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Desde el momento en que recibió el diagnóstico, supo que la vida iba a presentar más desafíos
para su hijo. Por lo tanto, cuando le pide que haga algo y no lo hace, lo deja pasar. ¿Realmente
necesita que usted señale sus limitaciones? ¿Será que usted teme que lo que desea que haga o
deje de hacer le resulte imposible de lograr?
Pero ésta es la realidad: Si siente que su hijo no merece ser disciplinado, equivale a decirle: "No
creo que puedas aprender". Y si usted no lo cree, ¿cómo podrá creerlo su hijo?
Lo que los expertos denominan "manejo de la conducta" no tiene nada que ver con castigar o
desmoralizar a su hijo. Al contrario, se trata de una manera de establecer límites y comunicar
las expectativas con amor y para educar. Corregir los actos de los niños, mostrándoles qué está
bien y qué no, qué es aceptable y qué no, es una de las maneras más importantes en las
que todos los padres pueden mostrarles a sus hijos cuanto los aman y se preocupan por ellos.
A continuación, incluimos algunas estrategias para ayudar a los padres a disciplinar a un niño
con necesidades especiales.
Sea coherente
Los beneficios de la disciplina son los mismos, sin importar si se trata de niños con necesidades
especiales. De hecho, los niños que tienen problemas para aprender responden muy bien a la
disciplina y la estructura. Pero para que esto funcione, los padres deben transformar la disciplina
en una prioridad y ser coherentes.
Corregir a los niños implica establecer normas (ya sea que se trate de fijar una rutina matinal o
de modales a la hora de la cena) para luego enseñarles cómo alcanzar esas expectativas. Todos
los niños, sin importar sus capacidades y sus necesidades, necesitan esta coherencia. Cuando
pueden predecir lo que ocurrirá a continuación en el día, se sienten seguros y confiados.
Obviamente, pondrán a prueba los límites; todos los niños lo hacen. Pero de usted depende
afirmar que esas normas son importantes y hacerle saber al niño que cree que puede cumplirlas.
Para comprender la conducta de su hijo, debe comprender los factores que la afectan (incluida
su afección). Por lo tanto, sin importar cuál sea el problema de su hijo, intente obtener la mayor
cantidad de información acerca de los factores médicos, conductuales y psicológicos particulares
que afectan su desarrollo.
Lea acerca de la afección y pregúntele al médico si no comprende algo. Además, hable con los
integrantes del equipo de atención de su hijo y con otros padres (en especial con los que tienen
hijos con problemas similares) para que lo ayuden a determinar si la conducta de su hijo es
típica o está relacionada con su discapacidad individual. Por ejemplo, ¿otro padre puede
comprender el problema que usted tiene para que su hijo de 5 años se vista por las mañanas?
Compartir experiencias le dará un criterio para medir sus expectativas y determinar qué
conductas están relacionadas con el diagnóstico de su hijo y cuáles se deben exclusivamente a
su desarrollo.
Si tiene problemas para encontrar padres de niños con problemas similares, tenga en cuenta la
posibilidad de unirse a un grupo de apoyo y defensa en línea (Internet) para familias de niños
con necesidades especiales. Una vez que sepa cuál es el comportamiento típico para la edad de
su hijo y sus problemas de salud, podrá establecer expectativas realistas de conducta.
Cuando los padres hacen frente a una enfermedad o discapacidad de un hijo se enfrentan a una nueva
situación que no siempre es fácil de afrontar y que afecta a toda la familia. En general, se lucha para evitar
cualquier sufrimiento, o al menos evitarlo en la medida de sus posibilidades. Además, a muchos padres les
cuesta aceptar que su hijo no cumpla con sus previas expectativas, se frustran y no son capaces de hacer
frente a la situación previendo un futuro en exceso pesimista.
Sin embargo, es muy importante que sean capaces de ofrecerles las herramientas y habilidades que les
ayuden a acomodar la situación, sacar lo mejor de ellos mismos, potenciando sus destrezas y enseñándoles a
aceptar lo que no es posible cambiar.
