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Área de Historia

Profesor: Fco. Javier Sáenz del Castillo Caballero

Universidad CEU San Pablo


Instituto de Humanidades CEU Ángel Ayala

HISTORIA DE AMÉRICA
ASIGNATURA DE LIBRE CONFIGURACIÓN

BLOQUE I:

PRESENTACIÓN

AMÉRICA PREHISPÁNICA

Profesor:
D. Javier Sáenz del Castillo Caballero
Área de Historia

Profesor: Javier Sáenz del Castillo Caballero

TEMARIO DE LA ASIGNATURA – BLOQUE I

PRESENTACIÓN

1. INTRODUCCIÓN A LA HISTORIA Y A LA HISTORIA DE AMÉRICA EN


PARTICULAR

I – LA AMÉRICA PREHISPÁNICA

2. ÁREAS CULTURALES DE AMÉRICA


a. Introducción: diversidad de las áreas culturales americanas.
b. Criterios para el establecimiento de áreas culturales en América.
c. Grandes áreas geográfico culturales de América.
d. Civilización y cultura.

3. EL POBLAMIENTO DEL CONTINENTE Y LA PREHISTORIA


AMERICANA
a. El significado del término “Prehistoria” y su aplicación a América.
b. El origen del hombre americano.
c. Etapas de la Prehistoria de América.
d. El desarrollo diacrónico de las culturas americanas.

4. EL ÁREA CULTURAL COLOMBIANA


a. Introducción: el área colombiana como “área intermedia”.
b. Características generales: grupos étnicos y regiones del área colombiana.
c. Principales culturas del área colombiana.

5. EL ÁREA CULTURAL MESOAMERICANA: LOS ORÍGENES DE LA CI-


VILIZACIÓN EN MESOAMÉRICA Y LA CULTURA MAYA

5.I – EL ORIGEN DE LA CIVILIZACIÓN EN MESOAMÉRICA


a. Introducción y características generales. “Mesoamérica”, definición del
concepto.
b. Geografía y etnografía de Mesoamérica.
c. Cronología de las culturas mesoamericanas.
d. El origen de la civilización en Mesoamérica
e. Las civilizaciones mesoamericanas del periodo Formativo: los olmecas.
5.II – LA CIVILIZACIÓN MAYA
f. Los mayas: características generales.
g. Desarrollo histórico de la civilización maya.
h. La sociedad de los antiguos mayas.
i. La organización política de los reinos mayas.

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j. La economía de los mayas.


k. La religión de los antiguos mayas.

6. EL ÁREA CULTURAL MESOAMERICANA: LAS CIVILIZACIONES DEL


VALLE DE MÉXICO Y EL IMPERIO DE TENOCHTITLÁN

6.I – LAS ANTIGUAS CIVILIZACIONES MEXICANAS


a. Introducción y características generales.
b. Geografía y etnografía del Anáhuac.
c. Las civilizaciones mexicanas del periodo Clásico: Teotihuacán.
d. Las civilizaciones mexicanas entre el periodo Clásico y el Postclásico: las
invasiones nahuas y el dominio tolteca.

6.II – LOS AZTECAS O MEXICAS


e. Los mexicas: características generales.
f. Desarrollo histórico de los mexicas.
g. La sociedad de los mexicas.
h. La organización política del imperio de Tenochtitlán.
i. La economía de los mexicas.
j. La religión de los antiguos mexicanos.

7. EL ÁREA CULTURAL PERUANA Y EL IMPERIO INCA

7.I – EL PERÚ PREINCAICO


a. Introducción y características generales.
b. Geografía y etnografía del antiguo Perú.
c. El origen de la civilización en el área peruana: las culturas del periodo For-
mativo.
d. Las civilizaciones peruanas del periodo Clásico.

7.II – EL PERÚ POSTCLÁSICO: EL IMPERIO INCA


e. Desarrollo histórico del pueblo “inca”.
f. La sociedad quechua.
g. La organización política del incario.
h. La estructura económica de los quechuas.
i. La religión incaica.

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1. INTRODUCCIÓN A LA HISTORIA E INTRODUCCIÓN A LA


HISTORIA DE AMÉRICA EN PARTICULAR

SUMARIO DEL TEMA


A. Definición de “Historia”.
B. Los elementos de la Historia (hombre, espacio y tiempo).
C. El proceso histórico y sus mecanismos.
D. Especificidad de la historia americana.

A. DEFINICIÓN DE HISTORIA

 Hay un doble significado del término: la Historia como objeto y la His-


toria como sujeto.
– Como objeto: el pasado  los acontecimientos que han ocurrido
en el tiempo anterior al nuestro.
– Como sujeto: una ciencia  el estudio (conocimiento + explicación
+ interpretación) de ese pasado.

 La Historia según Heródoto (siglo V a.C.):


«Esta es la exposición del resultado de las investigaciones de Heródoto
de Halicarnaso para evitar que, con el paso del tiempo, los hechos humanos
queden en el olvido y que las notables y singulares empresas realizadas,
respectivamente, por griegos y bárbaros ―y, en especial, el motivo de su
mutuo enfrentamiento― queden sin realce.» Historia, Libro I, proemio.
Es decir, la Historia es:
– Investigación de lo acontecido (observación – recopilación de datos).
– Explicación de sus causas y su desarrollo (análisis – demostración).
– Transmisión (recuerdo del pasado, “memoria”, conocimiento acumulado
sobre el ser humano).

 Partiendo de todo esto, el historiador francés Marc Bloch, fundador de


la Escuela de los Anales, definió la Historia como “la ciencia que estu-
dia al hombre en el tiempo”, entendiendo “el hombre” como la suma de
todas las facetas de la actividad humana. Más adelante Fernand Braudel,
otra de las cabezas de los Anales, perfiló más esta definición: “la Histo-
ria es la relación del hombre en el espacio y el tiempo”.

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 Esa Historia como ciencia (conocimiento + explicación + interpreta-


ción) sigue tres pasos o niveles:
– La narración o descripción de
los hechos  Historia (objeto): el qué.
Historiografía (estudio): el cómo
– La explicación de los hechos  y el por qué inmediato [causas y
relaciones].
– La interpretación de los hechos
Historiología (teoría de la Hª): el
(mejor, de la naturaleza de las  por qué sustancial, ontológico.
cosas a la luz de esos hechos)

 El objetivo de la historia es la comprensión histórica  la explicación


del presente, de cómo y por qué hemos llegado a nuestro tiempo, expli-
cación del mundo en que vivimos. Por eso su importancia.

 Sólo hay tres conocimientos por los que el hombre pueda adquirir una
idea global del mundo, del universo, que se corresponden con tres de las
formas principales de conocimiento (racional/lógico/especulativo, empí-
rico y fiduciario –una forma de conocimiento intuitivo–):

lógico/espe- Por la Razón, al ser el Hombre un ser


– La Filosofía
culativo  racional.
Por la Revelación y el conocimiento
– La Religión fiduciario  del Creador, o su negación.

(Las creencias, cualquier creencia, también el ateísmo)


– La Historia empírico  Por la Experiencia del Pasado.

Su importancia, que es fundamental para el desarrollo intelectual del ser


humano, viene dada porque sólo mediante una concepción global del
mundo el hombre puede elaborar ideas propias sobre su vida y sobre el
entorno que le rodea, y así poder tener criterio para desenvolverse en es-
ta vida (Según el DRAE, “criterio”: «norma –capacidad– para conocer
la verdad»).

B. LOS ELEMENTOS DE LA HISTORIA: HOMBRE, ESPACIO Y TIEMPO

 Partiendo de la definición de Historia de Braudel (arriba), los elementos


de la historia son 3: Hombre, Espacio y Tiempo. Estos tres elementos se
corresponden con los tres primeros interrogantes sobre los aconteci-
mientos del pasado: quién, dónde y cuándo, cuya respuesta nos da la na-
rración del pasado, el relato de lo que ha ocurrido en la historia.

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 El Hombre.

– El hombre es el protagonista de la Historia, en virtud de su NATURA-


LEZA (animal racional ↔ ser histórico). Es el hombre, el ser humano en
su integridad —es decir, en todas sus facetas y aspectos—, por lo que es
necesario considerar una concepción antropológica previa y realista, que
nos explique verdaderamente cómo es esa naturaleza en conjunto:
 Cuál es su esencia, su realidad ontológica.
 En función de lo anterior, cuáles son sus cualidades, sus necesidades,
intereses, voluntad... en resumen, el por qué de sus acciones.
 Cuál es la finalidad y el sentido de la existencia. Su naturaleza teleo-
lógica.

– Recordemos que la naturaleza del HOMBRE tiene una doble faceta: una
INDIVIDUAL y otra COLECTIVA.
– Es el INDIVIDUO, cada ser humano, que actúa libremente —en el senti-
do de libertad constitutiva: la capacidad de obrar conforme a la propia
voluntad— y conforme a su propia personalidad.

– En su faceta colectiva es la SOCIEDAD, que es un rasgo de la naturaleza


humana tanto etológica (animal gregario) como cultural (Aristóteles 
“animal político”, animal social; por ser animal racional es una sociedad
creada por él mismo). Las sociedades forman el contexto en el que actúa
cada individuo, estableciendo una serie de condiciones que afectan al
comportamiento y las decisiones del mismo y marcan unas pautas comu-
nes a sus miembros [CUIDADO: el protagonista sigue siendo el hombre,
no “las naciones”, ni “las clases”, ni “las culturas”... No olvidemos que
los entes colectivos no existen por sí mismos, sino por los individuos que
los forman]. Distinguimos dos tipos de sociabilidad:
 Sociabilidad concéntrica: es la inserción del hombre en el conjunto de
la sociedad, en sus distintos niveles, desde al más próximo al indivi-
duo (la familia) hasta la totalidad de la humanidad.
 Sociabilidad tangencial: la forman las sociedades concretas en que ca-
da hombre se inserta por su actividad o sus relaciones, es decir, por lo
que cada individuo hace.

 El Espacio.

– El espacio geográfico como escenario y condicionante del desarrollo y de


la acción del hombre: la Geografía entendida como Geografía Humana,
con su potencial para la adaptación o la migración del ser humano y so-
metida a la acción antrópica (el hombre puede modificar el espacio).

– Este espacio geográfico se entiende así en dos sentidos:


 Geografía de situación: el territorio donde se asienta un grupo humano
y que constituye su hábitat cotidiano y permanente.
 Geografía de relación: los territorios con los que un pueblo establece
contacto continuado más allá de su propio hábitat.

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 El Tiempo.

– Hablamos del tiempo como tiempo histórico: el pasado y la relación de


ese pasado con nosotros (relación que llamamos proceso histórico, que
explicamos más adelante). Eso significa que el tiempo histórico es “el pa-
sado en proyección”; proyección que es tanto al presente como al futuro.

– Las categorías de ese tiempo histórico son tres: pasado, presente y futuro,

Es lo que ha formado Es el condicionan-


 Pasado  el presente  te del presente
Es la herencia del ayer, la tradición, y también
es la memoria o el recuerdo (que tiene mucho
de interpretación) de ese ayer “nuestro”

Es la acción de
 Presente  Lo que ocurre ahora  nuestro momento
Es la decisión que obramos, la opción que
elegimos (por tanto, responsabilidad) entre las
posibilidades o potencialidades que se nos
presentan, fruto del pasado.

Será el resultado de lo Es la proyección


 Futuro  que estamos haciendo  al mañana
Será el efecto de esas acciones del presente,
de la puesta en práctica de decisiones tomadas
sobre las condiciones del pasado, acciones
que se mueven entre la voluntad y la realidad,
entre lo que queremos conseguir y lo que po-
demos lograr.

– Todos los hombres están afectados por esa proyección y por la interrela-
ción de estas categorías (pasado, presente y futuro), y actúan conforme a
ello. Esto se refiere no sólo a todos los hombres de nuestro tiempo, sino a
todos los hombres en cada uno de esos tiempos, pasado, presente y futu-
ro.

C. EL PROCESO HISTÓRICO Y SUS MECANISMOS

 A estos tres elementos sobre los que se desarrolla la Historia, podemos


añadir un cuarto: la relación entre ellos, que es la que constituye el pro-
ceso histórico, y que es la esencia de la Historia como disciplina.

 El proceso histórico es la relación que existe entre los fenómenos (he-


chos y elementos) históricos que forman el pasado, y la relación entre
ese pasado y los hombres del presente. Es decir, la relación de los fenó-
menos con el tiempo, la relación de los fenómenos entre sí, y la relación
entre esos fenómenos y nosotros.

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 Estas relaciones se corresponden con los tres segundos interrogantes so-


bre los acontecimientos del pasado: qué, cómo y por qué, cuya respuesta
nos permite entender el transcurso de la historia. Conociendo y mane-
jando correctamente estas relaciones, podemos construir una narración
con un argumento comprensible y didáctico, que es, en definitiva, la fi-
nalidad de la Historia («Historia magistra vitae», Cicerón).

 Estas relaciones son de varios tipos, fundamentalmente de los tres si-


guientes:

– Relación de los fenómenos históricos respecto al tiempo cronológico:


 Simultaneidad.
 Sucesión.

– Relación de los fenómenos históricos entre sí:


 En primer lugar, hay que comprobar si hay relación real entre ellos,
sea del tipo que sea, y no mera similitud o coincidencia.
 Posteriormente podremos ver de qué tipo es esa relación:
Causa / efecto.
Factor / condición.

– Relación de los fenómenos históricos respecto a nosotros (es decir, res-


pecto a la evolución de la sociedad en cada momento, al desarrollo de las
situaciones y del modo de vida):
 Cambio y permanencia, referente a su configuración (afectan a la for-
ma concreta de los fenómenos estudiados).
 Continuidad y ruptura, referente a su duración (afectan a las tenden-
cias de la sociedad, en la medida en que haya una concordancia o una
contradicción en su desarrollo con su configuración anterior).

 Establecidas y entendidas esas relaciones, distinguimos tres tipos de fe-


nómenos o procesos históricos, según sus características y. en función
de ellas, su duración en el tiempo (en función también del estudio que
estemos realizando):

– Los fenómenos o pro-  los sucesos  son acontecimientos.


cesos de tiempo corto Son los hechos o eventos concretos que ocurren
(corta duración) en el tiempo, que vemos individualizados y po-
demos presentar como los fenómenos más pe-
queños del proceso histórico que estudiamos.

– Los fenómenos o pro-


cesos de tiempo medio
 las coyunturas  son situaciones.
(media duración) Las coyunturas son un conjunto de aconteci-
mientos y circunstancias relacionados entre sí,
y que crean una situación determinada (una co-
yuntura, a su vez, pueden ser considerada como
acontecimiento o episodio de otra más amplia).

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Son procesos que afectan a las situaciones por


las que atraviesa una sociedad.

– Los fenómenos o pro- son sistemas y ten-


cesos de tiempo largo 
las estructuras 
dencias.
(larga duración) Las estructuras son los sistemas como se orga-
nizan y ordenan los distintos componentes bási-
cos, esenciales, de una sociedad o de una época,
y las tendencias en la evolución de esas estruc-
turas propias de una sociedad o una época.
Son procesos que afectan a la esencia de las es-
tructuras o de la relación entre esas estructuras.

– Los acontecimientos y las coyunturas, que son episodios en ambos casos,


marcan la vida, el devenir histórico, de una sociedad, y vienen dados por
sí mismos y por la misma la misma historia.

– Las estructuras, que son sistemas, definen la configuración de esa socie-


dad; las definimos nosotros, pero siempre en correspondencia con la
realidad.

D. ESPECIFICIDAD DE LA HISTORIA DE AMÉRICA

 ¿Por qué una Historia de América? En el caso de España, debería pare-


cer una pregunta fuera de lugar: hay una historia común, hay unos ele-
mentos comunes que constituyen nuestra identidad en uno y otro caso,
formamos por ello una comunidad cultural, y es en consecuencia nues-
tro ámbito natural de proyección.

 Peculiaridades de la historia de América.

– Como pasado, es una historia entre el aislamiento y la continuidad.


 Un continente con una historia antigua “aislada”.
 América después de 1492: el «extremo occidente», pues América se
“incorpora” a la Historia Universal desde y a través de Europa.

– Como presente, la América actual es un continente globalmente mestizo.


 Mestizaje no sólo biológico, sino fundamentalmente cultural y social.
 Por eso incluso su historia es, desde 1492, también mestiza.

– Como especialidad, el americanismo:


 Una especialidad reconocida de la Historia, que surge desde los pri-
meros momentos del Descubrimiento.
 Carácter multidisciplinar del americanismo: el primer paso del ameri-
canismo (en el propio siglo XVI) es Geografía y Antropología, des-
pués Historia.

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 Periodización de la Historia de América.

– La periodización habitual de la Historia en edades de la Prehistoria, Anti-


gua, Medieval, Moderna y Contemporánea es un convencionalismo de la
Ilustración y el Positivismo establecido sobre el desarrollo histórico de
Europa y la Civilización Occidental, inapropiado para la historia de otros
continentes y civilizaciones, y por tanto inadecuado para una periodiza-
ción general de la Historia de América. La inserción de la Historia de
América en la Historia Universal supone una diferencia en las divisiones
cronológicas y en las divisiones geográfico–culturales a las que estamos
acostumbrados.

– Partiendo del desarrollo específico de la Historia americana, podemos es-


tablecer entonces tres grandes periodos de la Historia de América:
 América prehispánica o América indígena: periodo de aparición del
hombre en el Nuevo Mundo y de desarrollo de las culturas y civiliza-
ciones autóctonas de forma aislada respecto al resto del mundo. Este
periodo se subdivide comúnmente en dos etapas:
 Etapa de poblamiento y Prehistoria, época de las culturas primiti-
vas de América.
 Historia antigua de América, época en que se desarrollan las civi-
lizaciones indígenas en algunas regiones de América.
 (Estas etapas de la historia americana tienen cronologías distintas
según las diferentes regiones, por la diversidad de las sociedades
americanas en cuanto a su evolución y desarrollo).
 América colonial, América moderna o América “europea”: periodo de
incorporación de América a la Historia Universal, a través de su inte-
gración colonial en Occidente.
 América contemporánea, América independiente o América “ameri-
cana”: periodo de desarrollo de los pueblos americanos como entida-
des políticas independientes.

 Los nombres de América.

– El nombre propio de América: de las “Indias” a “América”, generalizado


tardíamente (siglos XVII–XVIII) pasando por el “Nuevo Mundo” y por
las “Indias Occidentales” (Américo Vespucio y la Geografía de la Aca-
demia del Vosgo, 1507).

– “América” y “las Américas”:


 Angloamérica e Iberoamérica.
 América indígena, América mestiza, América criolla. Integración y
exclusión en la América de hoy.

– Hispanoamérica, Iberoamérica, Latinoamérica:


 Origen de cada uno de estos términos.
 Disputas ideológicas alrededor de ellos.

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 La visión polemista de la Historia de América: la Leyenda Negra.

– Qué es la Leyenda Negra.


 Es una interpretación negativa del papel de España en la Historia, ba-
sado en una exposición maliciosa de su actuación en Europa y Améri-
ca durante su hegemonía (siglos XVI–XVII).
 Es una “leyenda”, una imagen, que se ha perpetuado en el imaginario
colectivo, creando una serie de prejuicios de carácter moralista. Estos
prejuicios, en última instancia, no son más que una fundamentación de
ideas y creencias.

– Cómo surge y perdura la Leyenda Negra


 Surge por la propaganda antiespañola generada en el siglo XVI, que
se desarrolla en torno a dos cuestiones esenciales, fuertemente inter-
conectadas:
 La rivalidad por la hegemonía europea y la expansión colonial.
 La ruptura de la Cristiandad y las Guerras de Religión.
 En el siglo XVIII se retoma en el contexto de la Ilustración, como
demostración de los errores del Antiguo Régimen y justificación de
los cambios propuestos por las ideas de la Modernidad, que se impo-
nen a través de las Revoluciones.
 En el siglo XIX se produce un hecho muy grave, su asimilación e in-
teriorización en el mundo hispánico por distintas razones:
 En América, primero como justificación de la independencia y se-
gundo como recurso de la enseñanza de la historia al servicio de la
creación de la nación.
 En España, por el enfrentamiento entre tradicionalistas y progre-
sistas, asumiendo éstos últimos ese discurso para legitimar sus po-
siciones y descalificas al contrario.
 En el siglo XX perdura porque continúa siendo un instrumento en la
propaganda política y en las luchas ideológicas:
 Es un recurso para justificar situaciones del presente eludiendo
responsabilidades, por el sistema de desplazamiento de culpa.
 Se puede reconvertir en interpretación de la historia al servicio de
una ideología, como hace el marxismo cuando interpreta la colo-
nización y el indigenismo en clave de lucha de clases.
 En España, el enfrentamiento de “las dos Españas” durante la
época contemporánea, ha ido acompañado de una reinterpretación
de nuestra historia asumiendo los mitos de la Leyenda Negra, lo
que junto a otras cuestiones ha supuesto la quiebra de la propia
idea de España en amplios sectores.

– “Versiones” de la Leyenda Negra que hoy tienen más importancia en


América:
 La interpretación liberal, similar a la que se produjo durante la eman-
cipación y en la España del XIX.
 La interpretación indigenista–marxista, con el mito de los “500 años
de opresión” y “500 años de resistencia” como versión local de la lu-
cha de clases.

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 La interpretación del relativismo cultural, heredera del mito del “buen


salvaje”, que se presenta como un elemento más del fenómeno de
“Occidente contra Occidente“.

– Cómo interfiere la Leyenda Negra en la visión de la Historia de América.


 Es una interpretación parcial de los hechos, no una reconstrucción ri-
gurosa del pasado, y por lo tanto deformada.
 Responde a una interpretación moralista sobre bases ideológicas ac-
tuales, no sobre el contexto de la época ni sobre un universalismo ius-
naturalista.
 En última instancia, es un cúmulo de prejuicios: es decir, tenemos las
respuestas antes de estudiar los hechos; Más aún, si ya tenemos las
respuestas, ¿para qué hacer las preguntas?

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BIBLIOGRAFÍA ESPECÍFICA – TEMA 1

– BERDIAEV, Nicolai. El sentido de la Historia. Madrid, Ediciones Encuentro,


1979.
– BLOCH, Marc. Introducción a la Historia. México, Fondo de Cultura Económica,
1998.
– BRAUDEL, Fernand. La Historia y las Ciencias Sociales. Madrid, Alianza Edito-
rial, 1990.
– CRUZ CRUZ, Juan. Filosofía de la Historia. Pamplona, Ediciones de la Universi-
dad de Navarra, 1995.
– ESCANDELL BONET, Bartolomé. Teoría del discurso historiográfico. Oviedo,
Servicio de Publicaciones de la Universidad de Oviedo, s.f. (¿1992?).
– MILLÁN PUELLES, Antonio. Ontología de la existencia histórica. Madrid, Con-
sejo Superior de Investigaciones Científicas, 1951.
– MITRE, Emilio. Historia y pensamiento histórico. Estudio y antología. Madrid,
Ediciones Cátedra, 1997.
– SUÁREZ FERNÁNDEZ, Luis. Grandes interpretaciones de la Historia. Pamplo-
na, Ediciones de la Universidad de Navarra (EUNSA), 1985.
– SUÁREZ FERNÁNDEZ, Luis. Corrientes del pensamiento histórico. Pamplona,
Ediciones de la Universidad de Navarra (EUNSA), 1996.

– ABELLÁN, José Luis. La idea de América. Origen y evolución. Madrid, Editorial


Istmo, 1972.
– CARBIA, Rómulo. Historia de la Leyenda Negra hispanoamericana. Madrid, Edi-
torial Marcial Pons, 2004.
– CIBOTTI, Ema. Una introducción a la enseñanza de la Historia Latinoamericana.
México, Fondo de Cultura Económica, 2004.
– DELGADO, Jaime. Introducción a la Historia de América. Madrid, Ediciones de
Cultura Hispánica, 1957.
– MAEZTU Y WHITNEY, Ramiro de. Defensa de la Hispanidad. Madrid, Editorial
RIALP, 1997.

