos]). Se puede justificarse si se considera anto-
escriben con minúscula los nombres de ra- nomástica. Tratamiento aparte merecen
zas de los animales, como dobermann, pe- también las palabras península e islas en
quinés, chihuahua, poni, pointer, spaniel, los sintagmas toponímicos península ibé-
fox-terrier. Suele escribirse con mayúscula rica e islas británicas, que suelen aparecer
el nombre de la raza cuando designa el con mayúscula; no hay razón para su uso,
lugar de origen: vacas Hereford, pero tam- por cuanto península ibérica (o helénica, o
bién debería escribirse con minúscula. italiana, etcétera) es un nombre común, y
lo mismo puede afirmarse de islas británi-
6.4.5. Anemónimos. Los nombres de cas, nombre genérico de todas las islas que
los vientos se escriben con minúscula, co- rodean a Gran Bretaña, comprendida esta
mo ábrego, aquilón, bóreas, céfiro, cierzo, misma; no es, como suponen algunos erró-
mistral, simún, siroco, solano; la palabra neamente, otra forma de designar al Reino
6.4.7. COSMÓNIMOS 235
Unido, puesto que entre las islas británicas escribe con mayúscula, como en Australia
hay una, la de Irlanda, que no pertenece Occidental, diferente de la expresión Aus-
en su integridad al Reino Unido. Tampoco tralia occidental (la parte occidental de
hay razón para escribir la Península (ni Australia como Estado). Un caso especial y
siquiera en el caso de que se supongan problemático se tiene en América central,
incluidos España y Portugal, aunque esto que, según este criterio, debe escribirse con
no es lo más común, pues generalmente minúscula (pese a que tenga límites pre-
se refiere solo a España), ya que no es un cisos —como aducen algunos autores—,
nombre antonomástico (hay otras penín- lo cual no es criterio ortográfico, pues
sulas, como la italiana y la griega). Por el también tienen límites precisos la América
contrario, no debe caerse en la tentación de meridional y la América septentrional y
escribir, junto con islas británicas, términos no por ello se escriben esos adjetivos con
como islas filipinas, islas baleares, islas mayúscula); la mayúscula sería obligatoria
canarias, sino islas Filipinas, islas Baleares, si se escribiera América del Centro (como
islas Canarias, puesto que aquí Filipinas, se escribe América del Sur y América del
Baleares y Canarias son los nombres pro- Norte). Sin embargo, parece que aquí el
pios de estas islas, mientras que británicas significado de Centro se ha trasladado a
es solo un adjetivo genérico. Central, única razón que podría amparar
2. Los nombres propios aplicados a las la mayúscula en este adjetivo. En cuanto
realidades geográficas se escriben con ma- a denominaciones como América hispana,
yúscula, como ya se ha visto parcialmente hispánica, española, latina, etcétera, estos
en el párrafo anterior; así, bahía de Cádiz, adjetivos deben escribirse con minúscula,
cabo de Gata, estrecho de Ormuz, golfo de como se escribe América anglosajona.
México, islas Baleares, mar Tirreno, océa-
no Atlántico, río Ebro. Aunque en algunos 6.4.7. Cosmónimos. 1. Los nombres
textos ortográficos clásicos se recomienda de aspectos, cuerpos, líneas imaginarias,
la mayúscula en palabras como Océano, etcétera, del universo pueden escribirse con
Mundo, Orbe, Universo cuando se utilizan mayúscula o con minúscula, según los ca-
en sentido absoluto, no está justificada en sos. La propia palabra universo se escribe
ningún caso, por cuanto también habría con minúscula, aunque no es raro verla con
que escribir Tierra no en su consideración mayúscula.
como planeta, sino como conjunto de 1.1. Se escriben con mayúscula los
todas las tierras emergidas, criterio que nombres y adjetivos de las constelaciones,
puede ser peligroso por las dudas y erro- como Canis Maior o Can Mayor, Hydra o
res a que podría dar lugar. Déjese que el Hidra Hembra, Hydrus o Hidra Macho,
contexto aclare el sentido de las palabras, etcétera; los nombres y adjetivos de las ga-
función que raramente corresponde a la laxias, como Vía Láctea; la palabra galaxia
mayúscula. es usada con mayúscula cuando se refiere a
3. Por lo que respecta a los adjetivos aquella en que nos hallamos insertos.
toponímicos, pueden darse casos de mayús- 1.2. Los nombres y adjetivos de las
cula y de minúscula; la primera se emplea nebulosas, como Saco de Carbón, Gran
cuando el adjetivo forma parte del nombre Nebulosa de Orión, Pléyades, Cabrillas,
propio, como en Reino Unido, Unión etcétera.
Soviética, Estados Unidos, Países Bajos, 1.3. Los nombres de estrellas, como
Alemania Federal, y la segunda, cuando Adara, Aldebarán, Altaír, Antares, Arturo,
no forma parte del topónimo, sino que Corazón del León, estrella Polar o del Nor-
indica qué parte de él se considera, como te, etcétera. La palabra sol se escribe con
en Alemania oriental u occidental, España mayúscula cuando con ella se nombra la
septentrional o meridional. Sin embargo, estrella que preside nuestro sistema solar,
si el adjetivo forma parte del topónimo, se y con minúscula cuando se refiere a la luz
236 6.4.7. COSMÓNIMOS
reflejada por este astro: la luz del sol, hoy océano Antártico; en los trópicos lleva
calienta el sol. mayúscula el nombre propio: trópico de
1.4. Los nombres de los planetas, como Cáncer y trópico de Capricornio.
Mercurio, Venus, la Tierra, Marte, etcéte- 2.2. Se escriben con minúscula los nom-
ra; la palabra tierra se escribe con minúscu- bres de los hemisferios: hemisferio sep-
la cuando se refiere a la materia de que está tentrional o boreal, meridional o austral,
compuesto nuestro planeta: un puñado de oriental o ascendente, occidental o des-
tierra, alcanzar tierra firme, los productos cendente, superior e inferior. Igualmente,
de la tierra, caer a tierra, salir de la tierra se escriben con minúscula las longitudes y
donde uno nació. latitudes: longitud este y oeste, latitud nor-
1.5. Los nombres de los satélites se te o boreal y sur o austral (en este caso, las
escriben con mayúscula, como la Luna, palabras norte y sur son equivalentes a sep-
Deimos, Ganímedes, Febe, Ariel, Titania, tentrional y meridional, respectivamente).
Oberol, etcétera; la palabra luna se escribe 3. Los nombres de los puntos cardina-
con minúscula cuando se refiere a las fases les presentan otros tipos de problemas en
de la Luna y a la luz que este satélite refleja cuanto a la mayúscula y la minúscula. Pese
del Sol: hoy no hay luna, luna llena, cre- a la costumbre, alentada por el uso de la
ciente, menguante, nueva, luna de miel, a propia Academia, de escribir los nombres
la luna de Valencia, pero ladrar a la Luna, de los puntos cardinales con letra mayús-
pedir la Luna. Los nombres de los cometas cula, esta no está justificada más que cuan-
(pero no la palabra cometa) se escriben do forman parte de un nombre propio.
con mayúscula, como Humason, Halley, Como dice Lozano Ribas (s. a., 171), «Los
Enke. nombres de tan distintas y opuestas direc-
1.7. Los nombres de las zonas o fajas ciones son genéricos, y deben, por lo tanto,
del universo se escriben asimismo con escribirse con su inicial minúscula [...]», y
mayúscula, como el Zodiaco y sus doce «Los sustantivos con que se designan las
signos, casas o constelaciones: Aries, Tau- diversas partes en que se considera dividi-
ro, Géminis, Cáncer, etcétera; la palabra do el horizonte, solo deben escribirse con
zodiaco se escribe con minúscula cuando se letra mayúscula cuando se emplean como
refiere a su representación: un zodiaco muy nombre propio de ciertas cosas. Ejemplos:
bonito. Aunque la palabra polo se escribe América del Norte, América del Sur, mar
siempre con minúscula, el nombre especí- del Norte, Oriente (nombre propio con
fico se escribe con mayúscula: polo Norte, que se designa el Asia antigua y las regio-
polo Sur, pero se escriben con minúscula nes inmediatas de Europa y África). Fuera
los adjetivos ártico o boreal y antártico o de estos casos deben escribirse con letra
austral que suelen calificarlos: polo boreal, minúscula. Ejemplos: el norte de América,
polo austral. el sur de América, el viento del oeste, las
2. Se escriben con minúscula los círcu- regiones de levante. La isla de Puerto Rico
los imaginarios tanto de la esfera terrestre está situada al oriente de Haití». A mayor
como de la celeste; por ejemplo, ecuador, abundamiento, muchas veces la utilización
eclíptica, voces que la Academia suele de los nombres de los puntos cardinales
escribir con mayúscula no suficientemen- es de sentido relativo; por ejemplo, el norte
te justificada; no se trata, estrictamente de España no coincide con el norte de Fran-
hablando, de topónimos, sino de líneas cia ni ambos con el norte de Italia, etcétera.
imaginarias. Por consiguiente, no tendría sentido escri-
2.1. Se escriben con minúscula los pa- bir que una persona se dirige al Norte (de
ralelos, los meridianos y asimismo círculo España, por ejemplo); al tratarse de una si-
polar ártico y círculo polar antártico, pe- tuación relativa, lo correcto sería decir que
ro con mayúscula oceáno glacial Ártico, tal persona se dirige al norte (o al sur, este,
océano glacial Antártico, océano Ártico, oeste, etcétera); por eso debe escribirse el
6.4.9. INSTITUCIONES, ENTIDADEDS, ESTABLECIMIENTOS, CONGRESOS, EXPOSICIONES 237
norte de África, de España, de Italia y no parque del Retiro, parque zoológico y jar-
el Norte. Lo mismo es válido para frases dín botánico.
como dirección norte, orientado al norte,
el norte de Madrid. Las voces Norte, Sur, 6.4.9. Instituciones, entidades, estable-
Este y Oeste, Oriente y Occidente se usan cimientos, congresos, exposiciones. Desde
con mayúscula cuando están empleadas el punto de vista de la mayúscula, un
en sentido geográfico-político. Se escribe mismo problema engloba a todas estas
asimismo Próximo o Cercano Oriente, realidades: casi todas suelen constar de
Oriente Medio, Lejano o Extremo Oriente nombre o adjetivo que pueden ser comunes
cuando se refieren a esas regiones geográfi- a varias, y el problema estriba en ponerle o
cas, pero se escribe el oeste, el medio oeste, no mayúscula a ese nombre o adjetivo. Por
etcétera, cuando se refieren a una parte de ejemplo, Alcázar de Sevilla, Ayuntamiento
un país determinado (como, generalmente, de Zaragoza, Biblioteca de Alejandría,
los Estados Unidos). En cuanto a expresio- Palacio de la Zarzuela, Museo del Prado,
nes como la Alemania del norte, la España Coliseo de Roma, Consejo de Estado,
del sur, debería utilizarse la minúscula, Congreso de los Diputados, Consejo de
pues, contrariamente a Corea del Norte, Ministros, Dirección General de Pesca,
Corea del Sur, Yemen del Norte, Yemen Comisión Interministerial para el Medio
del Sur, no existe una división, ni política Ambiente, Real Academia Española, Ins-
ni administrativa, que se llame Alemania tituto de la Función Pública, Universidad
del norte o España del sur (en estos casos, de Granada, Ateneo de Madrid, Centro
norte y sur equivalen, respectivamente, a Gallego de Barcelona, Gremio de Maes-
septentrional y meridional, y no estaría tros Impresores, Asociación de Amas de
justificado escribir Alemania Septentrional, Hogar, Partido Socialista Obrero Español,
España Meridional). Editorial Gredos, Teatro de la Zarzuela,
Café de Fornos, Cafetería Los Caracoles,
6.4.8. Toponimia urbana. Los nom- Bar Los Mimbrales, Concilio de Trento,
bres comunes (genéricos) de la toponimia Exposición Mundial de Boston, etcétera.
urbana se escriben con minúscula, como Los criterios para el tratamiento de todos
calle, plaza, paseo, glorieta, callejón, aveni- estos casos son disímiles; según algunos
da, cuesta, pasaje, ronda, etcétera: calle del autores, el nombre común de estas denomi-
Doctor Esquerdo, plaza de Colón, paseo naciones debería escribirse con minúscula,
de la Castellana, avenida de las Acacias, puesto que no conviene a una sola de ellas,
pasaje de la Agregación. Se escriben asi- sino a más de una; por ejemplo, el alcá-
mismo con minúscula las palabras barrio, zar de Sevilla (Segovia...), el ayuntamiento
barriada, arrabal: barrio Gótico, barriada de Madrid (Barcelona...), la biblioteca de
de la Trinidad, arrabal de los Franceses. Alejandría (Washington...), el museo del
Exceptuados estos nombres comunes, los Prado (de Ciencias Naturales...), el insti-
demás que aparezcan en un nombre espe- tuto de la Función Pública, el gremio de
cífico deben escribirse con mayúscula: calle Maestros Impresores, etcétera. Casares (en
del Poeta Cabanyes, avenida del General Fernández Castillo, 1959: 74-75) recomen-
Ricardos, plaza de los Héroes del Diez de daba escribir con mayúscula Cine y Teatro,
Agosto, paseo del Valle de Hebrón. En la y escribía Teatro Real, Teatro Español,
toponimia urbana, solo la palabra parque Teatro de la Comedia, pero en el mismo
suele aparecer a veces con mayúscula: lugar recomendaba escribir universidad
Parque del Retiro, Parque de María Luisa, con minúscula en universidad de Granada
Parque Güell; sin embargo, no parece estar y café con minúscula en café de Fornos, de
muy justificada esta mayúscula, que habría Levante, de Puerto Rico, lo que justificaba
que hacer extensiva a Parque Zoológico y por el hecho de que si café se escribiera
Jardín Botánico; mejor grafía sería, parece, con mayúscula, también la reclamarían
238 6.4.10. EDIFICIOS Y MONUMENTOS
las más de seiscientas cafeterías que a la Casa Blanca, la Casa Rosada, la Moncloa,
sazón figuraban en la Guía telefónica de la Zarzuela, el Congreso, el Senado, el
Madrid (como si todas aparecieran al Elíseo, el Quirinal, etcétera. En ocasiones
mismo tiempo en un impreso cualquiera). la denominación oficial lleva un nombre
Aún se presenta un problema adicional: genérico, que, por serlo de un edificio, se
¿qué hacer cuando el segundo elemento escribe con inicial mayúscula: el Palacio
del sintagma sea adjetivo, como en Escuela de la Moneda, el Palacio de la Zarzuela,
Naval o Teatro Real? Por supuesto, no pa- el Palacio de la Moncloa, la Alhambra de
rece aceptable escuela Naval ni teatro Real. Granada, la Alcazaba de Málaga. Se escri-
En mi opinión, los nombres y adjetivos que ben con minúscula los nombres de edificios
formen parte del nombre oficial de una ins- designados con un nombre común: abadía,
titución, entidad, etcétera, deben escribirse basílica, catedral, iglesia, colegiata, con-
con mayúscula: Hotel Imperial, Bar Gali- vento, ermita, monasterio, santuario, seo,
cia, Cafetería California, Congreso de los templo, así como una de sus partes, como
Diputados, Cámara de los Lores, Editorial capilla, altar, altar mayor.
Labor, Salvat Editores, Ayuntamiento de 2. Los nombres de los monumentos
Sevilla, Partido Socialista, Museo de Cien- suelen constar de un genérico, que nor-
cias Naturales, Biblioteca de Cataluña, malmente es un nombre común con que
Academia Narciso, etcétera. La razón de se designa el tipo de monumento, y un
estas mayúsculas estriba en que, si bien nombre específico, que es el que establece
es cierto que hoteles hay muchos, Hotel la diferencia con los demás de la misma
Imperial solo hay uno, y ese es su nombre especie. Por esta razón, los nombres de
propio. Mutatis mutandis, puede decirse lo monumentos en los que intervenga el gené-
mismo de los restantes casos. Sin embargo, rico deben escribirse con inicial minúscula
y en esto coincido con otros pareceres, en este y mayúscula en el específico, como
estoy de acuerdo en que se escriba con torre del Oro, torre Eiffel, estatua de la Li-
minúscula cuando, una vez mencionado bertad, columna Trajana, torre de Pisa, ar-
el nombre completo, hay una nueva men- co de Bará, acueducto de Segovia, pero se
ción del genérico solo: el Ministerio de escribirá con inicial mayúscula cuando no
Trabajo, pero el citado ministerio; la Real exista, o no se emplee, el posible genérico:
Academia Española, pero esta academia se el Foro, el Coliseo, el Panteón. También se
esfuerza; el Ayuntamiento de Badajoz, pero utilizará mayúscula cuando se empleen los
los miembros del citado ayuntamiento; el específicos como antonomásticos: la Torre
Congreso de Sicólogos, pero los asistentes (de Londres), el Acueducto (de Segovia),
a dicho congreso; etcétera. pero no se hará así en los demás casos,
puesto que ninguna otra torre, estatua,
6.4.10. Edificios y monumentos. 1. Se arco, etcétera, lo es por antonomasia.
escriben con inicial mayúscula los nombres
de edificios o conjuntos de edificios singu- 6.4.11. Términos históricos. En el cam-
lares, como la Casa de las Conchas, la Aca- po de la historia se dan también diversos
demia de Infantería de Toledo, el Teatro criterios en cuanto al empleo de mayúscu-
Moratín, la Biblioteca Nacional, el Alcázar las y minúsculas.
de Segovia, la Alhambra de Granada, el
Palacio Nacional. También se escriben con 6.4.11.1. Edades históricas . Pese a
inicial mayúscula los nombres de edificios que algunos autores (v. Moliner, 1980:
que llevan una denominación: el Empire ii, 372) parecen inclinados a escribir con
State, las Torres Gemelas (pero edificio minúsculas los nombres de las edades, nor-
Apolo), así como los nombres de los edifi- malmente se grafían con mayúscula: Edad
cios o conjuntos de edificios en que reside Antigua o Antigüedad, Edad Media o
uno de los poderes de un país, como la Medievo, Edad Moderna y Edad Contem-
6.4.11.6. DOCUMENTOS HISTÓRICOS 239
poránea, criterio que se extiende a Edad da escribir con mayúscula la palabra era en
Atómica, Edad Tenebrosa o Edad Oscura, Era cristiana, y Héjira o Hégira. Ambas vo-
Alta Edad Media y Baja Edad Media. ces deben escribirse con minúscula, como
Suelen escribirse también con mayúscula recomienda Rosenblat (1974: 83). La Aca-
los nombres de los tiempos prehistóricos: demia, en la ole 99 (p. 38), dice que vo-
Edad de Piedra, Edad de los Metales, Edad ces como Antigüedad, Hégira, Escolástica,
del Cobre, Edad del Bronce, Edad del Hie- Renacimiento deben escribirse con inicial
rro; en estos casos, como se recomienda mayúscula. Ha pasado, pues, de la reco-
en el párrafo siguiente para paleolítico y mendación a la obligación. Sin embargo, se
neolítico, acaso fuera más acertado escri- trata de voces de distintos valores y todas
bir estos términos con minúscula: edad de no se escriben con inicial mayúscula, como
piedra, de los metales, del cobre, etcétera. se explica a lo largo de este capítulo. Por
También suelen aparecer con mayúscula, ejemplo, se pueden admitir las mayúsculas
aunque admiten asimismo la minúscula, iniciales de Antigüedad y Renacimiento,
los nombres de las edades idealizadas pero no las de hégira y escolástica.
por los poetas: edad de cobre, de hierro, de
plata, de oro o dorada. Siguiendo esta tóni- 6.4.11.5. Movimientos religiosos ,
ca, suele escribirse con mayúscula Edad de políticos y culturales . A este respec-
Oro cuando significa «Tiempo en que las to, la orae (1974: 9-10) recomienda la
letras, las artes, la política, etc., han tenido mayúscula no preceptiva en voces como
mayor incremento y esplendor en un pue- Escolástica, Reforma, Renacimiento, Ro-
blo o país» (DRAE01). Sin embargo, no hay manticismo, a las que hay que sumar Con-
razón para esa mayúscula; debe escribirse, trarreforma, Ilustración, Restauración,
pues, edad de oro. Cisma, Dictadura, Directorio, etcétera.
La palabra escolástica no suele escribirse
6.4.11.2. Períodos y eras geológi - normalmente con mayúscula; sí Reforma,
cos . Aunque en textos de geología sue- Contrarreforma, Romanticismo, Renaci-
len aparecer con mayúscula las palabras miento, y asimismo Monarquía de Julio,
pleistoceno, plioceno, mioceno, oligoce- Consulado, Dictadura, cuando se refieren
no, eoceno, paleoceno, cretáceo, jurásico, a ciertas épocas históricas. Se escribe con
pérmico, cenozoico, primario, secunda- mayúscula Revolución cuando se refiere
rio, mesozoico, cámbrico, ordoviciense, a una concreta, pero con minúscula en el
paleozoico, magdaleniense, musteriense, adjetivo: Revolución francesa, cubana,
auriñaciense, paleolítico, neolítico, etcé- rusa, inglesa, mexicana, pero revolución
tera, lo recomendable es escribirlas con industrial, proletaria, burguesa, y, en
minúscula, al menos en trabajos y obras no geología, revolución caledoniana y tercia-
especializados. ria.
6.4.13. Títulos de obras de creación. minúscula, aunque no falta quien les con-
Los títulos de obras de creación se escriben cede mayúscula; por ejemplo, Casares (en
con mayúscula en la inicial y en los nom- Fernández Castillo, 1959: 75) dice que se
bres propios, pero hay excepciones, que se escribe Memoria con mayúscula cuando
analizan a continuación. haga referencia, «Sin otra determinación,
al escrito o impreso que lleva este nombre:
6.4.13.1. Títulos de libros y folle - el resultado del ejercicio económico es el
tos . Se escriben con mayúscula inicial y en que puede verse en la Memoria». No pa-
los nombres propios, y con minúscula rece una mayúscula muy justificada, por-
en los nombres comunes y adjetivos: El in- que si sustituimos memoria por tratado,
genioso hidalgo don Quijote de la Mancha, manual, resumen, etcétera, no se escriben
Tratado de esgrima, Ortografía castella- con mayúscula. Igual que estas, la palabra
na, Historia de los vándalos. La orae memoria designa un tipo de libro.
(1974: 9) rectifica levemente su criterio
de 1969, en que imponía la mayúscula en 6.4.13.5. Títulos de cuadros y es -
nombres y adjetivos; dice ahora: «Es potes- culturas . Se escriben como los títulos de
tativo escribir con mayúscula o minúscula los libros, es decir, con mayúscula inicial y
los sustantivos y adjetivos que entren en el en los nombres propios: El carro de heno.
título de cualquier obra»; apliquemos, pues,
la minúscula, puesto que la mayúscula no 6.4.13.6. Títulos de obras de músi -
está justificada (v. Rosenblat, 1974: 82). ca , TEATRO, RADIO, CINE Y TELEVISIÓN. To-
dos estos títulos se escriben como los de
6.4.13.2. Títulos de publicaciones los libros: con mayúscula inicial y en los
periódicas . A diferencia de los de los nombres propios. Las series televisivas se
libros, los títulos de publicaciones perió- escriben de cursiva y con mayúscula inicial
dicas se escriben con mayúscula inicial y y en los nombres propios: Vivir cada día,
además en los sustantivos y adjetivos: El Verano azul, Farmacia de guardia, Cosas
País, El Correo de Andalucía, La Región, de casa, etcétera.
Faro de Vigo, La Voz de Galicia, Cinco
Días, Ser Padres, Hogar y Moda, Sábado 6.4.13.7. Títulos de colecciones bi -
Gráfico, Abc. bliográficas . Se escriben de redondo y
con mayúscula inicial y en los sustantivos
6.4.13.3. Títulos de libros sagra - y adjetivos: Colección Caballito de Made-
dos . Se escriben con mayúscula los títulos ra, Colección Austral.
de libros sagrados, como Corán, Biblia,
Rig-Veda, Veda, Zendavesta, Vulgata, Tal- 6.4.14. Religión.
mud; igualmente, los libros de la Biblia:
Apocalipsis, Cantar de los Cantares, Ecle- 6.4.14.1. Teónimos . Se escriben con
siastés, excepto la palabra libro en los que mayúscula las palabras Dios y Divinidad
la llevan, como libro de Josué, libro de cuando se refieren al ser sobrenatural crea-
Ester. dor del universo (dios se escribe con minús-
cula cuando se refiere a uno de las mitolo-
6.4.13.4. Libroscuyo título encie - gías); asimismo, se escribe con mayúscula
rra su . Se escriben con ma-
contenido cualquier sinónimo de Dios o de Jesucristo:
yúscula en nombres y adjetivos: el Becerro Creador o Criador, Hacedor, Supremo Ha-
de Cardeña, el Cancionero General, las cedor, Altísimo, Su Divina Majestad, Jeho-
Cantigas de Amigo, el Códice Albelden- vá, Adonaí o Adonay, el Eterno, el Padre,
se, etcétera. Cuando son mencionadas en el Padre Eterno, la (divina) Providencia,
otros textos (no en tanto que títulos), las el Padre celestial, el Mesías, el Salvador, el
palabras memoria y diario se escriben con Redentor, el Señor, etcétera.
242 6.4.14.2. prONOMBRES APLICADOS A DIOS O A LA VIRGEN
cula inicial: Día Internacional contra la con mayúsculas Policía Urbana, Policía
Pobreza, Día Mundial del Asma, Día de Nacional, Policía Judicial, Policía Local.
la Expiación. En el DRAE01 aparece con Los sintagmas fuerzas de orden público y
minúscula día de los difuntos o finados. fuerzas y cuerpos de seguridad del Estado
se escriben con minúscula.
6AAS. Fuerzas armadas y de policía.
En escritos no específicamente militares 6.4.16. Condecoraciones. Los nombres
se escriben con minúscula los nombres de comunes de las condecoraciones se escri-
las armas: artillería, aviación, caballería, ben con minúscula: toisón, toisón de oro,
infantería (salvo cuando se mencionen lazo, encomienda, gran cruz, cruz, cruz
como nombre propio del arma: la pa- laureada, placa, collar, medalla, etcétera: la
trona de Infantería, pero este soldado es cruz del Mérito militar, la cruz laureada de
de infantería, la artillería disparaba sin San Fernando, la medalla de Sufrimientos
cesar); los nombres de las unidades: grupo por la Patria, la gran cruz de la Orden de
de ejércitos, ejército, cuerpo de ejército, Cristo.
división, brigada, grupo, escuadrón, escua-
drilla, sección, patrulla, flota, escuadra, 6.4.17. Decretos y leyes. Los genéricos
flotilla, etcétera (salvo cuando se men- ley, ley orgánica, decreto, real decreto,
ciona una determinada: Grupo de Ejér- orden, real orden, pragmática, privilegio,
citos 4, Ejército 2, Cuerpo de Ejército 3, resolución, disposición, etcétera, se escri-
División 5, Brigada 2, Regimien- ben con minúscula, y con mayúscula el
to 6, Batallón 5, Compañía 6, Sección 1, específico: ley de Prensa e Imprenta, ley
Pelotón 12, Escuadra 9, etcétera, y asimis- orgánica del Poder Judicial, ley de Propie-
mo Ejército del Norte, Armada Invencible) dad intelectual (v. Martínez de Sousa,
(v. Martínez de Sousa, 2012: 349). La pa- 2010: 173). Se escriben con minúscula ley
labra ejército, refiriéndose al de un país, sálica, ley seca, ley del talión, ley mosaica.
se escribe con mayúscula cuando alude La palabra ley se escribe con mayúscula,
claramente a la institución: El Ejército y según recomienda Casares (en Fernández
la Iglesia estaban representados en la ce- Castillo, 1959: 75), «Cuando esta palabra,
remonia, pero debe escribirse El ejército sin adjetivo ni complemento que la deter-
napoleónico atacó sin cesar; El ejército mine, designe por antonomasia el conjunto
italiano retrocedió. También se escriben de los preceptos que Dios dio al pueblo de
con mayúscula los sintagmas Ejército de Israel»: la Ley y los profetas, el libro de la
Tierra, Mar y Aire, o sus equivalentes Ley, las tablas de la Ley (v. Martínez de
Aviación, Armada o Marina. El sintag- Sousa, 2010),
ma fuerzas armadas se escribe con minús-
cula, salvo que dé nombre a una institu- 6.4.18. Nombres de ciencias, técnicas
ción. y disciplinas académicas. La orae (1974:
Por lo que respecta a las fuerzas de poli- 9) recomienda, sin carácter preceptivo, la
cía, se escriben con mayúscula los nombres mayúscula en palabras que denotan dis-
específicos de los diversos institutos: la ciplinas científicas, como la Psicología,
Guardia Civil (un teniente de la Guardia la Geografía, la Matemática, etcétera. La
Civil, acudió la Guardia Civil, pero un OLE99 (p, 37) ha cambiado de criterio: ya
guardia civil), la Guardia Municipal, la no recomienda, sino que obliga a escribir
Guardia Suiza, la Guardia Noble, la Guar- con inicial mayúscula «Los nombres de
dia Imperial, la Guardia Móvil. La palabra disciplinas científicas en cuanto tales»,
policía se escribe siempre con minúscula, y pone como ejemplos Soy licenciado
incluso en los sintagmas agente de policía, en Biología, Ha estudiado Filosofía, La
dar parte a la policía, llamar a la policía, Psicología ha vivido un resurgimiento en
policía gubernativa, policía secreta, pero los últimos tiempos. A este respecto, dice
244 6.4.19. NOMBRES DE RAZAS Y TRIBUS, GENTILICIOS, OFICIOS Y PROFESIONES
Luis Fernando Lara (2000: 13-14): «En un bolívar, un céntimo, un euro, etcétera.
cambio, sorprende la decisión de que los
nombres de las disciplinas científicas en 6.5. Mayusculización de nombres co-
cuanto tales se escriban con mayúscula munes. En algunos casos, y por diversas
(§ 3.3.3b). Por ejemplo, “En Lingüística razones, ciertos nombres comunes adquie-
se entiende por fonema...” (p. 1), “Soy ren las cualidades de propios, razón por
licenciado en Biología; he estudiado Filo- la cual deben escribirse con mayúscula.
sofía”, pero se escribirán con minúscula En otros casos se escriben con mayúscu-
en: “Me gustan las matemáticas de este la impropiamente palabras que son nom-
curso”. Me pregunto cuál es el sentido bres comunes.
de esta regla: ¿el mismo respeto para las
disciplinas que para el Papa, el Rey, la 6.5.1. Mayúscula estilística. Como di-
Iglesia o la Magistratura? Salvo en alemán, ce Casares (1952: 107, reproducido casi al
en donde todos los sustantivos se escri- pie de la letra en Fernández Castillo, 1959:
ben con mayúscula para facilitar la sin- 74), «Todos hemos cedido alguna vez a
taxis, otras lenguas de cultura no hacen la tentación de escribir con mayúscula un
esa distinción. ¿Hace falta?». No hay razo- nombre genérico, bien para evitar anfibo-
nes para esa mayúscula, salvo cuando esas logías, bien por razones más sutiles que
palabras dan nombre a una cátedra, fa- aconsejan en la ocasión dar a ese nombre
cultad o institución: cátedra de Filología cierto énfasis o significado particular. [...]
Griega, Facultad de Ciencias de la Informa- En un artículo dedicado a exaltar la tras-
ción. En los demás casos, con minúscula: cendental misión de la escuela no estaría
la geometría euclídea, la sicología es una fuera de lugar que para honrar la figura
ciencia moderna, la medicina actual está del Maestro se le tributase el homenaje de
muy adelantada, profesor de geometría una mayúscula. Lo mismo podemos decir
descriptiva, estudiante de derecho pro- del Artista como representación antono-
cesal. mástica de cuantos cultivan gloriosamente
las bellas artes...». Con todo, es un recurso
6.4.19. Nombres de razas y tribus, gen- subjetivo del que no se debe abusar, pues
tilicios, oficios y profesiones, etcétera. Se fácilmente podrían considerarse antono-
escriben siempre con minúscula: siux, apa- másticas muchas palabras que no lo son.
ches, yorubas, masáis, ibos, mandingas,
etcétera; español, francés, alemán, etcétera; 6.5.2. Mayúscula diacrítica. La ma-
médico, ingeniero, escritor, etcétera. yúscula diacrítica o diferencial es la que se
pone en una palabra de cuyas acepciones
6.4.20. Estilos artísticos. Se escriben una corresponde a nombre propio en de-
con minúscula, como barroco, rococó, terminado contexto. Por ejemplo, la Iglesia
plateresco, churrigueresco, gótico, romá- (institución) y la iglesia (templo), el Estado
nico, clásico, cubismo, impresionismo, (cuerpo político) y el estado (división ad-
manuelino, etcétera, pero con mayúscula ministrativa), el Gobierno (institución) y
cuando se refieren a una época determi- el gobierno (forma de gobernar), la Revo-
nada: estilo Renacimiento, o una persona: lución (francesa, inglesa, china, etcétera) y
estilo Luis XV (v. Martínez de Sousa, la revolución (cualquier cambio violento),
2010: 66-67). el Gabinete, el Ministerio, la Administra-
ción (= Gobierno y otras acepciones) y el
6.4.21. Numismática. Se escriben con gabinete, el ministerio, la administración
minúscula los nombres de las monedas: (otras acepciones), la Alcaldía, el Cabildo
un napoleón, un córdoba, una peseta, un (= Ayuntamiento) y la alcaldía, el cabildo
cruceiro, un escudo, un dólar, un franco, un (otras acepciones), etcétera. En otros ca-
dinar, un yen, una libra esterlina, un colón, sos, la mayúscula diacrítica en uno o más
6.6. MINUSCULIZACIÓN DE NOMBRES PROPIOS 245
al ser preciso que llevaba aquel nombre nia, contray, coñac, córdoba, corinto, Co-
propio». ruña, cotanza, damasco, fez, gruyer, guaya-
quil, guinea, holanda, irlanda, jaén, japón,
6.6.1. Minusculización de nombres játiva, jauja, jerez, jipijapa, jordán, madei-
derivados de antropónimos. Se escriben ra o madera, madrás, málaga, manila, ma-
con minúscula cuando designan objetos, ratón, milán, montilla, moriles, nanquín,
procedimientos, aparatos, vehículos, etcé- nicaragua, ojén, oporto, oxford, panamá,
tera, que reciben el mismo nombre que su paúl, pequín, pórtland, potosí, priorato,
descubridor, inventor, primer utilizador o puzol, quianti o chianti, ribeiro, rioja,
persona en memoria de la cual se le aplica roquefort, ruán, rusia, solferino, tafilete,
tal nombre. Por ejemplo, adrián, arlequín, tanagra, trípoli, valdepeñas, vichy, villalón,
atanasia, atlas, baedeker, balboa, batista, vivero. La utilización de la preposición
bechamel, bolívar, bunsen, caracala, car- de, a diferencia del caso mencionado en el
dán, cárolus, cárter, chambergo, chassepot, párrafo anterior, puede dar lugar a grafías
chubesqui, cicero, clárens, colón, colt, dé- con mayúscula o con minúscula; por ejem-
dalo, diésel, duarte, enrique, erlenméyer, plo, en vino de Jerez o una botella de vino
esperanto, faetón, franklin, gauss, gílbert, de Jerez se escribe con mayúscula porque
henry, hertz, gillette, hortensia, julio, luis, se refiere al lugar geográfico de donde pro-
luisa, macadam o macadán, mach, máu- cede el vino, pero en una botella de jerez,
ser, máxwell, minerva, montgolfier, morse, refiriéndose al contenido, se escribe con mi-
moya, napoleón, newton, óersted, ohm, núscula, porque una botella de Jerez solo
quevedos, raglán, rebeca, remington, ros, indicaría que la botella (cualquiera que sea
siémens, simón, sucre, tesla, tílburi, vic- su contenido, o incluso vacía) procede de
toria, wínchester, vernier, verónica, zepe- Jerez. En el mismo caso se hallan sintagmas
lín. Hay que tener en cuenta que si se usa como americana de chevió, sombrero de ji-
el nombre del aparato seguido del de su pijapa, en que se hace referencia a la mate-
inventor, etcétera, unidos por la preposi- ria con que se hacen esos objetos y no a su
ción de, tales nombres deben conservar procedencia. Sin embargo, hay diferencia,
su mayúscula originaria; por ejemplo, me- en la escritura, entre tela cambray y tela de
chero de Bunsen (pero un bunsen), glo- Cambray, agua colonia y agua de Colonia,
bo de Montgolfier (pero un montgolfier), tela damasco y tela de Damasco.
matraz de Erlenmeyer (pero un erlen-
méyer). 6.6.3. Minusculización de otros deriva-
dos. Los nombres de marcas y productos
6.6.2. Minusculización de nombres registrados ¿pueden minusculizarse? Al
derivados de topónimos. Como en el caso respecto, dice Seco (1966: 244): «Aunque
anterior, los nombres de ciertos objetos, no se trata de nombres propios de personas
productos comestibles o bebibles, etcétera, o lugares aplicados a cosas, es paralelo a
reciben, como nombre común, el del lugar este caso [el analizado en los dos apartados
donde se originaron o donde se producen anteriores] el de los nombres o marcas de
(especialmente tejidos, vinos, quesos y fábrica o de modelos aplicados a los obje-
otros). Por ejemplo, allariz, arganda, aro- tos fabricados por aquellas firmas o con
ca, astracán, babel, belén, bernia, borgoña, aquellas características: tengo un “Iberia”;
brabante, bujía, bretaña, burdeos, bur- se bajaron de un viejo “Ford”; ha compra-
gos, cabrales, cachemir, casimir o casimi- do un “Dauphine”. Estos nombres deben
ra, Cáceres, calcedonia, calvados, calvario, conservar la mayúscula, y es incorrecto
camembert, cariñena, Carniola, castilla, el dofin que escribe en Fin de fiesta Goy-
cazalla, champán o champaña, chantillí, tisolo. Solamente cuando estos nombres
chantilly, chartreuse, cherinola, chéster, llegan a convertirse en comunes —es decir,
chevió o cheviot, chihuahua, china, colo- cuando sirven para designar a todos los
6.6.3. MINUSCULIZACIÓN DE OTROS DERIVADOS 247
dice que «en Nueva York se van a subastar esta lexicación puede ser parcial (puede
dos picassos», se entiende perfectamente afectar solo a una zona geográfica). Creo
que se refiere a dos cuadros de Picasso. Es que es más sólido el criterio de escribir con
más: la misma OLE99 (p. 35), al referirse a mayúscula los nombres de marcas y
la mayúscula que debe aplicarse a los nom- con minúscula los nombres de sus produc-
bres de los signos del Zodiaco (Balanza o tos. Esto queda perfectamente reflejado en
Libra, Toro o Tauro, Carnero o Aries, et- una frase publicitaria de la marca Bimbo,
cétera), añade: «Cuando el nombre propio que decía: «A mí que no me engañen: mi
deja de serlo porque designa a las personas bimbo que sea Bimbo». Como se ve, la
nacidas bajo ese signo, se escribirá con empresa acepta la escritura con minúscula
minúscula. Por ejemplo: Juan es tauro» del nombre de su producto, pero no acep-
(v. t. dpd 05, § 4.12). Es decir, que cuando ta lo mismo para el nombre de la marca,
una palabra que se escribe con mayúscula que queda a salvo. Esto es exactamente lo
pierde su propiedad porque se aplica a que se pide con carácter general. Resulta
una derivación semántica, se escribe con chocante, a este respecto, que la misma
minúscula. Entonces, si está justificado Academia que aconseja esas mayúsculas
escribir un herodes, un jerez, una aspirina, diga también (DPD05, p. 425) que «Por
un miura, ¿por qué no se puede escribir un lo que respecta a los premios, cuando nos
séat, un picasso, un martini, una coca-cola, referimos al objeto material que los repre-
puesto que los nombres originales están senta o a la persona que los ha recibido,
totalmente lexicalizados al aplicarse a sus se utiliza la minúscula: Esa actriz ya tiene
productos? En el dpd 05, s. v. mayúsculas, dos goyas; Ha colocado el Óscar encima del
§ 4.22) dice la Academia: «[Se escriben televisor; Esta noche entrevistan al nobel
con inicial mayúscula] Los nombres de de literatura de este año» (por supuesto,
marcas comerciales. Las marcas comer- literatura debe escribirse con mayúscula).
ciales son nombres propios, de forma que, ¿Y qué diferencia hay con lo anteriormente
utilizados específicamente para referirse a analizado, las marcas? ¿Cómo es que no se
un producto de la marca, han de escribirse puede escribir en Nueva York se subasta-
con mayúscula: Me gusta tanto el Cinzano ron dos picassos y sí se puede escribir esa
como el Martini; Me he comprado un Seat; actriz ya tiene dos goyas, Fulanito toreó
pero cuando estos nombres pasan a refe- dos miuras, Menganito se tomó cuatro
rirse no exclusivamente a un objeto de la martinis? (→ 6.6.3-2).
marca en cuestión, sino a cualquier otro 2. Otro caso de minusculización proble-
con características similares, se escriben mática es el de los apellidos de pintores, es-
con minúscula: Me aficioné al martini seco critores, etcétera, aplicados a sus obras por
en mis años de estudiante (al vermú seco, antonomasia. Dice Seco (1966: 244): «Hay
de cualquier marca)». El caso de martini otros casos en que el aplicar el nombre
es muy dudoso; no estoy seguro de que propio de una persona a una serie de cosas
pidiendo un martini seco le sirvan a uno no autoriza a escribirlo con minúscula.
un cinzano... Y además: ¿qué diferencia Esto ocurre cuando el nombre no se hace
habría entre martini nombre genérico y genérico, esto es, cuando no designa todo
martini marca concreta? Por ejemplo, si el género de cosas a que el objeto pertene-
pido un martini y tal marca existe, ¿por ce. Por ejemplo, al decir un Goya no nom-
qué habrían de servirme un cinzano u otra bramos un cuadro cualquiera, ni tampoco
marca? Para decidir si este tipo de palabras un género determinado de cuadros, sino un
semánticamente derivadas de los nombres cuadro que pertenece al número limitado
de marcas o personas se deben escribir con —grande o pequeño, pero limitado— de
mayúscula o minúscula es necesario, me cuadros que pintó Francisco de Goya. Para
parece, no basarse solo en el hecho de que mayor claridad, podemos comparar la re-
una palabra se lexicalice, porque incluso lación pintor-obras con la relación padre-
6.7.1. [la mayúscula ] en los conectivos de apellidos 249
hijos: las obras vienen a ser hijas del autor, fuera cierto, habría que escribir baño (de)
y como tales deben llevar su apellido, con maría, es decir, baño de agua caliente. Sin
mayúscula, de la misma manera que de embargo, tanto Corominas (1973: 382)
un hijo de González no decimos que es, como Seco (1966: 61) aducen que María se
con minúscula, un gonzález» (→ 6.6.3-1). refiere a la hermana de Moisés, ya porque
El siguiente caso, planteado también por «velaba mientras anduvo a flote, dentro
Seco (l. cit.), es tal vez más dudoso: «No de su cuna, por las aguas del Nilo» (Coro-
solo ocurre esto tratándose de pinturas: los minas) o porque se le «atribuían obras de
toros de una ganadería, por ejemplo, no alquimia» (Seco); en cualquier caso, tam-
deben nombrarse con el apellido de la ga- bién aquí debería escribirse con minúscula,
nadería en minúscula», y cita el arranz, del pues ya ha dejado de aludir al ser preciso a
apellido del ganadero Arranz. Pues bien, que se refiere, especialmente cuando se es-
la Academia admitió, en el drae 84, la voz cribe baño maría (como vino jerez, agua
miura, definida de la siguiente manera; colonia, etcétera); más problemática sería
«Toro de la ganadería de Miura, famosa la grafía baño de maría, aunque parece
por la bravura e intención atribuida a sus que tampoco en este caso es rechazable la
reses. 2. fig. y fam. Persona aviesa, de ma- minúscula. Otra maría que también se es-
las intenciones»; ni siquiera en la primera cribe con minúscula es la «galleta redonda
acepción hace constar que se trate de un y plana» (DESU; Moliner, 1980: ii, 352;
nombre propio, y la palabra aparece enca- DRAE01).
bezando el artículo con minúscula (como 4. En general, los nombres de descen-
todos los nombres comunes del drae ). dientes de familias, linajes o dinastías cuya
Esto plantea el problema que se observa en denominación se deriva de un prenombre
todas las cosas realizadas en serie, como se escriben con minúscula, con más ra-
los automóviles, los medicamentos, las zón si actúan de adjetivos o aparecen en
bebidas, etcétera: ¿deben escribirse con plural; así, carlovingios o carolingios (de
mayúscula? Entonces, ¿por qué no miura? Carlomagno), merovingios (de Meroveo)
Y si se puede torear un miura, ¿por qué no y los árabes abadíes, abasíes, hamudíes,
se puede vender un picasso, comprar un nazaríes, amiríes, hudíes, ziríes, birzalíes,
séat, tomar un martini, etcétera? El pro- aftasíes, fatimíes, omeyas, cegríes, aben-
blema planteado por todos estos nombres cerrajes, etcétera. Cuando el nombre de la
de derivación impropia dista mucho de familia se deriva de un apellido o palabra
estar resuelto. En efecto: no es lo mismo, que haga sus veces, se escribe con mayúscu-
por ejemplo, decir que En Nueva York se la, aun en plural: los Austrias, los Capetos,
ha subastado un picasso que Conocí un los Tudor, los Estuardo, los Habsburgos,
Picasso pletórico y con ganas de trabajar los Borbones, etcétera.
Instintivamente, el usuario del lenguaje 5. Finalmente, se escriben con minúscu-
escrito «sabe» que el primer picasso no es la los nombres comunes derivados de
igual que el segundo y trata de establecer otros que son propios, sean de objetos o
la diferencia mediante la minúscula en animales; por ejemplo, un rocinante (de
el primer caso. De la misma manera po- Rocinante), una colada (de Colada), una
dríamos decir que un coche séat no es durindaina (de Durindaina), una tizona (de
igual que la marca Seat o la fábrica Seat Tizona), etcétera.
(→ 6.6.3-1).
3. El sintagma baño (de) María reci- 6.7. La mayúscula en palabras acceso-
be distinto tratamiento, en cuanto a la rias.
mayúscula, según el origen que se le atri-
buya a la palabra María. Según Lozano 6.7.1. En los conectivos de apellidos.
Ribas (s. a., 83), se deriva de ma harí, que Su grafía depende del idioma en que se
en árabe significa «agua caliente»; si esto usen (→ 7.1.2.4).
250 6.7.2. [la mayúscula ] en las contracciones
artículo nunca forma parte de ellos, por lo empieza con minúscula». En efecto, en
que no debe ir con mayúscula: ‘Manuel Be- Felipe V, por ejemplo, la F y la V están
nítez, el Cordobés’, ‘Juan Pérez, el Torta’. equilibradas en altura, pero en siglo XX
En los apodos o alias, el artículo es siempre hay evidente desproporción entre siglo
un mero conectivo, y de aquí que deba es- y XX; de ahí que sea preferible la gra-
cribirse el Greco y no El Greco. fía siglo xx (→ 14.1.6.2.1-8). La propia
Academia, hasta la 19.a edición del drae
6.7.5. En topónimos. La mayúscula en (1970), escribía estas cifras con versalitas
el artículo de un topónimo dependerá de si en los siglos (por ejemplo, s. v. edad media
aquel forma parte de este o no; por ejem- y macuquino); en la 20.a edición (1984)
plo, se escribe El Escorial, El Salvador, La escribe todos los siglos con mayúsculas,
Coruña, La Meca, La Haya, La Habana, pero solo porque ha querido mantener su
El Álamo, Las Palmas de Gran Canaria, regla, no porque esta esté justificada (de
pero las Navas de Tolosa. El artículo que esto saben más los tipógrafos, que prefie-
precede a los nombres de regiones natu- ren la versalita, que la Academia). En la
rales se escribe siempre con minúscula: 21.a (1992) y la 22.a (2001) vuelve la Aca-
las Landas, los Monegros, el Bierzo, la demia a escribir esas cifras con versalitas...
Rioja (pero La Rioja, la provincia y la Por lo demás, las versalitas deben aplicarse
autonomía), la Mancha (pero La Mancha, a cualquier otro caso semejante al estudia-
la autonomía: Castilla-La Mancha), el Mi- do hasta aquí, como las menciones de to-
lanesado, el Lionesado, etcétera. mos, volúmenes, capítulos, artículos, par-
tes, cantos, páginas prologales, etcétera,
6.8. La mayúscula en la numeración mencionados en notas o al correr del texto.
romana. Dice la orae (1974: 10) que Se exceptúa el sintagma rayos X (aun-
«La numeración romana se escribe hoy que la grafía más correcta debería haber si-
con mayúsculas» y pone como ejemplos do ‘rayos x’ [es decir, rayos desconocidos]).
de aplicación la que llevan los nombres
de papas y reyes, la de cada siglo y la de 6.9. Mayúscula intermedia o intercala-
tomos, libros, partes, cantos, capítulos, da. En español no es idiomático escribir
títulos, leyes, clases y otras divisiones, y la una palabra con una letra mayúscula inter-
de las páginas en los prólogos y principios media, esto es, en situación interior, del ti-
de un volumen. La regla no debe aplicarse po CrediModa, CrediHogar, SuperMolina,
de modo tan general; según Lozano Ribas EnaGas, TeleVisión, etcétera, aunque, por
(s. a., 167), la numeración romana debe influencia del inglés, se vean a veces grafías
escribirse con mayúscula cuando corres- semejantes. Ya se dan ejemplos de escritura
ponda a una palabra escrita con inicial en un solo término de tres nombres: To-
mayúscula, y con versalitas cuando la pala- talFinaElf, empresa petrolera francobelga,
bra a que afecta se escribe con minúscula SpaceShipOne (vehículo) (→ 10.5.20.1.1-
inicial; en los siglos, por ejemplo, sirve -4). En español se están extendiendo
para «evitar la desproporción de tamaño actualmente (2012) grafías como Nova-
que existe cuando el número romano con caixagalicia (caja de ahorro), si bien el
mayúsculas se refiere a una palabra que fenómeno no es exactamente el mismo.
7. Onomástica
les se ajustan a las reglas ortográficas del etcétera), debe usarse la trascripción o
uso de las letras. La grae (1969: 495-515) trasliteración exacta, pero no a través de
registra algunas alternancias, como Ceferi- lenguas intermedias (francés e inglés gene-
no/Zeferino, Efigenia/Ifigenia, Maxencio/ ralmente). Por ejemplo, el prenombre Jorge
Majencio, Práxedes/Prájedes, Wenceslao/ se escribe Giorgios en griego, pero no de-
Venceslao. No registra alternancia para ben usarse en español, para un griego, las
Zeneida, Zenobia, Zenobio, Zenón y Zita. grafías Georges (francés), Georg (alemán)
Recoge la grafía Jenaro, que es la etimoló- o George (inglés). En el mismo sentido,
gica, pero actualmente los que llevan ese debe escribirse Bajtin y no Bakhtine, Lenin
prenombre suelen escribirlo con g: Genaro. y no Lenine, etcétera.
También registra la grafía etimológica Je- Para los prenombres chinos puede usar-
rónimo, pero se ha usado asimismo Geró- se el sistema de trascripción pinyin (pero
nimo (→ 1.3.10.1-2; 1.3.25.2-2). hay que tener en cuenta que sus grafías
responden más a las inglesas y francesas,
7.1.1.1.2. Prenombres extranjeros. Co- por lo que sería interesante adaptar el pin-
mo regla general, los prenombres extran- yin a la grafía española).
jeros deben escribirse con su propia grafía En cuanto a los prenombres árabes,
según el idioma de que procedan, con normalmente se usan trascritos o traslite-
más razón si este usa alfabeto latino. rados, pero en muchos casos hay forma
Por ejemplo, el nombre Eduardo se escri- española (especialmente de los que habi-
be Edvard en polaco, Edward en inglés, taron en España), por lo que en textos no
Édouard en francés, Eduard en catalán. específicamente históricos deberían usarse
Sería grave falta llamar Edward a un pola- estos (→ 0.1.9.4).
co o Edouard a un inglés. Una excepción a
esta regla está constituida por los antropó- 7.1.1.2. Abreviaturas de antropóni -
nimos históricos (que normalmente tienen mos . 1. Es corriente, en cualquier tipo de
exónimo en todas las lenguas cultas), los escritos, pero especialmente en notas, citas
cuales deben escribirse en forma española; bibliográficas y bibliografías, abreviar con
por ejemplo, el nombre del rey de Francia la primera letra los nombres propios de las
Enrique IV no debe escribirse Henry IV; a personas (prenombres). El procedimiento
la inversa, no es correcto españolizar los es correcto, pero en textos de libros y
nombres actuales; debe, pues, escribirse publicaciones periódicas es aconsejable es-
Martin Luther King y no Martín Lutero cribir con todas sus letras los prenombres
King (pero se escribirá Martín Lutero el la primera vez que se mencionan, y abre-
personaje histórico). Cuando un nombre viarlos en las menciones posteriores. Por
clásico tenga exónimo en varias lenguas, si ejemplo, se debe escribir, la primera vez,
dispone de él en español, es este el que de- John Fitzgerald Kennedy, y después optar
be usarse, y, en caso contrario, el original; por una de estas soluciones: Kennedy, John
por ejemplo, es impropio usar las grafías F. Kennedy, J. F. Kennedy (aunque, por
Roland (francés) u Orlando (italiano) por razones prácticas, es preferible mantener
Roldan (español), o bien Hugo de Groot J. F. Kennedy, por la posible aparición,
(holandés) o Hugo Grotius (latín) por Hu- en el mismo escrito, de otro Kennedy).
go Grocio (español), Boetius (latín) por Debe tenerse en cuenta que, generalmente,
Boecio; Niccolo Machiavelli (italiano) cuando un prenombre extranjero comienza
por Nicolás Maquiavelo, Vesallio por Ve- con un dígrafo seguido de consonante, se
salio, Fallopio por Falopio, etcétera (v. E. hace constar con ella, no solo la inicial:
Lorenzo, 1980: 111 ss.). Christopher, por ejemplo, se abrevia Chr.,
2. Cuando se trate de prenombres pro- no Ch.; Claude, Cl., no C., y Philippe,
cedentes de lenguas escritas en alfabetos Ph., no P. (→ 5.3).
no latinos (griego, ruso, chino, árabe, 2. Por lo que respecta a los apellidos, a
254 7.1.1.3. EL ABREVIAMIENTO EN ANTROPÓNIMOS
diferencia de los extranjeros, que no suelen les solamente la que tengan en su grafía
aparecer abreviados, a veces se ven así los original, cualquiera que sea la lengua, salvo
españoles: Fdez. ‘Fernández’, G.a ‘García’, los que se trasliteren o trascriban por per-
Glez. ‘González’, Mtnez. ‘Martínez’, etcé- tenecer a idiomas con alfabeto distinto del
tera. Estas abreviaturas son mucho más latino (árabe, hebreo, griego, ruso, chino,
informativas que la mera inicial, aunque etcétera), que se escribirán según las reglas
sea más corriente esta última forma de de atildación españolas (→ 4.3.2.2-4).
abreviar los apellidos. No es habitual
abreviar el segundo apellido (sí el prime- 7.1.1.4.1.1. Atildación de prenombres
ro: J. L. L. Aranguren ‘José Luis López castellanos. No suelen ofrecer, en cuanto
Aranguren’), menos aún cuando, como en a la atildación, dificultades especiales. Sin
portugués, es este el relevante (→ 7.1.2.1). embargo, vale la pena dejar constancia
Por lo demás, resultaría impropio escribir de que entre España y los países hispano-
entero el prenombre y abreviado el apelli- americanos puede haber alguna diferencia
do: Bonifacio G.a, en lugar de B. García. fonética y gráfica, como sucede, por ejem-
En textos novelísticos era corriente, anti- plo, con Ciriaco/Ciríaco (→ 4.6-4) y Óscar
guamente, sustituir prenombre o apellido, (corriente en España)/Oscar (usual en His-
o ambos, por letras que indican incógnita, panoamérica). Otro prenombre que puede
como el marqués de X., o bien don X. X., presentar problemas es el de Lourdes, que
o el duque de T, con la variante T* o T*** puede adoptar tres grafías: Lourdes, Loúr-
(→ 10.5.32.2-5). des, Lurdes. La primera, Lourdes, tal vez
la más usada, debería tenerse por france-
7.1.1.3. El abreviamiento en antro - sa; la segunda, Loúrdes, la menos usada,
pónimos . Los antropónimos (prenombres es la correcta si se pretende mantener fo-
y apellidos) suelen utilizarse en todas las néticamente la u de la grafía francesa, y
lenguas en forma diminutiva, abreviada la tercera, Lurdes, es una alternancia que
o infantil, en algunos casos eufemística- responde a la pronunciación del término
mente debido a la escasa eufonía o belleza en francés. Se dan, en algunos casos, otras
de ciertos nombres, especialmente en los alternancias acentuales: Eliseo/Elíseo, Epi-
femeninos; este hecho lingüístico suele fania/Epifanía, Lucio/Lucío.
conocerse como hipocorístico. Los meca-
nismos de formación son los mismos que 7.1.1.4.1.2. Atildación de prenombres
se aplican a las palabras comunes (Mari extranjeros. Los prenombres extranjeros
por María, Toni por Antonio, Doro por deben usarse con la grafía propia de cada
Teodoro), pero muchas veces hay fusión idioma, con sus tildes. Hay casos en que la
de dos abreviamientos (Maribel, de María grafía extranjera es igual que la española,
Isabel). No son correctos en español los solo que sin tilde; por ejemplo, Benjamín,
abreviamientos que acaban en -y: *Mary, Julian, Ramon, Paul, Felix, Cesar, Darío;
*Tony (→ 1.3.26.4-3). El abreviamiento de no es correcto, en estos casos, añadirles
apellidos es escaso en español, pero se da las tildes que los convertirían en grafías
algunas veces, sobre todo en apellidos vas- españolas: Benjamín, Julián, Ramón, Paúl,
cos, como Belauste por Belausteguigoitia, Félix, César, Darío.
Apala por Apalategui, Zarra por Zarrao-
nandía, Saza por Sazatornil. 7.1.1.4.13. Atildación de prenombres
históricos. Cuando un personaje histórico
7.1.1.4. Atildación de antropóni - es conocido por un solo nombre, este se
mos . escribe con su grafía española, cualquiera
que sea la original; por ejemplo, Platón,
7.1.1.4.1. Atildación de prenombres. Sócrates, Arquímedes, Parménides, Pría-
La norma general debe consistir en poner- mo, etcétera. Algunos son biacentuales; de
7.1.2.2.2. ESCRITURAS ARCAICAS 255
los siguientes, suelen usarse más las grafías ser patronímicos (derivados del nombre del
situadas en segundo lugar: Antioco/An- padre), como Enríquez, Menéndez, Martí-
tíoco, Arístides/Arístides, Anstobulo/Ans- nez, López, Jiménez (derivados, respectiva-
tóbulo, Arquímedes/Arquímedes, Ascle- mente, de Enrique, Menendo, Martín, Lo-
píades/Asclepiades, Átila/Atila, Basilides/ pe, Jimeno), o bien un nombre de animal,
Basílides, Égica/Egica, Espártaco/Esparta- como León; de ciudad, como Córdoba
co, Hesiodo/Hesíodo, Herodoto/Heródo- (o Córdova); de cosa, como Casas; de ofi-
to, Sardanapalo/Sardanápalo, Trastamara/ cio, como Carpintero; etcétera (v. Carnicer,
Trastámara (→ 7.1.2.6.5). Algunos nom- 1983: 5-1 l) (→ 7.1.1.2-2).
bres no admiten la dualidad; por ejemplo, 2. En otros países existen usos distintos.
se escribe Catulo, no Catulo. Por lo que Por ejemplo, franceses, ingleses y alemanes
respecta a los nombres de los personajes utilizan un solo apellido, mientras que
mitológicos, se dan algunos casos de acen- portugueses y brasileños suelen emplear
tuación clásica y moderna, especialmente dos, pero, a la inversa del uso español, el
a partir de la publicación de la obra de primero, heredado de la madre, y el segun-
Fernández Galiano (1961), que al parecer do, del padre (no obstante, y también a la
se atiene con más rigor a la etimología grie- inversa que en español, el apellido citable
ga; por ejemplo, Alcatoo/Alcátoo, Arsinoe/ es el segundo, no el primero, de forma que
Arsínoe, etcétera. en diccionarios, índices, listas, etcétera, se
menciona el apellido del padre seguido del
7.1.1.5. El guión en los prenom - prenombre y el primer apellido). En el caso
bres compuestos . En francés es costum- de ingleses y alemanes, dado el hecho de
bre (pero no regla) unir con guión los pre- que suelen utilizar prenombre compuesto
nombres compuestos: Jean-Pierre, Char- y un solo apellido, normalmente el espa-
les-Augustin. En español, tal uso ha sido ñol aplica su esquema y considera primer
considerado galicista y, por consiguiente, apellido lo que en realidad es segundo
se ha evitado, aunque a veces algunos prenombre. Esta confusión no se da en lo
autores lo han seguido sistemáticamente; que respecta al francés debido a su costum-
por ejemplo, Juan-Eduardo Cirlot. Hoy, bre de escribir con guión los prenombres
este empleo del guión entre los prenom- compuestos, costumbre de la que ya hemos
bres compuestos tiene una justificación, hablado (→ 7.1.1.5; 7.1.2.3.1).
especialmente entre escritores: se da el
caso frecuente de que en las bibliografías o 7.1.2.2. Escritura de los apellidos .
índices alfabéticos extranjeros se considera
primer apellido lo que en realidad es segun- 7.1.2.2.1. Mayúsculas en los apellidos.
do nombre. Si se usase siempre en español Como los prenombres, los apellidos se
el guión en los prenombres compuestos escriben siempre con inicial mayúscula.
(regulados por ley; v. Martínez de Sousa, La minúscula inicial con que suelen escri-
2007: 261), tales confusiones no se produ- birse en tarjetas de visita o comerciales,
cirían (→ 7.1.1.1.1-2). anuncios, carteles, etiquetas, textos publi-
citarios, etcétera, no está ortográficamente
7.1.2. Los apellidos. Los apellidos son justificada en ningún caso.
los nombres de familia con que se distin-
guen unas personas de otras. 7.1.2.2.2. Escrituras arcaicas. Sobre
todo por razones históricas y de tradición,
7.1.2.1. Generalidades . 1. En Espa- muchos apellidos incumplen las reglas de
ña los apellidos son dos, simples o com- ortografía, especialmente en lo relativo
puestos, estos unidos con guión o sin él. a las letras b, v, g, j, h, i, m, n. Esto ha
Normalmente, el primero se hereda del hecho creer a algunas personas que los
padre, y el segundo, de la madre. Pueden apellidos no tienen ortografía. Más exacto
256 7.1.2.3. SIGNOS EN LOS APELLIDOS
sería decir que, por las razones antedichas, llevan partículas de procedencia irlandesa:
cada apellido tiene su propia grafía, y esta O’Higgins, O’Henry, O’Hara, O’Donnell,
debe respetarse. Por ejemplo, nadie debe o gaélica, como en M’ por Mac.
pretender que escribiendo Martínez se lee
como palabra grave o llana, puesto que 7.1.2.4. Conectivos en los apelli -
con esa grafía es aguda. Sin embargo, es le- dos . 1. Se usan a veces, tanto en español
gítimo escribir Córdoba o Córdova; Jimé- como en otros idiomas, ciertas partículas
nez, Giménez e incluso, en algunos casos, que suelen actuar de conectivos o de indi-
Ximénez; Hojeda u Ojeda; Billar o Villar; cadores de alguna particularidad. Véanse
Bargas o Vargas; Villalta o Vilalta; Ribera unos ejemplos:
o Rivera; Ribero o Rivero; etcétera. Hay
otras grafías que se apartan de las reglas — alemán: von, Ani, Zum, Zur;
de ortografía, como Samsó, Ynestrillas, — árabe: el, al, ibn, ben, abén, abu;
Comyn, O’Donnell. La orae (1974: 22- — español: de, del, de la, de los, de las,
23) dice que «en ciertos nombres propios y;
españoles el influjo de tradiciones peculia- — francés: de, du, des, La, Le;
res mantiene a veces grafías ajenas a las — gaélico: Mac (abreviado Mc, Mc,
reglas generales: Balparda, los apellidos M’);
Rivadavia, Rivera, Rivero, Fernández de — irlandés: O’;
Córdova, Ximénez o Giménez, el nombre — italiano: De, Della, Di, Li, Lo;
Xavier, etc. (junto a los normales Valdepe- — neerlandés: de, van, den, ten, ver;
ñas, Ribadavia (nombre de lugar), Ribera, — portugués: da, de, do, das, dos, e.
Ribero, Córdoba, Jiménez, Javier)». Al
parecer, Cervantes escribía su apellido con 2. Las grafías de estas partículas de-
b: Cerbantes, y aún pueden verse grafías penden del idioma; así, en alemán, árabe,
como Álbarez, Brabo y Girón (v. Carnicer, español, francés (menos La, Le), neerlan-
1983: 16) (→ 7.1.2.6.1). dés y portugués se escriben con minúscula
cuando van entre prenombre y apellido o
7.1.2.3.Signos en los apellidos . entre dos apellidos, pero se escriben con
mayúscula si aparecen aisladamente enca-
7.1.2.3.1. El guión. Es poco frecuente, bezando uno o dos apellidos. Así, Charles
en español, unir con guión dos apelli- de Gaulle, pero De Gaulle; Antonio de
dos en uno compuesto. Se dan, sin embar- Sousa, pero De Sousa; Alfred von Papen,
go, ciertos casos, especialmente cuando pero Von Papen (algunas personas son
una persona, por un mecanismo legal, partidarias de escribir, en los apellidos
hereda de sus antepasados inmediatos sus alemanes mencionados solos, von con mi-
dos apellidos, que funcionan como ape- núscula, como suele hacerse en el idioma
llido compuesto. Por ejemplo, Leopol- original [en el que incluso se escribe, en
do Calvo-Sotelo Bustelo (sobrino de José esa situación, v. en lugar de von]). En lo
Calvo Sotelo). En francés, la conjunción que atañe al gaélico, irlandés e italiano, así
de dos apellidos suele unirse con guión: como a las partículas exceptuadas en fran-
Lévi-Strauss, Lévi-Frovençal. También cés y neerlandés, se escriben con mayúscula
llevan guión los precedidos de Saint y en todos los casos: Jean de La Fontaine,
Sainte: Antoine Saint-Exupéry, Augustin Roger de La Fresnaye, Patrice de La Tour
Saint-Aubin, Charles-Augustin Sainte- du Pin, Grégoire Le Roy. Se escribe con
Beuve. minúscula la partícula sin en los nombres
históricos Juan sin Tierra, Gualterio sin
7.1.2.3.2. El apóstrofo. No se usa este Haber y Juan sin Miedo. Por otro lado,
signo en español, salvo en apellidos proce- puede darse la circunstancia de que, cual-
dentes de otras lenguas. Normalmente lo quiera que sea la partícula, esta aparezca
7.1.2.5. APELLIDOS EXTRANJEROS 257
con mayúscula; incluso, en algunos casos, sonas célebres, como José Ortega y Gasset,
soldada al apellido: W. De María, Sol pero en los dos casos mencionados antes
LeWitt; por supuesto, estas grafías deben no hay seguridad. Se sabe que Ramón y
respetarse. Cajal nunca usó la y, pero se comprende
3. En cuanto a las partículas españolas que se haya utilizado para desambiguar
de, del, de la, de los, de las, es opinión que Ramón nombre de Ramón apellido. En
solo deben llevarlas los apellidos que sean otros casos no se reproduce la partícula
o hayan sido nombres de lugar y a veces los que acompaña al nombre completo, como
de cosas: fray Luis de León, Bartolomé de sucede, por ejemplo, en Manuel de Falla,
Las Casas, José del Castillo, Antonio de la mencionado solo como Falla y no como
Mata. A este respecto, dice la grae (1959: De Falla.