También es un soporte fundamental establecer normas y rutinas que propicien asumir responsabilidades, ser
estrictos a la vez que comprensivos y cariñosos.
Cuando unos padres se enfrentan al hecho de que su hijo tiene una discapacidad o sufre una enfermedad
grave suelen pasar por diferentes fases.
La primera de ellas es la conmoción, al ser conscientes que su hijo no será en algunos aspectos como los
demás.
Además, la familia pasa un periodo de duelo, es decir necesita tiempo para aceptar emocionalmente la
situación.
En ocasiones se pasa por fases de negación, tristeza, impotencia y miedo al no saber hacer frente a la
situación, para finalmente aceptarlo y reorganizar sus vidas.
Cada persona vive de diferente manera cada una de estas etapas que pueden tener distinta duración y no
hay que olvidar que la ayuda de la familia extensa (abuelos, tíos, primos…) es de gran importancia como
soporte emocional.
La llegada de un hijo que tiene una discapacidad puede producir conflictos en su familia. En muchos casos
uno de los padres puede no aceptar la situación, o por el contrario centrar su atención en el pequeño y
desatender a la pareja o a los otros hijos.
También afecta a la vida social de los padres, que tienen menos tiempo para compartir con amigos. Además,
supone un esfuerzo económico y físico, lo que puede favorecer estados de desesperanza y estrés.
Poco a poco, y con la ayuda especializada que incluye contactar con asociaciones específicas, los padres van
ordenando su entorno. Como cualquier otro niño, estos menores necesitan sentirse queridos y seguros, así
como ser tratados atendiendo a sus dificultades y habilidades.
Por ello, hay que evitar educarle en una burbuja. Las sobreprotección es uno de los mayores riesgos. Si el
niño no tiene que esforzarse no aprenderá ni sabrá enfrentarse a los problemas cotidianos.
En el caso de los niños con alguna discapacidad, al motivarles para que se esfuercen, se conseguirá que
realicen muchas más actividades y sean cada vez más autónomos; mientras que si se trata de una
enfermedad, se facilitará su incorporación a la vida ordinaria cuando ya esté curado.
A veces no es fácil para un padre ver que a su hijo le cuesta mucho realizar acciones que son normales en
otros niños de su edad, pero hay que ser conscientes de que exigirles que las hagan es lo mejor para ellos.
De la misma forma, hay que evitar expresiones como “pobrecito” o “que pena”, ya que aumentará su
sensación de ser “diferente” además de otorgarle una connotación de víctima que no permite el crecimiento
positivo.{mospagebreak}
Relaciones familiares
En muchos casos, los otros hermanos muestras celos por el tiempo que sus padres dedican al hermano que
en ese momento más lo necesita. Pero, en general, es una oportunidad de educar en la paciencia y la
generosidad.
Es importante que la atención y cuidados se repartan entre todos para evitar sobrecargar a un miembro de
la familia, compartir los sentimientos, hablar y llevar una vida lo más normal posible. De este modo, se
mejora la convivencia en la familia y entre sus diferentes miembros se establecen lazos que facilitan un
entorno feliz.
Es fundamental también que, en casos de que la enfermedad o discapacidad haga al pequeño ser muy
dependiente, que cada miembro de la familia disfrute de tiempos de descanso y ocio fuera del hogar, para
evitar el excesivo estrés y agotamiento.
En caso de necesidad, es mejor pedir ayuda y no sentirse culpable por no saber resolver las situaciones que
se plantean. Un especialista puede facilitar planes de acción que sean útiles a los padres. También recurrir a
la experiencia de otras familias que se encuentran o han pasado por la misma situación.
Recuerda
-No buscar culpables.
-No sobreproteger al niño
-Informarse con los especialistas correspondientes
-Desconectar y si la situación es estresante pedir ayuda y buscar momentos de descanso
-Desterrar palabras como “pobrecito” o “Qué pena”
-Aprovechar la situación para educar en valores también a los demás hijos.