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– MOLINA MARTÍNEZ, Miguel. La Leyenda Negra. Madrid, Editorial Nerea, 1991.


– O’GORMAN, Edmundo. La invención de América. México, Fondo de Cultura
Económica, 1993.
– PINO, Fermín del (coord). Ensayos de metodología histórica en el campo america-
nista. Madrid, Consejo Superior de Investigaciones Científicas, 1985.
– POWELL, Philip W. Árbol de odio. Madrid, Editorial José Porrúa, 1972.
– SÁENZ DEL CASTILLO CABALLERO, Fco. Javier. “La Leyenda Negra hispa-
noamericana”, en Arbil. Anotaciones de pensamiento y crítica, nº 90, marzo de
2005. [http://www.arbil.org/90leye.htm].
– ZEA, Leopoldo. Filosofía de la Historia americana. México, Fondo de Cultura
Económica, 1978.

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I – BIBLIOGRAFÍA GENERAL SOBRE


LA AMÉRICA PREHISPÁNICA

– ADAMS, Richard E. W. Las antiguas civilizaciones del Nuevo Mundo. Barcelona,


Editorial Crítica, 2000.
– ALCINA FRANCH, José. Los orígenes de América. Madrid, Editorial Alhambra.
Colección Estudios, nº 24, 1984.
– BALLESTEROS GAIBROIS, Manuel. Cultura y religión de la América prehispá-
nica. Madrid, Biblioteca de Autores Cristianos, 1985.
– BETHELL, Leslie. (ed). Historia de América Latina. Barcelona, Editorial Críti-
ca/Cambridge University Press, 1990. Tomo 1.
– BOSCH GIMPERA, Pedro. La América prehispánica. Barcelona, Editorial Ariel,
1975.
– COE, Michael; SNOW, Dean; y BENSON, Elizabeth. Atlas de la América antigua.
Barcelona, Círculo de Lectores, 1989.
– COE, Michael, SNOW, Dean, y BENSON, Elizabeth. América antigua. Civiliza-
ciones precolombinas. Barcelona, Editorial Folio, 1989.
– GIRARD, Raphael. Historia de las civilizaciones antiguas de América desde sus
orígenes. Madrid, Editorial Istmo, 1976.
– HERNÁNDEZ SÁNCHEZ–BARBA, Mario. Historia de América. Madrid, Edito-
rial Alhambra, 1986. Tomo I: América Indígena.
– LEHMANN, Henry. Las civilizaciones precolombinas. Buenos Aires, EUDEBA,
1964.
– LUCENA SALMORAL, Manuel (dir). Historia de Iberoamérica (3 volúmenes).
Madrid, Editorial Cátedra/Sociedad Estatal para el Quinto Centenario, 1990.
Tomo I: Historia Antigua.
– MANN, Charles C. 1491: una nueva historia de las Américas antes de Colón. Ma-
drid, Editorial Taurus, 2006.
– MORALES PADRÓN, Francisco. Atlas histórico y cultural de América. Las Pal-
mas de Gran Canaria, 1988. Tomo I.

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– NAVARRO GARCÍA, Luis. Historia de las Américas. Madrid, Alhambra–


Longman/Sociedad Estatal para el Quinto Centenario/Universidad de Sevilla,
1991. Tomo I.
– PERICOT, Luis. América indígena. Barcelona, Editorial Salvat, 1962.
– PIÑA CHAN, Román. Historia, arqueología y arte prehispánico. México, Fondo
de Cultura Económica, 1972.
– SÁNCHEZ ALBORNOZ, Nicolás (dir). Historia de América Latina. Madrid,
Alianza Editorial, 1985. Tomo I.

PÁGINAS WEB:
– EL MUNDO INDÍGENA A LA LLEGADA DE LOS ESPAÑOLES.
[http://www.puc.cl/sw_educ/historia/conquista/parte1/html/h00.html]
Pontificia Universidad Católica de Chile – Softwares Educacionales.

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2. ÁREAS CULTURALES DE AMÉRICA

SUMARIO DEL TEMA


A. Introducción.
B. Criterios para el establecimiento de áreas culturales en Améri-
ca.
C. Grandes áreas culturales de América.
D. Civilización y cultura.

A. INTRODUCCIÓN

 Diversidad de las culturas americanas.

– Diversidad geográfica del continente americano.

– Diversidad étnica de los pueblos americanos,

– Diversidad en el desarrollo de la “civilización” entre los distintos pueblos


americanos (culturas “nucleares”, “marginales” e “intermedias”), coinci-
dentes en el tiempo.

 Los factores geográficos.

– La inmensidad territorial y las grandes distancias del continente.

– La dispersión y el aislamiento de los pueblos americanos.

 Un área cultural es un territorio dentro del cual los pueblos que allí vi-
ven tienen una serie de rasgos culturales comunes que los identifican en-
tre sí y que son diferentes de los rasgos que caracterizan a los pueblos
de otras áreas.

B. CRITERIOS PARA EL ESTABLECIMIENTO DE ÁREAS CULTURALES


EN AMÉRICA

 Existe una variedad de criterios parta esa catalogación, que nos dan di-
ferentes divisiones geográficas de las culturas americanas.

– Hay cuatro criterios principales:


 Étnico–lingüístico.
 Económico.
 Social.
 Grado de civilización.

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– Esos criterios no son excluyentes, antes al contrario, se suelen utilizar de


forma combinada para recoger de la mejor forma posible la diversidad
cultural americana.

 Clasificación étnico–lingüística: existen varias, siendo la más completa


y considerada la de Paul Rivet, que establece 123 familias lingüísticas.

 Clasificación por áreas económicas:

– Es una tipología especialmente adecuada para los pueblos primitivos.

– Hay dos clasificaciones fundamentales dentro de este tipo, la de Clark


Wissler y la de José Imbelloni.

– Áreas económicas según los recursos (clasificación de Wissler). Estable-


ce 8 áreas geográficas diferenciadas:
 Caribú.  Frutos silvestres.
 Salmón.  Mandioca.
 Bisonte.  Maíz.
 Guanaco.  Agricultura intensiva.

– Áreas económicas según la actividad principal (clasificación de Imbello-


ni). Más que áreas geográficamente diferenciadas, define tipos de áreas,
resultando entonces 4 grupos de áreas geográficas:
 Cazadores y pescadores.
 Recolectores con desarrollo especializado de caza y pesca.
 Agricultores seminómadas (agricultores inferiores – agricultura de
susbsistencia).
 Agricultores sedentarios (agricultores superiores – agricultura de pro-
ducción).

 Clasificación por el grado de complejidad social (Lewis Morgan, Elman


Service y otros):

BANDAS ∙ Economías de subsistencia.


Sociedades
(un solo núcleo familiar) ∙ División de funciones por
simples o
TRIBUS edad, sexo y parentesco.
primitivas
(varios núcleos –clanes–) ∙ Autoridad parental.
SEÑORÍOS ∙ Economías de producción.
(grupos sociales, jefes por ∙ División de funciones por es-
autoridad no parental) Sociedades pecialización a tiempo comple-
CIVILIZACIONES complejas to → estratificación social.
(estratificación social, ∙ Estructura política institucio-
institucionalización) nalizada.

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Área de Historia

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 Clasificación por el grado de desarrollo de la civilización (Alfred Kroe-


ber):

– América “marginal”: los pueblos que quedan al margen de la civilización.


 Rasgos generales:
 Pueblos primitivos.
 Ocupan la mayor extensión del continente.
 Poco numerosos demográficamente.
 Hay dos grandes grupos de culturas marginales:
 Pueblos nómadas. Horizonte de caza–pesca–recolección.
 Pueblos sedentarios. Horizonte “neolítico” (agrícola–cerámico).

– América intermedia.
 Rasgos generales:
 Pueblos que han desarrollado una agricultura de producción.
 Su desarrollo sociopolítico se corresponde con las sociedades de
señoríos o cacicatos.
 Son pocos pueblos, y están localizados en zonas muy definidas.
 Los grandes grupos de culturas intermedias son:
 El área colombiana y su peculiaridad.
 Las culturas de Norteamérica: los indios Anasazi o Pueblo en el
área del Suroeste, la tradición cultural del Mississipi en el área del
Suroeste, y la más tardía, la cultura del Noroeste.
 La cultura taína en las islas del Caribe.

– América “nuclear” (altas culturas): zonas donde se encuentran los nú-


cleos de civilización en América.
 Rasgos generales:
 Se desarrollan en regiones donde se dan las condiciones físicas y
demográficas necesarias para el nacimiento de la civilización.
 Su desarrollo está condicionado por el aislamiento del Viejo
Mundo (ausencia o desconocimiento de ganado superior, metalur-
gia, rueda...).
 Áreas geográficas de la América nuclear:
 Mesoamérica.
 El antiguo Perú
 Cronología de las civilizaciones americanas:
 Periodo Formativo: etapa en la que se configura la civilización del
lugar, ya sea de forma autóctona o por influencia externa.
 Periodo Clásico: etapa en que las civilizaciones de una zona lo-
gran una estabilización en sus estructuras.
 Periodo Postclásico: etapa final en el desarrollo de las civilizacio-
nes de una zona, bien por colapso propio o por la llegada de los
europeos.

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Periodo ↓ Zona → MESOAMÉRICA PERÚ

FORMATIVO O
2.000 a.C.–100 a.C. 3.000 a.C.–100 d.C.
PRECLÁSICO

Protoclásico: 100 a.C.–300 d.C.


CLÁSICO Siglo II d.C.–siglo XIII
Siglo I d.C.–siglo X

POSTCLÁSICO O
Siglo X–siglo XVI Siglo XIII–siglo XVI
CLÁSICO TARDÍO

C. LAS GRANDES ÁREAS CULTURALES DE AMÉRICA

 Habitualmente se combinan varias de esas clasificaciones de áreas cul-


turales y se presenta una regionalización mixta de América. El criterio
de partida más extendido es el de la clasificación de Kroeber.

 Según esta forma mixta de clasificación, establecemos nueve grandes


áreas geográfico culturales de América:

– Ártica marginal Sociedades de bandas.


Cazadores
– Subártica marginal Sociedades de bandas.
Cazadores y recolectores con
desarrollo especial de caza y pesca
– Norteamérica marginal Sociedades de bandas y tribus.
Cazadores, recolectores y agricul-
tores inferiores.
– Mesoamérica nuclear Civilizaciones.
Agricultores superiores.
– Área circumcaribe marginal Sociedades de bandas y tribus.
Agricultores inferiores.
– Área colombiana intermedia Señoríos o cacicatos.
Agricultores superiores
– Área peruana nuclear Civilizaciones.
Agricultores superiores.
– Área amazónica marginal Sociedades de bandas y tribus.
Agricultores inferiores y recolec-
tores.
– Cono Sur marginal Sociedades de bandas.
Cazadores y recolectores con
desarrollo especial de caza y pesca

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Área de Historia

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D. CIVILIZACIÓN Y CULTURA

 Definición y distinción de los conceptos civilización y cultura.

– Cultura: conjunto de usos y costumbres (formas de vida) e ideas y creen-


cias (formas de pensar) propios de una sociedad (de cualquier tipo).
 La cultura es una manifestación de la naturaleza del hombre, por ser
éste un animal racional.
 Por ello, es algo que no nace en la historia, pero en cada caso sí se
desarrolla en ella: el concepto es ahistórico, aunque las concreciones
sí sean históricas.
 El término “cultura” procede etimológicamente del latín “cultura, cul-
turae”, “cultivo”, por “agricultura”.
 Aparece por primera vez en Cicerón, Disputaciones Tusculanas, II–13
(44 a.C.): «Cultura autem animi philosophia est»; se entiende la cultu-
ra como “cultivo del espíritu”, “cultivo de la mente”. Ese significado
se generaliza a partir del Renacimiento, hasta culminar su definición y
difusión con Herder, Ideas acerca de la Filosofía de la Historia de la
Humanidad, (1784–1791).

– Civilización: estado cultural propio de las sociedades más avanzadas. Es


el grado máximo de desarrollo de una sociedad.
 La civilización es una manifestación del desarrollo del hombre, por
ser este un animal cultural y social que transmite su aprendizaje.
 Por tanto, la civilización es algo sustancialmente histórico.
 Consiste en un conjunto de soluciones compartidas a las necesidades
de una comunidad. Es decir, dar respuestas colectivas a las mismas.
 La civilización es, pues, un proceso abierto al cambio, por evolución y
por intercambio (préstamo o contraste con otras sociedades). No es al-
go cerrado ni aislado, sino fluido.
 El término “civilización” procede etimológicamente de “civitas, civi-
tatis”, “ciudad”.
 Tiene un precedente con Dante, que utiliza el término “civiltá”, deri-
vado del latín “civilitas”, como “urbanidad”, “buenas maneras” o
“buenas costumbres”; Bodino utiliza “civilización” en el siglo XVI.
Aparece ya con ese concepto, como opuesta a “barbarie”, en la Fran-
cia de la Ilustración. El término se consolida con las obras de Voltaire,
Filosofía de la Historia (1756–1769), y de Condorcet, Esbozo de un
cuadro histórico de los progresos del espíritu humano (1793). Se in-
corpora al diccionario de la Academia en Francia en 1798.

 Según estos conceptos, todas las civilizaciones son culturas, pero no to-
das las culturas alcanzan el grado de civilización. Así, “civilización” es
el máximo grado de desarrollo de una sociedad. Esa diferenciación entre
ambos conceptos se debe inicialmente a los autores alemanes de finales
del XVIII y del XIX. Pero se diferencian definitivamente en la segunda
mitad del XIX, debido al contraste entre la Antropología y la Historia,
siendo decisivas al respecto las obras de François Guizot, Historia de la

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Área de Historia

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civilización en Europa (1828, pero sobre todo la reedición de 1855) y de


Edward Tylor, La cultura primitiva (1781).

 Condiciones para la aparición de la civilización.

– La clave del nacimiento de la civilización es el proceso de estratificación


y su regulación e institucionalización.

– Condiciones de tipo material:


 Desarrollo de un sistema de economía productiva: predominio de la
agricultura (condiciones geográficas de clima, tierra fértil y agua; do-
mesticación del cereal).
 Disposición de recursos para la fabricación de instrumentos.
 Disposición de recursos para la construcción de infraestructuras.
 Alcanzar un grado tecnológico que permita estas actividades.

– Condiciones de tipo humano:


 De tipo demográfico: cantidad y densidad de población y concentra-
ción de la misma. La importancia de la ciudad como centro de organi-
zación de la población.
 De tipo social: proceso de división especializada del trabajo a tiempo
completo, que da lugar a la estratificación social.
 De tipo cultural: sistematización del conocimiento (científico, social y
religioso) que permite el aprendizaje especializado.

 Civilización y civilizaciones:

– Una civilización es, pues, una sociedad determinada, con sus estructuras
configuradas de una forma concreta y una relación específica entre ellas,
distintas de las de las otras civilizaciones (también distinta por tanto de
todas las otras sociedades –culturas–).

 Las cinco estructuras básicas que componen una civilización según Fer-
nand Braudel, son:
(Física)
– El espacio geográfico  dónde estamos.
(Prácticas)
– La estructura económica  cómo nos sustentamos.
– La estructura social  cómo nos relacionamos.
– La estructura política  cómo nos gobernamos.
(Abstracta)
– La mentalidad colectiva  qué pensamos.

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 Las civilizaciones originarias.

– Civilización originaria: se llama así a aquellas que alcanzan el estadio de


civilización por ellas mismas, por su propio desarrollo, y no por la in-
fluencia de otras.

– Los seis núcleos originarios de la civilización en el mundo: Egipto, Me-


sopotamia, India, China, Mesoamérica y el antiguo Perú.

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BIBLIOGRAFÍA ESPECÍFICA – TEMA 2

– ALCINA FRANCH, José. Los orígenes de América. Madrid, 1984. Editorial Al-
hambra. Colección Estudios, nº 24.
– ALCINA FRANCH, José. Mapa étnico de América. Cuadernos de Historia 16, nº
113. Madrid, 1985.
– ALONSO SAGASETA, Alicia. Arqueología amazónica. Madrid, Editorial Akal,
1993.
– BALLESTEROS GAIBROIS, Manuel. Cultura y religión de la América prehispá-
nica. Madrid, Biblioteca de Autores Cristianos, 1985.
– BOSCH GIMPERA, Pedro. La América prehispánica. Barcelona, Editorial Ariel,
1975.
– COMAS, Juan. Origen de las culturas precolombinas. México, Sep–Setentas,
1975.
– DISSELHOFF, Hans D. El imperio de los incas y las primitivas culturas indias de
los países andinos. Barcelona, Aymá S.A. Editora, 1978.
– GIRARD, Raphael. Historia de las civilizaciones antiguas de América desde sus
orígenes. Madrid, Editorial Istmo, 1976.
– LEHMAN, H. Las civilizaciones precolombinas. Buenos Aires, EUDEBA, 1964.
– PERICOT GARCÍA, Luis. América indígena. Barcelona, Editorial Salvat, 1962.

25
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3. EL POBLAMIENTO DEL CONTINENTE Y LA PREHISTORIA


AMERICANA

SUMARIO DEL TEMA


A. El significado del término “Prehistoria” y su aplicación a Amé-
rica.
B. El origen el hombre americano.
C. Etapas de la Prehistoria de América.
D. Especificidad de la historia americana.
E. El desarrollo diacrónico de las culturas americanas.

A. EL SIGNIFICADO DEL TÉRMINO “PREHISTORIA” Y SU APLICA-


CIÓN A AMÉRICA

 El concepto de Prehistoria.

– Origen del término: Daniel Wilson, en La arqueología y crónicas prehis-


tóricas de Escocia (1851), utiliza por primera vez “Prehistoria”, “antes de
la Historia”, entendida ésta como “Historia escrita”.

– Redefinición del término hacia “estado anterior a la civilización” o como


sinónimo de “primitivismo”.

– Es fundamental en esa redefinición el concepto de “revolución neolítica”


de Vere Gordon Childe, El amanecer de la civilización europea (1925) y
Los orígenes de la civilización (1936).

– Hay un serio problema con la aplicación del concepto inicial de Prehisto-


ria a América, por la ausencia o el desconocimiento de las escrituras ame-
ricanas frente al desarrollo de sociedades que en ningún caso podían con-
siderarse “primitivas”.

B. EL ORIGEN DEL HOMBRE AMERICANO

 El origen del hombre y su difusión por la Tierra.

– Teorías monogenética y poligenética sobre el origen del hombre; polémi-


cas al respecto y debate sobre el origen del hombre en América.
– Condicionantes geográficos de ese poblamiento de América: la separa-
ción y aislamiento del continente americano respecto al Viejo Mundo
(“Afroeurasia”).

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 Antigüedad del hombre en América.

– Poblamiento durante la glaciación Wisconsin, 50.000–7.000 a.C.

– Antigüedad probable: 40.000 años. Yacimientos más antiguos:


35.000/33.000 a.C. (hay un gran debate al respecto).

– Condiciones para la llegada del ser humano a América: las glaciaciones y


el paso entre continentes:
 Advertencia sobre la cronología: hay diferencias de tiempo entre las
glaciaciones europea y americana (por la derivación polar): en Améri-
ca la última fase es el finiglacial Cochrane, 6.000–3.000 a.C.
 Las oscilaciones de la capa de hielo y las tierras emergidas: el paso de
Beringia, con el corredor de Alaska y la ruta del litoral Pacífico.

 Teorías sobre el poblamiento del continente americano.

– La teoría principal: el poblamiento asiático (Alex Hrdlicka) por la tierra


de Beringia:
 El corredor de Alaska, hipotética ruta principal.
 1ª oleada, Pleistoceno, hacia 35.000 a.C. Yacimientos cuestiona-
dos en Lewisville (Denton, Tx) → 35.000 a.C. y Texas Street Side
(San Diego, Ca) → 33.000 a.C. Antigüedades cuestionadas en
Tlapacoya (México) → 20.000 a.C., Pedra Furada (Brasil) →
30.000 a.C. (confirmado hasta 15.000 a.C.), y Monte Verde (Chi-
le) → 31.000 a.C. (confirmado hasta 11.000 a.C.)
 2ª oleada, inicio Holoceno, 10.000 a.C. Momento álgido de do-
blamiento, se multiplican los yacimientos por todo el continente.
El más al norte, Bluefish Cave (Yukón, Alaska) → 13.000 a.C.
 El camino del litoral del Pacífico, ruta secundaria.

– Otros contactos de población:


 Hay que diferenciar contactos de población/contactos culturales.
 Posibilidades antes de 7.000/5.000 a.C. Esporádicos desde entonces
(regularización del clima y los mares tras la glaciación).
 El océano Pacífico: la ruta de las islas (Paul Rivet), la más probable
(relación entre la cultura de Valdivia y Japón; migraciones de grupos
polinesios y melanesios...).
 Teorías desechadas: emigraciones antárticas (Mendes Correa) y emi-
graciones atlánticas (fenicios, griegos, israelitas...).

 La distribución de la población en América.

– Núcleos de concentración:
 Qué son: zonas donde se dan condiciones geográficas y de recursos
que facilitan el establecimiento de grupos nómadas.
 En Norteamérica:
 Las Grandes Praderas.
 El área del Suroeste.

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 La cuenca del Mississipi.


 En Sudamérica:
 El altiplano Colombiano.
 Los valles peruanos (valles costeros y valles de los Andes centra-
les).
 La Pampa.

– Rutas de distribución en función de:


 La Geografía: las grandes llanuras y las comunicaciones entre ellas.
 El clima.
 La disposición de los recursos de caza: la megafauna y otras especies.

– La distribución de la población en Norteamérica.

– Los pasos en la zona central: el istmo y las islas del Caribe.

– La distribución de la población en Sudamérica.

C. ETAPAS DE LA PREHISTORIA DE AMÉRICA

 Rasgos fundamentales de estas etapas.

– Paleolítico americano: el poblamiento y la distribución del hombre en el


continente es el asunto principal de esta fase.

– Mesolítico americano: la diferenciación étnica es la clave de esta época.

– Neolítico americano: el asentamiento de poblaciones y su desarrollo ha-


cia la civilización, o el estancamiento en un estadio anterior al civilizado,
son el aspecto fundamental de este periodo.

– No son etapas ni factores independientes. El carácter diacrónico de la an-


tigüedad americana hace que haya continuos solapamientos.

 El Paleolítico americano (hasta 8.000–7.000 a.C.).

– Periodo de poblamiento y distribución de la población.

– Las culturas de nódulos y lascas, las más primitivas.

– Los cazadores superiores:


 Industrias Sandía, Clovis y Folsom.
 Los cazadores del altiplano y los Andes centrales.
 Los cazadores del extremo sur (Patagonia).

 El Mesolítico americano (7.000–5.000 a.C.).

– Es el periodo en que se inicia la diferenciación “etno–cultural” de los


pueblos americanos.

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– Tipos de cultura por su modo de supervivencia:


 Culturas de cazadores, recolectores, concheros...
 Culturas de plantadores.

 El Neolítico americano (desde 5.000 a.C.).

– En este periodo se produce la aparición de las sociedades sedentarias.

– La revolución agrícola en América:


 Condiciones geográficas para el desarrollo de la agricultura:
 Clima templado.
 Tierras fértiles.
 Agua abundante.
 La domesticación del cereal: el maíz.
 La ausencia de ganado superior como condicionante.

– La difusión de la agricultura y el desarrollo de la cerámica.


