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Derechos Humanos primer parcial

La noción de derechos humanos se corresponde con la afirmación de la dignidad


de la persona frente al Estado. La sociedad contemporánea reconoce que todo
ser humano, por el hecho de serlo, tiene derechos frente al Estado, derechos
que este, o bien tiene el deber de respetar y garantizar o bien está llamado a
organizar su acción a fin de satisfacer su plena realización. Estos atributos de
toda persona e inherentes a su dignidad, que el Estado está en el deber de
respetar, garantizar o satisfacer son los que hoy conocemos como derechos
humanos.
En primer lugar, se trata de derechos inherentes a la persona humana, en
segundo lugar, son derechos que se afirman frente al poder público.

Los derechos humanos son inherentes a la persona humana


Estos derechos no dependen de su reconocimiento por el Estado ni son
concesiones suyas, tampoco dependen de la nacionalidad de la persona ni de la
cultura a la cual pertenezca, son derechos universales que corresponden a todo
habitante de la tierra.
El art. 1 de la Declaración Universal de derechos humanos, dice que todos los
seres humanos nacen libres e iguales en dignidad y derechos y dotados como
están de razón y conciencia, deben comportarse fraternalmente los unos con los
otros.

El tema de los derechos humanos, más específicamente el de los derechos


individuales y las libertades públicas, ingreso al derecho constitucional. El
reconocimiento de la intangibilidad de tales derechos implica limitaciones al
alcance de las competencias del poder público.
En el derecho constitucional, las manifestaciones originales de las garantías da
los derechos humanos se centró en lo que hoy se califica como derechos civiles
y políticos, que por esa razón son reconocidos como la primera generación de
los derechos humanos. Su objeto es a tutela de la libertad, la seguridad y la
integridad física y moral de la persona, así como de su derecho a participar en la
vida pública.
Sin embargo, se produjeron importantes desarrollos sobre el contenido, y la
concepción de los derechos humanos, la noción de los derechos económicos,
sociales y culturales, se refieren a la existencia de condiciones de vida y de
acceso a los bienes materiales y culturales en términos adecuados a la dignidad
inherente a la familia humana. Se ha llamado segunda generación.
Las primeras manifestaciones tendientes a establecer un sistema jurídico
general de protección a los seres humanos no se presentaron en lo que hoy se
conoce, en sentido estricto, como el derecho internacional de los derechos
humanos, sino en el denominado derecho internacional humanitario. Es el
derecho de los conflictos armados, que persigue contener los imperativos
militares para preservar la vida, la dignidad y la salud de las víctimas de la guerra,
el cual contiene el germen de la salvaguardia internacional de los derechos
fundamentales.

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Lo que en definitiva desencadeno la internacionalización de los derechos
humanos fue la conmoción histórica de la segunda guerra mundial y la creación
de las naciones unidas.
El 2 de mayo de 1948 fue adoptada la declaración americana de los derechos y
deberes del hombre y el 10 de diciembre del mismo año la Asamblea general de
las naciones unidas proclamo la declaración universal de los derechos humanos.
Estas declaraciones, son actos solemnes por medio de los cuales quienes los
emiten proclaman su apoyo a principios de gran valor, juzgados como
perdurables. Los efectos de las declaraciones en general. Tanto la declaración
universal como la Americana han tenido gran autoridad.
Una vez proclamadas las primeras declaraciones, el camino para avanzar en el
desarrollo de un régimen internacional de protección imponía la adopción y
puesta en vigor de tratados internacionales a través de los cuales las partes se
obligaran a respetar los derechos en ellos proclamados y que establecieran, al
mismo tiempo, medios internacionales para su tutela en caso de incumplimiento.
En el campo internacional se ha gestado lo que ya se conoce como tercera
generación de derechos humanos, que son los llamados derechos colectivos de
la humanidad entera, como el derecho al desarrollo, el derecho a un medio
ambiente sano y el derecho a la paz.
El estado de derecho: Como lo ha afirmado la corte interamericana de derechos
humanos, en la protección de los derechos humanos esta necesariamente
comprendida la restricción al ejercicio del poder estatal.
El poder n puede lícitamente ejercerse de cualquier manera. Debe ejercerse a
favor de los derechos de las personas y no contra ellos.
El ejercicio del poder debe sujetarse a ciertas reglas, las cuales deben
comprender mecanismos para la protección y garantía de los derechos
humanos. Ese conjunto de reglas que definen el ámbito del poder y lo subordinan
a los derechos y atributos inherentes a la dignidad humana es lo que configura
el estado de derecho.

Por ser inherentes a la condición humana todas las personas son titulares de los
derechos humanos y no pueden invocarse diferencias de regímenes políticos,
sociales o culturales como pretexto para ofenderlo o menoscabarlos.
La declaración adoptada en viene el 25 de junio de 1993 por la conferencia
mundial de derechos humanos, explícitamente afirma que el carácter universal
de los derechos humanos y las libertades fundamentales no admite dudas, todos
los derechos humanos son universales, indivisibles e interdependientes entre sí.
Los estados tienen el deber, sean cuales sean sus sistemas políticos,
económicos y culturales, de promover y proteger todos los derechos humanos y
las libertades fundamentales.
Si ellos son inherentes a la persona como tal, no depende de la nacionalidad de
esta o del territorio donde se encuentre, los porta en sí misma. Si ellos limitan el

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ejercicio del poder, no puede invocarse la actuación soberana del gobierno para
violarlos o impedir su protección internacional. Los derechos humanos están por
encima del estado.
Una vez que un determinado derecho ha sido formalmente reconocido como
inherente a la persona humana queda definitiva e irrevocablemente integrado a
la categoría de aquellos derechos cuya inviolabilidad debe ser respetada y
garantizada.
Como los derechos humanos son inherentes a la persona y su existencia no
depende del reconocimiento de un Estado, siempre es posible extender el ámbito
de la protección a derechos que anteriormente no gozaban de la misma. Es así
como han aparecido las sucesivas generaciones de derechos humanos y como
se han multiplicado los medios para su protección.
Se repite en diversos ordenamientos constitucionales, según la cual la
enunciación de derechos contenida en la constitución no debe entenderse como
negación de otros, que siento inherentes a la persona humana, no figuran
expresamente en ella.
La mayoría de los tratados sobre derechos humanos incluyen una clausula
según la cual ninguna disposición convencional puede menoscabar la protección
más amplia que puedan brindar otras normas de derecho interno o de derecho
internacional.
Los derechos humanos implican obligaciones a cargo del gobierno. Él es el
responsable de respetarlos, garantizarlos o satisfacerlos. Las ofensas a la
dignidad de la persona pueden tener diversas fuentes, pero no todas configuran
violaciones a los derechos humanos. El poder podía ejercerse con escasos
limites frente a los gobernados y prácticas como la esclavitud y la tortura eran
admitidas y hasta fundamentadas en ideas religiosas. La lucha por lo que hoy
llamamos derechos humanos ha sido, la de circunscribir el ejercicio del poder a
los imperativos que emanan de la dignidad humana. No todo abuso contra una
persona ni toda forma de violencia social son técnicas atentados contra los
derechos humanos. Pueden ser crímenes, incluso gravísimos, pero si es la mera
obra de particulares no será una violación de los derechos humanos. Existen,
situaciones límites, especialmente en el ejercicio de la violencia política. Los
grupos insurgentes armados, ejercen de hecho autoridad sobre otras personas,
poseen un germen de poder público que están obligados, lo mismo que el
gobierno regular, a mantener dentro de los límites impuestos por los derechos
humanos. De no hacerlo no solo estarían violando el orden jurídico del estado
contra el que insurgen, sino también, los derechos humanos. Puede incluso
considerarse que quienes se afirmen en posesión de tal control, se están
autoimponiendo los mismos limites en su tratamiento a las personas sobre las
que mantienen autoridad.
El Estado existe para el bien común y su autoridad debe ejercerse con apego a
la dignidad humana, Este principio debe dominar la actividad del poder público
dirigido a afirmar el efectivo goce de los derechos humanos así como el alcance

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de las limitaciones que ese mismo poder puede imponer lícitamente al ejercicio
de tales derechos. El ejercicio del poder no debe menoscabar de manera
arbitraria el efectivo goce de los derechos humanos. En una sociedad
democrática, debe ser la preservación y satisfacción de los derechos
fundamentales de cada uno.
Los derechos civiles y políticos tienen por objeto la tutela de la libertad, la
seguridad y la integración física y moral de la persona, así como de su derecho
a participar en la vida pública. Ellos se oponen a que el estado invada o agreda
ciertos atributos de la persona, relativos a su integridad, libertad y seguridad. Su
vigencia depende, de la existencia de un orden jurídico que los reconozca y
garantice. Se trata de derechos inmediatamente exigibles, cuyo respeto
representa para el Estado una obligación de resultado, susceptible de control
jurisdiccional. Se trata, de derechos que se ejercen frente, el estado y proveen a
su titular de medios para defenderse frente al ejercicio abusivo del poder público.
El Estado está obligado no solo a respetar los derechos civiles y políticos sino
también a garantizarlos.
El respeto a los derechos humanos implica que la actuación de los órganos del
Estado no puede traspasar los límites que le señalan los derechos humanos,
como atributos inherentes a la dignidad de la persona y superiores al poder del
Estado. El deber de respeto también comporta que haya de considerarse como
ilícita toda acción u omisión de un órgano o funcionario del Estado que, en
ejercicio de los atributos de los que esta investido, lesione indebidamente los
derechos humanos.
La garantía de los derechos humanos es una obligación aún más amplia, impone
el deber de asegurar la efectividad de los derechos humanos con todos los
medios a su alcance. La garantía implica, que existan medios para asegurar la
reparación de los daños causados, así como para investigar seriamente los
hechos cuando ello sea preciso para establecer la verdad, identifica a los
culpables y aplicarles las sanciones pertinentes. Los derechos económicos,
sociales y culturales, se refieren a la existencia de condiciones de vida y de
acceso a los bienes materiales y culturales en términos adecuados a la dignidad
inherente a la familia.
Son exigibles en la medida en que el Estado disponga de los recursos para
satisfacerlos. Así, la violación del derecho a la salud o al empleo no depende de
la sola privación de tales bienes como si ocurre con el derecho a la vida o a la
integridad. La violación de los derechos humanos ocurrirá en la medida en que
la actuación del poder público desborde los limites.
En condiciones normales, cada derecho puede ser objeto de ciertas restricciones
fundadas sobre distintos conceptos que pueden resumirse en la noción general
de orden público. En casos de emergencia los gobiernos están autorizados para
suspender las garantías.

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Los derechos humanos pueden ser legítimamente restringidos. Tales
restricciones no pueden ir más allá de determinado alcance y deben expresarse
dentro de ciertas formalidades.
En general, se evitan las clausuras restrictivas generales. Aplicables a todos los
derechos humanos en su conjunto y se ha optado. Por formulas particulares,
aplicables respecto de cada uno de los derechos reconocidos lo que refleja el
deseo de ceñir las limitaciones en la medida estrictamente necesaria para
asegurar el máximum de protección al individuo.
Deben interpretarse en estrecha relación con el derecho al que están referidas y
deben tener en cuenta las circunstancias del lugar y del tiempo en que son
invocadas e interpretadas.
El orden público, la corte interamericana de derechos humanos lo ha definido
como el conjunto de las condiciones que aseguran el funcionamiento armónico
y normal de instituciones sobre la base de un sistema coherente de valores y
principios.
En nombre de un orden público, denominado por principios antidemocráticos,
cualquier restricción a los derechos humanos podría ser legítima.
En un Estado de derecho, las limitaciones a los derechos humanos solo pueden
emanas de leyes, se trata de una materia sometida a la llamada reserva legal, el
poder ejecutivo no está facultado para aplicar más limitaciones que las que
previamente hayan sido recogidas en una ley del poder legislativo. El art. 30 de
la convención americana sobre derechos humanos, según el cual las
restricciones que la convención autoriza para el goce de los derechos por ella
reconocidos, solo podrán emanar de leyes que se dicaren por razones de interés
general y con el propósito para el cual han sido establecidas.
Solo en circunstancias excepcionales el gobierno se ve facultado para decidir
por sí solo la imposición de determinadas limitaciones extraordinarias, pero para
ello tiene previamente que suspender las garantías de tales derechos.
La suspensión de garantías está sujeta, a cierto número de condiciones, entre
las que cabe enunciar:
a. Estricta necesidad: Debe ser indispensable para atender a la emergencia.
b. Proporcionalidad: solo cabe suspender aquellas garantías que guarden
relación con las medidas excepcionales necesarias para atender la
emergencia.
c. Temporalidad: Deben quedar suspendidas solo por el tiempo
estrictamente necesario para superar la emergencia.
d. Respeto a la esencia de los derechos humanos. Un núcleo esencial de
derechos cuya garantía no pueden suspenderse bajo ningún punto de
circunstancia.
e. Publicidad. El acto de suspensión de garantías debe publicarse por los
medios oficiales del derecho interno de cada país y comunicarse a la
comunidad internacional.