-Educar en la aceptación de las diferencias individuales
-Tener cuidado con los pensamientos que aseguran un futuro negativo
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Construye un buen equipo de educadores en la clase. Enseñar a niños con necesidades
especiales en una clase inclusiva es más efectivo cuando tienes a un profesor de
educación general, a uno de educación especial y a asistentes en la clase todo el tiempo,
trabajando juntos para conseguir una meta común.
4. 4
Establece una relación con la familia. Los padres conocen mejor a sus hijos y pueden
proporcionar información valiosa sobre ellos, así como son el mejor soporte educativo
fuera de la clase. Crea un libro de notas para cada niño con necesidades especiales
como forma de comunicación para profesores y padres, para compartir pensamientos e
ideas.
5. 5
Implementa un entorno adaptativo. Enseñar a niños con necesidades especiales en una
clase inclusiva requiere el equipo necesario, así como formas de comunicación
adaptativas para que todo el mundo pueda participar en las actividades de clase. Un
entorno adaptativo puede incluir sillas especiales, equipo sensorial, cajas de voz,
visuales especiales para enseñar y comunicar y tijeras especializadas, por nombrar
algunos.
6. 6
Crea un sentido de comunidad. Asignar trabajos a cada estudiante y dejar que cada
uno tenga una voz durante el tiempo de círculo son formas de hacer que los niños con
necesidades especiales sientan que son parte de la comunidad. Ésto aumentará la
autoestima, ya que pueden participar en las mismas actividades que sus compañeros
de clase de desarrollo típico.
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Deja que las terapias tengan lugar en la clase. Para los niños con necesidades
especiales que requieren terapia, tener algunas de sus sesiones en clase refuerza el
concepto de inclusión, dado que no se les tiene que sacar de clase. También es una
forma excelente de que los terapeutas y los profesores coordinen esfuerzos para
enseñar al niño, permitiendo que se siga de la terapia a la clase.
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Enseña en pequeños grupos. Crear centros con diferentes actividades y lecciones
permite al niño con necesidades especiales interactuar con sus compañeros, así como
conseguir la atención necesaria para completar la tarea.
ctividades de alfabetización
Las tarjetas Follow Me (Sígueme), disponibles en línea en SEN Teacher (ver los
Recursos), son una actividad que involucra a todos los estudiantes en clase y
proporciona el aprendizaje en un rango de requisitos para los estudiantes con
necesidades especiales. Para la lectura o la práctica de exploración en la alfabetización,
las hojas o actividades de práctica de escritura también están disponibles para ayudar
con la lectura y la exploración.
Actividades de matemáticas
Ayuda a los estudiantes con necesidades especiales que tengan problemas con las
matemáticas, imprime papel con cuadros grandes y muéstrales cómo usarlo para
mantener las columnas de números en orden cuando trabajen con los problemas de
sumas o restas. Utiliza las hojas de unión de puntos para ayudar a los estudiantes a
dibujar las formas básicas de los números o imprime cuadrículas con números para
ayudarles con las habilidades de restar y multiplicar.
Actividades artísticas
Los estudiantes con necesidades especiales a veces tienen dificultad en recordar la
secuencia de eventos que se necesitan para hacer una tarea. En tales casos, dibujar o
pintar se hace insoportable. Las actividades artísticas del salón de clases que les dan a
los estudiantes unaimagen para copiar paso a paso pueden ayudar a construir confianza
y a darle un sentimiento de éxito. Como alternativa, haz que
formen imágenes abstractas de espejo, sumergiendo un cordel en pintura al temple y
después arrastrándolo sobre el papel que debe estar doblado a la mitad. Esta actividad
también puede ayudar con la habilidad, siempre y cuando se satisfagan los resultados
artísticos con la necesidad de dibujar objetos reconocibles.
Habilidades sociales
Muchos estudiantes con necesidades especiales tienen dificultad para reconocer e
interpretar sus propias emociones y las de los otros. Basa algunas de las actividades en
las fotografías de personas que demuestren sus emociones, como con el ceño fruncido
o sonriendo. Utiliza las fotografías o las imágenes en formas diferentes para ayudar a
los estudiantes a entender las emociones. Por ejemplo, realiza el juego de roles sacando
de una caja una tarjeta al azar, la cual muestre una emoción junto con otra carta que
describa un escenario. Invita a los estudiantes a representar la emoción mientras
pretende estar en el escenario.