213-214, n.): «Antepuesta la preposición
de a los apellidos que son nombres de 7.1.2.5. Apellidos extranjeros . 1.
pueblos o localidades, solía denotar origen, No era infrecuente, en otros tiempos, tra-
procedencia, dominio, etc., pero no arguye ducir al español la grafía de los apellidos
nobleza: Antonio de Lebrija; Fr. Diego de extranjeros. Así, Estuardo viene de Stewart
Alcalá; D. Alonso de Aguilar, etc. No cabe o Stuart; Borbón, de Bourbon; Camóens,
anteponerla a los patronímicos, y es grose- de Camóes. La orae (1974: 29) establece
ro error escribir Fulano de Martínez; Men- que «los nombres propios extranjeros se
gano de Fernández; Zutano de Sánchez» escribirán, en general, sin ponerles ningún
(v. Carnicer, 1983: 13-16). Sin embargo, en acento que no tengan en el idioma a que
los mismos casos pueden usar esa prepo- pertenecen; pero podrán acentuarse a la
sición las mujeres españolas casadas, que española cuando lo permitan su pronun-
suelen (aunque no siempre, pues se trata de ciación y grafía originales» (→ 7.Í.2.6.5).
una costumbre en vías de extinción) pospo- Como regla general, de la que solo se exclu-
ner a su primer apellido el primero de su yen los apellidos históricos, la grafía de los
marido: Pilar Nieto de Martínez, Ángela apellidos extranjeros utilizados en español
Pérez de De las Casas. debe ser la misma que tienen en su lengua
4. Cuando se reproduzcan nombres de de origen. En este sentido, supone un grave
personajes célebres, debe hacerse con las error haber adaptado (?) al español el nom-
partículas que a tal nombre correspondan. bre y apellido de Rose Luxemburg como
Por ejemplo, es común ver escrito Francis- Rosa Luxemburgo (puesto que, usando
co Quevedo Villegas en lugar de Francisco el alemán el alfabeto latino, los apellidos
de Quevedo y Villegas. Otros escriben modernos escritos en ese idioma no deben
Leonardo de Vinci, Vasco de Gama, pero adaptarse al español). En cualquier caso, es
en estos como en otros casos semejantes conveniente respetar exactamente la grafía
debe tenderse a utilizar la grafía original, de los apellidos extranjeros. Por ejemplo,
mientras razones de tradición gráfica no debe distinguirse cuidadosamente entre
aconsejen lo contrario; en este caso, Leo- Eliot, Eliott, Elliot y Elliott; Schuman y
nardo da Vinci, Vasco da Gama. Hay, sin Schumann; Mendelson y Mendelsohn; Scot
embargo, casos que suscitan dudas; por y Scott; Neuman, Neumann y Newman.
ejemplo, Marcelino Menéndez (y) Pelayo, 2. Los apellidos de lenguas cuyos alfa-
Santiago Ramón (y) Cajal. La conjunción betos son distintos del latino, que, en con-
y que aparece uniendo los dos apellidos secuencia, requieren trascripción o adap-
(simples o compuestos) en el Registro Civil tación, deben trasladarse al español con la
no suele emplearse en español fuera de ese grafía que corresponda en nuestro idioma,
uso concreto. No sucede así en catalán, en nunca con la propia de idiomas interme-
el que la conjunción i (= y) une siempre los dios entre el nuestro y el original (suelen
dos apellidos. Esta partícula se emplea sis- ejercer esta función con más frecuencia el
temáticamente en algunos apellidos de per- francés y el inglés). Por ejemplo, la grafía
258 7.1.2.6.1. ATILDACIÓN DE APELLIDOS ESPAÑOLES
del apellido Tchaikowsky, de origen ruso, talana (en este sentido, como los gallegos
corresponde a un idioma que ni es el ruso y los vascos, reciben tratamiento de ape-
ni el español; por consiguiente, hay que llidos extranjeros; → 7.1.2.6.5). Por la
realizar la adaptación fonética correspon- misma razón no se tildan Bails ni Badia
diente, de manera que al español le corres- (→ 4.4.1.1-2b). Por otro lado, debe res-
ponderá la grafía Chaikovski. petarse la acentuación catalana aplicada a
apellidos de origen español, como Sanchez
7.1.2.6. Atildación de apellidos . o Fernandez.
Los apellidos suelen presentar algunas
dificultades de atildación, no tanto los es- 7.1.2.6.4. Atildación de apellidos vas-
pañoles cuanto los que se usan en español cos. Al no existir tildes en el euskera, al
procedentes de otras lenguas. usuario español de apellidos vascos se
le presentan serias dudas en cuanto a la
7.1.2.6.1. Atildación de apellidos espa- pronunciación. Ya se vio anteriormente
ñoles. En general, no ofrecen dificultades (→ 4.3.2.2-3) que los acabados en -ain
acentuales; sin embargo, debe distinguirse pueden ser llanos o agudos, y que ape-
entre apellidos parónimos que cambian de llidos como Aramburu son esdrújulos en
atildación, según la familia o la persona; unas zonas y llanos en otras. Pero hay
por ejemplo, Sánchiz y Sanchiz, Sanchis otros apellidos vascos, no mencionados
y Sanchis. En la grae de 1874, la Acade- por Nicolás (1963: 502), que constituyen
mia decía que no había sido costumbre problemas desde este punto de vista. Por
acentuar ciertos apellidos españoles, como ejemplo, suele escribirse Iñiguez, pero no
Gutierrez, Muñoz, Ortiz, pero que conven- se sabe bien si la pronunciación es esdrú-
dría que tanto los apellidos como las voces jula, Íñiguez, o llana, Iñiguez, o de ambas
geográficas se sujetaran a la regla general maneras; Mendizabal es, normalmente,
y se escribiera con tilde Cervántes, Díaz, llano, Mendizabal; Zumalacárregui es nor-
Pérez, Milton (según las reglas de la época) malmente esdrújulo, pero también se ha
(→ 7.1.2.2.2). visto escrito llano, Zumalacarregui, como
Arregui. Rosenblat (1960: 312) dice que
7.1.2.6.2. Atildación de apellidos galle- «La vacilación acentual es frecuente en los
gos. No suelen presentar dificultades es- apellidos de origen vasco: Mujica/Múgica,
peciales, al tratarse, en general, de grafías Lizarraga/Lizárraga, Ascasubi/Ascásubi,
españolas. No obstante, algunos pueden Leguizamo/Leguízamo, Azpurua/Azpurúa.
adoptar las normas de atildación del galle- El mismo nombre de Zumalacárregui lo
go, las cuales deben respetarse. encontramos como voz llana en los textos
del siglo pasado, y aun en las primeras
7.1.2.6.3. Atildación de apellidos cata- ediciones de la novela de Galdós». El
lanes. Ofrecen serias dificultades al usarse nombre de la Pasionaria, sobrenombre de
en español, ya que la Academia ha decidido una política española, es Dolores Ibárruri,
(como es lógico) respetar las grafías catala- pero también se ha visto escrito Ibarruri.
nas. Por ejemplo, los agudos que acaban en El mismo Rosenblat (1960: 310) dice que
-au, -eu, -ou no se tildan (→ 4.3.2.2-1), co- para algunas de las familias vascas apelli-
mo tampoco los agudos terminados en -iu, dadas Araujo este es trisílabo (Araujo) y
-ius (→ 4.3.2.7.3-2). No deberían tildarse para otras cuadrisílabo (Araújo). Nicolás
apellidos como Sender y Suñer, agudos dice que lo correcto es Ibarranguelua (co-
(v. Riquer, 1973: 269). Otros, como Do- mo registra desu ), no Ibarranguelúa, pero
ménech o Doménec, antiguamente se so- des registra Ibarranguellúa. Se escribe
metían a las reglas de atildación españolas, Iturbide, llana generalmente, pero también
de lo cual resultaba la grafía Doménech, hay quien pronuncia Itúrbide; junto a
pero actualmente se respeta la grafía ca- Aramburu o Arámburu, solo Mendiburu.
7.1.2.6.5. ATILDACIÓN DE APELLIDOS EXTRANJEROS 259
trasposición de las letras de otro u otra, el nombre de un autor por medio de uno
como de amor, Roma (y viceversa), de o más asteriscos. Salvo el uso esporádico
Isabel, Lesbia (y viceversa), de Rosa, asor en alguna obra literaria para sustituir un
(y viceversa). nombre de persona, ha sido empleado es-
A veces se utiliza el anagrama para la pecialmente por periodistas, pero también
obtención de un seudónimo. Por este me- escasamente, por ser una forma desperso-
canismo, Lope de Vega y Carpio formó nalizadora y poco o nada utilizable como
el anagrama seudonímico Gavriel Pade- dato documental. De hecho, no puede
copeo, con el que firmó los Soliloquios mencionarse como fuente.
amorosos de un alma de Dios (1629), y
André Breton aplicó a Salvador Dalí, for- 7.1.4.4. Elabreviamiento en los an -
mado con las letras de su nombre, el ana- tropónimos . El abreviamiento en los an-
grama Avida Dollars ‘ávido de dinero’. Sal- tropónimos da lugar a los llamados nom-
vador Espriu, por el mismo procedimien- bres hipocorísticos, que son los nombres
to, utilizó la palabra Sinera en el título de que se aplican familiarmente en forma ca-
tres de sus libros; la palabra es el anagrama riñosa, como Lupe por Guadalupe, Nando
de Arenys [de Mar] (con sustitución de y por Fernando, Isi por Isidro o Isidoro, Fina
por i). A las voces así formadas, algunos por Josefina, Lito por Joselito o Manolito,
autores las llaman palabras especulares, Tina por Valentina o Albertina, etcétera. Se
pero solo lo serían aquellas que resulten de dan asimismo por combinación de aféresis
invertir un nombre letra por letra, de tal y apócope, como Cundo por Secundino,
manera que lo sería amor por Roma, pero Mel por Ismael, e incluso dos metaplasmos
no Isabel por Lesbia. No debe confundirse más la composición: Anabel por Ana Isa-
el anagrama con el palíndromo (palabra o bel, Maipi por María del Pilar, Marilena
frase que se lee igual de izquierda a dere- por María Elena. En su escritura no hacen
cha que de derecha a izquierda) ni con uso de diacríticos.
el capicúa (número que es igual leído de
derecha a izquierda que de izquierda a 7.2. Los topónimos. También llamados
derecha). geónimos, son los nombres que se aplican
a las realidades geográficas (→ 1.3.25.2-2).
7.1.4.3.3. El aristónimo. Es un seudó-
nimo formado por un nombre nobiliario. 7.2.1. Clasificación de los topónimos.
1. El nombre puede ser propio o fingi- Para su estudio en la presente obra, consi-
do. Por ejemplo, son aristónimos Duque deraremos que pueden ser mayores o ma-
de Rivas, Marqués de Lozoya, El Conde crotopónimos, medios o mesotopónimos
Kostia (Aniceto Valdivia), El Duque Job y menores o microtopónimos. Los prime-
(Manuel Gutiérrez Nájera). ros se aplican a realidades geográficas de
2. Ortográficamente se escriben como extensas dimensiones y de importancia
el nombre propio si sustituyen a este y con mundial, como los nombres de países y sus
letra cursiva si se yuxtaponen a él; por capitales, ciudades importantes, océanos,
ejemplo, ‘el Duque de Rivas es autor de mares, grandes ríos, grandes lagos, cor-
Don Álvaro o la fuerza del sino’; ‘Aniceto dilleras, montañas, sistemas montañosos,
Valdivia, El Conde Kostia, ha escrito...’. etcétera. Los segundos, a realidades de tipo
Se escriben con mayúscula todas las pala- medio y de importancia menor. Los terce-
bras que formen el aristónimo, excepto el ros se aplican a realidades geográficas de
artículo si no le pertenece; así, el Duque de escasa importancia, generalmente locales
Rivas, pero El Conde Kostia. y de dimensiones reducidas, puntos desha-
bitados, etcétera. Los que designan partes
7.1.4.3.4. El asterónimo. Es una forma del universo se llaman cosmónimos; si de-
del seudónimo que consiste en abreviar signan montañas, orónimos; si ríos, hidró-
7.2.2. ESCRITURA DE LOS EXÓNIMOS 263
ambas pueden españolizarse en las formas a) se les añade tilde: Annápolis (i. An-
Lúbeck y Zúrich, respectivamente. Seco napolis), Arlés (fr. Arles; v. drae , s.
(1998: s. v.) recomienda Múnich y Núrem- v. bauxita), Arrás (fr. Arras; v. drae ,
berg o Nuremberg; la Academia, que en s. v.), Yukón (i. Yukon), Oregón
el drae 84 escribía Munich, en el drae 92 (i. Oregon), Canadá (i. Canada),
le añade la tilde: Múnich, Sídney, con esta Coímbra (port. Coimbra), Gabón
grafía (del i. Sydney), registrada por desu , (fr. Gabon), Bahía (port. Bahía o
debe escribirse con tilde, Sídney, si se usa Baia), Indianápolis (i. Indianapo-
la forma españolizada (→ 4.3.2.2-5). En lis), Malí (fr. Malí), Minneápolis
los casos en que la grafía original tenga (i. Minneápolis), Rímini (it. Rimini),
una estructura que permita su atildación Sofía (búlg. Sofia), Tívoli (it. Tivoli),
española, esta no debe aplicarse si no se Umbría (it. Umbría);
trata de voces que hayan recibido algún b) pierden la tilde: Belem (port. Belém),
tipo de españolización (→ 7.2.3.2-2). A es- Brasilia (port. Brasília), Marilia
te respecto, no parece acertado el ejemplo (port. Marilia), Montreal (fr. Mont-
académico de Lyon, cuya grafía, por no réal), Orleans (fr. Orléans), Quebec
ser la y normal en esa posición en español, (fr. Québec), Santarem (port. Santa-
no admite la tilde (es más: según Sanín rém), Senegal (fr. Sénégal);
Echeverri, debe tildarse Sión, pero no Lyon c) pierde el circunflejo: Nimes (fe Nimes).
por ser diptongo). El mismo criterio debe
aplicarse a topónimos como Wórcester, El drae , que, como hemos visto, registra
Leicester, Washington, Amsterdam, etcéte- Arlés y Arras, escribe, por el contrario, Al-
ra. Como dice Casares (1952: 93), «Al que bi (s. v. albigense). Para unificar criterios,
sepa y quiera pronunciar un nombre ex- es recomendable escribir estos tres topóni-
tranjero con arreglo a la fonética original mos sin tilde: Arles, Arras, Albi.
le estorbará la tilde académica, por cuanto Cuando el topónimo procede de lenguas
puede dar a dicho nombre una fisonomía que no usan el alfabeto latino, se adaptan
grotesca: Byron. Al que no sepa, nada le su escritura y su pronunciación al espa-
ayudará el acento gráfico; y si ha de leer ñol: Tíbet, Adén, Ibadán, Isfahán, Járkov,
el nombre extranjero a la española tanto Dánzig (pol. Gdañsk). Siempre se procura
da que pronuncie, por ejemplo, Wórcester, acercarse a su pronunciación original, sal-
como Worcéster o Worcestér, puesto que vo casos en que tradicionalmente se haya
en ningún caso se aproximará a la realidad: utilizado de determinada manera no acor-
Uúster, Léicester, convertido en esdrújulo de con ese principio.
por la Gramática, se pronuncia bisílabo: 3. Un caso que merece tratamiento es-
Léster». Y en la página 116 añade: «[...] pecial es el del topónimo SaharalSáharal
hemos de llamar la atención acerca de la Sájara. ¿Cuál de estas tres grafías es la
diferencia existente entre el nombre ex- correcta en español? Consultado en 1966
tranjero de un lugar y el nombre español Juan Vernet, profesor a la sazón de la
de un lugar extranjero»; en efecto, los pri- Facultad de Filosofía y Letras de la Uni-
meros se escriben con las tildes que lleven versidad de Barcelona, aconsejaba la grafía
originalmente, y los segundos, con la que Sahara, «no solo por ser la tradicional (y
les corresponda en español. Sin embargo, ya es mucho), sino también por la especial
el drae escribe cemento de Pórtland, cuan- contextura fonética del árabe, que tiene
do debería haber escrito cemento pórtland tres guturales —las que científicamente
(de Portland), transcribimos como h, h, j—. La primera se
2. Hay, sin embargo, una serie de nom- corresponde bastante bien con la h aspira-
bres que tradicionalmente se han españoli- da andaluza; la tercera, con la j castellana,
zado por el mecanismo de añadir o suprimir y la segunda —empleada para Sahara— no
una tilde. Por ejemplo: tiene equivalente en nuestras lenguas. Es-
7.2.3.4.1. TOPÓNIMOS SIMPLES 267
cribir Sajara equivale, por tanto, a forzar llegar a V..., no encontré ...; Al llegar a ...,
una pronunciación más extraña al oído no encontré ...; también se puede utilizar
árabe que la representada por Sahara». La la X, con punto o sin él (→ 10.5.32.2-6).
Academia, en el drae 70 (s. v. sahariano), Cuestión distinta es el uso, en algunos
sustituyó la grafía Sahara, tradicional, por casos, de siglas para sustituir a los nombres
Sahara, pero posteriormente (v. DRAE84: s. de ciertos países, generalmente los que son
v. saharaui y sahariano) vuelve a la grafía largos, como los Estados Unidos (eua ), los
Sahara, que, como dice el profesor Vernet, Emiratos Árabes Unidos (eau ), la Unión
es la mejor. Sin embargo, en el DRAE01, en de Repúblicas Socialistas Soviéticas (URSS).
la voz saharaui escribe Sahara en la etimo- Con todo, la primera vez que se emplee en
logía y Sahara en la definición, que está en una unidad textual, el nombre del país de-
la línea siguiente; cuatro líneas más adelan- be darse por entero, seguido, entre parénte-
te, en sahariano, vuelve a escribir Sahara. sis, de la forma abreviativa, que será la que
4. Se dan también algunos casos de se use en adelante en esa unidad textual.
alternancias en topónimos; por ejemplo, En otros casos se emplean símbolos para
Araucanía/Araucania (nel , pero solo Ama- representar, en determinadas situaciones,
zonia; desu , solo Araucania, y también el nombre de un estado que forma parte
Amazonia), Benín/Benin (NEL; desu , solo de una federación, provincias de un país o
Benín), Haceldama/Hacéldama (nel ). Ru - comarcas de una autonomía. Por ejemplo,
mania/Rumanía merece atención aparte: los que se emplean en los estados de los
la alternancia la recoge, por este orden, Estados Unidos o Brasil, las provincias
NEL; desu escribe Rumania; Rosenblat de Canadá o las comarcas de Cataluña
(1960: 297) dice que «En España prefieren (v. Martínez de Sousa, 2012: 624). En estos
Rumania (como Turquía, Hungría, etc.), casos, tales símbolos solo pueden usarse
pero en América es más general Rumania a continuación del topónimo correspon-
(como Alemania, Francia, Rusia, etc.), que diente y entre paréntesis. No sería correcto
es además lo académico». Habría que aña- decir que «en NY ha habido un accidente»,
dir que era lo académico hasta el drae 92, por ejemplo.
porque el DRAE01, s. v. rumano, escribe
Rumania. Seco (1998: s. v.) acepta también 7.2.3.4. El artículo en los topóni -
la alternancia para este topónimo. Como mos . A este respecto no hay reglas fijas, ni
dato digno de tenerse en cuenta a la hora en cuanto al uso de artículo ni, en general,
de elegir una grafía, la forma Rumania al de mayúscula cuando lo lleva.
coincide con la pronunciación rumana del
topónimo Romanía, que es el original. 7.2.3.4.1. Topónimos simples. Entre
los topónimos simples, unos reclaman el
7.2.3.3. Abreviaturas de topóni - artículo, con mayúscula unas veces y con
mos . Como regla general, los topónimos minúscula otras, y otros lo rechazan.
no deberían abreviarse, sea el sustantivo o 1. Llevan siempre artículo escrito con
el adjetivo. Así, debe escribirse San Fran- mayúscula: El Cairo, El Cabo, El Escorial,
cisco, Santa Isabel, San Antonio en vez El Salvador, El Paso, La Coruña, La Haba-
de S. Francisco, Sta. Isabel, S. Antonio. na, La Meca, Los Ángeles, etcétera.
(En algunos países, Brasil por ejemplo, la 2. Llevan siempre artículo con minús-
abreviación arbitraria de los topónimos cula: el Ática, el Chad, el Congo, el Hin-
está prohibida legalmente.) Solo en obras dustán, la India, el Labrador, el Líbano,
literarias pueden encontrarse los topóni- el Perú, el Tíbet. (Aunque se ha intentado
mos abreviados, para lo cual se recurre, suprimir el artículo de la India y el Líbano,
como en los antropónimos, a letras, puntos son dos casos que lo reclaman por razones
suspensivos o una combinación de ambos: tradicionales y de eufonía; el Perú se ve
Al llegar a V, no encontré a mi amigo; Al escrito también, actualmente, Perú, sin el.)
268 7.2.3.4.2. IMPROPIEDADES EN EL USO DE TOPÓNIMOS
3. Llevan también artículo (siempre con siguientes: Arabia Saudí, Estados Unidos,
minúscula) los nombres de las comarcas o Gran Bretaña, etcétera. Si el primer ele-
regiones naturales y algunas de las históri- mento del nombre compuesto es Reino,
cas: las Arderías, la Bretaña, la Cerdaña, República, Confederación, Unión o País,
la Champaña, la Mancha, el Milanesado, lleva siempre artículo (escrito con minús-
las Landas, los Monegros, las Alpujarras, cula): el Reino Unido, la República Federal
el Peloponeso, la Rioja, el Tirol, el Trans- de Alemania, la República Dominicana, la
vaal, etcétera. Obsérvese, no obstante, que Confederación Helvética, la Unión Soviéti-
si estos nombres se usan con otras aplica- ca, los Países Bajos, el País Vasco, el País
ciones, tal vez reclamen la mayúscula; por de Gales. También lo lleva, en minúscula,
ejemplo, hay que distinguir entre la Rioja los Emiratos Árabes Unidos.
(región natural) y La Rioja (nombre actual 2. Lleva siempre artículo (con minúscu-
de la antigua provincia de Logroño y de la la): el Franco Condado.
autonomía), así como entre la Mancha y 3. Rechazan el artículo: Costa Rica,
Castilla-La Mancha (la autonomía). Pero Puerto Rico, Papúa-Nueva Guinea, Tri-
no es acertado escribir El Bierzo, puesto nidad y Tobago, Guinea-Bisáu, Guinea
que se trata de una región natural y, por Ecuatorial.
consiguiente, la grafía correcta es el Bierzo. 4. En cuanto a nombres de poblaciones,
4. Pueden escribirse con artículo (en no hay reglas fijas: unos llevan artículo con
minúscula), aunque generalmente tienden mayúscula, como La Palma del Condado,
a prescindir de él en el uso ordinario: Afga- El Puerto de Santa María; otros, con mi-
nistán, Argentina, Brasil, Camerún, Cana- núscula, como las Navas de Tolosa, y otros
dá, Ecuador, Gabón, Filipinas, Irán, Iraq, no lo llevan, como Palma del Río.
Japón, Pakistán, Paraguay, Perú, Senegal,
Sudán, Uruguay, Vietnam, Yemen. 7.2.3.5. El abreviamiento en los to -
5. Rechazan el artículo los nombres pónimos . Existen algunos abreviamientos
de los cinco continentes, y además: Chile, familiares aplicados a nombres de ciudades,
China, Checoslovaquia, Chequia, Colom- como Guate por Guatemala, Chichi por
bia, Egipto, Eslovaquia, Eslovenia, Espa- Chichicastenango, Prisco por San Fran-
ña, Finlandia, Francia, Gambia, Guatema- cisco de California, Barna por Barcelo-
la, Inglaterra, Irán, Iraq, Irlanda, Islandia, na, Reu por Retalhuléu, Císter por Cister-
Italia, Marruecos, México, Nicaragua, Ní- cíum.
ger, Noruega, Panamá, Polonia, Suecia,
Venezuela, Yucatán, Yugoslavia, Zambia, 7.2.3.6. El guión en los topónimos
etcétera. Sin embargo, deben llevar artícu- compuestos . En francés, al igual que los
lo cuando el topónimo va seguido de un prenombres compuestos, suelen escribir-
determinativo de lugar, época, etcétera: la se con guión los topónimos compuestos:
Francia de nuestros días, la Italia republi- Aix-en-Provence, Saint-Denis, Montceau-
cana, la España monárquica, el Portugal -les-Mines, abadía de Mont-Saint-Michel,
de otros tiempos, la Europa occidental Caudies-de-Fenouillédes. En portugués se
(término exclusivamente geográfico; en unen con guión los que empiezan por
sentido geopolítico suele prescindirse del Grá- o Grao-: Grá-Bretanha, Gráo-Pa-
artículo: Europa occidental sigue las hue- rá, así como los que están ligados por
llas de los Estados Unidos), la Alemania artículos: Trás-os-Montes. En español no
oriental, etcétera. es costumbre ligar con guión los elemen-
tos que forman un topónimo compuesto,
7.2.3.4.2. Topónimos compuestos. Pue- salvo casos esporádicos que no obede-
den llevar artículo o prescindir de él. cen a regla: Pinilla-Trasmonte (Burgos),
1. Pueden llevarlo (en minúscula), aun- Pedro-Martínez (Granada), Pedrosa del
que generalmente prescinden de él, los Río-Urbel (Burgos), Vélez-Málaga (Mála-
7.23.7. IMPROPIEDADES EN EL USO DE TOPÓNIMOS 269
ga). Sin embargo, este uso no es constante de topónimos . Debe evitarse utilizar to-
ni siquiera en casos similares: Vélez Blanco pónimos impropios o anacrónicos para
y Vélez Rubio (Almería) no llevan guión. mencionar países actuales. Así, Inglaterra,
Por supuesto, es error inadmisible ponerle Gran Bretaña e islas británicas son impro-
guión a topónimos que nunca lo llevaron: piedades por Reino Unido (país). Al hablar
Nueva-York, Hong-Kong, que deben escri- de Corea debe especificarse a cuál de los
birse Nueva York y Hong Kong, respecti- dos países se hace referencia. Deben sus-
vamente. tituirse Dahomey por Benín o Benin y
Rodesia por Zimbabue. Hay otros casos
7.2.3.7. Impropiedades en el uso semejantes.
8. Numeración
4.3. Las cantidades que expresan tiem- Este círculo resulta 5,28 veces mayor.
po:
4.7. Los números que forman parte de
Hace catorce años; los nombres de calles y plazas:
Han pasado veintiocho segundos;
Se han cumplido setenta años de la Re- Calle de los Doce Apóstoles;
volución rusa. Paseo del Catorce de Julio;
Calle de los Héroes del Diez de Agosto.
La edad de las personas suele escribirse
con letras, pero la grafía con cifras parece En los casos de nombres de ciudades,
más apropiada: distritos, departamentos, provincias, etcé-
tera, no hay al respecto unidad de criterio:
Fulano tiene 28 años, en un mismo país, Argentina, Nueve de
Julio se escribe con letras cuando se refiere
que es distinto de la expresión, por ejem- a un partido del Chaco, y con cifra, 9 de
plo, Julio, cuando es departamento; en el mis-
mo país se escribe Veinticinco de Mayo,
Fulano nació hace veintiocho años. mientras que en el Perú se escribe 27 de
Noviembre, topónimos los dos.
Los días del año o de los meses se escri- 4.8. En obras literarias suelen escribirse
ben con cifras: con letras las cantidades puestas en boca
El año bisiesto tiene 366 días; febrero, 28, y
de una persona. Parece lógico que una per-
los bisiestos, 29. sona no habla con cifras, sino con las pala-
bras que las nombran. Sin embargo, son
4.4. En general, los números mencio- importantes los problemas a que da lugar
nados en las poesías (salvo que el autor esta regla si se aplica a rajatabla, por lo
indique lo contrario) y los que aparecen que parece preferible, cuando la cantidad
en títulos (de obras, películas, etcétera) se tenga demasiadas cifras (y por lo tanto el
escriben con letras, aunque se dan excep- escribirla con letras redunde en confusión
ciones, como las fechas: Agosto de 1914; para el lector), escribirla con ellas, y con
1984, de Orwell; no se justifica en un título letras en los siguientes casos:
como 500 años de imprenta, de Steinberg,
donde debió escribirse Quinientos años de a) las cifras inferiores a ciento: cuaren-
imprenta. ta y uno, ochenta y cuatro;
4.5. La mención de los palos de las car- b) los múltiplos de diez con menos de
tas y de los puntos de los dados: cuatro cifras: cuatrocientos treinta,
quinientos ochenta, ochocientos se-
Tengo el diez de bastos; tenta;
Me ha salido un seis. c) las cantidades que se expresan con
un dígito seguido de ceros: treinta,
4.6. La numeración que pueda corres- ciento, quinientos, mil, un millón,
ponder a conceptos abstractos, como los veinte millones, etcétera.
siguientes:
4.9. En el uso anglicista de denominar
Se lo he advertido veinte veces; los decenios con el nombre de la decena
Me ha pasado lo mismo en catorce ocasiones correspondiente, lo correcto es escribirla
distintas. con letras y no con cifras:
Lógicamente, si tales cantidades tienen ex- En la década de los treinta comenzó sus estu-
presiones con decimales, deben escribirse dios de ingeniería;
con cifras: Los años cuarenta fueron críticos para él.
274 8.1.1.2. APÓCOPE DE LOS NÚMEROS CARDINALES
El talgo sale a las 10.25 y llega a las 20.50; internacional, pero no suele emplearse en
Entrada: 8.00; Salida: 16.30. español en el uso ordinario (sí, general-
mente, en el científico). El orden mixto
2. Se escriben con letras: (mes, día, año), utilizado por algunos en
2.1. Cuando indican duración, tiempo español antiguamente, escasamente en la
transcurrido o el que se requiere para rea- actualidad, no debe usarse en ningún caso,
lizar algo: menos aún en las formas abreviadas. La
fijación del orden ascendente de los datos
Durante treinta y cinco horas permaneció en en las fechas en español, cualquiera que
las dependencias policiales;
Dentro de ocho horas llegaremos a Nueva sea el país, es absolutamente necesaria para
York; evitar lamentables dudas y, lo que es peor,
Se requieren diez horas y media para realizar graves errores. Por ejemplo, si no partimos
este trabajo. del hecho de que en el mundo hispánico se
emplea siempre el orden ascendente, cuan-
2.2. En las obras literarias, textos do vemos una fecha como 07-10-2002 no
noticiosos o cualquier otro escrito no podemos saber razonablemente si se trata
específicamente técnico o científico, las del 7 de octubre del 2002 (orden ascenden-
horas se expresan con letras: te) o bien del 10 de julio del mismo año
(orden mixto).
Me esperaba a las cuatro y media; 1.1. Las grafías abreviadas admiten
El tren no llegó hasta las seis y veinte; ciertas variaciones:
A las once cuarenta y cinco ya estaba en el
aeropuerto; d-m-aa: 3-1-33;
El avión presidencial llegó a las diez de la d-m-aaaa: 3-1-1933;
mañana. dd-mm-aa: 03-01-33;
dd-mm-aaaa: 03-01-1933.
8.1.1.4. Escritura de las fechas .
1. Las fechas pueden estar expresadas de Cuando se usa uno de los sistemas de es-
las siguientes maneras: critura simple en el día y el mes, la forma
compuesta lleva un cero antepuesto si es
a) en orden ascendente (usado en Espa- necesario, como se ve en los ejemplos. La
ña y el Reino Unido): norma de la iso citada anteriormente escri-
be guiones entre las cifras del día, mes, año
d-m-a (día, mes, año: 25 de abril del (cualquiera que sea su orden), pero tam-
2007); bién se usan las barras (03/01/33), los pun-
tos (03.01.33) y a veces espacios en blanco
b) en orden descendente (recomendado (03 01 33) (→ 8.1.1.4-2.6).
por la iso): 2. Se escriben con cifras:
2.1. Como norma general, las fechas se
a-m-d (año, mes, día: 2007 abril 25); escriben siempre con cifras:
c) en orden mixto (usado por los Esta- 25 de octubre de 1933;
dos Unidos y Latinoamérica):
m-d-a (mes, día, año: abril 25 del 2007). es recomendable mantener de entre día y
mes y de o del entre mes y año, aunque es
En español, las fechas se escriben en frecuente omitirla en escritos particulares
orden ascendente (día, mes, año). El orden o no técnicos: 25 de octubre de 1933; 4 de
descendente (año, mes, día) es el reco- enero del 2006.
mendado por la iso en sus normas (iso 2.2. La escritura del primer día del mes
8601:1988-6); es decir, que es la norma puede hacerse de tres maneras: 1, 1.o pri-
8.1.1.4. ESCRITURA DE LAS FECHAS 277
mero, pero parece preferible escribir 1, con vorables al artículo en fechas anteriores
cifra cardinal, para emparejar esta grafía a Cristo hasta el 1100 después de Cristo
con la de los demás días del mes; no es y desde el 2000 en adelante. El dpd 05
correcta, en cualquier caso, la forma uno, (s. v. fecha, § 4c) dice: «A partir del año
salvo cuando las fechas se escriben con 2000, la novedad que supuso el cambio
letra (→ 8.1.1.4-3.1). de millar explica la tendencia mayoritaria
2.3. En cuanto a la preposición en, pue- inicial al uso del artículo: Fui al Caribe en
de preceder al mes o al año: en enero de el verano del 2000 o La autovía estará
1948, en 1948, pero no es correcto usarla terminada en EL 2010». No se entiende por
ante el número del día: en 2 de abril de qué la Academia asegura que la tendencia
1948, en que debe usarse el. al uso del artículo se debe a la novedad que
2.4. Por lo que respecta a un, puede supuso el cambio de millar. La razón no es
escribirse un día de abril de 1948, pero no esa, sino la mayor comodidad de los usua-
si se menciona el día concreto; es, pues, rios de la lengua para expresarse con el ar-
incorrecto, por más que se prodigue en la tículo que sin él. Tampoco se entiende que
boca y la pluma de numerosos periodistas, si la tendencia mayoritaria era el uso del
un 2 de abril de 1948. artículo, la Academia colocase una nota en
2.5. El artículo el (o la contracción del) su sitio de Internet para recomendar el uso
debe emplearse ante el año en los siguientes sin el artículo. Sigue diciendo la norma del
casos: DPD: «Sin embargo, en la datación de car-
tas y documentos no son tan marcadas las
a) si es anterior a Jesucristo (en el 3000 fluctuaciones antes señaladas y se prefiere,
a. de C.); desde la Edad Media, el uso sin artículo:
b) si está comprendido entre el año 1 14 de marzo de 1420». Sorprende que la
y el 1100 después de Cristo (el 5 de Academia hable del uso sin artículo en
mayo del 714) y desde el 2000 en cartas y documentos cuando a) las cartas
adelante (el 4 de agosto del 2002). son también documentos; b) no se adivina
cómo ha llegado a la conclusión de que,
Se usa sin artículo desde 1101 hasta 1999 cuando se cambió de siglo y de milenio, en
(el 6 de octubre de 1942). Se ve, pues, la datación de cartas y documentos la ten-
que en el devenir de la historia, el artícu- dencia a la escritura con artículo fluctuó,
lo se usa siempre, menos en el período puesto que la Academia no tuvo ni siquiera
comprendido entre 1101 y 1999, que es, tiempo de analizar el uso. Sorprende tam-
verdaderamente, la excepción a la regla bién que diga que desde la Edad Media se
general de que las fechas llevan artículo. prefiere el uso sin artículo, «consolidando
La Academia, arbitrariamente (puesto que en la práctica —dice— una fórmula es-
no se basa en el uso), recomienda escribir tablecida». Hay que recordar que en la
sin artículo desde el 2000 en adelante, Edad Media difícilmente se dedicaba nadie
pero es una recomendación no justifica- a vaticinar cómo se escribirían las fechas
da, por más que en muchos casos, por en el cambio del siglo xx al xxi. La Aca-
considerarla una decisión oficial, la hayan demia olvida, al parecer, que el problema
aceptado diarios e instituciones. En efec- de la escritura de las fechas nos afecta a
to, de la misma manera que se dice en el nosotros, no a los que vivieron en la Edad
3000 antes de Cristo y no en 3000 antes Media ni a los que los siguieron. Menos
de Cristo, debe decirse en el 2002 después se entiende aún esa afirmación de que el
de Cristo y no en 2002 después de Cristo. uso sin artículo consolidaba en la práctica
No hay ninguna razón gramatical clara una fórmula establecida. ¿Qué fórmula?
por la cual esto deba ser de una manera ¿Quién la había establecido? ¿Qué práctica
o de otra; solo podemos basarnos en el invoca la Academia y a quién la atribuye?
uso y la tradición, mayoritariamente fa- La Academia termina así el texto que se ci-
278 8.1.1.5. ESCRITURA DE LOS GRADOS
ta: «Por ello, se recomienda mantener este y después, entre paréntesis, con letras:
uso en la datación de cartas y documentos ... por la cantidad de 508 (quinientos ocho)
del año 2000 y sucesivos: 4 de marzo de euros. Cuando hay decimales, el modelo
2000». Pero añade: «Esta recomendación puede ser este:... por la cantidad de 508,27
no implica que se considere incorrecto, en (quinientos ocho con veintisiete) euros, o
estos casos, el uso del artículo: 4 de marzo bien: ... por la cantidad de 508,27 euros
del 2000». Con esta última norma habría (quinientos ocho euros con veintisiete cén-
suficiente y se habría ahorrado el marasmo timos).
creado artificial e injustificadamente en la 4. Errores frecuentes:
escritura de las fechas. En cualquier caso, 4.1. No es correcto interpolar una co-
la fuerza de la recomendación académica ma entre el mes y el año cuando se omite
(tomada como norma en forma absoluta) la preposición de:
solo afecta a las fechas completas, no a las
referencias a un determinado año en que octubre, 1933;
ha sucedido o sucederá algo: La carretera 25 octubre, 1933;
se construirá en el 2008; El puente no es- 25 de octubre, 1933.
tará terminado hasta el 2005; En el 2050
España tendrá menos habitantes que en el 4.2. Tampoco es correcto interpolar ba-
2002. rras o guiones:
2.6. Cuando se opta por escribir las fe-
chas abreviadamente, puede elegirse entre octubre-1933;
varias grafías: 25/octubre/1933;
25-octubre-1933.
25-10-1933,
25/10/1933, 4.3. Si se opta por el empleo de la pre-
25.10.1933, posición de, el uso de la primera presupone
25 10 1933, el de la segunda:
o bien con cifras romanas para el mes,
en todas las combinaciones anteriores, si 25 de octubre de 1933;
bien es un sistema más engorroso y menos
apropiado (ya que la numeración romana son, pues, incorrectas grafías como
se lee ordinalmente, mientras que los me-
ses suelen leerse cardinalmente), aparte de 25 de octubre 1933;
que no es conveniente, ni muy científico, 25 octubre de 1933.
mezclar dos sistemas de numeración tan
distintos. En cuanto a los signos con que se 4.4. Actualmente es anglicismo orto-
separan las cifras en las fechas abreviadas, gráfico, muy extendido en los países hispá-
véase lo dicho a este respecto en el párra- nicos de América, escribir
fo 8.1.1.4-1.1.
3. Se escriben con letras:
octubre 25, 1933;
3.1. Las fechas se escriben con letras en
octubre 25 de 1933.
actas, escrituras públicas, leyes, decretos y
otros documentos oficiales:
8.1.1.5. Escritura de los grados .
Dado en Madrid, a veinte de marzo de mil Los grados más utilizados en texto son los
novecientos noventa y cinco. de temperatura (física) y los de circunfe-
rencia (geometría, geografía y astronomía).
3.2. En algunos documentos, como las
facturas, en las cantidades se hace uso 8.1.1.5.1. Grados de temperatura. 1.
de las dos grafías, primero con cifras Los grados de física son las partes que
8.1.1.5. GRADOS DE CIRCUNFERENCIA 279
En esta grafía, el signo de grados va siem- salvo que se trate de textos no científicos ni
pre pegado al símbolo C (que significa técnicos, en que no será obligatorio.
Celsius, no centígrados), formando con 6. Cuando las expresiones de grados se
él un nuevo símbolo (°C), y se separa de refieren a temperaturas bajo cero, se indi-
la cifra con el espacio normal de la línea. can con el signo menos (-) antepuesto y sin
Si no aparece el símbolo C u otro que lo espacio:
sustituya (podría ser, por ejemplo, la F de
Fahrenheit: °F), el signo de grados (°) se -48,5 °C.
junta a la cifra:
Si la cantidad es positiva, no es necesario
38,5°. colocar el signo más (+), como antes se
recomendaba, pero debe hacerse en caso
Cuando hay fracciones decimales, estas se de anfibología.
expresan con una coma:
8.1.1.5.2. Grados de circunferencia. 1.
38,5°, 38,5 °C. Los grados de geometría, astronomía y
geografía miden las partes en que pueden
También se puede sustituir el signo de gra- dividirse la circunferencia o los arcos de
dos por la palabra correspondiente: ángulos. Se aplican asimismo a las longitu-
des y latitudes geográficas.
38 grados, 38,5 grados. 2. Los grados de circunferencia se ex-
presan con el signo de grados (°), segui-
3. En obras literarias y en escritos no do de un índice (') para los minutos, dos
específicamente técnicos o científicos, el (") para los segundos y tres ("') para los
signo de grados que se emplee puede susti- terceros:
tuirse por la palabra grados:
32° 24' 38" 30"'.
La temperatura era de 30 grados.
3. Si tienen divisiones decimales, la nor-
4. La palabra centígrados no debe uti- ma clásica mandaba añadirlas a los terce-
lizarse en los grados de física; la adecuada ros tras coma:
280 8.1.1.6. ESCRITURA DE LOS PORCENTAJES
que el apóstrofo, signo empleado a veces, no científicos las horas se separan de los
en el uso ordinario, con esta función; sin minutos mediante un punto, nunca con
embargo, en obras técnicas, científicas o coma o apóstrofo, ya que los minutos no
de cualquier otro tipo debe usarse siempre son decimales, sino sexagesimales; así,
la coma ortográfica (llamada por la norma, debe escribirse 3.45, 2.38, 10.20, y no
redundantemente, coma baja), como con- 3,45 o 3’45. Cuando las fracciones sean
firma la misma norma en su página 4: «La inferiores a diez, la escritura adecuada es,
coma deberá emplearse como signo para por ejemplo, 4.03 para indicar las cuatro y
separar los decimales» y la une 5029 en la tres minutos; esta aparente incongruencia
página 3: «El signo decimal será una coma (en efecto, si las fracciones son sexagesima-
en la línea (en los documentos redacta- les, la escritura correcta sería 4.3) tiene su
justificación en el hecho de que 4.3 podría
dos en inglés suele utilizarse un punto). = Si
el valor absoluto es inferior a la uni- fácilmente interpretarse como las 4.30, es
dad, el signo decimal debe ir precedido de decir, no las cuatro y tres minutos, sino las
un cero». Es decir, que son incorrectas, cuatro y media.
en español, grafías como .25, ’25, ,25; lo 2.1.1. En textos técnicos y científicos las
correcto es 0,25. El decreto antes citado horas expresadas con cifras utilizan los dos
(→ 8.1.1.8-1.1) establece asimismo que puntos establecidos por la iso en lugar del
«En los números, la coma se utiliza sola- punto: las 3:45, las 13:58.
mente para separar la parte entera de la 2.2. Si se expresan con letras, no se
parte decimal» (→ 10.5.2.3.5). Sin embar- utiliza coma en ningún caso: las tres y
go, el cgpm , en la página 12 de El sistema veinte, las ocho cincuenta y tres; en cuan-
internacional de unidades, establece que to a la conjunción y, se omite cuando la
«el punto se emplea como separador deci- expresión horaria no termina en cero: las
mal en inglés y la coma en francés». cuatro treinta y cinco, las tres cuarenta y
1.3. Las cantidades de solo cuatro cifrasocho; pero las cuatro y veinte, las ocho
no se puntúan, puesto que no ofrecen difi- y cuarenta; la llevan, asimismo, las medias y
cultades para su lectura (→ 8.1.1.8-1.1). los cuartos: las seis y media, las ocho
Sin embargo, si por motivos de unificación y cuarto.
se decide separarlas, debe tenerse en cuenta 3. Los grados se puntúan con coma
que, aun así, no se separan en los casos (→ 8.1.1.8).
siguientes: 4. Las edades de las personas, cuando
se hacen constar los meses (por ejemplo,
a) los años: 1984 (→ 8.1.1.8-1.1); en obras de medicina), se puntúan con
b) los números de artículos, códigos, punto, pues tampoco los meses del año son
leyes, decretos, páginas de un li- decimales, sino duodecimales; por ejemplo,
bro o publicación periódica, de los 6.3 indicará seis años y tres meses; 7.6,
versos (cuando se numeran para su siete años y seis meses, es decir, siete años
edición), de párrafos o apartados, y medio. A este respecto hay que huir del
de una serie, de códigos postales, de error de escribir 7.5 para siete años y me-
ISBN. dio, pues, en este sistema, esta cifra indica
siete años y cinco meses, no siete años y
Solo se hace una excepción en los cuadros medio, que sería 7.6, como se ha dicho.
y tablas, donde las cantidades de solamente 5. Esta puntuación se utiliza en cual-
cuatro cifras deben separarse con objeto de quier otro sistema de medida que no sea
que vengan en columna con las que tienen decimal; por ejemplo, seis cíceros y medio
más de cuatro. se expresa 6.6 (el cicero es duodecimal,
2. Las horas se puntúan de la siguiente mide 12 puntos tipográficos).
manera:
2.1. Si se expresan con cifras, en textos 8.1.1.9. Simplificación de las can -
8.1.1.9. SIMPLIFICACIÓN DE LAS CANTIDADES 283
femenino de los ordinales escritos en una segunda no están registradas por el drae ,
sola palabra afecta solamente al último que las sustituye por los cultismos undéci-
componente: decimotercera, trigésimose- mo y duodécimo, respectivamente; sin
gunda, nonagesimonona (son, pues, grafías embargo, no hay ninguna razón objetiva
incorrecta las que hacen el femenino en para que aquellas formas, de la misma for-
ambos términos cuando estos se emplean mación que decimotercero, etcétera, no ha-
en forma compuesta: *decimaséptima, *vi- yan de considerarse correctas. Por ejemplo,
gesimaoctava). Carnicer utiliza decimoprimer (1969: 60)
3. Las grafías decimoprimero y decimo- y decimoprimero (1969: 105), y no se ve
286 8.1.2.2. APÓCOPE EN LOS NÚMEROS ORDINALES
por qué no habría de hacerlo. En efecto, la na, las compañías y pelotones, salvo
Academia, en la OLE10 (p. 675), considera los tercios de Armada, batallones o
estas formas totalmente correctas. grupos y secciones, las escuadras y
4. En cuanto a las grafías décimo terce- equipos de fuego, que se numeran
ro hasta décimo no(ve)no, en dos palabras, con cifras romanas.
no las registra el drae , y no parece que
sean necesarias. Seco (1998: 325) las da Sin embargo, modernamente en la otan (a
como posibles, pero dice que son raras la que pertenece España), las unidades se
hoy. Por ello, más bien habría que tender a numeran con cifras arábigas en su totali-
que la serie vigésimo primero, cuadragési- dad. La adopción de este sistema permite
mo quinto, octogésimo segundo, etcétera, a los ejércitos españoles evitar el engorroso
se escribiera en una voz, y no al revés sistema español (→ 8.2.3-4). En cualquier
(→ 8.1.2.1-2). caso, la numeración se pospone al nombre
5. Cuando un ordinal se escribe con le- de la unidad: compañía 6, batallón iii.
tras en tres o más palabras, no se usa coma 7. Se escriben con letras:
en ningún caso; es incorrecto este ejemplo 7.1. En general, los conceptos abstrac-
de Moliner (1980: ii, 532): noningentési- tos:
mo, nonagésimo nono.
6. Se escriben con cifras arábigas: Es la sexta vez que se lo advierto;
6.1. Los números de orden de los arti- Por vigesimoquinta vez, Fulanito conquista
el trofeo.
culados de leyes, decretos, reglamentos,
normas, etcétera: Artículo 1.o, regla 2.a 7.2. En los números de congresos, reu-
(no es regla absoluta, pues también, en los niones, etcétera (→ 8.2.3-3):
mismos casos, puede usarse la numeración
cardinal). Se ha celebrado el sexto Congreso de Acade-
6.2. A veces, los párrafos de algunas mias de la Lengua Española
partes de un texto.
6.3. En bibliografías, notas, etcétera, 7.3. Los números de guerras, cruzadas,
las cifras que indican ediciones: 4.a edi- etcétera: segunda guerra mundial, tercera
ción. cruzada.
6.4. Las unidades del Ejército y la Arma-
da se escriben de la siguiente manera: 8.1.2.2. Apócope EN LOS números or -
dinales . En los ordinales, las denomina-
1) en el ejército de Tierra se escriben ciones que pueden sufrir apócope son
con cifras arábigas los números de primero y tercero, que ante sustantivo
los ejércitos, divisiones, regimientos, masculino se convierten en primer y tercer,
compañías, escuadrones, pelotones, respectivamente: primer acto, tercer acto;
excepto los grupos de ejército, cuer- ante sustantivo femenino la apócope no
pos de ejército, brigadas, batallo- se realiza; es, pues, incorrecto escribir la
nes, grupos, secciones, escuadras y primer mujer, la tercer manzana.
equipos, que se escriben con cifras
romanas; 8.1.3. Números partitivos o fracciona-
2) en el Ejército del Aire, se escriben rios. Son los que expresan idea de división,
con cifras arábigas todas las unida- como la mitad, un cuarto, un quinceavo.
des, excepto la fuerza aérea táctica,
que se escribe con cifras romanas, y 8.1.3.1. Escritura de los números
3) en la Armada (Infantería de Mari- partitivos . 1. En español tienen nombres
na), se escriben con cifras arábigas especiales desde el correspondiente a 2
los tercios de defensa y seguridad y hasta el 10; los restantes se forman por
agrupaciones de infantería de Mari- composición del nombre del número car-
8.2.1. LETRAS NUMERALES ROMANAS 287
I 1 D = 500 000;
V 5
X 10 M = 1 000 000 000.
L 50
C 100 Sin embargo, no debe aplicarse a una letra
D 500 cuando exista otra que represente ese va-
M 1000 lor; por ejemplo,
8.2.2. Reglas de la numeración roma- I =M;
na. 1. Si dos o tres cifras son iguales y
consecutivas, se suman: II = MM.
9.2. Palabras que, por su significado, nos. Se trata de palabras que, escritas en
deben escribirse en uno o en varios térmi- un solo término o en más de uno, signi-
292 9.2. PALABRAS QUE DEBEN ESCRIBIRSE EN UNO O VARIOS TÉRMINOS
fican cosas distintas y, por consiguiente, es una de las voces españolas que tienen
no hay libertad para escribirlas indiferen- dos acentos; sin embargo, en la práctica de
temente. Existen gran cantidad de formas la escritura suele hacerse una distinción: se
verbales, adverbios, etcétera, que difieren escribe asimismo, en una palabra, como si-
significativamente de modos adverbiales, nónimo de también, además, y así mismo,
frases prepositivas, etcétera, como abor- en dos palabras, cuando es adverbio de
do (de abordar) y a bordo (preposición y modo: Hazlo así mismo; obsérvese que la
sustantivo), acaso (casualidad) y a caso grafía Hazlo asimismo podría interpretarse
(preposición y sustantivo), acuestas (de como Hazlo también en lugar de Hazlo de
acostar) y a cuestas (preposición y sustan- esa manera.) A sí mismo : preposición, pro-
tivo), ahora (adverbio) y a hora (preposi- nombre y adjetivo, equivalentes a a sí con
ción y sustantivo), etcétera. Estos casos, en la adición redundante y enfática de mismo:
general, provocan pocas dudas. El contex- A sí mismo se ama, que no a los demás.
to indicará el sentido propio. Los que se 7. avemaría/ave María. Avemaría :
recogen a continuación suelen ser los más cierta oración; cada una de las cuentas del
complejos. rosario; ángelus (oración): Rezó un avema-
1. adonde/a donde. → 4.5.2-1, ría. Ave María : exclamación con que se
2. adondequiera/adonde quiera. ADON- denota asombro o extrañeza: ¡Ave María,
DEQUIERA: a cualquier parte: Te seguiré qué disparate!
adondequiera que vayas. Adónde QUIE- 8. bienvenida/bien venida. BIENVENI-
RA: adverbio de lugar y tiempo de querer: DA: venida o llegada feliz; parabién que se
—¿Adónde quieres que vaya? —Adonde le da a uno por haber llegado con felicidad:
quiera [usted] (t., a donde quiera; → 4.5.2-1). Te damos nuestra más cordial bienvenida.
3. aguafuerte/agua fuerte. Aguafuer - Bien venida : femenino de bien venido
te : lámina o estampa obtenidas por el sis- (→ 9.2-9).
tema de grabado que utiliza el agua fuerte 9. bienvenido/bien venido. BIENVENI-
como corrosivo. Agua fuerte : ácido nítri- DO: dícese de la persona o cosa cuya ve-
co diluido en agua. nida se acoge con agrado: Sé bienvenido a
4. apropósito/a propósito. Apropósi - esta casa. Bien venido : adverbio de modo
TO: breve pieza teatral. A PROPÓSITO: y participio que significa «bien llegado,
modo adverbial con el que se indica que bien acogido, bien recibido»: El señor pre-
aquello de que se habla es adecuado u sidente siempre será bien venido; Bien ve-
oportuno para lo que se desea o para el nida sea la hora en que te decidas a volver.
fin a que se destina: Este traje es el más a 10. comoquiera/como quiera/como
propósito para esa fiesta. quiera que. COMOQUIERA: de cualquier
5. así/a sí. Así: de esta o de esa mane- manera: Se llamen comoquiera, no nos
ra: Ya está bien así; Así es como me gusta. interesan esas cuestiones. Seco (1998: 118)
A sí: preposición y pronombre personal y Moliner (1980: i, 685) dicen que tam-
que equivale a a él: A sí se quiere, que no a bién puede escribirse como quiera, en dos
los demás (→ 9.2-6). palabras, pero el drae no registra esta
6. asimismo/así mismo/a sí mismo. grafía. Como quiera : adverbio de modo
AsiMiSMO: de este o del mismo modo y tiempo de querer: Hágalo como quiera
(puede escribirse también así mismo): Lo (= como prefiera, como guste). Como
hizo asimismo, o así mismo; adverbio de quiera QUE: locución conjuntiva equiva-
afirmación que significa «también»: Es lente a «de cualquier modo que, de este o
asimismo necesario que venga el secretario. el otro modo»: Como quiera que sea, el
(La Academia prefiere la escritura de esta jefe no está conforme; supuesto que, dado
palabra en dos términos, así mismo, por el que: Como quiera que no se sabe cuándo
hecho, apuntado en otro lugar [→ 4.3.5- ha de llegar, mejor será que lo tengamos
-4], de que, aun escrita en un solo término, todo dispuesto. (Puede observarse cierta
9.2. PALABRAS QUE DEBEN ESCRIBIRSE EN UNO O VARIOS TÉRMINOS 293
anarquía en estas grafías; parece, pues, lo adverbio de cantidad: ¡Con qué desfacha-
más congruente escribir en un solo térmi- tez me lo dijo!; preposición y pronombre
no comoquiera, tanto en el primer sentido relativo equivalente a algo con lo cual,
como en el tercero, vaya o no seguido de cosa con la cual, nada con lo cual: A ver
que, y en dos palabras, como quiera, como si encuentras con qué sacar este clavo; No
adverbio de modo y tiempo de querer De tengo con qué secarme las manos.
esta forma se eliminan dudas y se simplifi- 12. demás/de más. Demás : pronombre
ca una escritura artificialmente difícil. Seco indefinido que significa «el resto»: Anto-
[l. cit.] y Moliner [1998: i, 693] registran nio y demás compañeros; adjetivo (en este
esta grafía: como quiera que, no registrada caso, siempre precedido de lo, la, los, las)
por la Academia.) que significa «lo otro», «la otra», «los
11. conque/con que/con qué. Conque : otros», «las otras», respectivamente: El
conjunción ilativa con la que se enuncia asunto ese y lo demás; Los saltimbanquis y
una consecuencia de lo que acaba de de- la demás gente; Los asuntos urgentes y los
cirse, equivalente a «de modo que»: Te demás; María y las demás; puede usarse sin
ha nombrado heredero universal, conque artículo: Felipe, Arturo y demás. De MÁS:
agradéceselo en cuanto puedas; también preposición y adverbio: El último está de
se usa, bien después de punto, bien como más (= sobra); Me ha dado dos pesetas
inicio de frase, ya para apoyar lo dicho, de más.
ya como resumen de algo sabido: Conque 13. dondequiera/dondequiera que/
¿nos vamos o nos quedamos?; Conque de donde quiera. Dondequiera : adverbio
viaje, ¿eh? Con que : preposición y pro- indefinido de lugar que significa «en cual-
nombre relativo que significan «el cual», quier parte»: Fon ese libro dondequiera
«la cual», «los cuales», «las cuales»: Me (también, donde quiera, según el drae ).
gustó la flor con que me obsequiaste; Le Dondequiera que : adverbio relativo-in-
arrebató el látigo con que le había castiga- definido de lugar: Dondequiera que vayas,
do; Los chicos con que sales no son los más allí te perseguirá la justicia. Donde quie -
adecuados; conjunción condicional: Con ra : adverbio de lugar y tiempo de querer:
que me sirvas dos deditos, tengo bastante. Ponga ese libro donde quiera [usted].
Según el drae , en este sentido es equiva- 14. entorno/en torno. Entorno : sus-
lente al modo conjuntivo condicional con tantivo que significa «ambiente, lo que ro-
tal que, y pone este ejemplo: Procuraré dea»: Don Fulgencio y su entorno; El entor-
complacerte, con tal que no me pidas cosas no natural. En torno : modo adverbial que
imposibles; no parece que con que y con significa «alrededor»: Gira en torno a un
tal que sean intercambiables, puesto que eje, o, más raramente, «en cambio»: Me
no es idiomático en español decir, con el gusta la blusa; en torno, el abrigo no.
mismo sentido, Procuraré complacerte, 15. entretanto/entre tanto. Entretan -
con que no me pidas cosas imposibles. to : adverbio de tiempo que significa «mien-
Moliner (1980: i, 729; 1998: i, 730) dice tras»: Entretanto, ve cortándome la falda
que en este tipo de oraciones en que que (puede escribirse también en dos palabras,
es conjunción puede esta ser sustituida por entre tanto, pero, en esta acepción, es prefe-
una de infinitivo: Con que lo sepamos la rible en una, por simplificación ortográfica
víspera es bastante = Con saberlo la víspe- y para distinguirla de la grafía en dos vo-
ra es bastante. Se escribe también en dos ces). Entre tanto : preposición y adjetivo:
palabras cuando la preposición con podría Entre tanto alboroto, aquí no se entiende
eliminarse sin alterar el sentido: Para obte- nada.
ner el permiso basta [con] que lo soliciten 16. exabrupto/ex abrupto. EXABRUP-
los interesados. Con qué : preposición TO: sustantivo que significa «salida de
y pronombre neutro equivalente a cuál tono»: Eso que dices es un exabrupto.
cosa: ¿Con qué te afeitas?; preposición y Ex ABRUPTO: modo adverbial con que
294 9.2. PALABRAS QUE DEBEN ESCRIBIRSE EN UNO O VARIOS TÉRMINOS
se indica la viveza y calor con que uno 21. porqué/por qué. Porqué : sustanti-
irrumpe a hablar cuando o como no se vo que significa «causa, razón, motivo», o
esperaba: Empezó a hablar ex abrupto bien «ganancia, sueldo, retribución»: Des-
(→ 10.5.20.1.1-5). conozco el porqué de su actuación; Todos
17. medianoche/media noche. Media - buscan su porqué (en esta acepción es de-
noche : hora en que el Sol se halla en el susado). Por qué : preposición y pronom-
punto opuesto al de mediodía (normal- bre indefinido que significa «cuál motivo»:
mente, las doce de la noche) (también No sé por qué te comportas así; ¿Por qué
puede escribirse en dos palabras, media lo haces?; No sé por qué lo haces.
noche, pero en esta acepción es preferible 22. quehacer/que hacer/qué hacer.
escribirla en una): La medianoche es un Quehacer : sustantivo que significa «ocu-
buen momento para pensar. Media NO- pación, negocio»: Cada uno tiene su que-
CHE: parte indeterminada de la noche: Solo hacer; Hoy tengo mucho quehacer. Según
he dormido media noche; Me he pasado Moliner (1980: ii, 904; 1998: ii, 829),
media noche sin pegar ojo. quehacer también puede escribirse en dos
18. mediodía/medio día. Mediodía : palabras, que hacer, en el sentido antes
hora en que el Sol está en el punto más alto apuntado; pero esta opinión solo podría
de su elevación sobre el horizonte (normal- aplicarse parcialmente; en el ejemplo an-
mente, las doce del día): Llegó al mediodía. terior también sería correcto escribir Hoy
Medio DÍA: parte indeterminada del día: tengo mucho que hacer, pero no podría
Mañana tengo trabajo para medio día. aplicarse al primer ejemplo: Cada uno
19. mistifori o mixtifori/misti fori o tiene su que hacer es incorrecto; así pues,
mixti fori. MiSTiFORi: embrollo o mezcla la regla será escribirla en una sola palabra
de cosas heterogéneas. Misti fori : locu- cuando actúe de sustantivo. Que hacer :
ción latina que se aplicaba a los delitos de conjunción y verbo: Hoy no tengo nada
que podían conocer el tribunal eclesiástico que hacer. Qué HACER: pronombre y ver-
o el seglar; cosa o hecho cuya naturaleza bo: No sé qué hacer con mi hermano.
no puede deslindarse con suficiente claridad. 23. quienquiera/quien quiera. Quien -
20. porque/por que. Porque : conjun- quiera : pronombre indefinido que equi-
ción causal que significa «por causa o vale a cualquiera referido a personas y
razón de que»: No se marcha porque no siempre seguido, en el uso actual, de que:
tiene billete; conjunción final, equivalente Quienquiera que sea, lo sentirá. Quien
a para que: Brindo porque la conferencia QUIERA: pronombre y tiempo de querer:
sea un éxito. (En esta acepción, como Quien quiera más, que lo diga.
en la anterior, la Academia admite también 24. quintaesencia/quintaesencia. QUIN-
la escritura en dos palabras, por que; en la TAESENCIA: sustantivo que significa «refina-
práctica debe distinguirse: se escribe por- miento, último extracto de algo»: Es la
que en su oficio de conjunción causal: No quintaesencia del canto (también se puede
pudo venir porque perdió el tren, y en dos escribir quinta esencia, pero debe preferir-
cuando, como conjunción final, equivale se en un solo término). Quinta esencia :
a para que: Hizo lo imposible por que no quinto elemento en la composición del
tomara tal resolución; Brindo por que la universo según la filosofía antigua; entre
conferencia sea un éxito.) Por QUE: pre- alquimistas, principio fundamental de la
posición y pronombre relativo equivalente composición de los cuerpos.
a el cual, la cual, los cuales, las cuales: La 25. sinfín/sin fin, sinhueso/sin hueso,
razón por que vengo la sabrás mañana; sinnúmero/sin número, sinrazón/sin razón,
Los períodos por que ha pasado la Tierra sinsabor/sin sabor, sinsentido/sin sentido,
son...; cuando es locución conjuntiva final, sinvergüenza/sin vergüenza. En todos estos
equivalente a para que: El profesor se afa- casos se escribe en una sola palabra cuando
na por que sus discípulos estudien. se trata de sustantivos: Sufrió un sinfín de
9.2. PALABRAS QUE DEBEN ESCRIBIRSE EN UNO O VARIOS TÉRMINOS 295
adversidades; Le das mucho a la sinhueso; también, además, que, que también, más:
Tuvo un sinnúmero de hijos; Reconoció No solo en España, sino también en toda
la sinrazón de su protesta; La conduc- Europa; a veces, con valor adversativo, no
ta de su hijo es un sinsabor; Lo que acabas ya (o ya no) precede a sino: Tengo miedo,
de decir es un sinsentido; Tu hijo es un sin- no ya por mí, sino por las consecuencias
vergüenza; cuando se trata de preposición que pueda tener para los demás. En lo que
seguida de un sustantivo, se escribe en dos se refiere a la puntuación, siempre que sino
palabras: Calle sin fin; Fruta sin hueso; contraponga dos oraciones lleva antepues-
Casa sin número; Se despidió sin razón; Es ta coma, pero no la lleva cuando equivalga
un alimento sin sabor; El accidentado que- a «más que», como puede verse por los
dó sin sentido; Sin vergüenza no se puede ejemplos anteriores (→ 10.5.2.3.1-9). Si
ir a parte alguna. En el caso de sinventura/ NO: conjunción condicional y negación; es
sin ventura, la primera forma es adjetivo difícil, a veces, distinguir si no y sino: para
que significa «desventurado». La OLE10 ello, Lozano Ribas (s. a., 77) da dos reglas
(p. 541) registra tres grafías nuevas admi- sencillas, que pueden ser útiles en la mayor
tidas por la Academia, sin techo, sin tierra parte de los casos dudosos:
y sin papeles, también escritas, correcta-
mente, sintecho, sintierra y simpapeles, a) «es preciso no olvidar que la partícu-
respectivamente. la no, en su calidad de adverbio,
26. sino/si no. SiNO: sustantivo que niega lo que afirma el verbo que le
significa «hado», «destino»: Su sino era precede o sigue»: Si no quieres venir,
vivir con penuria; conjunción adversati- dilo (Si venir no quieres, dilo);
va con que se contrapone a un concepto b) siempre que haya duda, sígase la si-
negativo otro afirmativo: No es rojo, sino guiente regla, con la cual se resolve-
púrpura; Ni bueno ni malo, sino todo lo rán los casos más intrincados: si
contrario; normalmente, como se ve por dando otro giro a parte de la frase
estos ejemplos, el verbo de la primera caben mentalmente una o más pala-
oración queda implícito en la segunda: No bras entre el si y el no, es prueba ine-
es rojo, sino [es, o que es] púrpura; si el quívoca de que estas partículas de-
nombre de lo elidido es cosa, sino equivale ben ir separadas. A veces se les pue-
a «más que»: No deseo sino tocarlo (= No de intercalar un pronombre que, por
deseo [otra cosa] más que tocarlo); si la innecesario, se omite en la cláusula»:
cosa negada está expresada por un pro- Lo comprenderías, si no fueses tan
nombre indefinido o interrogativo, sino distraído (= Lo comprenderías, si
equivale también a «más que» o a «que no tan distraído no fueses); Diga a esos
sea»: Nadie sino él puede haberlo hecho; alborotadores que, si no callan, los
¿Quién sino tú es capaz de hacer una cosa arrojaré del local (= Diga a esos
así?; cuando el verbo de la segunda oración alborotadores que, si ellos no callan,
se expresa, la construcción moderna es si- los arrojaré del local); Si estudias,
no que (a veces con valor adversativo): No te daré un premio; si no, te castiga-
es que no le guste, sino que le desagrada; ré (= ... si tú no estudias, te casti-
sino que se usa también tras una oración garé).
afirmativa, para explicar la aparente con-
tradicción con lo dicho en ella: Estoy bien, Hay, sin embargo, casos más dudosos aún,
sino que me duele la cabeza (este último en los que la grafía depende más de la in-
uso no es frecuente en la lengua literaria, tención del autor que de la regla aplicable;
pero sí en la coloquial); precedido de no Lozano Ribas pone este ejemplo: ¿Qué
solo, sirve para intensificar la validez de lo objeto, si no este, podrían haberse pro-
que se afirma: No solo en España, sino en puesto? (= ¿Qué objeto, si este no, podrían
toda Europa; normalmente se refuerza con haberse propuesto?). Moliner (1980: ii,
296 9.2. PALABRAS QUE DEBEN ESCRIBIRSE EN UNO O VARIOS TÉRMINOS
1173; 1998: ii, 1095) propone este otro, sión si no y lo que le sigue pueden ponerse
con el sentido de «más que» o «que no entre comas (no siempre obligatorias, pero
sea»: Nadie sino él puede haberlo dicho. posibles), debe escribirse en dos palabras:
¿Quién sino tú es capaz de hacer eso? Polo ¿Qué otra cosa, si no la pausa, podría acla-
(1974: 179), que desmenuza los casos posi- rárnoslo?; ¿Quién, si no, puede aclarárnos-
bles, reconoce que algunos ejemplos «hay lo?; ¿Quién, si no? Pero queda claro que a
que saber leerlos»; de los que aduce, elijo veces, sobre todo cuando puede sustituirse
estos: ¿Qué otra cosa, si no es la pausa, por «más que», hay interferencia entre si
podría aclarárnoslo?/¿Qué otra cosa, si no y sino.
no [nos los aclara] la pausa, podría acla- 27. sobretodo/sobre todo. Sobreto -
rárnoslo?/¿Qué otra cosa, sino [más que] DO: sustantivo que se aplica a una prenda
la pausa, podría aclarárnoslo? En general, de vestir más ligera que el gabán: No tiene
siguiendo la regla de Lozano Ribas, si abrigo, pero sí sobretodo. Sobre todo :
entre ambas partículas puede introducirse modo adverbial que significa «con espe-
una palabra, especialmente un pronombre, cialidad, mayormente, principalmente»: Le
debe escribirse en dos voces: ¿Quién si no gusta la gramática, pero sobre todo la
tú sabe lo que pasó? (= ¿Quién, si tú no sintaxis; preposición y adjetivo o pronom-
[eres el que lo sabe], sabe lo que pasó?; bre: Eleva tu espíritu sobre todo lo terre-
otra guía pueden ser las comas: si la expre- nal.
10. Signos ortográficos
ã ã 198 Ê Ê 210
à à 131 Eszett ß 481
  182 et & 38
å å 134 grado ° 0432
Å Å 143 248
Ä Ä 142 0176
æ æ 145 libra £ 156
Æ Æ 146 0163
0198 macron - 0431
antibarra (v. contrabarra) marca registrada ™ 0409
antígrafo (v. calderón) menos - 0150
apóstrofo ’ 0146 micro µ 0437
arroba @ 64 mil (v. por mil)
barra / 47 moneda ¤ 0420
303 0164
0303 multiplicado (v. por)
barra inversa (v. contrabarra) ô ô 147
calderón ¶ 0182 ø ø 155
244 0248
cantidad # 35 Ø Ø 157
291 0216
0291 Œ Œ 0140
centavo ¢ 0418 párrafo § 0423
0162 245
189 pleca | 0380
comillas angulares ‹ 0139 pleca interrumpida ¦ 0166
› 0155 por × 0471
comillas inglesas “ 0147 158
0403 0215
” 0148 por mil ‰ 0393
0404 0137
comillas latinas « 174 raya — 0151
» 175 registrado ® 0430
comillas simples ‘ 0145 169
’ 0146 0174
contrabarra \ 92 š š 0410
copyright © 0425 Š Š 0138
0169 0394
184 subraya _ 0351
cruz † 0390 242
0134 virgulilla ~ 0152
cruz doble ‡ 0391 virgulilla centrada ~ 0126
0135 ý ý 236
d ð 208 0253
D Ð 0208 Ý Ý 237
209 ÿ ÿ 152
dividido ÷ 246 0255
dólar $ 36 Ÿ Ÿ 0159
é ê 136 ¥ ¥ 0165
É Ê 0202 190
tónica (la portadora del acento de inten- cés solo pueden llevarlo las vocales a, e,
sidad) en las palabras que deben tildarse. u: a preposición, érogéne, oú adverbio (en
En español es el único acento gráfico a y oü este acento tiene funciones diacríti-
que se utiliza actualmente, y recibe el nom- cas); sobre la e indica que esta letra es
bre de tilde para distinguirlo del acento de abierta.
intensidad. Todas las palabras polisílabas
llevan acento de intensidad en español, 10.4.4. El acento circunflejo. Acento
pero no todas llevan tilde. Su función en que se compone de uno agudo y otro grave
nuestra lengua es siempre tónica (a veces unidos por arriba ("). Especialmente en el
diacrítica, pero también en este caso es mundo de la tipografía, se ha llamado ca-
tónica), mientras que en otros idiomas que pucha y monterilla, sin duda por su forma.
la utilizan no tiene función acentual; por 1. Este acento es de origen griego. Bello
ejemplo, en francés sirve para indicar que (1951: 136) lo explica así: «La a larga
la vocal es cerrada, y solo la lleva la e, in- equivalía a dos aes: aa. Si el acento afec-
cluso más de una vez en la misma palabra: taba a la segunda, se colocaba sobre la
société générale, désespéré, hérédité. En letra el acento agudo: á era lo mismo que
gallego se usa también solamente la tilde aá. Pero si sucedía al contrario, ¿cómo
aguda: maza, alí, algúns. En catalán se usa indicarlo en la escritura? Pusiéronse dos
sobre la i y la u: camí, índex, útil, comú; acentos sobre la letra, el agudo y el grave,
la e y la o la llevan cuando son cerradas: que se convirtieron en el acento circunflejo.
donaré, avió; si son abiertas, llevan la tilde Así a es lo mismo que áá». Su forma griega
grave: avid, época, consol. En euskera no fue evolucionando con el tiempo: ",
se usan tildes, pese a ser una lengua de hasta adoptar, en esa lengua, la forma de
acento libre. En portugués indica vocal esa virgulilla (la misma que se coloca sobre
abierta: estética, óxido; las cerradas se in- la «) que con el nombre de acento circun-
dican con circunflejo: espléndido, attónito. flejo se usa en ella.