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A partir de 1983, con la democratización de la Argentina, comenzó una nueva
valoración de los derechos humanos. Uno de los primeros actos del gobierno,
fue el de proponer al congreso la aprobación de la convención interamericana de
Derechos Humanos, llamada pacto de san José de costa rica, se ratificó entro
en la cultura jurídica argentina empujando los cambios institucionales que no se
hicieron esperar tales como la equiparación entre hijos matrimoniales y
extramatrimoniales, no discriminación, derecho a la información y respuesta,
derechos de privacidad e incluso, se comenzó a plantear la necesidad de
adecuar la misma constitución vigente. Al principio, de que no hay derecho
internacional de los derechos humanos sino existen estructuras subsidiarias,
necesariamente de orden internacional, esto es, fuera del estado del que se trate.
El principio de subsidiariedad del derecho internacional de los derechos
humanos supone también el agotamiento de los derechos internos, o sea, llegar
hasta el último órgano judicial por vía de recursos, apelaciones, etc. El principio
consiste en que cuando el Estado no está en condiciones o no puede administrar
justicia, se hace evidente la necesidad de la protección internacional de los
derechos humanos por medio de sistemas que actúen fuera del Estado y con
capacidad para llenar este vacío. El Estado no puede administrar justicia,
entonces, la comunidad internacional deberá hacerlo.
Hay que reconocer que los principios de derechos humanos refuerzan la base
clásica de la constitución.
El art. 27 de la Constitución Argentina que estableció que el gobierno federal
tiene como proyecto fundacional permanente el de afianzar las relaciones de paz
y comercio con los Estados extranjeros, mediante tratados que estén de acuerdo
con el derecho público establecido en la misma constitución.
Los Estados no pueden alegar el derecho interno como causa para el
incumplimiento de los tratados internacionales y al mismo tiempo mantener el
equilibrio con la supremacía constitucional.
El tema de la relación entre los tratados internacionales y la constitución. La regla
básica es la compatibilidad, bajo apercibimiento de la inconstitucionalidad del
tratado, pero destacando la primacía del derecho internacional, esto es: los
tratados sobre las leyes (convención de Viena sobre derechos de los tratados,
art 27 y 46).
Lo cierto es que no se puede derogar o incumplir un tratado por una ley. La
reforma constitucional argentina de 1994, ha producido un cambio cuantitativo y
cualitativo sobre los derechos humanos, en la relación con el derecho
internacional a través de los tratados internacionales jerarquizados
constitucionalmente y por otros tratados que a pesar de no haber sido
jerarquizados tienen mayor jerarquía que las leyes.
Atribuciones del congreso y del poder Ejecutivo.
Art. 75 Corresponde al congreso.

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Inc. 22- Aprobar o desechar tratados concluidos con las demás naciones y
con las organizaciones internacionales y concordaros con la Santa Sede.
Los tratados y concordatos tienen jerarquía superior a las leyes.
La declaración Americana de los derechos y deberes del hombre, la
declaración universal de derechos humanos, la convención americana
sobre derechos humanos, el pacto internación de derechos económicos,
sociales y culturales, el pacto internacional de derechos civiles y políticos
y su protocolo facultativo, la convención sobre la prevención y la sanción
del delito de genocidio, la convención internacional sobre la eliminación de
todas las formas de discriminación racial, la convención sobre la
eliminación de todas las formas de discriminación contra la mujer, la
convención contra la tortura y otros tratos o penas crueles, inhumanos o
degradantes, la convención sobre los derechos del niño, en las
condiciones de su vigencia, tienen jerarquía constitucional, no derogan
articulo alguno de la primera parte de la constitución y deben entenderse
complementarios a los derechos y garantías por ella reconocidos. Solo
podrán ser denunciados, en su caso, por el poder ejecutivo nacional, previa
aprobación de las dos terceras partes de la totalidad de los miembros de la
cámara.
Los demás tratados y convenciones sobre derechos humanos, luego de
ser aprobadas por el congreso, requerirán del voto de las dos terceras
partes de la totalidad de los miembros de cada cámara para gozar de la
jerarquía constitucional.
Inc. 23 – Legislar y promover medidas de acción positiva que garanticen la
igualdad real de oportunidades y de trato y al pleno goce y ejercicio de los
derechos reconocidos por esta constitución y por los tratados internacionales
vigentes sobre derechos humanos, en particular respecto de los niños, mujeres,
los ancianos y las personas con discapacidad.
Inc. 24- Aprobar tratados de integración que deleguen competencias y
jurisdicción a organizaciones supraestatales en condiciones de reciprocidad e
igualdad, y que respeten el orden democrático y los derechos humanos. Las
normas dictadas en su consecuencia tienen jerarquía superior a las leyes.
El Estado tiene la obligación de garantizar el derecho a la vida, el gatillo fácil, el
abuso del poder son ejemplos de la violación a los derechos humanos. Cuando
el delito no lo realiza un particular sino un agente del Estado se está vulnerando
los derechos humanos.
Fuente del derecho Internacional: La costumbre, jurisprudencia, doctrina y
tratados.
NEGOCIACION del tratados, los estados deben ponerse de acuerdo, luego se
dirige a las cámaras, comisión especial, que dice si se aprueba o no, si se
aprueba no está de acuerdo en un término se realizan reservas. El poder
ejecutivo lo ratifica, entra en vigencia cuando lo ratifique cierta cantidad de
Estado hay otros que necesitan de esta condición para entrar en vigencia. Por

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ejemplo la convención sobre los derechos del niño tiene 1 reserva y 3
aclaraciones.
Las atribuciones del poder ejecutivo en lo que respecta a los tratados
internacionales establecen lo siguiente:
Art. 99 Inc. 11- Concluye y firma tratados, concordatos y otras negociaciones
requeridas para el mantenimiento de buenas relaciones con las organizaciones
internacionales y las naciones extranjeras.
Atribución General del poder legislativo en materia de tratados: Aprobar o
desechar.
Es la facultad o atribución clásica del congreso aprobar o desechar tratados, que
establecía la constitución 1853/60 en el art. 67 Inc. 19 y ahora en el art. 75 Inc.
22. El congreso conserva su competencia parcial en materia de tratados
internacionales, competencia que se completa con las facultades del poder
ejecutivo.
Esa facultad de aprobar o desechar tratados debe implicar un estudio completo
de las consecuencias que surgen de la aprobación del tratado. El contenido del
tratado y su aprobación o no deben ser resultado de una discusión seria en las
comisiones parlamentarias y en el plenario del congreso- Debemos recordar que
una vez que el tratado fue aprobado y ratificado, el incumplimiento es violación
del tratado y de allí se genera la responsabilidad internacional. A vece sucede
que se realiza ese estudio, pero el tratado no adquiere vigencia pues el poder
ejecutivo decide no ratificarlo.
Atribución General del poder ejecutivo en materia de tratados: Concluir, firmar y
ratificar.
El poder ejecutivo tiene a su cargo la negociación de los tratados, esto es: el
cumplimiento de todos los pasos que llevan desde la celebración del tratado
internacional hasta la ratificación luego de la respectiva aprobación. En la etapa
de la celebración de los tratados, el poder ejecutivo tiene la obligación de
negociar de buena fe, pero también la de adecuar los intereses nacionales con
los de la comunidad internacional.
Coordinación de los sistemas jurídicos en los tratados internacionales
La doctrina fundamental del sistema internacional, su principio general, es el de
“pacta sunt servanda” que traducido quiere decir “los tratados están para ser
cumplidos”.
En la constitución Argentina de 1994 se establece una nómina de tratados
internacionales e instrumentos internacionales de derechos humanos que han
sido jerarquizados constitucionalmente.
Los constituyentes han considerado a estos tratados de derechos humanos de
la misma manera que la corte interamericana de derechos humanos,
diferenciados de los tratados multilaterales del tipo tradicional, o sea, distintos de
los tratados comunes como los comerciales, económicos o de otra índole.

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Estos últimos son concluidos en función de un intercambio reciproco de derechos
para el beneficio mutuo de los Estados contratantes. Por lo contrario, los tratados
de derechos humanos están dirigidos hacia la protección de los derechos
fundamentales de los seres humanos, tanto frente a su propio estado como
frente a los otros.
Jerarquización Constitucional
Además de las razones que han determinado para que se adoptara la técnica de
la jerarquización constitucional de algunos tratados, específicamente los tratados
de derechos humanos.
Hay una tendencia constitucional latinoamericana hacia la jerarquización de los
tratados de derechos humanos. En realidad la jerarquización es una
consecuencia del sentido común, pues se coloca antes lo que debe ir primero,
esto es, los tratados de derechos humanos.
La norma constitucional se refiere a los tratados de la nómina “en las condiciones
de su vigencia”. Esta norma, podría dar lugar a interpretaciones restrictivas o
extensivas. Las interpretaciones restrictivas, apuntan a acreditar
fehacientemente la intención del Estado en ocasión de obligarse por el tratado.
Puede ser que el estado resuelva manifestar su consentimiento con reservas o
declaraciones interpretativas, que de algún modo, restrinja o limite las cláusulas
de ese mismo tratado. Recordemos que el régimen de las reservas es que las
mismas deben ser compatibles, adecuadas al objeto y fin del tratado, o sea que
a la regla es la compatibilidad entre las reservas y las obligaciones o derechos
establecidos en la convención.
Colocando al Estado en situación de aceptar la totalidad del tratado o
directamente no formar parte del mismo.
Sucede que los Estados, por distintos motivos se ven obligados a oponer
reservas, porque aún no se hallan consolidadas algunas instituciones o porque
consideran que no es el momento de asumir las obligaciones internacionales del
tratado, para no incurrir en responsabilidad internacional. En resumen, el tratado
jerarquizado se debe aplicar respetando la fotografía de la realidad en que el
grado ha prestado el consentimiento al ratificar el mismo tratado.
También hay que observar que las condiciones de la vigencia de los tratados de
derechos humanos tienen otro aspecto que debe ser considerado. Se trata, que
la Argentina al aceptar la competencia de la corte interamericana de derechos
humanos, se halla vinculada por la jurisprudencia que este tribunal dicta. Las
condiciones de la vigencia de esos tratados jerarquizados incluyen su
interpretación. Este criterio ha sido aceptado por la corte suprema de la Argentina
sostuvo: que lo ya recordada jerarquía constitucional de la convención
americana sobre derechos humanos ha sido establecida por voluntad expresa
del constituyente, en las condiciones de su vigencia. Esto es, tal como la
convención citada efectivamente rige en el ámbito internacional y considerando
particularmente sin efectivo aplicación jurisprudencial por los tribunales
internacionales competentes para su interpretación y aplicación.