Primeros pasos
El primer paso en la planificación de un plan de estudios para niños con necesidades
especiales es entenderlos. Conoce sus habilidades funcionales y comportamientos, así
como las áreas en las que necesitan mayor atención. Esto ayuda a identificar el
contenido del plan de estudios, que será el objetivo de la intervención con cada
estudiante con necesidades especiales. Piensa en la planificación curricular como un
proceso. Pero, para saber por dónde empezar, primero tienes que saber quiénes son tus
alumnos y qué forma será más eficaz para que la instrucción siga adelante.
Enseña visualmente
Los alumnos con discapacidad tienen problemas para entender los términos y
conceptos abstractos. Debido a esto, es una buena idea que los docentes ajusten sus
planes de estudio en el aula para que los estudiantes aprendan terminología básica con
objetos concretos reales y eventos. Por ejemplo, los profesores pueden llevar a cabo un
plan de clase sobre los animales mediante la incorporación de perros y gatos para que
los estudiantes vean, toquen y escuchen.
Inclusión
En muchos casos, los centros de educación temprana separan a los niños con
necesidades especiales de las personas que se están desarrollando normalmente. Sin
embargo, esto puede no ser siempre la mejor práctica. De acuerdo con Pearson
Education, se ha demostrado que los niños con discapacidades y trastornos del
desarrollo prosperan en ambientes cuando se incluyen con niños normales en
desarrollo. Para incluir a esos niños en las aulas regulares de educación inicial no se
requieren cambios drásticos en cualquier plan de estudios, sólo ligeras modificaciones
para garantizar que los niños con necesidades especiales están recibiendo la atención
que necesitan para mantenerse al día con el resto de la clase.
Lupas
Las lupas son herramientas excelentes para estudiantes con problemas de visión.
También pueden utilizarse con estudiantes que tienen problemas para distinguir las
letras ayudándoles a tenerlas más cerca. Además, las lupas pueden ser utilizadas en
muchos juegos divertidos para tus niños con necesidades especiales. Por ejemplo,
puedes repartir trozos de papel de manualidades con 10 diminutas marcas en cada uno
de ellos. Los estudiantes pueden utilizar la lupa para encontrar todas las marcas. Esto
ayudará a tus estudiantes a trabajar en su concentración, ya que deben revisar
cuidadosamente cada pieza de papel para encontrar las marcas. Las lupas también
pueden ser utilizadas por pura diversión, ya que los estudiantes pueden mirar a través
de ellas y agrandar y distorsionar el aspecto del mundo. Utilízalas como premio cuando
un estudiante haya trabajado duro y se divierta haciendo que el mundo parezca
extraño.
Pasos sencillos
Lo que puede parecer como una segunda naturaleza para la mayoría de la gente en
realidad es bastante difícil para los niños con necesidades especiales. Las actividades
más básicas tienen que ser divididas en tareas muy fáciles de entender que sean
sencillas y directas. Al eliminar el supuesto de que el niño puede comprender más de
una etapa a la vez, se vuelve mucho más fácil enseñarle cómo cuidar de sí mismo. En el
inicio de un proceso, piensa en la primera etapa para ser completada y comienza por
ahí. Por ejemplo, para cepillarse los dientes, alcanzar el cepillo de dientes y sacarlo de
su soporte es el primer paso que hay que dominar. Cuando el niño va a su cepillo de
dientes sin la indicación de un adulto, es el momento de pasar a la siguiente etapa, que
puede ser tomar la parte superior del cepillo de dientes. Para desvestirse, la primera
etapa puede ser sacarse los zapatos. Después que el niño se los quite con una orden
verbal simple, es el momento de añadir el siguiente paso, que puede ser quitarse los
calcetines. El elogio verbal ayuda a estimular y motivar. Cuando un niño con
necesidades especiales presiente qué tan difícil es una tarea, puede tratar de resistirse y
hacer que el adulto la realice por él. Al pedirle que complete sólo una pequeña parte de
la actividad, reduces la probabilidad de resistencia y aumentas las posibilidades de
éxito.
