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INTRODUCCIÓN

Kierkegaard dijo que “la ansiedad es el riesgo de la libertad… Aquel que aprende a vivir
con la ansiedad de manera adecuada, ha aprendido lo último”.
Martín Heidegger creía que era un síntoma natural de cualquiera que vive una vida
auténtica, ser consciente de su propia mortalidad y así vivir con propósitos y convicción.
LA ANSIEDAD: INDICADOR DE QUE ALGO NECESITA SER ABORDADO
Los seres humano gozamos de una individualidad que nos permite pensar, percibir,
conceptualizar, significar, valorar, entre otras, de manera distinta a los demás, cada ser
humano es único y por ende su percepción de la vida y las circunstancias o situaciones que
lo rodea también es única. Cada persona dependiendo de las experiencias vividas y su
relación con ellas, va dando un valor a cada aspecto de su vida y a medida que avanza
hacia adelante y enfrenta el futuro suscita en él una experiencia que se hace inherente al
sentir una amenaza en lo que puede o no ser. Esta experiencia llamada Ansiedad que
según May (1963. P. 35) la define como: “el medio que se vale la naturaleza, para
indicarnos que es necesario resolver un problema, es la señal para reunir nuestras reservas
y presentar batallas a lo que nos amenaza”.
Es lo que está al frente lo que nos aterra, lo que no está dicho ni hecho y
dependiendo de las expectativas que tenemos de cada área de nuestra vida, lo que hemos
escrito en prospecto en nuestro proyecto de vida, así se genera nuestra ansiedad
esperando a que se cumpla o no, por esto se hace necesario que revisemos nuestras
expectativas, tal vez esperamos demasiado o nos hemos hecho ilusiones exageradas que
más adelante se convertirán en frustraciones, se vale ser visionario, se vale soñar, se vale
volar en la imaginación, pero con los pies en la tierra, conscientes de lo que tenemos y
somos, para así no estrellarnos, para que esa experiencia de la ansiedad no pase a ser
neurótica ni patológica, sino un viaje tal vez con un poco de angustias y zozobras, pero en
confianza de lograr lo que esperamos, así sí nos arriesgaremos cada vez más, seremos
arrojados, pero racionalmente.
Teniendo en cuenta todo esto, como seres humanos y conscientes de que la
ansiedad es inherente a nosotros, que nos acompaña en cada decisión de la vida, desde
que despertamos hasta dormir estamos tomando decisiones y tenemos cosas pendientes
que hacer y enfrentar, se hace necesarios que hagamos una introspección de nuestras
expectativas, lo que esperamos, lo que queremos y también de nuestra percepción, esa
forma de interpretar la vida y sus situaciones, esa valoración que le damos a cada
circunstancia que vivimos, para así lograr que la ansiedad se convierta en nuestro código o
luz amarilla, indicándonos que ya podemos enfrentar lo que viene.
La ansiedad evitada o eliminada nos está negando la posibilidad de crecer, de
ampliar nuestro mundo, de existir realmente. Jean Paul Sartre argumentó que “somos
nuestra elección y que tenemos tanto las herramientas como la responsabilidad de crear
una existencia auténtica”.
La ansiedad puede ser nuestro aliado cuando la enfrentamos constructivamente y de
forma adversa se convertirá en nuestro enemigo.
CONCLUSIÓN
Concluyo que hay que reconocer que la ansiedad es parte de la vida, que debemos
aprender a interiorizarla y a saber manejar cada situación identificando qué está
produciendo la ansiedad y con valentía y arrojo enfrentarla; evadirla o ignorarla no es la
mejor salida, al igual la demanda o exigencia sigue ahí y hasta no resolverla estamos
negándonos al avance, a pasar a otro nivel. Si no queremos terminar medicados o con
una ansiedad patológica debemos comenzar por enfrentar la ansiedad normal, Rollo May
nos dice que la ansiedad neurótica es el resultado de no enfrentan la ansiedad normal, la
ansiedad neurótica en vez de hacerle frente a la represión la ayuda, desarrolla los
síntomas, y los mecanismos de defensa. Enfrentar constructivamente la ansiedad nos
libera.

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