 Las líneas de difusión del maíz desde México central y el Perú central.
 El desconocimiento del torno como condicionante del desarrollo de la
cerámica.
 Las carencias tecnológicas, condicionantes del desarrollo de los pue-
blos neolíticos: el desconocimiento de la rueda y las limitaciones de la
metalurgia.

– La demografía como condicionante humano: densidad de población que


permita el inicio de la diversificación especializada del trabajo.

D. EL DESARROLLO DIACRÓNICO DE LAS CULTURAS AMERICANAS

 El desarrollo diacrónico de las culturas americanas: desarrollo de cultu-


ras avanzadas y pervivencia del primitivismo.

 La evolución del Neolítico a la Civilización (desde ±5.000/3.000 a.C.


hasta 1.500/1.000 a.C.).

– El núcleo mesoamericano.

– El núcleo peruano.

 Pervivencia del Neolítico avanzado: las culturas “intermedias”.

– Las culturas del área colombiana. El área colombiana como “área inter-
media”.

– Las culturas “intermedias” norteamericanas: los anasazi–pueblo, los agri-


cultores de maíz del Misissipi, los indios del Noroeste...

– Las culturas “intermedias” del caribe: los taínos.

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– Las culturas “intermedias” sudamericanas: los guaraníes.

 Pervivencia del primitivismo: las culturas “marginales”.

– Culturas marginales: aquellos pueblos que quedan al margen del desarro-


llo de la civilización.

 La peculiaridad de los esquimales.

– El origen de los esquimales.

– Su condición de cazadores acuáticos

– Su aislamiento respecto al resto de pueblos indios.

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BIBLIOGRAFÍA ESPECÍFICA – TEMA 3

– ALCINA FRANCH, José. Los orígenes de América. Madrid, Editorial Alhambra.


Colección Estudios, nº 24, 1984.
– BERDICHEWSKY, Bernardo. En torno a los orígenes del hombre americano.
Santiago de Chile, Editorial Universitaria, 1973.
– BOSCH GIMPERA, Pedro. La América prehispánica. Barcelona, Editorial Ariel,
1975.
– CARRARA, María Teresa; y TARRAGÓ, Myriam. El poblamiento de América.
Guayaquil, Escuela Superior Politécnica del Litoral, 1982.
– COMAS, Juan. Antropología de los pueblos iberoamericanos. Barcelona, Editorial
Labor, 1974.
– COMAS, Juan. Origen de las culturas precolombinas. México, Sep–Setentas,
1975.
– CON, Deborah (ed). Los primeros americanos y sus descendientes. Santiago de
Chile, Editorial Antártica, 1998.
– FIEDEL, Stuart J. Prehistoria de América. Barcelona, Editorial Crítica, 1996.
– GARCÍA, Gregorio. Origen de los indios del Nuevo Mundo. México, Fondo de
Cultura Económica, 1984.
– IMBELLONI, José. La segunda esfinge indiana. Antiguos y nuevos aspectos del
problema de los orígenes americanos. Buenos Aires, Hachette, 1956.
– MARINO, Joseph; y SANDERS WILLIAM, T. Prehistoria del Nuevo Mundo.
Barcelona, Editorial Labor, 1978.
– PERICOT GARCÍA, Luis. América indígena. Barcelona, Editorial Salvat, 1962.
– RIVET, Paul. Los orígenes del hombre americano. México, Fondo de Cultura Eco-
nómica, 1974 (4ª reimp).
– ROSENBLAT, Ángel. La población indígena de América. Desde 1492 hasta la
actualidad. Buenos Aires, Institución Cultural Española, 1945.
– ROSENBLAT, Ángel. La población de América en 1492. Viejos y nuevos cálculos.
México, El Colegio de México, 1967.
– SÁNCHEZ ALBORNOZ, Nicolás. La población de América Latina. Desde los
tiempos precolombinos hasta el año 2.000. Madrid, Alianza Editorial, 1977.

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PÁGINAS WEB:
– GÓMEZ ALARCÓN, Arturo. Los orígenes del hombre americano. Evidencias ar-
queológicas del paleolítico americano. 2006.
[http://argoperu.perublog.net/].
– GÓMEZ ALARCÓN, Arturo. Los primeros pobladores de América. 2007
[http://poblamerica.blogspot.com/].
– MARTÍN MAGLIO, Federico. La Prehistoria.
[http://www.fmmeducacion.com.ar/Historia/Paseo1/u02/unidad2a.htm].
– ROBUÁN, Genaro. La Prehistoria.
[http://www.geocities.com/rincondepaco2001/prehis.html].

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4. EL ÁREA CULTURAL COLOMBIANA

SUMARIO DEL TEMA


A. Introducción y características generales.
B. Geografía y etnografía del área colombiana.
C. Principales culturas del área colombiana.
D. Especificidad de la historia americana.

A. INTRODUCCIÓN Y CARACTERÍSTICAS GENERALES

 El área colombiana como “área intermedia”.

– En primer lugar, esta región un área “intermedia” desde el punto de vista


geográfico:
 Intermedio entre Norteamérica y Sudamérica.
 Intermedio entre el Atlántico y el Pacífico.

– Es además “área cultural intermedia” porque este es el nivel de desarrollo


generalizado entre los pueblos de esta región, fundamentalmente en el al-
tiplano central colombiano y en las costas caribe y norpacífica.

– Es también un punto de relación intercultural, zona de contacto entre cua-


tro áreas culturales, tanto marginales como nucleares:
 Mesoamérica → área nuclear.
 Área peruana → área nuclear.
 Amazonia → área marginal.
 Caribe → área marginal.

B. GEOGRAFÍA Y ETNOGRAFÍA DEL ÁREA COLOMBIANA

 El espacio geográfico.

– Es una zona de clima tropical.

– El eje fundamental de la actividad humana son los grandes valles (el


Cauca, el Magdalena) de la zona montañosa (los Andes Colombianos),
unida con la costa a través de grandes cuencas fluviales (el Magdalena,
unión sierra/Caribe; el Cauca, unión sierra/Pacífico).

– La zona del altiplano oriental se convierte en el gran hinterland de toda


esta región, hasta la región amazónica, como espacio de proyección para
la ocupación y la obtención de recursos.

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– La región se articula en torno a dos grandes espacios: Centroamérica y


Colombia, y Colombia a su vez podemos dividirla en varias zonas: la
costa caribeña, la sierra y el altiplano central, la costa del pacífico, y el al-
tiplano oriental.

 Los principales grupos étnicos:

– Caribes → costa del Caribe.

– Arahuacos → costa del Caribe.

– Chibchas → cordilleras interiores y altiplano colombiano.

 Regiones histórico–culturales del área colombiana:

– La costa caribeña y la Sierra de Santa Marta.

– La costa del Pacífico.

– La cordillera de las Andes Colombianos o cordillera norandina.

– El altiplano oriental y la región amazónica.

C. PRINCIPALES CULTURAS DEL ÁREA COLOMBIANA

 Las culturas neolíticas ecuatorianas.

– Son las culturas con la cerámica más antigua de América, requisito deci-
sivo para la “revolución neolítica” y el salto a la civilización.

– Ejercen grandes influencias hacia el norte, con repercusiones en la for-


mación de las culturas colombianas, y hacia el sur, con efectos decisivos
en el Formativo peruano.

– La cultura de Valdivia (3.200–2.300 a.C).


 Es la cultura con la cerámica más antigua de América.
 Está relacionada con la cultura jomón, del antiguo Japón (hipótesis del
arribo casual), pero esto parece sólo un añadido al desarrollo propio.
 Con su influencia hacia la costa peruana y la sierra norte andina, tiene
un papel decisivo en la configuración del Formativo peruano.

– La cultura Chorrera (1.300–300 a.C).


 Es contemporánea de Chavín y de los olmecas, y se especula con que
pudiera ser nexo de comunicación comercial entre Mesoamérica y el
área peruana, ya en pleno Formativo en ambas regiones.

35
Área de Historia

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 Las culturas intermedias de Colombia.

– Rasgos generales:
 Son culturas que desarrollan una agricultura de producción basada en
el maíz y en cultivos tropicales como la mandioca.
 Todas ellas alcanzan el nivel de señoríos o cacicatos.
 En todas ellas encontramos aglomeraciones de población o centros ce-
remoniales, que casi podemos denominar ciudades.

– Cultura de San Agustín (s.VI a.C–s.XII d.C).


 Se localizan en la cuenca alta del Magdalena, en los Andes Colombia-
nos meridionales.
 Es una cultura megalítica, que se articula en torno a una serie de cen-
tros de carácter ceremonial.
 Tienen una influencia decisiva en el desarrollo posterior de las demás
culturas de la región.

– Cultura quimbaya (s.I–s.X).


 Es un pueblo caribe que se asienta en el Valle del Cauca, en la Cordi-
llera Central.
 Parecen haber tenido un papel importante en la transmisión de cono-
cimientos entre la costa ecuato–colombiana y el interior de Colombia.
 Tenemos pocos restos de ellos, pero parece claro que formaban una
sociedad de señoríos o cacicatos.

– Cultura tairona (s.VI–s.XVI).


 Es un pueblo de etnia chibcha que se encuentra al norte, en los valles
que surcan las laderas de la Sierra Nevada de Santa Marta.
 Por la arqueología, se distinguen claramente dos periodos en el desa-
rrollo de esta cultura:
 Un periodo Formativo, s.VI–s.VII.
 Un periodo Clásico, s.X–s.XVI.
 Se organizan en cacicatos locales, alrededor de un centro principal ca-
da uno de ellos, en los que se aprecia cierta planificación del espacio.

– Cultura muisca (s.VII–s.XVI).


 Se sitúan en la cuenca del Magdalena, ocupando toda la zona central
de Colombia y con proyección hacia el Altiplano. Son el grupo más
importante dentro de la etnia Chibcha.
 A la llegada de los españoles, eran el pueblo más numeroso y avanza-
do de la zona, en pleno proceso de expansión y transformación hacia
estructuras de civilización.
 En la época de la conquista existían 5 señoríos fundamentales, que
agrupaban más de 25 tribus, de los que dos de ellos, Bocatá y Tunja,
se disputaban el dominio de la región:
 El más importante era el de Bocatá o Bogotá, hegemónico y en
plena expansión, formado una veintena de tribus.
 El de Hunsa o Tunja, en la Cordillera Oriental, al noreste, era el
segundo en importancia.

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 Y otros más pequeños eran los de Iraca o Sogamoso, el de Tunda-


za o Duitama, y el de los indios Guanes o Guanentá, todos ellos
más al norte y en el mismo Valle del Magdalena.
 Desde la segunda mitad del s.XV, aproximadamente desde 1470, el
señorío de Bocatá estaba en un proceso de expansión que le llevó a
conquistar los cacicatos pequeños (Guatavita, Sutagao...) que le ro-
deaban. En el momento de la llegada de los españoles, estaban en tre-
gua dentro de un largo enfrentamiento con los de Tunja, en un proceso
por dominar y unificar todos los pueblos muiscas.

37
Área de Historia

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BIBLIOGRAFÍA ESPECÍFICA – TEMA 4

– DISSELHOFF, Hans D. El imperio de los incas y las primitivas culturas indias de


los países andinos. Barcelona, Aymá S.A. Editora, 1978.
– DUQUE GÓMEZ, Luis. Colombia: monumentos históricos y arqueológicos (dos
volúmenes). México, Instituto Panamericano de Geografía e Historia, 1955.
– ESTRADA, Emilio. Las culturas antiguas del Ecuador. Guayaquil, 1956.
– KRICKEBERG, Walter. Las religiones americanas. Mitos y leyendas de aztecas,
incas, mayas y muiscas. México, Fondo de Cultura Económica, 1971.
– LUMBRERAS, Luis G. Arqueología de la América andina. Lima, Editorial Milla
Batres, 1971.
– MARCOS, Jorge G. (ed). Arqueología de la costa ecuatoriana: nuevos enfoques.
Quito, Corporación Editora Nacional, 1986.
– PORRAS, P. I. Arqueología del Ecuador. Quito, Ediciones Gallocapitán, 1980.
– REICHEL–DOLMATOFF, Gerardo. Arqueología de Colombia: un estudio intro-
ductorio. Bogotá, Publicaciones de la Presidencia de la República, 1997.

PÁGINAS WEB:
– BANCO DE LA REPÚBLICA – MUSEO DEL ORO
[http://www.banrep.gov.co/museo/esp/home.htm]
– INSTITUTO COLOMBIANO DE ANTROPOLOGÍA E HISTORIA – ICANH
[http://www.icanh.gov.co/]
– – – – Culturas indígenas colombianas
[http://galeon.hispavista.com/culturasamerica/]

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5. EL ÁREA CULTURAL MESOAMERICANA: EL ORIGEN DE LA


CIVILIZACIÓN EN MESOAMÉRICA Y LA CULTURA MAYA

SUMARIO DEL TEMA


5.I – EL ORIGEN DE LA CIVILIZACIÓN
EN MESOAMÉRICA
A. Introducción y características generales.
B. Geografía y etnografía de Mesoamérica.
C. Cronología de las culturas mesoamericanas.
D. El origen e la civilización en Mesoamérica.
E. Las civilizaciones mesoamericanas del periodo formativo: los
olmecas arqueológicos.
5.II – LA CIVILIZACIÓN MAYA
F. Los mayas: características generales.
G. Desarrollo histórico de los mayas.
H. La sociedad de los antiguos mayas.
I. La organización política de los reinos mayas.
J. La economía de los mayas.
K. La religión de los antiguos mayas.

5.I – EL ORIGEN DE LA CIVILIZACIÓN EN MESOAMÉRICA

A. INTRODUCCIÓN Y CARACTERÍSTICAS GENERALES

 “Mesoamérica”: definición del concepto.

– Es un término acuñado por el antropólogo alemán Paul Kirchof en 1943


en un artículo publicado en al revista mexicana Acta Americana para re-
ferirse a un área geográfica de carácter histórico–cultural.

– Viene definida porque los pueblos que la ocupan comparten unos rasgos
culturales básicos comunes, de manera que alcanzan el grado de civiliza-
ción sobre dichos rasgos comunes y existe una relación continuada entre
esos pueblos.

– Según los diferentes autores, se enumeran hasta 12 de esos rasgos comu-


nes. Los podemos simplificar de la siguiente manera:

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 Unos rasgos de tipo económico–material:


 Una economía fundamentalmente agrícola que gira alrededor del
maíz, con una técnica de cultivo específica (la milpa).
 El uso de la obsidiana como material básico para la fabricación de
instrumentos, dada la ausencia de metalurgia.
 Unas escrituras jeroglíficas emparentadas entre sí y un mismo sis-
tema numérico de base vigesimal.
 Una organización sociopolítica de polis o ciudades–estado (mejor ciu-
dades–reino), dirigidas por una elite de carácter científico–sacerdotal,
que con el tiempo desarrolla un fuerte componente militarista.
 Unas ciudades cuyo urbanismo gira alrededor de su carácter de centro
ceremonial.
 Unos rasgos de carácter religiosos, que son los más numerosos:
 Una religión politeísta de marcado carácter agrícola–naturalista,
con una serie de divinidades y rasgos comunes: el culto solar, el
dios de la lluvia, y el pájaro–serpiente como representación toté-
mica generalizada.
 Un calendario mixto que combina uno solar de 365 días con otro
ritual de 260 días. Este calendario presenta un marcado carácter
religioso.
 Una cosmovisión fatalista basada en unos ciclos de tiempo y unas
edades (soles), que se fundamentan en el sistema calendárico.
 Unos rituales colectivos que presentan estos rasgos comunes: Las
pirámides como templos principales para el culto, el juego de pe-
lota, de carácter cosmogónico, la danza del Palo Volador, de ca-
rácter cosmológico–solar, y los sacrificios humanos como elemen-
to fundamental del culto.

 La diversidad geográfica y cultural de Mesoamérica.

– Es un espacio geográfico que presenta una gran variedad tanto en el re-


lieve como en el clima. Algún autor lo llama “diversidad ecológica com-
primida”.

– Hay una treintena de culturas que podemos definir como “civilizaciones”


a lo largo de toda la región y de su historia.

– En Mesoamérica encontramos 4 regiones histórico–culturales principales:


 La Meseta del Anáhuac.
 El México Central.
 La Costa del Golfo.
 La región Sur o Área Maya.

– Toda esta región está poblada por multitud de etnias muy diferentes entre
sí, que a lo largo de la historia establecen unas relaciones y comunicacio-
nes continuas y a la vez cambiantes según la época, con importantes re-
percusiones de unas en otras.

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B. GEOGRAFÍA Y ETNOGRAFÍA DE MESOAMÉRICA

 El espacio geográfico mesoamericano.

– Mesoamérica comprende la parte sur de Norteamérica y la mitad norte de


Centroamérica. Cubre 2/3 de México, Guatemala. Belice, y la parte occi-
dental de Honduras y El Salvador.

– Es un espacio que abarca algo más de 1.000.000 km².

– Como hemos dicho, es un espacio geográfico que presenta una gran va-
riedad tanto en el relieve como en el clima. Esto ha llevado a hablar de
“diversidad ecológica comprimida” (Richard Adams, Prehistoric Me-
soamerica, 1991).

– Es una región tropical, con sus condiciones climáticas modificadas por el


relieve montañoso, especialmente en la Meseta del Anáhuac y en el Mé-
xico Central.

– Es una región rica en recursos, pero inestable en su sostenimiento, fun-


damentalmente por cuestiones climáticas:
 Recursos agropecuarios:
 Hay gran cantidad de especies vegetales. Destacan el maíz, la ca-
labaza y el fríjol, complementados con frutas. El gran problema es
el rendimiento de las tierras.
 Es muy importante la ausencia de ganado mayor, que supone tan-
to escasez de carne como carencia de fuerza de trabajo y de ferti-
lizante natural (estiércol).
 Los recursos cárnicos proceden fundamentalmente de la cría del
pavo (guajolote) y en menor medida de conejos y gallinas, y de la
caza de aves y, sobre todo, de venado.
 Se compensa en cuanto a la alimentación por la abundancia de
pesca, fundamentalmente en ríos y lagos.
 Recursos materiales:
 Hay grandes reservas de obsidiana por la abundancia de volcanes.
 Hay una gran disposición inicial de madera, pero en equilibrio
inestable por las condiciones propias de las regiones tropicales.

 Principales grupos étnicos de Mesoamérica.


Como hemos dicho, esta región está poblada por multitud de etnias muy dis-
tintas. Las más importantes son:

– Maya, dominante en el sur.

– Nahua, procedente del noroeste, luego generalizado y dominante en el


centro y la meseta del Anáhuac.

– Otomí en el norte y noroeste.

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– Otros grupos étnicos:


 Zapoteco y mixteco en el México Central.
 Totonaca y huaxteco en la costa norte del Golfo.
 Tarasco en el oeste del Valle de México.

– Con la expansión de los pueblos nahuas por toda Mesoamérica (a partir


del siglo VIII), se hace una distinción entre dos grandes grupos de pobla-
ción en la región:
 Nahuatlalcas, o pueblos de estirpe y lengua nahua.
 Nonoalcas, o pueblos que no son de estirpe ni lengua nahua.

 Regiones histórico–culturales de Mesoamérica:

– La costa del Golfo de México (subdividida en 2 zonas, la Costa Occiden-


tal y la Costa Sur).

– El Sur o Área Maya (subdividida en 3: Tierras Altas, Petén y Yucatán).

– El México central (Sierra Madre Central, Valle de Oaxaca o el “País de


las Nubes”).

– La Meseta del Anáhuac (con el Valle de México o cuenca de Texcoco o


Tezcoco como núcleo principal).

– La costa occidental del Pacífico.

C. CRONOLOGÍA DE LAS CULTURAS MESOAMERICANAS

 Periodo Formativo (2.000 a.C.–100 a.C.).

– Olmecas (1.500–s.I a.C.).

– Las “culturas de Izapa”.

– Mayas preclásicos o “protomayas”.

 Periodo Clásico (s.I d.C.–s.X d.C.).

– Teotihuacan (s.I–s.X).

– El Tajín (s.III–s.XII).

– Mayas clasicos (s.IV–s.X).

– Monte Albán/zapotecas (s.VI–s.X).

 Periodo Postclásico (s.X–s.XVI).

– Toltecas (s.VIII–s. XII).

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– Mayas postclásicos o maya–toltecas (s.X–s.XV).

– Mixtecos (s.X–s.XVI).

– Aztecas o mexicas (s.XIII–s.XVI).

D. EL ORIGEN DE LA CIVILIZACIÓN EN MESOAMÉRICA

 La “Revolución Neolítica” y el salto a la civilización.

– En América en general, y en Mesoamérica en particular, el proceso es


más paulatino que como Gordon Childe lo definió para el Viejo Mundo.

– El núcleo fundamental es el Valle de Tehuacan, en el México Central:


 Allí se domesticó el maíz, entre 5.000 y 1.500 a.C.
 Desde allí, la agricultura se difunde hacia otras regiones.

 Surgen cuatro núcleos formativos a lo largo de la región, en los que se


produce la sedentarización, la recepción de la agricultura, y el desarrollo
de la cerámica. Esos 4 núcleos son:

– El México Central/Valle de Oaxaca, en el entorno de Tehuacán.

– El Valle de México/Lago de Texcoco, en la Meseta del Anáhuac.

– La costa sur del Golfo.

– Las Tierras Altas de Guatemala.

E. LAS CIVILIZACIONES MESOAMERICANAS DEL PERIODO FORMA-


TIVO: LOS OLMECAS ARQUEOLÓGICOS

 La primera civilización mesoamericana: los olmecas.

– Según la mayoría de los autores, la civilización olmeca actúa como “cul-


tura madre” de las civilizaciones mesoamericanas y es el origen de mu-
chos de los rasgos comunes que definen la región.

– Se trata de una civilización que nos era desconocida hasta la segunda mi-
tad del siglo XIX. En el último tercio del XIX y el primer cuarto del XX
se localizaron los grandes yacimientos olmecas y se definió arqueológi-
camente esta cultura.

 El espacio geográfico y la población olmeca.

– Se sitúan en la costa sur del Golfo de México, en los actuales estados


mexicanos de Tabasco y Veracruz.

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– Es un terreno de llanura costera, surcado por ríos y zonas pantanosas, cu-


bierto en gran parte por bosque tropical.

– Zona de clima tropical, con alternancia de estación de lluvias y estación


seca; esta última dura cuatro meses.

– La agricultura es difícil por esas condiciones climáticas (régimen de llu-


vias y pobreza de los suelos), que hacen necesario desarrollar complejos
sistemas de cultivo y de drenaje y regadío.

– No sabemos quiénes eran los olmecas. El nombre viene de la denomina-


ción nahua para los habitantes de esa región durante el Postclásico, “gen-
te del país del hule”. Se les denomina “olmecas arqueológicos” para dife-
renciarlos de los “olmecas históricos”, los habitantes de la región en el
postclásico y contemporáneos de los aztecas, mezcla de población huax-
teca, maya y nahua.

 Desarrollo histórico de los olmecas “arqueológicos”.

– La civilización olmeca se desarrolla desde el siglo XV a.C hasta el siglo I


a.C. Distinguimos tres periodos en su historia:
 Olmeca I (1.500 a.C.–1.200 a.C.): formación de esta civilización.
 Olmeca II (1.200 a.C.–400 a.C.): apogeo y expansión olmeca.
 Olmeca III (400 a.C.–100 a.C.): decadencia y fin de los olmecas.

– Olmeca I (1.500 a.C.–1.200 a.C.) Formación de la civilización olmeca.


