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RETOS GERENCIALES DE LA MUJER DENTRO DE LA AVIACIÓN

MILITAR BOLIVARIANA

Franklin Darío González Chacón1-2, Egduin Gabriel Véliz Lovera1-2, Jhonny Jesús
Peñaloza Delgado2
Universidad de Carabobo, Campus La Morita1 / UNEFA, Sede Maracay2
fdarryo@gmail.com / egduinveliz@gmail.com / evjamde@gmail.com

Resumen

La presente investigación abarca la inclusión de las mujeres en cargos de poder y


responsabilidad en entidades militares, respondiendo en parte, a las transformaciones
que en la vida de la población femenina produjeron fenómenos tan variados como la
integración al mercado de trabajo, dando lugar a esta investigación que tiene como
objetivo general evaluar el talante de la mujer militar ante los retos gerenciales que le
impone la Aviación Militar Venezolana, desarrollado en el ámbito de la Base Aérea
Escuela “Mariscal Sucre”. En tal sentido, fueron desarrolladas teorías referentes a
liderazgo, liderazgo femenino y retos gerenciales de la mujer. Se enmarcó en una
investigación cuantitativa diseño no experimental, tipo de campo apoyado en una
revisión documental y nivel descriptivo. Se aplicó un censo poblacional conformado
por catorce (14) oficiales generales y superiores mujeres que laboran en la Base
Aérea objeto de estudio. Se emplearon las técnicas de observación directa y encuesta
y aplicando como instrumentos el registro de observación y el cuestionario tipo
Likert. Los datos recopilados se presentaron a través de cuadros de distribución de
frecuencia y gráficos circulares. En conclusión, la tendencia de la mujer militar va en
constante crecimiento, en reconocimiento al acceso a las oportunidades laborales
como educativas, con la especialización en carreras que se convierten en el soporte
del mundo competitivo, donde el conocimiento de calidad es el que prevalece. Se
recomienda establecer estudios sobre las competencias de la mujer gerente en el
ámbito militar con miras a fomentar que desarrolle mejor su profesión.

Introducción

La historia humana desde sus inicios estuvo marcada profundamente por el


patriarcado. En consecuencia, las culturas, civilizaciones y organizaciones lo han
sufrido de una forma o de otra, lo cual implica que a lo largo del tiempo esta
condición ha generado una estructura social y cultural asentada en el predominio
permanente de una parte de la población por razón de sexo. Esto ha supuesto la
consolidación de una concepción de las personas y de su función en la sociedad en
función de su género. Se ha provocado una división del trabajo, una separación de los
espacios, unas determinadas expectativas sobre habilidades, capacidades, destrezas

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entre otras, de acuerdo con el género al que se pertenece. Estos estereotipos tan
arraigados son muy difíciles de erradicar en las prácticas cotidianas y en la visión del
mundo y de la realidad que lo rodea. La situación actual muestra una perpetuación de
imágenes distorsionadas de la mujer que siguen marcando roles establecidos que
priorizan la responsabilidad de ésta en el ámbito doméstico frente al profesional.
En un contexto de profundas transformaciones sociales, la globalización de las
economías emergentes impone a la sociedad una serie de cambios al interior de las
instituciones. Este se relaciona con la emergencia de una identidad femenina, el papel
que ahora ella juega socialmente posibilita la conformación de una nueva identidad
en la cual se aprecia su incursión en todos los ámbitos sociales. Los avances que se
han dado en materia derechos y garantías sobre las mujeres son destacados aunque la
realidad es que estos han sido lentos y además al converger en América Latina
diversos contextos multiculturales y heterogéneos, la situación de la misma debe ser
vista considerando otras variables, al margen del sexo, como la etnia o raza, la clase
social, su situación de migrante o desplazada, entre otras. En ese sentido, en contextos
pluriétnicos, multiculturales y plurilingües la situación de rezago de la mujer es
mayor.
El efecto inmediato que se observa en la cultura moderna es inherente a los
nuevos roles generales en los que la mujer aparece ejerciendo el poder. Se trata, en
concreto, del papel que juega la mujer al interior de las organizaciones, ocupando los
puestos de toma de decisiones; es decir, ejecutando el poder que todavía en la
actualidad, de forma general, el imaginarlo colectivo asocia a los rasgos de la
identidad masculina. Según Keimer (2010:54) indica que:

