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EL PACIENTE OSTOMIZADO

El término estoma procede del griego y significa boca o abertura.


Con el término ostomía nos referimos a la intervención quirúrgica
mediante la cual comunicamos un órgano hueco con el exterior
a través de un orificio no natural.
Con respecto al aparato digestivo, podemos encontrar:
– Estomas de nutrición. Suponen una vía alternativa de nutrición cuando
alguna causa impide hacerlo por su medio natural, como tumores de
boca o esófago, ingestión de cáusticos (como por ejemplo la lejía) que
lesiona el esófago, etc. La alimentación se realiza mediante la inserción de
una sonda y, según la zona anatómica donde se realice, se denominará:
• Esofagostomía.
• Faringostomía.
• Gastrostomía (en el abdomen, directamente al estómago).
• Yeyunostomía (en el abdomen, directamente al yeyuno).
La alimentación a través de estas sondas se tratará en la siguiente unidad.
– Estomas de eliminación. Es la exteriorización del intestino a través de
la pared abdominal, suturándolo a la piel, con el objeto de crear una
salida artificial para la evacuación de las heces. Dependiendo de la
zona de intestino que se aboque al exterior, se denominará:
• Ileostomía. Se realiza en diversas porciones del íleon. La consistencia
de las heces es semilíquida, con poca cantidad de gases, pero con un
pH muy corrosivo para la piel periostomal.
• Colostomía ascendente. Se realiza en colon ascendente. Las heces que
se expulsan son semilíquidas e irritantes para la piel.
• Colostomía transversa. Se realiza en colon transverso. Las heces que se
eliminan son semilíquidas y poco irritantes para la piel.
• Colostomía descendente. Se realiza en el colon descendente. Las heces
son sólidas, formadas y no irritantes.
• Colostomía sigmoidea. Se realiza en el colon sigmoideo. Las heces son
firmes, sólidas y no irritantes.
Independientemente de la zona exteriorizada, las ostomías pueden ser:
– Temporales. Cuando, una vez solucionado el problema que originó su
realización, se cierran reestableciendo el tránsito intestinal.
– Permanentes. Cuando el tránsito intestinal no podrá restablecerse, generalmente
por haberse extirpado el segmento del intestino posterior a la
ostomía.
En general, la coloración del estoma es rosada y presenta el aspecto normal
de mucosa intestinal (Fig. 11.14). Durante la primera semana, presentan una
coloración rojiza y aspecto edematoso que desaparecerá poco a poco. A partir
del 2.° al 4.° día de la intervención, el paciente comienza a eliminar
gases y heces líquidas en pequeñas cantidades, adquiriendo en días sucesivos
el aspecto normal según su localización. El número de deposiciones diarias
y su volumen depende de la cantidad y el tipo de alimentos ingeridos.

Se pueden producir gases por la acción de las bacterias sobre los alimentos.
Las ileostomías sobresalen entre 2,5 y 4 cm del plano de la piel de la pared
abdominal para evitar cualquier retracción posterior y alejar el estoma de
la piel, facilitando así el drenado intestinal a la bolsa colectora y en prevención
de irritaciones en la piel periostomal.
Las colostomías tienen forma circular para facilitar la adaptación de las bolsas
colectoras (Fig. 11.15). Su diámetro aproximado es de 2,5 cm. Son planas
o con una elevación mínima sobre la piel.

4.1 > Complicaciones de los estomas


Los estomas pueden presentar una serie de complicaciones que, de ser
detectadas precozmente, pueden evitar alteraciones más graves. Dentro de
las complicaciones más frecuentes están las siguientes:
Complicaciones inmediatas
– Necrosis. Se produce por una obstrucción del flujo sanguíneo a la porción
de intestino con la que se realiza el estoma. Aparecen en las primeras
24 horas del postoperatorio. La mucosa comienza presentando una
coloración rojo oscura, pasando posteriormente a un color negro. Son
más frecuentes en colostomías. El tratamiento es quirúrgico. Para detectar
esta complicación es necesario:
• Vigilar a menudo el color de la mucosa en las primeras horas.
• Colocar bolsas colectoras trasparentes.
– Dehiscencia de la sutura mucocutánea. Se produce por múltiples causas,
como la infección periostomal o la retracción del intestino. Suele
producirse en la primera semana del postoperatorio. El tratamiento es
quirúrgico.
– Hundimiento. Se produce por un desplazamiento del intestino hacia el
interior de la cavidad abdominal debido a una tensión excesiva en la
unión mucocutánea. Es más frecuente en personas obesas y en colostomías
transversas. Se suele tratar con bolsas colectoras unidas a dispositivos
especiales para este tipo de problema.
– Hemorragia. Se produce en las primeras horas del postoperatorio. El tratamiento
es con vasoconstrictores locales y si con esto no se soluciona,
el tratamiento es quirúrgico.
– Infección. Se puede producir por contaminación debida a las heces o por
una mala técnica en el cuidado del estoma. El tratamiento es la cura
local.
– Edema. Puede ser una complicación inmediata o tardía. El estoma presenta
un aspecto pálido y edematoso. Si el edema es importante, causa
problemas obstructivos, hemorrágicos y dehiscencias. Si el dispositivo
empleado es inadecuado, también puede producir un edema.
Complicaciones tardías
– Estenosis. Se produce un estrechamiento del orificio de salida del estoma
debido a cualquier complicación inmediata. El tratamiento se realiza
mediante dilataciones manuales y con una dieta adecuada para evitar
el estreñimiento.

