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CUENTOS EL SECRETO DEL CARACOL. z
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A PARTIR DE 9 Af:IOS
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1 El fueguino
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··- Sí, señori ta, hay problemas ... -dijo. -Perico, desde mañana cu idarás mis ovejas.
- 1:3ien, Perico, hablaremos después - y con- Empieza el buen tiempo y es hora d e q ue me
tinuó la clase. ay udes.
Perico tenía ocho años y le g u staba mucho ir - Pero papá, usted lie ne cincuenta ovejas. Yo
a la escuda y jugar con los compañeros. Su vida sólo sé contar h<i Sta tre inta ...
era muy soln e n el rancho de s u pndre, tan lejos - Conta rás las trei nta y luego ve inte más. A sí
de todo. 'Jíln lejos que para ir a la escue la tenía sabrás gue est<ín ahí mis cincuenta borrega s.
que hacerlo en el caballo de su padre y salir de A Perico se le alargó la cara . Ya no volvería a
noche en invierno. Pero el animal conocía e l ca- la escuela, no vería las fies tas de fin de ario, no
mino a ciegas y ni siquiera tropezaba. galoparía a todo lo que daba el caballo de su píl-
Vi vfon en Tí.erra del Fuego, la zona m<is austra 1 dre para llegar a tiempo. Se aburri ría atrozm ente
de Chile, donde los dfos son tan cortos en invierno cuid ando y contando ovejas, solo, entre Jonias.
que apenas hay cinco horas de luz. Al revés, en Sintió ganas de llo rar, porque no podía adivi-
verano son lan largos q ue todos se acostaban en nar las sorpresa~ y aventuras de s u nueva vida.
pleno día, porque la noche era la corta. -A l m e n os podré ir a despedirme de los
En su s pequeña s tierras de lomas suaves, el amigos y de mi maestra ... -moqueó.
padre de Perico criaba ovejas finas, que él mismo - Irás sólo a eso. Luego vuelves a l monte,
pas toreaba. Le había d icho a Perico que el día que donde estaré esperándote ...
pudiera contar hasta cincuenta, tendría que hacerse Desde ese momento, la escuela se con v irti ú
cargo del rebaño. Pero Perico preferfo continuar en lo más maravilloso y alegre de su vida. Soñó
yendo a fo escuela, aunq ue para ll ega r a ella te- toda la noche con sus compañeros que corrían
nía que salir a veces con dura lluvia y el viento y gri taban jugando. Parecían tener alas y vo lar
helado que lo traspasaba más que la nieve. Y por sobre los patios ...
eso Perico no aprend ía a contar hasta cincuenta. Se despertó y parlió corri end o a ensillar su
- Si mi padre me pone de pastor, tendré que caballo. Galopaba pensando en la soledad que
estar toda mi vida contando oveja s, como él lo esperaría un par de horas después.
- pensaba Perico mirando el largo mapa de C hile No quiso d ecirles a sus amigos que ya no vol-
que colgaba en un muro de la sala d e cl ases- . vería. No quería que lo compadecieran . Quizá se
No. Algún día treparé por mi tierra igual que una lo contaría a la profesora. Llegó h asta s u pupitre
araña . Recorreré has ta el último rincón ... y se sen ló como tod os los d ías. Trataba de no
Pero esa misma noche, durante la comid a, su pensar que al sal ir a recreo se iría para siempre
padre le dijo: de ese mundo y sería un pastor. Solo. Mud o. Con
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