 Se produce una sedentarización y concentración de población en una
serie de establecimientos en las riberas de los ríos. Se forman los pri-
meros núcleos importantes, aunque aún no pueden ser considerados
propiamente como “ciudades”.
 Se definen los sistemas de cultivo, especialmente del maíz, basados en
la milpa (un sistema peculiar de roza con cultivos combinados, habi-
tualmente maíz, calabaza y fríjol) y en complejas redes de regadío.
 En esta época se configura lo que podemos considerar una organiza-
ción “estatal”, basada en una casta político–sacerdotal.

– Olmeca II (1.200 a.C.–400 a.C.) Apogeo y expansión de los olmecas.


 Aparecen ahora las ciudades, concebidas fundamentalmente como
centros ceremoniales. El patrón de asentamiento responde al modelo
de “ciudad dispersa”, y se configuran socio–políticamente como “ciu-
dades–reino” gobernadas por una elite científico sacerdotal.
 Es el periodo de máximo esplendor de la civilización olmeca.
 Hay una influencia y expansión olmeca por toda Mesoamérica, basa-
das en el comercio a larga distancia. Se mantienen rutas comerciales
por casi toda la región, especialmente hacia los otros núcleos formati-
vos. Incluso aparecen una serie de “factorías”, “colonias” o cabeceras
regionales para ese comercio. La base de ese comercio es la obsidiana,
los productos agrícolas (cacao y maíz), y los objetos suntuarios (pie-
dras preciosas y plumería...)

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 Parece ser que la hegemonía corresponde en cada caso a un centro de-


terminado. El primero es San Lorenzo, que alcanza su apogeo hacia
1.200 a.C. y es destruida hacia 900 a.C.; le sucede La Venta, construi-
da hacia 900 a.C. y destruida hacia 400 a.C.
 Hay distintas interpretaciones sobre la destrucción y el abandono de
los grandes centros olmecas: unos dicen que responde a una destruc-
ción ritual y traslado del centro ceremonial, y otros que es resultado de
conflictos internos y sublevaciones populares.

– Olmeca III (400 a.C.–100 a.C.) Decadencia y final de los olmecas.


 Parece ser que la decadencia de esta civilización deriva del desarrollo
de los otros núcleos formativos, cada vez más avanzados y competido-
res crecientes en ese comercio y expansión (fundamentalmente Teo-
tihuacán, zapotecas y mayas).
 La hegemonía pasa sucesivamente y en retroceso progresivo de Lagu-
na de los Cerros a Tres Zapotes, ambos mucho menores y menos po-
derosos que los dos anteriores.
 Según parece, esta decadencia progresiva fue acompañada de un mo-
vimiento migratorio hacia otras regiones, especialmente Oaxaca y las
Tierras Bajas.

– A partir del siglo I a.C. asistimos a la desaparición definitiva de la civili-


zación olmeca y al surgimiento de una serie de culturas regionales (las
“culturas de Izapa”) que toman el relevo histórico de los olmecas y llevan
a cabo el salto a la civilización en sus respectivos territorios.

 Las grandes aportaciones de los olmecas a la cultura mesoamericana.

– La civilización olmeca parece ser el origen de muchos de los elementos


comunes que relacionan a las culturas mesoamericanas y dan identidad a
la región como un área histórico–cultural definida:
 El empleo de la obsidiana y la agricultura del maíz (la milpa).
 El calendario.
 El culto solar.
 Las pirámides como lugares de culto público.
 El juego de pelota.
 El jaguar y la serpiente como tótemes generalizados.
 La escritura.

 La transición de las culturas del periodo Formativo a las civilizaciones


del periodo Clásico:

– Las “culturas de Izapa” durante el Formativo Tardío (s.IV a.C.–s.III


d.C.):
 Tras la decadencia de la civilización olmeca, destacan una serie de
culturas regionales que combinan el desarrollo propio con la influen-
cia y la herencia olmeca.
 Estas culturas presentan rasgos compartidos (¿herencia olmeca?), y se
localizan en los cuatro núcleos antes citados y en sus entornos: Méxi-

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co Central, Valle de Texcoco, costa sur del Golfo, y Tierras Altas y


Tierras Bajas (Petén) de Guatemala.
 Ejercen el papel de “culturas de transición” entre los cambios del pe-
riodo Formativo y la definición de las civilizaciones regionales del pe-
riodo Clásico.

– El desarrollo en las Tierras Altas y Bajas de Guatemala:


 ¿Premayas o protomayas? El debate sobre el origen de la civilización
en las Tierras Altas y la costa de Honduras.
 En cualquier caso, el primer desarrollo de civilización y el más com-
plejo en el Formatívo Tardío y el Clásico Temprano es la cultura ma-
ya, ya presente en tierras del Petén.

5.II – LA CIVILIZACIÓN MAYA

F. LOS MAYAS: CARACTERÍSTICAS GENERALES

 Dificultades para el conocimiento de la cultura y la historia mayas.

– En primer lugar, hay una interrupción histórica entre la decadencia de la


civilización maya, a mediados del siglo XV, hasta la llegada de los espa-
ñoles, a mediados del siglo XVI, que supone una ruptura en la transmi-
sión del pasado.

– No existen historias escritas hasta la época de la conquista, y estas par-


tiendo de ese “salto” antes mencionado.

– Las escrituras mayas no nos proporcionan relatos continuados. Sus libros


(sólo 4) son de carácter religioso, y la epigrafía nos proporciona una na-
rración episódica, no continuada.

– La reconstrucción del pasado maya parte, pues, fundamentalmente de la


investigación arqueológica y de la crítica etnohistórica.

 El espacio geográfico.

– La zona maya se extiende desde el Istmo de Tehuantepec hasta el Istmo


de Honduras. Ocupa todo el sur de Mesoamérica, todo ello territorio cen-
troamericano. Actualmente se corresponde con el sur de México, Guate-
mala, Belice, y la parte occidental de Honduras y El Salvador.

– Es una zona de clima tropical, con alternancia de estación de lluvias y es-


tación seca; esta última dura cuatro meses.

– La agricultura es difícil por esas condiciones climáticas (régimen de llu-


vias y pobreza de los suelos), que hacen necesario desarrollar complejos
sistemas de cultivo y de drenaje y regadío.

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– Esta región comprende tres espacios claramente diferenciados:


 Las Tierras Altas de Guatemala al sur, una zona fundamentalmente
montañosa, formada por amplios valles y con numerosos lagos y vol-
canes.
 El Petén o las Tierras Bajas en el centro, una gran llanura interior cu-
bierta principalmente por selvas y bosques tropicales y surcada por
numerosos ríos (el Usumacinta, el Río Azul...).
 La península de Yucatán al norte, una llanura costera cubierta funda-
mentalmente por sabanas y, en menor grado, por bosque tropical.

– En las Tierras Altas el clima tropical se atempera en gran medida por la


altitud sobre el nivel del mar. Es una zona de sierras bajas, entre 1.000 y
3.000 metros de altitud, con amplios valles y gran cantidad de lagos
(Atitlán, Amatitlán, Ayarza...) que proporcionan reservas permanentes de
agua, y con volcanes donde abundan los yacimientos de obsidiana.

– Tanto el Petén como Yucatán son territorios de suelo calizo, lo que hace
que se formen grandes reservas de agua en el subsuelo que pueden ser
explotadas en la estación seca (p.e. por los cenotes, pozos naturales).

 Origen y composición étnica de los mayas.

– Los mayas no constituyen un grupo étnico homogéneo, sino que se dis-


tinguen entre 15 y 20 grupos distintos en función de su lengua, más la pe-
culiaridad de los huaxtecos y totonacas, en la costa del golfo, emparenta-
dos con los mayas y con un origen común.

– Hay distintas teorías sobre el origen de los mayas:


 Originarios de las Tierras Altas y el centro de las Tierras Bajas (el Pe-
tén), y desde allí se expandieron en todas direcciones.
 Originarios de la costa del Golfo de Honduras (actualmente, Belice y
Honduras), y desde allí se expandieron hacia el sur y el norte (huaxte-
cos y totonacas serían entonces, un vestigio primitivo).
 Originarios de la costa del Golfo, y desde allí se expandieron hacia el
sur (huaxtecos y totonacas serían, entonces, sus extremos).

G. DESARROLLO HISTÓRICO DE LOS MAYAS

 La civilización maya es una de las más duraderas de la historia america-


na, desarrollándose desde aproximadamente el 2.000 a.C. hasta el siglo
XV d.C. Es la única que se extiende a lo largo de los tres periodos prin-
cipales en que dividimos la historia de las civilizaciones americanas:
Formativo, Clásico y Postclásico. Por eso dividimos la historia de los
mayas en esos mismos tres periodos:

– Los mayas del periodo Formativo (2.000 a.C.–250 d.C.): la configuración


de la civilización maya – los mayas de las Tierras Altas.

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– El periodo Clásico maya (250 d.C.–900): máximo esplendor de esta civi-


lización – los mayas del Petén.

– Los mayas del Postclásico (900 a.C.–s.XV): el periodo maya/tolteca y el


final de la civilización – los mayas de Yucatán.

 El periodo Formativo (2.000 a.C.–250 d.C.): la configuración de la cul-


tura maya – los mayas de las Tierras Altas.

– Tenemos una cierta confusión sobre los orígenes de esta civilización.

– El núcleo de la actividad durante este periodo se centra en las Tierras Al-


tas y la costa del Pacífico, donde parece tener lugar el nacimiento de la
civilización maya.

– A lo largo del 2ª milenio a.C. encontramos una serie de centros de pobla-


ción que ya podemos definir como mayas:
 Cuello (Belice–golfo de Honduras), h. 1.500 a.C.
 Chiapa de Corzo (Petén occidental), h. 1.300 a.C.
 Ocós (Tierras Altas –costa del Pacífico), h. 1.300 a.C.

– La influencia olmeca parece hacer sido decisiva en el proceso hacia la ci-


vilización, fundamentalmente en la región de las Tierras Altas y la costa
del Pacífico (Ocós, Izapa, Abaj Takalik, Kaminaljuyú...) → ruta olmeca
del cacao y la obsidiana.

– En la fase tardía de este periodo (desde 600 a.C.) tiene lugar la “pequeña
bajada”, la emigración, asentamiento y colonización de la zona sur y cen-
tral del Petén.
 Parece ser que las líneas de esa emigración siguen las rutas del comer-
cio de obsidiana a través del cauce de los grandes ríos de la región
(Usumacinta, Belice, Hondo...)
 Entre 400 y 250 d.C. se configuran los primeros centros importantes,
según el esquema de la “ciudad dispersa”, ya como auténticas “polis”
o ciudades–reino (ajawob) en las Tierras Altas y el Petén: Kaminalju-
yú (la más importante) e Izapa en las Tierra Altas, Calakmul, Edzná.
El Mirador, Tayasal, Tikal (la más importante del Petén), Uaxactún...
en las Tierras Bajas.
 Son ciudades fortificadas, lo que nos indica la disgregación política de
la zona y las rivalidades y competencia entre ellas.

 El periodo Clásico (250 d.C.–900): los mayas del Petén.

– Es el periodo de máximo esplendor de las ciudades mayas (estelas):


 Se consolida el sistema socio–político maya.
 Alcanzan su mayor desarrollo económico.
 Ejercen una importante influencia en los territorios cercanos (zapote-
cas, Centroamérica...), y son foco de atracción para potencias lejanas
(Teotihuacán).

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– Hay dos aspectos que marcan decisivamente el desarrollo de los reinos


mayas durante este periodo Clásico:
 Un problema fundamental para la estabilidad de los reinos mayas es el
del equilibrio ecológico, muy delicado en una zona tropical, y que re-
percute directamente en la economía y en la estabilidad social.
 Otro factor importante es el estado de rivalidad y enfrentamiento
constante que existe entre esos reinos, que se traduce en una amenaza
violenta casi constante.

– Se identifican unos 50 grandes centros mayas en esta época, la mayoría


en el Petén. Casi todos ellos constituyen un reino propio o ajawob, y al-
gunos están formados por varios de estos centros o ciudades. Los centros
dominantes son Calakmul, Copán, Palenque y Tikal.

– Hay una influencia creciente de Teotihuacán; primero por su control del


comercio de larga distancia, después por intervención directa en la políti-
ca regional:
 Invasión o control de Kaminaljuyú, hacia el siglo IV, y desde allí con-
trol de la ruta comercial del Pacífico–Tierras Altas.
 Alianza con Tikal, a finales también del siglo IV, en conflicto perma-
nente con Calakmul.

– A finales del periodo, probablemente a partir del siglo VIII, hay una pre-
sencia e influencia creciente de elementos mejicanos, fundamentalmente
nahuas y especialmente toltecas:
 Por emigración y asentamiento de gentes procedentes del norte, tanto
nahuatlalcas como nonoalcas. Los más importantes son los toltecas
(emigración de Quetazalcoatl–Huémac).
 Por la contratación de contingentes de mercenarios (ah–canul, “pro-
tector”, “guardia”) por parte de las grandes “polis” o ajawob enfrenta-
das entre sí. La mayoría de esos contingentes son de origen mexicano,
especialmente tolteca.

– A lo largo del siglo X se produce una decadencia de los reinos mayas clá-
sicos, tan grave que se habla de “colapso” de la civilización maya clásica
y supone un cambio radical en esta civilización. La última estela conoci-
da se levanta en Palenque en 909. Las causas de ese colapso parecen ser:
 Un colapso ecológico producido por varias razones: el agotamiento
por sobreexplotación de los recursos; un cambio climático (el inicio
del “optimo medieval”); y un posible cataclismo que habría afectado a
toda Mesoamérica desde el siglo VI: el impacto de un cometa en Qué-
bec (cráter Chuub), la erupción de El Chichón y otras erupciones...
 El estallido de la conflictividad social, provocado por la sobreexigen-
cia de tributos y trabajo al campesinado (derivado de ese colapso eco-
lógico), y que desencadenaron una serie de revueltas campesinas que
supusieron la destrucción de los centros ceremoniales y el exterminio
de gran parte de la elite (el ejemplo de Cancuén).
 La llegada masiva de inmigrantes mejicanos y toltecas, que actúan
como invasores del territorio.

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Área de Historia

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– El resultado de este “colapso” es el abandono de los centros mayas del


Petén y el retroceso y ruralización de la población, que en su mayor parte
emigra a otras regiones. Junto con los invasores nahua–toltecas se des-
plazan fundamentalmente hacia el norte en “la gran bajada”, la emigra-
ción masiva al Yucatán.

 El periodo Postclásico (900 a.C.–s.XV): los mayas de Yucatán.

– Con la llegada de los invasores toltecas y la “gran bajada”, hay un des-


plazamiento de gran parte de la población y del centro de actividad hacia
el norte, a las llanuras de la península de Yucatán.

– Aunque los toltecas mantienen su identidad mediante la consolidación de


linajes gobernantes y aportan algunos elementos culturales (guerra, sacri-
ficios sangrientos cosmológicos, culto a Quetzalcoatl –Kukulcán...), los
invasores se asimilan culturalmente a los mayas.

– Con estas migraciones se recuperan algunos de los centros clásicos de


Yucatán (Izamal, Chichén–Itzá, Uxmal...) y surgen otras ciudades nuevas
(Mayapán, Mani...).

– Distinguimos varias etapas históricas en este periodo Postclásico, dos si


nos centramos en la permanencia de la civilización hasta el s.XV, tres si
abarcamos hasta la llegada de los españoles en el s.XVI:
 La “Liga de Mayapán” (h.987–h.1185):
 Una alianza entre las ciudades de Uxmal, Chichén–Itzá y Maya-
pán domina la región.
 Progresivamente, Mayapán se hace con la hegemonía: 1º, los it-
záes destruyen Uxmal, reemplazada por Izamal; 2º, Mayapán des-
truye Chichén–Itzá, y se hace tras ello con el poder en exclusiva.
 La hegemonía de Mayapán (h.1185–h.1450):
 La dinastía de los Cocom, gobernantes de Mayapán, establecen un
dominio militarista sobre la región.
 Establecen un sistema de alianzas de parentesco respecto a su li-
naje, con presencia de miembros del mismo apoyados por guarni-
ciones mejicanas en las demás ciudades.
 Es una hegemonía tributaria, lo que hace que Mayapán dependa
menos de la agricultura y más del tributo y del comercio. Estable-
cen un sistema de venta de esclavos hacia México y Centroaméri-
ca que repercute en su desprestigio.
 Finalmente, el linaje de los Tutul–Xiu, supuestamente procedentes
de la antigua Uxmal, provoca una rebelión generalizada que acaba
con la destrucción de Mayapán (h. 1450, ¿1441?) y el exterminio
del linaje Cocom.
 Decadencia final:
 Tras la caída de Mayapán, sigue una etapa de disgregación y de
guerras continuas entre las ciudades, lo que acelera la decadencia.
 A lo largo del siglo XV hay un proceso continuo de ruralización,
y parte de la elite emigra a otras regiones (Tierras Altas).

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– Cuando llegan los españoles, a partir de los años 20 del s. XVI, sólo que-
dan unos pocos señoríos aislados y decadentes, culturalmente en fuerte
retroceso respecto al desarrollo de épocas anteriores.
 La mayoría de la población vive en zonas rurales y sin apenas vesti-
gios de la antigua civilización.
 Los últimos vestigios son los “reinos mayas montañeses”, en las Tie-
rras Altas (Iximchhé, p.e, fundada en 1470) y los mayas de Tayasal,
aislados en medio del Petén hasta 1697.
 En resumen, en Yucatán y el Petén existía población maya, pero la ci-
vilización maya había desaparecido hacía casi un siglo.

H. LA SOCIEDAD DE LOS ANTIGUOS MAYAS

 La base de la sociedad maya: el linaje.

– El fundamento de la sociedad maya es el linaje familiar o de sangre.

– Se trata de una estructura muy jerarquizada y cerrada.

– Hay un dominio absoluto de la elite sobre el resto de la población.

– El instrumento básico para sustentar ese dominio y esa jerarquía es la re-


serva del conocimiento científico–religioso por parte de la elite.

– La enseñanza de ese conocimiento se transmite como un saber iniciático


o hermético, que se transmite desde los templos.

 La estructura social de los mayas. La sociedad maya se articula sobre la


existencia de dos estamentos fuertemente jerarquizados:

– La elite dirigente, formada por los linajes gobernantes, que constituyen


una casta guerrera y científico–sacerdotal que se reserva todas las funcio-
nes de gobierno. Inicialmente es muy homogénea, pero con el tiempo se
van distinguiendo unos linajes específicamente religiosos y otros especí-
ficamente guerreros.

– El pueblo, sometido completamente a esa elite dirigente. Dentro del pue-


blo distinguimos dos grandes grupos:
 Los campesinos, el grupo mayoritario, diseminado en las aldeas que
constituyen la “ciudad dispersa” y obligados a una relación de servi-
dumbre respecto a la elite (trabajo en tierras, obras públicas y centros
ceremoniales).
 Los artesanos, asentados mayoritariamente en el entorno del centro
ceremonial. Su labor está regulada y dirigida por la elite: la artesanía
cualificada se dirige al consumo de esa elite y al comercio exterior.

– Entre los mayas existen esclavos, pero no tienen una importancia ni una
función socioeconómica relevante. Son sobre todo prisioneros de guerra
destinados al sacrificio (y esto sí era importante), y unos pocos esclavos
de carácter privado, condenados por ciertos delitos.

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 Esta situación de sometimiento y dependencia de los campesinos a la


elite dirigente provoca un estado de conflictividad social latente, en el
que la ruptura del equilibrio es causa de enfrentamientos muy graves.
De hecho, el estallido de conflictos y revueltas sociales se considera una
de las causas de la decadencia de la civilización maya.

I. LA ORGANIZACIÓN POLÍTICA DE LOS REINOS MAYAS

 Rasos generales.

– Como casi todas las civilizaciones antiguas, responde a una estructura tí-
pica del “despotismo oriental”. En el caso de los mayas, la forma especí-
fica de ese despotismo es la de una casta científico–sacerdotal; parece ser
que este esquema se origina con los olmecas.

– Los centros mayas no configuraron nunca un reino o estado unificado,


sino que se distribuyeron en una serie de “polis”, ciudades–reino llama-
dos ajawob, con una gran rivalidad entre ellas.

– Durante el periodo Postclásico o yucateco hay una serie de innovaciones,


aunque no modifican sustancialmente ese esquema político tradicional:
 El aspecto militar adquiere mayor importancia, reforzado por la llega-
da de los mejicanos y toltecas. Además, gran parte de estos emigrantes
llegaron como contingentes de mercenarios (los ah–canul).
 Hay un intento de establecer un germen de “estado” unitario o hege-
mónico, la Liga de Mayapán, con el establecimiento de una federación
de ciudades y el establecimiento de una misma dinastía en varias de
ellas (los Cocom).

 Estructura política de los ajawob o ciudades–reino mayas.

– Los reinos mayas tienen unas instituciones muy parecidas entre ellos, de
manera que podemos describir un esquema general para todos.

– El gobierno central:
 A la cabeza está el rey, el ajaw (“señor”, rey) o halach–uinic (“el
hombre que es” o “el hombre verdadero”), gobernante civil y jefe su-
premo militar, y también sumo sacerdote que preside el culto oficial y
las grandes celebraciones públicas.
 El gobierno y la administración se organizan en torno a la institución
palacial, algo común en toda Mesoamérica. En el caso maya parece
más bien una síntesis de palacio–templo mayor.
 Hay un consejo que asiste al rey, llamado Ah–Cuch–Cabub, formado
por varios grupos de “consejeros”:
 En primer lugar, los jefes militares y los altos funcionarios, como
cabeza del “palacio” y de la administración.
 Otro grupo lo forman los jefes de demarcación territorial o ahau.

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 Y también son importantes unos asesores en política exterior lla-


mados ah–holpopoob, principalmente en cuestiones de diploma-
cia, comercio y guerra, tres actividades que van unidas.
 Habitualmente el sumo sacerdote (ahau–kin–mai) y el jefe militar
(nakón o nacom) ejercían un papel superior en este consejo.

– Administración local:
 El territorio de la ciudad o reino se divide en una serie de demarcacio-
nes o distritos, cada uno de ellos gobernado por un gobernador y juez
llamado ahau (“cabeza”).
 Las aldeas o localidades tiene un jefe o alcalde llamado batabub.

– Es muy importante el papel que en esta estructura ejercían los escribas,


que configuran un cuerpo de funcionarios reclutado entre la nobleza y
posiblemente con una importante relación con los templos.
 La selección de funcionarios era muy rigurosa, y se exigían una serie
de conocimientos que tenían un carácter iniciático o hermético, reser-
vado a la aristocracia y a la casta sacerdotal. Requería una enseñanza
muy estricta que se llevaba a cabo en los templos–palacio.
 Consistía en una serie de conocimientos científico–religiosos, la ense-
ñanza de la escritura y la matemática, las leyes y tradiciones del
Reino, y una serie de enseñanzas de tipo moral. En época maya–
tolteca recibe el nombre de “Lenguaje de Zuyúa”.

– Hay una estructura permanente de mando militar.


 La cabeza es el halach–uinic, que delega el mando directo en un jefe
militar llamado nakón o nacom; probablemente tenga también algún
carácter sacerdotal.
 Aparte de este “general” existe unos “capitanes”, también llamados
nakones, que ejercen su función por periodos de 3 años.
 Las tropas, formados por los holkanes o soldados, están formadas por
la aristocracia. Al principio no eran permanentes, salvo una especie de
“guardia real”, sino que se movilizaban en caso de necesidad; con el
paso del tiempo aparecen contingentes permanentes, formados tanto
por la aristocracia como por contingentes mercenarios (ah–canul).

J. LA ECONOMÍA DE LOS MAYAS

 Rasgos generales.

– Se trata de una economía de base fundamentalmente agrícola, fuertemen-


te centralizada y dirigida al servicio de la elite y las necesidades de los
centros ceremoniales.