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El proceso de jerarquización de los tratados de derechos humanos se opera a
través de un régimen de mayorías agravadas especiales: el voto de las dos
terceras parte de la totalidad de los miembros de ambas cámaras: diputados y
senadores. Hay dos métodos o procesos uno el de la aprobación que requiere la
simple mayoría y el otro, el de la jerarquización constitucional, que requiere una
mayoría superior a la primera, esto es, los dos tercios.
La enumeración de instrumentos internacionales de derechos humanos
El constituyente opto, por jerarquizar algunos instrumentos, que considero los
más importantes y dejar la puerta abierta para que el congreso pueda incorporar
otros a esa lista.
- Instrumentos generales: Aquellos que se refieren a una cantidad de
derechos y no a temas ni sujetos específicos.
a- Las declaraciones: La declaración Americana de derechos y deberes
del hombre (DADDH) y la declaración Universal (DUDH), ambas de
1948.
b- Los tratados: El pacto internacional de derechos económicos sociales
y culturales (PIDESC), El de derechos civiles y políticos (PIDCP),
Ambos celebrados bajo los auspicios de las naciones unidas en 1966,
el protocolo Facultativo del segundo (PIDCP), y la convención
Americana de derechos humanos, de 1969 o Pacto de san José de
costa rica (PSJCR)
El tratado se ratifica por el Estado, la constitución establece este
procedimiento. El congreso incorpora al derecho interno pero el poder
ejecutivo es el que ratifica, es decir, entra en vigencia al derecho
interno.
- Tratados específicos:
a-Tratados que se refieren a una materia en particular, la convención
sobre la prevención y la sanción del delito de Genocidio (CG), la
convención internacional sobre la eliminación de todas las formas de
discriminación racial (CDR), convención contra la tortura y otros tratos o
penas crueles, inhumanos o degradantes (CT) Las convenciones debo
firmar un contrato.
B-Tratados que se ocupan de un determinado grupo humano, la
convención sobre la eliminación de todas las formas de discriminación
contra la mujer (CM), la convención sobre los derechos el niño (CDN).
c- Declaraciones: Se trata, de instrumentos distintos desde el punto de
vista del derecho internacional y con distinto grado de obligatoriedad.
Los tratados tienen un determinado procedimiento para su
celebración, que requiere la intervención del poder ejecutivo para
llevar adelante la negociación, la adopción de texto, la firma y su
posterior ratificación, y el poder legislativo para la aprobación previa a
la ratificación. Ese acto de aprobación es un acto interno. Las
declaraciones no siguen ese procedimiento, sino que son adoptadas

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por consenso en el seno de organismos internacionales, sin seguir los
pasos típicos de los tratados y con la sola voluntad del poder ejecutivo.
Son instrumentos solemnes, que se utilizan solo en casos muy
especiales en cuestiones de grandes y verdaderas importancias y
cuando se espera obtener el máximo de observancia por parte del
mayor número de estados posibles.
La declaración Universal fue adoptada por una resolución de la
Asamblea general de las naciones unidas, compuesta por 58 estados,
de los cuales 48 votaron a favor y el resto se abstuvieron o no
participaron en la votación. Con referencia a la declaración americana
de los derechos y deberes del hombre, la corte interamericana de
derechos humanos, luego de aclarar que no es un tratado, concluye
que para los estados miembros de la OEA, la declaración es el texto
que determina cuales son los derechos humanos a que se refiere la
carta, es decir para estos estados la declaración constituye una fuente
de obligaciones internacionales.
D-Protocolo: El protocolo facultativo al pacto de derechos civiles y
políticos. No solo no crea ni modifica competencias, sino que
prácticamente no consagra derechos humanos sustantivos, a
excepción del derecho de petición individual ante los órganos
internacionales. Es contractual, tratado anexo a otro tratado. Se puede
firmar el pacto pero no el protocolo.
La mayor o menos jerarquía, del protocolo, solo agrega, como derecho
sustantivo, el de petición individual ante los órganos internacionales. La mayor
jerarquía trae aparejada mayor rigidez, creemos que su elevación a rango
constitucional resulta muy provechosa a los efectos de lograr esa rigidez.
Las condiciones de vigencia de los instrumentos internacionales
A los efectos de otorgarle rango constitucional a la declaración interpretativa
formulada por la Argentina al momento de ratificar la convención sobre los
derechos del niño.
 Que estén en vigor: Los tratados se incorporan al derecho argentino
siempre y cuando estén vigentes en el ámbito internacional. Y mantienen
esa pertenencia al sistema argentino y la jerarquía constitucional que les
haya otorgado la constitución o el congreso, siempre y cuando estén
vigentes en el ámbito internacional. Puede darse perfectamente el caso
que un tratado ratificado por la Argentina no haya entrado en vigor por no
hacer recibido el número de ratificaciones que requiere para hacerlo, y
puede ocurrir también que sea elevado a la jerarquía constitucional por el
congreso en esas condiciones. Hasta tanto el tratado no entre en vigor en
sede internacional, no resulta aplicable en derecho interno, tenga o no
tenga jerarquía constitucional, ya que esta se le otorga al tratado en las
condiciones de su vigencia. Bidart Campos, dice que los tratados se
incorporan al derecho interno al momento de la ratificación. Por nuestra
parte entendemos que nuestro país incorpora los tratados al derecho

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interno como normas de derecho internacional sin que pierdan el carácter
de tales y sin transformarse en derecho interno, son normas
internacionales directamente aplicables en el ámbito interno, Un acto
unilateral del estado, como es la ratificación, no puede poner en vigor una
norma que según el derecho internacional no lo está, ya que lo impide el
principio básico de esa materia según la cual las normas nacen o se
extinguen por coordinación de voluntades entre los sujetos.
El tratado se va a incorporar al derecho interno recién cuando entre en
vigor en el ámbito internacional. Sostener lo contrario equivale a afirmar
que el Estado argentino incorpora a su sistema jurídico normas no
vigentes.
 Reservas y declaraciones interpretativas: El texto con el que se firma
un tratado no es necesariamente el mismo con el que entra en vigor
respecto de todos los estados parte, debido al instituto de las reservas. La
reserva es una declaración unilateral, hecho por un estado al firmar,
ratificar, aceptar o aprobar un tratado o al adherirse a él con el objeto de
excluir o modificar los efectos jurídicos de ciertas disposiciones del tratado
en su aplicación a ese Estado. Son introducidas al momento de ratificar o
adherirse a un tratado debido a las observaciones que el órgano
legislativo opone al momento de aprobar internamente el instrumento.
La práctica internacional ha generado las llamadas “Declaraciones
Interpretativas” simples aclaraciones que los estados realizan en el
momento de obligarse por un tratado, referidas a como han de
interpretarse ciertos términos utilizados en él, para compatibilizarlas con
el derecho interno. No constituye un instituto autónomo, ya que la
convención de Viena sobre el derecho de los tratados, al definir el
concepto de reserva, aclara que se considerara tal a toda declaración
encaminada a modificar los efectos de cierta clausula cualquiera sea su
denominación y es evidente que cuando un Estado propicia
unilateralmente una determinada interpretación a una clausula, está
modificando sus efectos respecto de sí mismo.
No se jerarquiza el tratado en cuanto tal, sino solamente en cuanto obliga a
nuestro país y con ese alcance. No se jerarquiza el continente sino aquella parte
del contenido que resulte obligatorio para Argentina.
 La jurisprudencia Internacional
La corte afirmo que las condiciones de su vigencia, significa tal como la
convención citada efectivamente rige en el ámbito internacional y considerando
particularmente su efectiva aplicación jurisprudencial por los tribunales
internacionales competentes para su interpretación y aplicación. Nos permite
invocar ante nuestros tribunales y hacer ingresar a nuestro sistema, la
jurisprudencia de la corte interamericana de derechos humanos. El único tribunal
internacional en la materia con competencia respecto de nuestro país es ese.
La aplicación de esa jurisprudencia como pauta interpretativa debe hacerse, en
forma dinámica, es decir que se debe tomar en cuenta no solo la jurisprudencia

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dictada hasta el momento de la reforma constitucional o hasta la fecha del
referido fallo, sino también toda la que en el futuro emane de la corte
interamericana. El art. 38 del Estatuto del Tribunal Internacional de Justicia
establece que éste aplicará “las decisiones judiciales como medio auxiliar para
la determinación de las reglas de Derecho. Se está refiriendo a la Jurisprudencia
Internacional y entendemos por ésta el conjunto de reglas jurídicas que se
desprenden de las decisiones judiciales internacionales.

Jerarquía Constitucional
Coloca a los instrumentos enumerados en pie de igualdad con la constitución
misma, conformando lo que damos en llamar “bloque de constitucionalidad”.
Sistema Nacional
Constitución Nacional + Tratados de derechos humanos establecidos en el art.
75 Inc. 22 (14 Tratados, 11 en el art. y luego 3)
Tratados internacionales + tratados de derechos Humanos sin jerarquía
constitucional + concordatos con la santa sede + Tratados de integración
(MERCOSUR)
Leyes Nacionales (Código civil, Penal)

Sistema Provincial
Código Provincial
Leyes provinciales
Ordenanzas Municipales

Los tratados con jerarquía constitucional deben entenderse como formando un


bloque único de legalidad cuyo objeto y fin es la protección de los derechos
fundamentales de los seres humanos.
Cuando el código nacional se encuentra en contradicción al provincial ¿Cuál
Prevalece? Prevalece la que proteja más y garantice el respeto a los seres
humanos.
Se acogió la denominación de bloque de constitucionalidad para referirse a la
constitución Nacional conjuntamente con los instrumentos internacionales de
derechos humanos a que se refiere la norma bajo análisis. La reforma
constitucional de 1994 dio jerarquía constitucional a diversos tratados y
convenciones (Art. 75 inc. 22 de la constitución Nacional) que, junto con la
constitución Nacional, configuran el bloque de la constitucionalidad argentina.

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Elevar a la jerarquía constitucional no es lo mismo que incluir en la constitución.
No conforman un único cuerpo normativo, ya que cada una conserva su fuente,
en el caso de la carta magna, su fuente es el ejercicio del poder constituyente
por parte del pueblo argentino, y en el caso de los instrumentos internacionales,
es la coordinación de voluntades de los miembros de la comunidad internacional.
Debe decirse jerarquización o elevación a la jerarquía constitucional o
incorporación al sistema constitucional, entendiendo por sistema constitucional
a la constitución material, es decir, la sumatoria de la constitución escrita y la no
escrita que incluye la costumbre, la jurisprudencia, etc.
Si se acepta que los instrumentos se incorporan a la constitución, se debe
aceptar que cuando el congreso eleva nuevos instrumentos a la jerarquía
constitucional, estaría reformando la constitución, ya que estaría incluyendo
nuevas normas en ella. Ello no es así, puesto que el congreso cuando hace uso
de esa facultad contenido en el art. 75 Inc. 22 no está reformando la carta magna.
“No derogan art. alguno de la primera parte de esta constitución”
Los instrumentos mencionados en la norma bajo análisis y los que se eleven a
esa jerarquía con posterioridad, no derogan articulo alguna de la primera parte
pero esta tampoco deroga articulo alguno de los instrumentos internacionales, si
bien los instrumentos internacionales no se incorporan a la constitución, fueron
colocados en su mismo rango jerárquico, conformándose así un bloque
normativo por lo cual no sería coherente luego distinguir jerarquías entre las
normas que se hallan dentro del mismo bloque. Así el art. 29. 1 del PSJCR
establece que ningún estado parte puede suprimir el goce y ejercicio de los
derechos reconocidos en la convención y el art. 5 del PIDCP
Si la constitución dice que tienen jerarquía constitucional debemos entender que
tienen la misma jerarquía que la constitución. La inclusión de la frase no derogan
articulo alguno tiene su fuente jurídica en la ley 24309 de declaración de
necesidad de la reforma constitucional, que vedaba expresamente introducir
cualquier tipo de modificación a la primera parte, con lo cual debemos concluir
que estamos en presencia de una simple aclaración del constituyente.
El art 75 Inc. 22 ha elevado a la jerarquía constitucional once instrumentos
internacionales de derechos humanos. Hoy en día 14 más 3 que se incorporaron
posteriormente. No corresponde habla de tratados sino de instrumentos de
derechos humanos, por cuanto no todos ellos son tratados, sino que también hay
dos declaraciones. No han sido incorporados a la constitución ni
constitucionalizados sino que han sido elevados a la jerarquía constitucional.
Gozan de jerarquía constitucional siempre que estén vigentes. No es el tratado
como tal, sino la parte del mismo que obliga a la argentina, teniendo en cuenta
las reservas formuladas y aceptadas por otros estados y las declaraciones
interpretativas.
La frase en las condiciones de su vigencia alude también a la jurisprudencia de
los órganos internacionales encargados de la aplicación de los instrumentos con
jerarquía constitucional. Los fallos y opiniones consultivas de la corte

