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Parashá 46 Ékev

Deuteronomio 7:12 – 11:25


Por Dr. K. Blad ©
Aliyás de la Torá:

1. 7:12 – 8:11
2. 8:12 – 9:3
3. 9:4-29
4. 10:1-11
5. 10:12-22
6. 11:1-9
7. 11:10-25
8. Maftir: 11:22-25

Haftará: Isaías 49:14 – 51:3

Ékev

Significa, entre otras muchas cosas: “consecuencia”.

Comentarios

Primera aliyá, 7:12 – 8:11

7:12-16a “Y como consecuencia de que escuchéis estos decretos (mishpatim) y los guardéis y los cumpláis,
HaShem tu Dios guardará su pacto contigo y su misericordia que juró a tus padres. Y te amará, te bendecirá y
te multiplicará; también bendecirá el fruto de tu vientre y el fruto de tu tierra, tu cereal, tu mosto, tu aceite, el
aumento de tu ganado y las crías de tu rebaño en la tierra que Él juró a tus padres que te daría. Bendito serás
más que todos los pueblos; no habrá varón ni hembra estéril en ti, ni en tu ganado. Y HaShem apartará de ti
toda enfermedad; y no pondrá sobre ti ninguna de las enfermedades malignas de Egipto que has conocido, sino
que las pondrá sobre los que te odian. Y destruirás a todos los pueblos que HaShem tu Dios te entregue” (LBLA
revisada) – Estos versículos enseñan que hay condiciones para que HaShem guarde, con los hijos de Israel, el
pacto que juró a sus padres. También hablan de las consecuencias de la fidelidad al pacto. Hay unas
condiciones y unas consecuencias. Las condiciones son las siguientes:

- Oír y obedecer (shamá) los mishpatim (leyes sociales).


- Guardar (shamar) los mishpatim.
- Cumplir (asá) los mishpatim.

Las consecuencias son:

- HaShem guardará su pacto con Israel.


- HaShem guardará su misericordia con Israel.
- HaShem amará a Israel.
- HaShem bendecirá a Israel.
- HaShem multiplicará a Israel.
- HaShem bendecirá los hijos de los israelitas.
- HaShem bendecirá los productos agrícolas de los israelitas.
- HaShem bendecirá la producción de los animales de los israelitas.
- Los israelitas tendrán más bienestar que otros pueblos.
- No habrá esterilidad en los hombres o en los animales israelitas.
- No habrá enfermedad entre los israelitas.
- Las enfermedades alcanzarán los enemigos de Israel.
- Los israelitas tendrán poder para exterminar a las siete naciones.

Las condiciones para obtener los beneficios del pacto en primer lugar tienen que ver con la fidelidad a las leyes
que tienen que ver con el amor al prójimo. La obediencia a los mishpatim, que son las leyes sociales, es una
condición para poder recibir el amor de HaShem. Esto nos enseña que el amor que HaShem muestre a nosotros
está relacionado con el amor que mostremos al prójimo. El mismo principio se encuentra en los Escritos
Mesiánicos, donde vemos que el amor que mostramos hacia el prójimo es un reflejo del amor que tenemos
hacia el Padre, como está escrito en 1 Juan 3:14, 23; 4:8, 12, 20:

“Nosotros sabemos que hemos pasado de muerte a vida porque amamos a los hermanos. El que no ama
permanece en muerte... Y este es su mandamiento: que creamos en el nombre de su Hijo Yeshúa el Mesías, y
nos amemos unos a otros como Él nos ha mandado... El que no ama no conoce a Dios, porque Dios es amor...
Si alguno dice: Yo amo a Dios, y aborrece a su hermano, es un mentiroso; porque el que no ama a su
hermano, a quien ha visto, no puede amar a Dios a quien no ha visto.” (LBLA revisada)

La relación entre nosotros y el prójimo determina nuestra relación con el Padre. Es imposible servir al Eterno sin
amar a los hermanos. Es imposible recibir los beneficios del pacto sin estar bien con los demás.

“Y HaShem apartará de ti toda enfermedad; y no pondrá sobre ti ninguna de las enfermedades malignas de
Egipto que has conocido, sino que las pondrá sobre los que te odian.” – La sanidad divina es una consecuencia
de la obediencia a las leyes sociales, los mishpatim. Si hay una relación armoniosa entre los integrantes del
pacto, tendremos todos los beneficios del pacto, que también incluyen la prosperidad económica, la sanidad
divina y el poder sobre los enemigos, incluso los demonios. Si tenemos relaciones de enemistad entre nosotros,
no podremos hacer frente a los demonios. Si no nos tratamos bien tendremos enfermedades que no van a
sanar, escasez económica y sequía espiritual.

La palabra hebrea que ha sido traducida como “amar” es ahav,[1] que significa: “amar”, “desear”, “querer”,
“enamorarse”, “sentir cariño, afecto y afección”; “sentir pasión”, “gustar”, “ser leal”, “ser adicto”. Hay dos tipos
generales de amor:

o Amor condicional – que ama dependiendo de las actitudes, de la manera de ser o del comportamiento del otro.
Tenemos un ejemplo en las palabras del Maestro en Juan 14:23 donde está escrito:

“Si alguno me ama, guardará mi palabra; y mi Padre lo amará…” (LBLA)

o Amor incondicional – que ama independiente de las actitudes, de la manera de ser o del comportamiento del
otro. Tenemos un ejemplo de ese amor en Deuteronomio 7:7-8 donde está escrito:

“HaShem no os deseó ni os escogió por ser vosotros más numerosos que otro pueblo, pues erais el más
pequeño de todos los pueblos; mas porque HaShem os amó y guardó el juramento que hizo a vuestros padres,
HaShem os sacó con mano fuerte y os redimió de casa de servidumbre, de la mano de Faraón, rey de Egipto”
(LBLA revisada)

Otro ejemplo se encuentra en Romanos 5:6-10 donde está escrito: “Porque Mashíaj, cuando aún
éramos débiles, a su tiempo murió por los impíos. Ciertamente, apenas morirá alguno por un justo; con todo,
pudiera ser que alguno osara morir por el bueno. Mas Dios muestra su amor para con nosotros, en que siendo
aún pecadores, Mashíaj murió por nosotros. Pues mucho más, estando ya justificados en su sangre, por él
seremos salvos de la ira. Porque si siendo enemigos, fuimos reconciliados con Dios por la muerte de su Hijo,
mucho más, estando reconciliados, seremos salvos por su vida.” (LBLA revisada)

En el texto de Devarim, que nos ocupa, vemos que el pacto es condicional, de manera que el pueblo tiene que
cumplir con los mandamientos para mantenerse dentro del pacto. La idolatría rompe el pacto entre el Eterno e
Israel al igual que el adulterio rompe el pacto matrimonial entre los cónyuges. El que comete adulterio quiebra
el pacto matrimonial.

El judío que comete idolatría se sale del pacto y no puede aprovecharse de sus beneficios. En un pacto hay
condiciones para ambas partes.

El pacto que HaShem hizo con Avraham en Génesis 15 es incondicional. Por medio de ese pacto HaShem juró
por su propia existencia. Si Él no cumple sus promesas dadas en ese pacto dejará de ser, lo cual es imposible.
Esa es la razón por la que Él mismo toma la iniciativa para cambiar el corazón del pueblo de Israel para que
guarden sus mandamientos, con el fin de que las promesas dadas en el pacto puedan ser cumplidas, como está
escrito en Ezequiel 36:22-27:

“Por tanto, di a la casa de Israel: "Así dice El Señor HaShem: 'No es por vosotros, casa de Israel, que voy a
actuar, sino por mi santo nombre, que habéis profanado entre las naciones adonde fuisteis. 'Vindicaré la
santidad de mi gran nombre profanado entre las naciones, el cual vosotros habéis profanado en medio de ellas.
Entonces las naciones sabrán que yo soy el HaShem'--declara El Señor HaShem-- 'cuando demuestre mi
santidad entre vosotros a la vista de ellas. 'Porque os tomaré de las naciones, os recogeré de todas las tierras y
os llevaré a vuestra propia tierra. 'Entonces os rociaré con agua limpia y quedaréis limpios; de todas vuestras
inmundicias y de todos vuestros ídolos os limpiaré. 'Además, os daré un corazón nuevo y pondré un espíritu
nuevo dentro de vosotros; quitaré de vuestra carne el corazón de piedra y os daré un corazón de carne.
'Pondré dentro de vosotros mi espíritu y haré que andéis en mis estatutos (jukim), y que guardéis mis
ordenanzas (mishpatim), y los pongáis por obra.” (LBLA revisada)

En Deuteronomio 7:9 está escrito:

“Él guarda el pacto y la bondad con aquellos que le aman y guardan sus mandamientos” (LBLA)

Esto nos enseña que el pacto sinaítico es condicional. Por otro lado, hay una profecía que dice que Israel
seguirá siendo un pueblo mientras existan las leyes naturales, como está escrito en Jeremías 31:35-36:

“Así dice HaShem, el que da el sol para luz del día, y las leyes de la luna y de las estrellas para luz de la noche,
el que agita el mar para que bramen sus olas; HaShem de los ejércitos es su nombre: Si se apartan estas leyes
de mi presencia--declara HaShem-- también la descendencia de Israel dejará de ser nación en mi presencia
para siempre.” (LBLA revisada)

¿Será que Israel no dejará de ser fiel al pacto? Si la existencia de Israel depende de su fidelidad al pacto ¿cómo
puede HaShem prometer que Israel nunca dejará de ser? La respuesta es: por causa del remanente. Lo que
causó que estas promesas pudieran ser establecidas, es la existencia de un remanente fiel, un grupo reducido
dentro de Israel. Siempre ha habido, y siempre habrá, un remanente fiel al pacto. Ese remanente ha sido, y
sigue siendo, la salvación para el resto del pueblo. Sin ese remanente, Israel hubiera sido destruido como
Sedom, según Isaías 1:9 donde está escrito:

“Si HaShem de los ejércitos no nos hubiera dejado algunos sobrevivientes, seríamos como Sedom, y
semejantes a Amorá.” (LBLA revisada)

En Romanos 11:1-6 está escrito: “Digo entonces: ¿Acaso ha desechado Dios a su pueblo? ¡De ningún modo!
Porque yo también soy israelita, descendiente de Avraham, de la tribu de Binyamín. Dios no ha desechado a su
pueblo, al cual conoció con anterioridad. ¿O no sabéis lo que dice la Escritura en el pasaje sobre Eliyahu, cómo
suplica a Dios contra Israel: Señor, HAN DADO MUERTE A TUS PROFETAS, HAN DERRIBADO TUS ALTARES; Y
YO SOLO HE QUEDADO Y ATENTAN CONTRA MI VIDA? Pero, ¿qué le dice la respuesta divina?: Me HE
RESERVADO SIETE MIL HOMBRES QUE NO HAN DOBLADO LA RODILLA A BAAL. Y de la misma manera,
también ha quedado en el tiempo presente un remanente conforme a la elección de la gracia. Pero si es por
gracia, ya no es a base de obras, de otra manera la gracia ya no es gracia.” (LBLA revisada)

El remanente que ha habido, y que todavía hay en Israel, es el que ha hecho que los pactos hayan podido
seguir vigentes y que HaShem pueda cumplir sus promesas de restauración a Israel en los últimos tiempos.

7:18 “no tengas temor de ellas; recuerda bien lo que HaShem tu Dios hizo a Faraón y a todo Egipto” (LBLA
revisada) – Esta parashá habla de cinco cosas para recordar:

1. Recordar los milagros de la salvación que experimentaste, 7:18.


2. Recordar todo el camino por donde pasaste, 8:2.
3. Recordar de donde saliste, 8:14.
4. Recordar a HaShem, 8:18.
5. Recordar lo que eras, 9:7.
Estos recuerdos nos ayudan a no caer en el pecado y a tener gratitud al Eterno y alabarle todos los días de
nuestras vidas.

“no tengas temor de ellas; recuerda bien lo que HaShem tu Dios hizo…” – ¿Cuál es el antídoto contra el temor?
Recordar la revelación del poder del Eterno y confiar en Su presencia protectora, como está escrito en el Salmo
23:4a:

“Aunque pase por el valle de sombra de muerte, no temeré mal alguno, porque tú estás conmigo” (LBLA)

El que es consciente de la presencia del Eterno, nunca tiene temor.

7:20 “Además, HaShem tu Dios enviará la tsirá contra ellos, hasta que perezcan los que queden y se escondan
de ti.” (LBLA revisada) – La palabra hebrea que normalmente ha sido traducida como “avispa” es tsirá que,
según Rashí, es una especie de insecto volador que lanzaba sobre sus enemigos un veneno que los hacía
impotentes y cegaba sus ojos en cualquier lugar donde se escondieran.

7:22 “Y HaShem tu Dios echará estas naciones de delante de ti poco a poco; no podrás acabar con ellas
rápidamente, no sea que las bestias del campo lleguen a ser demasiado numerosas para ti.” (LBLA revisada) –
Los hijos de Israel tendrían que experimentar muchos cambios al entrar en la tierra. Para hacer grandes
cambios es mejor ir poco a poco, para no ser ahogado por malas emociones y otras cosas que pueden hacernos
daño.

Por otro lado, no podemos usar la palabra “poco a poco” como una excusa para no obedecer. Cuando una
persona llega nueva a la fe de Israel no puede asumir todo de golpe. Necesita un tiempo de acoplamiento, cf.
Hechos 15:19-21. Pero si una persona lleva mucho tiempo estando con nosotros sin haber hecho los cambios
necesarios para salir de las prácticas de otras religiones y vivir según las normas de la Torá explicadas por el
rabino Shaúl (apóstol Pablo) para los justos de las naciones, habrá que preguntar si hay rebeldía en su corazón.
En ese caso no se puede usar la expresión “poco a poco”, como algunos están haciendo por costumbre, como
una excusa para no obedecer. El ir poco a poco no significa no ser radical. Hay que mantener el mismo celo
aunque la conquista se alargue, y no acostumbrarse a la presencia de la idolatría y las costumbres paganas,
sino combatirlas hasta exterminarlas de nuestro territorio.

7:25 “Las esculturas de sus dioses quemarás a fuego; no codiciarás la plata o el oro que las recubren, ni lo
tomarás para ti, no sea que por ello caigas en un lazo, porque es abominación a HaShem tu Dios.” (LBLA
revisada) – Hay que destruir las imágenes idólatras dentro de nuestro territorio. Pero no tenemos derecho de
hacerlo en territorios de otros.

7:26 “Y no traerás cosa abominable a tu casa, pues serás anatema como ella; ciertamente la aborrecerás y la
abominarás, pues es anatema.” (LBLA) – ¡Ten mucho cuidado con lo que introduzcas en tu casa! Revisa todo
juguete de tus hijos, toda ropa que tengas, toda revista que tengas, todo cuadro y foto que tengas, todo objeto
de adorno, toda joya, y todas las demás cosas que tengas. Todos los objetos que hayan sido utilizados para
adoración de culto pagano o hayan sido hechos en honor a los dioses, son objetos abominables para el Único.
Al meter esos objetos en casa tendremos parte del juicio que cae sobre ellos, cf. Josué 7.

En Hechos 15:20a está escrito: “que les escribamos que se abstengan de cosas contaminadas por los ídolos”
(LBLA)

Hay que deshacerse de todas las cosas que hayan sido contaminadas por el paganismo.

8:1 “Todos los mandamientos que yo os ordeno hoy, tendréis cuidado de ponerlos por obra, a fin de que
viváis y os multipliquéis, y entréis y toméis posesión de la tierra que HaShem juró dar a vuestros padres.” (LBLA
revisada) – Los resultados de la obediencia son vida, multiplicación y derecho de vivir en la tierra de Israel.
¿Quieres ganar almas para el Reino venidero? Guarda los mandamientos que te apliquen y te multiplicarás.

8:2 “Y te acordarás de todo el camino por donde HaShem tu Dios te ha traído por el desierto durante estos
cuarenta años, para humillarte, probándote, a fin de saber lo que había en tu corazón, si guardarías o no sus
mandamientos.” (LBLA revisada) – El maná, en hebreo man, fue dado para probar a los hijos de Israel para que
no dejaran nada para el día siguiente y para que no salieran a recoger en shabat, cf. Éxodo 16. “Y te acordarás
de todo el camino” – Es importante recordar el camino por donde uno ha caminado, con el fin de no olvidar:

- las bondades del Eterno en medio de los problemas.


- los castigos por causa de la desobediencia.
- las palabras que HaShem habló en esos lugares.
- las adversidades que uno ha pasado.

El que se acuerda de sus problemas se mantiene humilde. En los momentos de prosperidad es muy importante
recordar las penas que uno ha tenido, para mantenerse humilde. La mejor manera de no caer en pecado de
soberbia es reconocer de dónde ha venido la ayuda que uno ha recibido y mostrar agradecimiento por ello.

Según este texto, el Eterno tiene cuatro propósitos con las adversidades:

1. humillarte – el alma del hombre es altivo. Lo primero que tiene que aprender es la humildad.
2. probándote – para poder promocionarte. Toda prueba tiene el propósito de hacerte subir.
3. para saber lo que había en el corazón – cuando estás bajo presión se muestra lo que hay en el corazón.
4. hacerte conocer, por experiencia, que no sólo de pan vive el hombre sino de todo lo que sale de la boca de
HaShem.

8:3 “Y te humilló, y te dejó tener hambre, y te alimentó con el maná que no conocías, ni tus padres habían
conocido, para hacerte entender que el hombre no sólo vive de pan, sino que vive de todo lo que procede de la
boca de HaShem.” (LBLA revisada) – El Salmo 38 fue escrito para memorial, ver la introducción. Ese Salmo
habla de todos los sufrimientos que un pecador tiene que experimentar por sus pecados. ¿Por qué hay que
recordar un Salmo tan negativo? Para poder aguantar la prosperidad. Es mucho más fácil mantenerse sano
cuando hay dificultades que cuando hay prosperidad, porque entonces nos aferramos al Eterno. Cuando las
cosas van bien es fácil enorgullecerse y olvidarse de que todo lo que tenemos ha sido dado por el Eterno, como
dice 1 Corintios 4:7:

“Porque ¿quién te distingue? ¿Qué tienes que no recibiste? Y si lo recibiste, ¿por qué te jactas como si no lo
hubieras recibido?” (LBLA)

Para que HaShem pueda prosperarnos y levantarnos en alto, tenemos que tener muy presente el tiempo del
sufrimiento que hemos pasado y no olvidarnos de que fue el Eterno que nos sacó de allí. Es peligroso llegar a
las alturas sin haber pasado por muchas penas.

En el Salmo 119:67, 71 está escrito:

“Antes que fuera afligido, yo me descarrié, mas ahora guardo tu palabra… Bueno es para mí ser afligido, para
que aprenda tus estatutos.” (LBLA)

Incluso Yeshúa el Mesías tuvo que aprender a obedecer por medio de sufrimientos, como está escrito en
Hebreos 5:8-9:

“Y aunque era Hijo, aprendió obediencia por lo que padeció; y habiendo sido hecho perfecto, vino a ser fuente
de eterna salvación para todos los que le obedecen” (LBLA)

El camino a las alturas pasa por sufrimientos. Así que es muy importante recordar los sufrimientos que uno ha
pasado para no enorgullecerse y caer en el pecado en que cayó satanás, cf. Ezequiel 28:15-17; 1 Timoteo 3:6.

8:4 “Tu ropa no se gastó sobre ti, ni se hinchó tu pie durante estos cuarenta años.” (LBLA) – El
Midrash,[2] cuenta que HaShem dio vestimentas sobrenaturales en el momento de la entrega de la Torá. Esa
ropa creció junto con los niños para que no tuvieran que cambiar al hacerse grandes.

8:5 “Por tanto, debes comprender en tu corazón que HaShem tu Dios te estaba disciplinando así como un
hombre disciplina a su hijo.” (LBLA revisada) – Nuestro Padre celestial es el gran ejemplo para tener una
disciplina familiar correcta. Nosotros debemos tratar con nuestros hijos como HaShem nos trata a nosotros, con
mucho amor y con mucha disciplina.
La disciplina nunca es dada con el propósito de destruir o dañar, sino para producir un cambio y un fruto bueno
en el hijo. Ese es el propósito de la disciplina de nuestro Padre celestial, como está escrito en Hebreos 12:5-11:

“Además, habéis olvidado la exhortación que como a hijos se os dirige: HIJO MIO, NO TENGAS EN POCO LA
DISCIPLINA DE HASHEM, NI TE DESANIMES AL SER REPRENDIDO POR EL; PORQUE HASHEM AL QUE AMA,
DISCIPLINA, Y AZOTA A TODO EL QUE RECIBE POR HIJO. Es para vuestra corrección que sufrís; Dios os trata
como a hijos; porque ¿qué hijo hay a quien su padre no discipline? Pero si estáis sin disciplina, de la cual todos
han sido hechos participantes, entonces sois hijos ilegítimos y no hijos verdaderos. Además, tuvimos padres
terrenales para disciplinarnos, y los respetábamos, ¿con cuánta más razón no estaremos sujetos al Padre de
nuestros espíritus, y viviremos? Porque ellos nos disciplinaban por pocos días como les parecía, pero Él nos
disciplina para nuestro bien, para que participemos de su santidad. Al presente ninguna disciplina parece ser
causa de gozo, sino de tristeza; sin embargo, a los que han sido ejercitados por medio de ella, les da
después fruto apacible de justicia.” (LBLA revisada)

8:6 “Guardarás, pues, los mandamientos de HaShem tu Dios, para andar en sus caminos y para temerle.”
(LBLA revisada) – Andar en los caminos de HaShem significa imitar su forma de ser y actuar.

8:7-9 “Porque HaShem tu Dios te trae a una tierra buena, a una tierra de corrientes de aguas, de fuentes y
manantiales que fluyen por valles y colinas; una tierra de trigo y cebada, de viñas, higueras y granados; una
tierra de aceite de oliva y miel; una tierra donde comerás el pan sin escasez, donde nada te faltará; una tierra
cuyas piedras son hierro, y de cuyos montes puedes sacar cobre.” (LBLA revisada) – La Torá menciona siete
especies de productos de la Tierra de Israel

1. trigo
2. cebada
3. uvas
4. higos
5. granadas
6. aceite de oliva
7. miel de dátiles u otra fruta dulce

Estas siete especies son la base para el diezmo de los productos agrícolas en la tierra de Israel. En el tiempo del
segundo templo, los fariseos discutían entre sí para saber si hacía falta pagar el diezmo de otro tipo de
productos de la tierra no mencionados en la Torá. Nuestro Maestro Yeshúa entra en esa discusión y dice que
también hay que pagar el diezmo de las hortalizas que no están mencionadas en la Torá, como está escrito en
Mateo 23:23:

“¡Ay de vosotros, escribas y fariseos hipócritas!, que pagáis el diezmo de la menta, del eneldo y del comino, y
habéis descuidado los preceptos de más peso de la Torá: la justicia, la misericordia y la fidelidad; y éstas son
las cosas que debíais haber hecho, sin descuidar aquéllas.” (LBLA revisada)

Hay una fiesta en Israel, que cae en pleno invierno, que celebra el nacimiento de los árboles. Se llama tu bi-
shvat, el 15 del mes de shvat, más o menos por febrero. En tiempos modernos se hace una celebración con un
programa especial, un seder, con en fin de dar gracias al Eterno por los productos de la tierra de Israel,
mediante una bendición sobre cada una de estas siete especies.

8:10 “Cuando hayas comido y te hayas saciado, bendecirás a HaShem tu Dios por la buena tierra que Él te ha
dado.” (LBLA revisada) – Aquí se encuentra la base para el birkat ha-mazón, la bendición después de la
comida. Hay un solo versículo en toda la Torá que nos ordena dar gracias al Eterno después de comer. ¿Por
qué no dice la Torá que hay que dar gracias antes de comer? Porque es más fácil olvidarse del Eterno cuando el
estómago esté lleno. Al olvidarse de dar gracias por los alimentos después de comer, es como olvidarse del
Eterno, como dice el versículo que sigue:

“Cuídate de no olvidar al Eterno…”

Cuando hay prosperidad hay una tendencia de olivarse del Eterno. ¡CUIDADO!
La bendición de birkat ha-mazón, que se encuentra en el sidur, el libro de oraciones, se recita cuando se haya
comido un mínimo de un kezait de pan. Un kezait es una porción del tamaño de una aceituna grande. Los
rabinos establecieron[3] que esta bendición debe estar compuesta por cuatro partes:

1. Birkat Hazán – La bendición a Aquel que alimenta a todas las cosas creadas. Según la tradición fue instituida
por Moshé.

2. Birkat Haarets – La bendición sobre la tierra. Según la tradición, Yehoshúa introdujo esta bendición después de
entrar en la tierra prometida. En esta bendición también damos gracias por el pacto de la circuncisión y por la
Torá.

3. Birkat Yerushalayim – La bendición de paz sobre la ciudad santa y el templo. Los reyes David y Shelomó fijaron
esta bendición. Después de la destrucción del templo fue modificada para pedir por la reconstrucción de la
ciudad y el templo.

4. Hatov Vehametiv – La bendición a Aquel que es bondadoso y hace el bien. Esta bendición fue añadida después
de la destrucción del segundo templo y la rebelión de Bar Kojbá contra los romanos cuando fue arruinada la
ciudad de Betar que marca la conclusión de la destrucción de la nación judía. La bendición fue compuesta por el
Beit Din de Yavne, dirigido por el rabí Gamliel, para recordar los eventos de Betar con la esperanza de que el
Mesías vendrá pronto y Dios curará las heridas que ha sufrido el pueblo judío.

Segunda aliyá, 8:12 – 9:3

8:18 “Mas acuérdate de HaShem tu Dios, porque Él es el que te da poder para hacer riquezas, a fin de
confirmar su pacto, el cual juró a tus padres como en este día.” (LBLA revisada) – Las riquezas son un resultado
del pacto entre el Eterno e Israel.

Los justos de las naciones también reciben los beneficios del pacto renovado con Israel en la sangre de Yeshúa.
Si estás dentro de un pacto tienes el derecho de recibir los beneficios del pacto. Si cumplimos nuestra parte del
pacto podremos disfrutar también de bendiciones materiales, como está escrito en 1 Timoteo 6:17b:

“Dios… nos da abundantemente todas las cosas para que las disfrutemos.” (LBLA)

Si estamos viviendo en escasez tendremos que hacernos la pregunta: Si los bienes materiales son parte del
pacto que tenemos con el Eterno ¿por qué no tenemos más riquezas? Para contestar esta pregunta
presentamos aquí ocho razones posibles:

1. Maldiciones

a. Maldiciones familiares – Sufrimos las consecuencias de la desobediencia de nuestros antepasados. Si


confesamos los pecados de nuestros antepasados y pedimos perdón por ellos, cambiando nuestra conducta, y
no haciendo más como ellos hicieron, obedeciendo los mandamientos, podremos romper esas maldiciones.

b. Maldiciones regionales y/o nacionales – Por vivir en un país pobre es posible ser parte del ambiente de pobreza
que hay allí. Las maldiciones que han causado esa pobreza no son levantadas sin el arrepentimiento del pueblo,
de aquellos pecados que causaron esas maldiciones. Especialmente los tres pecados cardinales causan este tipo
de maldiciones en las naciones: idolatría y ocultismo, derramamiento de sangre inocente y sexo libre. Es posible
romper la maldición sobre una tierra de manera parcial, como vemos en la vida de Yitsjak en Génesis 26.

c. Maldiciones pronunciadas – Por medio de tu lengua podrás traer pobreza o abundancia sobre tu vida. No digas
“No tengo” o “soy pobre”. Di “el Eterno me dará todo lo que yo necesito.” Confiesa lo que está escrito: “nunca
he visto desamparado al justo ni a sus hijos mendigando pan”, Salmo 37:25. “HaShem es mi pastor nada me
faltará”, Salmo 23:1. En Romanos 10:10 está escrito: “Con la boca se confiesa para salvación.” Salvación
implica que el hombre sea rescatado de una situación que le limita para no poder cumplir los propósitos del
Eterno. Así que, salvación implica también la liberación de la pobreza económica, y para obtener esa salvación
hay que confesar la Torá con la boca. La confesión de las Palabras del Eterno te salvará de la pobreza.
2. Desobediencia a los mandamientos, cf. Deuteronomio 28, Levítico 26.

3. Retención del diezmo y las ofrendas, cf. Malaquías 3:9.

4. Hurto no restituido, cf. Zacarías 5:1-3.

5. Prioridades equivocadas, cf. Hageo 1. Las prioridades del Eterno tienen que ser las mías. Lo que él considera
importante tiene que ser importante para mí. Si puedes gastar en un restaurante más dinero para una comida
que en la ofrenda para apoyar al que te enseña la Torá, has mostrado que tu estómago es más importante que
tu amor por HaShem. Estás más interesado en satisfacer tus deseos naturales que buscar el Reino del Eterno.

6. Motivaciones equivocadas, cf. Jacobo (Stg.) 4:2-4; Proverbios 22:4.

7. Falta de oración, cf. Jacobo (Stg.) 4:2.

8. Mala administración – Cuando hemos aprendido a administrar lo que tenemos de manera correcta, HaShem nos
da mucho más. Si hay una mala administración de los bienes materiales, el Eterno retiene su mano, porque no
confía en nosotros. Si no sabemos administrar poco, ¿cómo él nos confiará mucho?

9:1-2 “Oye, Israel: Hoy vas a pasar el Yardén para entrar a desposeer a naciones más grandes y más
poderosas que tú, ciudades grandes y fortificadas hasta el cielo, un pueblo grande y alto, los hijos de los
gigantes, a quienes conoces y de quienes has oído decir: "¿Quién puede resistir ante los hijos de gigante?"”
(LBLA revisada) – Si la población de Israel era mayor de 2,000,000 y cada nación de las siete era más grande,
tenía que haber habido más de 15,000,000 habitantes en la tierra de Kenáan.

9:3 “Comprende, pues, hoy, que es HaShem tu Dios el que pasa delante de ti como fuego consumidor. Él los
destruirá y los humillará delante de ti, para que los expulses y los destruyas rápidamente, tal como HaShem te
ha dicho.” (LBLA revisada) – El Midrash cuenta que la población de las siete naciones fue diezmada antes de la
conquista de los hijos de Israel por medio de plagas y enfermedades.

Tercera aliyá, 9:4-29

9:4-6 “No digas en tu corazón cuando HaShem tu Dios los haya echado de delante de ti: "Por mi justicia
HaShem me ha hecho entrar para poseer esta tierra", sino que es a causa de la maldad de estas naciones que
HaShem las expulsa de delante de ti. No es por tu justicia ni por la rectitud de tu corazón que vas a poseer su
tierra, sino que por la maldad de estas naciones HaShem tu Dios las expulsa de delante de ti, para confirmar el
pacto que HaShem juró a tus padres Avraham, Yitsjak y Yaakov. Comprende, pues, que no es por tu justicia
que HaShem tu Dios te da esta buena tierra para poseerla, pues eres un pueblo de dura cerviz.” (LBLA
revisada) – En Génesis 15:16b está escrito

“aún no ha llegado a su colmo la maldad del amorreo” (LBLA)

“No digas… por mi justicia… sino a causa de la maldad de estas naciones... No es por tu justicia… sino que por
la maldad de estas naciones… para confirmar el pacto... No es por tu justicia…” – Para enfatizar el hecho, la
Torá habla tres veces de que no es por la justicia de Israel que ellos van a recibir la tierra. Estas tres veces
también aluden a las tres veces cuando el pueblo de Israel volvería a la tierra.

1. La primera vuelta fue cuando entró bajo Yehoshúa – por causa de la maldad de estas naciones, versículo 4.

2. La segunda vuelta fue cuando volvieron de Babilonia bajo Ezrá y Nejemyá – por la maldad de estas naciones, y
para confirmar el pacto incondicional con Avraham, versículo 5.

3. La tercera y última vuelta, de todas las naciones en los últimos tiempos – no por la justicia del pueblo de
Israel, sin mencionar la maldad de las naciones, versículo 6.

9:7-8 “Acuérdate; no olvides cómo provocaste a ira a HaShem tu Dios en el desierto; desde el día en que saliste
de la tierra de Egipto hasta que llegasteis a este lugar, habéis sido rebeldes contra HaShem. Hasta en Jorev
provocasteis a ira a HaShem, y HaShem se enojó tanto contra vosotros que estuvo a punto de destruiros.”
(LBLA revisada) – Este texto nos enseña la importancia de ver a Israel como un cuerpo colectivo. Los que
estaban allí presentes no habían hecho el becerro de oro. Sin embargo, fueron señalados como causantes de la
ira del Eterno en el desierto y tuvieron que llevar la culpa del pecado de sus padres. Los hijos son responsables
para llevar las consecuencias de los errores de sus padres. Pero el propósito principal por el que Moshé destaca
los momentos de rebeldía del pueblo, es enseñarles los errores de sus antepasados para que los hijos no
vuelvan a cometer los mismos.

9:9 “Cuando subí al monte para recibir las tablas de piedra, las tablas del pacto que HaShem había hecho con
vosotros, me quedé en el monte cuarenta días y cuarenta noches; no comí pan ni bebí agua.” (LBLA revisada) –
El número 40 simboliza un tiempo de prueba y de preparación para poder pasar de un nivel a otro. Un anciano
en Israel tiene que tener como mínimo 40 años de edad. No es bueno poner jóvenes en puestos de liderazgo
altos.

9:15 “Y volví, y descendí del monte mientras el monte ardía en fuego, y las dos tablas del pacto estaban en mis
dos manos.” (LBLA revisada) – Aquí está escrito que el monte ardía en fuego. El monte Yebel El Luz en Arabia
Saudita tiene el pico quemado. Hay restos arqueológicos que indican que ese fue el lugar donde se entregó la
Torá[4], cf. Gálatas 4:25.

9:18 “Y me postré delante de HaShem como al principio, por cuarenta días y cuarenta noches; no comí pan ni
bebí agua, a causa de todo el pecado que habíais cometido al hacer lo malo ante los ojos de HaShem,
provocándole a ira.” (LBLA revisada) – Según Rashí, esta fue la segunda vez que Moshé estuvo cuarenta días
en la montaña ante HaShem, desde el día 19 del 4º mes hasta el día 29 del 5º mes.

9:19 “Porque temí la ira y el furor con que HaShem estaba enojado contra vosotros para destruiros, pero
HaShem me escuchó también esta vez.” (LBLA revisada) – Después de esos cuarenta días HaShem le dijo que
hiciera dos tablas nuevas. Luego permaneció otros cuarenta días más en la montaña.

9:25 “Entonces me postré delante de HaShem los cuarenta días y cuarenta noches, lo cual hice porque
HaShem había dicho que os iba a destruir.” (LBLA revisada) – Esta es una repetición del tiempo para la segunda
vez cuando Moshé estuvo a la montaña.

Cuarta aliyá, 10:1-11

10:1 “En aquel tiempo HaShem me dijo: "Lábrate dos tablas de piedra como las anteriores, y sube a mí al
monte, y hazte un arca de madera.” (LBLA revisada) – Aquí vemos como el Eterno renueva el pacto a base de
la intercesión de Moshé en la que había expuesto su propia vida para salvar al pueblo. De la misma manera el
pacto fue renovado con Israel por medio de la sangre de Yeshúa que dijo: “Esta copa es el nuevo pacto en mi
sangre.”

10:2 “Y yo escribiré sobre las tablas las palabras que estaban sobre las primeras tablas que quebraste, y las
pondrás en el arca.” (LBLA) – Según Rashí, este arca no fue la que hizo Betsalel más tarde, cf. Éxodo 37:1, sino
otro, que Moshé había hecho solamente para guardar las tablas de piedra hasta que fuera construido el nuevo
arca. En esta arca fueron luego guardadas las dos tablas rotas. Cuando los hijos de Israel salieron a la guerra,
no llevaban el arca del tabernáculo, sino esta arca que Moshé había hecho, excepto cuando pelearon contra los
filisteos y el arca fue tomada, cf. 1 Samuel 4-5.

10:8 “En aquel tiempo HaShem apartó la tribu de Leví para que llevara el arca del pacto de HaShem, y para
que estuviera delante de HaShem, sirviéndole y bendiciendo en su nombre hasta el día de hoy.” (LBLA
revisada) – La tribu de Leví fue escogida para cuatro cosas:

1 – llevar el arca

2 – estar delante del Eterno

3 – servir al Eterno

4 – bendecir en el Nombre del Eterno


Sólo los levitas podían llevar el arca, y sólo los sacerdotes fueron escogidos para bendecir en el Nombre de
HaShem. Una cosa depende de la otra. El que sirve en lo práctico puede obtener una posición importante
delante del Eterno. Una relación correcta con HaShem produce un servicio correcto. Un servicio correcto te
capacita para transmitir al pueblo lo que viene de HaShem. Un sacerdote no puede bendecir al pueblo sin haber
ministrado al Eterno primero.

“hasta el día de hoy” – Hoy en día, los cohanim, sacerdotes, siguen teniendo el ministerio de bendecir al pueblo
de Israel, pronunciando la bendición aharonica sobre el pueblo en las sinagogas durante la repetición de la
oración de la amidá.

10:10 “Y me quedé en el monte cuarenta días y cuarenta noches como la primera vez, y HaShem me escuchó
también esta vez; y HaShem no quiso destruirte.” (LBLA revisada) – Según la tradición, estos últimos cuarenta
días concluyeron en yom kipur, el 10º día del 7º mes. Por esta razón fue instituido ese día como el día del
perdón.

Quinta aliyá, 10:12-22

10:12a “Y ahora, Israel, ¿qué requiere de ti HaShem tu Dios” – ¿Qué pide el Eterno de Israel? Los versículos
12, 13, 20 y 21 nos dan la respuesta:

1. Temer a HaShem
2. Andar en Sus caminos
3. Amarle
4. Servirle
5. Guardar sus mandamientos
6. Pegarse a Él
7. Jurar en su Nombre
8. Alabarle
Lo más importante es temerle. Por esto viene primero. Sin el temor a HaShem las demás cosan no son llevadas
a cabo de la manera correcta.

10:16 “Circuncidad, pues, vuestro corazón, y no endurezcáis más vuestra cerviz.” (LBLA) – Cada pacto tiene
una o varias señales. Aquellos pactos que HaShem ha hecho a lo largo de la historia, tienen cada uno una señal
particular:

 El pacto con Noaj – el arco iris, Génesis 9:12-13.

 El pacto con Avraham – la circuncisión en la carne, Génesis 17:11.

 El pacto con Israel en Sinai – el shabat y la Torá, Éxodo 31:16-17; 34:28.

 El pacto renovado con Israel – la entrega del Espíritu, la circuncisión del corazón, Romanos 8:16; Efesios 1:13-
14; Colosenses 2:11.