– La propiedad de la tierra se entiende como algo colectivo, gestionada y


redistribuida en usufructo por la elite dirigente y encomendado su trabajo
a los campesinos en régimen de servidumbre.

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– Es muy importante la tributación en trabajo de los campesinos, que se de-


riva en dos grandes líneas (aparte de la explotación de las tierras para el
sustento de la elite):
 Obras públicas para la producción: roza, obras hidráulicas...
 Construcción y mantenimiento de los centros ceremoniales.

 La producción agropecuaria.

– La agricultura es la actividad fundamental, sobre la que se asienta la ri-


queza de los reinos mayas y que ocupa a la mayor cantidad de población.
 Se dedica sobre todo a la producción de alimentos: la milpa de maíz,
calabaza y fríjol, que se complementa con frutas, tomate...
 Es importante el cultivo de materias primas, dedicados a la artesanía y
al comercio: algodón, henequén, tabaco, hule, cacao...
 Hay un problema que lastra permanentemente la producción agrícola
de los mayas: la baja productividad de las tierras (suelos y clima tro-
picales), que apenas rinde entre 1/5 y 1/7 de las tierras en uso.

– La ganadería es casi inexistente, apenas limitada a la cría de animales


domésticos como el pavo o el conejo.

– Se complementa con la caza, muy importante (venado, tapir), y sobre to-


do con la pesca fluvial.

 La artesanía.

– Es una actividad que sigue el esquema de lo que se conoce como “eco-


nomía palacial”.

– Hay una distinción entre dos grandes parcelas dentro del sector:
 Una artesanía dedicada al consumo doméstico y la fabricación de úti-
les de trabajo: textil (algodón), cerámica, esteras y cordelería, instru-
mentos de obsidiana...
 Una artesanía al servicio de la elite:
 Productos para la construcción (cal, piedra).
 Artesanía suntuaria y para el ritual.
 Productos para el comercio de larga distancia.

 El comercio.

– Es un sector que también sigue el esquema de “economía palacial”.

– Es una actividad de gran importancia, sobre todo para el mantenimiento


del aparato ceremonial de la elite.

– Hay un importante comercio de materias primas (obsidiana) y de produc-


tos agrícolas para satisfacer las necesidades de alimentación en caso de
desabastecimiento.

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– El comercio de productos suntuario es muy importante: plumas, pieles y


jade para el adorno; copal para los sahumerios...

– También es muy importante el comercio de cacao, tanto para su consumo


(ritual y elitista) como por su utilización como “moneda”.

K. LA RELIGIÓN DE LOS ANTIGUOS MAYAS

 Rasgos generales.

– La religión es el aglutinador social por excelencia de la vida cotidiana en-


tre los mayas (como en todas las civilizaciones antiguas, por otra parte).

– La religión maya recoge los rasgos generales de religiosidad que son co-
munes a toda el área mesoamericana (ver en la introducción).

– Nuestro conocimiento de la religión maya es parcial. En parte es una re-


construcción posterior a la Conquista, procedente en gran medida de infe-
rencias arqueológicas.
 Tenemos unos textos mayas de carácter religioso, pero escritos muy
tardíamente, en el siglo XVI, inmediatamente después de la conquista:
 El Popol Vuh, libro de los quichés sobre la creación.
 Los libros de Chilam Balam, unos 18, de diferentes temas, (profé-
ticos, litúrgicos, calendáricos, moralistas, históricos…).
 Aparte de estos, contamos con las crónicas de la generación de la con-
quista, especialmente las de misioneros como Fray Diego de Landa.

– La religión maya tiene dos componentes fundamentales:


 La tradición autóctona maya, procedente del periodo Formativo –con
los elementos compartidos con otras culturas mesoamericanas–.
 La aportación nahua–tolteca propia del periodo Postclásico.
 Lo que hoy conocemos de la religión de los antiguos mayas es bási-
camente ese sincretismo propio del Postclásico.

– No se trata de una religión homogénea, sino de un conjunto de creencias


similares pero con rasgos propios en cada región o etnia en que se divi-
den los mayas.

– Podemos definirla como una “astronomía astrológica politeísta”.

 Cosmogonía y cosmología mayas.

– Cosmogonía:
 En el postclásico se define la figura y el papel de varios dioses creado-
res, como Hunab–Ku, Tepeu, Gucumatz–Kukulkán (Quetzalcoatl) y
otros.
 El principal relato que tenemos de la creación es el Popol Vuh, de los
quichés de Guatemala.

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 Según los mayas, el mundo ha pasado por varias creaciones o soles,


hasta llegar a la época actual (4 ó 5, según la tradición local de que se
trate):
 La 1ª creación, la de los animales.
 La 2ª, la de los hombres de barro.
 La 3ª, la de los hombres de madera, que terminó con el diluvio.
 La 4ª, la de los hombres mono.
 La 5ª, la de los hombres actuales, los mayas, creados de maíz.

– Cosmología:
 La vida en la tierra está marcada por esta serie de ciclos o soles,
creencia común con las demás culturas mesoamericanas. Posiblemen-
te esa sea la base del culto calendárico.
 El Universo se organiza en tres niveles, conectados entre sí por el ár-
bol sagrado, una ceiba, llamado Imix:
 El mundo celestial, morada de los dioses, dividido en varias es-
tancias (13) y sostenido por cuatro atlantes o Bacabs.
 El mundo terrenal, habitado por los hombres, también sostenido
por cuatro manifestaciones del dios de la lluvia Chac.
 El inframundo, Metnal o Xibalbá, relacionado con la noche y la
muerte, dividido también en varias estancias (9).
 El mundo celestial y el mundo terrenal están marcados pos los cuatro
puntos cardinales, que se asocian a cuatro colores respectivos, parece
que cada uno asociados a una manifestación divina diferente:
 Este → rojo.
 Oeste → negro.
 Norte → blanco.
 Sur → amarillo.
 Centro → verde.

 Los dioses mayas.

– Se trata de un politeísmo de base naturalista, centrado en dioses celestia-


les y astrales, dioses agrícolas y de la fertilidad, dioses del inframundo
(los tres niveles del universo antes citados), y dioses ctónico–totémicos.

– Es un panteón mezcla de dioses autóctonos, dioses comunes mesoameri-


canos, y dioses nahua–toltecas.

– Panteón complejo por la diversidad de advocaciones del mismo dios:


 Advocaciones o manifestaciones en función de los cuatro puntos car-
dinales y los cuatro colores.
 Manifestaciones en función de los tres niveles del mundo.
 Manifestaciones en función de diferentes dualismos (varón–mujer,
bueno–malo, noche–día, luz–oscuridad…)

– Cada nivel o estancia de los cielos y del inframundo tiene su propio dios
principal, que rige en él.

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– Dioses principales del panteón maya:


 Dioses del cielo:
 Itzam–Ná, dios creador.
 Ah–Kin, dios del Sol.
 Ix–Chel, diosa de la lluvia.
 Chac, dios de la lluvia. 4 chaques sujetan el mundo.
 Dioses del inframundo, encabezados por “los nueve señores de la no-
che” (los que rigen cada una de las 9 estancias del inframundo), de
nombres desconocidos:
 “L”, dios de la noche, asociado con Venus, tránsito a la oscuridad.
 Yum–Cimil, dios de la muerte.
 Dioses terrenales, unos de carácter naturalista, otros totémicos, otros
patronos de grupos o actividades:
 Ah–Mun o Yum–Cax, dios del maíz.
 A–Mam, dios de los 5 días nefastos del calendario.
 “Dios jaguar”, dios del interior de la tierra (divinidad telúrica).
 Dioses importados, principalmente en el periodo postclásico, aunque
algunos ya se observan en el periodo clásico:
 Tlaloc, dios de la lluvia de origen teotihuacano, unas veces dife-
renciado de Chac y otras veces asociado a él.
 Quetzalcoatl, la serpiente emplumada, de origen tolteca, llamado
Kukulcán en Yucatán y Gucumatz en Guatemala.
 Tezcatlipoca, dios guerrero de origen tolteca.
 Xipe–Totec, el dios desollado de la fertilidad, de origen nahua.

 Rituales mayas.

– Las “ciudades dispersas” son grandes centros ceremoniales donde se con-


centran los lugares de culto, especialmente las pirámides.

– El calendario y el culto al tiempo:


 La existencia de un calendario formado por dos años, uno solar y otro
ritual, que se combinan entre sí, es un rasgo común en las culturas me-
soamericanas. Es un elemento de origen olmeca.
 Estos dos años son los siguientes:
 El año ritual o tzolkin, que tiene 260 días agrupados en 13 meses
de 20 días, de carácter adivinatorio.
 El año solar o haab, que tiene 360 días agrupados en 18 meses de
20 días más 5 días nefastos (uayeb).
 La medición de la duración del tiempo parte del año de 13 meses de
20 días, y sigue el sistema numérico vigesimal:
 Kin → día.
 Uinal → mes, 20 días.
 Tun → año (como suma de días), 13 uinales, 360 días.
 Katún → 20 tunes, 7.200 días.
 Baktún → 20 katunes, 144.000 días.
 Existen tres ciclos distintos basados en la cuenta del tiempo:
 La “cuenta de los días” o “rueda calendárica”, combinando el
tzolkin con el haab hasta que el día de inicio de ambos años coin-
cide de nuevo. Son 18.980 días, 73 años tzolkin y 52 años haab.

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 La “cuenta larga”, propia del periodo clásico, cuenta el tiempo en


baktunes como ciclo máximo, agrupando los años de 20 en 20,
como los días. El ciclo es de 144.000 días, ±395 años solares.
 La “cuenta corta” o “cuenta de los katunes”, propia del periodo
postclásico, cuenta el tiempo en años en grupos de 13 katunes,
como los meses. El ciclo es de 93.600 días, ±256 años, coincide
por 260x360, tzolkin por haab (sin los días nefastos, como tun).
 Según la “cuenta larga”, el inicio de la cronología maya se remon-
ta al 3114 a.C., aunque tienen referencias a ciclos de tiempo ma-
yores, según su sistema vigesimal, hasta 90 millones de años y
más Se trata simplemente de recoger la idea de un inicio muy le-
jano del tiempo y de la creación, como decir “hace una eternidad”.
 Existe otro tipo de ciclo, que combina el tzolkin (260 días) con el pe-
riodo sinódico de Venus (584 días):
 Se basa en la relación numérica entre ambos en torno al 4, su má-
ximo común divisor.
 Es un ciclo de 37.960 días, que crea un ciclo de 146 tzolkin, 65
revoluciones sinódicas de Venus, y 104 haab, es decir, dos “rue-
das”.
 Hay otros ciclos basados en la relación de los meses lunares.

– Hay rituales adivinatorios, dirigidos por los sacerdotes chilam (en oca-
siones bajo el efecto de alucinógenos), en los que se consume de forma
ritual el balché, un licor de miel.

– Es muy importante el culto a los muertos, sobre todo a los antepasados de


la aristocracia, como se ve en las tumbas en los centros ceremoniales y
especialmente en las tumbas reales, en pirámides y templos.

– Son importantes los ritos en las cuevas, relacionados con el inframundo y


con los cambios de ciclo del tiempo.

– El juego de pelota es una de los rituales fundamentales, parece ser que de


carácter cosmogónico–cosmológico (se recoge en el Popol–Vuh) y con
importantes variantes locales.

– Sacrificios:
 Existen sacrificios humanos desde los orígenes, fundamentalmente de
carácter propiciatorio, purificador o en consagraciones y fiestas extra-
ordinarias. Suelen ser sacrificios de niños o doncellas a los que se
ahoga o despeña en los cenotes y las cuevas sagradas.
 Los sacrificios sangrientos se generalizan desde las invasiones nahua–
toltecas, incluido el sacrificio cosmológico. Los más comunes son al
Sol, por guerras, a la lluvia–Tlaloc, y a Xipe Totec–fertilidad.
 Hay también sacrificios de automutilación, a cargo de los sacerdotes o
de los oferentes, haciéndose heridas en todas las extremidades del
cuerpo: lengua, nariz y orejas, brazos y piernas, y pene.

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 El clero de la antigua religión de los mayas.

– Existe un clero “oficial”, regular y jerarquizado, encargado del culto al


tiempo y de los sacrificios públicos, y unos hechiceros o chamanes popu-
lares, llamados Ah–Men (“el celebrante”).

– La estructura del clero “estatal” u oficial es paralela a la estructura políti-


ca de los ajawob o reinos mayas:
 El rey o ajaw tiene carácter sacerdotal, aunque no ejerce directamente
salvo presidiendo las ceremonias públicas.
 Sumo sacerdote, ahau–kin–mai.
 Sacerdotes ordinarios, regulares, ahau–kin.
 Profetas y adivinos, chilam.
 Sacerdotes de los sacrificios, nakón (el mismo nombre que los jefes
guerreros, quizá el mismo personaje), que son ayudados por 4 hom-
bres de edad avanzada llamados chaques, como el dios de la lluvia.

– El clero “oficial” se identifica con determinados linajes aristocráticos,


formando una “casta” específicamente sacerdotal de carácter hereditario.

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BIBLIOGRAFÍA ESPECÍFICA – TEMA 5

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6. EL ÁREA CULTURAL MESOAMERICANA: LAS CIVILIZA-


CIONES DEL VALLE DE MÉXICO Y EL IMPERIO DE TENO-
CHTITLÁN

SUMARIO DEL TEMA


6.I – LAS ANTIGUAS CIVILIZACIONES MEXICANAS
A. Introducción y características generales.
B. Geografía y etnografía del Anáhuac.
C. Las civilizaciones mexicanas del periodo Postclásico: Teo-
tihuacán.
D. Las civilizaciones mexicanas entre los periodos Clásico y Post-
clásico: las invasiones nahuas y el dominio tolteca.
6.II – LOS AZTECAS O MEXICAS
E. Los mexicas: características generales.
F. Desarrollo histórico de los mexicas.
G. La sociedad de los mexicas
H. La organización política del imperio de Tenochtitlán.
I. La economía de los mexicas.
J. La religión de los antiguos aztecas.

6.I – LAS ANTIGUAS CIVILIZACIONES MEXICANAS

A. INTRODUCCIÓN Y CARACTERÍSTICAS GENERALES

 Diversidad e interrelación de las culturas mexicanas.

– La Meseta del Anáhuac es la región de Mesoamérica con mayor variedad


étnico–cultural. Dentro de esto hay dos grandes componentes: las tradi-
ciones autóctonas, con apogeo en el periodo Clásico, y las invasiones
chichimecas, protagonistas del Postclásico.

– Es uno de los cuatro núcleos formativos mesoamericanos. La región tiene


como centro principal de actividad el Valle de México/Lago de Texcoco.

– Todas esas culturas y tradiciones diversas se relacionan entre sí alrededor


de un polo regional hegemónico en cada etapa. Esos polos son, sucesi-
vamente, Teotihuacán, Tula y Tenochtitlán; cada uno de ellos se conside-
ra el heredero y continuador de la tradición anterior.

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 Condicionantes para el conocimiento de las culturas mexicanas.

– Como en las demás culturas mesoamericanas, no contamos con fuentes


escritas hasta el finales del periodo Clásico y el Postclásico. La recons-
trucción de la historia anterior parte, pues, fundamentalmente de la inves-
tigación arqueológica y de la crítica etnohistórica.

– A pesar de contar con relatos históricos desde finales del periodo Clásico,
estos textos no son “historias” en sentido estricto, por lo que hay que so-
meterlas a una crítica rigurosa.

– Además, una parte sustancial de los testimonios “históricos” del Postclá-


sico se corresponden con reelaboraciones posteriores a las invasiones
nahuas o de otros pueblos, de forma que en realidad nos dan una reinter-
pretación “oficial” de la “memoria histórica”, por lo que hay que contras-
tarlas con mucho cuidado. Esto ocurre sobre todo en el caso de las cróni-
cas mexicanas.

 Situación del Valle de México a la llegada de los españoles.

– Cuando llegan los españoles en 1519, los pueblos nahuas dominan toda la
meseta del Anáhuac y la mitad norte de Mesoamérica.

– Políticamente, toda la región está de una forma u otra bajo el influjo de


Tenochtitlán: el dominio de los mexicas ocupa todo el valle de México y
casi toda la meseta del Anáhuac, excepto unos pocos reinos y señoríos
semi–independientes o que se resisten a ellos:
 Algunos reinos nonoalcas resisten la expansión de Tenochtitlán en sus
en fronteras: los tarascos al oeste, en Michoacán, y los mixtecas y za-
potecas al sur, en Oaxaca y el México Central.
 Existen también unos “señoríos independientes” de pueblos nahuas
dentro del territorio sometido a los mexicas: Meztitlán, Teotitlán, Yo-
pizingo y Tlaxcala. El más belicoso en su resistencia frente a los azte-
cas es el de Tlaxcala.

– Además, los mexicas dominan una red comercial que se extiende por to-
da Mesoamérica y mantiene contactos hasta el interior de Centroamérica.

– La cultura azteca se presenta como aglutinante de la cultura nahua y co-


mo heredera y continuadora de la tradición de civilización que arranca de
Teotihuacan y que llega hasta ellos a través de Tula, de quien se conside-
ran descendientes directos.

B. GEOGRAFÍA Y ETNOGRAFÍA DEL ANÁHUAC

 El espacio geográfico.

– El Anáhuac es una gran meseta flanqueada por la Sierra Madre Occiden-


tal y la Sierra Madre Oriental, con una altitud media de 2.000 m y que

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Área de Historia

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constituye una cuenca interior para el desagüe del deshielo de esas sierras
(Anáhuac – “lugar del agua”).

– Esta configuración del relieve hace que el clima tropical de la zona se vea
modificado sustancialmente, lo que repercute fundamentalmente en el
desarrollo de la agricultura.

– En la Meseta abundan los lagos, propios de una cuenca interior –lagos de


Cuitzeo, Chapala, Pátzcuaro, Texcoco...–, lo que permite disponer de re-
servas de agua todo el año para la agricultura y el abastecimiento.

– En la región abundan los volcanes –el Iztaccíhuatl, el Orizaba, el Popoca-


tepetl...–, lo que significa disponer de grandes yacimientos de obsidiana.

 Las etnias del valle de México. Las invasiones chichimecas, nahuas y


otomíes.

– Hay un primer sustrato de población autóctona, hasta finales del periodo


Clásico, de composición étnica casi desconocida, posiblemente bastante
fragmentados. Son los pobladores del periodo Formativo y los habitantes
de Teotihuacan.

– El mapa étnico del Anáhuac se modifica sustancialmente con las invasio-


nes nahuas o “chichimecas” (s.VIII–s.XIII).
 Chichimeca (significa “linaje del perro” o “chupadores de sangre”,
según las fuentes), es un término similar a “bárbaro”. Es el término
genérico para referirse a los invasores primitivos, nómadas cazadores,
que desde el siglo VIII llegan a la región.
 Es también el nombre que se da a unas tribus nahuas concretas que se
asientan al norte de México, en la región llamada “Gran Chichimeca”,
desde finales del Postclásico hasta el siglo XVII, por lo que hay que
tener cuidado para evitar confusiones.
 Dentro de estas invasiones, el grupo principal es el de los nahuas,
grupo étnico procedente del sudoeste de Norteamérica, parte del tron-
co lingüístico uto–azteca.

– Tras estas invasiones, el mapa étnico queda dispuesto más o menos de la


siguiente manera:
 Pueblos nahuas. Son los más numerosos, repartidos por toda la región
y dominantes en la zona central. Se extienden también a otras regiones
de Mesoamérica.
 Los tarascos, de origen desconocido, se hallan al Oeste, en la actual
región de Michoacán, sobre todo alrededor del lago de Pátzcuaro.
 Los otomíes, procedentes también del suroeste de Norteamérica, están
establecidos principalmente en el centro–norte de la región.
 Hay otros grupos menores, repartidos en pequeñas zonas dispersas.
 Se hace una distinción genérica en la región entre pueblos nahuatlal-
cas (que hablan una lengua nahua) y pueblos nonoalcas (“sordomu-
dos”, de lengua no nahua).

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C. LAS CIVILIZACIONES MEXICANAS DEL PERIODO CLÁSICO: TEO-


TIHUACÁN

 Características generales de Teotihuacán (s.I–s.X).

– La ciudad de Teotihuacán se convierte en el centro de la civilización en el


Valle de México y en toda la Meseta del Anáhuac. Es una cultura autóc-
tona, resultado del desarrollo del núcleo formativo regional.

– Crea un “Estado” que controla toda la región y que, con los mayas, se
presentan como los dos grandes focos de civilización mesoamericana du-
rante todo el periodo Clásico.

– A partir de ese desarrollo, Teotihuacán se convierte en la “cultura madre”


de todas las demás sociedades que se desarrollan en el Valle de México.

– Los rasgos sociopolíticos fundamentales de Teotihuacán son la teocracia,


el militarismo y la expansión comercial.

 Desarrollo histórico de Teotihuacán.

– La civilización teotihuacana se desarrolla desde el siglo VI a.C hasta el


siglo X d.C. Distinguimos cuatro periodos en su historia:
 Teotihuacán I (600 a.C.–200 a.C.): formación de esta civilización.
 Teotihuacán II (200 a.C.–250 d.C.): consolidación y expansión de la
ciudad y el reino de Teotihuacán.
 Teotihuacán III (250–650): apogeo y máxima expansión de la civili-
zación teotihuacana.
 Teotihuacán IV (650–900): periodo de decadencia; final de esta civili-
zación y abandono de la ciudad de Teotihuacán.

– Teotihuacán I (600 a.C.–200 a.C.): formación de esta civilización.


 Durante el periodo Formativo, el Valle de México se convierte en uno
de los núcleos formativos de civilización en Mesoamérica, bajo la in-
fluencia directa y muy fuerte de los olmecas.
 Hacia el s. IV a.C. la región se articula en 6 comarcas, cada una bajo
el dominio de un centro regional. Entre esos centros destacan Tlapa-
coya y Tlatilco, muy influenciados por los olmecas –incluso posibles
“colonias” olmecas–, y Cuicuilco, que se convierte en el más impor-
tante de todos. Teotihuacan es uno de los lugares secundarios, con una
creciente importancia como centro religioso.
 Hacia 200 a.C. la erupción del volcán Xitli provoca la ruina de los
centros más importantes. Arrasa el centro principal, Cuicuilco.

– Teotihuacán II (200 a.C.–250 d.C.): consolidación y expansión.


 Tras la erupción del Xitli hay una reorganización de toda la región;
gran parte de la población se reubica en Teotihuacan, provocando el
despegue de esta ciudad.

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 La localidad se transforma en una ciudad aglutinada, organizada alre-


dedor de la zona ceremonial, dispuesta a lo largo de un eje longitudi-
nal (la calzada de los muertos).
 Teotihuacán se convierte en el centro hegemónico de todo el Valle de
México, al que domina e integra políticamente en una “ciudad–reino”.
 Parece que el elemento que permite su dominio del Valle es el esta-
blecimiento y control de un sistema agrícola uniforme en el mismo.
 El militarismo es ya un aspecto fundamental, tanto por ser una de las
claves de su dominio como por su significado socio–religioso.

– Teotihuacán III (250–650): apogeo y máxima expansión.


 Es la etapa de mayor auge de la ciudad. El desarrollo alcanzado per-
mite una reorganización urbanística de toda la ciudad al principio del
periodo. Llega a tener una población de 100.000/150.000 habitantes.
 Teotihuacán extiende su influencia por toda Mesoamérica: gobierna
prácticamente todo el Anáhuac, y por el comercio y la diplomacia
mantiene bajo su hegemonía al resto de la mitad norte de Mesoaméri-
ca y extiende su influencia y su presencia al resto de la región. Incluso
despliega una presencia propia en el Sur: en el siglo IV conquista
Kaminaljuyú en las Tierras Altas y controla Tikal en el Petén.
 Parece que el elemento que permite esa expansión es el establecimien-
to de una red comercial de larga distancia y el control de la produc-
ción y comercio de la obsidiana (±50% de los talleres artesanales de la
ciudad se dedican a esta industria) y de un tipo especial de cerámica.
 El gobierno teocrático es un elemento sustancial en la configuración
sociopolítica de Teotihuacán, con unas demandas de servicio por parte
del estamento popular cada vez más exigentes y onerosas.

