FILOSOFÍA Y APOLOGÉTICA CRISTIANAS

Crítica al relativismo posmoderno dominante

¿Es verdad para ti pero no para

mi? Una revisión filosófica del
relativismo posmoderno
¿Puede algo ser cierto para ti y no ser cierto para mí, y los dos tener la razón? En otras
palabras, ¿la verdad es relativa o la verdad es fija? La forma en que respondas a esta
pregunta configura la forma en que miras el mundo. El reconocido profesor de filosofía
Paul Copan proporciona una excelente ruta de viaje a través de este tema complicado,
pero de vital importancia.

Paul Copan
Profesor de filosofía y ética
Palm Beach Atlantic University, USA.

¿Existe tal cosa como la verdad? ¿Es todo
(incluida la verdad) sólo una cuestión de opinión
o preferencias personales? Es decir, ¿la verdad
es relativa?
No estoy hablando aquí de lo que podría ser
verdadero o relativo desde un punto de vista
científico-objetivo. Efectivamente, usted podría
sentarse en su sofá, quedarse quieto, y decir que
no se está moviendo en absoluto; pero dado que
la tierra gira a una velocidad de 1700 kilómetros
por hora en el ecuador, desde esa perspectiva
usted sí se está moviendo, ¡y muy rápido! Así
que no me referiré aquí a ese tipo de relatividad.
Limitémonos a las preguntas más cotidianas con
respecto al tema de la verdad, como, por
ejemplo: ¿realmente existe la verdad?
Alguna vez, la respuesta a esta pregunta fue
obvia, y rara vez los jóvenes cuestionaban el
asunto de la existencia de la verdad en
discusiones privadas de dormitorio. Pero ahora
ya no es así.
La verdad está pasando por un momento muy
difícil.
Por ejemplo, una mujer es blanca, pero dice
sentirse negra y se define así misma de ese
modo. Asciende los niveles de liderazgo de la
NAACP1 hasta que su ficción es expuesta. Sin
embargo, se niega a irse así nomás. Nada la
hace cambiar de opinión: ella se siente negra, y
sólo por eso ella es negra.
Otro ejemplo: un hombre de 69 años en los
Países Bajos solicita a la corte un cambio legal
de su edad a 49; ¿por qué?, porque así es como
él se siente.
Y, por supuesto, aparentemente a diario, hay
hombres (y cada vez más niños), que con todos
los cromosomas y partes de su cuerpo que los
hacen claramente masculinos, se declaran
femeninos; y hay mujeres (y cada vez más
niñas), que también se declaran varones. Como
sienten que son de uno u otro sexo, por lo tanto,
son de ese sexo. Y para estas personas, el resto
debemos aceptar su percepción,
independientemente de cuál sea la verdadera
verdad.
En un reciente video viral, un hombre caucásico
estadounidense de 1.86 metros de altura le pidió
a algunos estudiantes de la Universidad de

1
La Asociación Nacional para el Progreso de las Personas multirraciales estadounidense que respondían al nombre de
de Color conocida por sus siglas en inglés (NAACP) fue “The Call” (El Llamado).
fundada el 12 de febrero de 1909 por un grupo de activistas

1
Washington que reconocieran que es chino, o
que mide dos metros de altura, o que es mujer.
Algunos dudaron, pero nadie se atrevió a decirle
que lo que decía no era cierto: que no era lo que
decía ser. Y es que, en la actual cultura
relativista, eso estaría “mal”, uno sonaría
“intolerante”.
Este relativismo que dice que algo es “verdadero
para usted, pero no para mí” es desconcertante,
porque requiere la aceptación de contradicciones
obvias, la negación de la realidad y el sentido
común. En lugar de ajustar nuestras vidas a la
verdad, la verdad tiene que ajustarse a nuestras
percepciones, gustos y preferencias.
Pero es muy difícil vivir de esta manera, sin
mencionar que es muy poco práctico. Tenemos
que confiar en verdades universales,
independientes de la mente subjetiva, para
pensar con claridad y navegar por la vida. De lo
contrario, nos perdemos rápidamente. Debe
haber algunas cosas que simplemente son como
son, es decir, cosas que son verdad. La brújula
siempre apuntará hacia el norte,
independientemente de las preferencias o las
opiniones más sinceras.
Pero entonces, ¿qué es la verdad?
En esencia, se dice que la verdad es una
adecuación entre lo que sentimos o pensamos y
la realidad. Una historia, una declaración o una
creencia solo es cierta si se alinea con lo que es
real. Es como una llave que encaja
perfectamente en la cerradura. La realidad es la
fuente de la verdad; la realidad es lo que
determina que lo que pensemos sea cierto o no.
Decir “la tierra es plana” o “la Luna está hecha de
queso verde” es falso. ¿Por qué?, pues porque
no coincide con la realidad.
Hasta hace muy poco, el propósito de toda
educación en gran parte consistía en la
búsqueda de la verdad. Por ejemplo, el lema de
la Universidad de Harvard es la voz latina
“Veritas”, que en español significa “La Verdad”.
Pero ya no más. Hoy día, cualquiera que
argumente que la educación debería consistir en
la búsqueda de la verdad es inmediatamente
contraargumentado con el típico: “¿La verdad de
quién?”
Cada vez más, las personas hablan de “mi
verdad” o dicen “es verdad para mí”, o “es mi
realidad”, como si la verdad fuera simplemente
una cuestión de opinión o perspectiva. En los
premios Golden Globe 2018, la afamada Oprah
Winfrey dijo que “declarar su verdad es la
herramienta más poderosa que todos tenemos”.
Ahora bien, es verdad que puedes tener tu
experiencia o tu perspectiva de las cosas. Pero
no existe tal cosa como “tu verdad” o “mi
verdad”. Solo existe la verdad, es decir, aquello
que es verdad para todos.
Como señaló el escritor del Wall Street Journal,
Byron Tau: “Oprah empleó una frase que he
notado que muchas otras celebridades están
usando en estos días: ‘Tu verdad’, en lugar de ‘la
verdad’.” Pero, agregó que “la llamada ‘verdad
de cada quién’, socava la idea de hechos
comunes compartidos”.
Y aquí surge otro problema con “la verdad de
cada quien”: si “tu verdad” es verdad, entonces
cualquiera que no respalde esa verdad tuya tiene
forzosamente que estar equivocado. Y esto es
muy narcisista, y es intimidación intelectual; algo
así como: “Debes creer en mi verdad, o de lo
contrario te la verás conmigo”. Y ese no es
exactamente un mensaje positivo a favor de la
verdad.
Sí, la verdad está pasando por un momento
difícil.
Así que revisemos: la verdad no puede ser
relativa, y si es relativa entonces no es verdad.
Incluso, cuando se dice que “no hay una verdad
para todas las personas”, ¡se está declarando
una verdad para todas las personas! En efecto,
estás diciendo: “¡Es verdad que no existe la
verdad!” Y yo te pregunto: “¿De verdad?” Y si es
verdad que no existe la verdad, entonces lo que
dijiste es falso (pues al menos tu declaración es
verdadera); y si tu declaración es falsa, entonces
es verdadera, por lo mismo. Y declarar que tanto
tus opiniones como las mía son verdaderas,
incluso si se contradicen entre sí, ya es decir
tonterías.
La verdad no es un asunto de opinión o
preferencia. No es algo subjetivo ni relativo. Es
ineludible porque la realidad es ineludible.
Ninguna cantidad de conversaciones dobles
cambiará eso.
Y esa es la verdad.
“Por una fe inteligente…”
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