Cuando el Espíritu entra en una persona, como resultado de la resurrección de Yeshúa, se produce una
operación en su interior. Es la circuncisión de su corazón, como está escrito en Colosenses 2:11:

“En Él también fuisteis circuncidados con una circuncisión no hecha por manos, al quitar el cuerpo de la carne
mediante la circuncisión del Mesías” (LBLA revisada)

La persona que tiene esa experiencia siente en su interior un gran cambio. Es el nuevo nacimiento del cual está
hablando el Maestro en Juan 3. La circuncisión de la carne es una sombra de la circuncisión del corazón. El que
tiene la circuncisión en la carne necesita también la del corazón. La circuncisión del corazón tiene que ver con la
anulación de todo lo que impide que el corazón sea sensible. Está relacionada con el amor al Eterno y la
obediencia a la Torá, según Deuteronomio 30:6, donde está escrito: “Además, HaShem tu Dios circuncidará tu
corazón y el corazón de tus descendientes, para que ames HaShem tu Dios con todo tu corazón y con toda tu
alma, a fin de que vivas.” (LBLA revisada),
En Romanos 2:25-26 está escrito: “Pues ciertamente la circuncisión es de valor si tú practicas la Torá, pero si
eres transgresor de la Torá, tu circuncisión se ha vuelto incircuncisión. Por tanto, si el incircunciso cumple los
requisitos de la Torá, ¿no se considerará su incircuncisión como circuncisión?” (LBLA revisada)

“Circuncidad, pues, vuestro corazón” – Esto contrasta con Deuteronomio 30:6 donde está escrito: “HaShem tu
Dios circuncidará”. Por un lado, se habla de que el hombre tiene que hacer esta operación y por el otro lado
vemos que el Eterno la hace. De esto aprendemos que hay una parte que le toca al hombre y otra que le toca a
HaShem en cuanto a la circuncisión del corazón.

Con esta expresión, Moshé dijo que los hijos de Israel necesitaban eliminar todo lo que impedía la sensibilidad
de sus corazones. Esto se hace mediante la teshuvá, la Torá y la tefilá, el arrepentimiento, el estudio de la Torá
y la oración.

Sin embargo, el hombre no puede eliminar su yetser hará, su mala inclinación, el pecado, que está dentro de él.
Sólo puede confesarlo y arrepentirse de los pecados que fueron producidos por esa naturaleza pecaminosa. El
que puede quitar definitivamente el pecado que está dentro de nosotros es el Eterno, y lo hará finalmente por
medio de MashíajYeshúa. Por lo tanto, la circuncisión del corazón que el Eterno hace, es llamada “la circuncisión
del Mesías”, cf. Colosenses 2:11. Esa circuncisión del Mesías fue anunciada por los profetas, como está escrito
en Ezequiel 36:26-27: “'Además, os daré un corazón nuevo y pondré un espíritu nuevo dentro de vosotros;
quitaré de vuestra carne el corazón de piedra y os daré un corazón de carne. 'Pondré dentro de vosotros mi
espíritu y haré que andéis en mis estatutos, y que cumpláis mis ordenanzas poniéndolas por obra.” (LBLA)

“quitaré de vuestra carne el corazón de piedra” – Aquí se habla de una operación interna en el hombre.

“Pondré dentro de vosotros mi espíritu” – Esta es una experiencia real que se obtiene por medio de la fe en
Yeshúa el Mesías, cf. Hechos 19:1ss; Gálatas 3:14.

El corazón de piedra es un corazón insensible. Es una forma alegórica de hablar del espíritu no regenerado. La
promesa dada por medio del profeta muestra como El Eterno decide cambiar el mismo interior de los hijos de
Israel en los últimos tiempos para que obedezcan cuidadosamente los mandamientos. Otro texto profético que
habla de esta realidad es Jeremías 31:33-34 donde está escrito:

“Porque este es el pacto que haré con la casa de Israel después de aquellos días--declara HaShem--. Pondré mi
Torá dentro de ellos, y sobre sus corazones la escribiré; y yo seré su Dios y ellos serán mi pueblo. Y no tendrán
que enseñar más cada uno a su prójimo y cada cual a su hermano, diciendo: "Conoce a HaShem", porque
todos me conocerán, desde el más pequeño de ellos hasta el más grande--declara HaShem-- pues perdonaré su
maldad, y no recordaré más su pecado.” (LBLA revisada)

Esto nos enseña que la experiencia que se obtiene mediante el pacto renovado, por medio de la sangre del
Mesías, afecta todo el interior de la persona, de modo que la Torá es escrita en el corazón.

En Deuteronomio 5:29 está escrito: “¡Quién diera que tuviesen tal corazón, que me temiesen y guardasen todos
los días todos mis mandamientos, para que a ellos y a sus hijos les fuese bien para siempre!” (LBLA)

La respuesta a ese clamor es: Yeshúa HaMashíaj es el que finalmente hará que los hijos de Israel tengan ese
corazón circuncidado para poder temer al Eterno y guardar todos los días todos sus mandamientos.

En Colosenses 2:11 está escrito: “En él también fuisteis circuncidados con una circuncisión no hecha por
manos, al quitar el cuerpo de la carne mediante la circuncisión del Mesías.” (LBLA revisada)

“El cuerpo de la carne” es una referencia al yetser hará, la mala inclinación, que en Ezequiel 36 es llamado “el
corazón de piedra”, que está dentro de cada uno de nosotros. Al quitar ese cuerpo de carne hay una mayor
sensibilidad en el hombre para recibir los impulsos y ser dirigido por el Espíritu y la Torá del Eterno. Por lo
tanto, el resultado de la circuncisión del Mesías es la obediencia a los mandamientos. Esto concuerda con el
texto en Hechos 5:32b donde está escrito: “el Espíritu de santidad, el cual Dios ha dado a los que le obedecen.”
(LBLA revisada)
El que recibe a Yeshúa como su Salvador personal, experimenta un nuevo nacimiento en su interior, de manera
que su espíritu es regenerado y así el Espíritu del Eterno viene a morar en su interior. Con esta shejiná,
presencia divina, el creyente puede tener victoria sobre la inclinación al mal que todavía está en su interior, y
que aún no ha sido quitada del todo. Sólo fue eliminado su dominio dentro de él. Sin embargo, cuando venga el
Mesías por segunda vez será finalmente eliminado el yetser hará para que podamos ser totalmente y
eternamente fieles a los mandamientos de la Torá.

En resumen:

1. La circuncisión en la carne – es una sombra de la circuncisión del corazón.


2. La circuncisión del corazón se hace en dos niveles – el hombre hace su parte y HaShem hace su parte.
3. La parte de HaShem tiene dos pasos –
a. el primero es cuando introduce su Espíritu en nuestro interior para eliminar el dominio del pecado en
nosotros.
b. El segundo paso será cuando el Eterno elimine definitivamente el yetser hará en nosotros, con la
segunda venida del Mesías.
10:18 “Él hace justicia al huérfano y a la viuda, y muestra su amor al extranjero dándole pan y vestido.”
(LBLA) – El amor al extranjero se muestra dándole alimento y cobijo. Son las dos necesidades básicas del
hombre.

10:19 “Mostrad, pues, amor al extranjero, porque vosotros fuisteis extranjeros en la tierra de Egipto.” (LBLA) –
La palabra hebrea que ha sido traducida como “extranjero” es guer. Como hemos visto antes, hay diferentes
tipos de guer. Los conversos al judaísmo también son llamados guer. Este es el significado que los rabinos dan
a la palabra en este texto, para enseñar que hay que tratar a los conversos con mucho amor y respeto porque
hicieron un gran sacrificio a la hora de convertirse al judaísmo. Sin embargo la palabra guer, en este caso, no
se refiere, en primer lugar, al prosélito, puesto que el texto habla de que los hijos de Israel
fueron guerim (plural de guer) en Egipto, y los israelitas no fueron conversos en Egipto. Así que si guer significa
extranjero en la segunda parte del versículo, debe tener el mismo significado en la primera parte del mismo
versículo. Esto nos enseña que no se puede limitar el amor para que sólo sea para los que están dentro del
pacto avrámico. Tenemos que amar a todos, judíos y no judíos. Yeshúa habla, en la parábola del buen
samaritano, de que tenemos que amar a todos los extranjeros, cf. Lucas 10.

10:21 “Él es tu alabanza y Él es tu Dios, que ha hecho por ti estas cosas grandes y portentosas que tus ojos
han visto.” (LBLA) – Aquí se encuentra la palabra hebrea tehilá[5] que significa “alabanza”, “himno”, “acciones
memorables”, “fama”. Cada uno tiene una alabanza en su vida. La alabanza que tenemos nos muestra quién es
nuestro Dios. ¿De quién cantas en tus canciones? Si HaShem es el motivo de nuestras canciones, es una
muestra de que Él es nuestro Dios. Si sustituimos a HaShem por el Mesías en nuestras alabanzas no estamos
siguiendo a las Escrituras. Sólo hay un solo versículo en todo el libro de los Salmos que nos ordena honrar al
Hijo. Ciento cincuenta Salmos hablan de exaltar al Padre. Así que si cantamos alabanzas a Yeshúa en lugar del
Padre tenemos una teología de sustitución en lugar de una teología escritural. De todas maneras podemos
alabar a Yeshúa como él es alabado en el cielo, ver Revelación, pero nunca ponerle en el lugar del Padre en
nuestras alabanzas.

Sexta aliyá, 11:1-9

11:1 “Amarás, pues, a HaShem tu Dios, y guardarás sus ordenanzas, sus estatutos, sus decretos y sus
mandamientos, todos los días.” (LBLA revisada) – Todos los días hay que obedecer. No hay ningún día del año
cuando los mandamientos no nos apliquen.

11:2 “Y comprended hoy que no a vuestros hijos, los cuales no han visto la disciplina de HaShem vuestro Dios:
su grandeza, su mano poderosa, su brazo extendido” (LBLA revisada) – La palabra hebrea que ha sido
traducida como “disciplina” es musar[6] que significa “instrucción”, “educación”, “castigo”, “reprensión”. Es la
única vez que esta que aparece en el Jumash (Pentateuco). El término aparece 50 veces en el Tanaj,
mayormente en el libro de los Proverbios, donde se usa en 31 ocasiones. La palabra se usa en el hebreo
moderno como ética o moral.
11:7 “Pero vuestros propios ojos han visto toda la gran obra que HaShem ha hecho.” (LBLA revisada) – El amor
al Eterno no está basado en ideas abstractas, sino en realidades vividas. La religión de la Biblia no es un
invento. Nuestra fe no puede ser basada en sabiduría humana, sino en el poder de Dios, cf. 1 Corintios 2:5. Si
tu fe está en el ámbito intelectual solamente, vas a tambalear en los momentos de crisis. Asegúrate de obtener
experiencias reales con tu Dios y con su Mashíaj.

En Hechos 4:20 está escrito: “porque no podemos dejar de decir lo que hemos visto y oído.” (LBLA)

En 1 Juan 1:1-3 está escrito: “Lo que existía desde el principio, lo que hemos oído, lo que hemos visto con
nuestros ojos, lo que hemos contemplado y lo que han palpado nuestras manos, acerca del Verbo de vida (pues
la vida fue manifestada, y nosotros la hemos visto y damos testimonio y os anunciamos la vida eterna, la cual
estaba con el Padre y se nos manifestó); lo que hemos visto y oído, os proclamamos también a vosotros, para
que también vosotros tengáis comunión con nosotros; y en verdad nuestra comunión es con el Padre y con su
Hijo Yeshúa el Mesías.” (LBLA revisada)

En Juan 1:14 está escrito: “Y el Verbo se hizo carne, y habitó entre nosotros, y vimos su gloria, gloria como del
unigénito del Padre, lleno de gracia y de verdad.” (LBLA)

En Juan 1:46 está escrito: “Y Natanel le dijo: ¿Puede algo bueno salir de Natseret? Filipos le dice: Ven, y ve.”
(LBLA revisada)

No estamos proclamando ideas, sino realidades, cosas vividas, experimentadas, palpadas, vistas y oídas. Si no
has experimentado una verdad que estás proclamando, tu mensaje carecerá de poder, será vacío. La Torá es
historia vivida.

11:8 “Guardad, pues, todos los mandamientos que os ordeno hoy, para que seáis fuertes, y entréis y toméis
posesión de la tierra a la cual entráis para poseerla” (LBLA) – La obediencia a los mandamientos nos da fuerza
para resistir al enemigo y conquistar el terreno que nos pertenece. Por otro lado, la desobediencia produce
debilidad en nosotros. ¿Quieres ser fuerte? Obedece los mandamientos cuando nadie te ve.

Séptima aliyá, 11:10-25

11:10-11 “Porque la tierra a la cual entras para poseerla, no es como la tierra de Egipto de donde vinisteis,
donde sembrabas tu semilla, y la regabas con el pie como una huerta de hortalizas, sino que la tierra a la cual
entráis para poseerla, tierra de montes y valles, bebe el agua de las lluvias del cielo.” (LBLA) – Hay una gran
diferencia entre la tierra de Egipto y la tierra de Israel. En Egipto había que regar los sembrados manualmente.
En la tierra de Israel no hace falta. Egipto está construido a base del río. Todo el sistema de vida gira alrededor
del río. En Israel el pueblo tiene que depender de HaShem para que haya lluvia. De esa manera es necesario
tener una buena relación con Aquel que envía la lluvia, para que no haya hambre.

Otra diferencia importante entre Egipto e Israel es que en Egipto no hay piedras naturales. Por eso tenían que
construir ladrillos para poder hacer edificios.

11:12b, 14b “desde el principio hasta el fin del año… tu grano, tu mosto y tu aceite” (LBLA) – El grano se
cosecha en la primavera, en nisán (marzo-abril), las uvas al final del verano y al principio del otoño (agosto-
septiembre), justo antes de sucot, y las aceitunas se cosechan en invierno (diciembre-enero).

11:13-21 Este texto es el segundo texto de shemá. Para servir al Eterno hay que aceptar dos yugos, el yugo del
Reino y el yugo de la Torá. Esto dos yugos están expresados en los dos textos del shemá.

En Deuteronomio 6:4-9 está escrito: “Escucha, Israel, HaShem es nuestro Dios, HaShem es uno. Y amarás a
HaShem tu Dios con todo tu corazón, y con toda tu alma y con todos tus medios. Y estas palabras que yo te
mando hoy, estarán sobre tu corazón; y las repetirás a tus hijos, y hablarás de ellas cuando estés sentado en tu
casa y cuando andes por el camino, cuando te acuestes y cuando te levantes. Y las atarás como una señal
sobre tu brazo, y serán por insignias entre tus ojos. Y las escribirás en los postes de tu casa y en tus puertas.”
(LBLA revisada)
Este texto habla del yugo del Reino, el cual implica aceptar voluntariamente al Eterno como nuestro único Dios
de manera personal. Por esto este texto está escrito en singular: “amarás, tu, tu, tu, enseñarás etc.” El
segundo yugo, el de la Torá, se encuentra en Deuteronomio 11:13-21:

“Y sucederá que si obedecéis mis mandamientos que os ordeno hoy, de amar a HaShem vuestro Dios y de
servirle con todo vuestro corazón y con toda vuestra alma, Él dará a vuestra tierra la lluvia a su tiempo,
lluvia temprana y lluvia tardía, para que recojas tu grano, tu mosto y tu aceite. Y Él dará hierba
en tus campos para tu ganado, y comerás y te saciarás. Cuidaos, no sea que se engañe vuestro corazón
y os desviéis y sirváis a otros dioses, y los adoréis. No sea que la ira de HaShem se encienda
contra vosotros, y cierre los cielos y no haya lluvia y la tierra no produzca su fruto, y pronto perezcáis en la
buena tierra que HaShem os da. Grabad, pues, estas mis palabras en vuestro corazón y
en vuestra alma; atadlas como una señal a vuestra mano, y serán por diadema entre vuestrosojos.
Y enseñadlas a vuestros hijos, hablando de ellas cuando te sientes en tu casa y cuando andes por el
camino, cuando te acuestes y cuando te levantes. Y escríbelas en los postes de tu casa y
en tus puertas, para que vuestrosdías y los días de vuestros hijos sean multiplicados en la tierra que
HaShem juró dar a vuestros padres, por todo el tiempo que los cielos estén sobre la tierra.” (LBLA revisada)

En este texto que habla del yugo de la Torá vemos como el pronombre se va cambiando entre una forma plural
y singular. En el primer yugo, el del Reino, solamente hay una forma personal, singular, “amarás, tu, tu, tu,
enseñarás, escribirás etc.” Pero en este yugo de la Torá vemos que se usa la forma plural “obedecéis, os,
vuestro, vuestro, vuestra, vuestra” pero luego, en el versículo 14 va pasando al singular: “recojas… etc” para
luego volver otra vez al plural en los versículos 16-19a: “cuidaos…” Luego pasa otra vez al singular en los
versículos 19b-20: “te…” y a plural en el versículo 21: “vuestros…”. Esto nos enseña que el yugo de la Torá es
puesta para que vivamos nuestra vida privada en obediencia en una relación con el pueblo de Dios que se
encuentra en el lugar donde vivimos.Por lo tanto no es suficiente vivir solos delante del Eterno.
Necesitamos formar parte de un colectivo, y esto es el resultado directo del trabajo de la Torá en nuestras
vidas. Uno no puede amar al Eterno y aborrecer al hermano, es imposible, porque el amor al Eterno te lleva
forzosamente a amar a tu prójimo, primero los más cercanos y luego los que están más allá de los conocidos.

En Efesios 4:1-6 está escrito: “Yo, pues, prisionero del Señor, os ruego que viváis de una manera digna de la
vocación con que habéis sido llamados, con toda humildad y mansedumbre, con paciencia, soportándoos unos
a otros en amor, esforzándoos por preservar la unidad del Espíritu en el vínculo de la paz. Hay un solo cuerpo y
un solo Espíritu, así como también vosotros fuisteis llamados en una misma esperanza de vuestra vocación; un
solo Señor, una sola fe, una sola tevilá (para ser del Mesías), un solo Dios y Padre de todos, que está sobre
todos, por todos y en todos.” (LBLA revisada)

En Filipenses 2:1-4 está escrito: “Por tanto, si hay algún estímulo en Mashíaj, si hay algún consuelo de amor, si
hay alguna comunión del Espíritu, si algún afecto y compasión, haced completo mi gozo, siendo del mismo
sentir, conservando el mismo amor, unidos en espíritu, dedicados a un mismo propósito. Nada hagáis por
egoísmo o por vanagloria, sino que con actitud humilde cada uno de vosotros considere al otro como más
importante que a sí mismo, no buscando cada uno sus propios intereses, sino más bien los intereses de los
demás.” (LBLA revisada)

En Colosenses 1:3-4; 3:12-15 está escrito: “Damos gracias a Dios, el Padre de nuestro Señor
Yeshúa HaMashíaj, orando siempre por vosotros, al oír de vuestra fe en Mashíaj Yeshúa y del amor que tenéis
por todos los apartados... Entonces, como escogidos de Dios, apartados y amados, revestíos de tierna
compasión, bondad, humildad, mansedumbre y paciencia; soportándoos unos a otros y perdonándoos unos a
otros, si alguno tiene queja contra otro; como Mashíaj os perdonó, así también hacedlo vosotros. Y sobre todas
estas cosas, vestíos de amor, que es el vínculo de la unidad. Y que la paz del Mesías reine en vuestros
corazones, a la cual en verdad fuisteis llamados en un solo cuerpo; y sed agradecidos.” (LBLA revisada)

En 1 Tesalonicenses 4:9-10 está escrito: “Mas en cuanto al amor fraternal, no tenéis necesidad de que nadie os
escriba, porque vosotros mismos habéis sido enseñados por Dios a amaros unos a otros; porque en verdad lo
practicáis con todos los hermanos que están en toda Macedonia. Pero os instamos, hermanos, a que abundéis
en ello más y más”
En 1 Pedro 4:8 está escrito: “Sobre todo, sed fervientes en vuestro amor los unos por los otros, pues
el amor cubre multitud de pecados.” (LBLA revisada)

En Juan 15:12-13 está escrito: “Este es mi mandamiento: que os améis los unos a los otros, así como yo os he
amado. Nadie tiene un amor mayor que éste: que uno dé su vida por sus amigos.” (LBLA revisada)

En 1 Juan 3:10-18, 22-23; 4:7-12, 4:19-5:2 está escrito: “En esto se reconocen los hijos de Dios y los hijos del
diablo: todo aquel que no practica la justicia, no es de Dios; tampoco aquel que no ama a su hermano. Porque
este es el mensaje que habéis oído desde el principio: que nos amemos unos a otros; no como Kayín que era
del maligno, y mató a su hermano. ¿Y por qué causa lo mató? Porque sus obras eran malas, y las de su
hermano justas. Hermanos, no os maravilléis si el mundo os odia. Nosotros sabemos que hemos pasado de
muerte a vida porque amamos a los hermanos. El que no ama permanece en muerte. Todo el que aborrece a
su hermano es homicida, y vosotros sabéis que ningún homicida tiene vida eterna permanente en él. En esto
conocemos el amor: en que él puso su vida por nosotros; también nosotros debemos poner nuestras vidas por
los hermanos. Pero el que tiene bienes de este mundo, y ve a su hermano en necesidad y cierra su corazón
contra él, ¿cómo puede morar el amor de Dios en él? Hijos, no amemos de palabra ni de lengua, sino de hecho
y en verdad… y todo lo que pidamos lo recibimos de Él, porque guardamos sus mandamientos y hacemos las
cosas que son agradables delante de Él. Y este es su mandamiento: que creamos en el nombre de su Hijo
Yeshúa HaMashíaj, y que nos amemos unos a otros como Él nos ha mandado… Amados, amémonos unos a
otros, porque el amor es de Dios, y todo el que ama es nacido de Dios y conoce a Dios. El que no ama no
conoce a Dios, porque Dios es amor. En esto se manifestó el amor de Dios en nosotros: en que Dios ha enviado
a su Hijo unigénito al mundo para que vivamos por medio de él. En esto consiste el amor: no en que nosotros
hayamos amado a Dios, sino en que Él nos amó a nosotros y envió a su Hijo como propiciación por nuestros
pecados. Amados, si Dios así nos amó, también nosotros debemos amarnos unos a otros. A Dios nadie le ha
visto jamás. Si nos amamos unos a otros, Dios permanece en nosotros y su amor se perfecciona en nosotros…
Nosotros amamos, porque Él nos amó primero. Si alguno dice: Yo amo a Dios, y aborrece a su hermano, es un
mentiroso; porque el que no ama a su hermano, a quien ha visto, no puede amar a Dios a quien no ha visto. Y
este mandamiento tenemos de Él: que el que ama a Dios, ame también a su hermano. Todo aquel que cree
que Yeshúa es el Mesías, es nacido de Dios; y todo aquel que ama al Padre, ama al que ha nacido de Él. En
esto sabemos que amamos a los hijos de Dios: cuando amamos a Dios y guardamos sus mandamientos.” (LBLA
revisada)

La experiencia de salvación, con la aceptación de los dos yugos, el yugo del Reino y el yugo de la Torá, es
maravillosa, y transforma nuestra vida personal. Pero hay más. Conforme vayamos creciendo en el
conocimiento del Eterno por medio de Su Torá, entraremos en una dimensión nueva de nuestra vida espiritual,
la dimensión de colectivismo. Es cierto que tenemos una responsabilidad delante del Eterno de nuestras vidas
personales. Cada uno será juzgado según su propia obra, en pensamientos, palabras y hechos. Pero nuestras
vidas no fueron creadas para ser islas separadas en un lago, sino miembros de un cuerpo, un colectivo, una
gran familia, la gran familia de los hijos de Avraham, tanto de la circuncisión como de la incircuncisión.

11:13 “Y sucederá que si obedecéis mis mandamientos que os ordeno hoy, de amar a HaShem vuestro Dios y
de servirle con todo vuestro corazón y con toda vuestra alma.” (LBLA revisada) – Rashí menciona que servir al
Eterno en este texto se refiere a la oración, como está escrito en Daniel 6:13, 20:

“Entonces ellos respondieron y dijeron al rey: Daniel, que es uno de los deportados de Yehudá, no te hace
caso, oh rey, ni del mandato que firmaste, sino que tres veces al día hace su oración... Y acercándose al
foso, gritó a Daniel con voz angustiada. El rey habló a Daniel y le dijo: Daniel, siervo del Dios viviente, tu
Dios, a quien sirves con perseverancia, ¿te ha podido librar de los leones?” (LBLA)

11:14 “Él dará a vuestra tierra la lluvia a su tiempo, lluvia temprana y lluvia tardía, para que recojas tu grano,
tu mosto y tu aceite.” (LBLA) – Este texto habla de lluvia a su tiempo como un resultado de la obediencia. Cinco
pecados retienen la lluvia en Israel: idolatría, inmoralidad, violencia, pedidos públicos de caridad no
cumplimentados y retención del diezmo.

Al interpretar el texto de manera remez, alegórico, podemos también decir que la obediencia a la Torá trae la
lluvia del Espíritu sobre el pueblo, cf. Joel 2:23, 28; Jacobo (Stg.) 5:7.
11:15 “Y Él dará hierba en tus campos para tu ganado, y comerás y te saciarás.” (LBLA) – Esto nos enseña,
como dice el Talmud,[7] que debemos dar de comer a los animales domésticos antes de que coman los
hombres.

11:21 “para que tus días y los días de tus hijos sean multiplicados en la tierra que HaShem juró dar a tus
padres, por todo el tiempo que los cielos estén sobre la tierra.” (LBLA revisada) – HaShem juró dar la tierra de
Kenáan a los patriarcas. Este es uno de los textos del Jumash que muestra que tiene que haber una
resurrección para que esta promesa pueda ser cumplida. Esto nos enseña también que Avraham, Yitsjak y
Yaakov no subirán al cielo después de su resurrección, sino que heredarán la tierra de Israel.

11:22 “Porque si guardáis cuidadosamente todo este mandamiento que os ordeno para cumplirlo, amando a
HaShem vuestro Dios, andando en todos sus caminos y allegándoos a Él” (LBLA revisada) – Rashí menciona
que es imposible apegarse a Él porque es un fuego consumidor, cf. 10:20. La manera cómo se debe apegarse a
HaShem es apegarse a los estudiosos de la Torá y será considerado como si uno se hubiera apegado a Él.

Sin embargo, por medio de la regeneración del espíritu en el pacto renovado, hay una manera para entrar ante
el trono de HaShem en el espíritu y apegarse a él día y noche, cf. Hebr. 4:14-16. No pierdas esa oportunidad,
querido lector.

11:24 “Todo lugar donde pise la planta de vuestro pie será vuestro; vuestras fronteras serán desde el desierto
hasta el Levanón, y desde el río, el río Prat (Eufrates), hasta el mar occidental.” (LBLA revisada) – Este es el
territorio que finalmente tendrá Israel con la segunda venida de Mashíaj.

En esta parashá se encuentran los mandamientos número 428 – 435 de los 613:

428. Precepto de bendecir a Dios por el sustento, Deuteronomio 8:10.

429. Precepto de amar al converso, Deuteronomio 10:19.

430. Precepto de temer a Dios, Deuteronomio 10:20.

431. Precepto de orar a Dios, 10:20.

432. Precepto de asociarse y apegarse a sabios en Torá, Deuteronomio 10:20.

433. Precepto de jurar en Nombre de Dios a aquel que necesita jurar, Deuteronomio 10:20.

434. Prohibición de beneficiarse de la ornamentación de un ídolo, Deuteronomio 7:25.

435. Prohibición de tomar en nuestra posesión algún objeto de idolatría con el fin de beneficiarse
de él, Deuteronomio 7:26.
Parashá 47 Reé
Deuteronomio 11:26 – 16:17

Aliyás de la Torá:
1. 11:26 – 12:10
2. 12:11 – 12:28
3. 12:29 – 13:18 (19 heb.)
4. 14:1-21
5. 14:22-29
6. 15:1-18
7. 15:19 – 16:17
8. Maftir: 16:13-17

Haftará: Isaías 54:11 – 55:5

Reé

Significa ¡observa! Es más fuerte que shemá que habla de oír y obedecer. Reé tiene que ver con una percepción
más profunda, una visión interior, con los ojos del corazón

Comentarios

Primera aliyá, 11:26 – 12:10

11:26-28 “¡Observa!, hoy pongo delante de vosotros una bendición y una maldición: la bendición, si escucháis
los mandamientos de HaShem vuestro Dios que os ordeno hoy; y la maldición, si no escucháis los
mandamientos de HaShem vuestro Dios, sino que os apartáis del camino que os ordeno hoy, para seguir a
otros dioses que no habéis conocido.” (LBLA revisada) – HaShem presenta dos opciones para que el hombre
pueda elegir. Es una evidencia clara de que el hombre fue creado con libre albedrío. Esta es la razón por la que
esta parashá empieza con la palabra reé, “observa”. La observación que debemos hacer es fijarnos en las dos
opciones que hay para elegir y luego tomar una decisión correcta. Si el hombre hubiera sido creado como una
máquina, no tendría opción para elegir. Cada uno tiene la libertad para escoger. Nadie está obligado a obedecer
o a pecar. Eres libre para escoger el pecado, pero esa libertad no te exime de la responsabilidad y las
consecuencias de tu elección. Podemos elegir entre bendición y maldición que son las consecuencias de la
obediencia y la desobediencia respectivamente. La bendición alcanzará al que obedece y la maldición afectará
al que desobedece. La bendición y la maldición son dos fuerzas sobrenaturales que operan en el mundo
invisible y se manifiestan en el mundo visible.

A base de este versículo, los sabios afirman: “Todo el que crea en la idolatría es como si hubiera negado toda la
Torá.”

11:29 “Y acontecerá, que cuando HaShem tu Dios te lleve a la tierra donde entras para poseerla,
pondrás la bendición sobre el monte Guerizim y la maldición sobre el monte Eival.” (LBLA revisada) – Los
rabinos discuten si realmente se puede hablar de una montaña de maldición y otra de bendición. Según Rashí,
esto se refiere a que la bendición y la maldición son enunciadas sobre estos dos montes respectivamente. El
Targum lo traduce: “Pondrás los que bendicen...” Najmánides escribe que la bendición y la maldición no están
ligadas a esta o aquella montaña. No podemos pensar que la maldición venga de una montaña, sino que aquí
encontramos una forma pedagógica de ilustrar las dos realidades. El pueblo tenía que pronunciar la bendición
hacia una montaña y la maldición hacia la otra montaña.

11:30 “¿No están ellos al otro lado del Yardén, más allá, hacia la puesta del sol, en la tierra de los cananeos
que habitan en el Aravá, lejos de Guilgal, junto al planicie de Moré?” (LBLA revisada) – Las dos montañas,
Guerizim y Eival, con toda probabilidad, son aquellas que hoy en día tienen los mismos nombres, aunque hubo
rabinos, como Eliezer, que hablaron de dos colinas justamente en el otro lado del Yardén. Según Rashí, toda
vez que aparece la palabra ajarei, traducida como “detrás”, “tras” o “más allá”, se refiere a algo lejano.
El monte Eival, 940 metros sobre en nivel del mar, está al norte y el monte Guerizim, 880 metros sobre en nivel
del mar, está al sur. En el valle entre los dos montes se encuentra la ciudad de Shejem. Había una ruta
importante que pasaba por ese lugar que conectaba a Israel con el resto del mundo. Fue un lugar de encuentro
para los viajeros entre el norte, el sur, el este y el oeste. Aquí fue donde Avraham construyó su primer altar, cf.
Génesis 12:6-7, y aquí fue sepultado Yosef, cf. Josué 24:32.

Al colocarse en Shejem, mirando hacia el norte, donde está la montaña Eival, sobre la cual se pronunció la
maldición, la espalda está hacia Yerushalayim. Al voltearse hacia el sur, la montaña de bendición estará delante
y, más allá, está la montaña escogida por HaShem, el monte Tsión.

En Juan 4 hay una discusión religiosa entre el Yeshúa y una samaritana, sobre el lugar de adoración. En ese
caso la palabra adoración tiene que ver con el culto de los sacrificios. Los samaritanos siguen manteniendo la
idea de que Guerizim fue elegido como el monte donde el Eterno iba a poner su Nombre y siguen sacrificando
animales allí.

12:2-3 “Destruiréis completamente todos los lugares donde las naciones que desposeeréis sirven a sus dioses:
sobre los montes altos, sobre las colinas y debajo de todo árbol frondoso. Y demoleréis sus altares, quebraréis
sus pilares, quemaréis a fuego sus árboles de culto, derribaréis las imágenes talladas de sus dioses y borraréis
su nombre de aquel lugar.” (LBLA revisada) – El texto que habla de destruir los lugares de culto pagano y
borrar los nombres de los dioses falsos, está contrastado con el versículo siguiente que dice: “No procederéis
así con HaShem vuestro Dios.” (LBLA revisada), lo cual indica, en primer lugar, que no se puede servir al Eterno
de la misma manera como los idólatras ni levantar altares al Eterno en cualquier lugar, sino sólo en el lugar
escogido por Él. Los rabinos también han interpretado este texto diciendo que está prohibido destruir cosas y
lugares que han sido utilizados en el culto al Eterno.

No tenemos derecho a destruir la idolatría en lugares que no nos pertenecen. El mandamiento es para la tierra
de Israel, que fue entregada a los hijos de Israel. Tenemos autoridad para destruir la idolatría en los territorios
que nos han sido dados, no sobre otros.

12:4 “No procederéis así…” – Si se compara con el verso 3 que dice: “borraréis su nombre” nos puede llevar a
la conclusión de que no podemos borrar el Nombre de HaShem de ningún lugar. De aquí viene el mandamiento
-que es el número 453 en la lista que seguimos- que prohíbe la destrucción de cosas que llevan el Nombre del
Eterno.

12:5 “sino que buscaréis en el lugar en que HaShem vuestro Dios escoja de todas vuestras tribus, para poner
allí su nombre para su morada, y allí vendréis” (LBLA revisada) – Hay un lugar específico que el Eterno ha
escogido para poner allí su Nombre. En ningún otro lugar está permitido ofrecerle sacrificios encendidos. Según
la Mishná,[1] el tabernáculo estuvo en los lugares siguientes:

Guilgal 14 años
Shiló 369 años
Nov 13 años
Guivón 44 años
===============
Total 440 años

Estaba permitido sacrificar en los lugares altos antes de que el tabernáculo fue erigido en el desierto, pero no
durante los 39 años en el desierto. Durante los 14 años de conquista, cuando el tabernáculo estaba en Guilgal,
estaba permitido sacrificar en los lugares altos. Durante los 369 años cuando el tabernáculo estaba en Shiló,
estaba prohibido, pero durante los 57 años cuando estaba en Nov y Guivón, estaba permitido. Después de la
construcción del templo en Yerushalayim los sacrificios en los lugares altos quedaron prohibidos para siempre, a
excepción del sacrificio que el profeta Eliyahu hizo en el monte Karmel, cuando había recibido un permiso
especial de HaShem con el fin de hacer volver el pueblo a HaShem.

El templo de Shelomó permaneció 410 años. Así que el tabernáculo duró más tiempo que el mismo templo de
Shelomó.
Como los Profetas no podían introducir innovaciones en la revelación, sino sólo desarrollar algo que ya fue dado
por medio de Moshé, tenemos que preguntarnos dónde en la Torá de Moshé encontramos el lugar escogido por
el Eterno para poner allí Su Nombre permanentemente. Hay dos testimonios acerca de la ciudad de
Yerushalayim en el Jumash. El primero se encuentra en Génesis 14:18 donde habla del Malki-Tsedek que era
rey y sacerdote en Shalem. Shalem es el mismo lugar que Tsion, es decir Yerushalayim, según el Salmo 76:2
donde está escrito:

“En Shalem está su tabernáculo, y en Tsión su morada” (LBLA revisada)

El Mesías tendrá el ministerio eterno de Malki-Tsedek, de ser tanto Rey como Sacerdote en la misma ciudad,
Yerushalayim, como está escrito en el Salmo 110:4:

“HaShem ha jurado y no se retractará: Tú eres sacerdote para siempre según el orden de Malki-Tsedek.” (LBLA
revisada)

El segundo testimonio que tenemos en el Jumash de un lugar escogido por HaShem para poner allí su nombre
permanentemente, se encuentra en Génesis 22 donde habla de la atadura de Yitsjak sobre el altar en uno de
los montes de la tierra de Moriá.

En Génesis 22:14 está escrito:

“Y llamó Avraham aquel lugar con el nombre de El Eterno Mostrará (Yiré), como se dice hasta hoy: En el monte
de HaShem lo mostrará (yiraé).” (LBLA revisada)

La traducción aramea de Onkelós dice en Génesis 22:14:

“Avraham adoró y oró en este lugar y dijo ante el Eterno: Aquí las generaciones futuras adorarán…”

El lugar donde Avraham sacrificio a su hijo Yitsjak fue un lugar escogido por HaShem y esta verdad fue
revelada a Avraham y a sus descendientes, de manera que siguen reconociendo “hasta hoy” que en ese lugar el
Eterno lo mostrará. ¿Mostrará qué? Mostrará el eje de todo el plan de redención, la muerte del Cordero. ¡En ese
lugar murió Yeshúa como sustituto para todos los hombres! Y así HaShem mostró a todo el mundo su justicia
completa al perdonar al pecador sus pecados.

El Midrash[2] habla de la conexión entre los dos nombres que fueron dados a este lugar por Avraham y Malki-
Tsedek. Avraham llamó ese lugar Yiré y Malki-Tsedek lo llamó Shalem, que significa “completo”, “sano”,
“terminado”. Si se juntan estas dos palabras se puede formar el nombre Yeru-shalam. En los textos hebreos
más antiguos no aparece la yud al final en el nombre de la ciudad, cf. Josué 10:1, donde el nombre Yerushalam
aparece por primera vez. Luego vemos como el nombre del lugar cambió a Yerushalayim, como si fuera en
forma dual. ¿Será que HaShem así nos muestra que hay dos ciudades llamadas Yerushalayim, una terrenal y
otra celestial?, cf. Revelación 3:12; 21:2.

En el lugar donde Avraham reconoció el ministerio superior de Malki-Tsedek y vio la muerte y resurrección del
Hijo, fue luego edificado el Templo de Salomón y el segundo Templo que estuvo en pie cuando Yeshúa fue
enviado al mundo, y será el mismo lugar donde pronto se edificará el tercer Templo.

En el Salmo 132:1-5 está escrito:

“Cántico de ascenso gradual. Acuérdate, HaShem, de David, de toda su aflicción; de cómo juró a HaShem, y
prometió al Poderoso de Yaakov: Ciertamente no entraré en mi casa, ni en mi lecho me acostaré; no daré
sueño a mis ojos, ni a mis párpados adormecimiento, hasta que halle un lugar para HaShem, una morada para
el Poderoso de Yaakov.” (LBLA revisada)

David fue el instrumento que el Eterno escogió para finalmente fijar el lugar de culto escogido por HaShem.

