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La Glosofobia

“Miedo a hablar en público”


Es una emoción muy frecuente. En el ámbito laboral condiciona
significativamente a las personas que lo padecen, generando un elevado grado
de malestar y frustración. En todos los casos, las personas se sienten muy
limitadas para expresar sus emociones o comunicar sus puntos de vista sobre
los temas o cuestiones que se comparten.

Las señales fisiológicas que provoca el miedo a hablar en público.

Estas señales a la forma en la reacciona nuestro cuerpo ante lo que nuestra


mente considera peligro.


Sudoración.
 Temblor de voz.
 Temblor de las extremidades.
 Dificultades para respirar.
 Sensación de calor o sofoco.
 Enrojecimiento.
 Aumento de la tasa cardíaca.
 Tensión muscular o bloqueo.
 Mareo.
 Pérdida de concentración.

Factores internos en el miedo a hablar en público

 El perfeccionismo

Es un rasgo que se asocia con falta de seguridad y confianza

Los perfeccionistas suelen tener altos niveles de ansiedad que les provocan
sufrimiento

 El temor al ridículo o la tendencia al catastrofismo

Imaginarse y rumiar acerca del peor resultado posible, sin importar lo


improbable de su ocurrencia, o pensar que la situación es insoportable o
imposible, cuando en realidad es incómoda (o muy incómoda) o inconveniente.

Factores externos en el miedo a hablar en público


No obstante, también hay factores externos que es conveniente valorar de un
modo realista, para adecuar nuestras expectativas y que no nos sorprenda
nuestra respuesta emocional.

Esta son algunas variables que conviene considerar:

 Tamaño de la audiencia: dependiendo del número de personas que


conformen el público, puede sentirse mayor o menor nerviosismo.
Normalmente tendemos a experimentar mayor ansiedad ante audiencias
más grandes.
 Tipo de audiencia: no es lo mismo dirigirse a un grupo de personas
desconocidas que a una audiencia de confianza. También depende de si
es un público ante el que se ha hablado previamente o es un grupo
totalmente nuevo. La edad y las características del público también
pueden influir en el rendimiento, por ejemplo, si nos sentimos más
cómodos hablando a niños o a adultos.
 Grado de control sobre el contenido: el nivel de preparación o de control
sobre los contenidos a comunicar van a influir en el rendimiento y en el
grado de control sobre la situación.
 Entrenamiento o experiencia previa: si esta actividad forma parte o no de
las responsabilidades habituales en el trabajo, va a influir en el grado de
soltura a la hora de desenvolverse ante una audiencia.

¿Cómo expresar lo que deseas? ¿Cómo sentir control ante una


audiencia?

10 Técnicas psicológicas para superar el miedo a hablar en público.

1. Ajusta tus expectativas

Si experimentamos ansiedad al hablar en público no sería lógico ponernos


como objetivo realizar la charla como oradores experimentados, sin nervios y
con un control total de la situación. Algo más realista sería “evitar que la
ansiedad nos bloquee y conseguir no dejarnos ningún punto importante”. Al
igual que cuando afrontamos otros proyectos, tener un objetivo realista puede
ayudarnos en un primer momento a conseguir el objetivo final de manera
satisfactoria y evitar el riesgo de frustración al plantearnos objetivos
excesivamente ambiciosos.

2. Hasta los mejores oradores sienten ansiedad: Normaliza tus


emociones

La ansiedad es una emoción que forma parte de nosotros, de nuestro


repertorio emocional. De hecho, es la responsable de nuestra supervivencia
ante los posibles peligros o amenazas que puedan surgir. Por ejemplo, si un
coche viene a toda velocidad mientras estoy cruzando la calle, la ansiedad va a
permitir que mi cuerpo se prepare para la huida, apartándome rápidamente del
peligro, a través de una serie de cambios fisiológicos como: aumento del ritmo
cardiaco, aumento de la tensión muscular y del riego sanguíneo hacia las
extremidades, etc. El problema es que cuando estamos ante una audiencia, no
hay un peligro real del que tengamos que escapar, sino una respuesta
asociada por nuestro aprendizaje a una situación en principio neutra (hablar en
público).

Por tanto, el problema real aquí no es el miedo o la ansiedad que


experimentamos, sino que aparece en un momento inadecuado en el que
interpretamos un peligro donde no lo hay, por lo que mi cuerpo reacciona en
consecuencia preparándose para la acción.

