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El siguiente es el documento presentado por el Magistrado ponente que sirvió de base para proferir en audiencia la sentencia de

segunda instancia dentro del presente proceso. El contenido total y fiel de la decisión debe ser verificado en el audio que
reposa en la Secretaría.

Jorge Permánides Daza Parra Vs Lina Clemencia Londoño Ramírez y otro. Rad. 66170-31-05-001-2015-00156-01

Providencia: Sentencia de 12 de julio de 2017


Radicación Nro. 66170-31-05-001-2015-00156-01
Proceso Ordinario Laboral
Demandante: Jorge Permánides Daza Parra
Demandados: Lina Clemencia Londoño Ramírez y otro
Magistrado Ponente: Julio César Salazar Muñoz
Juzgado de origen: Juzgado Laboral del Circuito de Dosquebradas
Tema: LA PRESCRIPCIÓN DE LA SANCIÓN POR NO
CONSIGNACIÓN DE LAS CESANTÍAS.
Señala el artículo 151 del C.P.T. y de la S.S. que las acciones que emanen de las leyes sociales prescribirán en tres años,
que se contarán desde que la respectiva obligación se haya hecho exigible.

En lo que concierne a la sanción moratoria generada por la no consignación de las cesantías, ella se hace exigible una
vez el empleador omite su deber de consignar el auxilio al fondo en el que se encuentre afiliado el trabajador,
activándose a partir de ese momento la facultad del trabajador de reclamar su pago, por lo que al ser una obligación
independiente que se genera diariamente por la tardanza en la consignación de las cesantías, su término de
prescripción corre día a día desde ese mismo momento.

Esa situación es la que precisamente se evidencia en sentencia proferida por la Sala de Casación Laboral de la Corte
Suprema de Justicia el 14 de agosto de 2012 radicación Nº 40011 con ponencia del Magistrado Jorge Mauricio Burgos
Ruiz, cuando después de declarar la existencia de un contrato de trabajo entre el 16 de febrero de 1998 y el 8 de abril
de 2003, condena al empleador a reconocer entre otras, la sanción moratoria prevista en el artículo 99 de la Ley 50 de
1990 desde el 15 de febrero de 1999 y posteriormente declara probada la excepción de prescripción frente a los
derechos causados con anterioridad al 7 de noviembre de 1999, toda vez que la reclamación del derecho al empleador
se había hecho en la misma data del año 2002.

A tal conclusión llegó también recientemente el Consejo de Estado en la Sección Segunda de la Sala de lo Contencioso
Administrativo, quien en sentencia de 25 de agosto de 2016 con ponencia del Consejero Luis Rafael Vergara Quintero,
(…)

Solicita el señor Jorge Permánides Daza Parra que tiene derecho a que se le reconozcan y paguen la totalidad de los
domingos y festivos que se presentaron durante la vigencia del contrato de trabajo que lo unió con la señora Lina
Clemencia Londoño Ramírez y con el señor Héctor Fabio Ospina Ospina, no obstante, a pesar de esa petición, en la
demanda –fls.2 a 8 y 23 a 24- confiesa que disfrutaba de los días de descanso que por ley le correspondían, solo que
para que ello se hiciera efectivo, debía dejar una persona que lo supliera en esa actividad, situación que corroboró en
el interrogatorio de parte y en la que adicionó que esos días los utilizaba sobre todo para comprar el mercado en el
Municipio de Santa Rosa de Cabal, y que dejaba el cuidado de la finca a cargo de su esposa, dado que el sitio de trabajo
también era el de residencia.

Evidente resulta entonces que no tiene derecho el demandante a que se le reconozcan los dominicales y festivos que
solicita, pues como él mismo lo confesó, esos días de descanso no laboraba, sino que los utilizaba, entre otras cosas, en
comprar los víveres necesarios para su subsistencia y la de su familia.

En lo atinente a la prescripción de la sanción moratoria por no consignación de las cesantías, tal y como se dejó dicho
previamente, a ella le corre el término trienal previsto en el artículo 151 del C.P.T. y de la S.S., por lo que al no haberse
hecho reclamación directa al empleador, el término de prescripción para cada una de ellas solo vino a interrumpirse
con la presentación de la demanda el 16 de junio de 2015 –fl.21-, por lo que todas las sanciones causadas con
antelación al 16 de junio de 2012 se encuentran cobijadas por el fenómeno de la prescripción, tal y como lo determinó
el Juzgado Laboral del Circuito de Dosquebradas.