Aunque la participación de las mujeres en altos cargos directivos y


gerenciales se ha incrementado en las últimas décadas, su participación en
la cima de la escala organizacional sigue siendo muy reducida; un
ejemplo de ello es que de las 500 empresas más grandes del mundo, solo
el 1 % son presididas por mujeres. Lo anterior guarda relación con los
salarios, pues de los ejecutivos mejor pagados en Estados Unidos apenas
el 6 % son mujeres y el 2 % llegan a ser presidentas ejecutivas. En
algunos países de la Unión Europea la situación mejora un poco, pero el

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fenómeno es similar; los altos cargos gerenciales son ocupados por
mujeres en un 11 % y llegan a presidir las empresas solo un 4 %.

En las últimas décadas, el ingreso de las mujeres al ámbito laboral ha tenido un


crecimiento acelerado; sin embargo, su ascenso en la escala corporativa ha mostrado
ser más lento. De acuerdo con los datos existentes a nivel global, la presidencia de las
compañías y la alta gerencia sigue estando a cargo principalmente de hombres,
situación evidentemente inequitativa, si se consideran las actuales condiciones de las
mujeres a nivel educativo y social. Este fenómeno aún no es suficientemente claro y
la explicación desde las capacidades vinculadas al sexo se agota a sí misma, el asunto
parece estar más relacionado con variables psicológicas, sociales y culturales que
deben ser estudiadas a profundidad desde diversos métodos de análisis para alcanzar
una mayor comprensión de la situación e intervenir favorablemente para promover la
equidad.
A esta realidad no escapa Venezuela donde actualmente existe un considerable
número de mujeres que realizan actividades hasta hace poco tiempo consideradas
como exclusivas de los hombres. Se trata, principalmente, de las funciones de
liderazgo y dirección ejercidas en los distintos espacios sociales; es decir, actividades
que llevan implícito el ejercicio del poder y el prestigio social, y por tanto,
generalmente, características asociadas al género masculino. De tal forma que la
irrupción de las mujeres en estos espacios de poder se circunscribe al contexto de las
transformaciones económicas, políticas y socioculturales de una sociedad que
paulatinamente se incorpora a la modernidad.
Cabe destacar, que la incorporación de la mujer a la vida militar ha producido
cambios en los paradigmas organizacionales. Si bien es un hecho positivo, es claro
que no fue una necesidad militar. Es el producto del proceso cultural, dado por las
exigencias sociales y políticas. Además Romero (2010:89) expone que:

Es así como paulatinamente la mujer se ha ido integrando a las fuerzas


armadas, progresando, y realizando un valioso aporte. Uno de los cambios
más importantes que ha producido su inserción, es que ha obligado
transformar los tradicionales códigos de conductas típicamente
masculinos.

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Existen socializaciones diferentes, experiencias e incluso determinados rasgos
de carácter y personalidad, también diferencias que hacen pensar en la existencia de
formas distintas de ejercer el poder según el sexo. Se cree que el liderazgo de las
mujeres resulta más interactivo, de mayor estímulo a la participación y menos
agresivo. Según Andeger (2010:54) indica que “las mujeres han sido vinculadas
histórica y culturalmente con valores como los de amabilidad, compasión y
sensibilidad hacia las necesidades de los demás”. Estas cualidades confluyen en un
liderazgo más participativo y abierto al diálogo. Se vislumbra así un liderazgo militar
cuasi-democrático, donde combina el saber escuchar a la gente, la empatía y al mismo
tiempo, tener la capacidad necesaria para tomar decisiones con firmeza.
Así es como en la actualidad puede decirse que la mujer corre con ventaja dada
su sensibilidad innata, ya que poseen una disposición natural para dirigir, coordinar el
trabajo, sacar lo mejor de cada subordinado y lograr objetivos concretos, rompiendo
las barreras sociales y generando una igualdad real de oportunidades, mayor número
de mujeres, podrán aportar su talento y creatividad con consecuencias directas en el
crecimiento de la institución y el bienestar de su personal. Para ello deberán tomar
conciencia de sus dificultades y de su propio estilo de liderazgo.
En este sentido, el feminismo ha dinamizado valores y normas culturales que
limitaban la condición de persona a las mujeres, posibilitando socialmente la
conformación de nuevas identidades femeninas basadas en el valor de su autonomía
moral e intelectual; es decir, en la autodeterminación de sus proyectos de vida, en
cierto sentido, oponiéndose a un destino predeterminado por roles dependientes,
madre y esposa, abrió el campo subjetivo de elecciones de las mujeres en diversos
ámbitos y roles sociales.
Se considera que la incorporación de la mujer en el contexto militar como
sujeto de derechos políticos y en lo económico, no produce de por sí
transformaciones culturales acerca del estereotipo de femineidad dominante. Es
necesario, reflexionar cómo estos cambios han sido mediados por las
transformaciones ocurridas en las subjetividades colectivas sobre las percepciones de
las posiciones y roles de la mujer, en la transición de una sociedad tradicional a una