En el Salmo 132:13-14 está escrito:

“Porque HaShem ha escogido a Tsión; la quiso para su habitación. Este es mi lugar de reposo para siempre;
aquí habitaré, porque la he deseado.” (LBLA revisada)
El monte Tsion fue escogido para siempre para ser el lugar donde se fijaría el Nombre del Eterno.

En Yerushalayim hay una marca de relieve en las montañas, de la letra hebrea shin – ‫ – ש‬la primera letra del
nombre Shaddai, que significa “Todosuficiente” y “Todopoderoso”. Así HaShem puso también, de forma física,
uno de sus Nombres en ese lugar.

12:7 “Allí también vosotros y vuestras familias comeréis en presencia de HaShem vuestro Dios, y os alegraréis
en todas vuestras empresas en las cuales HaShem vuestro Dios os ha bendecido.” (LBLA revisada) – El
momento de sentarse en la mesa fue creado por el Eterno para poder estar delante de Él. En Yerushalayim el
pueblo aprendió cómo se debe sentar y comer delante del Eterno. Por eso, la mesa en la casa de un judío es un
lugar sagrado, considerado como un altar. Un judío no se sienta sobre una mesa. La mesa es un lugar de
encuentro con el Eterno para toda la familia. Por lo tanto, es importante que todos los miembros de la familia
coman en los mismos horarios para poder encontrar a HaShem en una comunión familiar.

12:9 “porque todavía no habéis llegado al lugar de reposo y a la heredad que HaShem vuestro Dios os da.”
(LBLA revisada) – Según Rashí, el lugar de reposo se refiere a Shiló y la heredad se refiere a Yerushalayim.

12:10-11a “Cuando crucéis el Yardén y habitéis en la tierra que HaShem vuestro Dios os da en heredad, y Él os
dé descanso de todos vuestros enemigos alrededor de vosotros para que habitéis seguros, entonces sucederá
que al lugar que HaShem vuestro Dios escoja para morada de su nombre…” (LBLA revisada) – La Torá
establece, de manera profética, el momento cuándo iba a ser establecido el lugar permanente para el Nombre
del Eterno. Vemos en este texto que tenía que ser, no solamente después de la conquista de 14 años bajo
Yehoshúa, sino después de que el pueblo de Israel obtuviera paz de todos los enemigos alrededor. Esto no
sucedió hasta el tiempo del rey David que hizo muchas guerras y subyugó a todos los pueblos enemigos de
Israel, cf. 1 Crónicas 18-20.

En 2 Samuel 7:1-2 está escrito:

“Sucedió que cuando el rey ya moraba en su casa, y HaShem le había dado descanso de sus enemigos por
todos lados, el rey dijo al profeta Natán: Mira, yo habito en una casa de cedro, pero el arca de Dios mora en
medio de cortinas.” (LBLA revisada)

En 1 Crónicas 21-22 se habla de la compra del campo donde el templo iba a ser edificado, al norte de la
ciudadela de David. Pero aunque el rey David tenía el gran deseo de construir el templo, no pudo hacerlo, por
causa de que había derramado mucha sangre. Por eso su hijo Shelomó fue escogido para llevar a cabo esa obra
magnífica, como está escrito en 1 Crónicas 22:8-10:

“Pero vino a mí la palabra de HaShem, diciendo: "Tú has derramado sangre en abundancia, y has emprendido
grandes guerras; no edificarás una casa a mi nombre, porque has derramado mucha sangre en la tierra delante
de mí. He aquí, te nacerá un hijo, que será hombre de paz; yo le daré paz de todos sus enemigos en derredor,
pues Shelomó será su nombre y en sus días daré paz y reposo a Israel.” (LBLA revisada)

Desde entonces Yerushalayim es el lugar donde el Nombre del Eterno es fijado para siempre, y es allí donde el
Hijo de David, Yeshúa el Mesías, muy pronto, se sentará sobre el trono de David para gobernar sobre las doce
tribus de Israel y el resto del mundo, como está escrito en Lucas 1:32-33:

“Este será grande y será llamado Hijo del Altísimo; y el Señor Dios le dará el trono de su padre David; y reinará
sobre la casa de Yaakov para siempre, y su reino no tendrá fin.” (LBLA revisada)

Segunda aliyá, 12:11 – 12:28

12:12 “Y os alegraréis en presencia de HaShem vuestro Dios, vosotros, vuestros hijos y vuestras hijas, vuestros
siervos y vuestras siervas, y el levita que vive dentro de vuestras puertas, ya que no tiene parte ni heredad
entre vosotros.” (LBLA revisada) – En la presencia del Eterno hay alegría. Si no experimentas alegría en tu
oración, o cuando te reúnes con tu congregación, algo está fallando, y no estás muy cerca del Eterno. A lo
mejor te estás fijando más en lo exterior que en lo espiritual. Al tener contacto con HaShem en el espíritu,
recibimos mucha alegría. Y si no tienes esa alegría es porque tu espíritu no está conectado con Él, como está
escrito en Gálatas 5:22a:

“Mas el fruto del Espíritu es... gozo...” (LBLA)

12:15 “Sin embargo, podrás matar y comer carne dentro de todas tus puertas, conforme a tu deseo, según la
bendición que HaShem tu Dios te ha dado; el inmundo y el limpio podrán comerla, como si fuera de gacela o de
ciervo.” (LBLA revisada) – Al comparar este texto con Levítico 17:1-10, parece que hay una diferencia entre las
leyes que regían durante el tiempo en el desierto y luego en la Tierra de Israel en cuanto al permiso de comer
carne.

Según Rashí, que sigue la interpretación del rabino Akivá, en Levítico 17:3 se trata de un mandamiento que
tiene que ver sólo con animales que fueron consagrados para ofrendas y aquí, de animales consagrados a los
que les surgió un defecto. Según él, este texto enseña que estos animales pueden ser redimidos e ingeridos en
cualquier lugar.

Sin embargo, según el rabí Ishmael, citado en el Talmud,[3] hubo un cambio de prescripción entre el desierto y
la entrada en la Tierra. Según él, durante la época del mishkán en el desierto, no se podía degollar un animal
para comer su carne sin hacerlo dentro del Tabernáculo y presentarlo en ofrenda sobre el Altar. A partir de la
entrada en la Tierra sí se permitía degollar animales fuera del santuario.

Según el Midrash,[4] esta es una de las ocho prescripciones que la Torá autoriza después de haberlas prohibido
con anterioridad.

12:16, 23 “Sólo que no comeréis la sangre; la derramaréis como agua sobre la tierra… Sólo cuídate de no
comer la sangre, porque la sangre es la vida, y no comerás la vida con la carne.” (LBLA revisada) – Diez veces
se menciona esta prohibición en las Torá para los hijos de Israel, cf. Levítico 3:17; 7:26; 17:10-12, 14; 19:26;
Deuteronomio 12:16; 23, 24, 25; 15:23. Hay tres cosas principales que hay que tener en cuenta en cuanto a la
matanza de un animal puro para que sea apto para comer para los judíos:

1. No puede ser un animal enfermo.


2. No puede haber sufrido antes o en el momento de su muerte.
3. Tiene que ser totalmente desangrado justo después del degüello.

12:17-18 “No te es permitido comer dentro de tus ciudades el diezmo de tu grano, de tu mosto, o de tu aceite,
ni de los primogénitos de tus vacas o de tus ovejas, ni ninguna de las ofrendas votivas que prometas, ni tus
ofrendas voluntarias, ni la ofrenda alzada de tu mano, sino que lo comerás en presencia de HaShem tu Dios en
el lugar que HaShem tu Dios escoja, tú, tu hijo y tu hija, tu siervo y tu sierva, y el levita que vive dentro de tus
puertas; y te alegrarás en presencia de HaShem tu Dios de toda la obra de tus manos.” (LBLA revisada) – Aquí
se habla del segundo diezmo y otras cosas que tienen que ser comidos en el lugar que HaShem ha escogido.

12:19 “Cuídate de no desamparar al levita mientras vivas en tu tierra.” (LBLA revisada) – Si uno no tenía nada
que ofrecer al levita del primer diezmo, se podía dar del diezmo para el pobre. Pero si no hay nada del diezmo
para el pobre, había que darle de los sacrificios de paz. El mandamiento de amparar al levita sólo aplica dentro
de la tierra de Israel, donde el levita no tiene heredad. En la diáspora no sólo el levita está sin heredad en la
tierra, sino todos.

12:20 “Cuando HaShem tu Dios haya extendido tus fronteras como te ha prometido, y tú digas: "Comeré
carne", porque deseas comer carne, entonces podrás comer carne, toda la que desees.” (LBLA revisada) – Esto
nos enseña que sólo se debe comer carne cuando hay prosperidad y amplitud económica, no cuando hay
escasez.

12:21 “Si el lugar que HaShem tu Dios escoge para poner su nombre está muy lejos de ti, entonces podrás
matar de tus vacas y de tus ovejas que HaShem te ha dado, como te he ordenado, y podrás comer dentro de
tus ciudades todo lo que desees.” (LBLA revisada) – En primer lugar se refiere a que ya todos no van a poder
estar viviendo cerca del tabernáculo y así ofrecer sus ofrendas de paz, que se comen en la presencia del Eterno.
Por esto, en la tierra de Israel está permitido comer carne fuera del tabernáculo y del templo.
También se ha interpretado las palabras “dentro de tus ciudades” de manera que al comer carne hay que estar
sometido a las normas de kashrut establecidas por las autoridades en Israel, que se reunían en las puertas de
las ciudades. Hay que consultar con los ancianos antes de matar, para hacerlo de forma correcta.

En la Torá no hay ninguna prohibición para comer carne. Se puede comer toda la que uno desea, solamente
que sea kasher (apta).

12:23 “Sólo cuídate de no comer la sangre, porque la sangre es la vida, y no comerás el alma con la carne.”
(LBLA revisada) – La segunda parte del versículo significa, según Rashí, que no se puede comer un miembro de
un animal vivo. Con otras palabras, no se puede comer la carne de un animal mientras que su alma, en
hebreo nefesh, esté en él. Este mandamiento es también uno de los siete que fueron dados a Noaj y por eso
aplica a todos los hombres, cf. Génesis 9:4.

12:24 “No la comerás; la derramarás como agua sobre la tierra.” (LBLA revisada) – Según Rashí, se refiere a no
comer sangre coagulada.

12:25 “No la comerás, para que te vaya bien a ti y a tus hijos después de ti, porque estarás haciendo lo que es
justo delante de HaShem.” (LBLA revisada) – Según Rashí, aquí se refiere a no comer sangre de órganos. La
expresión “para que te vaya bien” aparece, además de este versículo, en relación con el mandamiento de
honrar a los padres, cf. Deuteronomio 5:16, de la ejecución de un asesino, cf. Deuteronomio 19:13; y con el
mandamiento de no tomar de los pájaros la madre con los huevos o hijos, cf. Deuteronomio 22:6-7.

“estarás haciendo lo que es justo delante de HaShem” – Esta palabra está en contraste con el versículo 8b
donde dice: “cada cual hace lo que le parece bien a sus propios ojos”. ¡En estos dos versículos está la diferencia
entre la vida y la muerte!

Tercera aliyá, 12:29 – 13:18 (19 heb.)

12:30 “cuídate de que no seas atraído tras ellos, después que hayan sido destruidas delante de ti, y de no
buscar sus dioses, diciendo: "¿Cómo servían estas naciones a sus dioses para que yo haga lo mismo?"” (LBLA
revisada) – En este texto vemos la gran importancia de ser muy radical en cuanto a la idolatría y todo lo que
tiene que ver con el culto pagano, tan radical que hasta hay que estar dispuesto a entregar los familiares más
íntimos a la corte de justicia para su ejecución, tan radical que hay que estar dispuesto a eliminar todos los
habitantes de una ciudad y quemarla como ofrenda al Eterno de manera que nunca más sea reconstruida. La
idolatría es tan maligna y tan contagiosa que la Torá establece un comportamiento sumamente violento para
erradicarla de en medio de Israel. Esa es la actitud que HaShem quiere que tengamos siempre. Tenemos que
hacernos la pregunta: ¿tengo algo en mi vida que está conectado con el culto de otra religión que no sea la de
la Torá? ¿Hay algo en mi casa que conecta con la idolatría? ¿Estoy viendo, o permitiendo que mis hijos vean
programas de televisión que tienen que ver con la brujería?, etc. etc. Si vemos algo en nuestras vidas que
puede dar lugar a la idolatría, hay que ser violento con sigo mismo, como dice nuestro Maestro en Mateo 5:29a:

“si tu ojo derecho te es ocasión de caer, arráncalo y échalo de ti…” (LBLA)

Debemos tener una actitud muy radical contra la seducción, incluso en nuestras propias vidas. La gente hoy en
día busca experiencias espirituales. Buscan milagros, señales y profecías. No les importa tanto si las fuentes de
estas manifestaciones están afines con la Torá o no. Les importa más la sensación que estas experiencias
producen en sus almas y en sus cuerpos, que la revelación pura de la Palabra del Eterno. Yeshúa habló de
estos movimientos en los últimos tiempos. Dijo que habría grandes señales y prodigios producidos por los falsos
profetas, como está escrito en Mateo 24:4-5, 11, 24:

“Respondiendo Yeshúa, les dijo: Mirad que nadie os engañe. Porque vendrán muchos en mi nombre, diciendo:
Yo soy el Mesías (“ungido”); y a muchos engañarán... Y se levantarán muchos falsos profetas, y a muchos
engañarán... Porque se levantarán falsos Mesías y falsos profetas, y mostrarán grandes señales y prodigios,
para así engañar, de ser posible, aun a los escogidos.” (LBLA revisada)

Hoy en día se habla mucho de los predicadores “ungidos”. ¡Cuidado! ¡No todo lo que reluce es oro! Tanto en la
Torá de Moshé, como entre los Profetas de las Escrituras, como en la boca del Mesías, hay advertencias muy
claras contra los profetas falsos. Es fácil ser engañado. Las apariencias pueden engañarnos. Nuestras
emociones pueden hacer que creamos en los profetas falsos y que nos metamos en movimientos engañosos.

La Torá de Moshé nos dice cómo podemos saber si los profetas son verdaderos o falsos. Si dicen que la Ley de
Moshé pasó a la historia, o que haya sido abolida por medio de “Jesucristo”, son falsos profetas, por muchos
milagros que hagan. La regla que tenemos para medir a los profetas, no es si tienen poder o no, sino si su
poder, su mensaje y, ante todo, su estilo de vida personal, están de acuerdo con la Torá de Moshé, y con las
enseñanzas de los Escritos Mesiánicos. El que enseña a los demás que Yeshúa no es el Mesías de Israel es un
falso maestro, porque se ha aparatado de la Torá de Moshé que escribe de él en todas las páginas.

La caricatura lamentable, que ha sido muy extendida por el mundo, que presenta a Jesús como el fundador de
una nueva religión, no tiene mucho en común con el verdadero Yeshúa HaMashíaj. La Torá de Moshé, los
Profetas, las Escrituras – Tanaj – y los Escritos Mesiánicos, enseñan que:

 Yeshúa no enseñó a sus discípulos a apartarse de Moshé o las costumbres de Israel.


 Yeshúa no fundó una nueva religión ni dijo que sus seguidores lo hicieran.
 Yeshúa no mezcló sus enseñanzas o prácticas con elementos paganos.

Por lo tanto una religión que ha hecho todas estas cosas, no es un producto del Mesías de Israel ni de sus
seguidores, sino el resultado de una gran apostasía, mencionada por los discípulos del Maestro Yeshúa en los
Escritos Mesiánicos, cf. 2 Pedro 2; Judas; Hechos 20:29-30. Sí Yeshúa hubiera hecho alguna o varias de estas
tres cosas, no sería el Mesías prometido a Israel, según las Escrituras inspiradas. Es tiempo de denunciar la
mentira que se ha divulgado acerca de ese Justo y Santo, para que el mundo judío y cristiano vea que Él es
verdaderamente el que las Escrituras dicen que es. Es tiempo de dejar de dibujar caricaturas del verdadero
Mesías y mostrar su cara judía y su apego a la Torá y a las tradiciones judías de la época. Antes de ser
entregado a la muerte, todos coincidían en que no había ningún delito en él. No encontraron testigos que
pudieran decir nada en contra de él. Era imposible encontrar desobediencia a los mandamientos en este
hombre porque ¡no rompió con el shabat, ni con nada de la Torá de Moshé ni con las reglas establecidas en el
Judaísmo de la época!

13:4(5) “En pos de HaShem vuestro Dios andaréis y a El temeréis; guardaréis sus mandamientos, escucharéis
su voz, le serviréis y a El os uniréis.” (LBLA revisada) – Esto nos da a entender que el Eterno se está moviendo
todo el tiempo, y si no le seguimos nos vamos a quedar atrás. No tenemos una religión estática, monótona,
sino viva, expansiva, desarrolladora y evolutiva, que, a pesar de eso no pierde la base, el punto de partida, que
es la Torá escrita, la Torá oral y la Torá Viviente. Debemos hacernos la pregunta: ¿Qué está haciendo nuestro
Padre celestial en estos momentos? Y luego juntarnos con ese proyecto y colaborar con Él para cumplir con Sus
planes. Fuimos creados para cumplir los planes del Eterno y por eso no nos podemos quedar quietos en algo
estático, sino tenemos que movernos hacia adelante y siempre buscar la presencia del Eterno y ser sensibles
para saber dónde Él camina y seguir en pos de Él y pegarnos a Él todo el tiempo.

En Juan 5:19-20 está escrito:

“Respondió entonces Yeshúa, y les dijo: De cierto, de cierto os digo: No puede el Hijo hacer nada por sí mismo,
sino lo que ve hacer al Padre; porque todo lo que el Padre hace, también lo hace el Hijo igualmente. Porque el
Padre ama al Hijo, y le muestra todas las cosas que él hace; y mayores obras que estas le mostrará, de modo
que vosotros os maravilléis.” (LBLA revisada)

13:11(12) “Entonces todo Israel oirá y temerá, y nunca volverá a hacer tal maldad en medio de ti.” (LBLA) – La
ejecución del reo de muerte sirve, entre otras cosas, para que el pueblo tema ante el pecado y se mantenga
alejado de la idolatría.

Según el Talmud,[5] hay dos de los 613 mandamientos que nunca se han aplicado en la historia: el
mandamiento número 443 en nuestra lista – que habla de incendiar a la ciudad de descarriados a la idolatría y
eliminar a sus ciudadanos y el mandamiento número 474 en nuestra lista – que habla de no construir la ciudad
de los descarriados, cf. Deuteronomio 13:16 (heb 17). ¿Será que se cumplirán estos dos mandamientos con la
segunda venida del Mesías? Él dijo según está escrito en Mateo 5:18:
“Porque en verdad os digo que hasta que pasen el cielo y la tierra, no se perderá ni la letra más pequeña ni una
tilde de la Torá hasta que toda se cumpla.” (LBLA revisada)

Estos mandamientos también tendrán que cumplirse antes de la destrucción del cielo y la tierra.

Cuarta aliyá, 14:1-21

14:1 “Vosotros sois hijos de HaShem vuestro Dios; no os sajaréis ni os rasuraréis la frente a causa de un
muerto.” (LBLA revisada) – Aquí los hijos de Israel son llamados hijos del Eterno.

En Isaías 1:2 está escrito:

“Oíd, cielos, y escucha, tierra, porque HaShem habla: hijos crié y los hice crecer, mas ellos se han rebelado
contra mí.” (LBLA revisada)

Es obvio que los hijos físicos de Israel son considerados por el Eterno como hijos suyos, incluso los que se
hayan rebelado contra Él.

En Juan 11:51-52 está escrito:

“Ahora bien, no dijo esto de su propia iniciativa, sino que siendo el sumo sacerdote ese año, profetizó que
Yeshúa iba a morir por la nación (judía); y no sólo por la nación, sino también para reunir en uno a los hijos
de Dios que están esparcidos.” (LBLA revisada)

Las Escrituras enseñan, por un lado, que los hijos de Israel son llamados hijos de Dios, pero por el otro lado,
enseñan que tienen que cumplir ciertos requisitos para llegar a serlo.

En Mateo 5:9, 44-45 está escrito:

“Dichosos los de limpio corazón, pues ellos serán llamados hijos de Dios... Pero yo os digo: amad a vuestros
enemigos, y orad por los que os persiguen, para que seáis hijos de vuestro Padre que está en los cielos;
porque Él hace salir su sol sobre malos y buenos, y llover sobre justos e injustos.” (LBLA)

Es interesante ver la tensión entre “para que seáis”, y luego “vuestro Padre”. Si Dios ya era su Padre, ¿por qué
tenían que amar a los enemigos para llegar a ser sus hijos? Vemos que hay diferentes significados de la palabra
hijo, y el hecho de tener a Dios por Padre.

En Lucas 6:35-36 está escrito:

“Antes bien, amad a vuestros enemigos, y haced bien, y prestad no esperando nada a cambio, y vuestra
recompensa será grande, y seréis hijos del Altísimo; porque Él es bondadoso para con los ingratos y
perversos. Sed misericordiosos, así como vuestro Padre es misericordioso.” (LBLA)

Vemos la misma tensión aquí. Se dice "vuestro Padre" a aquellos que necesitan amar y prestar sin esperar nada
a cambio para poder llegar a ser hijos de Altísimo. Por un lado ya eran hijos, pero por el otro necesitaban vivir
de acuerdo a los mandamientos para llegar a serlo. Comparemos con dos textos escritos después de la
resurrección del Mesías.

En Efesios 5:1 está escrito:

“Sed, pues, imitadores de Dios como hijos amados.” (LBLA)

En Filipenses 2:15a está escrito:

“Para que seáis irreprensibles y sencillos, hijos de Dios sin tacha en medio de una generación torcida y
perversa...” (LBLA)

Aquí se encuentran los mismo pensamientos, parecidos a los que fueron presentados por Yeshúa.
Hay una conversación radical entre Yeshúa y algunos de los hijos físicos de Israel en Juan 8:31a, 37, 42a, 44a,
47 donde está escrito:

“Entonces Yeshúa decía a los judíos que habían creído en él... Sé que sois descendientes de Avraham; y
sin embargo procuráis matarme porque mi palabra no tiene cabida en vosotros.... Si Dios fuera vuestro
Padre, me amaríais, porque yo salí de Dios y vine de él... sois de vuestro padre el diablo... El que es de
Dios escucha las palabras de Dios; por eso vosotros no escucháis, porque no sois de Dios.” (LBLA)

Este texto nos enseña que no es suficiente ser hijos físicos de Avraham para ser contados como Hijos de Dios.
Estos judíos era hijos físicos de Avraham, circuncidados en la carne, pero no fueron reconocidos como hijos de
Dios por Yeshúa, sino todo lo contrario, como hijos del adversario, satanás.

Según el pensamiento hebreo, el hecho de ser hijo tiene que ver con dos cosas; por un lado significa haber
nacido físicamente y ser un heredero genético de aquel que es llamado padre. Y por el otro lado significa ser un
representante y un seguidor de alguien. Tener a satán como padre no significa que satán podrá engendrar
hijos. De la misma manera, cuando las Escrituras hablan de ser hijo de Dios, no significa que Dios pueda
engendrar, sino que él es tu origen y que tú eres su representante y su seguidor. Teniendo en cuenta esto, es
fácil entender por qué el Mesías y Shaúl enseñan que uno tiene que cumplir los mandamientos de Dios para
llegar a ser un hijo del Padre celestial. De esa manera uno actúa como un buen seguidor y su manera de ser
representa la manera de ser de tu Padre celestial, y de esa manera llegas a ser su hijo.

Toma nota de que aquí no estamos hablando de la salvación, sino el camino para llegar a ser un fiel
representante de Dios.

En las Escrituras también hay otro aspecto en cuanto a ser hijo de Dios – la adopción como hijos.

En Romanos 9:8, 26 está escrito:

“Esto es, no son los hijos de la carne los que son hijos de Dios, sino que los hijos de la promesa son
considerados como descendientes... Y acontecerá que en el lugar donde les fue dicho: "Vosotros no sois mi
pueblo", allí serán llamados hijos del Dios viviente.” (LBLA)

En Romanos 9:3-4 está escrito:

“Porque desearía yo mismo ser anatema, separado del Mesías por amor a mis hermanos, mis parientes según la
carne, que son israelitas, a quienes pertenece la adopción como hijos, y la gloria, los pactos, la
promulgación de la Torá, el culto y las promesas.” (LBLA)

Según este texto, el derecho de ser hijos de Dios pertenece a los hijos físicos de Avraham, Yitsjak e Israel, los
judíos, que eran parientes en la carne del shalíaj Shaúl. Este texto enseña que el derecho de ser hijos de Dios
es algo que pertenece a los hijos de Israel. Pero también nos enseña que, de alguna manera, muchos de los
hijos de Israel pierden ese derecho por causa de su infidelidad contra HaShem, cf. Lucas 15.

En Oseas 1:10 está escrito:

“Y el número de los hijos de Israel será como la arena del mar, que no se puede medir ni contar; y sucederá
que, en el lugar donde se les dice: No sois mi pueblo, se les dirá: hijos del Dios viviente.” (LBLA)

Los hijos de Israel de las diez tribus perdieron el derecho de ser pueblo de Dios, y por lo tanto no fueron
contados más como hijos. Este texto nos enseña, lo mismo que hemos visto antes, que los israelitas pueden
perder lo que les pertenece, por su infidelidad al pacto con HaShem. Pero el profeta habla de una restauración
de ese privilegio, y mediante la redención en el Mesías los descendientes de la casa de Israel, que se habían
perdido entre las naciones, tendrán de vuelta el derecho de ser llamados hijos de Dios.

En Juan 1:12-13 está escrito:


“Pero a todos los que le recibieron, les dio el derecho de llegar a ser hijos de Dios, a los que creen en su
nombre, que no fueron engendrados de sangre ni de la voluntad de la carne, ni de la voluntad del hombre, sino
de Dios.” (LBLA)

Según este texto, todos los que reciben a Yeshúa y creen en su Nombre llegan a ser hijos de Dios. De esa
manera son engendrados por Dios para ser sus hijos. Este texto está hablando tanto a los judíos como a los no
judíos. Esta forma de ser hijo de Dios no se puede obtener por medio de ser descendiente de Israel según la
sangre, ni por la voluntad de la carne, ni por la voluntad de ningún hombre, porque es una obra sobrenatural
hecha por el mismo Dios. Obviamente, en este contexto están excluidos como hijos de Dios, los que reclaman
serlo únicamente por medio de ser descendientes físicos de Israel. Necesitan esta experiencia divina, activada
por medio del Mesias, para poder recibir la potestad de llegar a ser hechos hijos de Dios.

En Gálatas 4:5 está escrito:

“A fin de que redimiera a los que estaban bajo ley, para que recibiéramos la adopción de hijos. Y
porque sois hijos, Dios ha enviado el Espíritu de su Hijo a nuestros corazones, clamando ¡Abba! ¡Padre!”
(LBLA)

Vemos que los que estaban "bajo ley" necesitaban ser redimidos para poder recibir esa adopción de hijos, que
realmente les pertenecía como hijos de Israel, y miembros del pacto. (“Bajo la ley” es una expresión que
significa legalismo, y alude a la parte legalista del judaísmo de la época). Este mismo pensamiento podemos
también encontrar en Efesios 1:4-5, 12-14a, donde está escrito:

“Nos escogió (a los judíos) en él (Mesías) antes de la fundación del mundo, para que fuéramos santos y sin
mancha delante de Él. En amor nos predestinó para adopción como hijos para sí mediante Yeshúa el
Mesías, conforme al beneplácito de su voluntad... a fin de que nosotros (los judíos), que fuimos los primeros en
esperar en el Mesías, seamos para alabanza de su gloria. En él también vosotros (los gentiles), después de
escuchar el mensaje de la verdad, las buenas nuevas de vuestra salvación, y habiendo creído, fuisteis sellados
con el Espíritu de santidad de la promesa, que nos es dado (a judíos y no judíos que recibieron el mensaje de la
verdad) como garantía de nuestra herencia...” (LBLA revisada)
Podemos hacernos la pregunta: ¿No eran Moshé y David, que vivían antes de Yeshúa, verdaderos hijos de
Dios? En el versículo 12 tenemos la respuesta a esta pregunta, como está escrito:

“a fin de que nosotros (los judíos y sus ancestros), que fuimos los primeros en esperar en el Mesías, seamos
para alabanza de su gloria.” (LBLA revisada)

Aquí habla de los que eran los primeros en esperar en el Mesías. Los que esperaban en el Mesías eran los que
vivían antes de Yeshúa. Entonces, según este contexto, los que antes estaban esperando al Mesías están
incluidos entre los que han sido predestinados desde antes de la fundación del mundo para recibir la adopción
como hijos de Dios, mediante Yeshúa el Mesías, en quien tienen redención mediante su sangre, el perdón de
los pecados según las riquezas de la gracia del Padre, cf. versos 1-7. Entonces los que antes habían estado
esperando en el Mesías y habían puesto su confianza en lo que el Eterno iba a hacer por medios de él,
fueron considerados como hijos de Dios.

De la misma manera como nosotros miramos hacia atrás en una obra redentora eterna y terminada con la
muerte y resurrección del Mesías, así también ellos miraron hacia el futuro esperando y creyendo en la misma
obra salvadora, aunque no tenían todos los detalles tan claros como nosotros. Los que vivían antes de Yeshúa
fueron salvos por medio de la fe en el poder redentor de HaShem al igual que nosotros que vivimos después de
la primera venida de Yeshúa. Es la misma fe en la misma obra redentora mediante la sangre del Mesías,
testificada y afirmada por las Sagradas Escrituras desde el principio hasta el fin.

En Juan 5:39, 46 está escrito:

“Examináis las Escrituras, porque vosotros pensáis que en ellas tenéis vida eterna; y ellas son las que dan
testimonio de mí... Porque si creyerais a Moshé, me creeríais a mí, porque de mí escribió él.” (LBLA revisada)

En 1 Pedro 1:10-11 está escrito:


“Acerca de esta salvación, los profetas que profetizaron de la gracia que vendría a vosotros, diligentemente
inquirieron e indagaron, procurando saber qué persona o tiempo indicaba el Espíritu del Mesías dentro de ellos,
al predecir los sufrimientos del Mesías y las glorias que seguirían.” (LBLA revisada)

Según este texto, el Espíritu del Mesías indicaba cosas dentro de los profetas que vivían antes del Mesías. Ellos
sabían que el Mesías iba a venir para morir y luego resucitar. El pueblo que creyó el mensaje de los profetas
recibieron la salvación por la fe en HaShem que iba a enviar al Redentor, que los iba a liberar del pecado y de
la muerte, cf. Génesis 3:15.

La pregunta surge si estos profetas verdaderamente tenían el Espíritu del Mesías morando dentro de ellos todo
el tiempo o si solamente estaba sobre ellos e indicaba cosas dentro de ellos. Es obvio que Moshé y David tenían
el Espíritu del Mesías sobre ellos, pero no sé si verdaderamente tenían el Espíritu morando dentro de ellos como
nosotros lo estamos experimentando, cf. Juan 14:17; Hechos 5:32; 19:2; Romanos 5:5; 8:9, 11, 15-16; 1
Corintios 3:16; 6:19; 2 Corintios 1:21-22; 5:5; Gálatas 3:2, 14; 4:5; Efesios 1:13-14; 4:23, 30; 5:18; 2 Timoteo
1:14; Hebreos 6:4b; Jacobo 4:5; 1 Juan 1:27; 3:24; 4:13.

En Romanos 8:16 está escrito: “El Espíritu mismo da testimonio a nuestro espíritu de que somos hijos de Dios.”
(LBLA)

Parece ser que los que vivieron y murieron antes de la resurrección del Mesías no podían experimentar en su
interior lo que es la regeneración de sus espíritus. Lo tenían "potencialmente", pero no experimentalmente. Lo
tenían en la esperanza, pero no en la experiencia.

Según entiendo, nadie podía experimentar el resultado de la resurrección del Mesías en su interior hasta
después de ese evento, cf. 1 Pedro 1:3. Parece ser que fue lo que ocurrió con los discípulos cuando Yeshúa
sopló sobre ellos después de su resurrección, cf. Juan 20:22. Ellos experimentaron la nueva creación por el
soplo del Hijo de Dios, al igual que Adam experimentó la vida por primera vez, por un soplo del Eterno. La
experiencia de la nueva vida en el Mesías es un resultado de su resurrección, y esa experiencia sobrenatural
ocurrió con los discípulos cuando Yeshúa sopló sobre ellos después de haber resucitado. Por lo tanto, los que
vivían antes de la resurrección de Yeshúa, no habían podido experimentar la regeneración del espíritu. No
podían recibir el Espíritu de Santidad ni como una fuente dentro de sí, cf. Juan 4:14, ni como ríos de agua viva
en su interior, cf. Juan 7:37-39; 2 Corintios 3.

En Juan 14:16-17 está escrito:

“Y yo rogaré al Padre, y Él os dará otro Ayudador para que esté con vosotros para siempre; el Espíritu de
verdad, a quien el mundo no puede recibir, porque ni le ve ni le conoce, pero vosotros sí le conocéis porque
mora con vosotros y estará en vosotros.” (LBLA revisada)

Según mi entendimiento, la fuente dentro del ser humano, de la cual se habla en Juan 4:14, es un resultado de
la experiencia de la regeneración del espíritu del hombre, cuando el Espíritu de Padre entra a morar dentro del
creyente, en su espíritu. Los ríos de agua viva, de los cuales se hablan en Juan 7:37-39, es la experiencia del
sumergimiento (bautismo) en el Espíritu de santidad, que no era posible experimentar antes de que Yeshúa
fuese glorificado. Vemos como los discípulos del Mesías experimentaron, por primera vez, este sumergimiento
espiritual en el día de shavuot(Pentecostés), según el relato en Hechos 2.

En Gálatas 3:26 está escrito:

“Pues todos sois hijos de Dios mediante la fe en el Mesías Yeshúa.” (LBLA revisada)

En Romanos 8:14-15 está escrito:

“Porque todos los que son guiados por el Espíritu de Dios, los tales son hijos de Dios. Pues no habéis recibido
un espíritu de esclavitud para volver otra vez al temor, sino que habéis recibido un espíritu de adopción
como hijos, por el cual clamamos ¡Abba! ¡Padre!” (LBLA)

En 1 Juan 3:1-2, 10; 5:2 está escrito:


“Mirad cuán gran amor nos ha otorgado el Padre, para que seamos llamados hijos de Dios; y eso somos.
Por esto el mundo no nos conoce, porque no le conoció a Él. Amados, ahora somos hijos de Dios y aún no
se ha manifestado lo que habremos de ser. Pero sabemos que cuando él se manifieste, seremos semejantes a
él porque le veremos como él es… En esto se reconocen los hijos de Dios y los hijos del adversario: todo
aquel que no practica la justicia (expresada en la Torá), no es de Dios: tampoco aquel que no ama a su
hermano… En esto sabemos que amamos a los hijos de Dios: cuando amamos a Dios y hacemos sus
mandamientos.” (LBLA revisada)

Los Escritos Mesiánicos enseñan que los que creen en Yeshúa reciben la adopción como hijos de Dios. En el
momento de recibir a Yeshúa, el espíritu del hombre es regenerado y el Espíritu de Dios entra a morar dentro
de su cuerpo que se convierte en un templo santo.

Pero al mismo tiempo vemos que la adopción como hijos de Dios contiene una connotación futura. No nos
hemos convertido en hijos de Dios totalmente, puesto que nuestros cuerpos no han sido transformados todavía,
según Romanos 8:19, 21, 23b donde está escrito:

“Porque el anhelo profundo de la creación es aguardar ansiosamente la revelación de los hijos de Dios... la
creación misma será también liberada de la esclavitud de la corrupción a la libertad de la gloria de los hijos
de Dios... Aun nosotros mismos gemimos en nuestro interior, aguardando ansiosamente la adopción como
hijos, la redención de nuestro cuerpo.” (LBLA revisada)

Sumario:

 Los hijos de Israel son hijos de Dios por ser parte de los pactos.
 Ser hijo significa por un lado ser parte de un pacto familiar y por el otro ser un imitador fiel y un representante
del padre.
 Solamente los hijos de Israel, que son creyentes en el Mesías redentor, serán finalmente reconocidos como
hijos de Dios.
 Uno puede ser hijo de Dios en un nivel sin serlo en otro nivel más alto.
 Los santos que vivían antes de Yeshúa fueron salvos por medio de la fe en El que había prometido la venida del
Mesías sufriente, pero no podían experimentar la regeneración de sus espíritus, porque el Mesías Yeshúa
todavía no había resucitado.
 Para poder ser hijo de Dios, mediante la regeneración del espíritu, hay que recibir a Yeshúa HaMashíaj.
 No seremos plenamente hijos de Dios hasta la segunda venida del Mesías.

Como dijimos antes, ser un hijo no significa obligatoriamente, que uno haya sido engendrado en el sentido
biológico, sino puede significar ser un seguidor, un imitador, un discípulo y un representante. Por lo tanto, los
jueces son también llamados “hijos de Dios” por haber recibido puestos de autoridad y representan al Eterno en
la sociedad, cf. Salmo 82.

En el Talmud podemos leer: [6] Rabí Yehudá dijo: “Cuando os comportáis como hijos sois llamados hijos; si no,
sois llamados esclavos del Eterno”. Rabí Meír decía: “De todas formas sois “hijos” pues se dice: “Son hijos
insensatos”, cf. Jeremías 4:22; Deuteronomio 32:20.

14:2 “Porque eres pueblo santo para HaShem tu Dios; y HaShem te ha escogido para que le seas un pueblo de
su exclusiva posesión de entre los pueblos que están sobre la faz de la tierra. No comerás nada abominable.”
(LBLA revisada) – La santidad tiene mucho que ver con lo que comemos. Hay una diferencia entre lo que está
permitido comer a los hijos de Israel y a las demás naciones. Esta diferencia de comida es debida a la diferencia
entre el nivel de santidad de los hijos de Israel y los demás pueblos.

14:8 “Y el cerdo, aunque tiene la pezuña dividida, no rumia; será impuro para vosotros. No comeréis de su
carne ni tocaréis sus cadáveres.” (LBLA revisada) – Aquí está escrito que el cerdo es impuro “para vosotros”, es
decir para los hijos de HaShem, los hijos de Israel, cf. 14:1-2, no para los demás. Según Rashí, la prohibición
de tocar los cadáveres de estos animales es sólo durante el tiempo de las fiestas.