TRIBUNAL SUPERIOR DEL DISTRITO JUDICIAL


SALA LABORAL
MAGISTRADO PONENTE: JULIO CÉSAR SALAZAR MUÑOZ

AUDIENCIA PÚBLICA

SALUDO. BUEN DÍA

Hoy, doce de julio de dos mil diecisiete, siendo las dos de la tarde, la Sala de
Decisión Laboral Nº 2 del Tribunal Superior del Distrito Judicial de Pereira, se
declara en audiencia pública con el propósito de resolver el recurso de apelación
Jorge Permánides Daza Parra Vs Lina Clemencia Londoño Ramírez y otro. Rad. 66170-31-05-001-2015-00156-01

interpuesto por el señor JORGE PERMANIDES DAZA PARRA en contra de la


sentencia proferida por el Juzgado Laboral del Circuito DE Dosquebradas el 23
de junio de 2016, dentro del proceso que le promueve a LINA CLEMENCIA
LONDOÑO RAMÍREZ y HÉCTOR FABIO OSPINA OSPINA, cuya radicación
corresponde al Nº 66170-31-05-001-2015-00156-01.

Al acto comparecen las personas que a continuación se identifican:


Demandante y su apoderado:
Demandado y su apoderado:

ANTECEDENTES

Pretende el señor Jorge Permánides Daza Parra que la justicia laboral declare
que entre él y Lina Clemencia Londoño Ramírez y Héctor Fabio Ospina Ospina
existe un contrato de trabajo vigente a la fecha de presentación de la demanda y
que inició el 7 de junio de 1997. Con base en ello aspira que se condene a los
demandados a reconocer y pagar la diferencia salarial, el tiempo suplementario,
las prestaciones sociales y vacaciones, vestido de obra y labor, las cotizaciones al
sistema general de seguridad social, la sanción moratoria por la no consignación
de las cesantías, lo que resulte probado extra y ultra petita y las costas
procesales a su favor.

Subsidiariamente solicita que en caso de que en el curso del proceso se dé por


terminado el contrato de trabajo sin justa causa, se condene a los accionados a
reconocer y pagar la correspondiente indemnización.

Refiere que: Celebró con los demandados contrato de trabajo verbal a término
indefinido desde el 7 de junio de 1997, relación que se encuentra vigente al
momento de presentación de la demanda; las actividades desarrolladas en
ejecución del contrato de trabajo consistían trabajar en las faenas agrícolas,
jardinería, mantenimiento de la piscina, manejo de galpones y recepción de
huéspedes en la finca San Fernando ubicada en el Municipio de Santa Rosa de
Cabal y de propiedad de Lina Clemencia Londoño Ramírez y Héctor Fabio Ospina
Ospina; para llevar a cabo esas funciones recibía órdenes continuas por parte de
los accionados, recibiendo como contraprestación la suma de $40.000
semanales, los cuales fueron incrementándose hasta percibir en el año 2015 la
suma de $630.000 mensuales; el horario de trabajo impuesto ha sido todos los
días de 6:00 am hasta las 5:00 pm, incluidos los festivos; para disfrutar del

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descanso que por Ley le corresponde, debía de encargar a una persona que lo
supliera en sus actividades; durante la relación laboral no se le han cancelado las
prestaciones sociales y vacaciones, ni se le ha entregado el vestido y calzado de
labor; cuando se presentó la demanda se le expresó la intención de dar por
terminado el contrato el 30 de junio de 2015; se encuentra en tratamiento médico
por diferentes quebrantos de salud y se le programó cirugía de hernia inguinal
para el 19 de junio de 2015.

Al contestar la demanda –fls.32 a 37 y 40 a 45- los demandados aceptaron que el


señor Daza Parra ha prestado sus servicios en la finca de su propiedad desde el
7 de junio de 1997, pero no bajo la modalidad de un contrato de trabajo,
cancelándosele diariamente lo correspondiente al salario mínimo legal diario
vigente, en el que se incluía el valor de las prestaciones sociales. Frente a los
demás hechos expresaron que no eran ciertos. Se opusieron a las pretensiones y
formularon las excepciones de mérito que denominaron “Pago”, “Buena fe” y
“Prescripción”.

En sentencia de 23 de junio de 2016, el juez determinó que entre el señor Jorge


Permánides Daza Parra y los demandados existió un contrato de trabajo a término
indefinido entre el 7 de junio de 1997 y el 15 de septiembre de 2015 y en
consecuencia los condenó a reconocer y pagar la suma de $29.910.876 por
concepto de reliquidación de salario, cesantías y sus intereses, vacaciones,
primas de servicios, vestido y calzado de labor, la indemnización por no
consignación de las cesantías y compensación de aportes a seguridad social en
pensiones.

