Laura Lorena Caminos

Maestría en desarrollo educativo y social. UPN- CINDE. Cohorte 39.

La sistematización de experiencias que propondría llevar a cabo al grupo de trabajo

en la fundación Los Pinos tendría el fin de reconocer en las experiencias de vida
reales de maestras y maestros dedicados al trabajo con niños y niñas de primera
infancia, sus verdaderos intereses, necesidades, formas de pensar, concebir y vivir
su labor. Esto con el fin de hacer visibles nuevas formas de transformación social,
a partir del análisis, el debate y las reflexiones políticas e histórico-sociales que
posicionan a los sujetos.

También porque se convierte en una oportunidad para recuperar lo vivido en dicha

fundación entre los años 2009 y 2014 y de esta manera, hacer análisis profundos
de la praxis, que en su momento no se hicieron, quizás por no ser conscientes del
impacto social que se estaba causando con la labor que se llevaba a cabo, pero que
hoy en día permiten repensar cómo esas prácticas

sociales se constituyen además en un lugar privilegio del saber al ponerlo en

diálogo con lo teórico, recuperar lo vivido de manera que se retorne a la practica
con el interés de transformarla (esto entendido como el propósito de construir
nuevas prácticas) y, hacia la satisfacción del interés emancipatorio y el
fortalecimiento de la dimensión éticas y políticas que conlleva el trabajo pedagógico.

Ahora bien, con relación al aspecto metodológico y partiendo de reconocer que en

la sistematización de experiencias no existen métodos únicos, como sucede por
ejemplo en el método científico, sino que se anda por un camino incierto que se
reconstruye a partir de las reflexiones, los aportes y análisis que se hacen sobre el
proceso; propondría al grupo de trabajo que se hiciera un recorrido por las
diferentes tendencias de la sistematización para elaborar concepciones de
sistematización propias que se tomarán como enfoque para la experiencia propia y
como aporte para responder a las preguntas para qué, qué, quiénes, y cómo
sistematizar, a la par que iniciamos por escuchar las ideas propias que tiene cada
quien al respecto .

Teniendo siempre la pregunta como orientadora del proceso, ya que permite

interrogar el lugar de cada quien dentro de la experiencia vivida desde múltiples
aspectos, sería importante mantener viva la memoria y explorar los saberes y
conocimientos que tienen los participantes. Para ello revisaríamos el archivo
fotográfico, los videos, las actividades que se realizaron en el jardín infantil y
trataríamos de recordar a qué interés (técnico, administrativo, pedagógico),
atendían. También revisaríamos formatos (planeadores pedagógicos,
evaluaciones, actas de reuniones del equipo de trabajo y con padres de familia)
entre otros documentos que permitan recordar lo vivido. A partir de ello se podrían
plantear autorreflexiones que d
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esde la narrativa de cada quien permitan identificar en los ejercicios individuales,

elementos significativos del colectivo, los cuales se podrían registrar por ejemplo
en memorias y/o relatorías de los encuentros.

Posteriormente se podría pensar en plantear autorreflexiones que conlleven a

recuperar, reconstruir críticamente la experiencia personal y grupal apoyándonos
en mapas georreferénciales, mapas de experiencias, mapas de lugares donde se
vivieron momentos significativos u organizar cronológicamente el archivo, dándole
un lugar a cada recuerdo. También es importante, a la par, ir planteando dispositivos
que se conviertan en herramientas que se plantean para visibilizar, hacer ver,
hablar, recuperar, analizar, elementos, relaciones, saberes que permitan reconstruir
y reflexionar la práctica, como lo podrían ser: ejercicios permanentes de
conversación, lectura y escritura tanto individual como colectiva, con el fin de pasar
de lo descriptivo al análisis crítico e interpretación de los procesos, lo que se logra
interrelacionando los cuestionamientos que surgen de las reflexiones grupales, con
el aporte que hace la teoría; de donde surgen aprendizajes en diferentes campos
del saber y permite generar categorías de análisis que se convierten en direcciones
para continuar andando.

Se podría continuar con la definición de instrumentos que permitan ir concretizando

lo que se va a plasmar en el documento final de la sistematización de experiencias.
Seguir con la escritura individual y colectiva de textos que vayan recogiendo el
proceso desarrollado, lo que se está haciendo, las dificultades, avances y
construcciones realizadas en grupo para aprender sobre el proceso pedagógico
vivido, de tal forma que se pueda concretar un texto que logre recoger las voces
de todos los participantes en términos de sistematización de experiencias.