14:10 “pero no comeréis nada que no tenga aletas ni escamas; será impuro para vosotros.” (LBLA revisada) –
Los animales marítimos que no tienen aletas ni escamas son impuros para los judíos, no para los demás. Esta
escritura nos enseña que sólo para los hijos del Eterno, el pueblo de Israel, estos animales son
prohibidos. Ahora, si una persona, de origen gentil, que se ha convertido al Dios de Israel por medio de
Yeshúa HaMashíaj, ya no está fuera de la esfera espiritual de Israel, como dicen las Escrituras en Romanos
11:17, 24; Efesios 2:11-19; 3:1-7, hace bien si sigue estos mandamientos, porque ha sido apartado de los
demás pueblos para ser diferente, y esa diferencia se notará aun en su manera de comer. Los judíos tienen la
obligación de seguir estas reglas de kashrut para ser santos, y los justos de las naciones hacen bien en seguir
estas reglas para vivir en un nivel alto de santidad. Sin embargo, a los que no son judíos de nacimiento ni de
conversión, no se les puede obligar a cumplir estos mandamientos.

14:21 “No comeréis ningún animal que se muera. Lo podrás dar al forastero que está en tus ciudades, para que
lo coma, o lo podrás vender a un extranjero, porque tú eres un pueblo santo a HaShem tu Dios. No cocerás el
cabrito en la leche de su madre.” (LBLA revisada) – La palabra que ha sido traducida como “que se muera” es
la palabra hebrea nevelá.[7] La Enciclopedia Judaica[8] enseña:

NEVELÁ (Heb. "cadáver"), un sustantivo descriptivo para cualquier animal, pájaro o criatura que haya muerto
como un resultado de cualquier otro proceso que no sea una matanza ritual válida (shejitá).

El Pentateuco prohíbe el consumo de ese tipo de carne, que puede ser dada a un extranjero residente, o
vendida a un no judío (Deuteronomio 14:21; ver también Pes. 21b). El castigo de comer nevelá sólo se aplica
sobre animales “limpios” (Meil. 16a; Maim. Yad, Ma'akhalot Asurot, 4:17) y no está añadiendo al castigo normal
por comer animales “impuros”.

La nevelá es también una de las categorías principales de impureza ritual (tumá), y si se toca o se lleva causa
impureza ritual (Lev. 11:39-40; Maim. Yad, She'ar Avot ha-Tumá, 1–3).

Un extranjero gentil que reside en Israel que ha aceptado no hacer idolatría puede comer animales puros no
degollados según la halajá.

Algunos consideran que aquí se trata solamente de no cocer una cría en la leche de su madre, pero surge la
pregunta si este mandamiento no debe entenderse como un ejemplo de un principio general de no cocer o
comer la carne junto con la leche. Así se ha interpretado en el judaísmo tradicional durante miles de años.

Quinta aliyá, 14:22-29

14:22 “Diezmarás fielmente todo el producto de tu sementera, lo que rinde tu campo cada año.” (LBLA
revisada) – Esto se refiere al primer diezmo, en hebreo maaser rishón, que se entrega a los levitas que lo
pueden comer en cualquier lugar, cf. Números 18:26.

14:23 “Y comerás en la presencia de HaShem tu Dios, en el lugar que Él escoja para poner allí su nombre, el
diezmo de tu grano, de tu mosto y de tu aceite, y los primogénitos de tus vacas y de tus ovejas, para que
aprendas a temer siempre a HaShem tu Dios.” (LBLA revisada) – Aquí se habla del segundo diezmo, en
hebreo maaser shení, que se come en Yerushalayim durante los años primero, segundo, cuarto y quinto del
ciclo de siete años.

14:26 “Y podrás gastar el dinero en todo lo que tu corazón apetezca: en vacas u ovejas, en vino o licor, o en
cualquier otra cosa que tu corazón desee; allí comerás en presencia de HaShem tu Dios, y te alegrarás tú y tu
casa.” (LBLA revisada) – La Torá no prohíbe tomar bebidas alcohólicas. Este texto menciona dos tipos de
bebidas alcohólicas, primero el vino, en hebreo yain,[9] que viene de una raíz que significa “fermentar” y, por lo
tanto, no puede referirse al jugo de uva sin alcohol que se llama tirosh[10] en hebreo. Luego está la palabra
traducida en RV y LBLA como “sidra”, que es la palabra hebrea shejar[11] que significa “bebida embriagante”,
“licor”. Estas bebidas están permitidas ingerir en la ciudad más santa delante del Eterno juntamente con la
comida con el fin de alegrarse delante de HaShem. Sin embargo, las Escrituras prohíben embriagarse. Una
buena regla para una persona adulta es no tomar más de un vaso de vino de 12 grados de alcohol o dos vasos
de 6 grados. Pero si alguien es afectado con menos cantidad, debe ser más cuidadoso.
Al hacer un estudio minucioso del tema, uno se da cuenta de que el límite de las Escrituras no es la total
abstención del alcohol, sino el abuso del mismo, cf. Levítico 10:9; Deuteronomio 14:26; 21:20; Salmo 104:15;
Proverbios 20:1; 21:17; 23:20, 29:35; 31:4, 6; Isaías 5:11; 28:7; Jeremías 35; Daniel 5:21; Oseas 4:11; Juan
2:10; Ef. 5:18; 1 Timoteo 3:3, 8; 5:23; Tito 1:7; 2:3. Un judío no bebe el vino de los gentiles, cf. Daniel 1:5, 8.

14:28-29 “Al fin de cada tercer año, sacarás todo el diezmo de tus productos de aquel año y lo depositarás en
tus ciudades. Y vendrá el levita, que no tiene parte ni herencia contigo, y el forastero, el huérfano y la viuda
que habitan en tus ciudades, y comerán y se saciarán, para que HaShem tu Dios te bendiga en toda obra que
tu mano haga.” (LBLA revisada) – Aquí se habla del diezmo para los pobres en hebreo maaser aní. El levita
recibe el primer diezmo y los pobres reciben el segundo diezmo en los años tercero y sexto del ciclo shmitá. El
comentario “Torá con Rashí”,[12]dice:

“El diezmo (maaser) es la porción del producto agrícola que debe separarse cada año y entregarse a sus
respectivos destinatarios. Los diezmos se dividen en tres partes: primer diezmo (maaser rishón), segundo
diezmo (maaser shení) y diezmo del pobre (maaser aní). Su orden de separación es el siguiente: primero se
separa la trumá (“porción separada”) y es entregada directamente al kohén. Luego se separa el maaser rishón,
el cual es entregado al leví; de aquí el leví separa la parte llamada trumat maaser y se la entrega al kohén (ver
Núm 18:26). Tercero, se separa el maaser shení y es llevado a Yerushalayim para ser ingerido allí; esto es
realizado el primero, segundo y cuarto y quinto años del ciclo agrícola de siete años (ver. Deuteronomio 14:22-
26). En el tercero y sexto años, en lugar del maaser shení se separa el maaser aní, el cual es entregado a los
pobres (Deuteronomio 14:28-29). En el séptimo año no se separan los diezmos.”

Sexta aliyá, 15:1-18

15:1 “Al final de siete años harás una remisión.” (LBLA) – El año de remisión fue creado para ayudar a
equilibrar la desigualdad social dentro de la gran Familia de Israel. La Torá nos presenta aquí tres casos en
cuanto a la pobreza:

1. 15:4-6 “No habrá menesteroso entre vosotros… si sólo escuchas fielmente la voz de HaShem tu Dios…” (LBLA
revisada) – La perfecta obediencia a los mandamientos produciría un alto nivel de bienestar en todo el pueblo
de Israel de manera que nadie necesitara tomar préstamos. Al contrario, darían préstamos a muchas naciones.
2. 15:7-10 – “Si hay un menesteroso contigo…” (LBLA) – En este nivel inferior de obediencia habrá posibilidades
de que hayan pobres entre los israelitas. En tal caso hay una obligación a darles o prestarles lo suficiente para
cubrir sus necesidades, pero no sus caprichos. Si el pobre no puede devolver el préstamo se le perdonará la
deuda en el año de remisión.

Hay muchos textos que hablan de ser generoso con el pobre, cf. Salmo 37:25-26; 41:1-3; 112:5; Proverbios
14:31; 17:5; 19:17; 21:13; 22:9; 28:27; 31:20; Mateo 5:42; Marcos 10:21; Lucas 6:35; 18:22; Romanos 12:13;
Efesios 4:28; Hebreos 13:16. La ayuda social es un asunto importante para los santos.

3. 15:11-18 “Porque nunca faltarán pobres en tu tierra…” (LBLA) – En este nivel de falta de obediencia, la Torá
muestra como nunca van a faltar los pobres entre nosotros y por eso estamos ordenados a ayudarles. Incluso
podía haber tanta pobreza que algunos son vendidos como esclavos. En tal caso tendrían que ser liberados en
el año de remisión con un buen dinerito de despido. El resultado de esta generosidad es que Dios nos bendice
en todo lo que hagamos.

Séptima aliyá, 15:19 – 16:17

15:19-23 “Todo primogénito que nazca de tu ganado… lo comerás… en el lugar que HaShem escoja.” (LBLA
revisada) – Los primogénitos de los rebaños y de los ganados no pueden ser aprovechados para otra cosa que
comida para la familia de un kohén en el templo, o en las ciudades en el caso de que tuvieran algún defecto, cf.
Números 18:8-19. Hoy en día en Israel, como no hay templo, los primogénitos de estos animales son marcados
y dejados junto con el resto de los rebaños y ganados hasta su muerte natural, y no se saca ningún beneficio
de ellos.
16:1 “Guardarás el mes del Aviv y harás Pesaj a HaShem tu Dios, porque en el mes del Aviv HaShem tu Dios te
sacó de Egipto de noche.” (LBLA revisada) – En tres ocasiones la Torá menciona las fiestas sagradas: en
Levítico 23, para citarlas en el orden correcto del anuario; en Números 28, para enseñar los sacrificios que hay
que ofrecer; y en Deuteronomio 16, para resaltar el deber de Israel para hacer peregrinajes a Yerushalayim.

“de noche” – En Números 33:3 está escrito que salieron el día siguiente del sacrificio de pesaj a la vista de
todos los egipcios. Rashí resuelve esta aparente contradicción diciendo que este versículo dice que salieron de
noche porque fue de noche que el Faraón les dio permiso para salir, cf. Éxodo 12:31.

16:2 “Y sacrificarás la Pascua a HaShem tu Dios de tus rebaños y de tus manadas, en el lugar que HaShem
escoja para poner allí su nombre.” (LBLA revisada) – No se puede sacrificar el cordero de pesaj fuera de
Yerushalayim.

16:7 “Y la asarás y la comerás en el lugar que HaShem tu Dios escoja. Luego, por la mañana, regresarás a tu
habitación.” (LBLA revisada) – Según Rashí, la mañana se refiere a la mañana del segundo día de la fiesta, es
decir la mañana del 16 de nisán. Durante el shabat de la fiesta, el 15 de nisán, está prohibido salir fuera de los
límites de la ciudad. Además los varones tenían que estar presentes en el templo durante la ofrenda de
ascensión de la fiesta en la mañana del 15 de nisán.

16:8 “Seis días comerás pan sin levadura, y en el séptimo día habrá una retención para HaShem tu Dios.
Ningún trabajo harás en él.” (LBLA revisada) – Aquí hay una aparente contradicción al texto de Éxodo 12:15
que dice que hay que comer panes sin levadura durante siete días. Rashí da dos posibles interpretaciones para
resolver esto. Por un lado dice que durante siete días se puede comer pan ázimo de la vieja cosecha y durante
seis días de la nueva. La nueva cosecha del año no se podía utilizar hasta después de la presentación de la
ofrenda de un ómer de cebada en el templo. Por lo tanto sólo quedaban seis días para comer panes sin
levadura de la nueva cosecha del año.

Por el otro lado, Rashí se basa en la octava regla de interpretación de Ismael que dice: “Todo lo que estaba
incluido dentro de un enunciado general y que luego fue destacado específicamente para enseñar algo, no fue
destacado solamente para enseñar algo con respecto a sí mismo, sino también a todo lo implicado en el
enunciado general”. Esta interpretación enseña que no es obligatorio comer pan sin levadura el séptimo día, y
entonces tampoco es obligatorio comer pan durante el resto de los días, excepto la primera noche, que
explícitamente fue ordenado en las Escrituras, cf. Éxodo 12:18.

16:9 “Siete semanas contarás; comenzarás a contar siete semanas desde el momento en que empieces a meter
la hoz a la mies.” (LBLA revisada) – La celebración de shavuot, la fiesta de las semanas, está relacionada
con pesaj, es la conclusión de pesaj. La celebración de pesaj y los panes sin levadura se hace en recuerdo de la
libertad de la muerte de los primogénitos y la esclavitud en Egipto. Pero esa libertad no es perfeccionada hasta
que la Torá es entregada en Sinái, lo cual se celebra en shavuot. La libertad no es completa sin la Torá que fue
dada siete semanas más tarde.

16:11 “Y te alegrarás delante de HaShem tu Dios, tú, tu hijo, tu hija, tu siervo, tu sierva, el levita que habita en
tus ciudades, y el forastero, el huérfano y la viuda que están en medio de ti, en el lugar donde HaShem tu Dios
escoja para poner allí su nombre.” (LBLA revisada) – No hay ningún mandamiento que ordene que el pueblo
esté alegre en pesaj, sólo en shavuot y sucot. Esto nos enseña que la alegría por la libertad no es cumplida
hasta la entrega de las normas dadas del cielo, por medio de las cuales el hombre es verdaderamente libre para
saber lo que está permitido y lo que está prohibido. Esos límites producen libertad porque así sabemos en qué
área nos podemos mover sin peligro, como está escrito en Jacobo (Stg.) 1:25 y 2:12:

“Pero el que mira atentamente a la Torá perfecta, la de la libertad, y permanece en ella, no habiéndose
vuelto un oidor olvidadizo sino un hacedor eficaz, éste será dichoso en lo que hace... Así hablad y así proceded,
como los que han de ser juzgados por la Torá de la libertad.” (LBLA revisada)

16:14 “Y te alegrarás en tu fiesta, tú, tu hijo y tu hija, tu siervo y tu sierva, el levita y el forastero, el huérfano
y la viuda que están en tus ciudades.” (LBLA revisada) – Pesaj no es para el extranjero, sólo para los israelitas.
Sucot es para todo el mundo, también para las naciones fuera de Israel. Por eso, durante el reinado mesiánico,
todas las naciones de la tierra estarán obligadas a subir a Yerushalayim para celebrar sucot una vez al año,
como está escrito en el profeta Zacarías 14:16-19

“Y sucederá que todo sobreviviente de todas las naciones que fueron contra Yerushalayim subirán de año en
año para adorar al Rey, HaShem de los ejércitos, y para celebrar la fiesta de los Tabernáculos. Y sucederá que
los de las familias de la tierra que no suban a Yerushalayim para adorar al Rey, HaShem de los ejércitos, no
recibirán lluvia sobre ellos. Y si la familia de Egipto no sube ni viene, entonces sobre ellos no habrá lluvia; será
la plaga con la cual HaShem herirá a las naciones que no suban a celebrar la fiesta de los Tabernáculos. Este
será el castigo de Egipto y el castigo de todas las naciones que no suban a celebrar la fiesta de los
Tabernáculos.” (LBLA revisada)

16:15 “Siete días celebrarás fiesta a HaShem tu Dios en el lugar que escoja HaShem; porque HaShem tu Dios
te bendecirá en todos tus productos y en toda la obra de tus manos; por tanto, estarás realmente alegre.”
(LBLA revisada) – La palabra hebrea para fiesta es jag.[13] Viene de una raíz que significa moverse en círculo.
Esto habla de las danzas alegres que se hacen en las fiestas del Eterno. En la celebración de sucot hay
muchísima alegría y el motivo es, según este texto, por la bendición material que el Eterno ha dado durante las
cosechas del verano. Esto también nos enseña acerca de la gran alegría que habrá durante la celebración
milenaria de sucot por todas aquellas personas que se habrán cosechado para el Reino de los cielos de todas
las naciones de la tierra.

16:17 “Cada hombre dará lo que pueda, de acuerdo con la bendición que HaShem tu Dios te haya dado.” (LBLA
revisada) – Todo varón estaba obligado a llevar sacrificios al templo el primer día de cada fiesta. La alegría no
puede ser completa sin generosidad, como está escrito en Hechos 20:35b:

“Más dichoso es dar que recibir.” (LBLA revisada)

Mashíaj en esta parashá

11:28 “Y la maldición, si no escucháis los mandamientos de HaShem vuestro Dios, sino que os apartáis del
camino que os ordeno hoy, para seguir a otros dioses que no habéis conocido.” (LBLA revisada) – Yeshúa
dijo: “Yo soy el camino”, cf. Juan 14:6. Así que, el camino del cual Moshé está hablando no es solamente la
obediencia a los mandamientos, sino el carácter, la vida y la conducta del Mesías Yeshúa. El que se aparta de
Yeshúa, el Camino, después de haberlo conocido, tendrá maldición y finalmente perderá su salvación.

12:23 “la sangre es la vida, y no comerás la vida con la carne.” (LBLA) – Está prohibido comer la sangre de los
animales, porque la vida está en la sangre. Y de manera contraria, tendrá la vida eterna todo aquel que recibe
la sangre del Mesías, que es su vida, lo cual tiene que ver con el resultado de su sacrificio, y también con la
vida espiritual de la Torá, porque Yeshúa es la Torá Viviente.

15:2 “Así se hará la remisión: todo acreedor hará remisión de lo que haya prestado a su prójimo; no lo exigirá
de su prójimo ni de su hermano, porque se ha proclamado la remisión de HaShem.” (LBLA revisada) – En el
séptimo año el pobre es liberado de toda deuda e incluso de toda esclavitud. De la misma manera cuando
vuelva el Mesías para el séptimo milenio desde Adam, todos los que han puesto su esperanza en él
experimentarán la plena libertad de las deudas causadas por todos sus pecados y la libertad eterna de la
esclavitud del pecado y de la muerte.

15:19, 21 “Todo primogénito… consagrarás al Eterno… lo comerás” – Yeshúa fue el primogénito hijo de
Miryam, su madre, y por eso fue consagrado al Eterno. Fue destinado para ser “comido” por todos sus
seguidores para que su vida fuera parte de todos nosotros.

16:2 “Y sacrificarás la Pascua a HaShem tu Dios de tus rebaños y de tus manadas, en el lugar que HaShem
escoja para poner allí su nombre.” (LBLA revisada) – Yeshúa es el Cordero de Dios, cf. Juan 1:29, 36, y por eso
tuvo que ser sacrificado en Yerushalayim, el lugar escogido por el Eterno, cf. Génesis 22.

16:4 “de la carne que sacrifiques en la tarde del primer día, no quedará nada para la mañana.” (LBLA) – Yeshúa
tuvo que morir a la misma hora que el sacrificio del cordero pascual. Cuando llegó la noche ya estaba muerto y
los hijos de Israel se reunían para comer el cordero de pesaj. No podían dejar nada para la mañana siguiente.
Esto nos enseña que tenemos que apropiarnos de toda lo que nos da la muerte de Yeshúa y saciarnos de sus
consecuencias, como está escrito en Juan 6:54-57, 63: “El que come mi carne y bebe mi sangre, tiene vida
eterna, y yo lo resucitaré en el día final. Porque mi carne es verdadera comida, y mi sangre es verdadera
bebida. El que come mi carne y bebe mi sangre, permanece en mí y yo en él. Como el Padre que vive me
envió, y yo vivo por el Padre, asimismo el que me come, él también vivirá por mí.” (LBLA revisada)

“no quedará nada” – Este texto da un indicio de que con la muerte de Yeshúa el primer hombre fue eliminado.

16:9 “el momento en que empieces a meter la hoz a la mies” (LBLA) – Llegó el día de la resurrección,
simbolizado por la primera cosecha de cebada que se presentaba en el templo el día después
del shabat después de pesaj. Y así hay nueva vida para el hombre.

El segundo hombre fue levantado de entre los muertos. Todos los que son del Mesías ya han sido participantes
de los beneficios de lo que él pasó cuando murió y resucitó. Sin embargo en su segunda venida van a poder
apropiarse plenamente de los resultados extraordinarios de esta obra maravillosa de redención.

16:9 “siete semanas” – Hubo siete semanas entre la salida de Egipto hasta la entrega de la Torá en Sinai.
Egipto simboliza el huerto del Edén, según Génesis 13:10. De la misma manera, entre la salida del huerto del
Edén, de los primero hombres, hasta la entrega de la nueva Torá, habrá siete mil años, mil años por semana.
Ahora han pasado casi 6000 años desde Adam y Javá, y luego habrá 1000 años de shabat antes de que pasen
los cielos y la tierra, cf. Revelación 20-21. La nueva Torá será entregada después de la destrucción de los
cielos y la tierra, porque la Torá que tenemos ahora sólo seguirá teniendo vigencia hasta que pasen el cielo y la
tierra, cf. Mateo 5:18.

Pero luego habrá una Torá nueva para los nuevos cielos y la nueva tierra donde morará la justicia.

¡Baruj HaShem!

En esta parashá se encuentran los mandamientos 436 – 490 de los 613:

436. Precepto de destruir un ídolo y a aquel que lo sirva, Deuteronomio 12:2.

437. Precepto de traer una ofrenda obligatoria o una voluntaria en la primera festividad que se le presente a la
persona, Deuteronomio 12:5-6.

438. Precepto de ofrecer todas las ofrendas en el Santuario y no fuera de él, Deuteronomio 12:14.

439. Precepto de redimir animales consagrados que han sufrido algún defecto, Deuteronomio 12:15.

440. Precepto de degollar a los animales, Deuteronomio 12:21.

441. Precepto de llevar las ofrendas al Templo desde fuera de la Tierra de Israel, Deuteronomio 12:26.

442. Precepto de examinar exhaustivamente a los testigos, Deuteronomio 13:15.

443. Precepto de quemar una ciudad que hace idolatría, Deuteronomio 13:17.

444. Precepto de examinar un ave para que pueda ser ingerida, Deuteronomio 14:11.

445. Precepto de dar el segundo diezmo (maaser shení), Deuteronomio 14:22.

446. Precepto de dar el diezmo al pobre en lugar del segundo diezmo en el tercer año, Deuteronomio 14:28.

447. Precepto de presionar a un gentil para que pague su deuda, Deuteronomio 15:3.

448. Precepto de perdonar una deuda cuando llega el séptimo año (shemitá), Deuteronomio 15:3.

449. Precepto de dar caridad (tsedaká), Deuteronomio 15:8.


450. Precepto de dar una gratificación a un esclavo judío cuando se lo deja libre, Deuteronomio 15:14.

451. Precepto de alegrarse en las festividades, Deuteronomio 16:14.

452. Precepto de presentarse en el Santuario en las festividades, Deuteronomio 16:16.

453. Prohibición de borrar libros sagrados o el Nombre de Dios, así como de destruir recintos sagrados,
Deuteronomio 12:4.

454. Prohibición de ofrecer ofrendas fuera del Santuario, Deuteronomio 12:13.

455. Prohibición de comer del segundo diezmo (maaser shení) de grano fuera de Yerushalayim, Deuteronomio
12:17.

456. Prohibición de beber del segundo diezmo de vino fuera de Yerushalayim, Deuteronomio 12:17.

457. Prohibición de consumir del segundo diezmo de aceite fuera de Yerushalayim, Deuteronomio 12:17.

458. Prohibición de comer un animal primerizo, que no tiene defecto, fuera de la ciudad de Yerushalayim,
Deuteronomio 12:17.

459. Prohibición de comer una ofrenda de pecado (jatat) o una ofrenda de culpa (asham) fuera del Templo,
Deuteronomio 12:17.

460. Prohibición de comer la carne de una ofrenda de ascensión (olá), Deuteronomio 12:17.

461. Prohibición de comer de la carne de una ofrenda de menor grado de santidad (kodashim kalim) antes de que
su sangre sea rociada, Deuteronomio 12:17.

462. Prohibición para los cohanim de comer de las primicias (bikurim) antes de colocarlas en el Atrio del
Santuario (azará), Deuteronomio 12:17.

463. Prohibición de abandonar a los leviim al no darles regalos, Deuteronomio 12:19.

464. Prohibición de comer un miembro de un animal vivo, Deuteronomio 12:23.

465. Prohibición de añadir a los preceptos de la Torá, Deuteronomio 12:32 (heb 13:1).

466. Prohibición de reducir de los preceptos de la Torá, Deuteronomio 13:1.

467. Prohibición de escuchar a alguien que profetiza en nombre de la idolatría, Deuteronomio 13:4.

468. Prohibición de amar a una persona que incite a la idolatría, Deuteronomio 13:9.

469. Prohibición de no odiar a una persona que incite a la idolatría, Deuteronomio 13:9.

470. Prohibición de rescatar a una persona que incite a la idolatría, Deuteronomio 13:9.

471. Prohibición para una persona incitada a la idolatría de hablar en favor de una persona que incita a la idolatría,
Deuteronomio 13:9.

472. Prohibición para una persona incitada a la idolatría de no hablar en contra de una persona que incita a la
idolatría, Deuteronomio 13:9.

473. Prohibición de incitar a alguien a la idolatría, Deuteronomio 13:12.

474. Prohibición de reconstruir una ciudad que ha hecho idolatría, Deuteronomio 13:17.

475. Prohibición de beneficiarse de la riqueza de una ciudad que ha hecho idolatría, Deuteronomio 13:18.

476. Prohibición de hacerse cortes como lo hace un idólatra, Deuteronomio 14:1.


477. Prohibición de arrancarse los cabellos en señal de duelo, Deuteronomio 14:1.

478. Prohibición de comer de las ofrendas de animales descalificados, Deuteronomio 14:3.

479. Prohibición de comer saltamontes no kasher o cualquier insecto alado, Deuteronomio 14:19.

480. Prohibición de comer de cualquier animal que murió por sí mismo, Deuteronomio 14:21.

481. Prohibición de pedir el pago de un préstamo cuando llegó el séptimo año (shemitá), Deuteronomio 15:3.

482. Prohibición de abstenerse de dar a un pobre lo que necesita, Deuteronomio 15:7.

483. Prohibición de abstenerse de prestar dinero debido al séptimo año (shemitá), Deuteronomio 15:9.

484. Prohibición de dejar libre a un siervo judío con las manos vacías, Deuteronomio 15:14.

485. Prohibición de hacer trabajar a animales consagrados, Deuteronomio 15:19.

486. Prohibición de trasquilar animales consagrados, Deuteronomio 15:19.

487. Prohibición de comer sustancias leudadas (jametz) después del mediodía de la víspera de Pésaj,
Deuteronomio 16:3.

488. Prohibición de dejar sobrantes de la ofrenda festiva (jaguigá) de Pesaj hasta el tercer día, Deuteronomio 16:4.

489. Prohibición de ofrecer la ofrenda de Pésaj en un altar propio, Deuteronomio 16:5.

490. Prohibición de ir a Yerushalayim en una festividad sin llevar una ofrenda animal, Deuteronomio 16:16.
Parashá 48 Shoftim

Deuteronomio 16:18 – 21:9

Aliyás de la Torá:

1. 16:18 – 17:13
2. 17:14-20
3. 18:1-5
4. 18:6-13
5. 18:14 – 19:13
6. 19:14 – 20:9
7. 20:10 – 21:9
8. Maftir: 21:7-9

Haftará: Isaías 51:12 – 53:12

Shoftim

Significa jueces.

Comentarios

Primera aliyá, 16:18 – 17:1

16:18 “Nombrarás para ti jueces y oficiales en todas las ciudades que HaShem tu Dios te da, según tus tribus, y
ellos juzgarán al pueblo con justo juicio.” (LBLA revisada) – Un juez es una persona que ha recibido autoridad
para pronunciar sentencias de acuerdo a la Torá y la halajá, sobre las obras o palabras de otras personas. El
juez tiene que condenar al culpable y absolver al inocente. Los oficiales son los que ejecutan las órdenes del
juez. El juez no hace mucho sin un cuerpo policial que le apoye para que sus órdenes se cumplan. La policía no
funciona bien sin los jueces porque tienen que saber qué órdenes ejecutar. Así que estos dos tipos de
funcionarios tienen que trabajar paralelamente para que la sociedad se beneficie de ellos.

“en todas las ciudades” – Había tres tipos de tribunales en Israel, con 3 jueces, 23 jueces y 71 jueces. Las
ciudades con menos de 120 habitantes tenían un tribunal, un beit din, de tres jueces. Las ciudades con más de
120 habitantes tenían un beit din de 23 jueces, llamado “pequeño sanedrín”. Las cortes de tres jueces sólo
podían dictar sentencias sobre asuntos monetarios. Para dar una sentencia de vida o muerte hacía falta un
tribunal de 23 jueces. En Yerushalayim había tres tribunales, dos de 23 jueces y uno de 71, en el cual el sumo
sacerdote era el líder principal. Este último fue llamado el “gran sanedrín”. Los hombres del gran sanedrín se
reunían en un lugar designado para ellos en el templo.
16:19 “No torcerás el juicio; no harás acepción de personas, ni tomarás soborno, porque el soborno ciega los
ojos del sabio y pervierte las palabras del justo.” (LBLA) – La palabra hebrea que ha sido traducida como
“justicia” o “juicio”, es mishpat.[1] Para no torcer un veredicto no se puede seguir la justicia que le parezca bien
al hombre, sino la que HaShem manda en su Torá.

En Romanos 2:20b; 7:7, 12 está escrito: “Tienes en la Torá la expresión misma del conocimiento y de la
verdad... ¿Qué diremos entonces? ¿Es pecado la Torá? ¡De ningún modo! Al contrario, yo no hubiera llegado a
conocer el pecado si no hubiera sido por medio de la Torá; porque yo no hubiera sabido lo que es la codicia, si
la Torá no hubiera dicho: NO CODICIARAS... Así que la Torá es santa, y el mandamiento es santo, justo y
bueno”

En Mateo 23:23b está escrito: “lo más importante de la Torá: la justicia, la misericordia y la fidelidad (o fe)”

En la Torá está expresada la justicia del Eterno que es la base para un veredicto correcto. No se puede torcer la
Torá ni para juzgar ni para legislar. La Torá tienen que ser la base para que el sistema judicial de cualquier país
sea justo, no los criterios humanistas ni lo que piensa la mayoría de la población. El hecho de que la mayoría de
un pueblo tenga cierto comportamiento, no significa que sea un comportamiento justo. No es lo mismo lo
común que lo normal. Un comportamiento común no necesariamente tiene que ser normal, según las normas
establecidas para el hombre. Hay una sola justicia verdadera y esa justicia ha sido revelada de dos maneras, en
la Torá de Moshé y en Yeshúa HaMashíaj, como está escrito en Romanos 3:21:

“Pero ahora, aparte de la Torá, la justicia de Dios ha sido manifestada, atestiguada por la Torá y los profetas.”
(LBLA revisada)

No dice “al contrario de la Torá”, sino “aparte de la Torá”, queriendo decir que la Torá manifiesta la justicia del
Eterno y, además, Yeshúa HaMashíaj revela la misma justicia de una forma diferente, pero no es otra justicia.
El Mesías Yeshúa es la justicia de HaShem, como está escrito en 1 Corintios 1:30:

“Mas por obra suya estáis vosotros en el Mesías Yeshúa, el cual se hizo para nosotros sabiduría de Dios, y
justificación, y santificación, y redención”

La palabra griega que fue traducida como “justificación” es dikayosúne,[2] que significa tanto “justicia” como
“justificación”.

Según entiendo, la expresión “aparte de la Torá”, en Romanos 3:21, no significa que sea otra justicia diferente
a la de la Torá, sino que la justicia del Eterno se ha manifestado de otra manera que no sea solamente a través
de las Escrituras. Son dos revelaciones de Su justicia, la Torá y el Mesías, pero es la misma justicia revelada de
dos maneras. Aparte de la Torá podría entenderse como “además de la Torá”, “paralelamente con la Torá”,
siempre en armonía con la Torá, pero de forma diferente. Una cosa no contradice la otra.

16:20 “La justicia, la justicia buscarás, para que vivas y poseas la tierra que HaShem tu Dios te da.” (LBLA
revisada) – ¿Por qué se repite la palabra justicia dos veces en este texto? Por un lado se puede entenderlo de
manera que para HaShem es muy importante que se emplee la justicia en la nación, y por eso repite la palabra
dos veces. La justicia es uno de los pilares fundamentales para la sociedad.

Por otro lado está hablando de dos manifestaciones de la justicia que hay que buscar (en hebreo dice
“perseguir”). Como hemos visto antes, la primera está en la Torá Escrita. Hay que perseguir esa justicia para
obtener una vida larga en la tierra, con shalom, paz y prosperidad. Pero la otra justicia, que ha sido revelada
aparte de la Torá, es Yeshúa HaMashíaj, la Torá Viviente. Hay que perseguir esa justicia de Dios, dada por
medio de Yeshúa el Mesías, para obtener la vida eterna, como está escrito en Romanos 3:22-24:

“es decir, la justicia de Dios por medio de la fe en Yeshúa el Mesías, para todos los que creen; porque no hay
distinción, por cuanto todos pecaron y no alcanzan la gloria de Dios, siendo justificados gratuitamente por su
gracia por medio de la redención que es en el Mesías Yeshúa.” (LBLA revisada)

Estas dos manifestaciones de la justicia de HaShem se encuentran en Revelación 14:12 donde está escrito:

“Aquí está la paciencia de los santos, los que guardan los mandamientos de Dios y la fe de Yeshúa.” (LBLA
revisada)

Según este texto, ¿quiénes son los santos? Los que buscan estas dos manifestaciones de justicia, la Torá de
Moshé y la fe de Yeshúa.

16:21 “No plantarás para ti un árbol de culto, o cualquier clase de árbol junto al altar de HaShem tu Dios que
hagas para ti.” (LBLA revisada) – Antiguamente había una costumbre de plantar árboles en las entradas de los
templos paganos, cf. Jueces 6:30. Está prohibido plantar árboles en el monte del templo. Como se habla de
cualquier árbol, o madera, se deduce que no está permitido hacer construcciones de madera junto al templo.
Este mandamiento también ha dado lugar a la costumbre de no colocar flores en las sinagogas, por lo menos
no cerca del arón kodesh, el arca sagrada, donde se guardan los rollos de la Torá.
16:22 “Ni levantarás para ti pilar, lo cual aborrece HaShem tu Dios.” (LBLA revisada) – La palabra hebrea que
ha sido traducida como “pilar”, es matsevá,[3] que tiene que ver con una sola piedra grande que sirve como
altar. En el tiempo de los patriarcas HaShem lo aceptó, pero por causa de las prácticas idolátricas de los
cananeos, que usaban ese tipo de piedras, se volvió una abominación para el Eterno, cf. Génesis 28:18, 22;
31:13, 45; 35:14, 20; Éxodo 23:24; 24:4; 34:13; Levítico 26:1; Deuteronomio 12:3; Oseas 10:1-2. Los israelitas
sólo podían hacer altares construidos con piedras o de tierra.
17:1 “No sacrificarás a HaShem tu Dios buey o cordero que tenga defecto o alguna imperfección, porque es
cosa abominable a HaShem tu Dios.” (LBLA revisada) – Yitsjak no podría haber sido un sacrificio al Eterno,
porque no era perfecto del todo. Sin embargo Yeshúa sí, pudo ser ese sacrificio perfecto porque no tenía
pecado.

17:3 “y que haya ido y servido a otros dioses, adorándolos, o adorando al sol, a la luna o a cualquiera de las
huestes celestiales, lo cual yo no he mandado” (LBLA) – La Torá prohíbe la astrología. ¡No leas los horóscopos!
17:8 “Si un caso es demasiado difícil para que puedas juzgar, como entre sangre y sangre, entre veredicto y
veredicto, o entre afección y afección, siendo casos de litigio en tus puertas, te levantarás y subirás al lugar que
HaShem tu Dios escoja” (LBLA revisada) – Según Rashí, “entre sangre y sangre” tiene que ver con dificultad
para determinar si la sangre que sale de una mujer es impura o pura, cf. Levítico 15:19. “Entre veredicto y
veredicto” tiene que ver con las leyes que regulan los daños civiles y las transacciones económicas entre los
individuos, las leyes que regulan las faltas que incurren en castigo corporal y las leyes que regulan en qué casos
se aplica la pena capital. “Entre afección y afección” tiene que ver con definiciones para saber si una afección es
de carácter impura o pura, cf. Levítico 13.
“Si un caso es demasiado difícil para ti para que puedas juzgar…” – Aquí se está hablando a los jueces de las
diferentes ciudades de Israel. La Torá fue escrita en primer lugar a los jueces en Israel. En casos de conflicto,
cuando los jueces menores no podían resolverlo, tendrían que recurrir a instancias más altas, a las autoridades
en Yerushalayim que son los sacerdotes levitas y un juez principal.

17:9 “al juez que haya en esos días” (LBLA) – Aquí habla de un solo juez para cada generación. Era el juez
principal. Más adelante, en 19:17, se habla de “los jueces que haya en esos días”. Esto nos enseña que entre
los jueces que hay, hay un principal.

17:11 “Según los términos de la Torá que ellos te enseñen, y según la sentencia que te declaren, así harás; no
te apartarás a la derecha ni a la izquierda de la palabra que ellos te declaren.” (LBLA revisada) – Esto nos
enseña que parte de la observancia de la Torá es obedecer los decretos de los sabios. No obstante, la sentencia
que dicten las autoridades tiene que ser de acuerdo a la Torá del Eterno. Según Rashí, hay que obedecerles
aunque digan que la derecha es izquierda o la izquierda derecha. Pero el Talmud de Yerushalayim[4] dice todo
lo contrario:

“Se podía pensar que incluso si te dicen que la derecha es la izquierda o que la izquierda es la derecha, aun así
debes obedecerlos. (Para mostrar que no es así) el versículo declara: “ni a la derecha ni a la izquierda”
(Deuteronomio 5:32; 28:14), (lo cual implica hasta) que te digan que la derecha es derecha y la izquierda es
izquierda.”

Compara con Hechos 4:18-20; 5:29b donde está escrito: “Cuando los llamaron, les ordenaron no hablar ni
enseñar en el nombre de Yeshúa. Mas respondiendo Kefa y Jojanán, les dijeron: Vosotros mismos juzgad si es
justo delante de Dios obedecer a vosotros antes que a Dios; porque nosotros no podemos dejar de decir lo que
hemos visto y oído... Debemos obedecer a Dios antes que a los hombres.” (LBLA revisada)

17:12 “Y el hombre que proceda con presunción, no escuchando al sacerdote que está allí para servir a
HaShem tu Dios, ni al juez, ese hombre morirá; así quitarás el mal de en medio de Israel.” (LBLA revisada) – Es
sumamente grande la autoridad delegada al Sanedrín en Yerushalayim, con pena de muerte al que resiste la
sentencia de esa corte suprema. La corte suprema está puesto en lugar de Dios, y el que resiste la autoridad
puesta por Él le resiste a Él mismo, lo cual es un grave delito.
17:13 “Entonces todo el pueblo escuchará y temerá, y no volverá a proceder con presunción.” (LBLA
revisada) – La sentencia de muerte sobre un rebelde sirve, no sólo para quitar el mal de en medio de Israel,
sino para producir respeto y temor reverente al Eterno y a las autoridades puestas por Él.