14
interamericana no presentan dudas, en cambio los informes y recomendaciones
de la comisión interamericana han generado una jurisprudencia más bien
restrictiva, al punto de quedar desdibujados como fuente de interpretación de las
normas estos instrumentos. Jerarquía constitucional significa igualación con la
constitución misma.
Supremacía constitucional y control de convencionalidad
La supremacía de los textos constitucionales y la jerarquía normativa y en el caso
de Argentina, la reforma de 1994 vario considerablemente la pirámide de Kelsen
que dejo de ser tal para dar paso a un trapecio con la cúspide ocupada por más
de una norma jurídica.
La Supremacía Constitucional es un principio teórico del Derecho constitucional
que postula, originalmente, ubicar a la Constitución de un país jerárquicamente
por encima de todo el ordenamiento jurídico de ese país, considerándola como
Ley Suprema del Estado y fundamento del sistema jurídico.
Desde hace un tiempo se ha instalado el debate en torno a la existencia y
eventual autonomía del llamado control de convencionalidad, entendido como el
control de compatibilidad, en sede judicial, entre el texto de una norma nacional,
provincial o local, su interpretación o un acto u omisión de autoridad pública o de
particulares, por un lado, con relación al texto de un tratado internacional y/o la
interpretación judicial o consultiva de ese texto realizado por una autoridad
internacional competente para hacerlo, por el otro, específicamente en relación
con la convención americana de derechos humanos.
Constitución Nacional y la jerarquía normativa.
La constitución Argentina de 1853/60 incorporo en el art. 31 el principio de
supremacía de dicha norma fundamental y el del derecho federal sobre los
distintos órdenes jurídicos provinciales. Tuvo la expresa finalidad de advertir a
las provincias que no solamente la constitución Nacional sino también las leyes
que en su consecuencia dictara el congreso nacional y los tratados que firmara
con las naciones extranjeras, serian supremos. Arts. 28,27 y 80 del mismo texto
normativo no cabía dudas que la constitución estaba por encima de las leyes y
los tratados por el carácter de escrita y rígida (art. 30) y además porque el art.
28 hace mención a los principios, garantías y derechos reconocidos en los
anteriores artículos. Los cuales no podrán ser alterados por las leyes que
reglamenten su ejercicio y finalmente, el art. 27 impone al Gobierno Federal el
deber de afianzar relaciones de paz y comercio con los países extranjeros por
medio de tratados que estén en conformidad con los principios de derecho
público establecidos por esta constitución. Las leyes y los tratados aparecían en
una misma relación jerárquica, ambos por debajo de la constitución.
En un fallo de la década de 1940 el alto tribunal afirmo que en tiempos de guerra,
el derecho internacional estaba incluso por encima de la constitución (“Merck
química argentina c. Gobierno Nacional”). Con posterioridad, en el año 1963 en
la causa “Martin y Cía. Ltda. S.A. c. Administración General de Puertos”, sostuvo

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que las leyes y los tratados se hallaban en igualdad jerárquica y por lo tanto regia
el principio de que la norma posterior derogaba a la anterior.
En el año 1972 Argentina ratifico la convención internacional de Viena sobre
derecho de los tratados de 1969, cuyo art, 27 dice: “Una parte no podrá invocar
las disposiciones de su derecho interno como justificación del incumplimiento de
un tratado”. Con el advenimiento de la democracia se ratificó por ley la
convención Americana de Derechos Humanos en el año 1984. Las normas y las
disposiciones del pacto por las cuales los Estados adherentes se sometían a la
comisión y a la corte interamericana de derechos humanos no podían ya dejas
dudas de que los tratados estaban por encima de las leyes.
LA corte suprema sentó su posición en “Ekmekdjian c. Sofovich” de 1992, donde
se discutió la operatividad del art. 14 de la CADH, del derecho de rectificación y
respuesta. El superior tribunal nacional haciendo hincapié en el art. 27 de la
convención de Viena dijo que esta norma obligaba al Estado argentino a dar
primacía a los tratados ante cualquier conflicto con una norma interna, ya que
cuando la Nación ratificaba un tratado se obligaba internacionalmente a que sus
órganos administrativos y jurisdiccionales lo hicieran cumplir.
La ley 24.309 habilito la incorporación de institutos de integración regional y de
jerarquía de los tratados internacionales. Se plasmó en el actual inc. 22 del
nuevo art. 75 que en su primer párrafo in fine consagra que los tratados y los
concordatos tienen jerarquía superior a las leyes.
En las condiciones de su vigencia, tienen jerarquía constitucional, no derogan
artículo alguno de la primera parte de esta constitución y deben entenderse
complementarios de los derechos y garantías por ellos reconocidos. A partir de
la reforma de 1994 no solo queda claro que todos los tratados tienen una
jerarquía superior a las leyes, sino que algunos referidos a derechos humanos
tiene igual jerarquía que la constitución.
Bidart Campos, habla del bloque de constitucionalidad entendiendo por tal, a un
conjunto normativo que parte de la constitución y que añade y contiene
disposiciones fuera del texto de la constitución escrita, situándose en dicho
bloque a los tratados internacionales, al derecho consuetudinario, a la
jurisprudencia. Opina que después de la reforma de 1994, en el bloque de
constitucionalidad se incluye a los tratados internacionales de derechos
humanos referidos en el art. 75 Inc. 22, toda la constitución en común con los
instrumentos internacionales sobre derechos humanos de jerarquía
constitucional componen un bloque que, por un lado, tiene igual supremacía
sobre el derecho infra constitucional, y por el otro, forman una cabecera en la
que todas sus normas se encuentran idéntico nivel entre sí.
Mantienen su carácter de fuente de derecho internacional y permanecen afuera
de la constitución compartiendo con esta su carácter de norma suprema. La corte
suprema de Justicia en el caso Monges afirmo que el art. 75 Inc. 22, mediante el
que se otorgó jerarquía constitucional a los tratados cuyas disposiciones se han
transcripto, establece, en su última parte, que aquellos no derogan articulo

16
alguno de la primera parte de esta constitución y deben entenderse
complementarios de los derechos y garantías por ella reconocidos. Indica que
los constituyentes han efectuado un juicio de comprobación, en virtud del cual
ha cotejado los tratados y los artículos constitucionales y han verificado que no
se produce derogación alguna, juicio que no pueden los poderes constituidos
desconocer o contradecir. Debe interpretarse que las clausulas constitucionales
y las de los tratados tienen la misma jerarquía, son complementarias y por lo
tanto, no pueden desplazarse o destruirse recíprocamente. La ley 24.309 surgen
los siguientes lineamientos:
1. Los tratados internacionales sobre derechos humanos, al igual que
cualquier otro tratado, tiene jerarquía superior a las leyes. el art. 31 de la
constitución, el derecho federal prosigue teniendo preeminencia sobre el
derecho provincial.
2. Los tratados internacionales sobre derechos humanos no integran la
constitución sino que la complementan y que lo complementario es
accesorio de los complementado. Pueden incluir nuevos derechos y
garantías en la medida que emanan del art. 33 de la constitución y
siempre que no alteren los derechos y garantías expresamente
enunciados.
3. Los tratados internacionales, cualquiera sea su categoría, tiene carácter
supra legal e infra constitucional.
4. Los tratados internacionales rigen en las condiciones de su vigencia. Son
las establecidas por las leyes del congreso que disponen su aprobación y
se expresan en las reservas y declaraciones interpretativas. Estas
limitaciones se aplican a los tratados internacionales sobre derechos
humanos porque, la referencia a las condiciones de su vigencia alude
explícitamente a ellas.
5. Los tratados internacionales de derechos humanos no pueden
desconocer los derechos y garantías expuestos en la primera parte de la
constitución, ni asignarles una protección inferior a la resultante de las
leyes reglamentarias que sanciona el congreso.
Sagues afirma que en caso de confrontación entre una norma de un instrumento
internacional de los mencionados en el Inc. 22 del art. 75 de la constitución
Nacional y una de la segunda parte de la norma suprema se debe dar prioridad
a aquellos, pero en caso que la colisión se produjera con alguno de los primeros
treinta y cinco artículos, deben primar estos por la prohibición de modificarlos en
la ley que declaro la necesidad de la reforma constitucional.
Control de convencionalidad
Al aprobar y ratificar la convención americana sobre derechos humanos, la
Argentina ingreso en el llamado sistema interamericano de protección de los
derechos humanos ha ido tomando cuerpo el llamado “CONTROL DE
CONVENCIONALIDAD” que supone una traslación del control de
constitucionalidad, es decir, así como la supremacía de la constitución requiere
que se controle para que sea real y efectiva, la supremacía de la convención

17
americana de derechos humanos exige también que se lleve a cabo igual control.
De esta forma, la tarea consistiría en juzgar en casos concretos si un acto o una
normativa de derecho interno resultan incompatibles con la convención
americana de derechos humanos.
El control de convencionalidad desempeña un doble papel, por un lado es
represivo, puesto que obliga a los jueces nacionales a inaplicar las normas
internas opuestas al referido pacto, Por otro lado, es constructivo, también los
obliga a interpretar el derecho domestico de conformidad al pacto y a su
interpretación por la corte interamericana. Se busca una interpretación
armonizante o adaptativa del derecho local con el pacto y la exegesis dada al
pacto por la corte interamericana.
La jurisprudencia de los tribunales internacionales competentes para la
interpretación y aplicación de la convención americana sobre derechos humanos
debe servir de guía para la interpretación de los preceptos convencionales en la
medida en que el Estado Argentino reconoció la competencia de la corte
interamericana para conocer en todos los casos relativos a la interpretación y
aplicación de la convención americana. La jurisprudencia internacional permite
invocar ante los tribunales domésticos la jurisprudencia de la corte
interamericana de derechos humanos, que ingresan así a nuestro sistema.
La interpretación Jurisprudencial
CADH, comenzó sus funciones en junio de 1979. Se constituye como un órgano
judicial autónomo del sistema interamericano aunque con nexos con la comisión
interamericana, compuesta por siete miembros cuyo objetivo esencial representa
la interpretación y aplicación de la convención referida y de sus dos protocolos
adicionales: en materia de derechos económicos, sociales y culturales o
protocolo de San Salvador” y el relativo a la abolición de la pena de muerte. El
estatuto de la corte le otorga esencialmente dos funciones: Una consultiva,
consiste en emitir opiniones que le formulen los Estados miembros u órganos de
la organización de los Estados Americanos respecto de la interpretación de la
convención o de otros tratados en lo relativo a la protección de los derechos
humanos. Y la otra, de tipo contenciosa, con motivo de su actividad jurisdiccional
que se inicia por un Estado parte o por la comisión interamericana, no teniendo
legitimación los individuos en lo particular, alegando la violación a la convención
de un Estado parte.
En “Almonacid Arellano” sostuvo que la corte es consciente que los jueces y
tribunales internos están sujetos al imperio de la ley y están obligados a aplicar
las disposiciones vigentes en el ordenamiento jurídico. Pero cuando un Estado
ha ratificado un tratado internacional como la convención americana, sus jueces,
como parte del aparato del Estado, también están sometidos a ella, les obliga a
velar porque los efectos de las disposiciones de la convención no se vean
mermados por la aplicación de leyes contrarias a su objeto y fin, el poder judicial
debe ejercer una especia de control de convencionalidad entre las normas
jurídicas internas que aplican en los casos concretos y la convención americana
sobre derechos humanos. El poder judicial debe tener en cuenta no solamente