La diferencia con los grandes oradores es que éstos experimentan un nivel


moderado de ansiedad que no interfiere en su rendimiento, que asumen o
aceptan como previsible, al tener que lidiar con una situación novedosa o con
un cierto grado de incertidumbre o “descontrol” (por ejemplo tener delante a un
grupo de gente desconocida que no sabemos cómo va a reaccionar); y que les
permite estar alerta y llevar a cabo una conducta más resolutiva. Asumir este
hecho hace que manejemos mucho mejor las señales de nerviosismo o de
tensión, sin llegar a bloquearnos o a interferir en el discurso. (Ver gráfico de
Ley de Yerkes-Dodson en punto 6: La curva de ansiedad).

3. Ten claro el mensaje, lo que quieres transmitir

Las ideas fundamentales del discurso tienen que ser claras y sencillas: qué
quieres transmitir, cuáles son las claves que quieres que la gente se lleve
consigo. Un discurso denso y poco claro nos impide tener la sensación de
control y además puede hacer perder el interés de la audiencia.

4. La manera en que lo contamos

El tono, el volumen, la velocidad de la oratoria… son factores básicos para


conseguir un buen resultado final. Es importante modular y manejar bien las
pausas, poco a poco irás habituándote a tu propia voz y encontrándote más
cómodo en la situación.

5. ¡Practícalo!

Como ya hemos mencionado antes, el nivel de control sobre el contenido a


comunicar influye en el resultado. Si ensayamos nuestro discurso antes de
hablar en público lograremos tener un mayor control sobre el contenido y
también sobre la situación ansiógena (que puede provocan ansiedad). Simular
en nuestra mente la exposición hace que el componente novedoso se reduzca
y que mejoremos nuestra autoconfianza (lo que coloquialmente llamamos
“hacernos a la idea o mentalizarnos”). Las técnicas de exposición son una
herramienta que utilizamos las psicólogas y los psicólogos en el tratamiento,
por ejemplo, de determinadas fobias.

Visualízate haciéndolo bien, con calma y eficacia; y practica antes de llevarlo a


cabo. Verás cómo influye en el resultado.

6. La curva de ansiedad

Recuerda que lo importante es el desarrollo de la exposición, no tanto el inicio.


Si al principio te ha costado arrancar o has dudado en algún momento, entraría
dentro de lo esperable, ya que estamos entrando en contacto con una situación
ansiógena. Lo que va a ocurrir a continuación es que, conforme empecemos a
hablar y llevemos un rato expresándonos y escuchándo nuestra propia voz,
nuestra ansiedad va a ir bajando y se va a ver reflejado en nuestro rendimiento.

Las personas van a recordar la generalidad de la actuación, no detalles


concretos del bloqueo inicial; igual que pensaríamos al observar a un orador
que tiene alguna dificultad al principio pero luego desarrolla su exposición de
manera satisfactoria.

Hablar en público y la Ley de Yerkes Dodson

7. La audiencia no es el enemigo

En vez de ver al público como una amenaza, puede ayudarte verlo como un
grupo de personas interesadas por el tema que vas a exponer. Puede ayudarte
rememorar alguna situación anterior en la que tu eras parte de esa audiencia y
recordar qué pensabas en ese momento.

8. No somos tan transparentes como creemo

A la hora de hablar en público creemos que todo lo que sentimos y


experimentamos a nivel interno va a ser percibido de la misma manera por los
demás. Está comprobado que, si nos grabásemos durante una charla y
posteriormente observáramos el vídeo como espectadores, no seríamos
capaces de identificar en nuestra propia imagen las emociones que estábamos
sintiendo en esos momentos. Las emociones que sentimos y cómo las
sentimos, no son percibidas por los demás del modo tan evidente a como lo
imaginamos.
9. Respira

Las técnicas de relajación y respiración, van a resultar tremendamente útiles


para prepararnos para la situación y reducir nuestra ansiedad, así como para
percibir mayor sensación de control sobre la situación.

10. Date instrucciones motivadoras

Este recurso es muy útil, tanto llegado el momento de afrontar la situación de


hablar en público, como en los momentos previos.

Nuestro diálogo interno tiene un papel clave en cómo nos sentimos y cómo
actuamos, por lo que identificar y cambiar estos discursos internos, puede
servirnos de ayuda a la hora de afrontar una situación difícil como ésta.

Conclusión

Hablar en público, al igual que otras experiencias en la vida demanda


habilidades que no poseemos de forma innata. Eso significa enfrentarnos a
emociones que pueden sorprendernos o resultarnos desagradables, pero la
respuesta no tiene por qué ser la evitación o el bloqueo.

BIBLIOGRAFIA

https://www.elmundo.es/salud/2015/08/18/55d2304246163f400c8b4598.htmlhtt
ps://www.areahumana.es/miedo-a-hablar-en-publico/

ww.psicologo-barcelona.cat/articulos/pensamientos-perjudiciales/distorsiones-
cognitivas/distorsiones-cognitivas-catastrofismo/

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