– Teotihuacán IV (650–900): decadencia y abandono de Teotihuacán.


 Hacia 650 se produce una destrucción del centro neurálgico de la ciu-
dad. Parece que este acontecimiento se debe primordialmente a una
revuelta popular, agravada por la acción oportunista de invasores ar-
mados extranjeros (¿huaxtecos? ¿primeros nahuas?).
 Tras esta convulsión, se reconstruye y reorganiza la ciudad, pero sin
recuperar el esplendor anterior. El primer efecto es la pérdida de la
hegemonía e influencia anteriores y el fuerte retroceso del comercio
de larga distancia.
 Se abre un proceso de decadencia continuada. Los factores principales
que causan esta ruina progresiva parecen ser tres: las consecuencias de
de un cambio ecológico, las revueltas populares y la inestabilidad so-
cial persistente, y la competencia de otros centros regionales en auge.
 Este declive termina con el abandono definitivo de la ciudad hacia
900. El vacío dejado por Teotihuacán va a se ocupado por los toltecas
de Tula, el primer gran reino nahua.

 Aportaciones de Teotihuacán a las culturas mexicanas del Postclásico.

– A partir de ese desarrollo, Teotihuacan se convierte en la “cultura madre”


de todas las demás sociedades que se desarrollan en el Valle de México.

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– Teotihuacán es el agente civilizador por excelencia de los pueblos nahuas


que llegan a la región, y su herencia cultural es el nexo a través del que
estos invasores se integran y asimilan en la cultura mesoamericana.

– En Teotihuacán tenemos presentes algunas de las divinidades principales


de l panteón mexicano: el dios de la lluvia (Tlaloc) y la serpiente emplu-
mada (Quetzalcóatl), este último sin que sepamos exactamente cómo.

– Su configuración sociopolítica se convierte en el modelo “estatal” para


los pueblos hegemónicos posteriores en la región (toltecas y mexicas).

– Su recuerdo es tan importante que se convierte en un referente mítico so-


bre los orígenes y en lugar de peregrinación para las culturas mexicanas
posteriores.

D. LAS CIVILIZACIONES MEXICANAS ENTRE LOS PERIODOS CLÁSI-


CO Y POSTCLÁSICO: LAS INVASIONES NAHUAS Y EL DOMINIO
TOLTECA

 Las invasiones nahua–chichimecas (s.VIII–s.XIII).

– Entre los siglos VIII y XIII se produce en Mesoamérica el fenómeno de


las invasiones nahuas o “chichimecas” al que antes nos hemos referido.

– Es un fenómeno migratorio constante a lo largo de todo el periodo, aun-


que lógicamente con momentos de mayor o menor intensidad.

– Dentro de este largo proceso, que dura unos 500 años, distinguimos dos
oleadas principales en esas migraciones:
 1ª oleada, entre los siglos VIII y X, que culmina con el asentamiento y
predominio de los toltecas, primer pueblo nahua importante.
 2ª oleada, entre los siglos XII y XIII, la más fragmentada étnicamente
y en la que los invasores son mayoritariamente nahuas, que terminará
con el predominio de los mexicas o aztecas.

– No afecta sólo a los pueblos recién llegados que se asientan en Mesoamé-


rica, sino que repercute en la localización de muchos otros, en una espe-
cie de “efecto dominó” o efecto cascada en toda el área.

 Los toltecas (s.X–s.XII).

– Rasgos generales de los toltecas:


 Son el primer gran pueblo nahua que se establece en México quedan-
do en el recuerdo como “el primer imperio nahua”.
 Son también los primeros nahuas que crea una entidad política impor-
tante, y los primeros que tienen un papel significativo en cuanto a su
expansión y sus relaciones exteriores, especialmente en lo referente a
su presencia y repercusión entre los mayas.

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 Son el nexo a través del cual los bárbaros chichimecas entroncan con
la civilización mesoamericana, pues ellos hacen la fusión entre la tra-
dición autóctona, heredada de Teotihuacán, y la cultura nahua.
 Son además el primer pueblo del que tenemos informaciones escritas,
aunque sean de carácter semilegendario y que recogen tradiciones an-
teriores (en su caso, de Teotihuacán); estas fuentes son los Anales de
Cuahtitlán (códice Chimalpopoca, anónimo), la Historia Tolteca–
Chichimeca (anónimo), y la Historia de la nación Chichimeca, (Fer-
nando de Alva Ixtlilxóchitl).

– Un intento de narración de la historia tolteca:


 La historia de los toltecas es difícil de reconstruir, pues las fuentes son
muy confusas e incluso contradictorias en cuanto a datos cronológi-
cos. Así que lo que podemos hacer es apenas un esbozo de su desarro-
llo histórico, con unos datos mínimos de personajes, lugares y aconte-
cimientos que siempre hay que tratar con cierta prevención.
 La civilización tolteca se desarrolla del siglo VII al siglo XII. Distin-
guimos tres periodos en su historia:
 1º época (siglos VIII–X): la entrada de los toltecas en el Valle de
México y la fundación de Tula.
 2ª época (siglos X–XII): expansión del reino de Tula y primera
emigración tolteca a Yucatán.
 3ª época (siglo XII): las “segundas invasiones” nahuas y la des-
trucción de Tula.
 El origen de los toltecas y su asentamiento en el Valle de México
(s.VIII–s.X):
 Es uno de los primeros pueblos invasores nahuas; entran en el Va-
lle de México dirigidos por su caudillo Mixcóatl.
 Se asientan en primer lugar en Ixtapalapa, en fecha indeterminada,
con algún tipo de relación o dependencia respecto a Teotihuacán
(posiblemente como vasallos–artesanos).
 Hacia 800, su rey Huémac funda la ciudad de Tula, al norte, como
capital de un incipiente reino indepediente.
 Paralelamente a la decadencia de Teotihuacán, Tula se constituye
en poder hegemónico en el Valle de México, imponiendo su do-
minio sobre los otros pueblos mediante su poderío militar.
 La formación del “imperio” tolteca y la expansión hasta Yucatán
(s.X–s.XII).
 En el siglo X, el reino tolteca alcanza su hegemonía en el Valle y
controla las antiguas redes teotihuacanas del comercio de larga
distancia por toda Mesoamérica, o al menos en parte.
 Hacia 950, su rey Topiltzin emprende una serie de reformas polí-
tico–religiosas basadas en el culto de Quetzalcóatl frente a Tez-
catlipoca, dios nacional y guerrero, que conducen a un enfrenta-
miento y una crisis interna muy importantes.
 En ese enfrentamiento entre Quetzalcóatl–Topiltzin y Tezcatlipo-
ca, Topiltzin es derrotado y debe abandonar Tula, emprendiendo
una emigración que le lleva hasta Yucatán, con la promesa de
volver, “acabar con los ritos perversos y restaurar la civilización”.

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 Restaurado el orden en Tula, el reino tolteca se consolida como


teocracia guerrera y emprende una expansión por toda Mesoamé-
rica sobre la base del comercio de larga distancia y la presencia de
mercenarios (Chichén–Itzá, p.e.).
 Las “segundas invasiones” nahuas y la destrucción de Tula (s.XII):
 Desde principios del siglo XII, la presión de nuevos invasores
nahua–chichimecas hace que se resienta el poder del reino tolteca.
 Hacia 1152, Huémac (el último rey tolteca) traslada la capital a
Chapultepec, donde muere poco más tarde (h.1162).
 Tula es finalmente ocupada y destruida por los nuevos invasores,
posiblemente por mexicas o tecpanecas –ambos pueblos nahuas–
dirigidos por un caudillo llamado Xólotl, y desaparece de momen-
to la unidad política del Valle de México.
 Con la destrucción de Tula, hay una dispersión de la población
tolteca y una nueva emigración muy importante hacia Yucatán.

– Aportaciones y repercusión de Tula en los pueblos posteriores:


 Tula es el modelo teocrático–militarista específicamente nahua que
luego reproducen los demás pueblos que se asientan en la zona.
 Su recuerdo como primer “imperio” nahua es tan fuerte que todos los
grandes pueblos nahuas posteriores (Texcoco, Tenochtitlán...) se pro-
claman sus sucesores.
 En Tula parece ser que se definen los cultos de Tezcatlipoca y de
Quetzalcóatl tal y como luego se difunden entre los demás pueblos
nahuas y se consolidan los sacrificios humanos de carácter guerrero.
Igualmente se produce la asimilación de la tradición religiosa autócto-
na anterior, asumida también por los demás nahuas (juego de pelota,
calendario, cosmología de los “soles”, culto a Tlaloc y otros dioses...)
 El mito de la peregrinación de Quetzalcóatl y la promesa de su regreso
adquiere una importancia tan fuerte que siglos después juega un papel
fundamental en la conquista de México por Hernán Cortés.

 El periodo tolteca–Chichimeca. Las “segundas invasiones” nahuas.

– Tras la caída y destrucción de Tula, se abre una época de fragmentación


en la zona que abarca unos 250 años, caracterizada por la llegada de su-
cesivos pueblos nahuas y por la rivalidad entre los grandes centros.

– A lo largo de esta época se forman unos 50 centros en la región, de muy


distinta importancia. La historia de este periodo está marcada por el papel
de cinco de esos centros que se suceden en importancia, hasta que Teno-
chtitlán se hace con la hegemonía total de la zona. Estas ciudades son, en
orden cronológico de su importancia:
 Culhuacán, la ciudad de los culhúas, importante en la 1ª ½ del s.XIV.
 Aztcapotzalco, la ciudad de los tecpanecas, importante a finales del
s.XIV y principios del s.XV.
 Texcoco, ciudad mexica, que lidera la revuelta contra la anterior.
 Cholula, ciudad mixteca–totonaca, fuera del Valle de México, en el
Valle de Puebla, “puerta” hacia la costa del Golfo.
 Tenochtitlán, ciudad mexica, capital de los llamados “aztecas”.

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– Progresivamente, todos estos pueblos van abandonando sus patrones de


vida chichimecas (bárbaros) y se civilizan, entroncando de una forma u
otra con la tradición teotihuacana–tolteca.

6.II – LOS AZTECAS O MEXICAS

E. LOS MEXICAS: CARACTERÍSTICAS GENERALES

 Sobre el término “azteca” y el verdadero nombre de este pueblo.

– La denominación “azteca” es una referencia a su lugar mítico de origen,


Aztlán. Es una expresión moderna, empleada por primera vez por Ale-
xander von Humboldt a principios del s.XIX y generalizada por los histo-
riadores posteriores. Antes se les denominaba comúnmente mexicas o
mexicanos.

– Su nombre étnico es el de “mexicas”, nombre del pueblo nahua al que


pertenecen y que unifican los gobernantes de Tenochtitlán.

– Entre ellos la forma más extendida de nombrarse era la de “tenochcas”,


por alusión a su héroe mítico y caudillo legendario Tenoch, quien les di-
rigió en su emigración hasta el Valle de México.

 La importancia histórica de los mexicas o aztecas.

– El “imperio” mexicano es la culminación de la tradición histórica del Va-


lle de México, heredero y continuador de Teotihuacán y Tula.

– Al final del periodo Postclásico, Tenochtitlán condiciona de una forma u


otra todo el desarrollo político de Mesoamérica.

F. DESARROLLO HISTÓRICO DE LOS MEXICAS

 La civilización “azteca” se desarrolla desde el siglo XII hasta el siglo


XVI. Distinguimos cuatro periodos en su historia:

– 1º período (antes del siglo XII): los orígenes de los mexicas.

– 2º periodo (siglo XII–1440): asentamiento de los mexicas en el Valle de


México y fundación de Tenochtitlán.

– 3º periodo (1440–1519): expansión de Tenochtitlán y formación del im-


perio mexica.

– 4º periodo (1519–1521): caída de Tenochtitlán y conquista de México por


los españoles.

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 Los orígenes legendarios del pueblo mexica.

– Según los relatos míticos mexicanos, el origen de este pueblo está en un


lugar llamado Chicomoztoc, “las siete bocas”, una gruta de siete cuevas
donde fueron creados por los dioses.

– A partir de esa creación por los dioses, los mexicas se asientan original-
mente en un lugar llamado Aztlán, “lugar de las garzas”, posiblemente un
lugar mítico. Desde allí se dirigieron según la leyenda a Tula, y poste-
riormente al lago fundando Tenochtitlán, “nopal sobre la piedra” (según
la leyenda, Huitzliopochtli les ordenó fundar una ciudad donde vieran un
águila devorando una serpiente, y esto ocurrió sobre un nopal en una isla
del lago), para otros “el lugar de Tenoch”.

– Esta peregrinación se hace siguiendo un mandato de su dios nacional,


Huitzilopochtli (posiblemente, un caudillo luego divinizado), y culmina
con su caudillo Tenoch, fundador de Tenochtitlán y quien sienta las insti-
tuciones de este pueblo como sociedad guerrera.

 El asentamiento de los mexicas en México–Tenochtitlán.

– Los mexicas son una de las tribus que protagonizan la 2ª gran oleada de
invasiones nahuas, entre los siglos XII y XIII. Son uno de los grupos más
pequeños y que llegan al final de esta irrupción, de manera que llegan al
servicio de otras tribus más poderosas ya asentadas en el territorio. Según
las crónicas legendarias, inician su emigración hacia 1163.

– Hacia 1215 entran el valle, bajo la dirección de un caudillo, Huitzilopo-


chtli, luego divinizado como dios nacional de los mexicas.

– Pasan por Tula y se asientan en diversos lugares, hasta terminar a orillas


del lago, en o cerca de Chaupultepec, como vasallos de Culhuacán. En
este periodo pasan alternativamente del dominio de Aztcapotzalco al de
Culhuacán, alquilándose como mercenarios.

– En un momento dado, los mexicas piden una princesa a sus señores


culhúas para formar un linaje real, pero la sacrifican y son perseguidos
por ello por los de Culhuacán, teniendo que refugiarse en las islas del la-
go bajo la protección de los tecpanecas de Aztacpotzalco.

– En esa isla del lago fundan a principios del siglo XIV las ciudades de
Tlatelolco y Tenochtilan. Según la leyenda, fundan primero Tenochtitlán,
en 1325, siguiendo la profecía de Huitzilopochtli, dirigidos por Tenoch,
quien es sucedido por Acamapichtli, cofundador de Tenochtitlán, un
príncipe cedido por Culhuacán para establecer un linaje real.

– Hacia 1360/70 apoyan a los de Azcapotzalco contra los de Culhuacán, a


los que derrotan. Como consecuencia de ello su rey Huitziliuihtl, sucesor
de Acamapichtli, emparenta con los reyes de Azcapotzalco.

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– Desde ese momento participan en el enfrentamiento entre Aztcapotzalco


y Texcoco, los dos grandes poderes en la zona. Problemas dinásticos in-
ternos les llevan a separarse de Aztcapotzalco y aliarse con Texcoco (los
gobernantes de todas estas ciudades, Culhuacán, Aztcapotzalco, Texcoco
y Tenochtitlán están emparentados entre sí desde finales del siglo XIV).

– En primer lugar su rey Itzcoatl establece una cuádruple alianza con Net-
zahualcóyotl, señor de Texcoco, y con las ciudades de Cuauhtitlán y
Huexozingo contra Maxtla, usurpador del poder en Aztcapotzalco.

– Expulsado Maxtla, en 1428 (aproximadamente, según las crónicas) It-


zcóatl establece una nueva alianza con Texcoco y con la pequeña ciudad
de Tacuba (Tlacopan) contra los tecpanecas de Aztcapotzalco.

– A partir de ese momento, y tras la derrota de los tecpanecas, la Triple


alianza emprende su expansión por todo el Valle de México y el
Anáhuac. Es una alianza asimétrica, con 2/5 del botín para Tenochtitlán,
2/5 para Texcoco y 1/5 para Tacuba, y la dirección militar para Tenoch-
titlán.

 La expansión de México–Tenochtitlán.

– Hacia 1440 el sucesor de Itzcóatl, Motecuhzoma I, emprende la expan-


sión de la Triple Alianza fuera del Valle de México. Según algunos histo-
riadores la Triple alianza es obra suya, no de Itzcóatl.

– Formalmente, el “imperio azteca” es una confederación gobernada por la


Alianza, aunque en realidad es un dominio vasallático de Tenochtitlán.

– Motecuhzoma I Ilhuicamina (“cólera divina”, 1440–1469) lleva las con-


quistas mexicas hasta Cuernavaca, al norte de México y a la costa del
Golfo. Realmente es él el iniciador del imperio. Con él se establecieron
las “guerras floridas” con Huexozingo y Tlaxcala. También con el se im-
ponen una serie de reformas políticas y sociales.

– Axayácatl (1469–1481) anexiona Tlatelolco a Tenochtitlán y continúa las


conquistas hacia Oaxaca y Tehuantepec, pero es derrotado en el occiden-
te por los tarascos. Le sucede Tizoc, (1481–1486), poco activo en la ex-
pansión pero que emprende la reorganización urbana de la ciudad.

– Ahuizotl (1486–1502) lleva las conquistas mexicas hasta las Tierras Altas
de Guatemala, apropiándose de las antiguas rutas del comercio de larga
distancia. Tuvo que hacer frente a numerosas revueltas locales, indicio de
la resistencia que existía dentro del “imperio”. En su reinado se termina
la construcción del templo Mayor y la reurbanización de la ciudad.

– Motecuhzoma II Xocoyotzin (“el joven”, 1502–1520) somete a Texcoco,


anulando la Triple Alianza, y extiende las conquistas en Oaxaca y el Mé-
xico Central.

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 La caída de Tenochtitlán y el fin del imperio mexicano.

– Al final del reinado de Motecuhzoma II, en 1519, se produce la llegada


de Hernán Cortés. En un primer momento, Cortés intenta anexionar Te-
nochtitlán mediante la diplomacia, pero su plan falla y se desatan las hos-
tilidades. Motecuhzoma II muere durante el asedio a los españoles en el
interior de la capital, en junio de 1520.

– Tras la huida de Tenochtitlán (la “Noche Triste” y la batalla de Otumba),


los españoles organizan una alianza con otros pueblos indígenas, princi-
palmente los tlaxcaltecas, contra el dominio de los mexicas.

– Cuitlahuac (1520), sucesor de Motecuhzoma II, muere en poco tiempo


por la viruela y es sucedido por Cuauhtémoc (1520–1521), el último tla-
toani de Tenochtitlán, derrotado y capturado por las tropas de Cortés. De
mayo a Agosto de 1521 los españoles y sus aliados indígenas sitian y rin-
den Tenochtitlán, acabando con el imperio mexicano.

G. LA SOCIEDAD DE LOS MEXICAS

 Las bases de la sociedad azteca: el calpulli y la meritocracia.

– Es una sociedad de rango, el cual se alcanza, se mantiene y se ejerce en


función del mérito alcanzado.

– La base de esa meritocracia y de la movilidad social (escasa, pero real)


que conlleva es el éxito conseguido por el guerrero en el combate.

– Se trata de una estructura jerarquizada pero al mismo tiempo abierta por


ese carácter meritorio guerrero.

– Todos los ciudadanos mexicas participan de esa actividad guerrera, por lo


que todos los linajes tienen abierto el camino al ascenso social.

– La base formal de este sistema es el calpulli o clan, entendido como


“comunidad” más que como relación sanguínea o de parentesco, con
fuertes implicaciones políticas y económicas. Inicialmente Tenochtitlán
se organiza sobre la existencia de 4 tribus y 20 clanes.

– Esa estructura de clanes y la composición de los mismos, como la estruc-


tura política de los mexicas, experimenta cambios muy importantes en re-
lativamente poco tiempo, por la expansión que el reino mexicano tiene en
su corta existencia y las fuertes repercusiones que ello implica.

 La estructura social mexica. La sociedad mexicana se articula sobre la


existencia de dos estamentos fuertemente jerarquizados, pero con cierta
movilidad social:

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– La elite dirigente, formada por la nobleza guerrera, en la que se distin-


guen dos estratos:
 Los “jefes” o “señores”, tecuhtli, pl. tetecuhtin. Es un rango adquirido
por mérito entre la nobleza, cuyo número está prefijado en cada mo-
mento, y son designados por el gobernante o tlatoani. Ejercen como
jefes militares principales y cumplen funciones políticas y judiciales,
de manera que casi todos ellos se integran en la administración.
 El cuerpo general de la nobleza, pilli, pl. pipiltin, “hijos” o “infantes”.
Lo forman los descendientes de los tetecuhtin y los de los plebeyos
ennoblecidos por méritos de guerra. El tlatoani elige entre ellos a los
tetecuhtin para cubrir las vacantes, y los más destacados de ellos se
agrupan en órdenes militares (jaguar, águila...).
 Los hijos de los nobles, todos los que tiene la categoría de pipiltin, re-
ciben una educación muy estricta en el calmecac (“hilera de casas”),
donde reciben formación religiosa, política y militar.
 Los plebeyos ennoblecidos por méritos de guerra adquieren el rango
de cuauhpilli, pl. cuauhpipiltin, “nobles águila”, y sus hijos tendrán
desde el nacimiento la condición de pipiltin.
 Los nobles tienen acceso a la propiedad privada individual de la tierra,
tierras que son trabajadas por unos siervos, los mayeque. También es-
tán exentos de tributo. Estas tierras forman parte del teccalli, “casa del
noble”, formado tanto por las tierras como por los servidores de esa
propiedad, siervos llamados mayeques.

– El pueblo, organizado sobre la estructura de los clanes o calpulli (más


bien “comunidad” que “clan”, aunque éste sea su origen). Con el tiempo
el calpulli tiene más carácter local o geográfico, residencial, que de pa-
rentesco (los españoles lo tradujeron inicialmente por “barrios”).
 Reciben el nombre genérico de macehuales (macehualli, pl. ma-
cehualtin), “gentes del común”. Dentro del pueblo distinguimos dos
grandes grupos:
 Los exentos de servicio, que trabajan las tierras comunales del
calpulli y las suyas en usufructo, rinden sus tributos y prestan ser-
vicio militar. Prestan servicios temporales si lo demanda el tlatoa-
ni. A los 52 años quedan exentos de servicio y de tributo.
 Los siervos o mayeque, “manos de la tierra”, asignados al servicio
del taltoani, de los templos o a las tierras de los tetecuhtin, y vin-
culados a esas parcelas como parte del teccalli: si cambia el po-
seedor de la tierra, pasan al servicio del nuevo propietario.
 Un grupo peculiar son los tlamemes, cargadores, encargados del
transporte a hombros de las mercancías. Parece que era un tipo
específico de servidumbre, o quizá una variante de la esclavitud.
 Los hijos de los plebeyos reciben educación en el telpochcalli o “casa
de los jóvenes” a partir de los 15/16 años, fundamentalmente una ins-
trucción militar y una enseñanza religiosa y de buenas costumbres.
Las hijas reciben enseñanzas en el ichpocalli, “casa de las jóvenes”.
 A la cabeza del calpulli está el calpullec, pl. calpulleque, elegido por
los demás miembros del calpulli y exento de servicios y tributos. El
calpullec reparte las tierras del calpulli y se encarga de la asignación

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del tributo, que no es personal sino por calpullis. Las tierras del calpu-
lli son propiedad privada comunal del mismo.
 Dentro del gobierno del calpulli también destaca la figura del teo-
chcautin, alguacil encargado de mantener el orden público.