18
el tratado, sino también la interpretación que del mismo ha hecho la corte
interamericana, interprete ultima de la convención americana, en el caso
trabajadores cesados del congreso Vs. Perú se profundizaron aspectos de este
control. Cuando un estado ha ratificado un tratado internacional como la
convención americana, sus jueces también están sometidos a ella, lo que les
obliga a velar porque el efecto útil de la convención no se vea mermado o
anulado por la aplicación de leyes contrarias a sus disposiciones, objeto y fin.
Los órganos del poder judicial deben ejercer no solo un control de
constitucionalidad, sino también de convencionalidad ex officio entre las normas
internas y la convención americana, en el marco de sus respectivas
competencias y de las regulaciones procesales correspondientes.
En “Ekmekdjian c. Sofovich” la corte suprema comienza a manifestarse con
mayor apertura a las formulas receptivas de pautas e interpretaciones de la corte
interamericana de derechos humanos. La interpretación del pacto debe, además
guiarse por la jurisprudencia de la corte interamericana de derechos humanos,
uno de cuyos objetivos es la interpretación del pacto de San José.
Las sentencias de la corte interamericana de derechos humanos son definitivas
e inapelables, y los Estados se encuentran obligados a cumplirlas, siempre
competente dicha corte para conocer cualquier caso relativo a la interpretación
y aplicación de las disposiciones del Pacto y también por vía consultiva por lo
que, los jueces deben seguir tales directrices.
Es en Mazzeo donde aporto un relevante enfoque institucional en torno a la
invalidez constitucional de la atribución presidencial de emitir indultos que
beneficien a sujetos acusados de cometer delitos de lesa humanidad. La propia
corte suprema acepto en el voto mayoritario que, además del control de
constitucionalidad, debía ejercer el de convencionalidad y seguir las líneas
trazadas por la corte interamericana de derechos humanos cuando este tribunal
la practique reitera que por su parte, la corte interamericana ha señalado que es
consiente que los jueces y tribunales internos están sujetos al imperio de la ley,
y por ello, están obligados a aplicar las disposiciones vigentes en el
ordenamiento jurídico. Cuando un Estado ha ratificado un tratado internacional
como la convención americana, sus jueces, como parte del aparato del Estado,
también están sometidos a ella, les obliga a velar porque los efectos de las
disposiciones de la convención no se vean mermados por la aplicación de leyes
contrarias a su objeto y fin y que desde un inicio carecen de efectos jurídicos. El
poder judicial debe ejercer una especie de control de convencionalidad entre las
normas jurídicas internas que aplican en los casos concretos y la convención
americana sobre derechos humanos. El poder judicial debe tener en cuenta no
solamente el tratado, sino también la interpretación que del mismo ha hecho la
corte interamericana, interprete ultima de la convención americana. Las únicas
decisiones de los órganos de protección del sistema interamericano que son
obligatorias para los Estados son las sentencias contenciosas de la corte
interamericana, siempre y cuando esas sentencias no impongan una medida que
implique desconocer derechos fundamentales del orden jurídico interno.

19
En el caso “Rodríguez Pereyra” de 2012, la corte argentina paso revista a los
fallos de la corte interamericana desde “trabajadores cesados del congreso”
hasta “Fontevecchia y D´amico” para sostener que la jurisprudencia reseñada no
deja lugar a dudas de que los órganos judiciales de los países que han ratificado
la convención americana sobre derechos humanos están obligados a ejercer, de
oficio, el control de convencionalidad, descalificando las normas internas que se
opongan a dicho tratado. Deben ser ejercidos por los jueces nacionales en las
mismas condiciones pero respetando las distintas fuentes textuales e
interpretativas.
En el caso “Carranza Laturbesse” del 6 de agosto del 2013, afirmando en el
considerando 18, que corresponde reconocer el carácter obligatorio para el
estado nacional de las recomendaciones del art. 51.2 de la convención
americana formuladas en el caso en el informe nº 30/97 de la comisión.
A juicio de este tribunal, que dicho resultado es el que impone el sentido que
debe atribuirse a los términos del citado precepto tanto ene l contexto especifico
cuando en el general en el que están insertos, atendiendo al objeto y fin.

El control de convencionalidad a partir de los fallos de la corte suprema Argentina


produce un gran impacto en la supremacía constitucional, lo cual se materializa
a través:
a. Los jueces nacionales deben cuidar que las disposiciones de la
convención no se vean mermadas por la aplicación de leyes internas que
resulten contrarias a su objeto y fin. En principio, aparecen obligados los
jueces pero también se extiende a las autoridades públicas como se
esbozó en el caso “Gelman”.
b. El control de convencionalidad no es solamente respecto al texto expreso
de la convención sino que incluye la interpretación que de la misma ha
realizado la corte interamericana de derechos humanos.
c. Este control aparece como un control difuso y de oficio, que queda en
manos de los jueces domésticos. Se materializa así la internalización de
la convención en la aplicación concreta que realizarían los jueces locales.
d. Sobre las normas pasibles de dicho control, la corte suprema no ha hecho
una descripción de qué tipo de preceptos locales deben ser controlados,
se considera que cualquier regla general y abstracta más aplicada (ley,
decreto, ordenanzas, actos administrativos) incluyendo a las
constituciones provinciales y a la nacional tienen que están incluidas en
el concepto aludido.
e. Cuando el tribunal interamericano resuelve un caso concreto donde la
Argentina ha sido parte, no hay duda que su decisión es vinculante porque
el estado argentino que ha aceptado su jurisdicción transnacional y está
directamente afectado.
Cuando el estado argentino no ha sido parte en el proceso interamericano, se
extrae que las sentencias de la corte interamericana de derechos humanos

20
constituyen una insoslayable pauta de interpretación o una imprescindible pauta
de interpretación.
El art. 68 de la CADH establece que los fallos de la corte interamericana de
derechos humanos son obligatorios para el Estado que acepto la competencia
del tribunal internacional y fu parte en el proceso internacional en el que resulto
condenado, las decisiones de la corte interamericana no tienen efectos
generales sobre otros casos similares existentes en el mismo y otro Estado, la
convención americana no establece en ninguna disposición el alcance general
de los fallos de la corte interamericana, ni en cuanto al decisorio ni en cuanto a
los fundamentos, no hay un compromiso de los Estados a cumplir con las
decisiones de la CIADH en aquellos casos en que no fueron partes.
El control de convencionalidad surge como un imperativo para los cuatro órdenes
de gobiernos autónomos (nacional, provincial, municipal y el de la ciudad
autónoma de Buenos Aires, con veinticinco jurisdicciones judiciales, según la
corte interamericana de derechos humanos el control de convencionalidad
pesaría sobre los jueces del poder judicial pero también obligaría a los jueces de
un tribunal constitucional extra poder en las causas sometidos a su decisión.
Se destaca que así como el control de constitucionalidad persigue afirmar la
supremacía de la constitución nacional, el de convencionalidad, la del pacto de
san José de costa rica, siendo común a amos el objetivo de obtener la invalidez
de la norma inferior opuesta a la superior.
Bloque de supremacía
Constitucionalidad: CN, TRATADOS Y LEYES FEDERALES
Convencionalidad: TRATADOS INTERNACIONALES, JURISPRUDENCIA
INTERNACIONAL.
La jerarquización constitucional de ciertos tratados de derechos humanos en el
artículo 75, Inc. 22, provoco una modificación de los criterios de interpretación
tan trascendente como para considerar que a partir de esta reforma, tenemos
una nueva constitución. El término complementa introducido en el Inc. 22 del art.
75, estableció una nueva regla. Si complementar implica añadir, integrar algo
que falta para llegar al todo. Complementar significa acreditar la protección de
los derechos. No derogan se refiere al art. 27 de la constitución nacional que el
tratado entra al derecho interno en la medida en que respete los principio de
derecho público.
La reforma de 1994 al reconocer el mismo nivel constitucional a varios tratados
internacionales sobre derechos humanos e introducir un capítulo sobre nuevos
derechos, actualizo también los contenidos de la primera parte, exigiendo el uso
de nuevas reglas de interpretación en concordancia con las constituciones más
actuales.
Los órganos supranacionales de protección de los Derechos Humanos

21
La convención Americana sobre derechos humanos introdujo en nuestro sistema
constitucional de garantía de los derechos humanos, dos órganos de protección
a nivel supranacional:
La comisión interamericana de derechos humanos
La corte interamericana de derechos humanos
La comisión interamericana de derechos humanos se limita a emitir informes
siendo su contenido recomendaciones de carácter no obligatorio por definición.
La intervención de este órgano en las denuncias sobre violación de derechos
humanos actúa como antesala de la corte interamericana a la que el acceso se
encuentra habilitado para los individuos solo cuando la misma comisión lo
considera prudente. La aceptación por parte del Estado argentino de la
competencia de la corte interamericana para intervenir en los pleitos promovidos
por quienes hubieren sido víctimas de violación en sus derechos implicaba en un
nuevo desafío, en tanto la corte suprema de justicia de la Nación, sin perder su
condición de tribunal suprema, se vería sujeta al control de cumplimiento de los
tratados de derechos humanos por ese tribunal internacional.
Sabemos que ese control supranacional no permite modificar la sentencia
dictada en el derecho interno de un Estado, si durante el proceso trasnacional
se llegare a acreditar el incumplimiento de las obligaciones contenidas en la
convención americana sobre derechos humanos o cualquiera de los tratados
identificados en el art. 23 del reglamento de la comisión interamericana, la corte
podrá establecer la responsabilidad del Estado frente a sus propios ciudadanos,
imponiendo la restauración del derecho conculcado o la reparación del daño
insuperable. Las sentencias que emite la corte interamericana de derechos
humanos resulta obligatorias para el Estado condenado tanto por su propia
naturaleza jurisdiccional como porque no existe por encima de este órgano otro
con competencia para revisar sus pronunciamientos. El Art. 67 de la CADH, el
fallo de la corte será definitivo e inapelable. En caso de desacuerdo sobre el
sentido o alcance del fallo, la corte lo interpretara a solicitud de cualquiera de las
partes, siempre que dicha solicitud se presente dentro de los noventa días a
partir de la fecha de la notificación del fallo. El Estado, una vez que ha sido
condenado carece de competencia para cuestionar el pronunciamiento y solo
puede solicitar su interpretación.
La corte interamericana carece de Imperium para exigir el cumplimiento de sus
sentencias. La convención establece una posterior intervención del órgano
político de la OEA: La Asamblea General. El art. 65 de la CADH dice al respecto:
La corte someterá a la consideración de la Asamblea general de la organización
en cada periodo ordinario de sesiones un informe sobre su labor en el año
anterior. Señalara los casos en que un Estado no haya dado cumplimiento a sus
fallos. Si bien la convención no ha previsto un procedimiento coactivo para que
la corte puede exigir el acatamiento de sus fallos, esta debe informar anualmente
a la asamblea general cuales han sido los casos en que un Estado no les ha
dado cumplimiento. Al no haberse establecido cuales son las medidas concretar
que podría disponer la Asamblea general, la presentación de los mencionados

22
informes constituye el único procedimiento por el cual es Estado incumplidor
puede ser sometido al análisis y ponderación de sus actuación en el ámbito de
dicho órgano político.
Sistemas
1. Universal, ONU: organización de las naciones unidas, no hay una corte
de justicia de derechos humanos, si esta la corte de la Haya. La ONU
posee un comité. Las Naciones Unidas nacieron oficialmente el 24 de
octubre de 1945, después de que la mayoría de los 51 Estados Miembros
signatarios del documento fundacional de la Organización, la Carta de la
ONU, la ratificaran. En la actualidad, 193 Estados son miembros de las
Naciones Unidas, que están representados en el órgano deliberante, la
Asamblea General. Los Estados son admitidos como Miembros de las
Naciones Unidas por una decisión de la Asamblea General a
recomendación del Consejo de Seguridad. Los principales órganos de la
ONU son la Asamblea General, Consejo de Seguridad, Consejo
Económico y Social, Consejo de Administración Fiduciaria, la Corte
Internacional de Justicia y la Secretaría de la ONU. Todos ellos se
crearon en 1945 al fundarse la ONU.
2. Regional interamericano, OEA: La Organización de los Estados
Americanos es el organismo regional más antiguo del mundo, cuyo origen
se remonta a la Primera Conferencia Internacional Americana, celebrada
en Washington, D.C., de octubre de 1889 a abril de 1890. En esta
reunión, se acordó crear la Unión Internacional de Repúblicas Americanas
y se empezó a tejer una red de disposiciones e instituciones que llegaría
a conocerse como “sistema interamericano”, el más antiguo sistema
institucional internacional. La Organización fue fundada con el objetivo de
lograr en sus Estados Miembros, como lo estipula el Artículo 1 de la Carta,
"un orden de paz y de justicia, fomentar su solidaridad, robustecer su
colaboración y defender su soberanía, su integridad territorial y su
independencia". Tiene un órgano de justicia que es CIDH.
3. UENO: Tribunal europeo de derechos humanos solo para violaciones de
derechos humanos.
4. Sistema Africano, solo tiene un tribunal de derechos humanos y una
comisión.
Situación Actual de la república Argentina
Dice el art. 68 de la CADH que el fallo de la corte interamericana se podrá
ejecutar por el procedimiento interno vigente para la ejecución de sentencias
contra el Estado. Tiene vigencia para todos los Estados americanos signatarios
del pacto. El art. 117 de la CN que identifica los casos en que intervendrá la corte
suprema de justicia de la nación en competencia originaria y única. Tratándose
de una competencia excepcional solo admisible en los casos expresamente
indicados en dicho artículo e imposible de ampliar por otra vía que no sea la
reforma constitucional. Una vez aceptada la vigencia interna de la convención
Americana sobre derechos humanos y más aún luego de haberla elevado a