– Hernia. Se produce la protusión o salida de las asas intestinales por un


fallo o defecto de la pared abdominal. Es una complicación frecuente y
suele aparecer en los dos primeros años.
– Prolapso. Es la excesiva elevación del estoma sobre la piel. Se produce
habitualmente por el aumento de la presión intraabdominal. Puede aparecer
de forma brusca o progresiva.
– Irritación cutánea. Es muy frecuente. Aparece en la piel periostomal,
presentando enrojecimiento que, de no tratarse adecuadamente, puede
originar ulceraciones y, posteriormente, necrosis. Se produce por:
• Contacto con el contenido fecal.
• Irritación mecánica producida por cambios frecuentes o inadecuados
de la bolsa.
• Alergia a componentes del material adhesivo.
• Humedad.
El tratamiento consiste en curas locales, protección de la piel periostomal
y elección de dispositivos colectores adecuados.
– Úlceras. Se producen por cuidados inadecuados del estoma, infecciones
cutáneas o irritación de la piel debida al contenido fecal. El tratamiento
consiste en curas para evitar la irritación.

4.2 > Dispositivos para el cuidado de los estomas


Son los sistemas que se usan para la recogida de las heces. Existen muchos
modelos y formas. De la elección adecuada del mismo depende la aparición
o no de complicaciones, el confort y la independencia del paciente.
Un buen dispositivo debe reunir una serie de características como son:
– Buena adaptación al tamaño del estoma mediante guías milimetradas
para la medición del mismo.
– Protección de la piel periostomal que evite la irritación de la
piel por la composición del material adhesivo.
– Fácil aplicación para el profesional y para el paciente ostomizado.
– Buena fijación y sujeción que permitan independencia en la
vida diaria del paciente ostomizado.
– Eficaz en la recogida de heces y gases, evitando fugas y malos
olores.
– Suave al tacto en la zona de contacto con la piel.
Tipos de sistemas colectores
– Sistema de una sola pieza. La parte adhesiva y la bolsa colectora
son inseparables y se pegan directamente a la piel periostomal
(Figura 11.16).
– Sistema doble. La parte adhesiva y la bolsa colectora son dos
piezas independientes. La placa adhesiva se pega a la piel y
dispone de un dispositivo para acoplar la bolsa colectora.
Permite el cambio frecuente de bolsa sin lesionar la piel.

Según el método de vaciado, las bolsas pueden ser


– Bolsas cerradas con filtro. Se usan cuando las deposiciones son semisólidas
o formadas. Se aconseja que el sistema sea doble para evitar irritaciones
al cambiarla.
– Bolsas abiertas con filtro. Se aconsejan cuando las deposiciones son
líquidas o semilíquidas. Permiten su vaciado sin tener que despegar la
bolsa. El sistema de cierre se realiza mediante una pinza. Pueden ser de
sistema doble o de una pieza.

4.3 > Cuidados de la piel


El auxiliar de enfermería debe lograr que el dispositivo se adapte adecuadamente
al paciente y que no surjan complicaciones en la adaptación del
mismo, consiguiendo que la piel periostomal se mantenga en buen estado.
Para ello, necesita una serie de cuidados, entre los que incluiremos:
– Lavado de la piel con agua, jabón neutro y esponja suave.
– Secado suave.
– En caso de irregularidades en la zona periostomal (cicatrices, pliegues o si
el estoma tiene forma desigual), usar pastas de relleno para evitar fugas.
– Medir adecuadamente el diámetro del estoma para adaptar el dispositivo
(Figura 11.18).
– Mantener la piel periostomal siempre limpia y seca.
– Cambiar el dispositivo cuando existan signos de fugas.
– Utilizar dispositivos adecuados a cada tipo de piel.

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