– Entre los mexicas existen esclavos (tlacohtli, pl. tlacotin), un grupo que
tiene cierta relevancia:
 Los esclavos tienen una doble función, pues son utilizados como
mano de obra y también como ofrenda para el sacrificio.
 En principio, sólo pueden sacrificarse los esclavos de guerra y los es-
clavos de compra.
 Entre los esclavos se distinguen dos grupos claramente diferenciados:
 Por una parte están los propios mexicanos reducidos a esclavitud,
fundamentalmente por deudas o por autoventa, con una regulación
estricta sobre su situación y su venta, en principio vedada. Entre
los esclavos de origen mexicano hay que señalar la peculiaridad
de los esclavos por castigo penal, pues estos pueden ser vendidos.
La esclavitud no es una condición hereditaria.
 Otro caso son los prisioneros de guerra, habitualmente destinados
directamente al sacrificio y que son el objeto a través del cual se
manifiesta el rango y el mérito de los mexicas.

– Un grupo peculiar son los comerciantes o pochtecas, actividad regulada e


intervenida desde los primeros momentos por la administración, pues se
utilizaban sus servicios como espías o como agentes diplomáticos. Con el
tiempo, llegaron a constituir un grupo social aparte, con exenciones y con
acceso a la propiedad privada individual.

H. LA ORGANIZACIÓN POLÍTICA DEL IMPERIO DE TENOCHTITLÁN

 Rasgos generales.

– Como casi todas las civilizaciones antiguas, responde a una estructura tí-
pica del “despotismo oriental”. En el caso de Tenochtitlán, la forma espe-
cífica de ese despotismo es la de una teocracia militarista, que responde
fundamentalmente a un esquema nahua pero que también recoge elemen-
tos de una tradición que les llega desde Teotihuacán.

– El “imperio” azteca no forma un reino o estado unificado, sino que se


configura más bien como un “imperio tributario” en el que las distintas
ciudades y regiones reconocen la autoridad del huey–tlatoani de Tenoch-
titlán y se someten a su soberanía, manteniendo esta capital su estructura
de ciudad–reino o altepetl.

– A lo largo de la historia mexicana el aspecto político–militar adquiere


con el tiempo mayor importancia que el religioso, aunque el huey–
tlatoani sigue revestido de un carácter sacerdotal.

– Con el paso de los años, las estructuras políticas de Tenochtitlán pierden


su carácter “democrático”, de origen guerrero y tribal, y se decantan ha-

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cia un sistema aristocrático y elitista, aunque siempre se mantiene el ca-


rácter de meritocracia.

 Estructura política del altepetl o ciudad–reino nahua/mexica, y de Teno-


chtitlán en particular.

– El gobierno central:
 A la cabeza está el caudillo o tlatoani, pl. tlaloque, “el que habla”, “el
que tienen la palabra”, que es gobernante civil y jefe militar o tlacate-
cuhtli, “jefe de los señores”. El tlatoani de Tenochtitlaá recibe el título
de huey–tlatoani, “el grande que habla”, superior a los demás tlalo-
que; como jefe militar, está consagrado al dios nacional Huitzilopo-
chtli y preside las celebraciones públicas.
 Hay un Consejo llamado tlatocan que asiste al tlatoani. Dentro de este
consejo hay dos grupos o secciones:
 Un tlatocan ejecutivo formado por cuatro personajes, uno por ca-
da tribu originaria de los mexicas, que ejerce el gobierno de la
ciudad y se reúne cada 12 días. Estos tlatoque son:
o El huey–tlatoani, “el grande que habla”, “el gran orador”,
tlatoani principal de la ciudad, jefe militar o tlacatecuhtli y
responsable de la diplomacia y el gobierno del “imperio”
o El cihuacóatl, “mujer serpiente”, encargado del gobierno in-
terno de Tenochtitlán, que dirige el sacerdocio y los templos.
o Y otros dos tlatoque que son las dos máximas autoridades
religiosas de la ciudad, Quetzalcóatl–Totec–tlamacazqui y
Quetzalcóatl–Tlaloc–tlamacazqui, sumos sacerdotes de los
dos cultos oficiales de la ciudad, el primero del dios guerrero
Huitzilopochtli y el segundo del dios de la lluvia. Estos dos
cultos representan la fusión de las creencias mexicas y pre-
nahuas, y comparten el Templo Mayor de Tenochtitlán.
 La otra parte del tlatocan tiene el carácter de Consejo asesor o
consultivo, formado por los calpulleque y los tetecuhtin. Este
“consejo amplio” se reúne cada 80 días, y es también quien elige
al sucesor del huey–tlatoani.
 El gobierno y la administración se organizan en torno a la institución
palacial. Dentro del palacio destacan una serie de secciones:
 El Teccalco o sala de justicia, dependiente del cihuacóatl y donde
se reúnen los jueces, cargo llamado tecuhtlatlo, pl. tecuhtlatoque,
y reservado a algunos tetecuhtin.
 El Petlacalco o sala de economía y hacienda. Está gobernado por
el huey–calpixqui, “gran guardián de la casa”, y aparte de la ad-
ministración del palacio y del reino centraliza la recaudación de
los tributos. De esta tarea se encargan unos funcionarios llamados
calpixqui, pl. calpixque, “guardianes de la casa”, que rinden cuen-
tas en una sección del Petlacalco llamada Calpixcacalli, “casa de
los calpixque”.
 El Cuicacalli, “casa de los cantos” o sala de la guerra, dependien-
te del huey–tlatoani en su función de tlacatecuhtli. En su organi-
grama destaca la figura del tlacochcalcatl, “jefe de la casa de los

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dardos”, alto funcionario encargado del arsenal y de la moviliza-


ción de los guerreros cuando es necesario.
 Es muy importante el papel que en esta estructura ejercían los escri-
bas, que configuran un cuerpo de funcionarios reclutado entre la no-
bleza y que reciben el nombre de tlacuilo, “pintor de palabras”, pl.
tlacuiloque.

– Administración local:
 El territorio de la ciudad o altepetl se divide en los calpullis, primero
clanes de parentesco y luego demarcaciones residenciales o barrios,
gobernados como ya se ha dicho.
 Las ciudades o provincias sometidas y tributarias de Tenochtitlán,
llamadas tlatocayotl, que llegaron a ser 38, tienen plena autonomía pa-
ra su gobierno interno y mantienen sus propias instituciones. Cada una
de esas comarcas está al mando de un tlatoani (de ahí su nombre) o
gobernador local, designado por el huey–tlatoani, apoyado en cada te-
rritorio por una guarnición mexica. La misión de estos tlatoque pro-
vinciales es garantizar el orden y velar por el pago del tributo.

– Hay una estructura militar permanente, propia de una sociedad guerrera y


de un imperio formado y mantenido por la fuerza de sus guerreros.
 La cabeza es el huey–tlatoani, en su función de tlacatecuhtli, apoyado
por los tetecuhtin, que ejercen las funciones de “generales” o “coman-
dantes” del ejército.
 Los nobles o pipiltin ejercen como capitanes de las unidades en las
que se encuadran los macehuales para la guerra.
 También se agrupan en unidades de elite que forman órdenes milita-
res, muy importantes en la sociedad y el ejército azteca. Las más im-
portantes de estas órdenes son la de los “guerreros águila” y la de los
“guerreros jaguar”, y hay otras menos conocidas como la de los “gue-
rreros flecha”.
 Los guerreros que destacan en combate reciben la denominación ho-
norífica de quachic, “rapado”; los macehuales que destacaban, eran
ennoblecidos y recibían el título de cuauhpilli, como ya ha dicho.
 El mérito a través del cual un guerrero mostraba su valor y ascendía
militar y socialmente era la captura de prisioneros para el sacrificio.
Dependiendo del número y la calidad de esos prisioneros (los más va-
liosos eran los de Huexozingo, Tlaxcala y Atlixco), el mérito era ma-
yor, y la recompensa también.
 La necesidad de mantener un suministro permanente de prisioneros
para el sacrificio fue el origen de las “Guerras Floridas” (así llamadas
por la herida del pecho en el sacrificio, “flor de los dioses”) o Xo-
chiyaóyotl, enfrentamientos pactados con las ciudades rivales de
Huexozingo y Tlaxcala para conseguir mutuamente prisioneros.

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I. LA ECONOMÍA DE LOS MEXICAS

 Rasgos generales.

– Se trata de una economía de base fundamentalmente agrícola, centraliza-


da y dirigida al servicio del centro neurálgico del “imperio”, la ciudad de
Tenochtitlán, y al sostenimiento de la elite guerrera.

– El núcleo fundamental del sostenimiento y la riqueza de Tenochtitlán está


en el tributo de las ciudades y regiones sometidas o tlatocayotl.

– Es muy importante la tributación en trabajo de los campesinos, que se de-


riva en dos grandes líneas (aparte de la explotación de las tierras para el
sustento de la elite):
 Obras públicas para la producción: roza, obras hidráulicas...
 Construcción y mantenimiento de los centros ceremoniales.

– Entre los mexicas existe la idea de propiedad privada, aunque distinguen


entre propiedad individual y propiedad colectiva.

 La producción agropecuaria.

– La agricultura es la actividad fundamental, sobre la que se asienta la ri-


queza de las ciudades mexicanas y que ocupa a la mayor cantidad de po-
blación.
 Se dedica sobre todo a la producción de alimentos: maíz, calabaza y
fríjol, que se complementa con frutas, tomate...
 Es importante el cultivo de materias primas, dedicados a la artesanía y
al comercio: algodón, maguey...
 Desarrollan un sistema de cultivo en las zonas lacustres, la chinampa,
que permite aumentar las tierras disponibles.

– La propiedad de la tierra presenta diferentes esquemas:


 La propiedad privada individual está reservada a la elite guerrera y a
los templos y el palacio.
 La propiedad de las tierras de los macehuales es propiedad comunal
del calpulli, distribuida en usufructo entre sus miembros.

– La ganadería es casi inexistente, apenas limitada a la cría de animales


domésticos como el pavo o el conejo.

– Se complementa con la caza, muy importante (aves, venado), y también


con la pesca en los lagos.

 La artesanía.

– Es una actividad que sigue el esquema de lo que se conoce como “eco-


nomía palacial”.

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– Hay una distinción entre dos grandes parcelas dentro del sector:
 Una artesanía dedicada al consumo doméstico y la fabricación de úti-
les de trabajo: textil (algodón), cerámica, esteras y cordelería, instru-
mentos de obsidiana...
 Una artesanía al servicio de la elite, vinculada a los teccalli y al pala-
cio del tlatoani:
 Artesanía suntuaria y para el ritual.
 Productos para el comercio de larga distancia.
 Fabricación de armas y equipamiento para la guerra.

 El comercio.

– Es una actividad que ya tenía una larga tradición en Mesoamérica, y que


en México se convirtió en un aspecto fundamental de expansión econó-
mica desde los tiempos de Teotihuacán.

– Aparte del comercio local, de abastecimiento básico, el sector más impor-


tante es el comercio de larga distancia, siguiendo rutas que se remontan
hasta la época de los olmecas.

– Quienes se dedicaban a ese comercio de larga distancia adquieren una


importancia progresiva paralela a la expansión de Tenochtitla, hasta aca-
bar convirtiéndose en un grupo social propio y privilegiado, los pochteca.

– Es un comercio que se desarrolla mediante la organización de expedicio-


nes comerciales y que se efectúa a través del trueque. El valor de los pro-
ductos se calcula con referencia al cacao a determinadas piezas textiles,
las mantas llamadas quachtli.

– En ese comercio de larga distancia se trafica fundamentalmente con sal,


cacao y productos suntuarios.

 El tributo.

– El tributo es la principal obligación de las ciudades y territorios someti-


dos a los mexicas, y constituye la base fundamental del despegue econó-
mico de Tenochtitlán. No es un tributo personal, sino colectivo.

– Ese tributo suele estar formado por varios elementos:


 Pago en especies, que incluye tanto productos de la propia zona como
otros, lo que obliga al comercio entre las regiones.
 Tributo en servicio, más importante cuanto más cerca esté el territorio
de la capital.
 Personas destinadas a los sacrificios humanos, tributo que adquiere
habitualmente un carácter punitivo.

– El tributo es destinado directamente por los tlaloque de las ciudades y re-


giones al huey tlatoani de Tenochtitlán, quien organiza su redistribución
desde el palacio para:

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 Sostenimiento del palacio y la corte, retribuciones a los funcionarios,


gastos de diplomacia, pago a los artesanos, etc.
 Gastos militares.
 Usos religiosos.
 Obras públicas.
 Comercio estatal de larga distancia.

– Hay un cuerpo de funcionarios que tienen como función específica la or-


ganización y recaudación de ese tributo, los calpixque.

J. LA RELIGIÓN DE LOS ANTIGUOS MEXICANOS

 Rasgos generales.

– La religión es el aglutinador social por excelencia de la vida cotidiana en-


tre los aztecas (como en todas las civilizaciones antiguas, por otra parte).

– La religión azteca recoge los rasgos generales de religiosidad que son


comunes a toda el área mesoamericana (ver en el tema anterior).

– Nuestro conocimiento de la religión azteca es bastante amplio, pues con-


tamos tanto con textos nahuas, algunos anteriores a la Conquista y otros
posteriores a ella, como con las descripciones hechas por españoles, fun-
damentalmente misioneros.

– La religión azteca tiene dos componentes fundamentales:


 La tradición autóctona del Valle de México, heredada desde Teotihua-
can, procedente de los periodos Formativo y Clásico –con los elemen-
tos compartidos con otras culturas mesoamericanas–.
 La aportación nahua propia del periodo Postclásico, iniciada con los
toltecas y acentuada con la tradición propia de los mexicas.

– Es fundamentalmente una religión guerrera y marcada por el ceremonial


del sacrificio, que mantiene ese rasgo común con otras religiones me-
soamericanas de “astronomía astrológica politeísta”.

– Por otra parte, sus concepciones religiosas se corresponden directamente


con sus concepciones sociales, especialmente en lo referente a la guerra y
a la meritocracia.

 Cosmogonía y cosmología aztecas.

– Cosmogonía:
 Según una tradición común a los pueblos nahuas, el mundo y los dio-
ses proceden de una creación progresiva:
 De una divinidad superior, Tloque–Nahuoque, surgieron unos dio-
ses superiores y creadores, Ometecuhtli y Omecacíhuatl, “señor y
señora de la dualidad”, Tonatiuh, el Sol, y Tonacatecuhtli y Tona-
cacíhuatl, “señor y señora de la subsistencia”.

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 Tonacatecuhtli y Tonacacíhuatl, engendraron cuatro hijos, de los


que se deriva el resto de la creación: Tezcatlipoca Rojo, Tezcatli-
poca Negro, Quetzalcóatl y Huitzilopochtli (este último, dios na-
cional de los mexicas).
 Quetzalcóatl y Huitzilopochtli crearon después a los demás dio-
ses; crearon los cielos, el mundo y los inframundos; y crearon la
primera pareja de seres humanos, de la que proceden los hombres:
Cipactonal y su mujer Oxomoco.
 Después los dioses se reunieron en Teotihuacán para crear el sol.
Se ofrecen para ello Tecuzizctecatl (“señor de los caracoles”) y
Nanahuatzin (“bubosillo”), luego la luna y el sol respectivamente.
Los dioses se sacrificaron para que el sol se moviera, y desde en-
tonces hay que alimentarlo con sangre para que sobreviva.
 Una vez creado el universo, los dioses Tezcatlipoca y Quetzal-
cóatl pelearon entre sí por identificarse con el Sol, dando lugar a
las distintas épocas.
 Según los aztecas, el mundo ha pasado por 5 creaciones o soles, hasta
llegar a la época actual. Cada Sol ha estado dominado, alternativa-
mente, por los dioses Tezcatlipoca y Quetzalcóatl:
 El 1º Sol, gobernado por Tezcatlipoca, es la época de los gigantes,
y que terminó con su destrucción a garras de los jaguares.
 El 2º Sol, gobernado por Quetzalcóatl, que terminó con la des-
trucción de l mundo por un huracán y la transformación de los
hombres en monos.
 El 3º Sol, en el que Tezcatlipoca impuso como gobernante a Tla-
loc, terminó con una lluvia de fuego y la transformación de los
hombres en aves.
 El 4º Sol, en el que Quetzalcóatl impuso como gobernante a
Chalchiutlicúe, una diosa del agua, que terminó con un diluvio y
la transformación de los hombres en peces.
 El 5º Sol, la era actual, en el que Tezcatlipoca ha impuesto a To-
natiuh/Huitzilopochtli como gobernante, donde los hombres ali-
mentan al sol con la sangre del sacrificio y el mundo terminará
destruido por un gran terremoto. En esta era, Tezcatlipoca y Quet-
zalcóatl decidieron colaborar en la creación del mundo, formando
el sol y los hombres, protegidos por Quetzalcóatl.

– Cosmología:
 La vida en la tierra está marcada por esta serie de ciclos o soles,
creencia común con las demás culturas mesoamericanas. Posiblemen-
te esa sea la base del culto calendárico.
 El Universo se organiza en tres niveles, conectados entre sí por el cen-
tro, donde se halla el hogar o fuego que alumbra el universo:
 El mundo celestial, morada de los dioses, dividido en trece estan-
cias o niveles, gobernado por los dioses creadores.
 El mundo terrenal, habitado por los hombres, condicionado por la
pelea entre los dioses y el enfrentamiento entre Tezcatlipoca y
Quetzalcótatl y la participación de Huitzilopochtli en esa lucha.

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 El inframundo, Mictlan, relacionado con la noche y la muerte, di-


vidido también en nueve estancias o niveles, gobernado en con-
junto por Mictlantecuhtli y Mictecacíhuatl.
 El mundo celestial y el mundo terrenal están marcados pos los cuatro
puntos cardinales, que se asocian a cuatro colores respectivos, cada
uno asociados a una divinidad:
 Este → rojo → Tlaloc → dios de la lluvia.
 Oeste → negro → Quetzalcóatl → dios civilizador.
 Norte → blanco → Mictlantecuhtli → dios de los muertos.
 Sur → amarillo → Xipe–Totec → dios de la fertilidad.
 Centro → verde → Huhuetéotl → dios del fuego viejo.
 Por otra parte, como hemos dicho, sus concepciones religiosas se co-
rresponden directamente con las concepciones sobre la vida en la Tie-
rra propias de los mexicas: la guerra y la meritocracia. La guerra se
entiende como transposición terrenal del conflicto entre los dioses
(primero, la lucha entre Quetzalcóatl y Tezcatlipoca, y otras luchas
entre dioses después), y la meritocracia social es un reflejo de la dife-
rencia en el comportamiento de los dioses (como recoge el mito de la
creación del Sol)

 El panteón mexicano.

– Se trata de un politeísmo de base naturalista, centrado en dioses celestia-


les y astrales, dioses agrícolas y de la fertilidad, dioses del inframundo
(los tres niveles del universo antes citados), y dioses ctónico–totémicos.

– Es un panteón mezcla de dioses comunes mesoamericanos, y dioses


nahuas, éstos últimos de origen tolteca y mexica.

– Cada nivel o estancia de los cielos y del inframundo tiene su propio dios
principal, que rige en él.

– Muchos dioses presentan cuatro advocaciones, en función de los cuatro


puntos cardinales y los cuatro colores (Tezcatlipoca, p.e.), y otros, sobre
todo los señores del cielo y el inframundo, presentan un carácter dual
masculino–femenino (Tonacatechuhtli–Tonacacíhuatl, Mictlantecuhtli–
Mictecacíchuatl...).

– Dioses principales del panteón mexica:


 Dioses creadores:
 Tloque–nahuaque, supremo creador.
 Tonacatecuhtli y Tonacacíhuatl, “señor y señora de la subsisten-
cia”, padres de los cuatro dioses creadores del mundo, Tezcatlipo-
ca Rojo, Tezcatlipoca Negro, Quetzalcóatl y Huitzilopochtli.
 Ometeotl u Ometecuhtli y Omecíhuatl u Omecacíhuatl, “señor y
señora de la dualidad”, dioses originarios de aquellos que inter-
vienen en el destino de los hombres.

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 Dioses “mayores”:
 Huitzilopochtli, “colibrí hechicero”, señor de la guerra y del día,
vinculado al Sol y asociado a Tonatiuh, patrón de los guerreros
águila. Dios nacional del pueblo mexica.
 Tezcatlipoca, “espejo humeante”, señor de la noche, vinculado a
la Luna y asociado a Metztli, patrón de los guerreros jaguar. Divi-
nidad de origen tolteca.
 Quetzalcóatl, “serpiente emplumada” o “pájaro serpiente”, dios de
la sabiduría, civilizador y protector de los hombres, vinculado a
Venus y asociado a Ehecatl, dios del viento, y a Tezcatlipoca
blanco. Divinidad de origen teotihuacano–tolteca.
 Dioses de la fertilidad y el sustento, de carácter naturalista y agrícola:
 Tlaloc, dios de la lluvia, de origen teotihuacano.
 Xipe–Totec, “el desollado”, dios de la fertilidad, vinculado fun-
damentalmente con la agricultura y el maíz.
 Dioses y diosas del maíz y la agricultura, como Cintéotl, dios del
maíz, y su esposa Xochiquetzal, diosa de las flores, o Coatlicúe,
“falda de serpientes”, diosa de la Tierra y la primavera, madre de
Huitzilopochtli.
 Dioses celestes y del fuego, relacionados con el calendario:
 Tonatiuh, dios del Sol, vinculado a Huitzilopochtli y a Tezcatlipo-
ca por los sacrificios.
 Metztli, dios de la luna, asociado en ocasiones a Tezcatlipoca.
 Huehuetéotl, “señor del fuego viejo”, asociado a Xiuhtecuhtli,
“señor del año”, ambos relacionados con el calendario.
 Dioses de la muerte, encabezados por Mictlantecuhtli y su esposa
Mictecacíhuatl, dioses de la muerte y señores del inframundo.

 Rituales mexicanos.

– Las “ciudad compacta” mexicana se articula alrededor del centro cere-


monial donde se concentran los lugares de culto, principalmente las pi-
rámides y templos o cúes y se celebran los rituales en torno a una gran
plaza como en Tula o Tenochtitlán, a diferencia de la gran avenida como
Teotihuacán.

– El calendario:
 La existencia de un calendario formado por dos años, uno solar y otro
ritual, que se combinan entre sí, es un rasgo común en las culturas me-
soamericanas.
 Estos dos años son los siguientes:
 El año ritual o tonalpohualli, que tiene 260 días agrupados en 20
semanas de 13 días, de carácter adivinatorio.
 El año solar o xihuitl, que tiene 360 días agrupados en 18 meses
de 20 días más 5 días nefastos (nemonteni).
 El año solar es el que regula las grandes fiestas, de las que hay una
importante en cada mes. Hay tres tipos de estas grandes fiestas:
 Fiestas de los dioses celestes.
 Fiestas de los dioses vitales (agua, lluvia, sustento).
 Fiestas de los dioses de la Tierra, el fuego y el inframundo.

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 Los aztecas registran una sola cuenta del tiempo, combinando el to-
nalpohualli con el xihuitl hasta que el día de inicio de ambos años
coincide de nuevo. Son 18.980 días, 73 años tonalpohualli y 52 años
xihuil, y recibe el nombre de xihumopilli, “gavilla de años”.