23
jerarquía constitucional por el art. 75 Inc. 22 de la CN, aparecen problemas a la
que tanto ha aludido la corte suprema en su jurisprudencia. La imposibilidad de
ampliar la competencia originaria de la corte suprema hace que solo puedan
ejecutarse las mencionadas sentencias por ante dicha corte directamente,
cuando se trata de asuntos concernientes a embajadores, ministros y cónsules
extranjeros y en los que alguna provincia fuese parte, según dispone el art. 117
de la constitución Nacional. Corresponde la intervención de la justicia
contencioso administrativo federal por imperativo del art. 116 de la CN, porque
toda sentencia condenatoria dictada contra el Estado lo hace parte en los
términos del mismo artículo. Debe reconocerse la idoneidad ejecutoria de las
sentencias de la corte interamericana en la justicia contencioso administrativo
federal, por ser la que interviene en las causas en que la nación sea parte.
Lo procesal se rige por los art. 499 y siguientes del código procesal civil y
comercial de la Nación, que regulan la ejecución de sentencias de tribunales
argentinos, porque el pronunciamiento de la corte interamericana tiene esa
naturaleza.
Cumplimiento de las sentencias de la corte interamericana de derechos
humanos contra la república Argentina
No son muchas las sentencias dictadas hasta la fecha contra nuestro país por la
corte interamericana. La primera correspondió a la solución amistosa acordada
en el caso “Maqueda”, en el que el Estado Argentino se comprometió a indultar
al peticionante que se encontraba detenido y procesado por los hechos de la
tablada. El núcleo central del proceso se instaló en la violación del art. 8.2.H de
la convención americana que garantiza la doble instancia de la que el procesado
se encontraba privado en razón de la competencia única establecida por la ley
de defensa de la democracia bajo cuya letra era juzgado. El compromiso fue
cumplido de inmediato. En el caso “Garrido y Baigorria” el Estado argentino
reconoció su responsabilidad internacional en la desaparición de las víctimas,
detenidas por la policía de la provincia de Mendoza y de cuyo paradero nunca
más se supo. La sentencia concedió a las partes un plazo de seis meses para
acordar los términos de la reparación. A la fecha aún no se ha dado integro
cumplimiento a la sentencia.
 Las sentencias dictadas por la corte interamericana de derechos humanos
no pueden ser revisadas ni reinterpretadas por los órganos internos del
Estado, art. 68 CADH, deben cumplirse integra e inmediatamente.
 Si el Estado fuere renuente la misma debe ejecutarse por el procedimiento
establecido por el derecho interno para la ejecución de sentencia contra
el Estado
 En los términos de nuestra constitución ese procedimiento corresponde a
la justicia contencioso administrativo federal.
 La corte suprema de justicia de la nación solo interviene originariamente
cuando se dan los supuestos establecidos en su art. 116
 El acatamiento inmediato e íntegro de la sentencia supranacional se
impone tanto como consecuencia de la convención americana sobre

24
derechos humanos como por la jurisprudencia de la corte suprema de
justicia nacional posterior a la reforma constitucional de 1994, y su
incumplimiento pone al Estado en riesgo de incurrir en una nueva
responsabilidad internacional.
 La experiencia obtenida hasta la fecha en el orden nacional relativo al
nivel de acatamiento, muestra demoras y obstáculos.
 Dicha reglamentación deberá respetar la regla cuestionable de
cumplimiento íntegro e inmediato de esa sentencia, la imposibilidad
absoluta de su reinterpretación por los órganos internos y la necesidad de
no incorpora obstáculos que impliquen un excesivo rigor procesal.
Principios
A. Presunción de auto-Ejecutividad
El art. 2 del pacto de san José de costa rica contiene este principio: “Si el ejercicio
de los derechos y libertades mencionados en el art. 1 no estuvieran ya
garantizado por disposiciones legislativas o de otro carácter, los Estados parte
se comprometen a adoptar, con arreglo a sus procedimiento constitucionales y
a las disposiciones de esta convención, las medidas legislativas o de otro
carácter que fueren necesarias para hacer efectivas tales derechos y libertades.
El sistema mismo de la convención está dirigido a reconocer derechos y
libertades y no a facultar a los Estados para hacerlo. Eventualmente revela que
las medidas internas solo son necesarias cuando la norma internacional así lo
requiera, pero no en todos los casos, es decir, no cuando son auto ejecutivas.
De la aplicación inmediata se infiere la presunción de operatividad de sus
normas, su aplicación al caso concreto sin necesidad de una ley de derecho
interno que lo reglamente, salvo el caso de normas que ineludiblemente son
programáticas, ya que no se bastan a sí mismas y precisan de otra norma que
las complete, para que una norma sea auto ejecutiva pueda derivar de ella en
forma directa un derecho a favor de un individuo que la regla sea lo
suficientemente especifica como para poder ser aplicada judicialmente sin que
su ejecución este subordinada a un acto legislativo o administrativo. La corte
suprema de justicia de la nación Argentina ha sostenido que cuando una ley es
clara y no exige mayor esfuerzo interpretativo no cabe sino su directa aplicación
y que siempre que contenga descripciones lo suficientemente concretas de los
supuestos de hecho que hagan posible su aplicación inmediata.
Siempre que de un instrumento internacional de derechos humanos surja el
reconocimiento de un derecho con la suficiente precisión como para poder ser
aplicado por un juez, esa norma es directamente aplicable a cualquier causa que
tramite ante el poder judicial o ante la administración del Estado y aun en el caso
que la norma presentare alguna falencia o no sea todo lo explicita que puede
esperarse, el juez puede y debe realizar una interpretación integradora de la
misma
B. El deber de adoptar medidas internas

25
El Estado que asume un compromiso internacional debe adecuar su legislación
interna a este. Los estados asumen la obligación de compatibilizar su normativa
interna a las normas internacionales de derechos humanos. El poder
constituyente argentino, al elevar a la jerarquía constitucional una serie de
normas que lo contienen ha jerarquizado esta obligación, de adecuar la
normativa interna a las obligaciones internacionalmente asumidas en la materia.
No habrá, una norma superior que desplace a una inferior, sino simplemente una
obligación en adecuar unas a otras. Todos los poderes del Estado deben hacer
el esfuerzo para la adecuación de la normativa vigente, produciendo las reformas
que fuere menester a tal efecto. La única diferencia en la tarea que emprenden
es que cuando la adecuación la hace el poder judicial, la norma que se dicte solo
tendrá efecto para el caso concreto, salvo el caso especial de los efectos
expansivos de la cosa juzgada en los amparos colectivos y en las acciones de
clase no patrimoniales. El deber de adoptar medidas internas se transforma en
armonización de las normas que integran el bloque de constitucionalidad.
C. Provisión de un Estándar Mínimo de Protección
Este principio se desprende del art. 29 inc b del pacto de san José de costa rica.
El derecho internacional de los derechos humanos establece pautas mínimas a
las que los Estados se obligan, apuntan tanto a la cantidad de derechos como al
alcance y amplitud que se le reconoce a cada derecho. El estado se obliga
entonces a garantizar un piso mínimo de derechos a las personas sujetas a su
jurisdicción, pero nada le impide reconocer en su derecho interno más derechos
o reconocerlos en mayor medida.
D. Irreversibilidad
El art. 4 del Pacto de san José de costa Rica al referirse a la pena de muerte
establece que aquellos Estados que la hubieren abolido, no podrán restablecerla
y que los que la tuvieren prevista, no extenderán su aplicación de delitos a los
que no se aplique actualmente. El art. 7.6 establece que con referencia al habeas
corpus preventivo, que aquellos estados que lo tuvieren previsto en su legislación
no podrán restringirlo ni abolirlo en lo sucesivo. Ha sido definido como la
imposibilidad de desconocer la condición de un derecho como inherente a la
persona humana una vez que el Estado si lo ha hecho en un instrumento
internacional. Que una vez que al ratificar un tratado se reconoce, un derecho
como inherente a la persona, no existe la posibilidad de dar marcha atrás sobre
el tema, el Estado queda obligado a continuar reconociendo ese derecho aun
cuando, denuncie ese tratado. La dignidad humana no admite relativismos.
La irreversibilidad no es patrimonio exclusivo del derecho internacional de los
derechos humanos, sino que necesita para su concreción de derechos
constitucional, aunque no por ello deja de ser un principio general del primero.
E. Principio Pro homine
El Art. 29 del pacto establece ninguna disposición de la presente convención
puede ser interpretada en el sentido de permitir alguno de los estados partes,
grupos o persona, suprimir el goce y ejercicio de los derechos y libertades

26
reconocidas en la convención o limitarlas en mayor medida que lo prevista en
ella limitar el goce y ejercicio de cualquier derecho o libertad que pueda estar
reconocido de acuerdo con las leyes de cualquiera de los Estados partes o de
acuerdo con otra convención en que sea parte uno de dichos Estados. El
principio pro homine es uno de los pilares del régimen de protección internacional
de derechos humanos ha sido utilizado por los órganos internacionales de
aplicación de normas en distintos modos. Los tratados sobre derechos humanos
deben entenderse en función de la protección de los derechos esenciales del ser
humano y no para beneficio de los Estados contratantes. Solo son admitidas
aquellas restricciones que se ordenen por ley clara y precisa y que sean
estrictamente necesarias para mantener el orden público, la moral, la seguridad,
etc.
El principio pro homine puede ser definido como aquel por el cual, ante una
pluralidad de normas aplicables a una misma situación jurídica el intérprete debe
elegir aquella que brinde una protección más favorable para la persona humana,
en el sentido de darle la mayor extensión posible a las que consagran derechos
y el menor alcance posible a las que posibilitan restricciones, limitaciones o
suspensiones.
F. El principio Pro Actione
El art. 8 del pacto de san José de costa rica prescribe toda persona tiene derecho
a ser oída, con las debidas garantías y dentro de un plazo razonable por un juez
o tribunal competente, independiente e imparcial, establecido con anterioridad
por la ley, en la sustanciación de cualquier acusación penal o para determinación
de sus derechos y obligaciones de orden civil, laboral, fiscal o de cualquier otro
carácter. Los Estados parte se comprometen a desarrollar las posibilidades de
recursos judiciales. Resulta esclarecedora la interpretación que la comisión
interamericana de derechos humanos formulo del derecho a la tutela judicial
efectiva, el principio de la tutela judicial efectiva puede traducirse en la garantía
de libre entrada a los tribunales para la defensa de los derechos e intereses ante
el poder público. El juez debe buscar en cada caso la interpretación más
favorable al ejercicio de la acción, eludiendo siempre su rechazo in limine. Se
encamina entonces a no entorpecer ni obstruir el derecho a la tutela judicial
efectiva.
G. El principio de universalidad
Deviene del reconocimiento de la dignidad que tienen todos los miembros de la
raza humana sin distinción de nacionalidad, credo, edad, sexo, preferencias o
cualquier otra, por lo que los derechos humanos se consideran prerrogativas que
le corresponden a toda persona por el simple hecho de serlo.
H. El principio de interdependencia
Consiste en que todos los derechos humanos se encuentran vinculados
íntimamente entre sí, de tal forma, que el respeto y garantía o bien, la
transgresión de alguno de ellos, necesariamente impacta en otros derechos.