2. El circunflejo, tal como se emplea
10.4.3. El acento grave. Rayita obli- en las lenguas con alfabeto latino ("), fue
cua (') que desciende de izquierda a dere- adoptado por la Academia en la primera
cha sobre la vocal de la sílaba que la re- edición de su Orthographia (1741) para
quiera. En español se usó sobre las vocales distinguir la pronunciación de cháridad,
a, e, o, u (→ 4.3.1-2), pero la Academia lo cháracteres, chimera (con sonido [k] de
sustituyó por el agudo en la tercera edición la ch), de la de leche, muchacho (con so-
de la Ortografía (1763). Entre los idio- nido [tf] de la ch), o bien la de examen,
mas de España solo lo usa el catalán para exorbitante (con sonido [ks] de la x) de la
indicar vocal abierta (→ 10.4.2). En galle- de xabón, reloxes (con sonido [x] de
go se usó en las vocales e y o cuando eran de la x) (→ 1.4.2.1-3). En la cuarta edición
pronunciación cerrada: oso ‘oso’ (animal), del drae (1803), al adoptar otros sig-
ó ‘él’, presa ‘presa’ (encarcelada), pero en nos para representar los mismos sonidos
las reglas promulgadas por rag /ilg (1982: (→ 1.4.2.1), la Academia prescindió de
16) se decidió prescindir de él. En italiano este acento, que no ha vuelto a usarse
pueden llevarlo las cinco vocales (sobre en voces españolas. Fernando de Herrera
todo en monosílabos), generalmente en fin utilizaba el circunflejo para indicar la
de palabra: societá, piú; también suele uti- contracción de dos vocales: ver, ves, ven,
lizarse en los topónimos y antropónimos, y véreis, verán, ved, fe (equivalentes a ee).
en los diccionarios acostumbra ponérseles A menudo lo colocaba sobre la o interjec-
asimismo a las voces de pronunciación ción para distinguirla de la o conjunción,
esdrújula, pero solo con el fin de indicar es decir, con función diacrítica (v. Macrí,
la sílaba tónica (es decir, que la escritura 1972: 449).
ordinaria no refleja este acento). En fran- 3. En gallego solían llevarlo las vocales
302 10.4.5. EL ACENTO ANTICIRCUNFLEJO
coronis, pero las restantes fuentes registran octava edición de aquella obra (1815), al
la grafía llana.) reservar la c para las sílabas ca, co, cu y la
qu para las sílabas que, qui, la Academia
10.4.10. La virgulilla. Según la Aca- eliminó la diéresis de las sílabas que, qui,
demia, la virgulilla es «Cualquier signo puesto que ya no se escribía seqüestro, sino
ortográfico de figura de coma, rasguillo secuestro.
o trazo; como el apóstrofo, la cedilla, la 2. En el español actual la diéresis se
tilde de la ñ y la raya que se pone sobre las usa sobre la u de las sílabas gue, gui para
abreviaturas y se ponía antiguamente sobre indicar que la vocal debe pronunciarse:
las voces en que se omitía la m o la n; n . gr.: ambigüedad, contigüidad. «En poesía tiene
hóbre, taléto» (DRAE84). Como se ve, es algún uso la crema puesta sobre la pri-
esta una palabra que da mucho de sí; afecta mera vocal de un diptongo, para desha-
a tantas cosas, que, utilizada sin una perí- cerlo y dar a la palabra una sílaba más; v.
frasis, lo más probable es que no se sepa a gr.: fi-el, rü-i-do, sü-a-ve» (orae 74, 37).
qué se refiere. En la actualidad, la coma se 3. La grae 59, 488, dice que «Conven-
llama coma; el apóstrofo, apóstrofo; la ce- dría también usar la diéresis en aquellas
dilla, cedilla, y la raya que se ponía encima palabras que, de no puntuarse con ella, se
de las abreviaturas, sobrerraya; así pues, la pudieran pronunciar indebidamente, co-
palabra virgulilla debería darse en exclu- mo, por ejemplo, pié, pretérito indefinido
siva a ese rasguillo de la ñ, que, reservado del verbo piar que de este modo se dife-
el nombre de tilde para el acento gráfico, rencia con toda claridad del imperativo
tampoco debería llamarse tilde (→ 10.4.1). o subjuntivo del mismo verbo, píe, y del
nombre pie». Casares (1952: 77) dice que
10.4.11. El punto suprascrito. Punto no parece oportuno reflejar en la prácti-
que se usa en algunas lenguas, como el ca la norma académica mencionada, aun-
lituano, para indicar que una letra es que la admitiría a continuación de los
de pronunciación cerrada; por ejemplo, é artículos del drae como aclaraciones de la
(→ 10.4.15; 10.5.1.4-1). pronunciación de algunas palabras dudo-
sas en cuanto a la fonética. La Academia
10.4.12. La diéresis. La diéresis, tam- no solo no se ha comprometido a tanto,
bién llamada crema, es un signo diacríti- sino que ha eliminado del drae las pocas
co que consiste en dos puntos horizonta- palabras que antes se escribían con diéresis
les (¨) que se colocan sobre la letra afectada para indicar el hiato: piada, piador, püado,
por él. Hay que distinguir la diéresis como püar, dioso, düerno, düeto, pión, conver-
licencia poética, que permite pronunciar tidas, respectivamente, en piada, piador,
en dos sílabas un diptongo, de la diéresis puado, puar, dioso, duerno, dueto, pión.
como signo diacrítico; en el primer caso En cuanto a la recomendación de la grae ,
se hace asimismo uso de la diéresis ‘sig- ya desechada, hoy ni siquiera tiene sentido.
no’, colocada precisamente sobre la vocal En efecto, como dice el Esbozo (1973: 150,
cerrada o sobre la primera si ambas son n. 50) y corroboran Polo (1974: 263-264)
cerradas; normalmente, el signo se omite y Rosenblat (1974: 67), la diéresis en la
actualmente en esta función (→ 10.4.12.1- grafía pié es innecesaria, pues no hay forma
-2; 10.4.12.1-3). de pronunciar pié sino en dos sílabas, como
lo es la grafía pie, pues píe está en el mismo
10.4.12.1. Escritura de la diére - caso, y para cuando se trate de sustantivo
sis. 1. En la primera edición de la Ortho- monosílabo se escribe pie. Pese a ello, el
graphia (1741), la Academia prescribía el drae 92 todavía registra este texto (s. v.
uso de la diéresis sobre la u en voces como diéresis): «[...] y también [se pone diéresis]
qüestión, agüero (es decir, para que se pro- sobre la primera vocal del diptongo cuyas
nunciase, en uno y otro caso, la ü). En la vocales han de pronunciarse separadamen-
304 10.4.12.2. ALTERNANCIAS
te en virtud de la figura del mismo nom- la x (dixo, xastre) para denotar un sonido
bre; v. gr.: viuda, rüido. Empléase a veces parecido al de la ch francesa, y que en una
sobre vocal débil [cerrada], para deshacer trascripción más racional debiera ser s»
un diptongo en voces de igual estructura (Menéndez Pidal, en Morato, 1933: 77).
y de distinta prosodia; v. gr.: pié». Aún en Novo Mier (1979: 14) dice al respecto de
el drae 01 (s. v. diéresis) dice la Academia: la que llama «equis» asturiana: «Empléase
«Se emplea a veces sobre la vocal débil, pa- en las sílabas fuertes que dan comienzo con
ra deshacer un diptongo en voces de igual la misma, y, en el mayor número de casos,
estructura y de distinta prosodia, como en en sustitución de la j castellana: xa, xe, xi,
pie, del verbo piar». Esto no concuerda con xo, xu —xana, xenru, xirigonza, xorra,
lo dicho en la OLE99 (→ 4.3.2.5). xugar—, evitando las aberraciones actuales
que han venido a convertir su pronuncia-
10.4.12.2. Alternancias . Se encuen- ción, plenamente palatal, al modo, aunque
tran pocas voces en que sea indiferente no exactamente igual, que la ch francesa,
escribir una palabra con diéresis o sin ella: en una s sibilante, formando sílaba con la
argüelargue, gargüero/garguero, gregües- i: xia (sia), xie (sie), xio (sio), xiu (siu), lo
cos/greguescos, con preferencia académica cual es absolutamente incorrecto». Novo
por las grafías sin diéresis, salvo en higuela/ Mier insiste en la pronunciación distinta de
higüela, en que prefiere la forma con diére- la equis asturiana, pero no utiliza ningún
sis. Moliner (1998, s. v.) registra también diacrítico, pues escribe xastre y no xastre
tegueltegüe; desu y nel solo recogen tegue, ni sastre.
sin diéresis; el drae 92 registraba solo te- 3. En francés llevan este signo las voca-
gue, y el drae 01, tegüe. En cigüeñal/cigo- les e, i, u para indicar que dichas letras se
ñal y en engüerar/enhuerar, güero/huero no pronuncian separadas de la vocal que les
puede hablarse de alternancia de este sig- precede: Tolstoi, Zaire, Israel, Citroen.
no, sino de -ue-/-o- en el primer caso y de 4. La lengua alemana, que no utiliza
-g-/-b- y g-/b-, respectivamente, en el segun- tildes, dispone, sin embargo, de la diéresis
do y tercero. En el drae 84 la Academia (Umlaut) en las vocales a, o, u (ä, ö, ü),
sustituyó araguirá por aragüirá. que representan los sonidos complejos ae,
oe, ue, respectivamente. Cuando aquellas
10.4.12.3. Parónimos . También se en- letras se desdoblan en la escritura, se omite,
cuentran pocos parónimos con la diére- naturalmente, la diéresis.
sis: pingue (cierta embarcación de carga) 5. En griego puede combinarse con el
y pingüe (gordo, mantecoso; abundante, acento agudo (') y con el grave (').
copioso); guito (en Aragón, «aplícase al
macho, muía u otro animal de carga, falso» 10.4.12.5. Errores frecuentes en la
[drae ]) y güito (familiarmente, sombrero). escritura de la DIÉRESIS. El error más
común, por confusión o inadvertencia, es
10.4.12.4. Escritura de la diéresis el de poner diéresis cuando no correspon-
en otros idiomas . 1. En catalán se usa de, como en averigüar, santigüar, influidos,
sobre la u de qu para indicar la pronuncia- quizá, por la diéresis que llevan algunos
ción de la vocal: qüestió, conseqüéncia, y de sus tiempos, como averigüe, santigüe.
en poesía para indicar hiato. También hay quien escribe paragüas, pala-
2. En la lengua asturiana se usa «para bra que no puede confundirse con ningún
dar sonido a la u después de la g; v. gr.: tiempo verbal. La falta contraria consiste
güeyos, y también debe colocarse sobre en no poner diéresis cuando la palabra
la x (x) para su especial pronunciación deba llevarla: verguenza. Esto resulta más
asturiana, mientras no se adopte un signo grave en los casos en que la diéresis puede
adecuado» (Fermín Canella y Secades, en servir de elemento diacrítico no solo de la
Morato, 1933: 80). «[...] el asturiano usa pronunciación, sino de una voz con otra
10.4.18. EL SUBÍNDICE 305
homógrafa que se escribe sin diéresis, co- un signo de las dimensiones del menos,
mo pingue por pingüe, guito por güito, pero en situación subíndice: _. Se le sue-
o ponérsela a palabra que no la lleva, le dar el nombre de guión bajo, pero es
como magüer por maguer. Finalmente, designación inapropiada (pese a que la
es inexcusable el uso de la diéresis en las misma Academia se lo aplique [ole 10,
mayúsculas, de modo que si se tratase de p. 424]), puesto que no se trata de un
una letra que no dispusiese de las voca- guión. Por otro lado, la función inferior
les con diéresis, esta debería añadirse aparte, de este signo se refleja bien con el prefijo
con un signo postizo. sub-: subraya. Tiene uso en informáti-
ca, en las direcciones electrónicas de url
10.4.13. La sobrerraya. Raya que se y en el texto de los mensajes (que no sean
traza encima de letras, cifras o signos para de HTML) para indicar dónde comienza y
indicar un cambio de significado o valor. acaba una porción de texto que en la com-
Antiguamente se solía poner sobre ciertas posición debería ir en cursiva; por ejemplo:
letras para indicar su condición de abrevia-
turas (→ 5.2-2). Me refiero al _Quijote_ de Cervantes...
de puntuación; superior, por consiguiente, usa el punto (y) seguido para indicar el fin
a la del punto y coma, los dos puntos y la de oraciones, cláusulas o períodos (uni-
coma; pero su duración es una cuestión dades sintácticas), y el punto final, para
subjetiva; depende del lector: de sus hábi- indicar el final de un párrafo (unidad se-
tos de lectura, de su estado de ánimo, del mántica) (→ 10.5.1.1-1).
ritmo de lectura impuesto por el autor, 2. En las abreviaturas, el punto abre-
etcétera. Dentro de las distintas clases de viativo indica que una letra o un grupo de
puntos, el punto (y) aparte es ligeramen- letras funcionan como abreviatura.
te más largo que el punto (y) seguido. El 3. Después de letras mayúsculas, cifras
número de puntos, tanto seguidos como o titulillos con que se encabeza un párra-
aparte, que el escribiente puede hacer es, fo o apartado, normalmente seguido de
también, algo subjetivo: depende del estilo doble espacio (cuadratín en tipografía)
de la persona. Hay quien utiliza mucho o de una raya (—), sirve para separar-
el punto y seguido; otros prefieren pocos los del texto siguiente en la misma línea
puntos y seguido y más puntos y aparte y, (→ 10.5.12.2-8). Moliner (1980: ii, 892;
finalmente, algunos combinan adecuada- 1998: ii, 1550) da el nombre de punto y
mente todos los signos de puntuación, con- raya (.—) al punto seguido de raya en la
cediendo su lugar al punto y coma cuando situación que se ha explicado, como si se
corresponda usarlo. tratara de un signo especial, del cual dice
3. Cuando el escribiente, después de que es un signo ortográfico. Existe desde
poner punto tras una oración o período, hace mucho tiempo y nadie ha sentido la
continúa la escritura en el mismo renglón necesidad de denominarlo de esa manera,
(o al principio del siguiente), el punto se de- ya que no se trata más que de un encuentro
nomina punto seguido o punto y seguido. de signos. De hecho, puede usarse solo el
El espacio que sigue a este punto debe ser punto, sin la raya, seguido del cuadratín, y
exactamente igual que los restantes de la a nadie se le ha ocurrido llamarlo punto y
misma línea o renglón. En los países anglo- cuadratín. Incluso es posible la utilización
sajones es costumbre aumentarlo, hacién- del cuadratín solo, sin punto: ¿se converti-
dolo equivalente al espacio del cuadratín. ría entonces el cuadratín en un signo orto-
Este uso, que también se dio en español an- gráfico? No vale la pena, pues, la denomi-
tiguamente, es totalmente rechazable hoy, nación de punto y raya.
por cuanto solo contribuye a desigualar el 4. Se usa el punto, en lugar de la coma,
espaciado y a dificultar la lectura. para puntuar cantidades no decimales,
4. Si el texto continúa en la línea si- como las horas, los años, los puntos tipo-
guiente, dejando en blanco la parte de gráficos, etcétera (→ 8.1.1.8).
línea o renglón no cubierta por el texto a 5. Actualmente puede usarse el punto en
que el punto pone fin (puede no quedar todo el ámbito hispánico con el mismo ofi-
blanco alguno si el texto llega hasta el final cio que ha tenido la coma para separar los
del renglón), se denomina punto aparte o enteros de los decimales en las cantidades
punto y aparte (en Latinoamérica, punto (→ 10.5.2.3.5-2).
acápite). El texto del párrafo siguiente
comienza generalmente con un pequeño 10.5.1.3. Errores frecuentes en la
espacio en blanco llamado sangría (más escritura del punto. Era anglicismo or-
extenso cuanto más larga sea la medida de tográfico utilizar el punto, en vez de la
la línea) (→ 13.3.2.2), o bien, si no existe coma, para separar los enteros de los deci-
este espacio, un blanco entre las líneas úl- males, así como para sustituir con él el cero
tima y primera de los respectivos párrafos y la coma cuando en las cantidades no hay
que separa aquellos entre sí. enteros. En la puntuación de cantidades
solo era correcto en el mundo anglosajón
10.5.1.2. Escritura del punto . 1. Se (→ 8.1.1.8-1.2).
10.5.2.1. GENERALIDADES 309
2.1. Son también oraciones incidentales En camino hacia la estación, viose atacado
las de relativo explicativas: por unos gitanos;
Limpio el asiento, acomodose en él;
El hijo, que está en París, no pudo venir. Hecha la reverencia, retirose;
Enfadado, interrumpió su partida;
Habiendo comprobado la injusticia, no pudo
Si la oración es de relativo especificativa, la contener la indignación;
coma ha de omitirse: Hablando, le cogió de sorpresa la hora del
cierre.
El hijo que está en París no pudo venir.
5. Antes, después o antes y después de
En el primer caso se trata de un hijo único; los vocativos:
en el segundo se especifica que de los varios
hijos, el que está en Paris no pudo venir. Ayúdame en este trance, Virgencita;
2.2. Entran en este apartado las apo- Virgencita, ayúdame en este trance;
siciones especificativas (de las que las de Ayúdame, Virgencita, en este trance.
relativo especificativas son una clase):
6. Antes, después o antes y después
de adverbios, conjunciones y locucio-
El señor González, senador por Almería, no nes conjuntivas, aclarativas, concesivas,
quiso hacer declaraciones;
El alcalde, don Manuel Alvear, estaba au- confirmativas, continuativas, consecutivas,
sente; adversativas, etcétera, como
Don Anselmo Pérez, alcalde de Fuencaliente,
manifestó su repulsa; a mayor abundamiento, a saber, además,
El presidente de los Estados Unidos, Barack ahora bien, al menos, a pesar de eso, al pa-
Obama, de viaje a China; recer, así, así pues, así y todo, ciertamente,
El presidente del Gobierno, José Luis Ro- con todo, cuando más, de hecho, de todas
dríguez Zapatero, en desacuerdo con la formas, de momento, después de todo,
actuación...; dicho esto, en cambio, en consecuencia, en
El papa reinante, Benedicto VI, irá a Suiza. efecto, en una palabra, en fin, en principio,
en realidad, es decir, es más, esto es, final-
mente, hasta cierto punto, más aún, mejor
3. Cuando la prótasis precede a la apó- dicho, no obstante, o bien, o sea, por
dosis, es decir, cuando la oración principal consiguiente, por (lo) tanto, por ejemplo,
va después de la subordinada condicional: por otro lado, por último, pues bien, sin
embargo, vale decir, verbigracia.
Si vas a llegar tarde, avisa;
Si llegas a tiempo, podremos ir al cine; Las locuciones aclarativas o confirmativas,
Si tú lo dices, será cierto; como o bien, es decir, a saber, o sea, vale
Si lo sé, no vengo. decir, etcétera, pueden ir precedidas de
coma, punto y coma o punto. Locuciones
4. En las cláusulas absolutas: como o sea, a saber, ahora bien, más aún,
aún más, pues bien, bien, es más, en otras
Resuelta la cuestión, continuamos el análisis. palabras, etcétera, pueden ir seguidas tam-
bién de dos puntos (→ 10.5.4.2-8):
En relación con esta norma, no prevista
por la Academia en la grae ni en la orae , Aunque reconozcamos los inconvenientes a
Casares (en Fernández Castillo, 1959: los que nos expone; o sea: a la indiferencia
prosódica;
76-77) dice que también deben llevar- Los enemigos del alma son tres; a saber: mun-
la oraciones como las siguientes (cons- do, demonio y carne;
trucción o cláusula absolutas o ablativo Los enemigos del alma son tres, a saber: mun-
absoluto): do, demonio y carne;
312 10.5.2.3.1. LA COMA GRAMATICAL
Los enemigos del alma son tres, a saber, mun- No obstante, lo dicho no debe interpretarse...;
do, demonio y carne. Sin embargo, de lo expresado no debe dedu-
cirse...
Asimismo, cuando significa «también», no
va necesariamente entre comas: En realidad se halla a veces en el mismo
caso analizado anteriormente:
Llegó asimismo su hermano.
De ellas solo subsistían las de Elba y Populo-
Además lleva coma antepuesta, pospuesta nia, en realidad siempre prósperas.
o ambas:
Pero la debe llevar en esta otra redacción:
Viene acompañado de su hija, además;
Además, viene acompañado de su hija; En realidad, de ellas solo subsistían las de
Viene, además, acompañado de su hija. Elba y Populonia, siempre prósperas.
Va entre comas cuando se sobrentiende el 7. Debe colocarse entre comas toda pa-
verbo a que afecta: labra, sintagma u oración incisa o aclarato-
ria introducida en una cláusula o período:
Llegó de madrugada y, además, [llegó] bo-
rracho. En Occidente la orden se consagró a la con-
quista o, mejor, a la reconquista espiritual
Así pues no debe llevar coma intermedia de las masas;
(así, pues), ya que se trata de una conjun- Algo seco se humedece por influjo de lo hú-
ción ilativa y no de dos palabras cuales- medo y, al revés, algo húmedo se seca al
quiera (caso en el cual, en efecto, pues debe contacto de lo seco;
ir entre comas: Así, pues, es como debes En el caso del prognatismo inferior también
hacerlo; Actuó, pues, en defensa propia). tenemos un ejemplo de la dificultad o, por
mejor decir, de la imposibilidad de detener
Así pues equivale a por consiguiente, así el crecimiento de los maxilares.
que (pero obsérvese que, si la frase se cons-
truye con así que, no lleva coma: El taxi ya
ha llegado, así que prepáralo todo). A veces los incisos pueden ser dos o más;
Hay casos en que por ejemplo no va pre- en estos casos, si no existe riesgo de anfi-
cedida o seguida de coma ni no obstante o bología o confusión, puede resolverse solo
sin embargo la llevan pospuesta: con comas, pero de lo contrario puede ser
necesario introducir otra puntuación, como
Pero los grandes comerciantes, de trigo por encerrar uno o más incisos entre rayas o
ejemplo, podrían ser calificados...; paréntesis. Obsérvese el siguiente ejemplo,
Pero los grandes comerciantes, por ejemplo en el que se dan tres niveles de incisos:
de trigo, podrían ser calificados...;
Mientras otros, por ejemplo los jugadores, lo Mediante comparaciones con los esquimales
pasaban peor; de modo general, pero principalmente
Mientras otros, los jugadores por ejemplo, lo con sus representantes más primitivos, los
pasaban peor. grupos étnicos del interior del Canadá,
reducidos aún completamente a la caza del
No obstante y sin embargo no llevan coma reno, podremos trazarnos una excelente
pospuesta en casos como los siguientes: imagen de lo que fue la vida de nuestros
pobladores primitivos a fines de la era
No obstante lo dicho, tengo para mí que...; glacial.
Sin embargo de lo expresado, quisiera hacer
constar... Véanse otras formas de puntuarlo:
Pero deben llevar coma pospuesta cuando Mediante comparaciones con los esquimales
cumplen su función locucional: de modo general, pero principalmente con
10.5.2.3.1. LA COMA GRAMATICAL 313
Véase otra variante del mismo ejemplo en Ora por esto, ora por lo otro, nunca está
el párrafo 10.5.12.2-1. contento.
8. En algunos casos, cuando se juntan
dos incisos u oraciones explicativas de Se puntúan de igual forma las oraciones
corta extensión, es preferible suprimir la introducidas por ahora..., ahora...; cual...,
coma que el primero de ellos, de ir solo, tal...; ya..., ya...; en parte por.., y en parte
llevaría: por...; unos..., otros..., así como las expre-
siones disyuntivas distributivas:
Acaban, finalmente, por desaparecer;
Quiera que no quiera, tendrá que oírme.
en otra redacción, añadiéndole un nuevo 11. Se pone coma en los casos de ba-
inciso, quedaría así: tología, es decir, cuando en un texto,
generalmente dialogado, se intercalan pa-
Acaban finalmente, en muchos casos, por labras comodín para enlazar las dudas del
desaparecer.
hablante:
Lo mismo sucede cuando se trata de los La situación era..., este..., un tanto original...,
días de la semana: vamos, quiero decir..., extraña...
Mañana, viernes, llega el señor obispo. 12. Suele ponerse coma antes de y o de
o cuando, en una enumeración, el elemento
En otra redacción quedaría así: al que preceden no es complemento del que
las antecede:
Mañana viernes, fiesta de Todos los Santos,
llega el señor obispo.
Los arbustos tienen numerosas ramas y tallos
leñosos, y viven mucho tiempo;
9. Las conjunciones adversativas pe- El presidente acaba de llegar, y su hermano lo
ro y sino deben ir precedidas de coma hará mañana;
(→ 10.5.2.4-9): A unos les gusta jugar, y a otros, leer.
ejemplo de uso impropio en la definición De las dos comas que rodean a la abrevia-
de las letras de su Diccionario. El modelo tura en el último ejemplo, la cuestionada no
es el siguiente: es la segunda, como podría creerse, sino la
primera. Por ejemplo, Basulto (1978: 114)
Novena letra del abecedario español, y sépti- dice: «Cuando el último elemento de una
ma del orden latino internacional. enumeración es la palabra etcétera (que
significa “y otros”), es costumbre [cursiva
Esa coma antes de y está de más, pues el mía] hacerla preceder de coma». La razón
oficio de y es el copulativo. Sin embargo, estriba en que la y está implícita en la pala-
no todos los casos de acumulación de bra etcétera en latín, pero tal letra no está
íes griegas requiren coma necesariamente: explícita, ni el lector es ya consciente de
ello, una vez lexicalizada completamente
El gato del Paraguay, más pequeño que los co- no solo la palabra etcétera, sino incluso su
munes, de cuerpo largo y delgado y pelaje abreviatura etc. Por consiguiente, la coma
corto y tieso, es...; es absolutamente correcta y el no ponerla
Frutos de carne firme: dátiles, naranjas, li- supone una falta de ortografía como cual-
mones, grosellas blancas y encarnadas y quier otra.
tomates. La puntuación que corresponde antes de
la abreviatura etc. (o de la palabra etcétera,
Suele colocarse también coma antes de en su caso) debe ser la misma con que estén
los sintagmas y viceversa y o viceversa: separados los miembros que la preceden; si
tales miembros están separados por coma,
Se hace bien lo que se hace con gusto, y vi- a etc. le precederá coma; si por punto y co-
ceversa.
ma, este será el signo que preceda a etc., y
si el signo es el punto, antes de Etc. (en este
13. Suelen colocarse entre comas las caso con mayúscula) se colocará punto.
palabras padre e hijo cuando se construyen 15. Se pone coma entre el nombre de
en aposición con el nombre propio: una población y el de la unidad adminis-
Don Anastasio Pérez, padre, acaba de llegar
trativa superior, siempre que el nombre
de viaje de negocios; genérico de esta esté explícito:
Don Anastasio Pérez, hijo, se presenta al Se-
nado por Cuenca. En El Rosal, provincia de Pontevedra, se da
un vino muy apreciado;
Estuvo en El Paso, estado de Tejas.
Sin embargo, la misma norma no es aplica-
ble en otros casos: Cuando la palabra genérica (provincia,
estado, etcétera) se omite, el nombre de
Picasso pintor es muy superior a Picasso la unidad administrativa se coloca entre
poeta. paréntesis:
Pero no se pone coma en las fechas de le- Obsérvese que con la utilización de la co-
yes, decretos, etcétera: ma en esta función todos los elementos de
la entrada están separados por el mismo
Dado en Madrid a once de mayo de mil nove- signo, la coma. Como todos los datos que
cientos noventa y cinco. se proporcionan no tienen el mismo valor,
no deberían puntuarse con el mismo signo.
También se pone coma después del día de En consecuencia, la utilización del signo
la semana en las fechas (afecta especial- dos puntos para separar el nombre de la
mente a los periódicos): entrada y los números de página en que
martes, 15 de agosto del 2002. aparece es muy adecuada, ya que tal pun-
tuación sirve para separar los datos de la
17. Se señala con una coma la frontera entrada, tanto si están expresados en forma
de inversión en los índices y demás relacio- directa como si están invertidos, de los que
nes alfabéticas; es decir, cuando se cambia corresponden a otro plano, el de la retahila
el orden natural de los elementos que for- de páginas.
man el nombre completo de una persona o 19. También se suele utilizar coma para
un sintagma: separar, en las bibliografías y listas seme-
jantes, el nombre de un autor del título de
Martínez Amador, Emilio M.; su obra:
corazón, Enfermedades del.
Lapesa, Rafael, Estudios de historia lingüísti-
Obsérvese que en los sintagmas se escribe ca española, Madrid, Paraninfo, 1985.
con mayúscula la palabra que sigue a la
coma de inversión, no solo porque ello Obsérvese que todos los datos están se-
facilita la reconstrucción de la frase origi- parados con una coma, pese a que en la
nal, sino porque la escritura con minúscula enumeración no tienen todos la misma
sería notablemente confusa, ya que otros importancia. La que separa el nombre del
elementos, en el mismo caso, pueden ir autor y el título de la obra parece signo
también separados con coma y escritos con muy débil en ese cometido, por lo que
minúscula sin que se trate de inversión, también en este caso es más neto y claro el
sino de mera yuxtaposición. La Academia signo dos puntos:
(OLE99, 63) pone como ejemplo construc-
ción, materiales de, y papelería, artículos Lapesa, Rafael: Estudios de historia lingüísti-
de, con evidente desacierto, ya que ahí hay ca española, Madrid, Paraninfo, 1985.
yuxtaposición de elementos y no inversión
(→ 10.5.12.2-4.1). 19.1. Suele colocarse coma asimismo
18. Se suele poner coma también entre entre el nombre de la editorial (o el lugar, si
la palabra o frase que constituye la entrada los datos se invierten: Paraninfo, Madrid)
de un índice alfabético o lista semejante y y el año de edición. Algunos autores, para
la página en que aparece mencionada: no recargar con signos de puntuación el
conjunto de datos aportados, omiten esta
Martínez Amador, Emilio M., 75, 128 coma:
corazón, Enfermedades del, 167, 22-245,
350. Lapesa, Rafael: Estudios de historia lingüísti-
ca española, Madrid, Paraninfo 1985.
Sin embargo, en estos casos es preferible Lapesa, Rafael: Estudios de historia lingüísti-
utilizar dos puntos: ca española, Paraninfo, Madrid 1985.
Martínez Amador, Emilio M.: 75, 128 Sin embargo, ni el uso está generalizado ni
corazón, Enfermedades del: 167, 225-245, parece oportuno introducir una innovación
350. no demasiado justificada. Parece obvio que
316 10.5.2.3.1. LA COMA GRAMATICAL
El cuadro La cena, de Leonardo da Vinci, fue Louis Pasteur aplica por primera vez con éxi-
pintado en 1499; to la vacuna contra la rabia.
La película Deprisa, deprisa, de Carlos Saura,
se estrena... Tal como aparece escrito, este ejemplo tie-
ne dos interpretaciones:
Pero si el nombre del autor precede al
título de la obra, no es posible introducir Louis Pasteur aplica, por primera vez con
coma alguna, coma que en su caso sería éxito, la vacuna contra la rabia;
incorrecta (salvo que Leonardo solo hubie- Louis Pasteur aplica por primera vez, con
ra pintado un cuadro y Saura solo hubiera éxito, la vacuna contra la rabia.
dirigido una película):
La puntuación del primer ejemplo nos
dice que Pasteur había aplicado antes, sin
El cuadro de Leonardo da Vinci La cena fue éxito, la vacuna contra la rabia, mien-
pintado en 1499;
La película de Carlos Saura Deprisa, deprisa tras que el segundo ejemplo nos dice que
se estrena... Pasteur, que no había aplicado antes su
vacuna, la primera vez que lo hace obtie-
10.5.2.3.2. La coma de sentido. Enten- ne éxito. En otros casos, la presencia o
demos por coma de sentido la que se em- ausencia de una coma añade un matiz de
plea para dotar a un período de un deter- sentido, a veces incluso irónico. Véanse
minado sentido, pues de lo contrario este unos ejemplos:
podría resultar oscuro o confuso (aspecto
Murió naturalmente;
semántico). Véanse unos ejemplos: Lo hice naturalmente;
En el fondo lo queremos.
Los pobres vestían telas muy groseras y los
ricos tejidos suaves y delicados. Murió, naturalmente;
Lo hice, naturalmente;
Tal como aparece escrito, se deduce que En el fondo, lo queremos.
los pobres vestían al mismo tiempo telas
muy groseras y los ricos tejidos suaves En el primer grupo de ejemplos hallamos
y delicados, lo cual es, cuando menos, un sentido y otro bien distinto en el segun-
contradictorio. La confusión surge de la do grupo. La coma marca aquí un cambio
interpretación de ricos como adjetivo rela- en el significado de tales expresiones.
cionado con tejidos, en lugar de como sus- Carnicer (1972: 250) recuerda el caso de
tantivo. Gramaticalmente no exige ninguna coma de sentido en una obra teatral: «No
coma, pero, para salvar el sentido que el olvidemos que en Los intereses creados de
autor quiere conferir a su escrito, es preciso Benavente, la supresión de una coma (“Y
puntuarlo así: resultando que no, debe condenársele...’’)
cambia totalmente el sentido de una deci-
Los pobres vestían telas muy groseras, y los
sión judicial» (→ 11.5.4.2-4).
ricos, tejidos suaves y delicados. El siguiente ejemplo figuró durante mu-
cho tiempo en los tranvías y autobuses de
Barcelona:
Obsérvese que la primera coma, después
de groseras, es coma de sentido, para no
mezclar, en la lectura, debido a la función Exhiba billete o pase antes de que se lo exijan.
copulativa de la y, dos períodos que no
deben ir unidos. La segunda coma, después Tal como está escrito, una interpretación
de ricos, es coma por omisión de verbo válida consiste en suponer que había que
(→ 10.5.2.3.3) correlativa de la anterior. exhibir el billete o pasar antes de que a uno
Véase este otro ejemplo: se lo exigieran. Una coma después de pase
318 10.5.2.3.3. LA COMA POR OMISIÓN DE VERBO
habría bastado para resolver el problema el hambre, pues la madre del hambre es
(si no se quiere cambiar la estructura de la la ruindad.
frase: Exhiba el billete o el pase antes de
que se lo exijan). En otros casos puede existir duda entre
una puntuación suelta y otra recargada.
10.5.2.3.3. La coma por omisión de He aquí un ejemplo de puntuación suelta:
verbo. Cuando se omite un verbo suele
sustituirse con una coma. En relación con Hansel y Gretel se fijaron en que la casita era
de dulce, el tejado de tarta y la ventana de
esto pueden darse dos casos: azúcar trasparente.
A unos les gusta jugar y a otros leer, 10.5.2.3.3.2. La coma por omisión de
verbo elíptico. 1. El verbo elíptico (es
ya que así queda falta de entonación. Esta decir, no mencionado) debe sustituirse por
necesidad de puntuación de este tipo de coma:
oraciones se ve más clara cuanto más ex- El presidente, enfermo;
tenso y complejo es el período: El ministro de Comercio, a París;
Las obras, terminadas.
En el orgullo está la perdición y el desorden y
en la ruindad la penuria y el hambre, pues Esta coma ha sido discutida, especialmente
la madre del hambre es la ruindad. por Martínez Amador (1960: 250), quien
la considera superflua. Sin embargo, se
La puntuación correcta de este período es: trata de una coma que puede considerarse,
por el contrario, incluso imprescindible
En el orgullo está la perdición y el desorden, (gramatical), ya que su omisión provoca
[coma entonatoria] y en la ruindad, [coma un cambio de sentido en todos los casos,
por omisión de verbo: está] la penuria y cuando no deja la frase sin sentido alguno.
10.5.2.3.5. LA COMA DECIMAL 319
A este respecto, dice la norma une 82100- Uruguay emplean la coma decimal; otros
0:1996 (§ 3.3.2, n. 17): «El signo decimal como México, Guatemala, Honduras, Ni-
es una coma en la parte baja de la línea. = caragua, Panamá, Puerto Rico, República
Si el valor absoluto de un número es infe- Dominicana y Venezuela usan el punto; en
rior a la unidad, el signo decimal debe ir Bolivia, Costa Rica, Cuba y El Salvador
precedido de un cero». Y añade en la nota emplean los dos, el punto y la coma; y
17: «En los textos en inglés, puede utili- entre los hispanohablantes estadouniden-
zarse un punto en vez de una coma. Si se ses usan el punto. Tampoco sería válido
utiliza un punto deberá ir en la parte baja establecer la grafía por lenguas, ya que,
de la línea. Según una decisión del Conse- como vemos, en la nuestra no hay unidad
jo de la iso, el signo decimal es una coma en de criterio a la hora de elegir la coma o el
todos sus documentos». No concuerda con punto. La norma internacional, como se ha
esta norma la que establece la Academia visto, puede presentar más dificultades que
en la ole 99 (§ 5.13.1c): «Es aceptable, de soluciones a este problema. Acaso podría-
acuerdo con la normativa internacional, el mos llegar a la conclusión de que en una
uso del punto para separar la parte entera misma obra se escriba de una sola manera,
de la parte decimal en las expresiones nu- aunque lo ideal, puestas así las cosas, sería
méricas escritas con cifras». Aunque añade que se unificara su uso al menos por grupos
que «en este caso es preferible la coma», de países (→ 8.1.1.8-1.2). La Academia, en
lo cierto es que no se sabe de qué normas la OLE10 (p. 666), dice que, «Con el fin de
internacionales habla la Academia, puesto promover un proceso tendente hacia la
que no las menciona. Naturalmente, si unificación, se recomienda el uso del punto
se refiere a la iso, ya se ha visto que no como signo separador de los decimales».
recomienda esa puntuación, sino la coma. Si esto es lo deseable, ¿por qué no empieza
A mayor abundamiento, dice en el dpd 05 ella por establecer la obligatoriedad del uso
(p. 148): «En las expresiones numéricas del punto (por ejemplo), como en esta mis-
escritas con cifras, la normativa interna- ma obra que hemos citado fuerza al lector
cional establece el uso de la coma para a escribir guion, truhan, etcétera, sin tilde
separar la parte entera de la parte decimal. aunque no le guste ni lo encuentre justifica-
La coma debe escribirse en la parte infe- do? (→ 4.3.2.5).
rior del renglón, nunca en la parte superior: 3. Tampoco es correcto emplear la co-
π = 3,1416. Pero también se acepta el uso ma o el punto para separar los grupos de
anglosajón del punto, normal en algunos tres cifras que preceden y siguen a la coma
países hispanoamericanos». Por su lado, la o al punto decimal, así como el apóstrofo
10.a resolución de la 22.a Conferencia Ge- para sustituirlos; son incorrectas las si-
neral de Pesas y Medidas (2003) establece guientes grafías:
que el signo que se emplea para separar los
enteros de los decimales se llama separador 13,458’35;
decimal y que lo pueden ser el punto en la 13.458,35;
13,458,35;
línea o la coma en la línea (El sistema in- 13.458’35.
ternacional de unidades (si), 8.a ed., 2006,
45) (v. t. OLE10, pp. 12, 82). El problema En estos casos, por imperativo legal (en
ahora estriba en saber si el separador deci- España [y probablemente también en otros
mal se coloca en función de quien escribe o países latinoamericanos]), debe emplearse
en función del previsible lector. La norma el espacio fino (generalmente algo menor
mencionada dice que el separador decimal que el normal de la línea):
elegido será aquel que se use corrientemen-
te en el contexto. Sabemos (OLE10, 666) 13 458,35
que en países como Argentina, Chile, Co-
lombia, Ecuador, España, Paraguay, Perú y (→ 8.1.1.8-1.1).
10.5.2.4. OMISIÓN DE LA COMA 321
10.5.2.4. Omisión de la coma . Hay meros son de Navarro Tomás, 1980: 228,
cierta cantidad de casos en que, pese a y los dos últimos de la Academia) vemos
creencias generalizadas y a usos invetera- que la utilización de la coma es más que
dos, no se debe utilizar coma alguna. discutible y su uso solo tiene por fin tratar
1. No se debe utilizar la que ha venido de evitar una entonación errónea que, en la
a llamarse coma lexicográfica, que ha for- práctica, apenas se da. En un título como
mado parte de muchas de las definiciones
académicas afectadas por el fenómeno. Se ¿Fuerza o voluntad?
trata de algunas oraciones definitorias en
no parece admisible esa coma:
que el relativo que aparece separado de su
antecedente. La Academia la mantiene, por
¿Fuerza, o voluntad?,
ejemplo, en definiciones que comienzan
por «Parte de ..., que ...»: puesto que sin ella se entona de igual ma-
ortografía. [...] Parte de la gramática, que
nera y a lo único que contribuye es a crear
enseña a escribir correctamente...; confusión.
fonología. [...] Parte de la lingüística, que 3. No se usa coma para separar los
estudia los elementos fónicos... períodos u oraciones compuestos con la
repetición de la conjunción copulativa ni:
Esas comas, que no son otra cosa que un
semáforo intermitente para avisar al lector Ni uno ni otro;
Ni bueno ni malo;
descuidado de un posible peligro de con- Ese individuo ni come ni deja comer;
fusión, están de sobra, ya que no parece Encarna no descansa ni de noche ni de día.
que un lector normal llegue a confundir
los términos de la definición. De hecho, Las dudas se presentan cuando los elemen-
la Academia suprime esta coma en otros tos que forman la oración o el período
casos de igual factura: son más de dos. Así, mientras el drae 92
fonemática. [...] Parte de la fonología que (s. v. ni) escribe
estudia los fonemas.
Ni Juan ni Pedro ni Felipe te darán la razón
Compruébese que, en efecto, una lectura
incorrecta y, por consiguiente, un error de (sustituido en el DRAE01 por esta grafía: Ni
interpretación es sumamente improbable. ]uan, ni Pedro ni Felipe te darán la razón),
Por esta razón la Academia ha empezado a el Esbozo (1973: 103) puntúa así:
suprimir o no poner este tipo de comas en
su Diccionario. Ni palabras, ni ruegos, ni amenazas fueron
2. También ha sido costumbre inter- bastantes, en su excitación, para conven-
calar coma para separar los términos de cerle.
una interrogación separados por la conjun-
En mi opinión, es preferible, cuando los
ción o:
elementos del compuesto sean más de dos,
¿Le dejaremos recado, o será preferible es- utilizar la coma (aunque se omita entre los
perarle?; dos últimos términos de la serie). Esta es,
¿Pasará usted a vernos en Madrid, o se mar- desde luego, obligatoria en un caso como
chará a alguna playa?; el siguiente:
¿Obedecerá la voluntad de su padre, o seguirá
los impulsos de su corazón?; A nadie quiere favorecer, ni a sus más íntimos
¿Heredástelo, o ganástelo?; amigos.
¿Estamos aquí, o en Flandes?
También serían admisibles los dos puntos
En estos ejemplos (de los que los tres pri- en este caso:
322 10.5.2.4. OMISIÓN DE LA COMA
A nadie quiere favorecer: ni a sus más íntimos Los candidatos (había más de diez), antes de
amigos. retirarse declararon que...;
Mi hijo —dijo Antonio—, que tanto ha hecho
4. No se pone coma después de pero por la causa, no está hoy presente;
Mi hijo -dijo Antonio-, que tanto ha hecho
cuando precede a interrogación o excla-
por la causa, no está hoy presente.
mación:
Pero ¿no es esto un disparate?, Sí se usa coma cuando el paréntesis no
oficia de inciso:
salvo que medie oración incidental:
El alcohol etílico, C2H5OH, y el éter dimetí-
Pero, bien mirado, ¿no es esto un disparate? lico, (CH3)2O, tienen los mismos átomos.
6. Se omite la coma en los números de Sin embargo, son correctos los dos ejem-
apartados de correos, leyes, decretos y ele- plos siguientes:
mentos químicos:
El uso de la coma, signo de utilización com-
apartado 8956; pleja, depende de la apreciación personal;
ley 28/1995; El uso de la coma depende, como ya se dijo,
estroncio 90; de la apreciación personal.
uranio 235.
trastrás, como hace García de Diego (1914: un descenso tonal. Como no resulta fácil
86) con ziszás (la Academia, que escribía determinar la extensión de uno y otra,
zis, zas en el drae 92, escribe ahora, en el tampoco es posible fijar exactamente la del
DRAE01, zis zas, equivalente a zas o a zas punto y coma; sin embargo, si se concede
zas, onomatopeya de un golpe). un tono para la coma y tres para el punto,
11. En las portadas y cubiertas de los li- el punto y coma tendrá dos.
bros, si el título se coloca antes que el nom- 2. El uso de este signo tiene partidarios
bre del autor, se omite la coma que grama- y detractores desde hace ya más de un
ticalmente le corresponde (→ 10.5.1.5-1; siglo. Quienes desean evitar su empleo lo
10.5.2.3.3.2-3): sustituyen, según los casos, por coma o por
punto. Obsérvese, no obstante, que susti-
GUÍA PRÁCTICA tuir este signo por la coma suele resultar
DEL COMPOSITOR TIPÓGRAFO impropio, y por el punto supone practicar
formada por Juan José Morato un estilo de escritura sincopado, telegráfi-
co, de oraciones cortas y ritmo de lectura
Tampoco suele usarse coma en el título lento y poco ligado. En cualquier caso, en
cuando otros elementos extraortográficos la prosa actual el punto y coma tiene un
(como el centrado de las líneas o el blan- sitio propio e insustituible.
co que queda a uno y otro lado de ellas)
contribuyen a conseguir los mismos efectos 10.5.3.2. Escritura del punto y co -
que con la coma: ma . 1. Se usa para separar los miem-
bros de un período extenso, especialmente
LA ESTÉTICA MUSICAL cuando tienen partes separadas por coma:
DEL SIGLO XVIII A NUESTROS DÍAS
El terreno de granos finos se denomina arci-
Para la obtención de efectos parecidos, que lla; el de granos medianos, limo, y el de
granos gruesos, arena.
eviten la utilización de una coma antiestéti-
ca, se puede echar mano del color:
Obsérvese que las tres oraciones de que
consta el período se separan con punto y
La república (color) coma, puesto que, aunque entre la segun-
vista por los republicanos (negro)
da y tercera hay solo coma, esta adquiere
el valor de punto y coma cuando, en una
O bien con la figura de la letra: sucesión de oraciones separadas con punto
y coma, las dos últimas se separan con la
LA REPÚBLICA
vista por los republicanos conjunción y; es decir, que, en estos casos,
coma + y (o, e, u en su caso) = punto y
coma. Esto suele darse con más frecuencia
Si no se hace uso de estos recursos visuales, en períodos formados por oraciones cortas
estéticos y tipográficos, la coma debe colo- y con verbo común a todas ellas, pues en
carse en su sitio, puesto que sin ella el título otros casos, sobre todo si puede dar lugar a
puede cambiar de sentido o de matiz. anfibología, puede usarse el punto y coma
antes de y.
10.5.3. El punto y coma. Signo de pun- 2. En oraciones o períodos extensos, an-
tuación que consiste en la combinación de tes de las conjunciones adversativas mas,
un punto y una coma, aquel situado enci- pero, aunque, sin embargo, no obstante,
ma de esta (;). con todo, etcétera:
10.5.3.1. Generalidades . 1. El punto En 1655, Pierre Puget se trasladó nuevamente
y coma representa una pausa intermedia a Francia, donde ejecutó, para el Ayun-
entre la del punto y la de la coma, con tamiento de Tolón, los Atlantes, una de
324 10.5.4. LOS DOS PUNTOS
sus obras maestras; no obstante, su estilo con lo anterior (es decir, el sentido lógico
barroco no se acomodó a los gustos clasi- queda por cerrar). Tal vez por considerarlo
cistas de Luis XIV. un signo demasiado formalista, algunas
personas tienden a sustituirlo por coma o
3. El punto que separa dos cláusulas es- punto y coma en casos como Distinguido
trechamente relacionadas puede sustituirse amigo, Muy señor mío, etcétera. Se trata
por punto y coma: de un error importante (un anglicismo
ortográfico), ya que la función que desem-
En el 204, Escipión trasladó la guerra a Áfri- peñan aquí los dos puntos (enunciativa) no
ca; se atrajo a Masinisa y venció e hizo es propia de la coma ni del punto y coma
prisionero a su antiguo aliado Sífax. (→ 10.5.4.2-5).
4. Cuando interviene una aposición en 10.5.4.2. Escritura de los dos pun -
una relación cuyos miembros normalmente tos . Se usa este signo:
se separarían con coma, se separan con 1. Antes de una enumeración:
punto y coma:
El aceite se compone de dos elementos: carbo-
Asistieron al acto Pedro Laín, director de la no e hidrógeno;
Academia Española; Manuel Gutiérrez Los novísimos o postrimerías del hombre son
Mellado, teniente general, y Miguel Boyer, cuatro: muerte, juicio, infierno y gloria;
ministro de Economía. La escala de la dureza es la siguiente: talco,
yeso, caliza...
Si los cargos y empleos no figurasen, la re-
dacción sería con coma: 2. Antes de las conclusiones, consecuen-
cias o resúmenes:
Asistieron al acto Pedro Laín, Manuel Gutié-
rrez Mellado y Miguel Boyer. La burguesía dominante de China no está en
el partido: es el partido;
A veces, solo uno de los casos lleva aposi- En una molécula de agua que contiene dos
ción o cualquier otro tipo de explicación, y átomos de hidrógeno y uno de oxígeno, la
entonces todos los demás nombres, aunque reacción no está igualada: sobra un átomo
de oxígeno.
no estén en igual situación, deben separarse
por punto y coma.
3. En obras didácticas y otras, general-
Asistieron al acto Pedro Laín, director de la mente los dos puntos preceden a los ejem-
Academia; Manuel Gutiérrez Mellado; plos (especialmente cuando para introdu-
Alfonso Osorio, y Miguel Boyer. cirlos se usan expresiones como por ejem-
plo, esto es, así, de este modo, verbigracia,
10.5.4. Los dos puntos. Los dos puntos de la siguiente manera, el (la, lo) siguiente,
es un signo de puntuación que consiste en etcétera); los dos puntos, con todo, pueden
la combinación de dos puntos situados uno sustituir a estas expresiones:
encima de otro verticalmente (:).
Los signos de puntuación son los siguientes:
punto, punto y coma, dos puntos, puntos
10.5.4.1. Generalidades . Este signo
suspensivos, coma;
representa una pausa intermedia entre la Los signos de puntuación son: punto, punto
de la coma y la del punto, con un descenso y coma...;
tonal. A diferencia del punto, indica que no Signos de puntuación: punto, punto y co-
se ha enunciado el pensamiento completo ma...;
(aunque lo que le precede puede tener, en
algunos casos, sentido cabal), sino que lo pero también se pueden evitar los dos pun-
que sigue está relacionado estrechamente tos, si se desea:
10.5.4.2. ESCRITURA DE LOS DOS PUNTOS 325
Los signos de puntuación son el punto, la colocan después de voces como Certifica,
coma, los dos puntos... Decreta, Hago [Hace] saber, Resuelve,
Dispone, Expone, Acuerda, Comunica,
4. Para introducir una cita textual di- Suplica, etcétera. El texto a que estas voces
recta: se refieren comienza siempre en párrafo
aparte y con mayúscula (→ 10.5.4.4-1.1).
Dice el Quijote: «Con la Iglesia hemos dado,
Sancho».
7. En las expresiones catafóricas (las
que anticipan o anuncian un elemento del
Una redacción distinta requiere otra pun- discurso):
tuación: Eso es lo malo: que nunca está contento;
Aquello fue lo que la asustó: que su padre no
Como se dice en el Quijote, «Con la Iglesia llegara a la hora habitual.
hemos dado, Sancho».
8. Después de ciertas locuciones co-
5. Después de las fórmulas de cortesía mo ahora bien, pues bien, bien, es más,
con que empiezan las cartas, notas, discur- más aún, en otras palabras suelen usar-
sos, instancias, etcétera (→ 10.5.4.4-1.1): se dos puntos o coma, según los casos
(→ 10.5.2.3.1-6). Casares (en Fernández
Querido amigo: Hace mucho que no te es-
cribo...;
Castillo, 1959: 77) dice que cuando ahora
Distinguida señora: Me es grato dirigirme a bien tiene función ilativa o adversativa, la
usted...; puntuación correcta es la coma:
Muy señor mío: Por la presente tengo el gusto
de...; Hasta aquí los hechos. Ahora bien, las conse-
Excelentísimo señor: El abajo firmante...; cuencias que de ellos se deducen las sacará
Compañeros: Ante el cariz que toman los el lector por su cuenta;
acontecimientos...; La cosa es ciertamente bien sabida. Ahora
Señores: La memoria que vamos a leer..; bien, interesa recordarla por lo que se verá
Señor presidente: Tenemos el gusto de diri- después.
girnos a usted para poner en su conoci-
miento... Moliner (1980, s. v. ahora) prefiere la co-
ma, pero da como posible la puntuación
Normalmente, la fórmula de tratamiento con dos puntos cuando equivale a pero:
ocupa línea aparte y el texto que sigue
a los dos puntos comienza el párrafo si- Haz lo que quieras; ahora bien[:] atente a las
guiente (→ 10.5.4.4-1.1). No es correcto, consecuencias.
sino anglicismo ortográfico, sustituir los
dos puntos por una coma y la mayúscula En la edición de 1998 han eliminado esa
subsiguiente por minúscula: posibilidad de utilizar los dos puntos,
pero no es un acierto. Como dice Polo
*Querido amigo, hace mucho que no te es- (1974: 310), «Independientemente de que
cribo...;
*Distinguida señora, me es grato dirigirme en algunos casos equivalga también a ‘no
a usted...; obstante’, es una expresión que tiende a
*Muy señor mío, por la presente tengo el crear cierta expectativa hacia lo que sigue.
gusto de...; [...] Nosotros vemos el problema así: pode-
*Excelentísimo señor, el abajo firmante... mos prescindir del punto y coma, solución
poco neta para estos casos. La cuestión se
6. En leyes, decretos, resoluciones, ban- plantea, en principio, entre la coma y los
dos, títulos, convocatorias, acuerdos, sen- dos puntos: ambas son aceptables; pero no
tencias, certificaciones, memoriales, instan- son idénticas. La pausa es mayor con los
cias y escritos semejantes, los dos puntos se dos puntos y, sobre todo, la entonación es
326 10.5.4.3. USO TÉCNICO DE LOS DOS PUNTOS
de semicadencia con ellos; con la coma, en el texto que sigue en todos estos casos
cambio, el tono es semianticadente. Con nunca es una consecuencia o complemento
los dos puntos se crea una expectación ma- de lo anterior (mera fórmula de cortesía
yor; a lo que sigue se le prepara un ambien- que incluso podría omitirse), y por lo tanto
te de más tensión». Véanse unos ejemplos el texto que sigue a esas fórmulas, que es
de uso con dos puntos: autónomo, debe comenzar con mayúscula,
vaya seguido o en párrafo aparte, según
Ahora bien: no hay una verdadera unidad en lo establece ahora (OLE99, 33) la Acade-
un idioma... (Rafael Seco, 1969: 3); mia. Lo mismo es aplicable cuando los
Pues bien: no hay nueva edición... (Carnicer, textos van precedidos de voces como
1977: 39); Nota o Advertencia: el texto que les
Pues bien: la puntuación «comística»... (Polo, sigue debe comenzar con inicial mayús-
1974: 124);
Bien: el punto que a nosotros nos interesa cula.
ahora... (Polo, 1974: 143); 1.2. En citas textuales, el texto que se
Es más: sabíamos que el espía trabajaba en toma de un autor comienza con mayúscula
nuestro grupo; si esta letra figura así en el original; si fi-
En otras palabras: ¿pueden los deportistas gura con minúscula, deben anteponérsele
practicar su deporte?; puntos encorchetados (→ 10.5.23.2).
Más aún: el policía estaba desarmado. 2. Se escribe con minúscula en los si-
guientes casos:
10.5.4.3. Uso TÉCNICO DE LOS DOS 2.1. Si lo que sigue a este signo consiste
PUNTOS. En matemáticas se usan dos pun- en voces, sintagmas, frases u oraciones
tos superpuestos para indicar la división separados por coma o por punto y co-
de dos magnitudes (→ 10.5.38). La norma ma (→ 10.5.4.2-1; 10.5.4.2-3; 10.5.4.2-7;
une 5010, Signos matemáticos (p. 4), lla- 10.5.4.2-8).
ma a este signo, en su función matemática, 2.2. Si lo que sigue es una enumeración,
doble punto, término que parece muy ade- conclusión o consecuencia (→ 10.5.4.2-2).
cuado para una función que es técnica y no 2.3. En los ejemplos introducidos por
ortográfica. sintagmas como el (la, lo) siguiente, esto
es, así, de este modo, etcétera, o sin ellos
10.5.4.4. Mayúscula y minúscula (→ 10.5.4.2-3).
después de dos 1. Después de
PUNTOS.
este signo se escribe mayúscula inicial en 10.5.5. Los puntos suspensivos. Los
los siguientes casos: puntos suspensivos son un signo de pun-
1.1. Siempre que tras los dos puntos tuación consistente en tres puntos segui-
se haga punto y aparte o, aunque no se dos situados en línea y sin espacios entre
haga, sea posible hacerlo; por ejemplo, en sí (...).
decretos, sentencias, cartas, comunicados,
bandos, edictos, etcétera, así como en las 10.5.5.1. Generalidades . 1. Al tra-
citas textuales tomadas por un punto que tar de este signo, la orae (1974: 34-35)
en el original empieza párrafo o va después no establece el número de puntos que lo
de punto (→ 10.5.4.2-5; 10.5.4.2-6). La componen, aunque en los ejemplos utiliza
orae (1974: 33), en el apartado 5.o y últi- siempre tres. Dice Carnicer (1969: 99 ss.)
mo dedicado a este signo, dice, refiriéndose que «la tasa de los tres puntos es reciente»,
a los dos puntos después de expresiones y que el momento culminante de la libertad
como Muy señor mío con que comienzan en el uso de esos puntos corresponde al
las cartas: «Después de los dos puntos se romanticismo. «Los poemas, las novelas,
escribe indistintamente con letra mayúscu- las esquelas amorosas de los románticos
la o minúscula el vocablo que sigue». No tienen en los puntos suspensivos una espe-
parece que le asista la razón a la Academia: cie de alfabeto morse cuantitativo. A más
10.5.5.2. ESCRITURA DE LOS PUNTOS SUSPENSIVOS 327
puntos, más peligro, más decisión suicida, c) cuando se quiere sorprender al lector
más amor.» Desde el punto de vista tipo- con una salida inesperada:
gráfico, Morato (1933: 55) aconsejaba tres
puntos en medidas pequeñas (menos de Y después de tanta presentación y prosopo-
peya, resultó que el invitado era... ¡una
veinte cíceros, unos noventa milímetros) y burra!
cinco puntos en las más grandes (de veinte
cíceros en adelante). En la actualidad, los 2. Para expresar estados anímicos co-
puntos son siempre tres, cualquiera que sea mo duda, temor, expectación, emoción,
la medida de la línea. Esa cantidad se man- etcétera:
tiene sin variación cuando el signo sigue
o precede a otro que también lleva punto ¿Ha llegado?... ¿Sabe lo de su mujer?... ¡Dios
(por ejemplo, exclamación, interrogación mío..., qué pena!...
o abreviatura), pese a que necesariamente 3. Para indicar titubeo:
aparecerán escritos, impresos o mecano-
grafiados cuatro puntos seguidos. Cuando Tenía que decirte..., ¡ejem!..., que tu madre...
los puntos suspensivos ocupan el lugar del
punto ortográfico (punto y seguido o pun- 4. En una enumeración, para indicar
to y aparte), aquellos cumplen las funcio- que podrían citarse más datos semejantes
nes de este, de manera que no será correcto a los enunciados o de la misma serie o
añadir un cuarto punto. especie, que el autor supone que el lector
2. La pausa producida por los puntos conoce o intuye:
suspensivos es igual a la del punto, con la
única salvedad de que el tono de la pala- Aquella casa era vieja, destartalada, malo-
bra a la que afecta se alarga ligeramente, liente...;
sosteniéndolo durante unos segundos. Su Todos los partidos —centrista, socialista,
función es la de expresar varios estados de comunista...— estaban representados en
la ceremonia.
ánimo: duda, temor, emoción, expectación,
o bien establece una suspensión del discur-
En estos casos, el uso del signo es un recur-
so porque lo que sigue se da por sobren-
so estilístico, bien para no mencionar más
tendido, es inconveniente o por otra causa
palabras o ideas que el lector intuye o cono-
esperada o inesperada (aposiopesis).
ce, bien para omitir la palabra etcétera y
evitar su repetición; de aquí que el uso
10.5.5.2. Escritura de los puntos
de la abreviatura etc. seguida de puntos
suspensivos . 1. Se usan puntos suspensi-
suspensivos sea una redundancia que debe
vos en la aposiopesis, es decir, cuando el
evitarse, al igual que, en otros casos, los
discurso se interrumpe por una de estas
suspensivos cuando preceden a la abrevia-
razones:
tura etc.:
a) lo que sigue se da por sobrentendi- Oporto, Lugo, Coímbra..., etc.
do:
5. Suelen emplearse los puntos suspen-
Y después de tanto batallar... Bien, el final ya
lo conocen ustedes;
sivos para indicar, en una relación, algo
no acabado; por ejemplo, tras el año de
b) cuando la palabra que sigue es incon- edición de una obra en curso: 1955...; con
veniente: ello se da a entender que la obra fue em-
pezada en 1955 y que siguen apareciendo
El conductor, en un arrebato de cólera, dijo volúmenes (→ 10.5.39).
que Fulano era un hijo de ...; 6. En ocasiones, los puntos suspensivos
sustituyen a una palabra (generalmente in-
(→ 10.5.5.2-6). conveniente) que el autor no quiere mencio-
328 10.5.5.3. LOS PUNTOS SUSPENSIVOS EN CONJUNCIÓN CON OTROS SIGNOS
¡Se dirigía, efectivamente, a Cabra (Córdo- letra voladita y subíndice (o) se convirtió en
ba)! el punto actual.
implícita: qué, cuándo, cuánto, cómo, dón- Refiriéndose a este punto, Carnicer (1972:
de, adónde, cuál, quién, a veces precedidos 268) dice: «Pero ha de hacerse la salve-
de preposición: por qué, de dónde, a quién, dad de que no todos los españoles pro-
de quién, con quién, a cuánto, por cuánto, ceden de manera concorde en cuanto al
por dónde, etcétera: punto de la oración en que debe colocarse
[el signo de apertura de interrogación]. [...]
¿Qué haces mañana?; La doble posibilidad estriba en que si bien
¿Cómo está tu madre?; es cierto que la entonación interrogativa
¿Cuánto cuesta?; se marca desde el comienzo de la oración
¿Por qué no te quitas el abrigo?; o del período, y ello tanto en la general o
¿De dónde venimos y adónde vamos?; dubitativa —que afecta al verbo— como
¿Cuál es tu bastón?; en la parcial o determinativa —que afecta
¿Quién viene esta noche?
al sujeto o a algún complemento—, no
es menos cierto que donde la entonación
7.2. Cualquier otra forma de expre- interrogativa alcanza su punto culminante
sión: es en la sílaba tónica del término a que
fundamentalmente concierne la pregunta;
¿Sabes tocar la corneta?; ello hace que los términos que preceden
¿Tienes pan?; o siguen a aquel —sobre todo si son más
¿Hay algún hostal en este pueblo?; gramaticales que significativos— se debi-
¿Ha llegado tu padre?; liten a veces en la expresión del hablante,
¿Vienes conmigo?;
¿Se puede atravesar este río?; el cual puede llegar a dejarlos fuera del
¿No lo sabes? signo interrogativo de apertura. Tal ocurre
en las conjunciones, que, como elementos
de enlace que son, tanto pertenecen a uno
7.3. Pregunta indirecta:
como a otro de los términos u oraciones
enlazados». Pone los siguientes ejemplos:
Dime si quieres venir;
Pregúntale cómo está su padre.
¿pues qué sucede? / pues, ¿qué sucede?;
¿pero llegarán? / pero ¿llegarán?; ¿y quién
lo ha traído? / y ¿quién lo ha traído? Añade
7.4. Preguntas de las que no se espera Carnicer: «La misma duplicidad se advierte
respuesta (retóricas): cuando se antepone al verbo un comple-
mento que normalmente va pospuesto: ¿Al
¿Sabes? No te esperaba tan pronto; traerlo no dijo nada? / Al traerlo, ¿no dijo
¿Quieres que lo haga yo? Pues bien: ¡lo ha- nada?; ¿A este muchacho lo admitirán? / A
ré!; este muchacho, ¿lo admitirán?; ¿Con este
¿Qué es el hombre sino una necesidad fisio-
lógica?;
coche piensas llegar allá? / Con este coche,
¿Volverían las cosas a ser como antes? ¿piensas llegar allá?; [...]». En muchos ca-
sos, ambas formas de colocación del signo
8. El signo de apertura de interrogación de apertura pueden considerarse correctas,
ha de colocarse donde realmente comien- pero siempre dependerá de la intención
ce la pregunta, aunque allí no empiece el del autor y del sentido y entonación que
este quiera conferir a la interrogación. Por
período:
ejemplo, en una pregunta con extrañeza,
lo normal es que la interrogación abar-
Si no nos vas a acompañar en la excursión, que todo el período: ¿Y tú me preguntas
¿por qué has venido?;
El ama de casa apasionada por la limpieza,
eso?; ¿Con ese coche piensas llegar?; ¿A
¿no centra su existencia en torno al polvo este muchacho vais a admitir? Rosenblat
y a la suciedad?; (1974: 87) dice que le parece un evidente
Qué, ¿hay apetito? error dejar la y antes del signo exclamativo
334 10.5.7.3. LA INTERROGACIÓN EN CONJUNCIÓN CON OTROS SIGNOS
¿No decías que...?, las frases incluidas como citas, los usos
que adjudica el drae a las comillas son
y después si queda cerrado: falsos:
apertura y otro de cierre, de manera que cidas funciones (→ 10.5.14). Cada uno
forman estas figuras contrapuestas: de los dos signos que las forman cons-
ta de dos pares de antilambdas, uno pa-
— comillas latinas o españolas: «...»; ra la apertura (<<) y otro para el cierre
— comillas angulares: ‹...›; (>>). La evolución del signo que actual-
— comillas inglesas:”“... mente se usa en español es elemental:
— comillas simples o sencillas: ‘...’; «, »; se trata de signos formados con líneas
— comillas mecanográficas: "..." (do- rectas, a veces con algún rasguillo más bien
bles), '...' (sencillas). insinuado. En italiano han evolucionado
hacia una forma más redondeada, a modo
2. Por su composición, las comillas pue- de pequeños paréntesis: ((())). Mientras que
den ser dobles o compuestas, como las lati- en general, tanto en español como en otros
nas, las inglesas y las mecanográficas, que idiomas, se emplean enfrentándolas por
constan de dos signos para abrir y otros sus partes abiertas, en alemán se usan al
dos, normalmente opuestos a estos, para revés: » «.
cerrar (« », “ ’’, " "), y simples o sencillas, 2. Hasta 1970, la Academia solamente
formadas por un solo signo para abrir y admitía un tipo de comillas, las latinas
otro para cerrar, como las simples o sen- (v. grae 59, 483; drae 56, s . v . comillas). A
cillas propiamente dichas (derivadas de las partir del drae 70 admitió otros tipos de
inglesas: ‘ ’), las angulares (derivadas de las comillas (v. drae 70, s . v . en el supl.; orae ,
latinas: ‹ ›) y las mecanográficas (derivadas 1974: 30).
de la forma doble de estas comillas:' '). Las 3. Las comillas latinas deben emplearse
comillas latinas, las inglesas y las mecano- en primera instancia. Al respecto, dice la
gráficas se componen de signos dobles tan- OLE99 (p. 79): «Por lo general, es indis-
to en las de apertura como en las de cierre tinto el uso de uno u otro tipo de comillas
(en los dos primeros casos, opuestas por dobles, pero suelen alternarse cuando hay
su forma), mientras que las sencillas son que utilizar comillas dentro de texto ya
simples tanto una como otra (opuestas por entrecomillado». Podría la Academia haber
su forma, salvo en el caso de las sencillas sido más cuidadosa al redactar esta norma,
mecanográficas). puesto que no es indistinto el uso de un
3. Normalmente hablamos de comillas tipo de comillas u otro, como dice, ni se
de apertura y comillas de cierre en referen- puede asegurar que cuando hay comillas
cia a cada uno de los dos primeros tipos de dentro de texto entrecomillado suelen al-
comillas, y comilla de apertura y comilla ternarse. La norma válida la da el dpd 05
de cierre para cada uno de los elementos de (p. 149): «[...] en los textos impresos, se
las comillas simples (es decir, las angulares, recomienda utilizar en primera instancia
que son la forma simple de las comillas las comillas angulares [latinas o españolas],
latinas, y las simples o sencillas, que son la reservando los otros tipos para cuando de-
forma simple de las comillas inglesas y las ban entrecomillarse partes de un texto ya
mecanográficas). entrecomillado». El orden de utilización es
el siguiente: en primer lugar, las comillas la-
10.5.8.3. Grafismos de las comillas . tinas; en segundo lugar, las comillas ingle-
En español se conocen y utilizan las comi- sas, y en tercer lugar, las comillas simples
llas mostradas en el párrafo anterior, que se o sencillas. La utilización de las comillas
distinguen por ciertas peculiaridades. inglesas en lugar de las latinas o españolas
debe considerarse anglicismo ortográfico.