Segunda aliyá, 17:14-20

17:14 “Cuando entres en la tierra que HaShem tu Dios te da, y la poseas y habites en ella, y digas: "Pondré un
rey sobre mí, como todas las naciones que me rodean"” (LBLA revisada) – La Torá prevé que el pueblo iba a
pedir un rey. La iniciativa de tener un rey no vino de HaShem. Esta palabra se cumplió en 1 Samuel 8:5, donde
dice que el pueblo pidió un rey. El propósito con esta petición no fue para cumplir la Torá, sino ser semejantes
a todos los demás pueblos en la tierra. Esto fue lo que al Eterno se manifestara como triste. HaShem también
había dicho a Avraham en Génesis 17:6 que: “reyes saldrán de ti”, lo cual constituye también una base para
que hubiera reyes en Israel.

17:15 “ciertamente pondrás sobre ti al rey que HaShem tu Dios escoja, a uno de entre tus hermanos pondrás
por rey sobre ti; no pondrás sobre ti a un extranjero que no sea hermano tuyo.” (LBLA revisada) – Esto nos
enseña varias cosas importantes en cuanto al reinado en Israel:

1. El rey tiene que ser escogido por HaShem – por medio de sus profetas.
2. El rey está colocado en una posición sobre Israel.
3. El rey es puesto por el pueblo. La forma de gobierno que el Eterno establece entre los hombres es tanto
teocrático como democrático. Tienen que haber una colaboración en el momento de la instalación de una
autoridad, entre el Eterno y el pueblo que va a ser dirigido por esa autoridad.
4. El rey tiene que ser israelita de nacimiento, no puede ser extranjero.
17:16-17 “Además, no aumentará para sí muchos caballos, ni hará que el pueblo vuelva a Egipto para tener
muchos caballos, pues HaShem te ha dicho: "Jamás volveréis por ese camino.” Tampoco aumentará para sí
muchas mujeres, no sea que su corazón se desvíe; tampoco aumentará para sí grandes cantidades de plata u
oro.” (LBLA revisada) – El rey Shelomó pecó en estas tres áreas:

1. Tuvo muchos caballos e hizo que el pueblo volviera a Egipto, para comprar caballos, cf. 1 Reyes 4:26. El
Talmud[5] dice que sólo puede poseer los suficientes para sus carros, cf. 2 Samuel 8:4.
2. Tuvo muchas mujeres que desviaron su corazón, cf. 1 Reyes 11:3-4. Según el Talmud,[6] sólo podía tener 18
mujeres, basado en el texto de 2 Samuel 12:8 donde HaShem habla de añadir dos veces más a lo que el rey
David ya tenía. Entonces tenía seis esposas.
3. Tuvo mucha plata y oro, cf. 1 Rey 10:21, 27. El Talmud[7] dice que sólo puede poseer lo suficiente para
adjudicar para su corte.
Por pecar en estas tres áreas, HaShem le levantó tres enemigos, cf. 1 Reyes 11:14, 23, 26. Si el rey Shelomó
hubiera hecho caso a la Torá, no hubiera caído en pecado. Todas las caídas de los hombres desde Adam hasta
el último hombre, han sido, son y serán la consecuencia de no haber hecho caso a los mandamientos del
Eterno escritos en la Torá.

Un Midrash[8] cuenta que la yud de la palabra yarbé, “aumentará”, se molestó con el rey Shelomó cuando
transgredió estas prohibiciones de la Torá, y voló ante el trono celestial y se quejó: “Shelomó me desarraigó por
transgredir las prohibiciones de acumular esposas, caballos y riquezas. Ahora ha anulado estas mitsvot,
eventualmente descarte toda la Torá.” HaShem respondió a la yud: “No temas. Shelomó y miles como él
morirán, pero hasta tú, la más pequeña de las letras, jamás serás desarraigada”.

Es muy posible que este Midrash haya estado en la mente de nuestro Maestro cuando pronunció estas palabras
ante el pueblo, como están escritas en Mateo 5:18: “Porque en verdad os digo que hasta que pasen el cielo y la
tierra, no se perderá ni la letra más pequeña ni una tilde de la Torá hasta que toda se cumpla.” (LBLA revisada)
17:18-19 “Y sucederá que cuando él se siente sobre el trono de su reino, escribirá para sí dos copias de esta
Torá en un libro, en presencia de los sacerdotes levitas. La tendrá consigo y la leerá todos los días de su vida,
para que aprenda a temer a HaShem su Dios, observando cuidadosamente todas las palabras de esta Torá y
estos estatutos”(LBLA revisada) – La Torá tenía que ser la base del reino. Por esto el rey tenía que escribir
un Sefer Torá para sí y leerlo todos los días. Según Rashí, la expresión mishné Torá, que aparece en este
versículo, significa que el rey tenía que escribir dos rollos de la Torá, y tener uno en su cámara de tesoro y otro
que entra y sale con él. Los reyes judíos solían tener un Sefer Torá en miniatura que colocaban sobre su brazo
derecho, para que los acompañara constantemente. De este mandamiento se ha legislado que todo varón judío
debe escribir un Sefer Torá, o bien pagar para que un escriba lo haga.

17:20 “para que no se eleve su corazón sobre sus hermanos y no se desvíe del mandamiento ni a la derecha ni
a la izquierda, a fin de que prolongue sus días en su reino, él y sus hijos, en medio de Israel.” (LBLA revisada) –
Una lectura diaria de la Torá produce temor de HaShem y humildad de corazón para la observancia correcta de
los mandamientos. ¿Cuál es el antídoto para la falta de temor de HaShem que tenemos en la sociedad en la
que vivimos? La lectura de la Torá todos los días de la vida.

Tercera aliyá, 18:1-5

18:4 “Le darás las primicias de tu grano, de tu mosto, de tu aceite y del primer esquileo de tus ovejas.” (LBLA
revisada) – La palabra hebrea que ha sido traducida como “primicias” es reshít,[9] que también es la primera
palabra de la Torá, cf. Génesis 1:1.

Cuarta aliyá, 18:6-13

18:5 “Porque HaShem tu Dios le ha escogido a él y a sus hijos de entre todas tus tribus, para que esté de pie y
sirva en el nombre de HaShem, para siempre.” (LBLA revisada) – Este texto nos enseña que el servicio sagrado
se hace de pie.

18:6 “Y si un levita sale de alguna de tus ciudades, de cualquier parte de Israel en que resida, y llega con todo
el deseo de su alma al lugar que HaShem escoja” (LBLA revisada) – Esta es la actitud que hay que tener para
servir al Eterno correctamente. El que no tiene esa actitud no puede hacerle un servicio agradable. Ese deseo
es como un fuego dentro del alma del siervo del Eterno. El fuego en los sacrificios produce un olor fragante
delante del Eterno. Si no hay fuego en nuestras almas a la hora de servir al Eterno, no somos agradables.

18:7 “él ministrará en el nombre de HaShem su Dios, como todos sus hermanos levitas que están allí delante
de HaShem.” (LBLA revisada) – Servir en el Nombre significa tener autorización para hacerlo. El levita tiene
autoridad para servir delante del Eterno, lo mismo que el profeta, cf. 18:19.

18:10-11 “No sea hallado en ti nadie que haga pasar a su hijo o a su hija por el fuego, ni quien practique
adivinación, un pronosticador, un augur, o hechicero, o encantador, o médium, o espiritista, ni quien consulte a
los muertos” (LBLA revisada) – Según Rashí, adivinar es coger su vara y hacer una pregunta como: “¿Debo ir o
no ir?”, cf. Oseas 4:12. Según los sabios, un pronosticador se refiere a uno que hace trucos de magia. El texto
hebreo dice: “que toma los ojos”, que tiene el mismo significado que “que toma el pelo”, es decir uno que
engaña al público con trucos y artes mágicos. Según Rashí, un augur es uno que actúa a base de que el pan
cayó de su boca o un venado cruzó su camino. Es un supersticioso. Un hechicero es uno que practica la magia
negra. Un encantador es uno que agrupa reptiles en un lugar para practicar hechicería o adivinación. Un
médium es uno que piensa que el espíritu de un muerto habla por su axila, mediante nigromancia, o uno que
mete un hueso de un animal en la boca y el hueso habla. Un espiritista es uno que consulta una calavera o una
persona muerta, o va a los cementerios para comunicarse son los espíritus de los muertos. Todos estos ritos
son hechos con espíritus inmundos. (Las palabras españolas que son utilizadas en la traducción no coinciden
necesariamente con la explicación que se da aquí. Estas explicaciones están hechas a base de las palabras
hebreas, no las españolas.)
18:12 “Porque cualquiera que hace estas cosas es abominable a HaShem; y por causa de estas abominaciones
HaShem tu Dios expulsará a esas naciones de delante de ti.” (LBLA revisada) – Cualquiera que practique el
ocultismo se contamina espiritualmente y luego sicológicamente y físicamente. El que practica el ocultismo es
abominable para el Eterno. La práctica del ocultismo fue la principal razón por la que las siete naciones fueron
destruidas y expulsadas de la tierra de Kenáan.
Debemos tener cierto conocimiento de las prácticas ocultas para:

1. Detectarlas en la sociedad y en las personas que nos rodean.


2. Saber ayudar a los que desean ser libres de estos poderes malignos.
3. Protegernos para no ser engañados pensando que esas cosas son lícitas para nosotros.
18:13 “Serás intachable delante de HaShem tu Dios.” (LBLA revisada) – Esto nos enseña que el que practica
alguna de estas cosas nunca podrá llegar a la perfección espiritual.

Quinta aliyá, 18:14 – 19:13

18:14 “Porque esas naciones que vas a desalojar escuchan a los que practican hechicería y a los adivinos, pero
a ti HaShem tu Dios no te lo ha permitido.” (LBLA revisada) – El profeta como Moshé es presentado en
contraste con los adivinos y hechiceros de las naciones gentiles. Por un lado hay algo semejante entre estas
prácticas ocultas y el ministerio del Profeta. Pero por otro lado es algo totalmente diferente. Se parecen en que
están operando desde una dimensión sobrenatural, espiritual. Y se diferencian en que las fuentes de esos
poderes o revelaciones son opuestas. Los adivinos están bajo la influencia de satanás y los malos espíritus. Los
profetas están bajo la influencia del Espíritu del Eterno. Los falsos profetas se parecen a los verdaderos, pero su
fuente de inspiración no es HaShem.
18:15 “Un profeta de en medio de ti, de tus hermanos, como yo, te levantará HaShem tu Dios; a él oiréis.”
(LBLA revisada) – El término español “profeta”, viene del latín profeta, (de origen griego).” Pro-fethes significa
“hablar en vez de”, “ser portavoz de”; “hablar ante alguien”, “hablar en voz alta”; (en gr. también significa
“predecir”). En el griego clásico significa “predicador”. El término hebreo es naví,[10] posiblemente de la raíz
acadia nb, que significa “llamar”, “convocar”. La forma hebrea es pasiva y significa “llamado”, “convocado”.
Aquí presentamos unos puntos que nos muestran cómo es el llamado y el mensaje de los diferentes profetas
que el Eterno levanta:

1. El llamado del naví

a. su origen
I. no humano, cf. Amós 7:15; 2 Pedro 1:20-21
II. divino, cf. Amós 2:11; Jeremías 23:21-22
III. del Espíritu, cf. Números 11:29
b. su autoridad
I. sobre el sacerdote, por ejemplo Moshé
II. sobre el rey, ej. Shemuel, cf. Amós 7:9
III. sobre el pueblo, cf. Isaías 6:9,10
IV. sobre las naciones, cf. Jeremías 1:10
c. su misión
I. práctica
II. oral, es la “boca”, cf. Éxodo 4:16; 7:1; Jeremías 1:9
III. escritural
2. El mensaje del naví
a. el origen del mensaje – una llama divina
I. luz – revelación
II. calor – inspiración
b. la forma del mensaje
I.verbal, cf. Jeremías 23:18b
1. hablado, ej. Moshé, cf. Números 12:8
2. cantado, ej. David
2. visual, cf. Números 12:6; Jeremías 23:18a, ej. Zejariyá
3. vivido
a. representativamente - (acciones simbólicas), ej. Yejezkel
b. personalmente, ej. Yona
c. familiarmente, ej. Hoshea, Yeshayahu
c. el tiempo del mensaje
1. pasado
2. presente
3. futuro
18:18-19 “Un profeta como tú levantaré de entre sus hermanos, y pondré mis palabras en su boca, y él les
hablará todo lo que yo le mande. Y sucederá que a cualquiera que no oiga las palabras que él ha de hablar en
mi nombre, yo mismo le pediré cuenta.” (LBLA revisada) – Los muchos profetas que han surgido en Israel han
cumplido funciones importantes. Todos ellos han cumplido parte de esta profecía, pero ninguno ha estado a la
par de Moshé. Por lo tanto tiene que haber uno que se asemeja a Moshé en muchas áreas de su vida, para que
haya un cumplimiento pleno de esta escritura. Hay mucha similitud entre Yeshúa y Moshé, desde su nacimiento
hasta su muerte. La vida y ministerio de Moshé constituye una sombra profética del mismo Mesías. El Mesías
sería como Moshé. Vamos a ver algunas cosas de la vida de Moshé que se asemejan a la del Mesías Yeshúa:

1) Moshé nació en una situación de peligro y tenía que ser escondido.

En Éxodo 1:22; 2:3b está escrito: “Entonces Faraón ordenó a todo su pueblo, diciendo: Todo hijo que nazca lo
echaréis al río... Entontes puso al niño en ella, y la colocó entre los juncos a la orilla del río.” (LBLA revisada)

Cuando nació el niño, que más adelante llevaría el nombre de “Moshé”, había una amenaza de muerte sobre él.
El Faraón, rey de Egipto, había ordenado que todos los niños varones de Israel fueran brutalmente asesinados,
con el fin de que el pueblo hebreo no se multiplicara más sobre la tierra y para que los egipcios pudieran
dominarlos. Por lo tanto, los padres de este niño hermoso tenían que mantenerle escondido durante varios
meses para salvar su vida.

De la misma manera, cuando el Mesías Yeshúa nació, hubo una amenaza de muerte sobre él, cf. Mateo 2. El
rey Herodes temía que el nuevo rey de los judíos, que había nacido, llegara a quitarle de su puesto. Por eso
mandó matar a todos los niños de Bet-Lejem. Yeshúa, al igual que Moshé, se salvó “por los pelos”. Por la mano
de Dios tanto Moshé como Yeshúa fueron salvados como niños de la mano de los reyes que querían matarlos.

2) El nombre Moshé es una profecía mesiánica.

En Éxodo 2:10b está escrito: “Y le puso por nombre Moshé, diciendo: Pues lo he sacado de las aguas.” (LBLA
revisada)

La hija de Faraón puso el nombre “Moshé”[11] sobre el niño. Ese nombre viene de la palabra mashá,[12] que
significa: “sacar (del agua)”, “hacer salir”, “extraer”, “salvar”. Moshé fue sacado de una muerte segura en el río,
cf. Hechos 7:21, y por eso llegó a ser un cuadro profético del Mesías. Como Moshé fue sacado de la muerte en
el río, el Mesías fue sacado de la muerte, cf. Salmos 18; 69; 88; Zacarías 3:2.

3) Moshé no se aferró a su gloria sino se unió a un pueblo esclavizado.


En Éxodo 2:11a está escrito: “Y aconteció en aquellos días, crecido ya Moshé, salió a sus hermanos...” (LBLA
revisada)

Según he entendido, es posible que Moshé fuera el siguiente rey de Egipto, puesto que eran los hijos de las
hijas de los faraones que llegaron a ser los sucesores del trono. A pesar de esta posición de gloria y riqueza
mundial, Moshé valoró su identidad hebrea más que todos los privilegios de Egipto.

En Hebreos 11:24-27 está escrito: “Por la fe Moshé, cuando era ya grande, rehusó ser llamado hijo de la hija de
Faraón, escogiendo antes ser maltratado con el pueblo de Dios, que gozar de los placeres temporales del
pecado, considerando como mayores riquezas el oprobio del Mesías que los tesoros de Egipto; porque tenía su
mirada puesta en la recompensa. Por la fe salió de Egipto sin temer la ira del rey, porque se mantuvo firme
como viendo al Invisible.” (LBLA revisada)

De la misma manera como Moshé, Yeshúa cuando fue enviado al pueblo judío, no reclamó la gloria que
HaShem había le había dado desde antes de que el mundo existiera, cf. Juan 17:5. Cuando había crecido, en
lugar de aferrarse a la posición de gloria que le pertenecía y la semejanza de Dios que tenía, cf. Mateo 17:2, se
vació de sí mismo y se presentó al mundo como cualquier hombre, cf. Filipenses 2:6-7.

4) Moshé fue rechazado por su propio pueblo cuando vino la primera vez.

En Éxodo 2:14a está escrito: “¿Quién te ha puesto por gobernante y juez sobre nosotros?” (LBLA)

Esta fue la primera vez que Moshé intentó llegar al corazón de sus hermanos. Pero no le reconocieron. En esto
encontramos un evento profético que habla de lo que iba a pasar con el Mesías en su primera venida a su
pueblo, Juan 1:11.

Es cierto que miles y miles le recibieron cuando vino. Es cierto que tres mil le recibieron en el día
de shavuot(Pentecostés), cuando cayó la Ruaj Ha-Kódesh (Espíritu de Santidad). Es cierto que más adelante la
Escritura dice que cinco mil le habían recibido en Yerushalayim. Es cierto lo que dice Hechos 21:20 que hasta
más de 30,000 en Yerushalayim le habían recibido como el Mesías. Es cierto que los primeros 100,000
creyentes mesiánicos eran solamente judíos y es cierto que se calcula que cerca del año 100 de la Era común,
alrededor de 1,000,000 le habían recibido como el Mesías prometido, el Mesías ben Yosef. Pero tristemente la
mayoría del pueblo de Israel no le recibió cuando vino, y él fue rechazado por los líderes y jueces de la nación
judía, que eran los suyos. Por esto él les fue quitado durante mucho tiempo para luego ser presentado otra vez
con poder, igual que Moshé, como dice también el Midrash:[13]

“El redentor futuro será como el primer redentor (Moshé). Al igual que el primer redentor se reveló y luego se
escondió de ellos… así redentor futuro se revelará a ellos, y luego se esconderá de ellos."

5) Moshé volvió a Israel después de mucho tiempo.

En Éxodo 2:23a está escrito: “Y aconteció que pasado mucho tiempo...” (LBLA)

Aunque Moshé estuvo lejos de su pueblo durante mucho tiempo, su corazón estaba con ellos. Y a pesar de que
pudo tener una familia propia, nunca se sentía integrado en el pueblo y la cultura de su suegro Yitró. El primer
hijo que tuvo con su esposa Tsiporá fue llamado Guer-shom, que significa “extranjero allí”. Moshé nunca se
sentía como en casa con su suegro. Su corazón estaba con los israelitas en Egipto. Después de cuarenta años
Moshé fue enviado de vuelta a Egipto para enfrentar al Faraón y sacar a los hijos de Israel de su poder.

De la misma manera el Mesías va a volver, después de mucho tiempo, a Israel con la autoridad de HaShem
para liberar definitivamente a los hijos de Israel de la opresión del sistema del Nuevo Orden Mundial.

6) Moshé fue enviado para enfrentarse directamente con el Faraón y destruir su poder mágico.

En Éxodo 3:10a está escrito: “Ahora pues, ven y te enviaré al Faraón...” (LBLA)
El poder mágico de Egipto tenía el pueblo hebreo bajo esclavitud. La única forma de liberar al pueblo era
desafiar a los poderes de los dioses falsos de Egipto. También el Faraón era adorado como un dios. Los dioses
egipcios habían sido creados con el fin de manipular al pueblo por medio de ellos. Los magos que había en
Egipto conocían los poderes mágicos de los demonios. Moshé fue enviado para desafiar todo ese poder
demoníaco que estaba dominando el sistema mundial político de aquel entonces.

De la misma manera el Mesías vino al mundo para deshacer las obras de satanás, como está escrito en 1 Juan
3:8b: “El Hijo de Dios se manifestó con este propósito: para destruir las obras de satanás.” (LBLA revisada)

Cuando Yeshúa murió, en la misma noche que el cordero pascual fue comido por el pueblo de Israel, el poder
de satanás fue destruido para siempre, como está escrito en Hebreos 2:14-17a: “Así que, por cuanto los hijos
participan de carne y sangre, El igualmente participó también de lo mismo, para anular mediante la muerte
el poder de aquel que tenía el poder de la muerte, es decir, satanás; y librar a los que por el temor a la
muerte, estaban sujetos a esclavitud durante toda la vida. Porque ciertamente no toma a los ángeles, sino que
toma a la descendencia de Avraham. Por tanto, tenía que ser semejante a sus hermanos en todo...” (LBLA
revisada)

7) Moshé fue enviado para liberar al pueblo de la esclavitud bajo el Faraón en Egipto.

En Éxodo 3:10b está escrito: “Para que saques a mi pueblo, los hijos de Israel, de Egipto.” (LBLA revisada)

El Faraón simboliza a satanás. Egipto simboliza el mundo, y la esclavitud de nuestros padres simboliza la
esclavitud de los seres humanos bajo el poder del pecado que mora en ellos.

Como Moshé fue enviado para liberar al pueblo de Israel del poder del Faraón, así el Mesías vino para
liberarnos del poder de satanás.

Como Moshé fue enviado para liberar al pueblo de Israel de la tierra de Egipto, así el Mesías vino para liberar a
los hijos de Avraham del sistema de este mundo.

Como Moshé fue enviado para liberar al pueblo de Israel de la esclavitud, así el Mesías vino para liberarnos de
la esclavitud del pecado, como está escrito en la carta a los Romanos 6:5-7:

“Porque si hemos sido unidos a él en la semejanza de su muerte, ciertamente lo seremos también en la


semejanza de su resurrección, sabiendo esto, que nuestro viejo hombre fue colgado en un madero con él, para
que nuestro cuerpo de pecado fuera destruido, a fin de que ya no seamos esclavos del pecado; porque el
que ha muerto, ha sido libertado del pecado.” (LBLA revisada)

8) Moshé reveló el Nombre santo al pueblo.

En Éxodo 3:16a está escrito: “Ve y reúne a los ancianos de Israel, y diles: HaShem” (LBLA revisada)

Cuando Moshé recibió el llamado de ir al pueblo de sus padres, quiso saber el Nombre de su Dios. Los hijos de
Israel conocían el Nombre del Santo, bendito es, y al venir Moshé pronunciando su Nombre delante de ellos,
reconocieron que verdaderamente había conocido el Dios de Avraham, Yitsjak y Yaakov. Moshé fue
encomendado pronunciar el Nombre delante del pueblo, según está escrito en Shemot 3:15:

“Dijo además Dios a Moshé: Así dirás a los hijos de Israel: "HaShem, el Dios de vuestros padres, el Dios
de Avraham, el Dios de Yitsjak y el Dios de Yaakov, me ha enviado a vosotros.” Este es mi nombre para
siempre, y con él se hará memoria de mí de generación en generación.” (LBLA revisada)

Moshé fue ordenado pronunciar el Nombre delante de los hijos de Israel. Fue enviado para que ellos conocieran
verdaderamente el significado de ese nombre, un significado maravilloso de liberación de la esclavitud, de
redención y de salvación.
De la misma manera vino Yeshúa en el Nombre de HaShem, como está escrito en Juan 12:13 (cf. Salmo
118:25-26): “¡Hoshiana! (sálvanos por favor) Bendito el que viene en el NOMBRE de HaShem, el Rey de
Israel.” (LBLA revisada)

Si Yeshúa hubiera sido HaShem, estaría escrito: “Bendito HaShem, que viene”. Pero no lo dice. No es lo mismo
ser el Eterno que venir en el Nombre del Eterno. Yeshúa no vino en su propio nombre, sino en el Nombre de su
Padre, cf. Juan 5:43. Vino para dar a conocer el Nombre, como está escrito en Juan 17:6a, 26:

“He manifestado tu Nombre a los hombres que del mundo me diste... Yo les he dado a conocer tu Nombre, y lo
daré a conocer, para que el amor con que me amaste esté en ellos y yo en ellos.” (LBLA)

Como Moshé vino a dar a conocer el Nombre de Dios a Israel, así el Mesías Yeshúa vino para dar a conocer el
nombre de Su Padre a Israel.

9) Moshé hizo milagros extraordinarios.

En Éxodo 4:5a está escrito: “Por esto creerán que se te ha aparecido HaShem...” (LBLA revisada)

Moshé fue enviado para hacer milagros extraordinarios. No hemos visto ningún hombre en la tierra, hasta venir
el Mesías Yeshúa, que haya podido hacer milagros tan grandes como los que hizo Moshé. Hay rabinos que
dicen que Yirmeyahu (Jeremías) es el profeta prometido, que fue levantado como Moshé, porque como a
Moshé, el Eterno también le dijo a Yirmeyahu que Sus palabras fueron puestas en su boca, cf. Jeremías 1:9. Es
cierto que Yirmeyahu hablaba la Palabra del Eterno, pero no hizo los milagros que hizo Moshé. Por lo tanto él
no podía haber sido el profeta que el Eterno levantaría como Moshé.

No cabe duda de que los milagros hechos por el Mesías Yeshúa, documentados en los cuatro libros llamados
Evangelios, constituyen una evidencia de que él es el cumplimiento de la promesa de un profeta como Moshé,
con la autoridad del Padre para hacer toda clase de milagros extraordinarios, entre ellos abrir los ojos de los
ciegos, limpiar a los leprosos, restaurar a los paralíticos, expulsar a los demonios y levantar a los muertos.

En Juan 15:24 está escrito: “Si yo no hubiera hecho entre ellos las obras que ningún otro ha hecho, no tendrían
pecado; pero ahora las han visto, y me han odiado a mí y también a mi Padre.” (LBLA)

Como Moshé fue enviado a hacer milagros extraordinarios para enfrentar al maligno y liberar al pueblo, así el
Mesías Yeshúa vino con todo el poder del cielo para destruir las obras de satanás y liberar al pueblo de Israel y
al mundo entero, de las consecuencias de la esclavitud del pecado.

10) Moshé habló las palabras de HaShem.

En Éxodo 4:12b está escrito: “Yo estaré con tu boca, y te enseñaré lo que has de hablar”

Moshé fue el profeta número uno de Israel. No hay ninguno que haya escrito tantas palabras de HaShem como
él. Mediante su ministerio nos ha llegado la revelación de la Torá de una forma maravillosa. Y por medio de su
vida el Mesías nos dio la máxima revelación de la Torá de Dios, como está escrito en Mateo 5:17-18

“No penséis que he venido para abolir la Torá o los profetas; no he venido para abolir, sino para cumplir.
Porque en verdad os digo que hasta que pasen el cielo y la tierra, no se perderá ni la letra más pequeña ni una
tilde de la Torá, hasta que toda se cumpla.” (LBLA revisada)

La palabra “Torá” se refiere en este contexto a los cinco libros de Moshé. El Mesías no vino para anular nada de
los escritos de Moshé, sino al contrario, confirmarlos y vivirlos de una manera perfecta. La palabra “cumplir” en
este contexto se refiere a un término rabínico que tiene que ver con una aplicación correcta de los
mandamientos. Cumplir no significa de ninguna manera terminar o acabar, sino llevar a su máxima aplicación
práctica en la vida diaria.
Como Moshé vino como profeta para darnos la Torá, así vino el Hijo de Dios como el profeta prometido para
hablarnos definitivamente lo que había en el corazón del Padre cuando la Torá fue dada, como está escrito en
Hebreos 1:1-2: “Dios, habiendo hablado hace mucho tiempo, en muchas ocasiones y de muchas maneras a los
padres por los profetas, en estos últimos días nos ha hablado por su Hijo, a quién constituyó heredero de todas
las cosas, por medio de quien hizo también el universo.” (LBLA revisada)

11) Moshé es llamado Dios

En Éxodo 4:16b está escrito: ”Tú serás Dios para él” (Traducción propia)

Moshé es llamado Elohim en las Escrituras. Es exactamente la misma palabra que es usada para el Creador en
Génesis 1:1. Elohim es la palabra más frecuente en las Escrituras para “Dios” y es usada principalmente para el
Creador, pero también para los ángeles. En un par de ocasiones es usada para hombres, en Éxodo 4:16; 7:1
(Moshé), y en Éxodo 22:8-9, donde ha sido traducida como "jueces", refiriéndose a los jueces de Israel. El título
Dios tiene que ver con poder, autoridad y juicio, y en este caso vemos que el Padre delega su autoridad tanto a
los ángeles como a los hombres. De esta manera Moshé es llamado “Dios”, por la autoridad delegada que
recibió.

En Éxodo 7:1 está escrito: “Yo te he hecho Dios (Elohim) para Faraón”

Como Moshé ha recibido la autoridad delegada de funcionar en lugar de Dios en la tierra, así el Yeshúa ha
recibido el derecho de ser llamado Dios como está escrito en Juan 1:1: “Y el Verbo era Dios (juez supremo)”

En Filipenses 2:9 está escrito: “Dios también le exaltó hasta lo sumo, y le confirió el Nombre que es sobre todo
nombre" (LBLA)

Yeshúa ha recibido un nombre que es sobre todo nombre. Esto significa, obviamente, que él no lo tenía antes,
y que no lo tiene en sí mismo.

En Hebreos 1:8a está escrito: “Pero del Hijo dice: Tu trono, oh Dios, es por los siglos de los siglos...” (LBLA)

Hay muchas más áreas de la vida de Moshé que podríamos sacar como sombras del Mesías, pero vamos a
parar aquí recordando las palabras de Yeshúa en Juan 5:39, 46 donde dice:

“Examináis las Escrituras, porque vosotros pensáis que en ellas tenéis vida eterna; y ellas son las que dan
testimonio de mí... Porque si creyerais a Moshé, me creeríais a mí, porque de mí escribió él.” (LBLA revisada)

18:20 “Pero el profeta que hable con presunción en mi nombre una palabra que yo no le haya mandado hablar,
o que hable en el nombre de otros dioses, ese profeta morirá.” (LBLA) – Si una persona pretende profetizar y,
en ese afán o arrebato emocional, diga una sola palabra que el Eterno no haya dicho, es reo de muerte. La
gravedad de este pecado es comparable a un asesinato, idolatría, adulterio y blasfemia. La profecía no es para
jugar, ni para manipular ni para crear un ambiente espiritual en las reuniones. Es fácil mezclar emocionalismo
con inspiración divina. Necesitamos el don de discernimiento de espíritus para saber de dónde viene la
inspiración de las profecías que se pronuncian.

Los sabios de Israel no han podido establecer un criterio sólido por medio del cual se pueda evaluar una
profecía en el momento que es pronunciada, si es verdadera o falsa. La falsa profecía puede sonar igual que la
verdadera. A veces sólo puede ser evaluada por la intuición de otro profeta.

Rashí menciona tres tipos de personas que deben ser ejecutados por manos de los hombres: el que profetiza lo
que no escuchó de Dios, el que profetiza lo que no fue dicho a él, sino a su colega y el que profetiza en nombre
de ídolos. Pero el que suprime su profecía, el que viola las palabras de un profeta o el que viola sus propias
palabras proféticas, morirá por mano del Cielo, como se declara: “Yo mismo lo reclamaré de él.”, cf. v. 19.
18:21-22 “Y si dices en tu corazón: "¿Cómo conoceremos la palabra que HaShem no ha hablado?" Cuando un
profeta hable en el nombre de HaShem, si la cosa no acontece ni se cumple, ésa es palabra que HaShem no ha
hablado; con arrogancia la ha hablado el profeta; no tendrás temor de él.” (LBLA revisada) – La Torá advierte
que si las palabras proféticas no se cumplen, son falsas. Esto es válido sólo para palabras que hablen del futuro
o pretenden revelar secretos. El tiempo mostrará si esas palabras fueron falsas o verdaderas, cf. Jeremías 28.
Las falsas profecías, por muy bonitas que sean, producen que el pueblo confíe en la mentira y se revele contra
el plan de HaShem. Son contaminadas por un espíritu de mentira. Además, hay profecías dadas por espíritus
malignos que dicen la verdad, pero son transmitidas con otro espíritu. Tenemos un ejemplo en Hechos 16:16ss.

19:8-9 “Y si HaShem tu Dios ensancha tu territorio… entonces te añadirás tres ciudades más, además de estas
tres.” (LBLA revisada) – Según Rashí, aquí se refiere a los territorios del keneo, kenizeo y el kadmoneo, cf.
Génesis 15:19, que luego fueron Amón, Edom y Moav. Por lo tanto, cuando esta palabra se cumpla, habrá en
total nueve ciudades de refugio.

Sexta aliyá, 19:14 – 20:9

19:14 “No moverás los linderos de tu prójimo, fijados por los antepasados, en la herencia que recibirás en la
tierra que HaShem tu Dios te da en posesión.” (LBLA revisada) – Esto se refiere a los linderos que fueron
puestos en la tierra de Israel durante su reparto entre las diferentes tribus y familias, después de la conquista.
Todavía hoy en día se puede ver esos linderos en las montañas de Yehudá en las afueras de Yerushalayim.
Esas piedras, que forman fronteras entre las herencias repartidas por Yehoshúa, han estado allí más de 3000
años.
19:18-20 “Y los jueces investigarán minuciosamente; y si el testigo es un testigo falso y ha acusado a su
hermano falsamente, entonces le haréis a él lo que él intentaba hacer a su hermano. Así quitarás el mal de en
medio de ti. Los demás oirán y temerán, y nunca más volverán a hacer una maldad semejante en medio de ti.”
(LBLA revisada) – Vemos aquí la gravedad del falso testimonio y la mentira. La intención de la persona que
testifica falsamente es vista en el cielo como un crimen y tienen que ser juzgada para que el pueblo tema y no
vuelvan a hacer una maldad semejante.

20:2 “Y sucederá que cuando os acerquéis a la batalla, el sacerdote se llegará y hablará al pueblo” (LBLA) – Las
guerras en Israel son de carácter espiritual. Si hay falta de confianza en el Eterno entre los soldados del
ejército, no podrán hacer frente a sus enemigos. Por eso el sacerdote tiene un papel importante para animar y
edificar la fe de los soldados.

20:5 “Y los oficiales hablarán al pueblo, diciendo: "¿Quién es el hombre que ha edificado una casa nueva y no
la ha estrenado? Que salga y regrese a su casa, no sea que muera en la batalla y otro la estrene.” (LBLA
revisada) – Los oficiales tienen aquí la función de tratar casos de carácter social. Las tres cosas mencionadas,
una casa, una viña y una esposa, representan los momentos más felices de la vida natural del hombre. Para
que un soldado israelita no pierda la oportunidad de disfrutar de estos momentos, no podrá hacer cierto
servicio militar mientras esté involucrado en uno de ellos.

Estas tres cosas aparecen aquí en el orden natural. Primero el hombre debe tener casa y trabajo, y luego es
apto para casarse. Cuando el hombre fue creado, HaShem le dio primero una casa, el huerto, luego un trabajo,
la jardinería y después una mujer. Si vienen maldiciones sobre una persona, primero es tocada la relación con
la mujer, luego la casa y finalmente la vida laboral, cf. Deuteronomio 28:30. Maimónides dice en su libro Mishné
Torá: “Es costumbre de personas sensatas que el hombre asegure primero un trabajo que lo alimente, luego
construya una casa y finalmente despose a una mujer, como está dicho: “haber plantado una viña, construido
una casa y luego desposado a una mujer”.

La novia es presentada en las Escrituras con estos tres términos, casa, viña y mujer.

20:8 “Entonces los oficiales hablarán otra vez al pueblo, y dirán: "¿Quién es hombre medroso y de corazón
apocado? Que salga y regrese a su casa para que no haga desfallecer el corazón de sus hermanos como el
corazón suyo.””(LBLA revisada) – Las guerras de Israel son guerras de fe en el Eterno, y la fe no cabe en una
persona que tiene miedo. El temor es lo contrario a la confianza. Por eso los miedosos no podían ser parte del
ejército de Israel para que su incredulidad no dañara la fe de sus compañeros.

20:9 “Y sucederá que cuando los oficiales acaben de hablar al pueblo, nombrarán capitanes de tropas a la
cabeza del pueblo.” (LBLA revisada) – Los capitanes son los dirigentes de la guerra. El sacerdote, v. 2,
representa la vida religiosa, los oficiales, v. 5, representan la vida social, y los capitanes representan la defensa.

Hay tres tipos de guerras en Israel:[14]

1. La guerra de mitsvá – contra las siete naciones y Amalek, ordenada por el Eterno.
2. La guerra de defensa nacional – contra los enemigos que vienen a atacar.
3. La guerra ha-reshut – contra otras naciones para ensanchar el territorio de Israel.
La última tenía que tener el consentimiento del Gran Sanedrín, mientras que las primeras dos podían ser
iniciadas por el rey.

Séptima aliyá 20:10 – 21:9

20:18 “para que ellos no os enseñen a imitar todas las abominaciones que ellos han hecho con sus dioses y no
pequéis contra HaShem vuestro Dios” (LBLA revisada) – Esta es razón por la que había que destruir las siete
naciones de la tierra. Su idolatría había llegado a tal nivel de contaminación que era necesario tomar estas
medidas tan radicales para erradicarlas de entre los hombres. La razón de estas guerras no es el odio, ni el
racismo ni el celo religioso, sino la misma supervivencia del pueblo de Israel y las demás naciones.

21:1 “Si en la tierra que HaShem tu Dios te da para que la poseas, fuera encontrado alguien asesinado,
tendido en el campo, y no se sabe quién lo mató” (LBLA revisada) – Aquí vemos la importancia que HaShem da
al derramamiento de sangre inocente. Un asesinato es algo muy grave. La noticia de la muerte de una sola
persona, de forma violenta, debe estremecer nuestras almas. El proceso judicial para este tipo de caso, es
ordenado para que esa sangre no traiga maldición sobre la tierra y el pueblo. Si hay algo que trae maldición
sobre un pueblo y sobre una tierra, es el derramamiento de sangre inocente. Para HaShem es muy grave, y por
lo tanto, también lo es para nosotros.

21:2 “entonces tus ancianos y tus jueces irán y medirán la distancia a las ciudades que están alrededor del
muerto.” (LBLA) – Según Rashí, aquí la expresión “tus ancianos” se refiere al Gran Sanedrín en Yerushalayim.