27
En el entendido de que por esta interdependencia unos derechos tienen efectos
sobre otros, se debe tener una visión integral de la persona humana a efecto de
garantizar todos y cada uno de sus derechos universales.
I. El principio de Indivisibilidad
Indica que todos los derechos humanos son infragmentables sea cual fuere su
naturaleza. Cada uno de ellos conforma una totalidad, de tal forma que se deben
garantizar en esa integralidad por el Estado, pues todos ellos derivan de la
necesaria protección de la dignidad humana.
J. El principio de progresividad
Establece la obligación del Estado de generar en cada momento histórico una
mayor y mejor protección y garantía de los derechos humanos, de tal forma, que
siempre estén en constante evolución y bajo ninguna justificación en retroceso.
El mismo texto del artículo en comento establece que las normas relativas a los
derechos humanos se interpretarán de conformidad con esta Constitución y con
los tratados internacionales de la materia favoreciendo en todo tiempo a las
personas la protección más amplia. De aquí que se desprendan otros dos
principios importantes, como lo son el pro persona y el principio de interpretación
conforme, mismos que se explican a continuación.
El proceso ante la corte interamericana de derechos humanos
El trámite de un caso ante la jurisdicción de la corte interamericana de derechos
humanos, es un proceso de naturaleza jurisdiccional que obliga a garantizar a
las partes el derecho de defensa en juicio en un marco respetuoso de las reglas
y principios del debido proceso.
La denuncia que pone en marcha la actividad de la comisión interamericana tiene
desde el origen un denunciante que está en expectativa y un denunciado que
debe justificar los actos y hechos que se manifiestan violatorios e derechos
humanos.
Cada una de esas etapas, que comienzan con el derecho a ser oído el acceso a
los jueces y al desarrollo del proceso, supone el deber de tener el claro las
modalidades de producción probatoria y como se valoran las adquiridas,
asegurar el régimen de impugnaciones, los plazos de cumplimiento y ejecución
de las sentencias. Todo ello lo establece la corte en su reglamento.
También es estatuto de la corte interamericana contiene disposiciones de índole
procesal, ambos documentos constituyen el código procesal del sistema regional
de protección de los derechos humanos.
La corte posee competencia para redactar su estatuto y reglamento, debiendo
sujetarse a las reglas generales que derivan de la propia convención
Interamericana de derechos humanos. A su vez el Estatuto regula su estructura,
funcionamiento interno y relaciones con los Estados y los organismos
internacionales.

28
Sometimiento del caso a la Corte
Ante la imposibilidad de alcanzar una solución amistosa durante el trámite en la
comisión (art. 50 CADH) o por el transcurso de tres meses desde que el informe
definitivo fuera notificado al Estado interesado sin que se hubiera solucionado el
tema objeto de la denuncia, El Estado interesado o la comisión podrán someter
el caso a tratamiento ante la corte.
Es clara la convención en tanto establece un plazo perentorio para que el caso
sea remitido a la corte, y es el de tres meses a que se refiere el art. 51, que
comienza a computarse desde el informe preliminar (art. 50) ha sido
recepcionado por el Estado.
Elevación por El Estado
Si bien el art. 61 CADH admite la legitimación activa del Estado para promover
una demanda ante la corte. La redacción del art. 61 CADH provoca algunas
dudas respecto de cuáles son los Estados partes que pueden promover una
demanda. El término se refiere al Estado que ha sido denunciado ante la
comisión y solo en relación con el mismo caso.
Todos los casos promovidos hasta hoy lo han sido a iniciativa de la comisión. La
redacción del art. 51 CADH indica que la comisión posee la facultad para decidir
cuáles son los casos que merecen elevarse a la corte sin establecer bajo qué
condiciones debe hacerlo. El actual reglamento impone a la comisión cuando
somete un caso a la corte, el deber de explicar los motivos que la llevaron a
presentar el caso y sus observaciones a la respuesta del Estado demandado a
las recomendaciones del informe preliminar.
Antes de proceder al análisis del caso, la corte, deberá verificar su competencia
en tres órdenes: respecto de las personas, el tiempo y la materia. La regla que
le permite pronunciarse en forma definitiva e incuestionable sobre este punto
deriva de derecho internacional y ha sido reiterada por el tribunal en numerosos
pronunciamientos. Se trata de un poder inherente a su calidad de tribunal
internacional, al que se refiere como competence de la competence.
Para aceptar la competencia del tribunal en relación con el Estado, debe
recordarse que no resulta suficiente que este haya ratificado la convención
Americana, sino que conforme el Art. 62 CADH se requiere una declaración
expresa de aceptación de sometimiento a la competencia de la Corte, puede
hacerse incondicionalmente o bajo condición de reciprocidad, por un plazo
determinado o para casos específicos (art. 62.2).
En cuanto a la posibilidad de que el Estado pueda retirar dicho reconocimiento
de competencia, el art. 78 CADH prevé únicamente la denuncia o retiro de la
convención en su totalidad, por lo que no sería admitido hacerlo únicamente
respecto de la aceptación de competencia. Respecto de la comisión, presenta
algunas cuestiones en relación con el rol procesal que desarrollara durante el
trámite ante la corte. A comisión tiene variadas funciones que van desde la
promoción y protección de los derechos humanos en general, pasando por su

29
actuación respecto de las peticiones y denuncias individuales, hasta la
intervención directa como promotora de casos contenciosos ante la corte.
La comisión ya no prepara una demanda debiendo presentar en su lugar el
informe preliminar a que se refiere el art. 50 de su reglamento, adjuntar cierto
información y acompañar la prueba que recibió, pudiendo únicamente proponer
peritos cuando se afecte de manera relevante el orden público internacional. Las
presuntas víctimas y sus representantes presentan su escrito de solicitudes,
argumentos y prueba en forma autónoma, ofrecen prueba, opinan sobre la
procedencia de las que ofrezca el Estado y tienen una intervención principal en
la audiencia. Ya no se habla de demanda, sino de escrito de sometimiento del
caso. La comisión actúa en realidad como una especie de ministerio público, la
presunta víctima ejercita evidentemente el papel de demandante. La comisión
que demanda, ejerce una facultad propia y exclusiva, al punto que es ella misma
quien decide cuales casos serán objeto de elevación a la corte y cuales seguirán
su trámite a través del procedimiento de seguimiento previsto por el art. 48 de su
reglamento. La presunta víctima, debe esperar que le sea notificado el escrito de
sometimiento del caso a la corte para presentar su escrito de solicitudes,
argumentos y pruebas en forma autónoma.
Una nueva garantía incorporada al proceso es la intervención de un defensor
interamericano (art. 37 del reglamento) cuya función será actuar en los casos en
que las presuntas víctimas no posean representación legal debidamente
acreditada. El defensor las representara durante el proceso.
Según el art. 62.3 CADH la corte es competente para conocer de cualquier caso
relativo a la interpretación y aplicación de las disposiciones de esta convención.
La convención Americana sobre derechos Humanos parece ser la única
competencia material para la corte en los casos contenciosos. Otros tratados de
derechos humanos también le confieren competencia para tratar casos de
violaciones de los derechos en ellos contenidos. La condición inexcusable para
asumir la competencia es que al Estado demandado haya ratificado el tratado
cuya violación se discute, con el alcance que permitan las reservas que hubiere
efectuado y que los hechos denunciados hayan sucedido con posterioridad a
dicha ratificación.
Tres momentos deben ser ponderados para admitir la competencia temporis de
la corte: El de la aceptación de la competencia de la corte, el de la ratificación de
la convención o del tratado cuya violación se invoca y aquel en que se produjeron
los hechos lesivos al derecho humano. Debiendo tratarse de hechos producidos
con posterioridad tanto a la ratificación del documento internacional de que se
trate como a la aceptación de la competencia de la corte.
El art, 55 de la convención Americana indica en su Inciso 1 que el juez que sea
nacional de alguno de los Estados partes en el caso sometido a la corte,
conservara su derecho a conocer en el mismo. En el inciso 2 agrega si uno de
los jueces llamados a conocer en un caso fuere de la nacionalidad de una de los
Estados parte, otro estado parte en el caso podrá designar a una persona de su
elección para que integre la corte en calidad de juez ad hoc.

30
La corte interamericana interpreto desde su instalación, que en caso de no ser
ninguno de los jueces que la integraban de la nacionalidad del Estado
denunciado, este sería invitado a designar un juez para que interviniera en el
caso en carácter de magistrado ad hoc. La republica argentina promovió una
opinión consultiva en los términos del art. 64.2 CADH, planteando dos
interrogantes, si la posibilidad de designar un juez ad hoc debía limitarse a los
casos generados en denuncias interestatales y si el juez de la nacionalidad del
Estado demandado debería excusarse de participar en la decisión. Emitió la
opinión consultiva OC 20/09 que significa un cambio sustancial en tanto dispone
que el juez que ostente la nacionalidad del Estado demandado en un caso
contencioso originado en una petición individual, no debe conocer de la
controversia. El magistrado conserva la facultad de intervenir conforme el art.
55.1 pero que ello no sería lo más adecuado a la evolución del sistema de
protección de los derechos humanos.
La interpretación hecha por el tribunal hasta este momento debe ser
necesariamente revisada porque ninguna interpretación de la convención
realizada por la corte, inclusive de manera reiterada, puede entenderse como
una práctica de los Estados, de tal modo que impida al tribunal modificar sus
criterio, en este asunto no se está en presencia de una costumbre internacional
conforme la cual los Estados hayan adquirido derecho alguno. En consecuencia
entiende que la figura de los jueces ad hoc debe reservarse exclusivamente para
las controversias interestatales.
Excepciones Preliminares
Este instituto tiene en el proceso supranacional la misma finalidad que en el
derecho interno: permite a la parte demandada, el Estado, presentar ante el
tribunal defensas relativas a la ausencia de presupuestos procesales que son
imprescindibles para que el proceso sea regular o valido, como la competencia,
el incumplimiento de requisitos de admisibilidad u otros. El objetivo es que sean
analizadas por la corte con carácter previo a las cuestiones de fondo. En caso
de resolverse favorablemente, la continuidad del proceso resultara
improcedente. En una primera época el tribunal podría autorizar la suspensión
del procedimiento sobre el fondo, para tratar y resolver en primer lugar las
excepciones, preservando así su naturaleza de preliminares, pero el actual
reglamento lo impide expresamente (art. 42.3) de modo que este incidente y el
trámite procesal de fondo se desarrollan simultáneamente, con fundamento en
el principio de economía procesal.
El actual reglamento hace coincidir ambos plazos, ahora de dos meses a contar
desde la recepción del escrito de solicitudes, argumentos y pruebas que presente
la presunta víctima. La corte podrá convocar una audiencia especial relativa
exclusivamente a las excepciones preliminares.
En los casos en que el Estado oponga excepciones preliminares, las otras partes
en el proceso tendrán la facultad de presentar alegatos por escrito, contando
para ello con un plazo de 30 días a partir de que les fuere comunicada dicha
presentación.

31
La corte por su parte y en la numerosa jurisprudencia sobre este instituto, ha
unificado criterio a partir de presentaciones similares. Las más frecuentes
invocan la falta de agotamiento de los recursos de la jurisdicción interna, la
incompetencia del tribunal o de la comisión, vicios en la legitimación, la
inadmisibilidad por defectos formales o de contenido o la extemporaneidad de la
demanda, entre otros.
Reglas generales del proceso ante la corte
Se divide en tres Reglas generales, procedimiento escrito y procedimiento oral.
Los idiomas oficiales de la corte son el español, el inglés, el portugués y el
francés. Si alguna de las partes no conociera suficientemente el idioma de
trabajo, la corte puede autorizarla a expresarse en su propia lengua, asegurando
la presencia de un intérprete, quien deberá prestar juramento o declaración
solemne de fiel cumplimiento de la tarea encomendada y reserva de los hechos
de que tome conocimiento. El art. 34 indica que la interposición de la demanda
debe hacerse en alguno de los idiomas de trabajo. Los representantes de los
Estados se denominan Agentes. Los representantes de la comisión se
denominan “delegados” y pueden ser también asistidos por cualquier persona.
En cuanto los representantes de las presuntas víctimas, se acreditaron formal
ante el tribunal.
Agentes, delegados y representantes de las presuntas víctimas asumen todas
las facultades para intervenir durante el proceso en cualquier acto procesal
autorizado en el reglamento.
El termino día se entenderá como día natural, es decir días sucesivos sin
interrupciones con motivo de feriados u otros no laborales. Los plazos en meses
se cuentan cómo mes calendario. Los plazos indicados en el reglamento son
perentorios, la corte ha admitido flexibilizarlos bajo ciertas condiciones.
El proceso tiene tres partes bien diferenciadas, una inicial escrita, otra central de
carácter oral y una etapa final escrita. Todos los escritos (incluso la demanda)
pueden presentarse a través de cualquier medio, en tanto permita preservar su
contenido tal y como ha sido presentado por las partes, personalmente, vía
Courier, fax, télex, correo o cualquier otro. La presidencia puede rechazar o
devolver los escritos que considere improcedentes.
Procedimiento durante la etapa escrita inicial
Si el caso es sometido por parte de la comisión, esta deberá hacerlo mediante la
presentación del informe preliminar, deberá contener los hechos supuestamente
violatorios y la identificación de las presuntas víctimas. Si por el contrario quien
somete el caso fuere el Estado, se le requerirá un escrito motivado con iguales
requisitos que los exigidos a la comisión, salvo que deberá indicar las pruebas
que ofrece, en tanto la comisión presentara las que recibió.
La figura del Amicus curiae fue incorporada en la reforma reglamentaria de 2009
manifestando la necesidad de reglamentar la presentación de escritos por
entidades o personas ajenas al proceso pero interesadas en emitir su opinión.

