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PRESENTACIÓN
I. RELACIÓN DE PALABRAS
a través. Por medio de, por conducto de (Lo consiguió a través de un amigo).
abalanzar. Pesar en la balanza. Impulsar, pronominal. Lanzarse. Arrojarse en dirección de algo.
A lo sumo, el huérfano consumió el zumo; se retiró al orfanato; cansado del vaivén se quedó
dormido.
Fuimos al hospedaje y compramos todo lo que hallamos. víveres, hortalizas, linaza, carnes, etc.
En una bucólica tarde la anciana prepara el brebaje para la bulimia de su bisnieta; el mismo
contiene, además de hierbas, flores, raíces y mieles.
Aún subsistía un viejo aljibe en el patio de la casona. La moderna cisterna no se había impuesto
todavía en el ánimo de aquel hombre enjuto.
Después de la tasación, el comprador estimó que la tasa estaba muy alta y decidió revocar su
contrato previo.
El estudio del reptil, mostró que el huésped se fascina con el verde de su piel.
Por enésima vez el gerontólogo, que había explicado la flacidez de los músculos, proyectaba las
imágenes.
Para los arqueólogos la exhumación de los restos, evidencia los síntomas de la perversidad de
los victimarios.
La amnesia que le diagnosticó el médico al adolescente, nos induce a tratarlo con paciencia.
El ciego solidario
Unas personas empezaron a reír a carcajadas al ver un letrero que estaba al revés. Un ciego que por
ahí se encontraba secundó las carcajadas. Alguien lo observó y le preguntó. “¿Por qué ríe usted de
esa manera?” El ciego contestó. “Si todos ustedes se ríen debe ser porque algo lo amerita. ¿No es
así? ¡¿O acaso han tratado de engañarme?!”.
Anónimo.
La imagen de incorruptible
Un mandarín codicioso quería tener fama de incorruptible, y cuando tomó su cargo público hizo el
siguiente juramento. “Si alguna de mis manos llegara a aceptar un soborno, que se me caiga hecha
polvo”. Tiempo más tarde alguien lo sobornó con cien piezas de oro y el mandarían dijo a su
ayudante. “Mete ese oro en mis mangas. Si la maldición tiene efecto, sólo mis mangas caerán hechas
polvos”.
Jiang Yinke.
Un zorro y el tigre
Un tigre atrapó a un zorro, y éste le dijo: “A mí no puedes comerme. El emperador del Cielo me ha
designado rey de todas las bestias; si no me crees, ven conmigo, pronto verás cómo huyen los otros
animales al verme”. El tigre aceptó acompañarlo; y cuando los otros animales los veían, escapaban
presurosos. El tigre no se dio cuenta que huían de él, y no del zorro.
Anónimo (Período de los Reinos Beligerantes)
El ladrón enmendado
En cierta aldea vivía un hombre que todos los días rodaba un pollo a alguno de sus vecinos. Alguien
le dijo: “Cada día tú robas un pollo. Eso es malo. Deberías enmendarte”. El hombre, entono
arrepentido, contestó: “Tienes razón. De ahora en adelante sólo robaré un pollo al mes”.
El insaciable
Un hombre muy pobre se encontró con un viejo amigo que hacía milagros. El primero se quejó
amargamente de su pobreza y el otro, para ayudarlo, tocó con su dedo un ladrillo que se convirtió en
¿Quieres usted que le hable un poco de la literatura nacional? Antes de que haga la observación, le
declaro que no me ocuparé de ningún literato que viva; estos juicios son peligrosos en esta tierra en
donde los poetas llevan consigo revólveres, y donde todos, con excepción de su servidor y de algunos
de sus amigos, casi comemos gente.
Moscoso.
Mi respuesta, claro, es más espectacular que verdadera. Porque ¿cómo olvidar tantas cosas que
allá me sucedieron – o que no me sucedieron pero tienen el mismo peso -, durante mi
temporada en “Gringos Duros”?
José Donoso.
Lo que pedía su tirante voz de niña imprudente era poco menos que imposible en su tristísimo
condición de huérfana que terminaría por convertirse en mujer. ¿Quién, en las mejores
costumbres, respetaba o tenía por seria a una dama que escribiese? El bachiller conturbado
intentó desarmarla al preguntarle sin ambages.