Al liquidar esas obligaciones indicó que, con excepción del auxilio de cesantías,
vacaciones y compensación de los aportes a pensiones, todos los demás
derechos causados antes del 16 de junio de 2012 se encuentran cobijados por el
fenómeno de la prescripción.

En cuanto a la pretensión encaminada a que se reconocieran dominicales y


festivos señaló que dentro del proceso no quedó demostrado que hubiese
trabajado la totalidad de domingos y festivos que se presentaron durante la
relación laboral, pues el propio demandante en la misma demanda y en el
interrogatorio de parte confesó que muchos de esos días los utilizaba para mercar
y otros, después de conseguir alguien que lo reemplazara, los descansaba.

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Inconforme con la decisión, el señor Jorge Permánides Daza Parra interpuso


recurso de apelación, indicando que dentro del proceso quedó demostrado con
los testimonios que prestó sus servicios durante la totalidad de dominicales y
festivos que se presentaron durante toda la relación laboral. De la misma manera
expresa inconformidad frente a la aplicación de la prescripción frente a la sanción
moratoria prevista en el artículo 99 de la Ley 50 de 1990, pues si la prestación
que da origen a ella, esto es, el auxilio de cesantía solo empieza a correrle el
término de prescripción una vez finalizada la relación laboral, la sanción corre la
misma suerte, lo que significa que en este caso la sanción sobre cada una de las
cesantías no consignadas no ha prescrito, ya que el contrato solo vino a
finiquitarse el 15 de septiembre de 2015, esto es, cuando ya se había iniciado
este proceso.

En este estado se corre traslado a los asistentes para que presenten sus
alegatos.

Oídas las argumentaciones a esta Sala de Decisión le corresponde resolver el


siguiente PROBLEMA JURIDICO:

¿Quedó demostrado en el proceso que el señor Jorge Permánides Daza Parra


trabajó la totalidad de los dominicales y festivos que se presentaron durante
la relación laboral?

¿Es susceptible la sanción moratoria prevista en el artículo 99 de la Ley 50 de


1990 de que se le aplique el término de prescripción establecido en los
artículos 151 del C.S.T. y 488 del C.P.T. y de la S.S.?

Con el propósito de dar solución al interrogante en el caso concreto, se considera


necesario precisar, los siguientes aspectos:

LA PRESCRIPCIÓN DE LA SANCIÓN POR NO CONSIGNACIÓN DE LAS


CESANTÍAS.

Señala el artículo 151 del C.P.T. y de la S.S. que las acciones que emanen de las
leyes sociales prescribirán en tres años, que se contarán desde que la respectiva
obligación se haya hecho exigible.

En lo que concierne a la sanción moratoria generada por la no consignación de


las cesantías, ella se hace exigible una vez el empleador omite su deber de
consignar el auxilio al fondo en el que se encuentre afiliado el trabajador,
activándose a partir de ese momento la facultad del trabajador de reclamar su

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pago, por lo que al ser una obligación independiente que se genera diariamente
por la tardanza en la consignación de las cesantías, su término de prescripción
corre día a día desde ese mismo momento.

Esa situación es la que precisamente se evidencia en sentencia proferida por la


Sala de Casación Laboral de la Corte Suprema de Justicia el 14 de agosto de
2012 radicación Nº 40011 con ponencia del Magistrado Jorge Mauricio Burgos
Ruiz, cuando después de declarar la existencia de un contrato de trabajo entre el
16 de febrero de 1998 y el 8 de abril de 2003, condena al empleador a reconocer
entre otras, la sanción moratoria prevista en el artículo 99 de la Ley 50 de 1990
desde el 15 de febrero de 1999 y posteriormente declara probada la excepción de
prescripción frente a los derechos causados con anterioridad al 7 de noviembre
de 1999, toda vez que la reclamación del derecho al empleador se había hecho
en la misma data del año 2002.

A tal conclusión llegó también recientemente el Consejo de Estado en la Sección


Segunda de la Sala de lo Contencioso Administrativo, quien en sentencia de 25
de agosto de 2016 con ponencia del Consejero Luis Rafael Vergara Quintero,
explicó:

“De acuerdo con lo previsto en el numeral 3 del artículo 99 de la Ley 50 de 1990, el


legislador impuso al empleador una fecha precisa para que consigne las cesantías
anualizadas de sus empleados, esto es, el 15 de febrero del año siguiente a aquél en
que se causaron, y precisa que “el empleador que incumpla el plazo señalado deberá
pagar un día de salario por cada retardo”.

Determinar una fecha expresa para que el empleador realice la consignación


respectiva y prever, a partir del día siguiente, una sanción por el incumplimiento en
esa consignación, implica que la indemnización moratoria que surge como una nueva
obligación a cargo del empleador, empieza a correr desde el momento mismo en que
se produce el incumplimiento.