21:8 “"Perdona a tu pueblo Israel, al cual has redimido, oh HaShem, y no imputes la sangre inocente a tu
pueblo Israel.” Y la culpa de la sangre les será perdonada.” (LBLA revisada) – Esto nos enseña que existe una
culpa colectiva. Aquí se está pidiendo perdón por el pecado colectivo del pueblo cuando una persona ha
cometido este crimen terrible. Los ancianos y los levitas representan al pueblo entero y, como tal, pueden pedir
perdón por este pecado en nombre del pueblo, para que no vengan las consecuencias de este pecado sobre
todos. La culpa es perdonada, cuando no se sabe quién es el causante de la muerte, al hacer una declaración
de reconocimiento del crimen y de inocencia de los líderes, junto con el sacrificio de una novilla joven que es
matada en un lugar que no ha sido sembrado o trabajado por el hombre. El animal inocente tiene que morir en
lugar del culpable para que HaShem no derrame la ira sobre la nación.

En Génesis 9:5 está escrito: “Y ciertamente pediré cuenta de la sangre de vuestras vidas; de todo animal la
demandaré. Y de todo hombre, del hermano de todo hombre demandaré la vida del hombre.” (LBLA)

Los animales pueden representar a los hombres y morir en lugar de ellos para que haya perdón. Pero estos
animales no pueden sustituir verdaderamente a los hombres, son sólo sombras del “hermano de todo hombre”
que tenía que morir en lugar de nosotros para que hubiera eterno perdón de los pecados.

¡Bendito sea el Eterno por ese hermano!

En esta parashá se encuentran los mandamientos 491 – 531 de los 613:

491. Precepto de nombrar jueces y oficiales en cada comunidad judía, Deuteronomio 16:18.
492. Precepto de obedecer siempre al Sanedrín, Deuteronomio 17:10.
493. Precepto de designar un rey sobre Israel, Deuteronomio 17:15.
494. Precepto para el rey de escribir un Rollo de la Torá (Séfer Torá) para sí mismo, más que otros judíos,
Deuteronomio 17:18.
495. Precepto de dar al cohén la ante pierna, la quijada y el estómago de una ofrenda, Deuteronomio 18:3.
496. Precepto de separar la terumá guedolá, Deuteronomio 18:4.
497. Precepto de dar al cohén lo primero de la lana, Deuteronomio 18:4.
498. Precepto para los cohanim de oficiar en el Santuario por turnos, y juntos durante las festividades,
Deuteronomio 18:6-8.
499. Precepto de escuchar a cualquier profeta que no cambie los preceptos de la Torá, Deuteronomio 18:15.
500. Precepto de designar seis ciudades de refugio, Deuteronomio 19:3.
501. Precepto de hacer a los testigos conspiradores (edim zomemim) conforme habían conspirado hacer contra
otra persona, Deuteronomio 19:19.
502. Precepto de ungir a un cohén para la guerra, Deuteronomio 20:5-7.
503. Precepto de actuar en una guerra opcional conforme la Torá estipula, Deuteronomio 20:10.
504. Precepto de desnucar a una becerra en un valle escabroso, Deuteronomio 21:4.
505. Prohibición de plantar árboles en el Santuario, Deuteronomio 16:21.
506. Prohibición de erigir un pilar para idolatría, Deuteronomio 16:22.
507. Prohibición de ofrecer un animal con un defecto temporal, Deuteronomio 17:1.
508. Prohibición de desobedecer al Sanedrín, Deuteronomio 17:11.
509. Prohibición de designar un rey que no sea judío, Deuteronomio 17:15.
510. Prohibición para el rey de adquirir demasiados caballos, Deuteronomio 17:16.
511. Prohibición de habitar jamás en Egipto, Deuteronomio 17:16.
512. Prohibición para el rey de tener demasiadas esposas, Deuteronomio 17:17.
513. Prohibición para el rey de amasar demasiado oro y plata, sino sólo lo que necesita, Deuteronomio 17:17.
514. Prohibición para los leviím de tener patrimonio territorial en la Tierra de Israel, Deuteronomio 18:1.
515. Prohibición para la tribu de Leví de tomar del botín cuando se conquista la Tierra de Israel, Deuteronomio
18:1.
516. Prohibición de practicar adivinación, Deuteronomio 18:10.
517. Prohibición de practicar hechicería, Deuteronomio 18:10.
518. Prohibición de contratar hechiceros, Deuteronomio 18:10-11.
519. Prohibición de consulta a un espiritista de Ov, Deuteronomio 18:10-11.
520. Prohibición de consulta a un espiritista de Yidoní, Deuteronomio 18:10-11.
521. Prohibición de consultar a un muerto, Deuteronomio 18:10-11.
522. Prohibición de profetizar en falso, Deuteronomio 18:20.
523. Prohibición de profetizar en nombre de un ídolo, Deuteronomio 18:20.
524. Prohibición de abstenerse de matar a un falso profeta y tenerle miedo, Deuteronomio 18:22.
525. Prohibición de alterar los lindes entre nuestra propiedad y la ajena, Deuteronomio 19:14.
526. Prohibición de juzgar con un solo testigo, Deuteronomio 19:15.
527. Prohibición de apiadarse de una persona que causa daños monetarios, Deuteronomio 19:21.
528. Prohibición de temer al enemigo en la batalla, Deuteronomio 20:1.
529. Prohibición de dejar vivos a los habitantes de Kenáan, Deuteronomio 20:16.
530. Prohibición de cortar los árboles de una ciudad cuando se le hace la guerra, Deuteronomio 20:19.
531. Prohibición de arar o plantar en el valle escabroso donde la becerra fue desnucada, Deuteronomio 2
Parashá 49 Ki Tetsé

Deuteronomio 21:10 – 25:19

Aliyás de la Torá:

1. 21:10-21
2. 21:22 – 22:7
3. 22:8 – 23:6 (heb. 23:7)
4. 23:7(8)-23:23 (24)
5. 23:24(25) – 24:4
6. 24:5-13
7. 24:14 – 25:19
8. Maftir: 25:17-19

Haftará: Isaías 54:1-10

Ki Tetsé

Significa “cuando salgas”.

Comentarios

Primera aliyá, 21:10-21

21:12 “la traerás a tu casa, y ella se rasurará la cabeza y dejará crecer sus uñas” (LBLA revisada) – Si un
hombre desea casarse con una prisionera que ha sido tomada en una guerra no obligatoria, tendrá que hacer
que se rape y deje crecer sus uñas para que no se engañe por las apariencias físicas. Si él la sigue queriendo a
pesar de no tener un aspecto físico tan agradable, el proceso matrimonial seguirá.

21:13 “También se quitará el vestido de su cautiverio, permanecerá en tu casa y llorará por su padre y por su
madre por todo un mes; después de eso podrás llegarte a ella y ser su marido, y ella será tu mujer.” (LBLA
revisada) – Según el Midrash,[1] las hijas de los pueblos de la antigüedad se adornaban en tiempos de guerra
para seducir sexualmente a los enemigos. Por lo tanto aquí se refiere a ropas atractivas que tenía la prisionera
antes de ser capturada. El propósito de quitarlas es que el varón ya no la encuentre atractiva como antes.
Antes de poder casarse con una prisionera de guerra, habrá que esperar un mes para que ella pueda “llorar por
su padre y por su madre”. Esto nos enseña por un lado, que HaShem está interesado en que su alma sea
consolada antes del casamiento. También nos enseña que HaShem no quiere que el varón no tome una
decisión precipitada. Ella tenía que llorar tanto tiempo para que el hombre no la vea contenta y feliz, sino poco
atractiva en comparación con las mujeres israelitas.

Otra opción de interpretación sería que se esté hablando de cortar los cabellos y las uñas (el texto hebreo dice
literalmente “hará las uñas”), con el fin de que pase por una especie de purificación, semejante a la de los
leprosos, nazarenos y levitas cuando rasuraron todo el pelo de su cuerpo, cf. Levítico 14:9; Números 6:9; 8:7.
Es un tipo de conversión para que la cautiva deje su identidad anterior y sea parte del pueblo de Israel.

“un mes” – La esclava puede ser comparada con Israel, que estuvo en Egipto. HaShem la sacó de la esclavitud
del Faraón. Cuando su dueño anterior había muerto, ella era libre para casarse con HaShem. Pero como
HaShem no quebranta su Torá, él tuvo que esperar como mínimo 30 días para que se pudiera casar con ella.
Por eso, entre otros motivos, hubo un tiempo de espera entre la salida de Egipto y la entrega de la Ketuvá
(escritura), el contrato matrimonial, en Sinái.

21:14 “Pero sucederá que si no te agrada, la dejarás ir adonde quiera; mas ciertamente no la venderás por
dinero, ni la maltratarás, porque la has humillado.” (LBLA revisada) – El propósito de este trato con esta mujer
es que no sea agradable para el hombre. No es una situación ideal que él se case con ella, porque puede traer
consecuencias negativas en el futuro, y por esto HaShem establece estas reglas para que finalmente él se dé
cuenta que no le conviene casarse con ella. La Torá no prohíbe este tipo de matrimonio, más bien lo desanima
con estas medidas. Si el hombre se quiere casar a pesar de esto, puede hacerlo. Sin embargo corre el riesgo de
que con el tiempo ella se convierta en una mujer aborrecida, según los siguientes versículos, y, eventualmente
nazca un hijo rebelde de su matrimonio, según los versículos que luego seguirán. Según el Midrash,[2] la madre
del rebelde Avshalom era una gentil cautiva de guerra que el rey David había capturado.

21:15-16 “no puede él hacer primogénito al hijo de la amada con preferencia al hijo de la aborrecida, que es el
primogénito, el día que reparta lo que tiene entre sus hijos, no puede él hacer primogénito al hijo de la amada
con preferencia al hijo de la aborrecida, que es el primogénito” (LBLA revisada) – Esto nos enseña que cuando
Yaakov dio la primogenitura a los hijos de Yosef, que era el hijo de su mujer preferida, no lo hizo por causa de
su amor por Rajel, sino por otros motivos. Reuvén perdió su primogenitura por su pecado de adulterio. Shimón
y Leví perdieron a su vez la oportunidad de obtenerla por su violencia en la ciudad de Shejem. Yehudá recibió
una bendición especial, pero la primogenitura pasó a los hijos de Yosef, por revelación profética, cf. 1 Crónicas
5:1-2. También debemos destacar el hecho de que antes de la entrega de la Torá hubo leyes que no fueron
guardadas por los patriarcas.

21:17 “sino que reconocerá al primogénito, al hijo de la aborrecida, dándole una porción doble de todo lo que
tiene, porque él es el principio de su vigor; a él pertenece el derecho de primogenitura.” (LBLA revisada) –
Cuando dice que el primogénito hereda una porción doble de todo lo que el padre tiene, significa que él tendrá
una doble porción entre los hermanos que reciben la herencia. Según R. Munk,[3] al principio los primogénitos
iban a ser los sacerdotes y por eso no tendrían ninguna herencia de tierra. Por eso obtuvo la doble porción de
los bienes del padre, exceptuando su terreno.

21:18 “Si un hombre tiene un hijo terco y rebelde que no obedece a su padre ni a su madre, y cuando lo
castigan, ni aun así les hace caso” – La palabra hebrea que ha sido traducida como “terco” es sarar,[4] que
significa “descarriado”. La raíz de la palabra hebrea que ha sido traducida como “rebelde” es mará,[5] que
significa “desobedecer”, “negarse”. Se trata de uno que desobedece las palabras del padre. La rebeldía es
considerada por el Eterno como una actitud muy grave y tiene que ser duramente corregida en la vida de un
niño antes de que llegue a la adolescencia.

Según el Talmud,[6] aquí se trata de un joven, mayor de 13 años, porque de otra forma no podría ser juzgado
ante el tribunal, específicamente se refiere a un hijo en los tres primeros meses después de su bar mitsvá.
Después de esos tres meses ya no se aplican las leyes del “hijo descarriado y rebelde”.

Cuando aquí se habla de castigarlo se refiere a hacer una advertencia formal ante el tribunal para que sea
azotado. Si luego sigue robando de su padre para comer mucha carne y beber mucho vino, tendrá que ser
ejecutado. La tradición enseña que este caso de la ejecución de un joven rebelde, llamado glotón y bebedor,
nunca se ha dado en la historia de Israel por no cumplir todas las exigencias requeridas por los jueces.

Y como no se ha cumplido en la historia del pueblo de Israel, ¿será que cuando vuelva Mashíaj se cumplirá,
conforme a lo que dijo: “…hasta que toda se cumpla”, cf. Mateo 5:18?

21:20 “y dirán a los ancianos de la ciudad: "Este hijo nuestro es terco y rebelde, no nos obedece, es glotón y
borracho.” (LBLA revisada)” – El carácter insaciable es considerado como algo muy negativo por la Torá. El
dominio propio es fruto del Espíritu de Santidad, cf. Gálatas 5:23; 2 Timoteo 1:7. La autodisciplina es parte de
un buen carácter y algo que los padres tienen que enseñar a sus hijos desde pequeños. Una de las tareas más
importantes que tienen los padres es enseñar a sus hijos a no ser esclavos de sus deseos, sino dominar sus
impulsos y ser dirigidos por principios. La falta de dominio propio es condenada por la Torá. Hay especialmente
dos áreas donde el hombre tiene que aprender a dominarse, la comida y el sexo. Si no puede domar estas dos
áreas en su vida, nunca llegará a ser maduro espiritualmente. La borrachera es condenada por la Torá. El
Maestro Yeshúa fue falsamente acusado de ser un glotón y borracho, cf. Mateo 11:19.
Segunda aliyá, 21:22 – 22:7

21:22 “Y si un hombre ha cometido pecado digno de muerte, y se le ha dado muerte, y lo has colgado de un
árbol” (LBLA) – Aquí se habla de primero dar muerte al culpable y luego colgarle en un árbol. La palabra hebrea
para árbol, ets,[7] significa “árbol(es)”, “planta”, “madera”, “leña”. De aquí aprendemos que el Mesías podía
haber sido colgado en un árbol, cf. Gálatas 3:13.

21:23 “su cuerpo no colgará del árbol durante la noche, sino que ciertamente lo enterrarás el mismo día (pues
el colgado es maldito de Dios), para que no contamines la tierra que HaShem tu Dios te da en heredad.” (LBLA
revisada)– Este mandamiento se aplica a todos los muertos en Israel. Hay que enterrarlos el mismo día cuando
mueren. Sólo se puede demorar el entierro si el hecho de esperar un día más da más honra al muerto. Si las
leyes de un país en la diáspora prohíbe que se entierre el mismo día, hay que respetarlas. Sin embargo, es
considerada una deshonra para el muerto dilatar el tiempo hasta ser sembrado en la tierra para que pueda
resucitar. También es considerado una deshonra dejar el cadáver sólo, sin atención.

En este texto encontramos una evidencia de que el día termina con la caída del sol, no a la medianoche o por la
mañana.

“para que no contamines la tierra” – La tierra se contamina por un cadáver que ha sido colgado sobre un
madero, si no es enterrado el mismo día.

22:1 “No verás extraviado el buey de tu hermano, o su oveja, sin que te ocupes de ellos; sin falta los llevarás a
tu hermano.” (LBLA revisada) – Si encuentras algo por allí que no es tuyo, no tienes el derecho de apropiarte
de eso. Si sabes de quién es o si tienes la posibilidad de hacer una búsqueda para saber quién es el dueño de la
cosa perdida, tienes la obligación de buscar a la persona y devolver el objeto o el animal perdido. Si no sabes
de quién es, podrás guardar la cosa o el animal, hasta que alguien pregunte por ello. Entonces tendrás que
devolverlo.

Esto nos enseña acerca de la importancia que la Torá da al derecho de propiedad privada. Es muy importante
no apropiarse de los bienes ajenos. Cualquier forma de apropiación de bienes ajenos es un hurto, incluso del
tiempo.

22:2 “Y si tu hermano no está cerca de ti, o si no lo conoces, entonces lo traerás a tu casa, y estará contigo
hasta que tu hermano lo busque; entonces se lo devolverás.” (LBLA revisada) – El Talmud[8] dice que si es un
animal que come y produce, debe producir y comer. Pero si es un objeto que no produce o come, debe ser
vendido. El dinero se guarda y luego lo entrega al dueño del objeto. Así el que extravió el objeto no pierde nada
si es un objeto que se deteriora con el tiempo.

22:3 “Así harás con su asno, y asimismo harás con su vestido; lo mismo harás con cualquier cosa perdida que
tu hermano haya perdido y que tú halles. No te es permitido esconderte.” (LBLA revisada) – De aquí se saca la
idea de poner una señal o una nota para que la persona pueda encontrar al que ha encontrado lo perdido. En el
tiempo del segundo templo había un lugar fuera de Yerushalayim donde la gente podía entregar y retirar
objetos perdidos. Después de la destrucción del templo se anunciaban los bienes perdidos en las sinagogas y
las casas de estudio.

Este principio puede ser encontrado también en los países donde la Torá ha tenido influencia sobre la
conciencia de la población, de modo que el nivel de honestidad sea alto. Por ejemplo, la policía sueca tiene una
función de guardar objetos perdidos donde la gente puede entregar cosas que han encontrado por allí. Si la
persona que ha perdido algo no encuentra lo perdido, podrá ir a anunciarlo en la policía. En el caso de que se
encuentre allí, se le devuelve al dueño. Es costumbre entregar un poco de dinero a la persona que encontró el
objeto, como una remuneración por su honestidad y molestia.
22:5 “La mujer no vestirá ropa de hombre, ni el hombre se pondrá ropa de mujer; porque cualquiera que hace
esto es abominación a HaShem tu Dios.” (LBLA revisada) – En primer lugar se habla de una inclinación travestí.
Según Rashí, la prohibición sólo es cuando la intención es cometer una inmoralidad sexual. Es una abominación
para el Eterno. En el judaísmo ortodoxo no se permite a la mujer llevar pantalones. Una buena costumbre es
que las mujeres no usen pantalones fuera de su casa, y si lo hacen, deben llevar una falda por encima o tener
un pantalón falda.

El Targum Onkelós tradujo el texto de esta manera: “No habrá un arma de guerra de varón en una mujer, y un
hombre no se arreglará con los afeites de una mujer.”

El Talmud[9] prohíbe a los hombres arrancar sus canas, usar joyas femeninas u ornamentos, o afeitarse el pelo
que normalmente se afeitan las mujeres.

22:6-7 “Si encuentras un nido de pájaros por el camino, en un árbol o en la tierra, con polluelos o con huevos,
y la madre echada sobre los polluelos o sobre los huevos, no tomarás la madre con los hijos; sin falta dejarás ir
a la madre, mas a los hijos los puedes tomar para ti, para que te vaya bien y prolongues tus días.” (LBLA
revisada) – Esta promesa se encuentra en mandamientos considerados como más importantes. De aquí los
rabinos sacaron la enseñanza de que no se sabe si un mandamiento es grande o pequeño. Si cumples este
“pequeño” mandamiento tendrás una recompensa grande. Así que mejor es cumplir todos los mandamientos
que apliquen a uno, porque uno no sabe qué recompensa hay en cada uno de ellos.

La Torá promete larga vida al que no trata a los animales con crueldad. La crueldad acorta nuestras vidas.
HaShem nos creó sensibles a los animales débiles y a las cosas creadas que son frágiles. La naturaleza nos
enseña que si somos duros en el trato con ella, vamos a salir perdiendo. Si no riegas tus plantas se mueren. Si
no das de comer a tus gallinas no te van a dar huevos. Si somos sensibles a la naturaleza, y especialmente a
los animales, nos irá bien y tendremos larga vida.

Tercera aliyá, 22:8 – 23:6 (heb. 23:7)

22:8 “Cuando edifiques casa nueva, le harás un muro a tu azotea, para que no traigas culpa de sangre sobre tu
casa si alguno se cayera de ella.” (LBLA revisada) – El que cuida el precepto de hacer huir la madre de su casa
antes de tomar los huevos, será bendecido para poder construir una casa.

Aquí hay un mandamiento que habla a favor de la protección de la vida humana. De aquí se sacan muchas
aplicaciones. No habla solamente de una casa, sino de tomar medidas para proteger al ser humano en todos los
aspectos, poner vallas y señales de tráfico en las carreteras, tapar los agujeros de los enchufes para que los
niños no metan los dedos allí, etc.

22:9 “No sembrarás tu viña con dos clases de semilla, no sea que todo el fruto de la semilla que hayas
sembrado y el producto de la viña queden vedados.” (LBLA revisada) – Esta prohibición aplica en primer lugar
sobre la tierra de Israel. Sin embargo, la halajá establece que es aplicable también en otras tierras.

La Torá primero habla de la casa, luego de la viña y finalmente de la mujer, v.13. No es sabio casarse primero y
luego buscan trabajo y casa.

En el nivel peshat, simple, este texto nos enseña que el producto de la viña va a ser dañado si mezclamos dos
clases de semilla.

En el nivel remez, podemos comprar la viña con Israel, cf. Isaías 5:7. En Israel no se puede sembrar dos clases
de semilla, que pueden ser:

 Los hombres, cf. Génesis 15:5. Simiente en hebreo, zera, significa también semilla. La mala semilla son los
pueblos paganos, que no pueden ser sembrados en el pueblo de Israel, para que el pueblo no sea estropeado.
Un israelita no tiene el derecho de casarse con una persona de otros pueblos que no se haya convertido en
judío o judía. La asimilación eventualmente destruye el pueblo consagrado.
 La Torá, cf. Lucas 8:11. La mala semilla puede ser una enseñanza de origen maligno. No podemos mezclar
paganismo con la cultura de la Torá, para que Israel no sufra daño.
 La fe, cf. Mateo 17:20. La fe no puede mezclarse con temor o duda, que es contraproducente.
22:10 “No ararás con buey y asno juntos.” (LBLA) – Según el nivel peshat, simple, podemos hablar aquí de la
protección de los animales tanto para que no se dañen cuando trabajan juntos, como para que no se mezclen.
La mezcla entre especies está prohibida. Antes del diluvio fueron mezclados los especies de los animales y al
final dice que toda la carne, no solamente los hombres, estaba corrompida, cf. Génesis 6:12.

En el nivel remez, alegórico, podemos comparar el buey con los líderes que trabajan en las congregaciones. En
1 Corintios 9:9-11 se compara al líder con un buey. No es bueno poner diferentes líderes en una kehilá,
congregación, con visiones diferentes y que no estén unidos. No se puede permitir en el liderazgo alguno que
no tenga el espíritu de Mashíaj y haya nacido de nuevo.

Este texto también nos enseña que un justo no debe unirse a un malvado en una empresa o negocio.

22:11 “No vestirás ropa de material mezclado de lana y lino.” (LBLA) – Según los sabios significa que las dos
clases de hilo no pueden ser rastrilladas, hiladas o trenzadas juntas. Sólo se aplica a la mezcla de lana y lino. El
origen de la lana es de un animal puro. Lino es de origen vegetal.

Rashí, citando el Talmud,[10] dice que era permitido mezclar lana y lino en el talit. Los flecos son de lana, y está
permitido poner los flecos de lana sobre un manto de tela de lino.

Estas prohibiciones de mezclas en los tres niveles, suelo, animal y ropa, nos enseñan que tenemos que ser
cuidadosos en no traspasar los límites que la Torá marca ni mezclar conceptos entre ellos, sino marcar bien la
diferencia entre una cosa y otra.

22:12 “Te harás borlas en las cuatro puntas del manto con que te cubras.” (LBLA) – De esto aprendemos que
las tsitsiot – flecos – sólo pueden ser colocadas en una prenda rectangular para que se pueda cumplir este
mandamiento.

La Torá utiliza tres palabras cuando habla de estos flecos, tsitsit, petil (Núm. 15:38, 39) y guedilim, (Deut.
22:12). La referencia de Ezequiel 8:3 y el Talmud nos enseñan que tsitsit son un conjunto de hilos que cuelgan
libremente como un mechón del cabello. Según R. Aryeh Kaplan,[11] se puede que entender la palabra petil –
“unido” y “torcido” – de diferentes maneras; una hebra trenzada, enrollamiento, dos hebras entrelazadas entre
sí y un hilo doble. La palabra guedil significa pelos o hilos unidos entre sí en forma de trenza o cuerda.
Un guedil son dos hilos, y guedilim, en plural, son cuatro hilos como mínimo. El tsitsit se hace con cuatro hilos
doblados para que sean ocho.

Como tsitsit denota pelos o hilos sueltos y guedil una trenza o cuerda, entendemos que la Torá habla de dos
partes en estos flecos, una parte suelta, la de abajo, y otra parte, la de arriba, donde los hilos son amarrados
entre sí junto con el enrollamiento. Por motivos de estética, los sabios decretaron que el tamaño de la parte de
arriba debe ser un tercio del fleco entero y la parte de abajo dos tercios.

HaShem se está presentando como ti tuviera un manto en Isaías 6:1, Ezequiel 16:8 y el Salmo 91:4. ¿Será que
HaShem tenga algo que se asemeja a un talit con tsitsits? Si el hombre fue creado a la imagen de HaShem
¿será que Adam tenía algún tipo de talit de luz que cubría su cuerpo antes de caer en pecado?

En el Salmo 104:1-2 está escrito: “Bendice, alma mía, a HaShem. HaShem, Dios mío, cuán grande eres; te has
vestido de esplendor y de majestad, cubriéndote de luz como con un manto, extendiendo los cielos como una
cortina.” (LBLA revisada)

22:20 “Pero si el asunto es verdad, que la joven no fue hallada virgen” – Según Rashí, se refiere a que haya
cometido adulterio después del primer paso de matrimonio judío, llamado “desposorio”, en hebreo erusín
22:26 “no harás nada a la joven; no hay en la joven pecado digno de muerte, porque como cuando un hombre
se levanta contra su vecino y lo mata, así es este caso” (LBLA revisada) – La violación es comparada con un
asesinato. El daño que un hombre hace contra una mujer cuando la viola es comparado con la pérdida de la
vida.

23:1(2) “Ninguno que haya sido castrado o que tenga cortado su miembro viril entrará en la asamblea de
HaShem” (LBLA revisada) – Según Rashí, el “castrado” es uno que tiene sus testículos dañados o aplastados. La
prohibición de entrar en la asamblea de HaShem, es decir la congregación, significa que un castrado, magullado
o cortado no puede casarse con una judía, por no poder engendrar. La esterilización no está permitida.

23:2(3) “Ningún bastardo entrará en la asamblea de HaShem, ninguno de sus descendientes, aun hasta la
décima generación, entrará en la asamblea de HaShem.” (LBLA revisada) – La palabra hebrea que ha sido
traducida como “bastardo”, mamzer,[12] significa uno que ha nacido en incesto o adulterio. No puede casarse
con un israelita. Según Rashí, un mamzer solamente nace de una unión entre aquellos cuya relación es
sancionada con karet, cortadura espiritual, aplicada directamente por el cielo, o de una unión entre aquellos
cuya relación es sancionada con la pena de muerte por un tribunal judío. Un mamzer no es una persona que ha
nacido de la unión entre un judío y una gentil.

23:3(4) “Ningún amonita ni moabita entrará en la asamblea de HaShem; ninguno de sus descendientes, aun
hasta la décima generación, entrará jamás en la asamblea de HaShem.” (LBLA revisada) – Rut era moabita y
Naamá, la esposa del rey Shelomó y madre del rey Rejavam (Roboam), era amonita, cf. 1 Reyes 14:21. Las dos
entraron en Israel por casamiento y forman parte de la genealogía del Mesías. Esto nos muestra que el
mandamiento sólo aplica a los varones, como fue establecido en la halajá.

23:4(5) “porque no fueron a vuestro encuentro con pan y agua en el camino cuando salisteis de Egipto, y
porque alquilaron contra ti a Bilam, hijo de Beor, de Petor en Mesopotamia, para maldecirte.” (LBLA revisada) –
La causa de la prohibición de no poder entrar en la asamblea era doble, porque no salieron a recibir a los hijos
de Israel con pan y agua cuando vinieron de Egipto y porque alquilaron contra Israel a Bilam para maldecirlos.

Estos dos pueblos tenían una deuda de gratitud hacia los hijos de Avraham, porque habían sido salvados dos
veces por la intervención de Avraham, en la guerra con Kedorlaomer y con el escape de Sedom. Por no tomar
en cuenta esta deuda histórica, a la hora de tener la oportunidad de mostrar amor a los descendientes de
Avraham, fueron rechazados por el Eterno como candidatos para ser parte del pueblo apartado. ¡Qué
importante es agradecer a los que te han hecho un favor en la vida! ¡Especialmente cuando te han sacado de
una crisis!

Como el rey David fue cuestionado como legítimo heredero del reino por el hecho de que su tatarabuela era
moabita, de la misma manera Yeshúa ha sido cuestionado como heredero legítimo del trono de David.
Especialmente si se acepta la presentación dada en los manuscritos griegos de los Escritos Mesiánicos de su
engendramiento sobrenatural sin intervención de varón, de acuerdo a lo que dijo su madre: “¿Cómo será esto?,
pues no tengo relación con varón.”, Lucas 1:34; cf. Mateo 1:25: “hasta que” y Génesis 3:15: “el simiente de la
mujer”.

En el Salmo 69:8 está escrito: “Me he convertido en extraño para mis hermanos, y en extranjero para los hijos
de mi madre.” (LBLA)

Como David fue cuestionado, también Yeshúa fue cuestionado. En Juan 8:41b hay una acusación indirecta
contra Yeshúa que dice: “Ellos le dijeron: Nosotros no nacimos de fornicación.” (LBLA)

23:5(6) “Mas HaShem tu Dios no quiso escuchar a Bilam, sino que HaShem tu Dios te cambió la maldición en
bendición, porque HaShem tu Dios te ama.” (LBLA revisada) – La maldición de Bilam fue cambiada en
bendición. HaShem es capaz de cambiar cualquier maldición en bendición. La maldición más grande de la
historia fue cuando el Mesías fue colgado sobre un madero. Esa maldición fue transformada en la mayor
bendición para la creación.

Cuarta aliyá, 23:7(8)-23:23 (24)

23:7(8) “No aborrecerás al edomita, porque es tu hermano; no aborrecerás al egipcio, porque fuiste extranjero
en su tierra.” (LBLA) – Roma fue fundada por un descendiente de Edom. Así que, según la
interpretación remez, el edomita puede ser entendido como el cristiano. Los judíos no pueden aborrecer al
cristiano, por mucho daño los hayan hecho. Muchos de los cristianos son nuestros hermanos, los que tienen el
espíritu del Mesías.

23:8(9) “Los hijos de la tercera generación que les nazcan podrán entrar en la asamblea de HaShem” – (LBLA
revisada) Rashí cita aquí las explicaciones del Sifrí:

“Pero las otras naciones tienen derecho de entrar enseguida en la Comunidad de Dios. Se deduce entonces,
que aquel que haga pecar a un hombre, le causa más mal que aquel que le mate, pues el asesino no causa sino
la muerte en este mundo, mientras que el seductor le excluye de este mundo y del mundo futuro. Así Edom,
que ha salido a su encuentro con la espada en alto, no sería acreedor a su odio, ni tampoco los egipcios, que
los han ahogado, pero sus seductores sí lo serán”.

Los edomitas y los egipcios que se convertían no podían casarse con judíos, sólo con otros conversos. Sus
nietos podían casarse con judíos. Sin embargo, el Talmud[13] establece que ahora un judío puede casarse con
los conversos de todas las nacionalidades, porque el rey Sanjeriv dispersó las naciones de sus tierras de origen
y por eso ya no se puede identificar más las naciones individuales.

23:9(10) “Cuando salgas como ejército contra tus enemigos, te guardarás de toda cosa mala.” (LBLA) – Este
texto trata con una situación específica en tiempos de guerra. La Shejiná, la presencia del Eterno, tiene que
estar presente en el ejército de Israel para que pueda vencer sobre sus enemigos. Las guerras de Israel
dependen de la presencia Divina. Para que esta Shejiná pueda manifestarse, el ejército tiene que vivir en un
nivel alto de santidad, lo cual incluye la pureza ritual y también física. En este caso es mencionado como cosa
mala la impureza ritual causada por el derramamiento seminal y los excrementos dentro del campamento. Para
que HaShem pueda liberarnos de los peligros, tenemos que vivir vidas intachables, no alcanzables para satanás.
La santidad es la mejor defensa que tenemos. La maldad abre brecha en la defensa espiritual que rodea a los
justos. Por lo tanto, cuando hay luchas en nuestras vidas, tenemos que cuidarnos de una manera especial para
que el enemigo no tenga motivos para acusarnos y dañarnos. Si permitimos el mal entre nosotros no vamos a
poder vencer en los enfrentamientos con nuestros enemigos, ni los visibles ni los invisibles, como está escrito
en Efesios 6:12: “Porque nuestra lucha no es contra sangre y carne, sino contra principados, contra potestades,
contra los poderes de este mundo de tinieblas, contra las huestes espirituales de maldad en las regiones
celestiales.” (LBLA)

23:11(12) “Pero al llegar la tarde se bañará con agua, y cuando se ponga el sol, podrá entrar de nuevo al
campamento.” (LBLA) – Según Rashí, significa que deberá sumergirse en una mikvé cerca de la puesta del sol.

23:12(13) “Tendrás también un lugar fuera del campamento y saldrás allí” (LBLA) – Fuera del campamento
tenía que haber un lugar de letrina, donde los soldados podían hacer sus necesidades. Pero había reglas
específicas de higiene que había que seguir para que la Presencia Divina no se molestara con cosas
desagradables.

23:13(14) “y tendrás entre tus herramientas una pala, y cuando te sientes allá fuera, cavarás con ella, y te
darás vuelta para cubrir tu excremento” (LBLA) – Según Rashí, la palabra que ha sido traducida como
“herramientas” significa “arma”. Vemos como la Torá cubre todas las áreas de la vida humana, incluso el
momento de ir al baño. Hay mandamiento incluso para ese momento. A nuestro Padre no se le escapa nada.
Nos instruye en los detalles más íntimos de nuestra vida para que actuemos siempre de manera correcta y nos
da la oportunidad de servirle por medio de la vida práctica diaria.

23:15(16) “No entregarás a su amo un esclavo que venga a ti huyendo de su señor.” (LBLA revisada) – Aquí se
trata de un esclavo pagano que huye de su señor desde el extranjero para refugiarse en la tierra de Israel. No
se puede devolver a su amo.

El caso de Onésimo no aplica porque él no huyó del extranjero para refugiarse en la tierra de Israel. Y por lo
tanto el shalíaj Shaúl lo devuelve a su amo, cf. Filemón 10-17.

La palabra hebrea que ha sido traducida como “amo” o “señor”, es adonav (alef, dalet, nun, yud, vav), que
literalmente significa “sus señores” porque la letra yud denota pluralidad. Vemos como una sola persona puede
ser referida por la Torá en plural. Esto es típico en cuanto a los dueños de los esclavos.

Esto nos enseña que cuando se trata de una autoridad considerable, se emplea la forma plural, no para
referirse a varias personas, sino a la autoridad de esa persona. Lo mismo sucede con las palabras Ado-
nai y Elo-him que ambas son en plural, pero no habla de varias personas, sino de Aquel que es Uno, y que tiene
toda autoridad.

23:17(18) “Ninguna de las hijas de Israel será ramera de culto pagano; tampoco ninguno de los hijos de Israel
será sodomita de culto pagano.” (LBLA revisada) – La palabra para ramera es kedeshá[14] y tiene la misma raíz
que kadosh, “santo”, “apartado”, “dedicado”, “consagrado”. De esto aprendemos que la santidad no es en
primer lugar algo que tiene que ver con pureza moral, sino con una consagración. En el caso de la ramera y el
sodomita, en hebreo kedesh,[15] se trata de personas que están dedicadas al culto pagano ofreciendo sus
cuerpos para la depravación sexual. Ellos están dedicados a sus dioses y por eso su nombre tiene que ver con
la palabra kadosh.

23:18(19) “No traerás la paga de una ramera ni el sueldo de un perro a la casa de HaShem tu Dios.” (LBLA
revisada) – Aquí la palabra ramera es zoná.[16] En este caso es una mujer que ha ofrecido su cuerpo por un
precio monetario. La palabra perro es una referencia a un hombre homosexual que ha vendido su cuerpo para
obtener dinero, (aunque Rashí dice que significa que no se puede entregar un cordero al templo que haya sido
cambiado por un perro). Ambos “oficios” son abominación para el Eterno. El dinero de su trabajo no se puede
permitir como ofrendas para el Eterno. De esto aprendemos también que no podemos permitir dinero en las
ofrendas de nuestras congregaciones de personas que han conseguido ese dinero de forma ilegal,
quebrantando los mandamientos de la Torá. Esas ofrendas ofenden al Eterno. No son ofrendas, son ofensas.

23:19(20) “No cobrarás interés a tu hermano: interés sobre dinero, alimento, o cualquier cosa que pueda ser
prestado a interés.” (LBLA) – No está permitido prestar dinero a los hermanos necesitados cobrando intereses.
Sin embargo, si el préstamo es dado en plan de negocios, otras leyes aplican.

23:20(21)a “Podrás cobrar interés a un extranjero” (LBLA) – La Torá misma enseña al pueblo de Israel el
principio bancario. Los bancos no son inventos de los hombres, sino de HaShem, con el fin de beneficiar al
pueblo de Israel al dar préstamos a los extranjeros. Es parte de la bendición de Avraham y resultado de la
obediencia a los mandamientos, como está escrito en Deuteronomio 28:12:

“Abrirá HaShem para ti su buen tesoro, los cielos, para dar lluvia a tu tierra a su tiempo y para bendecir toda la
obra de tu mano; y tú prestarás a muchas naciones, pero no tomarás prestado.” (LBLA revisada)

23:21(22) “Cuando hagas un voto a HaShem tu Dios, no tardarás en pagarlo, porque HaShem tu Dios
ciertamente te lo reclamará, y sería pecado en ti.” (LBLA revisada) – Aquí se trata de votos de ofrendas.
Pueden ser animales, dinero, otros objetos de valor o la dedicación de una persona, cf. 1 Samuel 1:11.
En Eclesiastés 5:4-6 está escrito: “Cuando haces un voto a Dios, no tardes en cumplirlo, porque Él no se deleita
en los necios. El voto que haces, cúmplelo. Es mejor que no hagas votos, a que hagas votos y no los cumplas.
No permitas que tu boca te haga pecar, y no digas delante del mensajero que fue un error. ¿Por qué ha de
enojarse Dios a causa de tu voz y destruir la obra de tus manos?” (LBLA)

Las obras de nuestras manos sufrirán destrucción si no cumplimos las promesas que han salido de nuestras
bocas. ¡Cuán importante es la palabra que sale de nuestra boca!