10.5.8.3.1. Comillas latinas. 1. Son La obtención de los distintos tipos de comi-
angulares (« »), al parecer derivadas de llas es fácil: véase el cuadro 10.1.
las antilambdas (< >), signo que anti-
guamente se usó con las mismas o pare- 10.5.8.3.2. Comillas inglesas. 1. Son
338 10.5.8.3.3. COMILLAS SIMPLES O SENCILLAS
redondeadas y elevadas (“ ’’). En opinión lias. 1. Este signo recibe diversas denomi-
de algunos, al parecer sin ningún funda- naciones, según los autores. Así, mientras
mento, el origen de estas comillas se debe- la Academia las llama comillas simples
ría a Guillaume Le Bé II, impresor francés, (v. Esbozo, 1973: 151, y orae , 1974:
quien las habría usado por primera vez en 37), Moliner (1980: ii, 892) y Martínez
1622. Según esta creencia, la palabra gui- de Sousa (1974 y 1981: 44) las llaman
llemets que los franceses dan a las comillas comillas sencillas. Se le han dado también
se registra por primera vez en el diccionario otras denominaciones, como media comilla
francés-inglés de Guy Miége, impreso en (Martínez de Sousa, 1974 y 1981: 44, y
Londres en 1677, según datos que me pro- Ramos Martínez, 1963: 122, este en contra
porciona Josep M. Pujol († 2012). Siem- del signo) y medias comillas (Basulto, 1978:
pre según esa creencia, Guillaume Le Bé 129). El término media comilla es inadecua-
utilizaba dos comas para abrir y otras dos do si se considera que es una comilla cada
para cerrar („ „). Tampoco es cierto que uno de los componentes del signo: ‘ o ’; es
de su nombre se derive el de guillemets adecuada comillas simples o comillas sen-
que los franceses dan a las comillas, si bien cillas por cuanto son dobles o compuestas
las que conocemos actualmente como comi- cada una de las que componen las comillas
llas francesas son angulares (« »), mientras latinas, las inglesas y las mecanográficas.
que las redondeadas reciben el nombre de 2. En cuanto a la forma de estas co-
comillas inglesas. Las actuales son elevadas millas, tampoco hay uniformidad en los
y se forman normalmente con dos comas textos académicos: mientras el Esbozo y
vueltas para abrir (“) y dos apóstrofos para la orae los dibujan así: ’, el drae 84 las
cerrar (’’). Antes del 2010 la Academia, en dibuja así: ‛ ’, ‘ ’ (en ambos casos, el primer
sus textos oficiales, admitía varias formas ejemplo es imposible de conseguir con los
del grafismo de las comillas. El Esbozo teclados de fotocomposición y autoedición:
(1973: 146) las dibuja así: « », ‟ ”, «’,”‛ hay que formarlas por montaje invirtiendo
< ’; la orae (1974: 30), incluía, como se el apóstrofo inicial) y el drae 92, tal vez
ve, una disposición de las comillas latinas por errata, repite la misma figura, pero di-
desconocida hasta ahora; el drae 92, así: bujando así el primer modelo: ’ ’, es decir,
“ ”, u ”. La OLE10 (p. 380) registra los tres con dos signos de cierre. Los teclados solo
nombres cásicos de las comillas: latinas, registran una forma, que, además, es la
españolas o francesas (« »), inglesas (“ ”) más adecuada: ‘ ’ (en correspondencia con
y simples (‘ ’). la forma doble, “ ”, que son las comillas
2. En realidad, de poco sirve que la Aca- inglesas, registradas así por el drae , sin
demia registre formas exóticas de las comi- alternancias).
llas: los teclados carecen de ellas si no es en
fuentes tipográficas que normalmente ni se 10.5.8.4. Uso de las comillas . Según
conocen ni se usan. Por consiguiente, nor- la clase de comillas de que se trate, el uso
malmente no hay más comillas inglesas que varía, como analizaremos seguidamente.
las reflejadas arriba: “ para abrir y ” para
cerrar. Los demás modelos son inútiles y 10.5.8.4.1. Uso de las comillas lati-
las que abren abajo solo las usa el alemán. nas. Se usan estas comillas en los siguien-
3. Las comillas inglesas solo deben em- tes casos:
plearse en un texto ya entre comillas la- 1. Para encerrar citas directas, es decir,
tinas, nunca autónomamente, pese a que palabras, frases o textos tal como fueron
algunos medios de comunicación escritos escritos o pronunciados, siempre que no
las hayan elegido para desempeñar el papel sean muy extensas, pues en este caso
de aquellas. suelen componerse con texto de cuerpo o
tamaño menor, en párrafo aparte y a veces
10.5.8.3.3. Comillas simples o senci- sangrado (se omiten entonces las comillas,
10.5.8.4.1. USO DE LAS COMILLAS LATINAS 339
pues el texto así citado ya está dotado de ejemplo anterior. Se mantiene la misma
elementos diacríticos suficientes). Las citas norna en la OLE10, p. 381.
indirectas, es decir, los resúmenes de lo 2. Para encerrar palabras, sintagmas u
escrito o dicho, no se destacan de ninguna oraciones que se utilizan como significado
manera, por lo que tampoco deben ence- de otro. A este respecto pueden darse dos
rrarse entre comillas. casos:
1.1. A este respecto, cuando dentro de
un entrecomillado hay una intervención a) que la voz que se define esté explícita:
del autor, dice la Academia (OLE99, 79):
«Cuando se ha de intercalar un comentario La palabra ígneo significa «de fuego»;
o intervención del narrador o transcriptor La palabra física proviene de un vocablo grie-
de la cita, no es imprescindible cerrar las go que significa «naturaleza»;
comillas para volver a abrirlas después del
comentario, pero puede hacerse». Aunque b) que no esté explícita:
a continuación dice que es preferible en-
cerrarlas entre rayas, la norma anterior es El nombre del tulipán deriva de una voz persa
inaceptable. Pone este ejemplo: «Los días que significa «turbante».
soleados como este —comentó Silvia— me
encantan». Según la primera doctrina aca- Obsérvese que en el apartado a procede
démica a este respecto, que se acaba de ci- escribir con cursiva la voz que se define
tar, el ejemplo, según la Academia, también (autónimo), mientras que en b no se define
puede escribirse así: «Los días soleados co- exactamente la palabra tulipán, sino «el
mo este», comentó Silvia, «me encantan». nombre del tulipán», por lo que no procede
Este uso, como se ha dicho, es anglicista, escribirla con cursiva ni con cualquier otro
contrario a la tradición tipográfica hispa- diacrítico. Sería distinto si el texto dijera:
na, resulta incongruente en nuestra grafía «El nombre tulipán deriva..,».
y por consiguiente ha de tenerse por inco- 3. En las obras literarias, para encerrar
rrecto. Solo vale, en estos casos, el ejemplo los textos que expresan pensamientos en
de las rayas (y si este signo le parece al cita directa:
tipógrafo o escritor demasiado grande, la
tipografía informática ha puesto a su dis- «Este hombre está chiflado», pensó Violeta.
posición un signo igual, pero algo más pe-
queño, que resulta más estético: «Los días Si el pensamiento está expresado en cita
soleados como este -comentó Silvia- me indirecta, el texto se expone sin signos
encantan». Todo, menos el anglicismo or- diacríticos:
totipográfico santificado por la Academia
en esa norma. Afortunadamente, en el dpd Violeta pensó que aquel hombre estaba chi-
(s. v. comillas, § 4a) se devuelve la cordura flado.
a la normativa ortotipográfica, pues dice:
«Cuando se intercala un comentario del 4. Para encerrar palabras o frases que
transcriptor de la cita, este debe enmarcar- expresan ironía:
se entre rayas, [...] sin necesidad de cerrar Fulgencio es un tipo «muy simpático».
las comillas para volverlas a abrir después
del inciso: “Es imprescindible —señaló el 5. Se encierran entre comillas latinas
ministro— que se refuercen los controles los títulos de partes importantes de obras
sanitarios en las fronteras”». En la misma o publicaciones, como capítulos o partes
fuente (s. v. raya, § 2.5) se confirma este de libros; los títulos de artículos en enci-
criterio: «Las rayas se usan también para clopedias y diccionarios enciclopédicos (no
enmarcar los comentarios del transcriptor los títulos de entradas, que se escriben de
de una cita textual», y repite el mismo cursiva); artículos, crónicas, reportajes o
340 10.5.8.4.2. USO DE LAS COMILLAS INGLESAS
noticias de diarios y revistas y trabajos en comillas inglesas (lo cual quiere decir que
otras publicaciones (partes dependientes): estas ya van encerradas entre comillas
latinas):
En el capítulo 6, «Fundición de los metales»,
estudiaremos...; «El Eterno habló a Moisés y dijo: “Habla a
«La cárcel de papel», de La Codorniz, era toda la asamblea de los hijos de Israel y
muy interesante; diles: ‘Sed santos, porque yo soy santo, el
En el artículo «La crítica al cubo», de Fernan- Eterno, vuestro Dios’”».
do Savater...
Obsérvese el encuentro, al final del ejem-
6. También se escriben entre comillas plo, de las comillas simples y las inglesas;
latinas los títulos de conferencias y dis- el problema se resuelve separándolas lige-
cursos: ramente, como aquí se ha hecho. No es
correcto, en este ni en ningún otro caso, su-
«La inmigración como problema», en el primir la comilla de cierre (→ 10.5.8.5.4.3-2).
Círculo Ecuestre.
2. Para indicar que una palabra, sin-
tagma o frase están empleados en su valor
7. La Academia se refiere al uso de las conceptual:
comillas en función de ídem, puestas, solo
las de cierre (»), en una línea que repite «La nieve es blanca es un enunciado», pero
total o parcialmente los términos de la in- «El enunciado ‘La nieve es blanca’ es
mediata anterior. Entre los especialistas en verdadero» es una proposición de un me-
ortotipografía, Morato (1933: 60-61) está talenguaje;
en contra de ese uso, mientras que Melús
y Millá (1940) y Martínez Sicluna (1945) o como explicación o definición de otros:
ni siquiera lo mencionan. En estos casos
la solución puede consistir en repetir lite- Me refiero a atado ‘adjetivo’ y no a atado
ralmente los datos correspondientes o, de ‘sustantivo’;
lo contrario, en utilizar menos (-) o rayas abr. ‘abreviatura’;
(—), que se colocan, centrados, debajo condenar ‘imponer una pena’ es distinto de
de los sintagmas que se sustituyen (no es condonar ‘perdonar una pena’.
preciso poner una raya debajo de cada pa-
labra, y, en cualquier caso, no se sustituyen Normalmente, en estos casos no se usa
con ella los conectivos: artículos, preposi- coma entre la palabra definida y la defini-
ciones y conjunciones) (→ 10.5.8.1). ción, pero nada se opone a que se emplee
(→ 14.1.7.2.1-15.4).
10.5.8.4.2. Uso de las comillas inglesas. 3. En algunos casos se usan las comillas
Como se ha dicho antes, las comillas ingle- simples para encerrar las voces, sintagmas,
sas, que se aplican en los mismos casos que frases o textos puestos como ejemplo, espe-
las latinas, solo pueden usarse en textos cialmente en los textos ya sobrecargados de
ya encerrados entre comillas latinas. En cursivas o bien para mantener, en un ejem-
ningún caso deben ocupar el lugar de es- plo, la propiedad de las grafías cuando las
tas. cursivas desempeñen en ellos cierta función
que las requiera. Es, pues, un uso correcto
10.5.8.4.3. Uso de las comillas simples. cuando se emplean con oportunidad.
A diferencia de las comillas inglesas, las
simples o sencillas pueden tener uso depen- 10.5.8.4.4. Las comillas de seguir. Llá-
diente o independiente. manse así las comillas, cualquiera que sea
1. Se emplean para encerrar voces, ora- su clase, que, en posición de cierre (»,”,’),
ciones o períodos o cualquier porción de se colocan al comienzo de cada uno de los
texto que ya aparezcan encerrados entre párrafos en una cita extensa ya encerrada
10.5.8.5.3. COMILLAS Y MAYÚSCULA 341
entre comillas. Si la cita es excesivamente Martínez (1963: 122) y Polo (1974: 355).
extensa (por ejemplo, más de una página
impresa, con abundancia de puntos y apar- 10.5.8.5. Las comillas en conjun -
te), las comillas de seguir pueden omitirse, ción CON OTROS SIGNOS.
pero se mantienen las de apertura y cierre
(salvo si se compone el texto aparte y con 10.5.8.5.1. Comillas y clases de letra.
cuerpo o tamaño de letra menor, caso Cuando el texto de una cita directa se dis-
en el cual ello ya supone un diacrítico ponga en párrafo aparte, con sangría o sin
suficiente y entonces se eliminan las comi- ella, y se componga en cuerpo menor que
llas). A este respecto, es más importante el del texto general, las comillas se omiten.
el número de párrafos que la extensión A este respecto, es interesante tener en
de la cita, ya que la elevada cantidad de cuenta si en la misma obra aparecen otros
párrafos hace que el excesivo número textos que, sin ser cita directa, también se
de comillas resulte engorroso y poco esté- componen y disponen con algún diacrítico
tico. semejante al mencionado antes. En este
Las comillas de seguir deben mantenerse caso procede utilizar un diacrítico distinto.
en cualquier caso cuando un parlamento Por ejemplo, si esos textos mencionados
extenso dentro de un diálogo se divide en que no son cita directa se componen apar-
varios párrafos; desde el segundo hasta el te y con cuerpo o tamaño de letra menor,
último se pondrán comillas de seguir, las las citas pueden disponerse y componerse
cuales, puesto que no abren, tampoco cie- igual, pero añadiendo un sangrado gene-
rran: simplemente, se utilizan para indicar ral para todo el texto así dispuesto, con
que continúa el parlamento iniciado antes. lo cual se obtiene la distinción necesaria.
Si el interlocutor introdujese en su parla- Es interesante que el lector disponga de
mento una cita directa, esta comenzaría los elementos precisos para saber cuán-
con apertura de comillas inglesas, y si se do se halla ante un tipo de texto determi-
dividiese también en párrafos, al comienzo nado.
de cada uno de ellos irían dos tipos de co-
millas de seguir: las latinas (») para indicar 10.5.8.5.2. Distintos tipos de comillas.
que sigue hablando la misma persona, y Normalmente, el encuentro de los distintos
las inglesas (’’) para indicar que sigue la tipos de comillas no presenta problemas,
cita directa hecha por ella; en este caso, las pero pueden presentarlos las comillas de
comillas inglesas, puesto que han abierto, cierre cuando se encuentran dos distintas
también cierran. una a continuación de la otra. Véase el
párrafo 10.5.8.4.3-1, donde se da un caso
10.5.8.4.5. Las comillas marginales. Se de encuentro de comillas.
da este nombre a las comillas de seguir
que se colocaban al principio de cada una 10.5.8.5.3. Comillas y mayúscula. En
de las líneas de un texto entrecomillado. español, las comillas y la mayúscula en
Aunque la Academia aún mantiene esta re- todos los términos significativos de un
gla en sus textos oficiales, e incluso ofrece título cualquiera se excluyen. Por ejemplo,
un ejemplo con su aplicación (orae , 1974: los nombres de entidades, instituciones,
37; OLE99, 79, n. 47), hace ya mucho tiem- empresas, etcétera, que se escriben con ma-
po que esta norma dejó de regir en España. yúscula en nombres y adjetivos, no llevan
En efecto, pese a que pueda mantenerse comillas.
viva en ortografías o tipografías extranje- Tampoco llevan comillas los nombres
ras, en español se considera no solo inútil, específicos de las entidades, instituciones,
sino realmente antiestética. Entre otros empresas, etcétera. Por ejemplo, si se es-
autores, se oponen también a su em- cribiera Instituto de Sociología «]aime
pleo Martínez Sicluna (1945: 106), Ramos Balmes», habría que escribir, por simetría,
342 10.5.8.5.4. COMILLAS Y SIGNOS DE PUNTUACIÓN
Hospital «San Juan de Dios», Editorial en que estas comiencen. Para empezar a
«Sopena», Hotel «Reina Sofía», Bar «La comprender el problema, y de esta forma
Giralda», Joyería «Pérez», grafías redun- tender a establecer una solución que todos
dantes e impropias. La Academia, en el puedan comprender, admitir y practicar,
DRAE01 (p. xxiii), escribe Colegio Univer- hay que tener en cuenta que el punto que
sitario «Domingo de Soto», tan incorrecto usa el citador nunca «es de la copia».
como los ejemplos anteriores. Naturalmente que en el texto original (la
copia [?]) existe normalmente un punto
10.5.8.5.4. Comillas y signos de pun- cuando se acaba una oración, un período
tuación, o un párrafo, y que la cita puede llegar
hasta él. Pero ese punto no se reproduce
10.5.8.5.4.1. Coma, punto y coma y en la cita: el autor de esta empleará punto,
dos puntos. En español estos signos se coma, puntos suspensivos o cualquier otro
colocan siempre después de las comillas signo en función de sus necesidades, de las
de cierre: peculiaridades de su discurso, sin tener en
cuenta con qué signo de puntuación acaba
«Me siento desfallecer», pensó Elena. el texto que copia (en muchos casos es in-
cluso imposible reproducirlo, por cuanto,
10.5.8.5.4.2. Exclamación e interroga- aunque haya un punto en el texto original,
ción, Si estos signos corresponden al texto el citador no va a poner punto, sino el
entrecomillado, se colocan dentro de las signo que necesite en función de su expo-
comillas: sición). Por consiguiente, hay que empezar
por olvidarse de esa premisa.
«¡A las armas!», gritó el capitán; La Academia, que trata el tema por
«¿A quién elegiré?», pensó el profesor. primera vez en la ole 99 (p. 57), dice que
el punto se coloca siempre detrás de las
Si las comillas afectan a una unidad menor comillas, corchetes o paréntesis; y pone
dentro de la exclamación o la interroga- este ejemplo: Sus palabras fueron estas:
ción, los signos, si coinciden, se colocan «No quiero volver a verte». Después cerró
fuera de las comillas: de golpe la puerta de su casa. (Creo que
estaba muy enojada). Para un ortotipó-
¡Está usted un poco «chirupi»! grafo, el punto detrás de las comillas está
bien, puesto que no cierra solo la oración
10.5.8.5.4.3. Punto, 1. La situación de No quiero volver a verte, sino todo el pe-
las comillas y el punto (lo mismo que el ríodo que empieza en Sus palabras... Sin
paréntesis o el corchete y el punto), cuando embargo, el punto detrás del paréntesis en
ambos coinciden, es un problema orto- la oración Creo que estaba muy enojada es
tipográfico para cuya solución se hallan incorrecto, ya que, al ser esta una oración
encontradas las opiniones de los respec- autónoma (comienza después de punto),
tivos autores. Tratan de este problema, debe llevar el punto que le corresponde,
generalmente con opiniones diversas, los independientemente de que detrás lleve o
siguientes autores: Melús y Millá (1940: no algún otro signo. Así, la forma correcta
109), Martínez Sicluna (1945: 104), Ra- debe ser: Después cerró de golpe la puerta
mos Martínez (1963: 123), Mejía (1973: de su casa. (Creo que estaba muy enojada.)
581), Lasso de la Vega (1969: 726), Mar- Para que se vea cuán errónea es la grafía
tínez de Sousa (1995b: 46-47). Hay una académica, bastaría que la oración ence-
teoría, mantenida por Melús y Millá, Mar- rrada entre paréntesis fuese interrogativa,
tínez Sicluna y Mejía, según la cual si el exclamativa o dubitativa para que diera
punto «es de la copia», debe ir dentro de este resultado: Después cerró de golpe la
las comillas, cualquiera que sea la forma puerta de su casa. (¿Crees que estaba muy
10.5.8.5.4.3. punto 343
enojada?).; Después cerró de golpe la puer- no ortográfico «con que se indica el fin del
ta de su casa. (¡Creo que estaba muy enoja- sentido gramatical y lógico de un período
da!).; Después cerró de golpe la puerta de o de una sola oración». Así pues, si el texto
su casa. (Creo que estaba muy enojada...). entrecomillado no forma una oración por
Es obvio que en todos estos ejemplos de sí mismo, sino que es parte de otra oración,
sobrepuntuación sobra un punto, y sin du- o si, formándola, es parte de un período,
da que es el que está fuera del paréntesis este no queda cerrado si el punto no va
de cierre, pero no hay ninguna razón para después de las comillas, puesto que el texto
eliminarlo si la Academia dice que debe ir entrecomillado no es el todo (el período),
ahí. Si el punto fuera dentro del segundo sino una parte del todo. Por ello, cuando
paréntesis, como defendemos, el período el texto entrecomillado o colocado entre
quedaría así: Después cerró de golpe la paréntesis es independiente o autónomo
puerta de su casa. (¿Crees que estaba (empieza y termina dentro de las comillas,
muy enojada?); Después cerró de golpe los paréntesis o los corchetes), el punto va
la puerta de su casa. (¡Creo que estaba dentro de los respectivos signos de cierre.
muy enojada!); Después cerró de golpe la Para resumir, he aquí las reglas que el
puerta de su casa. (Creo que estaba muy lector puede tener en cuenta a la hora de
enojada...) Véase lo que dice la Academia situar el punto dentro o fuera de las co-
más adelante, al hablar de la coincidencia millas:
del paréntesis y otros signos (OLE99, 75):
«El texto recogido dentro de los parénte- a) si el texto entrecomillado comienza
sis tiene una puntuación independiente» a principio de párrafo o después de
(v. t. dpd 05, s. v. paréntesis, § 3b). Bien: punto o signo que haga sus veces,
¿cómo se entiende, entonces, que en el ca- el punto ha de colocarse dentro de
so anterior la Academia diga que el punto las comillas (es decir, que estas abren
va fuera de los paréntesis?; ¿acaso ahí el y cierran el texto);
punto no pertenece a la puntuación inde- b) si el texto entrecomillado comienza
pendiente de lo encerrado entre paréntesis, después de dos puntos, coma, pun-
siendo así que la oración está precedida tos suspensivos (no equivalentes a
de punto y empieza y termina dentro de punto) u otro signo que no ejerza
los paréntesis? Sin embargo, la Academia funciones de punto o en ausencia de
se ha aferrado radicalmente a esta norma, signos de puntuación, el punto ha
porque en el dpd 05, s . v . comillas, § 5c; de colocarse después de las comi-
paréntesis, § 3c; punto, § 3.1, sigue man- llas de cierre (es decir, que estas no
teniendo la misma contradicción de que han abierto el período o la oración
el punto corresponde a lo encerrado entre y, por lo tanto, tampoco lo cierran).
paréntesis, comillas, corchetes o rayas si la
oración o período es independiente, pero 2. Otro problema que se discute es si,
lo coloca fuera de ellos. en este segundo caso, debe añadirse punto
Lasso de la Vega (1969: 726; 1976: 801) si el texto entrecomillado termina con un
expone la solución con claridad meridiana: signo de entonación (es decir, interroga-
si las comillas comienzan párrafo, han de ción o exclamación). Naturalmente, el
terminarlo y, por lo tanto, el punto ha punto debe colocarse, además del que ya
de ir dentro de ellas; si no lo comienzan, llevan estos signos, ya que, aunque estos
tampoco han de terminarlo y las comillas normalmente ejercen oficio de punto final,
se colocan antes que el punto. Aunque el pierden esa cualidad cuando después de
autor no lo dice, la base teórica en que ellos aparece otro signo que neutraliza esa
se apoya esa solución es la siguiente: se- función. De hecho, si ese punto no se colo-
gún lo define la Academia en el drae 92 cara, la oración o el período así puntuados
(e igualmente el DRAE01), el punto es el sig- carecerían de punto final, razón por la
344 10.5.9. LOS PARÉNTESIS
cual, aunque a algunos les parezca redun- La dinamita robada (1200 kg) estaba custo-
dante (no lo es), debe colocarse el punto diada por un solo hombre;
final. Véase un ejemplo en el que la acu- José Zorrilla (1817-1893) escribió Don Juan
mulación de signos no debe ser obstáculo Tenorio (1844);
La Giralda de Sevilla (1184-1198, 97,52 m)
para colocar el punto (y los demás signos): estaba coronada por cuatro bolas doradas
que desaparecieron a causa de un terre-
Aquel texto lo expresaba así: «¿Se acuerdan moto (1355);
de las pintadas que decían “¡Basta ya de El Tiétar (150 km) es un afluente del Tajo.
‘pintadas’!”?».
3. Los datos toponímicos y administra-
Si, como en este caso, el entrecomillado tivos (provincias, estados, departamentos,
con comillas latinas comienza después de repúblicas, naciones) que comprenden a
dos puntos, el punto debe ponerse, ya que otros de menor entidad:
ni el punto de la exclamación ni el de la
interrogación ejercen funciones de punto, El puerto de Vigo (Pontevedra) es uno de los
más importantes de España;
al haber sido neutralizados, el primero por En Dallas (Tejas) fue asesinado John F. Ken-
las comillas inglesas, y el segundo, por las nedy;
latinas. Es indudable que se da una acumu- Tiflis (Georgia) es un centro cultural e indus-
lación de signos poco habitual, pero cada trial a orillas del Kura;
uno de ellos cumple su función y ninguno En Cambridge (Massachusetts, eua ) se ins-
es eliminable (→ 10.5.8.4.3-1). taló la primera imprenta estadounidense.
español; dice: «Las letras o números que Parece que en casos como este son más
encabezan clasificaciones, enumeraciones, apropiados los paréntesis dobles que los
etc.[,] pueden situarse entre paréntesis o se- corchetes, que deben reservarse para sus
guidas [seguidos] del paréntesis de cierre», funciones propias en el texto. Por otro
y pone estos ejemplos: Estos libros podrán lado, este signo sería verdaderamente útil
encontrarse en los lugares siguientes: = cuando, al tomar un texto ajeno como cita
(a) En los estantes superiores de la sala de en el que ya aparecen partes de él entre cor-
juntas. = (b) En los armarios de la biblio- chetes, necesita el citador introducir nuevas
teca principal, y a continuación los mismos aclaraciones, que normalmente irían entre
ejemplos con la grafía correcta: a), b), c), corchetes, pero que en este caso se con-
si bien los escribe mal, con el paréntesis fundirían con los ya existentes. Aunque
de cursiva en ambos casos. Desde el pun- pueden utilizarse, en estos casos, corchetes
to de vista de la ortotipografía, es inco- de ojo distinto (por ejemplo, negritos),
rrecto utilizar las cifras o letras entre los ¿qué hacer si la imprenta carece de ellos?
dos paréntesis y escribir estos con cursiva. Incluso podrían sustituir a los corchetes
El paréntesis que acompaña a las letras no en sus funciones si la imprenta carece del
se escribe nunca de cursiva, aunque vayan signo, como alguna vez ha pasado (aunque
así, cuando les corresponda, las letras con actualmente, con la autoedición, esto casi
que se numeran los apartados o subapar- no sea posible).
tados. Tampoco las cifras, en el mismo
caso, se escriben de cursiva; su grafía es la 10.5.9.3. El paréntesis en conjun -
redonda (→ 14.1.7.2.1-21). ción CON OTROS SIGNOS. 1. Solo dos
3. El uso de dos paréntesis para abrir y signos de puntuación pueden preceder a la
otros dos para cerrar no está previsto por apertura de paréntesis: los puntos suspen-
la Academia ni por los demás ortógrafos. A sivos y el punto; los restantes (coma, punto
este signo [(( ))] bien podría denominárselo y coma, dos puntos) deben colocarse tras el
paréntesis doble. Sus funciones podrían ser paréntesis de cierre.
las del corchete cuando en un escrito se in- 2. El punto de un dato, sintagma, ora-
cluye una palabra o sintagma aclaratorios ción, etcétera, intraparentéticos solo puede
fuera de contexto (es decir, no propias del ir antes del paréntesis de cierre si el de
original). De hecho, lo vienen utilizan- apertura va después de punto, puntos
do algunos traductores para encerrar las suspensivos (con oficio de punto), ex-
indicaciones que no forman parte del texto clamación o interrogación (también con
traducido y que, por consiguiente, no están oficio de punto) o a principio de párrafo
destinadas a ser compuestas o reproduci- (→ 10.5.8.5.4.3-1). En esto el punto actúa
das; por ejemplo, indicaciones del tipo de igual con los paréntesis, los corchetes y las
rayas que con las comillas.
((dos líneas de blanco)) 3. Los signos de exclamación e interro-
((aquí, figura de la página tal)). gación van dentro del paréntesis de cierre si
corresponden al texto intraparentético o a
Este nuevo uso del paréntesis tal vez podría una de sus partes, y fuera en caso contrario
ser aprovechado ventajosamente, por ejem- (→ 10.5.6.4-2; 10.5.7.3).
plo, en ediciones críticas, paleográficas u 4. Los puntos suspensivos son intrapa-
otros casos semejantes, para interpolar ex- rentéticos cuando corresponden al texto
plicaciones que no figuran en el texto ori- que se halla en esa posición. Solo van
ginal. Por ejemplo, en la reproducción del fuera del paréntesis en casos excepcionales,
texto de una portada, indicaciones como precisamente cuando no corresponden a
lo intraparentético ni al texto anterior a él
((escudete consistente en un tintero y una (→ 10.5.5.2-4).
pluma de ave)). 5. Para el caso del punto en las firmas
348 10.5.10.1. LOS CORCHETES EN CONJUNCIÓN CON LA CURSIVA
y acotaciones teatrales, véanse los párrafos año está añadido por nosotros como una
10.5.9.1-9 y 10.5.9.1-10. aclaración y no forma parte del modelo
6. Una vieja regla tipográfica dice que de cita bibliográfica. En casos así, pues,
cuando una cláusula o texto intraparen- siempre que la realidad aconseje utilizar
téticos requieran un nuevo paréntesis en paréntesis dentro de paréntesis, debe acep-
su interior, este se sustituirá por corchetes; tarse.
por ejemplo:
10.5.9.4. Los PARÉNTESIS EN CONJUN-
... atributos. (El término atributo había sido CIÓN con la cursiva . Para esta cuestión
usado también por Descartes en un sen- véase el párrafo 14.1.7.2.3.
tido similar [Principios, 1, 56].) De entre
esta...
10.5.10. Los corchetes. Los corchetes
La orae (1974: 23) no tiene en cuenta son un signo auxiliar de la puntuación que
esta regla y escribe paréntesis dentro de consta de dos semirrectángulos enfrenta-
paréntesis: dos ([ ]).
[...] el nombre Xavier, etc. (junto a los nor- 10.5.10.1. Generalidades . 1. Cuan-
males Valdepeñas, Ribadavia (nombre de do nos referimos al conjunto de las dos
lugar), Ribera, Ribero, Córdoba, Jiménez, figuras contrapuestas que forman el signo,
Javier). empleamos el plural corchetes. Aunque de
la definición de la Academia se deduce que
Como norma general, deben utilizarse cor- es corchete cada uno de los signos con-
chetes dentro de paréntesis siempre que trapuestos ([ y ]), muy raramente tienen
sea necesario. Si en algún caso esporádico empleo por separado y, por consiguiente,
este empleo diera lugar a anfibología, debe se conocen siempre en plural.
cumplirse la norma y explicar lo necesario 2. En los textos académicos existe bas-
en nota. Por ejemplo, si un autor hace una tante confusión en relación con este signo.
cita directa en la que aparece un paréntesis El DRAE01 dice: «Signo de estas figuras
dentro de otro, puede escribir ([ {) que puesto ya vertical, ya horizon-
Y los conceptos que se van formando son,
talmente, abraza dos o más guarismos,
sin ninguna necesidad cogente, más bien palabras o renglones en lo manuscrito o
una creación libre del espíritu humano (o impreso, o dos o más pentagramas en la
animal [!]) música». Como se ve, la Academia incluye
en la definición dos signos, el corchete y la
y advertir seguidamente que lo encerrado llave, pero define esta, no aquel. En efecto,
entre corchetes es del autor del texto cita- en la voz llave dice: «Signo con una de
do, como se hace cuando interesa tipogra- estas formas: { }, que abarca varias líneas
fiar de cursiva una letra, palabra o término cuyo contenido constituye clasificación o
que en el original citado aparecen de re- desarrollo de lo expresado inmediatamente
dondo. Sin embargo, cumplir esta norma antes o inmediatamente después del sig-
a rajatabla, sin ninguna excepción, puede no». La grae (1959: 487), la orae (1974:
llegar a desvirtuar el sentido del texto ori- 36) y el Esbozo (1973: 150, 154) dicen:
ginal. Por ejemplo, en el párrafo 16.12.3.5 «En las obras dramáticas suele encerrarse
pueden verse varias referencias escritas se- entre paréntesis lo que los interlocutores
gún este modelo: «(rfh iv, núm. 2 (1942), dicen aparte. Para que tales paréntesis no
181-182)». Pues bien: si sustituyéramos se confundan con otros, convendría valerse
por corchetes los paréntesis en que se encie- de los rectangulares, en esta forma [ ], que
rra el año, nos daría este resultado gráfico: algunos impresores usaban en el siglo pa-
«(RFH, iv, núm. 2 [1942], 181-182)», del sado [el xix]».
que erróneamente podría deducirse que el 3. En la página 490 de la grae y en la
10.5.10.2. ESCRITURA DE LOS CORCHETES 349
Modesto . (Desesperado.) ¡Por Dios, ayú- sin intervenir en él, puede añadir correccio-
denme! [No sé si será consciente de su nes o comentarios, notas o datos de diversa
gravedad.] índole (→ 10.5.23.2).
Inés . (Llorosa.) ¡Dios mío, Dios mío! 6. El corchete en su doble forma de
3. En la copia de códices e inscripciones apertura ( [ ) y cierre ( ] ) interviene en otro
se colocan entre corchetes las palabras o signo, llamado puntos encorchetados, que
datos hipotéticos, es decir, que faltan en el consiste en tres puntos encerrados entre
original y se suplen conjeturalmente: corchetes (→ 10.5.23).
7. En lingüística se emplea para encerrar
Quebrantaron los escudos que [ninguna] pro las trascripciones fonéticas: [káma], [bá-
[les han]. rios]. Las letras o palabras así encerradas se
escriben de redondo (→ 10.5.16.1-6).
(→ 10.5.9.1-13).
4. En poesía, el corchete de apertura se 10.5.10.3. El corchete en conjun -
coloca al comienzo de un resto de verso ción con otros . Véase lo que se
signos
que no cabe entero en su línea; este resto dice de los paréntesis (→ 10.5.9.3-2).
debe estar formado por una o más pala-
bras enteras, nunca la parte de una palabra 10.5.10.4. Los CORCHETES EN CONJUN-
partida a final de renglón, y se alinea por CIÓN CON LA CURSIVA. Para esta cuestión
la derecha con la línea superior: veáse el párrafo 14.1.7.2.3.
Posiblemente aquel hombre
había nacido en una noche sin luna, 10.5.11. La llave. También llamada
con toda la opacidad de una oscuridad abrazadera, es un signo que consiste en dos
[hermética, rasgos a modo de dos virgulillas verticales
sintiendo en su interior invertidas, unidas por un punto común
la negrura de una bombilla fundida. llamado núcleo ( { } ) (→ 10.5.10.1-2). La
Laureano Mela Espinosa
llave es un signo doble, aunque no siempre
se usen juntas las dos partes, pues tanto la
5. En las citas directas, se encierran de apertura como la de cierre tienen uso
entre corchetes todas las interpolaciones aislado.
ajenas al texto original hechas por el au-
tor que cita, para acomodar el texto a su 10.5.11.1. Generalidades . En el pá-
redacción o bien para adecuar un dato o rrafo 10.5.10.1 queda clara exposición de
añadir una corrección o aclaración. En este las diferencias en grafismo y función entre
caso nunca deben usarse los paréntesis, ya llave y corchete, que la Academia considera
que esta función no les pertenece. Como sinónimos.
ejemplo, Lázaro Carreter (1971: 222), ci-
tando a Gracián, escribe: «[...] atiende solo 10.5.11.2. Grafismo de la llave .
a [en]carecer la grandeza del objeto [...]»; Hay dos tipos de llaves, según su grafis-
es decir, que la palabra carecer, usada por mo:
Gracián, se usa hoy con la grafía encarecer,
lo que al autor le es fácil indicar con solo a) de corte inglés ({} ), cuyo trazo varía
este mecanismo, sin necesidad de una más de grosor solamente en las puntas y
amplia explicación. En este uso, como en en el núcleo;
el del apartado 3 anterior, el corchete tiene b) de corte francés ({}), cuyo trazo
la función de introducir en un texto ajeno varía de grosor hacia el centro de
otro que no pertenece a él, pero sin inter- las abrazaderas, afinándose en las
ferir en la grafía que le es propia. De esta puntas y en el núcleo.
manera el citador muestra todo su respeto
por el texto citado, al propio tiempo que, Las llamadas llaves sistemáticas se forman
10.5.12.1. GENERALIDADES 351
con una pieza correspondiente al núcleo y cen a la misma familia y son causa de no
dos abrazaderas, que pueden prolongarse, pocos problemas terminológicos. El signo
por medio de filetes, cuanto se quiera, que antiguamente se llamaba menos en
incluso desigualmente ambos lados; este tipografía tiene la longitud del cuadratín
alargamiento en las abrazaderas solo puede (—), mientras que el igual (=), el menos
conseguirse con las de corte inglés, que no actual (-) y el más (+) tienen aproxima-
experimentan variación en el grosor; en las damente la anchura de medio cuadratín.
de corte francés (y también puede hacerse Esto quiere decir que el menos clásico (—)
en las inglesas) el alargamiento se hace no puede utilizarse en matemáticas, puesto
a partir de las puntas con filetes finos o que duplica la longitud de los demás signos
seminegros. operativos (es decir, =, x, -, +). Así pues,
el antiguo semimenos (-), que se usa solo
10.5.11.3. Escritura de la llave , 1. en matemáticas, debe denominarse menos,
En los cuadros sinópticos, las llaves se y el menos que tiene la longitud de un
disponen de manera que abarquen con sus cuadratín y de uso exclusivo en ortografía
abrazaderas la totalidad de las líneas del usual debe llamarse raya (aunque en tipo-
grupo o grupos que dependen del concepto grafía, excepcionalmente, siga llamándose
que les da origen, hacia el cual se dirige el menos a veces). Raya es una denominación
núcleo, que puede quedar a la derecha, a la genérica, pero se elige para este uso concre-
izquierda o a ambos lados en el mismo cua- to teniendo en cuenta los beneficios de la
dro, e incluso hacia arriba o hacia abajo. claridad terminológica.
En ningún caso deben usarse los dos pun- Las imprecisiones en lo tocante a la de-
tos (:) antes o después del núcleo de la lla- nominación no son cosa de hoy. Como sig-
ve, ya que esta, en cierta manera, significa no ortográfico, la orae (1974: 30 y 39) lo
«dos puntos» o cumple su misma función llama raya, pero no lo define. Sí lo hace el
en los cuadros sinópticos (→16.15-3). DRAE01 (s. v. raya): «Guión algo más largo
2. En matemáticas, la llave sirve para que se usa para separar oraciones inciden-
encerrar operaciones en conjunción con los tales o indicar el diálogo en los escritos».
paréntesis, los corchetes y otros signos. En la voz menos dice el DRAE: «Signo de
sustracción o resta, que se representa por
10.5.11.4. Las llaves en conjunción una rayita horizontal (-)» (el signo que
con la cursiva . Para esta cuestión véase pinta el drae 01 es el guión, no el menos).
el párrafo 14.1.7.2.3. Los autores tipográficos siempre han lla-
mado menos a la raya y han unificado bajo
10.5.12. La raya. La raya es un signo esta denominación todos los usos, tanto el
auxiliar de la puntuación que consiste en ortográfico como el matemático, ya que se
un trazo horizontal cuya longitud, en lo trataba de un solo signo con diversas apli-
impreso, equivale a un cuadratín; puede caciones, y no de varios signos. Moliner
usarse simple (—) o doble (— ).
-------— (1980: ii, 889; 1998, ii, 818, s. v. pun-
tuación) lo complica aún más al hablar de
10.5.12.1. Generalidades . Menos es raya o guión referido a la raya, y de guión
el nombre que tradicionalmente ha reci- pequeño referido al guión, y en la página
bido este signo en tipografía, a tal punto 1439 del volumen i, bajo guión, mezcla los
que en este medio nunca se ha llamado usos de este y de la raya.
raya, que es su nombre académico y esco- Estas imprecisiones han dado lugar a la
lar. Actualmente, sin embargo, debido a la utilización de términos como guión corto o
introducción de nuevos grafismos en los pequeño y guión largo que no son necesa-
sistemas de fotocomposición y autoedición, rios; el guión corto o pequeño es el guión
es necesario tener en cuenta la diferencia (sin más), y el largo, la raya. En cuanto a
existente entre varios signos que pertene- raya, como palabra genérica es aplicable
352 10.5.12.2. ESCRITURA DE LA RAYA
también a todos los signos que asimismo este caso no es la raya, sino el corchete
son rayas, como la barra (/), la contrabarra (→ 10.5.9.3-6).
(\) y la pleca (|); Moliner (1980: ii, 889) lla- 2. En los diálogos, la raya tiene varias
ma doble raya al igual (=) (→ 10.5.21.1), funciones:
pero también podrían llamarse así la barra 2.1. Se usa una raya como signo indi-
doble (//) y la pleca doble (||, ||). Sin em- cador de apertura de parlamento, en lugar
bargo, como se ha dicho, es preciso aceptar de repetir cada vez, como en las obras de
la denominación de raya para el antes lla- teatro, el nombre del interlocutor; la raya
mado menos (—), teniendo en cuenta que se sitúa después de la sangría ordinaria del
nos referimos a un signo ortográfico y no texto y sin espacio alguno entre este signo
a un signo matemático (que se corresponde y la palabra que sigue:
con el menos).
—Hace frío...
—No sé, yo no tengo.
10.5.12.2. Escritura de la raya . Las
—¡Será el cuerpo!
funciones de la raya pueden sintetizarse —Puede...
así:
2.2. Se usa asimismo para encerrar las
a) acotar ciertas oraciones incidentales aclaraciones hechas por el autor en los par-
(raya de inciso) (→ 10.5.9.1-5); lamentos (→ 10.5.12.5):
b) indicar los interlocutores en los diá-
logos; —¿Qué ha pasado? —preguntó al verme—.
c) sustituir palabras mencionadas inme- ¡Usted está muy pálido!
diatamente antes (en línea o en co- —Todo ha terminado... —le contesté, dándo-
lumna) para evitar su repetición. le la carta de mi padre.
signo como la raya puede expresarla gráfi- —¡Vaya! —El cochero arreó a los caba-
camente. Así pues, la forma correcta es la llos.— Eso es muy interesante.
siguiente:
Pero esta grafía es inaceptable en español.
—¿Digo yo que no tengas razón? —contestó Sin embargo, se ha usado la siguiente:
Blas a Diego.
—¡A las armas! —gritaron todos.
—¡Vaya! —El cochero arreó a los caba-
—¿Cómo te llamas? llos. —Eso es muy interesante.
—Andrés Pereda —contestó el valiente.
Pero esta variante de la primera grafía, pese
2.2.2. Cuando el inciso aclaratorio del a no carecer de lógica, ha sido sistemática-
autor comienza con verbo declarativo (que mente rechazada.
expresa comunicación o narración, como
contar, decir, asegurar, preguntar, inquirir, b) Cuando el inciso está introducido
exponer, expresar, manifestar, etcétera), se por un verbo declarativo (y, por
escribe con minúscula aunque venga prece- consiguiente, comienza con minús-
dido de un signo que normalmente oficia cula), la puntuación que correspon-
de punto: da a la oración anterior a la apertu-
ra de raya se traslada después de la
—¡Está usted muy pálida! —exclamó al ver- raya de cierre:
me.
—¿Cómo dice usted? —pregunté. —Sí, lo hice —declaró—; escribí la carta, y no
tengo de qué avergonzarme.
2.2.3. Cuando el inciso comienza con
una acción correlativa al diálogo o que se c) Cuando la puntuación que correspon-
aparta de lo expresado por este, debe ir de a la oración anterior a la apertu-
precedido de punto (o signo que ejerza sus ra de raya es dos puntos, la problemá-
veces) y, por lo tanto, empezar con mayús- tica que se presenta es exactamente
cula: igual que la del apartado a anterior:
—Perdone. —Se levantó y fue hacia la ven-
tana. —Llueve a cántaros. —Gustavo se volvió
—¡Un momento! —También Gabriel se puso hacia María y añadió—: Debemos pospo-
en pie. ner el viaje.
2.2.4. Cuando después del inciso conti- La siguiente grafía, como en el caso a, es
núa el parlamento, hay que tener en cuenta inaceptable:
los siguientes casos:
—Llueve a cántaros. —Gustavo se volvió ha-
cia María y añadió:— Debemos posponer
a) Si el inciso comienza con mayúscula el viaje.
(precedida de punto o signo que
haga sus veces), el punto de cierre se Sin embargo, alguna vez se ha usado la
coloca detrás de la segunda raya: siguiente:
—¡Vaya! —El cochero arreó a los caballos—. —Llueve a cántaros. —Gustavo se volvió ha-
Eso es muy interesante. cia María y añadió: —Debemos posponer
el viaje.
Si en este caso las rayas cumplieran exacta-
mente la función de paréntesis, no cabe Pero, pese a que esta variante tenga tam-
duda de que la disposición debería ser la bién su apreciable grado de lógica, ha sido
siguiente: sistemáticamente rechazada. El manteni-
354 10.5.12.2. ESCRITURA DE LA RAYA
millas), las interpolaciones aclarativas del cada una de las voces que, de izquierda
autor pueden colocarse entre comas o entre a derecha, son iguales en todos los sintag-
rayas (estas, especialmente en interpolacio- mas, salvo los conectivos, que se omiten
nes extensas): todos menos el último (no se sustituyen
por rayas). En este caso la raya se separa
El asunto, dijo el ministro, se está estudian de la palabra siguiente con un espacio fino,
do; siempre el mismo en cada trabajo:
El asunto —dijo el ministro, que acababa de
llegar del Consejo de Ministros— se está oración gramatical: 23, 57
estudiando. — impersonal: 56, 89
— intransitiva: 85
La orae (1974: 39) expone un caso muy
parecido: Benito , Ángel: La enseñanza del periodismo
y el progreso político, Barcelona: Instituto
Pronto llegarían —pensaba Juan— los meses de Ciencias Sociales, 1967.
de verano. — Lecciones de teoría general de la infor-
mación, Madrid: García Blanco, 1972.
4. Se usa una raya para suplir una pa-
labra ya escrita. Pueden darse dos casos: en En este uso, conviene tener en cuenta las
línea y en columna. siguientes normas:
4.1. Cuando se da en línea, la primera
palabra, común en todos los conceptos o a) si la raya coincide a comienzo de pá-
sintagmas, se sustituye por una raya a par- gina o columna, debe ser sustituida
tir de la segunda aparición: por la palabra a la que remplaza;
b) la disposición del párrafo es a la
Quedar a deber. —con un amigo. —en tal o francesa, es decir, haciendo entrar las
cual cosa. —de asiento. líneas segunda y siguientes el espacio
correspondiente a la raya más el es-
Puede puntuarse con punto y coma, sobre pacio fino de blanco que lo separa de
todo si la primera palabra (la sustituida) la primera palabra;
empieza con minúscula: c) entre la raya y la primera palabra
que le sigue nunca se emplea la puntua-
quedar a deber; —con un amigo; —en tal o ción que corresponda a la palabra
cual cosa; —de asiento. sustituida;
d) en cuadros y tablas, la raya puede
Si cada sintagma va seguido de un dato sustituir a palabras o a sintagmas,
(por ejemplo, numérico), la raya puede centrándola debajo de ellos; en estos
omitirse: casos, las voces de menos de tres le-
adjetivo: 25, 37; invariable: 68, 99; primitivo:
tras, solas, no se sustituyen por raya,
24. sino que se escriben enteras unas
debajo de otras (a veces, en lugar de
Si en estos casos se da inversión de los tér- una raya, se usan comillas de cierre
minos del sintagma, la frontera se indica con significado de «ídem»; es una
con la mayúscula de la primera palabra de solución alternativa que rechazan los
la inversión: autores tipógrafos [→ 10.5.8.4.1-7]).
adjetivo: 25, 37; Gradación del: 45 5. En los cuadros o tablas en que apa-
recen casillas sin dato, su lugar suele
(→ 10.5.2.3.1-17). ocuparse con una raya; si el dato existe
4.2. En columna, la raya sustituye a pero se ignora, suele colocarse en su lugar
356 10.5.12.2. ESCRITURA DE LA RAYA
Actualmente esta raya se sustituye por un Vladímir . La otra. (Estagón le tiende la mis-
cuadratín o, mejor, por medio cuadratín: ma pierna.) ¡La otra, he dicho! (Lo mismo,
con la otra pierna.) Vaya, la herida está a
punto de infectarse.
Medida tipográfica. La unidad de medida
en tipografía...
3. La unidad de medida... 10. En una relación de conceptos (apar-
III. La unidad de medida... tados de un párrafo), la raya sirve para
indicar el comienzo de cada uno, cuando
Medida tipográfica. La unidad de medida en estos no van numerados:
tipografía...
3. La unidad de medida...
III. La unidad de medida... Los objetivos que deben alcanzar los cursillos
pueden sintetizarse así:
En este caso puede suprimirse incluso el — formación de los aspirantes;
punto, pero debe permanecer el cuadratín o — preparación para objetivos de mayor
el medio cuadratín (preferible este): alcance;
10.5.12.4. ANGLICISMOS ORTOGRÁFICOS EN EL USO DE LA RAYA 357
El hombre era sujeto abstracto de derechos y sus partes abiertas (< >). La Academia
deberes, y no titular de necesidades; no registra este signo ni su denomina-
ción hasta la OLE10, gel (supl., 749)
o incluso sin ella: lo denomina paréntesis angulado, térmi-
no que debe desecharse por su similitud
El hombre era sujeto abstracto de derechos y con las denominaciones paréntesis angu-
deberes y no titular de necesidades. lar o paréntesis rectangular que se apli-
ca a un signo matemático formado por
Este ejemplo: dos ángulos muy abiertos y enfrentados
(( )) (→ 10.5.10). Las antilambdas dan
Permanecieron hasta el fin fieles a Hitler —y origen al grafismo de las comillas latinas
a los cañones (« »), cuya función cumplen, sobre todo
en las citas, en los escritos antiguos. En
se resuelve, en este caso, con puntos suspen- los códices y manuscritos antiguos, con
sivos: el nombre de diple, indicaban los textos
tomados de las Sagradas Escrituras, y en
Permanecieron hasta el fin fieles a Hitler... y la paleografía y bibliología actuales se
a los cañones. emplea para encerrar las reconstrucciones
conjeturales de palabras o textos borrados
10.5.12.5. La raya en conjunción o desaparecidos; por ejemplo, en la recons-
con otros signos . 1. Cuando la raya trucción catalográfica de las portadas de
encierra oraciones incidentales iniciadas los libros, en las ediciones críticas y en las
con minúscula, solo puede ir después de paleográficas o diplomáticas. Suele usarse
espacio o precedida de puntos suspensivos, actualmente también en otras obras, espe-
siempre que estos pertenezcan a la oración cialmente en las de filosofía, con funcio-
anterior; coma, punto y coma, dos puntos nes similares a las de las comillas. Emplea-
y punto deben colocarse después de la raya dos por separado, el signo de cierre (>)
de cierre (→ 10.5.8.5.4.3). sirve para indicar, en matemáticas, «ma-
2. Si las oraciones incidentales quedan yor que», y en lingüística, «da origen a»
a final de párrafo, la segunda raya, que (entre dos palabras); y el de apertura (<),
cerraría el inciso, se omite (por razones de «menor que» o «se deriva de», respectiva-
estética): mente.
... deben hacerlo constar en la nota editorial
—edición fonética— o mediante señala-
10.5.14.1. Las antilambdas en con -
miento en cada caso —edición crítica. junción con otros . Les son apli-
signos
cables las mismas reglas que a las comillas
Este uso está en consonancia con lo que se (→ 10.5.8.5.1).
hace en los diálogos cuando la interven-
ción del autor queda a final del párrafo 10.5.15. La contrabarra. También lla-
(→ 10.5.12.2-2.2 ss.). mada antibarra o barra inversa, es una ba-
rra trazada de arriba abajo y de izquierda a
10.5.13. El menos. El menos es un sig- derecha (\), generalmente de la altura de las
no matemático de la sustracción o resta letras mayúsculas, que se usa especialmente
que en lo impreso tiene la longitud de me- en informática.
dio cuadratín (-) (→ 10.5.12.1).
10.5.16. La barra. La barra o diagonal
10.5.14. Las antilambdas. Las anti- es un signo que consiste en una línea recta
lambdas, también llamadas diples, son diagonal trazada de arriba abajo y de de-
un signo doble que adopta la forma de recha a izquierda (/), generalmente de la
dos lambdas tendidas y enfrentadas por altura de las letras mayúsculas.
10.5.16.2. ESCRITURA DE LA BARRA 359
/ui/; la vocal /a/; el fonema /x/, /toras/. Las tos de Occidente; en italiano, e/o; en ale-
letras o palabras así encerradas se escriben mán, und/oder; en francés, et/ou; ade-
de redondo (→ 10.5.10.2). más, otras partículas pueden tomar el
7. Se usa para separar las alternancias mismo modelo gráfico como en francés
ortográficas: gerbo/jerbo, ballico/vallico de/dans (deten); en algunos casos, los au-
(sin espacios), y las indicaciones de divi- tores huyen de la fórmula escribiendo, por
sión silábica: desa- / rrollo, no- / so- / tros, ejemplo, y(o), fórmula que, en tanto que
en este caso entre espacios. «garabato», nada tiene que envidiar a y/o
8. En citas bibliográficas y bibliografías (v. Carnicer, 1983: 169-171). Pues bien: la
sirve a veces para separar el número de la Academia, en la ole 99 (p. 86), ha venido
publicación y el del año: 24/1978, o bien a concederle carta de naturaleza. No debe
el del año y el de la página: 1981/28. En usarse la barra en este oficio. El dpd 05 ya
leyes, decretos, documentos, informes, et- no registra este empleo.
cétera, ejerce funciones similares: decreto 11. En las ediciones críticas sirve para
78/1981; ley 23/81. Tiene otros usos simi- indicar el cambio de línea en el original;
lares en la separación de series, códigos, suele acompañarse de su numeración para
etcétera. En estos casos el signo se «lee»: facilitar las consultas y remisiones.
decreto setenta y ocho barra mil nove-
cientos ochenta y uno; ley veintitrés barra 10.5.16.3. División de términos uni -
ochenta y uno. dos con barra . Cuando sea necesario
9. En algunas abreviaturas puede susti- dividir o separar dos términos unidos con
tuir al punto abreviativo (→ 5.2.3.2). barra, se deja esta a final de línea, sin
10. Hay un uso moderno de la barra, guión, y se pasa el segundo término a la
incluso en textos oficiales y en diccionarios línea siguiente: gratuidad/ / perplejidad. Si
enciclopédicos, que encuentra oposición y los términos están abreviados, lo mejor se-
es justamente rechazado. Alfonso Torrents ría no separarlos, pero pueden darse casos
deis Prats, en «La deplorable utilización de necesidad: hab./km2; podría optarse, en
del “y/o”» (La Vanguardia, 19.4.80, 5, este caso, por desdoblar las abreviaciones,
«Cartas de los lectores»), dice: «Me refiero y escribir habitantes por kilómetro cua-
al párrafo [del proyecto de ley de Huelga] drado, tanto más cuanto que el símbolo
que reza: “Son ilegales las huelgas que se km2 a principio de línea no es correcto
declaren y/o se ejerciten en contra de lo (→ 5.2.10-1).
establecido en la presente ley”. = La com-
binación “y/o”, reprobada incluso por los 10.5.16.4. Errores frecuentes en la
gramáticos ingleses, significa en los textos escritura de la barra . No son correctos
citados que: 1) es ilegal la huelga declara- los siguientes usos de la barra:
da en contra de lo establecido por la ley;
2) es ilegal la huelga ejercitada en contra a) las grafías 15/s, 60/h pueden escri-
de lo establecido por la ley, y 3) es ilegal birse 15 por segundo o quince por
la huelga declarada y ejercitada en contra segundo, y 60 por hora o sesenta
de lo establecido por la ley». Según razona por hora, respectivamente, pero no
Torrents deis Prats, habría bastado con la las formas con barra;
conjunción o, puesto que «Si los supuestos b) en una expresión como 30 mglkgl
de ilegalidad contemplados en 1 y 2 lo día, la grafía correcta es 30 (mg/
son ya por entidad propia, ¿cabe imaginar kg)/d o mg/(kg/d) (→ 10.5.9.2-1), ya
que su concurrencia pueda dar lugar a un que la grafía con dos o más barras
acto legal?». Sin embargo, este «garaba- es incorrecta;
to gráfico», como lo llama Torrents deis c) es igualmente incorrecto, en las fe-
Prats, no se usa solo en español e inglés chas, escribir mayo/1981; la barra
(and/or), sino en todos los idiomas cul- no cumple aquí ninguna función, y
10.5.20.1. GUIÓN MORFOLÓGICO, LÉXICO O LEXICAL 361
lo mejor es omitirla: mayo del 2001. por la otra, salvo indicación en contrario.
ción consolidada y los que se escriben en res tienden a introducir un guión clarifica-
dos palabras. dor entre el prefijo y el poscomponente; por
ejemplo, post-romántico, post-reducción,
10.5.20.1.1. El guión en los compuestos post-renacentista; Font Quer (1953: xxi)
por prefijación. 1. Cualquiera que sea el cita la grafía pro-ustilago «para soslayar
tipo de prefijo (separable, como contra en la diptongación de la u». Podrían añadirse,
contrahacer, o inseparable, como semi- naturalmente, postliminio, subletal, subrei-
en semidormido), los compuestos por pre- no, etcétera (→ 1.3.2.4). El guión no tiene,
fijación se escriben siempre en una sola pa- entre sus funciones, la de desambiguar la
labra, sin guión ni separación de sus miem- pronunciación de las palabras, al menos
bros. La explicación reside en el hecho de en español, y recurrir a él en estos casos
que toda palabra compuesta de un prefijo supondría llenar con este signo cualquier
más un elemento significativo forma una escrito. Por consiguiente, en todos los casos
nueva palabra en la que el poscomponente mencionados y otros de igual formación
queda alterado según la significación del debe evitarse el uso del guión.
precomponente o prefijo. 4. Caso especial lo representan los com-
2. Suele haber, en algunos casos, eta- puestos en los que a un prefijo sigue un
pas intermedias, no siempre justificadas nombre escrito con mayúscula, una sigla
ortográficamente, en que a la escritura en o una cifra. Dado que grafías como, por
bloque le precede una primera etapa de ejemplo, antiFérez (o AntiPérez), antiO-
escritura en dos términos (por ejemplo, TAN (o AntiOTAN), sub23 (o Sub23)
pro chino, pro soviético), seguida de una no son idiomáticas en español por incohe-
segunda etapa de escritura intermedia con rencia gráfica, se impone necesariamente
guión (pro-chino, pro-soviético), para de- la utilización del guión para indicar que
sembocar en la grafía correcta cuando ya la se trata de una grafía intencionalmente
lexicalización de ambos componentes hace unitaria, pero formalmente unida por el
que se vea la palabra como una unidad guión, a falta de otro recurso; así, las
gráfica (prochino, prosoviético) (v. Polo, grafías anteriores deben aceptarse de esta
1974: 156-157). Sin embargo, lo desea- manera: anti-Pérez, anti-OTAN, sub-23
ble es que toda palabra formada por este (o con la primera palabra con mayúscu-
procedimiento (prefijo + poscomponente), la, si es necesario); no parece aconseja-
aunque sea un neologismo, se escriba en un ble el uso del apóstrofo en estos casos:
solo término. Casares (1952: 99) aconseja anti’Pérez, anti’OTAN, sub’23, puesto que
el uso del guión en la formación de com- aquí no se produce ninguna elisión (→ 6.9;
puestos que no figuran en el drae , pero 10.4.20.1-1).
parece que es preferible aplicar la regla a 5. Otro problema es el planteado por la
toda palabra formada por el mismo pro- partícula ex. Dice el DRAE92: «Antepuesta
cedimiento, sin hacer distinciones en razón a nombres de dignidades o cargos, denota
de que esté o no admitida por la Academia. que los tuvo y ya no los tiene la persona de
El drae no recoge, ni mucho menos, todas quien se hable; v. gr.: ex provincial, ex mi-
las palabras que se utilizan en español, pe- nistro. || También se antepone a otros nom-
ro en el caso de los compuestos tampoco es bres o adjetivos de persona para indicar
imprescindible que los recoja: bastaría con que esta ha dejado de ser lo que aquellos
que registrase todos los prefijos existentes significan: ex discípulo, ex monárquico. ||
(y ni siquiera esta es una condición indis- Forma parte de locuciones latinas usadas
pensable para seguir la recomendación de en nuestro idioma; v. gr.: ex abrupto, ex
escribir siempre en bloque los compuestos cáthedra». Pese a tratarse de un prefijo, la
de prefijo + poscomponente). Academia lo escribe separado del nombre
3. En algunos casos, con el fin de evitar o adjetivo a que afecta. Para resolver el
pronunciaciones incorrectas, ciertos auto- problema (puesto que la grafía de la Aca-
10.5.20.1.1. EL GUIÓN EN LOS COMPUESTOS POR PREFIJACIÓN 363
demia parece inaceptable), Casares (1952: que hasta el presente ningún lingüista ca-
98) proponía usar el guión: ex-director, ex- yera en la cuenta de que ex es un adjetivo
-diputado, ex-republicano, lo que «permite en español. Se entiende que sea sustanti-
conservar la mayúscula a los nombres que vo en el uso moderno y familiar: La ex de
la requieren: ex-Rey, ex-Presidente...». Seco Pepe, El ex de Eva, pero no en el sentido
(1998: s. v. ex-) dice que delante de nom- clásico con el significado de «que fue y ya
bres o adjetivos de persona «se suele escri- no es»: exministro = fue ministro y ya no
bir separado del nombre o adjetivo, y así lo lo es. ¿Cómo puede suponerse que aquí ex
usa la Academia: ex ministro, ex diputado. cumple las funciones de un adjetivo? ¿Qué
Pero, tratándose de un prefijo, sería normal cualidad o accidente tiene en relación con
escribirlo unido al nombre: exmonárquico; ministro? La grafía, pues, de la partícula
o enlazado por medio de un guión, con lo ex, en este sentido, debe consistir en unirla
cual se conserva la posibilidad de mante- con el poscomponente, siempre sin guión.
ner la mayúscula: ex-Diputado, ex-Rey». A este respecto, el drae tiene un compor-
Carnicer (1977: 83-84) llama la atención tamiento muy irregular: escribe en una
sobre la incongruencia de escribir ex libris sola voz exabrupto (sustantivo), excautivo,
(sustantivo) junto a exabrupto y exvoto. excombatiente y exvoto; en una o dos, exli-
Añade que si exlibrista se escribiera en dos bris o ex libris, y en dos ex abrupto (modo
términos (ex librista), «vendría a signifi- adverbial), ex cathedra, ex profeso; todas
carse este absurdo: los que fueron amigos estas palabras deberían escribirse en un so-
de los libros». Lozano Ribas (s. a., 67) re- lo término, pues no hay razón para escribir
chaza también la escritura en dos palabras: ex profeso si se acepta exvoto, y tampoco
«[...] si tales combinaciones de vocablo la hay para escribir ex ministro si se acepta
latino con otro castellano se escriben for- excautivo y excombatiente. En la actua-
mando una sola dicción, como ocurre en lidad (2012), algunos lingüistas cercanos
todas las compuestas, ¿a qué viene escribir a la Academia mantienen la opinión de que
la partícula ex separada del nombre a que la partícula ex no puede juntarse a voces
se refiere?». Polo (1974: 155-158) analiza como alto en sintagmas como exalto cargo.
varias grafías posibles, como ex Ministro, No se ve fácilmente por qué eso no ha de
Ex-ministro, Exministro, ex-Ministro, ¿Ex ser así, pero se puede añadir que la fórmula
ministro, exMinistro? La mejor es exmi- exviceprimer ministro, más compleja aún,
nistro, sin duda, puesto que ni ministro, ni ha sido usada normalmente por periódicos
rey, ni diputado, ni presidente son nombres como El País (por ejemplo, el 04/05/06, 2).
propios (solo excepcionalmente, en textos A mayor abundamiento, la misma Acade-
oficiales, adquieren esa categoría, y enton- mia, en el DE05 (s. v. ex-), dice que puede
ces la grafía debe ser Exministro, Exrey, escribirse separado o unido con guión a
etcétera, como se escribe Contrarreforma y la palabra a que precede. Según esto, las
no contra-Reforma). (Obsérvese, de paso, grafías ex-jugador, ex-capital son correc-
la grafía de exrey y la que corresponde a tas. De aquí a escribir el prefijo unido a la
exrepublicano: se escriben con r y no con rr palabra base solo hay un paso. Este paso
porque x suena [ks], y después de s se escri- lo dio la Academia en la OLE10 (p. 538) al
be r [→ 1.3.19.1-1.2.2 (x)].) Sin embargo, establecer que cuando el prefijo aparezca
el DRAE01 nos dice ahora, por primera vez, separado de su base se escribirá unido
que la partícula ex es un adjetivo que signi- a ella, como en examigo, exalcaldesa, y
fica «Que fue y ha dejado de serlo», y pone cuando afecte a una base pluriverbal, co-
estos ejemplos: ex ministro, ex marido. La mo en ex alto cargo, ex capitán general, se
segunda acepción, también registrada por escribirá separado de su base. Sin embargo,
primera vez, dice que significa «Persona esta segunda solución arrastra problemas,
que ha dejado de ser cónyuge o pareja porque en el ejemplo mencionado antes,
sentimental de otra». Resulta asombroso exviceprimer ministro, uno no encuentra
364 10.5.20.1.2.1. EL GUIÓN EN LOS COMPUESTOS DE DOS ADJETIVOS Y DOS SUSTANTIVOS
graves inconvenientes en escribirlo pegado grafía tupiguaraní la perdería (lo cual, por
a su base, por más que esta sea compleja. otro lado, se da también en otros casos
Es cierto que se pueden presentar casos [→ 4.3.5-2] que se admiten, por lo que tu-
dudosos, como en ex chico de los recados, piguaraní sería asimismo aceptable), desu
pero no parece que debiera ser muy pro- registra también gramo-fuerza y gramo-
blemático para su intelección cabal si se -masa (cuyas grafías correctas son gramo
escribiera exchico de los recados, lo mismo fuerza y gramo masa, aunque se escriba,
que en exalto cargo, excapitán general, bien, equivalente-gramo), guit-guit (ave),
exteniente coronel. kala-azar (enfermedad) y mata-ratón. En
la grafía ordinaria, el término año de luz
10.5.20.1.2. El guión en los compues- que recoge el drae 84 suele ser convertido
tos de dos adjetivos y dos sustantivos. El en año-luz, pero más correcto es año luz
procedimiento de unir términos compues- (como ahora, en el drae 92 y en el DRAE01,
tos con guión léxico no es propio del espa- registra la Academia). Existen, sin embar-
ñol en la medida en que lo es del francés, go, algunas palabras que incorrectamente
el portugués y el catalán, donde muchos suelen escribirse con guión, cuando en rea-
términos se unen con guión en lugar de lidad deben escribirse en un solo término;
escribirlos en dos palabras o en una sola. por ejemplo, beri-beri por beriberi, can-can
En efecto, no suele la Academia utilizar por cancán, hara-kiri por harakiri, tan-tan
mucho el guión para unir las partes de un por tantán, tic-tac por tictac, tun-tun por
compuesto, pero se dan algunos casos. Por tuntún, zig-zag por zigzag.
ejemplo, en el drae 92 escribía agar-agar,
aovado-lanceolada, astur-leonés, balto- 10.5.20.1.2.1. El guión en los compues-
-eslavo, judeo-español, caá-miní, cha-cha- tos de dos adjetivos. 1. En relación con
-chá, cri-cri. Actualmente, en el DRAE01, los compuestos que son gentilicios, la nor-
escribe, respectivamente, agaragar, aova- ma 22.a de las promulgadas por la Acade-
dolanceolada, asturleonés, baltoeslavo, ju- mia en 1959 dice: «Cuando los gentilicios
deoespañol, caaminí, chachachá, cricrí. Sin de dos o más pueblos o territorios formen
embargo, la Academia admite en esta edi- un compuesto aplicable a una tercera enti-
ción alternancias como galaicoportugués dad geográfica o política en la que se han
o galaico-portugués, gallegoportugués o fundido los caracteres de ambos pueblos
gallego-portugués, castellano-leonés o cas- o territorios, dicho compuesto se escribirá
tellanoleonés, castellano-manchego o cas- sin separación de sus elementos: hispano-
tellanomanchego, fino-ugrio o finoúgrio. americano, checoslovaco. En los demás
Habría que preguntarse: si siempre escri- casos, es decir, cuando no hay fusión, sino
be hispanoamericano, hispanomusulmán, oposición o contraste entre los elementos
hispanojudío, hispanorromano, judeocris- componentes, se unirán estos con guión:
tiano, judeoespañol, navarroaragonés, sin franco-prusiano, germano-soviético». Esta
guión, ¿por qué ahora duda entre el guión norma es tan endeble y caprichosa que la
y su ausencia y admite las alternancias propia Academia no la cumple, al haber
mencionadas, que solo contribuyen gra- admitido (1984), como se ha visto en el
tuitamente a hacer más difícil la escritura? párrafo 10.5.20.1.2, astur-leonés y astur-
En esta edición del drae la Academia leonés, navarro-aragonés y navarroarago-
escribe con guión esquimal-aleutiano, nilo- nés. No hay motivo racional para que no
-sahariano, tucu-tuco. Es de esperar que se pueda escribir guerra francoprusiana,
en la próxima prescinda de él y escriba tratado anglonoruego, pacto hispanopor-
esquimalaleutiano, nilosahariano y tucu- tugués, casos en los que los adjetivos in-
-tuco. Pese a todo, tal vez valga la pena el dican entre quiénes se da la guerra, el tra-
guión en tupí-guaraní, con objeto de man- tado o el pacto; ya queda implícito en los
tener la acentuación de tupí, ya que con la propios sustantivos si se trata de algo que
10.5.20.1.2.1. EL GUIÓN EN LOS COMPUESTOS DE DOS ADJETIVOS 365
separa (guerra) o algo que une o aproxima en el uso del guión, no alcanza la sufi-
(tratado, pacto). Según la norma académi- ciente especificidad como para conseguir
ca, parece como si al guión se le quisieran tal propósito, porque lo que se dice de los
conferir funciones ideológicas. En la OLE99 gentilicios separados por el guión es exac-
(p. 83), la Academia se muestra a medio tamente aplicable a los escritos en una sola
camino entre mantener esta norma o elimi- voz. ¿Acaso no puede aplicarse lo mismo a
narla. Dice: «Cuando dos gentilicios for- hispanorromano, francocanadiense y nava-
man una palabra compuesta, esta se puede rroaragonés? Es decir, ¿no está implícita en
escribir separando o no ambos elementos estos compuestos la existencia de una pre-
con un guión. Si el compuesto resultante posición o una conjunción? En los ejemplos
se siente como consolidado, lo escribire- escritos sin guión, ¿no permanece invariable
mos sin guión. Ejemplos: hispanoárabe, el primer elemento, mientras que el segundo
francocanadiense. Si el compuesto no es concuerda en género y número con el sus-
sentido como unidad, puede escribirse con tantivo, exactamente igual que los escritos
guión. Ejemplos: luso-japonés, hispano- con guión? ¿No es cierto que hay que in-
-ruso». Esta liberalidad para permitir que terpretar ciudadano francocanadiense, por
cada cual escriba los compuestos tal como ejemplo, como un ciudadano que participa
los sienta es contraria a toda normativa. La por igual de la propiedad de ser francés y
Academia tropieza aquí con un problema canadiense al mismo tiempo, exactamente
práctico: ¿qué haremos, actualmente, con igual que en frontera chileno-argentina, es
checoslovaco? Si el escribiente lo siente co- decir, chilena y argentina? Entonces, ¿qué
mo unidad (lo cual va contra la realidad), cometido tiene el guión en estos casos?
lo escribirá junto; si, por el contrario, es 2. Hay otro grupo de compuestos de
consciente de que actualmente se trata de dos o más adjetivos, de los que dice el Es-
dos naciones separadas, escribirá checo- bozo (1973: 79-80): «Se distinguen [...] por
-eslovaco. Pero si entre estos dos países el hecho de que no se atienen en general a
se firma un tratado, ¿por qué razón se ha modelos griegos o latinos y por la tenden-
de escribir checo-eslovaco, si en el caso de cia de la escritura de no aglutinar sus com-
hispanoárabe hay menos afinidad que en ponentes en una palabra, sino separarlos
checoslovaco? El dpd (s. v. guion1 o guión, mediante guión. En este punto se observa
§ 1.1.3a) dice en relación con esto: «Si en el cierta variedad: democristiano o demo-
sustantivo al que se aplica el gentilicio com- -cristiano, judeoespañol o judeo-español,
puesto se fusionan los caracteres propios de variables socioeconómicas o socio-econó-
cada uno de los elementos que lo forman, micas, técnicos agropecuarios, síntomas
no se escribe guión entre ellos: [ciudad] oraldepresivos, estudios histórico-crítico-
hispanorromana, [ciudadano] francocana- -bibliográficos». Al respecto, la norma 23.a
diense, [dialecto] navarroaragonés. [...] Si de las promulgadas en 1959 decía: «Los
lo que se desea es poner en relación dos compuestos de nueva formación en que en-
adjetivos gentilicios que conservan su re- tren dos adjetivos, el primero de los cuales
ferencia independiente, se escribe guión conserva invariable la terminación masculi-
entre ambos: [relaciones] germano-sovié- na singular, mientras el segundo concuerda
ticas, [frontera] chileno-argentina, [cum- en género y número con el nombre corres-
bre] luso-española. Aquí el guión funciona pondiente, se escribirán uniendo con guión
con valor de enlace similar al de una prepo- dichos adjetivos: tratado teórico-práctico,
sición o una conjunción, y, como se ve en lección teórico-práctica, cuerpos técnico-
los ejemplos, el primer elemento permanece -administrativos». Como se ve, mientras
invariable, mientras que el segundo con- las nuevas normas prescriben el guión, el
cuerda en género y número con el sustan- Esbozo duda entre el guión y la fusión. A
tivo». Esta última parte de la norma, que modo de ensayo, y para hallar una salida
es la que trata de justificar la disparidad en este punto, ciertamente no demasiado
366 10.5.20.1.2.2. EL GUIÓN EN LOS COMPUESTOS DE DOS SUSTANTIVOS (APOSICIONES)
ley, coche cama, pez espada, mesa ca- guión. Si el texto dice que la Academia los
milla, puerta cancel, guardia civil, radio registra sin guión (y es cierto), ¿qué razón
pirata, bomba lapa, coche bomba, célula hay para establecer la grafía preferente con
madre, etcétera. Moliner (1980: i, 1440, guión cuando el término es acomodaticio
s. v. guión; 1998: 1524) dice: «El nombre o no está lexicalizado? ¿Qué cometido de-
de una cosa formado por la unión de dos sempeña ahí el guión, por más que algunos
nombres puede escribirse en dos palabras escribientes, ante la duda, lo coloquen? Lo
separadas o con guión: ‘pájaro mosca’ o que hay que establecer de forma general es
‘pájaro-mosca’, ‘espacio tiempo’ o ‘espa- la grafía sin ese aditamento, ya que este no
cio-tiempo’». Sin embargo, con acierto, la está justificado.