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moderna. De esta manera, el proceso de modernización se expresa en el terreno de la
cultura genérica a partir de una nueva identidad femenina que se nutre de la
experiencia de los propios sujetos. Al respecto Laurentis (2010:59) opina la
experiencia es “un complejo de hábitos resultantes de la interacción con el mundo
externo”. En esa medida habrá de esperarse una gran variedad de matices en la
conformación de las identidades femeninas.
Sin embargo, la mujer a través del tiempo ha roto diversos paradigmas, entre
ellos en el campo profesional al estar incorporándose en labores que se consideraban
hasta hace poco exclusivamente de los hombres, como es el campo militar ya que son
muchas las femeninas que están en la vida militar, Venezuela es uno de los países que
ha aceptado con buena vista dicha situación pues en todo el componente de la Fuerza
Armada Nacional Bolivariana se ven con agrado a las mujeres e incluso ya se tuvo la
Primera Mujer en el cargo de Ministra de la Defensa lo que ha abierto una brecha en
cuanto al liderazgo femenino.
Una de las principales problemáticas que enfrentan las mujeres en el ámbito
gerencial dentro de la Aviación Militar Bolivariana, desarrollada en la Base Aérea
Escuela “Mariscal Sucre” es la percepción del tiempo laboral, concibiéndose que a
mayor responsabilidad le corresponde mayor tiempo de dedicación al trabajo,
situación que no deja de ser real, y, además, coloca en desventaja a las mujeres,
principalmente, a las que tienen hijos lactantes o que comprendan las etapas de
infancia, niñez o adolescencia, en virtud de lo siguiente: En el imaginario colectivo,
está presente la idea de que las mujeres son las únicas responsables del cuidado de los
hijos. Por lo tanto, en la organización existe temor, contratando mujeres en edad
reproductiva, a su retiro temporal, la pérdida de tiempo dedicado a la empresa y/o la
separación definitiva. El grado de incertidumbre en la contratación y/o ascenso de
mujeres varía en relación al puesto y el tipo de decisiones que toman, así como por
los arreglos realizados por las mujeres con sus jefes inmediatos.
Se intentó determinar el perfil, características y desempeño de la mujer en la
gerencia como una dimensión para comprender cómo factores culturales, interactúan
indisociablemente con otros institucionales, para valorar el ejercicio de la mujer en

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posiciones y cargos de poder. Márquez (2011:74), señala:

…que si la cotidianidad de las mujeres gerentes está determinada por


estereotipos femeninos: avanzan más lentamente, se embarazan, tienen
que cuidar a los hijos, son más costosas para la empresa, entre otros, se
puede pensar que hombres y mujeres internalizan estos estereotipos y los
reproducen en sus estrategias profesionales y prácticas cotidianas,
limitando o ampliando de esta forma su rango de acción.

