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SE LLAMABA ELENA ARIZMENDI

Cano, Gabriela La autora nos muestra a una Elena


México, Centenarios Tusquets, 2010. Arizmendi fuerte y decidida, a una mujer
perteneciente a la élite mexicana de fi-
nes del siglo XIX que a los 25 años, tras

C omo es costumbre en sus trabajos,


Gabriela Cano nos brinda con esta obra un
dos matrimonios fracasados y la pérdida
de un hijo, decide romper con los discur-
sos vigentes para la regulación de la con-
espacio de aprendizaje y reflexión en ducta femenina que ubicaban a las mu-
un ambiente de calidez; una mirada para jeres dentro de los límites del hogar y la
la historiografía con perspectiva de géne- abnegación, así como mudarse y cambiar
ro producto de una investigación acucio- de vida iniciando en Texas la carrera de
sa y profunda. Ofrece la biografía de Elena enfermería. Gabriela Cano menciona la
Arizmendi, mujer que aparece como figu- cercanía de Elena en el vecino país con
ra mítica en la obra de José Vasconcelos, un Francisco I. Madero exiliado, y la ins-
encarnada en el personaje de “Adriana” cripción de ésta en el movimiento antire-
en el “Ulises Criollo” y en “La Tormenta”. eleccionista en contra de Porfirio Díaz.
Relegada por la historiografía a un pa- Siguiendo una línea cronológica, el li-
pel secundario y marcada como “mujer fa- bro relata el regreso a México de la em-
tal” en la vida y obra de José Vasconcelos, blemática “Adriana”, su actuación como
ligada a la figura de amante, trasgresora enfermera al lado de los maderistas, y su
y “arpía sensual”, Elena Arizmendi es res- participación en la fundación de la “Cruz
catada por la autora como una de las Blanca” como alternativa filantrópica a
figuras del feminismo mexicano funda- la “Cruz Roja”, institución dependiente
mentales para el conocimiento de la cul- del Gobierno Federal aún en manos de
tura de los primeros lustros del siglo XX. Porfirio Díaz. La autora nos describe el
Una mujer que más allá de constituir una proceso de apoyo del Maderismo a la
figura de la cultura literaria mexicana, nueva institución filantrópica, y la trans-
fue activista política, periodista, escritora formación de ésta en una sociedad de
y filántropa.

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MIRADA CRÍTICA

beneficencia privada dirigida por Sara En dicho contexto, la Arizmendi se de-


Madero y Elena Arzimendi. dica a realizar diversas actividades: abre
El texto narra “El cuartelazo” y el exilio una Casa de Huéspedes, imparte clases de
de Elena con José Vasconcelos primero a música, realiza colaboraciones periodís-
Nueva York, y después a Europa y Perú. ticas y escribe un libro de carácter au-
Nos relata su vida de exiliados así como tobiográfico titulado “Vida Incompleta.
las vicisitudes económicas y sentimentales Ligeros apuntes sobre las mujeres de la
de la pareja, haciendo énfasis en lo pa- vida real”, con el que intentó difundir
sional de esta unión y sus repercusiones una versión personal sobre sus relaciones
en una celotipia obsesiva por parte de amorosas y, sobre todo, eliminar la ima-
Vasconcelos. En dicho contexto, refiere las gen de mujer ligera, fatal y perversa que
agresiones de éste hacia Elena con moti- de ella había construido Vasconcelos.
vo del fin de su relación. El surgimiento de En la que Gabriela Cano denomina ca-
la figura de “Adriana” como alegoría eró- pital feminista de Estados Unidos, nos
tica, y al mismo tiempo un tanto demo- muestra a una Elena Arizmendi que se
níaca en que el autor del “Ulises Criollo”, convierte en la “principal impulsora” de la
dejaba ver destellos de despecho. “Liga de mujeres ibéricas e hispanoame-
La obra hace referencia a un tercer ma- ricanas” o “La Liga de las mujeres de la
trimonio de Elena Arizmendi con un nor- Raza” red cultural que difundía los logros
teamericano, Robert Duersch, y da a co- de las mujeres con raíces hispánicas y
nocer la agresiva respuesta de Vasconcelos pretendía la realización de intercambios
ante esta unión, circunstancia que culmi- culturales para unirlas en torno a un pro-
nó con una demanda judicial del nuevo yecto de emancipación feminista, acorde
marido en contra del agresor. con los valores culturales hispanoame-
A continuación, Gabriela Cano abunda ricanos. Devela a una activista que ade-
en un aspecto fundamental para com- más de escritora se define como editora
prender la trascendencia de Arizmendi de la revista “Feminismo Internacional.
más allá de su presencia iconográfica en Revista mensual ilustrada dedicada al me-
la literatura Vasconcelista, el de su elec- joramiento moral, cultural y económico de
ción –a raíz de su divorcio de Duersch– la mujer”, órgano dedicado a la difusión
por buscar una realización personal co- de pensamientos, actividades y logros de
mo mujer independiente y moderna. Nos las mujeres hispanoamericanas dentro del
muestra a una Elena que plena de ideas feminismo, y a la difusión de ideas y con-
revolucionarias sobre el matrimonio, el ceptos sobre los derechos de las mujeres.
amor, la independencia femenina y la au- Gabriela Cano comenta también, en
todeterminación, consigue el impulso pa- este ameno texto, las reflexiones políticas
ra abandonar una posible vida cómoda y de Elena y su regreso a México durante
holgada en México y elegir una vida in- el gobierno de Lázaro Cárdenas, sus últi-
dependiente en Nueva York. Describe a mos años y su fallecimiento en 1949 pa-
una Elena que empapa de ideas alternati- ra, finalmente, apuntar que en el cente-
vas el discurso sobre el género, vigente, y nario de su nacimiento, el nombre de
lo distingue de discursos decimonónicos. Elena Arizmendi fue puesto a una calle

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MARCELA SUÁREZ

de la Colonia del Valle, a la tercera cerra- devolvió su importancia en la historia


da de Amores. cultural de México.
En suma, Gabriela Cano con su in-
vestigación y reflexiones rescató a Elena
Arizmendi de la simplificación, misoginia
y estereotipificación a la que fue con- Marcela Suárez
denada por obra de Vasconcelos, y le Departamento de Humanidades, UAM-A

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