Por ende, es a partir de que se causa la obligación -sanción moratoria- cuando se


hace exigible, por ello, desde allí, nace la posibilidad de reclamar su reconocimiento
ante la administración, pero si la reclamación se hace cuando han transcurrido más
de 3 años desde que se produjo el incumplimiento, se configura el fenómeno de
prescripción, así sea en forma parcial.

La anterior interpretación además es consecuente con el hecho de que de


conformidad con lo previsto en el inciso 1 del artículo 104 de la Ley 50 de 1990, el
empleador debe entregar al trabajador un certificado sobre la cuantía de la liquidación

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realizada con corte a 31 de diciembre de cada año, y teniendo en consideración que


los Fondos administradores de cesantías están en la obligación de informar al afiliado,
los saldos de su cuenta individual.

Con fundamento en lo anterior, se puede afirmar que si el empleado conoce la


liquidación anual que efectúa el empleador y el saldo de su cuenta individual de
cesantías, forzoso es concluir que tiene conocimiento del hecho mismo de la
consignación anualizada o la omisión de la misma por parte de su empleador, lo que
implica que tiene conocimiento de que este ha incurrido en mora y por tal motivo se
impone a su cargo la obligación de reclamarla oportunamente, so pena de que se
aplique en su contra el fenómeno de la prescripción.

Corolario de lo expuesto, la Sala unifica el criterio de que la reclamación de la


indemnización por la mora en la consignación anualizada de cesantías, debe
realizarse a partir del momento mismo en que se causa la mora, so pena de que se
aplique la figura extintiva respecto de las porciones de sanción no reclamadas
oportunamente.”.

EL CASO CONCRETO

Solicita el señor Jorge Permánides Daza Parra que tiene derecho a que se le
reconozcan y paguen la totalidad de los domingos y festivos que se presentaron
durante la vigencia del contrato de trabajo que lo unió con la señora Lina
Clemencia Londoño Ramírez y con el señor Héctor Fabio Ospina Ospina, no
obstante, a pesar de esa petición, en la demanda –fls.2 a 8 y 23 a 24- confiesa
que disfrutaba de los días de descanso que por ley le correspondían, solo que
para que ello se hiciera efectivo, debía dejar una persona que lo supliera en esa
actividad, situación que corroboró en el interrogatorio de parte y en la que
adicionó que esos días los utilizaba sobre todo para comprar el mercado en el
Municipio de Santa Rosa de Cabal, y que dejaba el cuidado de la finca a cargo de
su esposa, dado que el sitio de trabajo también era el de residencia.

Evidente resulta entonces que no tiene derecho el demandante a que se le


reconozcan los dominicales y festivos que solicita, pues como él mismo lo
confesó, esos días de descanso no laboraba, sino que los utilizaba, entre otras
cosas, en comprar los víveres necesarios para su subsistencia y la de su familia.

En lo atinente a la prescripción de la sanción moratoria por no consignación de


las cesantías, tal y como se dejó dicho previamente, a ella le corre el término
trienal previsto en el artículo 151 del C.P.T. y de la S.S., por lo que al no haberse
hecho reclamación directa al empleador, el término de prescripción para cada una

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Jorge Permánides Daza Parra Vs Lina Clemencia Londoño Ramírez y otro. Rad. 66170-31-05-001-2015-00156-01

de ellas solo vino a interrumpirse con la presentación de la demanda el 16 de


junio de 2015 –fl.21-, por lo que todas las sanciones causadas con antelación al
16 de junio de 2012 se encuentran cobijadas por el fenómeno de la prescripción,
tal y como lo determinó el Juzgado Laboral del Circuito de Dosquebradas.

En el anterior orden de ideas, se confirmará la sentencia proferida el 23 de junio


de 2016.

Costas en esta instancia a cargo de la parte actora en un 100%

En mérito de lo expuesto, la Sala de Decisión Laboral del Tribunal Superior de


Pereira, administrando justicia en nombre de la República y por autoridad de la
ley,

RESUELVE

PRIMERO. CONFIRMAR la sentencia recurrida.

SEGUNDO. CONDENAR en costas en esta instancia a la parte actora en un


100%.

Notificación surtida en estrados.

No siendo otro el objeto de la presente audiencia, se eleva y firma esta acta por
las personas que en ella intervinieron.

Quienes integran la Sala,

JULIO CÉSAR SALAZAR MUÑOZ


Ponente

FRANCISCO JAVIER TAMAYO TABARES OLGA LUCÍA HOYOS SEPÚLVEDA

ALONSO GAVIRIA OCAMPO


Secretario

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