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como una costumbre normal, estamos próximos a las fiestas tradicionales del “Santiago” y vamos a
observar con mayor índice a personas mayores y menores de edad que van libando con excesos
hasta llegar a pernoctar en las calles, ser víctimas de la delincuencia o en todo caso afloran su
personalidad hostil, pleitista, violenta, etc. Este es el inicio del consumo del alcohol para muchos y
para otros es buscar una excusa perfecta para continuar con su dependencia a este vicio.
La adolescencia es una etapa de vulnerabilidad de máximo riesgo para el inicio del consumo de
alcohol, porque están atravesando por los cambios biológicos, psicológicos y sociales que es normal,
pero es el punto de fragilidad donde se debe trabajar con mayor cuidado y énfasis. Muchos
adolescentes inician a consumir alcohol porque piensan que es algo normal y es solo para pasarlo
bien, que necesitan el alcohol para sentirse más seguros, para olvidar los problemas, pero, sin
grupo de iguales), escolares (problemas en el colegio), divorcio o separación de los padres (familias
sus propios padres o con su entorno familiar, porque hay una fuerte vinculación del alcohol con las
actividades religiosas, familiares y fiestas costumbristas. Es por ello que los jóvenes ven como algo
fracaso escolar.
El alcoholismo en la adolescencia es un problema que se agrava cada día, pero todo dependerá de
los padres y del tipo de familia que ellos creen al unirse y del ambiente favorable donde crezcan los
hijos con valores, confianza en sí mismo, con discernimiento juicioso de lo bueno y lo malo que la
sociedad tiene.