Quinta aliyá, 23:24(25) – 24:4

23:24-25(25-26) “Cuando entres en la viña de tu prójimo, entonces podrás comer las uvas que desees hasta
saciarte, pero no pondrás ninguna en tu cesto. Cuando entres en la mies de tu prójimo, entonces podrás
arrancar espigas con tu mano, pero no meterás la hoz a la mies de tu prójimo.” (LBLA) – Según el
Talmud,[17] esto sólo aplica a los obreros. Ellos podrán comer uvas y espigas en las pausas durante el día de
trabajo. Otros no tienen permiso de entrar en los campos de los demás y comer. Un obrero que come de las
uvas cuando trabaja, rinde mejor en su trabajo, y así esta legislación también beneficia al propietario de la viña.

En Mateo 12:1-8 está escrito: “Por aquel tiempo Yeshúa pasó por entre los sembrados en shabat; sus discípulos
tuvieron hambre, y empezaron a arrancar espigas y a comer. Y cuando lo vieron los fariseos, le dijeron: Mira,
tus discípulos hacen lo que no es lícito hacer en shabat. Pero él les dijo: ¿No habéis leído lo que hizo David
cuando él y sus compañeros tuvieron hambre, cómo entró en la casa de Dios y comieron los panes
consagrados, que no les era lícito comer, ni a él ni a los que estaban con él, sino sólo a los sacerdotes? ¿O no
habéis leído en la Torá, que en los shabats los sacerdotes en el templo profanan el shabat y están sin culpa?
Pues os digo que algo mayor que el templo está aquí. Pero si hubierais sabido lo que esto significa:
"MISERICORDIA QUIERO Y NO SACRIFICIO", no hubierais condenado a los inocentes. Porque el Hijo del
Hombre es Señor del shabat.” (LBLA revisada)

Los discípulos del Mesías estaban arrancando espigas al pasar por un campo sembrado. Fue en shabat, y
arrancaron espigas para saciar su hambre. Es probable que estaban yendo a, o saliendo de, la sinagoga. Este
hecho fue criticado por algunos fariseos que lo consideraban como una violación del shabat. Los discípulos
tenían hambre en shabat y cogieron espigas de un campo. Por la regla de cal va-jómer, argumento con mayor
peso, Yeshúa permitió que el shabat fuese quebrantado, al arrancar las espigas, para saciar el hambre.

24:1 “Cuando alguno toma una mujer y se casa con ella, si sucede que no le es agradable porque ha
encontrado algo reprochable en ella, y le escribe certificado de divorcio, lo pone en su mano y la despide de su
casa” – (LBLA) Un matrimonio judío sólo es válido si se hace bajo jupá. De la misma manera un divorcio judío
no es válido sin un guet – carta de divorcio.

En el tiempo del segundo templo había dos interpretaciones principales de la palabra “reprochable”, en
hebreo ervá,[18] que significa “desnudez”, “desgracia”, “defecto”, “indecencia”, “inmundicia”, “confusión”,
“descubierto”, “vergüenza”, “impureza”, “promiscuidad”. Por un lado tenemos la interpretación de la casa de
Hilel que dice que se puede despedir a una mujer por cualquier cosa que cause molestia en el esposo, incluso si
ella fracase en la cocina. La casa de Shamai era más estricta, sólo permitía divorcio cuando había un
comportamiento sexual indecente en la mujer.

El autor de Séfer HaJinuj considera que el documento de divorcio, llamado guet, representa un termino medio
entre aquellos que prohíben el divorcio en todos los casos y los que lo autorizan con una sola palabra del
marido, como: “vete”.

En Mateo 19:3-10 está escrito:

“Y se acercaron a él algunos fariseos para probarle, diciendo: ¿Es lícito a un hombre divorciarse de su
mujer por cualquier motivo? Y respondiendo dijo: ¿No habéis leído que aquel que los creó, desde el principio
LOS HIZO VARÓN Y HEMBRA, y añadió: "POR ESTA RAZÓN EL HOMBRE DEJARA A SU PADRE Y A SU MADRE Y
SE UNIRÁ A SU MUJER, Y LOS DOS SERÁN UNA SOLA CARNE"? Por consiguiente, ya no son dos, sino una sola
carne. Por tanto, lo que Dios ha unido bajo el mismo yugo, ningún hombre lo separe. Ellos le dicen: Entonces,
¿por qué mandó Moshé DARLE CARTA DE DIVORCIO Y REPUDIARLA? Él les dice: Por la dureza de vuestro
corazón, Moshé os permitió divorciaros de vuestras mujeres; pero no ha sido así desde el principio. Y yo os digo
que cualquiera que se divorcie de su mujer, salvo por fornicación, y se case con otra, comete adulterio. Los
discípulos le dicen: Si así es la relación del hombre con su mujer, no conviene casarse.” (LBLA revisada)

Vemos aquí como el Mesías entra en la discusión que había entre la casa de Hilel y la casa de Shamai dando
razón a la interpretación de éste último. Podemos sacar varias conclusiones de este texto:

1. El divorcio no es el plan original del Eterno para el hombre.


2. El divorcio fue permitido por el Eterno, no ordenado.
3. El Eterno permitió el divorcio por causa de la dureza del corazón del hombre y la mujer.
4. La causa de un divorcio para poder casarse con otra no puede ser cualquiera – sólo por algo indecente,
hebreo ervat davar, traducido como fornicación (RV) y infidelidad (LBLA) en Mateo 19:9.
“ha encontrado algo reprochable en ella” – La expresión ervat davar (alguna promiscuidad) es la clave en toda
esta discusión. La pregunta que le hicieron al Maestro fue: “¿Es lícito al hombre repudiar a su mujer
por cualquier causa?”, siguiendo la interpretación de Hilel que entiende la expresión ervat davar como
cualquier causa. El Maestro contesta que ervat davar no significa cualquier cosa que desagrade al hombre, sino
tiene que ver con una desviación sexual en ella, que fue traducido al griego como porneia,[19] “fornicación”.

Pero si ella hubiera cometido adulterio durante el tiempo de desposorio tendría que ser apedreada, no
despedida en divorcio, cf. Deuteronomio 22:20-24; Levítico 20:10. La Torá no puede tener dos legislaciones
diferentes para un delito. La despedida de una mujer tiene que ser por un acto oficial de entrega de una carta
de divorcio – guet. Esto le devuelve a la mujer el estatus de no casada y, por lo tanto, el derecho a casarse de
nuevo con otro. La carta de divorcio es precisamente el documento oficial y legal que da el derecho a la mujer
de casarse de nuevo. Sin un guet, sería una adúltera si se uniera a otro hombre, cf. Romanos 7:1-3.

Según la respuesta de Yeshúa, en Mateo 19:9, un hombre no comete adulterio al despedir a su mujer y casarse
con otra, si hay en ella una conducta sexual indecente (ervat davar). La expresión ervat davar se encuentra
también en el capítulo anterior en esta misma parashá, cf. Deuteronomio 23:14, refiriéndose a los excrementos
humanos, que no podían ser vistos por la Presencia del Eterno ni dentro ni fuera del campamento de guerra.
Sería algo indecente para la Presencia divina.

Concluyamos pues, que la expresión ervat davar en el capítulo 24 no se está refiriendo ni a cualquier conducta
desagradable de la mujer, según los caprichos del hombre, ni a la fornicación anterior al matrimonio o al
adulterio durante el desposorio o el matrimonio, sino a una desviación sexual de la mujer muy desagradable
para el esposo, de la misma manera que los excrementos puestos en el suelo, dentro o cerca del campamento
de guerra santo, causarían disgusto a la Presencia divina.

Así que, según la enseñanza de Yeshúa en Mateo 19, donde explica el texto de Deuteronomio 24, el divorcio
está permitido, para las personas con corazones duros, cuando existe algún tipo de comportamiento causado
por una perversión sexual muy desagradable en el cónyuge. Un divorcio oficial, con la entrega de un
documento legal, da el derecho a casarse de nuevo con otra persona.

24:4b “No traerás pecado sobre la tierra que HaShem tu Dios te da por heredad.” (LBLA revisada) – Las
relaciones ilícitas traen pecado sobre la tierra de Israel y fueron una de las causas principales de la expulsión de
los habitantes de las siete naciones, cf. Levítico 18:27-28.

Sexta aliyá, 24:5-13


24:5 “Cuando un hombre es recién casado, no saldrá con el ejército, ni se le impondrá ningún deber; quedará
libre en su casa por un año para hacer feliz a la mujer que ha tomado.” (LBLA) – La vida familiar es tan
importante que durante el primer año de matrimonio tiene prioridad sobre el deber de salir a la guerra. El
propósito con esta ley es alegrar y hacer feliz a la esposa. Lo más grande de la vida de una mujer es casarse y
tener hijos.

24:7 “Si se encuentra a un hombre que haya secuestrado a alguno de sus hermanos de los hijos de Israel, y lo
esclaviza, o lo haya vendido, entonces ese ladrón morirá; así quitarás el mal de en medio de ti.” (LBLA) – Según
Rashí, un secuestrador merece la pena de muerte sólo si además del secuestro esclaviza a la persona
secuestrada.

24:8-9 “Cuídate de una infección de lepra, para que observes diligentemente y hagas conforme a todo lo que
los sacerdotes levitas os enseñen; como les he ordenado, así cuidaréis de hacer. Recuerda lo que HaShem tu
Dios hizo a Miryam en el camino, cuando salíais de Egipto.” (LBLA revisada) – Miryam fue golpeada con la
plaga tsaráat, (traducida como “lepra”), por causa de usar mal su lengua, lashón hará. Aquí la Torá nos manda
recordar lo que le pasó para que aprendamos a no hablar mal de las autoridades.

24:10 “Cuando prestes cualquier cosa a tu prójimo, no entrarás en su casa para tomar su prenda” (LBLA) –
Nadie tiene el derecho de entrar en una casa o propiedad ajena sin permiso.

24:13 “sin falta le devolverás la prenda al ponerse el sol, para que se acueste con su ropa, y te bendiga; y te
será justicia delante de HaShem tu Dios.” (LBLA revisada) – La justicia, en hebreo tsedaká, en este caso no se
refiere a que uno reciba la justificación, o declaración de inocencia de pecado, como una recompensa por tratar
bien a los pobres, sino que se trata de una obra de caridad hecha para suplir el derecho básico de una persona
en necesidad. De aquí surge la expresión tsedaká en referencia a la ayuda a los necesitados, cf. v.17; Mateo
6:1.

El significado de la palabra tiene que ver con hacer una cosa correcta. Cuando estamos ayudando una persona
necesitada, estamos haciendo lo correcto.

Séptima aliyá, 24:14 – 25:19

24:15 “En su día le darás su jornal antes de la puesta del sol, porque es pobre y ha puesto su alma en él; para
que él no clame contra ti a HaShem, y llegue a ser pecado en ti.” (LBLA revisada) – Es pecado emplear una
persona para un día y no darle la paga antes de la caída del sol.

24:16 “Los padres no morirán por sus hijos, ni los hijos morirán por sus padres; cada uno morirá por su propio
pecado.” (LBLA revisada) – Según Rashí, los padres no pueden morir por el testimonio de sus hijos.

El texto hebreo dice “cada hombre”, no “cada uno”. Según el Talmud,[20] esto nos enseña que la pena de
muerte no puede ser aplicada sobre hijos mayores de edad por lo que han hecho sus padres, pero sobre sus
hijos menores sí, cf. Josué 7:24.

24:18 “sino que recordarás que fuiste esclavo en Egipto y que HaShem tu Dios te rescató de allí; por tanto, yo
te mando que hagas esto.” (LBLA revisada) – Este es uno de los 10 recuerdos diarios de los cuales habla el
Tanaj. Además hay dos en los Textos Mesiánicos. Los doce son:

1. La salida de Egipto, Éxodo 13:3; Deuteronomio 5:15; 24:18, 22.


2. El maná, Éxodo 16:32-33.
3. El shabat, Éxodo 20:8.
4. Lo que hizo Amalek, Deuteronomio 25:17.
5. La revelación en Sinai, Malaquías 4:4.
6. La provocación en el desierto, especialmente con el becerro de oro, Deuteronomio 9:7.
7. Lo que hicieron Balak y Bilam, Miqueas 6:5.
8. Lo que pasó con Miryam, Deuteronomio 24:9.
9. El Eterno, que da fuerzas para hacer riquezas, Deuteronomio 8:18.
10. Yerushalayim, Salmo 137:5.
11. La mujer de Lot, Lucas 17:32.
12. Yeshúa HaMashíaj, Lucas 22:19; 2 Timoteo 2:8.
24:19 “Cuando siegues tu mies en tu campo y olvides alguna gavilla en el campo, no regresarás a recogerla;
será para el forastero, para el huérfano y para la viuda, para que HaShem tu Dios te bendiga en toda obra de
tus manos.” (LBLA revisada) – Vemos como la prosperidad laboral viene como resultado de tratar bien a los
necesitados. Hay tres preceptos, aplicables sólo en la tierra de Israel, en cuanto a la cosecha de un campo para
que el necesitado también pueda ser atendido:

1. Peá – no segar todo, dejar entre 1/60 – 1/40 (1.8 – 2.5 %) en las esquinas del campo.
2. Leket – no recoger uno o dos tallos que hayan caído detrás del cosechador.
3. Shikjá – no volver a buscar una o dos gavillas dejadas en el campo.
25:5 “Cuando dos hermanos habitan juntos y uno de ellos muere y no tiene hijo, la mujer del fallecido no se
casará fuera de la familia con un extraño. El cuñado se allegará a ella y la tomará para sí como mujer, y
cumplirá con ella su deber de cuñado.” (LBLA revisada) – Hoy en día no se aconseja hacer este tipo de
matrimonios y por lo tanto siempre se hace el acto descrito en los versículos siguientes, llamado jalitsá, cf. Rut
4:7-8.

25:12 “entonces le cortarás su mano; no tendrás piedad” – Según Rashí, significa que tiene que haber una
paga del dinero correspondiente a la vergüenza.

25:15 “Tendrás peso completo y justo; tendrás medida completa y justa, para que se prolonguen tus días en la
tierra que HaShem tu Dios te da.” (LBLA revisada) – Una persona que no anda con engaños tendrá una vida
prolongada.

25:16 “Porque todo el que hace estas cosas, todo el que comete injusticia, es abominación para HaShem tu
Dios.” (LBLA revisada) – El engañador es abominación para el Eterno.

25:17 “Acuérdate de lo que te hizo Amalek en el camino cuando saliste de Egipto” – Si andamos con pesas
falsas Amalek obtendrá permiso para dañarnos.

Mashíaj en esta parashá


21:22-23 “colgado de un árbol… es maldito de Dios” – Yeshúa fue maldito por Dios. Toda la maldición de la

Torá cayó sobre él en el momento cuando estaba colgado.

En Gálatas 3:13-14 está escrito: “Mashíaj nos redimió de la maldición de la Torá, habiéndose hecho maldición
por nosotros (porque escrito está: MALDITO TODO EL QUE CUELGA DE UN MADERO), a fin de que
en Mashíaj Yeshúa la bendición de Avraham viniera a los gentiles, para que recibiéramos la promesa del Espíritu
mediante la fe.” (LBLA revisada)

La Torá no es una maldición, como algunos interpretan este texto. La Torá es una de las bendiciones mayores
que nos han llegado desde el cielo. Pero hay maldiciones en la Torá, cf. Levítico 26 y Deuteronomio 27 – 28.
Esas maldiciones son el resultado de la desobediencia a los mandamientos. Yeshúa nos compró libres de las
consecuencias de nuestros pecados, que son las maldiciones que están escritas en la Torá. Esto es para todos
aquellos que se apropien de su obra mediante el arrepentimiento y la confianza en Dios. Dios suplió nuestras
necesidades por medio de la muerte y resurrección de Yeshúa. Al redimirnos, lo cual significa liberarnos por
medio de un precio de rescate, como hemos dicho antes, el Mesías tuvo que pagar las consecuencias de
nuestras desobediencias a los mandamientos, las maldiciones escritas en la Torá. Todas las maldiciones cayeron
sobre él. Todas las enfermedades cayeron sobre él. Toda la ira de HaShem cayó sobre él, como está escrito en
Isaías 53:4-6: “Ciertamente él llevó nuestras enfermedades, y cargó con nuestros dolores; con todo, nosotros le
tuvimos por azotado, por herido de Dios y afligido. Mas él fue herido por nuestras transgresiones, molido por
nuestras iniquidades. El castigo, por nuestra paz, cayó sobre él, y por sus heridas hemos sido sanados. Todos
nosotros nos descarriamos como ovejas, nos apartamos cada cual por su camino; pero HaShem hizo que
cayera sobre él la iniquidad de todos nosotros.” (LBLA revisada)

Yeshúa tomó nuestro lugar cargando la maldición que nos correspondía a nosotros. Así podemos ser liberados,
perdonados y restaurados. El resultado de que Yeshúa tomó la maldición de la Torá es que la bendición de
Avraham venga sobre los hijos de Israel e incluso sobre los gentiles.

Si Yeshúa fue objeto de la maldición de la Torá para que la bendición de Avraham llegara a los gentiles,
entonces tiene que haber una conexión entre las maldiciones de la Torá y los gentiles. Si la Torá no aplica a los
gentiles ¿cómo Yeshúa podía tomar la maldición que correspondía a los gentiles para que la bendición de
Avraham les alcanzara? Si no aplica la maldición tampoco aplica la bendición. Si no hay Torá para los gentiles,
no hay maldición para ellos, puesto que la maldición es el resultado de la desobediencia de la Torá. Si no hay
ley, no hay desobediencia, y no hay maldición. Yeshúa llevó la maldición para los judíos y también para los
gentiles para que la bendición de Avraham les alcanzase a todos. Esto muestra que los gentiles no están
totalmente fuera de la Torá, sino que hay mandamientos escritos en la Torá que aplican a los gentiles.

Gracias a la maldición que cayó sobre el Mesías al ser colgado de un árbol, somos liberados de las maldiciones
que nos tocaban por nuestras desobediencias. ¡Baruj HaShem!

En esta parashá se encuentran los mandamientos 532 – 605 de los 613:

532. Precepto de la mujer capturada en la guerra (yéfat tóar), Deuteronomio 21:11.


533. Precepto de colgar a un condenado a muerte por el tribunal (beit din), Deuteronomio 21:22.
534. Precepto de enterrar al que fue colgado o a cualquier persona, Deuteronomio 21:23.
535. Precepto de regresar lo perdido a su dueño, Deuteronomio 22:1.
536. Precepto de ayudar al prójimo cuando necesita colocar una carga en un animal o persona, Deuteronomio
23:4.
537. Precepto de alejar al ave madre fuera del nido, Deuteronomio 22:7.
538. Precepto de construir un barandal en el techo, Deuteronomio 22:8.
539. Precepto de casarse con una mujer según lo estipula la Torá, Deuteronomio 22:13.
540. Precepto de que la mujer difamada permanezca con su marido para siempre, Deuteronomio 22:19.
541. Precepto para el tribunal (bet din) de apedrear a alguien que fue sentenciado a esa pena capital,
Deuteronomio 22:24.
542. Precepto para un violador de casarse con la mujer que violó, Deuteronomio 22:29.
543. Precepto de designar un lugar en el campamento (de guerra) para hacer ahí las necesidades fisiológicas,
Deuteronomio 23:12(13).
544. Precepto de tener una pala en el campamento para cubrir las necesidades fisiológicas, Deuteronomio
23:13(14).
545. Precepto de cobrar interés a un gentil por un préstamo, Deuteronomio 23:20(21).
546. Precepto de cumplir una promesa o juramento, Deuteronomio 23:23(24).
547. Precepto de dejar que un trabajador coma ciertas cosas mientras trabaja, Deuteronomio 23:24(25).
548. Precepto de dar un documento de divorcio a la esposa en caso de divorciarla, Deuteronomio 24:1.
549. Precepto para un novio de regocijar a su esposa en el primer año de matrimonio, Deuteronomio 24:5.
550. Precepto de regresar al dueño un objeto en empeño si lo necesita, Deuteronomio 24:13.
551. Precepto de pagar a un trabajador en su día, Deuteronomio 24:15.
552. Precepto de dejar las gavillas olvidadas, Deuteronomio 24:19.
553. Precepto de dar latigazos a quien lo merece, Deuteronomio 25:2.
554. Precepto del levirato, Deuteronomio 25:5.
555. Precepto de jalitsá, Deuteronomio 25:9.
556. Precepto de rescatar a una persona que está siendo perseguida por un asesino, Deuteronomio 25:12.
557. Precepto de recordar lo que hizo Amalek cuando salimos de Egipto, Deuteronomio 24:20.
558. Precepto de exterminar la progenie de Amalek, Deuteronomio 25:18.
559. Prohibición de vender a la mujer capturada en la guerra [yefat tóar], Deuteronomio 21:14.
560. Prohibición de hacer trabajar como esclava a la mujer capturada en la guerra [yefat tóar] después de haber
tenido relaciones íntimas con ella, Deuteronomio 21:14.
561. Prohibición de dejar colgado un cuerpo toda la noche, Deuteronomio 21:23.
562. Prohibición de desatender un objeto perdido, Deuteronomio 22:3.
563. Prohibición de dejar al animal de un prójimo sin ayuda cuando se encuentra debajo de su carga,
Deuteronomio 23:4.
564. Prohibición para la mujer de utilizar ropa de hombre, Deuteronomio 22:5.
565. Prohibición para el hombre de vestir ropa de mujer, Deuteronomio 22:5.
566. Prohibición de tomar al ave madre con las crías, Deuteronomio 22:6.
567. Prohibición de dejar objetos que puedan causar daños, Deuteronomio 22:8.
568. Prohibición de plantar diversas especies de semillas en un mismo lugar, Deuteronomio 22:9.
569. Prohibición de comer de la cruza de diversas especies de semillas que fueron plantadas juntas,
Deuteronomio 22:9.
570. Prohibición de hacer que dos tipos de animales diferentes realicen una misma labor, Deuteronomio 22:10.
571. Prohibición de vestir prendas que contengan lana y lino juntos, Deuteronomio 22:11.
572. Prohibición para el marido de divorciarse de una mujer que él difamó, Deuteronomio 22:19.
573. Prohibición de castigar a alguien que fue obligado a cometer una transgresión, Deuteronomio 22:26.
574. Prohibición para un violador de divorciarse de la mujer que violó, Deuteronomio 22:29.
575. Prohibición para un hombre que sus órganos reproductores están dañados de casarse con una mujer judía,
Deuteronomio 23:1(2).
576. Prohibición para un mamzer de casarse con una mujer judía, Deuteronomio 23:2(3).
577. Prohibición para una mujer judía de casarse con un hombre amonita o moavita, Deuteronomio 23:3(4).
578. Prohibición de hacer paz con los pueblos amonita o moavita, Deuteronomio 23:6(7).
579. Prohibición de rechazar el matrimonio con los descendientes de Esav después de dos generaciones, si se
convierten, Deuteronomio 23:7-8(8-9).
580. Prohibición de rechazar el matrimonio con los egipcios [egipcios] después de tres generaciones, si se
convierten, Deuteronomio 23:7(8).
581. Prohibición de entrar al campamento de los levitas en estado de impureza, Deuteronomio 23:10(11).
582. Prohibición de regresar a un esclavo que huyó de su amo, estando fuera de la Tierra de Israel, hacia la
Tierra de Israel, Deuteronomio 23:15(16).
583. Prohibición de afligir a un esclavo que huyó de su amo hacia la Tierra de Israel, Deuteronomio 23:16(17).
584. Prohibición para una mujer de tener relaciones conyugales fuera del matrimonio, Deuteronomio 23:17(18).
585. Prohibición de ofrecer en ofrenda el pago de una mujer promiscua o de un hombre promiscuo,
Deuteronomio 23:18(19).
586. Prohibición de cobrar intereses por un préstamo a un judío, Deuteronomio 23:19(20).
587. Prohibición de demorar una ofrenda prometida o voluntaria, Deuteronomio 23:21(22).
588. Prohibición para un trabajador tomar más de lo que necesita para comer, Deuteronomio 23:24(25).
589. Prohibición para un trabajador de comer durante su trabajo, Deuteronomio 23:25(26).
590. Prohibición de casarse con la ex-esposa después de que ella se casó con otro, Deuteronomio 24:4.
591. Prohibición de alejar a un novio fuera de casa por periodos largos en el primer año de matrimonio,
Deuteronomio 24:5.
592. Prohibición de tomar en empeño utensilios básicos que se utilizan para la preparación de comida,
Deuteronomio 24:6.
593. Prohibición de quitar señales de tsaráat, Deuteronomio 24:8.
594. Prohibición de tomar en empeño un objeto a la fuerza, Deuteronomio 24:10.
595. Prohibición de retener un objeto de empeño si el dueño lo necesita, Deuteronomio 24:12.
596. Prohibición de aceptar como testigo a un pariente, Deuteronomio 24:16.
597. Prohibición de inclinar el juicio por un huérfano o viuda, Deuteronomio 24:17.
598. Prohibición de tomar un objeto en empeño de una viuda, Deuteronomio 24:17.
599. Prohibición de tomar una gavilla olvidada, Deuteronomio 24:19.
600. Prohibición de dar latigazos de más al condenado a la pena de azotes, Deuteronomio 25:3.
601. Prohibición de poner bozal a un animal cuando trabaja, Deuteronomio 25:4.
602. Prohibición para una mujer yebamá de casarse con alguien que no sea el yabam, Deuteronomio 25:5.
603. Prohibición de apiadarse de un hombre que persigue a otro con intención de asesinarlo, Deuteronomio
25:12.
604. Prohibición de tener pesas deficientes, Deuteronomio 25:13.
605. Prohibición de olvidar lo que Amalek nos hizo, Deuteronomio 25:19.
Parashá 50 Ki Tavó
Deuteronomio 26:1 – 29:9(8)
Aliyás de la Torá:

1. 26:1-11
2. 26:12-15
3. 26:16-19
4. 27:1-10
5. 27:11 – 28:6
6. 28:7 – 29:1 (28:69 heb.)
7. 29:2 (1 heb.) - 29:9 (8 heb.)
8. Maftir: 29:7(6) - 9 (8)

Haftará: Isaías 60:1-22

Ki Tavó

Significa “cuando llegues”.

Comentarios

Primera aliyá, 26:1-11

26:1-2 “Y sucederá que cuando llegues a la tierra que HaShem tu Dios te da por herencia, tomes posesión de
ella y habites en ella, tomarás lo primero de todos los frutos del suelo que recojas de la tierra que HaShem tu
Dios te da, y las pondrás en una canasta e irás al lugar que HaShem tu Dios escoja para establecer su nombre.”
(LBLA revisada) – Esta ofrenda también es mencionada en Éxodo 23:19a y 34:26a, donde está escrito:

“Traerás lo primero (reshít) de las primicias (bicurim) de tu tierra a la casa de HaShem tu Dios...” (LBLA
revisada)

La palabra hebrea que ha sido traducida como “primicias” es reshit,[1] y aparece en todos los tres textos. La
palabra bicurim, “primicias” no aparece en el texto de Deuteronomio, sólo reshít, “lo primero”. Aun así, esta
ofrenda es llamada bicurim. Según la Mishná,[2] la ofrenda de bicurim sólo se da del fruto de la tierra de Israel
y, específicamente de las siete especies mencionadas en Deuteronomio 8:8. La miel no se refiere a la miel de
abeja sino dátiles. No se entrega una ofrenda de bicurim de otras especies. El propósito de entregar los
primeros frutos, que son los que más se aprecian, es mostrarle al Eterno que Él es el primero en nuestras vidas.

Cuando los primeros frutos empezaron a brotar fueron marcados con un hilito. Cuando habían madurado fueron
llevados al santuario entre shavuot y sucot. En el tiempo del templo solían ir familias enteras junto con otras
personas de la misma ciudad. Iban caminando con sus canastas cargadas de las siete especies detrás de un
toro cuyos cuernos fueron cubiertos de oro y con una guirnalda de ramas de olivo alrededor del cuello. El toro
fue sacrificado como ofrenda de paz. Al acercarse a Yerushalayim la gente salía a recibirlos con gritos de alegría
y con toque de flautas. Los levitas cantaban el Salmo 30 (que es una referencia a la resurrección del Mesías, la
cual es simbolizada en las primicias, bicurim). Al llegar al monte del templo colocaban las canastas sobre los
hombros para entrar en el atrio así. Los sacerdotes colocaban luego su mano debajo de cada canasta y juntos
la mecían (tenufá) en todas las direcciones, para mostrar así que es una pertenencia del Eterno. Después las
canastas fueron colocadas al lado del altar y se recitaba el texto de Deuteronomio 26:3, 5-10. Las cosas que
había en las canastas fueron comidas por los sacerdotes.

Según Maimónides, el sacrificio de bicurim requiere siete cosas:

1. Se lleva al lugar escogido por HaShem.


2. Se lleva en una canasta.
3. Se hace una declaración verbal.
4. Se entrega un sacrificio.
5. Se canta.
6. Se hace la ceremonia de tenufá – mecimiento.
7. Se pernocta en el lugar.

26:3 “Y te presentarás al sacerdote que esté en funciones en esos días y le dirás: "Declaro hoy a HaShem mi
Dios que he entrado en la tierra que HaShem juró a nuestros padres que nos daría.” (LBLA revisada)” – Este
texto nos enseña la importancia de la identificación nacional e histórica con el pueblo de Israel. Todas las
personas que hacían esta declaración en el templo no habían entrado físicamente en la Tierra. Pero pertenecían
a un pueblo que una vez en la historia pasó a la tierra, y cada judío tendrá que identificarse con ese hecho
como si él mismo lo hubiera vivido.

26:5 “Y responderás y dirás delante de HaShem tu Dios: "Mi padre fue un arameo errante y descendió a Egipto
y residió allí, siendo pocos en número; pero allí llegó a ser una nación grande, fuerte y numerosa.” (LBLA
revisada) – Aram fue el quinto hijo de Shem, cf. Génesis 10:22. No es ancestro de Avraham. El tercer hijo de
Shem Arfajshad (Arfaxad) fue ancestro de Avraham. ¿Cómo es que aquí está escrito que el padre de los
israelitas fue un arameo?

Laván fue llamado “arameo”, cf. Génesis 25:19-20; 28:5. El tampoco fue descendiente de Aram. Parece ser que
porque vivían en Padán-Aram fueron llamados arameos. El padre de Laván, Betuel y Yitsjak eran primos. La hija
de Betuel fue Rivcá. Así que Yitsjak se casó con la hija de su primo. El hermano de Rivcá fue Laván, llamado “el
arameo”. Pero no venía de aquel Aram mencionado en Génesis 10. Uno de los hermanos de Betuel, Kemuel es
llamado el padre de Aram. Aquel otro Aram era, por tanto, primo de Laván. Yaakov y aquel otro Aram fueron
primos segundos.

Es probable que los descendientes de Aram en Génesis 10 hayan poblado la tierra llamada Padán-Aram. Ese
Aram que mayormente es mencionado en las Escrituras es la tierra que hoy en día se llama Siria. Padán-Aram
está más al norte, cruzando el río, en Mesopotamia. Es probable que Laván fuese llamado arameo por el hecho
de hablar en arameo y habitar en esa área, aunque no era descendiente de Aram, hijo de Shem. Según Génesis
31:47, Laván hablaba en el idioma arameo.

¿Cómo es que Yaakov fue llamado arameo en la Torá? (Avraham fue llamado “hebreo”, no “arameo”) ¿Cómo
vamos a entender esta oración?

La traducción Peshitta dice “Mi padre fue enviado a Aram”, refiriéndose a Yaakov que fue enviado a la tierra
donde estaba Laván. Otra traducción dice: “Un arameo intentó destruir a mi padre” (ArtScroll Ramban inglés).
Otra traducción dice: “Un arameo quiso hacer perecer a mi padre” (Jumash HaMerkaz). Otra traducción dice:
“Un arameo a punto de perecer fue mi padre” (The Hirsch Chumash inglés). Otra traducción dice: “Un aramí
era la perdición de mi ancestro.” (Torá con Rashí)

Si entendemos la palabra como que Yaakov era arameo, tiene que ver con la tierra geográfica de Padán-Aram
donde pasó veinte años de su vida, cuando tenía entre 77 y 97 años de edad. Es posible que por haber morado
allí tanto tiempo, Yaakov fue llamado arameo, al igual que Laván que habitaba en esa tierra, sin ser
descendiente de Aram, hijo de Shem.

Según Rashí, la palabra arameo no se refiere a Yaakov, sino a Laván que quiso destruir a Yaakov, como hemos
visto en algunas de las traducciones.

26:6-9 “nos… nos… nosotros… nuestra” – Esa persona no había vivido todo eso, sino se identifica con un
cuerpo nacional de Israel. Cada israelita, en la celebración de pesaj, tiene que pensar que él mismo salió de
Egipto. Vemos la importancia del pensamiento colectivo en el pueblo. No somos individualistas, sino parte de un
colectivo.

26:11 “Y te alegrarás, tú y también el levita y el forastero que está en medio de ti, por todo el bien que
HaShem tu Dios te ha dado a ti y a tu casa.” (LBLA revisada) – Según la Mishná[3] y el Guemará,[4] sólo se recita
la declaración anterior durante el tiempo desde shavuot hasta sucot, puesto que es el momento de mayor
alegría durante el año. Después de sucot también se puede llevar la ofrenda de bicurim, pero entonces no se
recita la declaración de los versículos 5-10. El prosélito no recita la declaración porque no es descendiente de
los que heredaron la tierra.
Segunda aliyá, 26:12-15

26:12 “Cuando acabes de pagar todo el diezmo de tus frutos en el tercer año, el año del diezmo, entonces lo
darás al levita, al forastero, al huérfano y a la viuda, para que puedan comer en tus ciudades y sean saciados.”
(LBLA revisada)– El tercer año puede ser una referencia al tercero y sexto año, del ciclo septoanual, cuando se
daba el segundo diezmo a los pobres. Esta es la interpretación más común.

“el año del diezmo” – Según Rashí, significa que durante el tercero y sexto años, no se dan dos diezmos, “el
primer diezmo” y “el segundo diezmo”, (como en los años primero, segundo, cuarto y quinto), sino sólo un
diezmo, “el primer diezmo”. Durante los años tercero y sexto, “el segundo diezmo” es sustituido por “el diezmo
del pobre”. De esa manera también hay dos diezmos en esos años, aunque no se dé lo que la tradición llama
“el segundo diezmo”.

26:13 “Y dirás delante de HaShem tu Dios: "He sacado de mi casa la porción consagrada y también la he dado
al levita, al forastero, al huérfano y a la viuda conforme a todos tus mandamientos que me has mandado; no he
violado ni olvidado ninguno de tus mandamientos” (LBLA revisada) – Según Rashí, se hacía esta declaración en
la víspera de pesaj. La declaración de haber cumplido con los deberes del diezmo y otros mandamientos ayuda
al judío a ser solícito en todo. Como sabe que tiene que declarar cada tercer año delante del Eterno que ha sido
fiel, le ayuda a no ser negligente, para no tener que mentir delante del Eterno. Esta práctica cada tercer año es
una preparación para poder estar delante del Trono en el día del juicio final, cuando el Eterno va a recompensar
a cada uno conforme a sus obras. Cuando uno sabe que un día tiene que presentarse delante del Eterno y dar
cuenta de todo lo que ha hecho, piensa dos veces antes de hacer las cosas. ¿Eres consciente de que vas a estar
delante del Trono donde se van a sacar todas las cosas a la luz?

26:15 “Mira desde tu morada santa, desde el cielo, y bendice a tu pueblo Israel y a la tierra que nos has dado,
una tierra que mana leche y miel, como juraste a nuestros padres.” (LBLA) – Después de haber entregado todo
el diezmo se pide una bendición sobre el pueblo de Israel, y no sobre uno mismo. Esto nos enseña a no ser
egoístas. “Yo he cumplido, y por eso pido que bendigas a todo el pueblo, del cual soy una parte.” ¡Que bonito
es no buscar la prosperidad personal, sino la prosperidad del pueblo!

Según la tradición, el judío debe hacer la declaración de haber sido obediente a todos los mandamientos, con
voz baja, para que no suene como jactancia y soberbia, sino como una declaración hecha con humildad.

Tercera aliyá, 26:16-19

26:17 “Has declarado hoy que HaShem es tu Dios y que andarás en sus caminos y guardarás sus estatutos, sus
mandamientos y sus ordenanzas, y que escucharás su voz.” (LBLA revisada) – Por un lado el pueblo declara su
amor y compromiso con el Eterno.

26:18 “Y HaShem ha declarado hoy que tú eres su pueblo, su exclusiva posesión, como El te habló, para
guardar todos sus mandamientos” – Y por el otro lado viene la respuesta de HaShem. En estas palabras hay
una renovación del pacto. Según el R. Munk,[5] hay tres alianzas con Israel en el Jumash:

1. La del monte Sinai.


2. La del tabernáculo.
3. La de las mesetas de Moav.

En este texto aparece la tercera de estas alianzas, la de las mesetas de Moav.

“Tú eres su pueblo… para guardar todos los mandamientos” – La identidad marca la conducta de una persona.
Si uno se siente rebelde, actuará como un rebelde. Si uno se identifica como ladrón, hurtará. Si uno tiene un
complejo de rechazo, rechazará a los demás. Si uno tiene la identidad de ser un pueblo de exclusiva posesión,
se comporta de manera santa, guardado los mandamientos. Es muy importante pensar de sí mismo de la
manera correcta para poder actuar de la forma correcta.

En Proverbios 23:7a está escrito:“pues como piensa dentro de sí, así es” (LBLA)
Como piensas de ti mismo, así eres. Por esto HaShem crea una identidad para su pueblo, para que actúe
conforme a esa identidad. Una de las primeras cosas que los malos espíritus atacan en una persona es su
identidad. Ellos intentan decirte que eres inútil, que no vales para nada, que eres un fracaso. Si tú recibes esos
pensamientos vas a actuar según ellos y el adversario habrá logrado su meta para destruirte. Por otro lado los
demonios intentan decirte que eres muy bueno, muy importante y el mejor, para que se crea una actitud de
soberbia, y así hacerte caer, como satanás cayó. Para contrastar estos dos extremos malignos, la Torá te
enseña quién eres según el Eterno, para que actúes conforme a Su punto de vista, conforme a esa verdadera
identidad que tienes como hijo de Dios.

Es muy importante que los padres inculquen una identidad correcta en sus hijos. Los padres que dicen que sus
hijos son rebeldes están creando rebeldía en sus hijos. Los hijos se comportan según la imagen y la identidad
que los padres proyectan sobre ellos, tanto en lo bueno como en lo malo.

No permitas que los sentimientos de culpa te sigan golpeando si te has arrepentido de tu pecado. Eres amado.
Has sido perdonado. El Eterno te ha elevado en el Mesías. Has sido escogido. Tienes una herencia, un futuro.
Eres un hijo amado. Eres un rey y un sacerdote. Eres parte de un pueblo santo. Eres parte del Israel celestial.
Así que, no te quedes allí tirado sintiendo lástima de ti mismo, sino ¡levántate y compórtate según lo que eres!