Academia escribe estas aposiciones en dos
términos sin guión, que no necesitan (salvo, 10.5.20.1.3. El guión en nombres pro-
por ejemplo, café-cantante y café-teatro, en pios compuestos. La costumbre de colocar
el drae 92 y DRAE01). A las ya menciona- guión para unir los elementos de un nom-
das pueden añadirse otras como camión bre propio compuesto, sea antropónimo
cisterna, camión tienda, carta encíclica, o topónimo, no cuenta con demasiados
sofá cama, vagón restaurante, buque fan- antecedentes en español, salvo casos espe-
tasma, ciudad satélite, día fenómeno, fecha ciales y aislados. Sin embargo, sobre todo
símbolo, noticia bomba, ataque sorpresa, por lo que respecta a los antropónimos, en
coche patrulla, carta bomba, libro denun- la actualidad hay razones para hacer otras
cia, conferencia cumbre, niño soldado, tra- excepciones (→ 7.1.1.5; 7.2.3.6).
je sastre, guerra relámpago, hombre rana,
hombre masa, idea fuerza, mujer felino, 10.5.20.1.4. Guión estilístico o gemina-
situación isla, hombre anuncio, etcétera do. 1. Es el que suele colocarse, en un tér-
(v. Mejía, 1977: 91-92, 116). Debe usarse mino compuesto, para separar sus elemen-
el guión solo en los términos en que se elide tos cuando conviene hacer hincapié en una
la preposición por: pasajeros-kilómetro, de las acepciones de tal compuesto; por
horas-hombre, alumnos-cama, kilómetros- ejemplo, se escribe estilísticamente re-vista
-hora (no se escribe kilovatio-hora porque cuando se quiere resaltar la acepción de
la expresión es kilovatio hora, no kilova- «segunda vista» y no la de «medio de co-
tiopor hora). La ole 99 no tiene en cuenta municación social» (revista); re-crear ‘vol-
este uso del guión, pero sí el dpd 05 (s. v. ver a crear’, distinto de recrear ‘distraer’;
guión2, § 1.1.2a), que dice: «[el guión sirve] re-publicano (irónicamente, ‘que vuelve a
Para crear compuestos ocasionales median- publicar algo ya publicado’), distinto de
te la unión de dos sustantivos, de los cuales republicano ‘partidario de la república’;
el segundo actúa, en aposición, como mo- re-formar ‘volver a formar’, distinto de
dificador del primero, formando ambos un reformar ‘enmendar’.
concepto unitario [y pone como ejemplo Este guión puede crear un problema
viviendas-puente, tomado de El País]. Este gráfico (y, por consiguiente, ortográfico)
tipo de compuestos apositivos puede es- cuando el lugar en que se encuentra coin-
cribirse también sin guión, con espacio in- cide con el guión silábico, es decir, la divi-
termedio. Esto ocurre cuando la aparición sión de la palabra por ese mismo punto.
conjunta de ambos sustantivos se generali- Por ejemplo, si un autor se refiere a la
za en el uso y el concepto unitario que am- re-creación y la palabra le queda dividida
bos designan pasa a formar parte del léxico por re- / creación, el guión morfológico se
asentado; así ha sucedido con expresiones ha convertido, por azar, en guión lineal,
como sofá cama, ciudad dormitorio, hom- frustrando el efecto que el autor preten-
bre rana, etc., que el Diccionario académi- día con ese guión estilístico. Solo se me
co recoge sin guión». Cabe preguntarse qué ocurre una solución al problema: repetir
es lo que justifica la etapa de escritura con el guión, dejando el silábico al final de
368 10.5.20.1.4. GUIÓN ESTILÍSTICO O GEMINADO
(del colono con la tierra), relaciones ma- Aunque el uso del guión entre dos páginas
dre-hijo-nieto (de la madre con el hijo y el correlativas (por ejemplo, 29-30) ha sido
nieto), oposición amor-odio (entre amor muy discutido, y en muchos casos se ha
y odio). Pueden darse casos de confusión, sustituido el guión por y (29 y 30) o por co-
que aconsejan elegir otro signo; por ejem- ma (29, 30), no siempre es solución correc-
plo, cuando se escribe ELA-STV debería pre- ta; en efecto, las dos páginas correlativas
ferirse esta otra grafía: ela /stv , puesto que unidas con guión indican que la materia
se trata de dos siglas para un mismo sindi- está tratada por igual entre ambas páginas,
cato (expresado en dos lenguas distintas); como una unidad dividida circunstancial-
lo que se da en este caso es una alternancia mente por mor de la compaginación; sin
y no una relación o acercamiento entre los embargo, si el tema no tiene continuidad,
dos términos. o se trata de la mención de un nombre que
aparece en ambas páginas correlativas, la
10.5.20.2.2. El guión prepositivo entre solución es con y o con coma: 27 y 28, o
cifras. 27, 28, según los casos.
10.5.20.2.2.1. El guión prepositivo en- 10.5.20.2.2.3. El guión prepositivo en
tre años que indican principio y fin de un números de publicaciones periódicas. Sue-
período. Se usa, principalmente, en los le darse con alguna frecuencia que una
diccionarios para indicar el nacimiento y la publicación periódica adjudica dos núme-
muerte de una persona; por ejemplo, ros a una misma unidad de tirada; en este
caso los dos números correlativos se unen
Fulano de Tal (1904-1972).
con guión:
Puede presentarse un problema, por ejem-
plo, cuando se cita la primera cifra, pero no vol. ix , núms. 11-12;
la segunda. Dejar el espacio en blanco des-
pués de la primera cifra seguida de guión cuando los números corresponden a uni-
es una mala solución, que trae problemas dades separadas, se escriben con la con-
tipográficos si coincide a final de línea (el junción y:
espacio en blanco no debe trasladarse al
principio de la línea siguiente); lo mejor es vol. ix , núms. 11 y 12.
escribir la cifra y el guión y poner inmedia-
tamente el paréntesis de cierre: (1904-). En 10.5.20.2.2.4. El guión prepositivo en
los demás casos algunas fuentes disponen números de topónimos urbanos. 1. Se ha
no dividir a final de línea las cifras unidas discutido si los números de las casas, que
con guión: 1936- / 1939. No hay, en rea- son alternos (pares a un lado, impares al
lidad, ningún inconveniente en que se ha- otro), pueden escribirse con guión cuando
gan estas divisiones (→ 8.1.1.9-4). se trata de dos seguidos en la misma acera;
según la opinión de algunos, al escribir
10.5.20.2.2.2. El guión prepositivo en- 22-24 se comprende también el 23, por
tre números de páginas (folios). El guión aquello de que el guión ocupa el lugar del
se usa a menudo en este menester; pueden intermedio. Este razonamiento, que es ló-
darse dos casos: gico en el caso de las páginas de un libro,
por ejemplo, no lo es en el de las calles,
a) entre dos páginas extremas, es decir, pues nadie ignora que en ellas los núme-
cuando las dos cifras comprenden a ros son alternos, y al escribir 22-24 nos
otras intermedias: 128-133; en estos referimos a las que llevan estos números
casos el guión ocupa el lugar de las y que son correlativas; sin embargo, hay
que se omiten; otro matiz: con 22-24 podemos referirnos
b) entre dos páginas correlativas. a una sola casa que lleva ambos números
10.5.21.1. GENERALIDADES 371
(caso bastante frecuente) o a dos casas a la inversa, la cifra + la sigla: 23-F (23 de
correlativas; en este sentido, recomiendan febrero), 20-N (20 de noviembre), 11-M
algunos escribir 22-24 cuando se trate de (once de marzo). La grafía habitual hace
una misma casa y 22 y 24 para dos casas uso de las tres formas: 20-N, 20N o 20 N,
correlativas, criterio que parece acertado. con preferencia por las grafías con guión:
Si lo que se considera es la numeración de R-18, 20-N. En general, las autovías y
las plazas, el criterio varía, ya que aquí la autopistas utilizan el guión: A-6, AP-2,
numeración es correlativa. Por lo tanto, etcétera.
si escribimos 22-24, está comprendido el
23. Si lo que pretendemos es referirnos 10.5.20.3. El guión y los espacios .
a dos edificios correlativos, la escritura El guión se escribe siempre sin espacios
es con y o con coma: 22 y 23 o 22, 23. antes o después, especialmente cuando une
2. Se da también un problema cuando dos palabras o términos relacionados: rela-
un edificio tiene dos números y la situa- ciones madre-hijo, páginas 26-28. Si tales
ción de estos en la portada de la casa viene palabras o términos carecen de relación
marcada por el origen de la numeración de entre sí, el guión se separa de tales términos
la calle. Por ejemplo, considerando un edi- mediante el espacio normal de la línea: Im-
ficio que tenga los números 22-24, deberá preso en España - Printed in Spain (en las
escribirse así si la numeración comienza páginas de derechos de los libros), nevasca
a la izquierda de la calle, visto el edificio - nieto (en las cabeceras de las páginas de
de frente, pero deberá escribirse 24-22 los diccionarios).
si la numeración comienza a la derecha de
la calle. La misma situación afecta a los 10.5.21. El igual. Llamamos igual a un
números de una plaza (véase el punto 1 signo ortográfico y matemático que consis-
anterior). (Lógicamente, si el número nos te en dos signos menos situados uno sobre
viene dado, habrá que respetar la forma otro (=), signos que gráficamente aparecen
que nos ofrezcan.) centrados verticalmente a las letras versa-
litas (N =).
10.5.20.2.3. El guión prepositivo entre
palabras y cifras. Se da con cierta frecuen- 10.5.21.1. Generalidades . La grae
cia, modernamente, la construcción de (1959: 490), el Esbozo (1973: 153) y la
unidades visuales en las que un nombre y orae (1974: 40) llaman a este signo dos
una cifra aparecen unidos con guión, cual- rayas, y lo dibujan así: = (grae , 1959:
quiera que sea la sucesión; por ejemplo, 483; Esbozo, 1973: 146; orae , 1974: 30).
México-86, Mundial-82, Los Ángeles-84, La denominación es tomada por otros
Atlanta-96. La grafía más correcta en autores, como Morato (1933: 362), Oller
estos casos es la que prescinde del guión: (1944: 8), Forgione (1963: 145); este últi-
México 86, Mundial 82, Los Ángeles 84, mo autor lo llama asimismo guión doble,
Atlanta 96. denominación impropia, puesto que ni el
menos es un guión ni el igual se forma con
10.5.20.2.4. El guión prepositivo entre dos guiones ni tampoco se entiende qué es
siglas y cifras. En los casos de escritura un guión doble (→ 10.5.12.1). Este signo
alfanumérica, el guión cumple una función se ha llamado siempre, tanto en tipografía
unitaria, paso intermedio entre la escritura como en matemáticas, igual, y no parece
en términos separados (20 N) y unidos que haya razones para utilizar dos deno-
(20N). Según su grafía, pueden darse dos minaciones distintas para un mismo signo,
formas: la sigla + la cifra: P-2 (Propagan- sobre todo teniendo en cuenta que dos
da 2), A-6 (autovía 6), R-18 (Renault 18), rayas es una denominación genérica. Por
M-30 (carretera Madrid 30), G-10 (Grupo su parte, Moliner (1980, ii, 889) lo llama
de los Diez), AP-2 (autopista de peaje 2), o doble raya (→ 10.5.12.1), pero después
372 10.5.21.2. ESCRITURA DEL IGUAL
lo trata en dos rayas. Ninguno de los dos la voz que se define»; pues bien, aplicado
tiene sentido, puesto que doble raya o dos a una cita directa, indica que en el original
rayas lo pueden ser otros signos. Resulta del que se toma se pasa a otro párrafo.
cuando menos curioso que el drae , que Aunque en realidad la pleca doble no es
registra la palabra igual («Signo de la un igual puesto verticalmente (→ 10.5.30),
igualdad [en matemáticas], formado por los usos de ambos tienen la misma función:
dos rayas horizontales y paralelas [=]»), separar textos que normalmente irían en
no registre el término con que ella misma, punto y aparte, separación que, por ser
como se ha visto, designa este signo (pese mucho más amplia que el simple espacio
a que registra dos puntos). En cualquier entre palabras, se salva mediante estos sig-
caso, la denominación dos rayas para el nos (→ 16.12.2.1-2).
signo igual parece inadecuada. Por otro 3. En matemáticas, el igual se utiliza pa-
lado, resulta chocante que la misma Acade- ra indicar la igualdad de dos valores, sean
mia, en la orae (1974: 40), incluya, entre numéricos o literales: 2 + 3 = 5; a — b = c.
las aplicaciones de este signo, las que tie- En este uso, el igual, como los demás signos
ne en matemáticas, pero bajo la deno- matemáticos, se escribe entre espacios, que
minación de dos rayas. Cuando menos, en tipografía han de ser siempre iguales a lo
habría que poner de acuerdo la orae con largo de toda una obra o trabajo (espacio
el DRAE. fijo). Suele utilizarse asimismo en lingüís-
tica con el mismo significado: chabola =
10.5.21.2. Escritura del igual . 1. chavola.
Dice el Esbozo (1973, 153): «Este signo se
usaba para dividir algunas palabras com- 10.5.22. El punto alto. Llamamos pun-
puestas; actualmente se emplea solo en las to alto o punto medio al punto situado
copias, para denotar que en el original se aproximadamente a media altura de las
pasa a párrafo distinto». La orae (1974: letras mayúsculas (•). En matemáticas, este
40) añade el uso matemático: «Es, además, signo sustituye al signo por (x) y cumple
símbolo [?] matemático de igualdad. Con sus funciones. En griego equivale al punto
tal valor puede encontrarse en contextos y coma (;), mientras que el punto y coma,
no matemáticos: Fuentes importantes de la en ese idioma, equivale al de interrogación.
Primera Crónica General fueron las obras El punto ordinario se denomina, en griego,
del Tudense (= D. Lucas, obispo de Túy punto bajo.
[Tuy]); y del Toledano (= D. Rodrigo Jimé-
nez de Rada, arzobispo de Toledo)». 10.5.23. Los puntos encorchetados.
2. Actualmente, además del uso mate- Signo ortográfico que consiste en tres pun-
mático, se emplea, en efecto, para indicar, tos encerrados entre corchetes ([...]).
en una copia, que en el original se hace
punto y aparte, cuando, por ahorrar espa- 10.5.23.1. Generalidades . Este sig-
cio, no interesa disponer el texto con los no, tal como aquí se propone y con sus
mismos párrafos del original; en este caso, denominaciones, no está formalmente re-
tras el punto y aparte del original se colo- gistrado aún en ninguna obra anteriormen-
ca el signo igual entre espacios y se sigue te editada. Sí aparece, desde hace más de
con el párrafo siguiente en la misma línea. treinta años, en la literatura, más a menudo
Para este menester, sin embargo, acaso re- en obras técnicas y científicas, así como en
sultase más claro y operativo el signo pleca algunos otros escritos. El origen y la fun-
doble (||, ||), tal como preveía ya Morato ción de este nuevo signo sí están previstos
(1933: 62): «En la composición de diccio- en los textos académicos. En efecto, tanto
narios y trabajos similares, este signo [el =], la grae (1959: 486) como la orae (1974:
colocado en sentido perpendicular [quiso 35) y el Esbozo (1973: 149), al hablar de
decir vertical: ||], indica nueva acepción de las funciones de los puntos suspensivos, di-
10.5.23.2. ESCRITURA DE LOS PUNTOS ENCORCHETADOS 373
cen: «También se usan dichos puntos cuan- el aquí recomendado, es rechazable por la
do se copia algún texto o autoridad que no siguiente razón: los corchetes (como puede
hace al caso insertar íntegros, indicando así verse en el párrafo 10.5.10.1-5) sirven para
lo que se omite». Es decir, que la Academia encerrar, en una cita directa, cualquier pa-
adjudica a los puntos suspensivos, en este labra o término que el citador cree conve-
caso, el mismo oficio que tienen «Cuando niente interpolar; en consecuencia, puesto
conviene al escritor dejar la oración incom- que el suprimir partes de un texto citado
pleta y el sentido suspenso» (grae , 1959: es una manipulación de este texto, esta
486; orae , 1974: 34; Esbozo, 1973: 149). debe encerrarse siempre entre corchetes.
Por su lado, la OLE99 (p. 74), al hablar La única publicación académica que hace
de las citas, dice que «se utilizan tres pun- uso de este signo es el Esbozo; pero no de
tos entre paréntesis para dejar constancia forma unificada, pues se dan al menos tres
de que se omite en la cita un fragmento usos distintos:
de texto»; y en la nota 43 a pie de página
añade que también es posible emplear en a) los puntos suspensivos entre espa-
este caso el corchete. El DPD05 (s. v. cor- cios (aspecto que las normas acadé-
chetes, § 2e) abunda en la idea: «Se usan micas no prevén, pero que ha sido
tres puntos entre corchetes para indicar, practicado a veces como débil alter-
en la transcripción de un texto, que se ha nativa al signo que aquí se propo-
omitido un fragmento del original». En la ne, mejor solución, no obstante,
misma fuente, voz paréntesis (§ 2e), dice: que la que la Academia mantiene);
«En la reproducción de citas textuales, por ejemplo, entre otras, en la pá-
se usan tres puntos entre paréntesis para gina 548;
indicar que se omite un fragmento del ori- b) los puntos suspensivos sin espacio
ginal [...]. En estos casos es más frecuente (según la norma académica); por ejem-
y recomendable el uso de corchetes». La plo, en la página 495;
Academia debería eliminar de una vez c) los puntos suspensivos entre corche-
esa dualidad paréntesis/corchetes, dado tes (solución introducida por prime-
que el signo más apropiado es el segundo. ra vez en un texto académico); por
También debería eliminar la posibilidad de ejemplo, en la página 247.
utilizar los puntos suspensivos solos en este
uso. Según Polo (1974: 343-344), «[...] en 10.5.23.2. Escritura de los puntos
esos casos los puntos suspensivos deben ir encorchetados . 1. Este signo solo debe
dentro de corchete. Utilizarlos sin él es pro- usarse en citas directas (por consiguiente,
vocar a cada paso vacilaciones sobre si esos distinguidas bien sea con comillas o con
puntos son del original [del que se extrae otro diacrítico como puede ser, en lo impre-
la cita] o denotan omisión de texto; pues so, el cuerpo menor).
abundan las situaciones en las que cabrían 2. Puede indicar omisión de párrafos
las dos soluciones; y cuando, mirando bien enteros (uno o más; en este caso, todos com-
alrededor, se llega a dilucidar si es una co- prendidos en un solo signo); si se dispone
sa u otra, resulta antieconómico y oscuro en punto seguido, antes y después del signo
tener que recurrir a un mecanismo tan debe ir un igual: = [...] = (→ 10.5.21.2); si
disperso. Nos parece, por tanto, de gran se dispone en punto y aparte, puede op-
utilidad el mantener los puntos suspensivos tarse por poner el signo o bien una línea
dentro de corchete como una solución ágil de puntos, a toda la medida (→ 10.5.24;
—a la larga más que los puntos suspen- 16.12.2.1-2).
sivos solos—, de funcionamiento neto y 3. Generalmente indica que en un párra-
automático». Algunos autores sustituyen fo se omiten una o más oraciones o perío-
los corchetes por paréntesis, obteniendo dos, tanto si se hallan al principio de la ci-
este signo: (...); pese a su semejanza con ta, como en medio de ella o al final. En este
374 10.5.24. LA LÍNEA DE PUNTOS
caso, si nada aconseja lo contrario, puede nal antes de la omisión, salvo que sea la co-
omitirse el signo, aí principio o al final ma o el punto y coma, ya que esas pausas
de la cita, si lo copiado empieza después de no se realizan. La puntuación final, antes o
punto o acaba con ese signo, con objeto después del cierre de comillas, dependerá
de no recargar la composición, pero la de la situación concreta (→ 10.5.8.5.4.3).
omisión de texto en medio de lo copiado se
indica siempre. 10.5.24. La línea de puntos. La línea
4. Puede sustituir a una palabra o unas de puntos es una línea formada por una
pocas palabras, y este es el caso más sucesión de puntos separados entre sí por
frecuente, bien al principio de la cita, en un espacio:
medio o al final.
5. Los puntos encorchetados han de es-
tar siempre comprendidos por las comillas,
no fuera de ellas (o por el texto en cuerpo
menor, si la cita se saca aparte). Si su situa- La línea de puntos sirve, en las citas
ción es interior en la cita, no es correcto directas, para indicar la omisión de uno o
cerrar comillas antes del signo y abrirlas más párrafos. El espacio que separa entre
después de él, pues unas o el otro serían sí los puntos es de medio o un cuadratín
redundantes; por ejemplo, (→ 10.5.1.4-3.4). Antiguamente se usaban,
a veces, dos líneas iguales, una debajo de
«La historia» [...] «no especifica esos deta- la otra:
lles»
«La historia [...] no especifica esos detalles». pero basta con una, y actualmente se susti-
tuye por los puntos encorchetados, que en
6. Cuando los puntos encorchetados este caso forman por sí mismos un párrafo
ocupan situación interior en la cita, antes y (→ 10.5.23.2-2). Esta línea, si se decide
después de ellos deben llevar la puntuación usarla, debe tener la anchura exacta del
que corresponda al original; la puntuación texto de la cita, y en las poesías, la lon-
anterior corresponde a la que exista (si exis- gitud del verso más largo de ella en cada
te) antes del texto que se omite, y la poste- página.
rior, a la que lleva ese mismo trozo que se
elide. Si el texto que se omite comprende 10.5.25. Los puntos conductores. Los
oraciones o períodos enteros (es decir, de puntos conductores o puntos de conduc-
punto a punto), se hace constar el punto ción son una serie de puntos sucesivos
correspondiente a la oración o período que se emplean en índices de contenido,
anterior a lo omitido (que se coloca antes cuadros estadísticos y trabajos similares
de abrir los corchetes), pero no el que co- para unir un concepto con su expresión,
rresponde a ese período omitido (obsérvese generalmente numérica (→ 10.5.1.4-3.3):
que, de colocarlo, en este caso debería ir
dentro del encorchetado, con lo que los mapas ...................................... 28
puntos no serían tres, sino cuatro, lo que mapas...................................... 28
no tiene sentido). Si el signo ocupa posición
final en la cita, debe ir precedido por la En estos casos, entre el dato que precede a
puntuación que corresponda al texto origi- los puntos conductores y el inicio de estos
10.5.30. EL CALDERÓN 375
debe haber siempre un espacio de medio como invertida (+). Aún se emplea en inglés
cuadratín, y entre el final de la línea de con esta finalidad.
puntos conductores y el dato al que condu-
cen debe haber medio, uno o dos cuadrati- 10.5.29. La cruz doble. Signo en forma
nes (según los casos), como se ha hecho en de una cruz con dobles brazos trasversa-
el ejemplo. les (‡). Se usa en los siguientes casos:
1. En obras de geografía, para indicar
10.5.26. La antisigma. Letra sigma «arzobispado».
usada al revés (□) para indicar, en la tras- 2. Antiguamente se usó en español co-
cripción de textos, el lugar en que se su- mo llamada de nota. Aún se emplea en
pone que existe una inversión de palabras. inglés con esta finalidad.
La figura del signo es una c al revés, letra
que correspondía a la forma de la sigma 10.5.30. El calderón. 1. El calderón
mayúscula cursiva. Los antiguos copistas o antígrafo es un signo ortográfico que
lo utilizaban para indicar los versos que consiste en una P invertida (¶). Se trata,
debían trasponerse. En tiempos del empe- al parecer, de una modificación de la letra
rador Claudio (10 a. de C.-54 d. de C.), mayúscula P inicial de la palabra párrafo.
este creó un nuevo signo consistente en dos La letra fue invertida totalmente, poniendo
sigmas contrapuestas (x) para sustituir a la izquierda el anillo que en ella apare-
a los grupos consonánticos bs y ps, pero ce a la derecha y pintando de negro lo que
su empleo se abandonó a la muerte de era blanco y de blanco lo que era negro. A
aquel. esta peculiaridad responde el nombre de su
sinónimo antígrafo. Este origen explica el
10.5.27. El cristus. Signo en forma de hecho de que su empleo sea equivalente al
cruz de brazos iguales y terminados en del signo párrafo (→ 10.5.31).
triángulo (+). Antiguamente se empleaba 2. Antiguamente se usaba con los mis-
en los libros de rezo. Hoy apenas tiene mos fines que el párrafo y, en la imprenta,
uso. como signatura de pliegos que no forma-
ban parte del texto principal. En la actuali-
10.5.28. La cruz. Signo en forma de dad apenas se emplea, salvo, en ocasiones,
dos brazos cruzados desiguales (†), más para señalar alguna observación especial.
largo el vertical que el horizontal. Se usa en La pleca doble, que se usa en los diccio-
ortografía con estos fines: narios para separar las diversas acepciones
1. En los diccionarios, delante de un de una palabra, tiene su origen en este
topónimo o de una fecha, indica «fallecido signo, puesto que al eliminar el anillo de
en»: la izquierda quedan las dos barras vertica-
les (||), máxime cuando el signo pleca do-
† Madrid; ble indica precisamente, en este caso, que
† 1952. los textos así separados podrían formar,
en otra disposición, párrafos independien-
2. Tras el nombre de una persona, ge- tes. De hecho, el calderón ha tenido uso
neralmente escrito entre paréntesis, indica en algunos diccionarios con esta misma
«fallecido»: función, por lo que su simplificación grá-
fica hasta adoptar la figura actual de
Fulano de Tal y Tal (†). la pleca doble era una consecuencia na-
tural.
3. En obras de geografía indica «obis- 3. En textos ingleses suele usarse, junto
pado». con otros signos (cruces, obelos, etcétera),
4. Antiguamente se usó como llamada como llamada de nota; en español no se
de nota, situada tanto en forma derecha usa con este cometido, por lo que en las
376 10.5.31. EL PÁRRAFO
tiene sentido, pero no el signo solo como z hasta la mitad de este siglo, pero a partir
abreviación de etcétera. de este tiempo se generaliza la distinción,
empleando la ç para el sonido sordo y la z
10.5.35. La cedilla. Llamamos cedilla para el sonoro; en la escritura preclásica
o zedilla a una letra que consiste en una c z es el signo del sonido débil entre cualquier
con un rasguillo debajo, a modo de z mi- clase de vocales, dezir, fazer, hazer, razón;
núscula. Su representación gráfica adopta el del sonido fuerte en cualquier posición
las formas siguientes: redonda minúscula: ante a, o, u, lança, braço, coraçon, o ante
ç; redonda mayúscula: Ç; cursiva minús- e, i, çielo, vençer, vençido; en la clásica se
cula: ç; cursiva mayúscula: Ç; versalita confunden con frecuencia z o ç para repre-
redonda: ç; versalita cursiva: ç. sentar el sonido intervocálico procedente
de la reducción de letras, raçón, braço y
10.5.35.1. Generalidades . 1. La ç no alternan c y ç para representar el sonido
es letra latina; aunque hoy no se usa ni sordo ante e, i, ciento çiento, conocer
forma parte de nuestro alfabeto, se usó en conoçer; desde mitad del siglo xvi en Cas-
la antigua escritura castellana (v. Esteve tilla la Vieja se pierde el sonido sonoro
Serrano, 1982: 207 ss.). Como dice Ro- z y se generalizan las confusiones con ç
senblat (1951: xii), «La escritura visigótica que acusan los autógrafos de Santa Tere-
acostumbró poner a esa z [la de los viejos sa, deçir, açer, luçir, mientras que en Tole-
helenismos del latín] un copete en forma de do y Andalucía sigue la distinción entre
c [así: z]. Este copete fue cobrando cada vez Z, Ç».
más cuerpo [en la escritura], hasta el punto 2. Por lo que respecta a la pronuncia-
de desplazar hacia la parte inferior a la z ción, Cuervo (1954: i, 929) manifiesta:
[que vino a reducirse a la a modo de coma «A pesar de que los gramáticos coetáneos
actual]. Cuando la vieja letra visigótica se hablan de la diferente pronunciación de la
sustituyó en España por la letra francesa, ç y la z, no es fácil atinar hoy con la ver-
esa letra suscrita se fue convirtiendo en un dadera, porque no conociéndose entonces
puro apéndice o rasgo, y así surgió la cedi- la descripción fonética de los sonidos y
lla o zeda pequeña. Como se pronunciaban habiendo divergencias provinciales entre
distintas la z de razón y la z de caza, la es- los castellanos mismos, las explicaciones
critura de la época trató de diferenciarlas. y comparaciones han de adolecer o de va-
[...] Poco a poco se fijan en el siglo xii los guedades o de inexactitudes que aun paran
signos z y ç para distinguir los dos sonidos. en contradicción de las unas con las otras».
La diferencia en la pronunciación de ç y z Según la orae (1974: 6, 14 y n.), se pro-
se borra a fines del siglo xvi y principios nuncia como s, aunque en lo antiguo repre-
del xvii, pero la diferencia ortográfica se sentaba un fonema sordo (plaça), opuesto
prolonga hasta el siglo xviii». Por su parte, al de la z sonora (vezino, haze).
García de Diego (1914: 79, n. 1) dice: «La 3. La Academia, que en sus comienzos
ç es de origen español. Ya Valdés sospechó consideraba a la ç, junto con la j y la ñ,
traía origen de z [...]. Menéndez Pidal, tres letras peculiares del castellano, nunca
Cantar de Mio Cid, i, 211, ha probado registró la primera en su alfabeto, susti-
cómo de la z visigótica que tenía un rasgo tuyéndola por la z, de tal suerte que en la
superior semejante a c empezó a formarse primera edición de su Orthographia (1741)
en la primera mitad del siglo xiii una letra no aparece. Actualmente, los idiomas lati-
distinta, la cedilla, por haberse tomado el nos que la usan, si bien no forma parte de
rasgo como letra y la z como un simple sus respectivos alfabetos, son el catalán,
rasgo inferior». Según este autor (l. cit.), el portugués y el francés y en ellos tiene el
«La ç constituida como signo diferente de valor fonético de s. Entre los idiomas no
la z en la primera mitad del siglo xiii, se latinos la usan el albanés y el turco con
sigue usando indistintamente al lado de la valor de ch [tf].
380 10.5.41. ESCRITURA DE LA Ç
10.5.35.2. Escritura de la ç . En es- tuirse por punto (l.l), aunque esta solución
pañol, como queda dicho, actualmente ca- es rechazada por algunos lingüistas catala-
rece de uso, de tal manera que, habiéndola nes (y actualmente, si se utiliza la autoedi-
creado, hoy solo podemos considerarla una ción, tal postura está justificada en lo que
letra histórica. se refiere a textos librarios o periodísticos,
En catalán, que la llama ce trencada, se puesto que con el ordenador se puede ob-
escribe delante de a, o, u (força, llençol, tener el signo propiamente catalán). Este
vençut) y como coda final de palabra signo no se usa en las palabras que llevan
(març, feliç, dolç), siempre con valor de s ll, sino precisamente en las que llevan ele
sorda. geminada, es decir, pronunciando una l
En portugués se utiliza con valor de z como coda silábica y la siguiente como
(acçáo). cabeza de la sílaba posterior; por ejemplo,
En francés se emplea delante de a, o, u goril-la, libél-lula, aquarel-la. Como gene-
(forçage, désarçonner, reçu). ralmente la ele geminada se presenta en
Por lo que respecta a su escritura, en un solo grafismo, la separación a final de
español no suele presentar problemas, pues línea, en caso necesario, se hace mediante
forma parte de los signos de las máquinas guión: mortadel- / la.
de escribir y de todos los teclados de com- 2. Aunque, como se ha dicho antes,
posición y autoedición. Sin embargo, si no la ele geminada no existe en español, hay
se dispone del signo, puede sustituirse por cuando menos una palabra en que la grafía
una c precedida o seguida de una coma ll representa una ele geminada y no una
(puede verse un ejemplo de esta grafía en la elle. Se trata de palabras formadas con el
obra Carlo famoso, 1566, de Luis Zapata, tiempo verbal sal (imperativo de salir) y
escrito Luys C,apata en el original). La ç el pronombre enclítico le o les, que da estas
mayúscula de las máquinas de escribir, que grafías: salle, salles, en las que las dos eles
suele faltar (no así en los teclados de los or- consecutivas no pueden leerse como elle,
denadores), se forma fácilmente con una C sino como ele coda y ele cabeza silábicas:
y una coma suscrita; así: ç. Finalmente, en sal-le, sal-les (por ejemplo, en la frase Sal-
la alfabetización de voces con ç, cualquie- des al paso y diles que negocios así no
ra que sea su posición en la palabra, este nos interesan). El problema que plantea
signo ocupa el lugar que le correspondería este caso único es el de la grafía. Puesto
si fuese una c, salvo en grafías iguales dife- que en español no existe el grafismo de la
renciadas por una c en una de ellas y una ele geminada de que se ha hablado antes,
ç en la otra, caso en el cual la que lleva c, este no puede usarse; pero, por otro lado,
por más simple, ocupa el primer lugar en tampoco tiene en cuenta la Academia caso
el orden alfabético, y las grafías con ç, el alguno en que un enclítico se una al tiempo
segundo lugar. verbal por medio de un guión, y aún menos
separando dos eles: sal-le. Parece que solo
10.5.36. La ele geminada. La ele gemi- existen dos soluciones: escribir el tiempo
nada, o ele doble, es una letra ele repetida verbal sin apocopar, sale, forma arcaica
que se usa en italiano y catalán. de sal (v. Martínez Amador, 1960: 158),
lo que daría sálele, que en general parece
10.5.36.1. Grafía de la ele gemina - la única solución aplicable, o bien admitir,
da . 1. En italiano se escribe ll (Martinelli en algún caso, el guión entre las dos eles:
se lee Martinel-li) y en catalán, l•l. Como se sal-le. Joaquín Vidal («El sentido torero
ve, en catalán existe un grafismo especial, de Manolo Vázquez», El País, 29/09/81,
unitario, en que las dos eles se presentan 43) presenta un caso similar resuelto co-
separadas por un signo, que propiamente rrectamente por medio de guión: «Toro e
es el punto medio (•), pero que en caso de mamífero rumiante de cabesa armá con do
necesidad (como mal menor) puede susti- cuenno, que embite y quié dal-le un sinsabó
10.5.41. EL RESPONSORIO 381
a Currito»; dal-le, es decir, darle pronun- la cifra que está a la izquierda es un divi-
ciado por un niño andaluz. La Academia, dendo, y la que está a la dereha, un divisor.
en la OLE10 (p. 174), acepta el hecho de En las razones se lee «es a», en correlación
que nos hallamos ante una palabra imposi- con el mismo signo duplicado (::), que se
ble de representar gráficamente en español. lee «como»: 12 : 6 :: 8 : 4 (→ 10.5.4.3).
En un campo tan plagado de excepciones En esta función se coloca entre espacios,
como es la ortografía, extraña un poco preferiblemente finos y de no separación.
que la Academia llegue a reconocer que en
nuestra lengua existe una palabra que no se 10.5.39. La flecha. Signo que consiste
puede escribir. en un filete con punta y a veces con cola.
La figura más habitual del signo consta de
10.5.37. Las letras ligadas. Llamamos filete y punta: →,↓
. Se emplea:
letras ligadas o ligaduras a las unidas por
uno o más trazos comunes. a) en diccionarios, ante una palabra,
Las más usuales son las latinas Æ, æ, para sustituir a «véase»: → sobrio;
Œ, œ, que en la grafía mecanográfica (no b) en epígrafes, para indicar la ilustra-
en fotocomposición ni en autoedición) pue- ción a que este se refiere, cuando hay
den desligarse y escribirse separadamente: más de una y la situación del epígra-
Ae, Oe, ae, oe (no es correcta la grafía fe no queda clara;
AE, OE cuando se usan desligadas, pese c) a veces, situada después de un año
a que, ligadas, ambas aparezcan en forma de edición, indica que se trata de una
mayúscula; al desligarlas, la e no es inicial serie o colección que sigue editándo-
en ninguno de los dos casos; esa grafía solo se: 1914 → (→ 10.5.5.2-5).
sería correcta si formara parte de un texto
escrito con mayúsculas). Puede adoptar cualquier dirección: directa
También son letras ligadas las que téc- (→), inversa (←), ascendente (↑), descen-
nicamente suelen denominarse logotipos dente (↓), bidireccional (↔, ↕, ↕) e inclina-
o politipos, que comprenden ff, fi, fi, prin- da o diagonal (^ ^).
cipalmente, pero que en otros idiomas
pueden comprender hasta tres letras (ffi, 10.5.40. El versículo. Signo que consis-
ffl). Modernamente, al menos en español, te en una V mayúscula barrada. Se usaba
las letras ligadas no suelen usarse, pero en los libros de rezo para indicar el ver-
en autoedición algunos programas ligan sículo. Prácticamente, hoy no se usa, por lo
automáticamente las parejas f+i y f+l. Al- que el signo no se encuentra en las fuentes
gunos tipos digitalizados llevan también la tipográficas de autoedición. En caso de ne-
ligadura de la c con la t (et) y de la s con cesidad puede utilizarse solo la V sin barra,
la t (st). Estas ligaduras suelen emplearse con punto (V.) o sin él.
más en textos publicitarios o de esca-
sa extensión, pero no son habituales en 10.5.41. El responsorio. Signo que con-
tratados, manuales, novelas, etcétera, ni siste en una R mayúscula barrada. Se
tampoco en la prensa. Una ligadura clásica usaba en los libros de rezo para indicar
es la et, que se deriva de la combinación de la respuesta al versículo. Hoy no se usa,
una e con una t = &. También es fruto de razón por la cual ni siquiera aparece en las
ligadura la ß alemana: f + s = fs = ß. fuentes tipográficas de autoedición. En ca-
so de necesidad puede utilizarse solo la R,
10.5.38. El doble punto. Signo mate- sin barrar, con punto (R.) o sin él, ya que
mático, igual a los dos puntos ortográficos el signo que se obtiene mediante una R a la
(:), que, colocado entre dos cifras o dos que se superpone una barra (/) no es muy
letras, se lee «dividido por»: a : b, 4 : 2, elegante ni guarda mucho parecido con el
también llamado punto doble. En este caso signo original.
CUARTA PARTE
ORTOGRAFÍA DE LA FRASE
11. La puntuación
oraciones unas a continuación de las otras, tengan imaginación, que inventen nuevas
en el orden que al emisor del mensaje le formas de complementar los signos ya
parezca más oportuno, sin más distinción existentes; no dotando a estos de funciones
que el espacio en blanco que las separa de distintas, pues nada hay peor que cambiar
forma natural. Si eso fuera razonablemente las funciones de las cosas bien establecidas,
posible, sin duda en este momento se esta- sino creándolos de nueva planta.
ría aplicando de forma intensa. Y si bien es
obvio, por poco que se estudie, que todas 11.3. Origen de la puntuación. La nece-
las ortografías existentes pueden reducir- sidad de la puntuación en la emisión de
se aún más de lo que están, y que solo mensajes escritos se puso de manifiesto
razones de conservadurismo escrito las bien pronto en la historia de la cultura hu-
mantienen en un estado de complejidad no mana, si bien, paradójicamente, el estable-
justificado, la puntuación, por el contrario, cimiento de un completo sistema puntuario
es objeto de estudio en una dirección más debiera esperar siglos hasta adquirir cierta
bien contraria: cómo hacer que, con nue- funcionalidad. La invención de los signos
vos signos si es necesario, el conjunto de de puntuación se atribuye a un Aristófa-
signos utilizables permita una más clara y nes. Pero no existe plena seguridad acerca
exacta expresión no solo del sentido de lo de a cuál de los dos conocidos se refiere la
escrito, sino también de pausas actualmen- aseveración: si a Aristófanes de Bizancio,
te inexistentes y de expresiones de sentidos gramático alejandrino de la época de los
e intenciones que hoy prácticamente no Tolomeos (h. 257-h. 180 a. de C.), o bien a
pueden sino insinuarse. Por ejemplo, salvo Aristófanes el comediógrafo griego (h. 445-
la ayuda del contexto, hoy resulta difícil h. 386 a. de C.), de la época de Demóstenes
indicar la entonación de una palabra o una y autor de comedias como Los comensales,
frase irónicas. Los puntos suspensivos, al Los babilonios, Los acarnianos, La paz,
igual que las comillas, no son, en algunos Lisístrata, Las ranas, Las nubes, Las avis-
casos, suficientes para dar a entender que pas, Los caballeros, etcétera.
la palabra así escrita se utiliza con ironía, Algunos eruditos modernos atribuyen
o el grado de esta ironía. El amor, la sim- tal invención a este último basándose en un
patía, el odio, el desprecio, etcétera, solo pasaje de la Retórica de Aristóteles: «Le-
pueden expresarse con las palabras adecua- yendo a Heráclito, nadie ignora lo difícil de
das, pero no se puede indicar la entonación puntuarle», o bien en san Jerónimo, quien
precisa, la intensidad de esa entonación. aseguraba: «Demóstenes, que fue coetáneo
Por ejemplo, en esos casos en que decimos: del primero [Aristófanes el comediógrafo],
«Lo ha dicho con recochineo». En efecto, ya usaba la puntuación». Sin embargo, no
¿cómo se manifiesta el recochineo en lo es- parecen razones definitivas para suponer
crito? Una expresión como ¡Qué simpático que fue este Aristófanes el inventor de los
eres! puede encerrar una carga de ironía signos de puntuación. Como sabemos, da-
que no queda explícita de ninguna manera do que en la escritura antigua no existía la
en la forma gráfica de la expresión. separación de palabras, las pausas necesa-
Así pues, no solo necesitamos la puntua- rias para dotar de sentido al texto debía ha-
ción, todo el conjunto de los signos actua- cerlas el lector. Con esta consideración, es
les (incluido, por supuesto, el auxilio que a probable que las vacilaciones de Aristóteles
la puntuación puedan prestar los cambios leyendo a Heráclito se refirieran a estas di-
de textura o forma de la letra, los recursos ficultades y no al hecho de que Aristófanes
diacríticos tipográficos: fina, seminegra, el comediógrafo hubiera creado ya los sig-
negra, cursiva, versalitas, etcétera, con sus nos. El helenista germano Friedrich Blass
cambios de cuerpos o tamaños), sino que (1843-1907) asegura que en el siglo v a. de
hemos de procurar sacar de ella todo el C. ya se conocían los signos de puntuación,
beneficio que nos sea posible. Y quienes pero sin duda, tal como él mismo apunta,
11.3.2. SISTEMAS PUNTUARIOS MEDIEVALES Y MODERNOS 387
Los signos de puntuación, cuando se que imitaron los últimos códices, fueron
emplean, son aún los creados por Aristó- estandarizando el oficio de los diversos sig-
fanes, pero en el siglo xi el bajo punto (.) nos de puntuación. Pero su empleo ha ido
sirve para indicar coma (,) y dos puntos, y variando también en estos últimos siglos.
para indicar punto (.) se usan estos: . ; s Por ejemplo, en España se llegó a utilizar
>. En el siglo xii el signo v indica punto el punto después de los numerales, a la ma-
(.) y coma (,), aunque para expresar ambas nera como hoy se hace en alemán con los
pausas existe el punto (.), y los dos puntos siglos: «El día 31. de julio de 1715. años»,
(:) se indican con este signo: . , empleado y en el siglo xvii era habitual poner coma
también por algunos escritores de la época sistemáticamente antes de la conjunción y:
para marcar los miembros de un período. «Sonrisas, y lágrimas», a la manera de lo
Durante el siglo xiii la puntuación vuel- que actualmente se hace en inglés. La mis-
ve a aparecer totalmente descuidada. En los ma Academia, en el siglo xviii y principios
siglos xiv y xv el punto (-) se emplea para del xix, emplea esa coma no solo ante y,
indicar el fin de la frase, y las pausas de la sino también ante o: «Abdicar, dexar, o re-
oración se indican con este signo: I. En el nunciar»; este uso se suprime en 1817. Los
xvi, junto al punto redondo, ya existente, signos de exclamación e interrogación eran
se introdujeron el punto cuadrado (.), la desconocidos en el siglo xvii, pero en la
coma (,), los dos puntos redondos (:) y los Ortografía académica de 1763 aparecen
dos puntos cuadrados (=). La exclamación ya en su forma invertida, es decir, con el
y la interrogación se indican con signos punto hacia arriba: ¡, ¿. Esto quiere decir
especiales, pero se emplean sin método. que, como todo, también los signos de pun-
Algunos indicaban el signo de interroga- tuación, y la puntuación misma, se hallan,
ción mediante dos puntos al fin de la frase pese a que no lo advirtamos, en constante
interrogativa o con dos puntos sobre la aunque lenta evolución.
primera de sus palabras. Los paréntesis po-
dían aparecer tal cual los utilizamos ahora 11.4. El sistema puntuario actual. El
o bien con estos dos signos: II. texto que se ofrece al lector actual, a dife-
La introducción de la imprenta (alrede- rencia del de las épocas clásica y medieval,
dor de 1440), y en especial la actuación de no es un contínuum monótono y lineal,
algunos de sus prohombres, como Aldo sino que ofrece, considerado ese texto en
Manuzio en Italia y Geofroy Tory en Fran- su globalidad, una macroestructura y una
cia (en España ese papel lo representaría microestructura, palabras que tomo de la
Elio Antonio de Nebrija, nuestro gran lexicografía.
humanista), van fijando poco a poco una
serie de reglas para el empleo de los signos 11.4.1. La macroestructura textual. La
de puntuación con objeto de ordenar el macroestructura textual es la estructura-
discurso escrito y conseguir que los textos ción del texto, para su mejor manejo e
editados fueran fácilmente leídos por una intelección, en divisiones tan amplias co-
generalidad de personas. El libro ya no es- mo el tomo, en lo relativo a una división
taba destinado especialmente a adornar las conceptual del texto, y el volumen, que
bibliotecas de los pudientes y poderosos, consiste en una división física, en ambos
como había sucedido, a lo largo de la Edad casos en razón de la extensión material de
Media, con el códice, sino que se pretendía la creación literaria, técnica o científica.
que llegase al mayor número de lectores. La estructuración interna del texto puede
Para ello, naturalmente, había que aplicar hacerse también a partir del tomo, el libro
una forma de codificación de los mensajes y la parte, subdividida esta en capítulos o
que fuera entendida por la generalidad lecciones, y estos, finalmente, en párrafos.
de sus destinatarios. Los primeros libros
impresos, a los que llamamos incunables, 11.4.1.1. Valoración de la macroes -
11.5. BASES DE LA PUNTUACIÓN 389
cia cotidiana sin duda demuestra a los 2. Los profesores de enseñanza básica
profesores, antes de afrontar la enseñanza y de enseñanza secundaria deben tener
del sistema puntuario y su aplicación es conocimientos gramaticales sólidos que
necesario desarrollar la competencia cog- les permitan explicar a sus alumnos las
nitiva de los alumnos. La puntuación es causas por las cuales unas veces se puede
el aspecto menos mecánico de todo el en- poner coma y otras, en el mismo caso, es
tramado ortográfico. Se puede desarrollar preferible no ponerla, siempre que no se
y fijar con mayor o menor coherencia un trate de una coma gramatical, digamos,
conjunto de reglas para el correcto empleo «de obligado cumplimiento».
de la tilde acentual, de las letras apropiadas 3. El tercero y tal vez el más importan-
para representar los sonidos de un alfabe- te de los problemas relacionados con la
to, incluso (aunque en menor medida) de enseñanza de la puntuación se deriva de
las mayúsculas y minúsculas. Sin embargo, la codificación de las normas por que se
a la hora de enseñar la puntuación ya no rige el sistema puntuario, de las reglas de
es tan fácil. aplicación. Se trata de un sistema, si por un
No se trata necesariamente de aplicar lado muy complejo, por el otro muy poco
una regla sin fisuras o resquicios. Hay, normativizado por quien tiene potestad
naturalmente, un entramado de reglas y para hacerlo, que es la Academia Española.
excepciones que conforman lo que hoy En este contexto, el más eficiente de los
entendemos por puntuación, pero después, profesores resultará poco eficaz porque le
conocida la norma y a partir de ese conoci- será muy difícil hacer comprender a sus
miento, el estilo de la puntuación depende alumnos las reglas de un sistema desor-
de lo que en cada caso se persiga no solo en denado y pobre. La solución, en algunos
función del estilo, sino también del sentido casos, consiste en aconsejar a los alumnos
y hasta del ritmo en la lectura. Es más: que lean mucho, que observen cómo pun-
sabido es que cualquier texto o fragmento túan los escritores o los redactores de los
de texto puede puntuarse de varias for- periódicos y revistas o, en última instancia,
mas correctas o varias formas incorrectas. que sigan su propio gusto. No obstante,
Azorín, que entre otras muchas cosas era debe avisárseles de que abundan los malos
periodista, no puntuaba igual que los pe- ejemplos entre los escritores y los periodistas.
riodistas actuales. Mientras aquel estructu-
raba pormenorizadamente el discurso, en 11.5.3. Los tipos de puntuación. El
el periodismo actual se emplea la frase lar- estudio de la puntuación, que se había
ga, sujetos muy explicativos y separación mantenido en un nivel más bien bajo desde
de sujeto y verbo por introducción de una mucho tiempo atrás, en una situación de
cáfila de incisos interdependientes que, estancamiento que a nadie parecía preocu-
más que aclarar las ideas, con frecuencia par (empezando por la Academia misma,
las embrollan. que se solazaba bajo la caricia del halago
En lo relativo a la enseñanza, la puntua- fácil), experimentó un decisivo impulso
ción presenta algunos problemas. cuando en 1974 apareció la obra Orto-
1. El primer problema en relación con grafía y ciencia del lenguaje del profesor
la enseñanza de la puntuación se deriva de José Polo, quien, tomando como punto
la dificultad que en sí encierra la enseñanza de partida los escritos de los más diversos
general de la ortografía. Tanto si uno la tratadistas (por ejemplo, Ramón Carnicer,
sabe enseñar como si no sabe hacerlo, los Ramos Martínez, José Fernández Castillo,
alumnos, casi por unanimidad, parecen no Julio Casares, Hilda Basulto, etcétera), en-
saber aprenderla, y lo normal es que vayan tre ellos algunos ortotipógrafos, estableció
pasando de nivel en nivel hasta llegar a nuevos puntos de vista para el análisis de
la universidad sin saber ortografía y, por la escritura a este nivel superior: la puntua-
consiguiente, sin saber puntuar un escrito. ción del texto escrito, la estructuración del
392 11.5.4.1. LOS PROBLEMAS DE LA PUNTUACIÓN
discurso. A este respecto, establece unos ti- con la intención de dar sentido a lo escrito,
pos de puntuación que, resumidos, pueden y esta es la principal función de la pun-
esquematizarse así: tuación. Sin embargo, aun dentro de este
esquema amplio, la puntuación puede ser
1. Atendiendo a la cantidad de signos básica o estilística, y en ambos casos, suelta
empleados: o trabada.
Y, en efecto, / literatura y filosofía llevan co- lectura sincopado, lento, como cuando se
sas muy diferentes de la plástica; circula por calles estrechas con muchos
Es, pues, vano ese intento / de hacerse las co- cruces y semáforos parpadeantes pidiendo
sas más sencillas y manejables // a medida constantemente atención. Por el contrario,
de la propia simplicidad.
una puntuación suelta hace dinámica la
lectura. Pero probablemente no pueda apli-
Como se puede ver, en el primer caso hay carse indistintamente a cualquier texto
dos pausas y ninguna coma; en el segundo, cualquier sistema de puntuación. Incluso
dos comas y una sola pausa; en el tercero hay que pensar que en una misma obra,
hay dos comas sin pausas y dos pausas, en un mismo capítulo de ella, los ritmos de
una de ellas doble, no representadas por lectura serán distintos, dependiendo de las
comas. Si realmente las comas marcasen intenciones del autor.
siempre una pausa y la ausencia de coma
indicara que no hay ninguna pausa, la 11.5.4.2. Problemas de puntuación
entonación de las tres oraciones anteriores semántica . Hay casos de puntuación sin-
sería muy otra. A veces, la pausa larga táctica que apenas admiten discusión en
puede indicarse mediante los puntos sus- cuanto a la presencia de al menos un signo
pensivos, una de cuyas funciones es esa de puntuación, sea cual fuere (coma, punto
precisamente: preparar el ánimo para lo y coma, punto, puntos suspensivos). Entre
que viene después. estos casos, los siguientes:
Las pausas se dan necesariamente en las 1. La coma que necesitan las oraciones
oraciones incisas y en las de relativo expli- condicionales en las que la prótasis y la
cativas; por ejemplo, apódosis se han invertido, del tipo Si vas a
llegar tarde, avisa con tiempo. Es frecuente
El soldado, herido en la cabeza, avanzó que el escribiente omita esa coma, que debe
penosamente;
El soldado, que había sido herido en la
figurar siempre.
cabeza, avanzó penosamente. 2. En estilo normal, las comas obliga-
das que exigen estos tipos de oraciones:
Obsérvese cuán distinta es la enunciación
— adversativas (Quiero ir al fútbol,
y entonación (también el sentido, natu-
pero no me dejan; No es blanco, sino
ralmente) si eliminamos las comas y con-
negro);
vertimos las frases en oraciones especifi-
— distributivas (Unas veces canta, otras
cativas:
llora);
El soldado herido en la cabeza avanzó peno- — ilativas conclusivas (Pienso, luego
samente; existo);
El soldado que había sido herido en la cabeza — ilativas continuativas, cuyos nexos,
avanzó penosamente. pues, en efecto, por consiguiente,
en verdad, ahora bien, etcétera, van
11.5.4.1.1. Lectura y puntuación. precedidos generalmente de coma,
Cuando un autor pretende que su obra o punto y coma e incluso punto, y se-
una parte de ella tenga un determinado guidas de coma o dos puntos;
ritmo de lectura, más vivo o rápido, más — yuxtapuestas semánticamente inde-
lento o reposado, se vale de una puntua- pendientes, que asimismo pueden lle-
ción suelta en un caso y trabada en el otro. var coma, punto y coma e incluso
La oración corta y la abundancia de signos, punto, aplicables en estilo cortado
en especial puntos y puntos y comas, ade- (Llegué, vi, vencí),
más de todas las comas que sean posibles,
incisos entre comas, paréntesis o rayas, 3. La coma en los vocativos, se haga
no cabe duda de que marcan un ritmo de pausa o se prescinda de ella, como en
394 11.5.4.2. PROBLEMAS DE PUNTUACIÓN SEMÁNTICA
ORTOGRAFÍA TÉCNICA
12. La ortotipografía
contar con códigos tipográficos y normas habían precedido tres obras importantes:
ortográficas que permitieran realizar los el Mecanismo del arte de la imprenta para
impresos con corrección, coherencia y uni- facilidad de los operarios que la exerzan
dad de criterio. Quienes se encargaron de (1811), de Juan José Sigüenza y Vera; el
fijar las reglas de la tipografía y de la or- Manual de la tipografía española, de An-
tografía fueron los tipógrafos humanistas, tonio Serra y Oliveres (1852), y el Tratado
a la cabeza de los cuales hay que situar al de tipografía o arte de la imprenta, de José
italiano Aldo Manuzio (h. 1449-1515), Giráldez (1884).
al que siguen los franceses Geofroy Tory Entre nosotros no se ha editado nunca
(h. 1480-1533) y los miembros tipógrafos un código tipográfico formal. Cuando más,
de la familia Estienne. En España, esta algunos folletos de normas para uso y dis-
función corresponde al humanista Elio frute de una sola editorial. Se puede poner
Antonio de Nebrija (1441-1522), con su el ejemplo, entre otros, de las normas in-
Gramática de la lengua castellana de 1492 ternas de dos editoriales ya desaparecidas:
y sus Reglas de orthographia en la lengua Editorial Bruguera, Normas para traduc-
castellana de 1517. Gracias a ellos surge la tores y correctores de Editorial Bruguera
idea de los códigos tipográficos. (39 pp., 1971), y Editorial Labor, Normas
de trabajo (60 pp., 1979), ambas impre-
12.4.1. Los CÓDIGOS TIPOGRÁFICOS. sas. Otras editoriales, como Seix Barral
Un código tipográfico es un conjunto de y Barral Editores, de Barcelona como las
normas para la realización de un impre- anteriores, disponían de normas mecano-
so, entre las cuales sobresalen las que se grafiadas desde 1969 (en ambos casos se
refieren a las grafías tipográficas. Algunos titulaban Normas de producción y eran
códigos contienen también normas para la muy parecidas; de hecho, ambas habían
composición de ciertas partes del texto (por sido redactadas por la misma persona y
ejemplo, folios explicativos, grafía de las adecuadas a las normas internas de cada
firmas, disposición de las citas) o de ciertos una de las dos editoriales). Pero los edito-
textos (por ejemplo, las notas, los índices, res han advertido que ciertas correcciones
las bibliografías, las cronologías). Se utili- recurrentes les salen demasiado caras, y,
zaron en las imprentas y en las editoriales por otro lado, la entrada del ordenador
bibliológicas (las especializadas en la edi- en la tipografía facilita el aprovechamien-
ción de libros, no de diarios y revistas), y en to del trabajo de mecanografiado del autor
la actualidad sus contenidos suelen formar y del traductor. Se impone, pues, el esta-
parte de los manuales de estilo. blecimiento de unas normas de trabajo que
Los códigos tipográficos hallan sus re- unifiquen criterios y sirvan de guía tanto
motos antecedentes en ciertos manuales para autores y traductores como para co-
profesionales destinados a los cajistas o rrectores de estilo y tipográficos.
compositores tipográficos. De ellos hay es-
pecímenes en todas las lenguas. En España 12.4.2. Los MANUALES DE ESTILO.
influyen los libros franceses sobre el arte Los manuales de estilo son tratados en los
de la tipografía, y de aquí que nuestras que se explican las normas de escritura y
normas ortotipográficas de épocas pasa- tipografía por que se rige una editorial,
das se apoyen, en principio, en las reglas entidad, empresa, etcétera. Aunque tienen
francesas. Fruto de esa influencia es preci- como precedentes históricos los códigos
samente nuestra mejor obra, la Guía prác- tipográficos y las normas ortotipográfi-
tica del compositor tipógrafo, de Juan José cas que forman parte de los libros sobre
Morato (tipógrafo, periodista y escritor, técnica tipográfica, en la actualidad estos
autor de una biografía de Pablo Iglesias), libros se alimentan tanto de los códigos
publicada por primera vez en 1900 y des- tipográficos como de las normas para la
pués dos veces más, en 1908 y en 1933. Le edición científica.
402 12.4.2. LOS MANUALES DE ESTILO
ORTOGRAFÍA
DE LOS
ELEMENTOS TIPOGRÁFICOS
13. Los elementos tipográficos
Los elementos tipográficos son las repre- lumna (es decir, para cuadros y tablas),
sentaciones gráficas o asimiladas (como los tienen sus partidarios para el uso general.
espacios en blanco) que pueden individua- Su elección es, pues, cuestión de criterio
lizarse y considerarse por sí mismas como personal.
partes de un todo. Son, pues, elementos
tipográficos los caracteres, los signos orto- 13.1.2. Los signos monetarios. 1. Para
gráficos y tipográficos, las líneas, los ador- representar los nombres de las monedas
nos, los filetes, etcétera. nacionales se emplean actualmente los sím-
bolos monetarios establecidos por la iso
13.1. Los signos tipográficos. Empe- con carácter internacional, formados con
zando por la letra, que es el más importan- el código alfa-2 (dos letras con que se iden-
te (→ 14.1), en tipografía se emplean mu- tifica el nombre oficial de un país) y una
chos tipos de signos, como las cifras, que tercera letra que representa el nombre de
aparecen o pueden aparecer en todo tipo la moneda (generalmente su inicial) en su
de textos, los matemáticos, los monetarios, lengua original; por ejemplo, para España
los lexicográficos, etcétera, aparte de los (antes del euro) tenemos es (código alfa-2)
signos ortográficos, que, como las letras y y p (peseta); es decir, esp . Anteriormente
las cifras, cumplen sus funciones propias, se usaban otros símbolos, generalmente
ya estudiadas en el capítulo 10. elegidos por el respectivo país, con lo que
se advertía la falta de unidad de criterios;
13.1.1. Las cifras. En tipografía se em- por ejemplo, había símbolos formados por
plean dos tipos de signos para representar una letra (B, balboa), dos letras (DA, dinar
las cifras: las capitales (0123456789) y las argelino), tres letras (DJO, dinar jordano),
elzevirianas (0123456789). Las primeras cuatro letras (RUPP, rupia de Pakistán), un
tienen todas la misma altura y ocupan cada signo más un grupo de letras ($CAN, dólar
una de ellas una caja de medio cuadratín canadiense), etcétera.
del cuerpo respectivo (lo que facilita el en- 2. Otra forma de representar los nom-
columnado). Las segundas sobresalen por bres de las monedas consistía en utilizar
arriba o por abajo en relación con el ojo un signo, como los siguientes: balboa
medio de las letras. Estas últimas, que no (Panamá), B; centavo o céntimo, ¢; che-
son adecuadas para la disposición en co- lín (Reino Unido), /, ∫; colón (El Salva-
406 13.1.3. LOS SIGNOS MATEMÁTICOS
dor), ₡; dólar (Estados Unidos y otros), separados. Destacan los signos operadores,
$, $; dracma (Grecia), Δ; escudo, $, $; como los siguientes: + ‘más’, - ‘menos’,
florín (Países Bajos), f; guaraní (Para- x ‘por’, : ‘dividido por’. Los signos que
guay), ₲; libra esterlina (Reino Unido), se utilizan para indicar «positivo» (+):
£; ore (Dinamarca, Suecia, Noruega), +17 °C, y «negativo» (-): -17 °C, se juntan
ø; peso, $, $; peso (Filipinas), ₱; quetzal sin espacio a la cifra a la que determinan.
(Guatemala), Q; rupia (India), R; sucre
(Ecuador), S/; yen (Japón), ¥. Como pue- 13.1.4. Los signos lexicográficos. 1.Tal
de verse, algunos de estos signos tienen vez sea la lexicografía el campo lingüístico
doble forma, como sucede con el dólar en el que más signos se usen, precisamen-
($,$). Parece que la forma más correcta es te en cumplimiento de una de las peculia-
la que lleva dos barras verticales ($), sien- ridades por que se distinguen los diccio-
do la de una sola barra una simplificación narios: el ahorro de espacio. En principio,
(igualmente correcta, por lo demás). la lexicografía no dispone de un conjunto
3. Normalmente, esos signos se pospo- de signos que sean propia y únicamente
nen a la cantidad a que se refieren y se sepa- lexicográficos; como sucede con otras téc-
ran de ella con un espacio fijo inseparable: nicas, utiliza signos generales con sentidos
456 $, pero las normas une permiten que especiales dentro de su ámbito. Por ejem-
en las obras o textos de economía se ante- plo, el signo más típicamente lexicográfico,
ponga: $ 456. la doble pleca (||), con que se separan dos
acepciones de una entrada en un dicciona-
13.1.3. Los signos matemáticos. 1. Los rio, en realidad se emplea también en otros
trabajos en que intervienen las matemáti- campos, como la lingüística, para indicar
cas contienen signos que en ocasiones ha pausas (→ 10.5.19.2-3). Los topos, bo-
creado o reinterpretado el propio autor. En los o boliches, que suelen emplearse para
estos casos, es necesario que al principio de distinguir los apartados de un párrafo
la obra se indique qué signos se han usado (→ 13.4.2-8), pueden emplearse también
y qué valor tienen en ella. Se dan también en lexicografía con las mismas funciones
casos en que un mismo signo tiene valores que la pleca doble. El asterisco (*) tiene
distintos según la materia concreta. Por varios cometidos en lexicografía; antepues-
ejemplo, la barra (/) tanto sirve para indi- to a una palabra, sirve, por ejemplo, para
car «por» en los símbolos del sistema in- indicar que es una forma hipotética recons-
ternacional de unidades (km/h ‘kilómetros truida, o una forma agramatical o incorrec-
por hora’) como «dividido por» (por ejem- ta desde el punto de vista de la ortografía, o
plo, 341/23). Por otro lado, ciertas fun- una forma no atestiguada, según los casos,
ciones pueden expresarse con distintos sig- y pospuesta a una palabra, para remitir a
nos, como sucede con la multiplicación: ella dentro del propio diccionario. El igual
154 × 42; 154 • 42; a • b), y la división (54/32 (=), signo generalmente de empleo matemá-
o 54 : 32); el signo + (‘más’) indica suma tico, en lexicografía sirve para indicar que
(4 + 5), pero también se aplica para indicar dos palabras, entre las cuales se halla, son
«positivo»: +12o. Los dos puntos (:) sirven iguales o sinónimas, o bien, si está barrado
igualmente para indicar la división (65 : 3, (≠), para indicar que el término anterior
a : b) como, en las razones, para indicar «es es distinto o antónimo del siguiente. El
a» (3 : 2). signo de la suma (+) indica en lexicografía
2. Desde el punto de vista de la escritu- la suma de elementos. Con los corchetes
ra, los signos matemáticos, especialmente ([ ]) se indica la trascripción fonética, y
los que indican operaciones entre cifras y con las barras (/ /), la trascripción fonoló-
entre letras, deben separarse de estas por gica.
un espacio inseparable, con objeto de evi- 2. Cuando no se quiere repetir, dentro
tar que a final de línea queden esos datos de un artículo, la misma entrada, se sus-
13.2.1.3. LOS BIGOTES Y LAS PLECAS 407
tituye esta por signos de sustitución como textos les dan nombres descriptivos, como
la raya (—), el menos (-) o la virgulilla (~). se ve a continuación.
Se utilizan también los signos de remisión,
que pueden ser, como antes se ha dicho, un 13.2.1.2. Uso de los filetes . 1. Nor-
asterisco pospuesto a la palabra remitida malmente se emplean para cerrar, total o
o bien una flecha (→), la cual puede adop- parcialmente, cuadros o tablas, páginas,
tar distintas direcciones o inclinaciones trozos de texto destacables, etcétera. Cuan-
(←↑→↓)(→ 10.5.39). do se utilizan como final de capítulo o para
3. Normalmente, todos los signos uti- separar los títulos y los textos subsiguientes
lizados en lexicografía se separan de las (ya en desuso), recibían el nombre de pleca
voces a que afectan mediante un espacio (más pequeños que el texto que llevaban
inseparable. Solo los que se empleen como encima). Se utilizan aún hoy para subrayar
separadores de acepciones (la pleca doble y títulos o subtítulos (especialmente en publi-
los demás que cumplen esa misma función) caciones periódicas), y en este caso deben
deben disponer del espacio normal de la armonizar, en su trazo, con las letras de que
línea, ya que emplear espacio fijo da peo- se compongan aquellos; es decir, que un tí-
res resultados estéticos, teniendo en cuenta tulo con letra fina se subraya con un filete
que algunas líneas deben tener más espacio fino, y uno con letra negrita, con un filete
del normal por motivos de justificación. seminegro o negro.