Se encuentran entonces, con una diversidad de factores y presiones ante los


cuales las mujeres ejecutivas deben moldear sus estilos gerenciales y muy
especialmente sus estilos de vida e identidad. Esto se refiere no solamente al techo de
cristal, sino a niveles de salario y la posibilidad misma de ser contratadas en
posiciones de jerarquía, en contraste con los hombres. Además algunas veces por el
sexo femenino en el ámbito gerencial dentro de la Aviación Militar Bolivariana,
muchas son concebidas por el sexo masculino como que su capacidad formativa no es
igual, lo que se ha dado origen a su vez a la discriminación para ejecutar las labores
gerenciales.
Las madres dentro del contexto militar al igual que otras mujeres trabajadoras
tienden a establecer distintas redes sociales para el cuidado de los hijos. Pero con todo
y que las oficiales reciben mayores ingresos económicos y podrían tener resuelto el
cuidado de los hijos contratando personal, como es el caso de las niñeras, existe
mayor dificultad para combinar trabajo y maternidad, por las mismas exigencias de
tiempo laboral. Esta situación ha propiciado que las ejecutivas decidan replantear su
concepción sobre el amor maternal, lo que les permite elaborar distintas estrategias o
modificaciones en su proyecto de vida a lo largo de su ciclo vital.
Esto refleja que aún en la actualidad la cultura machista tiene una percepción
sobre la mujer como madre/esposa, que pesa sobre el rol de mujer como profesional,
situación que se comprueba en Venezuela ya que durante la historia de la Fuerza
Armada Nacional Bolivariana solamente ha existido una sola femenina que ascendió
al grado de Almirante en Jefe y luego Ministra de la Defensa, lo que demuestra que
hay demasiadas condiciones que han impedido que las mujeres asuman de igual
manera o por lo menos cierta proporción que los cargos y retos que asumen los

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hombre militares. Dentro de esta perspectiva, la investigación persiguió evaluar el
talante de la mujer militar ante los retos gerenciales que le impone la Aviación Militar
Bolivariana, desarrollado en el ámbito de la Base Aérea Escuela “Mariscal Sucre”,
teniendo como objetivos específicos: (a) Diagnosticar la praxis gerencial
desempeñada por la mujer militar en altos cargos dentro de la Base Aérea Escuela
“Mariscal Sucre”; (b) Establecer las competencias que debe poseer la mujer militar
como gerente en la Institución objeto de estudio y (c) Determinar el desempeño de las
militares gerentes con las exigencias requeridas por la institución castrense.
Esta investigación es importantes en virtud de que existen basamentos teóricos
que sustentan la instrumentación de políticas de talento humano que intenta superar
mecanismos informales basados en las percepciones subjetivas de la mujer que están
en puestos de decisión, como son: la lealtad, la pertenencia a grupos de poder, la clase
social y el género. La existencia de factores informales en la selección del mejor
candidato/a para desempeñar funciones gerenciales, remite a factores ideológico-
culturales sobre las preferencias de los empleadores, quienes consideran como
referente la clase social, la raza y el género.
Con la proyección sociocultural de la investigación se busca integrar los actores
fundamentales: hombres, mujeres y comunidad en el hecho institucional, y la
interacción dentro y fuera del ámbito de trabajo, donde los contenidos socioculturales
sean concebidos en forma global e integrada, que se considere la participación
completa y se fomente la construcción de los conocimientos mediante la acción
participativa. La relevancia en el énfasis que se hace con la investigación para generar
cambios en cuanto al tratamiento de la mujer con respecto a la equidad e igualdad de
oportunidades entre éstas y los hombres y, en general en la forma de entender esta
situación en los más diversos ámbitos de la vida social, económica, legal, política y
cultural.
Por otra parte la investigación está circunscrita a los objetivos de desarrollo
sostenible propuestos por la ONU, específicamente en el quinto inherente a la
igualdad de género y al décimo que corresponde a la reducción de las desigualdades.
Además, con la entrada en vigencia de la ley de igualdad de oportunidades para la

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mujer en el año 1999 se contemplan, un número de estrategias, acciones herramientas
cuya aplicación ha promovido el crecimiento personal y profesional de las mujeres en
diversos ámbitos incluyendo en la vida militar. De igual manera se circunscribe a la
Ley del Plan de la Patria en su Gran Objetivo Histórico N° 2 al “Continuar
construyendo el socialismo bolivariano del siglo XXI, en Venezuela, como
alternativa al sistema destructivo y salvaje del capitalismo y con ello asegurar “la
mayor suma de felicidad posible, la mayor suma de seguridad social y la mayor suma
de estabilidad política” para nuestro pueblo”, correlacionado al Objetivo Nacional
2.2, que persigue: “Construir una sociedad igualitaria y justa”, específicamente en el
Objetivo Estratégico 2.2.4, el cual busca: “Consolidar la equidad de género con
valores socialistas, garantizando y respetando los derechos de todos y todas, y la
diversidad social”.
Es precisamente la percepción de los empleadores sobre la función asignada
socialmente a las mujeres, la que puede limitar su carrera laboral debido a que la
maternidad, el trabajo doméstico y la educación de los hijos se ven y se usan como
excluyentes o incompatibles con las oportunidades para las mujeres en los distintos
ámbitos y niveles de acción que presenta la sociedad actual y futura. Estas posiciones
asumidas son consideradas parte del imaginario social que, en última instancia, limita
o promueve el acceso de las mujeres a los puestos en los que se ejerce el poder.
Se plantea entonces beneficiar en primera instancia, a la organización militar en
cuanto se logrará el fortalecimiento y fundamentación de la praxis institucional, lo
que va a generar una corresponsabilidad que promueva la eficiencia, eficacia y
productividad en la prestación de una adecuada atención que se ajuste a las
necesidades sentidas y reales.