Repetición
Primeros pasos
El primer paso en la planificación de un plan de estudios para niños con necesidades
especiales es entenderlos. Conoce sus habilidades funcionales y comportamientos, así
como las áreas en las que necesitan mayor atención. Esto ayuda a identificar el
contenido del plan de estudios, que será el objetivo de la intervención con cada
estudiante con necesidades especiales. Piensa en la planificación curricular como un
proceso. Pero, para saber por dónde empezar, primero tienes que saber quiénes son tus
alumnos y qué forma será más eficaz para que la instrucción siga adelante.
Enseña visualmente
Los alumnos con discapacidad tienen problemas para entender los términos y
conceptos abstractos. Debido a esto, es una buena idea que los docentes ajusten sus
planes de estudio en el aula para que los estudiantes aprendan terminología básica con
objetos concretos reales y eventos. Por ejemplo, los profesores pueden llevar a cabo un
plan de clase sobre los animales mediante la incorporación de perros y gatos para que
los estudiantes vean, toquen y escuchen.
Inclusión
En muchos casos, los centros de educación temprana separan a los niños con
necesidades especiales de las personas que se están desarrollando normalmente. Sin
embargo, esto puede no ser siempre la mejor práctica. De acuerdo con Pearson
Education, se ha demostrado que los niños con discapacidades y trastornos del
desarrollo prosperan en ambientes cuando se incluyen con niños normales en
desarrollo. Para incluir a esos niños en las aulas regulares de educación inicial no se
requieren cambios drásticos en cualquier plan de estudios, sólo ligeras modificaciones
para garantizar que los niños con necesidades especiales están recibiendo la atención
que necesitan para mantenerse al día con el resto de la clase.
Los principios que deben regir la escolarización (normalización, inclusión escolar y social,
flexibilización, personalización de la enseñanza y coordinación interadministrativa).
Se contempla la detección y atención temprana, la formación del profesorado, recursos
humanos, medios materiales y apoyos...
Para proporcionar la respuesta educativa adecuada, este alumnado podrá escolarizarse en
aquellos centros que dispongan de recursos específicos que resulten de difícil generalización.
Se favorecerán medidas organizativas flexibles y la disminución de la relación numérica
alumnado-profesorado en función de las características del mismo y de los centros.
CLASIFICACIÓN DE LAS NECESIDADES EDUCATIVAS ESPECIALES EN EL
SISTEMA EDUCATIVO ANDALUZ
Alumnado que requiere, por un periodo de su escolarización o a lo largo de toda ella,
determinados apoyos y atenciones educativas específicas debido a diferentes grados y tipos
de capacidades personales de orden físico, psíquico, cognitivo o sensorial:
2. Discapacidad visual
3. Discapacidad intelectual
4. Discapacidad auditiva
5. Trastornos de la comunicación
Afasia.
Trastornos específicos del lenguaje.
Trastornos específicos del lenguaje expresivos.
Trastornos específicos del lenguaje mixtos.
Trastornos específicos del lenguaje semántico-pragmático.
Trastornos del habla: disglosia, disartria, disfemia.
6. Discapacidad física
Lesiones de origen cerebral: entre ellas, parálisis cerebral, traumatismo craneoencefálico,
accidente cerebro-vascular, etc.
Lesiones de origen medular: entre ellas, espina bífida, lesión medular traumática, lesiones
degenerativas, tumores, etc.
Trastornos neuromusculares: entre ellos, distrofias musculares, neuromiopatías, etc.
Lesiones del sistema osteoarticular: entre ellas, agenesia imperfecta, osteogenésis
imperfecta, artrogriposis, acondroplasia, etc.
Autismo.
Síndrome de Asperger.
Síndrome de Rett.
Trastorno desintegrativo infantil.
Trastorno generalizado del desarrollo no especificado.