2. Los cuadros pueden cerrarse con
13.2. Los elementos de adorno. La ti- filetes por los cuatro lados (recuadro) o
pografía utiliza a veces, si bien cada vez en solo por dos (cabeza y pie) (→ 13.2.1.2-4;
menor medida, ciertos elementos gráficos 16.14.3-1).
que englobamos en el término adorno. Por 3. El filete con que se separan las co-
ejemplo, los filetes, los bigotes y plecas, las lumnas (en un diccionario o en otro tipo de
viñetas, las cabeceras o frisos, los topos, obra que se disponga a más de una colum-
bolos o boliches, etcétera. na) se llama corondel; si en vez de filete se
usa solo una línea de blanco (que es lo más
13.2.1. Los filetes. Los filetes son líneas empleado actualmente), esta se denomina
o trazos de diferente dibujo y grosor que, corondel ciego (→ 13.6.1.6).
como elemento gráfico con funciones ex- 4. Cuando en un libro se recuadran las
tratextuales, intervienen en los textos con páginas (generalmente en libros de lujo),
cometidos muy concretos. debe tenerse en cuenta que se recuadran to-
das, incluidas las cortas y las blancas, con
13.2.1.1. Clases de filetes . Aunque recuadros de las mismas dimensiones.
hay varias clases de filetes, muchas de ellas
han sido ya desechadas en la práctica o solo 13.2.1.3. Los BIGOTES Y LAS PLECAS.
tienen utilidad en ciertos impresos no edi- 1. Los bigotes y las plecas son tipos de filetes
toriales (por ejemplo, en las publicaciones con figura y uso especiales. Los bigotes son
periódicas, en los anuncios, etcétera). Ac- filetes generalmente ahusados, más gruesos
tualmente, casi todos los filetes se obtienen por el centro que por los lados, o bien un file-
por medio de ordenador, al grueso exacto te combinado con otros filetes o con ciertos
y con el dibujo que se desee (entre los digi- adornos como los topos, bolos o boliches.
talizados por el programa), por lo que la 2. Las plecas son pequeños filetes de
vieja terminología (como descanterados, una raya que se usaban para colocarlos al
lutos, cañas, mediacañas, finos, negros, se- final de un capítulo o parte semejante, de-
minegros, etcétera) carece hoy de sentido bajo de un membrete, etcétera. Ambos sir-
(salvo en pequeñas imprentas clásicas que ven para separar dos partes de un texto, ge-
aún subsisten). Los programas informáti- neralmente de un membrete o composición
cos de composición y compaginación de similar, pero en igual medida uno y otro
408 13.2.2. LAS VIÑETAS
suprimir la sangría del primer párrafo cam- (no por unanimidad) hasta los tiempos ac-
biamos de modelo de párrafo, y pasamos tuales. Sin embargo, hasta el propio diseña-
de un párrafo ordinario a uno alemán o dor alemán rechazó el cumplimiento de sus
moderno. Es decir, que componemos o dis- normas (al menos algunas), e incluso en la
ponemos el texto según dos modelos de pá- práctica dio a entender claramente que se
rrafo, lo cual no parece muy justificado. La volvía de su acuerdo en relación con ellas.
coherencia gráfica pide que en un mismo Por ejemplo, como dice Horacio F. Goro-
texto se usen modelos de párrafos iguales. discher (2010), «en el capítulo dedicado a
El origen de esta peculiaridad se halla la sangría de comienzo de párrafo critica
en Jan Tschichold, tipógrafo y diseñador [Tschichold] ácidamente la “moderna cos-
alemán que en 1947 fue designado asesor tumbre” de suprimirla, lapidándola como
tipográfico de la Penguin Books, editorial el producto de “una confusión de ideas de
del Reino Unido fundada por Alien Lañe graves consecuencias” y como “un efermi-
en 1935. En ese año 1947 Tschichold es- zo manierismo”» (Tschichold, The Form
tableció unas reglas, las Fenguin Composi- of the Book; v. t. Buen Unna, 2008: 306).
tion Rules, que en adelante rigieron el tra- «Más adelante en el mismo texto dice que
bajo editorial y tipográfico de la empresa. hay un único caso en el que tal supresión [la
En ellas establece: «Omit indents in the firs de la sangría en la primera línea] debe apli-
line of the firs paragraf of any text and at te carse: solo en la primera línea debajo de un
begining of a new section thet comes under título centrado» (Gorodischer). Podemos,
a subheading» (Omitir la sangría en la pri- pues, inferir que Tschichold es el padre
mera línea del primer párrafo de cualquier de la criatura, pero que llegó a repudiar-
texto y al comienzo de una nueva sección la. Según escribe Gorodischer (2010: 63),
que aparezca bajo un subtítulo). Es decir, «Tschichold reniega del párrafo sangrado
que establecía claramente la omisión de la en 1928, pero en futuras publicaciones re-
sangría en los lugares que menciona. Tschi- tornará a las tradiciones clásicas del oficio,
chold fue seguido por otros profesionales, defenciendo a la sangría como la mejor ma-
en especial diseñadores, quienes aplicaron nera de facilitar al lector el reconocimiento
la norma en sus impresos, sobre todo en de los párrafos (2002), o de una manera
los libros que diseñaban. Actualmente, sin un poco más terminante, calificará al há-
haberla sometido a mayor análisis y discu- bito de no sangrar los textos como un “en-
sión, la regla suele aplicarse por quienes fermizo manierismo” (1991)». Podemos
creen que tiene alguna función que cum- concluir, pues, que el autor de la norma,
plir. Ciertamente, no parece que sea así, y tal vez también algunos de sus entusiás-
o no lo es si uno se plantea la aplicación ticos primeros seguidores, han renunciado
de las normas más allá de lo que podemos a su aplicación generalizada, en favor de
considerar criterios puramente personales. la coherencia gráfica que supone aplicar
En efecto, cuando el técnico en la señali- más o menos sistemáticamente el modelo
zación del original y su preparación para de párrafo elegido cuando este sea el que
la imprenta se plantea la estructura de pá- conocemos como párrafo ordinario. Así se
rrafo que va a aplicar en la composición ha hecho siempre en la tradición tipográfi-
del texto, lo primero que debe decidir es ca española.
la forma de párrafo que va a emplear a lo
largo del libro. Normalmente, ese párrafo 13.4. Párrafos y apartados. Entende-
que va a usar para dar forma al texto es mos por párrafo, parágrafo o acápite (este,
el que conocemos como párrafo ordinario en Latinoamérica) el conjunto de líneas de
(→ 13.4.1.1), es decir, aquel cuya primera un determinado texto que forman una uni-
línea está sangrada, ligeramente desplaza- dad semántica o parte de ella.
da hacia el interior de la línea. La norma
de Tschichold ha durado con divesa suerte 13.4.1. Clases de párrafos. Los párra-
13.4.1.5. OTROS TIPOS DE PÁRRAFOS 411
fos se distinguen por su forma, por la pre- la entrada se distingue de las demás por no
sencia o ausencia de sangría y por la posi- ser sangrada, se puede utilizar solo medio
ción de esta cuando existe. cuadratín, blanco suficiente para obtener
de este tipo de párrafo, en este caso, el ren-
13.4.1.1. Párrafo ordinario . Se lla- dimiento que se busca. Sin embargo, en los
ma ordinario el párrafo de líneas justifi- apartados suele ser mayor, con objeto de
cadas que comienza con una sangría en la dejar a salvo el signo, letra o número de los
primera línea (→ 13.3.2.2) y cuyas líneas apartados más su blanco respectivo (gene-
se justifican por ambos lados, el derecho y ralmente medio cuadratín: → 13.4.2-10).
el izquierdo; la última puede ser comple- En las bibliografías e índices, la sangría
ta o incompleta (corta), y en este último suele comprender la raya más el blanco fijo
caso se justifica por la izquierda, pero no con que se separa del texto subsiguiente
por la derecha. Sin embargo, si la línea es (→ 16.27.2.4; 16.28.1.2-11).
corta por menos del blanco del cuadratín
correspondiente al cuerpo de composición, 13.4.1.4. Párrafo en BANDERA. Tam-
se fuerza para que el texto ocupe toda la bién llamado composición quebrada, com-
línea (→ 13.3.26). En cuanto a la longitud posición en bandera, consiste en componer
de esta última línea, el número de letras mí- el texto sin sangría alguna y justificado so-
nimo es de cinco sin contar la puntuación lamente por uno de los costados del texto.
si la medida de composición es superior a Si el justificado es el margen de la izquierda,
veinte cíceros, y si es de veinte cíceros o me- se habla de bandera por la derecha, y si es
nos, el mínimo es de tres letras sin contar la el derecho, de bandera por la izquierda. En
puntuación. En cualquier caso, ha de pro- uno y otro caso, la parte no justificada pre-
curarse que las letras que formen una línea senta el texto como en dientes de sierra. Si
corta rebasen el blanco que corresponda a se trata de bandera por la derecha, hay que
la sangría del párrafo siguiente. Este tipo de tener en cuenta que las partículas (artícu-
párrafo es el más utilizado en el texto gene- los, preposiciones y conjunciones) deben
ral de las obras, sean de narrativa o bien pasar a la línea siguiente, con objeto de que
técnicas, científicas, históricas o similares. no queden sueltas y aisladas. En el caso
de bandera por la izquierda, es al revés: se
13.4.1.2. Párrafo moderno . También procura que a la izquierda no queden par-
llamado párrafo alemán, es el que no lle- tículas aisladas. Utilizando estos procedi-
va sangría en ninguna línea del texto, que mientos, el espaciado es regular, puesto que
es justificado. La última puede ser llena o el programa no tiene por qué compensar
corta. Es muy apropiado para ciertos tipos espacios, ya que solo hay justificación por
de composición: diccionarios, párrafos de uno de los lados de la composición. Aun-
cuadros, índices, apartados, etcétera. Esta que carece de apoyatura lógica, en algunos
modalidad es poco práctica en los libros, casos se prefiere que a final de línea se par-
por cuanto exige separar los párrafos o tan palabras, lo cual resulta poco estético.
hacer que doble la línea final del párrafo
cuando no resulte normalmente corta. Se 13.4.1.5. Otros tipos de párrafos .
usa en revistas. Existen, fuera del texto general de un tra-
bajo, otras formas de los párrafos, como
13.4.1.3. Párrafo francés . En esta las siguientes.
forma de párrafo, la sangría se utiliza al re- 1. El bloque es un párrafo en el que to-
vés que en el párrafo ordinario: la primera das las líneas son iguales, incluso la última.
línea no se sangra, sí todas las demás. La Si esta última línea es corta y se centra, te-
cantidad de sangría dependerá del destino nemos el párrafo español. En ambos casos
del párrafo. Por ejemplo, en un diccionario, se usa este modelo de párrafo en los epígra-
donde generalmente la línea en que aparece fes o pies de figuras.
412 13.4.2. LOS APARTADOS
1) Nnn nnnnn nnnn nnnnnn nnnn nnnnn vista general, la composición no suele estar
nnn nnn. alineada, por cuanto intervienen las san-
2) Nnnnn nnnnnn nnnnnn nn mm nnnn grías y las líneas cortas, pero esta es una
nnn nnnnn. desalineación armónica que entra dentro de
Nnnn mm nnnn nnnnn nnnn nnnnn nnn nnnn lo normal. Lo inadmisible es que aquellas
nn: partes del texto que forzosamente han de
ir bien alineadas (listas, columnas de nú-
a) nnn nnnnn nnnn nnnnnn nnnn nnnnn meros, etcétera) salgan torcidas, con partes
nnn nnn; salientes y entrantes, etcétera.
b) nnnnn nnnnnn nnnnnn nn mm nnnn
nnn nnnnn. 13.5.1. Alineación de números arábi-
gos. La numeración arábiga se alinea por
12. Cuando en el texto se menciona uno la derecha:
de estos apartados citando la numeración
(arábiga o literal), no se escribe el parén- 8.o 8. 8) 8
tesis: 9.o 9. 9) 9
10 10. 10) 10
25 11. 18) 18
Como se ha dicho en el apartado 1, subapar-
42 18. 27) 25
tado a...,
13.5.2. Alineación de asteriscos. Cuan-
aunque en el texto se haya escrito 1) y a), do se emplean como notación se alinean
respectivamente. por la izquierda, puesto que la notación
lleva siempre la misma cantidad de sangría:
13.4.3. Los subapartados. Los suba-
partados son divisiones que se hacen den- * Cf. V. Martínez, Tipografía, p. 87.
tro de un apartado. Su numeración es de ** ídem, ibídem, p. 68.
categoría inferior que la que corresponda al *** Cf. Seco, o. cit., p. 122.
apartado; por ejemplo, si estos se numeran
con cifras, los subapartados llevarán letras: 13.5.3. Alineación de números roma-
nos. En los párrafos y apartados muy
Nnnn mm nnnn nnnnn nnnn nnnnn nnn próximos entre sí, así como en los índices
nnnn nn: de capítulos, pueden alinearse por la iz-
quierda:
1) Nnn nnnnn nnnn nnnnnn nnnn nnnnn
nnn nnn. I. Zona de la libra.
2) Nnnnn nnnnnn nnnnnn nn mm nnnn II. Mercado del dólar.
nnn nnnnn. III. Otras zonas.
a) nnn nnnnn nnnnn nnnnnn nnnnnn- Cap. I. Nacimiento de Mahoma............ 12
nnn nnn nnn; — II. Un muchacho desvalido............ 38
b) nnnnn nnnnnnnn nnnnnn nnn mm — VIII. Conquista de La Meca........... 53
nnnn nnn nnnnn.
o por la derecha:
13.5. La alineación de los elementos ti-
pográficos. En tipografía se alinean letras, I. Zona de la libra.
palabras, líneas, grabados, casillas, núme- II. Mercado del dólar.
ros, etcétera. III. Otras zonas.
En las alineaciones es importante cono-
cer las cantidades de blancos que se em- Cap. I. Nacimiento de Mahoma......... 12
plean, pues si estos varían, la composición — II. Un muchacho desvalido........... 38
no puede salir alineada. Desde un punto de — VIII. Conquista de La Meca............. 53
414 13.6. LOS BLANCOS
13.6. Los blancos. Los blancos son ele- de estos espacios carece de aplicación. Al
mentos tipográficos que no dejan huella, igual que sucedía con la composición li-
aunque ocupan un lugar entre las letras, las notípica y monotípica, en que el espacio
líneas, los párrafos y las páginas. Antigua- dejado libre por el conjunto de letras de
mente, con la tipografía clásica, se trataba una línea se repartía por igual entre todas
de diversos tipos de materiales que tenían las palabras, en la tipografía manual ha-
como función llenar los espacios que no bía que hacerlo a mano, y no era tan fácil
habían de imprimir. Este material estaba (→ 13.6.1.3).
compuesto por espacios, cuadrados, regle- 3. El cuadratín o línea se emplea en los
tas, lingotes e imposiciones. Actualmente, siguientes casos:
solo el concepto de espacio tiene impor- 3.1. Para separar la numeración de los
tancia en tipografía, por cuanto carecen párrafos y apartados y el texto subsiguien-
de aplicación los cuadrados (piezas de blan- te. Actualmente también se emplea medio
cos que medían cuadratín y medio, dos, tres cuadratín, espacio más equilibrado.
o cuatro cuadranes), las regletas (planchas 3.2. Para separar los titulillos en línea
de metal de diverso grosor [normalmentede o textos semejantes de los textos que les si-
uno, dos o tres puntos] que servían para es- gan, como, por ejemplo, en los párrafos y
paciar las líneas), los lingotes (regletas que apartados, en las obras teatrales, etcétera.
tenían 6, 12, 18 o 24 puntos de grosor) y También en estos casos es preferible el es-
las imposiciones (piezas amplias de blancos pacio de medio cuadratín.
que se usaban especialmente para rellenar 3.3. Ya no tiene uso en español, pero
los espacios en blanco de las páginas cortas sí en otras lenguas, como el inglés, la vieja
y en la imposición de los moldes en la rama costumbre de utilizar un cuadratín después
destinada a la impresión). de punto y seguido, especialmente en obras
técnicas y científicas, en lugar del espacio
13.6.1. Los espacios. 1. En tipografía, normal, que es lo que ahora se usa para no
espaciar es poner espacios entre letras en romper la igualdad del espaciado en per-
una palabra, entre palabras en una línea juicio de la estética del texto. En la actuali-
o entre líneas en una composición cual- dad, en la tipografía española este espacio
quiera. de cuadratín (que aumenta con el que en
2. Los espacios eran piezas tipográficas sí lleva el punto) se considera anglicismo
que tenían valores distintos. La unidad de ortotipográfico.
espaciado es el cuadratín o línea, que es 4. La mitad del cuadratín se llama me-
un blanco que tiene de lado tantos puntos dio cuadratín o media línea y se emplea en
como puntos tenga el cuerpo con que se los casos especificados en 13.6.1-3.
compone un texto. En un cuadratín entran
cuatro espacios medianos, tres espacios 13.6.1.1. Espaciado de las letras . 1.
gruesos, dos medias líneas o medios cua- El espacio natural que hay entre una letra
dratines y tantos espacios finos, de punto y la siguiente de la misma palabra se llama
o de pelo como puntos tenga el cuerpo de prosa. Viene determinado por el diseño de
composición. El número de puntos de los la letra y en general no es recomendable
espacios tipográficos clásicos varía según alterarlo, salvo casos de necesidad, en es-
los cuerpos; por ejemplo, la media línea del pecial si se trata de letras minúsculas. En
cuerpo 8 tiene 4 puntos; el espacio grue- algunos casos pueden espaciarse las mayús-
so, 2 2/3; el mediano, 2, y el fino, 1. Si se culas, aunque tampoco sea algo recomen-
trata de un cuerpo 10, la media línea tiene dable (→ 13.6.1.2).
5 puntos; el espacio grueso, 3 1/3; el mediano, 2. «A veces se espacian las palabras o
2 2/3, y el fino, como en todos los cuerpos, frases en un texto no espaciado, para lla-
1 punto. Actualmente, con la autoedición mar la atención sobre ellas.» Esta adición
(y antes con la fotocomposición), el valor académica a la tercera acepción de la voz
13.6.1.2. ESPACIADO DE LAS MAYÚSCULAS 415
espaciar (en el drae 84, eliminada en el uno de los extremos. Cuando sea necesario
drae 92) no nos parece muy afortunada. espaciar una palabra incompleta (esto es,
En efecto, espaciar las palabras es un re- que no acabe en la misma línea), el resto de
curso de última instancia del que echan la palabra que pase a la siguiente también
mano los cajistas y teclistas cuando hallan se espaciará, precisamente con espacios del
dificultades en el espaciado por exceso de mismo grosor que la anterior. Los signos
blanco que repartir entre las palabras, so- que acompañan a estas palabras reciben el
bre todo en líneas compuestas a medidas mismo espacio. No se separan con espacios
cortas y cuando no es posible un recorrido; las letras de las palabras compuestas con
entonces, y solo entonces, se deciden a es- caracteres cuyos trazos enlacen entre sí,
paciar una palabra separando sus letras a como la letra inglesa y otras acursivadas.
fin de evitar que entre una y otra voz exista
excesivo espacio. Todos los tratadistas de 13.6.1.2. Espaciado de las mayúscu -
la tipografía condenan el espaciado de las las . Para separar entre sí las letras de las
palabras si no es en casos extremos. Sin palabras escritas con versales, en la com-
embargo, la Academia vino no solo a san- posición manual se utilizaba como míni-
cionar una manera de hacer incorrecta en mo, por regla general, el espacio mediano,
tipografía, sino a ponerla en práctica, como el grueso o la media línea, siguiendo, si era
puede comprobarse en cualquiera de sus necesario, con un espacio grueso y otro
boletines de la época. La tipografía no care- mediano, dos gruesos, hasta llegar como
ce de recursos para llamar la atención sobre máximo al cuadratín (→ 13.6.1.1-1). Ac-
una palabra; este de espaciar sus letras es el tualmente se debe tener en cuenta la forma
menos acertado, y los textos espaciados re- abierta o cerrada de las letras; si se trata de
sultan antiestéticos. Tal costumbre se lleva letra ancha, admite como normal el espa-
a la práctica como norma en casi todos los ciado con medio cuadratín; si de tipo chu-
idiomas extranjeros, pero de ellos se ha de pado o estrecho, el espaciado puede hacerse
tomar lo que se avenga con nuestros modos perfectamente con espacio menor (el equi-
de hacer. Por otra parte, el sistema resulta- valente al grueso, por ejemplo); las letras
ba correcto (ahora, con la autoedición, ya estrechas muy espaciadas son antiestéticas.
no) por lo que respecta al alemán antiguo, Con respecto a las letras entre sí, se tendrá
al cirílico y al griego (que normalmente no en cuenta que en un tipo ancho las formas
disponían de cursiva), pero no a la escritura redondeadas correlativas requieren menos
latina. espacio que las de palo vertical. Por ejem-
3. En principio, como queda dicho, el es- plo, en la palabra
paciado de las letras de una palabra es un
recurso que debe evitarse cuanto sea posi-
ble, pues el espaciado general queda altera-
do y es de mal efecto. Sin embargo, ello se COORDINAR
hace imprescindible en ocasiones debido a
la justificación defectuosa de una línea; en habrá de usarse espacio menor entre las dos
este caso se procura espaciar una palabra oes que entre la I y la N. Aunque en au-
que no esté a final de renglón. Cuando esta toedición el espaciado de las letras viene ya
operación sea necesaria en varias líneas de definido en los programas de composición
un mismo texto, sobre todo en un mismo y compaginación (como en este ejemplo),
párrafo, se procura que las palabras así a veces, especialmente en cuerpos grandes,
espaciadas queden contrapeadas, una a la es necesario corregir la prosa, es decir, el
izquierda y otra a la derecha de los respec- espacio natural entre dos letras consecuti-
tivos renglones, con el fin de evitar el feo vas de una misma palabra. Obsérvese, por
aspecto que ofrecería la composición si solo ejemplo, en la palabra anterior, el excesivo
se espaciasen las letras de las palabras por espacio entre OR, DI y NA, espacio que
416 13.6.1.3. ESPACIADO DE LAS PALABRAS
en autoedición puede corregirse si es nece- texto sin interlineado, es decir, cuando ojo
sario. y cuerpo tienen el mismo valor (8/8, 9/9,
10/10, 11/11, 12/12, etcétera). En la tipo-
13.6.1.3. Espaciado de las palabras . grafía clásica se utilizaban regletas, gene-
1. En la composición manual, las palabras ralmente de dos o tres puntos, ya que las de
de una línea se empiezan a espaciar con es- un punto eran de muy poco uso (un punto
pacio grueso; si al justificar no es suficiente, equivale a 0,376 mm), y muchos talleres
se sustituyen sucesivamente por media lí- tipográficos carecían de ellas por su fragili-
nea, espacio grueso y mediano, dos grue- dad y escaso o nulo empleo.
sos, media línea y espacio mediano o media 2. La composición linotípica no necesi-
línea y espacio grueso; el máximo espacio ta espaciado físico entre líneas, pues, calcu-
admisible era el espacio grueso y media lí- lando el texto, puede fundirse al cuerpo que
nea (a veces, en casos muy apurados, el cua- más interese, comúnmente sobre otro cuer-
dratín), y el mínimo, el espacio mediano. po uno o dos puntos mayor que el repre-
2. En composición mecánica (linotí- sentado por el ojo de la letra. Por ejemplo,
pica y monotípica), el espaciado de las se puede fundir ojo 8 sobre cuerpo 8, ca-
líneas es regular y viene determinado por so en el cual no existiría espaciado; 8 sobre
el número de matrices o pulsaciones (le- 9, con un punto de espaciado, y 8 sobre
tras y espacios) que quepan en la línea; si 10, con dos puntos de diferencia entre el
son muchas, el espaciado será estrecho; si ojo y el cuerpo. En autoedición se define el
menos, regular o amplio. En linotipias se interlineado de la misma manera; es decir,
usan el espacio de cuña y el fino. Tanto en por medio de definición previa: se estable-
la fotocomposición como, actualmente, ce en cada caso el tamaño del ojo y el del
en la autoedición, la noción de espacio es cuerpo, según convenga: 7/7, 7/8, 7/9, 8/8,
bien distinta de la clásica, que acabamos 8/9, 8/10, etcétera.
de mencionar. Antiguamente el espacio era
una pieza de tres dimensiones, aunque se 13.6.1.5. Espaciado de los párrafos .
manifestaba gráficamente como un hueco En general, los párrafos en texto normal
de dos dimensiones. En la actualidad solo no se espacian; sin embargo, hay excepcio-
se puede considerar este último, puesto que nes.
nada hay físico (salvo los aparatos) en la 1. Se espacian, generalmente con una
fotocomposición y en la autoedición. En línea de blanco, los párrafos de prólogos o
consecuencia, los espacios ya no tienen una introducciones cuando así conviene por ra-
medida determinada; esta dependerá de la zones tipográficas (alargar una página de birlí
justificación de la línea en función del nú- demasiado corta, crear una página nueva
mero de palabras (o partes de palabras) y porque se necesite para la compaginación,
espacios que quepan en una medida prede- etcétera).
finida. 2. Se suelen espaciar con una línea de
blanco los párrafos que llevan apartados
13.6.1.4. Espaciado de las líneas . 1. (una línea antes de abrir el apartado y otra
También se llama interlineado o regleteado al terminar este).
(este, en composición tipográfica manual o 3. Aunque no es regla absoluta, se sue-
mecánica [linotípica o monotípica]), y vie- len espaciar con una línea de blanco los pá-
ne determinado por la medida que haya de rrafos que van numerados, especialmente
hacer el texto, siempre que no se rebasen cuando comienzan con un titulillo.
los mínimos y los máximos permitan una 4. Se espacian con dos o más líneas de
correcta legibilidad. En general suele ser de blanco las porciones de texto que el autor
uno o dos puntos, siendo menos frecuen- considere oportuno dentro de un capítulo.
te el de tres, aunque en algunos tipos de Estas líneas pueden quedar a final de pági-
ojo medio pequeño puede componerse un na, pero no al principio de la siguiente.
13.6.2. IRREGULARIDADES EN EL ESPACIADO 417
5. Se espacian con una línea de blanco ojo (lo que imprime). Posteriormente, ya
antes y después las citas, poesías, versos y sin posibilidad de confusión, a ese espa-
fórmulas cuando se componen en párrafo cio, con filete o sin él, se lo llama coron-
aparte. del.
6. En los capítulos, se separan el título
de este y los subtítulos del texto respecti- 13.6.2. Irregularidades en el espacia-
vo con blancos variables, iguales a lo largo do. 1. El espaciado entre las palabras debe
de una misma obra. Por ejemplo, el blanco ser regular; cuando entre una y otra línea
que separa el título de un capítulo y su tex- se aprecia gran diferencia en el espaciado,
to es distinto del que separa los subtítulos y debe señalarse un recorrido con el fin de
sus respectivos textos (en este último caso, unificarlo. A este respecto, las líneas con
generalmente dos líneas de blanco antes y espaciado estrecho se llaman líneas apreta-
una después de los subtítulos, o bien línea y das, y las que tienen el espaciado muy am-
media antes y media después). plio, líneas abiertas. El texto cuyas líneas
7. Se separan el texto y los cuadros, ta- son todas estrechas se llama amazacotado
blas, grabados, etcétera (generalmente con y suele ser de difícil lectura.
una línea, pero pueden ser dos o más, según 2. A veces, en una misma línea apare-
el tipo de compaginación). ce un espacio que tiene el doble de las di-
mensiones que le corresponden; se trata
13.6.1.6. Espaciado de las colum - de un fallo en la composición de ese texto,
nas . Cuando un texto se compone y dis- fallo que consiste en duplicar la presión
pone a más de una columna, entre cada dos sobre la barra espaciadora. Es convenien-
de ellas se coloca una cantidad de espacio te que todos los espacios de la misma lí-
que puede ir de seis a 18 puntos, aunque nea tengan las mismas dimensiones, por lo
lo normal es que haya 12 puntos. Este es- que deben corregirse los espacios dobles
pacio vertical recibe el nombre de corondel (en autoedición se corrigen automáticamen-
ciego (actualmente solo corondel) porque te por sustitución de dos espacios por uno).
antiguamente el corondel era una pieza ti- 3. Cuando los espacios de varias líneas
pográfica del grosor que se le quisiera dar consecutivas, de un solo párrafo o de va-
a ese espacio, pieza que terminaba en una rios, coinciden vertical o diagonalmente, se
superficie fina longitudinal que era el filete producen defectos que reciben los nombres
que se imprimía entre ambas columnas. Al de calle, corral o escalera, y deben señalar-
prescindirse de ese filete (que era el ojo de se para que sean corregidos mediante un
la pieza, es decir, la parte de ella que pro- recorrido. Sobre todo, deben evitarse las
ducía la impresión), la denominación del calles o escaleras en párrafos de pocas lí-
espacio en blanco pasó a llamarse coron- neas, pues entonces la composición queda
del ciego, es decir, corondel (la pieza) sin dividida en dos o más partes.
14. Los caracteres tipográficos
a) que estos dos estilos de letra resultan 14.1.3. Por su estilo. Entendemos por
de lectura cansada; estilo de la letra el conjunto de caracterís-
b) que también los libros técnicos o ticas estilísticas, históricas o morfológicas
científicos pueden componerse con que permiten clasificar las letras tipográ-
letra romana, que actualmente es la ficas en grupos homogéneos que se distin-
más utilizada incluso en estos casos; guen por rasgos comunes.
c) que las letras egipcias y palosecos Actualmente hay más de veinte clasifica-
420 14.1.3.1. LA LETRA ROMANA ANTIGUA O ELZEVIRIANA
ciones tipológicas en relación con el estilo. en 1783, y Giambattista Bodoni creó una
Cada una parte de presupuestos distintos, hermosa romana moderna, hoy conocida
pero todas toman como base de la clasifi- como bodoni, que apareció por primera
cación, como no podía ser de otra manera, vez en su Manuale tipográfico, impreso en
la forma del asta y la forma y existencia 1788.
o inexistencia del terminal o adorno de
las astas. Aquí nos vale la que en primer 14.1.3.3. La letra egipcia . Se carac-
lugar estableció Francis Thibaudeau entre teriza por poseer astas de grosor constante
1920 y 1924. Este autor se basó en cua- y terminales cuadrangulares del mismo
tro estilos (al principio llamados familias) grosor. Aparece por primera vez en el Rei-
fundamentales y dos complementarios. Los no Unido en 1815, si bien no se difundió
fundamentales son: la romana antigua o el- hasta 1820. Nacida en la época de la gran
zeviriana, la romana moderna o de Didot, industria y de la mecánica, evoca la imagen
la egipcia y la paloseco. Los complemen- de los engranajes. Es un estilo de letra poco
tarios son los caracteres de escritura y los empleado en textos, ya que por sus carac-
caracteres de fantasía. terísticas es más apropiada para trabajos
técnicos y textos publicitarios.
14.1.3.1. La letra romana antigua o
elzeviriana . Se caracteriza por la igual- 14.1.3.4. La letra paloseco . Se ca-
dad en el espesor del asta y por poseer racteriza por sus astas de grosor general-
terminales curvos e inclinados. Se inicia en mente constante y sin terminales. Aparece
1495 con la letra bembo, creada por Fran- por primera vez en el Reino Unido en
cesco Griffo por encargo de Aldo Manuzio, 1816, al parecer como derivación de la
y llega a su culminación con la creación de egipcia, a la que bastaba despojar de los
William Caslon en 1720. terminales para convertirla en paloseco.
Durante un tiempo, desde finales del si-
14.1.3.1.1. La letra de transición, A glo xix, fue muy empleada, pero de hecho
caballo entre este estilo y el que le sigue, el se trata de una letra cuya lectura cansa,
que comprende la letra romana moderna, razón por la cual es poco apropiada, en ge-
existe otro, llamado estilo de transición, neral, para la composición de textos segui-
que se distingue por el contraste entre las dos. Por su estructura resulta muy legible,
astas verticales e inclinadas, superior al de por lo que suele emplearse con frecuencia
la romana antigua, pero menor que el de la en publicidad, rótulos callejeros, muestras
romana moderna, y por la inclinación de de firmas comerciales, letreros, etcétera.
algunas letras, con tendencia a la verticali-
dad. Comprende el período que va de 1693 14.1.3.5. Caracteres de escritura .
a 1775. Entre las letras de transición so- Se caracterizan porque se inspiran en las
bresale la baskerville, obra del inglés John caligrafías clásicas e imitan la escritura
Baskerville, que se distingue por su acusada manual. No son apropiados para texto
verticalidad, su anchura y su moderado ojo seguido, razón por la cual apenas aparecen
medio o tamaño de las minúsculas. en libros, diarios y revistas. Son más pro-
pios de trabajos de remendería, en especial
14.1.3.2. La letra romana moderna para programas, invitaciones, tarjetas, et-
o de Didot . Se caracteriza por ser más cétera.
perpendicular que la romana antigua, con
el asta muy contrastada y terminales muy 14.1.3.6. Caracteres de fantasía . Se
finos. El primer creador de una letra roma- caracterizan por constituir un conjunto en
na moderna fue Philippe Grandjean, quien el que se recogen caracteres sombreados,
la empleó por vez primera en 1702. Fue contorneados, adornados, figurativos, ale-
elevada a su perfección por Firmin Didot góricos, exóticos, etcétera. No son apro-
14.1.5.3.1. LA LETRA NEGRITA 421
piados para texto seguido, razón por la con tanta más facilidad se romperá el ojo
cual no suelen aparecer en libros, diarios al imprimir en máquinas tipográficas, que
y revistas, pero pueden emplearse como eran las únicas usadas a la sazón). La letra
letras iniciales destacadas, normalmente normal de composición solía recibir enton-
colocadas en una arracada. ces el nombre de fina, nombre con el que se
oponía a la negrita, y esta solía terminar la
14.1.4. Por su familia. La palabra fa- clasificación por lo que se refiere al grueso
milia, que anteriormente se aplicó al estilo, del trazo o asta.
en la actualidad designa el conjunto de
variedades, clases o series de un tipo que 14.1.5.2. La letra normal . Actual-
se agrupan bajo un nombre común. Por mente la letra fina tiene poco uso; los textos
ejemplo, las designaciones times, gara- se componen con letra que se llama normal
mond, caslon, didot, futura, sabon, serifa, o texto. Esta letra normal tiene un grosor
etcétera, se componen de distintas clases de trazo que se puede considerar interme-
o variedades de letra que puede ser re- dio entre el de la fina y el de la seminegra,
donda, cursiva, negrita, estrecha, ancha, en las familias que cuentan con esta varie-
minúscula, mayúscula, versalita, voladita, dad de ojo, o el de la negrita en caso de
subíndice. Cada tipo dispone de todas o de que no exista la seminegra (que es lo más
solo algunas de estas variedades de trazo. habitual). En algunos tipos, la letra normal
Ello permite dotar a un texto de todos los y la seminegra coinciden (→ 14.1.5.3). Es
rasgos que sean precisos sin salirse de la la clase de letra más utilizada por este con-
familia, lo que dota de elegancia y unidad cepto en todo tipo de impresos.
de estilo a los textos impresos.
14.1.5.3. Las letras negras . Las le-
14.1.5. Por su ojo. El ojo de una letra tras negras comprenden la seminegra, la
es la representación gráfica de la figura negrita, la extranegra y la supernegra. De
de esta. Antiguamente dependía de la que ellas, como se ha dicho antes, la semine-
presentase el paralelepípedo tipográfico, gra, cuyo trazo es intermedio entre el de la
que la llevaba relevada en una de sus ba- normal y el de la negrita, tiene escaso uso,
ses, pero en la actualidad se trata de la y de hecho muchos tipos carecen de esta
digitalización de la letra, digitalización que variedad de ojo, pasando de la normal a la
representa en la pantalla las características negrita. Las variedades extranegra y super-
de aquella. En razón del grueso del trazo o negra carecen asimismo de uso normal en
asta de su ojo, las letras tipográficas pue- los textos. Sí pueden usarse en impresos co-
den ser finas, normales y negras. Unas y merciales, anuncios, etcétera. Así pues, la
otras tienen usos muy distintos en cuanto a más utilizada, en este grupo, es la negrita.
sus características gráficas.
14.1.5.3.1. La letra negrita. Se caracte-
14.1.5.1. Las letras finas . Aunque riza por poseer un rasgo más grueso que el
teóricamente las letras finas podrían com- de la letra normal o texto y más fino que
prender desde las muy finas hasta la que se el de la extranegra. No es una letra muy
aproxima a la normal, las clasificaciones usada en libros y sí en periódicos y revis-
tipológicas tienen en cuenta usualmen- tas.
te tres escalones: superfinas, extrafinas y He aquí, a continuación, las normas de
finas. Antiguamente, antes de la digita- uso de la letra negrita.
lización de la letra, las formas superfina 1. En libros, la negrita se puede utilizar
y extrafina carecían de existencia en casi en los títulos de capítulos y de alguna de
todas las familias, ya que su uso era muy las categorías de subtítulos. Por ejemplo,
escaso y a veces inexistente (se comprende: si la gradación de títulos de un capítulo
cuanto más fino sea el rasgo de la letra, comprende cuatro escalones, pueden gra-
422 14.1.6. POR SU TAMAÑO
fiarse con negrita los de la primera cate- es decir, la que tiene forma de versal o
goría, con negrita cursiva los de la segun- mayúscula, pero que es más pequeña, en
da, con redondas los de la tercera y con torno al 82 % del tamaño de esta (aproxi-
cursiva normal los de la cuarta. Esto sería madamente, el tamaño de la minúscula).
válido tanto para los subtítulos situados Para que podamos hablar de versalita, o
en línea aparte como para los situados en de versalita verdadera, hemos de partir de
línea con el texto. Aquí, pues, la negrita re- la base de que se trata de una letra que,
donda desempeña un papel adecuado, pero pese a que su tamaño es inferior al de la
fuera de estos tres casos es improbable que correspondiente mayúscula (es decir, la
la negrita quede bien en textos librarios mayúscula del mismo cuerpo), sus astas
(→ 16.11.2.2.1-1; 16.26.3.2). Desde este tienen las mismas dimensiones en anchura.
punto de vista, mejor y más amplio rendi- Esta característica dota a la versalita de
miento puede dar en periódicos y revistas. una rara hermosura. Sin embargo, la que
2. Se usa en los titulares, en los subtí- llamamos seudoversalita o versalita falsa
tulos, en los sumarios y en los ladillos de no es una verdadera versalita, ya que se
periódicos y revistas. obtiene por reducción informática de la co-
3. En periódicos y revistas se emplea rrespondiente mayúscula hasta un porcen-
asimismo para destacar los nombres de taje que normalmente es del 75 % al 80 %
personas y otras palabras o sintagmas que (pero que podría ser incluso del 82%, ya
convenga poner de relieve, especialmente que esto no es determinante). La versalita
en reportajes y artículos. Es, no obstante, obtenida por este procedimiento es una
un método poco recomendable, aunque de letra de astas estrechas y de letras juntas
él se abuse en cierto tipo de prensa. (ya que la reducción se hace partiendo de
4. Actualmente es también útil la forma la letra mayúscula como un todo; es decir,
cursiva de la negrita, como se ha dicho en que se reduce la altura y al propio tiempo
el párrafo 14.1.5.3.1-1. Se usa, por ejem- también la anchura, tanto de la letra como
plo, en subtítulos de segunda categoría, de sus astas). Esta reducción total dota a la
tanto en situación aparte como en línea letra de una forma canija y estrecha que no
con el texto. puede compararse con la versalita obtenida
por trazo del diseñador tipográfico.
14.1.6. Por su tamaño. Por este con- 2. Refiriéndose a esta letra, dice la
cepto, la letra puede ser minúscula (la letra Academia en la OLE10 (p. 447): «[...] A
normal en los textos), versalita, seudover- pesar de su apariencia, la versalita es una
salita y mayúscula. variante estilística de la letra minúscula,
por lo que, al utilizar la versalita, debe
14.1.6.1. La letra minúscula . Es la mantenerse la mayúscula inicial en aque-
variedad de letra más abundante en razón llas palabras que la requieran: Capítu -
de su tamaño. La mayúscula es, en relación lo IL El gaucho Miguel ». Que la versali-
con ella, una excepción. Su figura coincide ta sea una variante estilística de la minúscu-
algunas veces con la figura de la mayúscu- la parece una aseveración ampulosa carente
la, pero generalmente es distinta. Por ejem- de contenido. De hecho, en muchos casos
plo, una o minúscula y una O mayúscula la versalita puede acompañarse o no de la
se diferencian por el tamaño, pero una q versal, dependiendo del efecto estético que
minúscula y una Q mayúscula se diferen- se pretenda obtener. Por ejemplo, en los
cian por su tamaño y su figura. Su uso se folios explicativos (como los de esta obra,
expone en el libro primero, capítulo 6. por no ir más lejos) se usan versalitas en co-
mienzo de texto (→ 14.1.6.2-15), mientras
14.1.6.2. Las letras versalita y seu - que en las entradas de una bibliografía se
doversalita . 1. Como su nombre indica, usan versales en la misma posición (aunque
la letra versalita es la letra versal pequeña, también se podrían usar versalitas). Dicho
14.1.6.2.1. ESCRITURA DE LA VERSALITA 423
de otra manera: si las versalitas fueran una 2. Los nombres de personajes en los
variante estilística de la minúscula (y no de diálogos de novelas, comedias, poesías y
la mayúscula, como parece más acertado), obras dramáticas, cualquiera que sea la
podría decirse lo mismo de la negrita y la forma de disponerlos (→ 16.24.5).
cursiva en relación con la redonda, y no 3. Los personajes de las listas y repar-
se hace. tos de las comedias y obras dramáticas
(→ 16.24.1).
14.1.6.2.1. Escritura de la versalita. La 4. En las acotaciones y en los sumarios
versalita tiene notable uso en español, ya o textos explicativos que preceden a los ac-
sea en redonda (normal o negrita) o en tos y escenas de obras dramáticas, se escri-
cursiva (normal o negrita), precisamente ben con versalitas los nombres colectivos,
por los servicios que puede prestar como mientras que los de personajes se escriben
alternancia de la negrita redonda y cursiva. con mayúsculas (→ 16.24.4).
Para el empleo de la versalita verdadera, 5. Los apellidos (no los nombres) de los
es condición que la familia la tenga digita- autores en las bibliografías (→ 16.28.1.2-1).
lizada, ya que, de lo contrario, es necesario 6. En las citas bibliográficas, los ape-
emplear la seudoversalita, que se obtiene llidos (no los nombres) de los autores
por definición del programa informático pueden escribirse con versalitas, pero es
con que se trabaje. Incluso en los casos más común y propio escribirlos con minús-
en que la familia tiene la digitalización de culas.
la versalita, variedades como la versalita 7. En los índices alfabéticos de mate-
cursiva o la versalita negrita (redonda o rias suelen escribirse con versalitas (pero
cursiva) suelen faltar. Los fabricantes de ti- también pueden escribirse con minúsculas)
pos no suelen diseñar la versalita cursiva o los nombres de autores citados (no los de
negrita.Esto, naturalmente, limita la expre- otras personas citadas en el mismo trabajo)
sividad tipográfica en algunos casos, por lo (→ 16.28.1.2).
que, de ser posible, es aconsejable utilizar 8. Se escriben con versalitas las cifras
una familia que disponga del mayor núme- romanas de palabras que se escriben con
ro de variedades de letra. minúscula inicial, como los siglos, mile-
Es erróneo (por anglicismo ortotipográ- nios, dinastías, volúmenes, tomos, páginas
fico) sustituir la versalita por letra minús- prologales, etcétera, tanto si se citan juntos
cula; por ejemplo, páginas xiv-xvii (pese como si se menciona solo la numeración
a que la Academia, en la ole 99 [p. 32, (→ 6.8):
n. 27], diga: «Algunos impresores utilizan
letras minúsculas en este último caso: pági- La imprenta se inventó en el siglo xv, y en el
na xxii, xvi, etc.». Yo no diría que son los xvi estaba ya muy expandida.
impresores los que usan esas grafías, sino
los autores los que las imponen). Este uso Se hace así para igualar la altura de la mi-
impropio se aplica por algunos también a núscula inicial con la de las cifras romanas,
la numeración de apartados: i), ii), iii), iv), de manera que ambas queden equilibradas,
etcétera. En la tipografía española debe lo que no se daría si tales numeraciones se
evitarse la extensión en el uso de este angli- dieran con mayúsculas:
cismo ortotipográfico.
Se utiliza la versalita en los siguientes Alfonso XIII es un monarca del siglo XX.
casos:
1. Los apellidos (generalmente no el Cuando correspondan a las numeraciones
nombre) en las firmas de prólogos, artícu- de reyes, príncipes, papas y casos semejan-
los y noticias en publicaciones periódi- tes, cuyos nombres se escriben con inicial
cas, poesías, citas, cartas, lemas, etcétera mayúscula, la numeración romana se escri-
(→ 16.13.1). be también con mayúsculas:
424 14.1.7. POR SU INCLINACIÓN
Juan Carlos I es nieto de Alfonso XIII. 13. En textos legales se escribe con
versalitas la palabra artículo, sea a lo lar-
Sería un error cambiar los usos y escribir go o en abreviatura. No obstante, en los
los nombres de reyes, príncipes, papas, artículos citados de otras leyes se utiliza la
etcétera, con cifras en versalitas: cursiva.
14. En los folios explicativos de las
Juan Carlos i es nieto de Alfonso xiii. cabeceras de los libros (también llamados
titulillos, títulos de cabecera o títulos co-
9. Las palabras Compañeros, Cama- rrientes) se suele emplear preferentemente
radas, Amigos, Señor, Señores, Queridos la versalita, y en este caso la inicial debe ser
colegas, Excelencia, Eminencia, etcétera, también versalita (→ 16.25.1.2-1).
que aparecen encabezando circulares, dis- 15. En los títulos que se componen con
cursos, avisos, etcétera (las iniciales van versalitas, la inicial y los nombres propios
siempre con mayúscula). pueden escribirse con versalitas o con ver-
10. Las palabras Total, Totales, Dife- sales. En casos como los mencionados en
rencia situadas delante de cifras en cua- los párrafos 14.1.6.2.1-9 a 12 se inician
dros, tablas, estados, etcétera. siempre con mayúscula; en los casos del pá-
11. Las palabras Cuadro, Tabla, Esque- rrafo 16.11.2.2.1-1 suelen ir sin mayúscula
ma que se colocan a la cabeza (antetítulo) inicial, y en el párrafo 16.11.2.3-2 pueden
de cuadros, tablas o esquemas y la palabra comenzar con mayúscula o con versalita.
(más comúnmente la abreviatura) Figura
(Fig.) que se coloca al principio del epígrafe 14.1.7. Por su inclinación. La incli-
en las figuras (admiten otras grafías, como, nación del ojo de la letra tiene en el texto
por ejemplo, la negrita): normal de un libro, un periódico o una
revista funciones distintas que no deben
Cuadro 23. Distribución de los gastos mezclarse. Pese a que los textos didácticos,
Fig . 4. Llegada del buque a La Habana. incluidos los académicos, suelen confundir
las funciones que corresponden a las va-
12. Suele usarse versalita en las citas riedades o clases de los tipos de letra, es
que dentro de una obra se hacen del propio menester aplicar siempre la misma figura
título de esta: de letra a los mismos hechos. En definitiva,
no es indiferente escribir de cursiva o de
En este Diccionario de usos y dudas del redondo con comillas un elemento cual-
español actual se trata el lenguaje... quiera del texto. Si se trata, por ejemplo,
del título de una película, la norma admi-
Aunque lo normal en los títulos de obras tida en general es la de escribirlo con cur-
es utilizar la cursiva, este caso se considera siva, no de redondo con comillas (por más
una excepción, pero también puede hacerse que así se indique, incorrectamente, en
caso omiso de ella y escribir tales títulos muchos textos pretendidamente didácti-
con cursiva: cos). Seguidamente se exponen las distintas
clases de letra en función de las característi-
En este Diccionario de usos y dudas del espa- cas de su ojo relacionadas con su inclina-
ñol actual se trata el lenguaje...
ción.
En las publicaciones periódicas lo normal
es escribir el propio título con mayúsculas: 14.1.7.1. La letra redonda . Letra
tipográfica que es derecha y circular. Por
En declaraciones a LA VANGUARDIA, el
el grosor de su ojo puede ser superfina,
representante de la compañía dijo que...; extrafina, fina, normal, seminegra, negrita,
Estas circunstancias, según ha podido saber extranegra y supernegra, siendo la prime-
EL PAÍS, se han repetido... ra la que tiene las astas más finas y la últi-
14.1.7.1.1. USO DE LA LETRA REDONDA SIN COMILLAS 425
ma la que las tiene más gruesas. Es común salvo cuando se usan dentro del mismo pá-
llamar letra redonda a la letra normal de rrafo con sus versos separados entre sí con
composición, pero esto es una inexactitud, una barra (→ 10.5.16.2-3), caso en el cual
ya que es redonda toda letra derecha, sea sí se entrecomillan.
fina, normal, negrita, ancha o estrecha. La En las poesías que se traen como cita no
letra redonda normal es la más utilizada en se ponen comillas de seguir al principio de
cualquier impreso, siendo la cursiva la dia- cada estrofa, cualquiera que sea la forma
crítica en relación con ella (→ 14.1.7.2-3). de disponerlas. A mayor abundamiento,
puesto que las poesías deben componerse
14.1.7.1.1. Uso de la letra redonda sin en párrafo aparte y en cuerpo menor, se
comillas. La letra redonda sin comillas se omiten las comillas.
usa en los siguientes casos: 5. Los antropónimos formados por pre-
1. En el texto normal de un libro, un nombre + cognomento:
periódico, una revista, etcétera, salvo las
partes que estén afectadas por una diacrisis Alfonso X el Sabio;
(→ 14.1.1). Gregorio Magno;
2. Los textos que se traen como cita, Pipino el Breve;
cualquiera que sea su colocación (dentro de Juana la Beltraneja.
un párrafo o en párrafo aparte) y el idioma
en que estén escritos (por consiguiente, las 6. Los seudónimos, cuando se mencio-
citas en cualquier idioma extranjero tam- nan aisladamente, sin acompañamiento del
bién se escriben de redondo). nombre propio:
3. Las frases hechas o proverbiales:
el Abate Marchena;
ahí me las den todas; Clarín, un gran escritor del siglo xix;
con el agua al cuello; el Viti, torero salmantino;
de sabios es mudar de opinión; Mantequilla Nápoles;
Fue detenido el Navaja.
también los adagios, aforismos, apoteg-
mas, axiomas, máximas, proverbios, refra- 7. Los nombres de razas, subrazas, et-
nes, sentencias, divisas, etcétera: nias y tribus humanas:
pigmeos;
cada uno estornuda como Dios le ayuda; hotentotes;
el bien suena y el mal vuela, siux;
yorubas;
salvo cuando se ponen en boca de su au- masáis.
tor:
8. Los nombres de personajes de fic-
De Gracián es el adagio «lo bueno, si breve,
ción:
dos veces bueno». Quasimodo;
Sancho Panza;
En los demás casos, este mismo refrán, co- don Quijote;
mo los restantes, se escribe sin comillas: Juan Español;
John Bull.
Ya sabes que lo bueno, si breve, dos veces 9. Los nombres particulares de edificios
bueno.
y fincas:
4. Las poesías intercaladas en una cita, edificio Apolo X;
aunque sean de autor distinto del citado, cortijo Los Mimbrales;
426 14.1.7.1.1. USO DE LA LETRA REDONDA SIN COMILLAS
12. Los títulos de leyes y demás dispo- 17.1. También se escriben de redondo
siciones legales: las voces musicales que suelen aparecer en
títulos y otros casos:
La ley de Propiedad intelectual ha sido en-
mendada en varias ocasiones. adagio, alegro, andante, aria, becuadro, be-
mol, cavatina, dúo, marcha, mayor, me-
13. Los títulos genéricos de partes de nor, serenata, sostenido, vals.
un libro (dedicatoria, lema, prólogo, intro- 18. Se escriben de redondo los nombres
ducción, apéndice, anexo, índice, capítulo,
de objetos históricos, como las espadas o
etcétera):
los recipientes:
No me gustan ni el prólogo ni la introducción la Colada y la Tizona (Cid Campeador);
de este libro. la Durindaina (Roldán);
la Joyeuse (Carlomagno);
14. Los títulos de obras normativas que la Excalibur (rey Arturo);
enuncian su contenido: el santo Grial.
cas y similares (diarios, semanarios, anua- [...] sí; esa muchedumbre envilecida por la
rios, almanaques, anales, fascículos, bi- miseria (Rumores.) y la ignorancia, de-
mensuarios, etcétera): pauperada y degenerada. (Aplausos en la
extrema izquierda.)
El País;
La Vanguardia;
Sin embargo, actualmente esa grafía es
El Periódico de Catalunya; impropia y debe sustituirse por esta otra,
Lecturas; acorde con otras reglas semejantes:
La Gaceta del Libro;
Anales de la Corona de Aragón; [...] sí; esa muchedumbre envilecida por la
Monitor. miseria [rumores] y la ignorancia, de-
pauperada y degenerada [aplausos en la
extrema izquierda].
6. Los títulos de los cuadernos de tebeos
y fascículos:
Si se reproducen gritos o voces, el texto que
los refleja debe escribirse con mayúscula
El fin de un malvado, aventura de El Guerre- inicial y entre comillas, puesto que es una
ro del Antifaz;
La reina de la selva, con Roberto Alcázar y cita:
Pedrín.
[...] sí; esa muchedumbre envilecida por la mi-
seria [gritos de «¡Muy bien, muy bien!»] y
7. Los títulos de encíclicas y cartas pas- la ignorancia, depauperada y degenerada
torales: [aplausos en la extrema izquierda].
13.1. También se escriben de cursiva los chatamente detrás, generalmente sin coma
títulos de las emisiones concretas de series (→ 10.5.8.4.3-2):
o ciclos:
cadera ‘parte saliente formada por los huesos
En el Ciclo Humphrey Bogart se emitió la de la pelvis’ y cátedra ‘asiento elevado’
película La reina de África; tienen el mismo étimo.
La familia desunida es un episodio de Da-
llas.
16. Los ejemplos en obras lexicográfi-
cas, enciclopédicas o didácticas. En algu-
14. Los nombres propios aplicados a
nos casos, excepcionalmente, es necesario
vehículos, objetos o artilugios:
o conveniente escribir los ejemplos de
redondo y entre comillas simples. Incluso
el barco Ciudad de Valencia;
el tren Virgen del Pilar; cuando sistemáticamente se escriben de
la campana Montserrat; cursiva, puede ser necesario, en algún ca-
las embarcaciones militares 66 y 199; so, escribirlos de redondo y con comillas
el satélite artificial Apollo XI. simples con objeto de mantener en la letra,
palabra o frase afectadas su grafía propia
La Academia establece (OLE10) que en es- y evitar ambigüedades o interpretaciones
falsas por parte del lector. En este contexto
tos casos se use la redonda, pero no parece
(todos los ejemplos escritos con cursiva),
adecuado ni está justificado. Lo más acerta- un ejemplo como
do es mantener la norma anterior.
15. Las letras, palabras o frases en los La palabra administración se escribe de cur-
siguientes casos: siva
15.1. Cuando el autor quiere llamar
especialmente la atención sobre ellas: parece contradictorio (aunque en el fondo
no lo sea, pues, como sabemos, existe una
¿moral es distinto de inmoral; norma según la cual en un contexto de cur-
cuando digo meteorología no me refiero al siva, la diacrisis se marca con la redonda;
tiempo.
→ 14.1.7.2-3). En este caso debe escribirse:
15.2. Cuando al nombre de un fenóme- ‘La palabra administración se escribe de cur-
no o circunstancia sigue su denominación: siva’,
21. Las letras minúsculas con que se se en razones lingüísticas. Ambos enfoques
numeran los apartados y subapartados: pueden defenderse, pero aquí se adopta el
que se apoya en razones ortotipográficas,
a) lenguas de cultura; establecidas a lo largo de más de cinco si-
b) lenguas ágrafas. glos de práctica profesional. En estos casos
se observa un problema que afecta a la or-
El paréntesis de cierre que se coloca a con- totipografía y no a la lingüística general y
tinuación de la letra numeral se escribe de por lo tanto entendemos que la solución ha
redondo, no de cursiva, como puede verse de ser preferentemente tipográfica.
en los ejemplos (→ 10.5.9.2-2). 1. En lo que se refiere a los signos de
21.1. Si las letras numerales van segui- puntuación, la norma tipográfica establece
das de un titulillo en línea escrito en cursi- que se escriban con la grafía que corres-
va, tales letras se escriben de redondo: ponda a la palabra a la cual se juntan:
a) Primeros pasos de la imprenta. Guten- ... se encontró con dos perifollos; en su idio-
berg... lecto, esta palabra...;
cañón, fusil, uniforme, formación: palabras
del campo militar;
22. Las voces Continúa, Continuará,
Viene de la página ..., Pasa a la página ... ... se encontró con dos perifollos; en su idio-
lecto, esta palabra...;
14.1.7.2.2. La cursiva en los artículos y cañón, fusil, uniforme, formación: palabras
conectivos. 1. Los artículos y conectivos, del campo militar.
especialmente los que afectan a títulos, se
escriben con cursiva y mayúscula si perte- Obsérvese su efecto cuando los signos de
necen a ellos y de redondo y minúscula en puntuación son de clase distinta de la de la
caso contrario: palabra a la que se juntan:
el Faro de Vigo viene hoy con suplemento; ... se encontró con dos perifollos; en su idio-
El Faro de Ceuta no trae la noticia; lecto, esta palabra...;
The Times es un antiguo diario londinense; cañón, fusil, uniforme, formación: palabras
el Times y el Guardian tienen libro de estilo; del campo militar;
La divina comedia es de Dante, y el Quijote,
de Cervantes. ... se encontró con dos perifollos; en su idio-
lecto, esta palabra...;
2. Las partículas e, o, y se escriben de cañón, fusil, uniforme, formación: palabras
del campo militar.
cursiva si corresponden al sintagma en que
aparecen y de redondo en caso contrario:
Este efecto antiestético se ve mejor cuanto
El sintagma moros y cristianos aparece en
más grande es el ojo/cuerpo de la letra:
la expresión haber moros y cristianos, es
decir, haber luchas y discordias; perifollos;
Las palabras moro y cristiano designan... formación:
perifollos;
14.1.7.2.3. La cursiva en conjunción perifollos:
con la redonda. El encuentro de signos
escritos con cursiva y signos escritos con Se ve claramente que el encuentro de las
redonda da lugar a problemas de grafía. palabras en cursiva o de negrita con los
Apresurémonos a decir que la solución a ta- signos en redondo o normal no da resul-
les problemas no es única, y que la que aquí tados estéticos. De ahí la conveniencia de
se recomienda es la que parte de principios seguir la norma anterior. Ya sabemos que
ortotipográficos, no la que podría apoyar- en estos casos la puntuación no pertene-
14.1.7.2.3. LA CURSIVA EN CONJUNCIÓN CON LA REDONDA 433
ce a la palabra junto a la cual deben ir, sino ra». Por su lado, Ramos Martínez (1963:
a toda la oración o periodo, pero lo que se 132-133) hace extensiva la doctrina a los
hace es variar su grafía para adecuarla a signos ortográficos: «Cuando un signo de
la palabra a que se juntan por razones de puntuación u ortográfico vaya junto a una
estética tipográfica (lo cual entra dentro palabra de cursiva, estos también se pon-
de la tradición gráfica española). No obs- drán cursivos, aunque el párrafo comience
tante, algunos tratadistas recomiendan la o termine de redondo: “(autor de La Tra-
escritura con redonda normal de los signos viata)”; “(Rigoletto fue escrito por Verdi)”;
de puntuación que afecten a una palabra “el Caro nome, cantado por la Patti”». El
en cursiva o negrita. En caso de admitir autor citado tiene razón en cuanto a los sig-
esta variante, habrá de aplicarse de forma nos de puntuación, pero no a los restantes.
unificada a lo largo de un trabajo. Sin em- Por coherencia gráfica, los signos dobles
bargo, bien analizado, los signos que no no pueden comenzar y terminar con grafías
concuerdan con las grafías de las palabras distintas: o los dos de redondo, o los dos de
a que se juntan, sino que se ponen de re- cursiva, o los dos de negrita. El caso de los
dondo normal, parecen más pertenecer a lo signos de puntuación es distinto porque no
que sigue (que presenta esas mismas carac- son dobles y, en mi criterio, gráficamente
terísticas gráficas) que a lo que los precede, afectan a la palabra junto a la cual van,
lo cual es muestra de incoherencia gráfica. aunque lingüísticamente tengan relación
La grafía que aquí se recomienda es la que con la oración o período completos.
los tipógrafos españoles han empleado tra- Desde el punto de vista lingüístico, Mes-
dicionalmente. tres y otros (1995: 95) dicen (en catalán):
A este respecto, dice Morato (1933: 53): «Los paréntesis, los corchetes y las comillas
«Las cursivas tienen signos y guarismos pe- deben componerse siempre de acuerdo con
culiares, y con ellos, y no con los de redon- el contexto general, aunque el período aca-
do, deben emplearse». Este autor aplica a be o comience con una palabra en cursiva
la grafía de los signos el criterio que aquí o que dentro de la frase haya alguna pala-
se expone (por ejemplo, la cursiva cuando bra o elemento en cursiva», y ponen estos
afecta a palabras o frases todas ellas en cur- ejemplos:
siva). Lo mismo puede afirmarse de autores
ortotipógrafos como Melús y Millá (1940: Se incluyen en dos géneros diferentes: el
74 ss.). Martínez Sicluna (1945: 99-100) elefante asiático (Elephas) y el africano
dice: «Las palabras de letra cursiva que se (Loxodonta).
Se han descubierto restos fosilizados de tor-
introducen en el texto llevarán también de tugas terrestres de talla corporal gran-
cursiva la puntuación y cualquier otro sig- de en Menorca (donde vivió Cheirogas-
no que las acompañe». Por el contrario, no ter gymnesia) y en Malta (donde vivió
es admisible lo que afirma a continuación: C. robusta).
«incluso las letras y números volados», ya (Continúa en la página 24.)
que en este caso se trata de elementos tipo-
gráficos extratextuales (→ 16.17.1.1.1-2). La aplicación de estos criterios produce en
Sigue este autor: «Pueden exceptuarse de la práctica fenómenos extraños, desde el
esta regla los paréntesis en el caso de que punto de vista estético, como este ejemplo,
lo encerrado en ellos sea un período corto que tomo de los autores mencionados, en
y comience o termine por letra del carácter su página 215):
común, y también la interrogación y admi-
ración [exclamación] cuando aparecen al (Acotació de verb dicendi:),
final del título de un libro o revista puesto
en cursiva y estos signos pertenecen al tex- donde se puede ver el efecto, a mi entender
to. = Lo mismo cabe hacer cuando se trate desagradable, que produce el segundo pa-
de letra negrita o de otro estilo cualquie- réntesis, de cursiva, pegado a una palabra
434 14.1.8. POR SU CAJA
paréntesis en redonda; por ejemplo, cuan- entre la letra muy estrecha, a la que se
do en el texto se hace referencia a una letra llama letra esqueleto (entre un 50% y un
de una fórmula, una ilustración, etcétera 70 % de la normal), y la letra normalmente
(aunque en el grabado pueda aparecer de estrecha, a la que se llama simplemente le-
redondo): tra estrecha (entre un 80 % y un 90 % de la
normal). El empleo de esta clase de letra es
La dirección de la flecha (a) es la de... escaso en bibliología, pero puede alcanzar
uso constante en remendería (especialmen-
4. A veces, al juntar signos cursivos te en impresos publicitarios).
con otros redondos se puede producir un
efecto desagradable por el hecho de que 14.1.8.2. La letra normal . La letra
en su representación gráfica uno monta normal se corresponde con el 100% de la
parcialmente en el otro. Suele darse esto anchura de la letra con que se compone un
con más frecuencia en las enumeraciones texto. Desde este punto de vista, son diacrí-
de apartados con letras minúsculas cursi- ticas la estrecha y la ancha (sea cual fuere
vas, especialmente la f y el paréntesis de el grado de estrechez o de ampliación),
cierre: f). En casos así es necesario corregir pero no la normal, que, como todas las
manualmente ese encuentro, separando formas normales de la letra, es la más
ligeramente ambos signos mediante las utilizada en todo tipo de impresos biblio-
respectivas funciones de los programas de lógicos.
composición: f).
14.1.8.3. Las letras anchas . En rela-
14.1.8. Por su caja. La caja es el rec- ción con la normal, de la que parte, se con-
tángulo teórico ocupado por las dos di- sidera letra ancha la que va desde 110%
mensiones de una letra o tipo, pero en este hasta 150 % de la anchura de la normal.
apartado nos referimos más especialmen- Más allá de esta cifra, la letra empieza a
te a la dimensión en anchura, la cual da desfigurarse y a presentar dificultades de
lugar a que consideremos la existencia y el lectura. Como en el caso de la letra estre-
uso de letras estrechas, normales o anchas. cha, en el de la ancha se denomina letra
ancha la que va desde 110% hasta 120%
14.1.8.1. Las letras estrechas . Son de la anchura de la normal, y letra superan-
estrechas las letras cuya anchura es infe- cha la que va desde 130% hasta 150 %.
rior a la de la letra normal. La tipografía El empleo de esta clase de letra es escaso
clásica fundía pocas letras estrechas, aun- en bibliología, pero puede alcanzar uso
que en algunas familias solo se fundía la constante en remendería (especialmente en
estrecha para usos concretos (por ejemplo, impresos publicitarios).
publicitarios). En la actualidad, merced a la
digitalización de la letra, es posible obtener 14.1.9. Por su situación en la línea. Por
letras estrechas a partir de cualquier letra el lugar que ocupa en la altura de la línea,
normal, simplemente definiendo el porcen- la letra (o cualquier otro signo) puede ser
taje de estrechez que la letra debe tener. voladita, normal o subíndice. El uso de
Desde este punto de vista, la estrechez de cada una de ellas viene determinado por su
la letra puede partir, por ejemplo, del 90 % especificidad, es decir, por el hecho de que
de la normal (es decir, la estrechez de esta así esté estatuido y no por capricho.
en un 10%) y llegar hasta el porcentaje
a partir del cual la letra presenta dificul- 14.1.9.1. La letra voladita . Llama-
tades para ser leída. Podríamos situar la mos letra voladita, volada, alta o superíndi-
estrechez legible en el 50% del ancho de ce a la letra más pequeña (también llamada
la letra normal (una reducción del 50%). índice) que la normal y que ocupa posición
En el mundo de la tipografía se distingue superior en la línea de composición.
436 14.1.9.1.1. USO DE LOS SIGNOS VOLADITOS
14.1.9.1.1. Uso de los signos voladitos. ... de loS Siux; 4,56,98, 73,75-79
En este hueco puede colocarse una inicial la lectura por no haber interpretado
destacada, un dibujo, una fotografía, etcé- o entonado bien el texto; no obs-
tera. Las dimensiones de la arracada deben tante, en algunos casos, sobre todo
ser las necesarias para acoger el elemento en el empleo de la raya, es posible
que la haya de ocupar, sin que sobren es- sacar estos signos al margen y ali-
pacios en blanco no justificados vertical u near la inicial con el comienzo del
horizontalmente. Para la disposición de la texto.
arracada pueden tenerse en cuenta estas
normas: 4. Para colocar la inicial hay que tener
en cuenta estas reglas:
a) la medida normal de la arracada
para letras iniciales destacadas es la a) la inicial no recuadrada y que no lle-
que se corresponda con la anchura ve un fondo (generalmente tramado)
natural de cada letra, de forma que debe alinear por el pie con una línea
una I necesitará menos espacio en del texto;
anchura que una Aí; en estos casos b) en páginas a más de una columna,
se puede aumentar el número de la inicial no debe iniciarlas ni aca-
guiones permitido e incluso, en caso barlas; a la cabeza o al pie, al menos
de necesidad (depende de la medi- debe haber tres líneas de texto antes
da de la columna), espaciar las letras y después, respectivamente;
de una palabra (normalmente prohi- c) el párrafo que lleva inicial destacada
bido en composición de textos), ya se separa del anterior con al menos
que a veces no hay otra forma de una línea de blanco.
resolver los problemas de justifica-
ción, tanto más complejos cuanto 14.1.10.2. Letras normales . Desde el
menor sea la medida de composición punto de vista de la posición, son letras
y mayor el cuerpo de la letra; normales todas las que no sean iniciales
b) si la inicial forma parte de la primera destacadas, es decir, todo el texto (incluida
palabra del texto, esta se aproxima la inicial absoluta de cada unidad textual si
lo más posible a la letra inicial y no va destacada).
además se sangran con medio cua-
dratín las líneas segunda a última de 14.1.11. Por su empleo. Las letras que
la arracada; en este caso, el resto se emplean en los impresos de forma ma-
de la palabra se compone con ver- yoritaria se consideran normales, pero no
salitas o, si faltan, con mayúsculas; siempre en tales impresos todas las letras
si la primera palabra pertenece a lo son. Por ejemplo, puede darse el caso de
una frase o sintagma, se destaca con que en el mismo impreso se utilicen letras
versalitas o versales toda la frase o especiales para los titulares, llamadas así,
sintagma, como Fernando el Católi- letras titulares, que suelen diferir de las
co, Guinea Ecuatorial; normales bien por su tamaño, bien por su
c) si la primera palabra comienza con figura. Son las que suelen aparecer en las
comillas, exclamación, interroga- sobrecubiertas, portadillas y portadas, así
ción, raya o cualquier otro signo como, a veces, en los títulos de los capítu-
ortográfico, este debe colocarse (lo los y en carteles, inscripciones, etcétera.
cual presupone que se aumenta el También pueden considerarse aquí le-
espacio de la arracada); su efecto tras distintas de la normal los caracteres
es probable que resulte inestético, de escritura y de fantasía, no habituales
pero son más importantes el sentido en textos librarios (→ 14.1.3.5; 14.1.3.6).
y la entonación, con objeto de que
el lector no haya de volver atrás en 14.1.12. Por su cuerpo. 1. El cuerpo de
14.1.12. POR SU CUERPO 439
una letra, también llamado tamaño, fuerza caso alguno. Podrían emplearse el 4 y el
o fuerza de cuerpo, se define como la dis- 5 (que antiguamente las fundiciones pro-
tancia, expresada en puntos tipográficos, porcionaban fundidos sobre cuerpo 6),
entre las caras anterior y posterior de un pero no es habitual. El ojo de composición
tipo de imprenta (es decir, el paralelepípedo más pequeño es el 6, pero se usa poco, de
tipográfico, la letra material). En la actua- tal manera que solo a partir del cuerpo 7
lidad, al referirse a la letra digitalizada, el se puede decir que la letra mantiene ca-
cuerpo o tamaño de la letra se define por racterísticas de legibilidad (y no en todos
la distancia entre las líneas de base de dos los tipos, pues en algunos el ojo medio de
líneas de texto seguidas. la letra —que también se llama altura de
2. Cuestión distinta es el ojo, es decir, la x— es más pequeño que en otros). Los
la parte de la letra (tipo de imprenta) que ojos más habituales para la composición
imprime y deja en el soporte (papel, tela, de texto general van desde el 8 (en medi-
piel, etcétera) la figura de la letra. El ojo das cortas) hasta el 12; del 13 al 24, pa-
es siempre más pequeño que el cuerpo ra titulares y subtítulos, y del 28 en ade-
respectivo, razón por la cual dos líneas lante, para títulos importantes (por ejem-
seguidas, aunque el interlineado o distancia plo, en portadas), anuncios, carteles, et-
entre líneas sea equivalente a 0 (es decir, cétera.