Cuarta aliyá, 27:1-10

27:2 “Y sucederá que el día que paséis el Yardén a la tierra que HaShem tu Dios te da, levantarás para ti
piedras grandes, y las blanquearás con cal” (LBLA revisada) – Según el Talmud,[6] había tres clases de piedras:
Moshé erigió doce piedras en la tierra de Moav, cf. Deuteronomio 1:5, Yehoshúa erigió doce piedras dentro del
río Yardén, cf. Josué 4:9, y las de Guilgal, cf. Josué 4:20, que son las mismas que estaban en el monte Eival.

27:4 “Y sucederá que cuando pases el Yardén, levantarás estas piedras en el monte Eival, como yo te ordeno
hoy, y las blanquearás con cal.” (LBLA revisada) – Hay dos versiones de interpretación de este texto. Una dice
que escribieron sobre las piedras y luego pusieron la cal encima de la escritura. La otra versión dice que
primero pusieron cal (yeso) sobre las piedras y luego escribieron la Torá sobre el yeso.

El Talmud[7] dice que tradujeron la Torá y la escribieron en 70 idiomas para que todas las naciones pudieran
tener acceso a la revelación divina. Aunque esta no fuese la realidad, esto nos muestra la idea de que la Torá
no es exclusivamente para Israel. La Torá revela a las naciones cuál es el papel de Israel y cuáles son los
mandamientos que ellos mismos tienen que cumplir para conectar con el Cielo agradar al Eterno.

El arqueólogo israelí Adam Zertal ha encontrado un altar enorme en el monte Eival.[8] Tiene el mismo tamaño
que el altar que estaba en el templo. Está hecho con grandes piedras. Alrededor del altar se han encontrado
restos del yeso sobre el cual Yehoshúa escribió la Torá, cf. Josué 8:30-35.

27:9b “Hoy te has convertido en pueblo de HaShem tu Dios” – Primero se habla de la identidad de lo que eres.

27:10 “Y obedecerás a HaShem tu Dios, y cumplirás sus mandamientos y sus estatutos que te ordeno hoy.”
(LBLA revisada) – Luego vemos como la obediencia viene como un resultado de esa identidad. Varios de los
mandamientos fueron dados precisamente para dar al pueblo de Israel una identidad que está separada de los
demás pueblos de la tierra. Por esto el judío es muy agresivo contra todo lo que intenta quitarle su identidad
como judío. Por esto, todo movimiento que intente cambiar su identidad es visto como una de las amenazas
más grandes contra su existencia judía. El judío tiene razón cuando lucha contra movimientos que enseñan
doctrinas que van en contra de la Torá de Moshé.

Quinta aliyá, 27:11 – 28:6

27:12 “Cuando pases el Jardén, éstos estarán sobre el monte Guerizim para bendecir al pueblo: Shimón, Leví,
Yehudá, Yisajar, Yosef y Binyamín.” (LBLA revisada) – Según el Talmud,[9] seis tribus subieron a la cima de cada
montaña. Los sacerdotes y los levitas se quedaban en el centro, entre las dos montañas, alrededor del arca, y
pronunciaban las bendiciones mirando hacia Guerizim y luego las maldiciones que aparecen en la Torá mirando
hacia Eival. La primera bendición sería “Bendito el hombre que no haga ídolo…” y así sucesivamente. Después
de cada bendición las seis tribus contestaban: “Amén”, y lo mismo hicieron las otras seis tribus después de cada
maldición.

Es interesante notar que Shimón fue puesto en el monte Guerizim para bendecir, cuando su ira había sido
maldecida por su padre, cf. Génesis 49:7. El mismo no había sido maldecido, sino sólo su ira. El hecho de
colocarle para bendecir fue para que él pudiera hacer tikún, rectificación.

Guerizim tiene una altura de 880 msnm. Eival tiene una altura de 940 msnm. El monte de maldición es más alto
que el de bendición. En la Torá hay más maldiciones que bendiciones. La Torá tenía que ser escrita sobre el
Eival, el monte de las maldiciones, no Guerizim. Esto nos indica que las maldición escritas en la Torá iban a
venir de manera abundante sobre Israel y las naciones por causa de sus pecados, a saber desobediencia a la
Torá. La Torá revela y condena el pecado y enseña el camino a la reconciliación. De esta manera el pecador
podrá arrepentirse y volverse al Eterno y pedir ayuda. Por medio del Mesías podrá convertirse en una nueva
criatura. La Torá prepara el camino para que el pecador pueda apropiarse de la gracia que ha sido dada en el
Mesías Yeshúa, como está escrito en Gálatas 3:24: “De manera que la Torá ha venido a ser nuestro ayo para
conducirnos al Mesías, a fin de que seamos justificados por la fe.” (LBLA revisada)

El pecado en nosotros se aprovechó de los mandamientos para causar muerte en nosotros. Por eso el ministerio
de Moshé es llamado “ministerio de muerte” y “ministerio de condenación”, no porque la Torá sea mala, sino
porque el hombre es pecador.

En 2 Corintios 3:7-9 está escrito: “Y si el ministerio de muerte grabado con letras en piedras fue con
gloria, de tal manera que los hijos de Israel no podían fijar la vista en el rostro de Moshé por causa de la
gloria de su rostro, que se desvanecía, ¿cómo no será aún con más gloria el ministerio del Espíritu? Porque si el
ministerio de condenación tiene gloria, mucho más abunda en gloria el ministerio de justicia.” (LBLA revisada)

Estas palabras no son para descalificar el ministerio de Moshé, sino para mostrar los efectos reales de la
entrega de la Torá, por causa del pecado en el hombre. La Torá fue dada para bendición y vida, pero el pecado
hace que la Torá produzca maldición y muerte. El pecado dentro del hombre se aprovecha de la Torá para
causar muerte en el hombre, cf. Romanos 7:7-14. Cuando el hombre de esta manera descubre su necesidad de
gracia y vida, podrá obtener los beneficios de la obra del Mesías y tener una relación diferente con la Torá. En
lugar de despertar el pecado, ahora los mandamientos son una descripción de la naturaleza que hay en el
Mesías, que cumple los mandamientos con gozo, cf. Romanos 6:17-18; 8:4. En el Mesías no hemos sido
liberados de la Torá, sino solamente de la función condenatoria de la Torá porque en El podemos vivir en
victoria sobre el pecado.

27:15 “Maldito el hombre que haga ídolo o imagen de fundición, abominación a HaShem, obra de las manos del
artífice, y la erige en secreto. Y todo el pueblo responderá, y dirá: "Amén.” (LBLA revisada)” – Todas estas
maldiciones son activadas sobre pecados cometidos en secreto. El hecho de que pueblo tuviera que decir amén
producía una protección contra este tipo de pecados. Por temor a la maldición uno se guarda de hacer estas
cosas en secreto.

En Deuteronomio 29:29a está escrito: “Las cosas secretas pertenecen a HaShem nuestro Dios, mas las cosas
reveladas nos pertenecen a nosotros” (LBLA revisada)

Los pecados cometidos en secreto son juzgados directamente por HaShem mediante la maldición que alcanza al
que comete esos pecados. Pero los pecados abiertos tienen que ser juzgados por los jueces del pueblo. Los
jueces no tienen el derecho de juzgar sobre pecados cometidos en secreto, al no tener evidencias. Pero cuando
hay evidencias tienen que condenar al culpable para que la maldición no venga sobre ellos y sobre el pueblo.

27:16 “Maldito el que desprecie a su padre o a su madre. Y todo el pueblo dirá: "Amén.” (LBLA)” – El desprecio
es algo interno que no siempre se puede ver por fuera.

27:18 “Maldito el que haga errar al ciego en el camino. Y todo el pueblo dirá: "Amén.” (LBLA)” – Esto también
implica dar un consejo engañoso a un ignorante.
27:24 “Maldito el que hiera a su vecino secretamente.” (LBLA) Y todo el pueblo dirá: "Amén.” (LBLA revisada)”
– Una forma de dañar al vecino en secreto es hablar mal de él, lashón hará.

27:26 “Maldito el que no confirme las palabras de esta ley, poniéndolas por obra. Y todo el pueblo dirá:
"Amén.” (LBLA)” – Aquí se trata de una actitud de “confirmar” o “mantener” las palabras de la Torá en el
corazón. El que dentro de su corazón dice que alguno de los mandamientos no es válido, será maldecido. En
contraste, el que los sostiene en su corazón, será bendecido. Por eso dice Romanos 8:3-4: “Pues lo que la Torá
no pudo hacer, ya que era débil por causa de la carne, Dios lo hizo: enviando a su propio Hijo en semejanza de
carne de pecado y como ofrenda por el pecado, condenó al pecado en la carne, para que el requisito de la Torá
se cumpliera en nosotros, que no andamos conforme a la carne, sino conforme al Espíritu.” (LBLA revisada)

El requisito de la Torá es cumplido en nosotros. No dice por nosotros, sino en nosotros. Es una cosa secreta,
una actitud, una voluntad, una disposición. El Mesías vino para darnos una actitud correcta hacia todos los
mandamientos, por medio llenarnos del Espíritu. Un espíritu que lleva a la persona a rechazar los
mandamientos de la Torá no viene del Eterno, no es el Espíritu del Mesías, sino el espíritu del anti mesías, cf. 1
Juan 4:3; 2 Timoteo 2:7; Daniel 7:25.

En Gálatas 3:10 está escrito: “Porque todos los que son de las obras de la ley están bajo maldición, pues escrito
está: MALDITO TODO EL QUE NO PERMANECE EN TODAS LAS COSAS ESCRITAS EN EL LIBRO DE LA TORÁ,
PARA HACERLAS.” (LBLA revisada)

Esta cita de Deuteronomio 27:26 se usa para hablar del resultado de una manera equivocada de relacionarse
con la Torá, usándola como un medio de auto justificación. Esto es llamado “obras de la ley”, que es un término
teológico que significa “legalismo”. Si se usa la Torá de esa manera no se produce otra cosa que la maldición
porque sin fe, en su propio poder, es imposible cumplir los mandamientos de manera correcta y la
desobediencia trae maldición. Es decir, si uno piensa que puede lograr la salvación por medio de cumplir los
mandamientos legalistamente, mecánicamente, será objeto de maldición, puesto que no es capaz de hacerlo en
sus propias fuerzas. Necesita la gracia de HaShem para poder obtener el perdón por las equivocaciones. La
expresión “obras de la ley” no significa obediencia a la Torá, sino una manera equivocada de cumplir los
mandamientos para conseguir méritos y así ganarse la aprobación y salvación mediante una balanza donde las
buenas obras pesan más que las malas. Esa manera de pensar es engañosa. La salvación no se obtiene por
obras.

Si quebrantas ciertos mandamientos estarás bajo una maldición que no puedes superar completamente por
medio una buena obra o dar dinero a los pobres. Es como una persona que asesina a su vecino. El día siguiente
da todos sus bienes a la viuda del asesinado, pensando que eso le va a quitar la culpa por lo que hizo. Esa
culpa no se elimina por medio de las buenas obras. Tiene que haber justicia, una condena y un arreglo de
cuentas.

La única forma de ser totalmente libre de la condena de tu pecado es que alguien entre en tu lugar. En el
sistema de sacrificios que aparece en Vayikrá (Levítico), vemos como los animales inocentes tenían que cargar
la culpa del hombre y, de esa manera, el Eterno, en su gran misericordia, regaló el perdón al pueblo
arrepentido.

Sin embargo, los animales no pueden sustituir totalmente al hombre. Todos son sombras del verdadero
sacrificio hecho una vez por todas, como medio de sustituto para que nosotros podamos ser totalmente
perdonados sobre una base jurídicamente justa. HaShem es justo cuando nos perdona por causa de la muerte
del Mesías Yeshúa. Los sacrificios de los animales activan el efecto de la muerte del Mesías.

Los que recibieron perdón por sus pecados mediante los sacrificios en el templo, lo hicieron a base de los
méritos del eterno sacrificio del Mesías en el mundo celestial, reflejado en los sacrificios del templo en este
mundo. Sin el sacrificio del Mesías, los sacrificios del templo no tendrían valor, cf. Romanos 3:25-26.

Si una persona intenta recompensar sus malas acciones mediante buenas obras, aunque sean conforme a la
Torá, no logrará quitarse toda la maldición causada por su desobediencia. Él necesita recurrir al Eterno para
obtener el perdón.
Según el R Munk,[10] la palabra “Amén” expresa tres cosas:

1. Un juramento sobre uno mismo, Números 5:22.


2. La aceptación de un hecho, Deuteronomio 27:26.
3. La afirmación de un acto, 1 Reyes 1:36.

Podemos mencionar tres ejemplos donde se habla de pecados cometidos en secreto. En estos casos son los
pecados del hurto y la mentira. El primero es Akán, en Josué 7, que hurtó de las cosas dedicadas al Eterno y las
escondió en su tienda. HaShem dijo que todo Israel había hurtado y mentido. Por causa de esto, 36 hombres
murieron en la guerra contra Ai. Luego el espíritu profético rebeló el hurto y la mentira. Y por no mostrar
ningún deseo de arrepentimiento a tiempo, Akán fue apedreado junto con sus hijos.

El segundo caso es Guejazi, el siervo del profeta Elishá, en 2 Reyes 5, que mintió para conseguir mucho dinero
y ropas preciosas de un hombre generoso que había sido sanado de una plaga mortal. Por esa mentira y ese
hurto, recibió la misma plaga.

El tercer caso se encuentra en Hechos 5, donde vemos como una pareja, Jananyá y Shapirá, se había puesto de
acuerdo para mentir en cuanto a la suma de un dinero. Habían sustraído parte del dinero, diciendo que era
todo, obviamente para conseguir mayor honra en la congregación. El espíritu profético reveló su pecado y
cayeron muertos delante de todos.

En Zacarías 5:1-4 está escrito: “Alcé de nuevo mis ojos y miré, y he aquí un rollo que volaba. Y me dijo el
ángel: ¿Qué ves? Y respondí: Veo un rollo que vuela; su longitud es de veinte codos y su anchura de diez
codos. Entonces me dijo: Esta es la maldición que sale sobre la faz de toda la tierra; ciertamente todo el que
roba será destruido según lo escrito en un lado, y todo el que jura será destruido según lo escrito en el otro
lado. La haré salir--declara HaShem de los ejércitos-- y entrará en casa del ladrón y en casa del que jura por mi
nombre en falso; y pasará la noche dentro de su casa y la consumirá junto con sus maderas y sus piedras.”
(LBLA revisada)

Este texto nos enseña como la maldición entra en la casa del que hurta y del que miente, para destruirla.

En Revelación 21:8b está escrito: “todos los mentirosos tendrán su herencia en el lago que arde con fuego y
azufre, que es la muerte segunda.” (LBLA)

No dice algunos mentirosos, sino todos los mentirosos.

En Revelación 21:27 está escrito: “jamás entrará en ella nada inmundo, ni el que practica abominación y
mentira” (LBLA)

El que practica la mentira no tiene derecho a entrar en la nueva Yerushalayim.

En Juan 8:44 está escrito: “Sois de vuestro padre satanás y queréis hacer los deseos de vuestro padre. Él fue
un homicida desde el principio, y no se ha mantenido en la verdad porque no hay verdad en él. Cuando habla
mentira, habla de su propia naturaleza, porque es mentiroso y el padre de la mentira.” (LBLA revisada)

Satanás es el padre de la mentira lo cual significa que él originó la mentira. La mentira es una puerta abierta
para el adversario. El que no se arrepiente de la mentira sufrirá el destino del padre de la mentira.

En Tito 1:2 está escrito: “…Dios, que no miente…” (LBLA)

En Hebreos 6:18 está escrito: “…es imposible que Dios mienta…” (LBLA)

En Juan 14:6 está escrito: “Yo soy la verdad…” (LBLA)

Yeshúa es la verdad, y por eso nunca miente ni puede mentir. Por esto sus discípulos tampoco lo hacen. Los
hijos de satanás mienten porque son del padre de la mentira. Los hijos del Eterno no mienten, porque son de la
verdad, de la luz.
En 1 Juan 1:5-10 está escrito: “Y este es el mensaje que hemos oído de Él y que os anunciamos: Dios es luz, y
en Él no hay tiniebla alguna. Si decimos que tenemos comunión con Él, pero andamos en tinieblas, mentimos y
no practicamos la verdad; mas si andamos en la luz, como Él está en la luz, tenemos comunión los unos con los
otros, y la sangre de Yeshúa su Hijo nos limpia de todo pecado. Si decimos que no tenemos pecado, nos
engañamos a nosotros mismos y la verdad no está en nosotros. Si confesamos nuestros pecados, Él es fiel y
justo para perdonarnos los pecados y para limpiarnos de toda maldad. Si decimos que no hemos pecado, le
hacemos a Él mentiroso y su palabra no está en nosotros.” (LBLA revisada)

La única forma de ser libre de la mentira es arrepentirse y vivir en luz, lo cual corresponde a siempre decir la
verdad, cuando hay que hablar, y vivir en la verdad siempre. Pero no significa que siempre hay que decir toda
la verdad, cf. Ester 2:10.

El capítulo 28 habla de las bendiciones y las maldiciones. Es la extensión del capítulo 26 de Levítico. La
diferencia más destacada entre los dos, a parte de la cantidad de texto, es el uso del plural en Levítico 26, que
habla al colectivo, y del singular en Deuteronomio 28 que habla al individuo o al colectivo como un solo pueblo
unido.

Otra diferencia es que el final de Levítico 26 habla de la restauración de Israel. En los versículos 40-43
encontramos una promesa de restauración condicional. Hay también una promesa incondicional de no desechar
del todo al remanente de Israel, v. 44-45. Pero en Deuteronomio 28 no encontramos una promesa de
restauración de Israel. El capítulo 28 termina con la deportación a Egipto, que representa lo más trágico de
todo, volver al país de cautiverio de donde salieron. Sin embargo, en el capítulo 30 hay una promesa de
restauración condicional, “y vuelvas… entonces HaShem… te hará volver.” v. 2-3.

Según Najmánides, Levítico 26 está hablando de la destrucción del primer templo y la deportación a Babilonia, y
el capítulo 28 de Deuteronomio habla de la destrucción del segundo templo y sus consecuencias. Es cierto que
podemos encontrar similitudes para esa afirmación, pero otros comentaristas, como Don Yitsjak Abarbanel, no
comparten la idea de Najmánides, encontrando en el capítulo 28 de Deuteronomio referencias también al
primer exilio con la destrucción del primer Templo, cf. v. 25, 29, 36, 68.

28:1-2 “Y sucederá que si obedeces diligentemente a HaShem tu Dios, cuidando de cumplir todos sus
mandamientos que yo te mando hoy, HaShem tu Dios te pondrá en alto sobre todas las naciones de la tierra. Y
todas estas bendiciones vendrán sobre ti y te alcanzarán, si obedeces a HaShem tu Dios.” (LBLA revisada) – Las
bendiciones son el resultado de la obediencia a los mandamientos y las maldiciones son el resultado de las
desobediencias a los mandamientos.

28:3 “Bendito serás en la ciudad, y bendito serás en el campo.” (LBLA) – Primero encontramos una bendición
personal.

28:4a “Bendito el fruto de tu vientre” (LBLA) – Luego viene una bendición familiar. Esta es la segunda prioridad
para el Eterno, tu familia.

28:4b “el producto de tu suelo, el fruto de tu ganado, el aumento de tus vacas y las crías de tus ovejas.”
(LBLA) – En tercer lugar viene la bendición sobre el trabajo.

28:5 “Benditas serán tu canasta y tu artesa.” (LBLA) – La comida viene en cuarto lugar.

28:6 “Bendito serás cuando entres, y bendito serás cuando salgas.” (LBLA) – Según el Talmud,[11] se refiere a la
entrada al mundo y la salida de este mundo. También puede ser entendido como los viajes, los movimientos de
un lugar para otro. Según el Targum Yonatan, significa bendición cuando uno entre en el Beit HaMikdash, el
Templo, y cuando uno salga para hacer negocios.

También se puede interpretar como el ministerio sacerdotal que entra en la presencia del Eterno, y el ministerio
real que gobierna sobre las circunstancias.

Sexta aliyá, 28:7 – 29:1 (28:69 heb.


28:7 “HaShem hará que los enemigos que se levanten contra ti sean derrotados delante de ti; saldrán contra ti
por un camino y huirán delante de ti por siete caminos.” (LBLA revisada) – Las bendiciones por la obediencia
incluyen la victoria en los enfrentamientos bélicos.

28:9 “Te establecerá HaShem como pueblo santo para sí, como te juró, si guardas los mandamientos de
HaShem tu Dios y andas en sus caminos. ” – La mayor bendición es estar cerca de HaShem.

28:10 “Entonces verán todos los pueblos de la tierra que sobre ti es invocado el nombre de HaShem; y te
temerán.” (LBLA revisada) – El mejor impacto que se puede hacer en las naciones gentiles se produce cuando
hay obediencia en el pueblo de Israel. Este texto nos enseña que Israel ha sido puesto para impactar a las
naciones. HaShem quiere que su salvación llegue hasta los confines de la tierra, y por esto ha creado el pueblo
de Israel, para que sea un canal para ello, como está escrito en Isaías 49:5-6:

“Y ahora dice HaShem (el que me formó desde el seno materno para ser su siervo, para hacer que Yaakov
vuelva a Él y que Israel se reúna con Él, porque honrado soy a los ojos de HaShem y mi Dios ha sido mi
fortaleza), dice Él: Poca cosa es que tú seas mi siervo, para levantar las tribus de Yaakov y para restaurar a los
que quedaron de Israel; también te haré luz de las naciones, para que mi salvación alcance hasta los confines
de la tierra.” (LBLA revisada)

28:13 “Y te pondrá HaShem a la cabeza y no a la cola, sólo estarás encima y nunca estarás debajo, si escuchas
los mandamientos de HaShem tu Dios que te ordeno hoy, para que los guardes y los pongas por obra.” (LBLA
revisada) – La única manera de vencer sobre satanás y estar en una posición superior a los malos espíritus, es
someterse al Eterno en humildad y obedecer sus mandamientos, cf. Yaakov (Stg.) 4:7; 1 Pedro 5:6, 9. El que
no obedece no está sometido y no podrá resistir a los enemigos. Sólo estaremos encima si obedecemos los
mandamientos. No hay prosperidad verdadera y duradera sin obediencia.

28:14 “no te desvíes de ninguna de las palabras que te ordeno hoy, ni a la derecha ni a la izquierda, para ir tras
otros dioses y servirles.” (LBLA revisada) – Aquí está escrita la palabra hoy. Si tú puedes obedecer hoy y lo
dejas para mañana, no has cumplido los mandamientos. Los mandamientos son para cumplir hoy, no mañana
ni ayer. Ahora es el momento de obedecer. Si no obedeces hoy, no lo harás mañana. ¡Que no te dejes engañar!

HaShem trabaja con nosotros hoy, y nosotros tenemos que relacionarnos con él hoy, no ayer ni mañana, sino
ahora mismo. Arregla hoy tu relación con HaShem y no dejes las cosas para mañana.

En este texto se mencionan alrededor de 12 resultados positivos de la obediencia pero aproximadamente 98


calamidades como consecuencia de la desobediencia a los mandamientos.

¿Por qué hay más palabras que hablan de la maldición que de la bendición?

Por un lado es para crear temor a las consecuencias del pecado, y así evitar el pecado. Por otro lado podemos
ver en este capítulo, junto con el capítulo 30, toda la historia de Israel de forma profética. La historia de Israel
empezó con subidas, hasta llegar al tiempo de rey Shelomó, cuando todas estas bendiciones alcanzaron al
pueblo. Luego se apartaron de la obediencia, tanto el rey como el pueblo, y las cosas iban hacia abajo, y poco a
poco se iban cumpliendo todas estas maldiciones, para luego llegar al momento de la restauración, explicado en
los primeros versículos del capítulo 30. Nosotros estamos viviendo en el capítulo 30 en estos momentos.

En Deuteronomio 30:1-2 está escrito: “Y sucederá que cuando todas estas cosas hayan venido sobre ti, la
bendición y la maldición que he puesto delante de ti, y tú las hagas volver a tu corazón en todas las naciones
adonde HaShem tu Dios te haya desterrado, y vuelvas a HaShem tu Dios, tú y tus hijos, y le obedezcas con
todo tu corazón y con toda tu alma conforme a todo lo que yo te ordeno hoy” (LBLA revisada)

Ahora estamos viviendo esto. El avivamiento hebreo entre judíos asimilados, israelitas perdidos y gentiles, es
parte del cumplimiento de estas palabras de la Torá. Este texto enseña que la vuelta a la Torá de Moshé es un
resultado de una vuelta el Eterno en los últimos tiempos, después de que hayan pasado todas estas
bendiciones y las maldiciones sobre Israel a lo largo de la historia.
Tú eres parte de algo muy grande. Al juntarte con este movimiento de restauración, te has unido al programa
de redención del Eterno para los últimos tiempos.

28:16 “Maldito serás en la ciudad, y maldito serás en el campo.” (LBLA) – La primera maldición es personal.

28:17 “Malditas serán tu canasta y tu artesa.” (LBLA) – La comida viene en segundo lugar.

28:18 “Maldito el fruto de tu vientre y el producto de tu suelo, el aumento de tu ganado y las crías de tu
rebaño.” (LBLA) – La tercera cosa es la familia y la cuarta cosas es el trabajo. El orden de las maldiciones es
diferente al de las bendiciones.

28:19 “Maldito serás cuando entres y maldito serás cuando salgas.” (LBLA) – El Targum Yonatan tradujo:
“Maldito serás cuando entres en los teatros y circos y maldito serás cuando salgas a conducir tus negocios.”

28:21-22a “HaShem hará que la peste se te pegue hasta que te haya consumido de sobre la tierra adonde vas
a entrar para poseerla. Te herirá HaShem de tisis, de fiebre, de inflamación y de gran ardor” (LBLA revisada) –
Las enfermedades son identificadas como resultado de diferentes maldiciones, cf. 27-28, 34-35, 59-61. Las
enfermedades no son bendiciones. HaShem puede usar las maldiciones para producir un resultado positivo en
las personas, cualquier maldición puede ser transformada en una bendición, pero las maldiciones no son
buenas en sí. Las enfermedades no son buenas en sí. Atentan contra la vida del hombre. Nuestra actitud contra
las enfermedades debe que ser enemistosa. Las enfermedades no son nuestras amigas, no las queremos y no
las aceptamos en nuestros cuerpos. Las resistimos tanto físicamente, por medio de la defensa corporal, como
sicológicamente, por medio de una actitud de rechazo, y espiritualmente, por medio de la proclamación de las
palabras de las Escrituras que hablan de la sanidad divina, y por medio de pedir sanidad y sanar en el nombre
de Yeshúa.

En Deuteronomio 28:61 está escrito: “También toda enfermedad y toda plaga que no están escritas en el libro
de esta Torá” (LBLA revisada) – Si el Mesías Yeshúa llevó las maldiciones de la Torá, según Deuteronomio
21:23 y Gálatas 3:13, también llevó todas las enfermedades, que son maldiciones. ¡Las enfermedades son
maldiciones! No están mencionadas en la parte de bendiciones. Yeshúa llevó todas las enfermedades para
suplir sanidad a aquel que es fiel al Eterno, cf. Isaías 53:4-5; Mateo 12:15.

28:29 “y andarás a tientas a mediodía como el ciego anda a tientas en la oscuridad, y no serás prosperado en
tus caminos; más bien serás oprimido y robado continuamente, sin que nadie te salve.” (LBLA) – Los robos son
producto de la maldición. Si uno ha sido robado, le ha tocado una maldición. Si vivimos en obediencia a los
mandamientos hay protección también contra los robos. Si todos obedecen los mandamientos no habrá robos.

28:30 “Te desposarás con una mujer, pero otro hombre se acostará con ella; edificarás una casa, pero no
habitarás en ella; plantarás una viña, pero no aprovecharás su fruto.” (LBLA) – Aquí vemos las tres cosas en
orden inverso, mujer, casa y viña, cf. 20:5-7. La maldición toca primero la mujer, luego la casa y luego la viña.

28:36 “HaShem te llevará a ti y a tu rey, al que hayas puesto sobre ti, a una nación que ni tú ni tus padres
habéis conocido, y allí servirás a otros dioses de madera y de piedra.” (LBLA) – Este texto nos enseña, en
primer lugar, que la Torá prevé la existencia de un rey en Israel. En segundo lugar profetiza sobre lo que iba a
pasar con un rey específico, cf. 2 Reyes 24:15 y 2 Crónicas 36:5-6; ver Talmud Yoma 52b.

“a una nación” – Aquí se habla de una nación, no varias. Esto se refiere a la deportación a Babilonia, que era
una sola nación. Más adelante, con la destrucción del segundo templo, los judíos fueron esparcidos a todas las
naciones.

“madera” – Esto puede también referirse al culto a la cruz que es adorada por muchos cristianos.

“piedra” – También podría ser una referencia a la Caba, la piedra negra en Meca.

28:37 “Y vendrás a ser motivo de horror, proverbio y burla entre todos los pueblos donde HaShem te lleve.”
(LBLA revisada) – Esto se ha cumplido en todas las naciones donde hay expresiones de desprecio y burla de los
judíos.
28:39 “Plantarás y cultivarás viñas, pero no beberás del vino ni recogerás las uvas, porque el gusano se las
comerá.” (LBLA) – Los gusanos que comen las verduras y los frutos son un resultado de la maldición por la
desobediencia a los mandamientos.

28:47-48 “Por cuanto no serviste a HaShem tu Dios con alegría y con gozo de corazón, cuando tenías la
abundancia de todas las cosas, por tanto servirás a tus enemigos, los cuales HaShem enviará contra ti: en
hambre, en sed, en desnudez y en escasez de todas las cosas; Él pondrá yugo de hierro sobre tu cuello hasta
que te haya destruido.” (LBLA revisada) – Si no servimos al Eterno con alegría y con gozo de corazón,
tendremos escasez de todas las cosas y un yugo de hierro.

Esto nos lleva a reflexionar si verdaderamente mostramos mucha gratitud cuando tenemos abundancia o
¿estamos quejándonos por lo que no tenemos? Si nos quejamos de la comida, de la ropa, de lo que el Eterno
nos está dando, lo perderemos. Si tenemos escasez, ¿será por haber sido negligentes en este punto?
¿Alabamos al Eterno con alegría y gozo de corazón después de comer o salimos de la mesa sin dar gracias?

Según el Talmud Yerushalmi,[12] el yugo de hierro representa ideas oscuras y preocupaciones. Así que, el yugo
puede representar opresión espiritual y depresión sicológica. Una manera de vencer sobre esa opresión es
alabar al Eterno con alegría. Si estás tentado a entrar en una depresión, debes danzar delante del Eterno y
cantar con voz fuerte, para que esa opresión no te venga. Si estás en una depresión puedes usar la misma
medicina y saldrás de ella con victoria.

28:49-50 “HaShem levantará contra ti una nación de lejos, desde el extremo de la tierra, que descenderá rauda
como águila, una nación cuya lengua no entenderás, una nación de rostro fiero que no tendrá respeto al
anciano ni tendrá compasión del niño.” (LBLA revisada) – Este texto hace referencia al imperio romano, entre
otros, que tenía el símbolo del águila, cf. Jeremías 49:14-16; Abdías, (un descendiente de Edom fundó Roma).
Najmánides destaca que en estos dos versículos se menciona tres veces la palabra goy, que significa “nación”.
Esto se refiere a las tres guerras decisivas entre Roma e Israel. La primera guerra fue la de Pompeyo cuando
tomó a Yerushalayim y puso fin al reino de los Jashmoneos. La segunda se hizo cuando Herodes combatió el
hijo de Aristóbulo, Antígono, que fue el último gobernante Jashmoneo. Herodes llamó al emperador Antonio,
quien tomó a Yerushalayim. La tercera guerra fue la de Vespasiano y Tito que destruyeron el reino de los
judíos. Las consecuencias de esa guerra están profetizadas en el resto del texto que estamos estudiando.

28:58 “Si no cuidas de poner en práctica todas las palabras de esta Torá que están escritas en este libro,
temiendo este nombre glorioso y temible, HaShem tu Dios” (LBLA revisada) – Las maldiciones alcanzarán a la
persona que no teme al Eterno, puesto que el temor al Eterno nos lleva a obedecerle. El temor al Eterno es un
ingrediente muy importante en nuestro amor hacia Él. El que teme la consecuencia del pecado, que es el enojo
del Eterno, se abstiene de muchas cosas malas. El evangelio eterno que siempre se ha predicado y que siempre
se predicará hasta el fin nos exhorta a temer, glorificar y adorar al Eterno, como está escrito en Revelación
14:6-7: “Y vi volar en medio del cielo a otro ángel que tenía un evangelio eterno para anunciarlo a los que
moran en la tierra, y a toda nación, tribu, lengua y pueblo, diciendo a gran voz: Temed a Dios y dadle gloria,
porque la hora de su juicio ha llegado; adorad al que hizo el cielo y la tierra, el mar y las fuentes de las aguas.”
(LBLA)

28:64 “HaShem te dispersará entre todos los pueblos de un extremo de la tierra hasta el otro extremo de la
tierra” (LBLA revisada) – Esto ya se ha cumplido. Hay descendientes de las 12 tribus entre todos los pueblos de
la tierra. Esta es una siembra del Eterno que en nuestros días está empezando a dar fruto. El movimiento
llamado “mesiánico”, “raíces hebreas” y “netsarita” es el inicio de esta gran cosecha de estos descendientes de
las tribus que fueron sembrados entre todas las naciones. Ahora es el tiempo de que estos sean recogidos de
uno en uno, como está escrito en Amós 9:9:

“Porque he aquí, yo daré un mandato, y zarandearé a la casa de Israel entre todas las naciones, como se
zarandea el grano en la criba, sin que caiga ni un grano en tierra.” (LBLA)

En Isaías 27:12 está escrito: “Y sucederá en aquel día que HaShem trillará desde la corriente del Eufrates hasta
el torrente de Egipto, y vosotros seréis recogidos uno a uno, oh hijos de Israel.” (LBLA revisada)
28:68 “Y te hará volver HaShem a Egipto en naves, por el camino del cual yo te había dicho: "Nunca más
volverás a verlo.” Y allí os ofreceréis en venta como esclavos y esclavas a vuestros enemigos, pero no habrá
comprador.” (LBLA revisada) – Esto hicieron los romanos después de la caída de Yerushalayim. Esclavos judíos
fueron llevados a Gaza y luego con barcos a Egipto donde se vendieron por precios bajísimos.

Séptima aliyá, 29:2(1 heb.) – 29:9(8 heb.)

29:9(8) “Guardad, pues, las palabras de este pacto y ponedlas en práctica, para que prosperéis en todo lo que
hagáis.” (LBLA) – La prosperidad depende de la obediencia al pacto. Estas palabras son repetidas en Josué 1:8,
donde está escrito:

“Este libro de la Torá no se apartará de tu boca, sino que meditarás en él día y noche, para que cuides de hacer
todo lo que en él está escrito; porque entonces harás prosperar tu camino y tendrás éxito.” (LBLA revisada)

¿Qué hay que hacer para tener prosperidad y éxito? ¡Hagámoslo entonces con alegría!

Mashíaj en esta parashá

Aparte de los textos mencionados anteriormente (26:2; 28:30) encontramos en esta parashá una alusión al
Mesías en 29:4-6: “Pero hasta el día de hoy HaShem no os ha dado corazón para entender, ni ojos para ver, ni
oídos para oír. Yo os he conducido durante cuarenta años en el desierto; no se han gastado los vestidos sobre
vosotros y no se ha gastado la sandalia en vuestro pie. No habéis comido pan ni habéis bebido vino ni sidra,
para que sepáis que yo soy HaShem vuestro Dios.” (LBLA revisada) – En el pacto de Sinai no había suficiente
poder para transformar al hombre en su interior. Esto es simbolizado por la falta de pan y vino en el desierto.

Este texto habla de que el Eterno un día dará al pueblo de Israel corazón para entender, ojos para ver y oídos
para oír. Ese día será cuando entren en el pacto renovado.

El orden de las celebraciones del shabat y demás fiestas judías empieza con el vino y luego el pan. Pero aquí se
habla de pan primero y luego vino. Esto es una alusión al momento cuando el Mesías tomó el pan matsá (sin
levadura) en la mesa de pesaj y dijo que ese pan representaba su cuerpo que iba a ser entregado por todos.
Luego tomó la tercera copa de vino en la celebración del seder y dijo que esa copa era la renovación del pacto
en su sangre.

Esa renovación del pacto de Sinái, hecho por medio de Yeshúa, tiene suficiente poder para transformar el
hombre para que tenga un corazón que pueda entender, con ojos y oídos espirituales para percibir y ser
dirigido por el Espíritu de Santidad, como está escrito en Jeremías 31:33-34:

“porque este es el pacto que haré con la casa de Israel después de aquellos días--declara HaShem--. Pondré mi
ley dentro de ellos, y sobre sus corazones la escribiré; y yo seré su Dios y ellos serán mi pueblo. Y no tendrán
que enseñar más cada uno a su prójimo y cada cual a su hermano, diciendo: "Conoce a HaShem", porque
todos me conocerán, desde el más pequeño de ellos hasta el más grande--declara HaShem-- pues perdonaré su
maldad, y no recordaré más su pecado.” (LBLA revisada)

En 1 Corintios 2:9-10, 15 está escrito: “sino como está escrito: COSAS QUE OJO NO VIO, NI OÍDO OYÓ, NI
HAN ENTRADO AL CORAZÓN DEL HOMBRE, SON LAS COSAS QUE DIOS HA PREPARADO PARA LOS QUE LE
AMAN. Pero Dios nos las reveló por medio del Espíritu, porque el Espíritu todo lo escudriña, aun las
profundidades de Dios... En cambio, el que es espiritual juzga todas las cosas; pero él no es juzgado por nadie.”
(LBLA)

Si un espíritu te hace apartarte de la Torá escrita, dada por Moshé y apartarte del Mesías Yeshúa, la Torá
viviente, es un falso espíritu. El Espíritu de Dios siempre nos guía a ser obedientes a la Torá de manera cómo
ha sido expresada por Moshé y cumplida por el Mesías Yeshúa.

En esta parashá se encuentran los mandamientos 606 – 611 de los 613:

606. Precepto de hacer una declaración sobre las primicias (bicurim), Deuteronomio 26:5.

607. Precepto de hacer una declaración sobre el diezmo (maaser), Deuteronomio 26:13.
608. Precepto de proceder según los modos de actuar de Dios, Deuteronomio 28:9.

609. Prohibición de comer del segundo diezmo (maaser shení) estando en luto, Deuteronomio 26:14.

610. Prohibición de comer del segundo diezmo en estado de impureza, Deuteronomio 26:14.

611. Prohibición de gastar el dinero del segundo diezmo en otra cosa que no sea comida o bebida, Deuteronomio
26:14.

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