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La casa en el aire; una poética al unísono del viento

Por: Luis Carlos Hernández Díaz

En el presente ensayo la propuesta que se propone es la de dilucidar los distintos


elementos de los que se compone el poemario “La casa en el aire” del escritor caribeño
Rómulo Bustos.
Este poemario es publicado en el año 2.017 bajo la serie Pre-textos, de los que se
destacan 6 poemas,; cada uno de los poemas aborda una temática distinta; mientras que
uno trata de “lo popular”, otro aborda temas metafísicos. No existe una secuencialidad
entre éstos y, aunque el poeta cree una poética de cada uno de ellos, en algunos no son
muy explicitas.

El primer poema de esta colección se titula Penelope conversa consigo misma, y en él se


nos presenta un epígrafe bastante particular tomado de Los conjurados de Jorge Luis
Borges que dice así:

(El hilo que la mano de Ariadne dejó en la mano de Teseo (en la otra estaba la espada)
para que éste le ahondara en el laberinto y le descubriera el centro, el hombre con cabeza
de toro, o como quiere Dante, el toro con cabeza de hombre, y le diera muerte y pudiera,
ya ejecutada la pieza, destejer las redes de piedra y volver a ella, a su amor.
Las cosas ocurrieron así. Teseo no podía saber que del otro lado del laberinto estaba el
otro laberinto, el del tiempo, y que en algún lugar prefijado estaba Medea.
El hilo se ha perdido; el laberinto se ha perdido también. Ahora ni siquiera sabemos si nos
rodea un laberinto, un secreto cosmos o un caos azaroso.

Nuestro hermso deber es imaginar que hay un laberinto y un hilo. Nunca daremos con el
hilo, acaso lo encontramos y lo perdemos en un acto de fe, en una cadencia, en el sueño,
en las palabras que se llaman filosofía o en la mera y sencilla felicidad

Cnossos, 1.984)

El epígrafe de Borges, reanuda en la idea esencial que Bustos manifiesta en el poema: el


hallar un sentido predestinado en la existencia individual humana. Centrados en la forma
como se estructura el poema, la prosa predomina en el relato, más el juego de nombrar
objetos de aparente carencia de importancia, precedidos por la alusión a cosas más
abarcantes o abstractas; es constante en la poética de Bustos este juego de formas y de
materias distintas.

En el siguiente poema Simbolo, Bustos nos presenta un dinámica diferente, aquí, el


protagonista es un objeto más de la casa, una cosa ignorada y de uso convencional que
pretende ser el símbolo; éste a su vez, pasa a ser el centro de una ironía, una ironía que lo
enmarca en el plano de ser visto como un objeto, lo caracteriza como lleno de aire y en
una posición lamentable. Es ésta una de las principales características en la poética de
Bustos: atribuir a objetos inanimados dotes de otra naturaleza.

Cabe resaltar que al final del poema Bustos nombra a Shakespeare afirmando que éste es
experto en hablar de éstas cosas; haciendo referencia al acto de otorgarle rasgos vivos a
objetos inanimados, darle vida a lo que se creía inútil.

En poesis la utilización de la misma estrategia se manifiesta: un ser con aparente


inanimidad como la ostra, pasa a ser el centro del que surge algo tan preciado como una
perla; metaforizando lo que con el mismo esfuerzo podría surgir del hombre=poesía.

Ostra + esfuerzo = Perla

Hombre + inspiración = Poesía

De alguna forma, nos da la sensación de que el poeta abstrae objetos ignorados de la vida
cotidiana y los amoldase a un contexto protagónico de la trama.

En Botánica Nacional, la temática es algo particular; aquí el esbozo de la trama recae


sobre una metáfora del crecimiento y lo progresivo, la planta que surge, pero que también
es cortada: el humano que nace, pero que también muere. Aludiendo a lo que se
manifestaría como “el acodo”, el transcurrir de las generaciones siempre igual, y del que –
afirma el poeta- no retoñamos, a pesar de los ejemplos notables que existen en la
Mitología.
Nótese que en el poema la palabra “Mitología” es escrita con mayúsculas

¿será para nominalizar a un área que concentra su propia autonomía? O ¿será para
nominalizar a un área que podría ser su dios?
La hipótesis queda abierta, más es menester destacar que cada poeta crea sus propios
referentes, y Bustos bien nos lo ha sabido presentar.

En “el desilusionador” la atmosfera que circunda al poema es melancólica, el narrador


alude a hechos del pasado para reafirmar su preponderancia por su papel de
desilusionador; nos relata una situación aparentemente convencional, en la que le da de
beber a un pez, pero luego notamos que el pez pasa a ser un vampiro y el agua sangre; y
nuevamente se nos manifiesta el cambio de forma o materia que ya es habitual encontrar
en su poesía. De ahí, podríamos entonces concluir que el isomorfismo es el protagonista
de este poemario

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