9/9, 10/10, 11/11, etcétera), no se tocan 2.2. Los tamaños clásicos de los ojos,
aunque coincidan una encima de la otra, en la medida europea, aumentan de pun-
verticalmente, las astas descendentes y las to en punto desde el 4 hasta el 10; desde
ascendentes. Esto equivaldría a componer el 11 hasta el 20, de dos en dos; desde el
un texto sin interlineado. Lo normal, sin 21 hasta el 40, de cuatro en cuatro; del 41
embargo, es que entre ojo y cuerpo haya pasa al 48 y del 50 en adelante aumentan
un punto de diferencia; por ejemplo, cuan- de doce en doce unidades. Así, nos da la
do se emplea una letra cuyo ojo mide 11 siguiente lista: 4, 5, 6, 7, 8, 9, 10, 12, 14,
puntos y se inscribe en un cuerpo que mida 16, 18, 20, 24, 28, 32, 36, 40, 48, 60, 72,
12 puntos. En este caso, que favorece la 84, 96. Debe advertirse que en autoedición
lectura, se dice que el texto está compuesto cualquier medida del ojo o del cuerpo es
11/12, es decir, con ojo 11 sobre un cuerpo posible, con tal de que la permita el progra-
12. También se puede optar por dos puntos ma de composición con que se trabaje; por
de diferencia en la relación ojo/cuerpo; por ejemplo, se puede componer un ojo 12,825
ejemplo, 11/13, pero estos interlineados sobre un cuerpo 13,943. Sin embargo, no
están más recomendados para textos desti- es habitual componer con partes decimales,
nados a niños o a personas mayores. salvo cuando se quiere convertir la medi-
2.1. Los ojos 1, 2 y 3 son meramente da anglosajona (pica) en medida europea
teóricos; en la práctica no se utilizan en (cicero).
15. La alfabetización
2. Los signos que acompañen a una Como se puede observar, todos esos signos
abreviación se desprecian al alfabetizar, de son perfectamente alfabetizables como si se
tal manera que lo que se alfabetiza son las hubiera escrito, respectivamente,
letras restantes consideradas como una so-
la palabra. Así, p/cta, se alfabetiza como si а, A, c, c, C, B, CS, LS, NS, R, S, S, E, L.
se escribiera pcta; F2, como si se escribie-
ra F: En efecto, si la a mayúscula con tilde (Á)
se alfabetiza después de la a (minúscula o
p. página mayúscula) sin tilde, ¿por qué no se va a
p/c. por cuenta poder colocar la a mayúscula con anillo (Å)
pc/o. por cuenta y orden
p/cta. por cuenta
después de la a (minúscula o mayúscula)
p/o. por orden. con tilde o sin ella? La misma considera-
ción puede hacerse en los demás casos. Por
3. Se desprecian asimismo los datos vo- ejemplo, ¿por qué no se puede colocar la b
laditos o subínces. Así, N.a S.a se alfabetiza mayúscula barrada verticalmente (B) des-
como si se escribiera N. S,, y V.o B,o, como pués de la b (mayúscula o minúscula) sin
si se escribiera V. B.: barrar? ¿Qué tiene NS/ para no poder colo-
carla después de NS? No parece admisible
N. S. Nuestro Señor tratar de colocar los signos matemáticos
N.a S.a Nuestra Señora (por ejemplo, los operadores: +, -, ×,:, •) en
N. S. J. C. Nuestro Señor Jesucristo ningún lugar de un orden alfabético (salvo
V.o B.o visto bueno. al principio o al final), puesto que este, por
definición, ordena letras, y tales signos ni
4. Normalmente, las cifras no se alfa- siquiera se les asemejan, pero en los casos
betizan, pero es posible hacerlo en caso de estudiados antes hay, como base del símbo-
necesidad. Por ejemplo, cuando encabezan lo, una o más letras. El hecho de que apa-
un topónimo u otra denominación, como rezcan encerradas en un círculo, barradas,
dotadas de signos diacríticos, etcétera, no
1984 título de una obra de Orwell desvirtúa la realidad de que siguen siendo
9 de Julio partido de la Argentina letras, aunque con ellas, naturalmente, no
24 de Mayo cantón de Ecuador, provincia se pudiera componer normalmente una
de Manabí. palabra. La función de un orden alfabé-
tico no es otra que la de permitir hallar
En estos casos se colocan, respectivamente, determinada grafía, siempre que esta reúna
en la m (de Mil), la n (de Nueve) y la v (de características identificables.
Veinticuatro), 6. Los signos generales, que no tengan
5. Cuando los signos sean muchos en por base una o más letras, no son alfabe-
una misma lista o resulte difícil colocarlos tizables, y en un orden alfabético se pres-
alfabéticamente, se agrupan y se colocan cinde de ellos cuando afecten a una unidad
fuera de la lista general, bien al principio, alfabetizable. Sin embargo, no se eliminan,
bien al final de ella. Por ejemplo, en casos sino que las letras afectadas por ellos se
así, las letras griegas y los signos que for- colocan después de las que, siendo iguales,
man parte de símbolos. no están afectadas por ellos.
En la OLE99, 116, la Academia pro- 7. Cuando un antropónimo o topóni-
porciona una lista de lo que ella llama mo (especialmente los neerlandeses) estén
«símbolos no alfabetizables», lista que pre- formados por un apóstrofo seguido de una
cisamente está llena de «signos [mejor que letra, se alfabetizan por la primera letra del
símbolos] alfabetizables». Entre ellos, topónimo, pero este signo, con su letra, se
colocan al principio, aunque no se alfabe-
@, Å, ©, ¢, ₵, B, C$, L$, ns /, ®, $, $, e, £. tizan:
15.1.5.2.2. ALFABETIZACIÓN DISCONTINUA SIN CONECTIVOS 443
¡órdiga (la)!,
Faro de Ceuta, El
Faro de Vigo
fuego fatuo, El que, desarrollada como se hace cuando una
ingenioso hidalgo don Quijote de la Mancha, parte invertida se coloca entre paréntesis,
El daría el resultado normal:
última cena, La
Vanguardia, La. ¡la órdiga!
ORTOTIPOGRAFÍA BIBLIOLÓGICA
16. Tipografía estructurada
más líneas de texto en que se hagan constar caso. La familia de letra ha de ser la misma
los lugares donde la editorial tiene sucursa- que para el texto general, normalmente
les. Esta lista, que suele estar encabezada en cursiva (pero también es correcta en
por el topónimo de la ciudad donde reside redonda). La medida de composición de
la sede central, se compone con un cuerpo la dedicatoria debe corresponder más o
pequeño (por ejemplo, el 8) y generalmente menos a los tres cuartos o dos tercios
con versales o versalitas. de la medida de la página impresa (caja de
composición) y se dispone marginada a la
16.3. Página de derechos. La página de derecha, comenzando, de arriba abajo, a
derechos ocupa normalmente el dorso la misma altura de la cabeza de la primera
de la portada, aunque legalmente es posible línea del título en la portadilla y la portada.
situarla también en alguna de las cuatro La dedicatoria debe situarse en la página
últimas páginas del libro. Se compone con impar siguiente a la página de derechos.
la misma familia empleada en el texto ge-
neral de la obra, en el cuerpo 8/9 o 9/10 y 16.5. Los lemas. Llamamos lema, tema
en líneas sueltas que no suelen alcanzar la o epígrafe a una sentencia, cita, verso,
longitud de la anchura de la página nor- etcétera, que se coloca al frente de una
mal del libro, sin puntuación. Los datos obra, capítulo o artículo. Si corresponde a
son los siguientes: traductor (si se trata de la obra, se sitúa al principio del libro; si a
una traducción), título original, nombre y un capítulo o artículo, después del título.
dirección del editor original, diseñador de Se disponen a la misma medida que la
la cubierta, derechos (autor, editor, seguido dedicatoria, se sitúan también marginados
de la dirección de este), depósito legal, a la derecha y se componen con la misma
ISBN, la expresión «Printed in Spain - Im- familia, pero de redondo y en ojo/cuerpo
preso en España» y el pie de imprenta dos puntos menor que el cuerpo del texto
(nombre del taller, dirección y fecha). Más general (10/11), es decir, en 8/9, a una me-
o menos a la mitad de la página, después dida equivalente a dos tercios o tres cuartos
de los derechos, se hace constar el texto en de la medida de la caja de composición. La
que se avisa de que la obra no puede repro- composición del texto, salvo que se trate de
ducirse sin permiso expreso de la editorial, una poesía, es justificada, pero también se
texto que suele componerse a medida de puede disponer en bandera por la derecha.
tres cuartos de la longitud de la anchura Si se trata de una poesía, el verso más largo
de la página (poco más o menos) y se mar- se margina a la derecha, y los restantes se
gina a la izquierda. La disposición de los componen a la altura de ese verso más lar-
datos es muy variable; puede ir desde la go por la izquierda. La firma, si la lleva, se
cabeza hasta el pie, colocando cada dato en margina a la derecha con un cuadratín pos-
su sitio de modo que se igualen los espacios puesto. Se suele colocar en la página impar
entre los grupos de datos, o bien se acumu- siguiente a la ocupada por la dedicatoria
lan estos al final de la página. (comenzando a la misma altura), pero, en
caso de necesidad (para ahorrar páginas,
16.4. Dedicatoria. La dedicatoria suele por ejemplo), el lema puede colocarse en la
constar de un texto breve (a veces incluso misma página que la dedicatoria, separada
muy breve: A Julia, por ejemplo) que se de ella por 36 puntos, poco más o menos,
compone en un cuerpo dos puntos mayor y siempre después de ella.
que el del texto general de la obra; es de- Si el lema lo forma una cita en idioma
cir, que si este se compone en ojo/cuer- extranjero con su correspondiente traduc-
po 10/11, la dedicatoria se compone en ción, se compone aquella de redondo (co-
ojo/cuerpo 12/13; pero también se puede mo el resto de epígrafes) y esta de cursiva,
componer con el mismo tamaño que el pero en todos estos casos es preferible po-
cuerpo de la obra, es decir, 10/11 en este ner una llamada al final de la última línea
456 16.6. PRESENTACIÓN Y PRÓLOGO
ra que el texto general en el primer capítu- 3. Puede disponerse a una o dos colum-
lo, es decir, salvando la cortesía. nas, según sea la medida de composición.
bien con medio o un cuadratín, pero cas, científicas, históricas y similares apa-
sin los dos puntos: rezca en primer lugar, antes de los textos
introductorios. Con ello pretenden que el
1. Traducción: 7 esquema general de la obra sea lo primero
1) Normas generales: 8 que aparezca a su consideración. Dado que
2) Adaptación tipográfica en la en ocasiones los textos introductorios son
traducción: 9 muy extensos, el índice de contenido es
2. Ortografía: 13
1) Acento: 13
desplazado hacia dentro si se coloca des-
2) Abreviaturas: 15 pués de ellos, de tal manera que se pierde
3) Siglas: 15 de la vista del lector. Por esta causa, aunque
4) Símbolos: 18 a algunos no les satisfaga, lo más práctico
3. Tipografía: 31 es colocar el índice de contenido inmedia-
tamente antes de los textos introductorios.
1. Traducción 7
1) Normas generales 8 16.11. Las divisiones del texto. El texto
2) Adaptación tipográfica en la de los libros puede ser muy complejo y ne-
traducción 9
2. Ortografía 13
cesitar, para su ordenamiento interno, una
1) Acento 13 serie de divisiones y subdivisiones que nos
2) Abreviaturas 15 hagan más asequibles sus contenidos.
3) Siglas 15
4) Símbolos 18 16.11.1. Divisiones generales. La di-
3. Tipografía 31 visión más amplia que puede hacerse de
la materia de una obra, aunque muy poco
4. Las abreviaturas Cap, y Pág, que utilizada, es la de tomo, que consiste en
solían colocarse a la cabeza de las colum- la división conceptual del contenido de
nas correspondientes a los capítulos y las esa obra. Con la misma intención existe
páginas, respectivamente, en la actualidad la división llamada libro, también poco
se omiten, ya que son innecesarias. utilizada, que puede ser la mayor si no
existe la de tomo. Le sigue la parte, más
16.10.2. Colocación de los índices de habitual que las dos anteriores, y, si esta
contenido. Todas las obras deben llevar ín- tiene subdivisiones generales, la sección y,
dice, al principio o al final, de capítulos, de en su caso, si preciso fuera, la subsección.
materias o ambos, según la índole del libro, Según el número de partes en que el autor
si bien hay algunos, como las novelas, que divida su texto, lo cual estará en función
no es necesario que lo lleven. Su colocación de la complejidad de este, comenzará por el
es conveniente disponerla así: tomo o por cualquiera de las demás divisio-
nes generales, es decir, el libro, la parte o la
a) en obras literarias, al final; sección (la subsección no podría intervenir
b) en obras científicas, técnicas, históri- como una división del texto, porque es una
cas y similares, al principio. división de la sección); la elegida será la
mayor división interna de la obra.
Cuando el índice va al principio del libro,
generalmente se coloca después de los tex- 16.11.1.1. Antetítulo , título y sub -
tos introductorios (presentación, prólogo), título DE LAS DIVISIONES GENERALES. Los
o sea, inmediatamente antes del cuerpo de títulos de estas partes generales suelen
la obra (antes de la introducción, si va, constar de un antetítulo y un título,
porque esta pertenece al cuerpo de la obra,
o del capítulo primero en caso contrario); 16.11.1.1.1. El antetítulo. El antetítu-
sin embargo, algunos tratadistas prefieren lo es el nombre genérico de la respectiva
que el índice de contenido en obras técni- parte; por ejemplo, en Tomo primero, Li-
16.11.2.2.1. GRAFÍA DE LOS TÍTULOS Y SUBTÍTULOS 459
bro II, Parte 3, Sección 5, Subsección 7. bién antetítulo y título, y a este se su-
Los tomos suelen escribirse poniendo los man los títulos de párrafos, los subtítulos
ordinales con todas sus letras. Aunque y los titulillos en línea. Los antetítulos de
esto mismo podría decirse de las demás los capítulos constan de la palabra capítulo
divisiones generales, es lo cierto que en la seguida del número correspondiente, que
práctica no se usa así, sino con ordinales puede adoptar la forma de número roma-
escritos con cifras romanas en el caso de no o cifra arábiga, a veces expresada con
los libros (que también admiten la numera- letras. En la actualidad, las cifras romanas
ción arábiga) y con cifras arábigas en el de están en regresión, por lo que el uso más
las partes, secciones y subsecciones. En el habitual es el del número arábigo, con ci-
caso de los tomos, los libros y las partes, es fras o con letras. En cualquier caso, existía
habitual colocar la palabra en el antetítulo, antiguamente la costumbre de escribir el
pero en el de la sección y la subsección se capítulo primero siempre con letras: capí-
suelen mencionar solo sus numeraciones, tulo primero, y escribir después capítulo II
seguidas, generalmente, del título propia- o capítulo 2. En la actualidad esta norma
mente dicho. no se tiene en cuenta y hasta la palabra
capítulo desaparece a veces y se usa solo
16.11.1.1.2. El título. El título es la pa- la cifra. En este caso, el comportamiento
labra o frase con que se resume el contenido es igual que el mencionado en el párra-
de la parte de que se trata. Normalmente, fo 16.11.2.2. Los títulos de los capítulos
el antetítulo va en una línea y el título en la tienen una grafía que debe distinguirse de
siguiente, ambos centrados o marginados a la de cualquier otro título que haya dentro
uno de los costados de la página. Si se cita del capítulo. Normalmente se escribe con
el antetítulo con el correspondiente nombre mayúscula/minúsculas y en negrita dos o
(tomo, libro, parte, etcétera), seguido de la cuatro puntos mayor que el cuerpo del
numeración, el tamaño de su ojo/cuerpo texto del propio capítulo.
suele ser aproximadamente la mitad que el
del título o incluso menor. Por ejemplo, si 16.11.2.2. Títulos y subtítulos . Los
este es del cuerpo 24, el antetítulo debe ser títulos de las respectivas partes del capítulo
del 12. Sin embargo, si se omite la palabra son textos constituidos generalmente por
genérica y se escribe solo la numeración, una sola frase que sirve para indicar el con-
esta podría ser mucho mayor que el cuer- tenido del texto que viene a continuación.
po del título, con más razón si la cifra se Los subtítulos son palabras o frases que
imprime en color o con el negro rebajado esclarecen o complementan el contenido de
(tramado, por ejemplo). En cualquier caso, los títulos. En uno y otro caso, su dispo-
se trata aquí de una decisión del grafista, sición se hace en línea aparte, centrados a
y debe tenerse en cuenta que la estética toda la medida o marginados a un costado
tipográfica puede resentirse si el efecto de la página, bien siempre al mismo lado,
general de la página no es agradable a la bien alternativamente a izquierda (páginas
vista. pares) y derecha (páginas impares), proce-
dimiento, este último, nada recomendable
16.11.2. El capítulo y sus partes. El por los problemas que provoca.
capítulo es la división más habitual que
suele hacerse del texto de un libro. Es una 16.11.2.2.1. Grafía de los títulos y sub-
división inferior a la del tomo, el libro, la títulos. 1. La grafía de los títulos y de
parte, la sección y la subsección y superior los respectivos subtítulos debe reflejar su
al párrafo y al apartado. importancia relativa (→ 16.26.3.2). Por
ejemplo, si suponemos una obra en la que
16.11.2.1. Antetítulo y título en solo hay cuatro grados de títulos y subtítu-
los capítulos . Los capítulos tienen tam- los, las grafías podrían ser:
460 16.11.2.3. TITULILLOS EN LÍNEA
del título, si el texto comienza con él), es Si es necesario, los signos que aparezcan
necesario conocer cuál es la extensión del en esa posición pueden suprimirse, procu-
título más largo de la obra, con objeto rando que ello no dé lugar a confusiones
de que el texto comience en un punto en (→ 10.5.12.2-10).
que ese título quede a salvo y no obligue 2. El sumario se dispone normalmente
a desplazar la primera línea de texto más en párrafo español (es decir, con todas las
abajo de lo establecido para los restantes líneas justificadas y la última centrada).
capítulos o partes. Pero también se puede disponer de otras
2. La altura de la cortesía puede esta- formas; por ejemplo, en párrafo francés
blecerse utilizando una determinada me- (y en este caso, naturalmente, la última
dida. Por ejemplo, la primera línea del línea no se centra).
texto puede empezar a la altura de la línea
áurea horizontal (los 5/8 de la altura de la 16.11.3. Colocación de los capítulos.
caja de composición o página tipográfica, Los capítulos pueden colocarse de tres
es decir, el rectángulo que ocupa o puede formas: en página impar, a página seguida
ocupar el texto que se inscribe en la página (sea par o impar) y seguidos entre sí. En el
de papel), pero también se puede obtener primer caso, cuando la última página de un
por otros procedimientos, como pueden capítulo termina en impar, se deja blanca
ser la conversión del ancho de la caja de la página par siguiente. En el segundo, los
composición en altura del texto de la pá- capítulos se colocan en página nueva, sea
gina de cortesía, o bien en dar a ese texto par o impar, sin que, por consiguiente,
la altura de los 3/4 o los 2/3 de la medida haya de quedar página alguna en blanco.
en altura de la caja de composición. La En el tercero, los capítulos se colocan unos
parte superior de la caja es el espacio re- a continuación de otros; en este caso, entre
servado a la cortesía o arranque, espacio el final de uno y el principio del otro debe
inamovible en el que se inscriben, según la haber un blanco aceptable, esto es, que
grafía tipográfica elegida, el antetítulo y el señale claramente el cambio de capítulo;
título del capítulo. de cualquier modo, ha de ser superior al
blanco dejado en las divisiones dentro del
16.11.2.6. Los sumarios . Llamamos propio capítulo. Dicho de otra manera: que
sumario a la enumeración de las partes más en este caso habría de tener tres o, mejor,
importantes en que se divide un capítulo u cuatro o cinco líneas de blanco entre capí-
otra parte similar. Normalmente, constan tulos, como mínimo.
de los títulos y subtítulos del capítulo.
16.12. Las citas. Las citas son porcio-
16.11.2.6.1. Escritura del sumario. 1. nes de texto que un autor copia de otro.
Suelen componerse en un cuerpo dos pun- Puede constar de una o varias palabras, de
tos menor que el empleado en el texto, un párrafo o de un grupo de ellos.
a una medida de 2/3 o 3/4 de la medida
de ancho de la caja de composición y se 16.12.1. Escritura de las citas. El texto
centran (también pueden disponerse mar- de las citas puede componerse de las si-
ginados a la derecha de la caja). Los títulos guientes maneras:
se separan entre sí mediante una raya, pero 1. En el texto normal, entre comillas.
también se puede emplear otro signo, co- 2. En párrafo aparte, del mismo cuerpo
mo, por ejemplo, los topos, bolos o boliches utilizado en el texto, también entre comi-
(→ 13.2.2-1). Es posible incluso prescindir llas y con una línea de blanco para separar-
de estos signos y sustituirlos con un cua- la del texto anterior y posterior.
dratín. En cualquier caso, cuando se use la En las citas que se componen aparte y
raya, debe evitarse que quede a final o prin- con comillas, al comienzo de cada párrafo
cipio de línea, por su efecto antiestético. deben colocarse comillas de seguir, es decir,
462 16.12.1. ESCRITURA DE LAS CITAS
comillas de cierre (», ”, ’) al comienzo de presentar las poesías, cualquiera que sea su
cada párrafo, tras la sangría que corres- colocación o su idioma, escritas en cursiva.
ponda. Sin embargo, si la cita es muy 8. Los puntos suspensivos con que el
extensa y con gran número de párrafos autor sustituye los textos que no le in-
cortos, de forma que las comillas de seguir teresa citar se encierran con corchetes
resultan un estorbo, pueden suprimirse (→ 10.5.23).
estas, pero deberán conservarse siempre las 9. La Academia, en la OLE10 (p. xLv),
de apertura y cierre al principio y final de dice, refiriéndose a la presentación de la
la cita, respectivamente. Por el contrario, si Ortografía de la lengua española: «Las ci-
los párrafos son muy extensos, con muchas tas se insertan siempre entrecomilladas, en
líneas, es preferible conservar las comillas letra cursiva cuando aparecen integradas
de seguir, indicadoras de que la cita sigue. en el texto y en redonda si van aisladas en
3. En párrafo aparte, sin interlínea si un párrafo». Por decir algo, es una norma
el texto la lleva, sangrado con el valor de extraña. Utilizar dos grafías distintas para
la sangría y con una línea de blanco para poner de manifiesto las citas de un texto es
separarla del texto anterior y posterior. En algo que no se entiende. Obsérvese que no
este caso se suprimen las comillas. renuncia al uso de las comillas, pero en un
4. En párrafo aparte, de cuerpo menor, caso el texto de la cita se escribe con cursi-
con todas las líneas sangradas con la san- va y en el otro con letra redonda. Lo menos
gría del texto normal (las líneas que co- que se puede decir es que es redundante.
miencen párrafo dentro de la cita llevarán, Los textos citados deben escribirse con le-
en consecuencia, doble sangría). También tra redonda, entre comillas si aparecen en
es admisible la variante en la que no se el texto y en cuerpo menor si se colocan
sangran especialmente las líneas de la cita, en párrafo aparte.
pero en alguna obra, especialmente en las
didácticas, puede dar lugar a confusiones 16.12.2. Tratamiento del texto de la
con otros textos también escritos en cuerpo cita.
menor, a toda la medida, pero que no sean
citas. En cualquier caso, tampoco llevan 16.12.2.1. Tratamiento de textos
comillas. Cuando las citas van en párrafo modernos . Como norma general, el texto
aparte se separan del respectivo texto ante- que se toma como cita debe respetarse es-
rior y posterior con una línea de blanco del crupulosamente, incluso en los casos en que
cuerpo general de composición. claramente contenga error. Sin embargo, el
5. Si la cita está constituida por una citador dispone de mecanismos «legales»
poesía de cuatro versos, se procurará no para intervenir en el texto de la cita cuando
dividir estos a final de página, y si los ver- lo crea conveniente. Veamos algunos casos.
sos son menos, la poesía debe quedar pre- 1. El citador puede intervenir en el texto
feriblemente a final de página. Si la poesía de la cita añadiendo aclaraciones, signos,
pasa a la página siguiente, es aconsejable rectificaciones o indicaciones de extrañeza
que, en vez de encabezar página, al menos o sorpresa, pero siempre deberá hacerlo en-
la acompañen dos líneas del texto general, cerrando la intervención entre corchetes:
por motivos de estética.
6. Las citas en verso también pueden «El artículo 2 [de la ley de Prensa e Imprenta]
componerse dentro del párrafo, entre co- establece que...»
millas y poniendo una barra (/) en los cam- «No se tildan las palabras que terminan en
-y precedida de vocal: verdegai [errata:
bios de verso, entre espacios y después de
verdegay].»
los signos de puntuación (→ 10.5.16.2-3). «El importe de las obras ascendió a un billón
7. En cualquier caso, se componen siem- de dólares [sic; se trata de mala traduc-
pre de redondo, incluso aunque se trate de ción: son mil millones de dólares]. El
un texto extranjero. No parece aceptable presupuesto solo prevé...»
16.12.2.1. TRATAMIENTO DE TEXTOS MODERNOS 463
reciennacido [recién nacido], etcétera. Si lo do y dentro de las comillas [si las lleva]).
que aparece es lo que se considera una falta 5. Si al tomar un texto interesa hacerlo
de puntuación, la original debe respetarse por un punto en que no aparece mayúscula
tal cual, pero puede rectificarse poniendo (por no ser principio de párrafo ni ir des-
a continuación, siempre entre corchetes, la pués de punto y seguido o signo que haga
que se cree correcta: comida,[;]. Como dice sus veces), la grafía de la primera palabra
Gonzalo Sobejano (cit. Polo, 1974: 411), de la cita debe corresponder a la que tiene
«Un texto moderno merece el mismo respe- en el original; para ello, si empieza con
to que un texto clásico medieval o antiguo. minúscula, se hace uso de los puntos en-
Si Leopoldo Alas escribía los números de corchetados:
los capítulos en romanos, los nombres
de los meses con mayúsculas, si de acuerdo [...] encontramos difícil de entender [...],
con Shakespeare puso “palabras, palabras,
palabras” y de acuerdo con el uso de su salvo que el texto del citador enlace nor-
tiempo escribió “besa-la-mano”, no hay malmente con el del citado:
razón para poner arábigos, minúsculas o Esto será así «aunque nunca lleguemos a sa-
transcribir “palabras, palabras” y “besala- ber por qué», dijo el premio Nobel.
mano”; por lo menos, no debe haber una
razón discriminatoria que lleve a tratar a El mismo recurso se utiliza cuando la cita
un autor del siglo xix con menos respeto se interrumpe en un lugar que no es pun-
que a un autor del siglo xiv». Todo esto to: se escribe la última palabra con los sig-
es inobjetable, pero ya se ha apuntado que nos que le correspondan y se cierra la cita
tales aspectos ortográficos pueden rectifi- con puntos encorchetados:
carse en nota aclaratoria o bien situando
las grafías actuales entre corchetes. Lo primero que se debía hacer era socorrer al
4. En general, el citador viene obligado a herido [...].
trasmitir los signos diacríticos del original,
A este respecto, algunos textos del área
si ello es pertinente en español; así, si una
anglosajona aconsejan, en estos casos, co-
palabra aparece en cursiva, lo normal es que
menzar la cita sin puntos encorchetados,
se refleje con esta grafía. Sin embargo, no
pero poniendo la primera letra con ma-
viene obligado a trascribir signos diacríticos
yúscula entre corchetes (indicativa de que
de metalenguaje; por ejemplo, si cita de
en el original no aparece con mayúscula,
un diccionario donde por convención una
sino con minúscula, pero que nosotros, por
palabra escrita con versalitas, con negritas,
la situación concreta de nuestro trabajo,
precedida de una flecha o con un asterisco
necesitamos comenzar con mayúscula):
pospuesto es un signo metalingüístico para
indicar que en dicha obra se remite automá- [E]ncontramos...
ticamente a ese término, el citador no debe
reflejar esa grafía, que en su texto —una vez A mi entender, esta es una manipulación
desgajado de aquel donde adquiere senti- más profunda del original y, en cualquier
do— carece de significado. Por el contrario, caso, se trata de una grafía engorrosa que
si el citador cambia intencionalmente la no es seguro que el lector entienda.
grafía del original, viene obligado a avisarlo;
por ejemplo, si pone de cursiva una palabra, 16.12.3. Tratamiento de textos clásicos.
sintagma u oración que en el original apa- Según sea el tipo de edición que se haga de
recen de redondo, debe añadir a conti- un texto clásico, así será el grado de moder-
nuación, entre corchetes (o bien en nota): nización del texto original. Por ejemplo, en
[cursiva mía], o [cursiva nuestra], o [cursiva la edición facsímil, que es la reproducción
del adaptador, compilador, traductor, et- fotográfica de la edición original, no se
cétera] (escrito entre corchetes, de redon- interviene en absoluto, y cuantas explica-
16.12.3.3. ABREVIATURAS 465
ciones quieran darse deben hacerse constar 16.12.3.2. Tipos de letras . Pueden
en nota previa. Sin embargo, a partir de usarse los siguientes:
la edición diplomática (que se copia, con
indicación de párrafos, páginas, etcétera, y a) se escriben con cursiva las letras,
se da con todos sus signos y grafías) hasta la palabras, frases, etcétera, que añade
edición crítica (que trata de reconstruir un el editor y que son ajenos al texto
texto original a partir de la interpretación original (→ 14.1.7.2.1-9);
para acercarse lo más posible a aquel), las b) el cuerpo menor que el del texto ge-
intervenciones van de menos a más. Natu- neral indica que se trata de trozos de
ralmente, no solo cualquier intervención en texto sacados de otras fuentes;
un texto clásico tiene un límite, sino que, c) si el cuerpo menor aparece espacia-
además, todos los cambios y adiciones de- do, indica que el pasaje ha sido mo-
ben indicarse o explicarse convenientemen- dificado por el autor.
te. Para ello existen signos y tipos de letras.
16.12.3.3. Abreviaturas . En edicio-
16.12.3.1. Signos . Los más usados nes paleográficas, lo normal es respetar
son: todas las abreviaturas con su grafía propia;
esta solución «es más coherente, si lo que
a) las antilambdas (< >), que sirven para se pretende es mostrar también un modo
encerrar las palabras, sílabas o letras arcaico de escribir» (Jauralde Pou, 1981:
añadidas por el editor del texto y que 178). En los demás tipos de edición las
no se hallan en el original o en los abreviaturas deben desarrollarse, para lo
documentos con que trabaja; cual pueden ponerse entre corchetes las
b) los corchetes ([ ]), que en las edicio- letras embebidas o colocarlas en su lugar
nes críticas sirven para encerrar las pero de cursiva (→ 16.12.3.2a). Hay que
palabras del manuscrito que el editor tener en cuenta que los textos pueden pre-
opina que deben suprimirse; sentar dificultades insalvables a la hora de
c) los paréntesis [( )], para encerrar desarrollar las abreviaturas clásicas; por
las frases que el editor juzga que ejemplo, la abreviatura tiépo invita a desa-
deben encerrarse con este signo, es- rrollarla en la forma tiempo, pero también
pecialmente sus propias aclaraciones, podría ser la grafía tienpo, e incluso ambas
o para indicar las letras, sílabas o formas en el mismo original; igual sucede
palabras que figuran en el original con ome, desarrollable como omne, omine
indebidamente; y ombre. Por lo que respecta a los trazos
d) los asteriscos (* *), con los que el con que se solían cubrir las letras de las
editor señala las lagunas que el texto abreviaturas, dice Menéndez Pidal (en Mo-
presenta; rato, 1933: 76): «Como se han de evitar
e) las cruces († †), el signo de excla- las dificultades inútiles, debe desterrarse
mación entre corchetes ([!]) o el el uso, bastante generalizado en las reim-
adverbio latino sic entre corchetes y presiones modernas, de conservar las tildes
de redondo ([sic]), para indicar los empleadas en los impresos antiguos (v. gr.:
pasajes deteriorados o corrompidos; qria, quäto, gra); solo deben reproducirse
f) la barra (/), para indicar, en las edi- en los tipos de imprenta las abreviaturas
ciones diplomáticas, el cambio de dudosas (v. gr.: como, ome), que las que
línea (cuando indique también el son de interpretación evidente y segura
cambio de página se añade el folio: no hay para qué, como no sea por simple
/45) y la barra doble (//), para indicar deseo de perder el tiempo. Muy distinto es
el cambio de párrafo (también puede el caso tratándose de manuscritos antiguos
ir seguido del folio cuando indique y difíciles de descifrar; en este caso procede
cambio de página: //46). hacer de ellos una edición paleográfica en
466 16.12.3.4. ORTOGRAFÍA ORIGINAL
la cual se reproduzca con toda exactitud el una s con el trazo superior recto, semejante
sistema propio de abreviaciones, emplean- a un cinco ancho 5, y que se usa en vez
do signos especiales y letras sobrepuestas». de la z; en general, se imprime con una s
(v. gr.: desir, igual al moderno decir, que an-
16.12.3.4. Ortografía original . Re- tes se escribía con z y que era muy distinto
firiéndose a la copia de escritos antiguos, del decir con c, que significaba “bajar”);
dice Menéndez Pidal (en Morato, 1933: pero más bien creo que, de no fundirse un
75): «La ortografía de obras de los si- signo especial, debe emplearse la z».
glos xv y xvi debe reproducirse exacta-
mente, pues nada hay en ellas caprichoso 16.12.3.5. Puntuación , acentuación
ni que pueda cambiarse; es la ortografía Y SEPARACIÓN DE PALABRAS. Como dice
fijada por Nebrija, el cual cuidó muy bien Amado Alonso en la recensión de una
de que cada sonido fuese representado de obra de Lesley Byrd Simpson (RFH, iv,
una sola manera y cada letra representase núm. 2 (1942), 181-182), «No cabe duda:
un solo sonido. Así, debe conservarse con puntuar, acentuar y separar las palabras
escrúpulo la distinción que en esta ortogra- a la moderna es obligación ineludible de
fía se hace entre la b y la v o u, entre la c los editores de obras antiguas. [...] = La
o ç y la z, entre la s sencilla y la ss doble lengua antigua tiene módulos sintácticos
[s doble], entre la g, j y la x, pues aunque hoy no comprensibles para quien no sea
hoy las confundimos en la pronunciación, especialista, y tarea es también del editor
antes eran bien distintas. = [...] Este respe- aclarar la peculiar articulación sintáctica
to a la ortografía debe ser completo, pues por medio de la puntuación. Algunos que
aunque a veces parezca a primera vista que prefieren —sospechosa comodidad— dejar
un escrito se contradice, poniendo, por el texto antiguo como lo encuentran ale-
ejemplo, dozientos al lado de seiscientos, gan para ello respeto a la fidelidad; pero
no es esto por capricho, sino obedeciendo siendo cosa sabida que los textos antiguos
a leyes que la fonética descubre y estudia». no tenían acentuación ni casi puntuación,
Y más adelante (p. 76): «Lo dicho respecto todo el mundo las tomará siempre como
a los textos de nuestra Edad de Oro, de- un agregado del editor con propósitos de
be entenderse con más razón de los de la interpretación. Y en ese sentido la fidelidad
Edad Media. En ellos hasta es conveniente del texto no sufre más que con el trasla-
respetar la distinción entre la s y la f, pues do del manuscrito a tipos de imprenta, por
las usan siempre según reglas muy fijas que ejemplo». El mismo autor (rfh , v (1943),
solo se comienzan a borrar y perder en el 375, cit. Alfredo Carballo Picazo, RFE,
siglo xv. Cada época tiene sus particula- xl (1956), 291) decía: «Algunos colegas
ridades ortográficas; así, en el siglo xviii, mantienen la opinión de que las edicio-
por ejemplo, la ñ se escribe preferentemen- nes filológicas de textos antiguos deben
te nn, y cuando una palabra ha de dividirse mantener la puntuación y la acentuación
en la sílaba que lleva esta letra, se divide originales. No negamos que esto tendría
por ella: don-na, pan-nos (en los manuscri- ventajas para el futuro historiador de la
tos cänada, etc.), y lo mismo sucede con la puntuación y de la acentuación, pero es
/.• el-la, cuchiel-lo (en algunos manuscritos desproporcionado sacrificar en provecho
también fab-lar\, la conjunción y se escri- de ese futuro señor la misión de fijar la
be unas veces et, otras e, otras y, i; pero articulación sintáctica del texto editado, es
como esto es raro y casi siempre se escribe decir, el sentido». Sin embargo, parece que
con abreviatura x, lo mejor es conservar no todos los especialistas son del parecer
este signo para no exponerse a darle una de Amado Alonso. Por ejemplo, Menéndez
interpretación equivocada. [No obstante, Pidal (en Morato, 1933: 76) decía respec-
→ 10.5.34.] En los textos del siglo xiv la to de la acentuación de textos antiguos:
principal dificultad es la trascripción de «[...] tratándose del lenguaje de la Edad
16.13.1. ESCRITURA DE LAS FIRMAS 467
Media, lo más seguro es omitirla, como le, 1977: 17-18; para la manera de afrontar
no se encargue de anotarla una persona la edición crítica de obras medievales pue-
muy conocedora de la Prosodia antigua. Es de verse un buen trabajo en Jean Roudil,
muy común acentuar vió, cuando antes se 1978; finalmente, para todos los aspectos
pronunciaba vio, y prisó o tanxó, que son tratados hasta aquí en relación con los
tan disparatados como si hoy se escribiera tipos de edición, véase Jauralde Pou, 1981:
dijó, vino o quisó. El lenguaje del siglo 60 ss., esp. 171 ss.
xvi en adelante, por ser ya casi igual en su
acentuación al moderno, debe acentuarse 16.13. Las firmas. Las firmas están
según las reglas usuales». Quien firmaba constituidas por un prenombre y uno o más
T. N. T. (sin duda Tomás Navarro Tomás) apellidos de una persona, título nobiliario
(rfe , i (1914), 193) dice que es lamentable o entidad que figura al pie o al comienzo de
«que tratándose de una edición escogida un escrito o documento.
y de un texto tan interesante como este,
no haya sido respetada la ortografía del 16.13.1. Escritura de las firmas. 1. Las
original, “habiéndose sustituido unas letras firmas de prólogos, introducciones, dedica-
por otras en determinadas palabras para torias, lemas y citas de cartas, documentos,
ajustarlas al uso corriente, donde la letra poesías, etcétera, suelen componerse de ver-
antigua podía sugerir al sentido del lector salitas en los apellidos (iniciales mayúsculas)
de hoy algún sonido distinto del familiar”. y con minúsculas (iniciales mayúsculas) en
Por esta inclinación, general entre nuestros los prenombres. En algunos casos, como
editores, a facilitar la lectura se ha prescin- las firmas de documentos (por ejemplo, las
dido en este caso del valor antiguo de toda cartas), se prefiere la cursiva (iniciales ma-
b, v, ç, z, y han sido retocadas formas como yúsculas).
catredatico y añidio, impresas catedrático y 2. Las firmas de informaciones o co-
añadió [...]; con ello el texto acaso ha per- laboraciones en publicaciones periódicas
dido ciertamente en interés por lo que toca adoptan grafías diversas, desde las mayús-
a este aspecto particular de su valor históri- culas hasta las negritas minúsculas (con
co». Por el contrario, A. G. Solalinde (rfe , sus mayúsculas), pasando por la versalita
i (1914), 345) era del mismo parecer que (todas, o con iniciales mayúsculas). Lo
Amado Alonso: «En cuanto a la puntua- importante es que la firma se distinga neta-
ción, no vemos las ventajas que pueda traer mente del resto del texto, ya por su grafía,
el conservar la insuficiente y casi siempre ya por su posición.
mala de los mismos textos [antiguos]. 3. Si la firma va seguida del título o
Trascribir es interpretar, y por tanto es ne- cargo del interesado, este texto se compo-
cesario desechar todo aquello que no tenga ne de cuerpo menor que el de la firma, en
un valor inmediato o no añada claridad». letra de igual clase que la del texto y
De este mismo parecer era Menéndez Pidal en línea aparte:
(en Morato, 1933: 76): «La puntuación, Manuel Seco
como es una interpretación necesaria para De la Real Academia Española
ayudar a la lectura fácil y corriente, debe
de introducirse en los textos que no la ten- También puede disponerse así:
gan, y reformarse la de los que la tengan,
pues sabido es cuán deficiente y mala solía Manuel Seco
ser la antigua. Solo en los pasajes difíciles De la Real Academia Española
debe de indicarse por nota la puntuación
original que se ha corregido». Por lo que O de esta forma:
respecta a la acentuación de textos medie-
vales, en los que no se utilizaban tildes con Manuel Seco
valor prosódico o diacrítico, véase Morrea- De la Real Academia Española
468 16.13.2. COLOCACIÓN DE LA FIRMA
Si no se quiere cambiar de cuerpo, el título más larga). Si al nombre del autor le sigue
o cargo va de cursiva. el título de la poesía (por ejemplo, en una
4. En los prólogos e introducciones fir- cita parcial), debe procurarse que nombre
mados, la data (lugar y fecha de redacción) más título no rebasen la longitud del verso
que suele acompañar a la firma se sitúa más largo, para lo cual se pueden partir
marginada a la izquierda y se compone con (→ 16.22.1.2-7):
clase de letra distinta de la utilizada en el
texto: de cursiva si este va de redondo, o de El bosque se prende en fuego,
redondo si este va de cursiva: y su resplandor rojizo da pavor.
... de la hipófisis. (De Kester, 1956: 278) dos (recuadro), o por tres, dejando abierto
el pie.
No lleva punto final (→ 16.21-3). 4. Son simples los cuadros con cabece-
ras uniformes y casillas de la misma altura,
16.14. Los cuadros. 1. Los cuadros son sin subdivisiones.
clasificaciones de datos o materias dispues- 5. Son complejos los que tienen cabe-
tos en grupos separados y relacionados ceras con divisiones y alguna de sus casillas
entre sí, generalmente divididos por filetes, dividida o no.
líneas de blanco o corondeles y con cierre 6. Son múltiples los que ocupan varias
o sin él. páginas sucesivas.
2. Los títulos se sitúan a la cabeza
(a diferencia de los pies o epígrafes de 16.14.3. Uso de filetes en los cuadros.
grabados, que van al pie) y generalmente 1. Los cuadros pueden ir totalmente recua-
están formados por antetítulo (la palabra drados (recuadro) o bien con un filete a la
cuadro y su número), normalmente com- cabeza, por debajo del título, y otro al pie.
puesto en versalitas, y título (normalmente Este es el modelo más corriente. Normal-
en negritas). mente, el filete con que se recuadra un texto
3. En las columnas, el texto se compone es igual o superior, en anchura, a los que se
generalmente a párrafo francés, y la línea emplean en el interior. Dentro del cuadro
primera de cada grupo de texto habrá de ir se procura que los filetes tengan distinto gro-
a la misma altura que las demás, dejando sor en función de su importancia relativa.
el resto en blanco si no hubiese texto; en 2. En los cuadros abiertos por los lados
todos los casos, el grupo con más líneas (esto es, cerrados solo arriba y abajo) se
manda sobre los demás. recordará:
16.14.1. División de los cuadros. Los a) que siempre deben ir cerrados, por
cuadros se dividen en dos partes principa- lo cual será incorrecto dejarlos con
les: cabeza (o nominilla, cabecera, encabeza- el filete de cabeza pero sin el de pie;
miento) y cuerpo (o pie), división que se b) que si el cuadro ocupa más de una
señala generalmente por un filete fino. La página, solo se cerrará al final de la
cabeza está constituida por las casillas, y el última sección de cuadro, pero no
resto es el cuerpo o pie. en los cuadros parciales: el filete de
cabeza se pondrá siempre, puesto
16.14.2. Clases de cuadros. Pueden ser: que esta se repetirá en cada una de
sin filetes, abiertos, cerrados, simples, com- las páginas que ocupe el cuadro.
plejos, dobles o múltiples.
1. Cuadros sin filetes son los que no lle- 16.14.4. Cabezas de los cuadros. 1.
van este tipo de material gráfico; en ellos la Las cabezas de un cuadro (casillas) deben
cabecera se separa del cuerpo por una línea ser todas iguales en cuanto a tipo, cuerpo
de blanco. En estos casos el texto de la ca- y disposición. Se componen con cursiva o
becera suele componerse preferentemente bien de redondo y con un cuerpo dos pun-
de cursiva, aunque, como en los restantes tos menor que el del texto de las columnas
tipos de cuadros, puede ir de redondo, pero (cuerpo del cuadro). Cuando una casilla
entonces de tipo menor que el empleado resulte demasiado pequeña, puede usarse
para el cuerpo del cuadro. excepcionalmente un tipo más estrecho.
2. Son abiertos cuando las columnas o 2. Antiguamente, en la tipografía espa-
casillas van separadas con blanco y no lle- ñola las casillas de los cuadros, si tenían
van filetes verticales ni cierres laterales. distinto número de líneas, se centraban en
3. Son cerrados cuando llevan filetes altura. Actualmente pueden disponerse a
verticales y van cerrados por los cuatro la- la alemana (alineadas por arriba, es decir,
470 16.14.5. ENCABEZAMIENTOS DE TRAVÉS
internacionales
el caso de que la cabeza vaya al folio, el ria Europea
Organismos
filete de cierre de cabeza y pie, así como
Organización de las Na-
los horizontales de las casillas, ocuparán ciones Unidas
parte del medianil, con el fin de que la con- sociales
Organización Interna-
tinuidad de la cabecera no se interrumpa cional del Trabajo
al dividir el cuadro entre las dos páginas.
En cuanto a las columnas, la última de la
página par y la primera de la impar (esto Las llaves deben abrazar la totalidad de las
es, las más próximas al medianil) dejarán líneas, pero no deben sobrepasarlas.
en blanco un cicero o cicero y medio a su 4. En caso necesario, algún concepto
derecha e izquierda respectivamente, y ade- puede ir en posición vertical, sobre todo
más irán cerradas, tanto una como otra, cuando se trate de ganar espacio.
con el filete que les corresponda. Esto se
tendrá en cuenta con respecto a las casillas 16.16. Los esquemas. Los esquemas
subordinadas, cuyos filetes se alargarán son representaciones de los elementos más
como se hace con los de cabeza y pie, a fin esenciales de un fenómeno. Normalmen-
de que también den sensación de continui- te consisten en gráficos obtenidos por
dad. cualquier procedimiento (por ejemplo, el
dibujo o la infografía). Pertenecen a la
16.15. Los cuadros sinópticos. Son los familia de los cuadros, aunque en la grafía
que presentan un todo descompuesto en pueden variar, ya que si los cuadros deben
sus partes. Generalmente se desarrollan componerse con el mismo estilo con que
a partir de un concepto, dividiéndose y se compone el texto, los esquemas pueden
subdividiéndose hasta abarcar todas las emplear otros, como los palosecos.
partes. Estas partes se abrazan con llaves,
que pueden encerrar una o más divisiones 16.17. Las notas. Las notas son acla-
o porciones de un concepto. raciones conceptuales relacionadas con un
En la composición de esta clase de tra- determinado punto del texto.
bajos deben tenerse en cuenta las siguientes
normas: 16.17.1. Elementos de las notas. Las
1. En todos los casos, el núcleo de la notas constan de los siguientes elementos:
llave se dirige hacia la parte donde haya llamada, notación y texto.
menos conceptos. Si el cuadro sinóptico
consta solamente de dos partes con el 16.17.1.1. La llamada . La llamada de
mismo número de líneas, la llave lleva el nota está formada por un signo que se aña-
núcleo dirigido hacia el concepto más sim- de al texto en el punto adecuado y que le
ple, abrazando las partes en que este se indica al lector que aquella palabra, frase,
divide. oración, período o párrafo dispone de una
2. La parte que conste de menos lí- aclaración cuyos datos se hallan en algún
neas se justifica al centro de la que tenga punto del libro.
más.
3. La llave debe abrazar la totalidad del 16.17.1.1.1. Signos de llamada. 1. Las
grupo, aunque solo haya dos partes con más llamadas pueden hacerse con los siguientes
de una línea cada una (→ 16.5.11.3-1). Las signos:
líneas que doblen se componen a párrafo
francés, sangrándolas con medio cuadratín. 1) letras o cifras voladitas sueltas o aste-
Ejemplo: riscos: amigoa, amigo2, amigo*;
472 16.17.1.1.1. SIGNOS DE LLAMADA
2) letras o cifras voladitas o asteriscos debe utilizarse la cifra voladita sin parénte-
entre paréntesis voladitos: amigo(a), sis (ap. 1). Las demás presentan problemas
amigo(2), amigo(*); enojosos que no es necesario afrontar,
3) letras o cifras voladitas o asteriscos puesto que no ofrecen ninguna ventaja. Las
entre paréntesis normales: amigo (*), llamadas con letras voladitas, con parénte-
amigo (2), amigo (*); sis o sin ellos, solo son útiles en los cuadros
4) letras o cifras voladitas o asteriscos (aunque en ellos también se pueden utilizar
con paréntesis de cierre voladito: las llamadas con cifras voladitas) y en
amigoa), amigo2), amigo*); las fórmulas. Las llamadas con asteriscos,
5) letras o cifras voladitas o asteris- con paréntesis o sin ellos, son engorrosas
cos con paréntesis de cierre normal: en todos los casos (más si llevan parénte-
amigo*), amigo2), amigo*); sis), por lo que no deben utilizarse. Las
6) letras minúsculas o cifras entre pa- letras minúsculas cursivas entre paréntesis
réntesis normal: amigo (a), amigo (ap. 6) o mayúsculas (ap. 7) son engorrosas
(1); y presentan problemas en lo relativo a la
7) letras mayúsculas entre paréntesis puntuación. Las cifras voladitas entre pa-
normal: amigo (A). réntesis voladitos o normales son también
engorrosas, razón por la cual llegamos a la
2. Obsérvese: conclusión de que las llamadas con cifras
voladitas sin paréntesis de ningún tipo
1) todas las llamadas voladitas con pa- (ap. 1) son las que presentan las mayores
réntesis de cierre o sin él (1, 2, 5) se ventajas; además, pasan inadvertidas si
escriben pegadas a la palabra (o a los uno no necesita verlas y se hallan con cierta
signos a que afecten, salvo si son de facilidad cuando se buscan.
puntuación), sin espacio alguno; 4. Cuando la llamada afecte a una cifra
2) las llamadas con paréntesis doble no seguida de puntuación, puede sepa-
normal (3, 6, 7) se escriben separadas rarse ligeramente de esa cifra en caso de
de la palabra; necesidad: ‘1873’, si con ello se evita una
3) debe prescindirse de todas las grafías confusión o ambigüedad. No es necesario
que comporten el uso de paréntesis hacerlo así cuando afecte a una palabra:
(2-7), en especial cuando solo se trate ‘amigo3’.
del paréntesis de cierre (4 y 5); 5. Por lo que respecta a la situación de
4) la puntuación debe colocarse antes las llamadas en relación con los signos
de la llamada, excepto en los apar- de puntuación del texto, hay dos proce-
tados 3, 6 y 7 (pero v. 16.17.1.1.1-6; dimientos (ap. 1): el inglés, consistente en
16.17.1.1.1-5); colocar la llamada después de los signos
5) en los casos en que se emplean letras de puntuación, y el francés, consistente en
y paréntesis (2-6), sean los dos o solo colocar la llamada antes de los signos de
el de cierre, la letra, si es minúscula, puntuación. Aquí se recomienda el sistema
va de cursiva, pero no así los parén- inglés, de aplicación más lógica, ya que
tesis, que se escribirán siempre de las llamadas de nota son extratextuales y
redondo; por ello deben ir fuera del texto. Así pues,
6) las letras mayúsculas (ap. 7) van la puntuación que corresponda a la pala-
siempre de redondo; bra junto a la cual se coloca la llamada
7) las llamadas realizadas con cifras se se escribe antes de esa llamada (excepto en
escriben siempre de redondo normal, los apartados 3, 6 y 7; pero → 16.17.1.1.1-
aunque afecten a una palabra en cur- 6). Por esta razón se escriben de redondo
siva o negrita (→ 14.1.9.1.1-3). normal aunque afecten a una palabra en
cursiva o negrita; → 16.17.1.1.1-2 (ap. 7).
3. De estas grafías, en la actualidad solo La entonación señalada por la puntuación
16.17.3. COLOCACIÓN DE LAS NOTAS 473
... administración de la provincia en los últi- 16.17.2. Composición de las notas. Las
mos años (1). notas se componen con la misma familia de
letra que el texto general, pero con un ojo/
Como se puede observar, en el segundo ca- cuerpo dos puntos más pequeño. Por ejem-
so la lectura de la nota debe incluirse en la plo, si el texto se compone en 10/11, las
entonación general del período, lo cual es notas deben componerse en 8/9. Si el cuer-
impropio y se evita con la puntuación del po general del texto es pequeño (por ejem-
primer ejemplo. Aunque puede grafiarse plo, 8/9), las notas pueden componerse un
como indica el segundo ejemplo, es más punto más pequeño, pero sin interlínea (en
propio grafiarlo como indica el primero, este caso, 7/7).
por cuanto, al ser las notas extratextuales,
con el primer ejemplo se mantiene esta 16.17.3. Colocación de las notas. 1.
condición, la cual, como se ve, no se da en Las notas se colocan a pie de página. No
el segundo. son pocos los editores que, en su propio
beneficio, pero no en el del lector, colo-
16.17.1.1.2. Signos de notación. La no- can las notas a final de capítulo, sección,
tación es la representación de la llamada parte o incluso del libro. Esto facilita la
de la nota, colocada al pie de la página compaginación, pero es un estorbo para
para introducir el texto de la nota. Aun- la lectura. Véase lo que dice Alfred Sauvy
que la grafía de la notación no tiene por en Los mitos de nuestro tiempo (Barcelona:
qué coincidir necesariamente con la de la Labor, 1969): «Las notas a pie de página,
llamada (por ejemplo, la notación se puede de fácil lectura, se ponen ahora a final del
componer en cifras ordinarias pese a que libro o del artículo, lo cual es más cómodo
la nota se haya señalado con cifras voladi- para el redactor y el impresor, pero no para
tas), lo normal y aconsejable es que ambas el lector».
474 16.17.3. COLOCACIÓN DE LAS NOTAS
2. Las notas se separan del texto por 1 Morato, 23-26. 1 ídem, 78. 3 Oyenarte, 45.
una línea de blanco del cuerpo del tex- 4 ídem, 26.
to, ya que la diferencia de tamaño del texto
general y el de la nota es suficiente para 4.3. Finalmente, aunque es poco usado,
distinguirlos. también se pueden colocar todas las notas,
3. Antiguamente se colocaba también sean cortas o largas, una a continuación
un filete, llamado filete de nota, de unos de la otra. Sin embargo, su desuso indica
cinco cíceros (23 mm) y marginado a la por sí cuán poco adecuados son estos tres
izquierda, entre el texto general y el de sistemas en la colocación de notas.
la nota. Tal filete se ha suprimido, y solo 5. Cuando una nota, por su extensión,
se usa cuando parte de una nota larga se no cabe en una página, debe pasarse el res-
pasa a la página siguiente, para indicar to a la siguiente, teniendo en cuenta que si
que el texto sobre el que se coloca es un en esta hay notas, el resto de la anterior se
resto de nota. Con más razón se ha elimi- coloca en primer lugar (después del texto
nado también el filete a toda la medida de general), nunca detrás de aquellas.
composición, innecesario, salvo que el gra- 6. Cuando la nota es muy larga, de
fista lo utilice por razones de estética (por modo que abarca varias páginas, se va
ejemplo, en un texto a dos columnas, para pasando de una página a la siguiente hasta
separar este del de las notas). En ambos ca- que quede colocada en su integridad, pero
sos hay elementos gráficos suficientes para de tal manera que en una página debe ha-
distinguir el texto general del de las notas; ber al menos cuatro o cinco líneas del texto
por ejemplo, además del distinto cuerpo general. Si en estas líneas hay otras llama-
de ambos textos, el hecho de que las notas das, el texto de las notas correspondientes
comienzan con la notación, y para cuando se coloca una vez agotado el texto de la
esta no está a la vista porque se trata de un nota anterior.
resto de nota, el filete de nota. Por lo tanto, 7. Si la nota larga es la última del capí-
el filete a toda la medida es también inútil. tulo y rebasa el tamaño de este, el resto se
4. Las notas se colocan por lo general coloca en la página siguiente, a la cabeza, y
una debajo de otra sin separación alguna si, una vez llena la página, queda parte de
entre ellas. Sin embargo, en caso de nece- la nota, se sigue colocando en las páginas
sidad, aunque no son muy corrientes, pue- siguientes hasta agotarla, como si se tratara
de recurrirse a los siguientes métodos: de texto general.
4.1. Poner dos o más notas o citas segui- 8. Cuando la última página del capítulo
das, siempre que respondan exactamente al es corta y tiene una o más notas, estas han
mismo concepto: de colocarse al pie, no inmediatamente
después de finalizar el texto general del
1,2,3,4 Morato: Guía, pp. 23-26. capítulo. En estos casos debería recordarse
que las notas son «de pie de página».
(En este caso también se puede poner un 9. A veces, por diversas causas, es ne-
solo número como llamada, repetido tantas cesario añadir o suprimir una o más notas
veces como responda al mismo concepto; al texto cuando ya está compuesto y resulta
en el caso del ejemplo anterior, habríamos antieconómico recorrer la numeración de
repetido el número 1 cuatro veces seguidas, las notas. Entonces, si el problema consiste
y al pie de la página habríamos puesto en añadir notas, se obvia la dificultad con
solamente: ‘1 Morato, Guía, pp. 23-26’. letras añadidas a la numeración de la nota
En ambos casos, se puede prescindir de la anterior. Por ejemplo, entre las notas 4 y 5
abreviatura pp.: ‘1 Morato, Guía, 23-26’.) queremos introducir dos notas más; estas
4.2. Cuando se trate de notas cortas, se numerarán así: 4a y 4b (que van después
pueden ponerse seguidas en la misma lí- de la nota 4). Si el problema consiste en eli-
nea: minar una o más notas, se resuelve uniendo
16.19. LAS CONTRANOTAS 475
con guión la numeración de la nota an- 16.17.6. Notas entre texto. A veces se
terior y la que se elimina. Por ejemplo, si coloca una nota entre párrafos, sin que
hemos de eliminar la nota 56, la nota 55 se obedezca a llamada alguna, e incluso se
trasforma en 55-56. pone la palabra Nota o el sintagma Nota
bene (en negritas o versalitas). En estos ca-
16.17.4. Notas del autor, el traductor sos es correcta la posición de esta nota allí
y el editor. En las traducciones en las que donde caiga, lo mismo que si se tratara de
intervengan el traductor y el editor con advertencia, aclaración, etcétera, que hacen
notas aclaratorias propias, las del autor el mismo oficio. El texto de estas notas se
no llevarán indicación alguna, pero tanto compone de tipo menor que el del emplea-
las del traductor como las del editor deben do en el texto, al menos dos puntos, y se
llevar una indicación que las identifique. coloca entre líneas de blanco, una arriba y
En el primer caso, la abreviatura (N. del T.) otra abajo.
‘nota del traductor’, y en el segundo,
(N. del E.) ‘nota del editor’. De esta manera 16.17.7. Notas en páginas a dos o más
pueden mantenerse dentro de una sola uni- columnas. Pueden ponerse por columnas
dad, sin tener que establecer numeraciones (esto es, al pie de cada columna las que
diversas según el redactor de la nota, y al correspondan a cada una de ellas) o bien
propio tiempo se evita colocar la abreviatu- distribuirlas al pie de la página tomando
ra (N. del A.) ‘nota del autor’, que resulta como medida de composición el ancho de
innecesaria. En otros casos, en obras que la plana. En el primer caso, si una columna
consisten en la recopilación de escritos de lleva una nota larga que no cabe entera a
otro u otros autores, las notas que el reco- su pie, se divide en dos partes y se pasan
pilador añada a los textos habrán de llevar a la segunda columna las líneas necesarias
una indicación, que generalmente consiste para, con las notas de esta, formar dos
en poner sus iniciales al final de la nota, partes iguales.
entre paréntesis y de redondo.
16.18. Notas marginales. También lla-
16.17.5. Notas en cuadros y fórmulas. madas ladillos, son notas que se colocan
Las notas de cuadros y fórmulas se colo- al margen en obras históricas o didácticas.
can debajo de ellos, no al pie de la página. Se componen en el mismo cuerpo que las
Las llamadas en cuadros se señalan con notas de pie de página y se colocan a la al-
letras voladitas (no con cifras), no solo tura del párrafo a que correspondan, salvo
para distinguirlas de las demás notas de la si el párrafo comienza a final de página;
obra, sino porque las cifras podrían llevar entonces se coloca de forma que la última
a confusión; en fórmulas se indican con línea del ladillo corresponda con la últi-
asteriscos (→ 16.23.1.2.4). Estas notas de ma línea de texto, aunque la cabeza de aquel
cuadros y fórmulas deben establecer una comience antes que el párrafo. En las pági-
diferencia con las notas del texto general; nas pares el ladillo se coloca en el margen
por ejemplo, componiéndolas con ojo/ izquierdo, mientras que en las impares se
cuerpo un punto más pequeñas que estas, coloca en el margen derecho (salvo que los
o bien suprimiendo la interlínea si aquellas márgenes queden siempre al mismo lado).
la llevan. Es decir, que si las notas al texto
se componen 8/9, las de cuadros y fórmu- 16.19. Las contranotas. También lla-
las pueden ser del 7/8 o bien del 8/8. Las madas nota de nota o subnota, son notas
llamadas de notas en cuadros que en obras secundarias, o sea, las que se ponen a una
extranjeras se indican con signos conven- nota principal. En principio, las contrano-
cionales, como cruces, párrafos, plecas tas deben evitarse. Su texto puede incor-
dobles, etcétera, en español se sustituyen porarse, siempre que sea posible, al texto
por letras cursivas voladitas. general de la nota. Solo en el caso de que
476 16.20. LAS CITAS BIBLIOGRÁFICAS
nombre del autor, el año de publicación y pie no puede ser mayor que la de la misma
las páginas), las repeticiones de que la obra figura a la que acompaña y explica. Si fuera
se ha citado ya y, sobre todo, su mención a así, el texto debería colocarse al pie.
pie de página. Si el autor ha publicado más 3. El texto del epígrafe puede disponer-
de una obra en el mismo año, se añaden se en bloque, en párrafo español, en párra-
letras cursivas: ‘1969a, 1969b’. Estas bi- fo alemán o en bandera por la derecha. En
bliografías se encabezan con el nombre del ningún caso debe llevar punto final. Si se
autor, el año (entre paréntesis), el título de compone en párrafo español y solo hace
la obra, lugar de edición y editor. dos líneas, no deben partirse palabras,
3. Hay otros procedimientos para hacer aunque para ello haya que componer la
constar la cita bibliográfica. Por ejemplo, primera línea más corta que la medida del
numerando previamente las entradas de epígrafe.
la bibliografía con que se va a trabajar y 4. Cuando en el texto se utilizan pala-
remitiendo después al número que le co- bras de referencia a puntos de la ilustra-
rresponda, que unas fuentes utilizan las del ción (arriba, abajo, izquierda, derecha)
cuerpo del texto entre paréntesis y otras o a elementos de ella (flecha), se compo-
con números voladitos como si se tratara nen con cursiva. También se escriben
de llamadas de nota. Una variante de esta con cursiva las menciones de letras que
última forma consiste en escribir los nú- se hallan en la ilustración. Si van entre
meros voladitos entre corchetes (también paréntesis, las letras se escriben de cur-
voladitos). Cuando se citan con números siva, pero los paréntesis van de redondo
del cuerpo del texto entre paréntesis o (→ 14.1.7.2.3-3).
voladitos entre corchetes, es posible añadir 5. La procedencia de la ilustración (mu-
las páginas. Por ejemplo, ‘(79: 25)’ o ‘[79: seo, biblioteca, dibujante, fotógrafo, etcé-
25]’, donde 79 es el número de la ficha tera) puede situarse a continuación del
bibliográfica y 25 la página dentro de esa punto final del epígrafe, entre paréntesis,
obra. o bien en línea aparte marginada a la de-
recha.
16.21. Los epígrafes. Los epígrafes o 6. En las micrografías, la cantidad de
pies son textos explicativos que se ponen aumento se indica al final, entre paréntesis
al pie de las figuras. y precedido del signo x ‘por’: (x350).
1. El epígrafe suele componerse con
el mismo ojo y cuerpo que las citas, es 16.22. Las poesías. Entendemos aquí
decir, dos puntos menos que el texto ge- por poesías los conjuntos de versos a que
neral. También suele ser el mismo el tipo, también llamamos poemas. Su composi-
aunque a veces, sobre todo en revistas, se ción y disposición presentan problemas
sustituya por un paloseco más o menos que es menester conocer. He aquí unas
fino. Normalmente se separan de la ilustra- normas generales.
ción mediante una línea de blanco, y
del texto subsiguiente, con dos líneas de 16.22.1. Composición de las poesías.
blanco. Las poesías deben componerse y disponer-
2. La medida del epígrafe suele ser la se en el texto exactamente tal como lo ha-
misma que tenga de ancho la figura. Sin ga su autor en el original, original que
embargo, como a veces los epígrafes se debe respetarse en forma absoluta tanto
colocan al lado y no debajo de la figura, en lo relativo a la forma como a la gra-
su medida dependerá de la que quede dis- fía.
ponible después de restar un cicero, que es
la separación entre el epígrafe lateral y la 16.22.1.1. Forma de los párrafos .
figura. Esta posición del epígrafe solo tiene Las poesías pueden adoptar los siguientes
un inconveniente: la altura del texto del modelos de disposición:
478 16.22.1.2. NORMAS DE COMPOSICIÓN
estrofa si las comillas de seguir obedecen a do la línea de puntos coincida con el verso
un diálogo: más largo de la página.
9. Cuando en una poesía se intercala al-
En medio de su gloria así decía guna voz o texto que no está en el original,
el pecador: «En vano se pone entre corchetes.
tender puede el Señor su débil mano
sobre la suerte mía.
10. Cuando en una poesía se repiten
»A las nubes mi frente se levanta, una o varias líneas en cada estrofa, estas
y en el cielo se esconde; líneas se componen de cursiva. Ejemplo:
¿dónde está el justo? ¿Las promesas dónde
del Dios que humilde canta? Poderoso caballero
es don dinero.
»Caiga, caiga en mis redes su simpleza». Madre, yo al oro me humillo,
Él habló, yo pensaba; él es mi amante y mi amado;
mas al tornar por verle la cabeza pues de puro enamorado,
ya no hallé donde estaba. de continuo anda amarillo:
que, pues doblón o sencillo,
Juan Meléndez Valdés hace todo cuanto quiera;
poderoso caballero
es don dinero.
6. Cuando una poesía se intercala en
una cita, se compone sin comillas y del
mismo cuerpo que aquella si ya va de cuer- F. de Quevedo
po menor que el del texto. Si la cita va del
cuerpo del texto entre comillas, las poesías En otras poesías la frase es cambiante,
se componen aparte y de cuerpo menor. pero ello no obsta para que se escriba de
7. Cuando un verso largo no cabe en la cursiva.
línea, el sobrante (siempre una palabra o
un número entero de palabras, sin dividir 16.22.2. Sangrías en las poesías. 1. En
ninguna) se dobla a la línea posterior y se cuanto a la sangría en los versos, se seguirá
coloca al final, coincidiendo con el final de preferentemente lo que señale el original,
la línea anterior y precedida de corchete de pues hay autores que no usan sangría en
apertura ([): algunos versos, o usan sangrías aparen-
temente caprichosas. Por lo general, el
Aqueste mar turbado primer verso de cada estrofa se sangra con
¿quién le pondrá ya freno? ¿quién un cuadratín (→ 16.22.1.1-1; 16.22.1.2-1).
[concierto En las poesías en que alternan regularmen-
al viento fiero airado?
Estando tú encubierto, te versos de distintas medidas, las de menos
¿qué norte guiará la nave al puerto? sílabas suelen componerse con dos cuadra-
tines de sangría, aunque normalmente no
Juan Meléndez Valdés les correspondiera. Ejemplo:
2. En los versos dialogados, en los en las demás notas (esto es, alineada con
que la métrica viene determinada por los in- ellas), con la sangría normal, y el verso se
terlocutores, se compone de forma que los centra prescindiendo de la notación.
finales y principios de las dos o más partes
de que consta un verso coincidan uno de- 16.23. Las fórmulas. Las fórmulas son
bajo del otro, de tal manera que si se supri- expresiones de un cálculo reducido a sus
mieran los blancos pudieran acoplarse en términos más simples. Pueden ser mate-
una sola línea. Ejemplo: máticas o químicas, con grafías netamente
distintas.
César
16.23.1. Fórmulas matemáticas.
por tu mano. ¿Qué pide?, ¿qué desea?