– Los sacrificios:
 Aunque existían sacrificios humanos desde los orígenes, fundamen-
talmente de carácter propiciatorio, purificador o en consagraciones y
fiestas extraordinarias, con los nahuas alcanzan su máxima difusión,
pues adquieren el carácter cosmológico de alimentar al sol con la san-
gre y los corazones de las víctimas. Además, como pueblo guerrero
entienden la guerra como el instrumento a través del cual los hombres
procuran la conservación del universo y los dioses, consiguiendo pri-
sioneros. Los sacrificios más comunes son al Sol y al fuego, a la llu-
via–Tlaloc, y a Xipe Totec–fertilidad, y el sacrificio guerrero. La for-
ma de ejecutar el sacrificio guarda relación directa con el culto con-
creto que se realiza; p.e., el sacrificio gladiatorio.
 Aparte de los sacrificios humanos señalados por el calendario (cada
mes hay uno específico, más otras fiestas concretas y las ceremonias
del “fuego nuevo”), el sacrificio humano se convierte en la ofrenda
por excelencia de los mexicas. Por ejemplo, en los ritos de iniciación
y de paso, o en las ceremonias propiciatorias y de agradecimiento.
 Hay también sacrificios de automutilación, a cargo de los sacerdotes o
de los oferentes, haciéndose heridas en todas las extremidades del
cuerpo: lengua, nariz y orejas, brazos y piernas, y pene.

– Es muy importante el culto a los muertos y los rituales adivinatorios, es-


tos últimos relacionados directamente con el culto calendárico.

– El juego de pelota o tlachtli es un ritual muy importante de carácter cos-


mogónico–cosmológico, para los aztecas relacionado con los movimien-
tos celestes, heredado de la tradición antigua.

– Otro ritual importante es la versión mexicana de la “danza de los volado-


res”, de carácter calendárico en relación con el xihumopilli, la “gavilla de
años”: participan 4 “voladores” que dan 13 vueltas –el número de días–,
lo que suma 52 vueltas –los años de una “gavilla”–.

 El clero mexica.

– La estructura del clero “estatal” u oficial es paralela a la estructura políti-


ca y social de los mexicas.

– El rey tiene carácter sacerdotal únicamente en relación con el culto de


Huitzilopochtli; aunque importante, no ejerce directamente salvo presi-
diendo las ceremonias públicas de carácter guerrero. Hay dos sumos sa-
cerdotes, que son también tlaloque, que son las máximas autoridades re-
ligiosas y dirigen los cultos “estatales”:
 Quetzalcóatl–Tlaloc–tlamacazqui, sumo sacerdote de Tlaloc, dios de
la lluvia.

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 Quetzalcóatl–Totec–tlamacazqui, sumo sacerdote de Huitzliopochtli,


dios nacional mexica.
 Estos dos cultos “estatales” representan a su vez la fusión de las dos
tradiciones religiosas de Tenochtitlán, la tradición mexicana represen-
tada por Huitzilopochtli y la tradición indígena autóctona representada
por Tlaloc.

– En segundo lugar está el mexicatl teohuatzin, “reverendo sacerdote mexi-


cano”, encargado del ceremonial público y que controla a los clérigos,
castigando a los sacerdotes pecadores. Cuenta con 2 ayudantes que diri-
gen la educación en el calmecac, el huitzahuac teohuatzin y el teopan
teohuatzin.

– En un tercer escalón está el clero “ordinario”, formado por:


 Los tlenamacac, los sacerdotes responsables de los templos, superio-
res del culto de cada divinidad.
 Los tlamacazqui, los sacerdotes comunes, que ejercen de ayudantes de
los anteriores.
 Los tlamacazton, los novicios, cuya formación dura 5 años.
 Las cihuatlamacazqui, mujeres consagradas al culto y al manteni-
miento de los templos.

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7. EL ÁREA CULTURAL PERUANA Y EL IMPERIO INCA

SUMARIO DEL TEMA


7.I – EL PERÚ PREINCAICO
A. Introducción y características generales.
B. Geografía y etnografía del antiguo Perú.
C. El origen de la civilización en el área peruana: las culturas del
periodo formativo.
D. Las civilizaciones peruanas del periodo clásico.
7.II – EL PERÚ POSTCLÁSICO: EL IMPERIO INCAICO
E. Desarrollo histórico del pueblo “inca”.
F. La sociedad quechua.
G. La organización política del incario.
H. La estructura económica de los quechuas.
I. La religión incaica.

7.I – EL PERÚ PREINCAICO

A. INTRODUCCIÓN Y CARACTERÍSTICAS GENERALES

 Condicionantes para el conocimiento de las civilizaciones peruanas.

– La ausencia de escritura en el área peruana.

– La destrucción o reinterpretación incaica del pasado peruano: una “me-


moria histórica” reelaborada al servicio del incario.

 Diversidad e interrelación de las civilizaciones peruanas.

– Existen diferencias importantes entre las civilizaciones preincaicas, fun-


damentalmente por su diversidad étnica y geográfica.

– Paralelamente a esas diferencias regionales, hay una interrelación entre


ellas por la influencia de la cultura de Chavín como “cultura madre” y
por la existencia de una red de comunicaciones permanente desde el pe-
riodo formativo.

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 Situación del Perú a la llegada de los españoles.

– Un territorio unificado por el dominio de los “Inkas”.

– Un reino en guerra civil, en el que los conflictos político–dinásticos se


mezclan con aspectos étnico–regionales.

B. GEOGRAFÍA Y ETNOGRAFÍA DEL ANTIGUO PERÚ

 El espacio geográfico.

– El Área Peruana es una extensa región de unos 900.000 km².

– Tres regiones naturales:


 Costa.
 Sierra.
 Selva (“ceja de montaña”).

– Es una región ecuatorial–tropical con el clima sustancialmente modifica-


do por dos factores:
 La corriente de Humboldt.
 La altitud de los Andes.

– Es una región rica en recursos, condicionada por el relieve, formando lo


que se conoce como un sistema de “economía vertical”:
 Recursos agropecuarios:
 Hay gran cantidad de especies vegetales. Destacan el maíz en la
costa y sobre todo la patata (preparada como chuño) en la sierra,
complementados con frutas y alubias. Cultivos en andenes para
aumentar el rendimiento (de ahí el nombre de la cordillera).
 Es muy importante la presencia de ganado camélido (alpaca, gua-
naco y llama), que proporciona tanto lana y carne como fuerza de
trabajo (transporte) y fertilizante natural (estiércol).
 Los recursos cárnicos proceden fundamentalmente de la cría del
conejo de indias (cuy) y en menor medida de los camélidos y, al
sur, del ñandú.
 La pesca es muy importante, tanto en los ríos como en el mar, pero
especialmente en la costa, por la influencia de la corriente de
Humboldt (el banco pesquero peruano).
 Recursos materiales:
 Hay yacimientos de obsidiana y de otros materiales de piedra.
 Hay una gran disposición inicial de madera en las regiones monta-
ñosas, y escasez en la costa.
 Hay un mínimo desarrollo de la metalurgia del bronce.

 Las etnias peruanas más importantes.

– Los quitus del norte;

– Los quechuas en los Andes centrales;

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– Los aimaraes en el altiplano.

 El Incario como aglutinador de las culturas peruanas.

– Los quechuas, en su expansión, absorben todas las culturas y tradiciones


del Área Peruana.

– La política de los quechuas es de homogeneización político–cultural, so-


bre la imposición de su cultura. Una especie de “limpieza étnica”.

C. EL ORIGEN DE LA CIVILIZACIÓN EN EL ÁREA PERUANA: LAS


CULTURAS DEL PERIODO FORMATIVO

 Rasgos generales.

– El espacio geográfico:
 El desierto costero y los “oasis fluviales” del litoral.
 Los valles de las sierras andinas.
 La conexión entre “nichos ecológicos” y las redes de comunicación.

– La diversidad de grupos étnicos.

 Los primeros núcleos formativos.

– La influencia de las culturas de Chorrera y Valdivia en la costa norte.

– Los “oasis fluviales” en la costa central. El complejo Caral–Supe y las


localidades aledañas (±3.000 a.C.–±1.500 a.C.).

 La cultura Chavín (1.200 a.C.–300 a.C.).

– Chavín de Huantar, en el Callejón de Conchucos, constituye un nudo de


comunicación de casi toda el área peruana.

– Es la primera civilización “panperuana”, una especie de “cultura madre”.

– Hegemonía cultural por su preeminencia religiosa.


 Hace un sincretismo entre creencias de la costa, la sierra y la selva.
 Se convierte en un centro de peregrinación interregional.
 Lo gobierna un “curacato sacerdotal”.

– Influencia en toda la costa y parte del interior. Chavín se convierte en un


centro de intercambios económicos y culturales.

– Apogeo entre 800–300 a.C.

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D. LAS CIVILIZACIONES PERUANAS DEL PERIODO CLÁSICO

 Las civilizaciones de la costa norte.

– Moche (100–700), valle de Moche –Trujillo– (Moche/Huari, s.VI–s.X).

– Chimú (s.XI–s.XV).

 Las civilizaciones de la costa sur.

– Paracas (s.IV a.C.–s.V d.C.).

– Nazca (s.V–s.XV).

 Las civilizaciones de la sierra.

– Tiahuanaco (100–1.200), segunda cultura “panperuana”.


 Estado expansivo centralizado en la ciudad como capital política y
centro ceremonial.
 Apogeo entre 500–900.
 Desaparición por crisis agrícola hacia 1.100.

– Huari (600–1.100), ciudad del valle de Ayacucho (Andes centrales).


 Cultura influenciada por Tiahuanaco o continuadora de ésta.
 Expansionismo militar.
 Influencia importante en las culturas de la costa (chimú y nazca).

– “Época de los pequeños reinos” (s.XII–XV) → etapa de disgregación y


reinos regionales: Chimú (Chan–Chan), Ica (nazca), Chancay, Huari…

7.II – EL PERÚ POSTCLÁSICO: EL IMPERIO INCAICO

E. DESARROLLO HISTÓRICO DEL PUEBLO “INCA”

 Los orígenes de los “incas” o quechuas (s.XII–s.XIII).

– Proceden de pueblos pastores quechuas del lago Titicaca.

– Conquista y unificación de collas, chancas, lupacas y quechuas a manos


de los curacas quechuas del Cuzco.

– Rivalidad fundamental entre quechuas y chancas.

– El Tahuantinsuyu, “las cuatro regiones”, territorio del imperio inca.

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 La Capaccuna (“lista real”), dinastía de los inkas.

– Los primeros 8 inkas, gobernantes legendarios.


 Manco–Capac (“glorioso”, “poderoso”), mítico rey fundador.
 Sinchi (“valiente”) Roca I, segundo Inka, iniciador de la expansión
hacia el Collasuyu.
 Lloque–Yupanqui; conquista de los collas y lupacas (lago Titicaca).
 Mayta–Capac.
 Capac–Yupanqui; conquistas y alianzas con otros pueblos; la lucha
con los chancas.
 Inka Roca II, primero en titularse Inka (“señor”, “soberano”).
 Yahuar–Huacac.
 Hatún–Tupac, Inka Viracocha; culmina la divinización; derrota de los
chancas (región de Cuzco).

– Los inkas “históricos” (1438–1532):


 Titu–Manco–Capac, Pachachutec (o Pachacuti, “el innovador”),
1438–1471. Culmina la conquista de los Andes centrales.
 Túpac–Yupanqui, 1471–1493. Expansión fuera de los Andes: la costa,
Quito, el altiplano, el sur –río Maule– y la selva oriental.
 Titu–Cusi–Huallpa, Huayna–Capac (“joven jefe”), 1493–1527. Con-
quista el reino de Quito a las órdenes de su padre; máxima expansión.
 Huáskar, 1527–1532. Rey legítimo en Cuzco; su hermano Atahualpa,
príncipe de Quito. Guerra civil y conquista española.

 La formación del imperio incaico (s.XIV–XV).

– Control por los quechuas de la zona de Cuzco.

– Núcleo inicial: región de Cuzco y lago Titicaca.

– Competencia con collas, lupacas y chancas.

 La expansión del Tahuantinsuyu (s.XV–s.XVI).

– Las campañas conquistadoras de los Inkas “históricos”.

– Expansión fuera de los Andes:


 La costa (O);
 Quito (N);
 El altiplano y la selva oriental(E);
 Chile y Argentina –hasta el río Maule– (S)

F. LA SOCIEDAD QUECHUA

 Las bases de la sociedad quechua: la etnia y el linaje racial.

– Es una sociedad articulada sobre criterios étnicos y de sangre, basada en


el linaje y con la pureza de ese linaje como eje fundamental de la organi-

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zación y las relaciones sociales.


 La aristocracia y los curacas practican la poligamia, pero el pueblo
llano está obligado a la monogamia. El origen de ese privilegio de la
poligamia está en el establecimiento de alianzas reforzadas por el pa-
rentesco.
 La organización social y política gira alrededor de su relación con el
Cuzco: todo el incario se concibe como una irradiación del Cuzco. In-
cluso en la religión.
 Los hijos de la nobleza y de los ayllus del Cuzco se educan en un cen-
tro especializado, el Yachay Huasi, donde se forma también a los cu-
racas y funcionarios.

– Estructura del ayllu, el linaje de origen étnico:


 Collana, linaje de los conquistadores quechuas, jefes del ayllu.
 Coyao, población sometida de origen no inca.
 Payan, linajes mestizos, por debajo de los collana.
 Cada ayllu es gobernado por un curaca o cacique.

 La estructura social incaica.

– La Panaca Real: el Inka y su esposa principal, la Coya, y los hijos de


ambos, forman el linaje dinástico. Practican el matrimonio adelfogámico
como mecanismo para mantener la pureza del linaje divino.

– Los orejones, aristocracia quechua, hijos del Inka con sus concubinas o
ñustas, y los linajes subsiguientes, organizados en linajes llamados pana-
cas. Las panacas son linajes de origen real, que fueron reorganizados y
regulados por Pachacuti, quien estableció las panacas del Cuzco que en-
contraron los españoles. Existen dos grupos de personas en cada panaca:
 Los auquicuna, parientes cercanos.
 Los incacuna, resto de la nobleza.

– El pueblo, formado por dos grupos: los yanacuna, siervos de los señores,
y los hatunruna, campesinos.

– Los mitmacuna o mitimaes, “desplazados”, población trasladada a las tie-


rras dispersas del ayllu. También pueden ser colonos y deportados.

– Los ayllus del Cuzco tienen una situación de privilegio frente a la pobla-
ción coyao: están exentos de servicio y pueden acceder al yachayhuasi.

 Organización dual de la sociedad quechua.

– Es un sistema que está presente en todos los aspectos y niveles de la so-


ciedad de los quechuas, y es una proyección de la primitiva organización
del Cuco.

– Sistema establecido por Pachacuti, que organizó Cuzco en diez panacas


incas y diez ayllus no incas, asignando cinco a cada parte, formando a su
vez dos mitades de cada mitad (las cuatro partes de Cuzco y del Tahuan-

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tinsuyu; hay autores que dicen que inicialmente había cuatro ayllus).

– Esas dos mitades son:


 Hanan, “lo que está arriba”, la mitad superior;
 Hurin, “lo que está abajo”, la mitad inferior.

G. LA ORGANIZACIÓN POLÍTICA DEL INCARIO

 Rasgos generales.

– El gobierno del incario responde a una estructura típica del “despotismo


oriental”, bajo la autoridad de un Dios–rey, el Inka.

– Todo el territorio y la población son una proyección del Cuzco.

– Sus características más importantes son:


 Una base étnica o racial, el dominio de los quechuas, y su imposición
cultural a todos los pueblos del incario (lengua y culto al Sol).
 Un control militarista.
 Una organización socioeconómica colectivista.
 Una institucionalización totalitaria.

– El historiador Louis Baudin dio pie a la expresión “imperio socialista” o


“socialismo militarista” para definir el gobierno de los incas.

 La estructura del gobierno de los Inkas.

– La cabeza del Tahuantinsuyu es la dinastía divina: el Inka, “señor, “sobe-


rano”, Sapay “principal” y Sinchi “jefe militar”, dios–rey hijo del Sol
(adelfogamia). Es gobernante, juez, jefe militar y cabeza del culto al Sol.

– El heredero, Auqui, era elegido por el Inka entre sus hijos con la Coya.

– El Inka cuenta con un consejo formado por los consejeros de Hanan–


Cuzco y Hurin–Cuzco más los Suyuyoc–Apu, los gobernantes de los cua-
tro suyus o regiones del Tahuantinsuyu:
 Chinchaysuyu → mitad principal de arriba → noroeste de Cuzco.
 Collasuyu → mitad principal de abajo → sureste de Cuzco.
 Antisuyu → mitad inferior de arriba → noreste de Cuzco.
 Cuntisuyu → mitad inferior de abajo → suroeste de Cuzco.
Lo preside el Apu–Suyu en nombre del Inka.

– La administración territorial se configura en torno a los cuatro suyus y a


los ayllus, estos gobernados por un curaca. Cada región está gobernada
por un Capac–Apu o Apunchic, un gobernador regional.

– El suyu es también el nombre del territorio del ayllu:


 Las tierras del ayllu, dispersas en “islas verticales”, forman el suyu.
 El núcleo de la actividad es la llacta, el poblado principal, centro de la

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organización de ambos, suyu y ayllu.

– Una estructura compleja y muy definida de funcionarios o camayoc:


 Quipucamayoc: encargados de los registros.
 Llactacamayoc, encargados del trabajo público.
 Chasquis, mensajeros, organizados en un sistema de postas que cubre
todo el Tahuantinsuyu.

– Todo este sistema estaba controlado por unos funcionarios especiales, los
Tucuy–ricuy (“el que todo lo ve”),unos inspectores de incógnito que de-
pendían exclusivamente del Inka; podían ejercer de jueces y realizaban
los repartos matrimoniales.

 Existe también una organización de la población conforma a un esque-


ma numérico decimal, basado en el huamani, división administrativa y
judicial, gobernado por un funcionario llamado tocricoc.

– 1 huamani = 4 hunus; 1 hunu = 10.000 purej (cabezas de familia); tam-


bién: 100 purej = 1 pachaca; 1 pachaca = 20 placa; 1 placa = 5 purej.

– Cada escalón entre placa y hunu (8), está a cargo de un camayoc.

– El fundamento de este sistema numérico es la movilización de la pobla-


ción: para el trabajo colectivo, para regular y controlar los recursos y la
redistribución, y para la movilización militar.

H. LA ESTRUCTURA ECONÓMICA DE LOS QUECHUAS

 Rasgos generales.

– Se trata de una economía de base andina, con un origen ganadero (llamas


y otros camélidos), agrícola por su expansión a otros territorios.

– Configura lo que llamamos un sistema de “economía vertical” a lo largo


del territorio. Se trata de “islas” o “pisos ecológicos” según los recursos.
Es un sistema originado en las condiciones geográficas y en las redes de
intercambio de origen preincaico.

– Es una economía centralizada. Las tierras son colectivas y se reparten en


usufructo, y las autoridades recaudan la producción y la redistribuyen en
sus distintos niveles. La recaudación de excedentes se recoge en tambos,
almacenes en pueblos y caminos, desde donde se organiza un sistema de
“economía de reciprocidad”, tanto de bienes como de servicios.

 Estructuras de la propiedad y del trabajo.

– La distribución de la tierra:
 Suyu, tierras propiedad del ayllu, dispersas;
 Marka, tierras cultivables del suyu;

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 Tupu, lote de tierra para una pareja;


 Chacra, parcela de cultivo.

– El trabajo colectivo:
 El ayni, trabajo comunitario dentro del suyu que se efectúa en régimen
de reciprocidad.
 El tributo en trabajo:
 Mita, trabajo fuera de la comunidad (obras públicas, caminos, mi-
nas, transporte, artesanía –textil–);
 Minka, trabajo de las tierras del Estado o del Sol (el sostenimiento
de los templos, el clero y el culto).

 Los recursos.

– Los principales productos agrícolas son la patata, el maíz (grano y chi-


cha), la coca, el algodón y la llama (leche, lana).

– Socialmente tienen gran valor la chicha (por su uso ceremonial), la coca


(por su empleo en el trabajo en altura) y el algodón (como forma de pago
en los tributos).

I. LA RELIGIÓN INCAICA

 Rasgos generales.

– Es un politeísmo naturalista y celestial, henoteísta en torno al Sol.

– Es un sincretismo entre las creencias quechuas y las antiguas creencias


preincaicas, asimiladas.

– El Sol (culto quechua) y la Diosa Madre (culto fundamentalmente prein-


caico) son los pilares de su religión.

– El culto al Sol y al Inka tiene carácter de “religión oficial” como legiti-


madora del orden sociopolítico, y es obligatorio.

 Cosmogonía y cosmología incaica.

– Cosmogonía: Viracocha, dios creador. A lo largo de la historia ha habido


dos creaciones:
 1ª creación, la de los gigantes. Desobedecieron a los dioses y fueron
castigados con el diluvio.
 2º creación, la de los hombres y pueblos. Fueron creados en las 3 cue-
vas de Paucarictambo → las cuatro parejas Ayar, con Manco–Capac a
la cabeza.

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– Cosmología del orden: un rasgo esencial de la cosmovisión incaica es la


idea de que existe un orden establecido (pacha) y un responsable de ese
orden en todos los niveles de la existencia.
 En el cielo, Hanan–Pacha, lo rige Inti–Viracocha.
 En la tierra, Kai–Pacha, lo rigen el Inka, el Sol encarnado, dios–rey, y
los quechuas como pueblo elegido, pues son el pueblo del Sol.
 El mundo subterráneo, Ujku–Pacha.

 El panteón incaico.

– Hay un dios principal, Viracocha, dios creador.

– Tríada principal, cosmológica:


 Apu Inti, “Padre Sol”, señor del mundo y padre de los quechuas.
 Mama–Quilla, “Madre Luna”, esposa del sol y guardiana del cielo.
 Chiqui–Illap, dios del trueno, señor de los cielos (dios meteórico).

– Diosas madre, cultos sincréticos de origen preincaico:


 Mama–Cocha, “madre mar”, diosa de la fertilidad y la fecundación
(es una divinidad costera).
 Pacha–Mama, “madre tierra”, diosa de la fertilidad (es una divinidad
de origen andino).
 Yaku–Mama, “madre agua”, diosa de las aguas subterráneas y los to-
rrentes, complemento de Chiqui–Illap.

 Rituales de la antigua religión incaica.

– Las fiestas del culto oficial se reparten según el calendario solar. La más
importante es el Inti Raymi, la fiesta del año nuevo, que se celebra en la
luna nueva del solsticio de verano.

– Es importante el culto preincaico a las huacas, lugares sagrados. Se las


alinea desde Cuzco en los ceques, líneas rectas imaginarias.

– Es muy importante el culto a los ancestros, una forma de divinizar la im-


portancia del linaje. Se rinde culto al malqui, la momia del antepasado.
Este culto es fundamental en el caso de las momias de los Inkas y de la
aristocracia.

– Practican rituales adivinatorios y diversos sacrificios:


 Sacrificios de animales en las fiestas propiciatorias ordinarias (fertili-
dad, cosechas...).
 Sacrificios humanos en las fiestas extraordinarias (coronaciones, con-
sagraciones...). La más importante es la llamado capacocha, sacrificio
de niños, símbolo de pureza, en la coronación del Inka.

 El clero incaico.

– El Inka, encarnación del Dios Sol, es el sumo sacerdote del culto oficial.

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– El clero del Sol tiene una situación preeminente frente a los demás reli-
giosos. Lo forman los amautas, sabios o maestros, encargados también de
la educación de la aristocracia.

– Hay un clero popular de sacerdotes–chamanes, fundamentalmente de ca-


rácter local y relacionado sobre todo con los cultos en las huacas.

– Es muy importante el clero femenino de las acllas, las “vírgenes del Sol”,
al servicio de Inti y del Inka. Reciben su instrucción y viven en el
Acllahuasi a cargo de las mayores, llamadas Mama Cuna. Unas son con-
sagradas al culto del malqui o de Inti y otras son seleccionadas como
concubinas del Inka El Inka puede también destinarlas como esposas y
concubinas de los orejones o en matrimonios de alianzas.

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Área de Historia

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