32
Se reconoce el amicus curiae como un amigo del tribunal que comparece
voluntariamente en algún momento del proceso para aportar información y
exponer su experiencia o parecer como aporte para la solución del caso.
Significa la persona o institución ajena al litigio y al proceso que presenta a la
corte razonamientos en torno a los hechos contenidos en el sometimiento del
caso o formula consideraciones jurídicas sobre la materia del proceso, a través
de un documento o de un alegato en audiencia.
El escrito de quien desee actuar como amicus curiae podrá ser presentado al
tribunal, junto con sus anexos, a través de cualquiera de los medios establecidos
en el art. 28.
La presentación del escrito no está sujeta a formalidades y puede efectuarse
hasta quince días posteriores a la celebración de la audiencia pública durante la
etapa oral o bien de no celebrarse dicha audiencia, dentro de los quince días
posteriores a la resolución que dispone el plazo para la presentación de los
alegatos finales y prueba documental.
Las audiencias durante la etapa oral
La apertura de esta etapa será realizada por el presidente, fijando las fechas de
las audiencias en que será receptada la prueba oral, art. 45. El presidente tendrá
un papel principal en la dirección de los debates moderar las preguntas que los
otros jueces hagan a las presuntas víctimas, testigos, peritos y cualquier otra
persona que la corte decida interrogar. Sera la comisión quien expondrá en
primer lugar los fundamentos de su informe preliminar y de la presentación del
caso ante la corte. Serán llamados a declarar los testigos y peritos, debiendo
ambos prestar juramento. Una vez que hayan sido escuchados los declarantes
y los jueces hayan formulado sus preguntas, la presidencia concederá la palabra
a las presuntas víctimas o sus representantes y al Estado, quienes expondrán
sus alegatos. La comisión presentara sus observaciones finales. Finalmente la
presidencia dará la palabra a los jueces para que si lo desean formulen nuevas
preguntas.
La totalidad de la prueba con que las partes intenten acreditar la veracidad de
los hechos tendrá que ser ofrecida en los respectivos escritos introductorios.
Excepcionalmente y oído el parecer de todos los intervinientes en el proceso, la
Corte podrá admitir una prueba no ofrecida oportunamente o referida a algún
hecho producido con posterioridad.
Una innovación interesante es la que permite la incorporación de prueba que
haya sido rendida ante la comisión siempre que hubiere sido recibida en
procedimiento contradictorio. La aceptación de la denominada prueba trasladada
favorece la duración y la reducción de costos. En cuanto a la recepción y
valoración de la prueba que los procedimientos que se siguen ante ella no están
sujetos a las mismas formalidades que las actuaciones judiciales internas, y que
la incorporación de determinados elementos al acervo probatorio debe ser
efectuada prestando particular atención a las circunstancias del caso concreto y
teniendo presentes los límites que impone el respeto a la seguridad jurídica.

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Testigos y peritos
Los testigos pueden ser objetados hasta los diez días siguiente a la confirmación
de la lista oportunamente ofrecida pero el valor de las objeciones o de las
declaraciones de los testigos será apreciada únicamente por la corte. En caso
de incomparecencia o falso testimonio, se pondrá en conocimiento del Estado
para la aplicación de las normas de derecho interno. Los peritos, las causales de
recusación han sido establecidos en el art. 48, la recusación solo podrá
proponerse dentro de los diez días siguientes a la recepción de la lista definitiva
en la que se confirma su ofrecimiento. Producidas las recusaciones u
observaciones, la corte emitirá una resolución en la que decidirá definiendo el
objeto de cada declaración y convocando si lo estima necesario a una audiencia.
El art. 53 protege a las víctimas, testigos, peritos, representantes y asesores
legales de cualquier juzgamiento o represalia por parte de los Estados debido a
las declaraciones producidas en el proceso supranacional.
Procedimiento final escrito
Las presuntas víctimas o sus representantes, el Estado demandado o
demandante tendrán oportunidad de presentar alegatos finales por escrito, en el
plazo que determine la presidencia. Reconoce tres modos de finalización
anticipada del proceso: Desistimiento, allanamiento y solución amistosa.
Según el art. 61 el desistimiento deberá ser notificado a la corte quien resolverá,
una vez oídas las otras partes en el caso, la disposición a cambiado el termino
demandante, sustituyéndola por quien hizo la presentación del caso. S e refiere
a la comisión única que puede desistir del caso, renunciando a continuar con el
reclamo. De ser aceptado el desistimiento por el Estado o la presunta víctima,
ello no implica necesariamente el sobreseimiento del caso, pudiendo la corte
decidir que prosiga su examen.
El allanamiento importa la aceptación de las pretensiones de las presuntas
víctimas o de la comisión, pero no es un reconocimiento de los hechos invocados
en la demanda. En caso todos los casos en que hubo allanamiento, el Estado
acepto su responsabilidad internacional por las violaciones denunciadas.
Corresponde a la corte resolver sobre la procedencia del allanamiento, sus
efectos jurídicos, las reparaciones si fueren procedentes y las costas.
El tercer modo de finalizar anticipadamente el proceso es la solución amistosa,
avenimiento u otro hecho idóneo para la solución del litigio. Este tipo posee
varias ventajas, la de permitir a la presunta víctima una respuesta rápida a su
reclamo o bien proporcionando al Estado un modo de resolver el planteo si
mayores costos políticos.

Medidas provisionales
Dentro de las funciones jurisdiccionales, se establece la posibilidad de requerir
medidas procesales tendientes a garantizar el cumplimiento de una sentencia
eventualmente favorable. El derecho procesal las ha denominado medidas

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cautelares y tienen una finalidad preventiva y conservatoria que chiovenda
interpreto con dos exigencias preliminares: Justificación actual y asunción de
riesgos. En la medida provisional es pues necesario distinguir su justificación
actual, la acción aseguradora es entonces ella misma una acción provisional. En
caso de revocación o desistimiento sea responsable de los daños causados por
la resolución sea o no culpable. Los internacionalistas han distinguido entre
medidas cautelares y medidas provisionales. Son las que contempla la
convención americana sobre derechos humanos en el art. 63.2 son medidas
provisionales, se ha reservado el termino medidas cautelares para aquellas que
la comisión interamericana ha elaborado en su reglamento, art. 25 del
reglamento, con la finalidad de proteger los derechos humanos ante amenazas
por un Estado o por particulares con el consentimiento o la tolerancia del Estado.
Las distinciones son a nuestro juicio meramente técnicas y si bien comparten la
misma naturaleza jurídica, tienen características propias a saber:
 Medidas provisionales, art. 63.2 CADH, Están incorporadas en un tratado
internacional, la competencia para dictarlas está en cabeza de la corte
interamericana y son obligatorias para el Estado al que se refieran.
 Medidas cautelares, art. 25 reglamento de la comisión, Incluidas en su
reglamento por la comisión interamericana de derechos humanos, la
competencia para ordenarlas es de la comisión y no son obligatorias para
el Estado, al que se le solicita que las cumpla. Se destaca el efecto
vinculante que tiene las primeras y que en el caso de las cautelares,
depende del grado de aceptación que tengan en el derecho interno.
Las medidas provisionales son medidas urgentes que tienen por objeto la
protección de derechos fundamentales en grave riesgo y cuando se hagan
necesario evitar daños irreparables a las personas. Las primeras medidas
ordenadas por la corte tuvieron como objeto la protección de la vida o la
integridad física de las personas. Este tipo de medidas precautorias pueden
disponerse respecto de cualquier derecho reconocido en la convención. Pueden
ser decretadas por la corte o a pedida de parte.
El presidente puede decretarlas también cuando fuere de extrema necesidad. Se
ha implementado un sistema de supervisión de cumplimiento a través de
informes estatales. El trámite de las medidas provisionales ha sido enriquecido
con la posibilidad de requerir otras fuentes de información, pericias e informes,
e incluso convocar a audiencias pública o privada. El levantamiento de las
medidas provisionales se producirá en el momento que cesen las causas que le
dieron origen, es decir, cuando no exista la gravedad, la urgencia por el peligro
que impliquen la producción de un daño irreparable.
La sentencia
La sentencia puede reflejar la unanimidad de las opiniones o bien el voto
individual de alguno de los jueces. Este voto puede ser concurrente o disidente
y deberá ser razonado. Todos los votos deben estar integrados con anterioridad
a la notificación de la sentencia. No es necesaria la firma de todos los

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magistrados que integran el tribunal siendo suficiente que lo haga la mayoría y
el secretario.
Los recursos
Conforme al art. 67 de la convención, la sentencia tiene carácter definitivo, lo que
significa que una vez emitida no será posible impugnarla de modo alguno. No
impide que cualquiera de las partes solicite aclaraciones sobre el sentido o el
alcance del fallo, en lo que ha dado en llamarse RECURSO DE
INTERPRETACION. Para el derecho procesal no se trataría de un recurso
genuino porque no permite a las partes esclarecer algún punto de la misma a fin
de posibilitar su cumplimiento en tiempo y forma. Deberá promoverse en el
término de noventa días a partir de la notificación de la sentencia. Presentada
una solicitud de interpretación la misma será comunicada a los demás
intervinientes en el caso.
La corte dispondrá los medios para supervisar el cumplimiento de la sentencia,
pudiendo requerir a la comisión u otras fuentes de información datos que le
permitan apreciar dicho cumplimiento. El seguimiento se manifestara a través de
resoluciones.

VISTO EN CLASE A SABER PARA EL PARCIAL


Las leyes de integración no existen en la Argentina. El parlamento europeo está
integrado por diputados que dictan normas para cada país integrante.
JERARQUIA, significa complementan y no derogan, significado, rige en las
condiciones de su vigencia. Un tratado entra al congreso, lo aprueba y le da
fuerza de ley cuando el ejecutivo lo aprueba, aunque este puede vetarlo
RESERVA ¿Quién la realiza? En general la hace el legislativo, pacto de san José
de costa rica lo hizo el ejecutivo.
NADA ESTA CONSOLIDADO EN EL DERECHO
Los tratados no están incorporados a la constitución, si se encuentra
incorporados se tendría que modificar la Constitución nacional. Los tratados
rigen en las condiciones de su vigencia según su ratificación.
Para llegar a la comisión, que es el primer paso, tengo que agotar todo el proceso
interno del Estado. ¿Quién puede acceder a la corte Interamericana? Toda
persona humana no jurídica. Hay dos excepciones a la regla, son las ONG y los
sindicatos y por la OC 22 se incluyeron a la comunidad aborigen.
Víctima: Persona que sufrió la violación. Solo las personas físicas
Denunciante: Ante un derecho vulnerado persona jurídica.
Excepciones para llegar a la comisión.
Retardo injustificado, cuando en el país nos e den las garantías del debido
proceso, que la persona no haya podido acceder al proceso o no pudo agotar el
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debido proceso Acceder se encuentra en la OC 11, donde se encuentra una
excepción que es el temor generalizado, indigencia, es decir, cuando el costo del
proceso me supera.
DENUNCIA – PROCEDIMIENTO (SE ENCUENTRA EN EL REGLAMENTO) –
INFORME DEFINITIVO (ART. 50 DEL PJCR) – PUEDE: ELEVARSE A LA
CORTE O SE QEUDA ALLI Y SE REALIZA UN SEGUIMIENTO.
¿Qué contiene un informe?
Hechos, se propone o recomiendo al Estado, corte: propone o recomienda con
sus mejores esfuerzos, en función del principio de buena fe.

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