Volumen = (3800 m3/ d) (12,8) Pero no será necesario hacerlo así cuando
= 48 640 m3 (1,72 × 106ft3) los términos de mayor altura se hallen ale-
jados de los restantes signos:
Área 48 640 m3
superficial 1m
= 48 640 m2=4,86 ha
Px=yobsQ(So-S) × (103g/kg)-1
Yobs= 0,3125
Q = 2,5 (21 600 m3/d) ni cuando se hallen dentro de la operación:
S0 = 1,5 (250 mg/L)
S =15 mg/L
5. Los signos integral, paréntesis, cor- 7. Los índices y subíndices de que a ve-
chetes, llaves y plecas que formen parte de ces están afectados los integrales pueden
una operación deben tener la misma altura colocarse a la cabeza y al pie:
que el total de esta:
PERSONAJES
La forma de componer los folios del apar- obras con incluso cuatro líneas de blanco
tado fes poco usada. entre folio y texto. Esto, naturalmente,
En el apartado c el título de la obra va puede hacerse, o es admisible siempre que
repartido entre los dos folios; en este caso el folio sea explicativo, pues si solo fuera
es conveniente que artículos, preposiciones numérico, los inconvenientes son notorios:
y conjunciones vayan al lado derecho, con un número solitario perdido en una in-
el folio impar; por ejemplo, en el título His- mensidad de espacio; un margen de cabeza
toria de la literatura, se hará de la siguiente enormemente grande comparado con el de
manera: pie, que por regla general siempre debe ser
mayor que el de cabeza, etcétera. Por todo
26 HISTORIA ello, en este tipo de innovaciones debe
DE LA LITERATURA 27 procederse con mesura, decidiendo tras un
concienzudo examen (en el que se sopesen
Si el capítulo termina en página par, llevará todos los pros y contras) cuándo es factible
el título entero en el caso de que el capí- y cuándo no aplicarse a ellas, o en qué
tulo siguiente deba comenzar en página ocasiones resulta mejor seguir las normas
impar; si el título fuera muy largo, puede tradicionales de la tipografía. No haría
abreviarse. falta añadir que este tipo de innovaciones
2. Cuando los capítulos van seguidos y son aplicables a obras de lujo o muy bien
la obra lleva folio explicativo, se procede presentadas, e inapropiadas para obras de
de la siguiente manera: batalla o normales.
a) si el arranque del nuevo capítulo cae 16.25.3. Supresión del folio. No llevan
en página par, con resto corto de folio:
texto del capítulo anterior, se pone
en la cabeza el título del nuevo ca- 16.25.3.1. En todos los casos :
pítulo;
b) si el arranque del capítulo cae en a) las páginas de cortesía;
página impar con resto corto del b) las páginas en blanco;
capítulo anterior, se pone en la par c) las portadillas y portadas (tanto en el
el título del capítulo anterior y en la anverso como en el reverso);
impar el título del nuevo capítulo; d) las páginas cuya caja o mancha esté
c) si el resto de texto ocupa más de me- ocupada enteramente por un graba-
dia página, debe llevar el título del do sin pie; si va el pie, lleva folio si
capítulo anterior en ambos casos. aquel se coloca abajo, pero no si va
a la cabeza y el grabado comienza en
3. También se pueden combinar las la línea de folio o más arriba; si el gra-
modalidades de folio explicativo y folio bado va a altura de caja (o sea, a la
numérico, poniendo el título y el nombre altura de la primera línea de texto),
del autor a la cabeza y el folio al pie. la colocación del folio es facultativa,
pues sobre todo en el caso de folios
16.25.2. Separación entre folio y texto. explicativos distraerían la atención
Si el folio no lleva filete fino de separación, del lector, que debe dirigirse pri-
se le pone como mínimo una línea de blan- mordialmente a lo que represente la
co equivalente a una línea de texto (con figura; sin embargo, si la compagina-
su interlínea, si la hay); si lleva filete, dos ción es moderna y entre texto y fo-
puntos entre este y el folio, y una línea de lio hay dos líneas o más de blanco,
blanco entre filete y texto. el folio debe ir, siempre que el graba-
Modernamente el blanco entre folio y do vaya a altura de caja y no la
texto suele ser algo arbitrario, y así se ven rebase;
488 16.25.3.2. [supresión del folio ] folio a la cabeza
e) las páginas con grabados colocados ción, etcétera, lo que generalmente suele
precisamente en el lugar correspon- ocupar el pliego de principios) suelen nu-
diente al folio. merarse con cifras romanas, en versalitas
del mismo cuerpo empleado para el texto,
16.25.3.2. Folio a la cabeza . No lle- o bien del que se emplee para el folio expli-
van folio las páginas de arranque de capí- cativo, si lo hay. Los anglosajones tienen la
tulos, partes, secciones, índices, apéndices, costumbre de usar, en lugar de versalitas,
fes de erratas, etcétera, comiencen en pá- letras de caja baja (¿ ii, iii, iv, etcétera),
gina par o impar. Sin embargo, si la obra costumbre que no tenemos por qué imitar,
lleva los capítulos seguidos y los folios a pese a que la Academia, en la nota 27 al
la cabeza, llevará folio aunque un capítulo pie de la página 32 de su OLE99, diga: «Al-
comience página (par o impar). gunos impresores utilizan letras minúsculas
en este último caso: página xxii, xvi, etc.».
16.25.3.3. Folio al pie . No suelen lle- Se trata de un anglicismo ortotipográfico
var folio: sin raigambre en la cultura tipográfica es-
pañola, razón suficiente para desechar ese
a) las páginas de birlí, salvo si llevan uso (→ 8.2.4-1).
nota de pie de página;
b) las páginas ocupadas enteramente 16.25.5. Folios en obras por volúme-
por cuadros o tablas (sin embargo, nes. Este tipo de obras (diccionarios, enci-
deberán llevarlo si el folio va a la clopedias, etcétera) se pueden foliar con
cabeza, salvo que por necesidades de numeración correlativa a lo largo de todos
espacio el cuadro o tabla ocupe la los volúmenes o bien por volúmenes, empe-
línea de folio o la rebase). zando y terminando en cada uno de ellos;
en este último caso, pueden usarse dos
En obras extranjeras se observa que clases de folios: los que corresponden a la
cuando el folio va a la cabeza, en los co- obra general, que se ponen entre corchetes,
mienzos de capítulo lo colocan al pie, como y los del tomo, que se ponen normales, sin
para evitar que ninguna página quede sin corchetes.
su folio; en España no suele usarse este sis- Lo habitual es colocar el folio del tomo
tema, sino el tradicional de dejar la página a la izquierda en la página par, después
sin folio. el nombre del autor, y a continuación el
También se ve en obras extranjeras folio entre corchetes; en la página impar,
que a veces, cuando un grabado a sangre primero el folio entre corchetes, después el
ocupa el lugar del folio, este viene colo- título de la obra y tras este el folio normal.
cado dentro del grabado (el ófset permite De esta forma, como se ve, las dos clases de
estos malabarismos, imposibles —o poco folios quedan enfrentadas.
menos— en la tipografía tradicional); el En diccionarios y vocabularios se facilita
método no parece aceptable, por cuanto la búsqueda por parte del lector poniendo
el folio no es algo imprescindible mientras en la línea de folio la voz guía: en la página
subsistan otros próximos que sirvan de par, la primera entrada, y en la impar, la
orientación solamente con volver la hoja o última.
con mirar la página anterior o posterior.
16.25.6. El folio y la altura de la pági-
16.25.4. Folios prologales. Se da este na. Cuando el folio es solamente numéri-
nombre a los folios de los prólogos, que co, no se tiene en cuenta para determinar
acostumbran usarse distintos de los del la altura de la página, esto es, forma parte,
cuerpo de la obra. Efectivamente, los pró- prácticamente, del margen, tanto de cabeza
logos (tanto si hay uno como si son varios: como de pie; si, por el contrario, además
proemio, presentación, prólogo, introduc- del número lleva el título de la obra, nom-
16.26.2.1.2. MARGINADO 489
bre del autor o título del capítulo (folio sea numérica (arábiga o romana) o literal
explicativo), forma parte de la altura de la (mayúscula o minúscula).
página o, en cualquier caso, debe tenerse
en cuenta para la reserva del blanco del 16.26.2. Escritura del título.
margen de cabeza.
16.26.2.1. DisposiciÓN. Si el título so-
16.26. Los títulos, subtítulos y titulillos lo hace una línea, puede disponerse de dos
en línea. Podemos definir estas tres voces maneras: centrado o marginado, en este
como la palabra o sintagma con que se segundo caso a la derecha o a la izquierda.
resume el contenido de un libro o publi- Si hace más de una línea, puede disponerse
cación periódica, de una de sus partes (ca- de las siguientes maneras:
pítulo, párrafo, apartado, cuadro o tabla,
etcétera), de un trabajo que forma parte de 16.26.2.1.1. Centrado. Puede adoptar
una unidad mayor (por ejemplo, el de una las siguientes formas:
noticia, comentario, reportaje, artículo,
etcétera, en publicaciones periódicas), de a) Párrafo español:
una obra de arte (pintura, escultura, músi-
Nuevos testimonios y algunas hipótesis
ca, etcétera). sobre el error ortográfico
16.26.1. Partes del título. El título pue- b) Composición epigráfica:
de constar de las partes que se analizan a
continuación. Aventura que más pesadumbre
dio a don Quijote de cuantas hasta
16.26.1.1. Antetítulo . Nombre gené- entonces le habían sucedido
rico, que no contiene información específi-
ca, de una división o parte de la obra; por c) Base de lámpara:
ejemplo, las palabras tomo, libro, parte, De las admirables cosas que
sección, capítulo, cuadro, esquema, que el extremado don Quijote
pueden ir seguidas del título específico y CONTÓ QUE HABÍA VISTO
explicativo, portador de información; en EN LA PROFUNDA CUEVA
algunos casos pueden tener autonomía, de Montesinos
como prólogo, índice, anexo, suplemento,
etcétera, en general no seguidos de título 16.26.2.1.2. Marginado. El título mar-
específico. ginado puede adoptar las siguientes for-
mas:
16.26.1.2. Título . Palabra o sintagma
de extensión variable con que se informa a) Párrafo moderno:
del contenido de un libro o de uno de sus
Nuevos testimonios y algunas hipótesis
tomos, partes, capítulos, secciones, párra- sobre el error ortográfico
fos, apartados, cuadros o tablas, etcétera.
b) Párrafo francés:
16.26.1.3. Subtítulo . Segundo título de
un libro, parte o sección, o aquel que indica el Normas sobre presentación
contenido de una parte de un capítulo; pue- de originales para la imprenta:
de haber más de uno, con distintas cate- textos y comentarios
gorías.
c) Bandera por la derecha:
16.26.1.4. Titulillo en línea . Título Donde se cuentan mil zarandajas
situado al comienzo de la primera línea de TAN IMPERTINENTES COMO NECESARIAS
un párrafo, precedido o no de numeración, AL VERDADERO ENTENDIMIENTO
490 16.26.3. GRADACIÓN DE LOS TÍTULOS
aún si además está sangrado) tenga deba- de las partes, secciones y capítulos, y los de
jo de sí un titulillo en mayúsculas negri- estos, distintos de los subtítulos. Dentro
tas, que sin duda sería desproporcionado. de los capítulos, el título más importante
es el que figura después de su numeración,
16.26.3.5. El sangrado . Como norma que se compone cuando menos dos puntos
general, todo título con sangría tiene menos mayor que el cuerpo de la obra, general-
importancia que uno que no la tenga. mente en negritas. Los subtítulos siguien-
tes, que pueden tener varias categorías, se
16.26.4. Composición del título. componen según los datos proporcionados
en el párrafo 16.26.3.2, procurando ha-
16.26.4.1. ANTETÍTULO. Como se ha llar una combinación entre disposición
dicho antes (→ 16.26.1.1), el antetítulo y clase de letra que resulte estéticamente
no contiene información específica; esta aceptable. Hay quien rehúye el empleo de
primera consideración sirve para indicar su la negrita, para lo cual se vale de versales
escaso valor temático, y por consiguiente redondas finas, versales cursivas finas y
su valoración debe ser menor en relación minúsculas cursivas finas. Sin embargo, la
con el título informativo de que nor- negrita, utilizada con acierto y gusto, pue-
malmente va seguido. Los antetítulos de de ser de gran ayuda en la gradación de los
secciones y partes seguidas de título infor- títulos por la clase de letra. Por ejemplo,
mativo se componen con un cuerpo que su- un capítulo que solo exigiera tres grada-
ponga aproximadamente la mitad del que ciones de subtítulos podría establecerse así:
se emplee en este; los de los capítulos, con negritas minúsculas, versalitas y cursiva fina;
el mismo cuerpo del texto, en versales o, si los grados son cuatro, detrás de la negrita
más comúnmente, en versalitas (inicial redonda puede introducirse la negrita cur-
versal): siva. Las combinaciones, como puede verse
en el párrafo mencionado, pueden ser hasta
Primera parte doce, pero puede añadirse el sangrado, que
da algunas combinaciones más, aun sin re-
Sistemas sensoriales currir al cambio de cuerpo en cada escalón,
Sección primera lo que aumenta notablemente las posibili-
dades de combinación. Si a ello le sumamos
Introducción la disposición, de forma que unos títulos
aparezcan centrados y otros marginados,
Capítulo II
el número de combinaciones es mayor aún.
Potenciales sinópticos
16.26.4.3. Subtítulo . Si es el segun-
Si se trata de títulos genéricos autónomos do título de una obra, su grafismo debe
(prólogo, introducción, índice, índice alfa- reflejar esta circunstancia, bien sea por el
bético, etcétera), se componen con las mis- cuerpo, la clase de letra o el empleo de
mas características del título del capítulo. mayúscula/minúscula. Si se trata de los di-
versos títulos, con categorías distintas, con
16.26.4.2. Título . El título más im- que se distinguen las partes de un capítulo,
portante de una obra es, evidentemente, su grafismo se basa, como se ha dicho en
el que figura al frente de ella, que puede el párrafo anterior, en el cuerpo, la clase de
constar, por este orden, en la sobrecu- letra y la disposición (→ 16.26.3.2).
bierta, cubierta, portadilla y portada. Los
grafismos de la sobrecubierta o cubierta 16.26.4.4. Titulillo en línea . Tie-
pueden ser distintos de los que se usen en la ne, como es obvio (→ 16.26.1.4), menos
portadilla y la portada, que asimismo pue- importancia que los subtítulos. Según la
den ser distintos de los que se usen al frente cantidad de grados que haya en ellos, así
492 16.26.5. NORMAS ORTOTIPOGRÁFICAS
También serían correctas estas otras dis- Ángel Ganivet (un color)
posiciones: el excéntrico del 98 (otro color)
1 Salvo los casos en los que se ha indicado el plural concreto de una abreviatura, o el hecho de que carece
de él, en los restantes deberían usarse las formas plurales, que consisten, generalmente, en añadir una -s.;
por ejemplo, de ampl., ampls.; de arc., arcs.; de art., arts.; de cat., cats.; de ed., eds.; de impr., imprs.; de
núm., núms.; de pág., págs.; de rev., revs.; etcétera. Solo cuando pueda presentarse anfibología (casos muy
raros) deberá prescindirse de la forma plural.
498 16.27.1.1.1. NOMBRE DEL AUTOR
fin se usa una abreviatura como grafía documto., que solo ahorra
cf. En cualquier caso, opino que un signo en relación con la pala-
no hay por qué escribirla de bra entera (documto. = ocho sig-
cursiva; generalmente aparece en nos; documento = nueve signos]
redondo. Si se quiere utilizar dupl. duplicado
una grafía española equivalente, E. editor. [Solo se usa, al final de
úsese cp. ‘compárese’, como ya una nota del editor, en esta for-
ha hecho Polo (1974: 404), o ma: N. del E. ‘nota del editor’;
comp., como hace Corominas en en los demás casos la grafía es
su Breve diccionario etimológico ed.; v. EE.]
de la lengua castellana, Madrid, e. d. es decir (v. h. e.)
Gredos, 1973: 17] e. g. exempli gratia (por ejemplo)
cfr. v. cf. ead. pag. eádem pagina (en la misma pági-
cíc. cicero na, la misma página)
circ. circiter, circum (cerca de, alrede- ed. edición; editor. [La grafía ed.
dor de) debe reservarse para las palabras
cit. citado edición y editor; para editado
cn. canon. [Otras fuentes prefieren y editorial se reserva la forma
can., pero es preferible cn. Care- edit. Según las normas de Barral
ce de forma en plural] Editores (p. 9), el plural es edd.,
coaut. coautor pero no parece grafía aceptable;
cód. código en español; escríbase eds.]
coed. coedición ed. ampl. edición ampliada
col. colaborador; colección; color; ed. aum. edición aumentada
columna ed. cit. edición citada
col. y n. color y negro ed. corr. edición corregida
com. comentario; comentarista ed. crít. edición crítica
comp. compendio; compilador; compo- ed. dipl. edición diplomática
sitor (en música) (v. cf.) ed. facs. edición facsimilar
compl. complementario ed. fon. edición fonética
cont. continuación; continuador ed. lit. editor literario
coord. coordinador ed. orig. edición original
cop. copyright. [En lugar de esta abre- ed. pal. edición paleográfica
viatura, lo habitual es emplear el ed. prínc. edición príncipe
símbolo internacional ©] ed. reform. edición reformada
corr. corregido; corrector ed. rev. edición revisada
cp. v. cf. ed. mod. edición moderna
crít. crítico ed. modern. edición modernizada
cuad. cuaderno edit. editado; editorial (v. ed.)
cub. cubierta EE. editores. [Solo se usa en la forma
curs. cursiva N. de los EE. ‘nota de los edito-
d. de C. después de Cristo. [Mutatis mu- res’, en los casos en que esta sea
tandis, vale aquí lo dicho en a. de necesaria (v. A.; ed.)]
C. La forma p. C. es abreviatura ej- ejemplar; ejemplo
latina de post Christum ‘después ene. enciclopedia
de Cristo’, pero debe preferirse la encuad. encuadernación
forma española] eod. l. eodem loco (en el mismo lugar)
d. de J. C. v. d. de C. ep- epígrafe
ded. dedicado; dedicatoria epíl. epílogo
del. delineavit (dibujado por) esc. escudo
dic. diccionario esp. especial; especialmente
dipl. diplomático esq. esquema
dir. dirección; director (de edición); est. estudio
dirigido por est. cit. estudio citado
dis. diseño est. prel. estudio preliminar
doc. documento. [No es correcta la establ. tip. establecimiento tipográfico
500 16.27.1.1.1. NOMBRE DEL AUTOR
Enciclopedia della stampa, 4 vols., Turín: b) que haya sido publicada original-
sei , 1969. mente en un idioma que no usa el
Enciclopedia Labor, 10 t. en 11 vols., Barce- alfabeto latino, caso en el cual cabe
lona: Labor, 1967-1984. hacer dos cosas: dar la trasliteración
del título seguido de su traducción al
7. Si en la obra no hay autor, sino español:
director, compilador u otro, se entra por
sus apellidos seguidos del nombre, pero Aléxeiev , D. I., y otros: Slovar sokraschenii
indicando, tras él, la abreviatura corres- rúskogo yaziká (Diccionario ruso de abre-
pondiente (→ 16.27.1.1.3): viaciones), Moscú: Editorial del Estado
de Diccionarios Extranjeros y Nacionales,
Escolar Sobrino , Hipólito (dir.): De la 1963,
escritura al libro, Barcelona: Promoción
Cultural, 1976. o bien dar la traducción española seguida,
Bourdieu , Pierre (comp.): Fotografía: un ar- entre paréntesis, del nombre de la lengua
te medio, México: Nueva Imagen, 1978.
en que fue escrita:
8. Cuando de un mismo autor se citan Aléxeiev , D. L., y otros: Diccionario ruso de
varias obras, estas se sitúan en entradas abreviaciones (en ruso), Moscú: Editorial
independientes por orden cronológico, y el del Estado de Diccionarios Extranjeros y
nombre se sustituye por una raya a partir Nacionales, 1963.
de la segunda mención (→ 16.27.2.4-2).
Puede suceder, sin embargo, que en la tra-
16.27.1.1.2. Título de la obra. Se toma ducción de una obra extranjera sea necesa-
de la portada, nunca de la cubierta (sabido rio respetar la bibliografía tal cual porque
es que en esta el título puede no ser com- el autor utiliza remisiones textuales al au-
pleto, o no mencionar el subtítulo, que en tor y al año de edición original (→ 16.20.1-
muchas obras es un complemento necesa- 2). En este caso, a continuación de los da-
rio e incluso imprescindible del título). El tos originales de la bibliografía se añaden,
subtítulo se hace constar siempre, con las entre paréntesis, los datos de la edición
mismas caracteríticas gráficas del título y española precedidos de Trad. esp.:
separado de este por dos puntos e inicial
minúscula: Eco, Umberto (1977): Come si fa una tesi
di laurea, Milán: Bompiani. (Trad. esp.:
Valls , Arturo: Introducción a la antropolo- Cómo se hace una tesis, Barcelona: Gedi-
gía: fundamentos de la evolución y de la sa, 1982.)
variabilidad biológica del hombre, 2.a ed.,
Barcelona: Labor, 1985 (Labor Universita-
ria: Manuales). Pero si el autor se refiere en su texto a la
traducción española, debe disponerse de
la siguiente manera:
Si la obra es extranjera, el título debe darse
en su lengua original, salvo estos casos:
Eco, Umberto (1982): Cómo se hace una
tesis, Barcelona: Gedisa. (Ed. it.: Come
a) que haya sido traducida al español, si fa una tesi di laurea, Milán: Bompiani,
y entonces se da en español y con los 1977.)
datos bibliográficos que correspon-
dan a esta edición: 16.27.1.1.3. Nombre del traductor, edi-
tor, prologuista, presentador, etcétera. Se
Pagnini , Marcello: Estructura literaria y mé- hacen constar entre paréntesis, precedidos
todo crítico, Madrid: Cátedra, 1975; de la abreviatura correspondiente:
16.27.1.1.4. NÚMERO DE VOLÚMENES O TOMOS 505
Garde , Paul: El acento (trad. Julio Balderra- lúmenes pueden darse de varias maneras:
ma), Buenos Aires: Eudeba, 1968.
Martínez de Sousa , José: Diccionario in-
a) Una obra de un solo autor con varios
ternacional de siglas y acrónimos (pres.
Luis Izquierdo), 2.a ed., Madrid: Pirámide, volúmenes:
1984.
Poema de Mio Cid (ed. Colin Smidth), Ma- Rouanet , Léo: Colección de autor, farsas y
drid: Cátedra, 1976. coloquios del siglo XVI, 4 vols., Barcelona
Poema de Mio Cid (ed., introd. y n. de Ian y Madrid, 1901.
Michel), Madrid: Castalia, 1976.
Seco , Manuel: Diccionario de dudas y di- b) Una obra encabezada por su director
ficultades de la lengua española (pról.
y con mención del autor de cada
Salvador Fernández Ramírez), 10.a ed.,
Madrid: Aguilar, 1998. volumen:
Villena , Enrique de: Los doze trabajos de
Hércules (ed., pról. y n. de Margherita Sainz Rodríguez , Pedro (dir.): Biblioteca
Morreale), Madrid: Real Academia Espa- bibliográfica hispánica, varios volúmenes
ñola, 1958. en curso de edición, Madrid: Fundación
Universitaria Española, 1975. i: A. Laban-
El tratamiento tipográfico del editor, tra- deira: Repertorios por lugar de nacimien-
ductor, prologuista, presentador, etcéte- to; ll: Miguel M. Rodríguez San Vicente:
Repertorios por profesiones y otras ca-
ra, no se distingue con diacríticos. Por racterísticas personales; iii: A. Labandei-
otro lado, la disposición anterior se aplica ra Fernández: índices de publicaciones
también cuando se menciona la interven- periódicas; iv: A. Labandeira Fernández:
ción de un revisor o ampliador de una Bibliografía sobre historia de la imprenta.
obra:
c) Mención de un volumen en una obra
Sabaté , Emilio: Para escribir correctamente por volúmenes con director:
(rev. y act. por José María Nebreda), 4.a
ed., Barcelona: Juventud, 1971.
Seco , Rafael: Manual de gramática española Labandeira Fernández , A.: Bibliografía so-
(rev. y ampl. por Manuel Seco), 9.a ed., bre historia de la imprenta, en Pedro Sainz
2.a reimpr., Madrid: Aguilar, 1967. Rodríguez (dir.): Biblioteca bibliográfica
hispánica, vol. v, Madrid: Fundación Uni-
versitaria Española, 1980.
16.27.1.1.4. Número de volúmenes o Céspedes del Castillo , Guillermo: América
tomos. 1. Se hace constar tras el título hispánica, en Manuel Tuñón de Lara (dir.):
de la obra (y, eventualmente, después de Historia de España, 13 vols., Barcelona:
indicar entre paréntesis el nombre del Labor, 1979-1985; vol. 6, 198.
traductor, editor, prologuista, presentador,
etcétera; → 16.27.1.1.3): d) Mención de cada volumen en una
obra de un solo autor:
Enciclopedia Labor, 10 t. en 11 vols., Barce-
Hauser , Arnold: Historia social de la lite-
lona: Labor, 1967-1984.
ratura y el arte, 3 vols, i: Origen de la
literatura y el arte modernos; ii: El manie-
Si se quiere hacer constar uno concreto que rismo; iii: Pintura y manierismo, 19.a ed.,
se ha consultado, se indica al final de la fi- Barcelona: Labor, 1985.
cha, seguido de las páginas:
Es necesario, en este apartado, distinguir
Enciclopedia Labor, 10 t. en 11 vols., Barce- cuidadosamente entre volumen y tomo.
lona: Labor, 1967; vol. 7, 57-109. En general, se habla de tomo cuando el
contenido de una obra se divide en dos o
2. Las bibliografías de obras por vo- más partes independientes (afecta, pues, al
506 16.27.1.1.5. PIE EDITORIAL
mención de palabras como Editorial, Edi- Lozano Ribas , Miguel: Gramática caste-
ciones, Editores, etcétera, ni datos de tipo llana para uso de tipógrafos, Barcelona:
comercial, como S. A. ‘sociedad anónima’, Mateu, s. a. [¿posterior a 1928?].
S. L. ‘sociedad limitada’, Lted. ‘Limited’, Oliver Rodríguez , Enrique: Prontuario del
idioma, Barcelona: Sucs. de Manuel Soler,
etcétera; por ejemplo, Labor, Salvat, Espa- s. a. [¿1910?].
sa-Calpe, Gustavo Gili, Pirámide, Paranin-
fo, en lugar de Editorial Labor, S. A,; Sal- En las bibliografías del sistema Harvard
vat Editores, S. A.; Editorial Espasa-Calpe, (→ 16.20.1-2), tras el año pueden hacerse
S. A.; Editorial Gustavo Gili, S. A.; Edicio-
constar letras cursivas entre paréntesis, em-
nes Pirámide, S. A.; Editorial Paraninfo, pezando por la a, para distinguir dos o más
S. A. Pero, obviamente, debe escribirse Edi-
obras editadas en el mismo año:
ciones Generales Anaya, puesto que hay
otra editora denominada Ediciones Anaya,
Seco , Manuel (1979a): Gramática esencial
como debe escribirse Editora Nacional del español, 6.a ed., Madrid: Aguilar.
(tanto en México como en España). Si este — (1979b): Diccionario breve de dudas de
dato falta en la obra, se hace constar en la la lengua española, Madrid: Ministerio
ficha la abreviatura s. n. (→ c. 16.1). de Cultura.
16.27.1.1.5.3. Año de edición. Debe Cuando se trate de obras fechadas con ca-
tomarse de las cuatro o seis primeras pá- lendarios distintos del que rige en el mundo
ginas. Normalmente aparece en la portada occidental, se hará constar la fecha en el
o, con mayor seguridad, en la página de calendario original, pero, entre corchetes,
derechos o de créditos, es decir, el dorso debe añadirse la fecha en el calendario
de la portada. Si en estos lugares no apa- gregoriano. Si en el original hay error en la
rece, y sí en otro lugar de la obra (por fecha, se hace constar la que aparezca, pero
ejemplo, en el colofón o en las últimas se corrige entre corchetes: 1890 [1980].
páginas —a veces incluso en la cubierta
posterior—), debe hacerse constar entre 16.27.1.1.6. Edición. 1. Siempre es
corchetes: conveniente hacer constar en las biblio-
Cochet , G.: El grabado, historia y técnica, grafías el número de la edición que se ha
Buenos Aires: Poseidón, [1943]. manejado. A veces se presentan problemas
a causa de que algunos editores confunden
Si no aparece en ningún lugar de la obra, edición con reimpresión (confusión inte-
se consigna el del depósito legal precedido resada, naturalmente), y al autor que ma-
de la abreviatura D. L. o, si no lo lleva, la neja este tipo de trabajos no le queda otro
abreviatura s. a. (→ c. 16.1): recurso (si no puede cotejar las ediciones)
que dar un número elevado de ediciones
Buer , Konrad F.: Cómo se forma la letra de de una obra que en realidad solo ha tenido
imprenta, Fráncfort del Main (Alemania): una o unas pocas, y el resto son reimpre-
Fundición Bauer, s. a.
siones. El dato de las reimpresiones no es
Si lo que falta es el lugar de edición y el bibliográfico: para los efectos, da lo mismo
año, se coloca la abreviatura s. d. o bien la primera que la décima, pues todas las
s. l., s. a. (→ c. 16.1): reimpresiones, por su misma definición,
son iguales. Lo que interesa, verdadera-
Diccionario de abreviaturas y siglas, mac , mente, es el número de ediciones, cada una
s. d. de las cuales debe comportar, en relación
con las precedentes, cambios notables en el
Sin embargo, si el año de edición puede contenido; si solo hay corrección de erra-
conjeturarse, se hace constar entre interro- tas, o ni siquiera esto, entonces se trata de
gantes dentro de corchetes: una reimpresión, no de una reedición. En
508 16.27.1.1.7. COLECCIÓN
caso de duda, el autor puede copiar el dato Por lo que respecta al número de páginas
que proporcione el editor. en citas bibliográficas, véase el párrafo
2. El dato de la edición (expresado con 16.27.3-4.
número ordinal abreviado y la abreviatu-
ra ed.) se hace constar antes del lugar de 16.27.1.1.9. Formato. A diferencia de
edición: la ficha catalográfica, en la que se hacen
constar siempre, en la bibliográfica no
García Mercadal , José: Antología de hu- suelen hacerse constar las dimensiones del
moristas españoles del siglo i al XX, 2.a ed., libro. Sin embargo, quien quiera hacerlo
Madrid: Aguilar, 1961. debe prescindir de la vieja nomenclatura
en octavo (o en 8.o), en dieciseisavo (o en
16.27.1.1.7. Colección. Cuando una 16.o), en cuarto (o en 4.o), en cuarto mayor,
obra pertenece a una colección, es reco- etcétera. En la actualidad, si la obra tiene
mendable añadir este dato; no es funda- dimensiones proporcionadas (es decir, si
mental, pero, si la colección es prestigiosa, no es excesivamente alta en relación con la
contribuye a encuadrar la obra; tras coma, anchura o excesivamente ancha en relación
se añade el número (si lo hay), y el todo se con la altura), se hace constar solamente la
encierra entre paréntesis al final de la ficha altura expresada en centímetros:
bibliográfica:
Martínez Amador , Emilio M.: Diccionario
Gomella , Cyrill: La sed del mundo, Barcelo- gramatical y de dudas del idioma, Barcelo-
na: Labor, 1973 (Nueva Colección Labor, na, Sopena, 1966, 21,7 cm.
170).
Pero si el tamaño es desproporcionado o
Si hay colección y serie, pueden hacerse poco habitual, se dan las dos dimensiones,
constar ambas, separadas por dos puntos: teniendo en cuenta que la mencionada en
primer lugar es siempre la altura (aunque
Valls , Arturo: Introducción a la antropolo- sea menor que la anchura):
gía: fundamentos de la evolución y de la
variabilidad biológica del hombre, 2.a ed.,
Barcelona: Labor, 1985 (Labor Universita- Fernández , Casto, y otros: El llibre: la se-
ria: Manuales). va aventura, Madrid, Fundación Germán
Sánchez Ruipérez, 1984 (Quaderns per al
Foment de la Lectura, 1), 21 × 24 cm.
16.27.1.1.8. Páginas. No todas las bi-
bliografías hacen constar el número de
páginas de la obra, pero, si se proporciona, 16.27.2. Presentación de las bibliogra-
debe comprobarse si la obra lleva folios fías.
prologales (es decir, si la numeración de
las páginas en que se encuentran normal- 16.27.2.1. Aspectos formales . 1. La
mente el prólogo, la introducción, etcétera, presentación de las bibliografías varía mu-
está escrita con cifras romanas, que es cho; dependerá de la intención del autor
independiente de la numeración con cifras o de la orientación de su trabajo. La más
arábigas); si es así, deben hacerse constar socorrida, y tal vez la más útil en general,
estas páginas escritas con cifras romanas en es la que ordena los datos a partir del ape-
versalitas seguidas del signo + y el número llido del autor y situando estos en un orden
de páginas con cifras arábigas: alfabético general. Otros, sin embargo, las
dividen por materias y, dentro de ellas, por
Menéndez Pidal , R.: Manual de gramáti- orden alfabético de apellidos o bien cro-
ca histórica española, 15.a ed., Madrid: nológicamente. No tiene sentido situar el
Espasa-Calpe, 1977, vii + 367 pp. orden alfabético por el título de las obras,
16.27.2.3. PUNTUACIÓN DE LOS DATOS BIBLIOGRÁFICOS 509
y mucho menos (aunque alguna vez se ha recer también escrito con versalitas en
hecho) alfabetizando por el prenombre del algunas bibliografías, no es necesario, pues
autor. lo que se busca y, por consiguiente, debe
2. Deben emplearse cuantas abrevia- destacarse es el (o los) apellido(s). Por
turas estén establecidas por el uso, más supuesto, la versalita para esta parte de la
aquellas que, siendo necesarias, estén bien bibliografía es una elección recomendable,
escritas y sean fácilmente interpretables pero también se puede elegir la mayúscula/
(→ c. 16.1). En este sentido, siempre que minúscula normal para este caso (la elec-
sea posible deben preferirse las formas en ción de la versalita supone más trabajo,
español de tales abreviaturas, mejor que pero también resulta más estético). Si la
las de origen latino, inglés, etcétera (v. letra empleada carece de versalitas, obvia-
Polo, 1974: 403, 482). En general, pueden mente deben aceptarse las minúsculas (con
abreviarse las fechas (1.7.85; en. 1985; sus mayúsculas) de redondo:
ag.-set.; no se abrevian las estaciones del
año, que suelen aparecer sobre todo en Martínez de Sousa, José: Diccionario general
revistas: primavera, verano, otoño, invier- del periodismo, Madrid: Paraninfo, 1981.
no); los tipos de publicaciones (bol., rev.,
an., etcétera); las ediciones (ed., ed. crít., No parece muy recomendable sustituir la
ed. anot.fi, los datos referentes a la autoría versalita por la negrita, aunque en algunos
(dir., ed., recop.fi, las entidades editoras, casos se hace:
en revistas y publicaciones (Acad., Asoc.,
Martínez de Sousa, José: Diccionario general
Univ.fi del periodismo, Madrid: Paraninfo, 1981.
3. En las bibliografías extranjeras deben
traducirse todos los datos bibliográficos o El título de la obra debe grafiarse de cur-
comentarios escritos en la lengua que se siva. Supongamos, sin embargo, que por
traduce. alguna razón no se dispusiera de ella; en ese
4. Los topónimos extranjeros deben caso debe utilizarse el subrayado:
expresarse con el exónimo que les corres-
ponda en español; por ejemplo, Göttingen Martínez de Sousa, José: Diccionario general
debe escribirse Gotinga; New York, Nueva del periodismo. Madrid: Paraninfo, 1981.
York; London, Londres; Marseille, Marse-
lla; etcétera (→ 16.27.1.1.5.1). Sin embargo, si se usa la negrita para el
5. Como norma general, debe encerrar- nombre del autor, el título de la obra debe
se entre corchetes cualquier dato que se ir en redonda en ese caso, ya que, de lo
añada y no figure en el original o fuente contrario, se recargaría el texto con las
que se describe. formas diacríticas y resultaría poco legible:
Martínez de Sousa, José: Diccionario general
16.27.2.2. Presentación tipográfi - del periodismo, Madrid: Paraninfo, 1981.
ca . La más utilizada es como sigue:
Martínez de Sousa, José: Diccionario general
— apellido(s) del autor: versalitas del periodismo, Madrid: Paraninfo, 1981.
(con sus versales);
— prenombre del autor: redondo mi- 16.27.2.3. Puntuación de los datos
núsculas (con sus versales); bibliográficos . Hay varias soluciones,
— título de la obra: cursiva minúsculas aunque en un mismo trabajo sería conve-
(con sus versales); niente unificar el criterio adoptado. Los
— los demás datos: redondo minúsculas organismos internacionales no imponen
(con sus versales). ninguna forma de puntuación para los
datos de la bibliografía. A continuación
Aunque el prenombre del autor suele apa- se exponen varios modelos de puntuación.
510 16.27.2.3. PUNTUACIÓN DE LOS DATOS BIBLIOGRÁFICOS
1. Separar con comas todos los datos del autor, y la segunda, porque está esta-
bibliográficos: blecida internacionalmente para evitar la
posible confusión de un topónimo (cuando
Morato , Juan José, Guía práctica del com- se colocan más de uno) con el editor.
positor tipógrafo, 3.a ed., Madrid, Her- 5. Algunos autores eliminan la coma en
nando, 1933. dos casos: entre el o los apellidos del autor
y su nombre:
La coma como único signo para sepa-
rar elementos tan dispares es demasiado Díaz -Plaja G.: El libro ayer, hoy y mañana,
«débil». Podrían buscarse otras fórmulas Barcelona: Salvat, 1974,
crecientemente más netas, como las si-
guientes: y entre el nombre de la editorial y el año:
2. Separar con dos puntos el nombre del
autor y el título de la obra, y con comas los Díaz -Plaja , G.: El libro ayer, hoy y mañana,
restantes datos: Barcelona, Salvat 1974.
Morato , Juan José: Guía práctica del com- En mi opinión, en ambos casos la coma
positor tipógrafo, 3.a ed., Madrid, Her- debe colocarse siempre, ya que la única
nando, 1933. razón por la que podría prescindirse de
ella, el ahorro de tiempo y espacio, es aquí
3. Separar con dos puntos el nombre del despreciable, y no se ve otra razón de peso
autor y el título de la obra, y poner punto para hacerlo.
después de esta y de la edición: 6. También es habitual la eliminación
de la coma cuando precede a y en los ca-
Martínez de Sousa , José: Diccionario in- sos de dos o más autores:
ternacional de siglas y acrónimos. 2.a ed.
Madrid, Pirámide, 1984. Alonso , Amado y Pedro Henríquez Ure -
ÑA.
Con este sistema, como se ve, se crean
áreas o grupos: autor: título. / edición. /
Polo (1974: 397) defiende la omisión de
datos editoriales o regístrales.
esa coma con este argumento: «[...] alguien
4. El modelo deseable en español:
podría defender la presencia de coma an-
Morato , Juan José: Guía práctica del com- tes de y para facilitar —no hay peligro
positor tipógrafo, 3.a ed., Madrid: Her- de interpretación errónea— la lectura de
nando, 1933. lo que sigue como de otro sintagma y no
continuación de Amado; pero, además, el
Parece que, no siendo posible crear un ir en versalita esa parte tras y es suficiente
modelo que todos sigan, y dado que la iso diacrítico». En mi opinión, se trata de una
(International Organization for Standardi- coma gramatical obligatoria, incluso en
zation ‘Organización Internacional de Nor- el caso (que no se da en mi ejemplo, por
malización’) renuncia a proporcionar un la disposición adoptada para el segundo
modelo de puntuación de las bibliografías, nombre y los subsiguientes si hay más de
este que precede es admisible. Se separan dos; → 16.27.1.1.1-2) de que la palabra
todos los datos con coma, menos el nom- siguiente comience con versalitas. Con esa
bre del autor y el título de la obra, por un grafía el Amado queda unido copulativa-
lado, y la ciudad y el editor, por otro, en mente, merced al oficio de la conjunción
ambos casos puntuados con dos puntos. El y, con Pedro, que es el prenombre del au-
primero, porque esa puntuación parece la tor siguiente, exactamente igual que cuan-
más adecuada para la función de introducir do dos hermanos son autores de una
al lector a los datos que siguen al nombre obra:
16.27.3. BIBLIOGRAFÍAS DE CAPÍTULOS EN LIBROS O TRABAJOS EN PUBLICACIONES 511
Mateu Ibars , Josefina y M.a Dolores: Biblio- Benito , Ángel: La enseñanza del periodismo
grafía paleográfica, Barcelona: Universi- y el progreso político, Barcelona: Instituto
dad, 1974. de Ciencias Sociales, 1967.
— La socialización del poder de informar,
Se trata, como se ve, de dos casos muy dis- Madrid: Pirámide, 1978.
— y otros: Las secciones en la información de
tintos, que hay que diferenciar con la coma actualidad, Pamplona: eunsa , 1967.
puesta al prenombre invertido del primer Gómez Salazar , Fernando: Ortografía al
autor cuando se trata de autores con ape- alcance de todos, Madrid, 1886.
llidos distintos. — y J. M. Marroquín : La ortografía al al-
cance de todos, México, 1889.
16.27.2.4. Composición de las bi -
bliografías , Suelen componerse en un Téngase en cuenta que la raya se emplea
cuerpo de letra al menos dos puntos menor para sustituir, cada vez que haga falta, el
que el utilizado en el cuerpo de la obra o primer nombre, pero no el segundo y res-
trabajo en que se inserten y lo más habitual tantes (→ 16.28.1.2-3):
es disponerlas a dos o más columnas. Por
lo que respecta a los restantes aspectos de Silva , C. Tavares da, y J. Soares : «Contri-
buçäo para o conhecimento dos povoados
la presentación, ténganse en cuenta las si- calcolíticos do Baixo Alentejo e Algarve»,
guientes normas: Setúbal Arqueológica, ii-m (1976-1977).
1. Con objeto de que destaque conve- — y J. Soares : Prehistoria da área de Sines,
nientemente cada entrada de la bibliogra- Lisboa, 1981.
fía, el nombre del autor se compone con
letra destacada (generalmente la versalita Se hace así para evitar dudas y confusiones.
en los apellidos; → 16.27.2.2) y las lí- 3. El signo que debe utilizarse en este
neas se disponen en párrafo francés, es caso es la raya (—), no la raya doble (----- )
decir, sangrando todas las líneas menos la o cualquier otro signo de dimensiones su-
primera (véanse los ejemplos anteriores) periores.
(→ 13.4.1.3). 4. En este oficio, la raya nunca debe en-
2. Cuando de un autor se cita más de cabezar página o columna; si la situación se
una obra, en la segunda y siguientes fichas presenta, es necesario sustituir el signo por
bibliográficas se sustituyen los apellidos y el nombre al que sustituye (→ 16.28.1.2).
el prenombre por una raya (—), seguido 5. Normalmente, cuando se cambia de
de un blanco fijo de un cuarto de cuadra- letra (es decir, cuando se pasa de la a a la
tín o similar. Esta raya debe alinear por la b, de la b a la c, etcétera), al comienzo de
izquierda con la primera letra del primer la siguiente se coloca una línea de blanco.
apellido; o sea, que no debe ir precedida de También se dan otras soluciones, como
ningún blanco; después de la raya no se co- colocar en su lugar correspondiente la letra
loca en ningún caso la puntuación que lleve que indica el cambio alfabético: A, B, C...,
el nombre del autor sustituido por la raya. o bien una línea de blanco solamente, pero
Si tras mencionar todas las obras del autor poniendo con negrita la primera letra de la
aparece alguna en la que este colabora, primera palabra con que empieza cada una
como primer autor, con otro u otros, se si- (esta última solución es innecesaria; basta
túa posteriormente (no importa aquí con la línea de blanco).
el orden cronológico), y en este caso
sus apellidos y prenombre se sustituyen 16.27.3. Bibliografías de capítulos en
también por una raya, pero se añaden libros o trabajos en publicaciones periódi-
a continuación, empezando por el pre- cas. Se presentan como las bibliografías de
nombre (no por el apellido), los nombres libros, pero con algunas salvedades, como
de los demás autores o los nuevos da- las siguientes.
tos: 1. El título del capítulo o trabajo se en-
512 16.27.3. BIBLIOGRAFÍAS DE CAPÍTULOS EN LIBROS O TRABAJOS EN PUBLICACIONES
cierra entre comillas latinas y el del libro o fía no es indiferente, como dice. En efecto,
publicación se escribe de cursiva: si se ha convenido universalmente que los
títulos de publicaciones se escriban de cur-
Palmer , Frank: «La lingüística estructural», siva (→ 14.1.7.2.1-4; 14.1.7.2.1-5) y los
en Teoría gramatical, Barcelona: Penínsu- de partes de un todo (libro, publicación,
la, 1975, 173-217. etcétera) con comillas (→ 14.1.7.1.2-1;
López Montoto , Gregorio: «Se deben evi- 14.1.7.1.2-2), es obvio que solo esta puede
tar las fricciones», El País (Barcelona) ser la solución. No parecería lógico escribir
(21/11/82), 13.
Rodríguez González , Félix: «Variaciones
en el texto Revista de Filología, como es
fonotácticas en siglas: condicionamientos norma, y en la ficha bibliográfica «Revista
lingüísticos y sociolingüísticos», Revis- de Filología», como tampoco sería lógico
ta Española de Lingüística, 12, núm. 2 escribir en el texto «Idioma y dialecto» y en
(1982), 357-374. la ficha Idioma y dialecto. Grafiar el título
del capítulo o del trabajo de redondo y sin
Esta es, en cada caso, la grafía más unl- diacríticos tampoco parece criterio acep-
versalizada y la recomendada por el mla table, pese a que lo sigan algunos autores
Handbook (1977: 113). Sin embargo, en anglosajones (no los que siguen a la mla ,
algunas obras extranjeras (incluso norte- como se ha visto antes).
americanas, que suelen seguir, en general, 2. Cuando la bibliografía es de trabajos
el criterio de la mla , al menos en el campo en libros, después del título del trabajo (al
de las humanidades) se observa un apar- que sigue coma) se escribe en:
tamiento de esta norma en el hecho de
escribir el título del artículo sin comillas y López Piñero , José María: «La iatroquímica
de redondo (es decir, sin diacríticos); opino de la segunda mitad del siglo xvii », en Pe-
que es un mal criterio, y que la norma de dro Laín Entralgo (dir.): Historia universal
de la medicina, vol. iv, Barcelona: Salvat,
la mla , que desde hace tiempo se sigue en 1975, 279-295.
España, es muy acertada. Sin embargo, no Martínez de Sousa , José: «El futuro del li-
es poca la confusión que aún subsiste entre bro», en Pequeña historia del libro, Gijón:
algunas personas a la hora de redactar Trea, 1999,211.
una ficha bibliográfica de este tipo. Por
ejemplo, Fernández Castillo (1959: 18) re- Ciertas normas dicen que la preposición
comendaba que tanto el título del capítulo en ha de quedar destacada, motivo por
o del trabajo como el de la obra o publi- el cual algunos tienden a escribirla de
cación se escribieran de cursiva: ‘Idioma cursiva; ciertamente, no es necesario, si se
y dialecto, en Revista de Filología’. Es un tiene en cuenta que está precedida de un
criterio erróneo, puesto que necesariamen- título encerrado entre comillas y seguido
te ha de distinguirse la parte y el todo, lo de otro escrito de cursiva, con lo que se
que no se consigue utilizando el mismo destaca netamente aun escrita de redondo.
diacrítico (la cursiva) para ambos. Casares Por esta razón, tampoco parece necesario
(en la misma obra, 75) dice: «Se ha de hacerla seguir de dos puntos (en:). En otros
distinguir tipográficamente el nombre del idiomas se usa en latín, in; aunque pare-
artículo del nombre del periódico o revista. ce grafía internacional, en español se usa
Caben dos soluciones, ambas muy usuales más en.
e igualmente aceptables: Idioma y dialecto 3. Cuando la bibliografía es de trabajos
en “Revista de Filología” o “Idioma y dia- en periódicos o revistas, la preposición en
lecto” en Revista de Filología. Escribir el se omite en todos los casos:
nombre del artículo y el de la revista en
cursiva no parece recomendable». Cierto; Rosenblat , Ángel: «El futuro de la lengua»,
pero tampoco es recomendable seguir el Revista de Occidente (Madrid), 56 y 57
primer ejemplo de Casares, porque la gra- (1967), 155-192, p. 164.
16.27.3. BIBLIOGRAFÍAS DE CAPÍTULOS EN LIBROS O TRABAJOS EN PUBLICACIONES 513
ventados). Hay otras variantes posibles, no es así (como en el caso que ejemplifica-
evidentemente, pero debería admitirse el mos), con dar el tomo hay suficiente, pues
modelo aquí explicado, ya unlversalizado no ofrece problema para la identificación
en grado apreciable, para normalizar este de la entrega.
aspecto del trabajo científico. Otro proble-
ma importante es el de la cita del volumen, 16.28. Los índices alfabéticos. Presen-
del tomo o del cuaderno; por ejemplo, el tan las materias por el orden de las letras
Boletín de la Real Academia Española uti- en el alfabeto. Pueden ser de materias y
liza el sistema tomo/cuaderno, con nume- onomásticos.
raciones distintas, como es lógico (puesto
que cuaderno es la unidad menor en este 16.28.1. índice de materias. También
caso, su numeración es mayor que la del llamado índice temático e índice analíti-
tomo). El problema estriba en saber cuál de co, es el que recoge por orden alfabético
las dos unidades debe utilizarse, o si deben los nombres de las materias, temas o con-
utilizarse las dos. Tal como recomienda ceptos que aparecen mencionados en una
Polo (l. cit., 467), lo mejor es elegir la uni- obra o trabajo.
dad mayor, el tomo en este caso (en otros
será el volumen), por cuanto los tomos 16.28.1.1. Generalidades . 1. El sin-
tienen numeración correlativa a lo largo de tagma índice de materias es discutido;
todos sus cuadernos. Tomemos, por ejem- para algunos, este índice es el de con-
plo, el tomo xliv , cuaderno CLxxiii, en el tenido (→ 16.10); otros (por ejemplo, la
que aparece un trabajo de Julio Palacios; Academia) lo llaman índice alfabético de
puesto que la numeración es correlativa a materias (v. Esbozo, 1973: 561), lo cual,
lo largo de todo el tomo, y los cuadernos en el sentido en que lo entiendo, es una
carecen de numeración autónoma (en otros redundancia, pues si se compone solo de
casos la llevan, con la del tomo o volumen), entradas de materias, es necesariamente
tomaremos la numeración del tomo, que es alfabético (un índice de materias que no
suficiente: fuera alfabético sería sistemático). Por otro
lado, puede convenirse en que los títulos y
Palacios , Julio: «Los neologismos en la subtítulos que componen el índice de con-
ciencia y en la técnica», brae , 44 (1964), tenido son materias, pero, obviamente, no
421-424. son todas las materias que aparecen en una
obra o trabajo. Por consiguiente, opino
Queda aún otro problema: ¿qué se hace que el sintagma índice de materias debería
con el sistema de numeración, que unos aplicarse exclusivamente al alfabético, no
dan en romanas y otros en arábigas? Por al de contenido. No obstante, para los ca-
supuesto, pueden copiarse tal cual las sos en que a aquel se lo haya llamado así, al
ofrezca la publicación, pero, dado que el alfabético se le puede llamar índice temáti-
sistema de numeración romana es engorro- co o índice analítico, sin problemas; índice
so y lo deseable es que deje de utilizarse, alfabético es menos adecuado, pues indica
puede traducirse al sistema arábigo, como el modo de presentación, pero no especifi-
se ha hecho en el ejemplo anterior: xLiv = ca el contenido; solo sería aceptable cuan-
44. Otros acostumbran dar el volumen o do a las materias se unen los antropónimos
tomo en romanas y el número de la en- y topónimos (→ 16.28.1.3).
trega (cuaderno en este caso) en arábigas 2. En el índice de materias hay que con-
(aunque la Academia utiliza romanas en siderar sus componentes, que pueden ser:
ambos casos): ‘brae , xliv , núm. 173’. Sin
embargo, lo más general es dar, junto con a) entrada: la voz que se toma del texto
el volumen o tomo, el número de la entrega para hacerla constar en el índice; por
cuando esta lleva foliación propia; cuando ejemplo, análisis;
16.28.1.2. GRAFÍA DE LOS ÍNDICES DE MATERIAS 515
b) subentrada: constituida por la entra- para separar entre sí los folios mencionados
da más un adjetivo o sustantivo (es cuando son más de uno, parece que entre la
decir, es siempre un sintagma); por entrada o subentrada y la localización debe
ejemplo, análisis cualitativo; haber un signo más neto; por ejemplo, los
c) localización: páginas donde se en- dos puntos:
cuentra.
letra, 25, 47, 163 (grafía actual)
3. Cuando el orden normal de ex- letra: 25, 47, 163 (grafía propuesta).
posición en las subentradas se invierte (es
decir, se antepone la parte que se halla en Para comprender la propiedad de los dos
segundo o posterior lugar en el sintagma), puntos, considérese el hecho de que la
la frontera de inversión debe indicarse entrada podría enunciarse así: «La palabra
mediante coma en el lugar de inversión y letra aparece mencionada en las siguientes
mayúscula en la palabra subsiguiente, que páginas: 25, 47, 163», donde se ve que los
es la primera del sintagma; por ejemplo, el dos puntos son el signo adecuado.
sintagma 3. Cuando una entrada o subentrada se
repite debajo de otra exactamente igual,
enfermedad de Hodgkin cada palabra significativa igual a la ante-
rior se sustituye por una raya (—), salvo
puede entrar así (entrada directa), o así: que se trate de una entrada indirecta
(→ 16.28.1.1-3), caso en el cual el segundo
Hodgkin, Enfermedad de elemento no se sustituye aunque se repita
(→ 16.27.2.4-2). Las palabras accesorias
(entrada indirecta), y en este caso la coma (artículos, preposiciones y conjunciones)
que sigue a Hodgkin y la mayúscula en que se hallen entre los términos sustituidos
enfermedad son diacríticos indicadores de ni se sustituyen por raya ni se hacen cons-
que para reconstruir el sintagma debe em- tar, salvo los que están inmediatamente
pezarse por la voz que lleva mayúscula tras después de la raya. Véase seguidamente
coma. Si en vez de esa grafía se utilizara un ejemplo con varias soluciones y dispo-
esta otra: siciones:
Hodgkin, enfermedad de a) letra: 25, 47, 163
b) — de albalaes: 37, 63, 84
no quedaría claro si se trata de voces yux- c) — bastarda: 46, 77
tapuestas, como cuando escribimos d) — — Diseño de la: 89
e) — Diseño de la: 89-93
período, periodo f) — de privilegios: 67
g) — — Historia de la: 92
o de un término que hay que reconstruir. h) letras tipográficas: 32-43, 56, 79
i) — — Estudio de las: 63 n.
16.28.1.2. Grafía de los índices de j) — — Historia de las: 63 y n.
k) — voladitas, Empleo de las: 65.
materias . 1. Las voces de entrada se es-
criben con minúscula inicial, salvo que se
trate de nombres propios. Si se trata de un En estos ejemplos pueden observarse las
antropónimo, se escriben con versalitas los siguientes soluciones a situaciones posibles:
apellidos de los autores citados, de cursiva
los títulos de obras de creación y de redon- a) entrada;
do el resto de los datos (→ 14.1.6.2.1-7). b, c, f, k) subentradas;
2. Entre la entrada o subentrada y la e) entrada con frontera de inversión;
localización suele ponerse coma, pero dado d, g, i, j, k) subentradas con frontera de
que este signo es el que se emplea asimismo inversión;
516 16.28.1.2. GRAFÍA DE LOS ÍNDICES DE MATERIAS
veces se presenta en una forma que es mez- gún que se refieran a personas o a lugares.
cla de índice temático e índice ideológico, y Si se disponen aisladamente (es decir, no
en este caso, aun sin utilizar las rayas (—), mezclados con las materias; → 16.28.1.3),
puede darse la entrada invertida, caso en el los antropónimos pueden grafiarse con
cual la inversión se indica con mayúscula versalitas (con sus mayúsculas) y los to-
en la frontera de inversión. pónimos con minúsculas (con sus mayús-
culas), o ambos con minúsculas (con sus
16.28.1.3. Mezcla de índicede ma - mayúsculas). No obstante, lo más general
terias y onomástico . A veces, entre es mezclarlos con las materias, y en este
las materias que constituyen estos índi- caso las grafías preferibles, por motivos de
ces se mezclan nombres de personas (an- claridad y distinción, son las indicadas en el
tropónimos), títulos de obras y nombres de párrafo 16.28.1.3.
lugares (topónimos), y aun otras denomi-
naciones (→ 16.28.1.1-1). En estos casos 16.28.3. índice cronológico. Se llama
conviene hacer una distinción tipográfica, así o, más comúnmente, cronología a la
que puede ser así: lista de fechas seguidas de texto, general-
mente breve, que explica una efemérides
— antropónimos: versalitas (iniciales ma- histórica por orden cronológico.
yúsculas);
— topónimos: redondo minúsculas (ini-
ciales mayúsculas); 16.28.3.1. Grafía del índice crono -
— obras de creación: cursiva minúscula lógico . Las fechas suelen componerse con
(con sus mayúsculas); negritas, seguidas de un espacio de medio
— materias: redondo minúsculas. cuadratín, y el texto, de redondo, se dis-
pone a la francesa (→ 13.4.1.3), salvando
Ejemplos: el espacio ocupado por la fecha y el medio
cuadratín:
Acta Diurna: 2, 387, 482
Actualidad Económica: 513 1443. Enrique de Villena publica El arte de
Addison : 158 trovar.
Adolfo de Nassau : 243 1492. Nebrija publica la primera gramática
América anglosajona: 456 de la historia: Gramática de la lengua
— latina: 234-257 castellana, en Salamanca.
periodismo: 345-432 1517. Aparece Reglas de Orthographia en la
— amarillo: 345 lengua castellana, de Nebrija, editada
Periódico de las Damas, El: 427 en Alcalá.
pna (Pars News Agency): 43 1629. Se funda en París la Academia Fran-
cesa, oficializada por el rey Luis XIII
A veces hay variantes gráficas, como poner en 1635.
de versalitas los nombres de los autores tra-
tadistas de la materia en cuestión y con mi- Suelen componerse con cuerpo al menos
núsculas otros antropónimos de personajes dos puntos menor que el general del texto,
no utores o que no son tratadistas de esa y se disponen a una o más columnas. Es
materia concreta. Cualquier variante puede frecuente la disposición en forma de cua-
ser aceptable con tal de que sea coherente. dro, con una cabecera dividida en partes
(por ejemplo, Política, Hechos militares,
16.28.2. Índices onomásticos . Son Religión, Cultura, Sociedad, etcétera). En
los que alfabetizan nombres propios. Pue- estos casos se siguen las normas generales
den ser antroponímicos o toponímicos, se- de los cuadros (→ 16.14).
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cera parte del libro segundo recoge un total Zevallos , B. A. de: Libro histórico y moral
de 208 obras sobre tema ortográfico, desde sobre origen y excelencias del arte de leer,
1423 hasta 1891: ed. facs., 3 vols., Madrid: escrivir, y contar y su enseñança, Madrid,
Atlas, 1979. 1692.
índice alfabético
errores frecuentes en la escritu- escritura de las letras del alfa- escritura públicas: 278
ra de la z: 97 beto español: 54 éselese: 165
— — — del apóstrofo: 306 — de las letras: 480 espaciado de las columnas: 417
— — — del punto: 308 — de las siglas: 214, 215 — de las letras: 414
— — — por adición de signos — de los abreviamientos: 204 — de las líneas: 416
innecesarios: 42 — de los apellidos: 255 — de las mayúsculas: 415
— — — — de signos: 42 — de los apodos: 261 — de las palabras: 416
— — — por omisión de sig- — de los cognomentos: 260 — de los párrafos: 416
nos: 42 — de los corchetes: 349 espaciar: 415
— por supresión de signos: 42 — de los criptónimos: 202 espacio de pelo: 414
— por sustitución de signos: — de los dos puntos: 324 — de punto: 414
42 — de los espíritus: 302 — fijo: 209
— por trasposición de signos: — de los exónimos: 263 — fino: 414
42 — de los grados: 278 — grueso: 414
— por ultracorrección: 42 — de los grupos sanguíneos: — mediano: 414
es más: 311 281 espacios: 371, 414
escala Celsius: 279 — de los números cardinales: Espartaco/Espártaco: 255
— Fahrenheit: 279 270 Espinás, Josep M.: 390, 395
escalera: 417 — — ordinales: 284 espíritus: 302
escritura: 44, 45, 47 — — partitivos: 286 Espronceda, José de: 167
— de abreviaturas: 194 — — proporcionales: 287 esquemas: 471
— en otros idiomas: 304 — — romanos: 289 establecimientos: 237
— de la b: 56 — de los porcentajes: 280 éste/este: 165
— de la barra: 359 — de los prenombres: 252 Esteve Serrano, Abraham: 32,
— de la c: 59 — de los puntos encorcheta- 56, 63, 65, 68, 70, 72, 76,
— de la ç: 380 dos: 373 77, 79, 83, 86, 91, 92, 94,
— de la coma: 310 — — suspensivos: 327 99, 101, 121, 136, 379
— de la d: 61 — de los seudónimos: 261 Estienne: 36, 401
— de la diéresis: 303 — de los signos: 208, 297, 480 estilo de transición: 420
— de la e: 62 — de los símbolos: 205 estilos artísticos: 244
— de la ele germinada: 380 — — de grados: 206 esto es: 324, 326
— de la exclamación: 330 — — de los elementos quími- esto, eso, aquello: 167
— de la h: 70 cos: 206 et: 378
— de la i: 72 — — de puntos cardinales: etc.: 198
— de la interrogación: 332 208 etcétera: 198, 201, 314, 327,
— de la 73 — — del sistema internacional 378
— de la k: 75 de unidades (SI): 205 etimología: 31, 32, 34, 37, 45
— de la l; 76 — del apóstrofo: 306 — como fundamento de la or-
— de la llave: 351 — del asterisco: 376 tografía: 34
— de la m: 77 — del dígrafo ch: 100 exabrupto/ex abrupto: 293
— de la pleca doble: 360 — del fonema /i/: 95 excepciones: 40
— de la q: 83 — del grafema r: 84 exclamación: 329, 342, 388
— de la raya: 352 — del grupo ps-: 82 exónimos: 46, 263
— de la s: 86 — — st: 87 exotismo ortográfico: 46
— de la u; 89 — del igual: 372 experimentalismo puntuario:
— de la v: 89 — del índice de contenido: 457 395
— de la versalita: 423 — del paréntesis: 344 exposiciones: 237
— de la w. 90 — del punto: 308 expresiones con decimales: 273
— de la x: 91 — — y coma: 323 extranjerismos: 43
— de la y: 95 — del signo párrafo: 376 — ortográficos: 44
— de la z: 97 — del sumario: 461
— de las cifras: 480 — del título: 489 f como coda final: 63
— de las citas: 461 — estilística: 45 Fábregues, F.: 126
— de las fechas: 276 — fonética: 44, 45 Fabro, Francisco: 229
— de las firmas: 467 escrituras arcaicas: 255 facturas: 278
— de las horas: 275 — exóticas: 46 -fagia: 180
ÍNDICE ALFABÉTICO 549
145, 182, 184, 302, 350, letra w: 90 López de Zuazo, Antonio: 378
368 — x: 90, 125 Lorenzo, Emilio: 38, 44, 156,
Le Bé II, Guillaume: 338 — y: 93 253
lectura de los números roma- — z: 96 Lourdes/Loúrdes/Lurdes: 254
nos: 289 letras: 51 Lozano Ribas, Miguel: 137,
— y puntuación: 393 — anchas: 435 155, 156, 236, 240, 249,
lema: 455, 456 — capitulares: 437 251, 259, 295, 296, 363
lemarios de diccionarios: 101 — compuestas: 98, 103 Lucio/Lucío: 254
lene: 135 — cursivas: 419 lugar de edición: 506
lengua escrita: 47 — dobles: 103 Luis de León, Fray: 112
— oral: 47 — estrechas: 435 Luxemburg, Rose: 257
Lenz, Rodolfo: 139 — finas: 421 Luxemburgo, Rosa: 257
letra a: 54 — inclinadas: 419
— b: 54 — iniciales: 437 m como coda final: 78
— c: 59 — ligadas: 381 Macrí, Oreste: 67, 68, 83, 98,
— cursiva: 427 — negras: 421 99, 158, 162, 195, 301,306
— — inversa: 427 — normales: 419 macroestructura textual: 388
— d: 61,84 — normales: 438 macron: 299, 302
— de Didot: 420 — numerales romanas: 287 macrotopónimos: 262
— de transición: 420 — redondas: 419 Madariaga, Pedro de: 99
— doble: 98 — titulares: 438 magnitudes: 271
— e: 62 lexicalización de las siglas: 218 Malaret, Augusto: 135, 136,
— egipcia: 420 leyes: 243, 271, 278, 282 148, 174, 176
— elzeviriana: 420 libros cuyo título encierra su Mallo, Jerónimo: 144, 155
— f:63 contenido: 241 manecilla: 378
— g:63 límite silábico: 107 -mano/-'mano: 177
— h: 67 línea: 414 manuales de estilo: 400, 401
— i: 72 — huérfana: 409 Manuzio, Aldo: 36, 388, 401,
— inclinada inversa: 428 — sangrada: 409 420, 427
— j;72 — viuda: 409 Mañero, Salvador: 41
— k: 75 líneas: 408 Marcos Marín, Francisco: 369
— l: 76 — abiertas: 417 Mariemma: 77
— m: 77, 84 — apretadas: 417 marmosete: 408
— minúscula: 422 — blancas: 408 Martín Vivaldi, G.: 345
— negrita: 421 — de blanco: 408 Martín, Euniciano: 359
— normal: 421, 435, 436 lingotes: 414 Martínez Amador, Emilio M.:
— o: 80 -tisis: 182 194, 195, 197, 318, 349,
— oblicua: 428 lista de abreviaciones: 456 380
— ortográfica: 51 — de cuadros: 456 Martínez de Campos, Carlos:
— p: 81 — de personajes: 484 212, 221
— paloseco: 420 listas alfabetizadas: 101 Martínez de Sousa, José: 44,
— q: 82 -tito: 182 47, 99, 102, 126, 171, 188,
— r: 83 ll como coda silábica: 102 223, 244, 255, 338, 342,
— redonda: 424, 425 ll: 37, 84 359,418, 437
— romana antigua: 420 llamada: 471 Martínez Lacalle, Jacinto: 95,
— — moderna llamadas de nota: 482 163
— s: 86 llave: 349 Martínez Sicluna, V.: 126, 127,
— seudocursiva: 427, 428 — de apertura: 349 128, 129, 155, 341, 342,
— seudoversalita: 422 — de cierre: 349 349, 433
— subíndice: 436 llaves en conjunción con la mas: 323
— t: 88 cursiva: 351 más aún: 311
— tipográfica: 418 — sistemáticas: 350 más/mas: 163
— u: 89 -logia: 182 Maxencio/Majencio: 91
— v: 89 Lope de Vega, Félix: 112 mayúscula de proximidad: 245
— versalita: 422 López de Velasco, Juan: 32, — diacrítica: 244
— voladita: 435 36, 37 — diferencial: 244
552 ÍNDICE ALFABÉTICO
párrafo moderno: 411 postura ante la sigla: 212 punto y coma: 323, 342
— ordinario: 410, 411, 478 Práxedes/Prájedes: 91 — y cuadratín: 308
párrafos: 282 precios: 271 — y final: 307
partes de la ortografía: 35 precomponente: 116 — y raya: 308
— de la sílaba: 107 prenombre: 252 — y seguido: 308
— de las obras teatrales: 484 — + apellido: 448 puntos de los dados: 273
— del título: 489 prenombres compuestos: 255 — encorchetados: 350, 372
partición de fórmulas quími- — españoles: 252 — suspensivos: 326
cas: 484 — extranjeros: 253 — — en conjunción con otros
— de las fórmulas: 482 presentación: 456 signos: 328
pausas: 389 — de las bibliografías: 508 puntuación: 385, 492
pentagrama: 214 — tipográfica: 509 — básica: 392
Pérez de Ayala, Ramón: 199 principio de exclamación: 329 — de las cantidades: 281
Pérez Galdós, Benito: 167, 210 — de interrogación: 332 — de las fórmulas: 482
período académico: 37 problemas de la puntuación — de los datos bibliográficos:
— anárquico: 36 estilística: 395 509
— de confusión: 36 — de la puntuación prosódica: — de palabras: 466
— fonético: 35 392 — estilística: 392
períodos geológicos: 239 — de la puntuación: 392 — funcional: 392
pero: 313, 323 — semántica: 393 — gramatical: 392
ph: 70, 99 — relacionados con las siglas: — neutra: 392
pie: 469 210 — prosódica: 392
— de lámpara: 408 prólogo: 456 — semántica: 392
— editorial: 506 prólogos de las obras teatrales: — suelta: 392
-plastia: 183 484 — trabada: 392
pleca: 359, 361, 407 pronombres aplicados a Dios o puzzle: 98
— doble: 352, 359, 361 a la Virgen: 242
pliego de principios: 456 pronunciación: 32, 37 qué/que: 163
plural de las siglas: 217 — como fundamento de la or- quehacer/que hacer/qué hacer:
— en abreviaturas convencio- tografía: 32 294
nales: 196 prosa: 415 Quevedo, Francisco de: 34
— en abreviaturas regulares: -ptero: 183 quién/quien: 164
196 publicaciones periódicas: 271 quienquiera/quien quiera: 294
— en las abreviaturas: 196 Puente, Francisco: 37 Quilis, Antonio: 67, 71
-podo: 183 pues bien: 311 quintaesencia/quinta esencia:
poesía: 271, 273, 477 Pujol, Josep M.: 338, 434 294
poesías compuestas en línea: punto: 307, 342, 388 Quintiliano: 32, 37
480 — (y) aparte: 307
— en notas: 480 — (y) seguido: 307 Ragucci, Rodolfo María: 95,
policía: 243 — abreviativo: 191, 194, 308 113, 137, 144, 156, 158,
Polo, José: 35, 41, 47, 118, — acápite: 308 162, 171, 177, 185, 259
126, 228, 296, 303, 307, — alto: 372 Ramón y Cajal, Santiago: 212,
319, 325, 349, 362, 363, punto aparte: 308 257
373, 385, 391, 395, 463 — como elemento de otros sig- Ramos Martínez, R.: 118, 123,
por ciento: 280 nos: 309 124, 126, 127, 129, 197,
por ejemplo: 324 — cuadrado: 388 212, 319, 329, 338, 341,
por mil: 280 — de partida de la atildación: 342, 391, 433
porcentajes: 271 134 raya: 308, 351, 352
porque/por que: 294 — decimal: 281, 319 — en conjunción con otros sig-
porqué/por qué: 294 — en conjunción con otros sig- nos: 358
porqué/porque: 167 nos: 309 recursos diacríticos tipográfi-
portada: 453 — final: 307, 308 cos: 418
portadilla: 453 — redondo: 307, 388 referencias bibliográficas: 476
pos-: 88 — seguido: 308 reglas: 40
poscomponente: 116 — suprascrito: 303 — de numeración romana:
post-: 85, 88, 119 — y aparte: 308 288
ÍNDICE ALFABÉTICO 555
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TREA José Martínez de Sou sa
del esp añ ol actua l
OOTEA 3