Metodología

La investigación se enmarca en el paradigma cuantitativo, diseño no


experimental, tipo de campo, nivel descriptivo, apoyado en una revisión documental.
La población estuvo conformada por catorce (14) Oficiales entre Generalas y
Oficiales Superiores que ocupan cargos e comandantes, directoras o jefes de unidades

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militares ubicadas en la Base Aérea Escuela “Mariscal Sucre”, siendo de tipo censal
dada a sus características de finita, pequeña y de fácil acceso para los investigadores,.
Las técnicas de recolección de datos empleadas se ajustaron a la naturaleza de la
investigación, como lo fue la observación directa y la encuesta, por lo que los
instrumentos pertinentes fueron un registro de observación y un cuestionario de
alternativas múltiples tipo Likert, conformado por veintiún (21) ítems, con
alternativas de respuesta muy frecuentemente, frecuentemente, algunas veces, casi
nunca y nunca. Para determinar la validez de contenido, se solicitó el juicio de tres
expertos, un metodólogo, un especialista en gestión del talento humano y un
profesional militar con formación universitaria de post grado. Por otra parte, la
confiabilidad de los datos recopilados se determinó a través del cálculo del
coeficiente estadístico de Alfa de Cronbach. Finalmente las técnicas de análisis de los
datos se enmarcaron en las técnicas cualitativas y cualitativas mediante la estadística
descriptiva y fueron presentados en cuadros de distribución de frecuencia y gráficos
circulares.
Resultados

Figura 1. Recompensas por el desempeño gerencial. Generalmente no se incentiva


a la mujer militar venezolana por el buen desempeño realizado en su ámbito gerencial.

Figura 2. Control de emociones ante situaciones de provocación. La mujer militar


venezolana reacciona negativamente ante situaciones que le afecten personalmente.

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Figura 3. Desigualdad de género en la asignación de funciones gerenciales en la
Aviación Militar Bolivariana. No existe la igualdad de género al momento de
asignar funciones laborales e institucionales en el ámbito castrense.

Figura 4. Delegación de autoridad en cargos gerenciales dentro de la Institución


Armada. La mujer militar venezolana es segregada al momento de la delegación de
autoridad por parte de la superioridad cuando se le asigna un cargo gerencial.

Figura 5. El rol de gerente militar incide en el rol familiar. La mujer militar


venezolana sobrepone su rol de gerente del componente aviación al rol de madre y
esposa, ocasonando inconvenientes familiares.

Figura 6. Desafíos asociados al rechazo por ser mujer. Existen situaciones


laborales e institucionales superadas producto de la discriminación de género.

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Discusión

En relación a la praxis gerencial desempeñada por la mujer militar en altos


cargos dentro de la Base Aérea Escuela “Mariscal Sucre”, se tiene que la mujer
militar ha ganado espacio en cargos de dirección de áreas que forman el cuerpo
castrense destacándose y reconociendo su excelente desempeño y capacidad de
liderazgo, lo que conlleva a la promoción de la igualdad entre hombres y mujeres.
En síntesis, se puede decir que la tendencia de la mujer militar va en constante
crecimiento, debido al acceso a las oportunidades laborales como educativas, con la
especialización en carreras que se convierten en el soporte del mundo competitivo,
donde el conocimiento de calidad es el que prevalece, mediante el uso de
herramientas tecnológicas que le permiten la interacción con un mundo globalizado
que exige cada vez más capacidades así como el enfrentar riesgos de competencia,
servicio, competitividad y conocimientos.
Por su parte en cuanto a las competencias que debe poseer la mujer militar
como gerente, en la institución objeto de estudio en base a las cognitivas están el
pensamiento analítico que no es más que la división sistemática y estructurada de un
problema a fin de solucionarlo con pasos lógicos y ordenados, así mismo debe tener
conocimientos técnicos pues una gerente debe saber todo sobre el área que ocupa y
los métodos y herramientas necesarias para el desarrollo de tareas específicas.
De igual manera, debe poseer competencias de logro como la iniciativa para
promover aspectos positivos entre ellos la igualdad de género y la búsqueda de
información de aquellos aspectos que desconocen y que necesita saber para la toma
de decisiones. En este contexto, es necesario que la mujer militar tenga de igual
forma competencias de eficacia personal y centrales que abarca un autocontrol de sus
emociones en diferentes situaciones, la promoción del trabajo en equipo y canales de
comunicación adecuados para el logro de metas y objetivos, así como una efectiva
planificación de las acciones a seguir.
Siguiendo este orden de ideas, el desempeño de las militares gerentes con las
exigencias requeridas por la institución castrense se evidenció que las mujeres tienen
un capacidad habilidosa para el manejo de las relaciones interpersonales, siendo

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mucho más eficientes a la hora de interactuar con sus subordinados utilizando como
estrategia la capacidad verbal, emocional y la sensibilidad que demuestran frente a
cada caso o situación en particular.
Por ende, el liderazgo femenino se conecta con el carisma y las distintas
habilidades sociales que van adquiriendo al curso de una carrera, marcando como
patrón la diferencia logrando construir un liderazgo interactivo, gracias a esas
virtudes y cualidades del género mismo, situando las emociones hacia los equipos de
trabajo para el logro de objetivos y metas propuestas en un colectivo donde la
integración y afinidad lleven a cumplir con la misión de la empresa.
Luego de haber desarrollado cada uno de los objetivos de esta investigación y
tomando en cuenta las conclusiones resultantes se recomienda:
- Se recomienda establecer estudios sobre las competencias de la mujer gerente
en el ámbito militar con miras a fomentar que desempeñe mejor su profesión en
niveles de alta dirección.
- Se debe fomentar las reuniones de equipo a fin de compartir experiencias
entre hombres y mujeres del ámbito militar a fin de que se promueva la participación,
el intercambio de ideas y se motive a desempeñarse mejor.
- Incorporar esta temática, en las áreas de planificación estratégica con miras a
atender las exigencias en cuanto a competencias de la mujer en los diferentes
escenarios del ámbito militar.
- Las áreas de talento humano del campo militar deben establecer verdaderos
sistemas de vinculación donde se evalué de forma equitativa y se brinde
oportunidades a las mujeres para ser vinculadas y nombradas en cargos gerenciales,
con el propósito de eliminar la discriminación por género y de niveles salariales por
subestimar las capacidades del ejercicio de la profesión a altos niveles jerárquicos.
- Ajustar las jornadas laborales donde la mujer pueda desligarse del trabajo y
dedicarse a su rol de Madre.
- Identificar y abordar los prejuicios que suponen una barrera para las mujeres
en cuanto a sus ascensos en el ámbito militar.

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Referencias

Andeger, H. (2010). Mujeres: de lo privado a lo público. Madrid: Técnos.

Constitución de la República Bolivariana de Venezuela. (2000). Gaceta Oficial de la


República Bolivariana de Venezuela, 5.453 (Extraordinario), Marzo 24, 2000.

Keimer, A. (2010). Poder, género y organizaciones. Madrid: Narcea.

Laurentis, N. (2010). La mística del management. Barcelona: Grijalbo.

Ley del Plan de la Patria. Segundo Plan Socialista de Desarrollo Económico y Social
de la Nación 2013 – 2019, (2013). Gaceta Oficial de la República Bolivariana de
Venezuela, N° 6.118. (Extraordinario). Diciembre 4, 2013. [Documento en línea].
Disponible en:
http://www.cpzulia.org/ARCHIVOS/Gaceta_Extraordinaria_6118_Plan_de_la_Patria
_04_12_13.pdf. [Consulta: 2014, febrero 17]

Márquez, G. (2011). Dirección femenina: cómo triunfar en los negocios sin actuar
como un hombre. Barcelona: Hispano Europea.

Romero, O. (2010). Mujeres, dirección y cultura organizacional. Madrid:


CIS.Silva.

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